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Piaget, J. El Sexto Estadio La Invención de Los Nuevos Medios Mediante Combinación Mental (Pp. 316-340) .

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INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 317

todos los autores, bien sean asociacionistas como Rignano, partidarios


de las «estructuras» como Kohler, o, como Claparede, de un tanteo
más o menos dirigido, todos coinciden en la aparición de un mo­
mento esencial en el desarrollo de la inteligencia: aquel en el que
la conciencia de las relaciones es lo suficientemente profun2a para
permitir una previsión razonada, es decir, precisamente una inven­
ción que opera por mera combinación mental.
Nos encontramos, pues, en presencia del problema más delicado
CAPÍTULO 6 que haya de tratar toda teoría de la inteligencia: el del mismo poder
inventivo. Hasta aquí, las diferentes formas de actividad intelectual
EL SEXTO ESTADIO: que hemos tenido que describir no han presentado unas dificultades
LA INVENCIÓN DE· LOS NUEVOS MEDIOS particulares de interpretación: o bien, en efecto, han consistido en
MEDIANTE COMBINACIÓN MENTAL aprendizajes en cuyo transcurso el papel de la experiencia es evidente,
por lo que el descubrimiento prevalece sobre la auténtica invención,
o bien han consistido en aplicación simple de lo conocido a lo nuevo.
( En uno y otro caso, en consecuencia, el mecanismo de la adaptación
El conjunto de las conductas inteligentes estudiadas hasta aquí es fácil de desentrañar y el juego de las asimilaciones y de las acomo­
-reacción circular secundaria, aplicación de los medios conocidos 1 daciones primitivas se basta para explicar todas las combinaciones.
a
las nuevas situaciones, reacción circular terciaria y descubrimient En cambio, en cuanto surge la invención real, el proceso del pensa­
de los nuevos medios mediante experimentación activa- no carac­ o(
miento desconcierta el análisis y parece escapar a todo determinismo.
teriza en resumidas cuentas más que un único y mismo extenso ped ¿Fracasarán en la tarea los esquemas a los que nos han acostumbrado
_ o- (
do. Sm lugar a dudas, hay progreso de uno a otro tipo de compor-( los hechos precedentes, o aparecerán una vez más los nuevos hechos
tamientos y podemos así considerar los tres grandes grupos que que vamos a describir como preparados por todo el mecanismo fun­
hemos distinguido en el transcurso de los capítulos precedentes como cional de las actividades anteriores?
(
cons�i!utivos de tres estadios s cesivos (ha de quedar claro que Advirtamos de entrada, a este respecto, aunque sin pretender bus­
?
aparición de cada nuevo estadio no suprime en modo alguno la 1
las car de antemano una explicación, que la aparición de la invención real
conductas de los estadios anteriores y que las nuevas conductas 1
surge en función de una especie de ritmo condicionado por el con­
se 1
superponen simplemente a las antiguas). Pero los hechos perman junto de las conductas precedentes. Este ritmo define la sucesión de
ecen 1
tan entremezclados Y: su sucesión pu de ser tan rápida que sería peli- las adquisiciones y de las aplicaciones. Con la reacción circular secun­
groso separar demasiado estos estadio �
s. En cambio, con las conduc daria, nos situamos en plena adquisición: unos esquemas nuevos se
tas que ahora describiremos, se inicia un nuevo período que todos-1 construyen mediante asimilación reproductora y acomodación combi­
estarán de acuerdo en considerar como de aparición tardía y muy nadas. Con la aplicación de los medios conocidos a las nuevas situa­
ulterior a la de los co1!1portamientos pr cedentes. Podemos, pues, ( ciones, estos mismos esquemas originan unas aplicaciones origi­
. � (
hablar de un sexto estadio, lo que no signific a que los comportamien­ nales (mediante asimilación generalizadora), sin que se produzca
_
t?s estudiados h asta aquí desaparecerán, sino sencillamente que a par-
( por ello una adquisición propiamente dicha. Con la reacción circu­
ur de ah<;>ra sera, � completado� por unas conductas de un nuevo lar terciaria y el descubrimiento de los nuevos medios mediante
_ _ tipo: (
la invención mediante deduccion o combinación mental. aprendizaje, nos encontramos una vez más en período de adquisición,
Este nuevo tipo de conductas caracteriza en efecto la inteligencia ( pero, en este caso, la misma complejidad de la adquisición implica
sistemática. Ah?ra bien, es!a última es la que, según Claparede, es una intervención constante de todo lo adquirido anteriormente. Con
controlada gracias a la conciencia _
de las relaciones y ya no solamente ( 'la invención mediante combinación mental, podemos finalmente
por tanteo empírico. Ella es la que, según Kohler, procede mediante/ hablar de un nuevo proceso de aplicación, ya que toda invención
_
estr�ctu�aciones repenti_ nas del campo de la percepción, o la que, supone una combinación mental de esquemas ya elaborados, pero de
segun Rtgnano, se funda en la pura experiencia mental. En resume una aplicación que corre pareja con la adquisición puesto que hay
n, (
/

318 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 319


invención y por lo tanto combinaciones originales. Dado este ritmo, ( de un ejemplo de la «conducta del bastón». �aurent se limitó a insertar
la invención ha de compararse con la «aplicación de los medios cono­ momentáneamente en un esquema ya construido (el esquema de go�pear)
cidos a las nuevas situaciones» porque, al igual que esta última, opera l un elemento nuevo. Pero la intervención fortuita de éste no ha originado
mediante deducción; pero esta deducción, al ser creadora, participa ninguna comprensión inmediata ni siquie�a ningu�� experiment9:ción. En
( los días siguientes, le vuelvo a dar el baston y el nmo busca asociarlo a_ la
también de los procesos de adquisición estudiados hasta aquí y, sin­
gularmente, del descubrimiento de los nuevos medios mediante expe- \ actividad de los esquemas variados. A pesar de todo, Laurent no reaccio­
rimentación activa. na, así como tampoco las sema�as siguientes. �a «con�uc!a del b9:stón»,
( es decir la utilización del baston a modo de intermed1ar10 o de instru­
mento, �o parece, pues, que pueda adquirirse en el transcurso del estadio
de las reacciones circulares secundarias, incluso cuando el azar ha favore­
1. Los HECHOS cido la inserción momentánea del bastón en un esquema ya existente.
En el transcurso del cuarto estadio, caracterizado por la coordinación
He aquí primeramente una serie de observaciones, comenzando ( de los esquemas, �l uso del bast�� apenas progre�a. Sin emb�rgo, dur_an�e
por las que recuerdan más los descubrimientos debidos al tanteo este estadio el ruño llega a uuhzar la mano a1ena como mtermediar10
para actuar' sobre los objetos ,distantes, consiguiendo as_í espacializar la
dirigido. Sucede, en efecto, que un mismo problema, tal como el del ( causalidad y preparando la via a las conductas experimentales. Pero,
bastón que se ha de hacer pasar a través de los barrotes, pueda origi- ( cuando a los O· 8 o incluso a los O; 9, ofrezco un bastón a Laurent, no
nar unas soluciones mediante invención real tanto como unas solu­ se sirve de él 'más que para golpear en su entorno y todavía no para
ciones que impliquen el mero tanteo experimental. El análisis de ( desplazar o atraer los obje�os que golpea.. . .
tales casos nos permitirá percibir de lleno a la vez la originalidad ( A los 1; O (O), es decir en pleno quinto estadio ( sin embargo. fue
de las nuevas conductas y su parentesco con las precedentes. Esta durante este estadio cuando Jacqueline y Lucienne llegaron a descubrir la
oposición relativa de las soluciones puede observarse sea al pasar de ( utilización del bastón), Laurent manipula mucho rato una larga regla de
uno a otro niño, sea al volver a ocuparse del mismo niño en un inter- madera, pero sin conseguir nada más que lo que indicam?s � las �res
valo de varios meses. 1 reacciones siguientes. En primer lugar, da vueltas al baston sistemática­
mente pasándoselo de una a otra mano. Luego, golpea con él el suelo, su
( calzado y diversos objetos. En tercer lugar, lo desplaza empujándolo sua­
Obs. 177. - Para hacer comprender la diferencia que existe entre las vemente sobre el suelo, con su dedo índice. En varias ocasiones, coloco,
presentes conductas y las precedentes, puede ser instructivo examinar la. l a una cierta distancia del niño, algún objeto atractivo para ver si, al tener
manera como Laurent descubrió en un solo intento el uso del bastón, ya el bastón en la mano,. Laurent será capaz _de utilizarlo. Pero _Laure�t
después de haber permanecido durante meses enteros sin saber utilizar ( intenta en todas las ocasiones alcanzar el obJeto con la mano hbre, sm
este instrumento. que se le ocurra utilizar el bastón. En otros momentos, coloco el bastón
Contrariamente a Jacqueline y a Lucienne, a las que hemos sometido , en el suelo, entre el objetivo y el niño, para provocar así una sugerencia
a numerosas experiencias en cuyo transcurso tuvieron la ocasión de «apren- ( visual, pero tampoco entonces reacciona el niño. - En consecuencia, no
der» a utilizar el bastón, Laurent no manipuló éste más que muy de vez hay todavía ningún rasgo de «conducta del bastón».
