186-1-Aux en Kinesio Modulo 2

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Auxiliar en Kinesiología + Masaje Profesional Nº 2

Modelación Corporal o Estética corporal

Masaje: consiste en la aplicación de presión en forma de amasado, golpeteo, vibración, etc.,


aplicados en forma manual, eléctrica, o mecánica, sobre los tejidos.
La piel es un vasto órgano de protección con superficie sensible que recibe directamente la acción
del masaje, por si debemos actuar sobre los planos profundos siempre la piel es el intermediario
obligatorio.

Acción del masaje

1-Acción General: activación de la circulación y de la nutrición de los tejidos. El masaje actúa sobre
las venas y linfáticos acelerados el vaciamiento de los mismos. Es más difícil que el masaje actúe
sobre arterias dadas sus características estructurales y su profundidad.
El masaje provoca una hiperemia (abundancia extraordinaria de sangre en una parte del cuerpo)
favoreciendo así la nutrición de los tejidos.
Normalmente la actividad muscular, hace un automasaje vascular al transmitir a los vasos sus
contracciones y relajaciones, favoreciendo por lo tanto la circulación de los líquidos. Si la actividad
muscular se reduce, sea por un problema patológico, traumático, detención de la actividad general
(problemas psíquicos), hemiplejía, etc., disminuye el retorno de los líquidos con el consiguiente
éxtasis sanguíneo (detención o estacionamiento de un líquido con la sangre), lo que puede
determinar un edema o fibrosis de los tejidos. El masaje puede mejorar estos trastornos al mejorar la
circulación sanguínea.
2-Acción sobre la piel: Todas las maniobras del masaje sobre la piel elevan la temperatura, mejoran
su nutrición elasticidad y estimulan las secreciones sudorales y sebáceas.
3-Tejido Graso: el masaje aplicado con suficiente penetración aumenta la circulación y el
metabolismo local del tejido subcutáneo, lo que determina un aumento de la reabsorción de líquidos
intersticiales. Es probable que con el masaje se pueda obtener un efecto reductor local del tejido
graso.
4-Músculos: el aumento de la circulación producida por el masaje determina en los músculos un
mayor aporte nutritivo. El masaje estimula la contracción muscular y mejora el tono muscular
(tensión, elasticidad o firmeza).

Técnicas de Masaje

1. Posición: durante la ejecución del masaje los músculos han de estar relajados, lo que se logra
haciendo acostar al paciente cómodamente. Debe evitarse el enfriamiento de la persona, que
le impide su relajación.
2. Se puede utilizar talco o productos de acción reductora, hidratante, emoliente, etc.
3. Duración y frecuencia: depende de la región indicada.

Contraindicaciones:
Cuando la piel presenta procesos patológicos, fiebre, etc.
El Masaje no debe provocar dolor.

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Tipos de Masajes

Roces: consisten en movimientos de desplazamiento con la palma de la mano. Según con la


presión con que se aplican se clasifican en superficiales o profundos.

A) Roces Superficiales: es la más superficial de las manipulaciones. Consiste en desplazar la


mano sobre la piel, en forma suave (caricia). La mano debe adaptarse a la región que se trate,
así podrá hacerse con toda la palma de la mano abierta, en las regiones amplias o con la yema
de los dedos si tratamos partes pequeñas como la cara. El movimiento puede ser rectilíneo o
circular efectuado con una o con las dos manos simultáneamente. El roce superficial es el
simple contacto sin presión alguna. No influye mecánicamente sobre la circulación, por lo
tanto, no interesa la dirección a seguir. Esta maniobra que se caracteriza por ser suave,
rítmica, lenta, influimos sobre el psiquismo, siendo su
aplicación muy importante para la relajación muscular.

B) Roces Profundos: la presión es mayor, aunque no ha de ser demasiado intensa, la relajación


es fundamental. El sentido es siempre centrípeto (dirigido al centro). Tiene acción mecánica
favoreciendo el vaciamiento venoso y linfático. Actúa fundamentalmente sobre la piel y el
tejido celular subcutáneo.

