Psicofisiología
Psicofisiología
Psicofisiología
SÍNTESIS PSICOLOGÍA
Director:
Juan Mayor
Áreas de publicación:
PSICOLOGÍA BÁSICA
Coordinador: Juan Mayor
PSICOBIOLOGÍA
Coordinador: Carlos Fernández Frías
ISBN: 978-84-995840-0-3
Impresión: Lavel S. A.
Impreso en España - Printed in Spain
A mi madre
ÍNDICE
PRÓLOGO
2.1. Electroencefalografía
2.1.1. Introducción
2.1.2. Procedimiento y Tipos Básicos de Registro
2.1.3. Tipos Básicos de Frecuencias
2.1.4. Mecanismos Fisiológicos de la Actividad
Electroencefalográfica
2.1.5. Significación Funcional del Electroencefalograma
2.1.6. El Magnetoencefalograma
2.2. Potenciales Evocados o Potenciales Específicos Corticales
2.2.1. Introducción
2.2.2. Tipos de Potenciales Evocados
2.2.3. Valor Funcional de los Potenciales Evocados
2.3. Actividad Electrodérmica
2.3.1. Definición
2.3.2. Mecanismos Fisiológicos
2.3.3. Tipos de Registro
2.3.4. Electrodos y Gel Electrolítico
2.3.5. Tipos de Actividad Electrodérmica
2.4. Otras Técnicas de Registro
2.4.1. Actividad Eléctrica Muscular
2.4.2. Sistema Cardiovascular
2.4.3. Respiración
2.4.4. Electrooculografía (EOG)
2.5. Técnicas de Neuroimagen en Psicofisiología
4.1. Introducción
4.2. Mecanismos Cerebrales de la Atención
4.2.1. Teoría Reticular de la Atención
4.2.2. El Sistema Activador Talámico
4.2.3. Mecanismos Prosencefálicos de la Vigilia
4.2.4. Puntos de Vista Actuales acerca de la Teoría Reticular
de la Vigilia
4.3. Aspectos Químicos de la Vigilia y la Atención
4.3.1. Neurotransmisores
4.3.2. Hormonas y Atención
4.4. Correlatos Fisiológicos del Despertar y de la Atención Selectiva
4.4.1. Teoría de la Activación o “Arousal"
4.4.2. Actividad Electroencefalográfica
4.4.3. Potenciales Evocados Cerebrales
4.4.4. Potenciales Lentos y Atención
4.4.5. Índices Periféricos
4.5. Esfuerzo Mental
4.6. Psicofisiología de la Hiperactividad: un Modelo de Trastorno por
Déficit Atencional
7.1. Introducción
7.2. Diferenciación Sexual
7.3. Aspectos Hormonales: Visión General
7.4. El Ciclo Menstrual
7.5. Acción Hormonal: Efectos Organizadores
7.6. Activación y Respuesta Sexual
7.6.1. Respuesta Sexual
7.6.2. Respuesta Sexual Masculina
7.6.3. Respuesta Sexual Femenina
7.6.4. Medida de la Activación y la Respuesta Sexual
7.6.5. Factores Hormonales en la Activación Sexual
7.6.6. Factores Psicológicos en la Activación Sexual
7.7. Mecanismos Neurales de la Conducta Sexual
7.7.1. Médula Espinal
7.7.2. Mecanismos Encefálicos
7.8. La Psicofisiología en el Estudio del Comportamiento y los
Trastornos Sexuales
10.1. Introducción
10.1.1. Concepto de Agresión
10.1.2. Tipos de Agresión en Animales
10.1.3. La Agresión Humana
10.2. Modelos Experimentales de Estudio de la Agresión
10.3. Mecanismos Neurales de la Agresión
10.3.1. Mecanismos Neurales del Ataque Afectivo
10.3.2. Mecanismos Neurales del Ataque Depredador
10.3.3. Mecanismos Neurales de la Agresión en Humanos
10.3.4. Control Quirúrgico de la Agresión
10.4. Aspectos Neuroquímicos de la Agresión
10.4.1. Neurotransmisores
10.4.2. Control Farmacológico de la Agresión
10.4.3. Hormonas y Agresión
10.4.4. Glucemia y Agresión
10.5. Aspectos Genéticos de la Agresión en Humanos
10.6. Carácter Multifactorial de la Conducta Agresiva
CAPÍTULO 11: ANSIEDAD
BIBLIOGRAFÍA
PRÓLOGO
CUADRO 1.1
La Psicofisiología, por su parte, estudia los cambios fisiológicos
ante determinadas situaciones o ante la presentación de estímulos
discretos, y se identifica genéricamente con el estudio de los
correlatos fisiológicos de la conducta. Sus objetivos parecen más
limitados que los de la Psicología Fisiológica, aunque su metodología
y técnicas se encuentran más unificadas. Furedy (1983) afirma que
el objetivo primario de la Psicofisiología es la diferenciación de los
procesos psicológicos en el organismo como un todo a través del uso
incruento de las medidas fisiológicas.
