El Circo, Cuento Infantil
El Circo, Cuento Infantil
El Circo, Cuento Infantil
ciudad en varios camiones grandes, éstos eran carros llenos colores raros y hacían mucho
ruido cuando pasaban por la ciudad, anunciando a viva voz su llegada.
Alicia no estaba segura de que podría ser lo que llevaba en esos vehículos tan grandes ni que
buscaban esas personas llamando tanto la atención, así que se quedó observando, desde la
ventana; hacia estaban estacionándose para tratar de descubrir la verdad. Fue entonces que
vio con sorpresa como empezaban a armar una grande y colorida carpa; y una de esas
personas levantaba un gran letrero con un muy llamativo nombre.
Esa noche les pidió a sus padres que la llevaran allí, pues el circo había llegado a la ciudad y a
Alicia le hacía muchísima ilusión el poder presenciar su Show. Los padres lo pensaron y como
Alicia se había portado bien y no tenía tareas pendientes, sus padres aceptaron ir todos juntos
esa noche.
Después de hacer la larga fila para comprar los boletos a una mujer con una gran barba y
comprar palomitas de maíz a una señorita que podía doblar su cuerpo de maneras imposibles;
entraron a la carpa y buscaron un par de lugares en las enormes graderías, esperaron
emocionados a que iniciara el espectáculo.
Alicia solo conocía una palabra que podía describir lo que vio esa noche: “Increíble”
Había malabaristas lanzando y atrapando en el aire todo tipo de objetos desde pelotas y pinos
hasta cuchillos e incluso una motosierra.
Los Trapecistas haciendo equilibrio en una cuerda altísima y saltando por los aires con
elegancia, más de una vez el público se quedó sin aliento cuando parecía que se caían, pero
entonces un compañero los atrapaba en el último segundo.
Salieron payasos de todos los tipos y colores, unos más pequeños que niños y otros más
grandes que cualquier adulto que Alicia había conocido; todos ataviados con ropas raras,
zapatos grandes y con cabellos muy llamativos y grandes. Pero lo mejor es que eran graciosos,
hacían bromas y todos los presentes se reír al verlos discutir entre sí.
Los domadores hacían actos sorprendentes con metiendo la cabeza en la boca de los leones,
elefantes que bailaban y hacían trucos, un perro que sabía tocar la armónica e incluso un
canguro, formaban parte de la gran variedad de cosas que tenían en el circo.
Después de ver muchos actos y tras el fuerte estruendo provocado, cuando dispararon al
hombre-bala de su cañón; el espectáculo se había terminado.
Alicia se rio, sorprendió y maravillo viendo cada uno de los distintos actos; al final de la noche
volvió a casa y soñó que formaba parte del circo, como una trotamundos que visitaba distintos
países como una miembro más del circo y que sorprendía a los asistentes con su actuación.