Fricción

Sinónimo de frotar. La fricción consiste en movimientos en forma rectilínea o de pequeños


círculos que se ejecutan con la mano, desplazándola sobre los planos subyacentes. Debe seguirse
la dirección de la circulación de retorno. La fricción presenta muchas variantes de técnicas.
Describiremos las más usadas por nosotros. Con la palma de ambas manos aplicables a regiones
amplias, con una sola mano en regiones más pequeñas, con el talón de la mano o con la yema de
uno o más dedos.

Amasamiento

Consiste en presiones realizadas con más intensidad y profundidad que los roces, pues su finalidad
es llegar también al músculo.
Hay dos formas principales de amasamiento:
✓ el pinzamiento
✓ la malaxación.

El pinzamiento: consiste en tomar los tejidos entre el pulgar y uno o varios dedos de la misma mano
en forma de pinzas, levantarlo de los planos profundos y exprimirlos como si fuera una esponja
embebida. Se ejecutan entonces los dedos opuestos al pulgar en movimiento circulares de fricción y
luego aflojando la mano que los deja volver por su propia elasticidad a la posición inicial. El
pinzamiento se ejecuta con una mano o ambas a la vez.

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La Malaxación: se efectúa con movimiento alternos de oposición de ambas manos, la cara palmar
de los cuatro últimos dedos de una mano comprime los tejidos contra el talón de la mano opuesta.
Se utiliza fundamentalmente en el mensaje abdominal y en los glúteos.

Percusión
Es una manipulación que consiste en golpeteo de los tejidos dados con cierta fuerza y frecuencia.
Puede realizarse con el borde cubital de la mano, con la yema de los dedos, etc. La acción de la
percusión sobre el músculo es mejorar el tono muscular.

Vibraciones
Consiste en trasmitir a los tejidos una vibración. Se realiza con varios dedos o con toda la mano.
Tiene un efecto sedante o relajante.

Movimientos y posiciones de las manos

Tal vez aún no te sientas suficientemente seguro de ti mismo para de entrada comenzar dando un
masaje. Pero puedes entrenarte con los siguientes movimientos que luego serán puntos de referencia
técnicos útiles para el masaje. Lo mejor es encontrar un compañero con quien puedas aprenderlos y
que a continuación los experimente sobre ti. En efecto, es preferible aprender a hacerlo y también a
sentirlos sobre el propio cuerpo. Alternándose podrás tomar mayor conciencia de los efectos que
originas en el otro. Por ese motivo es que a menudo se obtiene más provecho aprendiendo a
masajear en seminarios, donde cada cual desea a la vez aprender a recibir masajes, y no solo
aprende a ser un masajista trabajando sobre alguien totalmente pasivo. En el programa de masaje
que se describirá a continuación se podrán encontrar tres grandes categorías de movimientos.

Movimientos generales

No conciernen a una parte del cuerpo en particular o a tensiones específicas, sino que sirven para
unir las diferentes partes del cuerpo entre sí. Están destinados a favorecer una percepción global del
esquema corporal, o despertar una sensibilidad mayor y una mejor coordinación del movimiento.
Te permitirán un masaje de conjunto que tiene la ventaja de ser bastante corto, orientado
esencialmente a la distensión interior. Es la técnica ideal para tus primeros masajes. Estos
movimientos son:

Rozamiento

Hay toda una serie de posiciones y movimientos básicos de las manos que durante el masaje
encontrarás que están adaptados a las distintas partes del cuerpo. Cada uno de ellos tiene efectos
fisiológicos. Es importante conocer estas posiciones puesto que todos los masajes las contienen.
Después de la toma de contacto, un masaje comienza generalmente con unos movimientos
superficiales amplios, poco insistentes, que cubren grandes zonas del cuerpo.
Se les llama rozamientos. El rozamiento se efectúa con toda la mano, mediante una presión ligera y
suave. La mano se desliza sobre la piel y se adhiere al cuerpo siguiendo su contorno. Los dedos van

