Marco General e Histórico Del Sistema Tributario Panameño

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MARCO GENERAL E

HISTÓRICO DEL
SISTEMA TRIBUTARIO
PANAMEÑO
INTRODUCCION

El sistema tributario panameño ha ido evolucionando y madurando


paulatinamente, para así lograr la integración entre las características de los
tributos que lo conforman y las particularidades y necesidades económicas del
país. Es por ello, que las disposiciones legales que regulan los tributos que
conforman el sistema tributario panameño, han sido modificados y reformados
en la medida que las condiciones económicas de Panamá lo ameriten, como
consecuencia de hacer frente a las necesidades del país. En líneas generales,
Panamá aplica el principio fiscal de la territorialidad, es decir, que las
actividades económicas que se desarrollan en su espacio generan impuestos,
sin que por ello estas operaciones den lugar a doble tributación.

En este trabajo, compartimos algunas ideas conceptuales, se expone la


importante función de promover un sistema tributario que no obstaculice la
inversión privada y que a la vez permita la obtención de beneficios fiscales.
Hacemos una presentación sobre el criterio territorial o de la fuente del
ingreso como base del régimen tributario de la República de Panamá, como
característica principal que hace de nuestro país un centro para la prestación
de servicios internacionales, en contraposición de los paraísos tributarios.
ANTECEDENTES

PANAMA

 Geografía y Gobierno

La República de Panamá está situada en América Central, en la parte más


angosta del istmo. Se extiende desde Costa Rica (al noroeste) y Colombia (al
sudeste). Tiene un área aproximada de 77,000 kilómetros cuadrados (30,000
millas cuadradas) y una población de 3.4 millones. El clima es tropical y muy
lluvioso. La estación seca es de diciembre hasta finales de abril; el resto del
año es lluvioso.

Panamá es una República con un gobierno democrático. El Presidente, como


Jefe del Ejecutivo, es elegido por voto directo por un período de cinco (5)
años, concurrentemente con los miembros de la Asamblea Nacional, un
parlamento unicameral. Los Órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial
funcionan independientemente.

Panamá se encuentra en el corazón de América, por lo que su ubicación


resulta muy conveniente para la estructuración y ejecución de transacciones
extraterritoriales, principalmente, por la zona geográfica en que se encuentra.

La República de Panamá, siempre ha sido reconocida como una importante


plaza financiera desde la cual se prestan un número plural de servicios
internacionales para la estructuración y ejecución de transacciones
extraterritoriales, no necesariamente por las ventajas fiscales y tributarias que
ofrece. Ciertamente, éstas constituyen un elemento importante. El mismo se
encuentra complementado con la realidad de que nuestra economía se
encuentra totalmente dolarizada por razón de que el Dólar de los Estados
Unidos de América ha sido moneda de curso legal en Panamá desde poco
después de su independencia de Colombia, a partir de 1904, por virtud de un
acuerdo monetario suscrito entre ambos países con ocasión a la construcción y
operación del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos.

Panamá fue el primer centro financiero internacional que surgió en


Latinoamérica, sin que su origen fuera producto de una planificación
estructurada o preconcebida, como ha ocurrido en la mayoría de las
jurisdicciones offshore, muchas de ellas con menos de una década de
existencia. La génesis de Panamá como centro financiero se debe a la
conjunción de una serie de factores dentro de los que se encuentran los que ya
hemos mencionado que, por azar y el solo transcurso del tiempo, se
conjugaron, dando forma al centro internacional que tenemos hoy en día en
Panamá, debiendo reconocer, no obstante, que el aspecto fiscal ha jugado un
papel determinante en este desarrollo.

Haciendo un poco de historia, debemos rememorar que, desde la época de la


conquista, Panamá fue el centro de convergencia de las grandes expediciones
que venían de España, con destino al resto de América, así como también el
lugar de intercambio de mercancías del Nuevo Continente. Nuestro país fue un
lugar de tránsito, donde se encontraban comerciantes en las Ferias de
Protobelo que se celebraron por el Siglo XVI para efectuar sus transacciones
con la Corona. Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que éste fue el
verdadero origen histórico de Panamá como centro para la ejecución de
transacciones extraterritoriales, por razón de su conveniencia y las facilidades
que ofrecía.

Durante su unión a Colombia como Departamento, a partir del mes de


noviembre de 1821, luego de nuestra independencia de España, Panamá
continuó con el franco desarrollo de su actividad comercial por su particular
idiosincrasia, sin que Colombia pudiera integrarle a su desarrollo agrícola,
pecuario e industrial, y a los panameños a las actividades económicas que eran
propias de aquel país.

