UAMI19046

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD IZTAPALAPA
DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

“EL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL Y SUS


INTERACCIONES MULTITERRITORIALES, 2000-2012”

T E S I S

QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR


EN ESTUDIOS SOCIALES (PROCESOS POLÍTICOS)

PRESENTA

JAVIER ROSILES SALAS

DIRECTOR: DR. RICARDO ESPINOZA TOLEDO

LECTORES: DR. LORENZO ARRIETA CENICEROS


DR. HÉCTOR ZAMITIZ GAMBOA

CIUDAD DE MÉXICO, NOVIEMBRE DE 2016

1
ÍNDICE GENERAL

Introducción……………………………………..…………….……….5

Capítulo 1. Del enfoque multinivel al multiterritorial: el estudio


actual de los partidos políticos……………………….…......................20
1.1 Vías alternas para el estudio de los partidos………………………...21
1.2 Los partidos como organizaciones multinivel………………………25
1.3 Combinación de territorios…………………………….....................30
1.4 Tipos de territorios políticos………………………….......................34
1.5 Una perspectiva distinta……………………………………………..39

Capítulo 2. Territorios múltiples: la importancia de la diferenciación


en el estudio de los partidos…………………………..……………..…57
2.1 Tipos de estados……………………………………………………..58
2.2 Dominio territorial en distritos federales……………………….…...62
2.3 Dominio territorial en el ámbito local………………………….…....75
2.4 Encapsulamiento electoral………………………………….………..81
2.5 El tamaño de los territorios…………………………………….….....87
2.6 Polos prioritarios de influencia……………………………….………96

Capítulo 3. Identificación de actores: la influencia política


a partir de los territorios…………………………………….…………101
3.1 Confluencia de territorios y actores………………………………….101
3.2 Relevancia variable de los territorios……………………...……........119
3.3 Influencia intrapartidaria variable……………………………...…….125
3.4 Las coligaciones……………………………………………...………132

2
Capítulo 4. Grados de resistencia: la posibilidad de oponerse
a decisiones del centro……………...……………………….………......137
4.1 La lógica del control territorial…………………………….………....138
4.2 Flujos de dominio y apropiación…………………………………......140
4.3 Mecanismos de unificación………………………………………......145
4.4 Métodos mixtos de selección de candidatos…………………...……..149
4.5 Determinación del grado de resistencia………………………...…….155
4.6 Vulnerabilidad ante la ruptura…………………………………..……157

Capítulo 5. Intensidad del conflicto: magnitudes diversas


de las disputas por los territorios…………………………………........167
5.1 Momento de resolución de decisiones partidarias………………........168
5.2 La intervención del CEN……………………………………………..171
5.3 Los delegados del CEN: grados variables de intervención
desde el centro…………………………………………............................180
5.4 Dirigencias estatales inestables………………….………...................195

Capítulo 6. Tipos de interacciones partidarias: la confluencia


de territorios y conflictos diversos………………………..…………....204
6.1 La calidad de las interacciones partidarias…………………..….........205
6.2 El papel decisivo de las fuerzas locales…………………………..….209
6.2.1 Campeche: un estado sin alternancia y con alta conflictividad……210
6.2.2 Durango: cae el mito del gobernador omnipotente…….………….213
6.2.3 Nuevo León: regreso del PRI entre alta conflictividad interna……218
6.2.4 Guanajuato: el PRI como oposición añeja……………………........231
6.2.5 Morelos: la posibilidad de la insubordinación.……………….........239

Conclusiones………………………………………………………….…245

3
Bibliografía…………………………………………………...……...258

Índice de tablas………………………………………………………271

Índice de esquemas………………………………………………..…274

Índice de gráficas…………………………………………………….275

4
INTRODUCCIÓN

La literatura académica sobre los partidos políticos en México se ha venido


saturando de lugares comunes respecto de ciertos temas. Se fue convirtiendo
en lugar común decir que el presidente de la República controlaba o definía
las nominaciones en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que era
necesaria su aprobación para quienes ocuparían los diversos cargos en disputa.
Después de la alternancia en la Presidencia en 2000, se fue consolidando la
idea de que eran ahora los gobernadores quienes asumían dicha función. Con
el regreso del PRI a la Presidencia en 2012 se ha dado por sentado que el
otrora jefe del partido ha vuelto a recuperar sus facultades.
El problema con los lugares comunes no es que sean del todo falsos,
sino que no ayudan a explicar los procesos, y antes bien constituyen un
obstáculo para hacerlo, esto porque su uso favorece la vaguedad, la
imprecisión y la creencia de que se ha comprendido lo necesario; se dejan los
fenómenos como casos cerrados. Se prefiere la estabilidad que da la
generalización por sobre la consideración de la complejidad y las variaciones
que trae consigo la necesidad de desestabilizar categorías y “explicaciones
poderosas”1 ampliamente aceptadas.
Habrá que hacer una revisión a lo que se ha dicho respecto del
funcionamiento del PRI antes de la alternancia y explorar lo que ocurre luego
de que el partido volvió a ocupar la Presidencia. Por lo pronto, lo que aquí
interesa analizar son los sucesos de los años comprendidos en el periodo en el
que el PRI marchó sin el presidente del país como su gran decisor,
sencillamente porque perdió dicho cargo y se manejó en la oposición a nivel
federal.
1
Entrevista a Saskia Sassen, La Nación, 19 de julio de 2015.

5
El planteamiento es que en el contexto de la alternancia se aceleró un
proceso mediante el cual los gobernadores se develaron como actores
relevantes. Lo que se configuró en el PRI no fue una transformación total, sino
más bien una variante de operación propiciada por la derrota, en medio de un
escenario bastante adverso ante la posibilidad real de la desintegración del
partido. Se trata de una variante que se fue construyendo en el camino,
propiciada por las circunstancias, no como producto de una serie de decisiones
racionales, programadas o estructuradas. Se establecen como límites del
periodo de estudio los años 2000 y 2012.
En el periodo posterior a la alternancia los gobernadores fueron
considerados las figuras que sustituirían al Presidente de la República, quien
tomaba las decisiones en el partido. La pregunta inmediata, empero, es qué
ocurre en los estados con ausencia de un gobernador priista: ¿es el Comité
Ejecutivo Nacional (CEN) o el Comité Directivo Estatal (CDE) quien asume
el papel principal? Pero incluso en estados con gobernador del PRI, ¿es éste
quien decide o existe también una participación importante del CEN?
Dependiendo del enfoque, lo que se ha hecho es que o se sobrevalora o se
subestima la influencia ya sea de la estructura central, del nivel estatal del
partido o del gobernador en turno.2

2
Steven Wuhs, por ejemplo, argumenta que antes del 2000 los candidatos al Senado eran formalmente
determinados por el CEN e informalmente por el “presidente entrante”, en tanto que la selección de
candidatos a la Cámara de Diputados era formalmente menos centralizada (podían usarse los métodos de
convención de delegados, consulta a la base, usos y costumbres), aunque, apunta, las reglas eran determinadas
por el CEN mediante la convocatoria respectiva, produciendo resultados favorables al líder nacional del
partido; en 2003 la situación no cambió demasiado dado que prevalecieron los candidatos de unidad y con la
alianza con el PVEM los candidatos eran seleccionados fuera de los canales normales. Steven T. Wuhs,
“Democratization and the dynamics of candidate selection rule change in Mexico, 1991–2003”, en Mexican
Studies/Estudios Mexicanos, vol. 22, núm. 1, Universidad de California, Berkeley, invierno de 2006, pp. 43-
44. En contraposición, Francisco Cantú y Scott Desposato señalan que han ocurrido “transformaciones
dramáticas” en el sistema político mexicano, entre ellas la creciente influencia de los actores estatales,
particularmente los gobernadores, sobre los legisladores nacionales. Después de que el PRI pierde la
presidencia, escriben, los recursos dejan de estar centralizados, se evidencian conflictos entre los intereses
nacionales y estatales, y los diputados no son tan disciplinados respecto del partido nacional al orientar su
atención hacia el nivel estatal. Francisco Cantú y Scott Desposato, “The new federalism of Mexico's party

6
Lo anterior es síntoma del desconocimiento que aún existe sobre cómo
operan y se desarrollan las relaciones entre dos ámbitos internos del partido, el
nacional y las diversas estructuras locales. Es decir, pese a que “los partidos
fueron de los primeros objetos de análisis presentes en el mismo nacimiento
de la Ciencia Política moderna”,3 lo cual ha suscitado una numerosa literatura
sobre ellos,4 lo cierto es que restan por ser examinados con mayor profundidad
varios aspectos de estas organizaciones. Se mantiene vigente la observación
que hace ya varios años hicieran Montero y Gunther: “una nueva mirada a los
partidos políticos resulta más pertinente que nunca”. Tras dar cuenta de “la
creciente bibliografía sobre los partidos”, insisten: “estamos convencidos que
es más importante que nunca estudiar los partidos y los papeles que
desempeñan en las democracias modernas”.5
Uno de los objetivos de esta investigación es subsanar en alguna medida
la desatención respecto de las interacciones partidarias. Entendidas éstas como
el conjunto de relaciones, vinculaciones y acciones que se ejercen de manera
recíproca entre los diferentes actores, grupos, fuerzas, sectores e instancias
que conviven en el interior de la organización partidaria y que tienen algún
interés en la sobrevivencia y desarrollo de ésta, por lo que buscan ser
determinantes en la toma de decisiones de lo que ahí debe negociarse y
resolverse; decisiones que tienen repercusiones tanto en el interior como en el
ambiente en el que se desarrolla el partido.

system”, en Journal of Politics in Latin America, vol. 4, núm. 2, GIGA, Hamburg University, Alemania,
2012, pp. 3-38.
3
José Ramón Montero y Richard Gunther, "Introducción: los estudios sobre los partidos políticos", en José
Ramón Montero et al., Partidos políticos: viejos conceptos y nuevos retos, Trotta, Fundación Alfonso Martín
Escudero, Madrid, 2007, p. 16.
4
“La literatura académica que examina los partidos políticos es enorme”, escriben Kaare Strom y Wolfgang
Müller, "Political parties and hard choices", en Wolfgang Müller y Kaare Strom (eds.), Policy, office, or
votes? How political parties in Western Europe make hard decisions, Cambridge University, Nueva York,
1999, p. 5.
5
José Ramón Montero y Richard Gunther, op. cit., pp. 15 y 17.

7
Lo que priva en estas interacciones es la diversidad y la asimetría.
Existe una gran cantidad de actores con peso político variable, algunos con
más influencia política que otros. Se utiliza aquí un concepto relacional del
poder y se toma la definición de Robert Dahl: “la influencia [concepto más
amplio que abarca al de poder] es una relación entre actores, en la que uno de
ellos induce a los otros a actuar de un modo en el que no lo harían de otra
manera”.6
Hay que considerar que estos actores ocupan un espacio, en el cual se
manifiesta de manera concreta y empírica su poder. Como señala Freund, “la
actividad política se define, en primer lugar, por el hecho de desarrollarse en
el interior de un territorio delimitado […] las fronteras […] pueden ser
variables; no obstante, sin la existencia de un territorio que particularice el
agrupamiento, no se podría hablar de política”.7
Con el paso del tiempo se ha tenido que ir poniendo más atención a los
espacios desde donde ocurren las relaciones entre actores políticos. No se
presentan en un mismo plano generalizado. En un sistema federal, por lo
menos, existen tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) que en
todo caso fraccionan dicho plano. Por eso fue que empezó a hacerse más
evidente lo que Stein Rokkan llamó desde 1970 “el sesgo de la nación en su
conjunto” (“whole-nation” bias), esto es, el tomar a cada país como una
unidad de análisis desatendiendo variaciones significativas que se presentan
en otros niveles.8

6
Citado en Norberto Bobbio, Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política, FCE,
México, 1999, p. 104.
7
Citado en Rogério Haesbaert, El mito de la desterritorialización: del “fin de los territorios” a la
multiterritorialidad, Siglo XXI, México, 2011, p. 54.
8
Stein Rokkan, Citizens, elections, parties: approaches to the comparative study of the processes of
development, ECPR, Reino Unido, 2009, p. 49.

8
Pese a esta advertencia, el tratamiento de las variaciones referidas por
Rokkan ha venido avanzando lento. Ciertamente no fueron del todo ignoradas.
Álvaro Arreola en los ochenta detectaba que en el país se encontraban “cuatro
cristalizaciones de poder regional”:
1. Entidades donde las luchas por controlar las bases del poder local
ocurren entre fuerzas políticas y económicas locales y el poder central (Nuevo
León, Puebla, Veracruz, Estado de México, Jalisco).
2. Lugares con oligarquías ligadas a la actividad primaria de la
economía, por lo que persisten resabios caciquiles. Esto produce entidades
fácilmente polarizables en momentos de crisis nacional, lo que ayuda a
explicar el triunfo del PAN en el norte del país (Sonora, Sinaloa, Chihuahua,
Coahuila).
3. Entidades donde los caciques monopolizan los nexos con las
autoridades del centro del país, lo que las hace menos propensas al cambio
(Michoacán, Colima, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guerrero, Campeche,
Guanjuato).
4. Estados donde el centro no negocia, sino que impone a los
gobernantes. Por la inmadurez económica y las escasas posibilidades
educativas no pueden proveer cuadros experimentados para competir con los
proyectos federales. El conflicto municipal se presenta con mayor violencia
(Quintana Roo, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Hidalgo, Tlaxcala, Baja California
Sur).9
Un ejemplo más que cabe citar es el de Alain de Remes, quien hablaba
de “un doble enfoque” que considerara tanto el ámbito nacional como los
procesos locales:

9
Álvaro Arreola Ayala, “Elecciones municipales”, en Pablo González Casanova (coord.), Las elecciones en
México: evolución y perspectivas, Siglo XXI, México, 1993, pp. 332-333.

9
Algunos especialistas afirman que la consolidación de la democracia en
México requiere dos condiciones cruciales: elecciones limpias y una
limitación de los poderes metaconstitucionales del presidente. Sin embargo,
este tipo de análisis suele centrarse en las acciones que deberían tomarse en
escala nacional, desdeñando cómo los procesos de escala local también
pueden contribuir a la democratización del sistema político.10

De este análisis surgió su concepto de gobiernos yuxtapuestos, los


cuales se presentan cuando “una unidad territorial bien definida (como un
estado o una municipalidad) es gobernada por un partido diferente del que
controla la unidad territorial más grande (que puede ser la federación o el
estado)”.11
Pese a todo, puede decirse que durante gran parte del siglo XX no se
atendió suficientemente el hecho de que los partidos políticos tienen que
competir en múltiples niveles y distritos, que existen interacciones tanto entre
dichos niveles como a lo largo de los países y que estas organizaciones deben
responder a esa lógica multinivel tanto en su estructura interna como en sus
estrategias competitivas:12 “implícitamente, se suponía que las dinámicas a
nivel local reflejaban las del nivel nacional y que, por tanto, no era necesario
enfocarse en las elecciones subnacionales ni estudiar el modo en que se
competía a nivel local para conocer cómo funcionaba el sistema de
partidos”.13
Es interesante advertir el hecho de que se fue imponiendo la visión
oligárquica de Michels, cuyos planteamientos sobre los partidos se hicieron
clásicos. Pero desde los sesenta Samuel Eldersveld propuso un enfoque
10
Alain de Remes, “Gobiernos yuxtapuestos en México: hacia un marco analítico para el estudio de las
elecciones municipales”, en Política y Gobierno, vol. VI, núm. 1, CIDE, México, primer semestre de 1999, p.
225.
11
Ibid., p. 230.
12
Tomás Dosek y Flavia Freidenberg, “La congruencia de los partidos y los sistemas de partidos multinivel
en América Latina: conceptualización y evaluación de algunas herramientas de medición”, en Politai, año 4,
núm. 7, Universidad Católica del Perú, Lima, segundo semestre de 2013, p. 163.
13
Idem.

10
distinto y acuñó el término estratoarquía, que implicaba no concentración,
sino compartición de las atribuciones partidarias y del ejercicio del poder.
Vale la pena citar con amplitud:

No existen “núcleos de mando” centralizados, ni una difusión del poder en


toda la organización, pero sí existen “estratos de mando” que operan con un
grado variable de independencia, pero siempre suficientemente amplio.
De hecho, la situación requiere que la autoridad y el control se asignen
a “estratos” o “escalones” específicos. La heterogeneidad de los miembros y
el vigente sistema de coalición entre grupos diversos no sólo hace difícil sino
muy poco práctico un control ejercido desde el centro. Además, el partido
debe tener en cuenta gran variedad de opiniones, tradiciones y estructuras
sociales de carácter local, lo cual hace necesario el reconocimiento y la
aceptación del liderazgo existente in loco. Más aún, dado que los partidos
necesitan votos y que éstos no pueden controlarse desde el centro, es
necesaria cierta deferencia en la relación con los estratos estructurales locales,
donde se ganan o pierden los votos. De esta forma se produce una especie de
“balcanización” de las relaciones del poder, y el grado de autonomía de los
niveles jerárquicos intermedios varía de lugar en lugar…
Por consiguiente, se puede describir el partido político como una
estructura basada en la deferencia recíproca. Al contrario del modelo
burocrático y autoritario de las organizaciones, los partidos políticos no están
constituidos por un sistema ininterrumpido de autoridad que, partiendo del
vértice, llega a los niveles más bajos, aun cuando su estructura
institucionalizada podría dar impresión de lo contrario. La organización no
funciona a base de órdenes emanadas de la cúspide por vía jerárquica; por el
contrario, deben respetarse la autonomía, la iniciativa local e, incluso, la
inercia local. Diversos factores contribuyen a esta característica del partido:
escasez de activistas, naturaleza voluntaria del reclutamiento para el trabajo
del partido, modesta retribución de los activistas, inestabilidad en su
identificación. Sin embargo, los factores principales son: ausencia de
sanciones eficaces, afán de conquistar votos, prácticas instintivamente
mudables de líderes en pos del éxito y la necesidad de apoyo por parte de los
niveles más bajos de la organización.14

Hoy día no pasa inadvertido el hecho de que los partidos compiten en


múltiples niveles. Incluso para los estudios sobre la nacionalización de los
14
Samuel Eldersveld, Political parties: a behavioral analysis, Rand Mc Nally & Co., Chicago, 1964, pp. 9-10
apud Juan J. Linz, Michels y su contribución a la sociología política, FCE, México, 1998, pp. 126-127.

11
sistemas de partidos se ha sugerido hablar de una “nacionalización
multinivel”, aun sabiendo que se “estira” el concepto, esto con tal de
diferenciar las mediciones y considerar las elecciones regionales.15
Como consecuencia de estos nuevos registros, los textos académicos
poco a poco se han ido poblando de las palabras multinivel y subnacional. Se
trata de términos que se fueron haciendo comunes y que permitieron enfocar
la mirada en zonas desatendidas por los científicos sociales. Cumplieron bien
su propósito y pareciera que ahora es momento de cuestionarse si su uso sigue
siendo pertinente, si su generalidad y a veces vaguedad no hace necesario un
replanteamiento sobre aquellos espacios a los que con ellos se alude. Debe
corroborarse si el concepto sigue correspondiendo con los referentes a los
cuales se aplica o si no cabe proponer nuevos conceptos que permitan otras
miradas y perspectivas con la intención de seguir avanzando en la
comprensión de los procesos políticos. Es probable que su uso se encuentre
impulsado más por un asunto de moda que por la precisión que nos brinda.
El planteamiento aquí es hablar de territorio –entendido como “un
espacio delimitado y controlado, a través del cual se ejerce un determinado
poder”16–, pero hacerlo en plural, aplicando para el estudio de los partidos el
enfoque de Haesbaert:

Más que de un “territorio” unitario como estado o condición definidos de


manera clara y estática, debemos priorizar, pues, la dinámica combinada de
territorios múltiples o “multiterritorialidad” (…) Esta multiplicidad o
diversidad territorial en términos de dimensiones sociales, dinámica (ritmos)
y escalas tiene como resultado la yuxtaposición o convivencia, a la par, de
tipos territoriales diferentes, lo que aquí se abordará como correspondiente a
la existencia de “múltiples territorios” o “múltiples territorialidades”.17

15
Arjan Schakel, “Nationalisation of multilevel party sistems: a conceptual and empirical analysis”, en
European Journal of Political Research, núm. 52, Reino Unido, 2013, p. 214.
16
Rogério Haesbaert, op. cit., p. 35.
17
Ibid., pp. 282-283.

12
Por eso es que se hablará de interacciones partidarias multiterritoriales.
Bajo esta lógica, lo que se hace es agrupar por tipos los espacios que ya
se encuentran delimitados. Se tienen así, básicamente, territorios
preponderantes (federal, estatales, municipales) y territorios sobrepuestos
(distritos federales y locales electorales). Los partidos deben amoldarse,
encajar en ellos para lograr hacerse de su control en lo que corresponde a la
dimensión política. Por eso es que construyen sus propios territorios, desde los
cuales incidir en aquellos.
El principal reto de la tesis consistió en cómo dar cuenta justamente de
esta multiplicidad de territorios; de los partidarios que constituyen el interés
principal, pero en su permanente interacción con tantos otros. Había que
reconocer no sólo las características de dichos espacios, sino también a los
actores que en ellos ejercen (o buscan ejercer) influencia política. Visto de
esta manera, la cantidad de combinaciones posibles es enorme.
Por eso debe advertirse de inmediato que, si se permite la expresión, la
contribución primordial de la presente investigación es más la generación de
un efecto detonante que de uno conclusivo.
En los orígenes de la presente investigación aparecían en el título las
palabras descentralización y gobernadores.18 Revelaban la inquietud inicial:
conocer qué había pasado con los gobernadores en el PRI: qué funciones
habían perdido, cuáles seguían desempeñando o habían adquirido
recientemente una vez que el partido dejó de tener en el presidente en turno –
por lo menos es lo que se ha planteado en la literatura y lo cual a la luz de los
avances habrá que matizar– a su principal decisor. La descentralización, por
otro lado, evocaba una salida para dar cauce a la investigación: una serie de

18
Véase Javier Rosiles Salas, “La descentralización política del Partido Revolucionario Institucional (PRI): el
papel de los gobernadores (1982-2012)”, tesis de maestría en Estudios Sociales, UAM Iztapalapa, México,
2012.

13
procesos que habían originado que se trasladara la toma de decisiones de un
nivel a otro.
Lo que se presenta finalmente representa en los hechos una autocrítica a
lo inicialmente planteado. Quedó de manifiesto el hecho de que las
investigaciones más que seguir una línea recta adquieren la forma de un
helicoide: “en el transcurso de una investigación particular hay puntos de
llegada que se transforman en el arranque de nuevos senderos investigativos,
los cuales habitualmente plantean retos al investigador que entrañan mayores
niveles de complejidad”.19
Los gobernadores, con el paso de las indagaciones, se fueron mostrando
sí como actores destacados, pero inmersos en un contexto en el que negocian y
se confrontan con otros muchos actores también, por lo menos en algún
momento y espacio específicos, significativos. Se evidenció efectivamente la
asimetría de los poderes, pero igualmente que, pese a ello, un actor podía
plantar cara al gobernador en un territorio determinado. Consistía un error el
comparar la influencia política de uno y otro como si se confrontaran en un
plano general, donde el gobernador tiene gran ventaja por la cantidad de
recursos que maneja. Un actor que en el plano general sería débil, puede
rebatir y contener decisiones de niveles superiores en un espacio sí mucho
menor, pero en el que es capaz de influir de manera efectiva.
Falta una parte de la ecuación cuando se dice que el poder es asimétrico:
lo es no sólo en el sentido de que un actor es más fuerte que los otros en la
relación en la que se manifiesta, es también asimétrico en la medida en que su
influencia no tiene tal contundencia en absolutamente todos los territorios en
los cuales se pretende ejercer.

19
Julio Aibar et al., “Introducción”, en Julio Aibar et al., El helicoide de la investigación: metodología en
tesis de ciencias sociales, Flacso, México, 2013, p. 15.

14
Este panorama evidenció que había por lo menos que matizar la
representación, que se ha vuelto lugar común, de los gobernadores como
virreyes o señores feudales,20 así como la necesidad de buscar una alternativa
al concepto de descentralización, definido usualmente como el “traslado de
atribuciones o capacidades desde el nivel nacional hacia los niveles
subnacionales”,21 ya que diluye demasiado el hecho de que ese traslado no
necesariamente es originado por una cesión del centro, sino también por un
persistente impulso que viene, en sentido opuesto, desde los ámbitos locales.
Ante el paisaje complejo que se fue develando, se siguió la siguiente
ruta para su exploración y examen:
1. Logró establecerse una característica de suma relevancia para el
desarrollo de la investigación: la presencia (o ausencia) de un gobernador
priista en los territorios estatales. De esta consideración se origina una
tipología que da orden a la exploración empírica: 1) estados sin alternancia, 2)
entidades con alternancia y regreso del PRI, y 3) estados no gobernados por el
PRI.
2. Se realizó un estudio comparativo de todos los estados para poder
contar con una exploración general.
3. Ante la imposibilidad de examinar a profundidad todas las entidades
y por lo menos sus momentos clave para la investigación (los cuales se
considera giran en torno a los procesos de selección de candidatos entre 2000
y 2012), la exploración general basada en la tipología permitió ubicar casos
particulares representativos o ilustrativos, los cuales fueron examinados con

20
Véase Leo Zuckermann, “Los señores feudales van a querer garantías”, Nexos, México, agosto de 2011 y
José Antonio Crespo, “Feudalismo, presidencialismo y poderes fácticos”, El Universal, 14 de enero de 2014.
21
Marcelo Leiras, “Los procesos de descentralización y la nacionalización de los sistemas de partidos en
América Latina”, en Política y Gobierno, vol. XVII, núm. 2, CIDE, México, segundo semestre de 2010, p.
210.

15
dos propósitos: tanto para detectar rasgos comunes como para mostrar
aspectos contrastantes.
4. Se identificó la pertinencia de atender tres dimensiones para el
estudio de las interacciones intrapartidarias: la conformación de territorios
múltiples, el grado de resistencia y la intensidad del conflicto.
5. Al reconocerse efectivamente una serie de variaciones que dan cuenta
de una multiplicidad de interacciones entre actores políticos, órganos e
instancias que conviven dentro del PRI, se hizo un esfuerzo, en sentido
contrario, por identificar rasgos comunes, lo que produjo cuatro modelos de
interacción partidaria: dominante, simbiótica, de intercambio e insubordinada.
Hay que decir que la metodología fue siempre una preocupación a lo
largo de la investigación, pero no a tal grado que constituyera una barrera para
analizar un tema escurridizo como las interacciones partidarias. Se privilegió
el tema antes que la búsqueda de la pureza en las técnicas. Fue por eso que
para dar cuenta del objeto de estudio se siguió una estrategia metodológica no
limitativa que incluyó desde el uso de estadística básica –para apoyar el
intento por obtener un panorama general, para contar con elementos de
comparación de todos los estados– hasta revisiones hemerográficas intensas
encaminadas a la obtención de detalles.
Es verdad que no debe claudicarse en el esfuerzo por contar con
métodos más sólidos que nos permitan dar cuenta de fenómenos cada vez más
complejos, pero también es cierto que los métodos no pueden ser más
relevantes que los problemas que se estudian. Como señala John Gerring:

Podría decirse que la mejor manera de asegurar que la ciencia social se


oriente hacia los problemas es cultivar un profundo conocimiento de la
metodología y disponer de una gran caja de herramientas con muchos
métodos. Sólo de esta manera podemos asegurar que son problemas

16
sustantivos de interés teórico y relevancia cotidiana los que guían nuestras
agendas en lugar de una búsqueda de temas para aplicar el método du jour.22

Por momentos pareciera que lo que se busca son temas, cualesquiera


que éstos sean, para “lucir” el hecho de que se sabe aplicar un método en
particular, máxime si su presentación es compleja e ininteligible no sólo para
el ciudadano común, sino incluso para un estudioso inclinado por otros
métodos. Marañas de cifras o líneas que no se sabe bien a bien qué explican,
qué interpretación debe dárseles o cuáles son las repercusiones que tiene el
que aparezca ese número y no otro. Desde luego no quiere decir que estos
aspectos hayan sido subsanados aquí con éxito. Pero es necesario llamar la
atención sobre dicha tendencia.
Los resultados de la presente investigación se exponen a lo largo de seis
capítulos, según se enlista a continuación:
En el primer capítulo, “Del enfoque multinivel al multiterritorial: el
estudio actual de los partidos políticos”, se argumenta en favor de la idea de
explorar vías alternas para el estudio de los partidos. Se destaca el enfoque
multinivel y la utilidad que ha tenido, pero también se plantea una nueva
perspectiva que parte del supuesto de que existen varios territorios que se
entrecruzan, cada uno con sus características y actores propios, sin que esto
signifique que algunos actores no puedan influir en más de un espacio. Se
tiene entonces una dinámica en la que se combinan diversos territorios, la cual
se propone estudiar en el caso particular del PRI.
En los siguientes dos capítulos se muestra un panorama general de
cómo puede darse la conformación de territorios, haciendo una distinción
entre las condiciones que pueden adquirir dichos espacios y los actores que
hacen política en ellos. Se examinan aquí los 31 estados y la Ciudad de
22
John Gerring, Metodología de las ciencias sociales: un marco unificado, Alianza, Madrid, 2012, p. 20.

17
México. En el segundo capítulo, “Territorios múltiples: la importancia de la
diferenciación en el estudio de los partidos”, se detalla la tipología de estados
mencionada líneas arriba basada en la presencia o ausencia de un gobernador
priista en los territorios estatales. A partir de ello y haciendo uso de datos
electorales, se da cuenta de variaciones en el dominio del PRI en los distritos
electorales (federales y locales) y municipios; se examina el tamaño de
territorios y se identifican aquellos que pueden considerase prioritarios.
El capítulo tercero, “Identificación de actores: la influencia política a
partir de los territorios”, complementa al anterior. Tiene como propósito
examinar a los actores políticos que se desenvuelven en los diversos territorios
y ofrecer claves para su reconocimiento, distinción y medición de su
influencia.
“Grados de resistencia: la posibilidad de oponerse a decisiones del
centro” es el título que lleva el cuarto capítulo, el cual se propone aportar
evidencia contra la idea de la existencia de actores omnipotentes. Se plantea
que el hecho de que un actor o grupo sea predominante no implica que sus
adversarios no puedan controlar determinados territorios, mismos que les
proveen de cierta fuerza que se traduce en determinada influencia en las
decisiones partidarias.
En el quinto capítulo, “Intensidad del conflicto: magnitudes diversas de
las disputas por los territorios”, se expone que el conflicto entre actores e
instancias partidistas no presenta la misma magnitud, potencia o entusiasmo
en todo momento o espacio, esto debido a que existen territorios múltiples con
sus características y actores particulares, como se ha mencionado, así como
grupos con grados desiguales de fuerza para participar de las contiendas
intrapartidarias. Todo lo anterior permite que actores que pueden considerarse
como irrelevantes a la sombra de quienes obtienen las nominaciones más

18
atractivas posean en los hechos algún tipo de influencia en las decisiones
partidarias.
A partir de las tres dimensiones y el análisis de sus elementos, en el
sexto y último capítulo, “Tipos de interacciones partidarias: la confluencia de
territorios y conflictos diversos”, se proponen cuatro tipos de interacciones
que responden a ciertos contextos y dinámicas. Se trata de tipos ideales, los
cuales desde luego pueden mezclarse y dar lugar a diversas variaciones, pero
que permiten dar orden a un paisaje bastante complejo y, quizá lo más
importante, poder seguir avanzando en el estudio y comprensión de
organizaciones tan criticadas y desprestigiadas como necesarias e
imprescindibles –por el momento al menos– en el desarrollo político de la
mayoría de los países como son los partidos.

19
CAPÍTULO 1
DEL ENFOQUE MULTINIVEL AL MULTITERRITORIAL:
EL ESTUDIO ACTUAL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

En este capítulo se discute el punto en el que se encuentra el estudio de los


partidos políticos. Por un lado una larga lista de trabajos en los que son
examinados y por otro una incapacidad para lograr consolidar por lo menos
teorías de rango medio. Se asume que se trata de una problemática que no
podrá resolverse en el corto plazo, sobre todo porque varios asuntos se
acumulan para su estudio una vez que se ha puesto la mirada en zonas por un
buen tiempo desatendidas.
En mucho esa explosión se debe a que se ha venido dejando atrás una
visión nacional y se han ido explorando los ámbitos locales. En ese sentido, se
argumenta en favor de hablar más que de niveles de territorios, planteando así
una perspectiva de análisis distinta en la que el aspecto jerárquico no sea el
que se imponga y así no se asuma a priori y de manera irremediable que los
estratos más altos son los que imperan en la toma de decisiones o se subestime
la influencia que determinados actores o instancias pudieran tener en un
momento o, más bien, en un espacio determinado.
En esta parte se establecen tres tipos de territorios básicos, los que se
han identificado como preponderantes, sobrepuestos y partidarios, con el fin
de delimitar aquellos que se examinarán dadas las múltiples posibilidades.
También se revisa el contexto por el cual se considera que la perspectiva
propuesta constituye una vía pertinente para explorar y seguir avanzando en el
conocimiento que se tiene sobre el funcionamiento de uno de los partidos más
importantes de México, el Revolucionario Institucional.

20
1.1 Vías alternas para el estudio de los partidos

En materia de partidos políticos lo que pervive es una pluralidad de enfoques


y la ausencia de un paradigma dominante.1 Lo que es más, se manifiesta un
“subdesarrollo” de las teorías sobre partidos así como dudas sobre si en algún
momento podrá construirse “un cuerpo convincente de teorías de rango medio
que sirvan para orientar la investigación futura de un modo consistente”.2
La literatura existente no ha sido suficiente, hasta el momento, para
poder establecer ni siquiera una tipología de partidos generalmente aceptada.
Si acaso hay cierto consenso en que para describir los cambios que han venido
presentando los partidos son válidos los modelos que van del partido de
cuadros al partido cartel, los cuales pueden agruparse en cuatro categorías o
grupos:3 los partidos de élite o de cuadros (analizados por autores como
Weber,4 Duverger5 y Neumann6), los partidos de masas (estudiados por
Michels,7 Duverger, Panebianco,8 entre otros), los partidos catch-all o

1
Alan Ware, Partidos políticos y sistemas de partidos, Istmo, Madrid, 2004, p. 41.
2
José Ramón Montero y Richard Gunther, “Introducción: los estudios sobre los partidos políticos”, en José
Ramón Montero et al., Partidos políticos: viejos conceptos y nuevos retos, Trotta, Fundación Alfonso Martín
Escudero, Madrid, 2007, p. 22.
3
Véase André Krouwel, “Party models”, en Richard Katz y William Crotty (eds.), Handbook of party
politics, Sage, Londres, 2006, pp. 249-260, y Oreste Massari, I partiti politici nelle democrazie
contemporanee, Laterza, Roma, 6a. ed., 2007, pp. 56-85.
4
Max Weber, Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva, FCE, México, 15a. reimp., 2004, pp.
1076-1094.
5
Duverger estudia los partidos de masas, a los que distingue de los partidos de cuadros a partir no de “una
diferencia de tamaño, sino de estructura”. Maurice Duverger, Los partidos políticos, FCE, México, 9a. reimp.,
1984, p. 93.
6
Neumann argumentaba, en 1956, que los partidos habían cambiado sus funciones y características, que
habían dejado de ser “partidos de representación individual” y convertido en “partidos de integración social”.
Los primeros, característicos de sociedades con participación política restringida y los segundos subdivididos
a su vez en “partidos de integración democrática” y “partidos de integración total” (o totalitaria). Sigmund
Neumann, “Toward a comparative study of political parties”, en Sigmund Neumann (ed.), Modern political
parties: approaches to comparative politics, The University of Chicago, Chicago, 4a. reimp., 1962, pp. 404-
405.
7
Robert Michels, Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la
democracia moderna, 2 vols., Amorrortu, Buenos Aires, 4a. reimp., 1991.
8
Panebianco distingue entre burócratas y profesionales y lo toma como criterio principal para establecer “dos
tipos ideales de partido: el partido burocrático de masas y el partido profesional-electoral”. En una nota al pie
Panebianco explica: “El partido burocrático de masas y el partido profesional-electoral no son sino una

21
electoralistas (donde destacan las propuestas de Kirchheimer9 y Panebianco) y
los partidos cartel, los partidos dentro del Estado, según Katz y Mair.10 Se
reconocen también esfuerzos como el de Gunther y Diamond, quienes
establecen 15 “especies” de tipos ideales de partidos.11 Sin embargo, como

traducción en tipos, de análisis cuyos puntos de referencia son, respectivamente, los trabajos de Duverger y de
Kirchheimer. He preferido usar la expresión partido profesional-electoral, en lugar de la de partido-escoba
[catch-all party], no sólo para acentuar el aspecto de la profesionalización sino también para subrayar que el
aspecto básico es el organizativo y no el de la representación social”. De lo que da cuenta es de una
transformación trascendental de los partidos: pasaron de ser “de afiliación con fuertes lazos organizativos de
tipo vertical”, de tener una dirección con una posición prominente y de financiarse por medio de aportaciones
de los afiliados, a dirigirse al electorado (“partido electoralista”), dar preeminencia a los representantes
públicos y financiarse mediante fondos públicos o grupos de interés. Angelo Panebianco, Modelos de partido:
organización y poder en los partidos políticos, Alianza, Madrid, 2009, pp. 491-492.
9
En 1966, Kirchheimer observa que “tras la Segunda Guerra Mundial se hizo insoslayable en todos los países
europeos el reconocimiento de las leyes del mercado político. Y este cambio se reflejó a su vez en el cambio
de estructura de los partidos políticos”. Aparece entonces un nuevo tipo de partido: “el partido de integración,
nacido en una época de diferencias de clase más profundas y de estructuras confesionales más claramente
reconocibles, se transforma en un auténtico partido popular, en un partido de todo el mundo (catch-all-party).
Renuncia a los intentos de incorporar moral y espiritualmente a las masas y dirige su atención ante todo hacia
el electorado; sacrifica, por tanto, una penetración ideológica más profunda a una irradiación más amplia y a
un éxito electoral más rápido”. Otto Kirchheimer, “El camino hacia el partido de todo el mundo”, en Kurt
Lenk y Franz Neumann (eds.), Teoría y sociología críticas de los partidos políticos, Anagrama, Barcelona,
1980, pp. 330-331. La revista Party Politics publicó un número especial (vol. 15, núm. 5, septiembre de 2009)
sobre Kirchheimer y el partido catch-all (“Catch-all in the Twenty-First Century?”) con textos como el de
William Safran, “The catch-all party revisited: reflections of a Kirchheimer student”, pp. 543-554, y el de
Jennifer Smith, “Campaigning and the catch-all party: the process of party transformation in Britain”, pp.
555-572.
10
Este modelo fue propuesto por Katz y Mair en un texto que abre el primer número de la revista Party
Politics, publicado en 1995. Los autores plantean que “en connivencia los partidos se convierten en agentes
del Estado y emplean los recursos de éste (el Estado partido) para garantizar su supervivencia colectiva”.
Richard Katz y Peter Mair, “Changing models of party organization and party democracy: the emergence of
the cartel party”, en Party Politics, vol. 1, núm. 1, Sage, Londres, enero de 1995, pp. 5-28. Cartel es un
término económico; el Diccionario de la Real Academia Española lo define como “convenio entre varias
empresas similares para evitar la mutua competencia y regular la producción, venta y precios en determinado
campo industrial”.
11
Tras considerar que en la literatura no existen modelos suficientes que capturen las características más
importantes de muchos de los partidos del mundo debido a que para construir las tipologías se ha tendido a
tomar en cuenta sólo un criterio, “ya sea la estructura organizativa, el objetivo principal de la organización o
las bases sociales de representación”, deciden construir un marco integral con base en tres criterios: el tamaño
de la organización formal y la amplitud de las funciones que lleva a cabo, si el partido es tolerante y pluralista
o protohegemónico en sus objetivos y modo de comportamiento, y si el partido se distingue por compromisos
programáticos o ideológicos. Para construir los 15 tipos los autores establecen cinco “géneros”, los cuales
cruzan en una matriz con las características de pluralista o protohegemónico. Obtienen así partidos de élite
(notable local y clientelista), partidos de masas (pluralistas: de masas como clase, nacionalista pluralista y de
masas confesional; protohegemónicos: leninista, ultranacionalista y fundamentalista religioso), de base étnica
(étnico y congreso), electoralistas (catch-all, programático y personalista) y partidos movimiento (de
izquierda libertaria y de extrema derecha postindustrial). Richard Gunther y Larry Diamond, “Types and
functions of parties”, en Larry Diamond y Richard Gunther (eds.), Political parties and democracy, The Johns
Hopkins University, National Endowment for Democracy, Baltimore, 2001, pp. 3-39. Véase también Richard
Gunther y Larry Diamond, “Species of political parties: a new typology”, en Party Politics, vol. 9, núm. 2,
Sage, Londres, marzo de 2003, pp. 167-199.

22
observan Montero y el propio Gunther, “ni los esquemas de categorización
clásicos (…) ni los más contemporáneos (…) han logrado capturar todo el
rango de variación del extremadamente amplio número de partidos actuales,
especialmente a la vista del escaso número de tipos de partidos elaborados en
cada una de esas contribuciones”.12
Lo cierto es que las tipologías de partidos continúan apareciendo.
Hopkin y Paolucci, a partir de los supuestos de la elección racional, se refieren
al modelo de partido empresarial (business firm party).13 Carty, bajo la misma
lógica, desarrolló “un modelo de franquicia de la organización del partido”.14
Krouwel incluso establece un quinto grupo de modelos de partido que
corresponde precisamente a los partidos empresariales, en donde incluye los
trabajos de Hopkin, Paolucci y Carty.15 Otro tipo ha sido caracterizado por
Margetts como “ciberpartido”, el cual tiene su origen en el desarrollo de las
tecnologías de la información y la comunicación, principalmente internet.16
Más recientemente, Meguid ha escrito sobre “partidos nicho” (niche party)

12
José Ramón Montero y Richard Gunther, op. cit., p. 29.
13
Basados en trabajos de Ilvo Diamanti, analizan los casos del partido Forza Italia, fundado en 1994 por el ex
primer ministro Silvio Berlusconi, y la Unión de Centro Democrático (UCD), fundada en 1977 por el ex
primer ministro español Adolfo Suárez. Jonathan Hopkin y Caterina Paolucci, “The business firm model of
party organization: cases from Spain and Italy”, en European Journal of Political Research, vol. 35, núm. 3,
Kluwer Academic, Países Bajos, mayo de 1999, pp. 307-339.
14
Kenneth Carty, “Parties as franchise systems: the stratarchical organizational imperative”, en Party Politics,
vol. 10, núm. 1, Sage, Londres, enero de 2004, pp. 5-24.
15
Para Krouwel, “los tipos de partido empresariales se originan de la iniciativa privada de un empresario
político y tienen, generalmente, la estructura de una compañía comercial. La imagen del líder del partido,
junto con algunos temas populares, es vendido por una organización profesional en un mercado electoral cada
vez más volátil”. André Krouwel, op. cit., p. 252.
16
La autora considera que los ciberpartidos comparten características con los partidos cartel, como la cada
vez más imperceptible distinción entre miembros y simpatizantes, pero “algunos de los factores nuevos
juegan un papel: los bajos gastos iniciales para los partidos pequeños para desarrollar una presencia en
internet, por ejemplo, que puede generar una competencia partidaria más animada”. Helen Margetts, “Cyber
parties”, en Richard Katz y William Crotty (eds.), Handbook of party politics, Sage, Londres, 2006, pp. 528-
535.

23
para explicar la “explosión” en el número de partidos nuevos en el mundo, que
incluye partidos verdes, de derecha radical, etnoterritoriales, entre otros.17
Advertidos los problemas con las catalogaciones, aquí se sigue la idea
de Wolinetz de explorar nuevos criterios. El autor califica las clasificaciones
propuestas hasta el momento como inadecuadas y sugiere “vías alternativas de
clasificación. Entre otras, he avanzado la posibilidad de clasificar a los
partidos de acuerdo al tamaño de su afiliación y a su grado de actividad, o de
distinguirlos según su estrategia dominante de búsqueda de políticas, de votos
o de cargos”.18
Es de subrayar el hecho de que incluso quienes en su momento
plantearon el concepto de partido cartel, recientemente han considerado de
utilidad los criterios alternativos:

A pesar de que muchos de los factores que han posibilitado la primacía


eventual del partido en las instituciones públicas pueden además estar
asociados con la aparición de lo que hemos definido como el partido cartel
(Katz y Mair 1995), el énfasis en el privilegio de que goza el partido en las
instituciones públicas, frente a las otras dos caras de la organización partidista
[el partido como organización de afiliados y como organización central], no
depende de la validez de alguna clasificación particular de las organizaciones
partidistas. Por el contrario, se trata de un desarrollo que puede observarse al
margen de que las organizaciones partidistas modernas puedan estar mejor
tipificadas como partidos cartel, como partidos ‘profesionales-electorales’

17
El niche party constituye un tipo distinto a los partidos mayoritarios que sobrevive gracias a la competición
partidaria. Uno de los principales ejemplos es el del Frente Nacional, el partido francés fundado en 1972 por
Jean-Marie Le Pen. Bonnie Meguid, Party competition between unequals: strategies and electoral fortunes in
Western Europe, Cambridge University, Nueva York, 2008.
18
Steven Wolinetz, “Más allá del partido catch-all: enfoques para el estudio de los partidos en las
democracias contemporáneas”, en José Ramón Montero et al., Partidos políticos: viejos conceptos y nuevos
retos, Trotta, Fundación Alfonso Martín Escudero, Madrid, 2007, p. 159. Ya en 1999 Strom y Müller
hablaban de la necesidad de una teoría general sobre las preferencias y comportamientos de los líderes de los
partidos, y tomando en cuenta el enfoque de la elección racional asumían que podía establecerse un conjunto
definido de objetivos que persiguen los partidos: "En términos simples, se puede distinguir entre (1) office-
seeking, (2) policy-seeking y (3) vote-seeking modelos de comportamiento partidario", es decir, partidos
buscadores de cargos, políticas y votos. Kaare Strom y Wolfgang Müller, "Political parties and hard choices",
en Wolfgang Müller y Kaare Strom (eds.), Policy, office, or votes? How political parties in Western Europe
make hard decisions, Cambridge University, Nueva York, 1999, p. 5.

24
(Panebianco 1988) o como ‘partidos de cuadros [cadre] modernos’ (Koole
1994).19

La exploración de estas vías alternas ha permitido fortalecer la


evidencia respecto de la creciente importancia que tiene para los partidos
ocupar cargos públicos y la influencia que tienen quienes los ocupan hacia el
interior de esas organizaciones.20

1.2 Los partidos como organizaciones multinivel

A las limitaciones, deficiencias y ausencias que existen en los estudios sobre


los partidos, se suma la necesidad de romper con la tendencia que ha llevado a
desarrollar teorías a partir de la visión de los partidos como organizaciones
nacionales. Un intento por subsanar este sesgo ha suscitado propuestas como
las surgidas en torno a la concepción de los partidos como organizaciones
multinivel.
Este enfoque critica la atención casi exclusiva que han otorgado los
académicos a la organización nacional de los partidos,21 incluso cuando los

19
Richard Katz y Peter Mair, "La supremacía del partido en las instituciones públicas: el cambio organizativo
de los partidos en las democracias contemporáneas", en José Ramón Montero et al., Partidos políticos: viejos
conceptos y nuevos retos, Trotta, Fundación Alfonso Martín Escudero, Madrid, 2007, p. 111-112.
20
Así lo muestran los datos disponibles hasta el momento. Strom y Müller analizan 25 partidos de 10 países
europeos (Alemania, Austria, Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, Países Bajos y Suecia).
En 12 de los casos la prioridad más alta es la búsqueda de cargos, en ocho la de votos y en seis la de políticas.
El Partido Democrático Libre de Alemania es el único del conjunto que tiene dos metas como de alta
prioridad, la búsqueda de votos y de cargos. Wolfgang Müller y Kaare Strom, “Conclusions: party behavior
and representative democracy”, en Wolfgang Müller y Kaare Strom (eds.), Policy, office, or votes? How
political parties in Western Europe make hard decisions, Cambridge University, Nueva York, 1999, p. 284.
Por su parte, Vilas Nogueira considera que “en tanto el partido se acerque más al poder, tenderá a ser
dominado por sus miembros buscadores de cargos públicos. Desde hace años, se han exhibido pruebas de que
los partidos en una posición competitiva favorable serán dominados por los afiliados que ocupan cargos
públicos, utilizando la organización del partido para los objetivos de conquistar los cargos”. José Vilas
Nogueira, "La organización de los partidos políticos (II)", en Manuel Mella Márquez (ed.), Curso de partidos
políticos, Akal, Madrid, 2003, p. 88.
21
De hecho importantes trabajos tienen como preocupación medir la “nacionalización” de partidos y sistemas
de partidos. Entre ellos los de Mark Jones y Scott Mainwaring, "The nationalization of parties and party
systems: an empirical measure and an application to the Americas", en Party Politics, vol. 9, núm. 2, Sage,

25
países examinados tienen un sistema federal.22 “La importancia del territorio
regional o subestatal en Europa Occidental se encuentra en evidente
contradicción con la literatura académica sobre los sistemas de partidos, las
organizaciones partidarias y las campañas electorales”, aseguran Wilfried
Swenden y Bart Maddens.23 Estos mismos autores señalan que la literatura ha
ignorado cómo los partidos se organizan en el nivel regional, “pese a que los
análisis del partido de élite, partido de masas, partido atrapa-todo o partido
cartel pueden describir cómo los partidos se organizan localmente”.24
La utilidad de este enfoque está en advertir que los partidos participan
tanto en el ámbito nacional como en el local, con interacciones, tensiones y
grados de integración diversos y, de hecho, asimétricos. Deschouwer, por
ejemplo, argumenta que puede haber una alta integración vertical, en la que
los diferentes niveles muestran un limitado grado de autonomía y las líneas
jerárquicas en el partido van claramente del nivel nacional al regional. Por otra
parte, en el otro extremo, puede existir una baja integración, en la que las
organizaciones regionales del partido gozan de libertad para tomar decisiones,
aunque esta libertad no necesariamente es uniforme, dado que pueden ocurrir
grados distintos de autonomía. “El grado de integración vertical de un partido
o la autonomía de sus poderes regionales pueden variar mucho. Estas
variaciones pueden ocurrir entre países y dentro de los países”, señala.25 Van
Houten, por su parte, observa que las interacciones entre actores y unidades
Londres, marzo de 2003, pp. 139-166, y Daniele Caramani, The nationalization of politics: the formation of
national electorates and party systems in Western Europe, Cambridge University, Nueva York, 2004.
22
“Cuando los partidos han sido analizados en sistemas federales, los supuestos todavía eran que el estado
central era el más importante centro de toma de decisiones y que la organización central de los partidos
políticos era el núcleo de éstos, el punto de referencia para analizar su organización interna”. Kris
Deschouwer, “Political parties as multinivel organizations”, en Richard Katz y William Crotty (eds.),
Handbook of party politics, Sage, Londres, 2006, p. 291.
23
Wilfried Swenden y Bart Maddens, “Introduction. Territorial party politics in Western Europe: a
framework for analysis”, en Wilfried Swenden y Bart Maddens (eds.), Territorial party politics in Western
Europe, Palgrave Macmillan, Hampshire, 2009, p. 2.
24
Idem.
25
Kris Deschouwer, op, cit., pp. 294-295.

26
activos en los distintos niveles dentro de los partidos son complejas debido a
que “la suerte de los partidos en cada nivel suele estar influida por otros
niveles, mientras que las diferentes ‘unidades territoriales’ en un partido
probablemente se enfrentan a demandas e imperativos muy diferentes en sus
operaciones”. Para comprender estas complejas dinámicas, propone, hay que
dar respuesta a preguntas como ¿cuáles son los vínculos entre la oficina
nacional del partido y los poderes subnacionales?, ¿qué factores influyen en
estos enlaces?, ¿qué tan autónomos son los poderes subnacionales? o ¿en qué
nivel está la autoridad que toma decisiones sobre ciertos asuntos?26
El enfoque multinivel ha traído aparejado el concepto de
descentralización. Así lo ilustra el número especial de la revista Party Politics
titulado “Decentralization and state-wide parties”,27 en donde justamente
apareció el artículo anteriormente citado de Van Houten. Corresponde a este
autor y a Hopkin hacer la presentación de la revista. En dicha introducción se
manifiesta la conjunción entre el tratamiento de los partidos como
organizaciones multinivel y el interés por establecer el grado de
descentralización que se ha venido presentando en ellos.28
Un trabajo de investigación concluido más recientemente corrobora lo
anterior. Desde el título se plantea el encuadre multinivel y desde el resumen
anuncia su inclusión dentro del “debate académico sobre los efectos de la
descentralización política en los partidos”. Se trata de la tesis doctoral “Las

26
Pieter van Houten, “Multi-level relations in political parties: a delegation approach”, en Party Politics, vol.
15, núm. 2, Sage, Londres, marzo de 2009, p. 137.
27
Vol. 15, núm. 2, marzo de 2009.
28
Jonathan Hopkin y Pieter van Houten, “Decentralization and state-wide parties: introduction”, en Party
Politics, vol. 15, núm. 2, Sage. Londres, marzo de 2009, pp. 131-135.

27
dinámicas entre niveles de un partido de ámbito estatal en un sistema
multinivel. El caso del Partido Popular, 1989-2015” de Patricia Correa Vila.29
El uso del concepto de descentralización, sin embargo, trae consigo la
inclinación a seguir dos tendencias: la de privilegiar la idea de que los
procesos descentralizadores tienen su origen fundamentalmente en el centro y,
por otro lado y como consecuencia, la de considerar que la arena política local
“comienza” a tener relevancia, como si antaño no la hubiera tenido.
En el primer caso, por más que no se quiera, subyace una concepción en
la que el centro es quien cede. En buena parte de las definiciones de
descentralización se concibe un proceso unilateral que va del centro a la
periferia. Destacan verbos como trasladar y transferir. Es el caso, por ejemplo,
de la completa definición que de descentralización política realiza Christian
von Haldenwang:

Con la descentralización política se plantea ofrecer nuevas posibilidades de


participación política al nivel local o regional: (a) Se trasladan funciones
específicas a instituciones semiestatales en las cuales partidos o grupos de
interés ejercen una influencia decisiva (delegación política); (b) Se
transfieren competencias a entidades territoriales (regionales o locales)
legitimadas por medios de elecciones y dotadas con cierta autonomía frente al
gobierno central (devolución general); (c) En algunos campos específicos,
instituciones locales especializadas y representativas pueden recibir poderes
decisorios (devolución funcional).30

Un ejemplo más es el de Ingrid van Biezen y Jonathan Hopkin, quienes


han analizado los efectos que han tenido las reformas institucionales
descentralizadoras en la transformación de la organización de los partidos.

29
Patricia Correa Vila, “Las dinámicas entre niveles de un partido de ámbito estatal en un sistema multinivel.
El caso del Partido Popular, 1989-2015”, tesis de doctorado en Ciencia Política, Universidad Autónoma de
Barcelona, España, 2015.
30
Christian von Haldenwang, “Hacia un concepto politológico de la descentralización del Estado en América
Latina”, en EURE, vol. XVI, núm. 50, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 1990, p.
62.