en cuando, en espera del momento en que supo utilizarlo espontáneamen- ( Por otra parte, a los 1; O (5), Laurent se entretiene con un bastoncito
te. Vale, pues, la pena, para caracterizar este instante, describir breve- . infantil, que manipula por primera vez. Es evidente que está mur sor­
mente el conjunto de los comportamientos anteriores de Laurent, relativos l prendido por la interdependencia que observa entre !as dos �trem1dades
al bastón. \ de este objeto: desplaza el bastón en todos los sentidos, deJando que el
Ya los O; 4 (20), es decir, al comienzo del tercer estadio, Laurent se extremo libre se arrastre por el suelo, observa con gran interés las idas
encuentra en presencia de una corta varilla, que él asimila a un objeto l y venidas de esta extremidad en función de los movimientos que imprime
cualquiera. La sacude, la roza contra el mimbre de su cuna, se arquea a la otra punta. En resumen, aprende a concebir el bastón como un todo
ante ella, etc. De una manera general, la considera exactamente como ( rígido. Pero este descubrimiento no le conduce, a pesar de todo, al de
el equivalente del cortapapeles mencionado en la observación 104. Pero, la significación instrumental del bastón. En efecto, habiendo golpeado
a los O; 4 (2) mientras Laurent tiene la varilla en las manos, golpea\. casualmente con el bastón una caja de hojalata, welve a golpearla de nue­
casualmente un sonajero suspendido y continúa inmediatamente. No obs- ( vo pero sin que se le ocurra la idea ni de hacerla avanzar ni tampoco la
tante, a lo largo de las horas que siguen, Laurent no intenta ya reproducir de llevarla hacia él. - Pongo en lugar de la caja diversos objetivos más
este resultado, incluso cuando le coloco de nuevo la varilla en la mano. - \ tentadores: la reacción del niño es la misma.
En consecuencia, no se trata en modo alguno, en esta primera situación,·· A los 1; 2 (25), vuelvo a ofrecerle un bastón, teniendo en cuenta sus
INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 321
320 EL NAClMlENTO DE LA INTELIGENCIA
los barrotes y aplico junto a éstos la varilla de _la obs. 162, _hori­
recientes progresos. Acaba de aprender, efectivamente, a poner los objetoS<_ zontal y paralelamente a la serie de barrotes (a media altura). Luci�nne
unos encima de otros, a colocarlos en una taza para derribarla, etc.: rela­ la coge por el centro y estira sin más. Dánd<;>se cuenta del fracaso, ale1a el
ciones todas ellas que pertenecen al nivel de la conducta del bastón (véase\ bastón, lo endereza y lo pasa con suma rapidez.
La construcción de lo real en el niño). Coge el bastón y golpea seguida­ Pongo seguidamente el bastón en el suelo. En l_ugar de incorporarlo
mente el suelo, luego diversos objetos (cajas, etc.) colocados en el suelo./ para tirar de él directamente, lo coge por el medio,, �o endereza Y lo
De este modo consigue desplazarlos ligeramente, pero no se le ocurre pasa. O bien lo coge por una punta y lo hace entrar facilmente. .
utilizar este resultado sistemáticamente. Es cierto que en un momento1 Vuelvo a comenzar con una varilla más larga (unos 30 cm): o bien
dado su bastón se engancha en una sábana y la arrastra algunos instantes¡ la coge por el medio y la endereza antes de tirar de ella, o bien la intro-
en el curso de sus desplazamientos. Pero cuando coloco a 50 cm o a 1 m duce tirándola por una extremidad. . .
de Laurent diversos objetivos atractivos, en ningún momento se le ocurre/ Idéntica experiencia con un bastón de �O cm. El proce�mien�o es
utilizar el instrumento virtual que tiene en las manos. - Es evidente que, visiblemente el mismo, pero, cuando el baston se engancha, tira de el_ un
si yo hubiese renovado en esa época tales experiencias, Laurent habría( corto instante, después lo suelta refunfuñando y vuelve a comenzar pomen-
descubierto al igual que sus hermanas el uso del bastón, a través de tanteo do más cuidado.
dirigido y de aprendizaje. Pero interrumpí los ensayos en ese momento,( Al día siguiente, a los 1; 1 (19), las mismas experiencias. Lucienne
para no reanudarlo sino en el transcurso del sexto estadio.
\ comienza por estirar sin más (una sola vez), luego endereza el bastón Y
Finalmente, a los 1; 4 (5), Laurent está sentado delante de una mesa recupera así los procedimientos de la víspera .. A los 1; 2 (7), reanudo la
y coloco delante de él, aunque fuera de su alcance, un trozo de pan. Colocq observación: Lucienne endereza en esta ocasión el bastón antes de que
además, a la derecha del niño, una varilla de aproximadamente 25 cm toque los barrotes.
de longitud. Laurent intenta primeramente coger el pan directamente, sin Comprobamos así hasta qué punto estos int�nt�s rec�erdan los. de
preocuparse por el instrumento, luego renuncia. Pongo entonces la varilla Jacqueline, que actuaba mediante !ªn.te� y aprendizaje: Lu�1�ne comien­
entre el pan y él; la varilla no toca el objetivo, pero conlleva no obstantJ za por tirar sin más del bastón y aun ms1ste una vez al día sigui�nte. Pero,
una sugestión visual innegable. Laurent mira de nuevo el pan, sin mo-( a diferencia de los prolongados esfuerzos de s� �ermana, 1:,uc1enne saca
verse, mira un momento la varilla, luego, bruscamente la coge y la dirige partido rápido de su fallo y. emplea un procedimie!1to que mventa sobre
hacia el pan. Sucede solamente que la ha empuñado hacia la mitad y ne¡ el terreno y al instante mediante mera representación.
en una de sus extremidades, de tal manera que queda demasiado corta
para alcanzar el objetivo. Laurent entonces vuelve a depositarla y reanuda Obs. 179. - Un ejemplo más complejo es el de la cadena de reloj
su gesto de tender la mano hacia el pan. Después, sin demorarse en este que ha de hacerse penetrar en el orificio �e 16 X 34 _mm .. Record_emos,
gesto, coge otra vez la varilla, esta vez por uno de sus extremos ( ¿azar d también en este caso los tanteos de Jacquehne (obs. 173 y bts). Lucienne,
intención?) y atrae el pan. Comienza por tocarlo sencillamente como sj en cambio resolvió ;l problema mediante una brusca invención:
el contacto de la varilla con el objetivo fuese suficiente para desencadenar A losi; 4 (O), sin que nunca haya contemplado _un espectáculo seme­
el movimiento de éste, pero, después de uno o dos segundos como máxi'I jante, Lucienne mira la caja que yo acerco y hago girar_ antes d� que _ella
mo, empuja real e intencionalmente el trozo de pan: lo desplaza ligera­ haya visto su contenido: la cadena �ae al suelo y ella mtCI?-ta mmediata­
mente por su derecha, luego tira de él sin dificultad. Dos intentos sucesil mente introducirla de nuevo. Comienza por colocar sencillamente una
vos ofrecen el mismo resultado. punta de la cadena en 1� c�ja y por intentar hacer que el r�to siga progre­
Una hora después, coloco un juguete delante de Laurent (fuera del sivamente. Este procedimiento q�e fue el empleado e� primer lugar_ por
alcance de sus manos), y un nuevo bastón al lado del niño. Éste ni siquie, Jacqueline, tiene éxito por casualidad en el c_aso de Lucienne en su pr�er
ra intenta atrapar el objetivo con la mano: se apodera del bastón y atraJ intento (la extremidad introducida en la caJa queda enganchada fortutta­
el juguete. �ente), pero falla enteram�nte a la �egunda y a la tercera tentativas.
Así es como Laurent descubrió el uso del bastón, casi sin ningún tan­ · Al cuarto intento Lucienne comienza como en los casos precedentes,
teo, mientras que, durante los estadios precedentes lo manipulaba sirl y
luego se interrumpe después de un corto instante de pausa, coloca por
comprender su utilidad. Esta reacción es, desde luego, claramente dife­ ,í misma la cadena en una baQdeja próxima (la experiencia se realiza enci­
rente de la de sus hermanas. ma de un mantón), hace con ella una bola intencionalmente, coge la bola
:ntre tres dedos e introduce todo ello de una vez en la caja. . .
Obs. 178. - Recordemos los tanteos de Jacqueline a los l; 3 (12) erl El quinto inten�o se inicia po_r u� retor!lo muy breve al procedimiento
presencia del bastón que debía hacer pasar a través de los barrotes de su 1. primero. Pero Lucienne se corrige inmediatamente y vuelve al método
parque (obs. 162). Ahora bien, el mismo problema, propuesto a Lucienne correcto.
a los 1; 1 (18), presenta una solución casi inmediata, en la que la inven1 Sexto intento: éxito inmediato.
ción se impone sobre el tanteo. Lucienne se encuentra sentada delante de
21,-PWllT
/
322 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 323
(
Vemos así la diferencia de los comportamientos de Jacqueline y d� (
representación que realiza se expresa entonces plásticamente es decir que
Lucienne: lo que para la primera era fruto de un prolongado aprendizaje, no poder pensar la situación en palabras o en imágenes vÍsuales nítidas'
es inventado bruscamente por la segunda. Sin lugar a dudas esta diferen{ ••sa, a m�o de «si�!ficante• o de símbolo, una mera indicación motriz'.
