SP371 2021 (52150)

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DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

Magistrado ponente

SP371-2021
Radicado N° 52150.
Acta 32.

Bogotá, D.C., diecisiete (17) de febrero de dos mil


veintiuno (2021).

VISTOS

Se decide el recurso de casación interpuesto por el


defensor de HERNANDO ROJAS PINEDA, contra el fallo de
segunda instancia proferido por la Sala Penal del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de San Gil, el 20 de noviembre
de 2017, mediante el cual confirmó la sentencia condenatoria
emitida el 15 de agosto de ese mismo año por el Juzgado
Tercero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de
Socorro – Santander-, que lo condenó a la pena principal de
500 meses de prisión y a la accesoria de inhabilitación para
el ejercicio de derechos y funciones públicas por el término
de 20 años, luego de hallarlo coautor responsable del delito
de homicidio agravado.

1
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

ANTECEDENTES

1. Fácticos

El 10 de octubre de 2011, en el camino que conduce del


corregimiento La Palma – municipio de Gámbita/Santander- a la
vereda Fávita, aproximadamente a las 5:30 p.m., ARMANDO
ROJAS PINEDA quien se encontraba en compañía de su
hermano HERNANDO ROJAS PINEDA, aprovechó que Luis
Francisco Monroy Jiménez - con quien sostenía rencillas de
antaño, se encontraba de espaldas y le lanzó una piedra en

la cabeza. El afectado de inmediato cayó al suelo,


inconsciente.

El 14 de octubre de ese mismo año, Luis Francisco


Monroy Jiménez murió como consecuencia del golpe.

2. Procesales

Previa solicitud1 del Fiscal 3º Seccional de la Unidad de


Vida de Socorro – Santander-, el 2 de octubre del 2014 se
celebraron ante el Juzgado Promiscuo Municipal de
Gambita, con Funciones de Control de Garantías, las
audiencias preliminares concentradas de declaración de
persona ausente, formulación de imputación e imposición
de medida de aseguramiento contra HERNANDO y ARMANDO
ROJAS PINEDA, a quienes se les imputó la comisión del

1
A folios 6 a 8, carpeta No. 1.

2
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

delito de homicidio agravado -Colocando a la víctima en


situación de indefensión- con circunstancias de mayor
punibilidad - Ejecutar la conducta punible por motivo abyecto y
Obrar en coparticipación criminal- en calidad de coautores
(artículos 103, 104 numeral 7º 58 numerales 2º y 10º de la Ley 599

de 2000). 2

Seguidamente, la fiscalía solicitó la imposición de una


medida de aseguramiento para los procesados, a lo cual
accedió la juez con función de control de garantías, quien
ordenó su detención preventiva en establecimiento de
reclusión,3 por lo que ordenó se libraran las respectivas
órdenes de captura.

El 18 de noviembre de 2014, el Fiscal presentó escrito


de acusación4, cuyo conocimiento correspondió al Juzgado
3º Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de
Socorro – Santander, ante el cual se llevó a cabo la
audiencia para tal fin el 13 de marzo del 2015, oportunidad
en la que la Fiscalía acusó a HERNANDO y ARMANDO ROJAS
PINEDA por el mismo delito que les fue imputado. 5

La audiencia preparatoria tuvo lugar el 26 de mayo del


20156. El juicio oral se celebró los días 2, 3 y 16 de
noviembre del 2016, fecha en la que se anunció sentido de
fallo condenatorio7.
2
A partir del record 8:35, audiencia del 2 de octubre del 2014, registro 682984089001_2.
3
A record 08:03, audiencia del 2 de octubre del 2014, registro 682984089001_4
4
A folios 2 a 7, carpeta del juzgamiento.
5
A partir del record 11:12, audiencia del 13 de marzo del 2015.
6
A folios 19 a 21, carpeta del juzgamiento.
7
A record 02:20, sesión del juicio oral del 16 de noviembre de 2016, registro 1706.

3
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

El 12 de mayo y el 1 de junio del 2017 se produjo la


captura de HERNANDO y ARMANDO ROJAS PINEDA,
respectivamente.

La lectura de la sentencia8 tuvo lugar el 15 de agosto de


2017. En ella se condenó a HERNANDO y ARMANDO ROJAS
PINEDA, en calidad de coautores responsables del delito de
homicidio agravado, a la pena principal de 500 meses de
prisión, y la accesoria de inhabilitación para el ejercicio de
derechos y funciones públicas, por el término de 20 años,
negándoles la suspensión condicional de la ejecución de la
pena y la sustitución de la pena de prisión intramural por
domiciliaria.

Recurrida la decisión por los defensores de los


procesados, mediante sentencia del 20 de noviembre de 20179,
la Sala Penal del Tribunal Superior de Distrito Judicial de San
Gil, confirmó en su integridad la decisión condenatoria, lo que
motivó la interposición10 del recurso extraordinario de
casación y la consecuente presentación de la demanda11 a
favor de HERNANDO ROJAS PINEDA,12 la cual fue admitida el
17 de agosto de 201813.

8
A folios 140 a 164, carpeta del juzgamiento.
9
A folios 8 a 51, carpeta del Tribunal.
10
A folio 59, carpeta del Tribunal.
11
A folios 64 a 95, carpeta del Tribunal.
12
A folio 125, carpeta No. 1.
13
A folio 6, carpeta de la Corte.

4
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

LA DEMANDA

Luego de identificar la sentencia impugnada, los sujetos


procesales, los hechos juzgados y la actuación procesal
relevante, el libelista formula un único cargo por violación
indirecta de la ley sustancial por error de hecho por falso
juicio de identidad, con fundamento en el numeral 3º del
artículo 181 de la Ley 906 de 2004 pues, en su sentir, el
Tribunal distorsionó los testimonios rendidos por José Luis
Monroy Castellanos, Jorge Vargas Vela, María Zenaida
Rojas Pineda y Nubia Alexandra Castellanos Garavito, y
concluyó, erradamente, que HERNANDO ROJAS PINEDA es
coautor del homicidio agravado del que resultó víctima Luis
Francisco Monroy Jiménez, pese a que el adecuado análisis
de tales probanzas revela que no se encuentran acreditados
todos los requisitos exigidos por la Jurisprudencia para tal
forma de participación.

En orden a fundamentar su cesura, el recurrente refiere


que el Tribunal concluyó que ARMANDO y HERNANDO ROJAS
PINEDA acordaron tácitamente ocasionarle la muerte a Luis
Francisco Monroy Jiménez, motivados por los problemas
que desde el pasado existían entre ellos. El primero se
encargó de ofenderlo verbalmente e instigarlo con el fin de
distraerlo y luego desarmarlo, quitándole la vara que la
víctima portaba. Y, el segundo, de asestarle un golpe mortal
con una piedra, conclusión a la que arribó como
consecuencia de distorsionar los testimonios arriba
referidos.

5
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Así, luego de transcribir apartes de tales declaraciones,


acota que:

(a) Si bien, entre la víctima y los hermanos ROJAS


PINEDA, existían problemas que afectaban su convivencia, lo
cierto es que ninguno de los declarantes «afirmó que éste
hubiese sido el móvil que determinó en últimas la materialización del
homicidio de MONROY JIMÉNEZ, como lo quiere hacer notar los
jueces de instancias14».

(b) Si, en efecto, en los hermanos hubiese nacido la idea


común de causarle la muerte a Luis Francisco Monroy
Jiménez, se habrían encargado de planificar el hecho y
cometerlo sin testigos; contrario a ello, la muerte de la
víctima se produjo por una acción fortuita, voluntaria,
exclusiva e impetuosa de ARMANDO ROJAS PINEDA, que no le
puede ser atribuida a HERNANDO ROJAS PINEDA.

(c) Según el Tribunal, el aporte de HERNANDO ROJAS


PINEDA en el plan criminal, consistió en instigar a la
víctima, agredirlo verbalmente con el fin de distraerlo y de
generar las condiciones de indefensión para que ARMANDO
ROJAS PINEDA ejecutara el golpe mortal, sin embargo, los
testigos presenciales Jorge Vargas Vela y María Zenaida
Rojas Pineda aseguraron que no escucharon ningún tipo de
agresión verbal por parte de HERNANDO, de quien solo se dijo
que estaba hablando con el occiso.