28
Para ellos, descentralización tiene que ver con restituir: “En las últimas tres
décadas, una serie de países de Europa Occidental ha adoptado reformas de
descentralización institucional, devolviendo poder político y administrativo a
las unidades subcentrales”.31
En cuanto a la trascendencia de la política local habría que hacer nuevas
valoraciones. Se ha dicho, por ejemplo:

La descentralización, sin embargo, también ha ocurrido en otras partes del


mundo, frecuentemente en combinación con procesos de democratización. El
resultado de esta tendencia ha sido la emergencia o aumento de la
importancia del nivel subnacional como una arena de toma de decisiones y
competencia políticas, como fue ya el caso en estados federales como Estados
Unidos, Canadá, Alemania e India32

Habrá que ver si no se trata más bien de la falta de miradas, de


exploraciones: ese ámbito siempre ha sido relevante, lo que ha estado ausente
es la presencia de observadores más interesados en su valoración. Incluso en
los tiempos del presidencialismo más fuerte en México, los grupos locales
poseían influencia y tomaban parte en las decisiones políticas. Y esto era así
porque, contrario a la idea más aceptada que corroborada, el presidente no era
omnipotente y debía negociar:

El presidente gobernaba sobre la base de una especie de contrato político […]


que tenía una función doble: mantener la cohesión de los diferentes grupos al
asegurarles su inclusión en los espacios de poder y comprometer al presidente
a actuar mirando los intereses de sus bases de apoyo. El poder del presidente
y sus límites derivaban de esos arreglos, en los que los sectores del PRI
(obrero y campesino) eran piezas clave, no únicas. Aún en la época de auge
del sistema de partido hegemónico, con su componente de pluralismo

31
Así inician su texto “Party organization in multi-level contexts: theory and some comparative evidence”, en
Dan Hough y Charlie Jeffery (eds.), Devolution and electoral politics: a comparative exploration, Manchester
University, Manchester, 2006, pp.14-36. Aquí se cita la versión de libre acceso proporcionada por el autor,
disponible en: <http://personal.lse.ac.uk/hopkin/apsa2004ivbjh.pdf> [Consulta: 6 de febrero de 2016].
32
Jonathan Hopkin y Pieter van Houten, op. cit., p. 131.

29
limitado, la función presidencial se desplazaba como ejercicio político sujeto
33
a presiones y a limitaciones. El presidente no decidía todo ni lo hacía solo.

1.3 Combinación de territorios

Si se hacen los señalamientos anteriores no es para tratar de desaprobar una


perspectiva que ha logrado llamar la atención sobre ciertos aspectos otrora
invisibles para la ciencia política. Lo que sí se pretende es ofrecer una manera
distinta de examinar a los partidos, probablemente no totalmente alternativa,
pero siempre partiendo del supuesto de que el enfoque multinivel puede
precisarse todavía más. Se inspira en la necesidad de sondear vías alternas
para estudiar los partidos. No intenta establecer una nueva tipología, sino
apenas explorar una perspectiva de análisis distinta en los términos que se
revisarán a continuación. Es por lo anterior que en adelante no se caracterizará
aquí a los partidos políticos como organizaciones multinivel, sino como
organizaciones multiterritoriales.
Se debe partir del hecho de que tanto los individuos como las
instituciones ocupan un lugar y “a partir de ahí interactúan con otros
elementos con los cuales se comparte el espacio. Las formas de organización y
los conflictos van perfilando el territorio y generan relaciones de poder”.34 Sin
embargo, no se trata de “un” territorio, lo que aquí se plantea, siguiendo a

33
Ricardo Espinoza Toledo y Lorenzo Arrieta Ceniceros, “El Congreso mexicano del pluralismo limitado”,
en Adrián Gimate-Welsh y Pedro Castro Martínez (coords.), Sistema político mexicano ayer y hoy:
continuidades y rupturas, Senado de la República LXI Legislatura, Miguel Ángel Porrúa, México, 2010, p.
492.
34
Liliana López Levi, “Región electoral y cultura política en Guanajuato”, en Mario A. Carrillo, Rigoberto
Ramírez y Andrea Revueltas (coords.), La construcción de ciudadanía en los municipios de Guanajuato y
Morelos: una tarea pendiente, UAM Xochimilco, México, 2004, p. 73.

30
Haesbaert, es la existencia de una “dinámica combinada de territorios
múltiples”, esto es, de una multiterritorialidad.35
De modo que el análisis de las relaciones de poder que ocurren en un
espacio seleccionado requiere como insumo básico la identificación de los
diferentes territorios que convergen en dicho espacio, lo que permitirá contar
con información respecto de los actores e instancias que se desempeñan ahí,
así como de las características de cada territorio. Las condiciones que presenta
cada tipo de territorio y los poderes desiguales que poseen los actores e
instituciones que tienen alguna injerencia en ellos permiten una gran cantidad
de combinaciones, esto en función del espacio seleccionado para su estudio.
Evidentemente que lo anterior representa una dificultad de grandes
proporciones, porque no sólo se desarrollan procesos políticos, sino también
de tipo económico, social o cultural. Pero lo cierto es que este planteamiento
permite advertir la complejidad que pueden llegar a tener las interrelaciones
en el interior de los partidos. Así por ejemplo, en el enfoque multinivel se
habla de los espacios en los que se mueven los actores político-partidistas
como si estuvieran delimitados con claridad y no se asume con suficiencia que
un actor puede estar actuando y tratando de influir en varios ámbitos, esto
derivado de que conviven diferentes tipos de territorios. Puede decirse que es
posible “experimentar varios territorios a la vez” y que “toda relación social
implica una interacción territorial, un entrecruzamiento de territorios
diferentes”.36
No atender este entretejimiento ha llevado a la elaboración de estudios
ciertamente valiosos, pero que reflejan muy poco (o nada) el ámbito informal
y por eso mismo no dan cuenta de las relaciones políticas, de las

35
Rogério Haesbaert, El mito de la desterritorialización: del “fin de los territorios” a la multiterritorialidad,
Siglo XXI, México, 2011, pp. 282.
36
Ibid., p. 285.

31
negociaciones, de todo aquello que ocurre en la práctica política “real” y que
no es posible aprehender con encuestas, obviamente estandarizadas, o con la
consideración de elementos normativos.
Pueden mencionarse los esfuerzos realizados por Lori Thorlakson,
quien ha hecho aportaciones importantes en torno al concepto de integración
vertical en los partidos, cuya definición tiene que ver con los vínculos
organizacionales, la cooperación y la interdependencia de doble sentido entre
los niveles estatal y federal.37 Este autor se ha propuesto avanzar en la
operacionalización de dicho concepto y ha planteado la consideración de tres
dimensiones: la integración legal de la organización; la naturaleza y grado de
cooperación y coordinación entre niveles del partido, y la compartición de
identidad, valores y metas.
Para medir el grado de integración vertical en sistemas multinivel,
Thorlakson recurre a encuestas realizadas en línea a presidentes y secretarios
generales de partidos locales en ocho países: Canadá, Estados Unidos,
Alemania, Austria, Suiza, España, Reino Unido y Australia. Se trata de un
gran esfuerzo que sin embargo se ve limitado al estar sujeto a la posibilidad de
que los líderes sigan más un discurso que permitirse proporcionar información
real del ejercicio político. Además de lo anterior, la parte formal es la que
mejor se muestra en el cuestionario que se aplica.38
En el estudio se consideran los estatutos partidarios, y en lo que
corresponde al grado de coordinación se pregunta desde si la organización
estatal toma parte en la selección de candidatos para elecciones locales o en el
mantenimiento de un sitio web, hasta si la organización nacional presta
servicios a la local como el suministro de encuestas o la realización de

37
Lori Thorlakson, “Measuring vertical integration in parties with multi-level systems data”, en Party
Politics, vol. 19, núm. 5, Sage, Londres, septiembre de 2013, p. 716.
38
Ibid., pp. 727-732.

32
seminarios. Lo que aquí se plantea es atender otra parte que se encuentra
ausente, la informal, la que no puede hacerse pública tan fácilmente, la que
difícilmente puede ser expresada por quienes ostentan un alto cargo partidario.
Esa otra parte requiere considerar no sólo al representante del grupo
predominante, sino también la posición de los grupos que se le enfrentan y, lo
que es más, las ganancias (cargos) que éstos obtienen luego de perder una
nominación relevante.
Una cosa más que cabe añadir es que la influencia política puede ocurrir
sin que se ostente formalmente un cargo o se permanezca en algún espacio: no
es estrictamente necesario tener una presencia física permanente para poder
participar dentro de un territorio:

La multiterritorialidad (o multiterritorialización, si quisiéramos señalarla de


forma más coherente en tanto acción o proceso) implica, así, la posibilidad de
acceder a diversos territorios o conectarse con ellos, lo que se puede lograr
tanto a través de una “movilidad concreta”, en el sentido de un
desplazamiento físico, como de modo “virtual”, en el término de accionar
diferentes territorialidades aun sin un desplazamiento físico, como en las
nuevas experiencias espacio-temporales proporcionadas a través del
ciberespacio.39

De manera que una mejor comprensión de los partidos pasa por una
concepción de ellos como organizaciones multiterritoriales, esto es, que se
desempeñan y organizan dentro de un espacio político, en el que buscan
influir y a su vez son influenciados, conformado por territorios superpuestos
que poseen, desde luego, diversas características y actores. Dicha concepción
permite tomar en cuenta dos variables fundamentales: “las relaciones internas
de autoridad y las relaciones externas del partido, o el propósito deliberado de
controlar su ambiente”; se trata, como establece Espinoza, de una “dualidad

39
Rogério Haesbaert, op. cit., p. 284.

33
inevitable en el estudio de los partidos políticos, esto es, los partidos existen
en sí y por sí, pero sólo pueden realizar sus objetivos de gobierno en
interacción con el medio”.40

1.4 Tipos de territorios políticos

Para poder avanzar en la investigación es necesario determinar cuáles


territorios serán examinados dentro de las múltiples posibilidades. A
continuación se destacarán tres tipos de territorios, a los que se identificará
como preponderantes, sobrepuestos y partidarios. Pero hay que advertir que el
panorama se puede complejizar tanto como se quiera. Puede hablarse de
territorios sindicales, universitarios, judiciales o empresariales, producto de la
división que esas organizaciones o instituciones hacen del espacio en el que
tienen algún tipo de influencia. Sus actores también pueden pisar terreno
partidario; la fuerza con que lo hagan dependerá del control o presencia con
que cuenten en sus propios territorios y de la capacidad que tengan para
trasladar ese poder a otros espacios como el partidario.41
Los territorios básicos o preponderantes son el país, los estados y los
municipios, ciertamente delimitados, pero con áreas de contacto entre ellos. El
municipio es parte del territorio del estado y a su vez del país, del mismo
modo que el estado forma parte del llamado territorio nacional pero es

40
Ricardo Espinoza Toledo, “La dualidad fundamental en el estudio de los partidos políticos”, en Víctor
Alarcón Olguín (coord.), Metodologías para el análisis político: enfoques, procesos e instituciones, Plaza y
Valdés, UAM Iztapalapa, México, 2006, p. 366.
41
Cada institución u organización no sólo tiene una dinámica propia, sino que divide el espacio en el que
tiene presencia de acuerdo con sus características e intereses y da forma con ello a su particular asignación de
espacios en los que sus representantes tendrán oportunidad de incidir. Para ilustrar lo anterior puede citarse el
caso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ligado fuertemente en varios momentos
al PRI. Esta organización divide el territorio nacional en 61 secciones, con criterios que no responden
necesariamente a variables demográficas o a la división política del país. Así, divide al Distrito Federal en seis
secciones (artículo 35 de sus estatutos), mientras que el estado de México, la entidad más poblada del país,
sólo tiene dos, en tanto que en Coahuila se asientan tres. En el resto de las entidades sólo existen una o dos
secciones.

34
también territorio municipal, de manera que ocurren entrecruzamientos, como
se trata de ilustrar en el siguiente esquema.

Esquema 1.1
Territorios preponderantes

Fuente: elaboración propia.

Lo que se busca mostrar es que, por ejemplo, un gobernador tiene


injerencia en los tres territorios mencionados, desde luego en el territorio
estatal, pero también en los territorios municipales –que aunque en conjunto
conforman el estado, por separado implican una concepción diferente– y en el
territorio nacional.
Con base en los territorios preponderantes se conforman territorios de
naturaleza distinta que también son disputados. Es el caso de los territorios
sobrepuestos, que tienen que ver con la liza electoral. El mejor ejemplo lo
constituye la elección de senadores. Aunque se trata del mismo espacio, el
estatal, responde a dinámicas diferentes la elección de un gobernador y la de
un senador.
Esta clasificación incluye los distritos federales y los locales electorales.
El distrito federal electoral tiene contacto con parte del país, parte del estado y
35
algunos municipios, por lo que quien lo domine tendrá influencia en esos
espacios, incluso podría injerir en los distritos locales que se incluyan dentro
de su territorio. Los distritos locales, a su vez, por su conformación, permiten
a los actores, en caso de triunfar en ellos, influir en los espacios sobre los
cuales se superponen, esto es, en parte del territorio estatal, en territorios
municipales e incluso en parte del territorio nacional, aunque, si se quiere, en
menor medida que sobre el estatal. El esquema siguiente intenta ilustrar los
territorios sobrepuestos.

Esquema 1.2
Territorios sobrepuestos

Fuente: elaboración propia.

Los territorios preponderantes tienen una autoridad o actor principal: el


presidente de la República, el gobernador y el alcalde, respectivamente, de
carácter ejecutivo. En tanto que los territorios sobrepuestos se disputan para
obtener el cargo de diputado federal o diputado local e integrar así un órgano
colegiado que decidirá sobre aspectos legislativos.

36
Con la intención de ganar dichas posiciones, los partidos se hacen
presentes en esos territorios construyendo estructuras, es decir, organismos,
redes o asociaciones con el fin de organizarse y así poder cumplir con sus
funciones y metas. No es que los integrantes del partido simplemente se
instalen en el territorio preponderante o sobrepuesto, sino que son parte de un
territorio partidario a partir del cual pretenden controlar los otros territorios.
Esta distinción es sustancial porque permite dar orden a los procesos políticos
que se desenvuelven en un espacio determinado. Es decir, un determinado
proceso político se compone de la interacción de diversos territorios, cada uno
de los cuales posee su propia dinámica, producto a su vez de la interacción de
actores e instancias que se reparten a su manera el espacio en el que
desarrollan acciones en común; son estas dinámicas las que en conjunto
definen las cualidades del proceso político.
Así los partidos van construyendo su propio territorio, para con base en
él influir en los demás. En el caso del PRI a esto responde que cuente con
órganos ejecutivos: el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), los comités
directivo estatales (CDE) y los comités directivos municipales (CDM), así
como con órganos colegiados, como son los consejos políticos nacional y los
estatales.

37
Esquema 1.3
Territorio partidario

Fuente: elaboración propia.

El poder de un actor político depende de la cantidad y el tipo de


territorios en los que es capaz de influir y de la fuerza con que puede hacerlo
en cada uno de ellos. Ahora bien, la influencia que se puede ejercer sobre
otros territorios depende de las características del cargo que se ostenta, que
implica un dominio relevante sobre un territorio desde donde se busca
incrementar la influencia en otros. Convertirse en autoridad de territorios
preponderantes permite una influencia más intensiva que extensiva, siendo lo
contrario en el caso de los territorios sobrepuestos, en donde existen mayores
posibilidades de ampliar el espacio en el que se influye.
No significa, por ejemplo, que un gobernador no pueda extender su
influencia hacia otros estados o a nivel nacional, sino que el cargo propicia
una injerencia con mayor intensidad dentro del territorio al cual se encuentra
constreñida o acotada su autoridad. En el caso de un diputado, por otro lado,
su autoridad más que concentrarse o ser intensiva dentro del distrito del cual

38
proviene le permite influir de manera natural en todo su estado e incluso a
nivel nacional, aunque de manera difuminada.
Si esto es así, la influencia intensiva que le es concedida a quien ocupa
el cargo de gobernador explica que esta figura se constituya en clave en el
momento de tomar decisiones tales como la selección de candidatos dentro de
su partido en la entidad que gobierna. En un contexto diferente, cuando un
partido no controla este puesto, son los cargos que dotan de influencia
extensiva (diputados o senadores) los que adquieren relevancia y compiten
contra otros poseedores de influencia dada por autoridad sobre territorios
preponderantes, como es el caso de los presidentes municipales, con una
injerencia intensiva, por eso mismo generalmente circunscrita a un territorio
determinado.

1.5 Una perspectiva distinta

Para el caso concreto de México, que es el principal interés de la presente


investigación, la perspectiva planteada proporciona una nueva vía a explorar
sobre el funcionamiento del PRI. El sistema de partidos mexicano pasó
paulatinamente de distinguirse por un partido hegemónico a definirse como un
“pluralismo moderado y excluyente”.42 Una de las consecuencias
trascendentales de este proceso fue que el PRI dejó de tener en el presidente

42
“Moderado porque un muy alto porcentaje de los votos se concentra en tres fuerzas políticas; excluyente
porque son estas mismas fuerzas políticas las que, al cubrir el grueso del espectro político, fijan las reglas para
que dicha situación no se altere. Pluralismo excluyente porque se trata de un cuadro en el que, sin estar
negadas las posibilidades formales de constitución de nuevas opciones políticas, en la práctica no lo permite
la lógica de la competencia ni la voluntad del electorado”. Ricardo Espinoza Toledo y Yolanda Meyenberg
Leycegui, “Un intento fallido de reconfiguración del sistema de partidos en México”, en Yolanda Meyenberg
Leycegui (coord.), El dos de julio: reflexiones posteriores, Flacso, IIS-UNAM, UAM Iztapalapa, México,
2001, p. 361.

39
de la República a su “árbitro supremo”;43 en otras palabras, la llegada a la
presidencia de un candidato panista le significó al partido la pérdida de la
figura que centralizaba la toma de decisiones y arbitraba los conflictos en su
interior.
En general se admite que era el presidente del país quien se encontraba
arriba de la pirámide del poder en México, desde donde influía en casi todos
los ámbitos, incluido desde luego el interior de su partido, el PRI.44 Se ha
propuesto incluso la utilización del término “superpresidencialismo”45 –
retomando la expresión acuñada por Arnaldo Córdova de
“superpresidencia”46– para el caso mexicano a fin de evitar ambigüedad, para
marcar diferencia respecto de la concepción comúnmente aceptada de
presidencialismo.
Hasta la fecha continúa discutiéndose sobre los elementos que dotan de
fuerza a la institución presidencial mexicana. Es recurrente la mención de la
noción de facultades “metaconstitucionales” propuesta por Jorge Carpizo: “El
hecho de ser el jefe real del PRI, otorga al presidente una serie de facultades
situadas más allá del marco constitucional, como son (…) la designación de su
sucesor, el nombramiento de los gobernadores, los senadores, de la mayoría de
los diputados, de los principales presidentes municipales”.47 Pero dicha
propuesta no ha resuelto el debate.

43
Rosa María Mirón Lince, “El PRI y el sistema de partidos en México”, en Jacqueline Peschard (coord.), 2
de julio: reflexiones y perspectivas, FCPyS-UNAM, México, 2007, p. 213.
44
Vincent Padgett, The mexican political system, Houghton Mifflin, Boston, 2a. ed., 1976, p. 184.
45
Ricardo Espinoza Toledo, “Superpresidencialismo y régimen presidencial en México”, en Mauricio Merino
(coord.), La ciencia política en México, FCE, México, 1999, pp. 56-74.
46
Arnaldo Córdova, La nación y la Constitución: la lucha por la democracia en México, Claves
Latinoamericanas, México, 1989, pp. 395-396.
47
Jorge Carpizo, El presidencialismo mexicano, Siglo XXI, México, 1986, p. 191. Como explica Hernández,
“la designación de puestos era también una muestra más del poder compartido entre los ámbitos local y
federal y el reconocimiento de los límites y las funciones políticas. A Adolfo Ruiz Cortines se le ha atribuido
la idea sobre el reparto de puestos entre gobernadores y presidente, según la cual a los primeros les
correspondían las diputaciones locales y al presidente los diputados federales y los senadores, además de los
mismos mandatarios, y los ayuntamientos ‘al pueblo’. Más allá de la formal participación del pueblo, que

40
Una forma de dar orden a la discusión es considerando el planteamiento
de Scott Mainwaring y Matthew Shugart, para quienes la fuerza de los
presidencialismos proviene de dos categorías: los poderes constitucionales y
los partidistas.48 En ese marco, Espinoza considera que el presidente cuenta
con “facultades constitucionales excesivas”.49 Lorenzo Córdova asegura que el
Constituyente de 1917 nunca dudó en establecer las facultades necesarias en
favor del Poder Ejecutivo para que éste pudiera gobernar con eficacia.50
En contraposición, para Miguel Lanz, si se revisan los textos
constitucionales de 1857 y 1917, se puede observar la “supremacía” otorgada
al Poder Legislativo federal, en tanto que “por medio de las facultades que le
han sido expresamente concedidas, tiene y puede ejercer con toda amplitud un
verdadero control sobre los otros dos poderes establecidos, el Ejecutivo y el
Judicial”.51 Por su parte, Rogelio Hernández agrega un elemento más y
considera que “el poder excesivo de la presidencia no tuvo ningún sustento en
la Constitución, sino que dependió por completo de la falta de competencia

como se verá casi nunca fue cierta, era claro que había una separación de atribuciones entre los responsables
de la política local y la federal. Las Cámaras eran integradas bajo la influencia directa de aquel a quien
servirían en su gobierno”. Rogelio Hernández, El centro dividido: la nueva autonomía de los gobernadores,
El Colegio de México, México, 2008, pp. 41 y 42. A partir del 2000 dicha distribución de atribuciones se
alteró indudablemente; véase Pablo Trejo Romo, “El presidencialismo mexicano, antes y después de la
alternancia política del año 2000”, en Francisco Reveles Vázquez (coord.), El nuevo sistema político
mexicano: los Poderes de la Unión, FCPyS-UNAM, Gernika, México, 2006, pp. 91-100.
48
Matthew Soberg Shugart y Scott Mainwaring, “Presidencialismo y democracia en América Latina: revisión
de los términos del debate”, en Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart (comps.), Presidencialismo y
democracia en América Latina, Paidós, Buenos Aires, 2002, p. 20.
49
Ricardo Espinoza Toledo, “Superpresidencialismo…”, op. cit., p. 66.
50
“En el Constituyente de 1916-1917 la concepción del presidente desde la atalaya de la gobernabilidad
estuvo siempre presente. El jefe del Ejecutivo resultó en los hechos la pieza clave del sistema político
mexicano ya que, además de las facultades que se le confieren en el artículo 89 de la resultante Constitución
–que de por sí son bastante amplias-, se le encomiendan el reparto agrario (en el artículo 27) y el arbitrio de
las controversias laborales, convirtiéndolo así en un verdadero componedor de las diferencias sociales. En
efecto, además de las ya clásicas disposiciones que permiten a la cabeza del Ejecutivo gobernar
cómodamente: el veto suspensivo de las leyes (artículo 72), el Congreso bicameral (artículo 50) y un solo
periodo de sesiones del Congreso que limita su actividad ordinaria a cuatro meses (artículo 65), entre otros, al
presidente le fueron atribuidas una serie de facultades que ampliaban considerablemente su campo de acción”.
Lorenzo Córdova Vianello, “El sistema presidencial en México: orígenes y razones”, en Lorenzo Córdova et
al., Ensayos sobre presidencialismo mexicano, Aldus, México, 1994, p. 63.
51
Miguel Lanz Duret, Derecho constitucional mexicano. Consideraciones sobre la realidad política de
nuestro régimen, Compañía Editorial Continental, México, 1982, p. 111.

41
electoral”.52 Argumenta que constitucionalmente hablando existe un
presidencialismo débil, pues el Congreso posee amplias facultades mientras
que el Ejecutivo se encuentra sin recursos constitucionales. El autor plantea
que ese diseño no se ha modificado incluso después de la alternancia y
considera que si el Ejecutivo fue predominante durante la hegemonía del PRI
“se debió íntegramente a la ausencia de competencia partidaria, lo que le
aseguraba a ese partido el control no sólo de la presidencia sino también del
Congreso federal, la totalidad de los gobiernos y congresos estatales e incluso
de las presidencias municipales”.53
Una posición más que puede considerarse es la de María Amparo Casar,
quien argumenta que si bien la Constitución establece centros de poder
independientes, concebidos como instituciones que al mismo tiempo que
compartían el poder y las tareas de gobierno podían “contrabalancearse”
debido a la independencia de su origen constitutivo y a haber sido dotados de
los medios necesarios para desarrollar sus funciones, el Poder Ejecutivo logró
penetrar estas instituciones y limitar su actuar autónomo y sus posibilidades de
contrabalancear el poder del presidente. Para Casar, esa ausencia de centros de
poder capaces de contrabalancear al Ejecutivo es lo que define al
“hiperpresidencialismo” mexicano.54

52
Rogelio Hernández, “Un sistema sin equilibrio: presidencialismo y partidos en México”, en Gustavo Vega
Cánovas (coord.), México: los retos ante el futuro, El Colegio de México, Fundación Konrad Adenauer,
México, 2007, p. 249.
53
Idem.
54
María Amparo Casar, “Las bases político-institucionales del poder presidencial en México”, en Política y
Gobierno, vol. III, núm. 1, CIDE, México, primer semestre de 1996, pp. 61-92. Benito Nacif da cuenta en un
breve espacio de autores y estudios que dan fundamento a la posición que argumenta que el origen del
presidencialismo no se encuentra en la Constitución, sino en factores extraconstitucionales: “los estudios
comparados de los poderes constitucionales de la presidencia demuestran que la Constitución mexicana es
una de las menos presidencialistas de América Latina (Shugart y Carey, 1992; Mainwaring y Shugart, 1997;
Haggard y McCubbins, 2001). Los instrumentos constitucionales a disposición del presidente mexicano para
influir en el Congreso son bastante limitados en comparación con otros regímenes presidenciales. Haggard y
McCubbins (2001) construyeron una escala para medir los poderes de los ejecutivos en los regímenes
presidenciales que se basa en cuatro indicadores: el veto en paquete, el veto parcial, el poder de decreto y la
facultad exclusiva de iniciativa. El valor máximo que un ejecutivo puede tener es ocho y el mínimo cero. El

42
Lo que interesa para los fines de la presente investigación es advertir la
importancia que tenía el partido oficial para el presidente, lo que explica el
empeño de los ejecutivos federales en turno por desempeñarse como el jefe
real del PRI e intentar ser determinantes en la toma de decisiones en su
interior, decisiones que formalmente no le competían. Se rescata esta
relevancia del partido particularmente de autores como Jeffrey Weldon,
Mainwaring y Shugart.
Weldon concluyó que las raíces del poder que por décadas detentó el
presidente se encontraban en el partido hegemónico: “el gran poder del
presidente mexicano no se debe a los poderes constitucionales de la
Presidencia sino más bien a la extraordinaria centralización de la toma de
decisiones dentro del partido”.55 Mainwaring y Shugart se pronuncian en el
mismo sentido:

La relación entre las estipulaciones constitucionales y los poderes


presidenciales reales depende de la naturaleza de los partidos y del sistema
partidario. En México, por ejemplo, el presidente tiene una autoridad
constitucional relativamente limitada. Pero dado su control sobre el PRI y los
representantes legislativos predominantemente priistas, el presidente tiene
grandes poderes de facto y la legislatura ratifica virtualmente todas las
iniciativas presidenciales.56

país en el que el presidente acumula más poderes es Argentina. Los países en los que las presidencias tienen
el menor número de instrumentos constitucionales para influir en el proceso legislativo son Nicaragua,
Paraguay y Venezuela. La presidencia mexicana alcanza un valor de uno en la escala y se encuentra entre las
seis menos facultadas de los 23 países que incluye la muestra (Haggard y McCubbins, 2001, cuadro 3.2)”.
Benito Nacif, “Las relaciones entre los poderes ejecutivo y legislativo tras el fin del presidencialismo en
México”, en Política y Gobierno, vol. XI, núm. 1, CIDE, México, primer semestre de 2004, p. 12.
55
Jeffrey Weldon, “Las fuentes políticas del presidencialismo en México”, en Scott Mainwaring y Matthew
Soberg Shugart (comps.), Presidencialismo y democracia en América Latina, Paidós, Buenos Aires, 2002, p.
206.
56
Scott Mainwaring y Matthew Soberg Shugart, “Juan J. Linz: presidencialismo y democracia. Una revisión
crítica”, en Desarrollo Económico, vol. 34, núm. 135, IDES, Buenos Aires, octubre-diciembre de 1994, p.
409.

43
Bajo este esquema, cuando prevaleció un sistema de partido
hegemónico, el papel de la dirigencia nacional del partido no era más que
testimonial, formal, pues el control sobre el PRI en realidad era ejercido desde
el exterior, por el presidente de la República: “en el PRI el centro dominó al
resto de los niveles de dirección y participación. El problema es que dicho
centro se ubicó fuera del partido”.57 Esto llevaría a considerar, por lo menos en
principio, como limitada la capacidad del CEN para controlar al partido. “El
presidencialismo impidió la construcción de ámbitos separados y
diferenciados, propios de un partido gobernante y de masas; y mucho menos
promovió la creación de un liderazgo ‘bicéfalo’ entre los miembros que
ocupan cargos públicos (Public Office Party) y el aparato del partido (Central
Office Party)”, como advierte Vargas González.58
Con todo, hay un aspecto que no se comparte: la descripción que
subyace en dichos planteamientos del presidente como un ente omnipotente,
capaz de controlar o de centralizar a plenitud.
Lo cierto es que con la alternancia en 2000 el escenario cambió.
Adquirió fuerza la idea de que el poder dejaba de estar concentrado y que
ahora se compartía.59 En ese contexto fueron los gobernadores los que

57
Francisco Reveles Vázquez, “PRI: crisis y refundación”, en Francisco Reveles Vázquez (coord.), Partido
Revolucionario Institucional: crisis y refundación, FCPyS-UNAM, Gernika, México, 2003, p. 21. “En los
partidos políticos a menudo ocurre que los órganos de dirección no son los espacios reales de toma de
decisiones. Hay liderazgos o corrientes sumamente fuertes que superan en influencia a los dirigentes
formales; esto ocurría acentuadamente en el PRI”. Francisco Reveles Vázquez, “La estructura de un partido
corporativo en transformación”, en Francisco Reveles Vázquez (coord.), Partido Revolucionario
Institucional: crisis y refundación, FCPyS-UNAM, Gernika, México, 2003, p. 53.
58
Pablo Vargas González, “¿Crisis o refundación de los partidos políticos en México en la etapa
postalternante, 2000-2002?”, en Víctor Alejandro Espinoza Valle y Luis Miguel Rionda Ramírez (coords.),
Después de la alternancia: elecciones y nueva competitividad, UAM Azcapotzalco, Universidad de
Guanajuato, Somee, Eón, México, 2005, pp. 81-82.
59
Mientras en 1989 Meyer y Reyna veían un sistema político marcado por su “carácter centralizador y
presidencialista”, en 2007 Reynoso escribía que “el poder político, lejos de estar concentrado en el ejecutivo
federal, está hoy compartido por los otros poderes, por los 32 ejecutivos estatales, y por más de dos mil
ayuntamientos”. Lorenzo Meyer y José Luis Reyna, “México. El sistema y sus partidos: entre el autoritarismo
y la democracia”, en Lorenzo Meyer y José Luis Reyna (coords.), Los sistemas políticos en América Latina,
Siglo XXI, Universidad de las Naciones Unidas, México, 1989, p. 307. Víctor Reynoso, “Dos paradojas, el

44
parecieron adquirir mayor relevancia, un mayor protagonismo en la vida
política; algunos autores argumentan que han sido quienes han venido
ocupando los espacios de poder más importantes en el interior del PRI en
sustitución del presidente. “Descartada la Presidencia de la República, el cargo
más poderoso es sin lugar a dudas el de gobernador que reproduce en cada
estado el control vertical que antes tuviera el primer mandatario”, escribe
Rogelio Hernández.60 Por su parte, Mirón Lince anota respecto de los
gobernadores: “son ellos los personajes que concentran el poder real y ejercen
el liderazgo innegable de los priistas. Al faltar el presidente y ante la carencia
de un liderazgo sólido, son ellos los que ocupan los espacios de poder”.61
Puede citarse el caso de Roberto Madrazo, ex gobernador de Tabasco,
quien se convirtió en presidente del partido primero y después en su candidato
para la elección presidencial de 2006.62 Después Humberto Moreira pasó de
gobernar Coahuila a presidir el partido,63 en tanto que Enrique Peña Nieto dejó
la gubernatura del estado de México y se convirtió en presidente de la
República en 2012; uno de sus colaboradores más cercanos es Miguel Ángel
Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo, ex secretario de Organización del
CEN y, una vez ganada la elección presidencial, secretario de Gobernación.

sistema de partidos y una solución”, en Jacqueline Peschard (coord.), 2 de julio: reflexiones y perspectivas,
FCPyS-UNAM, México, 2007, p. 191.
60
Rogelio Hernández Rodríguez, “Los grupos políticos en el PRI. Regulación y competencia interna”, en
Francisco Reveles Vázquez (coord.), Los partidos políticos en México: ¿crisis, adaptación o
transformación?, UNAM, Gernika, México, 2005, pp. 270-271.
61
Rosa María Mirón Lince, op. cit., p. 226.
62
El caso en particular ha sido revisado por Francisco Reveles Vázquez, “Búsqueda y encuentro de un
liderazgo local: el gobernador Roberto Madrazo y el PRI de Tabasco”, en Revista Mexicana de Ciencias
Políticas y Sociales, vol. 44, núm. 179, FCPyS-UNAM, México, mayo-agosto de 2000, pp. 173-212, y
Rogelio Hernández Rodríguez, “Una competencia sin reglas: la candidatura presidencial de Roberto
Madrazo”, en Política y Gobierno, volumen temático Elecciones en México, editado por Allyson Benton,
CIDE, México, 2009, pp. 15-49.
63
Renunció a la dirigencia nacional el 2 de diciembre de 2011 debido al escándalo que se suscitó al conocerse
que durante su gestión la deuda de Coahuila pasó de 184 millones a 35 mil 457 millones de pesos y que para
obtener los créditos se falsificaron documentos. Véase Reforma, 3 de diciembre de 2011.

45
Algunos autores han hablado de un proceso de descentralización
política, es decir, que se ha venido desarrollando un “traslado de atribuciones
o capacidades desde el nivel nacional hacia los niveles subnacionales”.64 Juan
Reyes del Campillo, por ejemplo, advierte sobre un proceso que ha
desarticulado la hegemonía del PRI y la tradicional forma de hacer política,
después de que “el sistema político mexicano vivió bajo la centralización y
supremacía del presidencialismo”.65 De modo que la descentralización ocurrió
en el ámbito institucional, por ejemplo con la creación del Instituto Federal
Electoral (IFE) –luego Instituto Nacional Electoral (INE)–, o el otorgamiento
de la autonomía al Banco de México. También el sistema de partidos se habría
descentralizado, al pasar de un tipo hegemónico a un pluralismo moderado,
hecho que produjo que en algunas entidades el poder local quedara fuera del
control del aparato oficial.66
En todo caso debe considerarse aquí la definición de descentralización
política-partidaria de Joy Langston, basada en Samuels:67 “por
descentralización política entendemos que por lo menos algunos de los
recursos de importancia para los políticos ambiciosos están en manos de
64
Marcelo Leiras, “Los procesos de descentralización y la nacionalización de los sistemas de partidos en
América Latina”, en Política y Gobierno, vol. XVII, núm. 2, CIDE, México, segundo semestre de 2010, p.
210.
65
Juan Reyes del Campillo, “Descentralización política y tensiones del sistema de partidos en México”, en
Juan Reyes del Campillo (coord.), Cultura política y elecciones locales, Eón, UAM Xochimilco, México,
2011, p. 9.
66
“La descentralización política, en términos estrictos, inició con la conquista de la alternancia en algunas
entidades –12 para ser exactos– antes del relevo panista en el Poder Ejecutivo del año 2000. Al conquistar la
oposición política estos espacios, el poder local quedó fuera del control del aparato oficial, y en tanto se
desarticulaba el viejo sistema hegemónico, el sistema partidario como un todo empezó a perder
nacionalización. Medido en términos de dispersión o de concentración, el nuevo sistema resulta ser hoy más
heterogéneo que antes”. Ibid., p. 14. Méndez de Hoyos analiza la competitividad electoral y observa que
“México transitó en un periodo de veinte años de un sistema de competencia partidista limitada desde el
poder, elecciones poco transparentes y equitativas y un sistema de partido hegemónico, a un sistema con
elecciones justas y libres, un sistema de partidos plural y elecciones competitivas”. Irma Méndez de Hoyos,
“De la hegemonía a la competitividad electoral: la transición democrática en México, 1979-2003”, en Revista
Española de Ciencia Política, núm. 9, Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración
(AECPA), Madrid, octubre de 2003, p. 133.
67
David Samuels, Ambition, federalism, and legislative politics in Brazil, Cambridge University, Cambridge,
2003.

46
actores subnacionales, y no en las de la organización nacional del partido.
Esos recursos incluyen: control de las nominaciones, financiamiento de las
campañas y puestos en el futuro”.68
En algún sentido ocurre lo anterior, pero por otro lado también debe
advertirse que se trata de un proceso que se habría ido desarrollando desde la
periferia hacia el centro, desde el nivel municipal al estatal y, finalmente,
hasta la alternancia en la Presidencia.69 Esto es, en un sentido opuesto al
comúnmente referido que va del centro hacia la periferia.
En el caso específico del PRI lo que también puede observarse es una
adaptación funcional:

Después de la derrota presidencial de 2000 se opera una “adaptación


funcional” del PRI, una suerte de reinvención de sus relaciones internas de
autoridad, en las que el tradicional “enlace vertical” va siendo remplazado por
“enlaces horizontales”: las relaciones de los dirigentes ya no se establecen
con el presidente de la República (por ser de otro partido) sino entre ellos,
proceso en el cual los gobernadores empiezan a jugar un papel determinante.
Probablemente esta organización también esté transitando hacia un partido
descentralizado (en torno a sus gobernadores) […] la recomposición del PRI,
posterior a la derrota presidencial, se está dando bajo la forma de una
federación de grupos y sectores, en vías de descentralización y con enlaces
horizontales.70
68
Joy Langston, “La competencia electoral y la descentralización partidista en México”, en Revista Mexicana
de Sociología, vol. 70, núm. 3, IIS-UNAM, México, julio-septiembre de 2008, p. 458.
69
El primer municipio ganado por la oposición fue Quiroga, Michoacán, en donde un panista, Manuel Torres
Serranía, triunfó en la elección en 1946. Pasaron 43 años para que un partido de oposición ganara la primera
gubernatura –el panista Ernesto Ruffo Appel asumió el gobierno de Baja California el 1 de noviembre de
1989– y 54 para que triunfara en una elección presidencial. Véase Alonso Lujambio, El poder compartido: un
ensayo sobre la democratización mexicana, Océano, México, 2000; David Shirk, Mexico’s new politics: the
PAN and democratic change, Lynne Rienner, Colorado, 2005, y Diego Reynoso, “Competición electoral y
deshegemonización en los estados mexicanos”, en Víctor Alejandro Espinoza Valle y Luis Miguel Rionda
Ramírez (coords.), Después de la alternancia: elecciones y nueva competitividad, UAM Azcapotzalco,
Universidad de Guanajuato, Somee, Eón, México, 2005, pp.165-195. Cabe citar una de las observaciones que
se hace en este último texto (p. 189): “México constituye un caso de democratización en la que, lejos de
retirarse de la contienda, el otrora partido hegemónico compite con los partidos de la oposición democrática
dirimiendo la disputa por el gobierno a través de elecciones”.
70
Ricardo Espinoza Toledo, “El PRI. Relaciones internas de autoridad y falta de cohesión de la coalición
dirigente”, en Rosa María Mirón Lince y Ricardo Espinoza Toledo (coords.), Partidos políticos: nuevos
liderazgos y relaciones internas de autoridad, UAM, UNAM, AMEP, México, 2004, pp. 87-88. “Se llama
enlace vertical al que une a dos organismos subordinados uno a otro (…) Se considera horizontal, por lo

47
Regresando al asunto de los gobernadores y el PRI, debe decirse que si
bien los ejecutivos estatales parecen ganar fuerza y en primera instancia lucen
beneficiados en el reparto de facultades al interior del partido, falta considerar
el papel de órganos como el CEN, que podría pretender, y de hecho lo logra,
centralizar determinadas decisiones, como la selección de candidatos de
representación proporcional, tanto al Senado como a la Cámara de Diputados,
la distribución del financiamiento otorgado al partido por el INE, para
actividades electorales, así como el control de la estrategia electoral, que
favorece la difusión de la imagen del candidato presidencial a cambio de una
casi nula presencia en medios de candidatos a legisladores.71
Tampoco debe perderse de vista que no todos los gobernadores son
priistas: en 11 entidades los ejecutivos estatales pertenecen a partidos
opositores al PRI.72 En los estados en donde ocurre esta situación
necesariamente son otros los actores que influyen en las decisiones del PRI en
el ámbito estatal, como puede ser el caso de la dirigencia nacional o las
estatales.
El papel relevante de los gobernadores es incuestionable, pero el hecho
de que sean los actores con más visibilidad y los que en algunos casos parecen

contrario, un enlace entre dos organismos colocados en el mismo nivel”. Maurice Duverger, Los partidos
políticos, FCE, México, 1984, 9a. reimp., pp. 77-78.
71
Siguiendo a Peter Mair, cuando los partidos deciden cambiar para responder al mercado electoral, una de
las opciones es la descentralización, “moviendo la toma de decisiones del partido más cerca de los seguidores
sobre el terreno”, o la centralización, “basando las decisiones del partido más en la experiencia profesional,
por ejemplo, en encuestadores, expertos en medios, etcétera, y, por lo tanto, nacionalizando la estrategia
electoral”; este último modelo parece ser por el que ha optado el PRI. Peter Mair et al., “Introduction:
electoral challenges and party responses”, en Peter Mair et al., Political parties and electoral change: party
responses to electoral markets, Sage, Londres, 2004, p. 11.
72
Tras la elección de julio de 2012, el PRI gobierna en 21 estados (el 65.6% del total). Las entidades en las
que el gobernador no es priista son: Baja California, Baja California Sur, Distrito Federal, Guanajuato,
Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Sonora y Tabasco.

48
haber ganado más espacios dentro del partido73 no significa que sean los
únicos. El panorama, como podrá advertirse, empieza a complejizarse.
El CEN y su probable papel testimonial de antaño no necesariamente
tendría que mantenerse tras la alternancia en la Presidencia. Como escribe
Langston:

Lo que era un partido fuertemente centralizado, cuya autoridad descansaba en


la figura del presidente, ha sido transformado –gracias a las luchas intra e
interpartidistas de los noventa y de los últimos años fuera del poder– en un
partido con dos bases de autoridad: los gobernadores priistas y los líderes del
Comité Ejecutivo Nacional (y a veces los líderes parlamentarios). Es un
partido con fuerte liderazgo cuyas bases están en los estados.74

Para la autora, la dirigencia nacional cumple ya funciones significativas:


“el CEN hace el trabajo que no puede hacer ningún gobernador; es la cara
pública del PRI y uno de sus trabajos más importantes es pelear y negociar
con el presidente de la República, panista desde el 2000. A ningún gobernador
le conviene subir al ring con el presidente, y la Conago no es apta para esa
actividad”.75
Resta saber lo que ocurrió con los otros órganos de alcance nacional
priistas, los sectores. Su fuerza, ciertamente, parece haber cedido en favor de
los gobernadores. Mientras que en 1987 y 1989 Pacheco y Reyes del Campillo
daban cuenta del peso de los sectores priistas en el reparto de candidaturas a la
Cámara de Diputados,76 para 2009, 105 de los 237 diputados priistas no

73
“Solamente bajo el esquema de control priista, que imponía la homogeneidad ideológica y política, y que
pasaba por encima de las bondades del esquema legal, los poderes estatales aceptaban no desarrollar sus
facultades y autonomía. Pero conforme el poder ejecutivo federal fue perdiendo recursos, los gobernadores
fueron ampliando los suyos y, sobre todo, ganando espacios de acción”. Rogelio Hernández Rodríguez, El
centro…, op. cit., p. 54.
74
Joy Langston, “PRI: la evolución del dinosaurio”, en Enfoque, suplemento dominical de Reforma, núm.
894, México, 12 de junio de 2011, pp. 4-5.
75
Idem.
76
“En 1979, del total de 300 candidatos, 70 (23.3%) provenían del sector obrero, 48 (16.0%) del sector
campesino y 182 (60.7%) del popular. En 1982, 75 (25.0%) de ellos provenían del sector obrero, 45 (15.0%)

49
podían ligarse a alguna estructura: “el partido continúa siendo de sectores”,
pero ahora “43.46 por ciento no tiene ningún tipo de vínculo ni origen de
alguna de estas organizaciones o grupos”.77
La explicación de este porcentaje probablemente se encuentre en que se
trata de legisladores allegados a los gobernadores. Una revisión a las
trayectorias de los integrantes de la LXI Legislatura mostró que por lo menos
185 respondían a intereses de mandatarios. Enrique Peña Nieto, el ex
gobernador del estado de México, con quien se identificaron 43 diputados,
apareció como el más beneficiado; le siguieron los ex gobernadores Fidel
Herrera, de Veracruz, con quien se relacionaron 16 legisladores; Ulises Ruiz,
de Oaxaca, con 14, y Mario Marín, de Puebla, con 12.78 Pero sería un error
señalar que los sectores han dejado de tener influencia, lo que se requiere es
identificar en dónde ésta se mantiene.
Para dar un poco de orden a lo anterior, a lo que se presenta como una
gran dispersión del poder dentro del partido,79 se considera como una buena

del campesino y 181 (60.0%) del popular. En 1985, el primero lanza a 72 (24.0%) candidatos, el segundo a 47
(15.7%) y el tercero a 181 (60.3%)”. Guadalupe Pacheco Méndez y Juan Reyes del Campillo, "La
distribución de candidaturas a diputados en el PRI (1979-1985)", en Argumentos, núm.2, UAM Xochimilco,
México, octubre-diciembre de 1987, p. 52. Los propios autores escribían dos años después: “existe un patrón
claramente definido de distribución de candidaturas por cuotas sectoriales (…) La diputación del PRI obedece
más a criterios de representación funcional o corporativa, que a criterios de representación demográfica y
territorial, pues la mayor parte de los distritos están asignados de manera fija a la influencia de alguno de los
tres sectores del PRI”, para luego advertir: “al haber más actores sociales que exigen una participación real en
las decisiones políticas, se ha puesto en jaque una estructura que ya cumplió con las funciones que se le
asignaron hace medio siglo, pero que debe adecuarse a las necesidades del México de fin de siglo”.
Guadalupe Pacheco Méndez y Juan Reyes del Campillo, “La estructura sectorial del PRI y las elecciones
federales de diputados 1979-1988”, en Sociológica, vol. 4, núm. 11, UAM Azcapotzalco, México,
septiembre-diciembre de 1989, p. 72. Para datos de 1943 a 1979, en los que se observa que la representación
sectorial no sufre modificaciones importantes, véase Javier López Moreno, Elecciones de ayer y mañana,
Costa-Amic, México, 1987, p. 64.
77
Rita Balderas, “Los efectos de la selección de candidatos a diputados federales del PRI en 2009”, en
Esperanza Palma (coord.), Partidos y elecciones intermedias de 2009: problemas para la construcción de
mecanismos de representación y participación en México, UAM Cuajimalpa, Miguel Ángel Porrúa, México,
2011, p. 72.
78
Enfoque, “Nueva Cámara”, en Enfoque, suplemento dominical de Reforma, núm. 796, 12 de julio de 2009,
pp. 6-7.
79
“En la actualidad se puede apreciar una gran dispersión del poder en ese partido. La presidencia del partido
está obligada a mantener un juego permanente de equilibrio entre diversos grupos y corrientes de opinión, sin
poder establecer una línea de acción consistente, los gobernadores han recuperado una fuerza que recuerda la

50
solución la propuesta de Pacheco, quien observa: “al debilitarse a los sectores,
los cuales habían sido un dique de contención ante los poderes regionales y
locales, éstos últimos paulatinamente empezaron a ganar mayor influencia
informal dentro del partido”.80 Lo anterior propició “la federalización de la
representación política dentro del PRI”,81 es decir, ocurrió “la reactivación del
sistema federal y la reemergencia de los estados como centros de poder frente
al poder Ejecutivo federal”.82
En consecuencia, debe considerarse la existencia de tres “modalidades
organizativas o de agrupamiento político”,83 o, en otras palabras, “polos de
influencia política potencial”84 dentro del PRI: el que se encuentra bajo
influencia de los gobernadores, el que lo está bajo la del CEN y aquél
dominado por los sectores tradicionales del partido. A los anteriores habría
que añadir quizá otro polo, formado en torno a líderes parlamentarios.
Ahora bien, con esta variedad de actores e influencias diversas es
posible advertir el desenvolvimiento de procesos políticos distintos en cada
entidad. En primer lugar, el ámbito nacional se va transformando a un ritmo
desigual a como lo hace el conjunto de las regiones o entidades. En segundo
lugar, en cada una de las partes en que puede dividirse la “periferia”, es decir,

que tenían los líderes regionales en la época del Partido Nacional Revolucionario, y las bancadas
parlamentarias, además de estar divididas, tienden a comportarse como otros núcleos de poder independiente.
En suma, desde una perspectiva de cambio de modelo organizativo, el PRI tiene serios problemas de
institucionalización de nuevos procedimientos internos y de articulación de sus grupos y centros de poder”.
Jean-François Prud’homme, “La vida interna de los partidos mexicanos y la democracia (2000-2003)”, en
Fernando Castaños et al., El estado actual de la democracia en México: retos, avances y retrocesos, IIS-
UNAM, México, 2007, p. 146.
80
Guadalupe Pacheco Méndez, “Los gobernadores priistas y la federalización del PRI. Cambios en el CPN,
1996-2007”, en Argumentos, vol. 24, núm. 66, UAM Xochimilco, México, mayo-agosto de 2011, p. 221.
81
Ibid., p. 240.
82
Ibid., p. 222.
83
Guadalupe Pacheco Méndez, “La heterogeneidad organizativa del PRI y la elección de su candidato
presidencial en 2005”, en Adrián Gimate-Welsh (coord.), Rumbo a Los Pinos en el 2006: los candidatos y los
partidos en el espacio público, UAM Iztapalapa, Miguel Ángel Porrúa, México, 2009, pp. 56 y ss.
84
Guadalupe Pacheco Méndez, “Los gobernadores priistas…”, op. cit., pp. 230 y ss. Con base en el análisis
de la conformación del Consejo Político Nacional priista en 2005, Pacheco muestra un partido prácticamente
dividido en tercios: 32% estaría bajo influencia de algún gobernador, 30% bajo la del CEN y 38% bajo la de
los sectores. Ibid., p. 231.

51
en los distintos planos estatales, la velocidad con que van ocurriendo los
cambios políticos también presenta variaciones. Es por eso que se deben
examinar las interacciones en el interior del partido desde una concepción del
país como un “conglomerado de archipiélagos”,85 un conjunto de estados en
los que ocurren procesos políticos irregulares, no uniformes ni completamente
equiparables entre sí, en los que la posibilidad de intromisión desde el centro,
desde algún poder de carácter nacional, como puede ser la dirigencia de un
partido, es distinta en cada caso.
Bajo esta lógica es posible detectar dos deficiencias o limitaciones en
cuanto al estudio del proceso que algunos autores han llamado de
descentralización en México. La primera es que se ha abordado con una
orientación fiscal,86 pocos lo han hecho concentrándose en los cambios en el
sistema político y de partidos: se ha avanzado en el estudio de la
descentralización fiscal, no así en el de la descentralización política.87 La
segunda debilidad tiene que ver con un “sesgo nacionalista”,88 es decir, con el
descuido u olvido de explorar el ámbito estatal o local.89 El hecho resulta
trascendente porque estaría imposibilitando la plena comprensión de procesos

85
El término fue tomado de Manuel Villa, El archipiélago mexicano, Cal y Arena, México, 1990, p. 11.
86
Son los casos de autores como Alberto Díaz-Cayeros, “Dependencia fiscal y estrategias de coalición en el
federalismo mexicano”, en Política y Gobierno, vol. XI, núm. 2, CIDE, México, segundo semestre de 2004,
pp. 229-262; Tulia Falleti, "Una teoría secuencial de la descentralización: Argentina y Colombia en
perspectiva comparada", en Desarrollo Económico, vol. 46, núm. 183, IDES, Buenos Aires, octubre-
diciembre de 2006, pp. 317-352; Laura Flamand, “El juego de la distribución de recursos en un sistema
federal. La influencia del gobierno dividido verticalmente en la asignación de fondos federales a los estados
mexicanos”, en Política y Gobierno, vol. XIII, núm. 2, CIDE, México, segundo semestre de 2006, pp. 315-
359.
87
Joy Langston, “La competencia electoral…”, op. cit., pp. 457-458.
88
Germán Lodola, “La estructura subnacional de las carreras políticas en Argentina y Brasil”, en Desarrollo
Económico, vol. 49, núm. 194, IDES, Buenos Aires, julio-septiembre de 2009, p. 247.
89
Lodola es uno de los autores que han empezado a llamar la atención sobre esta deficiencia y a tratar de
subsanarla. “Los analistas interesados en Argentina y Brasil disienten en relación con varios aspectos que
rigen el funcionamiento de estas federaciones robustas. Pero casi todos ellos reconocen que la construcción de
poder político territorial en ambos países tiene fundamentalmente lugar en los estados. Esta característica
distintiva de dos naciones con arreglos institucionales y trayectorias políticas similares paradójicamente no ha
generado agendas de investigación sobre la estructura subnacional de las ambiciones y carreras políticas”,
argumenta en uno de sus trabajos. Ibid., p. 281.

52
o fenómenos relacionados con hechos tan relevantes como el cambio y la
consolidación democráticos.90
Investigadores como Luisa Béjar Algazi, Díaz-Cayeros, Langston y
Laura Valencia Escamilla ya han hecho aportaciones importantes al dar cuenta
de que la centralización en la toma de decisiones ha ido cambiando en el PRI,
esto considerando como evidencia más importante la procedencia de quienes
compiten por alguna gubernatura o un lugar en la Cámara de Diputados o el
Senado; los autores coinciden en que los candidatos provienen cada vez más
de la arena política estatal.91 Hay que decir, sin embargo, que los estudios son
generales, a nivel nacional; parece necesario ahora adoptar un enfoque
comparado a nivel estatal para seguir profundizando en el tema.
Los autores citados toman a los actores políticos en conjunto (los
gobernadores, los diputados federales, los senadores o los candidatos a serlo)
y proceden a indagar sobre sus trayectorias o carreras políticas. Siguen en
buena medida la propuesta de los trabajos de Roderic Ai Camp,
particularmente respecto de la forma de seleccionar a los personajes a estudiar,
quien recurre a un repertorio o recopilación universal o global, sin que la

90
Véase Edward Gibson, “Control de límites: autoritarismo subnacional en países democráticos”, en
Desarrollo Económico, vol. 47, núm. 186, IDES, Buenos Aires, julio-septiembre de 2007, p. 168, y Richard
Snyder y Leandro Wolfson, “Reducción de la escala: el método comparativo de unidades subnacionales”, en
Desarrollo Económico, vol. 49, núm. 194, IDES, Buenos Aires, julio-septiembre de 2009, p. 299.
91
Joy Langston, The PRI Governors, documento de trabajo núm. 66, División de Estudios Políticos, CIDE,
México, 1997; Joy Langston y Alberto Díaz-Cayeros, The consequences of competition: gubernatorial
nominations in Mexico, 1994-2000, documento de trabajo núm. 160, División de Estudios Políticos, CIDE,
México, 2003; Joy Langston, “La competencia electoral…”, op. cit.; Joy Langston, “Instituciones políticas y
reclutamiento político en México”, en Foro Internacional, vol. 49, núm. 2 (196), CIDE, México, abril-junio
de 2009, pp. 237-270; Laura Valencia Escamilla, “Élites parlamentarias y profesionalización legislativa en
México”, en Ricardo Espinoza Toledo y Jeffrey Weldon (coords.), El Congreso de la democracia, Senado de
la República LXI Legislatura, AMEP, México, 2010, pp. 143-168, y Luisa Béjar Algazi, “Quién legisla en
México: proceso legislativo y carreras políticas”, ponencia presentada el primero de septiembre durante el IV
Congreso Internacional y XXII Nacional de Estudios Electorales “Los rumbos de la democracia y las
elecciones en el siglo XXI”, Somee, FCPyS-UNAM, México, D.F., 30 de agosto al 3 de septiembre de 2011.

