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Mulierum Virtutes de Plutarco

Este documento presenta un análisis de la estructura y composición de la obra Mulierum Virtutes de Plutarco. Analiza aspectos como el prólogo, destinatario, fecha de composición, propósito, metodología y organización de contenido. Divide los 27 relatos en 3 tipos básicos que ejemplifican virtudes como la valentía, la prudencia y la justicia. El objetivo es demostrar que la virtud es la misma en hombres y mujeres a través de ejemplos de hazañas femeninas en la mitología y la historia.

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Mulierum Virtutes de Plutarco

Este documento presenta un análisis de la estructura y composición de la obra Mulierum Virtutes de Plutarco. Analiza aspectos como el prólogo, destinatario, fecha de composición, propósito, metodología y organización de contenido. Divide los 27 relatos en 3 tipos básicos que ejemplifican virtudes como la valentía, la prudencia y la justicia. El objetivo es demostrar que la virtud es la misma en hombres y mujeres a través de ejemplos de hazañas femeninas en la mitología y la historia.

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Myrtia, nº 23, 2008, pp.

101-120

MULIERUM VIRTUTES DE PLUTARCO:


ASPECTOS DE ESTRUCTURA Y COMPOSICIÓN DE LA OBRA

CONSUELO RUIZ MONTERO – ANA MARÍA JIMÉNEZ


Universidad de Murcia*

Resumen: En este trabajo proponemos un nuevo análisis de la estructura


del tratado Mulierum virtutes. Empezamos revisando los principales temas
de su prólogo: destinatario, fecha de composición, contexto, propósito,
metodología, y elección y organización de su contenido. A continuación
estudiamos aspectos generales de la obra, como las distintas técnicas
narrativas de sus relatos y el vocabulario con que se designa la areté.
Aceptando la existencia de un catálogo implícito de “virtudes” dividimos
los veintisiete relatos del tratado según tres tipos básicos, que ejemplifican
andreia, phrónesis, (que incluye sophrosýne) y dikaiosýne, respectivamente.
Esos tipos están interrelacionados. Nuestro trabajo se centra en el análisis y
comentario de esos tipos.
Summary: In this paper a new analysis of the structure of the Mulierum
virtutes is proposed. At first we revisite the main topics of its prologue:
dedication, date of composition, context, purpose, methodology, and
selection of its content. We go on by studying some relevant features of the
work as a whole, such as the different narrative techniques of its tales and
the vocabulary describing arete. Starting from an implied catalogue of
“virtues” we proceed to divide the twenty seven tales of the treatise
according to three basic types which exemplify andreia, phronesis
(sophrosyne is included here), and dikaiosyne, respectively. These types are
interrelated. We focus on the analysis and commentary of them.
Palabras clave: literatura griega; análisis de textos; crítica literaria.
Key Words: Greek literature; analysis of texts; literary criticism.
Fecha de recepción: 28 / 3 / 2008.

*
Dirección para correspondencia: C. Ruiz Montero. Dpto. de Filología Clásica, Facultad
de Letras. Universidad de Murcia. 30.071 – Murcia (España). E-mail: [email protected].
102 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

0.- INTRODUCCIÓN.

Mulierum virtutes1 o Gunaikw½n a)retaí aparece en el Catálogo de


Lamprias con el nº 126 y recoge veintisiete relatos de carácter etiológico-
moralizante unidos por una conexión temática, la narración de hazañas dignas de
elogio realizadas por mujeres en el mito y la historia.
Si exceptuamos las distintas ediciones y traducciones de Mulierum
virtutes, los estudios específicos que se han realizado sobre esta obra no han sido
demasiados y se han centrado sobre todo en aspectos de autoría, datación, fuentes
o contenido. Como monografías específicas citaremos las de Dinse2, quien zanjó
la cuestión sobre la autoría del tratado, y Stadter3, que, conociendo el trabajo de
su predecesor y ante la ausencia de un estudio más profundo del tratado, realiza
un análisis del mismo, poniendo especial atención en las fuentes de cada una de
las narraciones. Al final de su investigación, Stadter concluye que Plutarco es un
autor original y no un compilador, pues Mulierum virtutes no ha sido compuesta a
partir de una antología de relatos anterior a él, como se ha tendido a pensar, sino
que usa diversas fuentes, tanto escritas como no escritas. Entre las primeras se
encuentran no sólo autores tales como Ctesias, Éforo, Aristóteles, Filarco,
Calímaco o Polibio4, sino también escritores de leyendas locales como Sócrates
de Argos (245E1) o Caronte de Lámpsaco (255A5). Como fuentes no escritas
utiliza monumentos, lugares, ritos, festivales, costumbres o historias orales que ha
conocido en sus viajes. A pesar de todo esto en ocasiones la fuente no ha podido
ser determinada. Stadter destaca también la presencia de fuentes comunes a
Mulierum virtutes y las Vidas paralelas, y la relación que existe entre nuestra
obra y los Strategémata de Polieno. Efectivamente en los libros VII y VIII,
Polieno recoge diecinueve de las veintisiete narraciones que se encuentran en
Plutarco, lo que ha llevado a los investigadores a ofrecer distintas hipótesis. No
obstante, Stadter concluye que Polieno usa como fuente la obra del polígrafo de
Queronea. Posteriormente esta cuestión ha sido retomada5.

1
Para realizar este trabajo hemos utilizado la edición de Nachstädt – Sieveking -
Titchener, 1971, pp. 225-272.
2
Cf. Dinse, 1863.
3
Cf. Stadter, 1965.
4
Echamos en falta a Tucídides, Jenofonte, Heródoto, si bien este último es citado y
refutado en 245F.
5
Cf. Gallé Cejudo, 1997, pp. 177-188, esp. 179, pues resume brevemente esta cuestión
desde sus inicios hasta nuestros días.
Mulierum Virtutes de Plutarco 103

I.- EL PRÓLOGO (242E1-243E2).

