Erin Thiele Cómo Dios Puede Y Va A Restaurar Su Matrimonio

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INTRODUCCIÓN

¿Por qué no permitirle a Dios restaurar su matrimonio?

¿Todos le están diciendo que su matrimonio no tiene esperanza? ¡No es verdad! ¡Dios tiene todo el poder
para restaurar cualquier matrimonio, especialmente EL SUYO! ¿Por qué ser otra de las estadísticas de
divorcio cuando la Palabra de Dios tiene tanto el poder como la verdad para cambiar SU situación
aparentemente desesperanzada?

Erin Thiele escribió este libro para USTED durante su lucha para restaurar su matrimonio. Su esposo la
había dejado por otra mujer y eventualmente se divorció de ella. Desesperada, ella buscó ayuda. Todos
los “expertos” trataron de convencerla de que su matrimonio no tenía esperanza—¡fue entonces cuando
ella encontró al Admirable Consejero y Su Palabra!

Mediante la aplicación de los principios de Dios, los cuales Erin ha documentado en este libro, ¡su
matrimonio fue milagrosa y completamente restaurado! ¡Únase a las muchas mujeres que han aplicado los
principios en este libro para obtener Victoria en lugar de derrota!
ÍNDICE
Capítulo 1 ......................................................... 6
Mi amada

Capítulo 2 ........................................................ 20
El alfarero y el barro

Capítulo 3 ........................................................ 25
Tenga fe

Capítulo 4 ........................................................ 29
Diversas pruebas

Capítulo 5 ........................................................ 36
Su primer amor

Capítulo 6 ........................................................ 42
Mujer contenciosa

Capítulo 7 ........................................................ 46
Amabilidad en su lengua

Capítulo 8 ........................................................54
Ganado sin una palabra

Capítulo 9 ........................................................58
Un espíritu suave y apacible

Capítulo 10 .......................................................65
Él vuelve el corazón

Capítulo 11 ......................................................69
Yo aborrezco el divorcio

Capítulo 12 .......................................................74
Pidiéndole a Dios

Capítulo 13 .......................................................82
Admirable consejero

Capítulo 14 .......................................................89
Primero en tirar la piedra

Capítulo 15 .......................................................94
Consuele a aquéllos

Capítulo 16 .......................................................101
Las llaves del cielo
Capítulo 17 .......................................................108
Interponerse en la brecha

Acerca del Autor ..............................................112


CAPITULO UNO
MI AMADA
“Al recordarte de día y de noche en mis oraciones,
siempre doy gracias a Dios, a quien
sirvo con una conciencia limpia como lo
hicieron mis antepasados. Y al acordarme
de tus lágrimas, anhelo verte para llenarme
de alegría.
2 Timoteo 1:3-4

Mi muy amada hermana en Cristo,


No es por casualidad que usted tiene este libro en sus manos; es por la Divina Providencia. Dios ha
escuchado su clamor, de la misma manera que escuchó el mío, y ha venido a rescatarla. Las siguientes
páginas le guiarán al igual que Él me guió cuando los demás me decían que no tenía esperanza.

Lo que Él me pidió que hiciera no fue fácil, ni tampoco será fácil para usted. Pero si usted quiere un
milagro en su vida, éste puede suceder. Si desea un testimonio para compartir con otros acerca de la fi
delidad de Dios, lo va a tener. Si en verdad usted quiere que Dios restaure un matrimonio sin esperanza,
continúe leyendo. Dios puede restaurar —y lo hará—su matrimonio tal como lo hizo conmigo.

La Biblia dice que “el Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son
fi eles” 2 Crónicas 16:9.

Él le ha estado buscando para ayudarle. ¿Está usted lista?

Necesitará una obediencia sincera. Usted debe entrar por “la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y
espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y
angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran” Mateo 7:13–14. Es su
elección si decide seguir ahora Su camino estrecho o regresar.

Este es el momento de escoger. “Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a
elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y
tus descendientes. Ama al Señor tu Dios, obedécelo y sé fi el a él, porque de él depende tu vida… ”
Deuteronomio 30:19–20.

Si todavía está leyendo y no ha tirado este libro, entonces usted ha escogido continuar. Lágrimas llenan
mis ojos al pensar en la gloriosa resurrección que le espera a su matrimonio y su familia. Oro bendiciones
sobre cada uno de ustedes. Me gozo en pensar que un día nos conoceremos ya sea en este lado o en el otro
lado del “Cielo” donde no habrá más lágrimas.

Querida y dulce hermana en Cristo Jesús, Dios puede restaurar su matrimonio y lo hará: Usted tiene Su
palabra de honor. “Les aseguro que si tienen fe y no dudan—les respondió Jesús—no sólo harán lo que he
hecho con la higuera sino que podrán decirle a este monte: ‘¡Quítate de ahí y tírate al mar!’, y así se hara”
Mateo 21:21.

Por cuanto usted está leyendo este libro, asumo que tiene una crisis en su vida por causa de su
matrimonio. ¿Le ha abandonado su esposo? ¿Usted lo ha dejado o le ha pedido que se vaya? Quizá usted
obtuvo este libro antes de que alguno de los dos tomara este paso drástico de abandono, pero usted o su
esposo han hablado de divorcio durante alguna discusión. Usted debe creer que “sabemos que Dios
dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su
propósito” Romanos 8:28.

Al pasar por las pruebas personales en su problemático matrimonio, si en verdad desea que las cosas se
arreglen para el bien, usted primero debe amar a Dios y de verdad desear Su propósito para su vida.

En este momento Su propósito es que usted se acerque a Él, que le permita transformarle más conforme a
Su imagen. Esfuércese porque Dios ha dicho “nunca te dejaré; jamás te abandonaré” Hebreos 13:5. Dios
no se ha movido de su lado: “Aún si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a
mi lado” Salmo 23:4.

Estoy segura que “valles tenebrosos” describe cómo se siente usted al respecto de su situación, pero Dios
ha permitido esto por su bien.

Solamente después de esto brillará usted como el oro. “Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a
pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aun-que
perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser
acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se
revele” 1 Pedro 1:6–7.

Lo más importante que usted debe hacer en este momento es “quédense quietos, reconozcan que yo soy
Dios” Salmo 46:10.
Luego, siga el camino de Dios. Asegúrese que todo lo que haga o diga está de acuerdo con las Escrituras;
asegúrese que se apega a la Biblia consistentemente.

Dios no desea que su matrimonio se termine. Recuerde que Jesucristo mismo dijo “por eso dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo. Así que,
ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” Mateo 19:5–6.
Además, “Yo aborrezco el divorcio, dice el Señor, Dios de Israel, … Así que cuídense en su espíritu… ”
Malaquías 2:16.

Satanás es el que quiere ver su matrimonio destruido, el Señor no, Dios no. Recuerde que “El ladrón (el
diablo) no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” Juan 10:10. No crea las mentiras del diablo sino que lleve “cautivo todo pensamiento… ” 2
Corintios 10:5.

No le permita que le robe a su marido. No le permita que destruya su familia, su vida, y sus hijos ni que le
robe su futuro. Créame y crea a aquellos que le pueden decir por experiencia que el divorcio destruirá a
los hijos y robará el futuro de cada uno de ellos al igual que el suyo propio.

En lugar de eso, siga el camino de Dios. Tomelo como su esposo conforme espera la restauración.
“Porque el que te hizo es tu esposo… ” Isaías 54:5. “Aunque cambien de lugar las montañas y se
tambaleen las colinas, no cambiará mi fi el amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, dice el Señor, que de ti
se compadece” Isaías 54:10.

Derrámese sobre la Biblia, permitiéndole a Él que la purifi que, “lavándola con agua mediante la
palabra…” Efesios 5:26. Ore y crea lo que dicen las Escrituras y no lo que usted ve: “ahora bien, la fe es
la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve” Hebreos 11:1. “En realidad, sin fe es
imposible agradar a Dios…” Hebreos 11:6.
Nadie, sólo Dios, sabe exactamente por lo que usted está pasando y las respuestas que necesita en este
momento. Si usted ora (simplemente habla con Dios) y lo escucha a Él (lee Su palabra, la Biblia), Él le
puede guiar a la victoria que Él tiene para usted. No escoja seguir lo que otros puedan decir, los que están
en el mundo, los amigos en la iglesia, los pastores, o cualquier consejero que le diga algo que han
escuchado o leído. Si usted está orando y leyendo la Palabra de Dios, Dios le hablará primero a usted, en
su corazón o durante su lectura bíblica; entonces alguien confi rmará la dirección en la cual Él le está
dirigiendo, ¡la cual será consistente con Su Palabra!

La mayoría de las personas, cristianos o no, le dicen a usted cosas que suenan y se sienten bien en la
carne. Pero si no concuerdan con las Escrituras, ¡tales cosas son erróneas! Usted estará en arena
movediza. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados” Salmo 1:1. Cuando es de Dios,
usualmente suena como algo loco (como el mantenerse en su matrimonio cuando otros le dicen
«¡abandónalo!») y siempre necesita la ayuda del Espíritu Santo para llevarse a cabo.

No actúe impulsivamente ni tome decisiones rápidas. Dios usualmente dice “¡Espera!” Muchas veces
durante la espera, Él cambia la situación. Dios dijo que Él es el “Consejero admirable” Isaías 9:6. ¿Acaso
no desea usted lo mejor? ¿No le gustaría tener un consejero que conoce el futuro? ¿Uno que de verdad
pueda cambiar el corazón de su esposo? Sólo hay Uno que le puede mostrar la dirección correcta. ¡Confíe
en Él y solamente en Él! Hay de hecho MÁS matrimonios destrozados en la iglesia que en el mundo, así
que no se deje guiar por ningún consejero cristiano o pastor que da el consejo del mundo en lugar del de
Dios.

Tristemente, muchos matrimonios son destruidos por consejeros matrimoniales cristianos. Ellos hacen
que usted y su esposo hablen del pasado y que se digan cosas que nunca deberían de haber sido dichas.
Las frases crueles son mentiras del diablo o sentimientos carnales. Después de que el consejero escucha
algo que él mismo ha propiciado que usted diga, ¡le dice que su situación no tiene esperanza!

Si alguien (incluyendo su cónyuge) le ha dicho que su situación no tiene esperanza, empiece a alabar a
Dios. ¡Las situaciones sin esperanza son exactamente aquellas donde el Señor elige mostrar Su poder!
“Para los hombres es imposible…mas para Dios TODO es posible” Mateo 19:26.

Trabaje con Dios. Y no crea que sin la ayuda o cooperación de su esposo su matrimonio no puede
salvarse o mejorar. ¡Nuestro ministerio fue fundado por y para aquellos que son la única persona en la
pareja buscando restauración para el matrimonio! Lo único que necesita es su corazón y la fortaleza del
Señor. “El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes le son fi eles” 2
Crónicas 16:9.

He tenido el privilegio de haber sido «aconsejada» por el Mejor Consejero y quiero compartir algo de lo
que Él me ha dicho a través de Su Palabra. No hay dos situaciones exactamente iguales; sin embargo Su
Palabra se aplica a todas. “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso
y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo
consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” 2
Corintios 1:3–4.

Estudie Su Palabra. Después de haber orado. “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán” Mateo 7:7.
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos
generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las
olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así, no piense que va a recibir
cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace” Santiago 1:5–8.
¡Usted debe de tener fe! ¿De dónde puede obtener fe? ¡De Él! Pídale fe porque “toda buena dádiva y todo
don perfecto descienden de lo alto” Santiago 1:17.

La Palabra de Dios, Sus principios

Amada, si conoce bien la Biblia o si nunca la ha leído anteriormente, la Biblia, y SOLAMENTE ella,
debe ser su guía para restaurar su matrimonio. El libro que está leyendo presenta todos los versículos que
el Señor usó para guiarme a través del fuego de la prueba hacia mi restauración.

El Señor me enseñó que yo había quebrantado muchos de los principios del matrimonio, y además me
enseñó otros pecados de los cuales no me daba cuenta o con los que nunca había lidiado (mediante el
arrepentimiento por haberlos cometido). Todos estos pecados y violaciones condujeron hacia la
destrucción de mi matrimonio.

Pasa lo mismo con TODO aquel que encuentra su matrimonio en ruinas o completamente destrozado,
incluyéndole a usted. Pronto se dará cuenta, si ya no se ha percatado, de que no es su esposo solamente
quien ha violado los principios de Dios. Usted se dará cuenta, como yo me di cuenta, que usted ha
contribuido bastante a la destrucción de su matrimonio. Este entendimiento será el punto decisivo
conforme usted acepte y mire sus pecados, no los de su esposo.

La sabiduría que recibí al leer y volver a leer los versículos de las Escrituras a los cuales el Señor me
dirigió, me ayudó a entender lo que la Biblia verdaderamente es y lo que yo necesitaba que fuera en mi
vida—mi guía. La Biblia está llena con las leyes espirituales para Su creación. Cuando Dios creó el
mundo, no sólo lo hizo con leyes físicas, como la ley de gravedad, sino que también lo creó con leyes
espirituales.

Al igual que el violar la ley de gravedad resulta en las consecuencias de que nos tropecemos o de que un
objeto se caiga, así el resultado de violar las leyes espirituales del matrimonio será el derrumbe de su
matrimonio.

Otro descubrimiento asombroso es que los caminos del mundo SIEMPRE son opuestos a los caminos de
Dios y Su Palabra. La manera que usted está manejando el abandono de su esposo, su adulterio, su
consumo de alcohol o drogas o los documentos del divorcio que él le puso en las manos, muy
probablemente es la misma manera en que alguien en el mundo lo hubiera manejado. Lo que usted
descubrirá, como yo lo descubrí, es que esto es exactamente lo OPUESTO de la manera que Dios quiere
que se manejen las pruebas para traer la victoria. “… ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe” 1
Juan 5:4.

Cuando empecé a seguir los caminos de Dios, lo cual fue lo opuesto de lo que los demás estaban
haciendo, fue cuando empecé a ver que mi matrimonio volvía. Los caminos del mundo SIEMPRE
resultan en destrucción, mas los caminos de Dios siempre traen consigo sanidad y restauración. “El que
siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que
siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” Gálatas 6:8.

He elaborado una lista pequeña de referencias en este capítulo para ayudarle INMEDIATAMENTE a
sacar su matrimonio de la crisis. Estos principios, si son seguidos al pie de la letra con un corazón sincero
y humilde, resultarán en una restauración inmediata o futura de su matrimonio. Está GARANTIZADO,
no por mí, sino por Dios en Su Palabra.

Cuanto más una mujer sigue estos principios, mayor restauración verá como resultado directo de su
obediencia. Aquéllas que se quedan en crisis, o que nunca ven su matrimonio restaurado, son aquéllas que
se niegan a creer y a obedecer las leyes espirituales de Dios, o quienes erróneamente creen que están por
encima de las leyes de Dios. Uno de los videos de “Tenga Ánimo” (“Be Encouraged”) está dedicado
completamente a mostrar testimonios de errores que impidieron a mujeres lograr la restauración.

Si usted es una de aquellas que cree fuertemente que usted no está “bajo la ley” y por tanto es libre para
violar las leyes de Dios, “¡de ninguna manera!”

• “¿Entonces, qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna
manera!” Romanos 6:15.

• “¿Quiere decir que anulamos la ley con la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confi rmamos la ley”
Romanos 3:31.

• “¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?”
Romanos 6:2.

Aquellos que entendieron la ley de gravedad aprendieron a desafi arla, lo que resultó en que el hombre
pueda volar. El cristiano que estudia la Palabra de Dios desafi ará al mundo y maravillará al incrédulo
quien entonces buscará a Dios. Sin embargo, una persona que cree estar por encima de la ley de gravedad,
y viola esa ley brincando de un avión sin un paracaídas, caerá para su propia muerte. Por eso que tantos
cristianos viven vidas llenas de destrucción.

Creer y obedecer

Si usted es como muchas mujeres que quieren restaurar su matrimonio, usted no sólo debe de creer que
Dios puede restaurar su matrimonio, usted también debe obedecer Su Palabra. Este libro fue escrito por
alguien que estaba desesperada—desesperada al punto de seguir la Palabra de Dios ¡¡¡pase lo que pase!!!
¿Está usted dispuesta a seguir la Palabra de Dios, sin importarle el costo? ¿Sin importarle cuanto duela?
La pregunta que se debe hacer a usted misma es “¿qué tan importante es para mi salvar mi matrimonio?”

Reciba cualquier cosa. Si usted no obedece a Dios con celo de obediencia, usted no debería esperar nada
de Él, porque usted es indecisa. “Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es
indeciso e inconstante en todo lo que hace” Santiago 1:7–8. “Aborrezco a los hipócritas, pero amo tu ley”
Salmo 119:113.

Fe por mis obras. Si usted dice que tiene la fe para confi ar a Dios su matrimonio, entonces “actúe” en
esa fe. “Hermanos míos, ¿De qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá
salvarlo esa fe?… Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe
sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras” Santiago 2:14, 18. Hay tantos testimonios de aquéllas
que decidieron “creer” en vez de obedecer. Cada una de ellas continúa “creyendo” en solución para su
matrimonio, ¡pero NINGUNO está restaurado!

Sácatelo y tíralo. De nuevo, ¿qué tan importante para usted es su deseo de que su matrimonio sea
restaurado? ¿Está lo sufi cientemente desesperada para hacer “lo que sea necesario” para salvarlo? Si
usted no cree que Dios nos llama a esa clase de obediencia, mire lo que dice Jesús en Mateo 5:29–30:
“Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo, y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu
cuerpo y no que todo él sea arrojado al infi erno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela, y arrójala.
Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infi erno”

A través de todo el capítulo 5 de Mateo Jesús nos llama a una obediencia mayor de la cual se había escrito
en el Antiguo Testamento. Léalo para motivarse a sí misma a obedecer, hasta el punto de parecer una
fanática. Si lo que usted está haciendo ahora no le parece loco a los demás, necesita volverse más radical
en su compromiso con su matrimonio, ¡porque eso es lo que se requiere!

Todos nosotros debemos ser como Pedro en nuestra obediencia. Cada vez que se le pedía que hiciera
algo, como permitirle a Jesús que lavara sus pies, ¡lo llevó al extremo! Aún sobreactuó cuando Jesús le
pidió que saliera del barco. Él fue el único que siguió a Jesús con semejante celo de compromiso. Aún así,
Jesús lo reprendió por su falta de fe. ¿Es usted tibia? “Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino
tibio, estoy por vomitarte de mi boca” Apocalipsis 3:16.

Confíe y crea que Dios es capaz y quiere restaurarla y reedifi carla a usted, a su matrimonio y a su
familia. Dios no tiene ninguna otra persona por ahí para usted, ni piensa que usted ha escogida a la
persona errónea. “Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive; pero si su
esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo. Por eso, si se casa con otro hombre
mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y
no es adúltera, aunque se case con otro hombre” Romanos 7:2–3.

Si está pensando en volverse a casar, esa no es una opción. Ese segundo matrimonio tiene menos del 20%
oportunidad de sobrevivir. ¡Usted tendría 8 de 10 probabilidades de sufrir otro doloroso divorcio! Luego
le sigue el número tres y el cuatro. De- téngase ahora en cualquier número que se encuentre. ¡Hay una
mejor manera!

En lugar de eso, “Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo” Salmo 27:14, Salmo 31:24, Isaías
35:4. “Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda humana. Con Dios obtendremos
la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!” Salmo 60:11, Salmo 108:12–13. (Favor de leer el capítulo
11, “Porque yo aborrezco el divorcio” para mayor referencia).

No hable con otros acerca de su situación. Hable con Dios, escudriñe Su Palabra para encontrar la
respuesta. “Busquen, y encontrarán” Mateo 7:7, Lucas 11:9. Él es el “Consejero admirable” Isaías 9:6.
“No sigue el consejo de los malvados” Salmo 1:1. No le diga a otros sobre su situación: “la
desvergonzada es carcoma en los huesos” Proverbios 12:4.

Además, “Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas” Proverbios 31:11.
Y “Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará” Mateo 12:37. “El
chismoso divide a los buenos amigos” Proverbios 16:28, Proverbios 17:9. (Véase el capítulo 7,
“Amabilidad en su lengua” para mayor conocimiento.) Tal conocimiento no es una opción sino es
esencial: “pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido” Oseas 4:6.)

Pida a Dios una compañera de oración del sexo femenino quien creerá en Dios para restaurar su
matrimonio. ¡¡Manténgase alejada de grupos para solteros!! ¡Usted NO pertenece ahí si desea restaurar su
matrimonio! Si va, ¡es indecisa, así que no espere nada de Dios! (Santiago 1:8). Si desea un matrimonio
restaurado, no asista a un grupo de recuperación por divorcio ni a ningún otro “grupo de apoyo” ¡que no
es más que una fi esta de lástima propia que la anima a dejar el matrimonio atrás! Tiene que escoger si
quiere esperanza o terminación para su matrimonio.

En vez de afi liarse a un grupo, le sugerimos fuertemente que ore y pida al Señor por sólo una dama que
le ayudará. Lo único que yo tenía era sólo una persona más y el Señor. ¡Lo único que usted necesita es
una persona más y al Señor! Usted puede encontrar una dama que entienda por lo que usted está pasando
en nuestra página de internet.

¡Deje de pelear con su esposo¡ Este principio será un factor decisivo para la restauración de su
matrimonio. Hay tantas Escrituras sobre este tema, podría escribir páginas y páginas para usted. Aquí
están sólo algunas: “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto”( Mateo 5:25 VRV). “La respuesta amable
calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego” (Proverbios 15:1). “Iniciar una pelea es romper una
represa; vale más retirarse que comenzarla” (Proverbios 17:14). “Hasta un necio pasa por sabio si guarda
silencio” (Proverbios 17:28).

“Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor” (Proverbios 31:26). “Honroso
es al hombre evitar la contienda, pero no hay necio que no inicie un pleito” (Proverbios 20:3). Y “el
egoísta busca su propio bien; contra todo sano juicio se rebela” (Proverbio 18:1). ¿Ha sido usted una
mujer contenciosa? (Véase el capítulo 6, “Mujer contenciosa” y el capítulo 8 “Ganado sin una palabra”
para más información.)

Remueva el odio y el dolor; entonces trate de mirar amorosamente en los ojos de su esposo.
“Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza” (Salmo 34:5). “Porque el
que a sí mismo se enaltece, será humillado, y el que se humilla será enaltecido”( Mateo 23:12, Lucas
14:11, Lucas 18:14). Pedro preguntó cuantas veces debería de perdonar a su hermano quien pecó contra
él. “¿Hasta siete veces?” sugirió. Pero Jesús respondió, “No te digo que hasta siete veces, sino hasta
setenta y siete veces” ¡Eso es 490 veces! (Mateo 18:22) ¿Ha decidido no perdonar a su esposo por lo que
le ha hecho a usted y a sus hijos? La falta de perdón es muy peligrosa para usted y para el futuro de su
matrimonio. (Para más información léase el capítulo 9, “Un espíritu suave y apacible” bajo la sección
“Perdonar”)

Debe empezar a ver a su esposo como Dios lo ve. Ore por su esposo, necesita primero perdonarlo y a
cualquier persona que esté involucrada con él (amigos, familiares, compañeros de trabajo, y aún a la otra
mujer). (De nuevo, véase el capítulo 9, “Un espíritu suave y apacible” bajo la sección “Perdonar” acerca
de los peligros de no perdonar.) Entonces usted estará lista para orar por el hombre que Dios quiere que su
esposo sea. Deje de ver las cosas malas que él está haciendo. Reemplace eso con pedirle a Dios que le
enseñe lo bueno que está haciendo y especialmente lo bueno que ha hecho en el pasado. (Véase el
capítulo 7, “Amabilidad en su lengua” bajo la sección “Respetuosa” para más información).

Agradezca a Dios por estas cosas y tome tiempo para agradecer a su esposo cuando le llame o pase por su
casa. Si su esposo la ha abandonado, ¡no lo llame! Pero si usted lo abandonó o lo echó de su casa, usted
debe llamarlo y pedirle que la perdone. ¡Este punto es crítico! Cuanto más espere, mayor será la
posibilidad de adulterio, si no es que ya ha ocurrido. (Por favor, lea los testimonios en nuestra página de
internet donde se provee evidencia de cómo estos principios funcionaron en las vidas de mujeres que los
siguen.)

Una vez que se ha arrepentido, NO continúe arrepintiéndose. Puede ser contraproducente. Además, ya sea
que su esposo acepte su disculpa o no, ese no es el asunto. Usted lo hace por humildad y obediencia a
Dios y nada más.

Hable amablemente y amorosamente a su esposo cuando tenga la oportunidad de hablar con él.
“Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo” (Proverbios 16:24).
“Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos” (Proverbios 17:22, 18:14).
No tiene que alegrarse de sus problemas matrimoniales, solo gócese que Dios los tiene todo bajo su
control. “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien
penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por
ella” (Hebreos 12:11).

No escuche chismes o a cualquier persona que trate de darle malas noticias de su marido. “Todo lo
disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7). Quizá su esposo dice que no
está involucrado con nadie más, pero usted SABE que si lo está. Usted debe creerle. No está siendo tonta
ni ingenua, está demostrando amor incondicional o agape.

Algunas veces es su familia o sus amigos cercanos quienes tratan de persuadirle para que busque el
divorcio o que lo ponga en su lugar por las cosas que ha hecho o está haciendo. Debe separarse a sí misma
de aquellos que le desvían de Dios y despiertan su carne y emociones. “Manténte a distancia del necio,
pues en sus labios no hallarás conocimiento” (Proverbios 14:7). “El chismoso traiciona la confi anza; no
te juntes con la gente que habla de más” Proverbios 20:19 ¡Si usted calumnia a su esposo los demás
también lo van a hacer! “Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre… ” Salmo
101:5

Puesto que usted va a recibir muchos consejos que son contrarios a la voluntad y Palabra de Dios, ¡no
comparta su situación con otros! ¡Finalmente despertará lástima propia o enojo en usted! Estas emociones
son de la carne y pelearán contra su espíritu. Dios dice en Gálatas 5:17: “Porque ésta desea lo que es
contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo
que ustedes no pueden hacer lo que quieren” Escuchar, discutir o buscar consejería para su situación
traerá confusión ya que la mayoría de los cristianos NO CONOCEN verdaderamente la Palabra de Dios y
aún pastores lo aconsejarán de manera contraria a la Palabra de Dios. A menos que hayan “caminado por
las mismas aguas,” ignorarán o reducirán los principios de Dios ¡cuando usted desesperadamente necesita
la Palabra de Dios completa sin dobleces para salvar su matrimonio!

NO trate de investigar lo que su esposo está haciendo. Si usted sospecha que hay alguien más o si
SABE que alguien más está involucrado con él entonces haga lo que Dios dice: “Pon la mirada en lo que
tienes delante; fi ja la vista en lo que está frente a ti” Proverbios 4:25. “No temerás ningún desastre
repentino, ni la desgracia que sobreviene a los impíos. Porque el Señor estará siempre a tu lado y te
librará de caer en la trampa” (Proverbio 3:25–26.) Y una vez mas recuerde, el amor “todo lo CREE” (1
Corintios13:7).

¡NO confronte a su esposo o a los otros involucrados! Esa es la red que Satanás ha dejado. Yo, al
igual que muchas otras mujeres, caí en la trampa. ¡Tenga cuidado! Puede satisfacer su carne pero las
consecuencias la destruirán y así mismo destruirán cualquier sentimiento que su esposo tenga por usted.
No hable con la otra mujer por teléfono o en persona ni le mande una carta diciéndole que la perdona. Ese
no es Dios. Es el diablo jugando con su justicia propia.

Muy a menudo las mujeres erróneamente piensan que deben confrontar a sus esposos porque ellos no
deben salirse con la suya. TODAS las que han confrontado a sus esposos, de ignorancia como yo lo hice o
ignorando este libro y mi alerta personal, me han escrito para decirme ¡cuanto se arrepienten de haberlo
hecho! ¡TODAS han compartido que resultó en terribles consecuencias! ¡Por favor no sea como Eva que
se apresuró e hizo lo que ella sabía que no debía hacer!

Una vez que el pecado es destapado, se hará alarde frente a su cara, usted perderá la ventaja que Dios le
ha dado como “la esposa de tu juventud” (Proverbios 5:18). Usted debe recordar que, “el amor… todo lo
cree… ” (1 Corintios 13:6,7).

Debe recordar todo el tiempo que ésta es una guerra“espiritual” Como en toda guerra, es insensato y
peligroso dejarle saber al enemigo lo que usted sabe. ¡Ninguna batalla en el Antiguo Testamento se ganó
revelando la información obtenida por el Señor! Ni el Nuevo Testamento nos dice que revelemos
movimientos enemigos. ¡Al contrario, nos alerta a pelear como si fuera una guerra espiritual! 1 Timoteo
1:18 nos dice que “pelees la buena batalla” “No libramos batallas como lo hace el mundo” (2 Corintios
10:3). Se nos dice “practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como
león rugiente, buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8. Su marido y otros están trabajando con el diablo,
como sus esclavos, para destruir su matrimonio, su futuro y sus hijos. “¿Acaso no saben ustedes que,
cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son,
ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que llega a la justicia” Romanos 6:16. Para
ganar esta guerra, USTED debe ser esclavo de la justicia—¡¡no lo confronte acerca de su pecado o lo que
usted sabe!!

¡NO trate de investigar donde está su esposo. Si él no le ha dado a conocer su paradero! ¡Es de esta
manera que Dios la está protegiendo a usted! Guarde silencio, quédese quieta. Métase al clóset donde
usted ora y empiece a pelear la batalla a través de la oración, de rodillas ante el Señor. Dios puede
cambiar el corazón de su esposo, pero usted lo hará más duro si demuestra descon-fi anza, sospechas y
celos. “En las manos del Señor el corazón del rey es como un río; sigue el curso que el Señor le ha
trazado” Proverbios 21:1. La otra mujer entonces parecerá la equivocada, ¡no usted! Todo hombre protege
y defi ende a la adúltera cuando la esposa ataca verbalmente (o físicamente) a la otra mujer. ¡Calle!
Escuche mi testimonio o los videos de “Tenga Ánimo” para que evite este error fatal.

No actúe intempestivamente en ninguna decisión. En ese momento usted no está pensando claramente
y muy probablemente está actuando por emociones más que con sabiduría. “Mucho yerra quien mucho
corre” Proverbios 19:2. “El prudente se fi ja por dónde va” Proverbios 14:15. “Hay caminos que al
hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muert” Proverbios 16:25; 14:12. “¿Te has
fi jado en los que hablan sin penar? ¡Más se puede esperar de un necio que de gente así!” Proverbios
29:20.

“Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor” Proverbios 16:33. “El sabio
teme al Señor y se aparta del mal” Proverbios 14:16. No se dé prisa para hacer cambios como asignar un
“horario de visitas” No se apresure para obtener el divorcio. Dios dice “aborrezco el divorcio” Malaquías
2:16. No se mude ni abandone su casa: “Como es escandalosa y descarada (una ramera), nunca hallan sus
pies reposo en su casa” Proverbios 7:11 ¡No siga el mismo camino de ella!

¿Ha ido a su esposo con sus necesidades, sus temores o sus problemas—todo para fi nalmente
permitirle a él que la defraude a usted? Memorice estas Escrituras: “Así que mi Dios les proveerá de
todo lo que necesitan, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” Filipenses 4:19. “Pero
de una cosa estoy seguro; he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes. Pon tu esperanza
en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!” Salmo 27:13–14.

“Cuando el Señor aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia” Proverbios
16:7. “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” Proverbios 31:25. En vez de estar
suplicando, tome esta oportunidad para agradecerle a su esposo y para expresar su admiración por la
manera en que la ha cuidado en el pasado. Este es el camino de Dios; es llamado contentamiento.

Parte del problema puede ser la carrera profesional que usted desempeña fuera del hogar. Debido a que
Dios dijo que esperáramos por las cosas, pero nosotros adelantemos y compramos cosas con tarjeta de
crédito, usted tal vez ha “tenido la necesidad de salir a trabajar” Ahora su casa está vacía mientras usted
trabaja, sus niños en la guardería y su esposo en su propio apartamento. ¡Satanás es un ladrón!

Pronto perderá la casa por la cual ha trabajado arduamente. Permita que Dios salve su casa, su familia y
su matrimonio. (Véase la sección“Sierva de todo” en la lección “Las maneras de su hogar”, en el libro
“La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia que destruyó la suya con sus propias manos,
disponible en inglés).

Nunca busque la ayuda ni el apoyo de su esposo en sus confl ictos presentes. No hay mejor manera de
alejar a su esposo de usted que diciéndole todo lo malo que sucede en la casa. La razón por la que le
abandonó fue para “huir” de los problemas. Él NUNCA regresará a una casa hecha un caos, ni vendrá a
su rescate—¡nunca! Un hombre que abandona o se involucra con otra mujer está concentrado en buscar la
felicidad. Si usted encuentra ayuda mediante su “relación amorosa” con el Señor como debe de ser,
cuando los problemas vengan (¡y vendrán!), ¡entonces su esposo vendrá corriendo para regresar a casa!

¿Alguna vez animó a su esposo a abandonarla? Nosotros, en Restore Ministries (Ministerios de


Restauración) hemos visto muchas esposas que han pedido a sus esposos que se vayan o que han sido las
primeras en mencionar la palabra “divorcio” durante un arranque de enojo. Cuando usted siembra una
mala semilla, no se sorprenda si termina en adulterio. Las palabras tienen más poder de lo que usted cree.
“Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan
pronunciado” Mateo 12:36.

Si ya han habido problemas con alcohol, drogas o abuso, ¡no les añada el problema del adulterio! Quizá
usted deseaba que él se fuera por causa de su uso de alcohol, drogas o abuso. O quizá uno de ustedes
simplemente sintió que ya no amaba al otro. Favor de leer el capítulo 15, “Consuele a aquellos” para más
ayuda. ¡Si ya han habido problemas como el alcohol, drogas o abusos, no les añada el adulterio! Los
hombres que no viven en su casa son considerados “solteros” (¡aunque no lo son!). La separación es el
primer paso para el divorcio. Y el divorcio es un error que cambia la vida. Sólo un número pequeño de
personas que se separan vuelven a estar juntos.

La separación de la que se habla en 1 Corintios 7:5 es hecha de mutuo acuerdo Y con el propósito de
ayunar y orar. Este versículo confi rma esto: “Y si una mujer tiene un esposo que no es creyente, y él
consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él” 1 Corintios 7:13.

Muchas mujeres mayores que son ignorantes y que confían en su propia justicia aconsejan a las mujeres
jóvenes que les digan a sus maridos que se vayan de la casa o que no les permitan volver. ¡Esas NO son
mujeres piadosas! Las mujeres mayores, como dice Tito 2:4–5, deben enseñar lo que es bueno y animar a
las mujeres más jóvenes a “amar a sus esposos y a sus hijos… y sumisas a sus esposos, para que no se
hable mal de la palabra de Dios”

Al tomar una decisión de separarse o divorciarse, usted ha escogido destruir no sólo su vida y la vida de
su esposo, sino también la vida y el futuro de sus hijos. Sus (futuros) nietos, sus padres y todos sus
amigos también sentirán efectos devastadores de esta decisión egoísta, ignorante, e insensata.

Sugiriendo que su esposo le abandone, usted ha tomado el primer paso hacia el divorcio. ¿No es tiempo
de volvernos atrás antes de que las cosas avancen? El mundo y Satanás le han convencido de que esta
separación o divorcio mejorará las cosas, ¡pero eso es una mentira! Si eso fuera verdad, 8 de 10 personas
no se divorciarían en el segundo o subsecuente matrimonio. Una vez más, la Biblia es clara: “Y si una
mujer tiene un esposo que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, que no se divorcie de él” 1
Corintios 7:13.

Si su esposo le ha abandonado, usted debe dejar de buscarlo, de presionarlo y aún de estar en su


camino. Él solamente intentará más duramente de alejarse de usted o de correr hacia el mal. “Dichoso el
hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la
amistad de los blasfemos” Salmo 1:1. El único obstáculo para el camino debe ser “espinos” Oseas 2:6.
Usted debe leer el libro de Oseas en su Biblia. Tenemos una oración escrita para que usted memorice
basada en los espinos. (Usted la encontrará en el Capítulo 17, “Interponerse en la brecha”) Órela
diariamente por su esposo.

Muchos ministerios animan a los abandonados a continuar buscando al cónyuge que lo ha abandonado
con llamadas telefónicas, cartas, tarjetas, y declaraciones del “pacto matrimonial” ESTO NO ES
BÍBLICO y ¡ha causado a muchos llegar a ser abandonados de por vida! La Biblia dice, “Sin embargo, si
el cónyuge no creyente decide separase, no se lo impidan. En tales circunstancias, el cónyuge creyente
queda sin obligación; Dios nos ha llamado a vivir en paz” 1 Corintios 7:15. Si usted no lo suelta, las
fricciones continuarán. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la
senda de los pecadores” Salmo 1:1. Usted debe hacerle saber a su esposo que él es libre de irse (basados
en 1 Corintios 7:15). ¡Esto le causará el dejar de correr, de buscar el divorcio, o de meterse en otro
matrimonio!

Pero yo ya estoy divorciada. Nunca es demasiado tarde aún si el divorcio ya ha tenido lugar. Muchos se
“vuelven a casar” con sus cónyuges anteriores DESPUÉS de que se han divorciado. “No te dejes vencer
por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” Rom. 12:21. Dios específi camente le pidió a Su profeta
Oseas que se volviera a casar con su esposa Gómer aún después de que ella le había sido descaradamente
infi el. “¡Échenle en cara… que ni ella es mi esposa ni yo su esposo… Con ardor perseguirá a sus
amantes, y al no encontrarlos dirá: ‘Prefi ero volver con mi primer esposo, porque antes me iba mejor que
ahora” Oseas 2:2,7. “Me habló (a Oseas) una vez más el Señor, y me dijo: Ve y ama a esa mujer adúltera,
que es amante de otro” Oseas 3:1. Dios usó la historia de Oseas y Gómer para mostrar Su compromiso
con Su propia novia (la iglesia) y Su fuerte posición en el matrimonio.

No permita que sus hijos vean su dolor o enojo hacia su esposo. Esto solamente les causará el tener
malos sentimientos hacia su padre. No eche la culpa a su esposo. “La mujer sabia edifi ca su casa; la
necia, con sus manos la destruye” Proverbios 14:1. “En las manos del Señor el corazón del rey es como
un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado” Proverbios 21:1. Sea cuidadosa hacia dónde inclina el
corazón de sus hijos. “Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así
no vendré a herir la tierra con destrucción total” Malaquías 4:6. “El orgullo de los hijos son sus padres”
Proverbios 17: 6.

El Señor ha permitido estas pruebas en su vida, en la vida de sus hijos, por un tiempo, para acercarla a
usted hacia Él, para completar Su obra en todo lo que hay en su vida, y ¡para regresarlos juntos de nuevo
para Su Gloria! Cuando no hay nadie alrededor para culpar, usted puede voltear a Dios. ¡Cuando usted
está más cerca de Él, Él puede cambiarla a usted más conforme a Su imagen! “Radiantes están los que a
él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza” Salmo 34:5.

No permita que sus hijos hablen mal de su padre. Usted debe demandar respeto hacia su padre (¡sea
que tengan 5, 15, o 25 años!). “Honra a tu padre y a tu madre” Éxodo 20:12, Deuteronomio 5:16, Marcos
7:10. De nuevo, recuerde “Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y
así no vendré a herir la tierra con destrucción total” Malaquías 4:6. (Si usted ha hablado mal de su esposo,
primero pida a Dios perdón, después pida perdón a su esposo y fi nalmente a sus hijos. “Quien encubre su
pecado jamás prospera” Proverbios 28:13. Después comience a darle su lugar ante los ojos de sus hijos y
ante sus propios ojos. (Vea el capítulo 7 “Amabilidad en su lengua” bajo la sección “Respetuosa,” para
mayor información).