53
procedencia estatal constituya una variable relevante para elegir la muestra a
analizar.92
No se pretende restar importancia a los trabajos de Camp ni mucho
menos a los de autores como Langston, quien especialmente ha indicado
nuevas líneas de investigación.93 Por el contrario, lo que aquí se propone es
una segunda etapa, un siguiente paso, que implica conocer los diferentes
procesos que ocurren en cada estado.
En esta investigación se sigue la recomendación de Snyder y Wolfson
sobre usar el método comparativo de unidades subnacionales, dado que “para
entender cómo funcionan los regímenes políticos nacionales puede ser
esencial adoptar una perspectiva diferenciada según las regiones, que destaque
la variación en las unidades subnacionales”.94 No desde luego sin dejar de
considerar las limitaciones de este método, entre las que destaca su reducida
capacidad para producir generalizaciones; sin embargo, las ventajas que
otorga pueden “mejorar y ampliar el repertorio de instrumentos metodológicos
de que disponen los investigadores”.95

92
Establecen Langston y Díaz-Cayeros en uno de sus estudios que analizarán características “de un conjunto
de 147 contendientes a 28 elecciones para gobernador en México entre 1994 y 1999”. Joy Langston y Alberto
Díaz-Cayeros, The consequences…, op. cit., p. 14. En otro trabajo, Langston indica su universo de estudio: un
“conjunto de datos generales de 232 gobernadores y candidatos del PRI de 1960 a 1995”. The PRI governors,
op. cit., p. 2. Por su parte, Camp anuncia: “Con el fin de identificar las características de los personajes
sobresalientes de México y sus pares de otras sociedades del tercer mundo, y después de un cuidadoso
análisis, elegí a 398 figuras que representan a los políticos, militares, funcionarios, clérigos, intelectuales y
empresarios más connotados de 1970 a 2000”. Roderic Ai Camp, Las elites del poder en México: perfil de
una elite de poder para el siglo XXI, Siglo XXI, México, 2006, p. 17.
93
Como señala Reyes García, “más allá del predominio de los trabajos de Camp para comprender a las élites
mexicanas, en los años noventa destaca la labor de estudio realizada en el Centro de Investigaciones y
Docencia Económicas por la mexicana-estadounidense Joy Langston; sus documentos de trabajo (…) han
propuesto nuevas líneas de análisis sobre distintos aspectos de la élite posrevolucionaria cohesionada en el
PRI. Por ejemplo, el tema de las fracturas internas, la conformación de camarillas, el papel de las reglas
formales en la selección de dirigentes y candidatos, son algunos de los aspectos a los que se ha referido la
autora”. Luis Reyes García, “Las élites políticas de México: una revisión histórica de la literatura”, en Mario
Bassols Ricárdez et al., Liderazgo político: teoría y procesos en el México de hoy, UAM Iztapalapa, México,
2008, p. 59.
94
Richard Snyder y Leandro Wolfson, op. cit., p. 297.
95
Ibid., p. 288. Los autores establecen que el método es útil ”en tres aspectos fundamentales del proceso de
investigación: el diseño de investigación, la medición y la construcción teórica. Al incrementar el número de

54
El señalamiento de González Compeán y Lomelí parece oportuno:

El arduo trabajo por reconstruir la dinámica política de los estados ya se ha


iniciado, pero faltan aún muchos trabajos para completar el variado y
apasionante mosaico de la República mexicana, construido a partir de las
entidades federativas. La dimensión local del sistema político nacional
requiere ser rescatada si en verdad aspiramos a comprender la complejidad de
su trama. El centralismo ha servido por muchas décadas como coartada para
tratar de explicar la política mexicana a partir de la biografía del presidente en
turno, pero este proceder, además de estar plagado de trampas, nos ha alejado
de una comprensión más exacta, menos esquemática de las mutaciones que
96
ha sufrido la política mexicana a partir de los años treinta.

Como se plantea en la cita anterior, no es que no existan trabajos sobre


el plano estatal, sino que aún no son suficientes para dar cuenta de un mosaico
bastante complejo. Afirmar simplemente que el centralismo existió antes y
que la descentralización ha ido apareciendo después de la alternancia en la
Presidencia no resulta más que en un esquema que al dejar fuera matices y
condiciones particulares no lleva más que a imprecisiones que impiden una
mayor comprensión del actual sistema político mexicano y de los partidos
políticos en específico.
Estudiar con mayor atención los peculiares procesos que ocurren en
cada una de las entidades sin perder de vista su constante interrelación con el
plano nacional es lo que se pone aquí a consideración. Para cumplir dicho
propósito es necesario, en primera instancia, contar con un panorama general

observaciones y facilitar la elaboración de comparaciones controladas, el enfoque de las unidades


subnacionales ayuda a los comparativistas a manejar el problema que plantean ‘muchas variables pero pocas
N’. Además, los análisis comparativos subnacionales mejoran la capacidad de los comparativistas para
codificar con precisión los casos y así extraer inferencias causales válidas. Por último, las comparaciones
subnacionales brindan un firme fundamento para elaborar teorías que expliquen los procesos de
transformación política y económica que son desiguales en el plano espacial. Además de estos beneficios
metodológicos, el análisis de las unidades subnacionales es una herramienta indispensable para entender las
tendencias políticas y económicas descentralizadoras de la era contemporánea”. Ibid., p. 301.
96
Miguel González Compeán y Leonardo Lomelí (coords.), El Partido de la Revolución: institución y
conflicto (1928-1999), FCE, México, 2000, p. 673.

55
de lo que ocurre en la totalidad de las entidades del país, justamente lo que se
propone lograr en el siguiente capítulo.

56
CAPÍTULO 2
TERRITORIOS MÚLTIPLES: LA IMPORTANCIA DE LA
DIFERENCIACIÓN EN EL ESTUDIO DE LOS PARTIDOS

¿Qué características presentan los territorios preponderantes y sobrepuestos en


el país? En este capítulo se da respuesta a esta pregunta. En un primer
momento se establecen tres tipos de estados, teniendo como fundamento de
clasificación el control histórico del PRI respecto de la gubernatura en cada
entidad. Con base en ello se da cuenta de las variaciones que sobre el control
de los territorios tiene el partido; no es el mismo el que ocurre en los distritos
federales que en los locales o en los municipios.
El objetivo de este apartado es mostrar cómo se combinan los territorios
con características propias. En estados sin alternancia pueden existir distritos
federales en los que las elecciones presentan alternancia y en donde el PRI no
ha perdido ninguno de los últimos cinco comicios en entidades donde el PRI
ha perdido la gubernatura.
Se estudia la importancia de los espacios locales, donde el PRI tiene un
mayor dominio. Igualmente en ellos es donde observamos mayor capacidad
para contener los procesos que tienen como fin impulsar la competitividad y la
alternancia.
Finalmente, en este capítulo se da cuenta de las desigualdades en el
tamaño de los territorios, particularmente en los distritos locales, y cómo los
polos prioritarios que aseguran el dominio estatal pueden ser uno o varios,
dependiendo de cada entidad. Esto sirve como referencia para aventurar que
no todos los territorios se disputan con la misma intensidad,1 lo que permite

1
Se parte del planteamiento de Sartori: “El factor de intensidad nos plantea el hecho de que cada problema
suscita un grado diferente de afecto, de compromiso o de desinterés. Nos enfrentamos, pues, a la intensidad
desigual de las preferencias individuales. Las preferencias varían no sólo porque son diversas, sino también

57
que tengan participación un mayor número de actores por más que éstos
puedan ser menores, pero con una característica tan atractiva como valiosa: la
posibilidad de que no sean parte del grupo que predomina a nivel estatal.

2.1 Tipos de estados

Para analizar las interacciones partidarias deben considerarse en primer lugar


las características de los territorios, así como los perfiles o atributos de los
actores o instancias que en ellos se desenvuelven. Una primera tarea en ese
sentido es establecer criterios y plantear una clasificación que identifique
aspectos en común de las entidades federativas, tomadas como base en la
investigación.
La figura de gobernador se volvió particularmente relevante para el PRI
después de que perdiera la Presidencia en 2000. Se ha asumido que fue en
estos actores en quienes recayeron las funciones y toma de decisiones
partidarias otrora en manos del presidente, quien era visto como el jefe del
partido. Por eso se considera que la presencia (o ausencia) de un gobernador
emanado del PRI es determinante para el tipo de interacción que se presenta
entre el ámbito nacional y determinado nivel estatal durante un periodo
concreto. Bajo esa lógica, una primera distinción de territorios se realiza con
base en el control priista o no del cargo de gobernador.
Se obtienen así tres tipos de entidades federativas:2 1) territorios en
donde la presencia de un gobernador priista ha sido ininterrumpida, 2)

porque se manifiestan con mayor o menor intensidad”. Giovanni Sartori, Teoría de la democracia. 1. El
debate contemporáneo, tomo 1, Alianza, Madrid, 2009, 6ta. reimp., p. 275.
2
Los estados se clasifican de acuerdo con la distribución del poder político resultado de las elecciones de
julio de 2012, en las que se eligió gobernador en seis entidades y jefe de Gobierno en el Distrito Federal: el
PRI, en alianza con el Partido Verde, ganó Chiapas (al PRD) y Jalisco (al PAN), perdió Tabasco (ganado por
el PRD) y conservó Yucatán. En tanto que el PAN conservó Guanajuato y perdió Morelos, ganado por el
PRD, quien a su vez conservó el gobierno del Distrito Federal.

58
territorios en donde no hubo un ejecutivo estatal del PRI por algún tiempo
pero el partido logró recuperar esa posición, y 3) territorios en los que hay
ausencia de un gobernador priista, es decir, entidades gobernadas por la
oposición. La tipología se detalla a continuación.
El primer tipo es un conjunto que incluye aquellas entidades en las que
no se ha presentado alternancia partidaria en el ejecutivo estatal (sin contar el
particular caso de la Ciudad de México).3 En esa condición se encuentran
nueve estados, como se muestra en la siguiente tabla.

Tabla 2.1
Estados correspondientes al tipo 1

Fuente: elaboración propia.

Respecto del segundo tipo, estados con alternancia y regreso del PRI,
corresponden 12 entidades federativas, que a su vez se clasifican en cinco
subtipos:

 Un estado en el que tras tres periodos de gobierno opositor


(todos ellos del PAN) el PRI recuperó la gubernatura:
Jalisco.

3
Antes de 1997 la Ciudad de México (hasta 2016 conocida como Distrito Federal) fue gobernada por el PRI a
través de un Jefe de Departamento –el último fue Óscar Espinosa Villarreal– nombrado por el presidente de la
República. Sin embargo, desde que hay elecciones para Jefe de Gobierno –en la primera de las cuales resultó
triunfador Cuauhtémoc Cárdenas– han sido ganadas por el PRD, por lo que mediante comicios el Distrito
Federal no ha presentado alternancia hasta la fecha.

59
 Entidades en donde después de dos sexenios opositores el
PRI ha recuperado la gubernatura: Aguascalientes y
Querétaro, gobernadas anteriormente por el PAN; Chiapas,
Michoacán y Zacatecas, ganadas al PRD, y Tlaxcala, que
ha tenido una administración del PRD y una del PAN.
 Un estado en el que después de un gobierno panista el PRI
ha ganado la última elección: San Luis Potosí.
 Entidades que tras un periodo opositor suman dos
gobiernos priistas: Nayarit, Nuevo León y Yucatán.
 Un estado en el que después de un gobierno panista el PRI
suma tres administraciones: Chihuahua.

Tabla 2.2
Estados correspondientes al tipo 2

Fuente: elaboración propia.

Finalmente, un tercer tipo se integra por 11 estados gobernados por la


oposición al PRI. Aquí se derivan cinco subtipos de acuerdo con las
administraciones no priistas acumuladas:

60
 Un estado con cinco gobiernos del PAN: Guanajuato.
 Estados que suman cuatro gobiernos no priistas: Baja
California (panistas) y Ciudad de México (perredistas).
 Entidades que acumulan tres periodos con gobierno de
opositores: Baja California Sur (dos del PRD y uno del
PAN) y Morelos (dos del PAN y uno del PRD).
 Un estado que suma dos periodos opositores (del PRD):
Guerrero.
 Entidades en las que la última elección al gobierno estatal
ha sido ganada por la oposición: Puebla, Sinaloa y Sonora
(por el PAN), Oaxaca (por una coalición PAN-PRD) y
Tabasco (por el PRD).

Tabla 2.3
Estados correspondientes al tipo 3

Fuente: elaboración propia.

Se parte de esta característica diferenciadora, que corresponde a los


territorios del tipo preponderante (estado), para ir explorando algunas de las
diversas combinaciones que pueden presentarse en un espacio y tiempo
determinado. Los aspectos que se privilegian para dar cuenta de las

61
variaciones en las condiciones que poseen los territorios examinados son de
tipo electoral.

2.2 Dominio territorial en distritos federales

Debido a que el PRI no cuenta con la misma fuerza en todos los territorios es
necesario establecer las variaciones existentes. Considérense los distritos
federales electorales. Se maneja un sencillo índice, según la fórmula 1-
(100/∑T*∑G), en donde ∑T son los casos totales (número de distritos que
posee la entidad por el número de elecciones examinadas) y ∑G la suma de
los casos ganados por el PRI. Se estudian los cinco procesos electorales
federales desarrollados entre 2000 y 2012 (elecciones para diputados por el
principio de mayoría relativa).
Como se puede observar en la siguiente tabla, los estados con el Índice
de Dominio Electoral (IDE) más alto, en una escala donde 1 significa que
todos los territorios en disputa han sido ganados por el PRI y 0 lo contrario,
son Hidalgo, Campeche y Durango, estados sin alternancia. Los nueve estados
de este tipo se encuentran ubicados en los primeros 17 lugares, siendo los más
bajos Colima y el estado de México, donde el PRI se reparte a la mitad los
distritos con la oposición.

62
Tabla 2.4
Índice de Dominio Electoral (IDE) en distritos federales electorales,
2000-2012

Estado Tipo de estado ∑T ∑G IDE

Hidalgo Sin alternancia 35 32 0.91


Campeche Sin alternancia 10 9 0.9
Durango Sin alternancia 22 19 0.86
Sinaloa Oposición 40 34 0.85
Nayarit Regreso del PRI 15 12 0.8
Quintana Roo Sin alternancia 13 10 0.77
Chiapas Regreso del PRI 60 42 0.7
Chihuahua Regreso del PRI 45 31 0.69
Coahuila Sin alternancia 35 23 0.66
Puebla Oposición 78 51 0.65
Yucatán Regreso del PRI 25 16 0.64
Oaxaca Oposición 55 35 0.64
Tamaulipas Sin alternancia 40 24 0.6
Veracruz Sin alternancia 109 66 0.6
Nuevo León Regreso del PRI 58 33 0.57
México Sin alternancia 192 104 0.54
Colima Sin alternancia 10 5 0.5
Guerrero Oposición 47 23 0.49
Sonora Oposición 35 17 0.49
Jalisco Regreso del PRI 95 45 0.47
Tabasco Oposición 30 14 0.47
San Luis Potosí Regreso del PRI 35 14 0.4
Tlaxcala Regreso del PRI 15 6 0.4
Morelos Oposición 23 9 0.39
Zacatecas Regreso del PRI 22 7 0.32
Querétaro Regreso del PRI 20 6 0.3
Aguascalientes Regreso del PRI 15 3 0.2
Michoacán Regreso del PRI 62 12 0.19
Baja California Oposición 36 7 0.19
Guanajuato Oposición 72 11 0.15
Baja California Sur Oposición 10 1 0.1
Ciudad de México Oposición 141 1 0.007
Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Nacional Electoral (INE).

63
Por el contrario, los últimos cuatro lugares de la tabla (Ciudad de
México, Baja California Sur, Guanajuato y Baja California) tienen un índice
muy bajo. En el caso extremo, la Ciudad de México, entre 2000 y 2012 el PRI
sólo había ganado un distrito de 141 posibilidades, lo que contrasta con
Hidalgo, en donde el partido ha obtenido 32 triunfos de 35 posibles.
Lo que se tiene entonces son estados sin alternancia con alto dominio
territorial a nivel de distritos federales, así como entidades en las que el PRI
acumula varias derrotas en elecciones por la gubernatura y en este tipo de
territorios sobrepuestos posee un control débil. Pero hay otras combinaciones.
Una de ellas incluye estados sin dominio del PRI en el territorio preponderante
estatal (ausencia de gobernador priista) con una presencia muy relevante del
partido en distritos federales, que supera incluso niveles de entidades sin
alternancia; son los casos de Sinaloa, Puebla y Oaxaca, estados que comparten
un hecho: la reciente pérdida de la gubernatura por parte del PRI (por cierto a
manos de una alianza opositora PAN-PRD); aunque en este mismo supuesto
se encuentran Tabasco y Sonora, que presentan un nivel de dominio mucho
más bajo (inferior a 0.5). Otras combinaciones se dan en estados donde el PRI
ha regresado a la gubernatura, pero el control que mantiene sobre los
territorios de los distritos federales presenta variaciones importantes. Así, en
tanto que en Nayarit alcanza un índice de 0.8 o en Chiapas de 0.7, en
Michoacán y Aguascalientes la cifra es de 0.2.
Se puede ser más específico atendiendo las alternancias en los distritos
federales y obtener combinaciones interesantes. Lo lógico es que el PRI
domine un buen número de distritos federales en estados donde nunca ha
perdido el cargo de gobernador, y en efecto, salvo Colima, todos los estados
sin alternancia en la gubernatura presentan uno o más distritos electorales
federales en los que el PRI triunfa de manera reiterada (Tabla 2.5). Sin

64
embargo, existe la combinación de territorios distritales con amplio dominio
del PRI con territorio estatal ganado por la oposición, así como de estados con
regreso del PRI a la gubernatura en los que se mantiene amplio dominio sobre
distritos federales. Los datos disponibles dan cuenta de que entre 2000 y 2012
el partido tiene un amplio dominio sobre 41 distritos (de un universo de 300,
lo que representa el 14%), en los cuales no ha perdido una sola elección. De
los 41 distritos, 20 (el 49%) se localizan en estados sin alternancia, 11 (27%)
en donde el PRI ha recuperado la gubernatura y 10 (24%) en entidades donde
el partido aparece como oposición.

Tabla 2.5
Distritos federales electorales sin alternancia, 2000-2012
Tipo Estado Distrito Cabecera
Campeche 1 Campeche
Coahuila 2 San Pedro
1 Durango
Durango
3 Guadalupe Victoria
1 Huejutla de Reyes
2 Ixmiquilpan
Hidalgo
4 Tulancingo de Bravo
5 Tula de Allende
1 Jilotepec
3 Atlacomulco
Sin alternancia
9 Ixtlahuaca
México
23 Valle de Bravo
35 Tenancingo
36 Tejupilco
Quintana Roo 2 Othón P. Blanco
5 Victoria
Tamaulipas
6 El Mante
2 Tantoyuca
Veracruz 9 Coatepec
18 Zongolica
1 Juárez
Chihuahua 7 Cuauhtémoc
Regreso del PRI 9 Hidalgo del Parral
2 Bochil
Chiapas
5 San Cristóbal de las Casas

65
12 Tapachula
Nayarit 1 Santiago Ixcuintla
2 Apodaca
Nuevo León 5 Monterrey
9 Linares
Yucatán 2 Progreso
Oaxaca 7 Juchitán de Zaragoza
1 Huauchinango
Puebla 4 Zacapoaxtla
14 Izúcar de Matamoros
1 El Fuerte
Oposición
3 Salvador Alvarado
Sinaloa 4 Guasave
6 Mazatlán
7 Culiacán
Sonora 4 Guaymas
Fuente: elaboración propia con datos del INE.

Estas variaciones en el aspecto de las alternancias son determinantes


para establecer las condiciones que van presentando los territorios. Las
derrotas electorales frecuentes en un territorio producen un ambiente
cualitativamente distinto respecto de escenarios ganadores. Para empezar,
puede argumentarse que mientras mayores sean los recursos que se obtienen
(cargos, presupuestos manejados), mayores serán también las posibilidades de
acuerdos, de repartos. Otro elemento a tomar en cuenta es que la falta de
alternancia en cualquier territorio es una condición que hace más fácil la
consolidación e incluso crecimiento de las redes de control partidista.4
Si se examinan los distritos federales en los que se ha presentado el
mayor número de alternancias posible entre 2000 y 2012, que es de cuatro, se
aprecia cómo dentro de estados en los que el PRI no ha perdido todavía la

4
Mario Carrillo, Álvaro Martínez y Ernesto Morua, “Los cambios en los sistemas de partidos municipales en
México: del monopartidismo al pluripartidismo”, en Política y Cultura, núm. 33, UAM Xochimilco, México,
primavera de 2010, p. 91.

66
gubernatura existen distritos en los que la alternancia es recurrente (véase la
siguiente tabla).

Tabla 2.6
Distritos federales electorales con cuatro alternancias, 2000-2012
Tipo Estado Distrito Cabecera Partidos
3 Monclova PAN-PRI
Coahuila
6 Torreón PAN-PRI
Sin alternancia
México 17 Ecatepec PRI-PRD-PAN
Veracruz 11 Coatzacoalcos PRI-PRD-PAN
7 Monterrey PAN-PRI
Nuevo León
Regreso del PRI 8 Guadalupe PAN-PRI
Zacatecas 2 Jerez PRI-PRD-PAN
Oaxaca 8 Oaxaca PRI-PRD-PAN
Oposición
Sonora 2 Nogales PAN-PRI
Fuente: elaboración propia con datos del INE.

Con lo anterior se pretende señalar el hecho de que no pueden


estudiarse las interacciones partidarias como si todos los niveles y
componentes del partido se desarrollaran en las mismas condiciones. La
combinación de dinámicas permite casos en los que existe un gobernador
fuerte a nivel estatal pretendiendo influir en un distrito o municipio en el que
su partido posee una presencia débil, en donde necesariamente ocurre una
interacción distinta comparado con un caso en el que el gobernador se
relaciona con componentes de su partido en un contexto de triunfos reiterados.
La posición del PRI incluso en estados en los que ha mantenido de
manera permanente el control a nivel estatal varía dependiendo de la entidad
de que se trate. Como se aprecia en la Tabla 2.7, pese a no haber perdido la
gubernatura, el grueso de los 96 distritos federales que se ubican en entidades
sin alternancia, esto es, el 55.2%, ya han presentado dos o hasta tres
alternancias.

67
Tabla 2.7
Posición del PRI en distritos federales en estados sin alternancia,
2000-2012
Distritos Una Dos Tres Cuatro Sin
Sin perder
Estado alternancia alternancias alternancias alternancias ganar
Campeche 1 0 1 0 0 0
Coahuila 1 1 1 2 2 0
Colima 0 1 1 0 0 0
Durango 2 2 1 0 0 0
Hidalgo 4 0 3 0 0 0
México 6 10 12 10 1 1
Quintana Roo 1 1 1 0 0 0
Tamaulipas 2 0 3 3 0 0
Veracruz 4 2 11 4 1 0
21 17 34 19
Total 4 (4.2%) 1 (1%)
(21.9%) (17.7%) (35.4%) (19.8%)
Total de distritos federales en disputa: 96. Fuente: elaboración propia con datos del INE.

Este marco obliga a atender las particularidades. Con ese propósito se


realiza el siguiente recuento:
En el Distrito 1 de Campeche el PRI no ha perdido elección alguna, en
tanto que en el dos el PRI ya ha alternado con el PAN.
Como pocos estados, Coahuila refleja, a partir de los resultados
electorales, la complejidad y diversidad de los procesos políticos dentro de
una misma entidad. Por un lado, presenta un distrito –el dos, con cabecera en
San Pedro– en el que el PRI no ha perdido una elección y, por otro, tiene dos
distritos –el tres y el seis, con cabecera en Monclova y Torreón,
respectivamente– en los que ya ha ocurrido el máximo de alternancias
posibles desde 2000.
Colima tiene apenas dos distritos, el mínimo posible de acuerdo con el
artículo 53 constitucional; en ambos se alternan el PRI y el PAN.
Durango se divide en cuatro distritos, de los cuales sólo en dos ha
habido alternancia; en los restantes dos el PRI no ha perdido ninguna elección.

68
Hidalgo es una entidad dominada por el PRI: en cuatro distritos no ha
perdido ninguna elección y el resto suman apenas dos alternancias. En los
distritos tres y siete el PRI compite contra el PRD y en el seis lo hace contra el
PAN. Cabe decir que en 2009 el Partido Nueva Alianza logró votaciones
superiores al 25% en los distritos tres y siete, que en su momento lo colocaron
como la segunda fuerza electoral en dichos territorios.
El estado de México es el territorio con la mayor cantidad de distritos en
el país: 40, cuatro de los cuales se crearon en vísperas de la elección de 2006.
Es también, sin duda, la entidad más compleja. En seis de sus distritos el PRI
no ha perdido una elección, al igual que el PAN en el distrito 15 con cabecera
en Tlalnepantla. En contraste, en 13 distritos el PAN, el PRI y el PRD ya han
ganado por lo menos una de las últimas cinco elecciones. En 10 distritos la
disputa es entre PRI y PRD, en tanto que en otra decena el PRI tiene como su
principal oponente al PAN. Debe decirse que solamente en un caso se han
presentado cuatro alternancias: en el distrito 17, con sede en Ecatepec.
Quintana Roo tiene tres distritos electorales, uno creado apenas en
2006. Debe resaltarse el hecho de que mientras en el Distrito 2 el PRI no ha
perdido una elección, en el de reciente creación el PAN, el PRI y el PRD han
ganado una de las tres elecciones que en él se han llevado a cabo.
El desarrollo de los ocho distritos tamaulipecos, en donde los partidos
más importantes son PRI y PAN, ha sido el siguiente: en tres han ocurrido tres
alternancias, en otra terna se han presentado sólo dos, en tanto que en el resto
el PRI no ha perdido una sola elección.
Veracruz es también un estado complejo. Pueden encontrarse en él tanto
distritos en los que el PRI no ha perdido una elección como otros en los que se
han presentado cuatro alternancias. Cuatro de sus distritos ya han sido ganados
por lo menos una vez por el PRI, PAN y PRD.

69
Por lo que respecta a las entidades con alternancia y regreso del PRI a la
gubernatura, en el 51.6% de los distritos federales que ahí se encuentran ya se
han presentado dos o tres alternancias. Un dato a destacar, sin embargo, es que
en 12 de estos 95 distritos el PRI no ha perdido ninguna elección en el periodo
analizado (Tabla 2.8).

Tabla 2.8
Posición del PRI en distritos federales en estados con alternancia
y regreso del PRI, 2000-2012
Distritos Una Dos Tres Cuatro Sin
Sin perder
Estado alternancia alternancias alternancias alternancias ganar
Aguascalientes 0 0 1 1 0 1
Chihuahua 3 4 1 1 0 0
Chiapas 3 1 5 3 0 0
Jalisco 0 5 3 10 0 1
Michoacán 0 5 2 2 0 4
Nayarit 1 0 2 0 0 0
Nuevo León 4 1 4 0 2 1
Querétaro 0 1 3 0 0 0
San Luis Potosí 0 1 4 0 0 2
Tlaxcala 0 0 1 2 0 0
Yucatán 1 1 3 0 0 0
Zacatecas 0 3 1 0 1 0
12 22 30
Total 19 (20%) 3 (3.2%) 9 (9.5%)
(12.7%) (23.2%) (31.6%)
Total de distritos federales en disputa: 95. Fuente: elaboración propia con datos del INE.

El recuento pormenorizado de lo que ocurre en cada estado es el


siguiente:
Aguascalientes cuenta con tres distritos; en uno de ellos ha habido tres
alternancias, en otro dos y en el tercero el PAN no ha perdido ninguna de las
últimas cinco elecciones federales.
Chihuahua tiene nueve distritos: en tres el PRI no ha perdido ninguna
elección, en tanto que en el 8 ya hubo tres alternancias.

70
En Chiapas, mientras existen tres distritos dominados por el PRI en los
que no ha habido alternancia, otra terna acumula ya tres alternancias y han
ganado esos distritos por lo menos una vez el PRI, el PAN y el PRD. Debe
destacarse el hecho de que el PVEM ha ganado elecciones por sí solo en los
distritos tres, ocho y 10, con cabecera en Ocosingo, Comitán de Domínguez y
Villaflores, respectivamente.
En los 19 distritos de Jalisco el PAN y el PRI se alternan como
ganadores de las elecciones (10 distritos acumulan ya tres alternancias), salvo
en el distrito 10, con sede en Zapopan, en donde el panismo no ha perdido
ninguna elección entre 2000 y 2012.
Por otra parte, en Michoacán el PRD domina en tres distritos, en los que
no ha perdido ninguna elección desde el 2000. Se trata también de un estado
complejo en el que el PRI, PAN y PRD ya han ganado por lo menos una de las
últimas cinco elecciones en dos distritos, en cinco la disputa es PRI-PRD y en
dos la competencia es entre PRI y PAN.
Nayarit es un estado pequeño que posee apenas tres distritos federales,
los cuales presentan diferencias interesantes: en el Distrito 1 el PRI no ha
perdido una elección, en el dos el PRI compite contra el PRD mientras que en
el tres lo hace frente al PAN.
Los resultados electorales presentan a Nuevo León como un territorio
bastante diverso. Por un lado, el PRI no ha perdido una elección entre 2000 y
2012 en cuatro distritos (lo mismo ocurre con el PAN en el Distrito 4),
mientras que, por otra parte, dos distritos suman ya cuatro alternancias en 12
años.
En Querétaro son el PRI y el PAN los principales contendientes
electorales; sus distritos no acumulan más de dos alternancias.

71
En San Luis Potosí los partidos más fuertes son el PRI y el PAN, este
último no ha perdido ninguna de las últimas cinco elecciones en dos distritos.
Los tres distritos electorales federales que se ubican en Tlaxcala han
sido ganados por lo menos en una ocasión por el PAN, PRI y PRD entre 2000
y 2012.
Estado en el que compiten principalmente PAN y PRI, Yucatán presenta
tres distritos en los que se han presentado dos alternancias, en uno sólo una y
en el Distrito 2 no se ha registrado ninguna.
En Zacatecas la disputa electoral se da fundamentalmente entre PRI y
PRD, aunque en 2006 el PAN logró el triunfo en el Distrito 2, con sede en
Jerez, el cual acumula cuatro alternancias. Esta situación contrasta con el resto
de los distritos, que en tres casos suman apenas una alternancia y en uno más
únicamente dos.
Finalmente, vale la pena detenerse en lo que ocurre en aquellos estados
donde el gobernador pertenece a un partido distinto al PRI. En este tipo de
entidades es en donde, en general, se observa el menor control territorial en
cuanto a distritos federales se refiere. De un total de 118 distritos en disputa, el
PRI no ha podido ganar en 39, cifra equivalente al 33%. Pese a todo, en
contextos complicados, este partido ha logrado mantener la hegemonía en 11
distritos. Lo que existen son entidades en las que se han consolidado PAN y
PRD, aunque deben distinguirse adecuadamente los contextos, pues, como lo
muestra el siguiente recuento, esto no aplica para las 11 entidades que forman
parte de este tipo.

72
Tabla 2.9
Posición del PRI en distritos federales en estados no gobernados
por el PRI, 2000-2012
Distritos Sin Una Dos Tres Cuatro Sin
Estado perder alternancia alternancias alternancias alternancias ganar
Baja California 0 7 0 0 0 1
Baja California Sur 0 0 1 0 0 1
Ciudad de México 0 0 0 1 0 29
Guanajuato 0 4 2 2 0 7
Guerrero 0 1 0 8 0 1
Morelos 0 0 4 1 0 0
Oaxaca 1 1 0 8 1 0
Puebla 4 1 10 1 0 0
Sinaloa 5 1 1 1 0 0
Sonora 1 1 4 0 1 0
Tabasco 0 0 2 4 0 0
11 16 24 39
Total 26 (22%) 2 (1.7%)
(9.3%) (13.6%) (20.3%) (33%)
Total de distritos federales en disputa: 118. Fuente: elaboración propia con datos del INE.

Baja California cuenta con seis distritos, en los que el PRD no ha


ganado una sola vez; en cinco de ellos solamente ha habido una alternancia y
en el restante el PAN no ha perdido una elección.
Baja California Sur se integra por dos distritos, los cuales presentan dos
y una alternancia, respectivamente. En el Distrito 1 ha ganado el PRD, el PRI
y el PAN, en tanto que en el dos la disputa es entre PRD y PAN.
La Ciudad de México es una entidad compleja conformada por 27
distritos, que llegaron a ser 30 hasta 2003. Hasta el surgimiento del partido
Morena, liderado por Andrés Manuel López Obrador, en este territorio existía
un marcado dominio del PRD, lo que se confirma con el hecho de que en
cinco distritos dicho partido no había perdido ninguna elección hasta antes de
2015. Sin embargo, en zonas específicas hay una importante presencia del
panismo, por ejemplo en el Distrito 15 con cabecera en la delegación Benito
Juárez, en donde el PAN no ha perdido desde el año 2000. El PRI tiene poca

73
presencia, aunque en el Distrito 6, con sede en Gustavo A. Madero, llegó a
ganar una elección en alianza con el PVEM en 2009, por una diferencia de
apenas 0.31% respecto del PRD. En 2009 el PT y el Partido Convergencia –
actualmente Movimiento Ciudadano– lograron ganar en alianza los distritos
cuatro, 19 y 20, los tres ubicados en la delegación Iztapalapa.
Guerrero es una entidad en la que compiten PRI y PRD por ganar sus
nueve distritos; ocho de ellos ya suman tres alternancias.
En los últimos años el PAN ha dominado el estado de Guanajuato. En
seis de sus 14 distritos no ha perdido ninguna de las últimas cinco elecciones.
En el resto de los distritos el PRI es quien compite con el PAN, aunque en
2003 el PRD logró ganar la elección en el Distrito 13, con sede en Valle de
Santiago.
Morelos es uno de los estados que más competitividad presenta en
materia electoral: en cuatro de sus cinco distritos el PAN, PRI y PRD han
ganado al menos una elección entre 2000 y 2012.
Oaxaca es un territorio en el que el PRI y el PRD compiten y se alternan
los triunfos electorales. Lo que se observa en sus 11 distritos es lo siguiente:
en uno han ocurrido cuatro alternancias, en ocho suman tres, en uno apenas
una, y en el Distrito 7 el PRI no ha perdido una elección.
Puebla se caracteriza por la competencia entre PRI y PAN, aunque la
gran mayoría de sus distritos (15 de 16) presenta no más de dos alternancias
–la excepción es el Distrito 5, con cabecera en San Martín Texmelucan, que
suma tres–. En una terna de distritos (cuatro, si se añade el 16, creado en
2006) el PRI no ha perdido una elección.
De Sinaloa debe destacarse el hecho de que en cinco de sus distritos el
PRI no ha perdido una elección por lo menos desde 2000, situación que

74
contrasta con lo que ocurre en el Distrito 8, con sede en Mazatlán, en donde el
PAN ha ganado tres elecciones, una el PRI y otra el PRD.
La mayoría de los distritos de Sonora no suma más de dos alternancias;
la excepción se presenta en el Distrito 4, en donde el PRI no ha perdido
ninguna elección entre 2000 y 2012, y en el Distrito 2, en donde ocurrieron
cuatro alternancias en 12 años.
Tabasco presenta una importante competencia entre PRI y PRD; cuatro
de sus seis distritos suman tres alternancias, el resto tiene dos.

2.3 Dominio territorial en el ámbito local

Cuando se atiende lo que ocurre en territorios más pequeños, como son los
municipios y los distritos locales electorales, las combinaciones de territorios
se multiplican. Aumenta con ello la dificultad del análisis pero se potencializa
la comprensión y la capacidad para poder explicar ciertos fenómenos y
procesos políticos. Un primer elemento es que esta exploración permite
valorar de manera más confiable la fuerza que tiene el partido en alguna
entidad y aun identificar dónde se ubica la estructura que le da sustento.
Considérense los casos de Hidalgo y Tamaulipas, entidades en las que el PRI
en primera instancia aparece como partido hegemónico, dado que no ha
perdido una sola elección de gobernador.
Hidalgo cuenta con un alto IDE en distritos federales electorales, de
0.91, en tanto que a Tamaulipas le corresponde un índice mucho menor, de
apenas 0.6. La diferencia entre estas cifras significa que las fuerzas priistas en
Tamaulipas poseen un menor dominio sobre los distritos federales electorales
en comparación con lo que ocurre en Hidalgo. A partir de estos datos se
podría concluir que la presencia del PRI es bastante más débil en Tamaulipas

75
que en Hidalgo. Sin embargo, cuando se incluye el análisis de otros territorios,
la valoración no luce tan simple. La disparidad encontrada en un tipo de
territorio se desvanece si se considera el IDE en otro, en este caso en los
distritos locales: mientras el de Hidalgo asciende a 0.95, el de Tamaulipas se
eleva hasta alcanzar 0.9. Esto es, el dominio territorial de las fuerzas políticas
priistas tamaulipecas no parece tan débil después de todo (Tabla 2.10).

Tabla 2.10
Comparativo del IDE en Hidalgo y Tamaulipas
Distritos federales Distritos locales
Estado
∑T ∑G IDE ∑T ∑G IDE
Hidalgo 35 32 0.91 108 103 0.95
Tamaulipas 40 24 0.6 120 108 0.9
Para los distritos federales se consideran cinco elecciones (2000-2012), seis para los distritos locales de
Hidalgo (1999-2013) y Tamaulipas (1998-2013). Fuente: elaboración propia con datos del INE y los institutos
estatales electorales.

En los distritos locales el priismo tamaulipeco luce casi tan fuerte como
en Hidalgo, como se observa en las siguientes gráficas, salvo quizá en 2013,
cuando ocurre un repunte importante de la oposición en Tamaulipas.

76
Gráfica 2.1
Hidalgo. Distritos locales ganados por el PRI, 1996-2013
20
PRI (solo o en
18 18
alianza)
18 18
18 Oposición

16
Número de distritos ganados
15
15

10

3
2

0 0
0 0 0
0
1996 1999 2002 2005 2008 2010 2013
Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH).

Gráfica 2.2
Tamaulipas. Distritos locales ganados por el PRI, 1998-2013
25
Distritos
priistas en
22 Tamaulipas
Distritos
19 opositores en
20
18 Tamaulipas
Número de distritos ganados

17 16
16
15

10

6
5
3
2
1
0 0
0
1998 2001 2004 2007 2010 2013
Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam).

77
Como se ha mostrado, el PRI presenta un grado de debilidad relevante
en los distritos federales de Tamaulipas, situación que se atenúa al nivel de los
distritos locales. Sin embargo, si se consideran otro tipo de territorios como
los municipales el panorama se transforma radicalmente: el priismo en dicha
entidad luce incluso con mayor vigor en comparación con la fuerza que
muestra en Hidalgo. En la Gráfica 2.3 se nota cómo en Hidalgo en 2005
llegaron a ser más los municipios gobernados por la oposición: sumaban 46
(54.8%), frente a los 38 alcaldes (45.2%) del PRI. Lo que no ocurre en el caso
tamaulipeco, como se muestra en la Gráfica 2.4, donde existe una considerable
diferencia en el número de municipios gobernados por el PRI y los que ha
logrado ganar la oposición.

Gráfica 2.3
Hidalgo. Municipios ganados por el PRI, 1996-2011
80
PRI (solo o en
73 alianza)
Oposición
64
Número de municipios gobernados

60
53
49
46 47

40

38 37
35
31

20
20

11

0
1996 1999 2002 2005 2008 2011
Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del IEEH.

78
Gráfica 2.4
Tamaulipas. Municipios ganados por el PRI, 1998-2013
50
PRI (solo o en
alianza)
Oposición
41
39
Número de municipios gobernados
40
36
35
34 35

30

20

9 8
10
7 8
4
2

0
1998 2001 2004 2007 2010 2013
Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del Ietam.

Lo que se busca aquí es advertir sobre la necesidad de considerar las


características propias de los distintos tipos de territorios como un primer
elemento para posteriormente determinar cómo ocurre la interacción entre las
instancias partidistas. Parece oportuno distinguir por lo menos algunos de los
diversos territorios que se entrecruzan. Y es que el tipo de interacciones
intrapartidarias que se pueden generar en contextos como los de Hidalgo o
Tamaulipas difícilmente se equiparan a los que ocurren en territorios con otras
condiciones y problemáticas.
Considérense ahora los casos totalmente opuestos a lo que ocurre en
Hidalgo y Tamaulipas. Se trata de los estados con el IDE más bajo en los
distritos federales: Baja California, Guanajuato, Baja California Sur y Ciudad
de México, en donde el escaso dominio que tienen las fuerzas priistas se
reproduce en el nivel local. En la Ciudad de México (véase la siguiente tabla)

79
el PRI no gana un solo distrito local desde 1997, en tanto que sólo en un caso
de 141 posibles ha obtenido el triunfo en un distrito federal.

Tabla 2.11
Comparativo del IDE en estados con bajo dominio territorial del PRI
Distritos federales Distritos locales
Estado
∑T ∑G IDE ∑T ∑G IDE
Baja California 36 7 0.19 97 36 0.37
Guanajuato 72 11 0.15 132 13 0.098
Baja California Sur 10 1 0.1 76 11 0.14
Ciudad de México 141 1 0.007 240 0 0
Para los distritos federales se consideran cinco elecciones (2000-2012), seis para los casos de los distritos
locales de Baja California (1998-2013), Guanajuato (1997-2012) y Ciudad de México (1997-2012), y cinco
para Baja California Sur (1999-2011). Fuente: elaboración propia con datos de los institutos estatales
electorales.

En los estados en donde el PRI ha recuperado la gubernatura hay ligeras


variaciones entre el IDE que corresponde a los distritos federales y a los
locales, como en el caso de Jalisco. Sin embargo, debe llamarse la atención
sobre estados como Aguascalientes, en donde el PRI se muestra más fuerte en
el ámbito local que en el federal: entretanto que ha ganado en 56 ocasiones de
108 posibles en distritos locales, esto es, en más de la mitad de los casos
analizados, en el nivel federal sólo ha ganado en tres de 15 posibles, como se
puede apreciar en la siguiente tabla.

Tabla 2.12
Comparativo del IDE en estados con regreso del PRI a la gubernatura
Distritos federales Distritos locales
Estado
∑T ∑G IDE ∑T ∑G IDE
Aguascalientes 15 3 0.2 108 56 0.52
Jalisco 95 45 0.47 120 53 0.44
Para los distritos federales se consideran cinco elecciones (2000-2012), seis para los casos de Aguascalientes
(1998-2013) y Jalisco (1997-2012). Fuente: elaboración propia con datos de los institutos estatales electorales.

Establecer el dominio del PRI en los diferentes tipos de territorios nos


brinda un panorama sobre las diversas combinaciones que pueden presentarse.
80
Son estos elementos los que determinan el tipo de interacción que puede
presentarse, como se verá más adelante. Por lo pronto, cabe mencionar otros
aspectos que diferencian a los territorios.

2.4 Encapsulamiento electoral

Es un error pensar que si desde el nivel nacional se impulsan procesos de


democratización éstos se verán reflejados en los órdenes inferiores. No
necesariamente es así. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que en
ciertos territorios se mantienen sin cambios significativos determinadas
variables electorales, esto pese a que se han iniciado, por lo general en
ámbitos distintos, ya sea superiores o inferiores, procesos que tienen como
objetivo alterarlas. Se trata de una especie de encapsulamiento electoral, que
puede definirse como la contención en el aumento de la competitividad
electoral y la reducción de los eventos de alternancia en un territorio
determinado.
Debe advertirse la distinción entre competencia y competitividad. Como
establece Sartori, “la competencia es una estructura o una regla del juego. La
competitividad es un estado concreto del juego”, de modo tal que puede existir
competencia sin competitividad porque esta última “es una de las propiedades,
o uno de los atributos, de la competencia”.5 Para determinar el nivel de
competitividad se utiliza el margen de victoria, esto es, el resultado de restar la
votación porcentual obtenida por el partido –o coalición– que gana la elección
a la lograda por el que quedó en segundo lugar; como señala Reynoso, “el
supuesto reside en que cuanto mayor es la distancia entre ambos partidos

5
Giovanni Sartori, Partidos y sistemas de partidos, Alianza, México, 2005, pp. 264-265.

81
menos competitiva es la elección, de tal suerte que es menor la probabilidad
de que P2 derrote a P1 por medio de los votos”.6
La alternancia, que se presenta cuando el partido otrora ganador pierde
la elección y cede entonces el cargo en disputa a otro partido, complementa la
otra parte de la definición, pues se estima que se trata del punto de llegada de
los procesos que favorecen la competitividad. La importancia de la alternancia
reside en que constituye un “momento de quiebre que condensa una serie de
procesos”, al tiempo que “manifiesta el rompimiento de las redes de control
partidista priista”.7
Escapa a los objetivos de la presente investigación una exploración más
amplia sobre el encapsulamiento electoral. Sin embargo, se considera
oportuno dar cuenta de su existencia, para lo cual se examina el caso de
Hidalgo. En esta entidad se pasó de un margen de victoria en la elección de
gobernador de prácticamente el 100% en 1975 a una diferencia de apenas
5.13% en 2010. Como se vio en el apartado anterior, el aumento de la
competitividad también puede constatarse si se revisan los ayuntamientos, en
donde el PRI pasó de gobernar el 86.9% en 1996 a sólo el 55.9% en 2011.
En este contexto llama la atención lo que sucede en un tipo de territorio
no preponderante, sino sobrepuesto, como son los 18 distritos locales en que
se divide el estado. Por un lado, ciertos datos muestran una tendencia hacia
una mayor competitividad, como el hecho de que los porcentajes de votación
de los partidos ganadores han ido a la baja, como se observa en la siguiente
gráfica. Se presentan 108 casos, 18 distritos durante seis procesos electorales
(1999-2013). En la elección de 2013, que corresponde a la columna que va de

6
Diego Reynoso, “Competición electoral y deshegemonización en los estados mexicanos”, en Víctor
Espinoza y Luis Rionda (coords.), Después de la alternancia: elecciones y nueva competitividad, UAM
Azcapotzalco, Universidad de Guanajuato, Somee, Eón, México, 2005, p. 170.
7
Mario Carrillo, Álvaro Martínez y Ernesto Morua, op. cit., p. 91.

82
90 a 108, aparecen los porcentajes más bajos y además por primera vez se
invadió la franja que se sitúa entre el 30% y el 40%.

Gráfica 2.5
Hidalgo. Porcentaje de votación del partido ganador en 18 distritos
locales durante seis procesos electorales, 1999-2013
Porcentaje de votación del partido ganador

70.00

60.00

50.00

40.00

30.00
0 18 36 54 72 90 108

Distritos por proceso electoral


Fuente: elaboración propia con datos del IEEH.

Empero, si se clasifican los 108 casos de acuerdo con los rangos


propuestos por Valdés8, se aprecia la escasez de distritos en el renglón de
mayor competitividad, es decir, con márgenes inferiores a 10%: se presentan
sólo 10 casos, que significan apenas el 9.3% del total. En contraste, 25% de
los casos presentan márgenes de victoria superiores a 30%.

8
Leonardo Valdés, “El sistema de partidos en México: las dimensiones de la competitividad electoral”, en
Política y Cultura, núm. 5, UAM Xochimilco, México, otoño de 1995, p. 34.

83
Tabla 2.13
Hidalgo. Margen de victoria en 18 distritos locales, 1999-2013
Margen de victoria 1999 2002 2005 2008 2010 2013 Total
MV < 10% 4 1 0 0 5 0 10 (9.3%)
10% < MV < 20% 4 3 4 5 8 9 33 (30.6%)
20% < MV < 30% 3 5 11 8 2 9 38 (35.2%)
MV > 30% 7 9 3 5 3 0 27 (25%)
Total 18 18 18 18 18 18 108 (100%)
Fuente: elaboración propia con datos del IEEH.

Con el objetivo de obtener un dato que permitiera tener una posición


más clara respecto de esta contradicción, se recurrió al índice de
competitividad de Reyes del Campillo, que reúne tanto el margen de victoria
como el porcentaje del partido ganador en un solo indicador, en donde
conforme el resultado se acerca a 100 revela una mayor competitividad, esto
de acuerdo con la fórmula:9

100 - (% del partido ganador + margen de victoria * 0.5)

Las cifras obtenidas mediante este índice permiten plantear la presencia


de una suerte de encapsulamiento, de continuidad o permanencia, en los
procesos electorales de los distritos locales hidalguenses, en donde la
tendencia hacia un aumento de la competitividad parece contenerse en tanto
que a nivel municipal o estatal corre a un ritmo distinto. En la Gráfica 2.6 se
aprecia que la puntuación mínima ocurrió en 1999 (es decir la menor
competitividad registrada), pero también en ese mismo año se encuentra la
máxima (77.9), lo que significa que el caso más competitivo de los 108
analizados se presentó hace más de 15 años. Es verdad que en 2013 dejan de

9
Juan Reyes del Campillo, “Partidos y elecciones en México: realineamiento y reordenamiento político
electoral 1988-2000”, tesis de doctorado en Estudios Sociales, UAM Iztapalapa, México, 2002, p. 69.

84
aparecer casos debajo de los 60 puntos, pero por otro lado apenas uno rebasa
la línea de los 75.

Gráfica 2.6
Hidalgo. Índice de competitividad de 18 distritos locales por año de
elección, 1999-2013
80.00
Índice de competitividad electoral

70.00

60.00

50.00

40.00
1999 2002 2005 2008 2010 2013

Año de elección
Fuente: elaboración propia con datos del IEEH.

Pese a lo anterior, la evidencia más clara tiene que ver con la cantidad
de triunfos de la oposición en los distritos y con el número de alternancias que
se han presentado. Los datos encontrados al respecto son contundentes: el PRI
únicamente ha perdido en cuatro distritos locales; en sólo uno de ellos, el
distrito 2 con sede en Pachuca, la oposición ha ganado dos veces. Esto implica
que en 14 distritos electorales locales de Hidalgo, que representan el 77.8%
del total en la entidad, el PRI no ha perdido una sola elección a lo largo de su
historia. La cantidad de alternancias observadas en aquellos distritos en los

85
que la oposición logró imponerse en alguna elección, por otro lado, denota que
todos ellos han sido recuperados por el PRI: en 2013 en todos los distritos
locales de mayoría triunfó ese partido.

Tabla 2.14
Hidalgo. Triunfos y alternancias en 18 distritos locales, 1999-2013
Triunfos Triunfo Partidos opositores
Dtto Sede Alternancias
PRI oposición ganadores
1 Pachuca Poniente 5 1 Alianza* 2
2 Pachuca Oriente 4 2 PAN / Alianza 4
3 Tulancingo de Bravo 5 1 PAN 2
4 Tula de Allende 6 0 --- 0
Tepeji del Río de
5 6 0 --- 0
Ocampo
6 Huichapan 6 0 --- 0
7 Zimapán 6 0 --- 0
Zacualtipán de
8 6 0 --- 0
Ángeles
San Agustín
9 6 0 --- 0
Metzquititlán
10 Tenango de Doria 6 0 --- 0
11 Apan 6 0 --- 0
12 Tizayuca 6 0 --- 0
13 Huejutla de Reyes 6 0 --- 0
14 Actopan 6 0 --- 0
15 Molango de Escamilla 6 0 --- 0
16 Ixmiquilpan 6 0 --- 0
17 Jacala de Ledezma 5 1 Alianza 2
18 Atotonilco El Grande 6 0 --- 0
*Alianza: corresponde a la conformada en 2010 por PAN, PRD, PT y Convergencia. Fuente: elaboración
propia con datos del IEEH.

Lo anterior valida el planteamiento aquí sostenido de que debe


considerarse la interacción entre una multiplicidad de territorios, pues lo que
se tiene es “la yuxtaposición o convivencia, a la par, de tipos territoriales
diferentes”.10 Las dinámicas políticas no son las mismas en los territorios,

10
Rogério Haesbaert, El mito de la desterritorialización: del “fin de los territorios” a la multiterritorialidad,
Siglo XXI, México, 2011, pp. 282-283.

86
incluidos los de una misma entidad, porque las condiciones en las que se
desenvuelven son distintas.

2.5 El tamaño de los territorios

No todos los territorios tienen el mismo valor para los partidos. Ganar un
distrito en el que habitan pocos electores es más sencillo, pero se puede
preferir ser competitivo en un distrito muy poblado, aunque no se gane la
elección, por la cantidad de votos que se puede conseguir, los cuales
seguramente resultarán de gran utilidad en una elección de orden superior. Es
en algún momento aceptable la pérdida de varios distritos electorales, por
ejemplo, en tanto se logre ganar la capital de un estado o incluso una
gubernatura.
En ese sentido existe una intensidad desigual de las preferencias ante
una situación de adopción de decisiones. La noción se obtiene de lo formulado
por Sartori: “el factor de intensidad nos plantea el hecho de que cada problema
suscita un grado diferente de afecto, de compromiso o de desinterés. Nos
enfrentamos, pues, a la intensidad desigual de las preferencias individuales.
Las preferencias varían no sólo porque son diversas, sino también porque se
manifiestan con mayor o menor intensidad”.11
Un aspecto que llega a ser determinante a la hora de preferir abocarse a
tal o cual estado, distrito o municipio y que por lo mismo impacta en las
interacciones partidarias, es el tamaño de los territorios.
Un primer dato a considerar es, por supuesto, la lista nominal de cada
una de las entidades, el cual proporciona una primera idea sobre el diferente

11
Giovanni Sartori, Teoría de la democracia. 1. El debate contemporáneo, tomo 1, Alianza, Madrid, 2009,
6ta. reimp., p. 275.

87
peso que tienen estos territorios. Cabe señalar la diferencia que existe entre el
estado de México, el Distrito Federal y Veracruz con respecto de Baja
California Sur, Colima y Campeche en cuanto al número de personas
registradas en dichas listas.

Tabla 2.15
Lista nominal por estado, 2015
Estado Lista nominal Proporción (%)
Aguascalientes 842,456 1.11
Baja California 2,361,747 3.11
Baja California Sur 237,467 0.31
Campeche 513,244 0.68
Chiapas 3,144,854 4.14
Chihuahua 2,315,791 3.05
Coahuila 1,942,575 2.56
Colima 481,712 0.63
Ciudad de México 6,857,372 9.03
Durango 1,176,738 1.55
Guanajuato 3,910,308 5.15
Guerrero 2,107,423 2.78
Hidalgo 1,943,356 2.56
Jalisco 5,145,300 6.78
México 10,493,403 13.82
Michoacán 2,976,940 3.92
Morelos 1,246,411 1.64
Nayarit 779,355 1.03
Nuevo León 3,206,153 4.22
Oaxaca 2,030,274 2.67
Puebla 4,077,389 5.37
Querétaro 1,333,190 1.76
Quintana Roo 971,933 1.28
San Luis Potosí 1,766,864 2.33
Sinaloa 1,974,676 2.60
Sonora 1,608,135 2.12
Tabasco 1,415,773 1.86
Tamaulipas 2,371,034 3.12
Tlaxcala 834,970 1.10
Veracruz 5,454,089 7.18
Yucatán 1,309,711 1.72
Zacatecas 1,082,763 1.43
Total 75,938,730 100
Fuente: elaboración propia con datos del INE.

88
En el orden municipal las diferencias también son marcadas. Sólo para
mostrarlo puede considerarse, por ejemplo, el estado de Michoacán.

