Los Ecualizadores
Los Ecualizadores
Los Ecualizadores
Nótese que aunque en principio con el uso de los ecualizadores lo que se persigue es obtener una curva
de comportamiento lo más neutra posible, es decir, aquella en la que los niveles de energía se reparten
por igual en cada octava, también es posible su uso para la obtención de ciertos modos acústicos
preponderantes.
Los ecualizadores son sumamente útiles en sistemas de audio ubicados en salas de especial sonorización,
salas reverberantes y salas mal acondicionadas.
La frecuencia central (fc) es el valor de la frecuencia sobre el que actúa cada filtro. Corresponde al valor
sobre el cual su acción será máxima. La expresión de la frecuencia central en función de las frecuencias
inferior y superior de corte f1 y f2 será:
F= (f1*f2)1/2
El ancho de banda (BW) determina la amplitud de la zona de trabajo. Se suele expresar de manera
porcentual en los ecualizadores que presentan este potenciómetro. Indica la extensión a ambos lados de
la frecuencia central que abarca la corrección efectuada por el filtro. Un valor grande indica una
actuación sobre un rango de frecuencias muy grande. Con un valor pequeño actúa sobre un rango
menor.
BW=(f2-f1)
El factor Q o selectividad indica la pendiente que tiene la curva de actuación del filtro. Cuanto menor
sea este valor, la acción del filtro será más uniforme dentro de su ancho de banda.
aaaaaaa fc
Q=_________
aaaaaaa BW
La ganancia es la cantidad de amplificación o atenuación que provoca el filtro sobre la señal. Se expresa
en decibelios para cada filtro y generalmente suele oscilar entre +- 12db.
Idealmente, la adaptación perfecta entre el equipo y el local de audición solo se podría conseguir si fuera
posible gobernar el valor de amplitud para cada valor concreto de frecuencia. Esto es inviable, por lo
que debemos reducir nuestras pretensiones y aceptar que nuestras posibilidades de actuación lo sean
sobre bandas de frecuencia, más bien que sobre valores concretos.
El problema se simplifica en gran manera si pensamos que el oído humano no responde linealmente con
la frecuencia, sino que lo hace logarítmicamente: esto es, el paso de 100Hz a 150Hz (50Hz de diferencia)
le parece idéntico al que existe entre 1000Hz y 1500Hz (500Hz de diferencia). Por esta razón, por
ejemplo, el teclado de los pianos está simbólicamente dividido en octavas, en las que la frecuencia de la
primera nota de una de ellas es el doble que la de la primera nota de la octava anterior. De la misma
forma, el espectro de frecuencias de audio se dividirá en bandas logarítmicas, octavas o múltiplos de
esta, sobre las cuales se actuará.
Los controles de tono también son ecualizadores, aunque con un margen de actuación muy pobre, ya
que cada uno de los mandos tiene asignada una banda de frecuencias de orden de cuatro octavas,
aproximadamente.
En general, la experiencia práctica demuestra que si la banda bajo control es de media octava la
regulación conseguida es muy buena; si el de una octava el control conseguido es bueno; con dos octavas
se consigue una actuación suficiente, y así se puede ir disminuyendo hasta grados de actuación peores.
Este es, sin duda, el tipo de ecualizador de mayor difusión. >Puede presentar diversos aspectos y pueden
encontrarse desde ecualizadores con cinco controles hasta con 33 o más. El más típico es el ecualizador
de octava en el que encontramos 10 puntos de control. Recordemos que el ancho de banda audible
recorre 10 octavas: 30, 60, 125, 250, 500Hz, 1, 2, 4, 8 y 16KHz, y estas son las frecuencias de actuación
del ecualizador. En general los ecualizadores gráficos permiten reforzar o atenuar la señal en unos 6 a
15dB, siempre sobre la misma frecuencia de trabajo.
Los ecualizadores paramétricos controlan los tres parámetros fundamentales: ancho de banda,
frecuencia central de actuación (Q) y amplitud de la señal. Aunque hasta el momento los ecualizadores
más difundidos son los gráficos cada día irrumpen con más fuerza los paramétricos en el terreno
profesional.
