Varallanos, José - Historia de Huánuco

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NUNC COGNOSCO EX PARTE

THOMASJ. BATA LIBRARY


TRENT UNIVERSITY
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,
HISTORIA DE HUANUCO
LIBROS DEL AUTOR

BANDOLEROS EN EL PERÚ
Ensayos de sociología criminal. Editorial Altura. Lima. 1937. (Edición agotada ) .

LA FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE LA CIUDAD DE HUÁNUCO


Renglones de rectificación y polémica. Imprenta El Sol. Huancayo. 1940. (Agotada).

EL DERECHO INCA SEGÚN GUAMÁN POMA DE A YALA


Con 17 grabados. Imprenta Santa Rosa. Hu anca yo, 1943. (Agotada).

EL DERECHO INDIANO A TRAVÉS DE NUEVA CRÓNICA Y SU


INFLUENCIA EN LA VIDA SOCIAL PERUANA
Con 4 grabados. (Tesis para el grado de Doctor en Derecho Público en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos de Lima). Editorial-Imprenta El Trabajo. Lima. 1946. (Agotada) .

LEGISLACIÓN INDIANA REPUBLICANA


Compih.ci.ón de leyes, etc., sobre el indígena y sus comunidades.
Centro de Impresiones y Publicidad. Lima. 1~47 :
Retrato de José Vara llanos. (Óleo del pintor Mauro Aquino Albornoz.)
JOSÉ VARALLANOS

HISTORIA
DE HUÁNUCO
INTRODUCCIÓN PARA EL ESTUDIO DE LA VIDA SOCIAL DE
UNA REGIÓN DEL PERÚ. DESDE LA ERA PREHISTÓRICA A
NUESTROS DÍAS.

(Con Ilustraciones y Mapa¡)

I M P RENTA LóPEZ
BU ENOS AIRES

1 9 5 9

Thomas J. Bata tit;rary


TR··. \lT Jt'°'fvERSíTY
PtítRSOROUGH, ONTARiO
Todos los derechos reservados.
Es propiedad del autor. Qued2
hecho el depósito que previene
h ley 11.723

Impreso en la Argimti1w - Pri11ted in Argentina


A mis padres.
.
INTRODOCCION
E11tregamos al públicu el presente volumen que titulamos HIS-
TORIA DE HUÁNUCO.
Conio podrá apreciarse de rn lectura, .este libro es apenas un ligero
resumen, una rápida reconstrucción de la -uidcr. -hechos, perso-najes e
iáeas- en la jurisdicción ter1ritorial de la antigua ciudad de León de
Huánuco y del actual deparfmmento de su 11ombre; dqsde la era pire-
incaica a nu.estros días.

::-

Son fuentes que han servido para este trabajo, los documentos que
han estado a nuestro alca11ce. En verdad, hemos utilizado no todos los
que pudieran hallarse inéditcs en los archivos y bibliotecas. Porqu,e, con
excepcióll del que posee el Ministerio de Hacimda, la Biblioteca y el
Archivo Nacioual, los archivos del Perú 110 están a1in a disposición del
investigador. Consisten ellos en hacinamimtos de papeles viejos en
espera de ser catalogados, o, mejor, salvados de su destrucción par las
invisibles manos del tiempo y las del hombre.
Los archivos de la ciudad de Huánuco, en particular, no existen
para el estudio y la investigación. Los legajos que guardan los nota-
rios y los escribanos públicos, 110 están siquiera distribuídos j1or siglos;
los del antiguo Cabildo colouial no se conservan, salvo uno que otro
volumen disperso en manos particular.es o alguna Biblioteca; y los
eclesiásticos se reducen a imos pocos papeles sin importancia. Los más
caros documentos de la historia de Huánuco, han desaparecido, jntes,
para siempre. Si no sirvieron de pasto a las polillas, fw!ron desfruídos
o incinerados. (Consta en documentos -entre ellos, acfJtados judi-
ciales en 1812 y la Memoria que, en 187 4, elevara el Prefecto D.elfín
al Ministro de Gobierno-; que en !os violentos días de la Revolu-
ción de 1812, los indios panatahuas, si no se llel'aron consigo como
trofeos, incendiaron en las calles y plazas de Huánuco, luego de ex-
traerlos, los papeles del Convento de Sa11 Francisco, el archivo del
Cabildo y las rrÍ'nsignias y títulos de nobleza de S1tS habitantes". Ello,
en la ignorancia que co-n la destrucción de los Padrones dC' Tribu-
12 INTRODUCCIÓN

farios y Mitayos, l eirbigracia, se liberarían del pago a las tiránicas auto-


ridades y de lai dominación espai'10la. También, es voz pública, que
libros rrpergamino o becewro" del Cabildo y docmnentos de los con-
ventos supresos de frailes, fueron secr.etamente sustraídos por los polí-
ticos prepotentes de la época republicana, para así desapa.:-ecCI' los
antecedentes de titulación de sus futuros latifundios. Y los pocos qulf?
s,e salvaron de ambas barbaries, los obtuvo Jorge Corbacho, al amparo
de una credencial d,e un Ministro del súíor Leguia, y quien los vendió
en Estados Unidos, sacando pingiie provecho económico (documentos
qne figuran hoy en los catálogos de algunas bibliotecais de aquel país).
De aquí, ¡repetimo~, que hayamos ntilizado, se1íailadame11te, los
p11blicados en diversas colecciones co11ocidas, o ya aparecidos en revis-
tas de índole histórica. Nos hemos valido, también, de algmios exis-
tentes en 1ma notaria de Huánuco, en la Biblioteca y Archivo Na-
cional; de los títulos de las Comunidades d.e Indígenas, dé auténtica
veirsión, ya que la mayoría de ellas son el engendro de rrtinterillos",
a espaldas de la ley penC!Jl )' de la mediana ilustración.
Uno solo de los inéditos que se guardan en los archivos extran-
jeros, no hemos tenido a la 1/ista. No dudamos que existan en España
inéditos relativos a la ciudad de León de Huánuco de los Caballeros.
Sobre todo, deben hallarse las declaraciones de los caciqzu?s a los Corre-
gidores, ·producidas en todo el Perú, a raíz de las Ordenanzas del Con-
sejo de Indias y Cédula de 24 de setiembre de 1571; las relaciones
recogidas por los Visitadores de Toledo; los infon·mes de los extirpa-
dores de idolatrías y demás; las actas de la fzmdación y traslación de
la ciudad, y cédulas de escudo y titulo nobiliarios; las de la funda-
ción de los pzublos, efe. y etc. Instmmentqs tedas que los conoció
Antonio de Herrera, para escribir su rrHistoria G ene;:·al de los Hechos
de los Cal~tellanos", como se desprende de la lectura de los renglones
referentes a nuestra ciudad.
(Por dar énfasis a los documentos escwitos, podría acaso calificár-
senos de rrarchivistas", y qu,e creamos que la historia de un pueblo se
guarda en los archivas. Nada más confrario a nuestro pensamiento.
Pero en los doc1tlnentos quedan las huellas de las ideas que agitaron
a los hombres d.e tiempos pasados y que les impulsaron a la ejecución
de los hechos. Las ideas, el pensamieuto, es lo que persiste a t1ravés
de todas las 1,:icisitudes )' de las transformaciones del tiempo, como
lo expresó Goethe; y cuya búsqueda es la meta de todo alto afán y
de todo moderno sistema de investigación histórica, al que aspiramos
e11 la 111.rdida de nuestras pocas fuerzas.)
INTRODUCCIÓN 13

De otro ángulo de utilización de fuent es, b em os dado cabrda a


las v ersio11es de los cronistas y escritG1res más a11tiguos, justos )' vera-
ces; prefiriendo a los que visitaron Hná111tco o estuvieron vinculados
a ella, a otros qwe tratall de refere11cias o utilizan ajenas versiones.
Todo ello, preuia discrimillación de f uelltes, e1zcadenamie11to crono-
lógico de los rncesas y actuación de pe,rsollajes.
En lo ref erente a la era preincaica, 110 h,emos realizado, en verdad,
estudio arqueológico algmzo. Porque 110 somos c>specialisfas en esa dis-
ciplina. Pero nos hemos v a/ido de autoridad es sobre el particular. Con-
sistiendo 1l l{l.estra labor en la co01rdin.ación cronológica, como lo efec-
tuado en todo el curso de este libro.
Cuando sobre un p1,¡,llto hemos bordeado en contradicción, se ha
cotejado autores )' docm11eutos pcr.ra el esclarecimiento de la verdad
J ql h echc; histórico; y ell muchas de ll/lesfras páginas, hemos copiado
ad literae a los cronistas )' demás, pcr,ra que el propio lector los con-
f ronte; dando la bibliografía e1z cada capítulo.
Fnera de ello, cuando dam os conclusiones -perentorias, por cierto-
/o h acemos después de haberlas jJasado por el tarniz de la crítica. Por-
que la labor del escritor o del historü~dCi':· , no debe concretarse a
un.a simple 11arración ; sino debe ser la de det erminar los hechos, siem-
pre armado del método crítico; ·11,sando para tal fin-: la imparcialidad,
la lógica más qne la intuición y separando, cuidadosanz.t! 1zfe, la 1'€í1'dad
de la leyenda y d.e la fámtl a.
Pa,ra el conocimieuta del pasado y del presente lnwnuqu.eños, en
f nnción. de la rrhistoria integral", se ha esbozado las i11stii1t.cio11 es o
expresiones políticas, económicas, jurídicas y demás. Particularmente
en el estudio de la época colonial. Porque casi todas las que ayer fueran
normas que encauzaron el acontecer social, no son hoy sino fér:m•uilas
mzwrtas y desconocidas por la maycrría de las actuales gentes. D e aqui,
también, que procuramos explicar en qué consistían ellas y m pro-
ceso histórico; para luego determinar sn desenvolvimiento en Huá-
nuco, coordinandó el hecho local con la vida nacional; y el pasado
con el presente. Evitando así, en lo posible, una historia localista,
1nicroscópica, y, ccnno tal, intrascendente y dañina. (V errbigracia, antes
de dar la nómina de los enco111e11deros lnwmtqueños, el monto de sus
repartimientos, etc., se ha hecho una rese1Ía de la institución de la
encomienda, su proceso colonial y demás.)
Es que, un ciclo histórico no corresponde a una frrovincia o cir-
cunscripción geográfica limitada; sino que', como f enóm.eno socioló-
gico, se realiza en ttn espacia m ás am plio, en los lindes de una nación.
14 INTRODUCCIÓN

De otro modo, siendo Huánuco parte integrante de un todo geográ-


fico y político que se llamó Imperio Incaico, V irreinato de Lima .Y
hoy República del Perú; canfor11ie a nuestro método, se verá que su
historia es también capítulo i1nportante de la Historia Pat.ria. O, en
otros téirminos, lo realizado por sus hijos tuvo trascendencia nacio-
nal, significando hitos en pro de la historia y tradición peruanas. Y,
pocos pueblos como Huánuco y su regi6n, sobre todo en las épocas
preinca, inca y colonial, fu.eran eje y escenario de notables culturas,
cuyos restos arqueológicos, entre otros, pertenecen al patrimonio del
Perú y de A1llérica.

*
Poco se ha publicado sobre la historia de Huánuco y sus términos.
Apenas uno qne otro folleto, en el siglo pasado; lig.eras 11Zo11ografías
y diveirsos artículos, en iel presente. Muchos de ellos escritos en oca-
sión de fechas con11Ze111orativas, o para gestionar algún beneficio en
pro de la ciudad.
Entre los folletos, pueden 11Zencionarse uropografía y noticias anti-
guas sobre la ciudad de León de H uánuco", de Juan Pérez Achapuri,
y rrÓpúscufo sobre la ciudad de Huánuco", de Raymundo Tafur;
en; cu.yas páginas se confunden fechas y nomb.res, la leyenda y la
historia. Es qif.ie, los citados, ni siquiera consultaron a los cr011.istas
de la Conquista; y los redactaron. empujados por el afecto sentimental
a la tierra nativa y dando oídos a la tradición oral popular de sus
hijos. Pertenecen a los .estudios 11Zonagráficos y artículos peiriodísticos,
los escritos de Aníbai Maúrtua, C. V. Cútulo, Aáalberto V arallanos,
Javier Pulgar Vida!, Gerardo Facundo Solórzano y otros. En éstos,
como en los primeros tirabajos que c01istituyen la peqzietw bibliogra-
/ia específica sobre Huánwco, sus autores no se preocu paron del aná-
lisis y de. la crítica de los temas que trataron. Unos copiaron a otros,
~n f ácíl y cómoda posesión, divulgándose el 'error. Todo . lo que se
agra:va con el diletantis11~0 d:e gentes extrr~ñ.as a Huánuco, que han
escrito renglones sobre su historia, ignorando hasta los nombres de
sus actuales provincias e).

(*) Enrique G11marra Hernández, entre otros, en su "Nobiliario de las ciudades


del¡ P~ú", dice: "La cil~dad indígena de Jfoánuro,, situ~da en la pr~vincia de Aguamiro";
p.' iI, 3er. acá pite. Por referirse a la pravincia de Dos de Mayo, . en la Colonia, llamada
Corregimiento de Huamalíes, y en la época incaica: Guanialí-,.Wuam1ko. · ·.
INTRODUCCIÓN 15
Tales fit.entes, lejos de servirnos en la apertura del sendero de la
verdad histórica, han hecho fatigosa nuestra tarea.
Empero, podemos mencionar como el primer libro en pro del cono-
cimiento del pasado huamiqucño, la rrMonografia Eclesiástica de la
Diócesis de Huánuco y Junín", de Mons,e1íor d actor Francisco Ru-
bén Berroa, aparecido en 1934. Aunque. falto de est1rnctura técnica y
muchas de sus afirmaciones son arbitrarias; esta obra de Berroa ha
abierto el cauce paira el estudio de la historia huanuqueña; particular-
mente en los capítulos uferentes al pasado religioso, con cuya fina-
lidad fué escrita; y su. importancia estriba, también, por las fuentes
documentales qne exhibe. Igual valor le asignamos, por los documen-
tos que contiene, a rrLa rebelión de León de H1.iá1111co", de L1tis An-
tonio Eguiguren; publicado en 1912, con motivo del centenario de
la Revolución q1ie encabezara . don Juan José Crespo y Castillo.

La vida social tiene oscuros y secretos 1resortes. Szibterráneamz,ente


corren por la vida de los hombres y de los pueblos: pasiones, apetitos
e intereses. En la lucha para obtener riq1lezas y poder> y conservarlos,
despojándose de todo pudor, en todos los tiempos y en todas las lati-
tndes geográficas; el hombrre es rrlobo del hombre". Y como gene-
ralmente ciertos individuos sintetizan una época; la historia de los
piieblos, en buena parte, está amasada con barro infamante. Particu,-
larmente en esta América en que más qu. e animal digno el hombre es
animal infame. Por eso, no pocos de los que citamos en este volumen,
podrían figurar mejor en una Historia de la . infamia. Sobre todo, los
que personificaron y personifican al caciquismo político, quienes por
el solo hecho de haber desempeñado 1¿n cargo oficial con el que htimi-
llaron a la especie h1tmana, olvidadas sus felonías por la memoria
colectiva y ensalzados por sus propios familiares; han pasado a la
hista.ria como personajes modelos de virt1id y de ciencia. En tanto q1l'e
miichos de los probos, dignos, honrados y C1tltos, en una palabra, de
los trabajadores silentes de la nacionalidad y de la culfttra, yacen en
el olvido; se ignora que existieron, qu,e realizaron obra y q1te fueron
los mentores ,espirituales de su tie11ipo.
Pe;ro, felizmente, nuestra civilización, nuestra cultura no es obra
de malhrxhores y malvados. Como dijo d filósofo, ella es caballeresca,
es hija del honor, y está asentada sobre bases morales, éticas. De aquí
que, en las páginas de este libro, nos ocupemos, exponga-mas sólo lo
decoroso, lo que halaga al hombr,e y a su estirpe.
16 Ii\'TRODUCCIÓN

De otro lado, apartándonos de las teorías, sistemas o concepciones


1nodernos de lai historia; con tendencia narrativa más que interpreta-
tiva, en la medida de nuestra capacidad, hemos bosquejado una his-
toria social, integral; e11 cuyos capítulos ingresan diversas manifes -
taciones de la vida de un pueblo. (No somos historiado~es, lo decla-
ramos enfáticamente. Ni siquiera rrapre11diz de historiador"; que ser
tal es poseer un conocimiento previo sobre qué es historia, de las fuer-
zas y problemas múltiples que conforman la cultura. Deseamos repetir,
que lo que publicamos en el presente libro, san datos y dccur¡11e11tos,
más o menos ordenados, que serviffán para el descubrimiento de la
verdad y de las ideas que inipulsaron a los hechos objetivos y subje-
tivos, y la casualidad que acolJi.púíó a .ellos, como lo indica el notable
tratadista Enrique de Gandía. Y si pese a nuestra declaración, la crí-
tica o la suficiencia de nuestros coterráneos, encontrara deficiencias
en este ensayo, le podríamos ireplicar: no hemos hallado, al menos, un
trabajo que nos hubiera servido de modelo. En el Perú aún JZO se ha
escrito, por los especialistas, una historia general, una historia cultural
en sus aspectos: político, militar, económico, artístico, social, diplo-
mático, etc. No se ha supierado todavía las tendencias partidistas u
unilatClrales. Se ha publicado, es verdad, muchos volúmenes, sobre
todo, de historia política, con el prenzeditado fin de halagar a una
persona o a un grupo, de deifender una situación o de sostener un
punto de vista que convenga a los intereses creados. Y la glorificación
de ciertos h01n.bres y la adulteración de los hechos y de las ideas que
los impulsaron, ha sido, casi siempre, la obrra partidarista de los gru-
pos políticos o de suis acólitos, para justificar sus desman es ante la
historia. De aquí que, muchas páginas de tales textos no correspondan
a hechos realizados, a la verdad histórica, ni resistan a un ligero o
imparcial análisis crítico. Y no olvidemos que ante la historia, la polí-
tica es conveniencia; y en ella se mezclan inü:,reses e ideales.)
Lejos de ello, nosowos hemos pretendido es bozar la verdad, decir
la verdad en función histórica y en gesto ele libertad. Ya lo han dicho,
rrla historia es, en buena parte, la conquista de la liberrtad". Para nos-
otros es más: es la conquista de la verdad. Ya lo aconsejó Goethe:
ttinvestigar la veirdad en sus elementos más simples". Sin concomitan-
cias con el pasado, ni respondiendo a complejos sociales, raciales o
geográficos, sostenemos la verdad hasta donde puede ir la imparcia-
lidad hU1nana en sostenerla. Pret,e ndemos decir ki verdad en medio de
la profunda crisis moral que nos azota y agolna; del servilismo in-
eiruento que impera; del terrible miedo de pronunciar el juicio justo.
INTRODUCCIÓN 17

Acciso porque nada tememos ni nada debemos, no hu.mil/amos ni adu-


lamos. (Es ya evidente axioma que rrlos hombre>S hacen la historia";
y por eso, dig11ifiqué111oslo, hagamos hombres primero, e11 la jztsta
medida de 11uestro patriotismo y universalis1110.)

El.., tiempo -supremo crítico- dirá de nu1estro afá11 de escrifor


puesto en las subsiguientes páginas. Volvemos a declarar, es u11 ligero
trabajo 111onográfico. Ni lo erudito, 11i lo definitivo; menos i11vesti-
gació11 técnica. No otra cosa puede ser la labor de una modesta pluma,
si11 ay nda o apoyo' alguno, ya particu](fJr o d,el Estado. Otros con ma-
J'Or bagaje cultwral, armados de mejores ·m étodos para la i11vestigació11,
la co11strucción y la compre11sión a elaboración de la historia, y bebiendo
en fuent:es que no conocimos, lograrán mejor obira.
Si algún mérito tiene este libiro, es qz¡.e ha sido escrito luego de
conocer la propia geografía: el eiscenario en que se realizó la historia;
y en afecto a la tierra qz¡.e uos dió su limo. Estriba este af,ec to :Y este
1

afán a la forja de una conciencia histórica en los hijos de Huánuco ;


urgente en estos tiempos en que invaden nuestros lindes: costumbres,
1nodas y ritmos extraños, en franca destrucción de nuestro hálito espi-
ritual, de nuestra personalidad y patrimonio de puebla. Por eso, nada
mejor que conocer y divulgar la historia de Huánuco y por ende del
Perú.
Ya lo dijo el viejo tratadista Gausseron: rrLa historia es la 111e-
nwria de las naciones. Pa.ra los pueblos, coma para los individuos es
el recuerdo y la experiencia qzu les permite desenvolverse y 11ealizttr
su personalidad. Un pueblo qzu: no recuerda más, es un pueblo que
m .u ere .. ."
Finalmente, declaro mi reconocimiento a las personas e institu-
ciones -perruianos y extranjeros- que, en una u 0 tra forma, con-
1

tribuyeron para la documentación del presente libro. En jJarticular,


a los directores de la Biblioteca Nacional, Biblioteca C entral de la Uni-
versidad Nacional May or de San Marcos y A rchivo Nacio nal de l Perú.

Lima, diciembre de 19 5 8.
JosÉ V ARALLA N OS
·l;.
PRIMERA p ARTE

ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO


CAPÍTULO 1

EL AMBIENTE FÍSICO

Rasgos geográficos del actual dcpartamrnfo de H11tÍ1111co. L í mites. Extensión . Cordilleras


qzie lo afrat·i~sa n . M ontes. R íQs. Lagos. Valles. Quebradas. Constitución geológica. Clima. Flora.
Fauna. Las regiones econó micas y geo-huma11as de H11án11co. El hombre huamtqzteño. Sus
rasgos psicológicos. ( La antigua jurisdicción territorial de la "Chtdad de León de Httá-
11uco de los Caballeros".)

El hombre, ya como ser individual o perteneciendo a un grupo


humano, actúa sobre un mredio geográfico. Mejor dicho, el suelo es el
escenario sobre el que desenvuelve su vida y sus facultades creadoras.
Si no es verdad absoluta que el suelo hace al hombre a su imagen
y semejanza, como sostiene la escuda sociológica determinista; el
medio físico ambiental, conforma su conducta y su vida; forjando,
en consecuencia, el carácter de un pueblo y ejerciendo influencia en
su tradición e historia. El influjo telúrico es más poderoso, cuando
el hombre es aún primitivo por sus métodos de vida y recursos dre que
se vale para su subsistencia, y no ha dominado a la naturaleza y sus
fuerzas; siendo su mundo mental todavía de estado mágico. Tal es el
caso de la mayoría de la población indígena -indios y mestizos-
que habita sobre el sudo huanuqueño.
Hombre y medio, pues, se compenetran y complementan, en cierta
manera. De aquí, que no podamos. prescindir de la descripción morfo-
lógica del territorio de Huánuco, del factor físico-telúrico, en cuya
composición entra también el paisaje en sus variadas tonalidades.

El departamento de Huánuco se halla situado en la reg10n central


andina del Perú. Visto en una carta geográfica, tiene la forma de un
gallo cortado en piedra.
Limita por el N. con los departamentos de San Martín y La
22 HISTORIA DE HUÁNUCO

Libertad; por el E. con San Martín y Loreto; por el S. con Paseo; y


por el O. con Paseo, Lima y Ancash.
Está comprendido entre los 8° 30' y 10° 20' latitud, y los 75º 30'
y 79º longitud del meridiano de Greenwich.
Su extensión es drc 39.965 kilómetros cuadrados, o 1.988 leguas
cuadradas, como apunta Paz Soldán. Y 3 5.314.57 km 2 conforme a
los cálculos del Instituto Geográfico Militar 1 •
Su población actual está calculada en 315 .3 07 habitantes, con la
densidad de 8.69 por km 2 •
Tiene una topografía muy desigual; desde hoscas y violentas cum-
bres a sedantrcs y bajas tierras selváticas. Pues, en la totalidad de su 0

área, está cruzada por los Andes. Estos montes, despu és del Nudo
de Paseo, se dividen en tres cadenas: Occidental, Central y Oriental.
Las dos últimas penetran en trcrritorio huanuqueño, de S. a N. NO. y
de S. a N.NE.
En la cadena errntral, en cuyos flancos y sinuosidades del lado
derecho se asientan las provincias de Dos de Mayo, Huamalíes y Ma-
rañón, están las cordilleras y los montes más elrcvados, que llegan
hasta más de 6.000 metros sobre el nivel del mar; como las de Huay-
huash, Raura, Y anashallash, Ishpac, etc., con los picos nevados de
Yarupajá con 6.634, Rasac con 6.040 y Sarapo con 6.143 metros. En
tanto, en la cadena oriental -provincias de Ambo, Huánuco, Pachi~
tea y Leoncio Prado- sus ramales ascienden sólo cerca a los 4.000
metros; tal como la cordillera de Sacsahuanca, Huachón o Cordillera
Azul, y el Nudo de Tambo de Vaca ( 3 .715 m) ; penetrando sus
estribaciones, como un gigantesco abanico mal agitado, en los domi-
nios de la selva, enmarcando las pampas del Sacramento; y que cons-
tituyrc la mayor áre:i territorial del departamento. (Entre la margen
izquierda del río Huallaga y la margen derecha del río Marañón, se
hallan las selvas o montañas de Derrepente, de Chinchao -con el río
de Chinchao, afluente del Huallaga-; la montaña de Patayrondos;
la drc Monzón -con el río de su nombre y sus afluentes-; las de
Huánuco; y las de Chontayacu. Entre la orilla opuesta del Huallaga

1 MARIA No FELIPE PAZ So1nÁN: Diccionario Geográfico Estadístico del Perú, p. 411.
Superficie de las provincias y departamentos del Perú, por el Instituto Geográfico Militar
(Departamento de Geodesia). "Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima". Vol. LXXIV.
Trm. 111, 1957, p. 70. Según los cálculos de esta Institución, las siguientes son las super-
ficies de las provincias de Huánuco: Huánucc: 4.955.51; Marañón: 4.988.71; Ambo:
1.479.54; Dos de Mayo: 4.784.79; Huamalíes: 2.224.. 0í; Pachitea: 13.230.51; Ti11¡go María:
3.651.46. Total: 35.314.57 km2.
ASPECTO GEOGRÁF ICO T OPON ÍM ICO 23
y el do Huancab amba, están sítuadas las ubérrimas regiones selv á-
ticas de Pampamarca y Pozuzo; y entre el propio Huallaga y el P a-
chitea, de S. a N ., las inmensas selv as de San Alejandro, Sungaruyacu,
Aguas Calientes, etc.).

El deshielo de las nieves que coronan estos montes y cordilleras,


y sus lluvias, originan dos grandes ríos amazónicos: el Marañón y el
Hu allaga; así como alimentan a los más poderosos afluentes del Pa-
chitea : el Pozuzo, el Palcazu y el Mayro. O, mejor, están en territo-
r ios de Huánuco, las fuentes y los cursos del Alto Marañón y del Alto
Hu allaga, y las de un notable tributario del río Ucayali.
El M ar añón que, para Raymondi, tiene su origen en el m acizo de
Hu ayhuash, con el río Nupe , y s.~gún Flornoy nace en el ventisquero
de N iño-Cocha, m ás al SO. del lago Lauricocha, a 5.500 sobr.~ el
m ar, o, según Cardich, en Yarup á, en tierras de Dos de Mayo 2 , des-
ciende del SE. y corre al NE. por las provincias de Dos de Mayo,
Hu amalí es y M ar añón, h asta p·~netrar en el departamento de La Li-
bertad ; reci bien do com o afluentes, por su margen izquierda, los ríos:
N u pe, Vizcarra y el T ambos o Llata ; y por la derecha: el Chavi-
nillo, Chupán , Qu ívilla, J acas, T antamayo, Chuquibamba, Pinra, Con-
chabamb a y el Anch ic.
El H uallaga n ace en Puc a-Y acu , a 5 kilómetros del Cerro de Paseo.
C onform e a otra opinión, su origen está en la quebrada de Chaupihua-
ra n ga y es el r ío Huertas o Hu ácar. Acorde a una tercera y cuarta
t esis, su n acimiento serí a la unión de los riachuelos Hu anca y Poma-
ch aca que salen dre las lagunas de Taulli y Ranasinga, o la laguna de
H uacracocha 3 • A v anz a al SO. hacia Ambo, pasando la ciudad de
2 En t revista con el descu.bri.tlor del nacimiento del río Ma rañón, Bertra /l(l Flom oy.
"El Comercio", 16 de julio de 1947, p. 3. Lauricocha y las fnen fes del Ma rañón . Prim er
informe de la expedición francesa del Amazonas. Por Bert rand F lornoy, Jefe de la Misión ,
Fred Matar y Jean de Guebrient. "Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima". T. LIX,
año 1942, p. 97. Según el Ing. Augusto Cardich, el Marañó n nace en el Nevado de Ya ru pá,
Cordillera de Raura. Las Fuentes del Río Maraííón. "Revista de l Instituto Industrial de
Hu:ínuco". Año 3, NQ 3, l 9 57, p. l 6. El explorador inglés Sebastiá n Snow, sost iene que Niño-
Cocha sería el origen del río Amazonas, de 5 .71 O km de reccrrido, y q ue aq u ~ l no se .
forma de la unión del Marañón con el Ucaya li .
3 JAVIER PULGAR VIDAL: Introducción al estudio del río H uallaga. (Tesis para el
griado de D ocror en Letras. "Ensayos GeogrHicos", T. II, Lima, 20 de ju nio, 193 9. Para
Augusto C ardich, el Huallaga nace en la laguna de Huacracocha, Cordillera de Ra ura.
La Cordillera de Raura y el Origen del río Hnallaga. "Cultura Peruana", 1956, Vol. XVI,
N 9 92. Monseñor Francisco R ubén Berroa, cs de la opinión que el Hu aliaga se forma de
la confluencia del Hu anca v el Pomachaca.
24 HISTORIA DE HUÁNUCO

·Huánuco, para hacer un semicírculo en Cormilla y corriendo, luego,


al NO. (77º 23') casi paralelamente al Marañón. (El Huallaga es
navegable en pequeñas embarcaciones, desdre Tingo María, donde su
anchura no excede de 60 metros.) Sus principales tributarios por am-
bas riberas y que nacen en territorio huanuqueño, son los ríos: Rondas,
Matti, Yanahuanca, Huácar o HUrertas, Ñausa o Sancaracra, Huanca-
chupa, Tingo o Higueras, Quera, Acomayo, Y anayacu, Panao, Santo
Domingo, Pajaratay, Tambor, Chinchao, Chunatagua, Afilador, Tulu-
mayo, Jaupar, Monzón, Cayumba, Santa María, Chontayacu.
El Monzón viene de la Cordillera de Patay rondos; corre de S. a
N. y en el pueblo de su nombre gira al E., formando un ángulo recto
en su desembocadura al Huallaga, cerca a Tingo María, con un ancho
de 40 mretros. Es navegable en canoas, desde el mismo pueblo de su
nombre hasta Tingo María.
El Pozuzo, naciendo en la parte occidental de la Cordillera de
Sacsahuanca, cerca a Tillinco recibe abundante caudal que le tributa
el Huancabamba.
El Palcazu, que baña la falda occidental del cerro dre San Matías,
desciende por el S. a las Pampas del Sacramento; y, en su niarcha al
NE. recibe el Mayro y el Pozuzo, para luego unirse al Pichis, desde
donde se denomina río Pachitea, hasta su desembocadura en el U ca-
yali. (El Palcazu es navegable, desde su confluencia con el río Chuchu-
rras, por embarcaciones medianas, y desde que se une con el Mayro
por las de pequeño calado. Drespués de la confluencia del Pozuzo con
el Mayro y el Pichis, ya con una anchura de 60 metros, es navegable
por pequeños vapores, como se demostró el año d.e 18 67. La rapidez
de la corriente de los mencionados ríos, en general, no es mayor de
5 millas por hora. El río Pachitea, en la jurisdicción de Huánuco, recibe,
por ambas márgenes, n1ás de 3 O ríos tributarios. Siendo los principales
por la ribera izquierda: el Santa Isabel o Maquisapa, Temblor, Yana-
yaco, Sungaruyacu, Sebonga, Macuya, Shirimaya, Chamaya; por la
derecha: d Shamanca, Yuracyacu, Pumachaqui o Tangra y el Santa
Teresa o Shevon-Panaya. (La rapidez de la corriente de los citados
ríos navegables, en general, no es mayor de 5 millas por hora) 4 •
Muchos de los mencionados ríos provienren de las lagunas que se

4 Memoria que presenta el Prefecto de Huánuco don Ruperto Delfín; año 1873. "El
Peruano". N 9 83-87, Lima, 29 de mayo de 1874. -Ministerio de Fomento. Direc. de Caminos.
M:ipa Vial del Dep:irtamento de Huánuco, 19 5 6.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 25

hallan a más de 4.000 metros, formadas por los deshielos de las cor-
dilleras Central y Occidental, en sus ramales. Las más importantes
y conocidas son: Lauricocha (a 3.850 m), Patarcocha (a 4.000 m),
Gayco, Niño-Cocha, Caballococha, Tinquicocha, Yanacocha, Carua-
cocha, Cauricocha, Suerococha, Añas, Santa Ana, Mitococha, Huas-
cacocha, en la provincia de Dos de Mayo; Estanco, Tinajayoc, Sha-
llantuyoc, Nahuincocha, Cachicocha, Huingay, Pucacocha, Verdeco-
cha, Coyllar, Huambo, Huanampan, en la provincia de Ambo; Chau-
lán, Acomayo, Tuctucocha, Mancapozo, Verdecocha, Negrococha, en
la provincia de Huánuco; Yanacocha, Verde-Pozo, Llamacorral, Patu-
yoc y Cuchimachay, en la provincia de Pachitea; y Huascacocha y Sacsa-
cocha, en la provincia de Huamalíes. Entre todas, la mayor es Lauri-
cocha, y las más bellas: Gayco y Santa Ana, sitas en la Cordillera
de Raura.

Como la de todos los d,~partamentos serranos del Perú, la topo-


grafía de Huánuco es violenta: tierras accidentadas a impulso de cade-
nas de montañas, altos montes y quebradas profundas. Dentro de esta
irregular configuración, muy pocas son las planicies de alguna extensión.
La de Huánuco-Pampa o Huánuco d Viejo, de forma triangular, es
acaso la mayor llanura del departamento, situada a 3. 3 3 6 m. de al tura
y de una área de 7 X 3 km. de N. a S. y de E. a O.; y h que, en su
est ructura geológica, denuncia el lecho de un lago cuyo radio se ext,~n­
dería por decenas de kilómetros y que, en la formación de los Andes,
vació sus aguas hacia el NE. constituyendo el r::'.ntonces terrible y cau-
daloso Marañón.
Entre los valles, el único que puede llamarse tal es el del Hualla-
ga, por cuyo cuerpo corre el río de su nombre; y el mismo que, co-
menzando cerca de Ambo -Huaracalla- termina en Chulq ui, con
una extensión de 45 km. Al mediodía del valle, en la parte de mayor
anc hura y plana superficie, así como de bdleza eglógica y de clima
primaveral 5 , se halla ubicada la ciudad de Huánuco, a 1.912 metros

5 El doctor Manuel H. Hohagen tomó las variaciones t érm icas de la ciudad en


1896. La temperatura media, de setiembre a diciembre, es de- 22 ° centígrados . "Boletín de
la Sociedad Geográfica de Lima ", T. VIII, año VIII, p. 23 8. - El In g. Nicanor G. OchoJ
da esta relaci.ón: temperatur:i máxima enero-febrero 25 °c. ; mínima enero-feb rero 12º,
má xima julio-febrero 18 °, mínima 8°. Recunos 111i11crnles de In prol'incia de H11á1111 co.
" Boletín del Cuerpo de Ingenieros de Minas del P erú". N 9 9, 1904.
26 HISTORIA DE HUÁNUCO

sobre el nivel del mar, a los 9° 5 5' o" L. S. y 76 º 5' 14" de L. O. del
Meridiano de París y en la margen izquierda del río Huallaga, llamado
ayer Pilco-Mayo, Bombon o ]atzm-Mayo 6 •
Fuera del valle del Huallaga, cabe mencionar el de Huácar, por
donde sigue el río del mismo nombre; d de Higueras, cruzado por
el río Tingo que se une al Huallaga en las puertas de la ciudad de
Huánuco; el pequeño valle de Jesús, antiguo Ñucón, a orillas del
Marañón, ~n Dos de Mayo, que resulta ser la tierra más plana y me-
jor dotada para poblarse en aquella provincia; los valles de Monzón,
Arancay, recorridos por los ríos de tales nombres, y el de Tingo María
por el río Huallaga, en la región de la selva.
Después de estos últimos valles, a los qu.e abusando del vocablo
los nombramos tales, existen numerosos vallejos y vallecillos y que-
bradas. Así el de Co11chumayo, Yarumayo, Huanca:chupa, etc., en la
provincia de !Iuánuco; el de Tmiya, en la de Dos d,e Mayo, · etc.

G FEDERICO V1LLARREAL: D eterminación de las coordenadas geográficas de los lugares


del Perú, p. 71. El Dr. Eduardo de Riv·cro y Ustáriz da las siguientes alturas: Huánuco
el Viejo: 3 .644. Huánuco el Nuevo: 1.945 metros. Alturas Barométricas de varios lugares
del Perú, en Colección de Memorias Científicas, Agrícolas e Industriales, T. II, p. 37.
Mariano Felipe Paz Soldán dice que Huánuco está ubicado entre los 9° 55' ht. y 78° 1'37"
lcngitud. Según Tucker está a 1.820 metros de altura; conforme a Gustavo Forselius a
1.812; y para Eduardo Paz Soldán, descansa sobre los 1.9 2 5 m. Rivera y Ustáriz, Villarreal,
Forselius, Paz Soldán y Be rroa, dan las alturas o .elevación sobre el nivel del mar., calcu-
ladas en metros, correspondientes a las siguientes poblaciones y lugares del Departamento:
Ambo: 2.063 (R. U.) y (V.); Acomayo: 2.291 (V.), 2.145 (F.); Alto de Biconga:
4.851 (R. U.); Arancay: 3.100 (B.); Ayancocha: 2.291 (V.), 2.145 (F.) y 1.945
(P. S.); Baños: 3.350 (B.); Caina: 3.060 (B.); Cumbre divisoria Huallaga-Ucayali:
2.460 (F.) Chacabamba: 2.022 (P. S.); Chavin de Pariarca: 3 .300 (B.); Chuquibamba:
3.723 (R. U.); Chavinillo: 3.482 (V. y R. U.); Chupán: 3.310 (B.); El Valle (Santa
María): 1.877 (V.); Huánuco el Viejo: 3.736 (V.), 3.644 (R. U.) y 3.545 (P . S.); Hua-
llan ca : 3.544 (V.), 3.325 (P. S.); Huacaybamba: 3.050 (B.); Jesús: 3.380 (Ing. Z.);
Jircán: 3.200 (B.); Jacas Chico: 3.568 (P. S.); La Unión: 3.278 (V.), 3.274 (R. U.) y
3.120 (P. S.); Llata: 3.428 (V.); Mayro: 242 ( V.); Muña: 1.920 (V.); Obas: 3.420
(B.); Pachas: 3.495 (V.); Pozuzo: 908 (V.); Quivilla: 2.970 (V.) y (R. U.); Quero-
palca: 3.894 (V.); Rondas: 3.000 (B.); San Rafael: 2.729 (V.) y (R. U.) , y 2.624 (P.
S.); Sin ga: 3.350 (B.); Shulluyacu: 3.357 (P. S.); Tantamayo: 3.400 (B.); Tingo María:
534 (V.), 670 (F.); Tulumayo: 650 (F.). - Villarreal: trabaj. cit., p. 71 , Rivera y U stáriz:
Libr. cit., T. II, p. 37. Forselius y Paz Soldán: "Boletín de la Sociedad Gi!!ográfica de
Lima", T . XXIII, Trm. II, p. 228. Berroa: Monografía Eclesiástica de la Diócesi.' d e
H11á1111co .'.)' J1111í11" , cit. Tomamos de "Boletín Estadístico del Perú" los siguientes datos:
Huánuco: Latd. 9 ° 55': Longitd. O. Greenwich 75° 44' 59"; Altr. 1.912 m. Ambo:
10° 07'; 76° os' 4 ; 2.063. La Unión: 9° 40 1 ; 76° 38' 45 ; 2.050. Llata: 9° 22'; 76º 43' 45";
11 11

1 11
3.428. Huac rachuco: 8n 31'; 76° 51 45 : 3.650. Panao: 9° n': 75° 54' 45"; 1.840. Tingo
l\bría: 9 ° 10'; 78 ° 12' 10 11 •
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 27

Generalmente por donck~ corre un río o un riachuelo, hay una que-


brada. O, también, por sus características topográficas, grandes tre-
chos de los cauces de los ríos Huallaga y Marañón son quebradas,
singularmente en este último, cuyo lecho de formación erosiva es uno
de los m ás profundos del Perú, d.::nunciándolo como río milenario
y de aguerrido caudal.

En todos estos t.erritorios, las vanac10nes climatéricas son propias


de las serranías y de las regiones selváticas.
En el vera no -de mayo al mes de agosto- las heladas son muy
r igurosas .:;n las tierras de puna y cordillera; y en invierno -de di-
ciembre a marzo-- las lluvias son abundantes, originando el cre-
cimiento de los ríos y· una permanente humedad. En las quebradas,
va lles y zonas de selva, los vientos son fuertes y el calor agotante,
,::;n verano; y las lluvias acompañadas de neblina, son . tropicales y
malsanas, en invierno.
En general, el clima es frío en los 1ugares que están sobre los
2.500 a los 5.000 metros. En los de 2.000 a 2.500 es templado; y
es cálido en los que se hallan por deb;:ijo d,::; los 1.000 metros, al
igual que la región de la montaña o selva. Particularmente la tem-
peratura barométrica es más benigna en las provincias de Huánuco,
Ambo y Pachitea; y más dura, aunque tonificantr::, en Dos de Mayo
y Huamalíes. Débese ello a que los Andes que pasan por estas dos
últimas provincias, son más elevados y hoscos; en tanto, los de las
tres primeras, más suaves en sus accidentes, aunqure no en su con-
textura geológica.
Estos montes encierran, en sus entrañas, ricos yacimientos mine-
rales í, Provincia de Dos de Mayo: en Huallanca y Queropalca, de
carbón, plomo, zinc, antimonio, oro, plata, uranio y mercurio (Chan-
ta); en Baños, arsénico, antimonio; en Yanas, de plata, plomo, antimo~

í E! ya nombrado Ing. Nicanor G. Ochoa ha es tudi ado las zo nas min erali zadas de
los distritos de Huánuco ( 1904), señalando particularmente las minas de oro de Puelles
y Paucarbamba, en los contornos de la actual ciudad de Huánuco. Refiriéndose a elbs,
escribe: "Las muestras que se han ensayado dan 8, 15 , 24 y 26 gr,amos de oro por
tonelada de mil kil os". En nu estro concepto, es el único y mejor trabajo de su géne ro que
conocemos; especialmente en la zcna de Rondoní, Quircán, etc. Rrcursos mine rales de la
provincia de H11á1111 co. "Boletí n del Cuerpo de Ingeni eros d e Minas d el P erú". N 9 9, p. 14.
1904. El Ing. Lucas Garbin, por su parte, ha bosquejado un estudio d e las zcn as mineras de
D os de Mayo, concretándose a la jurisdicdón de Hu ali anca. Fuera de ellos, los cita RA YMONDI
en su conocido libro Minerales del Perú, D epartamento de Huánu co. Ps. 253-292.
28 HISTORIA DE HUÁNUCO

mo; en Chupán, de cobre; en Patayrondos, de cobalto; r;:!n Jesús,


de mercurio, hierro y oro; en Quivilla, los lavad.2ros de oro del Mara-
non. Provincia de Ambo: en Caina, de cobre y plata (Rondoní);
en Huácar, de plomo y de salitre en Cochachinche. Provincia de Huá-
nuco: en Margos, plomo, hierro; en Higueras, cobre, antimonio; en
Chaulán, de plata y oro (Huaraucaca); en el cercado de Huánuco,
d·c oro, en los cerros de Puelles y Paucarbamba, de carbonatos d,c cal y de
sa1itre en las Haciendas d·c Colpa y Queca; en Santa María del Valle, de
oro (Quera); en Churubarnba, de oro (Tambogán, Derrepente, Utao).
Provincia de Huamalíes: los lavaderos de oro d,c Chuquiban1ba; en
Puños, las Salinas; en Hu a ca ybam ba, hierro; etc. Provincia de Pachitea:
plata y plomo en Chaglla, los lavaderos de oro del río Mayro (Cerro de
San Ma tí as) ; petróleo y calizas en Aguas Calientes.
Estos depósitos mineralizados, corresponden a la edad geológica
de los terrenos donde se encuentran. Y, geológicamente, según estudios
realizados en los valles del Huallaga y del Marañón, "se presentan
los micar2squistos y sericito-esquistos, filades cuarzosos y granítico
típico", o seditamentos cuaternarios. Siendo probable que todo el
valle del Huallaga como el del Marañón, hayan tenido por origen las
erosiones glaciales 8 • Steinmann ha encontrado, entre Chasqui y Ayapitec
(Cha vinillo): "filitas prepal.cozoicas piso inferior del carbónico superior
y piso superior del carl:)ónico superior". Se ha hallado, asimismo, entre
.Quipas y P:ltayrondos -Dos de Mayo- "afloramiento continuo de
micacitas y filitos"; y "afloramircnto macizo de micacitas muy extenso",
en Vichaycoto, alrededores de la ciudad de Huánuco, hasta Puente
Rancho, a 2 5 kilómetros adentro n. Y en la zona de Ambo, los terrenos
son de la "edad Misisipiana (carbónico inferior), de depósitos conti-
nentales", cuyas rocas son areniscas, pizarras oscuras y finamente la-
minadas, y mantos de carbón; siendo sus fósiles únicamente plantas 10 •

8 lNG. JoRGE A. BROGGI: Apuntes sobre la geología de Huá1111e10. (Contribución


p resentada a la Sección VII del Congreso Nacional de la Industria Minera, 1920). G.
STEINMANN: "Geologie von Perú". Heidelberg, 1929, p. 40.
H lNGS. CARLOS I. L1ssoN y BERNARDO Bon: Edad de los fósil es peruanos y distri-
b ución de sus depósitos en la Repúblic.a. (Afloramientos en el Departamento de Huánuco).
10 Una comisión de norteamericanos, presidida por el Dr. Norman D. N ewell, Pro-
fesor de Paleontología de la Universidad de Columbia, en 1947, realizó el r econocimiento
geológico de los Andes Orientales, comprendidos entre la Hoya del Titicaca y Huánuco,
en el C entro. Estudiando las formaciones del Paleozoico Superior de las regiones visitadas,
reco n oce n cuatro grandes divisiones, que denominan grup os, que son del más joven al más
viejo: Mitu, Copacabana, Tarma y Ambo. El grupo Ambo aflora en diversas localidades de
la Cordillera que atraviesa Huánu:;o. uppcr Paleozoico of Perú, por N. D. NEWELL, B. J.
CH oRONE y T. G. RoB ERT. En el siglo pasado r ea lizó algunos li geros estudios el Dr. MA-
A5'PECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMI CO 29

La elevación del suelo huanuqueño, caracteriza su flora y fauna .


Desde los 3 a los 5.000 metros, fuera de los pastos naturales, la
flora es relativamrente pobre en especies, como toda flora de altitud.
Entre los árboles de esta zona se cuentan: el quishuar o quishhnar, d
arrayán, el eucalipto; entre las plantas alimenticias: la papa, la oca,
el ulluco, la 111ashua, la cebada; entre las medicinal.es o de herboris-
tería: la escorsonera, la hua111a11ripa, la calhua-calhna, la huira-huira
y tan tas otras.
En las quebradas altas se produce: el trigo, el maíz, el mate, el
calabazo, el camote, el zapallo, la yuca, el m,elón, la sandía, el cardo,
el apio, la col, la coliflor, la acelga, la lechuga, la escarola, el ajo, la
cebolla, la manzanilla, la albahaca, la caygua, el quishiu, la arracacha,
el yacón o llacó11, el haba, la quinua, el durazno, la ciruela, etc. Son
árboles y arbustos de estas tierras: d saúco, el nogal, el molle, el euca-
lipto, el aliso, el agave; y forrajeras: la alfalfa, la grama y demás.
En los valles y quebradas que se hallan por debajo de los 2.000
metros, la flora es abundante y variada. Se cultiva en rellos toda clase
de tubérculos, cereales, plantas para la industria, árboles frutales y de
adorno o jardinería. La caña de azúcar, el algodón, el cáñamo, el palillo,
son las industriales. Frutales: como la chirimoya, el huayabo, el palto,
el pacae, el plátano, el mango, la cereza, la lúcuma, la nuez, la grana-
dilla, la cidra, el naranjo, la lima, el limón, etc. Entre las flores cabe
citar las más conocidas y vistosas, como son: la clavelina, el jazmín,
el amancaes, d alhelí, la albahaca, el amaranto, la ambarina, el agua
de nieve o flor de San Francisco, la azucena, la congonita, la fili-
grama, el girasol, la flor de Trinidad, el lirio, la manzanilla, la mar-
garita, el narciso, el ñorbo, la retama, el romero, el taconcito, el tulipán,
la rosa y otras muchas.
Esta flora se acrecienta en los lind,eros de la selva y zona selvática,
donde crecen desde los árboles, arbustos y pla ntas industria les y medi-
cinales, a las flores de adorno más variadas . Industriales como el
caucho, el incienso, la goma, el palillo, d lacre, la v ainilla, el café ,
la coca, la cascarilla, el té, el azafrán , el aj í, etc.; de const r ucción:
el cedro, la caoba, el huayacán, el pucheri o kuin-kuin a, el bej uco, el
jacarandá, el huachapeH, las alfajías; medicinales : el ár bol del h uaco ,
la garpunya, el matico, el báls amo de Tolú y d e Copaiba, rete.; ve ne-
nosas: el maico, el cube y otros incontab les y desconocidos.

R IA NO EDUARl}(J DE R1 vE Ro Y U STÁR IZ : Colección de Memm·i(ls Científicas, Agrícolas e


Industriales, T. 2 9 , p. 37.
HISTORIA DE HUÁNUCO

La antedicha flora mantiene una rica fauna. En las serranías, de


pastos naturales, se crían ganados: vacuno, caballar; amén de los do-
mésticos como el cerdo, las aves de corral, el cuy y demás. En estas
latitudes también viven, en estado salvaje, venados, vicuñas, huanacos,
zorros, leoncillos o pumas, el cóndor, los pericotes, etc. En los ríos
y riachuelos del departamento, se multiplican los choques, las cacl:me-
las, los bagres o huascachcdlhuas, las anguilas, la ccaspa, la ccachalla-
hua, las corbinillas, los boconcillos y otros.
En el género de las aves, en los lugares de clima templado, viven:
el yanamayau, el taurigaray o sayalejo, el gallinazo, las garzas, las
lechuzas, el papa-moscas, el guardacaballo, los tordos, el rihue u oro-
péndola, el zorzal o yuquis, la quilliosa, el cernícalo, el huanchaco o
piche, el pito, el carpintero, la pichiusa o gorrión, el fexa-pishgo o
texvelillo, los ruiseñores, los jilgueros, las golondrinas o santa rositas,
los hinchas o picaflores, el urpay o paloma torcaz, el tunguipinsho,
el cuculí, el cwllcuy, cullcullo o cascabelillo, los gansos, los pavos, los
patos, etc., etc. 11 .
En la llamada ceja de 111011ta1ía o en la selva o montaña huanu-
queña, es donde se hallan desde las variadas y multicolores mariposas
:! los pumas o leones americanos; y de los lagartos a las serpientes;
de las gaviotas a los cientos de familias de aves; e infinidad de especies
de insectos aún no estudiadas.

En relación con la fisiografía de su territorio, bien puede afirmarse


que, en el departamento de Huánuco, existen. dos regiones geográficas
naturales: la andina, plegada a los nacientes y primeros afluentes del
Marañón y del Huallaga; y la selvática, que se extiende en la parte
baja d.e dichos ríos. Aún podemos agregar que el río Huallaga
constituye la zona geo-económica natural de la ciudad de Huánuco
y jurisdicción; y el río Marañón de las provincias de Dos de Mayo,
Huamalíes y Marañón. Porque en las márgenes del Huallaga y sus
afluentes están situadoc; las ciudades, pueblos, haci.endas y demás cen-
tros agrícola-industriales de las provincias de Huánuco, Ambo, Tingo
María y Pachitea. Y en torno al Marañón y sus altas fuentes y tribu-

11 Los nombres de las plantas y aves que damos, los hornos extractado del notable
libro de HJPÓLITO Ru1z, ya citado, Relación del viaje, etc. Capítulo XXI; Descripción de
la prnviocia y ciudad de Huánuco de los. Caballeros; y cuyos subcapítulos se titulan: Flores,
Pescados, A ves, Animales, Insectos, etc.; ps. 13 O y siguientes.
AS PECTO GE O GRÁFICO T OPON ÍMIC O 31

t arios, quedan las ciudades, pueblos, estancias, zonas de cultivo, cen-


tros ganaderos y de extracción romera de Dos de Mayo, Huamalíes
y Marañón.
Estas regiones conforman su economía, su c,arácter local y demás
peculiaridades del hombre huanuqu.e1ío. Porque la psicología, las cos-
tumbres, el lenguaje, la vestimenta, los alimentos, las industrias y
h asta la actitud política, s.e hallan en relación con la estructura del
suelo, su clima y su producción. Tal cosa está ampliamente demos-
trada por la sociología 12 •

El medio telúrico, pues, ha influído e influye sobre el hombre


h uanuqueño de todos los tiempos, conformando, en especial, su áni-
m a. De aquí, qu.e el habitante de clima cálido llamado yunga o chu-
pacho se diferencie, en algunos rasgos psicológicos, del que vive en
t emple frío o tierras altas, nombrado shucuy. A esta diferencia se puede
ag r egar la qu.e existe entre el m estizo o cholo y el indio, que forman
los dos únicos grupos étnicos mayoritarios del departamento. (Exclu-
y endo, claro está, a algunas familias "blancas", como las de la Colo-
.nía del Pozuzo, que, inclusive, están injertándose ya con la india,
que es el viejo tronco de nuestra raza.)
El hombre-masa oriundo de las tierras bajas cercanas a la selva,
especialmente el del valle del Huallaga, es sensual, perezoso -lento

1 2 No exis t e un trabajo formal de los aspectos geo-físicos del de pa rtam ento de


Huánuco. Apenas uno q ue otro apunte o ensayo de un a á rea limitada . Ve rvig racia , los i n-
cluídos en Itinerario de los •·iajes en el Perú, de ANTON IO R AYM ONDI ( Del C erro a las
Montañas de H uánuco, Pnwillcia de Huamalfrs y Bajada a H uacho. D e Llata a H uánu co
y regreso por las p rovincias de Huamalíes y Cajatambo a Lima. ) "Boletí n de la Sociedad
Geográfica de Lim a", T. XXIII, año XVII I, p. 3 2 1 y sig uien t es ; año XVI, T . XIX, ps. 409
y siguientes. Monografía d e la Provincia de H uán u.co, por X. X. "Boletín de la Socied ad
Geográfica de Lima'', T. VII, ps. 61-105, 1897. Monog rafía histórico-geográfica de la pro-
vincia del Pachitea, por ANÍBAL MAÚRTUA. "Boletín de la Soc. Gfc. de Lima". T . XXXIV,
19 18. Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huá1111ro y J11 11í11, por FRANCISCO RuBÉN
BERROA. Se hallan también datos sobre la geo-física del departamentn, en: Monografía de
la Pr01.1i11cia de Ambo, por C. V. CÚTULO. "Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima'',
T. XX.X, ps. 151 -161, 1914. Apuntes para una monografía de Dos de Mayo, po r GERARIX>
FAcUNDO SoLÓRZANO. "El Legionario", números correspondientes al mes de mar7.o de 194 4 ,
y "El Deber", del mismo año, La Unión, Dos de Mayo, Huánuco. Algo referente a la pro-
vincia de Hu.amalies, por ALFREDO P. LAFOSSE. Un pedazo del Perií: Hudn uco, por ADAL-
6ERTo VARALLANOS, "Mund ial", N9 431, 14 de setiembre, 1928, Lima. Apun tes monográ-
f icos de Ambo, por M. HER:MINIO CISNEROS Z. "Tierra", año XI, N 9 41, noviembre, 1949,
Ambo. La región Je Arancay, por ULDARICO VIDAL SAN MARTfN. "Huarnalíes", año I , N9 1
ps. 2&-44, 1951, Lima.
32 HISTORIA DE HUÁNUCO

en sus ademanes y en su habla- un tanto arrogante, fantasioso, in-


dividualista, rebdde, mordaz, orgulloso, de viva imaginación y hasta
gracioso. Hombre de psicología compleja: mezcla de serrano, de cos-
teño y de selvático; cual es, verbigracia, el valle del Huallaga en sus
zonas más pobladas: mezcla, cruce, nudo geográfico: d.e costa, sierra
y montaña, en su clima, flora y fauna. Mestizo indo-hispano o indo-
blanco. Sangre de España que vino con los conquistadores españoles
y sangre de indio, chupacho, nativo de esas comarcas, que han formado,
en cuerpo y alma, al cholo de cierta prosapia: ,d pilco-cholo o pilco-
moz o. De talante moreno, de silueta canija, en lo corporal; de incom-
prensibles actitudes en lo espiritual; pues, a veces, en él s.~ reúnen el
orgullo, la dignidad y el servilismo incruento. (Por supuesto, habla-
mos del cholo-masa, del grupo étnico, no de sus prototipos excelsos.) 13
El mestizo de las si.erras altas o punas, particularmente el de las
provincias de Dos de Mayo y Huamalíes, es ambicioso, rebelde, estu-
diada o temperamentalmente sumiso y S•crvil; laborioso, intrépido,
aventurero, audaz y hasta criminal. Descendi,cnte de los aguerridos
indios huanucos y de españoles ganaderos y mineros, cuya existencia
se desenvuelve sobre una geografía sublevada, violenta, hosca, dura;
S•c ha forjado en él una especie de culto al coraje y, en sus mejores
exponentes, un don señorial. De mediana talla, generalmente robusto,
de ancho tórax, debido a la mecánica respiratoria de las alturas y de
pura contextura de hombre andino. De aquí, el tinte inconfundible
de la personalidad psicológica, como el talante, del shucuy, del cholo
!JJumzaliano, como se ha dado en llamarse por el vulgo al mestizo de
la cuenca del Marañón.
El indio huanuqueño, tanto el que vi.ve en las tierras cálidas o
yungas, como el que habita en las punas o jaleas, no tiene, en verdad,
todas las virtudes ni las flaquez as que le asignan, ya sus panegiristas
o ya sus detractores.
Desde la caída del Imperio Inca, •entregado a su propia suerte y
a la secular explotación de las au toridades políticas, de los terrate -
nientes y aliados, han hecho de él un in dividuo sin ambiciones eco-

J3 ADALBERTo VARALLANOS ha dado algunos rasgos de la psicología heredada del


conquistador español. Un llamado a todas las conciencias libres, a todos los habitantes de
Huánuco. (Huánuco, diciembre, 1924). EsTE.BAN PAVLETICH, por su parte, ac usatoriamente,
como el primero nombrado, ha dicho de la psicofogía del huanuqueño contemporáneo en
Autopsia de Huánuco. ENRIQUE LÓPEZ ALBÚJAR, desapasionadamente, hace el elogio de
b. mujer huanuqueña, basado en sus observaciones personales. Los caballeros del delito,
cap. VI, Huánuco, ps. 70 y siguientes.
Vist:i panorámica del pico de Yarupá y laguna de· Gaico, en la Cordillera de Raura. (Dos
de Mayo.) (Foto: Augusto Cardich.)
Pai 1a je en la Cordillera de Raura. (Dos de Mayo.) (Fotc: A. Cardich.)

Atardecer en el Lago Lauricocha. (Foto: A. Cardich.)


ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 33

nómicas o culturales, desconfiado, estudiadamrente generoso o mezqui-


no, de violentas e inesperadas reacciones al dar curso a sus pasiones
personales. El jalea, aunque ocioso, es valiente, amante de su libertad
y de entrañable apego a su suelo; en tanto que, el yzmga, acaso com-
pense su laboriosidad y hasta tesón para el trabajo con su cobardía y
servilismo ya tradicionables.
En general, del indio -huanuqureño o peruano~ podemos afir-
mar, que tiene también una psicología colectiva, gregaria: el de su
ayllo o comunidad; que ((es bueno o malo como la naturaleza", al
decir de Goethe; y como todo ser humano tiene virtudes y vicios,
sin aceptar, por un instante, su inferioridad racial. Y a que no existen
razas superiores o inferiores, y que ellas se desenvuelven según el me-
dio en que actúen y la oportunidad histórica que les toca vivir 14 •
A todo, el cholo, nómbresele pilco o slnicuy, sea originario de la
cuenca del río Huallaga o del río Marañón, y ,v iva en sus vallres o en
sus punas; es el actor principal de las tierras huanuqueñas y es el
personaje permanente en los anales de su historia. Es que d cholo
--el mestizo indo-hispano o indo-blanco- como heredero de dos san-
gres y de dos espíritus, ya en perfr:.~cta armonía histórica, es el hombre
que encarna la más legítima tradición de Huánuco y es el símbolo de
su porvenir. Por otra parte, el cholo no sólo es el hombre tipo de
Huánuco; sino que forma d gran volumen demógeno del departa-
mento. Y no es español, ni es indio; es simplemente huanuqueño y,
por ende, peruano 1 ".

14 El ya citado LóPEZ ALBÚJAR publicó en la revista "Amauta", año I, NQ 1,


p. 1, 1928, algunos renglones sobre la psicología del indio huanuqueño, del shucuy, de sus
serranías: Sobre la psicología del Indio. (Breve síntesis.) "Breve sí ntesis psicológica '-dice--
del indio huanuqueño, deducido de mis observaciones durante los cinco años y medio que
fuí juez de primera instancia de la provincia de Huánuco". De las 34 "síntesis psicológicas"
-llamémoslas así- de López Albújar, algunas corresponden al alma india, otras al espíritu
del cholo y las más a la mente creadora del escritor. A estas apreciaciones pueden suma·rse,
formando cuerpo, las que en 1780, escribiera don Hipólito Ruiz: "Naturaleza 'Y propieda des
de los indios, así de la provincia de Huánuco como de las demás del Perú ... " Las extensas
líneas de Ruiz, como las pocas de López Albújar, están llenas del prejuicio que, en toda
época, se ha sentido por la personalidad del indio, para justificar, ya la explotación o la
dominación que por parte de España o de un español, del que era víctima. Relación del
t'iaje, etc., citado, Capítulo XXI. Descripción de la provincia y ciudad de Huánuco de los
Caballeros: Carácter y naturaleza de los indios, ps. 146 y siguientes.
15 Conforme al censo de 1940, el Departamento de Huánuco arrojó 234.024 habi-
tantes, distribuí dos asi: blancos 'Y mestizos: 8 5.18 8; indios: 148.504; negros: 34; amariJlos:
204. Bien sabemos que la inclusión de la "blanca" a la "mestiza", se debe a razones de
cautela, para no revelar, a la luz de las cifras, la minoría de la llamada "raza blanca".
Según el propio censo, las provincias de Huánuco tienen la siguiente población: Huánuco:
34 HISTORIA DE HUÁNUCO

Como veremos más adelante, la morfología que acabamos ' de di-


señar, corresponde a la actual geografía de aquel departamento. Si se
quiere, es el territorio reducido de la jurisdicción que fuera el gran
Huánuco en las épocas incaica y colonial.
Conquistada por los Incas la nación de los huanucos, con su ca-
pital la ciudad de Wuanuko-Marca, la provincia incaica del mismo
• nombre comprendía to·da la zona del Chinchaysuyo; extensión de los
actuales departamentos de Paseo, Huánuco, Ancash y parte de Junín,
Lima, San Martín y Loreto.
En la época colonial, formaban en la Ciudad de León de Huánuco
de los Caballeros los corregimientos de Huánuco, Tarma o Chinchay-
cocha, Huamalíes, Huaylas, Conchucos, Cajatambo y la Gobernación
de Rupa-Rupa; o sea los territorios de las hoy provincias de: Tarma,
Paseo, Daniel Carrión, Oxapampa, Huánuco, Ambo, Pachitea, Leoncio
Prado, Dos de Mayo, Huamalíes, Marañón, Cajatambo, Bolognesi, Po-
mabamba, Carhuás, Huaylas, Corongo, Recuay, Huari, Pallasca, Aija,
Huarás, Alto Amazonas, Daniel Portillo y las selvas hasta 300 le-
guas al Norponiente y Oriente. Colindando por el N. con la colonia
portuguesa del Brasil, por el O. con los corregimientos de Y auyos,
Canta, Chancay y Santa, y por el S. con Jauja y los territorios de
las ciudades de Huamanga y Cusca.
Creada la Intend.2ncia de Tarma, en 1784, se redujo su extensión
geográfica y mermó su categoría política. Y en los años de la Repú-
blica, con las creaciones de los departamentos de Junín, Ancash, San
Martín, Loreto y Paseo, se limitó aún más su superficie al estado que
hoy comprende y dentro de la que están sus siete provincias actuales:
Huánuco, Ambo, Huamalíes, Dos de Mayo, Pachitea, Marañón y
Leoncio Prado.

67 .704; Ambo: 30.015; Dos de Mayo: 60.888; Huamalíes: 33.849; Marañón: 20.335;
Pachitea: 21.3 3 3. Calculada en relación con el crecimiento demógeno, para 19 57, sería:
Huánuco: 92.405; Ambo: 40.980; Dos de Mayo: 83.110; Huamalíes: 46.186; Marañón:
27 .7 57; Pachitea: 2 8 .970; Leoncio Prado (sin cálculo). ("Boletín de Estadística Peruana").
CAPÍTULO lI

ETIMOLOGÍA Y TOPONIMIA HUANUQUEÑA

Top onimia derivada de la naturaleza. Toponimia autóctona (leyendas en torno al n01nbre


H uámtco). Topo11imia histórica. Relación etimológtca-topo-r.írnica de las ciudades, villas,
Provincias y pueblos importantes actuales. Su nominación en docmnentos y en la cartografía.

Los nombres de las poblaciones., parajes, montes, ríos, valles y demás


componentes de la morfología del actual departamento de Huánuco,
provienen de diversas fuentes etimológicas y toponímicas. Estas últimas
pueden clasificarse en: geográfica, autóctona o indígiena e histórica.
La topo11imia geográfica es la proveniente de la naturaleza, expre-
sando la constitución, calidad) situación de un accidenve, producción
de una región, etc. La autóctona es de los nombres que fueron puestos
por los primitivos habitantes indígenas y han sido conservados, hasta
hoy, con pocas variantes de su dialecto original. La histórica se deriva
de los nombrres impuestos desde la llegada de los conquistadores espa-
ñoles, ya para conmemorar tm acto, perennÍzar los apelativos de los
primeros pobladores, colonizadores, etc.

A la toponimia geográfica, pertenecen nombres como: Valle (Santa


María), Monzón (río), La Florida (caserío), La Despensa (hacienda),
Higueras (valle de) , Rancho (puente de), Las Palmas, Los Baños (la
Concepción de), etc. Se suman a este grupo los vocablos indígenas que
designan dichos. accidentes físicos.

Son de la toponimia autóctona o indígena casi el 80 % de las no-


minaciones geográficas de Huánuco y cuyas raíces y etimología lingüís-
tica pertenecen, en su mayoría, al quechua o idioma de los Incas º'
36 HISTORIA DE HUÁNUCO

Ingas; y, en menor número, a otros dialectos aborígenes dresaparecidos,


como el chinchaysimi, verbigracia. La abundancia de tales nombres
se explica por la antigüedad y raigambre de las culturas Chavín, Y a-
rowilca y la influencia de la incaica en aquella zona territorial.
Por otra parte, las que forman este grupo no sólo designan acciden-
tes físicos, sino también hechos históricos y hasta atributos de la mítica
nativa.
Comenzando por la palabra que nombra a la ciudad y departa-
mento, veamos los topónimos de las ciudades, villas, pueblos, ríos, etc.
más notables e importantes. ~.
HuÁNuco. - No se ha dilucidado aún la etimología toponímica
de este término. Existen diversas leyendas y opiniones para expl~car
su origen y significado. Fray Martín de Morúa, dioe que Huánuco
deriva de huanu o guanw. Que la mujer de Huayna Capac, la Coya,
acompañante de éste, al ver que unos indios sembraban en unas pam-
pas sin abono les obsequió un saco de estiércol 1 -guanu- diciéndoles:
guanuco: abonen la tierra; y que, desde entonces, se dió al lugar el
nombre de Guanuco. Otra opinión, relatada por el propio Morúa, es
ésta: pasando por aquellas tierras se enfermó el Inca, en forma grave;
y su mujer, la Coya, le dijo a un capitán: h1,tanuc1mniy o gua1íunca, que
en quechua significa: se muere o morirá. Desde dichas respuestas, la re-
gión se quedó con el nombre Guanuco, con el que lo conocen indios y
españoles 1 •
Guarnan Poma afirma que en el Chinchaysuyo, en Huánuco el
Viejo, se celebraba una gran fiesta llamada uauco, en la que se evocaba
los tiempos preincas, danzándose en honor del guanaco 2 • Berroa cree
que el primitivo nombre indígena ha podido s~r huañucuy -muérete-
de dondre se derivó Huánuco. Se funda en que ((los españoles a sus
moradores los llamaron huanucwyns, y no lntanucumis, como habría
sido el plural de huanucumi" 3 . Raymundo Tafur hace eco de una
leyenda en la que se entremezclan las palabras huanuco y pilco, y
quiere decir que Huánuco proviene de hnamicuwi pilcopac: me muero
por Huánuco 4 • La Leyenda de los 3 Jircas pretende explicar el origen

1 rray MARTÍN DE MoRÚA: Historia de los Incas, Reyes del Perú. Capt. IV. Del
asiento y valle Guanuco, y por qué tiene este nombre, y de la Ciudad d e León. T. U, p. 21.
2 FELll'E GuAMAN PoMA DE AYALA: Nueva Crónica y Buen Gobierno, p. 320.
3 Monseñor FRANCISCO RUDÉN BERROA: Mo11ograf ía Eclesiástica de la Dióetsis de
Huánuco y Junín, p. 7.
4 'Según esta ilógica leyenda, Achapuri Incruiltopac, bastardo de Huayna Capac, dueño
y señor de la comarca, enarbolaba en su escudo de armas un ave píleo, cuyo nombre tenía el
valle donde está hoy la ciudad. Que la mujer del citado Inca, en la que éste no tuvo súcesor,
AS<PECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 37

del vocablo y de la fundación de la ciudad pagana de Huánuco el Viejo.


Dice: tnes guerreros venidos de las regiones de Paseo, Huaylas y Pana-
tahuas iban a entablar batalla, en el área de la actual ciudad de Huá-
nuco, por la mano de Kory-Huayta -flor de oro-- hija del curaca
de los Pilcos: Pilco-Rumi. Éste, en defensa de la doncella, rogó auxilio
a Pachacamac, el que a los belicosos gUrerreros los convirtió en tres mon-
tañas: Marabamba, Rondos y Paucarbamba; y a Kory-Huayta la ful-
minó, en brazos de su padre, diciéndole: lniatiucuy: muérete. Ante esta
catástrofe la tribu pilco huyó a otra región, fundando una ciudad con
el nombre de Huanucuy en memoria de Pachacamac 5 • Para el autor
d,e este libro, la etimología del nombre Huánuco viene de antes de los
Incas. Afirmación basada en las noticias de Guarnan Poma y en el
estudio de las ruinas existentes en la nombrada planicie de Huánuco el
Viejo y zonas vecinas. Y el vocablo, sin lugar a duda, deriva de guanaco-
pa1npa: pampa del guarnaco o corredor; nombrada así acaso por la pre-
sencia o abundancia de este auquénido en tal llanura, en primitivos tiem-
pos, y al propio animal que tenían por sagrado las gentes bárbaras
oriundas de aquel circuito geográfico. En d transcurso de los tiempos,
guanaco-pampa se cambiaría por guanaco-marca: ciudad de guanaco,
al erigirse como capital del Reino Y arowilca, cual la hallaron los Incas;
y después, simplificándose, quedaría en guanaco, como.lo oyeron decir
a los indios los españoll;!s que arribaron a su área, quiern~s pronunciaron
y escribieron Gtt)anoco; y, por último, guanuco, guánuco y huánuco.
En efecto, cambiando la letrn a de la segunda sílaba de Guanaco por
la o resulta Guanoco, y luego sustituyendo la o por la u, por ley foné-
tica del menor esfuerzo, se convierte en Gttanuco; para, finalmente,

se llamó Pilco-Huaco; nombre con que se la conoció desde su infancia, porque desde tal tiempo
usaba un ropaje negro, y se adornaba la cabeza con unas plumas semejando el penacho del
píleo, y huaco llevaba del nombre de una yerba de la que se alimentaba dicha ave, cuyo eco
remedaba: pilco-huaco. Siendo la capital de la comarca Huanucumi -Huánuco el Viejo--
resultó la frase: h11anucumi pilcopac: me muero por Huánuco. "Opúsculo sobre la ciudad de
Huánuco". Todos los cronistas están acordes en que la hermana y mujer de Huayna Capac,
fué Mama Cusirimuy, conocida como Pilco Huaco o Pilleo Huaco, del linaje imperial del
Cusco. Se llamó también Pilleo Huaco, la hija natural de don Felipe Tupac Amaru Inca,
último rey del Perú, degollado por orden de Toledo en el Cusco. Ésta casó con Diego Condor-
canqui, resultando su descendiente Tupac Amaru 2Q. Documento existente en el Archivo
Nacional del Perú. "Tupac-ArRaru-Hombre Solar". Su ascendencia real, por Luis Velazco
Aragón: "Revista del Instituto Americano de Arte", Cusco, Diciembre, 1942. N 9 1, p. 19.
Pero nadie afirma que una de las nombradas fuera nativa del actual valle del Huallaga, donde
está asentada Huánuco el Nuevo, o que naciera en su Hnde. Pilco Huaco acompañó a Huayna
Capac a Quito y acaso estuvo en Huánuco el Viejo, mas no en el lugar donde la ley enda la
sitúa.
5 Ver en este libro: Capt. III, nota 20.
38 HISTORIA DE HUÁNUCO

optar el acento y escribirse con h: Huánuco. Los españoles que v1s1-


taron la gran ciudad incaica de W anuko, oyeron nombrarla guanaco,
dijimos; y así lo escribieron al comienzo de la Conquista. Pues, en los
documentos y crónicas de esos años, se lee: Guanaco. (Verbigracia:
Xérez, Estete). En la Información de Servicios de Gonzalo de los
Nidos, se habla de la "guerra de Guanaco", en la que estuvo dicho sol-
dado español a órdenes de Hernando de Soto, capitán que, por 1534,
partió desde Jauja con 60 hombres de a caballo para batir a Quisquis y
sus subalternos Titu Yupanqui, Ucrolagualca y Chucali, quienes se
habían parapetado más allá de Bombón, cerca de Huánuco el Viejo.
Tomemos otro documento: "el depósito de indios" realizado en Jauja,
en 15 34, asentada por el escribano Pedro Sánchez y por orden de Pi-
zarra; en el mismo que se fija la jurisdicción de dicha ciudad fundada
en 1533. Dice: "por el otro camino de arriba que se aparta d,e pombo
e va por tambo y guanaco, señalan los términos desta ciudad hasta
llegar al pueblo e piscobamba" 6 • En la R elación del viaje de Estete y
en los Quinquenarios de Gutiérrez de Santa Clara, aparece Guanaco 7 •
En el título de encomienda que, en 1536, Pizarra le expidiera a Ni-
colás de Rivera el Mozo, se menciona Guanurco; Santa Cruz Pachacuti
Yamqui en su "Relación", escribe: "Uañoc"; (Garcilaso: Guanucu 7 ).
En documrentos oficiales y {~n las crónicas de la segunda mitad del siglo
XVI a fines del XVIII, aparece Ciudad de León de Guánuco; y recién,
por fines del 700 comenzó a escribirse Huánuco, ya que sólo por dicho
tiempo la letra H se introdujo al castellano, importada del alfabeto
inglés. En d primer Mapa del Perú trazado por Didaco Mendezio
(Diego Méndez), "Peruviae Auriferae Regionis Tipus", 1579, Amberes,
está escrito Guanuco. También aparece Guanuco en los siguientes
mapas: en el ejecutado por Johan Buff,emechet, Colonia, 1598; en los
grabados o trazados por Partitus, Amsterdam, 1618; Jansson, Ams-
terdam, 1638; G. Blaeu, Amsterdam, 1635, 1647; Sanson de Abbe-
ville, París, 165 6; Ogilbi Montanus, Londres, 1671; J. Mollo, Londres,

6
Copia de piezas de unos autos sobre encomienda seguidos ante la Audiencia de Lima,
expedida en 11 de abQil de 15 65 por el Escribano Francisco de Carbajal, a pedimento de
Juan Sánchez de Aguirre. Citado también por Raúl Porras Barrenechea: Jauja, capital mítica,
en "Revista Histórica". Lima, 1950, T. XVIII. Entrega 11, p. 128.
7
PEDRO GUTIÉRREZ DE SANTA CLARA: Historia de las Guerras Civiles del Perú (1544-
1548}, y deo/ros sucesos de las Indias. T . 1, p. 182.-Pueblos de Tarcho, Chinchao, Cayambo,
Vinacho, Guancho, Pallaque y otros de la provinci'.a de Huánuco, encomendados en Nicolás de
Rivera, 1536: "Revista del Archivo Nacional del Perú''. T. IV, Entrega l. Lima, 1926, p. 15.
Juan Santa Cruz Pachacuti Yamqui: Relación de antigüedades de este Reino del Perú. Colee.
Urteaga Romero, T. X, p. 182.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 39

1701; I. B. Nolin, París, 1704; Jean Covens y Corneille Mortier, Ams-


terdam, 1712; Moll, Londres, 1717; Homeñianos H.eredes, N uremberg,
1725; Philippe Bauche, París, 1736; Robert de Vaugondy, París, 1750;
Jauvier, París, 1762; D' Auville, París, 1775, y otros. Diego de Agui-
lar y de Córdoba, que recorrió la comarca después. de 15 60, parece
confirmar nuestra tesis sobre la procedencia del vocablo guanaco. «Su
verdadero nacimiento -se refiere al río Marañón- es en la provincia
de Huanuco, llamada así por un animal de este nombre conocido en
aquellas partes" 8 • De otro lado, con la palabra guanaco o guamuco,
nos dice Guarnan Poma, se designaba no sólo la ciudad preinca e inca
situada en la hoy meseta de las ruinas, sino a tres zonas de territorio,
todas ellas ubicadas en las actuales provincias de Dos de Mayo y Hua-
malíes, o sea: al auca guanaco (Allauca Huánuco), ichoca guanaco
(Ichoca Huánuco) y guamalli-gwanoco (Huamalí Huánuco), o Huá-
nuco de la derecha, Huánuco de la izquierda y Huánuco de Huama-
líes 9 • La existencia de estos tres J-Iuánucos consta de varios documentos
oficiales expedidos en la Colonia; entre otros, la Relación de los Oficios
q?ie se proveen en el Reino del Perú, que el Virrey Martín Enríquez
envió a la Corona por 15 83 10 • En este instrumento figuran: el "re-
partimiento cLe allaucaguanuco", encomendado a don Diego de Tara-
zona; ((repartimiento de ichoguanuco", encomendado a doña Antonia
Velásquez y a doña Petronila de Mendoza; «repartimiento de Gua-
malíes", encomendado a doña Juana de Castañeda; y «repartimiento
del pueblo de Guanoco", encomendado a don Juan Núñez de Saavedra.
Y en la Relación de Indios Tributarios formulada por don Luis Mo-
rales de Figueroa,. 15 92, aparecen los repartimientos de Gitamalíes, Icho-

8 DIEGO DE AGUILAR y DE CóRDOBA: El Marañón. Lbr. 1 91, Capt. VII. Descripción


de la provincia de Huánuco y nacimiento del Marañón. Colee. Bibl. de Cultura Peruana.
T. V, p. 326. Tiahuanaco parece también derivar de las voces quechuas tiymy y huanaco,
o donde vive el guanaco, o detente corredor.
9 FELIPE GuAMAN PoMA DE AYALA: Nueva Crónica y Buen Gobierno, cit., p. 1030.
En diversas zonas del Perú existe el nombre Huánuco, así aparece en documentos co.Joniales.
Guanocopa es lugar cercano al Cusco. En 1572, el capitán Martín Hurtado de Arbieto con-
quist ó la provincia de indios de Guanaco-Marca, Manaris y Pilcocones o Pilcozones. Guanoco-
marca quedaba al N. del Cusco, entre las montañas del río Manú, afluente del Madre de
Dios y el Madero. Huanuca es pueblo del distrito de Quechula, provincia Unión, Areq'Uipa.
Ichichuánuco llaman a los terrenos pastales pertenecientes a Chiquián, a 20 Kms. de dicha
ciudad.
10 Relación de lar oficios que se Proveen en el Reino del Perú, remitidos por el
Virrey don Martín Enríquez a S. M. Los Reyes. 1583. Juicio de Límites entre el Perú y
Bolivia. Prueba Peruana, T. 1, p. 247.
40 HISTORIA D E HUÁNUCO

guanuco y Allau caguanuco 11 • Pero sea cual fuere su etimología, la


palabra Huánuco procede del quechua, y con sus primitivas raíces los
hombres anteriores a los Incas y éstos propios designaron a los terri-
torios de las altas fuentes dd río Marañón; y con cuyo derivado pro-
siguieron nominando los españoles a tal zona, después de la Conquista 12 •
De esta geografía cordillerana ha emigrado con los primeros conquista-
dores españoles, nombrando a la jurisdicción política y a la ciudad asen-
tada por ellos en el valfo de Paucar Tampu o Paucarbamba, Huanca-
panipa y Píleo 13 • Pues, con estas tres palabras se llamó indistinta e in-
memorialmente al valle habitado por la numerosa tribu de los Ch11-pa-
chos; y jamás con el de Guanuco o Huánuco.
PILCO, PILLOO o PILLCU. - Nombre prehistórico del valle en que
está ubicado el actual Huánuco. Existen diversas suposiciones sobre el
origen del vocablo. Para algunos, proviene de la existencia en aquel
valk~ semi-tropical de una ave de la familia de las gallináceas llamada
Pilco; la que, según se dice, era de plumaje negro y un penacho rojo
caído hacia atrás. Pero curioso es saber .. que nadie la vió, ni se halla un
solo ejemplar de ella en el citado valle de Huánuco y lugares circun-
vecinos, hasta 200 kilómetros a la redonda. Para Julio C. Tello, el ave
pilco es el nombrado acaclo o pito. Comentando una leyenda del origen
de los Incas relatada por Guarnan Poma, dioe: " ... dentro de esta cueva
permanece dos años, bajo el cuidado de una mujer llamada Pillko-Sisa
que no es otra que el ave de cabeza roja que vive en las peñas, llamada
Pito o Shakakule" 14 • Calancha al referirse a Huánuco, afirma: "tiene

11 Colección de docunz.entos InéJ..;tos, relativos al descubrimiento, conquista y orga-

niza'Ción de las antiguas posesiones españ~las de América y Oceanía. T ~ VI, p. 4L El Repar-


timiento de Guamalíes o Guamali-Guanuco, comprendía los siguientes pueblos: Dulce Nombre
de J esús, San Francisco de Guarin o Guanrin, San Juan de Cacha. Repartimiento de Ich o-
Guanuco: Singa, Miraflores, San Francisco de Yanas, Puños, San Lorenzo de Chachas o
Pachas y San Francisco de Cascanga. Repartimiento de Allauca-Guanuco: Santa Ana de
Sillapata.
12 En un documento- del siglo XVI se lee: "En una ciudad (\'Ue se dice León y por
nombre de indios Guanuco estaba un corregidor por el Virrey que se llama Pedro de Puelles".
(De las papeles del arca de Santacruz.) Gobernantes del Perú. Cartas y papeles del siglo
XVI. Apéndice al tomo I 9, p. 2 69.
13 DIEGO DE AGUILAR Y DE CóRDOBA, en su libro El Maraiión, dice del río Huallaga:
"después de haber llegado al valle de Paucar Tampu y Guanca Pampa, fértil por sus cañas
de azúcar ... " "La ciudad de León de Huánuco, situada en un muy hermoso y apacible valle
a quien sus naturales llaman Píleo". Capt. VII, p. 326. La primera cita es de Jiménez de
la Espada, en Relaciones Geográficas de Indias. T. 1, p. XXV.
14 "Actas y Trabajos Científicos del XXVII Congreso Internacional de Americanistas"
Lima, 1939. T. 1 9 • Origen y desarrollo de las civilizaciones prehistóricas andinas. La Nación
Inka y el Imperio del Tawuantinsuyo. p. 641.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 41
un río llamado Pilco, nombre de un género de pajarillos, que anidan
sus riberas" 15 • En enero de 15 62 Iñigo Ortiz de Zúñiga, visitó el
pueblo de Hanan-Pillco (hoy jurisdicción del Distrito de Churu-
bamba), del Repartimiento de los Mitimaes encomendado a Juan Sán-
chez Falcón, con su cacique Alonso Corihuanca. Dicho pueblo, según
el testimonio del nombrado Visitador español, lo formaban "naturales
de Canta, otros de Cajatambo, otros de Atavillos y de Charcas ... que
los puso el Inca ... cuando vino a conquistar la tierra de los Andes" 16 .
A parte, en el Perú existen diversos lugares llamados Pilco: Pilcomayo,
en Huancayo; Pilco, anexo de Pachas, Dos de Mayo; Pilco-Puquio, en
la Parroquia de San Blas, Cusco, ·~te. Lo que acaso explique la existencia
de la supuesta ave en aquellos lugares, o tal vez, de una piedra rojiza
llamada así y muy conocida por los indios en todo el ámbito del Perú.
Guarnan Poma nombra _Pilco-Rampa a las andas de batalla del Inca.
El ya citado Santa Cruz Pachacuti Yamqui, llama pilco-camayoc al
cuidador de la insignia real o plumería de pájaros pilcos. Para noso-
tros, el vocablo pi'lco o pilleo con que también se conoció a los indios
de la zona NE. del valle del Huallaga y que formaban varios ayllos
dentro de la tribu de los Chupachos se derivó, quién sabe, de la enorme
piedra que existía en el actual barrio de San Pedro de la ciudad de
Huánuco, llamada Pilco-Rumi: piedra de pilco. -A este pedrón tendrían
los naturales como a su hua.ri, pacarina o lugar de origen, de donde
habría emergido, según ellos, su antecesor totémico o animal sagrado,
que pudiera haber sido una ave nombrada pilco. En el siglo XVI, los
barrios de la ciudad de nombres indígenas, eran: Guallayco, Acray-
suncho, Huacchacato y Pilcorumi. - Según Marcos Jiménez de la
Espada, "Pilco-Mayo o Mayu significa río rojo" 17 •

AMBO. - Unos opman que deriva de tampu o tambo: posada.

15 FRAY ANTONIO DE LA CALANCHA: Crónica Moralizada del orden de San Agustín


en el Perú, etc. Capt. XVIII, p. 891.
16 Autos originales que siguió don Hernando Maquirique por sí y en nombre de don
Antonio Huayna Capcha Cacique Principal del repartimiento de Cochapampa en términos
y jurisdicción de la ciudad de León de Huánuco-, contra su encomendero Juan Sánchez
Falcón. Archivo Nacional del Perú. Derecho Indígena y Encomienda. Lcgj. 1, Cuaderno
N 9 3 , Año 1 561.
17 Relaciones Geográficas de Indias (Río Huallaga). T. 1, p. XXV. - Ver en este
libro: Capt. 111, nota 23. - Raymundo Tafur es el introductor de la peregrina afirmación
de que píleo es un "pájaro negro de cresta encarnada"; y los que han escr'ito sobre Huánuco,
han repetido el mote. La leyenda ha ido tan lcjcs que se ha puesto al ave píleo en el Escudo
Nobiliario Colonial de la ciudad de Huánuco, como veremos más adelante.
42 HISTORIA DE HUÁNUCO

Otros afirman que tal lugar es nombrado así por estar en la confluencia
del Huertas y del Huallaga, entre anibos ríos. Según una leyenda, reco-
gida por Herminio Cisneros Z., Ambo es corrupción de ambuc. Con-
forme a ella; una hermosa doncella, hija de un curaca panatahua, lla-
mada Ambuc Huaytac, llegó enferma a su suelo en busca de salud;
que gracias a sus aires y aguas, aquella sanó; y que, desde tal aconte-
cimiento, al lugarejo se le conoció como Ambuc, que castellanizado
resulta Ambo 18 • Entre los pueblos encomendados en 15 3 6 por Pizarra
a Nicolás de Riv,~ra el Mozo, figuran: Huambo, con su cacique Cha-
puliman, y Cayambo, con su cacique Paltoquare. (Wambo, en quechua,
quiere decir: abierto, forado). ¿No será que Ambo venga de Huambo
o Cayambo? Puede haberse suprimido las primeras letras de una de
estas palabras. La mención escrita más antigua de Ambo data de 15 62.
En declaraciones que en dicho año tomó Ortiz de Zúñiga, con motivo
de su .visita al Repartimiento de los Chupachos, se le nombra: «tambo
y asiento de Ambo", con una población de 13 indios 19 • V ásquez de
Espinoza que, por 1616, pasó por el lugar, escribe: «por un valle ameno
que se va en angostando hasta el Tambo de Ambo" 20 •
AcoMA YO. - Este vocablo estaría formado de dos términos: aco:
arena, y mayo: río. Acomayo significa, pues, río con arena. Los espa-
ñoles al pronunciarlo trocarían lo u de la última sílaba en o. En la
l{Jqlación del Virrey Enrí q1tez, 1 58 3, figura como «pueblo de San
Pedro de Acomayo" e integrante del Repartimiento de los Aneyungas.
ARANCAY. -En la citada R elación del Virre•y E11ríquez aparece el
" repartimiento de Guarigancha y Arancay", encomendado a doña Ca-
talina de Sil va. En 1616 V ásq uez de Espinoza menciona el "Reparti-
miento de Arancay". La palabra primitiva pudo haber sido anancay,
que se traduce: duele aquí. O derivado de Arampacay, como sostiene
Uldarico Vid al San Martín, quien dice: "El nombre de Arancay parece
ser una contracción de la palabra indígena Arampacay (tarántula).
Se supone que así sea porque en Arancay abunda el Armnpacay entre

18 Apuntes Monográficos de Ambo. "Tierra'', Ambo, noviembre, 1949, p. 3.


19 Visita del Repartimiento de indios encomendado en Gómez Arias Dávila, vecino
de Huánuco, hecha por Iñigo Ortiz de Zúñiga. "Revista del Archivo Nacional del Perú" .
T. I, 'Y ss. Lima, 1920.
:.!O ANTONIO VÁsQUEZ DE EsPINOZA: Compendio y descripción de las Indias Occiden-
tales. Cap t. XL V, p. 4 5 6. - "En la Arabia Feliz existe el pueblo de Ambo", dice Nebrija.
O rigen de los Indios del Perú, M éxico, Santa Fé y Chile, por Diego Andrés Rocha.
v. 11, p. 89.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 43

los pedregales, las grietas de las rocas, las raíces, los troncos podridos,
etcétera" 21 •
CAHUAC. - Se traduce por: el viviente, el que vive.
CAINA. - Acaso proceda del vocablo: huaina: amante, mozo. En
la Relación de Oficios del Virrey Enríquez, 15 8 3, figura San Pedro
de Caina como repartimiento encomendado a Don Juan María Saave-
dra, perteneciente al Corregimiento de Tarma o Chinh~ycocha. En la
R elación de Ayllos del Cura Gutierre de Castro, se le~: "Pueblo de
Caina del Ayllo Quio, su cacique don Felipe Pomahuaranca, 1618". En
la Descripción del Arzobispado de Lima de Cosme Bueno, 1765, se halla
como pueblo componente de la provincia de Tarma.
CAURI. -En aymara qawri es el nombre de d llama, ganado. El
primitivo vocablo quechua pudo haber sido: cau.aric: el que resucita,
el que renace. Al suprimirse las letras a y c quedó en Cauri. O vendrá
de yaurí: azul; o también de huanacauri: ídolo sagrado d,e los incas.
Fray Domingo de Santo Tomás, enviado por la Gasea como Visita-
dor de Guánuco y términos, destruyó la "huaca de Guanacaure", que es-
taba a 16 leguas de dicha ciudad. Cerca al actual pueblo existen las
ruinas de Cauri-Cancha. En 15 62 el pueblo de Caure, perteneciente al
Repartimiento de los Yachas, fué visitado por Iñigo Ortiz de Zúñiga.
En la Colonia se le conoció como San Miguel de Cauri y fué Vice-
Parroquia de Caina, 1760 22 •
CONCHAMARCA. - Palabra compuesta de concha y marca. El nom-
bre original quechua sería: gocha-niarca: pueblo dd lago.
CHACABAMBA. - Es palabra compuesta, formada por chaca: puen-
te, y bamha: pampa; o sea: el puente de la pampa.
CHAGLLA. - Chaglla: instrumento para hilar, palo o madera li-
viana para construcción. Chaglac en chinchaysimi, se traduce: hace
frío. Pué visitado por Ortiz de Zúñiga, en 15 62, como integrante del
Repartimiento de los Chupachos. Desde principios del siglo XVIII
existía en Chaglla un hospicio para descanso de los frailes francisca-
nos, conversores de los indios del Pozuzo.
CHAULÁN. - Proviene de chaula, que en quechua es el pez. Chau-
lán quiere decir: con su pescado. En efecto, el pueblo se halla a poca
distancia de una laguna. El más antiguo documento en el que se le

21 ULDARICO VIDAL SAN MARTÍN: La región de Arancay. Monografía. "Huamalíes".


Revista Peruana de Cultur,a Regional. 1951, N 9 1, ps. 28 y siguientes.
22 Autos originales que siguió don Hernando Maquirique. . . contra el encomendero
Juan Sánchez Falcón, cit.
44. HISTORIA DE HUÁNUCO

menciona es la Relación de Ay/los compuesta por el Cura Gutierre


de Castro, 1617: "pueblo de Chaulán, ayllo Ascuro" 23 • Desde el siglo
XVI perteneció al Repartimiento de los Chupachos, del Corregimiento
de Tarma y Chinchaycocha, y más tarde al Partido de los Chupachos,
de la Sub-delegación de Huánuco.
CHAVÍN. - Chavín o chawin es vocablo cuyo significado se ignora.
Existen dos poblaciones con este nombre: Chavin de Pariarca (Hua-
malíes) y Chavín de Huantar (Huari, Ancash). En lengua achague,
chavi es tigre, y chavilla: lanza. En 15 83 el rrRepartimiento de Pa-
riairga" tenía los pUr~blos de San Pedro de Guarqui y San Cristóbal
de Chaquín. Vásquez de Espinoza menciona el "repartimiento de
Pariarca".
CHAVINILLO. - Es palabra formada por cawin: centro, interior,
y la partícula diminutiva castellana, illo; resultando: Chavinillo: pe-
queño Chavín. El español convirtió la w en v, por facilidad fonética.
En los Títulos de la Comunidad de Indígenas qUr~ data de 1596, apa-
rece como San Juan de Chavín, de la encomienda de don Juan de
Argama. En 163 6 se escribe ya Cha vinillo, seguramente para dife-
renciarlo de Chavín de Pariarca. En la Relación del Virrey Enríquez,
15 8 3, figura como "San Juan de Cacha", pueblo del Repartimiento
de Guamalí.es, encomendado a don Martín de Guzmán. En la Memoria
de la segunda Visita del Arzobispo Mogrovejo, dice: "Sant Joan de
Racha", anr~xo a la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción
de los Baños, 1593 24 • (Rachag-zapo-, fué probablemente su primitivo
nombre).
CHINCHAO. - Deriva de chinchay: tigrillo. Probablemente se nom-
bró así a la zona por la existencia de este felino. O acaso por adorar
\ a dicho animal sus primitivos pobladores. Chinchao aparece como inte-
grante de la "provincia" encomendada por Pizarra a Nicolás de Rivera
el Mozo, en 1536. Así también en el tenor de la Visita de Ortiz de
Zúñiga, 15 62, está considerado como pueblo dd Repartimiento de
los Chupachos. Entonces se le escribía como hoy: Chinchao.
CttoLÓN. -Territorio selvático del actual distrito de su nombre.
Fué ocupado por tribus genéricamente llamados cholones, catequi-

23 D. GUTIERRE DE CASTRO: Relación de Caciques, p11chacas ayilos, etc., existentes


en la zona sur de la Ciudad de Huánuco, desde 1601 a 1626. Incluída en Monografía Ecle-
siástica de la Diócesis de Huánuco y ]unín, por Monseñor Berroa. p. 37 y siguientes.
24 Diario de la segunda visita pastoral, que hizo de su arquidiócesis el ilustrísimo señ01'
don T01'ibio Alfonso de Mognwejo, Arzobispo de Los Reyes. "Revista del Archivo Nacional
del Perú". T. 11, Entrega 1~, 1921, p. 75.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO

zados por franciscanos y jesuítas. De aquí su nominac10n singular:


cholón. Dícese también del cholo: mestizo indio-hispano de propor-
ciones atléticas: cholón.
CHuPÁN. - Está formado por chupa: rabo, cola, término, palabra
a la que agregando una n quiere decir: su rabo, su cola, lo último. En
1583 y 1593 lo visitó Santo Toribio de Mogrovejo, en cuyo Diario
se anotó: "Santiago de Chupán"; siendo entonces, en lo religioso, depen-
di.~nte de la Parroquia Mercedaria de Baños.
CHUQUIS. - P ara unos proviene de chnquí: graznido de un zorzal
asustado. Para otros de chuqui: oro. Según Garcilaso, chuqui era un
pequeño instrumell'to que usaban los incas; una especie de cucharilla.
En la Relación del Virrey Enríquez, 1583, se consignad "Asiento de
Chuqui, del repartimiento de Ancas y Yacas, de la encomienda de don
Martín Guzmán". En 1586 y 1593, lo visitó Santo Toribio de Mogro-
vejo. En la nómina de dicha visita está: San Lucas de Choque; y era
anexo de la Parroquia de Nuestra Señora de Baños.
CHURUBAMBA. - Se dice de dos camellones que se extingu.cn; y
también quiere decir: pequeña pampa; de churu: pequeño, y bamba o
pani.pa: llanura. En 1765, "Santa Cruz de Churubamba", era uno de
los pueblos d,c la provincia de Huánuco, en el Curato de Santa María
del Valle, conforme a la Descripción del Arzobispado de Lima, del
Dr. Cosme Bueno 25 •
HuACAR. - Fácil es hallar su etimología, si se conviene que es
corrupción de guagar: Uorar. Pero la opinión m ás llevadera es que pro-
viene de waka o huaca: adoratorio. Pues, en el sitio de la actual pobla ~
ción, existían huacas o mochaderos de los indios a la llegada de los
españoles, los que, para dest.~rrar la idolatría, las destruyeron. Aún
más, en el siglo XVI, los frailes franciscanos fundaron una iglesia y
un conventillo. A la p alabra huacas se le habría cambiado la última
letra con una R. Entr e los pueblos visitados por Iñigo Ortiz de Zúñiga,
en 15 62 , figura el de "Huacas", que es el actual Huácar, cuya topo-
grafía y situación recomienda tal Visitador para fundar un nuevo
pueblo para indios. En la Relación del Viirrey Enríquez, 1583, está
como "pueblo de San Miguel de Guaca", d el Repartimiento de los
Chupachos. Por 1620, en la nómina de ayllos del Cura Gutierre de
Castro, es el "pueblo de San Miguel de Huácar", con su cacique Fran-
cisco Y acolca.

2;; CoSM E BuENO: D escripción de las provincias prrfenrcirn t es al Arz obispado de


Lima. La provincia de Huánuco. En "Documentos L iterarios del Perú ". Col e-e. Odriozola.
T. IJI, p. 3 2 y sig ui en tes.
46 HISTORIA DE HUÁNUCO

HuACRACHUCO. - Está formada por huacra o guagra: cuerno, y


chuco: sombrero; o sea: sombrero en forma de cono o cuerno, que era
la prenda distintiva usada por los primitivos habitantes de aquella zona
que constituían la nación de los W acrachucus. Como todas las que
hoy se escriben con h, bajo la Colonia se escribió con g: Guacrachuco.
En la Relación del Virrey Enríquez, dice: "Repartimiento de Guacara-
chuco". Cuando el Arzobispo Toribio de Mogrovejo lo visitó en 15 86
y 1593, el "pueblo de Santo Domingo de Huacrachuco" era cabeza
de Parroquia, con sus anexos: San Sebastián d,~ Yamos y un obraje.
HUALLANCA. -En quechua huallanca es un cauctus espinoso. Y
probable es que, por la abundancia de esta planta, comenzó a llamarse
así a dicho lugar. A raíz del descubrimiento de minerales de plata,
1779, se la nombra Huallanca, y tiempo después Asiento Real de
Huallanca; y Paz Soldán, en 1863, consigna: Huallanga. (En la Me-
moria del Virrey Jáuregui aparece como "estancia de ganados" del
Marqués de Carpa y don Gaspar de la Puente Ibáñez, jurisdicción del
pueblo de Huánuco el Vi,=jo. Por su parte, Hipólito Ruiz, dice: "en
los años 1778 y 1779 fueron descubiertas muchas Minas de plata
de buena ley en el Asiento de Huayanca. Con este motivo se ha fun-
dado allí una población de más de 500 vecinos, quando en el año de
1776 sólo habitaban aquel sitio Vicuñas y Huanacos" 26 •
HuALLAGA. - Singular de hu.allagas, o guallagas o hwallgas, tribu
selvática que habitaba en las márgenes del río conocido hoy con tal
nombre, en la zona cercana a Moyobamba. Los indios le llamaron
Píleo Mayu, Bumb1t1n o Bombon. En los años de la conquista y bajo
la Colonia, se le conoció como río de los Motilones, río Huánuco y
finalmente Huallaga. "Guallaga o Guarixa; que en lengua mayna
significa río de hacia abajo", expresa el Padre Francisco de Figue-
roa 27 • Huallaga, en dialecto aimara, quiere decir: río grande; en que-
chua, huallgaxes: collar. Huallaha consigna, 1779, Hipólito Ruiz:
Sale del Río que "desciende de las Cordilleras, Punas y Serranías ...
pasa por Huánuco, donde lo llaman Pilleo, y (que) por el territorio
de los indios Lamas toma el nombre de Huallaha" 28 • Desde d siglo
XVI al XVIII, se escribe Guallaga.

