0050-2004-Ai 0051-2004-Ai 0004-2005-Ai 0007-2005-Ai 0009-2005-Ai
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SENTENCIA
DEL PLENO
JURISDICCIONAL DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL PERÚ
DEL 3 DE JUNIO DE 2005
PROCESO DE
INCONSTITUCIONALIDAD
COLEGIOS DE ABOGADOS DEL CUSCO
Y DEL CALLAO Y MÁS DE CINCO MIL
CIUDADANOS
C/. CONGRESO DE LA REPÚBLICA
SÍNTESIS
Proceso de inconstitucionalidad contra la Ley N° 28389, de reforma constitucional de
régimen pensionario, y contra la Ley N° 28449, de aplicación de nuevas reglas
pensionarias previstas en el Decreto Ley N° 20530.
Magistrados firmantes
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
Sumario
I. ASUNTO
VIII. FALLO
En Lima, a los 3 días del mes de junio de 2005, el Tribunal Constitucional en sesión de
Pleno Jurisdiccional, integrado por los señores magistrados Alva Orlandini, Bardelli
Lartirigoyen, Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la
siguiente sentencia:
I. ASUNTO
à Petitorio constitucional
Los demandantes alegan la afectación de diversos derechos fundamentales previstos en la
Constitución. Consideran que las leyes sujetas a control de constitucionalidad vulneran los
derechos sociales y económicos de las personas; de manera específica, los derechos a la
seguridad social (artículo 10 de la Constitución), a la pensión (artículo 11 de la
Constitución) y a la propiedad (artículos 2 inciso 16 y 70 de la Constitución). Asimismo,
aducen que se vulneran los principios de dignidad (artículo 1 de la Constitución) igualdad
(artículo 2 inciso 2 de la Constitución), de irrenunciabilidad de los derechos sociales, de
progresividad (artículo 10 de la Constitución), de irretroactividad (artículo 103 de la
Constitución), de seguridad jurídica y de intangibilidad de fondos de la seguridad social
(artículo 12 de la Constitución)
Alegando tales actos vulneratorios, solicitan, alternativamente, que:
- Se declare inconstitucional, por la forma, la Ley N° 28389.
- Se declaren inconstitucionales, por el fondo, los artículos 1, 2 y 3 de la Ley N° 28389,
que sustituyen los textos de los artículos 11 y 103 y la Primera Disposición Final y
Transitoria de la Constitución.
- Se declare inconstitucional el artículo 3 de la Ley N° 28389 y que el Tribunal
Constitucional expida una sentencia aditiva a fin de encausar su contenido normativo a
las formas constitucionales.
- Se declare inconstitucional, por conexión o consecuencia, la Ley N° 28449, así como
las demás normas legales que se hayan dictado o se dicten y que tengan como base el
nuevo texto constitucional aprobado por la Ley N° 28389.
- Se declaren inconstitucionales las demás normas legales que se hayan dictado, o se
dicten, después de la interposición de las presentes demandas.
LEY N° 28389
Ley de Reforma de los artículos 11, 103 y Primera Disposición
Final y Transitoria de la Constitución Política del Perú
Artículo 2.- Modificación del artículo 103 de la Constitución Política del Perú
Sustitúyese el texto del artículo 103 de la Constitución Política del Perú por el siguiente:
“Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no
por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a
las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni
efectos retroactivos; salvo, en ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo. La
ley se deroga sólo por otra ley.
También queda sin efecto por sentencia que declara su inconstitucionalidad. La Constitución
no ampara el abuso del derecho.”
Autorízase a la entidad competente del Gobierno Nacional a iniciar las acciones legales
correspondientes para que se declare la nulidad de las pensiones obtenidas ilegalmente, salvo
los casos definidos por sentencias con carácter de cosa juzgada que se hayan pronunciado
expresamente sobre el fondo del asunto o que las respectivas acciones hubieran prescrito”.
LEY N° 28449
Ley que establece las nuevas reglas del régimen
de pensiones del Decreto Ley N° 20530
de la economía nacional.
a) Para los hijos que sigan estudios de nivel básico o superior, hasta que cumplan los
veintiún (21) años.
b) Para los hijos mayores de dieciocho (18) años cuando adolecen de incapacidad absoluta
para el trabajo desde su minoría de edad o cuando la incapacidad que se manifieste en la
mayoría de edad tenga su origen en la etapa anterior a ella.
En este caso tendrán derecho, además de la pensión de orfandad, al pago de una bonificación
mensual cuyo monto será igual a una remuneración mínima vital. La declaración de
incapacidad absoluta requiere de un dictamen previo y favorable de una Comisión Médica
del Seguro Social de Salud, ESSALUD, o del Ministerio de Salud.
Tratándose de hijos adoptivos, el derecho a la pensión se genera si la adopción ha tenido
lugar antes de que el adoptado cumpla dieciocho (18) años de edad y antes de que el
adoptante cumpla sesenta y cinco (65) años de edad y siempre que el fallecimiento ocurra
después de treinta y seis (36) meses de producida la adopción. Este último requisito no rige
cuando el deceso ocurre por accidente.
Artículo 35.- El monto máximo de la pensión de orfandad de cada hijo es igual al veinte por
ciento (20%) del monto de la pensión de invalidez o cesantía que percibía o hubiera podido
percibir el causante, observándose lo dispuesto por el artículo 25 del Decreto Ley N° 20530.
En caso de fallecimiento de padre y madre trabajadores o titulares de pensiones de cesantía o
invalidez, la pensión de orfandad de cada hijo será igual al cuarenta por ciento (40%) del
monto de la pensión más elevada.
Artículo 36.- La pensión de ascendientes corresponde al padre, a la madre, o a ambos,
solamente en caso de no existir titular con derecho a pensión de viudez u orfandad.
El monto de la pensión será, para cada uno de ellos, igual al veinte por ciento (20%) de la
pensión que percibía o hubiera podido percibir el causante. A efectos de tener derecho a esta
pensión, se deberá acreditar haber dependido económicamente del trabajador o pensionista a
su fallecimiento, y carecer de rentas e ingresos superiores al monto de la pensión que
percibía o hubiera podido percibir el causante.
Artículo 55.- Se extingue automáticamente el derecho a pensión por:
a) Haber contraído matrimonio o haber establecido uniones de hecho los titulares de pensión
de viudez y orfandad;
b) Haber alcanzado la mayoría de edad los titulares de pensiones de orfandad, salvo que
prosigan estudios universitarios, en cuyo caso la pensión continuará hasta que cumplan
veintiún (21) años, o que adolezcan de incapacidad absoluta para el trabajo, conforme a lo
dispuesto en el artículo 34 de la presente Ley;
c) En el caso de hijas solteras mayores de edad que vienen percibiendo pensiones de
orfandad conforme a la legislación anteriormente vigente, cuando realicen actividad
lucrativa, perciban rentas o se encuentren amparadas por algún sistema de seguridad social;
d) Percibir rentas o ingresos superiores al monto de la pensión, en el caso de ascendientes;
e) Haber recuperado el pensionista las facultades físicas o mentales, cuya pérdida determinó
el estado de invalidez para el otorgamiento de una pensión, previo dictamen favorable de una
Comisión Médica del Seguro Social de Salud, ESSALUD, o del Ministerio de Salud;
f) Fallecimiento;
g) Haber desaparecido uno de los requisitos exigidos por la ley para el otorgamiento de la
pensión.”
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
dieciocho por ciento (18%) hasta el año en el que dicha pensión alcance el tope vigente
correspondiente.
DISPOSICIONES FINALES
TERCERA.- Derogatorias
Deróganse los artículos 27, 29, 30, 31, 44, 49, 50, 51 y 52 del Decreto Ley N° 20530; Ley
23495; Ley 25008; artículo 58, modificado por la Ley 25212, y artículo 59 de la Ley 24029;
literal b del artículo 60 de la Ley 24029, con excepción del derecho de percibir las
gratificaciones por Navidad y Fiestas Patrias; Ley 27719; el artículo 2 de la Ley 28047 y todas
las demás disposiciones que se opongan a lo establecido en la presente Ley.
CUARTA.- Vigencia
La presente Ley entrará en vigencia desde el día siguiente de su publicación en el Diario
Oficial El Peruano, excepto las disposiciones contenidas en la Tercera y Cuarta Disposiciones
Transitorias, las mismas que entrarán en vigencia a partir del 1 de enero de 2005.
IV. ANTECEDENTES
A. Demandas
B. Contestaciones de demanda
EF, rige a partir del mes de enero de 2005 a favor de las pensiones menores a S/.
