de Diego. Concentración Editorial. Fichas para La Investigación
de Diego. Concentración Editorial. Fichas para La Investigación
de Diego. Concentración Editorial. Fichas para La Investigación
Lo hemos escuchado muchas veces: en los últimos treinta años, el mercado editorial se
ha caracterizado por un vertiginoso proceso de concentración de empresas, por el
recambio de editores de larga experiencia en el campo, por el papel cada vez más
protagónico de los agentes literarios, entre muchas otras transformaciones que rediseñan
su fisonomía. Advertimos, además, que estas transformaciones se nos imponen con la
tenacidad de una evidencia. Cientos de debates y polémicas sobre el presente y el futuro
del libro, congresos y coloquios, paneles y mesas redondas, artículos periodísticos y
notas de opinión adoptan como telón de fondo la contundencia de este diagnóstico. Sin
embargo, ese caudaloso fluir de opiniones no suele problematizar esa evidencia; quiero
decir que no es sencillo encontrar trabajos de investigación sólidos que transiten ese
objeto, no para soslayar esa mirada crítica o analítica, sino para fundar las opiniones en
una base documental consolidada, positiva diría, que permita encontrar en esa evidencia
algunas facetas menos exploradas, ciertas grietas en un todo en apariencia homogéneo,
en suma, las certidumbres de la historia. Aquí me propongo transitar ese camino: con
ese fin, he relevado material sobre el tema que nos ocupa, al que he ido ordenando
cronológicamente, y he focalizado en las situaciones relativas al mercado en España y
sus efectos en Argentina. Lo que sigue, entonces, tiene la forma de fichas que comentan
las novedades sobre el campo:1
2
En Varios Autores (2006) Conversaciones con editores en primera persona, Madrid, Fundación
Sánchez Ruipérez. El testimonio de Monreal en p. 37; el de Lara Bosch en p. 249.
3
Xavier Moret (2002) Tiempo de editores. Historia de la edición en España, 1939-1975, Barcelona,
Destino, pp. 137 y ss.
Random era la principal editorial de los Estados Unidos; había adquirido, en 1960, la
selecta Pantheon Books, y había conservado, al frente de la misma, a André Schiffrin.
Con la compra por parte de Newhouse, comienzan los conflictos con Schiffrin que el
consagrado editor refiere en su libro La edición sin editores. Schiffrin había llegado a
Pantheon en 1962 y estuvo al frente de la editorial por casi treinta años; desde allí
elaboró un catálogo de calidad en el que incorporó lo mejor del pensamiento europeo
progresista. En 1990, Newhouse lo despidió de la empresa, y Schiffrin fundó su propio
sello: The New Press.
4
Los avatares de la ciclotímica vida de Jesús Aguirre fueron novelados por Manuel Vicent en Aguirre, el
magnífico.
1982- PLANETA COMPRA EL 70 % DE SEIX BARRAL Y DE ARIEL
Planeta había sido creada en 1949 por José Manuel Lara Hernández, un andaluz que
atesora un anecdotario inagotable. Con su fallecimiento en 2003 y la temprana muerte
de su hijo Fernando, su otro hijo, José Manuel Lara Bosch, quedó al frente de la
empresa. La sucesiva compra de empresas editoriales y la diversificación de sus
actividades en el mercado multimedia consolidaron al Grupo Planeta como el primer
grupo editorial en lengua española y el séptimo en el mundo por sus niveles de
facturación. La compra de Seix Barral fue el primer paso significativo en esa expansión,
por lo que implicó, para Planeta, en cuanto acumulación de capital simbólico que la
editorial catalana le proporcionaba. Es sabido que Carlos Barral, que había dejado el
sello en 1970, fue uno de los editores emblemáticos de la transición española, por su
propio peso intelectual y por haber abierto las puertas de la cultura española a las
vanguardias europeas y americanas. Buscando, por un lado, un contraste estético con el
prestigio ganado por el Premio Nadal y, por otro, una distancia crítica de la prepotencia
económica de los tentadores Premios Planeta, Barral puso en marcha en 1959 el premio
Biblioteca Breve. Lo acompañaban en la empresa un grupo de notables: Jaime Gil de
Biedma, Pere Gimferrer, Josép María Castellet. Sin embargo, con la muerte de Víctor
Seix en un accidente en Frankfurt comenzaron los problemas con la firma y dejó la
editorial en 1970. Hasta fines de la década continuará como Barral Editores. Escribió el
editor argentino Mario Muchnik: “… retengo una imagen impresionante: la de Joan
Seix abuelo, padre de Víctor, firmando la venta de las acciones de la editorial que había
fundado y que había sido, durante el franquismo, la antagonista cultural precisamente de
Planeta. Fue uno de esos momentos privados que marcan un cambio de época”.5
Se trata de una de las quiebras más resonantes de las editoriales de la vieja guardia, las
que tenían, como se ha dicho, grandes talleres, chimeneas y cientos de trabajadores. Fue
la editora de buena parte de la narrativa popular durante el franquismo (Corín Tellado,
Marcial Lafuente) y la principal impulsora del mercado de los “tebeos” (cómics), de los
que llegó a controlar el 60 % del mercado español. Sin embargo, la dirección del sello a
5
En Sergio Vila-Sanjuán (2003) Pasando página. Autores y editores en la España democrática.
