Fase 2 - Grupo403010 - 18
Fase 2 - Grupo403010 - 18
Fase 2 - Grupo403010 - 18
Presentado por:
Presentado a:
Grupo 403010_18
Este trabajo tiene por objetivo presentar el estado actual de la investigación en conducta prosocial
hostil en el caso del acoso cibernético.
La definición de Olivar (1998), que entiende como conducta prosocial solamente a aquel
comportamiento que favorece a otra persona, grupos o metas sociales y aumenta la probabilidad
de generar una reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o
sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las personas o
grupos implicados.
Formato diligenciado de la identificación de problemática individual de cada integrante del
grupo.
A veces, recibir acoso cibernético como cualquier otro tipo de acoso, puede conducir a problemas graves y duraderos. El estrés
provocado por vivir en un constante estado de alerta y de miedo puede crear problemas en el estado de ánimo, el nivel de energía
el sueño y el apetito. También puede hacer que la víctima se sienta inquieta, ansiosa y/o triste. Si una persona ya estaba deprimid
o ansiosa antes del acoso, el hecho de recibirlo puede empeorar todavía más las cosas.
El ciber acoso es considerado una categoría de acoso muy especial debido a la falta de límites en términos de espacio y tiempo.
Descripción de la Los actos agresivos emitidos por el acosador son excesivamente intrusivos en el día a día de la victima, debido a la difusión masi
problemática y constante que pueden tener las redes sociales. Los memes, las fotos intimas y los rumores que son compartidos para perjudica
(Impacto): por estos medios, permiten tener una visibilidad desmesurada y un daño irreparable para la víctima, de un solo acosador, la victim
puede pasar a tener miles y millones. Las consecuencias de este tipo de situaciones en la victima pueden ser fatales, pueden
conllevar a alteraciones de carácter psicológico, social y físico.
Las victimas pueden verse perjudicadas en su autoestima, desarrollar episodios de ansiedad, estrés y somatizar estos sucesos
llegando a desarrollar desordenes de sueño, desórdenes de tipo alimenticio, dolores abdominales fuertes, principalmente ligados
la angustia.
Esta conducta hostil de acoso o ciberacoso, desde el ámbito de la acción prosocial vista, necesita una intervención de parte de los
profesionales en salud mental como de la comunidad más próxima implicada en la problemática, que desde la actitud prosocial
podemos asociar con la conducta de ayuda directa e indirecta. Desde los centros educativos o cualquier ámbito donde se genere e
ciberacoso, se necesita que la atención dada a la víctima por parte de los encargados directamente, determinen e identifiquen al
agresor; como desde el hogar, donde los estilos parentales son cruciales en el enfrentamiento que la víctima asume frente a la
Relación con
situación. Por otro lado, esta situación problemática necesitaría una conducta prosocial de ayuda urgente, a causa de los efectos
alguna de las
psicológicos que el acoso, en cualquiera de sus presentaciones amerite. Correa, M. (2017).
teorías de la
prosocialidad y la
Por otro lado, desde la óptica de las actitudes en medio de las que una persona debe crecer para evitar que el acoso cibernético y
situación social
cualquier tipo de acoso se genere de nuestra parte, los estilos parentales más democráticos son necesarios, ya que estos son los qu
actual:
aseguran que una persona en su crecimiento no muestre tendencia a actitudes hostiles hacía sus iguales. Correa, M. (2017).
También se cita a investigadores como López de Cózar, Esteban Martínez, Calatayud Miñana y Alamar Rocati (2008), quienes
subcategorizaron las actitudes prosociales de varias formas, pero la que más nos podría ayudar a dar herramientas a una víctima d
acoso, sería la categoría de la Empatía. Esta actitud de parte de la familia más cercana como de los profesionales, significaría de
hecho una ayuda a la víctima desde la comunicación y el entendimiento de su situación.
La relevancia de esta problemática se extiende desde los inicios y primeras apariciones de acoso en escuelas entre iguales,
estudiadas por Olweus en 1970, hasta su evolución como conducta reflejada a través de medios tecnológicos, convirtiéndose en
ciberacoso. La principal característica del acoso es que es una conducta planeada para ocasionar el mal, y que es sostenida por u
lapso de tiempo prolongado, y por su parte el ciberacoso cuenta con la particularidad de ser una conducta mediatizada por la
tecnología y el agresor puede estar no identificado por las acciones mitigantes de esta situación. Según Aboujaoude, Savage,
Relevancia de la
Starcevic y Salame (2015), citados por Machimbarrena et. al. (2019), ésta evolución del comportamiento hostil hacía la tecnolog
problemática y
resulta en una más agresiva, gracias a su anonimato y la permanencia de la información publicada de la víctima en la web. Lo
razones por las
interesante es que el acoso como el ciberacoso son conductas directamente ligadas a los estilos parentales que víctimas y
cuales se elige de
victimarios experimentaron durante su crianza dentro de sus círculos familiares. Estos autores, a través de sus observaciones,
manera
pudieron concluir que esta conducta hostil de acoso en cualquiera de los entornos donde se presente, viene propiciada desde el
colaborativa:
seno familiar, el clima de este, la comunicación dentro de este, tanto de víctimas como de los victimarios. Pudieron ver que los
estilos parentales punitivos se asocian con la victimización y la agresión, como también ver la relación existente entre el estilo
autoritario con la victimización, y especialmente con ser el agresor, Machimbarrena et. al. (2019). El clima familiar de las víctim
de ciberacoso suele ser afectuoso y comunicativo de parte de las madres, aunque el clima familiar de los victimarios suele ser llen
de crítica y rechazo de parte de los padres, y abandono y falta de atención de las madres.