La Psicofisiología fomenta las relaciones recíprocas entre
Psicología y Fisiología: la actividad de los muchos sistemas que
participan en el control y en la realización de la conducta se
manifiesta en señales que pueden ser detectadas y medidas en el
ser humano por medio de técnicas incruentas. Por una parte, se
busca entender los fenómenos psicológicos estudiando la actividad
de varios sistemas orgánicos. Por otra, se pretende evaluar el
significado funcional de los fenómenos fisiológicos, explorándolos en
situaciones y contextos de naturaleza psicológica.
Las áreas de interés de la Psicofisiología se hallan más cercanas
a los problemas corrientes de la Psicología, de manera que se puede
percibir fácilmente en la producción científica de los psicofisiólogos,
la influencia de las corrientes generales de la Psicología. Hoy en día
es notoria la influencia de la Psicología Cognitiva (como ocurre en el
estudio de los correlatos fisiológicos de procesos mentales como
memoria y atención) y la Psicología Diferencial (en el estudio de los
correlatos fisiológicos de las diferencias de sexo o de personalidad,
tales como “modelo de conducta Tipo A", “búsqueda de sensaciones”
u “hostilidad”). En consonancia con esto, los datos que aporta la
Psicofisiología son fácilmente incorporates al conocimiento
psicológico general, presentando un gran desarrollo las vertientes de
aplicación clínica y de estudio de las diferencias individuales.
Ambas Ciencias, la Psicología Fisiológica y la Psicofisiología,
estudian la relación entre conducta y sistema neuroendocrino,
aunque en el caso de la Psicología Fisiológica el investigador que
actúa sobre el propio sistema neuroendocrino sospecha qué efectos
probables tendrá su intervención sobre una o más conductas e
intenta medir estos efectos. Podemos decir que, en este caso, la
Psicología Fisiológica se encuentra mejor preparada para estudiar
los mecanismos biológicos de la conducta y el papel causal de estos
mecanismos sobre el comportamiento, ya que actúa directamente
sobre los sistemas cerebrales que son el sustrato de la propia
conducta.
El investigador en el campo de la Psicofisiología tiene una doble
dificultad: por una parte, debe seleccionar sistemas de respuesta que
se encuentren asociados con procesos mentales o variables
psicológicas. Por otra parte, debe conocer perfectamente el grado de
relación entre la actividad de los sistemas de respuesta y los distintos
sistemas cerebrales, dependiendo en este aspecto de los
conocimientos de la Psicología Fisiológica y de las Neurociencias. En
resumen, las dos cuestiones principales con las que se encuentra el
psicofisiólogo son: a) ¿Cuál es el significado funcional-psicológico
que posee un sistema fisiológico de respuesta?, y b) ¿Cuáles son las
variables no psicológicas que rigen un sistema de respuesta?
En relación con el primer problema, hay que señalar que la
importancia de las variables psicofisiológicas, y el hecho de ser
merecedoras de un estudio científico, procede de su relación con
otros tipos de conducta observable o con procesos o constructos
psicológicos. Lo importante es si los cambios que se observan en
estas variables son relevantes o no para la investigación de las
relaciones entre conducta y actividad mental, por un lado, y cambios
fisiológicos por otro.
Por ejemplo, el interés de los psicofisiólogos en el estudio de la
dilatación pupilar procede de la relación existente entre una reacción
atencional y la brusca dilatación pupilar que la acompaña. Los
cambios en el tamaño de la pupila son un ejemplo de una reacción
fisiológica que va asociada a un proceso psicológico, en este caso
una respuesta atencional.
A este respecto, existe una preferencia entre muchos
psicofisiólogos por el estudio de respuestas del sistema nervioso
periférico. Una pregunta que se plantea frecuentemente al valorar las
contribuciones de la Psicofisiología al estudio de las bases biológicas
del comportamiento es qué se puede esperar del registro de
respuestas periféricas, como la actividad muscular o vegetativa,
existiendo medidas o índices centrales como la electroencefalografía,
los potenciales evocados o las modernas técnicas de Neuroimagen.