800,00 y de los pensionistas que hayan cumplido 65 años de edad, alcanzándose
el objetivo principal del sistema pensionario, cual es que todos tengan acceso a
una pensión y que ésta ascienda a un monto razonable, dado que la existencia
del sistema no se limita al derecho de los trabajadores a ser pensionistas sino
que también se refiere a la razonabilidad del monto percibido.
- Que la definición de los límites materiales del derecho a la seguridad social
esgrimida por el demandante es interesada; y que la ley de reforma
constitucional no transgrede el principio de intangibilidad de los fondos y
reservas de la seguridad social, sino que puede verse favorecida con la
disposición agregada como segundo párrafo del artículo 11 de la Constitución.
- Que en los diversos instrumentos internacionales ratificados por el Perú
referidos a la seguridad social, las disposiciones son centralmente
programáticas, las cuales han sido respetadas escrupulosamente tanto por la
reformada Primera Disposición Final y Transitoria, como por las normas
posteriormente promulgadas.
- Que la teoría de los derechos adquiridos es insostenible, pues supone en el
ordenamiento jurídico la existencia de situaciones jurídicas inmunes a la ley, o la
presencia de leyes que siguen vigentes aún después de haber sido derogadas. Por
lo tanto, plantear la vigencia del derecho a la nivelación aún después de la
modificación incorporada supone la asunción de una tesis que no sólo no tiene
base en el texto constitucional, sino que colisiona frontalmente con la opción
normativa adoptada, resultando, por ende, carente de sustento.
5. La determinación de competencia
Este Colegiado es competente para analizar las reformas constitucionales impugnadas
por las demandas que eventualmente podrían afectar el ‘contenido fundamental’ -
también denominado ‘fórmula política’- de la Constitución, sobre todo en su ámbito
social y, en especial, el pensionario. Para tal efecto, en el desarrollo de esta sentencia
será imprescindible determinar tal ‘contenido fundamental’ y establecer, previamente,
cuáles son los límites materiales y formales que existen respecto a una reforma
constitucional.
El marco adecuado que brinda la Constitución al Tribunal Constitucional permite
señalar que este proceso vital del Estado, como un todo,
“(...) en cuanto duradera renovación y progreso de la voluntad comunitaria
estatal como unidad vital y real, es regulado por la Constitución”[3].
Por lo tanto, será imprescindible analizar los límites materiales y formales a los cuales
se somete el Congreso nacional para realizar una ley modificatoria de la Constitución,
más aún si en el fundamento 62 de la Sentencia emitida en el Expediente N° 014-2002-
AI/TC, Caso Colegio de Abogados del Cusco, sobre la Ley de Reforma Total de la
Constitución, este Colegiado precisó que
“(...) en caso que los poderes constituidos pretendieran distorsionar el marco
de las atribuciones que les ha conferido la Constitución, estarían
desconociendo la voluntad del poder creador e invadiendo competencias
que, por principio, se encuentran totalmente vedadas. Consecuentemente,
que el Poder Constituyente no pueda ser desconocido por los poderes
constituidos, depende, en buena medida, de que la Constitución haya
establecido sobre aquéllos un sistema de limitaciones explícitas en su
ejercicio y un adecuado sistema de control que asegure el cumplimiento de
tales límites”.
En consecuencia, el Tribunal Constitucional, como intérprete supremo de la
Constitución, y en tanto vocero del poder constituyente, es el titular legitimado para
ejercer el control jurídico del poder constituido. Por tal razón, este Colegiado es el
órgano competente para analizar la constitucionalidad de la ley de reforma
constitucional del régimen pensionario previsto en el Decreto Ley N° 20530.
Según uno de los demandantes, con el procedimiento de reforma se han afectado los
derechos a la defensa, al debido proceso y al ejercicio de vida, pues
“(...) se pudo convocar a las instituciones representativas de dichos sectores,
cuya personería jurídica obra en Registros Públicos a efectos de cumplir y
garantizar la referida exigencia de forma para la validez de esta actuación
constitucional”[11].
más bien política. Prima facie, el conflicto parlamentario entre la mayoría y la minoría
tiene sus propios mecanismos políticos de autocomposición en la elaboración de las
leyes que no han sido infringida.
Es más, según el artículo 206 de la Constitución y el artículo 81, inciso a, del
Reglamento del Congreso, no se considera como elemento del procedimiento de
reforma constitucional, la intervención de los sectores involucrados dentro de la
comisión responsable de la modificación en el Congreso. Ello es así porque el
legislador no puede someterse a ningún grupo de presión de la población ni de los
medios de comunicación social, según el artículo 93 de la Constitución.
Ahora bien, las opiniones especializadas son importantes en un procedimiento de
reforma constitucional en el caso que expresen los intereses de un sector de la
población. En el caso concreto, habiendo intervenido diversas asociaciones relacionadas
con los gremios de pensionistas en los debates de la Comisión de Constitución y
Reglamento del Congreso antes de la segunda votación del Pleno, no se detecta vicio
alguno en el procedimiento de elaboración de la Ley N° 28383.
Como constancia de ello, en la sesión conjunta de las Comisiones de Constitución y
Reglamento, y de Seguridad Social, del 29 de septiembre de 2004, precisamente para
tratar el tema de la reforma constitucional, se precisó lo siguiente:
“También contamos con la presencia de los ministros de Estado, el premier
Carlos Ferrero Costa; el ministro de Economía, Pedro Pablo Kuczynski; el
ministro de Trabajo, Javier Neves Mujica; y también con los representantes
de los pensionistas, el señor Jaime Cuadros Cáceres, presidente de la
Coordinadora Nacional de Defensa de los Derechos Pensionarios, de los
Decretos Leyes N° 19990 y 20530, Conadepen; el señor Hernán Espinoza
Segovia, presidente de la Central Nacional de Jubilados y Pensionistas del
Perú (Cenejupe), quienes han venido además acompañados el doctor Carlos
Blancas Bustamante, que es asesor legal de ambas coordinadoras, quienes en
nombre de los pensionistas van a poder exponer sus posiciones”[18].
Tal como se puede apreciar, incluso uno de los demandantes tuvo acceso al debate
congresal que se produjo para aprobar la norma impugnada. Se concluye, entonces, que
se escuchó la opinión de la sociedad civil interesada en la materia.
Por consiguiente, no ha existido afectación alguna del procedimiento de reforma
constitucional, de modo que tal actividad parlamentaria fue realizada dentro de los
límites formales constitucionalmente establecidos. En tal sentido, la demanda debe
declararse infundada respecto a la supuesta afectación del procedimiento previsto en el
artículo 206 de la Constitución.
derecho fundamental a la pensión, entonces este Colegiado deberá declarar fundadas las
demandas; caso contrario, infundadas.
La Primera Disposición Final y Transitoria, antes de la reforma constitucional, señalaba
que
“(...) los nuevos regímenes sociales obligatorios, que sobre materia de
pensiones de los trabajadores públicos, se establezcan, no afectan los
derechos legalmente obtenidos, en particular el correspondiente a los
regímenes de los decretos leyes 19990 y 20530 y sus modificatorias”.
La Primera Disposición Final y Transitoria constitucional actualmente precisa lo
siguiente:
“Declárase cerrado definitivamente el régimen pensionario del Decreto Ley
N° 20530”.
A partir de la compulsación de ambas disposiciones y de la aplicación de un test de
razonabilidad a la nueva formulación constitucional, se determinará finalmente si el
derecho a la pensión ha sido conculcado. Para ello se utilizarán los principios de unidad
y eficacia integradora de la Constitución, los mismos que guardan directa relación con
los principios de la economía social de mercado que la rigen.
Por ello, el derecho a la pensión constituye una manifestación –no única por cierto- de la
garantía institucional de la seguridad social. Por lo tanto, como lo ha sostenido también
este Tribunal, los derechos fundamentales prestacionales no pueden ser considerados
como simples emanaciones de normas programáticas, si con ello pretende describírseles
como atributos diferidos carentes de toda exigibilidad en el plano jurisdiccional, pues
justamente su mínima satisfacción representa una garantía indispensable para la real
vigencia de otros derechos fundamentales, y, en última instancia, para la defensa misma
de la persona humana y el respeto de su dignidad. En esta línea, el derecho a la pensión
debe asumir todas las cualidades provenientes de su naturaleza social.
Entonces, no es ilógico que en el fundamento 11 de la Sentencia del Expediente N°
2945-2003-AA/TC este Colegiado haya expresado que
“(...) de este modo [por ejemplo] sin educación, salud y calidad de vida
digna en general, mal podría hablarse de libertad e igualdad social, lo que
hace que tanto el legislador como la administración de justicia deban pensar
en el reconocimiento de los mismos en forma conjunta e interdependiente
(...) En puridad, todos los derechos humanos constituyen un complejo
integral único e indivisible, en el que los diferentes derechos se encuentran
necesariamente interrelacionados y son interdependientes entre sí”.
