Globalizacion y Propiedad Intelectual BERCOVITZ
Globalizacion y Propiedad Intelectual BERCOVITZ
Globalizacion y Propiedad Intelectual BERCOVITZ
CONSTITUCIONAL
1. La primera versión de este trabajo fue elaborada para su presentación en el Acto de Homenaje a
la Profesora Gloria Begué, que tuvo lugar en la Universidad de Salamanca el día 28 de mayo del
año 2004. Sobre la base de aquella versión se elaboró el presente texto que sirvió como lección
inaugural del curso 2004/2005 en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, España.
Anuario Andino de Derechos Intelectuales. − 29 −
Año II - Nº 2. Lima, 2005
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MARCO JURIDICO GENERAL
derechos de propiedad industrial, entre los que cabe citar a título principal las patentes,
las marcas y el diseño industrial2.
En la normativa de la Unión Europea también se utiliza la expresión «propiedad
intelectual» en el mismo sentido que en los Tratados internacionales, esto es comprendien-
do en ella tanto el derecho de autor y derechos conexos como la propiedad industrial3.
Pues bien, cuando me refiero a «Globalización y propiedad intelectual» utilizo esta
última expresión en su sentido más amplio, en el sentido que se le da en el ámbito inter-
nacional y comunitario europeo.
Tanto el derecho de autor como los derechos de propiedad industrial tienen en co-
mún que otorgan derechos de explotación exclusiva sobre bienes inmateriales, pero hay
importantes diferencias entre ellos.
El derecho de autor protege las creaciones literarias y artísticas, atribuyendo al au-
tor el derecho de explotación exclusiva por el simple hecho de la creación, esto es, sin
necesidad de registro (Convenio de Berna, art. 5.2. y Ley de Propiedad Intelectual, art. 1).
Y como parte del derecho de autor se reconoce a éste el importante derecho moral
(Convenio de Berna, art. 6bis y Ley de Propiedad Intelectual, art. 14).
Por el contrario, los derechos de propiedad industrial atribuyen el derecho de exclu-
siva como consecuencia del registro del derecho de que se trate ante la autoridad adminis-
trativa correspondiente, que en España es la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Las distintas modalidades de propiedad industrial sirven para proteger distintas
clases de bienes inmateriales. Las patentes otorgan un derecho exclusivo para la explo-
tación de invenciones industriales que sean nuevas y tengan actividad inventiva. Las
marcas otorgan un derecho exclusivo sobre los signos que sirven para identificar y dis-
tinguir los productos y servicios en el mercado, de forma que no puedan confundirse con
los productos o servicios de los competidores. Y el diseño industrial protege la forma o
apariencia externa de los productos, cuando esa forma no cumple una función técnica.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
MARCO JURIDICO GENERAL
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MARCO JURIDICO GENERAL
5. Sobre el significado de la llamada «globalización económica», sus causas y sus riesgos, vid. GARCÍA-
C RUCES G ONZALES , José Antonio, Globalización Económica y Derecho Mercantil, Facultad de
Derecho, Universidad de Zaragoza, 25 de enero de 2002, ps. 8 a 22, y G ROSHEIDE , F. Willem,
«General Introduction» en el obra Intellectual Property Law (Articles on the legal protection of
cultural expressions and indigenous knowledge), ed. GROSHEIDE , F. Willem-BRINKHOF , Jan., Inter-
sentia, Antwerp-Oxford-New York, ps. 1 a 33, en concreto ps. 17/8.
6. Reglamento CE núm. 40/94 del Consejo, de 20 de diciembre de 1993, sobre la marca comuni-
taria, modificado por el Reglamento (CE) nº 422/2004 del Consejo, de 19 de febrero de 2004.
7. Reglamento CE núm. 6/2002, del consejo, de 12 de diciembre de 2001, sobre los dibujos y modelos
comunitarios.
8. Reglamento (CE) 2100/94 del Consejo, de 27 de julio de 1994, relativo a la protección comuni-
taria de las obtenciones vegetales, modificado por el Reglamento 2506/95, de 25 de octubre y por
el Reglamento (CE) nº 873/2004, de 29 de abril de 2004.
9. - Directiva 91/250/CEE del Consejo, de 14 de mayo de 1991, sobre protección jurídica de los
programas de ordenador.
- Directiva 92/100/CEE del Consejo, de 19 de noviembre de 1992, sobre los derechos de alquiler y
préstamo y otros derechos afines a los derechos de autor en el ámbito de la propiedad intelectual.
- Directiva 93/83/CEE, de 27 de septiembre de 1993, sobre coordinación de determinadas dispo-
siciones relativas a los derechos de autor y derechos afines a los derechos autor en el ámbito de
la radiodifusión vía satélite y de la distribución por cable.
- Directiva 93/98/CEE del Consejo, de 29 de octubre de 1993, relativa a la armonización del plazo
de protección del derecho de autor y de determinados derechos afines.
- Directiva 96/9/CE del Consejo, de 11 de marzo de 1996, sobre protección jurídica de bases de datos.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
MARCO JURIDICO GENERAL
trial10) coincidan en sus puntos básicos en la regulación establecida en las leyes naciona-
les de los Estados miembros.
Surge además la institución del agotamiento comunitario, en virtud del cual cuan-
do un objeto protegido por un derecho de propiedad intelectual ha sido introducido en
el mercado comunitario por el titular del derecho o con la autorización del mismo, ese bien
puede circular libremente por todo el ámbito de la Comunidad y ser objeto de operacio-
nes comerciales, sin que el titular del derecho exclusivo pueda impedir que el bien de que
se trate circule libremente entre todos los Estados miembros11.
Junto a la creación de mercados regionales, la globalización se refiere también a la
mayor integración y desaparición de barreras comerciales entre los distintos mercados
nacionales y regionales.
Para favorecer la globalización de los mercados hay que evitar en lo posible su com-
partimentación y hay que impulsar la armonización de las reglas sustantivas.