Nuestros antecedentes como Nación fueron dando forma a nuestra economía,


convirtiéndonos en un país de tráfico comercial, más que un territorio
generador de industria o productor agrícola. Producto de estas prácticas del
pasado, en la década de los años cuarenta, se crea la Zona Libre de Colón, una
gran zona franca localizada en la Costa Atlántica de Panamá, que se emplea
como área de almacenaje y reexportación para grandes empresas, de donde
suplen a la mayoría de los distribuidores y vendedores de Norte y Sur
América.

 El estado como sistema

En el Estado se expresan todas las acciones que garantizan la práctica de todos


los deberes y derechos constitucionales desde unas políticas específicas con
objetivos claros de transparencia, equidad y servicio a todos los asociados.

El Estado debe garantizar a la comunidad unas relaciones que aporten al


desarrollo social. En esta relación se encuentra la sociedad como partícipe de
los desarrollos económicos, es por esta razón que, en un segundo nivel de
desagregación se encuentra el Sistema Fiscal en el cual se aplican una serie de
medidas de carácter económico tendientes, por un lado, a la obtención de los
recursos necesarios para el adecuado funcionamiento del aparato del Estado y
por otro lado, a la satisfacción de las necesidades de los miembros de la
comunidad sirviendo cumplidamente los demás compromisos financieros
adquiridos con los particulares o con las entidades prestamistas de carácter
internacional.

 Sistema económico en el tiempo

Desde su independencia, Panamá gozó de una gran tranquilidad y estabilidad


política y económica, principalmente, por la presencia norteamericana en el
territorio nacional en atención al manejo del Canal de Panamá. Ello permitió
que en la década de los años setenta se organizara en Panamá uno de los
centros bancarios más importantes y prósperos de la Región, inclusive que el
de Miami o los del área del Caribe. No podemos dejar de reconocer que la
crisis política generada por los actos de narcotráfico y corrupción del General
Manuel Antonio Noriega, a partir del año 1985, empañó la imagen de Panamá
y generó un clima de desconfianza entre los usuarios de nuestro centro,
afectándole negativamente por la fuga de capitales, que fue aprovechada por
muchos centros offshore, los cuales promovieron abiertamente la zozobra en
que se encontraba Panamá.

Luego de la invasión norteamericana en diciembre de 1989, un nuevo


gobierno tomaba posesión en la antigua base militar de Clayton, hoy la Ciudad
del Saber.
El país había sido invadido. Los aviones estadounidenses vomitaban fuego y
los tanques se apoderaban de las calles, con la “causa justa” de expulsar de
una vez y para siempre a una dictadura militar que ya había causado
demasiados problemas.

El primer gobierno democrático, el de Guillermo Endara Galimany, recibió


un país quebrado, saqueado y en anarquía. Los bancos estaban cerrados, la
deuda pública era una bomba de tiempo, a los empleados se les pagaba con
papelitos y la economía estaba en caída libre.

La economía se recuperó en el primer quinquenio de los noventa, cuando se


normalizaron las relaciones con las IFIs y el Club de París, lo que produjo un
nuevo flujo de capital hacia Panamá. La implementación de un programa de
ajuste y el levantamiento de las sanciones económicas externas elevó la
confianza en el país. Esto resultó en la repatriación de capital privado y
grandes flujos de ayuda externa.

Los flujos de capital hacia el país fueron utilizados para financiar a la vez un
aumento de la inversión privada y del consumo, resultando en una rápida
recuperación de la actividad económica y mayores niveles de importaciones,
especialmente de bienes.

El nuevo gobierno y los que le han sucedido, se preocuparon por adecentar el


sistema y limpiar esa imagen, mediante la implementación de medidas y
legislaciones que han hecho de Panamá un centro para nada atractivo para la
ejecución de actividades ilícitas relacionadas con el lavado de capitales y el
narcotráfico. Dos de las medidas más importantes, en nuestra opinión, resultan
ser la obligación que tiene toda persona que realice cualquier tipo de
transacción financiera o que utilice cualquier instrumento jurídico panameño,
de identificarse a suficiencia y de describir el origen de sus fondos y
patrimonio. En el sector bancario, la adopción de las normas del Concordato
de Basilea, de obligatorio cumplimiento para todos los bancos establecidos en
Panamá y una minuciosa fiscalización por parte de la Superintendencia de
Bancos.

Lo anterior ha restablecido nuevamente la confianza de los inversionistas


extranjeros en nuestro sistema bancario, dando como resultado el retorno de
millonarias sumas de depósitos, principalmente, de la Región, como ser de
Argentina, Venezuela, Colombia y países de Centroamérica, por razón de la
cercanía; de la conveniencia del idioma y de los otros factores que describo a
continuación.

 Situación actual de Panamá y oportunidades de crecimiento:

La mejora en finanzas públicas y la buena resistencia a la crisis económica en


2009 hizo que mejorara su nota. Panamá entra al exclusivo club de
calificación de riesgo: Chile, México, Brasil y Perú.