Consecuentemente, en el Estado social y democrático de derecho, la ratio fundamentalis
no es privativa de los derechos de defensa, es decir, de aquellos cuya vigencia se
encuentra garantizada con una conducta estatal abstencionista, sino que es compartida
también por los derechos de prestación social que reclaman del Estado una intervención
concreta, dinámica y eficiente, a efectos de asegurar las condiciones mínimas para una
vida acorde con el principio de dignidad humana.
Atendiendo ello, la reforma constitucional pensionaria del régimen del Decreto Ley N°
20530 resulta plenamente constitucional, en la medida que procura asegurar un eficiente
sistema de seguridad social y un derecho a la pensión justo.
GRÁFICO N° 1
Costo Anual del Decreto Ley N° 20530 y pensionistas
(Hasta finales del año 2003)
Régimen del Decreto Ley N° 20530 cumplieron con los requisitos para
acceder a la Nivelación de Pensiones, esto es: a) Ser miembro del Decreto
Ley N° 20530, y: b) Tener más de 20 años de servicios al Estado, situaciones
éstas que antes de entrada en vigencia la Ley de Reforma Constitucional N°
28389... ya se había consolidado totalmente para aquellos trabajadores y
pensionistas que cumplieron -según cada caso- con laborar 20 o más años a
favor del Estado y en consecuencia para ellos no existen ‘hechos aun no
cumplidos’”[36].
Otro defiende el impedimento de nivelación prescrito por la nueva Primera Disposición
Final y Transitoria, al señalar que
“(...) la prohibición de nivelar las pensiones se encuentra dada de manera
amplia y general, es decir, para todos los pensionistas, sin distinguir su
capacidad adquisitiva, los años de servicio, la edad, etc., entonces,
encontramos que la regla técnica de identificación de una adecuada
aplicación del principio de igualdad se rompe, ya que la ley propugna tratar
igual a los desiguales, es decir, sin tomar en consideración las diferencias
objetivas existentes entre los mismos”[37].
A su turno, el demandado sostiene que
“(...) la reforma constitucional ha sustituido la nivelación por la regla general
de incremento que se aplica para otros pensionistas, tanto en el régimen del
Decreto Ley N° 20530 para quienes tienen derecho a pensión no nivelable
como en el régimen del Decreto Ley N° 19990. Se trata entonces de un
cambio en el mecanismo de ajuste de la pensión, que en la demanda se
califica como perjudicial no por razones estrictamente jurídicas, sino por
razones de experiencia práctica, pues ha permitido a un grupo de
pensionistas acceder a altas pensiones”[38].
- Por su parte, y respecto del Decreto Ley N° 20530, que éste “fue expedido con el
objeto, de un lado, de perfeccionar el régimen de cesantía, jubilación y montepío -
Ley de Goces-, y, de otro, de asegurar debidamente el reconocimiento del derecho
de los interesados y el cautelamiento del patrimonio fiscal. Por ello, la propia
norma, en su artículo 4º, establece que es un régimen de pensiones de carácter
cerrado. No obstante, en diversas ocasiones fue abierto por ley; una de ellas... por la
Ley Nº 24366, publicada el 21 de noviembre de 1985”, con lo que “aún cuando el
régimen creado por este Decreto Ley, inicialmente era cerrado, a través de
diferentes Leyes se ha ampliado su alcance. Así por ejemplo, mediante el Decreto
Ley Nº 22150, de 25 de abril de 1978, que fuera Ley de la Carrera Diplomática, se
permitió que los diplomáticos se incorporasen, sin excepción, en dicho régimen. Del
mismo modo, con la Ley Nº 24029, de 12 de diciembre de 1984, se incorpora al
profesorado al régimen del Decreto Ley Nº 20530, precisándose en el reglamento,
aprobado por el Decreto Supremo Nº 019-90-ED, que dicha incorporación
correspondía a los que ingresaron al servicio oficial como nombrados o contratados,
hasta el 31 de diciembre de 1980; igualmente, mediante la Ley Nº 24366, publicada
el 21 de noviembre de 1985, se abre el sistema para todos aquellos que al 24 de
febrero de 1974 (fecha de dación del Decreto Ley Nº 20530) contaban con 7 o más
años de servicios y continuaban haciéndolo de manera ininterrumpida. Luego, de
igual forma, mediante Ley Nº 25273, de 16 de julio de 1990, se incorporó al
régimen del propio Decreto Ley Nº 20530 a los servidores comprendidos en la ‘Ley
de Goces’ de 1850 y que a la fecha (16 de julio de 1990) se encontrasen laborando,
sin solución de continuidad, en las empresas estatales de derecho público o
privado”. Igualmente se hizo referencia en su oportunidad a que “el sistema
pensionario creado por el Decreto Ley Nº 20530 está abierto por la Ley Orgánica
del Poder Judicial a favor de los magistrados que cumplan diez años de servicios”.
- En ese mismo orden de ideas, quedó establecido que “la Ley N° 25066 del 25 de
junio de 1989 establece en su artículo 27° que los funcionarios y servidores públicos
que hubiesen estado laborando para el Estado en condición de nombrados o
contratados a la fecha de la dación del Decreto Ley N° 20530, están facultados para
quedar comprendidos en el régimen de pensiones de dicho Decreto Ley, siempre
que, a la fecha de su entrada en vigencia se encontrasen prestando servicios al
Estado dentro de los alcances de la Ley N° 11377 y del Decreto Legislativo N° 276.
Se agrega que el aporte correspondiente al Fondo de Pensiones, se determinará
previa deducción de pensiones de lo efectuado al régimen del Decreto Ley N°
19990, como lo establece la Sétima Disposición Transitoria del mismo”, mientras
que “con la creación de la Caja de Pensiones del Seguro Social del Empleado (Ley
N.º 13724) y la emisión del Decreto Supremo de fecha 12 de julio de 1962, se
dispuso que los servidores públicos comprendidos en el régimen de la Ley N.º
11377 obligatoriamente quedarían adscritos a la Caja de Pensiones del Seguro
Social del Empleado. En consecuencia, el 12 de julio de 1962 se cierra el acceso al
régimen de cesantía, jubilación y montepío (pensión nivelable), ya que los que
iniciaron sus servicios a partir de dicha fecha, pertenecen, necesariamente, a la Caja
de Pensiones del Seguro Social del Empleado, y los que iniciaron sus servicios con
anterioridad a dicha fecha quedarán adscritos a la Ley de Goces”.
harto ventajosa para él, pero inequitativa para el resto: la remuneración del trabajador
activo en el puesto en que cesó el pensionista. Dicha nivelación sólo podría pervivir
basándose en la justicia distributiva, como manifestación concreta del principio de
solidaridad, de manera tal que determinado quantum de las pensiones más altas del
régimen, pueda aumentar las más bajas.
Indudablemente, tal opción implica una regresión en el caso de los titulares más
beneficiados (los menos), pero en modo alguno podría considerarse que el principio de
progresividad se encuentre comprometido, pues significa un avance para los más
perjudicados (la mayoría). Esto configura una parte del contenido no esencial del
derecho fundamental a la pensión, según como se explica infra.
La aplicación del principio de utilidad a la articulación de instituciones sociales permite
afirmar que
“(...) no hay en principio razón alguna para que las mayores ganancias de
algunos no puedan compensar las menores pérdidas de los otros... Desde el
punto de vista de la utilidad, el carácter estricto de las nociones de justicia de
sentido común tiene cierta utilidad”[39].
Como se ha manifestado precedentemente, el concepto de progresividad es uno
netamente objetivo, motivo por el cual el análisis de las eventuales regresiones que en
materia de seguridad social realice el Estado, debe hacerse considerando a un grupo de
pensionistas no representativos de la situación que afronta el Estado en dicha materia.
Pero, tampoco pueden desconocerse, como lo haría una interpretación utilitarista del
bien común, más bien propia del Estado liberal, los derechos pensionarios de la minoría
beneficiada; por cuanto ella accedió a dichas pensiones no por voluntad individual, sino
por mandato del legislador. En consecuencia, cualquier modificación a dicho régimen
privilegiado de pensiones sólo puede ser promovido invocando el principio de
solidaridad, en el que no se anula el derecho de la minoría, sino que se le redimensiona
limitadamente.
prohibido por nuestra Constitución, aspecto coherente con los límites a la reforma
constitucional.
