Tema 3 Homosexualidad y Otros
Tema 3 Homosexualidad y Otros
Tema 3 Homosexualidad y Otros
Nuestro comportamiento
como profesionales de la salud y personas frente a este
tema
Las orientaciones sexuales no heterosexuales dejaron de ser consideradas como patológicas por la
Asociación Psiquiátrica Americana en 1973 y por la Organización Mundial de la Salud en 1990. Sin
embargo, en opinión de los autores, en América Latina estos cambios no se han traducido ni en una
atención en salud inclusiva ni en el reconocimiento como ciudadanos plenos de las personas no
heterosexuales. Este documento tiene como propósito brindar un panorama teórico referente a
sexualidad, proponiendo condiciones apropiadas que permitan encarar exitosamente los desafíos
que se presentan. Así, se expone el papel regulador que ejerce la medicina sobre la sexualidad,
hecho que ha generado reacciones tanto académicas como políticas. Se señala el progresivo
cambio dado en las ciencias médicas: desde considerar patológica la sexualidad no heterosexual
hasta ofrecerle, al menos en teoría, inclusión. Se describen los impactos negativos que un ambiente
social adverso genera en un individuo. Finalmente, se proponen acciones concretas a tomar para
brindar mejores servicios de salud a las y los ciudadanos no heterosexuales (1).
ALGUNAS DEFINICIONES
Orientación sexual: la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional,
afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de
un género, así como a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas.
Heterosexualidad: la capacidad de una persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva
y sexual por personas de un género diferente al suyo y a la capacidad de mantener relaciones
íntimas y sexuales con estas personas”.
Homosexualidad: la capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva
y sexual por personas de un mismo género y a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales
con estas personas.
Personas Trans: Que incluye la subcategoría transexualidad y otras variaciones- es utilizado para
describir las diferentes variantes de la identidad de género, cuyo común denominador es la no
conformidad entre el sexo biológico de la persona y la identidad de género que ha sido
tradicionalmente asignada a éste. Una persona trans puede construir su identidad de género
independientemente de intervenciones quirúrgicas o tratamientos médicos
Personas Intersex: Todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía
respecto al standard de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente.
¿Qué es la homosexualidad?
Más adelante, la homosexualidad dejó de ser un delito y pasó a tomarse como una enfermedad. El
establecimiento médico y psiquiátrico hizo que pasara del campo de la ley al campo de la medicina.
Los homosexuales -hombres y mujeres- se consideraron "enfermos" y se diseñaron terapias para
intentar "curarlos". Se pensaba que ellos deseaban cambiar su orientación sexual y seguir los
modelos de la sociedad heterosexual (matrimonio con una persona del otro sexo, hijos, relaciones
sancionadas por la ley, etc.). Los psiquiatras, los psicoanalistas y los psicólogos clínicos no
pensaban que ellos estuvieran buscando una alternativa a las terapias en boga en ese momento.
Las terapias que se utilizaban para "tratar" la homosexualidad, cuando se asumía como una
enfermedad mental, eran muy variadas e incluían psicoanálisis, modificación de conducta,
reflexología y recondicionamiento. Es importante señalar que los líderes de estos movimientos
terapéuticos fueron muy "liberales" al respecto de los homosexuales y los apoyaron en muchas
formas (por ejemplo, Freud, Wolpe, Ellis y muchos otros).
Los trabajos de Evelyn Hooker (1907-1996), en las décadas de los cincuenta y de los sesenta,
cambiaron la concepción de la homosexualidad como enfermedad mental y contribuyeron a que se
contemplara como opción o estilo de vida. También tuvieron gran importancia los informes de Kinsey
sobre conducta sexual del varón y de la mujer.
La Asociación Americana de Psiquiatría publicó el principal sistema diagnóstico que se utiliza en el
mundo, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV). A partir de 1973, la
homosexualidad dejó de considerarse una enfermedad mental y sólo se mantuvo la categoría de
homosexualidad egodistónica (los que no quieren ser homosexuales). En edición de 1994 del DSM,
la homosexualidad ni siquiera se menciona como enfermedad mental o como algo parecido. Entre
tanto, la Clasificación internacional de las enfermedades (CIE) eliminó la homosexualidad como
enfermedad mental.
Hoy no se dan choques eléctricos a los homosexuales ni se trata de cambiar su orientación sexual.
Se les entrena para que adquieran las conductas, las cogniciones y las actitudes que les permitan
llevar una vida sana y con el mínimo de conflictos con la sociedad en que viven. Cabe señalar que la
enorme mayoría de homosexuales que visita al psiquiatra o al psicólogo clínico no busca cambiar su
orientación sexual, sino ayuda para aceptarse a sí mismos y convivir armónicamente con las
personas que no son de su misma orientación.
Muchos homosexuales han "salido del clóset" y les han contado a sus amigos heterosexuales, a sus
amigas, a sus padres, a sus hermanos e, incluso, a sus hijos acerca de su orientación sexual.
Generalmente, la aceptación ha sido muy positiva, aunque existen excepciones. A veces, la familia
lo acepta mejor que los compañeros de trabajo, mientras que en otras ocasiones ocurre lo contrario.
La decisión de contar este "secreto" debe tomarse después de sopesar las consecuencias con
cuidado.
Para una descripción detallada acerca de la investigación sobre la homosexualidad, sus causas, la
bisexualidad, su aceptación social (o no aceptación), la formación de una comunidad gay a
comienzos del siglo XXI, etc. remitimos al lector al libro Homosexualidad y psicología.
