Sermón - Colosenses 1 - 21-23 Permaneced Fundados y Firmes en La Fe - Primera Iglesia Presbiteriana Ortodoxa - Jesús Es La Verdad

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PRIMERA IGLESIA PRESBITERIANA ORTODOXA: JESÚS ES LA VERDAD (/)

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Sermón: Colosenses 1:21-23 Permaneced Fundados y


Firmes en la Fe (/sermon/2016/8/22/sermn-
colosenses-121-23-permaneced-fundados-y-firmes-
en-la-fe)
Pastor Roberto Quiñones (/sermon?author=55f7665de4b0e95732715629)
· August 22, 2016 (/sermon/2016/8/22/sermn-colosenses-121-23-
permaneced-fundados-y-firmes-en-la-fe) · Sermones
(/sermon/category/Sermones)

Sermón: Colosenses 1:21-23 Permaneced Fundados y Firmes en la Fe


Pastor Roberto Quiñones

Colosenses 1:21-23 “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo


extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora
os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
/
presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en
verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la
esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la
creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho
ministro.”

Desde que el mundo es mundo, los padres tenemos una


participación directa en el desarrollo y crecimiento de los hijos. Desde
antes de nacer los padres y especialmente las madres hacen todo lo
que está a su alcance para lograr que su bebé crezca saludable en su
vientre. Por eso ellas visitan a su ginecólogo desde las primeras
semanas del embarazo, evitan consumir bebidas alcohólicas, procuran
comer alimentos saludables, tomar su ácido fólico, en fin, seguir las
directrices del doctor con miras a que su bebé se desarrolle y crezca
sanamente.

Pero ese cuidado antes del nacer o cuidado pre-natal no


finaliza allí. Los padres nos preocupamos del crecimiento de nuestros
hijos. Y buscamos cuáles son las cosas que debemos hacer para
ayudar que a nuestros hijos crezcan bien. Este crecimiento que desean
ver en sus hijos no solo se limita al crecimiento físico sino también a un
crecimiento emocional, social, educativo. Lo que hoy día se llama un
crecimiento holístico, integrado, balanceando todas las áreas.

Luego de que el hijo crece, él o ella se preocupan también de


su propio crecimiento. Queremos ser tan altos como los demás, fuertes
como los demás, etc.
/
Sabemos que ese crecimiento depende, entre otras cosas, de
una buena nutrición. Hay que darles o debemos consumir una dieta
balanceada para poder crecer. La meta es crecer saludablemente.

Eso mismo sucede en la vida cristiana. Para poder crecer


saludablemente debemos tener una dieta balanceada. Debemos comer
los alimentos espirituales que nos ayudarán a crecer y madurar bien en
nuestra fe. Nuestra meta es crecer para la gloria de Dios. Y no solo
eso. Es importante saber qué hacer para crecer. Hay que saber cuáles
son los alimentos fundamentales para tal crecimiento. De eso Pablo
habla en este pasaje. El nos habla de un deber que Dios requiere de
nosotros. Pero también nos habla de cómo debemos llevar a cabo ese
deber. Veamos lo que Pablo dice. Mira el deber y observa cómo lo
podemos llevar a cabo. Dice el versículo 23 “si en verdad
permanecéis fundados y firmes en la fe”. Pablo nos dice que
debemos permanecer firmes en la fe, ese es nuestro deber. Pero Pablo
también nos dice cómo podemos permanecer firmes en la fe. Él dice
que la manera por la cual permanecemos firmes en la fe es cuando
permanecemos fundados en la fe. Fíjate cómo lo dice: “permanecéis
fundados en la fe”. En otras palabras, para poder estar firmes en la fe
hay que estar fundados en la fe. Si estamos fundados en la fe entonces
estaremos firmes en la fe. Así que hay un deber: permanecer firmes en
la fe y la manera para lograrlo es permanecer fundados en la fe.
Veamos ambos puntos de cerca.

I. Es el deber de todo cristiano permanecer firmes en la fe

¿Qué quiere decir Pablo con que debemos permanecer firmes


en la fe? ¿A qué fe se refiere? Por fe debemos entender la fe que mora
en nuestro corazón. La fe que Dios ha implantado en nuestras vidas.
/
La fe que el Espíritu Santo ha producido en nuestro corazón.
Hermanos, la fe salvadora es un don de Dios. Es algo que Dios
produce en nosotros y que nosotros no podemos producir.