Recuerde, usted tendrá problemas forzando respeto para su padre, si usted muestra falta de respeto para su
esposo.

No permita que sus hijos se vuelvan revoltosos. “El hijo malcriado avergüenza a su madre” Proverbios
29:15. En lugar de permitirles ventilar su enojo, use su tiempo para enseñarles a perdonar y a orar por su
padre. Cuando la ira se ha ido, el dolor se habrá ido; luego enséñeles a depender de Dios para su consue-
lo. Esta escritura le ayudó a mi hijo de (entonces) 5 años de edad cuando él lo memorizó: “Dios ha dicho:
Nunca te dejaré; jamás te abandonaré” Hebreos 13:5. Sus hijos están confundidos ahora, así que deles
direcciones claras. (Véase la lección“La enseñanzas de su madre” en el libro “La mujer sabia edifi ca su
casa: escrito por la necia que destruyó la suya con sus propias manos)Otra vez, usted tendrá problemas
haciendo respetar esto si usted muestra falta de control.

Sea cuidadosa de no escoger el camino “más fácil” Puede parecer ser el camino más fácil, pero al fi nal
es el camino con mayor tristeza, pruebas, difi cultades, y dolores de corazón de los que usted está
experimentando ahora. Nosotros, quienes hemos pasado por matrimonios difíciles, separaciones y/o
divorcios, queremos advertirle en contra de cualquier idea, libro y otra gente que la infl uirá para que ir
por el camino del mundo, ¡el cual SIEMPRE termina en desastre! Aunque el mundo lo acepte, nosotros
como cristianos sabemos que es el camino ancho hacia la destrucción.

Angosto es el camino que lleva a la vida, ¡y pocos son los que lo hallan! “Entren por la puerta estrecha.
Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella.
Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran”
Mateo 7:13–14. Usted debe buscar ese camino estrecho en todas sus decisiones, en la manera como habla
con otros, y en la manera en que maneja las pruebas que VENDRÁN a su vida ahora y en el futuro.

Por favor, tenga cuidado con lo que lee. Los libros cuyo fundamento está en la fi losofía o aquellos
escritos por psicólogos o consejeros matrimoniales llenarán su mente con pensamientos destructivos.
Tenga cuidado cuando lea libros que tratan tópicos como “amor difícil,” “añadiendo sabor a su
matrimonio,” y “codependencia” Hemos visto el daño que esas ideas han hecho a matrimonios y a las
mujeres que los han leído en su desesperación.

Mire a Dios y a aquellos “del mismo parecer”. Para animarle a mantenerse en su matrimonio. Por favor
vaya al Consejero (la Palabra de Dios) la cual es gratis y le ahorrará dinero y salvará su matrimonio.
Manténgase alejada de los “profesionales” Cada profesional tiene su propio camino y creencias. Hay
millones de consejeros matrimoniales tanto cristianos como seculares y libros acerca de problemas
matrimoniales. Si ellos supieran todas las respuestas, ¿por qué hay una epidemia de divorcios,
especialmente en la iglesia?

¿Por dónde comienza?. ¿Qué debe hacer usted? Comience a mover su casa derrumbada hacia la roca.
“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que
construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron
aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca” Mateo 7:24–25.
“La mujer sabia edifi ca su casa; la necia, con sus manos la destruye” Proverbios 14:1. “Con sabiduría se
construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos
y extraordinarios tesoros” Proverbios 24:3–4.

Alabe a Dios en TODAS las cosas. “Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo,
un sacrifi cio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confi esan su nombre” Hebreos 13:15.
“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡alégrense!” Filipenses 4:4.

Aprenda a realmente orar. “Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo,
y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y yo no lo he hallado!” Ezequiel 22:30. El ponerse en
la brecha NO signifi ca ponerse en el camino.

Lleve todo pensamiento cautivo. “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” 2 Corintios
10:5.

Comience a renovar su mente para ser como la de Cristo y para mirar su situación como Dios la ve,
desde arriba. Consiga un Libro de Promesas Bíblicas en su librería cristiana local y póngalo en su baño.
Muchas mujeres lo usan como un clóset de oración cuando tienen hijos o esposos en la casa. Es un lugar
de refugio y usted puede escudriñar Sus promesas para usted.

Consiga tarjetas de 3X5 y escriba en ellas diferentes versículos bíblicos que usted puede usar para renovar
su mente, para luchar en el Espíritu (la espada del Espíritu es la Palabra de Dios), o para correr a ellas
cuando usted experimente un ataque de miedo, duda o mentiras. Manténgalas con usted y léalas una y
otra vez. Deje de platicar mucho acerca de sus problemas; escuche a Dios y lea Su Palabra. El Salmo 1:2–
3 le da una promesa: “Sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el
árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!” Hablando de manera práctica, si usted lee y relee este libro hasta el punto
de gastarlo o toma el tiempo de hacer tarjetas de 3X5 con las Escrituras que usted necesita, usted no
puede evitar el meditar en Su Palabra. Casi todas las mujeres que he conocido quienes tienen un
matrimonio restaurado hicieron una o las dos cosas.

¡Ningún matrimonio ha ido demasiado lejos! “Para los hombres es imposible…mas para Dios todo es
posible” Mateo 19:26. De nuevo recuerde que no es verdad que usted y su esposo, juntos, deben buscar
ayuda para cambiar el matrimonio. Hemos visto los buenos “frutos” de mujeres que le han pedido a Dios
que cambie los corazones de sus esposos, para trabajar en ellos, y Dios ha sido fi el. (Vea “frutos” Mateo
7:16, 20). “¿Por qué te fi jas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga
que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la astilla del ojo’, cuando ahí
tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con
claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano” Mateo 7:3–5, Lucas 6:41. Oramos lo mismo para
usted, que usted vea claramente cómo ayudar a su esposo conforme su propia visión espiritual se vuelve
más clara.

¿Por cuánto tiempo? Muchas mujeres me preguntan “por cuánto tiempo” su marido estará lejos o “por
cuánto tiempo” la prueba continuará. Puede ayudarle el pensar en esto como un viaje. Cuánto tarde, a
menudo depende de usted. Conforme el Señor le muestre un área en la que Él está trabajando, trabaje
“con Él” Muchas veces nos despistamos con la vida diaria. Esto también es una batalla espiritual, con
Satanás trayendo “los afanes del mundo” para obstaculizar la Palabra. Satanás también trae situaciones,
emergencias y otras crisis que desvían su atención de nuestro destino – ¡nuestra familia restaurada!

Muy a menudo nuestro viaje parece que se ha “estancado” Cuanto mayor el estancamiento, más
conformes estaremos con la situación de la manera como está. Esto no signifi ca que podemos hacer que
Dios haga las cosas adelantadas a Su tiempo, que no tenemos que aprender a contentarnos, o que cuando
Dios dice “espera” tenemos el poder de apresurar las cosas. Sin embargo, muchas veces Satanás nos
engaña para cuestionar si debemos tomar el siguiente paso de obediencia. Si usted estuviera en un viaje y
usted se detuviera después de avanzar sólo algunas millas para revisar su mapa o para llamar a la persona
que le dio las instrucciones para llegar, o si usted siguiera regresándose y pensando que usted ya se pasó
del punto donde debía haber dado vuelta, le tomaría mucho más tiempo el alcanzar su destino. Sólo tome
el siguiente paso de obediencia. Nuestros videos o audio casetes de “Tenga Ánimo” pueden ayudarle.

Cuando usted se cansa de “esperar,” no se descorazone. Este es el tiempo que nuestro Señor está usando
para que nuestra fe sea estirada y para enfocar nuestra atención en Dios trabajando en nuestras vidas.
Todo lo que se requiere es nuestra obediencia, la cual liberará poder espiritual para trabajar a nuestro
favor. No es necesario que Dios nos dé una explicación detallada de lo que Él está haciendo. Sabemos que
Él llevará a cabo sus propósitos a través de lo que suceda aún cuando hayamos cometido un error.
Debemos creer que Él está trabajando con personas y situaciones y arreglando circunstancias en Su
bondad para con nosotros.
¡Hay mas ayuda!

Ahora tenemos una serie de video que va a más detalle y le da a usted más ayuda al responder sus muchas
preguntas: la serie de videos “Tenga Ánimo” (14 horas de ayuda y aliento). Estoy segura de que estos
videos, o audio casetes, le ayudarán. Ellos contestarán la mayoría de, si no es que todas, las preguntas que
usted puede ahora tener acerca de la manera práctica de caminar en los principios que usted acaba de leer
o que leerá. Es primordialmente acerca de mí y de lo que yo y otros hicimos para llegar a la victoria y a
matrimonios restaurados.

Si usted está siendo bombardeada por otros quienes dicen que su situación no tiene esperanza, yo quisiera
animarle para ordenar algunos libros de testimonios. ¡Dios se está moviendo! Estos libros están llenos de
testimonios de matrimonios sin esperanza que Dios milagrosamente restauró. Si sus padres, sus amigos,
sus pastores, o sus compañeros de trabajo piensan que usted está loca por intentar restaurar su
matrimonio, deles uno de estos libros y ¡mire cómo ellos comenzarán a animarle en lugar de desanimarle!

Usted puede ordenar los libros de testimonio o nuestros videos o audio casetes de “Tenga Ánimo”
contactando nuestro ministerio al 1.800.397.0800 o en www.RestoreMinistries.net. Ofrecemos paquetes a
precios reducidos para ayudar a aquellos que están en aprietos fi nancieros.

Estamos ansiosos de tener la oportunidad de ayudarle y de orar con usted. Hasta entonces, déjeme orar
por usted ahora…

“Querido Dios, por favor guía a esta hermana tan especial durante los problemas en su matrimonio. Ya
sea que se desvíe a la derecha o a la izquierda, entonces sus oídos percibirán a sus espaldas una voz que le
dirá: este es el camino; síguelo (Isaías 30:21).

“Por favor, asegúrala cuando ella vea a miles caer a su derecha y diez mil a su izquierda; ayúdala a saber
que si ella te sigue a Ti, no le afectará a ella. (Salmo 91:7) Escóndela debajo de tus alas protectoras.

“Ayúdala a encontrar el camino estrecho que la lleva a la vida, la vida abundante que Tú tienes para ella y
para su familia. Señor, oro para tener un testimonio cuando este matrimonio con problemas o roto sea
sanado y restaurado ¡para que Tú lo puedas usar para tu gloria! Te daremos a Ti todo el honor y la gloria.
Amén”
CAPITULO DOS
EL ALFARERO Y
EL BARRO
“...nosotros somos el barro, y tú el alfarero.
Todos somos obra de tu mano.”
Isaías 64:8

C uando estamos pasando por una crisis matrimonial es muy fácil enfocarse en lo que nuestros maridos
nos están haciendo. Sin embargo, mientras usted haga esto, usted tendrá confl icto y nunca llegará a la
victoria. Nosotros aprenderemos que nuestros maridos no son el enemigo en “Ganado sin Palabra”

Vamos a aprender en este capítulo que Dios muchas veces no está cambiando la conducta de nuestros
esposos porque Dios está usando las cosas que nuestros esposos están haciendo como la rueda del
Alfarero y Sus manos para moldearnos más a Su imagen. No obstante, nosotros nos quejamos porque
nosotros preferiríamos que Él usara algo o a alguien más, menos a nuestros esposos y nuestros
matrimonios como su rueda.

¿Pelea con su Hacedor? “¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto
entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: «¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no
tiene agarraderas!»?” Isaías 45:9. Deje a Dios ser Dios. En lugar de quejarse acerca de “cómo” o “a
quién” Él usa para instarnos hasta que fi nalmente buscamos a Dios para que nos cambie, ¡adore a Dios
por su fi delidad! Él ha determinado crear en usted un hermoso vaso listo para Su uso.

Hasta que le plazca al Alfarero. “Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así
que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien” Jeremías 18:4. Dios ha
creado a cada persona para Su placer y para Su propósito. ¿Está usted amargada al respecto de su
situación, su marido, sus padres, o Dios? Permita que Dios remueva los recuerdos de amargura que están
causando que usted (el barro) se “eche a perder” en las manos del Alfarero.

Pero usted no entiende. Muchas mujeres me dicen conforme intento consolarlas o animarlas que yo
“¡simplemente no entiendo!” En muchas maneras yo sí entiendo, aunque tienen razón de que nadie sino
Jesús realmente entiende. “¿Acaso el alfarero es igual al barro? ¿Acaso le dirá el objeto al que lo modeló:
«él no me hizo»? ¿Puede la vasija decir del alfarero: «él no entiende nada»?” Isaías 29:16. Platique con Él
acerca de su situación y permítale que le dé paz. Él sabe lo que es mejor para usted, así que trabaje junto a
Él.

Usted está en sus manos. “Pueblo de Israel, ¿Acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este
alfarero con el barro? –afi rma el Señor–. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en
las manos del alfarero” Jeremías 18:6. ¿No es un gran consuelo el saber que usted está en las manos de
Dios? Aunque su esposo pueda decirle que a él no le importa, o si la trata como si no le importara, a su
Señor sí le importa usted. Mi esposo, Dan, comparte en el video 4 la verdad acerca de lo que su esposo
está realmente pensando o sintiendo.
Sólo los humildes

• Humíllese a sí misma.
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla… ” 2 Crónicas 7:14. Gente altiva y con deseos de
satisfacer su voluntad propia no entienden la Palabra sin el Espíritu; para conocer la mente de Dios,
¡necesitamos humildad!

• La humildad será probada.


“… y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus
mandamientos” Deuteronomio 8:2.

• La humildad la salvará a usted


“Porque Dios humilla a los altaneros, y exalta a los humildes” Job 22:29.

• La humildad fortalecerá su corazón


“Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor” Salmo
10:17.

• Sólo el humilde será exaltado.


“De sus tronos derrocó a los poderosos, mientras que ha exaltado a los humildes” Lucas 1:52.

• Sólo a los humildes se les dará la gracia que necesitan.


“Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes.» Humíllense delante del Señor, y él los exaltará” Santiago 4:6,10.

• La humildad tiene sus raíces en el Espíritu.


“En fi n, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor
fraternal, sean compasivos y humildes” 1 Pedro 3:8. Sin embargo, la falsa humildad será manifestada
como justicia propia.

Arrogancia espiritual. Más de la mitad de los que vienen a nuestro ministerio por ayuda para restaurar
sus matrimonios exhiben arrogancia espiritual o justicia propia. Esto es a lo que yo me refi ero como
espíritu de fariseo. Damas, esto es muy peligroso. Esto IMPEDIRÁ que Dios se mueva en sus
matrimonios hacia la restauración y es lo que realmente está alejando a sus maridos.

Dios me mostró, en Su Palabra, que Jesús era áspero, crítico y se oponía a solamente un grupo de
individuos—¡los fariseos! ¡Y yo era uno de ellos! Hay tantas mujeres cristianas que fi ngen ser
espirituales en el exterior pero son inmundas en el interior. Hay tantas mujeres que miran los pecados de
sus maridos pero se olvidan de mirar la viga en sus propios ojos. Damas, ¡esa era yo! Yo veía a mi
esposo, y SU pecado de adulterio. Sin embargo, nadie podía ver mi contención, mi engaño, o mi
arrogancia espiritual.

Otros me veían (y yo me veía a mí misma) como la “pobre víctima” quien había sido abandonada y a
quien habían engañado. Pero yo, en mi justicia propia, estaba dispuesta a perdonar. Yo era quien estaba
desesperadamente tratando de sostener unida a mi destruida familia. ¡Yo era la que estaba esperando, con
los brazos abiertos, para perdonar a mi esposo, “el pecador,” cuando él recobrara el sentido,
arrepintiéndose y regresando a la casa desde el campo lejano donde estaba! ¡Escriba, farisea, “sepulcro
blanqueado”!

Si usted se puede identifi car con esta manera de pensar pecadora y orgullosa, yo fuertemente le quiero
instar a que incline su cabeza delante de Dios y le pida que le limpie de toda esta actitud que no solamente
inhibirá la restauración sino que además le pondrá a usted en oposición a una relación con Dios íntima y
sincera.

Camine en el Espíritu

Camine en el Espíritu. El ser llena del Espíritu Santo le permitirá a usted caminar en el Espíritu, no en el
pecado o en los deseos de la carne. Pida a Dios que la LLENE con su Espíritu Santo ¡ahora mismo!
“Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes” Ezequiel 36:27.

Camine por el Espíritu. “Así que les digo: Vivan por Espíritu. Y no seguirán los deseos de la naturaleza
pecaminos” Gálatas 5:16.

Ore. “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora… ” 2 Crónicas 7:14. En el Curso de Ánimo de
Ministerios de Restauración, todas las mujeres cuyos esposos han estado con otra mujer (OM) oraron para
que sus “vientres fueran cerrados” Todos fueron cerrados, excepto uno. Dios usó a este hijo como la
herramienta para restaurar a esa familia.

Siempre podemos confi ar en que Dios hará que todo sea para nuestro bien si “sabemos que Dios dispone
todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”
Romanos 8:28.

¿Qué “condición” se necesita para ser escuchada?

CONFORME SUS DESEOS A SU VOLUNTAD.

La promesa de Jesús está basada en esta condición: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en
ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá” Juan 15:7. Cuando su corazón descansa en Jesús
solamente y su voluntad está centrada en Su voluntad, usted está verdaderamente haciéndolo a Él su
Señor. Y saber Su voluntad es saber Su Palabra. Es Su voluntad que su matrimonio sea sanado. Él odia el
divorcio y desea que seamos reconciliados; sin embargo, Él tiene condiciones.

La condición de la bendición. Cada promesa dada por Dios tiene una condición para esa bendición.
Muchos reclamarán una porción de la Escritura, pero al mismo tiempo omitirán las condiciones o las
pasarán por alto.

• Condición: “Cree en el Señor Jesús…


Promesa: y serán salvos” Hechos 16:31.

• Condición: “Deléitate en el Señor…


Promesa: y él te concederá los deseos de tu corazón” Salmo 37:4.

• Condición: “Instruye al niño en el camino correcto…


Promesa: y aún en su vejez no lo abandonará” Proverbios 22:6.

• Condición: Primero para “quienes lo aman (a Dios)…,” y en segundo lugar a “los que han sido
llamados de acuerdo con su propósito”.
Promesa: “…sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien” Romanos 8:28.
¡Mire a Él y sea radiante!

Ellos… fueron radiantes. “Radiantes están los que a Él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza”
Salmo 34:5. ¡Busque su rostro!

Buscad Mi rostro. “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca… ” 2 Crónicas
7:14. “¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!” 1 Crónicas 16:11.
“Buscarán ganarse mi favor; angustiados, me buscarán con ansias” Oseas 5:15.

Abandone su mala conducta

Abandone su mala conducta. “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca, y
abandona su mala conducta…” 2 Crónicas 7:14. Las Escrituras no son sólo para la cabeza; son para el
corazón y la voluntad. Para tener el impacto real de la Escritura, debemos rendir nuestras vidas y nuestras
voluntades a la dirección del Espíritu. Debemos estar dispuestos a ser hechos de nuevo. Debemos
rendirnos a Él.

¿A quién oye el Señor? “Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones”
Salmo 34:15. “Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias” Salmo 34:17.

¿A quiénes no contesta? Cuando usted está en pecado, Él no contestará, ni aún cuando clame y llore ante
Dios. “Ya le pedirán auxilio al Señor, pero Él no les responderá; esconderá de ellos su rostro, porque
hicieron lo malo” Miqueas 3:4.

Todos hemos pecado. Todos hemos pecado y sido hallados faltos delante de la gloria de Dios; pero Dios
envió a Su Hijo. “Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes para darles la bendición de
que cada uno se convierta de sus maldades” Hechos. 3:26.

Obedecer es mejor que sacrifi car. “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y
sacrifi cios, o que se obedezca lo que él dice?” 1 Samuel 15:22. ¿Sabe qué es lo correcto por hacer, ¡pero
no lo hace!? ¡Obedezca! “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace” Santiago
4:17.

Comience a orar el Salmo 51:2–4. “Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco
mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo
que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable”

Sus lágrimas son preciosas para Él

¿Ante quién lloramos? Los hombres parecen odiar nuestras lágrimas. ¿Es acaso porque ellos no saben
qué hacer cuando una mujer llora, o porque las mujeres han usado las lágrimas para manipularlos, tanto
para que ellos se alejen? El hecho de que Dios es un Dios celoso y que aquellas lágrimas le pertenecen a
Él puede ser la razón que explica la indiferencia de nuestros esposos, a veces, hacia nuestras lágrimas.
“Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: ‘¡Aquí estoy!’” Isaías 58:9. “No dejes de
clamar al Señor por nosotros… ” 1 Samuel 7:8.

Esta victoria puede tomar más tiempo para ser manifestada en la carne. Esperamos las cosas que no se
ven. Esto necesitará nuestra fe en Dios. Llore delante de Él solamente, ¡no delante de su esposo! ¡Sólo
Dios tiene el poder de cambiar su situación!
Mis lágrimas. “Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama, ¡mi lecho empapo
con mi llanto!” Salmo 6:6. “Mis lágrimas son mi pan de día y de noche” Salmo 42:3. “Toma en cuenta
mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?” Salmo 56:8. “El que con
lágrimas siembra, con regocijo cosecha” Salmo 126:5. “Ahora bien —afi rma el Señor—, vuélvanse a mí
de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos” Joel 2:12. Para encontrar un más grandioso caminar e
intimidad con el Señor, visite nuestra página de internet temprano en la mañana para leer nuestro
Devocional Diario que está escrito especialmente para aquéllas en crisis matrimonial.

Moje Sus pies. María Magdalena fue elogiada por Jesús por sus lágrimas. “Llorando, se arrojó a los pies
de Jesús, de manera que se los bañaba en lágrimas. Luego se los secó con los cabellos; también se los
besaba y se los ungía con el perfume… ‘ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con
sus cabellos’” Lucas 7:38,44.

Lágrimas, clamor y gemidos. Usted debe encontrar y escribir las Escrituras que le ayudarán a entender
la sentida sinceridad necesaria cuando clamamos a Dios (especialmente por la salvación de nuestros
esposos o por un matrimonio en problemas o destrozado). Conforme usted las lea, marque aquéllas que
mueven su corazón y memorícelas durante el tiempo de oración, de rodillas, delante del Señor. Debemos
orar, clamar a Dios.

Compromiso personal: Permitir a Dios que me cambie. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de
Dios, me comprometo a permitir a Dios que me cambie a través de cualquier medio o a través de
cualquier persona que Él escoja. Yo enfocaré mi atención en cambiarme a mí misma en lugar de cambiar
a mi esposo o a otros alrededor de mí”

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CAPITULO TRES
TENGA FE
“Tengan fe en Dios… respondió Jesús.”
Marcos 11:22

¿Tiene usted fe o miedo?

l miedo será uno de los mayores ataques que usted necesi-tará vencer. Romanos 12:21 nos dice: “No te
dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” El miedo robará su fe y le volverá
totalmente vulnerable frente al enemigo. Cuando usted escuche todo lo que otros le dicen acerca de lo que
su esposo está haciendo o no está haciendo, en lugar de mantener sus ojos en el Señor y en Su Palabra,
usted dejará de enfocarse en Él y ¡usted comenzará a hundirse!

Y usted siempre debe decir la “verdad” a todos acerca de su fe en la habilidad de Dios y en Su deseo de
restaurar su matrimonio. De nuevo, lea los testimonios de matrimonios restaurados; ¡entonces CREA que
el suyo se añadirá a los de ellos!

Un ejemplo de fe, Pedro. Lea lo que se dice de Pedro en Mateo 14 comenzando en el versículo 22. Jesús
le pidió a Pedro que caminara en el agua. Si Él le estuviera pidiendo a usted que caminara en agua, ¿se
saldría usted del bote? Mire a Pedro cuando clama a Jesús —siempre está seguido de la palabra
inmediatamente. Inmediatamente, Jesús les habló y les dijo que tuvieran ánimo. Luego, después cuando
Pedro comenzó a hundirse él clamó al Señor, “en seguida Jesús le tendió la mano, sujetándolo…” Mateo
14:31.

Miedo. Una pregunta que debemos preguntarnos a nosotros mismos es ¿por qué se hundió Pedro? “Pero
al sentir el viento fuerte, tuvo miedo” Si usted mira su situación y la batalla que está arreciando delante de
usted, ¡usted se hundirá!” ¡Pedro quitó sus ojos de ver al Señor y el resultado fue el miedo! Dice que él
“tuvo miedo” Si usted quita su mirada del Señor, usted va a tener miedo.

En lugar de esto, mire a Jesús y LEVÁNTESE por encima de su tormenta. Cuando usted está en un avión
en medio de una tormenta, hay mucha turbulencia cuando el avión se está elevando por encima de las
nubes. Pero una vez que el avión está sobre esas nubes negras, el vuelo está suave, el sol está brillando y
¡usted casi puede ver y sentir a Dios ahí! Asombrosamente, desde ese punto de vista ¡las nubes debajo son
blancas y suaves!

Su testimonio. Otro punto muy importante es el ver qué les pasó a los otros que estaban en la barca. (¿Se
le olvidó que había otros que no se salieron de la barca?) Dice, “Y los que estaban en la barca lo adoraron
diciendo: Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios” Mateo 14:33. ¿Está dispuesta a permitirle a Dios que
la use para mostrar Su bondad, Su misericordia, Su protección, y para acercar a otros hacia Él? ¡Hay un
gran galardón! Esto es evangelismo. Otros vendrán a usted cuando ellos están teniendo problemas porque
ellos han visto su paz a pesar de las circunstancias.

Vencer

El viento se detuvo. “Cuando subieron a la barca, se calmó el viento” Mateo 14:32. Su batalla no va a
continuar para siempre. Esta prueba era necesaria para hacer a Pedro lo sufi cientemente fuerte para ser la
“Roca” de la que Jesús había hablado (Mateo 16:18). Satanás (y otros trabajando para él) le dirán que
usted seguirá en la prueba a menos que usted se salga, o que ceda y se dé por vencida.
Dios nunca tuvo en mente que nos quedáramos en “el valle de sombra de muerte” En el Salmo 23 dice
que vamos “por el valle de sombra de muerte” Satanás nos quiere que pensemos que ¡Dios quiere que
vivimos ahí! ¡Él quiere pintar una imagen desesperanzada! Dios es nuestra esperanza, y la esperanza es la
fe en Su Palabra que ha sido sembrada en nuestro corazón.

Fe

Abraham. Un segundo ejemplo es cuando Abraham tenía 90 años de edad y todavía no tenía el hijo que
Dios le había prometido. Dice “Contra toda esperanza” Romanos 4:18. ¿No es eso bueno? Aún cuando la
esperanza se había ido, él continuó creyendo en Dios y esperando en la Palabra que le había sido dada.
Nosotros debemos hacer lo mismo.

Actúe en la fe que usted tiene. “Porque ustedes tienen tan poca fe, les respondió. Les aseguro que si tienen
fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ‘Trasládate de aquí para allá’, y
se trasladará. Para ustedes nada será imposible” Mateo 17:20.

Si usted carece de fe. Si a usted le falta fe, usted debe pedirla a Dios. Hay una batalla, aún para nuestra
fe. “Pelea la buena batalla de la fe… ” 1 Timoteo 6 12. Y “He peleado la buena batalla, he terminado la
carrera, me he mantenido en la fe” 2 Timoteo 4:7. “En efecto, no pudo hacer allí ningún milagro, excepto
sanar a unos pocos enfermos al imponerles las manos. Y él se quedó asombrado por la incredulidad de
ellos” Marcos 6:5. Cuando el Señor imponga Sus manos en usted y en su matrimonio, ¿se asombrará al
encontrar SU incredulidad?

Imitadores de fe. Nosotros haríamos bien en imitar a aquellos en la Escritura que exhibieron fe (usted
puede encontrar el Salón de la Fe en Hebreos capítulo 11). Necesitamos actuar en las promesas de Dios.
“Más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas” Hebreos 6:12. Hay muchas
mujeres que han seguido los principios encontrados en este libro quienes han tenido victoria sobre
matrimonios en problemas o aún desbaratados. Sus testimonios le animarán en su fe. Como dice la
canción, “¡Lo que Él ha hecho por otros, Él lo hará por usted!” Lea los increíbles testimonios de
matrimonios que Dios restauró en nuestra página de internet en: www.RestoreMinistries.net.

La duda destruye

Indecisa o dudosa. Usted no debe ser indecisa. Su mente no debe oscilar o dudar a Dios. “Pero que pida
con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el
viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo
que hace” Santiago 1:6–8. “Aborrezco a los hipócritas, pero amo tu ley” Salmo 119:113.

Si usted tiene problemas con la indecisión, usted necesita leer y meditar en la Palabra de Dios, ¡la cual es
la única verdad! Usted DEBE además separarse de CUALQUIER PERSONA que continúa diciéndole
algo contrario a su deseo de restaurar su matrimonio. Y usted debe hablar la “verdad” a todas las personas
siempre acerca de su creencia en la capacidad de Dios para restaurar su matrimonio y acerca de su deseo
de que así sea.

Fe sin obras. “Sin embargo, alguien dirá: ‘Tú tienes fe, y yo tengo obras.’ Pues bien, muéstrame tu fe sin
las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras” Santiago 2:18–19. Muéstrele a otros que usted tiene fe
mediante sus obras. Si usted cree que su esposo regresará a la casa, actúe de esa manera. Deje su lado del
clóset vacío, su lado de la cama vacío, sus cajones vacíos y ¡ASEGÚRESE de usar el anillo de
matrimonio! “¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?” Santiago 2:20. Si usted cree que lo
que usted esté pidiendo en oración va a suceder, ¡comience tratando a esa persona como si estuviera
cambiada!
No se adelante a Dios. No se mude. No compre una casa pensando que es para usted y su esposo cuando
regrese a la casa. En lugar de eso, espere en este lado del Jordán. ¡No entre a la Tierra Prometida sin su
esposo!

Firme en su fe. Recuérdese a sí misma de aquellos que vencieron y por eso recibieron la abundante vida
que Dios prometió. “Resístanlo, manteniéndose fi rmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el
mundo están soportando la misma clase de sufrimientos” 1 Pedro 5:9. Lea y vuelva a leer los testimonios
en nuestra página de internet para que se mantengan frescos en su mente todos aquellos que creyeron en
Dios y nunca se rindieron. Imprímalos y compártalos con su familia y amigos que dudan que su
matrimonio puede ser salvado o que su esposo puede ser cambiado por Dios

Cómo incrementar su fe

Fe. Lea acerca de diferentes situaciones difíciles en la Biblia e identifi que su situación con la de ellos.
Lea cómo Jesús calmó las olas del mar, para aprender Su gran poder (Marcos 4:39) Luego lea cómo Él
alimentó a los cinco mil con cinco panes y dos pequeños pescados, para conocer que Él puede hacer
mucho de poco (Juan 6:1–15). Lea cómo Jesús limpió a los leprosos (Lucas 17:11–17), sanó a los
enfermos, abrió los ojos de los ciegos (Juan 9:1–41), y perdonó a la mujer pecadora (Juan 8:3–11), para
que usted nunca dude de Su misericordia para usted y su situación. Lea los testimonios de los
matrimonios restaurados en nuestra página de internet. ¡Entonces CREA que el suyo será añadido al de
ellos!

La Palabra. ¿Cómo podemos adquirir fe, o incrementar nuestra fe? “Así que la fe viene como resultado
de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” Romanos 10:17. Lea Su Palabra y los
testimonios de otros. Rodéese por mujeres fi eles que creerán en usted. Aquéllas que se han mantenido en
Dios le enseñarán y le sostendrán a usted. Muchas veces nosotros descubrimos que cuando usted se siente
como si ya casi se le hubiera acabado la fe, usted debe compartir la poca que le queda. Llame a alguien
que usted siente necesita un poco de ánimo y dele el resto de su fe. Usted colgará el teléfono
regocijándose porque Dios le llenará completamente de fe. Lea 1 Reyes 17:12–15 para recordar a la viuda
que dio su última torta a Elías y ¡el milagro que ella recibió!

Muchos vienen a nosotros por ayuda y no cosechan un matrimonio restaurado porque ellos sienten que no
son capaces de sembrar en la vida de nadie mientras están luchando para salvar su propio matrimonio.
Esto no es bíblico y es contrario a los principios de Dios. Consígase una compañera a quien animar y
ayúdela a restaurar su matrimonio. O comience un Curso de Ánimo en su casa o iglesia si usted es el tipo
de líder. Dios me usó a mí y a otras poderosamente conforme ministramos a otras en nuestro dolor y
carencia— y ¡Dios bendijo nuestros esfuerzos con matrimonios restaurados!

Obediencia. No olvide que la obediencia a Dios es de importancia suprema para la victoria. No olvide
que Jesús dijo: “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que
hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Entonces les diré claramente: ‘Jamás los conocí.
¡ALÉJENSE DE MÍ, HACEDORES DE MALDAD!” Mateo 7:21,23. Si usted “practica” o continúa
haciendo lo que usted sabe que es contrario a los principios bíblicos encontrados en este libro—¡su
matrimonio NO será restaurado!

En la voluntad de Dios. Si su corazón lo condena de que no está en la voluntad de Dios y de que usted
no está siguiendo Sus principios en este libro, entonces por supuesto que usted no tendrá confi anza ni fe
para recibir la respuesta a su petición de parte de Dios. Pida a Dios que le “quebrante” para que su
voluntad llegue a ser la voluntad de Él.
Usted DEBE esperar

Espere. Muchas veces la batalla continuará arreciando en su defensa. Usted también debe recordar que
pueden haber “batallas” que deben ser peleadas (y ganadas) en la guerra contra su matrimonio. Sólo
recuerde, “Cuando la batalla es del Señor, ¡la victoria es nuestra!”

Justo como sucede con las guerras reales, no todas las batallas son ganadas por el mismo bando, así que
no se desanime si usted ha faltado o ha cometido errores. Tenemos el consuelo de saber que Él nos
escucha inmediatamente, pero la respuesta puede parecer lenta.

En el libro de Daniel, un ángel le habló y nos dió estos conocimientos profundos: “Tu petición fue
escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En
respuesta a ella estoy aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso…” Daniel 10:12–13.
Puede llevar mucho tiempo el ganar las batallas, así que no se desespere. “Ustedes, hermanos, no se
cansen de hacer el bien” 2 Tesalonicenses 3:13.

En Su tiempo. Una cosa que usted también debe entender es que Dios parece trabajar en UNA cosa a la
vez. Debemos trabajar con Él en Su tiempo. Esto no signifi ca que necesitamos esperar para orar; sólo
signifi ca que necesitamos esperar para que Dios cambie la situación en el tiempo apropiado. ¡Gracias a
Dios que Él no descarga (mediante convencimiento de pecado) todos mis pecados sobre mí de una sola
vez! Sólo use el tiempo mientras espera para orar.

Nota: Si usted todavía está irritada por lo que su esposo dice, hace o no hace (o peor aún, usted se enoja),
el enojo es una condición de un corazón mortal, que se muestra en las pruebas.

Compromiso personal: permitir a Dios que me cambie. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de
Dios, me comprometo a buscar a Dios y Su Palabra para incrementar mi fe en Su capacidad para restaurar
mi matrimonio. Combatiré el miedo manteniendo mis ojos en Jesús el autor y consumador de mi fe”

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CAPITULO CUATRO
DIVERSAS PRUEBAS
“Hermanos míos, considérense muy dichosos
cuando tengan que enfrentarse con diversas
pruebas, pues ya saben que la prueba de
su fe produce constancia.”
Santiago 1:2-3.

¿ Cuál es el propósito de Dios para nuestras pruebas y tribulaciones? Muchos cristianos no tienen idea
de por qué Dios permite nuestros sufrimientos. Sin este entendimiento, ¿es de extrañarse que haya
cristianos que hoy son fácilmente vencidos? Veremos que hay muchos benefi cios que vienen con
nuestras pruebas y confl ictos, especialmente la edifi cación de nuestra fe y la constancia necesaria para
terminar el curso establecido delante de nosotros.

Lo más importante que necesitamos percatarnos durante nuestras pruebas, tribulaciones, confl ictos y
tentaciones es que ¡Dios está en control! Es Su mano la que permite que estas pruebas nos toquen.
Cuando Él lo permite, Él envía Su gracia para permitirnos soportarlas.

Permiso para la adversidad. Lo que es de más consuelo saber es que Satanás no puede tocarnos sin el
permiso de Dios. “Muy bien, le contestó el Señor. Todas sus posesiones están en tus manos, con la
condición de que a él no le pongas la mano encima” Job 1:12. Satanás no solamente necesita permiso,
pero además a él se le dan específi cas instrucciones de cómo nos puede tocar. “Simón, Simón, mira que
Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo” Lucas 22:31.

Tentaciones. Las tentaciones que experimentamos, dice la Escritura, son comunes a todos los hombres,
no obstante, Dios provee una salida. “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al
género humano. Pero Dios es fi el, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan
aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fi n de que puedan
resistir” 1 Corintios 10:13. ¡Él no va a sacarla a usted del fuego hasta que usted esté dispuesta a caminar
en él, a través de él, y a soportarlo!

Las tentaciones vienen por nuestra propia lujuria. La lujuria es simplemente lo que NOSOTROS
queremos. También Dios no puede tentarnos para hacer el mal, ¡sino que es nuestra lujuria la que nos
tienta a hacer lo que no deberíamos! “Que nadie, al ser tentado, diga: ‘Es Dios quien me tienta.’ Porque
Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie” Santiago 1:13. Las mujeres sólo se
concentran en ver la lujuria de sus esposos (adulterio, drogas, alcohol o pornografía), pero ellas no ven
sus propias lujurias por comida, por ir de comprar, o ¡aún por sus matrimonios! La lujuria es la lujuria —
¡un deseo de lo que NOSOTROS QUEREMOS!

Estamos en Sus manos. “A todo esto me dediqué de lleno, y en todo esto comprobé que los justos y los
sabios, y sus obras, están en las manos de Dios” Eclesiastes 9:1. Cometemos el error de tontamente
intentar conseguir cosas de otros, especialmente de nuestros esposos, ¡cuando TODO lo que recibimos
será de parte de Dios!

“Muchos buscan el favor del gobernante, pero la sentencia del hombre la dicta el Señor” Proverbios
29:26.
“De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo. Se alista al caballo para el día de la
batalla, pero la victoria depende del Señor” Proverbios 21: 30–31.

“Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor” Proverbios 16:33.

“En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado”
Proverbios 21:1.

Arrepentimiento y salvación. “Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino
porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo
que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el
arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del
mundo produce muerte” 2 Corintios. 7:9–10. Dios nos permite que estemos tristes para traernos
arrepentimiento. Cuando nosotros intentamos hacer que nuestros esposos (u otros) se disculpen por lo que
han hecho, esto no traerá arrepentimiento genuino y verdadero, sino que en lugar de eso ¡ENDURECERÁ
sus corazones hacia nosotros y hacia Dios!

Necesitamos gracia. “Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la
debilidad.’ Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca
sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y difi
cultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” 2 Corintios 12:9–10. Usted
NUNCA verá restauración hasta que muestre contentamiento con sus pruebas.

Extraordinaria gracia

¿De dónde obtenemos la gracia que necesitamos para lograr salir de las pruebas? Mediante la humildad.

“Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: ‘Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes’” Santiago 4:6.

“Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” Lucas 18:
14.

“Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia” Mateo 5:5.

“El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido” Proverbios 29:23.

Asumir nuestras debilidades, confesar nuestras faltas y ser humildes permitirá al Espíritu Santo habitar en
nosotros. Entonces aprenderemos el contentamiento sin importar nuestras circunstancias. Una vez que
estemos satisfechos, Dios nos puede dar lo que hemos estado buscando – ¡el regreso de nuestros esposos!

Aprendiendo contentamiento. Vemos que debemos aprender contentamiento mediante las


circunstancias difíciles que Dios ha permitido. “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a
estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es
vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar
saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” Filipenses 4:11–12.