Pues bien, es obvio que la regulación de la propiedad intelectual a nivel interna-
cional, tal como resulta de la aplicación de los Convenios de la Unión de Berna y de la
Unión de París supone un obstáculo para esa globalización, puesto que se trata de una
protección de los bienes inmateriales que es independiente para cada país y está sujeta
a legislaciones diferentes; además en el caso de la propiedad industrial esa protección
depende de que se hayan solicitado y obtenido los registros correspondientes en aque-
llos países o mercados regionales integrados en los que se quiera obtener el derecho
exclusivo.
Así pues, a la globalización de los mercados le planteaba un problema importante esa
situación de los derechos de propiedad intelectual a nivel internacional.
Para superar esas dificultades han surgido dos líneas de actuación fundamentales
en los últimos años: el Acuerdo ADPIC, por un lado y, por otro, los acuerdos y proyec-
tos referentes al registro y efectividad de la protección de los derechos exclusivos en los
distintos países.
- Directiva 2001/29/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 22 de mayo de 2001, relativa
a la armonización de determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines a los de-
rechos de autor en la sociedad de la información.
- Directiva 2001/84/CE del Parlamente Europeo y del Consejo, de 27 de septiembre de 2001, re-
lativa al derecho de participación en beneficio del autor de una obra de arte original.
10. Primera directiva 89/104/CEE del Consejo, de 21 de diciembre de 1988, relativa a la aproxi-
mación de las legislaciones de los Estados miembros en materia de marcas: Directiva 98/44/CE
del Parlamento Europeo y del Consejo, de 6 de julio de 1998, relativa a la protección jurídica
de las invenciones biotecnológicas y Directiva 98/71/CEE del Parlamento Europeo y del Con-
sejo, de 13 de octubre de 1998, sobre la protección jurídica de los dibujos y modelos.
11. Sobre el origen jurisprudencial de la doctrina del agotamiento en la Comunidad Europea, vid.
B ERCOVITZ, Alberto «La Propiedad Industrial e Intelectual en el Derecho comunitario» en la obra
Tratado de Derecho Comunitario Europeo, dirigida por GARCÍA DE ENTERRIA, Eduardo-GONZALEZ CAMPOS,
Julio D.-MUÑOZ M ACHADO , Santiago, Madrid 1986, T. II, ps. 517 a 617, en concreto ps. 543 y ss.
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MARCO JURIDICO GENERAL
12. Sobre la Propiedad Intelectual en el ADPIC vid., en general, C ORREA , Carlos M., Acuerdo TRIPS,
Buenos Aires 1996, 314 ps.; Los derechos de Propiedad Intelectual en la Organización Mundial
del Comercio, 2 tomos, dirigido por Iglesias Prada, Juan Luis, Madrid 1997 y Propiedad Intelec-
tual en el Gatt, Varios Autores, en la colección «Temas de Derecho Industrial y de la Competen-
cia», director Correa, Carlos María, Buenos Aires 1997. En relación con la Propiedad Industrial, vid.
CASADO CERVIÑO , Alberto y CERRO PRADA, Begoña, Gatt y Propiedad Industrial, Madrid 1994, 209 ps.
13. Sobre los antecedentes y razones que dieron lugar al ADPIC, vid. CASADO C ERVIÑO y CERRO P RADA,
ob.cit. ps. 21 a 66, y BERCOVITZ, Alberto, «El Derecho de autor en el Acuerdo TRIPS» en Num Novo
Mundo do Direito de Autor?, II Congresso Ibero-Americano de Direito de Autor e Direitos Co-
nexos, Lisboa 1994, T. II, ps. 877 a 905, en concreto ps. 877 a 885 y en la ob.cit. Propiedad
Intelectual en el GATT, ps. 11 a 22.
14. Vid. datos concretos sobre la incidencia de la copia de creaciones tecnológicas en la balanza de
pagos de Estados Unidos de Norteamérica, en S TRAUS , Joseph, «Bedeutung des TRIPS für das
Patentrecht», en Gewerblicher Rechtsschutz und Urheberrecht. Internationaler Teil (GRUR Int.)
1996, ps. 179 a 204, en concreto ps. 181/2.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
MARCO JURIDICO GENERAL
El Convenio ADPIC vino a hacer frente a ese problema trasladando a un acuerdo mul-
tilateral la práctica que ya habían iniciado los Estados Unidos de Norteamérica en años an-
teriores. Esa práctica consistía en imponer en los acuerdos comerciales bilaterales a la otra parte
contratante la obligación de proteger adecuadamente los derechos de propiedad intelectual
en su propio territorio, como una de las contrapartidas exigidas para beneficiarse de la rela-
ción comercial. Es más, en la propia legislación norteamericana se incluyeron normas que per-
mitían establecer listas negras de países en los que la protección de la propiedad intelectual
se consideraba insuficiente, de manera que la inclusión en tales listas suponía la imposición
de sanciones comerciales en las relaciones bilaterales con el país correspondiente15.
El Convenio ADPIC sigue, pues, aunque trasladándolo al ámbito multilateral, el plan-
teamiento de esa práctica norteamericana consistente en integrar la exigencia de una ade-
cuada protección de los derechos de propiedad intelectual en la regulación del comercio
internacional.
Lo primero que hay que señalar es que esa influencia norteamericana se manifiesta
en el Convenio ADPIC también en el aspecto puramente doctrinal, al utilizarse la expre-
sión «propiedad intelectual» por primera vez en un Convenio internacional que estable-
ce normas sustantivas tanto sobre el derecho de autor sobre la propiedad industrial.
Y lo que importa destacar es la filosofía que subyace al Acuerdo. Esta consiste en
imponer a los países en desarrollo un alto nivel de protección de los derechos de propie-
dad intelectual a cambio de participar en las ventajas comerciales establecidas con carácter
general en el Tratado de la OMC, obteniendo especialmente el compromiso de que los
países más desarrollados suprimieran las subvenciones en el ámbito agrícola y ganadero,
lo cual beneficia evidentemente a los países menos desarrollados16.
En definitiva, por tanto, lo que se hace es imponer una protección fuerte de la pro-
piedad intelectual en todos los Estados miembros a cambio de beneficiarse de mejores
posibilidades de participación en el comercio internacional, con el incremento correspon-
diente de las exportaciones.
