READ, Sir Herbert. "Cerámica: Arte Sin Contenido". Artes de Méxic

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READ, Sir Herbert. "Cerámica: Arte sin Contenido".

Artes de México (México:


Artes de México y del Mundo). Nº 3: “La Talavera de Puebla”, 2º ed., 1995, p.66.
 
 
 
La alfarería es al mismo tiempo la más simple y la más complicada de todas las
artes. Es la más simple porque es la más elemental; es la más complicada porque
es la más abstracta. Históricamente es de las primeras artes. Las más antiguas
vasijas eran moldeadas a mano con barro crudo extraído de la tierra, y tales vasijas
se secaban a golpe de sol y de viento. Aún en esta etapa, antes de que pudiera
escribir, antes de que tuviera una escritura o una religión, el hombre tenía este arte,
y la expresiva forma de las vasijas de entonces puede todavía conmovernos.
Cuando se descubrió el fuego y el hombre aprendió a hacer ollas fuertes y
durables, y cuando se inventó la rueda y el alfarero pudo añadir ritmo y
movimiento ascendente a sus conceptos de la forma, entonces todos los elementos
básicos de este arte, el más abstracto, estaban presentes. Evolucionó desde sus
humildes orígenes hasta que, en el siglo V a.C., llegó a ser el arte característico de
la raza más sensible e intelectual que el mundo ha conocido. El jarrón griego es el
modelo de toda la armonía clásica. Luego, en Oriente, otra gran civilización hizo
de la alfarería su arte más amado y característico, e incluso lo llevó hacia un
refinamiento extraordinario que los griegos nunca alcanzaron. Un jarrón griego es
armonía estática, pero el jarrón chino, una vez liberado de todas las influencias
impuestas por otras culturas y técnicas, adquiere armonía dinámica; no sólo es una
relación entre números, sino movimiento vivo. No cristal sino flor.
Los ejemplos perfectos de cerámica, representados en el arte de Grecia y la China,
tienen sus correspondencias en otras tierras; en el Perú y en México, en la
Inglaterra y en la España medievales, en la Italia del Renacimiento, en la Alemania
del siglo XVIII. De hecho, el arte es tan fundamental, está tan vinculado con las
necesidades básicas de la civilización, que el ethos nacional inevitablemente tiene
que encontrar su expresión a través de este medio. Júzguese el arte de un país,
júzguese la fineza de su sensibilidad a través de su alfarería; éste es un criterio
confiable. La alfarería es arte puro, es arte liberado de cualquier intención
imitativa. La escultura, con la que más íntimamente está relacionada, tuvo desde el
principio una intención imitativa, y es tal vez por eso menos libre que la alfarería
para expresar la voluntad de forma: la alfarería es arte plástico en su esencia más
abstracta. No hay que temer a la palabra "abstracto". Todo arte es
fundamentalmente abstracto. Pues qué es la experiencia estética, privada de sus
asociaciones y límites incidentales, sino una respuesta del cuerpo y de la mente a
armonías aisladas o inventadas.
El arte es una evasión del caos. Es movimiento ordenado en números; es masa
confinada a la medida; es indeterminación de la materia buscando el ritmo de la
vida.

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