FOCAD - Atención Psicológica A Víctimas de Viol de Género Evaluación, Intervención Terapéutica y Herramientas

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Edición nº 43 octubre-diciembre 2020

ATENCIÓN PSICOLÓGICA A
VICTIMAS DE VIOLENCIA DE
GÉNERO: EVALUACIÓN,
INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA
Y HERRAMIENTAS
2ª Edición actualizada
MARIÁNGELES ÁLVAREZ GARCÍA
Psicóloga Especialista en Psicoterapia y Género

Es necesario que el/la terapeuta conecte con el estado mental en el


que se encuentra la paciente, esa conexión implícita es captada por
la paciente, se siente reconocida, empieza a sentir que sus
emociones (miedo, vergüenza, culpa, amor, compasión) y sus
conductas tienen una razón de ser, que han surgido debido al
contexto en el que ha vivido o vive. La conexión emocional entre
terapeuta y paciente facilitará la recuperación de la subjetividad. El
vínculo seguro formado con la terapeuta permite construir otras
narrativas sobre lo ocurrido…”

Carmina Serrano Hernández (p.185) Identificando la


violencia de Genero en las relaciones de pareja. 2018.

Curso válido como mérito formativo que puntuará para la obtención


de las Acreditaciones Nacionales del Consejo General de la Psicología

ISSN 1989-3906
Contenido

DOCUMENTO BASE ........................................................................................... 3


Atención psicológica a victimas de violencia de género: Evaluación, intervención
terapéutica y herramientas

FICHA 1 ........................................................................................................... 24
Herramientas de Valoración

FICHA 2 ................................................................................................................................. 31
Herramientas de Intervención
Consejo General de la Psicología de España

Documento base.
Atención psicológica a victimas de violencia de género:
Evaluación, intervención terapéutica y herramientas
INDICE
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER. INICIO DEL PROCESO.
CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO PARA LA SALUD DE LA MUJER
PROCESOS QUE SE DAN EN LAS RELACIONES DE PAREJA EN LAS QUE SE EJERCE VIOLENCIA DE GÉNERO.
EFECTOS QUE PROVOCA EN LA VÍCTIMA.
COMUNICACIÓN, APEGO, GÉNERO Y PODER
PAREJA, PODER, MALTRATO Y MENTE
MALTRATO Y SUMISIÓN.
TRES SISTEMAS DEFENSIVOS
IDENTIFICACIÓN CON EL AGRESOR
VICTIMIZACIÓN: PROCESO DE TRAUMATIZACIÓN
PORGES Y LA TEORIA POLIVAGAL. IMPLICACIONES EN EL TRAUMA
INDEFENSIÓN APRENDIDA
VÍINCULO TRAUMÁTICO
IMPORTANCIA DE LAS TEORÍAS IMPLÍCITAS DE LAS Y LOS TERAPEUTAS
MITOS QUE HAN INTENTADO EXPLICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA
ELEMENTOS A EVALUAR EN EL PROCESO DE VALORACIÓN
4 EVALUACIÓN DEL TIPO DE VIOLENCIA
4 EVALUACIÓN DE LA SITUACIÓN DE RIESGO
4 EVALUACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS DEL MALTRATO MACHISTA
PROCESO DE EVALUACIÓN: SESIONES
LA ENTREVISTA
OTROS ASPECTOS QUE VAN A FAVORECER EL CLIMA DE LA ENTREVISTA
ACTITUDES A EVITAR DURANTE LA ENTREVISTA
INTERVENCIÓN CON LAS CONSECUENCIAS DEL MALTRATO MACHISTA
INTERVENCIÓN CON MUJERES MALTRATADAS. Objetivo: “reasumir el control de sus vidas”
TRABAJO TERAPÉUTICO CON MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO. Objetivos y tratamiento
RESULTADOS ESPERADOS
BIBLIOGRAFÍA

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER. INICIO DEL PROCESO


En 1993, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia con-
tra la mujer donde se afirmaba que “la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y
las libertades fundamentales e impide total o parcialmente a la mujer gozar de dichos derechos”.
En 1996, la Organización Mundial de la Salud reconocía la violencia contra las mujeres como un problema de salud
pública y la identificaba como un factor esencial en el deterioro de su salud
En 2004, nuestro ordenamiento jurídico regula la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género. Esta abarca aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales y de atención posterior a la
víctima. La violencia de género se enfoca por la Ley de un modo integral y multidisciplinar, se apoya a las víctimas a
través del reconocimiento de derechos.

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La violencia de género, ejercida en el 99% de los casos contra la mujer (Informe anual Consejo General del Poder
Judicial), es un problema que en la actualidad causa una importante alarma social, tanto por las cifras de prevalencia,
como por la gravedad de sus efectos sobre las víctimas. Aunque es fácil identificar la presencia de consecuencias físi-
cas −desde lesiones a trastornos funcionales− sin embargo, siendo más difícil de detectar, los problemas psicológicos
son más graves.
Con respecto a los tipos de violencia de género sufridos por las mujeres (Estudio de la Delegación del Gobierno para
la Violencia de Género 2018), el 89% afirman haber sufrido violencia psicológica, el 68% violencia física, el 42%
violencia económica, el 25% violencia ambiental y el 23% violencia sexual. El 15% de las mujeres del estudio res-
ponde que ha sufrido todas las violencias catalogadas.
Mas de la mitad de las mujeres victimas de violencia de género desarrollan Trastorno de estrés postraumático (TEPT),
problemas de depresión, y frecuentemente otros problemas psicológicos como los diferentes trastornos de ansiedad,
disfunciones sexuales, insomnio, baja autoestima y, en general, un elevado nivel de desorganización y desadaptación
en todas las parcelas de su vida.
Cuando una mujer acude a pedir ayuda, suele ser tras un período largo de sufrimiento como víctima (el promedio en
diferentes estudios es superior a los 7 años), y después de haber agotado, con escaso éxito, los recursos de que dispo-
ne. La gravedad de los daños psicológicos y físicos que experimentaron, además de las consecuencias para hijos e hi-
jas, es la principal razón para tomar la decisión de pedir ayuda y/o denunciar, según declara la mayor parte de las
mujeres víctimas de violencia.
Es necesario tener en cuenta, por lo tanto, que el primer objetivo de la psicóloga o psicólogo será atender a una
mujer que tiene una larga historia de sufrimiento que afecta a los aspectos más íntimos de su vida: su relación de pa-
reja, su familia, su hogar. El hecho de que el hogar −lugar de especial seguridad para todas las personas−en estos ca-
sos se haya convertido en el lugar de peligro, de riesgo, incluso de la propia vida, hace especialmente dramática la
existencia de estas personas.
Por eso debe tenerse en cuenta que, en muchos casos, la evaluación psicológica, o al menos su inicio, debe revestir
más bien un formato de acogida, de apoyo y aceptación profesional y personal de quien acude pidiendo ayuda. Se
debe, en consecuencia, hacer hincapié de inmediato en establecer un entorno seguro y tranquilo. Ha de hacerse ex-
plícito que, en ese momento con él o con la psicoterapeuta, está en una situación de seguridad, que no está sola, que
el objetivo básico es ayudarla a superar los problemas que ahora le parecen insuperables y donde se va a aceptar lo
que diga, al ritmo que ella lo desee, que tiene razón en sus quejas y en su malestar, y que en absoluto es “culpable”
de su problema y su sufrimiento.
Aunque con frecuencia, cuando acude a consulta, la mujer ha contado a alguna persona su problema, suele resultar-
le difícil comenzar a hacerlo, volver a revivir su experiencia ante una persona, como la psicoterapeuta, a quien ape-
nas conoce. El hecho de que con frecuencia sienta vergüenza de su situación y se considere, al menos en parte,
culpable, dificulta aún más esta comunicación. Es fundamental desculpabilizarle desde el inicio de la intervención.
Habrá que establecer el marco de confianza y seguridad para alentarle a hacerlo.
Por otro lado, suele venir tras una crisis en una situación de especial tensión o violencia, por lo que es importante en
estos primeros momentos, estar muy pendiente de sus demandas, haciéndole saber que puede de elegir como avan-
zar. La mayoría de estas mujeres, cumplan o no criterios para el diagnóstico de TEPT, presentan diversa sintomatolo-
gía postraumática (re-experimentación, evitación, embotamiento emocional e hiperactivación) por lo que, recordar
las situaciones de violencia, suele provocar un intenso malestar psicológico. Las preguntas deben ser sencillas, con
pausas, permitiéndole recuperar una información que muchas veces ha evitado, y dando a entender claramente que
está en una situación de seguridad completa, y que estamos para trabajar conjuntamente con el objetivo de mejorar
su vida.
Una consideración final, la propuesta de evaluación que se presenta a continuación es una propuesta de evaluación
diagnóstica, cuyo objetivo es llegar a desarrollar un programa de intervención psicológica para ayudar a la víctima,
no una evaluación forense o pericial.
El proceso de evaluación ha de ser breve. Que facilite una intervención adecuada y rápida. Debe permitir detectar si
hay algún riesgo importante para la víctima (agresión, suicidio…), o hijos/as. Pero también ha de ser lo suficientemen-
te precisa y específica para detectar los principales problemas y orientar una acción terapéutica rápida y eficaz.

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CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO PARA LA SALUD DE LA MUJER


La situación de violencia de género mantiene una estrecha relación con los condicionantes socioculturales, tanto en
su origen, como en su manifestación y consideración (Lorente-Acosta, Lorente-Acosta y Martínez-Vilda, 2000). La vio-
lencia contra las mujeres es la consecuencia de la discriminación y del desequilibrio de poder entre mujeres y hom-
bres en la sociedad. La gravedad de los efectos de dicha violencia y la victimización que produce está definida por el
resultado, es decir, por las lesiones directas que ocasiona, pero sin dejar de lado el particular contexto en el que se
producen (ámbito doméstico y familiar) y la relación existente entre la víctima y el autor de dichas lesiones, una rela-
ción afectiva (Lorente-Acosta y Lorente-Acosta, 1998).
Lorente (1998) habla del denominado Síndrome de Agresión a la Mujer (SAM), en el que las lesiones derivadas de la
situación de maltrato pueden ser físicas y/o psicológicas. Estas últimas van a estar siempre presentes, al tratarse de un
tipo de violencia que cursa de forma crónica, tanto en los momentos próximos a la agresión física, como posterior-
mente, siendo el puente de unión entre cada una de las agresiones (Lorente-Acosta y Lorente-Acosta, 1998).
Las primeras reacciones de la mujer víctima de violencia ejercida en el seno de una relación íntima se caracterizan
por el sentimiento de humillación, vergüenza y preocupación; además de la percepción de pérdida de control, con-
fusión, sentimientos de culpa y miedo vinculados al paso del tiempo (Sarasua, Zubizarreta, Echeburúa y Corral,
2007). Este contexto de violencia ejercida por la pareja/ expareja resulta una de las variables predictoras de la salud fí-
sica y mental de la población general de mujeres, además de afectar a la calidad de vida de las mismas debido a la
sensación de amenaza vital y pérdida del bienestar emocional (Sarasua, Zubizarreta, Echeburúa y Corral, 2007).
Las mujeres que han sufrido violencia de género, por tanto, padecen una multitud de problemas físicos, psicológi-
cos, neurológicos y cognitivos Aún así, el gran cuerpo de la investigación se ha centrado en comprobar las afectacio-
nes sobre los niveles de salud física y mental en esta población.
SÍNDROME DE AGRESIÓN A LA MUJER (SAM) «Agresiones sufridas por la mujer como consecuencia de los condi-
cionantes socioculturales que actúan sobre el género masculino y femenino, situándola en una posición de subordina-
ción al hombre, y manifestadas en los tres ámbitos básicos de relación de la persona: maltrato en la relación de
pareja, agresión sexual en la vida en sociedad y acoso en el medio laboral» (Lorente. M, 1998)
SÍNDROME DE MALTRATO A LA MUJER (SMM) «Conjunto de lesiones físicas y psíquicas resultantes de las agresio-
nes repetidas llevadas a cabo por el hombre sobre su cónyuge, o mujer a la que estuviese o haya estado unido por
análogas relaciones de afectividad”
A nivel cognitivo, existe un escasísimo número de trabajos que hayan estudiado como el maltrato puede afectar al
cerebro, aunque algunos trabajos apuntan a esta posibilidad. Dicha afectación se podría producir a través de tres vías:
1. Daño directo como consecuencia de golpes en la cabeza
2. Daño indirecto a través de las alteraciones cerebrales que producen las secuelas psicológicas, especialmente, el es-
trés postraumático
3. Daño indirecto a través del efecto que el cortisol, segregado en situaciones de estrés crónico, produce en el cerebro.
Con respecto a la primera causa, los datos empíricos muestran que el 92% de las mujeres reportan haber sido golpe-
adas en la cabeza y cara durante la violencia perpetrada por su pareja. Como cualquier otro traumatismo cráneo-en-
cefálico, estos golpes pueden afectar al sistema nervioso central (SNC) de distintas formas. Así, algunas
investigaciones se centran en el daño cerebral vinculado a los traumatismos directos que reciben dichas mujeres en la
cabeza (tanto en el punto del impacto del golpe como en la parte opuesta del cerebro) como por los intentos de es-
trangulamiento y/o secuelas de la posible anoxia o hipoxia cerebral durante dichos golpes, entre otros.
Con respecto a la segunda causa, recientes trabajos han demostrado que las secuelas psicológicas, especialmente el
estrés postraumático, pueden producir alteraciones en el funcionamiento cerebral, y su consecuente repercusión en
áreas como la atención, la función ejecutiva y el procesamiento del dolor.
Por último, se ha encontrado en mujeres víctimas de violencia de género altos niveles de cortisol en saliva, vincula-
dos muchas veces a la historia de victimización y la probable salud mental deteriorada tras el maltrato mantenido, y
al consecuente padecimiento de estrés crónico. La secreción de glucocorticoides, y en concreto de cortisol, afecta al
rendimiento cognitivo de diversas maneras, y muy probablemente, explique un síntoma muy referido en mujeres vícti-
mas de violencia de género como son los problemas de memoria.
Todas estas formas de afectación del SNC pueden ocasionar alteraciones neuropsicológicas, como está ampliamente
documentado en otras afectaciones cerebrales. 