Aprendiendo obediencia. Aún Jesús aprendió obediencia de Su sufrimiento. “Aunque era Hijo, mediante
el sufrimiento aprendió a obedecer” Hebreos 5:8
Él nos perfeccionará. “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá
perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” Filipenses1:6. Una vez que Él ha comenzado una buena obra
en usted (su esposo o sus seres queridos), Él la completará. Y por favor, ¡no intente actuar como “espíritu
santo el menor” con su esposo!

Debemos ser un consuelo para otros. No debemos solamente aceptar el consuelo de Dios— ¡es
ordenado que demos consuelo a otros, sin importar la afl icción en la que estén! “Dios de toda
consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de
Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” 2 Corintios 1:3–4.

La disciplina de Nuestro Padre. Muchas veces nuestro sufrimiento es disciplina por desobedecer la ley
de Dios. “’Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.’ Lo que soportan es para
su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos… Dios lo hace para nuestro bien, a fi n de que
participemos de su santidad” Hebreos 12:5–10. Cuando una prueba venga a su encuentro, pregúntese a sí
misma “¿Está Dios disciplinándome, o está Él probándome para ver cómo voy a reaccionar?”

La disciplina es una bendición. Debemos seguir los ejemplos de los profetas de la Biblia para ayudar a
otros a soportar la adversidad. “Hermanos, tomen como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los
profetas que hablaron en el nombre del Señor. En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron.
Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job, y han visto lo que al fi nal le dio el Señor. Es que el
Señor es muy compasivo y misericordioso” Santiago 5:10–11.

Recibir una bendición. Cuando alguien nos hace una maldad o cuando tira insultos, debemos
soportarlos, sin regresarlos, para recibir nuestra bendición. Necesitamos recordar que los insultos y la
maldad son traídos a nuestras vidas para darnos una “oportunidad” de recibir una bendición. 1 Pedro 3:9
dice “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; mas bien, bendigan, porque para esto fueron
llamados, para heredar una bendición” “¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! ‘No teman lo que
ellos temen, ni se dejen asustar” 1 Pedro 3:14. Si usted continúa respondiendo con otro insulto o con otra
maldad, no espere ser bendecida.

La disciplina puede traer tristeza. La disciplina nunca es causa de gozo cuando usted está en medio de
ella. No obstante, aquellos que han sido entrenados por Su disciplina saben de las recompensas de la
justicia — paz y un matrimonio restaurado. “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla,
parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para
quienes han sido entrenados por ella” Hebreos 12:11.

Comienza con los cristianos. ¿Por qué debe el sufrimiento comenzar con los cristianos? Porque un
cristiano pecador y desobediente nunca acercará a otros al Señor. De nuevo, es la “voluntad de Dios” que
pasemos por sufrimiento. Necesitamos permitirnos a nosotros mismos el sufrimiento (usualmente en las
manos de otros, aún de nuestros propios esposos) mediante el encomendar nuestras vidas a Dios. “Porque
es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fi
n de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios,
entréguense a su fi el Creador y sigan practicando el bien” 1 Pedro 4:17,19.

El poder de nuestra fe. Es nuestra fe la que abre la puerta a los milagros. Usted necesita creer que Él es
capaz de restaurar su matrimonio, y no dudar, en su corazón. “Tengan fe en Dios, respondió Jesús. Les
aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar’, creyendo, sin abrigar la menor
duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que
estén pidiendo en oración, y lo obtendrán” Marcos 11:22–24.
Dios en Su Palabra nos ha dicho que sufriremos. “Pues cuando estábamos con ustedes les advertimos
que íbamos a padecer sufrimientos. Y así sucedió. Por eso, cuando ya no pude soportarlo más, mandé a
Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el tentador los hubiera inducido a hacer lo malo y que
nuestro trabajo hubiera sido en vano” 1 Tesalonicenses 3:4–5. Lo que ha sucedido en su matrimonio NO
es una señal de que se ha terminado. Es lo que Dios usó para lograr su atención y es lo que ahora está
usando para cambiarle a usted. ¡No se rinda! ¡No le permita a Satanás robar el milagro que Dios tiene
para usted cuando haya soportado y prevalecido!

Con Dios. “Para los hombres es imposible—aclaró Jesús, mirándolos fi jamente—, mas para Dios todo es
posible” Mateo. 19:26. “Para los hombres es imposible—aclaró Jesús, mirándolos fi jamente—, pero no
para Dios; de hecho, para Dios todo es posible” Marcos 10:27. NADA (Ni una sola cosa) es imposible
para Dios. Trabaje con Dios. No tenga su plan y espere que Dios lo bendiga. Usted debe trabajar “con
Dios” Él no va a trabajar con usted.

Lo que usted dice. “… aferrémonos a la fe que profesamos” Hebreos 4:14. “Mas bien, honren en su
corazón a Cristo como el Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de
la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto” 1 Pedro 3:15,16. “Si se nos arroja
al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad.
Pero aún si nuestro Dios no lo hace así… ” Daniel 3:17,18. Necesitamos hablar lo que Dios dice en Su
Palabra, sin vacilar, con esperanza en nuestros labios. Pero espere hasta que le pregunten. ¡Le van a
preguntar si usted está llena del gozo del Señor en medio de la adversidad! Cuando le pregunten acerca de
su esperanza con respecto a su matrimonio, asegúrese de responder a la otra persona con reverencia,
respeto y amabilidad. ¡Nunca use la Escritura para discutir con alguien!

Note: Si quien le pregunta es su esposo, ¡recuerde que él será ganado “sin una palabra!”

Dispóngase a actuar con inteligencia y manténgase fi ja. “Por eso, dispónganse para actuar con
inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará
cuando se revele Jesucristo” 1 Pedro 1:13. Dominio propio signifi ca con pensamiento claro. Sea clara en
su mente acerca de lo que usted verdaderamente quiere para evitar las consecuencias de la indecisión.

Gócese. Debemos gozarnos en nuestras pruebas porque sabemos que ellas están produciendo constancia
que nos hará capaces de terminar el curso marcado delante de nosotros. “Hermanos míos, considérense
muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe
produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros,
sin que les falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios
da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero pida con fe, sin dudar, porque quien duda es
como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento” Santiago 1:2–6.

Esté preparada— ¡su fe será probada! Los miedos y las dudas vienen a la mente de todos; ¡solamente no
los reciba! En lugar de eso, piense solamente en las cosas buenas. Si usted duda, usted tendrá problema
creyendo y las pruebas serán más difíciles. Y recuerde, tendremos “diversas” pruebas, algunas grandes
pruebas, y otras solamente molestias. Necesitamos agradecerle a Él por todas nuestras pruebas. Este es
nuestro sacrifi cio de alabanza.

Alégrese. “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos.
El Señor está cerca. No se inquieten por nada; mas bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero,
todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fi n, todo
lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y
lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes” Filipenses 4:4–9.

Claramente la mayoría de las batallas son ganadas o perdidas en la mente. Siga el consejo del Señor para
tener paz en medio de sus pruebas para ganar la victoria sobre ellas— ¡ALABE al Señor en medio de
ellas! Gócese por lo que usted SABE que Él está haciendo. Luego piense en esto, hable de esto, escuche
sólo esto. Muchas veces amigos cercanos lo llaman para decirle lo que su esposo está haciendo. Estos
usualmente no son “buenas noticias” y la mayoría del tiempo no son amables, puras o rectas—¡así que no
las escuche!

La fe NO se ve. A menudo mujeres me escriben porque ellas están buscando señales de mejoría en su
matrimonio o en las actitudes de sus esposos hacia ellas. Usted debe recordar que la Escritura es muy
clara—¡la fe no se ve! Cuando otros le pregunten acerca de su situación, contésteles con “¡Gloria a Dios,
el Señor está obrando!”

“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos
vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen
una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fi jamos en lo visible,
sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” 2 Corintios
4:16–18.

La fe… NO se ve. Cuando usted está experimentando lo que Pablo llama “afl icción ligera” aún eso
puede estar rompiendo su corazón y ser MUY doloroso. Recuérdese a sí misma de esta muy importante
verdad: ¡estas afl icciones son solamente momentáneas! Y estas mismas afl icciones no sólo son
temporales, sino que ellas están produciendo algo maravilloso para usted—le están alistando para un
nuevo y maravilloso matrimonio. Recuerde que el sufrimiento es temporal ¡pero los benefi cios durarán
una eternidad! “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que NO se ve”
Hebreos 11:1.

Fe—no por vista. La mayoría de la gente comienza creyendo cuando “ellos comienzan a ver que algo
sucede,” ¡pero esto no es fe! “Vivimos por fe, no por vista” 2 Corintios. 5:7.

Mirando nuestras circunstancias. Cuando Pedro miró a sus circunstancias, se hundió – y usted también se
hundirá. “Ven, dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al
sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame! En seguida
Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” Mateo
14:29–31.

Para nuestra prueba. Probablemente la lección más importante en nuestra postura hacia nuestras
familias y nuestros matrimonios es el ser capaces de pasar nuestra prueba—la prueba de nuestra fe—en
Su Palabra y no ser tambaleados por la emoción o las declaraciones falsas hechas por otros. “Hermanos
míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que
la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean
perfectos e íntegros, sin que les falte nada” Santiago 1:2–4. Cuando usted sea perfeccionada y su refi
namiento sea completo, ¡ENTONCES usted verá a su marido de regreso en el hogar!

Probada por fuego. “Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido
que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la
fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de
aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele” 1 Pedro 1:6–7.
Muchos han fallado su prueba y han continuado caminando en el desierto como el pueblo de Israel lo hizo
porque a ellos les faltaba fe. Ellos murmuraron y se quejaron, lo cual condujo a la rebeldía. La prueba de
su fe, la cual es un corazón lleno de fe y contentamiento en sus presentes circunstancias, es más preciosa
que el oro.

Mantenga la fe. No corra hacia otro plan cuando las cosas se están complicando; no arriesgue lo que ha
comenzado a hacer. Se conoce a Satanás porque trae nuevas (y erróneas) soluciones a nuestras pruebas. El
discernir y decidir quedarse en el camino correcto es la prueba que debemos continuar pasando. “He
peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe” 2 Timoteo 4:7.

Pida a Dios que le dé otra mujer que esté dispuesta a apoyarla. Encuentre a alguien que le ayudará a
mantenerse y a no doblarse en cuando a su compromiso. “Más valen dos que uno, porque obtienen más
fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se
acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos
pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” Eclesiastés 4:9–12. Por cuanto un
cordón de tres dobleces no es fácil de romper, trate de encontrar sólo otra mujer que creerá con usted, que
le animará, que le mantendrá fi rme en la dirección de su fe. ¡Ella, junto con el Señor, es todo lo que
necesita! Aquí hay algunos ejemplos encontrados en las Escrituras:

Moisés, Aarón y Jur. “Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron
debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el
derecho, y así Moisés pudo mantenerlos fi rmes hasta la puesta del sol” Éxodo 17:12. También vea
Sadrac, Mesac y Abednego en el libro de Daniel capítulo 3. ¡¡Usted, sólo un amigo y el Señor son un
PODEROSO cordón de tres dobleces!!

Pídale a Dios que lo guíe a través de TODAS las pruebas. “Confía en el Señor de todo corazón, y no
en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu
propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal” Proverbios 3:5–7.

Llamémoslo para que nos fortalezca, acerquémonos a Él en el tiempo de necesidad. Permitámosle que nos
discipline, nos pruebe, nos examine. Gocémonos siempre en todas las cosas, no sólo lo bueno, sino
también los problemas que vienen a nuestro camino. Mantengamos la esperanza cerca de nuestros labios
y pronta en nuestras mentes. ¡Que siempre recordemos que es Su voluntad que pasemos por tiempos
difíciles y que sirven para bien!

• “Llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre” Hechos
5:41.

• “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” Proverbios 31:25.

• “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han
sido llamados de acuerdo con su propósito” Romanos 8:28.

Compromiso personal: Considerar todo como gozo cuando me encuentro con diversas pruebas. “Basada
en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a permitir la prueba de mi fe para
ayudarme a producir constancia. Y permitiré que la constancia tenga su perfecto resultado, que yo sea
perfecta y completa, sin faltarme nada”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


Una Rápida Referencia para las Pruebas y Tribulaciones

¡DIOS ES QUIEN ESTÁ EN CONTROL, NO ALGÚN HOMBRE, NI EL DIABLO!

1. La justicia proviene del Señor. Proverbios 29:26.


2. La respuesta proviene del Señor. Proverbios 16:1.
3. El corazón es cambiado por el Señor. Proverbios 21:2.
4. Sus obras están en las manos de Dios. Eclesiastés 9:1.
5. Tú (Dios) lo has hecho. Salmo 44:9–15.
6. Él (Dios) provocó la tormenta. Salmo 107:1–32.
7. Él (Dios) quitó al amante y al amigo. Salmo 88:8,18.

¿QUÉ HACEN NUESTRAS PRUEBAS POR NOSOTROS?

1. Que el poder de Cristo habite en nosotros. 2 Corintios 12:9–10.


2. Aprenderemos a estar satisfechos. Filipenses 4:9.
3. Recibiremos una recompensa. 2 Timoteo 4:7,19.
4. No nos falta nada. Santiago 1:2–4.
5. Él nos capacitará para consolar a otros. 2 Corintios 3:1–4.
6. Él perfeccionará lo que ha comenzado en nosotros. Filipenses 1:6–13.
7. Tendremos a nuestro amado de regreso. Filipenses 1:15.
8. Recibiremos misericordia. Hebreos 4:15.
9. Aprenderemos obediencia. Hebreos 5:7–8.
10. Ellas producirán capacidad de aguante. Santiago 1:2–4.
11. Recibiremos la Corona de Vida. Santiago 1:12.
12. Probaremos nuestra fe. 1 Pedro 1:6–7.
13. Seguiremos Sus pasos. 1 Pedro 2:21.
14. Compartiremos sus sufrimientos. 1 Pedro 3:13.
15. Seremos perfeccionados, confi rmados, fortalecidos y establecidos. 1 Pedro 5:10.
CAPITULO CINCO
SU PRIMER AMOR
“Sin embargo, tengo en tu contra que has
abandonado tu primer amor.”
Apocalipsis 2:4

¿ Ha abandonado usted su primer amor? ¿Quién es su primer amor? ¿Fue su esposo su primer amor?
¿Fueron sus bebés o sus hijos los primeros en su vida por encima de su esposo y del Señor? ¿O ha estado
su carrera en primer lugar? ¿Quién es realmente lo primero en su vida? “El que quiere a su padre o a su
madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí”
Mateo 10:37. Las Escrituras en Apocalipsis dicen “Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado
tu primer amor” Apocalipsis 2:4.

¿Qué nos está diciendo el Señor? Él está diciendo que cualquier ocasión en que pongamos a alguien o
algo por sobre nuestro amor o nuestra relación con Él, no somos dignos de su amor.

Busque primero. Usted debe ponerlo a Él primero en sus prioridades, primero en su día y primero en su
corazón. “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán
añadidas” Mateo. 6:33.

Trapos de inmundicia. Hágase estas preguntas: ¿Las cosas que pongo en primer lugar tienen valor
eterno? ¿Lo que hago ayudará a incrementar el reino y Su justicia? ¿Estoy buscando Su justicia o estoy
tratando de reunir mi propia justicia? Recuerde, ¡nuestra justicia es como trapos de inmundicia! (Isaías
64:6).

¿Qué sucede cuando usted pone a alguien antes que a Dios? ¿Qué hace Él para acercarlo a usted de
nuevo hacia Él? Si usted ha puesto a su esposo antes que a Dios, entonces fue el Señor quien ha quitado a
su esposo de su lado. “Me has quitado a todos mis amigos y ante ellos me has hecho aborrecible. Me has
quitado amigos y seres queridos; ahora sólo tengo amistad con las tinieblas” Salmo 88:8,18. Y no cometa
el error de poner la restauración de su matrimonio como la primera cosa en su vida; ¡usted debe hacer del
Señor la prioridad en su vida!

¿Signifi ca esto que no nos debe importar lo que nuestros esposos quieren o necesitan? ¿Tendremos esa
actitud de “yo sirvo al Señor, no a ti”? Dios nos enseña un perfecto equilibrio en Su Palabra. “Esposas,
sométanse a sus propios esposos como al Señor” Efesios 5:22. “Esposas, sométanse a sus esposos, como
conviene en el Señor” Colosenses 3:18. Cuando nos sometemos a nuestros esposos, estamos haciéndolo
para el Señor. ¡Aún, y especialmente, si nuestros esposos no merecen el honor que les mostramos,
podemos descansar SABIENDO que lo hicimos por el Señor, quien merece nuestra sumisión a Él y a Su
Palabra! (Vea Capítulo 6 “Mujer contenciosa,” bajo la sección “Siendo sujeta” para mayor conocimiento.)

La Palabra de Dios no será blasfemada. El Señor aún nos da una advertencia de que el no obedecer o
no honrar a nuestros esposos deshonrará, aún blasfemará, al Señor y a Su Palabra. “…a ser sensatas y
puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la Palabra
de Dios” Tito 2:5.

Agradando al Señor. Debemos agradar al Señor, más que intentar agradar a nuestros esposos. Entonces
el Señor causará que tengamos el favor de nuestros esposos. “Cuando el Señor aprueba la conducta de un
hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia” Proverbios 16:7. “Engañoso es el encanto, y pasajera la
belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza” Proverbios 31:30. “Deleítate en el Señor, y él te
concederá los deseos de tu corazón” Salmo 37:4.

Obediencia en lugar de sacrifi cio

El obedecer es mejor que el sacrifi cio. “¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y
sacrifi cios, o que se obedezca lo que Él dice? El obedecer vale más que el sacrifi cio, y el prestar
atención, más que la grasa de carneros. La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia,
como el pecado de la idolatría” 1 Samuel 15:22–23. “Practicar la justicia y el derecho lo prefi ere el Señor
a los sacrifi cios” Proverbios 21:3.

Testimonio: He visto a muchas mujeres que son “mártires” y yo siempre tuve miedo de que yo llegara a
ser una de ellas. Por cuanto yo no sabía por qué o cómo alguna mujer había llegado a ser así, era posible
que yo también cayera en la misma trampa. Así fue. Pero ahora he encontrado la respuesta: ¡esas mujeres
no obedecen; se sacrifican!

Mi esposo me decía que “lo tomara con calma,” que “descansara,” o que “lo dejara para mañana,” ¡pero
yo no lo hacía! ¡Rebeldía! Yo lo justifi caba diciendo “Él no sabe cuánto trabajo tengo que hacer” y con
“Él no se da cuenta de todo lo que se necesita hacer para mantener la casa o cuidar a los niños” o “¿Cómo
puedo tomar una siesta?” “¿Quién va a cuidar a los niños mientras me duermo?” Mártir, mártir, mártir.
Yo estaba en lo correcto, él no sabía—¡pero Dios sí sabía! Y Él es mi protección y la protección de mis
hijos. Y Dios en su soberanía ha puesto a nuestros esposos sobre nosotros para nuestra protección: para
protección física, protección emocional y protección espiritual. (Véase “¿Quién debe ser el líder
espiritual?” en “Ayuda idónea”del libro “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia que destruyó
la suya con sus propias manos, disponible en inglés). “Pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto,
así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se
rebela contra lo que Dios ha instituido. Porque los gobernadores no están para infundir terror… pues está
al servicio de Dios para tu bien” Romanos 13:1–4. “Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido
destruido” Oseas 4:6.

Su apariencia externa. Aún si su apariencia engaña a otros para que piensen que usted es sumisa, ¡Dios
conoce su corazón! “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado.
La gente se fi ja en las apariencias, pero yo me fi jo en el corazón” 1 Samuel 16:7.

Hay una historia de un niño pequeño cuyo padre continuó pidiéndole que se sentara. Finalmente el niño
pequeño se sentó y el padre sonrió. Pero el niño rápidamente exclamó, “puedo estar sentado en el exterior,
pero por dentro—¡estoy parado!”

Muchas veces estamos parados en el interior. Muchas veces después de que usted hizo lo correcto y
accedió a seguir el plan de su esposo usted exclama “¡Pero no estoy de acuerdo!” o su actitud le dice que
usted no está de acuerdo. ¿Ha hecho esto? ¿Ha sido de la clase de persona que “fi nge” sumisión a su
esposo?

También cosechará lo que usted ha sembrado. Si usted fue rebelde con sus padres antes de que se
casara, usted probablemente sigue siendo rebelde con su esposo. Para culminar, usted se casó con un
rebelde. Y ahora su esposo se ha vuelto un mayor rebelde desde que se casaron, de la misma manera que
usted se ha vuelto. Él ahora se rebela contra toda sensata sabiduría y ¡aún ha tomado la rebelión hasta el
punto de rebelarse contra el compromiso de serle fi el a usted!
Nada es imposible. ¿Qué hace usted, entonces? Si usted cree, ¡entonces comience a obedecer AHORA!
“Porque el esposo no creyente ha sido santifi cado por la unión con su esposa” 1 Corintios 7:14. Sí, es
verdad. Obedezca ahora y mire cómo el Señor santifi ca a su esposo. ¿Le parece extraño esto? ¿Parece
imposible porque él es muy malo? Es porque ustedes son una carne: “Así que ya no son dos, sino uno
solo” Mateo. 19:6. “Sin embargo, en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre, ni el hombre aparte de
la mujer” 1 Corintios 11:11.

¿Puede solamente medio cuerpo ir en una dirección y la otra mitad en la otra? Aún si ustedes van por
caminos separados por un tiempo, Dios eventualmente los traerá de regreso para andar juntos. Puede
pasar porque “para Dios no hay nada imposible” Lucas 1:37. “Dios… recompensa a quienes lo buscan”
Hebreos 11:6.

Aquél que camina sin mancha. Ya que usted obedece, Dios cambiará el corazón de su esposo. “El
corazón… sigue el curso que el Señor le ha trazado” Proverbios 21:1. Recuerde solamente “el que es
honrado se mantendrá a salvo” Proverbios 28:18. Si usted dice que usted no quiere obedecer a su esposo,
¡entonces él tampoco obedecerá a Aquél que está sobre él! “Cristo es cabeza de todo hombre, mientras
que el hombre es cabeza de la mujer, y Dios es cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3. No dé la excusa de que
su esposo no es cristiano así que por eso usted no tiene que obedecerlo. ¡No hay NINGUNA Escritura que
le diga a una mujer que no se tiene que sujetar o someter a un incrédulo!

Y no justifi que su rebeldía presente diciendo que su esposo no está alrededor, así que ¿cómo puede
obedecer a quien no está ahí? ¡Usted obedece lo que usted SABE que debería hacer y lo que usted debería
haber hecho! Si él le ha pedido que usted se asegure de vestirse en la mañana antes de que él se vaya, o el
lavar la vajilla en lugar de dejarlos acumular hasta que está lleno el fregadero, entonces hágalo. Si él le
pidió que colgara la ropa de la manera correcta en el clóset, ¡deje de leer y hágalo ahora! Si usted no
puede recordar, pídale al Señor que traiga a su memoria TODAS esas cosas que su esposo le pidió cuando
usted no estaba escuchando ni obedeciendo. Entonces hágalas. No se trata de que su esposo vea los
cambios, pero de que Dios vea que usted ha cambiado.

Sufriendo injustamente. Y ¿qué pasa si mi esposo es malo o aún cruel? “Sométanse con todo respeto a
sus amos, no sólo a los buenos y comprensivos sino también a los insoportables. Porque es digno de
elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aún sufriendo
injustamente. Pero ¿cómo pueden ustedes atribuirse mérito alguno si soportan que los maltraten por hacer
el mal? En cambio, si sufren por hacer el bien, eso merece elogio delante de Dios” 1 Pedro 2:18–20. La
Palabra sigue adelante diciendo que nosotras mujeres tenemos un ejemplo en el Señor y en Su vida. Él
nos pide que sigamos sus pisadas como lo veremos más adelante. (Si usted está en una situación de abuso,
lea el capítulo 15 “Consuele a aquellos” y también el capítulo 7 “Amabilidad en su lengua” para ayuda.)

“Si me aman, obedezcan”

Después de que usted ponga a Dios en el primer lugar en su vida, y comience a obedecer a aquellos en
autoridad sobre usted, usted debe entonces echar fuera la falsa doctrina que dice que “usted es salvo por
gracia, así que en realidad está BIEN que peque, porque no estamos más bajo la Ley” Busquemos en las
Escrituras:

• ¿Sus obras lo niegan a Él? “Profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan; son abominables,
desobedientes e incapaces de hacer nada bueno” Tito 1:16.

• ¿Hace usted lo que Su Palabra dice? “¿Por qué me llaman ustedes ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que les
digo?” Lucas. 6:46.
• ¿Vamos a persistir en el pecado? “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la
gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir
viviendo en él?” “Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia?
¡De ninguna manera!” Romanos 6:1–2,15.

La fe sin obras está muerta. “Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene
obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?” “Pues como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe
sin obras está muerta” Santiago 2:14,26. Las buenas obras son los “frutos” de nuestra salvación. Estas son
tres preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos:

• ¿Mis hechos niegan que sigo al Señor?


• ¿Me da la gracia permiso para pecar?
• ¿Debe, como creyente, hacer buenas obras?

Confi ese sus pecados. Si esta es la mente que usted tenía, antes de aprender estas Escrituras, haga como
la Palabra dice: “Por eso, confi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean
sanados” Santiago 5:16.

Jamás los conocí. Muchos creen que usted puede vivir de cualquier manera que usted quiera y después
entrar al cielo ya que muera. ¿Es esto verdad? “Muchos me dirán en aquél día: ‘Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?’ Entonces
les diré claramente: ‘Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!’” Mateo 7:22–23. ¡La
respuesta es “no”!

Obediencia a Su Palabra

“Clama la sabiduría en las calles; en los lugares públicos levanta su voz. Clama en las esquinas de calles
transitadas; a la entrada de la cuidad razona: «Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a
su inexperiencia? ¿Hasta cuándo ustedes los insolentes, se complacerán con su insolencia? ¿Hasta
cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento? Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré
mi corazón; les daré a conocer mis pensamientos. Como ustedes no me atendieron cuando los llamé, ni
me hicieron caso cuando les tendí la mano, sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis
reprensiones, ahora yo me burlaré de ustedes cuando caigan en desgracia. Yo seré el que se ría de ustedes
cuando les sobrevenga el miedo, cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la desgracia los
arrastre como un torbellino. Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me
encontrarán. Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor; por cuanto no
siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones, cosecharán el fruto de su conducta, se
hartarán con sus propias intrigas; ¡su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y necedad
los aniquilarán! Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal.»” Proverbios
1:20–33. ¡Busque la sabiduría!

La obediencia proviene del corazón. “…ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue
transmitida” Romanos 6:17. Y de nuevo, “la gente se fi ja en las apariencias, pero yo me fi jo en el
corazón” 1 Samuel 16:7.

La obediencia necesita prueba. “No se extrañen del fuego de la prueba que están soportando” 1 Pedro
4:12. La obediencia purifi ca a su alma. “Ahora que se han purifi cando obedeciendo a la verdad… ” 1
Pedro 1:22.

La obediencia da testimonio de quién es nuestro Padre. “‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes
serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fi n de que les vaya bien.’ Pero
ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado
corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron” Jeremías 7:23–24.

Su desobediencia en realidad alaba a los malos. “Los que abandonan la ley alaban a los malvados; los
que la obedecen luchan contra ellos” Proverbios 28:4. Las oraciones de los desobedientes no son
escuchadas. “Dios aborrece hasta la oración del que se niega a obedecer la ley” Proverbios 28:9.

Nuestro ejemplo de obediencia es Jesús

Él fue obediente aún hasta la muerte. “Se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y
muerte de cruz!” Filipenses 2:8. “Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer” Hebreos
5:8.

Él fue obediente y sumiso ante Su autoridad. “Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago
amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. Padre mío, si no es posible evitar que yo
beba este trago amargo, hágase tu voluntad” Mateo 26:39,42.

Nuestra sumisión ante nuestra autoridad. “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor.
Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo”
Efesios. 5:22, 24. “Pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron
establecidas por él” Romanos 13:1.

El secreto para el éxito. “Todas las sendas del Señor son amor y verdad para quienes cumplen los
preceptos de su pacto. Por amor a tu nombre, Señor, perdona mi gran iniquidad. ¿Quién es el hombre que
teme al Señor? Será instruido en el mejor de los caminos. Tendrá una vida placentera, y sus descendientes
heredarán la tierra. El Señor brinda amistad a quienes le honran, y les da a conocer su pacto. Mis ojos
están puestos siempre en el Señor, pues sólo él puede sacarme de la trampa” Salmo 25:10–15.

Condenarse a sí mismo. Desafortunadamente, muchas personas discrepan o argumentan el verdadero


signifi cado de las Escrituras. “Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre
la ley, porque carecen de provecho y de sentido. Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y
después evítalo. Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso
pecador” Tito 3:9–11.

Vuelva la espalda a los mitos. En lugar de buscar la verdad, muchos quieren que otros estén de acuerdo
con sus ideas o decisiones equivocadas: “Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana
doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías
que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos” 2 Timoteo 4:3–4.

Obediencia a Su Palabra. “No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío
hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti” Salmo 32:9. Si usted no obedece, Él lo disciplinará.
“El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte. No he de morir; he de vivir
para proclamar las maravillas del Señor” Salmo 118:18,17.

Dios es fi el a Su Palabra. “Pero si sus hijos se apartan de mi ley y no viven según mis decretos, si violan
mis estatutos y no observan mis mandamientos, con vara castigaré sus transgresiones y con azotes su
iniquidad” Salmo 89:30–34. Si usted continua en rebeldía a la Palabra de Dios o a la autoridad de su
esposo, Dios continuará castigándole.
LEA Y ORE EL SALMO 51 EN VOZ ALTA:

“Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado. Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo
presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos. Crea en
mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la fi rmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me
quites tu Santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga.
Así enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se volverán a ti. El sacrifi cio que te agrada
es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido”

¡QUE DIOS SEA CON USTED CONFORME SE ESFUERZA POR SER MÁS COMO CRISTO!

Compromiso personal: poner al Señor en primer lugar en mi vida. “Basada en lo que he aprendido de la
Escritura, me comprometo a hacer todo como para el Señor. Mostraré al Señor mi compromiso con Él y
mi obediencia a Su Palabra mediante el sometimiento a aquellos que están en autoridad sobre mí,
especialmente mi esposo”

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CAPITULO SEIS
MUJER
CONTENCIOSA
“Gotera constante en un día lluvioso es la
mujer que siempre pelea. Quien la domine,
podrá dominar el viento y retener aceite en
la mano.”
Proverbios 27:15-16

Pregúntese a sí misma, “¿Soy una mujer contenciosa?”

al vez esa pregunta es difícil de responder porque usted no está exactamente segura de qué es una mujer
contenciosa. Si revisamos la concordancia de Strong la palabra contención signifi ca: una disputa, riña,
contienda, un espíritu peleonero, discutidor. ¿Son sus conversaciones con su esposo usualmente o muchas
veces una peleo para ver quién ganará o logrará que las cosas se hagan a su manera? ¿Gana usted muchas
veces? Déjeme compartir con usted que yo era una mujer contenciosa y yo ganaba a menudo, o
probablemente la mayoría del tiempo, ¡pero yo en realidad perdí! ¡Perdí a mi esposo y la vida familiar
que teníamos!

¿Usted pelea con su esposo? “Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que
comenzarla” Proverbios 17:14. No obstante el mundo, y los así llamados expertos en matrimonio, nos
dicen que una buena pelea es en realidad buena para el matrimonio. ¡No lo crea! ¡Pelear DESTRUIRÁ su
matrimonio!

¿Hay contiendas en su hogar? “Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete
donde hay discordia” Proverbios 17:1. ¿Es usted la mujer gentil y callada de la que habla Pedro 3:4 quien
es preciosa ante los ojos de Dios? ¿Son sus hijos inquietos? (Vea “Las enseñanzas de tu madre”, en el
libro “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia que destruyó la suya con sus propias manos.
Recuerde Oseas 4:6.)

¿Tiene usted un espíritu peleonero? “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues
ya sabes que terminan en pleitos” 2 Timoteo 2:23. ¿Es usted una “sabelotodo”? ¿O usted solamente tiene
un comentario contrario a lo que su esposo dice? Dios nos dice que “Si tu adversario te va a denunciar,
llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te
entregue al juez” Mateo. 5:25. ¡Manténgase lejos de la corte de divorcio!

¿Es usted respondona? “Enseña a los esclavos a someterse


en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones” Tito 2:9. ¿Es usted un esclavo de
Jesucristo? ¿Él lo ha comprado por precio? Entonces usted le debe a Él y debe tratar de agradarle. Ahora
que hemos visto lo que signifi ca ser contenciosa, la Palabra de Dios menciona cinco veces cuán horrible
es una esposa contenciosa. Examinémoslo.

Una esposa contenciosa

Mujer contenciosa. ¿Ha tenido usted un grifo goteando que la volvía loca? “La mujer pendenciera es
gotera constante” Proverbios 19:13. Algunas veces requiere que alguien llame la atención a esa gotera (tal
vez un amigo o un suegro) para que su esposo lo note, pero una vez que lo ha notado, ¡eso es todo lo que
podrá escuchar! ¿Se ha preguntado alguna vez por qué los hombres se mudan de sus casas, y a menudo
con una ramera? Proverbios 21:9 dice que esto es porque “más vale habitar en un rincón de la azotea que
compartir el techo con mujer pendenciera”

Mujer contenciosa y de mal genio. De nuevo, un hombre preferiría vivir sin agua en el calor del desierto
que con una esposa que lo desafía a él y a su autoridad. “Más vale habitar en el desierto que con mujer
pendenciera y de mal genio” Proverbios 21:19. Dios es tan fi rme acerca de este versículo, que lo repite.
¿Está escuchando? “Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer
pendenciera”

Una gotera constante. ¿Dios compara una gotera constante a la mujer contenciosa que eventualmente
causa que una persona se vaya de la casa? ¿Por qué no simplemente el hombre arregla la gotera? ¡Porque
Dios dice que eso es imposible! “Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea.
Quien la domine, podrá dominar el viento, y retener aceite en la mano” Proverbios 27:15–16.

Siendo sujeta

Muchas de sus contenciones pueden estar arraigadas en el hecho de que usted cree que el matrimonio es
una sociedad. Esto es lo que yo creía y después descubrí que ¡no era verdad! En lugar de eso, Dios ha
puesto a la familia, junto con el resto de la creación, en niveles de autoridad. Nuestros esposos son nuestra
autoridad. Esto es importante que usted lo entienda. “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es
cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo” 1
Corintios 11:3. “Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus
esposos en todo” Efesios 5:24.

¿Qué es la sumisión o el ser sujetas? Es obedecer sin una palabra, aún si nuestro esposo está siendo
desobediente. No es responder un insulto con insultos o amenazar a él. 1 Pedro 3:9 dice: “No devuelvan
mal por mal ni insulto por insulto; mas bien, bendigan…” “Más bien bendigan” quiere decir responder a
un insulto con un cumplido o una buena actitud “al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro
3:2.

¿Es la sumisión aplicable hoy en día? “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” Hebreos
13:8. En Mateo 5:18 Jesús dice: “Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una
tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido”

Cristo es la cabeza de todos los hombres. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios está sobre Jesús, y
mi esposo (salvo o no) está sobre mí? “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo
hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es la cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3.

Conducta respetuosa. Ahora que estamos seguros de que Dios está hablando a todas las esposas, ¿qué es
lo que Él manda? “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no
creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al
observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:1–2.

Estando sujetas. “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza
de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia
se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” Efesios 5:22–24. Esta
Escritura explica que nuestra relación con nuestros esposos debe ser la misma que la de Cristo con la
iglesia. ¿No es triste que muchas iglesias no se someten a Cristo y a Sus enseñanzas, justo como muchas
mujeres no se someten a sus esposos? ¿Alguna correlación?
Mujeres santas. ¿Dónde está la esperanza en la sumisión? “Así se adornaban en tiempos antiguos las
santas mujeres que esperaban a Dios, cada una sumisa a su esposo” 1 Pedro 3:5. Nuestra esperanza y
confi anza está en Dios.

Protector. Cuando nosotras las mujeres nos protegemos a nosotras mismas porque sentimos que
podemos “pelear nuestras propias batallas,” estamos dando a entender que ¿para qué necesitamos a
nuestros esposos? ¿Fue usted la persona que le dijo al vendedor que se fuera o se deshizo de ese
muchacho en la puerta, probablemente con más gusto que su esposo hubiera tenido? ¿Olvidó su esposo
cómo respaldarla porque usted siempre tomaba el mando? ¿Quién realmente llevaba los pantalones en su
hogar? ¿Quién era en realidad más fuerte?

Si su esposo le dijo algo, tal como tómalo con calma o tranquilízate, ¿le respondió usted que se ocupara
de sus propios asuntos o algo peor? ¡Pero es asunto del esposo el proteger a su esposa y a sus hijos! Así
que, ¿qué hizo su esposo cuando usted continuó tomando el mando o estando a cargo? Primero, se
contuvo porque no quería otra pelea; después se mudó de la casa de “constante gotera;” ¡después encontró
otra mujer a quien darle su afecto! Si usted sigue siendo contenciosa aún después de todo eso, entonces,
cuando él ande cerca de su casa o le llame, o le escriba un correo electrónico él tendrá un recuerdo de por
qué él se fue de la casa y permanecerá fuera o lejos.

La raíz de la contienda… ¡estimación propia!

¿Cómo llegaron muchas mujeres a ser contenciosas? Nosotras como mujeres somos contenciosas
porque nosotras que somos cristianas imitamos al mundo y el pensamiento del mundo. Los libros que
leemos, los consejeros que buscamos, las clases a las que asistimos, no refl ejan la Palabra de Dios, la
cual es pura y sin dobleces. La mayoría de las mujeres cristianas están llenas de psicología.

¡El veneno bañado en chocolate sigue siendo veneno! Mis hermanas en Cristo, la psicología es más
peligrosa cuando está bañada en cristiandad ¡porque nos la comemos luego luego! Nos han lavado el
cerebro para pensar que el “amor propio” o la “estimación propia” son cosas buenas, pero no son otra
cosa que ORGULLO! ¡¡Ese fue el pecado que resultó en que Lucifer se convirtiera en Satanás!!

La mujer contenciosa y orgullosa, la mujer que “lo sabe todo,” es la mujer que discute y quiere que las
cosas sean a su manera— porque ella “piensa” que está en lo correcto. Y cuando ella está mal, su
estimación propia necesita ser protegido. No hay nunca una palabra humilde o un “Lo siento, yo estaba
equivocada” La mujer contenciosa ha estando condicionada a pensar que pedir una disculpa sería muy
humillante.

Nuestro orgullo resulta en justicia propia, lo que es la razón por la que muchas mujeres revelan los
pecados de sus esposos, ¡porque ellas no pueden ver sus propias pecaminosidades! (Por favor, vuelva a
leer acerca de la arrogancia espiritual en el capítulo 2, “el alfarero y el barro”)

Cómo librarse a usted misma de la contención y de la


justicia propia

Si confesamos. Como podemos claramente ver, vivir con una mujer contenciosa, que se basa en su
justicia propia, no es nada menos que una pesadilla, no sólo para los esposos sino también para los hijos.
Oremos conforme le pedimos perdón a Dios. Busquemos Su gracia para ayudarnos a ser amables y
calladas mujeres quienes son preciosas ante Sus ojos, así como ante los ojos de nuestros esposos. “Si
confesamos nuestros pecados, Dios, que es fi el y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”
1 Juan 1:9.
Confiese. Cuando su esposo venga a la casa del trabajo o venga a visitar, pídale que le perdona por su
contención y justicia propia. Si usted ya no tiene contacto con su esposo, ora por una oportunidad para
decírselo en el teléfono o en persona. (Por favor, ¡no lo llame!) “Por eso, confi ésense unos a otros sus
pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y efi caz”
Santiago 5:16.

