Caso 02 - STC - Exp N °02201-2012 - Francisco Virgilio Castañeda Aguilar

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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

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EXP N ° 02201 2012-PA/TC
LAMBAYEQUE
FRANCISCO VIRGILIO CASTAÑEDA
AGUILAR Y OTRA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 días del mes de junio de 2013, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, integrada por los señores magistrados Urviola Flani, Vergara Gotelli y
Calle Hayen, pronuncia la siguiente sentencia

ASUNTO

Recur o de agravio constitucional interpuesto por don Francisco Virgilio


Castañeda A uilar y doña Jacquelme del Rosario Oliden Chávez contra la resolución de
fojas 397, s fecha 9 de marzo de 2012, expedida por la Sala de Derecho Constitucional
de la Cort Superior de Justicia de Lambayeque, que revocando la apelada declaró
infundada] demanda de autos.

ANTECEDENTES

Chn fecha 5 de agosto de 2010 don Francisco Virgilio Castañeda Aguilar y


doña Jaequeline del Rosario Oliden Chávez interponen demanda de amparo contra los
jueces dé la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque,
Magdalena Chávez Mella, Aldo Zapata López y Franklin Rodríguez Castañeda, y contra
doña Milagritos de los Ángeles Moreno Rodríguez, con el objeto de que se declare la
nulidad de la sentencia de fecha 18 de junio de 2010, que revocando la sentencia
apelada, de fecha 9 de abril de 2010, absolvió a la querellada Milagritos de los Ángeles
Moreno Rodríguez por el delito de difamación en agravio de los demandantes. Alegan
la violación del derecho constitucional al debido proceso, concretamente de los
derechos de defensa, a la prueba y a la debida motivación de las resoluciones judiciales.

Refieren que en el trámite del recurso de apelación interpuesto por la querellada


Milagritos de los Ángeles Moreno Rodríguez contra la condena impuesta en su contra
por el delito de difamación, las partes fueron notificadas de que no se habían ofrecido
nuevos medios probatorios, por lo que no había ningún medio de prueba que actuar; que
no obstante ello, la Sala emplazada determinó examinar a la querellada, quien habiendo
guardado silencio en primera instancia aprovechó la oportunidad para afirmar una serie
de alegaciones, falacias y tergiversar los hechos que ya habían sido expuestos en la
denuncia y luego analizados y valorados por el juez penal. Asimismo señalan que
durante la etapa de los alegatos finales, la Sala emplazada denegó el uso de la palabra al
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agraviado Francisco Virgilio Castañeda Aguilar, impidiéndole replicar y contradecir las


versiones inverosímiles y falaces expresadas por la querellada, a quien sí se le concedió
el uso de la palabra con el argumento de que la última palabra la tiene la imputada.

De otro lado arguyen los demandantes que al no haberse admitido ni actuado


alguna en segunda instancia y habiéndose efectuado sólo el interrogatorio de la
erella a sin que existan pruebas que avalen sus afirmaciones, lo que correspondía era
la confi ación de la condena impuesta en su contra; que sin embargo la Sala
emplazas a ha decidido absolver a la querellada, dándole diferente valor probatorio a la
declaración testimonial de don Daniel Regalado Bustamante, que fue objeto de
inflad]. ción por el juez de primera instancia, afectando con ello la valoración probatoria
del jue penal y el principio de inmediación, que es un elemento esencial de la actividad
probatária. Por último sostiene que la resolución cuestionada carece también de una
debida motivación, pues al haber afirmado la Sala Superior emplazada que además de la
decl ación testimonial no ha existido careo entre las partes ni se ha admitido la
decl ación de los agraviados, de modo que dicha declaración testimonial por si sola es
insu miente para formar convicción, sin que ello implique otorgar diferente valor a la
prip. la del que otorgó el juez por el principio de inmediación, incurre en una motivación
ince herente e ilógica más aún si el careo no fue ofrecido por ninguna de las partes y la
dec mamón de los agraviados fue rechazada por el juez, lo cual vulnera los derechos
invb cados.