Recientemente la calificadora de riesgo Fitch Ratings indicó en la Revista


Suma que Panamá subió la calificación de riesgo soberana de BB+ a BBB-,
con lo cual finalmente el país obtiene su primer Grado de Inversión.

La firma sustentó la nueva calificación en base a la mejoría de las finanzas


públicas, que ha sido reforzada con las dos últimas reformas tributarias, y a la
buena resistencia que demostró la economía panameña durante la crisis
financiera internacional. La economía de Panamá creció 2,4% en 2009 y fue
uno de los pocos países del mundo y de la región que no entró en recesión.

Se espera que las dos reformas fiscales aprobadas en los nueve primeros
meses de esta administración tengan un rendimiento de aproximadamente
1,6% del PIB en ingresos adicionales este año. Con este grado de inversión,
Panamá entra al exclusivo club de países latinoamericanos con esta
calificación de riesgo: Sólo Chile, México, Brasil y Perú tienen la misma
categoría.

“Las métricas de deuda de Panamá han mejorado en forma constante desde la


mitad de la década pasada y eso ayudó al país a enfrentar bien la peor recesión
mundial desde la Segunda Guerra Mundial. Y las reformas fiscales y
tributarias recientes son una señal del compromiso con la disciplina fiscal que
tiene el país”. “Es una excelente señal de que Panamá está en el camino
correcto. Todo lo anterior redundará en un mejor clima de negocios, más
inversión, más oportunidades de empleos. Además, el costo de financiamiento
y las condiciones deben mejorar”.

Beneficios del grado de inversión:


El ministro de Economía y Finanzas, Alberto Vallarino, explicó los efectos
positivos que se conseguirán luego de que la agencia Fitch diera a Panamá la
calificación de grado de inversión, una mayor inversión extranjera en el país
redunda en mayores oportunidades de empleo. Además, indicó que aumentará
el flujo de visitantes al país. Vallarino añadió que el costo de financiamiento
con el que el gobierno pide prestado va a abaratarse.
El mismo abaratamiento se dará cuando los bancos hagan emisiones en el
extranjero. A su vez, cuando los panameños vayan a financiarse en los bancos
las tasas de interés van a bajar, detalló el titular de Economía y Finanzas.
Vallarino en su entrevista dijo que la noticia constituye un reconocimiento de
que las cosas se están haciendo bien en el país. El país ha logrado estabilidad
fiscal, lo que quiere decir que se están eliminando los déficits en que funciona
el gobierno, y ahora la tarea para el país consistirá en ir mejorando esta
calificación
Que ese crecimiento será sostenido durante el quinquenio 2010-2014,
tomando como guía el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional.
Los ingresos del Canal de Panamá crecieron 4.91% en relación al 2008,
mientras que los ingresos del Canal de Suez decrecieron 20.3% durante el
mismo periodo.
Enfocando adecuadamente los esfuerzos del Gobierno Nacional en los
sectores adecuados, Panamá está posicionando para crecer sosteniblemente a
tasas de entre 5% y 9% durante la Administración Martinelli.

El crecimiento proyectado repercutirá en todo el territorio nacional, creando


nuevos empleos y mejorando la calidad de vida para más de 860 mil
panameños.

 Régimen fiscal panameño:

Nuestra actual legislación fiscal, en vigencia desde 1964, dispone


expresamente que no están gravadas con impuestos en la República de
Panamá las rentas e ingresos que se ganan u obtienen de transacciones u
operaciones que se perfeccionan, consumen o surten sus efectos fuera de la
República de Panamá. Esto es una consecuencia de nuestros antecedentes
históricos y del tipo de actividad económica de naturaleza comercial que,
como explicamos, se ha llevado a cabo en Panamá desde hace varios siglos, y
que forma parte de una política de estado institucional, sobre la cual descansa
nuestro sistema económico.