Tabla 2.16
Michoacán. Lista nominal por municipio, 2015
Electores Casos Municipios
Más de 500 mil 1 Morelia
Más de 200 mil 1 Uruapan
Más de 100 mil 2 Lázaro Cárdenas y Zamora
Entre 50 mil Zitácuaro, Apatzingán, Hidalgo, La Piedad, Pátzcuaro, Puruándiro
7 y Maravatio
y 100 mil
Zacapu. Los Reyes, Tarímbaro, Tacámbaro, Sahuayo, Jacona,
Zinapécuaro, Múgica, Jiquilpan, Salvador Escalante, Huetamo,
Buenavista, Tangancícuaro, Turicato, Ario, La Huacana, Cuitzeo,
Paracho, José Sixto Verduzco, Contepec, Tuxpan, Yurécuaro,
Lista nominal

Tangamandapio, Chilchota, Venustiano Carranza, Quiroga,


Nahuátzen, Coeneo, Tlalpujahua, Arteaga, Peribán, Tancítaro,
Entre 10 mil
67 Parácuaro, Cotija, Gabriel Zamora, Álvaro Obregón, Penjamillo,
y 50 mil Villamar, Ocampo, Charo. Pajacuarán, Coalcomán, Vista Hermosa,
Panindícuaro, Nuevo Parangaricutiro, Aquila, Senguio, Tuzantla,
Indaparapeo, Purépero, Jungapeo, Irimbo, Epitacio Huerta,
Angamacutiro, Madero, Aguililla, Ecuandureo, Jiménez, Tanhuato,
Tingüindín, Tzintzuntzan, Churumuco, Ziracuaretiro, Tepalcatepec,
Erongarícuaro, Juárez y San Lucas
Taretan, Tiquicheo, Ixtlán, Numarán, Santa Ana Maya, Marcos
Castellanos, Huandacareo, Régules, Tocumbo, Queréndaro,
Huaníqueo, Tzitzio, Acuitzio, Chavinda, Angangueo, Susupuato,
Menos de 10 mil 34 Tingambato, Morelos, Copándaro, Tlazazalca, Coahuayana,
Nocupétaro, Charapan, Huiramba, Tumbiscatio, Briseñas,
Churintzio, Carácuaro, Nuevo Urecho, Chucándiro, Lagunillas,
Chinicuila, Zináparo y Aporo
No se incluye el municipio de Cherán, regido por usos y costumbres desde 2012. Los nombres de los
municipios aparecen en orden descendente, de mayor a menor cantidad de electores. Fuente: elaboración
propia con datos del Instituto Electoral de Michoacán (IEM).

Lo anterior se presenta para poder plantear que la existencia de


territorios dispares necesariamente produce influencias políticas desiguales,
situación que se traslada a la liza intrapartidaria y repercute en el tipo de
interacciones que se producen. Se sabe que es complicado medir la influencia
política, pero se propone una manera para acercarse a ello, la cual tiene que
ver con la consideración del tamaño de los territorios. Por más que la
medición de la influencia no pueda ser exacta, quizá pueda concederse la

89
afirmación de que el alcalde de Morelia tiene muchas mayores posibilidades
de injerencia en las decisiones partidarias que cualquiera de los 34 presidentes
municipales michoacanos que gobiernan un territorio con menos de 10 mil
electores.
Es posible argumentar que quien controle el municipio de Reynosa,
Tamaulipas, por citar otro ejemplo, tendrá mayor influencia intrapartidaria, o
por lo menos sus posibilidades de que así sea son más amplias, respecto de
quienes controlen otros municipios de ese estado: la lista nominal de Reynosa
es de 468 mil 344 personas, en tanto que la del 42% de los municipios
tamaulipecos (18 de 43) no supera los 10 mil inscritos.
El dato de la lista nominal da cuenta de la importancia de los territorios
porque muestra qué tan grandes son y por eso mismo brinda una idea de la
relevancia que tienen para el partido en general y para los grupos y actores en
particular, por la cantidad de votos que pueden aportar (los que a su vez se
traducen en control de recursos). Estas variaciones en el tamaño contribuyen a
que se configuren dinámicas distintas al propiciar una distribución e influencia
desigual de las fuerzas partidistas. Como lo muestran los casos de Michoacán
y Tamaulipas, en los municipios las diferencias son amplias derivado de su
conformación irregular, por lo que se trata de territorios con peso político
altamente dispar.
Ahora bien, esta variedad no es exclusiva de los territorios
preponderantes, cuya conformación responde a complejos procesos históricos,
políticos y sociales. Las disparidades también se encuentran en territorios
sobrepuestos, cuya configuración tendría que responder más a criterios
técnicos y por tanto supone una distribución más o menos proporcional de la
población.

90
La conformación de los distritos federales electorales es revisada de
manera regular. Pese a ello, en 2013 el 30% de estos territorios se encontraba
fuera de rango, es decir, 88 de los 300 en que se divide el país.12 Esto de
acuerdo con lo que estableció el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) en
1996, que fue un margen de variación de población de ±15% respecto del
tamaño ideal, el cual se obtiene, de acuerdo con el artículo 53 constitucional,
“de dividir la población total del país entre los distritos señalados”.
Ya en 2012 el IFE advertía que el número de distritos tendría que ser
modificado en 12 entidades: se verían favorecidos Chiapas, Guanajuato,
Jalisco, estado de México, Querétaro, Quintana Roo y Tamaulipas, que
ganarían un distrito, en tanto que la entidad más afectada sería el entonces
Distrito Federal, que perdió tres distritos; el resto de los estados perjudicados
serían Oaxaca, Puebla, Sinaloa y Veracruz, que tendrían uno menos.
Mucho más complejo aún es lo que ocurre a nivel de los distritos
locales, en donde no necesariamente se emprenden procesos regulares de
adecuación. La asimetría en su conformación es también un aspecto que
singulariza a estos territorios: les da más peso a unos por la cantidad de votos
que representan y contribuye a la existencia de influencias políticas
desiguales.
El país se divide en 692 distritos locales. Si se considera el tamaño de su
lista nominal, los más grandes se encuentran en los estados de México, Jalisco
y Baja California. Los tres primeros, como se aprecia en la siguiente tabla,
superan el medio millón de inscritos.

12
IFE, Redistritación electoral 2013: guía informativa, IFE, México, 2013.

91
Tabla 2.17
Distritos locales más poblados del país
Estado Dtto Sede Lista nominal
México 31 La Paz 577 mil 808
México 38 Coacalco 542 mil 447
México 33 Ecatepec 506 mil 647
México 27 Chalco 486 mil 621
México 40 Ixtapaluca 411 mil 473
Jalisco 7 San Pedro Tlaquepaque 400 mil 322
México 21 Ecatepec 397 mil 765
Baja California 13 Tijuana 386 mil 138
México 43 Cuautitlán Izcalli 379 mil 026
México 16 Atizapán de Zaragoza 374 mil 182
Fuente: elaboración propia con datos de los institutos electorales de los estados.

La dinámica política de estos distritos difícilmente puede compararse


con la que se desarrolla en territorios que rondan apenas los 10 mil ciudadanos
en posibilidad de votar, ubicados principalmente en Colima y Baja California
Sur (Tabla 2.18). En todo caso, los distritos más grandes serían tan complejos
como algunas entidades del país, esto si se atiende el hecho de que los cuatro
distritos más poblados poseen una lista nominal más numerosa que la de todo
el estado de Baja California Sur, que al primero de agosto de 2014 se
integraba por 471 mil 64 ciudadanos. Lo que es más, la lista nominal del
distrito 31 del estado de México no sólo tiene más inscritos que la lista de
Baja California Sur, sino que también supera la de Colima y tiene un tamaño
muy cercano a la de Campeche.13

13
Al primero de agosto de 2014, Colima y Campeche contaban con una lista nominal de 512 mil 226 y 609
mil 23 electores, respectivamente.

92
Tabla 2.18
Distritos locales menos poblados del país
Estado Dtto Sede Lista Nominal
Colima 10 Ixtlahuacán 4 mil 841
Colima 14 Minatitlán 6 mil 384
Baja California Sur 15 Bahía Tortugas 7 mil 135
Sinaloa 16 Cosalá 12 mil 139
Baja California Sur 9 Ciudad Constitución 13 mil 41
Baja California Sur 13 Santa Rosalía 13 mil 809
Baja California Sur 6 Todos Santos 13 mil 943
Baja California Sur 12 Loreto 14 mil 416
Colima 5 Coquimatlán 15 mil 20
Baja California Sur 14 Guerrero Negro 15 mil 202
Fuente: elaboración propia con datos de los institutos electorales de los estados.

La manera en que se han ido desarrollando los diferentes procesos de


distritación a nivel local ha propiciado que se presenten disparidades
importantes incluso en el interior de los propios estados. Prácticamente el 50%
de los distritos locales tiene una lista nominal con menos de 100 mil inscritos,
lo que contrasta con un 10% de distritos que supera los 200 mil enlistados.

Tabla 2.19
Número de distritos locales según el número de inscritos
en la lista nominal
Electores Casos Proporción (%)
Más de 500 mil 3 0.43
Entre 400 mil y 500 mil 3 0.43
Lista nominal

Entre 300 mil y 400 mil 9 1.3


Entre 200 mil y 300 mil 51 7.37
Entre 100 mil y 200 mil 282 40.75
Menos de 100 mil 344 49.7
Total 692 100
Fuente: elaboración propia con datos de los institutos electorales de los estados.

93
Lo que se plantea es que estas diferencias repercuten en las
interacciones partidarias por varias razones: 1) al existir zonas con mayor
tamaño y peso político que otras, existe un interés diferenciado por
controlarlas; de acuerdo con sus posibilidades y características específicas, los
actores dan prioridad a ciertos territorios, ya sea que busquen afianzarse o
expandirse; 2) El control de territorios desiguales produce actores con
capacidades de decisión también desiguales al interior del partido. El tipo de
interacción está determinado por la configuración que se constituya en una
entidad y tiempo determinado; la interacción del CEN con las instancias y
actores locales no puede ser la misma en un estado sin gobernador que con
gobernador priista, tampoco puede ser la misma en entidades donde la
estructura partidaria es débil o en otras donde existen fuerzas del partido que
controlan zonas relevantes. Para ir armando este panorama es que se estima
conveniente dar cuenta de las desproporciones existentes en cada entidad.
En la siguiente tabla se observa que en Sinaloa, Colima y Quintana Roo
existen las disparidades más fuertes. En el caso de Sinaloa, el distrito 19 con
sede en Mazatlán es 20 veces más grande que el menos poblado, el que tiene
su sede en Cosalá. Por el contrario, estados como Tlaxcala, Yucatán y
Coahuila presentan distritos prácticamente simétricos en cuanto a su
composición poblacional.

94
Tabla 2.20
Grado de desproporción de los distritos locales por entidad
Estado Año Dtto+ Sede LN Dtto- Sede LN Relación
Sinaloa 2010 19 Mazatlán 247,120 16 Cosalá 12,139 20.36
Colima 2011 11 Manzanillo 53,698 10 Ixtlahuacán 4,841 11.09
Benito
Quintana Roo 2012 11 153,586 14 Isla Mujeres 15,324 10.02
Juárez
Baja California Cabo San Bahía
2011 8 64,216 15 7,135 9
Sur Lucas Tortugas
México 2013 31 La Paz 577,808 11 Santo Tomás 68,076 8.49
San Pedro y
Oaxaca 2013 22 Oaxaca 216,405 14 San Pablo 30,153 7.18
Teposcolula
Sabinas
Nuevo León 2012 16 Apodaca 313,592 21 52,855 5.93
Hidalgo
Baja California 2013 13 Tijuana 386,138 3 Mexicali 75,391 5.12
San Agustín
Hidalgo 2013 3 Tulancingo 185,565 9 36,592 5.07
Metzquititlán
Chiapas 2012 7 Ocosingo 205,898 11 Pueblo Nuevo 47,534 4.33
Bahía de Santiago
Nayarit 2013 14 91,947 12 22,310 4.12
Banderas Ixcuintla
Querétaro 2012 2 Querétaro 132,077 1 Querétaro 51,172 2.58
Morelos 2012 5 Temixco 127,706 3 Cuernavaca 51,961 2.46
Soledad de
San Luis Potosí 2012 9 Graciano 170,202 2 Cerritos 82,489 2.06
Sánchez
San Pedro
Jalisco 2012 7 400,322 14 Guadalajara 200,211 2
Tlaquepaque
Chihuahua 2012 19 Chihuahua 157,445 8 Juárez 79,052 1.99
Guanajuato 2012 4 León 251,375 6 León 136,304 1.84
Veracruz 2013 15 Orizaba 231,067 3 Chicontepec 127,952 1.81
Zacatecas 2013 11 Fresnillo 82,396 1 Zacatecas 47,043 1.75
Durango 2013 2 Durango 93,592 3 El Oro 53,835 1.74
Sonora 2012 8 Hermosillo 111,214 4 Nogales 67,600 1.64
Aguascalientes 2013 11 Cosío 58,352 12 El Llano 36,290 1.61
Tamaulipas 2013 6 Reynosa 147,261 2 Nuevo Laredo 94,550 1.56
Benito
Distrito Federal 2012 17 223,820 23 Iztapalapa 144,446 1.55
Juárez
Puebla 2013 13 Puebla 199,717 26 Ajalpan 129,176 1.55
Michoacán 2011 8 Zinapécuaro 173,283 23 Apatzingán 113,291 1.53
Guerrero 2012 3 Acapulco 99,722 19 Eduardo Neri 66,220 1.51
Tabasco 2012 9 Centro 89,451 13 Comalcalco 63,526 1.41
Ciudad del
Campeche 2012 6 Campeche 29,877 11 21,486 1.39
Carmen
Coahuila 2011 9 Torreón 139,670 5 Ramos Arizpe 101,347 1.38
Yucatán 2010 2 Mérida 101,961 8 Umán 78,259 1.30
Tlaxcala 2013 16 Apizaco 51,474 7 Papalotla 40,149 1.28
Fuente: elaboración propia con datos de los institutos electorales de los estados.

95
La Gráfica 2.7 muestra la magnitud de las variaciones en la
conformación de los distritos locales, tanto en comparación con las demás
entidades como respecto de sus pares.

Gráfica 2.7
Variaciones en el tamaño de los distritos locales por entidad
600,000

500,000

400,000
Lista nominal

300,000

200,000

100,000

0
Cam

SLP

Tam
DF
Col
BCS

Chih

Pue
QRoo
BC

Jal
Coah

Dgo

Hgo

Mich

NL

Sin

Tab
Mor
Chis

Mex

Tlax
Gto

Son
Nay
Gro

Qtro
Oax

Zac
Ver
Ags

Yuc

Estados

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la Tabla 2.20.

2.6 Polos prioritarios de influencia

Las características de cada uno de los territorios que se entrecruzan en un


espacio dado son determinantes para el tipo de interacciones partidarias que se
presentan ahí. Un aspecto más que se propone tomar en cuenta tiene que ver
con la presencia de uno o varios polos prioritarios de influencia en las

96
entidades, condición que puede llegar a facilitar el dominio de un grupo, en el
primer caso, o propiciar la presencia de varios actores fuertes, en el segundo
supuesto.
Un panorama de lo anterior se presenta con base en la Tabla 2.21. Se
consideran aquellos municipios (delegaciones, en el caso de la Ciudad de
México) que cuentan con dos o más distritos locales. Sobra decir que la
realidad no puede reducirse a estos datos, pero permiten tener una idea sobre
el nivel de concentración o fragmentación de grupos políticos derivado de las
características propias de cada entidad. Posibilita además ubicar las zonas que
pueden considerarse proveedoras de influencia relevante para los actores por
el peso que tienen.
Aparecen entonces diferentes tipos de entidades. Aguascalientes y
Yucatán se distinguen como los estados en los que más peso tiene una sola
zona, el municipio de Aguascalientes y Mérida, respectivamente, que
concentran el 40% de los distritos locales de cada entidad. Por el contrario,
lucen con alta fragmentación Chiapas, Ciudad de México, estado de México,
Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz, pero aun así tienen diferencias
sustanciales. En Oaxaca e Hidalgo sólo hay una zona con la característica de
contar con dos o más distritos y ésta apenas representa el 10% del total de
distritos en la entidad (Oaxaca y Pachuca). No es el mismo caso de las otras
entidades, que aunque se encuentran fragmentadas poseen polos importantes.
En el estado de México, por ejemplo, se identifica Nezahualcóyotl y
Ecatepec, seguidos de Toluca, Naucalpan y Tlalnepantla, aunque en conjunto
suman apenas el 33% del total de distritos. Una situación un tanto distinta
ocurre en Guerrero, donde hay un polo prioritario, Acapulco, que junto con
otros cuatro polos menores representan más de la mitad de los distritos
locales.

97
Se pueden apreciar, por otro lado, estados bipolares, aquellos en los que
dos zonas concentran el 50% o más de distritos: Chihuahua, Coahuila,
Querétaro y Quintana Roo, así como entidades con tres polos de gran peso,
donde destacan los casos de Baja California, Durango y Nuevo León.

Tabla 2.21
Polos prioritarios de influencia en cada entidad
Número de dttos

Territorio principal Polos

% concentración /
número de zonas
Estado

dttos

dttos
Sede % Sede %

Aguascalientes 18 Aguascalientes 8 44.4 ----- -- -- 44.4 / 1


Mexicali 6 35.3
Baja California 17 Tijuana 7 41.2 88.3 / 3
Ensenada 2 11.8
Baja California Cabo San Lucas 2 12.5
16 La Paz 5 31.2 56.2 / 3
Sur Cd. Constitución 2 12.5
Campeche 21 Campeche 6 28.6 Cd. del Carmen 4 19 47.6 / 2
Chiapas 24 Tuxtla Gutiérrez 2 8.3 Tapachula 2 8.3 16.6 / 2
Chihuahua 22 Juárez 8 36.4 Chihuahua 5 22.8 59.2 / 2
Coahuila 16 Saltillo 4 25 Torreón 4 25 50 / 2
Manzanillo 3 18.7
Colima 16 Colima 3 18.7 Villa de Álvarez 2 12.5 62.4 / 4
Tecomán 2 12.5
GAM 6 15
Álvaro Obregón 41 10
Coyoacán 3 7.5
Tlalpan 3 7.5
Ciudad de Cuauhtémoc 32 7.5
40 Iztapalapa 8 20 87.5 / 10
México Azcapotzalco 2 5
Iztacalco 2 5
Venustiano
2 5
Carranza
Xochimilco 2 5
Gómez Palacio 4 23.5
Durango 17 Durango 6 35.3 70.6 / 3
Lerdo 2 11.8
Irapuato 2 9.1
Guanajuato 22 León 5 22.7 Salamanca 2 9.1 50 / 4
Celaya 2 9.1
Chilpancingo 2 7.1
Zihuatanejo 2 7.1
Guerrero 28 Acapulco 7 25 53.4 / 5
Iguala 2 7.1
Tlapa 2 7.1
Hidalgo 18 Pachuca 2 11.1 ----- -- -- 11.1 / 1
Zapopan 3 15
Jalisco 20 Guadalajara 6 30 San Pedro 55 / 3
2 10
Tlaquepaque

98
Ecatepec 4 8.9
Toluca 2 4.4
México 45 Nezahualcóyotl 5 11.1 33.2 / 5
Naucalpan 2 4.4
Tlalnepantla 2 4.4
Michoacán 24 Morelia 4 16.7 Uruapan 2 8.3 25 / 2
Cuautla 2 11.1
Morelos 18 Cuernavaca 4 22.2 Jiutepec 2 11.1 55.5 / 4
Yautepec 2 11.1
Nayarit 18 Tepic 5* 27.8 Santiago Ixcuintla 3 16.7 44.5 / 2
Guadalupe 4 15.4
Nuevo León 26 Monterrey 8 30.8 San Nicolás de los 57.7 / 3
3 11.5
Garza
Oaxaca 25 Oaxaca 2 8 ----- -- -- 8/1
Puebla 26 Puebla 7 26.9 Tehuacán 2 7.7 34.6 / 2
Querétaro 15 Querétaro 6 40 San Juan del Río 2 13.3 53.3 / 2
Quintana Roo 15 Othón P. Blanco 5 33.3 Benito Juárez 4 26.7 60 / 2
San Luis Potosí 15 San Luis Potosí 4 26.7 ----- -- -- 26.7 / 1
Mazatlán 2 8.3
Sinaloa 24 Culiacán 4 16.7 Ahome 2 8.3 41.6 / 4
Guasave 2 8.3
Obregón 4 19
Sonora 21 Hermosillo 5 23.8 52.3 / 3
Nogales 2 9.5
Cárdenas 2 9.5
Tabasco 21 Centro 6 28.6 Comalcalco 2 9.5 57.1 / 4
Huimanguillo 2 9.5
Nuevo Laredo 3 13.7
Reynosa 3 13.7
Tamaulipas 22 Matamoros 3 13.7 59.3 / 5
Tampico 2 9.1
Victoria 2 9.1
Tlaxcala 19 Tlaxcala 2 10.5 Apizaco 2 10.5 21 / 2
Veracruz 2 6.7
Veracruz 30 Xalapa 2 6.7 20.1 / 3
Coatzacoalcos 2 6.7
Yucatán 15 Mérida 6 40 ----- -- -- 40 / 1
Fresnillo 2 11.1
Zacatecas 18 Zacatecas 2 11.1 33.3 / 3
Guadalupe 2 11.1
1 2
Comparte un distrito con la delegación Benito Juárez y otro con Cuajimalpa. Comparte un distrito con la
delegación Miguel Hidalgo. **Comparte uno con el municipio de Santa María del Oro y otro con el de
Xalisco. Fuente: elaboración propia con datos de los institutos electorales de los estados.

Lo que se tiene hasta aquí es un panorama general de lo que ocurre en


las 32 entidades a partir de la comparación de diversos datos de tipo electoral.
Con ello se mostró que existen variaciones significativas en el control de los
territorios por parte del PRI, lo que a su vez produce múltiples combinaciones
dado que los espacios van confluyendo.
De manera que por un lado se pudo observar que un amplio control en
el territorio estatal no garantiza dominio pleno en todos los demás ámbitos,

99
pero por otro se comprueba la relevancia del terreno local para el priismo. De
hecho en varios estados su hegemonía parece sustentarse en el control de este
tipo de espacios, de tal modo que las pérdidas a nivel federal no se trasladan
en automático a lo local.
Lo revisado permite señalar que al existir territorios con características
variadas, como es su tamaño o el contexto en el que se encuentran inmersos,
se producen actores con grados de influencia también variables cuya fuerza
puede ceñirse a un territorio determinado o ampliarse a varios más. Ahora
bien, esta fuerza puede encontrar más o menos obstáculos para consolidarse o
ampliarse, dependiendo de si se es o no parte del grupo predominante o si, no
formando parte de dicho grupo, se ejerce en terrenos más o menos relevantes o
ambicionados por sus integrantes.
Puede afirmarse que las características de los territorios son
determinantes en el grado de influencia con que cuentan los actores que los
controlan. Lo que sigue ahora es proponer directrices tanto para identificar a
dichos personajes como para determinar (medir en algún sentido) el peso que
pueden llegar a tener, lo que es materia del siguiente capítulo.

100
CAPÍTULO 3
IDENTIFICACIÓN DE ACTORES: LA INFLUENCIA
POLÍTICA A PARTIR DE LOS TERRITORIOS

El presente capítulo tiene como objetivo mostrar cómo los actores políticos
van interactuando con otros a partir de los diferentes territorios desde donde
pretenden ejercer influencia política. Existe una confluencia de territorios y
por ello también una concurrencia de actores. El problema es que la cantidad
de personajes en interacción puede ser exponencial.
A continuación se presenta una primera parte sobre el análisis de más de
100 trayectorias políticas de diputados federales con la intención de observar
los territorios de donde provienen y advertir aquellos que son más relevantes.
En un segundo momento se hace una delimitación de los actores de cada uno
de los territorios (preponderantes, sobrepuestos y partidarios) que se sugiere
examinar para estudiar las interacciones multiterritoriales del PRI. Se propone
finalmente el concepto de coligación, que busca hacer visible un tema un tanto
desatendido como es el de las relaciones entre las estructuras, instancias y
actores nacionales con sus referentes estatales.

3.1 Confluencia de territorios y actores

El obtener un cargo otorga cierta influencia política. Esa influencia es


variable, depende del tipo de territorio en el que se tenga presencia y que
permitió la obtención del puesto. En ese sentido, el peso de los actores
políticos tiene su sustento en los territorios en los que son capaces de influir.
Esa fuerza se ve reflejada en la toma de decisiones partidarias. Lo que tiene
que hacerse es identificar a los actores políticos. Posteriormente determinar el

101
peso político o la fuerza con que cuentan los mismos para ser considerados en
los procesos de toma de decisiones partidarias.
Lo que se demostrará a continuación es que es un error no distinguir los
territorios en los que se desenvuelven los actores políticos. No hacer esta
diferenciación ha llevado a algunos autores a dar una importancia excesiva al
ámbito local en cuanto al peso que tiene en las decisiones partidarias. Es
innegable la fuerza que poseen los actores locales en procesos como los de la
selección de candidatos, pero es necesario establecer que naturalmente las
estructuras nacionales también participan de dichas decisiones.
En ese sentido lo que explica las decisiones partidarias no es
exactamente un proceso de descentralización en el que existió un traslado de
atribuciones y capacidades del nivel nacional a los locales,1 sino que esas
decisiones siguen tomándose como siempre, a partir de procesos en los que
confluyen los diversos actores en las negociaciones y los resultados dependen
de la fuerza que en ese momento posean tanto ellos como los grupos a los que
pertenecen o a los que se encuentran aliados.
El sesgo nacional que por años prevaleció en los estudios de ciencia
política se ha ido corrigiendo en la medida en que algunos académicos han
examinado lo que ocurre en los estados. Sin embargo, existe el riesgo de que
se produzca el sesgo de subestimar la injerencia de las estructuras centrales.
De ahí que la preocupación no debe estar en determinar si tal o cual ámbito
prevalece, sino en cómo se presentan las interacciones para tomar decisiones
en los territorios.

1
Joy Langston, “La competencia electoral y la descentralización partidista en México”, en Revista Mexicana
de Sociología, vol. 70, núm. 3, IIS-UNAM, México, julio-septiembre de 2008, pp. 457-486.

102
Para tales efectos, se consideran aquí una serie de actores clave que
surgen del control de los diferentes territorios. Hay que advertir que mientras
más fuerza tenga el partido en un estado, mayor será el número de actores con
posesión territorial. Los realineamientos son más o menos constantes y tienen
en los procesos electorales un momento trascendental. De los resultados
comiciales depende que se tenga uno o dos senadores de mayoría, que
aumente o disminuya el número de presidentes municipales, diputados
federales y locales, así como algo realmente relevante para efectos de la
distribución de poder intrapartidario: la pérdida, mantenimiento o ganancia de
la gubernatura.
Esquema 3.1
Actores clave de los territorios

Fuente: elaboración propia.

103
Desde luego que lo mostrado en el esquema es una representación muy
básica. Es pertinente mencionar una serie más de actores relevantes en cada
uno de los tipos de territorios planteados. En el territorio preponderante
municipal, a los regidores o integrantes de la administración municipal; en el
preponderante estatal, a los integrantes del gabinete, subsecretarios, oficiales
mayores, delegados estatales de dependencias federales y directores; en el
preponderante nacional, a secretarios de Estado, subsecretarios, oficiales
mayores, delegados federales y directores.
Por otro lado, en los territorios partidarios se pueden ubicar los
siguientes actores: en el nivel municipal, a quienes tienen algún cargo en el
Comité Directivo Municipal (CDM); en el estatal, al secretario general y
demás secretarios tanto del Comité Directivo Estatal (CDE) como de los
sectores y organismos del partido en la entidad, subsecretarios y delegados del
CDE; en el nivel nacional, el secretario general, de organización, de acción
electoral, de gestión social, finanzas, entre otros, además de subsecretarios y
delegados del CEN, a los cuales se añaden los dirigentes y secretarios de los
sectores partidarios y organismos políticos nacionales.
Por lo que respecta a los territorios sobrepuestos deben distinguirse
aquellos senadores, diputados federales o locales que llegan a formar parte de
los órganos de gobierno de la Cámara en la que se desempeñan o aquellos que
son parte importante dentro de una comisión.
Ubicar esta variedad de actores es menos difícil que indagar respecto de
la fuerza política de cada uno, asunto que se abordará en el siguiente apartado.
Por el momento basta con plantear que el cargo que ocupan los diferentes
actores no refleja necesariamente su peso político. Ya sea porque son capaces
de trascender hacia otros territorios, lo que expande su fuerza, o porque en los

104
hechos a ellos no les corresponde plenamente el control del territorio
correlativo al cargo que ostentan.
La superposición de los territorios y cómo se va dando el acomodo de
los actores se observa examinando los perfiles de los diputados federales,
quienes disputan territorios sobrepuestos, pero tienen contacto, se articulan
con territorios tanto nacionales como estatales y municipales. Se sigue la
lógica de Montero y Samuels cuando señalan:

Uno de nuestros más importantes descubrimientos es que los patrones de


carrera política son excelentes herramientas para comprender patrones de
influencia intergubernamental. Los patrones de carrera política –ya sea
carreras hechas dentro de las organizaciones nacionales del partido, dentro
del poder legislativo nacional o en oficinas subnacionales– señalan en dónde
los picos de las pirámides de poder se encuentran en un país determinado, y
por lo tanto revelan si los políticos nacionales o subnacionales tienen
relativamente más o menos influencia.2

Se construyeron dos escalas, una cuantitativa y una cualitativa, para


valorar las trayectorias políticas de los diputados federales. La valoración
cuantitativa se determina a partir de los cargos que los diputados federales han
ocupado a lo largo de su carrera en los territorios preponderantes y
partidarios.3

2
Alfred Montero y David Samuels, “The political determinants of decentralization in Latin America”, en
Alfred Montero y David Samuels (edits.), Decentralization and democracy in Latin America, University of
Notre Dame, Indiana, 2004, p. 23.
3
Se calcula de la siguiente forma: 1) se identifica el tipo y número de cargos ocupados; 2) se dividen los
cargos en dos grupos, los ocupados en territorio preponderante y en territorio partidario; 3) cada cargo, según
el territorio al que pertenezca, se clasifica de acuerdo con las tablas 3.1 y 3.2; 4) con base en el número de
cargos, se obtiene un porcentaje de ocupación de cada tipo de posiciones; 5) se divide entre 100 el valor
asignado a cada posición en las tablas; 6) este resultado se multiplica por el porcentaje correspondiente; 7) se
suman las 10 cantidades obtenidas y se consigue así la valoración de la carrera política del diputado en cada
territorio. La cifra obtenida va de 0 a 10, mientras menor sea implica mayor cercanía con ámbitos estatales o
municipales, y conforme aumenta significa mayor presencia en estructuras o instancias nacionales; el dígito 0
muestra una nula presencia en los cargos analizados, normalmente derivado del trabajo del actor en otro tipo
de territorios, como el sindical o el judicial.

105
Tabla 3.1
Asignación de valores a cargos ocupados en territorios preponderantes
Territorio Valor Posición
Municipal 1 Administración municipal, regidor
2 Presidente municipal
Estatal 3 Directores, subdirectores, jefes, subjefes de departamento
o cargo inferior
4 Subsecretario, oficial mayor, delegado estatal
5 Secretario
6 Gobernador
Nacional 7 Directores, subdirectores, jefes y subjefes de
departamento, coordinadores
8 Delegado federal
9 Subsecretario, oficial mayor
10 Secretario
Fuente: elaboración propia.

Tabla 3.2
Asignación de valores a cargos ocupados en territorios partidarios
Territorio Valor Posición
Municipal 1 Cargo en CDM e inferiores
2 Presidente CDM
Estatal 3 Subsecretario, delegados CDE, otras secretarías de algún
organismo político en el estado, coordinador de campaña
a gobernador
4 Demás secretarios CDE y sectores; secretario general de
algún organismo político en el estado, secretario técnico
del CPE
5 Secretario general, de organización, de acción electoral,
gestión social o finanzas del CDE; secretario general de
algún sector en el estado
6 Presidente CDE
Nacional 7 Subsecretarios, delegados del CEN, coordinador de
campaña presidencial en el estado
8 Demás secretarios CEN y sectores; secretario general de
algún organismo político nacional
9 Secretario general, de organización, de acción electoral,
gestión social o finanzas del CEN; secretario general de
algún sector
10 Presidente CEN
Fuente: elaboración propia.

106
Para subsanar algunos de los posibles sesgos que puede presentar la
valoración cuantitativa, se desarrolló una cualitativa, con el fin de evitar sobre
todo una sobrevaloración de la presencia en espacios nacionales. Para ello se
utilizó la escala de Gómez Martínez y Pérez-Nievas.4
El análisis se aplicó a 108 legisladores de los estados de Coahuila,
Durango e Hidalgo, debido a que el tamaño de sus contingentes en cada
legislatura es razonablemente similar. Una razón más es que en estas entidades
puede considerarse al PRI como un partido hegemónico, por lo que puede
suponerse un gran control por parte del gobernador sobre las decisiones
partidarias.

Tabla 3.3
Contingentes de diputados federales priistas de Coahuila, Durango
e Hidalgo, 1997-2012
Cantidad de diputados federales
Legislatura
Coahuila Durango Hidalgo
LVII (1997-2000) 6 6 6
LVIII (2000-2003) 6 5 8
LIX (2003-2006) 6 5 7
LX (2006-2009) 1 6 5
LXI (2009-2012) 7 5 9
LXII (2012-2015) 5 6 9
Total 31 33 44
Fuente: elaboración propia.

En el caso de los 33 diputados federales por Durango, de acuerdo con


los cargos que han ocupado en territorios preponderantes, se observa que se
han seleccionado candidatos con una trayectoria destacadamente estatal. En la

4
La escala va de 1 a 5, y la valoración se realiza conforme lo siguiente: 1. Carrera desarrollada
exclusivamente en el ámbito estatal; 2. Perfil en el que el ámbito estatal tiene más peso que el nacional; 3.
Nivel nacional y estatal tienen un peso similar en el perfil; 4. El ámbito nacional o central tiene más peso que
el estatal, y 5. Carrera desarrollada en órganos centrales o nacionales. Raúl Gómez Martínez y Santiago
Pérez-Nievas, “Faccionalismo e integración vertical en contextos multinivel. El caso del Partido Nacionalista
Vasco”, Papers. Revista de Sociología, núm. 92, Universidad Autónoma de Barcelona, España, 2009, pp. 97-
117.

107
Gráfica 3.1 aparece apenas un legislador que pasa la barrera del seis, en tanto
que la gran mayoría se concentra entre el uno y el cuatro, lo que significa que
han ocupado puestos en el nivel municipal o cargos medios a nivel estatal.
Algo similar ocurre si se considera la escala cualitativa, en donde la mayoría
de los valores se ubican en uno y apenas cuatro casos en tres (Gráfica 3.2).

Gráfica 3.1
Durango. Territorios preponderantes. Valores cuantitativos (0 a 10)
de los perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

108
Gráfica 3.2
Durango. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5) de los
perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Lo observado cambia sustancialmente cuando se consideran los valores


obtenidos respecto de los territorios partidarios; se advierten entonces perfiles
con presencia nacional: se agrupan algunos valores en torno a siete en el caso
de la escala cuantitativa, que significa la ocupación de cargos nacionales
medios (Gráfica 3.3), y se aprecia una presencia regular, salvo en una
legislatura, de perfiles entre cuatro y cinco en el caso de la escala cualitativa,
esto es, que tienen una carrera preponderantemente desarrollada en instancias
nacionales (Gráfica 3.4).

109
Gráfica 3.3
Durango. Territorios partidarios. Valores cuantitativos (0 a 10) de los
perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 3.4
Durango. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5) de los
perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

110
Lo que se tiene entonces es que no todos los perfiles se circunscriben al
ámbito local. Al hacer una diferenciación entre los territorios se obtiene que
más que un predominio del ámbito local, existe una distribución, esto es, hay
rasgos de convivencia entre actores provenientes de distintos territorios. La
observación no es menor, en un contexto en el que por ser un estado en el que
hasta 2012 el PRI no había perdido la gubernatura se podía suponer un control
importante del ejecutivo estatal respecto de las decisiones de su partido.
El patrón observado en Durango se repite en Hidalgo (como puede
verse en las gráficas 3.5 y 3.6) y en Coahuila (gráficas 3.7 y 3.8). Por
economía de espacio, a continuación se presentan únicamente las valoraciones
cualitativas.

Gráfica 3.5
Hidalgo. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5) de los
perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

111
Gráfica 3.6
Hidalgo. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5) de los perfiles
de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 3.7
Coahuila. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5) de los
perfiles de 31 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

112
Gráfica 3.8
Coahuila. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5) de los
perfiles de 31 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Cabe hacer un recuento minucioso de los diferentes perfiles para


corroborar lo anteriormente expuesto. Consideramos nuevamente el caso de
Hidalgo, porque es una entidad con dominio priista y donde se ha presentado
el control del gobernador en turno.
De los seis diputados que tuvo el estado de Hidalgo durante la LVII
Legislatura, cinco ocuparon previamente un cargo estatal; como puede verse
en la Tabla 3.4, cuatro legisladores se desempeñaron como secretarios en el
gabinete de Jesús Murillo Karam y uno más fue presidente municipal de Tula.
El caso restante es el de Arvizu Lara, el único de los seis con una trayectoria
predominantemente nacional: además de diputado federal y senador,
previamente había ocupado diversos cargos en la estructura nacional del
partido, entre ellos, secretario de Información y Propaganda, así como
delegado del CEN en Puebla, Aguascalientes, Baja California y Guerrero.

113
El peso del gobernador en turno se deja sentir en las decisiones
partidarias, según puede verse. Pero no deben soslayarse las muestras de
negociaciones y concesiones a otros grupos. Además del caso de Arvizu Lara,
se encuentra el de Joel Guerrero Juárez, perteneciente al grupo de Guadarrama
Márquez, quien en ese momento se desempeñaba como senador.5

Tabla 3.4
Hidalgo. Diputados federales priistas por legislatura, 1997-2012
Legislatura Diputado Cargo anterior
Manuel Ángel Núñez Soto Srio. Gobierno (con Murillo)
Esteban Miguel Ángeles Cerón Srio. Educación (con Murillo)
LVII
Joel Guerrero Juárez Srio. Agricultura (con Murillo)
97-00
José Antonio Rojo García de Alba Srio. Desarrollo Regional (con Murillo)
Orlando Arvizu Lara Senador / Diputado federal
Noé Paredes Salazar Alcalde Tula
Coord. gral. sectorial Sedesol (Moctezuma) / Asesor srio.
David Penchyna Grub
Gobernación (con Labastida)
Comisionado PFP / Coord. asesores subsrio. Seguridad Pública
Omar Fayad Meneses
Segob (con Murillo)
Juan Manuel Sepúlveda Fayad Alcalde Pachuca / Srio. Gobierno (con Murillo)
LVIII
Gerardo Sosa Castelán Rector Universidad Autónoma de Hidalgo
00-03
Coord. Comité de Planeación y Desarrollo Regional Región 1
Raúl Efrén Sicilia Salgado
(con Lugo Verduzco)
Alma Carolina Viggiano Austria Sria. general CDE
Celia Martínez Bárcenas Diputada local
Senador / Líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la
Carlos Romero Deschamps (RP)
República Mexicana (STPRM)
Miguel Ángel Osorio Chong Srio. Gobierno (con Núñez)
Roberto Pedraza Martínez Srio. Obras Públicas (con Núñez)
LIX Gonzalo Rodríguez Anaya Srio. Agricultura (con Núñez)
03-06 , Jorge Romero Romero Srio. Contraloría (con Núñez)
Óscar Bitar Haddad Empresario / Alcalde Tulancingo
Emilio Badillo Ramírez Empresario
Moisés Jiménez Sánchez Srio. gral. sección XV SNTE
Gerardo Sosa Castelán (RP) Srio. Gobierno (con Núñez)
LX Joel Guerrero Juárez Srio. Obras Públicas (con Núñez)
06-09 Fernando Q. Moctezuma Pereda Diputado local
José Edmundo Ramírez Martínez Diputado local
María Oralia Vega Ortiz Diputado local
David Penchyna Grub Srio. Desarrollo Social (con Osorio)
LXI Héctor Pedraza Olguín Srio. Administración (con Osorio)
09-12 Jorge Romero Romero Srio. Educación (con Osorio)
Paula Angélica Hernández Olmos (RP) Srio. Obras Públicas (con Osorio)
Ramón Ramírez Valtierra Srio. Planeación y Desarrollo Regional (con Osorio)

5
Pablo Vargas González, Hidalgo: elecciones y reforma política 1979-2000, Cámara de Diputados LVIII
Legislatura, UAEH, México, 2003, p. 198. Debe adelantarse, sin embargo, que cuando Guadarrama Márquez
sale del partido en 2005 Guerrero Juárez no lo acompaña y de hecho un año después se convierte en diputado
federal por el PRI. Guerrero Juárez era hombre de confianza tanto de Murillo Karam como de Guadarrama
Márquez, se decía que funcionaba como “amortiguador” en la difícil relación que dichos personajes
mantenían. Reforma, 6 de marzo de 2000.

114
Omar Fayad Meneses Alcalde Pachuca / Srio. Desarrollo Social (con Osorio)
Jorge Rojo García de Alba Pdte. CDE / Srio. Agricultura y Desarrollo Rural (con Osorio)
Magistrada pdta. Tribunal Superior de Justicia / Sria. Planeación y
Alma Carolina Viggiano Austria
Desarrollo Regional (con Osorio)
Alejandro Canek Vázquez Góngora
Pdte. Frente Juvenil Revolucionario / Srio. particular Beltrones
(RP)
Víctor Hugo Velasco Orozco Srio. Desarrollo Social (con Olvera)
Mirna Esmeralda Hernández Morales Sria. gral. de Pachuca (con Olvera)
Nuvia Magdalena Mayorga Delgado
Sria. Finanzas y Administración (Osorio-Olvera)
(RP)
Dir. Gral. Promotora de Turismo en Pachuca / Subsrio. Desarrollo
Francisco González Vargas
LXII Rural, Forestal y Pesca / Subsrio. Gobernación (con Osorio)
12-15 Diputado local / Dir. gral. Administración y Desarrollo de Personal
Emilse Miranda Munive
de Hidalgo (con Osorio)
Jesús Murillo Karam (RP) Senador / Srio. gral. CEN del PRI
José Antonio Rojo García de Alba Diputado local / Diputado federal
Pdta. DIF Zimapán, Hidalgo (esposa de Carlos Trejo Carpio, alcalde
Dulce María Muñiz Martínez
de Zimapán 1994-1997)
Darío Badillo Ramírez Diputado local
Fuente: elaboración propia con datos del Sistema de Información Legislativa de la Segob (SIL).

El proceso de selección de candidatos a diputados en 2000 fue más


complicado que el anterior, tal y como lo muestra en su estudio Pablo Vargas
González. Llegaron a manejarse hasta 300 pretendientes a una curul, además
de que corrientes e integrantes de la CNC, la CTM y organizaciones como la
CROC y la SNTE se pronunciaron por métodos más incluyentes de selección.
Al final, algunas figuras locales renunciaron al partido, como fue el caso de
Roberto Valdespino y de Germán Corona del Rosal.6
Las trayectorias políticas de quienes finalmente llegaron a la Cámara de
Diputados dan cuenta de las negociaciones y cabildeos realizados tanto por el
CEN como por la estructura local partidaria. En el conjunto pueden
reconocerse perfiles nacionales como el de David Penchyna Grub y el de
Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero nacido en Tampico,
Tamaulipas, que sin embargo se convirtió en senador y diputado federal por el
estado de Hidalgo. Aparece también el ex candidato a la gubernatura Gerardo

6
Pablo Vargas González, op. cit., pp. 217-219. Valdespino tenía 40 años de militancia y había ocupado
diversos cargos: diputado local, presidente municipal de Tulancingo, procurador de justicia, secretario general
de Gobierno, presidente del CDE y diputado federal. Corona del Rosal era hijo del ex gobernador Alfonso
Corona del Rosal, fue diputado federal, senador y presidente del Patrimonio Indígena del Valle del Mezquital.
Ibid., p. 220-221.

115
Sosa Castelán. Aunque destaca la aparición de dos legisladores: Celia
Martínez Bárcenas y Raúl Sicilia Salgado, de quienes se dijo que no eran los
“esperados”.7 Martínez Bárcenas, una enfermera que fue dos veces presidenta
municipal de Jacala, logró la diputación por el distrito 2, con sede en
Ixmiquilpan, en tanto que Sicilia Salgado, ex alcalde de Tula y quien se
desempeñó como coordinador del Comité de Planeación y Desarrollo
Regional en la región I cuando era gobernador Adolfo Lugo Verduzco, llegó a
la Cámara baja tras ganar la elección en el distrito 5 con sede en Tula.
El proceso de selección de 2003, por otro lado, debe entenderse en el
contexto del enfrentamiento entre dos grandes grupos nacionales, uno de los
cuales estaba encabezado por Roberto Madrazo, como dirigente del PRI, y
otro por el gobernador Miguel Ángel Núñez Soto. Llama la atención el
dominio de diputados con perfiles exclusivamente estatales durante la LIX
Legislatura. Cuatro legisladores se desempeñaron previamente como
secretarios en el gobierno de Núñez Soto. Sin considerar su trayectoria
empresarial, lo más destacable en la hoja de vida de Emilio Badillo Ramírez
es que fue candidato suplente a la presidencia municipal de Huejutla de Reyes.
Por su parte, Óscar Bitar Haddad fue presidente municipal de Tulancingo y
ocupó un cargo de segundo nivel, como coordinador regional II en
Tulancingo. El caso de Moisés Jiménez Sánchez, secretario general de la
sección XV del SNTE, parece una concesión al sindicato liderado entonces
por Elba Esther Gordillo. Sin embargo, el enfrentamiento entre Madrazo y
Gordillo, una vez que lograron la dirigencia del partido como presidenta y
secretaria, respectivamente, tuvo repercusiones. Aunque las renuncias de los
entonces diputados Roberto Campa, Tomás Ruiz y Miguel Ángel Yunes al
PRI son las más recordadas, Jiménez Sánchez también renunció,
7
Ibid., p. 218.

116
posteriormente, a la bancada priista junto con otros 18 diputados federales
adscritos al SNTE.8
En el proceso de 2006 vuelven a aparecer como legisladores Joel
Guerrero Juárez y Gerardo Sosa Castelán, este último bajo el sistema de
representación proporcional, en el que el CEN posee mayor control. Los tres
restantes diputados pasaron de una curul local a una federal. Los datos no
parecen evidenciar un gobernador tan influyente en las decisiones partidarias.
Esta condición cambió sustancialmente en el segundo periodo de Osorio
Chong, siendo Paredes Rangel líder nacional priista.
De los nueve diputados hidalguenses en 2009, ocho formaron parte del
gabinete de Osorio Chong. Debe advertirse que incluso Paula Hernández
Olmos, ex secretaria de Obras Públicas, logró su acceso vía la representación
proporcional. La única concesión que hizo Osorio Chong, en acuerdo con el
CEN, fue para Manlio Fabio Beltrones, quien logró colocar a Canek Vázquez
Góngora, su ex secretario particular.
Finalmente, en 2012 sigue observándose un importante intercambio
entre la estructura nacional priista y la hidalguense. Ilustran esta situación los
dos diputados que acceden por el sistema de representación proporcional:
Jesús Murillo Karam y Nuvia Mayorga Delgado, el primero con una amplia
trayectoria, ex secretario general del PRI, y la segunda con el mérito de haber
sido secretaria de Finanzas con Osorio Chong y repetido en el cargo con
Olvera Ruiz. Si a los dos políticos anteriores se les suma José Antonio Rojo
García de Alba, el resto son figuras con carreras exclusivamente locales.
Resalta el caso de Dulce María Muñiz Martínez, quien tiene como principal
carta de presentación haber sido presidenta del DIF en Zimapán entre 1994 y
1997, cuando su esposo, Carlos Trejo Carpio, fue alcalde de dicho municipio.
8
Reforma, 17 de marzo de 2006.

117
El repaso anterior muestra una continua interacción entre actores que
controlan determinados territorios y a partir de ellos buscan ampliar su
influencia. Permite advertir que la prevalencia de perfiles con mayor peso en
lo local no refleja en automático un dominio del gobernador, así como validar
lo expuesto anteriormente: la presencia de procesos de negociación y
distribución antes que de acaparamiento pleno de los cargos en disputa. Un
ejercicio análogo podría hacerse con Coahuila, obteniendo resultados
similares.

Tabla 3.5
Coahuila. Diputados federales priistas por legislatura, 1997-2012
Legislatura Diputado Cargo anterior
Dir. gral. Comisión Estatal para la Regularización de las
Marta Laura Carranza Aguayo
Tenencias de la Tierra Urbana (con Montemayor)
Enrique Martínez y Martínez Coord. CEN en Nuevo León
LVII Javier Guerrero García Subdir. gral. Operación del DIF / Diputado federal
97-00 Pdte. Fundación de Desarrollo Económico de Coahuila
Braulio Manuel Fernández Aguirre
(empresario) / Pdte. CDE
Francisco Manuel García Castells
Pdte. Unión Ganadera Regional de Coahuila (empresario)
Pérez
Horacio Veloz Muñoz Diputado local / Srio. gral. sección 5 SNTE
Marco Antonio Dávila Montesinos
Subsrio. Gobierno y Desarrollo Político (con Montemayor)
(RP)
Dir. gral. Instituto Coahuilense del Catastro y Planeación
LVIII Miguel Arizpe Jiménez
Territorial (con Montemayor)
00-03
Benjamín Ayala Velázquez (RP) Pdte. México Nuevo, APN / Srio. Acción Electoral CEN
Jesús De la Rosa Godoy Coord. Relaciones Públicas de la SEP en La Laguna
Francisco Cárdenas Elizondo (RP) Magistrado Tribunal Superior de Justicia de Coahuila
Claudio Mario Bres Garza Alcalde Piedras Negras / Empresario medios
Óscar Pimentel González Alcalde Saltillo / Srio. Educación Pública (con Montemayor)
Fernando Donato De las Fuentes Diputado local-Srio. gral. CDE / Dir. gral. Relaciones
Hernández Públicas en el gobierno de Coahuila (con Montemayor)
LIX
Laura Reyes Retana Ramos (luego Dir. gral. Fomento Turístico, Sría. Fomento Económico
03-06
independiente) (con Martínez)
Jesús María Ramón Valdés Precandidato a gobernador (1999) / diputado federal (91-94)
Ricardo Rodríguez Rocha Srio. gral. Sindicato Minero sección 147 de Coahuila
Jesús Zúñiga Romero Diputado local / Dirigente del SNTE en Coahuila
LX Diputado federal (91-94 y 97-00) / Subdir. gral. de Operación
Javier Guerrero García
06-09 del DIF (94-97)
Pdte. CDE / Subsrio. Gobierno y Desarrollo Político, Sría. de
LXI Rubén Ignacio Moreira Valdez
Gobierno (con H. Moreira)
09-12
Héctor Fernández Aguirre Srio. Fomento Agropecuario (con H. Moreira)
Héctor Franco López Srio. Medio Ambiente (con H. Moreira)

118
Hugo Héctor Martínez González Srio. Obras Públicas y Transporte (con H. Moreira)
Srio. Desarrollo Regional de la Laguna, encargado de
Miguel Ángel Riquelme Solís
despacho (con H. Moreira)
Srio. gral. Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria
Tereso Medina Ramírez (RP) Metalmecánica, Automotriz y de Proveedores de Autopartes
(SNTIM)
Melchor Sánchez de la Fuente Vicepdte. CANACO / Pdte. estatal CIRT
Salomón Juan Marcos Issa Srio. Fomento Económico (con H. Moreira)
José Luis Flores Méndez Pdte. CDE / Coord. campaña a gobernador (con H. Moreira)
LXII
Fernando Donato De las Fuentes Diputado local (09-11 y 99-02) / Diputado federal (03-06) /
12-15
Hernández Alcalde Saltillo (05-08)
Miriam Cárdenas Cantú (RP) Magistrada de la sala civil y familiar del TSJC
Irma Elizondo Ramírez Diputada local
Fuente: elaboración propia con datos del SIL.

3.2 Relevancia variable de los territorios

El análisis desde un enfoque multiterritorial implica no sólo diferenciar entre


el ámbito nacional y local, sino que lleva a distinguir otras posibilidades como
el territorio partidario frente al preponderante, revisados en páginas anteriores.
Esto es relevante porque en un contexto en el que los gobernadores tienen un
gran control se tiende a sobreestimar la importancia de los cargos de los
territorios preponderantes.
La influencia que tienen en las decisiones partidarias los ejecutivos de
los estados puede llevar a restar importancia a los cargos partidarios. Lo que
puede decirse es que dependiendo del contexto y la dinámica política de cada
entidad el territorio partidario aumenta o disminuye su trascendencia.
Considérense los casos de Hidalgo y Durango. En el primer estado los perfiles
de los diputados federales revelan que los cargos en el territorio preponderante
han tenido más peso. En la Gráfica 3.9 puede apreciarse que hay variaciones.
Llama la atención en este caso la Legislatura LXI, donde el territorio
partidario cobra relevancia.

119
Gráfica 3.9
Hidalgo. Comparativo entre territorio preponderante y partidario.
Valores cuantitativos promedio (0 a 10) de los perfiles de 44 diputados
federales priistas, legislaturas 57 a 62
6

3 Predominante
Partidario

0
LVII LVIII LIX LX LXI LXII

Fuente: elaboración propia.

El caso de Durango es bastante distinto. Lo que se observa en la Gráfica


3.10 es una marcada distancia entre los cargos partidarios y de gobierno
ocupados por los legisladores electos. Los datos arrojan que en esa entidad a
lo largo del tiempo han destacado un poco más los cargos en el territorio
partidario, en tanto que se trata de valores más altos en la escala de puestos
ocupados.

120
Gráfica 3.10
Durango. Comparativo entre territorio preponderante y partidario.
Valores cuantitativos promedio (0 a 10) de los perfiles de 33 diputados
federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Estas variaciones producen de manera inevitable actores con influencias


y controles territoriales diversos. Esto se puede observar al graficar las
trayectorias políticas de los 108 diputados federales provenientes de Coahuila,
Durango e Hidalgo. En las siguientes gráficas se ilustra cada uno de los
perfiles y el espacio o cargos en los que ha tenido presencia cada diputado.
Obsérvese como en Hidalgo y Coahuila hay una mayor presencia en los
territorios preponderantes, mientras que en Durango hay mayor presencia en
el territorio partidario.

121
Gráfica 3.11
Hidalgo. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 44 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 3.12
Hidalgo. Territorio partidario. Representación de las trayectorias de 44
diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

122
Gráfica 3.13
Coahuila. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 31 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 3.14
Coahuila. Territorio partidario. Representación de las trayectorias de 31
diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

123
Gráfica 3.15
Durango. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 33 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 3.16
Durango. Territorio partidario. Representación de las trayectorias de 33
diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

124
3.3 Influencia intrapartidaria variable

La acción de los actores políticos, como se ha dicho, no se restringe a los


territorios que controlan. Tampoco siempre está encaminada a los mismos
propósitos. Deben establecerse los espacios y momentos en que se desarrollan
esas acciones. Aquí es de utilidad tomar en cuenta las apreciaciones de
Massari cuando habla de una “especialización / fragmentación”9 que se ha
llevado al extremo en el estudio de los partidos: “El partido fue desmembrado
en sus partes constituyentes: el partido en el electorado, el partido en las
instituciones, el partido como una organización”.10 Este autor recupera las tres
“caras” de los partidos y se refiere a “una dimensión interna (la asociación de
sus miembros); una dimensión externa (el electorado, la sociedad en general);
una dimensión institucional (los elegidos)”.11 Debe resaltarse la creciente
importancia de los elegidos (party in public office). Como señala Massari,
“para comprender la realidad de los partidos contemporáneos […] los elegidos
son una dimensión crucial”.12 Sin embargo, siguen presentes las demás
funciones y son de interés para los elegidos, quienes están en posición
privilegiada para controlar territorios.
En este marco, existen tres tipos de actividades, ampliamente
engarzadas, que los actores políticos implementan, y éstas se corresponden
con las funciones de los partidos. Actores y grupos políticos tienen acción,
interactúan y buscan influir e injerir en el electorado, la organización y el
gobierno. Las dimensiones del partido representan los campos en los que

9
“Specializzazione / parcellizzazione”.
10
Oreste Massari, I partiti politici nelle democrazie contemporanee, Laterza, Roma, 2007, 6a. ed., p. 5.
11
Ibid., p.31.
12
Ibid., p. 47.