14
A folio 83, carpeta del Tribunal.

6
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

(d) El Ad-quem aseveró que el otro aporte de HERNANDO


ROJAS PINEDA en el plan criminal, consistió en desarmar a
la víctima, quitándole la vara que portaba, sin embargo,
este hecho no se encuentra acreditado más allá de toda
duda razonable, porque, José Luis Monroy Castellanos, hijo
del occiso, dijo que HERNANDO le quitó la vara a su padre,
cuando este ya se encontraba tendido en el piso; Jorge
Vargas Vela manifestó que se la arrebató antes de que
ARMANDO le atestara el golpe; y María Zenaida Rojas Pineda
aseveró que la víctima alzó la vara para pegarle a
HERNANDO, por lo que éste último lo despojó de ella para
evitar la agresión.

Para el libelista, los yerros en los que incurrió el


Tribunal fueron determinantes a la hora de concluir que
HERNANDO ROJAS PINEDA es coautor del delito investigado,
pues, el análisis adecuado de los medios de prueba
practicados en el juicio revela que la muerte de la víctima se
produjo por una acción individual de ARMANDO ROJAS
PINEDA, que no le puede ser atribuida al primero.

Por lo tanto, al no encontrase probados los elementos


estructurales de la coautoría, el libelista solicita casar la
sentencia impugnada para que se absuelva a HERNANDO
ROJAS PINEDA por el delito objeto de condena.

2. Audiencia de sustentación

7
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

2.1 El Recurrente15

El libelista solicita a la Corte casar la sentencia


impugnada y que en su lugar se absuelva a HERNANDO
ROJAS PINEDA, exponiendo similares razones a las exhibidas
en la demanda de casación, esto es, que el análisis de los
testimonios practicados en el juicio oral, conforme las reglas
de la sana critica, revela que no existió ningún acto, ni
siquiera concomitante, de coautoría, sino que fue ARMANDO
ROJAS PINEDA quien, de manera deliberada, individual y
personal, le asestó un golpe en la cabeza a la víctima,
produciéndole la muerte.

2.2.La delegada del Ministerio Público16

Solicita casar oficiosamente la sentencia impugnada,


puesto que la censura que plantea el demandante no es la
llamada a prosperar, porque sí existen elementos de juicio y
de responsabilidad que permiten acreditar la
responsabilidad del procesado, no a título de coautor, sino
de cómplice, pues, se acreditó que HERNANDO ROJAS PINEDA
facilitó la comisión del homicidio ejecutado por su hermano,
pero, «en este proceso no quedó probado el elemento que exige la
coautoría que es el acuerdo previo y esa intervención ejecutiva que

permita codominar el hecho junto con otro ejecutor activo» 17.

15
A partir del record 03:04.
16
A partir del record 11:38.
17
A partir del record 16:15.

8
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Por lo tanto, solicitó a la Corte casar la sentencia


impugnada, degradar la responsabilidad de coautor a
cómplice y, en consecuencia, redosificar la pena impuesta a
HERNANDO ROJAS PINEDA.

2.3. El delegado de la Fiscalía General de la Nación18

Solicita a la Corte no casar la sentencia impugnada,


porque el Tribunal no incurrió en el único yerro
demandado, en tanto que las pruebas practicadas en el
juicio oral demuestran, como bien lo dedujeron los jueces,
la existencia de un acuerdo o plan común coetáneo llevado
a cabo por los procesados con división de funciones y
aporte trascedente en la ejecución de la conducta punible
juzgada.

2.4. Apoderado de las víctimas19

Solicita a la Corte no casar la sentencia impugnada,


porque se encuentra acreditado más allá de toda duda
razonable la responsabilidad de HERNANDO ROJAS PINEDA en
su comisión, en calidad de coautor.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

En aras de resolver el recurso de casación, la Corte


examinará los siguientes tópicos, en seguimiento del único
cargo planteado en la demanda: primero, se recordará la
18
A partir del record 19:14.
19
A partir del record 25:12.

9
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

jurisprudencia de la Corte sobre la coautoría impropia y los


requisitos exigidos para su estructuración; luego, se
expondrán los errores en los que incurrió el Tribunal al
momento de valorar los testimonios rendidos por José Luis
Monroy Castellanos, Jorge Vargas Vela, María Zenaida
Rojas Pineda y Nubia Alexandra Castellanos Garavito; y
finalmente, se adoptará la decisión que en derecho
corresponde.

1. La coautoría impropia y los requisitos exigidos


por la Ley y la Jurisprudencia para su estructuración

De manera preliminar se debe indicar que la Corte


analizará esta forma de participación – coautoría impropia-,
porque a HERNANDO ROJAS PINEDA se le atribuyo haber
participado en un plan común con su hermano ARMANDO
ROJAS PINEDA, dirigido a causarle la muerte a la víctima, por
lo que, luego de distribuir las funciones que cada uno
realizaría, llevó a cabo un aporte esencial para la
consecución de dicho propósito.

De acuerdo con la definición prevista en el artículo 29


de la Ley 599 de 2000, conforme con la cual «Son coautores
los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del trabajo

criminal atendiendo la importancia del aporte» , la Corte ha

enfatizado que la coautoría impropia exige la necesaria


presencia de los siguientes elementos: i) un acuerdo o plan
común; ii) división de funciones y iii) trascendencia del
aporte en la fase ejecutiva del ilícito.

10
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Sobre la comprensión de estos conceptos, la Sala en


reciente pronunciamiento reiteró y precisó lo siguiente (CSJ
AP2981-2018, Rad. 50394):

«Ha dicho la Corte que la figura de la coautoría comporta el


desarrollo de un plan previamente definido para la consecución de
un fin propuesto, en el cual cada persona involucrada desempeña
una tarea específica, de modo que responden como coautores por el
designio común y los efectos colaterales que de él se desprendan, así
su conducta individual no resulte objetivamente subsumida en el
respectivo tipo penal, pues todos actúan con conocimiento y
voluntad para la producción de un resultado (CSJ SP, 27 may.
2004. Rad. 19697 y CSJ SP, 30 may. 2002. Rad. 12384).

Respecto del concurso de personas en la comisión delictiva se ha


precisado que existen diferencias entre la coautoría material propia y
la impropia. La primera ocurre cuando varios sujetos, acordados de
manera previa o concomitante, realizan el verbo rector definido por
el legislador, mientras que la segunda, la impropia, llamada
coautoría funcional, precisa también de dicho acuerdo, pero hay
división del trabajo, identidad en el delito que será cometido y
sujeción al plan establecido, modalidad prevista en el artículo 29-2
del Código Penal, al disponer que son coautores quienes, “mediando
un acuerdo común, actúan con división del trabajo criminal
atendiendo la importancia del aporte”; se puede deducir, ha dicho la
Sala, de los hechos demostrativos de la decisión conjunta de realizar
el delito (CSJ, SP, 22 de enero de 2014. Rad. 38725).

La Corte ha precisado que en dicha modalidad de intervención


criminal rige el principio de imputación recíproca, según el cual,
cuando existe una resolución común al hecho, lo que haga cada uno
de los coautores se extiende a todos los demás conforme al plan
acordado, sin perjuicio de que las otras contribuciones
individualmente consideradas sean o no por sí solas constitutivas de
delito, pues todos actúan con conocimiento y voluntad para la
producción de un resultado (CSJ SP, 2 jul. 2008. Rad. 23438)»

En el mismo sentido, en la decisión CSJ SP2198-


2020, Rad. 49485, la Sala señaló:

11
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

«En estos casos de coautoría impropia, el resultado típico es


producto de la voluntad común, en forma tal que, si bien en
principio podría afirmarse que cada conducta aisladamente
valorada no posibilita su directa adecuación, el común designio
que ata a la totalidad de cuantos intervienen con actos
orientados a su ejecución, rechaza un análisis sectorizado de
cada facción e impone por la realización mancomunada que
desarrolla el plan urdido, que sólo pueda explicarse bajo la tesis
de la coautoría impropia, en tanto compromete a todos los
copartícipes como si cada uno hubiere realizado la totalidad del
hecho típico y no, desde luego, por la porción que le fue asignada
o finalmente ejecutó».