Este concepto, como tipo legal, no es de aplicación reciente y, de hecho, data


de décadas posteriores a nuestra independencia. Los estudiosos sobre temas
tributarios en Panamá nos enseñan que “En 1932 se aprueba en Panamá la ley
No. 42, denominada Impuesto del Fondo Obrero y del Agricultor y que
constituye la primera forma de imposición sobre la renta en el país. La misma
estaba destinada a proporcionar recursos al Estado, para afrontar las
dificultades que la República padecía como consecuencia de la crisis
económica mundial de 1929. Se imponía una contribución descontando
mensualmente una cantidad de los sueldos de los obreros y empleados
públicos y privados... En 1933 se dicta la ley No. 34 que amplía las bases del
Fondo Obrero y del Agricultor. Así, se extendió el impuesto a todas las
personas naturales y jurídicas que dentro de la República obtuvieran rentas por
razones de empleo, negocios, profesión, oficio o como producto de bienes de
cualquier naturaleza. En 1934, se dicta la ley No. 49, que reforma el Fondo
Obrero y del Agricultor, y le da carácter permanente. Establece una tarifa
progresiva con base en porcentajes de rentas e ingresos... Los ingresos fiscales
fueron creciendo con el nuevo impuesto y en 1938 el legislador Raimundo
Ortega Vieto presentó un proyecto de ley que se convirtió luego en la Ley No.
62... Esta ley le dio al impuesto el nombre de Impuesto sobre la Renta y sobre
los Bienes Muebles e Inmuebles. Como mera característica de la nueva ley se
estableció el impuesto sobre una base anual no mensual como hasta entonces y
se aplicaba a toda persona natural o jurídica, domiciliada o no en el país, sobre
la renta obtenida en el territorio jurisdiccional de la República. ” (Edison
Gnazzo y Ricardo Levy; Legislación Fiscal de la República de Panamá;
Imprenta Universitaria, págs. 69 y 70)

Con la adopción de estas normas, ya hace algo más de sesenta años,


irónicamente, con anterioridad a la creación de la OCDE, se sentaron las bases
de nuestro sistema fiscal, para adoptar el criterio territorial u origen de la
fuente de ingresos como principio básico para determinar las rentas que están
gravadas con impuesto en la República de Panamá.

 El concepto territorial o de la fuente de ingresos:

El concepto territorial o de la fuente de ingresos a que nos hemos referido en


los antecedentes previos, fue actualizado, perfeccionado e incorporado a
nuestra legislación fiscal, como parte las normas tributarias y no como una
aislada disposición legal, con la adopción de la Ley No. 9 de 1964, la cual, en
esencia, definió el concepto tributario de nuestras actuales normas contenidas
en el Código Fiscal en materia de Impuesto sobre la Renta, a partir su artículo
694, al rubricarse en el Código que “Es objeto de este impuesto la renta
gravable que se produzca, de cualquier fuente, dentro del territorio de la
República de Panamá, sea cual fuere el lugar donde se perciba.” También se
dispuso en esta norma, como se mantiene hasta la fecha, que será
contribuyente, de conformidad con la ley, la persona natural o jurídica,
nacional o extranjera, que percibe la renta gravable objeto del impuesto.
Respecto del criterio tributario consagrado en el artículo 694 del Código
Fiscal, compartimos nuevamente las palabras de los ya citados autores Gnazzo
y Levy, quienes han explicado en términos muy sencillos y descriptivos, la
estructura del impuesto sobre la renta en Panamá, en los siguientes términos:

“Se trata de un impuesto anual sobre la renta neta global de fuente panameña,
obtenida por los contribuyentes cualquiera sea su nacionalidad y domicilio. De
la referida definición surgen los aspectos estructurales básicos del tributo o
sea:

ISR Global: aplicar el tributo sobre la suma compensada de los resultados


negativos y positivos obtenidos en cada categoría de renta. Para el caso de las
personas naturales, previa deducción de las cargas familiares y gastos
personales.

IMPUESTO SOBRE LA RENTA

ISR Mixto: consiste en aplicar primero un impuesto cedular y luego aplicar un


impuesto sobre la renta neta total del contribuyente.

Concepto de Renta

 Gnazzo lo define en sentido amplio como: “ la utilidad o beneficio que


rinde anualmente una cosa, o lo que de ella se cobra y lo que paga en dinero
o en frutos un arrendatario.
 En sentido técnico: “renta, tiene un sentido complejo, de naturaleza
esencialmente económica y jurídica, que se hace necesario precisar al
incorporarlo como materia imponible del impuesto.

TIPOS DE RENTA

 Renta-Producto: su contenido es restringido, sólo trata como renta al


producido regular derivado de una fuente permanente, como: salarios,
dividendos, alquileres, actividades comerciales, industriales y
agropecuarias.
 Renta-Ingreso: su contenido es amplio: incluye la renta-producto y agrega a
la misma, todo ingreso que incremente la riqueza, como es el caso de las
ganancias de capital ocasionales.

Se trata de un criterio objetivo, que no discrimina en cuanto a la nacionalidad


de la persona que se encuentra obligada a pagar el impuesto, y que aplica, por
igual, tanto a panameños, como a extranjeros, que obtenga ingresos dentro de
Panamá, pudiéndose tratar, indistintamente, de una persona natural o jurídica
domiciliada en Panamá o residente en el exterior, con prescindencia del
territorio donde se hayan negociado, celebrado o firmado los contratos de cuya
transacción derivarán los ingresos objeto de impuesto, o donde se efectúe el
pago de la transacción. Como ya indicamos, lo importante está en que el
ingreso tenga su fuente o génesis en una actividad que ocurra o se lleve a cabo
dentro de la República de Panamá.