Conclusiones argumentadas desde unidad 1
La relevancia de esta problemática se extiende desde los inicios y primeras apariciones de acoso
en escuelas entre iguales, estudiadas por Olweus en 1970, hasta su evolución como conducta
reflejada a través de medios tecnológicos, convirtiéndose en ciber-acoso. La principal
característica del acoso es que es una conducta planeada para ocasionar el mal, y que es sostenida
por un lapso de tiempo prolongado, y por su parte el ciber-acoso cuenta con la particularidad de
ser una conducta mediatizada por la tecnología y el agresor puede estar no identificado por las
acciones mitigantes de esta situaciòn. Según Aboujaoude, Savage, Starcevic y Salame (2015),
citados por Machimbarrena et. al. (2019), ésta evolución del comportamiento hostil hacía la
tecnología resulta en una más agresiva gracias a su anonimato y la permanencia de la información
publicada de la víctima en la web. Lo interesante es que el acoso como el ciber-acoso son
conductas directamente ligadas a los estilos parentales que víctimas y victimarios experimentaron
durante su crianza dentro de sus círculos familiares. Estos autores, a través de sus observaciones,
pudieron concluir que esta conducta hostil de acoso en cualquiera de los entornos donde se
presente, viene propiciada desde el seno familiar, el clima de este, la comunicación dentro de este,
tanto de víctimas como de los victimarios. Pudieron ver que los estilos parentales punitivos se
asocian con la victimización y la agresión, como también ver la relación existente entre el estilo
autoritario con la victimización, y especialmente con ser el agresor, Machimbarrena et. al. (2019).
El clima familiar de las víctimas de ciber acoso suele ser afectuoso y comunicativo de parte de las
madres, aunque el clima familiar de los victimarios suele ser lleno de crítica y rechazo de parte de
los padres, y abandono y falta de atención de las madres.
Esta conducta hostil de acoso y ciber acoso, desde el ámbito de la acción prosocial vista,
necesita una intervención de parte de los profesionales en salud mental como de la comunidad más
próxima implicada en la problemática, que desde la actitud prosocial, podemos asociar con la
conducta prosocial de ayuda directa e indirecta. Desde los centros educativos, o cualquier ámbito
donde se genere el ciber-acoso, se necesita que la atención dada a la víctima por parte de los
encargados directamente si se determina el agresor, como desde el hogar, donde los estilos
parentales son cruciales en el enfrentamiento que la víctima asume frente a la situación. Por otro
lado, esta situación problemática necesitaría una conducta prosocial de ayuda urgente, a causa de
los efectos psicológicos que el acoso, en cualquiera de sus presentaciones, amerita, Correa, M.
(2017).
Por otro lado, desde la óptica de las actitudes en medio de las que una persona debe crecer
para evitar que el acoso y cualquier tipo de acoso se genere de nuestra parte, los estilos parentales
más democráticos son necesarios, ya que estos son los que aseguran que una persona en su
crecimiento no muestre tendencia a actitudes hostiles hacía sus iguales. Correa, M. (2017) también
cita a investigadores como López de Cózar, Esteban Martínez, Calatayud Miñana y Alamar Rocati
(2008), quienes subcategorizaron las actitudes prosociales de varias formas, pero la que más nos
podría ayudar a dar herramientas a una víctima de acoso, sería la categoría de la Empatía. Esta
actitud, de parte de la familia más cercana como de los profesionales, significaría de hecho una
ayuda a la víctima desde la comunicación y el entendimiento de su situación.
Referencias bibliográficas
Auné, S., Blum, D, Abal Facundo, J., Lozzia, G. y Horacio, F. (2014). La Conducta Prosocial:
Estado actual de la Investigación. Perspectivas en Psicología: Revista de Psicología y
Ciencias Afines, 11(2). Recuperado de http://bibliotecavirtual.unad.edu.co/login?
url=http://search.ebscohost.com/login.aspx?
direct=true&db=zbh&AN=113491305&lang=es&site=eds-live
Gobierno Aragón. [GobAragon]. (2015, abril 6). I Jornada del Voluntariado: La importancia de
valores y conductas prosociales en la sociedad [Archivo de Video].