I.1.- La obra, al igual que De Iside et Osiride, está dedicada a Clea (242E1). El
autor la presenta como sacerdotisa de Dioniso en Delfos e iniciada en los cultos
de Isis y Osiris6. Esta figura no parece desconocida, ya que se han encontrados
dos inscripciones délficas en las que aparece Flavia Clea7; en la primera de ellas
dedica la inscripción a su madre, Memia Eurídice. Su datación no está clara, pero
se la sitúa a principios del siglo II d.C8. La segunda inscripción está dedicada a
Matidia II, tía de Antonino Pío, por lo que se ubica entre el 138 y el 161 d.C. Ante
esta situación los estudiosos se plantearon dos cuestiones: ¿se refieren ambas
inscripciones a la misma persona?, y ¿podría ésta ser identificada con la Clea de
Plutarco? Jannory y Bowersock responden afirmativamente a ambas preguntas,
mientras que Kapetanopoulos postula que cada inscripción presenta a una Flavia
Clea distinta, de tal modo que una de ellas, la que podríamos identificar con la
que aparece en los escritos de Plutarco, moriría en el 118 d.C., y podría ser la
abuela paterna o materna de la Flavia Clea que se sitúa en época de Antonino Pío.
Sea de un modo u otro, lo cierto es que los datos sobre Flavia Clea indican que
era una persona culta perteneciente a una familia de Delfos de clase alta. Plutarco
debió tener una relación bastante estrecha con su familia, puesto que el
Amatorius9 está dedicado a su abuelo, Tito Flavio Soclaro y los Praecepta
coniugalia a sus padres, Lucio Flavio Poliano Aristio y Memia Eurídice.
La muerte de la “excelente” Leóntide es la circunstancia que propicia la
conversación filosófica entre Plutarco y Clea, que es continuada en nuestro
tratado a petición de la propia sacerdotisa (242F2). Sobre la figura de Leóntide el
polígrafo apenas ofrece datos, sin embargo ésta ha sido identificada por
Kapetanopoulos10 con la Leóntide que aparece en una inscripción délfica datada
en el 85 d.C. Sabemos que Memia Eurídice es el nombre romano de Leóntide,
mujer perteneciente a la citada familia aristocrática de Delfos y alumna de
Plutarco11. En su matrimonio tuvo dos hijos, Flavio Soclaro y Flavia Clea, a la
que precedió como sacerdotisa de Delfos.
Decisiva ha sido la identificación de las figuras de Clea y Leóntide para

6
Cf. De Iside et Osiride, 351 E y 364 E.
7
Cf. Bowersock, 1965, pp. 267-270, esp. 266; Jannory 1946, pp. 247-261, esp. 256;
Pomtow, SEG I, 32, nº 159; Kapetanopoulos 1966, pp. 119-130, esp. 128-130.
8
Cf. supra n.7. Bowersock no especifica la datación, Jannory afirma que es de época de
Adriano (117-138) y Pomtow del 100 d.C.
9
De las cuatro obras de Moralia que tienen como protagonista a la mujer (Amat., Coniug.
praec., Mul. Virt., Cons. ad uxor.), las tres primeras están dedicadas a la familia de Clea.
10
Cf. Kapetanopoulos supra n.7.
11
Cf. Coniug. Praec. 138C.
104 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

proponer una fecha aproximada de composición, si bien los estudiosos


anteriormente habían ofrecido dataciones basándose en referencias observadas en
el tratado, tales como la Vida de Daifanto (244B2) o la historia de Cama (Mul.
Virt. 20)12. Así, Bowersock y Jannory postulan que la obra fue compuesta en los
últimos años de vida de Plutarco. Stadter concreta un poco más y apunta a los
diez últimos años13. Kapetanopoulos, por su parte, utilizando a Leóntide, expone
que el 110 d.C. es el año exacto de composición, pues ésta es la datación de la
muerte de dicha mujer, momento que parece coincidir con la fecha que da el
propio Plutarco al principio de su obra (242F). Mulierum virtutes es por tanto una
obra de madurez, posiblemente una de las últimas de la producción plutarquea,
perteneciente a los primeros años del siglo II d.C.

I.2.- Persuadirnos de que: “una y la misma es la virtud del hombre y de la mujer”


(242F6) es la finalidad de la obra. Frente a la opinión de Tucídides14, Plutarco
prefiere la de Gorgias quien exhorta a que: “no la belleza sino la fama de la mujer
sea conocida por muchos”15. Plutarco intenta convencernos de esta tesis con una
demostración llevada a cabo mediante una colección de veintisiete exempla, si
bien no debemos olvidar que en el prólogo introduce una breve justificación
argumentada mediante preguntas retóricas (243A9-243B3). Estos ejemplos siguen
el ideal clásico de “instruir deleitando” o docere et delectare16, como manifiesta
en 243A5: “el discurso no huye de la gracia que acompaña a la demostración ni se
avergüenza de mezclar a las Gracias con las Musas, bellísima pareja”. En efecto,
no rehuye de la retórica para adornar ni construir el discurso, aunque siempre ella
queda subordinada a la intención moral17 perseguida por el autor.

I.3.- El método a utilizar para refrendar su hipótesis es el comparativo,


procedimiento de origen retórico que encontramos en las Vidas paralelas y en

12
Cf. Stadter supra n. 3.
13
Cf. Otros autores especifican un poco más, así Jones, 1966, pp. 61-74, esp. 73 propone
el 115 d.C.; y Gera, 1997, pp. 35, siguiendo a Stadter, fecha el tratado entre el 115-
125d.C.
14
Cf. Thuc. II 45, 2. Véase a su vez García Valdés, 2005, pp. 297-312.
15
Este pensamiento favorable a la mujer se atribuye al famoso sofista del s. V a.C.,
aunque la idea de la igualdad de sexos comienza en Sócrates y es continuada en los
círculos socráticos, pitagóricos y estoicos, entre los que destacan Antípatro de Tarso y
Musonio Rufo, quien ha podido influir mayormente en Plutarco: cf. Ruiz Montero, 1989,
pp. 109-147, esp. 133.
16
Enunciado poéticamente en Horacio, Ars poetica, II 3, 333 y ss.
17
Recordemos las palabras de Russell, 1972, 62: “He is moreover, like most ancient
historians, a trained rethorician, and perhaps subtler than he is sometimes thought”.
Mulierum Virtutes de Plutarco 105

Escritos morales. Plutarco expone que en Mulierum virtutes establece una


comparación de hazañas a dos niveles: entre un hombre y una mujer, y entre dos
mujeres (243B11), sin embargo sólo recoge las hazañas de mujeres. No es
necesario pensar entonces que falta una parte de la exposición, la relativa a los
hechos virtuosos de hombres, sino que, como Stadter18 piensa, ello puede deberse
a que los lectores de Plutarco son cultos y conocen perfectamente las hazañas de
los hombres. Otra posibilidad, dada la estrecha relación existente entre ambas
obras, es considerar que el autor tiene en mente que lo ha recogido ya en las Vidas
paralelas.
El prólogo concluye con una alusión a la elección y organización del
contenido. Así, expone que las narraciones de mujeres van a ser divididas en dos
grandes bloques, y que el material a utilizar es poco conocido o, si ha sido ya
tratado por otros escritores, va a proporcionar detalles desconocidos19. Es este un
dato por el que se deduce que el público al que va dirigido la obra es
culto:“Pasaré por alto lo que es sin duda demasiado conocido y cuantos aspectos
creo que tu seguramente, por encontrarse en los libros, tienes investigados y
conoces; salvo si algo digno de ser oído se les ha olvidado a quienes han referido
antes que nosotros lo que es público y de todos conocido”(243D6).20

II.- ESTRUCTURA GENERAL Y CARACTERÍSTICAS DE LA OBRA.