Ahora bien, la Corte tiene dicho que el acuerdo


constitutivo de la coautoría impropia puede ser expreso o
tácito y surgir en forma previa a la comisión del delito o
concomitante a su ejecución (CSJ SP4904-2018, Rad. 49884):

«Si bien el acuerdo previo o concomitante que se precisa para


configurar la coautoría material impropia puede acontecer en el
marco de una reunión, la suscripción de un documento, una
decantada preparación ponderada del delito, también puede
ocurrir de manera intempestiva, sin una formalidad especial,
pues basta por ejemplo, un gesto, un ademán, una mirada, un
asentimiento, en suma, la expresión clara en la coincidencia
de voluntades orientada a la realización de un mismo
objetivo delictivo, lo cual debe ser apreciado en cada caso
concreto al constatar la forma en que se desarrollaron los hechos
en sus momentos antecedentes, concomitantes y posteriores.

No en vano el acuerdo puede ser expreso, como cuando cada


uno de los coautores hace explícita su voluntad, por
antonomasia propia del pacto previo y la preparación ponderada
del atentado al bien jurídico, pero también puede ser tácito,
como ocurre en el caso de un grupo de asaltantes entre los
cuales algunos llevan armas letales cuyo porte es consentido por
los otros, todos en procura de sacar avante la lesión al
patrimonio económico».

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Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Sobre la acreditación del acuerdo, la Corte en la


decisión CSJ AP, 10 oct. 2012, Rad. 39349 – reiterada en CSJ
SP151-2014, Rad. 38725; CSJ SP14005-2014, Rad. 37074; CSJ
SP8346-2015, Rad. 42293; CSJ SP3764-2017, Rad. 48544, CSJ

AP7084-2017, Rad. 48086, entre otras-, señaló:

«Deviene diáfano que para la coautoría funcional el acuerdo del


plan criminal no requiere de un pacto detallado, pues se deduce
de los actos desencadenantes de los hechos demostrativos de la
decisión conjunta de su realización, además, en ese designio
común ninguno de los participantes realiza íntegramente el tipo
penal, ya que cada uno de ellos hace su aporte, sólo que el delito
se les imputa de manera integral.

Según la teoría del dominio del hecho, autor es quien domina el


hecho y para efectos de la coautoría lo decisivo es tener un
dominio funcional del hecho, pues cada sujeto controla el
acontecer total en cooperación con los demás, no tiene en sí
mismo un dominio parcial, ni tampoco global, sino que éste se
predica de todos.
(…)

Lo anterior implica al operador judicial sopesar tanto el factor


subjetivo relacionado con el asentimiento expreso o tácito de los
sujetos conforme al plan común y su decidida participación en
tal colectividad con ese propósito definido, como factores
objetivos dados por la conducta desplegada por cada uno como
propia de una labor conjunta o global, y la entidad de tal aporte».

Finalmente, sobre las diferencias entre los conceptos de


coautor propio, impropio y cómplice, la Corte en la decisión
CSJ AP2981-2018, Rad. 50394, indicó lo siguiente:

«Por su parte, el artículo 30-3 de la Ley 599 de 2000 preceptúa que


es cómplice “quien contribuya a la realización de la conducta
antijurídica o preste ayuda posterior, por concierto previo o
concomitante a la misma”.

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Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Se caracteriza – la complicidad- porque la persona contribuye a la


realización de la conducta punible de otro, o presta una ayuda
posterior cumpliendo promesa anterior, de modo que no realiza el
comportamiento descrito en el tipo, ni tiene dominio en la
producción del hecho, porque su conducta no es propiamente la
causa de un resultado típico, sino una condición del mismo (CSJ
SP, 21 sep. 2000. Rad. 12376).

En suma, únicamente quien tiene el dominio del hecho puede


tener la calidad de coautor, mientras que el cómplice es aquél que
se limita a prestar una ayuda o brinda un apoyo que no es de
significativa importancia para la realización de la conducta ilícita,
es decir, participa sin tener el dominio propio del hecho (CSJ SP, 9
mar. 2006. Rad. 22327)».

2. Los errores en los que incurrió el Tribunal al


momento de valorar los testimonios rendidos por José
Luis Monroy Castellanos, Jorge Vargas Vela, María
Zenaida Rojas Pineda y Nubia Alexandra Castellanos
Garavito

El Tribunal confirmó la sentencia de condena emitida


por el Juez de primera instancia en contra de HERNANDO
ROJAS PINEDA, en calidad de coautor responsable del delito
de homicidio agravado, con base en los siguientes
argumentos:

(i) Que entre la víctima y los procesados existían


problemas, al punto que HERNANDO ROJAS PINEDA, en el
pasado, había manifestado que «lo iba a matar»20.

(ii) Que, debido a las dificultades de convivencia


existentes entre los procesados y Luis Francisco Monroy
20
A folio 41, carpeta del Tribunal.

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Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Jiménez, el 10 de octubre de 2011, al advertir que éste


último retornaría a su lugar de residencia en horas de la
tarde «decidieron esperarlo, seguirlo, ofenderlo y acordaron provocarlo
en el camino con palabras soeces e improperios, buscando la reacción

para justificar la agresión…».

(iii) Que, como Monroy Jiménez no reaccionó a las


provocaciones y al advertir que se acababa la oportunidad
para cometer el ilícito, porque la víctima ya estaba muy cerca
de su casa, HERNANDO ROJAS PINEDA «se adelanta, ataca a
Pachito ya no sólo verbalmente sino materialmente, lo despoja del

bordón que habría utilizado para su defensa» mientras que

ARMANDO ROJAS PINEDA, «por detrás le propina con una piedra un


fuerte golpe en la cabeza que de forma inmediata derribó a Luis

Francisco y le provocó estado de inconsciencia y salivación».21

A continuación, la Sala examinará cada uno de los


argumentos que tuvo en cuenta el Tribunal para confirmar la
sentencia condenatoria emitida en contra de HERNANDO
ROJAS PINEDA en calidad de coautor responsable del delito
de homicidio agravado, y dejará en evidencia que, en su
construcción, el Ad-quem incurrió en errores de hecho por
falso raciocinio, por violación al principio de la lógica de
razón suficiente y a las reglas de la experiencia, y falso juicio
de identidad por cercenamiento y por tergiversación; de tal
trascendencia que, de no haber incurrido en ellos, la decisión
no hubiese sido otra que absolverlo, en tanto que no
aparecen acreditados, más allá de toda duda razonable, los

21
A folio 42, carpeta del Tribunal.

15
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

requisitos exigidos por la Ley y la Jurisprudencia para la


estructuración de la coautoría impropia.

(a) Que entre Luis Francisco Monroy Jiménez y los


procesados existían problemas de tiempo atrás, al punto que
HERNANDO ROJAS PINEDA, en el pasado, había manifestado
que «lo iba a matar»22.

José Luis Monroy Castellanos – hijo de la víctima y testigo


presencial de los hechos- dijo que su padre conocía a ARMANDO

y HERNANDO ROJAS PINEDA, DESDE 10 años atrás, pero que


no tenían ningún tipo de comunicación porque en el pasado
tuvieron problemas por una servidumbre de paso en una
finca donde la víctima trabajaba, hechos por los que, dijo el
testigo, los procesados fueron multados. 23

Así se refirió el declarante:

«Fiscal: ¿Díganos como eran las relaciones entre su padre y


Hernando y Armando Rojas Pineda, antes de esos hechos que
nos acaba de narrar?

Testigo: Antes de los hechos ellos no se hablaban, nunca se


hablaban, ellos nunca se hablaban ni nada.