De ello se desprende que los criterios de nacionalidad y de domicilio no tienen


mayor relevancia en Panamá para los efectos fiscales. El impuesto sobre la
renta grava los ingresos o rentas de fuente panameña, causados dentro del
territorio de la República de Panamá, con independencia del domicilio y
nacionalidad de quien obtiene la renta. Lo determinante es que los ingresos se
obtengan o produzcan en territorio panameño; es decir, que la fuente
generadora del ingreso que se gravaría con impuesto se encuentre en Panamá,
con independencia de la jurisdicción donde se haya celebrado el contrato o del
lugar o la forma en que se efectúe el pago del ingreso objeto de la renta.

En ésta consiste la gran diferencia de Panamá como centro conveniente para la


ejecución y perfeccionamiento de operaciones extraterritoriales desde el punto
de vista estrictamente fiscal, frente a los paraísos tributarios o centros
“offshore”, aun cuando para muchos se logran los mismos fines u objetivos y
que la distinción pudiera convertirse en una discusión semántica. Para
nosotros, los panameños, por el contrario, no se trata de una diferenciación
conceptual y sin importancia.

Panamá aplica el principio de la territorialidad, tanto a residentes, como a no


residentes; a nacionales y extranjeros, por igual, de manera tal que resulta
equivocado afirmar que Panamá tiene un sistema fiscal preferencial para
favorecer únicamente a los extranjeros y los ingresos que se generan en el
exterior. Al aplicar este principio de la territorialidad, Panamá entiende y
respeta, el derecho soberano de otras naciones de gravar con impuesto la renta
de sus nacionales cuando ésta es generada de transacciones que se consumen
en esas naciones extranjeras. Contrario a otros denominados paraísos fiscales,
la industria de servicios internacionales que provee Panamá se ha desarrollado
a lo largo de muchas décadas, como un fenómeno natural del papel que ha
jugado Panamá en el ejercicio de su rol en el comercio internacional, y no
como un simple instrumento para fomentar la evasión fiscal.

En nuestro país, como ha quedado señalado, tanto panameños, como


extranjeros, pueden gozar de igual beneficio y tratamiento fiscal, en atención
al origen o la fuente del ingreso, como hecho generador del impuesto.

 Sistema Tributario:

La ley tributaria de Panamá se basa en el principio de territorialidad. Por lo


tanto, se grava con impuestos únicamente los ingresos netos que se derivan de
operaciones realizadas dentro del territorio de la República de Panamá. Este
principio básico ha permanecido casi inalterado desde la fundación de la
República.

La ley tributaria de Panamá define claramente las actividades que no están


sujetas al pago de impuesto sobre la renta en Panamá:

a. Facturar, desde una oficina establecida en Panamá, la venta de


mercancías o productos que realmente son manejados en el exterior.
b. Dirigir, desde una oficina establecida en Panamá, operaciones que se
han de consumar y completar para que tengan efectos en el exterior.
c. La distribución de dividendos o participaciones de personas jurídicas,
cuando dichos dividendos son derivados de ingresos generados fuera
del territorio de la República de Panamá, incluyendo los ingresos
derivados de las actividades mencionadas en las subdivisiones a. y b. de
esta sección.
d. El embarque y/o desembarque en puertos panameños de los pasajeros
de naves en tránsito por aguas internacionales o el Canal de Panamá.
Además, el transporte aéreo desde y hacia Panamá de dichos pasajeros.

En base a las disposiciones anteriores claramente definidas sobre la Ley


Tributaria de Panamá, las sociedades panameñas o las sucursales de
sociedades extranjeras con oficinas y empleados en Panamá, no pagan
impuestos sobre sus utilidades, siempre que dichas oficinas únicamente dirijan
las operaciones de compra y venta, pero que la mercancía nunca pase
físicamente por Panamá.

Las regalías, intereses, dividendos, comisiones, ganancias bursátiles y otros


ingresos recibidos de fuentes extranjeras, no están sujetos a impuesto sobre la
renta en Panamá. Las sociedades panameñas podrían distribuir dichos ingresos
como dividendos (o de cualquier otro modo) a sus accionistas, libres de
impuesto sobre la renta o dividendos. Los intereses devengados de depósitos a
plazo fijo o de ahorros establecidos en bancos que operan en Panamá,
tampoco están sujetos a impuestos, independientemente que los fondos sean
originados en Panamá o en el exterior.

 Planificación fiscal para la toma correcta de decisiones:

Los tributos representan una proporción importante y creciente del Producto


Interno Bruto.

Los impuestos son demasiado importantes para poder ignorarlos. Las


empresas deben tratar de minimizar el impacto del sistema fiscal en sus
operaciones. Y aquí es donde se plantea la necesidad de la planificación fiscal.
La planificación fiscal supone prever las consecuencias que para la empresa
tiene, en términos de tesorería, de cuenta de resultados y de posibles
responsabilidades, la aplicación del sistema fiscal. La planificación fiscal es
como la medicina preventiva: es más barata y da mejores resultados que la
curativa.