En este sentido contestaríamos que, además de su relación con
problemas psicológicos específicos, las preferencias por las
respuestas periféricas vienen dadas por su mejor conocimiento y
facilidad de registro, siendo mayoritariamente técnicas incruentas o
no agresivas. Algunas de ellas, como la actividad electrodérmica,
presentan tres propiedades básicas que comparten en mayor o
menor medida otras respuestas periféricas:
1) Su relación con el nivel general de activación del organismo.
2) Una reactividad diferencial ante estímulos variados, nuevos o
significativos.
3) Que pueden habituarse o condicionarse ante estímulos
neutros, presentando de esta forma un alto grado de
plasticidad comportamental.
2.1. Electroencefalografía
2.1.1. Introducción
Figura 2.2. Actividad EEG durante una crisis de “petit mal” en un niño de 8 años.
• Aspectos Evolutivos
• Aspectos Clínicos
Figura 2.4. Cartografía EEG de un foco de ritmo delta en la región temporal derecha
(cortesía profesor M. Nombela).
2.1.6. El Magnetoencefalograma
2.2.1. Introducción
Figura 2.6. Potencial evocado P300 ante estímulos auditivos relevantes (negativo arriba).
3) Potencial del Vértex. Entre 50 y 250 ms después del inicio del
estímulo pueden detectarse una serie de ondas corticales
características que se obtienen fundamentalmente en el vértex.
Estos potenciales son semejantes en morfología cuando la
estimulación es visual o auditiva. Varían en amplitud en función del
nivel de activación y la atención selectiva. Este potencial representa
una respuesta inespecífica al cambio estimular mediada por
proyecciones corticales difusas, particularmente hacia el córtex
frontal.
4) Potenciales Evocados en las Areas de Asociación. Se
diferencian de los PE primarios o sensoriales en su localización en
las áreas de asociación, en su mayor latencia, en una forma de onda
más amplia y en una mayor variabilidad en la amplitud.
2.3.1. Definición
• Control Central
• El Registro EMG
• Instrumental
• Aplicaciones
• Presión Arterial
• Reflejo Barorreceptor
2.4.3. Respiración
• Pupilografía
• Pupilometría
3.2.1. Introducción
ETAPA 1
ETAPA 2
La actividad EEG dominante es de baja amplitud, con frecuencias
entremezcladas. Aparecen los complejos K y los husos del sueño
(complejo sigma).
Los complejos K son componentes de ondas lentas, que duran de
1 a 2 segundos, con una onda aguda negativa seguida de husos del
sueño o de un componente positivo. A menudo se deben a un
estímulo externo.
Figura 3.4. Registro polisomnigráfico del sueño en un adulto joven. 1) Sueño de Ondas
Lentas. La actividad electroencefalográfica (EEG) muestra episodios de husos del sueño (H)
y complejos K. Hay quiescencia ocular, indicada por el electrooculograma (EOG), y actividad
muscular manifestada en el electromiograma (EMG). 2) Durante el sueño paradójico, la
actividad EEG es irregular, se dan movimientos oculares y el EMG señala un nivel bajo de
actividad muscular.
ETAPA 4
Los núcleos del rafe son ricos en serotonina. Las sustancias que
inhiben la síntesis de serotonina disminuyen el sueño. Pero el efecto
es reversible y se compensa con la administración de serotonina.
Vanderwolf y Robinson (1981) sugirieron que durante el SOL, el
rafe inhibiría la FR, y más concretamente del sistema retículo-cortical
colinérgico, sensible a la atropine, capaz de producir durante la vigilia
la actividad EEG rápida y de bajo voltaje. En estas condiciones los
mecanismos sincronizadores talámicos actuarían sobre la corteza
cerebral induciendo el SOL.
Otra estructura que intervendría en el SOL sería el núcleo del
tracto solitario, situado en el bulbo. Su estimulación produce sueño,
mientras que su enfriamiento provoca despertar. Recibe este centro
aferencias del nervio vago, entre ellas las gustativas, cuya
estimulación produce sincronía EEG. Esta sincronía se obtiene
también con la estimulación cutánea repetitiva.
• Mecanismos Neurales del Sueño MOR
• Mecanismos Prosencefálicos
• Perspectivas Actuales
• Administración de Sustancias
• Serotonina
• Noradrenalina (NA)
La privación total del sueño (como mínimo dos noches sin dormir
en los experimentos habituales de privación) provoca descensos en
el estado de ánimo y en la realización de tareas. La magnitud de
estos trastornos depende de variables tales como la fatiga, factores
situacionales específicos de la tarea o cronobiológicos. Los hallazgos
más notables son los siguientes:
– No se puede separar el ejercicio físico del descanso. Cuando
se priva de sueño al sujeto, éste tiene que mantenerse en
actividad constante ya que tiende a dormirse enseguida
cuando no está haciendo nada.