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juntos, el ritmo es regular sin paradas bruscas y la presión uniforme. Se pueden utilizar las dos
manos simultánea, sucesiva o independientemente, pero sin perder nunca el contacto.
Al principio del masaje, este movimiento permite iniciarlo con tranquilidad y prolonga el contacto.
Es un paso progresivo de la inmovilidad al movimiento. También sirve para extender el aceite sobre
todo el cuerpo; calienta, desarrolla la sensibilidad y activa la circulación sanguínea y linfática de
superficie. Además, por su acción relajante prepara para los movimientos que vendrán. Permite al
masajista un contacto técnicamente sencillo, importante para detectar las tensiones, las zonas de
calor y de frío y la circulación de la energía en el otro, facilitando así la orientación posterior del
masaje. Permite por tanto concentrarse en lo que se siente globalmente en la relación masajista-
masajeado. Dado que o tiene una acción profunda, es un movimiento sin riesgos que se puede
efectuar en todas direcciones (no se corre el peligro de ir en el sentido contrario del músculo, o se
ejerce una acción anatómica inadecuada). Por otra parte, al efectuarse en todas las direcciones
distribuye la energía en la superficie. Así, quien recibe el masaje se abandona aún más fácilmente,
puesto que no puede seguir el movimiento en función de sus puntos de referencia anatómicos
habituales.
Para entrenarte, pide a tus compañeros que se estiren boca abajo. Después de haber establecido el
contacto comienza a masajearlo por rozamiento, sin presión, deslizando simplemente las manos
sobre la piel de acuerdo a lo que sientas. Cuida siempre de que tus manos se peguen al cuerpo y que
tus movimientos sean regulares y armoniosos.
Siente también que perciba el cuerpo del otro y que éste reacciona al contacto. Practica también
largos rozamientos sobre los miembros, deslizando tus manos en el sentido del eje de los mismos.
Para mantener el máximo contacto durante el movimiento es importante que tus muñecas sean muy
flexibles y se muevan en todas direcciones. Ello permitirá, que la superficie de tus manos se adhiera
plenamente al cuerpo. Además de los efectos físicos, el rozamiento proporciona una gran relajación
interior gracias a la suavidad de su acción. Como se puede efectuar sobre todas las partes del cuerpo,
favorece una percepción global y una reintegración del esquema corporal. Es suave y envolvente.

La presión con deslizamiento

El rozamiento también permite una acción más profunda y dirigida: la presión con deslizamiento.
La posición de las manos es idéntica a la del rozamiento, pero la presión es más fuerte y empuja la
piel, que forma un pequeño pliegue delante de las manos.
Es el movimiento básico para la relajación muscular, así como para favorecer la irrigación
sanguínea de los tejidos en profundidad. La presión con deslizamiento debe ser lenta, para respetar

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la velocidad de la circulación de la sangre y la linfa (algunos centímetros por minuto).
Tradicionalmente se efectúa en el sentido de la circulación sanguínea de retorno, o sea, hacia el
corazón y sobre la espiración, la presión se hace con todo el peso del cuerpo. Para no perder el
contacto, el movimiento de vuelta es un rozamiento con estiramiento.
El mejor efecto de drenaje sobre la circulación sanguínea se obtiene con las manos en brazalete,
donde el bode de la mano ejerce mayor o menor presión.
Así, las manos se utilizan una al lado de la otra en diversas posiciones, y, según la constitución de la
zona a masajear, una parte de la mano imprime una presión más o menos fuerte. La presión se
ejerce perpendicularmente al cuerpo. Una mano puede apoyarse sobre la otra para reforzarla. En los
primeros movimientos de presión con deslizamiento, ésta se hace prudente y progresivamente para
evitar sensaciones dolorosas bruscas cuando se pasa sobre los nudos musculares.
Da la impresión de que uno se hace cargo de la situación en mayor medida que en el rozamiento,
sobre todo en caso de personas muy musculosas o depresivas. Por otra parte, es el movimiento
básico del masaje deportivo. Para adquirir prácticas retoma el movimiento de rozamiento indicado
más arriba sobre el miembro, con las manos en brazalete, y aumenta progresivamente la presión.
Siente los diferentes planos anatómicos bajo tu presión, pero evita presionar la columna vertebral.
Intercambia los lugares con tu compañero para así poder apreciar los efectos de lo que estás
haciendo.
Tanto el rozamiento como la presión son movimientos generales, pero adaptando la posición de las
manos se los puede utilizar para todo el cuerpo. Sin embargo, los siguientes movimientos son más
específicos.