Los ecualizadores
paramétricos están
considerados como de los
más potentes del mercado
por su posibilidad de
variación sobre todos los
parámetros del filtro. Se
utilizan básicamente para
corregir problemas
puntuales, localizando la
frecuencia central en aquellos lugares exactos de la curva de respuesta en los que haya irregularidades.
Una vez posicionados ajustaremos el ancho de banda para que sea el más parecido posible al de la
irregularidad (cresta o valle) y se utilizará el control de ganancia de manera inversa a la acción de la
curva.
Para tener acceso a una buena ecualización son necesarios, al menos, cuatro filtros en paralelo, cada uno
correspondiente a las cuatro bandas en que dividimos el espectro (agudos, medios, bajos y muy bajos).
Muy bajas frecuencias entre los 16 y 60Hz: Estas frecuencias dan al programa musical la sensación de
potencia, sobre todo si se producen de forma súbita. Haciéndolo de forma continuada o con demasiado
énfasis, producen un efecto de máscara sobre el auténtico programa musical. Deben de emplearse con
moderación.
Frecuencias bajas entre 60 y 250Hz: Este margen contiene las notas fundamentales de la sensación de
ritmo. La ecualización en esta banda puede producir un cambio de balance en el programa musical:
demasiado refuerzo en esta banda puede hacer que le programa musical resulta atronador.
Banda media de 250 a 2000Hz: es la que contiene los armónicos de bajo valor de algunos instrumentos
musicales; órganos de tubos, tuba, piano, bajo, etc. Demasiado cargado el refuerzo de esta banda puede
producir un sonido muy nasal. Si el refuerzo se produce entre los 500 y 1KHz, el sonido resultante dará
la sensación de proceder del interior de un tubo, mientras que si se origina entre la banda de 1 a 2KHz,
la impresión será de un tubo metálico. Asimismo un exceso produce fatiga en poco rato al oyente.
Banda media - alta entre los 2 y 4KHz: Este margen resulta de extrema importancia para el
reconocimiento de la voz. Si es modificada excesivamente, acusará la sensación de "Ceceo". Tiende a
causar fatiga.
Banda de 6 a 16KHz: sirve para controlar el brillo y claridad de los sonidos. Demasiado refuerzo
producirá un sonido cristalino y desagradable en las s y vocales.
El mejor momento para usar un ecualizador gráfico durante la mezcla es cuando quieres que suene tan
limpia y digital como sea posible. Los ecualizadores no sólo se usan para corregir defectos, sino también
con fines creativos. Si escuchas un CD bien grabado te darás cuenta de que suena muy digital, y los
ecualizadores son ideales para masterizar la mezcla final. Para conseguir un efecto de este tipo, lo más
recomendable en la mayoría de los caos es una combinación de corte y realce. Para mi gusto, lo siguiente
funciona muy bien:
VOCES: Realza las frecuencias más graves 3-4KHz, y para los coros, corta los bajos un poquito. Esto
ayuda a que el sonido se mezcle mejor con el resto.
BATERÍA: Realza las frecuencias entre 4-6KHz y, para darle más peso, realza también las que están
entre 70 y 90Hz. El truco general es que no suene demasiado pesada, sino brillante y sólida. Para
conseguir un sonido directo y rompedor, te servirá un pequeño realce alrededor de los 80Hz.
BAJO: Para dar más energía a este instrumento prueba lo mismo en la banda de 2-3KHz. Si realzas
alrededor de 80Hz subrayarás mucho los graves, y si realzas entre 500 y 800 Hz le darás al sonido un
tono más agresivo.
PIANO: Este un sonido más natural, así que el uso de la EQ ayudará más bien poco. Sin embargo, si
quieres dar más presencia a los graves, realza en la banda de 90-150KHz y para el ataque sube un poco
los 4-6KHz. Si el sonido queda emborronado, corta las frecuencias entre 250 y 350Hz.