Admitida a trámite la demanda la querellada Milagritos de los Ángeles Moreno


Rodríguez (ahora demandada), a través de su escrito de contestación de demanda (fojas
238), solicita que la demanda sea declarada infundada por cuanto los demandantes han
ejercido plenamente su derecho de defensa y el Tribunal de apelación, en virtud del
principio tantum apellatum quantum devolutum, se ha limitado a realizar una valoración
nueva e independiente, absolviéndola del delito de difamación. Por su parte. la Juez
superior emplazada Magdalena Chávez Mella, a través de su escrito de contestación de
demanda (fojas 258), solicita que la demanda sea declarada improcedente toda vez que
la audiencia de apelación se realizó con plena observación de todas las garantías del
debido proceso, en la que las partes interrogaron a la querellada y formularon sus
alegatos de defensa, precisando que en el nuevo proceso penal sólo se puede resolver en
función de lo alegado y probado en la audiencia; concluyendo que lo que buscan los
demandantes es que el juez constitucional vuelva a revisar el criterio jurisdiccional de
los jueces ordinarios. Por último el Procurador Público del Poder Judicial, a través de
su escrito de contestación de demanda (fojas 270), solicita que la demanda sea
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declarada improcedente por considerar que a partir de los hechos expuestos en la


demanda se advierte que lo que se pretende es desnaturalizar el proceso de amparo. el
cual está destinado a restituir la vigencia efectiva de los derechos fundamentales.

El Cuarto Juzgado Civil de Chiclayo, con fecha 19 de setiembre de 2011,


decl dada la demanda, ordenando que la Sala emplazada expida una nueva
olució por considerar que ha decidido absolver a la querellada afectando el debido
roceso t da vez que pese a no haberse admitido ninguna prueba en segunda instancia
se ha dad valor diferente a la declaración del testigo Daniel Regalado Bustamante, sin
que haya istido prueba alguna que cuestione dicha declaración.

L. Sala de Derecho Constitucional de la Corte Superior de Justicia de


Lambaye ue, con fecha 9 de marzo de 2012, revocando la apelada declaró infundada la
demanda de autos por considerar que la decisión de absolver a la querellada por parte
de la S a emplazada se ha basado en la falta de credibilidad del testigo Daniel
Regaladt) Bustamante, única prueba de cargo pues señala que se puso en cuestión su
presencia en el lugar de los hechos y porque vive y trabaja en un edificio distinto al de
los deMandantes. Y concluye que esta actuación no está en relación con el principio de
inmediación sino con otras circunstancias que determinaron que la declaración de dicho
testigo por sí sola es insuficiente para acreditar los hechos constitutivos del delito contra
el honor.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. La demanda tiene por objeto que se declare la nulidad de la sentencia de fecha 18 de


junio de 2010, que revocando la sentencia apelada, de fecha 9 de abril de 2010,
absolvió a la querellada Milagritos de los Ángeles Moreno Rodríguez por el delito
de difamación en agravio de los demandantes don Francisco Virgilio Castañeda
Aguilar y doña Jacqueline del Rosario Oliden Chávez. A juicio de los demandantes,
dicha resolución habría sido emitida procediendo indebidamente al examen de la
querellada y sin habérsele permitido el uso de la palabra, así como otorgándole un
valor diferente a una declaración testimonial sin que exista inmediación y señalando
afirmaciones incongruentes en el proceso, lo cual afectaría los derechos de defensa,
a la prueba y a la debida motivación de las resoluciones judiciales.
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El derecho constitucional de defensa

2. Este Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha declarado que el derecho


de defensa reconocido en el artículo 139Y, inciso 14), garantiza que los justiciables,
enn--ig protección de sus derechos y obligaciones, cualquiera que sea su naturaleza
/(civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión. Así pues,
recho garantiza, entre otras cosas, la posibilidad de contradicción de los actos
ales que pudieran repercutir en su situación jurídica, sea ejerciendo su propia
a o a través de un abogado. De ahí que el contenido del derecho de defensa
afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes
mpedida por concretos actos de los órganos judiciales de ejercer los medios
nec sarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos e intereses legítimos.
Sin/ embargo, no todo ni cualquier actuación judicial constituye, per se, una
violación del derecho de defensa. Tal afectación sólo se produce cuando, como
consecuencia de dicha actuación, el justiciable quede en estado de indefensión (Exp.
11.° 0649-2002-AA/TC. FJ 1; Exp N ° 1231-2002-HC/TC, entre otras).