Movimientos específicos

Destinados a disolver las tensiones de una parte concreta del cuerpo. Puedesintegrarlos en el masaje
global, según el tiempo de que dispongas y cuando observes una zona del cuerpo que lo necesita
particularmente. Cada persona tiene zonas de tensiones musculares que son características de su
constitución, si bien por lo general encontramos tensiones en el cuello, los pies, la columna
vertebral y el abdomen.

Torsión

Las dos manos en brazalete giran en sentido opuesto, provocando un movimiento en “S” sobre los
miembros (es como el brazalete indio o brazalete de fuego, juego que hacen los niños retorciendo
las muñecas). La torsión se hace perpendicularmente al eje del miembro.

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Sobre la espalda y, en general, las grandes superficies, se convierte en un movimiento de ida y
vuelta.

Amasamiento

Toma el músculo con toda la mano y amásalo en profundidad con un movimiento alternativo de las
dos manos. Este movimiento se emplea fundamentalmente sobre los músculos importantes que se
prestan a ser malaxados. Favorece la eliminación de las toxinas, activa el metabolismo muscular, y
despega las diferentes capas del cuerpo.

Fricción

Consiste en aplastar en el plano subyacente los nudos musculares y los puntos doloridos en un
movimiento circular, o vibratorio bastante insistente. Se efectúa ya sea con la punta de los dedos, ya
sea con los pulgares o la parte carnosa de la base del pulgar, sobre una zona muy específica del
cuerpo, frecuentemente en los huecos que hay alrededor de las articulaciones, o a lo largo de la
columna vertebral. Se trata de un movimiento que puede ser doloroso, por lo que sólo debe
emplearse tras haber preparado muy bien la zona masajeada con otros movimientos menos
específicos.

Manipulaciones de puntos específicos

Además de los movimientos globales y específicos, hemos seleccionado una serie de puntos
empleados en las técnicas orientales de masaje como el shiatzu o el do-in. Se han escogido los
puntos más importantes, que permite producir un efecto sobre la salud general, y unos puntos más
específicos que alivian los pequeños problemas de la vida cotidiana (dolores de cabeza, dolores, de
espalda, cansancio de piernas, nerviosismo, ansiedad).
Estirar los dedos del pie es un buen ejercicio pasivo para el complicado sistema de palancas de las
articulaciones de los dedos y la planta del pie, que nos da la posibilidad de caminar, correr y saltar.
Mientras ejercitas pasivamente las articulaciones, también puedes estirar los importantísimos
ligamentos que las sostienen y ayudan así al buen funcionamiento del pie. Para hacerlo, tendrás que
presionar casi directamente hacia abajo, desde los dedos, sin doblar hacia atrás todo el pie ni aplanar
el arco. Levanta el pie y apoyártelo en el muslo, si quieres sosteniéndolo con una mano por debajo
del tobillo. Si el talón de tu paciente descansa ligeramente sobre tu muslo, los dedos estarán casi
tocándote el pecho. Mantén juntos los dedos de la mano para oprimir hacia abajo los dedos del pie,
doblándolos hacia atrás hasta que encuentres cierta resistencia.
Si la persona se ha quejado de calambres musculares en la planta del pie, puedes trabajar una
variante de este movimiento, que aplana el arco. Sostén el pie exactamente de la misma manera,
pero presiona hacia arriba sobre la parte carnosa, justo debajo de los dedos.
En vez de presionar hacia abajo, en dirección del tobillo, hazlo hacia arriba, hacia la cabeza de la
persona. Estira el arco hacia afuera y mantén la presión mientras cuentas silenciosamente hasta
veinte.
Repite tres veces el mismo movimiento.