METALES Y CUERDAS: Como el sonido de los metales es brillante, realza las frecuencias entre 6-
10KHz, pero sin pasarte. Para dulcificarlo, corta entre 1KHz y 3.5KHz. Para un resultado más cálido
con cuerdas, metales y sonidos sintetizados, añade realza un poco entre 300 y 400 KHz. Para que los
sonidos brillantes resulten más espectaculares, dales más presencia en el rango de los 600Hz-5KHz.
PARA QUITAR RUIDOS: El último truco debería resultar muy útil para quitar los ruidos. Si grabas
usando un micrófono, no lo pangas cerca delos altavoces, o maltratarás tus oídos. Para quitar ruiditos
corta las frecuencias entre 50 y 100Hz usando un buen ecualizador como, por ejemplo, los que vienen en
Cubase VST, WaveLab, Cool Edit, Logic o Cakewalk.
El arte de la ecualización
Oscar Alvarez
El ecualizador gráfico se ha
hecho muy popular en los
últimos años. Se llama gráfico
porque cuando se ajustan los
controles deslizantes, la
posición da una imagen muy
aproximada de la respuesta de
frecuencias resultante.
[X]
hola
Vamos a ver a grandes rasgos los distintos tipo de ecualizadores que existes y cuáles pueden ser sus usos.
Shelving: Este tipo de ecualizador es de los más simples que existen, y podemos encontrarlo en cualquier equipo
común, también se encuentran en otros ecualizadores realizando su propia función como paramétricos etc.
Por lo general, los ecualizadores Shelving pueden aumentar o disminuir la intensidad del sonido 15 dB (15
decibelios) en la banda de 100 Hz (graves) y en 10 KHz (agudos).
Un ecualizador Shelving de tres bandas nos permite aumentar o disminuir la intensidad del sonido de graves,
medios y agudos pero en frecuencias fijas, 100 Hz para graves, 2 KHz para medios y 10 KHz para los sonidos
agudos.
Estos controles de graves y agudos tienen generalmente una pendiente máxima de 6db por octava y características
recíprocas.
Los ecualizadores Shelving tienen una desventaja muy grande, que es la de tener la capacidad de realzar
frecuencias por encima y por debajo del audio audible, lo que origina pérdida de potencia o daños en el altavoz.
El uso más normal de este tipo de ecualizador es en controles de tono para sistemas de audio domésticos
Los ecualizadores semiparamétricos son más baratos que los ecualizadores paramétricos.
Paramétrico: Un ecualizador paramétrico nos permite seleccionar la frecuencia que queremos ecualizar, además
podemos elegir el ancho de banda (rango de frecuencias afectadas que se encuentran en ese ancho de banda) que
queremos aumentar o disminuir.
Con un ecualizador paramétrico podremos controlar el ancho de banda, la frecuencia central y la ganancia siendo
controlables independientemente entre ellos.
Estos ecualizadores poseen gran versatilidad y son útiles para cualquier aplicación hablando de ecualización.
Sin embargo no hay que olvidar que este tipo de ecualizadores son relativamente dificiles de manejar y su uso
conlleva mucho tiempo.
Ecualizador Paramétrico
Gráficos: Los ecualizadores gráficos son los más comunes y los más usados en grabación.
El más común es el ecualizador de octava, en el que dispondremos de 10 puntos de control, ya que el ancho de
banda audible recorre 10 octabas que son 30 Hz, 60 Hz, 125 Hz, 250 Hz, 500 Hz, 1 KHz, 2 KHz, 4 KHz, 8 KHz, 16
KHz.
Y es en esas frecuencias dónde nos deja actuar el ecualizador, generalmente los ecualizadores gráficos nos
permiten aumentar o reducir la intensidad de la señal de audio entre 6 dB y 15 dB sobre la misma frecuencia.
Ecualizador Gráfico
De Barrido: Los ecualizadores de barrido se encuentran generalmente en las etapas de entrada de las mesas de
mezclas.
Generalmente se usan dónde más control sobre señal se requiere. Las limitaciones de espacio restringen el número
de potenciómetros disponibles.