El texto de la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución contiene un
supuesto de legitimidad por el sujeto. El legislador ordinario no determina el contenido
esencial del derecho fundamental a la pensión; ello corresponderá a la voluntad
constituyente instituida en el proceso de reforma constitucional.
como un derecho fundamental, por lo que deben ser declaradas infundadas en este
extremo las demandas planteadas.
81. El pensionista aportante como único titular del derecho fundamental a la pensión
El derecho fundamental a una pensión digna corresponde a toda persona, de
conformidad con los artículos 2, 3 y 11 de la Constitución. Esta titularidad se ha ido
conformando paulatinamente, y no corresponde ya exclusivamente al aportante; se ha
ido incorporando, gracias a una configuración legal, a un grupo específico de personas
distinto a quien aportó durante su vida (viudas, viudos, ascendientes y huérfanos). Éste
constituirá, pues, el contenido adicional del derecho a la pensión.
De manera preliminar, y con cargo a un mayor desarrollo infra (Vid. Parte VI), se puede
afirmar que el derecho fundamental a la pensión corresponde básicamente a quien ha
aportado al sistema previsional.
Por ello, se consideró necesario en la reforma constitucional sincerar la cifra de
beneficiarios del régimen pensionario del Decreto Ley N° 20530. Es correcto que el
Estado proteja especialmente a los titulares y beneficiarios del derecho, pero siempre y
cuando jurídicamente les corresponda tal atención.
La Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución, actualmente señala que:
“Autorízase a la entidad competente del Gobierno Nacional a iniciar las
acciones legales correspondientes para que se declare la nulidad de las
pensiones obtenidas ilegalmente, salvo los casos definidos por sentencias
con carácter de cosa juzgada que se hayan pronunciado expresamente sobre
el fondo del asunto o que las respectivas acciones hubieran prescrito”.
Sólo de esta manera, el derecho fundamental a la pensión se ajustará adecuadamente a
los principios del equilibrio presupuestario y de la justicia redistributiva, a fin de no
incorporar a personas que se hubiesen aprovechado de las deficiencias del sistema.
83. Según los demandantes, se han afectado los derechos adquiridos de los
pensionistas
Uno de los puntos en que existe mayor conexión entre las demandas planteadas es el
referido a la afectación de los derechos adquiridos de los pensionistas. Al respecto, se
ha argumentado lo siguiente:
“(...) el derecho a la seguridad social y su desarrollo progresivo debe ser
entendido e interpretado respecto de la población en general y no en función
a un grupo pequeño de pensionistas, atendiendo, tal como lo hace el texto de
reforma constitucional, a la equidad e interés social”[50].
GRÁFICO N° 2
Distribución del costo anual para el Estado en pensiones
(Año 2004)
Por ello, si bien es cierto que la efectividad de los derechos sociales requiere un mínimo
de actuación del Estado, ya que toda política social necesita de una ejecución
presupuestal, también lo es que estos derivan en obligaciones concretas por cumplir, por
lo que los Estados deben adoptar medidas constantes y eficaces para lograr
progresivamente su plena efectividad.
Asimismo, estima que existe una serie de medidas de carácter inmediato que deben
adoptarse, las cuales garanticen el goce y ejercicio de conformidad con el contenido
esencial de este derecho fundamental, entre ellas efectuar las providencias legislativas
indispensables acordes con la fuerza expansiva de los derechos y afianzar el carácter de
justiciable del derecho fundamental a la pensión, lo cual permita que pueda ser
invocado ante los tribunales. Ello supone, a su vez, la provisión de mayores recursos al
Poder Judicial. Es necesario que se tenga en consideración la Sentencia de este
Colegiado en el proceso de conflicto de competencia entre el Poder Judicial y el Poder
Ejecutivo, Expediente N° 004-2004-CC/TC, en cuyo fundamento 9.9 se señaló que
“(...) la programación presupuestal conlleva un proceso permanente de
raciocinio, proyección y previsión, que permite el establecimiento de
determinadas metas gubernamentales que obligan necesariamente a la
asignación de recursos económicos”.
pensiones más bajas. Con las nuevas reglas pensionarias en cinco años,
aproximadamente, sólo serán siete veces mayores.
GRÁFICO N° 3
Ratio de la pensión promedio del 1% superior frente a la del 10% inferior
Fuente : MEF
Visto ello, es necesario que las nuevas reglas se implementen con plazos para que la
reducción de pensiones sea gradual para aquellos que estén sobre 1 UIT, teniendo en
cuenta que la Ley N° 28449 ha determinado que el tope será de 2 UITs.
Por tal razón, también es correcto constitucionalmente que, a fin de conseguir la
equidad pensionaria, subyacente en el artículo 11 de la Constitución, se haya
autorizado, en la misma Primera Disposición Final y Transitoria,
“(...) iniciar las acciones legales correspondientes para que se declare la
nulidad de las pensiones obtenidas ilegalmente, salvo los casos definidos por
sentencias con carácter de cosa juzgada que se hayan pronunciado
expresamente sobre el fondo del asunto o que las respectivas acciones
hubieran prescrito”.
Para esta labor encomendada a la autoridad administrativa, la reforma constitucional del
artículo 11 de la Constitución reconoce la capacidad de una entidad del Gobierno para
administrar los regímenes de pensiones a cargo del Estado.
impone al titular del derecho el deber de armonizar su ejercicio con el interés colectivo.
La función social es, pues, consustancial al derecho de propiedad y su goce no puede
ser realizado al margen del bien común, el cual constituye, en nuestro ordenamiento
constitucional, un principio y un valor constitucional.
Lo que debe quedar claro es que el establecimiento de topes pensionarios obedece a dos
razones esenciales, a saber: la disponibilidad económica del sistema de seguridad social
y el principio de solidaridad.
En efecto, en virtud del primero, el legislador puede regular las prestaciones de la
seguridad social en función de la escasez de recursos o medios económicos limitados
con los que cuenta el sistema. De ahí que el legislador, en la ley de reforma
constitucional N° 28389, haya previsto que los regímenes pensionarios
“(...) deberán regirse por los criterios de sostenibilidad financiera y no
nivelación”.
En ese sentido, cuando fije un tope a la percepción de pensiones, el legislador no podrá
sobrepasar el límite que se le ha otorgado en la reforma constitucional, al momento de
apreciar aquellas circunstancias socioeconómicas condicionantes de la actualización del
sistema de pensiones.
En virtud del principio de solidaridad se exige que
“(...) el sacrificio de los intereses de los más favorecidos frente a los
desamparados con independencia, incluso, de las consecuencias puramente
económicas de esos sacrificios, es decir, en el caso concreto, con
independencia de que esas pensiones proporcionalmente altas sean pocas, su
limitación tenga poca influencia en las finanzas públicas y en poco o nada
beneficie a los pensionistas más modestos”[67].
Por estas consideraciones, y mientras el Estado garantice el pago de las pensiones y los
montos de éstas cubran el mínimo de subsistencia, la fijación de topes no pueden ser
tachada de inconstitucional. Será, entonces, constitucionalmente razonable y legítimo
que se disponga la disminución progresiva del monto de las pensiones más elevadas -
propio del contenido no esencial- y el incremento de las pensiones más bajas a un tope
mínimo vital -propio del contenido esencial-.
Esta exigencia, que el Estado no puede evadir, se ha plasmado en el artículo 3 de la Ley
N° 28389, al determinar que las reglas establecidas por la ley no podrán prever
“(...) la nivelación de las pensiones con las remuneraciones, ni la reducción
del importe de las pensiones que sean inferiores a una Unidad Impositiva
Tributaria”.
Además, la propia ley de reforma constitucional prevé que el
“ahorro presupuestal que provenga de la aplicación de nuevas reglas
pensionarias será destinado a incrementar las pensiones más bajas, conforme
a ley”.
Queda claro que es constitucional el tratamiento que sobre la materia pensionaria ha
realizado la Primera Disposición Final y Transitoria reformada.
fin constitucionalmente legítimo y si, para ello, dicha reforma es idónea. En relación
con lo primero, esto es, con el objetivo constitucionalmente legítimo, se debe tener en
cuenta que lo que se busca con tal reforma es la realización de valores superiores como
justicia, igualdad y solidaridad, considerados, desde la perspectiva constitucional,
totalmente legítimos.
En efecto, son valores consustanciales del Estado social y democrático de derecho, ya
que el Estado procura que todas las personas gocen de las condiciones materiales
mínimas para llevar una vida digna.
En este sentido, mediante la reforma constitucional de la Primera Disposición Final y
Transitoria de la Constitución se busca que las personas tengan una pensión equitativa,
como exigencia de la realización de los valores superiores justicia e igualdad.