3. En el caso constitucional de autos los demandantes arguyen, de un lado, que pese a


que en la audiencia de apelación no había ningún medio de prueba que actuar, y que
la querellada Milagritos de los Ángeles Moreno Rodríguez había guardado silencio
en primera instancia, la Sala emplazada determinó examinar a la querellada, quien a
su juicio aprovechó la oportumdad para afirmar una serie de alegaciones, falacias y
tergiversar los hechos, y de otro lado, que durante la etapa de los alegatos finales, la
Sala emplazada denegó el uso de la palabra al agraviado don Francisco Virgilio
Castañeda Aguilar impidiéndole replicar y contradecir todas las versiones
inverosímiles y falaces expresadas por la querellada, lo cual vulnera su derecho de
defensa.

4. Respecto del primer punto cabe recordar que el artículo 424.°, inciso 3, del Código
Procesal Penal señala que "el interrogatorio de los imputados es un paso
obligatorio cuando se discute el juicio de hecho de la sentencia de primera
instancia, salvo que decidan abstenerse de declarar". Y en autos del registro en
audio en CD de la audiencia de apelación (fojas 15), se desprende que la Sala
emplazada decidió el interrogatorio de la querellada precisamente porque se discutía
el juicio de hecho de la sentencia de primera instancia; interrogatorio que fue
realizado por el abogado de los accionantes (quien le formuló 3 preguntas), por el
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abogado de la querellada y por el Tribunal, que se limitó a formular sólo una


pregunta. En cuanto al segundo punto, también del registro de audio en CD de la
audiencia de apelación (fojas 15), se aprecia que los alegatos finales de los
accionantes fueron realizados por el abogado de estos por un espacio de 6 minutos.
ho n es cierto que en esta etapa los agraviados pueden hacer uso de la
bra, a di rencia del acusado, quien tiene el derecho a la última palabra, según lo
/señala el arti ulo 386", inciso 3, del Código Procesal Penal, también lo es que el
agraviado doy Francisco Virgilio Castañeda Aguilar consintió o no cuestionó la
denegatoria ara hacer uso de la palabra En todo caso, este Tribunal advierte que
los accion es no han quedado en estado de indefensión, sino que han tenido a
disposición os medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus intereses
y contrade nr las afirmaciones expresada por la querellada, por lo que la demanda,
en este extremo, debe ser desestimada.

El principi de inmediación y su relación con el derecho a la prueba

5. Este T bunal ya ha precisado que "el principio de inmediación conforma el derecho


a la prueba. De acuerdo con el principio de inmediación, la actividad probatoria
debe transcurrir en presencia del juez encargado de pronunciar sentencia, puesto que
solo de esta manera se garantiza que exista un contacto directo entre el juzgador y
los medios de prueba aportados al proceso, que permitirá a este ponderarlos en
forma debida y plasmar sus conclusiones en forma suficiente y razonada al
momento de emitir sentencia condenatoria" (Exp. N.° 0849-2011-HC/TC, FJ 6). Sin
embargo, este Tribunal Constitucional también tiene sentado en su jurisprudencia
que ni todo derecho ni todo principio es absoluto, pues estos se pueden sujetar a
limitaciones o excepciones. En ese sentido, tal como lo señala la literatura
especializada que ha sido válidamente recogida por la Corte Suprema de Justicia de
la República (Casación N.° 05-2007-Huaura) y que este Tribunal la hace de recibo,
la actuación y la valoración de la prueba personal en su relación con el principio de
inmediación presenta dos dimensiones: una personal y otra estructural. La primera,
que se refiere a los datos relacionados con la percepción sensorial del juez: lenguaje,
capacidad narrativa, expresividad de las manifestaciones, precisiones en el discurso,
etc., no es susceptible de supervisión y control en apelación, es decir no puede ser
variada. La segunda, cuyos datos se refieren a la estructura racional del contenido de
la prueba, Ajenos en sí mismos a la percepción sensorial del juzgador, sí puede ser
fiscalizada y variadas. En este contexto el relato fáctico que el juez asume como
hecho probado no siempre es inmutable, pues a) puede ser entendido o apreciado
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con manifiesto error o de modo radicalmente inexacto; b) puede ser oscuro,


impreciso, dubitativo, ininteligible, incompleto, incongruente o contradictorio en sí
mismo; o, e) ha podido ser desvirtuado por pruebas practicadas en segunda
stancia. En este segundo conjunto de supuestos, se encuentra constitucionalmente
ificada la variación del valor de la prueba personal otorgada por el juez de
a instancia sobre la base del principio de inmediación, y, por tanto, no sería
o declarar la inconstitucionalidad del acto procesal que lo contiene.

