214 La Relación Hombre - Naturaleza
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214 La Relación Hombre - Naturaleza
http://www.eurosur.org/medio_ambiente/bif7.htm
No cabe duda que uno de los temas más importantes que en la actualidad se discuten,
tanto en foros internacionales como en círculos académicos y políticos, es el del medio
ambiente. La inquietud por estos problemas conquistó su lugar en el debate público,
limitándose básicamente a los problemas de la contaminación. Con esta visión
restringida de la problemática ambiental se iniciaron las discusiones previas a la
Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (1972), entre cuyas
actividades preparatorias fue de especial significado la reunión de Founex (Ginebra,
1971). Fue allí donde por primera vez se intentó establecer un vínculo entre medio
ambiente y desarrollo.
De ser correctas las dos primeras formulaciones, nos enfrentan a una disyuntiva: la de
elegir entre los objetivos del desarrollo o la meta de la protección y el mejoramiento del
medio ambiente. En cambio, la tercera formulación asigna a la dimensión ambiental
implicaciones socioeconómicas y políticas que obligan a reexaminar los conceptos de
desarrollo y medio ambiente y su interrelación mutua.
Por consiguiente, la aceptación de esta última postura --la que concibe el medio
ambiente como parte integral del desarrollo-- plantea la necesidad de definir cómo y a
través de qué elementos, estructuras, acciones y fenómenos se hace manifiesta la
relación medio ambiente-sociedad-desarrollo.
Las políticas tendentes a frenar la creciente acumulación de desechos de todo tipo, las
aglomeraciones urbanas irracionales o el agotamiento de recursos básicos, no pueden
ir contra el proceso de desarrollo, sino más bien orientarlo, armonizándolo y
adecuándolo al medio ambiente, el cual es, en último término, el que determina las
posibilidades del desarrollo social y expansión económica en el largo plazo.
La relación hombre-medio ambiente natural es, antes que nada, una relación unitaria,
que implica una interacción recíproca entre ambas entidades, que aisladas de su
dialéctica carecen de sentido. No existe un medio ambiente natural independiente del
hombre: la naturaleza sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y
determina en un proceso dialéctico de acciones e interacciones.
El contexto general dentro del cual se mueve el hombre está determinado, por un lado,
por aquellos fenómenos físicos, geofísicos, biológicos, químicos, etc., que plasman una
realidad ambiental y cuya dinámica es la de los fenómenos naturales. Y, por otro lado,
por la presencia de la actividad humana, que define la realidad social, realidad que --al
transcurrir en una dimensión histórica-- trasciende el medio natural.
A lo largo de la historia, la acción del hombre sobre los procesos naturales se ha ido
materializando en lo que podría llamarse un medio ambiente construido, que se
superpone al medio ambiente natural: el proceso social-histórico se lleva a cabo en un
lugar dado, en un espacio que preexiste a la vida humana y a cualquier sociedad. Se
trata del espacio físico, natural o, en su acepción más común, del medio ambiente. Con
el devenir histórico se va creando otro espacio que está básicamente determinado por
las relaciones humanas y por su modo de organización social. Junto al espacio físico
preexistente se construye así un espacio social. Ambos están estrechamente
interrelacionados, a tal punto que no es posible distinguir el uno del otro de no madiar
un proceso analítico.
El proceso social se lleva a cabo dentro del ámbito natural representado por el conjunto
materia-energía, constituyentes de la biósfera. Este conjunto tiene también
su tempo determinado por la duración de los fenómenos biológicos, físicos, geofísicos
y químicos. Su realidad temporal es anterior a la de los fenómenos sociales y su ritmo
es diferente.
Por lo general, las manifestaciones naturales son de muy largo transcurso, en cuanto a
cambio cualificativo se refiere, pero también pueden ser súbitas y violentas, alterando
por completo un proceso y afectando profundamente la base natural sobre la que se
asienta la vida humana. Po otro lado, la realidad social y la acción humana van
modificando la naturaleza a un ritmo determinado de gestación y maduración previa a
su manifestación percibible. Se gestan así cambios en el sistema natural acordes a una
realidad temporal propia del sistema social.
Entre los sistemas sociales y el medio natural existe un mediador: la tecnología. Cada
vez en mayor medida el grupo social se sirve de este mediador para obtener los bienes
que requiere la satisfacción de sus necesidades. Dichas necesidades cambian,
dependiendo de las pautas culturales, de las estructuras económicas, de las
características políticas del sistema social en cada momento histórico y del proceso de
desarrollo. Se va produciendo así una progresiva diversificación y una complejidad
creciente en las necesidades sociales, que requieren, para ser satisfechas, un proceso
productivo más sofisticado. Con ello, la relación sociedad-medio ambiente se torna más
intrincada e interdependiente.
Se conforman así sistemas más globales de relaciones en los que la dinámica entre
medio ambiente y sociedad deja de ser inmediata para verse afectada, influida o
determinada por las acciones de otros grupos sociales distantes, tanto espacial como
temporalmente.
Esta concepción de desarrollo exige no sólo una revisión del concepto mismo, con vista
a considerar la dimensión ambiental, sino también del alcance de otros conceptos que
han sido asimilados al de desarrollo, a fin de poner de manifiesto la ideología implícita
en cada uno de ellos y los modos de gestión y acción sonsiguientes. En ellos se han
subrayado --dependiendo de quién utiliza el término-- uno o más aspectos del problema,
pero nunca su totalidad. Es importante destacar que cada interpretación del término
conlleva una política definida, es decir, la aceptación de un determinado concepto
presupone una orientación en la acción futura. De ahí la necesidad de precisar la
concepción de desarrollo frente a otros conceptos que pertenecen a cuerpos teóricos
diversos.
Así, desarrollo y riqueza son conceptos similares para algunos. Para otros, desarrollo
equivale a riqueza e industrialización. Otros más identifican desarrollo con riqueza y
tienden a definir una política que maximice la riqueza, mientras que los que asocian el
desarrllo con la industrialización propiciarán la creación de industrias, y quienes
identifican desarrollo y crecimiento promoverán un proceso de expansión económica.
Cada uno de estos conceptos tiene sus raíces en interpretaciones económicas
elaboradas en determinados momentos históricos, para responder a problemáticas
específicas y propias de la coyuntura, y reflejarán además la ideología de quienes
teorizaron y racionalizaron una situación dada, con vistas a justificar la acción política.