Arquitectura y Urbanismo en El Mundo Andino: de Chavín A Cuzco

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3. Arquitectura y urbanismo en el mundo andino: de Chavín a Cuzco.

A pesar de que el inicio de la tradición cultural andina se remonta a la consolidación del neolítico, Chavín
suele ser considerada la primera gran civilización andina, la cual encontró en la región los recursos básicos
que sostenían su existencia, y cuyo estilo e influencias se expandieron por buena parte del territorio.

El término “Chavín” refiere a la cultura arqueológica representada por los materiales encontrados en
Chavín de Huantar.

Chavín de Huántar fue un gran centro ceremonial, con sus basamentos rectangulares de piedra, sus
extensas plazas, sus patios hundidos y sus esculturas en piedra, se convirtió en el primer eje del desarrollo
urbano de los Andes.

En Chavín se elaboró un estilo artístico propio que se expresó especialmente en la escultura de piedra y la
cerámica. La representación de felinos y otros animales rapaces ocupó un lugar central.

En ella se terminaron de definir muchos rasgos característicos de la tradición cultural andina:

-Sociedad estratificada con una marcada división del trabajo.


-Poder centralizado con rasgos teocráticos.
-Estado incipiente.
-Estilo artístico diferenciado.
-Compleja iconografía.

Se encontraba en una zona en donde las relaciones y contactos se llevaban a cabo con relativa facilidad:
“área de integración”, ya que confluían redes de intercambio que vinculaban a la costa, a otras partes de la
sierra y a la selva. Estos contactos e intercambios permitieron a Chavín recibir, asimilar e integrar
elementos de esas regiones. Su originalidad residió en la síntesis coherente de ellos.

El templo.
-Estructura más grande e importante.
-Resultado de un proceso de agregados y renovaciones.
-Su aspecto era macizo, ya que las plataformas estaban rellenas de cascotes y tierra, y revestidas con
muros exteriores de piedra de unos diez metros de altura.
-En el interior habían canales por donde circulaba agua, galerías, cámaras con ductos de ventilación. Las
galerías y cámaras formaban un laberinto y servían para almacenar bienes y alojar personas.
-Cabezas de animales y humanas talladas en piedra, con rasgos retorcidos y gruesos colmillos estaban
empotrados con una espiga en los muros exteriores.
-Los arqueólogos distinguen en la historia del sitio varias fases que agrupan en dos grandes momentos:
Templo Viejo: estructura básica de las plataformas en U.
En las galerías y cámaras se encontraron múltiples objetos como lajas con figuras incisas y pintadas,
cerámicas.
En el cruce de dos galerías en el nivel inferior, se colocó una impresionante estela cuya base descansaba en
el piso, y su parte superior penetraba el techo: Lanzón (forma de lanza). La figura allí representaría la
divinidad suprema de Chavín, y además puede haber sido un oráculo.
Templo Nuevo: fue su momento de apogeo. Comenzó una gran ampliación y remodelación.
El brazo derecho, se transformó en una enorme estructura maciza, con un gran portal monolítico en piedra
blanca y negra, integrada a nuevos patios hundidos de gran tamaño y forma rectangular. En su cima se
construyeron dos edificios cuadrangulares.
Existía una elite permanente y bien definida, asociada a la actividad del templo. Las diferencias entre dicha
elite y el resto de los pobladores se ponía de manifiesto en la dieta, pero más relevante, en la vivienda: los
primeros vivían en casas de piedra donde se hallaban objetos valiosos y productos foráneos, y se
alimentaban con carne de llamas jóvenes. Los segundos, residían en toscas y pequeñas casas de adobe, y
se alimentaban con carne de animales viejos.

En las tierras altas centrales y meridionales, la población se expandió y se establecieron nuevos


asentamientos, en espacial aldeas y poblados agrícolas:
-En el valle de Cuzco, los portadores de la cultura Chanapata constituían una próspera y autosuficiente
sociedad aldeana.
-En torno al Titicaca, se desarrolló un proceso independiente de transformaciones sociales.
-Las aldeas situadas al norte y nordeste del lago Poopó, distintas en dimensiones y cantidad de pobladores,
compartían un modo de vida.
Estas poblaciones compartían su cultura material y la producción de esfinges de piedra en forma de cabeza
de llama.
Las aldeas, estaban formadas por casas circulares de adobe con techos de paja, y rodeadas por muros
también de adobe, las cuales alojaban familias nucleares o extensas.
Estas comunidades compartían tipos cerámicos y estilo arquitectónico, y elaboraron una tradición artística
y religiosa, llamada Yama-Mama, sin relación visible con Chavín.
En la cuenca del Titicaca, tuvieron lugar cambios fundamentales:
-Chiripa: comenzaron a erigirse construcciones públicas ceremoniales.
Los edificios con pisos coloreados de arcilla roja y amarilla, se levantaban sobre plataformas bajas que
rodeaban un gran patio hundido, cuyas paredes fueron revestidas con lajas de piedra grabadas.
En su interior, había estelas de arenisca decoradas con motivos de serpientes, animales y seres humanos.
Estas construcciones demandaron una fuerza de trabajo comunitaria y la participación de algunos
especialistas para cortar y esculpir las piedras.
Constituyen la primera evidencia de expresión monumental y pública de conceptos ideológicos y religiosos,
ya que lajas y estelas esculpidas estaban a la vista de toda la población.