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Como el arco metatarsiano, los tobillos soportan todo el peso del cuerpo. Como al mismo tiempo
que proporcionan este apoyo, también deben girar, cuando se da masaje a un corredor, los tobillos
reciben mayor atención que ninguna otra articulación, excepto la rodilla.
Cuando se hace presión alrededor del tobillo con las yemas de los pulgares, se pueden drenar los
fluidos acumulados en la articulación.
Estos fluidos generados a veces durante el ejercicio, provocan ocasionalmente hinchazones que
pueden demorar, e incluso paralizar completamente un programa de ejercicios, aun cuando el resto
del cuerpo está en perfecta forma. Sostén el talón de tu paciente con los cuatro dedos de cada mano
dispuestos a modo de cesta, y con los pulgares haz presión en la ligera depresión que hay bajo el
tobillo, tres veces en cada sentido. A veces podrás sentir como desaparecen los fluidos de la
articulación.

El masaje de los dedos

Con una mano inmoviliza el pie tomándolo por el medio, y tira hacia arriba de cada dedo, por los
costados. Como los dedos suelen ser muy pequeños y difíciles de sujetar, pueden darles un rápido
tirón y dejarlos escapar bruscamente al llegar a la punta de cada uno, antes de pasar al siguiente.
La idea es más bien presionar los costados del dedo que tiran con fuerza del dedo como tal.

El amasamiento de los extensores del pie y de los dedos.

La flexión de los dedos se puede sentir exactamente debajo de la rodilla, en el lado exterior de la
pierna, de donde parten los músculos que mueven el pie. Aun cuando no nos propongamos otra cosa
que masajear los pies, será mejor hacer algunos amasamientos subiendo por la pierna hasta la
rodilla, para relatar estos músculos. Al llegar al pie los músculos se ramifican y recorren toda la
parte del empeine. Un generoso amasamiento circular, con toda la superficie palmar de los pulgares
abarcará todas esas ramificaciones. Ejerce presión hacia abajo, desde la yema del pulgar hasta la
base. Los dos pulgares deben seguirse el uno al otro, de la misma manera que los hacían en brazos y
manos. Para intensificar la presión, el pié contra tu rodilla y muslo y trabaja con los nudillos.
Colócate de tal manera que puedas sujetar fácilmente el pié, sin forzar. De este modo podrán dar
apoyo desde el talón hasta los dedos. Con una mano inmoviliza el pie contra tu rodilla, con la otra
haz presión hacia abajo con la parte plana de los nudillos.
Ten cuidado de que todo contacto se haga con la parte plana de los nudillos, sin hundir su parte
saliente en las superficies curvas.

La fricción del tobillo

Cualquier masaje corporal completo debe incluir por lo menos un minuto de fricción de ambos
lados de la compleja articulación del tobillo.
En el caso de torceduras, este movimiento puede ser decisivo para reducir la hinchazón y devolver
la movilidad al pie. Al describir círculos alrededor del tobillo se percibirá una superficie sumamente
irregular, ejerce presión en las partes blandas y aflójala un poco en las salientes óseas. Inmoviliza el
pie sosteniéndolo alrededor del arco. Aquí necesitarás mantener firmemente el pie. Ten cuidado con
los vasos sanguíneos superficiales y concentra la presión con que inmovilizas el pie ejerciéndola en
la parte de la planta con el pulgar y los cuatro dedos.

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Al trabajar alrededor del tobillo, el movimiento de fricción debe alternar los círculos pequeños con
el conocido movimiento rápido de atrás hacia adelante y viceversa.
Hay presión hacia abajo con los cuatro dedos, hacia el interior de la articulación.

La circulación del pie.