Fiscal: ¿Y porque no se hablaban? ¿Habían tenido problemas?

Testigo: Ellos antes habían tenido problemas en otra finca donde


trabajábamos nosotros.

Fiscal: ¿En que consistieron esos problemas y con quien los tuvo
su padre?

22
A folio 41, carpeta del Tribunal.
23
A partir del record 1:00:44.

16
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Testigo: En la finca donde trabajábamos, quedaba la finca donde


trabajábamos, y al lado quedaba la de ellos, entonces éramos
vecinos, el ganado de ellos se pasaba pa (sic) la finca donde
trabajábamos nosotros, y nosotros como siempre lo sacábamos y
lo echábamos pal (sic) otro lado y por eso fueron los problemas.
Por lo que el ganado se cruzaba y nosotros siempre le
cercábamos a ellos por donde cruzaba el ganado. Y ellos pa (sic)
pasar pal (sic) pueblo tenían que cruzar por la finca donde
nosotros trabajábamos. El paso por donde cruzaban era bastante
ancho, tocaba angostarlo para que el ganado de los vecinos no se
cruzara por ahí».24

Sobre este mismo tema, Jorge Vargas Vela – amigo de la


víctima y cuñado de los procesados- , dijo que sabía que entre los

procesados y la víctima existían problemas, pero que no


conocía la causa.25 Y, María Zenaida Rojas Pineda – amiga del
occiso y hermana de los implicados- indicó que no sabía si los

problemas entre ellos se suscitaron porque ella en una


oportunidad le regaló un perro a Luis Francisco Monroy
Jiménez, lo que molestó a ARMANDO ROJAS PINEDA, quien
decía que el animal era de él.26

La testigo indicó durante todo su testimonio, que los


problemas se limitaban a su hermano ARMANDO ROJAS
PINEDA y Luis Francisco Monroy Jiménez, no así con
HERNANDO ROJAS PINEDA, sobre quien aseguró que sólo iba
al pueblo La Palma cada dos o tres meses a visitar a su
mamá, porque vivía y trabajaba en la ciudad de Bogotá 27 -
hecho que fue corroborado con los testimonios de José Luis Monroy

24
A partir del record 59:11.
25
A partir del record 15:20.
26
A partir del record 27:09.
27
A partir del record 39:04.

17
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Castellanos28 y Jorge Vargas Vela29, quienes declararon en el mismo

sentido-, y que «con nadie se metía a pelear ahí»30.

Y, finalmente, Nubia Alexandra Castellanos Garavito – ex


compañera sentimental del occiso- manifestó que un jueves

santo, aproximadamente tres años antes de los hechos aquí


investigados, HERNANDO ROJAS PINEDA “correteó” a Luis
Francisco Monroy Jiménez con un machete, pero éste último
se resguardó en la casa del suegro para defenderse. 31

Como se ve, es cierto que antes de que ocurrieran los


hechos investigados, entre los procesados y la víctima
existieron problemas que afectaron la convivencia entre
ellos. Sin embargo, al examinar el contenido de las
declaraciones de los testigos José Luis Monroy Castellanos,
Jorge Vargas Vela, María Zenaida Rojas Pineda y Nubia
Alexandra Castellanos Garavito, la Corte advierte que
ninguno de ellos atestó que HERNANDO y/o ARMANDO ROJAS
PINEDA hubiesen amenazado de muerte a Luis Francisco
Monroy Jiménez por tales desavenencias, las cuales, al
parecer, obedecían a varias causas, pues, José Luis dijo que
se presentaron por una servidumbre de paso, mientras que
Maria Zenaida indicó que fueron ocasionadas por un perro,
en tanto que Jorge Vargas y Nubia Alexandra, aseguraron
que no conocían la causa de los problemas.

28
A partir del record 1:04:37.
29
A partir del record 28:13.
30
A partir del record 32:07.
31
A partir del record 1:40:56.

18
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Por lo tanto, la afirmación del Tribunal, conforme con la


cual HERNANDO ROJAS PINEDA había amenazado de muerte
a Luis Francisco Monroy Jiménez, se constituye en una
suposición carente de contenido y de sustento probatorio.

Con ello, el Ad-quem incurrió en violación indirecta de


la ley sustancial por error de hecho por falso raciocinio por
violación al principio lógico de razón suficiente –se advierte
que el Ad-quem no soportó la afirmación en ninguna prueba, o mejor,

no remitió lo aseverado a un medio de convicción específico- , toda

vez que la explicación no se revela cierta por sí misma y no


cuenta con argumentos o pruebas que la respalden.

De acuerdo con el referido principio lógico, ningún


hecho o enunciación puede existir o ser verdadero sin que
para ello haya una razón suficiente; en otras palabras, para
que una proposición sea cierta debe ser demostrada o,
cuando menos, soportarse en un medio especifico de
prueba. Distinto es que, en su valoración, el juzgador
tergiverse un medio de convicción o lo de por supuesto, en
cuyo caso el yerro remitiría al falso juicio de identidad, en
cualquiera de sus modalidades, o de existencia por
suposición, respectivamente.

La Corte en la decisión CSJ SP, 13 sept. 2006, Rad.


21393 – reiterada en CSJ SP, 13 de feb. de 2008, Rad. 21844; CSJ
SP, 26 oct. 2011, Rad. 34491; CSJ AP 27 ago. 2014, Rad. 44036; CSJ
SP1290, 25 abr. 2018, Rad. 43529; CSJ AP161-2018, Rad. 74403;

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Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

CSJ SP2467-2018, Rad. 48451; CSJ AP4235-2018, Rad. 52486; CSJ

AP490-2019, Rad. 52134- señaló lo siguiente:

«Ahora bien, la ley de razón suficiente que informa la lógica


consiste en que nada existe sin razón suficiente. Por tal motivo,
para considerar que una proposición es completamente cierta,
debe ser demostrada, es decir, han de conocerse suficientes
fundamentos en virtud de los cuales dicha proposición se tiene
como verdadera, esto es, que tanto en la ciencia como en la
actividad cotidiana no es posible aceptar nada como artículo de fe,
sino que es necesario demostrarlo y fundamentarlo todo.

El cumplimiento de esta ley confiere al pensamiento calidad de


demostrado y fundamentado y, por lo mismo, constituye una
condición necesaria de la exactitud y de la claridad del
pensamiento, así como de su rigor lógico y de su carácter
demostrable.

Esta ley de la lógica encuentra cabal desarrollo en el sistema de la


sana crítica que impone al funcionario judicial consignar en las
providencias el mérito positivo o negativo dado a los elementos de
juicio, puesto que toda decisión, máxime cuando en la sentencia,
con claro desarrollo del debido proceso, se deben construir los
juicios de hecho y de derecho.

Tal construcción impone igualmente que la providencia contenga


las razones por la cuales se llega al grado de conocimiento
determinado en la ley para concluir en la ocurrencia y en la
responsabilidad del acusado, y así como también los fundamentos
por los cuales se estima que las normas escogidas eran las
llamadas a gobernar el asunto».

(b) Que, debido a las dificultades de convivencia


existentes entre HERNANDO y ARMANDO ROJAS PINEDA y Luis
Francisco Monroy Jiménez, el 10 de octubre de 2011, al
advertir que éste último retornaría a su lugar de residencia
en horas de la tarde «decidieron esperarlo, seguirlo, ofenderlo y

20
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

acordaron provocarlo en el camino con palabras soeces e improperios,

buscando la reacción para justificar la agresión…».

Lo primero que se advierte es que para el Tribunal, la


intención de causar la muerte a Luis Francisco Monroy
Jiménez, surgió por las desavenencias que existían entre él
y los procesados HERNANDO y ARMANDO ROJAS PINEDA, con
lo cual el Ad-quem creó una regla tácita de la experiencia,
conforme con la cual, siempre que surjan problemas entre
las personas, nace la intención de causar la muerte a su
contendor, enunciado que, sin dudarlo, no puede ser
reputado como una máxima de la experiencia, en tanto que
no reúne una vivencia o experiencia de la cotidianidad que
dé cuenta de la forma como casi siempre suceden las cosas
(universalidad o generalidad); ni se trata de un hecho que
reúna el comportamiento sistemático y verídico que resulte
aplicable a este asunto, en tanto, carece del carácter
abstracto y general, por ser constante, reiterado e histórico.