La estructuración de las veintisiete historias de las que consta el tratado


no parece estar clara. Algunos investigadores21 proponen dividirlo en dos bloques,
a saber: a) hazañas realizadas por grupos de mujeres (243E1-253E6), que
comprende las quince primeras, y b) hazañas realizadas individualmente (253E7-
263A4), que consta de doce, de la 15 a la 27. Otro grupo de estudiosos22 piensa

18
Cf. Stadter op. cit., p. 10.
19
Cf. Stadter op. cit., pp. 11-12, quien considera que esta aseveración indica que Plutarco
no compila sus historias a partir de un tratado sobre mujeres similar escrito con
anterioridad, sino que lo toma de los historiadores. No obstante, en opinión de Gera (op.
cit. 35) cabe la posibilidad de que la fuente utilizada sea alguna colección parecida, puesto
que los escritores a los que se refiere son probablemente autores de este tipo de antologías
y no de historias individuales.
20
Cf. Stadter op. cit., p. 126; López Salvá – Medel, 1987, p. 262. Ambos estudios
observan que actualmente dieciocho de los relatos que aparecen en esta obra sólo son
conocidos a través Plutarco, y que de los nueve restantes ofrece detalles desconocidos.
21
Cf. Ziegler, 1965, esp. 264; Stadter, op. cit., p. 1; Gera op. cit., p. 36; Dettenhoffer,
2003, pp. 417-435; Benefield 2003-2004, ns 1, 11-20, esp.13.
22
Cf. López Salvá – Medel op. cit. 261; García Valdés art. cit., p. 306; Aguilar, 1990-
1991, pp. 307-325, esp. 321, donde explica que los relatos son expuestos en una gradación
106 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

que puede ser fragmentada en tres secciones: a) hazañas realizadas por pueblos
(242E1-250F6), que son las trece primeras, b) hazañas realizadas por parejas
(250F8-253E6), en concreto las número 14 y 15, y c) hazañas realizadas en
solitario (253E7-263A4), las doce últimas.
Pero el propio Plutarco divide la obra en dos mitades mediante sus
palabras23, ya que éstas delimitan una y otra parte, indicando el comienzo de cada
una y estableciendo una simetría, simetría que no observamos al final de los
bloques, pues, aunque el autor señala cuándo finalizan las acciones del primer
tipo, no dice nada sobre las del segundo, de tal forma que el tratado acaba con el
último relato24. Así Mulierum virtutes queda dividida en: a.-) hazañas realizadas
por mujeres “en común” (koinv=)25 y b.-) hazañas realizadas por mujeres “en
singular” (i)di/#)26, dos grandes unidades de idéntica extensión pero con desigual
número de narraciones. Ahora bien, no es sólo el metadiscurso del polígrafo el
que nos hace pensar en esta estructuración, sino también la presencia de
diferencias formales entre ambas partes, las cuales ratifican la división temática
realizada por el autor, y manifiestan la heterogeneidad del primer conjunto, puesto
que, por presentar elementos afines a ambos bloques, podemos considerar los
relatos 14 y 15 de transición entre una y otra parte. A continuación añadimos
algunas consideraciones sobre este particular:
1.- La nomenclatura de los relatos de ambas partes está bien diferenciada.
Mientras que en la primera encontramos gentilicios (Troyanas, Focidias, Quíotas,
Argivas o Persas...), en la segunda hallamos nombres propios o comunes, pero
siempre en singular (Pieria, Polícrite, Lámpsace o una mujer de Pérgamo).
“Valeria y Clelia”, “Mica y Megisto” son respectivamente los títulos de los
relatos 14 y 15, lo que las pone a medio camino.
2.- En la obra predomina la narración simple o diégesis pura en tercera persona y
a través de un narrador primario y omnisciente. No obstante observamos un leve
aumento de la complejidad narrativa a partir de los relatos de transición (14 y

descendente.
23
243D11-243E2: “Puesto que muchos actos dignos de ser escritos han sido realizados
por mujeres en común y también en singular, no es malo referir un resumen de los actos
en común”, y 253E7–253F1:“Por consiguiente aún siendo innumerables los actos que han
sido realizados por mujeres en común, son suficientes estos ejemplos; pero sobre las
acciones virtuosas individuales (…) escribiré desordenadamente (...)”
24
Cf. Aguilar art. cit., p. 321.
25
Compuesta por las narraciones: Troyanas, Focidias, Quiotas, Argivas, Persas, Celtas,
Melias, Etruscas, Licias, Salmanticenses, las de Ceos, Milesias, las de Fócide, Valeria y
Clelia, Mica y Megisto (1-15).
26
Compuesta por los relatos: Pieria, Polícrite, Lámpsace, Aretafila, Camma, Estratónice,
Quiómara, una mujer de Pérgamo, Timoclea, Erixo, Jenócrita, la mujer de Pites (16-27).
Mulierum Virtutes de Plutarco 107

15), y en los pertenecientes al segundo bloque, lo que se hace evidente por la


introducción de elementos literarios que dilatan la narración y permiten
profundizar en los personajes, no sin olvidar el principio de “máxima economía
narrativa” que parece regir gran número de relatos. En efecto, los recursos a los
que nos referimos son la introducción de palabras en estilo directo27, de diversa
extensión y en boca de personajes tanto femeninos como masculinos, siendo más
frecuentes las de los primeros, y de breves caracterizaciones de personajes,
predominantes también en la segunda parte28.
3.- Un recurso en el que se apoya el narrador para proporcionar verosimilitud a
sus historias29, y que no parece gratuito, es el elemento etiológico, presente en 9
narraciones del primer bloque, en 3 del segundo y en 1 de los relatos de
transición. Es destacable que cada narración puede contar con una o varias
etiologías. Ahora bien, no todas responden a un mismo tipo ya que se pueden
agrupar en:
a.-) Costumbres: entre las que descubrimos saludar a los parientes con besos
(244A2), que cada mujer persa deba recibir una moneda de oro cuando un rey
entra a su ciudad (246B1), o que los celtas pidan consejos a sus mujeres sobre
asuntos de guerra (246C5), entre otras30.
b.-) Fiestas griegas: la Elafebolia, celebrada en los meses de marzo o abril en las
proximidades de Hiámpolis en honor a Ártemis, que recuerda la victoria de los

27
Destacan por la cantidad y su extensión los discursos de las narraciones 15(252B7;
252C11; 252F8; 253A9; 253D3) y 24(259D11; 259F5; 260C6). También encontramos
este recurso en los relatos 16(254A6), 19(256C1), 20(258B7), 22(258F6), donde se
establece un breve diálogo entre Quiómara y su esposo, 26(262B8) y 27(262F5). Cabe
subrayar la presencia de este recurso en el relato 5(246A5).
28
Caracterizaciones de personajes femeninos se descubren en: a) hazañas realizadas en
común en los relatos 4(245C8), 7(246E2); b) relatos de transición: 14(250A3), 15(251A4;
252B4; 253C1); c) hazañas realizadas en singular en 18(255C2), 19(255E4; 256B3;
256C9; 256D9), 20(257E7); 21(258D8), 23(259C6), 25(260F2; 261C10), 27(262D6);
Caracterizaciones de personajes masculinos se observan en: a) hazañas realizadas en
común en los relatos 5(246B4), 7(246D3), 9(247F6); b) relatos de transición: 14(250B2),
15(251F7); c) hazañas realizadas en singular: 16(253F8; 254A3), 18(255B9), 19(256A1),
22(258E4), 23(259A5; 259B4), 24(259E1;259E7), 25(260E2), 26(261E4).
29
Benefield, 2003-2004, postula que las etiologías son una parte importante de la obra,
pues siendo usadas retóricamente sirven para ratificar la tesis de que la virtud del hombre
y la mujer es la misma. Considera, por otra parte, que las doce etiologías de las que consta
el tratado pueden dividirse en fiestas y costumbres.
30
El matronímico, no el patronímico, es tomado por los hijos de los jantios (248D9), las
mujeres piden a sus maridos que las amen como Frigio amó a Pieria (254A9) y la ley que
establecía que las mujeres casadas, a pesar de tener amantes, debían dormir con sus
maridos (245F7).
108 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