1
¿hora bien, la reacc1on motriz .
cia es una cuestión de nivel. Así es como, a los 2; 6 (25), Jacqueline, con que se ofrece por sí misma para cumplir
quien repito la experiencia, resuelve el problema sin vacilar: cogiendo lJ 1 -'lt� papel no es otra que la imitación, es decir, precisamente la represen­
cadena con las dos manos, la introduce con la mano izquierda mientras •ilCIÓl_l en actos; ésta, con anterioridad sin duda a toda imagen mental,
retiene con la derecha la parte restante, para impedir que caiga. En caso1 ( �rm!te no solamente detallar los espectáculos actualmente percibidos, sino
de enganche, rectifica el movimiento. tam�1én evocarlos y rep�oducirlos a voluntad, Lucienne, pues, al abrir su
( :op1a boca, expresa, o mcluso reflexiona -si preferimos decirlo así- su
Obs. 180. - Otra invención elemental, producto de una combinación r, rleseo de ensanchar la abertura de la caja: este esquema de imitación •habi­
Jal en ella, constituye para ella un medio de pensar la situació�. Por
mental y no solamente de un aprendizaje sensoriomotor, fue la que per­
mitió a Lucienne encontrar un objeto en el interior de una caja de ceri, 1 -·1puesto, � ello se añ_a�e un elemento de causalidad mágico-fenomenista
!las. A los 1; 4 (O), es decir inmediatamente después de la experienci� ". de eficacia: de la misma manera que recurre frecuentemente a la imita­
precedente, me entretengo escondiendo la cadena que acabamos de men­ ( ón para actuar sobre las personas y hacerles reproducir sus gestos inte­
.
resan.tes, es probable igualmen
cionar en la misma caja que hemos utilizado para los intentos de fa te que el acto de abrir la boca ante la
obs. 179. Comienzo por abrir la caja todo lo posible y por colocar la( ( !ndi�ura que se desea ensanchar implique alguna idea subyacente de
cadena en el fondo (allí donde Lucienne la introdujo por sí misma, perc ,-ficacxa.
1 Inmediatamente después de esta fase de reflexión plástica Lucienne
más profundamente). Lucienne, que ya tiene práctica en llenar y vaciar
su cubo y diversos recipientes, se apodera entonces de la caja y la vuelca'. ( :'ltr�uce sin vacilar su dedo en la ranura y, en lugar de pret�der como
sin ninguna vacilación. Naturalmente, no hay en ello ninguna invencióq -•lter!ormente alcanzar la c�dena, tira hacia sí de manera que consi e
gu
(es la mera aplicación de un esquema adquirido mediante tanteo), pero 1 -upbar la abertura: lo consigue y se apodera de la cadena.
Durante l�s _intent_os sig_uien�es (la ranura sigue siendo de 3 mm) el
el conocimiento de esta conducta, por parte de Lucienne, es útil para 117
comprensión de lo que viene a continuación. , .tsmo proce�xento !nterviene inmediata .
mente. En cambio, Lucienne no
Después pongo la cadena en el interior de la caja de cerillas vacía (� es cap� de abrxr la ca1a cuando está completamente cerrada: titubea, arro-
1. la caJa al suelo, etc., pero fracasa.
el lugar en que se colocan las cerillas), pero cerrando la caja hasta no
dejar más que una ranura de 10 mm. Lucienne comienza por dar la vuelu' (
a todo el conjunto, luego intenta coger la cadena a través de la ranur�, Oks. 181. -A los 1; 6 (23), Lucienne juega por primera vez con un
Como no lo consigue, introduce simplemente su dedo índice en la hendil 1 'Checxto de muñecas, cuya empuñadura le llega a la altura del rostro.
dura y logra así que un fragmento de la cadena salga; tira de él segui� ...o hac7 rodar sobre un! alfombra, empujándolo. Cuando llega a la pared,
( JUe tirando, pero cammando hacia .
mente hasta la completa solución. atrás. Pero como esta posición no le
Aquí es donde se inicia la experiencia respecto de la cual queremo� resul� cómoda, se inter�pe y, sin dudarlo, pasa al otro lado para
( �puJar de nuevo el coch�xto
insistir. Vuelvo a poner la cadena en la caja y requzco la ranura a 3 mm. . Ha encontrado, por lo tanto, el procedi-
1 ""Ient� de na sola vez, ev1dent:m nte_por analogía
Debe quedar claro que Lucienne ignora el funcionamiento de cerrar � � . 7 con otras situaciones,
abrir las cajas de cerillas y que no me ha visto preparar la experiencia, r .:ro sin ad1estram1ento, aprendiza1e 01 azar.
Ella se encuentra en posesión, únicamente, de los dos esquemas prect'. ( En el f?ismo ?rden _de invencio�es, es decir, en el dominio de las
dentes: volcar la caja para vaciarla de su contenido, y deslizar su dedc u:presentac1ones. cine�átxcas, es preciso citar el hecho siguiente. A los
por la ranura para hacer salir la cadena. Naturalmente, este último procd­ ( 10 (27), Luc1enne mtenta arrodillarse ante un taburete, pero al apo­
dimiento es el que intenta primero: introduce su dedo y tantea para alcatJ! vars: en él, lo hace re�er una y otra vez a medida que se suceden
( s intentos. Entonces se incorpora, lo coge y
zar la cadena, pero falla completamente. Sigue una interrupción, durante . lo adosa contra un sofá.
C:uando
la cual Lucienne presenta una reacción muy curiosa, que testimonia clara ( _ .,ltad. lo tiene perfectamente calzado, se apoya y se arrodilla sin difi-
mente no sólo el hecho de que intenta pensar la situación y representarse
mediante combinación mental las operaciones que ha de ejecutar, sinL ,
también el papel que desempeña la imitación en la génesis de las repr(' (. Obs. 181 bis. -De igual manera, Jacqueline, a los 1; 8 (9), llega
sentaciones. Lucienne mira el ensanchamiento de la ranura. ( -Iante de una p�erta cerrada con una planta en cada mano. Tiende la
mano derecha hacxa el pomo de la puerta pero se da cuenta que no podría
t'-
En efecto, mira la ranura con gran atención, luego, varias veces seguf _
das, abre y cierra su propia boca, primero débilmente, después cada vez 1 reglárselas s10 soltar la planta. La deposita entonces en el suelo, abre
más. Evidentemente, Lucienne comprende la existencia de una cavida( puerta, wel_ve � coger la planta y entra. Pero cuando quiere volver 8
subyacente a la ranura, y desea agrandar esta cavidad: el esfuerzo de- . .lir de la hab1tac16n, las cosas se complican. Coloca la planta en el suelo
324 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 325
(
y coge el pomo de la puerta. Pero entonces ad. vierte que alº acia s1
tirar h.( razón para que no intente introducir un cuerpo de 5 mm de diámetro en
el batiente de la puerta, provocará al mismo tiempo que la planta que t ( .n agujero de 1-2 mm.
colocado entre el batiente y el umbral sea expulsada. Vuelve a recogerla 3.0 Hacia el intento 30, Jacqueline cambia bruscamente de método:
para colocarla fuera de la zona de acción del batiente. ( 1 ..a la vuelta al segundo lápiz, como lo hacía con el primero, y ya no
Este conjunto de operaciones que no constituyen una invención desy,­ 1 ',tenta ni siquiera una sola vez introducirlo por el lado indebido. Si com­
cable es, sin embargo, muy característico de los actos de i1:1teligencia fu\_ paramos la serie de estos nuevos intentos con la primera serie, tenemos
dados sobre la representación o la conciencia de las relaciones. ( ( · '. impresión de una comprensión brusca, como de una idea que surge y
que, en cuanto aparece, se impone definitivamente. Con otras palabras, el
( 1 �gundo lápiz ha sido asimilado repentinamente al primero: el esquema
Obs. 182. -A los 1; 8 (30), Jacqueline tiene a la vista una placa de "timitivo (que vinculaba por contraste los dos lápices uno respecto del
marfil atravesada por una serie de agujeros de 1-2 mm de diámetro, y r( 1 Aro) se ha disociado y el lápiz al que no se le daba la vuelta ha sido
mira cuando ensarto la punta de un lápiz en uno de los agujeros. El lápj"
se queda entonces plantado verticalmente y Jacqueline se ríe divertid... 1 ·,¡imilado al esquema particular del lápiz al que era necesario girar. Un
J:'rocedimiento semejante es de nuevo ocasión para hacernos aprehender el
Se apodera del lápiz y reproduce la operación. Luego le tiendo otro lág­ 1 ,ecanismo de la invención.