Los ecualizadores de barrido suelen ofrecer control sobre 3 o 4 bandas de frecuencia, por lo tanto es una clara
desventaja la carencia de ajuste de ancho de banda, sin embargo su ventaja es que este tipo de configuración, es
que tendremos un ecualizador relativamente versátil.
Lógicamente existen más instrumentos, pero os dejamos aquí los rangos de frecuencia de algunos de ellos para que
os podáis guiar un poco.
Mucha gente se pregunta si debe ecualizar el sonido cuando está grabando o cuando esta mezclando y la respuesta
es que depende.
Si estamos grabando todos los canales por separado, lo que se suele hacer es grabar con todos los ecualizadores
planos y depués ecualizar durante la mezcla.
Se hace de esta manera porque los instrumentos suenan distinto por separado que cuando se escuchan todos a
mmismo tiempo.
Otro caso sería el de que tuvieras que hacer premezclas antes de grabar, en este caso deberíamos ecualizar antes de
premezclar.
En grabaciones de micrófono, antes de ecualizar para conseguir el tono que deseamos deberíamos cambiar el
micrófono de sitio para intentar conseguir ese tono que queremos, ya que empleando el ecualizador siempre
quedará menos natural el sonido.
Es muy importante saber que los ecualizadores trabajan mucho mejor cuando aumentamos o aplicamos
atenuaciones moderadas, en muchas ocasiones variaciones de 2 o 3 decibelios serán suficientes.
Y que si por ejemplo aplicamos graves a todo al principio y después realizamos la mezcla, ésta sonará grave y
turbia y no conseguiremos arreglar la mezcla subiendo los agudos ya que los medios sonarán débiles.
ECUALIZADORES
TIPOS
- Ecualizadores Shelving
- Ecualizadores gráficos
- Ecualizadores de barrido
- Ecualizadores paramétricos
- Ecualizadores semiparamétricos
- Ecualizadores dinámicos
El sonido es la vibración de un medio elástico, bien sea gaseoso, liquido o sólido. Las ondas generadas
por la fuente sonora producen ciertas variaciones de presión en el medio (por ejemplo, el aire o el
agua), y esto es lo que permite que sean percibidas por el ser humano (si bien no percibe cualquier
variación; si es demasiado rápida o demasiado lenta no la escuchará). Es por ello que en el espacio
cósmico no hay sonidos, ya que falta el medio por el que deben discurrir: en el espacio sólo hay vacío, y
por ello no pueden haber variaciones de presión audibles.
Partiendo de esto, podemos definir la frecuencia del sonido como el número de vibraciones (ciclos) que
produce una señal sonora por unidad de tiempo (el segundo). La unidad correspondiente a un ciclo por
segundo es el herzio (Hz). Las frecuencias más bajas en herzios se corresponden con lo que
habitualmente llamamos sonidos "graves?, sonidos de vibraciones lentas. Las frecuencias más altas en
herzios se corresponden con lo que llamamos "agudos" y son por ello vibraciones muy rápidas.
Como hemos insinuado antes, el ser humano no puede captar cualquier vibración; el espectro de
frecuencias audible variará según cada persona, pero se acepta como media el intervalo entre 20 Hz y
20 kHz. Así que en este rango de frecuencias existe todo lo que nosotros podemos oír; más alla están los
ultrasonidos (por encima de 20 Khz) y los infrasonidos (por debajo de 20 Hz), que sí pueden captar
algunos animales con un sistema auditivo más desarrollado.
Cada instrumento musical, como cualquier otra fuente sonora, produce sonido en una zona
determinada de este espectro de frecuencias audibles; unos abarcan más espacio y otros menos. Y aquí
es donde entran los ecualizadores: estos dispositivos alteran la respuesta en frecuencia de un sonido,
aumentando o atenuando ciertas frecuencias.