Al imponer una regulación sustantiva muy completa de los derechos de la propiedad
intelectual, lo que se pretende con el Convenio ADPIC viene a ser la unificación de los
mercados de los Estados miembros desde la perspectiva de la propiedad intelectual, al
regir en todos ellos una misma regulación en esa materia, regulación que no es totalmen-
te exhaustiva, pero si que comprende las cuestiones más importantes que esa regulación
plantea como son los objetos que pueden protegerse, los requisitos para la protección y
los derechos que se atribuyen al titular.
15. Vid. algunos datos sobre las medidas unilaterales adoptadas por los Estados Unidos de Norteamé-
rica, especialmente frente a Brasil, en DIAS V ARELLA, Marcelo, «L’Organisation mondiale du com-
merce les brevets, les médicaments et le rapport Nord-Sud: un point de vue du Sud», Revue
Internationale de Droit Economique, 2004-1, ps. 79 a 117, en concreto ps. 84 a 88.
16. Sobre este compromiso que está en la Base del ADPIC, vid. STRAUS , ob.cit., ps. 182/3, que repro-
duce un párrafo esclarecedor del autor indio B AROOAH .
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MARCO JURIDICO GENERAL
Así pues, con el Convenio ADPIC, al que tienen que adherirse todos los Estados que
quieran participar en la Organización Mundial del Comercio se consigue que en todos esos
Estados exista un régimen de protección muy elevado de los derechos de propiedad in-
telectual, fundamentalmente el mismo régimen de protección que ya venía existiendo en
los países desarrollados.
Pero el Convenio ADPIC no sólo exige que los Estados miembros introduzcan en su
legislación las normas de protección de la propiedad intelectual establecidas en el Acuer-
do, sino que además establece los mecanismos de control de que esa protección estable-
cida a nivel legal es después realmente aplicada en la práctica.
Y para asegurar que se cumple con esas obligaciones de protección de la propiedad
intelectual, el propio ADPIC impone un sistema de solución de diferencias (art. 64), para
los supuestos en los que un Estado considere que otro está incumpliendo sus obligacio-
nes de protección de la propiedad intelectual. En tal caso el Estado en cuestión, tras
denunciar el supuesto incumplimiento al Estado supuestamente infractor, puede pedir que
se constituya un panel en el que expertos designados al efecto determinen si efectivamente
la infracción existe. Y si efectivamente la infracción es declarada por el panel, ello tiene
la consecuencia de que el país denunciante de la infracción puede adoptar medidas de
retorsión comercial en perjuicio de las exportaciones del Estado infractor17.
Como puede apreciarse, por lo tanto, la nueva situación creada por el ADPIC varía en
puntos sustanciales de la situación que existía previamente bajo el imperio de los Convenios
de la Unión de París y de la Unión de Berna. En el ADPIC se impone una extensa regulación
sustantiva de las cuestiones esenciales que plantea la protección de la propiedad intelectual,
tanto del derecho de autor como de las distintas modalidades de la propiedad industrial; se
controla la aplicación en la práctica de esa protección y se establece un sistema que permite
sancionar a los Estados que incumplan la aplicación de la protección exigida por el Acuerdo.
El sistema de solución de diferencias ha tenido ya aplicación en el ámbito del Con-
venio ADPIC en diversos paneles, cuya importancia consiste, además, en que vienen a
constituir una jurisprudencia a nivel mundial sobre cuestiones concretas e importantes de
la propiedad intelectual referida a la interpretación de las normas del Convenio ADPIC.
En un caso planteado por la Unión Europea contra la India, el panel correspondien-
te en su informe de 24 de agosto de 1998 condenó a la India por no preservar adecuada-
mente la novedad y prioridad para patentes de producto en relación con las invenciones
farmacéuticas y químicas para la agricultura durante el período transitorio18.
17. Sobre el sistema de solución de diferencias, vid. C ERRO P RADA , Begoña, «Sistema integrado de
solución de diferencias. El entendimiento relativo a las normas y procedimientos por los que se
rige la solución de diferencias» en Los derechos de propiedad intelectual en la Organización
Mundial del Comercio, cit., t. II, ps. 83 a 98 y T ROMBETTA, Antonio G. «El mecanismo de solución
de controversias en el sistema multilateral de comercio (GATT/OMC)» en Propiedad Intelectual
en el GATT, cit. ps. 357 a 383, Vid. Un diagrama del sistema de solución de diferencias de la OMC
en C ORREA , Acuerdo TRIPs, cit., ps. 213.
18. WT/DS79/R.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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En otro caso de la Unión Europea contra Canadá sobre protección de patente para
productos farmacéuticos, el panel en su informe de fecha 17 de marzo de 2000 estableció
que no violan los derechos de patente los ensayos realizados antes de que termine el
derecho de exclusiva del titular, con el fin de obtener la autorización sanitaria de los
medicamentos, que permita poner en el mercado inmediatamente después de la extinción
de la patente los medicamentos genéricos realizados conforme a la invención cuya patente
ha caducado. Pero en el panel se declara igualmente que si que viola el derecho exclusi-
vo quien antes de la caducidad de la patente fabrica y almacena medicamentos que se
corresponden con la invención patentada para poder lanzarlos al mercado inmediatamente
después de que la patente haya caducado19.
En otro panel por denuncia de los Estados Unidos de Norteamérica contra Canadá,
el informe emitido con fecha 5 de mayo del año 2000 condenó a Canadá por mantener la
duración de las patentes concedidas con anterioridad a 1989 y todavía vigentes por 17
años, en contra de la duración de veinte años impuesta por el Convenio ADPIC20.
Y en el ámbito del Derecho de autor, una denuncia de la Unión Europea contra los Es-
tados Unidos de Norteamérica dio lugar a un panel cuyo informe, emitido con fecha 15 de junio
del año 2000, condenó parcialmente a los Estados Unidos por no proteger adecuadamente el
derecho de comunicación pública que impone el derecho de autor en locales comerciales. La
violación del ADPIC consistía en que el Derecho norteamericano no incluía dentro del dere-
cho exclusivo de comunicación pública del derecho de autor el hecho de que los pequeños
restaurantes y comercios minoristas emitieran obras protegidas y transmitidas por la radio21.