caso constitucional de autos los accionantes afirman que pese a no haberse


ido ni actuado prueba alguna en segunda instancia, y habiéndose sólo
ef= ctuado el interrogatorio de la querellada doña Milagritos de los Ángeles Moreno
dríguez sin que existan pruebas que avalen sus afirmaciones, la Sala emplazada
a decidido absolver a la querellada, básicamente dando diferente valor probatorio a
, la declaración testimonial de don Daniel Regalado Bustamante, que fue objeto de
/, nmediación
i por el juez de primera instancia sobre la base del principio de
/ inmediación, lo cual vulnera su derecho a la prueba. Los hechos presuntamente
constitutivos del delito de difamación ocurrieron el 30 de octubre de 2009, a las 3:50
p.m. Al respecto, de la resolución cuestionada de fecha 18 de junio de 2010 (fojas
56), se aprecia que:

ta Juez de primera instancia asume como hecho probado las expresiones


difamatorias (...), sustentado "en la sindicación firme y coherente del testigo
presente en el lugar de los hechos" Daniel Regalado Bustamante".

"Sin embargo de la escucha del audio que registró la actuación de estos medios (...)
se cuestionó su presencia el día de los hechos en territorio peruano. porque quedó
claro en dicha audiencia que este testigo salió del Perú el 4 de setiembre del 2009 y
retornó el 22 de diciembre de 2009, en tanto que la circunstancia alegada de tener
visa internacional que le permite entrar y salir del Perú sin ningún permiso y sin ser
necesario el sello de su pasaporte correspondía ser corroborada por la autoridad
administrativa (. .). A lo que debemos agregar que el indicado testigo (...) vive y
trabaja en otro edificio, al parecer frente al que domicilian los sujetos procesales
(agraviados), desconociéndose la distancia entre uno y otro inmueble (...); de lo que
se colige que siendo éste la única prueba testimonial de cargo (...) existen serias
dudas sobre la forma y circunstancias en que sucedió el evento fáctico, no siendo
procedente condenar, sino absolver"(fojas 56).
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7. En el contexto descrito se advierte que la Sala Superior emplazada entendió que el


valor probatorio que el juez de primera instancia otorgó a la declaración testimonial
de don Daniel Regalado Bustamante de acuerdo con el principio de inmediación no
ede ser revisado en lo que respecta a la percepción sensorial del juez penal, tanto
si np se actuó prueba alguna en segunda instancia; sin embargo, no ocurrió lo
smo y '',también fue motivo de la apelación, respecto de la estructura racional del
ii Lide la prueba. En este extremo, la Sala emplazada llegó a la conclusión de
contenid
que corr sponde fiscalizar la valoración del juez de primera instancia debido a que
existen uestionamientos sobre la presencia del testigo el día de los hechos por
enconts rse fuera del Perú y porque al parecer vive y trabaja al frente del domicilio
de los Áccionantes, y que siendo ésta la única prueba de cargo, existe duda razonable
sobre/la forma y circunstancias en que ocurrieron los hechos que configurarían el
delito de difamación, optando por la absolución de la querellada; actuación que a
juició de este Tribunal se encuentra constitucionalmente justificada en la medida en
que' el control de la valoración probatoria de la Sala emplazada sólo está referido a
la d/ imensión estructural de la valoración de la prueba personal en relación con el
principio de inmediación, es decir, sólo está referido a la estructura racional del
contenido de la prueba y no a la percepción sensorial del juez penal, no habiéndose
producido la violación del derecho a la prueba, por lo que la demanda, en este
extremo, también debe ser desestimada.

El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales

8. Este Tribunal Constitucional ha destacado en constante y reiterada jurisprudencia


que a través del proceso de amparo contra decisiones o resoluciones judiciales se
puede cuestionar las decisiones jurisdiccionales que vulneren de forma manifiesta y
directa derechos y/o principios fundamentales. En cuanto al derecho a la debida
motivación de las decisiones o resoluciones judiciales, este Tribunal tiene reiterado
que la motivación debida de las decisiones de las entidades públicas —sean o no de
carácter jurisdiccional— comporta que el órgano decisor y, en su caso, los jueces, al
resolver las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan a
tomar una determinada decisión; implica también que exista congruencia entre lo
pedido y lo resuelto y, que por sí misma, exprese una suficiente justificación de la
decisión adoptada, aun cuando esta sea breve o concisa Esas razones, por lo demás,
deben provenir no solo del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino y
sobre todo de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite del proceso
del que se deriva la resolución cuestionada.
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9. No obstante lo anterior no todo ni cualquier error en el que eventualmente incurra