125
actores y grupos políticos desarrollan acciones, esto es, son ellos quienes
llevan a la práctica las funciones que les competen a los partidos.

Tabla 3.6
Dimensiones del partido
Campo de acción Funciones relevantes
Electorado Movilización de personas para participar
Reclutamiento de líderes políticos
Organización
Articulación y agregación de intereses
Control de la administración gubernamental
Gobierno
Organización del gobierno
Fuente: con base en Russell Dalton y Martin Wattenberg, “Unthinkable democracy: political change in
advanced industrial democracies”, en Russell Dalton y Martin Wattenberg (eds.), Parties without partisans:
political change in advanced industrial democracies, Oxford University, Nueva York, 2002, pp. 3-16.

Los momentos en que se desarrolla uno u otro tipo de actividad son


altamente coincidentes, por lo que no pueden estudiarse como si fueran esferas
aisladas, por más que en un periodo de tiempo un tipo pudiera prevalecer
sobre el otro, por ejemplo en elecciones, cuando ya seleccionados los
candidatos las acciones se vuelcan hacia el electorado (aunque siguen los
movimientos en la organización e incluso en el gobierno).
La fuerza de un actor político depende de la cantidad, pero también de
las características de los territorios en que es capaz de influir. Esta fuerza se
potencializa cuando se conforman grupos y se construyen alianzas, porque el
número de territorios en donde se puede injerir aumenta y porque se
incrementan las posibilidades de ejercer un número mayor de funciones
partidarias.
Los grupos políticos generalmente sufren transformaciones con el paso
de las elecciones. Cada proceso de selección de candidatos implica la práctica
de realineamientos en el interior de los partidos. En consecuencia, se

126
presentan variaciones en los grados de influencia de los actores y se presentan
cambios en la conformación de los grupos. Debe tenerse en consideración que
los grupos no son permanentes, y esto es así debido a que los actores van
cumpliendo un ciclo. Empiezan siendo integrantes de un equipo político de
algún actor, en cuyo grupo pueden ir tomando relevancia. Dependiendo de su
desenvolvimiento pueden llegar a encabezar su propio grupo, ya sea en
consonancia con el actor político de cuyo equipo formaron parte inicialmente
o en franco enfrentamiento.
Las distinciones son útiles para analizar el momento en que los actores
llegan a un cargo, si lo hacen después de una trayectoria larga, encabezando
un grupo, o si en ese momento son más bien parte de un equipo o apenas
destacan como personajes políticos.

Esquema 3.2
Ciclo de los actores políticos

Fuente: elaboración propia.

127
Una forma de determinar la capacidad de los actores para ejercer
funciones partidarias es ubicar el grupo al que pertenecen y la posición que
mantienen dentro de él. Estas variaciones son relevantes, permiten descubrir
resultados de negociaciones y tener una idea respecto del poder con que
cuentan los grupos. Un perfil con poca trayectoria ocupando un cargo como el
de gobernador, por citar un ejemplo, puede tomarse como un indicador de la
presencia de un grupo fuerte que logra prolongar su predominio por un
periodo más.

Esquema 3.3
Estructura básica de un grupo político

Fuente: elaboración propia.

128
Un ejemplo es Nuevo León en 2009. La corta trayectoria de Rodrigo
Medina (ver Esquema 3.4) contrasta con la amplia carrera de Abel Guerra o de
Eloy Cantú (esquemas 4.5 y 4.6, respectivamente). Una negociación entre el
CEN y el gobernador González Parás permite que Medina sea el candidato
priista a la gubernatura a cambio de que Guerra lo sea por la alcaldía de
Monterrey. Los resultados de la negociación, por tanto, reflejan un escenario
en el que el grupo del gobernador sigue siendo el predominante ante un grupo
encabezado por Guerra con gran capacidad de resistencia, como se verá más
adelante.
El mapa de la trayectoria de Medina muestra que llega a la gubernatura
luego de haber formado parte del equipo de González Parás y sin haber
alcanzado aún una influencia importante. Medina se integró al equipo de
González Parás cuando éste se desempeñaba como subsecretario en la
Secretaría de Gobernación. En 2001 se dio el tiempo para estudiar una
maestría en derecho corporativo internacional en la Universidad de Miami,
Florida, e incorporarse en 2003 al gabinete de González Parás como
subsecretario de Atención ciudadana y asuntos religiosos. Al amparo del
gobernador se convirtió en diputado federal, cargo que ocupó apenas un año,
al regresar al gabinete como secretario general de Gobierno en 2007. Dos años
después se convertiría en gobernador.

129
Esquema 3.4
Nuevo León. Trayectoria política de Rodrigo Medina de la Cruz

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

En Jalisco en 2012, antes de que el PRI recuperara la Presidencia del


país, Aristóteles Sandoval es quien se convierte en candidato a la gubernatura.
En un contexto de ausencia de gobernador priista, la decisión la tomó el CEN,
encabezado por Pedro Joaquín Coldwell. Sandoval se ubicaba como cercano a
Enrique Peña Nieto,13 quien para el momento de la designación era ya
candidato a la presidencia. Es decir, en este caso el grupo predominante a
nivel nacional fue el que ganó la nominación.

13
La Jornada, 6 de enero de 2012.

130
Esquema 3.5
Jalisco. Trayectoria política de Aristóteles Sandoval Díaz

Fuente: Página web del Gobierno del estado de Jalisco. Disponible en:
<http://www.jalisco.gob.mx/es/gobierno/gobernador> [Consulta: 10 de marzo de 2015].

De manera que no sólo hay una diferencia entre un cargo estatal (una
gubernatura) y uno municipal (una alcaldía), sino que la hay, evidentemente,
entre quienes ocupan puestos que formalmente poseen el mismo rango (dos
gobernadores, dos presidentes municipales). Esto no sólo depende de que se
gobierne, por ejemplo, un estado con más peso político o económico que otro,
no al menos en términos de influencia partidaria. Las diferencias dependen en
buena medida del contexto y de la situación política en que el territorio en el
que se ganó se encuentre inmerso.
Un actor político que logra ganar en un distrito federal en un contexto
en el que la mayoría de estos espacios son perdidos por el partido y dentro de
un estado donde la gubernatura se encuentra en manos de la oposición,
adquiere un valor distinto respecto de otro actor que triunfa en un distrito
inmerso en un ambiente de victorias regulares en territorios adyacentes. De
modo que puede hablarse de dos escenarios básicos, uno en el que debe
atenderse el aspecto de la distribución de la influencia partidaria entre una

131
gama de actores relevantes y otro en el que, ante la escasez de territorios
controlados, debe analizarse la conformación de enclaves.

3.4 Las coligaciones

La literatura clásica de los partidos políticos refleja poco interés por el estudio
de las relaciones entre las estructuras nacionales y las estatales. Este aspecto
se descuida al dársele prioridad al análisis de la estructura nacional, la cual se
da por sentado que es la predominante y se acepta que es la que debe
prevalecer en todos los territorios en los que existe el partido. Por momentos
incluso la estructura nacional y las locales se muestran sin puntos de contacto.
Así por ejemplo, Michels afirma que:

Las diversas tendencias hacia la descentralización, que se manifiestan en casi


todos los partidos nacionales, aunque alcanzan para evitar la formación de
una única oligarquía gigante, determinan la creación de muchas oligarquías
pequeñas, cada una de las cuales no es menos poderosa dentro de su propia
esfera. El predominio de la oligarquía en la vida partidaria sigue siendo
indestructible.14

Más recientemente Bille escribe que las élites locales son cada vez más
las que se hacen cargo de elegir a los candidatos gracias a una transferencia de
poder: “La transferencia de poder de una oligarquía que decide sobre la lista
de candidatos a nivel nacional hacia 10, 100, 1000 o más oligarquías locales
cada una de las cuales decide su propia lista local de candidatos, todos los

14
Robert Michels, Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la
democracia moderna, vol. 1, Amorrortu, Buenos Aires, 1991, 4a. reimp., p. 229.

132
cuales juntos conforman la lista del partido nacional, puede verse como un
paso en la dirección de la democratización”.15
Panebianco hace una aportación fundamental con el concepto de
coalición dominante16 al otorgar relevancia al nivel local. La tercera razón que
da el autor italiano para usar dicho término es que “a diferencia de las
habitualmente utilizadas, la expresión coalición dominante no implica en
absoluto que de tal coalición formen parte solamente los líderes nacionales del
partido: a menudo una coalición dominante comprende tanto a los líderes
nacionales (o un sector de ellos) como a un cierto número de líderes
intermedios y/o locales”.17 De manera que la coalición dominante es siempre
“una alianza de alianzas, una alianza entre grupos, que a su vez son
coaliciones de grupos más pequeños”,18 y en esa alianza pueden tener un papel
significativo líderes locales, así como organizaciones externas al partido:

El concepto de coalición dominante, más amplio que aquellos que se usan


generalmente, permite fotografiar mejor la efectiva estructura del poder en los
partidos, ya sea cuando ésta implica la existencia de una alianza ‘transversal’
(entre algunos líderes nacionales y algunos líderes locales), ya sea cuando
implica, por el contrario, la alianza entre algunos líderes nacionales y algunos
líderes de organizaciones formalmente externas y separadas del partido.19

15
Lars Bille, “Democratizing a democratic procedure: myth or reality? Candidate selection in Western
European parties, 1960-1990”, en Party Politics, vol. 7, núm. 3, Sage, Londres, mayo de 2001, pp. 365 y 367.
16
“Está integrada por aquellos actores, pertenezcan o no formalmente a la organización, que controlan las
zonas de incertidumbre más vitales. El control de estos recursos, a su vez, hace de la coalición dominante el
principal centro de distribución de los incentivos organizativos del partido”. Angelo Panebianco, Modelos de
partido: organización y poder en los partidos políticos, Alianza, Madrid, 2009, p. 91.
17
Ibid. p. 90. Las otras dos razones son: 1) pese a que en algunos casos pareciera que un solo líder dispone de
un poder casi absoluto sobre el partido, “la observación muestra a menudo una conformación más compleja
de la estructura del poder: el líder […] debe, en la mayoría de las ocasiones, negociar con otros actores
organizativos; en realidad él es el centro de una organización de fuerzas internas del partido, con las que debe,
al menos en cierta medida, avenirse a pactos”; 2) “el poder organizativo en un partido no está necesariamente
concentrado en los cargos internos o parlamentarios del propio partido, como dejan suponer las expresiones
‘oligarquía’ o ‘círculo interno’”.
18
Ibid., p. 93.
19
Ibid., p. 91.

133
Pese a la relevancia del planteamiento de alianzas transversales, a
Panebianco le sigue interesando como objeto de estudio la estructura nacional
del partido. La coalición dominante de un partido difícilmente podría incluir a
todos los ámbitos locales. Lo que aquí se plantea, sin embargo, es la necesidad
de estudiar todos esos espacios, partiendo del hecho de que necesariamente
existe una relación entre la estructura nacional y las diversas instancias y
actores locales, teniendo cada una de esas relaciones características variables
en un momento y espacio determinados.
Es por eso que se propone el término coligación para referirse al
conjunto de interacciones que se establecen entre el nivel nacional o central y
determinado nivel estatal de un partido político. El diccionario de la Real
Academia define coligación como “unión, trabazón o enlace de unas cosas con
otras”. Aquí se considera particularmente pertinente la acepción de trabazón,
que se refiere al lugar en que se juntan y unen dos o más cosas. De manera que
se hablará, por ejemplo, de la “coligación en Hidalgo en 1999”, que implica la
identificación de actores tanto nacionales como locales, el análisis de sus
acciones, examen de su grado de influencia en las decisiones partidarias, así
como la observación del arreglo o conflicto que se presentó entre ellos, esto en
dicha entidad y año.
Ante la multiplicidad de actores tanto nacionales como locales que
pueden incluirse en una coligación y frente a los recambios que pueden
presentarse en los cargos y en las alianzas que se van tejiendo, algunas de más
corto plazo que otras, se propone lo siguiente para examinar las coligaciones:
1) Se consideren los procesos de selección de candidatos, momentos en
los que se puede apreciar con mayor facilidad la conformación de grupos, sus
alianzas y adversarios.

134
2) Se parta del estudio de los siguientes actores como estrategia para
identificar las interacciones principales y a quienes participan en ellas,
evitando que la gran cantidad de actores de los que puede darse cuenta
constituyan un obstáculo para el cumplimiento de los propósitos de la
investigación:
-Presidente nacional del PRI
-Delegado o enviado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en la
entidad
-Gobernador priista (en su caso)
-Presidente del Comité Directivo Estatal (CDE)
-Precandidatos y candidatos ganadores en los procesos de selección
internos a cargos de gobernador, senador y diputados federales.
A continuación puede verse una representación gráfica básica. Se trata
de un primer panorama de los principales actores involucrados en las
interacciones partidarias en un estado y momento determinados.

Esquema 3.6
Actores clave de una coligación

Fuente: elaboración propia

135
Con este capítulo se concluye el estudio de una primera dimensión, la
conformación de territorios múltiples. Lo revisado indica importantes
oportunidades para el análisis considerando a los actores que operan en los
territorios de su influencia.
El principal hallazgo es que la presencia de las interacciones
multiterritoriales destacan el reparto y la distribución antes que la
concentración o centralización. La confluencia de territorios y actores expresa
complejidad y por tanto la dificultad para que éstos ejerzan un control pleno
de todos los espacios. Por lo anterior se presenta una convivencia donde
prevalecen las discrepancias y la necesidad de la negociación y los acuerdos.
En este marco se prioriza el dominio sobre tal o cual territorio, se tienen
preferencias desiguales por uno u otro. Esto imposibilita la existencia de
actores omnipotentes y permite la presencia permanente de actores
antagónicos al grupo predominante, independientemente de que estos puedan
o no integrarse en algún momento a las negociaciones que le brinden cierta
estabilidad al grupo más fuerte.
El terreno queda dispuesto para lo que se revisará en los siguientes dos
capítulos, dos dimensiones a las que se ha venido haciendo referencia como
grado de resistencia e intensidad del conflicto.

136
CAPÍTULO 4
GRADOS DE RESISTENCIA: LA POSIBILIDAD DE
OPONERSE A DECISIONES DEL CENTRO

En este capítulo se parte de la consideración de que la resistencia forma parte


de las relaciones de poder. Esto implica que la influencia que se pretende
ejercer desde instancias superiores puede ser repelida en mayor o menor
medida. En medio de territorios diversos con actores e instancias con
influencia política variable se encuentran las condiciones para el desarrollo y
puesta en práctica de la capacidad para impedir, moderar o alterar la
implementación de ciertas decisiones.1
A continuación se abordará la manera como interaccionan dos flujos,
uno de dominio y otro de apropiación, siendo este último el que corresponde a
la capacidad de resistencia. Se mostrará empíricamente cómo se ejercen cada
uno de esos flujos, el primero mediante los mecanismos de unificación y el
segundo que queda de manifiesto en la aprobación de métodos mixtos de
selección de candidatos.
Se proponen algunas variables para determinar el grado en que existe
capacidad de resistencia y se da cuenta de sus efectos, siendo el más atractivo
la estrepitosa pérdida de votos por parte del partido.

1
Resistencia: capacidad que pueden desarrollar actores políticos o instancias para impedir o moderar la
implementación de decisiones tomadas en niveles superiores dentro de un territorio determinado.

137
4.1 La lógica del control territorial

Por muchos años ha prevalecido en los estudios de la política mexicana una


visión piramidal, tal y como la ilustraba Padgett en 1966 (Esquema 4.1), que
coloca en la punta al presidente del país, posición desde la cual emana el
poder, en un flujo que va de arriba hacia abajo.

Esquema 4.1
La gran pirámide del sistema político mexicano

Fuente: Vincent Padgett, The mexican political system, Houghton Mifflin, Boston, 2a. ed., 1976.

Esta forma de concebir el funcionamiento del sistema político mexicano


ha retrasado su estudio en toda su complejidad. Es por eso que aquí se plantea
un enfoque menos reducido. Se parte de la base de que los diferentes procesos
que ocurren en el interior de los partidos no van sólo del centro hacia lo local,
sino que existe igualmente una presión de las regiones hacia el centro. “En

138
términos generales, tiene lugar un doble proceso: fuerzas políticas en el centro
intentan ampliar sus bases políticas mediante la movilización de apoyo
político en extensas áreas geográficas, mientras que los grupos políticos en la
periferia se organizan para promover intereses regionales con el centro”, como
explica Daalder.2 De modo que importa observar no sólo cómo desde el centro
se trata de homogeneizar, de uniformar las relaciones, sino también cómo
desde lo local se influye en la estructura nacional a grado tal que pudiera ser
que la cohesión o hegemonía que en varios momentos presenta el PRI se deba
al peso de las fuerzas estatales, es decir, que las fuerzas políticas locales
propicien la hegemonía.
Lo que se propone aquí es considerar la resistencia como un elemento
de las relaciones de poder. Cuando Weber habla de dominación la define
como

(…) un estado de cosas por el cual una voluntad manifiesta (“mandato”) del
“dominador” o de los “dominadores” influye sobre los actos de otros (del
“dominado” o de los “dominados”), de tal suerte que en un grado socialmente
relevante estos actos tienen lugar como si los dominados hubieran adoptado
por sí mismos y como máxima de su obrar el contenido del mandato
(“obediencia”).3

Se trata de una concepción binaria que no deja espacio para considerar


el aspecto de la resistencia. De ahí que se tome la idea de Foucault, quien
habla de “una producción multiforme de relaciones de dominación que son
parcialmente integrables en estrategias de conjunto”.4

2
Hans Daalder, “The ‘reach’ of the party system”, en Peter Mair (ed.), The West European party system,
Oxford University, Nueva York, 1990, p. 84.
3
Max Weber, Economía y sociedad: esbozo de sociología comprensiva, FCE, México, 2004, 15a. reimp., p.
699.
4
Michel Foucault, Microfísica del poder, La Piqueta, Madrid, 1979, p. 171.

139
Con base en lo anterior, Haesbaert señala:

Si no concebimos el poder simplemente como un poder centralizado, sino


también como un poder difuso en la sociedad, aunque en forma desigual,
tendremos una concepción multiescalar del territorio. El territorio transita,
entonces, por varias escalas diferentes, de arriba hacia abajo y de abajo hacia
arriba; por lo tanto, hay macro y microterritorios. Esto nos ofrece también la
posibilidad de concebir la resistencia, no ya como el “otro” o lo opuesto del
poder, sino como un constituyente de las relaciones de poder.5

Integrar la resistencia como un constituyente de las relaciones de poder


permite distinguir dos flujos o tendencias: de dominación y de apropiación,
siguiendo las definiciones de Lefebvre. Escribe Haesbaert:

En general los grupos hegemónicos se territorializan más por dominación que


por apropiación, mientras que los pueblos o los grupos más subalternizados
se territorializan mucho más por apropiación que por dominación. En efecto,
estos últimos pueden no tener la dominación concreta y efectiva del territorio,
pero pueden tener una apropiación más simbólica y vivencial del espacio”.6

Lo que a continuación se hace es adaptar los conceptos de dominación y


de apropiación para el estudio de las interacciones intrapartidarias.

4.2 Flujos de dominio y apropiación

Son dos flujos distintos, antagónicos: dominio y apropiación. El flujo de


apropiación se define como el conjunto de acciones implementadas desde
estratos inferiores de una estructura o jerarquía. Estas acciones buscan
contener los efectos del flujo de dominio, esto es, del conjunto de acciones y

5
Rogério Haesbaert, “Del mito de la desterritorialización a la multiterritorialidad”, en Cultura y
representaciones sociales, vol. 8, núm. 15, IIS-UNAM, México, septiembre de 2013, p. 26.
6
Ibid., pp. 26-27.

140
decisiones que continuamente se ejercen desde el ámbito nacional y que
pretenden injerir en el resto de las estructuras. Se trata esta última de una
tendencia descendente que va perdiendo fuerza conforme se aproxima a
escalas inferiores.
Es ciertamente una doble vía, pero asimétrica, en la que la capacidad de
respuesta al flujo de dominio no puede darse con la misma intensidad, pero
dado que lo que está en juego es un territorio determinado, no importa que
esta respuesta o resistencia sea capaz de controvertir la injerencia de dominio
hasta el nivel superior desde donde se origina, sino que el punto de interés es
si dicha resistencia es suficiente o no para apropiarse del territorio, o espacio
de poder determinado, que está en juego. Esto porque el flujo de dominio se
va diluyendo conforme desciende en el espacio o gradación de poder de una
estructura determinada, justo en favor de un flujo distinto, que es el de
apropiación, que, por el contrario, se fortalece en escalas inferiores y se diluye
conforme asciende niveles en la jerarquía. Véase el siguiente esquema.

141
Esquema 4.2
Flujos de dominio y apropiación

Fuente: elaboración propia.

Debe considerarse que actores o grupos de territorios más reducidos


poseen cierta capacidad de resistencia, por lo que debe desecharse una visión
binaria del poder en la que los cambios dependen fundamentalmente del
consentimiento, aprobación y accionar de las estructuras nacionales o
centrales. Si esta visión se ha mantenido es porque no se ha atendido
suficientemente el hecho de que el espacio político se encuentra conformado
por un conjunto de territorios diversos y se pretende comparar el poder de un
actor en un territorio local con el que posee otro en uno nacional, restándole
importancia al primero, siendo que el poder de un actor en una escala inferior
puede producir una situación tan relevante como la alternancia a nivel
municipal sin que el flujo de dominio emanado desde un nivel nacional pueda
impedirlo.

142
De manera que la evaluación del poder de uno u otro actor debe
realizarse de acuerdo con el territorio del que se trate, al que, según la
posición, se busque dominar o su apropiación; el actor nacional será desde
luego más fuerte en tanto que tiene injerencia en diversos territorios, en una
mayor cantidad de ellos; medido con este parámetro seguramente que el actor
ubicado en la escala inferior aparecerá en enorme desventaja respecto del
primero. Pero el que actores o estructuras con tal desventaja puedan
enfrentarse a niveles superiores con posibilidades de victoria se debe a que,
pese a todo, en un espacio definido la injerencia del centro puede ser endeble
en comparación con la que posee quien domina entonces la escala inferior;
esto es, en ese territorio en particular, se impone el flujo de apropiación al de
dominio.
La resistencia es un aspecto que no ha sido considerado con suficiencia
en los estudios académicos, derivado de una concepción en la que, como se ha
dicho, se parte de que los cambios políticos surgen principalmente a partir de
una concesión de los actores u órganos centrales. La resistencia, sin embargo,
podría explicar por qué el origen del cambio político en México se encuentra
fundamentalmente en los municipios, en donde se presentan los primeros
casos de alternancia en los gobiernos. Y es que el flujo de dominio de la
estructura central partidaria es más limitado en esos territorios, donde los
procesos de apropiación favorecen sentimientos de arraigo y de identidad tales
que pueden provocar que un precandidato se salga del partido y gane la
elección bajo las siglas de otro ante procesos de selección o de designación
criticados por imponer candidatos no identificados o no cercanos a la
militancia.
Los municipios son el espacio idóneo para que surja la resistencia de
ciertas fuerzas políticas locales que se oponen al grupo político predominante

143
en las entidades. Es aquí donde empieza la apropiación del territorio estatal
por parte de las fuerzas políticas y se va conformando la estructura que
sustenta a los grupos políticos. Esta resistencia, en todo caso, difícilmente
alcanza niveles elevados si no cuenta con mayores recursos, y la forma más
relevante para acceder a ellos son los cargos públicos o de elección. Es con
ellos que el grupo dominante hace frente a fuerzas opositoras dentro de su
mismo partido. De modo que hay que señalar dos situaciones: a) es en la
resistencia, apoyada necesariamente en el dominio sobre ciertos territorios y
preferentemente en quienes ocupan algún tipo de cargos, en donde se puede
encontrar al grupo o grupos que compiten contra el dominante y pueden en
ocasiones llegar a ocupar su sitio. Todo depende del tipo de negociaciones que
se establezcan, es decir, en la mayoría de los casos el grupo del gobernador
negocia con algunas fuerzas y logra su apoyo a cambio de que sigan
controlando, o aun aumenten, los espacios y cargos con que cuentan (se
conforma la coalición dominante de la entidad), pero en otros momentos
algunos grupos pueden articularse o simplemente agregarse con el objetivo de
debilitar a la fuerza preponderante; b) los grupos que prevalecen
necesariamente tienen como referente el dominio sobre la mayoría o los más
importantes territorios en la entidad, en una suma que incluye tanto territorios
preponderantes (municipios), sobrepuestos (distritos locales electorales) y
partidarios. Se puede tener influencia en el estrato nacional, pero sin algún
dominio territorial no es posible influir de manera determinante en las
decisiones que conciernen a determinado estado, siendo desde luego la más
relevante la selección del candidato a la gubernatura.
Lo que se pretende resaltar es que existe una constante disputa entre el
grupo dominante y otras fuerzas que buscan apropiarse de algunos espacios
tan aparentemente poco relevantes, si se ven de manera aislada, en cuanto a su

144
peso político, pero es ahí donde se va tejiendo el sustento tanto del grupo
predominante como de las fuerzas que se le oponen. La capacidad de
resistencia, la habilidad para atraerse apoyos, el tipo de alianzas y
negociaciones que logran establecer las diferentes fuerzas son parte de una
misma ecuación que determina cuál es, y por cuánto tiempo, el grupo de
mayor peso en un estado.

4.3 Mecanismos de unificación

El flujo de dominio tiene su más clara manifestación en los mecanismos de


unificación, es decir, la serie de estructuras, aparatos o dispositivos que los
grupos dominantes de los partidos van construyendo para establecer ciertas
directrices, para poder implantar cierta disciplina. Son estos mecanismos las
herramientas mediante las cuales el grupo dominante intenta ampliar su
influencia hacia los distintos niveles que conforman el partido. Al respecto
hay que señalar que los aspectos normativos, en general, favorecen esta
búsqueda de uniformidad que emprenden las coaliciones dominantes de los
partidos.
En el artículo 85, fracción II, de los Estatutos del PRI se le atribuye al
CEN “ser el representante nacional del partido con facultades de supervisión y
en su caso, de autorización en las decisiones de las demás instancias
partidistas en los términos de la ley”. Bajo esa lógica, al CEN le corresponde:
“la representación y dirección política del Partido en todo el país”, y a su
presidente: “analizar y decidir sobre las cuestiones políticas y organizativas
relevantes del Partido”, de acuerdo con los artículos 83 y 86, fracción II, de
los Estatutos, respectivamente.

145
Con esas atribuciones, el presidente del partido puede crear
delegaciones especiales (artículo 86, fracción IV de los Estatutos),7 lo que le
permite designar, por citar un caso, presidentes de Comités Directivos
Estatales (CDE). Esa facultad se ejerció, por ejemplo, en enero de 2012 en
Jalisco, y en noviembre de 2012 en Puebla y Oaxaca.8
El poder de intervención del órgano central partidario llega incluso al
nivel municipal y de distrito local. En el proceso electoral de 2011 para
renovar ayuntamientos en Hidalgo, el CEN ejerció la atribución de postular al
candidato a presidente en tres municipios, después de que los precandidatos
renunciaran: Huejutla, San Felipe Orizatlán y Tezontepec de Aldama. En
marzo de 2012 el CEN designó también la fórmula de candidatos a diputados
locales en San Luis Potosí en el Distrito VII, después de que ahí se disolviera
un acuerdo de candidatura común con el Partido Verde y el PRI tuviera que
postular candidatos propios. El CDE, el órgano al que territorialmente le
correspondería tomar este tipo de decisiones, se encuentra limitado a sólo
hacer propuestas.
Las dirigencias estatales lucen debilitadas. Las reglas formales se han
venido reformando para que desde el centro se tenga un mayor control sobre
el nivel estatal del partido. Así lo ilustran los cambios a los estatutos
aprobados, en menos de 25 minutos, el 23 de agosto de 2008 durante la XX
Asamblea Nacional del PRI.9

7
El artículo 86 de los Estatutos del PRI es el que se refiere a las atribuciones del presidente del CEN. En su
fracción IV establece: “Designar a los secretarios del Comité Ejecutivo Nacional y crear las secretarías,
coordinaciones, delegaciones generales y especiales, órganos o departamentos administrativos necesarios para
el mejor cumplimiento de sus atribuciones y atender a los grupos de representación social y grupos
vulnerables, dando cuenta al Consejo Político Nacional”. Los Estatutos pueden consultarse en la página
electrónica del PRI, en la liga: http://bit.ly/14fWrVe
8
En el caso de Oaxaca se designó como presidente a Salvador Sánchez Vázquez, un político de Nayarit que,
entre otros cargos, ha sido diputado federal y senador por este estado.
9
El Universal, 24 de agosto de 2008.

146
En aquella ocasión se le otorgó a la dirigencia nacional la facultad de
regular y cuidar todas las convocatorias para elegir dirigentes y candidatos a
puestos de elección a través de una nueva fracción VIII en el artículo 85, el
cual establece las atribuciones del CEN: “Aprobar en su caso, las
convocatorias que sometan a su consideración los órganos competentes para
emitirlas en los procesos de elección de dirigentes y postulación de
candidatos”.10 Derivado de lo anterior, se agregó una frase similar a “previo
acuerdo con el Comité Ejecutivo Nacional” cinco veces: dos en el artículo 9
(fracciones I y III), que trata sobre la formación de coaliciones en el nivel
estatal;11 en el artículo 161, sobre la expedición de convocatorias para la
elección de dirigentes;12 en el artículo 193, que habla sobre las convocatorias a
puestos de elección en el ámbito local13 y, finalmente, en el artículo 122,
fracción XV, derivado de que se le confiere a los CDE la misma facultad –
para los casos de los comités municipales– que se le otorga al CEN por
primera vez en la historia del partido en el artículo 8514 y que probablemente

10
El análisis de las reformas se hizo con base en la “Resolución del Consejo General del Instituto Federal
Electoral sobre la procedencia constitucional y legal de las modificaciones a la declaración de principios,
programa de acción y estatutos del Partido Revolucionario Institucional.- CG511/2008”, publicada en la
Gaceta Electoral núm. 112 y en el Diario Oficial de la Federación del 14 de noviembre de 2008.
11
Artículo 9: “I. Tratándose de elecciones de Gobernador o Jefe de Gobierno, Diputado Local por el principio
de mayoría relativa, Ayuntamiento, Diputado a la Asamblea Legislativa por el principio de mayoría relativa y
Jefe Delegacional en el Distrito Federal, el Comité Directivo Estatal o del Distrito Federal que corresponda,
previo acuerdo con el Comité Ejecutivo Nacional, deberá presentar la solicitud para formar la coalición o
postular la candidatura común ante el Consejo Político respectivo, el cual discutirá y, en su caso, aprobará;
(…) III. Tratándose de coaliciones para la elección por el principio de representación proporcional, ya sea de
Diputado Local o a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el Presidente del Comité Directivo Estatal o
del Distrito Federal, según corresponda, previo acuerdo con el Comité Ejecutivo Nacional presentará la
solicitud directamente ante el Consejo Político respectivo, para su conocimiento y, en su caso, aprobación”.
12
Artículo 161: “La convocatoria para la elección de dirigentes, será expedida por el comité del nivel
inmediato superior y conforme al procedimiento estatutario que hubiere determinado el Consejo Político del
nivel al que corresponda la elección, según establezcan las disposiciones contenidas en esta sección y el
reglamento respectivo. Toda convocatoria se expedirá previo acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional”.
13
Artículo 193: “Las convocatorias para postular candidatos a diputados locales, diputados a la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, presidentes municipales, jefes delegacionales del Distrito Federal, regidores y
síndicos, se expedirán por los Comités Directivos Estatales o del Distrito Federal, previa aprobación del
Comité Ejecutivo Nacional y del Consejo Político correspondiente”.
14
Artículo 122: “XV. La facultad conferida al Comité Ejecutivo Nacional en el artículo 85, fracción X de
estos Estatutos, se entenderá otorgada a los Comités Directivos Estatales y del Distrito Federal, previo

147
constituya la reforma estatutaria más importante de 2008. Se establece en la
fracción X:

Suspender al o los miembros de la dirigencia de los comités directivos


estatales y nombrar un delegado que asumirá temporalmente la dirigencia y
convocará en los términos de estos estatutos a la elección de la misma,
cuando incurran en las siguientes causales: a) Realizar conductas u omisiones
en forma sistemática contrarias a sus atribuciones y responsabilidades
estatutarias o que impliquen el abandono de las mismas; b) Cuando se le
encuentre en flagrancia en la comisión de un delito doloso y grave o medie
sentencia judicial en su contra; c) Disponer en provecho propio o de terceros,
de fondos o bienes del Partido; d) Por evidencia de traición al Partido.

Lo anterior debilita la posición de los líderes estatales, que en un


momento dado tendrían que evitar cualquier confrontación con el centro a
riesgo de ser acusados de traicionar al partido. Como señala Javier Oliva, “la
presidencia estatal del PRI queda subordinada conforme a las reformas
estatutarias de la Asamblea Nacional de Aguascalientes en 2008, lo que
propicia que ésta dependa en última instancia, de la dirigencia nacional. Así,
carecen de suficiente fuerza política para articular al priismo en oposición
local”.15
Más recientemente se ha dado por sentado que en donde los
gobernadores pertenecen al PRI son éstos quienes controlan el partido en sus
respectivos estados y se otorga así poca importancia a los presidentes de los
comités estatales. En los Estatutos aprobados en mayo de 2013 por el IFE se
establece que serán parte de la Comisión Política Permanente únicamente los

acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional, para los casos de los dirigentes de los comités municipales o
delegacionales”.
15
Javier Oliva Posada, “El Partido Revolucionario Institucional en las elecciones de 2009, pensando en las de
2012”, en Manuel Larrosa Haro y Javier Santiago Castillo (coord.), Elecciones y partidos políticos en México,
2009, UAM Iztapalapa, México, 2011, pie de página 81, pp. 102-103.

148
presidentes de comités estatales que ejerzan en entidades no gobernadas por el
PRI.16

4.4 Métodos mixtos de selección de candidatos

Frente a este flujo de dominio sustentado en los diferentes mecanismos de


unificación, se opone la capacidad de resistencia, que como se ha dicho es más
visible en el nivel municipal. Es ahí donde se puede observar cómo en la toma
de algunas decisiones partidarias las instancias estatales e incluso nacionales
tienen que ceder ante la presión de determinados grupos o actores muy
localizados. Lo anterior queda de manifiesto en la selección de los métodos
partidarios para la asignación de candidaturas. La resistencia ante ciertas
decisiones puede tener tal fuerza que se termina por implementar
procedimientos más inclusivos.
En ese sentido se propone poner atención a la aprobación de métodos
mixtos para la selección de candidatos, lo que implica la necesidad de manejar
de manera distinta algunos territorios: en tanto que en unos se adopta la
convención de delegados, en otros el grupo predominante debe conceder la
elección abierta, ante un alto grado de resistencia, que se traduce en una
mayor dificultad para acordar un candidato de unidad.

16
El artículo 83 de los estatutos priistas establece: “La Comisión Política Permanente es el órgano de
dirección colegiada del Partido, encargado de emitir actos intrapartidarios diversos a los asignados al Consejo
Político Nacional. Estará integrada por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos de filiación priista, los
titulares de la Presidencia y de la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional, así como el titular de la
Secretaría Técnica del Consejo Político Nacional, los Gobernadores y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal
de filiación priista, los coordinadores de las fracciones parlamentarias del Partido en el Senado y en la Cámara
de Diputados al Congreso de la Unión, los Presidentes de los Comités Directivos Estatales y del Distrito
Federal con gobiernos de filiación política distinta al Partido, los dirigentes de los sectores y organizaciones
nacionales del Partido, el Presidente de la Conferencia Nacional de Legisladores Locales Priistas y el
Presidente de la Federación Nacional de Municipios de México, A.C.”. Véase la “Resolución del Consejo
General del Instituto Federal Electoral sobre la procedencia constitucional y legal de las modificaciones a la
Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos del Partido Revolucionario Institucional”,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 17 de mayo de 2013.

149
Lo anterior puede observarse incluso en entidades en las que se supone
un gran control por parte del gobernador, como lo son estados sin alternancia.
En el caso de Tamaulipas, para los procesos de 2010 y 2013 se aprobaron
métodos mixtos para elegir a los candidatos priistas a las alcaldías. Como se
puede observar en la siguiente tabla, para la elección de 2010 en 14
municipios se adoptó la convención de delegados, en tanto que en 29 se
permitió la elección abierta.17 Para la elección de 2013 se aprobó que la
convención de delegados se desarrollara en 18 municipios, mientras que en 22
la consulta a las bases. En Altamira correspondió al PVEM elegir al candidato
y al Partido Nueva Alianza (PNA) hacerlo en Jiménez y en Soto La Marina,
de acuerdo con las coaliciones que el PRI estableció con esos partidos.18

Tabla 4.1
Tamaulipas. Métodos mixtos de selección de candidatos a presidentes
municipales, 2010 y 2013
Convención de delegados Elección abierta
Municipio
2010 2013 2010 2013
Abasolo X X
Aldama X X
Altamira X PVEM*
Antiguo Morelos X X
Burgos X X
Bustamante X X
Camargo X X
Casas X X
Ciudad Madero X X
Cruillas X X
Díaz Ordaz X X
Gómez Farías X X
González X X
Güémez X X
Guerrero X X
Hidalgo X X

17
El Sol de Tampico, 6 de diciembre de 2009.
18
La Crónica de Hoy, 24 de marzo de 2013. Disponible en:
<http://www.cronica.com.mx/notas/2013/740111.html> [Consulta: 8 de junio de 2014].

150
Jaumave X X
Jiménez X PNA
Llera X X
Mainero X X
Mante X X
Matamoros X X
Méndez X X
Mier X X
Miguel Alemán X X
Miquihuana X X
Nuevo Laredo X X
Nuevo Morelos X X
Ocampo X X
Padilla X X
Palmillas X X
Reynosa X X
Río Bravo X X
San Carlos X X
San Fernando X X
San Nicolás X X
Soto La Marina X PNA
Tampico X X
Tula X X
Valle Hermoso X X
Victoria X X
Villagrán X X
Xicoténcatl X X
Total 14 18 29 22
Fuente: El Sol de Tampico, 6 de diciembre de 2009, y La Crónica de Hoy, 24 de marzo de 2013.
*Derivado de la coalición acordada por el PRI con estos partidos, el PVEM y el PNA designaron a los
candidatos de los tres municipios señalados.

El punto a destacar es que en 2010, al final, en ocho municipios se


lograron acuerdos para que se presentara un solo candidato, es decir, en 21 no
fue posible el arreglo pese a los intentos emprendidos. Para 2013 la resistencia
fue mucho menor, pero ésta no dejó de aparecer: de los 22 municipios en los
que se celebraría elección directa, en 15 se presentó un solo candidato,19 de
modo que fueron siete los territorios en los que hubo alta capacidad de

19
Gaceta.mx, 24 de marzo de 2013. Disponible en: <http://www.gaceta.mx/noticia.aspx?idnota=52260>
[Consulta: 8 de junio de 2014].

151
resistencia y el candidato tuvo que ser nominado de acuerdo con los resultados
de la consulta a las bases. Fueron los casos de Burgos, Bustamante, Casas,
Güémez, Llera, Palmillas y Tula, en donde, por cierto, los contendientes
tuvieron que pagar una cuota de recuperación de entre 50 mil y 100 mil pesos,
motivada por los gastos que implicó la instalación de las mesas receptoras,
según explicó el presidente del CDE Ramiro Ramos Salinas,20 un factor que
pudo haber inhibido la competencia en los otros municipios.
Hay que apuntar que durante la selección de candidatos a diputados
locales por el principio de mayoría relativa la resistencia fue mejor contenida,
esto si se toma como indicador que en los mismos procesos antes referidos fue
la convención de delegados el método adoptado para los 22 distritos locales en
que se divide Tamaulipas. De manera que en general, aunque en los estados
sin alternancia se pueden llegar a presentar altos niveles de resistencia, esta
parece limitada a los espacios municipales, esto es, existe gran capacidad de
contención por parte de las instancias estatales, encabezadas mayoritariamente
por integrantes de la fuerza predominante en la entidad.
En estados con menor control territorial por parte del PRI, los métodos
mixtos de selección se presentan con cierta regularidad. Es el caso de
Aguascalientes, cuando en 2010 la mitad de los candidatos a presidentes
municipales tuvieron que resolverse por consulta directa a la base.

20
Notimex, 10 de marzo de 2013. Disponible en: <https://es-us.noticias.yahoo.com/aplicar%c3%a1-pri-cuota-
candidatos-ediles-tamaulipas-045445616.html> [Consulta: 8 de junio de 2014].

152
Tabla 4.2
Aguascalientes. Métodos aprobados para la selección de candidatos
a alcaldes, 2010
Municipio Convención de delegados Elección abierta
Aguascalientes X
Asientos X
Calvillo X
Cosío X
El Llano X
Jesús María X
Pabellón de Arteaga X
Rincón de Romos X
San Francisco Romo X
San José de Gracia X
Tepezalá X
Total 5 6
Fuente: El Sol del Centro, 19 de enero de 2010.

Fue también el caso de San Luis Potosí en 2012, cuando se aprobó la


elección abierta para 20 de los 58 municipios.

Tabla 4.3
San Luis Potosí. Métodos aprobados para la selección de candidatos
a alcaldes, 2012
Municipio Convención de delegados Elección abierta
Ahualulco X
Alaquines X
Aquismón X
Armadillo de los Infante X
Axtla de Terrazas X
Cárdenas X
Catorce X
Cedral X
Cerritos X
Cerro de San Pedro X
Charcas X
Ciudad del Maíz X
Ciudad Fernández X
Ciudad Valles X
Coxcatlán X
Ébano X
El Naranjo X

153
Guádalcazar X
Huehuetlan X
Lagunillas X
Matehuala X
Matlapa X
Mexquitic de Carmona X
Moctezuma X
Rayón X
Rioverde X
Salinas X
San Antonio X
San Ciro de Acosta X
San Luis Potosí X
San Martín Chalchucuautla X
San Nicolás Tolentino X
San Vicente Tancuayalab X
Santa Catarina X
Santa María del Río X
Santo Domingo X
Soledad de Graciano Sánchez X
Tamasopo X
Tamazunchale X
Tampacán X
Tampamolón Corona X
Tamuín X
Tancahuitz X
Tanlajás X
Tanquián de Escobedo X
Tierra Nueva X
Vanegas X
Venado X
Villa de Arista X
Villa de Arriaga X
Villa de Guadalupe X
Villa de la Paz X
Villa de Ramos X
Villa de Reyes X
Villa Hidalgo X
Villa Juárez X
Xilitla X
Zaragoza X
Total 38 20
Fuente: El Sol de San Luis, 27 de noviembre de 2011.

154
La capacidad de resistencia en ciertos territorios también quedó de
manifiesto en Nuevo León en 2009. Primero, en tres municipios
metropolitanos se aprobaron procesos abiertos a la ciudadanía: San Pedro, San
Nicolás y Santa Catarina, en tanto que en el resto, 48, incluida la capital, el
método adoptado fue la convención de delegados.21 Por otro lado, en lo que
fue calificado como “un hecho sin precedentes” por políticos priistas, la
Comisión Nacional de Justicia Partidaria (entonces encabezada por Pedro
Joaquín Coldwell) canceló las convenciones de delegados para la elección de
candidatos a diputados federales en los distritos X y XII, los únicos en los que
no fue posible que se registrara un solo precandidato. En el X, con cabecera en
Monterrey, compitieron María de Jesús Huerta, quien impugnó el proceso, y
Melody Falcó. En el XII, con sede en Cadereyta, quien impugnó fue
Humberto Cervantes Vega, quien tenía como adversarios a Rogelio Cerda
(quien se había desempeñado como secretario general de Gobierno) y a José
Salvador Treviño Flores.22

4.5 Determinación del grado de resistencia

El concepto de resistencia que aquí se plantea tiene como propósito oponerse a


la idea de que existen actores omnipotentes: el hecho de que un actor o grupo
sea predominante en determinado territorio no significa que sus adversarios no
puedan controlar otros más pequeños que les proveen de cierta fuerza y con
ello un grado, que puede ser mínimo o alto, de influencia en las decisiones del
partido. La capacidad de resistencia se basa en la cantidad y tipo de recursos
que se controlan. Puede ejercerse constantemente, como en contextos en los

21
El Norte, 13 y 19 de febrero de 2009.
22
El Norte, 26 de marzo de 2009.

155
que un actor adversario del grupo predominante a nivel estatal ve amenazada
su influencia en cierto territorio. Aunque también es sólo una posibilidad –un
poder latente que aguarda ser utilizado en caso necesario– que está
contemplada en las decisiones que toman los actores y que contribuye a que se
acuerde la mayor distribución posible de los recursos partidarios.
Para determinar el grado de resistencia que se presenta en una
coligación en particular se proponen cinco variables:
-Control de territorios. Se trata de ubicar en dónde los actores cuentan
con apoyo relevante, en qué territorios puede considerárseles predominantes.
En este punto cobra relevancia la distinción de diversos tipos de territorios:
preponderantes (estado, municipios), sobrepuestos (distritos electorales locales
o federales) y partidarios.
-Tamaño de la fuerza de los actores relevantes en el interior del partido.
En este aspecto las elecciones abiertas o las convenciones de delegados con
más de un contendiente constituyen una buena oportunidad para determinar tal
fuerza.
-Logros en negociaciones. Se parte del supuesto de que los resultados
de las negociaciones (obtención de diputaciones, alcaldías o cargos
partidarios) están en función de la capacidad de resistencia que se les reconoce
a los actores.
-Insistencia en la obtención de una candidatura. Qué actores buscan ser
postulados a un mismo cargo en más de una ocasión. Esta participación
reiterada probablemente signifique que cuentan con respaldo en algún sector o
territorio partidario.
-Número de perfiles con prominencia nacional. Si el logro de cargos se
debe a que se cuenta con respaldo en el interior del partido y a una reconocida
capacidad de resistencia, se puede plantear que aquellos actores que cuentan

156
con prominencia nacional deben ser considerados como cabezas de un grupo
por lo menos de alcance local (incluso con potencial para trascender a la
esfera nacional). Un mayor número de perfiles con prominencia nacional
aumenta el riesgo de conflicto y es previsible que se requiera de una operación
política más intensa. En un escenario contrario, los perfiles con prominencia
nacional parecen tener mejores condiciones para encabezar el grupo
predominante.
Para determinar si alguien ha adquirido la condición de figura nacional
se siguen los criterios de Roderic Ai Camp: debe haber ocupado tres o más
puestos en el Congreso (ya sea desempeñándose como diputado federal o
senador), haber sido oficial mayor u ocupado un puesto superior en el Poder
Ejecutivo, haber llegado a ser juez de la Suprema Corte o gobernador.23

4.6 Vulnerabilidad ante la ruptura

La capacidad de resistencia tiene gran importancia porque su puesta en


práctica puede contribuir a generar vulnerabilidad, entendida como “la
posibilidad para un gobierno (coalición, partido) de ser sustituido o
modificado en su composición como resultado del cambio de las decisiones de
los electores”.24
El ejercicio de la capacidad de resistencia de actores y grupos puede
llevar a la ruptura, situación que hace particularmente vulnerable al partido y
al grupo predominante en determinado territorio. Ahora bien, no todas las
fracturas impactan con la misma magnitud ni necesariamente hacen más

23
Roderic Ai Camp, Metamorfosis del liderazgo en el México democrático, FCE, México, 2012, p. 69.
24
Stefano Bartolini, “Cosa è competizione in politica e come va studiata”, en Rivista Italiana di Scienza
Politica, vol. XXVI, núm. 2, SISP, Milán, 1996, p. 252. Citado en Juan Russo Foresto, “Argentina: un
sistema con vulnerabilidad asimétrica”, en Revista Mexicana de Estudios Electorales, núm. 7, Somee,
México, enero-junio de 2008, p. 14.

157
vulnerable al partido. Las que sí consiguen hacerlo son las rupturas
ocasionadas por renuncias no de un par de actores, sino de una o más fuerzas
que controlan determinados territorios y por ello pueden desarrollar una alta
capacidad de movilización política.
Los actores políticos con mayor capacidad de decisión son aquellos que
tienen influencia en un buen número de territorios, y en función de la
extensión de este dominio se encuentra su capacidad para negociar o, en su
caso, ejercer presión sobre el grupo predominante en el estado. Como se ha
dicho antes, las tensiones son frecuentes, pero también lo son las
negociaciones –en las que, como se verá más adelante, el presidente del CDE
tiene un papel fundamental–, dado que la fractura es una decisión extrema que
se toma cuando no hay más qué hacer; antes de ella se acuerda, se hacen
alianzas, se busca el reacomodo, se cede.
La fractura es, en fin, una situación no deseable, y lo es porque genera
desequilibrios, rompe la estabilidad de los propios grupos. En alianza con
partidos opositores al PRI, una fuerza que renuncia puede ganar posiciones y
convertirse así en una fractura exitosa, pero también puede ocurrir lo
contrario, que paulatinamente pierda peso político una vez instalada fuera del
partido. En todo caso, lo que se observa es que las fracturas pueden significar
una alta vulnerabilidad para el PRI.
Una ruptura puede activar dos tipos de acciones: 1) pueden darse las
condiciones para renunciar al PRI y lograr postulaciones por otros partidos
con significativas probabilidades de ganar la elección, pero también 2) se
fortalece la necesidad de la unificación, de propiciar articulaciones o al menos
situaciones de agregación ante la emergencia que puede representar la salida
de una fuerza. A continuación se analizarán los casos de Campeche e Hidalgo
para observar de manera concreta los elementos citados.

158
Durante el desarrollo del proceso de selección de candidato priista a la
gubernatura de 1997 en Campeche, se mencionaron como contendientes a los
senadores Carlos Sales Gutiérrez y José Trinidad Lanz Cárdenas, así como a
la hija del ex gobernador Carlos Sansores Pérez (1967-1973), Layda Sansores,
y el alcalde de Campeche Antonio González Curi. En las deliberaciones
previas a la nominación, Layda Sansores emprende críticas en contra del
gobernador Jorge Salomón Azar, a quien acusa de promover la candidatura de
Sales Gutiérrez.25 La confrontación es tal que la Asamblea Estatal Electoral
del PRI le pide a Sansores abandonar el partido el 7 de diciembre; ese mismo
día el PRD le ofrece la candidatura a la gubernatura. Dos días después, tras 30
años de militancia, Sansores renuncia al PRI. Se da a conocer una carta
dirigida al presidente nacional del partido, Santiago Oñate Laborde, en la que
escribe: “Mi renuncia en esta fecha obedece a no esperar que se inicie el
proceso de selección interna para designar candidato a la Gubernatura del
Estado de Campeche, deseo evitar cualquier interpretación de frustración o
resentimiento”.26
La de Sansores no fue la única renuncia. Días después, el 28 de
diciembre, Álvaro Arceo Corcuera, quien fuera líder del Congreso local,
presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado y presidente municipal
de Campeche, anunció también su renuncia, junto con otros militantes.27
Carlos Sansores renunciaría el 6 de julio de 1997, justamente el día de la
elección.28
Ante la ruptura, el mismo día en que se da a conocer la convocatoria del
PRI para el registro de candidatos, durante una sesión del Consejo Político

25
Reforma, 29 de noviembre de 1996.
26
La Jornada y Reforma del 10 de diciembre de 1996.
27
La Jornada, 29 de diciembre de 1996.
28
Reforma, 7 de julio de 1997.

159
Estatal, González Curi recibe el apoyo de los sectores campesino, obrero y
popular estatales. Fue el único precandidato registrado, lo que ocurrió el 11 de
enero de 1997, ratificado en la convención de delegados desarrollada una
semana después. González Curi poseía una carrera política en la que el ámbito
estatal tenía más peso que el nacional. Fue delegado regional peninsular de la
Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda entre 1980 y 1985, así como
coordinador general del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado
de Campeche (Copladecam) de 1985 a 1989. Fungió un año como presidente
del CDE priista de Campeche y luego, en 1991, se convirtió en diputado
federal. De la Cámara de Diputados pasó a presidir la alcaldía de Campeche,
en donde cubrió el periodo de 1995 a 1997.
La designación de González Curi supone una interacción en la que ante
un alto grado de conflicto la dirigencia nacional permite un perfil local. Debe
advertirse que, una vez descartada Sansores, los personajes con posibilidades
de alcanzar la nominación “habían hecho su carrera en el Distrito Federal,
acumulando méritos y relaciones nacionales”, como señala Vadillo.29 Sales
Gutiérrez se desempeñó en 1982 como director general de Crédito Público de
la Secretaría de Hacienda y entre 1983 y 1986 subsecretario de la Banca
Nacional. Fue director general de Banobras de 1986 a 1988 y luego tesorero
del Distrito Federal cuando Manuel Camacho Solís era el jefe del
Departamento;30 en 1991 llegó al Senado y desde ese cargo pretendió la
candidatura priista a la gubernatura. Lanz Cárdenas, por su parte, se
desempeñó como asesor en la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos, así como en la de Relaciones Exteriores. Entre 1983 y 1987 fue
director general de asuntos jurídicos de la Secretaría de la Contraloría General

29
Claudio Vadillo López, Campeche: sociedad, economía, política y cultura, Ceiich-UNAM (Biblioteca de
las entidades federativas), México, 2000, p. 63.
30
Idem.

160
de la Federación, luego diputado federal de 1988 a 1991 y ministro de la
tercera sala de la Suprema Corte de 1991 a 1994, mismo año en que llegó al
Senado.31
El proceso de 1997 en Campeche muestra una forma de interacción muy
interesante ante la emergencia de la fractura. Por un lado, se presenta un
acuerdo entre la estructura nacional y las instancias estatales priistas, y por
otra parte ocurre una articulación entre las principales fuerzas locales. En un
primer momento, como señala Vadillo, “la familia política regional logró que,
a diferencia de 1991, ningún grupo político nacional les impusiera un
candidato a gobernador ajeno a los clanes tradicionales, como fue el caso de
Azar García, sino que, por el contrario, el nuevo aspirante emergió de un
grupo local buscando el apoyo de una corriente nacional”.32 Como observa el
propio Vadillo, González Curi “como diputado federal en la capital del país y
como delegado del PRI en el estado de México, en el proceso electoral de
1990, tejió una relación política nacional, fundamental, con el entonces
candidato a gobernador y posteriormente secretario de Gobernación, Emilio
Chuayffet Chemor”.33 Una vez hecha la nominación se perfila una
conveniente agregación del nivel nacional a la candidatura.
En segundo término, se produce una articulación a nivel local entre el
grupo ganador y algunos otros, encabezados por ex gobernadores, esto si se
observa el perfil de quienes son designados para ocupar cargos relevantes.
Así, Ramón Santini Pech (identificado con Rafael Rodríguez Barrera) fue
coordinador de campaña, Edilberto Buenfil Montalvo (identificado con
Eugenio Echeverría Castellot) fue nombrado, en enero de 1997, presidente del

31
Ibid., p. 64, y Roderic Ai Camp, Mexican political biographies, 1935-2009, Universidad de Texas, Austin,
2011, pp. 519-520.
32
Claudio Vadillo López, op. cit., p. 147.
33
Ibid., p. 150.

