El Coliseo Romano
El Coliseo Romano
El Coliseo Romano
El uso de este edificio se prolongó durante casi 500 años, y los últimos juegos que allí se
celebraron fueron en el siglo VI. Ya en la Alta Edad Media, se abandonó completamente su uso
para la función de espectáculo, pasando a ser reutilizado como fábrica y fortaleza de una
orden religiosa. A lo largo de los años, se fueron extrayendo muchos materiales (sobre todo,
de la fachada) para la realización de nuevos edificios, hasta que fue convertido en un santuario
cristiano, de modo que se detuvo la extracción de materiales y se “procuró” su conservación.
LA ESTRUCTURA
El proyecto de construcción de este anfiteatro fue, sin duda, muy ambicioso y pretencioso por
realzar la gloria y la figura de la ciudad de Roma, por lo que se utilizaron diferentes técnicas y
materiales de construcción.
El conjunto de pilastras y arcos son de travertino, un tipo de piedra caliza muy abundante y
utilizada en construcciones de la antigua Roma, y está colocado sin requerimiento de mortero.,
al igual que toda la toba volcánica utilizada en los túneles subterráneos y en los niveles
inferiores. Al no utilizar el mortero, colocaron un gran número de grapas metálicas que servían
para sujetar todos estos sillares. Sin embargo, para las bóvedas que sirven para mantener las
gradas o cávea sí que utilizaron la argamasa, pero con la innovación de aplicarla directamente
sobre las cimbras de madera, de modo que se aligeraba en gran medida toda la estructura. Al
haber sido construido sobre una laguna, fue obligatoria la excavación de hasta 14 metros y
realizar una cimentación de 13 metros de opus caementicium (formado por argamasa
alternada con piedras).
LA FACHADA
LA CÁVEA
Las gradas estaban diferenciadas en diferentes gradus, es decir, diferentes pisos para las
diferentes clases sociales:
- El pódium: el más cercano a la arena. Estaba reservado para las autoridades más
importantes, como los senadores y los sacerdotes. Se dividía, a su vez, en diferentes
palcos: la tribuna imperial (lugar del emperador) y el de los magistrados que presidían
los juegos. Todo este nivel estaba protegido por una red metálica y por un conjunto de
arqueros que servían como aislante debido a su cercanía al terreno del espectáculo.
- El maenianum primum: lugar destinado a los aristócratas que no formaban parte del
senado.
- El maenianum secundum: se dividía en dos partes, el imum para los ciudadanos ricos, y
el súmmum para los pobres.
- El maenianum súmmum in ligneis: era la parte más alta, hecha de madera y
probablemente sin asientos, reservada para las mujeres con menor poder adquisitivo.
Además, algunas órdenes sociales y familias con bastante poder tenían sus propios sectores
privados.
El acceso a estas gradas desde los pasillos internos se realizaba a través de los vomitorios, cuyo
nombre se debe a que permitían la salida y la entrada de muchísima gente en poco tiempo.
Todo el edificio se cubría con una superficie de tela, la cual se desplegaba gracias al uso de
unas poleas. Este sistema de cubierta se sostenía gracias a un sistema de cuerdas del que
apenas se conservan rastros. Sin embargo, en la parte superior de la fachada existen huecos en
los que se colocarían los materiales encargados de sujetar las cuerdas, que también irían
ancladas al suelo para repartir mejor las tensiones.
HISTORIA
ROMA CLÁSICA
A la muerte de Vespasiano en el año 79, el edificio ya estaba acabado hasta el tercer nivel. Fue
Tito quien acabó por terminar el nivel superior un año después. Posteriormente, Domiciano
mandó realizar un conjunto de túneles y cámaras subterráneos donde alojar los animales, el
material y los esclavos, y construyó una galería en la parte superior para aumentar su
capacidad de espectadores.