pero con el extremo romo dirigido hacia la placa. Jacqueline lo coge, pd.v
no le da la vuelta e intenta introducirlo por este lado (el lápiz tiet Vemos en qué consiste la originalidad de estas conductas en
5 mm de diámetro) en todos los agujeros sucesivos. Persevera así durante
largo rato. En esta ocasión, hacemos tres clases de observaciones: ( 1 �ladón con las precedentes. El niño se encuentra en una situación
1.° Cuando entrego a Jacqueline el primer lápiz, lo ensarta enseguic;l<1. nueva para él, es decir, que los obstáculos que surgen entre sus
1 itenciones y la consecución de la finalidad exigen una adaptación
correctamente. Cuando se lo ofrezco al revés, lo gira antes incluso l
intentar, indicando de este modo que es muy capaz de comprender Ir :'Uprevista y particular: es preciso, por lo tanto, encontrar unos
1
condiciones de entrada. Cuando le tiendo, por otra parte, el segundo láp... u1edios adecuados. Ahora bien, estos medios no pueden reducirse sin
correctamente orientado (es decir con la punta hacia abajo), lo introdtl( ( .ás a los procedimientos anteriormente adquiridos en otras circuns­
igualmente por la punta. Pero si se lo ofrezco al. revés, ¡no le da la vue1- timcias (como en la «aplicación de los medios conocidos a las nuevas
ta! Lo que hace es pretender de nuevo ensartarlo por el lado romo. ( 1
�.rcunstancias» ): en consecuencia, es necesario innovar. Si compara-
Esta conducta se manifestó con absoluta continuidad durante una treintf'•
na de intentos, es decir que en ningún momento Jacqueline le dio ( 1 'OS estas conductas al conjunto de las precedentes, a lo que más se
vuelta al segundo lápiz, mientras q�e sie�pre ori�ntó adecua�amente_r1 asemejan es al «descubrimiento de los nuevos medios mediante expe­
primero. Todo sucede, pues, como s1 los primeros mtentos hubiesen orits. ( .mentación activa». Su contexto funcional es exactamente el mismo.
nado un esquema sensoriomotor que habría persistido en actuar dur3rt 1 ,..on la salvedad, a diferencia de estas últimas, de que las presentes
toda la serie: de esta manera, los dos lápices serían concebidos por con­ conductas no parecen ya operar mediante tanteo ni aprendizaje, sino
traste uno respecto del otro, siendo el primero el que se ensarta fáq 1 .ás bien mediante una repentina invención es decir que, en lugar de
mente y el segundo el que resiste. No obstante, estos lápices son, por "'c;tar controlada, en cada una de sus etapas y a posteriori, por los
1
r
supuesto, idénticos desde el punto de vista de la facilidad con la que ( ..echos mismos, la búsqueda está controlada a priori mediante combi-
les introduce: el primero es sencillamente más corto que el segundo y 0

color verde y el segundo es más largo y de color marrón (la mina L 1 1ción mental: el niño prevé, antes de ensayarlas, qué maniobras
ambos es negra y dura). fallarán y cuáles tendrán éxito; el control de la experiencia afecta,
1 ..ies, al conjunto de esta deducción y no sólo, como anteriormente,
2.0 En varias ocasiones, Jacqueline,. viendo que el segundo lápiz i.c: r
niega a ensartarse, intenta meterlo en el mismo agujero que el prime( 1 • detalle de cada trámite particular. Por otra parte, el procedimiento
As( pues, no solamente pretende introducirlo por el lado romo, sii;io concebido como el que debe imponerse es en sí mismo nuevo, es
además quiere hacerlo entrar en un agujero que está ya ocupado, en e. 1 �cir, que resulta de una combinación mental original y no de una
preciso momento, por el otro lá iz. Insistió en ese procedimiento extraf" (,mbinación de movimientos efectivamente ejecutados en cada etapa
en varias ocasiones a pesar de f fracaso total. Esta observación muest._ ue la operación.
claramente cómo la representación de las cosas, en el niño de esa edf
1
es todavfa ignorante de las leyes mecánicas y físicas más elementales ,
permite comprender por qué Jacqueline permanece tan obstinada en p{
tender entrar el segundo lápiz por el lado indebido: al ignorar que dos
objetos a la vez no pueden ocupar el mismo orificio estrecho, no h
INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 327
326 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA

inducción de la deducción. Los empiristas han pretendido reducir


2. INVENCIÓN Y REPRESENTACIÓN
(
la segunda a la primera, convirtiendo así a la inducción en el único
auténti_co razonamiento:
_ en su opinión, la inducción no e� más que
Los dos problemas esenciales planteados por tales comportamie17 un registro pasivo de los resultados de la experiencia convirtiéndose
tos r�pecto de los precedentes son los de la invención y de la repre­ l� de?ucción entonc:s e1:1 una especie de réplica inter�a de esta expe­
se?tactón: habrá en adelante invención y no solamente descubl'( riencia, u�a «experiencia mental» como afirman Mach y Rignano.
miento; habrá, por otra parte, representación y no solamente tanter
r
A esta tesis se opone la de un cierto logicismo, en virtud de la cual
sensoriomotor. Estos dos aspectos de la inteligencia sistemática sor,, la _ inducción la deducción no tienen nada en común, puesto que la
por supuesto, interdependientes: inventar significa combinar unq primera con�iste, como lo pensaban los empiristas, en un catálogo
esquemas mentales, es decir, representativos, y, para convertirse en de const�taciones, y la segunda en combinaciones puramente for­
mentales, los esquemas sensoriomotores deben ser susceptibles el males. Fmal�ente ha surgido el sensato análisis logístico que ha
combinarse entre sí de todas las maneras, es decir, precisamentc puesto de relieve tanto el parentesco como la oposición de estos dos
de poder originar unas auténticas invenciones. procesos complementarios. Ambos consisten en construcciones de rela­
¿Cómo explicar, por lo tanto, este tránsito del tanteo dirigido ( ciones, de este modo la inducción implica la deducción y descansa en
la invención, y del esquema motor al esquema representativo? Cq su actividad constructiva. Pero en la primera, la construcción está
meneemos por restablecer la continuidad entre los extremos, par\. controlada continuamente desde fuera y puede por lo tanto recurrir
poder seguidamente explicar las diferenciaciones. (
a estos pr�c.edimientos ext�alógicos de anticipación que han parecido
Es necesario comprender, desde el primero de estos puntos dr
v!sta, que la oposición entre el tanteo dirigido y la invención pro a los empmstas que constituyen lo esencial del pensamiento, mien­
piamente dicha depende, en primer lugar, de una diferencia de vel� tras que en la segunda, la construcción está regulada desde el inte­
_
cidad. La actividad estructurante de la asimilación no opera sino paso rior, a través del único juego de las operaciones. Del mismo modo,
a paso en el curso del tanteo experimental, hasta el punto de qJ el tantt::o empírico supone ya el mecanismo de la invención: no existe,
apenas es visible inmediatamente, por lo que sentimos la tentaci6(­ como hemos visto, acomodación pura, sino que la acomodación es
de atribuir los descubrimientos que de ella resultan al solo contacto s�empre dirigida mediante un juego de esquemas; cuya reorganiza­
fortuito con los hechos exteriores. Por el contrario, en la invenci6( ción, si fuera espontánea, se identificaría con la deducción construc­
es. t�n rápida que la estructuración aparece repentina: la activida� tiva de las c?nd�;tas presente�. Con la salvedad de que, al no poder
asimiladora estructurante se disimula de nuevo a la primera miradit, esta reorgamzac1on característica de la acomodación, cuando el pro­
y sentimos la tentación de considerar las «estructuras» como si � blema supera el nivel del sujeto, prescindir de un control exterior
orga?�zasen por sí mismas. En consecuencia, la oposición entre el continuo, procede entonces mediante asimilación acumulativa es de­
empmsmo del mero tanteo y la inteligencia de la invención deductiJ� cir, que la actividad estructurante conserva un ritmo lento y �o com­
parece completa. Pero si pensamos en el papel de la actividad intele� bina entre sí más que los datos sucesivos de la percepción. En el
tual característica de la asimilación y de la acomodación combinadas, presente caso, en _ cambio, en el que el problema planteado se dirige
nos damos cuenta de que esta actividad no está ni ausente del tante( a una mente s�fic1�?temente dotada de esquemas ya construidos para
empírico, ni es inútil para la estructuración de las representacioner que 1� �eorgamzac1on de estos esq�emas se realice espontáneamente,
antes al contrario, constituye el auténtico motor tanto de uno como la actividad estructurante no necesita ya apoyarse continuamente en
de la otr_a, y la primera diferencia entre las dos situaciones depende d !os datos �c_ruales de la percepción, y puede hacer convergir, en la
la velocidad con la que marcha el motor, velocidad reducida en 1¡1 mterpretac1on de estos datos, un sistema complejo de esquemas sim­
primer caso por los obstáculos del camino y acelerada en el segund't., ple�ent: 7vocados. La invenc_i?n no es otra cosa que esta reorgani­
caso por el entrenamiento adquirido. zac10n rap1da y la representac1on se reduce a esta evocación, prolon­
( gando una y otra de este modo los mecanismos en acción en el
Pero este aumento continuo de velocidad produce una difererr­
ciación en el procedimiento mismo del funcionamiento: éste, primL transcurso del conjunto de las conductas precedentes.