Cuando esté confesando, no continúe y dé un “pequeño discurso” Sólo dígale brevemente que Dios le ha
convencido de que usted era escandalosa y discutidora, lo cual se debe a que usted es orgullosa y cree en
su propia justicia. Dígale, con la ayuda del Señor, que usted está orando para cambiar la manera cómo ha
sido. Dele un beso y ¡abandone el lugar o diga adiós y cuelgue! Luego, confi ese a sus hijos y explíqueles
cómo Dios va a ayudarle a cambiar mediante la humildad. Muy a menudo ellos ven o escuchan acerca de
los pecados de su padre; es importante que ellos vean que la separación o el divorcio no se debió
solamente a la culpa de una de las partes.

Primero reconcíliese. Si usted no se siente “dirigida” para ir y hacer estas cosas, nunca regrese a la
iglesia. “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo
contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y
presenta tu ofrenda” Mateo 5:23–24.

Gracia a los humildes. También, asegúrese de que usted es humilde; no sea tan orgullosa para decir así
de fácil que es usted una mujer contenciosa. “‘Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los
humildes.’ Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo” 1
Pedro 5:5–6.

Aquí está la receta médica de Dios. “Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son
amargas, y no pudie-ron apagar su sed allí” Éxodo 15:23. Moisés arrojó un árbol en el agua, una
representación de la Cruz del Calvario. Usted debe así mismo arrojar la cruz en el mar de su amargura.
Cristo murió para librarle de todo pecado, incluyendo sus discusiones contenciosas y orgullosas, y su
conducta centrada en usted misma.

Dios nos dijo que si nos humillamos, buscamos su rostro y nos volvemos de nuestros malos caminos,
entonces Él nos sanaría. En lugar de eso, nosotros “sigue el consejo de los malvados” (Salmo 1:1) y
somos “hombre que confía en el hombre” (Jeremías. 17:5), así que ahora sufrimos nuestras
consecuencias—¡sanidad superfi cial! “Curan por encima la herida de mi pueblo” Jeremías 8:11. “Curan
por encima la herida de mi pueblo, y les desean: ‘¡Paz, paz!’, cuando en realidad no hay paz” Jeremías.
6:14.

En lugar de esto, debemos morir a nosotros mismos. “Y él murió por todos, para que los que viven ya
no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado” 2 Corintios. 5:15. Jesús debe ser
nuestro ejemplo, siempre, en todas las cosas, en la manera como anduvo en esta tierra. “La actitud de
ustedes debe ser como la de Cristo Jesús (humildad), quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el
ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente… y se hizo
obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” Filipenses 2:5–9.

Compromiso personal: el hacer a otros más importantes que a mí misma, deshaciéndome de mis
caminos contenciosos y orgullosos. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me
comprometo a renovar mi mente y a ser un hacedor de la Palabra siendo humilde y deshaciéndome de mis
caminos contenciosos. Sacudiré la paja (psicología) del trigo (la Palabra de Dios) y viviré de acuerdo con
Su Palabra solamente”

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CAPITULO SIETE
AMABILIDAD
EN SU LENGUA
“Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando
instruye, lo hace con amor.”
Proverbios 31:26.

Todas las personas miran cómo una mujer le habla a su esposo y a sus hijos. Cuando una mujer habla
respetuosa y amablemente a su esposo y a sus hijos, ella muestra la principal característica de una “mujer
piadosa” Sin embargo, aquellas que son impacientes e irrespetuosas se revelan a sí mismas como
cristianas débiles e inmaduras.

El discurso amable y gentil es uno de los ingredientes más importantes para un buen matrimonio y para
hijos bien portados. La amabilidad es la característica principal de una “mujer piadosa”

Hemos sido engañados por “consejeros” y así llamados “expertos en matrimonio” que dicen que es la
FALTA de comunicación la que causa que los matrimonios se destruyan. Investigando en las Escrituras,
encontré que ¡Dios tiene MUCHO que decir al respecto de cuánto hablamos, qué decimos, y cómo lo
decimos! Sígame para que juntas descubramos la verdad:

¡NO es una “falta” de comunicación!

¡Debemos medir CUÁNTO hablamos!

Muchas palabras. No sólo es la falta de comunicación la que causa problemas en los matrimonios, sino
que cuando hay mucha plática y discusión, ¡la trasgresión (una violación de la Palabra de Dios) no puede
ni será evitada! “El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua” Proverbios 10:19.

Se mantiene callada. Otros nos dicen que debemos hablar lo que tenemos en mente y compartir lo que
pensamos, pero Dios dice: “El falto de juicio desprecia a su prójimo, pero el entendido refrena su lengua”
Proverbios 11:12. “El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina”
Proverbios 13:3.

Cierra sus labios. En realidad, Dios dice que practicamos sabiduría y parecemos sabios cuando no
decimos nada. “Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la
boca” Proverbios 17:28. “Cuando ustedes digan ‘sí’, que sea realmente sí; y cuando digan ‘no’, que sea
no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno” Mateo 5:37.

Sin una palabra. Dios habla directamente a la mujer para que se mantenga en silencio. “Así mismo,
esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si alguno de ellos no creen en la palabra, puedan ser
ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y
respetuosa” 1 Pedro 3:1–2. “Guarden las mujeres silencio en la iglesia” 1 Corintios 14:34.

Gentil y con espíritu apacible. Dios encuentra preciosa delante de Él a la mujer callada. ¿Es usted
aquélla? “La que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible” 1 Pedro 3:4.
“¡Cuida bien lo que se te ha confi ado! Evita las discusiones profanas e inútiles, y los argumentos de la
falsa ciencia. Algunos, por abrazarla, se han desviado de la fe” 1 Timoteo 6:20.

¡Quitese de su camino!

Quítese de su camino. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la
senda de los pecadores… sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella” Salmos
1:1. Quítese del camino de su esposo; ¡usted no es su autoridad! La segunda línea nos dice lo que tenemos
que hacer; meditar en Su Palabra y dejar a nuestro esposo en las manos de Dios. Dios debe ser quien
cambie a su esposo; ni siquiera su esposo puede cambiarse a sí mismo.

¡Quítese de estar detrás de él y ore! Usted puede ayudar a sanar su hogar con sus oraciones. “Por eso,
confi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo
es poderosa y efi caz” Santiago 5:16. Si usted sí habla, entonces es MUY importante que ¡elija sus
palabras muy cuidadosamente!

Entregue, MEDIANTE ORACIÓN solamente, el rumbo de su esposo a Dios. Usted debe entender
también que usted no es responsable por lo que su esposo hace; él tiene que dar cuentas a Dios por sus
acciones. “Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen” Santiago 1:14.
Cierre su boca; luego quítese del camino de su esposo.

Dios nos dice que seamos cuidadosos con lo que decimos

Guarda su boca. ¿Cuántas veces se ha metido en problemas por las palabras que ha dicho? “La boca del
justo profi ere sabiduría, pero la lengua perversa será cercenada” Proverbios 10:31. “El charlatán hiere
con la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio” Proverbios 12:18. “El que
refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias” Proverbios 21:23.

Lo que procede de la boca. Este enunciado es claro. ¡Lo que usted dice es MUY importante! “Porque
por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará” Mateo 12:37. “Lo que contamina a
una persona no es lo que entra en la boca sino lo que sale de ella” Mateo 15:11. “…abandonen también
todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno” Colosenses 3:8.

Atención a la Palabra. La Escritura describe dos tipos de esposas. ¿Cuál de ellas es usted? “La mujer
ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada es carcoma en los huesos” Proverbios 12:4. “El que
atiende a la palabra, prospera” Proverbios 16:20.

Habla como un niño. ¿Ha madurado usted? ¿O es usted todavía una niña que dice cosas que lastiman a
otros? Una de las más grandes mentiras que aprendimos como niños fue que los palos y piedras podrán
romper mis huesos, pero las palabras nunca me herirán. Muchos de nosotros nunca nos hemos recuperado
de algunas de las palabras que nos fueron dichas cuando éramos niños. “Cuando yo era niño, hablaba
como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de
niño” 1 Corintios 13:11.

¿No es acaso tiempo para que nosotros CREZCAMOS? ¡Deje de decir cosas que lastiman a su esposo, a
sus hijos y sus relaciones con otros!

Labios honestos. ¿A quién no le gusta una palabra amable de parte de otra persona? “El rey se complace
en los labios honestos; aprecia a quien habla con la verdad” Proverbios 16:13. “Anímense unos a otros
con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor… ” Efesios 5:19.
Deje las peleas. “Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla” Proverbios
17:14. “Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña” Proverbios 18:6. Otra vez,
¡el pelear y contender, NO ES BUENO para el matrimonio (o cualquier otra relación) aunque algunas
personas le digan lo contrario!

Fricción constante. ¿Hay en su hogar fricciones constantes? “Las obras de la naturaleza pecaminosa se
conocen bien: …discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, …envidia… ” Gálatas 5:19–
21. “Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de
la doctrina que se ciñe a la verdadera religión, es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán
enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, suspicacias y
altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad” 1 Timoteo 6:3–5.

¡PÓNGANSE DE ACUERDO RÁPIDO! Si usted tiende a pelear, memorice estos dos versículos.
¡Estos versículos me cambiaron totalmente! “…llega a un acuerdo con él (tu adversario) lo más pronto
posible. Hazlo mientras vayan de camino… ” Mateo. 5:25. “Honroso es al hombre evitar la contienda,
pero no hay necio que no inicie un pleito” Proverbios 20:3.

Dos de ustedes se pongan de acuerdo. Usted debe intentar encontrar un área de acuerdo en lugar de un
punto de discordia en TODO lo que su esposo dice. Si usted no puede encontrar nada en lo que estén de
acuerdo, ¡CÁLLESE y sonría! “Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo
sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo” Mateo 18:19.

Deprime el espíritu. Proverbios también nos dice que ¡lo que decimos puede deprimir el espíritu de
nuestros esposos! “La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el
espíritu” Proverbios 15:4.

Guardo mi boca como con mordaza.

Aquí está un pensamiento sensato: “No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes
toda” Salmo 139:4. “Me dije a mí mismo: ‘Mientras esté ante gente malvada vigilaré mi conducta, me
abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca.’” Salmo 39:1. Emborzace su
lengua. ¡El ayunar es la ÚNICA manera de ser verdaderamente liberada de ser una chismosa! Créame,
¡usted está demasiado débil para hablar!

Calumnia

Su esposo confía plenamente en ella. Otra área con la que debemos ser cuidadosos en la manera como
hablamos, lo cual puede resultar en la pérdida de la confi anza de nuestros esposos, es cuando hablamos
de ellos con otras personas. “Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas”
Proverbios 31:11. Nosotras nunca deberíamos compartir las debilidades de nuestros esposos o decirle a
otros algo que él nos dijo confi dencialmente. Recuerde que “el perverso provoca contiendas, y el
chismoso divide a los buenos amigos” Proverbios 16:28. Muchas mujeres comparten conmigo (y con
cualquier otra persona que conocen y que les presentan) acerca del pecado de adulterio, alcohol, drogas, o
pornografía de su esposo. Yo me NIEGO de escuchar y las detengo en el primer momento. Déjeme
preguntarle, “¿A cuántas personas les ha dicho?”

¡Lo haré callar para siempre! “Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre”
Salmo 101:5. Muchas mujeres piensan que ellas están constantemente combatiendo al “enemigo” cuando
de hecho es Dios quien está contra ellas. Si usted le ha dicho a otros acerca de su esposo, usted lo ha
calumniado. Dios promete que Él traerá destrucción en su vida. Usted puede reprender al enemigo todo lo
que usted quiera, pero la Escritura es clara. Usted debe arrepentirse y pedirle al Señor que remueva este
pecado de su vida y luego hacer restitución yendo con todas las personas a quienes les dijo. Confi éseles
sus propios pecados a ellos y luego comparta todas las cosas buenas que su esposo ha hecho (y está
haciendo) por usted.

Un chismoso revela los secretos. Una de las más comunes trampas en las que las mujeres caen es el
chisme por el teléfono, encubriéndolo como si estuvieran compartiendo “peticiones de oración” o
“motivos de oración” Deje de verse con mujeres chismosas. Haga como Dios ordena: “no te juntes con la
gente que habla de más” Proverbios 20:19.

Quite de usted el chisme. Otros pueden no darse cuenta de que usted es una chismosa, pero Dios conoce
su corazón. No se engañe a usted misma; usted no necesita saber los detalles de las peticiones de
oración— ¡usted es una necia! “El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es
un necio” Proverbios 10:18. Todos nosotros debemos deshacernos de compartir peticiones de oración, lo
cual no es más que calumnia. “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de
malicia” Efesios 4:31.

Usted puede descubrir conforme se deshaga de este tipo de “compartimiento” que usted no tiene nada que
decirle a sus amigas. ¡Eso también resultó en que yo adquirí nuevas amigas! Si usted resiste la tentación
de caer en sus viejos caminos, Dios será fi el para enseñarle a edifi car en lugar de avergonzar a su
esposo. “La mujer ejemplar es corona de su esposo, la desvergonzada es carcoma en los huesos”
Proverbios 12:4. Comencemos, en lugar de eso, a “anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones
espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón” Efesios 5:19.

Dulzura en su habla. Si usted ha avergonzado a su esposo con lo que le ha dicho a él o ha dicho de él, o
con su actitud, Dios es tan fi el que ofreció la cura: “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo
decaído seca los huesos” Proverbios 17:22. “Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y
dan salud al cuerpo” Proverbios 16:24. “Los labios convincentes promueven el saber” Proverbios 16:21.

¡Dios ve! Lo que la Palabra de Dios nos dice que hagamos es medir cuánto hablamos, ganar a nuestros
maridos sin una palabra y después quitarnos del camino de nuestros esposos. Dios es también fi rme
acerca de la actitud detrás de nuestras acciones, por cuanto éstas muestran nuestro corazón. “La gente se
fi ja en las apariencias, pero yo (Dios) me fi jo en el corazón” 1 Samuel 16:7. La actitud de una mujer
piadosa es aquélla de respeto hacia su esposo, el cual es el resultado de un corazón puro.

Respetuosa

Se nos dice que el respeto es algo que nosotros deberíamos demandar de otros. Se nos dice que
deberíamos tener respeto por nosotros mismos. Para aprender el verdadero signifi cado del respeto,
busquemos un más profundo entendimiento. Nuestros esposos serán ganados “por el comportamiento de
ustedes… al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:1. La palabra respeto está defi nida en
el diccionario como: “una estima o consideración especial en la que uno tiene a otra persona” ¡NO es lo
que nosotros demandamos para nosotros mismos!

De acuerdo con el diccionario, respeto(uoso) signifi ca tener admiración, consideración; estimar, honrar,
reverenciar, admirar, apreciar, notar, valorar, atesorar. Algunos antónimos (lo opuesto) son desprecio,
culpa, y censura. Vamos a estudiar las palabras en negritas a mayor profundidad.

Consideración: atención hacia otros. Hebreos nos dice que necesitamos animar a nuestros esposos y a
otros. Mediante nuestras acciones, podemos estimularlos al amor y a las buenas obras también.
“Preocupémonos los unos por los otros, a fi n de estimularnos al amor y a las buenas obras” Hebreos
10:24. Por lo tanto, cuando somos desconsiderados, ¡motivamos a nuestros esposos e hijos a
despreciarnos y a hacer el mal!

Las obras de la carne. Usamos los pecados de nuestros esposos para excusar nuestra falta de respeto por
ellos. Aquí está una lista de pecados mencionados en Gálatas. Conforme los lea, por favor tome un
momento para subrayar a aquellos pecados que son usualmente cometidos por hombres, los que nosotros
en la iglesia llamamos pecados reales.

“Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje;
idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia;
borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican
tales cosas no heredarán el reino de Dios” Gálatas 5:19–21.

Ahora regrésese y circule los pecados que tendemos a ignorar en la iglesia, aquellos que son usualmente
cometidos por mujeres. Para excusar su falta de respeto, basada en los pecados de su esposo, ¡obviamente
usted se basa en la IGNORANCIA de excusar su propia pecaminosidad delante del Espíritu Santo!
¡Estamos claramente llenos de pecado, el cual Dios dice que “se conoce bien!”

Mirándose a sí misma. Muchas personas sienten que es su responsabilidad castigar a quienes pecan,
especialmente a sus esposos. La Escritura nos dice algo totalmente diferente y nos enseña las
consecuencias de estas acciones orgullosas. No olvidemos la viga en nuestro propio ojo. Recuerde que los
pecados son iguales delante de Dios.

De nuevo, no permita que Satanás le engañe para que piense que los pecados de su esposo son peores que
los suyos “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo
con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a
otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no
es nada, se engaña a sí mismo” Gálatas 6:1–3.

Estima: alta consideración hacia otros. La psicología y los psicólogos cristianos han tomado el
mandamiento de Dios “considerando a otros como superiores a sí mismo” y lo han volteado para
enseñarnos que debemos edifi carnos a nosotros mismos, antes que a otros. Lea este pasaje completo para
permitir que la verdad lo haga libre de la estima y el orgullo, el cual está destruyéndole a usted y a su
matrimonio:

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como
superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los
intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por
naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó
voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos” Filipenses
2:3–7.

Aprecie a aquellos que estén a cargo de usted.

Su esposo está a cargo de usted. ¿Hizo usted su trabajo más fácil o más difícil? “Ténganlos en alta estima,
y ámelos por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros” 1 Tesalonicenses 5:13.

Honor: Considerar altamente. Debemos considerar a nuestros esposos dignos de honor, honor que ya
deberíamos estarles mostrando. “Todos los que aún son esclavos deben reconocer que sus amos merecen
todo respeto; así evitarán que se hable mal del nombre de Dios y de nuestra enseñanza” 1 Timoteo 6:1.
Dios no puede ser deshonrado. Recuerde que al mostrar honor a su esposo, sin importar si sus acciones
merecen honor o no, ¡usted trae gloria a Dios! La consecuencia de no mostrar esta clase de respeto es el
deshonrar a Dios y Su Palabra. Decimos que somos cristianos, ¡pero nuestros “hechos lo niegan!” (Tito
1:16). “…a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no
se hable mal de la palabra de Dios” Tito 2:5. “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor”
Efesios 5:22.

Con penosos trabajos. “Al hombre le dijo: ‘Por cuanto le hiciste caso a tu mujer, y comiste del árbol del
que te prohibí comer, ¡maldita será la tierra por tu culpa! Con penosos trabajos comerás de ella todos los
días de tu vida” Génesis 3:17. Después de la caída del hombre, tanto al hombre como a la mujer les
fueron dados castigos; la mujer tendría dolor al dar a luz y el hombre sufriría penosos trabajos para
trabajar la tierra. ¿Así que por qué es el castigo del hombre hoy compartido por tanto al hombre como a la
mujer? ¿Por qué nos creímos esta mentira? Por orgullo.

Una mujer llena de orgullo no quiere que le digan qué hacer o cómo debe gastar el dinero. Si ella trabaja y
gana su propio dinero, ¡entonces ella puede tomar sus propias decisiones acerca de cómo debe gastar su
dinero! Podemos fácilmente deslizarnos de estar bajo la autoridad de nuestros esposos y fi nalmente de su
protección también.

Adicionalmente, cuando las esposas tienen una carrera diferente a la de encargarse de la casa y criar a los
hijos, eso divide los intereses de la pareja y nos hace independientes uno del otro. Dios nos lo advierte
cuando dice que ¡una casa dividida no podrá estar en pie! ¿Su trabajo o carrera ha destruido su
matrimonio? (Véase “los caminos de su casa” en la “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia
que destruyó la suya con sus propias manos)

Concederle honor a ella. Todas las mujeres anhelan que sus maridos las traten como dice el siguiente
versículo: “De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno
a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la
vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes” 1 Pedro 3:7. El esforzarnos a ser calladas y gentiles, y a
honrar a nuestros esposos en una forma casta y respetuosa, especialmente cuando ellos puedan estar
viviendo de manera no honorable, ¡hará que podamos recibir la bendición de tener el honor de nuestros
esposos al verlos regresar al hogar!

Aquí están algunas guías espirituales de cómo recibir el honor:

• Siendo bondadosas. “La mujer bondadosa se gana el respeto” Proverbios 11:16. Responda
bondadosamente a lo que le digan, ¡siempre y con toda la gente! ¡Nunca presione o reaccione
exageradamente! Recuerde, usted es la hija del Rey, ¡compórtese como la realeza! Ellos nunca muestran
emociones ni rompen en arranques de furia. Piense en la princesa Diana, quien estuvo experimentando
toda clase de terrible dolor marital, pero usted nunca la vio tener un arranque o hacer una escena.

• Dando honor desde el corazón. “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”
Mateo 15:8.

• Teniendo humildad. “La humildad precede a la honra” Proverbios 15:33.

• Siendo humilde. “A los honores los precede la humildad” Proverbios 18:12.

• De nuevo, manteniéndose humilde. “El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido”
Proverbios 29:23.
Reverencia: un sentimiento de gran respeto, amor, temor reverencial y estima; temer. Muchas mujeres no
respetan o muestran reverencia hacia sus esposos. ¿Cómo podemos como mujeres cristianas ignorar las
Escrituras? “Y que la esposa respete a su esposo” La versión de Reina Valera dice “y la mujer respete a su
marido” Efesios 5:33.

Apreciar: dar reconocimiento favorable; atesorar, gozar, valorar, entender; atesorar (especialmente en los
votos del matrimonio), tener cuidado amoroso, mantener viva (emocionalmente). Hablamos acerca de
hacer cosas desde el corazón. Si su esposo no es uno de sus tesoros, entonces su corazón no está con él.
“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” Mateo 6:21.

Algunas veces cuando perdemos algo o temporalmente lo cambiamos de lugar y no lo encontramos,


nosotros nos damos cuenta de lo importante que es para nosotros. ¿Fue necesario para usted el perder a su
esposo para darse cuenta de lo que tenía? ¡Yo sé que para mí fue necesario!

¿Como puede usted ayudar a sanar a su esposo espiritual


y emocionalmente?

Hable dulce y gentilmente a su esposo cuando el Señor le dé la oportunidad de hablar con él. “La lengua
que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu” Proverbios 15:4.

Esta bendición puede ser suya. “Para el afl igido todos los días son malos; para el que es feliz, siempre
es día de fi esta” Proverbios 15:15. Si su corazón está animado, usted atraerá a su esposo de regreso al
hogar, ¡por cuando él abandonó el hogar buscando felicidad! Cuando él deje el lugar donde está viviendo
ahora, ¿encontrará alegría de regreso en su hogar?

Aquí está un peligro. Tenga cuidado con lo que dice acerca de su esposo. La vergüenza es un cáncer
emocional. “La mujer ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada es carcoma en los huesos”
Proverbios 12:4. La putrefacción está defi nida como la pudrición de la caries; pudrición como la que
generan las lombrices que comen. “Pero al fi n resulta (la ramera) más amarga que la hiel y más cortante
que una espada de dos fi los” Proverbios 5:4.

Una buena palabra. NUNCA hable con su esposo acerca de sus problemas, miedos, o ansiedades con
respecto a sus pecados (adulterio, abuso, alcohol o drogas), acerca de sus fi nanzas o acerca del divorcio
inminente, por cuanto “la angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra”
Proverbios 12:25. Cuando su esposo casualmente le hable a usted, él DEBE irse sintiéndose alegre, no
confrontado u oprimido.

Trae sanidad. Su lengua puede tener dos efectos opuestos; ¿cuál escogerá usted? “El charlatán hiere con
la lengua como con una espada, pero la lengua del sabio brinda alivio” Proverbios 12:18.

Un corazón gozoso. Tenga un corazón gozoso y feliz. “Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo
decaído seca los huesos” Proverbios 17:22.

Rostro alegre. Permita que su rostro muestre el gozo que hay en su corazón. “El corazón alegre se refl
eja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu” Proverbios 15:13. Aprendemos más acerca de estar
gozosos y alegres. Alegre: contento, gozoso, regocijado. Gozoso: (ser) una buena mujer, placentera,
preciosa, dulce, agradecida, agradable.

Gócese SIEMPRE. En sus circunstancias parece imposible el ser feliz. ¿Cómo puedo estar feliz o gozosa?
“Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” Filipenses 4:4. Y ¿cuando nos debemos de gozar?
“Estén siempre alegres” 1 Tesalonicenses 5:16. Es en Él en quien nos gozamos. Esta es el arma MÁS
poderosa en nuestra batalla espiritual —¡¡el ALABAR al Señor cuando la adversidad viene contra
nosotros!!

¿Es usted capaz de hacer algo sin murmurar o quejarse? ¿Se queja usted, gime o murmura
continuamente acerca de su situación delante de otros o de su esposo? Si así es, ¡usted no es agradecida!
“Háganlo todo sin quejas ni contiendas” Filipenses 2:14.

¿Ha usted aprendido el secreto? Nosotros podemos pensar que en nuestras circunstancias tenemos
razón para refunfuñar. En lugar de eso, debemos aprender a tener contentamiento. “…he aprendido a estar
satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir
en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado
como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” Filipenses 4:11–12.

Antonimos de Respeto son desprecio, culpa y censura

¿Usted desprecia a su esposo? ¿Lo culpa por errores pasados? ¿Lo censura acerca de dónde fue o qué
dijo? Ahora es el tiempo de renovar su mente. Lea y vuelva a leer este capítulo hasta que haya gastado las
páginas y haya roto el empastado. Haga tarjetas de 3 X 5 para cada versículo de la Escritura que le trajo
convicción a su espíritu. Manténgalas con usted en su bolsa de mano y léalas a lo largo del día.
“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que
interpreta rectamente la palabra de verdad” 2 Timoteo 2:15.

En conclusión. Esforcémonos todas nosotras primeramente por aparecer sabias al guardar silencio. Luego
asegurémonos que cuando abramos nuestras bocas sea con sabiduría, amabilidad, respeto y edifi cación.
Que nuestras palabras sean dulces y gentiles. Que seamos la “corona” de nuestros esposos por la manera
en que manejamos esta adversidad en nuestras vidas, ¡las cuales serán “preciosas” ante los ojos del Señor!

Compromiso personal: abrir mi boca con sabiduría y amabilidad. “Basada en lo que he aprendido de la
Palabra de Dios, me comprometo a guardar silencio, a esperar antes de que conteste y a ser dulce en cada
una de mis palabras. También me comprometo a demostrar una actitud respetuosa hacia mi esposo por el
ejemplo que esto representa para otros y el honor que da a Dios y a Su Palabra”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


CAPITULO OCHO
GANADO SIN
UNA PALABRA
“Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos,
de modo que si alguno de ellos no creen
en la palabra, puedan ser ganados más por
el comportamiento de ustedes que por sus
palabras, al observar su conducta íntegra y
respetuosa.”
1 Pedro 3:1

Cualquier cosa que usted quiera decir a su esposo, debe decírselo a Dios en lugar de a su esposo. En
este capítulo aprenderemos en la Palabra de Dios, junto con muchos de los “malos frutos” de nuestras
acciones, que por cuanto nuestros esposos están por sobre nosotros, nuestras palabras no solamente son
inútiles, sino probablemente peligrosas.

Se nos ha dicho que debemos ganar a nuestros esposos “sin una sola palabra” pero con una actitud
respetuosa hacia ellos y hacia la autoridad que Dios les ha dado sobre nosotros.

Ganado sin una palabra

¿Debo discutir y compartir mis deseos y mis miedos con mi esposo? No.

Pida a Dios que le hable a su esposo. No debemos discutir nuestros miedos o nuestros deseos con
nuestros esposos. En lugar de eso, debemos ir al más alto en jerarquía; debemos acudir a Nuestro Padre
Celestial y apelar delante de Él. Pídale a Dios que sea él quien hable con su esposo (por cuanto el Señor
está directamente sobre TODO hombre) acerca de lo que está en su corazón.

Este es el orden apropiado de autoridad. “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo
hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3. En
lugar de buscar la ayuda o guianza de su esposo, usted debe buscar el rostro de Dios. Luego investigue en
las Escrituras para encontrar principios de Dios para manejar el dilema al que se enfrenta. Esto confi
rmará que el Señor le ha hablado a su corazón. Marque el versículo y aférrese a él, SABIENDO que Dios
está en control.

Quítese de su camino “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la
senda de los pecadores… sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella” Salmo 1:1–
2. ¡Quítese del camino de su esposo; usted no es su autoridad! La segunda línea le dice lo que usted debe
hacer: meditar en Su Palabra y dejar a su esposo en manos de Dios. Dios debe ser quien haga el cambio
en su esposo. Ni siquiera su propio esposo puede cambiarse a sí mismo.

Voltee, mediante la ORACIÓN únicamente, la dirección de su esposo hacia Dios. Usted también debe
entender que usted no es responsable por lo que su esposo hace; él le da cuentas a Dios por sus acciones.
“Cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen” Santiago 1:14.
Las esposas aman el tratar a sus esposos como si ellos fueran una de sus hijos. Este tipo de actitud
maternal desgastará a cualquier hombre y agotará su hombría. Entonces, cuando una mujer aparece y lo
mira como el hombre, él deja a su esposa por la otra mujer.

¡Quítese de detrás de él y ore! Lo mejor para sanar su hogar, su matrimonio y su familia es mediante la
oración. “Por eso, confi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La
oración del justo es poderosa y efi caz” Santiago 5:16.

Tenga una actitud apropiada “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad
que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se
opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden, recibirán castigo”
Romanos 13:1–2.

Su esposo es su autoridad ordenada por Dios. Su rebeldía a su autoridad ha permitido que esté en la
situación presente. Obedezca y sométase AHORA y mire cómo Dios vuelve el corazón de su esposo hacia
su hogar conforme usted honra la Palabra de Dios.

Venza todo mal con bien. Su reacción hacia el mal cuando ocurre le dice a Dios y a otros que le están
viendo qué es lo que hay REALMENTE en su corazón. “No te dejes vencer por el mal; al contrario,
vence el mal con el bien” Romanos 12:21. Ocurrirá, pero usted puede estar preparada, “… pues ya saben
que la prueba de su fe produce constancia” Santiago 1:3.

Tome esta oportunidad para hablar bendiciones de amabilidad para su esposo: “No devuelvan mal por
mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para eso fueron llamados, para heredar una
bendición” 1 Pedro 3:9. Si usted está de acuerdo con el insulto o la frase hiriente y luego regresa una frase
amable o una bendición, ¡esto volteará su situación en un instante!

Sin embargo, la mayoría de las mujeres gastan sus energías defendiéndose a sí mismas o discutiendo el
asunto. Aunque ellas intentan que su esposo tome su responsabilidad por lo que pasó, ellas no pueden ver
que la situación mejore.

Estas son las mujeres que me escriben correos electrónicos queriendo saber qué está impidiendo su
restauración. Pero cuando escucho su actitud condescendiente y despectiva, ¡YO SÉ por qué! Si usted no
puede aceptar lo que estoy diciendo, pregúntese ¿por qué su esposo ha escogido dejarle?

¡Concéntrese en amar a lo que es difícil de amar! Cuando usted ama y respeta a su esposo, aún cuando
él no es fácil de amar, no es amable y está en pecado, usted le está mostrando amor incondicional. “Si
ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen esto hasta los
recaudadores de impuestos?” Mateo. 5:46. Dele a Dios sus dolores. Él le ayudará a amar a su esposo si
usted sólo se lo pide.

El ministerio de la reconciliación. Como hijos de Dios, somos embajadores del amor de Dios y eso
acercará a otros al Señor. “Nos dio el ministerio de la reconciliación… no tomándole en cuenta sus
pecados, y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de
Cristo” 2 Corintios 5:18–20.

¿Ha estado usted contando? ¿Repasa usted los pecados y los defectos de su esposo en su mente conforme
revela sus deudas a otros? Recuerde, las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, ¿sucede así con
las suyas?
Nuestro primer campo misionero. Su actitud puede ser, ¿Por qué debo ministrar a mi esposo el
pecador? Porque el Señor nos da a nuestros esposos y a nuestros hijos como nuestro primer “campo
misionero” antes de que podamos ser verdaderamente efectivos con otros.

Nosotros, por supuesto, queremos adelantarnos a Dios antes de que estemos realmente listos y
ministramos a los de la iglesia, el vecindario y el trabajo —¡mientras que descuidamos nuestro ministerio
en el hogar! Si usted no ha ganado a su esposo o hijos para el Señor ¿cómo puede ganar a los perdidos?

Muchas mujeres actúan como víctimas que tienen que vivir con un incrédulo. Sin embargo, ellas son las
que alejan al Señor o a sus esposos del Señor. ¡Un fariseo que asiste a los cultos y después actúa
arrogantemente y fi nge ser espiritual, ¡impide que los perdidos quieran tener una relación con el Señor!
¿Es usted esta persona?

Dios quiere que aprendamos a tener contentamiento ANTES de que Él cambie a nuestros esposos.
Si usted está todavía refunfuñando y lamentando su situación, ¡entonces prepárese para seguir en ella!
Podemos ver en la vida de Pablo: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar
satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir
en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado
como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” Filipenses 4:11–12.

Pablo continúa diciendo (el versículo que usted escucha tan a menudo): “Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” Filipenses 4:13. Usted continuará estando en difi cultades hasta que haya APRENDIDO a
contentarse en ellas—¡punto!

Creada de una manera unica

Creada para el hombre. Mujeres, es importante que busquemos la sabiduría, el conocimiento, y el


entendimiento de la Palabra de Dios para completamente apreciar cómo fuimos creadas y por qué fuimos
creadas. 1 Corintios 11:8–9 dice “De hecho, el hombre no procede de la mujer sino la mujer del hombre;
ni tampoco fue creado el hombre a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre”

Conforme comenzamos a movernos en el plan perfecto de Dios para nuestra vida, entonces nosotros
podemos vivir la vida abundante que Dios promete en Su Palabra. Nuestra vida refl ejará la Palabra de
Dios, en lugar de negarla. Y aún más importante, otros serán atraídos a Cristo mediante el testimonio de
nuestra vida.

Ayuda adecuada. “Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las
aves del cielo y a todos los animales del campo. Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda
adecuada para el hombre” Génesis 2:20. Estos enunciados realmente molestan a las feministas, ¿le
molestan a usted también?

Como cristianas, debemos renovar nuestra mente para alinearla con la Palabra de Dios. ¡La Palabra de
Dios es verdad! Vivir la verdad ciertamente no será fácil y casi parecerá loco al principio para aquellos
que observen el cambio en usted. Pero mediante la obediencia a Su Palabra, pronto entenderemos y
cosecharemos los galardones de nuestra obediencia. Como cristianos, obedecemos y creemos, aún cuando
no vemos los cambios o no entendemos el mandamiento. Esta es la fe que profesamos como creyentes.

Todos nosotros hemos experimentado cómo las maneras del mundo nos han agotado porque hemos
tratado de hacer algo para lo cual no fuimos creadas y actuamos en una manera en que NO fuimos
diseñadas para actuar. Así que veamos primero cómo y por qué fuimos creadas en el principio.
Muchas de nosotros queremos ser tan buenas ayudantes que hacemos todo por nuestros esposos y
realmente les robamos la bendición o les arrebatamos su hombría. Hacemos, hacemos, hacemos.
Tomamos decisiones, hacemos todo lo que se relaciona con la casa y con el jardín, y ayudamos
proveyendo parte del ingreso. Después nos sorprendemos de que con todo ese tiempo libre él encuentra a
una mujer que necesita ayuda a quien pueda cuidar.

Comience a ver los roles que Dios creó como especiales y únicos. Pídale a Dios que le guíe y que le dé
discernimiento en cada tarea que usted está actualmente realizando. Si usted ha estado tomando algo que
su esposo debería estar haciendo, ore que el Señor lo cambie. Muchas veces es por una mini catástrofe, de
la cual su esposo debe rescatarle, por lo que el cambio comienza a suceder. ¡Pero no cause crisis a
propósito: espere en el Señor; ¡deje de manipular!

Tampoco importa si su esposo no está en el hogar. Cientos de mujeres han buscado al Señor en esta área y
han visto que sus esposos toman el control de las fi nanzas, del mantenimiento o reposición del
automóvil, del jardín, de las reparaciones en casa, etc. ¡Nunca subestime a Dios!

Mujer independiente de hombre. “Sin embargo, en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el
hombre aparte de la mujer. Porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la
mujer; pero todo proviene de Dios” 1 Corintios 11:11–12.

Dios creó al hombre y a la mujer con diferentes necesidades. Los vacíos en nuestra vida y en la vida de
nuestros esposos crean un tipo de ropa de trabajo (o piezas de un rompecabezas, si usted quiere). Como
llenamos nuestros vacíos nosotras mismas o separadas de nuestros esposos, la ropa se desgarra. Cuando
más llenamos nuestras necesidades o cuando más nuestros esposos llenan sus necesidades
independientemente del matrimonio, nuestra relación se desgarra hasta que no hay nada que quede para
sujetarnos.

Las feministas han empujado a la mayoría de nosotras a suplir nuestras propias necesidades y a permitir
que nuestros maridos vean por su propio bien. Hemos creído la mentira de que no es bueno depender uno
del otro. La frase acuñada “codependiente” anima a muchos a separarse en lugar de apreciar el ser una
sola carne. Dios creó un vacío en la vida de cada uno que solamente un cónyuge puede (o debería) llenar.
Cuando violamos los caminos de Dios, cosechamos las consecuencias. Los hombres deben ser
proveedores, protectores, líderes espirituales, procreadores, y padres. Nuestro rol como esposas, el cual
fue diseñado por nuestro Creador, es el ayudar a nuestros esposos, tener, nutrir, y enseñar a los hijos,
consolar y proveer alimentos para la familia, y mantener un hogar limpio y cuidado (Vea Tito 2 y
Proverbios 31).

Compromiso personal: orar a Nuestro Padre en lugar de rápidamente hablar con nuestros esposos.
“Basada en lo que aprendí de la Palabra de Dios, me comprometo a permitirle a Dios que mueva a mi
esposo a través de su Espíritu Santo. Por mi parte, voy a ‘llevar mis deseos y preocupaciones en oración’
buscando Su rostro. Reconozco que la única manera de ganar a mi esposo para la justicia, especialmente
en mis circunstancias presentes, es ‘sin una sola palabra,’ y con mi espíritu respetuoso y humilde”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


CAPÍTULO NUEVE
UN ESPIRITU SUAVE
Y APACIBLE
“Que su belleza sea más bien la incorruptible,
la que procede de lo íntimo del corazón
y consiste en un espíritu suave y apacible.
Ésta sí tiene mucho valor delante de Dios.”
1 Pedro 3:4

Las mujeres bulliciosas son comunes hoy en día. Bullicioso es defi nido como “en voz ofensivamente
alta e insistente” Esto no solamente es aceptado sino animado mediante los medios de
comunicación.

Tristemente, esta conducta se ha permeado en la iglesia y en los cristianos hoy día. ¿Hay alguna duda de
por qué la tasa de divorcio es ahora más alta en la iglesia que el promedio nacional?

Una mujer con un “espíritu suave y apacible” se dice que es pisoteada. Se le dice que su esposo no la
respetará si no se defi ende a sí misma.

Los esposos aún le dicen a sus propias esposas que les respondan en las peleas o que se defi endan a sí
mismas, y al mismo tiempo siguen con el divorcio y se quedan con la otra mujer. Dios dice que un
espíritu suave y apacible es precioso para Él, y por lo tanto, es el único camino hacia la sanidad y la
restauración.

Sin embargo, cuando un esposo se extravía de la verdad y cae en pecado, usted escucha a cristianos, aún a
pastores, aconsejar a sus esposas para usar “amor fi rme” a pesar de que no es bíblico y destruye
matrimonios.

Adicionalmente, con este corazón endurecido, una mujer no está dispuesta a perdonar, porque solamente
un corazón de carne, un corazón tierno es capaz de perdonar.