Además, tal afirmación resulta del todo carente de


veracidad, pues, el sólo hecho que entre las personas
existan desavenencias en el pasado, no implica que siempre
surja en alguna de ellas la intención de causarle la muerte
a su adversario; en efecto, las personas a lo largo de la vida
tienen conflictos con los otros, pero ello, de modo alguno,
conduce a concluir que por ese sólo hecho – la existencia de
un conflicto- surja el deseo de matar.

21
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Por lo tanto, cuando el Tribunal infirió que la


intención de causar la muerte a Luis Francisco Monroy
Jiménez nació por las desavenencias que existían entre él y
los procesados, aplicó un enunciado – siempre que surjan
problemas entre las personas, nace la intención de causar la muerte

a su contendor- que no reúne la categoría de regla de la

experiencia, incurriendo así en una violación indirecta de la


ley sustancial por error de hecho por falso raciocinio.

Ello no quiere decir que ese dato sea irrelevante o que


carezca de importancia en el proceso de determinación de
los hechos jurídicamente relevantes – que entre los procesados
existían problemas de convivencia- , sino que, por sí solo, es

insuficiente para arribar a tal conclusión, a menos que


converja con otros que apunten en esa misma dirección y
funden en tal circunstancia el móvil.

Por otra parte, dijo el Tribunal que el acuerdo previo


entre los procesados, para causar la muerte a la víctima,
surgió ese mismo día, 10 de octubre de 2011, cuando, al
advertir que Monroy Jiménez retornaría a su lugar de
residencia en horas de la tarde «decidieron esperarlo, seguirlo,
ofenderlo y acordaron provocarlo en el camino con palabras soeces

e improperios, buscando la reacción para justificar la agresión…». Sin

embargo, el Ad-quem jamás suministró las razones que


sustentan tales afirmaciones, erigiéndose en meras
suposiciones, carentes de contenido y de sustento
probatorio, con lo cual el Tribunal incurrió en una violación
indirecta de la ley sustancial por error de hecho por falso

22
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

raciocinio por violación al principio lógico de razón


suficiente, toda vez que la explicación no se revela cierta por
sí misma y no cuenta con argumentos o pruebas que la
respalden.

En estricto sentido, el Tribunal busca crear un sofisma


argumental, pues, dada la actividad concreta que adelantó
el aquí acusado y la imposibilidad de verificar
probatoriamente la existencia de algún tipo de acuerdo
previo o concomitante con el ejecutor material del crimen,
suple ello con la afirmación que existió una supuesta
persecución o acechanza, nunca demostradas.

Además, la Sala advierte que cada uno de los


enunciados expuestos por el Tribunal, resultan contrarios
al contenido material de las pruebas practicadas en el juicio
oral, pues, no aparece probado que, antes de que
ocurrieran los hechos, los procesados ARMANDO y HERNANDO
ROJAS PINEDA hubieran esperado, seguido, ofendido y
provocado a la víctima, como lo afirma erróneamente el Ad-
quem.

En efecto, sobre los hechos que antecedieron la comisión


del delito declaró José Luis Monroy Castellanos32 – hijo de la
víctima- quien para esa época contaba con 13 años de edad,

y manifestó que el 10 de octubre de 2011,


aproximadamente a las 6:00 a.m. salió en compañía de su
padre desde la vereda Fávita – donde vivían- con destino a la

32
A partir del record 38:19, registro 0944.

23
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

vereda Calandaima «a cortar unos morrones para venderlos» .33 A


eso de las 2:00 p.m., se desplazaron a La Palma y esperaron
a las personas a quienes le iban a vender el producto, pero
nunca llegaron, por lo que se dirigieron a la tienda de la
señora Marielena, en donde se encontraron con Jorge
Vargas Vela, la dueña de la tienda y la hija de esta; en ese 34
lugar se tomaron algunas cervezas, no obstante, aseguró
que su padre no estaba ebrio.

Que, a eso de las 5:00 p.m., se dispusieron a regresar a


su casa, por lo que, «empezamos a alistar las maletas, la carga de
papa, que era una carga de papa que llevábamos nosotros y un

muchacho nos ayudó a cargarla y nosotros nos fuimos» 35 en dos

caballos, uno, que llevaba la carga, y el otro, donde los dos


se transportaban. Cuando iban por el camino, se
encontraron con ARMANDO y HERNANDO ROJAS PINEDA,
quienes iban en compañía de la madre de ambos y la
esposa del segundo; los observó azuzando a los caballos en
los que se movilizaban36, pero continuaron su camino sin
que en ese momento se presentara ningún incidente.

Después de este episodio, se encontraron con Jorge


Vargas Vela, su esposa, de nombre María Zenaida Rojas
Pineda, y el hijo en común de ellos, de quien dijo no
recordar su nombre, solo que lo conocía como Jorge
chiquito;37 a quienes se les cayó la carga que llevaban, por

33
A record 39:18.
34
A partir del record 41:56.
35
A partir del record 41:56.
36
A partir del record 1:22:43
37
A partir del record 43:04.

24
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

lo que su padre, Luis Francisco Monroy Jiménez se bajó del


caballo y los ayudó a acomodarla – en el mismo sentido
declararon Jorge Vargas Vela y María Zenaida Rojas Pineda- .38

Luego continuaron la marcha, pero esta vez su padre


continuó a pie por los potreros y no por la carretera
principal, porque subió al caballo al hijo de Jorge Vargas
Vela, de apenas un año y medio de nacido, hasta que
ARMANDO y HERNANDO ROJAS PINEDA los alcanzaron, «y ahí
fue cuando empezó Hernando a echarle vainazos».39

Así hizo el relato el testigo:

«Juez: Usted ha señalado que ustedes iban en tránsito una vez


salieron del corregimiento La Palma hacia su casa. Y ha señalado
que cuando iba en camino cerca a la vereda, en una batea los
estaban esperando esos señores. Cuando habla de esos señores
¿está hablando de Armado y Hernando?

Testigo: Sí señor

Juez: Detalle ese momento de cómo los estaban esperando.


Usted dice que estaban en la batea, ¿cómo fue ese encuentro?

Testigo: Cuando nosotros los alcanzamos, ellos estaban ahí con


los caballos, molestándolos, de la batea hasta la central, iban y
volvían molestando a los caballos, a ver si los caballos los
tumbarían o no.

Juez: Pero molestando los caballos, ¿cómo? Aclárenos eso

Testigo: Van de a caballo con un rejo, les pegan a los caballos y


ellos salen corriendo, se asustan, patalean a ver si sería si los
tumbaban.

Juez: ¿Los caballos que ustedes llevaban?


38
A partir del record 24:21.
39
A partir del record 1:24:05.

25
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Testigo: No señor, en los que ellos iban

Juez: Y desde ese abordaje, desde que se encuentran en la batea


hacia adelante, aclárenos esa situación. ¿En ese interregno hasta
cuando se dio el momento de la pedrada qué sucedió en
concreto?