Tenemos desde est_e punto de vista las obs. 177 a 182 compa­
�o d�s°;lenuzado y visible, d_esde el exterior, se regulariza y parecr r�, ndolas con el mecamsm� del tanteo empírico. Al igual que ante­
mteriortzarse al hacerse rap1do. A este respecto la diferencia entre
el tanteo empírico y la invención es comparable a la que separa J riormente, el punto de partida que asigna un objetivo a la acción: por
328 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA
INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 329
ejemplo, en la obs. 180, la vista de la cadena en la caja de cerillas (
ésta Y procurando mentalmente el ensanchamiento de la ranura; por
desencadena el esquema de asir. Este esquema del objetivo excita por (
otra parte, la analogía así establecida mediante asimilación entre la
sí mismo inmediatamente un cierto número de esquemas, que el niño
ranura percibida y otras aberturas simplemente evocadas le lleva a
utilizará a modo de medios iniciales y que tratará de acomodar, es (
prever que una presión ejercida sobre el borde de la abertura la
decir, de diferenciar en función de la nueva situación: en la obs. 180, (
ensanchará sin más. Una vez los esquemas de este modo acomodados
Lucienne intenta así volcar la caja o deslizar su dedo en la ranura espontáneamente en el plano de la mera asimilación mental Lucienne
para extraer la cadena. Pero, al utilizar estos esquemas, el niño se da (
pasa a la acción y consigue de lleno su objetivo.
cuenta al mismo tiempo de las dificultades propias de la situación (
Una interpretación semejante se aplica a cada una de nuestras
presente: dicho de otro modo, se produce aquí, como en el trans­
restantes observaciones. En la obs. 179, por ejemplo, si Lucienne
curso del tanteo empírico, un encuentro con el hecho imprevisto que (
forma una bola con la cadena que ha de introducir en la caja, des-
constituye un obstáculo (la ranura es demasiado estrecha para dejar
( pués de haber comp�obado el fracaso del método directo, es porque
pasar el dedo). Ahora bien, en los dos casos este encuentro produce
los esquemas adqumdos al depositar una cadena en un cubo o un
una nuev::\ intervención de esquemas anteriores: los hechos impre- (
vistos adquieren una significación gracias a estos últimos. La única :ollar en una regadera ( obs. 172) o también al apretar unas prendas,
el pon�r�e s� almohada _ o su pañuelo en la boca, etc., le permiten
diferencia radica en que, a partir de ahora, tales encuentros con el (
una a�imilación suficiente de la nueva situación: en lugar de tantear,
obstáculo no se producen ya en el transcurso del descubrimiento (ya (
:ombma 1T.1ent�lmente las opera�iones que ha de ejecutar. Empero,
que éste no es ya de tanteo y consiste en una invención repentina),
esta experiencia mental no consiste en modo alguno en la evocación
sino incluso antes, en el momento en que fracasan los primeros pro- (
cedimientos ensayados a modo de hipótesis y en que el problema se ( II?nemónica de imá�enes totalmente elaboradas: es un proceso esen­
<::ialme�te co?structivo, cuya representación no es más que un subal­
precisa por ello mismo. En la obs. 180, estos esquemas auxiliares
t�r?o simbólic�, pu�sto �ue hay auténtica invención v jamás ha per­
que acuden a atribuir una significación a los hechos son los que (
.:ibido una realidad idéntica a la que está elaborando. En las obs. 180
permiten al niño comprender qué es la ranura que tiene ante sus (
=
ojos ( el indicio de una abertura subyacente) y en qué es molesta
V 180 bis, hay ig�almente funcionamiento espontáneo de los esque-
1T.1as de despla�!miento, por analogía desde luego con unas experien-
(por demasiado estrecha). En efecto, con frecuencia ha sucedido que (
1 _:ias _que el ni�o �� podido hacer en realidad, pero esta analogía
el niño haya tenido que abrir o cerrar unas caías, pretender pasar sus _
1 m�hca la imagmacion de nuevas combinaciones. En la obs. 182, oor
manos a través de hend,iduras exiguas, etc. Son estos esquemas los 1 ,
que confieren una significación a la situación actual y que al mismo ( ultimo, contemplamos de qué manera un esquema inicial puede dife­
( ·enciarse, sin aue podamos hablar de tanteo progresivo, a través de
tiempo dirigen la búsqueda: intervienen por lo tanto en calidad de
disociación y de asimilación bruscas. 1
medios secundarios y se subordinan por ello mismo al procedimiento
inicial. Entonces es cuando interviene la invención, en la forma de (
una acomodación brusca del conjunto de estos esquemas a la situa- 1 l. . Para c�mprender mejor el mecanismo de esta asimilaci6n convertida en
dedu�tlva al �1empo que permanece en el plano de las operaciones sensorio-
ción presente. ¿Cómo opera, pues, esta acomodación? / motrices, analicemos también un caso de invenci6n práctica elemental obser­
Consiste, como simpre, en diferenciar los esquemas precedentes v_ada en el a_d?lto y por �o tanto. susceptible de introspecci6n correcta. Condu­
en función de la situación actual, pero esta diferenciación, en lugar ( :1endo un v1e10 autom6vil, me siento incomodado por el aceite vertido en el
de operar mediante tanteo efectivo y asimilación acumulativa, resulta ( ll'Olante y que lo hace resbaladizo. Como no tengo tiempo para detenerme
1aco ,;ni pa?uelo y limpio las manchas. En el momento de volver a colocar!�
de una asimilación espontánea, por consigu iente más rápida y que en m1 bols11lo, me doy cuenta de que está demasiado grasiento y busco un
actúa mediante intentos meramente representativos. En otros térmi- 1 1u�ar donde ocultarlo sin correr el riesgo de manchar algo: lo deslizo entre
nos, en lugar de explorar la ranura con el dedo, y de tantear hasta ( mt asi�nto � _el asiento contiguo, hundiéndolo lo más profundamente posible
descubrir el procedimiento consistente en tirar hacia s{ la tapa para �n el tnterst1c10. Una hora después, la lluvia me obliga a bajar la capota pero
ensanchar la abertura, el niño se contenta con mirar esta abertura, ( � calor que e�o produce me induce a intentar entreabrirla a pesar de' todo.
�mo los tornillos es!án gastados, no puedo conseguirlo: no se sostiene si no
sin perjuicio de experimentar, no sobre ella directamente, sino sobre es co�ple�amente abierta o ente_ramente cerrada. Intento mantener con la
sus sustitutos simbólicos: Lucienne abre y cierra su boca examinando .nano Jzqu1e1:da la capota entreabierta1 pero la fatiga me lleva a pensar que
la ranura de la caja, lo que demuestra que está intentando asimilar 1 .1 cualquier ob1eto podría reemplazar mt mano. Busco en mi entorno pero no
:nc:uentro nada. Mirando la capota tengo la impresión de que se pod;{a colocar
330 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 331
Pero, ¿cómo explicar el mecanismo de esta reorganización espon.\ transcurso de una invención teórica, o si se organizan en función de
tánea de los esquemas? Sea, por ejemplo, la construcción del esquemS( los juicios implícitos y de la actividad inteligente potencial que repre­
de «formar una bola», en la obs. 179, o el de «ensanchar la ranura», sentan. En nuestra opinión, no cabe la menor duda de que la segunda
en la obs. 180: ¿consiste, acaso, esta construcción en una estructura-( de estas dos tesis es, en los dos casos ( tanto en el de la inteligencia
ción repentina de las representaciones o del campo de la percepción� sensoriomotriz como en el del pensamiento reflexivo), con mucho la
o es, más bien, la culminación de las actividades asimiladoras ante­ más satisfactoria para la mente, ya que la primera no consiste más
riores a la invención? Como acabamos de recordarlo, un determinadd que en una manera de hablar que enmascara el dinamismo de los
número de esquemas ya adquiridos dirigen la búsqueda en el mamen-( hechos bajo un lenguaje estático.
to de la invención, sin que, no obstante, ninguno de ellos contenga ¿Cómo concebir, no obstante, esta reorganización de los esque­
por sí mismo la solución precisa. Por ejemplo, antes de formar una'. mas, si debe cumplir la doble condición de prolongar su actividad
bola con la cadena para introducirla en el orificio estrecho, Lucienne asimiladora y liberarse de las circunstancias exteriores en las que se
ha hecho ya lo siguiente: 1.0 ha apretado en sus manos unas prendas,( inició esta actividad? Merced al progreso de la asimilación recíproca,
2.º ha colocado la cadena en una amplia abertura y 3.0 ha comparadq pero en tanto en cuanto se prolonga a partir de ahora en un plano
unos objetos voluminosos con unas aberturas insuficientes ( como independiente de la acción inmediata.