161
CDE campechano. Puede identificarse también a Araceli Escalante, a quien se
le vincula con Sales Gutiérrez y obtuvo la candidatura a una diputación federal
en el Distrito 2, con sede en Ciudad del Carmen.34
La salida de la fuerza encabezada por Sansores en 1997 hizo demasiado
vulnerable al PRI en Campeche: de una elección a otra su margen de victoria
respecto del partido opositor mejor ubicado cayó más de 70% (ver Gráfica
4.1). Debe advertirse, no obstante, que en 2009, cuando el PRI va aliado con
el Partido Nueva Alianza, la tendencia se interrumpe y el margen de victoria
se sitúa en 7.75%.

Gráfica 4.1
Campeche. Margen de victoria del PRI en las elecciones para gobernador,
1979-2009
100.00
100.00
93.93

80.00 77.31
Margen de victoria (%)

60.00

40.00

20.00

6.81 7.75
1.63
0.00
1979 1985 1991 1997 2003 2009
Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC).

Otro ejemplo de una fractura relevante ocurre en Hidalgo. Años antes


de que José Guadarrama Márquez renunciara al PRI, lucía una fuerza muy
34
Reforma, 13 de abril de 1997.

162
importante. En la elección primaria desarrollada en 1998 para designar al
candidato priista a la gubernatura de Hidalgo obtuvo el segundo lugar con el
35% de los votos.

Tabla 4.4
Hidalgo. Resultados de la elección primaria para designar al candidato
priista a la gubernatura, 1998
Candidato Votos Porcentaje
Manuel Ángel Núñez Soto 205 mil 612 47.11%
José Guadarrama Márquez 153 mil 7 35.05%
Gerardo Sosa Castelán 46 mil 233 10.59%
Humberto Lugo Gil 16 mil 937 3.88%
Orlando Arvizu Lara 14 mil 708 3.37%
Total 436 mil 497 100
Fuente: Reforma, 18 de octubre de 1998.

De esta manera, el grupo opositor más fuerte al que llevó a Núñez Soto
a la gubernatura fue el encabezado por Guadarrama Márquez, quien aseguraba
que se había cometido un fraude “descomunal” en su contra y pidió a la
dirigencia nacional, encabezada por Mariano Palacios Alcocer, separar de la
candidatura a Núñez Soto bajo el argumento de que de lo contrario el PRI
tendría un fuerte descalabro electoral.35 Pese a todo, Guadarrama Márquez se
sumó a la campaña de Núñez Soto luego de que negoció con la dirigencia
local y el CEN la postulación de seis cercanos suyos como diputados locales,
uno de ellos por la vía de la representación proporcional.36 Se llegó a decir
incluso que, con tal de que no abandonara el partido, además de las
diputaciones locales habría conseguido que Murillo Karam dejara la
gubernatura y se le devolvieran algunos de los millones de pesos que gastó
durante el proceso interno.37 Más adelante formaría parte del equipo de

35
Reforma, 6 de noviembre de 1998.
36
Reforma, 25 de diciembre de 1998.
37
Miguel Ángel Granados Chapa, “PRI: la fractura hidalguense”, Plaza Pública, Reforma, 27 de septiembre
de 2001.

163
campaña de Francisco Labastida Ochoa, el primer candidato del PRI en perder
una elección presidencial.
Lo cierto es que desde meses antes de lo referido en el párrafo
precedente, en octubre de 1998, Guadarrama Márquez había fundado el Frente
Democrático Hidalguense (FDH), desde donde empezó a acercarse al PRD en
busca de una posible postulación. Esta organización ejemplifica la necesidad
de los líderes políticos de poseer y consolidar su dominio territorial.
Guadarrama Márquez llegó a declarar que el FDH aglutinaba al 60% de los
priistas hidalguenses y que tenía dirigencias en cada uno de los 84 municipios
del estado.38 Pese a que oficialmente se sumó a la campaña a la gubernatura
del PRI, algunos actores políticos han señalado que el enfrentamiento de
Guadarrama Márquez con el candidato priista realmente nunca cesó. De
acuerdo con el entonces candidato del PRD a la gubernatura hidalguense,
Miguel Ángel Granados Chapa, en la elección de 1999 Guadarrama Márquez
y su FDH se inclinaron por apoyar al candidato panista, el cantante Francisco
Xavier Berganza: “en sus ambigüedades hizo el juego al equívoco candidato
panista a la gubernatura, que era un priista disfrazado (y que poco después se
quitó el maquillaje). Por eso tuvo ese aspirante una votación inusualmente
alta”.39
En comparación con lo que ocurre en Campeche (Gráfica 4.1), la
principal fractura sufrida por el priismo hidalguense no parece tan exitosa, en
tanto que el desplome en los resultados electorales no es tan contundente
(Gráfica 4.2). Es verdad que se aprecia una caída en el margen de victoria de
más de 50%, pero ocurre en 1999, cuando Guadarrama Márquez aún no había
renunciado al PRI (lo hizo hasta finales de septiembre de 2001); de cualquier

38
Proceso, núm. 1149, 8 de noviembre de 1998.
39
Miguel Ángel Granados Chapa, op. cit.

164
modo, si en parte a él se debe ese descenso, no fue suficiente para vencer al
PRI y el directamente beneficiado fue el panista Berganza. En 2005, siendo
ahora sí el candidato del PRD, la fuerza encabezada por Guadarrama Márquez
no sólo es incapaz de ganarle a Osorio Chong, sino que ni siquiera logra hacer
más pronunciada la tendencia a la baja del priismo. La elección para
gobernador más apretada en Hidalgo se presentó hasta 2010, cuando
Guadarrama Márquez no pudo convertirse en el candidato de la coalición
Hidalgo nos Une, conformada por PAN, PRD, PT y Convergencia,40 que fue
encabezada por Xóchitl Gálvez Ruiz.41

Gráfica 4.2
Hidalgo. Margen de victoria del PRI en las elecciones para gobernador,
1979-2009
100.00
99.60
94.92

86.95

80.00
74.11
Margen de victoria (%)

60.00

40.00

21.44 22.32
20.00

5.13

0.00
1975 1981 1987 1993 1999 2005 2010

Año de elección

Fuente: elaboración propia con datos del CIDAC.

40
El Sol de Hidalgo, 9 de abril de 2010.
41
Reforma, 6 de mayo de 2010.

165
La aportación de este capítulo ha sido enfatizar la relevancia que tiene
considerar no sólo a los triunfadores, a aquellos que ganan las nominaciones
partidarias, sino también a quienes pierden. En el complejo contexto de
interacciones múltiples que se ha venido retratando no hay posibilidad para la
existencia de actores omnipotentes y por eso mismo hay que mirar con
atención los repartos que se producen en el contexto de un proceso de
selección, más allá de quien se lleve la nominación más atractiva.
De lo que aquí se ha dado cuenta es de que la capacidad de resistencia
está presente de manera permanente y que su ejercicio puede ser manifiesto o
estar aparentemente inactivo, pero que en cualquier caso surte efectos e
influye en el sentido de las decisiones partidarias.
Lo que sigue ahora es examinar una última dimensión para dar paso a la
formulación de tipos de interacciones a partir de su combinación con las dos
ya tratadas (conformación de territorios múltiples y grado de resistencia). La
intensidad del conflicto es la materia del siguiente capítulo.

166
CAPÍTULO 5
INTENSIDAD DEL CONFLICTO: MAGNITUDES
DIVERSAS DE LAS DISPUTAS POR LOS TERRITORIOS

La propuesta de este capítulo es que el conflicto siempre está presente en las


interacciones multiterritoriales, pero que va adquiriendo diferentes
magnitudes. Depende de lo que está en juego, de los cargos y recursos que se
encuentran en disputa, de la influencia que pueden ejercer los actores o
grupos, así como de su capacidad de resistencia acumulada y, cabe enfatizar,
de la etapa de decisión de la que se trate. Es decir, se plantea que se debe
examinar la toma de decisiones partidarias como un proceso –en el que el
conflicto es algo inherente– y por tanto conformado por fases, no analizar
exclusivamente las reacciones finales ante sus resultados.
Se mostrará a continuación la manera en que interviene la instancia
partidaria nacional más importante del PRI, el CEN, en los territorios
estatales, esto con el objetivo de establecer si sus acciones producen o intentan
reducir el conflicto en el desarrollo de las interacciones multiterritoriales. De
la mano de lo anterior se desarrolla una amplia investigación sobre los
delegados estatales del CEN, figuras poco estudiadas que, sin embargo,
pueden ayudar a esclarecer y a comprender la manera en que se relacionan las
estructuras partidarias nacionales y locales.
Finalmente, se da cuenta de la presencia de dirigencias estatales
inestables, esto es, en constante renovación como un indicador de la
permanente conflictividad que se genera por efecto del desenvolvimiento de
las interacciones multiterritoriales.

167
5.1 Momento de resolución de decisiones partidarias

Se asume que el conflicto es un elemento inherente a la vida partidaria.


Aunque desde luego la intensidad con que se presenta no es la misma en cada
coligación. Para calificar el nivel de conflicto pueden considerarse, por
ejemplo, los conceptos de lealtad, voz y salida propuestos por Hirschman.1
Mismos que podrían adecuarse para el caso de los partidos políticos, como lo
hace Flores, quien califica las reacciones ante el resultado de la selección de
candidatos con los términos unidad, fisura y ruptura: “la reacción de unidad es
aquella en donde el partido no sufre desgajamientos ni quiebres considerables;
la opción de fisura, en donde existe una abierta inconformidad con el
mecanismo de nominación pero los inconformes no se salen del partido; y la
de ruptura, en donde los miembros inconformes se salen del partido y se unen
a la oposición”.2
Sin embargo, para examinar la dimensión del conflicto debe realizarse
además una adaptación a la tricotomía propuesta por Elster, quien se refiere a
los procedimientos mediante los cuales se pueden tomar decisiones políticas:
deliberación, negociación o votación.3 Se toman aquí como tres etapas dentro
de los procesos de selección de candidatos. Se añade una etapa más, la de
reacomodo, que se presenta una vez que la decisión ha sido tomada (véase la
siguiente tabla).

1
Albert Hirschman, Salida, voz y lealtad: respuestas al deterioro de empresas, organizaciones y estados,
FCE, México, 1977.
2
Jorge Gerardo Flores Díaz, “La selección de candidatos a gobernador y sus consecuencias políticas”, en
Gustavo López Montiel et al., Los estados en el 2010: el nuevo mapa de poder regional, FCPyS-UNAM,
Gernika, IEEG, Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, Tecnológico de Monterrey, México, 2011, p.
575.
3
Jon Elster, “Introducción”, en Jon Elster (comp.), La democracia deliberativa, Gedisa, Barcelona, 2001, pp.
13-33.

168
Tabla 5.1
Etapas de los procesos de selección de candidatos
Etapa Procedimiento Característica Conflicto
-Actores hacen públicas sus aspiraciones
1ª Deliberación Bajo
-Miden sus apoyos, evalúan a sus adversarios
-Actores con poco peso partidario se suman a
otros
-Se hace valer la capacidad de resistencia
2ª Negociación -Dependiendo del peso e influencia de los actores,
se busca la distribución de recursos partidarios
con objeto de llegar a un acuerdo para evitar la Medio-Alto
siguiente etapa y con ello mayor desgaste
-Puede realizarse sólo para dar mayor legitimidad
a quien será el candidato. Con adversarios con
poca fuerza, en realidad significa que la selección
3ª Votación se resolvió en la segunda etapa
-Su desarrollo con dos o más contendientes
competitivos refleja un alto grado de Muy alto
conflictividad interna
-Si la decisión se toma en la segunda etapa,
actores con menos peso buscan alianzas y
negociar algunos cargos
-Si la decisión se tomó por vía de la votación,
los actores relevantes pueden buscar alianzas,
negociar cargos o mantener su postura crítica con
4ª Reacomodo menos intensidad al interior del partido Bajo-Medio
-En esta etapa algunos actores pueden optar por
renunciar al partido, pero el impacto es menor
dado que el punto más alto de conflicto, por lo
general, ocurre antes de la toma de decisión. Una
renuncia aquí significa más bien incapacidad para
lograr un reacomodo aceptable para el actor
Fuente: elaboración propia.

Establecer la fase en la que se resuelve la selección de candidatos


permite tener una idea del grado de conflicto que se presenta en el interior del
partido durante un tiempo y espacio determinados. No basta con saber que
hubo conflicto, es necesario evaluar su intensidad. No será el mismo grado de
enfrentamiento cuando una selección de candidato se decide en la etapa de la
negociación, en la que por lo general se logra un candidato de unidad o
candidato único, que cuando se tiene que definir en la última instancia,

169
mediante una elección abierta o una convención de delegados con al menos
dos candidatos competitivos.
Se ha venido insistiendo en que no es un solo grupo el que controla
todos los territorios que conforman un estado. Existe si acaso una fuerza
dominante, encabezada por el gobernador, pero no todas las zonas son
controladas por ésta. Por más que los candidatos apoyados por el mandatario
estatal normalmente se impongan, no debe obviarse la etapa de deliberación
en los procesos de selección. En esta etapa, previa a la nominación, lo que se
observa son las divisiones y enfrentamientos de los diversos grupos que
buscan hacerse de los cargos.
Entre 2000 y 2010 los métodos más frecuentemente utilizados por el
PRI para seleccionar a sus candidatos a gobernador –así se postuló a 42% de
ellos– fueron las candidaturas de unidad y las convenciones de delegados en
las que se presentó un solo aspirante.4 Centrarse en la etapa de la nominación
ha creado la sensación de que simplemente el gobernador en turno impone a
su candidato, siendo que el asunto es mucho más complejo. De ahí que lo que
se propone es examinar con más atención la etapa deliberativa, entre otras
cosas, porque permite identificar a los grupos que se confrontan en el interior
del partido.
La intensidad del conflicto depende de la cantidad y del grado de
control que sobre algunos territorios tengan las fuerzas distintas a la
encabezada por el gobernador, generalmente prevaleciente. En la medida en
que se controlen territorios se tendrá una mayor capacidad de resistencia y con
ésta una mejor posición pare negociar.

4
Gustavo Martínez Valdes, “Centralización en la selección de candidatos a gobernadores de México en PAN,
PRI y PRD entre 2000 y 2010”, en Estudios Políticos, núm. 29, FCPyS-UNAM, México, mayo-agosto de
2013, p. 78.

170
5.2 La intervención del CEN

Los gobernadores priistas son figuras relevantes en el interior del partido por
los recursos que controlan y porque son quienes generalmente encabezan al
grupo dominante en la entidad. Probablemente para evitar que un
enfrentamiento con ellos traiga consecuencias negativas al partido es que en
los últimos años el CEN del PRI ha optado por ceder más que buscar
imponerse al grupo del gobernador en momentos decisivos como la selección
de candidatos. Lo anterior se mostrará a continuación examinando los casos de
Campeche y Colima. Se trata de dos escenarios diametralmente opuestos: en
Campeche el CEN del PRI hace alianza con la principal fuerza de la entidad,
en tanto que en Colima el CEN priista, apoyado en una fuerza local, enfrenta
al grupo dominante del gobernador.
Pese a las diferencias, en ningún caso el CEN opta por la ruptura total,
en el peor de los escenarios cede ante el grupo local. En Colima el CEN evita
las confrontaciones y se agrega o apoya sin mucho vigor la campaña del grupo
del gobernador. En Campeche, por otro lado, la interacción que se produce es
desemejante, al darse una plena coordinación entre el centro y la fuerza estatal
dominante.
Durante el proceso de selección del candidato a gobernador de 2009 en
Campeche, el senador Alejandro Moreno Cárdenas se enfrentó a Ortega
Bernés. Moreno Cárdenas contaba con 33 años y parecía confiar en su
influencia en la estructura nacional: “Desde mi tránsito como dirigente
juvenil, cargos de elección popular y la actual Secretaría de Organización del
CEN del PRI, la tercera en importancia en la estructura partidista, asumí que

171
mi jerarca nacional Beatriz Paredes sí tiene el propósito de impulsar a los
jóvenes”, dijo en una entrevista.5
El 10 de enero de 2009 el Consejo Político Estatal había acordado la
convención de delegados como el método para nombrar al candidato a la
gubernatura. Desde ese momento ninguno de los aspirantes descartó la
posibilidad de lograr una candidatura de unidad; la lista incluía, además de a
Moreno Cárdenas y Ortega Bernés, a Jorge Luis González Curi, secretario
estatal de Turismo y hermano del ex gobernador José Antonio González;
Carlos Felipe Ortega Rubio, líder del Congreso local; Víctor Méndez Lanz,
diputado federal, y Carlos Oznerol Pacheco Castro, presidente municipal de
Campeche. El gobernador Hurtado Valdez declaraba: “No está descartado.
Las condiciones están dadas para alcanzar la unidad; existe entendimiento,
colaboración, compañerismo entre todos los que aspiran. Sería lo ideal”.6
Ortega Bernés había declinado registrarse como candidato en el proceso
de selección pasado –en 2003, cuando tuvo que conformarse con la
candidatura a la alcaldía de Campeche–, lo que facilitó entonces el triunfo de
Hurtado Valdez; se mostraba ahora como el aspirante más fuerte. El mayor
obstáculo lo representaba Moreno Cárdenas, un perfil con peso nacional cuyos
cargos más relevantes los había ocupado en el terreno legislativo (diputado
federal y senador) y partidario (en el Frente Juvenil Revolucionario y la
Secretaría de Organización del CEN).
De manera que lo que se presentó durante el proceso de 2009 fue el
enfrentamiento entre un candidato con un perfil en el que el ámbito estatal
tenía más peso y otro que, por el contrario, tenía un perfil eminentemente
nacional. Como puede verse en la siguiente tabla, los valores de la trayectoria

5
El Sol de México, 3 de febrero de 2009.
6
La Jornada, 11 de enero de 2009.

172
de Ortega Bernés son de 2.75 en el territorio preponderante, 6 en el legislativo
y de 2.6 en el partidario, frente a Moreno Cárdenas, con una carrera política
con los siguientes valores: 1 en el territorio preponderante, 8 en el legislativo y
5.8 en el partidario. En el rango apropiación-dominio (A-D) se puede advertir
mayor amplitud en el de Moreno Cárdenas, que implica el logro de cargos en
instancias nacionales, y de menor amplitud, pero con fuerte presencia en el
nivel local, en el caso de Ortega Bernés.

Tabla 5.2
Campeche. Valoración de perfiles de precandidatos a la gubernatura,
2009
Valores cuantitativos Valores cualitativos
Precandidato Cargos anteriores
TPrep A-D TLeg A-D TPart A-D TPrep TLeg TPart
-Senador (2006-2012)
Fernando -Alcalde de Campeche
Ortega 2.75 1,5 6 1,7 2.6 1,5 1 3 1 (2003-2006)
Bernés -Diputado local
(2000-2003)
-Srio. de Organización del
CEN (2007-2010)
-Pdte. nacional del Frente
Alejandro
Juvenil Revolucionario
Moreno 1 1,1 8 6,8 5.8 1,9 1 5 4
(2002-2008)
Cárdenas
-Senador (2006-2012)
-Diputado federal
(2003-2006)
Fuente: elaboración propia con datos del SIL
TPrep: territorio preponderante; TLeg: territorio legislativo; TPart: territorio partidario; A-D: rango
apropiación-dominio.

El hecho de que ambos precandidatos aspiraran desde la misma


plataforma, el Senado, los coloca en algún sentido en igualdad de condiciones,
y es entonces en donde surge la trayectoria como un elemento definitorio. La
manera en que se resuelve el proceso corresponde a una interacción de pleno
acuerdo.
Primero, porque el conflicto es bajo, una vez que tras la renuncia de
Layda Sansores al partido las que siguieron no tuvieron el mismo impacto;
varias de ellas ocurrieron en torno a la disputa por las candidaturas al

173
Congreso de la Unión en 2006: el ex diputado federal Edilberto Buenfil
Montalvo, el líder obrero Alfonso Carrillo Zavala (hermano del ex gobernador
Abelardo Carrillo), el líder campesino Juan Pablo Chan Canto y el diputado
local Francisco Brown Gantús,7 quien en 2009 fue postulado como candidato
a la gubernatura por el PRD pero días antes de la elección declinó en favor del
panista Mario Alberto Ávila Lizárraga.8
El proceso de selección priista de 2009 se resuelve con la candidatura
de unidad de Ortega Bernés, anunciada mediante una conferencia de prensa la
noche del 16 de febrero, en la que el propio Moreno Cárdenas aseguraba que
el elegido era la mejor opción “porque es el que une y representa la
construcción de acuerdos y consensos”.9 Según algunas versiones, los cinco
precandidatos que participaron en la conferencia (Moreno Cárdenas, Méndez
Lanz, Ortega Rubio, González Curi y Ortega Bernés) habían sostenido días
antes, en la Ciudad de México, una negociación con la líder nacional Beatriz
Paredes.10
Segundo, porque lo que se aprecia es, más que un reparto, una
integración, y más que una agregación de grupos en torno a la candidatura,
una articulación. Lo anterior se establece a partir de que el 5 de marzo,
después de la negociación y 10 días antes de la celebración de la convención
de delegados que ratificó a Ortega Bernés, Moreno Cárdenas asumió la
dirigencia estatal del PRI una vez que Paredes le tomó la protesta.11 Esto es,
hay una presencia manifiesta del CEN en el territorio local, a través de
Moreno Cárdenas, en tanto que el flujo de apropiación se extiende en la
entidad con la posibilidad de que una fuerza local se haga de la gubernatura.

7
Reforma, 27 de marzo de 2006.
8
Reforma, 23 de junio de 2009.
9
El Sol de México, 17 de febrero de 2009.
10
La Jornada, 17 de febrero de 2009.
11
El Sur de Campeche, 6 de marzo de 2009.

174
El proceso en Colima en el mismo 2009, en cambio, plantea el
escenario contrario. Ocurre un evidente enfrentamiento entre el gobernador
Silverio Cavazos y su antecesor, Fernando Moreno Peña, apoyado este último
por la presidenta del CEN Beatriz Paredes, de quien fue su coordinador de
campaña en el proceso que le permitió acceder al liderazgo priista.
Aunque existen dos candidatos más, el senador Rogelio Rueda Sánchez
y el ex secretario general de Gobierno Héctor Michel Camarena, los
contendientes principales son: el presidente municipal de Colima Mario
Anguiano Moreno, apoyado por el gobernador Cavazos, y el diputado federal
Arnoldo Ochoa González, impulsado por Moreno Peña y el CEN. El PAN
acusó a Anguiano Moreno de nexos con el narcotráfico, luego de que dos de
sus hermanos fueron detenidos y acusados de tener vínculos con el crimen
organizado.12 El secretario general del PRI Jesús Murillo Karam llegó a
declarar que la candidatura de Anguiano Moreno era inoportuna. “Hubimos
quienes pensamos que era por lo menos inoportuno (como candidato), pero la
decisión se toma en función de lo que los propios estatutos y las fuerzas del
partido señalan, y en ese sentido el partido se pronunció”, dijo.13
Al final quien logra imponerse es el gobernador; el PRI designó como
candidato a Anguiano Moreno el 24 de marzo de 2009, luego de que fuera el
único aspirante que se presentó a la convención de delegados.14 No se logró
una candidatura de unidad, sino que sus adversarios se retiraron de la
contienda horas antes de que se desarrollara la convención.15 Al día siguiente,

12
Reforma, 26 de marzo de 2009 y 23 de noviembre de 2010.
13
Reforma, 27 de marzo de 2009.
14
Reforma, 25 de marzo de 2009.
15
Los tres enviaron, por la noche, comunicados urgentes, los cuales fueron publicados en el sitio web Colima
Noticias el 24 de marzo de 2009. Disponibles en: <http://colimanoticias.com/renuncia-arnoldo-a-la-
precandidatura/>; <http://colimanoticias.com/renuncia-tambien-rogelio-rueda/> y
<http://colimanoticias.com/desiste-hector-michel-camarena/> [Consulta: 27 de octubre de 2012].

175
Arnoldo Ochoa fue nombrado por Paredes secretario de Organización del
CEN.16 Siguieron días tensos.
El gobernador Cavazos acusó al CEN de boicotear al candidato a
sucederlo. Luego de que Ochoa comentara que el PRI podría cambiar de
candidato, Cavazos declaró: “Y si Arnoldo Ochoa dice eso, y si Fernando
Moreno dice lo que dice, y también es parte del CEN, entonces a los
colimenses les puede quedar claro que, por instrucciones de Beatriz Paredes,
se está generando un boicot a la candidatura de Mario Anguiano”.17 Sobre los
dichos del secretario general del PRI, el gobernador respondió: “pareciera que
le duele que el priismo colimense tenga una opinión diferente a él, aunque
debemos entender: la opinión que se tiene es simple y sencillamente por una
razón de realidades, los que opinaron a favor de Mario Anguiano aquí viven, y
Jesús Murillo Karam pues no vive en Colima; debemos de entender eso y le
debemos disculpar sus exabruptos”.18
Pese al enfrentamiento, el CEN cede y se agrega a la candidatura.
Durante el cierre de campaña de Anguiano Moreno, Paredes arengó: “los
priistas creemos en la inteligencia de los mexicanos, que saben aquilatar las
ofertas del PRI. Vamos a ganar en Colima y obtendremos la mayoría en la
Cámara de Diputados federal porque el PRI sí sabe gobernar”.19
De modo que hay momentos de enfrentamiento y de pleno acuerdo
entre las estructuras nacionales y las locales, y no se trata de situaciones
permanentes en una y otra entidad. El caso de Hidalgo ilustra cómo se pasa de
una situación de enfrentamiento entre el gobernador y el CEN al

16
Reforma, 23 de noviembre de 2010.
17
Reforma, 2 de abril de 2009.
18
Proceso, 1 de abril de 2009. Disponible en: <http://www.proceso.com.mx/?p=114061> [Consulta: 7 de
junio de 2014].
19
Reforma, 2 de julio de 2009.

176
desenvolvimiento de un proceso en el que actores locales se integran al grupo
principal de la coalición dominante del partido.
En las gráficas 5.1 y 5.2 se puede apreciar una interrupción de la
presencia de perfiles nacionales (con valor siete o superior en el caso de la
escala cuantitativa y con valor cuatro o superior en la cualitativa). Esto ocurre
durante las legislaturas 59 y 60, justamente en el marco del enfrentamiento
entre el gobernador Manuel Ángel Núñez Soto y el presidente del CEN y
luego aspirante presidencial Roberto Madrazo.

Gráfica 5.1
Hidalgo. Territorio partidario. Valores cuantitativos (0 a 10)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

177
Gráfica 5.2
Hidalgo. Territorio partidario. Valores cualitativos (0 a 5) de los perfiles
de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Las negociaciones para nominar candidatos a la 61 Legislatura, sin


embargo, ocurrieron en un contexto en el que, tras la derrota en la elección
presidencial de 2006, el grupo madracista perdió fuerza y la coalición formada
en torno a Beatriz Paredes se hizo con el control del partido, lo que cambió el
panorama para el grupo dominante en Hidalgo, que desde 2002 había
mostrado su apoyo a Paredes, aunque en aquel proceso fue Madrazo y
Gordillo quienes asumieron la dirigencia nacional.
Las gráficas 5.3 y 5.4 dan cuenta de una visible variación en la 61
Legislatura con respecto a las dos anteriores. La incorporación de personajes
con presencia nacional en el territorio partidario advierten sobre una mejor
coordinación entre la estructura hidalguense y el CEN priista.

178
Gráfica 5.3
Hidalgo. Territorio partidario. Valores cuantitativos promedio (0 a 10)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

Gráfica 5.4
Hidalgo. Territorio partidario. Valores cualitativos promedio (0 a 5)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62

Fuente: elaboración propia.

179
5.3 Los delegados del CEN: grados variables de intervención desde el
centro

La figura de los delegados del CEN, derivada del artículo 86, fracción IV, de
los estatutos priistas, ha sido poco examinada hasta la fecha. Aquí se propone
su exploración como un medio para analizar los diferentes procesos de
interacción entre la estructura nacional y los distintos niveles estatales. El
seguimiento de las intervenciones o acciones de los delegados permite ilustrar
tanto momentos de tensión, de franco enfrentamiento, como de cooperación o
articulación entre ambos ámbitos.
Quintana Roo en la coyuntura electoral de 1998 es un ejemplo del
primer tipo, es decir, de enfrentamiento. En ese año se manifestaron 12
personajes en busca de convertirse en el candidato priista a la gubernatura del
estado. Finalmente sólo tres se registraron: Joaquín Hendricks Díaz (quien se
dijo era apoyado por el gobernador en turno, Mario Villanueva), Addy
Joaquín (hermana del ex mandatario Pedro Joaquín Coldwell) y Sara Muza
Simón.20 Una vez que Hendricks obtuvo la candidatura priista, Addy Joaquín
anunció que retiraría su apoyo al PRI y a su candidato.21
Mientras se desarrollaba el proceso de selección, el entonces senador
Víctor Hugo Islas se desempeñó como delegado del CEN del PRI en la
entidad, aunque no duró ni dos meses en el cargo debido al enfrentamiento
entre el gobernador y la dirigencia nacional. Posteriormente el CEN nombró a

20
En el camino quedaron personajes como “Joaquín González Castro (presidente del Tribunal Superior de
Justicia, ex Senador y ex Oficial Mayor de Sectur), Jorge Polanco Zapata (Senador, ex director de Fonatur-
Cancún, ex secretario estatal de Desarrollo Social) y Carlos Cardin Pérez (ex presidente de la Gran Comisión
del Congreso del estado, ex Alcalde de Cancún y ex presidente estatal del PRI)”. Reforma, 20 de septiembre
de 1998. Destaca el caso de Polanco, quien era señalado como el principal candidato apoyado por el
gobernador –trabajó con Villanueva desde que se desempeñaba como diputado local–, pero en un primer
momento declinó en favor de Addy Joaquín, quien lo nombró su coordinador de campaña, después quiso
registrarse pero el plazo para hacerlo ya había vencido; finalmente negoció con el PRD inscribirse como su
candidato. Reforma, 20 de septiembre de 1998.
21
Reforma, 22 de septiembre de 1998.

180
Salvador Rizo Ayala como nuevo delegado en el estado, quien asumió el 2 de
noviembre de 1998. En pleno proceso electoral, que tuvo como punto central
la elección celebrada el 21 de febrero de 1999, pidió al gobernador no
intervenir y permitir que la dirigencia nacional condujera al partido en la
entidad: “El papel que deben asumir los Ejecutivos de los estados es que nos
permitan que el Comité Ejecutivo Nacional y el PRI hagan el trabajo para que
todo salga con transparencia y equidad”.22 El gobernador Villanueva
respondió de inmediato: “El CEN que se las arregle, para mí no existe”.
Agregó: “A mí lo que haga el CEN ni me va ni me viene. Esos son problemas
de ellos y mi gobierno camina sin problemas, y el estado está tranquilo y en
armonía. Yo no tengo problemas y el estado tampoco. Así que no me
preocupa lo que haga ya el CEN”. Sobre el delegado dijo: “Si así va a andar el
delegado no nos va a servir al PRI”.23
Villanueva había roto toda relación con el CEN el 9 de octubre. Se
enfrentó con el líder nacional del partido Mariano Palacios Alcocer, a quien
acusó de desarrollar un “intervencionismo extremo” en las decisiones del
partido en el estado, en la selección del candidato a gobernador. El mandatario
también acusó a Carlos Rojas, secretario del partido, y le pidió que renunciara;
Rojas respondió que Villanueva representaba “resabios de un añejo
autoritarismo” y que el PRI “no es una suma de fuerzas estatales, sino un
partido nacional”.24
Rizo Ayala tampoco duró siquiera dos meses en el cargo: el 22 de
diciembre, en vísperas de la celebración de la Navidad, fue sustituido por el

22
Reforma, 4 de noviembre de 1998.
23
Reforma, 5 de noviembre de 1998.
24
Idem.

181
también senador Raúl Juárez Valencia, quien de inmediato declaró que “la
política del CEN será de pleno respeto a la autonomía del priismo local”.25
En el extremo opuesto, puede citarse el caso del estado de México
durante la misma presidencia de Palacios Alcocer. El 18 de marzo de 1999
Enrique Ibarra era sustituido por Enrique Jackson como delegado del CEN en
esa entidad en términos bastante cordiales, en contraste con lo ocurrido en
Quintana Roo. Tanto el entonces gobernador César Camacho como el
candidato a la gubernatura Arturo Montiel se mostraban coordinados con la
dirigencia nacional priista. “Estuvimos platicando con el candidato a la
gubernatura y el dirigente estatal, para ver quién tendría la estatura política
para tener la representación de la dirigencia nacional en este estado, y me da
gusto que Enrique Jackson haya aceptado encargarse de ayudar a los
mexiquenses a ganar la elección”, dijo ese día Palacios Alcocer.26 Esta
articulación volvió a aparecer durante la coyuntura electoral de 2011, cuando
se mostró el acuerdo entre el entonces gobernador Enrique Peña Nieto y el
presidente nacional priista Humberto Moreira; dos personajes cercanos al hoy
presidente del país eran colocados en puestos clave: Luis Videgaray al frente
del CDE y Miguel Ángel Osorio Chong como delegado del CEN en la
entidad.27
La complejidad de las interacciones también hace posible que en algún
momento llegue a presentarse una relación conflictiva incluso entre un
delegado y el CEN. Justo en el estado de México se presentó un delegado
cuya lealtad estaba más con los grupos estatales que con la propia estructura
nacional. El hecho muestra que en ocasiones más que un intervencionismo
unilateral, el CEN coloca a personajes aceptables para las fuerzas

25
Reforma, 23 de diciembre de 1998.
26
Reforma, 19 de marzo de 1999.
27
La Jornada, 9 de abril de 2011.

182
predominantes en las entidades. Se trata de Dionisio Pérez Jácome, quien en
mayo de 2003 enfrentó a Roberto Madrazo, entonces presidente nacional
priista. Lo acusó de traicionarlo y de no haberlo tomado en cuenta en la
designación de los candidatos a diputados federales, y, a un año de haber sido
nombrado, renunció a su cargo de delegado. Criticó que Madrazo hubiera
marginado en la integración de las listas de candidatos plurinominales a
gobernadores como Arturo Montiel, que lo era de la entidad mexiquense.28
Pérez Jácome fue arropado por el dirigente estatal Isidro Pastor, quien le
ofreció considerarlo “un militante distinguido” e incluso le proporcionó una
oficina en la sede del propio CDE, además de que fue ratificado como
representante del PRI ante el Consejo General del Instituto Electoral del
Estado de México (IEEM).29
Los delegados son figuras de operación política que se encuentran
dentro de la estructura interna partidaria.30 Se da cuenta de su existencia en
por lo menos tres artículos del reglamento del CEN del PRI. En el artículo 32
se habla de la facultad de mantener contacto, de obtener recursos para ellos y
de la obligación de contar con un registro de los delegados:

Artículo 32. El Coordinador de representantes del Comité Ejecutivo nacional


a que se refiere el artículo 89, fracción V de los Estatutos, tendrá las
siguientes facultades y obligaciones:

28
El Universal, 3 de mayo de 2003.
29
Reforma, 3 de mayo de 2003.
30
Pese a ello, el PRI no cuenta con un registro puntual de los delegados que el CEN envía a los estados ni de
las fechas en que lo hace. La respuesta recibida a una solicitud de información fue que dicha figura no es parte
de su estructura: “se comunica que de acuerdo con lo señalado por la Subsecretaría de Afiliación y Registro
Partidario del Comité Ejecutivo Nacional, mediante oficio SARP/1594, y en términos de lo dispuesto por el
artículo 84-bis de los Estatutos de este Partido Político, la figura de delegados estatales o regionales no se
encuentra dentro de su estructura”. INE-CI030/2016, “Resolución del Comité de Información del Instituto
Nacional Electoral (CI), con motivo de la declaratoria de inexistencia de la información recaída a la solicitud
de información UE/15/04505”.

183
I. Establecer mecanismos de comunicación con los delegados del Comité
Ejecutivo Nacional en las entidades federativas, con el objetivo de auxiliar al
titular de la Secretaría General en la coordinación de sus actividades;
II. Gestionar los recursos necesarios para efectos de la representación de los
delegados del Comité Ejecutivo Nacional, previa instrucción del titular de la
Secretaría General;
III. Elaborar y mantener actualizado el registro interno de los delegados que
designe el Comité Ejecutivo Nacional.

En otro punto se menciona la dependencia de los delegados al secretario


de Organización:

Artículo 39. Para el cumplimiento de las atribuciones que le encomiendan los


Estatutos, el titular de la Secretaría de Organización podrá:
(…)
II. Acordar con el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional la designación
de delegados generales y especiales del Comité en las entidades de la
República y coordinar su vinculación con las diferentes áreas operativas del
Partido.

Finalmente, un tercer artículo se refiere a los delegados como parte de


una estructura desconcentrada del CEN:

Artículo 46. La estructura política desconcentrada del Comité Ejecutivo


Nacional se integra con los secretarios regionales, delegados generales y
delegados especiales designados para tal efecto. La naturaleza de sus
atribuciones será esencialmente política y su ejercicio de conformidad con las
directrices que determine el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional.

A continuación se muestra un comparativo entre quienes se


desempeñaban como delegados en mayo de 2010 y quienes lo hacían tres años
después, es decir, en mayo de 2013.

184
Tabla 5.3
Delegados del CEN del PRI, mayo de 2010
Estado Delegado Cargos Origen
Dos veces diputado federal,
Manuel Cavazos Externo,
Aguascalientes dos veces senador, gobernador
Lerma Tamaulipas
de Tamaulipas
Heriberto Ramos Presidente municipal de Externo,
Baja California
Salas Torreón Coahuila
Baja California Artemio Iglesias Senador, dos veces diputado Externo,
Sur Miramontes federal Chihuahua
Campeche --- ----- ---
Noé Fernando Garza Secretario de Desarrollo Rural,
Coahuila Interno
Flores dos veces diputado federal
Director del Instituto para la
Atención de los Adultos en
Rigoberto Salazar
Colima Plenitud (IAAP), secretario de Interno
Velasco
Desarrollo Social con
Anguiano Moreno
Héctor René García Coordinador general de Enlace Externo,
Chiapas
Quiñones Sectorial de la Sagarpa Veracruz
Coordinadora administrativa de Externo,
Chihuahua Adela Cerezo Bautista
la PGR Puebla
Tres veces diputado federal,
diputado local, suplente de
Distrito Federal Jaime Aguilar Álvarez Interno
Beatriz Paredes como diputada
en la LXI Legislatura
Fernando Moreno Diputado federal, gobernador Externo,
Durango
Peña de Colima Colima
Diputada local y federal,
senadora por Campeche como
Carmen Guadalupe Externo,
Guanajuato suplente de Fernando Ortega
Fonz Sáenz Campeche
Bernés, gobernador de ese
estado
Guerrero --- ----- ---
Dos veces diputado local,
coordinador de Operación
Hidalgo Efraín Arista Ruiz Interno
Política del CEN, director de
SuperISSSTE
Raúl José Mejía Diputado local y federal, Externo,
Jalisco
González senador Nayarit
Dos veces diputado federal,
Enrique Martínez y Externo,
México gobernador de Coahuila,
Martínez Coahuila
secretario de la Sagarpa

185
Daniel Ernesto Trelles Director regional noroeste de Externo,
Michoacán
Iruretagoyena Aserca de la Sagarpa Sonora
Tres veces diputado federal, Externo,
Morelos Juan José Castro Justo
diputado local Guerrero
Presidente municipal de Puerto Externo,
Nayarit Jorge Lepe García
Vallarta Jalisco
Manuel Ángel Núñez Diputado federal, gobernador Externo,
Nuevo León
Soto de Hidalgo Hidalgo
Oaxaca --- ----- ---
Dos veces diputada local,
Mercedes del Carmen diputada federal, subsecretaria Externo,
Puebla
Guillén Vicente de Población, Migración y Tamaulipas
Asuntos Religiosos de la Segob
Braulio Mario Guerra
Querétaro Diputado local Interno
Urbiola
Externo,
Quintana Roo Carlos Sobrino Sierra Senador y diputado federal
Yucatán
Presidente municipal de
Armando Romero Externo,
San Luis Potosí Aguascalientes, delegado de la
Rosales Aguascalientes
Segob en Aguascalientes
Diputado local, dos veces
Adolfo Mota Externo,
Sinaloa diputado federal, secretario de
Hernández Veracruz
Educación de Veracruz
Fernando Elías Calles Coordinador de delegaciones
Sonora Interno
Álvarez de la SEP, director Conaliteg
Diputado local, senador,
Adrián Alanís Externo,
Tabasco director general del Puerto de
Quiñones Durango
Guaymas
Interno /
Enrique Salomón
Tamaulipas Diputado federal Externo, San
Rosas Ramírez
Luis Potosí
Externo,
Tlaxcala Javier Michel Díaz Secretario general de la CNC
Jalisco
Externo,
Veracruz Jesús Medellín Muñoz Diputado federal
Aguascalientes
Felipe Enríquez Diputado local y federal, Externo,
Yucatán
Hernández embajador en Uruguay Nuevo León
Tres veces diputado federal,
Externo,
Zacatecas Joel Guerrero Juárez secretario de Educación de
Hidalgo
Hidalgo
Fuente: elaboración propia con base en información localizada en el sitio web del PRI, diarios nacionales y
locales.

186
Tabla 5.4
Delegados del CEN del PRI, mayo de 2013
Estado Delegado Cargos Origen
Mario Vargas Externo, Baja
Aguascalientes Diputado local y federal, senador
Aguiar California Sur
Baja Héctor Yunes Externo,
Diputado local y federal, senador
California Landa Veracruz
Baja Abel Octavio Externo,
Diputado local
California Sur Salgado Peña Jalisco
Ricardo Chávez Dos veces diputado federal y local, líder Externo,
Campeche
Pérez de la CNC en Jalisco Jalisco
Oscar A. del Real Diputado federal, gerente regional del Externo,
Coahuila
Muñoz ISSSTE Zacatecas
Diputado federal, secretario de
Externo,
Colima Pablo Moreno Cota Desarrollo Social en Sinaloa, gerente
Sinaloa
regional de SuperISSSTE
Chiapas --- ----- ---
Julián Luzanilla Dos veces diputado federal, diputado Externo,
Chihuahua
Contreras local Sonora
Distrito Manuel Andrade Dos veces diputado local, gobernador Externo,
Federal Díaz de Tabasco Tabasco
Externo,
Héctor Guevara
Durango Dos veces diputado federal estado de
Ramírez
México
Dos veces diputado federal, diputado
local, representante del PRI en el INE,
José Antonio Externo,
Guanajuato coordinador de la Estrategia Jurídico-
Hernández Fraguas Oaxaca
Electoral del CEN para las elecciones
de gobernador de 2015
Jorge González Dos veces diputado federal, secretario Externo,
Guerrero
Ilescas general de la CNOP de Oaxaca Oaxaca
Antonio Francisco
Externo,
Hidalgo Astiazaran Dos veces diputado federal
Sonora
Gutiérrez
Enrique Palafox Diputado local, secretario de Gobierno Externo,
Jalisco
Paz de Sonora Sonora
Humberto Lepe Externo, Baja
México Diputado federal
Lepe California
Michoacán --- ----- ---
Jorge Rojo García Diputado federal, director del Registro Externo,
Morelos
de Alba Nacional de Población Hidalgo
José Adalberto Externo,
Nayarit Senador, delegado del IMSS en Sinaloa
Castro Castro Sinaloa
Nuevo León --- ----- ---

187
Melquiades Dos veces senador, gobernador de Externo,
Oaxaca
Morales Flores Puebla Puebla
Fernando Moreno Externo,
Puebla Diputado federal, gobernador de Colima
Peña Colima
Mauricio Sahuí Externo,
Querétaro Diputado local y federal
Rivero Yucatán
Miguel Ángel Externo,
Quintana Roo Senador, diputado local
Chico Herrera Guanajuato
San Luis José Manuel García Diputado federal, diputado local, Externo,
Potosí García delegado del IMSS en Querétaro Querétaro
Sinaloa --- ----- ---
Sonora --- ----- ---
Raúl Aarón Pozos Diputado local, secretario de Desarrollo Externo,
Tabasco
Lanz Social y Regional de Campeche Campeche
Externo,
Diputado federal, jefe de la delegación
Tamaulipas José Parcero López Distrito
Gustavo A. Madero
Federal
Manuel Cavazos Dos veces diputado federal, dos veces Externo,
Tlaxcala
Lerma senador, gobernador de Tamaulipas Tamaulipas
Jesús Medellín Externo,
Veracruz Diputado federal
Muñoz Aguascalientes
Yucatán --- ----- ---
Jorge Romero Dos veces diputado federal, secretario Externo,
Zacatecas
Romero de Educación de Hidalgo Hidalgo
Fuente: elaboración propia con base en información localizada en el sitio web del PRI, diarios nacionales y
locales.

La revisión evidencia la presencia de delegados que acumulan varios


años en una entidad. El caso más destacado es el de Jesús Medellín Muñoz en
Veracruz, quien lleva más de 14 años (llegó al cargo en 2002). Puede citarse
también el de Jorge Lepe García, quien llegó como delegado en Nayarit en
mayo de 2004 y se retiró en enero de 2011, acumulando casi siete años. Efraín
Arista, en Hidalgo, acumuló cuatro años.31
Por el contrario, se presentan también casos en los que la temporalidad
es mucho más corta. Pablo Moreno Cota, por ejemplo, rindió protesta como
delegado en Colima el 6 de mayo de 2012; justo un año después, el 17 de
mayo de 2013, tomó protesta como delegado en Guanajuato. José Manuel

31
El Sol de Hidalgo, 4 de octubre de 2011.

188
García García, por otro lado, duró menos de un año en el cargo: se convirtió
en delegado en San Luis Potosí en mayo de 2013, y en enero de 2014 ya lo era
en Aguascalientes.
Los perfiles de los delegados también exhiben a personajes noveles en
esa función y a otros que se han ido especializando. En la primera categoría se
puede ubicar a Carmen Guadalupe Fonz Sáenz, a Braulio Mario Guerra
Urbiola y a Abel Octavio Salgado Peña. Guerra Urbiola, por ejemplo, sólo
presenta en su perfil cargos locales, como el de regidor de Querétaro (2009 a
2012) y diputado local (2012). Algo parecido ocurre con Salgado Peña, quien
ha sido síndico de Zapopan y presidente del comité municipal de ese lugar.
Entre los especialistas llama la atención la continua presencia de ex
gobernadores, como Manuel Cavazos Lerma, delegado en San Luis Potosí
(2003), Baja California (2004), Coahuila (2005), Jalisco (2005) y Yucatán
(2006-2007), o Fernando Moreno Peña, delegado en estados como Michoacán,
Guanajuato y Puebla. En el grupo de quienes han tenido la encomienda de ser
delegados en varias ocasiones también puede mencionarse a Juan José Castro
Justo, delegado en Zacatecas, Guerrero, Puebla; Jaime Aguilar Álvarez, quien
ha sido delegado en el estado de México, Puebla, Jalisco, Baja California y
Morelos; Humberto Lepe Lepe, que se ha desempeñado en este puesto en
Coahuila, Nuevo León, Baja California y Yucatán, así como los hidalguenses
Joel Guerrero Juárez, quien entre 1988 y 1991 fue delegado en Yucatán,
Sinaloa, Michoacán, Querétaro, Quintana Roo y Baja California, y Jorge Rojo
García de Alba, delegado en Colima (1996) y Zacatecas (1996).
Un elemento más a considerar es el origen de los delegados. Por lo
general son enviados a un estado distinto al que han nacido o en el que han
desarrollado su carrera política. Debe advertirse que en la lista de 2013 todos
los delegados que se presentan cumplen con esta característica. Sin embargo,

189
en 2010 existieron seis casos singulares en los que el delegado forma parte de
la clase política del estado al cual fue asignado: Coahuila, Colima, Distrito
Federal, Hidalgo, Querétaro y Sonora.32 En este sentido puede citarse el caso
de Efraín Arista Ruiz en Hidalgo.
Arista Ruiz fue llamado a ocupar varios cargos en la estructura
partidaria hidalguense: secretario de Acción Política en 1981, secretario de
Acción Legislativa en 1983, secretario de Organización en 1996, secretario
técnico del Consejo Político en 1999.33 Tiempo después fue nombrado
delegado del CEN en Hidalgo, cargo en el que duró cuatro años y que dejó en
octubre de 2011 para convertirse en coordinador de delegaciones del CEN del
PRI,34 designado por el entonces secretario de Operación Política y
Delegaciones y también hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong.35 Cabe
decir que Arista Ruiz fue sustituido por Florentino Castro López, cuya
designación le fue anunciada por Osorio Chong,36 quien fungió como su
secretario particular cuando Castro López, a principios del sexenio de Carlos
Salinas, se desempeñaba como encargado de Socicultur, dependencia del
entonces Departamento del Distrito Federal.37
Finalmente cabe mencionar el caso de José Parcero López, que muestra
la posibilidad de intromisión del CEN en casos particulares. Parcero López
llegó primero a Tamaulipas como delegado en abril de 2013; en febrero de
2015 fue designado para cumplir esa función en Guerrero. Lo que llama la
atención es el hecho de que los primeros días de septiembre se convirtió en el
32
En el caso de Enrique Salomón Rosas Ramírez, delegado en Tamaulipas en 2010, hay que decir que es
originario justamente de esa entidad, aunque su carrera política la ha desarrollado en San Luis Potosí.
33
Alberto Montoya, Ayer y hoy: una historia fascinante, s. e., México, 2005.
34
El Sol de Hidalgo, 4 de octubre de 2011.
35
Osorio Chong fue designado para ocupar este puesto por Humberto Moreira, líder nacional priista, en
agosto de 2011. Excélsior, 23 de agosto de 2011. Disponible en:
<http://www.excelsior.com.mx/2011/08/23/nacional/763193> [Consulta: 17 de junio de 2014].
36
El Sol de Hidalgo, 24 de octubre de 2011.
37
Excélsior, 1 de diciembre de 2012. Disponible en:
<http://www.excelsior.com.mx/2012/12/01/nacional/872568> [Consulta: 28 de noviembre de 2013].

190
dirigente estatal priista en Guerrero, “sin pertenecer a ninguno de los grupos
políticos locales, enviado desde el centro”.38
De manera que se plantea examinar el desempeño de los delegados del
CEN como un insumo para dar cuenta de las interacciones partidarias. A partir
de la revisión anterior, se propone considerar por los menos cuatro aspectos,
con sus respectivos atributos: temporalidad, frecuencia, origen y perfil.

Tabla 5.5
Identificación de atributos de delegados del CEN del PRI
Aspecto Atributos
Temporalidad Breve Amplia
Frecuencia Eventual Especializado
Origen Interno Externo
Perfil Local Figura nacional
Fuente: elaboración propia.

Aunque la investigación se enmarca en el periodo 2000-2012, se


consideró pertinente incluir la lista de los delegados en funciones en febrero
de 2016 en la siguiente tabla.39

38
Quadratín Guerrero, “Asume José Parcero la dirigencia del PRI en Guerrero”, 2 de septiembre de 2015.
Disponible en: <https://guerrero.quadratin.com.mx/Asume-Jose-Parcero-la-dirigencia-del-PRI-en-Guerrero/>
[Consulta: 25 de octubre de 2015].
39
La información se presenta tal cual fue proporcionada por la Secretaría de Organización del CEN priista,
siendo su titular Williams Oswaldo Ochoa Gallegos, mediante la respuesta a la solicitud de información
número UE/15/04505, una vez obligado el partido mediante la resolución INE-CI030/2016.

191
Tabla 5.6
Relación de delegados del CEN del PRI, febrero de 2016
Estado Nombre Fecha de nombramiento Observaciones
Aguascalientes Abel Salgado Delgado 10 de septiembre de 2015 -----
Leobardo Alcalá
Baja California 17 de septiembre de 2015 -----
Padilla
Héctor Guevara
Baja California Sur 11 de diciembre de 2015 -----
Ramírez
Lázaro Cuauhtémoc
Campeche 15 de septiembre de 2015 -----
Jiménez Aquino
Chiapas Eviel Pérez Magaña 9 de abril de 2014 Senador
José Luis Flores
Chihuahua 5 de noviembre de 2015 -----
Méndez
Coahuila Jorge Romero Romero 3 de marzo de 2014 -----
Colima Manuel Andrade Díaz 28 de octubre de 2015 Diputado local
Ciudad de México Ismael Hernández 8 de diciembre de 2015 Senador
Deras
Durango Abel Guerra Garza 2 de octubre de 2015 -----
Guanajuato Antonio Lugo Morales 8 de diciembre de 2015 -----
Guerrero José Parcero López Septiembre de 2015 -----
Hidalgo Raúl Aarón Pozos Lanz 9 de julio de 2015 Senador
Jalisco Fernando Moreno Peña 25 de octubre de 2014 Secretario
regional
México Humberto Lepe Lepe 2012 -----
Michoacán Jesús Casillas Romero 2 de febrero de 2015 Senador
Morelos José Enrique Doger 21 de abril de 2015 -----
Guerrero
Nayarit Sin designar ----- -----
Nuevo León Sin designar ----- -----
Oaxaca Jesús María Rodríguez 9 de diciembre de 2015 -----
Hernández
Puebla Rogelio Cerda Pérez 2 de octubre de 2015 -----
Querétaro Renán Cleominio 5 de octubre de 2015 -----
Zoreda Novelo
Quintana Roo Ulises Ruiz Ortiz 25 de noviembre de 2013 -----
San Luis Potosí Jorge Federico 13 de enero de 2016 ------
Schiaffino Isunza
Sinaloa Ramiro Hernández 23 de octubre de 2015 -----
García
Sonora Raúl José Mejía 29 de mayo de 2014 -----
González
Tabasco Felipe Cervera 9 de diciembre de 2015 Diputado
Hernández federal
Tamaulipas Fernando Donato de las 19 de octubre de 2015 -----
Fuentes Hernández

192
Tlaxcala Javier Michel Díaz 7 de abril de 2015 -----
Veracruz Jesús Medellín Muñoz 2012 -----
Yucatán María del Rocío García 9 de abril de 2015 -----
Olmedo
Zacatecas Luis Antonio Muños 7 de abril de 2015 -----
Mosqueda
Fuente: respuesta a la solicitud de información número UE/15/04505.

Debe destacarse la permanencia de Medellín Muñoz como delegado en


Veracruz. La información proporcionada señala como año de nombramiento
2012, lo que claramente es un error. La revisión de documentos del propio
partido arroja que el año correcto es 2002. Una cosa más es la aparición de ex
gobernadores en el papel de delegados. Puede presumirse la presencia de estas
figuras nacionales en estados con alta conflictividad entre grupos locales:
Manuel Andrade Díaz (ex gobernador de Tabasco) en Colima, Ismael
Hernández Deras (ex gobernador de Durango) en Ciudad de México,
Fernando Moreno Peña (ex gobernador de Colima) en Jalisco y Ulises Ruiz
Ortiz (ex gobernador de Oaxaca) en Quintana Roo. También es posible
detectar la presencia de aspirantes a gobernadores que finalmente no lograron
la candidatura: Eviel Pérez Magaña (de Oaxaca) en Chiapas, Abel Guerra
Garza (de Nuevo León) en Durango y José Enrique Doger Guerrero (de
Puebla) en Morelos.
Por otra parte, debe advertirse igualmente la presencia de ex
gobernadores en funciones de secretarios regionales. Cabe empezar por
mencionar que el 3 de octubre de 2011 el entonces presidente nacional
Humberto Moreira nombró siete secretarios, todos ellos ex gobernadores.

