Relaciones Entre Hermanos

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Relaciones entre hermanos

La relación entre hermanos es profundamente importante, no sólo por su incidencia


en el nivel del desarrollo social, sino también en el nivel de desarrollo cognitivo. Y es
verdad que la calidad del tipo de interacción que establecen los hermanos, está
estrechamente relacionada con la calidad de la relación que los padres mantienen con
sus hijos.

Los padres juegan un papel destacado en la relación entre hermanos, su influencia


puede ser muy positiva cuando hacen de mediadores de conflictos, crean un clima de
comunicación en la familia, fomentan la confianza y el desarrollo de valores como la
tolerancia y la empatía.

Los hermanos a menudo ofrecen la primera y, probablemente, la más intensa relación


de un niño o una niña con un igual. Además de tener en común los genes, la clase social,
la raza, la cultura, la generación..., comparten las experiencias familiares y los
acontecimientos de la vida.

A los hermanos les une el hecho de compartir también los juguetes, la ropa, el
dormitorio, el baño, los espacios íntimos, los recuerdos. Todo ello va a hacerles
establecer fuertes alianzas, sólidos lazos afectivos. Normalmente, los hermanos van a
recibir la misma educación, los mismos valores intergeneracionales, que van
conformando la propia identidad como «nieto de», «hijo de», «del barrio de», «alumno
de»...

En la infancia, los hermanos son una fuente constante de compañía mutua. Lo


característico de las interacciones entre hermanas y hermanos pequeños son las
expresiones intensas y desinhibidas de amor, afecto, lealtad, hostilidad, odio y
resentimiento.
Durante los años escolares, los hermanos ponen en práctica las habilidades sociales
que han aprendido del otro. Se enseñan mutuamente habilidades para la resolución de
conflictos, frente a situaciones de competitividad, rivalidad, ante los compromisos y
en materia de educación.

Durante la adolescencia, los hermanos recurren unos a otros y se convierten en


confidentes, consejeros y asesores, particularmente con relación a las amistades, las
presiones de los compañeros, la sexualidad y ante los problemas que puedan surgir.
Son grandes aliados. En la madurez, cuando los hermanos comienzan a tener sus
propios hijos, y ya asumiendo su papel de tíos y tías, pueden proveer una red adicional
de cariño y apoyo para todos.

En definitiva, la relación fraternal es un sistema de apoyo único, ya que los hermanos


son los miembros de la familia que, con toda probabilidad, más van a coexistir
temporalmente a lo largo de la vida. Están más cerca que los propios padres,
son maestros, modelos a imitar debido a que esta relación a menudo está basada en la
admiración, el cariño, la confianza y la simpatía.

Podría decir que un hermano mejora la calidad de vida, dado que aumenta el
bienestar emocional, proporciona compañía, ofrece cariño y, con mucha frecuencia,
aporta seguridad de carácter duradero.

Hay padres que deciden no tener otro hijo porque piensan que no podrán mantener
económicamente a más de uno, o no dispondrán de todo el tiempo que le querrían
dedicar. Consideran que no podrían conciliar la vida familiar y la profesional. Es cierto
que los hijos únicos se rodean de grandes amigos, y muchos aseguran no haber añorado
nunca un hermano. Pero también es cierto que, cuando se pregunta acerca de la
persona más significativa en su vida, la mayoría de la gente pone al mismo nivel a un
hermano que a un padre, y tiene mucho que decir sobre lo que aporta un hermano a lo
largo de la existencia, no únicamente en la infancia.

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