Tipos de ecualizadores
Existen varios tipos de ecualizadores; el más simple es el de tipo shelving, que tiene solamente control
de graves y agudos; se encuentra en cualquier equipo común. Normalmente, estos ecualizadores
aumentan o atenúan 15 db en 100 Hz (graves) y en 10 KHz (agudos), aunque pueden variar según cada
modelo. Con un ecualizador de tres bandas puedes ya aumentar o atenuar bajos, medios y agudos,
también sólo en frecuencias fijas: por ejemplo, en 100Hz (bajos), 2 KHz (medios) y 10 KHz (agudos).
Los ecualizadores semiparamétricos son los que te permiten elegir la frecuencia a ecualizar; de esta
manera puedes aumentar o atenuar las frecuencias que te parezcan convenientes. En un ecualizador
paramétrico tienes, además, la posibilidad de elegir el ancho de banda (rango de frecuencias afectadas
a partir de la elegida) que quieres aumentar o atenuar. Este parámetro es conocido como "Q".
Por último, los más comunes son los ecualizadores gráficos, que van por lo normal desde 5 hasta 31
bandas de frecuencia fijas, aunque a veces te encuentras con aparatos más complejos, con más bandas.
Resolver problemas
Los ecualizadores se pueden utilizar como filtros, para atenuar o eliminar frecuencias que molestan,
ruidos o interferencias que se mezclan con el sonido. Por ejemplo, el hum producido por una mala
fuente de alimentación se reduce atenuando en 50-60 Hz aproximadamente. El hiss, tan común en los
cassettes, se puede disminuir atenuando las altas frecuencias. Por lo general, los problemas ocurren en
un rango determinado de frecuencias, por esto es que los ecualizadores paramétricos son los ideales
para este propósito. Otro problema común es el del enmascaramiento: un instrumento con una
resonancia o un pico en una frecuencia. Si bien este instrumento suena bien solo, al mezclarlo con otros
puede interferir en la claridad de éstos, por lo que es recomendable atenuar estas frecuencias,
comprimirlas o limitarlas.
Como norma general, a cada instrumento se le puede dar cuerpo aumentando su frecuencia
fundamental. Atenúa ésta si el sonido es muy grave o indefinido. Aumentando los armónicos le das mas
presencia y definición, así que atenúalos también si el sonido es muy violento. Por otra parte, ten en
cuenta que ecualizaciones extremas reducen fidelidad, pero pueden crear efectos interesantes: por
ejemplo, cortando bruscamente los graves y los agudos de una voz se consigue el sonido telefónico.
Las siguientes son algunas sugerencias de frecuencias que puedes ajustar con los ecualizadores. Si
quieres lograr el efecto deseado, aumenta en esa frecuencia; si no lo quieres, atenúala.
Rango de cada instrumento dentro del espectro sonoro señalando instrumentos o voces
señalados en frecuncias.
· Bajo: Cuerpo y profundidad en 60 Hz, áspero en 600 Hz, presencia en 2.5 kHz y ruido de cuerda a
partir de los 3 kH.
· Guitarra acústica: Cuerpo en 80 Hz, presencia en 5 kHz, sonido de púa por encima de 10 kHz.
· Guitarra eléctrica: Pegada en 60 Hz, cuerpo en 100 Hz, estridente en 600 Hz, presencia en 2-3 kHz,
latosa y rasposa arriba de los 6 kHz.
· Batería: Cuerpo en 100 Hz, apagada en 250-600 Hz, trash de 1 a 3 kHz, ataque en 5 kHz, seca y
enérgica en 10 kHz.
· Bombo: Cuerpo y potencia por debajo de los 60 Hz, acartonado 300-800 Hz (corta de 400 a 600 para
conseguir un mejor tono), y el kick o ataque en 2-6 kHz.
· Saxo: Cálido en 500 Hz, duro en 3 kHz, sonido de llaves por encima de 10 kHz.
· Voz: Cuerpo en 100-150 Hz (hombre), cuerpo en 200-250 (mujer), sonido nasal en 500-1000 Hz,
presencia en 5 kHz, y sonido de 's' arriba de 6 kHz.