193
Tabla 5.7
Secretarios regionales del CEN del PRI, octubre de 2011
Estados Secretario regional Perfil
Baja California, Baja
Ex gobernador de
California Sur, Sonora, Enrique Martínez y Martínez
Coahuila
Chihuahua y Sinaloa
Tamaulipas, Nuevo León, Ex gobernador de
Fidel Herrera Beltrán
Durango y Coahuila Veracruz
Chiapas, Tabasco, Yucatán, Ex gobernador de
Eugenio Hernández Flores
Campeche y Quintana Roo Tamaulipas
Zacatecas, San Luis Potosí, Ex gobernador de
Ismael Hernández Deras
Aguascalientes y Guanajuato Durango
Querétaro, Hidalgo, México,
Ex gobernador de
Tlaxcala, Distrito Federal y René Juárez Cisneros
Guerrero
Morelos
Veracruz, Puebla y Oaxaca Jesús Aguilar Padilla Ex gobernador de Sinaloa
Nayarit, Jalisco, Colima, Ex gobernador de
José Reyes Baeza Terrazas
Michoacán y Guerrero Chihuahua
Fuente: CEN del PRI, “Se reúne el CEN del PRI con presidentes de comités directivos y delegados de los
estados”, comunicado de prensa, 3 de octubre de 2011. Disponible en:
<http://pri.org.mx/JuntosHacemosMas/SaladePrensa/Nota.aspx?y=4499> [Consulta: 15 de enero de 2016].

En 2016 la tendencia prevalece, de nueve secretarios regionales


nombrados, cinco han sido gobernadores: Moreno Peña (Colima), Juárez
Cisneros (Guerrero), González Canto (Quintana Roo), Morales Flores
(Puebla) y Cavazos Lerma (Tamaulipas). Debe advertirse sobre el nivel de
especialización que han alcanzado como delegados Moreno Peña y Cavazos
Lerma, que por lo mismo deben ser considerados como expertos operadores
políticos. Su envío a determinada entidad puede tomarse como un indicador de
alta conflictividad en ese territorio, misma que al CEN le interesa desactivar.

194
Tabla 5.8
Relación de secretarios regionales del CEN del PRI, febrero de 2016
Nombre Regiones Fecha de nombramiento Observaciones
Manuel Adonay Campeche y
24 de junio de 2014 -----
Vargas Cuevas Yucatán
Fernando Moreno
Michoacán 29 de octubre de 2013 -----
Peña
René Juárez Estado de México e
29 de noviembre de 2013 Senador
Cisneros Hidalgo
Aguascalientes,
Félix Arturo
Querétaro y San Luis 12 de marzo de 2015 Senador
González Canto
Potosí
Melquiades Morales Chihuahua, Durango
30 de octubre de 2015 -----
Flores y Zacatecas
Chiapas, Oaxaca,
Francisco Herrera
Quintana Roo y 17 de noviembre de 2015 -----
León
Tabasco
Manuel Cavazos
Puebla y Veracruz 17 de noviembre de 2015 -----
Lerma
Eugenio Ruiz Colima, Guanajuato,
17 de noviembre de 2015 -----
Orozco Jalisco y Nayarit
Braulio Mario Diputado
Tlaxcala y Morelos 9 de diciembre de 2015
Guerra Urbiola federal
Fuente: respuesta a la solicitud de información número UE/15/04505.

5.4 Dirigencias estatales inestables

La detección del alto grado de conflictividad entre fuerzas locales ha llevado a


advertir sobre la relevancia del cargo de presidente estatal priista. Desde luego
que estos personajes se desenvuelven en contextos diversos, pero su papel
debe ser revalorado. En general lo que se observa es que en entidades con alto
control territorial por parte del PRI el dirigente estatal cumple funciones de
mediador entre los grupos, en tanto que en un escenario contrario, con mucho
menos territorios controlados por el priismo, tiene funciones encaminadas a la
“construcción” o formación de estructuras partidarias.

195
En los estados sin alternancia debe dejar de verse a los líderes estatales
como meros subordinados del mandatario estatal en turno. Estos actores
cumplen funciones estratégicas de mediación de las que mucho depende el
control que pueda (o no) tener el gobernador y el grupo que encabeza.
Lo que por años se ha destacado de los procedimientos de renovación
del poder político es el carácter nacional, disciplinario y jerárquico del PRI,
ocultando “las negociaciones, resistencias y éxitos de los grupos políticos
locales para lograr que sus miembros fueran designados por el partido a
ocupar los cargos de elección de mayor jerarquía en sus respectivas
entidades”.40 En este marco, el cargo partidista de mayor rango, como es la
presidencia del CDE, es una “posición clave en el manejo de la política interna
del estado, pues el dirigente del partido ha sido históricamente el ‘operador
político’ del gobernador”.41 Es quien atiende, negocia y busca la unión con los
diferentes grupos.
En la dirigencia estatal se dirimen los intereses de la estructura de poder
en el estado, “esta posición sopesa el sistema de fuerzas locales que en ese
momento están en disputa y trabajan para el equilibrio entre el poder central y
el estatal”.42 Este comentario también lo sustenta Emiliano Hernández
Camargo al referirse a las funciones desarrolladas por José Rosas Aispuro
Torres como presidente del CDE en Durango durante el proceso de selección
de candidato a gobernador de 1998, siendo el propio Hernández Camargo uno
de los aspirantes: “fue un eficaz operador de la instrucción del CEN del PRI,
que dirigía Humberto Roque Villanueva, de la voluntad del presidente de la
República, Ernesto Zedillo Ponce de León, y de la misión que entonces le

40
Adrián Galindo Castro, “Autonomía y control en los partidos políticos: la trayectoria histórica del PRI en el
estado de Hidalgo”, tesis de doctorado en Sociología, UAM Azcapotzalco, México, 2013, p. 89.
41
Ibid., p. 93.
42
Ibid., p. 94.

196
encomendó el gobernador Maximiliano Silerio Esparza”,43 instrucción que
implicaba la nominación de Guerrero Mier como candidato.
Coahuila representa un buen ejemplo para ilustrar el papel estratégico
del presidente del CDE. Difícilmente podría verse al hermano del propio
gobernador ocupar ese cargo como un mero empleado, se trata más bien de
personajes cercanos en quienes se delegan funciones de mediación de suma
importancia. Rubén Moreira, hermano del entonces gobernador coahuilense
Humberto Moreira, presidió al partido en la entidad entre 2007 y 2010, fue
sucedido por José Luis Flores Méndez, quien coordinó la campaña que llevó a
Humberto Moreira a la gubernatura. La designación de este cargo es
ciertamente discrecional, pero de ninguna manera indistinta o contingente.44
Suelen ser relevados en cuanto se juzga necesario, pero no se les suele
simplemente desechar. El 9 de octubre de 2011 Salvador Hernández Vélez se
convirtió en presidente del CDE de Coahuila, encabezando la única fórmula
que se registró. El 3 de julio de 2012, después de la elección federal y la
pérdida de votos del PRI en la entidad con respecto de la más reciente elección
de gobernador (julio de 2011), Hernández Vélez renunció45 y Rubén Moreira
lo nombró subsecretario de Desarrollo Social. Su lugar lo ocupó David
Aguillón Rosales, quien desde el 2 de diciembre de 2011 se desempeñaba
como jefe de la Oficina de Gobierno del propio Rubén Moreira.
Como un cargo que entre sus objetivos tiene el propósito de atender a
los grupos políticos de la entidad, en varias ocasiones ha sido cedido por el
grupo dominante en las negociaciones para seleccionar al candidato a
gobernador. Se ha citado ya el caso de Campeche en 2009; uno más es el que

43
Emiliano Hernández Camargo, “Sucesión gubernamental 1998: Aispuro operó la candidatura de unidad de
Guerrero Mier”, en El Sol de Durango, 18 de diciembre de 2009.
44
Adrián Galindo Castro, op. cit., p. 94.
45
La Jornada, 4 de julio de 2012.

197
se presentó en el proceso de selección de candidato a gobernador en Hidalgo
en 2005, cuando Osorio Chong fue el único precandidato que se registró, el
mismo día en que el ex rector de la universidad estatal Gerardo Sosa Castelán
asumió la dirigencia del PRI en la entidad.46 En Hidalgo el hecho se repitió en
el proceso siguiente, cuando uno de los aspirantes, Omar Fayad, asume la
dirigencia del CDE el 19 de abril de 2010,47 12 días después de que se
registraran como precandidatos José Antonio Rojo García de Alba y Francisco
Olvera Ruiz.48
La relevancia del cargo de presidente del CDE provoca dirigencias
inestables. Es así porque por un lado, como se dijo antes, el puesto se cede en
negociaciones de gran relevancia, y por otra parte porque proporciona una
plataforma para aspirar a otros cargos ya sea en territorios preponderantes o
sobrepuestos. A lo anterior hay que sumar el desgaste que puede significar
contener a las diferentes fuerzas, lo que obliga a cambios constantes. Todo
esto produce que difícilmente se cumpla lo que establecen los estatutos del
PRI en su artículo 163: que el dirigente estatal durará en sus funciones cuatro
años.
Una revisión de casos de los diferentes tipos de estados corrobora lo
anterior. En estados con regreso del PRI, como son Nuevo León y Chihuahua,
por lo menos desde 1997 no ha ocurrido una sola vez que el dirigente estatal
cumpla el periodo establecido. En Michoacán sólo Mauricio Montoya, de
2007 a 2011, lo ha cubierto totalmente.

46
Reforma, 4 de octubre de 2004.
47
El Sol de Hidalgo, 20 de abril de 2010.
48
El Sol de Hidalgo, 7 de abril de 2010.

198
Tabla 5.9
Nuevo León. Presidentes del CDE, 1997-2015
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Horacio del Bosque Dávila 1996 1997 1
Manuel García Cirilo 1997 1998 1
César González Quiroga 1998 1999 1
Ricardo Canavati Tafich 2000 2001 1
Cristina Díaz Salazar 2001 2002 1
Abel Guerra Garza 2002 2003 1
Pedro Morales Somohano 2003 2004 1
César Garza Villarreal 2004 2004 1
Mario Guerrero Dávila 2004 2006 2
Héctor Morales Rivera 2006 2009 3
Miguel Ángel Lozano Munguía 2009 2010 1
Álvaro Ibarra Hinojosa 2010 2012 2
Sergio Alejandro Alanís Marroquín 2012 2013 1
Eduardo Bailey Elizondo 2013 2015 Actual
Fuente: PRI Nuevo León, “Dirigencias”. Disponible en: <http://www.prinl.org.mx/nuestro-partido/>
[Consulta: 13 de enero de 2015].

Tabla 5.10
Chihuahua. Presidentes del CDE, 1997-2013
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Óscar Villalobos Chávez 1997 1998 1
Jorge Esteban Sandoval Ochoa 1998 1998 1
Miguel Ángel González García 1998 1999 1
Raymundo Romero Maldonado 1999 1999 1
Miguel Ángel González García 1999 2000 1
José Ignacio Duarte Murillo 2000 2000 1
Rubén Núñez Hernández 2000 2000 1
Diógenes Bustamante Vela 2000 2001 1
Mario Trevizo Salazar 2001 2003 2
Rubén Núñez Hernández 2003 2003 1
Graciela Ortiz González 2003 2004 1
Pablo Espinoza Flores 2004 2004 1
Sergio Granados Pineda 2004 2007 3
María Guadalupe Pérez Domínguez 2007 2008 1
Marco Adán Quezada Martínez 2008 2010 2
Manuel Guillermo Márquez Lizalde 2010 2011 1
Leonel de la Rosa Carrera 2011 2013 1
Fuente: PRI Chihuahua, “Presidentes del Comité Directivo Estatal”. Disponible en:
<http://prichihuahua.org.mx/?page_id=89> [Consulta: 18 de febrero de 2015].

199
Tabla 5.11
Michoacán. Presidentes del CDE, 1997-2011
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Carlos Gálvez Herrera 1996 1997 1
Fausto Vallejo Figueroa 1997 1997 1
Fernando Orihuela Carmona 1997 2000 3
Jorge Guerrero Chávez 2000 2000 1
Jesús Reyna García 2000 2001 1
Héctor Terán Huerta 2001 2001 1
Jaime Rodríguez López 2001 2001 1
Ausencio Chávez Hernández 2001 2002 1
Jesús Reyna García 2002 2004 2
Jaime Darío Oseguera Méndez 2004 2007 3
Mauricio Montoya Manzo 2007 2011 4
Fuente: PRI Michoacán, “Expresidentes”. Disponible en:
<http://www.primichoacan.org.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=8&Itemid=24>
[Consulta: 13 de enero de 2015].

En un estado como Tabasco, donde el PRI es oposición en el nivel


estatal, se aprecia una particular inestabilidad entre 1995 y 2006.
Tabla 5.12
Tabasco. Presidentes del CDE, 1995-2011
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Nicolás Hadad Chávez 1995 1996 1
Manuel Andrade Díaz 1996 1997 1
Héctor Argüello López 1998 1998 1
Edgar Azcuaga Cabrera 1998 1999 1
Santana Magaña Izquierdo 1999 1999 1
Antonio Aysa Bernat 2000 2000 1
Florizel Medina Pérez Nieto 2000 2000 1
Manuel Andrade Díaz 2001 2001 1
Fernando Rosas Cortés 2001 2002 1
Jesús Madrazo Martínez de Escobar 2002 2003 1
Martha V. Andrade Alcocer 2003 2005 2
Amador Izundegui Rullan 2005 2005 1
Tomás Yánez Burelo 2005 2006 1
Georgina Trujillo Zentella 2006 2009 3
Adrián Hernández Balboa 2009 2011 2
Selene Mollinedo Rosado 2011 2011 1
Fuente: PRI Tabasco, “Ex-Presidentes”. Disponible en: <http://www.pritabasco.org.mx/nuestro-
partido/ex-presidentes/> [Consulta: 21 de octubre de 2015].

200
La presencia de dirigencias inestables parece aplicar para todos los
estados. Pero desde luego habrá que valorar ciertos detalles, los cuales se
detectan particularmente en entidades sin alternancia en la gubernatura. En
Hidalgo, por ejemplo, tres dirigencias acumulan tres años, y las que sólo
duraron un año son las menos numerosas. Se descubre con claridad un patrón
en el que el político llega a la presidencia estatal en medio de una coyuntura
electoral y en un par de años renuncia, dejando un sustituto que regularmente
no se mantiene más de un año, en búsqueda de otro cargo.

Tabla 5.13
Hidalgo. Presidentes del CDE, 1992-2015
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Mario Alberto Viornery Mendoza 1992 1994 2
Miguel Ángel Osorio Chong 1994 1995 1
Alberto Aranda Del Villar 1995 1996 1
Jorge Romero Romero 1996 1999 3
Aurelio Marín Huazo 1999 2001 2
José Antonio Rojo García de Alba 2001 2004 3
Jaime Costeira Cruz 2004 2004 1
Gerardo Sosa Castelán 2004 2006 2
Armando Hernández Zamora 2006 2006 1
Jorge Rojo García de Alba 2006 2008 2
Edna Geraldina García Gordillo 2008 2010 2
Manuel Hernández Zamora 2010 2010 1
Omar Fayad Meneses 2010 2012 2
Ricardo Crespo Arroyo 2012 2015 Actual
Fuente: elaboración propia con base en Alberto Montoya, Ayer y hoy: una historia fascinante, s. e., México,
2005, así como en información localizada en diarios nacionales y locales.

El estado de México, por otro lado, es un caso singular. Como se


observa en la siguiente tabla, se vivió un periodo de gran inestabilidad entre
2000 y 2006, donde hubo seis líderes estatales priistas. Esta etapa contrasta
totalmente con la dirigencia encabezada por Ricardo Aguilar Castillo, que

201
duró cuatro años con siete meses, gracias a que una vez terminado su mandato
continuó al frente del CDE mexiquense bajo la figura de “delegado especial”.
Aguilar Castillo fue secretario del Trabajo durante el gobierno de
Enrique Peña Nieto en el estado de México, cargo en el que apenas duró un
año para convertirse en el dirigente estatal priista. Si salió de la dirigencia en
abril de 2011 fue para convertirse en secretario de Organización del CEN y
luego secretario general del PRI en diciembre de ese año, cuando renunció a la
dirigencia nacional Humberto Moreira y quedó como presidenta la entonces
secretaria general Cristina Díaz.49 Ya con Peña Nieto en la Presidencia de la
República, el 12 de diciembre de 2012 Aguilar Castillo tomó posesión como
subsecretario de Alimentación y Competitividad de la Sagarpa.50 De modo que
esta estabilidad no habitual en una dirigencia estatal se explica en el contexto
de un proceso de construcción de una candidatura presidencial.

Tabla 5.14
Estado de México. Presidentes del CDE, 1994-2014
Periodo
Presidente Duración en años
Inicio Fin
Heberto Barrera Velázquez 1994 1997 3
Arturo Montiel Rojas51 1997 1998 1
Jaime Vázquez Castillo 1998 2000 2
Fernando Alberto García C. 2000 2001 1
Francisco Maldonado Ruiz 2001 2002 1
Manuel Garza González 2004 2005 1
Arturo Ugalde Meneses 2005 2006 1
Eruviel Ávila Villegas 2006 2006 1
Ana Lilia Herrera Anzaldo 2006 2006 1
Ricardo Aguilar Castillo 2006 2011 5
Luis Videgaray Caso 2011 2011 1
Raúl Domínguez Rex 2011 2011 1

49
El Universal, 3 de diciembre de 2011.
50
Sagarpa, “Presentan a subsecretarios, oficial mayor y coordinador general de delegaciones de la Sagarpa”,
boletín de prensa, 12 de diciembre de 2012. Disponible en:
<http://www.sagarpa.gob.mx/saladeprensa/2012/Paginas/2012B009.aspx> [Consulta: 24 de octubre de 2015].
51
Había ocupado el cargo anteriormente, del 27 de octubre de 1991 al 28 de julio de 1993.

202
Humberto Lepe Lepe 2011 2011 1
Raúl Domínguez Rex 2011 2014 3
Carlos Iriarte Mercado 2014 2015 Actual
Fuente: PRI estado de México. Disponible en: http://www.priedomex.org.mx/frmHistoria.aspx [Consulta: 22
de julio de 2015].

El conflicto está siempre presente en el interior de los partidos políticos.


Se ha mostrado que es inevitable su presencia si se considera, como aquí se ha
venido haciendo, que se desarrollan múltiples interacciones entre actores e
instancias con características y ambiciones diversas. Pese a lo complicado que
resulta, es imprescindible su análisis. Se ha llamado la atención en páginas
anteriores sobre dos figuras que pueden resultar claves para el reconocimiento
y seguimiento de la manera en que se presenta, desarrolla y resuelve el
conflicto en el PRI: los delegados del CEN y los dirigentes estatales. Los
primeros desatendidos por los estudiosos sociales y los segundos
generalmente infravalorados o menospreciados al ser considerados como
simples subalternos, como figuras decorativas, caracterización que no
corresponde con lo indagado.
Una cosa más que se ha encontrado es la propensión del CEN a realizar
intervenciones cautelosas en las entidades, lo que puede explicarse por la
trascendencia que, según se ha visto, tienen los grupos locales y por las
consecuencias que el hecho de no considerarlos debidamente puede traer.
Con este capítulo concluye la revisión de las tres dimensiones
propuestas para la exploración y análisis de las interacciones partidarias
multiterritoriales. Ahora se dará paso a la formulación de cuatro tipos de
interacciones a partir de los hallazgos, aspectos, casos, ejemplos y
conclusiones advertidos a lo largo de la inspección y reconocimiento de dichas
dimensiones.

203
CAPÍTULO 6
TIPOS DE INTERACCIONES PARTIDARIAS: LA
CONFLUENCIA DE TERRITORIOS Y CONFLICTOS
DIVERSOS

En este capítulo final se proponen cuatro tipos de interacciones partidarias, las


cuales reflejan las interacciones multiterritoriales que se desenvuelven dentro
del PRI. Son el producto de la revisión y construcción de diversos datos en
torno a tres dimensiones: 1) la conformación de territorios múltiples, 2) grado
de resistencia y 3) intensidad del conflicto.
Una vez realizada la descripción de cada tipo de interacción, se
examinan diversos casos que se consideran representativos de cada uno de
ellos: del dominante, Nuevo León en 1997; entre dominante y simbiótico,
Durango en 1998; simbiótico, Campeche en 2009; con intercambio, Nuevo
León en 2003 y 2009, así como Durango en 2004; entre con intercambio e
insubordinado, Campeche en 1997 y Guanajuato en 2006, y, finalmente,
Morelos en 2012 como el caso paradigmático de una interacción
insubordinada.
Debe advertirse que se presentan ejemplos de los tres tipos de entidades
enunciados desde el segundo capítulo: sin alternancia a nivel estatal
(Campeche y Durango), con pérdida y recuperación de la gubernatura por
parte del PRI (Nuevo León) y estados donde dicho partido se desempeña en la
oposición (Guanajuato y Morelos).

204
6.1 La calidad de las interacciones partidarias

El objeto de estudio de esta investigación son las interacciones partidarias, las


cuales se desarrollan en múltiples territorios. Dichas interacciones no son otra
cosa más que el conjunto de relaciones y acciones que se ejercen de manera
recíproca entre los diferentes actores, grupos, fuerzas, sectores e instancias
que conviven en el interior de la organización partidaria y que tienen algún
interés en la sobrevivencia y desarrollo de ella, por lo que buscan ser
determinantes en la toma de decisiones que ahí deben negociarse y resolverse;
decisiones que tienen repercusiones tanto en el interior como en el ambiente
en el que se desarrolla el partido.
Plantearse caracterizar las interacciones que ocurren dentro de un
partido implica, en primer lugar, establecer los atributos de los diversos
territorios así como identificar a los actores o instancias que influyen en ellos.
Además, se considera relevante tomar en cuenta que existe cierta capacidad de
los actores para resistir decisiones tomadas en instancias jerárquicamente
superiores, así como visualizar que el conflicto no presenta la misma
intensidad en todos los entornos o espacios.
A partir de lo anterior se formuló una tipología de interacciones. Como
se aprecia en el esquema, ésta integra las tres dimensiones citadas. De esta
manera, se plantea la existencia de cuatro tipos ideales que pueden mezclarse
o presentar algunas características de otros tipos (variaciones) y que no son
permanentes o estáticos:

205
 Interacción dominante:1 con bajo conflicto y amplia influencia de
la estructura nacional; flujo de apropiación débil ante un flujo de
dominio fuerte. Se trataría del tipo más propio del periodo de la
hegemonía priista.
 Interacción simbiótica: con una alta coordinación entre la
estructura nacional y la estatal, con muy bajo grado de conflicto
y, además, con una notoria integración del nivel estatal en la
estructura central del partido. Presenta un flujo de dominio
potencial, moderado, que permite la expansión del flujo de
apropiación.
 Interacción con intercambio: con una alta coordinación entre los
estratos partidarios, pero con presencia de cierto grado de
conflicto derivado de una injerencia importante del nivel estatal
en las decisiones partidarias.
 Interacción con insubordinación: con un alto grado de conflicto y
una creciente influencia del ámbito estatal en detrimento del
nacional. Presenta grados elevados de resistencia. Se trata del
extremo contrario a las interacciones con dominio.

Hay una distinción en la calidad que presentan los acuerdos tanto en la


interacción de intercambio como en la de simbiosis. En esta última existe un
reparto más armónico entre los actores, hay un pleno acuerdo entre el centro y
el principal grupo en el ámbito local, es decir, una adecuada articulación. En el
caso identificado como de intercambio también se presenta acuerdo, pero con

1
No se omite señalar que algunos de los conceptos utilizados para nombrar a cada tipo se inspiraron o fueron
tomados de Liborio Mattina, “Los grupos de interés. Alianza entre partidos y grupos”, en Jorge Sánchez y
Juan Russo (coords.), Repensar la ciencia política, Instituto Electoral del Estado de Guerrero, Miguel Ángel
Porrúa, México, 2011, pp. 241-278.

206
mucha más reticencia; si ocurre la coincidencia es en el entendido de que a
todas las fuerzas les conviene un mejor desempeño del partido en general y
por eso ceden, sin que ello signifique que se hayan subsanado en un grado
aceptable las diferencias. En este caso no hay una conjunción articulada, sino
apenas la unión temporal de unos actores o grupos con otros, esto es,
agregación.2
Esquema 6.1
Tipos de interacciones partidarias

Fuente: elaboración propia.

2
Para hacer esta tenue distinción se aprovechó la propuesta de Webb y White, quienes aplican los conceptos
de articulación y agregación para marcar diferencia sobre las acciones que realizan los partidos al representar
intereses. Paul Webb y Stephen White, “Conceptualizing the institutionalization and performance of political
parties in new democracies”, en Paul Webb y Stephen White (edits.), Party politics in new democracies,
Oxford University, Nueva York, 2007, p.15.

207
El grueso de las interacciones partidarias se encontraría, por lo menos
en el caso del PRI, en una franja intermedia entre el dominio y la
insubordinación. Esto significa que difícilmente puede afirmarse que un solo
actor tiene la capacidad de poseer un control pleno de las decisiones
partidarias, sin importar si se trata del presidente de la República o de un
gobernador.
Más bien ocurren complejas interacciones en las que participan
diferentes actores con diversos grados de influencia, interacciones que además
se desarrollan en contextos y espacios con características también distintas.
Naturalmente, de la calidad de todos estos elementos es que resultan múltiples
interacciones; lo que se ha hecho es agruparlas en estos cuatro tipos con la
intención de, primero, dar a conocer la existencia de estas variaciones y,
segundo, para funcionar como guía en su estudio. En el siguiente esquema se
muestran diferentes casos analizados que constituyen los referentes empíricos
de lo anteriormente expuesto.

208
Esquema 6.2
Tipos de interacciones partidarias. Presentación de casos analizados

Fuente: elaboración propia.

6.2 El papel decisivo de las fuerzas locales

Del análisis de los datos de los cuales deriva la tipología de interacciones


partidarias aquí puesta a discusión, resultan evidencias que permiten
establecer que el foco de observación debe estar en las fuerzas locales. Se ha
errado al concentrarse en la figura del gobernador y al sobreestimar en otros
casos la intervención del CEN. No es que el gobernador no influya ni que

209
tampoco lo haga el CEN en las principales decisiones partidarias, como lo es
destacadamente la selección de candidatos. El asunto es que en cualquiera de
los casos deben tomarse en cuenta los actores y grupos políticos locales. Es el
grado de conflictividad o la capacidad de resistencia de las fuerzas políticas
locales un factor determinante. Esto se observa en entidades de los tres tipos:
sin alternancia, con regreso del PRI o donde este partido no tiene la
gubernatura. Dos indicios de lo anterior son la presencia generalizada de
dirigencias estatales priistas inestables, esto es, que difícilmente cumplen el
periodo de cuatro años establecido en los estatutos, así como la adopción de
métodos mixtos de selección de candidatos.
En los estados sin alternancia, en la etapa deliberativa está siempre
presente el conflicto, pero ocurre, por lo general, entre fuerzas locales, como
en los casos de Campeche y Durango. Es poco común que las pugnas más
fuertes se den entre el CEN y algún actor o fuerza local, como pudiera ser el
gobernador o el grupo dominante en la entidad. Lo que puede advertirse es
que o el CEN cede y se presenta una interacción de intercambio o lo que
existe es una interacción simbiótica en la que hay presencia del principal
grupo local en el CEN o de éste en el ámbito local, es decir, integración.

6.2.1 Campeche: un estado sin alternancia y con alta conflictividad

Si se examinan los últimos tres procesos de selección de candidato a


gobernador en Campeche, se puede apreciar que en todos hay una etapa
deliberativa tensa en la que se hacen presentes las fuerzas priistas opuestas a la
del gobernador.
En 1997 las voces opositoras más fuertes critican la intención del
ejecutivo estatal Jorge Salomón Azar de tratar de imponer al candidato a

210
sucederlo, siendo la más destacada la de Layda Sansores, hija del ex
gobernador Carlos Sansores Pérez (1967-1973). En 2003 la petición es que se
lleve a cabo una elección abierta para designar al candidato; se distingue aquí
la actuación de la entonces senadora Aracely Escalante Jasso, quien desde
julio de 2002 emprendió un movimiento para apoyar dicha petición. Logró
reunir 48 mil firmas, mismas que presentó ante el Consejo Político Estatal;
aunque al final no logró su cometido, fue evidente el descontento de algunos
consejeros nacionales, quienes en la sesión de la Comisión Política
Permanente del 30 de septiembre de 2002 protestaron por la aprobación de la
convención de delegados como el método de selección para Campeche y no el
de elección abierta, como ese mismo año se había aprobado para los procesos
de Querétaro y Colima.3
En 2009, por otra parte, en la etapa deliberativa se impulsó un discurso
que llamaba al cambio generacional; el senador Alejandro Moreno Cárdenas
intentó colocar el tema de la juventud como una cualidad necesaria para quien
aspirara a gobernar Campeche. Advertía: “Si la vieja nomenclatura impone a
mi respetable homólogo de escaño Fernando Eutimio Ortega Bernés, sólo
contribuirá a entregar el Palacio de Gobierno a Acción Nacional”.4
La diferencia está en el grado de apropiación y de influencia que esos
actores y fuerzas tienen sobre territorios estatales. En 1997 el grupo
representado por Layda Sansores tenía un consolidado dominio sobre diversos
territorios, así lo prueba el recuento de quienes renuncian al PRI para
apoyarla: Álvaro Arceo Corcuera (secretario general de Gobierno en la
administración de Carlos Sansores, ex líder del Congreso local, ex alcalde de
Campeche y ex presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado), las

3
Reforma, 1 de octubre de 2002.
4
El Sol de México, 3 de febrero de 2009.

211
secretarias de Promoción de la Mujer y de Bienestar Social de la CNC en la
entidad, Sonia Cuevas Kantún y Ema Margarita Aguilera, respectivamente; la
agrupación Campechanos en Movimiento (con cerca de 10 mil integrantes),
además de autoridades municipales, como el caso de nueve comisarios de
Escárcega,5 y líderes como Eddie Lara Hernández, dirigente de los apicultores
en Champotón, de donde era originario Carlos Sansores.6 La fuerza del grupo
de Aracely Escalante, vinculada con Carlos Sales Gutiérrez, principal
contendiente de González Curi en 1997,7 es mucho menor; de hecho los tres
aspirantes más fuertes en 2003 se manifestaron en su contra: el senador Víctor
Méndez Lanz, el presidente del Congreso del Estado Fernando Ortega Bernés
y el presidente municipal de Campeche Jorge Carlos Hurtado Valdez.8
Hablando de territorios controlados, estos dos últimos influían en
ámbitos distintos, el municipal y el legislativo: desde el primero de noviembre
de 2002 los 10 presidentes municipales priistas habían manifestado su apoyo a
Hurtado Valdez, en tanto que 16 de los 18 diputados locales del PRI
mostraron su respaldo a Ortega Bernés.9 Frente a ellos, se alzaron voces como
la de Enrique Ku Herrera, quien incluso amagó con renunciar y negoció con el
PRD una probable candidatura. Sin embargo, sin fuerza suficiente en lo local
y sin firme apoyo en instancias nacionales, al final se quedó en el PRI y
manifestó, mediante una carta pública, su apoyo a Hurtado Valdez.10 En 2009

5
La Jornada, 29 de diciembre de 1996.
6
Reforma, 13 de abril de 1997.
7
Idem.
8
Reforma, 22 de septiembre de 2002. Se les llegó a conocer con el mote de “Los tres fantásticos” derivado de
su amistad con el gobernador González Curi: “A Méndez Lanz lo une con González Curi una amistad que
data de la infancia, a Ortega Bernés una relación forjada desde que el actual gobernador fue alcalde de
Campeche y, en cambio, a Hurtado Valdez se le identifica más con Jorge Luis González Curi, el hermano
mayor del mandatario estatal”. Reforma, 9 de septiembre de 2002.
9
La Jornada, 24 de noviembre de 2002.
10
Idem. Ku Herrera era visto como cercano a Elba Esther Gordillo, entonces secretaria general del PRI y líder
del SNTE, en el que el precandidato fungía como secretario de Acción Indígena. Al hacer pública su
aspiración, Ku Herrera se desmarcó del gobernador y definió Campeche como “tierra de caciques”. La
Crónica de Hoy, 11 de agosto de 2002.

212
la candidatura más potente fue la de Ortega Bernés, quien no encontró
resistencia suficiente en el ámbito local y de hecho su contendiente principal
vino del centro, el caso ya mencionado de Moreno Cárdenas.

6.2.2 Durango: cae el mito del gobernador omnipotente

Durango, un estado sin alternancia en la gubernatura, ofrece un ejemplo que


evidencia los realineamientos que se presentan en el interior del PRI y cómo el
CEN (aunque todavía siendo priista el presidente de la República) y luego una
fuerza local pueden llegar a imponerse al gobernador, desplazándolo del lugar
de preeminencia y restándole poder al grupo que encabeza.
En principio, el proceso electoral de 1998 en ese estado es complicado
de analizar. Se presenta una abierta intervención del CEN en la designación
del candidato a gobernador y de hecho logra que sólo se registre un aspirante,
pero su capacidad de negociación no impide que haya un alto grado de
conflicto, que se presenta a tal punto que existe una ruptura. Otro aspecto que
cabe mencionar es que se observa a un gobernador que ve cómo desde el
centro se impone a su sucesor y cede, en tanto que quien se daba por hecho era
su candidato amaga con renunciar al partido. De modo que se tienen
elementos tanto de una interacción de intercambio como de simbiosis.
A finales de 1997 la lista de aspirantes priistas a la gubernatura era
larga: Máximo Gámiz Parral, los senadores Judith Murguía y Samuel Aguilar
Solís, los diputados Ángel Sergio Guerrero Mier, Juan Arizmendi y Héctor
Valdez Romo, además de Francisco Gamboa Herrera, Ismael Hernández
Deras, Juan Ángel Chávez, Emiliano Hernández Camargo y José Rosas

213
Aispuro Torres.11 Aunque empezaron a sobresalir dos de ellos: por un lado
Guerrero Mier se convirtió en el candidato del CEN, en tanto que Aguilar
Solís en el del gobernador Maximiliano Silerio Esparza.12
Gámiz Parral, quien se había desempeñado como secretario particular
de Manuel Camacho Solís,13 fue el aspirante más activo durante la etapa
deliberativa. Mostró su rechazo al “dedazo” y pedía se practicara en el PRI la
democracia. Desde principios de 1997 había estado promoviendo su
candidatura a través de unos mil 500 activistas; decía contar con el apoyo de
60 mil duranguenses. Los actos desarrollados por Gámiz Parral lo llevaron a
confrontarse con José Rosas Aispuro Torres, presidente del CDE, quien
advertía que sus acciones violaban los lineamientos priistas.14 De acuerdo con
Hernández Camargo, Aispuro Torres “fue un eficaz operador de la instrucción
del CEN del PRI”,15 instrucción que suponía la nominación de Guerrero Mier
como candidato. En ese contexto, el 31 de octubre de 1997 el presidente del
CDE convocó a los aspirantes a firmar una declaración política de unidad y
lealtad al partido que los comprometía a dar su apoyo al “candidato designado
por el Comité Ejecutivo Nacional”.16
En la etapa de negociación el CEN parecía resuelto a designar como
candidato a Guerrero Mier. Días antes de que se diera a conocer la
convocatoria para elegir al candidato, ésta y los perfiles de los aspirantes
habían sido analizados en Los Pinos por el presidente Zedillo, el secretario de
Gobernación Francisco Labastida y el entonces presidente del CEN Palacios

11
Emiliano Hernández Camargo, “Sucesión gubernamental 1998: Aispuro operó la candidatura de unidad de
Guerrero Mier”, en El Sol de Durango, 18 de diciembre de 2009.
12
Reforma, 25 de enero de 1998.
13
Reforma, 15 de diciembre de 1997.
14
Reforma, 25 de enero de 1998.
15
Emiliano Hernández Camargo, op. cit.
16
Idem.

214
Alcocer. Con el objetivo de evitar rupturas, el líder priista se reunió por
separado con Guerrero Mier, Aguilar Solís, Arizmendi y Gámiz Parral.17
La convocatoria fue criticada por ser excluyente y se ponía como
ejemplo Chihuahua, donde se había adoptado como método la consulta a las
bases. Tanto Aguilar Solís como Gámiz Parral declararon que preguntarían a
sus seguidores sobre sus futuras acciones una vez que se les cerraba la
posibilidad de obtener la nominación.18 Guerrero Mier fue el único
precandidato registrado,19 por lo que la convención de delegados no hizo más
que ratificarlo como candidato.
Pese a la intervención del CEN, no parece que se trate simple y
llanamente de una imposición, sino que existe una negociación que el
gobernador acepta. El producto más evidente de esos acuerdos es la
repartición que se hace de los principales cargos: Guerrero Mier va como
candidato a gobernador, pero se otorga a Ismael Hernández Deras –quien en la
siguiente elección será el candidato de Maximiliano Silerio Esparza– la
candidatura a la presidencia municipal de Durango y a José Rosas Aispuro
Torres, quien en 2010 aspira a la gubernatura pero finalmente renuncia al PRI,
una diputación local y convertirse en el líder del Congreso del estado.20
Por lo que respecta a la ruptura habría que valorar la fuerza que
realmente representaba Gámiz Parral. Camacho Solís había renunciado al PRI
desde octubre de 1995, por lo que es lógico pensar que el grupo que
encabezaba dentro del partido, del cual formaba parte Gámiz Parral, hubiera
perdido dominio sobre territorios que en algún momento hubiera controlado.
De manera que se trataría de una ruptura no demasiado significativa. Gámiz

17
Reforma, 30 de enero de 1998.
18
Reforma, 1 de febrero de 1998.
19
Reforma, 2 de febrero de 1998.
20
Emiliano Hernández Camargo, op. cit.

215
Parral había intentado en 1992 lograr la candidatura sin encontrarse entre los
aspirantes más fuertes, lo que sería un indicador de un peso político bajo
apenas soportado por ser el hijo de un ex gobernador interino.21 Así, se habría
presentado una interacción simbiótica en 1998, considerando la articulación e
integración que para enfrentar la elección se alcanzó entre los principales
grupos, que habría mutado a una de intercambio en el proceso siguiente, en la
que los realineamientos llevaron a que el flujo de apropiación corriera no en
favor del grupo del gobernador, sino de una fuerza distinta, en la que se ubicó
Maximiliano Silerio Esparza.
Es durante el proceso de selección del candidato priista a la gubernatura
de 2003-2004 en Durango en donde se presenta un caso en el que, no
fungiendo el presidente del país como jefe del PRI al provenir de un partido
opositor, el precandidato apoyado por el gobernador en turno es derrotado.
Las resistencias y desacuerdos no permitieron lograr un candidato único, por
lo que se tuvo que realizar en diciembre de 2003 una convención de delegados
con cuatro aspirantes para resolver la nominación: los senadores Ismael
Hernández Deras y Adrián Alanís, el diputado federal Carlos Herrera Araluce,
y el alcalde de la capital duranguense José Rosas Aispuro. Un mes antes había
renunciado a contender Samuel Aguilar Solís, denunciando que los estatutos
del PRI habían sido violados al elegir a los delegados de la convención por
insaculación y no a través del voto directo.22
La disputa real se encontraba entre Herrera Araluce, apoyado por el
gobernador Guerrero Mier, y Hernández Deras, respaldado por el ex
gobernador Silerio Esparza. Fue una contienda muy cerrada, decidida por una

21
Jacqueline Peschard, “Durango, laboratorio de una alianza opositora”, en Rafael Loyola Díaz (coord.), La
disputa del reino: elecciones para gobernador en México, 1992, Flacso, Juan Pablos, UNAM, México, 1997,
p. 265.
22
El Universal, 18 de diciembre de 2003.

216
diferencia de apenas 32 votos (véase la siguiente tabla) en favor de Hernández
Deras.23 Las notas de los diarios dan cuenta de la inocultable alegría de Silerio
Esparza tras el triunfo.24

Tabla 6.1
Durango. Resultados de la convención de delegados para designar al
candidato priista a la gubernatura, 2004
Candidato Votos Porcentaje
Ismael Hernández Deras 732 49.63
Carlos Herrera Araluce 700 47.46
José Rosas Aispuro 35 2.37
Adrián Alanís 8 0.54
Total 1475 100
Fuente: elaboración propia con datos de El Universal, 15 de diciembre de 2003.

Lo que cabe destacar es qué sectores o territorios favorecieron a uno u


otro candidato: los miembros del Consejo Político Estatal votaron por Herrera
Araluce en la convención,25 además de que recibió apoyo de integrantes de la
CNC estatal, destacando Antonio Leyva Sánchez,26 el líder de Gómez Palacio,
municipio del que el aspirante fue alcalde. En cambio, el triunfo de Hernández
Deras se debió a que lo favorecieron los delegados municipales priistas.27 Lo
que se desprende de lo anterior es que, en efecto, la estructura partidaria
duranguense estaba controlada por el gobernador, pero aparece nuevamente la
importancia de la resistencia a nivel municipal. Guerrero Mier sufrió otra
derrota cuando buscó que el candidato a la presidencia municipal de la capital
del estado fuera el presidente estatal del PRI Gustavo Lugo; el designado fue
Jorge Herrera, cercano a Hernández Deras.28

23
El Universal, 15 de diciembre de 2003.
24
Idem y Reforma, 15 de diciembre de 2003.
25
El Universal, 15 de diciembre de 2003.
26
El Universal, 18 de diciembre de 2003.
27
El Universal, 15 de diciembre de 2003.
28
La Jornada, 2 de julio de 2004.

217
Por lo que respecta al tema de la resistencia, el propio Guerrero Mier da
cuenta de la existencia de fuerzas que se le oponen dentro del propio partido
cuando declara que el PRI perdió 20 de los 39 municipios por “un desquite”
de los militantes priistas, inconformes por la manera en que se seleccionó a los
candidatos. “La dirigencia priista hizo a un lado los acuerdos y consensos, en
la jornada electoral subsistieron los rencores y las rencillas, lo cual se tradujo
en derrotas”, dijo.29
La derrota de Guerrero Mier fue también la del CEN, encabezado por
Roberto Madrazo. En tanto que, tras la elección en Durango, Madrazo nombró
a Guerrero Mier secretario adjunto a la presidencia del PRI,30 Hernández
Deras y Silerio Esparza dieron todo su apoyo a Beatriz Paredes,31 a quien
Madrazo había derrotado en el proceso por la dirigencia en 2002, para que se
convirtiera en presidenta nacional del PRI cinco años después.

6.2.3 Nuevo León: regreso del PRI entre alta conflictividad interna

Nuevo León, donde el PRI perdió pero recuperó la gubernatura, constituye un


tipo de estado distinto a Campeche y Durango. Sin embargo, también muestra
una importante conflictividad entre fuerzas locales.
El PRI vivió una situación difícil en vísperas de las elecciones para
gobernador de 1997, las cuales finalmente perdió. En ese año el PAN asumió
el cargo a través de Fernando Canales Clariond. Sócrates Rizzo había
renunciado a la gubernatura el 18 de abril de 1996, después de una crisis
política: “se hicieron públicos varios casos de corrupción, de tráfico de
influencias en su familia; varios de sus ex colaboradores y amigos fueron a dar

29
La Jornada, 7 de julio de 2004.
30
El Siglo de Torreón, 3 de octubre de 2004.
31
Reforma, 29 de enero de 2007.

218
a la cárcel; se peleó con el gobernador de Tamaulipas y de paso con la
federación; se le vinculó con la muerte de Leopoldo del Real; detuvieron a
Juan García Abrego en su estado sin que se enterara”.32 Lo sustituyó Benjamín
Clariond, ex alcalde de Monterrey y quien se mencionaba como uno de los
aspirantes para convertirse en el candidato del PRI en la elección de 1997.
En la etapa de deliberación cinco personajes mostraron su interés en
buscar la candidatura: el subsecretario de Desarrollo Político de la Secretaría
de Gobernación Natividad González Parás; el subsecretario de Desarrollo
Urbano e Infraestructura de la Secretaría de Desarrollo Social Ricardo
Canavati Tafich, y los senadores Eloy Cantú Segovia, María Elena Chapa y
Alberto Santos de Hoyos. Sin embargo, desde el principio se tenía la
impresión de que la candidatura recaería en González Parás, quien renunció al
cargo de subsecretario antes de que saliera la convocatoria del partido, lo que
fue interpretado como un “autodestape”.33 El 8 de diciembre de 1996
González Parás fue nombrado candidato en una convención en la que recibió
el voto unánime de los delegados.34
Las voces que hicieron pública su inconformidad ante la decisión no
tuvieron capacidad de resistencia importante. Fue el caso del senador Alberto
Santos de Hoyos, quien mostró su desacuerdo con los procedimientos del PRI
para seleccionar candidatos y dijo que un candidato de unidad a la gubernatura

32
La Jornada, 19 de abril de 1996.
33
Escribía en aquellos días Jorge Alcocer: “En los estatutos del PRI no está contemplado como procedimiento
para postulación de candidatos el autodestape, pero el novedoso procedimiento ha sido puesto en acto para
definir su candidatura para gobernador de Nuevo León. En efecto, sin esperar convocatoria alguna, sin que los
órganos partidistas, que conforme a los estatutos deben definir el procedimiento a seguir, hubiesen tenido
oportunidad de reunirse, el hoy ex subsecretario de Gobernación, Natividad González Parás, renunció a su
cargo y anunció su intención de ser el candidato del PRI a la gubernatura de su estado natal. La intención se
transformó, en cuestión de horas, en decisión de facto gracias al apoyo unánime de las bases, al
pronunciamiento entusiasta de los sectores, al descubrimiento, cual revelación divina, de las dotes del
autoungido. Otros personajes que habían hecho pública su intención de competir por la candidatura priista,
han acatado disciplinadamente la novedosa práctica del autodestape; las voces críticas son la excepción”.
Reforma, 28 de noviembre de 1996.
34
Reforma, 9 de diciembre de 1996.

219
significaba una “imposición del centro”.35 Una vez designado candidato
González Parás, no asistió a su toma de protesta y reiteró su desacuerdo.36 Por
otra parte, Luis Eugenio Todd renunció al PRI, tras 45 años de militancia, y se
convirtió en candidato del PT; se había desempeñado como rector de la
Universidad de Nuevo León, fue subsecretario de Educación y Embajador
ante la UNESCO.37
En el proceso electoral de 2003, ya sin gobernador priista, la etapa de
deliberación se anticipó. Desde abril de 2002 González Parás expresó que
buscaría por segunda ocasión la candidatura a la gubernatura. Ya habían
manifestado su interés Eloy Cantú y Abel Guerra.38 Se les unieron Ricardo
Canavati, Romeo Flores y Alejandro Lambretón. Este último decidió no
acudir a su registro, pese a que ya estaba programado. La entonces diputada
local Marcela Guerra dijo haber recibido el apoyo de la CNOP y mujeres del
partido para buscar la gubernatura, pero consideró que no estaban dadas las
condiciones y decidió buscar una diputación federal.39
Durante este proceso adquirieron gran relevancia los territorios
sobrepuestos. Son dos senadores y dos diputados federales quienes se
disputaron la nominación –la participación de Romeo Flores Caballero es más
bien testimonial–. La explicación se encuentra en el hecho de que el PRI no
contaba con gobernador en la entidad, reduciendo drásticamente las
posibilidades de que algún aspirante surgiera del gabinete estatal, además de
que el presidente municipal de Monterrey, el principal polo de concentración
electoral en la entidad, era panista.

35
Reforma, 27 de noviembre de 1996.
36
Reforma, 10 de diciembre de 1996.
37
Reforma, 21 de diciembre de 1996.
38
Reforma, 14 de abril de 2002.
39
El Norte, 13 de septiembre de 2002.

220
Esquema 6.3
Nuevo León. Coligación, 2003

Fuente: elaboración propia con base en información localizada en diarios nacionales y locales.

Tabla 6.2
Nuevo León. Precandidatos priistas a la gubernatura, 2003
Candidato Cargo Condición
Natividad González Parás Senador Plurinominal
Ricardo Canavati Tafich Senador Primera minoría
Distrito III (General
Abel Guerra Diputado federal
Escobedo)
Eloy Cantú Segovia Diputado federal Distrito V (Monterrey)
Ex cónsul de México en Los
Romeo Flores Caballero Catedrático e historiador
Ángeles
Fuente: elaboración propia con base en información localizada en diarios nacionales y locales.

221
Uno de los candidatos, González Parás, se convirtió en senador en 2000
derivado de una relación cercana con el CEN. Un indicador de ello es que
logró el cargo por la vía plurinominal, ocupando uno de los primeros lugares
en la lista nacional. Por otro lado, Canavati cuenta con proyección a nivel
estatal, mientras que en los casos de Cantú y Guerra, el primero triunfa en un
distrito de la capital y el segundo muestra que su fuerza se encuentra en
General Escobedo.
En agosto de 2002 la dirigencia estatal anunció que la elección del
candidato priista a gobernador sería abierta, con el objetivo –se dijo– de
desterrar “el dedazo” y el “cupulazo”.40 A finales de ese mes el dirigente
nacional, Roberto Madrazo, se reunió con los entonces seis aspirantes. Se
pactó mantenerse unidos y apoyar a quien resultara ganador.41 Días después,
los cinco precandidatos, ya con la declinación de Lambretón, firmaron un
pacto de unidad.42
Una encuesta en vísperas de la elección daba como ganador a González
Parás, con el 47% de los votos. Le seguían Canavati con el 26% y Guerra con
el 21%.43 El grupo predominante era claro, pero la capacidad de resistencia de
los adversarios era alta. Los rumores de que Canavati negociaba la candidatura
a la gubernatura con el PRD, por ejemplo, fueron fuertes.
Gracias a que la nominación se determinó mediante una votación
abierta, desarrollada el 17 de noviembre de 2002, es posible tener una idea
sobre el tamaño de la fuerza que cada precandidato poseía en el interior del
partido.

40
Reforma, 8 de agosto de 2002.
41
El Norte, 1 de septiembre de 2002.
42
Reforma, 16 de septiembre de 2002.
43
El Norte, 13 de noviembre de 2002.

222
Tabla 6.3
Nuevo León. Resultados de la elección abierta para elegir al candidato del
PRI a la gubernatura, 2003
Candidato Porcentaje (%)
Natividad González 47.2
Abel Guerra 25.7 -Votos totales: 354 mil 836
Ricardo Canavati 18.8 -Votos nulos: 1%
Eloy Cantú 6.8
Romeo Flores 0.5
Fuente: El Norte, 19 de noviembre de 2002.

El grupo que encabeza González Parás era el predominante, aunque


Guerra tenía un 25% de los votos, seguido de cerca de Canavati. De manera
que los datos dan cuenta de la presencia de tres grupos. Dos de ellos con
capacidad de resistencia importante, uno ubicado en Monterrey y el otro,
como ya se dijo, en General Escobedo, municipio donde Guerra encabezaba el
grupo predominante, dado que lo gobernó en dos ocasiones (1992-1994 y
1997-2000) y su esposa, Clara Luz Flores Carrales, fue alcaldesa de dicho
territorio (2009 a 2012).44
En la siguiente tabla se muestran algunos de los apoyos recibidos por
cada uno de los precandidatos.

44
“Estado de Nuevo León. General Escobedo”, en Enciclopedia de los municipios y delegaciones de México,
Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed). Disponible en:
< http://www.inafed.gob.mx/work/enciclopedia/EMM19nuevoleon/municipios/19021a.html> [Consulta: 29
de enero de 2015].

223
Tabla 6.4
Nuevo León. Apoyos recibidos por los precandidatos priistas a la
gubernatura, 2003
Candidato Respaldo
-CROC
-Parte del magisterio
Natividad González -“Círculos ciudadanos”
-Jóvenes de “Alianza 2000”
-Parte de la CNC
-Bases del PRI
-Presidentes municipales priistas
Abel Guerra -CTM
-Ex alcaldes de municipios fuera del área
metropolitana
-Seccionales y jefes de manzana de
Monterrey
-Fomerreyes de otros municipios
Ricardo Canavati -CNOP
-Ex colaboradores de Alfonso Martínez
Domínguez
-Grupos externos como el PT
Eloy Cantú -Corrientes modernas y grupos renovadores
Romeo Flores -----
Fuente: Reforma, 13 de noviembre de 2002.

Las posibilidades de fractura se desactivaron al presentarse una


interacción de intercambio. Primero hay que decir que el CEN, encabezado
por Roberto Madrazo, participó en las negociaciones, pero su actuación no fue
definitiva en la decisión final. Pareció dar libre juego a los grupos locales.
Puede señalarse como indicador que quien obtuvo la candidatura, González
Parás, se encontraba del lado opuesto del grupo de Madrazo. En la elección
por la dirigencia nacional del 24 de febrero de 2002, en la que ganó Madrazo,
se le ubicó como apoyo de Beatriz Paredes.45 Años después, cuando el
dirigente nacional se hizo de la candidatura a la presidencia, González Parás,

45
Reforma, 13 de enero de 2002.

224
ya como gobernador, perteneció al grupo antimadracista.46 Un segundo
indicador es que Madrazo optó por un perfil cercano, más que con
prominencia nacional, como enviado del CEN. Fue el caso de Feliciano
Calzada Padrón, tabasqueño, secretario particular de Madrazo por tres años
cuando éste se desempeñaba como gobernador.47 Cristina Díaz, quien pasó de
asesorar a Santiago Levy, director del IMSS, a la dirigencia estatal, apoyada
por la CTM local,48 aparecía como indefinida durante la contienda entre
Madrazo y Paredes.49
En segundo lugar, debe advertirse que fueron los tres grupos locales
más fuertes los que definieron una configuración de intercambio, dentro de un
contexto de conflicto alto:
-Abel Guerra se integró de inmediato al equipo de campaña de
González Parás.50
-Canavati y Guerra expresaron su intención de buscar la alcaldía de
Monterrey,51 pero el 11 de diciembre Guerra se descartó y ofreció su apoyo a
Canavati.52 Canavati se convirtió en candidato.
-Guerra, por su parte, obtuvo la dirigencia estatal del partido. El 13 de
diciembre Cristina Díaz renunció a la presidencia del CDE para integrarse al
CEN como Coordinadora Nacional de Elecciones Concurrentes en 10 estados,
cediéndole el cargo a Guerra.53

46
Rosa María Mirón Lince, El PRI y la transición política en México, FCPyS-UNAM, Gernika, México,
2011, p. 328.
47
SIL.
48
Reforma, 10 de septiembre de 2001.
49
Reforma, 13 de enero de 2002.
50
El Norte, 22 de noviembre de 2002.
51
El Norte, 25 de noviembre de 2002.
52
“Tomé una decisión donde mi proyecto personal lo vinculé con la política de nuestro estado, mi alcance es
estatal y quiero seguir participando en el Partido Revolucionario Institucional (…) Yo apoyaré la
precandidatura del licenciado Ricardo Canavati y espero que mis compañeros también lo hagan”. El
Universal, 12 de diciembre de 2002.
53
El Norte, 14 de diciembre de 2002.

225
-Cantú Segovia fue secretario de Desarrollo Económico en la
administración que encabezó González Parás tras ganar la gubernatura.
Por lo que respecta al proceso de selección de 2009 hay que decir que el
24 de enero el PRI anunció que una elección abierta, que se llevaría a cabo el
15 de marzo, definiría al candidato al gobierno de Nuevo León. Así lo
comunicaron Héctor Morales Rivera, dirigente estatal, y Manuel Ángel Núñez
Soto, delegado del CEN. El consejo político había resuelto lo anterior desde el
11 de diciembre, pero la convocatoria tardó 44 días en salir.54
Un día antes de conocerse la convocatoria, el secretario general de
Gobierno, Rodrigo Medina, dijo que renunciaría en breve para registrarse
como precandidato, mientras crecían los rumores de que Abel Guerra no se
conformaría con la alcaldía de Monterrey.55 Durante la etapa de deliberación
manifestaron su interés, además de Medina y Guerra, la alcaldesa de
Guadalupe, Cristina Díaz, el ex Gobernador Benjamín Clariond, el senador
Eloy Cantú Segovia, el diputado federal Juan Francisco Rivera Bedoya y la
dirigente de la CNOP, Marcela Guerra.56
Para principios de febrero se desechaba la elección abierta y se hablaba
de una candidatura de unidad. Finalmente Medina se convirtió en candidato a
la gubernatura y Abel Guerra a la alcaldía de Monterrey. La disputa se había
resuelto mediante un arreglo entre Beatriz Paredes, la dirigente nacional, y el
gobernador Natividad González Parás, quien apoyaba a Medina.57 Al cierre de
campaña de Medina asistieron, además de González Parás, los gobernadores
del Estado de México, Enrique Peña Nieto; de Veracruz, Fidel Herrera, y de
Coahuila, Humberto Moreira.58

54
La Jornada, 25 de enero de 2009.
55
Idem.
56
Reforma, 5 de enero de 2009.
57
La Jornada, 4 de febrero de 2009, y Reporte Índigo, 20 de noviembre de 2014.
58
Reforma, 29 de junio de 2009.