focenses contra los tesalios (244D6), y las Fiesta de la Osadía ( ¸Ubristika/


245E7), realizada en conmemoración de la expulsión de Demarato de la ciudad de
Argos por parte de las mujeres. Ésta tenía lugar al comienzo del mes “Cuarto” y
consistía en que los hombres se vistieran como mujeres y viceversa.
c.-) Fundaciones, colonizaciones o cambios de nombre de ciudades: se explica la
causa de que los quiotas ocuparan Leuconia (244D10), quienes fueron los
constructores de la “Nueva Críaso” (246F7), cómo Polis fundó la ciudad de Licto
(247E7), o cómo Pitiesa llegó a denominarse Lámpsaco (255D3).
d.-) Monumentos: se describe porqué las argivas erigieron una estatua a Enialio
(245E3), el origen de la figura ecuestre de una mujer, ya sea Valeria y sea Clelia,
situada en la Vía Sacra (250F3) y de la Tumba de la Envidia (baka/nou ta/foj
254E5), lugar donde descansa Polícrite.
e.-) Leyendas etiológicas: narran cómo Telesila llegó a dedicarse a la poesía
(245C8) y el origen del conflicto entre naxios y milesios (254B3).
4.- La división en dos bloques de los personajes femeninos protagonistas, un
grupo de mujeres de un pueblo determinado en el primer conjunto y una mujer en
particular en el segundo, no es tan estricta como podríamos esperar. En las
narraciones 1, 4, 7 y 10, observamos figuras femeninas que sobresalen del grupo,
ya por ostentar el mando, como Roma (243F2) o Telesila (245C8), ya por su
valerosa acción: Cafene (246E4) y una mujer anónima (249A5). También en la
segunda parte hay narraciones que se acercan a las del primero, pues descubrimos
en el relato 17 un grupo de mujeres de Naxos entre las que sobresale Polícrite
(254C7), dos acciones virtuosas en el exemplum 26 (262C8), una llevada a cabo
por Jenócrita y la otra por una mujer anónima, y en el 27 (262E2) es un hecho
realizado por un grupo de mujeres, lo que desencadena la acción de la mujer de
Pites, protagonista del relato. Esta heterogeneidad está presente en las narraciones
que denominamos de transición, ya que Valeria y Clelia, las heroínas del relato
14, destacan dentro de un grupo de diez romanas, y al conjunto de mujeres de la
ciudad de Élide, pertenecen Mica y Megisto. Es notable el hecho de que ni
Valeria y Clelia, por un lado, ni Mica y Megisto, por otro, actúan juntas, sino que
cada una de las dos mujeres lleva a cabo su propia acción digna de elogio.
Sin embargo, no sólo paradigmas de mujeres virtuosas son introducidos
en el tratado, puesto que también descubrimos ejemplos negativos en forma de
personajes secundarios en la segunda parte. Así, en el relato 17 destaca Neera31,
quien, al igual que Helena, siendo esposa de Hipsicreonte de Mileto y tras
enamorarse del naxio Promedonte huyó con éste y suscitó una gran guerra; y en el

31
López Salvá-Medel, p. 295, apuntan que “La historia de Neera no es más que una
leyenda etiológica que da explicación al origen del conflicto”.
Mulierum Virtutes de Plutarco 109

19 Calbia32, la madre de Nicócrates, es una mujer cruel que no duda en someter a


distintas torturas a Aretafila, la heroína de la historia.
5.- El vocabulario con el que se expresa la areté es más numeroso en las hazañas
realizadas en singular, pues siendo 88 los términos que conforman dicho
vocabulario, hallamos 14 en el prólogo33, 18 en la primera parte34, 12 en los
relatos de transición35 y 44 en el segundo bloque36.

III.- TIPOLOGÍA DE LAS NARRACIONES.

Plutarco no estructura su tratado a partir de un catálogo explícito de


virtudes37, a pesar de su título, que ha sido traducido como: Hechos virtuosos de

32
En esta figura observamos un motivo temático ya presente en el folklore y la tradición
antigua, la mujer que atenta contra la vida del héroe o heroína. Lo más frecuente es que
esta malvada fémina sea la madrastra del protagonista, como vemos en algunas tragedias
de Sófocles (Atamante, Fineo y Euríalo) y en Eurípides (Ino, Frixo, Melanipo
encadenado y Egeo). En Hdt. IV, 154 se observa la figura de Idea y en Apuleyo. Met. IV,
28 y ss., Venus en el cuento de Cupido y Psique. Aunque también se encuentra en Xen.
Eph. II, 9 y ss.; Hist. Ap. Tyr. 34 y ss.; Apul. Met. X, 23 y ss. la mujer que persigue a la
inocente e indefensa muchacha. Cf. Trenkner, 1958, p. 34.
33
a)ndrei=a (243B10; 243C10; 243D4); a)reth/ (242E1; 242F6; 243B1); dikaiosu/nh
(243D1); megalopragmosu/nh (243C3); megalo/frwn (243D3); su/nesij (243C4);
fi/landroj (243D2); fro/nhma (243C5); fro/nhsij (243C11; 243D4).
34
a)reth/ (244A11; 245B2; 249C8); di/kaion (244C7; 246C11); e)/ndocoj (244A10;
245C5; 245C8); eu)taci/a (249D10); eu)fui/a (249C7); qa/rsoj (247A4); o(rmh/ (245B10;
245D4; 249B9); r(w/mh (243F3); to/lma (245D4); u(/brij (245E9); fro/nhsij (243F2).
35
a)pauqadi/zomai (250B5); a)reth/ (250A3; 250D4; 252B4); gennai=oj (251A9); qa/rsoj
(250D1); megalo/frwn (251A9); pi/stij (250D5); r(w/mh (250F1); to/lma (250D4;
250F1); u(/brij (250A3).
36
a)ndrei=a (243D4); a)ne/kplhktoj (260C5); a)reth/ (254C2; 255E5; 257E9; 259E4;
260D4; 262C9); gennai=a (251A9; 260C4); gnw/mh (258D7); e)/ndocoj (260D7); e)pi/noia
(262C9); eu)erge/thj (255C6); eu)menh/j (257E11); eu)/noia (256C2; 256D6); qa/rsoj
(257B11; 257C2; 260C6; 262E4); i)tamo/j (257C1); megalo/frwn (257E10); o(rmh/
(262C10); pi/stij (258F7); r(w/mh (256B7; 259A5); sofo/j (262D7); su/nesij (258F10);
suneto/j (257E10); swfrosu/nh (261D4); sw/frwn (257E9; 260F2); to/lma (256A9;
259C6; 260C2); fi/landroj (257E10); fila/nqrwpoj (260F2); fro/nhma (258F9);
fro/nhsij (255E8); xrhsto/n (257E11; 258B10; 259E3; 262D7).
37
Aunque responden a distinto propósito e ideología, Facta et dicta memorabilia de
Valerio Máximo presenta puntos de contacto con la obra de Plutarco. Entre estos
sobresalen el uso de exempla y su estructuración en función de un catálogo implícito de
virtudes, que se hace bastante evidente por las referencias de algunos títulos y
metadiscursos. De estos últimos ponemos algunos ejemplos: Mulieris fortitudinis exemplo
110 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