2G HrPÓLITo Rurz: Relación del viaje, etc. T. 1 9 • Capt. XXVII: Descripción de la


Provincia de Huamalíes, p. 180.
27 "Éste es de Guánuco de los Caballeros, que tiene su origen a las espaldas· o ver-
tientes, jurisdicción de aquella ciudad'', agrega. "Relación de las Misiones de la Compañía
de Jesús en el país de los Maynas". T. 1 9 • Capt. XII, p. 78.
28 H. Rurz: Relación del Viaje, etc. Capt. XII, p. 77.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 47
HuACAYBAMBA. - Se traduce por: valle del llanto; de wagar:
llorar, y bamba: valle, llanura. También puede significar: llanura
del adoratorio; de huaca o waka: adoratorio, y ba111ba: pampa o llanura.
En el documento oficial Relación del Virrey Enríquez, l 583, "San Pedro
de Guacaybamba" es pueblo que, con San Antonio de Mancha, en el
Corregimiento de Huamalíes., formaban el Repartimiento de Mancha,
encomendado a don Juan Manuel de Saavedra. En 15 86 y 1593, años
en que lo visitara el Arzobispo Mogrovejo, San Pedro de Huacaybamba
era cabeza de Parroquia, con sus anexos: Cochabamba, Yumba, San-
tiago de Asa, Colea y Lurigancha. En la Descripción del Arzobispado
de Lima de Cosme Bueno, 1766, el "Curato de Huacaybamba", pro-
vincia d,c Huamalíes, tenía los anexos de Rundubamba y Huarigancha.
HuAMALÍEs. - Proviene de la palabra quechua guamali: lugar,
morada o templo del gumnañ: halcón. Esta ave fué, seguramente, el
animal totémico de los primitivos habitantes. de la alta cuenca del
río Marañón y particularmente de las márg.cnes de los que forman:
el Lauricocha y el Nupe. Con tal nombre -guamalies- conocieron los
Incas a los ayllos que viví an en Ía referida zona geográfica. Hemos visto
ya que Gua mali Gua iioco era u na de las partes integrantes de la área
política de Huánuco el Viejo. Bajo la Colonia, el Repartimiento de
Guamalíes, del que derivó el nombre del Corregimiento así llamado,
estaba formado por los pueblos: Dulce Nombre de Jesús, San Fran-
cisco de Guarin, San Pablo y San Juan de Cacha (Chavinillo). Es
decir, dicho Repartimiento comprendía el territorio de los actuales.
distritos de Cauri, Jesús, Baños, Jivia, Rondos, Chacabamba y Chavi-
nillo 29 • Y no cabe duda que el vocablo, emergiendo de este medio geo-
gráfico, se generalizó, en el Virreinato, nominando a toda la compren-
sión del antiguo Wanuku o Huánuco el Viejo. Probable es que la
palabra original quechua fué guamalish o guarmanin: con su guamán.
Pachacuti Yamqui, escribe Guama/lis. En el texto del título de enea-

29 No creemos q_'ue HuamaHes provenga de hiurmbrash o httamash, nombre de un


m onte cercano a Liara. No existe antecedente alguno q_'ue pueda abonar tal afirmación. "Zerre>
de Huamas, y de éste toma su nombre la Provincia por ser el primero que se descubre por
su elevación de las provincias inmediatas", dice una nota puesta al margen del mapa o plan
de la Provincia de Los Huamalíes, levantado por Fr. Eusebio S.ans. (Dleso:ripción Histórica~
Geográfica, Política, Eclesiástica 'Y Militar de la América Meridional .. . ordenada por el
P. Fray Manuel Sobreviela. Lima, 1796. Museo Británico. Incluí do en R elación del Via;e,
etc., de H. Ruiz, T. 2 9 , p. 24.) Hasta el siglo XVIII, Liara, Mir.aflores, Puños Singa, San
Francisco de Yanas constituían el Repartimiento de Icho-Guánuco. Los naturales del S.
d·e Dos de Mayo, en los linderos con la provincia de Daniel Carrión, nombran huamalt
a las cumbres solitarias, a las que veneran. Verbigracia, el Cerro Huamali sito en los límiteSc
de Coquín, al O. de Caina.
48 HISTORIA DE HUÁNUCO

mienda o "depósito" que Pizarro confirió a Nicolás de Rivera el Mozo


-15 3 6- se lree: "Caliche, señor del pueblo de Guamadeo". En un
Informe, 15 48, dice: Guamalejos; y en un expediente de 15 62: Gua-
maes 30 • Estas serían las nominaciones escritas más antiguas de Guamalíes
y luego Huamalíes, que es plural de guamali o huaniali. Hasta el siglo
XVIII se escribió con G; verbigracia: en documentos notariales, títulos
de composiciones de tierras, en los mapas, etc.
HuAYHUASH. -Es nombre quechua de la comadrr:=ja. Llámase
así a la cordillera sita entre Dos de Mayo y Cajatambo. Antiguamente
se escribía guayguash.
JAcAs. - Jacas equivale a cuyes o sucuyes. Cuy, en quechua; y
en dialecto chinchaysimi: jaca: roedor doméstico que vive en los Andes,
o el c:onejo de Indias de los españoles. Existe la creencia de que Jacas
derive de gagas o jajas: cerro o terreno cubierto de peñas o peñolería.
Menos hipotético es que venga de Yacas. Pues, en 15 83, el Reparti-
miento de Ancas y Yacas del Corregimiento de Huamalíes, estaba
encomendado a Martín de Guzmán; siendo sus pueblos componentes:
Asiento de Chuquis, la Concepción de Conis (Baños) y San Antonio
de Rondos. (Relación del Virrey En¡ríquez.) Vásquez de Espinoza,
1616, anotó: "Repartimiento de Gacas".
J1v1A. - Originalmente se escribió Xiuia, y, más tarde, Jivia. No
conocemos la etimología de esta palabra. Parece que procediera de
shiua: papa que sirve para semillaje o, mejor, es una papa con brotes
de nuevas plantas. Jivia es nombre de un pez dre alta mar, en forma
de sierpe. En los libros bautismales de la Colonia figura Jibia.
LAURICOCHA. - Este vocablo indígena sirve para designar el lago
que se halla en los lind,~s de la provincia de Dos de Mayo. Está for-
mado de dos términos que se descomponen así: lauri o yauri: azul,
y cocha o gocha: laguna. Laguna azul sería su traducción literal.
LLATA. -Viene de llacta, palabra quechua que significa pueblo,
poblado. En efecto, sobre el terreno de la hoy ciudad existía un pueblo
preincaico, cuyas ruinas pueden verse confundidas con los muros de
las actuales casas. Hasta mediado el siglo XVIII, en textos y documen-
tos, figura Llacta o Espíritu Santo de Llacta. Tal en los Diarios de las
visitas del Arzobispo Mogrovejo, 1586 y 1593. Entonces eran anexos
de la Parroquia de Llacta, los pueblos de Puños, Miraflores, Singa y

30 Autos seguidos por Hernando Maquirique con el encomendero Juan Sánchez Fal-
cón, etc. Archivo Nacional de Lima. Derecho Indígena y Encomienda. Leg. N9 1. Cua-
de~no 3. Año l 562.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 49

Punchao. No hay, pues, duda que su origen está en llacta: pueblo;


habiendo perdido la c intermedia.
MARGOS- Se llama así, dicen los naturales de aquel pueblo, por
una planta herbácea marku, abundante en sus lindes. Se le menciona
en la Relación de la Visita del Arzobispo Mogrovejo, 1593: ..el pueblo
de Espíritu Santo de Margos", anexo de la Doctrina del Dulce Nombre
de Jesús. En la nómina de ayllos del Cura Gutierre de Castro, se
lee: .. 1625. Pueblo de Margos del ayllo Sihuas, su cacique don Juan
Huacho".
ÜBAS. - Corrupción de upas: sordos, según unos; y de cohuas:
ocas, según otros. Se conocía también con tal nombre a una tribu de
gentes de nariz larga: obas. Vásquez de Espinoza señala el .. Reparti-
miento de Obas", 1616. Antiguamente se escribió Hobas, después
Obas.
PACHAS. - Existen diversas opiniones sobre su etimología. Se cree
que pudiera derivar de pacchas: vertientes, o de pakcha que, en Chin-
chaysuyo, significa araña. Otros dicen de pachac: cien; también de
pacha: barriga, tierra; y, finalmente, dre chachas: ancianos. En la Re-
lación del Virrey Enrí quez de 15 8 3, se le llama San Lorenzo de Cha-
chas, del Repartimiento de Ichoca-Guanuco. En 1616 Vásquez de
Espinoza escribe: "Pachas Lascanga". En la nómina de ayllos de Gu-
tierre de Castro, está: "1617. Ayllo Mayo de los Incas del pueblo
de San Lorenzo de Pachas, su cacique don Francisco Aragulluco,
encomienda de Pedro López de Toledo, vecino de Huánuco". Por
este último dato se infiere que, bajo el Imperio Incaico, vivirían en
su zona 100 familia o una pachaca. De aquí provendría su nombre.
Producida la reducción o fundación de nuevos pueblos en el Corregi-
miento de Huamalíes -1571-1573-, los españoles sustituyeron la
última sílaba de pachaca por la S, quedando Pachas.
PACHITEA. - Es nombre del río que naciendo en la Cordillera de
Huachón (Ulcumayo, Tarma), recorre los valles de Huancabamba,
Oxapampa, Churubamba, Pozuzo, Chuchuras y Palcazu. Nadie ha
estudiado su etimología toponímica. Tal vez resulte de la corrupción
de los vocablos quechuas: pacha tiyag, cuya traducción sería: neblina
que se asienta. (Paz Soldán escribe Pachitea.c, afianzando lo que aca-
bamos de decir.)
PANAO. - Según todos los opinantes es derivado de panataguas:
tribu salvaje que habitaba en los territorios de la actual provincia de
Pachitea y catequizada por los frailes franciscanos y jesuítas, desde
15 57, año en que se escribe: panataguas. Panatagiw está formada d,e
50 HISTORIA DE HUÁNUCO

dos términos quechuas: pani y tagu1a: cuatro hermanos; de pani:


hermanos y tagiuTJ: cuatro. O pudiera ser variación de panau: cierta
yerbecilla de la flora autóctona que los indios del Tahuantinsuyo em-
pleaban para teñir, conforme a la afirmación de Guarnan Poma.
PATAY-RONDOS. - Patay, en quechua, significa: altura, arriba; y
rondos viene de runtos: huevo; o sea: huevo de arriba.
PuÑos. - Puños es derivado de puñury: duérmete, durmiente. Con-
forme a la Relación del Virrey Enrí quez, 1 58 3, Puños era pueblo com-
ponente del Repartimiento de Ichoca-Guanuco. En 159 5, año en que
lo visitó Santo Toribio de Mogrovejo, en lo espiritual, era anexo de
la Doctrina de Llata. Por 1780, Puños, juntamente con Miraflores,
dependía del Curato de Llata.
QUEIWPALCA. - Está formada de dos palabras: ckero: vasija orna-
mental de madera o simplemente madera, y palcay: quebrada que se
bifurca. Al castellanizarse perdió la y final. A raíz de habers·e des-
cubierto en su área minerales de plata, en 17 8 5, comenzó a nombrár-
sele como Asiento de Queropalca.
Qu1v1LLA. - Acaso provenga de quiwlla o qewlla: gaviota de río,
abundante en el lugar y por donde corre el Marañón. En dialecto
chinchaysimi se dice también así de una hondonada en forma de plato:
quiulla. En el siglo XVIII, fué importante obraje de tejidos de lana.
En 1766 aparece en la Descripción de Cosme Bueno como anexo al
Curato de Pachas. Por estos años, con el nombre de Nuestra Señora
de la Peña de Francia de Qeivilla, sirvió de sede de los cornegidores
de Huamalíes. Como lugar de corrección y prisión, a su área eran
conducidos los reclusos de Huaylas, por no existir en esa provincia
suficiente seguridad, según el Virrey Guirior.
RoNDOS. - En quechua al granizo se nombra ru'r!ito. Así también
al huevo de ave se llama runto o runtu. Con esta última palabra se
nombra, asimismo, a toda cosa dura. Rondos, ya dijimos, deriva de
runtus. Existen varios pueblos con tal nominativo: San Antonio de
Rondos (Dos de Mayo), Santiago de Rondos (Huánuco), etc. En
15 62 Ortiz de Zúñiga visitó el pueblo de "Rondos, del repartimiento
de los Chupachos". En la Relación del Vinrey Enríquez, San Anto-
nio de Rondos es del Repartimiento de Ancas y Yacas. Entre los
pueblos nombrados por el Arzobispo Mogrovejo, 1586 y 1593, está
"Santiago d,e Zontos" (Huánuco).
RuPA-RUPA. - Es corrupción del quechua ruphak: quemante o
región caliente. Con tal nombre se conocía en la geografía incaica
a la zona de selva que se extendía al Oriente y Nor-Oriente de la
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 5l

actual ciudad de Huánuco; nombre con el que prosiguieron llam án-


dolo los españoles. En el siglo XVI a dicha zona se le decía también
"provincia d,e Pacay".
SILLAPATA. - Siklla es baile, y pata: altura; o sea: sillapata quiere
decir: monte de la alegría. En chinchaysimi, sicllag equivale a: derrum-
barse, y pata: falda alta o planicie. Este nombre parece toponímico
del lugar, que es pequeña llanura sobre un promontorio de terreno
deleznable. En 15 82, el "pueblo de Santa Ana de Sicllapata" formaba
el Repartimiento de Allauca GU'anuco, de la encomienda de don Diego
de Tarazona. Cosme Bm:~no en su Descripción citada, consigna Silla-
pata como ccanexo del Curato de Pachas, provincia de Guamalíes",
1765.
SINGA. - Según algunos lingüistas proviene de shinca: borracho,
embriagado. Otros aseveran que es derivado de shinga: piedra pómez
o yeso blanquizco cristalizado) tan abundante en el lugar. Senka es
nariz. No sería aventurado sostener que la palabra original de Singa
sea senka, y que pronunciada por los españoles resultó Singa, trans-
formando la vocal o por la i, y la e por la g. Pues, cerca al actual
pueblo existe un paraje nombrado Shinca, por una roca en forma de
nariz. En la Relación del Virrey Enríquez, 1583, está "San Pedro y San
Pablo de Xinga" como pueblo integrante del Repartimiento de Ichoca-
gzumuco, encomt¡ndada a doña Antonia de Velásquez. Santo Toribio de
Mogrovejo lo visitó en 1586 y 1593, siendo entonces pueblo anexo
a la Parroquia o Doctrina de Llacta. Diego Andrés Rocha en su "Ori-
gen de los Indios del Perú, México, Santa Fe y Chile", 16 61, T. 1Q,
p. 89, escribe: ccEn la provincia de Guamalíes de esta América, está
el pueblo y río de Zinga, nombre originario, sin duda, del célebre
y famoso río de Cataluña nombrado Zinga o Cinga".
TANTAMAYO. -Viene de tantay: reunirse y mayu,: río. La tra-
ducción literal sería: río que engruesa. Según Berroa, Tantamayo
quiere decir río traposo, por ser el dre tal nombre de reducidas aguas.
TINGO MARÍA. -Está formado de dos palabras: tingo y María.
Tingo, en quechua, es reunión de ríos, y también parte v adeable o
dormida de sus aguas. Ignoramos por qué se llama Tingo María. Al-
guien dice que se le denominó así por residir en tal lugar don de se une
el río Monzón al Huallaga, una bella mujer de tal nombre: María.
Se asegura que el portugués Sebastián Martins fundó el pueblo llamado
así, a comienzos de 1800; poniéndole María en homenaje a su esposa,
poblándolo con chalanes de Uchiza, Pachora, Saposoa, etc. También
se dice que, en la ribera opuesta a la que ocupa hoy la población,,
52 HISTORIA DE HUÁNUCO

don Mariano Rosales fundó un caserío con el nombre de San Antonio


de Tingo María, levantando una capilla dedicada al culto de tal
santo.
ToMA YQUICHUA. - Es voz compuesta de tumuy o tumay: valle
y quichua o qheswa: tierra templada, siendo su traducción: valle
templado. Primitivamente debe haberse escrito tumayquichua. Huayna
Capac sometió, según los cronistas, al poderoso Apu de los Tumay-
quichuas.
UMARI. -Debe derivar de ukmnari: oso. O también de uma:
cabeza, y ri: hazlo; hazlo con cabeza.
YANAS. - Yanas equivale a negro; de yana: negro, y la letra s
que la ha pluralizado conforme a la regla castiellana. Yana es también
consorte y trabajador. (En quechua el plural de yana sería yanacunas.)
Los yanas eran los esclavos en el Imperio Incaico, o los vencidos y
condenados a duros trabajos. De ello deriva yanacunas: trabajadores
u oficiales del Inca; y finalmente yanaco-nas que, en su acepción actual,
es el arrendatario de tierras, en la costa. Pudiera ser que el pueblo que
nos ocupa se le nombró yanas, porque dentro de su radio vivieron
artesanos del Inca, o Srería lugar de trabajo forzado para prisioneros
y rebeldes. En 1616 Vásquez de Espinoza cita "Yanas: repartimiento
del Corregimiento de Huamalíes". En la Relación del Virey Enríquez
figura como "repartimiento de Y anamates", encomendado a Martín de
Guzmán.
YARUMAYO. -Quiere decir de donde sale el río, o &ea: jC11rak: que
sale, y mayu: río. Y en diversos instrumentos Yarumayo aparece como
obraje, desde el siglo XVIII.

La nomenclatura de orden histórico, se ha formado en las épocas


Colonial y Republicana.
Pert~n ccen a la primera o Colonial, los nombres impuestos por los
españoles, llamándose ellos descubridores, colonizadores, pacificadores,
corregidores, visitadores, etc., que recorrieron o vivieron en el ámbito
del territorio huanuqueño, desde 15 39.
Mediante esta nomenclatura, se puede establecer la ubicación de
las primeras estancias, haciendas y particularmente de las poblaciones
fundadas por los conquistadores. Vale declarar que, muchas de estas
nominaciones, han sido absorbidas por la etimología quechua; verbi-
gracia, en la designación de los pueblos en que el nombre oriundo le
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 53
precedía el de un Santo dd Calendario cristiano. O, también, el mo-
dernismo, el oficialismo y la ignorancia, que casi siempre anduvieron
juntos, han suplido los nombres aborígenes por otros caprichosos;
destruyendo el camino que sirve para desentrañar la historia y la geo-
grafía ciertos de un lugar o región. Así en el distrito de Jesús, al
antiguo poblado de Lacash se le ha bautizado Concepción; en Pachas,
al cacerío de Su.klo se le llama Bellavista; nombres que nada nos dicen,
si no la insensatez de quienes patrocinaron y permitieron tal cambio.
Dentro de la época Republicana, caben los nombres de carácter
histórico de las poblaciones surgidas después de 1821, sea en forma
oficial o particular.
Citemos, a continuación, los nombres de carácter histórico de
las poblaciones y demás de la geografía de Huánuco 31 •
BAÑOS. - El área de la actual población se llamó por los indios:
Conog: caliente, tibio. Pues, existe un caudaloso manantial de agua
termal y donde los incas construyeron unas termas para tomar baños.
Los españoles, al fundar el pueblo, le pusieron el nombre de Nuestra
Señora de la Concepción de Coni. En la Relación del Virrey Enrí-
qwez, 15 8 3, aparece como «pueblo de la Concepción de Coni", del
Repartimiento de los Ancas y Yacas, Corregimiento de Huamalíes.
Santo Toribio de Mogrovejo lo visitó por dos veces, 1583 y 1593;
siendo entonces Parroquia Mercedaria, y la nombra Nuestra Señora
de la Concepción de los Baños. El cosmógrafo Cosme Bueno, en 1766,
escribe: "el curato de Baños tiene los siguientes anexos: Rondos, Chu-
pán, Quipas, Marías y Margos.
Dos DE NlA YO. - Su nombre se debe a la Ley de 5 de Noviembre
de 1870, en virtud de la que se erigió la provincia, dividiéndose en
dos la antigua de Huamalíes. Se llamó así para recordar el triunfo
del combate de 2 de Mayo de 1866, librado en la rada del Callao
entre la escuadra aliada -peruano-chilena- y la española.
JEsÚs. -Dulce Nombre de Jesús, es nombre impuesto por los espa-
ñoles al fundar el pueblo en 1572. En documentos antiguos se lee:
«Jesús de Nucón o Ñucón". Pues, el pequeño valle sobre el que des-
cansa era conocido por los indios inmemorialmente como Nucón o
Ñucón, que, en quechua del Cusco, quiere decir: cerebro. Pudiera
haber sido el centro o cerebro de los pueblos de las tribus huamalíes,
sus primitivos pobladores. En la Relación del Virrey Enríqwez, 15 83,

31 Poco se ha escrito sobre las topcnimias etimológicas del depa~A:amento. Algunos


apuntes ha publicado N. S. Vara Cadillo, nominados Toponimias de las fuentes del M arañrí11.
"Revista His:órica". T. VI. Entrg. 1, año 1937, p. 24.
54 HISTORIA DE HUÁNUCO

figura como pueblo del "Dulce Nombre de Jesús'', del Repartimien1:o


de Guamalíes o Huamalí-Huánuco, encomendado a doña Juana de
Castañeda. Conforme a éste y otros documentos oficiales, era la "ca-
beza" del Corregimiento de Huamalíes. Cuando el Arzobispo Mogro-
vejo lo visitó, 1586 y 1593, la "Doctrina del Nombre de Jesús"
era Parroquia Mercedaria, atendida por Fray Andrés Vela, con sus
anexos: Espíritu Santo de Margas, San Francisco de Huarín, San
Juan de Choras y Cauri. El Cura Gutierre de Castro en su Relación
de Ayl!os, escribe: "Pueblo de Nucón del Dulce Nombne de Jesús,
ayllo Carhuan, cacique don Juan Collaatoc". Fray Vásquez de Es-
pinoza, 1614, al dar la nómina de los repartimientos de Huamalíes,
dice: "Huamalíes de Nocón". El Dr. Cosme Bueno, anota: "Curato
de Jesús, con 4 pueblos anexos: Jivia, Huarín, Choras, y Yacos".
(Descripción del Arzobispado de Li1na.) En los mapas de la Intenden-
cia de Tarma trazados en 1790; por Fray Manuel de Sobreviela, ver-
bigracia, aparece Jesús, como hoy se le nombra.
LA UNIÓN. -Al crearse la provincia de Dos de Mayo, se designó
como capital el "pueblo de Aguamiro". Pero por Ley de 5 de febrero
de 1875, se dispuso que los pueblos de Aguamiro y Ripán, en ambas
márgenes del río Ishpac, formasen uno solo con el nombre de Villa
d,e La Unión. Aguamiro es palabra compuesta de ahuac: tejido, teje-
dor, y mirac: aumentar o el que aumenta. Su traducción sería: telar
o fábrica de tejidos. En el régimen Inca en el lugarejo se trabajaban
telas por los mitimaes. Bajo la Colonia fué obraje y tambo, hasta
el siglo XVIII. "Tambo de Aguamiro", l,e nombra Calancha en su
"Crónica Moralizada" aparecida en 16~0. Cosme Bueno, en su tantas
veces citada Descripción del Arzobispado de . Lima, lo menciona como
cacería anexo al Curato de Pachas, 1766. Una versión sobre la eti-
mología d.::} nombre, recogida por Raymondi, dice que la palabra
aguamiro proviene de agua y miro. Que un español, de los primeros
que pasaron por el lugar en los años de la Conquista, al contemplar
la quebrada desde el borde de la planici.e de Huánuco el Viejo y al
ser interrogado qué veía, contestó: agua miro. Otra es la que afirma
que se nombra así, porque el pueblo mira al río que pasa por delan-
t1e 32 • Ripán puede provenir de rican: está viendo; o rieran: su brazo.
Cambiando la e de la primera palabra por la p, o por las letras cr
con la p· en la segunda, saldría Ripá11.

3'.! Itinerario de los viajes de Raymündi en el Perú. "De Lima a Huánuco y regreso
por la provincia de Huamalíes". "Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima". Año XVI,
T. XIX, 1906, p. 421.
ASPECTO GEOGRÁFICO TOPONÍMICO 55
MARAÑÓN. - Río que nace en la provincia de Dos de Mayo. El
nombre indígena del río fué Tung1,iralnui. Hasta mediados del siglo
XVI se le conoció con el de Bracamoros, como afirma Aguilar y de
Córdoba; y hasta fines dd mencionado siglo se le llamó Marañón al
actual río Amazonas. Unos afirman que el nombre Marañón, pro-
viene de maraña, por lo laberintoso de su cauce; y otros creen que es
del apellido del español que lo descubrió.
MONZÓN. - El nombre del río y zona selvática llamado así, acaso
provenga del viento periódico que sopla, llamado monzón. O, quien
sabe, de mushon, término quechua que significa mudanza, cambio,
nuevo.
MIRAFLORES. - En 15 8 3 figura en la Relación del Virrey Enrí quez
como "San Nicolás de Miraflores", del Repartimiento de Icho-Guanuco,
Corregimiento de Huamalíes. Era anexo de la Parroquia de Llata, en
1593, cuando lo visitara Santo Toribio de Mogrovejo y con tal carácter
prosiguió hasta fines del siglo XVIII. .
SAN RAFAEL. - La nominación más antigua la da el Cura Gutierre
de Castro, 1616: "Asiento de San Rafael, de Gabriel N úñez Es-
quive!". Fué obraje de dicho encomrendero, residente en Huánuco.
SANTA MARÍA DEL VALLE. - Los españoles al emigrar de Huánuco
el Viejo al valle Pilco, 1539, le llamaron "Nuestra Señora de Mont-
serrat de Coni". Años más tarde, los frailes franciscanos que en su
área instalaron un conventillo de dicha orden, le nombraron "Santa
María del Valle". En 1583, el "pueblo de Nuestra Señora de Mont-
serrat de Coni", era integrante del Repartimiento de los Chupachos.
(Relación del Virrey Enríquez). En 1766, la t•Parroquia de Santa
M ar ía del Valle", contaba con los anexos: Churubamba, Llacón, Pacha-
bamba, Pachacoto, -alias Quera- Pomacucho, Cani, Pillao, Chin-
chao, Acomayo y Panao. (Descripción- de Cosme Bueno). Cuando
en 1785 se creó la Intendencia d.e Tarma, "El Valle" era uno de los
pueblos del Partido de los Chupachos, de la Subdelegación de Huánuco.
VIZCARRA. - Es nombre impuesto por el Consejo Municipal de
Aguamiro, el 19 de diciembre de 1870, al río Ispac, Ishpag, Huallanca o,
antiguo Chuquibamba, en homenaje al Prefecto de Huánuco Coronel
Pedro C. Vizcarra, bajo cuyo mando se inauguró la provincia de Dos
de Mayo: 3 O de noviembre de 1870. (Cuán afortunado funcionario,
q ue pasó a la posteridad por un viajecito a la hoy capital de la nom-
brada provincia).
SEGUNDA PARTE

ÉPOCAS PREINCA E INCA


CAP ÍTULO I

LOS PRIMITIVOS POBLADORES DEL TERRITORIO


DE HUÁNUCO

Los wium ukos o huanucos. Su procedencia. Estado cultitral. El antiguo Imperio Andino de
Y arowilca o del Chinchaysuyo. Las épocas por las que pasó. La dinas tia de los Y arowilcas.
W-uanuko-Marca capital y sede de los Yarowilcas. Las noticias de Guaman Poma y las inves-
tigaciones de la arqueología actual. Los chupachos, los huacrachucos. Su distribución geográfica
y grado de civilización. La matriz o tronco Chavín de las culturas de estas naciones. Los
panatahuas y otras tribus selváticas.

En tiempos anteriores a los Incas, dentro de los actuales linderos


del departamento de Huánuco, habitaban diversas naciones, cuyo estado
cultural variaba desde la del tipo s.eñorial al de una primitiva barbarie.
Entre ellas estaban la de los huanucos, chupachos, panatahuas y demás.
WUANUKOS o HuANUCOS 1 • --Geográficamente, lo:> huanucos ocu-
paban la totalidad del área de las provincias de Dos de Mayo y
Huarnalíes, y parte de la de Huánuco. Desde las nacientes del río
Marañón y sus afluentes de ambas riberas, hasta Pinra, cerca de Hua-
crachuco, y las cordilleras Occidental y Oriental que encierran la alta
cuenca de dicho río.
¿De dónde procedían los huanucos? No se ha esclarecido su origen
antropológico ni etnológico. Conforme a la teoría del profesor Paul
Rivet, creernos que sus antecesores, provenientes del N. y E. de las An-
tillas y de las Guayanas, llegaron a través de la selva, en continuas mi-

1 Ver en este libro: Capit. II: Toponimia huanuqueña. Con el nombre de w111muko,
guanuco o huanuco ~nosotros lo usamos conforme a la última acepción- se conoció
desde tiempos inmemoriales, a la extensa zona de las fuentes del río Marañón; y los Incas
la in cor.po·raron a su geografía y léxico.
60 HISTORIA DE HU ÁNUCO

graciones hacia las altas tierras huanuqueñas, preferidas acaso por estra-
tégicas, ricas o saludables. De este hecho, de este paso de la selva a la
sierra, se conservan huellas: piedras grabadas con motivos amazónicos,
dibujos, tradiciones y leyendas 2 • Establecidas esas tribus en aquella

2 El profesor Dr. Paul Rivet, que ha estudiado el desarrollo de las civilizaciones andi-
nas, dice que las culturas . en Sud-América descansan sobre una base común, cuya fuente
primaria está en las cuencas del Amazonas y del Orinoco, de donde proceden las migraciones.
Cada una de estas migraciones condujeron aspect os específicos de cultura a las tierras
andinas, en las que experimentaron posterior desarrollo. Sostiene, asimismo, que una inva-
sión de Centro América -Arawak y Maya- no sólo introdujo rasgos culturales y un idioma,
sino que difundió la técnica metalúrgica precolombina en el Perú. - En las primitivas naciones
amazónicas, se cuentan leyendas y tradiciones respecto de la llegada de hombres de otras
latitudes. Según algunas tradiciones panas, hace muchos siglos, hombres corpulentos armados
de lanzas y venidos del este, sigui~ndo el curso de los ríos amazónicos, llegaron a la región
de Kuninga -territorio de los panas o panos-; pasaron luego al occidente, a la meseta de
los Andes, donde después de mezclar su raza y lengua con la de otros hombres, fundaron
una nación poderosa. Años más tarde los Nahuas establecieron su dominio en la región, a
la que dieron el nombre de Kmiinga. Éstos adoraban al Sol, tenían sacerdotes, estaban
organizados en comunidades, etc. Por otra parte, como• ya se dijo, en el escenario de esta
última nación irrumpieron los Arawakos, originarios del Macizo Guayano 'Y del río Ori-
noco. Un ejército de estos hombres de lanza, flechas y honda, disputaron a los panos
los ríos, quebradas, pongas, remansos y flora, hasta reducirlos en una limitada extensión
territorial, quedando los arawakos dueños de la región de los ríos Pachitea, Apurimac,
Tambo 'Y Urubamba. Y otro ejército, remontando el curso del río Huallaga, se ubicó en las
márgenes derecha e izquierda del río Marañón, fundando, finalmente, una nación floreciente
y de cultura superior con los hombres del Altiplano andino. Bertrand Flornoy confirmando
la teoría del sabio francés, así como las leyendas amaZ·Ónicas, y después de recorrer las
tierras de las provincias de Dos de Mayo, Huamalíes y Marañón, ha escrito: "Desde la latitud
de Huánuco -Huánuco el Viejo-- .hasta la pequeña capital de la provincia de Marañón
-Huacrachuco-- tres puntos de comunicación entre la selva y los Andes ccnservan hue-
llas . . . particularmente cerca del pueblo de Arancay. . . unos pueblos que venían de la
región Amazónica han dejado huellas desde la isla de Marajo, han alcanzado los Andes en
una zona muy extensa que va del Pongo de Manseriche h~sta la región de Huánuco en el
Sur; sus vías de penetración han sido: el Uctubamba y el Huallaga. Sus primeros puntos
de estacionamiento: Chachapo.y as-Lamud, el este de la provincia de Huamalíes y el nor-
este de Dos de Mayo. Naturalmente se trata de una de las olas migratorias que han alcanzado
los Andes y de la cual uno de sus orígenes debe buscarse en América Oentral, por vía de
las Antillas y de las Guayanas". Agrega Flornoy que su afirmación se funda en tres razones:
"un típico dibujo rupestre: la r<epresentación del escc.r pión hallada en la Guayana fran-
cesa por Greveaux, señalado en el Bajo Amazonas brasileño, vuelto a encontrar en las
construcciones de los barrancos de Uctubamba (Wiener-Langlois) y nuestra misión. d•e 1941,
existe en el Alto Amazonas particularmente cerca de Huacrachuco y mucho más cerca de
Rondos (Dos de Mayo); la abundancia de ruinas preincaicas correspondientes a la época
Chavín y en una época de cultura «loe.a l»; y en la unidad de las ruinas". Dice más: "La
vía de acceso que sin duda usaban, no era el Marañón, por lo demás bastante dificultoso
y poco navegable, pero sin duda el Huallaga y sus afluentes de la izquierda". En pos de las
fuentes del rio Marañón. "El Comercio". Lima, 23 de setiembre, 1947. Edc. de la tarde,
p. 8. El mismo explorador respecto al origen de las ruinas preincaicas de Dos de Mayo,
declara: "Los orígenes selváticos de esta cultura son casi seguros. Los restos de cerámica
recuerdan el estilo de la selva y sus casas más antiguas, de un sólo piso, tienen la misma
ÉPOCAS PR EIN CA E INCA 61

zona territorial, se dedicaron al pastoreo, a la agricultura; aprendieron


o desarrollaron las artes: textil, cerámica y la metalurgia; construyeron
sus fortalezas, templos y pueblos; domesticaron y aclimataron diversos
animales y plantas oriundos de los Andes, así como procedentes de la
región sdvática.
Indudable es que, desde el tiempo de arribo a su organizac10n y
diversas etapas de su desarrollo, transcurrieron algunos milenios. Para
Gu arnan Poma, que recogió la tradición oral respecto de ellos, y de cuyo
linaje se enorgullece, la "generación de los yarowilcas" -huanucos-
se remonta a las primeras edades del Hombre Andino; y que, como na-
ción, era mucho más antigua que la de los Incas.
Aunque no diéramos crédito a esta afirmación y tesis que también
'es repetida por Montesinos; lo cierto es que cuando llegaron los cus-
q ueños, los hombres que vivían en la cuenca geográfica del Alto Ma-
rañ ón y sus confines, h abían alcanzado un notable grado de civilización
original ; o, mejor, salidos ya de la primitiva barbarie, tenían una pe-
culiar organización de vid a social. Esta aseveración es corroborada por
las investigaciones arqueológicas del profesor Julio C. Tello y otros,
quienes califican a estas tierras como el centro d,c las Civilizaciones
Chavín-Cotosh y Yarowilca 3 •

inspiración que los de la mont añ a: la forma c ornea. Algun as piedras grabadas r eproducen
el jaguar, el cul to a la serpiente se m anifiesta en d ive rsas formas: los h uacos al r<eproducir
formas h umanas ma r can los rasgos fí sicos c aracterí sticos de los tipos sel váticos . Sin embargo,
esta cultura es autóctona. ( H allan rascacielos incaicos de hasta cinco pisos ). "La Prensa" ,
Lima, 17 de n oviembre, 19 56. El explor ador galo ha r esu mido sus in vest igaci on es en dos
trabajos imitulados : "Explor ation Archeologique de L 'Alto Marañón", ("Travaux de
L'Institu t F r an<;a is D 'Étu des Andines". T. V, 1955- 19 56, ps. 51-81); y " M onuments de
la Regían de Tantamayo, Perou", ("Jou rnal des Americanist es, N. S., T. XLVI, 19 57,
ps. 207-225, P arís, 1957. -Empero, con tradicen las mi gra ciones de tribus ya en estado
cultural, los restos hall ados últimamente y que corresponden a la edad cuaternaria de los
Andes. Pues, en la zona de l a Cordillera de Ra u ra -Lagu na de Lau ricocha (D os de Mayo) ,
--en excavaciones practicad as en cuevas a más de 4. 000 metros de altu ra•- el Ing. August o
Cardich, ha encontrado sinnúmero de instrumentos die pied ra y h uesos-raspadores, pu ntas
de hnza, mandíbulas de animales prehistóricos, cerámicas, etc., q ue delatan a u na r aza
o pueblo de caz adores , y cuya an tigüedad se calcul a en di•ez m il años. Estas m uestras
acaso lleven a sostener que, en la regíón de tierras cordill eran as situadas en los o.rígen-es del
río Marañón ~Andes Occidentales- en t iempos remotos poblada de gran fauna mamí-
fera; se sucedieron las culturas de piedra, hueso y cerá,micos. (r'El Comercio", Lim a, 1 de
ab ril, 1958. "L a C rón ica", Lima, 2 1 de marzo, 1958 . "Cultura Peruana", Año X VII I, L ima,
cctu bre, 19 58. Vol. XVIII, N 9 124. (P rehistoria Peru ana. Época Preincaica.)
3 E l área de C:havín-Cotosh comp!"'ende desde Chavín de Huantar al valle del H u a-
llaga, cerca a la ciudad de Huánuco, donde se halla la huaca Cotosh. "Ninguna civiliz:ición
-dice T ello-- t iene caracteres tan definidos y propios como la Civilización de Chavín. Su
62 !-IISTORIA DE HU.ÁNUCO

Políticamente, parece que eran gobernados por un gran Ciiraca o.


Capac Apo, con sucesión hereditaria de padres a hijos, y al que rendían
pleitesía otros sinches o jefes locales. El Capac Apo, afirma Guarnan
Poma, "era rey de otros reyes" que coexistían en los ámbitos del Ma-
rañón 4 • También, conforme a dicho cronista, la principal tribu y de
cuyos ayllos procedían los yarowilcas o casta gobernante era la de los
Atlauca-Guanuko, con sede en Huánuco el Viejo o Wuanuko-Marca.
Otro poderoso ayllo era el de los huamalíes -Huamalli-Guanuco- y
no nación diferente, como opinan cronistas y comentaristas.
En lo religioso, como paganos, adoraban a las fuerzas de la natu-
raleza: a los cerros -jircas-, a los animales: el guanaco: animal to té-

centro más importante se halla en la cuenca del Alto Marañón; y su fr.ea de propagación
muy extensa, sobrepasa los límites del Norte Andino. Dondequiera que se encuentre restos
dte ella, cualquiera que sea la obra edificada o manufacturada o la materia prima usada:
piedra, metal, hueso, arcilla o alguna otra q•ue haya resistido la acción del tiempo, allí
están presentes las vigorosas e inconfundibles creaciones arquitectónicas, escultóricas o pic-
tóricas de una raza extraordinaria, cuyo nombre y recuerdo se ha borrado de la memoria
de los hombres en el correr de los siglos; pero ha dejado los restos innegables de su civili-
zación, tan propia y original, que no tiene parangón entre las otras civilizaciones prehistóricas
sudamericanas". - Son manifestacicnes consideradas como propias de la Civilización Chavín
las siguientes: 19 Edificios de piedra agrupados en ciudadelas amuralladas; templos pirami-
dales formados por una o más plataformas superpuestas atravesadas con galerías interiores
y rellenadas con piedra y barro; y cámaras especiales o adoratorios propiamente dichos en
la parte superior a los que se alcanza mediante escaleras subterráneas de acceso. - 2 9 Obras
escultóricas expcmentes de un arte lítico avanzado: figuras grabadas en alto y bajo relieve,
estatuas y multitud de utensilios de piedra que se encuentran adornando sus templos y dentro
de sus tumbas respectivamente. - 3 9 Cerámica consistente en recipientes monocromos: negro,
gris y rojo, que a primern vista hacen la impresión de vasijas de madera o de piedra, o
fabricadas haciendo uso de un material duro y con herramientas apropiadas para el taladro,
el rebajo, las incisiones y en general el esculpido de las figuras que las ornamentan. El
cuerpo del cántaro es macizo de contornos acentuados, globular; o en ciertos casos con
superficie! facetadas y aristas salientes ; base plana; cuell0 grueso tubular arqueado; labio!
expandidos imitando el talladOI en madera o piedra; con los bordes de los platos y las bocas
de las hollas, gruesos y cortados a bisel. - 4 9 Representaciones de seres demoníacos o míticos,
estructurados a base del tratamiento de un motivo fundamental: la cabeza del felino. Ellas
sen: a) Un dragón de cuerpo alargado, hocico armado con grandes colmillos y patas con
garras, semeja un cocodrilo. Este monstruo. . . lleva en el vientre una enorme boca con
colmillos y en las patas manojos de yuca y ají. Tiene. . . en la misma alegoría a tres ani-
males: un felino, un pez y una ave, buitre o buho. b) Un monstruo felinoide antrojwmor-
fizado.. . e) Un monstruo ornitomorfo humanizado. . . d) Un mcmstruo ictiomorfo . ..
c) Felinos humanizados. - Los restos de la Civilización Chavín se hallan en todas partes
sepultados por los de las otras civilizaciones que le sucedieron ... En la sierra contigua a la
floresta, como en las cuencas del Alto Huallaga y Alto Marañón, se encuentran restos de
Chavín en sus formas clásicas y en toda la riqueza de sus variedades estilísticas". Origen
y desarrollo de las civilizaciones prehistóricas andinas. "Actas y Trabajos Ciendficos del
XXVII Congreso Internacionel de Americanistas". Lima, 1939. T. 19, ps. 676, 680.
4 FELIPE GuAMAN PoMA DE AYALA: Nueva Crónica y Buen Gobierno, p. 1030. (La
Ciudad de Huánuco).
ÉPOCAS PREINCA E INCA 63

mico dd que provenía el nombre de dicha nación (wuanuko-pampa),


el jaguar -tigre americano-, el halcon o guaman, la serpiente -aima-
ru--, el felino, el cóndor; rendían culto a sus muertos o auquillos. Prac-
ticaban también la costumbre de deformarse el cráneo, como distintivo
de sus miembros.
Ci.~za de León relata que "creían en la inmortalidad del ánima"; que
sus sacerdotes y hechiceros se comunicaban con el demonio e interpre-
taban las señales de las estrellas". Este mismo cronista escribe que a sus
nobles o señores, los enterraban en unas bóvedas, en las mismas que
sus mujeres, las más hermosas, esperaban vivas la muerte, ataviadas
con sus mejores prendas y utensilios domésticos, como preparadas para
servir a sus maridos en la ultratumba; y teniendo "por gran felicidad y
bienaventuranza ir juntas con su marido o s~ñor" 5 •
Para sus sacrificios y culto a sus dioses y antepasados, construyeron
templos y tumbas o pucullos. Y tuvieron a los huaris como lugares sa-
grados de donde emergieron sus dioses y primeros habitantes. El Capac
Apo era también el jefe o gran sacerdote de la religión. "Los templos
suyos estaban en lugares convenientes para hacer sus sacrificios y su-
persticiones", agrega Cieza 6 •
Belicosos y afectos a las guerras, levantaron fortalezas en los altos
die los cerros y lugares estratégicos, lo asevera también el citado cronista;
y cuyas ruinas, así como de sus templos, tumbas y pueblos pueden aún
verse hoy, en grandes zonas de las provincias de Dos de Mayo y Hua-
malíes 7 •

5 PEDRO CIEZA DE LEÓN: "La Crónica General del Perú". T. I, Capt. LXXX "Del
asiento de esta ciudad y de la fertilidad de sus campos, y costumbres de los naturales, y de
un hermoso aparento o palacio de Guanuco, edificio de los Incas". p. 245.
6 CIEZA: Libro cit., Capt. cit., p. 24 5.
7 El Dr. Juuo TELLO ha estudiado, en 1935 y 1937, estas ruinas de la margen
izquierda del río Marañón. BERTRAND FLORNOY, por su parte, en 1947 y 1956, ha visitado
algunas de las que quedan en la margen dereaha del nombrado río: Coyar-Caro, Takar,
Pariash, Rapallán, Piruro, Urpish, Atancay.lfambo~ Maram-Patay, Portachuelo, Wlakan,
Susipillo, Pogog, Chapash Uc~e-Rayán Ipango, Ango y Quipas. "Son ruinas de pueblos,
centros fortificados, centros religiosos y centros mortuorios", dice el explorador francés.
Según el mismo escritor, los centros más importantes de estas ruinas están situados en la
provincia de Dos de Mayo alrededor de las capitales de los distritos de Jesús y Chavinillo,
y en la provincia de Huamalíes, en las cercanías de Tantamayo. Siendo la más original,
en Jesús, la fortaleza de Alaca; en Chavinillo la ciudad-fortaleza de Garo; y en Tantamayo
la de Piruro -fortaleza y centro religioso--, Susupillo -centro religioso defendido por
tres fuertes murallas, Isur y Rapallán. Cabe también mención la fortaleza-pueblo de Jagrar:í ,
camino de Llata a Huánuco, en los altos del paraje Irma, la que, en sus varios kilómetro$
de extensión, está cavada en roca viva, en la cumbre de un poderoso contrafuerte, fer,
mando calles superpuestas. La unidad de estos centros, subraya Flornoy, se revela por la
arquitectura e igualmente por la presencia de piedras grabadas: motivos de círculos, eón ,
64 HISTORIA DE HUÁNUCO

Si bien no llegaron a plasmar una original escultura y alfarería, los


restos de sus mitos, ley,~ndas, costumbres y hasta su dialecto -el chin-
chay-simi- difieren de la cultura y mentalidad incaica 8 • Particular-
mente su arquitectura muestra un estilo original y sin precedentes en la
América precolombina. Pues, en los restos de sus construcciones se ha-
llan edificios hasta de seis pisos 9 • Todo ello revela que poseyeron una
civilización de matriz o tronco Chavín, que fué, según el arqueólogo
Tello, la más definida de la Civilización Andina Occidental, y cuyo
epicentro se hallaba en la Cuenca del Alto Marañón 10• O, mejor, socio-

dores y serpientes. Cada uno de estos centros, dice, puede ser considerado como el foco de
una cultura local, que se ha desarrollado durante siglos, en una región determinada·; sin
embargo, puede notarse, desde las altas fuentes del Marañ·Ón a Arancay (Huamalíes) una
unidad cultural característica en plan de sus construcciones, la utilizació~ de los mat·e-
ríales, los medios idénticos de protección, el culto a los muertos y ciertas costumbres, taks
como la deformación del cráneo. "El Comercio'', 7 de septiembre de l 9 5 5 y 29 de septiem-
bre de 19 5 6. (Zona arqueológica de Alto Marañón recorrió Flornoy). - En "Huánuco,
su patrimonio arqueológico", Julio Laguna Céspedes, nos da una relación de las ruinas
más conocidas. "Revista del Instituto Industrial", setiembre, 1955. N 9 2. Huánuco.
8 Entre las leyendas tenemos la del Achcay o genio del mal, las de los Jircar o espí-
ritus tutelares; la de Yana Raman, q'ue explica la formaci·Ón del Lago Lauricocha y el
levantamiento de la Cordillera de los Andes; las leymdas de Huajra-lhuilca, Cara-Hualqui
y Nuna-Nuna, que simbolizan las relaciones o incursiones en tiempos remotos de los
habitantes de la selva hacia la r·e gión. Éstas y otras mu.:has quedan para ser recogidas por
el estudioso.
9 Flornoy ha revelado también la existencia, en la zona de Tantamayo, de casas
de seis pisos, con escalera interior y techo de piedra, llegando a veces a once metros de alto
y siete de ancho. El material de construcción de estos extraordinarios edificios -llamados
rascacielos preincaicos- "es de piedra trabajada en forma de adoquines, unidos unos a
otros con barro. Los interiores son intercomunicados frecuentemente con escaleras de caracol.
Los pisos por su parte, están sostenidos, a modo de vigas, pcr grandes lajas de hasta 2,50
metros y ese mismo material soporta techos que al parecer, no estaban cubiertos de paja
como ocurre en las construcciones mcaicas. La situación de las ruinas debe corresponder
a preocupaciones estratégicas; siempre en sitio.s elevados de· fácil defensa, rodeados por una,
dos y hasta tres murallas de varios metros de altura". Termina el explarador galo expre-
sando que la "región del Alto Marañón es de una increíble riqueza arqueológica. . . El
Alto Marañón debe ser uno de los más antiguos centros de población del Perú, crisol donde
se han formado y desarrollado las más remotas civilizaciones andinas". ("El Comercio",
Lima, 23 de septiembre de 1947, p. 8. "La Prensa", 17 de noviembre de 1956, p. 2. -No
hay duda, pues, que las dichas ruinas ofrecen una fc·rma única de arquitectura civil, corres-
pondiendo a una época anterior a la de los Incas. Éstos ~ólo lev ant aron en aquella región,
algunas construcciones -fortalezas, depósitos, baños termales- como en Chupán Selmín
Masur, Huánuco el Viejo, etc. No tuvieron tiempo, llegaron muy tarde o impla~taron e~
grado pequeño su lenguaje y cultura. Particularmente en la zona selvática, apenas cons-
truyeren algunas fortalezas como las de Colpagua, Angar y Cacapayza, para defenderse de
los salvajes o antis.
10 Para el nombrado profesor Tello, cuatro civilizaciones se desarrollaron antes de
los Incas: Civilización de los Andes Orientales (Chavín como tipo), Civilización de los
Andes Occidentales, Civilizc1cirmes del Litoral del Pacífico y Civilización del Tiahuanaco.
" Las civilizaciones andinas revelan prioridad sobre las de la costa que fueron originadas por
Laguna de Santa Ana, a 4.680 m sobre el nivel del mar. N~cientes del río Marañón. (Foto:
A. Cardich.)

El valle del Huallaga, a 5 km al sur de la ciudad de Huánuco. (Foto: Runcie Graphs.)


~ -·
/'

Pa isaje cerca de la ciu-


dad de Huánuco.
( 1. 820 m .) (Foto:
Udo Schack .)

El Valle del Mon zón


al desembocar en d de
Tingo María. (Foto:
_Udo Schack.)
ÉPOCAS PR EINCA E INCA 65

lógicamente juzgados, los huanucos habían pasado del ciclo de los ayllos
-tribus o reunión de familias-, a la de los P'achacas -confederación
de ayllos- tribus, gob.~rnados por un poderoso sinche o curaca que, ase-
sorado por ancianos, desempeñaba funciones de carácter político, mi-
litar, judicial y religioso.
Pero la organización y desarrollo de este grupo social, descansaba
sobre la familia o ayllo de tipo totémico y patriarcal; solidariamente
unidos, a través del tiempo, por d ligamen del parentesco, de la tierra
y del culto a los muertos. O, en otras palabras: por la sangre, el bien
común y la religión. Todos estos ayllos vivían al cuidado de sus tierras 1

cuyas parcelas de cultivo eran de reparto periódico, en tanto que los


pastos, los montes y las aguas usufructuaban en común 11 •

Guarnan Poma sostiene, como ya dijimos, que los huanucos consti-


tuían un antiquísimo y poderoso Imperio, gobernado por la dinastía

las andinas y alimentadas por éstas durante siglos ... ". Si una civilización -agrega- debe
ser valorizada por el grado de desarrollo alcanzado por su arte, por su área de propagación,
por el monto de su producci.ón, es evidente que rúng¡una de las civiliz¡aciones supera a la
de los Andes Orientales que es la que antecede a las tres ya tratadas. Saber cuándo empezó
esta Civilización, por dónde vino, cómo se radicó en la región andina, quiénes fueron sus
autores, constituyen problemas todavía insolubles de la Arqueología. Juzgada por los restos
de sus monumentos, ésta ocupa el lugar más espectable entre las otras civilizadones andinas:
compite con su congénere centro-americana, la cultura Maya. No existe hasta ahora ninguna
evidencia que revele, como pensara Uhle, que esta civilizaci-On es derivada de la Maya .. .
La Civilización de los Andes Orientales es creación andina, propia, original, que se inicia .. .
con la agricultura sin irrigación y con la explotación de las plantas tropicales . . . el tiempo
mínimo que se puede señalar, desde sus comienzos hipotéticos, es de un milenio antes de la
Era Cristiana". Trabajo citado, "Actas y Trabajos Científicos del XXVII Congreso Inter-
na cional de Americanistas", T. I, p. 714.
11 Garcilaso ha escrito sobre los huanucos y otras naciones: "Se hacían guerra cruel
unos a otros; vivían derramados por los campos, sin pueblos ni República·; tenían algunas
fortalezas en lo·s altos, donde se acogían los vencidos". "Los Comentarios Reales de los Incas".
Capt. IV, T. 2~, Libr. 8, p. 163.-Cieza, cuya idea la tomó el cronista cusqueño, por su
parte, dice: "antes que los ingas los señoreasen, se dieron entre unos y otros muchas y
muy crueles batallas, y que en las más partes tenían los pueblos derramados, y tan des-
viados, que los unos no sabían por entero de los otros, sino era cuando se juntaban a
sus congregaciones y fiest:i.s". "La Crónica General del Perú", cit., Capt. LXXX, p. 2H . -
Cieza y Garcilaso pretenden decir que los Incas fueron civilizadores de todas las naciones que,
antes que ellO\S existieron en su jurisdicci-On imperial. Esta idea del escritor cusqueño, en espe-
cial, está en contradicción con la arqueología y etnología actuales, cuyos estudios demuestran
que la Cultura Inca fué, si se quiere, una cultura antológica: se nutrió de todas las que le pre-
cedieron en el tiempo, como toda cultura; y cuando los ejércitos incaicos llegaron a muchas
regiones, como d Chinchaysuyo y otras, hallaron antiguas civilizaciones y grupos soci~les
o naciones con alta organización ayllal, a las que incorporaron al Imperio, dándoles los lncu
un ligamen político y en relación con los intereies de la d.inastía cusqueña.
66 HISTORIA DE HUÁNUCO

de los yarowilcas. Tan poderoso que, al confederarse con el Tahuantin-


suyo, su señor y rey Capac Apo Guarnan Chaua tuvo casi el mismo
rango que el Inca, como su virrey o Incap-Rantin 12 •
Este Imperio Andino, según el nombrado autor, después que el pri-
mer hombre saliera del huari o lugar u origen, había pasado por cuatro
períodos: el de los Huari-Huiracocha Runa, Huari-Runa, Purum-Runa
y Auca-Runa 13 • En el primer período, los hombres vivían en las cuevas
y se vestían con hojas de árboles; en el segundo o de los hombres gi-
gantes, habitaban en chozas y comenzaron a cultivar la tierra para
proporcionarse alimentos; en el tercero, construyeron casas, cultivaron
la tierra y conocieron el arte textil; y en el cuarto, los hombres gue-
rreros lucharon para conservar las riquezas creadas en las anteriores
épocas, y construyeron sus fortalezas y viviendas en los cerros. En este
último período surgieron los yaroivilcas, y los huanucos alcanzaron
gran apogeo; y al dominar a otras naciones o tribus, se formó el Imperio
bajo el gobierno de los Y arowilcas. Sucedió luego la alianza de los Ya-
rowilcas con los Incas, en tiempos de Capac Apo Guarnan Chaua y
Tupac Inca Yupanqui, quienes conquistaron las tierras del norte hasta
Quito; y, finalmente, el Imperio Yarowilca se incorporó al Tahuan-
tinsuyo corno una región del Imperio: el Chinchaysuyo.
Los monarcas que gobernaron tal Imperio, desde el primero o Capac
Apo Pacarimoc Yarowilca hasta Capac Apo Guarnan Chaua, pasaron de
30, conforme a la nómina que da Guarnan Poma 14 •

l2 Sobre el particular, ver en este libro: Capt. IV: La Confederación Inca-Yarowilca.


l3 He aquí las frases de Guarnan Poma: " .. .la generación y casta desde antiquicimo
que Dios traxo primer gente de este rreyno de los indios gentiles que desendio de adan y
eua y de su multiplico de noe diluuio de uariuiracocharuna y de uariruna yarobilca: es dezir
yarobilca es decir que es muy mucho mas alto que todas la~ naciones yardbilca de uariuira-
cocha desendio uariruna yarobilca desendio purunruna yarobilca desendio aucaruna yarobilca
Y este fue el rrey legitimo que desendio de adan y quiere dexir ' el rey yarobilca inga y aro-
bilca se hizo parcialidad de allaucaguanoco del pueblo de la ciudad de guanoco del viejo . . . "
Nueva Crónica y Buen Gobierno, p. 7 5.
14 Según tal cronista, al primer rey Capac Apo Yarowilca Pacarimoc, le sucedieron:
Runto Poma Huiracocha, Carua Po~a Huariuiracocha Runa, lntiguaman Huiracocha, Illapa
Poma Huariuiracocha, Ticse Huariuiracoclia, Cóndor Huari, Nina Huari, Cusi Poma Huari,
Ticse Huiracocha Inga, Capac Apo Tingo Poma, Nina, Rurac Poma, Cuyllor Poma, Cusi
Poma, Raqui Guarnan; Quinclha Poma, Curi Poma, Cóndor Chaua, Pomawilca Laxapoma,
Angas Poma, Auqui Poma, Atoe Guarnan, Sinche Poma, Apo Poma, Macho Poma, Castil
Pomachaua Guayac Poma,'' Rupay Capcha Guarnan, Guayanay Poma, Huisa Curaca Guamán
Huis~ Sulca G~aman, Guarnan ~aua, Ancau Apo Cóndor, Apo Nina Quiero, Apo Pichiu:
Ill~ Poma, .Apo Pachacuti, Cóndor Chaua. "Estos fueron reyes y emperadores sobre los demás
reyes ~bsolutos en todo el reino de ellos, y sus , antiguos desde su nació~". Nu~'ª Cró°p¡ica y
Buf.n. Go'bie~, p. '75 . ~. Fray 'Buenav~ntura de Salinas es el único cronista que habla de
dúafro grandes· eapi~an es q ue se . sáialaron en la ·edad primera, llam ados: Huari Huiracocha
Runa y su m ujer· Húarmi, Hil ~ri ' R~rni '' ../ su mu jer Pucullo, ' Puun 'Runa 'y Auca Runa
ÉPOCAS PR EINCA E INCA 67

"El dominio de este Imperio, escribe T ello, en el correr de los siglos


se extiende más allá de las hoyas interandinas de origen, sobrepasa las
cordilleras Oriental y Occidental que las bordean por uno y otro lado
y avanza hacia el llano amazónico y hacia la costa del Pacífico."
"Para Guarnan Poma, este Imperio es el más viejo de los que exis-
tieron en los Andes y tan poderoso que "su Señor fué más gran Señor
que el Inka de las edades posteriores" 15 •
Guanuco o Wuanuko-Marca habría sido capital y sede de la di-
nastía de los Y arowilcas. En esta ciudad edificaron templos, fortalezas
y tumbas o fmcullos. Producida la confederación con los cusqueños,
éstos sólo la habrían embellecido con nuevas construcciones de neto
estilo incaico, o con el mismo lenguaje del cronista indio: "allauca
guanoco del pueblo de la ciudad de guanaco del viejo donde edificaron
sus casas topa inga con yarobilca ... " 16 •

La información de Guarnan Poma casi sm precedente alguno entre


los cronistas y al parecer utópica, es respaldada por las investigaciones
del Dr. Julio C. Tello.
"La arqueología, agrega el notable profesor peruano, sobre el Chin-
chaysuyo ... tiende a probar que el Imperio de Yaro-Willka no es del
todo una invención o una creación arbitraria o fantástica de Guarnan
Poma, como pudiera creerse a primera vista, destinada a exaltar la ex-
celencia de su estirpe -desde que él se vanagloria de ser de la sangre
de los Y aro-Willka-, es por lo menos esta región del Chinchaysuyo,
donde el hombre organizado o no, bajo el patrón de un Imperio o de
cualquier otra forma de organización política, inventó y descubrió los
medios más seguros para echar los fundamentos de una civilización que,
por su amplio desarrollo y originalidad, puede ser considerada como la
más adelantada del continente sudamericano."
"Como se ve -termina- dos Imperio~ surgen a la manera de gigan-
tescas pirámides, destacándose y perfilándose en las penumbras del pa-·

"Memorial de las Historias del Nuevo Mund • Perú", Capt. 19 , "Origen de los primeros indios
que. habitaron el Perú. , .", p. 9.
,15 Origen y desarrollo de las <;:ivilizacianes Prehistóric.as .AndinaJ. El .imperio de Taro-
wil~a o del Chinchay-Suy.o . ."Acta 'Y Trabajo", cte. cit. T. I, p. 64.0.
16 Guarnan Poma, Libr. cit., p. 7~.
68 HISTORIA DE HUÁNUCO

sado: el de Yaro-Willka y el Inka. El estudio de su historia constituye


uno de los más caros propósitos de la arqueología de los últimos tiem-
pos." 17 •

CttUPACHOS 18 • - Los Chupachos habitaban el valle del río Hua-


llaga y afluentes, desde las alturas de San Rafael hasta Acomayo y Pi-
llao. Ocupaban también, las márgenes del río Huertas, desde Chau-
pihuaranga; y las de los ríos Higueras o Tingo y Mito en sus cuencas
medias 19 •
Nadie ha intentado estudiar d origen de esta nación que era la
principal del valle Pilco, zona en que está ubicada la actual ciudad de
Huánuco.
Se cree que descendían de los chupacanas: tribu huanca de la zona
SO. del valle de Jauja, en cuyo radio está el pueblo de Chupaca. Cuando
la conquista de la nación huanca por Inca Roca, la dicha tribu huyó
hacia el N. por Bombón y luego al E. penetrando al valle del río Hua-
llaga, donde se radicaría, después de expulsar o someter a sus moradores
píleos, muchos de los que s.e internarían en la selva, formando tribus
que ocuparían el curso medio del Huallaga. Por esta invasión, se ex-
plicaría la presencia de vocablos y costumbres huancas en Huánuco y
lugares circunvecinos. Más todavía, por ello mismo se conocía a
aquella provincia y región como la de los «Huanca-chupachos"; pues
así la nombran los primeros conquistadores españoles 20 •
Otra tesis sostiene que, invadido el .valle del Huallaga por tribus

17 Tello, ensayo cit., p. 640.


18 Chupacho es palabra quechua formada de dos términos chupa -rabo y cho-- en :
en el r,abo. Algunos escriben chupacos, chupay-chus y chupaclius. Pero en la mayoría de
los cronistas, como en documentos coloniales, encontramos chupachos, que es la palabra caste-
llanizada, derivada de chupaychus, y que nosotros l:i empleamos.
l9 No debe confundirse el territorio que ocupaban los chupachos en las épocas pre-inca
e inca, con la jurisdicdón que se le nominó bajo la Colonia. En el régimen incaico, Huayna
Capac, que los sometió en definitiva, incluyó dentro de la huaranga de los chupachos a la
nación de los Queros, entre otras. Bajo la Colonia, la Swbdelegación de Huánuco o Partido de
los Chupachos comprendía los pueblos y territorios siguientes: Cayrán, Pumacucho, Santa
Cruz de Churubamba, Quera, Conchamarca, Santa María del Valle, Huácar, Cascay, Cani,
Llacón, Malconga, Pachabamba, Chaulán y :Ñausa .
.2{) Huanca-Chupa es :rona cercana a la ciudad de Huánuco; Huanca-Pitec en l:u
cabeceras del río Margos. Y en el folklOTe la danza jija-huanc1'. Como se verá más adelante
-Capt. VIII- el capitán Mercadillo, en 15 3 8, salió a la conq'U~sta de los Huancachupachos.
J. Pulgar Vidal ha recogido algunas leyendas, aunque están confundid:is ya con las de la
mentalidad incaica. Panatahuas y Chupachos, Hombres de la Amazonia. "Mercurio Peruano'',
afio XVII, N' 180, p. 121-lH, Lima, 1942.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 69

procedentes de las altas serranías del NO. en busca de mejores tierras,


se apoderarían de ellas; dejando a los originarios reducidos a ciertas zo-
nas. Así se explicaría la existencia de ayllos y cacicazgos llamados Pilco,
Anán-Pilco y Llacón-Pilco. O tal vez los chupachos salieron de las
selvas en marcha hacia la cordillera, viniendo de la región de Moyo-.
bamba y Chachapoyas por conducto del río Huallaga, conforme a la
teoría del sabio Rivet. Instalados en el valle Pilco-Mayo, comenzaron
a desarrollar su vida social. Pero tal llegada sería tan remota que se
hallaba en decadencia cuando los Incas anexaron dicha zona territorial
a su Imperio; ya que fué incipiente la organización que entonces mos-
traron y lo dicen los restos de sus construcciones, alfarería y d,~más.
La leyenda de los Tres ]ircas, conservada hasta hoy por los descen-
dientes de los chupachos, acaso pretenda noticiar de las primeras inva-
siones dd valle Pilco por las tribus procedentes del NO. y NE.; así
como el arraigo y fusión de ellas con las existentes, al correr del tiem-
21
po • Tales invasiones fueron hechos históricos en el aludido valle, a
estar por los estudios arqueológicos del doctor Tello, quien, en 193 5,
en las huacas de Sillacoto y Kotosh, situadas en cercanías de la ciudad
de Huánuco, ha encontrado restos de cerámica procedentes de la selva
y alfarería de tipo clásico Chavín 22 •

_ 21 He aquí, resumida, la leyenda de los 3 jircas o cerros que rodean a Huánuco: Ma-
bamba, Rondos y Paucarbamba. Estos cerro'S fueron tres guerreros venidos de lejanas comarcas
llamadas Maray, Runtus y Paucar; el primero de la tribu de los Paseos, el segundo de los
Huaylas y el tercero de los Panatahuas. Los tres guerreros que pretendían la mano de la
hermosa Gori-Huayta, hija única de Pilco Rumi, curaca de los pilcos; azuzados por el demonio
o supay iban a entablar batalla en el valle del Huallaga, a donde marchaban con sus ejércitos
y donde tenía su residencia la aludida princesa. Píleo Rumí que había ofrendado a su hija,
desde su niñez, a Pachacamac, al verse acosado pidió ayuda a éste, para q'ue la doncella no
fuera poseída por ningún hombre; o de lo contrario, victimaríala con sus propias manos.
Pachacamac que, desde un arco iris, escuchaba el clamor del cacique de los Pilcos, cogió una
montaña de nieve y la arroj·Ó sobre Paucar, que era el más belicoso, transformándose al caer
en un bullicioso río; otra montaña lanzó delante de Mara'Y a quien detuvo también;. y al
más retrasado Runtus, de un soplo lo tiró de espaldas. Luego pasó la mirada a los guerreros,
convirtiéndolos, instantáneamente, en tres montañas gigantescas, que son las que circundan la
actual ciudad de Huánuco por el S. O. y E.; y volviendo a Cori-Huayta le dijo: "h1MnUCtl)I,
muérete"; y la doncella cayó fulminada en los brazos de su padre. Ante este cataclismo, la
tribu de los pilcos huyó, aterrorizada, a otra región, donde fundaron una ciudad con el
nombre de Huanucuy en memoria de la orden de Pachacamac: el dios de la tierra. - Enrique
López A:lbújar ha recogido la leyenda aludida; y falto de criterio histórico o sociológico, ha
confundido, dentro del relato literario, las eras preincaica e incaica; nominando a las autori-
dades del Imperio Tahuantinsuyo como rper.sonajes de tiempos anteriores a los cusqueños.
Cuentos Andinos, "Los tres Jircas'', p. 29.
22 «La fabricación de hachas de piedra en la A;mazonía parece ser muy antigua ...
En· asociación con estas hachas de técnica neolítica, se encuentran hasta ahora en el Antisuyo
¡,eruano, tres tipos de cerámica: uno, de vasijas monocromas negras o grisáceas, de paredes
70 HISTORIA DE HUÁNUCO .

Distribuídos en ayllos, los chupachos eran gobernados por un curaca


elegido por vida entre los más valientes y mejor dotados guerreros,
como lo expresó don Gonzalo, Cacique de Rondo, ante Iñigo Ortiz de
Zúñiga, en 15 62. Pues, dijo: «que antes que hubiere Incas subcedían
en los cacicazgos el más valiente ... " 23 • La sede del cacique principal,
a la llegada de los Incas, se hallaba en Pachabamba, y los otros menores
residían en Cochahuanca, Anan-Pilco y Llacón de Píleo 24 •
Veneraban a los cerros -jircas-, a las fuerzas de la naturaleza, a
las estrellas y se cree que rendían culto a una ave llamada pilco, que
sería el totem o animal sagrado de la tribu. Y de aquí derivaría el
nombre de Pilco de la zona del valle donde se halla la actual ciudad de
Huánuco y por d mismo que, inmemorialmente, lo conocen los indios.
Esta ave que, según Tello, es el pito o akacllu que vive en las peñas,
habría tenido su nido en una roca que existía en el hoy barrio de
Izcuchaca de la citada ciudad, y conocida como pilco-rumi -piedra
de píleo- 25 que habría sido el pedrón sagrado o pakarina de los chu-
pachos.

gruesas, de formas que recuerdan las de los rec1p1entes de madera ccn ornamentaciones in-
cisas, surcos, ranuras, puneturas, fositas e indentaciones .. : Ilustran el primer tipo las vasijas
completas y fragmentadas encontradas en Matibamba, Ongón y Monzón (Huallaga); en
Satipo y San Luis de Shuaro casi en las cabeceras de Pozuzo y del Perené; y principalmente,
las que en julio de 19 3 5 extrajo el auto-r de los yacimientos existen tes en los alrededores de
la moderna ciudad de Huánuco. A 3 K.ms. al occidente de esta población, siguiendo la margen
izquierda del río Mito, por el camino que va hacia la provincia del Dos de Mayo, atrave-
sando el río y muy cerca de éste y al pie de un cerro alto, se ihallan una Waka y restos de
viejas construcciones de piedra que se levantan sobre una terraza aluviónica. La base de h
Waka tiene como 700 mts. 2 y ha sido partida por los buscad-0res de tesoros practicando
un corte vertical como de 7 mts. de alto por 3 ,50 mts. de ancho, en dos porciones des-
iguales: la mayor hacia el río y la menor hacia el cerro. Los muros son de piedra y barro
con un relleno de cascajo. En las paredes del corte, sobre todo en el tercio inferior, están
a la vista capas y bolsonadas de basura con multitud de fragmentos de alfarería de este tipo
inciso, con pintura roja dentro de las incisiones mezclada con alfarería del tipo clásico Chavín.
De este sitio y de otra Waka llamada. Shillacoto situada dentro del perímetro de la ciudad
de Huánuco, el Ingeniero Pedro T. Figueroa, años atrás, había obtenido magníficos ejem-
plares de fragmentos de alfarería y objetos de ?iedra de los tipos ya nombrados." Origen
J' desarrollo, etc. Trabajo cit., vol. cit., p. 63 5.
23 "Re-vista del Archivo Nacional del Perú". T. 1 Q' Entrg. 11 , 1920, p. 207.
24 El curaca de los Chupachos, que más tarde fuera bautizado en Huánuco, se llamaba
redro Masgo; el de Anán-Pilco, Pariacaico; y Apocacha se nombraba el de Llacón de Píleo.
25 Quedan vestigios de haber existido en tal lugar un peñón o piedra de gran tamaño.
En la Colonia se la redujo a pedazos, para fabricar los cimientos de muchas iglesias y casas
particulares; y con el sobrante de ella, don Pedro Zaretti (italiano), labró una hermos:i. pila
que se colocó en el centro de la Plaza de Armas de la ciudad y donde hoy puede vérsela.
ÉPOC AS PREINCA E INCA 71

Del análisis de algunas de sus manifestaciones culturales, se deduce


que no pasaron, en lo político, de la organización ayllo-tribu. Sus ayllos
locales eran gobernados por pequeños curacas o ayllu-curacas, de los que
existirían tantos como ayllos en que se subdividía la tribu. El ayllo
píleo, que ocupaba y usufructuaba las mejores tierras, fué acaso el de
mayor preponderancia entre ellos y su cacique el más poderoso de esa
primitiva nación.
Sus miembros practicaban la bigamia y los caciques la poligamia;
siendo la familia de tipo patriarcal.
Se afirma que el dominio de sus tierras pasaba de padres a hijos.
1

Así lo manifestó don Cristóbal Xulca Cóndor, Cacique de los Queros,


ante el nombrado Visitador Iñigo Ortiz de Zúñiga. "Que desde que
Dios crió la tierra e sus antepasados les dió las chacras que tienen e han
sucedido en ellas los hijos a los padnes, y faltando hijos los parientes
más cercanos e así ser hecho e guardado e guardan hasta ahora" 26 •
Instalados en suelo fértil y de clima benigno, los chupachos eran
sedentarios agricultores que conocieron el cultivo del maíz, el fríjol, el
ají, el algodón, la pituca, la yuca, la arracacha, etc. No construyeron
templos ni fueron populosos. sus pueblos; y su misma alfarería es de las
primitivas de las civilizaciones andinas. El estudio de los restos de esta
alfarería, le ha hecho afirmar a Tello que en el vall•e del río Huallaga
se había desarrollado la primera etapa de la Civilización Andina o
primera Civilización de los Andes Orientales. Porque, en efecto, en las
huacas. de Shillacoto y Cotosh, situadas en las inmediaciones de Huá-
nuco actual, "un tipo de cerámica de formas que imitan las de las va-
sijas talladas en madera y con ornamentaciones incisas, se hallan en las
capas inferiores debajo de las que contienen fragmentos de cerámica de
los tipos Chavín y Marañón"; y la misma se encuentra también en la
"sierra contigua a la floresta, como en las cuencas del Alto-Huallaga y
Alto-Marañón". Tello sostiene que, en tales zonas, se hallan "restos
Chavín en sus formas clásicas y en toda la riqueza de sus variedades
estilísticas". Y, particularmente en la "hoya del Huallaga una moda-
lidad especial, regional, determinada por las condiciones del nuevo medio
y la influencia de otras culturas extrañas coetáneas. Resultando el hi-

Raymundo Tafur, quien da la noticia, dice: "Se construyó con piedra cortada de una es-
quina de la ciudad, conocida con el nombre de Pilco-Rumi. La fábrica costó cerca de
6.000 pesos erogados de los individuos de ambas castas, al que se agregó los sueldos del Su-
~refecto don Eduardo Lúcar, quien los cedió en beneficio de tal ornato público", ( 18 H) ·
" Opúsculo sobre la ciudad de Huánuco", et., cit. Pequeños fragmentos de la nombrada piedra
están enterrados en el ángulo N. formado por los jirones Tarapacá y .Abtao de la dicha ciudad.
:?6 "Revista del Archivo Nacional del Perú." T. I, Entrg. l. Lima, 1920, p. H.
72 HISTORIA DE HUÁNUCO

bridismo de esta cultura de la convergencia d.e las corrientes Chavín y


Recuay, y la de cavernas y necrópolis" 21 •

~· * *
HuACRACHUCOS. - La nación de los huacrachucos o de los Andes
del Marañón, ocupaba tierras del lado oriental del río Marañón, de
Singa al N. hasta la actual provincia de Huamachuco.
Sobre una topografía abrupta, era una tribu numerosa y guerrera
que traía como distintivo un gorro que remataba en un cuerno de ve-
nado. De aquí su nombre wuacra-chucos, que, en quechua, quiere
decir: sombrero o gorro en forma de cuerno 28 •
Eran gobernados por curacas llamados ca11ipis, que fueron los que
trataron con los victoriosos Incas, como afirma Garcilaso; Ilamándos.e
ovas al común de las gentes.
Adoraban a las serpientes, al cóndor, a las fuerzas de la naturaleza;
y rendían culto · a sus antepasados. O con las palabras de Garcilaso:
"los huacrachucos adoraban culebras antes que fuesen señoreados por
los Incas, y las tenían pintadas por ídolos en sus templos y casas".
Construyeron sus habitaciones en lugares seguros y labraron mono-
litos de piedr:l, a los que, como a sus divinidades, les erigieron pequeños
y misteriosos templos.
Según la opinión del General Louis Langlois, los huacrachucos,
en la ruta del MarañórÍ, habrían dejado el paso a los Chachapuyas,
de influencia amazónica, en las migraciones hacia la cordillera; con-
firmando la teoría de Rivet o el origen forestal de las civilizaciones
andinas 29 •
El arqueólogo T ello, afianzado en sus estudios, afirma que la región
de los huacrachucos fué de la civilización Chavín; ya que ésta se
expandió por toda la cuenca del Marañón; sobre todo en la sierra con-
tigua a la floresta, donde se ertcuefitran restos de ella en sus formas

27 Origen y desarrollo, etc. trabajo cit., vol. cit. págs. 680-710. - "Chas'lcui", V. I,
1
N' 1, enero-febrero 1940, ps. 27-42 (Vaso de piedra de Nasca por el Prof. Julio C. Tello).
218 Garcilaso escribe de ellos: "Huacrachucu, es grande y asperísima de sitio, y de
gente en estremo feroz y belicosa. Traen por divisa en la cabeza, o traían (que ya todo
está confundido) un cord·Ón negro de lana, con moscas blancas a trechos, y por plumage
una punta de cuerno de venado o de corzo, o de gamo, por do le llamaron huacrachuc'u, que
es tocado o sombrero de cuerno .. , Los huacrachucos adoraban culebras, antes de ser
conquistados por los Incas." Los Come11ftrrios Reales de los Incas, T. II, Libr. 8, Capit. I,
p. 314.
29 lnvestiga<iones arqurolól{icas en rl 1-'alir del Uctubamba. "Revista del Museo N2-
cional". Lima, 1939. T. VIII, N 9 2, p. 22-4.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 73

clásicas y en toda la riqueza de sus variadas estilizaciones. Las escul-


turas líticas, artefactos y demás que encierran las tumbas de esta
zona geográfica, como las de Tinyash, demuestran claramente el des-
arrollo de la cultura Chavín o Primera Civilización de los Andes
Orientales 30 • Es que, el suelo de los huacrachucos, fué el crisol de viejas
civilizaciones que florecieron también en otras zonas de la cuenca alta
y media del río Marañón; particularmente de la nación de los huanu-
cos, huacrachucos y chachapuyas, que los limitaban por S., N. y NO.,
respectivamente 31

30 Origen y desarrollo, etc., trabajo cit,. vol. cit., p. 71 O y sigts.


31 Gran número de ruinas existen en el área de la actual provincia de Marañón. Sobre
todo, en las cercanías de la ciudad de Huacraohuco, Huac.aybamba y Pinra, habitados hasta
el siglo XVI por los Antas, Paucaricras, Callanas, Orejones, etc., belicosas tribus que cons-
tituían la nación de los huacrachucos. En Tinyash pueden voerse ruinas que concitan la '
•tención de los investigadores. Más aún, cuando de ellas, como casi de tedas las de la
zo na del Alto Marañón, no dan noticia los cronistas españoles, ni se mencionan en docu-
mento alguno. (Tinyash está situado en el distrito de Pinra, a seis leguas de Huacaybamba).
El escritor y hombre de ciencias doctor Santiago Antúnez de Ma'Yolo, que las visitara en
febrero de 1934 , dice de ellas: "Las ruinas de Tinyash se extienden sobre una línea de cres-
tones en una longitud de medio kilómetro. Desde aquel lugar se tiene una vista panorámica
imponente y magnífica: al Oriente las cumbres que separan la hoya del Marañón de la
del Huallaga, y al Occidente, tras los empinados cerros de la margen izquierda del Marañón,
que corre al fondo, emergen los colosos nevados de la Cordillern Blanca del Callejón de Huay-
las, los gigantescos Amarus (serpientes), en una longitud de más de 150 kilómetros. Compren-
dimos entonces que no sólo un fin bélico sino también religioso ante la magnificencia de la
naturaleza impelió a los aborígenes a construir Tinyash en el lugar q'Ue ocupa, ruinas que
produ cen la impresión de una serie de ciudadelas de acero demolidas por un gigante en una
noche trágica. En efecto, las piedras utilizadas en Tinyash son rocas matamórficas antiguas,
micacitas o esquistos micáceos, de brillo acerado que adquieren extraños fulgores cuando son
heridas por los rayos del Sol. Todo el subsuelo de Tinyash está construído por dicha roca
~atamórfica, blanda y estratificada, fácil de partir y labrar como tablas ... - Las ruinas
de Tinyash, forman tres grupos principales de construcciones: el de la derecha, sobre el primer
montÍculo (lado de Yupán), el central , y el interior, de la izquierda, que corr-esponde al
t emplo. - Hemos observado en las ruinas de los dos primeros grupos, el uso combinado de
muros cilíndricos y rectangulares. En Chavín sólo en un sitio hallamos muros cilíndricos
limitando uno de los edificios, siendo tal muro de construcción tosca. En el grupo central
de Tinyash, en la cumbre, hay una especie de torre-On en media luna y bordeando el muro
cilíndrico del arco, aparece una hermosa guardilla de cuarzo hialino que se destaca sobre el
fondo gris acerado de la micacita del resto. Delante de esa construcci-On en media luna hallamos
tumbada y partida en dos la herrnosa estela de 2,5 5 m . de largo por 0,93 m. de anchoi tra-
bajada también en micacita y que, al parecer representa una guerrera (ausencia de genitales),
q ue con una mano sostiene una porra y con la otra una cabeza trofeo, y en actitud sicalíptica.
- En general las construcciones forman grupos compactos dentro de formas geométricas y
muros que los limitan o encierran con determinadas puertas de entradas; no se trataba de cons-
t rucciones urbanas sino m.ís bien de palacios y ciudadelas con finalidad guerrera. - Llama la
;itención en los edificios el empico a porfía de pequeños paneles rectangulares de piedras labradas
en la parte baja ··de las puertas de entrada .. ·. tales paneles que cauS'3n una disimetría en el
estilo de las construcciones y rompen la armonía de ellas; fué con un símbolo religioso cuya
clave nos ha dado el estudio del templo de 1inyash. ~El templo, que es una construcción en
74 .HIST ORIA DE HUÁNUCO

PANATAHUAS Y DEMÁS. - Esta tribu selv ática ocupaba las m árge-


nes del río Huallaga, mas allá de Pillao a los ríos Panao, Tulumayo,
]aupar y 11onzón.
Se presume que, en la era preincaica, su estado fué de una obscura
barbarie. Pues, aun en el siglo XVII muchos de ellos andaban desnu-
dos y se pintaban la cara cuando concurrían a sus combates, usando
la flecha y el arco. Parece, asimismo, que tuvieron un dialecto propio,
de cuya existencia quedan huellas en algunos topónimos, como nos
dicen también las testificales prestadas con motivo de la expedición
de Gómez Arias Dávila para la conquista de Rupa-Rupa 32 •

miniatura, consta de dos cuerpos laterales y al fondo, entre ellos una hornacina ••. muy baja
y con carácter ornamental. El conjunto se levanta sobre una plataforma rectangular de pie-
dras. Llama la atención la forma de construcción del techo, que es lo más notable del arte
autóctono hallado hasta ahora en el Perú. El techo está formado por grandes tablones rec-
t angulares de esquisto de unos 6 cm. de alto, perfectamente labrados y yuxtapuestos uno sobre
otro con salientes en los bordes, dejando un espacio entre tablón y tablón ... - Bajo el ángulo
que forman las dos hileras inferiores de tablones de piedra hay, .en cada cuerpo lateral, u n
gran rotez<Ín de cuarzo cilíndrico incrustado en el muro, imitando la cabeza del umbral en
los techos de dos aguas. Los muros se hallan bordeados, en la parte baja, así como en la
;:>lataforma, por guardillas sobresalientes y entre ellas se ve en el cuerpo de la izquierda,
una especie de calado en piedra. Los frentes de Este y Sur se hallan adornados con pequeñas
cabez.as humanas de esquisto y cuarcita, naturales y no estilizadas como las de Chavín. Los
dos cuerpos del templo constan de un sótano bajo la plataforma y dos pisos sobre ésta. - L as
puertas de entrada a éstos se hallan en el pasadizo comprendido entre los dos cuerpos; son
puertas pequeñas que no tienen más de 80 cm. de alto. No fueron dificultades de orden técnico
que limitaron las dimensiones de las puertas, pues, dentro hay puertas más altas y más anchas; la
razón fue que nadie pudiese penetrar adentro sin doblar e inclinar la cabeza, es decir sin
ofrecer resistencia." Para el Dr. Antúnez de Mayolo, Tinyash, dada su posición estratégica y
la disposición de sus construcciones, fué un templo rodeado de palacios y ciudadela co n
fines bélicos. El templo, según dicho autor, estaría dedicado a la divinidad Tinyash o la
diosa bruja.. Si además de la finalidad de las construcciones descritas, se ha de valer de la
etimología del vocablo de Tinyashca: embrujado, y no de Tinya: tambor; serviría, pues, como
templo de sacerdotes mágicos: hechiceros; cuyas leyendas quedan aún en la mente de las gentes
oriundas de la región comprendida entre Conchucos, Huari, Huamalíes y Marañón. Las
Ruinas de Tinyash (Alto Marañón). Conferencia ofrecida en la Escuela Nacional de Artes
y Oficios de Lima el 17 de septiembre de 1934, por el Dr. Santiago Antúnez de Mayolo.
( Revista de la Escuela de Artes y Oficios N 9 5. Separata. Lima, 1 de enero de 193 5),
ps. 19-21. - Monseñor Berrea, refiriéndose al Monolito, escribe: "El Monolito lleva grabad-:-
en alto relieve, la imagen de una mujer, la que en una mano tiene una vara y en la otra una
flor; a poca altura de la cabeza hay un s:!!po, también en relieve, con cetro y una mazta."
Monografía Elcsiástica de la Diócesis de Httánuco y Junín, p. 222.
32 Gobernación de RuPa-Rupa. Piezas de un pleito seguido en la Audiencia de los R eyes
contra el capitán Gómez Arias Dávila .•. por malos tratamientos a los indios en la entrad°:1
de Rupa-Rupa (1559- 1 560). Juicio de Límites entre el Pení y Bolivia, T. V, p. s4. _..'. _
JAVIER PULGAR VIDAL: Panatalmas y Chupacbos. H ombres de la Amazonía. "Mer curio Peru~-
ÉPOCAS PREIN CA E INCA 75

A más de la citada, ·~ntre los huanucos y chupachos -cuenca :ilta


del río Huertas y alturas de San Rafael- vivían los yachas y los yaros;
en la región del río Conchumayo -actual distrito de Churubamba-
habitaban los que ras y los a11anyungas; en las zonas cercanas a los
panatahuas, en las márgenes de los ríos Huallaga, Pachitea y afluentes,
merodeaban, en estado bárbaro, los ch·u natahuas, clntscos, tulumayos,
huatahua11as, mazuper, etc. y etc., conocidos más tarde con el nombre
genérico de chol01Zies.
En las riberas del río Monzón, habitaban los fingaleses o tinganeses,
los carapachos o garapachos y los ctdisanas.
Tal era, acaso, el estado cultural y la distribución geográfica de
las primitivas nacionres y tribus que habitaban en el área del actual
departamento de Huánuco o sus provincias de Huamalíes, Dos de
Mayo, Huánuco, Ambo, Marañón, Pachitea y Leoncio Prado, cuando
se produjo la llegada e invasión de las huestes incaicas.

n o", Año X VII, N Q 180, Lima, 19 42 , ps. 121-134. - La leng ua na t iva de los cholones, tribu
que vive en las ca.becera.s del r ío Huallaga. -Pachiza, Uchiz a, Pajatí , etc.- Y que hoy lo
hablan, es el panatah ua. ¿No será est a leng ua la de le~ anti guos habitantes de la hoy provincia
de Pichitea?
CAPÍTULO lI

LA EXPANSIÓN INCA AL CHINCHA YSUYO

La invasión Inca al Chinchayrnyo. La resistencia de los wanukos. La co11federació11 Inca-


Yarowilca y el aporte de los ejércitos chinchaysuyanos para la expansión del Imperio Inca.
La incorporación del R eino Yarowilca o Chinchaysuyo al TahUitmtinsuyo. Los privilegios
conferidos al R ey de los wanukos. Capac Apo ·Guaman Chaua, Virrey del Inca. Su muerte
en Cajam-111"ca, al lado de Atahualpa.

Pachacutec 1 -el transformador de la tierra- inició la invasión del


Chinchaysuyo 2 , llamado así por los Incas a la región andina que que-
daba al N. de Vilcashuamán y que, hasta entonces, fuera el límite
del Imperio. A partir de esta provincia de los Pocras, en el transcurso
de los años, nación tras otra, fueron sometidas por los ejércitos cus-
queños a órdenes de los propios Incas o de sus generales o de sus hijos.
De estas .empresas guerreras, la más importante y trascendente fué
la que realizó Pachacutec, luego de la visita que efectuó por los lindes
de sus dominios. Pues, para no tener ociosos a los suyos, dice Garci-
laso, «mandó juntar treinta mil hombres de guerra, con los cuales

1 Pachacuti fué Inca de la dinastía de los Janan Sayac, del Cusco. Como es sabido, el
primer Inca fué Manco Capac, el que, según la leyenda, en compañía de Mama Ocllo, salió
del Lago Titicaca, y cumpliendo el mandato de su padre el Sol, fundó el Imperio, estable-
ciendo la capital en Huanacauri donde se hundió la vara de oro que portaba. Mas, conforme
a los hechos históricos y al análisis lógico de los sucesos, Manco Capac fué el organizador
del Imperio Quechua o Inca, y que saliendo de la zona de Paaaritambo -inmediaciones del
Cusco-- sojuzgó a las naciones vecinas y del valle del Cusco, y puso los cimientos de la
gran nación quechua, que sus sucesores iban a desarrollar. A Manco Capac le siguieron
Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, Mayea Capac, Capac Yup:mqui, Inca Roca, Yahuar Huacag,
Huira Cocha, Pachacutec Inca, Amaru Inca Yupanq'Ui, Tupac Yupanqui, Huayna Capac,
Huascar y Atahualpa.
2 Chinchaysuyo es palabra formada de dos vocablos: chincha: tigrillo, y suyo : región,
o región de los chinchas. Chinchaysuyo quiere decir también, tierrtl húmeda. Garcilaso dice
que se llamó así a la zona norte del Imperio o por viTir en ella la pode!rosa nación de los
Chinchas, en el valle del mismo nombre. Pero los Incas conocían a es:L zona del litoral
o costa del Pacífico como Cuntisuyo o país de las tierras áridas. La aseveración del croni:sta
cusqueño es dudosa, co1110 veremos m:ís addante.
78 HISTORIA DE HUÁNUCO

fué por el distrito de Chinchasuyo, acompañado de su hermano Capac


Yupanqui ... Fueron hasta llegar a Villca" (Vilcasguaman); y de
aquí «envió al hermano a la conquista bien provido de todo . . . el
cual entró por la provincia llamada Sausa" 3 • Capac Yupanqui llevó
consigo a los capitanes Huayna Yupanqui -hijo de Pachacutec- Apu
Yupanqui y al famoso Aneo Huallo, jefe de los sometidos chancas;
llegando, según algunas versiones, hasta Hatun Huaylas; y luego de
cuyo hecho se produjo la evasión de Aneo Huallo y los suyos a las
montañas de Huánuco y Chachapoyas, pasando' por' la provincia
de Rupa-Rupa o Antis, del lado oriental 4 •

A la muerte de Pachacutec, su hijo y sucesor Tupac Inca Yupanqui,


prosiguió la empresa imperial. Después de largas y duras campañas,
consolidó el sometimiento de los Huancas, Taramas, Pumpus, Huaylas
y de algunas tribus de las selvas de las actuales provincias de Tarma
y Oxapampa; e inició la invasión de la nación de los huanucos y hua-
crachucos sitas en la cUrrnca del río Marañóp., que constituían, jun-
tamente con otras, el Imperio Y arowilca o del Chinchaysuyo.
Los wuanukos y demás, a la sazón gobernados por la dinastía de
los Yarowilcas, conforme a Guarnan Poma, y capitaneados por su
Rey Apo Capac Chaua, opusieron poderosa y organizada resistencia

3 Los Come11farios Reales de los Incas. T. II, Libr. VI, Capt. X, p. 157.
4 Sarmiento de Gamboa escribe que la fuga de Aneo Ayllo o Aneo Huallo, se realizó
como tenemos expresado. Garcii.laso afirma que tal hecho tuvo lugar durante el reinado de Vira-
cocha. Mas todC"s los historiadores están de acuerdo de la eva~ión y que fué motivada por
tener noticias el famoso capitán Chanca que los Incas se pr'cparaban a masacrarlo junta-
mente que a sus :huestes, por haberles ocupado a éstos en la conquista de los Huayllas y
demás naciones. Copiemos a Sarmiento, que tomó datos de los indios que declararon ante
Toledo, ya que éste acompañó al famoso Virrey en su visita al Cusco y demás provincias
del Virreinato, y muy particularmente, por lo .que se refiere a sucesos acaecidos en el
territorio huanuqueño. "Y conformándose todos con su parecer y llegados a Guaraotambo,
términos de la ciudad de Guanuco, todos los Chancas se huyeron con su capitán Aneo
Ayllo, al cual además de los Chancas también siguieron otras naciones. Y pasando por la
provincia de Guayllas la robaron, y siguiendo su camino, huyendo del inga, acordaron de
buscar tierra áspera y montuosa, donde los ingas, aunque los buscasen, no los pudiesen
hallar. Y así se entraron por las montañas entre Chachapoyas y Guanuco y pasaron por la
provincia de Ruparupa. Y esta es la gente que se cree segi'.1n las noticias que agora se tienen
y se supieron, cuando el capitán Gómez Arias entró por Guanuco en tiempo del marq'llé&
de Caüe~e año de dncuenta y seis, que está por el río Pacay, y en la noticia que se tiene desde
allí hacia el "le'Vante "por el río·,. que llaman Cocama, q~e desagua en el gran río del Marafión.
Ásí es que aunque Capac Yúpanqui fué tras los ' Chancas, ellos se dieron tanta· prisa en el
huir, que no los pudo alcanzar". Hisfüria de los . lncas,-·p. 121. ·.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 79

a las tropas cusqueñas; usando de sus' fortalezas situadas en partes


estratégicas y sacando. ventaja de la topografía del terreno, en defensa
de su patria, costumbres y libertad. El propio Garcilaso confirma este
hecho: "al principio de la conquista, en algunos reencuentros, se mos-
traron los de Huanucu belicosos y desvergonzados; por lo cual los capi-
tanes del Inca hicieron en ellos gran castigo, que los pasaban a cuchillo
con mucho rigor" 5 •
En: verdad, los Incas. después de comprobar el poderío de la nación
Yarowilva y aliadas, conforme a su política de acercamiento, antes de
una guerra larga y acaso riesgosa, pasadas las primeras batallas, habrían
llegado a trabar relaciones amistosas con los huanucos, celebrando final-
mente las paces. O conforme a la original expresión del cronista indio
Guarnan Poma: " ... capac aro yarobilca él quien se dio de pas y fué
amigo con el dicho topa inga yupanqui capac apo chaua ... 6 • Así ha-
bría nacido la Confederación lnca-Yarowilca, de que hablamos más ade-
lante. Y luego de organizarse el territorio de los huanucos conforme al
padrón incaico -pues lo dice Cieza; Capac Apo Chaua habría ayudado
a Tupac Yupanqui en la conquista de las naciones situadas en la cuenca
baja del Marañón: Ayabacas, Huancapampas, Wampus, y la del Gran
Chimú en la costa o yunga; marchando con su propio ejército el rey
chinchaysuyano.
Cimentada la alianza, Capac Apo Guarnan Chaua, hijo de Capac
Apo Chaua, y Huayna Capac, sucesor de Tupac Yupanqui; empren-
dieron la conquista de las naciones ubicadas más al septentrión: Cha-
chapuyas, Quitus, Cañaris y Cayambes 7 • Pero antes de partir a esta
campaña, o simultáneamente, un capitán hijo de Huayna Capac afianzó
la conquista de 'la nación de los Yachas, Chupaychus y Queros, realizada
por Tupac Inca Yupanqui, cuyos pueblos vivían en el territorio com-
prendido entre los primeros afluentes del río Huallaga y el valle de
este nombre hasta Pillao y Tingo María, gobernados por sus originarios
caciques. Siendo Pariacayco el que recibió a Huayna Capac, quien, en
recompensa de su sometimiento, lo hizo huaranga-camayoc o curaca
de 1.000 familias 8 •

¡¡ GARCILASO: Los Comentarios Reales de los Incas, T. 2 9 , Libr. 8, Capt. IV, p. 323.
6 Nueva Crónica y Buen Gobierno, p. 75.
7 La presencia de los ejércitos chinchaysuyanos en la conquista de los Cayambis Y
Cañaris, con Huayna Capac, nós relata Sarmiento de Gamboa. Libr. Cit., p. 161.
8 En una Real Cédula ·de -12 de septiembre de 1591, se lee: "Que la a'iudad de Hui-
nuco estaba fundada en las propias tierras, donde el Inca Huayna Capac, le .hizo grande de
diez pachacas de indios a uno de sus '· ascendientes, antes de la entrada de los españoles a' este
Reino y fundación, donde sali6 ·- a •recibidos Pariacaicó, padFe de don Diego Carliuacachín."
80 HISTORIA DE HUÁNUCO

El concurso pr.~stado por el Rey Y arowilca y sus e1ercitos en estas


campañas, fué, a no dudar, tan importante que Tupac Yupanqui
otorgó a Capac Apo Guarnan Chaua privilegios que no alcanzaron
ningún otro sinche o señor sometido o confederado :l. los cusqueños.
Pues, el Inca le hizo su Virrey o Incapra.ntin o "segunda persona" como
dice Guarnan Poma; y quien visitaba de "Quito a Chile" por el propio
Inca con el que "comía, bebía y se holgaba"; usando regias literas con-
ducidas por los súbditos, al igual que el Inca, en toda la jurisdicción
del Imperio 9 •
Y tan parece cierta la afirmación respecto cLe los privilegios que
gozaba el Rey Yarowilca que, en la tarde del 16 de noviembre de 1532,
cuando la captura de Atahualpa en Cajamarca, Capac Apo Guarnan
Chaua aparece al lado del Inca, en regia litera, quién tomado por el
propio Emperador es muerto por los españoles. Este hecho lo refiere
un cronista presencial. "Pues visto el Marqués Don Francisco Pizarro
las dos andas, no conociendo cuál era la de Atabalipa, mandóme Juan
Pizarro, su hermano, fuese con los peones que tenía a la una, y él iría
a la otra ... el Marqués fué a dar con las andas de Atabalipa, y
el hermano con el Señor de Chincha, al cual mataron allí en las
andas ... " 10 •
En sus relaciones con los Incas, la nación Y arowilca o W uanuko o
Huanuco habría pasado por dos etapas: la de Ita alianza, que comenzó
,
Monseñor BERROA: Monografía Edesiá;tka de la Diócesis, etc., p. 12. Cuanto a que los
Chupachos fueron conquistados por Tupac Inca Yupaniqui, lo declaran los caciques de Caure
y Yachas, don Antonio Huaynacapcha y don Juan Chuchuyaure ante el Visitador don lñigo
Ortiz de Zúñiga, en 1562. (Autos que siguió don Hemando Maquirique al encomendero don
Juan Sánchez Falcón. Archivo Nacional. Derecho Indígena 'Y Encomienda. Leg. 1, Cua-
derno N 9 3. Año 1 562) .
9 He las palabras de Guarnan Poma. "lncarantin virrey del ynga y deste rreyno capac
apo guarnan chaua yarobilca, allauca guanaco. . . que fue segunda persona de topa inga
yupanqui ... comia y bebía y se holgaba ccmunicaua con el ... y embiaua a chile y a quito
en su lugar y así le llamaban capac apo guarnan chaua yncap rantin taripac tauantinsuyo
runata. . . autoriza capac apo guarnan chua en sus andas de pardo chiahe rampa uirrey
su tiniente general y capitán cayor 'Y segunda persona de la magestad del ynga de los
chinchaysuyo andesuyo collasuyos condesuyos." Nueva Crónica y Buen Gobierno, p. 341.
lO PEDRO PrzARRo: Relación del desciwrimiento y Conquista del Perú. Colección Bib.
Cultura Peruana, T. ·u, Los Cronistas de la Conquista, p. 286. - Algunos historiógrafos creen
que "el señor de Chincha'', era el curaca de los "yungas Chinchas", que habitaban el valle
costeño de la actual provincia del departamento de lea. Con el término Chincha, Pizarra
quiso decir Chinchaysuyo, ya que los cronistas anteriCICes a Garcilaso nominaban así a la
región norte del Imperio o "Reyno Inca" que comenzaba, poco más o menos, a la altura
de Jauja. El término Chinchaysuyo sólo comenzó a usarse después de Garcilaso, mejor,
después del siglo XVII. Por otra parte, el curaca del valle yunga de Ohincha, no era de la
prosapia del rey Yarowilca. El profesor Tello, con indiscutible autoridad, ha esclarecido que
el personaje muerto en Cajamarca., fué el Rey Yarowilca del Oiinchaysu'YO·
Grupo arquwl ógico de Garo, con edificios ci rculares, preincaicos, de una ci udadela.
( Chcras, distrito de Chavinillo, Dos de Mayo). (Foto: B. Flornoy.)