En este capítulo vamos a buscar la verdad al respecto del amor


fi rme y la sanidad que viene a través del perdón.

¿Amor fi rme?

El amor es paciente. Dios nos da una descripción de amor. Vea si usted puede encontrar la palabra “fi
rme” o alguna palabra remotamente similar. “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso
ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda
rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue… ” 1 Corintios 13:4–8.

Esto les mando. Otra frase muy popular en la iglesia hoy en día es: “El amor es una elección” Lea
conmigo los siguientes versículos para ver si Dios dice que podemos “elegir” amar o si Dios nos manda
que lo hagamos así, como seguidores de Cristo. “Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los
otros” Juan 15:17. Sí tenemos una elección: el obedecer el mandamiento o no. Esto no es exactamente lo
que los psicólogos cristianos nos está diciendo, ¿o sí?

Ama a tus enemigos. Nuestros amigos nos animan a “protegernos a nosotros mismos” o a “no amar a los
que son difíciles de amar” ¿Debemos amarlos o no? “Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a
sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los
maltratan” Lucas 6:27–28.

En este pasaje, Dios es aún más claro. Él aún amonesta a quienes sólo aman a los que son fáciles de amar:
“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen… Si ustedes aman solamente a
quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de
impuestos?” Mateo 5:44–46.

Dé lugar a la ira de Dios. En el libro que nos habla acerca de ser “fi rmes” con nuestros cónyuges, se nos
dice que confrontemos, que causemos una crisis. En otras palabras, que tomemos las cosas en nuestras
manos. ¿Qué nos instruye Dios que hagamos?

“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. Bendigan a


quienes los persiguen; bendigan y no maldigan. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno
delante de todos. Si es posible, y en cuento dependa de ustedes, vivan en paz con todos. No tomen
venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: ‘Mía es la
venganza; yo pagaré’, dice el Señor” Romanos 12:12, 14, 17–19.

No amenazaba. Usted se puede preguntar a usted misma “¿Por qué tengo que soportar tal sufrimiento,
sin siquiera tener la satisfacción de la venganza?” Lea la explicación de Dios para su sufrimiento.

“Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos.
Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se
entregaba a aquel que juzga con justicia” 1 Pedro 2:21,23.

Vence el mal con el bien. “Antes bien, ‘si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de
beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.’” Romanos 12: 20–21.

Dichosos son los humildes. Si usted no toma los asuntos en sus propias manos y toma una posición “fi
rme”, otros (aún los cristianos) le dirán que usted es pisoteada. Sin embargo, déjeme recordarle quiénes
dijo Jesús que eran dichosos. “Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia” Mateo
5:5.

La justicia de Dios. La gente puede aún recordarle a usted de cuando Jesús volteó las mesas en el templo.
Ellos usarán ese ejemplo para decirle que usted está “en lo correcto” al enojarse con otros. Dios dice que
Él es un Dios celoso. ¿Podemos nosotros también ser celosos? “Todos deben estar listos para escuchar, y
ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere”
Santiago 1:19–20.

Que usted no haga las cosas que usted quiere. Cuando tenemos un impulso de hacer o decir algo a
alguien que no tiene nada que ver con mansedumbre, estamos caminando en la carne y no en el Espíritu.
“Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. Porque
ésta desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen
entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. En cambio, el fruto del Espíritu es amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fi delidad, humildad y dominio propio” Gálatas. 5:16–17, 22–
23. “Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes” Lucas 6:31.
La amabilidad de Dios. Es un engaño el pensar que confrontando y siendo poco amables y fi rmes
cambiaremos a la otra persona. Si eso ha funcionado, ¿por qué Dios usaría la amabilidad para traernos al
arrepentimiento? Los pecadores no pasan al frente para aceptar al Señor porque ellos piensan que ellos
van a ser criticados o regañados, ¿lo son? “¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de
su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?”
Romanos 2:4.

Nadie verá al Señor. Otra razón extremadamente importante para que usted tenga un espíritu suave y
apacible cuando trate con su esposo (u otros) es que debemos permitir a otros ver a Cristo en nosotros.
“Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” Hebreos 12:14.

No piense que puede actuar amable con su esposo, pero actuar horrible con sus hijos, padres, o
compañeros de trabajo. Dios está mirando y Él es quien cambiará el corazón de su esposo. Nada está
escondido de sus ojos. No olvidemos que Él está mirando nuestros corazones; por lo tanto, aún si usted
trata de controlar su enojo, ¡Él está mirando más profundamente!

El ministerio de la reconciliación. Somos los embajadores de Cristo en la reconciliación. “Todo esto


proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la
reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole
en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos
embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: ‘En nombre de Cristo
les rogamos que se reconcilien con Dios.’” 2 Corintios 5:18–20.

También puede ser tentada. La siguiente Escritura nos advierte acerca de cuando no somos gentiles con
quienes han pecado contra nosotros. “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son
espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser
tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” Gálatas 6:1–2.

No sea que el Señor lo vea y no lo apruebe. Muchas mujeres han sido muy felices al ver a sus esposos
“tener su merecido” cuando Dios los castiga con difi cultades fi nancieras u otras pruebas. Entonces ellas
ven que las situaciones de sus esposos se recuperan. ¿Por qué pasa esto? “No te alegres cuando caiga tu
enemigo, ni se regocije tu corazón ante su desgracia, no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, y aparte
de él su enojo” Proverbios 24:17–18.

Hacedores de la Palabra. Es importante que aprendamos la verdad y estemos de acuerdo con lo que dicen
las Escrituras, pero no debemos detenernos ahí. “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se
engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica… no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá
bendición al practicarla” Santiago 1:22, 25. “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo
hace” Santiago 4:17.

El error de los hombres sin principios. Dios nos ha advertido que nosotros no debemos escuchar o seguir
a hombres que nos dicen algo contrario a la Escritura. “Por eso, queridos hermanos, mientras esperan
estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él.
Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor signifi ca salvación, tal como les escribió también
nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio. En todas sus cartas se refi ere a estos
mismos temas. Hay en ellas algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes
tergiversan, como lo hacen también con las demás escrituras, para su propia perdición. Así que ustedes,
queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados
por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. Mas bien, crezcan en la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” 2 Pedro 3:14–18.
El amor fi rme es incorrecto y totalmente contradictorio a las enseñanzas y al ejemplo de Jesús.
Aprendamos, en lugar de eso, de Aquél que se describe a sí mismo como “apacible y humilde de corazón”
“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán
descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana” Mateo 11:29–30.

Perdón

Sólo una mujer con un corazón que es suave y apacible puede perdonar a su esposo. Sin embargo, muchas
mujeres han sido engañadas y no perdonan a sus esposos porque ellas no entienden completamente las
graves consecuencias de su falta de perdón. Busquemos en las Escrituras para ver lo que Dios dice acerca
de perdonar a otros. Aquí están algunas preguntas que nos podemos hacer:

P. ¿POR QUÉ DEBO PERDONAR A MI ESPOSO Y A LOS OTROS INVOLUCRADOS?

Cristo también le ha perdonado a usted. Perdonamos porque Dios nos perdonó. “Más bien, sean
bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a
ustedes en Cristo” Efesios 4:32.

LA PRECIOSA SANGRE DEL PACTO. Jesús derramó Su sangre por el perdón de los pecados—¡aún el perdón del
pecado de los esposos! “De hecho, la ley exige que casi todo sea purifi cado con sangre, pues sin
derramamiento de sangre no hay perdón” Hebreos 9:22. “Esto es mi sangre del pacto, que es derramada
por muchos para el perdón de pecados” Mateo 26:28.

Reafi rme su amor por Él Para aminorar las penas de los ofensores, “más bien debieran perdonarlo y
consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza. Por eso les ruego que reafi rmen su amor
hacia él” 2 Corintios 2:7–8.

No deje que Satanás tome ninguna ventaja. Satanás puede usar nuestra falta de perdón contra usted
para tomar ventaja. “A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que
perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo, para que Satanás no se
aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas” 2 Corintios 2:10–11.

Nuestro Padre no le perdonará a usted sus transgresiones. Dios dijo que Él no nos perdonará si
nosotros no perdonamos a otros. “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes
su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las
suyas” Mateo 6:14–15. “Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno
perdona de corazón a su hermano” Mateo 18:35.

P. PERO, ¿NO DEBE ESTAR ARREPENTIDO EL OFENSOR PARA QUE YO LO PERDONE?

PADRE, PERDÓNALOS. Aquellos que crucifi caron a Jesús nunca pidieron perdón; ni siquiera se arrepintieron
por lo que estaban haciendo o por lo que habían hecho. Si somos cristianos, somos seguidores de Cristo;
por lo tanto debemos seguir su ejemplo. “Padre–dijo Jesús–, perdónalos, porque no saben lo que hacen”
Lucas 23:34.

Cuando estaban apedreando a Estaban, él clamó justo antes de que muriera: “¡Señor, no les tomes en
cuenta este pecado!” Hechos 7:60. ¿Podría usted hacer menos de lo que él hizo?
P. PERO, ¿CUÁN A MENUDO ESPERA DIOS QUE YO PERDONE?

Setenta veces siete. Muchas mujeres exclaman, “¡Pero mi esposo me ha hecho esto antes, a lo largo de
todo nuestro matrimonio!” Cuando Pedro le preguntó cuán a menudo él debía de perdonar, Jesús le dijo:
“No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces” Mateo. 18:22. ¡Eso es 490 veces la
misma ofensa!

No lo recuerde. ¿El perdonar realmente signifi ca que yo olvido el pecado, aún en una discusión, aún en
el divorcio? “Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados” Jeremías 31:34.
“Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente” Salmo
103:12. “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron
llamados, para heredar una bendición” 1 Pedro 3:9.

Esté preparada; Satanás tratará de traer a su mente las viejas transgresiones aún después de que las ha
perdonado. Cuando él lo haga, usted debe perdonar de nuevo. Muchas mujeres cuyos esposos les han sido
infi eles, aún después de que sus esposos han regresado al hogar, han experimentado esas “imágenes en la
mente de recuerdos,” casi como traumas de guerras “espirituales” Ellas dicen que tienen que perdonar
continuamente, algunas veces diariamente.

P. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE YO PERDONE COMO DIOS ME HA PEDIDO EN SU PALABRA QUE LO HAGA?

Solamente Dios. Sólo Dios puede ayudarle a hacerlo. Usted se debe humillar a sí misma y pedirle que le
dé la gracia. “¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” Marcos 2:7.

Dios da gracia a los humildes ¿Cómo obtengo la gracia que necesito? “Dios se opone a los orgullosos,
pero da gracia a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a
su debido tiempo” 1 Pedro 5:5–6.

Humillen sus corazones. ¿Cómo puedo ganar humildad? “Por haberse rebelado contra las palabras de
Dios, por menospreciar los designios del Altísimo. Los sometió a trabajos forzados; tropezaban, y no
había quien los ayudara. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su afl icción” Salmo 107:11–
13. “Cuando ellos enfermaban, yo me vestía de luto, me afl igía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de
mis oraciones!” Salmo 35:13. Algunas veces puede ser a través de la enfermedad como Él le calla y
humilla a usted. No lo combata—es Dios trabajando.

Primero reconcíliate con tu hermano. ¿Cuándo necesito perdonar a aquellos que me han lastimado?
¿No debería yo tener convicción acerca de esto primero? “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en
el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve
primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” Mateo 5:23–24. Si usted no ha
perdonado a alguien, especialmente a su esposo, usted necesita perdir perdón.

Amargura. El no perdonar a alguien causa amargura. La defi -nición de amargura es “¡veneno!”


“Abandonen toda amargura, ira y enojo… ” Efesios 4:31. El no perdonar a alguien le está devorando a
usted, ¡no a la otra persona! “Cada corazón conoce sus propias amarguras…” Proverbios 14:10. “Ya que
él conoce los más íntimos secretos” Salmo 44:21.

Un hermano ofendido. Asegúrese de que usted siga las directrices de la Escritura. He escuchado a
muchos que han dicho que las cosas en realidad salieron peor cuando ellos pidieron perdón o que no
sirvió para nada. Puedo hablar por experiencia propia. En ocasiones, cuando he pedido el perdón de otros,
lo he articulado de la manera incorrecta y he ofendido más a la otra persona. “Más resiste el hermano
ofendido que una ciudad amurallada” Proverbios 18:19.
Buscando el favor humano. Tenga presente que usted puede engañar a su esposo, pero Dios sabe los
motivos de su corazón. “Pero yo (Dios) me fi jo en el corazón” 1 Samuel 16:7. “…Con integridad de
corazón, como a Cristo. No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el
favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios” Efesios 6:5–
6.

Cada palabra ociosa. ¡Prepare cada palabra que dirá! Cada palabra que usted diga debe ser
cuidadosamente escogida. “Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia
opinión” Proverbios 18:2. “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda
palabra ociosa que hayan pronunciado” Mateo 12:36.

Intente escribir lo que va a decir. Luego lea lo que escribió en voz alta, poniéndose en los zapatos de la
otra persona, y escuchándolo desde el punto de vista de esta persona. ¿Sonaba acusador? Pídale a Dios
que le dé las palabras correctas en su boca y que habla a través de usted.

Muchas palabras “El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua” Proverbios
10:19. Sólo diga que usted hizo; no llene el ambiente con algo como, “Cuando usted hizo tan o tal,
entonces yo… ”

Él no amenazaba. Si la otra persona comienza a lanzar golpes a diestra y siniestra, no abra su boca para
otra cosa que no sea el estar de acuerdo. “Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos;
cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia” 1 Pedro 2:23.

Cada palabra ociosa. El hijo pródigo preparó sus palabras después de su decisión de regresar a su hogar:
“Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se
me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros” Lucas 15:18–19.

¡Asegúrese de que sus palabras sean suaves y amables TODAS LAS VECES que usted tenga la
oportunidad de ver a su esposo! Recuerde, “los labios convincentes promueven el saber” Proverbios
16:21. Y, “Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo” Proverbios
16:24.

P. ¿CÓMO PUEDO ESTAR SEGURA DE QUE HE SIDO VERDADERAMENTE PERDONADA?.

Usted sabrá y tendrá la confi anza de que usted ha sido verdaderamente perdonada cuando su pecado y su
debilidad se presenten tan enormes delante de sus propios ojos que le sea difícil ver los pecados y las
debilidades de su esposo. Usted estará ciega ante sus errores pasados, presentes y futuros.

Cuando las mujeres escriben o hablan acerca de ALGO que su esposo está haciendo mal, entonces yo sé
que ellas están lejos de la restauración. Muchas de las que han estado buscando restauración no ven
progreso porque ellas han fallado en tomar la responsabilidad completa de sus pecados cometidos en el
matrimonio, los cuales causaron la separación, el divorcio o el adulterio.

Ellos, en error, quieren “compartir” su parte en esto, lo cual es su propia destrucción. Jesús tomó la
responsabilidad completa y absoluta y cargó todos nuestros pecados. Nosotros, también, debemos tomarlo
y cargarlo todo. Entonces, como creyentes, podemos buscar al Señor y depositar nuestros pecados a los
pies de la cruz, sabiendo que nuestra deuda ha sido pagada.
Compromiso personal: desear y esforzarse por ser gentiles y calladas. “Basada en lo que he aprendido
de la Escritura, me comprometo a hacer todo lo que he aprendido siendo rápida para oír y lenta para
hablar; a perdonar a aquellos que me han ofendido y a hacer todo lo que yo pueda hacer para
reconciliarme con aquellos a quienes he ofendido”

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CAPITULO DIEZ
EL VUELVE
EL CORAZON
“En las manos del Señor el corazón del rey
es como un río: sigue el curso que el Señor le
ha trazado.”
Proverbios 21:1

¿Todos le han dicho que su esposo tiene su propia voluntad; por lo tanto él puede “escoger” no regresar
a usted?

Mientras intenta restaurar su matrimonio usted será bombardeada, como otras mujeres han sido, por el
ataque violento de aquellos que le dirán que es la elección de su esposo y que él tiene voluntad propia
para escoger dejarle a usted o estar con otra mujer. Yo me enfrenté a la misma respuesta, especialmente
por parte de pastores. Pero, ¡¡gloria a Dios, Él me enseñó la verdad!!

La clave es no su voluntad, sino la voluntad de Dios. Y mientras yo buscaba la voluntad de Dios, Él me


enseñó que era Su voluntad el volver el corazón de mi esposo hacia mí, su esposa, porque es lo
que Él unió. ¡Gloria a Dios!

Déjeme mostrarle lo que Él me mostró a mí:

¡¡NO es la voluntad del hombre sino la voluntad de Dios!!

• “Dios hace lo que quiere…” Daniel 4:35


• “…que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere”
Daniel 4:25.
• “… Dios… puede librarnos… ” Daniel 3:17.

Considere a Nabucodonosor. Después de que su orgullo le causara el arrastrarse como un animal, él dijo
de Dios “Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien
se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos” Daniel 4:35. ¿No es éste el mismo Dios que
aún hace las cosas de acuerdo con Su voluntad? ¿Es su esposo mayor que el Rey Nabucodonosor?

Considere también a Jonás. Jonás no estaba dispuesto a hacer lo que Dios quería que él hiciera, pero Dios
lo hizo estar dispuesto. “El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien
pasó tres días y tres noches en su vientre” Jonás. 1:17. ¡¡Dios ES INFINITAMENTE CAPAZ de hacer
que su esposo esté dispuesto!!

Finalmente, considere a Pablo. “Mientras tanto, Saulo, respirando aún amenazas de muerte contra los
discípulos del Señor… una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor… Saulo se levantó del
suelo, pero cuando abrió los ojos no podía ver… el Señor Jesús… me ha enviado para que recobres la
vista y seas lleno del Espíritu Santo. Al instante, cayó de los ojos de Saulo algo como escamas, y recobró
la vista. Se levantó y fue bautizado” Hechos 9:1–18.
¡¡Dios es INFINITAMENTE CAPAZ de cambiar a su esposo en un instante!! ¡Lo he visto infi nitas
veces, con mi propio esposo y con muchos otros esposos! Si usted dice “Pero usted no conoce a mi
esposo” Yo le diría— ¡usted no conoce a Dios!

Volviendo el corazón

Usted oirá a pastores y a otros cristianos que dicen que es la voluntad de su esposo el abandonarle,
divorciarse de usted, o estar con otra mujer. Pero nosotros acabamos de aprender en la Escritura que no es
la voluntad del hombre sino la de Dios.

Puede ser la voluntad de su esposo el abandonarle, divorciarse de usted, o estar con alguien más. Sin
embargo, ¡Dios puede cambiar su corazón!

No necesitamos preocuparnos por su voluntad. En lugar de eso necesitamos orar por el corazón de
nuestros esposos para que sean cambiados. “En las manos del Señor el corazón del rey es como un río:
sigue el curso que el Señor le ha trazado” Proverbios 21:1.

¡Ore que Dios le dé a su esposo un nuevo corazón y reemplace su corazón de piedra por uno de carne!
“Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora
tienen, y les pondré un corazón de carne” Ezequiel 36:26.

El primer paso para cambiar el corazón de su esposo es encontrar las promesas de Dios, Sus verdades, y
luego cumplir con las condiciones para esas promesas. Estos son los versículos que yo memoricé y usé
para volver el corazón de Dan hacia mí de nuevo.

• “Cuando el Señor aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia” Proverbios
16:7.

• “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón” Salmo 37:4.

• “Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará” Salmo 37:5.

• “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”
Mateo 6:33.

Cuando usted pone a Dios en primer lugar en su vida, Él empezará a volver el corazón de su esposo hacia
usted de nuevo. Usted necesita renovar su mente con los versículos en este capítulo y buscar a Dios para
que le quebrante y le cambie si usted espera alguna vez que su esposo se preocupe por usted de nuevo.

Veamos las Escrituras que nos dicen que cómo Dios cambió los corazones de hombres y aún de reyes:

• “Dios… que puso en el corazón del rey… ” Esdrás 7:27.

• “Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios… ” Éxodo 14:17.

• “El Señor endureció el corazón del faraón… ” Éxodo 10:27.

• “En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado”
Proverbios 21:1
En el libro de Proverbios aprendemos sabiduría. Proverbios 1 versículo 2 al 7 listan los benefi cios de los
Proverbios.

• Para adquirir sabiduría.

• Para discernir palabras de inteligencia.

• Para recibir la corrección que da la prudencia, la rectitud, la justicia y la equidad.

• Para infundir sagacidad en los inexpertos.

• Para infundir conocimiento y discreción en los jóvenes.

¡Lea Proverbios todos los días para obtener sabiduría!

Dios es INFINITAMENTE CAPAZ de volver el corazón de su esposo hacia usted de nuevo, pero si usted
sigue siendo contenciosa, si la amabilidad no está en su boda, si usted no muestra un espíritu suave y
apacible, entonces una vez que su corazón regrese hacia usted, ¡la VIEJA usted causará que él le
abandone de nuevo! ¡Asegúrese de leer y volver a leer este libro una y otra vez! ¡Usted debe ser una
nueva mujer para que su esposo se quede con usted!

Recuerde, la razón por la que su esposo le ha dejado o ha sido cautivado en adulterio, es que su hogar no
estaba edifi cado sobre la roca. Estaba dividido; estaba destruido por sus palabras y su actitud–en otras
palabras, porque usted era una mujer contenciosa.

Veamos en Proverbios y en algunas otras Escrituras del Nuevo Testamento:

• Sus propias manos. “La mujer sabia edifi ca su casa; la necia, con sus manos la destruye” Proverbios
14:1.

• Casa del malvado. “La casa del malvado será destruida” Proverbios 14:11.

• Casa dividida contra sí misma. “Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y toda ciudad o
familia dividida contra sí misma no se mantendrá en pie” Mateo 12:25.

• Pero no se derrumbó. “Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica, es como un
hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron
los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la
roca” Mateo 7:24–25.

• Edifi cados juntamente. “…siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En él todo el edifi cio, bien
armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edifi
cados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu” Efesios 2:20–22.

• No lo separe el hombre. “¿No han leído–replicó Jesús–que en el principio el Creador ‘los hizo hombre
y mujer’, y dijo: ‘por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos
llegarán a ser un solo cuerpo’? Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” Mateo 19:4–
6.

Dios ha prometido restaurarle a su esposo de regreso con usted. “La codicia de mi pueblo es irritable,
por perversa, en mi enojo, lo he castigado; le he dado la espalda, pero él prefi rió seguir sus obstinados
caminos. He visto sus caminos, pero lo sanaré; lo guiaré y lo colmaré de consuelo. Y a los que lloran por
él les haré proclamar esta alabanza: ¡Paz a los que están lejos, y paz a los que están cerca! Yo los sanaré–
dice el Señor” Isaías 57:17–19.

“Tal vez por eso Onésimo se alejó de ti por algún tiempo, para que ahora lo recibas para siempre, ya no
como esclavo, sino como algo mejor: como a un hermano querido, muy especial para mí, pero mucho más
para ti, como persona y como hermano en el Señor” Filipenses. 15–16.

¡NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS!

¡EL SEÑOR VUELVE EL CORAZÓN HACIA DONDE ÉL DESEA!

Compromiso personal: pedir a Dios que vuelva el corazón de mi esposo y no temer la voluntad del
hombre. “Basada en lo que he aprendido en la Escritura, me comprometo a confi ar en el Señor para que
vuelva el corazón de mi esposo. Yo disipo las mentiras de que mi esposo tiene una voluntad propia y por
lo tanto, Dios no intervendrá a mi favor ni responderá mis oraciones. Por el contrario, creo que la
‘voluntad de mi esposo’ seguirá hacia donde Dios vuelva su corazón de regreso al hogar”

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CAPITULO ONCE
YO ABORREZCO
EL DIVORCIO
“Yo aborrezco el divorcio —dice el Señor,
Dios de Israel.”
Malaquías 2:16.

¿Por qué tantos matrimonios están terminando en divorcios? Todos hemos escuchado las estadísticas… 50%
de los primeros matrimonios terminan en divorcio y 80% de los segundos matrimonios terminan en
divorcio. Eso signifi ca que ¡sólo 20% de los segundos matrimonios sobreviven! ¡La verdadera lástima es
que justo el mismo número de matrimonios terminan en divorcio EN la iglesia! ¡Los cristianos ahora
aceptan el divorcio como una opción! ¿Por qué el ataque tan violento hacia los matrimonios?

“Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa
no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca” Mateo 7:25. ¿Fue su casa edifi cada sobre la roca?
“Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se
derrumbó, y grande fue su ruina” Mateo 7:27.

¡La Roca sobre la que necesitamos construir es la Palabra de Dios! Cuando damos cabida a una idea
errónea, Dios nos dice “cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. (La
defi nición para malos deseos es un “anhelo” por lo que está prohibido). Luego, cuando el deseo ha
concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. Mis
queridos hermanos, no se engañen” Santiago 1:14–16. Muchos dirán que no hay nada malo con el
divorcio, especialmente bajo ciertas circunstancias, y entonces es cuando el engaño sucede.

El engaño

Debemos obedecer a Dios en lugar de a los hombres. Todos tienen sus propias opiniones acerca del
matrimonio y de lo que ellos “piensan” que Dios dice en las Escrituras con respecto al matrimonio.
Cuando uno busca en las Escrituras, uno descubre que el “área gris” es donde es más fácil pararse, pero
no está cimentado en la Palabra de Dios. El matrimonio y el divorcio es claramente un asunto de blanco y
negro. El mantenerse fi rme al respecto resulta poco popular y difícil, por lo que muchos pastores no
quieren tomar una postura fuerte contra el divorcio. Pero, “¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres!” Hechos 5:29.

Él es nuestra única esperanza de salvación. No siga lo que otras personas dicen. En lugar de eso, siga a
Dios; obedézcalo, porque Él es nuestra única esperanza de salvación. No complique Su Palabra tratando
de encontrar “lo que usted cree que quiere decir” ¡Él quiere decir exactamente lo que dice!

No me avergüenzo del evangelio de Cristo. Por favor manténgase fi rme en las enseñanzas de Dios sin
importar lo que es popular o cuántas personas en su iglesia se han divorciado y/o vuelto a casar. “No me
avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen” Romanos 1:16.

Por favor entienda que ¡si los matrimonios se van a salvar, debemos mantenernos en la verdad! Esos
segundos matrimonios que “se ven” felices están de hecho viviendo en derrota, sin ser un testimonio de la
fi delidad de Dios. Ellos causan que muchos otros sufran o vivan en un nivel inferior a lo mejor que Dios
ofrece, ¡especialmente los hijos, quienes sufren más que todos!

Con gentileza se corrige a los que se oponen. Por favor no debata el asunto del divorcio. Cada persona
es responsable de hablar, enseñar y vivir la verdad. Entonces el Espíritu Santo hará el trabajo de
convencimiento, el Señor cambiará sus corazones. “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin
sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos. Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien
debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a
los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de
modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad”
2 Timoteo 2:23–26.

El árbol se conoce por su fruto. Podemos ver los frutos de muchos de aquellos en el liderazgo de la
iglesia–los que han permitido que se difunda el abuso de las “excepciones” para el divorcio. Hemos visto
que comenzó con la evasiva de “infi delidad o adulterio” y ¡ha conducido a divorcio por prácticamente
cualquier razón! Tiene paralelo con lo que ha pasado con el asunto del aborto; ¡violación, incesto, y la
salud de la madre ahora representan menos del 1% de los abortos que se practican! “Por sus frutos los
conocerán” Mateo 7:16. “Si tienen un buen árbol, su fruto es bueno; si tienen un mal árbol, su fruto es
malo. Al árbol se le conoce por su fruto” Mateo 12:33. Podemos claramente ver el fruto malo que ha
producido el transigir la Palabra de Dios— matrimonios rotos y votos rotos.

Las preguntas

¿POR QUÉ DEBEMOS ENTENDER Y SEGUIR LA LEY DE DIOS REFERENTE AL MATRIMONIO?

Porque las familias están siendo destruidas, y sin la familia, el fundamento en el que nuestro país se
mantiene será removido, ¡y nuestra caída será enorme! Nosotros, como cristianos, tendremos la culpa. No
podemos apuntar el dedo hacia otros porque Dios nos promete a nosotros como creyentes que “si mi
pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé
desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra” 2 Crónicas 7:14.

Aún así, los matrimonios cristianos están pereciendo a la misma velocidad de destrucción que los del
mundo. ¿Por qué? “Por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido” Oseas 4:6. Los cristianos han
sido engañados, y están siguiendo los caminos del mundo en lugar de los caminos de Dios.

¿CÓMO PODEMOS SABER QUE HEMOS SIDO ENGAÑADOS ACERCA DEL MATRIMONIO Y DEL DIVORCIO?

Apartándose de los mitos. Los que se sientan en las bancas de la iglesia no quieren oír la verdad.
“Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios
deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la
verdad y se volverán a los mitos” 2 Timoteo 4:3–4.

Nosotros ahora buscamos soluciones mundanas para matrimonios con problemas o heridos en lugar de
buscar al Señor y a Su Palabra. “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
que pertenece a Dios” 1 Pedro 2:9 ¡No somos una nación santa si sólo seguimos el derrotado camino que
lleva a la corte de divorcios!

Usted no puede hacer lo que quiere. Su Palabra siempre es consistente; la Palabra de Dios se opone a
las fi losofías del mundo y algunas veces es difícil de entender y seguir. “El que no tiene el Espíritu no
acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que
discernirlo espiritualmente” 1 Corintios 2:14. “Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los
deseos de la naturaleza pecaminosa… de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren” Gálatas
5:16–17.

Fruto malo. De nuevo, podemos fácilmente ver “los frutos” de todos los matrimonios cristianos que han
sido destruidos porque ellos creyeron las mentiras. “Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas
de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol
malo da fruto malo” Mateo 7:16–17.

Los hechos escriturales se mantienen firmes

Busquemos más en las Escrituras para ver como Dios ve el matrimonio.

Esposa por pacto. En la noche de bodas, un pacto de sangre es hecho conforme la pareja consuma su
matrimonio. “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre” 1 Corintios 11:25.

“Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque él ya
no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. Y todavía se preguntan por qué.
Pues porque el Señor actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste aunque
es tu compañera, la esposa de tu pacto” Malaquías 2:13–14. “No violaré mi pacto ni me retractaré de mis
palabras” Salmo 89:34.

“Todas las sendas del Señor son amor y verdad para quienes cumplen los preceptos de su pacto” Salmo
25:10.

El matrimonio es de por vida. Decimos en los votos hasta que la muerte nos separe. “Así que ya no son
dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” Mateo 19:6. “Y los dos
llegarán a ser un solo cuerpo. Así que ya no son dos, sino uno solo” Marcos 10:8.

¡Dios dice que aborrece el divorcio! Aun así, ¡algunas mujeres están realmente convencidas de que Dios
las dirigió al divorcio! Algunas han dicho que Dios las ha “liberado” Él dice…“Yo aborrezco el
divorcio—dice el Señor, Dios de Israel” Malaquías 2:16. Él nunca cambia… “Jesucristo es el mismo ayer
y hoy y por los siglos” Hebreos 13:8.

Usted no es una excepción. “Ahora comprendo que para Dios no hay favoritismos” Hechos 10:34.

El volverse a casar no es una “opción” ¡La Biblia dice que es “adulterio”! “Pero yo les digo (Jesús
mismo lo dijo) que, excepto en caso de infi delidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa, la
induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también” Mateo 5:32.

“Les digo que, excepto en caso de infi delidad conyugal, el que se divorcia de su esposa, y se casa con
otra, comete adulterio” Mateo 19:9.

Comete adulterio. “El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la
primera” Marcos 10:11. “Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el
que se casa con la divorciada, comete adulterio” Lucas 16:18.

Si su esposo muere. “Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera
adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro
hombre” Romanos 7:3.
¿Se dio usted cuenta de que en ningún lugar de la Biblia se habla de la ESPOSA divorciándose de su
esposo? La verdad es que esto nunca fue permitido aún por Moisés quien permitió el divorcio por la
dureza de los corazones de los esposos contra sus esposas.

Le faltan sesos. “Pero al que comete adulterio le faltan sesos; el que así actúa se destruye a sí mismo”
Proverbios 6:32. “Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la
adúltera serán condenados a muerte” Levítico. 20:10.

¿QUÉ HAY DE LA CLÁUSULA DE “EXCEPCIÓN”?

De nuevo, muy pocos divorcios en la iglesia son por la razón del adulterio, aún si esa fuera la correcta
“excepción” Realmente, en cada referencia bíblica, las palabras “adulterio” y “fornicación” o “impureza
moral” son usadas intercambiablemente como si ellas fueran las mismas palabras —¡pero no lo son! La
palabra “adulterio” (la Concordancia de Strong en el griego o lenguaje original es 3429 Moichao) que
signifi ca después del matrimonio. La palabra “fornicación” (4202) signifi ca antes del matrimonio. Estos
son dos pecados separados y no deberían ser confundidos.

Con esta información, podemos volver a escribir el versículo en Mateo con la traducción correcta, para
decir: “…Pero yo (Jesús) les digo que… todo el que se divorcia de su esposa, la induce a cometer
adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también” 5:32. Sólo cuando una mujer, en o
antes de su boda, era descubierta no siendo virgen, sólo entonces el esposo podía divorciarse de su esposa.
Y de nuevo, Moisés sólo permitió a los hombres divorciarse: “Moisés les permitió divorciarse de su
esposa por lo obstinados que son—respondió Jesús—. Pero no fue así desde el principio” Mateo. 18:9.

En otras palabras, NO, usted no se puede divorciar de su esposo por ninguna razón. Sólo los hombres se
pueden divorciar, aquellos que tienen un corazón endurecido (Mateo. 5:32 y 19:8). Es por esto que usted
necesita pedirle al Señor que vuelva y suavice el corazón de su esposo hacia usted. (Vea el capítulo 10 “Él
vuelve el corazón”)

¡Sea cuidadosa cuando usted dice que “Dios le dijo!” “Yo estoy contra los profetas que sueltan la
lengua y hablan por hablar—afi rma el Señor—. “Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños
mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe en sus mentiras y sus presunciones”
Jeremías 23:31–32. “Yo aborrezco el divorcio–dice el Señor, Dios de Israel” Malaquías 2:16. ¡Dios nunca
nos dice que vayamos contra Su Palabra! ¡Él nunca cambia! ¡Nunca!

Usted también debe ser muy cuidadosa con lo que dice acerca del divorcio o de volverse a casar, por
cuanto podría causar que alguien cayera y se divorciara o se volviera a casar. “¡Ay del mundo por las
cosas que hacen pecar a la gente! Inevitable es que sucedan, pero ¡ay del que hace pecar a los demás!
Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al
cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar” Mateo 18:7,6.

Muchos han sido engañados. “Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz” 2
Corintios 11:14. Si usted se siente impulsado a decir o a hacer algo, primero asegúrese de que es
consistente con la Escritura. “Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un
hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron
los vientos y azotaron aquella casa, y esta se derrumbó, y grande fue su ruina” Mateo 7:26–27.

La naturaleza pecaminosa cosecha destrucción. “El que siembra para agradar a su naturaleza
pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del
Espíritu cosechará vida eterna” Gálatas 6:8. Verifi que para ver cuan “implacable” es usted antes de que
vaya en una dirección específi ca. Los deseos carnales se sienten bien en la carne; si usted tiene una
urgencia detrás de ellos, usted no necesita gracia para llevarlos a cabo. “Porque ésta desea lo que es
contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo
que ustedes no pueden hacer lo que quieren” Gálatas 5:17.

¡Dios y sólo Dios! ¿Qué conocimiento se ha ganado al ver tantos matrimonios destruidos y con
problemas? Cuando dos cosas (o personas) están siendo jaladas o estiradas para separarse por “fuerzas
externas,” debe haber una “Fuerza más poderosa” que pueda unirlos. ¿Cuál es la “Fuerza más poderosa”
que pueda unirle a usted y a su esposo? ¡Dios y sólo Dios! ¡Por su obediencia a Su Palabra! Pero usted
tiene que conocer Su Palabra antes de que pueda comenzar a obedecerla. “Por falta de conocimiento mi
pueblo ha sido destruido” Oseas 4:6. ¡Es por eso que usted DEBE leer esto una y otra vez!

HAGAMOS UN COMPROMISO PERSONAL PARA


MANTENERNOS CASADAS

y para animar a todos los que conozcamos o con quienes platiquemos para hacer lo mismo.

Compromiso personal: permanecer casada y animar a otras a hacer lo mismo. “Basado en lo que he
aprendido de la Palabra de Dios, me vuelvo a comprometer con mi matrimonio. Me humillaré a mí misma
cuando sea necesario y tomaré todos los pasos como una “pacifi cadora” en mi matrimonio. No cubriré
mis transgresiones ni causaré que otro se tambalee. Dedicaré mis labios a esparcir la Verdad de Dios
acerca del matrimonio de una forma gentil y callada”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


CAPITULO DOCE
PIDIENDOLE A DIOS
“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría,
pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da
a todos generosamente sin menospreciar a
nadie.”
Santiago 1:5

¡Hemos elaborado “Compañerismo de Restauración” (“Restoration Fellowship”) para ayudar a las


mujeres a encontrar la ayuda y el apoyo que necesitan. Encuentre una Compañera de Ánimo para reunirse
con ella en internet, o para conocerse en persona. Nosotros presentamos parejas de una mujer con otra
mujer que está en circunstancias similares. Si usted está separada o divorciada o si su esposo se volvió a
casar o si su esposo todavía está viviendo en el hogar, usted encontrará consuelo, apoyo, y comprensión
con su Compañera de Ánimo!

¿QUÉ PASA SI MI ESPOSO ES INFIEL Y COMETE ADULTERIO? ¿ME ES PERMITIDO ENTONCES EL DIVORCIARME DE ÉL?

No! Su Palabra dice que un esposo podría divorciarse por la razón de fornicación solamente (que es
relaciones previas al matrimonio) si la mujer fue ultrajada, pero no de manera inversa. Esta excepción se
refi ere al tiempo de los desposorios. La fornicación y el adulterio no son el mismo pecado. Si ellos lo
fueran, ambos pecados no estarían mencionados dos veces en el mismo versículo de la Escritura: “…Ni
los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros…”1 Corintios 6:9.

Divorciarse de ella en secreto. El divorcio por causa de fornicación era permitido durante el tiempo de
los desposorios, como en el caso de José y María. El término prometida y compromiso no eran usados
durante este periodo de la historia. El término “esposo” fue usado porque José ya se había comprometido
a ser el esposo de María. “José, su esposo… resolvió divorciarse de ella en secreto” Mateo 1:19. Esto fue
previo al matrimonio porque el divorcio estaba permitido por el caso de fornicación solamente.

Desposados. ¡El versículo previo explica que el “divorcio” debía tener lugar antes del matrimonio!
“María estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta…
” Mateo 1:18. El límite del tiempo cuando el divorcio podría suceder era inmediatamente después de la
noche de bodas, si la MUJER (no el hombre) se descubría no siendo virgen. De nuevo, ¡No hay Escritura
que permita a una mujer divorciarse de su esposo!

¿PUEDE ALGUIEN ALGUNA VEZ VOLVERSE A CASAR?

“La mujer está ligada a su esposo mientras él vive; pero si el esposo muere, ella queda libre para casarse
con quien quiera, con tal de que sea en el Señor” 1 Corintios 7:39. Para aquéllas mujeres que son viudas,
es importante saber que cuando el “Príncipe Azul” llegue a sus vidas, él debe ser viudo también o nunca
debió haber estado casado. Recuerden, Satanás usualmente trae sus mejores opciones primero, pero el
Señor le hace a usted esperar y ¡entonces trae su mejor opción! “Pero tú, espera en el Señor, y vive según
su voluntad” Salmo 37:34.
¿QUÉ PASA SI YA ESTOY EN UN SEGUNDO (O TERCER) MATRIMONIO?