Testigo: Desde ahí en adelante, ellos se quedaron ahí con los


caballos molestando, nosotros seguimos y más adelante estaba
Jorge Vargas con la esposa arreglando la carga que se les había
caído, entones mi papá se bajó del caballo que iba conmigo y se
las ayudo a acomodar. El hijo de Jorge Vargas, el mayor, le
decíamos Jorgito, no se me el nombre, él lo subió al caballo en el
que iba mi papá conmigo, entonces mi papá se fue ahí pa (sic)
arriba a pie, pero por los potreros, no siguió toda la carretera
sino por los potreros, después Jorge (sic) y Hernando nos
volvieron a alcanzar a nosotros y mi papa ya iba por los potreros,
y ahí fue cuando empezó Hernando a echarle vainazos».40

En el mismo sentido declaró Jorge Vargas Vela,41 quien


explicó que cuando iban de regreso a la vereda Fávita, todos
tomaron el mismo camino, pero él punteaba la fila; luego
seguía Luis Francisco Monroy Jiménez con su hijo, y más
atrás los procesados en compañía de María Zenaida Rojas
Pineda, Betty, Marina, y su suegra. Que a él se le cayó la
carga que llevaba, por lo que Luis Francisco Monroy Jiménez
lo alcanzó, se bajó de su caballo y lo ayudó a acomodarla, y
siguieron la marcha, en esa misma secuencia. No obstante,
Pachito – como conocían a la víctima- continuó el camino a pie,
ya que subió a su hijo en el caballo en el que él se
movilizaba42 - en el mismo sentido declaró María Zenaida Rojas
Pineda-.43

40
A partir del record 1:22:21.
41
A partir del record 3:54, registro 1127.
42
A partir del record 24:21.
43
A partir del record

26
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Cuando se le preguntó si escuchó voces o amenazas


verbales de HERNANDO y ARMANDO ROJAS PINEDA hacia Luis
Francisco Monroy Jiménez dijo: «No señor, en La Palma no
escuché nada y sino yo le hubiera dicho po (sic) ahí a la gente o a mi

amigo que lo estaban siguiendo, pero no, nada de nada» 44; y cuando

se le indagó si escuchó algún tipo de agresión verbal


cuando iban por el camino con destino a la vereda Fávita,
respondió: «No señor, no escuché».45

Y, más adelante dijo:

«Defensor: Usted ha manifestado que Armando discutía con


pachito, perdón, Hernando discutía con pachito. ¿qué le decía
Hernando a pachito?

Testigo: La verdad que yo no escuché.

Defensor: ¿No escuchó?

Testigo: No señor

Defensor: ¿No escuchó ninguna discusión?

Testigo: No señor»46

Como se ve, el encuentro entre la víctima y los


procesados, en el camino que del corregimiento La Palma
conduce a la vereda Fávita, operó como simple coincidencia,
precisamente, porque todas las personas que de una u otra
manera se encuentran involucradas en estos hechos,
residían en ese lugar y a esa hora se dirigían a sus

44
A partir del record 11:47.
45
A partir del record 12:06.
46
A partir del record 25:17.

27
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

domicilios, incluyendo a HERNANDO y ARMANDO ROJAS


PINEDA, quienes, además, iban en compañía de su madre y
sus esposas, respectivamente, por lo que no es cierto que
ese día los implicados estaban siguiendo a la víctima, como
lo afirmó el Tribunal.

Tampoco es cierto que en el camino HERNANDO y


ARMANDO ROJAS PINEDA insistentemente ofendiesen y
provocasen a Luis Francisco Monroy Jiménez, empleando
palabras soeces, pues, todos los testigos de manera
coincidente informaron que, cuando iban por esa ruta, no
se presentó ningún incidente entre HERNANDO y ARMANDO
ROJAS PINEDA y la víctima.

Entonces, la afirmación del Tribunal según la cual los


implicados «decidieron esperarlo, seguirlo, ofenderlo y acordaron
provocarlo en el camino con palabras soeces e improperios,

buscando la reacción para justificar la agresión…» , no tiene ningún

sustento probatorio.

(c) Dijo el Tribunal, que Monroy Jiménez no reaccionó a


las provocaciones y al advertir que se acababa la
oportunidad para cometer el ilícito, porque la víctima ya
estaba muy cerca de su casa, HERNANDO ROJAS PINEDA «se
adelanta, ataca a Pachito ya no sólo verbalmente sino
materialmente, lo despoja del bordón que habría utilizado para su

defensa» mientras que ARMANDO ROJAS PINEDA, «por detrás le


propina con una piedra un fuerte golpe en la cabeza que de forma

28
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

inmediata derribó a Luis Francisco y le provocó estado de inconsciencia

y salivación».47

Los testigos presenciales de manera coincidente


señalan que los hechos se empezaron a desarrollar cuando
todos se encontraban muy cerca del lugar de residencia de
Luis Francisco Monroy Jiménez, justo después de que éste
abriera una cerca para que ingresaran los caballos – el que
llevaba la carga y en el que se transportaba su hijo-.

Según el dicho del Tribunal, el aporte de HERNANDO


ROJAS PINEDA al plan común consistió en agredir a la
víctima (i) verbalmente, utilizando expresiones soeces; y (ii)
«materialmente», en tanto que la desarmó quitándole la vara

que tenía en la mano para, por un lado, evitar que se


defendiera, y por el otro, facilitar que ARMANDO ROJAS
PINEDA le propinara la pedrada en la cabeza.

Pues bien, José Luis Monroy Castellanos – hijo de la


víctima- manifestó que su papá estaba caminando por los

potreros, cuando los procesados los alcanzaron. Aseguró


que HERNANDO ROJAS PINEDA iba a pie, se acercó hasta
donde estaba su padre y estando frente a frente, empezó a
lanzarle improperios. Entre tanto, ARMANDO ROJAS PINEDA
iba montado en un caballo, callado, pero al ver que su
hermano «le estaba buscando problemas a mi papá, él se bajó del
caballo y se entró a la finca donde estaba mi papá, por donde iba mi

papá, y ahí fue donde cogió la piedra y se la metió en la cabeza» 48.

47
A folio 42, carpeta del Tribunal.
48
A partir del record 1:12:26.

29
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Indicó que su padre no pudo ver a ARMANDO, porque se


encontraba de espaldas a él, pero que HERNANDO ROJAS
PINEDA sí vio a ARMANDO ROJAS PINEDA justo en el momento
en que tomó la piedra y la lanzó a su papá.49

Seguidamente, fue interrogado sobre la participación de


HERNANDO ROJAS PINEDA en los hechos investigados, y dijo:

«Fiscal: Si Armando fue el que le pegó la pedrada por detrás a su


papá, ¿qué fue lo que concretamente usted vio que hiciera
Hernando hacia su papá?

Testigo: Hernando, él estaba por delante de él, amenazándolo, él


iba a pegarle y a lo que vio Armando que estaban, a mi papá lo
tenía entretenido Hernando Rojas por delante, él se le fue por
detrás con la piedra y se la pegó en la cabeza»50

Luego, se le pidió que explicara en qué consistieron las


agresiones verbales de HERNANDO ROJAS PINEDA hacia su
padre, y manifestó lo siguiente:

«Hernando empezó a decirle que dejara la joda, que él no le


estaba haciendo nada, y mi papa callado, él no le había dicho
nada, él iba por la finca. Hernando comenzó a decirle que eso ya
no era igual que antes, cuando estaba el papá de él vivo, don
Tito, se llamaba, cuando él estaba vivo. Que él hacia lo que
quisiera. Él empezó a agredirlo, a decirle así. Y a decirle también
que dejara la joda, que dejara de ser un malparido, desgraciado,
bueno, esas cosas»51.

Más adelante señaló:

«Defensor: ¿En qué consistían esas amenazas de Hernando?


49
A partir del record 1:26:32.
50
A partir del record 1:01:35.
51
A partir del record 48:29.

30
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Testigo: Hernando siempre era un hombre problemático, él le


decía que dejara de molestar, de joder, que ya no era igual que
antes como cuando estaba el papá, que siempre eran problemas
y problemas, y que algún día de estos, se buscaba alguna muerte
pendeja.

Defensor: Cuando se refería que no era antes a su papá, ¿a quién


se refería? Armando (sic) le decía a su papá que dejara de
molestar, que ya no era antes cuando vivía su papá, ¿el papá de
quién?

Testigo: Era Hernando el que le decía eso, Armando no,


Hernando. Hernando le decía que dejara de molestar, que ya no
era como antes cuando el papá de Hernando y Armando estaba
vivo (era que el papá de ellos ya es muerto).

Defensa: ¿No le decía más nada sino eso a su papá, hablo de


Hernando?

Testigo: De Hernando no era más lo que le decía. Armando


siempre se quedó callado, el no dijo nada»52.

