Lectura 6 - Las Áreas Geográficas - Culturales Del México Antiguo

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MOMENTO I BLOQUE II

El poblamiento de América y las culturas prehispánicas

LECTURA 6
Conocimientos: Las Áreas geográficas- culturales del México antiguo:
Oasisamérica, Aridoamérica y Mesoamérica

Las áreas geográficas-culturales del México antiguo:


Oasisamérica, Aridoamérica y Mesoamérica

Como se mencionó en la lectura anterior, durante sus


etapas prehistóricas, el territorio de nuestro país formaba
parte de tres áreas geográficas identificadas por sus
características culturales: Oasisamérica, Aridoamérica y
Mesoamérica. Esta delimitación fue señalada por primera
vez por el antropólogo Paul Kirchhoff Wenprup, con base
a una serie de herramientas metodológicas y términos
que se construyeron al estudiar nuestros antepasados.

Oasisamérica
Esta área cultural de América del Norte precolombina, se extendió desde el territorio de Estados
Unidos de América hasta el sur de Chihuahua y en México, desde la costa sonorense del golfo
de California hasta el valle del río Bravo. Debe su nombre a su posición como área intermedia
entre las altas culturas mesoamericanas y las culturas de los nómadas del desierto
aridoamericano (Lara y Audelo, 2015).

Las culturas anasazi, hohokam y mogollón se desarrollaron en esta superficie, pero a la


llegada de los españoles sólo encontraron grupos seminómadas. Las ruinas y vestigios más
sobresalientes de estas culturas son los de Paquimé, en Casas Grandes, Chihuahua.

Las culturas trincheras y hohokam evolucionaron en una región rodeada por zonas desérticas,

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aunque atravesada por ríos y manantiales. Debido a estas condiciones, los pueblos originarios
que habitaron esta zona se dedicaron a la caza y la recolección, pero también establecieron
contacto con otras culturas agrícolas al sur de su región.

Ocupó una región semiárida, atravesada por unos cuantos ríos. Abarcó zonas montañosas así
como grandes llanos. Aunque la vegetación era escasa, la región tenía algunos pequeños oasis
que permitió el desarrollo de culturas importantes.

Aridoamérica

El área cultural de Aridoamérica se ubicó en el norte de México y el suroeste de Estados Unidos,


comprendiendo vastas regiones áridas y semiáridas con grandes llanuras costeras, cordilleras,
montañas y grandes planicies; en general la vegetación consiste en pastos bajos, plantas
xerófitas, mezquites y cactáceas, además de coníferas en las cordilleras.

De acuerdo con la clasificación realizada por Paul Kirchhoff, el área de Aridoamérica


comprende los actuales territorios de la península de Baja California, parte de Chihuahua,
Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, San Luis Potosí, Aguascalientes y Zacatecas,
además del norte de Hidalgo, Guanajuato, Querétaro, Jalisco y parte de Sinaloa.

Como ejemplo de la gran diversidad de grupos étnicos de esta región se pueden


mencionar los que habitaban el actual territorio de Sinaloa: cahíta (situados entre los ríos Mayo
y Fuerte), Guasave, achire (zona costera de Culiacán), tahue (en los actuales municipios de
Mocorito, Elota, Badiraguato y Culiacán, hasta el río Piaxtla), acaxee, xixime, pacaxee (zona
serrana de Culiacán) y totorame (río Piaxtla hasta Nayarit) (Lara y Audelo, 2015).

No todos los grupos étnicos de Aridoamérica tenían el mismo grado de desarrollo, ya que éste
dependía de las condiciones naturales donde se ubicaban. En cierto modo, debido a la gran
extensión del territorio, el nomadismo, la hostilidad entre grupos humanos y la severidad del
clima, la comunicación entre estos grupos y los de otras regiones fue escaso; asimismo, estas
condiciones determinaron el limitado desarrollo de culturas en esta región.

Mesoamérica
Los pueblos mesoamericanos constituyen un mosaico étnico y lingüístico que perdura hasta la

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actualidad. A diferencia del resto de las zonas geográficas, las culturas mesoamericanas
compartían más similitudes entre sí, por ejemplo, es posible clasificarlas respecto a un criterio
lingüístico.

Mesoamérica fue cuna de grandes civilizaciones del México antiguo como la maya, tolteca y
mexica. De acuerdo a Gómez (2011), esta abarcó desde el sur del actual estado de Sinaloa,
Zacatecas y Veracruz (en la costa del golfo de México) hasta Nicaragua en Centroamérica. Se
distinguió del resto de las regiones por su clima, geografía y la forma de vida de sus pobladores.

Esta región se caracterizó por ser un espacio de climas y paisajes variados; valles fríos, bosques,
costas, tierras áridas, pantanos, selvas y montañas; en general sus tierras eran húmedas y fértiles,

Fuente: https://www.google.com.mx/search?q=periodo+cenolitico&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_
adecuadas para la agricultura, y había numerosos lagos y ríos.

Aún con esta diversidad, los habitantes de la región tenían ciertas características comunes,
compartiendo estructuras de organización social y costumbres religiosas similares.

Paul Kirchoff, delimitó esos rasgos compartidos

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por todos los pueblos de la Mesoamérica
precolombina. Notó el uso de dos calendarios,
uno ritual de 260 días, y otro de 365 días, la
numeración con base veinte y la escritura
pictográfica-jeroglífica, el sacrificio humano, el
culto a ciertas divinidades (entre las que
sobresalen los cultos a las divinidades del
agua, el fuego y la serpiente emplumada).

Si bien Paul Kirchhoff dio una definición general de Mesoamérica, actualmente la noción va
más allá de simplemente criterios materiales (cultivo de maíz, empleo de algodón, politeísmo,
etc.), e incluye aspectos culturales que se originaron a partir de las primeras sociedades
sedentarias. Christian Duverger argumenta que la máxima expresión de la civilización
mesoamericana fue la cultura mexica. Aunque esta perspectiva ha sido combatida por otros
autores como López Austin, López Luján y Florescano, quienes sostienen que la civilización
mesoamericana es el resultado de la participación de múltiples pueblos con diferentes
creencias. A pesar de la diversidad étnica, Mesoamérica alcanzó un grado de relativa
homogeneidad gracias a los contactos existentes entre las diferentes regiones por virtud de los
intercambios comerciales o las campañas militares (Silva, 2010).

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