Barcelona, Destino, p. 199.
menudo fue cuestionada por sus autores por reconocer solo el dos por ciento de los
derechos de autor y por no reconocer esos derechos cuando ideaban y producían refritos
de sus obras. En 1973, Francisco Bruguera –quien tenía un indiscutido pasado
antifranquista– incorporó a la empresa a Ricardo Rodrigo, un editor argentino que creó
y promovió las colecciones Libro Amigo y Novela Negra. Sin embargo, los problemas
económicos de la empresa se agudizaron: Rodrigo se fue en 1981 y fundó RBA, y
Bruguera vendió la editorial a un uruguayo, Leo Antúnez, que fracasó en el intento de
remontar la situación y cerró definitivamente en 1986. Cabe destacar que, a pesar de la
debacle económica, Bruguera editó a escritores argentinos exiliados a través de la
colección Narradores de Hoy, que incluyó en su catálogo –con el asesoramiento literario
de Juan Martini y Vicente Battista– títulos y autores que ya habían sido publicados por
la editorial en Barcelona (Osvaldo Soriano, Juan Martini) o en el exterior por otras
editoriales (Humberto Costantini, Tomás Eloy Martínez). La colección, que no era solo
de literatura argentina, fue de duración efímera: comenzó a publicarse en 1983, tuvo su
mayor número de títulos en 1984 y decayó en 1985; editó, entre otros, a Mario
Goloboff, Pedro Orgambide, Antonio Di Benedetto y Mempo Giardinelli.
6
En un catálogo de 1982, la colección Libros de Bolsillo registraba 880 títulos; en un catálogo del ’91 ya
había llegado a los 1514.
al grupo Anaya de Germán Sánchez Ruipérez: “Me llegaron a decir que había pagado
un disparate por ella. Pero era un capricho que uno tiene en la vida, porque Alianza
Editorial era la empresa cultural, el proyecto cultural más bonito de los últimos treinta
años y eso a mi grupo de empresas le iba a dar una categoría muy grande”.7 Anaya, que
había comprado editoriales emblemáticas como Alianza y Cátedra, se vendió a su vez,
en 1998, a la multinacional francesa Vivendi.
.
1989- PLANETA COMPRA EDICIONES DEUSTO Y EL 50 % DE DESTINO
Otra de las grandes editoriales del franquismo, Destino, de Josép Vergés, recorre un
camino similar a los casos ya reseñados. La editorial se había consolidado a través del
Premio Nadal, que comenzó a otorgarse en 1944, y a través de la publicación de autores
de prestigio, como Miguel Delibes –se calcula que las obras de Delibes representaban
un cuarto de la facturación total de la empresa–, Camilo José Cela, Carmen Laforet y
Ana María Matute. Respaldado por esos nombres y por ese premio, Vergés fue el rival
histórico de Planeta y de los Lara, y ya en 1980 sufrió un duro golpe cuando Delibes le
entregó Los santos inocentes a Planeta. En esos años, Lara intentó comprarle la
editorial, pero Vergés se negó; finalmente, la vendió a Julián Viñuales, un editor que
venía de Salvat, en 1986. Previsiblemente, Viñuales, un par de años después, se la
vendió a Lara. No sabemos si Vergés y Lara hicieron un buen negocio; sí sabemos que
Viñuales lo hizo, intermediando entre ambos rivales.
7 En Varios Autores (2006) Conversaciones con editores en primera persona, Madrid, Fundación
Sánchez Ruipérez, p. 162.
aquellos años. Además de su actividad editorial, los socialistas lo llevaron de candidato
y llegó a ser senador por Tarragona en 1982 y más adelante parlamentario europeo. En
la nota periodística de referencia, brindan testimonios Juan Marsé, Eduardo Mendoza,
Jesús Aguirre y Rafael Alberti.
1998- ANDREW WYLIE ANUNCIA QUE INSTALARÁ SU AGENCIA EN MADRID EN 1999 (La
Vanguardia, 20/12/98)
Esta noticia provocó un sonado revuelo en el mundo de los negocios editoriales en
España. El agente norteamericano había fundado su agencia en 1980 y logró la
representación de algunos nombres sobresalientes, como Vladimir Nabokov, Norman
Mailer, Jorge Luis Borges, Martin Amis, Salman Rushdie y Antonio Muñoz Molina,
dentro de una cartera que, según se afirma, incluye 700 clientes. Por el carácter agresivo
de su estrategia en los negocios se lo conoce como “el chacal”. El desembarco de Wylie
en Europa comenzó en 1996 cuando abrió una sede de su agencia en Londres.
8
André Schiffrin (2001) La edición sin editores. Las grandes corporaciones y la cultura, Santiago de
Chile, LOM / Trilce, pp. 63-64.
Ya se habían vendido Kapelusz y Estrada; con la venta de Aique queda
transnacionalizado el mercado del libro educativo en Argentina. El comprador es el
Grupo Anaya que solo seis meses antes había sido comprado por los franceses de
Havas. Una vez más, los argentinos solemos ver al gato que se come al ratón, pero no
advertimos que ya un león se había comido al gato, o en breve se lo comerá.
* * *
Benzecry, Claudio (1997) “Subproducto: campo literario e industria editorial en la década del
‘90”, en Ana Wortman (comp.) Políticas y espacios culturales en Argentina, Buenos Aires,
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Varios Autores (2006) Conversaciones con editores en primera persona, Madrid, Fundación
Sánchez Ruipérez.