una resolución judicial constituye automáticamente una violación del derecho a la
debida motivación de las resoluciones judiciales. Cabe precisar que sólo se produce
violación en caso de que dicha facultad se ejerza de manera arbitraria; es decir, si la
decisión es más bien fruto del "decisionismo" que de la aplicación razonable del
/ derecho en su conjunto. Sobre esta base, este Tribunal ha precisado en constante y
reiterada jurisprudencia que el derecho a la debida motivación de las resoluciones
7 judiOakes también se ve afectado cuando existe una falta de motivación interna del
/ , razonamiento de la decisión en su expresión de incoherencia narrativa, esto es,
cuando La decisión o resolución judicial se presenta como un discurso absolutamente
, ! confusci incapaz de transmitir, de modo coherente, las razones en las que se apoya la
decisión. Así pues toda decisión que carezca de una motivación adecuada,
suficiebte, coherente y congruente constituirá una decisión fiscal arbitraria y, en
conseMiencia, será inconstitucional.

10. En d1 caso de autos los accionantes sostienen que aunque la Sala emplazada ha
afirjnado que además de la declaración testimonial no ha existido careo entre las
partes (no fue ofrecida por ninguna de las partes) ni se ha admitido la declaración de
los agraviados (que fue rechazada por el juez de primera instancia), y que, por ello,
dicha declaración testimonial por sí sola es insuficiente para formar convicción, sin
que ello implique otorgar diferente valor a la prueba del que otorgó el juez penal con
base en el principio de inmediación; la resolución cuestionada incurre en una
motivación incoherente, pues, a su juicio, la Sala sí ha otorgado valor diferente a la
declaración testimonial de don Daniel Regalado Bustamante y, además, hace
mención a unas pruebas no ofrecidas y otras no admitidas. Al respecto, el Tribunal
de apelación concluyó: "se colige que siendo éste la única prueba testimonial de
cargo, ya que no fue ofrecida ni actuada la declaración de los presuntos
agraviados, ni existió el careo entre las partes, aquél testimonio por sí solo resulta
insuficiente, toda vez que al no haberse demostrado la credibilidad del testigo, no es
posible juzgar si éste puedo o no apreciar el hecho". Asimismo, "la prueba
testimonial por sí sola, por creíble que parezca pero no corroborada, no es
suficiente para formar convicción, sin que ello signifique otorgar diferente valor a
la prueba del que ya le otorgó el Juez por el principio de inmediación"(foj as 56).

Una lectura básica de la argumentación descrita permite inferir razonablemente que


la misma esta referida a la insuficiencia de las pruebas para confirmar la condena
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impuesta contra la querellada y no a que no se han actuado algunas pruebas porque


no fueron ofrecidas o admitidas, actuación que no modifica la dimensión personal
de la valoración de la prueba en relación con el principio de imnediación, es decir,
no modifica la percepción sensorial del juez penal. Distinto es el caso en cuanto a la
estructura racional del contenido de la prueba, que, como ya ha quedado dicho se
encuentra constitucionalmente justificada. Así las cosas este Tribunal no encuentra
razones para discrepar de la línea argumentativa fijada por los jueces emplazados;
todo lo contrario, a juicio de este Tribunal la referida resolución contiene una
justificación suficiente, adecuada y coherente que expresa las razones de la decisión
adoptada; no habiéndose producido la violación del derecho a la debida motivación
de las resoluciones judiciales, por lo que la demanda, en este extremo, también debe
ser desestimada.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

Declarar INFUNDADA la demanda en todos sus extremos al no haberse producido la


vulneración de los derechos de defensa, a la prueba y a la debida motivación de las
resoluciones judiciales, a través de la sentencia de fecha 18 de junio de 2010, que
revocando la sentencia apelada, de fecha 9 de abril de 2010, absolvió a la querellada
Milagritos de los Ángeles Moreno Rodríguez por el delito de difamación en agravio de
los demandantes.

Publíquese y notifiquese.

SS.

URVIOLA HANI
VERGARA GOTELLI
CALLE HAYEN

Ornr MUÑOZ
9`O REIArClq
,1■ 17.4n1,1-.1.

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