mujeres, Proezas de las mujeres, Bravery of women o Provesse de femmes38. El


de Queronea no da un término explícito al comienzo de cada relato que califique
o anuncie la areté que se va a desarrollar en el hecho destacado a comentar, ni se
observa que siga un orden temático ni de otro tipo a la hora de exponer sus
relatos, ya que aparentemente busca la varietas. No obstante sí se han observado
tendencias estilísticas39. Los calificativos son en ocasiones explicitados en: a)
Comentarios del propio autor, o b) Comentarios de personajes (o autor)
interpuestos. Veamos el primer tipo.
a.-) El narrador puede comenzar, concluir o interrumpir en cualquier momento el
relato con el fin de remarcar la acción destacada, para lo que, salvo en 261D9,
utiliza el término a)reth/ (cf.244A11; 245B2; 254C2; 262C8). Mas si desea
calificar el hecho usa tres procedimientos: explicitar la areté mediante los
términos eÃndocon (245C5); eu)taci/a (249D10) y tolmh/mata (256A9); utilizar
una hendíadis, como kaiì th\n siwph\n kaiì to\ qa/rsoj (247A4), o con más
frecuencia se sirve de una perífrasis formada por el término a)reth/ más un
sustantivo unidos por kai40/: eu)fui¿+aj kaiì a)reth=j (249C7); uÀbrij kaiì a)reth/
(250A3); a)reth\n de\ kaiì pra=cin (255E5).
b.-) Los metadiscursos introducidos a través de personajes se entrelazan en la
narración obedeciendo, salvo en 260C4, a un mismo patrón compositivo: verbo
Qauma/zw en aoristo cumplimentado con sustantivos relacionados con algún tipo
de areté. Su clasificación es análoga a la de los metadiscursos del propio autor,
pues el personaje usa el término a)reth/ (cf. 260D4), la explicita en pi¿stij
(258F7); o gnw¯mhn (258D7), o agrupa términos: th\n me\n a)reth\n kaiì th\n
to/lman (250D4); th\n r(w¯mhn (...) kaiì th\n to/lman (250F1); a)ciwmatiko/n ti
kaiì gennaiÍon (260C4); th/n te swfrosu/nhn kaiì th\n a)ndrei¿an (261D4); to/ te
fro/nhma kaiì th\n su/nesin (258F9)”.
Esta aparente diversidad no oculta la existencia de un catálogo implícito

aeque fortem duarum puellarum casum adiciam (III 2 (ext.), 9 1); C. quoque Claudius
Nero inter cetera praecipuae moderationis exempla numerandus est (IV 1, 9 2); Age, M.
Marcelli clementia quam clarum quamque memorabile exemplum haberi debet! (V 1, 4
2). Para más datos cf. López Moreda, Harto Trujillo y Villalba Álvarez, 2003.
38
Cf. Babbitt, 1931, pp. 473-581; Aguilar art. cit. 320; Frazier 2005, pp. 197-212.
39
Cf. Schmidt, 2000, 455-464, esp. 455: “L’écrivain de Chéronée affiche un goût
prononcé pour les constructions symétriques, les structures parallèles et les moyens
stylistiques du même genre”.
40
Estos sintagmas son ejemplos de la llamada técnica de “clusters” de Pelling, es decir, la
reagrupación de conceptos que, sin ser verdaderamente sinónimos, ejercen entre ellos un
sentido recíproco. Cf. Schmidt supra n. 39.
Mulierum Virtutes de Plutarco 111

de virtudes41. Nosotras, siguiendo la propia concepción del autor, expuesta ya en


el prólogo, consideramos que las virtudes ensalzadas pertenecen a tres tipos
básicos: a)ndrei/a, frónhsij kaiì dikaiosu/nh42, aunque en ocasiones se
interpenetren y combinen, de tal manera que esas tres cualidades puedan presentar
subdivisiones o variaciones. Hay que destacar la ausencia de la swfrosu/nh en
esta división, si bien el vocablo está presente en la obra explícitamente (261D4).
Llama la atención el relato 22 sobre Quiómara, que siendo indudablemente
paradigma de castidad, es utilizado para ejemplificar su/nesij y fro/nhsij
(258F9); estos casos los englobaremos dentro de fro/nhsij, como veremos más
adelante.

III.1.- Relatos que ejemplifican a)ndrei/a.

Indudablemente las narraciones 1, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 10, 14, 1543 y 23


demuestran la valentía de las mujeres.
III. 1.1.- Buena parte de ellas presenta a la mujer como defensora de la patria o de
la ciudad44, cuando el hombre no puede realizar dicha acción y por tanto está
41
López Salvá y Medel (supra n. 20) y García Valdés (supra n. 14) afirman que las
virtudes que predominan en el tratado son seis: coraje, audacia, fidelidad, bondad,
honradez e inteligencia, McLeod, 1991, p. 21, enumera siete: courage, piety, intelligence,
beauty, chastity, patriotism and generosity.
42
Plutarco en Amat. (769B12) sostiene también la idea de que la mujer participa de la
virtud y enumera una serie de virtudes agrupándolas en: swfrosu/nh kai su/nesij,
pi¿stij kai dikaiosu/nh, to/ a)ndreiÍon kaiì to\ qarrale/on kaiì to\ megalo/yuxon. Parece,
pues, que las ordena en tres tipos, de modo similar a Mul. Virt. Por otra parte, es sabido
que Platón en Leg. 964b, 3-6 cita cuatro tipos básicos: a)ndrei=a, swfrosu/nh, dikaiosu/nh
y fro/nhsij, las que más tarde serán las virtudes cardinales: fortaleza, templanza, justicia
y prudencia. Valerio Máximo también cita estas cuatro virtudes tal como las entendía la
filosofía y los tratados de retórica, a saber: sapientia, iustitia, fortitudo et temperantia.
Cicerón, por su parte, usa un procedimiento muy similar, pues únicamente cambia
sapientia por prudentia. (cf. López Moreda, Harto Trujillo y Villalba Álvarez, op. cit., p.
27)
43
Mica y Megisto (250F7-253E6) es el relato más sobresaliente por situación, extensión y
complejidad. En él observamos seis hazañas dignas de elogio realizadas por mujeres,
todas ellas enlazadas por un mismo denominador común: el contexto histórico en el que se
desarrollan, la tiranía de Aristótimo de Élide. Difieren en el tipo de virtud que ensalzan,
por lo que en esta exposición se irán introduciendo en los distintos grupos.
44
Este motivo está presente en el episodio de Coriolano (cf. Liv. II 40), en concreto en la
actuación de Veturia, Volumnia y las matronas romanas, y en el episodio del rapto de las
Sabinas (cf. Liv. I 11), en el que destaca la actuación de Hersilia, esposa de Rómulo, y de
las sabinas raptadas.
112 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