Aunque vigilar el impacto de los impuestos en la cuenta de resultados es


importante, no lo es menos valorar cómo afectan a la tesorería. Por ejemplo el
ITBMS es un tributo que, pese a no representar un coste para la empresa, sí
puede afectar notablemente a su tesorería, sobre todo por los largos tiempos de
espera para su devolución.

El empresario debe:

 analizar las consecuencias fiscales de determinadas decisiones


económicas (nuevos proyectos de inversión, contratos, operaciones de
financiación, retribuciones a los directivos, etc.);
 estudiar las posibilidades de obtener ahorros, diferimientos de pagos o
créditos fiscales;
 hacer previsiones de pago de impuestos para controlar, de forma
sistemática, el coste fiscal que soporta la Empresa.

La planificación fiscal supone un conocimiento profundo del intrincado


laberinto de normas de que los entes públicos se han dotado para recaudar los
impuestos. Conocimiento que requiere una dedicación plena, por lo que las
empresas deben buscar el profesional adecuado.
En síntesis, resulta correcto que las empresas intenten por medio de la
planificación tributaria aprovechar las ventajas que les ofrecen las
legislaciones tributarias, es decir dentro de los límites de la ley. No es correcto
aprovechar dicho medio para transgredir los limites normativos afectándose,
cuando no se determina e ingresa el impuesto correctamente, el legítimo
interés fiscal de los países.

 Características de las jurisdicciones “offshore” o de los paraísos


tributarios

No existe una legislación o norma de derecho público internacional que


describa, defina o establezca los parámetros para determinar cuándo una
jurisdicción, país o territorio constituye un centro “offshore” o “paraíso
tributario”. Ello ha quedado sujeto a criterios de interpretación. Sin embargo,
de los distintos estudios y análisis que se han hecho de las diversas
jurisdicciones o territorios catalogados por la vía de la práctica como centros
“offshore” o paraísos tributarios, se han establecido una serie de indicadores
por parte de quienes han pretendido adversar estos centros, de suerte que se
puedan tener parámetros de referencia para monitorear la proliferación de
nuevas jurisdicciones “offshore”. Estos indicadores son meramente
referenciales, por lo que no son exhaustivos. Puede haber discrepancias
respecto de su relevancia, importancia o trascendencia, para hacer de una
jurisdicción un territorio “offshore” o “paraíso” fiscal, sin embargo, éstos son
los parámetros existentes hasta el momento y que se utilizan más comúnmente
como referencia.
 El Principio de territorialidad en materia fiscal y su relación con
actividades “offshore”

Elementos del Principio.

La mayoría de nuestros países centroamericanos (con excepción de Honduras


con un sistema global de recaudación tanto territorial como extraterritorial),
han establecido como base para el cobro del impuesto sobre la renta la
aplicación del principio de territorialidad en materia de tributaria. Igualmente
Panamá, desde 1916 con nuestra primera codificación en materia fiscal, ha
desarrollado un moderno sistema tributario, donde sólo es válido el pago del
impuesto sobre la renta por los ingresos obtenidos en operaciones efectuadas
dentro del territorio nacional. Antes de entrar en materia se hace necesario la
aclaración de ciertos elementos en torno a este principio en cuanto a su
aplicación en Panamá y su uso en relación a la industria Offshore. El mismo
podría definirse en términos generales como "la obligación del contribuyente
de tributar por los ingresos netos obtenidos dentro del territorio del país
recaudador", siendo el "territorio" su primer elemento básico. Nuestra
normativa fiscal al respecto (Art. 694 del CF y Art. 9 del DE 170 de 1993)
introduce otros elementos a la definición. Observemos en primer término el
primer párrafo del Art. 694 del CF:

"Es objeto de este impuesto la renta que se produzca, de cualquier fuente,


dentro del territorio del a República de Panamá, sea cual fuere el lugar donde
se perciba. Contribuyente, tal como se usa el término es la persona natural o
jurídica, nacional o extranjera que percibe la renta gravable objeto de este
impuesto."
La norma introduce claramente los conceptos de "contribuyente" y "fuente"
como elementos para la aplicación de este principio en Panamá. Para los
efectos de este artículo "fuente" puede entenderse como toda persona (natural
o jurídica), operación, negocio o actividad lucrativa que produzca renta a
favor del contribuyente.

Finalmente, el Art. 9 del DE 170 nos menciona otros elementos del principio
aunque de manera excluyente mencionado que será "objeto del impuesto sobre
la renta la que se produzca dentro del territorio panameño,
independientemente de la nacionalidad, domicilio o residencia del
beneficiario".