Un edificio característico de Garo, cuya elevación sobrepasa los 1 O m etros. (Foto: B. Flornoy.)
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Muestra de instrumentos de sílice y piedra, hallados en las cuevas del lago de Lauricocha,
Cordillera de Raura, por el Ing. A. Cardich. (Dos de Mayo.) Las dimensiones de estas especies
varían de 2 a 5 cm.
ÉPOCAS PR EINCA E IN CA 81

con Tupac Yupanqui; y luego la de la Íllcorporacióu y su j.eción al


Imperio de Tahuantinsuyo, con Huayna Capac.
Este último hecho se realizaría al impulso avasallador de los cus-
queños y al emparentamiento de los Yarowilcas con la casta imperia l
Inca; ya que los Incas, en su poligamia y polí rica asimiladora, toma-
ban por mujeres a las hijas o hermanas de los capac o señores sometidos,
o los casaban a éstos con sus parientas. Asevera Guarnan Poma que
Martín Guarnan Malqui, hijo de Capac Apo Guarnan Chaua, casó
con doña Juana Coriocllo, hija de Tupac Yupanqui, de cuya des.:.
cendencia se jacta dicho cronista. Mas, aunque no se diera pávulo
a tal afirmación, Tupac Yupanqui y Huayna Cap ac, dejaron hi~
jos que vivieron en Wuanuko-Marca (Huánuco el Viejo); siendo
descendientes del primer nombrado Inca, en los años postreros de
la Conquista, don Andrés Huanucuyo Topa Inca, don Fdipe Topa
Inca y don Gonzalo Picha Hualpa; y del segundo, Inquiltupac e
Illatopa Inca 11 •
Pero con la incorporación dd Chinchaysuyo al Imperio Inca,
éste fortaleció su poderío, propulsó su desarrollo y cimentó su vida
económica. Porque el Chinchaysuyo habría de ser el granero inago-
table y vasta fuente de otros recursos y de hombres. Y acaso sola-
mente desde la conquista e incorporación del Imperio Yarowilca o
Chinchaysuyo, puede hablarse del verdadero Imperio del Tahuan-
tinsuyo, como lo afirma el doctor Tello. Pues, contra toda idea sos-
tenida hasta hoy por los cronistas de la Conquista y posteriores, el
Chinchaysuyo no fué una simple región o provincia, sino una pode-
rosa nación o confederación de pequeñas naciones sujetas a un rey
o yarowilca, originario de Allauca Guanuco, en donde estaba ubicada
su opulenta capital: Wuanuko-Marca, y nutridos eran sus pueblos,
renombradas sus tiierras fértiles en cultivos, abunda'n tes en pastos
y ganados; ricas sus minas de cobre y oro; magnífica su posesión
estratégica en relación a los Antis, como notable el estado de su
civilización. O con las palabras del ya nombrado profesor Tello: " .. .la
región de los Chinchay Suyo no fué meramente una provincia inkaika,
sino un Imperio gobernado durante siglos por la dinastía de los Y aro
Wilka. . . la primitiva sede del Chinchay Suyo se hallaba en la
cuenca del Marañón ... " 12 •

11 Ver en este libro: Tercera P arte, Capt. XII.


12 T ELLO: Origen y desarrollo de las Ci-vilíz11cio11es Prehist ó ricas Andin as. El Imperio
de Yaro Willka o del Chinchaysuyo. "Actas y Trabajos Cientí fi ws del XXVII Congreso de
' !
Americanistas", Lima, 1939. T . 1, p. 640 .
82 HISTORIA DE H UÁNUCO

De ahí que en Wuanuko, la antigua capital del Chinchaysuyo,


los Incas no erigieron nueva ciudad alguna; sino que sólo la embelle-
cieron con edificios de neto estilo incaico, dándole el corte de una
ciudad imperial.
A simple vista, en sus actuales ruinas, se observan tres ciudades o
estilos arquitectónicos superpuestos o confundidos. Las de la falda
del cerro o Taptash son ruinas de habitaciones pequeñas y típicas del
Chinchaysuyo, juntas a las que servían de graneros incaicos o coleas.
En el centro -Guellaycancha- se hallan las construcciones de puro
estilo incaico: de grandes piedras pulidas y matemáticamente colo-
cadas. (Algunas de estas piedras tienen tres metros de largo por setenta
centímetros de ancho.) Son de este estilo el Templo del Sol, la Casa
de las Escogidas o Acllahuasi, los palacetes que servían de residencia
a los altos funcionarios imperiales, los baños, etc. Las del lado NE.
-Pucacocha- son de grandes habitaciones distribuídas regularmente,
con puertas y ventanas amplias 13 •

13 JosÉ V .hRA L LAN03: Lo Fu nd11ción Espaíiola de la Cíuilad de H uánu co, p. 16.


CAPÍTULO III

EL RÉGIMEN POLÍTICO Y SOCIAL DE LOS INCAS

La provi11cia o guamanin de Wuan 11k o. Los hu.arangas, pachacas y cl:mncas. Los pueblos o
ll.actas. Los barrios: hanan y hurin sa)'a. Los funcionarios del Imperio: el tucuy ricoc, btu-
ronga-cawayoc y dem ás. Las tierras del sol, huacas y de los ayllos. El f'T'abajo. Las clases
sociales . Los yanaC11nas y los mitimaes.

Establecidos definitivamente los incas en la cuenca alta del Marañón


y en la región del Huallaga, comenzó la transformación de la tierra
y de la vida social del hombre huanuqueño pre-incaico, conforme al
padrón de la civilización cusqueña. Este proceso se inicia con Tupac
Inca Yupanqui (fallecido en 1410, según Guarnan Poma), prosigue
con Huayna Capac (f. en 1524) y termina con la captura de Ata-
hualpa, en Ca jamarca ( 1532) .

De los ter ritorios que formaban el Reino Yarowilca y ocupados


por los wu anukos, huacrachucos, chupaychus y demás naciones cir-
cunvecinas, los Incas constituyeron una gran provincia o guamani,
llamada Wuanuko; en cuya jurisdicción resid¡ían 10.000 familias.
La provincia se dividía en parcialidades nombradas huaro:ngas o grupo
de mil familias, las que se subdividían en pachacas o grupo de cien,
y éstas, a su vez, en chun cas o reunión de diez familias.
Estos grupos, en los que cabían diversos ayllos, residían en pueblos
llamados llactas, que se componían de barrios: alto y bajo: janan
saya y urín saya. O vivían dispersos por los campos en sus reductos
o marcas, en el ámbito de .Ai1lauca Wuanuko, Ichoca Wuanuko,
Guamali Wuanuko, Chupaychu, Huacrachuco, etc., que fueron las
nominaciones dadas a esas zonas por radicar en ellas sus tribus origi-
narias. Nombres q ue n o sólo respet aron los Incas, sino que los incor-
84 HISTORIA DE HUÁNUCO

poraron a su geografía como sub-regiones geográficas de las cuencas


altas del Marañón y del Huallaga.
W uanuko, como provincia, estaba gob~rnada por un tucuyricoc
o el que todo lo ve, llamado también huamanin apo o señor de una
provincia, o huno camayoc o jefe de diez mil familias.
Perteneciente a la casta de los orejones o de la sangre rr:!al, el
Tucuyricoc 1 , nombrado por el Inca o su Consejo, representaba al go-
bierno imperial. Asistido por secretarios o quipocamayoc 2 , llevaba
la estadística de la población, el catastro de las tierras y de las obras,
formaba el ejército, vigilaba a los mitimaes, administraba justicia en las
causas graves; tasaba el pago de los tributos, velaba por el cumplimiento
de las leyes por el huaranga, pachaca y chunca camayoc: funcionarios
que secundaban su gobierno en las jurisdicciones encomendadas.
El Huaranga Camayoc o jefe de mil familias, intervenía en el
reparto de las tierras y las mandaba amojonar y cultivar, tanto las
que pertenecían al Inca como al Sol y los ayllos; repartía y dirigía
los trabajos colectivos o mingas; vigilaba los iampits o tambos, para
que estuvieran aprovisionados con armas, comidas, etc.; cuidaba la
conservación de los caminos; juzgaba y castigaba a los delincuentes
comunes; e inspeccionaba a sus subalternos: los pachaca camayoc.
Éstos, que tenían a su cargo cien familias, resolvían los asuntos que
les llevaban los chunca camayoc, cuya función consistía en distribuir
tierras, trabajo, llevar el censo de los habitantes, administrar justicia
por faltas, etc., de las diez familias bajo su mando.
Como auxiliares de los funcionarios dichos, estaban el capac apo
buatac o comisionado real, el buatay cam~yoc o alguacil mayor, el
chacray camayoc o alguacil de campo; cargos que, conforme a la
opinión de Guarnan Poma, eran desempeñados por los de la "parcia-
lidad de Allauca Guanuco" 3 • Fuera de ellos, existían también el
1 Las autoridades superiores al tucuyricoc eran: el micho, el Consejo Real o reliUliÓn
de los myuyoc-apo, el incaprantin o Virrey del Inca 'Y el Inca. Entre las autoridades reli-
giosas: el h11illac-umo o pontífice, los laycaconas, umaconas, uisaconas o sacerdotes, las m11ma-
conas y 1as acllas.
2 Los quipocarmayoc, que contaban mediante nudos de hilos de colores, ,;' también va-
liéndose de granos de quinua o de los · pelos del venado, eran de la sangre real. Guarnan Poma
afirma qu'e tal privilegio tuvieron los de Allauca-Huánuco. "Al secretario del consejo le
Ilamauan tahuantinsuyo capac apocona ingaconapa cimin camachicuy inquipococ, estos fueron
hijos y r,ietos de capac apo guarnan chaua llamado lliuyac poma, apo poma." Nueva Crónica
y Buen Gobierno, p. 3 59.
3 Para esta función se escogían de entre los hijos bastardos de los Incas. "A los
hijos de los principales de la parcialidad de guanoco •.. así se le dio muchas tierras y muchos
pueblos en este rreino a los indios guanocos chinchaysuyos sugetos a capac apo guarnan chaua
yarobilca", dice Guarnan Poma. Nueva Crónica y B~ Gobierno, cit., p. 34 5.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 85

chaca viyoyoc o gobernador de puentes, el capac1ían huamanin o go-


bernador de caminos, el quipo caJnayoc o estadista, el taripacoc o
visitador de campos, conventos, y los chasquis.
Todos los nombrados, desde el huaranga camayoc al chasqui, resi-
dían en los pueblos o sedes de sus jurisdicciones y cargos. El tucuy-
ricoc o huamanin apo habitaba en Wuanuko-Marca: capital de la pro-
vincia. Aunque se trasladaba, continuamente a otras localidades, para
cumplir con su cometido, ya que desempeñaba también el cargo de fiscal
o pesquisador o mtchoc.

Los límites de la p rovincia estaban amojonados, al igual que


todas las del Imperio, por los amojonadores o chectasuyuyoc. Éstos
amojonaban, asimismo, la jurisdicción de cada pueblo y ayllo.
Se calcula que en los pueblos sitos en la cuenca del Marañón,
hasta Huacrachuco, residían diez mil familias o diez huarangas; y en
el valle del río Huallaga, en el territorio de los Chupachos, cuatro
mil familias o cuatro huarangas. Y que, contándose hombres, mujeres
y niños, de ambos sexos, la población incaica de la gran provincia
de Wuanuko no era inferior a 250 mil habitantes.
Cuando en 1549, Juan de Mori y Hernando Alonso Malpartida
visitaron, por orden de La Gasea, la provincia de los Chupachos, que
tenía "veynte leguas de largo e otras tantas poco más o menos de
ancho'', hallaron y contaron 143 pueblos y estancias. Estos mismos
visitadores expresan que los "yndios Chupachos heran quatro mill
yndios del tiempo del Inga" que, en aquel tiempo, según el Cacique
Paucar Guarnan y otros, la provincia de los Chupachos tenía cuatro
parcialidades -Queros, Chinchao, Carnavachi y Marcapari- y que
cada parcialidad tenía 4 mil indios 4 •
Iñigo Ortiz de Zúñiga, en su visita de 15 62 al territorio de los
Chupachos, halló muchos de estos pueblos incaicos aún habitados, en
todas las riberas del río Huallaga y zonas adyacentes. Ello, pese a que,
por entonces, casi ha bí an sido y a abandonados; no solamente por mo-

4 Archivo General de Indias. Sevilla. La Vi5ita de los indios Chupachos, 15 49 . " Travau:x
de L'ln stitut Fnan~ais D':Études Andine5". T. V, Vol. L, 1955-56, p. 4 5.
86 HISTORIA DE HUÁNUCO

tivo de las guerras de la conquista y civiles, sino por haberse internado


a las selvas vecinas sus moradores, huyendo de los encomenderos que
los sometían a duros e inhumanos trabajos.
Con relación a la población que existía en el nombrado territorio,
los indios que declararon ante el nombrado Visitador Ortiz de Zúñiga,
ratificaron que "los chupachos en tiempo de los Incas eran cuatro mil
tributarios, y los queros trescientos" 5 •

Si no transformaron totalmentre, los Incas modificaron la vida y


costumbres de los wuanukos, chupachos y huacrachucos; imponién-
doles, mediante los funcionarios enumerados, su organización política,
su sistema económico y los ritos de su religión y demás. Cieza de
León dice al respecto: "Señoreadas estas gentes por los ingas, guarda-
ron y mantuvieron las costumbres y ritos dellos, y hicieron sus pue-
blos ordenados, y en cada uno había depósitos y aposentos reales, y
usaron de más policía en el traje y ornamento suyo, y hablaban la
lengua general del Cusco, conforme a la ley y edictos de los reyes,
que mandaban que todos sus súbditos la supiesen y hablasen" 6 •
Las tierras s.e distribuyeron para el Inca, el culto y los miembros
de los ayllos. Para el inca -incap-chacran-, los suyuyoc apo reserva-
ban las mejores tierras de cultivo, los montes y los pastos. Su admi-
nistración estaba encomendada al tucuyricoc, y se trabajaban por
todos los hombres de los ayllos, con excepción de los viejos y enfermos.
Sirviendo su producto para el mantenimiento del Inca y su corte, de
sus ejércitos, yanaconas, etc.; y almacenándose el sobrante, como re-
serva, en los depósitos imperiales, o conlcas o coleas 7 .
En el proceso judicial que se siguió en la ciudad de Huánuco, en
15 9 5, con motivo de una donación de tierras por el Rey en favor de
don Juan González Merino, los indios Cristóbal Puelles, Cristóbal

5 Visita hecha por mandato de Su Magestad ... por Iñigo Ortiz de Zúñiga. "Revista
del Archivo N~cional del Perú", T. I, Entrg. 1;¡.' 1920, p. 24-44.
6 PEDRO CIEZA DE LEÓN : La Crónica General del Pcrtí.. Libr. Cit., Capt. LXXX,
Cit., p. 246.
7 Las coleas eran construcciones de piedra de forma cónica y cuyo alto y diámetro
tenían, generalmente, 3 x 4 m.; con una pequeña puerta en la parte inferior. Parece que una
vez que se llenaban con granos o especies, se techaban con pajas; sirviendo la v·entana o puerta
para sacar por ella lo guardado. Sinnúmero de estas coleas permanecen todavía en las ruinas
de Huánuco el Viejo, formando un kilómetro cuadrado de extensión. Estos almacenes guar-
daban comidas hasta para 1O años.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 87

Charta -que asist10 a la instalación de la ciudad en su actual área-


Cona Parionca, Alonso Capchani, Alonso Nunarury, Alonso Nuna-
runto, Pedro Huanca, pertenecientes todos a la parcialidad de los
Chupachos; declararon que las tierras "que ocupa el asiento de la
ciudad de Huánuco", y las llamadas "Cumbi, Huancachupa, Poma-
cán", que quedan en el valle del Huallaga, entre la ciudad y Ambo,
río arriba, pertenecían al Inca; en las mismas que se cultivaban se-
menteras y frutas por los yanaconas hortelanos o pachucos 8 •
Asimismo eran tierras del Inca las mejores de las quebradas de
los ríos Lauricocha, Nupe, Ispac, Tambos; y los pastales y las cir-
cun:vecinas a la ciudad de Wuanuko, famosa no sólo por su situación
estratégica, sino también por la belleza de su panorama.
Las tierras del Sol -intipa chacran- y de las huacas -huiaca pa
chacran-, de menor extensión que las del Inca, se hallaban, casi
siempre, en cercanía de los templos y de los adoratorios o huacas
o mochaderos. Cultivadas por los ayllos, su producto servía para las
fiestas, el sostenimiento de las vírgenes del Sol o acllas y de los sacer-
dotes que las administraban.
A este grupo pertenecían algunas de la pampa de Huánuco el Viejo,
valle de Ñucón, Chupán y demás. Allí se levantaba el famoso templo
del Sol; y se hallaban las huacas de Huanacaure, Nagua, Mara -en los
Chupachos-, Cauripunco, Chupán, etc., en los Wuanukos.
Respondiendo a una pregunta, el cacique principal de los Chupachos
don Diego Xagua, confirma la antedicha afirmación. "La huaca de
Guanacaure -dice- tenía chácara de coca y indios que la beneficiaban,
e que tenían así mismo otra chacra de maíz e indios e indias que las
beneficiaban e hacían la chicha para ofrecer a la dicha Guaca ... , e
que dicha guaca no tenía ganado porque de lo del inga traían para
ofrecer e sacrificar así al Sol como a la dicha guaca, porque era dife-
rente lo uno de lo otro" 9 •
Las ti.erras destinadas a los ayllos, las distribuían, en nombre del
Inca, entre sus miembros, el s11";n1,yocapo o el tuci1,yricoc. Al padre de fa-
milia le daban un tup·u - que equivalía a 2.770 metros cuadrados; y si
tenía hijos, le agregaban un nuevo tupo por cada hijo varón, y medio
tupo por cada hija.
Cada hombre cultivaba su lote y con su producto se sustentaba, y
abonaba su tributo, si no disponía de otras especies con qué hacerlo.

S Monseñor BERROA: Monografía Eclesiástica de la Diócesis de I-luánuco y Junín,


p. 56.
9 Visita hecha por mandato de Su Magestad, etc., cit. Revist., cit. p. 31.
88 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los indios poseedores de tales lotes no podían trasferirlos; ya que


las tierras eran del Inca y éste les entregaba solamente para su usu-
.fructo. En la tenencia de ellas sucedían los hijos a los padres. Esta
posesión la perdía cuando no la cultivaba, o cuando se rebelaba contra
el Inca, com() castigo por su delito; o mejoraba su lote cuando se había
distinguido en una campaña militar en defensa del Imperio, o destacado
por su ingenio de arte o habilidad manual, etc., ante los ojos del Inca y
de sus autoridades 10 •
Además de las nombradas tierras, habían otras dedicadas a los
ancianos, huérfanos y viudas. Estas parcelas las cultivaban los hombres
hábiles del ayllo, en forma colectiva o minga. En esta forma lo hacían
con los tu. pus de los mitayos que se hallaban fuera del pueblo o ayllo,
sirviendo como mitima.es, en el ejército y demás.

El trabajo fué el que, particularmente, transformó la personalidad


del primitivo hombre del actual territorio huanuqueño. No trabajar
.se consideraba delito en agravio del Inca; y el castigo del perezoso era
la peor de las afrentas.
Para efecto del trabajo, se dividieron a las personas según sus edades.
Los hombres eran: aucaconas, de 2 5 a 5 O años; puricmacho, de 60 a 70
años para arriba; 1mcoc, inválidos; sayapayac, de 18 a 25 años; macia,
·d·~ 12 a 15 años; tocllacac, d,~ 9 a 12 años; pu.cllacoc hu'tfmbra, de 5 a 9
i ños; llullollollac huambra, niño de pecho, de 1 a 2 años; llullu huahua
quirau picac, niño recién nacido. Las mujeres eran auca cona huarmi,
de 3 O a 3 5 años; payaconas, de 50 años; pu.1íoc palla, de 80 años; 1111cos
cuna, inválidas; cipascuna, de 20 a 30 años; oorotasque, muchacha de
12 años; p-ucllacoc huarmi huambra, muchacha de 5 a 9 años; llullac
huarmí /J1tambra, niña de 1 a 2 años; llnllo lnraua h1tarmi quiraccpicac,
r ecién nacido.
Los hombres adultos servían, como soldados o aucaconas, en el ejér-
cito Imperial. O eran yanaconas u oficiales de labor al servicio del Inca,
o de su Corte. Trabajaban en las minas de oro, plata; en las construc-
c10nes de caminos, fortalezas, tambos, canales de irrigación; a cuyas

, lO En el ya nombrado proceso que se siguió ante el Capitán Juan de Cadalzo y Sahzar


~obre designación de tierras a Juan González Merino, 1595, los testigos dijeron: que, en el
valle del Huallaga, eran de los ayllos las tierras llamadas Auquimarca, Chilcapampa, Pana-
guarca, ' Tumayquichiua, Quicha, Colea, Ceceracu; las que quedaban cerca de Huaylla,
Huaracalla . En la quebrada de Huácar : Rancacocha , Capa; las de Ucubamba, Cumbi, Cay-
dn. Mon o·g rajía Eclcsiristica de la Diócrsis de Huá1111co y Junín, Cit. p. 56.
ÉPOCAS PR EINCA E INCA 89

labores concurrían con sus mujeres, para ser atendidos por ellas. Y tam-
bién servían de mitimaes o colonizadores de territorios recién conquis-
tados; dándoseles en ellos tierras, pastos, animales, etc.
Las mujer.es adultas tejían ropas para la Corte del Inca; servían a
las señoras principales, como porteras, cocineras; se ocupaban de las
pequeñas faenas agrícolas. Cuando eran acllas o vírgenes del Sol, hi-
laban y tejían telas finas, para el monarca y para uso del culto.
Las ancianas desempeñaban de porteras, ayas, despenseras, etc., de las
señoras principales o coyas; tejían costales, hilaban, criaban gallinas
o huallp·as, cuyes, patos, perros, y ayudaban a criar a los niños en las
casas de huérfanos o huaccha-IJ1ursi.
Los niños servían de mensajeros, pastores, servidores de guerreros;
ayudaban en las labores agrícolas. Las niñas hilaban, pastaban ga-
nados del Inca, o de los grandes señores; buscaban leña, cogían flores
para teñir, servían de pajes, ayudaban en quehaceres domésticos. .
Los inválidos-cojos: uncoc, ciegos: nausa, corcobados: cumo, enanos:
tinseuayacaque, que formaban un grupo sin consideración de edades, uti-
lizaban sus miembros u órganos sanos. Los cojos desgranaban maíz,
escogían lanas; los mancos vigilaban; los mudos hilaban, pastaban
ganados, etc. Y si eran mujeres: hilaban, tejían, cocinaban, hacían
chicha, etc., a medida de sus fuerzas.
Si los inválidos eran de sangre real, se dedicaban a la adminis-
tración de las provincias, en los cargos burocráticos. Pues, la nobleza
se dedicaba al gobierno y a la religión; en tanto que el pueblo reali-
zaba los trabajos manuales 11 •

El Imperio S<e dividía en dos clases sociales: nobleza y pueblo. Eran


de la nobleza los ayllos incas o miembros de la sangre real y los apos
o grandes señores, emparentados a los incas por tomar éstos por mu-
jeres a sus hijas o hermanas. Solamente estos nobles, como casta im-
perial y gobernante, podían ser sacerdotes, amautas, capitanes y fun-
cionarios. Ellos disfrutaban de privilegios y poseían propiedades, mu-
jeres donadas por el Inca, ganados; ostentaban lujo, usaban de la coca,
etc. También los nobles se distinguían del pueblo por la calidad y
forma de la vestimenta. Pues, fué obligatorio d uso de los trajes re-

11 Ver nuestro libro : El Derecho Inca.


90 HISTO RIA DE HUÁNUCO

gionales, para distinguirlos por sus n aciones o ayllos ; y cuyo incum-


plimiento o cambio se castigaba como delito.
Del pueblo salían los yanacimas y los mitirnaes. Los yanacunas
eran gentes diestras u oficiales de arte e industria, que se habían dis-
tinguido, merced a su talento y servicios; y por mandato del Inca es-
taban exentos de abonar tributo, poseyendo tierras, ganados, mujeres;
dependiendo sólo de los tucit.yricoc 12 •
Los mitimaes eran indios trasplantados de un lugar a otro. Habían
de ellos: leales y rebeldes. Los leales eran pobladores transportados de
una región a otra con fines de colonización; recibiendo ganados, tie-
rras, etc. Y los rebeldes eran conducidos de su tierra natal a otras
extrañas, como castigo, para evitar sublevaciones y demás, y confi-
nados bajo vigilancia militar.
Los incas transportaron indios de la zona de Huánuco el Viejo y
del actual valle del río Huallaga al Cusco y Quito; o instalaron en
ambas regiones indios quechuas leales, traídos del Cusco, y otros re-
beldes, arrancados de sus tierras. Así introduj,eron entre los Chupachos,
Y achas, Y aros y Queros (actual provincia de Huánuco) indios collas,
atavillos, huaylas, taramas, taquiris (Pachabamba, Quera, Winchos,
Quilkay y Baños); chachapoyas, cayambos (Malconga); ayllos incas,
orejones (Pillao, Pachabamba, Pachas).
En los autos seguidos, en 15 62, por Hernando Maquirique, Cacique
de Cochapampa, con don Juan Sánchez Falcón, se lee: "Pueblo de
Pachacoto -hoy Quera- son ananquichuas mitimaes puestos por el
inga para la guarda de la fortaleza de Catapayza que está a tres días
de camino de este pueblo ... y les dió y señaló tierras para ellos ... "
Pueblo de Anan Pillao: "son mitimaes naturales unos de Canta y otros
de Cajatambo y otros de Atavillo e otros de Charcas ... que los puso el
inga señor principal de ellos cuando vino a conquistar la tierra de los
Andes, y entonces los dejó allí para dicho efecto." Resumen: "En este
repartimiento hay dos parcialidades: uno de mitimaes, orejones ingas,
sacados del Cusco puestos en esta tierra por Tu pac Inga Y u panq ui,
padre de Huayna Capac, que sujetó a los naturales de ella para trenerlos
quietos ... y con los dichos ingas puso asimismo mitimaes quechuas ,
sacados de su natural de la tierra del Cusco ... a los cuales dió tierras
en que sembrasen y ·tuviesen por suyas propias" 13 •

12 Visita hecha por mandato de . Su Magestad, etc. cit. y Autos originales que siguió
don Hernando Maquirique, etc., cit. Declaración del Cacique de Huarapa.
13 Declaración del Cacique de Pachacoto don Cristóbal Alcacondor y del Cacique de
Anan Pillao don Alonso Corig uanca.. Autos orig inal es que sig ui-O don Hern an do Maq uiri que ..•
ÉPOCAS PREINCA E INCA 91

Entre los privilegios de la nobleza estaba tener muchas mu1eres.


Mejor, solamente los nobles podían practicar la poligamia. El Inca
podía tener las mujeres que le placía y aún practicar el incesto por
orgullo racial, tomando por esposa a su propia hermana.
El matrimonio con una sola mujer era obligatorio para los del
pueblo, bajo severa pena como la muerte. Cada año, en ocasión de
una fiesta solemne, el tii,cuyricoc o sus oficiales juntaban mozos y mozas
casaderas, los ponían en dos filas y en nombre del Inca les daban unos
a otros por esposos. Sólo el Inca entregaba a la aclla por mujer de
un súbdito, o la tomaba para sí como concubina.
Refiriéndose al matrimonio incaico en la zona de Huánuco, don
Di.ego Xagua, cacique de los Chupachos, ante el Visitador Ortiz de
Zúñiga, 15 62, dijo: "que ninguno se casaba si no era por mandato del
inga, por el cual repartía las mujeres a los indios como a él le parecía,
y que era orden entre ellos de dar a cada uno mujer, e que después si
iban acrecentando más mujeres, era por hechos o servicios que hacían
al inga y que la primera era la que era tenida por mujer, e que algunas
veoes Íos hermanos trocaban sus hermanas con otros por otras mujeres,
e que otras veces daban su hija a otro indio que le diera su hija o her-
mana por mujer, e que cuando el dicho inga les daba las mujeres no les
decía más que el indio tomaSte aquella por su mujer y le tratase bien, y a
ella lo toviere por su marido, y lo serviere bien e que no se huyuese ni
se echase con otro". Idéntica idea expresa el cacique de Huarapa: "Que
el gobernador del Inca al visitarlos, cada año, en la plaza del pueblo
juntaba a los mozos y les daba a las mozas por mujer ... y estas eran
las mujeres legítimas" 14 •
En el hogar incaico, el padre era el jefe de la familia; el que educaba
a sus hijos conforme a las normas de la sociedad incaica. Los hijos
rendían veneración a los padres y muy particularmente a los ancianos;
castigándose a los irrespetuosos; ya que la ancianidad y los ancianos
personificaban a la tradición viviente, a la que había que rrrndir ve-
.,
nerac10n.

contra su encomendero Juan Sánchez Falcón. Archivo Nacional del Perú. Derecho Indígena
y Encomiendas. Legajo 1, N 9 l. Cuaderno 3. Año l ~61.
14 Visita hecha por mandar. de S. M. etc .. cit. Revist. cit. p. 33. Autos originales que
siguió don Hernando Maquirique, etc., cit.
CAPÍTULO IV

EL RÉGIMEN POLÍTICO, · ECONÓMICO Y SOCIAL


DE LOS INCAS

Los caminos, los puentes, las f ortalezas, los chasquis. La agricultura, la ganadería y la mi-
nería. El tributo. Las leyes del Inca. Los delitos. El proceso judicial. La religión; el culto.
Los sacerdotes y las acllas. Los templos, las pacarinas, las tumbas o chulpas. La lucha entre
Huáscar y Atabualpa. Capac Apo Guaman Chaua, de parte del Inca quiteíio. La destrucción
del Imperio.

Con el trabajo obligatorio impuesto por los Incas, se construyeron


caminos --en quechua, ñan- los que partiendo del Cusco, recorrían
las regiones del Imperio: Chinchaysuyo, Collasuyo, Antisuyo y Con-
tisuyo; uniendo el mar, los Andes y la selva. De otro modo, era po-
lítica del gobierno imperial abrir nuevos caminos o mejorar los exis-
tentes o caminos preincaicos, en las regiones o nuevas tierras conquis-
tadas.
Los caminos imperiales -capacñan o incañancuna- medían de
cuatro a ocho metros de ancho; y estaban empedrados de pulidas lajas,
con declives para la caída del agua -en la sierra- y de la arena --en
la costa- y fuertes atajos para evitar derrumbes; puentes: de piedra
para atravesar los ríos, los arroyos y las ciénagas, o de crisnejas o sogas
para cruzar los grandes ríos y las quebradas profundas. Siempre llevaban
la dirección de la línea recta, acortando las distancias y cuyo trazo
recorría las cumbres de los cerros, bajando al fondo de las quebradas
y volviendo a ascender para seguir las divisorias d,~ las aguas o lugares
de zonas más secas, para facilitar su conservación. Vencían las cumbres
y las peñolerías con escaleras de piedras, ya clavadas en roca viva o
compuestas con pulidas y compactas p~zas. Si hallaban una pequeña
laguna, pasaban por medio de ella, luego de rellenarla con sólidos
bloques.
En cada tres o cinco kilómetros, según la topografía del terreno,
estaban distribuídos los chn.squis o correos o cargadores del Inca, y en
94 HISTORIA DE H UÁNUCO

las distancias de un día de caminata había un tampu o tambo, donde


pudieran hospedarse los viaj eros. En los lugares que atravesapan exis-
tían también almacenes o coleas de comidas, ropas, armas, etc., para el
aprovisionamiento del ejército imperial.
Tanto los puentes -chaca- como los caminos, estaban al cuidado
de administradores llamados ñancamayoc o capacñan huamanin y cha-
caviJ1oyoc, que los conservaban y limpiaban.
Cada chasqui usaba una pluma blanca sobre la cabeza, y portaba
un pututo o corneta que soplaba para anunciar su proximidad. Recibido
el mensaje, la distancia que le estaba señalado la recorría velozmente,
entregando el recaudo a otro que lo esperaba.
Los chasquis, de los que había dos clases: churumullo chasqui o
simple mensajero, y hatun chasqui o portador de carga; eran indios
tributarios fieles, o hijos de curacas. Se alimentaban de los depósitos del
Inca y vivían, con sus mujeres e hijos, en los tambillos o chasqui-htuJSi,
al borde de los caminos, donde también podían tener sus sembríos; no
pudiendo ausentarse de sus puestos, so pena de duros castigos.
Atravesaba el actual departamento de Huánuco, el camino imperial
que unía el Cusco con Quito y con Chachapoyas; y sus ramales que
penetraban a las naciones de los wanukos, chaupihuarangas, yachas,
chupachos, huacrachucos, panatahuas y zonas selváticas.
El camino imperial de Cusco a Quito, ingresaba de S. a N. (viniendo
de Bombón) por Huarautambo, seguía por Tambococha (distrito de
Cauri, Dos de Mayo), Cocha pampa (Jesús), Conoc (Baños), llegando
a la gran ciudad de Wuanuko (Huánuco el Viejo); proseguía por el
puente de Huachanga a Huamanin. (De este lugar torcía a la iz-
quierda, en dirección al Callejón de Huaylas, a Pomachaca, Huarapazca,
Inca-Raka y Pachacoto, para proseguir de S. a· N. rumbo a Poma bamba,
Huamachuco y Cajamarca). El otro camino imperial para Chacha-
poyas, partiendo de Huamanin seguía al N. por Tambo, Taparaco
(Llata), Quinraycancha, Pariarga (Pariarca, Huamalíes), Aran gay
(Arancay), Pirushto, Tinyash, Acotambo (Huacaybamba) y Huacra-
chuco, término del territorio huanuqueño. Continuando por Taya-
bamba, Pataz (Libertad), Laimebamba y llegando a Chachapuyas
(Chachapoyas).
Varios ramales salían de estas vías troncales o reales, a la derecha
e izquierda. Así el de la quebrada de Chaupihuaranga uniendo Palea,
Huanacaure, con dirección al valle del río Huallaga, por sus alturas;
Ambo, Acomayo, Chinchao a las selvas de Chiguangala y la Cordi-
llera Oriental, en cHyos lindes estaban las fortalezas de Colpagua, Caca-
f~l'OCAS PREINCA E INCA 95

paiza y Cachaypagua. El que descendía por las ribe ras del río Lauri-
cocha a Nucon y Run tos (Jesús y Rondos); el que partía de Huánuco
el Viejo a Chacabamba y zona; el que se dirigía a las yungas o selvas
de Patayrondos, pasando por el puente de Jatunragran; y el que por
Tantamayo penetraba a las montañas de Monzón (El Carmen), etc.
Grandes trechos de estos caminos se hallan intactos; pese a haber
servido en toda la época colonial. Particularmente los extendidos en
l as provincias de Dos de Mayo y Huamalíes, en sus distritos de Cauri,
Jesús, Baños, inmediaciones de Huánuco el Viejo, Llata y Miraflores.
Y quedan aún restos de notables puentes de piedras: el del Inca, sobre
el río Lauricocha, cerca a la laguna de su nombre, con 16 ojos cua-
drados; el de Conoc (Baños) sobre el río Nupe; el de Huachanga, sobre
el río Vizcarra 1 ; el de Jatun Ragran sobre el Marañón, etc.
(Nada más impresionante que el camino que pasa por la planicie
de Huánuco el Viejo, conservado por el milagro del tiempo, y cuya
anchura varía de 4 a 8 metros; y el mismo que se ve de lejos cual una
descolorida cinta arrojada por sobre el terreno Uano, ya que se halla
cubierto de yerbas en los intersticios de las baldosas.)
Miguel de Estete, que visitó Huánuco el Viejo por marzo de 15 3 3,
regresando a Cajamarca de Jauja, en la comitiva de Hernando Pizarro,
lo describe así: ... "Partió el dicho capitán de este pueblo y fué a
dormir a otro que dice Guanaco, que serán cinco leguas de camino,
10 más de él enlosado y empedrado por mucha orden, y hechas sus
acequias por do corre el agua. Dicen que es hecho por causa de las
muchas nieves, que en cierto tiempo del año caen por aquella tierra,
que es cosa harto de ver este edificio" 2 •
Los incas construyeron, asimismo, fortalezas o pucaras en sitios es-
tratégicos, para la defensa del Imperio, mantener su dominación o para
protección de las ciudades; canales para irrigar tierras; coleas o gra-

l I os montoneros de 189 5, volaron, con dinamita, este puente, para cortar la comu-
nicación entre La Uni-ón y Llata. El Ing. Pedro Figueroa Villamil ha constatado la exis-
tencia del camino incaico a la selva, que acabamos de enumerar. ("Se encuentra muy enlajado
y con cunetas y alcantarillas de desague entre Acomayo y Chinchao; después de un larg~
recorrido se interrumpe para seguir lejos por Chiguangala hasta alcanzar el Huallaga, Y se
le vuelve a encontrar, según la afirmación de don Enrico Stall, en la parte frígida de la
Cordillera Oriental entre el Huallaga y el Ucayali". Cita de TELLO, Origen Y Desarrollo, de.,
Actas y Trabajos, etc., T. I, p. 629.) También el Prefecto Ruperto Delfín, en 1874, recorrió
el "camino del Inca a la mo.ntaña del Monzón". (Informe referido.)
2 MIGUEL DE EsTETE: Relación del viaje que hizo el señor capitán Herntmdo Pizarra
par mandato del señor Gobernador J1t hermano, desde el ~blo de Caxtnnarca a Pachacam11c.
Colecdón Biblioteca de Cultura Peruana. T. 11. Los cronistas de la canquist11, p. 79.
96 HISTORIA DE HUÁNUCO

neros para guardar las cosechas; termas o baños para el Inca y los gran-
des señores; templos del Sol y conventos de vírgenes o acllal:ntasi; casas
para huérfanos o lniacchahuasi; depósitos de armas o sunturhuasi; etc.
En 15 62 don Juan Chuchuyaure, principal de los Yachas, dijo que,
en tiempo del Inca, "daban indios para guardar el puente de Chuquil-
chaca", a un día de camino de su tierra 3 •
Los caciques que concurrieron ante Iñigo Ortiz de Zúñiga, Visi-
tador de los pueblos Y achas y Mitimaes, comprrmsión de los Ch u pachos,
declaran de las fortalezas que construyeron los Incas en aquella región.
La declaración del cacique del pueblo de Huarpa don Francisco Coria
Pariaguanca, dice: "que sus antepasados habían sido puestos por el
Inca en esta tierra para guardar de la fortaleza de Colpagua que es hacia
los Andes y que eran tres fortalezas que se llamaban una Colpagua y
otra Cacapaiza y otra Cachaypagua y otra Angar, y que los ojerones
yungas y estos fueron sacados de los quechiuas y del Cuzco y puestos
en las dichas fortalezas, en cada uno de ellos 3 O casados, y que los qu·e
tenían en guarda las dichas fortalezas," en ella no tenían chacras porqu.e
no las podían allí tener sino que les señaló en este pueblo y otros y en
ellos puso mitimaes naturales de estos quichuas e yungas, que les hiciesen
chacras y de ellas proveyesen a los que en las dichas fortalezas quedaron
y estaban por guardas; y así después que el inga acabó y ellos y los
otros que estaban en las dichas fortalezas se vinieron a este pueblo y a
los otros que el dicho inga les señaló, y quedaron las dichas fortalezas
yermas ... estas tierras antes que ellos viniesen· por mandato del dicho
inga eran de los chupachos, a los cuales dichos chupachos el dicho inga
Yupanqui había sujetado y porque no se revelasen hizo fortalezas y puso
gente en ellas ... " El propio cacique de Huarpa afirma que en las
dichas fortalezas de Angar, Ollaypagua y Cachaypagua, los indios que
estaban de guarda en ellas, "entendían en hacer lanzas y chucos para
cabezas y guaracas y chullpas para llevar piedras y pelear cuando era
menester". Por su parte, el principal de Pachacoto don Cristóbal Al-
cacóndor dice que la "fortaleza de Catapayza está a tres días de camino
de este pueblo ... que en tiempo del inga fueron en este pueblo puesto
cien indios casados y que estos no tributaban ni servían en otra cosa
que en guardar la dicha fortaleza y hacer armas para solamente de-
fenderlas y tener esta tierra, porque los chupachos que entonces estaban

3 Autos originales que siguió don Hernando Ma.quirique, por sí y en nombre de don
Antonio Guaynacapcha, en términos y jurisdicciÓI\ de la ciudad de León de Huám1co, contra
su encomendero Juan Sánc-hez Falcón ' ... Archivo Nacional del Perú. Derscho Indígena y
E nmienda. Legajo W l. Cuaderno N9 3. Año 1561.
.Monumental fortaleza preincaica en Sa hua y, queb r "da d el río Shillán, C hup:ín , Dos de Mayo,
(Foto: A. Cardic h.)
Ruinas de Urpish, reg10n de Tantamayo (Huamalíes.) La construcc10n de la izquierda tiene
once metros de altura y cinco pisos interiores. (Foto: B. Flornoy.)

"Maquette" de una de las casas de varios pisos, reg10n de Tantamayo. (Escala: I.20.) A la
derecha: corte vertical de la casa. (Por B. Flornoy.)
ÉPOCAS PRE INCA E INCA 97

nuevamente sujetos, no se revelasen ... " Y por su lado, el principal de


los. Mitimaes de Cayán, don Domingo Xulca Guarnan, dijo que "eran
naturales de Rampas, que fueron puestos ahí por mitimaes en tiempo
de Inga para guarda de la fortaleza que se llama Changrima, que está
de Cayán cuatro días de camino hacia la montaña" 4 •
Como muestras de las otras obras realizadas por los Incas, quedan
hoy los restos de las innumerables coleas de Huánuco el Viejo, Nu-
cón (Jesús), Chupán; las termas del actual pueblo de Baños (Conoc
o Conis) sobre la ribera izquierda del río Nupe; las de Conoc en la
quebrada del río Vizcarra; el templo del Sol y las casas de los saoer-
dotes y de las vírgenes del Sol en la ya nombrada ciudad de Huánuco
el Viejo.
(Fray Vásquez de Espinoza que visitó las ruinas de Huánuco el
Viejo por el año 1616, expresa de ellas que eran de grandes edificios
de una magnífica construcción de piedras; de palacios reales campestres
pertenecientes a los Incas y una fortaleza de piedra cortada a pico
con capac idad para cuatro mil hombres) 5 •

Estas obras fueron ejecutadas por los tributarios y los mitima.es,


bajo la dirección de arquitectos o yanacunas.
Pues, el tributo, del que no podían evadirse los súbditos bajo pre-
texto alguno, y cuyo monto era señalado para cada uno según su
aptitud, se abonaba en productos o en trabajo. Los wuanucos y yaros
tributaban al Inca con chuño, papas, moray, tejidos, armas, ganados
y demás especies propias de esas tierras altas. Los chupachos y huacra-
chucos acudían con ropas de cumbi, algodón, coca, frutas, ají, tejidos,
sal, plumas de aves, ollas, etc. El ganado parte iba a Cusco y parte
a Huánuco Vjejo, adonde llegaban en cuatro días desde el actual
vaile de Huánuco.
Todos los trabajos o servicios tributarios que prestaban los indios
al Inca o al Imperio, se llamaban genéricamente 1nitas, y yanaconas del
Inca a los que las realizaban.
En un documento del siglo XVI, "Visita de los Indios Chupachos'',

4 Autos originales que siguió Hernando Maquirique, etc., Cit. - También fueron trans-
portados indios guaylas a Colpacocha. - "Revista del Archivo Nacional del Perú", cit., T. III.
Entrg. 11, 1925, p. 241, 245.
:; ANTONIO VÁsQUEZ DE EsPINOZA: Compendio y Descripción de las Indias O ccidentales
C ap. XLIII, p. 452. (De la ciudad de León de Huánuco el Viejo).
98 HISTORIA DE HUÁNUCO

efectuada por orden del Presidente La Gasea en la ciudad de Huánuco,


en 15 49, los caciques Paucar-Guaman, Querín y Chinchaopoma, decla-
ran: que cuatro mil indios chupachos se distribuían para los siguientes
trabajos: 3 indios casados para sacar oro, 60 indios e indias para sacár
plata en las minas, 400 para hacer paredes en el Cusco, 400 para sem-
brar chacras del Inca en el Cusco, 15 O para yanaconas de Huayna
Capac, 150 para guardar la tumba de Tupac Inca Yupanqui, 10 yana-
conas para guardar armas, 200 para la guarnición de Quito, 200 para
la guarnición de Chachapoyas, 20 para cuidar la tumba de Huayna
Capac, 120 para recoger plumas o plumeros, 60 para sacar miel, 400
para «cumbicos" o tejedores, 40 para tintoreros, 240 para ovejeros, 20
para cultivar las chacras del Inca en el valle Chupacho o Píleo, 40 para
sembrar ají, 40 para extraer sal de las salinas, 60 para cultivar la coca,
40 para auxiliares de caza del Inca, 40 para hacer suelas, 40 carpinteros
para labrar platos y escudillas, 40 olleros, 68 para tamberos en Huá-
nuco el Viejo, 80 para cargueros de Tambo a Bombón, 40 para guardar
a las acllas o vírgenes del Sol en Huánuco el Viejo, 500 para cargar
las andas del Inca en Quito, 500 para sembrar las chacras a realizar
otras obras del Inca en la provincia de los Chupachos 6 •
Sobre la forma de tributación de los indios chupachos, su cacique
don Diego Xagua, declaró ante Iñigo Ortiz de Zúñiga: los indios
eran «escogidos para el inga por sus yanaconas, e para lo traer en hamaca,
e en el Cuzco tenían con el inga muchos indios con un cacique para
lo que tocaba al servicio de dicha inga, e que tributaban los que estaban
en dicho repartimiento dándoles maíz que Ste lo ponían en Guánuco
el Viejo, que era lo que se cogía en este valle en tierras del inga, que
ellos b.meficiaban, e que de sus tierras no le daban ninguna cosas, e
tardaban en lo llevar siete días de los depósi~os donde los tenían, y
lo llebaban a cuestas, e tributaban en coca que cogían en los Andes,
y la ponían en nueve días en el dicho Guánuco e la ropa de cumbi,
que le daban le ponían la mitad en el dicho Guánuco el Viejo, y la otra
mitad en el Cuzco, e que así mismo le tributaban sal e ají, e en tiempo
tres plumas de los Andes, y lo ponían en el dicho Guánuco ... que así
mismo sacaban plata para tributar al inga en los pueblos de los Yaros,
que son de don Antonio de Garay ... e que todo lo que sacaban lo
llevaban así mismo al dicho Cuzco al inga sin osarse quedarse con nin-
guna cosa so graves penas, y así mismo le tributaban lazos para cazar,

G Archivo General de Indias. Sevilla. Justicia. Legajo 397. La Visita de los Indios Chu-
pachos. En "Travaux de L'Institut Fran~ais D'Études Andines". T. V. Vol. l. (1955-56,
p. 40.)
ÉPOCAS PREINCA E INCA 99

e que esto tributaban los indios que habitaban en dicho repartimiento,


y que los que estaban en el Cuzco servían de hacer rodelas, e lonicas, e
camisetas de pluma para la guerra, e porras, e ayllos e otras armas ... y
que asi mismo daban al inga indios ovejeros para sus ganados e indias
para mamaconas e indios para guardar las ovejas del Sol, e indias para el
Sol, que las llevaban al Cuzco e otras que ponían en Guánuco por ma-
maconas las cuales habían de ser hermosas e de éstas daba el inga
por mujeres. a los indios que a él le parecía que no las tenían, e que
asi mismo llevaban al depósito de Guánuco ollas e cantaros e otras
cosas de barro, e que los que estaban en el Cuzco hacían andas para
el inga porque eran maestros dellas, re que tributaban chuchi que es
un pescadilla en unas petaquillas que lo llevaban con la sal a Guá-
nuco ... que este cacique no alcanzó otra cosa ni supo más de la orden
que en esto tenía porque era de los que residían en el Cuzco e que
después que murieron y se acabaron los ingas, y entrando los espa-
ñoles vino a su tierra ... aderesaron los caminos desde Ambo hasta,
la huaca de Guanacaure, que son quince o dircz e seis leguas, la parte
que les cabía, la cual les estaba señalada por los ingas, en más el camino
general del inga desde Quito al Cuzco, la parte que les cabía, y les
estaban señalada por los ingas".
Por su parte, el Cacique de los Queras, al propio Visitador español,
manifestó que: «tributaban al inga ropa de cumbi, e que para hacer les
daba el inga lana, y le tributaban maíz, e coca, e ají, e ojotas, e chus-
pas, .e llautos ... e le daban cantaros, e ollas, e bebederos de palo, e
lazos para cazar en los chacos. . . e asi mismo daban albañiles para
hacer casas del inga en el Cuzco y en otras partes ... e para esto daban
tres indios, de cada pachaca uno, e daban asi mismo indios ovejeros,
daban diez; e daban indias mamaconas diez e veinte e treinta ... al
Quito llebavan alguna vez maíz en indios de carga, y que este tributo
se repartía entre los indios casados, y que el maíz se sembraba en las
chácaras del inga y todos de común, mozos e viejos, lo beneficiaban, e
que no daban más de lo que se cogían en las chácaras del inga, y la
misma orden tenían en lo de la coca ... " 7
Cieza, al respecto, dice: "Los mayordomos de los ingas tenían cui-
dado de cobrar los tributos ordinarios, y las comarcas acudían con sus
servicios" 8 •
7 Visita hecha por mandato de Su Majestad • . . por Iñigo Ortiz de Zúñiga, etc. "Re-
vista del Archivo Nacional del Perú", T. I, Entrg. l. Lima. 1920. ps. 26-39.
8 PEDRO CrEZA DE LEÓN ? La Crónica General del Perú. T. l. Cap. LXXX. Del asiento
de esta ciudad y de la fertilidad de sus campos, y costumbres de los naturales, y de un her-
moso aposento o palacio de Guanuco, edificio de los ingas, p. 244.
100 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los indios sometidos por el Inca a la mita o trabajo forzado, por


delincuentes o rebeldes, laboraban en las minas, en la recolección y cul-
tivo d,~ la coca, etc.
Las minas se trabajaban sólo para el Inca. En el territorio huanu-
queño se extraía plata de las minas de Huacaras y de Ninamarca, en
los Yaros; oro de los ríos Ninamarca, Tomarica y Chupa, y de los lava-
deros de Quikila-Quivilla-Ñucón, Chuquibamba, etc., a orillas del
Marañón, y cobre de la región de los Yachas y de Ayancocha 9 • '(En
tiempo del inga -dice sobre el particular el cacique de los Queros-
tenía las minas de Chuquibamba, de donde se sacaba oro para el inga,
sin dejar para sí ninguno, e que había un mayordomo dd inga que
tenía cargo de lo juntar e enviar al Cuzco ... y que en los Y aros ...
solían sacar plata en las minas que se llaman Guacaras, la cual daban
al inga sin dejar para sí ninguna" 10 •
Fuera de las tierras y pastos, pertenecían al Inca y al Sol rebaños
d,~ guanacos, pacos, llamas y vicuñas, que estaban bajo el cuidado de
pastores o niichec. Estos ganados se utilizaban para los sacrificios del
culto al Sol; y el sobrante del abono que producían y las lanas que se
les trasquilaba, se repartía entre los del pueblo, para mejorar sus sem-
bríos y fabricar sus vestidos.
En Huánuco rel Viejo y su zona, se criaban grandes cantidades
de estos animales, muy especialmente en los pastales del río Laurico-
cha e Ishpac. Miguel- de Estete habla de ello, cuando escribe: " ... par-
tió de dicho pueblo y fué a dormir a otro pequeño que se dice Tonsu-
cancha ... Este es pueblo de mucho ganado pequeño y de muy buena
y fina lana, que parece a la de España" 11 • También Cieza de León
noticia de la abundancia de ganado en la . famosa ciudad incaica:
"Había en los tiempos pasados tan gran cantidad de ganado de ovejas
y carneros, que no tienen cuenta; mas las guerras lo acabaron en tanta
manera, que desta muchedumbre que había ha quedado tan poco,
que si no lo guardan los natural.~s para hacer sus ropas y vestidos de
su lana, se verán en trabajo" 12 •

9 Visita hecha por mandato de Su Majestad, etc. Declaraciones del Cacique Andrés
Yacolca de Oxpa; de don Gonzalo Cuchachi, principal del pueblo de Ronde; Diego Xagua,
de los Chupachos; Cristóbal Pulca Cóndor, de los Queros. "Revista del Archivo Nacional
del Perú", ps. 12, 13, 28, 38, 209. Autos originales que siguió den HernaAdo Maquiri-
que ... contra Juan Sánchez Falcón, cit.
10 Visita hecha, etc., cit. Revt. cit. p. 41.
11 EsTETE: Relación del viaje, cte. cit., p. 9 5.
12 CJEZA: La Crónica General del Perú, cit. Capt. cit., p. 246.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 1,01

Igualmente, en Tambo y Lihuarachi, situadas entre Llacón y Pa-


chabamba, en las alturas del actual valle del Huallaga, se criaban gana-
dos del Inca 13 •
Además de que los Incas introdujeron el uso del guano para ferti-
lizar la tierra, irrigaron el valle Pilco o Paucarbamba, como lo demues-
tran los vestigios hallados; construyeron andenes para sembrar en las
laderas; y cultivaron o fomentaron el cultivo del algodón, el maíz,
la papa, la quinua. Llegando a ser la agricultura incaica una de las
más avanzadas, por el conocimiento de las preparaciorn:!s del sembrío,
la cosecha, productibilidad de la tierra, variación de los astros, etc.

Los incas terminaron con la justicia de los ayllos y de los curacas,


e implantaron el régimen imperial por intermedio de sus funcionarios,
quienes aplicaban las leyes en forma rápida e inflexible. Por estas leyes
se perseguían: el robo, el asesinato, el aborto, a los envenenadores, el
adulterio, la sodomía, el incesto, el incendio, la destrucción de las
obras públicas, la profanación de las tumbas, chullpas o huacas; las
blasfemias contra el Sol, el Inca y las vírgenes del Sol; la pereza, la
suciedad y hasta el hecho de cambiarse de estilo de vestimenta o mu-
. darse de residencia.
Las leyes imperiales, que se enseñaban a los niños y se divulgaban
por los funcionarios en las fiestas y ferias o catus; se resumían en estas
frases: ama s1ta: no robarás; ama llulla: no mentirás; ama quella: no
serás ocioso; ama sipic: no matarás; ania m.adla: no serás afeminado;
ama mapa: no serás invertido; ama machac: no serás borracho; ama
iscay songo auca: no serás traidor; ama h11achoc: no serás adúltero;
ama pacha pa11tac: no serás perjuro; ama ca11ra: no serás sucio, etc.
Si el delincuente era dd pueblo, se le aplicaba la pena rigurosa-
mente. Y si era noble, bastaba una amonestación; porque la r.~prensión
en público de un noble era considerada como denigrante.
Según la gravedad dd delito, se imponía desde la pena de muerte
a las penas corporales y las difamantes. La muerte se practicaba por
descuartizamiento, despeñamiento, asfixia, emparedamiento -propia
para las vírgenes del Sol-, horca -que se aplicaba sólo a los nobles.
A los funcionarios de la sangre real, se les metía en cárceles esp·~­
ciales; y a los del pueblo en cárceles comunes o sancay, que eran bóve-

13 BERROA: Monogra fía eclesiástica de la DiÚCl'Jis de ll11á1111co y f1111 í 11 , p. 228.


102 HISTORIA DE HUÁNUCO

das subterráneas repletas de animales dañinos o salvajes. El destierro


o trasplante en masa de un ayllo, o mitimaes, se realizaba con los
amotinados. A los adúlteros se les colgaba de los cabellos, en las
pefias; y a los borrachos se les pisaba la barriga. Los castigos consistían
en quitarles el cargo administrativo, pérdida de la sucesión, desapa-
rición de las tumbas, flagelarniento y corte de cabellos.
~ El proceso se realizaba en forma sumaria y pública. Cuando el tu-
cit.yricoc tenía conocimiento de un delito, hacía comparecer al autor
y a cuantos sabían del hecho. A éstos mandábalos sentar en rueda,
poniendo en medio al delincu.ente, a quien allí, en su presencia, y
de modo que no pudiera negar, le decían lo que habían visto hacer
u oído decir. Si los testigos no daban suficiente prueba, se buscaban
otros. Y probado el delito y la mala inclinación dd autor, se le apli-
caba la pena, previo tormento 14 •
El cacique de los Queros don Cristóbal Pulca Cóndor, en su decla-
ración ante Iñigo Ortiz de Zúñiga, se expresó así de la administra-
ción de justicia incaica: «En lo de hacer justicia que d inga mandaba
al cacique principal que castigase los dditos, y que el delito se averi-
guaba en esta manera: que ponían al culpable delante de los testigos
que sabían lo que había hecho y los testigos se levantaban y contaban
delantre de la parte como había pasado el caso, e allí lo averiguaban
y preguntaban al delincuente si era así, y el delincuente decía si
era así y entonces le daban la pena que entre ellos tenían de costumbre,
la cual se la daba luego en presencia de todos e para hacer esto se
juntaban todos los caciques e principales en la plaza del pueblo donde
pasaba; y que las causas civiles sobre bienes y haciendas, el cacique
principal iba a ver la tierra sobre que era la qiferencia, e no pudiendo
ir enviaba a otro que lo veía y averiguaba por los quipos y antigüedad
que entre ellos había cuyo era, e luego allí daba la tierra a cuyo era y
desagraviaba al agraviado ... y siendo casos arduos de importancia e
muertes no lo executaban entre ellos y lo hacían saber al inga, el cual
dicho inga enviaba, un inga e señor su deudo a tomar cuenta al cacique
principal para saber como había tratado sus indios, e tenido cuenta con
ellos, e que si lo hallaba culpado en algo lo reñía e castigaba, e que no
sabe si le quitaba el señorío habiendo hecho pesquiza, y que el dicho
inga que venía preguntaba a los: principales e indios que de que tenían
queja de los dichos caciques e principales, e los indios se lo decían libre-
mente, e entonces el dicho inga los desagraviaba y castigaba lo mal

14 Ver el libro del autor: "El Derecho Inca".


ÉPOCAS PREINCA E INCA 103

hecho, e que éste era la orden que tenían en la administración de


justicia" 15 •
En la ciudad de Wuanuko se ejecutaba, a no dudar, la pena de
muerte por horca. En Huánuco el Viejo, existe una habitación de
forma rectangular, conocida por las actuales gentes como "cuarto
de la horca", ubicada entre los restos de los palacios imperiales y
demás edificios.· En el muro central de dicho compartimiento, a la
altura de un hombre normal de pie, se ve una piedra horadada para
dar ingreso y salida a una soga, que se tiraba desde arriba. Éste era
el lugar de suplicio de los hombres. En el lado derecho de tal muro
se observan las mismas hendiduras para el paso de una soga, aunque
están a una altura m ás baja, pero presentando dos cavidades a fin
de que los senos de ]a mujer no impidiesen inclinar el cuello; ya
que se presume que las ejecutaban con la cara hacia el muro. Este
sería el lugar señalado para el ajusticiamiento de las mujeres.
Asimismo, quedan restos de cárceles o sancay. Y entre otros luga-
res donde se practicaba la justicia imperial, se halla Estaca-Machay,
en el camino de la actual ciudad de Huánuco a Llata, donde se col-
gaba de los cabellos a los adúlteros, en medio de una peña terro-
rífica 16 •

Respetando los huaris, jircas y pucullos de los huanucos y chupa-


chos, los incas impusieron el culto a Pachacamac, al Sol, a la Luna,
estrellas y a la persona del Inca, como a hijo del Sol. Prohibiendo
el culto a los animales como el jaguar, el sapo, la culebra, etc.
Para el culto al Sol o Inti construyeron templos o inti-huasi; para
las huacas, adoratorios o pacarinas; y para el de los muertos, chullpas
o pucullos funerarios. Estos templos y adoratorios eran cuidados por
sacerdotes o uisalayas y mamaconas y vírgenes del Sol o acllas. El

15 Visita hecha, etc., Cit. Revt. Cit., p. 38. Idéatica es la declaración del Principal
de los Yachas don Juan Chuchuyaure. (Autos seguidos entre Hernando Maquirique con Juan
Sánchez Falcón, cit.)
16 En esta peña viva y danusca de Estaca-Machay, existen hasta una docena de estacas
de madera quishuar, clavadas en la pura roca e imposible de ser alcanzadas por mano alguna.
La sola contemplació n de dicha roca de suplicios, escalofría la sangre; y la emoción es más
severa al distinguir huesos humanos en las grietas del precipicio terrodfico. En nuestro
libro "El Derecho Indiano", Cap. VII, hemos refutado a Ezequiel Ayllón Y Enrique López
Albújar, quienes afirman de un método punitivo -1!{ 1tshananjampi- practicado, dicen, años
atrás, por los indios huanucos en el distrito de Chupán, Dos de Mayo.
104 HISTORIA DE HUÁNUCO

culto al Sol· se practicaba con sacrificios de animales -la llama, vi-


cuña, etc.- y, muchas veces, de niños. Y el de las huacas se hacia
ofreciéndoles objetos de oro, plata, piedras, especies y comidas.
"En tiempo del inga -afirmó el ya nombrado cacique Cristóbal
Pulca Condor- ofrecían al Sol plumas de los Andes, e conchas
coloradas del mar, e ovejas, e cebo, e cochies, e chicha, e coca, e
para esto tenían chacras e indios que lo beneficiaban e sembraban,
e que todo daban de su voluntad" 17 •
En toda la región del Chinchaysuyo era famoso el templo del Sol de
Huánuco el Viejo, de cuya grandiosidad nos relatan Cieza y Garci-
laso, como veremos más adelante. Y en el valk~ del río Huallaga era
mentada la huaca de Guanacaure, destruída por Fray Domingo 18 , y
de la que sacaron objetos de plata los españoles. He aquí las palabras
del ya nombrado cacique de los Queros don Cristóbal Pulca Cóndor:
"que en este repartimiento en tiempo de los ingas no h abí a depósitos
de oro ni plata ni ganados para las huacas, e edoratorios, e que habí::l
la huaca que se llamaba Guanacaure que tenía oro e plata enterrado
del tiempo de los ingas, lo cual sacó el capitán Mercadillo e después et
capitán Pedro de Puelles que sacó otra parte, después vino el padre
Fray Domingo a visitar, e la hizo derribar e se acabó de destruir" 19 •
Los sacerdotes eran de la sangre real y vivían en sus conventos, cons-
truídos siempre en los alrededores del templo o de las huacas. Las acllas
residían en sus conventos o aclla huasi, en el más riguroso aislamiento;
y eran escogidas entre las más bellas del Imperio, y las mismas que se
dedicaban al aprendizaje de diversas labores, y a los ritos de su religión.
Entre las acllas había de diversas categorías: uayor aclla, dedicadas
exclusivamente al culto del Sol, que no podían conocer hombre en vida;
las sumac aclla y las catiquin aclla, d,e las huacas y adoratorios, y las
pam.pa-acllas, que servían en las fiestas, procedentes de los indios co-
munes.
En honor de sus dioses los Incas celebraban fiestas, practicando sa-
crificios de animales y de niños, como tenemos dicho. Sus fiestas reli-
giosas, en particular, las celebraban con gran pompa, entre danzas y
cánticos, en las que se hacía derroche de sentimientos panteístas, y
lucían sus sacerdotes valiosos trajes de telas preciosas y vajillas de oro y
plata.
17Visita hecha, etc., cit. Revt. cit., p. 44.
18Este no es otro que Fray Domingo de Santo Tom:ís, el célebre quechuísta que des -
empeñó el Cargo de Visitador por designación de La Gasea, como veremos más adelante.
Ver en este libro el Capt. La Encomienda rm Huánuco.
19 Visita hecha , etc., cit. Rcvt. cit., p. 41.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 105

La más suntuosa de las fiestas era la del lnti-Raymi, dedicada al Sol,


y la que se celebraba en el mr~s de diciembre, precedida de grandes ayu-
nos. Las otras fiestas eran de carácter funerario en homenaje a los
muertos, teniendo lugar la principal en el mes d,~ noviembre o aya -
mircay qní/Ja; o se celebraban con motivo de la siembra, la cosecha,
así como en la muerte del Inca, que era de gran solemnidad y r(!cogi-
mien to.
Según el diligente Guarnan Poma, en Huánuco el Viejo se celebraba,
con gran pompa, la fiesta llamada uauco, en la que se evocaba la era
de los yarowilcas, danzando en honor del guanaco 20 •
En estas fiest as o taquis, usaban instrumentos como la tinya-tambor,
la quena-quena, el pi11cullo, el pututo, etc. En el Chinchaysuyo, en la
zona d,~ Wuanuko, se usaba la cabeza del venado, que se soplaba por la
hendidura inferior.

* ~. *

Tal lo que acabamos de reseñar, era el estado económico, político y


social del T ahuantinsuyo, cuando los españoles, al mando de Pizarra,
merodeaban en su llamado primer viaje, por las costas de Tumbes, 1524.
Por este año que era uno de los últimos de su reinado, Huayna Capac,
hijo y sucesor de Tupac Inca Yupanqui, comenzó a visitar el reino de
Quito. Mandó al Sur a Capac Apo Guarnan Chaua, para que fuera a
Chile y Collasuyo, y él permaneció en Quito.
Administrativamente el gobierno de este Inca fué laborioso; pues,
mejoró y extendió los caminos, mandó levantar edificios en el Cusco,
Huánuco, Tumibamba, Collao, etc.
Huayna Capac llevó el límite N. del Imperio hasta el río Angas-
mayo, sometiendo a los chachapuyas, quitus, cañaris, guancawilcas y
pastos. Mientras realizaba estas guerras de conquista, dejó en el Cusco
como a su personero, a su tío Guarnan Achachi, y a sus hijos Tupac
Cusi Huallpa o Huáscar, Tito Atauchi, Mango Inca y Paullo Tupac;
llevando en su compañía a Atahualpa y Nina Cuyuchi, sus hijos
bastardos.
Después de su campaña contra los indios de Puná, falleció en
Quito, en 1524, dejando 50 hijos. Ya enfermo nombró como a su su-
cesor a Nina Cuyuchi, pero éste murió también atacado de fiebres
como su padre, antes de ceñirse la 111ascaypacha o borla imperial.

2Q GUAMAN PoMA DE AYALA: N11e11a Crónica y Buen Gobiernn . ~ . 30'1.


106 HISTORIA DE HUÁNUCO

Muerto Huayna Capac, proclamaron por Inca, en el Cusco, a Tito


Cusí Huallpa, llamado Huáscar por haber nacido en Guáscar-quisguar.
Cuando los orejones partieron de Tumibamba trayendo los restos de
Huayna Capac, para enterrarlo en la capital del Imperio, Atahualpa,
hijo de Tocta Cuca, se quedó en Quito, pretextando que no osaba
vivir en aquella ciudad por estar en miseria y haberlo afrentado su
padre. Huáscar criticó esta decisión de Atahualpa e hizo matar a los
orejones que habían venido en la comitiva funeraria, que no le habían
rendido pleitesía como a Inca; calificó de traidor a su hermano y le
declaró la guerra. Atahualpa envió mensajeros a Huáscar, prometién-
dole pleitesía. Pero Huáscar les mandó cortar las nances a sus comi-
sionados, y envió tropas para someterlo.
Atahualpa formó un poderoso ejército y fué primero contra los
guancawilcas sublevados, los derrotó, y en seguida se enfrentó al que
se le acercaba desde el Cusco, encargando la campaña a sus capitanes
Challcuchimac, Quisquis, Rumi Ñ ahui y Urco Huaranga. El primer
encuentro tuvo lugar en Río Bamba, donde fueron derrotadas las
tropas de Huáscar. Otro ejército cusqueño al mando de Atoe, Huay-
chao y Huanca Auqui, fué vencido en Cusibamba. Nuevamente Huanca
Auqui fué desbaratado en Cocha Guayal, cerca de C~ja m arc a. ,, perse -
guido por el ejército de Challcuchimac y Quisquis hacia el S. Con
nuevos refuerzos, Huanca Auqui, en Bombon, empeñóse en una gran
batalla con los ejércitos de Atahualpa, siendo derrotado. En otra ocasión,
en Yanamarca, nuevamente cayó vencido el capitán cusqueño.
Al ver la derrota de los suyos, Huáscar, en persona , salió a dar
encuentro a los victoriosos Challcuchimac y Quisquis. La lucha tuvo
lugar en Cotabamba, en que Huáscar fué derrotado y hecho prisionero
por Challcuchimac, quien, con sus tropas tomó el Cusco y proclamó
como Emperador del Imperio a Atahualpa.
Dueño del Cusco sus ejércitos, Atahualpa mandó matar, mediante
sus nombrados capitanes, a todas las mujeres, hijos y parientes de
Huáscar, así como a sus hermanos. Por orden del mismo Inca, Chall-
cuchimac llevó preso a Huáscar para ponerlo en presencia de Ata-
hualpa que, a la sazón, se hallaba en Cajamarca, en marcha al Cusco.
Emp~ro, por lo que hemos visto ya, el rey Yarowilca Capac Apo
Guarnan Chaua, en la sangrienta lucha entre los hermanos Huáscar
y Atahualpa, estuvo d.~ parte de este último Inca. Por ello se explica
que apareciera junto a Atahualpa, en la tarde del 16 de noviembre
de 15 3 2, cuando se produjo la prisión del Inca, perdiendo la vida en
manos de Juan Pizarro, como lo atestigua el cronista Pedro Pizarro.
CAPÍTULO V

WUANUKO, GRAN CIUDAD INCAICA

Wuanuko , capital regional del Chillchaysuyo. Sede de la nobleza yarowilca e i11ca. Su gran-
deza vista Por los españoles, en 1533. Las menciones de los cronistas y viajeros. (Descripción
de las actuales ruinas de H1tánuco el Viejo.)

Los emperadores cusqueños Tupac Yupanqui y Huayna Capac,


mejoraron la antigua capital del Reino Yarowilca, haciendo de Wua-
nuko una de las más belfas y grandes ciudades del Imperio Tahuantin-
suyo 1 •
En su área eng1eron palacios reales, templo del Sol, conv.~nto de
vírgenes, escuelas, cuarteles, almacenes de provisiones, sistema de apro-
visionamiento de agua, un lago artificial, etc. La dotaron también de
plazas, fortalezas, cementerio, subterráneos, coliseo deportivo, baños
y demás.
Fueron fci.mosos su Templo del Sol y su fortaleza, que está cons-
truída sobre un terraplén, al lado este de la ciudad y de una extensión
de cincuenta y cuatro metros de largo por treinta y ocho de ancho,
y cuyos muros alcanzaban a ocho metros de altura, incluyendo el te-
rraplén. Garcilaso afirma: .. Ennoblecieron mucho esta hermosa pro-
vincia de Huanucu por su fertilidad y buen temple; hiciéronla metró-
poli y cabeza de otras muchas provincias que hay en su comarca. Edi-
ficaron en ella templo para el Sol, que no se hacía sino en las famosas
provincias y por mucho favor. Fundaron también casa de escogidas" 2 •
Asimismo fué notable el Palacio Real, con frontispicio de piedra

1 A la llegada de los españoles, las principales ciudades incaicas eran: Karenke, Kallo
o Mulashalo, Mocha, Tomebamb~, Tiocasha, Yanacauri, Inka-Pirca, Tumpi, Huancapampa,
Kasha, Huampu, Cochabamba, Casha-Marca, Wuanuko-Marca, en el N.; Xauxa, Pachacamac,
Wuarko, Inka-Huasi, Nay-Casha, Wuaytara, Wilkas-Huaman, Churajón 'Y las de las cuencas
del Urubamba, Machupiahu, Ollaytaytambo, Pisac, Kcsko, en el centro; Sillustani, Costi,
Pillko-Caina, Iñakuyu, Pasa, Italo e Inka-Llacta, en el S.
!! GARCILASO: Los Comentarios Reales de los Incas, T. II, Libr. VIII, Capt. IV, p. 323.
108 HISTORIA DE HUÁNUCO

pulida y con figuras de pumas en alto relieve. "Casa real de admirable


edificio, porque las piedras eran grandes y estaban muy polidamente
asentadas", según frase de Cieza de León 3 •
El acllahuasi o convento de las Vírgenes dd Sol y el sunturhuasi o
depósito de armas o cuarteles, tenían hasta doscientos metros de exten-
sión por seis de ancho y cinco de altura. Y se delineaban alrededor de
dos grandes plazas: el huacay-pata y el cusí-pata; cada una de ellas de
setenta y seis metros de largo por treinta y nueve d,e ancho. El baño
del Inca y la piscina, de 30 m. de largo por 20 m. de ancho; las coleas
formando calles, al lado O. de la ciudad, y donde se guardaban los
tributos. que se conducían desde 30 leguas a la redonda; sus chullpas
que ocupaban grandes superficies por la parte SE. Todo este cúmulo de
ed.11lc1os se comunicaba con la fortaleza (Castillo) y los caminos
reales, mediante subterráneos estratégicamente dispuestos, como puede
aún observarse hoy.
Esta gran ciudad fué capital regional del Imperio, con mando
sobr•e varias naciones y numerosos pueblos: la de los conchucos, huaylas,
huacrachucos, chupaychus, yaros, queros, yachas, etc. De este su rango
lo dice Cieza de León. "Este palacio o aposento era cab.eza de las pro-
vincias comarcanas a los Andes, y junto a él había templo del Sol con
número de vírgenes y ministros; y fué tan gran cosa en tiempo de los
ingas, que había a la continua para solamente servicio del más de
treinta mil indios. Los mayordomos de los ingas tenían cuidado de
cobrar los tributos ordinarios, y las comarcas acudían con sus servicios
a este palacio". El propio cronista, en capítulo aparte, ratifica: "Gua-
nuco cabeza principal d,e todos los que se han pasado de Caxamarca
a él; y otros muchos" 4 •
Por la importancia de la urbe, belleza de su paisaje y salubridad
del lugar, así como por la abundancia de sus bastimentos, sirvió como
residencia temporal a los incas Tupac Yupanqui y Huayna Cap ac;
particularmente al segundo que terminó de embdlecerla, como dijimos
más adelante.
Por otra parte, parece que en Wuanuko existía un suyuyoc-apo o
administrador del Chinchaysuyo. Como ya sabemos, vivían también
en ella, el condeuisa o representante del Villak-Umo o sumo pontífice
del Sol; las mamaconas, que tenían a su cargo la casa de las acllas,
fomentando o cuidando el culto a los dioses; amautas, yanaconas, jefes
militares al mando de tropas. Guarnan Poma quiere decir que en dicha

3 CrEZA DE LEÓN: La Crónica Ge11e11al del Perú, Capt. LXXX, p. 244.


4 CrEZA, Libr. y Capt. citados, p. 244.
ÉPOCAS PREINCA E INCA. 109

cmdad vivía el Iucap-Rantin o Virrey del Inca. Como dejamos expre-


sado, a raíz de la alianza Inca-Yarowilca y por los importantes servicios
de los guanucos en favor del Imperio, Capac Apo Guarnan Chaua
habría sido nombrado Incap Rantin o Virrey del Inca: poderoso per-
sonaje que representaba al Emperador en todo el Imperio 5 •
Mas, sea como fuera lo que nos noticia Guarnan Poma, en ella,
repetimos, vivieron miembros de la nobleza imperial, formada por los
funcionarios, como por los hijos bastardos de Tupac Yupanqui y Huayna
Capac. (Fueron éstos quienes opusieron resistencia a los españoles, prin-
cipalmente a Gómez de Alvarado, y Gonzalo Pizarro y Francisco de
Chávez, como se verá luego.)

El esplendor de esta ciudad incaica, que fuera, a la vez, templo, mer-


cado y fortaleza, fué visto por los primeros conquistadores que pasaron
por ella. Hernando Pizarra al r•~gresar de Jauja a Cajamarca; y por el
propio Francisco Pizarra y los suyos, al dirigirse de Cajamarca al Cusco,
muerto ya Atahualpa, por agosto de 15 3 3. Miguel de Estete, que la
visitó en 15 3 3, escribe en su diario de viaje: "Partió el dicho capitán
de este pueblo y fué a dormir a otro que se dice Guanaco, que serán
cinco leguas de camino, lo más de él .enlosado y empedrado por mucha
orden, y hechas sus acequias por do corre el agua".
"Dicen que es hecho por causa de las muchas nieves, que en cierto
tiempo del año caen por aquella tierra que es cosa harto de ver este
edificio. Es gran pueblo éste de Guanaco, y está en un valle cercado
de sierras no muy ásperas; tiene este valle tres l.eguas de circunferencia,
y por la una parte, viniendo a este pueblo de Caxamalca, hay una
gran subida y agria mucho. En aqueste pueblo hicieron al capitán buen
r•ecibimiento y dieron todo lo que fué menester para el servicio de los
españoles; y dos días que allí descansaron le hicieron muchas fiestas.
Llámase el señor principal de aquel pueblo Pumahanchis; es pueblo de
muchos ganados, y tiene a otros muchos pueblos a él sujetos" 6 •
En el siglo XVII, 1616, Fray Antonio Vásquez de Espinoza se refiere
de sus ruinas, como sigue .. . : "auia grandes edificios de muy buena
cantería, casas reales de recreo de los Reies Ingas, y un fuerte todo

::; Ver en este libro: 11 Parte, Época Pre-inca, Capt. 2Q.


6 MIGUEL DE EsTETE: Relación del viaje que hizo el súior capitán Hernando Pizarra,
etc., cit., Colee. Bib. de Cultura Peruan a, T. II, p. 9 í.
110 HISTORIA DE HUÁNUCO

de cantería de dos estados de altos como una razonable plaza donde


cabran más de 4.000 hombres, y alrededor gran cantidad de casería y
al principio dos galpones, o salas tan grandes que cada una tiene una
carrera de cauallo con muchas puertas, que deuía de ser, donde los
indios principales y señores allegados de los Reies se aposentaban, al pre-
sente siruen de corrales para ganado, por medio de estas dos salas
grandes, se entran en una plaza quadrada, y cercada, en frente de
estas dos puertas auia y ay otra dos de cantería muy bien labrada
con armas de Reies, y por arriba una loza muy bien labradas por
arco de las puertas de más de tres varas de largo, las puertas estaban
una en frente de la otra, distancia de 1 O pies, y adelante está otra
plaza cercada, y muy bien dispuesta con otras dos puertas en frente ...
luego otra plaza al modo de las referidas, con otras dos puertas más
adelante de la misma cantería, y desde fuera se veían todas las puer-
tas, y dentro muchos aposentos, y retretes todos de cantería, y unos
baños, sin duda era donde el Rei habitaba, y otros grandes .edificios con
una muralla que cercaba toda la población" ... 7 •
Entre los viajeros del siglo XVIII, .visitó estas ruinas el naturalista
alemán Tadeo Haenk.~, en 1790, y quien las describe así: "Hállanse
también .en este partido -Huamalíes- varios monumentos de la an-
tigüedad, que dan muestras de ser obras verdaderamente grandes. En
las inmediaciones del pueblo de Baños se ven todavía los vestigios de
un camino de piedra hecha a mano, cuya dirección es desde Cajamarca,
y servía para los Incas; y, según la tradición, parece que llegaba hasta
Quito. En Huánuco el Viejo, en la estancia que hoy es d,d marqués
de Corpa, se halla también un hospicio de los Incas, en su tránsito para
Cajamarca. La fábrica de este palacio, que se formó de grandes piedras
labradas con cuanta perfección cabe en el arte, se componía de gran- ·
des salones, de los cuales hay dos que pasan de treinta varas y de seis
a seis y media de ancho, cuyas puertas son más angostas por la parte
de arriba que por la de abajo, y se ignoraba de qué fuese el techo, porque
sólo existen las paredes. Hay además seis u ocho viviendas y un baño
excelente de piedra, como de una vara de fondo y cuatro de diámetro;
su castillo construído también es de piedra labrada, y de mayor mole
que los demás; tiene de altura cinco a seis varas; res de figura cuadrada
compuesto de cuatro íienzos con relieves muy sencillos; y cada lienzo

7 VÁsQuEZ DE EsPJNOZA: Compendio y Descripción de las Indias Orir:n.tales, Capt. XLIII,


p. 452. En el T. II de Relación histórica del viaje, que hizo a los Reinos del Perú y Chile, etc.
por el Dr. H!PÓLITO Ru12, se inserta el Plan de estas ruinas, levantado por el Padre Sobreviela
y dibujado por Sierra, en 1786, que incluímos en el presente volumen.
ÉPOCA.S PREINCA E INCA 111
co'nsta como de unos treinta pasos. La escalera del castillo es de una
proporción tan agradable, que parece hecha con el mayor arte. La
área de todo el palacio tendrá como unas cientocincuenta varas de
largo y setenticinco de ancho, y la población denota haber sido como
de dos mil familias" 8 •

De toda esta gran ciudad sólo quedan restos, como mudos exponentes
de su pasada grandeza y como muestra irrefutable del genio de la raza
india.
Estas ruinas están ubicadas al E. SE. y a 4 y medio kilómetros de
la ciudad de La Unión, capital de Dos de Mayo. Sobre una planicie de
7 km. de N. a S., y 3 km. de E. a O., y a 3.545 metros sobre el nivel
dd mar; se yerguen ellas, majestuosas y silentes, distribuídas en 4
grupos que hoy se llaman: Gu.el,laycancha, P'ucacocha, Ta.ptash y Aya-
ragra.
Por ser de un magnífico observador, copiemos la descripción que
nos da Raymondi.
«Las ruinas de que hablamos ocupan una extensión de más de media
milla inglesa (928m.66) y pueden dividirse en dos cuerpos: el primero.
formado por un gran número de construcciones de distintas formas
circundadas por una grande y elevada muralla, y el segundo, situado a
poca distancia del primero, formado por una gran construcción de
forma rectangular conocida en el lugar con el nombre de Castillo.
Una parte de estas ruinas está formada de piedras calcáreas muy
bien labradas, las que se hallan ajustadas, sin cemento alguno, del modo
más admirable. El resto, así como la muralla de circunvalación, es de
piedras no labradas o recortadas toscamente.
Aunque el plano de estas construcciones es irregular, en ciertos
puntos presenta alguna simetría. La muralla se halla en gran parte
destruí da·, pero en los puntos en que se conserva intacta, mide de 16
a 18 pies ingleses ( 4 m. 87 a 5 m. 48) de altura, y de 4 Yz pies ( 1 a
1,37 m.) de espesor.
El primer grupo se puede subdividir en varios cuadros. con dis-
tin'tas construcciones. Entrando a las ruinas por el lado del camino
que va de Huánuco a la provincia de Huamalíes, se presenta primero.
un gran espacio cuadrado algo irregular, en cuya parte central se oh-.

8 Descripción del Perú. Partido de Huamalí es, p. 201.


112 HISTORIA DE HUÁNUCO

serva una depresión del terreno u hoyo, de fonna rectangular, conocido


en el lugar con el nombre de estanque. Este hoyo que en la actualidad
está ·Casi completamente relleno de tierra, tiene cerca de 250 pies (76 m.
18) de largo por 13 O ( 39 m. 62) de ancho. Las tradiciones del país
dicen que en este estanque, en tiempo de los incas, se conservaban ani-
males; y aunque es muy probable que esta excavación haya servido de
estanque, pues aun hoy pasa a poca distancia una acequia, no hay
ningún dato positivo sobre su objeto.
En un canto del mismo cuadro en cuyo centro está el estanque,
se ven restos de una habitación con paredes de piedras labradas, que
se conservan muy bien. A corta distancia de resta habitación, un ele-
vado terraplén que semeja un fortín, completa este gran espacio de
terreno. El terrap:én tiene cerca de 20 pies (6 m. 09) de altura y en
su parte superior hay restos de dos cuartos.
Pasando el terraplén se entra a un lugar donde se observan restos
de varias casas, algunas de las cuales están construídas con piedras ta-
lladas con mucha perfección, y entre ellas merece citarse una que tiene
cinco cuartos de forma rectangular con una sola puerta, excepto del
medio que sirve como corredor, que tiene dos, una en cada .~xtremo.
muy bien construídas.
Aunque el plano de todas estas casas presenta cierta simetría, se
notan sin embargo algunas irregularidades.
En esta parte se vre también una poza para baño construída con
piedra labrada, y aquí no cabe duda que ha servido para este objeto,
notándose todavía dos piedras en forma de canal por donde debía
entrar el agua.
Acabada esta parte de las ruinas que es la más complicada de todas,
se presenta una serie de cuatro largas construcciones d,~ forma rectan-
gular, paralelas entre sí y atravesadas en su parte central por otra
serie de puertas de pi,~dra labrada, que hacen el más bello efecto de
perspectiva que difícilmente se encuentra en todas las demás ruinas
del Perú, y da a estos restos semejanza con ciertas construcciones del
antiguo Egipto.
Estas puertas o más bien port.adas. son más anchas en la base que
en su parte superior, y algunas de ellas tienen por umbral una sola
piedra de más d,~ 13 pies ( 3 .96) de largo. Las que forman las portadas
son de forma rectangular o trapezoidal, espléndidamente labradas y con
superficie algo convexa como las de los sólidos edificios de piedra de
la época actual. Las líneas que unen las piedras entre sí son tan exactas,
que no dejan ningún intersticio.
ÉPOCAS PREINCA E INCA 113

La primera de estas portadas tiene la parte superior enteramente cu-


bierta de espesas matas de Ephedra andina, que le sirve como de adorno,
y le dan ese aire poético que se observa en muchas ruinas.
En la segunda portada se ve en la parte superior y a los dos lados,
la figura de un animal groseramente esculpido y cerca de éste un
pequeño nicho rectangular.
Cada portada es doble, porque, como se ha dicho, atraviesan unos
edificios de forma rectangular paralelos entre sí. Pero lo que admira
es ver que estas largas construcciones, a manera de corredores, se hallan
cerradas por todos lados, no presentando ninguna entrada visible; de
modo que parecen escondrijos que tal vez han tenido alguna comu-
nicación subterránea que por estar enterrada no puede descubrirse.
El primer edificio dista 240 pies (73 m. 15) del segundo, dejando
un cuadro entre los dos, en cuyos lados se ven restos de paredes de
otras grandes casas d~ forma rectangular.
Entre el segundo y tercero existe un cuadro más grande, distando
las dos puertas más de 300 pir~s (91 m. 43). También: se ve a los lados
de este cuadro restos de otras construcciones.
El tercer edificio dista del cuarto sólo 70 pies ( 21 m. 3 3). Este
último es mucho más ancho que los primeros, no tiene portada de
piedra labrada y está construído con piedras simplemente canteadas.
En su par te exterior S(~ ve una serir~ de pequeños cuartos a lo
largo de la elevada pared que termina este inmenso edificio.
El segundo cuerpo de estas importantes ruinas, como se ha dicho
más arriba, es formado por un edificio de forma rectangular, conocido
en la localidad con el nombre de Castillo.
Este edificio dista cerca de 275 yardas (2 50 m. 2 5) de la última
portada y consiste en un elevado terraplén de casi 180 pies (54 m. 86)
de largo por más de 80 (24 m. 3 8) de ancho, sostenido por una her-
mosa pared de piedra labrada, la que exteriormente tiene un poco más
de 13 pies ( 3 m. 9 6) de al tura. A un lado de la parte superior de
la pared hay dos entr:tdas y se sube al terraplén por una rampa o
plano inclinado hecho de tierra. A cada lado de las entradas se observa
en la parte superior una escultura informr~ de un animal echado, casi
destruído por la intemperie. La pared está construída con piedras cua-
drangulares de superficie convexa; tienen en su parte superior una
cornisa formada por una serie de piedras un poco más saliente y
por la interna forma parapeto al terraplén de 3 Yz ( 1 m. 06) de alto.
En el ~spesor de la pared de piedra que forma parapeto al terra-
plén, hay h acia la parte inferio•: un pequeño canal que sirve de des-
114 HISTORIA DE HUÁNUCO

agüe, notándose en la pared exterior una piedra en forma de gotera.


Este hermoso monumento se halla bastante conservado, y es tal
vez el único de su género en todo el Perú; y por su aislamiento ofrece
un agradable golpe de vista, pues se levanta majestuoso en medio de
la uniforme llanura" 9 •
Agregamos que, en la sección central de estas ruinas se hallan los
" baños del Inca", cu yo pozo tiene 3 .1 O por 5 metros de largo y l. 8 O
de profundid ad. Este pozo S·e surtía con agua traída por canales subte-
rráneos de piedra y desde Huagarcocha: lagunilla a 4 kilómetros de
distancia, y la que ingresaba por dos boquetes de 80 centímetros de
diámetro.
Ayaragira es el inmenso cementerio, cubierto de ruinas de chullpas
o pucullos, como se nombraba a las tumbas en el Chinchaysuyo.
En los muros .de uno de los salones descritos por Raymondi, se
conservan piedras horadadas que servían para ejecutar la pena de
muerte por horca o garrote. "En la pared de este segundo salón, en la
parte exterior, existen los lugares del suplicio; en las piedras hay huecos
a fin de que los pechos de la mujer no le impidan acercar el cuello a la
horca" 10•

9 ANTONIO RA YMONDI: Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima. Año XI, T. XI,


julio-'diciembre, 1902, ps. 397-400 .
10 Monseñor BERROA: Monog,raf ía &les.iástic'a de la Diócesis de Htuínuco y Junín ,
p. 21. Muchos viajeros contemporáneos han descrito las ruinas de Huánuco el Viejo, qut'
nosotros, por nuestra cuenta, las visitamos en 193 8. Entre ellos, REGINAL ENoCH : Bolt. de
la Soc. Geog. de Lima. T. XV, iño XVI, 1904, ps. 317-324; lng. EDUARDO PAZ SoLDÁN,
Bolt. Soc. Geogr., cit ., T. XIX, año XVI, 1906, ps. 98-101; CHARLES W1 ENER: Perou et
Bolivie (1880) ; EDUARDO DE RIVERO Y UsTÁRIZ (1846).
TERCERA PARTE

CONQUISTA Y COLONIA
'
CAPÍTU LO I

LA CONQUISTA ESPAÑOLA

Los Primeros exploradores espaííoles del ter rit orio huan uqueño. (La visita de H ernando Pizarro
a Huánuco el Viejo, en 1533 ). La entrada de M ercadillo al país de los H u ancachupachos e
lscaycingas. El alzamiento de Illatopa, 1 53 5-1 542. Las campañas militares para someterlo
y la captura del Inca rebelde.

Descubierto el Perú, en 1524, y luego de haber obtenido de la Corona


española la Capitulación de Toledo 1, Francisco Pizarra financió y pla-
neó la conquista y colonización de las «nuevas tierras de Castilla de oro".
En efecto, con fines de ganar el Imperio del Tahuantinsuyo, armó,
en Panamá, una expedición militar, llegando sus barcos y sus h ombres a
Tumbes, en 15 32. Sometida aquella región, en este llamado 2 9 Viaje,
Pizarro y los suyos emprendieron marcha al interior del país, remon-
tando los Andes, hacia Cajamarca, donde, a la sazón, se hallaba Ata-
hualpa, en camino al Cusco, para coronarse Emperador.
La llegada de los españoles a Cajamarca, culminó con la captura
del último Inca, después de la masacre del 16 de noviembre de 15 3 2.
Preso Atahualpa, éste mandó emisarios por todo el Imperio para que
recogiese el oro y la plata que debería abonar por su rescate. Junto
con ellos, Pizarro envió al sur una pequeña expedición de 2 5 hombres
al mando de su hermano Hernando, para que explorase el desconocido
territorio. El capitán español siguió la ruta y camino de Cajamarca a
Huamachuco, llegando a Pachacámac por el camino incaico de la
costa. Pero al saber en este lugar que Challcuchimac se hallaba en
Jauja, pasó a esta ciudad incaica, regresando de ella a Cajamarca por
Wuanuko o Huánuco el Viejo.

1 En el t exto de esta Capitulaci ón, firmado en 26 de julio de 1529, se ech aron las
bases de la conquista y colonización del Perú, así como se implantaron las leyes españolas
en nuestro país. Pues, en su tenor se hallan sintetizadas las normas dictadas por la Coron a
hasta 1529, sobre: tratamiento de los indios, repartimiento, prop agaci-ón de la fe, población,
fundación de ciudades, etc. , y contenidas en las ordenanzas de Burgos -1512-, V alladolid
-H13-H23~ "f Granada -1526.
118 HISTORIA DE HUÁNUCO

Hernando Pizarra y su comitiva, en marzo de 15 3 3, fueron los pri-


meros cristianos que pisaron suelo huanuqueño. Miguel de Estete, uno
de los expedicionarios y redactor del diario de este viaje, expresa su
admiración por la urbe incaica y describe la meseta en que estaba ubi-
cada 2 •
Ya dijimos, más adelante, Huáscar, preso, era conducido a Caja-
marca. Pero habiendo recibido Challcuchimac orden secreta de Atahual-
pa, quien temía que Pizarra lo proclamara Inca en su lugar; lo
mandó matar en Andamarca, cerca de Jauja, arrojándose sus restos
al río Guambo o Man't,aro. Esta muerte, que Pizarra culpó directa-
mente a Atahualpa, decidió la condena del Inca cautivo; siendo ahor-
cado en la mañana del sábado 26 d.e julio de 1533 3 •
Al mes y días de esta ejecución, Pizarro marchó con sus tropas
al Cusco, pasando por Huánuco el Viejo a mediados del mes de se-
tiembre de 1 53 3. '
Después de la toma d.~ la capital del Imperio Inca por los españoles
y la dominación de su territorio desde Tumbes al Callao, sobrevino la
r ebelión de Manco Inca, hermano de Atahualpa, 15 3 5. El levantamiento
fué respaldado por los jefes indios en toda la extensión ocupada por los
invasores. Illatupac o Illatopa, joven capitán descendiente de Tupac
Yupanqui, natural de Huánuco el Viejo (Wuanuko), que se hallaba
sublevado desde que Pizarra quemara a Challcuchimac en Jauja, 15 34,
según unos autores y, según otros, desde la muerte de Atahualpa, lo
secundó eficazmente e hizo la guerra a los conquistadores desde aquel
año hasta 15 4 2, como veremos más adelante.
Dominado Manco II surgió la disputa y lucha armada entre Al-
magro y los Pizarro, por los límites de sus gobernaciones: La Nueva
Castilla y la Nueva Toledo. .

Derrotado Almagro en la batalla de Las Salinas, 26 de abril de


15 3 8, y ejecutado en el Cusco, Hernando Pizarra, para desprenderse
de sus tropas como para calmar a sus capitanes, mandó a algunos de
ellos a realizar "entradas" en regiones desconocidas.