El error más común es comenzar agregándole graves a todo; así la mezcla sonará grave y turbia. Si
haces eso podrías pensar que subiendo los agudos se arreglará el fiasco, pero verás enseguida como los
medios suenan débiles... y se descontrolará todo. Un buen consejo es utilizar la EQ con bypass para ir
escuchando y controlando la ecualización en todo momento.
De hecho, cada día más, observamos en los controles de FOH (FRONT OF HOUSE) que el
ecualizador gráfico está plano, sin embargo esto era impensable no hace tanto tiempo.
Respuesta en frecuencia
Se denomina curva de respuesta en frecuencia de una instalación de audio a la
representación gráfica de la intensidad sonora en un punto de la sala, respecto a la
frecuencia a la cual se emite. Ésta se obtiene posicionando en la zona de escucha un
sonómetro junto con un analizador de espectro que pueda representar de manera
gráfica esta curva.
Si la representación obtenida es una línea horizontal, quiere decir que no hay ninguna
pérdida ni ganancia de intensidad sonora para ninguna frecuencia. Lo habitual es que
para algunas frecuencias haya una pérdida de señal y que para otras haya una
ganancia. El ecualizador deberá corregir estas variaciones realizando la acción inversa a
la respuesta en frecuencia inicial. Así intentaremos obtener una respuesta final plana.
- Modificación de la estructura temporal del sonido por las reflexiones que llegan en
tiempos distintos.
La existencia de modos de vibración hace que algunas frecuencias estén más realzadas
que otras y, en cambio, otras se cancelen.
Observamos según estas fórmulas que cuanto más alto es el factor Q más estrecho es el
ancho de banda.
Se expresa en decibelios para cada filtro y, generalmente, suele oscilar entre ± 12dB.
Por ello, el teclado de los pianos está dividido en octavas, en las que la frecuencia de la
primera nota de una de ellas es el doble que la de la primera nota de la octava anterior.
Tipos de Ecualizadores
Existen principalmente dos tipos de ecualizadores, que son el ecualizador gráfico y el
ecualizador parametrico:
El ecualizador gráfico
Recibe su nombre de la disposición de sus potenciómetros, que están colocados de tal
manera que permiten visualizar la compensación realizada.
Existen ecualizadores gráficos con cinco controles, hasta con 31. El más empleado en
audio profesional es el ecualizador de tercio de octava, en el que encontramos 30
puntos de control.
Cada filtro posee un control de ganancia con el que atenuar o amplificar la banda de
frecuencia sobre la que actúa.
En posición central no pasa nada, o sea, quedará en OdB.
Al estar los potenciómetros situados paralelos y consecutivos, según la curva
imaginaria que une sus posiciones, se corresponde con la respuesta que ejerce el
ecualizador sobre la señal.
Esta norma se emplea para unificar criterios de diseños de los ecualizadores, ya que si
observamos la tabla las frecuencias escogidas, no son el resultado de dividir cada
octava en tres o, lo que es lo mismo, multiplicar una determinada frecuencia por 2¹/³,
sino que son frecuencias escogidas para dicha norma ISO.
El ecualizador paramétrico
Éstos controlan los tres parámetros fundamentales, que son el ancho de banda, la
frecuencia central y la amplitud de la señal.
El manejo de éstos es más complejo, ya que hay que ajustar todos los parámetros.
Una vez conectado correctamente nuestro ecualizador gráfico en serie entre la mesa y
las etapas de potencias, ya sea directamente o a través de los "inserts", reproducimos
un CD con ruido rosa, en el caso de que nuestra mesa no disponga de su propio
generador, y con todos los ecualizadores de la mesa desactivados observamos el
resultado en nuestro analizador de espectro.
Corregimos simplemente las frecuencias que veamos en nuestro analizador que estén
atenuadas o amplificadas excesivamente; debemos tener en cuenta que al bajar la
frecuencia defectuosa en el ecualizador también lo harán la superior e inferior adjunta,
por ello una solución consiste en elevar ligeramente estas frecuencias adyacentes.