19. WT/DS114/R. Ese informe fue confirmado por otro de fecha 18 de septiembre de 2000
emitido por el órgano de apelación (WT/DS170/AB/R).
20. WT/DS170/R.
21. WT/DS160/R.
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ANUARIO ANDINO DE DERECHOS INTELECTUALES
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22. Sobre la incidencia de la propiedad intelectual y del ADPIC en los países en desarrollo, vid.
GROSHEIDE , ob.cit., ps. 19/20 y DIAS V ARELLA, ob.cit., ps. 82/3.
23. Sobre el problema del acceso a los medicamentos en los países en desarrollo, vid. C OMMISSION O N
I NTELLECTUAL PROPERTY R IGHTS , Integrating Intellectual Property Rights and Development Policy,
London, September 2002, ps. 34 a 51.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
MARCO JURIDICO GENERAL
cedida para fabricar los productos patentados principalmente para atender la demanda en
el país que concede la licencia (art. 31.f). Así pues según el ADPIC no parece posible con-
ceder licencias obligatorias para fabricar medicamentos destinados a la exportación.
Pues bien, si la licencia obligatoria en el país que necesita los medicamentos no sirve
para nada porque allí no existen los medios industriales necesarios para la fabricación, y
tampoco es posible, en principio, importar medicamentos baratos fabricados al amparo de
licencias obligatorias en otros países, porque tales licencias obligatorias no permiten la
exportación, se pone clarísimamente de manifiesto la inadecuación del régimen legal
establecido en el ADPIC24.
El problema de los medicamentos patentados contra el SIDA pone de manifiesto un
caso extraordinariamente grave, pero cabe decir que no es el único, donde salta a la vista como
los mercados a los que se aplican según el ADPIC las mismas reglas de protección de la
propiedad intelectual son totalmente distintos y exigirían un tratamiento diferenciado.
Pero esta cuestión de la disponibilidad de los medicamentos patentados incide tam-
bién de otra manera en la supuesta globalización del mercado. Porque en efecto, un mer-
cado globalizado exigiría que se produjera el agotamiento internacional de los derechos
de propiedad intelectual. Pero es obvio que ese agotamiento no podrá llevarse a efecto si,
por ejemplo, los medicamentos patentados son suministrados en determinados países a
unos precios muy inferiores a los que rigen en los países desarrollados, gracias a la implan-
tación de un régimen de licencias obligatorias25. Sería, en efecto, inaceptable que se
pudiera hacer un negocio con pingües beneficios mediante importaciones paralelas a los
países desarrollados de medicamentos comprados a bajo precio en países menos desarro-
llados para los que rige el régimen de licencias obligatorias.
24. Sobre esta problemática y las soluciones propuestas, vid. COMMISSION ON INTELLECTUAL PROPERTY RIG-
HTS , ob.cit., p. 46 a 48.
25. Para hacer frente a este problema, en la Unión Europea se ha dictado el Reglamento (CE) nº 953/
2003 del Consejo, de 26 de mayo de 2003, destinado a evitar el desvío comercial hacia la Unión
Europea de determinados medicamentos esenciales.
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26. Tratado sobre el Derecho de Patentes, adoptado en Ginebra el 1 de junio de 2000, que no ha entrado
en vigor todavía.
27. Tratado sobre el Derecho de Marcas, hecho en Ginebra el 27 de octubre de 1994.
28. Vid. Reglamento de ejecución del PCT, revisado por última vez el 1 de octubre de 2003, y en vigor
desde el 1 de enero del 2004, Regla 4.9.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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los empresarios de todos esos países sabrán que se ha presentado la solicitud de patente a
través del PCT y por tanto podrán conocer las reivindicaciones de esa solicitud, pero tarda-
rán 30 meses, es decir dos años y medio, en saber si en su país va a ser protegida o no la
invención objeto de la solicitud. Es lo que en la jerga de la propiedad industrial se denomi-
na como «submarino visible» porque se sabe que el submarino existe, pero no se sabe hasta
30 meses después a qué países va a llegar la solicitud. No parece razonable que las empre-
sas y los investigadores puedan tardar dos años y medio en saber si les va afectar o no en la
actividad en su país la solicitud de patente presentada.
El PCT tiene como ventaja para los países en desarrollo el hecho de que las soli-
citudes presentadas a nivel internacional sufrirán una búsqueda de anterioridades y pue-
den ser objeto de un examen en cuanto a su patentabilidad, aunque ese examen no
vincule la decisión que haya de adoptar la Oficina del país designado que deba conce-
der o denegar la protección. Dentro del sistema PCT esa búsqueda o ese examen previo
sólo puede ser realizado por determinadas oficinas de propiedad industrial de algunos
países o uniones de países que tienen los medios personales y técnicos adecuados para
hacer ese examen y que, por consiguiente, han sido designados como oficinas de exa-
men internacional por OMPI.
No cabe ignorar la ventaja que esto significa para algunos países en vías de desarro-
llo, pero tampoco cabe ignorar el grave riesgo que significa que el sistema se petrifique
de manera que los centros internacionales para el examen de la patentabilidad de la in-
venciones estén todos en países desarrollados.
Estos mismos riesgos que se perciben en relación con el sistema PCT se ponen de
manifiesto en el propio seno de la Unión Europea.
Hasta ahora en la Unión Europea no existe, a diferencia de lo que ocurre con la marca
y los dibujos y modelos comunitarios, una patente comunitaria, esto es una única patente
que otorgue derechos exclusivos sobre el conjunto del territorio de los Estados de la Unión
Europea. Lo que existe es el Convenio de Munich del año 1973, sobre concesión de paten-
tes europeas. Este Convenio permite presentar una única solicitud designando los Estados
miembros del Convenio (algunos de los cuales no forman parte de la Unión Europea) en los
que se quiere obtener protección para la invención objeto de la solicitud. La solicitud se
tramita como una única solicitud y se procede al examen previo de los requisitos de paten-
tabilidad; pero una vez que la patente se concede, la protección se obtiene solamente en los
países designados, equiparándose la patente en cuanto a su régimen jurídico a las patentes
nacionales que rigen en cada uno de esos países. Las patentes así concedidas han de ser
traducidas a la lengua de la países designados que así lo hayan establecido, y la nulidad o
caducidad de las mismas es competencia de los tribunales nacionales, los cuales son tam-
bién competentes para los litigios por violación de tales patentes.
