PREECLAMPSIA Lourdes Ramos

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PREECLAMPSIA

DEFINICIÓN

La preeclampsia es un trastorno hipertensivo que puede ocurrir durante el embarazo y el posparto y


que tiene repercusiones tanto en la madre como el feto. A nivel mundial, la preeclampsia y otros
trastornos hipertensivos del embarazo son una de las principales causas de enfermedad y muerte
materna y neonatal.

CAUSAS

La causa exacta de la preeclampsia implica varios factores. En las primeras semanas del embarazo, se
forman nuevos vasos sanguíneos y estos evolucionan para enviar sangre a la placenta de forma
eficiente.

Las causas de esta formación anormal pueden comprender las siguientes:

• Flujo de sangre insuficiente al útero

• Daño en los vasos sanguíneos

• Un problema en el sistema inmunitario

• Determinados genes
SÍNTOMAS

La preeclampsia puede ser asintomática o puede tener características graves causando daño a los
órganos.

• Dolor de cabeza intenso

• Alteraciones visuales

• Confusión

• Dolor epigástrico o del cuadrante superior derecho del abdomen (que refleja
isquemia hepática o distensión capsular)

• Náuseas y/o vómitos

• Disnea (reflejo de edema pulmonar, síndrome de dificultad respiratoria aguda [SDRA]


o disfunción cardíaca secundaria a aumento de la poscarga)

• Accidente cerebrovascular (raramente)

• Oliguria (que refleja disminución del volumen plasmático o necrosis tubular aguda
isquémica)

DIAGNOSTICO

• Hipertensión de reciente comienzo (presión arterial > 140/90 mmHg) más una
proteinuria inexplicable de comienzo reciente (> 300 mg/24 horas después de las 20
semanas o índice proteinuria/creatininuria ≥ 0,3)
• La proteinuria se define como > 300 mg/24 hs. Alternativamente, la proteinuria se
diagnostica basándose en cociente proteína: creatinina ≥ 0,3 o una lectura en tira
reactiva de 1+.
En ausencia de proteinuria, la preeclampsia también se diagnostica si las mujeres embarazadas
tienen hipertensión de reciente comienzo junto con aparición de cualquiera de los siguientes:

• Trombocitopenia (plaquetas < 100.000/mcL)

• Insuficiencia renal (creatinina sérica > 1,1 mg/dL o duplicación de la creatinina en


suero en mujeres sin enfermedad renal)

• Deterioro de la función hepática (transaminasas > 2 veces el valor normal)

• Edema pulmonar

• Síntomas cerebrales o visuales


Puntos que diferencian entre los trastornos hipertensivos en las mujeres embarazadas:

• La hipertensión crónica precede al embarazo, está presente < 20 semanas de


gestación o persiste por > 6 semanas (en general, > 12 semanas) después del parto
(aun si la hipertensión se documentó > 20 semanas de gestación). La hipertensión
crónica puede quedar enmascarada durante la primera parte del embarazo debido a
la disminución fisiológica de la presión arterial.

• La hipertensión gestacional es la hipertensión sin proteinuria u otros hallazgos de


preeclampsia; aparece a > 20 semanas de gestación en mujeres que se sabe no tenían
hipertensión antes del embarazo y resuelve 12 semanas (en general, 6 semanas)
después del parto.

• La preeclampsia es la hipertensión de reciente comienzo (presión arterial > 140/90


mmHg) más una proteinuria reciente inexplicable (> 300 mg/24 horas o índice
proteína/creatinina en orina ≥ 0,3) después de las 20 semanas u otros criterios (véase
más arriba).

TRATAMIENTO

Sulfato de magnesio
Tan pronto como se diagnostica la eclampsia, se debe administrar sulfato de magnesio para prevenir
la recurrencia de las convulsiones. Si los pacientes tienen preeclampsia con características graves,
se puede administrar sulfato de magnesio para prevenir convulsiones. El sulfato de magnesio se
administra durante 24 horas después del parto. Aún es controvertido si las pacientes que tienen
preeclampsia sin características de gravedad siempre requieren sulfato de magnesio antes del parto.