Aunque los aparatos de medida son muy fiables, será mejor escuchar el resultado, ya
que en la mayoría de los casos una curva plana no es sinónima de respuesta perfecta,
así que lo mejor es reproducir algún CD que tengamos y que acostumbremos a oír con
frecuencia para hacer una comparación entre la corrección acústica que hemos hecho y
el análisis que nuestros oídos hacen, ya que evidentemente la información que llega a
nuestros oídos es mucho más rica que la que es proporcionada al analizador de
espectro.
En el caso del bombo de una batería, las frecuencias producidas bajan hasta 40Hz, así
que para controlar mejor el ataque deberemos acentuar o atenuar alrededor de 63Hz,
de hecho, muchos micrófonos concebidos para bombos presentan una ligera cresta en
esta frecuencia. Algunas de las frecuencias más molestas suelen estar en la zona de
300 y 400Hz.
Rango de frecuencia de cada instrumento dentro del espectro sonoro (ahora señalando
frecuencias antes que instrumentos o voces)
40-50Hz
Es donde están esos graves tan de moda en música de baile. Aquí, principalmente,
deberemos hacer trabajar el bombo y evitar meter en estas frecuencias las voces.
70-100Hz
Ahora aparte del bombo tenemos el bajo; lo importante es diferenciar estos dos
instrumentos.
200-400Hz
En este rango de frecuencias podemos determinar el sonido de la caja, podemos
también añadir calidez en las voces o llenar un poco las guitarras.
400-800Hz
Podemos esclarecer el bajo en estas frecuencias, también en este rango de frecuencia
se encuentran los primeros armónicos de la caja, que son muy importantes a la hora de
precisar su ataque.
En este rango de frecuencias podemos también reducir las vibraciones existentes en los
timbales.
800-1000Hz
Este rango es muy importante para las voces, ya que le dará más fuerza, también le
dará claridad al bajo y más pegada al bombo.
1-3KHz
Aquí conviene realzar entre 1 y 2 kHz para perfilar las guitarras y bajos;
evidentemente, al llegar a esta parte tan sensible del oído deberemos disminuir las
voces alrededor de los 2,5KHz.
3-6KHz
Este rango es bastante crítico para las voces. Bási-camente como hemos mencionado
antes podemos bajar el nivel sobre los 3KHz, pero también deberemos hacerlo
alrededor de 6KHz, ya que ahí es donde está el siseo en la palabra, de esto se
desprende que la parte comprendida entre 3 y 5KHz nos dará mas claridad.
6-10KHz
A partir de estas frecuencias podemos esclarecer nuestra mezcla, ya que el sonido tiene
más aire. Observaremos también cómo le damos más frescura a las guitarras acústicas.
10-16KHz
Aquí debemos olvidarnos de los instrumentos más graves, sencillamente cortando estas
frecuencias para estos instrumentos (bombo, bajo,...) con un filtro paso-bajo, por
ejemplo.
En estas frecuencias le podemos dar más aire a las voces y los platos también.
Todos estos consejos no son normas estrictas y pueden variar ligeramente con cada
instrumento. Además, a menudo puede ocurrir que ecualicemos un instrumento
determinado en solitario y, al mezclarlo con el resto de instrumentos, no suene igual y
debamos retocar la ecualización. Debemos probar a varios niveles (recuerden las
curvas de Fletcher -Munson) y nunca atardarnos demasiado en un solo sonido, ya que
nuestros oídos se cansan muy rápidamente del mismo sonido repetido muchas veces.
Por otro lado, recuerda que para una ecualización en sonido-directo no es necesario, en
la práctica, un gran trabajo en las frecuencias superiores a 16KHz, pues como ya hemos
estudiado anteriormente, las altas frecuencias son más atenuadas en función de la
distancia que las bajas frecuencias. Utilizaremos este conocimiento teórico también
para mejorar las mezclas y así poder alejar o acercar una fuente sonora en nuestra
mezcla final. No olvidemos tampoco los panorámicos para mejorar esta mezcla
situando cada instrumento en su plano sonoro correcto.