Movimiento de presión deslizante

Una vez completada la fricción del tobillo, es buena idea hacer un vaciado venoso y linfático en
dirección del tobillo, es buena idea hacer un vaciado venoso y linfático en dirección del corazón.
Así las toxinas que se hayan puesto en movimiento durante la fricción se dispersan rápidamente, y
el pie iniciará el proceso gradual de despertar que es característico de todo buen masaje de los pies.
Este es el movimiento circulatorio más efectivo de todo el cuerpo, simplemente porque estamos
muy lejos del corazón y las venas del pie están muy próximas a la superficie.
Arquea las manos para adaptarlas a los contornos del pié. Sobre la piel bien aceitada, ejerce presión
con una mano desde la base de los dedos hasta la mitad de la pierna, por encima del tobillo. Si
quieres puedes ir algo más arriba. Cuando llegues a la posición más alta empieza con la otra mano,
hacer presión hacia arriba, desde la base de los dedos de la misma manera. Cuando la segunda mano
comienza a ascender, la primera regresa a la posición inicial. Como se trata de un movimiento en
que las manos se mueven una tras otra, se tiene la sensación de que muchas manos estuvieran
acariciándole energéticamente el pie.

El arco

Los pies proporcionan apoyo al cuerpo, y actúan además como palancas y amortiguadores. En estas
tres funciones vitales, el arco interviene en forma directa. Incluso cuando estamos sentados, soporta
el peso de la pierna, desde la rodilla hacia abajo. Debido a la manera en que configura los tejidos
circundantes, el arco permite que el pie equilibre el resto del cuerpo.
Si la estructura del arco naturalmente curva, se encuentra sobrecargada, los ligamentos que
conectan entre sí los huesos se verán sometidos a tensión. La gente ha encontrado una cantidad de
maneras de sobrecargar los arcos del pie, con el consiguiente forzamiento de ligamentos y músculos.
Quizás hayas emprendido con enorme entusiasmo un nuevo programa de ejercicios, sólo para
descubrir que es posible que unos arcos acostumbrados a pasarse las horas frente a una pantalla de
televisión no se adapten fácilmente a recorrer varios kilómetros por un camino de tierra. También
puede ser que tengas que hacer masaje a gente que está excedida de peso, y que tiene
permanentemente los arcos sobrecargados. O puede que se trate de alguien que todos los días tiene
que estar muchas horas de pie, sin dejarles ocasión de relajarse. Lamentablemente, los arcos y los
pies no se pueden reacondicionar cada 20.000 km. como si fueran neumáticos. Tendremos que
convivir con nuestros pies y la forma en que los tratamos, pero un masaje puede ser una ayuda
importante.

Ejercicio Pasivo
Tirar de las articulaciones del tobillo, la rodilla y la cadera.

Ninguno de los asideros naturales del cuerpo es más cómodo que el talón y la parte alta del pie. Al
tirar de allí, puedes trabajar todas las articulaciones que están por debajo de la cintura. Levanta el

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pie tomándolo del talón y sujétalo por la parte del empeine, lo bastante hacia abajo, hacia el tobillo,
como para no doblarlo al tirar. Una vez que hayas tenido cierta experiencia con las presiones que
intervienen en este movimiento y la sensación de quienes la reciben, te será fácil juzgar que presión
haz de usar para los diferentes tipos corporales. Entre tanto, lo más seguro son las presiones
moderadas. Mantén la presión máxima que consideres conveniente mientras cuentas en silencio
hasta diez, y luego aflojas lentamente.

Darse vuelta

La comprensión del arco es el primer movimiento en la planta del pie y el último en el frente del
cuerpo. Siempre da a quien lo recibe un poderoso incentivo para darse la vuelta y continuar con el
masaje. En este momento, para tu paciente, darse la vuelta es lo más fácil que hay en el mundo.
Como en todo masaje, aquí los relojes y la conversación son totalmente innecesarios. Una o dos
palabras son suficientes. Mientras cambia la posición mantén el contacto con sus piernas.
Hay gente que se tiende con las manos bajo el mentón, con lo que la posición tensa de los
omóplatos, hace muy difícil el masaje de los omóplatos hace muy difícil el masaje de la espalda.
Levanta un brazo sosteniéndolo por encima y por debajo del codo, y sugiere que podría ser más
cómodo estar con los brazos a los costados. Mientras haces la sugerencia, mueve los brazos.