cuando intentó pasar unos objetos a través de los barrotes de su parí Volvemos a encontrar aquí una indicación ya anotada a propósito
que). En el caso de la obs. 180 tiene igualmente el dominio de lo� de la «aplicación de los medios conocidos a las nuevas circunstan­
esquemas anteriores sobre los que ya hemos insistido. El problema cias»: consiste en que, en el acto de la inteligencia práctica, los
que se plantea es, por lo tanto, el de saber cómo se coordinarán entrá medios se subordinan a los fines mediante una coordinación análoga
sí estos esquemas para originar la invención: ¿será mediante un� a la de los esquemas heterogéneos en el caso de las coordinaciones
estructuración independiente de su génesis o gracias a la misma acti­ intersensoriales (oído y vista, etc.), en consecuencia, mediante una
vidad que les ha engendrado y que persiste ahora sin depender ya d(( asimilación recíproca de los esquemas en presencia. Expresado en
las circunstancias exteriores en las que tuvo su comienzo? Equivale:; otros términos, cada esquema tiende a prolongar la actividad asimi­
lo mismo a preguntarse si las ideas se organizan por sí mismas, en el ladora que ha provocado su nacimiento ( de la misma manera que
( cada idea tiende a prolongar los juicios de los que procede), Y se
el objeto no en la parte baja del vidrio (para levantarla la empujamos desdf aplica consecuentemente por sí mismo al conjunto de las situaciones
abajo), sino situándolo en el ángulo formado por el borde derecho de la que se prestan a ello. Pe>r consiguiente, en presencia de la cadena de
capota y el lado vertical de la carrocería. Tengo el presentimiento impreci� reloj que se ha de deslizar en el orificio estrecho, los esquemas que
de una analogía entre la solución que he de encontrar y un problema ya resuelto presentan una analogía cualquiera con la situación y susceptibles por
anteriormente. La solución toma cuerpo entonces: la tendencia que adviert�
de introducir un objeto en el ángulo de la capota viene a coincidir con una ello de asimilar sus datos entrarán por sí mismos en actividad. Nos
especie de recuerdo motor de haber introducido precisamente hace poco alg� hemos tropezado continuamente con ejemplos que ilustran este pro­
en una ran11ra. Intento recordar de qué se trataba, pero ninguna representa• ceso. Con la salvedad, hasta el presente, de que la actividad desenca­
ción nítida acude a mi memoria. Luego, de pronto, sin haber tenido tiempo d( denada de este modo ha originado siempre unas acciones efectivas,
imaginar na_da claramente, comprendo la solución y me encuentro ya a punto
de buscar con la mano el pañuelo escondido. Es este último esquema, et es decir, unas aplicaciones inmediatas («aplicación de los medios
consecuencia, el que dirigía mi búsqueda desde hacía un momento y me orientó conocidos a las nuevas circunstancias») o a unos tanteos empíricos.
hacia el ángulo lateral de la capota mientras mi última idea era diferentt( La novedad del caso de la invención consiste, por el contrario, en
Esta observación banal muestra perfectamente cómo una búsqueda sensorio­ que, a partir de ahora, los esquemas que entran en acción permanecen
motriz puede excitar unos esquemas adquiridos anteriormente y hacerlos fur(
donar con independencia del lenguaje interior y de la representación clara: en el estado de actividad latente y se combinan uno!¡ con otros antes
la tendencia a introducir un objeto en una ranura viene, en este ejemplo, ( (y no después) de su aplicación exterior y material. A ello se debe el
amoldarse exactamente en un esquema que permaneció en el estado casi pura­ que la invención parezca salir de la nada: el acto que surge de pronto
mente motor, y la conjunción producida de esta manera es suficiente par( r�sulta, en efecto, de una asimilación recíproca previa, en lugar de
asegurar el descubrimiento de la solución. Comprendemos por lo tanto cómo
una deducción sensoriomotriz es posible en el niño pequeño mediante un( manifestar sus peripecias a plena luz del día. El mejor ejemplo de este
mera evocación práctica de los esquemas e independientemente de un sistema proceso es el que hemos consignado en la nota de la página 329. La
perfectamente definido de representaciones. introspección nos permitió, en efecto, advertir clnrnmente cómo d
.3.32 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS .3.3.3

esquema del pañuelo introducido en una hendidura asimilaba pro­ totalidad nueva, sin que sea necesario un tanteo exterior para sostener
gresiva y mentalmente el esquema del objeto a deslizar en el resqui­ su actividad.
cio de la ventana, y viceversa, esta asimilación recíproca produce la ( Es, pues, inexacto hablar, como lo hace la teoría empirista de la
invención de la justa solución. En el caso de Lucienne, la obs. 180 «experiencia mental», de una mera interiorización de las experiencias
indica igualmente el correcto fundamento de esta explicación: el gesto ( efectivas anteriores: únicamente se interiorizan los conocimientos
de abrir y de cerrar la boca en presencia de la abertura que se ha de adquiridos, oebidos a estas experiencias. Pero la experiencia efectiva
ensanchar indica con suficiente claridad de qué manera la reorgani­ o externa implica de entrada, como la deducción meramente mental,
zación interior de los esquemas opera mediante asimilación. La cono­ una actividad asimiladora interna, formadora de esquemas, y es esta
cida fórmula de G. Tarde 2 ilustra este mecanismo: la invención, actividad, interna desde el comienzo, la que en adelante funciona por
decía Tarde, resulta de la interferencia de corrientes de acciones sí misma sin necesitar ya una alimentación exterior. Reservemos, si
independientes. El proceso de esta interferencia no podría ser, en se quiere, el término de «experiencia mental» para designar estas
nuestra terminología, más que precisamente el de la asimilación deducciones primitivas. Pero será a condición de recordar que toda
recíproca. experiencia, incluido el tanteo empírico, supone a su vez una orga­
En resumen, la invención mediante deducción sensoriomotriz no nización previa de los esquemas asimiladores, y que el contacto con
es más que una reorganización espontánea de los esquemas anterio­ los hechos nada vale, en ningún nivel, fuera de la acomodación de
res, que se acomodan a su vez a la nueva situación, mediante asimi­ estos esquemas. El bebé que combina mentalmente las operaciones
lación recíproca. Hasta el presente, es decir, hasta el tanteo empírico que ha de ejecutar para ensanchar la ranura de la caja de ceri�as se
incluido, los esquemas anteriores no han funcionado jamás más que encuentra en la situación del niño de más edad que no necesita ya
gracias a un ejercicio real, es decir, aplicándose efectivamente a un contar unas manzanas con sus dedos para llegar a la conclusión de
dato concretamente percibido. Así es como, en la obs. 16.5, es que «2 + 2 son 4» y que se limita a combinar una cifras: pero esta
necesario que Jacqueline perciba realmente que el gallo es frenado última «experiencia mental» sería incomprensible si, en la numera­
por los barrotes del parque y es preciso que haya constatado real­ ción de los objetos concretos, una actividad numeradora no asimilara
mente la posibilidad de enderezarlo, cuando casualmente retrocedía unas rea!idades desprovistas por sí mismas de propiedades numéricas.
al caerse, pará que se le ocurriese la idea de alejarlo sistemáticamente La experiencia mental es por lo tanto una asimilación que funciona
antes de enderezarlo y de introducirlo entre los barrotes: los esquemas por sí misma, y convertida así en parte en formal, p_?r oposició� a la
anteriores intervienen para prestar una sig1'ificación a estos aconte­ asimilación material inicial. Igualmente, la deducción de Luc1enne
cimientos, pero no intervienen más que cuando un dato concretamen­ relativa a la caja de cerillas resulta de un funcionamiento espontáneo
te percibido (la caída del gallo, etc.) les excita y les hace funcionar. de sus esquemas de asimilación, cuando llegan a combinarse entre sí
En cambio, en la deducción preventiva, los esquemas funcionan por sin contenido perceptivo inmediato, y al no operar ya más que a
sí mismos interiormente, sin que haya necesidad de una serie de través de evocaciones. De este modo, la deducción aparece en sus
actos externos para alimentarlos sin cesar desde fuera. Se requiere inicios como la prolongación directa de los mecanismos anteriores de
también, naturalmente, que un problema sea planteado por los mis- asimilación y de acomodación, pero en un plano que comienza a dife­
mos hechos, y que este problema suscite, a modo de hipótesis, el renciarse de la percepción y de la acción directas.
empleo de un esquema sensoriomotor que sirva de medio inicial ( sin ¿Diremos, en consecuencia, como lo hace la teoría que se si!úa
lo cual no nos situaríamos en el dominio de la inteligencia práctica y en el otro extremo, que la invención se debe a una estructuración
alcanzaríamos ya el plano de la inteligencia reflexiva). Pero, una vez inmediata del campo de la percepción, independiente de todo apren­
planteado el objeto, y una vez percibidas las dificultades a las que se dizaje y de las acciones anteriores? Las observaciones precedentes
enfrenta el empleo de los medios iniciales, los esquemas del objetivo, no parecen más favorables a una tesis t�n radical como a la de �a
los de los medios iniciales y los esquemas auxiliares ( evocados por la _
«experiencia mental» de los puros empmstas. El defecto de la tesis
conciencia de las dificultades) se organizan por sí mismos en una , .