Primero, usted debe pedir perdón a Dios, sin importar si se casó antes de ser salva o no. Usted no puede
ser tan efectiva en su caminar cristiano si no puede admitir los pecados pasados. “Quien encubre su
pecado jamás prospera; quien lo confi esa y lo deja, halla perdón” Proverbios 28:13. “Si afi rmamos que
no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros
pecados, Dios, que es fi el y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:8–9.

Tiempo de arrepentirse. “Le he dado tiempo para que se arrepienta, de su inmoralidad, pero no quiere
hacerlo. Por eso la voy a postrar en un lecho del dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré
sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella” Apocalipsis 2:21–22. “Por
eso, con-fi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del
justo es poderosa y efi caz” Santiago 5:16.

¿DEBO RESTAURAR ESTE MATRIMONIO O REGRESAR A MI PRIMER ESPOSO?

Su Voluntad. Después de que confi ese su pecado de actuar antes que el Señor y casarse de nuevo o
casarse con alguien que ya estaba casado, usted debe rendir su voluntad y preguntarle a su Padre Celestial
cuál es Su voluntad para su matrimonio actual. ¿Quiere el Señor que usted continúe buscando
restauración para este matrimonio que se está derrumbando? Muchas mujeres se han enfrentado a esta
tarea difícil, pero Dios es SIEMPRE fi el y Él le guiará si usted lo busca. Ore por dirección de Dios. “El
ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” Juan 10:10.

¿QUÉ PASA CON EL VERSÍCULO EN DEUTERONOMIO?

“Si un hombre se casa con una mujer, pero luego deja de quererla por haber encontrado en ella algo
indecoroso, sólo podrá despedirla si le entrega certifi cado de divorcio. Una vez que ella salga de la casa,
podrá casarse con otro hombre. Si ocurre que el segundo esposo le toma aversión, y también le extiende
un certifi cado de divorcio y la despide de su casa, o si el segundo esposo muere, el primer esposo no
podrá casarse con ella de nuevo, pues habrá quedado impura. Eso sería abominable a los ojos del Señor”
Deuteronomio 24:1–4.

Como usted puede ver, este pasaje le dice a una mujer que no regrese a su primer marido. Es por eso por
lo que nosotros no animamos a las mujeres a pensar que porque su segundo matrimonio tiene problemas
deben regresar a sus primeros esposos. Aquellos que se aferran a los “matrimonios por pacto” se eluden
de esto creyendo que Dios no reconoce segundos matrimonios, sino sólo los primeros. Sin embargo, en
ningún lugar se declara esto claramente en las Escrituras, y este pasaje contradice esta teología del
“pacto”

En segundo lugar, este pasaje específi camente dice que es la mujer la que se vuelve a casar y habla del
profanación de ella. En estos días, cuando estamos “mezclando” los roles y los sexos se ven de la misma
manera, puede ser difícil para usted comprenderlo, pero el profanación es en la mujer, no en el hombre.
Esto está confi rmado en muchos versículos:

“Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. Por eso la voy a
postrar en un lecho del dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos
que se arrepientan de lo que aprendieron de ella” Apocalipsis 2:21–22.
Este versículo nos dice que el castigo y el pecado eran diferentes para el hombre y la mujer, por cuando
era la inmoralidad y los actos de ella. Si usted quiere verifi car más a profundidad, a lo largo de todo
Levítico usted podrá ver la protección o el castigo por el profanación de la mujer únicamente.

Si usted ha permanecido sin casarse y sin ser profanada, entonces este versículo realmente no aplicaría
para usted. Sin embargo, para aquéllas que han sido profanadas, Dios envió a Su hijo para el perdón de
TODOS los pecados. Su sangre cubre su PROFANACIÓN también. No estamos más bajo la ley pero
vivimos bajo la gracia cuando aceptamos el regalo de la salvación.

Un fundamento adúltero ¿Es su matrimonio actual el resultado de una relación de adulterio? ¿Estaba
usted o su esposo casados con otra persona? ¿Está el cónyuge anterior todavía sin casarse? Si usted
contestó sí a todas estas tres preguntas, es muy probable que el Señor quiera ayudarle a usted a restaurar
su matrimonio previo.

Manténgase sin casarse. ¿Su esposo se ha vuelto a casar? Entonces en este momento usted ha sido
llamada a mantenerse sin casarse y a no buscar restauración para su matrimonio. Si usted creyó con todo
su corazón que usted fue “llamada” a luchar por su matrimonio, yo creo que usted estaba en lo correcto.
Sin embargo, si su esposo se volvió a casar, entonces es claro que usted trató de conseguirlo en la carne.

“El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción;
el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” Gálatas 6:8. Usted sin duda
alguna lo persiguió a su esposo en lugar de dejarlo ir biblicamente (Salmo 1:1, 1 Corintios 7:15). Ahora
usted debe permanecer sin casarse y esperar que el matrimonio actual de su esposo termine en divorcio
“…que no se vuelva a casar; de lo contrario, que se reconcilie con su esposo” 1 Corintios 7:11.

Detenerse en la senda. “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la
senda de los pecadores” Salmo 1:1. Cuando esté tratando con un esposo que es “desobediente a la
Palabra” deben haber fases de “soltarlo” sin una sola palabra. Una mujer cuyo esposo está en el hogar,
pero no está llegando al hogar a tiempo o para nada, debe dejar de intentar de controlarlo como un policía
mediante horas límite de llegar a la casa, “20 preguntas” o la “ley del silencio”

Si una esposa se da cuenta de que su esposo está involucrado con otra mujer, ella debe “soltarlo” no
siguiéndolo ni confrontándolo y usar este tiempo como una “llamada de atención” o ella lo orillará a
abandonar el hogar o a divorciarse de ella. Si en esta fase él la abandona, o ella continúa estando en su
camino en lugar de “soltarlo,” él muy probablemente pedirá el divorcio, esperando que esto detendrá las
persecuciones de su esposa. Sin embargo, si ella todavía lo persigue, entonces usted verá que el hombre se
casará con la otra mujer.

Si ella se aferra, en lugar de “soltar,” entonces usted muy probablemente verá a su esposo en un muy
fuerte segundo matrimonio. He conocido personalmente a mujeres cuyos esposos se han casado de nuevo,
¡pero ellas siguen fi rmando con su apellido las tarjetas de navidad o las notas de agradecimiento!
Adicionalmente, con esta visión distorsionada de su situación, ellas no tienen escrúpulos al continuar
siendo sexualmente íntimos. Raramente usted ve un divorcio ocurrir cuando el esposo está convencido de
que básicamente tiene dos esposas.

Muy a menudo una esposa que no sulta verá a su anterior esposo y a su nueva esposa recurrir a tener un
hijo de ellos, esperando que esto desanimará a la ex esposa y la hará alejarse. Algunas mujeres me
escriben con rabia y enojo contra Dios porque Él no cerró la matriz de la otra mujer. Sin embargo, ellas
niegan el reconocer que han fallado al seguir los principios bíblicos de soltarlo y de obtener un espíritu
suave y apacible. Ocasionalmente, cuando un esposo sí se divorcia de la otra mujer o la segunda esposa,
él no regresa a su primera esposa sino que en lugar de eso ¡busca a alguien nuevo para hacerlo feliz! (Para
ser animada, por favor lea el testimonio al fi nal de este capítulo acerca de una mujer que humildemente
dejó a su esposo ir y ¡terminó con un matrimonio restaurado!)

¿Qué pasa con mi “matrimonio por pacto”? La verdad acerca de los así llamados “matrimonios por
pacto” es que Dios sí reconoce los segundos matrimonios. Adicionalmente, la doctrina del “pacto” anima
a aquéllas que están en sus segundos matrimonios a regresar a sus primeros esposos.

Estas doctrinas contradicen estos versículos de las Escrituras: “Si un hombre se casa con una mujer, pero
luego deja de quererla por haber encontrado en ella algo indecoroso, sólo podrá despedirla si le entrega
certifi cado de divorcio. Una vez que ella salga de la casa, podrá casarse con otro hombre. Si ocurre que el
segundo esposo le toma aversión, y también le extiende un certifi cado de divorcio y la despide de su
casa, o si el segundo esposo muere, el primer esposo no podrá casarse con ella de nuevo, pues habrá
quedado impura. Eso sería abominable a los ojos del Señor. No perviertas la tierra que el Señor tu Dios te
da como herencia” Deuteronomio 24:1–4.

Estos versículos prueban que Dios reconoce un divorcio y un segundo matrimonio porque si esta mujer
no se hubiera vuelto a casar, ella estaría en adulterio, lo que resultaría en que la apedrearan a muerte.
Estos versículos también prueban que el animar a una esposa a volver a su anterior cónyuge es alentar una
abominación delante del Señor. Nuestro ministerio no alienta la restauración con un anterior cónyuge,
pero hemos visto que el Señor lo ha hecho. Hay quienes han tenido restauración en sus primeros
matrimonios.

El término “matrimonio por pacto” fue acuñado a partir de Malaquías 2:14: “Y todavía preguntan por
qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste
aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto” No dice que es el primer matrimonio, o que el primer
matrimonio es lo único que el Señor reconocerá. No podemos leer en este versículo lo que QUEREMOS
que diga. “Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus
propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar
la verdad y se volverán a los mitos” 2 Timoteo 4:3–4.

Ignorando o minimizando el poder de la Sangre de Cristo


derramada. Cuando usted cree que Dios no perdona un segundo o subsecuente matrimonio, sino que lo
ve como adulterio continuo, usted está diciendo que la sangre de Jesús no es capaz de cubrir el pecado del
adulterio causado por el divorcio o el volverse a casar.

Pero este versículo nos dice algo diferente: “¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios?
¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros… heredarán el reino de Dios. Y
eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santifi cados, ya han sido justifi cados
en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios” 1 Corintios 6:9. ¡Aleluya! ¡Dios
puede, y en efecto lo hace, perdonar el adulterio, cualquier y todo el adulterio! “Tampoco yo te condeno.
Ahora vete, y no vuelvas a pecar” Juan 8:11.

Orgullo espiritual. ¿Ha mirado a otros que no están en “matrimonios por pacto,” que están en segundos
o subsecuentes matrimonios, como pecadores? Cuando usted cree que el matrimonio de su esposo es
inválido, debido a su creencia de que él es todavía su esposo, entonces usted se eleva por sobre otros, lo
cual es pecado. “El fariseo se puso a orar consigo mismo: ‘Oh Dios, te doy gracias porque no soy como
otros hombres—ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como este recaudador de impuestos.
Ayuno dos veces a la semana… ” Lucas 18:11–13. Los fariseos contra quien Jesús siempre habló,
pensaron que Jesús y sus apóstoles eran pecadores por sus interpretaciones de la ley y su adherencia a
ellas. El fariseo hablaría contra los pecadores duramente y criticando desde su endurecido corazón.
Manténgase sin casarse. ¿La está llamando Dios a que se mantenga sin casarse, al menos por un tiempo?
Es una cosa buena el mantenerse sin casarse. Cuando Dan estaba a punto de regresar a la casa, yo tuve el
más fuerte deseo de mantenerme sin casarme. No era porque yo no lo quisiera ya más en mi hogar ni que
ya no quisiera que mi matrimonio se restaurara, ¡sino porque yo había descubierto que el no tener a un
esposo a quien complacer me permitía concentrarme en complacer a mi Señor y Salvador! “A los solteros
y a las viudas les digo que sería mejor que se quedaran como yo” 1 Corintios 7:8.

“La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por
consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este
mundo y de cómo agradar a su esposo. Les digo esto por su propio bien, no para ponerles restricciones
sino para que vivan con decoro y plenamente dedicados al Señor” 1 Corintios 7:34–35.

¿Podría usted estar satisfecha manteniéndose sin casar? Si usted no lo podría, entonces debe echar
una profunda mirada para ver quién es verdaderamente el primero en su vida.

La mayoría de las mujeres a quien he ministrado que están todavía fi rmes, después de que el esposo se ha
vuelto a casar, están más obsesionadas con su anterior esposo que aquéllas cuyos esposos no se han vuelto
a casar. Se ha vuelto en idolatría en la mayoría de los casos. ¡El tener a sus esposos de regreso parece ser
la meta más importante en sus vidas! Si su esposo se ha vuelto a casar o no, su meta más importante
DEBE SER una profunda relación con su Señor y Salvador. Él debe ser el primero en su vida. Si no es
ahora, ¿cuándo?

¿Su persecución para restaurar su matrimonio le ha causado el tropezar? ¿Le ha causado que se vuelva
espiritualmente arrogante? ¿Se ha vuelto en idolatría? ¿Se ha vuelto usted en una persona sin frutos en su
caminar cristiano debido a su anhelo de tener a su anterior esposo y su anterior matrimonio?

Confíe en Él. Si usted quiere la vida abundante que Dios tiene para usted como uno de Sus hijos, usted
debe confi ar en Él con su vida. Dios quiere darle a usted una vida abundante, no una falsi-fi cación. Si
usted decide intentar y hacerlo usted mismo, será en vano. El Salmo 127:1 dice “Si el Señor no edifi ca la
casa, en vano se esfuerzan los albañiles” Por favor, ore desde lo profundo de su corazón, “Padre, si
quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya” Lucas 22:42.

Ministre. Yo SÉ que si Dios le permitiera a Dan casarse con la otra mujer (como Dan me dijo que iba a
suceder), entonces Dios me estaba diciendo que me dedicara a Él, a mis hijos y a ministrar a mujeres más
jóvenes. ¿Está usted dispuesta a dedicar su vida a “jactarse acerca de sus debilidades” y a ayudar a
ministrar a mujeres más jóvenes o a mujeres heridas? Contacte nuestro ministerio y nosotros le
ayudaremos a prepararse para su ministerio.

Conforme se ocupe en las cosas del Señor, hay una gran posibilidad, basada en las estadísticas y en el
siguiente versículo, de que Dios se ocupará permitiendo que el matrimonio de su esposo termine en
divorcio. “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón” Salmo 37:4. Si esto ocurre,
¡entonces usted estará en posición de pedir a Dios que restaure su matrimonio! ¿Es posible que esto
suceda? ¡Sí! Lea el asombroso y alentador testimonio al fi nal de este capítulo.

¿PUEDE EL ADULTERIO SER PERDONADO?

Sí. Jesús le dijo a la mujer encontrada en adulterio: “Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?
…Tampoco yo te condeno. Ahora vete y no vuelvas a pecar” Juan 8:10–11. En realidad, no solamente el
adulterio NO es razón para el divorcio, sino que es razón para perdón como Cristo nos mostró en Juan
8:10.
También tenemos un ejemplo en Oseas acerca de un cónyuge perdonando el adulterio, en Oseas 3:1. “El
señor… me dijo: ‘Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro.’” Luego, en 1 Corintios 6:9–11,
cuando Dios se refi ere a los adúlteros y a los fornicarios, Él dice “Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya
han sido lavados, ya han sido santifi cados, ya han sido justifi cados en el nombre del Señor Jesucristo y
por el Espíritu de nuestro Dios” Somos lavados en Su sangre de perdón.

Aún así, muchos pastores dicen que el adulterio es razón para el divorcio. “Ustedes han oído que se dijo:
‘No cometerás adulterio.’ Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha
cometido adulterio con ella en el corazón” Mateo 5:27–28. Si es verdad que el adulterio es causa de
divorcio, ¡entonces la mayoría de las mujeres casadas podrían divorciarse de sus esposos porque la
mayoría de los hombres han tenido lascivia viendo fotos de mujeres en la televisión o en las revistas!

Si usted ha cometido adulterio, usted debe confesar su pecado a su esposo si él no está al tanto de su infi
delidad. “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confi esa y lo deja, halla perdón” Proverbios
28:13.

¿No está bien el volver a casarse, si es bajo las circunstancias correctas? Muchas iglesias y pastores
dicen que el divorcio está bien en algunas situaciones, pero este versículo dice: “Todo el que infrinja uno
solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el
más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el
reino de los cielos” Mateo 5:19.

¿Cómo puedo estar seguro de que lo que este libro dice es correcto y que lo que muchas iglesias están
diciendo es incorrecto? “Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por
dentro son lobos feroces. Muchos me dirán en aquél día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y
en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?’ Entonces les diré claramente: ‘Jamás
los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!’” Mateo 7:15, 22–23. ¿No se están derrumbando
muchos de los matrimonios en su iglesia y las familias se están disolviendo? Estos son los malos frutos.

Muchos pastores sienten una convicción por el matrimonio “muy en lo profundo,” pero no quieren
“ofender” a nadie, especialmente a aquellos miembros de la iglesia que están en su segundo y tercer
matrimonio. “¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo
del mundo se vuelve enemigo de Dios” Santiago 4:4.

Llevados de sus propios deseos. Si un pastor o una iglesia toma una postura contra el divorcio y el
volverse a casar, es etiquetado como legalista o crítico. Y aquellos que quieren “hacer su propia cosa”
irán a otra iglesia para oír lo que ellos quieren oír (llevados de sus propios deseos).

“Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios
deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la
verdad y se volverán a los mitos” 2 Timoteo 4:3–4.

POR CUANTO YA ESTOY DIVORCIADA O ESTOY SOLTERA DE NUEVO, ¿ME PODRÍA VOLVER A CASAR O AL MENOS PODRÍA
SALIR CON ALGUIEN Y LUEGO PEDIR A DIOS QUE ME PERDONE ?

Primero que nada, usted no está soltera. Solo alguien que nunca ha estado casada (o que es viuda) es
soltera. “Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera adúltera. Pero si
muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre” Romanos
7:3.
En segundo lugar, usted cosechará lo que ha sembrado. “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno
cosecha lo que siembra” Gálatas 6:7. Usted está decidiendo pecar deliberadamente. “Así que comete
pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace” Santiago 4:17.

Terrible cosa. Usted se estará colocando a usted misma en


terreno para la venganza de Dios. “Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos
obstinadamente, ya no hay sacrifi cio por los pecados. ¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merece
el que ha pisoteado al Hijo de Dios, que ha profanado la sangre del pacto por la cual había sido santifi
cado, y que ha insultado al Espíritu de la gracia? ‘Mía es la venganza; yo pagaré…’ ‘El Señor juzgará a su
pueblo.’ ¡Terrible cosa es caer en manos del Dios vivo!” Hebreos 10:26, 29–31.

Nota: En los últimos meses, el Señor ha estado inundándome con conocimiento acerca de aquellos que
han “conocido la verdad” pero, no obstante, la han ignorado para hacer “lo que les plazca” Algunos de los
testimonios más horribles, abominables, y conmovedores que he oído han sido compartidos conmigo
recientemente.

Damas, Dios no puede ser engañado. Usted no se benefi ciará de ignorar la Palabra de Dios, ni cambiando
la obediencia por un “mejor matrimonio” (o relación) con alguien nuevo.

Si ustedes me aman

Concluyendo, “Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor
Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión, es un obstinado que nada entiende. Ese tal
padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos,
suspicacias y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad” 1 Timoteo 6:3–5.

“Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos” Juan 14:15. Si usted dice que cree en Dios,
entonces obedézcalo. “¿Por qué me llaman ustedes ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que yo les digo?” Lucas.
6:46. Si usted ha decidido pedirle a Jesús para su salvación pero no está siguiendo Sus enseñanzas,
entonces Él no es su Señor y Amo. Si Él es su Señor, entonces asegúrese de que usted actúa conforme a
ello. ¡Obedézcalo!

¡Hagamos un compromiso personal para

BUSCAR AL SEÑOR

y para alentar a otros a hacer lo mismo!

Compromiso personal: buscar al Señor al respecto de si voy a restaurar este matrimonio. “Basada en lo
que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a preguntarle a Dios si voy a restaurar este
matrimonio o no. Rendiré mi voluntad, queriendo únicamente Su voluntad por cuanto Él es mi Señor.
Nunca voy a juzgar a quien esté en un segundo o subsecuente matrimonio, pero voy a reconocer que la
sangre de Jesús es capaz de cubrir el pecado del adulterio”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


Testimonio:

RESTAURADO DESPUÉS DE QUE EL ESPOSO SE VOLVIÓ A CASAR


Una mujer de California me escribió acerca de la restauración de su hogar. Las cosas estaban progresando
muy favorablemente y tanto ella como yo teníamos esperanzas de que su matrimonio sería restaurado
pronto. Sin embargo, un día ella escuchó a través de un amigo que su esposo se había vuelto a casar con
la otra mujer. Descorazonada, me escribió: “¿Ahora qué?”

Yo compartí con ella mucho de lo que usted acaba de leer en este capítulo de volverse a casar. Ella me
respondió y me agradeció. Ella dijo que una vez que ella se volvió una persona satisfecha con la voluntad
aparente de Dios, y una vez que rindió su voluntad contra la de Él, ella estaba en paz y satisfecha de vivir
una vida soltera, y nunca casarse (ella tenía alrededor de treinta años).

Dentro de un año, ella me escribió de nuevo diciéndome que su anterior esposo recientemente la había
contactado. ¡Él dijo que se dio cuenta de que cometió el más grande de los errores en su vida! Él ya se
había separado de su nueva esposa y estaba pidiendo el divorcio. Él quería saber si ella consideraría el
salir con él de nuevo o si ella lo consideraría después de que él estuviera legalmente divorciado. ¡Él le
dijo que era su intención volver a casarse con ella si ella lo aceptaba!

He compartido con muchas otras mujeres el principio de soltar COMPLETAMENTE a un esposo que se
ha vuelto a casar, con una fuerte y valiente declaración. Todas ellas rechazaron este consejo, ¡excepto esta
mujer quien ahora tiene un matrimonio restaurado! Esta mujer nunca había ido a los Guardadores del
Pacto ni había escuchado de “matrimonios por pacto,” un término que se ha acuñado a partir de la
Escritura en Malaquías.

En nuestro ministerio, nunca hemos visto a un hombre o a una mujer regresar después de haberse casado
de nuevo, excepto este único caso. Pero, de nuevo, déjeme enfatizar que esta fue la única mujer que
aceptó el consejo escritural.

Una vez que lo dejó en paz, su anterior esposo fue capaz de sentir el impacto completo de su errónea
decisión de casarse con otra mujer. Él no había visto u oído nada de su anterior esposa durante este
tiempo, pero tuvo que buscarla para encontrarla (ellos no tenían hijos). Digo esto para aquéllas que tienen
miedo de soltar, por miedo de que Dios no es capaz de traer a esa persona de regreso.

En oración, considere el convertirse en miembro de nuestra Asociación de Restauración (Restauration


Fellowship) para que le ayudemos a ver SU matrimonio a través de su restauración. Usted puede
encontrar los muchos benefi cios de convertirse en nuestro miembro, en nuestra página de internet.
CAPITULO TRECE
ADMIRABLE
CONSEJERO
“Y se le darán estos nombres: Consejero admirable,
Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe
de paz.”
Isaías 9:6

Mi esposo está pidiendo el divorcio, ¿qué debo hacer?


¿CÓMO PUEDO ENCONTRAR A ALGUIEN QUE ME DEFIENDA?

¿CÓMO PUEDO PROTEGERME A MÍ MISMA Y ESPECIALMENTE A MIS HIJOS?

Muchos cristianos, consejeros y aún pastores, le aconsejarán que consiga a un buen abogado cristiano
para protegerle a usted y a sus hijos. Sin embargo, cuando yo me enfrenté a este dilema, yo busqué en la
Escritura y fui al “Poderoso Consejero”

¡Encontré en Su Palabra que Él ha prometido el protegerme y defenderme! Lo escogí a Él e hice lo que Su


Palabra me dijo que hiciera. Él no era solamente fi el sino más poderoso que cualquier otro abogado o
corte podrían ser, ¡porque yo puse mi confi anza en Él SOLAMENTE!

¿Quién ha conocido la mente del Señor? “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del
conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! ¿Quién ha conocido
la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?” Romanos. 11:33–34. Háblele al Señor. Luego siéntese
en silencio y escuche lo que Él le diga.

Ay de los rebeldes. Egipto representa al mundo. “Ay de los hijos rebeldes que ejecutan planes que no son
míos, que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu, que amontonan pecado sobre pecado, que bajan a
Egipto sin consultarme, que se acogen a la protección de Faraón, y se refugian bajo la sombra de Egipto”
Isaías. 30:1–2.

¿Ha usted buscado protección en el sistema de cortes? ¿Confía usted en su abogado MÁS que en su
Señor? “¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza…!”
Esto hace que “aparta su corazón del Señor” Jeremías 17:5.

A ti no te afectará. “Si alguien te pone a pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa” Mateo
5:40. Usualmente estamos preocupados de que nuestros esposos no se preocupen por nosotras y que ellos
tomarán mucho de lo que nuestros hijos merecen. Si usted actúa como si él es su enemigo y pelea, él
peleará también. ¿No ha sido así en el pasado?

Muchas comparten “historias de horror” acerca de quienes se han divorciado para asustarle hasta que
consiga un buen abogado. Sólo recuerde “Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti
no te afectará” Salmo 91:7. En lugar de eso, “No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con
el bien” Romanos. 12:21. Deje ir a su abogado y confíe en Dios SOLAMENTE para protegerle y
acompañarle.
¿Se atreve a ir ante los inconversos en lugar de los creyentes? “Si alguno de ustedes tiene un pleito
con otro, ¿cómo se atreve a presentar demanda ante los inconversos, en vez de acudir a los creyentes?” 1
Corintios 6:1. Esta es una Escritura muy fi rme. ¿Desafi aremos a Dios? Si usted meramente se presenta
en la corte, usted está presentándose “delante de los inconversos”

En la mayoría de los estados usted no viola la ley si no se presenta en la corte si le han presentado papeles
de divorcio. Usted solamente pierde automáticamente. Algunos le hacen fi rmar una renuncia de que
usted no se presentará, y en algunos (como en el estado de Florida en el momento en que este libro es
escrito) usted no tiene que fi rmar los papeles ni presentarse en la corte.

Verifíquelo y no solamente tome la palabra de una persona si ellos le dicen que usted “tiene que” hacer
algo. Yo tomé este versículo literalmente cuando me presentaron los papeles de divorcio. No fi rmé los
papeles ni me presenté a la audiencia– ¡y Dios me libró! Si yo hubiera ido con un abogado o si me
hubiera mostrado en la corte, ¡no hubiera visto la poderosa liberación de los manos de Dios!

Juzgaremos ángeles. “¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes han de juzgar
al mundo, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar casos insignifi cantes? ¿No saben que aún a los ángeles
los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida!” 1 Corintios 6:2–3. Dios nos está probando,
mostrándonos cuán triviales e insignifi cantes son los asuntos de este mundo en comparación con nuestra
vida con Él.

Los asuntos de esta vida. “Por tanto, si tienen pleitos sobre tales asuntos, ¿cómo es que nombran como
jueces a los que no cuentan para nada ante la iglesia?” 1 Corintios 6:4. Las cortes hoy en día no siguen las
enseñanzas bíblicas como ellas lo hacían cuando nuestro país fue fundado. Como resultado de esto,
tenemos reglas y cargas colocadas sobre los creyentes que ni Dios ni nuestros padres fundadores tenían en
mente. Si usted escoge a las cortes para ayudarle, usted escogerá su juicio sobre la protección y la
provisión de Dios.

Ante los incrédulos. “Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante
sabio como para juzgar un pleito entre creyentes? Al contrario, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante
los incrédulos!” 1 Corintios 6:5. Cuando la iglesia comenzó a ignorar las enseñanzas bíblicas, ellos
también comenzaron a ignorar la corrección de la iglesia.

Nunca he oído de un hombre que se volvió de su pecado o adulterio después de ser confrontado por la
iglesia. Algunos cambiaron temporalmente, ¡pero en todos los casos ellos regresaron a la otra mujer! Así
que no le pida a su pastor que hable con su esposo. Permita que Dios vuelva y suavice el corazón de su
esposo.

Sería mejor soportar la injusticia o dejar que le defraude. “En realidad, ya es una grave falta el solo
hecho de que haya pleitos entre ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que
los defrauden? Lejos de eso, son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de
sus hermanos!” 1 Corintios 6:7–8. Dios dice que es mejor dejar que le defrauden y soportar la injusticia
(engañada o estafada).

La mayoría de las mujeres con las que yo hablo mientras están pasando en su proceso de divorcio están
muy preocupadas por lo que van a obtener, cuánto dinero para mantención y cuántas posesiones. Si usted
no se permite a sí misma el soportar la injusticia, su esposo terminará enojado y amargado. Si usted no se
permite a usted misma el encontrarse atrapada frente al Mar Rojo, ¡usted nunca verá el poder de Dios para
librarle! Recuerde que “las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan (la
Palabra)…” Mateo 13:22.
Nos han dicho que demás dejó a Pablo porque las preocupaciones del mundo ahogaron la Palabra en él.
El siguiente versículo nos dice cómo: “El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la
palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan de modo que ésta no
llega a dar fruto” Mateo 13:22. La Escritura dice específi camente que fue por las “preocupaciones” y por
las “riquezas” No se preocupe ni se atrape en el dinero o las posesiones.

Confíe que “Nuestro Dios suplirá nuestras necesidades,” aún cuando sus papeles dicen que él no tiene que
pagar sufi ciente mantención de los hijos o aún cuando no “parece” que habrá sufi ciente dinero para
usted y sus hijos. Muchos han caído en su fe porque la Palabra había sido ahogado.

Mis papeles de divorcio decían que yo no obtendría ni siquiera lo sufi ciente para mantenerme a mí
misma y a mis cuatro pequeños hijos. Pero Dios suavizó el corazón de mi esposo porque yo confi é en el
Señor. Yo ni siquiera necesité pedir más o decirle a él mi situación grave. ¡Dios puso en el corazón de mi
esposo el deseo de pagar todas nuestras cuentas hasta que él regresó al hogar!

Porque usted es poco entusiasta. No consiga a un abogado. Si usted tiene uno, despídalo. Cada una de
las mujeres que trataron de convencer a otros de que está bien el transigir algo de lo que está escrito en
este libro están todavía viviendo una vida de soltería.

Probablemente esto no es lo que usted quiere escuchar. Tampoco es lo que el autor quisiera escribir. Pero
debo resistir el permitir a mi corazón gobernar lo que está escrito para Él o Él cesará de usarme.

Una derrota para usted. “En realidad, ya es una grave falta el solo hecho de que haya pleitos entre
ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden?” 1 Corintios 6:7.
Esta es su respuesta: si usted va a la corte con su cónyuge, ya es una derrota para usted. Usted puede
conseguir el dinero o las posesiones, ¡pero usted perderá a su esposo!

Nadie verá a Dios. “Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” Hebreos
12:14. Si usted desea actuar como Cristo actuó (Jesús era totalmente inocente) recuerde que Él “no
replicaba con insultos” 1 Pedro 2:23. Dios puede comenzar a trabajar en la vida de su esposo porque usted
está plantando semillas de vida y no sigue dando a Satanás combustible para destrucción (vea 1 Pedro
3:1).

Queremos que nuestros esposos vea los caminos de Jesús en nosotros. Nosotros contristamos el trabajo
del Espíritu Santo cuando hacemos las cosas que “queremos” en lugar de lo que “debemos” ¡Hágalo a la
manera de Dios!

Abandone. “Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia” Efesios.
4:31. Si usted tiene un abogado, las calumnias y la ira van a darse. Esto es de lo que el divorcio se trata.
Usted debe quitar eso de usted. No importa si usted tiene un abogado cristiano o no–¡toda la liberación
por parte del hombre es en vano!

De nada sirve la ayuda humana. “Bríndanos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda
humana” Sal. 108:12. He escuchado innumerables cuentos de todas las maneras como la gente trata de
librarse a sí mismos, para fi nalmente encontrar que aún cuando el juez da una sentencia por una cierta
cantidad de dinero o protección, ¡las cortes no pueden hacer que su esposo pague o no pueden protegerla
de su venganza o de daño físico!

Ha habido mucha atención hacia aquellos que no pagan la manutención de sus hijos. Usted ha escuchado
historias de hombres que regresan con sus mujeres para vengarse físicamente–¡y la ley no las puede
ayudar! Permita que Dios vuelva el corazón de su esposo (Proverbios 21:1).
Su esposo no necesita penalidades más estrictas, sino un corazón para usted y sus hijos. Usted tiene Su
promesa: “Cuando el Señor aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia”
Proverbios 16:7.

Tome refugio en el Señor. “Es mejor refugiarse en el Señor que confi ar en el hombre” Salmo 118:8. Un
abogado no es sustituto para el Señor. Si usted piensa que usted puede tener tanto la protección del
abogado como la de Dios, el siguiente versículo explica que éstas son opuestas entre ellas. “¡Maldito el
hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza…! Bendito el hombre que
confía en el Señor” Jeremías 17:5, 7. Usted puede ser o bendecida o maldecida. Usted decide.

Cese de luchar. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” Salmo 46:10. Póngalo en Sus manos.
Deje de frotarse las manos en preocupación; deje de discutirlo con todos. ¡Quédese quieta! Si su esposo
ya ha comenzado los trámites del divorcio, y usted ya se ha humillado y vuelto de sus malos caminos,
entonces siga estos pasos:

• Llamados a paz. Dígale a su esposo que usted no quiere el divorcio, pero que usted no va a estorbar su
camino (Salmo 1:1), y que usted TAMPOCO va a responder a la demanda de divorcio. Dígale que usted
no lo “culpa” por querer divorciarse de usted. Dígale que usted todavía lo amará (sí la “pared del odio” se
ha ido), sin importar lo que él escoja. “Sin embargo, si el cónyuge no creyente decide separarse, no se lo
impidan… Dios nos ha llamado a vivir en paz” 1 Corintios 7:15.

• Dulzura en sus palabras. De nuevo, asegúrese de decirle a su esposo que usted no le peleará el
divorcio y que usted no va a contratar a un abogado para defenderse. (Si tiene un abogado, dígale que lo
va a despedir). Dígale a su esposo que usted confía en él y sabe por su pasado que él será justo, y que él
hará lo que cree que es correcto para usted y sus hijos. “Panal de miel son las palabras amables; endulzan
la vida…” Proverbios 16:24.

• Yo aborrezco el divorcio. Dígale a su esposo que usted ha cometido muchos errores en el pasado, los
cuales usted no quiere repetir más. Usted espera que él le permitirá a usted el no fi rmar los papeles de
divorcio. Sin embargo, por cuanto está es el estado de “sin fallo,” el divorcio seguirá aún si usted no fi
rma los papeles. (Para su estado, contacte la corte para ver si usted estaría en “rebeldía” si no se presenta.)
Recuerde, el Señor dice “Yo aborrezco el divorcio” Por supuesto si él persiste en que usted fi rme, fi rme,
pero no haga más de lo que le piden. No ofrezca nada para intentar complacer a su esposo; esto no es
agradable delante del Señor. (Vea “Esposas, esteen sujetas” bajo el título “La obediencia de Sara:
¿sumisión para pecar?”, en “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia que destruyó la suya con
sus propias manos)

• Nada es imposible. Sin embargo, si usted ha participado en el procedimiento del divorcio, no todo está
perdido. Pídale al Señor perdón y pídale perdón a su esposo también. Demuestre su deseo de que la
familia esté unida retirando cualquiera y todas las acciones legales que sean posibles. Dios comenzará a
sanar ahora mismo: “para Dios todo es posible” Mateo 19:26. Si usted ha mantenido al abogado,
despídalo inmediatamente si es que quiere al Mejor para defenderle. Luego, ore: “Señor, sólo tú puedes
ayudar al débil y al poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confi amos, y en tu nombre
hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce
contra ti!” 2 Crónicas 14:11.

• Más difícil de ser ganado. Si usted ya ha pasado el divorcio, la amargura, el resentimiento, y el enojo
extremo son probablemente las cosas que su esposo siente contra usted ahora. Ore que Dios perdone sus
transgresiones y borre los recuerdos que él tiene (Salmo 9:5) y que los reemplace con buenos
pensamientos. Ore más fuerte y sea más dulce (de nuevo, la dulzura de la palabra añade persuasión) en
cada oportunidad que tenga con su esposo para ganarlo de regreso al hogar. Recuerde “Más resiste el
hermano ofendido que una ciudad amurallada; los litigios son como cerrojos de ciudadela” Proverbios
18:19 (Vea el capítulo 8, “Ganado sin una palabra”)

• Yo lo podría soportar. Dios entiende lo que usted está pasando. Lea el Salmo 55; Él está hablando
directamente a usted. Comenzando con el versículo 6, “¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y
volar hasta encontrar reposo! ¡Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. Presuroso
volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad” Versículos 12–14: “Si un
enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillara, de él me podría yo esconder.
Pero lo has hecho tú, un hombre como yo, mi compañero, mi mejor amigo, a quien me unía una bella
amistad… ”

• Robar, matar y destruir. Si usted ha “volado lejos,” regrese al hogar. ¡Satanás está en su gloria porque
él se las ha arreglado para dividir y conquistar! Retome el terreno que le ha sido robado; ¡él es un ladrón!
“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
abundancia” Juan 10:10. ¡Dele a Dios la victoria y el testimonio volviendo esto para Su gloria! En lugar
de abandonar “su cruz” (su matrimonio con problemas), ¡recójala de nuevo y sígalo!

• Lleve su cruz cada día. “Dirigiéndose a todos, declaró: ‘Si alguien quiere ser mi discípulo, que se
niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.’” Lucas 9:23. Asegúrese de que su cruz no es más
pesada de lo que Él ha diseñado para usted; quítele toda su falta de perdón y su amargura. Es una carga
pesado para llevar y, eventualmente, usted no será capaz de continuar cargándola. Usted puede ni siquiera
ser capaz de levantarla ahora, para comenzar a seguirlo a Él.

• Quítele cualquier “obra de la carne” La carne se gastará y lo hará caer. Suéltelo y permita que Dios le
restaure. ¡Use este tiempo para enamorarse del Señor! Si su cruz se siente demasiado pesada para cargar,
hay cargas en su cruz que usted ha puesto ahí. ¡Él no miente y Él ha prometido que Él no nos daría más de
lo que podemos soportar!

• Sólo tú. Ahora oremos juntas como Asa oró en 2 Crónicas 14:11: “Señor, sólo tú puedes ayudar al débil
y al poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confi amos, y en tu nombre hemos venido
contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!”

A continuación hay unos cuantos testimonios cortos (o Fruto de la Palabra) de aquellos que han escogido
seguir los caminos del mundo o los caminos de Dios:

Testimonio: Una mujer vino a mi clase por la primera vez sólo una semana antes de que fuera a llevarle a
su abogado la “evidencia” de la infi delidad de su esposo. El abogado dijo que si ella pudiera mostrarle
esto al juez, él podría conseguirle más dinero.

La lección esa noche fue “Admirable Consejero” Sin decir una palabra en clase, ella fue a la casa y tiró la
caja de zapatos llena de “evidencias” a la basura. Desde entonces, su esposo ha continuado pagando sus
cuentas aunque él se casó con otra mujer. Ella todavía está orando y confi ando en Dios.

Testimonio: Una mujer joven creyó a Dios cuando ella leyó que “Él es nuestro proveedor” Cuando ella
leyó los papeles del divorcio, los cuales declaraban que ella difícilmente iba a obtener sufi ciente para
cubrir el pequeño pago de renta para ella y sus hijos, ella decidió que iba a continuar confi ando en Dios.
Luego ella actuó por fe. Ella le dijo a su esposo que ella confi aba en él y que ella estaba segura que él
ayudaría a mantenerlos como lo había hecho tan fi elmente en el pasado. Él sí continuó pagando todas las
cuentas y aún le dio dinero extra para que ella lo gastara de tiempo en tiempo, ¡dinero que provenía de los
ahorros de su novia!. La otra mujer y el abogado trataron de falsifi car los papeles del divorcio, pero ellos
no tuvieron éxito porque Dios había vuelto el corazón de su esposo. El divorcio continuó, pero un corto
tiempo después, ellos se volvieron a casar.

Testimonio: Una mujer hecha un mar de lágrimas nos contactó; su esposo le había demandado el
divorcio. Ella dijo que ella también tenía una amiga que había demandado el divorcio a su esposo. Ella
dijo que ella la compadeció tanto que no pudo compartir con ella que ella tenía un matrimonio con
problemas también y que ella estaba confi ando en Dios para ayudarla.