Es indudable, pues, que tal finalidad es constitucionalmente incuestionable; su
legitimidad radica en el hecho mismo de que es un imperativo del Estado social y
democrático de Derecho promover la justicia distributiva entre sus miembros.
GRÁFICO N° 4
Contenidos del derecho fundamental a la pensión
123. Distinción entre las reglas de producción normativa de la las leyes de reforma
constitucional y las leyes ordinarias
Los demandantes confunden ostensiblemente las rigurosas reglas de producción
normativa, exigibles a una ley de reforma constitucional (artículo 206 de la
Constitución), con aquellas exigibles a las leyes que, en mérito de alguna reserva legal
prevista en la Constitución, se ocupan de una determinada materia.
Es cierto que algunos artículos constitucionales post reforma incluyen determinadas
materias reservadas a la ley (así, el segundo párrafo del artículo 11 dispone que será la
ley la que establezca la entidad del gobierno que administre los regímenes de pensiones
a cargo del Estado, mientras que el párrafo quinto de la Primera Disposición Final y
Transitoria establece que será la ley la llamada a disponer la aplicación progresiva de
topes a las pensiones que excedan de 1 UIT); sin embargo, resulta manifiestamente
erróneo entender que tal evento exige que dichas leyes sean aprobadas con las
votaciones requeridas por las leyes de reforma constitucional.
La Ley Nº 28449 es una ley ordinaria. En tal sentido, no cabe imponerle como requisito
de validez, haber seguido el procedimiento agravado propio de las leyes de reforma de
la Constitución. Por ello, el argumento sub examine debe ser desestimado.
125. Situación de aportantes luego del cierre del régimen pensionario previsto en el
Decreto Ley N° 20530
El artículo 2 de la Ley Nº 28449 establece que
“(...) el Decreto Ley Nº 20530 es un régimen cerrado que no admite nuevas
incorporaciones ni reincorporaciones, de conformidad con la Primera
Disposición Final y Transitoria de la Constitución”.
En efecto, dicha Primera Disposición Final y Transitoria, tal como se pudo observar
líneas arriba, estipula:
“Declárese cerrado definitivamente el régimen pensionario del Decreto Ley
Nº 20530”,
precisando que, en consecuencia,
“(...) a partir de la entrada en vigencia de [la] Reforma Constitucional: 1) No
están permitidas las nuevas incorporaciones o reincorporciones al régimen
pensionario del Decreto Ley Nº 20530”.
Lo que la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución establece en su
inciso 1 (reiterado por el artículo 2 de la Ley Nº 28449), no tiene relación alguna con el
derecho concreto a una determinada pensión. Simplemente, dicho inciso se limita a
disponer que ningún trabajador puede en el futuro ser incorporado al régimen del
Decreto Ley N° 20530. Ello es meridianamente claro y cualquier norma u acto que
contravenga tal disposición, será inconstitucional.
Ante todo, es preciso distinguir entre los requisitos para incorporarse a un determinado
régimen pensionario y los requisitos para obtener una pensión dentro de dicho régimen.
Existe un número importante de personas que en la fecha en que la reforma
constitucional cobró vigencia, estaban incorporadas en el régimen del Decreto Ley Nº
20530, pero que, sin embargo, aún no habían cumplido con los requisitos legales para
obtener una pensión dentro de dicho régimen.
126. El caso de las personas que antes de la reforma habían cumplido con los
requisitos para incorporarse al régimen del Decreto Ley Nº 20530 pero no con
los requisitos para obtener una pensión
Con relación a las personas que antes de la reforma constitucional, ya pertenecían al
régimen del Decreto Ley Nº 20530, pero aún no habían cumplido con los requisitos para
obtener una pensión dentro de dicho régimen, el inciso 2 de la Primera Disposición Final
y Transitoria de la Constitución, establece que
“(...) deberán optar entre el Sistema Nacional de Pensiones o el Sistema
Privado de Administradoras de Fondos de Pensiones”.
127. El caso de los trabajadores que antes de la reforma habían cumplido requisitos
para obtener una pensión dentro del régimen del Decreto Ley Nº 20530
Cuando una persona cumple con los requisitos legales para obtener una pensión dentro
de un determinado régimen pensionario, y su incorporación a dicho régimen queda
consumada, resultaría manifiestamente inconstitucional por vulnerar el principio de
familiar sobre la garantía del derecho adquirido que les concedía el régimen
constitucional derogado. Por ello, la aplicación inmediata del nuevo tope implicaría una
variación marcadamente abrupta, incompatible con el principio de seguridad jurídica
que debe informar a la reforma del ordenamiento jurídico.
Así como de una interpretación sistemática de la Segunda y la Décimo Primera
Disposiciones Finales y Transitorias de la Constitución se deriva que el reajuste de las
pensiones deba ser periódico y progresivo, de manera tal que los egresos de las fuentes
presupuestales del Estado se manejen bajo criterios de razonabilidad y previsibilidad,
los mismos criterios deben tenerse en cuenta a efectos de reducir el monto de las
pensiones en los supuestos en los que éstas resulten excesivamente altas, sin que en
ningún caso puedan ser reducidas por debajo del nuevo tope máximo previsto en el
ordenamiento (2 UITs).
La Ley Nº 28449 resulta compatible con dicho criterio, pues si bien su artículo 3 fija el
monto máximo de las pensiones del régimen del Decreto Ley N° 20530, la Tercera
Disposición Transitoria establece que dicho tope se aplicará a partir de su vigencia, pero
de manera progresiva. En tal sentido, declara que:
“Las pensiones superiores al valor de dos (2) UIT vigentes a la fecha de
promulgación de la presente Ley, se reducirán anualmente a razón de
dieciocho por ciento (18%) hasta el año en el que dicha pensión alcance el
tope vigente correspondiente”,
regulación que, dictada dentro del margen de libre configuración legal, este Tribunal
estima razonable.
económicos –por ejemplo, índices inflacionarios altos- que podrían terminar por vaciar
de contenido el derecho fundamental a la pensión.
En ese sentido, el parámetro de referencia para determinar la pensión mínima vital debe
ser un porcentaje de alguna unidad de medición monetaria. Dicha medida podría ser el
porcentaje de una Unidad Impositiva Tributaria (UIT) o de una Unidad Remunerativa
del Sector Público (URSP). Desde la perspectiva constitucional, ello se sustenta en los
principios constitucionales de justicia y equidad.
pensionista, sino, de un lado, sobre una base redistributiva que permita elevar la calidad
de vida del pensionista, y de otro, sobre pautas objetivas reveladoras de un estado de
necesidad.
142. El artículo 32 del Decreto Ley N° 20530, modificado por el artículo 7 de la Ley
N° 28449
Dicho artículo establece:
“La pensión de viudez se otorga de acuerdo a las normas siguientes:
a) Cien por ciento (100%) de la pensión de invalidez o cesantía que percibía
o hubiera tenido derecho a percibir el causante, siempre que el monto de
dicha pensión no supere la remuneración mínima vital.
b) Cincuenta por ciento (50%) de la pensión de invalidez o cesantía que
percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante, en los casos en que
el valor de dicha pensión sea mayor a una remuneración mínima vital,
estableciéndose para estos casos una pensión mínima de viudez equivalente
a una remuneración mínima vital.
c) Se otorgará al varón sólo cuando se encuentre incapacitado para subsistir
por sí mismo, carezca de rentas o ingresos superiores al monto de la pensión
y no esté amparado por algún sistema de seguridad social.
d) El cónyuge sobreviviente inválido con derecho a pensión que requiera del
cuidado permanente de otra persona para efectuar los actos ordinarios de la
vida, percibirá además una bonificación mensual, cuyo monto será igual a
una remuneración mínima vital, siempre que así lo dictamine previamente
una Comisión Médica del Seguro Social de Salud, ESSALUD, o del
Ministerio de Salud”.
“(...) es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus
hijos”.
El artículo 32 del Decreto Ley N° 20530 no exige que la viuda acredite su dependencia
económica en relación con la pensión de jubilación o cesantía del causante, para
obtener una pensión de viudez. Sin embargo, el tratamiento es distinto para el caso del
viudo. En efecto, el literal c del referido artículo, exige que el varón
“(...) se encuentre incapacitado para subsistir por sí mismo, carezca de rentas
o ingresos superiores al monto de la pensión y no esté amparado por algún
sistema de seguridad social”
como condiciones para la obtención de la pensión de viudez regulada en los literales a y
b.