Pues bien, la patente comunitaria, en cuyo proyecto se viene trabajando desde el año
1975, permitiría obtener mediante una única solicitud de patente presentada y tramitada
ante la Oficina Europea de Patentes (que es la actualmente competente para la concesión
de las patentes europeas) una única patente cuyo régimen jurídico estaría establecido en
un reglamento comunitario y que regiría en todo el territorio de la Unión Europea.
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29. Propuesta de Reglamento del Consejo sobre la patente comunitaria. Texto revisado, Bruselas, 11
de junio de 2003 (17.06), 10786/00 PI 49. Algunas cuestiones de esta Propuesta como las traduc-
ciones siguen siendo objeto de discusión.
30. C ASADO , Alberto, Globalización y propiedad industrial: la respuesta comunitaria, Cuadernos de
la Cátedra Jean Monnet de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza 2004, ps. 24/5, considera que
«la política de difusión no es parte o contrapartida por la concesión del derecho, sino consecuen-
cia de la misma».
31. C ASADO, Alberto, Globalización, cit., p. 37 considera que la información sustancial debe difundirse
en el propio idioma, por ejemplo la información que las pequeñas y medianas empresas necesi-
tan para realizar su investigación o los documentos que requieren los Tribunales para cumplir su
labor.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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cinas, que realizan el examen previo o a esos tribunales especializados, donde existan
especialistas en patentes; serán evidentemente esos profesionales los que reciban los
encargos de las empresas interesadas en los procedimientos administrativos o judicia-
les de que se trate. Cabría pensar que fuera de esos ámbitos territoriales privilegiados
llegaría a haber algo así como un desierto de profesionales especializados en materia de
patentes34.
34. Vid. BERCOVITZ, Alberto, «Desarrollo Económico y Propiedad Industrial» en II Forum Iberoame-
ricano sobre Inovaçao. Propriedade Industrial e Intelectual e Desenvolvimento, Lisboa 2003, pp.
209 a 224, en concreto pp. 220/1.
35. WIPO, Revised Draft Program and Budget 2002-2003, WO/PBC/4/2, nº 5.
36. Sobre esta concepción «business orientated» del modelo de organismo público, vid. C ASADO ,
Globalización…, cit., pp. 34 a 36.
37. Por ejemplo, al ampliar a 30 meses el plazo otorgado en el PCT para que la tramitación de la
solicitud internacional de patente pase a la fase nacional.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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aplicable para hacer más atractivas las solicitudes que han de presentarse y estimular
de esa manera tales solicitudes y por tanto sus ingresos. Y otra tentación es la de aplicar
las normas sobre requisitos de protección de una forma lo más generosa posible, de tal
forma que no desincentive a los solicitantes potenciales. Ambos tipos de actuaciones
son impulsadas por el deseo de atraer a su «clientela», y no cabe ignorar que esa clien-
tela está constituida básicamente por las empresas multinacionales, cada una de las
cuales presentan muchísimas solicitudes de registro 38. El riesgo consiste, por tanto, en
que los sistemas internacionales o supranacionales de protección se adapten especial-
mente a los intereses de esa clientela, esto es, de las grandes empresas, sin tener sufi-
cientemente en cuenta los intereses de otros sectores o el interés público, y alterando
incluso en puntos importantes la propia finalidad de las instituciones de propiedad
industrial 39.
A ese riesgo hay que unir el hecho constatado de que a nivel internacional se ha pro-
ducido por los distintos organismos encargados del examen previo de las patentes una re-
ducción del nivel inventivo exigido para otorgar la patente, con la consecuencia de que
se ha multiplicado extraordinariamente el número de solicitudes de patente. Ello ha cau-
sado un retraso insoportable en la concesión de las patentes y en definitiva que un núme-
ro importante de las patentes concedidas tiene un nivel inventivo bajísimo o nulo40. Pero
esta multiplicación extraordinaria del número de patentes, muchas de las cuales carecen
realmente del nivel inventivo exigible, opera totalmente en contra de las pequeñas y
medianas empresas, puesto que ese fenómeno hace que en el mercado tecnológico predo-
mine totalmente la valoración del poder financiero sobre la creatividad. En efecto, cuan-
do una gran empresa dispone de una cartera de patentes para un mismo tipo de producto
tecnológico, con un número importante de patentes concedidas, aunque muchas de ellas
debieran ser declaradas nulas por su falta de actividad inventiva, está en situación de
amenazar con el ejercicio de acciones basadas en todas esas patentes para impedir la
competencia de otras empresas41. Y la situación de estas otras empresas, cuando tienen una
capacidad financiera limitada o muy limitada, como ocurre con las pequeñas y medianas
empresas, les impide hacer frente de una manera efectiva a esos requerimientos o a esas
acciones judiciales aunque estén injustificadas. Piénsese en el coste que significa tener
que traducir patentes, investigar anterioridades y encargar a peritos que juzguen sobre la
novedad o actividad inventiva. Todo eso tiene un coste económico importante, que se
hace imposible de soportar cuando hay que referirlo no a una única patente, sino a varias
patentes sucesivas que se refieren a invenciones supuestamente complementarias o de
desarrollo.
38. Vid. B ERCOVITZ «Análisis del Sistema…», cit. P. 274 y «Desarrollo Económico…» cit., p. 220.
39. Favorable a evitar ese riesgo, C ASADO «Globalización…» cit. p. 36.
40. Sobre esta problemática, vid. C ORNISH , ob.cit., pp. 18 a 21.
41. C ORNISH , ob.cit., p. 4 se refiere a la frecuencia con la que «bucaneros se arman con dudosos de-
rechos con los que imponerse a los navíos de los comerciantes decentes».
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42. Vid B ERCOVITZ, Alberto, Introducción a las marcas y otros signos distintivos en el tráfico econó-
mico, Pamplona 2002, pp. 144 a 149.