– Los sujetos privados de sueño pueden realizar tareas sencillas
igual de bien que los que duermen normalmente. Sin
embargo, en tareas cognitivas complejas como la
comprensión lectora o en aquéllas que requieren atención
continuada se observan descensos importantes (Webb, 1986).
Hay degradación de la memoria más marcada a primeras
horas de la mañana.
– Los cambios de carácter que se observan ocasionalmente, no
pueden atribuirse a la ausencia de sueño, sino más bien a la
fatiga o al estrés.
– Un período de recuperación de sueño que siga a la privación,
invierte los efectos de la pérdida de sueño y devuelve los
niveles de somnolencia, ejecución y humor anteriores a la
privación.
– El ejercicio físico, moderado y regular no altera de forma
significativa los efectos de la privación.
• Sueño y Termorregulación
• Aspectos Homeostáticos
• Sistema Límbico
• Corteza Cerebral
4.3.1. Neurotransmisores
Figura 4.2. Potencial evocado auditivo P300 registrado en regiones frontocentrales (negativo
arriba).
• Dilatación Pupilar
• Cambios Electroencefalográficos
• Pupilometría
• Índices Cardiorrespiratorios
• Psicobiología de la Hiperactividad
• Respuesta Electrodérmica
• Cambio Respiratorio
5.4.2. Significación
Figura 5.4. Modelo neuronal del estímulo. 1) Representa las señales de discordancia entre
el estímulo nuevo y los ya registrados en la corteza; 2) señales que bloquean la información
que llega a la formación reticular cuando ya se ha formado el modelo del estímulo. Adaptado
de Sokolov (1960).
6.1.1. Introducción
• Cuestionarios
• Trastornos Cardiovasculares
• Trastornos de Ansiedad
• Crisis de Pánico
• Procesos Cognitivos
• Sistema Cardiovascular
• Actividad EEG
• Actividad Muscular
Se trata de las aplicaciones más extendidas y exitosas.
Curiosamente no hay nada de vegetativo en ellas y es donde los
efectos del tratamiento son más específicos, esto es dependen de la
tarea y no de otros factores como la relajación asociada o la
actividad mental. El instrumental de biofeedback EMG es empleado
no sólo por psicólogos sino también por rehabilitadores
neuromusculares y otros profesionales de la salud. Las aplicaciones
se han extendido a tratar:
1) La excesiva actividad de grupos musculares.
2) La excesiva debilidad o parálisis.
3) La falta de control neural sobre el músculo.
4) Las alteraciones musculares asociadas a otros trastornos
(Simón, 1985; Villanueva, 1988).
• Biofeedback y Bruxismo
6.4. Conclusiones
El estudio de la percepción visceral y de síntomas, y del
condicionamiento de respuestas vegetativas abre un importante
campo de trabajo científico para el psicólogo en el amplio terreno de
la Psicosomática.
La percepción de síntomas nos ayuda a comprender los procesos
psicológicos y las diferencias individuales que llevan a una persona a
sentirse enferma y a pedir ayuda y consejo profesional.
En el caso del condicionamiento clásico de las respuestas
vegetativas, algunas de las investigaciones pueden arrojar luz sobre
la adquisición de trastornos fóbicos. Por facilidad y comodidad de
trabajo, la tendencia de los investigadores ha ido en el sentido de
investigar más el condicionamiento de la respuesta electrodérmica
que el de la frecuencia cardíaca. Sin embargo, dada la sensibilidad
de la respuesta cardiovascular a la estimulación aversiva y la
importancia de las diferencias individuales, es probable que los
resultados de mayor interés clínico y aplicado se obtengan con el
condicionamiento del ritmo cardíaco.
En el caso de las técnicas de biofeedback es unánime entre los
investigadores tanto el reclamar más investigación básica y clínica
como el defender el interés terapéutico de sus aplicaciones. En
potencia, es una de las aportaciones más destacadas de la
Psicofisiología a las Terapias Psicológicas en Psicología Clínica, y en
las Ciencias de la Salud.
CAPÍTULO 7
COMPORTAMIENTO SEXUAL
7.1. Introducción
Pocos aspectos de la Psicofisiología, y de la vida misma,
resultan tan atractivos para la mayoría de las personas como el
comportamiento sexual. Sin embargo, se trata de una conducta
ciertamente difícil de abordar desde un punto de vista científico.