En tal sentido, corresponde analizar si dicho trato diferenciado constituye una medida
discriminatoria en relación con el varón.
la pensión de orfandad de cada hijo es igual al veinte por ciento del monto de la pensión
de invalidez o jubilación que percibía o hubiera podido percibir el causante’ del artículo
57 del Decreto Ley N° 19990. Quedando, de conformidad con la Constitución, de la
siguiente forma:
“Artículo 57.- En caso de huérfanos de padre y madre, la pensión máxima es
equivalente al cuarenta por ciento. Si el padre y la madre hubieren sido
asegurados o pensionistas, la pensión se calculará sobre la base de la pensión
más elevada.
En su caso, los huérfanos a que se refiere el inciso b) del artículo anterior
tendrán derecho a la bonificación señalada en el artículo 30º.”
Asimismo, declárese la inconstitucionalidad de la frase ‘de viudez’ del artículo 54 del
Decreto Ley N° 19990, quedando el texto, de conformidad con la Constitución, de la
siguiente forma:
“Artículo 54.- El monto máximo de la pensión (de viudez u orfandad) es
igual al cincuenta por ciento de la pensión de invalidez o jubilación que
percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante”.
Debiendo interpretarse que el artículo 54 del Decreto Ley N° 19990 es aplicable tanto
para el cálculo de la pensión de viudez como de la pensión de orfandad.
Ello teniendo en cuenta que el artículo 62 del Decreto Ley Nº 19990 prevé una
disposición sustancialmente análoga a la prevista en el artículo 25 del Decreto Ley Nº
20530. En efecto, establece que:
“Artículo 62.- Cuando la suma de los porcentajes máximos que
corresponden al cónyuge y a cada uno de los huérfanos de conformidad con
los artículos 54 y 57, respectivamente, excediese al cien por ciento de la
pensión de invalidez o de jubilación que percibía o hubiere tenido derecho a
percibir el causante, dichos porcentajes se reducirán, proporcionalmente de
manera que la suma de todos los porcentajes así reducidos no exceda del
cien por ciento de la referida pensión. En tal caso, las pensiones de viudez y
orfandad equivaldrán a los porcentajes que resulten. Para la suma indicada
no se tomará en cuenta la bonificación a que se refieren los artículos 55 y
57”.
sobrevivientes (sea la viuda(o) o los hijos), de lugar al aumento del monto de los otros
sobrevivientes.
152. Ejemplificación de la aplicación de las nuevas reglas con relación a las pensiones
de sobrevivientes
La interpretación sistemática del artículo 32 del Decreto Ley Nº 20530 (con su nueva
redacción luego de la declaración de inconstitucionalidad de parte de su dispositivo) y el
artículo 25 del mismo Decreto Ley, que establece que las pensiones de sobrevivientes
sumadas no pueden superar el 100% de la pensión del causante, puede ser mejor
ejemplificada de la siguiente forma:
CASO 1:
Padre pensionista fallecido. Sobreviviente: Sólo un hijo huérfano
Según el artículo 35 del Decreto Ley N° 20530, modificado por el artículo 7 de la Ley
N° 28449, el hijo recibía el 20% de la pensión del causante. Sin embargo, por la
presente sentencia, el hijo único llega a recibir hasta el 50% de dicha pensión.
GRÁFICO N° 5
Interpretación de las nuevas reglas pensionarias tras la presente sentencia
CASO 1
(Monto de pensión S/. 1000)
CASO 2:
Padre pensionista fallecido. Sobrevivientes: Viuda (50% no alcanza remuneración
mínima vital) y 1 hijo huérfano
Según el artículo 32 inciso b del Decreto Ley N° 20530, modificado por el artículo 7 de
la Ley N° 28449, la pensión de un viudo o viuda debe ser igual al 50% de la pensión del
causante o a una remuneración mínima vital (S/. 460,00), el que resulte mayor. En
consecuencia, en los supuestos en los que a la viuda o viudo le corresponda una
remuneración mínima vital como pensión, la diferencia entre este monto y el 100% de
la pensión del causante corresponderá a los hijos sobrevivientes.
GRÁFICO N° 6
Interpretación de las nuevas reglas pensionarias tras la presente sentencia
CASO 2
(Monto de pensión S/. 500)
CASO 3:
Padre pensionista fallecido. Sobrevivientes: Viuda (50% supera remuneración
mínima vital) y 1 hijo huérfano
Según los artículos 32 inciso b y 35 del Decreto Ley N° 20530, modificados por el
artículo 7 de la Ley N° 28449, en los casos en que corresponda al viudo o viuda una
pensión equivalente al 50% de la pensión del causante (monto necesariamente superior
a una remuneración mínima vital), al hijo huérfano correspondía un 20% de la misma.
Tras la presente sentencia, al haberse declarado la inconstitucionalidad del primer
párrafo del artículo 35 del Decreto Ley N° 20530, el viudo o viuda recibirá lo mismo,
pero al hijo se le aumenta hasta el 50%.
GRÁFICO N° 7
Interpretación de las nuevas reglas pensionarias tras la presente sentencia
CASO 3
(Monto de pensión S/. 1000)
CASO 4:
Padre pensionista fallecido. Sobrevivientes: Viuda (50% supera remuneración
mínima vital) y 2 hijos huérfanos
Partiendo del supuesto planteado en el Caso 3, de ser dos los hijos, antes de esta
sentencia cada uno hubiese recibido un 20% de la pensión del causante. Tras la presente
sentencia, al haberse declarado la inconstitucionalidad del primer párrafo del artículo 35
del Decreto Ley N° 20530, cada hijo recibirá el 25%.
GRÁFICO N° 8
Interpretación de las nuevas reglas pensionarias tras la presente sentencia
CASO 4
(Monto de pensión S/. 1000)
CASO 5:
Padre pensionista fallecido. Sobrevivientes: Viuda (50% supera remuneración
mínima vital) y 5 hijos huérfanos
Partiendo del supuesto planteado en el ejemplo 3, de ser 5 los hijos, antes de esta
sentencia cada uno hubiese recibido un 10% de la pensión del causante. Tras la presente
sentencia, las reglas se mantienen.
GRÁFICO N° 9
Interpretación de las nuevas reglas pensionarias tras la presente sentencia
CASO 5
(Monto de pensión S/. 1000)
- la consideración de orden fáctico, según la cual, en el común de los casos, los hijos
mayores de edad que siguen estudio básico o superior, no tienen la experiencia ni el
tiempo que permitan generar un ingreso suficiente para cubrir tales estudios, además
de sus necesidades básicas.
De ahí que exista una presunción de que en el caso de pensionistas con hijos mayores de
edad que siguen estudios básicos o superiores, el monto de la pensión representa un
ingreso indispensable.
En tal sentido, la finalidad primordial del literal a del artículo 34 del Decreto Ley Nº
20530 consiste en que los hijos que sigan estudios básico o superior, puedan mantener el
ingreso que les permita afrontar sus necesidades básicas, esto es, el ingreso que, en
última instancia, les asegure, durante dicha etapa, mantener una vida acorde con el
principio-derecho de dignidad.
Sucede que la medida que el legislador ha adoptado para alcanzar ese fin no resulta
idónea, pues no se toma como referencia para el decaimiento de la pensión el momento
en el que el hijo culmina sus estudios, sino la fecha en la que cumple veintiún años. En
tanto es evidente que en la gran mayoría de casos a la edad de veintiún años aún no se
han culminado los estudios superiores, la disposición no resulta idónea para la
consecución del fin que persigue, y en consecuencia, resulta desproporcionada en este
aspecto.
Consecuentemente, corresponde declarar la inconstitucionalidad de la frase ‘hasta que
cumplan los veintiún (21) años’ del literal a del artículo 34 del Decreto Ley Nº 20530,
quedando, de conformidad con la Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 34.- Solamente tienen derecho a pensión de orfandad los hijos
menores de dieciocho (18) años del trabajador con derecho a pensión o del
titular de la pensión de cesantía o invalidez que hubiera fallecido. Cumplida
esta edad, subsiste la pensión de orfandad únicamente en los siguientes
casos:
a) Para los hijos que sigan estudios de nivel básico o superior (...).”
De otro lado, en tanto que el literal b del artículo 55 del Decreto Ley Nº 20530,
modificado por el artículo 7 de la Ley Nº 28449, dispone que se extingue
automáticamente la pensión por
“(...) b) Haber alcanzado la mayoría de edad los titulares de las pensiones de
orfandad, salvo que prosigan estudios universitarios, en cuyo caso la pensión
continuará hasta que cumplan veintiún (21) años, o que adolezcan de
incapacidad absoluta para el trabajo, conforme a lo dispuesto en el artículo 34
de la presente Ley.”,
por conexidad y en atención a lo recién expuesto, corresponde declarar la
inconstitucionalidad de la frase ‘en cuyo caso la pensión continuará hasta que cumplan
veintiún (21) años’.