empirista radica en que no explica el el��ento cread?� caracter1st1co
_
de la invención. Al hacer de toda deducción la repet1C1Ón mterna de
tanteos exteriores desemboca en negar la existencia de una actividad
2. G. Tarde, Les loi• so,iales, Alean, París, constructiva, que 'permanece interna (en todos los niveles) y explica,
334 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA
INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 335
sola, la depuración progresiva del razonamiento. Pero la teoría de las
«estructuras», al insistir con exceso en la originalid�d de la inven­ ¿Cuál es ahora el papel de la representación en estas primeras
ción, desemboca en el mismo resultado, y se encuentra obligada, para deducciones sensoriomotrices? En una primera aproximación, parece
explicar las novedades sin recurrir a la actividad característica de 1 capital: gracias a la representación la asimilación recíproca puede
la asimilación y de la acomodación combinadas, a atribuirlas a un permanecer interna en lugar de originar de entrada unos tanteos
preformismo estructural. Mientras que el asociacionismo empirista empíricos. Es, pues, gracias a la representación por lo que la «expe­
consideraba toda deducción constructiva como la réplica interna de riencia mental» sucede a la experimentación efectiva, y la actividad
experiencias exteriores ya totalmente organizadas, la teoría de las asimiladora puede proseguirse y depurarse en un plano nuevo, distin­
estructuras hace de ellas una proyección hacia fuera de formas inte­ to del de la percepción inmediata o de la acción propiamente dicha.
riores iguales y tofalmente preparadas de antemano (porque están De este modo se explica cómo Kohler fue inducido a poner todo el
vinculadas al sistema nervioso, a las leyes a priori de -la percepción, acento, en sus búsquedas relativas a la inteligencia animal, en la
etcétera). Ahora bien, el análisis de la actividad asimiladora nos incli­ reorganización del campo de la percepción, como si fuera esta reor­
na a dudar de todo ello. Si los esquemas de asimilación nos parecen, ganización la que arrastrase en su cortejo la invención y no a la
en el caso de las obs. 177 a 182, que se reorganizan espontá­ inversa.3 La representación es, en efecto, una novedad esencial en la
neamente en presencia del problema planteado por el medio ex­ constitución de las conductas del presente estadio: diferencia estas
terno, ello no significa en modo alguno que estos esquemas, por ( conductas de las de los estadios anteriores. Como ya vimos, los com­
muy globales y totalizadores que sean, son idénticos a unas «estruc­ portamientos más complejos de los estadios precedentes, incluido el
turas» que se imponen por sí mismas independientemente de toda «descubrimiento de los nuevos medios mediante experimentación
construcción intelectual. En efecto, el esquema de asimilación no es ( activa» pueden prescindir de representaciones, si definimos a estas
una entidad aislable de la actividad asimiladora y acomodadora. No últimas' por la evocación de los objetos ausentes: la anticipación
se constituye más que funcionando y no funciona más que en la expe- motriz característica de los esquemas móviles de asimilación es sufi­
rienda: por lo tanto, lo esencial es, no el esquema en tanto que ( ciente para asegurar la comprensión de los indicios y la coordinación
estructura, sino la actividad estructurante que origina los esquemas. de los medios y de los fines, sin que la percepción tenga necesidad de
Por ·consiguiente si, en un momento dado, los esquemas se organiza!1 doblarse de representación. Por el contrario, la invención mediante
por sí mismos hasta hacer surgir unas inven�i?nes m�d!ante co�bi- combinación mental implica esta representación. Hacer previamente
1
nación mental, es sencillamente porque la actividad asimiladora, eJer­ una bola con una cadena para introducirla en un orificio estrecho
citada a través de largos meses de aplicación a los datos concretos de ( cuando el sujeto no ha tenido nunca la ocasión de formar una bola
la percepción acaba por funcionar por sí misma y no utiliza ya más con nada en circunstancias semejantes), combinar de antemano las
1
que unos sí�bolos representativos. Ello en modo alguno significa, , posiciones de un bastón antes de hacerlo pasar a través de los barrotes
repitámoslo, que esta depuración sea una mera interiorización de 1 (cuando la experiencia es nueva para el niño), ensanchar previamente
experiencias anteriores: sobre este punto ha i_nsi�tido la Gest�lt­ una ranura para retirar de ella un objeto oculto ( cuando el niño se
psycologia con acierto al mostrar que la reorgamzacrón característica enfrenta por primera vez con un problema se�ejante), tod? ello
de la invención crea claramente lo nuevo. Pero ello significa que la _ ,
supone que el sujeto se representa los �atos ?frecidos a su vis!on de
reorganización no se hace por sí misma, como si los esquemas estu• una manera diferente a como los percibe directamente: corrige en
vieran dotados de una estructura propia, independientemente de la ( mente la cosa que mira, es decir que evoca unas posiciones, unos des­
actividad asimiladora que les ha he�ho nacer: la reorganización que plazamientos o quizás incluso unos objetos, sin contemplarlos actual­
caracteriza la invención prolonga sencillamente esta actividad. Así es mente en su campo visual.
como, en los hechos observados en nuestros niños ( obs. 177 a 182) ( Pero si la representaci6n constituye por lo tanto una adquisici6n
y sin duda cada vez que conocemos en detalle la historia de los suje­ esencial característica de este estadio, convendría, sin embargo, no
tos examinados, es posible encontrar qué esquemas antiguos han ( exagera� su alcance. Sin lugar a dudas, la representación es necesaria
intervenido en el transcurso de la invención: no por ello la invención (
es menos creadora, por supuesto, pero supone también un proceso
genético cuyo funcionamiento le es muy anterior. 3. Este papel atribuido a la representación visual no es induda�l�ente
necesario para las explicaciones «gestaltistasi. como lo muestran las aplicaciones
hechas por K. Lewin de la «Teorla de la Forma. a la misma actividad.
336 INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 337
EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA
!
para 1� in_yención , pero sería erróneo considerarla com cepción: esta reorganización resulta de la organización de los mismos
o la única cau�
sa. Mas aun, �odemos sostener, al menos con tanta verosim movimientos y no la precede. Si las imágenes intervienen, es, pues,
ilitud que!
la �el?resentación en calidad de símbolos que acompañan el proceso motor y permiten
:�ulta de la invención: e l proceso dinámico :araci
!enstico de e sta ultima reced , en efecto, a la organización a los esquemas apoyarse e n ellos para funcionar por sí mismos, inde-
p � de las ' pendientemente de la percepción inmediata: las imágenes no son por
�ágenes, puesto que la invención nace de un funcionamie nto espon!
t�eo de �?s esquemas de asimilación. La verdad parece así lo tanto en este caso los e lementos, sino sencillamente las herramien­
que entr�
1� mvencion y la representación hay interacción y no una mera tas del pensamiento nacie nte .4
, filia­
cion. ¿Cuál puede ser la naturaleza de esta interacción? ¡ En cuanto a saber por qué la imagen no interviene en el nivel
Las �osas se clarifican a par_tir d �l om nto en que, con la del tanteo empírico y parece necesaria para la invención mediante
� 7 teorÍ!\
de los sign?s, hacemos de la m agmena visual, caracter ística combinación mental, ello se explica precisamente e n virtud de la
, _ _i de la1
repre sentacio�, un mero simboli sm o qu e sirve de «significante», y misma hipótesis. Dado que la imagen es un símbolo, no prolonga sin
del pyoces<;> dinámic _
o característico de la invención la misma signi­ más el movimiento y la percepción reunidos, y es la razón por la que
fica':1-�n, dicho de otro modo, el «significado». La representaciórl no interviene e n el tanteo empírico. En cambio, en cuanto los e sque-
servma así �� símbolo a la actividad inventiva, lo que no disminu , mas se ponen a funcionar espontáneamente, es decir, fuera del tanteo
, ye ert
nada su utiltdad, ya que el simbol o es necesario para la deducción· inmediato, y a combinarse así mentalme nte , confieren por ello mismo
pero le descarga de� papel excesivame nte gravoso que en o una significación a las huellas dejadas por la percepción,5 y las elevan
casione�
se le hace �ese�p�nar de se el motor de la misma invención. al rango de s ímbolos respecto de ellos mismos: la imagen constituida
_ �
Es P!:ctso d1sti?guir aqui dos casos. El primero es aquel en de este modo se convierte por lo tanto en el significante, cuyo signi­
el
que el nmo evoca �m más un movimiento o una operación ya ejecu-( ficado no es otro sino e l mismo esquema se nsoriomotor.