En el año 217, hubo un incendio que dañó gravemente el anfiteatro, destruyendo todo el suelo
de madera. Las reparaciones y reconstrucciones se realizaron en varias fases en los años 240,
250 y 320. Gracias a una inscripción que se conserva en el propio edificio, sabemos que varias
partes fueron restauradas hacia mediados del siglo V por los daños causados por un terremoto
en el 443, realizándose más obras a finales del mismo siglo y a principios del siguiente. La
última pelea entre gladiadores está fechada hacia el 435, aunque los combates con animales
perduraron hasta bien entrado el siglo VI.
EDAD MEDIA
En esta época, el Coliseo fue transformado en diferentes ocasiones. Hacia finales del siglo VI,
se construyó una iglesia dentro del propio edificio, dándole un sentido religioso; la arena fue
usada como cementerio; y los grandes espacios existentes entre las arcadas obtuvieron una
función más práctica, siendo fábricas y refugios.
Posteriormente, cuando a finales del siglo XI el papa Gregorio VII (1020 – 1085) fue
excomulgado y expulsado de Roma, estos monumentos pasaron a formar parte de familias
nobles romanas, dándole un sentido de fortaleza en la mayoría de los casos. Hacia el año 1200,
la familia Frangipani (una de las más destacadas en los siglos XI y XII), se apropió del anfiteatro
y lo fortificó a modo de castillo medieval. Sin embargo, esta familia no fue la única poseedora
del Coliseo, ya que hasta principios del siglo XIV fue cambiando de dueños, hasta que volvió a
pertenecer a la Iglesia.
EDAD MODERNA
Este afán por arrancar y reaprovechar los materiales del Coliseo continuó durante los siglos XV,
XVI y XVII, destinándose a la construcción del Palacio Barberini en la propia ciudad, entre
muchos otros. Fue ya a mediados del siglo XVIII, cuando Benedicto XIV (1675 – 1758) consagró
el edificio como lugar santo para memorar los mártires que habían sido ejecutados durante los
primeros años del cristianismo.
Ya en el siglo XIX se invirtió esta tendencia y comenzaron una serie de propuestas y obras para
conservar y restaurar muchos monumentos antiguos. En cuanto al Coliseo de Roma, en 1820
se construyeron una serie de contrafuertes que todavía hoy en día se pueden distinguir. Hasta
la actualidad se siguen sucediendo un conjunto de reformas para su preservación y mejora de
su estado.
Contrafuerte que refuerza la estructura
PRESENTE
ESPECTÁCULOS
Como ya hemos dicho, en el Coliseo tenían lugar diferentes tipos de exhibiciones y eventos.
Todos estos actos, llamados munera, estaban financiados y patrocinados, normalmente, por
los habitantes de la ciudad más que por el propio Estado, por lo que se convertían muchas
veces en una demostración de la influencia y del poder de las familias.
Los espectáculos eran muy variados e incluían desde los combates entre gladiadores hasta las
representaciones teatrales. Un acto muy popular era la venatio, es decir, la caza de animales,
donde se sacrificaban bestias muy variadas: elefantes, leones, rinocerontes, panteras,
cocodrilos, etc. Como vemos, los romanos utilizaron también su poderosa expansión y
conquista por algunas zonas de África para importar animales con el fin de divertirse en el
anfiteatro. En este tipo de “juego”, los escenarios se representaban mediante elementos
móviles.
Otra actividad muy famosa fueron las naumachiae, recreaciones de batallas navales. Los
romanos eran muy dados a glorificar las victorias que conseguían en los campos de batalla, así
que decidieron representar este tipo de combate para diversión del espectador y para realzar
el honor de todo el Imperio. Sin embargo, no está del todo claro cómo conseguían llenar de
agua toda la plataforma, ya que la arena poco probablemente era impermeable. Según algunas
teorías, existía una especie de canal por los túneles subterráneos que permitía canalizar el
agua. Según otras, estos actos no se realizaban en el Coliseo, sino que tenían lugar en otro
edificio mejor adaptado.