Asimismo, en tanto que el artículo supedita la vigencia de la pensión al hecho de
proseguir estudios ‘universitarios’, corresponde declarar la inconstitucionalidad de esta
última palabra, por excluir, sin que exista un fundamento objetivo y razonable que lo
justifique, a las personas que siguen estudios superiores distintos de los universitarios,
tales como carreras técnicas, estudios en centros de educación ocupacional, en institutos
militares, entre otros. En este aspecto, la disposición no sólo resulta discriminatoria y, por
ende, contraria al inciso 2 del artículo 2 de la Constitución, sino que también resulta
154. Supuestos excluidos de la aplicación del literal a del artículo 34 y del literal b del
artículo 55 del Decreto Ley Nº 20530
Dada la finalidad de los literales a y b de los artículos 34 y 55 del Decreto Ley Nº
20530, respectivamente, este Tribunal considera que no cabe interpretar que entre los
supuestos protegidos por la norma se encuentran los estudios de postgrado o los de
segunda profesión o segunda carrera técnica. Asimismo, debe interpretarse que la
disposición contiene una norma implícita de exclusión, conforme a la cual el beneficio
no alcanza a aquellos hijos que no sigan sus estudios de manera satisfactoria, dentro del
periodo regular lectivo.
En efecto, el deber del Estado de promover la educación, coadyuvando económicamente
al educando al permitirle gozar de la pensión de orfandad a pesar de haber cumplido la
mayoría de edad, exige como contrapartida, el deber del beneficiario de mostrar un
especial esfuerzo en la culminación exitosa de sus estudios. Objetivo vital del Estado
social y democrático de derecho es el redimensionamiento de las conductas humanas, a
fin de obtener compromisos de acción y no sólo de omisión con los principios y los
derechos sociales. Si bien, por antonomasia, tal compromiso es exigible a los poderes
públicos, también recae en los propios particulares, máxime si se trata de los supuestos
de su propio bienestar.
CONSTITUCIÓN
158. Según el demandado, con la reforma del régimen pensionario habría justicia
redistributiva
El demandado afirma que las nuevas reglas impuestas terminan consolidando al Estado
social y democrático de derecho. En concreto, refiere que con dichas normas:
“1. Se sientan las bases de una redistribución económica importante que
elimina distorsiones insultantes en los montos pensionarios en un Estado
pobre como el peruano.
2. Como consecuencia de lo anterior y conforme a la Ley N° 28449, se
introduce un elemento de justicia social: se posibilita el aumento en la base
de aquellos pensionistas del régimen del D.L. 20530 que perciben menos de
una RMV (S/. 415.00), así como se produce un aumento a aquellos que
preciben pensiones menores de S/. 800.00.
3. Por lo tanto, se postula una progresividad en el ejercicio real de los
derechos pensionarios del conjunto de pensionistas del régimen del D.L. N°
20530 y no solo de un sector de ellos, como era antes de la reforma.
4. La reforma permite ampliar a mayores sectores las prestaciones del
régimen de pensiones”[85].
El Tribunal Constitucional comparte los criterios sostenidos por el demandado. Sin
embargo, considera preciso incidir en determinados aspectos que deberán tenerse en
cuenta para lograr que los objetivos plasmados en el plano teórico, se puedan concretar
en el terreno práctico.
VI. FALLO
HA RESUELTO
A) Del conector conjuntivo ‘y’ del inciso c del artículo 32 del Decreto Ley Nº 20530
modificado por la Ley Nº 28449, de forma tal que deba interpretarse que las
referencias que la norma hace a la carencia de rentas o ingresos superiores a la
pensión o la ausencia de amparo por algún sistema de seguridad social, como
condición para el otorgamiento de una pensión de viudez al hombre, sean
consideradas como criterios de evaluación que deben ser aplicados
independientemente y en cada caso concreto, realizando una interpretación siempre
en beneficio del pensionista y no de modo peyorativo o con el objeto de privarle de
una pensión legítima, según los fundamentos 147 y 148.
B) De la frase ‘hasta que cumplan los veintiún (21) años’ del literal a del artículo
34 del Decreto Ley N° 20530, según el fundamento 153, quedando, de conformidad
con la Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 34.- Solamente tienen derecho a pensión de orfandad los hijos
menores de dieciocho (18) años del trabajador con derecho a pensión o del
titular de la pensión de cesantía o invalidez que hubiera fallecido. Cumplida
esta edad, subsiste la pensión de orfandad únicamente en los siguientes
casos:
a) Para los hijos que sigan estudios de nivel básico o superior (...)”.
Y, por conexidad, declárese también la inconstitucionalidad de la frase ‘en cuyo
caso la pensión continuará hasta que cumplan veintiún (21) años’ del literal b
del artículo 55 del Decreto Ley N° 20530, así como también la palabra
‘universitarios’ del mismo literal, quedando, de conformidad con la Constitución,
el siguiente texto:
“Artículo 55.- Se extingue automáticamente el derecho a pensión por:
(...)
b) Haber alcanzado la mayoría de edad los titulares de pensiones de
orfandad, salvo que prosigan estudios, o que adolezcan de incapacidad
absoluta para el trabajo, conforme a lo dispuesto en el artículo 34 de la
presente Ley (...)”.
Asimismo, declárese la inconstitucionalidad de la frase ‘Hasta que el
beneficiario cumpla veintiún años’ del literal a del artículo 56 del Decreto Ley
N° 19990. Quedando redactado de la siguiente forma:
“Artículo 56.- Tienen derecho a pensión de orfandad: los hijos menores de
dieciocho años del asegurado o pensionista fallecido.
Subsisten el derecho a pensión de orfandad:
a) [S]iempre que siga en forma ininterrumpida estudios del nivel básico o
superior de educación (...)”.
b) Para los hijos inválidos mayores de dieciocho años incapacitados para el
trabajo”.
C) Del primer párrafo del artículo 35 del Decreto Ley N° 20530, modificado por el
artículo 7 de la Ley Nº 28449, según el fundamento 150, quedando, de
conformidad con la Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 35.- En caso de fallecimiento de padre y madre trabajadores o
titulares de pensiones de cesantía o invalidez, la pensión de orfandad de cada
hijo será igual al cuarenta por ciento (40%) del monto de la pensión más
elevada”.
Y, por conexidad, declárese también la inconstitucionalidad de la oración ‘El
monto máximo de la pensión de orfandad de cada hijo es igual al veinte por
ciento del monto de la pensión de invalidez o jubilación que percibía o hubiera
podido percibir el causante’ del artículo 57 del Decreto Ley N° 19990,
quedando, de conformidad con la Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 57.- En caso de huérfanos de padre y madre, la pensión máxima es
equivalente al cuarenta por ciento. Si el padre y la madre hubieren sido
D) De la frase ‘de viudez’ de la primera oración y del literal b del artículo 32 del
Decreto Ley N° 20530, según el fundamento 150, quedando, de conformidad con la
Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 32.- La pensión (de viudez u orfandad) se otorga de acuerdo a las
normas siguientes:
a) Cien por ciento (100%) de la pensión de invalidez o cesantía que
percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante, siempre que el
monto de dicha pensión no supere la remuneración mínima vital.
b) Cincuenta por ciento (50%) de la pensión de invalidez o cesantía que
percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante, en los casos en que
el valor de dicha pensión sea mayor a una remuneración mínima vital,
estableciéndose para estos casos una pensión mínima (de viudez u orfandad)
equivalente a una remuneración mínima vital.
c) Se otorgará al varón sólo cuando se encuentre incapacitado para
subsistir por sí mismo, carezca de rentas o ingresos superiores al monto de la
pensión, o no esté amparado por algún sistema de seguridad social.
d) El cónyuge sobreviviente inválido con derecho a pensión que requiera
del cuidado permanente de otra persona para efectuar los actos ordinarios de
la vida, percibirá además una bonificación mensual, cuyo monto será igual a
una remuneración mínima vital, siempre que así lo dictamine previamente
una Comisión Médica del Seguro Social de Salud, ESSALUD, o del
Ministerio de Salud”.
Se precisa que la inclusión de la frase ‘(de viudez u orfandad)’ en el texto no supone
un acto legislativo, sino el ejercicio de la facultad interpretativa aditiva de este
Colegiado, cumpliendo así con la presunción iuris tantum de constitucionalidad de
las leyes que evita su declaración de inconstitucionalidad cuando exista cuando
menos un sentido interpretativo que permita considerarla compatible con la Norma
Fundamental.