Pero esa fe debe madurar y puede madurar. Y madurar implica


que hubo un momento en que no era madura, era débil, no era firme
sino inestable. Cuando una persona se convierte es normal que su fe
sea una débil. Digo normal porque no todos los casos son iguales.
Como cuando nace un niño ese nuevo bebé es frágil de igual manera
una persona recién convertida posee, normalmente una fe frágil, débil
e inmadura.

Pablo nos dice: esa fe debe madurar. Nuestras convicciones


deben de ir creciendo más y más. Nuestra fe debe ir fortaleciendo cada
día. Nuestros pasos al caminar la vida cristiana deben ser cada vez
más firmes, más estables más sólidos. Ese es nuestro deber.

Es el deber de todo creyente el crecer en su fe cristiana. Si


nuestros niños crecen raquíticos es señal de que algo no está bien. De
la misma manera si pasan los años y un creyente no crece, no madura
en su fe, su caminar no es firme ni consistente, hay algo que no está
bien. ¿Por qué? Porque es el deber de todo creyente el crecer en su fe,
en su convicción de la fe.

Eso es lo que nos enseña la Biblia. En Hebreos 5:11-14


“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar,
por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser
ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se
os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las
palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis
/
necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que
participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque
es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado
madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados
en el discernimiento del bien y del mal.” El autor de Hebreos
reprende a sus hermanos porque habiendo pasado tiempo desde que
se convirtieron ya debían ser maestros en el conocimiento de la
verdad. Pero al hacerse tardos para oír, lentos en aprender, todavía
son niños en la fe con necesidad de leche espiritual y no alimento
sólido. Hermanos, es una reprensión que el autor de hebreos les da a
estos hermanos. ¿Por qué? Porque debieron haber crecido en su fe y
no lo hicieron. Ese era su deber. Su deber era crecer.

La misma idea la tenemos presente en 2 Pedro 3:18 “Antes


bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la
eternidad. Amén”. Y yo te pregunto cómo está tu crecimiento
espiritual. ¿Puedes ver en tu vida mayor crecimiento? ¿Has madurado
en tu fe?

¿Cómo yo lo sé? ¿Cómo yo sé si estoy creciendo en la fe?


Bueno, pregúntate cómo es tu caminar en la vida cristiana. ¿Cuán
consistente eres en tu vivir, en poner en práctica lo que sabes? Cuando
vemos a un niño de 10 años que mide 3 pies de alto sabemos que su
crecimiento se ha estancado. Algo no está bien. Cuando mides el
tiempo que has profesado tu fe en el Señor, ¿cuán alto te percibes?
¿Cuán robusta es tu fe?

Nuestro deber es permanecer firmes en nuestra fe, firmes en


nuestras convicciones, maduros en la fe. Pero cómo yo hago esto.
/
II. Hay que permanecer fundados en la fe

Ahora bien. La fe de la que habla Pablo en Colosenses no solo


se limita, según el contexto, a la fe subjetiva producida en el corazón
por el Espíritu Santo. El contexto demanda que la palabra fe signifique
también: las verdades doctrinales de la fe cristiana. Debemos crecer en
el conocimiento de la verdad. Debemos crecer en el conocimiento
doctrinal de la verdad. Que esto es una correcta interpretación lo
podemos ver por el contexto. Pablo en Colosenses está combatiendo
falsas doctrinas acerca de la Persona de Jesús y su Supremacía sobre
todas las cosas, acerca de la vida cristiana, acerca de los ángeles,
acerca de la santificación. Y el remedio que Pablo da a los errores es:
hay que crecer en la teología bíblica, sobre todo en la Cristología, en la
doctrina de la Persona y Obra de Cristo. Veamos Colosenses 1:9-10
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no
cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del
conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole
en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el
conocimiento de Dios”. El énfasis es en el conocimiento de la
voluntad de Dios, en la sabiduría e inteligencia espiritual. Y los
versículos del 15 al 20 Pablo trata de la Persona y la Obra de Cristo,
pura teología. Así que cuando Pablo habla de fundados en la fe sin
lugar a dudas incluye el conocimiento doctrinal.

En otras palabras, cómo podemos permanecer firmes en la fe,


cómo podemos crecer en la fe, cuando estamos fundados en la
verdadera doctrina cristiana.