incumpliendo su papel. Estas mujeres aparecen entonces efectuando una función


que no es la tradicional femenina45. Ahora bien, para mostrar su valentía las
mujeres usan distintos medios; las Troyanas (1, 243E3-244A9), teniendo a Roma
como dirigente, decidieron quemar los barcos en los que habían llegado a las
costas de Italia, después de que Ilión fuese quemada. El fin de esta osadía fue
obtener una nueva patria, en lo que también se observa prudencia. Tanto Quíotas
durante el asedio de Filipo V, hecho que encontramos relatado en el segundo de
las dos excelentes acciones expuestas en 3, 244D10–245C4, como Argivas
durante el ataque de Cleómenes y también el de Demarato (4, 245C5-245F9),
teniendo las primeras un ánimo fiero y terrible, y las segundas un impulso y
audacia divinas, mostraron valor defendiendo su ciudad desde las murallas
lanzando piedras y flechas, y colocándose armadas en derredor de la muralla. Por
otra parte, Persas (5, 246A1-246B8), Melias (7, 246D3-247A6), Etruscas (8,
247A7-247F1), Licias (9, 247F2-248D11) y Salmanticenses (10, 248E1-249B3)
utilizan sus peplos para llevar a cabo sus excelentes actos. Así, las mujeres de
Melos46 que habitaban en Caria, ayudaron a sus maridos a vencer a los enemigos
introduciendo armas bajo sus túnicas y teniéndolas escondidas hasta el momento
oportuno. De igual modo usaron sus túnicas las mujeres de Salmántica, quienes,
ocultando bajo ellas sus armas, entregándoselas a sus maridos y uniéndose a la
lucha, posibilitaron la victoria sobre Aníbal, una vez que había asediado por
segunda vez la ciudad. Las mujeres de los persas alzaron sus vestiduras para
exhortar47 a sus esposos a luchar, cuando habían perdido el combate y los
adversarios se disponían a entrar a la ciudad, acción que les llevó a la victoria. Las
Licias salvaron su ciudad desprendiéndose de sus túnicas ante Belerofonte, pues
el héroe, tras ser ultrajado por el rey licio, pidió venganza a Posidón. El dios,
entonces, mandó una ola enorme, que iba a arrasar la llanura, pero la acción de las
mujeres hizo retroceder a Belerofonte, y con él la ola. Las Etruscas, por su parte,
ante el injusto encierro de sus maridos en prisión, se introdujeron por medio de

45
Duarte Silveira, 2002, p. 20, opina que para Plutarco, al menos en esta obra, la virtud de
la mujer no se manifiesta cuando está confinada en su hogar realizando labores propias de
ésta, sino cuando toma el papel de hombre.
46
Dentro de esta narración se inserta el personaje de Cafene, doncella caria que
enamorada de Ninfeo, el caudillo melio, le avisa del gran peligro que corre, y logra
salvarse. El tema de la joven que traiciona a su patria por amor es un tópico presente en
figuras como Ariadna, Escila, Medea o Tarpeya.
47
Las palabras proferidas por éstas son las que siguen:“¿A dónde os dirigís, los peores de
todos los hombres?, pues huyendo no podéis ocultaros aquí, de donde procedéis?”(46A5).
Similar exhortación en estilo directo y el mismo motivo temático lo encontramos en Ap.
lac. 241B2.
Mulierum Virtutes de Plutarco 113

ruegos en el recinto para instar a sus esposos a cambiarse de ropa48, de tal manera
que al ser confundidos con mujeres, quedaran en libertad y pudieran vencer a los
adversarios.

III. 1.2.- Los relatos sobre Valeria y Clelia (14, 250A2–250F6), una mujer de
Pérgamo (23, 259A2–259D5) y un episodio de Megisto (15, 252B4-252E1)
muestran audacias de mujeres realizadas en su propio interés o en el del grupo de
mujeres en el que están incluidas. Así, el primero de éstos narra tres valientes
acciones realizadas por dos mujeres individualmente. Clelia incitó y ayudó a sus
compañeras romanas a escapar del campamento etrusco, una vez que habían sido
entregadas como rehenes, y más tarde no ocultó su acción, a pesar de las
consecuencias que pudiera tener. Valeria, por su parte, cuando las doncellas
romanas intentaban volver al campamento y fueron atacadas por Tarquinio,
escapó y avisó al caudillo etrusco, hecho que salvó a sus compañeras.
Finalmente la historia sobre una desconocida mujer de Pérgamo puede ser
muestra de valor y sentido de la justicia, pues aunque Mitrídates había ordenado
dejar a Poredorix insepulto como castigo, la mujer citada se atrevió a desobedecer
su autoridad y enterrar a su amado49. Se enfrentó también al tirano de Élide
Megisto, mujer de Timoleonte, quien hasta tal punto increpó al gobernante que
éste decidió acabar con la vida de su hijo. La propia madre hizo venir al niño,
hecho que encolerizó tanto al tirano que la atacó con un cuchillo. Cilón impidió el
crimen.

III. 2- Relatos que ejemplifican fro/nhsij.

Las narraciones 2, 6, 3, 11, 12, 15, 16, 17, 20, 21, 22 y 24 son las que
principalmente ensalzan dicha virtud. Éstas, como ya se ha expuesto, se dividen
en dos grupos: III.2.1.- Relatos que muestran fro/nhsij kaiì su/nesij, y III.2.2.-
Aquellos que ejemplifican swfrosu/nh.
III.2.1.- Los exempla que ilustran fro/nhsij son diversos y variados en cuanto a
su demostración. Las de Fócide (2, 244A10–244D9), junto con los niños,
secundaron la propuesta de los hombres de construir una gran pira donde
quemarles si los enemigos tesalios ganaban la guerra. Gran capacidad de reflexión
tuvieron las Celtas (6, 246B9–246D2), quienes acabaron mediante sus acertadas