Por conexidad, declárese la inconstitucionalidad de la frase ‘de viudez’ del
artículo 54 del Decreto Ley N° 19990, quedando, de conformidad con la
Constitución, el siguiente texto:
“Artículo 54.- El monto máximo de la pensión (de viudez u orfandad) es
igual al cincuenta por ciento de la pensión de invalidez o jubilación que
percibía o hubiera tenido derecho a percibir el causante”.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCÍA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
[1] GARCÍA PELAYO, Manuel. El ‘status’ del Tribunal Constitucional. En: Revista Española de
Derecho Constitucional. Madrid, vol. 1, N° 1 (ene.-abr. 1981), pp. 13-14.
[2] DE VEGA, Pedro. La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente. Madrid,
Tecnos, 1985. p. 53.
[3] LUCAS VERDÚ, Pablo. El sentimiento constitucional (Aproximación al estudio del sentir
constitucional como modo de integración política). Madrid, Reus, 1985. p. 206.
[4] TRIEPEL, Heinrich. Derecho público y política. Madrid, Cívitas, 1986. 1ª reimpr. p. 42.
[5] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI/TC, pp. 78-91.
[6] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 4, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[7] HESSE, Konrad. Escritos de derecho constitucional, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1983. p. 74.
[8] JUST DA COSTA E SILVA, Gustavo. Os Limites da Reforma Constitucional. Río de Janeiro –
Sao Paulo, Renovar, 2000. p. 69.
[9] DEFENSORÍA DEL PUEBLO. Informe Defensorial N° 85. La situación de los sistemas
públicos de pensiones de los Decretos Leyes N° 19990 y 20530: los derechos adquiridos, la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la necesidad de una reforma integral. Lima, 2004.
[10] HESSE, Konrad. Escritos de Derecho Constitucional. Madrid, CEC, 1983. p. 91.
[11] Demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2004-PI, p. 28.
[12] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2004-PI, p. 8.
[13] DE CABO MARTÍN, Carlos. La Reforma constitucional en la perspectiva de las Fuentes del
Derecho. Madrid, Trotta, 2003. p. 44.
[14] Intervención inicial del abogado del Colegio de Abogados del Cusco (Audiencia del 3 de
mayo del 2005).
[15] Contestación del apoderado del Congreso de la República (Audiencia del 3 de mayo del
2005).
[16] Intervención inicial del abogado del Colegio de Abogados del Cusco (Audiencia del 3 de
mayo del 2005).
[17] Contestación del apoderado del Congreso de la República (Audiencia del 3 de mayo del
2005).
[18] CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Primera Legislatura Ordinaria de 2004. Transcripción de la
Sesión Conjunta de las Comisiones de Constitución y Reglamento, y de Seguridad Social.
Miércoles 29 de septiembre de 2004.
[19] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, p. 41.
[20] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 29.
[21] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 21.
[22] Alegatos respecto a demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2004-AI, 0051-2004-AI, 004-
2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI, p. 8.
[23] MCILWAIN, Charles Howard. Constitucionalismo antiguo y moderno. Madrid, CEC, 1991. p.
37.
[24] ALEGRE MARTÍNEZ, Miguel. La dignidad de la persona como fundamento del ordenamiento
constitucional español. León, Universidad de León, 1996. p. 134.
[25] Observación General ‘La índole de las obligaciones de los Estados Partes’, Párrafo 1 del
artículo 2 del Pacto, elaborado en el 5° Período de Sesiones, 14/1290.
[26] ABRAMOVICH, Víctor y Christian COURTIS. Los derechos sociales como derechos exigibles.
Madrid, Trotta, 2002. p. 97.
[27] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 8, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[28] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 33.
[29] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, p. 24.
[30] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 13, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[31] SCHMITT, Carl. Teoría de la Constitución. Madrid, Alianza Editorial, 1982. p. 177.
[32] MORÓN DIAZ, Fabio. La dignidad y la solidaridad como principios rectores del diseño y
aplicación de la legislación en materia de seguridad social. En: Anuario de Derecho
Constitucional. Buenos Aires, CIEDLA, 2000. p. 668.
[33] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 78.
[34] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, pp. 9, 7, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[35] PCM/MTPS/MEF. Las principales preguntas sobre la Reforma Constitucional en materia
pensionaria del DL 20530. Lima: 2004. p. 3.
[36] Demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-AI, p. 5 y demanda de inconstitucionalidad
N° 0004-2005-PI, p. 10.
[37] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 47.
[38] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 23, 24, reiterada en
la contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[39] RAWLS, John. Justicia como equidad. Materiales para una teoría de la justicia. Madrid,
Tecnos, 1986. p. 59.
[40] KELSEN, Hans. Esencia y valor de la Democracia. Barcelona, Omega, 1977. 2ª ed. p. 129.
[41] PECES BARBA MARTÍNEZ, Gregorio. Curso de Derechos Fundamentales. Teoría General.
Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, Boletín Oficial del Estado, 1999, pp. 315, ss.
[42] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, p. 34.
[43] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 33.
[44] PÉREZ LUÑO, Antonio. Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. Madrid,
Tecnos, 1991. 4ª ed. p.31.
[45] SCHMITT, Carl. Teoría de la Constitución. Ob. cit. p. 169.
[46] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 44.
[47] MEDINA GUERRERO, Manuel. La vinculación negativa del legislador a los derechos
fundamentales. Madrid, Ciencias Jurídicas / McGraw-Hill, 1996. p. 41.
[48] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 43.
[49] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, p. 15.
[50] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 15, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[51] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 48.
[52] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, pp. 9, 10.
[53] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 34.
[54] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 23, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[55] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI/TC, p. 34.
[56] Observación General ‘La índole de las obligaciones de los Estados Partes’. Ob. cit.
[57] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 27.
[58] NEVES MUJICA, Javier. Los derechos adquiridos en materia pensionaria, en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional. En: Estudios sobre la Jurisprudencia Constitucional
en materia Laboral y Previsional. Lima, Academia de la Magistratura-Sociedad Peruana de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, 2004. p. 171.
[59] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 51.
[60] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, p. 20.
[61] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 0051-2004-PI, p. 26, reiterada en la
contestación de las demandas N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI.
[62] PÉREZ ROYO, Javier. Curso de Derecho Constitucional. Madrid, Marcial Pons, 2000. 7ª Ed.
p. 554.
[63] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, pp. 50, ss.
[64] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 44.
[65] RUBIO LLORENTE, Francisco. Derechos fundamentales y principios constitucionales
(doctrina jurisprudencial). Barcelona, Ariel, 1995. p. 654.
[66] Demanda de inconstitucionalidad N° 007-2005-PI, p. 46.
[67] SÁNCHEZ-URÁN AZAÑA, Yolanda. Seguridad social y Constitución. Madrid, Civitas, 1995. p.
126.
[68] Demanda de inconstitucional N° 007-2005-PI, p. 43.
[69] Alegatos respecto a demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2004-AI, 0051-2004-AI, 004-
2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-PI, p. 35.
[70] Contestación a la demanda de inconstitucionalidad N° 004-2005-PI, 007-2005-PI y 009-2005-
PI, p. 6.
[71] HÄBERLE. Peter. La libertad fundamental en el Estado constitucional. Lima, Fondo Editorial
de la PUCP, 1997. p. 117.
[72] PÉREZ LUÑO, Antonio. Derechos humanos, Estado de Derecho y Constitución. Ob. cit. p.
288.
[73] Demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2005/PI, p. 33.
[74] Contestación de la demanda de inconstitucionalidad N° 0050-2005/PI, p. 6.
[75] Demanda de inconstitucionalidad N° 009-2005-PI, pp. 10, 29.
[76] RUBIO LLORENTE, Francisco. Derechos fundamentales y principios constitucionales Ob. cit.
pp. 652, 653.
[77] Demanda de inconstitucionalidad Nº 0009-2005-PI, p. 5.
[78] Demanda de inconstitucionalidad Nº 0009-2005-PI, p. 11.
[79] Demanda de inconstitucionalidad Nº 0004-2005-PI, p. 15.
[80] Demanda de inconstitucionalidad N° 050-2004-AI, p. 29.
[81] Demanda de inconstitucionalidad Nº 0009-2005-PI, pp. 15, 16.
[82] NOVELO DE LÓPEZ, Hilda Irene. Situación Epidemiológica y Democráfica del Adulto Mayor
en América Latina. En: Revista Salud Pública y Nutrición. México, Universidad Autónoma de
Nuevo León, N° 5, 2003. www.uanl.mx/publicaciones/respyn/.
[83] PECES-BARBA, Gregorio. Los valores superiores. Madrid, Tecnos, 1986. pp. 158, ss.
[84] GIMÉNEZ GLÜCK, David. Juicio de igualdad y Tribunal Constitucional. Barcelona, Bosch. pp.
171, 319.