Si bien es cierto que estos elementos no son considerados por nuestras


autoridades fiscales al momento de aplicar este principio, en países con alta
recaudación de impuestos, los elementos de ciudadanía y domicilio
constituyen el punto clave para el cobro del impuesto sobre la renta. Tomemos
como ejemplo el caso norteamericano que según las normas de la IRS, el
principio de territorialidad está íntimamente relacionado con el impuesto sobre
la renta en base a la porción de ingresos provenientes de algún persona
(natural) ciudadano, residente o registrado (persona jurídica), al igual que
sobre la renta de negocios, inversiones y propiedades dentro del territorio de
EUA en base estrictos requisitos de presencia física o contacto que una
persona pueda tener dentro de un periodo determinado de tiempo. A diferencia
de nuestra normativa fiscal, las autoridades fiscales de este tipo de países no
consideran como único centro del sistema de recaudación un criterio
determinado, haciendo uso de todo tipo de conceptos jurídicos para lograr un
alto cobro de impuestos.
Tomando en consideración la anteriormente explicado, los elementos básicos
para la aplicación de este principio en materia fiscal en Panamá son: El tipo de
contribuyente, la ubicación de la fuente de la renta( donde la "fuente" debe
encontrase dentro de la Rep. de Panamá) y las varias connotaciones del
concepto territorio en nuestra normativa interna, tales como superficie,
espacio aéreo o situaciones especiales de extensión territorial como embajadas
y demás delegaciones diplomáticas. (Ver en cuanto al "contribuyente": SA
como accionista de compañía extranjera - Resolución No. 201 - 577 del DGI,
en cuanto al "territorio": Rentas de Trabajadores de Líneas Aéreas -
Resolución No. 201 - 1134 del DGI, en cuanto a la "fuente": Comisiones
Ganadas en el Exterior - Resolución No. 201 - 293 del DGI).

Aplicación del Principio de Territorialidad Panameño en Materia Offshore.

A partir de la aplicación de este principio fiscal, desde los inicios de la década


de los setenta, y haciendo uso conjuntamente de las famosas "Pancos" (SA),
abogados, contadores y fiduciarios europeos tomaron ventajas de la frase:
"están exentas del pago del impuesto sobre la renta las transacciones que se
perfecciones fuera del territorio de la Rep. de Panamá", para promover
transacciones comerciales internacionales, compra de bienes y estructuras
testamentarias (en una primera etapa de la industria Offshore) sin la
obligación de pago alguno de impuestos sobre la renta por dichas actividades
siempre y cuando las misma se llevarán a cabo fuera del territorio del país de
registro de dicha compañía, Panamá.

En la década de los ochentas el atractivo comercial de las "Pancos" fue tan


exitoso que otros países rápidamente crearon entidades que podrían ser
utilizadas de la misma manera que las compañías panameñas para actividades
Offshore, naciendo de esta forma las famosas IBC´s. Las IBC´s son
compañías diseñadas solo para realizar negocios internacionalmente con la
prohibición llevar negocios a nivel local. Paradójicamente, las compañías
panameñas en base a la no existencia de ninguna prohibición por parte de la
Ley 32 de 1927 y en aplicación del principio de territorialidad del Art. 694 del
CF, son las únicas entidades utilizadas en la industria Offshore que pueden
realizar transacciones tanto a nivel internacional, libre de impuestos en
Panamá, como tambien llevar negocios dentro de la Rep. de Panamá
simultáneamente.

Características de las jurisdicciones “offshore” o de los paraísos tributarios

Como explicamos anteriormente, no existe una legislación o norma de


derecho público internacional que describa, defina o establezca los parámetros
para determinar cuándo una jurisdicción, país o territorio constituye un centro
“offshore” o “paraíso tributario”. Ello ha quedado sujeto a criterios de
interpretación. Sin embargo, de los distintos estudios y análisis que se han
hecho de las diversas jurisdicciones o territorios catalogados por la vía de la
práctica como centros “offshore” o paraísos tributarios, se han establecido una
serie de indicadores por parte de quienes han pretendido adversar estos
centros, de suerte que se puedan tener parámetros de referencia para
monitorear la proliferación de nuevas jurisdicciones “offshore”. Estos
indicadores son meramente referenciales, por lo que no son exhaustivos.
Pueden haber discrepancias respecto de su relevancia, importancia o
trascendencia, para hacer de una jurisdicción un territorio “offshore” o
“paraíso” fiscal, sin embargo, éstos son los parámetros existentes hasta el
momento y que se utilizan más comúnmente como referencia.
 OTROS FACTORES QUE FORMAN PARTE DE LOS PILARES
SOBRE LOS CUALES DESCANSA EN PANAMA EL CENTRO
PARA LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS INTERNACIONALES

La Ley de sociedades anónimas panameñas fue adoptada en 1927, teniendo su


marco de referencia en la ley de sociedades anónimas del Estado de
Delaware, Estados Unidos de América, sin que, hasta la fecha, haya sido
objeto de modificación. La misma, desde su promulgación, ha permanecido
invariable, siendo desde entonces ampliamente utilizada por la comunidad
financiera internacional.

