Venezuela, Sin Rumbo y Al Garete!!!

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Arq. Abg.

José Antonio Robles

Venezuela,
sin rumbo y al garete!!!
Estar al garete es un término que se utilizó inicialmente en el léxico de la navegación
marítima, con el significado de que una embarcación va sin gobierno a la deriva, llevada por
el viento o la corriente y coloquialmente significa estar sin rumbo, sin plan definido o fracasar.

Utilizo esta expresión, con pesar, para describir nuestra deplorable realidad. Cada día
aumenta la crisis económica, política y social, sin que exista una solución que le garantice a
nuestro país tener bienestar social y retomar el camino al desarrollo. En donde podríamos
decir, que lo único que abunda en Venezuela es el caos.

Lamentablemente la demagogia y el excesivo gasto público, acompañado de políticas


monetarias erradas, han creado una economía totalmente insostenible, debilitando a todo el
sector realmente productivo de Venezuela, en donde la inflación se incrementó, a la cual se
respondió con un control cambiario y regulación de precios en todos los artículos de primera
necesidad. Estas políticas, junto con el descenso de la producción petrolera y su precio en el
mercado internacional, llevaron al país a una hiperinflación, que dificulto la compra de
materias primas, ocasionado una caída de la demanda de bienes y servicios que, a su vez,
minimizo la competitividad de las empresas.

No tiene precedentes el colapso en el que se encuentra nuestra economía, la cual se


contrajo un 70% entre 2013 y 2019; y a esto se le suma en el 2020 una reducción esperada
del 30%, lo que la ubica dentro de las mayores crisis económicas del mundo y como una de
las consecuencias es la carga de la deuda pública, que alcanza el 500% del PIB y representa
un reto sustancial en el proceso de recuperación.

Como resultado de este descalabro, se ha originado una enorme caída del poder adquisitivo
de los venezolanos, por consiguiente un aumento de la pobreza, desnutrición,
empeoramiento de la situación de salud de la población en general, disminución en la calidad
de la educación y de los logros educativos, en conjunto con un aumento de los jóvenes que
no estudian ni trabajan, y el proceso de migración que ya supera los 5 millones de personas
afectarán el potencial de crecimiento del país.

Además de la violación flagrante por parte del gobierno de todos los Derechos Humanos y
tener una crisis humanitaria compleja, la pandemia del Covid-19 que se encuentra en la fase
exponencial, ha desnudado las falencias del sistema de salud y el no contar con elementos
apropiados para la contención de los contagios y la atención de los enfermos.
Así mismo, las instituciones públicas de Venezuela se han debilitado de manera sustantiva
por más de 20 años, lo cual abarca cuestiones relacionadas con gobernanza, ineficiencia y
corrupción, han repercutido drásticamente sobre la accesibilidad y calidad en muchos casos
inexistentes de los servicios básicos más elementales como agua, gas y energía eléctrica,
transporte público, telecomunicaciones, los cuales inciden en la disminución de la capacidad
para poder afrontar otros gastos que no sean alimentos y medicinas.

Estamos perdiendo la capacidad de asombro y nada parece sorprendernos en esta


degradante espiral de violencia y criminalidad, a las que nos han sometido diariamente las
innumerables bandas armadas y grupos irregulares que operan en nuestro territorio
extorsionando, secuestrando y asesinando a sus anchas y en donde las investigaciones de
los cuerpos de seguridad del Estado no nos llevan a la identificación y captura de los
criminales por muy exhaustivas que sean, salvo contadas excepciones. Pero tampoco se ve
la efectividad de los planes de prevención y vigilancia.

Los problemas de la población no pueden atenderse con acciones aisladas.


Independientemente de las aspiraciones del gobierno por mantener el régimen político, es
necesario y urgente para el desarrollo del país que se encuentre de nuevo la vía democrática
que garantice los mecanismos para que las leyes y las políticas públicas prevalezcan.

No obstante, el gobierno de Maduro está más preocupado por solventar la grave crisis de
gobernabilidad para legitimarse y seguir manteniéndose el poder, que por implementar
acciones para resolver los problemas que se han agudizado debido a una pésima gestión del
gobierno y la denuncia de un fraude electoral, suficientemente probado, con la participación
inclusive de partidos democráticos secuestrados tomados por el régimen, pretendiendo
celebrar el 6 de diciembre, sin ninguna garantía electoral y no reconocido por la mayoría de
gobiernos democráticos del mundo, crea tal grado de ilegitimidad que difícilmente un
gobierno, en esas condiciones, puede subsistir.

Pero de darse un proceso de transición pacífico y ordenado en Venezuela posibilitaría tomar


las medidas necesarias para enfrentar de manera eficaz los retos que se planta el país. Esto
permitirá la mejora en la calidad de vida y la recuperación de la economía luego de muchos
años de la destrucción económica.

Dada la dimensión de los retos, es necesario enfocarse en planificar la secuencia de políticas


públicas que permitan, en un primera fase, centrarse en la emergencia y lograr recuperar la
institucionalidad necesaria para, luego de estabilizado el país, poder adelantar con el proceso
de reformas y consolidar un modelo de libertad, responsabilidad y plena vigencia de los
derechos humanos con oportunidades para todos, podremos alcanzar el progreso y el
desarrollo de nuestra Venezuela.

Arq. Abg. José Antonio Robles


Secretario Regional de Políticas Públicas del Partido un Nuevo Tiempo Zulia
E-mail: [email protected] / Instagram: @jose.a.robles / Twitter: @jaroblesp

Maracaibo, 26 de Noviembre de 2020

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