2 En el Capt. anterior del presente libre,, se ha transcripto el texto de este relato.


3 Se ha afirmado que Atahualpa fué ejecutado en 29 de agosto de 15 3 3. El doctor
R aúl Porras Barrenechea y el escrito·r Rafael Loredo han demostrado, mediante documentos
inéditos e irrefutables, que el último inca peruano fué muerto en "la mañana del día
sábado 26 de julio de 1533". Cedulario del Perií, T. I, 1534-1539, p. 191. - "El Comercio",
Lima, junio 2, 1947, edic. tarde, p. 8.
CONQUISTA Y COLONIA 119

Al cap1tan Alonso de Mercadillo 4, le encomendó "fuera a poblar


y descubrir a los Guancachupachos", por cuyos linderos proseguía en
son de guerra Illatopa.
Cumpliendo el mandato, a mediados de 15 3 8, Mercadillo salió dd
Cusca con rumbo a Jauja, donde le confirmó la comisión el Gober-
nador Pizarro que pasaba a Los Reyes. De Jauja, Mercadillo envió a
Lope Martín a Lima para que buscara refuerzos, y partió a la región
de los Guancachupachos, llevando como a su Maestre de Campo a
Hemando Gascón. Y se internó hacia el oriente de las pampas de
Bombon o Junín, siguiendo luego por el curso alto y bajo del río
Huallaga.
Cieza de León relata de esta primera expedición española hacia la
posesión de las selvas de la amazonía peruana, que es una de las más
atrevidas empresas realizadas en busca y ubicación de El Dorado, cuyas
tierras fabulosas fueron el aliento de tantas e infructuosas expediciones.
«Tomada licencia -dice- del Gobernador, con la gente que allí
trenía se partió luego, e anduvo hasta que llegó a la provincia de los
Chuchupachos, e la halló alzada ella e la de Bombom, e Tarama e los
Atavillos, porque Villatopa andaba hecho tirano con muchos de los
bárbaros que le seguían, e había arruinado muchos pueblos de estos
indios, e a otros puesto en voluntad para que moviesen guerra contra
los cristianos e se levantasen contra ellos. Como el capitán Mercadillo
vido que tan alborotada estaba la tierra, comenzó a hacer la guerra a
los naturales, e con ellos tuvo algunas peleas, e les dió tales alcances
gue los contriñó a le venir de paz algunos de ellos; y estos que le sa-
lieron de paz el capitán Mercadillo le proveían de bastimento e de le
servir a él e a los españoles. Allí acordó aguardar a Lope Martín, que
era ido a la ciudad de Los Reyes a hacer gente, el cual en breve tiempo
vino e trujo cincuenta españoles, que fué buen socorro ... acordó de
enviar a Lope Martín a Los Reyes a hacer gente, e .a que diese relación
de la buena noticia que tenía de lo de adelante ... Lope Martín volvió a

4 Alonso de Mercadillo, favorecido de Almagro el Viejo, naci-0 en Granada, de la


unión de Luis de Mercadillo y de Leonor de Villena. Estuvo en la expedición de Veraguas
( 15 3 6), que terminó en un desastre. De Panamá .__julio de 15 3 6- pasó al Perú, con
l'elipe Gutiérrez. E l Marqués Pizarro le nombró capitán de a caballo. Peleó a órdenes de
Hernando Pizarro en Las Salinas, a la vanguardia del ejército. Fué capitán de Gonzalo Pi-
zarro, en la entrada a El Dorado, 1541-1542. En 1545 estuvo en la fundación de la ciudad
de Loja; en 1549 se le halla en la conquista de nuevas tierras en Zamoray; Y luego, al lado
de La Gasea, en la batalla de Xaxahuana o Jaquijahuana. (Datos de Marcos J iménez de h
Espada. "Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid'', cit., T. XXXVII, p. 197.)
120 HISTORIA DE HUÁNUCO

la ciudad d.e Los Reyes e juntó sesenta e tres españoles, e con ellos e
con maestros herreros y carpinteros para hacer barcas, si para los ríos
las hubiesen menester, se partió de Los Reyes e volvió adonde había de-
jado a Mercadillo, el cual, como se vido, con ciento e ochenta e cinco
españoles, de a pie e de a caballo, se partió de allí donde estaba por el
río de los Chuchupachos abajo ... e no queriendo tomar el consejo de
los indios naturales, ni aun el de los .españoles, mandó que fuesen ca-
minando a la parte de Oriente, por caminos tan ásperos e tan crecidas
sierras, que aina todos los caballos se les despeñaran ... E siguiendo
el camino que llevaba allegó a una provincia que ha por nombre Maina,
poblada de unos indios crecidos, belicosos, y en ella hallaron bastimento
con que pudieron reformar ... " 5 •
Pese a lo inhóspito de la naturaleza, la falta de alimentos y la re-
sistencia de los indios, Mercadillo prosiguió su entrada, siempre hacia
el oriente, para no penetrar en la Gobernación del Mariscal Alonso de
Alvarado, que estaba en Chachapoyas, y para evitar que sus hombres
se fueran hacia aquél.
Diezmada la tropa por los rigores de la sdva, acosada por las en-
fermedades y rendidos de hambre, notificaron a Me1;::adillo, mediante
Escribano, para que regresara al punto de partida. Pero como Merca-
dillo, con su terquedad, quería pasar adelante, se le sublevaron todos
sus hombres, lo apresaron y condujeron a Jauja de donde habían par-
tido meses antes.
"Después de haberle prendido, manifiesta Cieza, le pusieron guar-
dias e hicieron cont r d él un proceso d~ los juramentos que había hecho
y de otras cosas tocantes a la Inquisición, y se volvieron a Xauxa,
donde los dejaremos" 6 •
Jiménez de la Espada, sostiene que Mercadillo, internándose por las
selvas huanuqueñas, habría pasado el Pongo de Aguirre, sobre .el río
Huallaga, y avanzando por los montes que separan el Paranapura y
las fuentes del Aypena, habría llegado a la provincia de los Mainas~
en la zona baja del río Marañón. Aún más, conforme a un documento
descubierto en el Archivo Real de Lisboa por el Visconde de Porto Se-
guro, don Adolfo Varnhagen -carta de Diego Nunnes a D. Joao III
(Rey del Portugal)-, los hombres del capitán Mercadillo, mientras
éste se hallaba enfermo y después de un viaje de 2 5 dí as, habrían

5 CrnzA DE LEÓN: Guerra de Las Salinas (Guerras civiles del Perú). T. I, Capt. LXXIX,
p. 388.
G CIEZA: Libr. cit., Capt. cit., p. 389.
CONQUISTA Y COLONIA 121

llegado a la provincia de Machifao, en el alto Amazonas, desde la


boca del Huallaga hasta que confluye con el Napo 7 •
Mercadillo, a no dudar, fué el descubridor de las tierras de la mar-
gen derecha del río Huallaga hasta su desembocadura en el río Mara-
ñón, y acaso de los ríos Pachitea y demás afluentes del Ucayali -antes
San Miguel- o región de Ruparupa 8 •
A su paso por estos territorios parece que acampó en Huanacaure,
que está a 80 km. de la actual ciudad de Huánuco, y que era una de
las principales huacas o adoratorio, en aquell~ zona, de los indios chu-
pachos. Tal es la afirmación del cacique de los Queros don Cristóbal
Pulca Cóndor, en declaración prestada ante Iñigo Ortiz de Zúñiga,
en 15 62. He aquí sus frases " ... en tiempo de los ingas ... había la
huaca que se llamaba Guanacaure que tenía oro e plata enterrado del
tiempo de los ingas, lo cual sacó el capitán Mercadillo e después el
capitán Pedro de Fuelles que sacó otra parte, e después vino el padre
Fray Domingo a visitar, e la hizo derribar e se acabó de destruir ... " 9 •

Aunque vencido su pariente Manco, que se refugió en las montañas


de Viticos, Illatopa se mantuvo en armas. Se proclamó Inca, teniendo
como centro de sus operaciones Huánuco el Viejo. Como dice Cieza:
"andaba hecho tirano ... e había juntado así muchos de los orejones,
e obedeciéndole por capitán andaba maltratando a los naturales e arrui-
nándoles sus pueblos" 10 •
En verdad, con un poderoso ejército de indios controlaba desde
Bombon al sur y Huaylas al norte, animando el levantamiento de los

7 MARCOS ]IMÉNEZ DE LA ESPADA; La Jornada del Capitán Alonso Mercadillo a los


indios Chupachos e Iscaycin gas. "Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid", T. XXXVII,
p. 197.
8 En la provisión otorgada en 28 de junio de 15 3 8 por Pi:narro a don Alonso de Al varado,
para fundar Chachapoyas, dice: "los guancachupachos el descubrimiento y población della tengo
cometido al capitán Alonso de Mercadillo". "Revista Histórica", t. 11, entrega 1 y 2, p. 186.
(Apéndice histórico, Fundación de Chacha poyas, por Carlos A. Romero). - El territorio de
Ruparupa, según documentos antiguos, cqmenzaba en la ciudad de Huánuco. "Ruparupa
que empieza en los términos después de la jurisdicción de la ciudad de Huánuco al levante".
Fué encomendada su conquista al capitán Juan Pérez de Guevara, en 1542, quien, según
Jiménez de la Espada, lo descubri-0, entrando por el río Mayobamba o Mayo afluente del
Huallaga. Más tarde, como veremos, se le encomendó su conquista a Gómez Arias Dávila.
9 Visita hecha por mandato de S. M., por Iñigo Ortiz de Zúñiga. . . del reparti-
miento de indios encomendado en Gómez Arias Dávila. "Revista del Archivo Nacional del
Perú", T. I, Entrg. 1a, Lima, 1920, p. 41.
10 CIEZA: Guerras de Las Salinas, cit., Capt. LXVI, p. 338.
122 HISTORIA DE HUÁNUCO

pueblos de las cabeceras de Lima, y atacando a las tropas españolas que


transitaban por esos territorios. Así se enfrentó y tuvo batallas con
los soldados que, al mando de Alonso de Alvarado, iban a la con-
quista de Chachapoyas. El propio Cieza escribe: «Yendo Alvarado
con su gente por unos despoblados de nieve, con voluntad de ir a
buscar al mesmo tirano, Villatopa salió a él con mucha gente de guerra,
e tomó a los cristianos muy descuidados; más aunque así fué, los indios
ganaron poca honra e quedaron en el campo algunos muertos y he-
ridos, e de los cristianos hirieron malamente a un Hernando de Mora
que iba con el capitán" 11 •
El Gobernado~ Pizarro, para develar esta sublevación, organizó una
expedición militar. Le encomendó su mando al capitán Gómez de
Alvarado el Viejo, para que al mismo tiempo que redujera al inca
rebelde, en esa región fundara una ciudad española como baluarte o
frontera de bárbaros y centro de pacificación.
La rebelión de Illatopa, más que el reparto de nuevas encomien-
das, fué el principal motivante de la fundación de la ciudad de León
de Huánuco. Como veremos más adelante, Gómez de Alvarado des-
pués de algunos encuentros con el capitán indio, fundó población
española en la misma área de la urbe incaica. Pero, a las pocas semanas,
por los duros ataques de Illatopa fué trasladada la fundación al valle
del Huallaga. Aun así, el valiente Inca persistió en la guerra a los
españoles, destruyendo los pueblos de indios que habían acatado la au-
toridad de los conquistadores.
Cuando, en julio de 15 40 l'.?, Gonzalo Pizarro, con más de 2 5O
hombres, se dirigió a Quito, desde el Cusco, para su famosa entrada
a El Dorado, en Huánuco el Viejo fué atacado y rodeado por el ejér-
cito de Illatopa. Y tan duro fué el trance, que tuvo que pedir auxilio.
Trasladamos la noticia que, al respecto, da Garcilaso: «Fué a Quito:
-se refiere a Gonzalo- quinientas leguas de camino, donde estaba
p,~dro de Puelles por gobernador. Por el camino peleó con los indios
que andaban alzados; tuvo batallas ligeras con ellos, pero los de Huá-
nucu le apretaron malamente tanto que, como dice Agustín de Zárate)
libro cuarto, capítulo primero, le envió el marqués socorro con Fran-

11 CIEZA: Libr. cit., Capt. LXXXIV, p. 412.
12 En un documento inédito del Archivo de Indias, hallado y citado por Porras
Barrenechea, se dice que Gonzalo Pizarro estuvo en Huari, dando posesión al cacique
Guarnan Sulca, del pue.bio de Pomacacha, en 2 de agosto de 1540. "Parecio un principaí
que traxo el señor Gon~alo picarro que tomó ahora en guanuco que es del dicho pueblo
de pomacaaha". Peruanidad del descubrimiento del Amazonas, por RAÚL PORRAS BARRE-
NF<:HEA. "El Comercio", Lima, 12 de febrero de 1942.
CONQUISTA Y COLONIA 123

cisco de Chávez. Gonzalo Pizarro libre de aquel peligro ... llegó a


. . . . "13 .
Qu1to
Esta afirmación de Garcilaso y Zárate, se respalda con una infor-
mación realizada en 15 59 por Alonso Díaz Merino, que había estado
con Mercadillo en la entrada a los Guancachupachos; cuyo documento
fué hallado en el Archivo de Indias por Porras Barrenechea. «En aquella
sazón venía del Cuzco Gonzalo Pizarro con gente que iba a Quito los
indios le cercaron a la gente que llevaba en Guanuco el viejo y el dicho
francisco de chaves entendido que lo tenían cercado probeyo a gomez
de alvarado con cierta gente para socorrer e descercar al dicho Goncalo
picarro" 14•
Dos años después de este cerco, 1542, el capitán Puelles fué comi-
sionado por Vaca de Castro, para someter a Illatopa. "A Pedro de
Puelles enbié a la prouincia de Guanuco, que se auia despoblado ... y
no estaua pacífica ... y conquiste a Illatopa, ques otro yndio que anda
alzado como el Inga y es su pariente ... " 15 •
El jefe indio huanuqueño permaneció guerreando hasta agosto del
año de 15 42, en que fuera apresado por Juan de Vargas. Cieza, noticia
que, estando en Vilcas el Gobernador Vaca de Castro "había tenido
nueva que Juan de Vargas, hombre antiguo e conquistador de aquellas
partes, se dió maña para, después de haber pasado mucho trabajo,
prender a Illatopa, capitán Inga, que andaba alzado e había hecho
mucho mal. Y, cierto, fué el servicio que hizo Juan de Vargas ...
natural de La Higuera, junto a Fregenal de la Sierra" 16 •
Illatopa parece que murió en manos de sus opresores. Y solamente
con su captura y muerte, pudo pacificarse la alterada región de los
wanukos y poblarse la ciudad de León de Huánuco de los Caballeros.
Pues lo dice el propio Herrera: « ... Juan . de Vargas ... había rendido

13 GARCILASO ~ Los Comentarios Reales de los Incas, T. 1, 2• Part., Libr. 111, Capt. II,
p. 244.
14 Cita de PoRRAs BARRENECHEA: Peruanidad del descubrimiento del Amazonas, cit.
15 Carta del Lic. Cristóbal Vaca de Castro al Emperador, etc. "Cartas de Indias",
p. 486 .
16 C1EZA: La Guerra de Chupas (Guerras civiles del Perú) , T. 11, Capt. LXXXII,
p. 292. Nicanor G. Ochoa, en la p. 14 de Recursos Minerales de la Provinci;i de Hudwuco,
inserta lo siguiente con relacj.ón a Illatopa: "Juan de Veraguas (?) Y otros derrotaron a
los huancachupas en Pomacán, y se apoderaron del tirano Illatopa". Ignoramos de qué fuente
c btuvo dicho dato; particularmente, de haber sido apresado en Pomacán el caudillo indio.
(Pomacán es lugar perteneciente a Huácar, provincia de Ambo). En un documento del siglo
XVI, se dice que Juan de Vargas "vecino de Huánuco, natural de Fresera, que siempre se
ha mostrado celoso en servicio de S. M.".
124 HISTORIA DE HUÁNUCO

a Illatopa, famoso capitán de Mango, que fué de gran importancia para


la quietud de aquellas provincias" 17 •
El valiente y noble indio, que es uno de los abanderados de la libe-
ración de su raza en el siglo XVI, había permanecido en armas durante
ocho años de post-conquista. (Rebelión sólo comparable con la de Juan
Santos Atahualpa, en el siglo XVIII). E Illatopa había derrotado, su-
cesivamente, a Martín de Alcántara -el hermano uterino de Francisco
Pizarro-, Gómez de Alvarado el Viejo, y aún a Gonzalo Pizarro.
Su actitud tuvo capital trascendencia para Huánuco y región. Ella
determinó: primero, la fundación de la ciudad, y después, su traslación
/

al suelo habitado por los indios chupachos, como se verá.

1í Dec. VII, Libr. III, Capt. XIV, p. 63.


CAPÍTULO II

FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE LA CIUDAD DE LEÓN


DE HUÁNUCO

La fundación realizada por Gómez de A/varado el Viejo, el 15 de Agosto de 15 39 en


Wuanuko-Marca. La actitud de Illatopa o Illatopac y su abandono. La traslación de la funda-
ción del valle de Pilco, Paucarpampa o de los Chupachos. Las guerras de los conquistadores y s11
despoblamiento. La mejora y repoblación de la ciudad Por Pedro de Puelles e11 2 de
Febrero de 1543.

Terminada la guerra con Almagro, el Marqués Pizarra env10 a


varios capitanes a diversas regiones de su gobernación, para que some-
tieran a los indios y fundaran y poblaran ciudades que sirvieran de
centro de colonización y cristiandad, como se estipuló en el texto de la
Capitulación de Toledo, y se mandaba en las ordenanzas y demás ins-
trucciones de la Corona. Así partieron, Garcí Manuel de Carbajal,
Alonso de Alvarado y Vasco de Guevara, para fundar y poblar Are-
quipa, Chachapoyas y Huamanga.
Al Capitán Gómez de Alvarado el Viejo 1 , uno de los más adictos

1 El capitán Gómez de Alvarado y Contreras, llamado también Gómez de Alvarado


el Viejo (a), para diferenciarlo de su homónimo Gómez de Alvarado el Mozo (b), era
natural de Badajoz, Extremadura, España. Hijo de don Gómez de Alvarado, Comendador
de Lobón, y de doña Leonor Contreras; nieto de don Juan de Alvarado el Viejo, Comen-
dador de Hornachos, de la Orden de Santiago; bisnieto de García Sánchez, Señor d,e la
Casa de Alvarado, en la montaña, y de doña Leonor Bracamonte; hermano de don Pedro
de Alvarado, fundador de Guatemala, y de doña Sara, Jorge, Gonzalo y Juan Alvarado;
pariente del Mariscal don Alonso de Al varado ( c). Soldado de caballería, de las mejores
lanzas que habían pasado a Indias con Hernán Cortés. En Guatemala ganó fama de soldado
valeroso y título de capitán. Allí y en Nueva España -México- conquist,ó las provincias
de Cuzcatán y pacificó la de Ciapa. Fué vecino de la ciudad de Tenuxtilan (México).
Por sus servicios a la Corona española, el Conquistador de México le dió en encomienda el
pueblo de Tunala ( d). Llegó al Perú en Marzo de 15 34, al mando de la caballería del
ejército de su hermano don Pedro de Alvarado, para la conquista de Quito; desembarcando
en Caraques, Puerto Viejo. En Riobamba, Agosto de 15 34, donde se celebró el famoso
pacto de los 100.000 pesos de oro entre el adelantado de Guatemala y Almagro, conoció
a éste. Desde entonces fueron amigos, acompañándolo a Almagro hasta su muerte. Fué con
él a la conquista de Chile, 15 3 5, aportando dinero y armas. En aquel país llegó hasta
126 HISTORIA DE HUÁNUCO

a Almagro, le encomendó fuera a la provincia de Huánuco, para que,


al mismo tiempo se sometiera a Illatopa, que andaba en armas en esa
región; fundara una ciudad de españoles y la poblara y gobernara.
Para tal cometido le nombró su teniente, con la facultad que tenía como
Adelantado, Gobernador y Capitán General del Perú.
Pizarro determinó fundar una ciudad de Wuanuko, para dar enco-

"delante del río Maule", hasta !tata, a la vanguardia de las tropas (e). Y como en Chile
no hallaron las riquezas soñadas, volvieron al Cusco al terminarse el sitio de Manco Inca.
Producida la guerra civil entre Almagro el Viejo y los hermanes Pizarro, actuó de capitán
de caballería de los de Chile. Con su colaboración, Almagro pudo tomar el Cusco. Al
acercarse a esta población las tropas pizarristas, que al mando del Mariscal Alvarado venían
de Lima, Gómez de Alvarado fué jefe de la misión parlamentar'ia. El fundador de Chacha-
poyas -don Alonso-- lo apresó y cargó de grillos. Puesto en libertad por Almagro, des-
pués de la batalla de Puente de Abancay, siguió distinguiéndose como uno de sus más adictos
c.1pitanes. Por su intervención, se respetó la vida de Hernando Pizarro, prisionero de Almagro,
en el Cusco. En la campaña almagrista a la costa, formó en la comitiva que, en Mala, trató
con los pizarristas. Al iniciarse a campaña que iba a terminar con su derrota, Almagro
le nombró su abanderado; asistiendo con tal carácter, a la batalla de Las Salinas ~26 de
abril de 15 3 8- donde cayó prisionero, siendo conducido al Cusco. De esta ciudad se
le llevó a Jauja, bajo custodia del Mariscal Alv:arado. El Marqués don Franqisco Pizarro
le trató con distinción, poniéndolo en libertad; y mandándolo a la provincia de los Huanc1-o
Chupachor, con la misión de fundar una ciudad española, luego de reducir a Illatopa,
capitán inca que andaba alzado en armas desde 1539, y que, en la rebelión de Manco 2 9
lo había secundado en la región de Wuanuko, Chacha poyas y Bombón. En julio de 15 3 8,
se dirigió, desde Lima, a la provincia de Guanuco (.f). Le acom(pañaron distinguidos sol-
dados almagristas. Después de algunos encuentros con Illatopa, que se retiró a Mancha
o Manchay -Huacrachuco-- previo los requisitos legales. Alvarado fundó la ciudad de
la Asunción de Huánuco en 15 de Agosto de 15 39, día de La Asunción, en las pampas
de Huánuco el Viejo; nombrando como a sus primeros alcaldes a Rodrigo Martínez y a
Diego de Carbajal, y como jefe de armas a Juan de Vargas. A pocos meses de fundada la
ciudad, por discrepancias con Pizarro, que la dejó reducida a la categoría de villa, Alvarado
la abandonó y se dirigi·Ó a Lima. Otra causa de su retiro fué que Illatopa había llegado
a sitiar la ciudad, amenazando con arrasarla. (Según Diego de Aguilar 'Y de Córdoba, vecino
de Huánuco por mediados del siglo XVI, el propio Gómez de Alvarado trasladó la ciudad
al valle P.aucar-pampa, Huancapampa o Pilco, 'Y el mismo año de 15 39, secundado por
Pedro Barroso quien descubrió al nombrado valle). En Lima, por razones personales, don
Gómez tuvo un lance de honor con don Alonso de Alvarado; llegando el caso hasta la
mediación de Pizarro, quien se inclinó a favor del segundo; actitud del Marqués que resintió,
una vez más, a Gómez de Alvarado. Hecho público el odio de los almagristas contra Pizarro
y consumado el asesinato de éste -Junio de 1541-; Gómez de Alvarado reprochó su
muerte. Persuadido por sus antiguos amigos de Chile, recono2U? el gobierno de Almagro el
Mozo. Pero, días después, se fugó, secretamente, a Trujillo, en compañía de Juan de Saa-
vedra, Diego de Aguero, Rodrigo Nieto y otros. En esta ciudad organizó milicias bajo
el estandarte real. Llegado al Perú Vaca de Castro, le nombró c,apitán de a caballo. Al
frente de un escuadrón de caballería, el fundador de Huánuco as?¡stió a la batalla de
Chupas, juntamente con Juan de Saavedra, Gómez de Tordoya y otros. En Chupas cayó
herido, en 16 de setiembre de 15 42; falleciendo en Vilcas, días después; y siendo sepultado
en la Iglesia Mayor de Huamanga, hoy San Crist·Óbal, junto a Gómez de Tordoya (g) .
.Allí en una tumba, no identificada, descansan los restos del noble conquistador de Nica-
CONQUISTA Y COLONIA 127

mienda de indios a los conquistadores quejosos de no haber sido favore-


cidos en los repartos realizados, y para atraer a su persona y causa a los
almagristas.
Estas razones nos confirman Herrera y Cieza de León. "Estando ya
el Marqués -dice el primer cronista- de asiento en los Reyes, pare-
ciendo, que el Repartimiento General de la Tierra no se podía dilatar,
determinó de hacerlo por la orden que el Rey lo tenía mandado ...
Hízose el Repartimiento, y fuese por que nadie basta a contentar, y sa-
tisfacer al Pueblo, o porque fué verdad, que dió los mejores, y más
ricos Repartimientos a sus Parientes, y Criados, muchos Conquistado-
res, y Descubridores quedaron pobres; y pareciéndole, que convenía po-
blar una ciudad en Guanuco, y como se dijo, sin necesidad de haber allí
Población por entonces, determinó de hacerla, y para ello hizo elección
de la persona de Gómez de Alvarado, Hermano de Diego de Alvarado,

ragua Y México, y fundador de la Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros, y su


pcimer Corregidor y Teniente Gobernador por la Corona española. - (a). Francisco Madueño,
testigo en la Información de servicios de Rodrigo de Cantos, dice, ..."sirviendo en la
dicha guerra -se refiere a la de Almagro el Mozo contra la Coorona- en compañía del
capitán Gómez de Alvarado el Viejo, que fué uno de los capitanes de a caballo del real
ejército ••• " Diego Pacheco, también testigo en la misma Información, confirma tal decla-
ración referente a que "Gómez de Alvarado el Viejo que estuvo en la conquista de Oiile".
Gobernación del Tucumán. Probanza de méritos y servicios de los conquistadores. (1548-
15 S3), por el Roberto Levillier, T. 19, p. 43. - En una nota de don Ricardo Arróspide puesta
en Memoria del Virrey Conde de Chinchón, se dice que el fundador de Huánuco se llamó
Juan Gómez. Su texto: "en 1539, Juan G6mez de Alvarado, hermano del Adelantado don
Pedro, fundó la primera ciudad ..." Ignoramos de qué fuente se valió el referido erudito,
para nombrar Juan a nuestro personaje. Colección de las Memorias y Relaciones que escri-
bieron los virreyes del Perú acerca del estado en que quedabtm las cosas generales del
Reino. T. II, P. 26. - (b). Como sostiene Mendib-uru -Diccionario Histórico-Biográfico--,
se confunde a estos dos soldados homónimos. Ambos fueron capitanes de a caballo, e inter-
vinieron en las guerras de la conquista y civiles de los conq'Uistadores. Gómez de Alvnrado
el Mozo, lleg-0 al Perú antes que el Viejo. Estuvo como primer vecino en Ghachapoyas,
fundada por don Alonso de Alvarado; de cuya ciudad fué Regidor. Producido el levan-
tamiento de Gon:i::alo Pizarro, fué Teniente de éste en aquella ciudad; luego se unió a
La Gasea, concurr¡endo a la batalla de Jaquijahuana, portando el Estandarte Real. Pasó
al Alto Perú, luchando por el Rey en la rebelión de Castilla. Murió en la batalla de
c.huquinga, batiéndose contra Hernández Girón, 15 54. - (e). Los antecesores de Gómez
de Alvarado los da don José de La Riva Agüero, en Audiencia de Lima. Correspon-
dencia de Presidente y Oidores. Publicados PQr Roberto Levillier, T. 19 • Pr-Ologo de
Riva Agüero. 1549-1564. P. XXI. Y también puede hallarse, con más abundancia, en
el reciente libro Pedro Alvarado, de Adrián Recinos, Edt. Fondo de Cultura, México,
1953.- (d). Probanza y testimonio de Gómez de Alvarado para que se le devuelva el
pueblo de Tonala, que en pago de sus servicios en la Conquista de Nueva España le
habían dado. Realizada ante el Presidente de la Audiencia de México, ciudad de Tenux-
titan, en 13 de Mayo de 1533, a pedimento de Guillén de la Loa como apoderado de
Gómez de Alvarado. Colección de Doomnentos Inéditos para la Historia tle Ibero-
América. Recopl. por Santiago Montoto. T. 1 9 , P. 49. Fuera de estos documentos cono-
128 HISTORIA DE HUÁNUCO

por obligar a esue caballero, y por este medio divertir, y amansar a los
de Chile ... porque ... andaban derramados, pobres, y desfavorecidos ...
Llamado, pues, a Gómez de Alvarado, le significó su voluntad, el cual
tenía puesta su esperanza, en que a Don Diego d.e Almagro el Mozo,
se mandaría restituir la Governación de su Padre ... , y había venido a
negociar en la Corte su Hermano Diego de Alvarado; visto que éste
se tardaba, y había gastado lo que tenía, socorriendo a las necesidades
que padecían los de Chile, y que ya no se podía sustentar, la necesidad
lo hizo ob.edecer a lo que nunca había pensado; publicada esta deter-
minación del Marqués, los vecinos de los· Reyes sre agraviaron, diciendo,
que con la población de Guamanga se les había acortado los términos,
y que aora se acortaban de manera, que recibían gran perjuicio ... " 2 •
Con la provisión que le confirió el Conquistador del Prerú, Alvarado
preparó su empresa y publicando su misión, para que viniesen a él los
que querían alistarse, hizo acopio de hombres.
A principios de julio de 15 39, al mando de un destacamento mi-
litar, suponemos no menor de 5O hombres, Al varado salió desde Lima,
por Jauja, a la "provincia de Guanuco"; llevando como a su Maestre
de Campo a Juan de Vargas 3 • En la expedición marchaban muchos

cernos sobre nuestro personaje: Poder de Gómez de Alvarado a Hernando d:e Sosa, en
Lima, Mayo 28 de 15 39. Colección Harkness, P. 28, 'Y en el mismo que aparece la
aut·Ógrafa del fundador de Huánuco. - (e). En las Informaciones de servicios de Bartolomé
Díaz y Rodrigo Cantos, los tesügos declaran, uniformemente, que Gómez de Alvarado
estuvo en Chile por mandato de Almagro el ·viejo. Probanzas de servioio5 de Bartolomé
Díaz en la conquista del Perú y Chile, año 1561. Juicio de límites entre Perú y Bolivia,
T. VIII, p. 5 3. En pleno invierno de 15 3 6, por el Valle Central, Gómez' de Alv-arado, con
60 españoles y 20 infantes, llegó al río !tata ... después de dos mes.es y luego de vencer
a los indios volvió del valle del Aconcagua donde Almagro. Sergio Villalobos y Orlando
Mallafe: Diego de Almagro y el descubrimiento de Chile. Prólogo de Gmo. Feliú Cruz.
19 54. Universidad de Chile. - (f). Garcilaso dice que Hernando Pizarro envió a Gómez
de Alvarado a Huánuco, desde el Cusco1. Mendiburu -afianzándose en Montesinos- sostiene
que Gómez de Al varado fué enviado, desde Lima, por el Marqués, como es lógico suponer;
ya que Hernando no pudo conferirle ningún pod:er para fundar ciudad, ni hacerle su
teniente, no siendo él el Gobernador del Perú. - (g). Cieza de León: " ... a Gómez de Al va-
rado le dió cierta enfermedad de la cual murió en Vilcas, e fué llevado su cuerpo a enterrar
a Guamanga, donde habían ya llevado a Gómez de Tordoya". La guerra de Chupas, Capt.
LXXIX, P. 283. Garcilaso, por su parte, afirma: que Gómez de Alvarado falleció a conse-
cuencia de las heridas recibidas en Chupas. Los Comentarios Reales de los Incas, Capt. XVIII,
Libr. 111, 2~ part, P. 297. La Iglesia Mayor de San Juan de la Frontera de Guamanga, o de
la Victoria, es hoy la de San Cristóbal que personalmente visitamos en la ciudad de Aya-
cucho. Empero, no hallamos huella alguna de tumbas coloniales.
2 ANTONIO DE HERRERA: Historia General de los Hechos de los Castellanos en las
Islas y Tierr.a Firme del Mar Océano. Decad. VI. Libr. VIII, Capt. V, P. 177.
3 Montesinos escribe que Pizarro "envió a Gómez de Al varado, en 15 3 8, a la con-
quist; d~ Bombón o Huánuco". Anales del Perú. T. 1 9 , p. 101. La fecha que da el nom-
brado cronista, es errónea. Porque tal e1Cpedición, como está dicho, fué realizada en Julio
Un ~ecror dd camino inca ico que unía Cusco con Quito, pasand o por Hu;Í nuc o el Viejo.
Atraviesa la la g una de G 11 af!,arcocha , a poca distancia de la última, antigua y famo sa ci udad.
(Fo to: V. \'V'. von Hagen.)

Ca mino incaico, con innun~c rab l es gradas hechas de picda o cava da s en la roca viva. J uri~­
dicci-O n del pueblo de Raños, Dos de Mayo. (Foto: V. W. vo n 1 Ia ge n .)
Una de las portadas dd Palacio del I nca, en Hu:ínuco el Viejo. (Foto: B. Greig.)

Des flancos de la Fortaleza de Huá nu co el Viejo. (Foto de J. V.)


CO~QUIST A Y COLO~I A 12 9

soldados almagristas, o de Chile, como los llama Herrera, así como


distinguidos conquistadores; entre ellos, el capitán Juan Tello de Soto-
mayor, Miguel de la S.~rna, Martín Hurtado de Arbieto, Pedro Ba-
rroso, Valen tín de Pardavé, Juan de Mori, Rodrigo Martínez, Diego
de Carbajal, Juan de Agama y otros. En Jauja y territorios adyacentes,
consiguió el auxilio de los indios en prosecución de su cometido.

Después de sostener algunos encuentros con Illatopa -que se retiro


a la región de Mancha-Huacrachuco--, Gómez de Alvarado, en nombre
del Rey de España y del Gobernador don Francisco Pizarra, fundó,
solemnemente, la ciudad de Huánuco el 15 de agosto de 15 39, en la
misma área que ocupaba la famosa urbe inca-yarowilca de Wuanuko,
(sita en la hoy provincia de Dos de Mayo).
Como la fundación de una ciudad española significaba un hecho
legal, político y económico trascendente, ella se realizaba según las
formalidades de las Ordenanzas vigentes; ya que el legalismo era la
piedra angular de la época 4 • De aquí que, fundadamente, suponemos
que el capitán español, en aquel memorable día y en los subsiguientes,
realizara todos los actos que aparejaban dicha erección. Verbigracia,
declarar su resolución de formar una población, la calidad del poder
con que obraba, el plantamiento del rollo o picota -que era el símbolo
de la horca y el cuchillo, o sea la jurisdicción civil( y criminal que ejer-

de 1539. Pues, consta que el 28 de mayo de este año, Gómez de Alvarado estuvo en Lima,
otorgando carta-poder a don Diego de Alvarado, Hernando de Sosa y Capitán Juan de
Espínoza, para que éstos, en su nombre, solicitaran de la Corona reconocimiento de sus
servicios en la conquista de estas tierras. "Colección The Harkness", Catálogo, p. 98.
4 Gómez de Alvarado, lo suponemos, se rigió de la provisión que le expidiera Pizarro
y a las Leyes de Burgos y Ordenanzas de Valladolid -1523~ y de Granada -1526-
confirmadas por Felipe II en las "Ordenanzas Sobre Nuevos Descubrimientos y Conquista
y Pacificación", dadas en el Bosque de Segovia, en 1573, cuyos títulos XXXIV y LX se
e cu pan de la fundación de poblaciones. La Ordenanza II, de l 5 23 , referente a fundaciones,
a texto, dice: "Habiéndose hecho el descubrimiento por mar o tierra . . . el sitio de los
lugares donde se han de hacer las nuevas poblaciones . . . y las demás poblaciones la tierra
adentro elijan el sitio de los que tuvieren vacantes, y por disposición nuestra se• pueda
ocupar, sin per¡u1c10 de lc.s indios, y naturales, o con su libre consentimiento; y cuando
hagan la planta del lugar, repártanlo por sus plazas, calles, y solares a cordel y regla;
comenzando desde la plaza mayor, y sacando desde ella las c all es a las puertas y caminos
principales, y dejando tanto compás abierto, que aunque la pobl ación vaya en gran cre-
cimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar en la misma forma. Procuren ten er el agu a
cerca, y que se pueda conducir al pueblo 'Y heredades" . . . Recopilar:ión de Ley t>s de los
Reinos de las Indias. T . 2 9 , Libr. IV, T í t. VII.
130 HISTORIA DE HUÁNUCO

cía la ciudad en su territorio- y la protestación o reto a cuantas per-


sonas, más tarde, pretendieren contradecir la fundación que realizaba 5 •
Señaló, también, el sitio para la Iglesia, que la fundó, y a la que, como
a la población, puso bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asun-
ción o del Tránsito, cuya fecha celebraba el calendario cristiano; ofi-
ciándose la primera Misa. Trazó el plano de la urbe; nominando lugar
para la Plaza Mayor, el Cabildo, el camal; y distribuyó solares dentro
del p·~rímetro de la ciudad y tierras fuera de ella, para sus vecinos fun-
dadores.
El caudillo culminó su m1s10n con la instalación del Cabildo de la
ciudad, a la que puso, como tenemos dicho, el nombre de La Asunción
de Huánuco. Designando como Alcalde Mayor y Alcalde ordinario al
Capitán Rodrigo Martínez y a Diego de Carbajal, respectivament•c G.

\..

No habiéndose hallado el Acta de la Fundación de la Ciudad, nos


valemos del testimonio de los más antiguos y probos cronistas, para fijar

:> Los actos que aparejaban la fundación legal de una ciudad, eran de dos clases: los
precedentes y los propiamente ceremoniosos; los que se realizaban en el mismo día o subsi-
guientes. Entre los actos precedentes estaban: la elección del lug·ar y el asentimiento de
paces con los indios. Los de procedimiento o forzosos, eran los siguientes: acto de posesión,
colocación del rollo o picota, acto de protestaci.ón, ceremonia del reto, fundación de la
Iglesia y celebraáón de la primera Misa, ubicación de la Plaza Mayor, designación de solares
para Cabildo, cárcel, hospital y distribución de solares y terrenos para los vecinos, instalación
del personal del Cabildo, bando, etc. En la ceremonia del reto, el caudillo armado con todas
sus armas y haciendo con ella campo entre las gentes, decíaº arrebatándose de cólera: "c•ba-
lleros: yo ya tengo fundada la cil¡ldad en nombre de su magestad. Si hay alguna per,sona que
la pretende contradecir, salga conmigo al campo, donde le podré dar batalla, porque saldré en
defensa del Rey, ahora y en cualquier tiempo, defendiéndola como su capitán y como caballero
hijodalgo". Repetido este reto por tercera vez, los circunstantes decían: "La ciudad está. bien
poblada. Viva el Rey Nuestro Señor".~ Celebrada la misa en un altar, en una esquina del
lugar señalado para plaza mayor, y luego que el sacerdote y el fundador indicaban la advoca-
ción que tendría la Iglesia, los soldados hacían salvas con los arcabuces, al son de tambores
y trompetas.
6 Ro-Origo Martínez fué cap1tan y concurrió a la batalla de Chupas, al lado de
Almagro. Diego de Carbajal, sobrino del Factor Illan Suárez de Carbajal estuvo con Gon-
zalo Pizarro y fué comisionado por éste a Arequipa, donde cometi.ó mil villanías. Le
apodaron "El Galán", por su vida erótica. Garcilaso dice que Carbajal con Antonio Viezma,
maltrataron, en Arequipa a muchas mujeres de las que habíanse señalado por la causa del
Rey, y que forzó a dos de ellas, las cuales tomaron solimán en venganza de la afrenta que
les habían hecho, a imitación de la buena Lucrecia". [,o.t Comenfario.t Reales de los Tncas.
2~ Part., Libr. XXIV, P. 218.
CONQUISTA Y COLONIA 131

la fecha, año y demás referentes a tan trascendente hecho histórico 7 •


Tales cronistas se refieren, uniformemente, de la expedición de Gómez
de Alvarado y le llaman el fundador de Huánuco.
Herrera, el historiador oficial de la Corona, escribe al respecto:
"Partió con sus Provisiones Gómez de Alvarado, y fueron con él al-
gunos de los soldados de Chile, y fundó su Ciudad, y la llamó León,
y nombró por Alcaldes a Rodrigo Martínez, que fué Maese del Campo
del Adelantado Don Diego de Almagro, y a Diego de Carvajal, y pro-
veyó con discreción todo lo demás que convenía a la nueva Pobla-
ción . .. " 8
Cieza remarca: " ... el Marqués, nombrando por su teniente al

7 Con 1notivo de celebrarse el 49 centenario de la fundación de Huánuco, algunos


"entendidos" han querido restarle valor al acto realizado por Gómez de Alv.arado. (IV
centenario de la fundación de Huánuco, capital del departamento fluvial de su nombre.
Dictamen de la Comisión nombrada por el Comité Central Oficial Pro-IV Centenario.
Huánuco, 1939, p. 16. Imprenta Gráfica, Perú, Lima). Tal idea falta de todo documento
y de abonada ilustraci.ón, ha caído por los suelos. Y nadie puede discutir la efectividad
histórica y legal de la fundación realizada en la planicie de Huánuco-Viejo. Otros han
opinado sob re la fundación, traslación y ref1111dació11. Así, Javier Pulgar Vida!, consultando
autores, antiguos y modernos, ya ilustrados o simplemente copistas, llega en "cuanto a per-
sonas, lugares y fechas" a las siguientes conclusiones: " Que Góme7l de Alvarado fundó la
ci udad en 15 de Agosto de 15 3 9 en la Pampa de Huánuco Viejo; que Pedro Barroso la
trasladó el 2 de Febrero de 15 41; y que Pedro de Puelles la refundó en el lugar que hoy
oc upa , en 2 de Febrero de 1543". "El Progreso•", Huánuco, núms. 850, 851, 852, 853, 854
y 855, correspondientes a los días de 8, 9, 10, 11 y 14 de Mayo de 1938. " M'e rciurio
Peruano", año XIV, vol. XXI, N 9 1 51, Setiembre 1939, p. 404. Estas mismas conclu-
siones las esgrime el erudito historiógrafo don Carlos A. Romero, opinando como miembro
del instituto Histórico del Perú. Es decir, que Huánuco fué fundada en 15 de Agosto
de 1539, trasladada en Febrero de 1541 y repoblada por Puelles en 1542. (Comité Central
Pro IV Centenario de la fundación de Huánuco. "El Comercio", Lima, 18 de Agosto de
1939. El que esto escribe refut ó todos los antediohos juicios en el folleto La Funda-
ción Espaii,ola de la Ciudad de Huánuco. Impt. El Sol, Huancayo, 1940, P. 84. - Por otra
parte, sobre la fundación de la ciudad se han escrito renglones repletos de datos inciertos
y en ofensa a la verdad histórica, en olímpico desprecio a toda responsabilidad. Copiemos
lo que escribe X. X . en Monografía de la Provincia de Huánuco, para que el lector lo
juzgue. "En 15 39 Gómez de Al varado• 'Y seis compañeros suyos fundaron una ciudad en
el sitio que hoy se conoce con el nombre de "Huánuco Viejo", preveo permiso del Licenl-
ciado Vaca de Castro; pero como esto se había hecho atacando los dominios del cacique
lllatopa, descendien~e de la familia imperial incaica, reunió éste sus vasallos y se efectuó
una insurrección "de indios que trajo por consecuencia la expulsión de los españoles y su refugio
en unos montes que exis tían en el lu~ar que hoy se halla situada la ciudad. A los tres años
de la fundación de "Huánuco Viejo", siete de Lima , esto es, en 15 42 , se fundó la ciudad de
León de Huánuco, nombre con el que l a bautizó Pedro de Puelles. Después de oír una solemne
misa que se celebró sobre una gran piedra que después entró en los cimientos de la Iglesip
de San Cristóbal, primera que se fundó el 15 de Agosto, Gómez y sus com pañeros tom aron
posesión de las tierras e hicieron el trazo de sus calles". (El subrayado es nuestro). "Boletín
de la Sociedad Geográfica de Lima", T. VII. Año VII, l 897, P. 193 .
8 H ERR ERA: Historia General, etc., Década VI, Libr. VIII, Capt. V , P. 178.
l 32 HISTORIA DE HUÁNUCO

capitán Gómez de Albarado, hermano del Adelantado don Pedro de


Albarado, le mandó que fuese con copia de españoles a fundar una
ciudad en las provincias del nombrado Guanuco. Y así, Gómez de
Albarado se partió, y después de haber pasado con los naturales algunas
cosas, en la parte que le pareció fundó la ciudad de León de Guanuso,
a la cual dió luego nombre de república, señalando lo que par.cció con-
venientes para el gobierno della ... De manera que aunque ha habido
lo que se ha escripto, podré decir haber sido el fundador Gómez de
Albarado, pues dió nombre a la ciudad ... El cual la pobló y fundó
en nombre de su Majestad, con poder del marqués don Francisco Pi-
zarra, su Gobernador y Capitán general este reino, año del Señor de
15 39 años" 9 •
Diego Aguilar y de Córdoba, que conoció a los fundadores de la
ciudad, por haber sido vecino de ella desde 1570, sostiene que "poblóla
Gómez de Alvarado trece leguas de donde hoy está en los llanos que
llaman Huánuco el Viejo" 10 •
Fray Antonio de la Calancha, fija la fecha cuando dice: "Fundóse
la primera vez día de Nuestra Señora de Agosto" 11 •

Luego de establecida se traladó de la planicie de Guanuco-Parnpa


al paraje Píleo, Paucar-tampo o Huanca-pampa, en el territorio de los
Chupachos, donde en d día se halla.
Dos poderosas razones motivaron la traslación y ,su consiguiente
abandono. La rebelión de los indios en la zona de Huánuco el Viejo,
y la actitud de Pizarro respecto a la categoría de la nueva población.
Aunque alejado por las tropas. de Alvarado, Illatopac realizaba
rápidas y continuas incursiones; llegando a sitiar la fundación para
obligar a los españoles a rendirse por hambre. Para tal fin incendió
los pueblos cercanos, dispersando a sus pobladores. y destruyendo los
bastimentas. Todavía más, los indios que obed.ecían sus órdenes, ata-

9PEDRO CrnzA DE LEÓN: La C rónica General del Perú. T. l 9 , Cape. LXXIX. Que
trata de la fundación de la ciudad de Leon de Guanuco, y quien fué el fundador della,
p. 243.
10 El Marañón, Libr. I, Capt. VII: Descripción de la provincia de Huánuco y
nac imiento del Marañón. Col. Bibl. C ultur a Peruana. Apogeo de la Literatura Colonial.
T. V, P. 326.
11 Cró11ica Moralizada del Orden de San Agustín en el Perú. Capt. XVIII, P. 891.
Los españoles llamaban Sefiora de Agc·s to, a la Virgen de la Asunción o Asunta, cuya focha
se celebra el 15 de agosto de cada afio.
CO:-\QUIST A Y COLONIA 133

caban a los que acudían a su área; tal lo ocurrido al conquistador


Miguel Pareja de León 12 •
A la insistencia de los vecinos de Lima, que veían mermada la ju-
risdicción de la capital, Pizarro quitó el título de Ciudad de la fun-
dación de Alvarado, dejándola reducida a Villa, y no cumplió con
remitir refuerzos en su ayuda, como tenía ofrecido, para consolidar
su edificación.
Recurramos al testimonio de Herrera: " ... fueron tantas las quejas,
e instancias de la Ciudad de los Reyes, que mandó el Marqués, que se le
quitase a León el nombre de Ciudad, y se llamase Villa, sujetándola a la
Ciudad de los Reyes. Y aunque le pareció, que con esto satisfacía a las
importunaciones de los vecinos de los Reyes, teniéndose Gómez de Al-
varado por agraviado, aunque en la Guerra contra Illatopa, que andaba
por aquellas partes, havía hecho mui muchas cosas buenas, y bolvió a
los Reyes, con que descaeció mucho aquella Población por entonces" 13 •
En otro capítulo, el propio cronista reafirma lo dicho. "Viviendo el
Marqués D. Francisco Pizarra, que no podían los Indios de aquella
Comarca estar con seguridad, embió a Gómez de Alvarado, para que
hiciese frontera al Tirano, poblando en Guanuco una ciudad, que llamó
León; y haviendo tenido algunos Reencuentros con los Naturales, dicen,
que porque no se le acudía con lo que havían menester para sustentarla,
se despobló, cuando el levantamiento general del Perú" 14 •

12 En la cédula por la que el Rey don Felipe II otorgó escudo de armas a Miguel
Pareja de León, se lee: " ... y después fuistes en compañía del Mariscal Alonso de Alvarado a
conquistar la provincia de los Chae;hapCJJ)laS .... e que yendoos a juntar con el capitán Gómezi
de Alvarado el Viejo, que iba a conquistar las provincias de Guanuco pasastes por los de
1'.fancha, a donde hallaste cinco españoles con los cuales estuviste cercados nueve meses de un
principal y mucha cantidad de indios y en el dicho tiempo tuviste con ellos muchos reen-
cuentros, al cabo de los cuales rompiste con ayuda de algunos indios amigos, y allanaste la
tierra, y pacificada, vos fuiste a juntar con el dicho capitán Gómez de Alvarado y le ayu-
daste a poblar el pueblo de Guanuco ... e que acabada de so.segar la tierra Y castigados los
alterados, os hallaste en compañía del capitán Pedro de Puelles en la conquista y allanamiento
del pueblo de Xauxa e otros que se habían revelado y muerto los naturales de ella a algunos
españoles ... ". Extractado· de "El Escudo de Armas de Miguel Pareja de León", publicado por
don Noé M. Castillo, quien no dice la fuente dónde lo tomó. "La Defensa", edición de 28
de julio de 1937, Huánuco, p. 14.
13 HERRERA: Historia Grneral, etc., Décd. VI, Libr. VIII, Cape. cit., p. 178.
14 HERRERA: Libr. cit., Década VII, Libr. IV, Capt. IV, p. 68. Por su parte, Fray
DJEGO DE CóRDOVA y SALINAS: " ... fundó la ciudad en 15 39 el capitán Gómez de Alva-
rado, por orden del Marqués don Francisco Pi7arro. Después se despobJ.ó Y reedificó Ped,ro
de Fuelles ... " Libr. VI, P. 547. (Crónica dr la Religiosísima Pro1·ir1cia dr los Doce Apos-
tolrs del Perú).
134 HISTORIA DE HUÁNUCO

Se ignora, oficialmente, el día y año en que se ef,ectuó la traslación;


y existe discrepancia respecto de la persona que intervino en ella.
La mudanza debió realizarse por acuerdo del Cabildo, aprobado o
no por el Marqués Pizarra; es decir, después de haberse llenado los trá-
mites de estilo. Dada la circunstancia que se atravesaba -la guerra de
Illatopa y el entredicho d,e su fundador con Pizarra, que tenemos ex-
presado- los motivos ficticios de tal medida se basarían, sobre todo,
que Wuanuko "era muy frío y sin leña'', como dice Vásquez de Espi-
noza. Y el motivo real: el haberse descubierto un paraje que llenaba,
con ventaja, las condiciones exigidas por las Ordenanzas para eregir
una urbe de españoles; mejor asentimiento de paz con los indios, abun-
dancia de recursos natural.es (agua, madera, pastos, etc.). Porque fun-
dada, legalmente, en los llanos de Huánuco el Viejo, no pudo haberse
prescindido de iguales requisitos y solemnidad, para ubicarla en un
nuevo sitio a más de 80 kilómetros, que es la distancia que separa su
primitiva sede del valle Píleo.
Casi todos. los escritores antiguos, señalan al Capitán Pedro Barroso Hí
como el que realizó la traslación.
Hí El Muy Magnífico Señor Capitán de Caballería don Pedro Barroso, fué natural de
Segovia, Castilla la Vieja, España. De noble alcurnia y holgada economía. Cumpliendo con
su rango de hijodalgo, desde jo-ven estuvo al servicio del régimen real y en defensa de los
privilegios de su clase. Armado soldado para batir al pueblo sublevado contra la nobleza
española, capitaneado por Juan de Padilla, soponó los sitios de Segovia y Burgos, durante dos
años, 1520-1522. En recompensa de estos servicios, como para reponerlo a Barroso de su
"hacienda gastada", Carlos V le dió cédula recomendándolo al Gobernador de Tierra Firme,
Panamá, don Pedrarias Dá vil a. Por 15 22-152 5, en compañía del citado Gobernador, pasó a
Nicaragua donde, en la ciudad de Granada, fué Teniente de Gobernador y Alcalde Mayor,
hasta la muerte de Pedrarias, quien le nombr·Ó. Barroso, en el desempeño de sus cargos mostró
prudencia, sagacidad y diligencia (a). En marzo de 15 34 llegó al Perú, formando en la
expedición de don Pedro de Alvarado, el fundador de Guatemala, trayendo armas, caballos y
esclavos. Sucesivamente estuvo en Piura, Cajamarca , Lima y Cusco. En esta última ciudad,
fué Alcalde Mayor pc·r nombramiento de Almagro. Resucita la expedici-ón almagrista para
la conquista de Chile, contribuyó con caballos, esclavos y 4.000 castellanos, y se alistó en
ella; desprec~ando un repartimiento que le ofrecía Pizarro. Almagro el Viejo de quien er:t
gran amigo, le nombró Alcalde Mayor de la Expedición, cargo que desempeñó el tiempo que
duró la conquista del país de los araucanos. Vuelto al Cusco, de Chile, y encendida
la guerra civil entre Almagro y Pizarro, Barroso interpuso sus buenos oficios entre ambos
bandos, aconsejando la prudencia y la paz (b). En la batalla de Las Salinas parece crue
tomó armas en d bando del héroe de Puná. Ajusticiado Almagro, Barroso se puso al lado
de Pizarro, interviniendo en la fundación de la Villa de Camaná (ciudad de Arequipa),
juntamente con Hernando de Sosa y Garcí Manuel de Carbajal. Según testimonio de algunos
cronistas, el 15 de agosto de 15 3 9, Barrnso estuvo en la fundaci.ón de la Ciudad de León
de Huánuco; y según otros, fué quien trasladó al valle Pilco la ciudad fundada en Hu:í-
CONQUISTA Y COLONIA 135

Según Cieza, abandonada por Alvarado "a cabo de algunos días


Pedro Barroso tornó a reedificar la ciudad" IG. Herrera lo confirma:
"Algún tiempo después la restauró p,~dro Barroso" 17 • Y Calancha es el
único escritor que da fecha y año: "Trasladóse -dice- día de la Pu-
rificación el año quarenta y uno; consérvase el sacar el estandarte en
la fiesta de agosto, como en primitivo día" 18 • Aguilar y de Córdoba,
que, como dijimos, viviera en Huánuco y que trató a sus primeros fun;..
dadores, en su "Marañón" afirma, categóricamente, que se trasladó el
mismo año de su fundación en Huánuco el Viejo. "Estando algo más
pacífica aqudla provincia, el capitán Pedro Barroso descubrió el valle

nuco el Viejo por Gómez de Alvarado. De esta intervención de Barroso, no existe documento
alguno, cerno tampoco existe sobre el mes y año de didha traslación. Barroso, desde diciembre
de 1539 a abril de 15 40, aparece radicado en Camaná, como Alcalde Ordinario; asimismo
figura en febrero de 15 40 como testigo en un poder de Pedro Pizarro a favor de Gómez
Hernández; en 3 de abril del mismo año en el pode'r conferido por el Cabildo de Arequipa,
en su primera sede de Camaná, a favor del Capitán Garcí Manuel de Carbajal y Luis León;
en 2 de octubre de 1540 y en mayo de 1541 el Cabildo de Arequipa le da poder a "Pedro
Barroso ausente" (c). En el acta de distribución de solares, luego de la traslación de Are-
quipa al valle del M~sti, 15 de agosto de 1540; Barroso recibe 12 fanegadas de cierra en el
barrio La Chimba, 15 de septiembre de 1540 ( d). Producida la sublevación de Gonzalo
Pizarro contra el Virrey Blasco Núñez de Vela, radicado en Arequipa, tomó el bando
del Rey. Pero, obligado por Carbajal y el rebelde GonZ3lo, figura entr'e los que secundaron
l; rebelión y oblaron dinero para mantener la campaña. Una vez que La Gasea desembarcó
en el Perú y organizó sus huestes, los de Arequipa, en Cabildo abierto, desconocá,eron la
autoridad de Gonzalo Pizarra, decretando la prisión de Lucas Martínez, Teniente de Gon-
zalo, por Acta de 12 de junio de 1547. En ella figura a favor de la causa real. En 1548
aparece como Alcalde Ordinario de Arequipa, 24 de diciembre. - El único documento en
que Barroso actúa en Huánuco, es la Relación enviada por Juan de Saavedra sobre repar-
timientos de dicha ciudad, 1548. Dice: Juan Sánchez posee por cédula de Barroso teniente
del Marqués la mitad de los Yach2s . . . confirmolos Vaca de Castro". (Rafael Loredo:
Los REPARTOS, p. 242.) Barroso obtuvo título nobiliario en 1540. Una "toma de razón".
dice: "Este día se despachó un privilegio de armas para Pedro Barroso conquistador de la
provincia del Perú. Firmado del cardenal de Sevilla y del doctor Beltrán y obispo de Lugo
y doctor Bernal y Velásquez de Samano." Madrid, 22 de agosto de 1540 ( f). Ostentaba el
tí culo nobiliario de "Muy Magnífico Señor"; documento fechado en Arequipa, 2 Febrero,
1548. - (a) Probanza de servicios del capitán Pedro Barroso en la ciudad de Granada,
del Consejo de las Indias. Nicaragua, 13 de diciembre de 15 33. P. Víctor M. Barriga: Dorn-
mentos para la Historia de Arequipa. 1534-1575. T. II, p. 17 y sigcs.- (b) Informadón de
Indias. Cusco, 21 de febrero de 15 39. P. Víctor M. Barriga: Docume11los para la His-
toria de Areq11ipa. T. citado, p. 54 y sigcs. - (c) P. Víctor M. Barriga: Documentos para
la Historia de Arequipa, 1534-1558. T. I, págs. 90, 131, 270. T. II, págs. 82, 11, 116.-
(d) Víctor M. Barriga: libro cit. T. I, p. 82. - (e) Víctor M. '. Barriga, libro cit. T. Ir,
p. 194 ~ (f) Santiago Montoto: Colección de Documrnlos lnéefitos para la Historia de
ibero-América T. II: "Nobiliario Hispano Americano del siglo XVI", p. 47.
lG Cieza: Lbr. cit. Cape. cit., p. 243.
17 Herrera: Lbr. cit. Cape. cit.
18 Calancha: Lbr. cit. Cape. cit.
136 HISTORIA DE HUÁNUCO

Pilco, donde él y Gómez de Alvarado la fundaron el ano de mil qm-


nientos treinta y nueve" 19 •
Acaso algún soldado de los que "entraron" con Mercadillo a la pro-
vincia de los "Huanca-chupachos", informara a Alvarado del valle
Pilco. Este conquistador comisionaría a Barroso a ubicar tal paraje, o
fueron ambos dos en busca del idílico lugar de los Chupachos. Pero, sea
como fuera, los españoles caminando por las serranías de los actuales
p ueblos de Chupán, Llacón y Quera, vinieron a dar por bs alturas de
"Pachabamba, sede de los Caciques Pariacaico y Masgo, principales de
la tribu de los Chupachos, y s.:::gún testimonio de los conquistadores,
fueron muy bien recibidos por ellos. De allí pasaron a la banda oriental,
al paraje conocido con el nombre de Coni, al que le llamaron San
Cristóbal de Coni, hasta que los misioneros le pusieron por nombre Santa
l\Iarí a del Valle. Guiados por los Caciques continuaron su viaje río
arriba, hasta dar con la planicie, que es donde actualmente está situada
la ciudad" 20 •
En el folleto editado por Pérez Achapuri, se expresa que los espa-
ñoles al tomar posesión del lugar, "cdebraron misa en un altar formado
sobre una mesa de piedras en el mismo sitio donde se ve hoy la Parroquia
de San Cristóbal". Y quien celebró el oficio Divino fué el padre "Fray
Pablo Coimbra, religioso franciscano", portugués 21 •
Para nosotros, Barroso estuvo en la fundación que se llevó a cabo
en Huánuco el Viejo y en el traslado de la ciudad al valle del río Hua-
llaga, juntamente con Alvarado, como afirma Aguilar y de Córdoba.
Traslación que acaso se realizó en noviembre o diciembre d.::: 15 39; que-
dando abandonada la ciudad después de haber servido algunos meses
de morada a los españoles, cuyos restos de algunas casas levantadas por
.:::llos pueden verse, como nos respalda el sabio Hipólito Ruiz 22 • Pues,
no existe documento que pruebe que Pizarro, que a la sazón estaba
vivo, enviara a Barroso a Huánuco con poder para trasladar la urbe que

1!l El M11r11iiú11. Lbr. I, Capt. VII. De sc ripción de la Provincia de Huánuco y naci-


miento del Marañón. Colee. Bibl. Cultura Peruana. El apogeo de la Literatura Colonial,
T. V. p. 326.
:!O :Vfonseñor BERROA: Monografía Eclesiástica de la Dió cesis de H11á1111co y J1111Í11,
cit., p. 28.
21 JUAN PÉREZ AcHAPURI: Topografía y Notídas Antiguas de la Ciudad de León
de Huánuco. Reimpresión de "La Voz de Huánuco", p. 4.
22 "Gómez de Alvarado.. . fundó la ciudad en un sitio ... en donde hoy día se
ven las ruinas de aquella Ciudad, y las de las Fortalezas, que habían construido los gentiles,
para su defensa. . . Relación histórica del viaie que hizo a los Re)!/l'Os del Perú y Gbiilq
el Botánico do11 Hipólíto Ruíz en el mío 1777 hasta el de 1788, en cuya éP,oca regresó a
"!IJadrM. Capt. XX: Descripción de la Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros, p. 128.
Y en "Bulletin of Hispanis Studies", Vol. XXVI, N 9 102 , Abril-June, 1949, p, 93.
CONOUIST A Y COLONIA 137

fundara Gómez de Alvarado. Y ni en 1540, ni en el 2 de febrero de


15 41, como asegura Cal ancha, pudo haber realizado Barroso tal cambio.
Porque en tales años y en diversas fechas, estuvo dicho capitán en Are-
quipa, como fundador de aquella ciudad, donde obtuvo solar y de Ja
que fué su primer Alcalde Ordinario :? 3 •
Nuestra opinión de que Huánuco mudó de sede en 15 39, a más del
valioso testimonio de Aguilar y de Córdoba, está ratificada por la de-
claración de Alfonso Díaz de Medina, ya citado ren capítulo anterior.
Este soldado atestigua que, cuando Gonzalo Pizarro con sus hombres se
hallaba cercado por Illatopa en Huánuco el Viejo -julio de 15 40-;
«Francisco Chávez envió a Gómez de Alvarado con gente a socorrer .e
desercar" al capitán español hermano del conquistador del Perú. Lo
que quiere decir que, en esos días, ya no existía la fundación en aquella
pampa.
Por otra parte, la fecha que da Calancha -2 de febrero de 15 41-
ncs parece equivocada. El notable cronista agustino que, como lo de -
clara, tomó datos de "La Soledad Entrer,~nida" de Aguilar y de Cór-
doba, acaso quiso referirse a la repoblación de Puelles, que fué el 2 de
febrero de 1543: .día de la Purificación, como veremos. (Y tampoco
pudo haber tJmido lugar el 2 de febrero de 1542; porque desde junio
de 15 41 el Perú se hallaba en revuelta, a raíz de la usurpación del poder
por Almagro el Mozo, bajo cuyo gobierno no se llevó a cabo ningún
acto legal, ni de colomzación o población de ciudades.)
Pero, lo ,::fectuado por Barroso y demás, en el actual valle que ocupa
Huánuco, fué traslación; no nueva fundación o rcfimdació11, actos no
permitidos; porque contradecían la voluntad real, a tenor de las leyes de
entonces. El simple hecho de "sacar el Estandarte en la fiesta de agosto,
como en primitivo día", al decir de Calancha, y continuar llamándose
León de Huánuco o simplemente Huánuco el Nuevo a la ciudad~ y
Huánuco el Vi,ejo al lugar donde primeramente se ubicara; son irrefu-
tables pruebas de que la única, real e histórica fundación fué la realizada
en Wuanuko-Pampa y por la persona del capitán extremeño Gómez de
Alvarado y Contreras, el 15 de agosto de 15 39 24 •

23 Padre VÍCTOR B. BARRIGA: Documc11f os para la Historia de Arcq11ipa. 1534-1548.


T. I, págs. 90, 131, 270.
24 El 14 de agosto de cada año, hasta los días de la Independencia, el Alférez Real,
que era el Regidor más antiguo, en medio de nutrida cabalgata, precedido de maceros Y
músicos de trompetas y atabales, conducía desde su casa, donde tenía guardado, al Cabildo,
el Estandarte de la Ciudad. Luego el día siguiente -1 5- el Alférez penaba el Estandarte
del Cabildo a la Iglesia, a la Misa solemne, celebrando la fecha de la fundación de la ciudad
en los llanos de Huánuco el Viejo. En la tarde del 15, de nuevo, en procesión cívica, el
138 HISTORIA D E HUÁNUCO

Instalada rm su nuevo asiento, tampoco prosperó la edificación de la


ciudad. Esta vez fué casi abandonada, no por causa de los indios, sino
por los acontecimientos políticos del Perú: la muerte del Conquistador
Pizarro y el levantamiento de Almagro el Cholo.
Los pocos habitantes de la Villa -tal fué su categoría en el valle
Pilco hasta años después-, se ausentaron, plegándose al bando de Al-
magro o al de Pizarra. Así el capitán Martín Hurtado de Arbieto,
Francisco Espinoza Campoo, Juan de Saavedra, Miguel de la Serna, etc.,
se declararon por el Rey; en tanto Rodrigo Núñez 25 , Rodrigo Martínez
y otros se unieron al bando de Almagro d Mozo, cuyo teniente García
de Alvarado tuvo el gobierno de la población y términos durante el
tiempo que aquél se halló en el poder.
Cruenta fué la guerra civil que se iniciara en junio de 15 41, con el
asesinato d,d Conquistador del Perú: tiñendo en sangre su territorio. En
Huánuco, «uno de los ministros de Don Diego -dice Garcilaso- lla-
mado García de Alvarado ... mató a Alonso de Cabrera, mayordomo
que havía sido del Marqués D. Francisco Pizarro, porque juntava
algunos compañeros para huir con ellos al vando del Rey" 26 •
Gómez de Alvarado, que se hallaba en Lima, reprochó la muerte
del Marqués; aunque reconoció el gobierno de Almagro d Mozo. Pero,
días después, se fugó secretamente a Trujillo, en compañía de Juan de
Saavedra, Diego de Mora, Rodrigo Nieto y otros; en aquella ciudad or-
ganizó milicias ha jo el estandarte real 27 •

E standarte era conducido del Cabildo a la casa del Alférez Real, en medio de ví rores y
promesas de lealtad al Rey, y a lc·s gritos de: "Castilla, Castilla, León, León, Perú, Perú.
Por su Magestad el Rey, Nuestro Señor". A esta ceremonia se llamaba el "Paseo del Es-
tandarte".
2!> "Diego de Agüero ... se partió luego a Trujillo. Con él fué Rodrigo Núñez, ve-
cino de Guánuco, que también estaba mal con Vaca de Castro, por le haber quitado los indios
de repartimiento, por haber guiado a don Diego de Almagro el Mozo". La Guerra de-
Quito. Capt. VII. p. 29.
2G GARCILASO: Los Com entarios Reales de los Incas. 2~ Part., Libr. III, Capt. X.
p. 268.
27 " ... y después escrevi a Lima y enbie el mismo despacho por quatro vías, con cartas
para el Cabildo y para otras personas que solían ser de su parte y agora les son contrarios,
como es Gómez de Alvarado y otras personas de calidad." Carta del Licenciado Cristóbal
Vaca de Castro al Emperador Don Caries participándole el asesinato del marqués Don Fran-
cisco Pizarro y la. rebelión de Don Diego de Almagro, el mc(lo. Quito, 15 de noviembre de
l 5 41. Gobernantes del Perú. Cartas y Papeles. Siglo XVI. T. I, p. 3 2.
CONQUISTA Y COLONIA 139

Llegado al Perú Vaca de Castro, le nombró a Gómez de Alvarado


capitán de una compañía de a caballo, e hizo con él la campaña que
culminó en Chupas, ren cuya batalla fué herido, falleciendo el fundador
de Huánuco a consecuencia de las heridas que recibiera.
Derrotados los almagristas en Chupas, 16 de setiembre de 1'542, el
Lic. Vaca de Castro realizó la nueva distribución d,e los repartimientos
de indios, y designó a sus Tenientes para restaurar, en las provincias, el
gobierno real perturbado por el alzamiento del cholo Almagro.
A Pedro de Fuelles, uno de los Capitanes adictos al Rey y que había
realizado la campaña desde Trujillo, le envió de Vilcas-Huamán a Huá-
nuco, con la misión de reedificar la ciudad y repoblarla, a la vez que
reducir a Illatopa que proseguía en armas.
"Al capitán Pedro de Fuelles -dice Vaca de Castro-- enbié a la
prouincia de Guánuco, que se auía despoblado al tiempo de la muerte
del Marqués, y no estaua pacífica, para que la torne a poblar e paci-
ficar, y conquiste a Illatopa ques otro yndio que anda alzado como el
Inga y es su pariente, e la prouincia de Ruparrupa, questá allí junto" ::!R.
Cieza de León, con más explicitud que otro, respalda el tenor de la
carta de Vaca de Castro al Emperador. Salió el gobernador de "Gua-
manga, como hemos contado, e anduvo hasta qu,e llegó a los arruinados
edificios de Vilcas, e allí acordó de parar algunos días para proveer e
despachar a Pedro de Fuelles por su Teniente, é para que poblase la
ciudad de León. E lUJego señaló los vecinos que habían de ir, é les dió
sus tí tul os de encomienda, mandando a Pedro de Pu elles que se partiese
a entender en aquella población ... Tomados sus despachos, Pedro de
Fuelles, con los españoles que con él habían de ir, se partió de Vilcas, e
anduvo hasta que llegó a la provincia de Guanuco, donde ren nombre
de S. M. fundó en ella la ciudad de León" 29 •
Y a en Huánuco, el famoso y trágico soldado español, ratificando
la fundación y traslación de la ciudad realizada por Alvarado y Barroso,
la asentó, mejoró y repobló. Este carácter de "repoblador" le da a
Fuelles el propio Herrera: "Fué de propósito a poblarla el Capitán Pedro
de Fuelles, por orden de el Governador Vaca de Castro; y lo pudo hacer,
porque halló, que Juan de Vargas, y otros Castellanos, de los que an-
daban en aquella Frontera, se havian dado tan buena maña, que pren-

. :?8 Carta del Licenciado Cristóbal. Vaca de Castro al Emperador Dc.n Carlos dándole
cuenta de la sublevación y castigo de Don Diego de Almagro el Mozo, y otros importantes
asuntos. Cusco, 24 de noviembre de 1542. Gobern1111tes del Perú. Cartas Y Papeles. Siglo
XVI. T . I, p. 68 . También en: Cartas de lndiar, LXXXII, p. 486.
2!J Cieza de León: "La Guerra de Chupas." Capt. LXXXII. p. 291.
140 HISTORIA DE HUÁNUCO

dieron a Illatopa, como se dijo" 30 • Calancha confirma tal mandato:


"pasada la batalla de Chupas enbió el Licenciado Vaca de Castro ... al
Capitán Pedro de Puelles, para que la acabase de poblar" 31 •
Puelles, a no dudar, tomó el gobierno y la organización de la ciudad
en cuanto llegó a .ella -octubre de 1542- y formuló el plano defini-
tivo de la población.
Pero, so.lamen te en 2 de febrero de 15 4 3, dió posesión de los indios
a los encomenderos designados por Vaca de Castro, procedió a levantar
Acta d,e la distribución de solares a los que se domiciliaron e instaló
nuevo Cabildo en nombre de su Majestad, designando Alcalde Ordi-
nario -como Corregidor él ostentaba el de Alcalde Mayor- y Regi-
dores.
¿Por qué razón Puelles que arribó a Huánuco meses antes, instaló
Cabildo y d.emás todavía en 2 de ~ebrero de 1543?
Los primeros fundadores, como los vecinos que se instalaron con
Puell.es, solicitaron de Vaca de Castro restituyese a Huánuco su categoría
de ciudad, le expidiese ordenanzas para su gobierno y d.emás. A las
peticiones de los de Huánuco, como veremos, contestó Vaca de Castro
en comi·enzos de 1543, dándole el tÍtulo de Ciudad de León, y orde-
nanzas. Puelles, pues, esperó que se restituyese el dictado de Ciudad a
Huánuco, para instalar Cabildo y realizar los otros actos de repoblación
qu.e le recomendara Vaca de Castro, como a su Teniente-Gobernador
y Corregidor en dicha ciudad.
El siguiente documento dado a luz por el padre Rubén Vargas
Ugarte, respalda lo que sostenemos. "Jhoan Martínez de Orueta, es-
crivano público de esta ciudad de León de Guánuco· por el Rey Nues-
tro Señor, doy fee e verdadero testimonio como por un libro que trae
por título sobre el pergamino Libro Primero de la fundación desta
ciudad, que panece se trasladó en él el primer libro que ubo de la fun-
dación della, por mandato del Cabildo, Justicia e Regimiento desta
ciudad, por estar el dicho libro muy biejo, consta y parece por él se
hizo la dicha fundación en dos de Hebrero de mil e quinientos y cua-
renta y tres años, en que están asentados y numerados los vecinos della
y tierras y pastos que se les señaló para sus . . . (roto) . . . e tierras e
guertas que se dieron y señalaron ::t los dichos vecinos y otros probey-
mientos que hizieron el capitán Pedro de Puelles que la fundó y los
alcaldes hordinarios e rregidores, por él elegidos y nombrados, en nom-
bre de Su Magestad ... y en fée de dello, de pedimento del padre

;w HERRERA: Historia General, etc., cit.; Décd. VII, Libr. IV, c~pt. IV, p . 68 '
:n Calancha: Lbr. cit., Capt. oir., p. 890.
CONQUISTA Y COLONIA 141

Fray Gregario de Ocaja, de la horden de Nuestra Señora de las Merce-


des, dí la presente, ques fecho en esta dicha ciudad de León de Guanu-
co, en cinco días del mes de Henero de mill e quinientos noventaicinco
años, siendo testigos al dar esta fee, Domingo de Chávez y Hernando
de Santillana. En fee dello fiza mi signo, en testimonio de verdad.
Jhoan de Orueta, escno. pub." 3 '.:!.
Todos estos pobladorrcs emprendieron la colonización del territorio
que comprendía los lindes de Huánuco. Particularmente comenzaron
a levantar los primeros edificios de la población, trocando, aunque tem-
poralmente, la espada por la azada. Esta labor le tocó al personal del
Srcgundo Cabildo huanuqueño -cuyos nombres se desconoce- que
instalara Puelles 33 •
:~:::! El Padre R ubén Vargas Ugarte S. J. lo halló en el Archivo del que fué Notario
Público don Juan Manuel Robles. Fundación de las ciudades de Tmjillo, Guama11ga y
Huánuco. "El Comercio". Lima, 6 de junio de 1937, p. 4. (El Notario no fué Ramírf'z,
sino Martínez.)
33 El Capitán Pedro de Puelles o Pedro Puelles, como indistinta.mente le llaman los
cronistas, era natural de Sevilla. Vino al Perú de Guatemala, con don Pedro de A lvarado,
15 34. Desde entonces desempeñó un notorio papel en las guerras de la Conqu~15ta. Fué
Teniente de Gobernador en Puerto Viejo, por nombramiento de Pizarro. Más tarde, 15 40,
después de la batalla de Las Salinas, al emprender la Conquista de El Dorado, Gonz'.:tlo Pi-
zarro lo dejó en Quito, como su Teniente. Este mismo año, 1540, trasladó al sitio que hoy
día ocupa la Ciudad de Pasto --Colombia- que, por fines de 1539, fuera fundada por Lo-
renzo Aldana, y la asentó y pobló (a). Con el Gobernador Vaca de Castro ocganizó las
tropas reales en T rujillo, 15 42. Asistió, por el Rey, a la batalla de Chupas, derrotando a
Almagro el Mozo o el Cholo. En reccmpensa de los servicios que prestara a la Corona, Vaca
de Castro lo envió a la ciudad de Huánuco en calidad de su Teniente, para pacificar y re-
poblar la dicha ciudad, casi abandonada por sus vecinos a raíz de las guerras civiles entre
los conquistadores (b). Fué en esta población Corregidor o Justicia Mayor, Teniente de
Gobernador, desde octubre de 1542 a 15 44. Como repoblador de la ciudad de León de
Huánuco, realiz-0 la distribución de solares a sus nuevos vecinos en 2 de febrero de 1543,
nombrando Cabildo y dando posesión de las encomiendas de indios a los designados por Vaca
de Castro. En Huánuco tuvo como su encomienda, la que fuera de la V da. de Francisco
Martín de Alcántara, llamada de los Chupachos, a cuyos indios sometió a duros trabajos
y tnbuto~; principalmente ocupánddos en la comtrucción de los edificios públicos y laboreo
de minas. Fué tambié n encomendero de Otavalo en Quito. A la llegada dd Virrey Blasco
Núñez de Vela, fué a Lima a ponerse bajo sus órdenes, quien le confirmó en su cargo, lle-
nándolo de halagos; y al que le juró lealtad. Producida la rebelión de Gonzalo Pizarra en
el Cusco, fué llamado por el Virrey a Lima, juntamente con las tropas que disponía en
Huánuco. Lejos d~ constituirse en la capital del Virreinato, puesto de acuerdo con el Com\-
sionado del Virrey, Jerónimo Villegas, se rebdó contra la autoridad real y con 40 hombres
de a caballo y arcabuceros, se dirigió por Jauja a Huamanga, a ponerse bajo las órdenes
de Gc.nzalo Pizarro que a la sazón venía del Cusco, habiéndole dado encuentro en el puente
de Acos. En Huamanga, por orden de Gonzalo, hizo cortar la cabe7)'1 de Felipe Guriérrez y
mandó ahorcar a Arias Maldonado, que conjuraban contra la rebelión ( c). En Lima Pizarra
le hizo su Maestre de Campo, por ausencia de Carbajal, que andaba en persecución de Diego
de Centeno. Cuando su campaña a Quito, Gonzalo le nombró su Teniente en aquella ciudad.
Estuvo en la batalla de Añaquito en quo fué derrotado el Virrey Bla1co Núñez de Vela y,
142 HISTORIA DE HUÁNUCO

según afirman algunos cronistas, fué quien indujo al Lic. Suárez de Carbajal mandase
co rtar la cabeza del Virrey y la pusiese en la picota. Al tener noticia del desembarco
de La Gasea, en Panamá, orgamz·o tropas en Quito para enfrentarse a dicho comisionado.
Pasado unos días, Puelles, con gran olfato, quiso pasarse al bando del Rey, abandonando
a Gonzalo Pizarr~. Pero su Teniente Rodrigo de Salazar y Diego Urbina complotaron
contra él y lo victimaron a puñaladas en su propio lecho; siendo expuesta su cabeza en
la picota, arrastrados sus miembros por las calles y sus entrañas comidas por los perro15.
(A Sal azar se le adjudicó la encomienda de Otavalo) ( d). Puelles fué sanguinario y
cruel. Ya dijimos, en Huánuco hacía trabajar a los indios en forma inhumana; y en
Quito mandó ahorcar al suegro de un tal Frutus, por haber éste victimado a un hijo
espurio de Gonzalo Pizarra, cuyos desmanes amorosos los secundaba. Dejó varios hijos,
dos menores: un hombre y una mujercita llamada Eugenia. Una de sus hijas -dice
Gutiérrez de Santa Clara- estuvo casada con el capitán Diego Díaz de Pineda, quien
enviado a Huánuco por el Virrey Blasco Núñez de Vela se juntó a Puelles, para engrosar
las filas de Gonzalo Pizarra. El cronista Herrera afirma que Puelles era de familia de-
cente; pero ambicioso, cruel, sanguinario y tirano (e). Cieza, por su parte, escribe: "era
astuto en la guerra de les indios, y buen republicano, y que mucho bien los sabía gober-
nar" (f). Pues, era gran organizador y tenía experiencia en el gobierno. Pudles pertenecía
a la falange de aquellos trágicos soldados, a aquellos "animales bimanos de presa"; como
Carbajal, Alonso de Toro, Hernando de Bachicao y demás, que ensangrentaron el Pe-
rú. - (a) Sergio Elías Ortiz: Crónic<as de la ciudad de Pasto, p. 4. - Gobernantes del
Perú. Cartas y Papeles. Siglo XVI. T. I, p. 68. - (e) Pedro Gutiérrez de Santa Clara
Historia de las Guerras Cid/es del Perií. 1544-1548. T. I, p. 182.- (d) Cieza: Las Guerras
de Quito. T. I, Capt. XIV, p. 749. - (e) Herrera: Historia General de los Hechos, etc.-
(f) Cieza, Lbr. y Capt. citados.
CAI"ÍTULO III

LAS REBELIONES DE GONZALO PIZARRO Y HERNÁNDEZ


GIRÓN Y "LOS DE HU ÁNUCO"

La situación política y social del Perú por 1542. Las "Nuevas Leyes", el Virrey Blasco Núiie::
de Vela y la rebelión de Gonzalo Pizarra. La cam.pa1ía de La Gasea y la acción de Jaqui-
jabua11a. La actitud y el co11curso de rrlos de Huánuco" en esta guerra. El almmir:nto áe
Hemá11de::; Girón, en 15 53. La captura del rebelde por los capitanes "huamtqueños" Miguel
de la Serna, Juan Tello de Sotomayor y Gómez Arias Dávila. Los servicios prestados por los
indios de Huánuco en la pacificación del Virreinato.

Ejecutado Almagro el Mozo en la plaza del Cusco, el Gobernador


Vaca de Castro envió expediciones a diversas partes; y nombró auto-
ridades para que, a la sombra de la paz pública, consolidaran la vida
de las ciudades. Lu,~go se dedicó a organizar la administración del
Reino, dictando leyes de tributación y protección de los indios. Parti-
cularmente publicó sus Ordenanzas de Tambos, por las que mandaba
que los caciques abastecieran los tambos de los caminos, evitando así
que los españoles les tomasen sus recursos y los utilizasen como bestias
de carga.
Vaca de Castro dictó tales medidas, por haber palpado la desdi-
chada suerte de los naturales.
Pues, desde que se descubrió América, los españoles se habían dis-
tribuído a los indios y sus tierras, con los llamados repartimientos. Los
soldados y aventureros que, con su valor personal, habían ganado estos
territorios, creían que por derecho de conquista les pertenecían los
indios. A éstos, en su sed de rápido enriquecimiento, los sometían a
los duros trabajos de las minas, de la pesca, labranza de la tierra, cons-
trucción de sus moradas, etc.; tomando a sus mujeres e hijas para saciar
el sexo, sin considerar ni la edad ni el grado familiar de sus víctimas.
Aún más, como los indios eran tenidos como esclavos, los usaban cual
monedas en el juego, vicio arraigado en la soldadesca.
El fatigoso y permanente trabajo a que eran sometidos, no 1.es de-
jaba tiempo para cultivar sus pocas tierras para alimentarse, ni podían
144 HISTORIA DE HUÁNUCO

criar ganados, para con sus lanas cubrir sus desnudeces. De aquí que,
a los 1 O años de la invasión de Pizarro, anduviesen los indios hambrien-
tos y d.~snudos, y a expensas de los caprichos de sus codiciosos "amos".
Este trato, al margen de toda humanidad y amparo legal, había
producido la rápida despoblación del país, y amenazaba con la desa-
parición de la raza india, sobre la que pesaba la economía de la Co-
lonia y, por consiguiente, el beneficio de la Corona. ·
Tan .~ra lastimera la condición del aborigen, que se levantaron
voces valientes y generosas, que la denunciaron ante la autoridad real.
Y como la exacción había sido mayor en las Antillas, de estas islas sa-
lieron los más ardientes defensores del indio; rWtre otros, Fray Monte-
sinos, culminando en Fray Bartolomé de las Casas, el célebre Obispo
de Chiapa.
Después de una larga campaña, De las Casas hizo llegar su voz ante
el Emperador Carlos V, y tan fundam~ntadas fueron sus acusaciones
que la Corona reunió, en Valladolid, una Junta compuesta por juristas
y legos, que debería dictar leyes para poner fin a tanta infamia e in-
humanidad con los indios.
La Junta redactó las llamadas "Nuevas Leyes", que declaraban la
libertad de los indios, regulaba su trabajo librándolos de los excesos,
prohibía que tuviesen repartimientos de indios los funcionarios pú-
blicos, los eclesiásticos y comunidades religiosas, y que sólo el Rey podía
otorgarlos. Particularmente para el Perú, se ordenó: quitasen las en-
comiendas a los que habían militado en las luchas entre Almagro y
Pizarro, y a los que habían abusado y dado malos tratos a los indios 1 •
Para hacer cumplir este código, promulgado en Barcelona en 20
de novi.~mbre de 1542 y ratificado y ampliado por las Ordenanzas de
Valladolid de 4 de junio de 15 4 3, se acordó -nombrar como Virrey del
Perú a Blasco Núñez de Vela, que, asesorado por una Audiencia, ten-
dría por sede la ciudad de Lima.
El nuevo Virrey, embarcado en 8 de novi·~mbre de 15 4 3 en San
Lúcar, juntamente con los cuatro miembros de la Audiencia y nu-
meroso séquito, llegó a Nombre de Dios en enero de 15 44, y luego a
Tumbes. Ejecutando en dichos lugares, drásticam.~nte, lo que man-
daban las ordenanzas de las que era portador.
Al sabene, en el Perú, de Ias "Nuevas Leyes", hubo conmoción
social; ya que, por ellas, de la noch~ a la mañana, los poderosos enco-
menderos caían en la pobreza. Y al noticiarse del a~ribo del Virrey a

1 Ver en nuestro libro "El Derecho Indiano a través de Nueva Crónica y su influencia
en la vida social peruana", Capt. IV. Las Nuevas Leyes de 15 42, p. 69.
CONQUISTA Y COLONIA 145

Tumbes, hubo reuniones en las ciudades; y el Cusco envió delegados


a Lima, los qure insinuaron a los vecinos de la capital no permitieran
la entrada del Virrey.
La mayoría de los españoles, que no confiaba en la flexibilidad
del representante del Rey, por su manifiesta conducta en Panamá,
Tumbes y T ru jillo, donde había pu~sto en libertad a los indios; es-
cribieron a Gonzalo Pizarra, que se hallaba en Char-cas, trabajando sus
minas, invitándolo a que aceptase ser el Protector del Perú. Gonzalo
a la sazón resentido con Vaca de Castro y la Corona, por no haberle
nombrado Gobernador dd Perú en recompensa de sus servicios al Rey,
a quien su hermano Francisco había dado un nuevo imperio, aceptó
la invitación y se presentó en el Cusco, cuyo Ayuntamiento le nombró
Procurador y Capitán General del Perú, autorizándole para formar un
pequeño rejército.
En tanto llegó el Virrey a Lima, a la que ingresó con pompa, y su
primer acto fué declarar que venía a ejecutar las ordenanzas d,e su
Majestad; y remitió un mensaje a Gonzalo Pizarra, para que disolviese
sus fuerzas, viniendo a la obediencia y lealtad a la Corona y su gobierno.
Como r'espuesta a esta comunicación del soberbio y poco político
Virrey, cuya conducta rígida se desenvolvía en medio de gentes vio-
lentas, ambiciosas y carcomidas por la intriga y la deslealtad, Pizarro
se apropió de los 16 cañones que Vaca de Castro había dejado en Hua-
manga, después de Chupas. Seguidamente echó mano a los caudales
reales del Cusco, envió correspondencia secrreta a sus amigos y parti-
darios del Reino, invitándolos a la rebelión bajo el comando de su per-
sona; y reforzó sus tropas con la adhesión del famoso soldado Fran-
cisco de Carbajal y los suyos, que venía de las minas de Porco; y,
finalmente, Pizarra salió en campaña del Cusco hacia Lima, por el
camino de Abancay.
A Huánuco, donde se hallaba Puelles como Corregidor de la ciudad,
para atraerlo a su causa, Gonzalo envió a un alguacil llamado Vicente
Pablo 2 , quien, al mismo tiempo que recogió bastimentas en el trayecto,
consiguió la adhesión del famoso capitán español.

Al saber de la marcha de Pizarra, el Virrey escribió a los corregi-


dores de las ciudades ordenándoles juntasen hombres y con ellos acu~
diesen a Lima, a reforzar la tropa que había organizado para enfren-

'.:! C1EZA: lA Guerrt1 dr Quito. T. J, Capt . XLJ, p. 1 H.


146 HISTORIA DE HUÁNUCO

tarse al que actuaba en abierta rebelión contra su gobierno y el Rey.


Cieza relata del comisionado virreinal y la acción que realizó con
Fuelles, y la actitud de este soldado que, meses antes, a la llegada del
Virrey a Lima, le había jurado lealtad y obediencia.
"El Visorrey, queriendo que de todas partes acudiesen a servir al
Rey, mandó a Jerónimo de Villégas, no poco amigo suyo e de Pizarro,
que fuesre a Guánuco y dijese a Pedro de Puélles que con todas las
armas, caballos que pudiese haber, abajase a la cibdad de Los Reyes, por
que ansí convenía al servicio del Rey nuestro Señor; y pues su lealtad
siempre había sido mucha, como agora él no dudaba la sería, con toda
brevedad se despachase ... Con mucha voluntad prometió Villégas al
visorrey, de le servir en .la ida, y que Pedro Puélles y él volverían con
la gente que más pudiesen, y ansi se partió de Los Reyes con mucha
alegría, para de presto hacer lo que hizo."
"Allegado a la cibdad de León, habló a Pedro de Puélles y a los
demás que oirlo quisieron, su venida ser para que todos a Los Reyes
fuesen, más esto, ya que públicamente ansi lo dijo a Pedro de Puélles
y a los demás que vio tener voluntad dañada a las cosas del Visorrey,
deshacía, diciendo que era mal sufrido y riguroso, que a todos venía
a quitar sus haciendas; dedales mas, que se fuesen a Pizarro, pues voz de
libertad había tomado. Pedro de Puélles no lo tenía (sic) poca gana,
y se acordaron de salir de la cibdad hasta cantidad de veinte y tantos
españoles, lo mejor armados que pudieron, entre los cuales fué el men-
sajero Villégas; habiendo platicado su deseo en Los Reyes ... con Gon-
zalo Díaz de Pineda ... ; ansi afirman que quedó concertado de que ellos
huyesen desde Guánuco, y que lo mismo haría él cuando pudiese. A
Juan de Saavedra habló Pedro de Puélles, amonestándole que se fuese a
juntar con Gonzalo Pizarro, porque al fin había de prevalecer, y que
le convenía, por haber seguido la opinión de Chile. Juan de Saavedra,
no queriendo fácilmente moverse a lo que Pedro de Puélles le decía,
le respondió frívolamente e se quedó. Y Pedro de Puélles y Villégas
salieron, y Rodrigo Tinoco natural de Badajoz, Francisco de Espinosa,
natural de Campos, García Hernández, natural de Saltéras, Grado y
otros hasta la cantidad dicha ... Y como quedase en aquella ciudad
don Antonio de Garay, que en ella era vecino, escribió al Visorrey dán-
dole cuenta de lo que pasaba; y también envió este aviso un criado del
mismo Visorrey que había por nombre Félix, el ecual estaba por su man-
dato haciendo picas en la provincia de Xauxa" 3 •

3 CIEZA: La Guerra de Q uilo. T. I , Capt . XLVI, p. 149, y Capt. XLVII, p. 153.


"Según Gu tiérrf'Z de Santa C lara, P ue lles q ue tení a en H uánuco 2 5 hombres. entre arcabu-
CONQUISTA Y C O LONIA 147

A grega, " como estas nuevas fu esen a Los Reyes, sabidas por el vi-
sorrey, fué grande el sentimiento que mostró ... no dejando de quejarse
d e la deslealtad de Pedro de Puélles y poca verdad de Villégas ... y
q ue si la gente que estaba junta en la ciudad de Los Reyes fuese
leal, era bastante para castigallo a él y a los traidores que con él se había!l
juntado ... Y que aun no tanto por lo que tocaba el castigo de Jeró-
n imo de Villégas y Pedro de Puélles, cuanto por el temor que pondría
en los suyos y desmayo de los enemigos, convenía ir al camino, para
p rocurar de los prender. Y dichas otras razones ... pareció que luego
con gran presteza convenía enviar soldados arcabuceros y con ellos al
capitán Gonzalo Díaz de Pineda, para que fuesen a la puente del río
que pasa por Jauja, a donde sin falta les tomarían y prenderían o ma-
tarían ... Esto pasado, el Visorrey llamó a Gonzalo Díaz) al cual, des-
p ués de haberle abrazado, le dijo que hici.ese como buen caballero y
capitán, y que su hermano iba por su soldado; que procurase darse
m aña para que los que se iban a juntar con Pizarra fuesen muertos o pre-

ceros y de a caballo, cambió pareceres p rincip almente con Juan de Piedrahita, vecino del
Cusco. Y lo secundaron Fran cisco de Espinosa, Juan de la Serna, Pedro de Retamales, Juan
Fernández, Enrique de Ovalle, J uan Cabanill as y otros gonzalistas". Historia de las Guerras
Cfriles del Perú". ( 15 44-15 4 8). T . I, p . 18 5. - D ebemos a Rafael Loredo, acucioso investi-
gador peruano, de todo lo r eferente a la R ebelión de Gonzalo Pizarro, el texto de un docu-
men to que damos a continuac j.ón y en el mism o q ue figuran los encomenderos y los soldados
que estuvieron en Huánuco por la causa de Gonzalo y por el Rey, en dicha alteración . Dice ;
"Los vecinos de la ciudad de Guanuco que han servido a Gonzalo Pizarro desque se leventó, i
han sido con el en todos lc·s desa tin os, hasta q ue V. S. entró en la tierra que le vinieron a
servir, son los siguientes: Rodrigo Nieto, Juan d e Arg ama, Antonio de Grado, Juan de Mori,
Hernando Alonso Malpartida, el c apitán Juan de Saa vedra, Bartolomé de T arazana. Juan
Sá n chez, el Lic. Rodrigo Niñ o, Christobal de Torres: estos salieron de Lima en seg uimiento
del Virei hasta Quito, i se hallaron en la bat alla i muerte del Virei; Los que salieron de
Gua n uco con Pedro de Puelles a servir a Gonz alo Pizarro est.ando el Virei en Lima son los
siguientes, y llegaron a Guamanga donde encontraron a Gon zalo Pizarro i entr aron con el en
Lima con mano .armad a', Antonio de Grado, R odrigo Tinoco, Juan de Argam a, R odrigo Niet o,
Garcí Hernández, Juan Robles; este tiene vecindad y no Indios; Man dó Gonzalo Pizarro qu e
quedasen en el pueblo por ser sus amigos y pana sostenelle de su pa rte y en su nombre; A
Ga r cí Hernandez por Alcalde, fue perseguidor de los servidores de S. M., Rodrigo T inoco,
Juan de Robles, Juan Estevan Silvestre, persig uio con ju ramen t os a los servidores del R ei
como V. S. verá por el proceso que el capitán Juan Saavedra hiz o contra los servidores del
Rei venidos de Quito, por teniente de Guanuco. Los vecin os i soldados que conm igo alli sir-
vieron a S. M. son los siguientes; Garci Sá nchez, Gonzalo de Guzmán, Herna ndo de Vega
aunque prevaricó muerto el Virei; Los soldados servidores de S. M. q ue allí hasta ago ra h an
servido al Rei fielmente sin haver errado son los siguientes; Alonso de Barrion uevo el de la
mano cortada, Bernardino de Loaisa, Hernando Baraona, Juan de Escavar, Juan Sánchez del
Rareo, Martín de Guzmán, Diego de Al ler, Rodrigo Paz que fue a Quit o el otr o d ía,
Francisco Vasquez, B·artholome de Segura, Sebastián de Cazalla, Francisco Hern andez Esc ri-
vano, Rod r igo Pineda; Estos todos h:m venido a servir a V. S. y están aquí i estos son los
que V. S. dixo que se los diese por memoria, lo qua! suplico a V. S. les haga mercedes pues
en obras y voluntad siempre han servido a S. M.". "Los Repartos". Guanuco. p, 246.
148 HISTORIA DE HUÁ~UCO

sos. Gonzalo Díaz le respondió bien ... Salidos de la ciudad, caminaron


hacia la provincia de Guarochirí, y en el camino, Gonzalo Díaz y Juan
de la Torre, Cristóbal de Torres, Piedraita, Alonso de Ávila y otros,
iban tratando cuando y en qué tiempo estaría bien pasarse a Pizarro;
porque veais la lealtad que se guardaba en el Perú a los capitanes ... " 4 •
Respaldando a Cieza, Pedro Gutiérrez de Santa Clara dice que los
vecinos de Huánuco se declararon por Pizarro después de una comida
que les dió Puelles. Y salieron, una madrugada, d.~ la ciudad en nú-
mero de 3 8 hombres bien armados, de a caballo y arcabuceros. A esta
tropa, según el nombrado cronista, se unió, en Chinchaycocha - y
según Garcilaso en la propia ciudad- 20 hombres que v.znían de Cha-
chapoyas al bando de Pizarro; y todos se dirigieron por Jauja hacia
Huamanga, donde los esperaba ya Gonzalo Díaz de Pineda, yerno de
Puelles y sus 14 hombres. En Huamanga, por orden de Gonzalo, Pue-
lles degolló a Felipe Gutiérrez y mandó ahorcar a Arias Maldo:iado
por pretender levantarse contra la bandera de la rebelión "·

4 C1EZA: La Guerra de Quito. Libr. 1 ? , Capt. XL VII, p. 150. ~Garcilaso da la si-


guiente versión sobre la actitud de Puelles. "Sin las provisiones que el Visorrey despachó a
las cuatro ciudades y el mensaje a Gonzalo Pizarro, enbió por otra parte a mandar a Pedro de
Puelles que viniese a servir a Su Majestad, de qui en dizen Diego Fernández, capitulo diez y seis,
y Agustín de Zárate, libro quinro, capí culo diez, por unas mismas palabras lo que sigue :
' Cuando el Visorrey fué recebido en la Ciudad de los Reyes, le vino a besar las manos Pedro
Puelles, natural de Sevilla, que era a la saz.ón teniente de gobernador en la villa de Guá -
nuco por el licenciado Vaca de Castro, y por ser tan antiguo en las Indias era tenido en
mucho. Y asi el Visorrey le dió nuevos poderes para que tornase a ser teniente en Guánuco;
mandóle que le tuviese presta la gente de aquella ciudad, para que si creciese la necesidad,
enbiándole a llamar, le acudiesen todos los vezinos con sus armas y cavallos. Pedro de Puelles
lo hizo como el Visorrey se lo mandó, y no solamente tuvo aparejada la gente de la ciudad,
más aun detuvo allí ciertos soldados que havian acudido de la provincia de los Chachapoyas
en compañía de Góma de Solís y de Bonifaz y estuvo esperando el mandato del Visorrey.
El cual, cuando le pareció tiempo, embió a Ger-Onimo de Villegas, natural de Burgos, con
una carta para Pedro de Puelles, qu e luego le acudiese con toda la gente. Y llegad o. a Guá-
nuco, trataron todos juntos sobre el negocio ..• Y así todos juntos acordaron de pasarse a
servir a Gonzalo Pizarro, y se partieron para le alcanzar, donde quisiera que le topasen.
Luego el Visorrey fu é avisado desea jornada por medio de un capitán indio llamado Yllatopa,
que andaba de guerra'". Los Comentarios Reales de lo~ Incas, 2~ Part., Libr. IV, Ca pe.
XI, p. "11.
5 PEDRO GuTIÉRREZ DE SANTA CLARA: Historia de /.as Guerras Cit'ifes del Paú. (1544-
154 8). T. I, Capt. XX, p. 189 y sigts. En un documento del siglo XVI se lee: "en una ciudad
que se dice león y por nombre de yndios g uanuco estava un corregidor por el Virrey que se
llama pedro de puelles con hast a quarenta y cinco ombres vecinos enbiol~ a llamar el Virrey
por que viniese con su gente ... ordenaron una trayci ón de se yr a gonzalo pizarro al cusco
y tomaron el camino de la sierra ccn quarenta onbrcs y treinta cavallos y los catorce arca-
buceros". Relación de lo sucedido en el Perú desde que entró el Virrey Blasco Núñez
Vela, hasta su prisión. 1545. Gobernantes del PerlÍ. Cartas y Papeles. Siglo XVI. T. JI.
Apéndice al T. I, p. 259. (De lo trascrito se deduce que no fueron mayor d e 80 hombre¡
los españoles que, por entonces, vivían en la Ciudad de Huánuco y lindes).
CON QUISTA Y COLON IA 149

Refiriéndose al número de hombres que enganchó, Albenino, con-


temporáneo a los hechos, dice que llegado a Huánuco, Puelles "recogió
toda la gente que allá auía que serían por todos hasta ochenta hom-
bres; los quales se aderezaron a punto de guerra" 0 •

Irritado N úñez de Vela por la defección de sus tenientes en Huá-


nuco, Trujillo, Arequipa y receloso de los que le rod~aban, mandó
a presar a Yarios vecinos de Lima y entre ellos el ex-gobernador Lic.
Vaca de Castro. Al mismo tiempo puso su ejército en plan de cam-
paña, fortificando la capital.
Sab.~dores los miembros de la Audiencia, que se hallaban ya en
Lima, de los actos del Virrey, pusieron en libertad a los detenidos;
hecho que los distanció definitivamente de Blasco Núñez de Vela, para
cuya persona, azuzada por el Oidor Cepeda, crecía la antipatía del
pueblo. Esta antipatía llegó a ser repulsión con la muerte· que el Virrey
dió, con propias manos, a Illán Suárez de Carbajal, persona influyente,
y a quien había calificado de traidor. Clamando entonces el pueblo,
abier tamente, por el gobierno de la Audiencia o la protección de Pi-
zarro, que, con sus tropas, se acercaba a la ciudad capital.
En este trance, el Virr·~Y optó dirigirse a Trujillo, con su ejército.
Pero desaprobado su plan por la Audiencia, ésta ordenó la detención
de Blasco Núñez que fué conducido a la Isla de San Lorenzo, para
ser remitido a Panamá, rumbo a la Península, en compañía del Oidor
Álvar.::~z.
La Audiencia dueña del gobierno, suspendió el cumplimiento de
las Ordenanzas, en tanto su Majestad resolviera; y env10 un mensaj~
a Gonzalo Pizarro, para que disolviera su ejército, ya que no tenía ob-
jeto su actitud. A esta graciosa invitación, Pizarro contestó que era la
voluntad de los pueblos que él se encargara del Gobierno del Perú y
que, si la Audiencia no fo concedía el título de Protector, entregaría
al saqueo la ciudad. E inmediatamente Carbajal entró en Lima con
tropas, mandando ahorcar a los que habían huído de las filas del ejér-
cito rebelde; y a su coacción, la Audiencia invitó a Pizarro a tornar
la capital, a la que ingresó el caudillo el 25 de octubre de 1544. Días

r, NrcoLÁs DE ALBENINO: Verdadera relación de lo sucedido en los Refoos y provin-


cias del Perú desde· za ida a dios drl Virrey Blasco Nú1iez de Vrla hasta el desbarato )'
muerte de Go11:::alo Pi:::arro. P. 22.
150 HISTORIA DE HUÁNUCO

después, la Audiencia lo proclamó Gobernador y Capitán General del


Perú.

Con tal designación Pizarro envió a sus tenientes, para imponer y


sostener su gobierno en las ciudades y villas; y nombró como miembros
de los cabildos a gentes de su bando. Así, para gobernar Huánuco nom-
bró como Alcalde a Garcí Hernández, y desde Quito, donde había ido
a la campaña contra el Virrey, vino como su Teniente Juan de Saavedra,
como consta de un documento que transcribimos.
Mientras se afianzaba el nuevo gobierno en Lima, Vaca de Castro
había desaparecido, y Blasco N úñez de Vela, puesto ren libertad por el
Oidor Álvarez, había desembarcado en Tumbes; proclamando la auto-
ridad del Rey y declarando traidores a los rebeldes. Luego organizó
un ejército, a cuya cabeza marchó hacia Quito.
Pizarro envió tropas para perseguirlo, al mando de Carbajal; y se
embarcó él mismo para la campaña contra el Virrey. Después de una
huída de doscientas leguas por los territorios de Palto, Tomebamba,
Quito y Pasto, Blasco Núñez se refugió en Popayán, jurisdicción de
Benalcázar. Aquí recibió refuerzos de este famoso capitán y ambos
salieron de Popayán y se dirigieron al sur, donde, después de un juego
estrátégicq de parte de Pizarro, fué sorprendido el ejército del Virrey en
las llanuras de Añaquito o Hanan-Quito, el 18 de enero de 15 46. Blasco
Núñez fué derrotado y Gonzalo mandó cortarle la cabeza, que fué
puesta en una picota, y le arrancaron las blancas barbas con las que se
adornó el morrión de Pizarro.
Después de su victoria, Gonzalo permaneció en Quito durante el
invierno; dejando, al marchar al sur, esta ciudad y su jurisdicción al
mando de su teniente: el capitán Pedro de Fuelles. E hizo entrada
triunfal a Lima, recibiendo la adhesión de todos sus vecinos. Y llevó
en dla una vida de verdadero monarca, rodeado de opulencia y cor-
tesanía; siendo obedecido en todo el territorio que se extendía de Pa-
namá a Chile y Charcas; y teniendo bajo sus órdenes un gran ejército
y una poderosa flota ,en el Pacífico.
Pero, pasado unos meses, esta vida palaciega f ué turbada por dos
hechos: la llegada del Comisionado real Licenciado La Gasea a Nombre
de Dios, y la sublevación de su teniente Diego de Centeno, en Charcas,
que proclamó la causa del rey; aunque, después de una larga campaña
dirigida por Carbajal, foé deshecha su resistencia, refugiándose Centeno
entre los montes del territorio del sur.
CONQUISTA Y COLONIA 151

La rebelión de Pizarro que había ganado todo el nuevo virreinato,


causó sensación en España; temiéndose por la pérdida del Perú. Felipe II,
por orden de su padre Carlos V, reunió una Junta de hombres probos
y conocedores de "asuntos de Indias'', para tratar de la rebelión y tomar
las medidas que debían ponerse en práctica, a .efecto de restablecer
el orden y la fidelidad a la Corona.
Considerándose que con la fuerza no podía llevarse a cabo el plan
de la Junta, acordóse enviar al Perú a un Comisionado dd Rey, el que
con los medios de la persuación atrajese a los rebeldes. Para tan deli-
cada misión se recomendó por el Consejo de Indias al Licenciado don
Pedro de La Gasea, ex-inquisidor de Valencia, y clérigo de profesión.
La Gasea, con poderes supremos, entre ellos: distribuir y quitar
encomiendas, suspender las ordenanzas causantes de la rebelión, formar
ejércitos, nombrar autoridades, disponer del tesoro, dictar prisión y
cond.enar a muerte, y con cédulas en blanco expedidas por el Rey;
salió de la Península en compañía de Alonso de Alvarado, en 26 de
mayo de 1546, rumbo a América.
La Gasea desembarcó en Nombre de Dios, sometió a la obediencia
a la guarnición rebelde de .ese puerto y pasó a Panamá, donde consiguió
convencer a Hinojosa plegase su escuadra, que obedecía a Pizarro, a la
causa real.
Rendida la escuadra La Gasea inició su campaña en Panamá, to-
mando empréstitos y ordenando, mediante cartas, que s.e alistasen bajo
la bandera del Rey. Principalmente, ordenó que Benalcázar, con sus
tropas, se pusiese bajo sus órdenes.
Las cartas y proclamas distribuídas por los clérigos en todo el país,
hacían ya variar la opinión pública, extendiéndose, subterráneamente,
la causa del Rey. Y poco a poco, fué mermando el poder de Pizarro,
que rechazó someterse a La Gasea y alcanzar perdón. Pues, a la defec-
ción de la armada se unió la de varios de sus capitanes del norte y centro,
el asesinato de su más fiel teniente Pedro de Puelles, en Quito, por Ro-
drigo de Salazar; y a poco tiempo después, la aparición d.e Diego de
Centeno que, sorpresivamente, tomó el Cusco y proclamó la autoridad
Real.
Al saberse, en Huánuco, la llegada de La Gasea y la misión que
traía, la ciudad alzó bandera por la causa del Rey; desconociendo la
autoridad de Pizarro, representada entonces por su teniente Francisco
de Espinoza, que huyó hacia Lima.
152 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los encomenderos y soldados que, en esta ciudad, permanecieron


fieles a la Corona y que proclamaron a La Gasea, entre otros, fueron:
Antonio de Garay, Martín de Guzmán, Diego de Aller, Garci Sánchez,
Gonzalo de Guzmán, Alonso Barrionuevo, Bernardino de Loisa, Juan
de Escobar, Hernando Barahona, Juan Sánchez del Barco, Francisco
Vásquez, Rodrigo Paz, Barto1omé de Segura, Sebastián de Cazalla,
Rodrigo Pineda, Francisco Hernández 7 •
Los "Huanuqueños", capitaneados por Juan de Saavedra -que
había ya vuelto a la causa real- se alistaron con sus propios recursos
y salieron rumbo a Cajamarca -lugar de cita de La Gasea- para unirse
con Diego de Mora, Gómez de Alvarado el Mozo y Juan Porcel, que
acudían de Trujillo, Chachapoyas y Bracamoros, respectivamente.
Mientras los de Huánuco se hallaban en camino a Cajamarca, Fran-
cisco Espinoza volvió de Lima con soldados adictos al rebelde y saqueó
la ciudad, llevando botín para Gonzalo Pizarra, de quien fué fiel como
trágico servidor, hasta el desastre de Jaquijahuana. Pero pagó con su vida
su deslealtad a la Corona y los crímenes que cometiera; lo que le hizo
digno sucesor de Puell,~s 8 •
Al alzamiento de las ciudades contra Gonzalo, siguió la defección
de los soldados de su ejército de Lima. Sus hombres se pasaban a las

7 Dice La Gasea: "Francisco Hernández, natural de Medellín que ha sido en las


cosas pasadas servidor de S. M., y se halló en levantar bandera en Guanuco y en Caxamarca,
y en esta jo•rnada del allanamiento de Gonzalo Pizarro sirvió como soldado con sus armas,
y de escribano en las cuentas de los gastos q_'ue en la guerra se han hecho." Carta del Lic.
La Gasea al Consejo de S. M. acerca de castigos, tasación de tributos, etc. Los R ·e yes, 2 5 dé
septiembre de 15 48. Gobernantes del Perú. T. I, p. 11. - Juan de Saavedra fué capitán
de Almagro en la conquista de Chile, fundador de pueblos (Paria, Val paraíso y otros).
S Refiriéndose al castigo que mereció Francisco de · Espinoza, secuaz de Gonzalo en
Huánuco, La Gasea escribe: "El 24 se hizo justicia de Francisco de Espinosa, hijo del doct or
Espinosa, y maestresala que fué de Gonzalo Pizarro, el cual cuando Guanuco alzó ban-
dera por S. M. huyó de Guanuco y se vino a Lima a Gc<11zalo Pizarro, y con gente que le
dió volvió a Guanuco, y hallando que los más de aquel pueblo con el capitán Juan de
Saavedra habían salido a juntarse en los Chachapoyas con los de Trujillo y Bracamoros y Cha-
chapoyas, robó a Guanuco, y con el despojo volvió a Gon zalo Pizarro y le sirvió y siguió hasta
que desde el Cusco, después de la Guarina, lo envió a Arequipa y a los Charcas a recoger
gente y dineros, en la cual jornada ahorcó seis españoks, y entre ellos un regidor y alg'llacil
de los Charcas, por ser servidores de S. M. y quemó bien cuantos indios porque le dijiesen
destos españo·les y hacienda dellos, y traía cuantidad de plata robada y gente por fuerza a
Gonzalo Pizarro, y tomándole la nueva 2 5 leguas del Cusco del desbarate de GonZ(.llo Pizarro,
Jo· dejó todo y se puso en huida, y le prend~eron algunas personas que luego desde Xaqui-
xahuañ.a se enviaron en busca suya; era de los muy privados de Gonzalo Pizarro, y así
se hallaron entre los bienes de Gonzalo Pizarro las cartas que con esta van ... " Carta del
Lic. Gasea acerca de castigos, tasación de t ribut os, cte. Los Reyes, 2 5 de setiembre de
1548. Gobcn11111tcs del Pcní. T. I, p. 108.
CONQUISTA Y COLO::\' JA 153

filas de La Gasea, huyendo de noche, desde que arribó la escuadra al


Callao luciendo la bandera real. Esto le obligó a Gonzalo Pizarra aban-
donar Lima y dirigirse a Arequipa, donde llegó con la mitad de sus
tropas.
La Gasea que se había embarcado en Panamá, llegó a Tumbes, de-
signan do Cajamarc a corno punto de concentración de sus tropas. De
esta ciudad continuó a Jauja, por el camino de la sierra, en tanto espe-
raba los resultados de la campaña de Centeno. Pero este capitán, per-
seguido desde Arequipa por Gonzalo, había sido derrotado por Carbajal,
a orillas del Titicaca, en la sangrienta batalb de Huarina, en 26 de
octubre de 1547.
Después de la derrota de Centeno, La Gasea emprendió marcha a
Huamanga, y de aquí a Abancay, con dirección al Cusco, dond e lo
aguardaba Pizarra. En efecto, en las cercanías de aquella ciudad, en
los llanos de Jaquijaht1.ana, se encontraron los dos ejércitos; produ-
ciéndose el desband,:; de las huestes de Pizarra, y la prisión y ejecución
del rebelde, así como de Carbaj al y diez de sus más calificados par-
tidarios.
En el ejército real, en vísperas de la acción de Sacsahuana, figu-
raba como jefe de tropa, entre otros capitanes, el "huanuqueño" Juan
de Saavedra, capitán de los de a caballo!:!.