/
Si alguien preguntara qué debo hacer para crecer y madurar
como cristiano. ¿Cuál sería la respuesta? Estudia la doctrina cristiana.
Conoce la teología bíblica. Sumérgete en el conocimiento doctrinal de
la verdad. Esfuérzate en entender todas las doctrinas fundamentales
del cristianismo. Procura no solo entenderlos sino creer en ellas.
Procura que cada una de las doctrinas de la fe cristiana moldeen tu
forma de pensar. Que creen en tu vida un entendimiento de la vida
misma, de la realidad, del mundo, de la vida diaria, de la vida cristiana
que sea consistente con esa verdad. Hermanos, solo así creceremos
en la vida cristiana. Y solo así creceremos en una vida cristiana
balanceada.

No solo eso. Eso es lo que Dios desea. Todo lo que Dios hace
lo hace para producir hijos y una vez hechos, El procura hacernos
crecer y busca que nosotros crezcamos en la fe cristiana.

Él envió a Cristo para hacernos nacer. El evangelio es el


evangelio del Señor Jesucristo. Y es por medio de la predicación del
evangelio de Cristo que nosotros nacemos de nuevo. Santiago 1:18
dice: “El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad,
para que seamos primicias de sus criaturas.” La palabra de verdad
es el evangelio de Jesucristo. Y el evangelio es Cristo mismo. Y luego
de hacernos nacer Dios procura que crezcamos a la imagen de Cristo.
Hemos sido predestinados para ser conformados a la imagen de
Cristo. Él es el fin y meta de nuestro crecimiento. Dice Romanos 8:29
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea
el primogénito entre muchos hermanos.” Y como ser como Cristo
es nuestra meta todo lo que Dios hace en nuestra vida es con miras a
/
que lleguemos a esa meta: de ser conformados a la imagen de Cristo.
Por eso Dios nos dejó el ministerio de la Palabra para que por ella nos
dice Pablo en Efesios 4:15 “crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo”. Por eso Dios ha instituido los sacramentos
para que al usarlos dignamente por medio de la fe y la obra
santificadora del Espíritu Santo comamos y bebamos del cuerpo y
sangre de Cristo para nuestra alimentación espiritual. Para eso Dios
instituyó la oración para que por medio de ella crezcamos en nuestra
fe. Esa fue la oración de los apóstoles a Jesús en Lucas 17:5 “Dijeron
los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.” Esa fue una oración, es
decir, una petición directamente a Cristo para que Cristo mismo por Su
poder y deidad les aumentara su fe en Dios.

Solo cuando estamos bien fundados en la doctrina cristiana es


que podemos crecer. Hay algunos cristianos que no crecen porque no
conocen la teología bíblica. Una planta que no está bien arraigada en
la tierra no puede crecer. Solo cuando conocemos bien las doctrinas
bíblicas somos preservados del error. Hermanos, hay cientos de
errores doctrinales en las iglesias, incluso enseñados por pastores.
Tristemente enseñados por pastores, que se espera sean lo
conocedores de la teología bíblica. Pero lamentablemente no es así.
Pero cuando cada uno de nosotros conoce bien la verdad y está bien
fundado en las doctrinas bíblicas será preservado de todo error. Y
entonces podrá evaluar todo lo que se enseña, no en base a su opinión
personal sino en base a la verdad revelada en la Biblia. Y cuando así
las conocemos nos dice Pablo seres creyentes maduros y no niños y
seremos creyentes firmes, estables en nuestra vida cristiana. Fíjate
cómo lo dice en Efesios 4:11-15 “Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros,
/
pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema
de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas
del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,”. Solo cuando
seguimos la verdad en amor, es decir, la recibimos con fe y
mansedumbre es que podemos crecer en todo, en toda área de la vida
cristiana y creceremos en Cristo Jesús, nuestro varón perfecto. Solo
cuando conocemos la verdad y la creemos con una firme convicción es
que estaremos preparados para poder sufrir por la verdad y soportar
por la gracia de Dios la persecución. Y seguiremos firmes y adelante
como soldados de Cristo cantando alabanzas a Dios aun cuando lleven
nuestros cuerpos a la muerte.

Y por último hermanos, cuando crecemos en nuestra fe


alegramos a nuestro Dios, agradamos a nuestro Dios. Porque qué
desea todo padre, ver a sus hijos crecer, madurar como hombres y
mujeres de bien. ¿Y qué desea Dios? Que crezcamos en la imagen de
Su Hijo. Y solo podemos crecer cómo Cristo si nos alimentamos de
Cristo. Y nos alimentamos de El por medio de la verdad doctrinal y los
medios alimenticios que Cristo mismo ha instituido en Su Palabra.
Permaneced firmes en la fe y la manera de hacerlo es estar bien
fundados en la verdad.
/
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