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Las mujeres que han sufrido violencia de género, por tanto, padecen una multitud de problemas cognitivos como
consecuencia de los golpes directos, así como del maltrato psicológico y el estrés crónico que este produce. 

PROCESOS QUE SE DAN EN LAS RELACIONES DE PAREJA EN LAS QUE SE EJERCE VIOLENCIA DE GÉNERO.
EFECTOS QUE PROVOCA EN LA VÍCTIMA
La calidad y cualidad de la comunicación emocional con nuestras figuras de apego es un aspecto central en la cons-
trucción de la identidad. Gracias a las aportaciones de la teoría sobre el apego, sabemos que existen diferentes formas
de conexión emocional entre la criatura humana y sus figuras de apego significativas y que estas interacciones se in-
corporan en nuestra mente como patrones relacionales. El tipo de apego que hayamos establecido: seguro, evitativo,
ambivalente o desorganizado, condiciona la forma en la que se construye nuestra mente, en la que vemos al mundo
a nosotras mismas y a los demás.
Siegel (2005, 2007) plantea que la calidad y cualidad de los vínculos emocionales y las pautas interactivas estableci-
das a lo largo de la vida se conservan en el interior de la mente como memoria implícita y explícita, conformando a la
mente individual. Los estudios actuales en neurociencia ponen en evidencia que existe plasticidad cerebral y que
nuestro cerebro se encuentra en un estado de evaluación y reconstrucción constante. Se ha constatado que las rela-
ciones de apego que se mantienen con la pareja al igual que las que se han mantenido en la infancia construyen y
modifican la mente.
La historia relacional y comunicacional de cada persona junto con su constitución genética conforman la trama de
la identidad. El desarrollo de un yo integrado está condicionado por la cualidad y calidad de las relaciones que se es-
tén manteniendo y se hayan mantenido a lo largo de la vida. Para que las interacciones con las figuras de apego sean
saludables y posibiliten la integración del yo, es necesario que se produzca una comunicación sintónica entre las dos
mentes. La sintonía se consigue cuando las necesidades, motivaciones, intenciones, deseos y estados de mente de ca-
da miembro de la pareja son leídos y tenidos en cuenta por el otro, en este estado, una mente reconoce, da significa-
do y valida a la otra facilitando su construcción y mantenimiento. Serrano Hernández, Carmina (2013)
La mente podríamos definirla como el conocimiento implícito y explícito acumulado a lo largo de los años. Este sa-
ber se adquiere en conexión con otras mentes y constituye la trama de nuestro yo. Es un saber consciente e incons-
ciente. Cada persona sabe los procedimientos que le han sido útiles para relacionarse y sobrevivir.

COMUNICACIÓN, APEGO, GÉNERO Y PODER


No podemos pensar en la comunicación, en la mente y en la supervivencia sin tener en cuenta al género y sus for-
matos. El género nos conforma y está presente en la manera en la que nos comunicamos. Los seres humanos aprende-
mos primero de forma implícita, observando e imitando la forma en la que se comunican las personas de nuestro
entorno: madre, padre, familiares, niños y niñas, entre ellos y con una misma. A partir de estos intercambios aprende-
mos que gestos, posiciones corporales, emociones, deseos, juegos, vestidos, roles, etc. corresponden a cada género.
La forma en la que se viva el género en nuestro entorno condicionará la manera en la que cada persona lo incorpore.
Poco a poco y sin ser conscientes de ello vamos incorporando nuestra identidad, al final del primer año, la mayoría
de las criaturas humanas se reconocen perteneciendo a uno u otro género y ya poseen una forma personal e irrepeti-
ble de vivirlo, este proceso que se inicia con el nacimiento y continúa desarrollándose a lo largo de toda la vida. (San
Miguel, M.T. (2006)
Con la incorporación del formato de género, incorporamos la violencia de género. En las sociedades patriarcales la
dominación masculina tiene todas las condiciones para su pleno ejercicio, se basa en la educación diferencial y en la
división sexual del trabajo que confiere al hombre la mejor parte. No es muy factible transgredir los formatos de géne-
ro sin que la persona se sienta cuestionada, en falta y sancionada.
Existe una socialización diferencial para las niñas y para los niños, esta se trasmite a través de la educación (familia,
juegos, cultura, ciencia literatura, cine, etc.) Los hombres son educados para afirmarse, ser autónomos y ejercer el po-
der sobre las mujeres. Las mujeres son educadas en el código del cuidado del otro y la sumisión. Se les enseña a cui-
dar y a someterse a los hombres.
Con la adquisición del lenguaje y el desarrollo de la capacidad de simbolizar aprendemos a nombrar y dar un signi-
ficado a los hombres y a las mujeres. Bourdieu denomina violencia simbólica a aquella violencia que se va instauran-
do de forma imperceptible a través de la comunicación, esta se ejerce a partir del desarrollo de significados y

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símbolos que atribuye al género masculino todo lo que se identifica con lo positivo, mientras que lo femenino se co-
necta con lo negativo.
Los estereotipos de género, sus mandatos y normas, funcionan como matrices de las percepciones, de los pensa-
mientos y de las acciones de todos los miembros de la sociedad. La construcción de significado no es algo que las
personas realicen de forma aislada. Es un proceso relacional en el que intervienen las relaciones que establecemos
con los otros y también la que mantenemos con una misma. Día a día somos informados de lo que implica ser hom-
bre o mujer, a través de los significados sociales y científicos, medios de comunicación, pareja, amigas, amigos, etc. A
partir de esta información reorganizamos nuestra identidad en el momento a momento de nuestra existencia.

PAREJA, PODER, MALTRATO Y MENTE


Es necesario analizar como incide la relación de pareja en el desarrollo de la mente y de forma más específica los
daños que los vínculos traumáticos generan en subjetividad de las personas que los sufren. El peso tan determinante
que se ha dado a los primeros años de vida no ha dejado ver la importancia que las relaciones de pareja tienen en la
salud, en la regulación emocional y en la mente. El sistema motivacional del apego permanece activo a lo largo de to-
da la vida, en las relaciones de pareja se crea un nuevo vínculo de apego, apego complejo, que se caracteriza por la
interacción entre los estilos de apego de los miembros de la pareja.
Las investigaciones sobre apego adulto evidencian que las relaciones emocionales que mantengamos con la pareja
afectan a los esquemas operativos internos, a la memoria y a la regulación emocional. No podemos pensar en las re-
laciones de pareja sin tener en cuenta los roles y mandatos de género que la sociedad nos traslada sobre cómo deben
de comportarse los hombres y mujeres en sus relaciones. La socialización diferencial genera los estereotipos de géne-
ro y estos condicionan el desarrollo del self, produciendo restricciones en las emociones y estados de mente de los
hombres y las mujeres. Afecta a los ideales, a la moral, a las emociones y al estado corporal de todas las personas. La
violencia de género está intrínsecamente ligada a nuestro imaginario social sobre el amor, en él se define el lugar y la
manera en la que hombres y mujeres deben amarse y relacionarse. La esencia del mito es que, si una mujer ama a un
hombre, las necesidades y deseos de él estarán por encima de las propias. Esta creencia ampliamente extendida en
nuestra sociedad facilita la desigualdad y asimetría en las relaciones de pareja.
La forma en la que el género formula la masculinidad y la feminidad facilita el abuso y no reconocimiento de las
mujeres como seres autónomos con necesidades propias, las necesidades de apego y dependencia no se reconocen
como algo constitutivo de la identidad masculina, estas necesidades son proyectadas sobre las mujeres. La masculini-
dad ha sido formulada como un estado ilusorio de omnipotencia.
Los conflictos en el interior de la relación de pareja son un fenómeno característico de toda relación, la existencia de
desencuentros es una realidad de la que es imposible escapar. El vínculo traumático se instituye cuando en la relación
uno ejerce violencia explícita y/o implícita de mayor o menor intensidad sobre la otra persona como consecuencia de
ello uno se hace con el poder, sus necesidades, emociones y deseos son los que mayoritariamente son tenidos en
cuenta.
Toda relación de pareja es un sistema relacional y como tal posee unos códigos de funcionamiento propios. Las re-
laciones de pareja son bidireccionales, la influencia de ambos participantes es mutua, aunque no necesariamente si-
métrica. La dinámica del sistema se establece a partir de la comunicación, construyendo reglas implícitas y explicitas
que le hacen funcionar. El que detenta el poder dentro de la relación define las normas que mantiene el sistema.
La construcción de un vínculo traumático es un proceso insidioso que se va produciendo en el momento a momen-
to de la comunicación, a través de micro traumas que tienen un efecto acumulativo sin que en muchas ocasiones las
personas participes sean conscientes de ello. Se va construyendo un sistema en que de forma imperceptible las nece-
sidades y deseos de la mujer pasan a un segundo plano y su identidad se va quebrando y el hombre se va situando en
un lugar preponderante.
Habitualmente se identifica como violencia en la pareja, a la violencia extrema, la violencia física, que es visible y
deja huellas. A esta violencia no se llega de forma repentina, ha sido necesario crear una dinámica de inseguridad y
terror, que se establece a partir de un proceso denominado de victimización, en la que la mujer va desarrollando la
identidad de víctima.
Cuando en las relaciones de pareja se instaura una comunicación en la que frecuentemente no existe sintonía, se
puede generar una dinámica relacional que Jessica Benjamín (1988,1995) define como la del amo y el esclavo, el

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amo necesita definir al otro como esclavo y que el sometido a su vez le reconozca como superior. Esta dinámica im-
posibilita el reconocimiento de ambos miembros de la pareja como sujetos iguales. Se va generando una comunica-
ción perversa en la que el objetivo del que domina en el encuentro con el otro no es comunicarse sino imponerse.
Nicolás (2005) plantea que “La comunicación perversa se produce cuando el emisor actúa de manera que su objetivo
es imponer la autoridad en la relación, se entra en la lógica del abuso del poder en la que el más fuerte somete al otro
por el uso de la palabra” (Pág.307)
En la comunicación explícita el maltratador deforma el lenguaje adoptando una voz sin tonalidad afectiva que hiela
inquieta y desprecia. Pseudo-miente utilizando la insinuación, realizando silencios, sarcasmos, burlas y desprecio ba-
jo la máscara de la ironía o de la broma con el fin de generar confusión. Se utiliza la paradoja para desquiciar y gene-
rar dudas sobre la identidad de la víctima, se la descalifica, negándole todas sus cualidades, y señalándola todas sus
insuficiencias, haciéndola sentir que no vale nada. El dominio se establece a través de procesos que parecen comuni-
cativos, pero que en realidad no lo son, su finalidad es: desconfirmar, confundir y despersonalizar.
Este tipo de vínculo genera traumas psíquicos. Uno de los efectos de sufrir malos tratos es que la subjetividad de la
persona queda arrasada, lo que se daña y/o se destruye es la organización psíquica que la persona había construido a
lo largo de la vida, las mujeres maltratadas como todos los seres humanos poseen una organización mental producto
de su historia.
Las personas a raíz de su crianza, educación, cultura, relaciones personales y sociales desarrollan una serie de
aprendizajes implícitos y explícitos que les señalan la forma de conducirse, como atender sus necesidades, que pue-
den esperar de los demás, que deben hacer para mantener el vínculo con sus figuras significativas y es precisamente
este saber y la estructuración mental que conlleva lo que va deteriorándose y en casos extremos perdiéndose.