Ajusticiado Pizarro, La Gasea nombró nuevas autoridades, esco-


giendo a los más fieles y distinguidos soldados del bando real. Pero su
principal labor consistió en la distribución de encomiendas de indios,
entre los que merecían tal recompensa por los servicios prestados en pro
de la "pacificación del Perú". Con este fin pasó tres meses en Huay-
narima, a 12 leguas del Cusca, en Compañía del Arzobispo de Lima
Fray Loayza, al que encomendó anunciar la distribución o r•eparto en
aquella ciudad. En efecto, después de celebrarse Misa en la Catedral
4el Cusca, Loayza leyó la nómina de los que merecieron repartimientos
por una sola vida; y cuyo número llegó a 100, que sumados a otros que
obtuvieron asignaciones de la renta de la Corona, hizo un total de 250.
La lectura del "reparto de Huaynarima", fué recibido con mani-
festaciones de descontento, por los irritados soldados. Incluso por los
favorecidos, que se creían acreedores a mrejores beneficios. El estado de

!) G ARCILASO : Los Co 111 r11/a rio~ R eales de los In cas. 2'' Par t. , c ~ p t . XXIV, p. 2-47.
154 HISTORIA DE HUÁNUCO

ammo llegó al estallido de un motín, que tuvo que ser sofocado con
la pena de muerte de uno de los principales agitadores. Sólo así se cal-
maron los revoltosos, evitándose por el momento la anarquía. Aunque,
tiempo después, habría de estallar nuevos complots que culminarían
con el alzami,mto de Hernández Girón.
Los beneficiados con repartimientos de indios en la jurisdicción de
la ciudad de León de Huánuco, llegaron a 30, cuya nómina damos en
capítulo aparte 10 •
Y como los indios chupachos, al mando de su cacique Felipe Masgo,
contribuyeron a la campaña de pacificación, sirviendo de cargueros y
auxiliares, La Gasea otorgó al dicho Masgo y a los indios de la huaranga
de Cochahuanca, un terreno de una cuadra de cuatro solares en el
barrio de Acraysuncho de la ciudad de Huánuco 11 •

El reparto de La Gasea y las leyes en pro dd indio, originó descon-


tentos y finalmente levantamientos armados. Entre ellos, el de Vasco
de Godines y de Sebastián de Castilla, en Charcas, d,ebelados sangrien-
temente por el Mariscal Alonso de Alvarado. Pero ninguno de ellos
fué de la magnitud de la que encabezara Francisco Hernández Girón,
en el Cusco, en la noche del 13 de noviembre de 15 5 3; y que tuvo
duración de un año y 3 meses, poniendo en peligro la autoridad real,
en merma del tesoro y de la tranquilidad de la Colonia.
La Audiencia encargada dd Gobierno, solicitó los contingentes de
. provincias. Y a principios de 15 54, comenzaron a llegar a Lima de las
ciudades adictas a la Corona. Viniendo de Huánuco 140 hombres al
mando de los capitanes Miguel de la Serna, Juan Tello de Sotomayor y
Gómez Arias Dávila.
Hernández Girón, dueño del Cusco y de las ciudades dd sur, em-
prendió marcha a la capital, para enfrentarse al ejército mandado por
los Oidores de la Audiencia. Sus tropas llegaron hasta Pachacámac, de
cuyo lugar, seguido por el ejército real, regresó al sur, por Arequipa.
con dirección a Charcas, desde donde lo asechaban las tropas del Mariscal
Al varado.
El capitán Gómez Arias Dávila y los "huanuqueños", formaron la

10 Ver en este libro: Terc er a Parte: Co11quisfa y Colonia. Capt. VIII: La encomienda
en Huánuco.
11 Este dato consigna Monset"'1or Berro a en su Monografía Eclesiástica de la Dióasis
dr Huá1111co y J1111í11. P. 15.
CONQUISTA Y COLONIA 155
avanzada del ejército real y como tal soportaron la acc1on de Villacuri
-pasado Pachacámac- en que el rebelde los batió, desbaratándolos.
Como lo dice el propio Gómez Arias: "Fuí en compañía de Pablo de
Meneses, vuestro maestre de campo, desde Pachacáma, en seguimiento
del dicho tirano y su gente, hasta el valle de lea, donde rrebolvió sobre
nosotros con toda su gente por saber que héramos pocos, dándonos
alcance hasta que nos desbarató en Villacuri" i:i.
En Chuquinga, cercanías de Abancay, Hernández Girón derrotó a
las tropas de Alvarado; y luego se enfrentó a los Oidores que, por la vía
del Cusca, iban en su busca.
Presentando batalla en Pucará, Hernández Girón fué derrotado;
escapando, con parte de su ejército, hacia Huamanga. Fueron destacados
en su persecución Miguel de la Serna, capitán de a caballo, y Juan Tello
de Sotomayor, capitán de infantería, vecinos encom•enderos de Huá-
nuco, que como dijimos, habían acudido con 140 hombres armados con
su peculio, al servicio del Rey. Estos distinguidos soldados, que lo se-
guían desde el Cusco, lo desbarataron en cercanías del pu,eblo de Tambo,
del valle de Jauja. Y Gómez Arias Dávila, Esteban Silvestre y Her-
nando Pantoja, lo apresaron; conduciéndolo a Lima, donde a pocos
días de su llegada, fué degollado, d.espués de un corto proceso, por
traidor a la Corona.
Garcilaso da testimonio de la hazaña de los soldados "huanuqueños".
"El General Pablo Meneses ... sabiendo que Francisco Hernández iva
hacia Los Reyes, emviaron al maese de campo Don Pablo Portocarrero,
que con ochenta hombres fuese en pos del tirano, por el camino de los
llanos. Y a dos capitanes que havían venido de la ciudad de Huánuco
con dos compañías a servir a Su Majestad en aquella guerra, mandaron
que, como se haían de bolver a sus casas, fuesen con sus compañías por
el camino de la sierra en seguimiento del tirano, por que no se escapase
por la una vía ni por la otra, y les dieron comisión para que hiciesen
justicia de los que prendiesen. Los capitanes, que eran Juan Tello, y Mi-
guel de la Serna, hicieron lo que se les mandó, y llevaron ochenta hom-
bres consigo. En la ciudad de Huamanga supieron que Francisco Hcr-
nández iba por los llanos a Rimac; fueron en busca dél, y a pocas jorna-
das tuvieron nuevas q 1 1e estava quince leguas dellos, con trescientos
hombres de guerra, los ciento y cincuenta arcabuceros ... Los capitanes
se dieron prisa a caminar, hasta que llegaron a vista los unos de los
otros, y fueron a ellos con sus banderas tendidas, y con ochenta indios

12 foformaciones de servic ios del capitán Gómez Arias Dávila. Juicio de Límites entre
el Perzí y Boli vi.a. T. V, p. 178.
156 H1STORIA DE HUÁNUCO

de guerra que los curacas habían juntado para servir a los españoles en
lo que fuera menester".
"Los enemigos, viendo que iban a combatirles, temiendo los caba-
llos qure los capitanes llevaban, que eran cerca de cuarenta, se subie-
ron a un cerro, a tomar unos paredones que en lo alto había, para for-
tificarse en ellos. Los capitanes los siguieron con la determinación de
pelear con ellos, aunque los enemigos tenían ventaja en el sitio; pero
iban confiados en que entonces llevaban ya doscientos indios de guerra.
apercibidos con sus armas que ellos mismos se habían convocado con el
deseo de acabar a los aucas, que así llaman a los tiranos. Estando ya los
capitanes a tiro d.e arcabuz de los enemigos, se les vinieron cuatro o
cinco de ellos, y entre ellos un alférez de Francisco Hernández; el
cual le~ pidió con mucha instancia que no pasasen adelante, que todos
los de Francisco Hernández se les pasarían, que no aventurasen y que
les matasen a algunos de los suyos, pues los tenían ya rendidos. Estando
en esto se pasaron otros diez o doce soldados, aunque los indios de
guerra los maltrataron a pedradas hasta que los capitanes les manda-
ron no lo hiciesen. Lo cual visto por los de Francisco Hernández,
se pasaron todos, que no quedaron con él sino· dos solos ... "
"Francisco Hernández, viéndose desamparado de todos los suyos,
salió del fuerte a que los del rey le matasen o hiciesen dél lo que qui-
siesen. Lo que visto por los dos capitanes, arremetieron con todos los
suyos al fuerte a prrender a Francisco Hernández, y los primeros que
llegaron a él fueron tres hombres nobles, Esteban Silvestre, Góinez
Arias de A vil a y Hern·rndo Pantoja, el cual asió de la celada a Fran-
cisco Hernández; y queriendo él defenderse con su espada le asió de la
guarnición Gómez Arias diciendo que la soltase; y no queriendo Fran-
cisco Hernández soltarla, le puso Esteban Silvestre la lanza a los pechos,
diciendo que lo mataría si no obedecía a Gómez Arias".
"Con esto le rindió la espada a Gómez Arias, y subió a las ancas
del caballo del vencedor, y así lo llevaron preso; y llregados a la dor-
mida, pidió Gómez Arias le hiciesen alcaide del prisionero, que él lo
guardaría y daría cu.enta dél. Los capitanes le concedieron, mandando
que le echasen prisio:ryes, y señalando soldados que lo guardasen, y así
caminaron hasta salir al camino de la sierra, para ir a b. ciudad de los
Reyes. Los capitanes Miguel de la Serna y Juan Tello quisieron, con-
forme a su comisión, hacer justicia de muchos de los de F~ancisco Her-
nández que prendieron en aquel viage. Pero viendo gente noble rendida
y pobre, se apiadaron dellos y los desterraron fu era del reino, a diversas
par tes ... La fama divulgó la prisión de Francisco Hernández .. . En-
CONQUISTA Y COLONIA 157

traron, a la ciudad de los Reyes, en manera de triunfo, tendid::is las


cuatro banderas" 13 •
"Los capitanes que eran Juan Tello y Miguel de la Serna, llevaron
a Francisco Hernández, su prisionero, hasta la cárcel real de la Chanci-
llería, y se lo entregaron al alcalde, y pidieron testimonio dello, y se
los dió muy cumplido" 14 • Y la sentencia de muerte la dieron después
de 8 días.

En la campaña contra Hernández Girón, los indios chupachos, bajo


las órdenes d·2 sus caciques don Diego Carhuacachin y don Pedro Masgo,
secundaron a Gómez Arias y los capitanes Tello y de la Serna. Llevaron
hombres de guerra en número de 80, y 100 cargueros de bastimentas.
Recursos estos provenientes, conforme a actuados oficiales, del pecu-
lio del dicho Gómez Arias y de los otros dos capitanes nombrados 1 ;;.
En m érito de estos servicios, que fueron reconocidos por la Corona,
se les liberó del abono del tributo y de ciertos trabajos personales a
dichos indios chupachos del valle de Huánuco, como veremos más
adelante. Y a don Pedrn Masgo se le adjudicó las tierras de Cancha-
parán; reconociéndole sus s·2rvicios el Virrey García Hurtado de Men-
doza por cédula de 12 de septiembre de 15 91, en la que se dice que
"Masgo había contribuído a la pacificación mandando 100 indios
cargueros, con bastimentas hasta Jauja" 16 •
Guarnan Poma de Ayala nos refier.2 de la contribución de los indios
huancas en la captura del rebelde, al mando de don Juan Huayna
Huach ac, cacique de Hurin Huanca, Jauja. Dice también que, en dicha
acción, intervino su padre don Martín Guarnan Malqui de Ayala 17 •
Cuanto a la recompensa de la Corona a los vecinos de Huánuco,
consis tió ella en la confirmación de sus títulos de encomenderos a los
capit anes victoriosos, y el otorgamiento a la Ciudad de un escudo y
título nobiliarios, de los que trataremos más adelante.

1:1 GARCILASO: Los Comc11farios Reales d1: los Incas, 2« Part., Libr. VII, C apt. XXIX,
p. 177. Juan Tello de Sotomayor y Cort:ízar, natural de Salteras, Sevilla, era hijo .le un
Jurado o Veinticuatro de Sevilla. ]. RIVA AGÜERO: "Revista de las Españas", N 9 87-8&,
noviembre-diciembre, 1934. Madrid, p. 486.
14 GARCILASO: Libr. cit., Capt. XXX, p. 18 l.
1 :;; En la Provanza d~ sus servicios, Gómez Arias declaró que había gastado, de 510.l
peculio, en la campaña. Juicio de Límites, etc., cit.
lfi BERROA: Mrmografía Eclesiástica di' la Di6crsis de Huán11ro y !unín, p. J ~.
li Nueva Crónica y Bum Gobierno, p . 1.120.
CAPÍTULO IV

"LA MUY NOBLE Y 11UY LEAL CIUDAD DE LEÓN DE


HUÁNUCO DE LOS CABALLEROS"

Su originario título de Ciudad. Su descenso a Vilia. La fidelidad de sus veci11-os a la


Corona Española, y sus méritos ante ella, La restitución de su primitiva categoría Por
V aca de Castro. Los blasones heráldicos otorg¡tidos en su favor. Su primer escudo de annus,
y el definitivo y tradicional. "La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de León de Huánuco
de los Caballeros"

Como ya expresamos, la fundación de Gómez de Alvarado en la


pampa de Huánuco el Viejo, nació con el título de Ciudad; y, como
tal, con los privilegios inherentes a su categoría, especificados en las
ordenanzas vigentes entonces. Según ellas, una ciudad debía tener:
jurisdición tr~rritorial, un Teniente de Gobernador o Corregidor, un
Cabildo, oficiales reales y repartimientos de indios.
Cumpliendo el mandato de Pizarra, dijimos también, Gómez de
Alvarado en Huánuco instaló Cabildo, y realizó los demás actos que,
legalmente, aparejaban una fundación.
Pero los actos del capitán español fueron contradichos por el
Cabildo de Lima, a solicitud de los encomenderos de ella; ya que la
nueva ciudad reducía su jurisdicción territorial, y, por consiguiente, el
número de sus repartimientos. Por lo que, como lo dice Herrera,
"mandó el Marqués, que se le quitase a León el nombre de Ciudad,
y se llamase Villa, sujetándola a la ciudad de los Reyes" 1 •
Por ello, repetimos, cuando se trasladó la fundación a su área
actual, Huánuco sólo ostentaba el dictado de Villa; y con un pequeño
cuerpo de cabildantes, con reducida jurisdicción territorial propia y
unos pocos vecinos y encomenderos, cuyo monto así como el de los
indios, daban opulencia a una población de españoles.
Come Villa, de poca importancia política y económica, permane-

1 ANTONIO DE HERRERA: Historia General de los Hechos de lo.1 Castfllanos en las


Islas y Tierra Firmt del Mar Océoano. D;fcada Vl, Libr. VIII, Capt. V, p. 177.
160 HISTORIA D E HU ÁNUCO

ció Huánuco desde fines de 15 39 a principios de 1543; durante h


guerra civil provocada por Almagro el Mozo, contra cuya autoridad
como dijimos, se alzaron sus principales vecinos, proclamando fide-
lidad a la Corona. Concurrieron, por eso, a la campaña de Vaca de
Castro, al mando del propio fundador de la ciudad: Gómez de Al va-
rado el Viejo, que falleciera en Chupas, defendiendo el Estandarte
Real.
Haciendo val·er esto~ méritos, los vecinos fundadores, así como
los llegados con Pedro de Puelles, elevaron memorial o capítu:fo, como
se decía entonces, a Vaca de Castro, para que rrestituyese a Huánuco
su categoría de ciudad, le expidiera ordenanzas para su Cabildo y le
concediera un blasón nobiliario.
Sabedores los vecinos de Lima de las gestiones que se hacían ante
Vaca de Castro, para restituir a Huánuco su dictado de ciudad y pree-
minencias: se opusieron, como lo hicieron con la fundación de Alvarado.
Según Cobo, el Cabildo de Lima, en 6 de noviembre de 1542, "dió
poder a Pedro de Valladolid, procurador de causas, para que ante el
Gobernador contradijiese aquella población, por caer en términos suyos
y estar repartidas aquellas provincias en vecinos deesta ciudad de Lima;
y que en caso que se poblase, pidiese al Gobernador la dejase a la juris-
dicción de esta ciudad; pero ni lo uno ni lo otro alcanzó"~.
En efecto, a las peticiones de los de H uánuco con testó Vaca de
Castro, desde el Cusco, a comienzos de 1543: "En quanto al primer
capítulo en que me pedís os conceda y haga merced de que la dicha
Villa sea ciudad, que se llame e intitule tal y que sea libre y exenta
y no sujeta a la ciudad de los Reyes, por ciertas causas que decís, se
responde que, en nombre de Su Magestad, tengo por bien y mando
que en quanto aquella villa se llame ciudad, que de aqui adelante se
llante la ciudad de León y se instituye tal, hasta tanto que Su Mages-
tad otra cosa provea y en lo demás de la libertad que decís, se prevee
que la ciudad se rija por la orden que se rijieron las villas de San Juan
de la Frontera, Charcas y Arequipa, que se fundaron en términos de
esta ciudad de Cuzco" 3
Referente al blasón, el Gobernador Vaca de Castro concedió a la
ciudad escudo de armas y título nobiliario, que consistían en un León

!! ¡fiE RNA BÉ C oBO: H ist oria de Lima. (Colee. de Historia del Perú. Pub!. por Gonz:ilcz
de la R osa.) T. I, Libr. I, Capt. III, p. 22.
3 Informe del Subdelegado don Benito O lavarriet:i al lntend ent e de Tarma don Juan
.\farb de Gálvez y Montes de Oca. (Manuscrit o N \' 183, año 1787. Biblioteca Nacional de
Lima.) Cit. por R U1l.ÉN VARGAS UG A!l.TE S. J. en fu.náación dr las ciudades di· Trujillo,
G 11 aman ga y Huánuco. " El Comercio", Liml, 6 de junio, 19 37.
Flanco exterior de la Fortaleza de Huánuco el Viejo. (Foto: Teniente Coello.)

Vista interior de la misma Fortaleza de Hu ánu co el Viejo. (Foto: Teniente Ccello.)


Fachada de uno de los edificios qu e tiene dos pasad izos y 4 8 nichos. ( T em plo de l Sol.) Huinu co
el Viejo. (Foto: Teófilo de la Mata Funegra. 195 4.)

...
Aspecto interior de uno de los edificios de
p asa dizos. (Templo del Sol.) Hufou co el
Viejo. (Fo to: T . de la Mata F. 1954.)
CONQUISTA Y COLONIA 161

rampante y coronado, con el lema: León de Huánuco de los Cabatle-


ros. Este escudo y tí tul o conferidos en 1 54 3, acaso el 8 de agosto \
fué, a no dudar, el primitivo nobiliario de Huánuco, como lo afir-
man los. más autorizados y veraces cronistas.
El nombre cLe León, como aparece en el texto transcrito, le dió
el Licenciado Vaca de Castro, en homenaje al Reino de León, en Es-
paña, en cuya jurisdicción estaba Usagre, su aldea natal 5 • Y se la tildó
de los Caballeros, por la nobleza de sangre de muchos de sus funda-
dores y pobladores, que eran hijosdalgos 6 •
A estar por la fecha del documento expedido por el Gobernador
Vaca de Castro, como hemos dicho, Puelles esperó tal providencia
para instalar Cabildo y realizar los demás actos de la repoblación que
se le encomendó. Así se explica que, habiendo arribado a Huánuco
en octubre de 1542, sólo a los tres meses, en 2 de febrero de 1543,
Fuelles nombrara alcaldes ordinarios, regidores, y levantara acta del
reparto de solares, etc., y etc. 7 •

En los últimos días del gobierno de Vaca de Castro, como queda


escrito en el capítulo anterior, se produjo en el Cusco la rebelión
de los encomenderos, encabezados. por Gonzalo Pizarro, a cuyo bando
se plegó Puelles que a la sazón era Corregidor de Huánuco. En tanto,
Juan de Saavedra, en esta ciudad, desconoció a Pizarro, proclamando
la autoridad de La Gasea y la fidelidad a la Corona. Y los vecinos e
indios realizaron campaña hasta Jaquijahuana; recompensándol~ La
Gasea a los «huanuqueños" con repartimientos y otros privilegios.
Años luego, como también tenemos dicho, se levantó contra el
Virrey el Capitán Francisco Hernández Girón; acto que fué recibido

4 Se opina que el primer escudo concedido en 1 H2, fué ratificado por el Rey en
8 de agosto de 1543. Es probable que en esta última fecha, Vaca de Castro otorg:ira
el prim er escudo, a estar por la cronología de los acontecimientos de aquella época.
:'.i ]IMÉNEZ DE LA ESPADA: "Vaca de Castro vino al mundo en la aldehuela de Usagre,
junto a Mayorga." La jornada del Capitán Alonso Mercadillo, etc. "Boletín de la Sociedad
Geográfica de Madrid", T. XXXVII, p. 197.
(! No es verídico que para poblar Huánuco, hubieran venido por orden de Carlos I
de füpaña (V de Alemania), 200 famill.as de la nobleza española, como se sostiene en el
r ollero editado por Pérez Achapuri, y que copian muchos escritores, incluyendo a Mon!eñor
Berroa. Quien haya estudiado la política colonizadora de España en sus colonias de América,
p;rticularmente en la primera mitad del siglo XVI, no podrá afirmar tan curioso hecho.
7 Ver en este libro: Tercera Parte: Conquista y Colonia, Capt. 11: Fundación espa!iola
¿e la ciudad de León de Huánuco.
162 HISTORIA DE HUÁNUCO

con repudio en Huánuco. Y sus pobladores no solamente se declararon


a favor del Rey, sino que equipándose a su propia costa, marcharon
al Cusco bajo el mando de los capitanes Miguel de la Serna, Juan
Tello de Sotomayor y Gómez Arias Dávila, quienes capturaron a
Hernández Girón y lo condujeron a Lima. Pacificando así el alterado
virreinato.
Para el reconocimiento de estos nuevos servicios de los vecinos y
Cabildo de Huánuco a la Corona, se siguió "probanza", conforme
al procedimiento de la época. Y mediante procurador, se solicitó del
Virrey nuevos blasones para la ciudad, y privilegios para sus hijos.
Simbolizando el prendimiento de Hernández Girón por las huestes
"huanuqueñas", el escudo heráldico que hasta entonces ostentaba Huá-
nuco, se modificó con el cuerpo en pie de dicho rebelde capitán espa-
ñol, al que un león con una garra lo tiene prendido del pecho y
con la otra le tira de una cadena que tiene al cuello; y se agregó al
lema primitivo las palabras muy noble y muy leal ciudad. Resultando
el escudo de armas y blasón definitivos de la ciudad: un león ra11ipante
y coronado que hu1n de una garra en el p·echo de un ca/Jitán español y
con la otra sostiene una cadena que pende del cuello del mismo, y el
mote: rrLa Miiy Noble y Muy Leal Ciudad de León de Huánuco de
los Caballeros".
Este nobiliario conferido después de 15 54, fué ratificado en 15 56
por el Rey Carlos 19 ck España (V Emperador de Alemania), gober-
nando el Perú don Andrés Hurtado de Mendoza, 2 9 Marqués de Ca-
ñete. Y fueron los descritos -escudo y títulcr-- los que, desde el
siglo XVI, usó la. ciudad; como lo afirman y atestiguan los más ente-
rados y veraces cronistas y escritores; y así consta en auténticos ins-
trumentos notariales y privados 8 •

* * )~

Al igual que el Acta de la fundación, no se conoce el texto de las


providencias y cédulas reales por las que se le diera y confirmara el
título y escudo de armas de urbe. El tiempo y la actividad de
la polilla, han desaparecido de los archivos el testimonio de los blasones
de Huánuco. De aquí qUte, a su falta, transcribimos el texto de un
Informe Oficial, y nos valemo\5 de las versiones de los aonistas. que,
resistiendo a la crítica, nos merecen fe.

8 El blasón que insert amos en este libro, ha sido confeccionado conforme a la des-
cripci ón de Calancha.
CONQUISTA Y COLONIA 163

Calancha en su "Crónica Moralizada", que publicara en 1638 -a


los casi 100 años de la fundación de Huánuco-, consigna el dato.
"Poblaron esta Ciudad nobles cavalleros i beneméritos conquistadores,
vecinos de gruesas rentas, i por esto se llamava Guánuco de los cava-
lleros, y llamóse León de Guánuco, porque las armas que tiene es un
león coronado ranpante, y tuvo estas armas i nombre, porque el Go-
vernador Vaca de Castro, que la pasó del primer sitio era natural de
León en España; después el valor de sus vezinos añadió otra en presa,
fué aver rendido al tirano Francisco Ernández Girón, y dioles el Rey
en sus armas el cuerpo en pie del tirano, que el león con una garra
tiene asido del pecho, i con otra le tira de una cadena que tiene al
cuello; confirmó estas armas d Rey, dandole título bien merecido
por su lealtad de muy leal y muy noble" 9 •
'El doctor don Hipólito Ruiz, que permaneció en Huánuco de
mayo a julio de 1780, describe, claramente, el escudo que "usaba"
por entonces la histórica urbe. "La ciudad de Huánuco, Caoital de
la provincia, fué fundada y poblada por Caballeros nobles y Con-
quistadores; y por este motivo la denominaron Huánuco de los Caba-
llero<;:. Ll~manla también León de Huánuco, por que las armas de que
usa CJ t::1 L:ó.1 Coronado ... Pero, después que los vecinos Españoles
de Huánuco vencieron al Tirano Francisco Hernández Girón, les
añadió el Rey en sus Armas el cuerpo del Tirano, puesto en pi·~, y un
León con una garra asiéndole del p~cho y con la otra de una Cadena
que Girón tiene al cuello. Además de estos atributos la distinguió con
los de muy noble y muy leal Ciudad de León de los Caballeros, siendo
entonces Virrey el Marqués de Cañete" 10 •
En el informe que, en 1787, el Sub-Delegado del Partido de Huá-
nuco don Benito de Olavarrieta elevara al Intendente de Tarma don
Juan María de Gálvez y Montes de Oca, se ratifican las opiniones ante-
riores. "En conformidad de lo que V. S. me ordenó en esta capital de
Tarma sobre d informe que devia puntualizarle, así de los privilegios
de esta ciudad como de los demás puntos que la engrandecen, me
ha sido preciso desenvolver muchos papeles del oficio de Cabildo
y registro público que hay en ella de los que me he instruido que con
la multitud de años que ha que se trasladó del lugar nombrado Huá -·

V FRAY ANTONIO DE LA CALANCHA: Crónica Moralizada del Orden de San Agus/Írt


en el Pení, Capt. XVIII, p. 892.
10 Relación histórica del viaje, que hizo a los R einos del Pení y Chile el botánic "
D. Hipólito Ruiz en el año 1717 hasta el de 17 8 8 en cuya época regresó a Madrid. T. l .
Cap. XXI. Descripción de la provincia y ciudad de H11á11 11co de los Caballtrr.r.s . n . 1,.d 1: _
164 HISTORIA DE HUÁNUCO

nuco Viejo, sito en el partido de Huamalíes, a este valle, por su tem-


peramento y amenidad, la polilla o carcoma ha destruido los instru-
mentos menos manejables como es la Cédula de aprobación por Su
Magestad, en calidad de ciudad, cuya gracia se le concedió en virtud
de sus servicios y lealtad, por el Excmo. Sr. Lic. Vaca de Castro,
Governador que fue de estos Reinos ... 11 , con todo el lleno de poder
y facultades que sería molestar la atención de V. S. el referirlos y sólo
quedan en el expresado Archivo de Cabildo, en el que además del
susodicho documento de aprobación, se hallan menos cuatro libros
concejiles y contrayéndome a la especial narración de dicho Excmo.
Sr. como asi mismo a otras ordenes reales que comprueban la referid~
gracia y son bastante calificativo de los privilegios de ciudad que le
asisten ... " "En todos los más antiguos documentos se titula la muy
noble y 1nuy leal ciudad de León de Huánuco de los Caballeros, pot
donde se cree que además de aver sido poblada por muchas personas
ilustres se huviese adquirido este titulo con la pacificación que sus veci-
nos hicieron al reyno, quando prendieron la persona del tirano Fran-
cisco Girón y, por el mismo motivo, están sus indios criollos en la po-
sesión de no tributar, de resulta también de haber servido de cargueros
y honderos en aquella expedición, quedando con sólo el gravamen de
que como yanaconas de la ciudad reparen sus calles, acequias y
puentes... "12.
Transcribimos las líneas de otro escritor colonial: el doctor don
,
11 En este espacio se lee: "por Cédula de su Magestad expedida en Monzón, a los
ocho días del mes de agosto de 15 42 años". - Comentaristas apresurados dan esta fecha como
de la expedición del título de Ciudad a Huánuco. Pero es la del poder que le confirió el Rey
a Vaca de Castro, para que pudiera obrar m el Perú, y conceder prerrogativas a las ciudades.
Se dice más, que por cédula fechada en 30 de julio de 1'582, en El Escorial, y firmada por
Felipe JI, se confirmó a Huánuco el título de "Muy Noble, Muy Leal Ciudad de León de
Huánuco de los Caballeros del Perú". Arguyen encuéntrase escrito así en el texto de la
Información seguida con motivo de la cobranza de los propios de la Ciudad , en 17 61;
Manuscrito 18 3 de l'l Biblioteca Nacional de Lima. Cuanto esfuerzo hemos desplegado, l'lo
hemos hallado, fatalmente, la fuente citada, por haberse destruído, dicen, en el incendio de
la Biblioteca de Lima. Y en t anto, no pod<!rnos sostenerla por nuestra parte; y menos viniend•
de gentes sin seriedad investigativa.
12 Informe del Subdelegado don Benito de Olavarrieta, cit. - Fuera del blasón y privi-
legios ganados por la acción y fidelidad de los primeros pobladores en favor de la Corona,
no tuvo otros Huánuco. Salvo los inherentes a toda ciudad y cabildo, conforme a las cédulas
y ordenanzas que especificamc.s en capítulos de este libro, o las funciones propias del Ca-
bildo Indiano. Carece, pues, de verdad cuanto se afirma en el folleto de Pérez Achapnri,
«'ue el Cabildo y Ciudad de Huánuco, tuvo prerrogativas otorgadas por Carlos V. Talts
supuestos privilegios, copian autores modernos como Monseñor Berroa. Mono grafía EclesiáJlic«
de la Diócesis de H11ám1co y J1111fn. (Privilegios concedidos por la Corona a la ciudad M
H uánuco, p. 62.)
CONQUISTA Y COLONIA 165

Mariano Millán de Aguirre, quien publicara un bosquejo sobre los


puntos que tratamos. «La ciudad de León -dice- situada a los 9°5 5
de latitud y 3 5° de Longitud, es una de las antiguas del Reino, habién-
dosela conferido este título por el licenciado Baca de Castro, el que
aprobó el Sr. Dn. Carlos V ... Fué la principal morada de los Con-
quistadores, y de los primeros Caballeros que vinieron al Perú, en
quienes compitió siempre la nobleza y lustre de sus personas con su
zelo y fidelidad a la Corona".
"Así fueron sus más acérrimos defensores en las primeras turbulen-
cias que incitó la perfidia al principio de la Conquista; y en la última,
promovida por el traidor Francisco Hernández Girón, fué tanto el
ardor con que defendieron los intereses de la Monarquía, que no sólo
los vecinos, sino también los Indios del distrito le persiguieron y ataja-
ron transitando a su costa muchas ásperas provincias hasta lograr
aprehenderlo en Xauxa, y conducirlo a esta Capital custodiado con las
compañías de los Capitanes Juan Tello de Sotomayor, y Miguel de la
Serna. Este servicio de tanta monta y consideración captó de tal manera
la benevolencia y gratitud del Soberano, que no sólo concedió a la
Ciudad el título de 1nuy noble, y muy leal de los Caballeros, dándole
por Armas el cuerpo del tirano en pie, asido de una cadena al cuello,
y un León rampante; sino también colmó de ricas encomiendas a los
más de sus vecinos, e indultó para siempre a sus Indios de la paga del
tributo, inmunidad que hasta el dí a conserva, pues aunque en 164 5,
pretendieron los Oficiales Reales de las Caxas que allí existían, hacer
numeración de tributarios, mediante d recurso que entablaron los
naturales en esta Real Audiencia, fueron mantenidos en sus fu.eros y
prerrogativas''.
"Todas estas distinciones, y los singulares privilegios dados poste-
riormente al Cabildo y Ayuntamiento, erigido desde la fundación de
la Ciudad, sostuvieron a ésta aquel esplendor y lustre que la hacían
una de las más suntuosas y célebres del Reyno" 13 •
Tales son, como acabamos de ver, la categoría urbana y el escudo
de armas, coloniales, de la ciudad de Huánuco.

Empero, la falta de textos originales, o por darse mérito a leyenda s


que forja la mente colectiva, o por copiar textos dudosos sin criterio

13 Descripción de la Intendencia de Tarma, por el Dr. D. Mari ano Millán de Aguirre,


" Mercurio P eruano", 27 y 30 de junio de 1793.
166 HISTORIA DE HUÁNUCO

discriminativo y crítico, en fácil y cómoda posesión; se ha atentado


si no contra la autenticidad, contra la versión histórica del blasón de
Huánuco; exhibiéndos·~ escudos apócrifos y alterándose el timbre o
título de la ciudad.
Cabe anotar que, el mayor número de estos comentaristas, han
copiado at literae a Calancha; y modificando su lenguaje han agregado
al Escudo el ave Pilco, o han adulterado fa~chas sin reparar en la suce-
sión de los acontecimientos 14 •

14 Así los frailes franciscanos Manuel de Sobreviela y Vicente Gómez, autores de un


P lano y Escudo de Huánuco, confeccionados en 1797 -y no en 1783, como se afirma-,
agregan al Escudo descrito por Calancha el ave pilco, y pretenden sostener que los españo.!es
dieron el nombre de pilco al terreno y río de la actual ciudad o Huánuco el Nuevo. (Tal
escudo y plano se encuentran en el Museo Javier Prado, de Lima. El Concejo Provincial
<l~ Huánuco usa este escudo dibujado o mandado dibujar por Sobreviela.) Otro que también
usó el Concejo de Huánuco, fué mandado confeccionar por el Sr. Juan E." Durand, en
1901, cuya copia aun se guarda. En éste, que puede llamarse el "esc¡udoi folkl-Orico" de
Huánuco, se ve al ave pilco saliendo de un boscaje, un león rampante que bland e una espada
amenazando a un guerrero en pie, y las ondas del río Huallaga. Todo ello encerrado en
u na cinta ron esta leyenda: "La Muy Noble y Leal Ciudad de León de Huánuco de los Caba-
lleros del Perú". He aquí lo que opina Monseñor Berroa , respecto de él. "Lo que está
muy lejos de la Historia, y, ~ejor, contra la Historia, es la reconstrucción hecha por el
señor Durand: ese escudo no sólo carece de Heráldica, sino que es fruto de una inmaginación
antojadiza." Monografía Eclesiástica de la Diócesir de Huánuco y Junín, cit., p. 34. - L:i
i ntroducción del ave píleo y el timbre adulterado lo han reali zado much cs ap resurados
autores, antiguos y modernos. Entre ellos, lo editado por JAIME BA USETE Y M E~A : "Des-
c ripción Topográfica de la Muy Noble y Leal Ciudad de León de Hu:ínuco de los Caba-
lleros del Perú", "Diario de Lima' ', 13 y 27 de julio de 1793; Opúsculo sobre la ciudad de
Huánuco, por RAYMUNDO TAFUR, 1863; Topografía y Noticias A nt iguas de la Ciudad de
ú ón de Huánuco, publicado por Juan Pérez Achapuri, 1860; etc. y etc. Y la copia indiscri-
m inativa también se ha realizado. El propio Subdelegado Olavarrieta en su Informe al Inten-
dente de Tarma, copia a Calancha desde el acápite que dice " Poblaron la ciudad" hasta "ha
venido en menoscabo ... " - Entre los contemporáneos, Monseñor BERROA, en su Monografía
d a la versión del escudo conforme a Calancha y Caravantes, y opina porque éste es el que
debe usar la ciudad en tanto se halle la Cédula original. Este mismo criterio, que también
es el nuestro, sostiene el Padre Rubén Vargas Ugarte. - ENRIQUE GAMARRA HERNÁNDEZ,
en Nobiliario de las Ciudades del Perú, reproduce el incierto escudo de Sobreviela --el del ave
pilco-- al que ha agregado curiosos ornamentos y el siguiente lema: "La Mu y Valerosa, Muy
Noble y Muy Leal Ciud ad del León de Huánuco de los Caballeros del Perú". Esta versión de
Gamarra Hernández, como los confusos renglones que ha escrito sobre Huánuco, atenta contra
la verdad histórica, y es de los apócrifos escudos de Huánuco. Pese a ello se le ha divulgado
y su autor osa sostener su autenticidad, apoyado en la leyenda que escribiera Soblreviela
en un ángulo del Plano que facturara las manos de su Secretario Fray Gómez. Dicho texto
de Sobreviela es dudoso y lejano de la verdad histórica, si confrontamos sus datos con los
c ronistas antiguos y veraces; o, si se quiere, es la versión de una tradición popular. He
aquí la inscripción de Sobreviela: "El escudo de armas de Huánuco cc.nsiste en un León
coronado, porque el Gobernador Vaca de Castro que la mandó trasladar y poblar, era
natural de León de España. Por el valor con que los de Huánuco rindieron, y a.presarcn
al Tirano Giró11 , se les concedió Pus;cran en sus armas el cuerpo del tirano en pie, a
q uien el Leó n con una ga r ra lleva asido del pecho, y con la otra tira de una cadena que
CONQUISTA Y COLONIA 167

tiene al cuello. Al fin se pone un pájaro llamado Pilco, cuyo 110-mbre se dió al río y
ll'rreno de la ciudad, porque preguntando a los indios los nuevos pobladores sobre el nombre
del pájaro, respondieron: Pi leo". Mcnseñor Berroa ha criticado, fundadamente, el escudo
cuya descripci-On acaba de trascribirse. El que esto escribe refutó, ampliamente, a una
opinión del cusqueño y profesor de Botánica Gamarra Hernández, referente al escudo de
Huánuco pintado por el artista Hinostroza y aparecido con nuestras líneas en "El Comer-
cio" de Lima, de 28 julio de 1951. Refutación publicada en el mismo diario, de 10 de
agosto del propio año: "Escudo y Título Nobiliario Coloniales de la Ciudad de Huánuco". -
Cabe también aquí referirnos al lema adulterado. Jamás se denomin-0 a Huánuco del León,
sino. de León; como derivado no del mamífero así nombrado, sino del Reyno de León,
España, en cuyos lindes naciera Vaca de Castro, quien le dió tal nombre. Todos los escri-
tores antiguos y los propios Escribanc.s del Cabildo de Huánuco, particularmente en el
iiglo XVI, escriben: De León, y no Del León. Y ¿de dónde han tomado ciertos autores
las palabras: del Perú, con que rematan el título de Huánuco? En uno solo de los docu-
mentos, oficiales o particulares, del siglo XVI al XVIII, no se hallan dichas palabras. Ningún
c ronista ni escritor serio o ilustrado copia tal agregata, adulterando. el lema nobiliario de
Huánuco. Mal podrá escribirse del Perú, particularmente en el siglo XVI; porque al Perú
actual, en aquellos tiempos, se nombraba Virreinato de Lima o, comúnmente, los Reinos
,fr l PcrtÍ . Las palabras del Perú, rematando el título de Huánuco, comenz.ó a usarse a
raíz de la Independencia. Quie n primero lo empleó fué el anónimo, cuyo texto -repleto de
falsedades- lo dió :i lu z Pércz f _chap1r:.
CAPÍTULO V

EL CABILDO Y AYUNTAMIENTO DE HUÁNUCO


EL CORREGIDOR DE LA CIUDAD

El C abildo, Ayuntamien to, Justicia y Regim iento. Su. constitución y miembros. Sus fun -
ciones administrativas y judiciales. Su autonom ía y privilegios. Sus ordenanzas, rentas y bienes.
El Cabildo de la Ciudad de León de H uánuco. Su jurisdicción, rentas y bienes. Ventas dr
oficios. Apogeo y decadencia del cabildo huanuqueño. El Corregidor de españoles o Alcalde
Mayo r de la ciudad. Sus atrilntcianes. Su carácter militar. Otros funcion arios ·reales á'e la
citulad. La implantación de las In te11de11 cias en el Perú. La Intendencia 'de Tarm.a. Su juris-
dic;ió n, papel administrativo y di visión política. El Partido o Subdelegación de Huánuco o
de los Chupachas. Nómina de los Corregidores, Intendentes y Subdelegadas de Huánuco .

Pizarro, con la facultad especial que la Corona le concediera en la


Capitulación de Toledo, fundó ciudades y villas; e instaló cabildo en
cada una de ellas.
El Cabildo, en el Perú, se erigió a semejanza del Consejo Castellano,
que, en la Edad Media, se rigiera por fueros especiales, y que fuera
suprimido por el Rey Carlos I. Si se quiere, este organismo ya extin-
guido en España, al ser trasplantado a América, en el siglo XVI, surgió
remozado y vigoroso, particularmente a partir del último tercio de
aquel siglo.
Producida la fundación de las ciudades hasta 1573, el Cabildo o
Ayuntamiento, Justicia y Regimiento de españoles estaba constituído
por dos alcaldes ·ordinarios y por regidores, cuyo número variaba según
la importancia de las ciudades o villas. Desde aquel año, en que Felipe
II promulgara las "Ordenanzas Sobre Descubrimientos y Conquista y
Pacificación", las ciudades debían tener: un alcalde mayor o corregi-
dor, dos alcaldes ordinarios, dos regidores, tres oficiales reales, dos jue-
ces, dos jurados, un procurador general, un mayordomo, un escribano de'.
concejo, dos escribanos públicos -uno de minas y otro de registro-,
un pregonero, un corredor de lonja, dos porteros, si diocesqnea 8 reli -
170 HISTORIA DE HUÁNUCO

giosos; y las villas: un alcalde ordinario, cuatro regidores, un alguacil,


1
un escribano de concejo, un escribano público y un mayordomo •
Si bien este personal era el que especificaba las ordenanzas, en
ningún tiempo en el Virreinato del Perú, fuera de la de Lima, las
ciudades y villas contaron con tales cabildantes.
El Cabildo d·~ la ciudad de León de Huánuco, en su mejor época,
estaba constituído por dos alcaldes ordinarios, cuatro regidores, dos
oficiales reales (tesorero y contador), alférez real, prot,~ctor de natu-
rales, dos escribanos -uno de Cabildo y otro públic<r- y un corre-
gidor o· alcalde mayor y el procurador general. Siendo funcionarios
subalternos: un corredor de lonja, un pregonero, un mayordomo, un
portero y un verdugo 2 •

Los miembros del Cabildo eran elegidos el 19 de en.~ro de cada año,


entre los vecinos más honorables. La designación de alcaldes ordinarios
debía recaer en "hombres ,~xperimentados, o en los primeros pobla-
dores o conquistadores, o sus hijos". Debiendo ser uno de ellos de los
vecinos encomenderos de indios y el otro domiciliario; más, ambos dos,
asentados ,~n la misma ciudad "con una industria o negoc10, con casa
pob!ada", según la expresión de Solórzano Pereira 3 .
1 Co!ecció11 de Documentos Inéditos Relativos al Desc11brimie11to, Conquista y Orga-
nización de las antiguas posesiones espaííolas de América y Oceanía, por Lurs TORRES DE
MENDOZA. T. XVI, p. 376. Ver en el libro El D erecho Indiano, Capt. II, El Estado español
en el siglo XVI, ps. 23 y sigts.
:l Relación de los oficios que se proveen en el Reino del Perú. Juicio de Límites entre
el Perú y Bolivia, T. I, p. 24 5. En este documento se expresa como sigue: ''Provéense en esta
ciud1,1.d dos Oficiales Reales cc.n trescientos pesos de plata ensaiada y marcada de salario en
cada año; tienen boz y boto en Cabildo. Sirven al presente estos oficios: Juan de Saavedra,
el de Contador, y Hernando Ortiz, el de Tesorero, por título del Visorrey don Francisco de
Toledo, confirmado por el Visorrey Don Martín Enríquez. - Elígense en dicha ciudad cada
año dos Alcaldes hordinarios y quatro R·egidores, y hasta agora no ay ninguno proveydo por
S. M. ni por sus Visorreyes; son estos eoficios de poco valor, y ha viéndose de vender se
entiende que valdrá cada Regimiento de trescientos a quatrocientos pesos. - La vara de
Alguacil Mayor de dicha ciudad, se ha nombrado hasta agora por el Corregidor persona
q ue la sirva; proveyó en ella el Virrey Don Martín Enríquez a Joan de Olave; enten-
diose que si se vendiese con bcz y boto en Cabildo, baldrá de tres a quatro mil pesos. -
Ay dos Escrivanos, y el uno lo es del Cabildo, que lo compró de los frailes jerónimos de
Madrid, a q uien S. M. hizo merced dél; tiene confirmaci.ón de S. M.; el otro oficio lo sirve
Hernando Cacalla pcr título del Virrey Conde de Nieva y Comisarios que los acre-
centaron; no consta tener confirmación de S. M. por agora. Se entiende ser bastante número
de Escrivanos; baldrá la Escrivanía pública y del Cabildo tres mili pesos, y la otra mill
y quinientos".
3 Sobre la función del Cabildo Colonial, véase el famoso libro Política Indiana, por
]uAN DE SoLÓRZANo PEREIRA.
CONQUISTA Y COLONIA 171

Era de la incumhencia dd Cabildo y, por tanto, de sus miembros:


el abastecimiento, salubridad, justicia, policía y ornato de la ciudad y
de sus pueblos.
Con tales fines: inspeccionaban los molinos, carnicerías, almacenes;
dictaban aranceles de precios; distribuían el uso de las aguas; velaban
por la conservación de los caminos, tambos, puentes y el aumento y
conservación de los bosques; sostenían y vigilaban las artes y oficios;
nombraban a los alcald,es ordinarios de indios en las ciudades donde
los habían; etc. (En los primeros años de la fundación de las ciudades,
el Cabildo repartía tierras y solares a los vecinos, expidiéndoles títulos,
con la simple obligación de que los favorecidos cumplieran con las or-
denanzas sobre ornato y fábrica).
Hasta 15 8 3, los alcaldes ordinarios, de 1Q y de 2 9 votos, conocían
en primera instancia, de todos los juicios civiles y criminales entre los
español·es, de éstos con indios y entre indios; y los resolvían en defi-
nitiva, siempre que no apelaran de sus fallos. Además) cada año salían
un alcalde y un regidor designados por el Cabildo, a visitar los pueblos
de los indios del distrito de la ciudad y a poner aranceles en ellos.
Durante el tiempo de la visita atendían asuntos de justicia, aunque los
tuvieran los corregidores. Desde el gobierno del Virrey EnríqureZ, se
suprimió, poco a poco, esta atribución que tenían los cabildos desde
la fundación de las ciudades del Perú, entendiendo de ellos los corrre-
gidores de naturales. Y desde entonces, los alcaldes ordinarios conocían
de todos los pleitos, tanto de españoles como dre indios, solamente en
la población sede de Cabildo.
De la sentencia del Alcalde Ordinario o Alguacil Mayor, se apelaba
ante el Gobernador dd Perú, hasta 1543; y desde aquel año a la Real
Audiencia de Lima, en las demandas cuyo monto era mayor de 200
pesos. Pero las apelaciones de juicios de menor cuantía fallado por el
Juez d·c Naturales en las ciudades en donde existía tal cargo, se inter-
ponían ante el mismo Cabildo; y si los conocía el Corregidor, enviaba
los actuados al Protector de Indios de la ciudad, o de la Audiencia.
El Alcaldre Ordinario asumía el gobierno político de la ciudad, en
caso de la muerte del Corregidor. Y como ejecutor y pesquisador de
la ley, debía ir a las audiencias judiciales, prender a los delincuentes
flagrantes, nombrar alcaldes, rondar de noche la ciudad, vdar por la
moralidad pública, etc.
Para su múltiple desempeño y gobierno, el cabildo dictaba orde-
nanzas en sesión plena, y en la que tenía voz y voto el Alférez Real,
con preeminencia a los regidores. Y en estas ordenanzas, que las apro-
L72 HISTORIA DE HUÁNUCO

baba el Virrey, se determinaban las atribuciones de sus miembros, y


las funciones propias del Cabildo; muy particularmente en ellas se es-
pecificaban los renglones que constituían sus rentas, las que provenían
de algunas regalías concedidas por la Corona, que se llamaban «propios";
verbigracia, determinado número de indios que servían en la cons-
trucción de obras públicas, los productos de las nombradas «penas de
cámara" (multas judiciales), ciertos arbitrios -muchas veces de poco
importe- pero indispensable para los servicios de la ciudad y la hi-
giene. Bienes estos que no podían ser vendidos ni arrendados sin previa
licencia del Virrey.
Las sesiones del Cabildo debían realizarse regular y periódicamente,
convocadas por el Alcalde Mayor o Corregidor, o por los regidores.
Debiendo asistir sin espada "los que no tuvi.esen privilegios para ello".
De todos los acuerdos y proveídos, debían asentarse por el Escribano en el
Libro de Cabildo; debiendo también copiarse en él las cédulas, cartas,
oficios y demás comunicaciones dirigidas por el Rey y Virrey al Ca-
bildo 4 •
En el territorio de su jurisdicción, que era el de la ciudad, gozaba
de algunos privilegios y limitada autonomía.
Uno de los privilegios del Cabildo colonial consistía en que el Rey
le comunicaba el nombramiento de los virreyes, de los oidores o miem-
bros de la Audiencia de Lima, comisionados reales, etc. Otro de ellos era
que los corregidores de sus términos o provincias, para tomar posesión
de sus puestos, prestaban fianza y juraban el cargo ante los cabildantes
en pleno. Y por su autonomía el Virrey sólo podía enviar visitadores
a los pueblos de su jurisdicción, mas no a la ciudad.
El Cabildo tenía también la organización de las tropas de la ciudad
o Regimiento, en el que debían formar todos ·1os ciudadanos útiles, en
caso de restablecer el orden o defender la Corona, concurriendo con
sus propias armas: los infantes y los de a caballo.

El Cabildo, Ayuntamiento, Justicia y Regimiento de la Ciudad de


Huánuco de los Caballeros, gozaba de todas las atribuciones y privi-
legios que acabamos de anotar.
En efecto, a más del gobierno político y judicial de la propia urbe,

i Ver el libro del autor El Derecho Indiano, Capt. JI: El Estado español en el Perú
en el siglo XVI: Los Cabildos de los españoles, p. 2 5. R ecopilación. áe Leyes de los Rrlnos'
de las Indias. 1680. T. II, Libr. IV, Tít. IX . .
CONQUISTA Y COLONIA 173

tenía jurisdicción sobre los corregidores de Huamalíes, Tarma o Chin-


chaycocha, Huaylas y Conchucos, por ser ellos corregidores de indios,
y los mismos que prestaban fianza y juraban ante su Ayuntamiento.
Y su jurisdicción o mando político comprendía los territorios de dichos
corregimientos, a los que se agregó Cajatambo, a principios del siglo
XVII, y el inmenso territorio de Rupa-Rupa, que se extendía hasta "300
leguas al norponiente y oriente" de la ciudad de Huánuco. Pero, con
el correr del tiempo, sólo les quedó a los corregidores de españoles de la
ciudad, la autoridad de jueces de apelación en primera instancia y la
regalía de recibir en su Cabildo a los corregidores de las expresadas
provincias. Mas, todos estos privilegios, terminaron prácticamente al
implantarse las Intendencias.
Tal particular lo expresa Ruiz, por 1780. "Los corregidores de Huá-
nuco tenían antes jurisdicción en las Provincias de Huamalíes, Huay-
la~, Conchucos, Chinchaycocha, Caxatambo y Tarma, pero desde que
é~tas se hicieron Provincias sólo les quedó la autoridad de ser Jueces
de apelación en primera instancia y la regalía de irse a recibir a su Ca-
bildo los Corregidores de las expresadas Provincias. Todos estos pri-
vilegios se acabaron antes de establecerse las Intendencias; y en el dí~
pasa a recibirse el Subdelegado de Huánuco a la Villa de T arma, como
capital de aquella Intendencia, y también a las Reales c~xas de Paseo" 6 •
Las líneas precedentes nos sirven para afirmar que, en el período
Colonial, particularmente en su vida económica, el organismo del Ca-
bildo de Huánuco pasó por etapas de apogeo y decadencia. El apogeo
del Cabildo huanuqueño, diremos así, como el de todos los del virrei-
nato, abarcó de 15 40 a 15 90, en que vino su decadencia. Pues, aunque
desde 15 40 comenzó la ven ta de los oficios concejiles, por Cédula de
29 de noviembre de 1592, para cubrir los gastos de la guera que sostenía
con los turcos, Felipe JI ordenó vender por vidas los alferazgos y al-
guacilazgos mayo.res, con todos sus privilegios. Estas ventas, que se
realizaban en pública subasta, debían tener confirmación real dentro
de tres años.
Por aquel tiempo, era ya exigua la renta de nuestro Cabildo. Para
procurarle ingresos, le fué otorgado por el Rey, antes de 1570, las penas
de cámara: costas y multas que imponían los tribunales de justicia. Al
respecto, dice Toledo: "en lo que de las penas de cámara y novenos
e5tas penas de camara he hallado que vuestra majestad ha d ado a mu-

5 Relación histórico del viaje qur hizo o los reinos del Perú y Chile el botánic1
D. Hipólito Ruiz, etc., cit., T. I, Capt. X.XI, p. H3 . (Descripción de la provincia y ciudad
de Huánuco de los Caballeros.)
l74 HISTORIA DE HUÁNUCO

chas ciudades como son Lima, guanuco, arequipa y otras entiendo que -
el fundamento a sido falta de dotación de las dichas ciudades para
obras públicas" 6 •
En 1620, en la ciudad de Huánuco, se hallaban v.endidos casi todos
los oficios de Cabildo. La vara de Alguacil Mayor la había comprado
don Pedro de Soto por 8.775 pesos, a cuya muerte pasó a Luis Zeballos
que abonó por el tercio 6.7 5O pesos de a 8 reales; el Alferazgo lo había
obtenido Hernández de Chávez por 2.000.00 pesos, pasando luego a
don Cristóbal García de Aragón; los cargos de Regidores los habían
comprado don Antonio de Garay, Pedro de Bivar y Guzmán, Juan d.e
la Serna Montalvo y Fernando de Torres, por 600 pesos. El cargo de
Escribano Público lo adquirió don Gabriel Martínez en 6.000 pesos,
renunciando a favor de don Francisco Cabello de Miraval; el de Escri-
bano de Cabildo lo compró don Juan de Orbeta, y a su muerte lo ad-
quirió don Lope Bustillos en 2.000 pesos. Los oficios de Procurador
General, Mayordomo y Corredor de Lonja, no se vendieron; y se arren-
daban por la renta de 2 5 pesos. A mediados del siglo XVII, 167 3, se
expidió por el Rey título de Alférez Real de la ciudad de Huánuco a
favor de don Antonio Gallego, previo abono de 15 O pesos, aparte de
los 800 pesos en que se remató dicho cargo, cuyo anterior pos.~edor fué
don p,~dro V ar gas 7 •
Desde aquellos años de fines del siglo XVI a 1820, el Cabildo de
Huánuco llevó, pues, un largo período de vida decadente, rutinaria
y burocrática.
Sus miembros se reun ían p ara celebrar la fecha de la fundación de
la ciudad, la ascensión <11 trono del Rey o toma de posesión del Virrey,
fostejar tardíamente la victoria alcanzada por. las tropas de la monar-
quía en las guerras de la Corona, recibir nuevos corregidores de sus
provincias o dar lectura y jurar, acatándolas, las cédulas de S. M.
Sus atribuciones, a la par que su importancia, como ya dijimos, se
redujeron más todavía con la creación de la Intendencia de Tarma,
trnsladándose la capital polí·tica d,~ tal jurisdicción al pueblo de Santa
Ana de Tarma, donde se creó Cabildo correspondiente a su categoría
de Villa, en 1789, durante el gobierno del Virrey don Teodoro de Croix,
a solicitud del Intendente don Juan María de Gálvez y Montes de Oca
e informe del Visitador Escobedo.
Por esos años, el Cabildo secular de Huánuco se componía de: "12

6 Carta del Virrey don Fran cisco de Toledo a S. M. sobre m aterias de gobierno, hacienda,
etcétera, Cusco, 1572. Gobernantes del PcrlÍ. Cart-as y P a¡::eles. Siglo XVI. T. IV, p. 3 96.
7 B ER RO A : Monogr afía Eclesiásfíca de la Diócesis de Huánuco y Junín, p. 62.
CONQUISTA Y COLONIA 175

Regidores perpetuos, un Subdelegado y dos Alcaldes de primero y se-


gundo voto, que anualmente nombra el Cabildo, eligiendo p ar a de
primer voto al que lo fué al año anterior d e segundo. El Juez de Aguas
y Procurador se nombran anualmente, como también los Alcaldes y
Regidores de Indios, por el dicho Cabildo secular" 8 •
En 179 3, el Cabildo de Huánuco tenía dos regimientos. Dice el
cronista: "uno de infantería que fué creado el año de 1762, y consta
de un Batallón y nueve compañías, con la fuerza de 693 plazas. Plana
Mayor: Coron el, Don José de Jáuregui; Teniente Coronel, Don José
Vidurrizaga; Sargento Mayor, Don Juan Esteban Durán. Otro Regi-
miento de Caballería, creado en 1769, y consta de dos escuadrones con
tres compañí as cad a uno y f uerza d.e 3 00 olaza<;. Plana Mayor: Coronel,
Don Christóbal Zavala; Teniente Coronel, Don Francisco Javier Ximé-.
nez; Sargento Mayor (vacante)" 9 •
Un comentarista de fines del siglo XVIII, ~ e expres:l de la decaden-
cia del Cabildo huanuqueño: "La policía había llegado al sumo grado de
decadencia, pues aun el Cabildo Secular sólo contaba unos pocos Regi-
dores que lo eran en el nombre; pero no en el ejercicio, y sus respec-
tivas atenciones. Estaban vacas las más varas; y la sala de Ayuntamiento
se abría tan solamente en cada año para celebrar la elección de un
Alcalde Ordinario, sin que hubiese en el tiempo restante otro congreso.
Por tanto era desatendida la civilidad, el arreglo de las calles, la com-
postura de los caminos, y toda especie dre obras que contribuyen al
decoro y comodidad de las poblaciones. La venta privilegiada de Propios,
al paso que se iba deteriorando, se invertía sólo en unos gastos ridículos
y abusivos, concurriendo de esta suerte a todas las circunstancias re-
feridas a la ruina total de esta ciudad. Mas el tesón y empreño del Señor
Ex-Gobernador Intendente Don Juan María de Gálvez, en el ti~mpo­
de su Visita reformó estos perniciosos y envejecidos desórdenes, inte-
grando el número de Capitular.es, estableciendo dos Juntas semanales
en los días martes y sábado, para discutir y determ in ar los objetos de
civilización, y buen gobierno, arreglan do el caudal de Prop ios, que en el
día esciende a 719 pesos, y designando al Depositorio general don Asen·-
sio Marín, en consorcio del Procurador general de la Ciudad, para que ·
reconociesen prolixa y exactamente todas las fincas, av.eriguasen su par-

8 R uIZ : Relación histórica del viaje, etc., cit., C apt. c it ., p. 14 3.


9 Descripción topográfica de la M. N. L. ciudad de León de Hu ánuco, et c. "Di ri<,
0

de Lima", 13 a 27 de julio de 179 3.


176 HISTORIA DE HUÁNUCO

ticular situación, extensión y proporciones, los documentos de los po-


seedores, y los arrendamientos que contribuyen" 10 •
(Pese a su decadencia, el Cabildo huanuqueño, como todos los de
las colonias de España, realizó una verdadera descentralización del po-
der absorbente de la Corona. Por este papel con que estuvo investido,
fué la piedra angular de la administración colonial, e imprimió un sello
particular, una conciencia local a los hijos de la ciudad. Conciencia
que, apoyada en el pueblo, se manifestó pujante por la causa de h
libertad, en comienzos del siglo XIX, en los «cabildos abiertos" qm~
convocara).

* * *
Fundadas las ciudades del Perú, la autoridad que en ellas represen-
taba al Gobernador General Pizarro y por ende a la Corona, era el
Teniente-Gobernador o simplemente el Gobernador de la Provincia.
Éste ejercía tácitamente, la función de los Corregidores en la Penínsuh.
Por eso, la Corona ordenó en el Capítulo XXI de las Nuevas Leyes de
1542, como en otras cédulas, que «los corregidores se rijan por las or-
denanzas y pragmáticas y demás de los Corregidores de Castilla".
Reforzando y particularizando el mandato real, los virreyes, desde
el siglo XVI al XVIII, diotaron provisiones pertinentes a tales cargos.
Como lo exigía la distribución y calidad de las poblaciones del Perú,
existían corregidores de españoles en las ciudades y villas, y corregi-
dores de los naturales o indios en los pueblos de éstos.
Nos ocuparemos del Corregidor de españoles, dejando p ara más
adelante el de los indios.
El Corregidor o Justicia Mayor, nombrado por el Rey o el Virrey,
cuyos salarios se abonaban de las rentas de la Corona; desempeñaba
especiales· funciones.
Como representante del poder real, era el jefe político-militar de la
provincia, residiendo en la ciudad o .. cabeza de corregimiento", de h
que no podía ausentarse sin previa licencia escrita. Estaba obligado a
realizar comisiones que le encomendaba el Virrey o la Audiencia, sin
cobrar peculio alguno; a recorrer el territorio de su mando, siquiera
',ma vez durante su gobierno, visitando los pueblos, tambos, caminos,
'nesones, que provistos debían existir en los centros poblados por indios;
~ impedir que se edifiquen iglesias, monasterios u hospitales sin licencia

10 Descripción de la fotendencin de Tarma, por el DR. D. MARIANO }.fiu.,ÁN PI


.!\GUTRRE. " Mercurio Peruano" , 27 y 30 de junio, 1793. Fol. HO .
CONQUISTA Y COLONIA 177

previa; y no permitir que el Juez Eclesiástico pudiese prender a seglar,


sin su auxilio.
También estaba facultado para apresar a los rebeldes y a los espa-
ñoles casados que no vivían con sus mujeres, poniéndolos, con sus res-
pectivos sumarios, a disposición del Virrey o de la Audiencia.
Debía llevar matrícula de los mineros y plateros, para efecto de
recaudar el quinto de plata que le correspondía al Rey; debiendo re-
mitir relación sobre el particular, cada seis meses, a los oficiales reales.
Tenía atribución para nombrar a un Receptor de Multas, con registro
especial de la inversión de las mismas; e intervenir en defensa de los
bienes de menores, poniéndolos en buen recaudo y administración. Pero
no podía nombrar ni Teniente ni Juez de comisión, ni dar empleo a
sus parientes; tratar sobre negocios, casarse ellos, sus hijos y tenientes,
en su distrito.
En su rol de Alcalde Mayor, podía convocar a Cabildo o regi-
miento, «para tratar sobre justicia y administración de la ciudad". Como
Justicia Mayor, era juez en todos los «pleytos y negocios, civiles y cri-
minales que se sucedían y recrecían" en el Corregimiento, así entre
españoles como entre indios. Y como representante del Virrey, ejercía
d mando de las tropas o regimiento.
Particularmente en los juicios civiles entre indios, en cuantía ma-
yor, conocía los que entablaban indios comunes o sus pueblos sobre
cantidad de pesos, tierras o usurpaciones de parte de los encomenderos.
En los autos criminales debían castigar, con todo rigor, los «pecados
públicos"; condenar a los esclavos prófugos, resolver los agravios de los
españoles a los indios, mestizos y mulatos; fallar los procesos que, en
apelación, le subían de los jueces de naturales o alcaldes de indios. En
los casos de dictar pena de muerte o perdimiento de miembro, antes de
su ejecución, estaba obligado a remitir los actuados, en revisión, a la
Audiencia, si el reo era español; y si indio, al Protector de Naturales,
exista o no apelación.
Asimismo escuchaba pleitos en sus visitas. Pero los juicios comen-
zados durante ellas, debían ser terminados por el Alcalde Ordinario.
Los procesos que conocía, y que despachaba en los locales de las
cárceles, debían ser de procedimiento sumario; cuidando ser recto e
insobornable en sus fallos. De sus resoluciones o sentencias, cuando el
monto era mayor de 20 pesos oro, si se itrataba de pena grave, se ape-
laba a la Audiencia, ante la que podían quejarse los agraviados por
retardo de administración de justicia.
Para desempeñarse en sus funciones con criterio ilustrado, tenía a
L78 HISTORIA DE HUÁNUCO

su lado un Teniente Letrado o Teniente de Corregidor, examinado por


11
la Audiencia y nombrado previa licencia del Virrey •
El Corregidor de Españoles de León de Huánuco, ganaba anual-
mente, 2.000 pesos de «plata ensayada y marcada"; que se le abonaba
de la Real Caja de la Ciudad, establecida en 15 68. Esta suma se redujo
a l. 500 pesos, que cobraba en la Real Caja de Paseo, a donde se la tras-
ladó, en 1669, a raíz de habrerse descubierto los minerales del Cerro de
San Esteban de Y auricocha.

En toda población de españoles existían, además, otros funcionarios


que representaban a la Corona; tales: los oficiales reales, el Alférez Real,
el Alcalde de Minas, el Protector de Naturales.
Los oficiales reales que cuidaban la Caja Real, administrando las
rentas de la Corona, eran nombrados por el Rey. (De ellos nos ocupa-
remos aparte.)
El Alférez Real era el portaestandarte del signo real y tenía premi-
nencia en el Cabildo.
El Alcalde de Minas que era el Corregidor, donde no había dicha
autoridad, debía remitir, semestralmente, a los oficiales reales la relación
de los quintos de las minas y encomiendas, el importe de los tributos y
demás impuestos recaudados. Llevaba también el Registro o Catastro
de las minas, de las posesiones otorgadas; cuidaban de la conservación,
reparo y buen estado de ellas para el trabajo saludable de los indios.
Exigía se cumplan las Ordenanzas de Minería y, de modo especial, de
las minas pertenecientes a la Corona. Conocía de los pleitos sobre las
minas y de las denuncias de los indios sobre malos tratamientos y
abono de sus jornales 12 •
Representaba también al Rey el Protector de Naturales, quien debía
velar en defensa y conservación de los indios, en los términos de la
ciudad y pueblos.
En la Ciudad de León de Huánuco, existían los siguientes oficiales
reales: Factor y Veedor, el Protector de Naturales -que según Vásquez
de Espinoza ganaba 1.000 pesos- y el Alférez Real. Hasta el siglo
XVIII despachaba en la ciudad el Alcalde de Minas. Cada oficial real

11 J ERÓ NIMO CASTILLO DE BoBADILLA: Política para Corregidores y Señores de Va sc1-


ll os en t iemPo de paz y de guerra.
12 Ordenan zas de Minas, Colee. Ordenanzas Ballesteros, cit. , p. 150.
CONQUJST A Y COLONIA 179

tenía una renta de 300 pesos de plata; el Protector de Naturales, 400


pesos; y un Cirujano, 250 pesos, que abonaba la Audiencia de Lima ;rn.

El sistema político-administrativo con que se implantó el Virrei-


nato, en el siglo XVI, resultó ineficaz con los años. Yendo tanto
en desprestigio del régimen, como en desmedro de la renta de la Corona
española. Por eso, en el siglo XVIII, se introdujeron reformas que culmi-
naron con Carlos III. Bajo el reinado de este monarca, en lo financiero
se crearon los Tribunales de Cuentas, las Aduanas, el Consulado,
la Junta Superior de la Real Hacienda; y, en lo político, se dió nueva
planta al Consejo de Indias de la Metrópoli, se crearon los virreinatos
de Santa Fe y Buenos Aires, y se implantaron las Intendencias de Ejér-
cito y Hacienda y las Intendencias de Provincias.
Esta última institución que terminó con los corregimientos, dió
nueva organización político-administrativa a la Colonia; variando las
atribuciones de los virreyes y la autoridad rentística de los cabildos.
Particularmente en el Perú, la supresión de los corregimientos y por
ende, los cargos de corregidores, tuvo gran trascendencia social. Pues,
los corregidores de indios, en especial, habían llevado a los extremos
la corrupción administrativa y la inhumana explotación d,e sus "vasa-
llos". Posponiendo las reales cédulas y las órdenes de los virreyes, se
habían convertido en autoridades omnipotentes y verdadero flagelo
de los indios. Sobre todo, comerciando en el Corregimiento, succio-
naban a los desamparados indios con las llamadas "derramas" o "re-
partos", que consistía en la venta, a precios fabulosos y casi por
la violencia, de mercaderías superfluas, como lentes, medias de seda,
espejos, etc.
Las continuas denuncias de los visitadores y, sobre todo, la san-
grienta sublevación de José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru 2Q,
-1779-80-, en el Cusco, provocada por tales abusos, obligó a Car-
los II implantar en el Virreinato de Lima el régimen de Intendencias,
como sre había hecho en Buenos Aires.
En 1784 el Virrey don Teodoro de Croix y el Visitador y Super-
intendente de Hacienda don Jorge Escobedo, lo establecieron en el
Perú. La demarcación intendencia! se hizo sobre la base de la eclesiás-

13 Estos últimos datos los hemos tomado de la Monografía Eclesiástica de la Di6ctsis


de Huánur:o y Junín, p. 60. Ignoramos de dónde lo copió su autor. ~ H1PÓLITO Rmz:
Relar:ión histórir:a del viaje, etc. , T. I, Capt. XXI, p. 143.
l80 HISTORIA DE HUÁNUCO

tica que, desde tiempo atrás, había dividido el territorio en jurisdic-


ciones determinadas.
El plan de Croix fué sancionado por el Rey el 20 de enero de
1785, quedando establecido dentro de los linderos del Virreinato de
Lima, las siguientes intendencias: Lima, Trujillo, Huamanga, Huan-
cavelica, Cusco, Arequipa y Tarma; cada una de ellas al mando de
un intendente 14 • Éstas se dividían en Partidos o Provincias o Subde-
Jegaciones, gobernados por un Subdelegado; los que, a su vez, se subdi-
widían en Doctrinas al mando de un Caciqu.~ o Principal, y estas últimas
en Pueblos anexos, bajo la autoridad de un Alcalde.
Según la "Real Ordenanza para el establr:.~cimiento e Instrucción
de Intendentes de Ejército y Provincia" iL5 -dictada por el Virrei-
nato de Buenos Aires en 28 de enero de 1782, hecha extensiva al Perú
en 1784- y la "Real Ordenanza de Intendente" de 1803, la primera
autoridad política de la Intendencia era el Gobernador-Intendente, que
ejercía las funciones de justicia, hacienda, policía y guerra. Tenía a
s:? fo::l.o t:n As~s or Letrado o Teniente Asesor, el que orientaba los
asuntos de gobierno, particularmente el hacendario, y rr~emplazaba al
Gobernador-Intendente en caso de ausencia, muerte, etc. Este funcio-
nario tenía, además, competencia en todas las causas judiciales de la
Intendencia, y de cuyas resoluciones se apelaba a la Audiencia. También
conforme a dichas ordenanzas, la facultad de vender tierras del Juez
Privativo de Remensura pasó al Gobernador-Intendente, bajo control
de la Junta Superior de la Real Hacienda, que se instaló en 1784;
venta que se efectuaba conforme a la Real Instrucción de 15 de octu-
bre de 1754 y por la misma que podía delegarse tal facultad a los
Subdelegados.
El Subdelegado, que reemplazó al Corregidor, dentro de su Partido
ejercía funciones de orden policial, hacendario, militar y judicial. El
Gobernador-Intendente podía designarlo y removrerlo a su voluntad,
según las necesidades de la administración; pero siempre dando cuenta
al Virrey.

: :· * *
La Inten dencia de T amia se formó con los territorios de los corre-
gimientos de la Ciudad de Huánuco, más el de Jauja. Y comprendía

l4 Posteriormen te se agregó la Intendencia de Puno, segregándose del Virreinato


de Buenos Air es.
15 Es t a R eal Ordenan za sufrió modificaciones por la Declaración de 5 de agosto
1'c ! 7 ~ 6.
CONQUISTA Y COLONIA 181

los partidos o subdelegaciones de: Tarma, Jauja, Huánuco, Huamalíes,


Conchucos, Huaylas y Cajatambo. Años después se creó el Partido de
los Panatahuas, y luego el de Chavín de Pariarca.
Se designó como capital de la Intendencia al pueblo de indios de
Santa Ana de Tarma, la anterior "cabeza" del Corregimiento del mismo
nombre; dándosele la categoría de Villa y como a tal proveyéndosela de
un Cabildo o Ayuntamiento compuesto de un Aiférez Real, Alguacil
Mayor, Alcalde Ordinario, Depositario General y Subdelegado. Y para
dotarle de rentas, que carecía, a solicitud del Intendente Gálvez y Mon-
tes de Oca y con ayuda del Visitador Escobedo, se cn~ó también el
Ramo de Mojonazgo 16 • (No se sabe por qué razón se propuso a la anti-
gua ciudad de rango del centro del Perú, como lo era Huánuco). En
1821, el personal d,~ la Intendencia estaba constituído así: Int·endente,
Tesorero, Contador, Ensayador, Administrador y Asesor.
En 1790 la Intend·encia de Tarma extendía su jurisdiccicSn sobre
362 leguas de longitud y 214 de latitud. Comprendiendo: 1 ciudad,
2 villas, Paseo y Tarma, 79 doctrinas y 203 pueblos; habitados por
201.259 almas, de ellas: 229 clérigos, 127 religiosos, 15 beatas, 15.939
españoles, 105.187 indios, 78.682 mestizos, 844 pardos libres y 236
esclavos.
En el mismo año de 1790, el Partido o Subdelegación de Huánuco
o de los Chupachos, que tenía por capital la ciudad de León de Huánuco,
contaba con una población de 16.826 almas, entre las cuales: 9 clérigos,
30 religiosos, 15 beatas, 6.000 españoles, 7.598 indios y los restantes
de las castas de los mestizos y esclavos. El Partido comprendía 4 doctri-
nas y 17 pueblos. Las doctrinas eran: Huánuco, con dos curatos, uno
de españoles y otro de indios, con sus anexos: Rondos, Malconga;
Huácar, anexos: Ñausa, Chaulán, Cayrán, Conchamarca; Santa María
del Valle, anexos: Chinchao, Acomayo, Churubamba, Llacón, Pacha-
bamba, Quera, Pumacucho, Cani, Pillao, Panao 17 •

;:. ::- .:...

Desde 15 39 a 1784, en que se creó la Intendencia de Tarma, más


de 100 corregidores gobernaron Huánuco. Subrayemos que ellos, como
16 Jarama, Tarama o Tarma que fué un tambo desde la época de Vaca de Castro,
se fundó como pueblo de indios en 1 571. Por su situación geográfica, clima y bastimentos
fué residencia del C orregidor de Tarma o Chincha; cocha. Pero Federico Philipps, sostiene
el error de que tuvo fundación española como ciudad. Fundación de Tarma. "Revista Histó-
rica". T. III, 1908, p. 29.
17 Descripción del Pení, por TADEO HAENKE. Descripción de la Intendencia de Tann:i.
p. 193. - Relación del l'iaje, etc . .le Rurz, Capt. XXI, p. 140.
182 HISTORIA DE HUÁNUCO

Corregidores de Españoles, tenían autoridad sobre todos los españoles


que residían en los corregimientos dre indios de la ciudad.

18
CORREGIDORES DE LA CIUDAD DE LEÓN DE HUÁNUCO

SIGLO XVI

Teniente de Gobernador Capitán Gómez de Al varado el Viejo . . . . . . . . . . . . . 15 39


García de Alvarado (por don Diego de Almagro el Mozo) . . . . . . . 1541
Corregidor Capitán Pedro de Puelles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1542 - 1543
Jerónimo Villegas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1543
Francisco de Espinoza (por Gonzalo Pizarro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1544
Diego de Carbaj al (por Gonzalo Pizarro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 4 5
Capitán Juan de Saavedra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 47
Antonio de Garay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ....... · ·............ 1549 -1550
Diego de Porras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 57
Licenciado Diego Alvarez S·ierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 60
Muy Magnífico Señor Jerónimo de Silva . . . . . . . . . . . . . . . . . 1562
Juan Ramírez Zegarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 63
Juan Maldonado de Buendí a .............. .......... · · . . . . . . . . . 15 69
Ilustre Señor Luis Fernández de Córdova y Carb ajal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1573
Ilustre Señor Pedro Gonzáles de Mend oza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1577
Diego Alvarez .............. . ............ .. . .. . . . ........ · · . . . . . . . . 1589
Rodrigo Cantos de Andrada .......... . . ....... .. ... · · . . . . . . . . . . . . . . 1589
Juan Gonzáles Rincón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1593

SIGLO XVII

Capitán García Pared es de Ulloa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1600


Maese de Campo Luis Blásquez de Valverde . . . . . . . . . . . . . 1614
Doctor Cristóbal García Rivaden eira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1615
Fernando Irrazával y Andía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1617
Maese de C. Alonso de Mendoza Castaño y Aragón ·.............. 1624 - 1625
Juan de Isáciga .................. ............... 1626
Juan Verdugo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1628
Pedro Sáenz de Mañorca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 2
Maestre de C. Juan de Guzmán y Luna . . . . . . . . . . . . 1632
Maestre de Campo Jorge Rivera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1634
Maestre de Campo Pedro de Bedoya y Gueva ra . . . . . . . ........ 1641
Maestre de Campo Diego de Aguero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1643

18 La nomina que copiamos más r.rriba, es sacada de Monogrnfía Eclesiástica del


DT. B E RROA, quien dice: "La lista de Corregidores que aquí publicamos, la hemos formado
tomando los nombres de la lectura de diversos documentos notariales y las fechas corres-
ponden al día en que firmaron el documento autori2íado; de modo que no sabemos a punto
fijo el día en que se haría cargo del puesto, ni tampo·c o el d·e su camlbio". P. 62. Nos-
otros hemos agregado a dicha lista muchos nombres sacados de títulos de las comunidades de
indígenas, de uno que otro libro de Cabildo de Huánuco, y de otros documentos oficiales
y notariales.
CONQUISTA Y COLONIA 183

Maes t re de Campo Jorge de Rivera Caballero de la Orden de Santiago . . . . . l 646


C rist-Obal de Sandoval y Roja C. de la O. de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 649
G eneral M ar tín de Negreiros lzarreta . .. . .. . .. . .. .. . .. . .. .. .. .. . .. .. . 1550
~Iaestre de C. Francisco Messia y Ramón ...... , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1653
l\hestre de Cam po Juan de Castilla y Alarcón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 65 6
San cho de Castro y Verdugo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 662
M aese de Campo Francisco Messia y Ramón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1665
M arqués de Villar del Tajo .. ... .. . .... ........................ 1668 - 1671
D:ego Ordoñes Sarricolea y Zamudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 674
Jerónimo de Castro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 677 - l 678
General Andrés A ntonio de la Torre y Rozas, Caballero de la O. de Alcántara 1680
Sargento Mayor Ambrosio Ruiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1692
Sebastián de Aguero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 681
General Nuño Espínola Villavicencio, Caballero de la Orden de Alcántara . . 168 8
C apitán Tomás de Beramendi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1692
Ambrosio R uiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 5
Bernardo F'ernández de Ojeda y Medinilla, Caballero de la Orden de Alcántara l 696
Capitán Rodrigo Fernández de Córdova........................ . . . . . . . 1697

SIGLO XVIII

Jua n de la Serna M ont alvo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1701


Jerónimo Monforte y Vera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 713 - l 7 l 5
Maestre de Campo Diego de Arce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 717 - l 719
M aestre de Campo don Juan T ello de G uzmá n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1721
G eneral Juan J osé de Inclá n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 722
Francisco Pérez Anumola . . . . . . . . . . . ...... . ................ · · . . . . . . 1723
General Juan José de Inclán .... ... . .. ........................ 1724-1730
Ju an Bautis ta de Zabala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . l 73 O
G eneral Francisco Pérez de A nunciata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1742
Bernardo Tello de E strada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1747
M artín de Negreir cs lzarret a ................................... .. .. . 1750
Pedro José de Loyola y Rojas ............... .. ...................... . 1752
Juan Ignacio de Nalvarte ................. ........................ . 1756
Fernando Tello de Estrada ............ . ............... · · ........... . 1758
Pedro Francisco Oróstegui ......... .. ......... · ...... · ........ · · ... . 1759
J uan Manuel de Herrera . ................. ... · ....... · · ....... · · .. . 1771
Lorenzo Gonzáles de Córdova ... . .................... · · · ...... · · . · .. 1775
E ugenio Gonzáles de Peralta ....................................... . 177 8
F rancisco Castri!J.ón y Arango .............. · · .. · . · · · · · · · · · · · · · · · · · 1779
José Loyola y Estrada .... .. ............................... · · ..... . 1780
Pedro de Vallejo Cano ............................... · · · .... · • ... . 1781
J uan Facundo de Zalayeta ..................... · · · · . · . · · · · · · · · · · · · . 1782
184 HISTORIA DE HUÁNUCO

INTENDENTES Y SUBDELEGADOS DE HUÁNUCO

El primer Intendente de Tarma fué el Coronel don Juan María de


Gálvez y Montes de Oca rn, nombrado por el Rey a propuesta del Virrey
Croix -178 5- y quien desempeñó el cargo, brillantemente, hasta
1791. Le sucedieron:
Don Francisco de Castillo y Valcárcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1791 - 1796
Capitán Ramón de Urrutia y las Casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1796 - 1804
Demetrio O'Higgins . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 O5
José Gonzálcs de Prada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 181 l - 1821

El primer Subdelegado del Partido de Huánuco o de los Chupachos,


fué el Teniente Coronel don Cristóbal de Zavala, 178 5. Le siguieron en
el cargo:

Beni.to de Olavarrieta . . . . . . . . . . . . . . 1787


Coronel Lorenzo Anton io de Cárdenas 1788
Cristóbal de Za va la ... ... . . ... . ..... ... .......... .. ...... . 1789
Josef Jordán y Mosti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1793 -1797
Sargento Mayor Diego García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1812
Dr. Pablo Travitazo . . . . . . . .. . . .. . .. . . . . . .. . . . . . .. . . 1816
Manuel Berrospi ........... . ................................... . .. . 1819
Eduardo Lúcar y T orre 1820

rn Según Mendiburu, el Coronel don Juan María de Gálvez y Montes de Oca, natural
de Ecija, comp rensión de la ciudad de Andalucía, España, v.ino al Perú como Secretario de
Cámara del Virrey don Agustín de Jáuregui. Fallecido éste continuó en el mismo cargo, al
lado del Virrey don Theodoro Croix, bajo cuyo gobierno fué designado Gobernador-lntenden te
de Tarma, cargo que desempeñó desde 1785 a 1791. De Tarma pasó a Lima, donde casó con
doña Josefu de la Riva Agü•e ro, hija del más tarde Mariscal Riva Agüero, Presidente del Perú.
Desempeñó también el cargo de Intendente de Huancavelica. Dejó descendientes en Lima .
Gálvez, en compañía del Dr. Bartolomé de Bedoya, su Teniente-Asesor, visitó parte del terri-
torio de la Intendencia, particularmente la ciudad de Huánuco. Gálvez dotó a Huánuco
de agua potable, mediante una pila en el centro de la Plaza de Armas y de 4 piletas en las
esquinas de la misma. Bajo su administración se construy-0, también, la Alameda del Patro-
cinio; a.sí como se llevó a cabo la venta, remensura y composición de tierras a particulares,
municipios, Iglesias, comunidades de indios; la apertura de la Vía Sobreviela a Monzón, por
la ruta de Cascay, Huar'apa, Ramosnio y Playa~Grande; mandó trazar mapas de la Inten-
dencia 'Y de la Ciudad de Hu:ínuco que fueron confeccionados por Fray Manuel de Sobreviela y
Fray Vicente Gómez;. Y finalmente fué de su iniciativa la creación dd Obispado con sede en
la ciudad de Huánuco. Ver el artículo "Acción del Primer Intendente de Tarma en los Par-
tidos de Huamalíes Y Huánuco", pcr N . Saturnino Vara Cadillo. "Huamalíes''. N9 1, 19H,
pág. 21.
CAPÍTULO VI

LO') CORREGIMIENTOS O PROVINCIAS DE LA


CIUDAD DE HUÁNUCO

El Corregid ar de naturales o indios. Sus funciones de gobierno administrativo y judicial. Las


autoridades de los repartimientos y pueblos. El Cabildo de Indios. El cacique y gobernador.
Los Corregimirotos de Huamalíes, Tarma o Chinchaycocha, Huaylas, Conchucos y Caja-
tambo. Sede y pueblos que comprrndían sus jurisdicciones. Nómina de algunos corregidores
de estos corregimientos, de 15 56 a 17 8 5. La Intendrocia de Tarma y los partidos o subdele-
gaciones de Huánuco, Huamalíes y Panatahuas. Las doctrinas y pueblos en que se subdwidía11.
A lgunos subdelegados de estos partidos.

Para el mejor gobierno de los indios, el Licenciado López García de


Castro, en 15 6 5, establ,~ció "corregimientos de naturales en las provin-
cias", a cargo de corr·~gidores.
Aprobada esta disposición, en 1575, el Rey Felipe 11 ordenó que "los
repartimientos de indios encomendados fueran puestos bajo la juris-
dicción y gobierno de corregidores". Pues, hasta 15 6 5, los indios y
sus pueblos se hallaron bajo la autoridad civil y criminal de los enco-
menderos, secundados éstos por los caciques.
Según las Ordenanzas dictadas por los Virreyes Hurtado de Men-
doza, Toledo, el Marqués de Montesclaros, Melchor de Navarra y Ro-
cafull, y conforme a las cédu:as y pragmáticas, el primer deber de los
Corregidores de Naturales, era tener a los indios en paz y justicia;
dándoles buen trato, velando por su conservación y aumento; ense-
ñándoles la vida cristiana "con cariño y humildad", y no tratándoles
"despectivamente, ni de perros".
Con d fin del buen gobierno de los repartimientos, debían cuidar
porque los indios beneficiasen la tierra sembrando trigo y maíz, y
criando aves de corral; señalándo~e heredades a cada uno, lo que
buenamente les pareciera. No debían cons.~ntir que los indios se mu-
dasen de sus pueblos; ni persistiesen en sus prácticas de idolatría.
Bajo pena de suspensión e inhabilidad de sus cargos, no debían
permitir: negocian tes ni acaparadores de granos, en el Corregimiento:
186 HISTORIA DE HUÁNUCO

que los indios trabajasen en las obras públicas o privadas de los espa-
'ñoles; sirvieran de chasquis, o correos, gratuitamente; que se les car-
gase, repartiese o alquilase sin previa licencia dd Virrey; que se tomase,
sin abonarles, sus especies y comidas; ni que fuesen molestados por sus
encomenderos, cacique, principales y otras personas. En defensa del
patrimonio comunal, cuyo espíritu debían alentar, tampoco debían
permitir que los indios vendiesen sus tierras o las de la comunidad,
'd ebiendo elevar, al respecto, informe detallado ante el Virrey.
Les estaba prohibido hacer derramas entre indios de su jurisdicción;
tener ventas de vino y ropas; granjas ni obrajes en su beneficio; ni
celebrar tratos ni contratos, directamente o por intermedio de sus
hijos, parientes, oficiales, presentes o ausentes. No debían prestar di-
nero de la Caja de la Comunidad; ni exigir que los indios tributasen
en especir2s; ni tener o administrar encomiendas.
Los corregidores de indios debían conocer los juicios de indios contra
otros indios, españoles y mestizos, en forma verbal, "breve y sumaria
sin largas dilaciones", hasta la suma de 20 pesos oro; para que "no vaya
a la Audiencia o al Corregidor de la Ciudad". (Cuando la cuantía pa-
saba de 20 pesos oro, se debía hacer información escrita y sumaria,
ejecutándose irremediablemente, aunque apelasen al Protector de la
Audiencia o al Protector de Naturales de la ciudad.) No debían conocer
demandas de los caciques, ni sobre cacicazgos; ni condenar a los ca-
ciques a ser trasquilados, azotados, o a la pena de mllr~rte.
A los curas y doctrineros debían tratarlos con amor, respeto y con-
sideración. No teniendo ninguna autoridad sobre ellos; pr~ro pudiendo
denunciar sus desmanes ante el Virrey, como custodio del Patronato
Real, en cuyo beneficio no debían permitir .que se arri·2nden los diez-
mos 1 •

Fundados los pueblos de indios, para su gobierno se estableció Ca-


bildo en ellos, a imitación de los de las ciudades. El Virrey Toledo
reglam~ntó el Cabildo de indios, dictando ordenanzas que fueron apro-
badas por el Consejo de Indias de la Metrópoli.
Según dichas Ordenanzas, que rig~~ron · toda la era Colonial, el
C abildo de Indios estaba constituído de dos alcaldes -si pasaban de 80

1 JuAN DE HEVIA BoLAÑos: Cttria Philipica. Ver el libro de JosÉ VARALLANos: El


Derecho Indiano. Capt. JI, El Estado español en el siglo XVI. Los Corregidores de Naturales
o Indios, p. 3 4.
CONQUISTA Y COLONIA 187

las familias del pueblo, y de uno si era menor de este número-, cuatro
regidores, un alguacil, un mayordomo, un procurador, un mayordomo
de hospital y un escribano o quipocamayoc. Los miembros del Cabildo
designaban un indio para carcelero, otro para pregonero y un tercero
para verdugo.
Es te cuerpo cabildante se elegía por el "común de indios'', cada 1'i
de enero, en asamblea pública. Los alcaldes y regidores, como símbolo
de su autoridad real, usaban varas 2 •
Los alcaldes eran: uno del barrio de los hanansaya -barrio alto- y
otro de los huriusay a -barrio bajo-; y no principales ambos, sino uno
principal y el otro común. Se excluyeron de ser elegidos. a los caciques,
los que no podían entrometerse en la designación de los miembros del
Cabildo, ni de sus oficiales. En la elección de regidores, debían ingresar
indios de diversas parcialidades, y no de un mismo ayllo; no permitiendo
elegirse a indios infieles.
Estos miembros del Cabildo indio no podían ser reelectos, sino des-
pués de 3 años; debiendo tomar residencia a los cesantes dentro de 30
días y remitir los actuados al Corregidor. La función de los cabildantes
duraba, pues, un año; salvo el cargo de escribano que podía ser per-
petuo, siempre que reuniese "habilidad y suficiencia para ello". Para
ser Alcalde o Regidor, era condición principal ser casado.
Los alcaldes, llamados también justicias, tenían jurisdicción dentro
de los límites de la parcialidad, marca o "comunidad", en todos los
juicios que, hasta entonces, habían sido resueltos por los caciques y co-
rregidores, o los encomend·cros. En lo civil fallaban, verbalmente, sobre
cantidad de soles, en demandas cuyo monto no era mayor de 30 pesos
de plata, y en los interdictos o usurpaciones de chacras. En lo criminal,
conocían d~ las faltas; tenían facultad de prender a los esclavos fugi-
tivos, penar a los amancebados. Cuando se trataba de delitos graves,
como muerte, l·csiones, incesto, etc., solamente practicaban una ligera
información, capturaban al delincuente y lo remitían al Corregidor.
En el caso de que el monto de lo litigado pasaba de 10 p1csos, del
fallo del Alcalde Ordinario podían apelar ante el Corregidor, en el
término de un mes. Ejecutando la p·cna corporal, podían aplicar veinte
azotes; un peso, en las pecuniarias; trasquilamiento, en las del honor.
Administrativamente, los alcaldes y regidores debían visitar los hospi-
tales, cuidar el aseo de las casas y calles, inspeccionar los tambos, re-

2 De aquí el vocablo quechuizado: varayoc, para designar a los que usaban varas.
Según la reglamentación aludida, los alguaciles debían traer varas más gruesas que los
alcaldes.
138 HISTORIA DE HUÁNUCO

parar los puentes y caminos; repartir las chacras vacas entre indios que
no las tenían; y visitar d funcionamiento de la Caja de la Comunidad.
Fuera de ello, estaban obligados a prestar toda ayuda a los doctrineros,
para el desemp~ño de cuya función y para que les sirviera de ejecutores,
con aquiescencia del Corn~gidor, debían nombrar alguaciles, con vara;
alguaciles que podían ser destituídos por justa causa. A és~cs s2 les
llamaba alguaciles de doctrina y estaban bajo las órdenes del Cura
doctrinero 3 •

Además de esta autoridad del Cabildo en los pueblos de indios o


reducciones, como se les llamaba en el siglo XVI, existía el Cacique o
Gobernador; autoridad intermediaria entre los ayllos o ••común de in-
dios" y los encomenderos y corregidores.
En los años que siguieron hasta el gobierno de Toledo, los caciques
gobernaban sus pueb:os sin control alguno, resultando dueños y señores
de vidas y haciendas.
Toledo, para evitar esta conducta de los caciqu.:;s que redundaba en
daño de los indios, dictó ordenanzas a que se sujetasen; dándoles juris-
dicción civil y criminal en el repartimiento, en ciertos asuntos de poco
monto.
Por dichas ordenanzas se estableció que, .~n las reducciones, hubiera
sólo el Cacique Principal y otro llamado Segunda Persona, y los man-
dones de pachaca y piscapaichaca, como auxiliares. Se ordenó que 1os
caciques juntasen y depositasen la tasa en la Caja de la Comunidad;
que no hiciesen derramas ni repartos entre los indios; que no utilizasen
a los indios o indias en sus viajes; que no fuesen a las ciudades a seguir
pleitos; que no enviasen mensajeros, sin previo abono de su trabajo;
que no se hiciesen llr:;var en hamacas y a hombros de los indios; que no
cobrasen tasas indebidas; ni pidiesen tributo a los yanaconas. Especial
deber de los caciques era dar ejemplo a los indios con las costumbres,
adoctrinar a sus hijos y que no los retuviesen, so pretexto de trabajo
para la comunidad; que no hiciesen banquetes ni fiestas; que no admi-
tiesen, en sus cacicazgos, indios forasteros; que no tuviesen esclavos, ni
indios menores de edad en los tambos; que no recibiesen, en tributo, a
los hijos de los indios, etc. Y se reglamentó la sucesión· de los caci-

3 Ordenanzas que el seiior visorrey don Francisco de Toledo hizo para el buen gobierno
de estos reino> del Perú y rejníblica de él. Relación de los Virrejies y Audiencias que han
gobernado el Perú. T. I, p. 54 y sigs.
CONQUISTA Y COLONI A 189

cazgos, que debía ser de padre a hijos; que el cacique y sus hijos estaban
exentos de pagar tributos; y que debían proporcionar trabajadores para
las minas, para el cultivo de los campos y demás mitas; y que los ca-
ciques debían ser indios puros y no mestizos, etc. 4 •

Introducido el régimen d·~ los corregimientos, en la jurisdicción de


la Ciudad de León de Huánuco, se crearon los de: Huamalíes, Tarma o
Chinchaycocha y Conchucos; a los que, bajo el gobierno del Virrey
Marqués de Montesclaros, se agregaron los de Huaylas y Cajatambo.
Esta división política, persistió hasta 17 8 5, en que se instauraron las
Intendencias con la subdivisión de Partidos o Subdelegaciones.
El Corregimiento o provincia de Huamalíes tenía como capital o
" cabeza" el pueblo de Espíritu Santo de Llata o Llacta; aunque, a fines
del siglo XVIII, lo fueron Quivilla y el Asii~nto Real de Huallanca,
por haber residido en estos pueblos el Corregidor que, como salario
anual percibía "1.000 pesos de plata ensayada y marcada".
El Corregimiento o provincia de Los Huamalíes confinaba p or el
N. con el de Pataz; por el E. con las montañas habitadas por los salvajes;
por SE. y S. con el de Tarma; por el SO. con el de Cajatambo; y por
el O. y N. con el de Conchucos.
Este Corregimiento, según documento oficial del siglo XVI5, 1 5 8 3,
comprendía los siguientes piteblos y repartimientos de indios: Ei Nombre
de Jesús y San Francisco de Huarin (repartimiento de Los Huamalíes);
San Pedro de Singa, San Nicolás de Miraflores, San Francisco de Yanas,
Puño (r. de Ichoca-guánuco); Santa Ana de Silla p ata (r. Allauca-gu á-
nuco); San Pedro de Huarqui y San Cristóbal de Chaquin, (r. de Pa-
riarca) ; Acomayo, Chinchao, Huamancota ( r. de Aneyungas) ; San
Francisco de Chinguir, (r. de Aneyungas); Asiento de Chuquis, La
Concepción de Coni, San Antonio de Rondos (r. de Ancas y Y acas);
Guacaca (r. de Huarigancha y Arancay); Santo Domingo de Hua-
crachuco (r. de Huacrachuco); San Pedro de Huac aybamba y San
Antonio de Mancha (r. de Mancha).