Las sociedades anónimas panameñas son constituidas principalmente para


adquirir bienes y mantener reserva la identidad sus propietarios; limitar la
responsabilidad personal de los accionistas en la realización de inversiones o
en la ejecución de operaciones comerciales que implican algún riesgo, o para
estructurar operaciones o transacciones en el exterior, fuera del territorio de su
propietario o accionistas. Así, las sociedades anónimas panameñas compran
yates en el Mediterráneo y tanqueros en Asia; son propietarias de condominios
en Panamá, Venezuela o España; abren cuentas bancarias en Suiza y Miami;
compran mercancías en Oriente y constituyen fideicomisos sobre bienes
situados en Egipto o Londres; participan en procesos de privatización en
Colombia o Perú o hacen emisiones de valores por montos multimillonarios
en New York. Con estos ejemplos deseamos enfatizar los múltiples usos que
se le dan a nuestras sociedades anónimas a nivel mundial y a la aceptación que
tienen por parte de bancos, inversionistas y gobiernos en todas partes del
mundo.

Dicho éxito se evidencia con el hecho de que al presente se encuentran


inscritas y activas más de 350,000 sociedades anónimas cuyos dueños o
beneficiarios son, tanto personas nacionales, como extranjeras, residentes o no
en Panamá, para realizar, tanto operaciones locales, como fuera de Panamá.

Ventajas de las sociedades anónimas panameñas

1. Tratamiento Fiscal. Por tratarse de entes jurídicos constituidos en Panamá,


las sociedades anónimas panameñas, estén sujetas a las consideraciones
fiscales que hemos explicado, sin ningún tratamiento preferencial. Lo propio
ocurre, por ejemplo, con sociedades extranjeras que deseen re-domiciliarse en
Panamá, o que constituyan agencias o sucursales en nuestro país.

2 Ausencia de Control Gubernamental. Salvo para el caso de la explotación


e ciertos negocios, en Panamá no existe ninguna superintendencia o entidad
gubernamental que deba autorizar, aprobar o fiscalizar la constitución de una
sociedad anónima, la modificación de su pacto social o el inicio de sus
operaciones, así como tampoco la emisión de acciones o la transferencia de
éstas, ni la modificación del capital social, la distribución de dividendos, la
disolución de la sociedad, ni la venta de la misma. Ello se explica por el hecho
de que nuestra legislación societaria tiene antecedentes anglosajones, los
cuales se fundamentan en el principio de la credibilidad y la buena fe, a
menos que se pruebe lo contrario. Es por esta razón que, contrario a lo que
ocurre en otras legislaciones de Latinoamérica, el procedimiento de creación
de una sociedad anónima panameña es privado y no intervensionista.

Tampoco hay la obligación de presentar algún tipo de declaración, reporte o


registro ante las autoridades fiscales de Panamá sobre las transacciones
realizadas en el extranjero o sobre los ingresos o las rentas recibidas por la
sociedad o sus accionistas cuando la sociedad no opera en Panamá. De igual
manera, no es necesario registrar ni suministrar ante autoridad gubernamental
alguna información confidencial o privada de la sociedad, tal como nombre de
los accionistas, estados financieros, apoderados especiales o resoluciones
adoptadas por la Junta Directiva o de Accionistas para poder constituir la
sociedad, o para que ésta pueda operar.

Una vez constituida la sociedad, ésta podrá dedicarse a realizar todos los
negocios o actividades que sus accionistas o directores convengan, siempre
que no sean contrarios a la ley.
CONCLUSIÓN

Como se puede apreciar de los conceptos expuestos, en Panamá no hay


discriminación entre nacionales y extranjeros, ni tampoco trato preferencial,
para la determinación de la renta objeto de impuesto en nuestro país, así como
tampoco para establecer la calidad de contribuyente. La nacionalidad resulta
ser un factor irrelevante en nuestro sistema fiscal para establecer el ingreso o
renta que debe pagar impuesto en Panamá.

Este criterio para la determinación de la renta objeto de impuesto en Panamá


es de vieja data. Tiene más de medio siglo de existencia; desde mucho antes
que surgieran los conceptos de paraísos fiscales, o centros “offshore”, y se
institucionalizó en nuestro sistema fiscal sin pensar con ello hacer de Panamá
un país conveniente para la estructuración de operaciones y transacciones
extraterritoriales, ni mucho menos para fomentar la evasión o elusión fiscal en
otras jurisdicciones.

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