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lizado, es precisamente la posibilidad que tienen los titulares de tales derechos de com-
partimentar los mercados, ejercitando sus derechos exclusivos de ámbito territorial na-
cional o regional para impedir que los productos que ellos mismos introducen en un
mercado nacional puedan exportarse a otros mercados nacionales o regionales distintos.
Gracias a la territorialidad de sus derechos exclusivos los titulares están en condiciones
de impedir las que se denominan «importaciones paralelas», esto es, importaciones que
realiza quien no es titular del derecho exclusivo, adquiriendo en un mercado nacional
los productos introducidos en ese mercado por el titular del derecho y exportando tales
productos legalmente adquiridos a otro mercado. Y hay que tener en cuenta que si el
negocio de las importaciones paralelas existe y tiene una gran importancia es porque el
titular de los derechos de propiedad intelectual comercializa los productos protegidos
por su derecho a menudo con grandes diferencias de precio. Ello hace atractivo el nego-
cio de comprar los productos a un precio barato en un mercado y exportarlos a otro
mercado donde el propio titular de los derechos los comercializa a un precio frecuente-
mente mucho más elevado.
Cabía esperar, por tanto, que un convenio como el ADPIC que tiene como objeto, según
se declara expresamente en el preámbulo «reducir las distorsiones del comercio internacio-
nal y los obstáculos al mismo», adoptaría una medida básica consistente en imponer el
agotamiento internacional. Y sin embargo no lo ha hecho, puesto que en el artículo 6 viene
a dejar a los Estados firmantes en libertad de establecer o no en sus legislaciones naciona-
les el agotamiento internacional. Así lo ha confirmado expresamente la «Declaración rela-
tiva al acuerdo sobre los ADPIC y la salud pública», adoptada por la Conferencia Ministe-
rial de la OMC en Doha el 14 de noviembre de 2001 (nº 5.d de la Declaración).
Existen, además, importantes argumentos a favor de ese agotamiento internacional.
Por lo que se refiere a los derechos de propiedad intelectual que otorgan derechos ex-
clusivos sobre nuevas creaciones industriales, literarias o artísticas (patentes, modelos y
dibujos o derecho de autor), parece claro que cuando el titular comercializa el producto vo-
luntariamente en un mercado, lo hace obteniendo una compensación económica que él juzga
adecuada por su creación. No parece razonable que tenga derecho a una nueva compensa-
ción por el hecho de que el objeto comercializado por él sea exportado a otro mercado
nacional o regional donde ese titular ostenta también un derecho de propiedad intelectual
sobre ese mismo objeto.
Y por lo que se refiere a las marcas, si estas tienen por objeto asegurar que los produc-
tos marcados han sido puestos en el mercado por el titular del derecho o con su consentimien-
to, es indudable que esa función se cumple cualquiera que sea el mercado en que el titular
introduzca el producto de que se trate. Lógicamente ese producto debe poder circular sin que
el propio titular impida esa circulación invocando el derecho exclusivo que tenga sobre la
misma marca en otros países para evitar la importación del producto en cuestión43.
43. Vid. DE LAS H ERAS LORENZO , Tomás, El Agotamiento del Derecho de Marca, Madrid 1994, espe-
cialmente pp. 25 a 37.
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lizado en la práctica. Pues bien, Internet ha supuesto un fenómeno nuevo con todo tipo
de implicaciones para la propiedad intelectual. Así se plantean problemas como los
nombres de dominio y sus conflictos, especialmente con las marcas y nombres comer-
ciales, o la realización de actos que violan derechos de propiedad industrial (utiliza-
ción en las páginas web de marcas o diseños y ofrecimiento de productos protegidos
por patentes, marcas, diseños, etc.) y que tienen que ser juzgados con los mismos cri-
terios y aplicando las mismas leyes que si se realizaran esos actos en los mercados tra-
dicionales 47.
Pero ha sido en relación con el derecho de autor y los derechos conexos donde el
impacto de Internet ha tenido efectos más relevantes.
Por una parte, porque a nivel internacional, el Convenio de la Unión de Berna vin-
culaba el derecho exclusivo de explotación a las obras protegidas fundamentalmente a dos
tipos de actos, la reproducción (art. 9 del Convenio) y la comunicación pública (arts.
11.11bis y 11ter del Convenio). Pues bien Internet afecta radicalmente a esa distinción
clásica, por cuanto los actos de transmisión dan lugar simultáneamente a modalidades de
reproducción y comunicación pública de las obras. Por ello se elaboraron los nuevos
Tratados OMPI de 20 de diciembre de 1996 sobre el derecho de autor y los derechos de
artistas-intérpretes y productores de fonogramas48, en los que se reconocen nuevos dere-
chos exclusivos como los derechos de alquiler (art. 7 TODA), de comunicación al públi-
co por medios alámbricos o inalámbricos, comprendida la puesta a disposición del público
(art. 8 TODA), y de distribución, ampliándose, además la propia noción de «público». En
efecto, el público a los efectos de la comunicación al público se consideraba tradicional-
mente que exigía la concurrencia en un mismo lugar y simultáneamente de un cierto
número de personas. Pero esa noción ya no se adapta a la comunicación a través de Inter-
net, que se hace a una pluralidad de personas que no concurren en un lugar y momento
determinados. Por ello se atribuye al titular de la obra el derecho exclusivo a autorizar «la
puesta a disposición del público de sus obras, de tal forma que los miembros del público
puedan acceder a estas obras desde el lugar y en el momento que cada uno de ellos elija»
(art. 8 TODA).
Una cuestión de la mayor importancia en Internet consiste en el respeto al dere-
cho moral de los autores, por cuanto un riesgo grave consiste en que las obras origi-
nales sean alteradas por los usuarios y circulen así modificadas por la red, sin posibi-
47. Sobre la nueva problemática planteada por la sociedad de la información al Derecho de autor, vid.
B ERCOVITZ, Alberto, «Riesgos de las nuevas tecnologías en la protección de los derechos intelec-
tuales. La quiebra de los conceptos tradicionales del derecho de propiedad intelectual. Solucio-
nes jurídicas» en El Derecho de Propiedad Intelectual y las nuevas tecnologías, Madrid, Minis-
terio de Cultura, 1996, pp. 71 a 109, en particular pp. 91 a 109.