4 Ordenanzas de Tol edo, cit.


'í Rel ació n de los ofi cies qu e se prov.een en el R eino ¿ e] P erú, por don Mar tín E nr í-
q uez. Ju icio de límites entre el Perú y Boli via. Prueba peruana. T . I, p. 247. ( Los nombres d~
los pueblos los hem os copiado con las letr as con que hoy se esc riben .)
190 HISTORIA DE HUÁNUCO

El Corregimiento o provincia de Tarma y Chinchaycocha, limitaba


por el N. con el de Huamalíes; por el E. con las montañas de bárbaros;
por el S. con el de Jauja; por el SE. con el de Huarochirí; por el O.
con el de Canta; por el NE. con el de Cajatambo.
El Corregidor de Tarama, Tarma y Chinchaycocha, percibía 1.000
pesos "de plata ensayada y marcada de salario en cada año, pagados de
lo aplicado en las tasas para este efecto". El Corregidor residía en el
pueblo Santa Ana de Tarma, o en Los Reyes.
En el siglo XVI, er:m de la comprensión de este Corregimiento, los
pueblos: Los Reyes, San Julio de los Sóndores, Carhuamayo, Ninacaca,
San Miguel (repartimiento de Chinchaycocha); San Juan de Villanueva
de Yamacoy, Santa Ana de Tusi, San Francisco de Mosca, Nuestra
Señon de la Concepción de Vico, Santa María Magdalena de Chinesa,
San Juan Bautista de Huarcaca, San Pedro de Pillao de Huerca, Santo
Domingo de Angasmarca (r. de los Y aros de Chaupeguarangas); San
Pedro de Pillao y San Bartolomé ( r. de Tambo) ; San Pablo ( repar-
timiento de Huamalíes); San Pedro de Caina (r. de Caina); San
Pedro de Chobas (el pueblo de Huánuco); Nuestra Señora de Mon-
serute de Coni, Santa Ana de Taulicán, San Lorenzo de Sunchuytambo,
San Miguel de Huácar, San Francisco de Cayrán, San Pedro de Aco-
mayo (r. de los Chupachos); San Lorenzo de Pachas, San Francisco
de Coquín, San Juan de Paucar (r. de los Y achas); San Juan de Cacha
(r. de los Huamalíes); Quilcay y Vinchos (mitimaes); San Francisco
de las Nieves y San Juan Bautista ( r. de Y anamates); Santa Ana de
Ribera, Santa Cruz de Tapo, San Miguel de Ocobamba, San Cristóbal
de Palcamayo, San Jerónimo de Pixui, pueblo de Salineros (r. de
Tarma) u.

El Corregimiento de Huaylas tenía los siguientes límites: por el


N. NE. y E. con la provincia de Conchucos; por el SE. y S. con la de
Cajatambo; y por el O. con la de Santa.
El Corregidor de Huaylas tenía 1.000 pesos de renta anual; resi-
diendo en el pueblo de San Sebastián cLe Huarás, que era el mayor de
ellos. También residía en Santo Domingo de Yungay, que era prio-

6 Relación cit., libr. cit., p. 249.


CONQUISTA Y COLONIA 19 1'.

rato dominico por el siglo XVII. En este siglo los pueblos y repartí~
mientos de su jurisdicción, eran: San Pedro de Caruás, Santo Domingo
de Yungay, San Pablo de Mato, Nuestra Señora de la Concepción de
Huaylas, San Ildefonso de Carás, y San Luis de Macati (repartimiento.
de Huaylas) ; Santiago de Pira, San Jerónimo de Puquio, Santa Ana
de Chuco, San Antonio de Padua, San Juan de Pararín, San Alfonso
de Recuay (r. de Recuay); Marca (r. de Marca); San Lorente de la.
Vega, San Gregorio de Huayllapampa, la Magdalena de Huacra, la Ve-
rónica de Jaén de Ricraspampa, Huarás (r. de Huarás) 7 •

El Corregimiento d,:; Los Conchucos confinaba por el N. con Hua-.


m achuco; por el NE. con Pataz; por el E. y SE. con Huamalíes; y por
el S. con Cajatambo.
El Corregidor de Los Conchucos percibía como renta anual 1.00(}
pesos, teniendo su residencia en el pueblo de Piscobamba, que era "la
cabeza del Corregimiento".
El Corregimiento de Los Conchucos comprendía los pu·~b '. os y re-
partimientos, a saber: San Gregorio de Huantar, San Juan de Yaquia,
Santo Domingo de Carás (repartimiento de Allauca-guari); San Luis,
de Chuquibamba, San Martín de Chacas, San Andrés de Yamedin
(r. de Ichoguari); Santo Domingo de Tauca, San Marcos de Llapo, San
Pedro de Corongo (r. de Conchucos); San Juan de Pallasca, San Juan
de Sicllabamba (r. de Conchucos); San Pedro, San Pablo de Pisco-
bamba, San Juan de Poma bamba, ( r. de Piscobamba) ; San Marcos de
Chupán, San Jerónimo de Huacachi, Huachil (r. de Allaucapincos);
Santo Domingo de Huachuy, San Francisco de Pancas (r. de Ichopin-.
cos) ; San ta María de Chiclas ( r. de Siguas) 8 •

El Corregimiento de Cajatambo limitaba: por el N. con la provincia·


de Huaylas; por el NE. con la de Conchucos; por el E. con la de H ua-
malíes; por el SE. con la de Tarma; por d S. con parte de Chancay; y·
por el NE. con la de Santa.
Al igual que en los otros corregimientos, en el de Caxatambo el:

7 Relación cit ., libr. cit., p. 244.


8 Relación cit., libr. cit., p. 246.
192 HISTORIA DE HUÁNUCO

Corregidor tenía como sueldo anual 1.000 pesos; y ·~ ra cabeza del Co-
rregimiento el pueblo de la Magdalena de Cajatambo.
Comprendía los pueblos y repartimientos de: Nuestra Señora de
Calatayud, la Magdalena de Cajatambo, San Francisco de Mangas, Santa
María de Ámbar, San Cristóbal de Tomao (r. de Ámbar y Caja-
t ambo); repartimiento de Lampas; San Agustín del Valle, San Benito
de Huayllacayán, Santo Domingo de Copa (r. de Ocros); repartimiento
de Andar 9 •

Damos algunos nombres de los Corregidores de Huamalíes, Tarma;


Conchucos y Cajatambo, del siglo XVI al XVIII 10 •
Ignoramos si tales son dignos de mención, o sus nombres cabrían
m ejor en las páginas de una "Historia de la Infamia". Porque, como
expresa Solórzano Pereira y lo confirman Guarnan Poma, Bernardino
de Montoya (que en 1606, denunciaba al Virrey Montesclaros a los de
Conchucos), y Jorge Juan y Ulloa, fueron "infames gentes".
"Veo qual ordinarios y dañosos son sus excesos -dice el primer ju-
rista citado- ... que se abstengan de vexar y molestar a los pobres
indios ... Ningún robador o pirata es tan codiciso con los extraños como
el Corregidor malo e inicuo en los suyos ... pasando a las Indias dege-
neran en sus obligaciones y entragándose a sus vicios y deleites, y espe-
cialmente dexándose llevar del deseo de llevar oro y plata, para volver
presto ricos a España, atropellan todos los respetos de razón y just1c1a.
Y siendo el mejor de ellos peor que el cambrón, y el más recto más
repeledor que la zarza espinosa que cerca el sembrado" 11 •
En verdad, ninguna autoridad como el Corregidor desprestigió
tanto al hombre y al Estado español. Verdadero flagelo de los indios en
el Corregimiento o provincia de su mando, el Corregidor no tenía
otra idea que amasar fortuna, a espaldas de sus atribuciones y en des-
precio de las leyes cuya ejecución le r.~comendaba la Corona. Todavía
más, introdujeron costumbres dañinas entre los indios. Pues, nos dice

9 Relación cit., libr. cit., p. 243.


lO • Los n omb!'es de estos Corregidores, los he mos tom ado de los títulos de domimo
de tier ras de las Comunidades Indígenas y de otros dccumentos fehacientes. Los años corre!-
pon den a los q ue en ellos intervinieron oficialmente.
11 JUA N DE SoLÓRZA'N O P EREIRA: Política Indiana. T. IV, ps. 26-30. - GuAMAN PoMA:
Nu eua Crónica )' Biu:n Gobier no. - Memorial de Conchucos al Marqués de M-0ntesclarcs,
ror Bern ard ino ele Montoya, en verso . ("El C omercio", 1 9 de enero 1955, por Aurelio Miró
Quesad a S.)
Rumas de edifici os. Hu:ínuco el Viejo. (Foto: T. de la Mata F. 19 54.)

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HUANUCO VIEJO
CROQUIS DE LA CIUO.&.D EN RUINAS Reginald Enocl.

Ruinas de Huánu co el Viejo. Croquis de la ciudad. (R . E nock. 1904. )


CONQUISTA Y COLONIA 193

el nombrado Solórzano Pereira, los corregidores implantaron la corrup-


tela de que los indios de los corregimientos les llevasen toda clase de
sustentos para sus casas y familias, a los que en el Perú se llamaba cama-
ricoc. Desde 15 52 se dieron varias cédulas para reprimir los daños y
vejaciones que sufrían los indios por esta costumbre. Pero los corregi-
dores en las provincias peruanas, prosiguieron contra todo lo mandado,
agravándose la corruptela en los siglos XVII y XVIII, tiempo en que
fué ya intolerable la conducta de ellos.
Es que, en su mayoría, los corregidores no fueron gentes ilustradas,
ni pertenecían a la burocracia peninsular. Sin moral y sin preparación,
formaban la baja magistratura indiana; burocracia infame que ha
pasado a la posteridad por mil bocas maldecida. Y porque sus nombra-
mientos se hacían, generalmente, no en concurso de aptitudes, saber
o pureza moral, sino en pago de servicios y para resarcirse de sus gas-
tadas fortunas. Y para conseguir y conservar el apetitoso y lucrante
cargo, humillaron cuanto el hombre tiene de digno, y por todos los
caminos indecorosos; y sus actos se tornaron impunes o se convirtieron
en baladíes hechos, gracias a la fuerza de los doblones dr oro que in-
clinaban a su lado la balanza de la justicia de los visitadores, o de las
autoridades de la Corte Virreynal, o del Consejo de Indias.

CORREGIDORES DE HUAMALÍES

Joan de Marquina ........... ..... ........ .... .... . 1593


Diego Mejia de Zúñiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159 5
Capitán Juan de la Serna y Montalvo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1601
Antonio de Ulloa y Cabrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 5
Jerónimo Lazo de la Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . J 636
Juan José Cortes de Monroy, Caballero de la Orden de Santiago . . . . . . . 163 8
Luis Bias de Valverde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1643
Capt. Francisco de Otárola y Vargas ......... .. ... ...... .......... · 1649
Maestre de Campo Gaspar de Suárez y Mazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1650
Josef de Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1668
General Miguel de Orbegoso Isasi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1743
José de Mena y Zamudio, Marq'Ués de Villablanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1739
General José Ignacio de M ena Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1749
Juan de Rada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1749
Juan de Florencia ............ .. .. .......... .. .................. ·. 1758
Francisco de Salas y Villela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1732
Capitán Domingo de la Cajiga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1776
Ignacio de Santiago y U lloa ................ . ...................... · . 1777
Juan de Echevarría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1778
Andrés Fonegra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1764
Andrés José de 1frna y Zamudio, Marqués de Villablanca . . . . . . . . . . . . . . 1739
194 HIST ORIA DE HUÁNUCO

CORREGIDORES DE T ARMA Y CHINCHA YCOCHA

H ernando Chi rinos de Loayz a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 590


F ernando de Sandoval y Guzmán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1596
A lonso de la Cueva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1598
General Gabriel de Castilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1607
General Francisco de Porras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 O
Francisco Alvarado To var . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1631
Bartolomé de Castilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1638
Luis de Rosas . . . . . .. . . . . .. . . .. . .. .. . . .. . . . . . .. . . . . .. . . . . .. .. . . . . . 1637
M anuel Francisco Suárez y Andrade . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1674
General Alonso de la Cueva y Massias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1687
Sancho de Castro cy Verdugo .. . . . .. . . . . . .. . . . . .. . . . . . .. . . . . . . . • . . . .. 1680
José de Villela y Esquive! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1694
General Josef Lazo de la Vega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1698
Augusto Palaez del Junco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1707
Juan Esteban Mendi vil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 3 O
Gregorio de Santiago Concha, C aballero de la O. de C alatrava . . . . . . . . . . . . 171&
Antonio Calderón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1733 - 1734
Juan d e Arezomena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173 5
Alfonso Santa de Ortega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1744 - 1745
José Ventura Vásquez de Velaz co . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1734
Josef de la Peña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1747
A ndrés de Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 5 5
Jose f de la Peña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 5 8
Manuel G ómez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1749
J osé Antonio D ávila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1756
A ndrés Castell anos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1763
J osef Amat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1770
Felipe de Lecina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1766
General J uan José de Avella F uertes, Caballero de Santiago . . . 1771 - 1774 - 177 8
M anuel González d e Cosio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1777
Bartolomé de Bedoya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 93
F rancisco Javier d e Ascona . .. ... .. .. . .. .. ........... ................ 177 9
A lonso Landa C orrea . . .. ... ... .... ... .. ..... .. . . . ............... . (? )
J uan de Espinoza Ri vaden air a ............ .. .... . . ..... . .. ....... . .... (? )

CORREGIDORES DE HUA YLAS

Diego de Escalan te 1573-1576


Joseph de Aguero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 5 80
J uan de Vega A nd arete ... . .. . .... ... .... .. ........... . ....... . .. 1 586
César de Sanguesa . .... . ...... . . .......... . . . .................... . 1 58 9
Fra ncis co Quiroz de A vila . . . . .. . . . ... ... .... ... .. .... .. ......... . 1 592
Josef de Ag uero 1 59 3
Juan Bautist a de Valencia .......... .. .. . ... .. .......... .. .......... 1600
General Francisco Sancho de V era Zárate y Fig ueroa . . ..... . ......... . 16 87
Antonio de Padilla . ... .... ... .. . ... ....... .. ... . .... ·.... . ....... . 170 1
T omás de Urdinela .. . .... ... . . . . . .. . . ' . . . .. . . .... . .... . ........ . . 1703
CONQUISTA Y COLONIA 195
General Andrés Vásquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1712
General Vásquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • . . . 1729
General Andrés Bartolomé de Silva y Andrade . . . . . . . . . . . . . . . . . 1747 - 1749
General Teodorico Francisco de Villavicencio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1757

CORREGIDORES DE CONCHUCOS

Bias de los Ríos ................................................. . 1590


Quiroz Dávila ........... ... .. ... .. ........................... 1592
Nicolás de Ortigosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • . . . . . . 1593
Joan de Barbarán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1594
Álvaro Caballero Bazán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1597
Francisco López de Zúñiga, Marqués de Bailas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1598
José de Aguero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1598
Alberto Caballero Bazán ...... .... .. .................... : . . . . . . . . . . 1599
Bartolomé de O znayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1602
Andrés Teiles de Cabrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1635
Francisco Tello de Guzmán, Caballero del H. de Alcántara . . . . . . . 1644 -1647
Francisco Fernández de Córdova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1677 - 1680
Alonso Núñez de Guzmán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1607
Diego e.a baile ro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . 161 O
Tomás Casimiro de Rozas, Conde de Castelblanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1706

CORREGIDORES DE CAJATAMBO

Pedro de Mames de Oca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1576


Alon so de Ah·arado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1582
Luis Cárdenas .... 1590
Luis de Arratia y Guevara . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1591
Diego de Aguilar Díaz . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1594
Gaspar Rodrigues de los Ríos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1596
Tomás Casimiro de Rozas, Conde de Castelblanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1706

'~ ·~ *
Creada la Intendencia de Tarma, en 1784, como vimos, compren-
día ella los Partidos, Subdelegaciones o Provincias de: Tarma, Jauja,
Huánuco, Huamalíes, Conchucos, Huaylas, Cajatambo y Panatahuas 12 •
Conforme a tal plan intendencia!, también tenemos dicho, el Par-

1 2 Del Partido de Hu~nuco nos hemos ocupado en el capítulo precedente, razón por
la que no lo incluimos en estos acápites. En cuanto a la población, doctrinas y pueblos
de los demás partidos, era como sigue. Jauja : capital, Jauja. Doctrinas: 14; pueblos anexos:
17. Población: 55.476, entre españoles, indios, mestizos y esclavos. - Tarma: 1 villa, 13' doctri-
nas y 45 pueblos anexos. Población: 34.000 habitantes. - Conchucos: 15 doctrinas y 29 pueblos
anexos. Población: 25 .308 alm as. - Huaylas: capital, Huarás, con un Convento de franciscanos
y un Ayuntamiento de españoles. Población: 40.822 habitantes. Doctrinas: 12 y 20 pueblos
anexos. - Caja/ambo: Pc. blación: 18.061. Doctrinas: 13 y 56 pueblos anexos.
196 HISTORIA DE HUÁNUCO

tido se subdividía en Doctrinas y éstas en Pueblos anexos, mandados


por un Subdelegado, Caciques y Principales, respectivamente.
En 178 5, la jurisdicción, población y demás de los Partidos de
Huánuco, Huamalíes y Panatahuas, que hoy se hallan dentro de los
límites del departamento, eran las siguientes 113 :
PARTIDO DE HuAMALÍES. - Se extendía 82 leguas de N. a S. y
de E. a O. con una población de: 14.234 habitantes; de ellos: 18
clérigos, 593 españoles, 8.975 indios y los restantes mestizos y escla-
vos, destribuídos en 8 doctrinas y 3 O pueblos anexos. Las doctrinas
eran: Baños, anexos: Cosma, Chupán, Quipas, Chuquis, Marías. Jesús,
anexos: Choras, Huangrín. Pachas, anexos: Sillapata, Yanas, Agua-
miro, Obas, Cahuac, Quivilla y Chavinillo. Llata, anexos: Puños, Mira-
flores. Singa, anexos: Punchao. Chavín de Pariarca, anexos: Tanta-
mayo, Jacas, Jircán, Chipaco y Monzón. Huacaybamba, anexos: Run-
dubamba y Huarigancha. Huacrachuco, anexos: Y amos y Quirín. La
capital del Partido era el Asiento Real de Huallanca; y las doctrinas
tenían por capitales los pueblos de iguales nombres.
El primer Subdelegado de Huamalíes fué el Teniente Coronel don
José Vidurrizaga: 178 5-1790. Fueron sus sucesores:

Don Francisco Parra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1808


C. Manuel del Real . .. .. .. .. .. .. . . .. .. .. . . . . .. .. .. . . . . . . . . . . . . . . . .. 1812
José Antonio de Viv:ir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1820
Juan Bezares (Huamalíes y Chavín de Pariarca) . . . . . . . . . . . . . . . . . 1812 - 1820

PARTIDO DE PANATAHUAS. - El partido de Panatahuas se creó des-


pués de 178 5, para poder rodear de garantías, auxiliar a los frailes que se
dedicaban a la conversión de los infieles en las selvas de los ríos Pachitea
y Huallaga. Comprendía 30 leguas de largo .por 17 de ancho, con 10
pueblos, a saber: Panao, Chaglla, Muña, Pozuzo, Mayro, Cerro de la
Sal, Chinchao, Tambogán. La capital era el pueblo de Panao, pero el
Subdelegado residía en Huánuco.
En 179 3 el Subdelegado del Partido de los Panatahuas, era el
Coronel don Juan Esteban Durán. Le siguieron:
Coronel José de Vidurrizaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1793 -1801
Capitán Alfonso Mejorada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1812

También, con el fin de ayudar a la colonización y catequización


emprendida por don Juan Bezares en la región de Monzón, en 1789

l3 Descripción del Pení, por TADEO HAENKE. Descripción de la Intendencia de Tanna,


p. 197 y sigts. ~ CoSME BUENO: "Descrif1ción de las Pr<wincias pertenecientes al Arzobispado
de Lima, cit., p. 3O.
CONQUISTA Y COLONIA 197

el Virrey don Teodoro de Croix creó el Partido de Chavín de Pariarca,


designando como Subdelegado al dicho rico comerciante español, sujeto
a ciertas ordenanzas. Comprendía su jurisdicción: Chavín de Pariarca
y sus anexos ya nombrados, más los pueblos de Urpis, Jircán y Chico-
playa. Esta Subdelegación persistió hasta después de 1812.
CAPÍTULO VII

FUNDACIÓN DE PUEBLOS E INSTALACIÓN DE COMUNI-


DADES DE INDIOS EN LA JURISDICCIÓN DE HUÁNUCO

La impla11tació11 del régimen espmíol entre los 11aturales. Las reducciones de indios o funda-
ción de sus pueblos cris!ianos. Sus características urbanas. (El trazo de ellos; su erección
a la advocación de los santos de la Iglesia). Los ayllos, los barrios y las comunidades. La obra
de T oledo y de sus continuadores. Los visitadores, reductores o fundadores de pueblos en la ciudad
de Hu ánuco y sus términos; Juan de Fuentes, Lorenzo EstuPiñan de Figueroa y Alonso de Santoyo
Va/verde . La estabilidad y crecimiento de ellos en la Colonia. Nómina de los pueblos en el
siglo XVI. (Los antiguos pueblos incaicos m la jurisdicción de la actual proi'incia de Huá1111co.)

La conquista y la colonización españolas del Perú, en el siglo XVI,


se realizaron en etapas o ciclos históricos peculiares y sucesivos.
En la primera etapa o de la invasión, de 1532 a 1542, se produjeron
acciones bélicas motivadas por !a resistencia armada de los indios, como
por la reyerta entre los Pizarro y los Almagro.
En la segunda etapa, 1543 a 1560, y en la que se crearon el Virrei-
nato y la Audiencia de Lima, tuvo lugar el afianzamiento del régimen
espa11ol, después de las guerras provocadas por la sublevación de Gon-
zalo Pizarro a Hernández Girón y otros.
Luego de esta etapa hasta 1590, poco más o menos, sucedió la de
la construcción. Dentro de ella, cimentado el poder español, se realizó
pienamente la política colonizadora de la Corona, la obra transforma-
dora del Estado español, fundándose nuevas villas y ciudades para
españoles, fomentándose la agricultura, la ganadería, la minería y la
inmigración. En particular, sucedió la transformación de la vida de
los indios, erigiéndose sus nuevos "pueblos cristianos".

Desde los primeros años de la conquista y dd gobierno de Pizarra,


la Corona recomendó la fundación de pueblos para indios. Y, más tarde,
por cédulas de 1551, 1560 y 15 de febrero de 1566, ordenó a los
200 HISTORIA DE HUÁNUCO

virreyes levantasen pueblos en b~neficio de la "salud espiritual y tem-


poral" de Jos naturales.
Es verdad que por esos años, en el territorio del Virreinato de
Lima, existían algunos pueblos surgidos espontán.~amente, ya en torno
a los tambos, a las capillas o a las minas. Pero hasta 1570, tales man-
datos no se llevaron a la práctica; por el poco celo de los virreyes, el
interés de los encomenderos y de los caciques que explotaban a su capri-
cho a los indios y la resistencia de estos mismos que continuaban vi-
viendo, aunque sin heredades, en sus gentilicios pueblos, d,~dicados a
la evocación de sus antiguos ritos y a la práctica de sus costumbres
ancestrales; tributando los que buenamente eran habidos, y en perma-
nente tensión de alzarse, animados por los descendientes de los incas
en su reducto de los montes de Vilcabamba.
En 15 68 se resolvió por la Junta y Consejo de Indias de España,
Ja reducción 1 de Jos indios a nuevos pueblos y se le dió mandamientos
especiales a don Francisco de Toledo, nombrado a la sazón Virrey, para
que lo ejecutara en el Perú.
En efecto, el famoso Virrey para proceder conforme al mandato
real, formuló un plan en Lima mediante sus consejeros, quienes
redactaron instrucciones que debían poner en obra los "fundador.~s".
"Y después de haber tractado -dice Toledo- del negocio en la
Ciudad de los Reyes y en la junta general que yo allí hice de per-
sonas graves y religiosos doctos de •todos estados que se juntaron con-
migo y con el muy reverendo Arzobispo y el Licenciado Castro del
Consejo Real de Indias y la Audiencia Real de aquella ciudad y el
Licenciado Cerezuela, Inquisidor destos reinos, de cuya bondad y
rectitud se pudo colegir que habían tenido celo a la conservación y
aumento de los naturales, proveí que se hi~iesen las reducciones y
que los indios se juntasen y reduxesen a pueblos, porque sin este fun-
damento, toda la orden que se pudiera poner fuera inútil, como lo han
sido las pasadas, así en lo espiritual como en lo temporal ... " Y, en
otra parte, agrega: " ... está proveído lo que los dichos caciques y
encomenderos han de cumplir con sus indios y los indios con ellos
y que se reduzgan a pueblos y se nombren entre ellos alcaldes, regi-
dores y alguaciles para que tengan repúblicas fundadas . . . donde
vivan juntos y acompañados, unos con otros, como viven los cristianos~
que las justicias los puedan ver y visitar, y oir sus querellas y adminis-

1 Se llamó reducción a los nuevos pueblos para indios, porque se les obligaba a vivir
en una sola población a los ayllos que, hasta entonces, ocupaban varios poblados o pueblos.
El término reducción lo tomaron los indios como equivalente a prisión o castigo.
CONQVIST A Y COLONIA 201

trarles justicia; y los sacerdotes de las dotrinas se la puedan enseñar" 2 •


Es decir, Toledo expresa las razones que obligaron a la fundación
de los nuevos pueblos dre indios, que fueron de índole: religiosa, política
y económica.
Ejecutando, personalmente, lo dispuesto por la Corona, durante su
visita al territorio virreinal, Tole do realizó algunas reducciones en
Jauja, Huamanga y Cusco. Y desde esta última ciudad, en 16 de junio
y 19 de setirembre de 1570, envió por todo el Virreinato visitadores o
comisionados integrados por civiles y religiosos, a quienes secundaban
un escribano y alguaciles 3 • Dió a éstos instrucciones especiales para que,
al mismo tiempo que levantasen el censo gen·cral a efecto de la tribu-
tación e inquiriesen sobre la vida del indio para dictarles ordenanzas;
en cada repartimiento los redujesen al menor número de pueblos, po-
niéndolos bajo el gobierno del cacique y el Cabildo y a la advocación
de la Cruz.
En tales instrucciones entre otras cosas, se expresa: "Primeramente,
en cada repartimiento señalaréis los sitios más cómodos que hubiere
donde se pueda fundar pueblos de indios, teniendo consideración que
tales sitios sean de buen temple e dispusición, y que sean abundantes
de tierras, aguas, pastos, montes y de las demás cosas necesarias para
la vida humana, de manera que los indios puedan vivir sanos y tengan
en su comarca todo lo necesario. ltem, habida consideración del número
de indios de cada repartimiento, veréis en cuántos pueblos se podrán
cómodamente reducir y poblar todos los indios del repartimiento, pro-
curando, en cuanto fuere posible, que la tal reducción se haga a voluntad
y a contento de los caciques y principales e indios del repartimiento ...
ltem, habiendo concluido con los indios en el número de pueblos a
que hubireren de reducir, ciareis orden de trazar los dichos pueblos
por sus calles y cuadras anchas y derechas, dejando el número de
plazas y sitios para la iglesia, si no la hubiere, y para casa de sacerdo-
tes, y solar para casa de comunidad, y cabildo y juzgado de los alcaldes
que han de haber, y cárcel con aposentos distintos para hombres y
mujeres, y · corrales para servicio de la tal cárcel, y aposento para el
carcelero. ltem, trazaréis las casas de los indios que tengan puertas
a las calles públicas. ltem, trazaréis la casa dd cacique principal que

2 "Revista Histórica". Año 1924. T. VII, Entrg. 11, ps. 125, 131, 202.
3 Estos visitadores, entre eclesiásticos 'Y civiles, pasaron de 70. Recorrieron las provin-
cias pertenecientes a Lima, Trujillo, Guayaquil, Zamora, Jaén, Loja, Quito, Cuenca, Cha-
chapoyas, Moyobamba, Huánuco, Huamanga, Cusco, Arequipa, Chucuito, La Paz, La Plata
y la Villa de Potosí. "Revista Histórica", cit. p. 121.
202 HISTORIA DE HUÁNUCO

sea con más anchura e alguna más autoridad ... haya patio y aposento
bastante en que se puedan juntar el cacique y los principales e indios
del repartimiento cuando hubiere lugar de tratar .en las cosas tocantes
al bien público ... que haya sala ... cámara y recámara ... y a la
otra parte d·e la sala, otras dos piezas para los hijos varones ... e indios
de servicio ... haya servicio de cocina y corrales neeresarios para el
servicio de la casa. Item, procuraréis que las casas de los indios particu-
fares se tracen de forma y manera que el aposento de la mujer e hijas e
indias ... esté apartado del aposento de los hijos varones ... Itero, pro-
curaréis que en cada casa los indios tengan barbacoas altas del surdo
en que duerman, por manera que no duerman en el suelo, mandán-
doles todos que tengan sus casas barridas y limpias. Item, proveereis
que dentro del circuito de cada pueblo no haya chacras ni semente-
ras ... , aunque se les podrá permitir que trengan un pedazo de huerta ...
Item, proveereis que a los indios que se reduxesen a otros pueblos,
no se les tomen ni quiten las chacras y ti.erras que tenían en los pue-
blos que despoblaren, como estén dentro de una legua de los pueblos
donde se reduxeren, de manera que sin vexación ni alejarse de sus
casas, las puedan labrar ... Item, que las dichas reducciones de pueblos
se hagan distantes de las huacas y mochaderos que los indios solían
tenrer en tiempo de su infidelidad ... Item, proveréis que de manera
que dentro de un breve término, todos los indios de cada repartimiento
se pasen a vivir y morar en los pueblos donde se manda reducir, aper-
cibiéndoles que pasado el término ~e les derribarán las casas antiguas
y serán castigados si no· se pasaren, dando cargo a los caciques y prin-
cipales para que los hagan pasar e edificar sus casas dentro del dicho
término, so pena de suspensión de los cacicazgos y que a costa de los
tales caciques se pondrá otras personas qu~ hagan la dicha reduc-
ción. Item, pasado el término que diéredes a los indios para se pasar
Y hacer sus casas donde se mandaran reducir, se les derriben y des-
hagan y echen por tierra las casas antiguas que antes trenían ... seña-
lareis que pongan cruces y otras insignias de cristianos en sus casas
e ed1"f"lClOS
. • • •" 4 •
Cumpliendo con el tenor de estas instrucciones de Toledo, los visi-
tador.es, en todo el ámbito de las Audiencias de Lima, Quito y Charcas,
fundaron los nuevos pueblos de indios, de acuerdo con los encomen-
deros y caciques. Pues, ambos dos fueron los ejecutores directos del
traslado de los ayllos, así como los que supervigilaron la construcción

4 "Revista Histórica", cit. ps. 163, 171.


CONQUISTA Y COLONIA 203

de las nm~vas viviendas. Surgiendo tales pueblos al modelo de las


ciudades españolas en América: con calles trazadas a cordel, con plazas,
Iglesias, hospital, cárcel, local para Cabildos; con solares de habita-
ciones higiénicas y puertas a la calle. Y se levantaron en lugares planos
y bellos, provistos de ::lgua, pastos, mant.cnimientos y empleándose el
barro crudo o cocido como material de construcción. Ocupando todos
sitios accesibles: en el cruce de los caminos, al borde de los ríos. A dife-
rencia de los antiguos pueblos incaicos y preincaicos que, con pocas
excepciorn~s, se hallaban en lugares estratégicos -peñones, cumbres,
promontorios- y en los que los indios tenían sus tumbas y adorato-
rios, como tenemos dicho; y en los mismos que habían empleado como
único material de construcción: la piedra 5 •
A las nuevas poblaciones vinieron a instalarse los indios y sus ayllos
que vivían diseminados en sus antiguos poblados, o que vagaban como
mitimaes desde los años de la Conquista; y en su área se les señaló zonas
determinadas que, más tarde, se llamaron barrios o cuarteles y que lle-
varon los nombres de sus originarios pueblos o 11iarcas, o de sus ayllos.
O, conforme al lenguaje de la época, en un sólo pueblo fundado por
cristianos se redujeron varios pueblecillos paganos. Mas, con el tiempo,
a todos estos ayllos ocupantes de una sola área urbana, que formaban
un solo pueblo, se les nombró "común de indios'', "común de ayllos'',
o "reducción de parcialidades"; bautizándolas, finalmente, con el nom-
bre genérico de "comunidades".
Pero Toledo no limitó su acción al acto material de mandar levan-
tar pueblos. Los instituyó también jurídicamente, dictando un CUtcrpo
de leyes para su desenvolvimiento político-social. Leyes que, confir-
madas por el Consejo de Indias y el Rey e incorporadas a la Recopila-
ción de 1680, rigi,cron hasta los años de la República y aún en estos
días, como derecho consuetudinario.
Por estas ordenanzas para indios, en los pueblos "cabeza de repar-
timiento" se estableció un Cabildo: con miembros de los diversos ayllos

5 Toledo manifestaba a la Coron·a sobre la vida y viviendas de los indios: "El gobierno
que los indios tenían antes que yo personalmente les visitase, era el mismo Y muy poco m~s
político que tenían en tiempo de la tiranía de los Incas ... era muy conveniente mudarles
el modo de vivir. . . y contra uso de todos estos indics, que hacían sus viviendas en los
montes y mayores asperezas de la tierra, huyendo de hacerlas en lugares públicos Y llanos;
allí vivía cada uno con la libertad que quería ... ; morían como bestias Y enterrábanse
en el campo como tales, gastaban el tiempo en comer y beber y dormir ... ; Y porque como
según escribí a V. M., para aprender a ser cristianos tienen primero necesidad de saber ser
hombres y que se les introduzca el gobierno y modo de vivir político Y razonable··."
Colección de las Memorias y Relacion es de los Virreyes. Memorial de don Francisco de Toled@ ,
ps. 86, 87 y 89.
204 HISTORIA DE HUÁNUCO

reducidos. Se determinó el papel judicial, administrativo y propiamente


municipal de los alcaldes ordinarios, alguaciles, escribanos, carceleros;
y los deberes y derecho5 de los caciques. Se fundó la Caja de la Comu-
nidad, la que debía administrar los bien.es pertenecientes al común de
indios, haciéndose el arqueo de ella cada año 0 • Se instituyó el régimen
de los tambos, el funcionamiento del hospital, el cobro del tributo, etc.
Se prohibió que los indios viviesen amancebados, practicasen el incesto,
vendiesen a sus hijos; que robasen; que jugasen naipes y dados; que
comprasen géneros de Castilla en cantidades que excediesen para el uso
personal; y que cambiasen por otros sus trajes típicos. Se les obligó
que testasen, para evitar pleitos sobre sus bienes; que practicasen su
higiene personal y la de sus casas. Se les autorizó el libre trabajo de
sus oficios e industrias; que tuviesen ferias y mercados d,c productos;
y que realizasen sus fiestas o taquis, pero solamente en las fechas de
guarda, de día y en vía pública.
Se ordenó que, cuando se redujeran en un solo pueblo indios de
diversos repartimientos, parcialidades o ayllos, poseyeran las "tierras
cercanas y lejanas con toda igualdad"; que, cada tres años, por la
persona del Corregidor, se repartiesen las tierras a las parcialidades y
ayllos conforme al número de indios que tuviesen y los tributos que
pagasen; que se señalase y sembrase por el común de los indios chacras
para socorrer, con sus productos, a los huérfanos, viejos, inválidos, etc.
Se estableció, asimismo, que se comprasen ganados vacuno y lanar de
Castilla con los dineros comunales y que pasado cierto núm.ero estos
rebaños de la comunidad se vendiesen a los propios indios para que tra-
bajasen en sus chacras con bu·cyes; que se plantase árboles frutales de
Castilla, alisos y sauces, en las tierras templadas; que se educase en
las ciudades a dos muchachos, para el oficio d,e herreros; que el común
de indios reparase las chacras de los andenes; y los caciques y princi-
pales comiesen en las plazas públicas, conforme a la costumbre de los
Incas 7 •
Este régimen colonial no abolió, sin embargo, las instituciones tra-
dicionales y provechosas para h vida del indio. Verbigracia, el abono
del tributo, los trabajos colectivos -el aine o la minga-, el régimen
de sus antiguos curacas o mandones, los tambos, chasquis) etc. Se amal-
gamaron las costumbres indias con las españolas, siempre que aquéllas

6 Esta Caja estableció una modalidad económica peculiar, y sus bienes fueron vigilad¿s
por el Corregidor y, más tarde, por los Oidores y los Oficiales Reales, que podían colocar
sus dineros, para utilizar sus réditos en beneficio común.
7 Ordenanzas para indios, etc. Memorial y Ordenanzas de Toledo, p. 112 y sigts.
CONQUISTA Y COLONIA 205

"no fueran contra la moral, la religión y la vida civilizada". Aún más,


podemos sostener que, con la legislación dictada por Toledo se recons-
truyó o, mejor, se fortificó el espíritu colectivista de los indios, en
decadencia por esos años. Porque, desde 15 3 3, al iniciars·e la Conquista,
desaparecido el Estado señorial Inca, los indios se entregaron a su
propio albedrío, o a la voluntad tiránica de los caciques, encomende::os
o soldados españoles, empeñados todos ellos en explotarlos y a des-
truir el ligamen dd ayilo, al convertirlos en 111iti111aes y yanacu11as o
111 ita.y os.
Al distribuirse tierras, como lo ordenó Toledo, por intermedio de
los Visitadores o Corregidores, en beneficio de los ayllos, demarcando
sus linderos y mandando amojonados; se instauró, oficialmentre, la
propiedad colectiva y h propiedad privada para los indios. Nació así
la "comunidad" de tierras, pastos, montes, aguas, etc., sobre cuyo esce-
nario telúrico debía desenvolverse la vida de los antiguos ayllos que
coexistían ya en un solo pueblo. Todavía más, esta política del Estado
español, sostenida en varias cédulas, creó, legalmente, la propiedad
comunal; la qme no existía bajo el régimen de los Incas para el pueblo,
el que sólo usufructuaba del producto de sus topos; siendo el resto de
las tierras: del Inca, del Sol, huacas o de los caciques, cuyo cultivo y
cuidado lo realizaban los ayllos. (Por el interés de Toledo, estas mis-
mas tierras dd Sol y de los Incas, tomadas la mayor parte de ellas
por los españoles, pasaron, en algunos casos, a poder de los indios
y de sus pueblos, conforme lo ordenó Felipe II.)
Por otra parte, en estos nuevos pueblos cristianos -ya mestizos
por su arquitectura, flora y fauna- se inicia la nueva v!da histórica de
los ayllos indios. Pero no por el hecho de habitar una misma área urbana
los dichos ayllos se fusionaron sanguíneamente. Esta mezcla se realizó
lentamente, hasta la segunda mitad del siglo XIX. Ya dijimos que en
cada pueblo donde vinieron a rednciirse, se les señaló zonas diferentes
en las que ·conservaron su tradición, unidad sanguínea y sus propios
módulos ayllales. Por eso persistió en estos nuevos pueblos fundados
por españoles, la división gentilicia de hanan saya y hurin saya -barrio
alto y barrio bajo-- que significaban la tradición totémica de los ayllos.
Esta diferencia fué más marcada cuando en una misma población,
cuando sobre un mismo terreno, se redujeron indios miti111aes, yalla-
cunas y nativos u originarios. De aquí que, a los ayllos reducidos o
reumidos hasta el siglo XVI, solamente les fueran común las tierras
de laboreo y pastos, ia plaza, el Cabildo, los trabajos en beneficio
público, las costumbres impuestas por los españoles y la Iglesia. La
206 HISTORIA DE HUÁNUCO

religión fué, sobre todo, el nexo, el ligamen de la unión espiritual o la


que aunó el sentimiento religioso. Ya que bajo los muros de la Iglesia
se confundían, multitudinariamente, en la devoción y culto al Santo
Patrono, a cuyo amparo y advocación había surgido el pueblo. Pero,
con los años, por emulación o rivalidad de unos y otros ayllos, se
erigieron las capillas de los barrios. También, con el tiempo, sufrieron
la intromisión entre sus miembros del español y del mestizo, con los
qure procrearon, para devenir, sanguínea y culturalmente, en nuestros
actuales pueblos o comunidades mestizas.

Muchos de los pueblos fundados o reducidos por Toledo, se po-


blaron casi rápidamente, consolidándose; en tanto que otros, no. Por-
que a la dura prueba de la mudanza a .la que fueron sometidos, los
indios prefirieron huir antes de radicarse en ellos.
De aquí que se dictaran nuevas ordenanzas por los sucesores del
nombrado Virrey y por la Corona, para el fin de realizar nuevas reduc-
ciones, mejorarlas, sanearlas o impedir se despoblasen las ya estable-
cidas. Tales las promulgadas por el Marqués de Cañete don Andrés
Hurtado de Mendoza y otros, particularmente en el siglo XVIII, en
la acción colonizadora o de sometimiento de los ayllos de la frontera
de selva.
En dichas ordenanzas postoledanas, se estableció: que no podían
mudarse las reducciones sin permiso de la Corona; que los indios esta-
ban impedidos de abandonar sus pueblos para vivir en otros; que d.e
los pueblos de indios fuesen expulsados o no se consintiesen a los espa-
ñoles, negros, mestizos y mulatos; que ningún comerciante podía per-
manecer en los pueblos de los indios más de tres días; y que, bajo nin-
gún pretexto, los encomenderos pudiesen vivir en los pueblos de sus
repartimientos, ni sus esclavos ni criados 8 • (Pero los cronistas y viaje-
ros nos dicen, en forma concluyente, que pese a todas estas prohibi-
ciones legales, los españoles, los mestizos y aún los negros se radicaron
· en los pueblos de los indios; y de aquí el grueso volumen de mestizos
--en especial cholos- que hoy se hallan en tales pueblos surgidos a
raíz de las reducciones).
La consolidación de la mayoría de los nuevos pueblos y comum-
dades de indios, se realizó, plenamente, a fines del siglo XVI, bajo

S Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias, Libr. VII, Tít. V.


CONQUISTA Y COLONIA 207
el gobierno del 2 9 Marqués de Cañete, con la titulación y d crecimiento
de sus tierras adquiridas mediante la composición o remensuración;
sistema que se practicó, en diversas épocas, durante la Colonia 9 •

Los comisionados de Toledo para fundar pueblos de indios en la


Ciudad de León de Huánuco y términos, fueron: don Juan de Fuentes,
don Lorenzo Estupiñán de Figueroa y don Alonso de Santoyo Val-
verde 10 •
Ellos cumplieron su cometido desde 15 71. A estar por documentos,
a don Juan de Fuentes se le encomendó el Corregimiento de Huama-
líes, a don Lorenzo Estupiñán de Figueroa el de Tarma y Chinchayco-
cha, y a don Alonso de Santoyo los de Huaylas y Conchucos 11 • Acaso
recogieron las declaraciones de los indios sobre la vida político-social
bajo los incas; escogieron los parajes en los que debían asentarse .los

Ver en este libro, Tercera Parte: Conquista y Colonia, Capt. XI: La propi1edad de
ias minas, etc.
lO El muy Magnífico Sr. Lorenzo Estupiñán o Estopiñán de Figueroa, caballero de ilustre
casa, era natural de Jerez de la Frontera, España. Hijo del Comendador de la Orden de Santiago
don Pedro de Estupiñán y de doña Beatriz Cabeza de Vaca; nieto, por línea paterna, de
Ramón Estupiñán y Mayor de Virues; y por la materna, de don Pedro de Vaca y de tloña
Catalina Zurita: todos caballeros notorios, hijosdalgos. De Sevilla pasó a Cartagena de Indias,
con Rodrigo Durán, que vino en socorro del Adelantado don Pedro de Heredia, con el q'ue
asistió a las jornadas llevadas a cabo en esas tierras, llegando a Popayán con el Oidor Juan
de Vadillo, e ingresando al Perú por Quito. Se puso al lado del Rey a la llegada de Blasco
Núñez de Vela. En 15 5 2, en Charcas, estuvo con Pedro de Hinojosa, fiel al Rey, en la
rebelión de Sebastián de Castilla, contra el que hizo gente en Chuquiabo. En 15 57 aparece
en Lima como testigo de la jura de Felipe JI. En 15 61 fué uno de los Alcaldes del Cabildo
de Lima. Encomendero de la ciudad de Huánuco, que vivía allí por 15 57, donde tenía
parte del repartimiento de los Chupachos. En 1590 figura como poseedor de una encomienda
en Tarma. En 15 9 5, comisionado por el Virrey Marqués de Cañete, fué a las minas de
Zaruma, distrito de Quito, para que "pueble en él (de españoles) la villa de San Antonio".
Casó con doña Ana de Ribera. Fué uno de los albaceas de don Nicolás de Ribera el Viejo.
Según Riva Agüero, nuestro personaje fué Capitán Lorenzo de Figueroa Estupiñán, .hijo de
Diego de Figueroa y de Agustina del Alcázar. Gobernantes del Perú. Cartas y papeles.
Siglo XVI. T. XIII, p. 247. MENDIBURU: Diccionario Histórico-Biográfico. CmzA: Las
Guerras de Quito. Apéndice. RrvA AGÜERO: El Primer Alcalde de Lima, Nicolás de Ribera,
etc., p. 47. Cabildos de Lima. Ts. III, V, VI, VII y XII. Pasajeros a Indias, por Luis RuBio Y
MoRENo. T. I, p. 171. - Don Juan de Fuentes, fué encomendero de los pueblos de Yaimos
y Zacat:i (Chachapoyas).
l l Títulos de dominio y posesión de tierras de Comunidade! de Indígenas. - Según do-
cumentos fechados en Lima, en 1 y 2 de marzo de 1576, Santoyo y Estupiñán de Figueroa
habían hecho entrega de los papeles de su visita antes de aquellas fechas. Su texto: "yo eI-
escriuano yuso escripto notifique lo de suso pedido e prouehido a alonso de santoyo an su
persona el qua! dixo, que en visita de tasa por mandado del visorrey tiene dados todos los.
208 HIST ORIA DE HUÁNUCO

pueblos, fundando muchos de éstos, a los que pusieron nombres de los


Santos del calendario cristiano; nombres a los que seguían los que-
chuas o nativos; designaron caciques; re instalaron Cabildo.
El ceremonial que se observaba para fundar un pueblo, era sencillo.
Escogido el terren~ donde debía trazarse la población, el comisionado
español y su séquito reunían en su perímetro a los ayllos venidos de
.sus primitivos pueblos, bajo el cuidado de sus caciques, y a los que se
les señalaba las zonas que debían ocupar y levantar en ellas sus casas;
distribución que se hacía partiéndose, generalmente, de la plaza como
punto de referencia; zonas o barrios qrn~ se denominaban con sus
nombres gentilicios, como tenemos dicho. Luego se dresignaba a los
miembros del Cabildo, bajo cuya autoridad civil quedaba sujeta la
población; correspondiendo al Cacique o Gobernador el mando polí-
tico. Y, finalmente, se celebraba una misa que se ofrendaba al Santo
o Santa designado Patrono del pueblo 12 •
Pocos pueblos, que sepamos, fUreron fundados como tenemos expre-
sado. En verdad, la fundación efectiva en la jurisdicción de la Ciudad
de Huánuco, la realizaron los frailes encargados por los encomenderos
para la conversión de los indios a la fe católica; secundados, como
fueron, por los caciques. Dichos frailes, pertenecían a diversas órdenes
religiosas. Así, en el Corregimiento de Huamalíes, los fundadores y ca-
tequizadores fueron los mercedarios; en el de Tarma y Chinchaycocha,

papeles de su visita y alli los testimonios que se le piden e no tiene mas papeles de donde
sacar la rrazon de lo aque se le pide y de ello doy fee. Alonso de la cueua, escriuano de su
magestad". " ... hernando de deypa en su persona, el qua! dixo, que los papeles de la visita
-de ciertos rrepartimientos en la ciudad de guanuco hizo don lorenco de figueroa ante el,
los tiene presentados originalmente y los dio a felipe de leen para que por ellos se diesen los
memoriales testimonios y otras cosas que su excelencia a mandado sacar de las dichas visitas.
y por no lo auer podido dar dicho hernando de deypa porque a dos años que anda enfermo
dio como dicho tiene las dichas visitas de guanuco al dicho felipc de leon y esto responde y
ele ello doy fee yo. Alonso de la cueva, escribano de su magestad". (Testimonio de lo pedido
por el Fiscal sobre las condenaciones de falta de doctrina e notificaciones hechas a los visita-
.dores y escriuanos en execucion de la real cédula de su magestad. Los Reyes, 4 de mayo de
1576.) "Organización de la Iglesia y Órdenes Religiosas en el Virreinato del Perú en el
Siglo XVI". Documentos del Archivo de Indias. Pub!. dirigida por D. Roberto Levillier. Pri-
mera Parte, ps. 8 6-87.
12 Pongamos un ejemplo. Para fundar el pueblo de Dulce Nombre de Jesús -Corregi-
miento de Huamalíes- narra la tr·adición, se escogió la llanura de Ñucón, sobre la que se
ubic·Ó la plaza, señalóse sitio para la Iglesia, Cabildo y demás, y se trazó las calles, cele-
brándose misa en 2 de enero. Se trasladaron a su radio los ayllos que vivían en los pueblos
preíncas de Huapachacú11, Shaya, Carhuan y Quenac, cuyas ruinas se ven hoy dí a, y se
"i nstalaron r espectivamente al N., S., E. y O. de la plaza que ocupaba el centro de la reduc-
,c ión, llamándose, m ás t arde, barrios, que hoy conforman el área de villa de Jesús, en la pro-
·vincia de Dos de Mayo.
CONQUISTA Y COLONIA 209

franciscanos y mercedarios; y en el de Cajatambo, mercedarios. (Los


blasones de las órdenes religiosas que se hallan en las iglesias de los
actuales pueblos de indios, nos dicen quiénes fueron sus fundadores).
Por 1583 a 1593, poco más de 20 años en que se dió comi.enzo a la
reducción, gran número de pueblos se hallaban instalados en el territorio
de la Ciudad de León de Huánuco y su jurisdicción 13 •
CORREGIMIENTO DE HUAMALÍES. -El Nombre de Jesús, San Fran-
cisco de Huarín, San Pedro y San Pablo de Singa, Espíritu Santo de
Llata, San Nicolás de Miraflores, San Lucas de Chuquis, San Fran-
cisco de Yanas, Puños, Santa Ana de Silla pata, San Lorenzo de Pachas,
San Francisco de Cascanga, San Pedro de Huarqui, San Juan de Racha,
San Ildefonso de Yanas, San Juan de Cahuac, San Cristóbal de Chaquín,
San Pedro de Acomayo, San Antonio de Choras, Chinchao, Huaman-
cota, San Francisco de Chinguir, San Juan de Cosma, La Asunta de
Chulqui, la Concepción de Coni, San Antonio de Rondos, Huacaca,
Santo Domingo de Huacrachuco, San Antonio de Mancha y San Pedro
de Huacaibamba, Punchao, Santiago d·e Chupán, San Francisco de
Maras, San Pedro de Quipas.
CoRREGIMIENTo DE T ARMA Y CHINCHA YCOCHA. - Los Reyes, San
Julio de los Sondares, Carhuamayo, Ninacaca, San Miguel, San Juan
Villanueva de Yamacoy. Santa Ana de Xuti, San Francisco de Mosca,
Nuestra Señora de la Concepción de Vico, Santa María Magdalena de
Chinesa, San Juan Bautista de Huariaca, San Pedro de Pillao de Huerca.
Santo Domingo de Angasmarca, San Bartolomé, San Pablo de Huama-
líes, San P.edro de Cayna, San Pedro de Choras, Nuestra Señora de Mon-
serrate de Coni, Santa Ana de Taulicán, San Lorenzo de Sunchuitambo:
San Miguel de Huácar, San Francisco de Cairán, San Pedro de Y aro-
ma yo, San Francisco de Coquín, San Juan de Páucar, San Juan de
Cacha, Quilcay, Vinchos, San Lorenzo de Cachal, San Francisco de las
Nieves, San Juan Bautista, Santa Ana de Ribera, Santa Cruz de Tapu,
San Miguel de Ocobamba, San Cristóbal de Palcantayo, San Jerónimo
de Pixuy.
CORREGIMIENTO DE CoNcHucos. - San Gregorio de Huantar, San
Juan de Y aquia, Santo Domin go de Carás, San Luis de Chuquibamba,
San Martín de Ch acas, San Andrés de Llamellín, Santo Domingo de

rn Relación de los oficios que se proveen en el reino del Perú, por MARTÍN ENRÍQUEZ.
Juicio de Límites entre el Pe rú y Bolivia. Prueba Peruana. T. I, p. 245. Libro de visitas.
D iario de la 2~ Visita Pastoral que hizo de su arquidiócesis d Obispo señor do n Toribio
Alfonso de Mogrovejo, etc. "Revista del Archivo Nacional del Perú". T. II, Entrega I\
rs. 37 y sgts.
210 HISTORIA DE HUÁNUCO

Tauca, San Marcos de Llapo, San Pedro de Corongo, San Juan de Pa-
llasca, San Juan de Sicllabamba, San Pedro y San Pablo de Piscobamba,
San Juan de Pomabamba, San Marcos de Chupán, San Jerónimo de
Huacachi, Huachil, Santo Domingo de Huari, San Francisco de Pancas
y Santa María de Chicao, Santiago de Cabana, Siguas, San Martín de
Chacas, San Pedro de Chavín.
CORREGIMIENTO DE HuAYLAS. - San Pedro de Caruás, Santo Do-
mingo de Yungay, San Pablo de Mato, Nuestra Señora de la Concep-
ción de Huaylas, San Ildefonso de Carás, San Luis de Macati, Santiago
de Pira, San Jerónimo de Puquio, Santa Ana de Chuco, San Antonio
de Padua, San Juan de Pararín, San Alfonso de Recuay, San Lorenzo
de la Vega, San Gregario de Huayllapampa, la Magdalena de Huacra,
la Verónica de Jaén de Ricaspampa y San Sebastián de Huarás, San
Agustín de Cajacay, San B·enito de Huayllacayán, San Pedro de Tapa-
cocha, Cochapetin, Cotaparaco, Santiago de Aija, Santísima Trinidad
de Llamellín~ San Pedro de Huancha, San Pablo de Tapilcón, San Agus-
tín de Huandabal.
En los siglos XVII y XVIII, surgieron nuevos pueblos en los pre-
dichos corregimientos; ya por la obra catequizadora de los frailes,
por la política colonizadora de las autoridades españolas, o por el propio
crecimiento de la pobfación de naturales.
Empero, todos los pueblos actuales del departamento de Huánuco,
se fundaron por orden de Toledo, siguiendo la acción colonizadora de
la Corona española; y con ellos se cimentó el Estado español en la
raíz misma del antiguo Imperio del Tahuantinsuyo. Uno solo de los
pueblos preincaicos e incaicos, no prosiguen habitados hoy. Fueron des-
truídos por los religiosos y encomenderos, proscritos de la fe "como
nidos de bárbaros y gentiles'', so pena de excomunión al habitarlos, y
cuyas ruinas designadas por sus nombres autóctonos se hallan repartidas
en todo el ámbito del territorio huanuqueño.
Indudable es que tales primitivos pueblos de los indios, fueron nu-
merosos, si pensamos que de 60 o más de ellos se redujeron en unos
cuantos, como en el caso del repartimiento de los Chupachos. En la
visita que, en 1549, reaiizaron Juan de Mori y Hernando Alonso Mal-
partida, en el territorio de los dichos chupachos existían 140 pueblos,
como hemos visto en capítulo anterior. Y según la relación de Iñigo
Ortiz de Zúñiga, que también los visitó en 15 62 -1 O años antes de
la reducción- los principales pueblos en dicho repartimiento de los
Chupachos, eran: Chaulla, Laca, Chuco, Irna, Auquimarca, Chuqui,
Succhiciclla, Sangara, Pucco, Puno, Caxapaico, Suyllo, Chupa, "f ur-
CONQUISTA Y COLONIA 211

tuna, Icho de Matao, Icho de Ananchucos, Huarpo, Pacco, Quilcay,


Uspas, Nanea, Quingoas, Acos, Atoe, Allauca Rumar, Chusqui, Chin-
chao, Cochacalla, Collaoga, Hualpo, Picco, Coruma, Patta, Malconga,
Llaquibamba, Santar, Surín Pillao, Anan Pillao, Chaca, Tambo, Casca-
pahuas, Cartay, Cochahuanca, Xiqual, Marca, Huacas, Uchac, Marcay,
Caya, Golpacocha, Corumac, Ambo, Chauca, Huancayo, Rondos,
Pacta, Achinga, Ateos, Queros, Caure, Auchi y Huacas, Huanacaure,
Pachacoto, Auara, Cochamarca, Querocalla, Xigual 14•
Estos pueblos chupachos, se redujeron en los ya nombrados de:
Nuestra Señora de Monserrate de Coni (Santa María del Valle), Santa
Ana de Taulicán, San Lorenzo de Sunchuytambo, San Miguel de
Huácar, San Francisco d.:;! Cayrán, pueblo de Quilcay y Vinchos. Más
tarde se fundaron los de: San Pedro de Chaulán, Santiago de Llacón,
Espíritu Santo de Pumacucho, Huamancota, Santa Cruz de Churu-
bamba, Quera, Santísima Trinidad de Pachabamba y San Antonio de
Malconga.

14 Visi ta hecha por mandato de S. M. etc. "Revista del Archivo Nacional del Perú"
T. I, Entrg. 1•, año 1920, y números siguientes. - Ver en este libro 3' Pan., Capt. VIII:
LA Encomienda en Huá1111co.
CAPÍTULO VIII

LA ENCOMIENDA EN HUÁNUCO

La i11stitució1t de la enco111 ienda. Su proceso en la vida colonial. Los repartos de Pizarra,


Vaca de Castro, L a Gasea, Conde de N ieva, Marqués de Ca1íete y otros. Los encomenderos
de la Ciudad de Huánuco, conforme a estos repartos, en los siglos XVI, XVII y XVIII.
R elació n de ellos y sus repartimientos, segzín documentos oficiales. Las visitas de Fray
Domingo de Santo T omás, Juan de Mori y H ernando Malpartida, Diego Álvarez, Jerónimo de
Stlva, Dr. Cuenca e ltíigo Orfo; de Zúñiga al repartimiento de los Chupachos, para efecto de
la t asa. La extinción de la encomienda. Las "Ley es de Indias" y la realidad de la vida en la
Colania.

La encomienda era una institución legal en virtud de la que, la


Corona entregaba a un conquistador o b~nemérito, un número de indios
al mando de sus caciques y dentro de una jurisdicción territorial. Por
tal acto, el favorecido o encomendero, adquiría sobre sus encomendados
el derecho de beneficiarse con sus trabajos o tributos; obligándose, en
cambio, a protegerlos en sus vidas, adoctrinarlos en la fe católica, y de-
fender el Estandarte real, a caballo.
La institución de la encomienda trascendió, poderosamente, en la vida
jurídica , económica y política de la Colonia; a tal extremo, que no so-
lamente ella fluctuó la vida del Virreinato, en los siglos XVI y XVII,
smo que, pasando por el siglo XVIII, dejó sus consecuencias sociales.

La encomienda indiana en el Perú, como en América, nació en el


hecho real de que Pizarro debía recompensar a los que lo acompañaron
en el descubrimiento y conquista. Ellos debían tener parte en el botín,
conforme a las leyes de guerra de la época. Y el principal botín en el
Perú -al igual que en México y las Antillas- fué la tierra y los indios.
Bajo el título de encomienda se hizo, pues, el primer reparto de
indios. O, mejor, históricamente, la institución de la .encomienda en el
Perú, comenzó con una simple distribución de indios entre los primeros
214 HISTORIA DE HUÁNUCO

conquistadores. Acaso por ello se pretende identificar, repartimiento


con encomienda, siendo que existía diferencia entre ambos términos.
La encomienda, subrayamos, era una institución económica y política,
como opina Silvia Zavala. En tanto, repartimiento, fuera de su acepción
etimológica de repartir o distribuir, implicaba también la nominación
de una área geográfica poblada, sobre la que funcionaba tal institución.
Área geográfica cuyo dominio pertenecía a la Corona por derecho de
conquista, y la que no se dió en donación al enc~mendero; así como no
se convirtió a los indios en siervos adscritos a la tierra.
Por otra parte, si en América fué común el origen de la encomienda,
la peruana, diremos así, tuvo características especiales. Es que, cuando
se descubrió y conquistó el Perú, era la etapa continental; y la enco-
mienda había sufrido ya un proceso histórico y legal en las tierras de
las Islas Antillas primero descubiertas y colonizadas. De aquí que, en el
texto de la Capitulación de Toledo (1529) y cédulas complementarias,
se exigiera a Pizarra que, al establecerlas, cumpliese con las ordena.~lZas
de 1513 y 1526, .vigentes entonces. Asimismo, mientras que en las An-
tillas, verbigracia, el reparto de indios bajo su título no podía ser mayor
de 150, en el Perú un repartimiento comprendía varios pueblos, con
miles de indios 1 •

En el proceso de la encomienda peruana, desde su instalación, siglo


XVI, y su extinción en el XVIII, y, particularmente en el de la enco-
mienda en Huánuco, se distinguen tres etapas 2 •
La primera, que se inicia con Pizarra, se extiende hasta 15 5O. El
primer reparto de indios a título de encomienda, la realizó el Marqués
en agosto de 15 34, en Jauja; prosiguiendo en el Cusco en aquel mismo
año, y en Lima, en 15 3 5, 15 3 6 y 15 40; facultado, como estaba, por
cédula de 8 de marzo de 15 3 3, dada en Zaragoza. Pero, aunque en ella
se mandaba que se "haga repartimiento perpetuo de los dichos indios",

1 Los acápites presentes y otros de este capítulo, los hemos extraído de nuestro
libro El Derecho Indiano, donde tratamos, con amplitud, el tema. Capítulo VI: La enco-
mienda y el repartimiento; ps. 115 y siguientes.
2 En estos períodos o etapas, se vislumbran: su instalación, evolución de su concepto
legal y su reglamentación -como consecuencia del conflicto entre el Estado y el encomen-
dero, aquél en defensa del indio y éste en la de su preponderancia personal- y su decadencia
y extinción. Ya que las luchas que suscitaron las encomiendas, fueron el choque de la
posesión señorial de los conquistadores con la autoridad centralista de la Corona; la que,
al fin, hizo sentir a sus súbditos la fuerza coactiva del Estado, quedando la encomienda
como una institución económica y de trabajo.
CONQUISTA Y COLONIA 215
J
Pizarra sólo hizo depósito o reparto provisional, alegando nuevas ór-
denes de S. M.
En el reparto de Jauja, de 15 34, el Marqués encomendó a Francisco
Martín de Alcántara, su hermano de madre, el Repartimiento de los
Chupachos, en la jurisdicción de la "provincia de Guanuco"; reparti-
mi.~nto que a la muerte del favorecido, en 1541, pasó a su mujer doña
Inés de Rivera y al casarse ésta en segundas nupcias a don Antonio de
Rivera, su segundo marido; a quien, como veremos más adelante, le
quitó dicho repartimiento por tener "indios en términos de otra ciu-
dad" 3 • Después de Rivera fué encomendero de los Chupachos el cruel
Barrionuevo el Viejo, como declaró el cacique don Diego Xagua 4 •
Según Cobo, en 15 3 5, en la jurisdicción de la ciudad de Huánuco,
Valentín Pardavé era encomendero de "Conchucos en la provincia de
Guanuco", Juan de Espinosa, "hijo de Gaspar de Espinosa compañero
en la conquista de los capitanes Pizarro y Almagro, encomendador de
Collar-Pincos, en la provincia de Guama (líes)," Muñoz de Ábila en-
comendero de Guanuco, Sebastián de Torres encomendero de Guaraz,
Juan Esteban Silvestre, encomendero de Allarcagua" (Allauca Gua-
nuco) 5 •
En 15 3 6> el propio Marqués, extendió título encomendando los
pueblos de "Tarcho, Chinchao, Cayambo, Guamadeo y otros en la
provincia de Guanuco" a favor de Nicolás de Rivera el Mozo 6 •

3 Gobernación de Rupa-Rupa. Piezas de un pleito criminal seguido en la Audiencia


de Los Reyes contra el Capitán Gómez Arias Dávila . . . ( 15 59-15 60). Juicio de Límites entre
Perú y Bolivia. T. V, p. 196.
4 "Después que fueron de don Antonio de Rivera vino a este repartimiento Barrio-
nuevo el Viejo, vecino de La Paz, con cincuenta negros para sacar oro, e que con las molestias
que les hacían e por temor del dicho :Barrionuevo se ahorcó un cacique que se llamaba Cachi;
e que daban doscientos indios que mandaban con los negros e que a los indios e negros
daban toda la comida que había menester, e que p or ser tanta la comida que les pedían,
algunas veces no lo podían dar ... " ("Revista del Arch. Nacional del Perú", cit., T. 1,
Entr. 1 ~. p. 34.) (Barrionuevo sacaba oro de Rampatay, cerca a Pillao.)
5 Las letras y palabras que van dentro de paréntesis después de la palabra provincia
de Guama, es agregado nuestro. Porque se quiso escribir Guamalíes; pero los españoles es-
cribían Guamades, Guamalíes o simplemente Guama. - BERNABÉ CoBo: Historia de Lima,
Libr. 1 9 , p. 47.
6 "Revista del Archivo Nacional del Perú". T. IV, Entreg·a 1 9 • Año 1926, p. 15. Sa-
cado a la letra, la parte principal de este título, dice: "Don Francisco Pi2larro, Adelantado,
Capitán General e Gobernador por su Magestad en estos Reynos de la Nueva Castilla. Por
quanto: vos Nyculas de Ribera ..• por la presente, en nombre de su Magestad, conforme al
libro de repartymyento general, vos deposyto al cazique Payco, señor del pueblo Tarcho, con
los caziques de yuso contenidos; el cazique Avearme, señor del pueblo Chinchao, e el prencipal
Pa!taquore, señor del pueblo Cayambo, e otro pueblo que se llama Vinac,ho, e otro prencipal
que se llama Chapulimán, señor del pueblo Guambo, e otro prencipal que se llama Tincho,
e otro prencipal que se llama Canran, e otro prencipal que se llama Capan, que (es) señor
216 HISTORIA DE HUÁNUCO

De una "Relación" enviada a Lima, en 1548, desde Huánuco, se


desprende que el Marqués Pizarro realizó, en la jurisdicción de aquella
ciudad, el siguiente reparto:

Repartimientos Indios E11com e11deros

Chupachos . . . . 1.300 Feo. Martín de Alcántara.


Tanque-Guanca . 600 Feo. Martín de Alcántara.
Tarma y Chinchacocha 2.000 Alonso de Riquelme.
Lampas . . . . . . . . . . 1.500 Dr. Juan Vlásquez.
Chuguraguai (Icho-Guari) 1.300 Jerónimo de Aliaga.
Gatunhuailas (Jatun-Huaylas) 3.300 Dña. Francisca Pizarro (hija del Marqués)
Guari 800 Juan Esteban Silvestre
Guari 800 Bartolomé de Ta razona.
Pi neos 400 Diego de Carbajal.
Pi neos 600 Juan de Mori.
Caca, Taca (Mitimaes) 700 Juan de Vargas.
Anaiguajos (Anan-Yungas) 200 Juan de Vargas.
Arancay y Guarigancha 300 Garci Hernández.
Guacarach uco 500 Gonzalo de Guzmán.
Lampas .. Juan Velásquez.
Guaraz .. Sebastián de Torres.
Arancay . . . . . . . . 120 Garci Hernández.
Yachas 200 Juan Sánchez Falcón.
Yachas Garci Sánchez.
Ponte Anaiunga (Anan-Yunga) 150 Rodrigo Nieto.
Pisco bamba (Mitim aes) .. .. Rodrigo Núñez. 7

del pueblo Guamadeo, e otro prencipal que se llama Impi, e otro prencipal que se llama Chira,
e otro prencipal que se llama Guayguaya, señor del pueblo Cubra, e en el mysmo pueblo, otro
prencipal que se dice Chinchi, e otro prencipal que se llama Ananba en el dicho pueblo, e
otro que se llama Cuchache, que es de Guaylas, que es señor del pueblo Mango, e otro pren-
c1pal que se llama Chachacayo, que es de Guánuco, señor del pueblo Vilamarca, con todos los
otros pueblos e prencipales e yndios subjetos al dicho cazique prencipal Payco ••. Fecha en
la cibdad de los Reyes en treze dias del mes de Henero de myll e quynientos e treynta e
seys años,"
7 "Revista del Archivo Nacional del Perú", cit., T. IV, Entrg. 1 ~. p. 17. - Los
Reparfos, por RAFAEL LoREDo. Guánuco. Relación enviada por JuAN DE SAAVEDRA, y Otra
Memoria de Repartimientos de Guanuco, p. 229, 237. (El Cuadro lo hemos formulado nosotros,
respetando los nombres de los repartimientos, es decir, sin alterar la escritura del texto original,
salvo los de las personas. Los nombres que van dentro de paréntesis, nos corresponde y son
como debe haberse escrito.
CONQUISTA Y COLONIA 217

Los favorecidos con el reparto de Pizarro, abusaron de los indios


haciéndoles trabajar inhumanamente y exigiéndoles exhorbitantes sumas
por abono de tributos. Por otra parte, Pizarro, quitó algunos reparti-
mi.entos a sus tenedores y los encomendó a otros, sin causa o proceso
alguno. Este proceder se denunció a la Corona, motivando reales cé-
dulas e instrucciones, como la de 15 3 7, que fu·~ron portadas al Perú por
los obispos Berlanga y Valverde. Según ellas, Pizarro debía hacer repar-
timiento después de visitar los pueblos, informarse de la calidad de las
tierras y tasar los tributos, para poner coto a los excesivos cobros que
hacían los encomenderos, y se mandaba que los indios fueran bien tra-
tados como vasallos libres y que sirviesen moderadamente. Pero Pizarro
no efectuó la visita genera'!, ni fijó la tasa; aunque envió a algunos
visitadores para modificar el primer reparto hecho por él ren Jauja o
dividir la extensión de un repartimiento en favor de otros merecedores.

Con la muerte de Pizarro, se produjo la guerra civil entre los parti-


darios de éste y los de Almagro el Mozo.
Derrotados los rebeldes en Chupas, en 16 de setiembre de 1542, el
Lic. Vaca d.e Castro distribuyó los repartimientos de indios; quitando
a los que habían combatido a'l lado d·e Almagro, o subdividiendo los
más extensos para los que iban a restablecer la administración y residir
en las ciudades.
A Pedro de Puelles le envió a Huánuco, desde Vilcas-Huamán, cerca
a Huamanga, designando a los que debían ir con él y a quienes «les
dió título de encomienda", como dice Cieza.
Por dos documentos publicados, recientemente, por Rafael Loredo y
los mismos que se "encontraron entre los papeles que llevó La Gasea del
Perú y que a su muerte Legó al Colegio Mayor de San Bartolomé de
Salamanca" 8 ; sabemos que los que se instalaron en Huánuco y juris-
dicción, y merecieron repartimientos o confirmación de los que poseían,
eran los que figuran en el siguiente cuadro que hemos formulado:

S G11a1111co . (Relaci·Ón enviada por )uAN DE SAAVEDRA). Otra memoria de repartimientos


d e Guanuco. Los repartimientos vacos que hai en la ciudad de León son los sig uientes, porque
sus dueños son muertos. En: Los Repartos, de fs. 229 a 245.
218 HISTORIA DE HUÁNUCO

R.epartimien tos Indio1 E11co111 e11deros

Chupachos .. I.300 Pedro de Puelles . 9


Huanca . . . . 600 Pedro de Puelles.
Los Yaros . . . . 1.300 Francisco de Espinoza.
Caxatambo 600 Juan de Saavedra.
Caxatambo (Mitimaes) 150 IIlan de Salas.
Lampas 500 Juan Vlásquez (hijo).
Lampas 1.000 Pedro López.
Lampas 500 Licenciado Rodrigo Niño.
Guaraz 800 Rui Barba.
Guaraz 800 Cristóbal de Torres.
Conchuco 900 García Samamés.
Piscobamba 1.800 Facor Salas.
Guamalejos y Yaros 400 Rodrigo Tinoco.
Guanuco .. 200 Hernando de Vega.
Guanuco . . . . . . 400 Francisco Páez.
Guamalejos .. 200 Antonio de Garay.
Yachas .. 200 Garci Ramírez.
Yachas . . . . 200 Juan Sánchez Fakón (C. Barroso ).
Pariarca y Mitimaes 600 Fernando Alonso.
Ponte Anaiunga (Anan-Yunga) . 250 Rodrigo Nieto.
Guarigancha . . . . . . . . . . 150 Garci Hernández.
Lupaicacha y Mitimaes de Yanas 280 Hernando de Vega.
Guamalches (Guam alíes) . 200 Antonio de Garay.
Yachas . . . . . . . . . . . . 200 Garci Sánchez.
Chuguraguai (Icho-Guari) 1.300 Jerónimo de Aliaga.
Gatunhuailas (] atun-Huaylas) 3.300 Dña. Fea. Pizarro.
Guari . . . . . . . . . . . 800 Juan Esteban Silvestre.
Guari . . . . . . . . . . . 800 Bartolomé de Tarazona.
Caca y Taca (Mitimaes) 700 Juan de Vargas.
Arangay y Guarigancha 300 Garci Hernández
Guacarach uco . . . . 500 Gonzalo de Guzmán.
Mancha . . . . . . . . 500 Bernardino de Valencia.
Pariarca y Mitimaes .. 650 Hernando Alonso Malpartida.

Vaca de Castro al otorgar tí t~lo de encomienda, ordenó que se


aboliese el trabajo personal de los indios, conforme a las instrucciones
que había portado de la Corona; debiendo, en cambio, los indios abo-

9 En la carta a S. M. de doña Inés V da. de Francisco Martín de Alcántara, fechada en


Los Reyes, mayo 8 de 1545; se dice que Martín de Alcántara que era encomendero "de Xauxa,
los Llanos y Guanuco", tenía encomienda en Jauja con 600 indios, en los Llanos 200 en
2 partes y 3.000 en la provincia de Guanuco, que era todo sujeto a este pueblo, "e Vaca de
Castro ... sin causa y razón alguna e sin ser oida, me a quitado e despoxado de los indios
de Guanuco e les a dado a un Pedro de Puelles". Colee. Torres de Mendo=a, T. XLII, p. 197.
(Carta a S. M. de doña Inés vda. de Francisco Martín de Alcántara).
CONQUISTA Y COLONIA 219

nar el tributo en especies y "cosas que ellos tienen o crían o nacen


en sus tierras o comarcas". Mas, aunque se consignó en dichos títulos,
tal abolición no se llevó a cabo por las alteraciones que sucedieron en
el Perú, a raíz de haberSrc dictado las Llamadas "Nuevas Leyes".

Como ya tenemos dicho en capítulo precedente de este libro, el


trato inhumano empleado con los naturales por los encomenderos de
las Antillas, México, Nueva Granada y Perú, denunciados por Fray
Bartolomé de las Casas y otros, tuvo gran repercusión en la Corte es-
pañola. A tal extremo, que tales quejas motivaron la dación de leyes
protectoras de los indios, y las que culminaron con la abolición de las
encomiendas por las llamadas "Nuevas Leyes de 1542".
El texto de estas leyrcs, ampliadas, meses después, por las de Valla-
dolid, estab'lecían que no se convirtiesen en esclavos a los indios, a los
que se les consideraba vasallos libres de la Corona; y que se l.cs abonase
por su trabajo. Pero lo que irritó a los colonos del Perú, fué que ~e les
quitase y se pusiese en nombrrc de la Corona los repartimientos enco-
mendados a los funcionarios, gobernadores, prelados, etc., a fos que
poseían sin título, a los culpados en las guerras entre Pizarra y Almagro,
a los que habían explotado y dado malos tratos a los indios, y, final-
mente, se disponía que sólo el Rey podía otorgar encomiendas 10•
Cuando el Virrey Blasco Núñez de Vela, sin miramiento, puso en
ejecución estas famosas leyes, se produjo la sublevación de los encomen-
deros, encabezados por Gonzalo Pizarra, en el Cusco.
Durante la larga campaña bélica para someter al rebelde, de 15 44-
1548, que culminó en el desastre de Jaquijahuana, los indios sufrieron
tremendamente. Porque a más de abonar caprichosas y exhorbitantes
sumas, Jos utilizaron, en forma despiadada, como auxiliares de guerra
o bestias de carga.
Ajusticiado Pizarra y Carbajal, "el pacificador" La Gasea proveyó
las encomiendas, iniciando la segunda etapa histórica de ellas. Pero no
se atrevió a poner en vigencia las "Nuevas Leyes'', causantes de tantas
zozobras a la Corona. Por el contrario, trajo de España facultad para
derogarlas parcialmente.
En 17 de agosto de 1548, en el asiento de Huaynarima, cerca al
Cusco, asesorado por su secretario Pedro López de Cazalla y del Arz-

10 Ver en nuestro libro El Derecho Indiano. Capt. IV: Legislación y recopilación


indiana y su ' rep~rcusión en América y Perú en el siglo XVI, ps. 66 y sigts.
220 H ISTORIA D E H UÁNUCO

obispo Loayza, después de tres meSrcs de consultas, La Gasea realizó el


r eparto de indios como encomiendas; otorgando más de 150 en favor
de los que habían defendido o permanecido fieles al Estandarte real y
por un monto total drc 140.000 pesos oro anuales. La entrega de los
títulos lo hizo el Arzobispo Loayza, después de leer una carta del co-
misionado real y de escuchar misa y sermón de Fray Domingo de Santo
Tomás, en la Catedral del Cusco.
Los favorecidos por La Gasea 11 en la jurisdicción de la Ciudad de
Huánuco y corregimircntos, fueron:

Capitán Juan de Saavedra ......... .... .... .... ..... .. ......... . U500 p.
Capitán (Miguel de la) Serna ....... ..... .. ...... ..... . .. . .. . ... . U600 p.
Capitán (Valentín) Pardavé ...... ....... . ........ ..... . . .... .. . U600 p.
Lorenzo Estupiñán (de Figueroa) ........ .. ........ ...... ..... . . usoo p.
Antonio de Mendoza ... .. .. .. ... ........ . ........... . .. . ...... . usoo p.
( Capitán) Juan de Mari ...... ... .............................. . lUOOO p.
Juan Tello (de Sotomayor) .... .. ............ . ........... . ..... . usoo p.
Juan de Espinoza .. . .. ........ .. .................... . ......... . U600 p.
Garci Sánchez .. ... .. .. .. .. .. ... ......... . .................... . U600 p.
Martín Guzmán .. ... . ....... ... ............................. . U600 p.
Gonzalo Hernández de Hercdia . .. ............................. . uso o p.
Capitán Gómez Arias (Dávila) ................................. . U600 p.
( Antonio de) Grado .. . .. .. ... ........ . ........................ . U600 p.
(Juan de) Agama ...... . ... ... ................................ . uso o p.
J uan de Valladolid .......... . . ................................ . U200 p.
Sebastián Núñez .. .................... . ...................... . U200 p.
Diego de Rojas .. ....... . ... . ........ .. .......... . .......... . U200 p.
J uan Sánchez (Falcón) ......... . ......................... .. .... . U200 p.
(Luis de la) Reynaga ......................................... . UlOO p.
D iego de ( Solier) A ller ......... . .............................. . UlOO p.
G arcía Ortiz de Espincza ....... .. ............................. . U600 p.
Juan de Figueroa . .. ........... . ............................. . U300 p.
R odrigo Tinaco .. ... . ........... .. ............. ·............... . U400 p.
Hernando Alonso (d e Malpartida) ............................... . U400 p.
Juan Blázques (de Velásquez ) ... ................................ . U400 p.
Hernando de Silva . ... .. ... .. ................................. . 1U200 p.
Antonio de Garay . .... . ...................................... . U600 p.
J uan Gutiérrez ... . ........................................... . U300 p.
Antonio de C áce re s ................................ . .......... . U400 p.
Sebasti án de C azalla ........................................... . U400 p . 12

Al expedir los títulos de la donación -como califica Solórzano


P ereira a :la encomienda-, La Gasea mejoró el trabajo personal d·c los
indios, que debían estar al cuidado de sus caciques; estableció que los
e ncomenderos sólo podían cobrar el tributo, en dinero o especies, tasado
11
El repart o de Guayn arim a, po r R AFAEL LoREDO. R evista Histórica, T. XIII, ps. 115
Y siguient es. Y en el lib ro del mismo autor: Los R epart os, p. 3 54.
12
Los n ombr es y apellidos d entro d e pa r énte sis, n o ap are cen en el tex t o de r elación
CONQUISTA Y COLONIA 221

por las autoridades de la Corona, conforme a las cédulas de 26 de oc-


tubre de 15 41 y 13 de setiembre de 15 4 3; disminuyó a la tercera parte
la cuota que, hasta entonces, pagaban por repartimientos; y obligó qm~
los encomenderos tuviesen un clérigo o religioso para adoctrinar a los
indios; y autorizó la mitad de los indios para el servicio doméstico,
guarda de ganados o cultivo de sembríos del encomendrero.
Luego del «reparto de Guaynarima", para el fin dre inspeccionar
las encomiendas, tasar el tributo, etc., La Gasea nombró comisionados.
Entre otros, a Fray Tomás de San Martín, Fray Domingo de Santo To-
más, el Licenciado Santillán; los que, después de recorrer los territorios
que se les s.eñalara, informaran sobre ellos. Para Huánuco se designó a
Fray Domingo de Santo Tomás, quien realizó la visita y redujo la tasa
de los Chupachos y demás indios del valle del río Huallaga, y de los co-
rregimientos de Huamalíes y Conchucos. En el informe de esta su
visita, dirigido al Obispo Val verde, hace saber de la explotación que
sufrían, en particular los indios Chupachos, a los que sus encomenderos
los enviaban fuera de su jurisdicción, a grandes distancias, para el
laboreo de las minas, causándoles exterminio y pobreza, etc. 13
A los pocos meses de la visita efectuada por Fray Santo Tomás, en
20 d¿ marzo de 15 49, La Gasea nombró a los «vecinos de la ciudad
de León'', don Juan de Mori y Hernando Alonso Malpartida como vi-
sitadores de las parcialidades de los indios Chupachos, y a don Juan

de La Gasea. Lo hemos agregado, porque corresponde a dichos encomenderos, y para mejor


facilidad del lector. ,
13 Los caciques que declararon :rntc Ortiz de Zúñiga, afirman , uniformem ente, que
Fray Domingo de Santo Tomás fué el primer visitado r de los repartimientos de Huánuco.
Declaracione5 de Diego Xagua y Felipe Masgo caciques principales de los Chupachos y
Cochahuanca. Dicen más, que Fray Dcmingo quemó hs huacas de los incas q_'ue aún eran
"sc corridas por los indios". "Que las dichas huacas o adoratorios e ídolos que habían al tiempo
que el Presidente Gazca envió al Padre Fray Domingo a predicalles e visitallos, las quem ó e
derribó". "Cuando Fray Domingo les visitó les repartió a oada uno la coca que había de dar
de tributo, y éstos quedaron content os". "Revista del Archivo Nacional", cit., ps. 29-202. -
Fray Domingo de Santo Tomás y Navarrete, nació en Sevilla e ing re só a la orden de los domini -
ccs. Enviado al Perú en 1 no, fundó los conventos de Chincha, Chicama y Trujillo. E n 1545
fué nombrado prior del convento de Lima. Visit-0 la ciudad de Huánuco, y sus corregimientos
de Hu ay las y Conchucos. En 15 52 fué Vicario General del Perú, y en 155 3 Provincial.
En 155 6 regresó a España y estuvo en Italia. Retornó al Perú en 1562. En 1567 concurrió
al Segundo Concilio Provincial de Lima. Murió el 28 de febrero de 1 570. Autor de la primera
gramática de la lengua quechua y gran quechuólogo. En 1560 publicó en Valladolid Gra-
mática o Arte de la Lengua Gene ral de los Indios de los Reyuos del Per1í. (Ver: MENDI-
nuRu: Diccionario Histórico-Biográfico; Los Concilios Límcnses, por el padre DoMINGO
ANGULO, "Revista Histórica". T. X , Entr. ¡'il y sigts., 1936, P. RIVET y GEORGES CRÓQUr-
MoNTFORD: Bib{iographie des tangues aymara et /lima. Vol. 1'\ (1540-1575). Colee. D.I.H.A,
T. VII, p. 371.
222 HISTORIA DE HUÁNUCO

de Morí y García Ortiz de Espinoza de los «yndios Y aros encomendados


de don Antonio de Garay e yndios mitimaes de Juan Sánchez e los
mitimares de Hernando Alonso y los yndios de Rodrigo Tinoco"; a
efecto de fa tasación de los «tributos que los naturales. destos Reynos
an de dar a sus encomenderos".
La «visitación de Jos pueblos de los yndios Chupachos", comenzó
el 13 de junio de dicho año, en d pueblo de Uscamarca, y terminó el
2 5 de agosto del mismo, en la ciudad de Huánuco.
Según los actuados, el repartimiento de los. Chupachos estaba divi-
dido en cuatro parcialidades o «guarangas", cuyos caciques principales
respondieron a los nombres de: Páucar-Guaman, Quirin, Chincha-Poma
y Marca-Pari. Los visitadores hallaron en las cuatro parcialidades un
total de un mil doscientos dos indios tributarios, casados, y cuatro-
cientas treinta y seis indias viudas (de los "quatro mill yndios del
tiempo del ynga"); «todos los quales -dicen- contamos e bisytamos
en ciento e quarenta e tres pueblos y estancias".
En el mismo cuerpo de la relación de dicha visita, consígnase tam-
bién importantes datos; sobre todo, las cantidades de especies que abo-
naban los indios a sus encomenderos y las que daban a los Incas; la
variredad de trabajos que, en calidad de tributo, realizaban; la calidad
de las tierras, etc.
He aquí lo que, conforme a las deposiciones de los referidos caci-
ques, abonaban en dicho año cLe 15 49 y lo que debían abonar en los
posteriores, los indios chupachos a su encomendero el Capitán Gómez
Arias Dávila, en Huánuco. Cada mes daban 200 piezas de mantas y
camisetas (en adelante 80 piezas cada 15 días); 12 cántaros de miel
(en ade'l ante 10); cada quince días 20 costales de cabuya; cada 15 días,
cincuenta panes de ceras (en adelante 40); cada 15 días, cuarenta pares
de alpargatas (en adelante 3O pares); cada mes cuarenta panes de sal,
en verano, veinte en invierno; cada semana veinte fanegas de maíz y
diez de papas (en adelante 15 de maíz y 6 de papas); 1 O gallinas cada
día (en adelante 6); cada semana 2 ovejas. Declararon «que dan"
veinte carpinteros para obras; treinta "cumbicos" con sus mujeres para
haoer ropa de lana; cuarenta mitimaes para servicio de casa; seis pes-
cadores (en cuaresma diez) ; ocho indios para cuidar puercos. Dijeron
que le "han sembrado" cuatro chacras de trigo cada huaranga, dos de
algodón; que se destinan diez indios para dichos cultivos; treinta indios
y treinta indias para el cultivo de h coca; ocho tejedores y olleros;
veintinueve yanaconas e indias.
Los 143 «pueblos y estancias" visitados por Juan de Mori y Her-
CONQUISTA Y COLONIA 223

nando Alonso Malpartida, fueron los siguientes: (pueblos): Uspamarca,


Naoca, Huaychau, principal Yacallua; Jayle, Coachi, Quinoas, Goane,
Adeoquello, Achinga, Cochatama (mitimaes de Canta), Ambo, Guinra>
Siquili, Huancas, Guacaquín, Cava, Guacay, cacique principal Chincha-
Poma; Goambo, Goavya, Queros, Piruro, Sora, Pacta, Gangor, Pillao,
Chaca, Chinchi, Chinchao (despoblado), Racha, Picán, Cochaguanca,
Cazaca, Rancaca, Conoguara, Canea, Ponteca, Guanucha, Marcaguapi,
Guanduanga, I.:atacocha, cacique principal Marca-Pari; Pequeta, Guan-
cayo, Chanllan, Cancán, Rondo, Calligoa, Ingagalpo, Huanca, cacique
_principal Xulca-Cóndor; Mul, Papos, principal Vilcachugoa; Atas,
Corcalla, principal Yapuri; Cocos, principal Caxuamasa; Cachucho,
Malcunga (mitimaes de Chachapoyas, Cayambes y Pal tas), Marambuco
(mitimaes del Inca), Chunamarca, Matao, Icho, Cauris, U ras, Pomay-
guasi, Canchapara, cacique principal Páucar-Guaman; Canis (Y aros),
Caracara, Y aros, Chupa, Pavina, Cachu, Cama, Puna, Paina, Guicha>
Xaxapari, Macara, Quillo, Goallaura, cacique principal Quirín; Lluca,
Vica, Ichocán, Cira, Tuculla, Suncho, Guancamarca, Auquimarca, Po-
yacán, Charqui, Yapal, Saura, Guáncar, Sulcha, Hunga, principal Ca-
yas; Quero, principal Quixuy; Llanguibamba (mitimaes Cayambes)
principal Guacumba; Bisca, Gualpo, Pacón, Canra, Malangalli, princi-
pal Pariavilca; Chanchán, Cochacalla, principal ]aban; Choquis (mi-
timaes Guaylas, Atabillas y Taramas), principal Manaynacipa; Malea,.
Pirca, Toronga, Pichia, Cauripuma, principal Pomaraqui; Tampo, Ro-
cro, principal Ibea; Claxapagua, Mycho, Carcatay, Mantacocha, Quera,
principal Limaco; Paseo) principal Lacsa; Taquiri (mitimaes que sacó
Pedro de Puelles), Otao, Culpacocha (mitimaes de Huaylas), principal
Pichomachi; Mauz, Pixixi, Quinagua, principal Arcay. (Estancias):
Mul, Pinuia, Colagagana 14 •
Escuchando a sus visitadores y a sus solicitantes, La Gasea procedió
al reparto de nuevas encomiendas, en enero de 15 5O. En Ja jurisdicción
de Huánuco, favoreció a Rodrigo Nieto, a Juana de Castañeda, mujer
de Francisco Malaver Montoya, a don Bartolomé de Tarazana, y mejoró
a Juan de Mori. · En el cuerpo del título otorgado en dicha fecha al
nombrado Capitán Mori, se halla especificado todo lo que acabamos de
reseñar. De su lectura, así como del que hemos trascrito más adelante,

H Archivo General de Indias. Sevilla. Justicia. Legajo 397. La Visita de los Indios
Chupachos, 1549 : En "Travaux de L'lnstitut Franc;ais D'Etudes Andines", 1955-56. T. V.
Vol. l, ps. 24, 39, 40:
224 HIS1 ORIA DE HUÁNUCO

podemos deducir cuán aflictiva era la condición de los indios en las en-
comi.~ndas del Perú, antes de estas "benignas condiciones" impuestas
después del ajusticiamiento de Gonzalo Pizarra 15 •

Después de La Gasea, don Andrés Hurtado de Mendoza, reafirmó


que los indios abonasen a sus encomenderos tributos conforme a la tasa
oficial, y que no se les empleas.e en trabajos personales. Aunque per-
mitió que se tomase cierto número de indios varones y mujeres, para el
trabajo doméstico y servicio de los tambos, abonándoles su jornal. Tam-
bién nombró visitadores y gravó las rentas die las encomiendas que va-
caron para el sostenimiento de la Compañía de los Gentiles Hombres
de Lanzas.
Los visitadores para Huánuco fueron don Jerónimo de Silva y el
Lic. Diego de Álvarez, quien.~s si cumplieron su cometido, no lo hi-
cieron en complacencia del Virey e intereses de la Corona rn.
Por su parte, el Conde de Nieva, don Diego López de Zúñiga, agregó
en el título de los encomenderos la fidelidad al Rey; reglamentando la
sucesión en segunda vida. Fué él, en unión de los comisionados reales
Lic. Breviesca de Muñatones y de don Diego de Carbajal, quien envió,
en 4 de mayo de 15 62, el informe sobre las consecuencias políticas que
traería la perpetuidad de las encomiendas, que pretendía establecer la
Corona. Por las razones de este informe, en el que co 1aboró el jurista
indiano Polo de Ondegardo, se desechó la perpetuidad planeada por
Felipe II.
Este Virrey y los comisionados, repartieron encomiendas y situa-
ciones en no pequeña escala. En Huánuco s·e encomendó a Hernando
Carrera los indios de Huacrachuco, y a don Antonio de Garay al prin-
cipal de Xapaca 17 •

rn Luis ToRRES DE M ENDOZA: Colección de Docum entos Inéditos, efe. T. XXV, p. 5.


Triunfante su alzamiento y dueño del gobierno, Gonzalo Pizarro repartió encomiendas o
mejoró con ellas a sus amigos y partidarios más destacados. Así, en Huánuco, distribuy ó los
siguientes repartimientos: Piscobamba (una parte) a favor del Factor Salas; Pisco bamba (or.ra
parte) a Antonio de Grado; Piscobamba (una tercera parte) a Juan de Agama; Cajatambo
a Juan de Saavedra; Guamalches (Huamalíes) a Rodrigo Tinoco y Juan S:ínchez Falcón. (Los
R epartos, por RAFAEL· LoREDO, p. 229-24 5.)
lG Gobernación de R11Pa-Rupa, en Juicio de Límites entre Pení y Bolivia, cit.
página 96.
l 7 Relación de las provisiones, encomiendas de indios, libranz.as y mercedes que dieron
el Virrey Conde de Nieva y ·comisarios a los vecinos del P erú. s. f. Goberna-ntes del Perú.
Cartas y Papeles. Siglo XVI. T. JI. Apéndice al T. 1, ps. 582, 584.
CONQUISTA Y COLONIA 225

Bajo su gobierno se efectuó la visita de las encomiendas, conforme


a la real cédula de 23 de julio de 15 59 para la Audiencia de Lima, y a
fin de "tasar y declarar los tributos, rentas y derechos".
Iñigo Ortiz de Zúñiga, en 15 61, fué designado por el Rey par3
realizar la visita del Repartimiento de los Ch u pachos. y Y achas en Huá-
nuco, y las encomiendas de Gómez Arias Dávila, Lorenzo Estupiñán de
Figueroa, menores de Gonzalo Hernández de Heredia y Juan Sánchez
Falcón 18 • Esta comisión debióse a las quejas que formularon los indios
chupachos y yachas contra dichos encomenderos, que se excedían en el
cobro y los sometían a duros trabajos; suplicando nueva tasación de
tributos, como lo facultaba las ordenanzas.
Las instrucciones contenidas en la real cédula despachada para la
visita, se refieren a la forma cómo debía hacerse el examen de los indios,
averiguar sobre los tributos que pagaban, si eran sometidos a trabajos
forzados, los excesos de los encomenderos; los tributos que abonaban en
tiempos de los Incas; trabajos en que se ocupaban, especies y forma en
que abonaban los dichos tributos, etc.
El Virrey transcribió la cédula al Cabildo de Huánuco en 8 de enero
de 15 62, y el 22 del mismo mes y año, el Comisionado juró el cargo en
Huánuco y comenzó la visita, pueblo por pueblo y casa por casa; se-
cundado por el escribano Diego Muñoz Ternero y del intérprete de la
lengua quechua Gaspar de Rodas.
Con celo y minuciosidad, Ortiz de Zúñiga 19 visitó los pueblos del
extenso repartimiento de los Chupachos y Yachas, tomando declara-
ciones a los caciques principales y habitantes de esas encomiendas, con
arreglo al interrogatorio de "molde"; llegando a saberse del estado
cultural, económico y social de los naturales en el valle y cercanías
de la ciudad de Huánuco.
En el lapso de dos meses, Ortiz de Zúñiga visitó los siguientes pue-
blos: Chaglla, cacique principal Diego Xagua; Lacea, Chuco e Isna,
cacique Baltazar Guacache; Auquimarca, Huancamarca y Puncho, ca-
cique Francisco Nina Paucar; Chuqui, Succhisiclla, Sangara, cacique
Juan Pulca; Sangara y Pucco, principal Cristóbal Chapa; Puna, Caxa-
paico y Suyllo, principal Francisco Guacllas; Chupa, principal Diego

18 "Revista del Archivo Nacional del Perú". Ts. 1, 11, 111. Años 1920-1925. "Visita
hecha por mandato de su Magestad e de los señores comisarios del su Consejo po.r Iñigo Ortiz
de Zúñiga, visitador para ello nombrada del repartimiento de indios encomendado en Gómez
Arias Dávila, vecino de Guanuco, ante Diego Muñoz Ternero, Escribano".
19 lñigo Ortiz de Zúñiga, casado con doña Luisa de Villagrán, era de distinguida
e.stirpe. Después de su visita a Huánuco, el Conde de Nieva lo nombró Couegidor de An-
.quipa, en 15 63.
226 HISTORIA DE HUÁNUCO

Marco; Yurtuna, principal Sebastián Mallu; Icho y Matao) principal


Martín Capari; Ananchuchos, principal Juan Huaman Chinchy; Guar-
po y Pacco, principal Domingo Sangao; Chisca y Chinchao, principal
Bartolomé Parabilea; Cochacalla, principal Simón Aleato; Callagoa,
principal Juan Bautista Llupa Chuchi; Imiga Hualpo, principal Cristó-
bal Marcayalli; Pico, principal Gerónimo Pacharaqui;· Coruma, principal
Mateo Maleo; Patta, principal Antón Mayo Poma; Maleonga y Llaqui-
bamba, principal Hernando Quiambra; Santar y mitimaes de García
Inga, principal Martín Pachya; Surín Pillao y Hanán Píleo, principal
Domingo Guamanyari; Chaca, principal Hernando Chimbay; Tambo
principal Hernando' Yalí; Cascapahuas y Carcatay, principal Alonso
Llupa; Cochahuanca, principal Fernando Marca Pari; Xigual, principal
Andrés Huaylla Huamán; Marca Huaca, principal Felipe Masgo; Uchec,
principal Martín Arcay; Marcay de Caya y Corpacocha, principal An-
drés Huamán Yupa; Manta Cocha y Quileay, principal Martín Rimaco;
Uspa y N auco, principal Andrés Y acallo; Quingoas y Acos, principal
Francisco Yapurí; Atoe, principal Juan Bautista Yuparí; Allauca Ru-
mac, principal Lázaro Marca Pari; Chusqui, principal García Inga;
Corumac y Ambo, principal Sebastián Mancas; Chauca y Guancayo,
principal Cristóbal Pulea Cóndor; Rondo, principal Gonzalo Cocha-
che; Pacta, principal Miguel Aira Guamán; Achinga, principal Fran-
cisco Chuquiyauri; Ateos, principal Martín Rumec; Queros, principal
Diego Chuchupáucar; Juan Bautista Casa Chahua, principal de Guare
Auchi y Huacas; Caure, principal Antonio Huaynacapcha; Yacán,
principal Piloananga; Pachacoto, principal· Cristóbal Alcacóndor; Páu-
car, principal Martín Tomaychagua; Guácor, principal Domingo Po-
machaua; Chacapampa, principal Hernando Maquirique; Huanancocha,
s. p.; Pilleo, principal Alonso Huanca; Pigual~ principal Juan Cóndor
Y auca; Cochamarca, principal Topia Huaraca; Quileay, principal Gas.
par Gayogar; Curamarca, principal Cristóbal Condochi; N auca, prin-
cipal Andrés Auquiyirí.
Cumpliendo con las reales provisiones, el Licenciado Lope Garcí a
de Castro, sucesor del Conde de Nieva en el gobierno, empezó a
formar catastro general de las encomiendas y terminó la reglamenta-
ción de la sucesión. Mandó, asimismo, que los encomenderos se casasen
dentro de los tres años, conforme a las cédulas de 19 de noviembre de
15 51 , y 15 de enero de 15 61; y limitó a 2.000 pesos como renta má-
xima de los repartimientos en favor de sus encomenderos, distribu-
yendo el sobrante de dicha suma en diversos fines, conforme a la cé-
dula de 30 de noviembre de 1568.
CONQUISTA Y COLONIA 227

Esta medida concluyó, diremos así, la obligación. de los encomen-


deros de abonar el 5 % a la Corona, mandado ren 15 5O y puesta en
práctica por la Audiencia. También Lope García de Castro, mandó
visitar las encomiendas. Encomendando la visita de la jurisdicción de
la Ciudad de Huánuco, al Dr. Gregorio González de Cuenca, 15 66 20 •

El Virrey Toledo, de fecunda y eficaz labor, inicia la tercera etapa


histórica por la que atravesó la encomienda peruana, hasta su extinción
en 1721. En este período se regula jurídicamente, su existencia. Mejor
dicho, el poder del Estado español le convierte en simp~e institución
del engranaje administrativo, pasadas ya las dos primeras etapas en
las que, el conquistador convertido en encomendero, pretendió impo-
ner su espíritu anárquico, inclusive enfrentándose a la Corona.
Toledo, conforme a las instrucciones de 15 68 y reales cédulas,
realizó personalmente la visita de gran parte. del territorio virreinal;
procediendo a fundar pueblos para los indios que, en los repartimientos
proseguían viviendo en sus antiguos gentilicios. La de reducir a los
naturales a nuevas áreas pobladas, fué labor de los encomenderos,
secundados por los caciques 21 •
Y respecto de las encomiendas, luego de percatarse de lo que suce-
día y, siempre, protegiendo a los indios; reafirmó la fidelidad de
sus poseedores a la Corona; proveyó las vacantes a los descendientes
de los primeros conquistadores y colonizadores, conforme a sus méri-
tos; obligó, bajo pena de perderlas, que residiesen en la ciudad capital
del distrito de la encomienda, y que abandonasen los repartimientos,
donde podían tener sólo a sus escuderos; prohibió que tuviesen here-
dades cerca a los pueblos de los indios, para evitar que se apropiasen
de sus tierras; y que no se negociase con los indios encomendados, ni
permitiesen realizaran los frailes. Aseguró el buen ·trato de los indios,
reglamentando sus trabajos y defendiéndolos de la tiranía de sus enco-
menderos. Mandó que en las encomiendas hubiese un sacerdote por

20 Carta del doctor Cuenca acerca de la visita y tasa que hizo de Las ciudades de
Trujillo, Huánuco, Cháchapoyas y Piura, 15 66. Archivo de Indias. Cit. de LEVILLIER' en
Don Feo. de Toledo Supremo Organizador del Perú. T . 19, p . 123.
21 El escritor Manuel Bdaúnde Guinassi sostiene que Toledo, durante su visita, con-
virtió muchas encomiendas en pueblos. La En comienda en el Perú, p. 206 . Esta afirmación
no es exacta. Durante el gobierno de die.he Virrey, los repartimientos de indios, en todo e1
Virreinato, se redujeron a nuevos p ueblos fundados por españoles.
228 HISTORIA DE HUÁNUCO

cada 500 indios, cuyo abono no debía gravarse a los naturales; que
ningún indio sirviese contra su voluntad, debiéndos.e. abonar sus sa~a­
rios en sus propias manos, para evitar que fueran defraudados por
los caciques, a los que les prohibió los alquilaran o retuvieran para
trabajar en su provecho. Y, finalmente, suprimió la conmutación,
por la que, en cambio del abono de los tributos, los indios prestaban
sus serv1c1os personales; lo que, en realidad) redundaba en una explo-
tación.
En 1572, Toledo encomendó algunas encomiendas vacas de la Ciu-
dad de Huánuco. Tales los indios. de Siguas al Capitán Miguel de la
Se~na 22 y el repartimiento de Huacrachuco a Francisco de Valverde 23 •
Estos repartos los realizó Toledo en forma provisional 24 •
En un documento oficial -Relación de los oficios, etc.- remi-
tido a la Corona, en 1583, por el Virrey don Martín Enríquez, a la
sazón gobernante del Perú, aparece la nómina de los repartimientos,
encomenderos, número de indios del Virreinato y particularmente
de los 3 corregimientos de la Ciudad de Huánuco 2 ~. Con tales datos
formulamos el siguiente cuadro:

22 "Revista Histórica del Perú". T. III, Trm. iII, p. 314, 1908. Refiriéndose al reparti-
miento encomendado al capitán Serna, Toledo se expresa así: "En siete de abril de dicho año
se encomendaron al capitán Miguel de la Serna los indios de ziguas en los términos de guanuco
atento a lo que iha servido a su magestad en estos rreinos en 36 años que a que está en ellos
especialmente en la conquista y alzamiento de los naturales y en alzamiento de los de Chile
y en compañía del licenciado Vaca de Castro en la vatalla que se dió a don diego almagro
y en el alzai:niento de gonzalo pizarro y en alzamiento de francisco hernández girón y fué
uno de los capitanes que le prendieron en lo cual todo sirvió con mucho lustre". "Documen-
tos del Virrey Toledo".
23 "Revista Histórica", cit. p. 326.
24 "Revista Histórica", cit., p. 326 y sigts.
25 Relación de los oficios que se proveen en el Reino del Perú, de las personas que los
confieren y de los salarios asignados a ellos. Años 1578 a 1583. Juicio de Límites entre el
Perú y Bolivia. T. I 9, Prueba Peruana, p. 255.
CONQUISTA Y COLONIA 229

CORREGIMIENTO DE LOS HUAMALíES'

Repartimien to Encomenáero Inds. Trhs. Pobl. T. Pueblos

Huamalíes Juana de Castañeda 403 1.965 El Nombre de Jesús,


San Feo. de Huarín.
lcho-Guánuco Antonia Velásquez 416 2.148 S. Pedrn y S. Pablo de
Singa, S. Nicolás de
Miraflores, S. Feo. de
Yanas, Puños.
Allauca-Guánuco . .. . Diego de Tarazona 63 347 Sta. Ana de Sillapata.
lcho--Guánuco Petronila de Mendoza 320 1.5 8 5 San Lorenzo Pachas, S.
Francisco Cascanga.
Aneyunga . . . . . . . . . . Petronila de Mendoza 1.585 Reducidos en un
pueblo.
Pariarca . . . . . . . . . . . . Corona Real 252 1.217 S. Pedro de Huarqui,
San Cristóbal de Cha-
quín. (Beneficiaria de
los tributos por vida
María de Solier, luego
para las Lanzas).
Aney ungas . . . . . . . . . Corona Real 168 711 Aoomayo, Chihcl1ao,
Huamancota. (Benefi-
ciaria de tributos Ma-
ría de Solier, luego para
las Lanzas) .
Aneyungas . . . . . . . . . R odrigo Nieto 70 246 S. Feo. de Chinguir.
Ancas y Yacas . . . . . . Martín de Guzmán 434 2.11 O Asiento de Chulqui,
Concepción de Conis,
S. Antonio de Rondos
Huarigancha y ...
Arancay . . . . . . . . . Catalina de Silva 394 1.840 Reducidos en el pueblo
de Huacaca.
Huacrachuco Cpt. Juan de la Reinaga 393 1.653 Sto. Domingo de Hua-
crach uco.
Mancha Juan Me!. de Saavedra 348 1.845 S. Pedro de Huacay-
bamba y San Antonio
de Mancha.
230 HIST ORIA DE HUÁNUCO

CORREGIMIENTO DE T ARMA Y CHINCHA YCOCHA


R epartimiento Encomendero Inds. Trbs. Pobl. T. Pueblos

Chinchacocha .... . . . Cpt . J. Tello de So-


tomayor 3.912 10.797 Los Reyes, S·. Julio de
Sondo res, Carhuamayo,
Ninacaca, San Miguel.
Yaros-Chaupe-
guarangas . ...... . Juan de Garay I.041 4.821 s. Juan de Villanueva
de Yamacoy, Sta. Ana
de Tusi, S. Feo. de
Mosca, N .S. de la Con-
cepción de Vico,' Sta.
María Magdalena de
Chinesa, S. Juan Bau-
tista de Huariaca, S.
Pedro de Pillao de
Huerca, S. Domingo de
Angasmarca.
T ambo ....... . .... Cpt. Diego de Rojas 502 2.508 S. Pedro de Pillao, San
Bartolomé.
Hu:imalíes ......... Garci Sánchez 197 1.03 8 San Pablo.
Cayna ....... .... . Juan M' de Saavedra 110 489 San Pedro de Cayna.
Pueblo de Huánuco Juan Núñez de
Saa vedra 42 242 Reducidos en San Pe-
dro de Choras, junto
con otros indios.
Ch u pachos . . ....... Juan Arias Dávila 905 4 .751 N. Sra. de Monserrate
de Coni, Sta. Ana de
Taulicán, S. Lorenzo de
Sunchuytambo, S. Mi-
guel de Huácar, S. Feo.
de Cay rán, S. Pedro de
Acomayo.
Yachas .... .......... Juan Sánchez Falc-On 209 1.009 S. Lorenzo de Pachas,
S. Feo. de Ccquín, S.
Juan de Paucar.
Huamalíes . ........ Martín de Guzmán 128 589 San Juan ' de Cacha,
Mitimaes . ... .. . .. . . Ju an Sánchez Falc-On 254 1.089 Quilcay y Vinchus.
Yach as ... . ... .. . ... Garci Sánchez 178 947 S. Lorenzo de Cac.hal,
S. Feo. de Coquín , S.
Juan de Paucar.
Yanamates .... . ..... Martín de Guzm:ín 136 721 S. Feo. de las Nieves,
S. Juan Bautista.
Tarma ..... ........ Ana de Figueroa 999 5.757 Sta. Ana de Ribera,
Sta. Cruz de Tapo, S.
Miguel de Ocobamba,
S. Cristóbal del Pal-
canta¡o, S. Jeronimo
/f de Pixui y pueblo Sa-
linero.
CONQUISTA Y COLONIA 231

CORREGIMIENTO DE CONCHUCOS

R ej1artimiento Encomendero Inds. Trbs. Pobl. T. Pueblos

Allauca-Guari . . . . . . Corona Real 826 4.240 S. Gregorio de Huantar,


S. Juan de Yaquia, S.
Domingo de Carás.
Tch11-Guari . . . . . . . . . Inés de Figueroa 879 4.590 S. Luis de Chuquibam-
ba, S. Martín de Cha-
cas y S. Andrés de
Yamedín.
Conchucos . . . . . . . . . Catalina de Morí 760 4 759 Sto. Domingo de Tau-
ca, S. Marcos de Llapo,
S. Pedro de Corongo.
Conchucos Valentín Pardavé 873 5.710 S. Juan de Pallasca, S.
Juan de Sicllabamba.
Piscobamba Miguel de la Serna 640 3.871 S. Pedro, S. Pablo de
Piscobamba, S. Juan de
Poma bamba.
Pedro de Espinoza
Allauca-Pincos Campo 520 2.831 S. Marcos de Chupán,
S. Jerónimo de Huaca-
chi, Huachil.
Gaspar Ortiz de
Ichos-pincos ........ . fa pin osa 368 1.977 S. Domingo de Huachi,
S. Feo. de Pancas.
Siguas Miguel de la Serna 242 1.213 Sta. María de Chicao.