MALTRATO Y SUMISIÓN
Como y porque se genera la sumisión: Nuestra mente está diseñada para hacer una lectura de la realidad externa e
interna momento a momento. Nuestro cerebro procesa la realidad a partir de tres centros diferenciados: sensorio mo-
tor, emocional y cognitivo. Cada cerebro registra los estímulos provenientes de la realidad interna y externa lo que
permite organizar conductas adaptativas Mac Lean describió el concepto de cerebro triuno como un cerebro que in-
cluye tres cerebros:
4 El cerebro reptiliano, constituido por el tronco cerebral, procesa la información de forma automática a través de las
sensaciones y regula la activación fisiológica.
4 El cerebro mamífero constituido por el sistema límbico regula el apego y las emociones, es menos automático.
4 El cerebro humano constituido por el neocortex, procesa la información a nivel cognitivo, nos permite el autocono-
cimiento y el pensamiento consciente.
Para que el sistema nervioso funcione de forma adecuada la información proveniente de los centros inferiores, tron-
co cerebral y sistema límbico, y debe ser integrada y procesada en el nivel superior, en el neocortex. Cuando una per-
sona sufre malos tratos esta integración no se puede realizar de forma exitosa ya que esta violencia provoca estrés, lo
que afecta a la activación cerebral y a la integración de la información; en estas situaciones cada centro cerebral po-
dría actuar de forma autónoma. Ante la percepción de riesgo el sistema nervioso autónomo organiza las respuestas,
generándose híper o hipoactivación lo que inhibe la integración del procesamiento de la información, y hace que el
yo actúa de forma desorganizada, desplegándose conductas que no son entendidas por la persona ni por los demás.
Solo la presencia del maltratador les intimida, les paraliza, les llena de miedo y ansiedad, aunque en ese momento
no haya agresión. Su activación fisiológica, ritmo cardiaco, respiración y sistemas defensivos innatos se activan de for-
ma automática sin que la persona pueda controlar el proceso. Las mujeres maltratas pueden sentirse desregulada a ni-
vel fisiológico, emocional y/o cognitivo y presentar conductas incomprensibles para los demás y para ellas mismas.
A menudo constatamos que puedan iniciar acciones como pensar en separarse o denunciar a su compañero que
luego no pueden llevar a cabo, pasan de estados de hiperactivación llenas de rabia y agresividad a estados de hipo-
activación en las que se sienten agotadas, sin deseos ni motivaciones.

TRES SISTEMAS DEFENSIVOS


Pat Ogden, Kekuni Milton y Clara Pain (2006) afirman que los seres humanos venimos diseñados para defendernos
de forma automática cuando la ocasión lo requiere. Las formas de defensa dependen del contexto en el que tenga-

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mos que adaptarnos. Existen tres sistemas de defensa que pueden ser activados, rápidamente, como cuando retiramos
la mano del fuego antes de ser conscientes de que nos vamos a quemar, estas defensas se activan de forma automáti-
ca e inconsciente cuando la ocasión así lo precisa. Los tres tipos de defensas serían:
1. Defensas de movilización (ataque o fuga): este sistema se activa en las situaciones en las que nuestra mente evalúa
que es posible o bien huir o atacar.
2. Defensas ligadas al sistema de conexión social y apego, en situaciones de peligro y estrés se activa el sistema del
apego buscando de ese modo apoyo y regulación en aquellas figuras de las que esperamos protección. Y este es lo
que explica las conductas paradójicas en las que las mujeres maltratadas se acercan al maltratador en situaciones
de riesgo.
3. Defensas de inmovilización (paralización, sumisión) Cuando las defensas anteriores fallan, la persona evalúa que es
imposible defenderse, cuando la figura de apego no le protege y/o la daña, entonces hacen su aparición unas de-
fensas más primitivas, las defensas de hacerse el muerto y sumisión, en ocasiones es mejor someterse o hacerse el
muerto que morir.
Estos sistemas defensivos no son exclusivamente humanos, también están presente en el mundo animal. En los vín-
culos traumáticos el dominador va imponiendo un clima de terror, que paulatinamente va dejando a la víctima inde-
fensa, en un principio ésta puede utilizar las defensas activas de ataque/huida, pero cuando el maltratador percibe
que pierde el control despliega conductas más y más dañinas y coercitivas. El clima de terror instaurado afecta a la
mente a las defensas y a los estados emocionales de la víctima que comienza a organizarse como víctima. Se inicia el
proceso de victimización.
IDENTIFICACIÓN CON EL AGRESOR, A este proceso Ferenzi citado por Frankel (2002) lo ha denominado identifi-
cación con el agresor. Para protegerse del daño la víctima trata de anticiparse a los deseos e intenciones del maltrata-
dor, poco a poco y sin darse cuenta la mente del maltratador va ocupando su mente, empieza a desplegar estados
emocionales negativos: miedo, vergüenza, culpa, inseguridad. Ella se mira a través de los ojos del maltratador y se
siente embotada, agotada, confundida y responsable del maltrato que soporta.
El estrés que le genera el maltrato provoca una liberación excesiva de cortisol generando la desactivación de la
función integradora del hipocampo. En estas condiciones la respuesta de lucha-huida-paralización inunda el cuerpo
y bloquea el funcionamiento del hipocampo y la formación de recuerdos explícitos y del saber consciente.
Se producen recuerdos implícitos que no son integrados, estos irrumpen en el presente en forma de imágenes, sensa-
ciones, memorias corporales, emocionales y/o cognitivas, lo que conlleva que la víctima no se siente dueña de su
mente, de sus actos ni de su vida y que no comprende sus procesos mentales. La mujer se derrumba hacen su apari-
ción las defensas de inmovilización (paralización/sumisión) su sistema nervioso se hipoactiva, su mente se ha reorga-
nizado como víctima, para sobrevivir en un entorno abusivo y dañino. Cuando la mujer es maltratada por su pareja
de forma sistemática se genera un vínculo traumático que le atrapa en la relación. FIN IA 1
La experiencia traumática se conserva en su mente de forma implícita, se destruye el espacio, el tiempo y la organi-
zación psíquica previa, la mujer queda atrapada. Los procedimientos defensivos que se fueron constituyendo a lo lar-
go del proceso de victimización, se desencadenan de forma automática, cuando ciertos estímulos son asociados con
las experiencias traumáticas.

VICTIMIZACIÓN: PROCESO DE TRAUMATIZACIÓN


Aparecen cambios en su regulación fisiológica: taquicardia, aceleración de la respiración, temperatura corporal, su-
doración y en sus emociones, puede sentir: miedo, vergüenza, culpa, todo ocurre en fracciones de segundos a nivel
subcortical, sin ser consciente de ello. Estas transformaciones le resultan incomprensibles, la persona que lo sufre no
puede explicarse a que se deben, se le imponen sin que la persona pueda hacer nada por evitarlo.
La víctima siente que no controla su mente, una parte de sí misma ha sido disociada debido a la experiencia trau-
mática y puede reaparecer en su mente en forma de pesadillas, flash back, sensaciones corporales, estados emociona-
les. Muchas mujeres lo expresan en estos términos, “No sé qué me pasa, ya no soy la que era, me siento extraña, no
me entiendo, él tiene razón estoy loca, yo tengo la culpa me pongo histérica, es que soy tonta, no se que hacer a ve-
ces pienso que me quiero separar pero cuando llega la hora no puedo” El proceso de traumatización que se va gene-
rando en los VÍNCULOS TRAUMÁTICOS PROVOCA UNA VICTIMIZACIÓN , en la persona que sufre este vínculo,
la subjetividad de la persona maltratada queda arrasada.

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Ferenczi describe tres acciones virtualmente simultáneas que constituyen la identificación con el agresor.
1) Nos sometemos mentalmente al atacante.
2) Este sometimiento nos permite adivinar los deseos del agresor, penetrar en la mente del atacante para saber qué es-
tá pensando y sintiendo, para poder anticipar exactamente lo que el agresor va a hacer, y de esta manera saber có-
mo maximizar nuestra propia supervivencia.
3) Hacemos aquello que sentimos que nos salvará: por lo general, nos hacemos desaparecer a nosotros mismos a tra-
vés de la sumisión y una complacencia calibrada con precisión, en sintonía con el agresor. Todo esto sucede en un
instante.
Conocer al agresor «desde dentro» en un puesto de observación tan cercano, permite calibrar con precisión en cada
momento cómo apaciguar, seducir, o bien desarmar al agresor.
4 La identificación con el agresor también incluye sentir lo que se espera que uno/a sienta, lo cual puede significar
tanto sentir lo que el agresor quiere que sienta su víctima particular, o sentir lo que siente el propio agresor.
4 Ferenczi (1932) observó que una criatura traumatizada puede «volverse tan sensible a los impulsos emocionales de
la persona a quien teme, que siente la pasión del agresor como propia. Así́, el miedo... puede volverse... adoración»
4 Un fenómeno similar, donde las personas carecen de poder frente a la amenaza y complacen, no sólo con su con-
ducta, sino también con sus emociones, es el «síndrome de Estocolmo», en el cual las personas prisioneras desarro-
llan sentimientos de simpatía, protección, atracción, incluso amor hacia sus captores.
Cuando ha pasado el trauma “recordamos con el cuerpo”. La investigación con escaneo cerebral demuestra que los
recuerdos traumáticos se codifican sobre todo como estados corporales y emocionales más que en forma de relato. Y
cuando el trauma se “recuerda” sin palabras, no se experimenta como recuerdo. Estos estados de memoria física y
emocional implícitos no llevan consigo la sensación interna de que algo esta siendo recordado. Irrumpen en el cuerpo
activando todas las respuestas de que disponemos para protegernos y defendernos. Ataque, huida o sumisión. Todas
las experiencias de peligro que hemos vivido se convierten en estímulos, no podemos elegir como recordar y que re-
cordar. Cuando se ha sufrido trauma en un contexto, los recuerdos se activan en ese mismo contexto. Actuamos, sen-
timos, e imaginamos sin reconocer la influencia de la experiencia pasada en nuestra realidad actual (Siegel1999)

PORGES Y LA TEORIA POLIVAGAL. Implicaciones en el trauma


Stephen Porges (Universidad de Illinois, Chicago) ha desarrollado la teoría polivagal, una teoría que explica como el sis-
tema nervioso autónomo (SNA) interviene en la regulación de las vísceras, la interacción social, el apego y las emociones.
Esta teoría parte de la distinción entre las dos ramas del nervio vago, craneal, que tienen relaciones distintas ante el
estrés evolutivo en los mamíferos y sobre todo en el hombre. La rama más primitiva provoca comportamientos de in-
movilización (por ejemplo, fingiendo la muerte), mientras que la rama más evolucionada está vinculada a la comuni-
cación social y las conductas de relajación.
Estas funciones siguen una jerarquía filogenética, donde los sistemas más primitivos sólo se activan cuando las es-
tructuras más evolucionadas fallan. Estas vías neuronales regulan Estado autonómico y la expresión de la conducta
emocional y social. Por lo tanto, según esta teoría, el estado fisiológico dicta el rango de comportamiento y experien-
cia psicológica. La teoría polivagal tiene muchas implicaciones en el estudio del estrés, las emociones y el comporta-
miento social. 
Sus estudios defienden que el SNA está formado por dos ramas principales la simpática que está relacionada con la
alerta (sudoración, enrojecimiento, tensión etc..) y la parasimpática que activa la relajación y la calma, serían como el
acelerador y el freno de un coche. El matiz que Porges aporta es que la rama parasimpática estaría dividida a su vez
en dos ramas diferentes.
La teoría polivagal de Porges tiene un valor crucial en la psicología, porque nos permite entender por qué ante una
situación que provoca mucho estrés o miedo se producen parálisis a nivel corporal, y por qué ello a nivel mental pro-
voca la disociación traumática de la personalidad y disociación somática. Nos permite entender lo importante que es
la sensación de seguridad de un niño y niña con sus personas de referencia, y de un o una paciente con su terapeuta,
si no hay seguridad no se puede hacer una terapia eficaz.
Cuando el cerebro percibe algún peligro, se activa la amígdala, la cual envía una señal al cuerpo a través del SNA.
Primero se activa la rama parasimpática, tratando de no activar la simpática, que es mucho más costosa energética-
mente. Los pasos que da el SNA ante un peligro van en dirección opuesta a la adquisición evolutiva:

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1. Respuesta social: La primera respuesta sería en busca de ayuda. Se busca apoyo social. En el caso de bebes y niños
y niñas, se busca el contacto físico y emocional con las personas cuidadoras.
2. Movilización lucha/huida: Si la ayuda no aparece o no es suficiente, se produce una activación del simpático. Apo-
ya la actividad motora y metabólica de defensa. Si esto tampoco resuelve la percepción de falta de seguridad, en-
tonces se activan los circuitos dorsovagales.
3. Inmovilización: Al resultar imposible tanto la lucha como la huida, se activa la rama dorsovagal, que provoca una
respuesta de inmovilización y apnea (asfixia) con bradicardia (el corazón late más lento). En adultos se activa cuan-
do se siente que la vida está en peligro. En bebes, niñas y niños se activa cuando la amenaza se percibe como ex-
cesiva y no hay recursos cognitivos ni emocionales para afrontarla. Cuanto menor sea la edad de la criatura y, por
tanto, más escasos sus recursos, con más facilidad se producirá la activación de la rama dorsovagal. La inmoviliza-
ción no resulta traumática en los casos en los que haya vínculos emocionales de confianza, bien con las personas
cuidadoras en la edad temprana o con otras personas adultas en edades posteriores.
4. Si la inmovilización la provoca alguien que genera seguridad, se activa la rama ventrovagal que promueve la cone-
xión emocional y la relajación.
La activación de la rama dorsovagal busca la inmovilización en mamíferos como forma de escapar a posibles preda-
dores y de no malgastar recursos, pero resulta extremadamente traumática en las personas. Una criatura que perciba
un peligro que desborde sus capacidades de afrontamiento puede sufrir una inmovilización por miedo, provocando
un estupor muy característico en niños y niñas muy asustados o abandonadas.
Cuantas más veces se haya producido la inmovilización (o congelación) en edades tempranas, más probabilidades
hay de que se repitan en el futuro. Esto explica porque personas que han sufrido abusos en su infancia (psicológicos,
físicos o sexuales) tienden a no reaccionar e inhibirse cuando sufren abusos en la adultez.