48. Tratado de la OMPI sobre Derecho de autor (citado abreviadamente como TODA) y Tratado de
la OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas.
Sobre estos Tratados, vid. REINBOTHE Jörg y VON LEWINSKI, Silke, The WIPO Treaties 1996, Great Bri-
tain, Butterworths, 2002.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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lidad de comprobar que la obra a la que se accede no ha sido manipulada. Es por ello
importante, por una parte, obtener la transmisión de las obras desde un portal fiable,
y por otra que los titulares utilicen medios tecnológicos que impidan la modificación
no autorizada.
Pero, además, la utilización de las obras protegidas y de los derechos conexos a tra-
vés de Internet plantea otros problemas muy graves que no están todavía resueltos y que
se refieren básicamente a la incidencia que en el respeto del derecho exclusivo tiene el
acceso que a las obras protegidas tienen los particulares. En efecto, se ha generalizado de
tal manera ese acceso libre que llega a plantearse si no llevará incluso a la desaparición,
por ineficacia, del derecho exclusivo49. Los datos que se manejan son ciertamente impre-
sionantes; por ejemplo, se calcula que cada día se descargan de Internet, en violación del
derecho de autor, unas 500.000 películas50
Pero frente a ese planteamiento ha surgido la utilización de medidas tecnológicas de
protección por parte de los titulares de derechos, gracias a las cuales puede controlarse el
acceso de los internautas a las obras protegidas, exigiendo un pago y modulando el tipo
de acceso según el uso permitido de la obra51.
Esas medidas tecnológicas de protección, contempladas en el Tratado OMPI sobre
Derecho de autor de 1996 (arts. 11 y 12) se consideran importantes para hacer respetar el
derecho de autor sobre las obras protegidas, siempre que se conjuguen con medidas lega-
les de protección52.
Bien es cierto que se denuncian importantes peligros vinculados a la generaliza-
ción de esas medidas tecnológicas de protección. Por una parte se señala que el control
que tales medidas establecen incidiría en el respeto a la privacidad de las personas53. Por
otra parte, se señala que en la explotación de las obras protegidas por el derecho de autor
siempre se han establecido límites al derecho exclusivo para permitir la difusión de las
obras y su integración en la evolución cultural54. Así se señala que hasta ahora existen
utilizaciones libres de las obras protegidas que cumplen una importante función social
y que se harían imposibles si se generalizaran los sistemas de explotación aplicando
medidas tecnológicas de protección, es el caso, de los derechos de cita, o las utilizacio-
nes con fines educativos, de investigación o de información (arts. 9.2, 10 y 10bis del
Convenio de Berna).
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MARCO JURIDICO GENERAL
55. Sobre este tema, vid. el trabajo anteriormente citado de CHARLESWORTH , 10 ps., y PEUKERT, Alexan-
der, «International Copyright Law and Proposals for Non-Voluntary Licenses Regarding P2P File
Sharing», ponencia presentada en Annual ATRIP Conference 2004, Proceedings, 26-29 July
2004, Utrecht 16 pp.
56. Vid. C ORNISH , ob. cit., pp. 52 a 54.
57. Vid. C ORNISH, ob.cit., pp. 58/9.
58. Vid. Directiva 2000/31/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 8 de junio de 2000, re-
lativa a determinados aspectos jurídicos de los servicios de la sociedad de la información, en
particular el comercio electrónico en el mercado interior (Directiva sobre el comercio electró-
nico), arts. 12 a 15. Esa Directiva ha sido incorporada al ordenamiento jurídico español por la
Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio
Electrónico, cuyos artículos 14 a 17 se dedican a la responsabilidad de los prestadores de ser-
vicios de intermediación. Vid. BERCCOVITZ , Alberto, Apuntes de Derecho Mercantil, 4ª ed., Pam-
plona 2003, pp. 163 a 165.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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A todo ello hay que sumar otra importante dificultad añadida como es la de determi-
nar el Derecho nacional aplicable a las infracciones de derechos realizadas por Internet,
supuesto que la transmisión puede realizarse desde cualquier país del mundo. Y no cabe
ignorar que las legislaciones nacionales establecen regulaciones distintas en esta mate-
ria, siendo además muy problemático en muchos casos la eficacia real de las acciones
legales ejercitadas ante los Tribunales de determinados países.
Urge, por tanto, una generalización a nivel internacional de las normas sustantivas
que regulan esta materia, así como el establecimiento a nivel internacional privado de un
Convenio que atribuya la competencia judicial para el conocimiento de los litigios y el
reconocimiento de sentencias en estas materias.
59. Vid. GROSHEIDE , ob.cit., ps. 19/20 y D IAS VARELLA, ob.cit., pp. 82/3.
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pues, con gran frecuencia el material genético en el que se basa la patente procede de un
país en vías de desarrollo, que no obtiene sin embargo absolutamente ningún beneficio
por el hecho de que se haya obtenido una patente para una invención basada en ese
material60.
Esta realidad fue ya tomada en consideración en el Convenio sobre la diversidad
biológica (abreviadamente Convenio sobre Biodiversidad) firmado en Río de Janeiro
el 5 de junio 199261, en cuyo artículo 15 se impone la obligación de que quien utiliza
material biológico existente en la naturaleza lo hubiera obtenido con un consentimiento
informado por parte de los organismos correspondientes62. Se trata así de evitar la ex-
portación ilegal de material biológico. En base a esta norma los países en desarrollo
consideran que debería imponerse en las solicitudes de patente la indicación de la pro-
cedencia del material biológico al que la invención se refiere y la justificación de que
ese material se ha obtenido por un consentimiento informado por parte de las autorida-
des correspondientes 63. A falta de ese requisito debería imponerse una sanción a la
patente si llega a concederse, sanción que podría llegar a ser incluso la nulidad. Para que
un planteamiento de ese tipo pudiera ser efectivo sería indispensable una regulación a
nivel internacional que lo impusiera; pero los países en desarrollo se oponen a una
regulación de ese tipo64.