Causas de la homosexualidad
Existen tres explicaciones principales acerca de las causas del comportamiento homosexual, tanto
en varones como en mujeres:
2. Teoría del aprendizaje. El muchacho o la niña aprende a ser homosexual por medio del refuerzo
(gratificación) que recibe por esta conducta. Generalmente, la homosexualidad empieza temprano
en la vida, en la mayor parte de los casos durante la adolescencia. Alguien enseña al muchacho o la
niña las conductas homosexuales (incluidas la masturbación recíproca, el sexo oral, el anal, etc.). La
orientación sexual termina de definirse en la adolescencia. En muy pocos casos dicho aprendizaje
ocurre durante la madurez.
3. Teoría genética. Investigaciones recientes indican que existen factores genéticos, hormonales y
neuroanatómicos que difieren en homosexuales y heterosexuales, tanto para hombres como para
mujeres. En gemelos monocigóticos, si uno de los miembros de la pareja es homosexual, la
probabilidad de que el otro lo sea es aproximadamente del 50%; para gemelos dicigóticos es mucho
más baja y lo mismo para hermanos. Además, la reacción ante los esteroides (en particular los
estrógenos) del eje hipotálamo-pituitaria-gónadas es diferente en homosexuales y heterosexuales.
Las diferencias neuroanatómicas son las más interesantes: el núcleo supraquiasmático es más
grande y alargado en homosexuales que en heterosexuales. El núcleo intersticial del hipotálamo
lateral es más pequeño en homosexuales que en heterosexuales. La comisura anterior -que es un
tubo de fibras que conecta los lóbulos temporales de los dos hemisferios cerebrales- es más grande
en homosexuales que en heterosexuales.
Dentro de este contexto de investigación contemporánea, ha surgido una alternativa a las terapias
tradicionales, que se ha denominado muy genéricamente terapia afirmativa para homosexuales (de
ambos géneros, tanto hombres como mujeres). Se enmarca dentro de los nuevos enfoques de
integración de la psicoterapia y se considera a la luz de los derechos humanos (2).
CASOS Y TESTIMONIOS
Los prejuicios y estereotipos hacia las personas LGTBI inciden en el tipo de tratamiento brindado por
los profesionales de salud. De los testimonios recabados e informes publicados por sus
organizaciones, se desprende que cuando una persona de este colectivo se acerca a un
establecimiento de salud por una dolencia cualquiera y es identificada como tal, una reacción común
que obtiene del personal de salud es interrogarla sobre si tiene alguna ITS o viven con el VIH.
La alta prevalencia del VIH entre los HSH y mujeres trans y los prejuicios derivados de dicha
condición han conllevado también a que los establecimientos de salud vengan limitando
injustificadamente la donación de sangre de las personas LGBTI debido a su orientación sexual e
identidad de género.
Esta situación se debe, en parte, a la existencia de una pregunta sobre la orientación sexual
(homosexual, bisexual) en el «Formato de selección del postulante» contenido en la Norma Técnica
Nº 016-MINSA/DGSP-V.01 del Sistema de Gestión de Calidad del Programa Nacional de
Hemoterapia y Bancos de Sangre del Ministerio de Salud. En el mes de julio de 2015, la Defensoría
del Pueblo tomó conocimiento del caso de la ciudadana J.T., quien fue impedida de donar sangre en
la Clínica Anglo Americana (Lima) por ser lesbiana. Lo mismo le ocurrió a G.D.Z.M., que acudió al
Hospital Goyeneche de Arequipa para donar sangre, pero al poner en evidencia su orientación
homosexual no pudo hacerlo y fue «invitado» a retirarse. Aunado a ello, el estigma y discriminación
que los afecta puede llevar a las personas LGBTI a no acudir a los establecimientos de salud o
hacerlo tardíamente. Incluso quienes deciden hacerlo pueden no optar por revelar su orientación
sexual para no ser víctimas de tratos discriminatorios, poniendo en riesgo su salud e incluso su
propia su propia vida. Los medios de comunicación dan cuenta de muertes de personas trans
ocasionadas por la aplicación del silicón industrial o aceité de avión, en su afán por transformar sus
cuerpos y adecuarlas a su identidad de género. Dicho procedimiento es realizado por sus propias
compañeros/as, dado a que el sistema de salud no provee información o consejería sobre la
transformación de sus cuerpos, el uso de hormonas o siliconas ni sobre los riesgos que conlleva su
uso.
Vinculado con lo anterior, un aspecto pendiente de solución es el referido a la capacidad legal de los
jóvenes LGBTI para poder acceder a los servicios de salud de manera autónoma (acceso a
consultas, información, medicamentos, servicios y/o tratamientos), pues el no revelar su orientación
sexual o identidad de género a sus padres o tutores puede desalentarlos de acudir a los
establecimientos de salud. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
recomendado a los países reducir la edad de consentimiento para que los adolescentes de las
poblaciones claves puedan acceder a los servicios de salud sobre VIH así como empoderar a los
proveedores para que actúen en su mejor interés. Del mismo modo, ha señalado que se les brinden
servicios de salud sexual y reproductiva de manera autónoma, es decir, sin necesidad de contar con
la autorización o conocimiento de sus padres o tutores legales.
BIBLIOGRAFIA
1. Cáceres CF, Talavera VA, Mazín Reynoso R. Diversidad sexual, salud y ciudadanía. Rev
Peru Med Exp Salud Publica. 2014;30(4):698–704.
3.