INDEFENSIÓN APRENDIDA
La indefensión, es un aspecto estudiado por Martin Seligman. Su teoría se basa en la idea de que la persona se inhi-
be mostrando pasividad cuando las acciones para modificar las cosas no producen el fin previsto.
“A la indefensión se llega cuando: se expone a la víctima a peligros físicos y no se le advierte o ayuda a evitarlos, se
la sobrecarga con trabajos, se le hace pasar por torpe, descuidada, ignorante etc.; la falta de afecto unido a la repeti-
ción y prolongación en el tiempo de actitudes despreciativas, acompañadas con bruscos cambios del estado de ánimo
del agresor, sólo es comparable a algunas torturas.” (Miguel Lorente Acosta)

VÍNCULO TRAUMÁTICO
Métodos que logran:
4 Inducir Terror
4 Controlar la mente y el cuerpo de la víctima
4 Ejercen violencia y deprivación física y psicológica
4 Aislamiento de la víctima
La víctima es dependiente del perpetrador
4 para sobrevivir,
4 para mantener las necesidades corporales básicas y
4 para reconocer la realidad

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IMPORTANCIA DE LAS TEORÍAS IMPLÍCITAS DE LAS Y LOS TERAPEUTAS: Recursos que las y los terapeutas deben
desarrollar para ayudar a las mujeres que están atrapadas en un vínculo traumático.
La violencia física es el último eslabón de la violencia de género. Junto a ella existen otras formas de violencia de
género: simbólica, económica, política, emocional y sexual, mucho más difíciles de detectar. Para reconocerlas hay
que incorporar los conocimientos desarrollados por los estudios de género.
Al igual que en medicina hasta el descubrimiento del microscopio no se pudo reconocer la importancia de virus y
bacterias; en violencia de género hay que ponerse las gafas que aportan los estudios sobre violencia de género, para
identificarla y reconocer su influencia en la enfermedad y las consecuencias para la salud,
Las y los terapeutas debemos ser capaces de revisar los modelos teóricos a partir de los cuales interpretar la violen-
cia de género y el maltrato. Las escuelas en las que hemos sido formadas condicionan nuestra forma de entender la
realidad y la manera en la que nos acercarnos a ella. Nuestras teorías explícitas e implícitas condicionan la co-cons-
trucción que paciente y terapeuta realizan sobre la historia y subjetividad del paciente.
El conocimiento de los y las terapeutas está siempre situado en un espacio y un tiempo concreto y en una sociedad y
cultura determinada. Es imposible tener una teoría del conocimiento que no tenga en cuenta el contexto social y cul-
tural del sujeto cognoscente. El conocimiento y las prácticas científicas están siempre “situados”. Foucault. (1994) afir-
ma que el conocimiento explica y construye la realidad, haciéndose difícil tomar distancia de las teorías con las que
conocemos el mundo, pues ellas pasan a formar parte de la propia realidad, la construyen.
Las y los terapeutas deben desarrollar una capacidad crítica hacia los paradigmas con los que tradicionalmente se ha
explicado el maltrato y la sumisión, los modelos tradicionales no han tenido en cuenta la importancia que el contex-
to, las relaciones, el poder y la violencia de género, tienen en la construcción de la mente y en su desarrollo.
Ciertos saberes tradicionales se han apoyado en una serie de mitos que hemos aceptado como “verdades. Estos mi-
tos han ocultado la violencia de género, el contexto en el que se genera y los procedimientos a partir de los cuales se
ejerce.

MITOS QUE HAN INTENTADO EXPLICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA


Mito de la Mente Aislada. - Tradicionalmente se ha explicado la mente y a la enfermedad mental desde una perspec-
tiva biologicista e individualista. El desarrollo de cada ser humano estaba determinado por su constitución genética.
Lo natural era estar sano, las personas que sufrían eran enfermos mentales y sus enfermedades se debían a su constitu-
ción genética. Al estudiar al sujeto de forma aislada, no se ha tenido en cuenta que el sufrimiento psíquico de cada
ser humano se debe a las condiciones en las que el sujeto ha vivido y vive.
Mito del Masoquismo Femenino. - Si las mujeres estaban atrapadas en relaciones que les hacían sufrir esto se debía a
su constitución genética. Las mujeres son masoquistas y buscan el maltrato porque obtienen beneficios de él.
Mito del Sadismo. - Si los hombres maltratan a las mujeres se consideraba que esto se debía a su sexualidad, la sexua-
lidad de los hombres tiene un componente agresivo. El dominio y abuso de los hombres sobre las mujeres, se ha justi-
ficado mediante la interpretación del determinismo biológico.
Mito del Amor Romántico. - Media naranja, la esencia del mito implica la creencia de que, si una mujer ama a un
hombre, lo deseos y necesidades de él están por encima de los propios. Quienes asumen este modelo de amor tienen
más posibilidades de ser victimas de violencia y de permitirla pues consideran que la relación con su pareja, el amor,
es lo que da significado a sus vidas.
Dependencia emocional, este término describe algo de lo que les ocurre a las mujeres maltratadas, estas conductas
son el producto del maltrato, pero si no se les enmarca en qué contexto surge podemos caer en el riesgo de ocultar
nuevamente a la violencia que las mujeres están sufriendo y considerar que la dependencia surge de forma aislada en
la mente de la mujer y que ella es la única responsable. Este tipo de explicaciones retraumatizan a las mujeres porque
no se les muestra que su conducta surge en un contexto y que va a ser necesario que se produzca un cambio en el
vínculo que ella mantiene con su pareja para que este síntoma desaparezca.

ELEMENTOS QUE HEMOS DE EVALUAR EN EL PROCESO DE VALORACIÓN


EVALUACIÓN DEL TIPO DE VIOLENCIA
Que tipo o tipos de violencia ha padecido la víctima, la duración, frecuencia e intensidad de la misma, cómo ha
evolucionado, si afecta a otros miembros de la casa, y de qué manera considera ella que le ha afectado la situación

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vivida. También qué estrategias de afrontamiento ha puesto en marcha y qué resultados ha obtenido con ellas, así co-
mo si cuenta con apoyo social −en especial para hacer frente a este problema−y hasta qué nivel. Esta identificación
permitirá establecer las características del problema de forma más precisa, así como las posibilidades de solución o
los recursos específicos con que se podrá contar en la intervención. Entrevista estructurada de violencia (Ficha 1)

EVALUACIÓN DE LA SITUACIÓN DE RIESGO


Valorar la situación de peligro o posible riesgo. Además de evaluar el riesgo es importante identificar el riego de sui-
cidio o intentos autolíticos. Para ello disponemos de la Escala de Predicción de Riesgo de Violencia Grave Contra la
Pareja (EPV-R) (Ficha 1)

EVALUACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS DEL MALTRATO MACHISTA


La violencia sufrida sin duda ha tenido efectos, a veces incluso muy intensos y perdurables, por lo que es importante
investigar qué efectos se han producido en cada caso para poder ayudar a las víctimas, de forma precisa y eficaz, a
manejar y superar las consecuencias del maltrato, en muchos casos cronificadas. Entre las consecuencias psicopatoló-
gicas más habituales cuya presencia es conveniente indagar examinaremos:
4 Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
4 Trastorno de estrés postraumático complejo (DESNOS pag.19)
4 Depresión.
4 Problemas de Autoestima.
4 Problemas de Adaptación personal, familiar y social.
4 Problemas de ansiedad (Fobia social, Ansiedad generalizada, Agorafobia…)
4 Cogniciones postraumáticas acerca del suceso traumático, de sí mismas y del mundo.
4 Abuso y dependencia de sustancias (alcohol, tranquilizantes, otras dogas…)
4 Problemas de sueño
La desregulación permanente daña la organización y cohesión de su yo; a nivel cognitivo, como la información no
se puede procesar a nivel cortical, se incorpora la atribución de significado del maltratador. Sus conductas se vuelven
rígidas e inflexibles, lo que genera dificultades para percibir sus diferentes estados emocionales y los de los demás. La
persona no puede desarrollar un conocimiento consciente sobre sí, y las conductas desarrolladas serán impulsivas e
irreflexivas.

PROCESO DE EVALUACIÓN: SESIONES


Surge la necesidad de articular una metodología, en la búsqueda conjunta de una respuesta unitaria, para el aborda-
je de la valoración, diagnóstico y tratamiento en el marco de Programas de Atención Psicológica a Mujeres Víctimas
de Violencia Machista y/o posibles delitos contra la libertad sexual.
Nuestro marco estipula al menos, tres sesiones iniciales para la fase de valoración y diagnóstico. De ellas dos son de
evaluación y una de devolución, lectura del informe y consentimiento informado. Tras ello es necesaria una sesión de
coordinación con la entidad que ha realizado la derivación del caso. Debemos trabajar en equipos multiprofesionales
especializados.
El modo de enfrentar las sesiones va a depender de la casuística personal, cada paciente tiene su propia unicidad, y
deberemos atender los ritmos para desplegar nuestro estilo terapéutico.

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LA PRIMERA SESIÓN: Es fundamental establecer un vínculo de confianza que favorecerá posteriormente la relación
terapéutica. Imprescindible para conocer y valorar la experiencia traumática que le ha conducido a la situación ac-
tual. Ha de vivir este como un espacio libre, contingente y de acogida.
Debemos intentar centrarnos en evaluar los antecedentes personales, análisis de la violencia, del momento actual;
atenderemos la potencial peligrosidad de la persona agresora, y el análisis del apoyo social y de los estilos de afronta-
miento.

OBJETIVOS ASPECTOS A EVALUAR

4 Encuadre dentro del Programa 4 Explicar el proceso y observar respuestas

4 Acogida de la víctima. 4 Analizar su expresión emocional.

4 Analizar su expresión emocional. 4 Situación actual de violencia de género que


experimenta. Existencia de victimización.

4 Identificar las características actuales de 4 Situación actual de la víctima.


su situación. Indicadores

4 Identificar el grado de peligro que corre 4 Riesgo de suicidio.


la víctima. 4 Peligrosidad del agresor.

LA SEGUNDA SESIÓN: nos centramos en evaluar las consecuencias del maltrato vivido. Priorizaremos evaluar la
presencia de trastornos como TEPT, Depresión, Problemas de ansiedad, autoestima, nivel de adaptación, y cognicio-
nes postraumáticas, salud física y calidad de vida. Pueden cumplimentar los inventarios al finalizar la sesión, darles
instrucciones y finalizar de ese modo.

OBJETIVOS ASPECTOS A EVALUAR


4 Identificar las características 4 Historia del maltrato

4 Identificar estrategias utilizadas para 4 Tipos de maltrato o violencia padecidos


afrontarlo y su eficacia.

4 Identificación de los recursos personales 4 Habilidades y recursos de afrontamiento


utilizados y eficacia de éstos.

4 Identificar calidad de vida actual de la 4 Apoyo social.


mujer.

4 Identificar la sintomatología psicológica 4 Valorar sintomatología psicológica.


compatible con la situación maltrato 4 Valorar TEPT
vivida. 4 Valorar abuso y dependencia de
sustancias

LA TERCERA SESIÓN la dedicamos a realizar la devolución del informe elaborado, para explicar a la paciente de
los resultados de la valoración. Es importante que adaptemos las explicaciones a los diferentes niveles de conciencia
de la persona involucrada.