Así pues, lo correcto en esta materia es llegar a un acuerdo con las autoridades corres-
pondientes para la obtención de recursos genéticos y establecer un convenio en que se
regule alguna forma de compensación económica para el Estado o al entidad que ha dado
el consentimiento informado. Lamentablemente la realidad dista, al parecer, bastante de
este «desideratum»
60. Sobre esta problemática y el marco jurídico de referencia, vid. MASSAGUER , J., «Algunos aspectos
de la protección jurídica de los conocimientos tradicionales asociados a recursos genéticos me-
diante el sistema de propiedad intelectual», en Actas de Derecho Industrial, Tomo XXIII (2002),
pp. 197 a 221, en concreto pp. 204 a 210.
61. En relación con el Convenio sobre Diversidad Biológica, vid. PEREZ S ALOM , José Roberto, Recur-
sos Genéticos, Biotecnología y Derecho Internacional, Pamplona 2002, pp. 69 y ss.
62. Sobre el consentimiento fundamentado, vid. P EREZ S ALOM , ob.cit., pp. 211 y ss.
63. Vid. MASSAGUER , ob.cit., p. 220.
64. Vid. Commission on Intellectual Property Rights, ob. cit., pp. 84 a 87.
65. Sobre las dificultades para la delimitación del concepto de «conocimientos tradicionales», vid.
M ASSAGUER , ob.cit., pp. 198 a 204.
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GLOBALIZACIÓN Y PROPIEDAD INTELECTUAL
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cho exclusivo sobre algo que se ha obtenido pura y simplemente de los conocimientos
tradicionales en determinadas comunidades. Así, por ejemplo, cabe citar lo ocurrido en
el caso Turmeric (Curcuma longa)66.
Se trata de una planta utilizada en la India para sazonar la comida y que se usa tam-
bién tradicionalmente para curar heridas. Pues bien, en 1995 a dos ciudadanos indios del
centro médico de la ciudad de Michigan les fue concedida una patente sobre el «uso de
turmeric para curar heridas».
El Consejo de Investigación Científica e Industrial de la India pidió la revocación
de la patente, puesto que la invención no era nueva, ya que el turmeric venía siendo uti-
lizado desde hace miles de años para curar heridas. Ese uso curativo aparecía incluso en
un antiguo documento sánscrito. La patente fue revocada; pero este caso pone de mani-
fiesto el tipo de problema sobre el que se basan las reivindicaciones de los países en vías
de desarrollo.
Otro ejemplo de este tipo de problema lo ofrece el caso Ayahuasca67.
Durante generaciones los chamanes de tribus indígenas de la cuenca del Amazonas
han utilizado una planta, Banisteriopsis caapi, para producir una bebida ceremonial
conocida como «Ayahuasca», que significa «vino del alma» en ceremonias religiosas y
curativas para diagnosticar y tratar enfermedades, encontrarse los espíritus y adivinar del
futuro.
En junio de 1986 un ciudadano americano, Loren Miller, obtuvo una patente para
una variedad de esa planta a la que llamó «Da Vine», alegando que la había descubierto
en un jardín doméstico de la zona amazónica. Pues bien, en este caso, aunque el «ente
coordinador de las organizaciones indígenas de la cuenca amazónica» impugnó la patente
concedida, la resolución final, por razones de la legislación aplicable al procedimiento,
mantuvo la vigencia de la patente.
Estos dos casos no constituyen sino muestras de lo que está ocurriendo en la rea-
lidad. Se están patentando invenciones que no son sino conocimientos tradicionales
de pueblos indígenas, y no es fácil impedir que esas patentes sean concedidas o que se
mantengan en vigor; por una parte, porque no es sencillo y tiene un alto coste el vigi-
lar las solicitudes de patente que se presentan o las patentes que se conceden a nivel
mundial; y además porque a menudo se plantea un difícil problema de prueba para de-
mostrar que la supuesta invención era ya conocida como conocimiento tradicional,
puesto que este tipo de conocimiento se transmite oralmente de generación en gene-
ración68.
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lizar bebidas con el nombre tequila fabricado en Japón. El problema se solucionó al crearse
la denominación de origen «tequila».
71. Sobre la noción «expresiones culturales» y «conocimiento indígena» vid. GROSHEIDE , ob. cit., pp.
23 a 25.
72. Vid. GROSHEIDE, ob. cit., p. 26 y HAYYAN UL HAQ, L.M., «Requestioning the existence of indonesian
copyrights regime in protecting cultural property», ponencia presentada en Annual ATRIP Con-
ference 2004, Proceedings, 26-29 July, Utrecht, 34 ps., en concreto pp. 6 y 31.
73. Vid. G ROSHEIDE, ob. cit., p. 26.
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XI. CONCLUSIÓN
Como puede apreciarse, por tanto, la globalización tiene una incidencia sobre los dere-
chos de propiedad intelectual que excede con mucho del ámbito de lo puramente jurídico.
Ese proceso de adaptación de los derechos de propiedad intelectual a la globaliza-
ción se está haciendo fundamentalmente bajo el impulso y en interés de los únicos ope-
radores económicos que actúan realmente en el mercado global, esto es, las compañías
multinacionales de los países desarrollados.
La tendencia predominante en la actualidad consiste en aumentar la protección en
todos los países, sin tener en cuenta las circunstancias concretas de desarrollo de cada uno
de ellos, dejando de lado el equilibrio que siempre ha estado en la base de los derechos
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de propiedad intelectual, entre el interés del titular y los intereses de los terceros; sin
preocuparse por encontrar soluciones a los problemas específicos de los países en desa-
rrollo o menos desarrollados, y sin que la vigencia de los derechos exclusivos vaya acom-
pañada de una regulación a nivel internacional que impida de una manera efectiva los
abusos de la competencia, esto es, de las prácticas restrictivas de la competencia y de los
actos de competencia desleal.
Es indudable que hay que adaptar las normas sobre propiedad intelectual a las exi-
gencias de la globalización, pero lo que ocurre es que esa adaptación no tiene por qué
seguir necesariamente un modelo único, porque existen modelos alternativos que pueden
responder con mayor equidad al tratamiento de todos los intereses en juego.
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