Cultura Lima.
La zona que había tenido destacados centros ceremoniales, sufrió considerables cambios a partir del siglo
III a.C. Las partes marginales quedaron deshabitadas y las poblaciones ubicadas a orillas de los principales
ríos, se fragmentaron y retornaron a condiciones de vida aldeana.
Alrededor del 200 d.C., apareció en esos valles (Chancay, Chillón, Rímac, Lurín) la cultura llamada “Lima”:
Vuelven a las viejas tradiciones: se construyeron algunos grandes conjuntos ceremoniales, como Maranga,
el centro ceremonial y poblacional más importante de la cultura Lima. Estaba compuesto por grandes
plataformas monumentales, entre la que se destacaba la Huaca San Marcos.
Los grandes recintos que la rodeaban pueden haber sido residencias de la elite local.

Paracas y Nazca.
Los modelos estéticos de Chavín ejercían aun fuerte influencia en la región, pero las formas de
organización sociopolítica era diferente.
No aparecen las características estructuras arquitectónicas pirámides ni hay restos de grades
construcciones que indiquen la presencia de trabajo organizado a gran escala.
Algunos arqueólogos sugieren que quienes habitaban los valles cercanos debían considerar la península de
Paracas un espacio sagrado donde enterraban a sus señores.
La cultura Nazca, surgió a fines del primer siglo de nuestra era, y tuvo su núcleo central en la cuenca del Río
Grande de Nazca, irrigada por más de una decena de ríos.
Todas las ciudades que se convierten en la capital de una entidad política de gran importancia, reflejan en
su trazado, localización y disposición general las inciertas y modestas etapas iniciales de su desarrollo.
La mayoría de las capitales de los grandes imperios preindustriales, no fueron originariamente establecidas
con ese propósito, pero al concentrarse en ellas las funciones propias de una capital, se produjo su
crecimiento demográfico y físico, como consecuencia de la importancia política y económica que
adquirieron y que las llevaría a destacarse: la evolución de un imperio y de su capital suelen coincidir.