Años antes de 1590, se agregó a la ciudad de Huánuco las enco-


miendas de Huaylas y Cajatambo. Dichas encomiendas, encomenderos,
indios tributarios y demás, eran:
232 HISTORIA DE HUÁNUCO

CORREGIMIENTO DE HUA YLAS

Repartimiento Enccnnendero Inds. Trbs. Pobl. T. Pueblos

Hu:rylas .... ....... Gerónimo de Guevara 2.690 S. Pedro de Caruás.


S. Domingo de Yun-
gay, S. Pedro de Mato,
N. Sra. de la Concep-
ción de Huaylas, S. 11-
defonso de Carás y S.
Luis de Macati.
Recuay .......... , Juan de Aliaga 3 .199 17.103 Santiago de Pira, S. Je-
rónimo de Quihoe, S.
Ana de Chuco, S. An-
tonio de Padua, S. Juan
de Pararin, S. Alfonso
de Recuay.
Marca y Huarás . . . . Hernando de Torres 1.619 9. 2 14 S. Lorenzo de Vega, S.
Gregorio de Huayla-
pampa, Magdalena de
Huacra, La Verónica de
Jaén de Ricaspampa,
Huarás.

Huaylas Juan de Aliaga 251 849 En varios pueblos.


Huaylas Gonzalo de Cáceres Mitimaes.
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Croquis del Plano de la Fortaleza de Huánuco el Viejo. (R. Enock. 1904.)


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Croq ui s del Palacio del Inca, Huánuco el Viejo. ( R. Enock. 1904.)
CONQUISTA Y COLONIA 233

CORREGIMIENTO DE CAJATAMBO

Repartimiento Encom-endero Inds. Trbs. Pobl. T. Pueblos

Ambar y Cajatambo Juan Fdez. de Heredia 1.774 7.267 Ntra. Sra. de Calata-
yud, La Magdalena de
Cajatambo, S. Feo. de
Mangas, Sta. Marta de
Ambar, S. Cristóbal de
Tomao.
L1mpas ..... _ .... _ . Juan Blásq'Uez 1.579 7.149 Reducidos en cinco
pueblos.
Ocros ... . . _ _ .... _ . Fdo. Niño de Guzmán 987 4.458 S. AgustÍn del Valle, S
Benito de Huayllaca-
yán, S. Domingo de
Copa.
Ambar ............ Lucía de Montenegro 2.084 11.840 No están reducidos 26.

El Virrey García Hurtado de Mendoza, por 1592, encomendó a don


Luis Morales de Figueroa, efectuase la relación de las encomiendas exis-
tentes en el Virreinato de Lima, con especificación de provincias, número
de indios tributarios, renta anual para los encomenderos y el quinto para
la Corona, conforme lo mandado por la real cédula de 1 de noviembre
de 15 91. Morales de Figueroa 27 confeccionó del Distrito de H uánuco
el cuadro que va en seguida. Resultando existir entonces, en su juris-
dicción, hasta 37 encomiendas, a saber:

Encomiendas Ind. Tributo Tributo anual Quinto Real


Ps. Grs. Toms Ps. Toms Grs.

Chinchaycoaha 1.912 6.639 4 1.327 7


Pampas ... . . ....... . 1.5 69 5.449 4 1.089 6
Y aros ..... . .. ....... I.041 4.873 6 974 6
Chupachos ........... 605 2.265 6 8 473 4
T:irma .... .......... 999 3.716 2 743 2
Conchucos ........... 882 3 .281 2 656 2

2 6 Para facilitar al lector, hemos separado ciertas palabras formadas por dos quechuas;
verbigracia: Ibahocaguanuco por Ichoca Huánuco, que quiere decir: Huánuco de Izquierda.
2 7 "Relación de los indios tributarios que hay al presente en estos reinos y provincias del
Perp, fecha por mandado del señor Marqués de Cañete, la cual se hizo por Luis Morales de
Figueroa por el libro de las tasas de la visita general • . . razón de los tributos que pagan en
cada año a sus encomenderos y lo que nuevamente han de pagar de servicios a S. M. por
el quinto, conforme a su real cédula", fecha en el Pardo a IQ de Noviembr·e de 1591, ate.
En Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organ~
zación de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, por Luis Torres de Men-
doza. T. VI, p. 45.
234 HISTORIA DE HUÁNUCO

Encomiendas Jnd. Tributo Tributo anual Quinto Real


Ps. Toms Grs. Ps. Toms Grs.

Ichoca-Huari ..... . . . 879 2.273 6 654 6


Marca . ... ......... . 910 2.931 4 586 2
Allauca-Huari .....• • . 826 3.075 615
Conchucos 760 2.831 2 566
Huarás .... . .. ..... . 709 2.284 6 456 7 7
Piscobamba . . ....... . 645 2.240 448
Sihuas .. . ..... ..... . 242 840 168
Ichoca-Huánuco ... ... . 431 1.708 341 4
Ichoca-Huánuco . . .... . 416 1.652 4 330 3
Allauca-Huánuco . . . . 42 143 4 248 5 7
Mancha ... ... ... . .. . 348 1.293 258 4 10
Cayna ..... .... ..... . 110 3 68 73 4 10
Huamalíes . ..... .. . . . 372 1.230 246
Huamalíes ......... . . 1.917 682 4 136
Yachas . .... ..... ... . 178 616 123
Tambo .. . ... . . . .... . 512 l.77S 355 4 10
Huamalíe5 . ... ..... . 1:2 8 441 81 7
Angas-Yacas ....... . . 3 81 1.104 4 3 200 10
Yanamates ....... ... . 136 469 93 6
Allauca-Pincos ...... . 520 1.806 361 7
Ichoca-Huánuco . . ... . 320 1.106 221 7
Anan-Yungas .. ..... . 75 269 59 1 7
Pariarca .. .... ...... . 229 743 6 148 o 6
[cho-Pincos ......... . 368 1.277 116 2
Anan-Yungas ... . ... . 168 581 4 255 5
Huarigancha ...... .. . 207 698 2 3 139 5 3
Arancay . ..... .. ... . 77 266 45 10
Mitimaes ... . ....... . 254 878 4 175 7
Yachas . ............ . 209 724 4 144 3
Huacrachuco 320 1.109 4 221 7 3
Anan-Yungas 70 27 6 55 1

En el siglo XVII, el Virrey Ve.lasco, 1602, repartió encomiendas


vacantes del Virreinato. En la jurisdicción de Huánuco, otorgó a
Don Pedro de Céspedes la encomienda de Huamalíes que estaba
vacante por dejación de Jerónimo de Silva; a Pedro de Gamboa el repar-
timiento de Ichoca-Huánuco, por muerte de su poseedor don Juan de
Agama 28 •

Hasta el tercer lustro del siglo XVIII, prosiguió la reglamentación


sobre encomiendas y encomenderos, inspirada en la política de la Me-

2 8 C. de D. I. p. H. E. Torn. 52, ps. 484 y sigts. (Relaci6n de mercedes y situacio-


nes otorgadas por el Virrey Velasco desde 26 de enero de 1602). Cit. de Belaúnde Guinasi.
~a Encomienda en el Perú, p. 222.
CONQUISTA Y COLONIA 235

trópoli y conforme a diversas cédulas que se despacharon. Por ellas,


desde el gobierno de don Martín Enríquez, 1583, al de don Pedro
de Toledo y Leiva, 16 5 5, se. mandó que los encomenderos tuviesen
casas en la ciudad capital del Distrito de sus encomiendas, y que no
se ausentasen de ella; se prohibió a los encomenderos, sus mujeres,
hijos, parientes, criados o esclavos entrasen a los pueblos de los indios;
que criasen animales cerca de los mismos, para no dañar las sementeras
de sus comunidades; que se retuviesen indios encomendados en sus
casas, para servicios domésticos, y que los alquilasen; y que los negros
ingresasen a sus pueblos o tuviesen trato con los indios.
Bajo estos virreyes, más que otorgar a nuevos favorecidos, se dió
posesión a los sucesores de los que fallecieron siendo tenedores. (No
pocos juicios se siguieron sobre el derecho a las encomiendas, ya entre
particulares, o con la Corona. Estos autos los resolvía, en última ins-
tancia, el Consejo de Indias). Pues, según la reglamentación perti-
nente, las encomiendas heredaban la viuda y los hijos primogénitos
legítimos. Cuando no existía sucesor legal, la encomienda pasaba a la
Corona Real, y el Rey la concedía a tercera persona para su disfrute,
o gravaba el monto de sus tributos para obras pías, el sostenimiento
de tropas, o se otorgaba «situación'', como se decía entonces, en be-
neficio de los m·~recedores. A éstas se llamaban repartimientos de la
Corona con tributos gravados 29 •
Así Gómez Arias Dávila, encomendero del valle del Huallaga, tenía
una «situación de dos mil pesos de rrenta que le dió por dos vidas
sobre los tributos de yndios que heran de Francisco Hernández Girón"~
conforme a provisión del Conde de Nieva. Este mismo Virrey dió pro-
visiones a los "oficiales rreales de Guanuco para que se los paguen
e quinientos pesos de situación a Diego de Tarazana'', por dos vidas, de
los tributos vacos; y a doña Ana viuda de Vélez para que los «ofi-
ciales rreales de guanuco le paguen los mill e quinientos pesos de situa-
ción dre los yndios de tiquizambe" 30 • También los tributos de los repar-
timientos de Pariarca y Ananyungas, del Corregimiento de Huamalíes,

29 Había tres especies de encomiendas de la Corona. "La una, dice el tratadista Hevia
Bolaños, de las que están incorporadas en la Corona, y obtiene una renta en propiedad Y
posesión. Otra, de las que n o goza, y tiene en propiedad, como son las Lanzas del Reino del
Perú, que se incorporaron en su Corona, y como tales defiende sus pleitos el Fiscal de su
Magestad; y la otra, de las encomiendas q'ue tiene des t inadas, para satisfacción Y paga de
alguna deuda o merced, en orden al desempeño de su casa".
30 Relación de las provisiones, encomiendas de indios, libranzas y mercedes que dieron
el Virrey Conde de Nieva, y comisarios a los vecinos del Perú. s. f. Gobernantes del Perú.
Cartas y Papeles. Siglo XVI . T. II. Apéndice al T. I, ps. 588, 614, 615.
236 HISTORIA DE HUÁNUCO

estaban gravados, íntegramente, en favor de doña María de Solier,


después de cuya vida pasó a las Lanzas.

* :¡. :¡.

En 1690, la Corona manifestó su deseo de suspender las encomien-


das, que en esos años se hallaban ya en la "cuarta vida". Pues, en 1537
se otorgó a los encomenderos del Perú su usufructo por dos vidas; por
cédula de 8 de abril de 1629, se autorizó su disfrute por una vida
más; y en 1704, se le permitió por una cuarta, mediante el abono de
los annatas para gastos de guerra. En 1701, se ordenó la incorporación a
la Corona de las encomiendas cuyos poseedores no vivían en las Indias.
Finalmente, por cédulas de 29 de noviembre de 1718, 12 de julio de
1720 y 2 de marzo de 1721, se abolió la encomienda. Quedando en
este año del siglo XVIII, definitivamente cerrado su ciclo histórico-
legal.
En la "Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias", de 1680,
se resumieron las antedichas leyes. De encomiendas y encomenderos, tra-
tan los títulos VIII y IX del Libro VI. Si bien estas famosas leyes, en su
sabio y prudente contenido, protegían a los nativos contra los desmanes
de los encomenderos, ellas no se cumplieron. El encomendero español,
heredero de la soberbia del conquistador, así como su falta de escrúpulo~
explotó inhumanamente al indio, para llenar su siempre insaciable
bolsa. Sobre todo, el indio sufrió lo indecible en los lejanos reparti-
mientos de las serranías y de la "cabecera de selva", donde no llegaba
el "ojo del Rey", y donde la "trilogía del corregidor, cura y enco-
mendero" anulaban o burlaban todo reclamo con las argucias de su
ingenio legalista o el poder del dinero. Esta conducta del encomendero,
particularmente en el siglo XVI, obligó que los visitadores recorrieran
el territorio del Virreinato. Aunque después de practicada la visita,
todo quedaba resuelto o remediado sobre hojas de papel. Guarnan
Poma, en aquellos años escribía de tal conducta: tt • • • los encomen-
deros en éste rreyno son ·tan señores apsolutos no temen a dios ni ala
justicia".
Por supuesto, no todos los encomenderos caminaron de brazos de
la infamia. Pero en Huánuco, en el actual valle del Huallaga o Paucar-
bamba, la exacción llegó a los límites imaginarios con el trágico Pedro
de Puelles y el no menos cruel y codicioso Barrionuevo el Viejo.
Ante la trágica realidad, las "Leyes de Indias" resultaban, como
siempre, bellas estrof~s, amables dictados que se "acataban, pero no
CONQUISTA Y COLONIA 2>7

se cumplían"; en el tremendo divorcio entre el hecho y el derecho,


entre la ley escrita y su cumplimiento; .entre la ambición del enco-
mendero y el amparo del indio por parte del Estado.
Felizmente, estos trabajos forzados terminaron legalmente al abo-
que fué de su máximo apogeo, las 37 encomiendas de Huánuco, con
18.089 indios tributarios, producían una renta de 65.180 pesos anua-
les; correspondiendo de ellos 13.0 56 a la Corona, por concepto de
quintos.
Por otra parte, estos encomenderos, como veremos más adelante,
constituyeron la burguesía huanuqueña que entroncó con las mejores
familias de España y de Lima, o la nobleza titulada del Perú colonial; y
cuya cultura e intereses dieron carácter a la vida de aquellos años, y
cuyo influjo llega hasta estos días, diseñando nuestra actual arquitec-
tura económica, política y social.
CAPÍTULO IX

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

El trabajo. El Personal del indio. Las mitas. La mita minera. Los obrajes. Los tambos y
demás. La legislación al respecto. El trabajo forzado y la explota"!ón de los indios. Algunos
documentos y cifras sobre el mitaje y las mitas en los territorios de la Ciudad de Huánuco.

Descubierta América, la propiedad del suelo, el trabajo que. repor-


taban y el tributo que abonaban los indios, fueron los permanentes
intereses que movieron a los conquistadores españoles y descendientes.
De aquí que, en torno a clichos elementos, haya girado la vida eco-
nómica y social de la Colonia. Muy particularmente sobre el trabajo,
que fué la principal fuente de riqueza. Y de aquí también, los métodos
y trato inhumanos a que eran sometidos los indios por el español, em-
peñado en amasar fortuna en el menor tiempo posible y al margen de
las leyes divinas y humanas.
Sabedora la Corona de tales hechos, dictó leyes humanitarias en
defensa del indio, como las "Nuevas Leyes'', de 15 42. Y se estableció,
como principio legal, el trabajo obligatorio para mestizos y para espa-
ñoles. Por tales cédulas, que más tarde se resumieron en la "Recopila-
ción de 1680'', se ordenó a los virreyes y corregidores sometiesen al
trabajo a los españoles y mestizos vagabundos, se les enseñase oficios
a los que pululaban por los pueblos de indios, y hasta se les deportase
a los reinciden tes 1 •
Pero contra toda ley y la voluntad de los reyes, só~o a los indios
se les sometió al trabajo. Reduciéndolos, en el Perú, a la condición de
esclavos y empleándolos en trabajos forzados. Y por la necesidad de
brazos, este inhumano trato se convirtió en costumbre y llegó a ser
sancionada por el propio Estado español, al implantarse las mitas en

1 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias. Libro VI, Tit. XII; Libm
VII, Título IV.
24 0 HISTORIA DE HUÁNUCO

1575; esgrimiéndose como doctrina jurídica, el de la utilidad pública,


y que el indio era rrser de naturaleza ocioso", y que "se civilizaba en
compañía y trato de los españoles".

* * *
En los primeros años de la Conquista, bajo el nombre de mita
-voz quechua que significa vez-, los corregidores, alcaldes, curas y·
hasta los simples soldados y españoles vagabundos, tomaban a los
indios y los empleaban, en forma gratuita, en trabajos mineros, agrí-
colas, domésticos y demás, o los alquilaban para beneficiarse con el
producto de sus brazos, o los vendían 2 •
Este estado de cosas permaneció hasta el gobierno de Toledo, que
dictó ordenanzas para el trabajo y la tributación. Según ellas, un
cierto número de indios de un repartimiento o provincia, debía tra-
bajar, por turno, bajo el control de autoridades y al servicio de los
españoles, quienes les abonaban por su trabajo un salario tasado ofi-
cialmente. Por dichas leyes, dispuso, asimismo, que ningún indio sirvie-
se contra su voluntad; se fijó el salario para el trabajo en minas, chacras,
y que debía abonársele en propias manos y en moneda, para evitar
que los caciques se apropiasen de sus jornales; que no se les emplease
sino en trabajos para los que habían sido contratados, con intervención
del Corregidor; que sólo pudiesen trabajar los mayores de 18 años; y
se señaló las horas del día en que debían laborar.
Para las mitas mineras de Potosí y Huancavelica -descubierta la
primera en 1544 y la segunda en 1563- Toledo dictó sus famosas
Ordenanzas de Minas, aprobadas por Felipe. II, en 1575. Conforme a
estas leyes, estaban obligados al traba jo la 7~ parte de los indios hábiles
de cada pueblo, desde Lima a La Plata; la 6~ de Lima al Norte; la
59 en la región de Quito. Determinó 13.500 indios para las minas
de Potosí y 1.800 para las de Huancavelica, repartidos en las provin-
cias del Virreinato en un radio de 15 O leguas. Se ordenó, igualmente,
que los mitayos se renovasen en el trabajo cada semana y por terceras
partes, quedando las otras dos en descanso; que la duración fuese de

2 Lo dice el Virrey Marqués de Montesclaros " ••. en muchos de éstos, así azog'ue-
gu eros como soldados, corre un mal uso de vender los Indio.s que se les dan de mitas; las orde-
n anzas lo p rohiben con grandes penas, pero contra la ley se hace disimulándolo a veces
debajo del nombre de fletamentos o compañías." Relación hecha. . . por el Excmo. señor don
J uan de Mendeiza y Luna, Marqués de Montesclaros, etc. Colección de las Memorias o Rela-
ciones que escribieron los Virreyes del Perú. T. 1 9 , p. 179.
CONQUISTA Y COLONIA 241

cuatro meses, cada dos años; que terminada su obligación regresasen


a sus casas; se señaló el salario mínimo de 3 reales y medio, variable al
trabajo que realizaban; que se protegiese su salud, especificando la
tare.a que debía realizar cada mitayo 3 •
Por estas mismas leyes toledanas, los indios debían ingresar a las
minas una hora y media después de la salida del Sol, y salir al ponerse
el Sol; teniendo una hora y media para almorzar, etc. ·
En el siglo XVII y en el XVIII, don Luis de Velasco, el Marqués
de Montesclaros, y el Conde de Superunda, mejoraron la administra-
ción de las mina~ y la ·c~ndición de los diitayos, cuyas quejas escu-
charon_. Estos virreyes prohibieron repartir indios a los que no eran
mineros; regularon los jornales y Ja paga, ·nevando a la prá~tica el
abon<? de la ida y vuelta a las minas; . mandaron que se vendiesen a
los indios los bastimentas a precios módicos en los almacenes provistos
por los mineros; que los caciques realizara~ el sorteo d·e los mitayos
en forma imparcial, bajo pena de sier castigados; prohibieron el mal-
trato en las minas y en los caminos; que los indios que quisiesen se
alquilasen mingados; que en los asientos mineros se fundasen pueblos
con párrocos para el adoctrinamiento; que se erigiesen hospitales; que
se empadronase a los indios forasteros; que se abonase sus salarios en
dinero, no en especies, prohibiéndoles descontarse de su monto para
abonar al corregidor, doctrinero, etc. 4 •

Ingresaban ·en el sorteo de los mitayos: los yanaconas, los mitimaes


y los indios de las encomiendas. Estaban exentos del servicio de la
mita minera, los indios que cultivaban sus propias chacras, los que
servían en los oficios de albañil, herrero, zapatero; los sacristanes
y cant.ores de las iglesias; los miembros del Concejo o Cabildo Indio
y los exceptuados oficialmente por privilegio de la Corona. Los indios
sorteados que no querían trabajar, ponían un sustituto o abonaban a
razón de 9 pesos semanales.
Dos meses antes· de la fecha fijada para la marcha a las minas, se
hacía saber a los caciques que tuviesen listos a los indios sorteados que
les tocaba mitar ese año. Los corregidores debían enviar la lista de

3 Memorial y Ordenanzas de don Francisco de Toledo. Ordenanzas de Minas, pá·


ginas. 267-318.
4 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias. Libro VI, 'fí t. XV.
242 HISTORIA DE HUÁNUCO

mitayos al· Gobernador del Asiento Minero, con nombres, lugares de


origen, cacique, ayllos, parcialidades o encomiendas. U na vez en las
minas, los indios se juntaban en un campo oercano a la "fábrica" --en
Huancavelica en la base del Santa Bárbara- y se les entregaba bajo
lista, a las personas asignadas que ·trabajasen con ellas, hasta el sábado
siguiente.
En las minas de profundidad, como las de Huancavelica y Paseo,
los indios se ocupaban en diferentes labores. Los barreteros trabajaban
en los socavones, a los que se les abonaba 4 reales, y se les daba vebs,
barretas y costales necesarios. Los apires subían, a lomo y dentro de
sacos, el metal desmoronado por los barreteros. Los pallires, afuera,
apartaban lo bueno del mineral. Los cargadores bajaban el metal, desde
las bocas de los socavones a los Ingenios, sobre llamas. Los repasiris
pisaban la pasta o amalgama de la plata con el azogue. Otros levan-
taban los metales, beneficiaban los relaves, etc.

En la jurisdicción de la Ciudad de León de Huánuco, el Virrey


don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, en 1594, man-
dó repartir indios de Huaylas y Conchucos para las minas de Diego
Núñez de Figueroa, llamadas Colquepolcro. "Provincia de Guaylas.
El repartimiento de atunguaylas de fa. encomienda de don geronimo
de guevera ... ciento treinta y siete yndios. Repartimiio.nto de recuey
de la encomienda de don juan de aliaga . . . ciento y treinta. El de
guaraz de hernando de torres ... treynta y ocho yndios. Del rrepar-
timiento de marca del dicho (Torres) cinquenta y cinco yndios. Que
vienen a caber en la diez y setima parte de todos los dichos once mili
novecientos y sesenta yndios tributarios que hay en esta prouincia.
- Provincia de conchucos. El repartimiento de allaucaguari de la
corona ReaJ. ... quarenta yndios. Del repartimiento de los conchucos
de doña catalina de mori ... treynta y ocho. En el de los conchucos
de pardaue .. • quarenta y tres yndios. Del repartimiento de Pisco-
bamba . . . treynta y dos. yndios. Del de ichoguari ... quarenta y tres
yndios. Del rrepartimiento de ychopincos ... dies y siete yndios. En
el de ciguas de Jusepe de la serna ... doze yndios. Del repartimiento
de allaucapincos ... se les reparten veinte y cinco yndios. Que vienen
a caber en la veintena parte de todos los dichos cinco mill quarenta
y quatro yndios tributarios que ay en este provincia. Que los ciento
CONQUISTA Y COLONIA 243

dellos se repartan entre los pobladores de la villa ... y los quinientos


restantes para la labor y beneficio de dichas minas" 5 •
Según los cuadros del siglo XVI al XVIII, los indios del Corre-
gimiento de Tarma debían acudir a las mitas mineras de Huancavelica.
Descubierto el mineral de Yauricocha o Paseo, 1630, parte de los indios
de los corregimientos de Huamalíes y Cajatambo, concurrían a dichas
minas y parte a las minas de plata de Cajatambo; y desde 1780 en
que se descubrieron, a las minas del Asiento Real de Huallanca.
Los mitayos de Huaylas y Conchucos trabajaban en los minerales de
•<N uevo Potos1, " , s·iguas y e aruas.
,
Traslademos un cuadro de mediados del siglo XVII, correspondiente
a los mitayos de Tarma que asistían a Huancavelica.

Marzo Julio Setiembre


Indios Señalados-vinieron Señalados-vinieron Señalados-vinieron

Chinchaycocha 195 195 195 195 195 195


Tarama . . 105 105 105 105 105 105

Si bien, como acabamos de vrer, se pusieron en vigencia numerosas


leyes en protección del indio y trabajo en las minas, todas ellas no se
cumplieron por las mismas autoridades del Rey; no se «guardaron",
cabe la expresión, en aquella época. O, mejor, como dice irónicamente
Guarnan Poma, «las cédulas quedaron escritas en d papel y bien guar-
dadas en los cajones y archivos".
La rnita minera fué, en realidad, un régimen de trabajo forzado
del indio, legalizado por el Estado español, y una verdadera maldición
para su raza, a la que mayormente aniquiló moral y materialmente
durante toda la Colonia, hasta 1812. Pues, las duras faenas a que eran
sometidos, aguzados por d ansia de mayor utilidad de los mineros par-
ticulares o de los arrendatarios de la Corona; el cruel trato de los co-
rregidores, curas, caciques y mayordomos, que los explotaban inhu-
manamente y hasta los vendían; la deficiente alimentación para la
gros.edad del clima de altura donde se hallaban las minas, que origi-
naban tifus y neumonías; provocaron un a gran mortandad de indios,
cuyo número se reducía día a día. El Marqués de Montesclaros, ofi-

ó Gobernantes del Perú. Cartas y papeles. Siglo XVI. T. XIII, ps. 308, 309. Título
C:e gobernador 'Y administrador general de la provincia de Guaylas de las minas de plata
del cerro de colq uepolcro y de las demás que están descubiertas y se descubren en la dicha
proVÍ:ncia para don Diego Núñez de Figueroa. Lima, 5 de noviembre de 1594.
244 HISTORIA DE HUÁNUCO

cialmente, comentaba la dolorosa vida de los mitayos. «El trabajo que


en esto tienen es grande ... sea por la codicia en los naturales de mayor
ganancia o por miedo del camino largo o mala acogida que les. espera
en su casa con la vejación de los Corregidores, Curas y Curacas, o por
todo junto, la común opinión es que pocos vuelven a los pueblos de
donde salieron" 6 • Pero nadie da una idea más cabal del trato que su-
frían los indios en las minas, que Guarnan Poma. «En las dichas minas
de Guancavelica de azogue ... es donde tienen tanto castigo los yn-
dios pobres y rreciben tormentos y mucha muerte de yndios adonde se
acaua y pasa tormentos los caciques principales <leste rreyno ... los di- ·
chos mineros y mayordomos españoles mestizos ... cuelga de los pies al
cacique prencipal y a los demás le asota sobre encima de un carnero y a
los demás le ata desnudo en cueros en el rollo y lo castiga y trasquila, a
los demás le tiene la carzel pública preso en el sepo con grillos sin
dalle de comer ni agua y sin dalle licencia . . . castigan muy cruel-
mente como si fuera ladrón o traydor con estos trauajos se an muerto
afrentados ... y les fuerza a sus mugeres enbiando asus maridos a
las minas de noche o le enbia a otra parte muy lejos y lo haze tomar
mayz y carne o chicha o queso o pan por fuerza su cuenta dellos y les
descuenta de su trabajo o tarea y con esto al cabo salen muy pobres
y con mucha deuda y no tienen que pagar a su tributo ... de todos
estos dichos agravios se ausentan de sus pueblos por no yr alas dichas
minas a padeser tormento y martirio y por no padecer en aquel yn-
fierno penas y tormentos. de los demonios y otros se huyen delas dichas
min as otros de los caminos ... y por no morir muerte subitenea antes
quieren yr amorir que a bibir y dizen qu e le acuen de una vez porque
en . cogiendo el mal de azogado se seca como palo tiene asma y no
tiene ni dedia ni de noche bevir y dura un año o dos de esta manera
y se muere... " 7 .

A las fábricas de tejidos u obrajes., también concurrían los indios


en calidad de mitayos.
Por 15 50, llamándose y a batanes, trapiches y chorrillos, existían
un n~mero de ellos, surgidos por la iniciativa particular y donde los
indios trabajaban al capricho de sus dueños. Años más. tarde, se fun-

6 " Rel ación . . . del Excmo. señor . . . Marqués de Montesclaros'', cit. Colección Me-
morias y R elaciones, cit. T . 1 9 , p. 177 .
7 Nueva Crónica y Buen Gobierno. P. 526.
CONQUISTA Y COLONIA 245

ciaron con licencia del Virrey y en cuyo tí tul o se señalaba la can ti dad
de indios de la comarca que debían servirlo. Y a fines del siglo XVI
se establecieron obrajes de propiedad de las comunidades y de la Co-
rona, con administradores nombrados por el Virrey o los Corregidores;
pues, habían de particulares, de la Corona, y de las comunidades y
mixtos. Empero, en todos ellos d trabajo era de la explotación del
indio por el sistema de la mita forzosa de hombres, mujeres y niños.
El gobierno español se pr.~ocupó por la suerte de estos mitayos. Los
Virreyes Toledo y don Luis de Velasco, reglamentaron la mita de
Jos obrajes. Pues, mandaron que no se repartiesen indios que no fue-
sen del lugar donde estaban instalados los obrajes, o de dos leguas
de contorno; que las autoridades inspeccionasen sus recintos, no per-
mitiendo a los muchachos sino trabajos ligeros; que se demoliesen los
existentes en las cercanías de las minas; que no se mezclasen en el
trabajo a indios y negros; y se prohibió a los encomenderos tener
obrajes dentro de las encomiendas. Más tarde, por las ordenanzas dic-
tadas en 1601, por Fe:ipe III, se prohibió que sirviesen indios en los
obrajes de españoles, pero sí en los de las comunidades; pero años des-
pués se volvió a autorizar reparto de mitayos, y que por delitos comu-
nes no podía condenarse a esta mita. Por Cédula de 7 de octubre
de 1603, se ordenó el abono de sus jornales, cuyo monto debía ser
de 3 5 pesos por año a cada mitayo, contando el año de labor de 212
días; pero como los salarios se pagaban .por tarea motivó abusos. El
arancel d~ pago era el siguiente: lavadores, un rea·! ; por 9 arrobas
de lana de primera, 1 O de segunda y 12 de tercera y 9 de lana negra.
Todas debían ser lavadas con agua caliente. Urdidores: dos reales
por tarea de 3 piezas al día; frazaderos, 20 reales con dos tejedores;
chilqueros, cuatro cargas de burro por un real.
El Virrey Diego Benavides y de la Cueva, Conde de Santistevan)
en 14 de julio de 1664, dictó fas Ordenanzas de Obrajes referentes
a salarios, jornada de trabajo y otros. Como parte del pago se hacía
en especies, se fijó su peso y precios y la cantidad de dinero; para
abrir obrajes s·~ exigió licencia real y se dictaron reglas para el reparto
de indios, turnos de mitas y prohibiendo el trabajo de niños, ancianos
y a los que viviesen más allá de dos leguas del obraje. La faena se
fijó de las 7 de la mañana a)as 5 ó 6 de la tarde, descontándose el
tiempo para la alimentación y el descanso.
En 1680 se expidió cédula real, mandando destruir ciertos obrajes,
alegando sufrimiento de los indios. En cumplimiento de este mandato,
246 HISTORIA DE HUÁNUCO

el Virrey Melchor de Navarra y Rocafull dictó, en 1687, un arancel


de pago de jornales 8 •

:- ·~ *
En la segunda mitad dd siglo XVI, numerosos obrajes existían
en los Corregimientos de la Ciudad de Huánuco, particularmente en
Huaylas y Conchucos.
En el DiC11rio de la Se giinda Visita Pastoral, 15 9 3, del Arzobispo
1

Mogrovejo 9 , se consigna los siguientes obrajes:


"San Pedro de Huacaybamba . . . Hay dos leguas del pueblo de
Yumba un obraje en el cual se ocupan ... diez y nueve indios .... "
((El pueblo de Sancto Domingo de Huacarachuco . . . tiene anexo
esta doctrina ... un obraje que es de don Luis, en el cual tiene y ocupa
treinta indios tributarios y cuarenta muchachos."
"Santiago de Ayja ... junto al pueblo de Ayja, media legua de él,
está un obraje que es de Diego Núñez de Figueroa ... en el cual se
ocupan cien. arnmas
, . ... ''
"Sucha ... tiene por anexo un obraje que es la mitad del canónigo
Alonso Martínez ... tiene de provisión ciento y setenta indios." .
"San Sebastián de Guaraz ... Está en este pueblo un obraje de
Garcí Barba que tiene a su cargo Pedro de Espíndola Marmolejo ...
hay provisión de setenta indios muchachos tributarios."
"San Pedro de Caruaz ... Hay dentro deste pueblo un obraje que
es del capitán Acacio Ramírez . . . tiene de provisión quince indios
casados y treinta muchachos. Págaseles a los casados a real y a los
muchachos a medio cada día."
"Sancto Domingo de Yungay ... Hay en este pueblo dos obrajes ...
Tien e de provisión cincuenta indios casados y cien muchachos de toda
su encomienda, en Guaylas veinte y en Macate treinta y uno, y los
demás de Yungay; y págaseles a los casados que son cardadores a veinte
pesos por año, y a los percheros a veinte y cuatro, y los tejedores a
veinte y ocho y los muchachos a trece y diez y seis pesos. El otro, de
]a Comunidad, tiene de provisión veinte y siete indios y cincuenta
muchachos. Págaseles a los casados a real cada día, y a los muchachos
n1e d.io rea1 ... "

8 Recopilación de las Ley es de los Reinos de las Indias. Libro VI, Tít. XIII.
9 Diario de la Segunda Visit a Pastoral que hizo de su Arquidiócesis el ilustrísimo
señor don Toribio de Mogrovejo Arzobispo de Los Reyes. "Revista del Archivo Nacional
del Perú". T . JI, Entrg. 1•, ps. 38, 59 y sigts.; T. 1~, Entrg. 11, p. 264.
CONQU1ST A Y COLONIA 247

"Pueblo San Pablo de Mato ... Tiene dentro del pueblo un obra-
je . .. Tiene veinte y cuatro indios casados, los veinte de Mato y los
doce de Guacta, y cuarenta y dos muchachos; los veinte y dos de Mato
y los veinte de Guacta; págaseles a los casados a razón de veinte y
cuatro pesos por año, y a los muchachos a razón de trece pesos por año,
como lo manda la ordenanza."
"Guaylas ... Tiene dentro del pueblo dos obrajes, que el uno es de
la Comunidad ... Tiene diez y seis indios casados y cuarenta y seis
muchachos, págaseles a los casados a razón de a tres cuartillos cada día
y a los .muchachos a cuartillo cada día; y el otro ... tiene siete indios
casados y trece muchachos; págaseles a los casados dos cuartillos cada
día y a los muchachos a cuartillo cada día."
«Macate ... Tiene un obraje dentro del pueblo que es de don
Gerónimo de Guevara. Ocú panse, cuando labran, ocho indios casados
y cincuenta muchachos. No se les paga más de su tributo."
"Pallasca ... Está dos tiros de arcabuz deste pueblo un obraje que
es de la comunidad ... en el cual obraje hay los indios oficiales si-
guientes ... setenta y cuatro hiladores a los cuales se les paga cada un
año a cuatro y a cinco y a seis pesos conforme a lo que trabajan en
hilar . . . diez indios tejedores a los cuales se les paga a siete y ocho
pesos cada un año; catorce indios emprimadores a los cuales se les paga
según en la forma de los de arriba ... ; diez indios embarradores a los
cuales se les paga según dicho es; doce indios leñateros a los cuales se
les paga según dicho es; seis indios percheros a los que se les paga con-
forme a su trabajo; dos labradores se les paga conforme a lo que tra-
bajan; dos indios apartadores de lana, más un indio breviador; dos
tintoreros digo tundidores, dos indios carpinteros, y más otro albañil."
"Por manera que suman los indios que se ocupan en este dicho
o braje ciento y cuarenta y tres con los muchachos, los cuales son deste
pueblo de la Pallasca, y en el dicho obraje reside un español por admi-
.
nistra dor. "
"Guandoval ... Hay en este pueblo un obraje que es de la comu-
nidad dél en el cual se ocupan veinte indios casados, y veinte y dos
muchachos; págaseles conforme a lo que trabajan."
"Santiago de Cabana ... hay en este pueblo otro obraje que es de
la comunidad ... en el qual ocupan veinti y seis indios tributarios,
casados, y cuarenta y cuatro muchachos y más dos indios cardadores ... "
"Tauca ... Hernando de Chávez vecino de Guanuco tiene en los
pueblos de Sancto Domingo de Tauca y Sant Marcos de Llapo y Sant
Pedro de Corongo de su encomienda, obrajes ... en que se ocupan ..•
248 HISTORIA DE HUÁNUCO

doscientos y cincuenta indios, los ciento y cincuenta muchachos de doce


años hasta diez y siete ... "
El carmelita Vásqu\'.'z cLe Espinoza, que por 1616 visitó la jurisdic-
ción de la Ciudad de Huánuco, consigna los obrajes siguientes: San
Rafael, Paucartambo, Tarma; el de Pallasca, Caruás, en Conchucos y
Huaylas; y muchos otros en Huamalíes y Cajatambo. Además, se tra-
bajaba por dicho tiempo los obrajes de Michivilca, San Juan de ·Corpas,
en el Corregimiento de Tarma; San Luis de Huari, en Conchucos 10 ;
Y arumayo, Ripan, Baños y el famoso de Quivilla, en Huamalíes. Para
su manejo existían, en el siglo XVII, dos administradores; que residían
uno en Tarma y otro en Huarás.
Los obrajes se establecían, siempre, en las orillas de los ríos, arroyos,
en las vertientes de las aguas termales, para valerse de este líquido.
Constaba el plantel de varias piezas, en las que estaban instalados los
telares, la tintorería, depósito y otra destinada para la "corrección",
provista de látigos, cepos y grillos. Pues, cada obraje, pese a las Orde-
nanzas, era un lugar de castigo, como lo declara el propio Solórzano
Pereira.
La calidad de lugar de castigo, lo dicen los viajeros. Así ti sabio
Hipólito Ruiz escribe en 1780: "Marchamos el 27 a Quivilla por de-
trás de la comitiva y presos que conducía el Corregidor al Obrage, para
que allí purgasen sus delitos, trabajando bayetas o xergas" 11 • El propio
Virrey Manuel de Guirior, ~;~ da la calidad de lugar de castigo. "Merece
especial mención la falta que se nota en ellos de cárceles ... Y muy
recientemente se ha visto que no habiendo en la provincia de Conchu-
cos lugar de prisión competente para los delincuentes de s·~dición y
tumulto que en ella se aprehendieron, se vió obligado su corregidor a
remitirlos a Ja de Huamalíes, no a una cárcel pública, sino a la que
vulgarmente se conoce por este nombre en el obraje de Quivilla, y en
efecto, no es sino sitio privado de corrección para cuando la necesitan
sus trabajadores" )12 •
Los documentos trascritos más arriba denuncian el incumplimiento
de las normas escritas. Ya que dichos obrajes no eran sino centros de
inhumana explotación de hombres, mujeres y niños, como todos los
del Perú, por ínfimos salarios si ellos se abonaban. Por eso las mitas

10 Compendio y Descripción de las Indias Occidentales, Capt. 43. De la Ciudad de


León de Huánuco, etc., ps. 452 y siguientes.
H Relación del Viaje que hizo, etc. T. I, p. 178.
12 Relación qeu hace el Excmo. señor don Manuel· Guirior a rn Sucesor don Agus-
tin de fáuregui, desde el 17 de julio de . 1776. P. 180.
CONQUISTA Y COLONIA 249

de los obrajes fueron otra de las pesadillas de la raza india, cuyos su-
frimientos se multiplicaron cuando el ansia de riqueza prendía en sus
propietarios y conductores. Esta cruenta realidad fué condenada du-
rante toda la Colonia, por los visitadores del Virrey. Particularmente
a mediados del siglo XVIII por los Comisionados reales Jorge Juan y
Antonio de Ulloa. Son de el!os estas líneas:
«La cuarta y última clase de haciendas, que son los obrajes, es donde,
al parecer, se refunden todas las plagas de la miseria. Aquí es donde se
juntan todos los colmos de la infelicidad, y donde se encuentran las
mayores lástimas que puede producir la más bárbara inhumanidad,
Para formar un perfecto juicio d,e lo que son los obrajes, es preciso
considerarlos como una galera que nunca cesa de navegar, y continua··
men te rema en calma, alejándosele tanto el puerto que no consigue nun-
ca llegar a él, aunque su gente trabaja sin cesar, con el fin de tener algún
descanso ... El trabajo de los obrajes empieza antes que aclare el día, a
cuya hora acude cad a indio a la pieza que le corresponde según su
ejercicio, y en ella se les reparten las tareas que les pertenecen; y luego
que se concluye esta diligencia, cierra la puerta el maestro del obraje
y los deja encarcelados. A medio día se abre la puerta para que entren
las mujeres a darles la pobre y reducida ración de alimento, lo cual
dura muy poco ·ti empo~ y vuelven a quedar encerrados. Cuando la
obscuridad de la noche no les permite trabajar entra el maestro del
obraje a recoger las tareas: aq uellos que no las han podido concluir,
sin oír excusas ni razones, son castigados con tanta crueldad, que es
inexplicable; y hechos verdugos insensibles, aquellos hombres impíos
descargan sobre los miserables indios azotes a cientos, porque no saben
contarlos de otro modo, y para conclusión del castigo los dejan ence-
rrados en la misma pieza por prisión, y, aunque toda la casa lo es,
hay un lugar determinado con corroas o cepos para castigarlos más
indignamentre que se pudiera hacer con los esclavos más culpables.
Estos indios ganan un real al día; medio se les retiiene para pagar al
corregidor y el otro medio se designa para su manutención, lo cual
no es suficiente para un hombre que trabaja sin cesar todo el espacio
de un día" 13 •
La mita de los tambos, era otro de los trabajos de fuerza a que eran
sometidos los indios.

13 Noticias Secretas de América. Siglo XVIII. Segunda Partt", Capt. Il, ps. 215
y siguientes.
250 HISTORIA DE HUÁNUCO

* >:- >:-

Para evitar los abusos que cometían los españoles, que habían con-
vertido a los naturales en bestias de carga, Vaca de Castro reglamentó
esta mita. Por dichas Ordenanzas debían servir en los tan·ibos o lugar.es
de hospedaje, los indios encomendados por cuyos repartimientos pasa-
ban los caminos reales. Los caciques tenían la obligación de tener indios
en los tambos, abastecerlos de víveres para los caminantes, con sus
respectivas tarifas o precios; de bien do darse a los caminan tes 5 indios
a los de a caballo y 3 a los de a pie, prohibiendo cargarse a las indias
paridas o preñadas; y que nadie pudiera caminar sobre hamacas, salvo
los enfermos. Y se nombró alcaldes de campo para hacer servir este
servicio en todos los caminos públicos, que partían de Lima a Quito,
Cusco y La Plata.
Toledo mejoró este servicio, en sus famos.is Orden::mzas de Tambos.
Por ellas, en cada tambo debía haber un español o cacique con 8 indios
mitayos y provistos de mantenimiento como maíz, carne, pastos, etc.; los
indios debían mudarse cada dos meses; que se les abonase su trabajo en
propias manos; que el Corregidor o el Alcalde fijase, cada año, un aran-
cel de precios; y que los tamberos pudieran tener Sr~menteras y ganados
en sus chacras contiguas; que no se diesen indios para guía y carga; y
que s·~ les pagase a los que abastecían tambos. Disposiciones posteriores
y diversas reales cédulas, dispusieron que los indios fueran a servir al
tambo con sus mujeres; que se les pagase de sus cabalgaduras y yerbas;
que no podían ser cargados contra su voluntad; que no llevasen cargas
a las minas ni a las ciudades; que en caso de ser cargados lo fuesen con
el peso máximo de 2 arrobas; que no se cargasen a los menores de 18
años; que los indios cumpliesen con poner pan, vino y maíz en los
tambos; que los virreyes. presidentes, oidores y corregidores no les qui-
tasen sus mujeres a los indios, ni sus haci.~ndas, ni los cargasen gratui-
tamente 14 •
También los indios tamberros realizaban la mita de chasqu.is o pos-
tas, que consistía en el transporte de la correspondencia de los espa-
ñoles. Años después se estableció que los chasquis realizaran el trans-
porte de la correspondencia oficial, ha jo el abono del Correo Mayor Hi.
14 M emorial y Ordenanzas de don Francisco de Toledo. P. 112. Recopilación de
168 O, cit. Libro VI, Tí t. XIII.
l5 Pc'I' Real Cédula de 14 de mayo de 1614, se ere-O el correo de América, designán-
dose Correo Mayor de Indias a don Diego Galíndez de Carbajal, cuya explotación le fué
concedida como privilegio. En 1627 se le di6 la merced al Conde Duque de Olivares. Hasta
CONQUISTA Y COLONIA 251

Conforme al Plan del Correo, en cada tambo había designado un indio


chasqui que debía portar la correspondencia hasta el cercano que, ge-
neralmente, estaba a 8 leguas.
Pero los españoles, ya corregidores, encomenderos, curas, etc., y el
propio Correo Mayor, mandaban a los chasquis a su antojo, los car-
gaban pesadamente, tanto a mujeres y hasta a niños, y no les pagaban
su trabajo. Abuso que originó varias reales cédulas, que quedaron in-
cumplidas o burladas.
Situados en el curso de los caminos llamados reales, a distancias de
8 en 8 leguas castellanas, los tambos más conocidos en la jurisdicción
de la ciudad de Huánuco, conforme a la nómina de Guarnan Poma y
Vásquez de Espinoza, eran: en el camino de Huánuco ~ Lima: Ambo,
San Rafael, La Quinua, Ninacaca; en el camino de Huánuco a Hua-
malíes y Huaylas: Mito, Lliclla, Huánuco el Viejo, Taparaco, Pincos.
Además, en Huamalíes existían los tambos de Aguamiro, Quivilla y
otros.
En 15 62, ante el Visitador Ortiz de Zúñiga, el cacique de los Chu-
pachos, comprensión de la ciudad de Huánuco, don Diego Xagua, ex-
presó: "en el tambo de Ambo viven 6 indios con sus mujeres; que llevan
cargas de una parte a otra, que algunos pagan y otros no".
Santo Toribio de Mogrovejo, en su libro de Visitas consigna: "tambo
Santiago de Mancha, donde están y residen de ordinario 7 indios para
el servicio dél, casados, con sus mujeres e hijos. Junto a este pueblo está
un tambo que tiene 15 indios tributarios qu·e de ordinario acuden a él;
está media legua del pueblo de San Ildefonso" 16 •

Las otras mitas realizaban mitayos llamados comúnmente pongos.


Éstos se dedicaban al cultivo de chacras; al cuidado de los trapiches o
ingenios de azúcar; al pastoreo de ganados; al cultivo de la coca o mita

1772 el Correo fué de cuenta de los Condes de Castillejo, pasando en dich o año a ser ser-
vicio real, cuyo primer administrador fué don José Antonio Pando, hasta 1802. Había dos
líneas principales: de Lima al Cusco y Buencs Aires, y la otra de Lima a Cartagena de
Indias. Y otros dos correos: a Arequipa y Paseo. El Virrey Jáuregui dispuso que por vía
del Cusco sólo podían remitir carcas, para evitar la demora; estableciendo un servicio de
encomiendas cada dos meses. Este mismo gobernante cam bió la ruta del correo al sur, que
!ba por Jauja, por la ru ta de Lunahuaná-Huancavelica; y para el centro creó un servicio
para el valle de Jauja, hasta Paseo 'Y Huánuco.
16 Diario de la Segunda Visita Pastoral, etc. "Revista del Archivo Nacional del
Perú". T. JI, Entrega 1\ ps. 38-75.
252 HISTORIA DE HUÁNUCO

de coca; al servicio de plaza, etc. (Los pongas eran los servidores do-
mésticos, que generalmente' no percibían sueldo alguno que la alimen-
tación que se les daba, y cuyo úempo de prestación era indefinido, o
por largos e irregulares turnos.)
Los mitimaes cultivaban las chacras o trabajaban en los trapiches o
ingenios de azúcar, debiendo proporcionárseles un lote de tierra para
cultivarlo y sustentarse con su producto.
Por la mita de plaza los indios s·e constituían en las ciudades ciertos
meses dd año, y las autoridades los repartían conforme a padrones le-
vantados oficialmente; dedicándolos los españoles a diversos trabajos
como el cultivo de huertos, construcción de edificios, apertura de ace-
,.1 nias, traba jo de excavación de huacas o cues, etc.
En un Memorial elevado en 1643 por los yanaconas de Huánuco, se
expresa que los dichos yanaconas suplían, por aquellos años, a los "600
indios que se repartían en la ciudad para la mita de plaza, que no al-
canzan sino a 300".
Finalmente por la mita de arrieraje, los indios debían servir en el
viaje conduciendo las cargas y a los pasajeros; corriendo a su cuidado
la mantención de las acémilas, cuyos precios, en caso de enferm·edad o
muerte, debían cobrárseles.
Desde 1609, Felipe III, por sus Ordenanzas sobre Repartimientos,
prohibió d reparto de indios para el trabajo de huertas, edificios, agua,
leña, así como para la mita de coca, servicio de trapiche, ingenios de
azúcar, la extracción de los tesoros de huacas y demás. También mandó
que los indios mitayos durmiesen en sus casas, que fuesen asistidos en
sus enfermedades, que oyesen misa, que no trabajasen en los días de
guarda, y que el indio pastor no pagase por. la pérdida d,el ganado si
no hubiera convenido expresamente 17 •
En el título del encomendero de Co~chucos expedido por La Gasea
al Capitán Juan de Mari, vecino d·e León de Huánuco, hallarnos' el nú-
mero de indios mitayos que para los antedichos servicios debían pro-
porcionar:e el cacique. Dicen las cláusulas pertinentes: "Daréis para
guarda de ganados e veneficio de otras haziendas del Encomendero,
veinte e cinco indios, los cinco en Guanuco, y los demás en vuestras
tierras". Item: "Si el Encomendero fuere a vuestras tierras, todo el
tiempo que cstoviere en ellas, le ciareis doce indios que le sirvan de ser-
vicio ordinario". ltem: "Sembrarei~ para veneficiarlas e coxerles en la
chacra del Encomendero, quince hanegas de maiz e trigo, para lo quá~

17 Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias. Libr. VI, Tít. XIII.
CONQUISTA Y COLONIA 253

pondreis en las chacras del Encomendero quarenta indios casados, con


mitimáes, de lo quales los quatro dellos serán oficiales, olleros o car-
pinteros; ansi mesmo quince indios e indias, de ellos servirán la casa del
Encomendero de servicio ordinario, y mudar sean por sus mitas; y los
dichos quarenta indios sembrarán e coxeran e beneficiaran en las cha-
cras del Encomendero, como dicho es; las quince hanegas, y lo que
dellas procediere, lo pondrán en casa del Encomendero el maiz desgra-
nado y el trigo encerrado en espigas; y vos el dicho Encomendero los
haveis de trillar a vuestra costa con bueyes o lleguas, e ayudaran a
limpiar e trillas el dicho trigo elgunos indios, a los quales dichos qua-
renta indios, vos el dicho Encomendero, ciareis tierras en las dichas
chacras en que siembren el maiz e las demas comidas para ellos ne-
cesarias" 18 •
Conforme a un documento, en el siglo XVI, 600 indios servían en
la ciudad de Huánuco en la «mita de plaza".

* ::4 *
De modo general el mitaje, las mitas -llámense mayores o menores,
de minas, obrajes, tambos, etc.- fueron la explotación legalizada del
indio. En todas ellas, rendía sus fuerzas al máximo por salarios nomi-
nales o reducidos, que le llevaban a la miseria y a la degeneración. Cuan-
do no cumplía con las faenas se le castigaba cruelmente; si perdía algo
que valía "dos reales se les quitaba cinco pesos", como dice Guarnan
Poma; y si adeudaba suma alguna en dinero o especies, tenía que res-
ponder conjuntamente el trabajo indefinido de su mujer e hijos.
En las mitas mineras, de su jornal el indio tenía que alimentarse,
abonar su tributo, pagar su viaje de ida y vuelta a su pueblo, vestirse,
cubrir los gastos de su familia, amén de abonar al cura por los diezmos
y primicias, etc. En el mitaje de tambos y arrieraje el indio debía servir
en el viaje con sus propios alimentos; y si moría el animal, ya por en-
fermedad o accidente, abonaba el precio de la bestia, no antes sin haber
alquilado otra para hacer llegar las mercaderías a su destino, las que
también tenía que cubrir si se perdían o eran asaltadas en los caminos.
Los repartimientos de mulas que r.~alizaban los corregidores de provin-
cias para el servicio de arrieraje, eran ignominiosos. Pues, tales autori-

18 Lurs ToRRES DE M E NDOZA : C olee. de docume ntos inéditos relativos al descubri-


miento, c011quista y organización de las antiguas posesio nes espa·1íolas de Am érica y O cea11 ía.
T. XXV, p. 5.
254 HISTORIA DE HUÁNUCO

dades, vendían a los indios en 40 pesos mulas que compraban en 18


pesos. Y cuando eHas se alquilaban, el 50 % de la utilidad del arrieraje
era para el propietario del animal, y el 5O % para el intermediario; y
alguna piltrafa para el mitayo.
Felizmente, estos trabajos forzados terminaron legalmente al abo-
lirse las mitas, en 5 de noviembre de 1812, en las Cortes de Cádiz. Aun-
que en la realidad persistió hasta a mediados del siglo XIX, en plena
República, como lo declara respecto a Huánuco el que fuera su Pre-
fecto en 1847 don Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz. "Hallándose
dichos trabajadores tan recargados de mitas que parecían esclavos para
t o da su v1'd a... 19 .

l9 Colección de M emorias Científicas, Agrícolas e Industriales. T. 11, p. 191.


CAPÍTULO X

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

La minería, la ganadería, la agriculittra, la industria y el comercio. (El laboreo de los metales


en Huánuco, Cajatambo, Yauricocha, Conchucos, Huallanca y otros. Las fábricas de tejidos
1~ obrajes. La crianza de ganado lanar, i 1acuno, caballar y de animales autóctonos. Huánuco.
pnm.er suelo del Perú darule se ~ultivó la caña de azúcar; el trigo, los árboles frutales, fa
coca y demás. El cmnercio de los alcoholes, tejidos, coca, cascarilla y otros. Algunos
datos estadísticos).

La Conquista del Perú, como empresa privada, tuvo por principal


finalidad la obtención del oro y de la plata 1 • Agotados los tesoros de
Ios Incas, comenzó la búsqueda y extracción de los metales preciosos.
Aunque, la explotación sistemática de dichos minerales; empieza sólo.
después de las guerras civiles entre los conquistadores y con el descu-
brimiento de las minas de Potosí, 15 4 5. Este acontecimiento despertó
interés por la exploración y el laboreo minero en todo el ámbito del
Virreinato, que culminó con el hallazgo de las famosas minas de azogue
de Huancavdica, en 1571, y de las de plata de Cerro de Yauricocha,
en 163 O, estas últimas en jurisdicción de la ciudad de León de Huánuco~

En los propios años de la Conquista, los españoles extrajeron el oro


y la plata; prosiguiendo el laboreo de las antiguas minas de los Incas
y por los propios métodos de extracción incaicos, como sucedió en Porco

1 El móviil y la finalidad del D escubrimiento y Conquista del Perú, fué lo económico:


la búsqueda y obtención del oro o la riqueza . Ello está resumido en la frase de P"izprro:·
"por aquí se va al Perú a ser rico". Dicha finalidad está también, esbozada en el célebre
contrato firmado por Pizarro, Almagro y Luque. El económico, repetimos, fué el principal
y único resorte que motivó el descubrimiento y conquista de este territorio. Aunque había
que disfrazarlo con aquello de: "ganar almas para la cristiandad" y "dominios para el Rey".
De aquí el método de explotación que los españoles, o la mayoría de ellos, usaron con los
indios, con el único y torturante deseo: hacer fortuna, obtener el o•ro a cualquier costo ..
256 HISTORIA DE HUÁNUCO

y en muchos lugares. del Perú, incluso en territorio huanuqueño.


La extracción de oro y plata de las "minas y lavaderos" de los Incas
en Huánuco, lo acreditan los caciques chupachos y yachas que decla-
raron, en 1549, ante Juan de Mori y Hernando Alonso Malpartida, y,
en 15 62, ante Iñigo Ortiz de Zúñiga. Por ellos se sabe que los españoles
extrajeron dichos metales antes de 1545; pues, las personas que citan
tales indios residieron en Huánuco antes de aquel año.
El Cacique Principal de los Chupachos don Diego Xagua, en efecto,
dijo: que "han buscado todos los ríos grandes y chicos e no han hallado
oro sino en Ninamarca e Tomarica, que es en sus tierras ... e que des-
pués que fueron de Don Antonio de Rivera vino a este repartimiento
Barrionuevo el Viejo, vecino de La Paz, con cincuenta negros para sa-
car oro, e con las mo~r~stias que les hacían e por temor del dicho Barrio-
nuevo se ahorcó un cacique que se llamaba C achi; e que daban doscien-
tos indios que mandaban con los negros e que a los indios e negros daban
toda la comida que habían menester ... " 2 •
Entre otros, don Gonzalo, Principal de Rondo, afirma que "sacaban
oro e~ la guaranga de los Y achas desta p arcialidad en las min as que se
llaman Chupa, y que irá de aquí a ellas un indio a medio andar en dos
días, e que por haber entrado muchos españoles mineros a buscar oro
lo acabaron" 3 •
De la existencia de minas, en el siglo XVI, en la jurisdicción de la
Ciudad de Huánuco, lo expresa t ambién Cieza d·~ León 4 • Diego de
Aguilar y de. Córdoba, que viviera en Huánuco y que recorriera su
territorio en 1570, beneficiaba un yacimiento argentífero en Caja-
t ambo, por aquellos años 5 •
Adem ás, de la explotación minera en aquel siglo se noticia en di-
versos documentos. En la Carta del Comisario Ortega de Melgosa a
Francisco de Erazo, se hace saber que a la "ciudad de Guanuco se le
concedió e hizo m erced por tiempo de di·n años que el oro que se sa-
case pagasen el diezmo por cierto tiempo y en cierta forma" . El Virrey

2 Visita hech a por mandato de Su M ajestad .. . por Iñigo Ortiz de Zúñiga, etc . "Re-
vista del A rchivo N acion al del Per ú", 1920 . T. l v, Ent rega 1, ps. 29 , 34 .
3 Visita h ec.ha por m and ato de S. M., et c. Rev t. cit., T. y Entrg. II, p . 2 09 .
4 C1EZA DE LEÓN: La Cr&nh<a General del Perú. T . 1 9 , C apt. LXXX, p. 246.
5 Crónica Mo ralizada del Orden de S. Agnstín en el Perú, etc., por FRAY ANTONIO
de la Calancha, T . 1 9, C ap t . IV, p. 3 3 9. E l p ropio Aguilar y de C órd e<ba q ue visit-0 los Corre-
.i;imientos de Huánuco como Alg uac il M ayor de su C abildo, en su celebrado "El Marañón"
dice: " ... y corriendo el med io dí a se junta cerca de Chuqui a otro caudaloso río llamado
Chuquibamba, cuyas riberas un tiempo cdebró la fama por sus pepitas de oro, que nace
en las cordilleras ·de C ajatambo, conocidas por sus minas de plata . . . " C ap t. VII, p. 3 27.
(Colee. Bibl. C ultur a Peruana, T. V. El Apogeo de la Lite ratura C olonial).
CONQUISTA Y COLONIA 257

Tok~ do, en 1571, refiriéndose a un descubrimi~nto aurífero en Huá-


nuco, decía: "Lo de Guanuco los oficiales Reales están de la mism a ma-
nera porque la renta avn es menos creo que tendrá particular aumento
por vn rrio de oro que a dias que descubriero;i y an gastado mucha suma
de pesos oro los vezinos y moradores de aquella ciudad en ataxalle
yo les e fauorecido lo que podido y pienso que comenzarán a gozar
ya del oro del <leste año quentrara ... 6 •

El trabajo de la minería prosiguió, a travé_s de todos los años colo-


niales, en los territorios de la Ciudad de León de Huánuco. Vásquez de
Espinoza, que visitó sus Corregimientos a principios del siglo XVII,
1616, reseña de sus ingenios mineros. "Hay en el distrito de esta ciudad
minas de plata muy bu,~nas que son las del Nuevo Potosí." En "esta
provincia Conchucos están las minas de Siguas, donde hay ricos metales
de plata, e ingenios en que se muelen, y benefician ... Guaylas: Yun-
gay, donde reside el prior .está fundado al pie de una alta sierra nevada
de ricas minas de oro bajo sobre plata. En el pueblo de Caruas hay
minas de plata de donde se ha sacado gran riqueza y todavía se saca ...
Cuatro leguas al sur está el pueblo de Recuay muy frío y destem-
plado ... hay ... ricas minas de plata que toda est:í lastrada de este
metal, cuando estuve en él había dos ingenios, acude el quintal de ordi-
nario a 4 marcos que es gran riqueza" 7 •

El verdadero auge minero en ·la jurisdicción política de Huánuco,


surge a raíz del descubrimiento de las minas de Yauricocha por un indio
apellidado Huaricapcha, en 1630, durante el gobierno del Virrey Conde
de Chinchón don Luis Jerónimo Cabrera y Bobadilla.
L1 mente popular ha tejido una leyenda en torno al hallazgo de las

6 Carta del Ccmisuio Ortega de Melgosa al Secretario Francisco de Erazo sobre el


mal gobierno de la tierra y desorden en la administració n de la Hacienda Real. Los Reyes,
10 de junio de 1562 . Gobern.an-trs di:l Pení. Cartas y Papeles. Siglo XVl, T. 2. Apéndi ce
al tomo 19, p. 635. C:irta del Virrey don Francisco de Toledo a S. M. so.bre materias de
hda. y fiseo rreal. Cusco, 2 Y de marzo, 1571. Gobernanfrs Je! PerlÍ. Cartas y papeles.
Sig lo XVl. T . III, p. 474.
7 C om pen dio y Descrifwió" de la~ fodias Occidentales. Capt. XL VI, ps. 489, 4 93 .
258 HISTORIA DE HUÁNUCO

minas de plata San Esteban de Y auricocha, más tarde Cerro de Paseo,


casi identificando el caso a lo ocurrido en Potosí 8 • Así como ciertos
comentaristas, basados en dudosos documentos, pretenden sostener que
dichas minas fueron laboradas por los españoles 60 años antes, o sea en
15 67. Para nosotros el pastor apellidado Huaricapcha, acaso no hizo
otra cosa que mostrar al minero español don Juan José U garte, resi-
dente en San Juan de Huariaca, las antiguas vetas trabajadas por los
meas, que hasta entonces habrían permanecido ocultas por los indios 9 •

8 He aquí la leyenda, resumida por Tadeo Haenke. "Un indio llamado Huari-Capcha,
apacentando su rebaño por aquellos collados, se vió precisado para pasar la noche a abrigarse
al respaldo de uno de ellos; encendió una gran hoguera, y quedó sorprendido al amanecer
cuando vió entre las cenizas unos granos de plata fundida. Contra la costumbre de los de su
nación, participó de esta novedad a don Juan José Ugarte, hacendado de la quebrada de
Huari<aca, quien pasó a reconocer el cerro, y en el mismo paraje en que el fuego había
derretido los metales abrió diversas bocaminas, y las que fué explotando con la mayor facili-
dad y abundancia. La fama de la mina atrajo muchos españoles, y se erigió un pueblo"
Descripción del Perú. Descripdón de la Intendencia de Tarma, p. 190.
9 Nuestra opinión de haberse trabajado minas en la región de Paseo, en tiempos preco-
coiombinos y nuestra duda de la leyenda de Huari-Capcha, se refuerza en el Capt. III del
libro "Atacocha", p. 21. Parece que los Incas trabajaron las minas de plata de Colquiajirca,
que en quechua quiere decir: ladera de plata. Aunque no existe documento fehaciente alguno
al respecto. A base de un expediente que dice se halló en el Archi•vo Nadon.al, el ingeniero
Carlos E. Velarde, se pretende sostener que las minas de Yauricocha se trabajaron desde 1567.
(Descubrimiento de las minas, "El Minero Ilustrado'', NQ 430, 15 de mayo, 1915). De esta
idea hace eco y la sostiene el señor Eliseo Sanabria Santibáñe71 en su "Monografía Histórica
del Cerro de Paseo", aparecido en "El Comercio", de Lima, 7 de noviembre de 1950, Edc.
de la tarde, y siguientes. De la atenta lectura e imparcial análisis de los autos, resumidos
por Santibáñez, y los mismos que se siguieron, a raíz de un denuncio, entre el Cacique de
Laraos Manuel Chumbe y Pedro Chupán con el español Diego Cantos de Andrada; salta
q'Ue tal expediente es apócrifo. Por otra parte, las afirmaciones de Santibáñez son antojadizas
y fuera de la verdad histórica. Pues, por dicho año de 15 67, no existieron o no desempe-
ñaron los cargos q'Ue se les asigna a las personas nombradás; no existía la división poHtica
que se afirma; ni rigieron las Ordenanzas de Minería que se nom~nan, etc. Rectifiquemos
algunas, a saber: en 15 67 no fué Alcalde de Minas y por tanto Corregidor de Jauja, Gómez
de Carabantes de Mazuelas. (Gómez de Carabantes fué Encomendero de Jauja y Rodrigo de
:\íazuelas, Secretario de Pizarro, en 15 40). Bombon, Chaupihuaranga y Huánuco, jamis
pertenecieron, políticamente, al "Valle de Jauja". (Huánuco, desde su fundación, tuvo
categoría de Ciudad de Españoles, y jamás pudo depender de un pueblo o reducción de
indios, como lo fuera Jauja entonces.) Juan de Cadalzo Salazar que fuera el primer compo-
sitor de tierras en la ciudad de Huánuco y términos, todavía en 1592, no adjudicó ninguna
encomienda a nadie. Las encomiendas las adjudicaban el Rey o los Virreyes. A Juan Tello
de Sotomayor, encomendero del Repartimiento de Chinchaycocha ~con los pueblos de Los
Reyes, Ninacaca, Sóndores y Carhuamayo-- le encomendó el Gobernador La Gasea, en
Huaynarima, en 15 42. El cacique de Jauja no fué "Felipe Paucar indio ladino que estuvo
en España", sino don Carlos Limaylla. Ningún documen to del siglo XVI habla de la mina
de Yauricocha, que de haberse trabajado, habría abonado el quinto real y los Virreyes
habíanle asignado los mitayos necesarios. El Marqués de la Real Confianza no fué el coronel
don José Maíz y Arcaz, sino don José Manuel Maiz de Arcaz, ~c .
CONQUISTA Y COLONIA 259

Porque, como .hemos visto, muchas minas explotadas por los españoles
estuvi.eron en producción bajo los Incas, ya en Huánuco, Huaylas y
Conchucos. ·
Con el trabajo de este famoso yacimiento minero argentífero en el
repartimiento de Chinchaycocha, de la encomienda de los herederos del
Capitán Juan Tello de Sotomayor; se abre no sólo un renglón inagotable
de ingresos para la Corona por los impuestos a favor de ella, sino que
transformando la economía privada regional con la aparición de acau-
dalados mineros, repercute en la vida de los indios con el trabajo de las
mitas.
Declarada la posesión, U garte inició el laboreo de la mina o "estaca"
de Santa Rosa y armó un ingenio para la refinación del metal. Casi en
los mismos años, otros mineros, comenzaron las labores en las minas de
Colquijirca; minas estas, sin lugar a dudas, conocidas también por los
Incas, a poca distancia de Y auricocha.
La concurrencia al área de Y auricocha o Llauricocha de acaudalados
minreros, atraídos por la fama del mineral, trajo como consecuencia se
registraran y trabajasen otras "estacas", aunque con lapsos, por las
inundaciones de los socavones. Verbigracia, las de "Yanacancha" y
"Paria jirca" por los hermanos Salcedo, 16 69, propietarios de Laicacota,
Puno. Mas en el siglo XVIII, 1740, don Martín Retuerto inició la aper-
tura del socavón de Yauricocha para desaguar las vetas de igual nombre;
obteniendo abundante mineral de plata de buena ley, aunque sufrió
inundación después.
En 1758 don José Manuel Maiz de Arcaz, más tarde Marqués de la
Real Confianza, abrió la bocamina de Yanacancha; y empleando por
primera vez las bombas de mano, habilitó varias minas de las que extrajo
grandes cantidades de mineral, que le reportó pingüe ganancia; pues esa
sola mina rendía anualmente de 60 a 80 mil pesos. Desgraciadamente
con la muerte de este noble minero, vino en declive el trabajo de las
minas, agravado con los derrumbes que se produjeron en los socavones de
Santa Rosa y Cayac, que sepultaron más de 300 mitayos, causando pá-
nico en los mineros 10 •
Empero, en 1780, don Félix Ijurra abrió el socavón de San Judas,
de 700 metros de profundidad, con varios ramales, cuya ejecución
duró hasta 1800 y la de sus galerías hasta 1807. Ijurra, asociado con don
Vicente Amavisca y Bernardo Cárdenas, abrió la mina de Santa Rosa,
que produjo abundante mineral de alta ley.

J() HAENKE: De.rcripción del Perú, cit., p. 191. - Véase: Rivero y Ustáriz, T. l ',
p. 182, Memorias sobre el rico mineral de Paseo.
260 HISTORIA DE HUÁNUCO

El que iba a culminar los trabajos de minería en aquel asiento,


era don José Maiz y Malpartida, 2 9 Marqués de la Real Confianza 11 •
Fué él quien abrió d socavón en Quiluacocha, cuyas minas rindieron
fortuna de gran monta.

Desde su descubrimiento, las minas de Yauricocha produjeron gran-


des sumas de dinero para la Caja Real; y fué una de las deseadas y
poderosas rentas después de las de Potosí. Dre aquí qu·e los Virreyes
no dejaron de ocuparse de ellas, en sus Memorias y Relaciones.
De otro lado, la riqueza de sus vetas fué proverbial. U na sola
mina de Yauricocha lre produjo al Primer Marqués de la Reat: Con-
fianza, 80.000 marcos de plata al año. "En el cerro de Yauricocha,
dice Ruiz, hay una Mina aguada, que tiene el nombre de Tajo, y llegó
a dar antes de aguarse más de 1.000 marcos de plata por cajón" 12 •
Tadeo Haenke consigna que en el año de "1789 se extrajeron de
15 a 16 cajones de este metal, y se fundieron muy cerca de 122 marcos;
pero el año de 179 3 se han fundido, en la real caja de Paseo, 13 2 5
barras de este mineral de Lauricocha con 234.942 marcos, 5 onzas,
cuyo valor asciende a 2.016, 703 pesos %, y dejaron a S. M. por ambos
derechos de cobros y diezmos, 231, 283 pesos 6 reales :Y2 " 13 •
No existe una estadística de la producción de estas famosas minas.
Algunos han calculado en 14.000 tondadas métricas de metal por
un valor de 100 millones de pesos. Don Mariano Eduardo de Rivero esti-
ma que, de 1784 a 1820, produjo Paseo 7.663.700 marcos de plata 14 •

.. * *
El incesante laboreo de las minas dió lugar a que se formase, en
su propia área, una población con el nombre de San Esteban de Y auri-
cocha, y a donde acudía gente de diversos lugares del Virreinato y

11 Con fcclu 21 de noviembre de 1771 se despachó el título de la Real Confianza, a


don José Manuel Maiz de Arcaz. Le sucedió en el marquesado su hijo mayor don José
Maiz y Malpartida, quien retenía el título en 1821. El solar del marques2do estuvo en
Tarma.
12 Relación histórica del viaje, que hizo a los Reinos ár:l Perú y Chile, etc. T. I, Capt.
XIII, p. 39.
13 Descripción del Per1l. Descripción de la lntenáencia áe Tarma, cit., p. 192.
H MARIANO E. DE RIVERO yUSTÁRIZ: Colección de Memorias Científicas Agrícolas
e Imlustriafrs, etc." T. I, p. 182 y sgu.
CONQUISTA Y COLONIA 261

territorios circunvecinos, en busca de fortuna, negocios y trabajo.


Haciendo de él un importante centro comercial, al que traían sus
productos desde Conchucos, Huaylas, Tarma, Jauja, Cajatambo, Y au-
yos y Chancay. Así es como se convirtió en un crisol de mestizaje
demográfico; aunque los propietarios de las minas y las oficinas reales,
durante algunos años, estuvi.:eron en la Villa de Nuestra Señora de
las Nieves de Paseo.
Los ingenios o haciendas para la preparación de los metales~ se
extendieron por la quebrada de Pucayacu hasta dos leguas abajo,
camino a La Quinua, en cuyo trayecto pueden verse hoy, cual
mudo testimonio, de lo que ayer fuera centro de dura como fruc-
tífera labor. Según Cosme Bueno, por 1763 el mineral de Yauricocha
tenía "más de 60 ingenios" para el beneficio de los minerales de
plata 15 •
Como no poseemos documento que nos suministre datos sobre
la manera cómo se beneficiaban las dichas minas, traslademos los ren-
glones que sintetizan el método que se empleaba entonces para el
"beneficio de los minerales de plata" o el sistema de .:explotación de
la minería colonial, que, por otra parte, persistió hasta el siglo pasado.
"Tienen estas minas -dice- sus escalas o caminos desde la super-
ficie a la profundidad y por allí suben los indios en hombros las piedras
del metal que otros compañeros han despegado a punta de barreta;
va metido en costales de pellejos a modo de zurrones y en llegando
arriba, ponen la carga que sacan de una vez en montones diferentes:
a cada uno de éstos llaman mita, y al lugar donde los van asentando
llaman cancha, que es lo que en español plaza, y d,:; estas plazas se
lleva el metal a los ingenios cargados en carneros de la tierra, que
líaman chacanear, y a los caminos que se hacen bajas, por manera
que para d.:ecir que uno tiene concertado la lleva de sus metales, se
dirá: ha concertado sus bajas con fulano; y porque hemos hablado
de ingenios, es menester .!}Ue V. E. sepa ... Ingenios son ciertas máqui-
nas de madera cuyas ruedas, llevadas del golpe dd agua, levantan
unos mazos grandes que por su orden vuelven a caer sobre el metal
y le muelan hasta hacerle polvo; y de aquí toma diferente nombre,
y dicen: fulano se halla con tantos quintales de harinas, para dar
a entender tiene aquella cantidad de metal molido; estas harinas se
v an poniendo en hoyos cuadrados que llaman cajonres, y allí las

15 Descripción de las provincias pertenecientes al Arzobispado de Lima. La Provincia


de Tarma, p. 33.
262 HISTORIA DE HUÁNUCO

echan azogue y otras mezclas convenientes para que dé la ley ; est o


es despegar la plata de aquella piedra o tierra con que nació incorpo-
rada; y para cons.eguirlo más brevemente, se ayudan de fuego y calor
que les encaminan por ciertos buitrones, aunque ya se tiene por mejor
valerse del sol; y cuando por las pruebas conocen que tiene estado,
lo echan en unas tinas como medias pipas, y allí lo van lavando dentro
de la tierra a fuerza de brazos con un molinete, que es a la traza de
rodezno; suélese excusar parte del trabajo valiéndose del agua para
rodear el molinete, y cuando se hace así, lo llaman lavadero y no
tina; lavado el metal, sacan plata y azogue en una pella, pónenla
en un angio y tuercen, golpean hasta que se despide el agua y algo
del azogue; luego la meten en moldes y tornan a golpearla hasta
que toma forma de piña; ésta ponen en unos hornillos de barro que
llaman desazogaderas, y a fuerza de fuego, le van quitando de todo
punto el azogue, que parte va en humo, y la resta, con el calor que
la da por arriba, va cayendo abajo en un barreño de agua que Haman
vilque; de allí sale la piña algo granujada, asiéntanle la plata con un
martillo, con que queda acabada esta obra hasta hacerla barras y
ensayarla" 16 •

* * 'f-

La extracción dre minerales no se concretó, como pudiera creerse,


al Cerro de Yauricocha. Simultáneamente, aunque en menor escala,
se explotaban las minas de Huaylas, Conchucos, Huánuco y Hua-
llanca.
Sobre el corregimiento de Huaylas, en 1763, Cosme Bueno c0n-
signa: "Ha sido abundante de minas, como lo manifiestan los vestigios
de más de 30 molinos de moler metales de plata y oro, de que todavía
se saca alguna cantidad" 17 •
Por tales años, en Huánuco, como tenemos dicho en otro capí-
tulo, existía un Asiento Real de Minas, que contaba "con seis minas
de plata en corriente, siete de ~ro, y muchas catas abiertas"; produ-
ciendo las primeras al "año 3 00 marcos de plata" y no conociéndose

16 Relación del estado en que se hallaba el Reino del Perú, hecha por el Excmo. señor
Don Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, al Excmo. Señor Príncipe de Esqui-
lac.he, su sucesor. Colección de las Memorias o Relaciones que escribieron los Virreyes deil
Perú acerca del estado en que dejaban las cosas generales del Reino. T. l. p. 17 5.
17 Cos:¡,rn BUENO: Descripción, cit. La Provincia de Huaylas, p. 28.
CONQUISTA Y COLONIA 263

las de oro ''por no estar concluídos los ingenios propios para el bene-
ficio de este metal" 18 •
Dos de estas minas d.e oro, se hallaban ubicadas en los suburbios
de la ciudad, en los cerros Senganhorbo y San Cristóbal, que según
la tradición, habían sido descubiertas por los portugueses; y que, en
aquel tiempo, ubicadas por don Juan José Castillo y don Matías Ariza,
se encontraban en trabajo.
Copiemos, respecto de ellas, el tenor de una relación periodística
de 1793, por creerlo de particular interés histórico.
«Al presente estimulados del feliz hallazgo de don Juan José Cas-
tillo, y Don Matías de Ariza, dueños de la mina nombrada del
Señor de Guayaupampa, se cuentan en continuos trabajo y laboreo
sobre 32 en la forma siguiente: 'Dueños de minas con Registro y
nombre de ellas: Crrro de Huancamina: Purísima y Rosario, Don S.e-
bastián Coz. San Vicente, Doña Francisca Ramos. Cerro de Cocot:
Et Tránsito, Don Sebastián Coz. Cerro de Senganhorbo: Señor de
Guayaupampa, Don Juan José Castillo, Don Nicolás de Ariza. San
José, Don José López. Las Animas, Doña Inés Gonzáles. San Juan de
Dios, Don Guillermo Zevallos. Cerro de Puitoc: Las Animas, Dr. Don
Bartolomé Bedoya, Don Juan Puyol. Santa Cruz, Don José Meza,
Don Francisco Arce, Don Crisóstomo Bazán. San Antonio, Don Fran-
cisco Ximeno, Don José Telles. San Juan de Dios, Don José Meza,
Don Francisco Antonio Cabelro y Meza, Don Andrés Hurtado, Don
Guillermo Zevalos. Cerro de Cabrito-Plata: el Príncipe Fernando, Don
Francisco Antonio Zevallos y Meza, Don Juan Coz, Sebastián Coz,
Don Andrés Gomero, Don Juan Durán. La Santísima Trinidad: Don
Tomás Gonsáles, Don Juan Durán. Cerro de Cacapara: Santa Eulalia,
Don Hermenegildo Nor.eña. Cerro de Pucuchincha: San Antonio,
Balerío Noreña. Cerro de Jeca: La Soledad, Doña Francisca Zeballos.
Cerro de Sancricancha: El Señor del Guayabal, Don Mateo Meza.
Cerro de Patrón-Pampa: Las Mercedes, Doña Dionisia Rodríguez. Cerro
de Huariaguazqui: Señor San José, Don Manuel Beraún, Don José
Narbarte, Don Juan Miguel Ochoa. San Pedro, Don Felipe Tafur.
Cerro de San Cristóbal: Los Desamparados, Don Manuel Marín. Las
Mercedes: Don Salvador Dasa. La Luz, Don Manuel Rébolo. El Sacra-
mento: Don Basilio Medrano. Christo Pobre, Don Manuel Talancha.
San Ignacio, Don Luis Gómez. San Juan de Dios, Don Manuel Marín.
San Sebastián, Don Salvador Aguilar. Santa Lucía, Don Juan Bermejo.
San Roque, Don Baltazar Jaramilfo. Santa Ana, Don Toribio Meza.

18 TADEO HAENKE: Descripción del Perú. Partido de Huánuco, p. 196.


264 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los Agonizantes, Don Manuel Lastra. Santa Rufina, Don Manuel Ze-
vallos. Cerro Minasnios: La Reina María Luisa, Don Francisco Anto-
nio Cevallos y Meza. Cerro de Auquincoto: San Bruno, Nicolás Illa-
topa. Cerro de Rondas: Nuestra Sra. de los Dolores, Don Juan Durán.
Cenro Pacapal: San Juan de Dios, Don José Meza, Don Andrés Hur-
tado' " 19 •

En 1779, en Huallanca, que después fué el Asiento Real y Capital


del Corregimiento de Huamalíes; en el paraje de igual nombre y enton-
ces hacienda del patrimonio del Marqués de Corpa y de don Gaspar
de la Puente Ibáñez 20 , se descubrieron "unos ricos minerales de plata".
Un cronista de aquellos años, escribe: "Aunque de explotación bien
dificultosa: motivo que ha embarazado sus progresos ... se extraen no
obstante de sus cerros dos especies de metales: pacos y siriches; los
primeros se benefician por crudo; y en los segundos que debía tra-
bajarse por fundición, a causa de ignorarse esta especie de maniobra, se
emplea la misma labor". En la actualidad hay establecidos pocos Inge-
nios; pero sin embargo, se saca al año una regular cantidad de marcos,
que sin duda crecerán mediante la favorable revolución que en esta
época feliz experimenta el importante cuerpo de Mineros" 21 •

19 Descripción topográfica, etc., cit. - Hipólito Ruiz dice de ellas: "Frente de la Ciudad
de Huánuco, al otro lado del río, hay una Mina de Oro, cuyo laboreo han emprendido algunos
infructuosamente". Relación histórica, etc., cit., Capt. XXI, p. 134. El propio Ruiz nos da
también las siguientes no.ricias: "En las chacarerías de Cochachinche, distancte siete leguas,
hay una mina abundantísima de Nitrato de Potasa, o sea de Salitre, a la cual acuden los tra-
gineros de Huancavelica a cargar de esta Sal ... y se llevan porción de cargas de hermosos
cristales". Capt. y p. ctds. -El Prefecto de Huánuco don Ruperto Delfín, en su Informe de
1 873, por su parte, escribe de las minas coloniales: "Desde el -río Tingo a lo largo de la que-
brada que forma el Huallaga, llegaren a cincuenta las minas que estuvieron en laboreo en la
Época del Coloniaje; hay cañones revestidos de cal y canto en figura de túneles, en donde se
ha gastado algún dinero, aunque los metales parecen pobres, hay otras cuyas bocas han sido
tapadas ... Chaglb . . . debió haber sido el Distrito mineral, por la cantidad de bocaminas
que se encuentran en ese lugar, que pasan de ciento, algunas tapadas y otras descubiertas,
llamadas por las naturales, de los Portugueses; esas minas deben haber producido mucho por
la cantidad de desmontes que se notan en las cercanías". Memoria del Prefecto de Huánuco,
1873. "El Peruano", 29 de mayo de 1874.
20 En 12 de junio de 1683, Carlos II otorgó el título d~ Marqués de Corpa a don Luis
lbáñez de Segovia y Peralta. Succdióle dcña Nicolasa Ibáñez, Condesa de Torre Blanca, que
renunció el título. Lo pretendió don Juan José de la Puente lbáñez, Caballero de Calatrava,
Oidor de Lima y nieto del primer Marqués de Corpa, por línea materna. Se le declaró acreedor
a él por acto de la Junta de Lanzas de 6 de noviembre de 1776, aprobado pcr cédula de 22
de diciembre de 1777. Títulos Nobiliarios en el Perú, por Rubén Vargas Ugarte S. J. "Re-
vista Histórica". T. XV, Entrg. 111, p. 284.
21 "Mercurio Peruano", 27 y 30 de junio de 1793. "Descripción de la Intendencia de
Tarma", por el Dr. Mariano Millán de Aguirrc.
CROQUIS AP ROX IMATI VO

DE L PL A NO D E P ARTE DE L AS R UI N A S

DE HU A NUCO VIEJO

'
TE: R MI NO D E: L/1 .5 CA L u: S

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L A S CALLES CONTINUAN EN UNA EXTENSION


DE 5000 A 6000 METROS SIGUIENDO UNA LIN EA A
NIVEL AL REDE DOR D EL CER R O
ffe1gi11e.ld Enod.

Croquis de parte de la ci udad y de las co leas o g ran eros de H uánuco el Viejo.


( R. Enock. 19 04.)
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Aspecto t opogr:ífíco de las ru i1us de H uá nu co el V iejo. Lev mt ado por el Pa dre Man uel de Sobrevieh . Djbu ja do por Sie rra. 1786 .
(Col ee. de M apas del Per ú del Museo Bríd nico. In serto en R elació n d el Viaje qu e h i-:o a los R einos d el l'erlÍ )' C hile. de D .
H ipólito R uiz. T. 11 . Cortes ía del Dr . J aime Jaram ill o Arango.) (Copia redu cid a.)
CONQUISTA Y COLONIA 265

Años después, don Manuel Pérez de Bustamante encontró una


poderosa mina de azogue en d cerro de Chonta, que la abandonó por
falta de capitales para explotada. Por lo que la denunció don Joaquín
González, a quien, luego del procedimiento administrativo, le adjudicó
la pertenencia de dicha mina d Superintendente Escobedo, con la
obligación de trabajarla. Gonzá'.ez laboró tal mina, aunque en poca
escala, obteniendo éxito 22 •
Se descubrió, asimismo, por aque11os tiempos, en los repartimientos
de Jesús y otros, un mineral de azogue. Dice Hipólito Ruiz: "En la
Provincia de Huamalíes, cerca del Pueblo de Jesús, hay otros dos Mine-
rales de Azogue, que dan muy buenos indicios de riquezas".
"Hace unos veinte años que se descubrieron unas Minas de plata
en el término de Ayras, en donde sólo trabajan dos Mineros y no hay
más que una Casería, que dista corto trecho de Huayanca. Hállanse
también algunos minerales d~ Oro, que no se trabajan por el mucho
costo que causan sus desmontes. En el pueblo de Chavín hay lavaderos
de Oro y algunas personas han recogido porciones muy buenas de
él" 23 • Y en esta provincia s~ trabajaban, aunque en pequeño, en los
lavaderos de oro de Chuquibamba, en el río Marañón; en Huánuco, en
las márgenes de los ríos Tambogán, Quera, y otros: región aurífera
que impresionando a la mente popular forjó la leyenda de "Las Tres
Cantarillas" o el "Tesoro de Catalina Huanca", que, para nosotros,
no es sino la de "El Dorado Huanuqueño" 24 •

Después de la explotación minera, la fabricación de paños, Jergas


y demás, fué de alto rendimiento económico. Ello dió lugar a la insta-

22 '~Mercurio Peruano", cit.


. ..
23 Relación Histórica del Viaje que hizo a los Reinos del Perú y Chile. T. 1, Capt.
XXII, p. 89-180.
2 ·1 Leyenda de las Cantarillas. Desde los tiempos coloniales, en la ciudad de Huánuco
y lugares vecinos, corre versión de la existencia d~ minas de oro nativo, llamadas "Las Tres
Cantarillas", "Los Tres Mogotes" o "El Tesoro de Catalina Huanca". Tal leyenda sostenida
ya como tradición, ubica tan fabulosas minas en los montes selváticos de Chinchao, Tambo~án,
Quera, Monzón o Tulumayo; aunque no se precisa el sitio exacto, ni nadie ha dado con
ellas, pese a diversas expediciones que con tal fin se han realizado. Algunos periodistas locales
de Huanuco, dando fe a aquella creación de la ment-e- popular, han asociado la existencia
de tales minas a Catalina Hu anca y quieren decir que fueron explotadas, en secreto, por
dicha mestiza. Aún más, con el propósito de darle "sabor hist-ó rico" nombran personaj es,
citan documentos, describen "derro t eros", hallados o tníd os de Es paña , o tÍtulos de comu -
266 HISTORIA DE HUÁNUCO

lación de los obrajes, trapiches o chorrillos, llamados así según su im-


portancia. El auge de esta industria, particularmente en el siglo XVI y
la mitad del XVII, debióse también a los privilegios que otorgó h
Corona a dicha industria, ya que de España no se podía importar telas
a América. Pues, con los tejidos que se fabricaban en los obrajes del
Perú, t an mejores como los paños de Esp'1ña, según la expresión de
Solórzano Pereira 25 , se vestían no sólo los indios sino los españoles;
exportándose el restante a Chile, Guayaquil, Filipinas y a la propia Es-
paña, de donde se traían maestros tejedores, quienes enseñaron a los
indios los gajes del oficio; ya que, por diversas cédulas, la Corona espa-
ñola auspició pasasen a estas tierras "oficiales de arte" o artesanos.
Los obrajes funcionaban a orillas de los ríos, arroyos y en las ver-

nidades indígenas, cuyas copias se guardan en Notarías Públicas. (Verbigracia el artículo


publicado por el Sr. Antonio Ayllón en "El Comercio" de Lima, 27 de noviembre de 1949:
" Existencia de riquezas .auríferas en el departamento de Huánuco, Catalina Huanca y Las
Tres Alcantarillas. (Habrá querido escribir, tal autor, cantarillas, y no alc1111tarillas (?) .
En verdad, resulta curioso, que, siendo la minería la principal fuente de ingreso de la
Corona española y tan celosamente controlada; una mujer, como Catalina Huanca, hubiera
trabajado esas minas -cuyas ruinas se sostiene existen-, a espaldas de las autoridades
españolas y sin darse cumplimiento a las Ordenanzas de Minería, vigentes ya desde 15 45. Y sor-
prende también que ningún cronista colonial, ni Diego de Aguilar y de Córdoba, que viviera
en Huánuco, ni Vásquez de Espinoza que estuviera allá; consignen o den noticias de dichas
minas, ni de su imaginaria poseedora. "Las Tres Cantarillas" y "El Tesoro de Catalina
Huanca" (El Dorado Huanuqueño) es, pues, pura cre·ación de la mente popular y en la que,
como en toda creación colectiva, se confunde el .hecho histórico con la fantasía, se altera la
c ronolog ía y se supone personajes. (Tal leyenda que, es de origen indio, acaso fué creada para
vengarse de los sufrimientos q•uc eran víctimas de los españoles, y a quienes, con la promesa
de l ero, los cond ucí an a tr avés de selvas inhóspitas en las que sólo encontraban el hambre,
la desesper ación y la muerte. ) El propio Gómez Arias Dávila estuvo ganado de tal idea,
al salir en busca del "Pacay", (El Dorado Huanuqueíio, j,or otra parte, está en el cultivo
'Y la explotación de sus feraces tierras, y no se le hallará buscándolo en sitios que s·ólo han
forjado ociosas mentes y el deseo de riqueza fácilmente obtenible). De otro lado, con
nuestra idea no queremos decir, en modo alguno, que no existió Catalina Huanca. Acha-
• puri, en su Ojnísculo sobre la Chufad de Huánuco, afirma que el Hospital d~ San Juan
de Dios, como veremos, fué fundada por María Ana Huanca, hermana de Catalina Huanca,
ambas originarias de Huánuco, descendientes de Incas y de oficio olleras. Algún escritor
y la gente del valle de Ja u ja sostienen que Catalina Huanca era natural de San Jerónimo
de Tunán (Huancay o), en cuy o radio, dicen, están escondidos sus te·soros. De las "riquezas"
:le Catalina Huanca, hemos oído hablar en Puno, Ancash, Lima y Ayacucho. Se dice,
as imismo, que Catalina Huanca fundó el Hospital de Santa Ana de Lima. Según el cro-
nista Herrera, Pedro Huanca, natural de Jauja, y quien comunicó a Villarroel el descubrimiento
de Potosí realizado por Hualpa; a la muerte del capitán Diego Centeno, casó con la hija de
.~s te, de cuyo matrimonio nacieron Catalina y María Huanca y Centeno; y vinieron a Lima
de Potosí, sólo después del año de 1575. No fueron, pues, ni huanuqueñas, ni de San J eró-
ni mo de Tunán, ni huancaínas, ni olleras, ni poseedoras de "Las Tres Cantarillas".
25 Política Indkma. T. IV, Capt. XII, p. 229 .
CONQUISTA Y COLONIA 267

tientes de las aguas termales, para valerse de ellas. Contaba el plante!


de varias piezas, en las que estaban los telares, el depósito, la tintorería
y la habitación de «corrección", provista de látigos, cepos y grillos.
Resumamos de un documento co!ónial !!G que explica los diversos
papeles que desempeñaban los mitayos en los obrajes. Los apartadores
seleccionaban las lanas de las ovejas, según las partes del cuerpo del ani-
mal. Los lavadores lavaban la lana blanca con agua tempfada, la negra
con agua hirviendo. Lavada y seca la lana, otros apartadores las' clasifi-
caban y hacían rollos para el hilado; trabajo que generalmente lo real'i -
zaban las mujeres y los muchachos. Los hiladones hilaban hilos para
cordellates, jergas, frazadas y tramas, siendo 12 onzas de hilado por
tarea de cada hombre. Luego se hacía el cardado con tachuelas fabri-
cadas por los propios cardado·res; entregaban las piezas a los urdidores,
que debían entregar dos piezas diarias. Después venía el tejido en los
telares de madera, por los tejedores. Los cordellates, pañetes y jergas
debían tener 28 li1iuelas, conforme a las Ordenanzas. Los paños se
peinaban con perchas hechas de flor del cardón por los cardadores. El
perchero, debía teñir y secar la tela; operación que se Hamaba )perchado,
que era la labor más fácil; y al fin se hacía el infurtido, que cons1stia
en unir las piezas y volverlas a cardar para borrar toda huella de las
fallas del1•tejido.
Fuera de estos trabajadores, existían como auxiliares: el batanero,
leúadores, picadores de tara, picadores de palo de Brasil, carboneros,
muleros, vaqueros, hortelanos, chilqueros, aparejeros, carpinteros, he-
rreros, tintoreros, etc.