LA ENTREVISTA
Aspectos para facilitar la comunicación con mujeres víctimas de violencia.
4 Atención: La paciente debe percibir que se está escuchando con interés, nuestra actitud corporal (firme y orientada
hacia ella) debe confirmar ese interés, apoyándonos en manifestaciones como inclinaciones de cabeza, mirándola
directamente a los ojos, etc. Cuidar la comunicación no verbal, no mostrando señales de asombro o, por el contra-
rio, desinterés.
4 Empatía: La escucha activa, sin interrupciones, ni juicios, que la mujer perciba que su relato nos interesa, que
podemos entenderla y comprender su sufrimiento. Es importante que ella sienta que es escuchada: repitiendo
palabras importantes que dice, haciendo preguntas aclaratorias que nos ayuden a comprender lo que expresa.
“Sin la empatía no puede darse una comunicación efectiva, pues se corre el riesgo de estar hablando de dos re-
alidades diferentes”

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4 Claridad del lenguaje: Siempre es necesario adecuar nuestro vocabulario, pero en el caso de las mujeres sometidas
a violencia se debe tener especial cuidado ya que están sometidas a unos niveles de ansiedad elevados que pueden
dificultar la comprensión y, por tanto, la comunicación.
4 El uso de los silencios: Cuando se respetan los silencios en el transcurso de la entrevista se facilita la elaboración y
la reflexión de la mujer sobre los contenidos abordados a lo largo de la entrevista, se da la oportunidad a la víctima
de expresar los sentimientos y a la persona profesional le facilita el conocimiento de la situación por la que atravie-
sa la mujer. El silencio debe poder “tolerarse” mientras ambos lo deseen, pero si le interrumpe debe identificar si
ello es debido a sus propias emociones. “El silencio de la paciente requiere de un acompañamiento atento por parte
de las y los profesionales de la salud”.
4 La retroalimentación: Nos va a permitir contrastar si la mujer comprende la información proporcionada a lo largo
de la entrevista. Para ello, se puede preguntar sobre los aspectos concretos abordados para que ella pueda identifi-
carlos y los ponga en relación con su propia situación.
4 La eficacia de las preguntas: cuando se pregunte a las pacientes tendremos que optar por aquellas que requieran
una mayor o menor concreción en la explicación por parte de la mujer, dependiendo del momento de la entrevista
la animaremos a ser más o menos precisa, con ello le ayudaremos a reflexionar y a ir elaborando su situación.
4 El respeto: Es muy valioso para la paciente sentirse comprendida y no juzgada. Sus valores y convicciones son qui-
zás la causa de su atrapamiento en la relación violenta. Las y los profesionales de la salud con su actitud deben
transmitir apoyo para ayudar a la mujer a salir del proceso de la violencia, a través de una relación que potencie su
autonomía y no su dependencia, en este caso hacia los servicios sanitarios.

OTROS ASPECTOS QUE VAN A FAVORECER EL CLIMA DE LA ENTREVISTA:


4 Creer a la mujer y hacérselo saber: Si conocemos al agresor, puede parecernos difícil que se corresponda con lo
que la mujer nos está relatando ya que generalmente los agresores, fuera del ambiente doméstico, mantienen actitu-
des normalizadas que nada indican de su comportamiento violento.
4 Validar sus sentimientos: Lo habitual es que la mujer tenga sentimientos ambivalentes hacia su pareja: de amor y
miedo, de culpa y rabia, de tristeza y esperanza. Le ayudaremos a ver que son normales y comprensibles.
4 Ofrecerle mensajes positivos y señalarle sus capacidades y logros: Que contrarresten los muchos que seguramente
ha recibido que la minusvaloran y la acusan. Por ejemplo: “Tú no tienes la culpa”. “Tú no eres la única. Esto les
ocurre a muchas mujeres”.
4 Resaltar los problemas que ha resuelto, las estrategias que ha desarrollado, aunque su esfuerzo no haya tenido éxi-
to. Con el objetivo de recuperar y potenciar sus recursos personales.
4 Apoyar las decisiones de la mujer: Si bien puede ser útil a la mujer que se le hagan propuestas sobre actuaciones a
llevar a cabo, una vez que ha tomado una decisión es preciso ser pacientes y respetuosas/os, aunque no estemos
de acuerdo con la misma.
4 Ofrecerle informaciones que le ayuden a entender lo que está pasando y trabajar la derivación a otras/os profesio-
nales especializadas/os que le puedan ayudar.

ACTITUDES A EVITAR DURANTE LA ENTREVISTA


4 Pretender dar la impresión de que todo se va a arreglar fácilmente
4 Dar falsas esperanzas
4 Decir que basta con tratar al compañero para que la situación se arregle
4 Decir que basta con irse para solucionar el problema
4 Culpabilizar a la paciente a través de frases como:
4 ¿Por qué sigue con él? ¿Qué ha hecho usted para que él sea tan violento? Si usted quisiera realmente acabar con la
situación, se iría.
4 Evitar una actitud paternalista ya que ésta implicaría una interferencia en el proceso de adquisición de su autono-
mía en el que estas mujeres están inmersas.
4 Tratar el problema como un simple conflicto de pareja o derivarla a terapia de pareja. La terapia de pareja está ab-
solutamente contraindicada, ya que puede poner más en riesgo, si cabe, la vida de la mujer.
4 No se pueden imponer los propios criterios y decisiones ya que ante todo está la seguridad de la víctima. Presionar
imponiéndose implica utilizar las mismas estrategias del agresor.

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4 Manifestar prejuicios sobre la violencia machista. Es imprescindible reflexionar sobre los propios valores, creencias
y actitudes en relación con la violencia.

INTERVENCIÓN CON LAS CONSECUENCIAS DEL MALTRATO MACHISTA


La violencia sufrida sin duda ha tenido efectos, a veces incluso muy intensos y perdurables, por lo que tras diagnosti-
car los efectos en cada caso, de forma precisa y eficaz, intervendremos para ayudarles a superar las consecuencias del
maltrato, en muchos casos cronificadas.

CONSECUENCIAS EN LA SALUD
A. CONSECUENCIAS MORTALES:
4 Homicidio
4 Suicidio
B. CONSECUENCIAS NO MORTALES:
4 Síntomas inespecíficos
4 Lesiones traumáticas
4 Afecciones genitourinarias
4 Problemas con el embarazo
4 Comportamientos de riesgo
4 Efectos en la salud mental
4 Efectos en los hijos e hijas

EFECTOS EN LA SALUD MENTAL


4 Patologías agravadas
4 Trastornos cognitivos y relacionales
4 Trastorno por Estrés Postraumático y Depresión

DEPRESION
4 Es el trastorno más diagnosticado
4 Factores comunes:
a. Estado de ánimo
b. Desesperanza
c. Baja autoestima
d. Culpa
e. Pérdidas
f. Falta de proyección de futuro
4 Suicidio:
a. Probabilidad entre 3 y 5 veces mayor
b. Violencia como causa de uno de cada cuatro intentos

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO


Las/os profesionales que trabajan con víctimas de maltrato han incorporado la perspectiva del trauma para explicar
los daños psíquicos que presentan las mujeres que han sufrido violencia de género en sus diferentes versiones (emo-
cional, física, cognitiva, económica, sexual). Este marco teórico permite entender los padecimientos de las mujeres
maltratadas, articulando sus dolencias con las condiciones en las que viven. Dongil, E. (2009)
Las consecuencias psicológicas del maltrato crónico pueden resultar devastadoras para la regulación emocional de
la persona que lo sufre.
Abordaje del trauma: En el trauma hay una distancia excesiva entre la cualidad de la vivencia y el lenguaje común
para describirla. Hemos de poner como objetivo:
1. La creación de una narrativa PROPIA para el hecho traumático, y para superar las secuelas.
2. Abordar el contexto y lo que le ocurrió. La narrativa que ella trae, está desintegrada. Se ha de trabajar para que no

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se identifique con mensajes sociales potencialmente patógenos en tanto que resultan victimizantes, negadores o
culpabilizantes.
3. Terapeuta y paciente elaboran una visión sanadora y no patogénica del episodio traumático y de los otros.

EFECTOS DEL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO TEPT


1. REEXPERIMENTACIÓN a) Miedo
b) Pesadillas
c) Recuerdos intrusivos

2. EVITACIÓN a) Distanciamiento emocional


b) Aislamiento
c) Escasa proyección de futuro

3. ACTIVACIÓN FISIOLÓGICA a) Dificultades en el sueño


b) Problemas de atención y concentración
c) Irritabilidad
d) Hipervigilancia
e) Alerta y sobresalto

En el trauma, la adrenalina, hormona que nos prepara para la acción, se mantienen altos los niveles.
El hipocampo procesa la memoria. Los altos niveles de hormonas de estrés, como la adrenalina, pueden hacer que
deje de trabajar correctamente. Flashbacks y pesadillas continúan porque los recuerdos del trauma no pueden ser pro-
cesados. Si el estrés desaparece y los niveles de adrenalina vuelven a la normalidad, el cerebro es capaz de reparar el
daño por sí mismo, al igual que otros procesos de curación natural del cuerpo. Entonces, los recuerdos perturbadores
pueden ser procesados y los flashbacks y pesadillas desaparecerán lentamente.

Tratamiento del TEPT


4 Psicoeducación en las 2 primeras semanas tras exposición al trauma
4 Tratamiento psicológico
4 Tratamiento farmacológico si la paciente permanece angustiada. (inhibidores selectivos de la receptación de serotonina)

Psicoterapia psicodinámica de pacientes con TEPT


1. Crear un vínculo terapéutico de confianza y respecto mutuo.
2. Identificar las estrategias perversas.
3. Discriminar la vulnerabilidad propia de la agresión externa.
4. Verbalizar la ira retenida.
5. Elaborar los sentimientos de culpabilidad: no culpar a la víctima y legitimar la queja.
6. Sustraerse al sufrimiento a través de un verdadero trabajo de duelo y de crecimiento personal.
7. Curarse significa reunificar los aspectos disociados, aprender a proteger su autonomía y a rechazar los ataques con-
tra su autoestima: supone una reestructuración de la personalidad y construir una nueva relación con el mundo. La
conciencia lúcida de las limitaciones personales permite desarrollar aptitudes creativas latentes.

OTROS EFECTOS EN LA SALUD PSÍQUICA


Devastación emocional Victimización

Miedo Autoestima

Parálisis Trastornos del sueño

Desesperanza Trastornos de la atención

Rabia Trastornos de la memoria

Aislamiento Hipervigilancia

Culpa Adicciones

Ansiedad Auto-lesiones

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TEPT COMPLEJO
Las personas que han sido maltratadas desarrollan una sensación de separación y una perdida de confianza en el
mundo y en las demás personas. Además de los síntomas de TEPT, reexperimentación, evitación y activación fisiológi-
ca en los casos complejos:
4 se siente vergüenza y culpa
4 se tiene una sensación de embotamiento y falta de sentimientos
4 no se puede disfrutar de nada
4 se controlan las emociones mediante el uso de drogas, alcohol, o haciéndose daño a sí misma
4 se aísla de lo que está sucediendo a su alrededor (disociación)
4 se tienen síntomas físicos causados por la angustia
4 no se puede expresar las emociones con palabras
4 se puede desear acabar con la vida
4 se asumen riesgos y se hacen cosas “sin pensarlo”.

EL TEPT COMPLEJO O DESNOS (Disorders of Extreme Stress Not Otherwise Specified) incluye tres grupos adiciona-
les de síntomas: Desregulación afectiva. Autoconcepto negativo. Perturbación de las relaciones.

Sintomatología:
4 Alteraciones en la regulación del afecto y de los impulsos, conductas autodestructivas, desregulación afectiva y de
la ira, etc.
4 Alteraciones en la atención o la conciencia (episodios disociativos, despersonalización)
4 Somatizaciones
4 Alteraciones en la percepción de sí misma (culpabilización, minimización) Autoconcepto -
4 Alteraciones en la percepción del agresor (idealización, preocupación por el)
4 Alteraciones en las relaciones con los demás
4 Alteraciones en el sistema de significados de la vida
4 Historia de sometimiento prolongado

TRATAMIENTO DEL TEPT COMPLEJO O DESNOS


Existen guías para el tratamiento del TEPT complejo (Cloitre et al., 2012). Se puede dividir el tratamiento en 3 fases:
4 Fase 1: el objetivo es garantizar la seguridad de la persona mediante la gestión de los problemas de autorregulación,
la mejora de sus competencias emocionales y sociales.
4 Fase 2: en esta fase se centrará en el trauma como tal, y en su procesamiento de los recuerdos.
4 Fase 3: en este momento el objetivo es reintegrar y consolidar los logros del tratamiento y ayudar a la persona a
adaptarse a las circunstancias vitales actuales. Es recomendable realizar un plan de prevención de recaídas.
Es importante que de forma transversal durante toda la terapia se vayan trabajando las creencias sobre sí misma, so-
bre los demás y sobre el mundo, que supone en muchas ocasiones lo más difícil de modificar.
Factores clave: CUERPO (cambios alteraciones). MEMORIA (explicita implícita). EMOCIONES (regulación emocio-
nal muy afectada). CONSCIENCIA.
“Por regulación emocional entenderemos la capacidad para reconocer, modular o controlar la intensidad y la expresión
de sentimientos e impulsos, especialmente los más intensos, de una manera adaptativa. Las emociones nos sirven para va-
lorar situaciones como beneficiosas o peligrosas y también nos proveen de motivación para desarrollar acciones”.
La memoria implícita, no requiere conciencia para ser almacenada ni para activarse, se expresa como comporta-
miento, sensaciones somáticas, emociones. (LeDoux (2015)
El trauma complejo es un trastorno que requiere ser abordado desde varios niveles: el psicobiológico, el relacional y
el social. Nuestro trabajo no debe limitarse a la sintomatología psicobiológica, sino también a reparar, mantener y en
algunos casos crear un desempeño relacional y social que se ha dañado o perdido. El concepto de trauma encarnado
nos ayuda a entender los procesos de traumatización y cómo éstos afectan al cuerpo, a la memoria, a las emociones y
a la consciencia. En nuestro trabajo con este tipo de pacientes es fundamental crear un vínculo confiable y seguro, a
partir del cual el/la paciente pueda elaborar, reexperimentar, resignificar y repararse a nivel intrasubjetivo, relacional
y social, y evitar la retraumatización.