Una cuantas semanas después, ella oyó un reportaje en las noticias que la estremeció: el esposo de su
amiga estaba tan afl igido por el divorcio que planeó matar a su esposa antes de permitirle dejarlo. Pero la
red que él había escondido atrapó su pie; él murió en el incendio que también destruyó por completo su
casa.

Testimonio: Una mujer mayor vino a Ministerios Restauración (Restore Ministries) después de que su
divorcio se había terminado (¡aunque una amiga le había rogado por meses que viniera!). Ella compartió
con otros los efectos devastadores de la pelea en la corte. Ella recibió “todo lo que merecía”: la casa, un
nuevo carro y alimentación. Sin embargo, ella ahora tiene un ex esposo que no quiere tener nada que ver
con ella. Él tiene una amargura que vale miles de dólares, que la corte le hizo pagarle a ella y a su
abogado de divorcio.

Testimonio: Una mujer vino a un grupo de oración (No a Ministerios Restauración) pidiendo que oraran
por su futuro divorcio. Ellos oraron que Dios hiciera que el juez proveyera bien para ella y sus hijos. Dios
contestó esa oración y la corte la premió con una amplia cantidad de dinero en el divorcio. Sólo unos
cuantos meses después ella estaba pidiendo oración de nuevo ¡porque su esposo no había pagado un
centavo!. De nuevo ellos oraron para que la corte fuera fi rme con su esposo. La sentencia otra vez fue a
su favor.

¡Sólo una semanas después ella pidió al grupo de oración que oraran pidiendo que la policía “lo
encontrara” y lo trajera de regreso para “justicia”! Él había huido a otro estado para evitar pagar. En este
punto la policía lo metió a la cárcel. El grupo de oración falló al no confi ar en Dios realmente para la
protección de ella, para que el Señor regresara el corazón de su esposo hacia ella y le diera a él el “deseo”
de proveer para su familia. “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las
gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús” Filipenses 4:19. Sólo la manera de Dios puede traer
“victoria”

Ni siga los caminos del mundo; confíe solamente en Él. Le prometo que Él nunca le defraudará. Sólo si
usted transige o mira a la carne para fortaleza y protección las cosas salierán mal. Aún así puede que sea
necesario el pasar por el fuego de la prueba (con Él) para alcanzar la victoria que Él tiene esperando por
usted. ¿Tomará usted su cruz y lo seguirá?

¿Cuánta fe tiene usted? ¿Sufi ciente para tomar el paso de permitir al Señor pelear por usted sin un
abogado? Mi amada hermana en Cristo, despida a su abogado y tome la mano de Jesús.

Compromiso personal: confi ar en Dios solamente. “Basada en lo que he aprendido de las Escrituras, me
comprometo a confi ar en el Señor para pelear por mí en esta pelea. Despediré a mi abogado (si tengo
uno) y no me presentaré en la corte (a menos que sea muestra de rebeldía legalmente)”

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Si usted todavía no está convencida, mediante la Palabra de Dios, de despedir a su abogado, retirar todos
los cargos que usted presentó contra su esposo, y procurar no presentarse en la corte, ¡entonces le ruego
que vuelva a leer este capítulo por completo! Por favor, vaya a nuestra página de internet y lea las 15
páginas de las Preguntas Frecuentemente Hechas (PFH) acerca de por qué usted debe despedir a su
abogado. Si usted todavía no está dispuesta, ¡no se moleste en leer el resto del libro! Nadie que ha fallado
en hacer esto ha restaurado su matrimonio! ¡NADIE!
CAPITULO CATORCE
PRIMERO EN
TIRAR LA PIEDRA
“Aquel de ustedes que esté libre de pecado,
que tire la primera piedra.”
Juan 8:7

Adulterio
Motivo de perdón

Debe el adulterio ser perdonado? ¿Qué hizo Jesús? Jesús dijo a la mujer encontrada en adulterio, “¿Ya
nadie te condena? Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar” Juan. 8:10–11. ¿Ha usted
condenado a su esposo?

¿Está usted libre de pecado, para que usted lance la primera piedra contra su esposo? Jesús también
le dijo a la gente que quería castigar a esta mujer adúltera: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado,
que tire la primera piedra” Juan. 8:7. ¿Está usted libre de pecado, para que usted lance la primera piedra
contra su esposo? La verdad es, “Si afi rmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos y no tenemos la verdad” 1 Juan 1:8.

¡Pero yo nunca hice nada pecaminoso! Déjeme decirle que Dios agrupa sus pecados con los pecados de
su esposo. Así es como Dios ve el pecado: “Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: (¿los
de él?) inmoralidad sexual, impureza y libertinaje,… borracheras, orgías,… (¿ahora los suyos?) odio,
discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia” Gálatas 5:19–20.

¿Y si no lo perdono? ¿Cuáles son las graves consecuencias de la falta de perdón? “Pero si no perdonan a
otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas” Mateo 6:15.

Cuando Dios se refi ere a los adúlteros y fornicarios, Él dice: “Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han
sido lavados, ya han sido santifi cados, ya han sido justifi cados en el nombre del Señor Jesucristo y por el
Espíritu de nuestro Dios” 1 Corintios 6:11. “Porque el esposo no creyente ha sido santifi cado por la
unión con su esposa” 1 Corintios 7:14. Por cuanto usted y su esposo son una carne, nosotros en
Ministerios Restauración (Restore Ministries) sugerimos que se acerque a Dios, permitiéndole a Él que le
transforme más a Su imagen. Algo asombroso comenzará a sucederle a su esposo por cuanto son una sola
carne— ¡Él va a comenzar a ser santifi cado! Sin embargo, mientras usted permanezca en el pecado,
ambos permanecerán sin santifi carse.

¡Pero el adulterio ha pasado antes! Recordemos lo que Jesús nos dijo cuando le preguntaron cuántas
veces debemos perdonar a alguien. “Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a
decirte ‘Me arrepiento’, perdónalo” Lucas 17:4. (Vea el capítulo 9 “Un espíritu suave y apacible” en el
asunto de amor fi rme.

¡Pero él no se ha arrepentido! Como Jesús fue colgado en la cruz por los pecados de usted, él clamó,
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” Lucas 23:34. (Otra vez, vea el capítulo 9, “Un espíritu
suave y apacible” acerca de “Perdón”)
“No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien” Romanos 12:21. Dios específi
camente le pidió al profeta Oseas que se volviera a casar con su esposa Gómer, aún después de que ella le
había sido abiertamente infi el. Oseas 2:2: “¡…ni ella es mi esposa ni yo soy su esposo!” Versículo 7:
“Prefi ero volver con mi primer esposo, porque antes me iba mejor que ahora” Versículo 3:1: “Me habló
una vez más el Señor y me dijo: ‘Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro.’” Dios usó la
historia de Oseas y Gómer para mostrar Su compromiso con Su propia novia, la iglesia (vea el libro de
Oseas). Y también en Lucas 15:30–32 el hijo mayor le dijo a su padre “ahora llega ese hijo tuyo, que ha
despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo” Entonces el
padre le dijo al hijo: “Pero teníamos que hacer fi esta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba
muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado” ¿Qué es lo que su
esposo encontrará cuando él llame por teléfono o venga a la casa? ¿El ternero más gordo, la mejor ropa y
un anillo, o se encontrará con juicio?

¿Puedo volver a confi ar en él? Dios dice que confi emos en Él; usted entonces será bendecida con un
esposo fi el. “¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza…
! Bendito el hombre que confía en el Señor” Jeremías. 17:5, 7. La gente siempre me pregunta cómo puedo
confi ar en mi esposo. Yo siempre respondo diciendo, “No confío en él – ¡confío en el Señor!” Es el
Señor quien hace que mi esposo me sea fi el y Él lo mantendrá fi el. ¡Gloria a Dios!

¿Cómo puedo ayudar a mi esposo? Ayúdelo orando. “Vigilen y oren para que no caigan en tentación.
El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil” Marcos 14:38. Todas las mujeres que permitieron a
Dios el volver el corazón de sus esposos testifi can que Dios removió los ojos distraídos y la infi delidad.
(¡Éstas son mujeres cuyos esposos han estado de vuelta en el hogar por años!) Dios puede traer otras
pruebas a nuestra vida, esté segura, pero no adulterio. Sin embargo, cuando Dios sana, ¡está terminado!
Pero recuerde, si usted siembra en la carne, usted cosechará en al carne. Algunas mujeres forzan o
seducen a sus esposos de regreso al hogar. Aprenda a esperar. Cuando es la bendición del Señor, ¡Él no
añadirá tristeza con ella! (Proverbios 10:22).

Qué hacer o no hacer si su esposo está en adulterio

La adúltera adula; nosotros al contrario debemos edifi car. Proverbios 29:5 “El que adula a su
prójimo le tiende una trampa” Efesios 4:29: “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus
palabras contribuyan a la necesaria edifi cación y sean de bendición para quienes escuchan” La diferencia
entre el adular y el edifi car es el corazón. Cuando alguien adula, el corazón o la motivación es “obtener
algo” La motivación del que edifi ca o construye es dar algo—sin esperar nada a cambio. Dos mujeres
pueden estar diciendo la misma cosa, pero la diferencia está en sus corazones. ¿Qué clase de corazón
tiene usted? ¿Se queja usted y gimotea con otros acerca de lo que su esposo no ha hecho a cambio de su
amabilidad y perdón? Si él le escucha quejarse o no, eso no importa. Dios le escucha y está viendo su
corazón.

Dios puede traer su ira; ¡no lo haga! “Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza
terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. Por
estas cosas viene el castigo de Dios” Colosenses 3:5–6. “Pues conocemos al que dijo: ‘Mía es la
venganza; yo pagaré’; y también: ‘El Señor juzgará a su pueblo.’ ¡Terrible cosa es caer en las manos del
Dios vivo!” Hebreos 10:30–31. Si usted no ha perdonado a su esposo usted puede regocijarse cuando la
“ira de Dios” comience. Sin embargo, Dios nos advierte: “No te alegres cuando caiga tu enemigo, ni se
regocije tu corazón ante su desgracia, no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, y aparte de él su enojo”
Proverbios 24:17–18.

No se deje engañar—usted no necesita mirar lo que su esposo está haciendo. “No hay nada escondido
que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente” Lucas 8:17. Esto ha
estado escondido de su vista por Dios para protegerle a usted. Aquellos que frustran la protección de Dios
espiando o investigando son trágicos; ¡por favor no cometa el mismo error! “Porque da vergüenza aun
mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto” Efesios 5:12. Y, damas, dejen de hablar acerca de
la vida pecaminosa de sus esposos. Eso no glori-fi ca a Dios. ¡Sólo el adversario se deleita de que ustedes
están tan dispuestas a hablar de él!

¿Qué podemos aprender de las Escrituras acerca de los adúlteros o las adúlteras?

Es la adulación lo que hala a los hombres hacia el adulterio. “De los labios de la adúltera fl uye miel;
su lengua es más suave que el aceite. Pero al fi n resulta más amarga que la hiel y más cortante que una
espada de dos fi los. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro. No toma ella
en cuenta el camino de la vida; sus sendas son torcidas, y ella no lo reconoce” Proverbios 5:3–6. Mientras
usted estaba ocupada destruyéndolo a él, la otra mujer lo estaba edifi cando. Mientras usted estaba en
desacuerdo, ella estaba de acuerdo. ¿Ha cambiado eso?

Ella usa la adulación para jalarlo hacia el adulterio y hacia la muerte espiritual. “Con palabras
persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. Y él en seguida fue tras ella, como el buey
que va camino al matadero” Proverbios 7:21–23. Muchas veces es sumamente repentino cuando él la
sigue. Muchas mujeres cuyos esposos han caído en el pozo del adulterio han reportado que ellas
advirtieron a sus esposos, aunque ellos nunca escucharon las advertencias de sus esposas. (Vea el capítulo
8, “Ganado sin una palabra” para estudiar por qué los esposos ignoran las advertencias de sus esposas.)

Otra vez es la adulación la que jala al hombre hacia el adulterio. “Ellas te librarán de la mujer ajena,
de la adúltera y de sus palabras seductoras” Proverbios 7:5. ¿Cuándo fue la última vez que usted alabó a
su esposo por algo? ¿La última vez que lo animó? ¿La última vez que se emocionó por algo que él dijo?
¿Es de extrañarse que él estaba muriendo de hambre por lo que la adúltera le estaba sirviendo—halagos?

De nuevo, es la adulación lo que eventualmente lo hala hacia sufrimiento fi nanciera. “Te protegerán
de la mujer malvada, de la mujer ajena y de su lengua seductora. No abrigues en tu corazón deseos por su
belleza, ni te dejes cautivar por sus ojos, pues la ramera va tras un pedazo de pan, pero la adúltera va tras
el hombre que vale. ¿Puede alguien echarse brasas en el pecho sin quemarse la ropa? ¿Puede alguien
caminar sobre las brasas sin quemarse los pies? Pues tampoco quien se acuesta con la mujer ajena puede
tocarla y quedar impune. No se desprecia al ladrón que roba para mitigar su hambre; pero si lo atrapan,
deberá devolver siete tantos lo robado, aun cuando eso le cueste todas sus posesiones. Pero al que comete
adulterio le faltan sesos; el que así actúa se destruye a sí mismo. No sacará más que golpes y vergüenzas,
y no podrá borrar su oprobio” Proverbios 6:24–33. Muchas mujeres son sorprendidas por las acciones de
sus esposos o por lo que ellos dicen durante el adulterio. La Biblia es clara: en este punto a él le faltan
sesos y se destruye a sí mismo.

Y de nuevo Dios dice que él sufrirá fi nancieramente. “El que frecuenta rameras derrocha su fortuna”
Proverbios 29:3. Ha habido mujeres que han venido a mí para decirme que, por cuanto su esposo es muy
exitoso corporativamente, esto nunca le sucederá a él. La Palabra de Dios aplica a todos. ¡Todas las
mujeres que vinieron a mí para debatir este principio después me dijeron del colapso fi nanciero de su
esposo y de cómo la adúltera gastó su riqueza!

La adúltera está básicamente fuera para conseguir a un hombre. ¡Ella está fuera (de la casa) para
hacerlo! “La mujer salió a su encuentro, con toda la apariencia de una prostituta y con solapadas
intenciones. Cómo es escandalosa y descarada, nunca hallan sus pies reposo en su casa” Proverbios 7:10–
11. ¿Es esta la descripción de usted también? ¿Es usted escandalosa? ¿Es usted descarada y rebelde?
¿Pasa usted más tiempo fuera de la casa que en ella? “Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho
pozo, la mujer ajena. Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infi delidad de los hombres”
Proverbios 23:27–28. (Vea “Los caminos de la casa” en “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la
necia que destruyó la suya con sus propias manos)

La adúltera es engañada para pensar que ella no ha hecho nada malo. “Así procede la adúltera: come, se
limpia la boca, y afi rma: ‘Nada malo he cometido.’” Proverbios 30:20. Muchas mujeres que han venido
buscando ayuda para sus matrimonios responden de la misma manera diciendo “Nada malo he cometido”
¿Ha tomado usted la responsabilidad completa del colapso de su matrimonio? Hasta que usted vea lo que
ha hecho por sufi ciente tiempo, de manera que usted no puede ver más el pecado de su esposo, su
matrimonio no será restaurado.

¡La adúltera es enemiga de Dios! ¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es
enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios” Santiago. 4:4.

¡Dios le dará a ella tiempo para arrepentirse y entonces causará gran tribulación! “Le he dado
tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo. Por eso la voy a postrar en un
lecho de dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se
arrepientan de lo que aprendieron de ella” Apocalipsis 2:21–22. Vemos esto muy a menudo en nuestro
ministerio. Todos los hombres que estuvieron en adulterio eventualmente caen en una “gran tribulación”
Es por esto que es vital que cuando nuestro esposo está buscando alivia él sepa que hay paz en su hogar.
¡Él debe SABER que la mujer contenciosa se ha ido! Si Dios no lo ha traído por la casa, entonces usted
no está lista. Dios es sumamente capaz de crear una situación en la vida de su esposo para causarle a él
que le contacte a usted. No es el problema de Dios o el problema de su esposo; es su problema. Una vez
que haya un cambio signifi cativo en usted, Dios será fi el para traer a su esposo. Hasta entonces, Él está
escondiéndole con el deseo de cambiarle y moldearle de adentro hacia fuera.

También hemos visto al menos cuatro casos en los que la otra mujer, quien no se arrepintió después de un
tiempo, fue atacada con una enfermedad signifi cativa (por ejemplo, lupus, cáncer, etc.).

“A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la
mente y el corazón; y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras” Apocalipsis 2:23.
Adicionalmente sabemos de dos casos en los que el hijo murió. La mujer perdió a un hijo antes de darlo a
luz a lo que los doctores llamaron “un parásito” Nosotros en Ministerios Restauración (Restore
Ministries) hemos oído de otro caso en el que la otra mujer (una persona que profesaba ser cristiana) en su
obstinación, continuó buscando al esposo de otra mujer después de varias advertencias. ¡Su hijo mayor
murió de tumor cerebral!

Esta es una batalla espiritual. Debe ser peleada y ganada en el Espíritu. Tenemos oraciones al fi nal de
los capítulos 16 y 17, tomadas directamente de la Escritura, para que usted ore por la restauración de su
matrimonio, específi camente en el caso del adulterio. Por favor ignore y resista la tentación de pelear en
la carne, tanto de manera viciosa como seductiva. Libros, programas de televisión y amigos con buenas
intenciones pueden tratar de infl uirle para ya sea que administre el “amor rudo” que lleva al desastre, o
para que lo seduzca. Ninguna de estas cosas es la causa o la solución de este pecado. Es una batalla
espiritual. ¡Debe ser peleada y GANADA en el espíritu! Sin embargo, ¡el amor (como se describe en 1
Corintios 13) es siempre la respuesta correcta!

El seducir es muy diferente de atraer. Las palabras amables y amorosas son atrayentes. El perdón es
atrayente. Alguien que está en paz es atrayente. No deje de atraer a su esposo mediante amabilidad, con
palabras amorosas que hablen fuerte y claro de que usted verdaderamente lo ha perdonado. “Por eso ahora
voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura” Oseas 2:14.
Emociónese cuando su esposo le llame o venga. El emocionarse no es perseguirlo. Déjele saber con
entusiasmo, emoción y el tono de su voz que él es especial y muy amado por usted. Sin embargo, si usted
nunca lo ha soltado, eso lo alejará. Usted PRIMERO debe estar segura de que SABE que usted
verdaderamente lo ha soltado, entonces comience a atraerlo con sus palabras amables.

Por acuerdo. Muchas me preguntan qué deberían hacer si sus esposos infi eles se les acercan para tener
intimidad física. “Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada
mujer su propio esposo. El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer
con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre
tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común
acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo
contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio” 1 Corintios 7:2–5.

Si usted todavía está legalmente casada, pero se niega a tener intimidad, resiste sus avances, le ordena que
se salga de su cama, o comienza a dormir separada (por cualquier razón), usted está trabajando y jugando
en las manos del enemigo. Una mujer que no es una creyente ciertamente ordenará a su esposo fuera de la
cama o de la casa. “¿Qué mérito tienen ustedes al amar a quienes los aman? Aún los pecadores hacen así”
Lucas 6:32.

Cuando un pecador o cualquier persona que era “inmunda” venía a Jesús, Él siempre respondía
amablemente y aún los tocaba. ¡Él decía que cualquiera que viniera a Él, no lo rechazaría! (Jn. 6:37). No
importa cuán a menudo un pecador viene al Señor, Él siempre lo vuelve a aceptar aún cuando Él sabe que
el pecador lo rechazará de nuevo. ¿Es usted un imitador de Cristo?

Sin embargo, el versículo anterior claramente cubre a aquellos que todavía están legalmente casados. Si el
divorcio ha sucedido, no de aparencia del mal. Este es el tiempo en que usted se debe de abstener de
intimidad ante la petición por parte de su ex esposo.

Compromiso personal: perdonar. “Basada en lo que he aprendido en la Escritura, me comprometo a


confi ar en el Señor y a negarme a pelear en la carne. Continuaré diariamente perdonando a mi esposo y a
todos los que han estado involucrados. Me mantendré amable y callada conforme camino en un espíritu
de perdón”

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CAPITULO QUINCE
CONSUELE A
AQUELLOS
“Quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones
para que con el mismo consuelo que
de Dios hemos recibido, también nosotros
podamos consolar a todos los que sufren.”
2 Corintios 1:4

Déjeme comenzar asegurándole que básicamente TODOS los principios en este libro ayudarán para
restaurar su matrimonio sin importar si su esposo es abusivo o tiene problemas de alcohol, drogas, o
pornografía. La mayoría de las mujeres que vienen a nuestro ministerio están enfrentándose con adulterio
y uno o más de los pecados mencionados anteriormente.

Cuando una mujer viene a nosotros, ellas quieren saber: “¿cómo puedo lidiar y vencer la destrucción que
ha plagado nuestra vida POR AÑOS? ¿Cómo es posible para mí el salir victoriosa de este dolor y este
desorden?” La respuesta es, buscando sabiduría y verdad. Proverbios 23:23 dice, “Adquiere la verdad y la
sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!” El deseo de mi corazón es compartir la
verdad con usted para hacerle libre. “… y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” Juan 8:32.

Lidiando con los pecados de su esposo

Si su esposo está en un pecado, ¿cómo podría usted, como su esposa, lidiar con él? ¡No como el mundo lo
hace! Las maneras del mundo traerán destrucción, pero los principios de Dios traerán victoria. Aquí está
la prescripción de Dios, directo de Su Palabra:

Sin una Palabra Como aprendimos antes, la Biblia es clara en cuando a que debemos mantenernos
reverentemente calladas y no intentar hablar con nuestros esposos cuando ellos son desobedientes a la
Palabra de Dios (1 Pedro 3:1–2). No cometa el error de hablar con su esposo acerca de su pecado; hable
únicamente con Dios. También, yo le instaría a tampoco hablar con otros acerca de esto. Dos cosas
suceden cuando usted lo hace. Primero, nos pone en discordia con el Señor. “Al que en secreto calumnie a
su prójimo, lo haré callar para siempre” Salmo 101:5.

En segundo lugar, cuando uno destapa su pecado y su debilidad ante otros, se vuelve casi imposible para
él el volver y arrepentirse. Cuando todos en la iglesia, y todos en su familia y amigos saben que ha estado
viviendo en adulterio (o en algún otro pecado) usted lo ha hecho casi imposible para él, el regresar. No
debemos confesar los pecados de otros. Confesar sus propios pecados es muy diferente a revelar los
pecados de otra persona. También trae su propia maldición: “Cam, el padre de Canaán, vio a su padre
desnudo y fue a contárselo a sus hermanos que estaban afuera… declaró: ‘¡Maldito sea Canaán!’”
Génesis 9:22–23.

Este versículo confi rma el principio que leímos antes en Proverbios 101:5. ¡Se nos dice que no
calumniemos a nadie! Sin embargo, estoy profundamente advertida de que es muy difícil mantener todo
por lo que usted está pasando en secreto. Es por eso que se nos dice en Mateo 6:6 “Entra en tu cuarto,
cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará” Cuando usted no tiene nadie con quien hablar, ¡usted tiene que derramar su corazón
delante de Dios! De todas maneras, ¡Él es el único que realmente puede cambiar a su esposo y su
situación! Pero cuando le decimos a todos los que nos preguntan o escuchan, cuando hablamos por
teléfono por horas acerca de ello, o aún cuando derramamos todo a nuestro pastor o consejero, ¡fallamos
al no usar esa urgencia en nuestro closet de oración! Yo animo a las mujeres a hacer lo que funciona. Yo
sé personalmente que esto funciona, y ninguna otra solución lo hace.

Ayune. La mejor manera para liberar a un esposo que está en esclavitud del pecado es el ayunar y orar
por él. “El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas
del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?” Isaías 58:6. Hay más acerca del
ayuno en el capítulo 16 “Las llaves del cielo,” que usted necesita leer.

¡Vence el mal con el bien! ¡La otra manera es venciendo el mal haciendo el bien! “No te dejes vencer por
el mal; al contrario, vence el mal con el bien” Romanos 12:21. La Biblia no miente. Aunque los
“expertos” de hoy dicen que usted debe “permitir” a la persona que bebe, toma drogas, etc. siendo amable
y amoroso, las Escrituras nos dicen lo opuesto. ¿A quién escogerá obedecer? El amor es una de las más
poderosas armas que tenemos y está garantizado que funcionará. El Señor nos dice que así es como
debemos lidiar con nuestros enemigos o con aquellos que nos han lastimado. ¡Amar a su esposo ahora
mismo, en medio del pecado, es verdaderamente vencer el mal con el bien!

• Proverbios 10:12 “…el amor cubre todas las faltas”

• 1 Pedro 4:8 “Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de
pecados”

• 1 Corintios 13:8 “El amor jamás se extingue… ”

• 1 Tesalonicenses 5:15 “Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por
hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos”

• Romanos 12:14 “Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están
alegres; lloren con los que lloran. Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino
háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. No paguen a nadie mal por mal.
Procuren hacer lo bueno
delante de todos”

• Jesús dijo estas palabras en Mateo 5:44–46: “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes
los persiguen… Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no
hacen eso hasta los recaudadores de impuestos (pecadores)?”

Testimonio: ¡Ella le dijo a su esposo que se fuera!

¡Una mujer que estaba enojada vino a Ministerios Restauración (Restore Ministries), estaba resentida y
amargada! Ella había buscado ayuda en todas partes —grupos de apoyo, consejeros y muchos libros—
para resolver los problemas que estaba teniendo con su esposo, quien—ella decía —era un “alcohólico” y
un “drogadicto”

¡Ella ya no aguantaba más! Ella había lanzado a su esposo de la casa—como ella lo había hecho un par de
veces anteriormente. Ella había estado siguiendo los consejos de todas las personas; desafortunadamente,
nada parecía cambiar su situación, pero inevitablemente las cosas empeoraron. Lo que ella aprendió de
nuestro ministerio fue diferente de todo lo que había leído u oído antes. Finalmente, ella dijo, estaba
escuchando la verdad.
Ella dijo que fi nalmente aprendió que las razones de sus problemas eran totalmente diferentes de las que
le habían dicho repetitivamente. Ella nos dijo que ella había sido tan adoctrinada en psicología y en ideas
antibíblicas que ahora le era imposible discernir la verdad. Cuando ella leyó los principios, la Palabra de
Dios se convirtió en una espada, ¡cortando hasta llegar a sus tuétanos!

Ella aprendió acerca del peligro de enseñorearse sobre su esposo, como cuando ella le dijo que
abandonara la casa. Ella aprendió la manera correcta de ganar a un esposo desobediente: sin una palabra.
Ella aprendió cómo lidiar con un hombre que tiene ataduras al pecado del alcohol, ayunando y orando por
él. Aprendió que una separación forzada animada el adulterio y SIEMPRE exagera sus pruebas.

Dentro de una semana, ella buscó cada versículo mencionado en este libro y lo marcó en su Biblia. Para
su sorpresa, ella no pudo encontrar bases escriturales para las medidas que había tomado con su esposo.

Ella inclusive llamó a su iglesia y les rogó que le mostraran que lo que ella había estado haciendo era
realmente correcto. Ella dijo que necesitaría desacreditar los versículos que leyó en este libro. Ellos no le
pudieron dar bases bíblicas para soportar sus argumentos. Ellos sólo la animaron a mantener a su esposo
fuera del hogar, a no permitirle que regresara.

En su confusión, dolor y enojo, esta mujer verdaderamente estaba buscando la verdad. Ella fi nalmente le
pidió a su esposo que regresara al hogar. Luego ella le mostró respeto como la cabeza del hogar y el líder
espiritual por primera vez en su matrimonio. La reconstrucción de su hogar no fue fácil ni rápida, pero
siempre fue estable. Su esposo después confesó que él había estado planeando cometer adulterio después
de que ella lo forzó irse de la casa. ¡Su esposo ha estado en el hogar por más de nueve años, libre de
drogas y alcohol! Él inclusive es diácono en una iglesia numerosa.

Testimonio: Esposo liberado del alcoholismo. Una mujer contactó nuestro ministerio. Ella había tocado
fondo con el alcoholismo de su esposo. Ella había tratado de aplicar todos los métodos que ella había
leído para esposas de alcohólicos. Sin embargo, ella descubrió que cada recuperación era solamente
temporal. Su matrimonio se estaba derrumbando.

Ellos se habían vuelto extraños. Ella sentía que si él verdaderamente la amaba él dejaría de beber. Sin
embargo, su esposo estaba convencido de que ella ya no lo amaba por la manera como lo estaba tratando.
Él dijo que sus malos tratos sólo lo hacían tomar más porque él sentía que las cosas no tenían esperanza.
Ella nos dijo que sí amaba a su esposo pero que todos los libros decían que se alejara de él porque ellos
eran codependientes y ella era su poder. Ella nos dijo que lo había “intentado todo” y estaba a punto de
darse por vencida. La animamos a buscar a Dios. Ella dijo que también había tratado eso; nos dijo que
había ido con su pastor quien confrontó a su esposo, pero eso sólo empeoró las cosas – él dejó de asistir a
la iglesia.

Cuando ella fi nalmente llegó al fi nal de sus propias fuerzas, ella clamó al Señor. La siguiente mañana
ella conoció a una mujer que tenía un matrimonio restaurado, quien aceptó orar por ella. Sólo unas
semanas después, cuando ella pensó que su esposo estaba en el trabajo, ella recibió una llamada de parte
de él. Él estaba en Reto a la Juventud buscando ayuda. El esposo de esta mujer regresó, tres meses
después, siendo un hombre totalmente diferente en fuego por el Señor. Él se convirtió en el líder espiritual
de la familia y en un miembro activo en su nueva iglesia. Usted puede intentarlo todo, pero cuando usted
lo haga, le prometo, usted solamente va a empeorar las cosas. ¡Pruebe a Dios SOLAMENTE! Busque a
Dios, confíe en Él y Él cambiará su situación en un instante.
No los provoquen

La Escritura nos advierte: “no los ataquen ni los provoquen… ” Deuteronomio 2:19. Cuando usted
provoca a alguien que está bajo la infl uencia de drogas, alcohol, o las seducciones de una mujer adúltera,
usted se pone a usted mismo en un grave peligro. Proverbios 18:6 nos dice, “Los labios del necio son
causa de contienda; su boca incita a la riña”

Si la violencia física se ha vuelto parte de su matrimonio, usted necesita prestar atención a este versículo
bíblico y asegurarse de que esto no está ocurriendo por su actitud irrespetuosa y sus obras hacia su
esposo. Dios les advierte a las mujeres que ni siquiera le hablan a su esposo que es desobediente a la
Palabra para asegurarse que guardemos silencio con una actitud respetuosa (vea 1 Pedro 3:1–2). Dios
también nos dice en Efesios 5:33 que “la esposa respete a su esposo”

Muy a menudo, después de que usted ataca verbalmente el carácter de su esposo, alguien aseta un golpe.
A menudo es la mujer la que golpea primero porque ella está muy dolida por algo que su esposo ha dicho.
Desafortunadamente, después del primer puñetazo, la violencia física se vuelve una norma. Y una vez que
la violencia se mete en el hogar o en un matrimonio, se vuelve una de las principales partes de la
destrucción.

Testimonio: En sus propias palabras. Yo leí este testimonio en la revista Coronado con Plata (Crowned
with Silver). Estoy volviendo a imprimir para usted, con el permiso de CWS y el escritor del artículo.

La siguiente historia es, espero, un gran aliento para quienes puedan estar en la situación en la que yo me
encontré. Dios tiene muchas maneras de alcanzar a las personas y mi historia es una de las que puede
causar que los endurecidos de corazón me llamen “tonta” pero el Señor alcanzó a mi esposo mediante
algunas circunstancias muy difíciles. Les pido, amadas hermanas, que no pongan mi nombre al fi nal del
artículo, porque estoy preocupada de que mi esposo no reciba el honor que es debido ante los ojos de mis
hijos si ellos leen esto.

Mi esposo y yo crecimos en una iglesia de la comunidad y nos casamos como amantes de la escuela
secundaria. Yo siempre fui una madre que se quedaba en la casa y mi esposo era un mecánico de
automóviles. Proveníamos de dos familias muy diferentes. Él creció con cuatro hermanos y dos hermanas;
yo provengo de una familia con sólo dos hermanas. Los miembros de su familia siempre se peleaban en
voz alta, debatiendo y lanzando puñetazos por aquí y por allá cuando estaban dando su punto de vista. Mi
familia era muy callada. Cuando mi hermana y yo nos peleábamos, lo hacíamos en silencio y
maliciosamente. Nosotras no usábamos palabras contra la otra; nosotras hacíamos algo para obtener
revancha.

En el principio de nuestro matrimonio éramos bebés espirituales, pero yo tenía más sed de Dios. Mi
esposo estaba satisfecho justo donde él había estado por 23 años. Él había hecho una confesión de fe, y
sabía que él iba al cielo. Eso era sufi ciente para él. Yo, por otra parte, sabía que debía haber más. Sabía
que Dios era sufi ciente para sostenerme a lo largo de mi vida y quería vivir una vida diferente de la que
el mundo vivía alrededor de mí.

Teníamos problemas fi nancieros. Con el nacimiento de nuestra primera hija, apenas lográbamos
sostenernos en nuestro apartamento de una sola recámara. Mi esposo era como una cuerda tirante. Yo
intentaba mantener a la bebé callada para hacer la vida más pacífi ca y menos irritante para él. Nuestra
relación era mejor durante la semana porque él no estaba en la casa mucho tiempo. Pero peleábamos los fi
nes de semana. Y entonces yo comenzaba mis viejas tácticas que yo usaba desde mi infancia con mi
hermana.
Yo no contestaba cuando peleábamos, ni gritaba. Simplemente… me vengaba. Cuando estábamos
peleando, yo no hacía la cena, o no lavaba la ropa por una semana y él tenía que usar ropa sucia. Yo hacía
algo que yo sabía le iba a irritar. Pero no era nada por lo que él pudiera señalarme. Yo me podía excusar
porque no era patente. La vida continuó de esa manera por algunos años. Ya teníamos a las dos niñas en
ese entonces, y fue entonces cuando la cuerda tirante en la que mi esposo y yo estábamos caminando se
rompió.

Un sábado, estábamos peleando por cómo deberíamos gastar los restantes $20 dólares del salario. Mi
esposo quería ir al partido de pelota; yo quería que él nos llevara a cenar. Él gritó que él trabajaba para
ganar el dinero así que él merecía un poco de tiempo de diversión, y él se dio la vuelta para irse. Así que
yo le di un pequeño… empujón con mi codo. (Yo creo que todas las presiones acumuladas por las peleas
y las riñas que eran constantes en nuestra vida de alguna manera recordaron las interacciones que él tenía
con sus hermanos.) Él inmediatamente levantó su brazo y me golpeó en el brazo tan fuerte como pudo.
Nunca había visto tanta furia dirigida hacia alguien— ¡hacia mí!

El dolor que ocasionó. Yo creo que no fue tanto el dolor físico como el dolor emocional y espiritual.
Miren, yo había estado tratando de crecer en el Señor en todas las áreas menos en mi matrimonio. Era una
tortura el leer las Escrituras que hablaban acerca de cómo el Señor es el novio y nosotros somos la novia,
y de alguna manera nuestro matrimonio se suponía que fuera un ejemplo de nuestra relación con Cristo.
¡Eso era horroroso!

Si mi matrimonio y la relación que tenía con mi esposo estaban de alguna manera relacionados con mi
relación con Cristo, ¡yo estaba en graves problemas! Creo que una vez que el imperio sobre sí mismo se
había ido, una vez que se había roto el tabú de golpear a su cónyuge, mi esposo se sintió sin esperanzas.
Más y más peleas continuarían de esta manera. Yo intentaría ocultarlo de los hijos, pero algunas veces no
había manera de ocultarlo. Yo creo que esto me dolió más que cualquier otra cosa.

Proverbios nos dice que los padres son la gloria de sus hijos. Si se suponía que los padres fueran la gloria,
entonces mis hijos debieron haberse sentido traicionados y desconfi ados de todas las cosas, aún de Dios.
Como a ellos se les había enseñado las Escrituras, ellos comenzarían a dejar de confi ar incluso en ellas si
algo no sucedía para sanar este matrimonio roto.

Y sí, aunque mi esposo y yo estábamos casados y no divorciados, teníamos un matrimonio roto. Yo nunca
les dije a ninguno de mis amigos en la iglesia por lo que estaba pasando. Sí le había dicho a una de mis
más cercanas amigas que una “prima” estaba pasando por ciertas cosas para conseguir algún consejo, o
para hablar de estos asuntos. Pero todos los consejos que esta amiga me dio fueron que debía abandonar
al monstruo. Ella dijo que había nombres específi cos para esta clase de trato y que sólo una tonta se
quedaría con esa clase de hombre.

Pero había un problema. Era unos votos que yo había hecho delante de Dios hacía unos cuantos años de
que yo me quedaría con este hombre en la salud y la enfermedad, para bien o para mal, hasta que la
muerte nos separara… Y aún cuando yo sentía que ya no había absolutamente ningún amor en mí hacia el
hombre con el que me había casado, yo todavía amaba a Dios. Lo amaba tanto que no rompería mis votos
de matrimonio que había dicho frente a Él hacía siete años.

El quedarme con mi esposo era un compromiso que yo había hecho con el Señor el día que nos casamos
delante de Él. Me volví a nuestro Padre Celestial. Muchas veces anteriormente yo me había vuelto a
consejería secular o a materiales de lectura. Yo había escuchado a mis amigas hablando mal de sus
esposos, y cosas semejantes. Yo sabía que la única manera cómo yo iba a conseguir alguna ayuda era
buscando al Señor y encontrándolo a Él y Su ayuda.
El Señor me reveló la Verdad en algunas maneras muy simples. Yo necesitaba dejar de culpar a mi
esposo como el mundo nos dice que lo hagamos, y mirar a las cosas que yo estaba haciendo mal en mi
matrimonio. Deshacerme del odio, del enojo y el resentimiento que sentía hacia mi esposo, decidí
reemplazar esas emociones por perdón, comprensión y amor. Me arrepentí de obtener la revancha de
muchas formas para hacer a mi esposo miserable. ¡Y el Señor comenzó a cambiarme!

Hay mucho más que decir, pero déjeme solamente decir que Dios está en el negocio de cambiar a
personas. Si rendimos nuestra vida entera a Él, ¡Él está ahí para guiarnos en nuestras peores situaciones!
He estado casada por 21 años con el mismo hombre. Bueno, él no es el mismo hombre, puesto que le dio
su vida a Dios como yo lo hice hace más de 11 años. Justo como él había sentido el resentimiento y el
odio rebozando por cada uno de mis poros, así él comenzó a sentir el amor y el perdón fl uyendo hacia él.

Ahora nosotros no nos peleamos como lo solíamos hacer, porque ambos amamos al otro tanto que
queremos lo que la otra persona quiere. ¡Ya no nos ponemos a nosotros mismos antes de las necesidades
del otro! ¡Dios es maravilloso! ¡Él ha cambiado a mi esposo! ¡Pero fue el Señor quien hizo el cambio!

Testimonio: Escóndeme bajo la sombra de tus alas. Elaine* había sufrido mucho abuso. Desde cuando
ella estaba embarazada de su primer hijo, su esposo repetitivamente, en ira, abusaba de ella. Ella había
tratado todo: refugios, casas de amigos, regresar a la casa de sus padres, aún ofi ciales que hicieran
respetar la ley, pero nada era permanente.

Después de las explosiones violentas de su esposo, él se arrepentía, se mostraba con remordimientos y


aún con amabilidad hacia ella. Él buscaba tratar de “compensarla” Él rogaba el “Por favor, perdóname”
Siendo cristiana, ella lo perdonaba. Pero demasiado pronto, él otra vez se volvería violento.