Amasamiento de la planta del pie

Se trata de la conocida secuencia de amasamiento con las yemas de los dedos que has usado ya en
el cuerpo. Recuerda que has de usar toda la superficie del pulgar, desde la yema hasta la parte
carnosa inferior. Ambos pulgares se mantienen en total contacto entre sí mientras describen círculos
hacia arriba y hacia abajo, sobre el arco y la planta del pie.

La fricción del arco

También aquí puedes usar más presión que en ningún otro movimiento de fricción, siempre que
inmovilices correctamente el pie. Sostenlo a través del empeine, del otro lado del arco, y concentra
la presión de la mano que lo sujeta en los lados del pie, para no restringir la circulación. Presiona la
planta del pie con los cuatro dedos de la otra mano. Mantén juntos los dedos mientras sacudes los
tejidos internos. Sentirás como los tendones y ligamentos del pié se estremecen bajo tus dedos.

Amasamiento del arco con los nudillos

El amasamiento con los nudillos, como todos los movimientos que se hacen en el arco, requiere
mucha presión. Por eso, siempre es necesario inmovilizar firmemente el pie y la pierna antes de
comenzar. Puedes apoyarte ligeramente la pierna contra el muslo, y con la mano libre sostener el
pie. Así puedes ejercer presión directamente ya sea contra tu mano o contra tu muslo. Con la parte
plana de los nudillos describe círculos por todo el arco, subiendo hasta el talón.
Quizás quieras combinar este movimiento circular con un movimiento longitudinal de avance y
retroceso que abarque toda la planta del pie.
Cualquier opción que elijas, concentra la mayor parte del esfuerzo y la presión más intensa en el
arco.

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Un ejercicio pasivo: la rotación de los huesos del arco metatarsiano

Puesto que el pie debe soportar la totalidad del peso del cuerpo; su construcción interior es muy
fuerte. Los veintiséis huesos del pie están unidos por una complicada red de poderosos ligamentos.
Uno de los aspectos más placenteros del masaje del pie es la forma en que dichos ligamentos se
estiran suavemente cuando se hacen rotar los huesos. Toma cada lado de la planta con la parte
carnosa de los pulgares y con los cuatro dedos, bien juntos, haz presión hacia arriba contra el
empeine. Debes tener un asidero bien firme, porque durante este movimiento las manos no se
mueven a través del pie. Haz rotar las manos en pequeños círculos opuestos.
Mientras los ligamentos se van estirando dentro del pie, percibirás como cambian de posición los
largos huesos metatarsianos.

Movimientos de amasamiento.
Fricción circular y fricción en el tendón de Aquiles

Los músculos de la pierna se conectan con el talón por intermedio del tendón de Aquiles. Este
tendón, el más largo del cuerpo, se puede palpar fácilmente, ya que desciende por el dorso de la
pierna y envuelve el talón. No hay otro tendón que sea más importante para los corredores y otros
atletas, porque sin él, no hay manera de levantar los talones del suelo para caminar. Como el tendón
de Aquiles se usa energéticamente en todos los deportes, los atletas tienen continuamente problemas
con él. Desgarrártelo significa un prolongado período de inmovilidad. Problemas menores como
torceduras y contusiones, se pueden reducir eficazmente masajeándolo con regularidad la zona. La
idea es mantener el tendón relajado y flexible en vez de permitir que en él se acumulen tensiones.
Los tres movimientos siguientes trabajan el tendón de Aquiles a partir de su punto de inserción en el
talón de parte de la pierna en que se confunde con los grandes músculos.

Amasamiento

Sujeta el pie con los cuatro dedos por debajo del tobillo, y con ambos pulgares ve amasando el
tendón desde el talón hacia arriba, hasta el centro de la pantorrilla. Trabaja lentamente, describiendo
pequeños círculos y cuidando de no pasar por alto ninguna parte.

Fricción circular

Con la parte plana de la palma, describe lentamente círculos sobre el talón. Mantén los dedos juntos
y estirados durante todo este movimiento. Inmoviliza el pie apoyándotelo en el muslo y haciendo
presión hacia abajo sobre el arco de la mano libre. Este apoyo extra te permitió, usar mucha presión
cuando describas círculos sobre el talón. El hueso del talón es el más grande del pie, el tendón de
Aquiles lo rodea y se inserta en la cara posterior. Cubre la totalidad del hueso con la parte interior,
blanda, de la palma.