48
Disfrazarse de otra persona para acabar con los enemigos es un tópico frecuente en las
leyendas históricas. Ejemplo de esto también lo encontramos en el episodio de Anténor o
en Hdt. V, 18, donde además del tema del disfraz encontramos el esconder armas bajo las
túnicas (cf. Trenkner, op. cit., p. 136).
49
Es motivo ya conocido en la Antígona de Sófocles.
114 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

decisiones con la guerra civil desatada entre su pueblo. Evidencian su prudencia e


inteligencia con el uso de la palabra las Quíotas (3, 244D10–245C4); en el primer
relato narra cómo exhortaron a sus hombres a ser valerosos y audaces, hasta el
punto de que lograron acobardar a los enemigos y los dejaron libres. Del mismo
modo, la joven hija de Pites, Pieria (16, 253F2– 254B2) acabó con la guerra entre
Mileto y Miunte. Frigio, el hijo del rey de Mileto, enamorado de la joven, le instó
a que le indicara el modo de complacerla. Ella pidió la finalización la guerra.
Idéntico motivo observamos en la versión de Aristóteles recogida por Plutarco
sobre Polícrite (17, 254E10-255A1), que narra cómo Diogneto, general de los
eritreos, enamorado de la joven, quiso concederle un deseo, y ésta, reclamándole
el territorio, instauró la paz. Megisto (15, 253D1–253E4), por su parte, calmó y
persuadió a los ciudadanos de Élide para que les concedieran una muerte digna a
las dos hijas del tirano, ya que deseaban asesinarlas. Estas últimas mostraron gran
sensatez y nobleza de actuación dándose muerte de un modo honorable. Por
contra, las doncellas de Mileto (11, 249B5–249D1) mostraron su fro/nhsij
permaneciendo con vida. En efecto, enloquecían a causa de un terrible mal y se
ahorcaban, hasta que cierto hombre decretó que aquellas que se suicidaran, serían
expuestas desnudas en el ágora, lo cual hizo cesar las muertes.
Con las actuaciones de la esposa de Diotaro, rey de los gálatas,
Estratónice (21, 258D1–258E1) y de las mujeres de Élide, (15, 251C4-252B4),
concluimos la exposición de los relatos que acreditan la prudencia de las mujeres,
si bien también podrían considerarse paradigmas de fidelidad y amor conyugal.
En efecto, Estratónice sorprendió a su marido por su gnw/mh, al disponer que una
prisionera tuviera hijos con él, ya que ella misma no podía proporcionárselos y
eran necesarios para la sucesión al trono. A los niños nacidos los trató como si
fueran suyos. Las mujeres de Élide decidieron abandonar su tierra y reunirse con
sus esposos, instalados en Etolia, aunque finalmente fueron llevadas a prisión.
Allí demostraron su fidelidad por segunda vez, pues cuando el tirano intentó
obligarlas a escribir una carta a sus maridos para que abandonaran la rebelión, se
negaron mediante el silencio.

III.2.2.- Ilustra swfrosu/nh50 el relato de las jóvenes de Ceos (12, 249B4–

50
La castidad es un tema habitual en los cuentos de amor y en la novela griega, género en
el que la defensa del honor de una mujer, especialmente si es virgen, es usada como
cliché. Este motivo está tomado de fuentes populares (cf. Thompson, T 320-7) y fue usado
posteriormente en las leyendas cristianas, pues es fácil de aplicar a las características de
los santos. La heroína suele salir indemne de esta peligrosa situación, simulando estar
enferma (Xen. Eph. V, 7), tomando veneno (Xen, Eph III, 5; Iambl. 7), asesinando a su
atacante (Xen, Eph IV, 5; Iambl. 15) o sirviéndose de su valentía (Ach. Tat. VI, 20). (cf.
Mulierum Virtutes de Plutarco 115

249D1), el máximo exponente de fidelidad conyugal, pues en setecientos años no


hubo adulterios en dicha ciudad. El episodio de Mica (15, 251A4–251C3), por su
parte, muestra cómo la defensa de la castidad de la mujer puede llevarla hasta la
muerte; Lucio, un mercenario bárbaro, quería poseerla pero a causa de sus
negativas, la decapitó mientras tenía la cabeza apoyada en el regazo de su padre.
Lucrecia, la esposa de Tarquinio Colatino, que aparece mencionada en el relato
14, es otra muestra de esta castidad femenina, pues no soportando haber sido
violada por Tarquinio el Soberbio, se dio muerte, tras cerciorarse de que iba a ser
vengada. Cama (20, 257E5-258C10), Quiómara (22, 258E2–259A1), y Timoclea
(24, 259D6–260D9) son también paradigma de swfrosu/nh con la variante de
que ellas mismas llevan a cabo la venganza contra su agresor. De Cama, esposa
de Sinato, se enamoró Sinórix, quien tras asesinar a su marido, intentó
conquistarla. Ésta simulando que accedía a sus peticiones y conduciéndolo al
templo de Ártemis para jurar fidelidad ante la diosa, le hizo beber un veneno, que
condujo a ambos a la muerte. Quiómara51, la mujer de Ortiagonte, rey de los galos
tolistobogios, ordenó decapitar al centurión romano que la había forzado, después
de haberla entregado a los suyos a cambio de dinero. En la casa de Timoclea,
hermana del ilustre Teágenes de Tebas, se instaló un hombre de Alejandro, quien
tras cenar y quedar ebrio, no sólo la amenazó y violó, sino también le exigió
riquezas. Timoclea, fingiendo acceder a esta nueva petición, lo condujo a un
pozo52, donde lo asesinó en compañía de sus sirvientas lanzándole piedras desde
el exterior. A causa de su acción fue llevada ante Alejandro, quien reconoció su
virtud, la dejó libre y prohibió cometer ultrajes contra ella o su familia.
Para concluir con este tipo de ejemplos citaremos a Erixo, quien ayuda a
acabar con el asesino de su marido, Arcesilao, un cruel tirano de Cirene. Mediante
este hecho termina con la tiranía de su ciudad, por lo que consideramos que el
relato exalta a su vez la dikaiosu/nh, al igual que el episodio de Aretafila.

III.3.- Relatos que ejemplifican dikaiosu/nh.

Ésta es la última virtud que se muestra en el tratado, mas nos enfrentamos


al grupo más heterogéneo en el sentido de que cada una de las narraciones puede

Trenkner, op. cit., 26, 45 y 108). En Mul. Virt. tenemos ejemplos de estos dos últimos
motivos.
51
Cf. Montero, 2004, pp. 45-56, esp. 48, donde además de recoger y ofrecer datos sobre la
narración, cita y comenta el artículo de Freyburguer – Jacquemin, 1998, p. 175, que
compara el tratamiento que recibe la historia de Quiómara en ambos autores.
52
Motivo folklórico que encontramos en Vita Alexandri, A, 12 y en la historia de José del
Antiguo Testamento (cf. n. 50).
116 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

ser muestra de una o de las virtudes ya expuestas.