Durante los primeros dos siglos a partir de su fundación, Cusco fue una modesta aldea rodeada de terrenos
pantanosos y poco ha revelado la arqueología sobre sus características.
Manco Capac, su simbólico fundador y los cuatro Incas que le sucedieron, vivieron y murieron en la Casa
del Sol, la principal construcción de esos años.
Durante el gobierno de Inca Roca, el sexto de la dinastía, ocurrieron dos importantes acontecimientos: el
Inca conquistó Caitomarca y encañó las aguas con que hasta el día de hoy se riegan las sementeras de
Cusco. Además, fue el primero en no habitar la Casa del Sol.
Desde entonces, todos los Incas construyeron palacios, que habitaban junto con los miembros del ayllu
real.
La ciudad que vieron los embajadores de Pizarro, fue la que había ordenado reconstruir Pachacuti, quien
dirigió personalmente las obras:
Procuraron el embellecimiento y la expansión de la ciudad.
Hizo las calles principales y repartió solares para casas de comunidad, públicas y particulares,
haciéndolas edificar de cantería muy pulida.
Agrandó y enriqueció la Casa del Sol.
Hizo construir numerosas terrazas en las laderas de los cerros y valles vecinos para aumentar la
producción agrícola.
Ordenó desecar un pantano, en donde paulatinamente fue formándose una gran plaza ceremonial
denominada Huacapata, a su alrededor, los Incas ordenaron construir sus palacios.
Después del remodelamiento de la ciudad emprendido por Pachacuti, el centro de Cusco quedó
determinado por la ubicación de los edificios públicos y de los palacios de los sucesivos Incas.
Palacios.
Tal vez el término palacio no sea el adecuado:
-Se trataban de recintos rectangulares de considerable tamaño, construidos en piedra y con algunas
puertas de acceso como únicas aberturas exteriores.
-En el interior del recinto rectangular, se ordenaban tres o cuatro edificios ubicados simétricamente
alrededor de un patio. Los edificios eran de planta rectangular y con una sola habitación. Carecían de
ventanas.
Los recintos rectangulares habrían sido introducidos por la cultura wari y los edificios de planta rectangular
fueron propios de la región de Cusco. La excelente calidad de la mampostería, era resultado de la
influencia de la arquitectura de Tiahuanaco.
-Los techos eran de paja y tenían una pendiente pronunciada.
-Por lo general, las paredes eran dejadas sin revocar y solo la presencia de nichos quebraba la lisa
superficie.
-Los palacios y otras obras públicas, probablemente fueron proyectadas por ingenieros mediante el
empleo de modelos de arcilla o piedra y luego construidos por obreros especializados.
-Las sombrías paredes estaban formadas por bloques de piedra de forma regular, generalmente
rectangulares. La piedra era de distinta calidad y color según el destino del edificio:
Una piedra casi negra, fue utilizada en el Templo del Sol y en los palacios, mientras que en las obras
generales y fortificaciones se emplearon piedras más comunes como la diorita y caliza. En las
construcciones públicas, se usaron grandes bloques de adobe.
Lo que asombra de la albañilería en piedra de los incas es la perfección de las juntas y la costumbre de
enfatizarlas rebajando los bordes de los bloques, siendo estos los únicos elementos decorativos de las
paredes.
Cusco tenía un aspecto sobrio. Una plaza incaica, por ejemplo, era simplemente un espacio delimitado por
los muros lisos de las construcciones. Las calles eran corredores estrechos y empinados y no del todo
derechos, entre paredes de piedra con seis o más metros de altura.
A pesar de la elocuente forma por la que fue descrita por los españoles “lujosa”, “hermosa”, “muchas casas
buenas”, “noble ornamento” e incluso fue comparada con Roma. Sin embargo, no puede ser comparada ni
por si arquitectura ni por su trazado con las grandes ciudades de las civilizaciones mesoamericanas.
Alrededor del distrito central, existían terrenos sin construir, formando una zona intermedia entre los
palacios que rodeaban la plaza y los barrios externos. Por lo que existía una división urbana que definía a
los Incas del Cusco Alto de los Incas del Cusco bajo.
Los barrios externos.
El templo del Sol fue el punto céntrico del que partieron para trazar la circunferencia de la ciudad. A partir
de esto, se forman los barrios externos o internos, y se diferenciaron por el carácter semirural de los
primeros y el más urbano de los segundos.
En los barrios céntricos se establecieron los ayllus reales, en los externos estaban la gente común o algunos
grupos pertenecientes a los pueblos conquistados.
El primer barrio, el más principal, se llamaba Collcampata, sitio donde se estableció Manco Capac. Era el
granero y depósito donde se guardaban los impuestos y los tributos.
Otros barrios:
Cantutpata: donde se cultivaban las clavelinas.
Pumarucu: donde eran atados a grandes vigas y domesticados los leones que se le regalaban al Inca.
Varios de los barrios externos, estaban ocupados por los Incas de privilegio, grupo constituido por los
curacas o gobernadores y por la nobleza extranjera que residía en la capital rodeada de numerosos
privilegios a cambio de su subordinación total.
Si bien parte de los Incas de privilegio y sus servidores ocuparían una buena parte de los barrios externos,
era la clase humilde de la población la que habitaba en los distritos suburbanos, en un acto que pretendía
simbolizar la unidad del imperio, pero que en realidad tenía como fin concentrar la mano de obra necesaria
para las actividades artesanales y para la ejecución de obras públicas.
El edificio más suntuoso de Cusco era el templo del Sol. Dicho templo y los edificios vecinos habitados por
los sacerdotes, constituían el centro religioso del imperio y el modelo para otras construcciones religiosas.
Era el centro geográfico del sistema radial de líneas que determinaban el sistema ritual.

La ciudad tenía dos ejes principales que se cortaban en el lado sur de la Huacapata, dividiendo la ciudad en
dos áreas, el alto y el bajo Cusco. Los dos ejes aún subsisten y señalan el sentido de las calles secundarias,
las cuales eran largas, estrechas y con pendientes necesariamente bruscas, debido a la irregularidad
topográfica del terreno.
Un plano que se encuentra en el Museo Británico, muestra un damero perfecto, cuando en realidad, esto
está muy lejos de representar la realidad de la ciudad incaica. No solo un trazado regular perfecto habría
sido dificultoso por la topografía, sino que de haber existido, esa regularidad habría quedado evidenciada.
Sin embargo, existió en el sentido que quiso imponerle Pachacuti al trazado de la ciudad, un deseo
ordenador mediante la introducción de elementos que pretendían ser regulares.

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