Fricción

Para el movimiento de fricción, inmoviliza el pie de la misma manera que para la fricción circular,
sólo que puedes adelantar la mano que sujeta hasta que haga presión contra el talón. Como el

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tendón es grueso y no forma parte de una red compleja, puedes verdaderamente tomarlo entre el
pulgar y los cuatro dedos. Aquí los movimientos de fricción deben alternar entre describir pequeños
círculos y moverse en línea recta hacia arriba y hacia abajo.
A partir del talón trabaja hasta el centro de la pantorrilla, y cuida de ir separando los dedos para
adaptarse a la forma del tendón a medida que éste se va engrosando y confundiéndose con los
músculos de la pierna.

Un ejercicio pasivo: la rotación del empeine

Desde la mitad del pie hasta los dedos, el pie pude arquearse hacia atrás y hacia adelante, de un lado
hacia otro. Sostén el talón y el tobillo con una mano y con la otra toma todo el empeine por encima
de los dedos. En tanto que mantengas firme la mano de sostén puedes mover los dedos. En tanto
que mantengas firme la mano de sostén puedes mover la parte superior del pie independientemente
de la inferior.
También puedes doblar los dedos hacia atrás y hacia adelante.

Ejercicio pasivo para la parte de atrás del pie

El movimiento para ejercitación pasiva que usamos en la parte de adelante del pie es igualmente
bueno aquí, en la parte de atrás, y por cierto que vale la pena repetirlo, en especial si la persona ha
tenido algún problema con los pies.
Sostén con el muslo parte de la pierna y lo mismo que antes inmoviliza el pie por encima del tobillo.
Haz girar el pie a partir de la parte carnosa.

Roce del pie y de los dedos

En el curso de un masaje corporal completo, la parte de atrás de los pies recibe más roces que
cualquier otra parte del cuerpo. Como nadie se queja jamás de esta abundancia, tómala como una de
las mejores maneras de hacer transiciones de una a otra parte del cuerpo.
Comienza en la mitad de la pantorrilla, y ten cuidado de seguir con el roce el contorno del pie y del
talón. Interrumpe lentamente el contacto en los dedos y comienza inmediatamente a masajear el
dorso de la pierna.

LA TORSIÓN: movimiento de ida y vuelta sobre la espalda (en general sobre grandes superficies.

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o

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PIE (parte anterior)

Posición de decúbito dorsal o supino:


1) Untar toda la zona a masajear con crema.
2) Masajear con el puño de la mano semi-cerrado la planta del pie, desde los
dedos hasta el talón, la otra mano acompaña sobre el empeine (en forma
de caricia). La mano que bajo hasta el talón cerrado vuelve abierta.

3) El dedo pulgar de la mano arriba y el índice abajo, tirando un poco. Se


hace este ejercicio en todos los dedos. Repetir 3 veces.
4) Proceder de la misma forma que el ejercicio anterior, pero en los costados de los dedos.
Repetir 3 veces.

5) Con el dedo pulgar masajeo en forma circular, desde la base de la uña hacia arriba hasta la
raíz del dedo. Comience por el dedo gordo del pie y termine por el dedo pequeño. Repetir 3
veces.
6) rotar cada dedo 3 veces para un lado y 3 veces para el otro.
7) Abanico (en el metatarso como cerrando el puño).
8) Contra abanico (el mismo ejercicio que el anterior, pero en sentido contrario).
9) Subo desde los dedos hasta el empeine, masajeando con la yema de los pulgares con
movimientos circulares (las palmas abiertas), al llegar al empeine tiro hacia los dedos. Repetir
3 veces
10) Parto el pan.
11) Tome la punta del pie con su mano izquierda y empújela
algunas veces hacia el dorso del pie para extender tendón
de Aquiles.
12) Rotación del pié para un lado y para el otro 10 y 10.

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