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INTERVENCIÓN CON MUJERES MALTRATADAS.


OBJETIVO: “REASUMIR EL CONTROL DE SUS VIDAS”
Se produce un paso del dolor a la incertidumbre. Desde una situación de aislamiento, continuista con los mandatos
de género, en que se dan enfermedades psicosomáticas, con riesgo para la salud mental. A la incertidumbre de la rup-
tura, sin protección, de temor a lo desconocido. El objetivo es asumir el control, ensayar su propia independencia,
buscando nuevas alianzas si es preciso. Enfrentándose a la censura familiar.

La violencia perversa se establece de un modo tan insidioso que es tan difícil identificarla como defenderse de ella.
La víctima no se da cuenta a tiempo de que sus límites estaban siendo rebasados. Y sin embargo ha absorbido los ata-
ques como esponja. Por lo tanto, tendrá que definir qué es aceptable para ella y, con ello, definirse a sí misma.

1. NOMBRAR
Es importante que el o la terapeuta reconozca como una condición previa que el trauma proviene de una agresión
externa. A menudo le cuesta evocar la relación pasada: por un lado, intentan huir mediante el olvido; y por otro, por-
que lo que podría decir todavía resulta impensable para ella. Le hará falta tiempo y apoyo para irlo expresando poco
a poco. La incredulidad de la o el psicoterapeuta supondría una violencia suplementaria; y su silencio le colocaría en
una posición cómplice del agresor.

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2. LIBERARSE
Cuando se empieza la psicoterapia lo inmediato es liberarse del dolor. La psicoterapia, al menos al principio, debe
resultar reconfortante y tiene que permitirle a la víctima liberarse del miedo y de la culpabilidad.
La paciente tiene que percibir claramente que la o el psicoterapeuta está ahí por ella, y que su sufrimiento no le re-
sulta indiferente. Al reforzar el psiquismo de la víctima y al consolidar sus partes psíquicas intactas, se le ayuda a con-
fiar suficientemente en sí misma como para atreverse a rechazar lo que percibe como nefasto para sí misma.

3. DESEMBARAZARSE DE LA CULPABILIDAD
Ella NO ES RESPONSABLE, sino que asume su situación. «¿Hasta qué punto soy responsable de esta agresión?». La
culpabilidad no permite que la víctima progrese, y a menudo el agresor ya ha señalado su enfermedad mental: (¡Estás
loca!). Más adelante, cuando este sufrimiento se aleje, cuando note la curación, podrá volver a su historia personal e
intentar comprender por qué entró en este tipo de relación destructiva y por qué no pudo defenderse. En efecto, para
poder responder a semejantes cuestiones, primero hay que SER y EXISTIR.

4. SUSTRAERSE AL SUFRIMIENTO
La evolución de las víctimas que se liberan del dominio demuestra que esta experiencia dolorosa sirve de lección:
con frecuencia las víctimas aprenden a proteger su autonomía, a huir de la violencia verbal y a rechazar los ataques
contra su autoestima. La vivencia de un trauma supone una reestructuración de la personalidad y una relación dife-
rente con el mundo. Deja un rastro que no se borrará jamás, pero sobre el que se puede volver a construir.
A menudo, esta experiencia dolorosa brinda una oportunidad de revisión personal. El concepto de D. Siegel (D Sie-
gel, 2011) de “Mindsight” como la capacidad de “no sólo sentir el presente: también supone conocer a fondo el pa-
sado para no acabar prisioneros de elementos de nuestra experiencia que aun no se ha analizado y nos pueden
limitar en un futuro”.
Entender el pasado nos libera y nos permite estar presentes en nuestra vida y convertirnos en autoras y autores crea-
tivos y activos de nuestra historia futura. Desarrollar una comprensión personal de los procesos de la memoria y na-
rración, así como de nuestra manera de vincularnos nos permite cambiar la manera de entender nuestra vida.

CONSIDERACIONES PREVIAS
4 Estilo de contacto e impacto en la/el profesional
4 Grado de conciencia
4 Tipo y gravedad de la violencia y/o de las secuelas
4 Elección de foco
4 Fase de la violencia
4 Áreas de conflicto
4 Alcance de la intervención
4 La seguridad

INTERVENCIÓN
4 Contacto psicológico
a) Permitir el desahogo
b) Escucha activa
c) Tranquilizar, dar seguridad
d) Canalizar y contener sus emociones
e) Mostrar empatía
f) Transmitir esperanza
g) Mostrar un posicionamiento contra la violencia
4 Ayuda a la acción
a) Examinar el problema
b) Explorar la violencia
c) Informar de los recursos y derechos
d) Promover la toma de decisiones
e) Valoración del riesgo

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4 Ofrecer seguridad
a) Alejamiento del agresor
b) Facilitándole los recursos de acogida
c) Retorno al hogar
d) Facilitándole recursos de autoprotección
e) Sosteniendo una “ruptura evolutiva”
4 Recuperación emocional
a) Visibilización de la violencia
b) Trabajo específico con las creencias erróneas, revisión de los roles de género, aspectos emocionales, habilidades
como la relajación u otras técnicas, psicoeducación con los micromachismos y la revisión de las redes de apoyo
c) Trabajo intrapsíquico: resignificación del hecho traumático (Inmaculada Romero 2007, 2015)

TRABAJO TERAPÉUTICO CON MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO


La intervención terapéutica tendrá valor transformador si se apoya en las necesidades actuales de la paciente y le
muestra cómo funciona su psiquismo. Debemos intentar ver el mundo desde donde ellas lo ven.
Es importante realizar con ellas un trabajo psicoeducativo, esto les permitirá comprender los efectos que el maltrato
ha causado en su mente, en sus emociones y en su cuerpo.
Debemos explicarles que el tratamiento es un proceso no lineal en el que habrá avances y retrocesos y que el víncu-
lo emocional que construyamos conjuntamente será lo que generará su recuperación.
Es clave hacerles sujetos de su propia recuperación promoviendo la construcción de defensas que no habían sido
construidas y la reparación de las que han sido dañadas.
Es vital que seamos empáticas con ellas y tengamos presente que conductas que a nosotras nos pueden parecer na-
turales y sencillas a ellas les pueden resultar obstáculos insalvables.
Los buenos tratos permiten contrarrestar los daños provocados por la violencia y tener un enfoque reparador, más
que asistencialista y paternalista. Es por ello, que la intervención que se desarrollará en este contexto de violencia está
dirigida a facilitar modelos de buenos tratos a las víctimas, donde las mujeres puedan sentirse como promotoras de la
resiliencia y así motivar la reconstrucción en los efectos de la violencia de género.
Por último los objetivos que les propongamos deben ser asequibles a la situación en la que se encuentran y deben
ser decididos con ellas, podríamos correr el riesgo de retraumatizarlas.
Este tipo de violencia genera grandes dosis de estrés, afectando a su equilibrio psicobiológico, a sus capacidades psí-
quicas y a su capacidad de defenderse. Dificultando el despliegue de conductas que le permitan modificar las dinámi-
cas relacionales abusivas.
Por lo tanto, el objetivo que debemos lograr es que puedan RECONOCER Y MODIFICAR LOS MODELOS Y PAU-
TAS de comportamiento fundamentalmente inconscientes con los que se relacionan y generar competencias que les
permita mantener relaciones igualitarias.
Todo ello se concreta en los siguientes objetivos de intervención y tratamiento: (Tabla de elaboración propia)

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OBJETIVOS TRATAMIENTO

1. VALORACIÓN DEL RIESGO 4 Establecer estilos de afrontamiento


a. Medidas de autoprotección 4 Potenciar sus recursos personales

2. PERCEPCIÓN DEL MALTRATO 4 Devolución de información: Exposición del modelo explicativo y propuesta
a. Reconocimiento del ciclo de la violencia de tratamiento
b. Reconocimiento de sus indicadores VAD´is 4 Psicoeducación sobre el TEPT. Información sobre las respuestas traumáticas
c. Reconocer la tipología de la violencia sufrida normales
d. Reconocer el impacto en los hijos/as 4 Psicoeducación sobre el Ciclo de la violencia (Walker, L. 1989-2012)
Indefensión Aprendida
4 Nombrar el abuso. Validar sus experiencias de maltrato
4 Psicoeducación sobre el impacto de la violencia en los hijos/as

3. EMPODERAMIENTO: 4 Revisión de creencias.


a. Modificación de Mitos y Creencias 4 Revisión de problemas
b. Autoafirmación 4 Prestar atención a los sentimientos de culpa y a los sentimientos de
c. Asertividad Regulación emocional vergüenza.
d. Toma de decisiones 4 Valoración de cosas positivas. Inventario de sí misma.
e. Potenciar la autonomía y las relaciones igualitarias y de buen trato. 4 Trabajo intrapsíquico: resignificación del hecho traumático
(Dependencia emocional) 4 Psicoeducación sobre Asertividad
4 Aplicación del ARI. Comentarlo y valorarlo
4 Reelaboración afectiva a través del vínculo

4. SINTOMATOLOGÍA CLÍNICA 4 Técnica de control de la respiración


4 Ejercicio físico
4 Técnicas de Relajación
4 Elaboración del duelo por la ruptura de la relación
4 Información sobre el SMM
4 Psicoeducación sobre Teoría del trauma

5. CAMBIOS EN LA REALIDAD SOCIAL 4 Programación de tareas y actividades agradables.


a. Entrenamiento en HHSS 4 Entrenamiento en expresar y recibir afecto
b. Desarrollo de actividades sociales y red de apoyo social 4 Entrenamiento en iniciar y mantener contactos sociales
c. Afrontamiento del Área de lo laboral

RESULTADOS ESPERADOS
4 Adquisición de estrategias para revisar y modificar los estereotipos de género, identificando creencias éticas e idea-
les que se han asumido a lo largo de la vida.
4 Utilización de las herramientas entrenadas (introspección, relajación, expresión en el grupo, registros y autoevalua-
ción) para visibilizar y transformar las relacionales dañinas
4 Lograr utilizar y aplicar la Regulación Emocional para hacer conscientes las emociones negativas y descubrir como
liberarlas.
4 Aproximarse al empoderamiento, al desarrollar la Competencia de la Autoafirmación mediante el conocimiento de
los propios deseos y su consecución.
4 Mejorar la asertividad a través del reconocimiento de sus modalidades personales de comunicación, consiguiendo
mejorar su forma de expresarse y relacionarse.
4 Desplegar la mentalización mediante el reconocimiento de las propias intenciones y de las demás personas, consi-
guiendo desarrollar la capacidad meta cognitiva.
4 Mejorar su valoración descubriendo las formas y expresiones con las que se juzga a sí misma y a las y los demás,
potenciando el desarrollo de una capacidad de evaluación equilibrada sin sentimientos de culpa.
4 Toda psicoterapia es una co-creación que se realiza entre paciente y terapeuta, el trabajo con estas mujeres es una
tarea apasionante, llena de retos y que nos hace crecer como seres humanos.

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Ficha 1.
Herramientas de valoración
1. TABLA DE INSTRUMENTOS DIAGNÓSTICOS PARA LA VALORACIÓN
2. ENTREVISTA ESTRUCTURADA DE VIOLENCIA
3. VAD´IS INDICADORES ANSIOSO-DEPRESIVOS EN VIOLENCIA (2014)
4. EAR, ROSENBERG, 1989 (ESCALA DE AUTOESTIMA DE ROSENBERG)
5. ESCALA DE PREDICCIÓN DEL RIESGO DE VIOLENCIA GRAVE CONTRA LA PAREJA. REVISADA, (EPV-R)
6. MODELO DE INFORME DE DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO PSICOTERAPÉUTICO
7. MODELO DE INFORME FINAL DE TRATAMIENTO PSICOTERAPÉUTICO

HERRAMIENTAS DE VALORACIÓN
En la tarea de valoración y elaboración del informe diagnóstico, podemos utilizar instrumentos de medida y pruebas
específicas, que aplicaremos en función de los aspectos que detectemos la necesidad de evaluar.
A continuación, aparece una tabla donde se recogen los instrumentos y herramientas de evaluación e intervención
para utilizar. Los resultados van a marcar los objetivos de la intervención y el tratamiento indicado en el proceso. Las
diferentes pruebas diagnósticas se contrastan en fase inicial y final, o durante el proceso de intervención.