Y, cuando fue interrogado por el Juez sobre este mismo


tema, esto dijo el declarante:

«Testigo: …y ahí fue cuando empezó Hernando a echarle vainazos

Juez: ¿Esos vainazos en que consistieron?

Testigo: En lo que decía, que ya no era igual que antes cuando el


papá de Hernando y Armando estaba vivo, se llamaba Tito Rojas
y que, que dejara de ser gonorrea, todas esas palabras, groserías.

Juez: Díganos esas palabras, eso es lo que queremos abordar,


eso es lo que quiero que aclare, qué palabras, no importa que
suenen aquí gruesas, esas palabras que se dijeron dígalas acá
por favor. ¿En qué consistieron esas palabras’

52
A partir del record 1:10:04.

31
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Testigo: Que dejara de ser gonorrea, que no los molestara, que


dejara de ser hijueputa, que los dejara quietos, y solo eran
hijueputazos como decimos allá.

Juez: ¿Y esas manifestaciones y esas palabras se dieron hasta


qué momento?

Testigo: Hasta cuando le pegaron la pedrada, porque Hernando


siguió con eso echándole vainazos hasta que Armando le pegó
con la pedrada»53

Sin embargo, Jorge Vargas Vela54 y María Zenaida Rojas


Pineda55 manifestaron que no escucharon voces, insultos o
maltratos verbales entre HERNANDO ROJAS PINEDA y Luis
Francisco Monroy Jiménez; contradicción que puede
explicarse porque estas dos personas se encontraban a
varios metros de distancia del lugar donde ocurrieron los
hechos. En contrario, José Luis Monroy Castellanos – hijo de
la víctima- se encontraba en una posición privilegiada que le

permitió observar y escuchar más de cerca lo sucedido.

En efecto, Vargas Vela manifestó que él iba de puntero,


a aproximadamente 10 metros de distancia de la víctima, y
aunque María Zenaida Rojas Pineda trató de ubicarse en un
lugar muy cerca del lugar de los acontecimientos, José Luis
Monroy Castellanos, cuando se le preguntó por la reacción
de María Zenaida, al observar la agresión a su padre, dijo:
«Pues, doña Maria, ella no estaba cerca cuando fue el problema,
cuando le pegaron a mi papá, ella se encontraba lejos, siempre

lejos»56.

53
A partir del record 1:24:57
54
A partir del record 11:39.
55
A partir del record 34:42
56
A partir del record 1:03:21.

32
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

Dicho esto, encuentra la Corte que el Tribunal, con


base en el testimonio de José Luis Monroy Castellanos,
consideró que el aporte de HERNANDO ROJAS PINEDA al plan
común dirigido a causarle la muerte a Luis Francisco
Monroy Jiménez, consistió en insultarlo, lanzándole
expresiones soeces; sin embargo, ese sólo hecho, por sí
solo, no puede llegar a considerarse como un aporte
esencial para la comisión del delito de homicidio, más aún,
cuando ya se encuentra descartado que HERNANDO ROJAS
PINEDA hubiese desarrollado dicha actividad en el trayecto
que conduce de La Palma a la vereda Fávita.

Ahora bien, según el Tribunal, el otro aporte de


HERNANDO ROJAS PINEDA al plan común, consistió en
agredir “materialmente” a la víctima, desarmándola, ya que
le quitó la vara que tenía en la mano, para por un lado,
evitar que Luis Francisco Monroy Jiménez se defendiera, y
por el otro, facilitar que ARMANDO ROJAS PINEDA le
propinara la pedrada en la cabeza.

No obstante, la Corte encuentra que ese hecho no se


encuentra acreditado más allá de toda duda razonable.
Véase:

José Luis Monroy Castellanos dijo que después de la


pedrada, su padre cayó al suelo, inmóvil, inconsciente y
sangrando por la herida que le ocasionó el golpe que le
propinó ARMANDO ROJAS PINEDA; Qué, estando tendido en

33
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

el suelo, HERNANDO ROJAS PINEDA le arrebató una vara que


llevaba su padre en la mano57, con la intención de pegarle,
pero no lo hizo, al advertir que éste no se movía.

Así dijo el testigo:

«Fiscal: ¿Su papá que llevaba en las manos ese día?

Testigo: Mi papá llevaba una vara, se la amarraba en la mano y


metía ahí y la llevaba bordoneando, él se iba bordoneando con la
vara. Y una peinilla encintada, no era más lo que llevaba ese día
él.

Fiscal: ¿qué pasó con esa vara que llevaba su papá?

Testigo: La vara que llevaba él, a él se la robaron a lo que


cayó, a lo que le pegaron la pedrada, él se cayó y entonces
Hernando le quitó la vara, se la rapó de la mano que la
llevaba.

Fiscal: ¿Y que hizo Hernando con esa vara?

Testigo: Hernando al quitarle la vara y al verlo en el suelo, él tal


vez le iba a pegar con la vara, pero al verlo que no se paraba ni
se movía, él no le hizo nada, no le pegó»58.

Entonces, si, como lo dice el testigo José Luis Monroy


Castellanos –quien, se insiste, tenía una ubicación privilegiada que
le permitía ver lo que sucedía- , HERNANDO ROJAS PINEDA le quitó

la vara a la víctima cuando ARMANDO ROJAS PINEDA ya había


atestado el golpe y ésta yacía en el suelo, no puede
afirmarse, sin cercenar el referido testimonio, que el aporte
del primero consistió precisamente en desarmar a Luis
Francisco Monroy Jiménez, para evitar que se defendiera y

57
A partir del record 49:36.
58
A partir del record 46:35

34
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

facilitar que su hermano le propinara la pedrada en la


cabeza, como lo afirmó el Tribunal.

De otro lado, Jorge Vargas Vela manifestó que él iba de


puntero, a aproximadamente 10 metros de distancia de
Pachito59, y cuando volteó a mirar, observó que HERNANDO
ROJAS PINEDA «ya le había quitado la vara, y Pachito le decía que no
lo molestara que lo dejaran quieto que él no les iba haciendo anda,

que no, que no lo molestaran», entre tanto, ARMANDO ROJAS

PINEDA, que estaba detrás de Luis Francisco Monroy


Jiménez, le lanzó una piedra en la cabeza y la víctima de
inmediato cayó al suelo.60

Y, María Zenaida Rojas Pineda – hermana de los procesados


y amiga del occiso- dijo que Luis Francisco Monroy Jiménez

abrió el broche – cerca- para dirigirse a su vivienda, apareció


su hermano HERNANDO ROJAS PINEDA y se dedicaron a
hablar, pero de un momento a otro Monroy Jiménez alzó la
vara que llevaba «pa no dejarse tal vez pues pegar», pero
HERNANDO ROJAS PINEDA se la quitó; en ese instante,
ARMANDO pasó raudamente por debajo de la cerca, cogió
una piedra y se la lanzó en la cabeza a Monroy Jiménez,
quien cayó al suelo.61

Esto dijo la declarante:

59
A partir del record 22:42.
60
A partir del record 6:39.
61
A partir del record 55:52.

35
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

«Fiscal: Usted nos acaba de decir que cuando llegaron al broche,


vio que pachito levantó una vara. ¿Usted sabe por qué motivo él
levanto esa vara?

Testigo: Pues de todas maneras yo mi pensamiento que me viene


es que de pronto él alzó la vara porque al momento que pasó mi
hermano Hernando al potrero, entonces él alzo la vara pa no
dejarse tal vez pues pegar sí. Entonces, a la hora que él alzo, el
otro le mandó el pillo a la vara (es decir el otro se la quitó) eso fue
lo que yo mire, yo del resto no mire más»62.

Y, más adelante indicó:

«Ministerio Público: Cuando usted dice que el finado alzó la vara,


¿para qué la alzó? ¿Qué pudo usted captar?

Testigo: Pues, yo lo único que pensé, pues, él alzaría la vara diría


“el otro va a pegarme o esto”, entonces en ese momento
Hernando le echó pillo a la vara, Hernando.