El comportamiento sexual se engloba corrientemente dentro de
la la conducta emocional. Sin embargo, su carácter complejo
muestra que no son sólo los componentes emocionales los que lo
describen, sino más bien un conjunto de aspectos biológicos
(sensoriales, hormonales, actividad del sistema nervioso central y
periférico), comportamentales (motivacionales, emocionales,
trastornos psicopatológicos) y sociales (experiencia previa, contexto
sociocultural).
Los aspectos biológicos de la conducta sexual se presentan en
distintos niveles, que son muy difíciles de separar en las fases del
comportamiento sexual. Estas raíces biológicas pueden
diferenciarse ocasionalmente de las psicosociales. Al hacerlo, el
enfoque psicofisiológico debe considerar, como mínimo, los
siguientes aspectos: diferenciación sexual, mecanismos
hormonales, mecanismos cerebrales y respuesta sexual.
• Hipotálamo
• Sistema Vomeronasal
Monoaminas:
– Catecolaminas: dopamina, noradrenalina, adrenalina.
– Indolamina: serotonina.
Neuropéptidos:
– Factores hipotalámicos de liberación.
– Hormonas hipofisiarias.
– Opiáceos endógenos.
8.5.2. Monoaminas
• Descarga Simpática
• Médula Adrenal
• Acción Parasimpática
MIEDO
- Aumento en la frecuencia cardíaca Ekman y cols. (1983)
Hawk y cols. (1992)
Öhman (1987)
- Aumento en la presión arterial sistólica Öhman (1987)
- Disminuye la temperatura cutánea digital y Ekman y cols. (1983)
cefálica Stemmler (1989)
- Disminuyen los niveles de conductancia Stemmler (1989)
cutánea
- Aumentan los niveles de conductancia De Jong-Meyer y cols. (1993)
cutánea
- Aumenta el tono muscular general De Jong-Meyer y cols. (1993)
- Respiración superficial y frecuencia Boiten y cols. (1994)
respiratoria irregular
- Aumento en la frecuencia cardíaca Ekman y cols. (1983)
Hawk y cols. (1992)
Henry (1986)
Hess y cols. (1992)
- Disminuye la frecuencia cardíaca Öhman (1987)
- Aumento en la presión arterial diastólica Henry (1986)
Öhman (1987)
- Aumento en la actividad electrodérmica Öhman (1987)
- Aumento en la actividad electromiográfica Öhman (1987)
frontal y en los extensores de los dedos Stemmler (1989)
- Aumenta la temperatura cutánea digital y Ekman y cols. (1983)
cefálica Henry (1986)
Stemmler (1989)
- Aumenta el volumen de pulso digital Stemmler (1989)
- Aumenta la frecuencia respiratoria, sin Boiten y cols. (1994)
cambios en la profundidad de la respiración
DOLOR
- Aumento en la frecuencia cardíaca Öhman (1987)
Hawk y cols. (1992)
- Aumento en la presión arterial sistólica Öhman (1987)
TRISTEZA
- Disminuye la temperatura digital Ekman y cols.
(1983)
- Aumenta la actividad electrodérmica Ekman y cols.
(1983)
- Disminuye la actividad electrodérmica Hess y cols.
(1992)
- Frecuencia respiratoria estable, con aumento de la profundidad de la Boiten y cols.
respiración (1994)
ALEGRÍA
- Disminuye la frecuencia cardiaca Ekman y cols. (1983)
- Cambios respiratorios similares a los de la Boiten y cols. (1994)
tristeza
• Diferencias Individuales
• Hipotálamo
Las lesiones del hipotálamo ventromedial aumentan los
comportamientos de amenaza y ataque defensivo (Blanchard y
Blanchard, 1988). Su estimulación provoca también la defensa
afectiva. La estimulación aumenta la actividad de las vías que se
dirigen al mesencéfalo, de forma que la acción hipotalámica
discurriría a través de la sustancia gris periacueductal. La conexión
entre ambas regiones se daría a través del área preóptica y del área
medial anterior. Influencias procedentes de la amígdala y del septum
alcanzan esta región, donde existen además receptores de
testosterona.
• Amígdala
• Mesencéfalo
• Septum
• Córtex Cingular
• Lesiones
• Estudios en Epilépticos
• Testosterona
• Tiroxina
• Corticotropina (ACTH)
• Presión Arterial
• Tipos de Estresores
• Cambios Musculares
• Cambios Cardiovasculares
• Cambios respiratorios
• Opiáceos Endógenos
• Hormonas Hipofisiarias
Otras hormonas, además de la corticotropina, son:
• Vasopresina
• Prolactina
12.5.7. Conclusiones
Serie: PSICOBIOLOGÍA
Neuropsicología
Carmen Junqué, José Barroso
Psicofisiología
José M.a Martínez Selva