1. TABLA DE INSTRUMENTOS DIAGNÓSTICOS PARA LA VALORACIÓN

ASPECTOS A EVALUAR AREAS CONCRETAS

VALORACIÓN DE TIPO DE VIOLENCIA EXPERIMENTADO Entrevista Estructurada de Violencia

INDICADORES ANSIOSO-DEPRESIVOS EN VIOLENCIA VAD ́is Indicadores Ansioso-Depresivos en violencia

VALORACIÓN DEL RIESGO Escala de predicción del riesgo de violencia grave contra la pareja-Revisada- (EPV-R) Echeburúa

ESTADO Gral. DE SALUD SINTOMAS PSICOPATOLÓGICOS SCL-90-R, Cuestionario de 90 síntomas.


Adaptación Española

SIGNOS Y SÍNTOMAS PSICOLÓGICOS Y PSICOSOMÁTICOS LSB-50 Listado de Síntomas Breve

AUTOESTIMA EAR, Rosenberg, 1989 (Escala de Autoestima de Rosenberg)

RESISTENCIA AL TRAUMA Test de Resistencia al Trauma TRauma. (2012)


J. Urra Portillo y S. Escorial Martin

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMATICO (EGEP) Escala de Evaluación Global de Estrés Postraumático (2012) M. Crespo y M. Gómez

DEPRESIÓN BDI-II Inventario de Depresión de Beck-II (Adaptación Española 2011)

ANSIEDAD STAI Cuestionario de Ansiedad Estado Rasgo (Adaptación Española 2011)

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Ficha 2.
Herramientas de Intervención

TABLA DE HERRAMIENTAS DE INTERVENCIÓN

ASPECTO A VALORAR INSTRUMENTO UTILIZADO PRÓPOSITO DE LA INTERVENCIÓN

1. ESTILO RELACIONAL ARI (Carmina Serrano) Evaluar e intervenir en el desarrollo de las competencias o
https://www.terapiaygenero.com/ habilidades necesarias para mantener relaciones igualitarias

2. IMAGEN CORPORAL AUTOCONCEPTO Identificar estados emocionales agradables y desagradables,


4 FOTOGRAFÍAS para poder reconocerlos y aceptarlos, sin que eso dañe el
autoconcepto

3. PERCEPCIÓN DEL MALTRATO EL CICLO DE LA VIOLENCIA Psicoeducación sobre el Ciclo de la violencia.


Interiorización y validación emocional.

4. AVANCES EN LA PERCEPCION DEL ANALIZANDO INCIDENTES DE TENSIÓN Y Nombrar el abuso. Validar sus experiencias de maltrato
MALTRATO VIOLENCIA

5. EMPODERAMIENTO REVISIÓN DE MICROMACHISMOS Potenciar la autonomía y las relaciones igualitarias y de


CREENCIAS buen trato

6. EMPODERAMIENTO: MODIFICACIÓN DE MITOS QUE HAN INTENTADO EXPLICAR Atención a los sentimientos de culpa y a los sentimientos de
MITOS LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA vergüenza.

7. TEPT /DESNOS LINEA DE LA VIDA Explorar el trauma. Resignificación de la historia de vida.

Entrevista de Apego Adulto (George, Kaplan, Elaborando la memoria traumática. Evaluar mentalización y
8. APEGO ADULTO Main 1996) funcionamiento reflexivo

9. SANAR EL TRAUMA EJERCICIOS PARA RESTALBECER NUESTRA Identificar el trauma en una misma y ejercitarse para
SENSACIÓN DE SEGURIDAD. (Levine 2013) superarlo. Conectar con el cuerpo. Restablecer la seguridad.

1. CUESTIONARIO-AUTODIAGNÓSTICO SOBRE LAS COMPETENCIAS NECESARIAS PARA MANTENER


RELACIONES IGUALITARIAS (ARI) PAREJA
Este cuestionario permite evaluar el desarrollo de las competencias o habilidades necesarias para mantener relacio-
nes igualitarias. La valoración se efectúa en tres ámbitos: Familia de Origen, Personal, Pareja y Familia construida.
La Asociación Terapia y Género, investiga sobre las competencias para la igualdad. Carmina Serrano elaboró el Test
A.R.I. Prueba que permite identificar los buenos y malos tratos y el nivel de satisfacción alcanzado en las relaciones.
(Hay versión para adolescentes https://www.terapiaygenero.com/)

CUESTIONARIO ARI Restablecer nuestra propia sensación de seguridad


A continuación, te vas a encontrar una serie de preguntas, sobre conductas, sentimientos, opiniones, comportamien-
tos. No hay buenas o malas respuestas, la que importa es la que tú des. Contéstalas sin pensarlo demasiado.
Las respuestas se cuantifican en un gradiente que va del 1 al 6. El 1 significa que esa conducta no la tienes nunca, el
2 que la tienes pocas veces, el 3 que la tienes frecuentemente, el 4 que la tienes muchas veces, el 5 que la tienes casi
siempre y el 6 que la tienes siempre. Señala con una X la puntuación que te parezca conveniente.

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1. AUTOCONCEPTO. IMAGEN CORPORAL. TRABAJO CON LAS CUATRO FOTOGRAFÍAS


El objetivo del trabajo con las cuatro fotografías es identificar estados emocionales agradables y desagradables, para
poder reconocerlos y aceptarlos, sin que eso dañe el autoconcepto.
Se deben buscar cuatro fotografías, dos en las que se aparezca en un estado emocional agradable y otras dos en las
que se aparezca con un estado emocional desagradable.
Se deben precisar los sentimientos que se observan, los acontecimientos que les acompañaron y las creencias acerca
del autoconcepto que se construyeron a partir de esas vivencias.
A continuación, se muestran algunos estados emocionales para que sirvan de referencia: alegría, tristeza, cólera,
miedo, rencor, vergüenza, culpa, celos, desengaño, decepción, esperanza, desesperanza, derrota, deseo, satisfacción,
fascinación, orgullo, interés, desinterés, rabia, envidia, rivalidad, odio, amor, dominio, sumisión, omnipotencia, des-
valimiento, fragilidad, terror, etc.
En la tabla se situarán las emociones que se perciben en cada fotografía, los acontecimientos que las desencadena-
ron y las creencias que las generaron.

IMAGEN CORPORAL AUTOCONCEPTO: 4 fotografías

ACONTECIMIENTO CREENCIAS EMOCIONES

Foto 1:

Foto 2:

Foto 3:

Foto 4:

2. EL CICLO DE LA VIOLENCIA
La violencia es cíclica y creciente y se agudiza. El llamado ciclo de la violencia se refiere a las fases principales que
describen el proceso de la violencia y explica por qué resulta tan difícil para algunas víctimas defenderse cuando la
sufren y alejarse del que provoca esa violencia una vez pasada la fase de agresión. Ahora bien, hay que tener en
cuenta que la violencia no es necesariamente cíclica, ya que, a menudo aparece de repente, y no necesita ni justifica-
ción ni ritmo. Este ciclo de la violencia ha sido descrito por la doctora Leonore WALKER 1989 diferenciando las si-
guientes fases:
1. Fase de la acumulación de la tensión o tensión creciente: durante esta fase las tensiones se van construyendo a par-
tir de pequeños incidentes o conflictos. Esto es resultado de distintas frustraciones del agresor, el cual se comporta
de forma tiránica con su pareja, esperando que su compañera satisfaga todos sus deseos y caprichos, incluso los
que no expresa y solo piensa para él. Ante esta situación la mujer comienza a sentir frustración y vive en un estado
de constante confusión. Esto da lugar a episodios violentos leves, caracterizados por insultos, menosprecios, sarcas-
mos, indiferencia... Además, el agresor achaca a la víctima la tensión existente, con lo que ella recibe el mensaje
de que su percepción de la realidad es incorrecta y comienza a culpabilizarse por lo que sucede.
2. Fase de explosión de la violencia o agresión física: se caracteriza por la pérdida total del control y el comienzo de
las agresiones no sólo verbales y psicológicas, sino también físicas y sexuales. La mujer se muestra incapaz de reac-
cionar, porque la desigual balanza que se ha establecido en la pareja a lo largo del tiempo la paraliza.

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3. Fase de remisión, de calma, ‘luna de miel’ o ‘interludio amoroso’: representa el refuerzo que el agresor da a la víctima
para mantenerla junto a él. Para ello, el agresor se muestra arrepentido, pide perdón, llora y promete que no se repeti-
rá la agresión y que va a cambiar. Todo consiste en compensar a la víctima de modo que ésta no tome decisiones co-
mo denunciarle o abandonarle, reforzando así la dependencia emocional de la mujer con respecto a su agresor y
consiguiendo que la mujer recobre la esperanza en la relación y en las posibilidades de cambio del agresor.
4. Inicio de un nuevo ciclo: a la falsa ilusión que constituye la ‘luna de miel’ le sucede un nuevo ciclo de tensiones.
Surge de nuevo la irritabilidad, se inicia un nuevo ciclo en el que el agresor intenta de nuevo crear miedo y obe-
diencia más que respeto e igualdad. Cada pareja tiene su propio ritmo y las fases duran un cierto tiempo depen-
diendo de cada pareja, pero las fases tienden a ser cada vez más cortas y la violencia cada vez más intensa.
La frecuencia con que se repite el ciclo y la peligrosidad que va alcanzando aumenta a medida que se avanza en la
escalada de la violencia.
Generalmente cuando una mujer que vive violencia hace una petición de ayuda, ya ha dado varias vueltas al ciclo de la
violencia. Además, cada vez que cierra un ciclo, la mujer pierde confianza en sí misma, con lo cual, es importante que en
el momento en que solicite ayuda, se le preste de manera inmediata y sin cuestionar sus decisiones pasadas.

3. ANALIZANDO INCIDENTES DE TENSIÓN Y VIOLENCIA


1. Cual fue el primer incidente físico o psíquico de violencia que se dio en la pareja.
2. El peor incidente de los experimentados. (Suele ser Psicológico)
3. El último incidente de violencia de género.
4. El típico incidente de violencia de género, el que habitualmente se da en su pareja.

1. Describe el primer incidente de tensión o violencia psíquica que recuerdes junto a tu pareja. Recuerda lo que sen-
tiste, si había llegado a dañarte, herirte, o si llegó a hacerte sentir menospreciada. Si percibiste sugerencias violen-
tas o si te sentiste manipulada. Explica el modo en el que viviste ese momento. ¿Cómo crees que debías haber
reaccionado? ¿Qué diferencia se daría en tu modo de reaccionar, si el suceso se hubiese producido en la actuali-
dad? ¿Qué pensaste en aquella primera ocasión en que sentiste que su comportamiento te hería?
2. Relata el peor incidente físico o psicológico de tensión, violencia o agresión que tu pareja te infringió. Hablemos
de lo que te hacía sentir, de lo que pensabas y de cómo respondías.
3. Hablemos del último incidente en el que sentiste tensión interna o viviste violencia psíquica o física en tu pareja.
Comentemos tu modo de reaccionar, tu modo de comportarte en aquella situación. Conversemos sobre lo que pen-
saste y sobre lo que te hizo sentir.
4. Describe cual es el típico incidente que se repetía frecuentemente en vuestra pareja. ¿Qué pensabas ante ello?
¿Qué te hacía sentir ese comportamiento suyo? ¿Cuál era tu respuesta?

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4. MICROMACHISMOS
Conductas sutiles y cotidianas que no se perciben como sexismo o como violencia pero que constituyen verdaderas
estrategias de control o microviolencias que atentan contra la autonomía personal de las mujeres. Son legitimados por
el entorno social que enmascaran modelos de relación sexistas y la aceptación de privilegios de género que implican
la normalización y aceptación de relaciones desiguales y discriminatorias entre hombres y mujeres. (Bonino, L)
A través de ellos se intenta imponer sin consensuar el propio punto de vista o razón. Son efectivos porque los varo-
nes tienen, para utilizarlos válidamente, un aliado poderoso: el orden social. Algunos micromachismos son conscien-
tes y otros se realizan con la «perfecta inocencia» de lo inconsciente.
Con estas maniobras no solo se intenta instalarse en una situación favorable de poder, sino que se busca la reafirma-
ción de la identidad masculina, asentada fuertemente en la creencia de superioridad. Un poder importante en este
sentido es el de crearse y disponer de tiempo libre a costa de la sobreutilización del tiempo de la mujer.