M.P.: ¿Hernando qué hizo en ese momento?

Testigo: Le quito la vara.

M.P.: ¿Que paso en ese instante en que Hernando le quita la vara


al finado pachito? ¿Qué pasa en ese momento?

Testigo: Él le quitó la vara y quedo con la vara así, Nando


(alzada) y el otro cuando se le presentó por detrás y le mandó la
pedrada al finaito, y el finaito cayó allá»63

Como se ve, según el dicho de estos dos testigos, la


víctima, Luis Francisco Monroy Jiménez, estaba hablando
con HERNANDO ROJAS PINEDA –recuérdese que ambos declarantes
dijeron que no escucharon ningún tipo de insultos o palabras soeces-

cuando de manera intempestiva Monroy Jiménez levantó la


vara que tenía en su mano, al parecer, con la intención de

62
A partir del record 17:21.
63
A partir del record 1:03:57.

36
Casación sistema acusatorio No. 52150
HERNANDO ROJAS PINEDA

pegarle a HERNANDO ROJAS PINEDA, por lo que éste último se


la arrebató para evitar ser golpeado; y que, ARMANDO ROJAS
PINEDA, al observar esto, de manera intempestiva y
sorpresiva tomó una piedra que halló en el camino y se la
lanzó en la cabeza a Monroy Jiménez.

Si esto es así, no puede afirmarse, sin tergiversar los


referidos testimonios, que el aporte de HERNANDO ROJAS
PINEDA consistió en desarmar a Luis Francisco Monroy
Jiménez, para evitar que se defendiera y facilitar que su
hermano le propinara la pedrada en la cabeza, como lo
afirmó el Tribunal, pues, ambos declarantes informan que
fue Monroy Jiménez quien alzó la vara que tenía en una de
sus manos, al parecer, con la intención de golpear a
HERNANDO ROJAS PINEDA, por lo que éste reaccionó
quitándosela pero, en todo caso, se abstuvo de golpear a
Monroy Jiménez con dicho elemento.

Por lo expuesto, cuando el Tribunal concluyó que el


aporte de HERNANDO ROJAS PINEDA al plan común, consistió
en agredir “materialmente” a la víctima, desarmándola, ya
que le quitó la vara que tenía en la mano, para evitar que
Luis Francisco Monroy Jiménez se defendiera y, a la par,
facilitar que ARMANDO ROJAS PINEDA le propinara la pedrada
en la cabeza, incurrió en una violación indirecta de la ley
sustancial por error de hecho por falso juicio de identidad
por cercenamiento del testimonio de José Luis Monroy
Castellanos, y por tergiversación de las declaraciones de
Jorge Vargas Vela y María Zenaida Rojas Pineda.

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HERNANDO ROJAS PINEDA

2.1. Conclusión

El anterior examen deja en evidencia, como se aseguró


al inicio, que los argumentos expuestos por el Tribunal para
concluir que HERNANDO ROJAS PINEDA es coautor del
homicidio de quien en vida respondía al nombre de Luis
Francisco Monroy Jiménez, no solo resultan contrarios al
contenido material y objetivo de las pruebas analizadas,
sino que, para su construcción, el Ad-quem incurrió en
graves errores en el proceso de valoración individual de los
referidos medios de convicción y en la apreciación conjunta
de las pruebas debatidas en el juicio oral, en el que se
soslayó la racionalidad, por la desatención de las reglas de
la sana crítica o la inadecuada verificación del contenido
objetivo de los medios suasorios.

3. La solución del caso

Dentro del presente asunto no aparece acreditado que


en el camino que del corregimiento La Palma conduce a la
vereda Fávita, HERNANDO ROJAS PINEDA hubiese acordado
con su hermano ARMANDO, causarle la muerte a Luis
Francisco Monroy Jiménez.

Tampoco aparece probado que, ya estando en el lugar


de los hechos, se hubiere presentado un acuerdo
intempestivo, fortuito y tácito, entre HERNANDO ROJAS
PINEDA y su hermano ARMANDO, con el mismo propósito,
pues, del análisis de la secuencia de hechos narrados por
los testigos, no se evidencia que entre los hermanos se

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hubiese presentado algún tipo de gesto, ademán, mirada,


asentimiento, en suma, alguna expresión clara en la
coincidencia de voluntades orientada a la realización de un
mismo objetivo delictivo.

Tampoco aparece demostrado que HERNANDO ROJAS


PINEDA hubiera realizado un aporte esencial dirigido a
causarle la muerte a Luis Francisco Monroy Jiménez.

En contrario, la evidencia revela que la muerte de la


víctima acaeció por una acción individual y de ímpetu
realizada por ARMANDO ROJAS PINEDA, que sólo él dominaba
-de ningún modo le puede ser atribuida a HERNANDO ROJAS PINEDA-,

en tanto, de manera sorpresiva y sin mediar palabra, se


bajó del caballo, tomó una piedra y sin más la descargó en
la cabeza de la víctima.

En consecuencia, respecto de HERNANDO ROJAS PINEDA


no se encuentran acreditados, más allá de toda duda
razonable, los requisitos exigidos por la Ley y la
Jurisprudencia para la configuración de la coautoría, ya
que no se probó la existencia de un acuerdo previo, ni la
distribución de funciones, ni un aporte esencial dirigido a la
consecución de un fin común.

Incluso, advierte la Corte, independiente de las rencillas


anteriores o la discusión que en ese momento pudo haberse
presentado entre el acusado y el hoy occiso, la dinámica de
los hechos, por su desenlace inmediato, debió también
sorprenderlo, circunstancia que elimina cualquier tipo de
consciencia o voluntad dirigidos a asumirlos como propios.

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HERNANDO ROJAS PINEDA

Tampoco es factible asumir pasible de atribución penal


un supuesto comportamiento cómplice, como lo adujo la
procuradora, pues, para que sea adecuada la atribución a
este título, lo debido demostrar no es que la persona estuvo
presente cuando se ejecutó el hecho, sino que conocía su
naturaleza delictuosa y tuvo la voluntad -antes o durante su
ejecución- de contribuir al mismo, para lo cual se concertó
con el autor o autores y acordó su particular intervención
en el mismo, así esta fuese posterior, convenio que dentro
del presente asunto no está acreditado (CSJ SP1402-2017,
Rad. 46099).

Por lo demás, debe aclararse a la representación del


Ministerio Público, que también la intervención a título de
cómplice reclama de acuerdo previo o concomitante, y no
posterior, como parece darlo a entender en su intervención.

En consecuencia, la Corte casará, por los cargos


formulados, la sentencia impugnada, para absolver a
HERNANDO ROJAS PINEDA, por el delito de homicidio
agravado.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Penal, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de ley,

RESUELVE

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Primero: CASAR, por los cargos formulados por el


recurrente, el fallo de segundo grado proferido por la Sala
Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de San Gil,
el 20 de noviembre de 2017, que confirmó la sentencia
condenatoria emitida por el Juzgado Tercero Penal del
Circuito con Funciones de Conocimiento de Socorro –
Santander- que condenó a HERNANDO ROJAS PINEDA, como
coautor responsable del delito de homicidio agravado.

Segundo: Absolver a HERNANDO ROJAS PINEDA por el


delito de homicidio agravado.

Tercero: Ordenar la libertad inmediata de HERNANDO


ROJAS PINEDA, así como la cancelación de órdenes de
captura o cualquier otra limitación de sus derechos,
derivada de la sentencia condenatoria proferida en su
contra, salvo que sea requerido en virtud de otro asunto.

Cuarto: En lo demás, el fallo impugnado se confirmará.

Quinto: Contra esta decisión no proceden recursos.

Cópiese, notifíquese y cúmplase.

GERSON CHAVERRA CASTRO

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JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

DIEGO EUGENIO CORREDOR BELTRÁN

Impedido
EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

FABIO OSPITIA GARZÓN

EYDER PATIÑO CABRERA

HUGO QUINTERO BERNATE

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PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

Martha Liliana Triana Suárez


Secretaria (e)

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