Después de tres hijos y ninguna esperanza a la vista, ella pensó en quitarse su propia vida. ¿Pero cómo
podría dejar a sus tres hijos con este hombre violento? No podía. Ella tendría que quitarle la vida a sus
hijos también. ¡Pero asesinato! Ella había pensado muchas veces en matar a su esposo, especialmente en
medio de sus ataques. Pero, ¿cómo podría ella, una cristiana, pensar así?

Una noche ella fue a una reunión de oración en su iglesia. No hubo llamado al altar, pero Elaine caminó
despacio hacia el frente de la iglesia durante el último cántico, y dejó sus cargas ahí. Por primera vez que
ella pudiera recordar, ella le entregó la situación completa al Señor.

Ella desahogó lágrimas de dolor al pie de la cruz. Ella le dio todo a Él. Y ella se rindió: “Señor, si tú
quieres que me quede con este hombre, lo haré. Nunca intentaré huir de nuevo o buscar ayuda. Acepto
esta vida que tú me has dado. Mis hijos son tuyos. Haz lo que sea tu voluntad con todos nosotros”

Elaine regresó a su hogar con alivio en su corazón respecto a las cosas que estaba fi nalmente arregladas
en su corazón. El siguiente día cuando sus hijos se fueron a la escuela, y ella con el bebé se fueron de
compras al mercado, Dios SE MOVIÓ EN SU VIDA. Su esposo dejó el trabajo, vino a la casa y empacó
sus cosas. El esposo de Elaine desapareció ese día. Eso fue hace 21 años.

Elaine todavía está legalmente casada con un hombre a quien no ha visto o de quien no ha oído en más de
dos décadas. Sus hijos han crecido y su hija menor se acaba de casar. Ella y todos los hijos tienen
relaciones cercanas con el Señor. Elaine todavía vive escondida bajo la sombra de Sus alas (Salmo 17:8).

“Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no
valoraron tanto su vida como para evitar la muerte” Apocalipsis 12:11.

*No es el nombre real.


Para leer muchos testimonios poderosos, visite nuestra página de internet en www.RestoreMinistries.net

Compromiso personal: vencer el mal con el bien. “Basada en lo que he aprendido en la Escritura, me
comprometo a renovar mi mente en la verdad de Dios. Bendeciré y oraré por aquellos que me persiguen y
venceré el mal con el bien. Confi aré en el Señor y en Su protección en lugar de en las armas de la carne”

Fecha: ___________ Firma: ______________________


CAPITULO DIECISÉIS
LAS LLAVES
DEL CIELO
“Te daré las llaves del reino de los cielos… ”
Mateo 16:19

Jesús nos dio las llaves del cielo para “atar” el mal y “desatar” el bien. “Te daré las llaves del reino
de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra
quedará desatado en el cielo” Mateo 16:19.

Remueva el mal. Encuentre un versículo concerniente a lo que usted quiere remover. Usted primer debe
atar al “hombre fuerte,” que es el espíritu que tiene atado a la persona por quien está orando. Busque un
versículo que pueda orar. “Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte… a menos que
primero lo ate” Marcos 3:27.

Reemplace el mal con el bien. ¡Esto es muy importante! “Cuando un espíritu maligno sale de una
persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de
donde salí.’ Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más
malvados que él, y entran a vivir allí” Lucas 11:24–26.

Si usted no reemplaza. Si usted no reemplaza en lugar de lo que ha removido, se volverá peor que
cuando usted oró primero. Usted siempre debe reemplazar algo malo con algo bueno. Esta es la razón por
la que muchos que se someten a dietas en realidad terminan más gordos. Los expertos dicen que ellos
dejan de comer todo lo malo, o intentar no comer en absoluto. Pero ellos nunca lo reemplazan con algo
bueno, como oración, caminar, ejercicio o comer algo que es bueno para ellos. Otro ejemplo podría ser
cuando alguien tiene una cara muy grasosa. Ella se talla con jabón y tal vez pone alcohol para secar el
aceite. ¡Después de unas cuantas horas está más grasosa que nunca! Los dermatólogos dicen que usted
tiene que reemplazar el aceite que removió por una pequeña porción de crema.

Reemplace las mentiras con la verdad. La verdad sólo se encuentra en Su Palabra. A no ser que lo que
usted oiga, lea, o lo que alguien le diga concuerde con un principio de la Palabra de Dios, lo demás ¡ES
UNA MENTIRA!

REEMPLACE EL “BRAZO DE LA CARNE” POR “EL SEÑOR”

Reemplace el confi ar en el “brazo de la carne” (usted, un amigo, quien sea) por confi anza en el Señor.
“Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor” Efesios 6:10.

¡Reemplace el huir por el correr hacia Él! “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda
segura en momentos de angustia” Samo 46:1. ¡Corra al libro de los Salmos! Lea los Salmos (y
Proverbios) todos los días. Lea los Salmos que corresponden al día del mes más 30 hasta el fi nal del mes,
luego lea el correspondiente Proverbio (por ejemplo, en el día 5 del mes usted leería Salmo 5, 35, 65, 95,
125 y Proverbios 5). Una manera fácil de recordar el próximo Salmo es escribiendo qual sigue al fi nal del
Salmo corriente (por ejemplo, al fi nal del Salmo 6 usted escribiría 36, al fi nal del 36 usted escribiría 66.
Cundo llegue al 126 usted escribiría Proverbios 6). Por cuanto el Salmo 119 es demasiado largo, está
reservado para el día 31 del mes.
Como recuerdo de nuestra Asociación de Restauración, usted podría ir a nuestro Devocional Diario en
nuestra página de internet. ¡Vaya a www.RestoreMinistries.net para unírsenos!

¡Reemplace el clamor a otras personas con el clamor a Él! ¡Él promete escucharla y levantarla
inmediatamente! Pero usted debe clamar. No se diga a sí misma: “Bueno, Dios no me ha ayudado en el
pasado” Si Él no le ayudó, es simplemente porque usted no lo pidió. “Pidan, y se les dará; busquen, y
encontrarán” Mateo 7:7.

Preparándonos para la Guerra

Póngase su armadura diariamente como se describe en Efesios 6:10–18.

Los planes del diablo. “Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura
de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo” Efesios 6:10–11. Recuerde quién es el
verdadero enemigo: Satanás, no su esposo.

Toda la armadura de Dios. “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes,
contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales
malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando
llegue el día malo puedan resistir hasta el fi n con fi rmeza” Efesios 6:12–13. Usted debe resistir el miedo
que causa que huya o se rinda; manténgase fi rme y, habiendo hecho todo, continúe manteniéndose.
Salmo 37 es una buena opción para orar cuando esté plagada de miedo.

Manténgase fi rme. “Manténganse fi rmes, ceñidos con el cinturón de la verdad… ” Efesios 6:14. La
gente habla de “dar pasos de fe” ¡Puede ser mejor detenerse y sólo mantenerse fi rme! Puede que sea la
diferencia entre confi ar en Dios y tentar a Dios. Algunas veces sentimos como que estamos tomando
“pasos de fe,” pero en realidad nos estamos lanzando a nosotros mismos a un precipicio, como Satanás le
dijo a Jesús que hiciera.

Muchas veces no debemos estar tomando “pasos” de fe sino “mantenernos” en fe. Nuestras convicciones
nos deben permitir “mantenernos” fi rmes en lo que es correcto. Si nos movemos, podríamos caer a un
precipicio. Si Dios trae adversidad a nuestra vida, nuestra posición será nuestro testimonio. No obstante,
como usted verá más adelante en esta lección, algunas veces se nos pide que demos pasos y caminemos
en el agua, como a Pedro se le pidió. El discernimiento es necesario aquí. Una regla que nos puede ayudar
es el grado de urgencia. Usualmente su “carne” siente urgencia; Dios usualmente dice que esperemos.

Su justicia. “… protegidos por la coraza de justicia… ” Efesios 6:14. Dios está hablando de Su justicia,
no la de usted. Él nos dice en Su Palabra que nuestra justicia no es sino “trapos de inmundicia” (Isaías
64:6).

Camine en paz. “…y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” Efesios 6:15.
Usted puede reclamar la promesa en Mateo: “Dichosos los que trabajan por la paz!” 5:9. ¡Mantenga la paz
con TODOS en TODO tiempo!

El escudo de la fe. “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las fl
echas encendidas del maligno” Efesios 6:16. Usted debe tener fe—no en usted mismo o en alguien más
como un refugio o un juez—fe en Dios, ¡solamente en Él! Las circunstancias no tienen nada que ver con
la fe. Crea en Su Palabra solamente para la verdad acerca de su situación.

El casco de la salvación. “Tomen el casco de la salvación…” Efeisos 6:17. Usted debe ser salvo; usted
debe ser uno de Sus hijos para realmente ganar una batalla espiritual. Es tan fácil como hablar con Dios
ahora mismo. Sólo dígale en sus propias palabras que usted lo necesita, ahora. Pídale que se haga real
para usted. Dele su vida a Él, la vida que está arruinada, y pídale al Señor que la haga nueva.

Dígale que usted hará lo que Él le pida, por cuanto Él ahora es su Señor. Pídale que lo “salve” de su
situación y de la eternidad que está esperando a quienes no aceptan Su regalo de vida eterna. Dele gracias
por Su muerte en la cruz, la muerte que Él sufrió por usted. Usted ahora puede creer que usted ya no vive
sola; Dios siempre estará con usted y usted pasará su eternidad en el Cielo.

La espada del Espíritu. “Tomen… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” Efesios 6:17. Esto
es exactamente lo que hemos estado enseñando: use Su Palabra para la batalla que será ganada. Cuando la
batalla es del Señor, ¡la victoria es nuestra! Escriba en tarjetas de 3X5 las Escrituras que necesita para
ayudarle en su batalla. Manténgalas con usted todo el tiempo en su bolsa de mano. Cuando usted sienta
que el ataque viene, como el miedo, lea los versículos que se refi eren al miedo. (Vea Romanos 8:15 y
Salmo 23 para encontrar versículos maravillosos para atacar el miedo.) Clame a Dios. Esté fi rme en la fe.
“Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” Salmo 46:10.

Ore todo el tiempo “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos” Efesios 6:18. Ore
desde lo profundo de su espíritu. Tenga tiempos designados para oración tres veces al día (como Daniel lo
hacía). Esa fue una de las razones por las que fue arrojado en el pozo de los leones. No se preocupe, pero
recuerde que aún si usted está en esencia dentro de un pozo de leones, ¡Dios cerrará las bocas de los
leones!

Manténgase alerta. “Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos” Efesios 6:18. Ore
por otra persona que usted conozca cada vez que el miedo la sobrecoge. “Por lo tanto, gustosamente haré
más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo
en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y difi cultades que sufro por Cristo; porque cuando
soy débil, entonces soy fuerte” Después de que haya orado por alguien, llámelo y dígale.

Ore por los que la persiguen. Dios también pidió que oráramos por alguien más: nuestros enemigos,
cada uno de ellos. Ore por ellos y pídale a Dios que le muestre lo que Él quiere que usted haga para
bendecirlos. No fue sino después de que Job oró por sus así llamados “amigos” que Dios restauró lo que
Job había perdido: “Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le
dio dos veces más de lo que antes tenía” Job. 42:10. “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por
quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo” Mateo 5:44–45.

Conozca la Palabra de Dios

Su Palabra no vuelve vacía. Usted debe conocer y aprender la Palabra de Dios. Usted necesita decidirse
a buscar las promesas de bendición de Dios. Estos principios provienen de Su Palabra y cuando nosotros
hablamos Su Palabra en oración a Él, no volverá vacía.

¡Esta es Su promesa para usted! “Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos” Isaías 55:11. Su deseo es que usted venza el
mal de este mundo. Usted debe hacer lo que está garantizado por Dios mismo. No acepte imitaciones ni
falsificaciones.

Busque sus Principios a lo largo de la Biblia. Busque entendimiento. Dios dice que si usted busca,
usted encontrará. La Palabra de Dios da sabiduría. El buscar más profundamente el signifi cado le da a
usted un mejor entendimiento. “Así que les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y
se les abrirá la puerta” Lucas 11:9. Y una vez que usted sepa lo que debe hacer, entonces usted puede
aplicarlo a su vida. “Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen
juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros” Proverbios 24:3–4.

Lea Su Palabra con deleite. Marque los versículos en su Biblia. “Deléitate en el Señor, y él te concederá
los deseos de tu corazón” Salmo 37:4. Tome el tiempo para marcar los versículos para tener más rápidas
referencias en tiempos de angustia (o cuando lo necesite para compartir con otros la verdad). En Lucas
4:4–10, ¿qué fue lo que Jesús respondió cuando Satanás estaba intentando tentarlo? “Jesús le respondió:
‘Escrito está… , escrito está… , también está escrito… ’”. Use un marcador amarillo o de específi cos
colores claros para diferentes promesas.

Memorice. Medite día y noche Memorice las promesas que usted encuentre para que la seguridad de la
bendición de ellas se hunda en su corazón. Usted debe aprender y conocer las promesas de Dios si usted
quiere depender de Él solamente. “Sino que en la ley del Señor se deleita, y de día y noche medita en ella.
Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se
marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” Salmo 1:2–3.

No importa cuán mal se vean las cosas, Dios está en control. Nuestro consuelo está en saber que Dios
está en control, no nosotros y ciertamente tampoco Satanás. “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido
zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te
hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos” Lucas 22:31–32.

Zarandear. Jesús sabía el resultado, aunque Pedro de todas maneras tenía que pasar por el ser
“zarandeado” para estar listo para el llamado de Dios en su vida. ¿Estará usted lista cuando Él la llame?
“Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte
nada” Santiago 1:4.

Guerra Espiritual

Lleve sus pensamientos cautivos. Su batalla SERÁ ganada o perdida en su mente. “Destruimos
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo
pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia
una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes” 2 Corintios 10:5–6. No se arriesgue
a ser atrapado por las manos del enemigo por estar jugando. No dé lugar a los pensamientos del mal.
¡Llévelos cautivos!

El Poder de Tres

Dos o tres congregados juntos. Encuentre a otras dos MUJERES para que oren por usted. “Cuando a
Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella;
luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo
mantenerlos fi rmes hasta la puesta del sol. Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a fi lo de
espada” Éxodo 17:12–13.

Encuentre a otras dos mujeres para sostenerle para que usted no se canse demasiado. Ore y pídale a Dios
ayuda para encontrar a otras dos personas que piensan igual que usted a este respecto. Usted puede
encontrar una Compañera de Ánimo en nuestra página de internet.

El poder de tres. “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se
rompe fácilmente!” Eclesiastés 4:12.
Para levantar a la otra. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el
uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” Eclesiastes 4:9–10.

Él está ahí con usted. “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
Mateo 18:20. “En ese momento Nabucodonosor se puso de pie, y sorprendido les preguntó a sus
consejeros: —¿Acaso no eran tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego? —Así es, Su Majestad –
le respondieron.—¡Pues miren!—exclamó—. Allí en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin
daño alguno, ¡y el cuarto tiene la apariencia de un dios!” Daniel 3:24–25. ¡Usted nunca está sola!

Acuerdo. “Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa
que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo” Mateo 18:19. Cuando usted esté
debatiéndose sin paz acerca de algo, llame a alguien que esté creyendo y orando con usted en acuerdo.

Que se interponga en la brecha. “Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo
y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado!” Ezequiel 22:30.

Ore el uno por el otro. “Por eso, confi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que
sean sanados. La oración del justo es poderosa y efi caz” Santiago 5:16. También, la confesión con una
mujer que piense de la misma manera es la mejor manera de obtener un corazón puro.

Haga su confesión. Esdras sabía qué hacer cuando oraba: “Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión
llorando y postrándose delante del templo de Dios… ” Esdras. 10:1. Manténgase confesando la verdad.

¿Cuándo se rinde de orar? ¡Nunca! Tenemos un maravilloso ejemplo del hecho de que Dios no siempre
quiere decir “no” cuando no tenemos una oración contestada.

Grande es su fe. La mujer cananea continuó rogándole a Jesús para que sanara a su hija. El resultado:
“¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese momento
quedó sana su hija” Mateo 15:28. Cuando oramos por algo que claramente está en la voluntad de Dios y
parece que no hemos sido escuchados o que Él ha dicho lo que nosotros pensamos que es un “no,” ¡Dios
puede simplemente querer tenernos pidiendo, esperando, rogando, ayunando, creyendo, derramando
lágrimas y postrándonos delante de Él!

La batalla por su alma. ¿Está usted unida en yugo desigual? ¡La verdadera batalla en su hogar es la
batalla por el alma de su esposo! ¿Está usted unida en yugo desigual? Recuerde que usted tiene la
promesa: “… serán salvos tú y toda tu familia” Hechos 11:14. Recuerde, un esposo es santifi cado a
través de su esposa. “Porque el esposo no creyente ha sido santifi cado por la unión con su esposa…
¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo?” 1 Corintios 7:14, 16.

Oración y ayuno

Oración y ayuno. Jesús le dijo a sus apóstoles: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”
Mateo 17:21 (VRV). Si usted ha estado orando fervientemente y ha verifi cado que sus caminos son
puros, entonces tal vez sea necesario que ayune. Hay diferente duración de ayunos:

• Ayuno de tres días. Esther ayunó “pidiendo favor” de parte de su esposo el rey. Ella ayunó tres días
“pidiendo favor” “Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres
días no coman ni beban, ni de día ni de noche Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que
ustedes” Ester 4:16. Este ayuno (o el de 7 días) tiene otro benefi cio para quienes son contenciosas o que
no pueden dejar de hablar. ¡Usted estará demasiado débil para pelear!
• Ayuno de día. El ayuno de día comienza en la tarde después de su cena. Usted toma sólo agua hasta que
el periodo de 24 horas es completado, y entonces come la cena del siguiente día. Usted ora y ayuna
durante este tiempo por su petición. Este ayuno puede ser hecho un par de veces por semana.

• Ayuno de siete días. Hay un ayuno de 7 días (siete días parece representar cumplimiento). “Al escuchar
esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo” Nehemías 1:4.
Usualmente será durante una gran pena que usted será “llamada” a ayunar por siete días.

Mis rodillas están débiles por ayunar. Cuando usted esté hambrienta, o débil, use ese tiempo para orar
y leer Su Palabra. “De tanto ayunar me tiemblan las rodillas; la piel se me pega a los huesos” Salmo
109:24.

Para ser visto. Manténgase tan callada al respecto de su ayuno como le sea posible. Durante el ayuno,
usted debe estar callada, nunca quejándose o atrayendo la atención hacia usted. “Cuando ayunen, no
pongan cara triste como lo hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están
ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate
la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu
Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” Mateo 6:16–
18.

Muchas me escriben porque dicen que ellas no pueden ayunar. Si es por razones médicas o por embarazo,
entonces ayune “toda cosa buena” Si, no obstante, usted piensa que no puede ayunar porque está
trabajando —¡está robando a usted y a Dios!

Cuando la batalla ha sido ganada, párese y vea. Una vez que usted sepa que usted ha orado, como
hemos leído a lo largo de la Escritura, entonces haga como ésta dice: “Pero ustedes no tendrán que
intervenir en esta batalla. Simplemente quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el
Señor les dará” 2 Crónicas 20:17.

Nadie debe presumir. Dios dice que somos gente necia. Cuando una batalla es ganada o cuando la guerra
se ha terminado, solamente presumamos de Él. Conservémonos humildes. “Porque por gracia ustedes han
sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para
que nadie se jacte” Efesios 2:8–9.

“No vayas a pensar: ‘El Señor me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de
esta tierra.’ ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza. De modo que no es
por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de
esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Entiende bien que eres pueblo terco… has
sido rebelde contra el Señor” Deuteronomio 9:4–7.

Todos hemos pecado y hemos sido hallados faltos delante de la gloria de Dios. Así que recordemos esto
cuando la batalla sea ganada. Nuestra justicia no es nada sino trapos de inmundicia. ¡Gloríese en Él!

La intensidad de nuestras pruebas es una señal de que estamos cerca de la victoria.Sus pruebas se
pueden llegar a intensifi car cuando usted esté cerca de ganar la victoria. “Por eso, ¡alégrense, cielos, y
ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes,
porque sabe que le queda poco tiempo” Apocalipsis 12:12.

Usted debe combatir de la manera apropiada. Haga lo que Dios diga; ¡eso va a funcionar! No trate de
defenderse a sí misma; eso crea guerra y corazones duros. “En fi n, vivan en armonía los unos con los
otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No
devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para
heredar una bendición” 1 Pedro 3:8. Asegúrese de caminar la milla extra y de bendecir a su esposo.
Pregúntele a Dios cómo Él quiere que usted bendiga a su esposo.

Esta es una batalla espiritual. “¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi
disposición más de doce batallones de ángeles?” Mateo 26:53. Nuestro Padre Celestial llamará a los
ángeles para pelear en nuestro favor en las “alturas” donde la verdadera batalla se está librando. “Porque
nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que
dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” Efesios
6:12.

Su esposo no es el enemigo. “¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para
obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la
muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia” Romanos 6:16. Una persona en pecado es en realidad
solamente un esclavo del mal.

Nosotros podemos pensar que uno que peca es horrible, pero así mismo somos nosotros, si continuamos
reaccionando en venganza. (Recuerde, ¡eso le pertenece a Él solamente!) “Las armas con que luchamos
no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas” 2 Corintios 10:4. Vayamos a
la raíz del problema en lugar de la síntoma.

Comprométase. Comprométase sin importar las consecuencias y déjele los resultados a Dios. “Si se nos
arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su
Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni
adoraremos a su estatua” Daniel 3:17.

Estos muchachos creyeron que Dios los liberaría, pero sin importar las consecuencias, ellos estaban
resueltos a obedecer al Señor de todas maneras. Aún si ellos pudieran morir en el horno, ellos harían lo
que ellos sabían que Dios quería que ellos hicieran y ellos dejaron los resultados en manos de Dios. Los
muchachos no murieron, pero las cuerdas que los ataban fueron removidas cuando entraron al fuego.
¿Tiene usted ataduras (de pecado o de preocupación) que lo tienen cautivo? Dios lo liberará. ¡Es Su
batalla! Clame al Dios de las multitudes; Él es el guerrero.

Para colocar su petición de oración o para encontrar una compañera de oración, vaya a nuestra página de
internet en: www.RestoreMinistries.net.
CAPITULO DIECISIETE
INTERPONERSE
EN LA BRECHA
“Yo he buscado entre ellos a alguien que se
interponga entre mi pueblo y yo, y saque la
cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no
lo he hallado!
Ezequiel 22:30

“ Querido Padre Celestial, entro en mi closet de oración y, ahora que tengo la puerta cerrada, oro a mi
Padre en lo secreto. Y como tú me ves aquí en lo secreto, tú me recompensarás en público. Está escrito
que todas las cosas, cualquier cosa que pidiéramos en oración, creyendo, la recibiríamos”.

“Oh Dios, tú eres mi Señor; temprano yo te buscaré; mi alma te anhela y en una tierra seca y sedienta,
donde no hay agua. Señor, no hay nadie además de ti para ayudar en la batalla entre los poderosos y los
que no tienen fuerzas; así que, ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque confi amos en ti, y en tu nombre
hemos venido contra esta multitud. Oh Señor, tú eres mi Dios; no permitas que ningún hombre prevalezca
contra ti”.

“Tus ojos, oh Dios, mueven en toda la tierra y a través de ella para que tú puedas fuertemente apoyar los
corazones que son completamente tuyos. Escudriña mi corazón”.

“Porque aunque caminamos en la carne, no tenemos lucha contra la carne, porque las armas de nuestra
milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Derribando todo
argumento, y todo cosa altiva que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivos todo
pensamiento para la obediencia a Cristo, y estaremos dispuestos a castigar cualquier acto de
desobediencia una vez que se pueda contar con completa obediencia de parte de nosotros”.

“Que la maldad de los perversos termine, pero establece a los rectos. No tendré miedo de las noticias de
maldad; mi corazón está fi jo, confi ando en el Señor. Mi corazón está establecido; no tendré miedo, hasta
que vea mi deseo venir sobre mi enemigo”.

“Bendice la fuente de mi esposo y déjalo regocijarse con la mujer de su juventud. Permíteme, querido
Señor, ser como la amorosa cierva y la placentera gacela; permíteme tener la cualidad imperecedera de un
espíritu suave y apacible escondida en mi corazón, la cual es preciosa ante tus ojos. Porque los caminos
de un hombre están delante de los ojos del Señor y Él escudriña sus pasos”

“Todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado
en el cielo. Te pido, Padre Celestial, que eches fuera y ates a Satanás en el nombre y mediante la sangre
de mi Señor Jesucristo. Cubre su camino con espinas, y construye una pared contra él para que no pueda
encontrar sus caminos. Entonces tú me dirás a mí, querido Señor, ‘Ve de nuevo, ama a un hombre que es
amado de su esposa.’ Por lo tanto yo le hablaré amablemente a él. El hombre dejará a su padre y a su
madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”

“Abraham creyó y esperó contra toda esperanza, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal
como se le había dicho. Su fe no fl aqueó. Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que
se reafi rmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo
que había prometido”

“Somos salvos por esperanza; pero la esperanza que se ve no es esperanza; porque lo que el hombre ha
visto, ¿para qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no hemos visto, entonces con paciencia lo
esperamos. Hubiera desmayado si no hubiera creído que verá la bondad del Señor en la tierra de los
vivientes. Aguarda al Señor; aliéntese tu corazón, sí, espera en el Señor. Pero aquellos que esperan en el
Señor renovarán sus fuerzas; volarán con alas como de águilas; correrán y no se fatigarán; caminarán y no
se cansarán”

“Porque desde el principio del mundo los hombres no han escuchado, ni percibido mediante el oído, ni
han visto, Oh Dios, además de ti, lo que Él ha preparado para aquél que espera en Él. Ciertamente el bien
y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.
Amén”

Oración por los que están en adulterio

“Te pido, Padre, que reprendas y ates a Satanás en el Nombre y mediante la Sangre del Señor Jesucristo.
Te pido que construyas una cobertura de espinas alrededor de mi esposo para que cualquiera que se
interesa en él pierda interés y se vaya. Baso mi oración en el mandamiento de Tu Palabra que dice ‘Lo
que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.’ Te doy gracias, Padre, por escuchar y contestar mi oración.
Amén”

“Por lo tanto, cubriré su camino de espinos, y construiré una pared contra él para que no pueda encontrar
sus caminos. Y él buscará a sus amantes, pero no las alcanzará; los buscará pero no los encontrará.
Entonces dirá, ‘Regresaré a mi esposa. Porque me iba mejor entonces que ahora.’ Por lo tanto, lo atraeré,
y lo traeré al campo, y le hablaré suavemente. Entonces el Señor me dijo: ‘Ve y ama al hombre, aunque
sea adúltero.’” Tomado de Oseas 3.

“Bebe el agua de tu propio pozo, el agua que fl uye de tu propio manantial. ¿Habrán de derramarse tus
fuentes por las calles y tus corrientes por las plazas públicas? Son tuyas, solamente tuyas. Y no para que
las compartas con extraños. ¡Bendita sea tu fuente! ¡Goza con la esposa de tu juventud! Es una gacela
amorosa, es una cervatilla encantadora. ¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive
todo el tiempo! ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera? ¿Por qué abrazarte al pecho de la
mujer ajena? ¿Puede un hombre poner fuego en su seno, sin que sus ropas sean quemadas? O, ¿puede un
hombre caminar sobre carbón encendido, sin que sus pies sean abrasados? Así es se acerca a la esposa de
su vecino. Quien la toque no quedará sin castigo. Porque nuestros caminos están a la vista del Señor; Él
examina todas nuestras sendas” Tomado de Proverbios 5.

“Aléjate de la adúltera; no te acerques a la puerta de su casa, para que no entregues a otros tu vigor, ni tus
años a gente cruel; para que no sacies con tu fuerza a gente extraña, ni vayan a dar en casa ajena tus
esfuerzos. Porque al fi nal acabarás por llorar, cuando todo tu ser se halla consumido. Pues la ramera va
tras un pedazo de pan, pero la adúltera va tras el hombre que vale. El que frecuenta rameras derrocha su
fortuna” Tomado de Proverbios 5.

“No dejes que tu corazón se vuelva hacia sus caminos, porque en las manos del Señor el corazón es como
un río; sigue el curso que el Señor le ha trazado. No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes
por sus caminos, pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables. Su casa lleva
derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte! La boca de la adúltera es un pozo profundo; aquél a
quien Dios maldice caerá en él. Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho pozo, la mujer ajena”
Tomado de Proverbios 7.
“Pero al que comete adulterio le faltan sesos; el que así actúa se destruye a sí mismo. Seguramente ella
acecha como un ladrón y aumenta los infi eles entre los hombres. Como ave que vaga lejos del nido es el
hombre que vaga lejos del hogar” Tomado de Proverbios 6, 27.

“Así procede la adúltera: come, se limpia la boca, y afi rma: ‘Nada malo he cometido.’ De los labios de la
adúltera fl uye miel; su lengua es más suave que el aceite. Pero al fi n resulta más amarga que la hiel, y
más cortante que una espada de dos fi los. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al
sepulcro. No toma ella en cuenta el camino de la vida; sus sendas son torcidas, y ella no lo reconoce”
Tomado de Proverbios 5.

“¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser
amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. Y no participen de las obras de la oscuridad que no traen
frutos, porque es detestable siquiera el hablar de las cosas que ellos hacen en secreto” Tomado de
Santiago 4.

“Porque aunque caminamos en la carne, no tenemos lucha contra la carne, porque las armas de nuestra
milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Derribando todo
argumento, y toda cosa altiva que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivos todo
pensamiento para la obediencia a Cristo”

“Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al
arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna
manera los hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la
salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce muerte” Tomado
de 2 Corintios 10.

“Dios nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al
mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la
reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de
nosotros: ‘En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.’” Tomado de 2 Corintios 5.

“Porque Dios ha dicho: ‘Por eso la voy a postrar en un lecho del dolor, y a los que cometen adulterio con
ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella. Por eso, confi
ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es
poderosa y efi caz. Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confi esa y lo deja, halla perdón”
Tomado de Apocalipsis 2:22.

“Así también en el cielo habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve
justos que no necesitan arrepentirse. Sí, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador
que se arrepiente. Porque Jesús les dijo: ‘Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera
piedra.’ Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.’” Tomado de Lucas 15.

“Tampoco yo te condeno” Juan 8.

Oración para restaurar

“Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado? Y a mí, pobre
y necesitado, quiera el Señor tomarme en cuenta. Tú eres mi socorro y mi libertador; ¡no te tardes, Dios
mío!” Tomado de Salmo 56 y 40.
“Hasta mi mejor amigo, en quien yo confi aba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto la
zancadilla. Si un enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillara, de él me
podría yo esconder. Pero lo has hecho tú, un hombre como yo, mi compañero, mi mejor amigo, a quien
me unía una bella amistad, con quien convivía en la casa de Dios” Tomado de Salmo 41 y 55.

“Que la maldad de los malvados termine, pero establece a los rectos. Han caído los paganos en la fosa que
han cavado; sus pies quedaron atrapados en la red que ellos mismos escondieron. Cúlpalos, oh Dios; que
caigan en las trampas que ellos mismos construyeron. En la multitud de sus transgresiones acomételos
porque ellos han sido rebeldes contra ti. Que sean apaleados por su vergüenza. Todos mis enemigos serán
avergonzados y grandemente consternados. Voltearán y repentinamente serán avergonzados. No permitas
que yo sea avergonzado, oh Dios, porque a ti clamo. Que los malos sean avergonzados, que sean
enmudecidos. En ti, oh Señor, he puesto mi refugio. En ti justicia líbrame” Tomado de Salmos 7, 9 y 31.

“Aunque tramen hacerte daño y maquinen perversidades, ¡no se saldrán con la suya! Porque tú los harás
retroceder cuando tenses tu arco contra ellos. Borrarás de la tierra su simiente; de entre los mortales su
posteridad. Un poco más y el hombre malvado no será más. Pero los humildes heredarán la tierra y se
deleitarán en prosperidad abundante” Tomado de Salmo 21.

“Tú rodeas al recto con un escudo. En paz me acuesto y me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces vivir
confi ado. Ofrezcan al Señor sacrifi cios de agradecimiento, y llámenme en el día de problemas. Yo los
rescataré y ustedes me honrarán” Tomado de Salmo 4.

“Esfuércense y tomen ánimo en sus corazones ustedes los que confían en el Señor. Sé su pastor siempre y
llévalos en brazos por siempre. Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra
de los vivientes. Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!”
Tomado de Salmo 27.

“‘Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de


Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! El Señor te llamará como a esposa abandonada; como a mujer
angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan sólo para ser rechazada,’ dice el Señor” Isaías
54:5–6.

¡Que Dios le conceda la victoria!

Compromiso personal: luchar en el Espíritu por mi esposo y mi matrimonio. “Basada en lo que he


aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a luchar en el Espíritu en lugar de continuar luchando
en la carne. Reconozco que cuando yo lucho en la carne estoy perdiendo la guerra espiritual. Por lo tanto,
me comprometo a invertir mi energía, tiempo y pensamiento en la batalla espiritual por mi matrimonio y
por mi familia”

Fecha: ___________ Firma: ______________________

Si su matrimonio ha sido restaurado mediante este libro o a través de nuestro ministerio, por favor,
escríbanos para que podamos publicar el testimonio en nuestra página de internet y para que lo
publiquemos en nuestro libro de testimonios. Démosle a Él la gloria que Él merece y digámosle al mundo
lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, para animar a otros. “Ellos lo han vencido por medio de la sangre
del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio…” Apocalipsis 12:11.

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Acerca del Autor

Erin Thiele ha sido bendecida para ser la madre de cuatro hijos, Dallas, Axel, Easton, y Cooper, y tres hijas, Tyler,
Tara y Macy. Su camino en ser una Mujer Sabia para su hija comenzó cuando Tyler tenía sólo dos años. En 1989,
el segundo esposo de Erin la abandonó y eventualmente se divorció de ella. Restore Ministries fue iniciado cuando
Erin investigó en todas las denominaciones en su localidad pero no pudo encontrar la ayuda ni la esperanza que
estaba buscando.

Dios ha utilizado a Erin Thiele para alentar y motivar a cientos de mujeres a través de sus libros y página de la red
del Internet para que busquen a Dios y así recibir ayuda y esperanza. Fue en 1989 cuando ella pasó dos años en
busca del Señor y luego se convirtió en madre soltera con cuatro hijos. Dando una mirada hacia el pasado, ella
confiesa que esos fueron los mejores dos años de su vida dada la relación tan íntima que recibió junto al Señor. Sin
embargo, Erin revela que por sentir temor del futuro esto le robó la alegría que pudo haber sentido si hubiese tenido
más fe en Dios y en Su plan para su vida.

En 1991, su esposo regresó a casa, y juntos tuvieron tres hijos más. Luego, en 2005, las tinieblas invadieron
nuevamente la vida de Erin. Aquí esta lo que ella expresa: “¡Francamente les diré que aunque Dios me dijo que el
2005 sería el año más difícil de toda mi vida, ha sido sin duda el año mas feliz! Cada prueba, cada crisis, y cada
ataque espiritual me han llevado a un nivel de más intimidad con mi Amado, aún más íntima de lo que yo pude
haber imaginado. Mi ministerio no se derrumbó, como muchos pensaban; al contrario, tomó un rumbo nuevo – para
buscar al Señor y ser Su esposa.

Esta vez, estaba segura que cualquiera puede encontrar dicha en medio de cualquier crisis. Esta dicha es mucho
más grande que la “paz” que encontré la primera vez que me encontré sola, (y esta ves con seis hijos aún viviendo
en casa, una sobrina que vino a vivir con nosotros, y sin mencionar a mi hermana mayor que se mudó acá de la
Florida y que no tenía a alguien que la recibiera). ¡Cada día, me levanto como si estuviera abriendo un regalo de
Dios! ¡Y cada noche me paro, miro a través de la ventana y le doy gracias a Dios por las miles de bendiciones que El
me ha enviado cada día! ¡Muchas veces mi corazón se siente como si se explotara de la alegría, y las lágrimas que
derramo ya no son de tristeza o de dolor sino que han sido reemplazadas con lágrimas de alegría!

Uno de los rumbos más grandes que ha tomado mi vida ha sido buscar todas las bendiciones que vienen al estar
soltera nuevamente. Sin alguna duda, el beneficio más grande ha sido poder buscar a Dios, sin tener a alguien
impidiéndomelo. Esta es nuestra opción cuando nos encontramos en un estado de soltería. Debemos reconciliarnos
con nuestros maridos o permanecer solteros. (Vea 1 Cor. 7:11). ¡Estoy totalmente de acuerdo con el Apóstol Pablo
quien dijo que es mejor permanecer soltera! Y esto no es para poder encontrar a otro hombre, sino para poder
enfocarnos en las cosas de Dios, ya que las mujeres casadas están “interesadas en cómo poder complacer a sus
maridos” (Vea 1 Cor. 7:32-35).

Hoy en día, tengo la oportunidad de dedicarme por entero al Señor y a mis siete hijos. Hace años cuando Dios
preguntó, “¿Quién irá?” Yo contesté, “¡Mándame a mí!” A pesar de que siempre me ha gustado quedarme en casa,
empecé a viajar para compartir con otros la bondad de Dios, con sólo algunas semanas después de que mi divorcio
fuese un hecho. ¡A pesar de que muchas mujeres se envejecen y sufren los estragos del divorcio, pasar esta
circunstancia con Dios a creado una mujer nueva en mí!

Muchos temían lo que les fuera a pasar a mis hijos. Encuentro que la clave ha sido en saber cómo enfrentar la
adversidad. Nosotras somos las que marcamos las pautas del amor y la felicidad en nuestros hogares. Somos
también las que marcamos la medida del perdón en nuestros hogares. Nuestra forma de ser es lo que afecta a
nuestros hijos ya sea para el bien o para el mal, y con el amor que recibiremos de nuestro nuevo Esposo, será
suficiente para sobrepasar cualquier pecado o tribulación procedente de cualquier necesidad que tengamos que
enfrentar.

Puede que no creas que el observar los principios divinos funcionarían en tu relación, pero es sólo porque aún no
conoces a Dios y Su lealtad tal y como yo lo he podido comprobar. ¡Es mi anhelo que le des a RMI y el Apostolado
de Restauración la oportunidad de ayudarte a encontrar la Vida Abundante que Dios también tiene para ti!

¡En estos momentos, nos estamos enfocando en la Búsqueda de Dios (BD) ya que El restaura TODAS las
relaciones, no solamente los matrimonios! Primero, El restáurese nuestra relación con el, luego el comienza a sanar
y restaurar las relaciones con nuestros hijos, padres, hermanos, familia política actual y la anterior, compañeros de
trabajo, y hasta vecinos o antiguas amistades.

Dios no se detiene en las relaciones, sino que también, en la medida en que nos convertimos en su Esposa, se nos
revela en las finanzas, en la salud, en nuestros hogares y en todos y cada uno de los detalles que afectan nuestras
vidas. Incluso si ya estás casada (aún felizmente casada), todas somos la Esposa del Señor y hasta que no le demos
el lugar donde Él necesita estar en nuestras vidas siempre estaremos escasos y faltos de la Vida Abundante por la
que Él murió para darnos. La felicidad eterna no necesariamente tiene que comenzar en el momento en que
morimos, en realidad puede empezar hoy a partir del momento en que aceptamos esa propuesta de nuestro Amado y
nos convertimos en Su Esposa. ¡Al convertirnos en Su Esposa, nuestra vida nunca será igual!

Erin ha escrito otros libros con su estilo característico de usar las escrituras para así ayudar en su ministerio a los que
caminan con los corazones desechos y en la cautividad espiritual. “Él envió Su Palabra y los curó, y así los
protegió de las destrucciones” (Salmos 107:20)

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