tados antes. Por eJem lo, cuando Lucienne se da cuenta de que Esto nos conduce al segundo caso: cuando la representación
� su
bastón no entra a traves de los barrote s y lo endereza antes de acompaña a la invención o combinación mental, sucede que el niño
intenl
tar pasarlo (obs. 17�), es muy posible que, al combinar los movimi no evoca simplemente las operaciones ya ejecutadas, sino que c9m­
en1
tos �u�vos necesano para la operación, evoque visualmente bina o compara en la imaginación unas imágenes diversas. Un
� los
movimientos del bastan p ece�entemente ejecutados (sea justo pocd buen ejemplo es el de la obs. 180, en el que Lucienne abre la

antes, sea en otras experiencias). En e�te caso, la representació� boca mirando una ranura que se ha de ensa nchar y testimonia así
de�empe�_ a un papel de mero recuerdo visual y podna ,
pensarse que unas combinacione s representativas que e lla está realizando. Pero ,
la invención cons!ste en combinar s in más estas imáge nes-recuerdos en un caso semejante, la imagen es a fortiori símbolo: utilizar los
entre sí. J?esgr ciadamente esta hi ó esis m ovimientos im:aginados de la boca para pensar las operaciones que
� . p � tan simple, sobre la qu�
descansa sm mas la teoría asociaci o msta de la experiencia mental ha de ejecutar en una abertura dada en la percepci6n, significa segu-
t��pieza con serias dificultades. No parece, e n efecto, que la observa�
c�on muestre en modo lguno que, d ante el primer año, la image
,� �� n
visual pro longue tan facdmen te la acc1on. Las observaciones de scritai
a prop�sito d la «invención de los nuevos medios mediante experi¡ 4. Véase a este respecto el magnífico artículo de I. Meyerson sobre «Les
7 images,., en Dumas, Nouveau Traité de Psychologie, vol. 11.
mentac�ón act1vai. (o�s. 148 a 174) serían inexplicables si la imagi­ 5. Podrá decirse quizá que estas huellas constituyen precisamente por s(
n�ría visual se co!1st1tuyese por sí misma e n función de la percep-i í solas las imágenes y que de este modo la imagen precede a la invención. Pero,
ción: ¿cómo . explicar, por e jemplo, que en la obs. 16, Jacquelin como veremos ( «La gen�se de l'imitationi. ), la percepción no se prolonga en
t�nga t.a�t� dificultad para sacar partido de las experiencias que hace� imagen representativa, es decir, no deja una huella duradera, más que en la
medida en que se despliega en imitación y en que la imitación se interioriza
(impos1bdi�ad d� pasar el gallo a través de los barrotes), si una' a su vez. Ahora bien, esta interiorización de la imitación (las cosas como las
representación v�sual adecuada le p_ermitiría re gistrar lo que ve? personas) no se produce precisamente sino en el transcurso del sexto estadio,
Parece al contrario, en 1;1n caso semeJante, que el aprendizaje sea de' en el momento en que termina la conquista del mecanismo imitatorio bajo la
orden m�t�r, y que la 1ma en no prolonga todav!a el movimiento.¡ influencia de la liberación de los esquemas en relación con la acción inmediata.
� . .
l. Se produce pues en ello un conjunto de procesos intelectuales solidarios y no
P�r� difícil, e n consecuencia, interpr etar la invención mediante com­ en absoluto una mera serie que va desde la sensación a la imagen como lo
binación mental como una mera reorganización del campo de la per.l 1 pretendla el asociacionismo clásico.
22, -PIAGBT
338 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA INVENCIÓN DE LOS NUEVOS MEDIOS 339

ramente hacer de la imagen un mero «significante» euya significacióri doble sentido de la acomodación a las mismas cosas y de alejamiento
1 especto de la acción inmediata encuentra su culminación en el trans-
se ha de buscar en la misma operación motriz.
E� resumen, el hecho de que la invención se acompañe de repte¡ 1 --urso del sexto estadio, cuando los esquemas se hacen capaces de
_ .mncionar solos mediante combinación puramente mental. Por una
s�ntac1ón nada d�ce en. favor ni de 1� teoría asociacionista de la expe�
_ . 1
arte, gracias al progreso de la acomodación (la cual, tal como ulte­
r1en c1a mental, ni s1qmera de la tesis de una reorganización espontá,
nea del campo de la percepción, tesis sostenida por algunos trabajos "Íormente lo con�tataremos, se prolonga necesariamente en imita­
famosos salidos de la Gestalttheorie. Toda representación incluye; •.ión), los indicio� se moldean cada vez más sobre los caracteres de
en efecto! dos grupos de elementos, que corresponden a las palabras 1 ·as cosas y tienden así a constituirse en «imágenes». Por otra parte,
o a los s1mbolos, por una parte, y a las mismas nociones, por otra �radas al alejamiento progresivo de los indicios respecto de la acción
parte, ror lo q�e se refiere a la representación teórica: son los signos ..Alllediata en beneficio de la combinación mental, estas imágenes se
_ •;.beran de la percepción directa para convertirse en «simbólicas».
Y �as s1gnificac1o�es. Ahora bien, la imagen se ha de clasificar en ei
prime� grupo, mientras que el segundo grupo está constituido por Observamos este doble movimiento en los hechos de imitación y
los mismos esquemas, cuya actividad e ngendra la invención. Vemoi �e juego. La imitación característica del .sexto estadio se convierte
de este modo que si la invención supone la representación, la recí­ 1 �n representativa tanto porque el niño comienza a imitar unos gestos
proca es verda�era, porque el sistema de los signos no podría elabJ auevos por medio de las partes, invisibles para él, de su cuerpo (imi­
_ ación relativa a los movimientos de la cabeza, etc., que conduce a
rarse independientemente del de las significaciones.
Por supuesto, quedaría por precisar el cómo de esta aparición de •ma representación de su propio rostro) como a causa de las «imita­
.
la imagen, en tanto en cuanto que ha surgido de la actividad de lo� ..:iones diferidas» que anuncian el simbolismo (imitar a unos persona­
esqu�1;1as. Pero no es éste el lugar de discutirlo, porque hay un� l · !S ausentes, etc.). Por otra parte, el juego, durante el mismo período,
_ se convierte a su vez en simbólico en cuanto que comienza a implicar
cuesu�n �on��dera?le que se ha de tratar previamente: el problema
de la 1m1tac10n. S1 verdaderamente, en efecto, la imagen no acomí
1
J «como si».
_ Empero, desde el punto de vista de las significaciones y de la
pana de entra?ª al movimiento, un término intermediario debe podef
_ _ inteligencia en general, este desarrollo de las representaciones no se
exphcar el transito de lo motor a lo representativo y la imagen debe
_ .firma solamente en la «invención de los medios nuevos mediante
en cierto modo representarse antes de ser pensada. Este interme(
?ia_rio es la imitación. La obs. 180, en cuyo transcurso Lucienn� �ombinación mental», sino en una serie de otras conductas que ates­
1m1ta la abertura contemplada y la imita gracias a los movimientos dguan la existencia de las imágenes representativas necesarias para
d� la boca, es decir, de un órgano no directamente percibido por 1( · 1 evocación de los objetos ausentes. He aquí un único ejemplo
vista, es un excelente ejemplo de esta transición. Dejemos, pues. el efe ello:
problema para más adelante, cuando podremos reanudar la historiá
?e_ los_ ,esquemas motores desde el punto de vista especial de fa Obs. 183.-A los 1; 6 (8) Jacqueline juega con un pez, un cisne y
1m1tac1on. una rana, introduciéndolos en una caja, volviéndolos a sacar de ella, los
Limitémonos por lo tanto a concluir que la intervención de lat .uelve a introducir de nuevo, etc. En un momento dado, pierde la rana:
-ieposita en la caja el cisne y el pez, luego busca claramente la rana.
«representaciones» en los mecanismos del presente estadio implici1 ,.,evanta todo lo que se encuentra a .su alcance (una gran tapadera, una
la �e un sexto y último tipo de significantes, el de las imágenes sim� ,lfombra, etc.) y comienza a decir (pero mucho después de haber comen­
,
boltcas. Recordemos, en efect,p, que, durante el cuarto estadio lai zado la búsqueda) inine, inine (=rana). No es la palabra la que ha
«señales», hasta entonces vinculadas con los movimientos mi�mos lesencadenado la búsqueda, sino ha sucedido más bien a la inversa: se
del niño, comienzan a desprenderse de la acción inmediata en for� ha producido, pues, una evocación de un objeto ausente sin ningún exci-
ma de «indicios» que permiten la previsión de los acontecimiento� ante directamente percibida. La. visión de la caja en la que no se encuen­
independientes de la propia actividad (obs. 132-135). A lo largo del tran más que dos objetos de los tres iniciales ha provocado la represen­
quinto estadio, el carácter de estos «indicios» se acentúa todavía d. .ación de la rana, el que esta representación haya precedido o acompañado
,I acto, poco importa.
decir que permiten al niño prever las propiedades de los mis�or
objetos, adaptándose así al mecanismo de las «reacciones circulares
terciarias» (obs. 175). Ahora bien, el desarrollo de los indicios en e1
340 EL NACIMIENTO DE LA INTELIGENCIA
1
Percibimm,, por lo tanto, la unidad de las conductas de este sexto
estadio: combinación mental de los esquemas con posibilidad d
deducción que rebasa la experimentación efectiva, invención, evoc�
tiva representativa mediante imágenes-símbolos, otros tantos caracte•
res que indican la conclusión de la inteligencia sensoriomotriz y 1
hacen susceptible en adelante de entrar en los marcos del lenguajr
para transformarse, con la ayuda del grupo social, en inteligench.
reflexiva.

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