Se administran 4 g intravenosos de sulfato de magnesio durante 20 minutos, seguidos de una


infusión continua intravenosa de 1 a 3 g/hora, con dosis suplementarias según sea necesario. La
dosis se ajusta de acuerdo con los reflejos de la paciente. Las pacientes con niveles anormalmente
altos de magnesio (p. ej., con niveles de magnesio > 10 mEq/L o una disiminución repentina en la
reactividad de los reflejos), disfunción cardíaca (p. ej., con disnea o dolor torácico) o hipoventilación
después del tratamiento con sulfato de magnesio, pueden ser tratadas con gluconato de calcio 1 g
IV.
El sulfato de magnesio IV puede causar letargo, hipotonía y depresión respiratoria transitoria en los
recién nacidos. Sin embargo, las complicaciones neonatales graves son raras.
Tratamiento sintomático

Si la ingesta oral está contraindicada, las pacientes internadas reciben Ringer lactato o solución
fisiológica normal al 0,9%, comenzando con unos 125 mL/hora (para aumentar la producción de
orina). La oliguria persistente se trata con una prueba de carga de líquidos cuidadosamente
monitorizada. Por lo general no se utilizan diuréticos. Rara vez se requiere el monitoreo con un
catéter en la arteria pulmonar y, si es necesario, se realiza en consulta con un especialista en
cuidados intensivos y en una unidad de cuidados intensivos. Las pacientes anúricas con
normovolemia pueden requerir vasodilatadores renales o diálisis.

Si aparecen convulsiones a pesar de la terapia con magnesio, puede


administrarse diazepam o lorazepam por vía IV, e hidralazina o labetalol intravenosos en dosis
tituladas para disminuir la presión arterial sistólica entre 140 y 155 mmHg y la diastólica entre 90 y
105 mmHg.

COMPLICACIONES

Entre las complicaciones de la preeclampsia se incluyen las siguientes:

• Restricción del crecimiento fetal. La preeclampsia afecta a las arterias que suministran sangre a la
placenta. Si la placenta no recibe la cantidad suficiente de sangre, el bebé puede recibir un nivel
inadecuado de sangre y oxígeno, y menos nutrientes. Esto puede ocasionar un crecimiento lento,
conocido como "restricción del crecimiento fetal", bajo peso al nacer o parto prematuro.

• Nacimiento prematuro. Si tienes preeclampsia con características graves, es posible que debas
adelantar el parto para salvar tu vida y la de tu bebé. Si el bebé nace prematuro, puede tener
problemas respiratorios o de otro tipo. Tu proveedor de atención médica te ayudará a
comprender cuál es el momento ideal para el parto.

• Desprendimiento de placenta. La preeclampsia aumenta el riesgo de tener desprendimiento de la


placenta, un trastorno que consiste en la separación de la placenta de la pared interior del útero
antes del parto. Un desprendimiento grave puede ocasionar un sangrado intenso, que puede
poner en riesgo tu vida y la de tu bebé.

• Síndrome de HELLP. El síndrome de HELLP, cuyas siglas significan hemólisis (la destrucción de los
glóbulos rojos), aumento de enzimas hepáticas y recuento bajo de plaquetas, es una forma más
grave de la preeclampsia y puede poner en riesgo rápidamente tu vida y la de tu bebé.

Los síntomas del síndrome de HELLP incluyen náuseas y vómitos, dolores de cabeza y dolor en la
parte superior derecha del abdomen. El síndrome de HELLP es particularmente peligroso porque
implica daños a varios sistemas de órganos. En ocasiones, puede manifestarse repentinamente,
incluso antes de que se detecte la presión arterial alta, o sin ningún síntoma en absoluto.
• Eclampsia. Si la preeclampsia no se controla, es posible que se desarrolle eclampsia, que es, en
esencia, una preeclampsia con convulsiones. Es muy difícil predecir qué pacientes tendrán una
preeclampsia lo suficientemente grave para convertirse en eclampsia.

Con frecuencia no hay síntomas ni signos de advertencia con los que se pueda anticipar la
eclampsia. Dado que la eclampsia puede tener consecuencias graves para la madre y el bebé, el
parto se vuelve necesario, independientemente del tiempo de gestación del embarazo.

• Daño a otros órganos. La preeclampsia puede dañar los riñones, el hígado, los pulmones, el
corazón o los ojos, y causar un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral. La cantidad de
lesiones causadas a otros órganos depende de la gravedad de la preeclampsia.

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