Eran muy frecuentes también las sylvae, recreaciones de paisajes naturales, donde simulaban
un entorno salvaje y sacaban animales para que se movieran libremente por el escenario. Y de
una gran popularidad eran las representaciones teatrales, donde los temas mitológicos
estaban muy presentes (incluso podían realizar ejecuciones de condenados a muerte
basándose en algún relato mitológico, dándole así un mayor carácter de espectáculo).
Todos estos actos eran muy populares entre la población y de frecuencia casi diaria. En algunas
ocasiones, como en la inauguración del edificio o para conmemorar alguna victoria bélica,
estas exhibiciones se realizaban a gran escala.
MANTENIMIENTO Y RESTAURACIÓN
El Coliseo, al igual que muchos otros monumentos antiguos, también se ha visto afectado por
los problemas económicos a lo largo de los siglos, y presenta graves problemas de
mantenimiento debido a la crisis actual. Su mal estado, de ruina en algunas partes de su
estructura, también impide la visita de más turistas.
En declaraciones de Angello Bottini, superintendente del monumento, afirma que “hace
tiempo que el Coliseo no recibe ninguna financiación y la intervención de entidades privadas
no existe, ya que con todos los problemas que tiene el monumento, su restauración hoy no es
una prioridad”1.
El mantenimiento de un monumento de estas características no es nada fácil y exige un gran
coste. El presupuesto anual para su mantenimiento está cifrado en más de 500.000 euros, sin
tener en cuenta los trabajos de restauración (que serán mayores a medida que pase el tiempo
y no se tomen las medidas adecuadas), más los salarios de los trabajadores.
1
www.adnmundo.com/contenidos/turismo/coliseo_romano_seguridad
Interior del anfiteatro en la actualidad
El gobierno italiano, debido a la crisis económica, ha decidido recortar muy acusadamente los
presupuestos de mantenimiento de gran parte de sus monumentos históricos, hecho que ha
provocado que muchos edificios de su patrimonio hayan suspendido sus tareas de
restauración, poniendo en peligro la construcción, pero también la seguridad de los miles de
visitantes. Es por eso que el Coliseo buscó patrocinadores privados, de modo que pudieran
tener sus derechos publicitarios a cambio de un aporte económico. Este proyecto, encabezado
por el ayuntamiento de Roma, pretendía que en 2013 el anfiteatro romano esté
completamente restaurado, y de este modo poder aumentar su zona de visitas y acrecentar
también sus ganancias económicas.
Ya en 2011, un empresario italiano propietario de una marca de zapatos de lujo, está
financiando la restauración del monumento. El inicio de las obras estaba previsto para finales
del mes de septiembre del mismo año, y se prolongarían entre dos y tres años. Las autoridades
romanas llegaron a un acuerdo con el empresario, quien aportaría un total de 25 millones de
euros. A cambio, sería el único patrocinador de la restauración de un edificio que forma parte
del patrimonio histórico de Italia, pero que también es un símbolo cultural para todo el
mundo, por donde pasan entre 5 y 6 millones de visitantes cada año2.
Una de las cuestiones más importantes que surgen es el por qué de la tardanza en cuanto a la
restauración de un monumento tan significativo en el mundo del arte (y también del turismo).
Como hemos dicho anteriormente, uno de los motivos, seguramente, sea el importante
recorte económico que el gobierno de Italia está realizando sobre los presupuestos de
mantenimiento de este tipo de edificios históricos. Por otro lado, podemos destacar que a
pesar del estado actual del Coliseo, los beneficios que proporciona siguen siendo elevados, por
lo que su restauración se deja en “un segundo plano” en cuanto a importancia. Sin embargo,
desde un punto de vista menos económico, se debe exigir el correcto mantenimiento y
restauración de edificios de esta índole, puesto que su valor no radica en las ganancias
económicas que puedan proporcionar, sino en su propio valor histórico, conceptual y artístico.
2
www.domusapientiae.wordpress.com
Estado actual del interior
BIBLIOGRAFÍA