226
Respecto de la insistencia en la obtención de una candidatura, destaca el
nombre de Cantú Segovia, quien buscó ser gobernador en los tres procesos
analizados. Como puede verse en la siguiente tabla, otros nombres que se
repiten, en dos ocasiones, son los de González Parás, Guerra y Canavati.

Tabla 6.5
Nuevo León. Precandidatos priistas a la gubernatura, 1997-2009
Elección Candidatos Cargo
Subsecretario de Desarrollo Político,
Natividad González Parás
Secretaría de Gobernación
Eloy Cantú Segovia Senador
1997 María Elena Chapa Senadora
Alberto Santos de Hoyos Senador
Subsecretario de Desarrollo Urbano e
Ricardo Canavati Tafich
Infraestructura, Sedesol
Natividad González Parás Senador
Abel Guerra Diputado federal
2003 Ricardo Canavati Tafich Senador
Eloy Cantú Segovia Diputado federal
Romeo Flores Caballero Ex cónsul de México en Los Ángeles
Rodrigo Medina Secretario de Gobierno
Titular de la Coordinación de
Abel Guerra Proyectos Estratégicos y Urbanos de
Nuevo León
2009 Cristina Díaz Alcalde de Guadalupe
Benjamín Clariond Ex gobernador
Eloy Cantú Segovia Senador
Juan Francisco Rivera Bedoya Diputado federal
Marcela Guerra Dirigente de la CNOP
Fuente: elaboración propia con base en información localizada en diarios nacionales y locales.

Tanto González Parás como Canavati y Cantú Segovia cumplían en


2003 las condiciones para ser considerados figuras nacionales. El primero
había ocupado varios cargos en el gobierno federal hasta convertirse en
subsecretario en la Secretaría de Gobernación. Por otro lado, Canavati había
sido dos veces senador y dos veces diputado federal, en tanto que Cantú
Segovia había llegado a la Cámara de Diputados en dos ocasiones y en una al

227
Senado. El perfil más local sin duda era el de Guerra, dos veces presidente
municipal de General Escobedo.
Una de las dificultades para el análisis de los aspectos anteriores es la
presentación de los datos de manera conjunta, de tal manera que se facilite la
comparación. Tratando de subsanar el problema se diseñó un modelo de
esquema para examinar los cargos que los actores van ocupando, ubicar el tipo
de territorio al que pertenecen y detectar resultados de negociaciones. A
continuación se presentan los esquemas de las trayectorias políticas de
González Parás, Guerra, Cantú Segovia y Canavati, de cuyo contenido se
obtuvieron los elementos para la redacción de varios de los párrafos de este
apartado.

Esquema 6.4
Nuevo León. Trayectoria política de Natividad González Parás

Fuente: Sistema de Información Legislativa de la Secretaría de Gobernación (SIL).


Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

228
Esquema 6.5
Nuevo León. Trayectoria política de Abel Guerra Garza

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

Esquema 6.6
Nuevo León. Trayectoria política de Eloy Cantú Segovia

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

229
Esquema 6.7
Nuevo León. Trayectoria política de Ricardo Canavati Tafich

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

Del análisis anterior se desprenden tres conclusiones:


1) No necesariamente el CEN es quien decide quién será el candidato a
la gubernatura ante la ausencia de un gobernador priista.
2) No siempre se cumple la tendencia, encontrada por algunos autores, a
elegir perfiles cada vez más locales como candidatos a la gubernatura.
3) La capacidad de resistencia de algunos actores puede obligar al grupo
más fuerte a ceder posiciones relevantes.

230
6.2.4 Guanajuato: el PRI como oposición añeja

Guanajuato es uno de los estados que presentan los más bajos niveles de
control territorial por parte del PRI. Sin gobernador priista en turno y con
estructuras con limitada capacidad de movilización, se desarrolla una situación
conflictiva entre los distintos grupos. Al respecto es muy ilustrativa la
contienda por la dirigencia estatal en 2014, la cual tuvo que resolverse
mediante una elección, muestra de un alto grado de conflictividad interna. Su
análisis permite observar la multiplicidad de actores que interactúan y el
enfrentamiento entre fuerzas políticas que se van aglutinando en búsqueda del
control de las decisiones partidarias. Refleja también la importancia de contar
con el cargo de dirigente estatal en estos territorios. Ante la ausencia de un
gobernador del PRI, el líder local se convierte en una figura clave. Su
cometido principal no es la mediación entre fuerzas políticas –como ocurre en
entidades sin alternancia en la gubernatura–, sino la construcción de estructura
partidaria y el acaparamiento de la toma de decisiones y de las candidaturas en
disputa, en un contexto en el que la traducción de estas candidaturas en cargos
es complicada ante la debilidad electoral del partido.
Tres fueron los contendientes a la presidencia del CDE de Guanajuato
en 2014. En las siguientes tablas se pueden identificar los apoyos partidarios
que cada uno de ellos recibió para poder registrarse. Se pueden apreciar las
divisiones. Francisco Alejandro Lara Rodríguez recibe el apoyo de la CNOP
(encabezada en el estado por Adrián Camacho Trejo), el sector obrero
(liderado por Héctor Hugo Varela) y el Movimiento Territorial (de Alejandro
Arias). Llama la atención que este candidato logra la adhesión de 2 mil 166
consejeros políticos nacionales, estatales y municipales que radican en la
entidad, de un total de 5 mil 951, esto es, el 36.4%. Además del Frente Juvenil

231
Revolucionario, Lara Rodríguez también fue respaldado por 18 comités
municipales, de 46 que existen en la entidad (39.1%).

Tabla 6.6
Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Alejandro Lara
Rodríguez, candidato a presidente del CDE, 2014
Comité municipal / sector Presidente / representante
Apaseo El Alto Efraín Sánchez Malagón
Dolores Hidalgo Karina María Cárdenas Fuentes
Jaral del Progreso Patricia Elías García
Moroleón Jessica Guzmán Huerta
Uriangato J. Jesús Martínez Muñoz
Juventino Rosas Salvador Pineda Guerrero
San Felipe Arturo Luna Ramírez
San Luis de la Paz José de Jesús Reyes Gamba
Cueramaro Joel Cortes Castillo
Acambaro Miguel Ángel Patiño Sámano
Valle de Santiago Gerardo Ledesma González
Xichú Salomón Orozco Martínez
Victoria Karina Rincón Arvizu
Tarimoro María Yesenia Puga Puga
Silao de la Victoria Juan Miguel Valencia Hernández
Villagrán Edgar Eleazar Figueroa Peña
San Miguel de Allende José Martín Salgado Cacho
Irapuato Arcelia María González González
CNOP Adrián Camacho Trejo Luna
Sector obrero Héctor Hugo Varela Flores
CCI Agrario José Amadeo Hernández Barajas
Movimiento Territorial Alejandro Arias Ávila
Frente Juvenil Revolucionario Jorge Antonio Estopellán Guzmán
2166 consejeros políticos nacionales,
estatales y municipales
Fuente: Comisión Estatal de Procesos Internos, PRI Guanajuato, “Publicación de los dictámenes recaídos a
las solicitudes de registro de las tres fórmulas de aspirantes a candidatos a titulares de la Presidencia y de la
Secretaría General del CDE del PRI en Guanajuato, para el periodo estatutario 2014-2018”, 27 de marzo de
2014.

Por otro lado, la CNC estatal, dirigida por Rigoberto Paredes, da su


apoyo a Santiago García López, quien también recibe el respaldo de la
Organización Nacional de Mujeres Priistas, cuya representante en la entidad

232
es Luz Elena Govea, y de 14 comités municipales, que significan el 30.4%,
dentro de los cuales destaca el de León.

Tabla 6.7
Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Santiago García López,
candidato a presidente del CDE, 2014
Comité municipal / sector Presidente / representante
León Fortino Batres Gómez
Salamanca Edgar Bibriesca E.
Coroneo Israel Morales Bermúdez
Ocampo Erick Silvano Montemayor
Abasolo Miguel Elizarrarás Vargaz
Tarandacuao Katia Daniela Pineda Ch.
San José Iturbide Arnulfo Gallegos Vega
San Francisco del Rincón Mauricio Murillo Gtz.
Santiago Maravatío Miguel Ángel Aguilar Narváez
San Diego de la Unión Lauro Méndez García
Jerécuaro Gerardo Amador Pérez
Doctor Mora Humberto Valencia A.
Manuel Doblado Olivia Flores Hernández
Comonfort Liliana García Velázquez
CNC Rigoberto Paredes Villagómez
Asociación Nacional de la Unidad
Salvador Ramírez Agoté
Revolucionaria
Organización Nacional de Mujeres Priistas Luz Elena Govea López
Fuente: Comisión Estatal de Procesos Internos, PRI Guanajuato, “Publicación de los dictámenes recaídos a
las solicitudes de registro de las tres fórmulas de aspirantes a candidatos a titulares de la Presidencia y de la
Secretaría General del CDE del PRI en Guanajuato, para el periodo estatutario 2014-2018”, 27 de marzo de
2014.

Revelando un mayor rezago en la competencia, Jaime Martínez Tapia,


quien se desempeñó como delegado especial en Baja California Sur en 2002,
no consiguió más respaldo que el de 11 comités municipales.

233
Tabla 6.8
Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Jaime Martínez Tapia,
candidato a presidente del CDE, 2014
Comité municipal Presidente
Cortázar Salvador González Torres
Romita J. Guadalupe Martínez Tapia
Pénjamo José Luis Herrera Guzmán
Atarjea Baltazar Hurtado Ávila
Huanímaro Enrique Zavala García
Yuriria Enrique Almanza Andrade
Santa Catarina Eduardo Callejas Basurto
Salvatierra Roberto Alvarado Magaña
Apaseo El Grande Ernesto Reza Hernández
Purísima del Rincón Martín Zermeño Mojica
Tierra Blanca David Aguilar Gutiérrez
Fuente: Comisión Estatal de Procesos Internos, PRI Guanajuato, “Publicación de los dictámenes recaídos a
las solicitudes de registro de las tres fórmulas de aspirantes a candidatos a titulares de la Presidencia y de la
Secretaría General del CDE del PRI en Guanajuato, para el periodo estatutario 2014-2018”, 27 de marzo de
2014.

La disputa llevó a la conformación de dos fuerzas, luego de que Jaime


Martínez declinara a favor de Santiago García. En torno a Alejandro Lara se
unió el entonces diputado federal Francisco Arroyo Vieyra y la mayoría de los
diputados del Congreso local, entre ellos Javier Contreras, Guillermo Romo,
Erika Arroyo, Yulma Rocha, Felipe Orozco y Roberto Vallejo.59 Por su parte,
Santiago García fue respaldado por los senadores Miguel Ángel Chico Herrera
y Gerardo Sánchez García, así como por la presidenta municipal de León
Bárbara Botello y los ediles de Apaseo el Grande (Lorenzo Licea Rojas) y
Pénjamo (Jacobo Manríquez Romero).60 También se unieron a esta
candidatura las diputadas federales Guadalupe Velázquez, María Elena Cano
Ayala y Concepción Navarrete. Esta última priista llegó a declarar que el ex
dirigente estatal del PRI Javier Contreras negoció derrotas del partido: “Ya no
queremos ese partido que se encontraba secuestrado por un grupo, que

59
AM, 23 de marzo de 2014.
60
Milenio León, 6 de abril de 2014.

234
negociaba las derrotas, escogían candidatos que perdían, nos dejaban
desarmados. Tenemos 23 años siendo oposición y ha habido negociaciones”.61
La fórmula ganadora fue la de Santiago García y Luz María Ramírez,
que obtuvo cerca del 60% de la votación emitida. Estuvieron convocados 5
mil 944 consejeros, de los cuales sólo participó el 80.4% (4 mil 780).

Tabla 6.9
Guanajuato. Resultados de la elección de presidente del CDE, 2014
Candidatos Votos Porcentaje
Santiago García López y Luz María Ramírez Cabrera 2764 57.82
Francisco Alejandro Lara Rodríguez y María de la
1959 40.98
Consolación Castañón Márquez
Jaime Martínez Tapia y María Guadalupe Tavera
57 1.19
Hurtado
Total 4780 100
Fuente: Comisión Estatal de Procesos Internos, PRI Guanajuato, “Acuerdo de la Comisión Estatal de
Procesos Internos por el que se declara la validez de la elección de los titulares de la presidencia y de la
secretaría general del CDE del PRI en el estado de Guanajuato, para el periodo estatutario 2014-2018”, 6 de
abril de 2014. Se emitieron 89 votos nulos.

La elección constituyó la consolidación de la fuerza política que se


aglutina en torno a los senadores Chico Herrera y Sánchez García, y Bárbara
Botello,62 que pasó de la alcaldía de León a diputada federal, por el principio
de representación proporcional. El grupo de Arroyo Vieyra pierde fuerza. Él
mismo declinó en 2012 en favor de Juan Ignacio Torres Landa como
candidato a la gubernatura, tras una reunión entre ambos y el CEN.63 Pero
como lo muestran los resultados de la elección, se trata de una fuerza que
posee una importante capacidad de resistencia.
Guanajuato ilustra cómo ocurren las interacciones partidarias ante la
ausencia de un gobernador priista. Ratifica la importancia que tienen las

61
Milenio León, 4 de abril de 2014.
62
Puede observarse lo anterior, por ejemplo, durante una comida que organizó la entonces alcaldesa en su
casa para apoyar a Santiago García. AM, 17 de diciembre de 2013.
63
Proceso y ADN Político, 28 de febrero de 2012.

235
fuerzas locales, muestra una intervención moderada del CEN, cómo la
dirigencia nacional se apoya en una fuerza local en el momento de la toma de
decisiones e impulsa a actores para que alcancen una mayor proyección.
El 19 de marzo de 2005 se desarrolló por primera vez en Guanajuato
una elección abierta para elegir al dirigente estatal. Contendieron Chico
Herrera, el líder de la CNC en el estado Lorenzo Chávez Zavala y Gerardo
Sánchez. Triunfó la fórmula integrada por Chico Herrera y Bárbara Botello
como secretaria general. Se calculó una participación de menos de 100 mil
electores (se repartieron 322 mil boletas), de los cuales el 58% votó por Chico
Herrera, 37% por Chávez y sólo 5% por Sánchez.64 Los candidatos perdedores
denunciaron fraude.65
La toma de protesta de Chico Herrera y Botello reveló el alto grado de
conflicto entre el grupo aglutinado en torno a ellos y el de Chávez. No acudió
el presidente nacional Roberto Madrazo y hubo algunos incidentes entre
simpatizantes de ambos bandos. Los ganadores eran considerados cercanos al
diputado federal Wintilo Vega, quien desde entonces abiertamente hacía
campaña para obtener la candidatura priista a la gubernatura,66 la cual
finalmente logró.
Vino entonces la renuncia a la candidatura y un fuerte enfrentamiento
con el CEN. Vega acusó al nuevo líder nacional Mariano Palacios Alcocer de
operar en favor de la derrota del PRI en el estado y de no respaldar su
aspiración a la gubernatura. Dio a conocer que con Madrazo había acordado
nominar al empresario Jorge Videgaray como primer lugar en la lista de la
fórmula priista al Senado por Guanajuato, y en segundo lugar al diputado

64
Mural, 20 de marzo de 2005.
65
Idem.
66
Proceso, 5 de abril de 2005.

236
federal Francisco Arroyo Vieyra. El CEN de Palacios Alcocer colocó primero
a Arroyo Vieyra,67 quien se fortalecía entonces apoyado desde el centro.
Ante la emergencia, la intervención del CEN luce moderada: optó por
Chico Herrera como candidato a la gubernatura, es decir, apoya una creciente
fuerza local, cuyo líder va a ir adquiriendo una mayor proyección. El político
había llegado a la dirigencia estatal sin haber tenido más cargo que el de
presidente del PRI en el municipio de Celaya. Acumulaba dos elecciones
perdidas, a una diputación federal y a la alcaldía de Celaya. Para salvar el
requisito establecido en el reglamento interno del partido de haberse
desempeñado antes en algún cargo de elección popular para poder aspirar a la
nominación, el PRI tuvo que ir en candidatura común con el PVEM.68

Esquema 6.8
Guanajuato. Trayectoria política de Miguel Ángel Chico Herrera

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

67
Reforma, 22 de marzo de 2006.
68
Reforma, 26 de marzo de 2006.

237
Ya como senador, Chico Herrera es cabeza de uno de los grupos fuertes
de Guanajuato, grupo que logró ganar la presidencia municipal de León,
postulando a Botello, y ahora busca disputarle al PAN la gubernatura.
Justamente Botello también muestra el apoyo que en un contexto de debilidad
de la estructura partidaria se brinda desde la estructura nacional a una fuerza
local. Humberto Moreira la designa secretaria adjunta a la presidencia del
CEN en mayo de 201169 y de ahí la lleva a la competencia, por segunda vez,
por el municipio de León, del que finalmente se convierte en alcaldesa.

Esquema 6.9
Guanajuato. Trayectoria política de Bárbara Botello

Fuente: SIL
Notas: Territorio preponderante: rectángulo punteado; territorio sobrepuesto: rectángulo con línea continua;
territorio partidario: óvalo punteado.

69
El Sol de México, 19 de mayo de 2011.

238
6.2.5 Morelos: la posibilidad de la insubordinación

El caso de Morelos en 2012 ilustra plenamente una interacción del tipo


insubordinada. Existen altos niveles de conflicto y se ejerce la capacidad de
resistencia por parte de una fuerza local importante.
En un contexto de debilidad partidaria, con la suma de dos
administraciones panistas y por lo tanto la ausencia de un gobernador priista,
el proceso de selección del candidato a la gubernatura lucía complicado desde
el principio. Un indicador fue la intervención que realizó el CEN en la
entidad. Previo a la nominación del candidato, el 6 de enero, Amado Orihuela
Trejo, uno de los aspirantes, renunció a la presidencia estatal del partido y fue
sustituido por quien se desempeñaba como delegado del CEN, el ex
gobernador de Quintana Roo Joaquín Hendricks Díaz. Fue enviado como
delegado Emilio Mendoza Kaplan y ya se encontraba como secretario regional
el también ex gobernador, éste de Guerrero, René Juárez Cisneros.70
El número de aspirantes es un indicador de una alta conflictividad: 12.
Aunque los que fueron considerados por el CEN con mayores posibilidades de
lograr la candidatura fueron Martínez Garrigós, Orihuela Trejo y Del Valle
Reyes.71

70
El Sol de Cuernavaca, 9 de enero de 2012.
71
“El acuerdo previo entre la dirigencia del PRI y los tres aspirantes –supuestamente los mejor posicionados
de los 12 que eran al principio–, Manuel Martínez Garrigós, Amado Orihuela Trejo y Guillermo del Valle
Reyes, era que quien estuviera mejor posicionado en dos encuestas que se practicaron en Morelos a principios
de enero sería el candidato a gobernador. A los otros dos se les darían las candidaturas al Senado, como
premio de consolación”. La Jornada, 23 de enero de 2012.

239
Tabla 6.10
Morelos. Aspirantes priistas a la gubernatura, 2012
Nombre Perfil
Manuel Martínez Garrigós Alcalde de Cuernavaca
Amado Orihuela Trejo Diputado local y dirigente estatal priista
Guillermo del Valle Reyes Ex dirigente estatal del PRI
Jorge Morales Barud Ex secretario de Gobierno
Jorge Meade Ocaranza Consejero nacional del PRI
Maricela Sánchez Cortés Ex candidata a gobernadora
Francisco Moreno Merino Diputado federal
Fernando Martínez Cué Diputado local
Samuel Palma César Dirigente de la Confederación de Organizaciones Populares
Roberto Abe Almada Empresario
Rodolfo Becerril Straffon Dirigente de la Fundación Luis Donaldo Colosio
Secretario de Obras Públicas en el gobierno de Jorge
Ariosto Genel García
Carrillo Olea
Fuente: La Jornada, 9 de enero de 2012.

El 20 de enero de 2012 el CEN, encabezado por Pedro Joaquín


Coldwell, anunció a Orihuela Trejo como candidato de unidad a la
gubernatura del estado. Se trata de un líder ganadero que de 1993 a 2006 se
dedicó a atender el rancho Las Cubatas, en 1994 se convirtió en presidente
municipal de Mazatepec, Morelos, y de 2002 a 2008 fue secretario general de
la Unión Local de Productores de Caña de Azúcar y líder local de la
Confederación Nacional Campesina (CNC); diputado federal durante la LX
Legislatura y luego diputado local.
Un día después del anuncio, el alcalde con licencia de Cuernavaca se
opuso a la postulación y encabezó un mitin en el cual advirtió que participaría
en la convención de delegados que decidiría la nominación; llamó a Orihuela
Trejo “el candidato impuesto por el CEN”. Martínez Garrigós hacía uso de su
capacidad de resistencia. Ese mismo 21 de enero, priistas marcharon del

240
auditorio Teopanzolco hacia la sede estatal del partido y exigieron que se le
dejara participar en el proceso de selección a Martínez Garrigós.72
Se supo que al aspirante el CEN le había ofrecido un cargo en la
dirigencia nacional para que aceptara la “candidatura de unidad”, el cual
rechazó.73 Los seguidores de Martínez Garrigós acamparon en la sede estatal
del PRI. Fue ahí donde, el 25 de enero, sujetos armados golpearon a dos de sus
simpatizantes, por lo que convocaron a una marcha hacia la Ciudad de México
para el 30 de enero. Dicha movilización no ocurrió, porque el entonces
precandidato a la Presidencia Enrique Peña Nieto le ofreció a Martínez
Garrigós recibirlo el 31 de enero. Producto de la negociación, el aspirante
morelense se convirtió en presidente estatal del PRI.74 Con esto se atendía a
los dos grupos más fuertes, uno representado por Orihuela Trejo y otro por
Martínez Garrigós.75
Pero lo cierto es que las protestas no se detuvieron ahí. Alrededor de mil
priistas morelenses se trasladaron a la sede nacional del PRI a finales de
marzo de 2012 para exigir que se repusiera el proceso mediante el cual se
había seleccionado a los candidatos a presidentes municipales y diputados
locales. Reclamaban que tanto Orihuela Trejo como Martínez Garrigós se
habían repartido las postulaciones. Acusaron al primero de colocar a sus
amigos y al segundo de imponer a su propio hermano como candidato a
diputado local.76
La marcha fue encabezada por el diputado federal Jaime Sánchez Vélez
y por unos 35 precandidatos locales excluidos de los repartos. Los

72
La Jornada, 2 de febrero de 2012.
73
La Jornada, 23 de enero de 2012.
74
La Jornada, 2 de febrero de 2012.
75
Francisco Javier Martínez Galván y Carmen Silvia Zepeda Bustos, “El triunfo de la izquierda en Morelos”,
en El Cotidiano, núm. 175, UAM Azcapotzalco, México, septiembre-octubre de 2012, p. 109.
76
La Jornada, 27 de marzo de 2012.

241
manifestantes provenían de los municipios de Cuernavaca, Cuautla, Ocuituco,
Temixco, Xochitepec, Jojutla, Tepalcingo, Tepoztlán, Ciudad de Ayala,
Puente de Ixtla, Jiutepec, Yautepec, Huitzilac, Emiliano Zapata, entre otros.77
El caso de Morelos ilustra cómo se puede ejercer la capacidad de
resistencia y cómo desde el centro se cede, pese a que pudiera parecer una
fuerza no muy relevante la que se rebela, esto ante la posibilidad de que el
conflicto aumente, se salga de los límites estatales (pueda darse una
socialización del conflicto) y se llegue a afectar la estabilidad y consolidación
del grupo predominante en el nivel nacional. Lo que ocurre en Morelos es una
interacción de insubordinación, con un grupo rebelde con el que se pacta en
vísperas de un proceso electoral relevante, pero al cual, ya en la etapa de
reacomodo, se le aplica toda la fuerza desde el centro para desactivarlo.
Apenas realizada la elección para la gubernatura, la cual pierde el PRI,
se pide la renuncia de Martínez Garrigós. “Llegó el momento de la renovación
de la clase política dirigente del partido, debemos buscar que otros liderazgos
reciban la oportunidad de dirigir el partido”, declaró Meade Ocaranza tras
reunirse con el presidente del CEN.78 En abril de 2013 el CEN envía como
delegado a José Antonio Rojo García de Alba: “priistas de diferentes
corrientes vieron con signo de esperanzador la presencia del enviado del CEN
y el hecho de que sea de Hidalgo; confiaron en que Miguel Ángel Osorio
Chong [hidalguense y secretario de Gobernación federal], como priista, se
encuentre interesado sobre lo que ocurre en la entidad”.79
El conflicto entre el CEN y el CDE se hizo visible a la brevedad.
Apenas un par de meses después de la llegada de Rojo García, ya se hablaba

77
Idem.
78
Diario de Morelos, 29 de octubre de 2012.
79
El Sol de Cuernavaca, 13 de abril de 2013.

242
de que desistiría de su papel como delegado en Morelos.80 En buena medida
todo derivo de las declaraciones del enviado del centro en el sentido de que el
CEN le había ofrecido a Martínez Garrigós convertirse en delegado especial
en otro estado del país a cambio de su renuncia a la dirigencia estatal. El ex
alcalde de Cuernavaca calificó la declaración como “chisme”: “Nosotros no
podemos estar haciendo política que no sea profesional; es decir, basada en el
rumor, en el chisme o en la especulación”.81
Un momento crítico más se presentó en septiembre de 2013, cuando tras
solicitarle la renuncia a quien se desempeñaba como secretario de
Organización del PRI en el estado, Armando Ramírez Saldivar, nueve
integrantes de la dirigencia estatal decidieron retirarse del cargo junto con él:
Cynthia Maricelma Pérez Suero, contralora; Ana Paola Martínez Franco,
coordinadora del Programa Nacional Registro Partidario; Marisol Amado
Flores, secretaria de Cultura; Leandro Vique Salazar, secretario de
Vinculación con la Sociedad Civil; Martha Alemán Melgar, secretaria de
Adultos Mayores y Personas con Discapacidad; Félix Mauricio Rodríguez
Pineda, coordinador de Fortalecimiento al Liderazgo Priista; Lucia Rayo
Benítez, coordinadora del Programa Suma 10; David Salazar Guerrero,
secretario de Gestión Social, y Leonel Hernández Gurrustieta, coordinador de
Estrategia.82 En opinión del líder de la CTM en Morelos Vinicio Limón
Rivera, “hicieron lo prudente, lo conducente, porque, finalmente, gracias a
Manuel Martínez, teníamos más que un partido, una gavilla de hampones, y
está claro que, con los cuestionamientos que sobre él se tienen, perjudica la

80
El Sol de Cuernavaca, 23 de julio de 2013.
81
Diario de Morelos, 20 de julio de 2013.
82
CDE del PRI en Morelos, Comunicado de prensa, 8 de septiembre de 2013. Disponible en:
<https://www.facebook.com/EnSerioNoticias/posts/563247223724192> [Consulta: 22 de octubre de 2013].

243
imagen del partido. Nos interesa la institución, no las personas, y vamos a
salvarla”.83
Después de todo, Martínez Garrigós fue destituido por el CEN
(encabezado por César Camacho Quiroz) como líder estatal el 14 de octubre
de 2013. En el acuerdo se determina su “separación provisional” y la
designación de Armando Ramírez Saldivar (aquel con quien se inició la
renuncia masiva en el CDE) y Maricela Sánchez Cortez como presidente y
secretaría general, respectivamente. No sólo eso: “se instruye al titular de la
Contraloría General del Comité Ejecutivo Nacional para que, a la brevedad,
adopte las medidas pertinentes para sustanciar una auditoría a la gestión del C.
Manuel Martínez Garrigós”.84

83
El Sol de Cuernavaca, 9 de septiembre de 2013.
84
CEN del PRI, “Acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional por el que se determina la separación provisional
del C. Manuel Martínez Garrigós del cargo de presidente del Comité Directivo Estatal del partido en el estado
de Morelos”, 14 de octubre de 2013.

244
CONCLUSIONES

Existe una gran diferencia entre hablar de niveles y referirse a territorios. Es


indiscutible que en las instituciones, las organizaciones y en las estructuras de
los Estados hay escalas, jerarquías. El problema es que teniendo una pirámide
en mente se da por sentado que el flujo de poder proviene de la parte superior,
en un movimiento vertical y de arriba hacia abajo. Esto ha generado la ficción
de actores políticos cuasi omnipotentes a quienes se les adjudica
prácticamente toda la determinación en la toma de decisiones. Así se ha
construido la figura de presidentes todopoderosos y de gobernadores virreyes.
Hay un problema más. A la hora de realizar los diferentes análisis, se
trata el poder que ejercen estos actores como si fuera omnímodo, esto es, total,
completo, como si llegara con la misma fuerza a todos los espacios y fuera
aceptado por todos en la misma medida.
La política es tensión continúa, disputa por el poder; significa oposición
en algún momento, aunque desde luego acuerdo en otro. La política es
dinámica, no estática, y por eso los roces y las disputas son la norma y no la
excepción. Lo anterior explica en parte por qué los procesos políticos no son
evolutivos, ni necesariamente graduales; presentan irregularidades, tanto
continuidades como rupturas.
La propuesta de esta investigación ha sido dar suficiente relevancia al
conflicto político, es decir, cómo los diferentes actores y grupos se enfrentan,
compiten, pero también cómo se articulan y coordinan entre sí en un momento
determinado en el contexto de la disputa por el poder, buscando tener un
enfoque dinámico.
Los conflictos que aquí interesaron fueron aquellos que ocurren en el
interior de los partidos políticos, aquellos en los que los diversos grupos,
245
alianzas, corrientes buscan convertirse en la fuerza mayoritaria para influir de
manera determinante en la toma de las principales decisiones partidarias, con
objeto de prolongar lo más posible dicha posición. En este marco, difícilmente
un grupo domina plenamente, más bien comparte en alguna medida los
recursos partidarios con otros. El compartir evita la desintegración, pues la
lucha no puede tener siempre como resultado el aniquilamiento, porque pese a
todo hay un interés que está por arriba de los grupos y es el de la
sobrevivencia del partido: el vehículo mediante el cual adquieren poder.
Conflicto, pero también uniformidad. Es el tándem que convive dentro
de los partidos políticos. La plena uniformidad, la plena homogeneidad en el
interior de estas organizaciones es prácticamente imposible, y sin embargo es
una aspiración, un objetivo que se busca lograr en el mayor grado posible. Y
es que en la medida en que un partido se cohesione, tendrá mayor capacidad
para enfrentar a sus adversarios externos. Se trata de un asunto de
permanencia de la organización y de adquisición de mayores recursos, cuya
obtención facilita justamente la cohesión, dado que son mayores los beneficios
a repartir.
Lo que se tiene entonces no es un presidente o un gobernador que lo
decide todo. Lo que se presenta es un panorama complejo en donde aparecen
una multitud de actores políticos pretendiendo influir –lográndolo en
diferentes grados– en otros, tanto en los que ocupan un nivel mayor o menor
en la escala en la que ellos se encuentran insertos como entre sus pares, en
aquellos a los que consideran se encuentran en igualdad de condiciones. Una
cosa más es que los espacios desde donde cada actor trabaja y aun aquellos a
los que busca ampliar su influencia poseen características diversas a partir de
la conjunción de una gama de variables y condiciones.

246
Diversos actores ejerciendo influencia en diferentes territorios en medio
de procesos políticos que se desarrollan de manera desigual. De esto trató la
presente investigación. Se considera que los estudios deben reflejar esta
variedad. La comprensión de las realidades políticas no puede estar en la
generalización que lleve a la formulación de lugares comunes, sino en la
consideración de la complejidad. Por eso aquí se ha hablado de interacciones
multiterritoriales. No es un estudio de las estructuras partidarias, sino más bien
de las dinámicas en las que se ven inmiscuidos actores, grupos e instancias
con dos características fundamentales: poderes desiguales y preferencias
divergentes. En consecuencia, la contribución de este esfuerzo no puede ser
más que la generación de un efecto detonante antes que el enlistamiento de
una serie de conclusiones contundentes.
Las preguntas que formulamos inicialmente fueron: ¿qué características
presentan las interrelaciones que se establecen entre el nivel central y los
diversos estratos estatales del PRI? De ahí derivaron una serie de preguntas
más: ¿qué tipo de relaciones se establecen entre el CEN y los gobernadores
priistas?, ¿cómo se dan los acuerdos de colaboración entre el CEN y los
diferentes comités directivos estatales?, ¿cómo se van desarrollando las
relaciones de grupos o fuerzas políticas estatales con el CEN y con corrientes
del partido a nivel nacional?, ¿en qué medida las interrelaciones entre las
instancias nacionales o centrales y las correspondientes a cada entidad
federativa presentan diferencias o variaciones?, ¿cómo se presenta la relación
del CEN con los actores políticos, grupos o instancias locales donde el
gobernador no es militante priista?
El trabajo de investigación produjo como resultado el planteamiento de
tres criterios ordenadores para acercarse a una caracterización apropiada de las
interacciones partidarias entre el ámbito nacional y los estatales:

247
-Conformación de territorios múltiples
Debe considerarse la existencia de varios territorios que se entrecruzan,
cada uno con sus características y actores propios, si bien algunos de ellos
pueden influir en más de un territorio.

-Grados de resistencia
Es necesario oponerse a visiones que favorecen la percepción de que
existen actores omnipotentes; el hecho de que un actor o grupo sea
predominante no significa que sus adversarios no puedan controlar
determinados territorios que les proveen cierta fuerza y con ello cierto grado –
ya sea que sea mínimo o elevado– de influencia en las decisiones del partido.

-Intensidad del conflicto


La existencia de múltiples territorios, con sus condiciones y actores
particulares, así como de grupos con grados desiguales de fuerza para
participar de las contiendas intrapartidarias no hace sino producir diferentes
niveles de conflicto, todo lo cual, en conjunto, determina el tipo de
interacciones intrapartidarias.

Del ejercicio derivó el establecimiento de cuatro tipos ideales de


interacciones, cuya ocurrencia depende de la confluencia de las dimensiones
anteriormente señaladas: interacción dominante, simbiótica, con intercambio y
con insubordinación. Lo que se encontró fue que la mayoría de las
interacciones pueden ubicarse en el espectro de intercambio o simbiosis, esto
es, que se encuentran lejos de caracterizarse por el sometimiento pleno de los
grupos locales frente a los nacionales o, en el extremo, por el rompimiento
permanente o el bloqueo constante a la intervención de órganos centrales por

248
parte de los actores locales. Sin que deje de existir el conflicto, hay espacio
para la negociación y la coordinación entre instancias y actores nacionales y
locales. Y eso es posible porque se practica el reparto de acuerdo con la
proporción de la representación, con la fuerza, con la capacidad para oponerse
con que cuenta cada uno de los actores y grupos que se encuentran en disputa.
Básicamente lo que se tiene son dos escenarios, uno en el que se
encuentra a un gobernador del PRI y otro en el que esta figura corresponde a
un partido distinto. En el primer caso es frecuente dar por hecho que el
gobernador es la figura que concentra tal cantidad de poder que es
determinante en las decisiones, casi como si la oposición fuera nula. Por otra
parte, podía suponerse la intervención del CEN, pero no se tenía claridad
sobre su desempeño.
Probablemente el principal hallazgo de la investigación lo constituya el
hecho de mostrar la concentración absoluta de poder de un actor como un
mito. Se propone una lógica distinta que parte del supuesto de que mientras
más fuerte se hace un partido en alguna entidad, esto es, mientras más
aumenta su número de votos, más territorios controla. Esta proliferación de
territorios, a su vez, multiplica la existencia de actores políticos relevantes. El
éxito del partido no beneficia exclusivamente al gobernador y su grupo, sino
que diversos actores se fortalecen también sin importar si congenian o no con
la fuerza predominante.
Visto así, lo que se descubre no es un gobernador que concentra poder,
sino una serie de actores entre los que se distribuye la influencia partidaria.
Más que “dominar el estado”, el grupo político predominante en alguna
entidad, por lo general encabezado por el gobernador, lo es por su capacidad
de controlar ciertos territorios, pero también por hacerse del apoyo de quienes
controlan otros tantos: es en la conjunción de estos territorios y en la

249
imposibilidad momentánea de los grupos antagónicos de superar esta
coalición en la que basa su predominio. Esto implica descartar de origen la
omnipotencia del gobernador y se descubre una constante necesidad de
negociación de la cual depende su prevalencia.
En un contexto donde se controla gran cantidad de territorios, como es
especialmente el caso de entidades sin alternancia en la gubernatura, aumenta
la presencia de grupos con alta capacidad de resistencia, por lo que se hace lo
posible porque ésta no se haga manifiesta. De este modo, y contrario a la
creencia más difundida, el grupo del gobernador no concentra las posiciones,
sino que tiene que ceder algunas, ya sea para tratar de influir en territorios
donde tiene baja presencia o para impedir que la capacidad de resistencia se
haga efectiva en algunos de ellos.
El escenario ideal para un gobernador autoritario se basa en la
conjunción de una fuerza partidaria potente con un bajo número de actores
territoriales con los cuales negociar. Pero lo que ocurre es que a medida que
aumenta la fuerza partidaria se incrementa también el número de actores y
ocurre un afianzamiento (aumenta la cantidad de recursos que controlan) de
por lo menos algunos de ellos. De manera que la fortaleza del gobernador no
se encuentra en su capacidad para concentrar, sino en la que tenga para
distribuir.
Dentro de un esquema rígido en el que no contemple la diversidad
interna, el gobernador es más vulnerable, aumenta el riesgo de aislarse y con
ello la posibilidad de que actores y grupos ejerzan su capacidad de resistencia,
restándole fuerza y autoridad. Por el contrario, el gobernador se fortalece en
tanto sea capaz de arreglar, de incluir, de componer con los grupos. El
siguiente esquema es la representación gráfica de este escenario de
distribución.

250
Esquema C.1
Escenario de distribución de la influencia partidaria

Fuente: elaboración propia.

El fortalecimiento del partido, en general, deriva en el robustecimiento


de actores, los cuales pueden obtener con ello una mayor capacidad de
resistencia. Ante la multiplicidad de actores existe una mayor necesidad de
negociar. Paradójicamente, mientras más se consolida el partido en una
entidad, más se elevan los niveles de vulnerabilidad del grupo predominante.
Esto es así porque las rupturas son más peligrosas para este grupo mientras
más fuerza posean los grupos antagónicos, mientras más capacidad de
movilización política ostenten.
Respecto del CEN del PRI, lo que se encontró es que se ha
sobreestimado su intervención en contextos con ausencia de gobernador

251
priista. Es posible advertir una intervención habitualmente moderada. Esto
ocurre en prácticamente todos los casos revisados. La explicación se encuentra
en que la dirigencia nacional no puede dejar de tomar en cuenta la dinámica
política local, no puede pasar por alto el equilibrio de fuerzas políticas priistas
que se presenta en cada estado y momento.
El CEN se limita en los estados con gobernador del PRI porque este
cargo le permite a quien lo posee un mayor control de fronteras, es decir, una
maximización del control político local mediante la minimización de
intromisiones externas en los conflictos.1 El CEN también contiene su
intervención en estas entidades porque, como se mostró, el partido es más
vulnerable aquí frente a conflictos de alta intensidad que pueden llevar a la
ruptura.
La sobria intervención del CEN en decisiones partidarias en estados
donde el PRI es oposición no ocurre, como puede imaginarse, porque se
presentan las mismas condiciones que en entidades con gobernador de este
partido. Lo que se ha logrado identificar es que en entidades donde el PRI es
oposición a nivel estatal el CEN debe engendrar y alimentar figuras nacionales
ante la débil fuerza partidaria, con la intención de que puedan competir por
ciertos territorios; esto y las condiciones de escasez de recursos y cargos a
repartir que propician conflictos frecuentes y de alta intensidad avivan el
desenvolvimiento de una socialización del conflicto, entendida como la
promoción de la extensión del alcance de un conflicto determinado con objeto
de alterar el equilibrio de poder entre dos partes inicialmente desiguales.
Durante esta propagación, la parte más fuerte buscará mantener lo más aislado

1
Con base en Edward Gibson, “Autoritarismo subnacional: estrategias territoriales de control político en
regímenes democráticos”, en Desafíos, número 14, Bogotá, primer semestre de 2006, p. 215.

252
posible el conflicto, en tanto que la parte más débil buscará ampliar el número
de participantes en el mismo.2
Así, en estos territorios de ausencia de ejecutivo estatal priista el CEN
tiene dos objetivos fundamentales: el fomento y consolidación de enclaves, es
decir, de territorios controlados por actores afines en medio de tantos otros
dominados por partidos opositores, así como la contención de la socialización
del conflicto. Los grupos locales no son tan desiguales entre sí y buscan
convertirse en predominantes, lo cual pueden ir logrando ya sea con el apoyo
del CEN o vinculándose con otros grupos nacionales. Lo anterior se ilustra en
el siguiente esquema.

Esquema C.2
Tareas del CEN en un escenario de ausencia de gobernador priista

Fuente: elaboración propia.

2
Ibid., p. 214.

253
Ante un panorama de variaciones y diversidad, el reto inmediato
consistirá en establecer aspectos en común que permitan la agrupación y
lleven a una mejor comprensión de las interacciones partidarias.
Lo que aquí puede señalarse de manera embrionaria al respecto es lo
siguiente:

1. En estados sin alternancia existe un alto grado de dominio territorial,


particularmente en espacios municipales y distritos locales. Hay estructuras
con gran capacidad de ensamble ante la fuerza que van adquiriendo los
grupos, justamente derivado del amplio dominio; esto genera grupos del
propio PRI opositores a la fuerza predominante en estas entidades con gran
capacidad de resistencia, en un escenario en el que las fracturas internas tienen
un impacto elevado y hacen vulnerable al partido.
Existe una alta conflictividad; no podía ser de otra manera ante la
conjunción de estructuras fuertes y diversos actores con control territorial
consolidado. Es aquí donde juega un papel muy relevante el presidente estatal
priista. Una figura vilipendiada o desatendida en las investigaciones, que sin
embargo cobra gran relevancia en este escenario: resulta ser, ni más ni menos,
que el operador político del gobernador, quien debe negociar con los grupos y
se encarga de evitar que ejerzan su capacidad de resistencia.
El CEN tiene una intervención moderada. Busca coordinarse con la
fuerza local predominante o, en caso de franco enfrentamiento, suele optar por
desistir en su intervención.

2. En el escenario opuesto, cuando el gobernador no pertenece al PRI,


existe un descenso o de plano un bajo control territorial. Es por eso que lo que

254
hay en estas entidades es una estructura priista débil, en construcción o en
proceso de consolidación. Los espacios a repartir son limitados.
En este marco, los grupos lucen diseminados y toman gran relevancia
los enclaves. Las fracturas no tienen gran impacto. Una situación interesante
es que los sectores del partido, con su tradicional organización, resurgen en
estos territorios de debilidad partidaria.
La ausencia de un gobernador priista favorece un bajo control de
fronteras y con ello la socialización del conflicto. Esto es, los enfrentamientos
trascienden el nivel local y producen la intervención del CEN. Aquí es
fundamental observar el papel que juegan los delegados del partido, que en
general interfieren con fuerza en los procesos partidarios estatales. Actores y
grupos son impulsados en gran medida desde el centro, ante la necesidad de
fortalecer liderazgos en el estado y armar estructuras de movilización política.

La coincidencia en cualquiera de los escenarios planteados es que el


CEN tiene una intervención limitada, moderada. Esto es así porque hay algo
en común en todos los casos revisados y que debe ser, sin duda, motivo de
futuras investigaciones: los grupos locales son la clave en las interacciones
partidarias.
Son varios los pendientes y líneas de investigación que se abren a partir
de lo presentado en este trabajo, entre otros: continuar con el examen de la
dinámica del cambio político en los estados; la identificación de los grupos
locales, cómo se conforman, su caracterización y cómo ocurren las
negociaciones entre sus integrantes en la totalidad de las entidades federativas
y durante varios procesos; la realización sí de la historia electoral de los
estados, pero también de la historia política, entendida como el recuento y
evaluación de las relaciones, enfrentamientos, negociaciones y acuerdos entre

255
diferentes actores y grupos, tanto los locales como en su interacción con los
nacionales, evitando trabajos meramente ideográficos; el indagar aún más para
determinar las razones por las que los grupos se ponen de acuerdo a veces y en
ocasiones no; el profundizar en las investigaciones para establecer de mejor
manera lo que está en juego durante los procesos de decisión; una valoración
más detenida sobre la omnipotencia que se le ha achacado al presidente de la
República, tanto antes de la alternancia de 2000 como después del regreso del
PRI al cargo en 2012; el abordaje de otras dimensiones que permitan examinar
las interacciones partidarias; el planteamiento de procedimientos para medir y
hacer comparables los contextos en los que se desenvuelven los actores y
grupos políticos, lo que implica un mejor conocimiento de los diferentes
territorios que se entretejen; la aplicación del enfoque multiterritorial a otras
organizaciones partidarias, tanto nacionales como de otros países; el traslado y
mejora de dimensiones y conceptos aquí abordados más allá de las
organizaciones partidarias pensando en que pudieran ser de alguna utilidad
para el análisis del desenvolvimiento del sistema político mexicano.
Finalmente, debe decirse que los partidos políticos siguen funcionando
como canales para hacerse de la representación política. El asunto es que la
mayoría de los ciudadanos han abandonado el interés por hacer política. Y
algunos de quienes permanecen interesados han decidido que los partidos no
son el canal mediante el cual quieren participar. Pero lo cierto es que en
estricto sentido los partidos no están en crisis. Sus candidatos representan de
manera más o menos proporcional a las fuerzas o grupos que compiten en su
interior, es decir, a los ciudadanos que han decidido hacer política usando a
los partidos como instrumento.
Si se permite la expresión, la contribución primordial de la
investigación aquí expuesta es más la generación de un efecto detonante que

256
de uno conclusivo: ha resultado apenas una invitación a seguir profundizando.
Y así se hará… seguramente.

257
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270
ÍNDICE DE TABLAS

2.1 Estados correspondientes al tipo 1…………………………….………59


2.2 Estados correspondientes al tipo 2…………………………………….60
2.3 Estados correspondientes al tipo 3……………………..……………...61
2.4 Índice de Dominio Electoral (IDE) en distritos federales electorales,
2000-2012………………………………………………………………….63
2.5 Distritos federales electorales sin alternancia, 2000-2012…………….65
2.6 Distritos federales electorales con cuatro alternancias, 2000-2012…...67
2.7 Posición del PRI en distritos federales en estados sin alternancia,
2000-2012………………………………………………………………….68
2.8 Posición del PRI en distritos federales en estados con alternancia
y regreso del PRI, 2000-2012……………………………………………....69
2.9 Posición del PRI en distritos federales en estados no gobernados
por el PRI, 2000-2012……………………………………………………....73
2.10 Comparativo del IDE en Hidalgo y Tamaulipas………………………76
2.11 Comparativo del IDE en estados con bajo dominio territorial
del PRI………………………………………………………………………80
2.12 Comparativo del IDE en estados con regreso del PRI
a la gubernatura……………………………………………………………...80
2.13 Hidalgo. Margen de victoria en 18 distritos locales, 1999-2013………84
2.14 Hidalgo. Triunfos y alternancias en 18 distritos locales,
1999-2013……………………………………………………………………86
2.15 Lista nominal por estado, 2015………………………………………....88
2.16 Michoacán. Lista nominal por municipio, 2015………………………..89
2.17 Distritos locales más poblados del país…………………………………92
2.18 Distritos locales menos poblados del país………………………………93
2.19 Número de distritos locales según el número de inscritos
en la lista nominal…………………………………………………………....93

271
2.20 Grado de desproporción de los distritos locales por entidad…….......95
2.21 Polos prioritarios de influencia en cada entidad…………………......98
3.1 Asignación de valores a cargos ocupados en territorios
preponderantes……………………………………………………………106
3.2 Asignación de valores a cargos ocupados en territorios partidarios.....106
3.3 Contingentes de diputados federales priistas de Coahuila, Durango
e Hidalgo, 1997-2012……………………………………………………..107
3.4 Hidalgo. Diputados federales priistas por legislatura, 1997-2012…....114
3.5 Coahuila. Diputados federales priistas por legislatura, 1997-2012…..118
3.6 Dimensiones del partido………………………………………………126
4.1 Tamaulipas. Métodos mixtos de selección de candidatos a presidentes
municipales, 2010 y 2013………………………………………………....150
4.2 Aguascalientes. Métodos aprobados para la selección de candidatos
a alcaldes, 2010……………………………………………………………153
4.3 San Luis Potosí. Métodos aprobados para la selección de candidatos
a alcaldes, 2012……………………………………………………………153
4.4 Hidalgo. Resultados de la elección primaria para designar al candidato
priista a la gubernatura, 1998……………………………………………...163
5.1 Etapas de los procesos de selección de candidatos……………………169
5.2 Campeche. Valoración de perfiles de precandidatos
a la gubernatura, 2009……………………………………………………..173
5.3 Delegados del CEN del PRI, mayo de 2010…………………………..185
5.4 Delegados del CEN del PRI, mayo de 2013…………………………..187
5.5 Identificación de atributos de delegados del CEN del PRI……………191
5.6 Relación de delegados del CEN del PRI, febrero de 2016……………192
5.7 Secretarios regionales del CEN del PRI, octubre de 2011……………194
5.8 Relación de secretarios regionales del CEN del PRI,
febrero de 2016……………………………………………………………195
5.9 Nuevo León. Presidentes del CDE, 1997-2015……………………….199

272
5.10 Chihuahua. Presidentes del CDE, 1997-2013……………………….199
5.11 Michoacán. Presidentes del CDE, 1997-2011……………………….200
5.12 Tabasco. Presidentes del CDE, 1995-2011………………………….200
5.13 Hidalgo. Presidentes del CDE, 1992-2015…………………………..201
5.14 Estado de México. Presidentes del CDE, 1994-2014………………..202
6.1 Durango. Resultados de la convención de delegados para designar
al candidato priista a la gubernatura, 2004………………………………..217
6.2 Nuevo León. Precandidatos priistas a la gubernatura, 2003………….221
6.3 Nuevo León. Resultados de la elección abierta para elegir
al candidato del PRI a la gubernatura, 2003………………………………223
6.4 Nuevo León. Apoyos recibidos por los precandidatos priistas
a la gubernatura, 2003……………………………………………………..224
6.5 Nuevo León. Precandidatos priistas a la gubernatura, 1997-2009……227
6.6 Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Alejandro Lara
Rodríguez, candidato a presidente del CDE, 2014………………………..232
6.7 Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Santiago García
López, candidato a presidente del CDE, 2014…………………………….233
6.8 Guanajuato. Apoyos partidarios recibidos por Jaime Martínez Tapia,
candidato a presidente del CDE, 2014…………………………………….234
6.9 Guanajuato. Resultados de la elección de presidente del CDE,
2014………………………………………………………………………..235
6.10 Morelos. Aspirantes priistas a la gubernatura, 2012…………………240

273
ÍNDICE DE ESQUEMAS

1.1 Territorios preponderantes……………………………………………35


1.2 Territorios sobrepuestos…………………….…………………..…….36
1.3 Territorio partidario…………………………………………………...38
3.1 Actores clave de los territorios……………………………………….103
3.2 Ciclo de los actores políticos…………………………………………127
3.3 Estructura básica de un grupo político………………………………..128
3.4 Nuevo León. Trayectoria política de Rodrigo Medina de la Cruz…....130
3.5 Jalisco. Trayectoria política de Aristóteles Sandoval Díaz…………...131
3.6 Actores clave de una coligación………………………………………135
4.1 La gran pirámide del sistema político mexicano……………………...138
4.2 Flujos de dominio y apropiación……………………………………...142
6.1 Tipos de interacciones partidarias…………………………………….207
6.2 Tipos de interacciones partidarias. Presentación de casos
analizados…………………………………………………………………209
6.3 Nuevo León. Coligación, 2003……………………………………….221
6.4 Nuevo León. Trayectoria política de Natividad González Parás……..228
6.5 Nuevo León. Trayectoria política de Abel Guerra Garza…………….229
6.6 Nuevo León. Trayectoria política de Eloy Cantú Segovia…………....229
6.7 Nuevo León. Trayectoria política de Ricardo Canavati Tafich………230
6.8 Guanajuato. Trayectoria política de Miguel Ángel Chico Herrera…...237
6.9 Guanajuato. Trayectoria política de Bárbara Botello………………....238
C.1 Escenario de distribución de la influencia partidaria…………………251
C.2 Tareas del CEN en un escenario de ausencia de gobernador priista….253

274
ÍNDICE DE GRÁFICAS

2.1 Hidalgo. Distritos locales ganados por el PRI, 1996-2013……….……77


2.2 Tamaulipas. Distritos locales ganados por el PRI, 1998-2013………...77
2.3 Hidalgo. Municipios ganados por el PRI, 1996-2011………………….78
2.4 Tamaulipas. Municipios ganados por el PRI, 1998-2013……………...79
2.5 Hidalgo. Porcentaje de votación del partido ganador en 18 distritos
locales durante seis procesos electorales, 1999-2013………………………83
2.6 Hidalgo. Índice de competitividad de 18 distritos locales
por año de elección, 1999-2013……………………………………………..85
2.7 Variaciones en el tamaño de los distritos locales por entidad…………..96
3.1 Durango. Territorios preponderantes. Valores cuantitativos (0 a 10)
de los perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….107
3.2 Durango. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….109
3.3 Durango. Territorios partidarios. Valores cuantitativos (0 a 10)
de los perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….110
3.4 Durango. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….110
3.5 Hidalgo. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….111
3.6 Hidalgo. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….112
3.7 Coahuila. Territorios preponderantes. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 31 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….112
3.8 Coahuila. Territorios partidarios. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 31 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….113
3.9 Hidalgo. Comparativo entre territorio preponderante y partidario.
Valores cuantitativos promedio (0 a 10) de los perfiles de 44 diputados
federales priistas, legislaturas 57 a 62………………………………………120

275
3.10 Durango. Comparativo entre territorio preponderante
y partidario. Valores cuantitativos promedio (0 a 10) de los perfiles
de 33 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…………………..121
3.11 Hidalgo. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 44 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62………………………………………………………..122
3.12 Hidalgo. Territorio partidario. Representación de las trayectorias
de 44 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62………………………………………………………...122
3.13 Coahuila. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 31 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62………………………………………………………...123
3.14 Coahuila. Territorio partidario. Representación de las trayectorias
de 31 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62………………………………………………………....123
3.15 Durango. Territorio preponderante. Representación de las trayectorias
de 33 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62…………………………………………………………124
3.16 Durango. Territorio partidario. Representación de las trayectorias
de 33 diputados federales priistas en valores cuantitativos (0 a 10),
legislaturas 57 a 62…………………………………………………………124
4.1 Campeche. Margen de victoria del PRI en las elecciones
para gobernador, 1979-2009………………………………………………..162
4.2 Hidalgo. Margen de victoria del PRI en las elecciones
para gobernador, 1979-2009………………………………………………..165
5.1 Hidalgo. Territorio partidario. Valores cuantitativos (0 a 10)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….177
5.2 Hidalgo. Territorio partidario. Valores cualitativos (0 a 5)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62…….178
5.3 Hidalgo. Territorio partidario. Valores cuantitativos promedio (0 a 10)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62……..179
5.4 Hidalgo. Territorio partidario. Valores cualitativos promedio (0 a 5)
de los perfiles de 44 diputados federales priistas, legislaturas 57 a 62……..179

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