III.3.1.- El enfrentamiento de la mujer protagonista con un hombre, que suele ser
descrito como w)mo/j, qhriw/dhj, a)/tegktoj, u(bristh/j, a)no/htoj o ponhro/j y que
oprime la libertad de los habitantes de su ciudad y a ella misma, es el
denominador común de los relatos 17, 19, 25 y 26. Observamos la figura de un
tirano53 en las historias de Erixo (25, 260D10-261D8), la esposa del cruel tirano
de Cirene, conociendo que Laarco había asesinado a su marido e intentaba
convertirla en su esposa con el fin de hacerse con el poder, lo condujo mediante
engaños a su habitación, donde encontró la muerte a manos del hermano de la
joven y dos hombres armados. Esto acabó con la tiranía, pues a continuación
instauraron al pequeño Bato, hijo de Erixo y del tirano, como rey. Una nueva
acción digna de elogio realizó esta mujer, dirigiéndose a Egipto en compañía de
su hermano y su madre y evitando que Amasis, rey del territorio y adepto a
Laarco, declarara la guerra a su pueblo. Con la opresión de Aristodemo acabaron
los actos de una mujer desconocida y Jenócrita de Cumas, la hija de un exiliado
que había sido obligada a convivir con el tirano (26, 261D9-262D5); mientras que
la primera impulsó con sus palabras la rebelión de los hombres, Jenócrita, una vez
que ésta se hubo formado, la apoyó y proporcionó a los rebeldes una entrada a
palacio y el encuentro con el tirano desarmado.
Sin embargo, de todos estos paradigmas el que mejor ilustra la
dikaiosu/nh es Aretafila (19, 255E4–257E4), esposa de Fédimo, pues derrocó a
dos tiranos, Nicócrates y Leandro. El primero cometió diversos actos violentos,
entre los que estuvo asesinar al marido de Aretafila y obligarla a casarse con él.
Ésta intentó matar al gobernante con veneno, pero fue descubierta y torturada. La
cirenea, no obstante, no se dio por vencida y urdió otro plan, convenció a su hija
para que conquistara a Leandro, hermano de Nicócrates y así tenerlo de su parte.
Finalmente Leandro incitó al esclavo Dafnis a asesinar a su hermano y se instauró
como tirano, pero no gobernó de una manera mejor. Aretafila, entonces, tras
suscitar la guerra con África, decidió pactar con el rey Anabo, quien capturó a
Leandro. De este modo dicha mujer acabó con la tiranía en Cirene.
Por su parte, la naxia Polícrite (17, 254B3-255A1) se enfrenta a un
hombre poderoso e influyente, mas no un tirano propiamente dicho. Ella,
capturada y permaneciendo en calidad de esposa bajo el poder de Diogneto,
general de los eritreos, hizo posible que su pueblo venciera en la guerra entre
milesios y eritreos mediante el envío de unas tablillas de plomo introducidas en
pasteles, en las que exhortaba a atacar a los enemigos, mientras éstos celebraban
descuidados un festejo. Al tomar la ciudad salvó a Diogneto, pero ella cayó
muerta ante sus puertas.

53
Cf. Aalders, 1982, p. 33.
Mulierum Virtutes de Plutarco 117

III.3.2.- Las narraciones 13, 15, 18 y 27 ejemplifican de diferente modo la virtud


que nos ocupa por actuar las mujeres cuando detectan la injusticia hacia seres
ajenos a ellas mismas. Así las mujeres de Fócide, y más en concreto las de Anfisa
(13, 249E2–250A1), quienes protegieron a las tíades, temiendo que fueran
tratadas injustamente, cuando éstas, tras haber huido de Delfos a causa de la
guerra entre los tiranos de Fócide y los tebanos, se tumbaron en el ágora para
descansar. Lo mismo hicieron las sacerdotisas de Dioniso, llamadas “Las
Dieciséis” (15, 251E6–251F7), al dirigirse al ágora en busca de Aristotimo, el
tirano de Élide, en señal de protesta por el injusto encarcelamiento de unas
mujeres, y Lámpsace de Pitiesa (18, 255A2–255E3), hija de Mandrón, puesto que
consideraba que asesinar a los colonos griegos acogidos en su pueblo era un acto
“terrible e impío”, con lo cual intentó disuadir a sus congéneres, pero al no
conseguir nada, avisó a los griegos, quienes se hicieron con la ciudad a la que
denominaron Lámpsaco en honor de esta mujer.
Se enfrentó a su propio marido la mujer de Pites (27, 262D6–263D1)
quien, siendo consciente del problema que suponía que los hombres de su ciudad
se dedicaran solamente a la excavación de minas de oro54, preparó para su esposo
una comida toda de oro, sin nada comestible, lo que le hizo reflexionar y, aunque
no dejó de excavar las minas, la mayoría de los ciudadanos se dedicó a la
agricultura y a otros oficios.

IV.- RECAPITULACIÓN.

1.- Clea, sacerdotisa de Dioniso en Delfos y amiga de Plutarco, es la destinataria


de la obra, ya que la conversación que motiva el tratado tiene lugar durante el
entierro de Leóntide, la madre de ésta. El hallazgo de tres inscripciones délficas
que hacen referencia a Flavia Clea y Leóntide, y su posterior identificación con
las mujeres mencionadas por el polígrafo, ha servido para datar la obra en los
primeros años del siglo II d. C., y por tanto considerarla como una obra de
madurez.
2.- La finalidad de Mulierum virtutes es demostrar la igualdad del hombre y la
mujer en lo que respecta a virtud. El escritor de Queronea muestra 27 historias
poco conocidas, cargadas de retórica y que narran proezas de mujeres, con el fin
de que un receptor culto las compare ya con hazañas de hombres ya con otras

54
Cf. Trenkner op. cit., p. 126, donde apunta que la influencia que el oro puede ejercer
sobre un hombre es tratado en innumerables cuentos que proceden de la tradición oral
antigua (Vita Aesopi, G, W y Loll. 78 Perry; Aesop. 61, 71, 178, 225; Conon 35) y de
tiempos posteriores (Thompson, N 500-599; N 630-33; J 1061, 4; H 1181; X 31).
118 C. Ruiz Montero – A. M.ª Jiménez

hazañas de mujeres, y quede convencido de su tesis.


3.- Los exempla que componen el tratado se estructuran en dos grandes bloques:
a) hazañas realizadas por mujeres “en común” (koinv=), y b) hazañas realizadas
por mujeres “en singular” (i)di/#), división que se justifica por los metadiscursos
introducidos por Plutarco y las diferencias formales existentes en ambas partes,
entre las que se encuentran:
1.- Nomenclatura de relatos: gentilicios versus sustantivos propios o comunes.
2.- Aumento de la complejidad narrativa en la segunda parte mediante la
introducción de breves descripciones de personajes y de palabras en estilo directo.
3.- Mayor número de elementos etiológicos en los relatos de la primera parte.
4.- Paradigmas negativos de mujeres insertados únicamente en el segundo bloque.
5.- Mayor cantidad de vocablos relacionados con la areté en la segunda parte.
Sin embargo, esta distribución no es tan estricta como podríamos esperar,
puesto que los relatos 14 y 15 presentan características comunes a una y otra
parte, lo que nos ha hecho considerarlos, siendo un subgrupo dentro del primer
bloque, como relatos de transición.
4.- Tras aceptar la existencia de un catálogo implícito de virtudes, agrupamos las
narraciones en:
a-) Relatos que ejemplifican a)ndrei/a, que se subdividen en: a.1-) la mujer se
presenta como defensora de la patria o de su ciudad, y a.2-) la mujer defiende sus
intereses o los del grupo de mujeres en el que está inserta.
b-) Relatos que ejemplifican fro/nhsij, que se subdividen en: b.1-) los que
muestran fro/nhsij kaiì su/nhsij, y b.2-) los que ilustran swfrosu/nh.
c-) Relatos que ejemplifican dikaiosu/nh; c.1-) la mujer protagonista se enfrenta
con un tirano, y c.2-) la mujer lucha cuando detecta injusticia hacia seres ajenos a
ella misma.
Mulierum Virtutes de Plutarco 119

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