TIPOLOGÍA
4 UTILITARIOS. - Afectan principalmente al ámbito doméstico y a los cuidados hacia otras personas abusando de las
supuestas capacidades femeninas de servicio y la naturalización de su trabajo como cuidadora. En la casa, un ejem-
plo claro de un hombre supuestamente colaborador se vería en la frase: “Cariño, te he quitado el polvo”.
4 ENCUBIERTOS. - Son muy sutiles y buscan la imposición de las “verdades” masculinas para hacer desaparecer la
voluntad de la mujer, que termina coartando sus deseos y haciendo lo que él quiere. Hay micromachismos en los
silencios, en los paternalismos, en el “ninguneo” y en el mal humor manipulativo.
En los micromachismos «encubiertos», el varón oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio. Algunas de es-
tas maniobras son tan sutiles que pasan especialmente desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Impiden el pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere y conducién-
dola en la dirección elegida por el varón.
Provocan en ella sentimientos de desvalimiento, emociones acompañadas de confusión, zozobra, culpa, dudas de
si, impotencia, que favorecen el descenso de la autoestima y la auto credibilidad.
4 COERCITIVOS. - En ellos el varón usa la fuerza moral, psíquica o económica para ejercer su poder, limitar la liber-
tad, restringir su capacidad de decisión y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suelen afectar al espacio y
tiempo de ellos y ellas que siempre pierden.
Provocan un acrecentado sentimiento de derrota posterior al comprobar la perdida, ineficacia o falta de fuerza y ca-
pacidad para defender las propias decisiones o razones.
4 DE CRISIS. - Suelen utilizarse en momentos de desequilibrio en el estable disbalance de poder en las relaciones, ta-
les como aumento del poder personal de la mujer por cambios en su vida o perdida del poder del varón por razo-
nes físicas o laborales. El varón, al sentirse perjudicado, puede utilizar específicamente estas maniobras o utilizar
las definidas anteriormente, aumentando su cantidad o su intensidad con el fin de restablecer el statu quo.

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CLASIFICACIÓN DE LOS MICROMACHISMOS O MICROVIOLENCIAS


EN LAS RELACIONES DE PAREJA

MICROMACHISMOS UTILITARIOS 4 No responsabilizarse sobre lo doméstico


4 No implicación
4 Pseudo implicación
4 Implicación ventajosa
4 Aprovechamiento y abuso de las “capacidades femeninas de servicio”
4 Naturalización y aprovechamiento del rol de cuidadora
4 Delegación del trabajo del cuidado de vínculos y personas
4 Requerimientos abusivos solapados
4 Negación de la reciprocidad
4 Naturalización y aprovechamiento de la “ayuda” al marido
4 Amiguismo paternal

MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS O INDIRECTOS 4 Creación de falta de intimidad


4 Silencio
4 Aislamiento y malhumor manipulativo
4 Imposición de límites
4 Avaricia de reconocimiento y disponibilidad
4 Inclusión invasiva de terceros
4 Pseudointimidad y pseudocomunicación
4 Comunicación defensiva – ofensiva
4 Engaños y mentiras
4 Pseudonegociación
4 Desautorización
4 Descalificación-desvalorización
4 Negación de lo positivo
4 Colisión con terceros
4 Microterrorismo misógino
4 Alabanzas y autoadjudicaciones
4 Paternalismo
4 Manipulación emocional
4 Dobles mensajes afectivo/agresivos
4 Enfurruñamiento
4 Abuso de confianza
4 Inocentizaciones
4 Inocentización culpabilizadora
4 Autoindulgencia y autojustificacioón
4 Hacerse el tonto (y el bueno)
4 Impericia y olvidos selectivos
4 Comparación ventajosa
4 Minusvaloración de los propios errores
4 Echar balones fuera

MICROMACHISMOS COERCITIVOS O DIRECTOS 4 Coacciones a la comunicación


4 Control del dinero
4 No participación en lo doméstico
4 Uso expansivo – abusivo del espacio y del tiempo para sí
4 Insistencia abusiva
4 Imposición de intimidad
4 Apelación a la “superioridad” de la lógica varonil
4 Toma o abandono repentino del mando

MICROMACHISMOS DE CRISIS 4 Hipercontrol


4 Pseudoapoyo
4 Resistencia pasiva y distanciamiento
4 Rehuir la crítica y la negociación
4 Prometer y hacer méritos
4 Victimismo
4 Darse tiempo
4 Dar lástima

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5. MITOS QUE HAN INTENTADO EXPLICAR LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PAREJA


Abordaje en sesión, en un proceso de psicoeducación y resignificación. Prestando atención a los sentimientos de
culpa y a los sentimientos de vergüenza.

Mito de la Mente Aislada


Tradicionalmente se ha explicado la mente y a la enfermedad mental desde una perspectiva biologicista e individua-
lista. El desarrollo de cada ser humano estaba determinado por su constitución genética. Lo natural era estar sano, las
personas que sufrían eran enfermos mentales y sus enfermedades se debían a su constitución genética. Al estudiar al
sujeto de forma aislada, no se ha tenido en cuenta que el sufrimiento psíquico de cada ser humano se debe a las con-
diciones en las que el sujeto ha vivido y vive

Mito del Masoquismo Femenino


Si las mujeres estaban atrapadas en relaciones que les hacían sufrir esto se debía a su constitución genética. Las mu-
jeres son masoquistas y buscan el maltrato porque obtienen beneficios de él.

Mito del Sadismo


Si los hombres maltratan a las mujeres se consideraba que esto se debía a su sexualidad, la sexualidad de los hom-
bres tiene un componente agresivo. El dominio y abuso de los hombres sobre las mujeres, se ha justificado mediante
la interpretación del determinismo biológico.

Mito del Amor Romántico


Media naranja, la esencia del mito implica la creencia de que, si una mujer ama a un hombre, lo deseos y necesida-
des de él están por encima de los propios. Quienes asumen este modelo de amor tienen más posibilidades de ser vic-
timas de violencia y de permitirla pues consideran que la relación con su pareja, el amor, es lo que da significado a
sus vidas.

6. LINEA DE LA VIDA
Esquema o tabla temporal de la biografía personal con los eventos vitales mas relevantes. Se pretende explorar el
proceso de victimización, para el abordaje del trauma, y resignificación de la historia de vida. La entrevista estructura-
da de apego (George, Kaplan & Main, 1996) también es un excelente instrumento de análisis.

EDAD EVENTOS VITALES Y SUCESOS

años

años

años

años

años

años

7. ENTREVISTA ESTRUCTURADA DE APEGO


Fonagy y colaboradores han utilizado la Entrevista de Apego Adulto (George, Kaplan, Main 1996) como instrumen-
to, evaluada con la Escala del Funcionamiento Reflexivo, mediante la cual se centran en los cuatro dominios de la
mentalización descritos en el Manual de la Función Reflexiva (Fonagy et al. 1998)
Esta entrevista estructurada prevé la obtención de determinada información vinculada al ámbito familiar y a recuer-
dos acerca de las experiencias infantiles asociadas.
Estos dominios son:

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1. Conciencia de la naturaleza de los estados mentales


2. Esfuerzos explícitos por inferir los estados mentales que subyacen al comportamiento
3. Reconocimiento de aspectos del desarrollo de los estados mentales
4. Estados mentales en relación con la/el terapeuta (Ibid).

ENTREVISTA ESTRUCTURADA DE APEGO


1. Cuénteme algo sobre su familia, con quiénes vive y sobre sus parientes de más proximidad.
2. Me gustaría que describiera la relación con su padre y su madre cuando era niña/o, tratando de recordar cuando
usted era muy pequeño/a.
3. Trate de encontrar cinco adjetivos acerca de aquella relación con su padre y madre. Yo los voy a escribir.
4. ¿Qué experiencias de su infancia le hicieron pensar en estos cinco adjetivos?
5. ¿Con quien se sentía más relacionado/a, con su padre o con su madre, y por qué?
6. Cuando era pequeño/a y se sentía mal, ¿qué hacía? ¿qué sucedía? Trate de recordar alguna experiencia en la que se
haya sentido molesto/a, o se haya sentido mal.
7. ¿Cómo describiría la primera experiencia en la que tuvo que separarse de su padre y/o su madre?
8. ¿Se sintió alguna vez rechazado/a su padre y/o su madre? ¿Qué hizo? ¿Cree que se daban cuenta de que le rechazaban?
9. ¿Alguna vez le amenazaban, por disciplina o simplemente como broma?
10. ¿Cree que sus experiencias infantiles han influido en su vida adolescente adulta?
11. ¿Por qué cree que su padre y su madre le trataban de esa manera cuando era menor?
12. Me gustaría que me dijera si en su niñez hubo algún adulto/a con quien usted se sentía mejor que con su padre y
su madre.
13. ¿Sufrió de pequeño/a la pérdida de su padre o su madre o de un ser muy querido?
14. Trate de pensar si hubo cambios importantes en la relación con su padre y su madre desde que era muy peque-
ño/a hasta ahora.
15. ¿Cómo es actualmente la relación que tiene con su padre y su madre?

8. SANAR EL TRAUMA
Se trata de identificar el trauma, y realizar ejercicios para superarlo. “El trauma es quizás la causa de sufrimiento hu-
mano mas evitada, ignorada, menospreciada, negada, peor comprendida y menos tratada del sufrimiento humano”
(P.A. Levine. 2013)

Restablecer nuestra propia sensación de seguridad


4 Mano derecha debajo del brazo izquierdo al costado del corazón
4 Mano izquierda sobre el hombro derecho.
4 Esperar y observar…
Observa que sensación tienes en tu cuerpo, en tus manos. Que está sucediendo dentro de tu cuerpo. Toma concien-
cia de tu cuerpo, es el contenedor de todas nuestras sensaciones y sentimientos, todo está en el cuerpo. Y el contene-
dor del cuerpo es el exterior de nuestro cuerpo. Nuestros hombros, los costados de nuestro tórax. Cuando podemos
sentir nuestro cuerpo como contenedor, las emociones y las sensaciones no se perciben tan abrumadoras, estamos
siendo contenidas/os.
4 Mano derecha sobre la frente
4 Mano izquierda sobre la parte superior del pecho
4 Esperar y observar …
Puedes hacerlo con los ojos cerrados o abiertos, como te sientas mas comodidad. Es una manera de sentir lo que su-
cede entre las manos y el cuerpo. A veces sentimos un flujo de energía o un cambio de temperatura… Puede ser cin-
co minutos o mas, hasta sentir algún tipo de cambio. Presta atención a lo que está sucediendo dentro de tu cuerpo,
suavemente lleva tu atención entre las dos manos, el área dentro de ti mismo/a entre tu cabeza y corazón. Espera has-
ta sentir algún tipo de cambio, hasta que haya algo de flujo…
4 Mano derecha sobre sobre la parte superior del pecho
4 Mano izquierda sobre el vientre
4 Esperar y observar…

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Y otra vez esperar hasta que haya algún cambio, hasta que haya un flujo y a veces las personas, si son incapaces de
dormir o tienen miedos, tienen pesadillas. Si hacen este simple ejercicio se podrán dormir con mucha más facilidad.

Observaciones del ejercicio


Cuando comienzas a hacer este ejercicio, la mayoría de las veces el primer cambio se produce con una respiración
profunda espontánea, después la respiración puede cambiar a un ritmo más profundo, más lento y los músculos se re-
lajan. Puede trascurrir tiempo para sentir un cambio.

Teorías acerca de por qué funcionan esta clase de ejercicios


1. El sistema nervioso humano responde al tacto. Esta práctica de sanación ha sido utilizada por la humanidad desde
la antigüedad. Esto podría tener que ver con corrientes eléctricas, o el hecho de que nos calmen y sostengan en for-
mas específicas como si fuésemos bebés.
2. Este es uno de los muchos ejercicios que obliga a centrarse en el cuerpo, este cambio de atención y conciencia es
terapéutico.
3. Esto nos entrena a utilizar la suavidad y la auto consideración, en vez de actuar con severidad. Nos ayuda a ser
gentiles, cuidadosas/os, amables y nutridores con nosotras y nosotros mismos.
Ejercicios de autosostenerse y el Ser Esta actividad nos ayuda a construir un sentido del «Sí mismo y del Si misma».
Y restaurar la identidad propia como ser humano. Cuando una o uno se encuentra, es más fácil sentir el deseo de pro-
tegerse y defenderse y sentirse bien por ello.
Podemos comenzar a ganar un sentido de tener límites emocionales, el sentido de lo que está bien y lo que no está bien
emocionalmente y en las relaciones. Y acceder al conocimiento interior de lo que queremos, «Mi verdad Personal».
Una vez restablecida esta conexión estos sentimientos comenzarán a surgir desde el Ser. Estos sentimientos desarro-
llan la complejidad, madurez y expresión. Acceder a la voluntad con el desarrollo de la autenticidad.
Ejercicio para calmar el miedo Coloca una mano en la parte posterior del cuello justo en la base del cráneo, colo-
que la otra sobre el plexo solar (justo debajo de la caja torácica)
Inclusión de la parte baja del cuerpo. Esto es para las personas más flexibles: ponte de lado y coloca una mano en tu
corazón y la otro en la base de la espina dorsal.
Contenedor mental / ejercicio de calma Mental. Coloca las manos a cada lado de tu cabeza, como si sostuvieses y
calmases cada hemisferio del cerebro. Luego coloque una mano en la frente y una mano en la parte posterior de la
cabeza. Sentir cómo tus manos crean un contenedor para tus pensamientos.
Ejercicio de palmadas Peter A. Levine, también introduce el ejercicio de palmada. Palméate a ti mismo/a, para señalar
donde están tus bordes. Siente la sensación de tener límites, el lugar donde terminas y el resto del mundo comienza.
Tocar la piel por todas partes para tener una idea del límite, aporta contingencia. Apretar diferentes músculos, nos ayu-
da a recordar que el cuerpo es el contenedor y luego sentirse mas capaces de lidiar con las sensaciones y las emociones.

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