En 1593, el Arzobispo Mogrovejo halló funcionando numerosos


obrajes en el distrito de la ciudad de Huánuco. A saber, en el Corre-
gimiento de Huamal'íes: el obraje de Huacaybamba, del español Luis,
con 7 telares y 60 tornos. En el Corregimiento de Huaylas, el de Aija,
Diego Núñez de Figueroa; el de San Sebastián de Huarás, de García Bar-

26 "Revista Inca'', Lima, 1923. V. 1, N 9 3, ps. 624-650. Tecnología Indígena.


" El Obraje de Cacamarca. Forma cómo se gobierna . . El modo de fabricar todo el género
de ropa, así bayetas, pañetes, cordellates, jergas y frazadas, etc., desde su principio, y los
jornales que ganan en cada oficina los indios, y lo que tienen obligación de hacer por tarea
del día según el estilo y o.r denación que ha tenido este obraje de San Juan de Cacamarca,
como lo que se paga de hechuras de las herramientas para fabricar dicha ropa, con varim
tintes, y otros, etc". (Cacamarca: Cusco).
268 HISTORIA DE HUÁNUCO

ba, con 5 telares para cordellates y sayales, de 4 5 y 5O tornos; el de


San Pedro de Carhuás, de Acacia Ramírez; en Yungay, el del enco-
mendero Jerónimo de Guevara, de 10 telares y 40 tornos, el de la
Comunidad con 8 telares y 67 tornos; el de San Pablo de Mato, de la
Comunidad, con 9 telares y 57 tornos; el de Huaylas, uno de la Co-
munidad de 1 telar y 3 8 tornos y de don Jerónimo de Guevara con 13
tornos; el de Macate, de don Jerónimo de Guevara, con 50 tornos. En
el Corregimiento de Conchucos, el obraje de Pallasca, de la Comunidad,
con 74 tornos, y 10 telares y el siguiente personal: 74 muchachos hi-
ladores, 10 indios tejedores, 14 indios esprimadores, 12 indios embara-
dores, 12 indios leñateros, 6 indios ípercheros, 2 tintoreros, 2 labradores,
2 apartador(~S de lana, un breviador, 2 tundidores, 2 carpinteros, y un
albañil; el de Huandoval, con 22 tornos y dos telares; el de Santiago de
Cabana, con 4 telares y 2 de hacer telares y cinchas, con 44 tornos; y el
de T auca, de propiedad de Hernando de Chávez, vecino de Huánuco,
donde "se labran ropa de lana de CastiE'a y se hacen paños 24" y cor-
dellates, sayales y frazadas 27 •
El carmelita V ásq uez de Espinoza, en 1616, consigna en León de
Huánuco los obrajes de paños, frazadas, bayetas y cordellates: "de San
Rafael; Paucartambo -de don Fernando Tello de Sotomayor; Tarma
Grande- uno de don Juan de la Cueva y otro de la comunidad"; va-
rios en Huamalíes, "algunos en Cajatambo, muchos en Conchucos donde
se labran muy buena ropa por ser la lana muy fina", en Pallasca, Huari,
de los "descendientes de Lic. don Gaspar de Espinoza'', en Huarás, del
Conde de Lemus, el de don Luis de Castilla y "otros en los demás pue-
blos deJa provincia" 28 •
Fuera de los nombrados, consta en documentoo coloniales, los de
Michivilca, San Juan de Colpas, en Tarma; Yarumayo, Ripán, Baños,
y el famoso de Quivilla, en Huamalíes; San Luis, en Huari, que fué del
Licenciado don Diego Álvarez y después de la familia Dávalos de Rivera.
Cerca al área de la ciudad de Huánuco, en la Doctrina de Santa
María del Valle, a fines del siglo XVIII, había "varias fábricas de ba-

27 Diario de la Segunda Visita Pastoral que hizo de su Arquidiócesis el ilustrísimo


Obispo señor don Toribio Alfonso de Mogrovejo, Arzobispo de Los Reyes. "Revista del
Archivo Nacional del Perú". T. 1 9 , Entrg . I y II, 1920, ps. 59, 63, 68, 264 y sigts.
28 Compendio y Dcscripdón de las Indias Occidentales. Capts. XLIV, XL V y XL VI.
ps. 489, 490, 491, 493. - El Lic. Gaspar de Espinoza fué Presidente de la Audiencia de Santo
Domingo la Española; conquistó y fundó pueblos en Panamá y Perú, donde compuso las dife-
rencias entre Almagro y Pizarro, estando en cuya acción murió.
CONQUISTA Y COLONIA 269

yeta, . pañete5, jerga y sayal" que trabajaban los indios con lanas que
introducían de la provincia de Tarma :?o .
La indus·tria de tejidos o de los obrajes, bajo. la Colonia, se difundió
tanto en Huánuco, que "no .2xistía pu·eblo que no tuviese sus telares
para esta , labranza", dice un comentarista. Aún en el siglo XVIII, en
que tal industria sufrió decadencia, no d.2jaron sus telares¡ de tejer "to-
cuyos, telas gruesas y bayetas'', señaladamente en los corregimientos
de Huamalíes, Tarma y Huaylas, consistiendo tales mercancías su co-
mercio principal y siendo "el caudal que manejan ... y con él cubren
toda suerte de deudas" 30 •

Descubierta América, la Corona dispuso que "pasasen a las Indias"


artesanos y labradores; que se propiciase el' cultivo de la tierra y la
crianza, empleándose plantas, semillas y animales de los reinos de España.
Se estableció,- también, que los encvmenderos plantasen en los Repar-
timientos "sauces y otras maderas"; la comunidad de pastos, montes y
aguas, para que pudiera apacentarse libremente los ganados; limitando
hasta la extensión de la5 haciendas o estancias, el número de hatos, etc.
Tal política colonizador.-t se consignó en la Real Cédula de 20 de no-
viembre de 1539, ordenanzas de 1573, en el tenor de los títulos de venta
o composición de tierras y demás, resumidas, más t:¡rde, en la Recopi-
lación de 1680.
Empeñados en las guerras contra los indios y civi"es, los primeros
conquistadores no ·tuvieron tiempo para dedicarse a la agricultura ni
a la ganadería; ni los gobernantes pusieron empeño para el cumpli-
miento de las disposiciones reales. Hasta que el Virrey Toledo, en sus
célebres Ordenanzas, dispuso el régimen ·agrícola, la crianza de ganados
en las heredades, etc. Y se consignó en las Ordenanzas de los Corregí~
dores que, incluso los "indios cL~bían criar av·es de corral y ganados de
Castilla", así como dedicarse al plantío de árboles.
Sólo a mediados del siglo XVI, se inició el cultivo de las nuevas
plantas y la crianza de animales traídos o procedentes de la Península ~ 1 •
20 Descripción Topográfica de la M. N. L., de Leú11 dr Huá11uco, etc., " Di:irio de
Lima", cit.
30 " Mercurio Peruano", cit. Descripción de l.1 Intendencia de Tarma. Partido de
Huamalíes, por el Dr. Mariano Mill:ín de Aguirre, cit.
31 Entre las plantas, flores y legumbres, que trajeron los españoles, están: la caña
de azúcar, el t rigo, la cebada, el garbanzo, la lenteja. c-1 haba, la vid, el café, el olivo,
la alfalfa, el nogal. la more ra, el manzano, el naranjo, la lima, la cidra, el pero, la cam-
bue,a, el higo, el gran:id o, d mCTnbrillo, el melocotón, el ciruelo, el pepino, el melón, la
270 HISTORIA DE HUÁNUCO

O, mejor, solamente entonces comenzó en tierras del Perú, la aclima-


tación de tales especies que, con el correr del tiempo, no sólo habrían
de constituir uno de los mejores renglones de la economía colonial,
sino que habrían de modificar las gaJias y tonalidades del paisaje, deste-
rrando o reduciendo el área de la flora y fauna autóctonas, y ames-
tizando el propio espíritu del indio.

La jurisdicción de la Ciudad de Huánuco, al igual que la de las otras


ciudades, fué teatro del empeño del conquistador para la introducción,
cultivo y desarroHo de las especies vegetales y animales españoles; favo-
recido por la topografía de sus extensas y feraces tierras, la variedad de
sus climas¡ y la riqueza de sus pastos naturales.
Según Garcilaso, Huánuco fué el lugar donde por primera vez
se cultivó y estableció un ingenio de azúcar en el Perú. «El primer
ingenio de azúcar -dice- que en el Perú se hizo fué en tierras de
Huanuco, fué de un caballero que yo conocí. Un criado suyo, hom-
bre prudente y astuto, viendo que llevaban al Perú mucho azúcar
del reino de Méjico y que el de su amo, por la multitud de lo que

guinda, la cereza, la almendra, el ajonjolí, la albahaca, el perejil, el comino, el orégano,


la lechuga, la escarola, el rábano, la col, el espárrago, la manzanilla, la rosa, el clavel,
la azucena, el jazmín, la marqueta, el lirio, el trébol, la alhucema, etc. Entre los animales,
se cuentan: el caballo, la vaca, el carnero, el perro, el gato, el camello, la cabra, ' el puerco
o cerdo, el conejo, la paloma de Castilla, el pavo -oriundo de México--, el ganso, la
gallina, el canario. Para ilustración digamos que, los primeros caballos que llegaron a
América, fueron de Andalucía, con destino a Cuba y Santo Domingo, cuyas crías pasaron
para la conquista del Perú y México. En los años de la conquista, llegaron a costar de 5
a 6 mil pesos cada uno. Por 15 57, un caballo se trocaba por ~ negros esclavos. Las vacas
llegaron del Perú después de la conquisu, siendo su introductor don Antonio de Altamirano,
natural de Extremadura, vecino del Cusco; y las primeras que se vendieron costaban 3.000
pesos. Los bueyes también tuvieron su casa solarieg¡a en el Cusco. Juan Rodríguez de
Villalobos, en 15 51, utilizó las primeras yuntas en esa ciudad. Juan de Reynaga, natural
de Bilbao, trajo 7 ejemplares de camellos, que los vendió en 7 mil pesos a don Pedro Por-
tocarrero, quien fracasó en aclimatarlos en lea. El primer burro se compró en Hua-
manga por Garcilaso, padre del cronista, por 320 pesos. En 15 44 las cabras se vendían
en 73 pesos y 3 reales, cada una·; y en 15 56 las ovejas se cotiza~an a 40 pesos, y a 50
las escogidas. Los primeros cerdos que se vendieron en Lima costaron la suma de 1.600
pesos. El primer gato lo trajo al Perú el conquistador Montenegm, q_'uien lo compró a
Almagro en 600 pesos. Un clérigo de Extremadura, Andrés López., introdujo al Perú la
pareja inicial de conejos, los que escapándose de su jaula, poblarnn rápidamente los alre-
dedores del Cusco. Las ratas llegaron al Callao, en 15 H, a bordo del navío que trajo
don Gabrie-1 de Carbajal, Obispo de Placencia, etc.
CONQUISTA Y COLONIA 271

llevaban no subía de precio, le aconsejó que cargase un navío de


azúcar, y lo enviase a la Nueva España, para que viendo allá que
lo enviaba del Perú, entendiesen que havía sobra dél, y que no le lle-
vasen más; así se hizo, y el concierto salió cierto y provechoso; de
cuya causa se han hecho después acá los ingenios que hay, que son
muchos" 32 •
Parece que tal primer cultivo de la caña de azúcar se realizó antes
de 1549, año en que La Gasea afirmaba, en una relación, la existencia de
varios ingenios o trapiches de caña de azúcar 33 •
Aguilar y de Córdoba escribe en .. El Marañón'', 15 70, refiriéndose
al río Huallaga: .. después ide haber regado al Valle de Páucar Tampu y
Guanca Pampa -donde está asentada Guánuco actual- fértil por sus
cañas de azúcar" 34 •
El cultivo de la caña de azúcar, no hay duda, se extendió por 1todas
las tierras tórridas de los Corregimientos de la Ciudad de León. En
15 9 5 el Arzobispo Mogrovejo halló ((junto al pueblo de Colea -Hua-
malíes- tres trapiches y un cañaveral'', de don Diego Hernández 35 •
• En 1615, Vásquez de Espinoza visitó en el Valle de Paucartambo-Tar-
ma- varios .. ingenios de caña de azúcar". En los siglos XVII y XVIII,
existían cultivos de caña de azúcar y trapiches para su beneficio, en las
riberas del )Marañón y en el callejón de Huaylas. Cosme Bueno, res-
pecto a las tierras huaylinas, da el dato: .. Lábrase en ella azúcar que
convertida en conservas se lleva a diversas partes, como a Tarma, Huá-
nuco y Lima" 36 • Así también en el valle del Huallaga eran .. innumera-
bles los trapiches para beneficiar la caña; siendo muchos de bronce
como los de Locllo, Huácar, Andahuaylla, Quicacán, Yana, Corpa

32 Los Comentarios Reales. T. II, Libr. IX, Capt. XXVIII, p. 273. No hemos
hallado documento alguno que respalde a Garcilaso; y, en tanto no se desvirtúe la afirma-
ci-On del cronista, sostenemos que Huánuco fué la primera tierra en la que se cultivó la
caña de azúcar T:.sta planta se introdujo de la Isla Española por Pedro de Atienz:t, t>n
1506. De Santo Jlorr-ngo pasó a México, de donde, se afirma, vino al J"-:rú. José de·
Lavalle dice que fué en Piura, en el fundo de Juan Salinas de Loyola, y no en Huánuco,
donde se cultivara por primera vez. Otros sostienen que fué en la hacienda de Trapiche,
en el valle de Chicama, donde primero se laboró.
33 Cita de Jiménez de la Espada, en Relaciones Geográficas de Indias. T. I, p. XXV.
34 Cita de Jiménez de la Espada, en Relacioner Gt·ográficas de Indias. Origen
del río Huallaga.. T. I, p. XXV.
35 Diario de la Segunda Visita Pastoral que hizo a su arquidiócesis el ilustrísimo,-
scñor don Toribio Alfonso de Mogr'ovejo, cit. "Revista del Archivo Nacional del Perú".
T. 2, Entrg. 14 • Lima, 1920, p. 38.
3G Descripción ie las frro1'incias pertenecientes al Arzobispado de Lima. cit. Pro- -
vincia d(: Huavlas, p. 28.
2 72 HISTORIA DE HUÁNUCO

Alta, Paucarbamba, Zeballos, Corpa Baja, Despensa, Chulqui, y el


Ingenio" 37 •
Antes de 15 5O estaba ya difundido, en sus límites, el cultivo de otras
plantas como el trigo, la cebada, frutas, legumbres, flores y la crianza
de animales de la Penínsuh, como las ovejas, vacas y caballos.
Ci·~za de León en "La Crónica General del Perú", que lo escribiera
por el antedicho año, consigna sobre el particular. "Ciudad de León de
Guánuco ... Cógese en ella el trigo en gran abundancia y maíz. Danse
viñas, críanse higuerales, naranjos, cidras, limones y otras frutas de las
que se han plantado de España, y de las frutas naturales de la tierra hay
muchas y muy buenas, y todas las legumbres que de España han traído;
sin esto, hay grandes platanales ... Por los campos se crían gran can-
tidad de vacas, cabras, yeguas y otros ganados ... 38 • Igual cosa es-
cribe Herrera que parece tomó de Cieza de León 39 •
Los indios que, en 15 62, depusieron ante Ortiz de Zúñiga, refieren
de estos animal.es importados que hacían daño a sus sem·~nteras; así
-como del cultivo del trigo en los campos cercanos a la ciudad, en
-cuyas heredades entonces se "hacían dos cosechas al: año, de muy buen
trigo" 4-0.
Del cultivo de la caña de azúcar y de la crianza "dd ganado me-
nor y mayor de Castilla" consta·, igualmente, en otros documentos; ver-
bigracia, el Diario de la segunda Visita del Arzobispo Mogrovejo. Este
varón halló, en efecto, por 15 9 3, "junto al pueblo de Colea -Hua-
crachuco-- un cañaveral' . . . una viña y un m.embrillar"; cerca al
pueblo de Huacrachuco la "estancia de Pico ... de yeguas", de propiedad
de un español llamado don Luis; otra estancia de ovejas del propio, a
tres leguas del pueblo de Y amos, y "que tendrá -dice el texto-- 600
cabezas cada manada, y tiene 7 manadas"; en el pueblo de Caruás-
Huaylas, "11 estancias de ovejas", pertenecientes a los españoles Fer-
nando Coloma, Pedro Brocano, Jerónimo de Guevara, María Bravo,
Acacio Ramírez, García Barba, Diego Hernández, Pedro Tendero; en
·Chavín la estancia de Francisco V erástegui; en Yungai 8 estancias de

:n Drscripción · TopogrJfic11 de la M. N. L., Ciudad de León de Hnánuco, etc., cit.


38 La Crónica Gener1tl del Perú. T. 1 9, Capt. LXXX. Del asiento de esta ciudad y
de la fertilidad de sus campos, etc., cit. p. 244.
39 Historia General de los hrchos Je los Castella11os, etc. Década VI, Libro VIII,
·Capt. V, p. 178.
40 El cacique Andrés Yacolca, del pueblo de Oxpa, dij o: "van a rescatar el algodón
porque no lo pueden sembrar, e las veces que lo siembran, ~e lo cJestruyen vacas e yegua~
de Joan Espinos~ e de León". "Revista del Archivo Nacio!ul del Perú". T. III, Entr. I,
1925, p. 125, Ruiz: Relación, etc. Capt. XXI, p. 129.
CONQUISTA Y COLONIA 273

" ovejas, vacas, yeguas y burros" pertenecientes a Luis Chávez, Alonso


Llaulli, Alonso Preto, Acacio Ramírez, Pedro Llaulli, Juan Díaz; y
otras muchas en Huarás 41 •
Vásquez de Espinoza, describiendo Huánuco el Viejo, dice: "tiene
el valle una llanada de más de ocho leguas donde al presente ay gran-
des crías de ganado mayor, y menor" 4 :! .

* * ,~

De la fertilidad de su suelo y abundancia de sus productos agrícolas


y derivados, dan cuenta los cronistas y viajeros de la Colonia, particu-
larmente del valle de la ciudad de Huánuco.
El nombrado Vásquez de Espinoza, que las visitó en 1616, en su
"Compendio y Descripción de las Indias Occidentales", escribe: "Este
valle es siempre caliente y por consiguiente muy fértil. Todo el año
se siembra y coge en él trigo y maíz, de suerte que uno se está sem-
brando, otro va creciendo, otro espiga, y otro s.e siega y trilla de tal
modo, que causa admiración, y lo hace el bu-en terreno y temperamento
y la abundancia de agua, que tiene de sus ríos para regar los sembrados.
La fruta es d,e muy buena sazón y en abundancia y de muchas diferen-
cias de tierra y toda la de España, y de tal modo que los árboles la tienen
todo el año sin que les falte, y me certificaron estando allí el año de
1616 que conforme podan los membrillos, y parras así dan el fruto
de que ay grande cantidad y de manzanas, cambuesas, melocotones,
y de todas las demás por cuia causa se h acen en esta ciudad las me-
jores conseruas de todas las Indias y las tejas de Guanuco que hazen
de calabazas son célebres". Agrega sobre el particular: «en esta ciu-
dad en su extensa jurisdicción hay grandes ... establos de vacas" 43 •
Fray Antonio de la Calancha y el Padre Pablo Josef de Arriaga, el
ex tirpador de idolatrías, glosan la frase de Vásquez de Espinoza. Dice
el primero que «tiene un río llamado Pilco ... hondable, que tiene
en una banda y en otra labranzas y heredades de pan . . . Las arbo-
ledas y campos deleitables y fértiles". Por su parte, el segundo: "La
ciudad de Guanuco ... se entiende ser uno de los mejores del mundo,
y tan uniforme en frío, y calor, que el árbol tiene siempre fruto en
todos los estados, que lo puede tener ... y junto donde están cegando

41 " Diario de la Segunda Visita Pastor:i.I que hizo de su Arquidiócesis", etc. Revt . cit.
42 Compendio y Descri[ldón de las India s Orientales. Cit. Capt. XLII, p. 486 .
43 Compmáio y Dercripción, etc., cit. Cape. XLIII, p. -489.
274 HIST ORIA DE HUÁNUCO

el trigo, est án sembrando otro, otro está en berza ... estando yo en


misión en la dicha ciudad" 44 •
En el siglo XVIII, de la existencia de ganados, cualidades del suelo
huanuqueño y diversidad y caudal de productos, notician, asimismo, de
Cosme Bueno a Tadeo Haenke y otros. Igualmente hacen saber del
cul tivo de plantas como la coca, d tabaco, el cacao y de la extracción
de la cascarilla.
El primero y segundo apuntan que "se coge en Huánuco mucha
coca, que se trafica con Tarma"; y que todo el distrito de la ciudad
es "abundante en frutas, s.emi!las y ganados". Pero es el Doctor Hi-
pólito Ruiz quien da una relación completa de la flora y fauna del
valle del Huallaga a los confines de sus selvas. El sabio •español que
presidiera una comisión científica del Rey Carlos III, encontró en dicho
valle y zonas circunvecinas, toda clase de "los frutos y verduras de
España", infinidad d,e flores de jardinería y yerbas de uso culinario;
aves de corral, animales domésticos, ganados y animales de carga 45 •
Por otra parte, es de advertir que algunas especies de esta flora y
fauna, se multiplicaron rápidamente y a tal extremo que, en el propio
siglo XVI, los indios los cultivaban o criaban: como el trigo, la cebada,
ciertas hortalizas y flores, y las ovejas de Castilla, vacuno, caballar,
cerdo y cabrío. Estas especies, durante toda la Co:onia, se arraigaron
en sus comarcas, indianizando o, mejor, amestizando su panorama. De
aquí que, en los siglos XVII y XVIII, se les hallara hasta en los rincones
más apartados de las serranías o en los valles profundos y lejanos de
su topografía; y de cuya existencia se da cuenta en documentos de
propiedad privada: testamentos, constitución de capellanías, etc.
Además, por lo que a ellos toca, los españoles, sus descendientes y
los m,estizos, prosiguieron el cultivo de los "frutos de la tierra" o autóc-
tonos, adoptándolos para su alimentación, industria y arte culinario;
como el pacae, el plátano, la chirimoya, el maíz, el ají, la papa, los frí-
joles, el camote, el azafrán y demás. Los animales oriundos tuvieron
menos suerte, con excepción del cuy y d pavo, que lo hicieron de su
hacienda. Siendo pospuesto el llama; aunque en las grandes alturas este
animal fué insustituí ble, verbigracia, para el acarreo de los minerales
de Yauricocha; quedando como animal propio del indio, después de la
destrucción que fuera objeto en · los años de la conquista. (Pues, de Jos

44 C rónica Mora lizada del 0 1-dcn de San A[!,11s tí11 rn el Per ú. C ap t. XVIII, p. 89 1.
La extirpación de lfl idoJat ría rn el Perú , p. 174.
4 ¡¡ . . Rel1tdón Histórica Je / V iaje, etc., cit. Capt . .X XI. De~crjpci ón de la provi nci:l

y ciudad de Huánuco ,de los Caba lleros .. T. l, p. 129 .


CONQUISTA Y COLONIA 27)

Andes de Huánuco, decía Cieza: "Había en los tiempos pasados tan


gran cantidad de ganado de ovejas y carneros, que no tienen cuenta;
más las guerras lo acabaron en tanta manera, que desta muchedumbre
que había ha quedado tan poco, que si no lo guardan los naturales para
hacer sus ropas y vestidos de su lana, se verán en trabajo" 46 •

Como planta "comerciable", la coca se cultivó en sus selvas vecinas,


desde los propios años de la fundación de la Ciudad de Huánuco. Pues,
los indios chupachos ante Ortiz de Zúñiga dijeron que realizaban la
mi ta de la coca o recolección de sus hojas, cuya tasa lo practicaron los
mismos visitadores del Virrey como Fray Domingo de Santo Tomás y
otros, lo que está dicho en capítulo anterior.
Al igual de la caña de azúcar, la coca fué la planta que se cultivó
sin interrupción en la Colonia, ya en pequeña o gran escala; y cuya
venta se hacía d·~ preferencia en los centros minr~ros, para el consumo
de los trabajadores. El Doctor Hipólito Ruiz, por 1780, halló 73 ha-
ciendas en la quebrada de Chinchao, que se extendía a unas 18 leguas;
y siendo el cultivo y cosecha de la coca el principal fruto de dichas
haciendas, y hallándose el café sólo en estado silvestre 47 • Solamente
a mediados del siglo XVIII, a raíz de las trabas que se puso a la in-
troducción del aguardiente de caña a las comarcas circunvecinas, y a la
competencia de la coca de Tarma y Huamanga; comenzó en las mon-
tañas huanuqueñas el cultivo del tabaco, del cacao, y la extracción
de la cascarilla y resinas.
Habiendo descubierto, en 1776, don Francisco Rengifo "manchas"
de árboles cascarillos o árbo!es cL~ quina en las márgenes del río Cu-
chero, en las selvas de Chinchao; se asoció con don Manuel Alcáraz y
cl señor Lavalle, Marqués de Premio Real, éste último como capitalista,
quien envió a Huánuco peones de Loja "para que instruyesen a los hua-
nuqueños en la recolección" de dicha corteza. "Adiestrados ya los
Recolectores de Huánuco en el modo de sacar y desecar las Cortezas
de la Cascarilla o Quina, apunta Ruiz, principiaron de firme los tra-
bajos por los sitios de Cuchero, Casape, Casapillo y Cayumba, en el año
de 1778, pero con muy poco orden y nota~le destrucción de aquellos
fuontes; y en 1779 comenzaron ya a remitir anualmente de dos a tres

-' ,¡ f ,u C rónica General del Perú. T. I ~, Clpt. LXXX, cit. , p. 246.


4
I I'-rlací6n Histórica del Viaje, etc ., cit. C apt. ·cit ., p . 140.
276 HISTORIA DE HUÁNUCO

mil arrobas a dicho Lavalle, de Cascarilla". Continuemos con el es-


critor español": "Desde el año de 1782 comerciaba ya en Huánuco toda
clase de gentes con las Quinas; cuyas Especies conocidas llegaban,
quando en 1778 nos retiramos por segunda vez de aquel país los Botá-
nicos de la Expedición, al- número de siete: siendo solamente tres de
estas la que merecían aprecio en la Medicina, y son, la Peruviana fina o
verdadera Cascarilla cana fina; la Delgadilla fina de Pillao y Acomayo,
y la Anteada fina o Amarilla boba fina de Muña. De las otras quatro
cascarillas la una no merece ningún aprecio y muy poco las otras tres,
Morada, Azahar y Pata de Gallareta. Viendo los botánicos que reco-
rríamos aquellas montañas los desperdicios considerables, que hacían
los colectores de las cascarillas o quinas, de las cortezas que dexaban en
las ramas y troncos por inútiles para el comercio; proyectamos la ela-
boración de su extracto ... Instruidos ya algunos sugetos de Huánuco
en el método de sacar el Extracto, se dedicaron, a su imitación,
otros a su elaboración; y desde luego se han trabajado en aquellos
montes millares de arrobas, que se han expendido y expenden con
la mayor estimación en Europa, quando está bien trabaxado con
las cortrezas frescas, no dándoles sino más que dos infusiones y un corto
herbor ... Se vendía en Huánuco el extracto de corteza recientes desde
un peso hasta cinco ... 48
Por estos mismo años 1785, en el Corregimiento de Huamalíes, el
español don Juan Bezares abrió un camino de Tantamayo a Chicoplaya,
o Nuevo Cuchero -cuyo pueblo benefició e introdujo ganados para
fomentar la ganadería-; y extrajo "cascarilla en cantidades aprecia-
bles". Se realizó también por don Matías Abadía <(sementeras de tabaco
y cacao de tres especies con resprecto a los diferentes sitios de su siembra".
No menos notable fueron los cultivos de coca, y extracción de cascarilla,
aunque en poca escala, que se hicieron en el Cornegimiento de Tarma,
en sus tierras selváticas; aunque tales fueron devastados, por la suble-
vación de Juan Santos Atahualpa, que desoló toda esa inmensa zona.

* >!.. ~-

La agricultura y la ganadería originaron la industria y el comercio


colonial huanuqueños. Consistía tal industria en la elaboración del
"aguardiente" de la caña de azúcar, de cuyo jugo se hacía también la
chancaca, la miel, el alfeñique; la extracción de la cascarilla; la fabri-

48 Relitcióri Histórica del Vi11-je, etc., cit., Capt. cit., l>i• lH, 137.
CONQUJST A Y COLONIA 277

cación de la "ropa de Castilla" y diversos tejidos en sus obrajes, renglón


que ya tenemos expresado. Desde el punto de vista de la utilidad que
reportaban, podemos considerar también como industria el «cultivo o
plantío de los cocales", del café, del ají, del azafrán y de las resinas.
Y, en menor escala, la extracción de la cera y miel de sus bosques para
la elaboración de velas y jabones; y la preparación de conservas de
frutas, como lo afirma Vásquez de Espinoza, en d siglo XVII, y lo
confirma Ruiz, a fines del XVIII.
En general, la fabricación de tejidos en los pueblos de sus serranías,
donde se había desarrollado la ganadería; el cultivo de la caña y de la
coca en sus territorios cálidos o lindantes con la selva -Chinchao, en
Huánuco y Patayrondos en Huamalíes- fueron los renglones econó-
micos más explotados durante la Colonia. El volumen de la producción
de tales industrias y que consistió su comercio, el florecimiento de ellos
como la utilidad que reportaban, fueron variables durante los dichos
largos años coloniales.
A fines del siglo XVIII, se escribía sobre el comercio de la ciudad
y sus provincias. "El comercio de esta ciudad se halla en el día reducido
a Coca, Cascarilla, Café, Cacao, Maíz, Chancacas, Pan, Incienso y Fru-
tas ... Asciende el producto de la coca (cada año) 70.000 pesos". Y en
referencia a la provincia de Huamalíes: "Se acopian considerables por-
ciones de Lana, de la qual trabajan en los Obrajes mucha Gerga, y
Ropa de la tierra, que es el principal comercio de esta Provincia, llevan-
do a vender dichas telas a Bombon, Lima y otras partes. Además de las
lanas que sacan del ganado de toda la Provincia compran de otras mu-
chas arrobas, p·ara no tener parados los Telares; por lo regular estas
compras las pagan con Pañetes y demás telas que sacan de las mismas
lanas" 49 •
La venta de tales artículos y productos o el comercio de ellos, se
realizaba con las provincias circunvecinas "a las que surtían y proveían,
especialmente al cerro de Lauricocha"; o adquiriendo para la Ciudad y
circunscripción, lo que no se producía en ellas. Así Huamalíes "surtía
a Huánuco de vacas, carneros, quesos, bayetas y pañetes, y retor-
naban pan, fruta, coca, azúcares; Huaylas, y Conchucos remitían sus
tejidos y mieles al Cerro de Lauricocha y Tarma, «siendo su retorno
sólo plata". Comerciaban también con Huánuco y su zona vecina al
río Huallaga, "los indios Lamas, traficaban en algunas telas ordinarias

49 DercriPción Topográfica , cit., "Diario de Lima", 27 de julio, 1793. Ruiz: Relación


Histórica del Viajl', etc., cit., Capt. XXVII. Descripci-On de la provincia de los Huamalíes,
p. 80.
27 8 HISTORIA DE HUÁNUCO

de algodón, tabaco, cacao, loros, monos, cotorras; resinas, cortezas, palos,


raíces, bálsamos, semillas y venenos para cazar con zerbatana", apunta
Ruiz, quien hace una descripción minuciosa de sus cualidades y su cul-
tivo en tierritorio huanuqueño en su notable "Relación Histórica del
Viage a los Reinos del Perú y Chile" fío .
El año de 1789 se calculaba en 80.000 pesos el monto de lo que in-
gresaba al Partido de Huánuco, por la venta de sus productos. El valor
de todos sus. efectos de Huamalíes, se computaba en 53.420 pesos 51•

50 R elación H ist órica dí!l Viaje, etc., cit. Capt. XX III. Desc r ip ción de Cucheros,
p. 18 0 ; C apt. XXI, p. 128.
51 Descripción del Perú, por T ADEO HAENKE. Descripción de la Intendencia de Tarma.
Partido de Hui nu co. Partid o. de Huamalies. Ps . 196, 198 .
CAPÍT ULO XI

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

La propiedad de las minas, tierras, aguas, cte.. El régimen legal de dominio de tierras. Los
primeros repartimientos, 1Jentas y titulaciones. Las 1Jentas por composición y remensura-
ción, 1592-1786. Las tierras comunes: del Cabildo y de los indios. Las tierras de los
esPa1íoles: - la "estancia" y la "hacienda"- ; las de las "manos muertas". Origen de la
propiedad de tierras y proceso de ellas en la ciudad de H11á1111-co y t érminos. Características
y proceso de las tierras comunales. Sus títulos de dominio. Compositores y remenrnradores
en la ciudad de Huánuco y jurisdicción. Ligámenes jurídicos de los bienes inmuebles: censos,
capellanías, etc.

Descubierta América, sus vastos territorios se incorporaron a la Co-


rona •española por "derecho de conquista" y por donación pontificia de
Alejandro VI (Bula de 4 de mayo de 1493). Además, como en Mé-
xico y Perú, los reyes de España se declararon suceso1res de los monarcas
Aztecas e Incas, cuyos imperios habían conquistado Cortez y Pizarro.
Las tierras, pm~s, en general, descubiertas o no -cultas e incultas-
así como las minas de oro, plata, plomo, estaño, azufre, el oro de los
ríos, las piedras preciosas, las esmeraldas, los bienes mostrencos, etc.,
pertenecían al Rey; llamándose, por eso, r·~galías de la Corona. Ella, por
gracia o merced, concedió la propiedad privada de estos bienes, parti-
cularmente de las tierras, aguas, montes y pastos; o facultó a entidades,
como los Cabildos, o a personas naturales como a los Adelantados, Go-
bernadores, Virreyes, etc., para su reparto o venta.
>:· •:- •:-

Conquistado el Perú, Pizarro, facultado por la Capitulación de To-


ledo y la Real Cédula de 22 de mayo de 15 39, ya en persona o por sus
tenientes, distribuyó o hizo repartimiento de tierras a los conquistadores
y fundadores de las ciudades y villas, y les dió tí tu los 1 •
1 Algunos escritores creen que la encomienda fué la base del latifundismo. Y de aquí,
como Césa r Antonio Ugarte, sostengan q•ue "la institución de la en ccmienda, en cuanto a
la transfcrmación del régimen ag rario peruano, significó la sus titución del régimen indígena
280 HIS1'0RIA DE HUÁNUCO

Fundadas que fueron las ciudades, sus Cabildos y Ayuntami·zntos a


tí tul o de bien popular, repartieron o vendieron tierras y extendieron
títulos de dominio. Como estas donaciones se hicieran copiosamente, se
dictaron diversas cédulas regularizando el reparto de los Cabildos, las
que, más tarde, se resumieron en las Ordenanzas de 1573. Por estas leyes
se mandó que los Cabildos, sólo con anuencia del Procurador Real, re-
partiesen solares, tierras y pastos entre los pobladores, previamente cali-
ficados; que según fueran caballeros o peones, los repartiesen por "caba-
llerías o peonías"; no pudiéndose dar a una sola persona más de 5 peo-
nías y 3 caballerías 2 ; y que los montes, aguas y pastos los usasen y apro-
vechasen tanto españoles como indios.
Los repartos realizados por el Conquistador del Perú, gobernador.::~s y
Virreyes que le sucedieron y por los primeros Cabildos de las ciudades,
hasta 1590, o las dadas por "gracia o merced de la Corona"; fueron,
pues, los primeros títulos de adquisición y dominio privado de las tie-
rras en el Perú.

Después de 1573, por el aumento de la población, las tierras adqui-


rieron mayor valor y se fué restringiendo las donaciones por gracia o
merced. Años más tarde, la situación aflictiva de la Corona española
por las guerras contra " el turco" y "el inglés", y la solicitud de los
indios que carecían de tierras -constatada en el Perú por el Virrey

de posesión comunal de la tierra y de cooperación colec;tiva del trabajo, por un régimen de


posesión individual y de servidumbre feudal". Esta tesis, como vemos, es errónea. Si es irre-
futable verdad histórica, que los encmnenderos despojaron de_ sus mejores tierras a los indios
--en el caso de Huánuco o como en todo el Perú- premunidos de su situación y de
t.rores jurídicos de los naturales; no puede confundirse a la institución con sus personeros;
ni sostenerse que el despojo que realizaron los españoles en agravio de los indios, significó
la sustitución del régimen colectivo ayllal por el individual de los encomenderos. Y a todo,
cabría especificar, previamente, si los indios, bajo el gobierno incaico tuvieron, efectivamente,
la libre disposición de sus bienes inmuebles, o sólo fué un mero usufructo, y demás.
2 En los primeros años de la Conquista, la caballería comprendía un espacio en que
podía señalarse 200.1000 montones de tierra de media vara de alto y de 8 a 1 O pies de
círculo; y la peonía el espacio donde cabía 100.000. En un plano cuadrado, una caba-
llería tenía 247 montones por lado o sea 1.341 pies. En las Ordenanzas de 1573, se especificó
que una "peonía contiene un solar de cincuenta pies de ancho y ciento de largo; cien hanegas
de tierras de labor de tri&o o cebada; diez de maíz; dos huebras de tierras para huertas,
ocho plantas, y árboles de secadal; tierras de pasto para diez lechones de vientre, veinte
vacas, cinco yeguas, cien ovejas y veinte cabras". Ord. 104. "Una cabalkría: un solar
para casa de cien pies de ancho por doscientos de largo, y de todo lo demás como cinco
peonías". Ord. 105. (ANTONIO DE LEÓN PrNELo: Tratado de las Co11firmado11es Reales.)
CONQUISTA Y COLON IA 281

Toledo- (1571); obligó a Fdipe II implantar el sistema de " venta de


tierras en las Indias en beneficio del tesoro real", aboliendo la facultad
que, hasta entonces, tenían los Cabildos y gobernadores o Virreyes.
En efecto, por Real Cédula de 19 de noviembre de 15 91, fechada
en El Pardo, se ordenó la venta y composición de tierras de la Corona.
En dicha ley se dispuso que las tierras baldías se vendiesen por los ofi-
ciales reales, en pública subasta; que, previo abono, se expidiesen nuevos
títulos a los que poseían sin título suficiente, confirmando su posesión;
que se restituyesen a la Corona las tomadas arbitrariamente; que se de-
volviesen las qUre habían sido arrebatadas a los indios o común de ellos,
etcétera 3 •
En 1592, el Virrey García Hurtado de Mendoza, puso en práctica
el mandato real, nombrando comisionadós, visitadores o jueces que re-
corrieron el territorio virreinal. Estos visitadores exigieron, previo pre-
gón, como lo ordenaba la cédula, que los que tenían tierras presentasen
sus títulos para calificarlos de suficientes o insuficientes; y para limitar
la cantidad de ellas a sus poSteedores, se remensuraron o midieron. (Y de
aquí el nombre de remensuradores o remensureros a los oficiales comi-
sionados, y de composición al acto de legalizar o componer títulos.)
Los comisionados compusieron, remensuraron o vendireron tierras
tanto a españoles como a indios particulares o al común de ellos; esta-
bleciendo para éstos, como veremos, la propiedad privada y la colectiv:i
tituladas.
En estas ventas, como unidad de medida para las tierras urbanas, se
utilizó no ya la peonía y la caballería, sino el solar de 20 varas de frente
por 40 de fondo; y para las tierras rústicas la fanegada de 144 varas de
latitud por 288 de longitud 4 •
Esta composición, que fué la primera del siglo XVI, continuó hasta
1604 o gobierno del Virrey don Luis de Velasco, Marqués de Salinas.
La segunda composición, venta y remensuración se realizó en el
siglo XVII, siendo Virrey el Marqués de Mancera, don Pedro de Toledo
y Leiva, 1639-1648. (Este gobernante dispuso, con el fin de no abonar
emolumentos, se encargasen de la comisión los Oidores en sus visitas, los

3 Los párrafos más salientes de esta cédula, dice: " . .. Yo he tenido y tengo siempre
vol un ta d de hacer me rced y rreparti r j ust amente el dich o suel o y t ierras baldíos asig nados
a los lugares y Consejos . .. para que tengan suficientes exidos propios y términos públicos .•.
y ansimismo a los naturales y ndios y españoles para que · tengan tierras e propiedad en que
poder labrar y criar ... " Colección Torres de Mro doza, T . XVIII, ps. 234 , 235.
4 La fanegada equivalía a 3 6 almudes; el almud medía 48 varas por 24 . Se usaba
t amb ién, como medida, entre los indios, el topo, de 26 va ra s por 48, ó 4.508 varas cuadra -
das. Una fanegada se formab a con 9 topos.
282 HISTORIA DE HUÁNUCO

Corregidores en sus provincias y los Oficiales Reales en las ciudades y


villas. Pero habiéndose cometido escándalos en la repartición de tierras,
la Corona ordenó a su sucesor el Virrey García Sarmiento de Sotomayor1
Conde de Salvatierra, que «revisitase" todas las composiciones de su an-
tecesor y restituyese las tierras a los indios, a los que se les había des-
pojado bajo fraude. Y para tal efecto, para controlar la venta en
favor de los naturales, dicho Virrey, creó en Lima la Junta de Tierras y
Desagravios de Indios, formado por dos Oidores, el Fiscal de la Audienci:l
y eí Protector de los Naturales; la que se encargaba de resolver las con-
sultas de los Comisionados y las quejas y apelaciones de los indios contra
los procedimientos de aquellos.
La «revisita" del Conde de Salvatierra (1648-1655), prosiguióse por
don Luis Enríquez de Guzmá~, Conde de Alba de Liste (1655-1661).
Durante el mando de D. Diego Benavídez de la Cueva, Conde de Santis-
teban ( 1661-1666), practicóse nueva composición. En 3 O de octubre de
1692 se dió cédula, para que se restituyan tierras en composición y se ex-
pidieran títulos, que debían confirmarse por S. M. En cumplimiento de
ella, en 1713, se produjo composición de tierras de indios, en las ciudades
y corregimientos del Virreinato. En 1720 se instaló, en Lima, el Juz-
gado de Rernensuras, Venta y Composición de Tierras, a cargo de un
comisionado de la Corona, quien designaba delegados en los Corregi-
mientos, para efecto de la venta. Bajo el control de este Juzgado, cuya
labor duró hasta 1782, ~ realizó de 1722 a 1725 la revisita y composi-
ción de tierras para indios.
En 178 6 el Virrey Manuel de Guirior expidió títulos, actuando los
Subdelegados de las Intendencias, a qu~~nes se les facultó en virtud de
la real provisión de 1754. Finalmente, bajo el gobierno de don Francisco
de Taboada y Lemus, 1792, se actuó la última composición de tierras
de la Corona; operando, también en ella, los Intendentes de las Ciudades
y Subdelegados de las Provincias 5 •

•:· * *

El procedimiento y los r·~quisitos para la venta y composición de las


tierras de la Corona, se especificaron en diversas cédulas, que se reco-
gieron en la Recopilación de 1680, en la Instrucción de 1754 y la Real
Ordenanza de I11te11de11tes.

5 Reparto y composición de Tierras en el Perú, por Enrique Torres Saldamando,


"Revista Peruana", setiembre, 1879, p. 28.
CONQUISTA Y COLONIA 283

Conforme a los reales despachos anteriores a 1754, toda venta debía


hacerse en remate público y al mayor postor; los que se hubierac. in-
troducido y usurpado, abonasen el exceso para nuevos títulos; que al
quitar tierras a los poseedores se gravasen censos a favor de ellos; que
nadie podía ser admitido a composición si no hubiera poseído 10 años¡
que debía revocarse las gracias de tierras que dieron los Cabildos, pero
admitirlos a composición sobre las mismas; que los indios y sus comu-
nidades debían tener preferencia sobre las personas particulares y que
no podía hacerse venta o composición de tierras de indios, sino a pedido
del Fiscal, con acuerdo de la Junta de Hacienda, dando cuenta al Rey.
Por la Instrucción de 1754, los comisionados o encargados de la
venta podían subdelegar a terceras personas; los prooesos de venta de-
bían ser verbales y sumarios si se tratase de indios, a los que no podía
exigírseles tí tu los para ser admitidos a postores sino la posesión real;
que se vendiesen a precios moderados a los denunciantes de tierras bal-
días o usurpadas; que se expidiesen títulos pr·cvia medida y avalúo; que
la Audiencia conociera, en apelación, los juicios sobre venta y compo··
sición de tierras; que las ventas se hicieran prrevia información de no
agraviar a los indios; que las personas que poseyeran realengas desde
el año 1700 exhiban sus títulos y despachos en cuyo mérito las poseían;
q U•c se respetasen los tí tu los expedidos antes de 1700, aunque no estu-
viesen confirmados; que justificasen la antigua posesión como título
de justa prescripción, pero con obligación de tenerlas cultivadas; los
títulos obtenidos después de 1700 solicitasen la confirmación real, previo
abono, etc. 6 •
Finalmente, para el pleno dominio d.c las tierras realengas, los
adquirentes de solares urbanos debían edificarlos; los de las tierras de
sembrío tener .casas y cultivos en ellas, fijando los linderos con los
colindantes.
En la práctica, para la compra d.e tierras baldías o composición de
sus tí tu los, se presentaba solicitud al Rremensurador, declarando cuáles
se deseaba adquirir y producida información de no perjudicar a los
indios, si éstos no se oponían durante el término de los edictos; me-
diante Escribano le expedía título. En el cuerpo de tal instrumento
constaba la facultad con que se procedía, transcribiéndose, incluso,
las cédulas de la Corona, una síntesis de los mandatos reates sobre el
particular; la suma recibida por tal concepto, especificándose los lin-

6 Cédula expedida en San Lorenzo el Real, a I 5 de octubre de 17 54. Un documento


colonial inédito sobre la venta y compcsición de tierras realengas. "Revista Hi stórica".
Lima, 1919. T . VI, p. 386.
284 HISTORIA DE HUÁNUCO

cleros del bien al que se constituía personalmente el Comisionado.


La confirmación se realizaba por el Virrey o la Audiencia, previo
dictamen del Fiscal. Entregándose al interesado el original, o expidién-
dosele copia; pero, debiéndose remitir relación de la composición o
venta a la Contaduría General del Virreinato.

Veamos el régimen de tierras para el beneficio colectivo y para


los indios y común de ellos.
Desde los mismos días de la Conquista, la Corona mantuvo y fomen-
tó la existencia y usufructo común de los montes, tierras, pastos y aguas
para los pobladores y colonizadores de las comarcas, así como para los
indios o habitantes naturales.
En las capitulaciones, reales cédulas y otras providencias, se ordenó
que en "las nuevas poblacionres se señalasen ejidos", donde la gente
pudiera salir a recrearse y salir los ganados "sin que hagan daño"; y
"dehesas" para que los ganados -bueyes, caballos, etc.- de los pobla-
dores puedan criarse. Tierras estas qu,e serían de los "propios" del
Concejo o Cabildo, comunales. Más tarde, por cédulas de 1533 y 1541,
se mandó que "los pastos, montres, aguas y términos de las Indias fuesen
comunes". En la "Recopilación de 168 O", se confirmó esta doctrina:
"que los pastos, montes y aguas sean comunes" en las Indias; que
las tierras sembradas "alzado el- pan sirvan de pasto común ... excepto
las dehesas, boyales y concejiles"; que sean también comunes "los
montes de frutas, y que cada uno lo pudiera coger, y llevar las plan-
tas ... y aprovecharse como cosa común" 7 •
Específicamente, para los indios, por céduJa de 15 60 y Ordenanzas
de 1573, de Felipe II, se estableció que los sitios en que se formasen
sus pueblos o reducciones, tuviesen comunidad de aguas, tierras y
montes, entradas y salidas, con un exido dre una legua de largo para
pastar sus ganados; que no se les quitasen las granjerías que tuviesen
en los sitios que dejaban para reducirse en pueblos; que los reparti-
mientos de tierras se hiciesen sin agraviarlos; que las que les habían
sido arrebatadas se las devolviesen; que se les vendiesen por las auto-
ridades: tierras, aguas y montes; que se les repartiesen aguas para el
riego de sus chacras y sementeras y abrevasen sus ganados. Se autorizó,
asimismo, que los indios pudiesen v.ender sus tierras 8 •

7 Recopilación de 1680. Libr. IV, Títs. VII, XII y XVII; Libr. VI, Tít. 111; Libr. IV.
11 Recopilación de 1680, cit., Libr. VI, Tít. 111.
CONQUISTA Y COLONIA 285

* * '~

Pero, en verdad, estos mandatos reales, con respecto a las tierras de


indios no tuvieron eficacia alguna en el Perú, hasta 1570. ('Los
españoles "conquistadores, fundadores, pobladores" se habían apro-
piado de las mejores tierras o de la mayor parte de ellas, a tal extremo
que los indios no tenían dónde sembrar 9 • En este año, Toledo, al
fundar nuevos pueblos para indios, reglamentó las dichas reales cédulas
y puso en práctica la distribución de tierras a los indios, y ampararlos
en fas que estaban en posesión. Con tal fin, en sus famosas Ordenan-
zas, estableció el régimen posesorio de los ayllos, la forma cómo debía
distribuirse las tierras, pastos, mont·es y aguas por int.ermedio del
Corregidor y Visitadories, el amojonamiento de sus linderos y la dación
de títulos.
Ratificado por varias cédulas reales, esta política toledana; quedó en
particular establecido, oficialm,ente, la propiedad co1nunitaria o colec-
tiva, o el "usufructo común por los indios o sus ayllos de las tierras,
pastos y aguas, montes", enmarcados en una área conocida. Aún, si se
quiere, esta política del Estado español, creó la propiedad comunal,
a más de la privada para el indio, la que no existió en tiempo de los
Incas, ya que el pueblo formado por los ayllos solamente disfrutaba
el producto de sus topos, siendo el resto tierras del Inca, del Sol o
huacas. También por el interés del propio virrey que personal y ejem-
plarmente lo ejecutó, muchas de las antiguas tierras del Sol y del
Inca, pasaron a poder de los indios o de sus pueblos, como lo había
ordenado Felipe II.

* * *
Resuelta, en 1591, la venta y compos1c10n de tierras de la Corona,
como vimos, por dicha real cédula y otras posteriores, se mandó que
los indios tenían preferencia en las ventas; que éstas no podían reali-
zarse para particulares si se oponían los naturales; que en la venta
de tierras para indios los Fiscales comparecieran por ellos, para repre-
sentarlos y defenderlos; que no se hiciera composición d.e tierras de
·indios; que los que habían usurpado tierras de indios no debían ser
admitidos a composición; que para que los indios probasen la legiti-
midad de la posesión, no necesitaban mostrar títulos y que verbal-
mente se informasen los comisionados u oficiales reales, etc.
286 HISTORIA DE HUÁNUCO

Como en los primeros años de la Conquista, como vimos, se autorizó


a los indios vender sus tierras; para defend,erlos de los españoles que
compraban sus heredades a ínfimos precios o se apropiaban de ellas
con aquel pret·~xto; se dispuso que los indios ni sus comunidades
podían vender, ni ejercitar verdadero dominio, que su tenencia era de
mero usufructo, por cuanto las tierras pertenecían a la Corona real.
Tiempo después, ordenóse que los Corregidores no podían permitir
que los indios vendiesen sus tierras o las de la comunidad, debiendo
elevarse al respecto informe detallado al Virrey.
Se ordenó, asimismo, que los corregidores ni los oficiales. reales,
podían comprar ni vender tierras dentro del distrito de su jurisdic-
ción; y que las tierras de los indios fueran administradas por las llama-
das Cajas de Censos y Bienes de Comunidades, como ya tenemos
dicho en otro capítulo.
La prohibición de venta de tierras comunales, en particular, debía
especificarse en el cuerpo de los títulos que les extendían los compo-
sitores o remensuradores. (De aquí que se lea: que no "podrá enagenar,
vender, por nunca jamás, ni a español, ni a indio, ni a mulato ni a
cacique u otra persona").

Indudable es que, al fundar Huánuco, Gómez d,e Alvarado en


15 de agosto de 15 39, hizo repartimiento de solares y tierras entre
los vecinos fundadores y pobladores, conforme a la práctica de enton-
ces. Así también sre procedería cuando Pedro Barroso trasladó la ciudad
al valle Pilco. Mas, de ambos casos, no conocemos documento alguno.
Pero al efectuarse la repoblación y m.f?jora de la Ciudad por Pedro
de Fuelles, se hizo repartimiento de tierras y solares. En efecto, en 2 de
febrero de 1543, el capitán español repartió a cada nuevo vecino
poblador de la ciudad y a los encomenderos, solares para la edificación

9 El Virrey Toledo, refiriéndose a la aflictiva condición de los indios, escribía al Rey:


"De las más estimadas y amadas cosa5 que los indios tienen en aquel reino, son las tierras,
y aunque es muy largo, tiene pocas útiles para labrar, y éstas como están en los valles
adonde se hicieron las poblaciones y ciudades de los españoles, casi todas les están dadas y
repartidas, y yo comencé a dar alguna s, y andando visitando hallé que todas las que había
. dado eran con provisiones a las justicias que viesen si era con perjuicio de los naturales, y
. en todas venía y respondido, que era sin perjuicio.' .. ven Ían elles a mi en la visita llorando,
a pedir tierras que no tenían en qué sembrar, y para ' remcdiár este engaño mandé que en
todas las pet.iciones que me : diesen de tierns, ~e proveyese en un día público, juntados y
llamados los indios en la parte adonde se pedí an las tierras, se pregonase en su h;ngua las
perscnas que· las pedían ... " C olee. de las Memoi'ias o Relaciones que es'crib.ieron los Vi-
rreyes", etc. }..femorial de Do.n Frn'ncisco Je ·Toledo,. p. ,93, ' . · ·.
CONQUISTA Y COLONIA 2S7
y "estancias" para cultivos y crianza de animales; y, asimismo, señaló
para los caciques e indios, a quienes los "despojó legalmente". Tal
hecho consta de dos instrumentos. El primero es un testimonio expe-
dido por el Escribano Juan Ramírez de Orueta, ya citado más ade-
lante. "Paresce -dice el texto- ... se hizo la dicha fundación en
dos de Hebrero de mill e quinientos cuarenta y tres años, en que
están asentados y numerados los vezinos della y tierras y pastos que se
les se1íaló ... tierras y guertas que se dieron y señalaron a los dichos
vecinos y otros probeymientos que hizieron el capitán Pedro de Puelles
que la fundó y los alcaldes hordinarios e rregidores, por él elegidos y
nombrados, en nombre de Su Magestad entre los vezinos y personas a
quien se dieron y señalaron las dichas ti.~rras paresce que se dió a Ro-
drigo Tinoco cierta parte dellas como consta del dicho señalamiento
que sacado a la letra la partida dello ... diosele a Rodrigo Tinoco la
otra tercera parte para guerta con una estancia que está linde con
Don Xristóval e mas se le dá, desde el mojón primero hazia esta
ciudad de la estancia de Francisco Paez, quatro sogas, porque es
casado, las cuales quatro sogas son como dicho es desde el dicho mojón
e linde de Francisco Paez hazia la puente que se hará agora ... " 10 •
El segundo es la d,~claración del cacique principal de Auquimarca,
Francisco Nina Paucar ante Iñigo Ortiz de Zúñiga, 1563. Por ella consta
que "Puelles señaló las tierras que su padre había de tener, cuando
se pobl6 la ciudad ... " (Su texto transcribimos más adelante).
Este reparto de Puelles fué, pues, el primer u originario tí tul o
de dominio privado de los solares, tierras y pastos de la ciudad de
Huánuco. Ya que aquel soldado procedió por el Gobernador y Ade-
lantado del Perú D. Francisco Pizarra, quien tenía facultad de la Corona
para "repartir tierras y solar.es a los primeros y nuevos pobladores" al
fundarse las ciudades y villas.
Desde aquel año de 1543, el Cabildo huanuqueño prosiguió repar-
tiendo solares, tierras y pastos, para el cultivo y la crianza, a los
vecinos pobladores españoles, monasterios u órdenes religiosas, caciques
e indios. Esta asignación -ya por gracia o merced en recompensa
de servicios, o en venta- hacíase a pedimento dd interesado; oblando,
en caso de venta, suma de dinero a favor del Cabildo representado por
el Procurador.
Sinnúmero de estas donaciones y adquisiciones, constan en docu-

Hi Testimonio· de .. Jhoan MartÍne'L' de Orueta. Fundaci·Ón de · la~ ciudades de Trujillo,


Huamanga y Hu:ínuco, por Ruben Vargas Ugarte. "El ·Comercio". Lima, ·6:. de .junio de 1937-
288 HISTORIA DE HUÁNUCO

mentos que han llegado hasta nosotros. Actos que fueron confirmados,
años más tarde, por el método de las composiciones con la Corona.
Sobre todo, quienes adquirieron tierras mediante Cabildo, fueron
los encomenderos de la Ciudad, por la facilidad de contar con indios
de sus encomiendas para el cultivo del campo y el cuidado o ,crianza
de animales, por el servicio de la mita de chacra y de pastoreo.

Hasta 15 80, poco más o menos, todas las mejores tierras del valle
de Huánuco actual, estaban en manos de los españoles; por haberles
donado o vendido el Cabildo, o arrebatado a los indios por la astucia
o la violencia. Particularmente tomaron las dotadas de agua y las
que habían pertenecido al Inca o al Sol, que eran las de cultivo y
mejor situadas; dejando a los indios ·~n las más pobres o áridas, o las
ubicadas en las serranías de los Corregimientos. Empero, también en
éstos, tomaron para sus «estancias" las zonas propicias por su clima,
producción y pastos naturales.
El método empleado por los españoles, para despojar a los indios
de sus tierras en el valle del Huallaga, está manifiesto en actuados
oficiales.
Francisco Nina Paucar, Principal de Auquimarca, al deponer, en
15 62, ante el Visitador de los Chupachos don Iñigo Ortiz de Zúñiga 1
expresó: «que desde el tiempo de Pedro de Puelles que les señaló las
tierras que su padre deste cacique había de tener, cuando se pobló
,esta ciudad, después que le quitaron algunas de las que tenían para
los pobladores della, e después acá se le han entrado en sus propias
tierras algo más en las tierras de Nasa, e Uchubamba, e Guamancaca,
e García Hernández a las tierras de Sangaran, e don Antonio de Garay
en este valle las tierras que se llaman de Racanga ... que desde enton-
ces hasta agora se las han tenido sin haberseles dicho cosa alguna ni
hecho concierto con ellos, y que muchas veces han ido a Lima sobre
-estas tierras e que han proveido e mandado que se las devuelvan e
nunca lo ha hecho, que dicen los que les tienen las tierras que se
le dieron por el Cabildo desta ciudad ... " 11 •
El cacique de Rondo don Gonzalo Cochacho, dice más: "que luego
,que entraron los españoles les robaron todo ... " 12 •

11 Visita hecha por rttandato de S. Majestad. . . por lñigo Ortiz de Zúñiga, etc.,
" 'Revista del Archivo Nacional del Perú". T. 1, Entr. 11, 1'20, p. 189.
12 Visita hecha, etc., cit. Revt. cit., p. 209.
/

CONQUISTA Y COLONIA 289

Los indios que declararon, en 15 84, con motivo de la posesión de


las tierras de Sángaro al soldado Juan González Merino, dijeron que los
"españoles fundaron la ciudad de Huánuco tomando para sí las me-
jores tierras, que sólo les han dejado para los indios la Parcialidad de
Auquimarca, en el pueblo de Espíritu Santo de Chinchaytambo" 13 •

En realidad, por fines del siglo XVI, las tierras de la jurisdicción


de la Ciudad de Huánuco y distrito, estaban distribuí das en: tierras
de españoles, tierras del Cabildo o propios, tierras de "manos muer-
tas", tierras de indios o común de ellos y tierras de caciques.
Las tierras de españoles -encomend.eros, fundadores, pobladores,
colonizadores y funcionarios- tenían como título originario, como
ya dijimos, el repartimiento realizado por Puelles, o la donación o
venta del Cabildo.
Las del Cabildo y "propios" eran las tierras vacas de su jurisdic-
ción. Contándose en el renglón del Cabildo, los "ejidos" y las "de-
hesas", para el bienestar público o de uso comunal. Los "propios" el
Cabildo los vendía en pública almoneda y para los gastos necesarios
de dicha institución.
Las tierras de las "manos muertas" eran las de las instituciones
religiosas -iglesias y conventos-; obtenidas por repartimiento, o por
donación de los feligreses, los que las entregaban bajo ciertas condi-
ciones, ya como cape/lanías, censos o cofradías.
Las tierras de indios eran las poseídas por los indios, a quienes
se les había respetado su posesión, o se les había sido señalado o repar-
tido por el Cabildo o por los corregidores de los Corregimientos de
indios.
Y, finalmente, las tierras de los caciques eran las usufructuadas por
aquéllos en virtud del reparto realizado por los españoles, o las dona-
das por gracia o merced, considerando sus servicios a la Corona o reco-
nociendo su gentilicia condición.
No conocemos documento alguno que pueda ilustrarnos, numéri-
camente, la proporción de estas tierras en manos de sus poseedores
nombrados; en todo el lapso colonial o siquiera en el de un siglo. Pero,
no cabe duda que, en el siglo XVI, los encomenderos o fundadores
'
Monseñor
1ll B ERll.OA : Monografía Eclesiástka ele la Diócesis ¡ e Huá11uco Y Ju-
11ín, p. 5 6.
290 HISTORIA DE HUÁNUCO

de la Ciudad, poseían las mejores y de mayor extens1on. Le seguían


los indios, aunque como poseedores de las más pobres y de punas o
"ceja de selva". Siendo la Iglesia la ·tercera propietaria de las más
saneadas. Viniendo luego la de los caciques y otros. Esta distribución
varió en los siglos XVII y XVIII, como veremos en seguida.
'

En los primeros años de la fundación de la ciudad de Huánuco,


o años de la Conquista, los españoles no tuvieron mayor interés por
las tierras; puesto que estaban embargados en la busca del oro o minas
de este metal. Pero pasados aquellos primeros tiempos, comienza su
preocupación por los bienes rústicos y más precisamente por las tierras
cercanas a la urbe, que eran las más productivas y bellas de toda su
jurisdicción. Entonces nacen, cronológicament.e, la "estancia" y la
"h ac1en
. da" huanuquenas. ~

Pues, los españoles, al comienzo, al bien rústico le nominaron "es-


tancia" cuando era de reducida extensión o de poca productividad; y
"hacienda" cuando tenía gran ext.ensión, abundante productividad e
importancia. Luego le llamaron "estancia" a la dedicada a la crianza
de ganados; y "hacienda" a la de cultivo y crianza de animales, a la
vez. Y, también, a la estancia estuvo adscrito algún número de indios
mitayos o llamamiche o uishamiche; en tanto que la hacienda con-
taba con gran número de indios que la cultivaban, ya en mita de
chacra o como yanacanas voluntarios que residían en ella. Estos yana-
conas volwn.tarios que se acogían al amparo de un propietario español
y de su bien rústico, sea huyendo del trabajo de la mita o por no
poseer tierras, con los años, terminaron como seres adscritos a la ha-
cienda. (El despojo que los indios sufrieron de sus pocas tierras de
cultivo o pastales, en la absorción de la pequeña por la gran propiedad;
trajo también como consecuencia, que los antiguos poseedores o pro-
pietarios de tierras arrebatadas resultaron "yanaconas" de sus propios
usurpadores. Este fué el proceso de la hacienda o latifundio colonial
huanuqueño).
Por 1593 existían ya numerosos e importantes bienes rústicos,
t anto en el valle del río Huallaga y zona, como en los corregimientos
de Huamalíes, Tarma, Huaylas, Conchucos y Cajatambo. (Señalada-
mente, en el idílico callejón de Huaylas y en las riberas feraces del río
Marañón).
En efecto, Toribio de Mogrovejo, en su Visita Pastoral, encontró
CONQUISTA Y COLONIA 291

"trapiches", "cañaverales" y "estancias" de yeguas, ovejas, vacas y


burros. Así, en Huacaybamba el "trapiche y cañaveral" de Diego
Hernández. En Huacrachuco, la "estancia de don Luis, con 600 cabe-
zas y 7 manadas". En Huarás, la estancia de Juan Ramos de la Serna,
con 12.000 ovejas; la de García Barba, con 20.000 ovejas. En Carhuás,
11 estancias: de Fernando Coloma, Jerónimo de Guevara, María Bravo,
Acacio Ramírez, García Barba, Diego Hernández, Pedro Tendero y
Francisco de Verástegui. En Yungay, 8 estancias: de Luis Chávez,
Alfonso Llaulli, Pedro Llaulli, Juan Díaz y otros. En Carás, otras
muchas 14 •
En el siglo XVII, se contaban varias "haciendas" o latifundios,
en las que sus poseedores tenían implantada la industria del tejido
u "obrajes", o dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, o estancias
para la cría de ganados.
También, en este siglo, la mayor cantidad de tierras, cultivadas
o no, estaban en poder de las "manos muertas". Por la donación de
los feligreses a la Iglesia, o por haberse constituído ésta en usufruc-
tuaria por los vínculos jurídicos de la capellanía y la cofradía. En
aquel siglo, como en el resto del lapso colonial, los franciscanos, je-
suí tas y mercedarios fueron los grandes propietarios en la ciudad de
Huánuco y términos. Las haciendas y estancias que constituían el
bien cimentado patrimonio eclesiástico, se hallaban distribuídas en
la ciudad y todos sus Corregimientos. Ya en 1593 el propio Toribio
de Mogrovejo, encontró estancias y bienes semovientes que pertenecían
a la Iglesia. "Tiene -dice- la iglesia del pueblo de Huacarachuco
un mil cuatrocientas y cuarenta y una cabezas de ganado. Tiene más
la iglesia, la mitad de un molino que está en Huaripampa" 15 •
Desde el aspecto geográfico, los españoles se posesionaron primero
de las tierras cálidas cercanas a la ciudad y valle y que producían
caña de azúcar, frutales, cereales; de las quebradas circunvecinas se
desplazaron luego a las s.~rranías, fijándose en las. de mejores pastos
naturales; y, finalmente, tomaron las tierras cercanas a la sel va o lin-
_deros de ella. Las tierras selvá ticas se ganaron más lentamente y sólo
desde d siglo XVII; porque el colono español o mestizo se atreve a
instalarse o fundar su "hacienda de montaña", solamente después que

14 Diario de la Segunda Visita Pastoral que hizo de su Arquidiócesis el ilustrísimo


3eñor don Toribio Alfonso de Mogrovejo, Arzobispo de Los Reyes. "Revista del Archivo
Nacional del Perú". T. I, Entrg. 1 9 , ps. 64 y sigts., (1920); T. TI, Entrg. 1,., 1921, ps. 38
y siguientes. .
Hí Diario de la Segunda Visita, etc., cit. Revt. cit., T. II, Entrg. 1 ~, 1921 , p. 41 .
292 HISTORIA DE HUÁNUCO

el frayle mlSlonero ha reducido a la fe a las tribus bárbaras que la


habitaban. En estas "haciendas" se cultivan la coca que es producto
de rendimiento económico, y su número es ya importante en el siglo
XVIII, en las selvas de Chinchao, Monzón, Derrepente y Chancha-
mayo.
En 1780 d botánico Ruiz halló en la montaña de la quebrada de
Chinchao, 73 haciendas, que se extendían en un radio de 18 leguas,
y habitadas por 1.700 personas.

No pocos bienes rústicos que constituyeron las «haciendas" y "es-


tancias" coloniales o los «latifundios", nacieron de tierras arrebatadas
a los indios, al marg.en de toda ley; y cuya ocupación precaria fué
legalizada ya por actuados judiciales o la composición, practicado
ambos por autoridades inescrupulosas, de las que abundaron en la
Colonia y que fueron b.s primeras en burlar las reales cédulas y pro-
visiones de la Corona. Si no fueron ú~rras de indios o comunales, los
bienes de los conventos, asociaciones rdigio~as y pías y hasta los pro-
pios del Cabildo, pasaron a poder de terceras personas por prescripción
fraudulenta, o por haberse "compuesto" falsos títulos, en complici-
dad de escribanos y funcionarios subalternos. (De aquí que, muchos
conductores de dichos bienres o beneficiarios temporales -capellanes
o administradores de cofradías, etc.- hayan resultado, a la postre, pro-
pietarios. Verbigracia, las haciendas y estancias de los conventos francis-
cano, mercedario y jesuíta, las mejores del valle del Huallaga, pasaron,
de este modo, a manos de particulares). Este es el origen o título de
dominio de muchos bienes raíces, dre las haciendillas o "pequeños
latifundios" -valga el término-- de los contornos de la ciudad de
Huánuco, como de su antigua jurisdicción.

* * *
La sistemática apropiación de las tierras de los indios, obligó a éstos
a defenderse en los estrados judiciales, año tras año. Como lo prm~ban
los innumerables expedientes coloniales que se guardan en los Archivos
y Notarías.
De otro lado, la razón principal de la persistencia de las tierras
de los indios, fué precisamente habérseles asignado colectivamente a
los ayllos, o en carácter de tierras comunales. Esta calidad hizo que
CONQUISTA Y COLONIA 293

los indios, en mas a, defendieran su patrimonio, por todos los medios;


oponiéndose a la ambición del terrateniente y, en consecuencia, a ser
absorbido por la gran propiedad. Desde tales años se enfrentó así la
Comunidad al Latifundio, cuya lucha es secular.
Las tierras de indios y de las comunidades, en la Ciudad y Corre-
gimientos de Huánuco, como vimos, surgieron legalmente sólo des-
pués de 1573, época de las fundaciones de nuevos pueblos por los
visitadores de Toledo. Fueron, pues, don Lorenzo Estupiñán de Fi-
gueroa, don Juan de Fuentes y don Alonso de Santoyo Valverde, los
que "señalaron tierras, pastos y aguas" a los ayllos que se redujeron
a pueblos, indicando sus linderos, amojonándolos y dándoles títulos,
· tal como el famoso Virrey lo dispuso en sus célebres Ordenanzas.
Estas tierras fueron ratificadas en la posesión o tenencia de los indios,
gracias a la Composición de 1592 realizada por el Comisionado y Juez
de Remensuras don Juan de Cadalzo Salazar, y por las subsiguientes,
cuyos primeros títulos conservan, hasta hoy, muchas comunidades 16 •
Las ventas y composiciones que se realizaron a partir de Cadalzo
Salazar, fueron también a indios particulares y a caciques, ratificando la
propiedad individualizada, sistema que introdujeron los españoles, como
queda dicho.
Las tierras del común de ayllos o comunidades, se distribuían entre
sus miembros, con intervención del Corregidor y el Cabildo de Indios.
Respecto a esta distribución se dieron varias instrucciones, particular-
mente por Toledo. Entrre otras, el Duque de la Palata ordenó que a
cada indio tributario se le diera 4 topos o sea 18.432 varas. Este reparto
se efectuó como base para el abono del tributo. Mas, como ya dijimoc;,
legalmente, se consideró a los indios como meros tenedores; tenencia
que pasaba de padres a hijos.
Todas las comunidades de indios de la jurisdicción política de Huá-
nuco, vienen, pues, desde la Colonia; tuvieron origen colonial. Y
algunas persisten enmarcadas en los linderos de entonces, venciendo
al tiempo y a toda fuerza que tratara de reducir sus tierras o subyugar
a sus miembros.

16 Desde años atrás y con el exclusivo fin de explotar a los indios, los tinterillos
de Huánuco vienen fabricando títulos de tierras de las comunidades. Estos "títulos" se
hacen valer, incluso, ante la Corte Suprema de la República como "auténticos". Pero
su falsedad se desprende de su simple lectura. Pues, sus autores, muestran un absoluto
desconocim iento no ya del Derecho Indiano , sino de la Historia del Pení. De aq,uí que, en
ellos, se hable de Roma, de Jerusalén, de Egipto, y que se diga fuer on expedidos por "Cadarcio"
y su Secretario "Pintapulin".
294 HISTOR IA DE HUÁNUCO

Expedida la Real Cédula de 1591 sobre venta y composición de


tierras, para ponerla en práctica, el Virrey García Hurtado dre Men-
doza, designó a personas de probidad para los diversos distritos del
Virreinato.
Para la ciudad de León de Huánuco y jurisdicción, nombró al
Capitán don Juan de Cadalzo Salazar 17 y a don Alonso de Santoyo
y Valverde 18 • El primero debía actuar en los corregimientos de Tarma
y Huamalíes, y d segundo en Huaylas y Conchucos. Fueron, pues,
estos dos visitadores españoles los que expidieron los primeros títulos
de dominio, por composición y remensura, de los solares, tierras Y
pastos, en las dichas provincias, tanto a españoles como a indios.
A estar por documentos existentes en el Archivo Nacional del
Perú y Notarías de Huánuco, parece que Cadalzo Salazar realizó su
cometido de 1593 a 1596 19 • Y don Alonso de Santoyo y Valverde
actuaría desde 1594, adelant.e.

17 El Capitán Juan de Cadalzo Salazar, fué persona distinguida y acaudalada de


Lima. Alcalde Ordinario, por varias veces, de la ciudad: en 15 65 la primera vez Y
en 1596, la última. Casado con doña Luisa de Acuña. Fué familiar de la Santa Inquisición.
Dueño de una caipilla de Santo Cristo y sepulcro para él y familia en la Iglesia de San
Agustín, por haber hecho donación al Convento de aquella orden 100 mil pesos, fuera
de 50 mil que gastó en adornos y útiles de culto. Fundó una cofradía con gruesas rentas.
Fué Corregidor de Jauja, en 1571. En 15 de agosto de 1588, trasladó la ciudad de Piura
de su antiguo emplazamiento al actual del valle dd Chira. Murió en 1 599, después
de indemnizar a los indios de su encomienda de Supe.
18 El padre GRIDILLA, en Ancash y sus antiguos corregimientos, dice que fué visitador
nombrado por don Fernando de Torre Portugal, Conde de Villar don Par'do. En tal año,
1594, fué virrey del Perú don García Hurtado de Mendoza, . segundo Marqués de Cañete.
19 Entre los títulos existentes en el Archivo Nacional del Perú, y en los que figura
Cadalzo Salazar como remensurero, están: "Títulos de unas chacras de panllevar y tierras en
el Valle de Huánuco, términos y jurisdicción de dicha ciudad, que doña Ana de Pinedo,
vecina de ella, compuso con su Magestad, siendo visitador de tierras de aquel partido y Juez
de composiciones el capitán don Juan de Cadalzo Salazar. Cuaderno NQ 629. Año 1593'. Autos
y diligencia seguida por don Francisco Y ellín, cacique de los indios Huamalíes, de la enco-
mienda de don Escipión Ferrara, sobre composición de una fanegada de tierra en el asiento de
Guacalla. Legajo IU . Año 1594. Títulos de unas tierras en el valle de Huánuco, en términos
de dicha ciudad, "junto al puente de Piquillachac,a" que pertenecieron a don Juan Sánchez
Falcón, que habiendo sido vendidos en almonedas las hubo Miguel Callejas, cuyo apoderado
Francisco Cabello de Miraba!, escribano de Cabildo, las compuso con su Magestad en 159 5,
siendo visitador general de tierras en aquel partido el capitán don Juan de Cadalzo Salazar.
Cuaderno N 9 631. Año 159 5. Visita y composición de chacras y estancias denominadas Huan-
cachupa, Andabamba y Comagán, en tierras y jurisdicción de la ciudad de León de Huánuco,
que Juan de Espinoz.a Campoo compuso con su Magestad en 1595, siendo visitador de tierras
el capitán Juan de Cadalzo Sal azar. Cuaderno N 9 63 2. Año 159 5.
CONQUISTA Y COLONIA 29)

Durante los gobiernos del Marqués de Mancera -1639-1648-,


del Conde de Alba de Liste -1655-1661- y de don Diego Benavídez
y de la Cueva, Conde de Santisteban -16661-1666-, no se realizó,
que sepamos, composición alguna en Huánuco y sus términos.
A fines del siglo XVII, dándose cumplimiento a la Real Cédula
de 1692, que ordenaba tal operación, se expidió título de compositor y
remensurador de tierras para los Virreinatos de Lima y México a favor
de don Bernardino Valdés, del Consejo de Carlos II de España. A la
muerte de Valdés, por cédula de 8 de noviembre de 1707, se nombró
al Licenciado don Luis Ramírez y Arellano, quiten subdelegó al Oidor
don Juan de Peñaloza, y a falta de él al Oidor don Gonzalo Ramírez
de Baquedano y a don Lucas de Villar, con facultad de comisionar a
terceros. El Licenciado Gonzalo Ramírez de Baquedano que acató la
comisión, subdelegó, a su vez, al Coronel don José de Vicuña para que
realizara la remensura, venta y composición de tierras en las provincias
de Tarma, Huamalíes y Huánuco, y quien actuó y expidió títulos
desde 1713 a 1718 20 • Don L ucas de Villar subdelegó al doctor don
Andrés de ParecL~s y Armendáriz, Cura y Vicario de Singa, que realizó
la remensura en aquella zona de Huamalíes.
En 1715, actuaron como Juez Visitador y Compositor de tierras
en el Corregimiento de Huaylas, don Tomás Urdinola y don Nicolás
Ramírez; en 1719, el Cura don Vicente de la Rocha 21 • En 1718 fué
Juez Subdelegado para la composición de tierras en Huamalíes y Con-
chucos, el General don Pablo Segura y Zárate 22 • En tal año, 1718, don
Agustín de Zavala, actuó como Remensurador de Tarma por don An-
tonio de Echave y Rojas, Oidor de la Audiencia de Lima. En 1723,
don Antonio Coz realizó venta y composición de tierras en el Partido
de Huánuco, por comisión del Juez Privativo y Visitador General
Conde de las Torres; y, en 1737, el General Francisco Palenque.
Actuó también en Huaylas, en 177 4, Fray Francisco de Peralta.
Conforme a la facultad que le otorgara el Art. 57 y pertinentes
de las Ordenanzas para Intendentes, bajo el mando del Coronel don
Juan María cL~ Gálvez y Montes de Oca, Intendente de Tarma, el
Teniente Coronel don Joseph de Vidurrizaga realizó, en 1786, venta

20 Títulos de las comunidades indígenas de: Santa Isabel de Tángor (Daniel Carrión);
San Pedro de Cajas . (Tarma) ·; Chaulán (Huánuco); Colpas (Ambo), etc .
21 Títulos de la Comunidad de Quilla, cita de ALBERTO GRIDILLA. Ancasb Y rns
antiguos corregimientos, T. I, p. 527.
22 Ventas y composición de tierras denominadas Lliac , estanc,ia de Llamac , tér~nincs de
Pomabamba, provincia de Conchucos, que compuso el General Pablo de Segura, Visitador,
Juez delegado para la venta y composición de tierras en Huamalíes y Conchucos.
HISTORIA DE HUÁNUCO

y compos1c10n de ·tierras, pastos y montes en los Partidos de Huánuco,


Huamalíes, Tarma o Chinchaycocha y Canta.
El último Juez de Mensuras del Partido de Huánuco, fué el Subdele-
gado don Cristóbal de Zavala, 1788, quien vendió tierras de indios
en forma fraudulenta; lo que motivó que el Virrey don Teodoro
de Croix enviara a la ciudad de Huánuco, a lr~vantar sumaria infor-
23
·mación, a don Manuel María del Valle y Postigo •
Finalmente, historiemos otro origen de la propiedad en la jurisdic-
ción huanuqueña.
Para contener las continuas incursiones de los salvajes, en las mon-
tañas d,~ los ríos Pozuzo y Mayro, por acuerdo de la Audiencia de
Lima de fecha 3 de mayo de 1768, se fundó el pueblo de San Bernar-
dino de Mayro, ,.dando a algunas familias voluntarias de mestizos,
españoles y mulatos, que se hallaban en Tarma, tierras para culti-
varlas y subvenir sus necesidades". También en otras zonas de las
selvas huanuqueñas, se dieron tierras a colonos españoles, como el caso
de Bezares en las montañas de Monzón. A éstos se les extendió títulos
mediante las autoridades competentes, ya que habían sido cedidas
por tt gracia
• ''
.
Empero, casi todos estos inmuebles -particularmr~nte los urbanos-
sufrieron gravámenes de los censos, y los sucesorios del- mayorazgo,
patronato y capellanías. Estas instituciones jurídicas coloniales, persisten
en muchos de los bienes de la jurisdicción de Huánuco, hasta nuestros
días; pese a las diversas leyes que se han dictado para consolidar la
propiedad realenga 24 •

23 Testimonio de la venta y compos1c10n de las tierras denominadas Antico, Ungro,


Capapampa y otros, en términos del pueblo de San Miguel de Huácar, repartimiento de los
Chupachos, jurisdicción de la ciudad de León de Huánuco, · que compuso don Juan Antonio
de Coz, juez subdelegado para la venta y composición de tierras de aquel partido, por comisión
del señor Omde de las Torres, Juez Privativo Visitador etc. le delegó. Archivo Nacional. 1723.
Sumaria información que don Manuel María del Valle y Postigo levantó en les 16 pueblos
que componían la Subdelegación de Huánuco, corno juez comisionado por el Virrey D. Teo-
doro de Croix. Archivo Nacional. Cuaderno N 9 427. Año 1788.
2 4 Por el censo, que era una figura sui géneris de contrato colonial, se exigía a otro un
rédito o pensión en compensación de un beneficio que aquél obtenía de un bien. Existían tres
clases de censos. Por el censo enfitéutico, el dueño de un bien raíz trasrnitÍ a a otro a perpe-
tuidad o largo plazo el dominio útil o usufructo de dicho bien, mediante el pago de un
canon o pensión anual. Por el reservativo, el dueño de un bien trasmitía a otro el dominio
directo y útil, reservándose el propietario solamente el derecho de cobrar dinero o frutos que
gravaban dicho bien. Y finalmente, el co11sígnativo por el que una persona compraba al dueño
del bien raíz el derecho de percibir una pensión anual con cargo a dicha cosa, mediante el
pago de una pensión en dinero efectivo. Por el 111-ayorazgo se vinculaban los bienes en deter-
minado representante familiar -el primogénito generalmente- para evitar la excesiva dis-
CONQUISTA Y COLONIA 297
~regac10n del patrimonio sobre el que descansaba el ascendiente social y econom1co de los
linajes más distinguidos. El patronato era un derecho concedido p or la Iglesia para nombrar
una persona que debía ejercer algún beneficio eclesiá stico en favor de un individuo o corpo-
ración, por haber con stituido o fundado alguna iglesia por sí mismos o por suceder legíti-
mamente a los que lo hicieron. El patronato se adquiría por fund ació n, edificación, privi-
legio o prescripción. La capclla11ía era un a fundación en la cual se imponía la celebración de
cierto número de misas anuales en determinada capilla, iglesia o altar, afectando para su sos-
tenimiento la renta de los bienes que se especificaban. Esta fundación se hacía por testamento
o contrato, siendo imprescriptible e inenajenable; hasta que por Real Cédula de 5 de setiembre
de 1798, se dispuso la enajenación de los bienes raíces propios de hospicios, casas de caridad
y expósitos.
CAPÍTULO XII

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

Las ra:::as. El mesfi:::::aje. El español o blanco, el indi-0 y el negro en la Ciudad y Corregimientos.


El cholo lma111¡q11e1ío; su genealogía. La población de la Ciutfad y Corregimientos, del siglo
XVI al XVIII. Las clases sociales. El rango de los fundadores y primeros pobladores de Huá-
11 11co. Nobleza inca en Huánuco: descendientes de Tupac Inca Yupanqui y Huayna Capac, y
su título nobiliario. Algunos caciques huanuqueños.

Descubierto el Per~, comenzó a lJ,egar a ,su suelo eJ hombre


"blanco" (español) y el negro. Y, ya desde 153 3, en este territorio,
convivieron blancos, indios y negros.

En los años de la Conquista, los españoles vm1eron ren las expe-


diciones llamadas de "conquistadores", "pacificadores" y •(colonizado-
res"; ya como soldados, clérigos, funcionarios de la Corona o desempe-
ñando pequeños oficios.
Establecido el gobierno virreinal, no cesó d flujo de españoles pro-
cedentes de la Península y de otras colonias de América, atraídos por
la fama del Perú. Llegaban unos como funcionarios, otros como comer-
ciantes y los más en son de aventura, ren busca de libertad y fortuna;
huyendo de las guerras y de la miseria que arrasaban a España. (Parti-
cularmente en el siglo XVI, este ingreso de gentes sin oficio y premu-
nidos de nobleza y cargados de cédulas, era tan grande, que los virreyes
tuvieron que pedir a la Corona no consintieran se embarquen, quienes
sólo alteraban el Reino y explotaban al indio; y que, en su lugar, man-
dasen labriegos y hombres de oficios útiles).
Arribaron también al Perú, extranjeros europeos. Especialmente
portugueses, que ingresaron sin traba alguna durante el gobierno de
Carlos V; aunque, más tarde, se canceló su ingreso. Los extranjeros,
cuyo ingreso estaba prohibido, eran perseguidos por el Tribunal del
300 HISTORIA DE HUÁNUCO

Santo Oficio de la Inquisición, calificados de «judeizantes y herejes".


Sin embargo, desde el siglo XVI, burlando la prohibición y el celo de
los inquisidores, disfrazándose de españoles y castellanizando sus nom-
bres lograron penetrar y permanecer en el Virreinato, preferentemente
en sus provincias marítimas.
I


Casi en los propios años de la Conquista, los españoles arribaron
a tierras huanuqueñas. Para fundar y poblar la ciudad en la planicie
del hoy Huánuco el Viejo, ya dijimos, Alvarado llevó contingente de
hombres. Pero estos soldado·s no se asentaron en la nueva población,
por el levantamiento de Illatopa y los posteriores sucesos. Trasladada
la ciudad al valle Pilco y mejorada por Puelles, en 1543, vinieron
a poblarla españoles, cuyo número no sería menor de 80 hombres 1 •
Entre este grupo figuraban algunos distinguidos soldados llegados
en las expediciones llamadas de "pacificadores", particularmente en la
que vino al mando de don Pedro de Alvarado, el conquistador de
Guatemala 2 • Muchos de ellos se establecieron en Huánuco, al cuidado
de sus encomiendas o dedicados a la explotación minera.
Reedificada la Ciudad, después de 1543 continuaron arribando
inmigrantes españoles a su área, así como a sus Corregimircntos. (Los
atraía acaso la fama de la "ciudad de los caballeros", por hallarse en la
"frontera" de las ínsulas soñadas: el Pacay y El Dorado, o por su
clima apacible y la riqueza de su suelo).
El nucleo de estos prim.~ros pobladores se acrecentó con la llegada
de los hombres que, en 15 57, juntaron en el Cusco, Lima y Huamanga
los comisionados de Gómez Arias Dávila, para la entrada de «Rupa-
Rupa". Pues, fracasada dicha empresa, gran parte de los soldados que
formaron en ella, se avecindaron en Huánuco.
Veinte años, poco más o menos, de su instalación en el valle donde
hoy se halla, comienza el auge de la Ciudad y su distrito. Los encomen-
d·~ros de la ciudad, obligados por las cédulas reales, trajeron a sus mu-
jeres de España. Por esa época, dichos encomenderos radicados en Huá-
nuco llegan a 3 O. Ello dice que era notable el volumen de españoles,

1 Ver en este libro Tercera Parte: Conquista y Colonia, Capt. III: Las rebeliones de
Gonzalo Pizarro y Hernández Girón, etc., Nota 5.
2 Con don Pedro de Al varado, que firmara con Almagro el famoso arreglo de 100.000
pes0s en Riobamba, 15 3 3, vinieron los capitanes Gómez de Alvarado, Pedro Barroso, Pedro
de Puelles, Martín de Arbieto, Espinoza Campóo y otros fundadores de la ciudad.
CONQUISTA Y COLONIA 301

contándose hombres, mujeres y niños. Así lo confirman, años más tarde,


Baltazar Ramírez y López de V elasco. El primero en rrDescripción del
Reino del Perú", 1583, apunta: "Tiene vezinos encomenderos, de
quinze a ueinte, y de las demás gente hasta dozientos vrecinos". Y, por
su parte, el segundo escritor en su rrDescripción Univ1ersal de las In-
dias", escribe: "Guanuco tiene 300 vecinos y 33.000 indios tribu-
tarios" 3 •
En 1616, el fraile carmelita Vásquez de Espinoza calculó la pobla-
ción de la Ciudad en "cien españoles" y otros «400 mestizos y gente
ordinaria" 4 •
En el siglo XVIII, la supresión de las encomiendas y el haberse tras-
ladado sus principales vecinos a Lima, trajo su relativa decadencia.
Pero existía permanente población española, tanto en el área de la
ciudad como en sus corregimientos de Huamalíes, Tarma, Huaylas,
Conchucos y Cajatambo, en cuyos pueblos o radios rústicos se hallaban
los obrajes, se labraban las minas, se cultivaban las "haciendas" o se
cuidaban las "estancias" de ganados. Españoles que, en dichos radios,
originaron el mestizaj·e, como veremos más adelante.
Fuera de los españoles, no se sabe que hayan ingresado a Huánuco
extranjeros de otras nacionalidades. Supónese la presencia de los hijos del
Reino de Portugal. Porque la tradición señala "minas de portugueses"
en muchas zonas de su territorio.

* ::. *

Instalado el gobierno español por el hecho de la conquista, los


indios formaron la masa popular. La casta imperial de los Incas casi
había desaparecido y los pocos que quedaron, en su mayoría mujeres,
se unieron maritalmente a los españoles, dando origen a los primeros
mestizos indo-hispanos.
Aunque, genéricamente, para la mentalidad común de los espa-
ñoles de entonces no existía sino indios; dentro de esta raza y grupo
cabía la diferenciación de jaleas o de las punas, quechuas o de las re-
giones templadas y ymigas o de zonas cálidas.
En la jurisdicción política y geográfica de la ciudad de León de
Huánuco, se distinguían los indios chupachos, queras y panataguas,
que habitaban el actual valle del Huallaga y áreas adyacentes; los

3 BALTAZAR RAMÍREZ: Descripción del Reino del Perú. Ju.icio dr: Límites entre el
Perií y Bolivia. Prueba Peruana. T. I, · p. 3 07.
4 Compendio y Descripción de las Indias Occiáentales, Capt. XLIV, p. 488.
302 HISTORIA DE HUÁNUCO

lmamalíes y huanucos que vivían en las hoy provincias de Huamalíes,


Dos de Mayo y Marañón; los yaros, yachas, chinchaycochas y tararnas
que poblaban las regiones de Cerro de Paseo y Tarma; y los huaylas y
los conchucos que se hallaban en los territorios de las provincias serranas
del actual departamento de Ancash. Los yaros, yachas, chinchaycochas,
huaylas, huanucos, huamalíes y conchucos eran indios jaleas, de tierras
cordilleranas, de compacta población. Los chupachos, queros y pana-
taguas vivían en las quebradas o tierras cálidas, márgenes de los ríos
y lugares cercanos a la selva, como q11.eclnt'as y yiingas 5 •

El negro vino como esclavo del conquistador español. Y desde la


llegada de Pizarro, no se interrumpió su llegada. Calculábase en 500
el número anual de ingreso; y significando su tráfico pingües negocios
para los comerciant.es de esas "piezas de ébano" o "negreros" 6 •
La mayoría de ellos habitaba los valles de la costa y quebradas
calientes. de la sierra. En la zona alta o fría de esta última región, no
se aclimataron, o desaparecieron, lentamente disueltos por la masa india
y la hostilidad del clima.
A los negros vulgarmente se les llamaba bozales o recién venidos
de su país natal, y criollos o nacidos en el Perú 7 •
El negro llegó a Huánuco por 1543. Vino con Puelles y con los
pobladores que reedificaron la ciudad. Así lo declaran, verbigracia, el
conquistador Gómez Arias Dávila, cuando dice que en la rebelión de
Gonzalo Pizarro estuvo a defender el Estandarte Real "utilizando como
auxiliares a sus negros esclavos". Don Diego Xagua, principal del
Repartimiento de los Chupachos, en declaración efectuada ante Iñigo
Ortiz de Zúñiga, 15 62, manifiesta que, por 15 48, el encomendero
Barrionuevo el Viejo trajo 50 negros, que trabajaban juntamente con
los indios, con inaudita dureza, en las minas de oro de los ríos Chupa,
Ninamarca y Tomarica 8 • Entre los que acompañaron a Gómez Arias

!I Acaso podría calcular~e la población de algunas de estas naciones, en la primera


mitad del ~iglo XVI, a base de los datos proporcionados por Santo Toribio de Mogrovejo (Se-
gunda Visita) e Iñigo Ortiz de Zúñiga.
6 Conforme el censo del Virrey Taboada, en 1791 existían en el Perú 40 .3 36 negros.
1 Sus castas se nombraban: terranovas, s11cumés, wandingas, mandungas, carabelíes,
cangaes, chalas, hu.acbururies, congos y misangas.
8 Visita hecha por mandato de su Magestad . . . por lñigo Ortiz de Zúñiga, etc. "Revista
del Ar.chivo Nacional del Perú". T. l. Entrega I, 1920, p. 29-34 .


CONQUISTA Y COLONIA 30 3

Dávila a la conquista de Rupa-Rupa, figuran "un negro, arriero y he-


rrero, que se llamaua Pedro, y otro negro de Antonio Chávez", etc. 9 •
•Al morir Diego de Álvarez, queda anotado ya, legó al Convento
de San Agustín de Huánuco 12 negros y la renta necesaria para que
se les pagase por su trabajo; y además, dinero para comprar nuevos
esclavos negros 10 • Guarnan Poma de Ayala, refiriéndose a Huánuco
escribe: "Vecinos caualleros y soldados y justicias indios y negros en
común no han servido a su magestad tanto como esta dicha ciudad" 11 •

De la unión sexual de individuos de los grupos nombrados,


provinieron los diversos mestizos, que constituyeron las castas o clases
raciales 12 •
En Lima y ciudades costeñas, era común las mezclas derivadas del
español con la negra y del negro con la india, dando un porcentajre
mayoritario de mulatos y zambos. Pero en las poblaciones situadas
sobre los Andes, la mezcla en gran escala fué casi uniformemente
entre el español y el indio, originando el mestizo indo-español, al que,.
en el correr de los años, se le designó genéricamente cholo.
Tanto en el área urbana de la ciudad de Huánuco, como en sus
Corregimientos, se produjo un mestizaje considerable.
Como aconteció en todo el territorio virreinal, los españoles que
fundaron Huánuco, para la satisfacción del sexo y "mitigar la sole-
dad", tomaron por mujeres a las indias, y las tuvieron como con-
cubinas. (Los vástagos de esta unión ilícita no eran mal vistos por
la sociedad d.e entonces; y lo toleraba la propia Iglesia).
Desde 1543 los "fundadores y pobladores" de la ciudad, ongmaron
9 Gobernación de Rupa-R1ipa. Piezas de un pleito criminal seguido en la Audiencia de
Los Reyes contra el capitán Gómez Arias Dávila, etc. (Juicio de Límites entre Perú y Bolivia.
Prueba Peruana. T. V, p. 123.)
10 Crónica Moralizada del Orden de San Agustín del Perú, por FRAY ANTONIO DE LA
CALANCHA. Libr. IV, Capt. XIV, p. 899.
11 Nueva Crónica y Buen Gobierno., p. 1030.
12 En el siglo XVIII, el siguiente era el cuadro o tabla de castas: 1 9 clase. De español
y negro: mulato; de español y mulata: tercerón; de tercerón y española: cuarter-On; de español
y cuarterón: quinterón; de español y quinterón: requinterón; y de español y requinterón:
blanco o español común. De negro y mulato: zambo; de zambo y mulato: zambahigo. 2' clase.
De zambahigo y mulato: tente en el aire; de tente en el aire 'Y mulato: torna a español. De
español e india: mestizo real, de mestizo real e india: cholo. 3' clase. De cholo e india: mes-
tizo común; de mestizo común e india: salta atrás. De negro e india: chino; de chino e india:
rechino. 4"- clase". De rechino 'y china: criollo; de criollo y rechina: torna a india. (Com-
pendio histórico, geográfico, genealógico y político del Perú. 1762-1768). "Revista Histórica"·
Lima, T. XIV, Entrg. 111, p. 331.
304 HISTORIA DE HUÁNUCO

con las indias los "nacimientos naturales"; debido a que no llevaron con-
sigo a sus. mujeres. Pero, desde 1550, esta mezcla se produce en menor
escala, a raíz de la llegada de mujeres españolas a la urbe huanuqu~a.
Lo que originó, por otra parte, un perma11rente y pequeño conflicto
de carácter étnico; por el despotismo del conquistador del siglo XVI
y descendientes para con el indio, y el consiguiente desprecio de su
patrimonio espiritual. De otro lado, tal aversión racial hizo que los
españoles no se mezclaran, incluso, con los indios de la nobleza incaica:
desoendientes de Tupac Yupanqui, que, a raíz de la captura de Illatopa
se instalaron en su área. Éstos se mezclan entre indios o sus vástagos
lo hacen con un español o mestizo de humilde condición y origen.
A todo, cuando la lujuria del español no se sacia con la hembra
negra, o por hastío de la blanca, toma a la india que, por turno, acude
para el servicio doméstico o la "mita de casa". Con los años los descen-
dientes de esta mezcla, se diseminan por las clases sociales de la ciudad
y territorios adyacentes: Higueras, Huácar, Tomayquichua, etc.
El mestizaje indo-español en mayor volumen, se produjo en el
ámbito de los pueblos de los corregimientos, teniendo en ellos el carác-
ter de permanente. Pues, pobladas las serranías huanuqueñas por una
·compacta masa india, en la que coexistían desde la mujer plebeya a la
que constituía la "nobleza local o nobleza ayllal"; fué inevitable el
cruce. Y desde aquellos años del siglo XVI, hace su aparición el cholo
huamaliano, en particular, proveniente de la relación sexual, ya lícita o
ilícita, del español con la india de aquellas comarcas.
En efecto, desde 15 5 O, algunos mineros, administradores de obrajes,
de estancias, pequeños funcionarios de la Corona --<::orregidores y
sus "oficiales"- y españoles vagabundos, burlando éstos toda prohi-
bición, se radicaron en Huamalíes, Tarma, Huaylas, Conchucos y
Cajatambo. Y también por 1573, en las jurisdicciones de dichos corre-
gimientos, fundando pueblos, se instalan frailes españoles que reducen
a los indios a la fe y civilización cristianas. (En 15 8 3, estos pueblos
-fundados y en pleno auge llegaban a 120. Ellos al igual que todos
los del Perú, son nucleo y crisol de m estizaje y donde se desenfrena-
ron los placeres de la carne. Rtesultando, desde entonces, los dichm
frailes y más tarde los curas de las doctrinas, los progenitores perma-
11rentes de "mestizos" en las "indias de servicio" que las ·tenían como
mancebas. Por eso Toledo, irritado, abolió la costumbre llamada "ser-
vicio de indias" y, años luego, mandó desterrar a los españoles que
pululaban en los pueblos de indios robándoles a sus mujeres e hijas,
y realizando otras fochorías.
~~~~~
·)

El Capitán Gómez de Alvarado y Contreras, fundador d<! la Ciudad de


Huánucc. (Boceto de Wenceslao Hinostroza.)
A ut·Óg rafa de Gómez de Al vara do en el texto del poder q ue, en Mayo 28 de l 5 39, con firiera
en Lima, a f avor de Diego de· Al va rad o, Hern and o de Sosa y C ap itán Juan de Es pinoza, para
q ue ges tion asen el recc n oc imiento de sus se rvi cios en las con q uista s de est as nuevas ti erra s.
(Colecc ió n The H ae kn ess. Bib. del Con greso. \'ífás hin gton. C crtes ía de Co nch a R om ero J am es,
Uni ó n Panamerican a. W ás hington.)
CONQUISTA Y COLONIA 305

En los siglos XVII y XVIII, prosiguió la fusión indo-española


en los corregimientos de Huánuco, como fenómeno étnico que afec-
taba al Virreinato; y a tal extremo, como expresa el Marqués de
Montesclaros, que la india era prderida a la española 13 •
En la propia ciudad de Huánuco y sus corregimientos, los cacique5
y sus descendientes se nupcian con españolas de algún rango, origi-
nando a los «cholos d·~ prosapia". Así, en el pueblo del Dulce Nombr.e
de Jesús, Corregimiento de Huamalíes, don Manuel Chuquiyauri,
descendiente del cacique don Agustín Chuquiyauri, contrajo nupcias,
en 1761, con doña Paula Bonilla, ·~spañola, e hija del capitán don
Bernardo de Bonilla y de doña Marcela Segunda Lozano -ésta, hija de
don José Lozano, español radicado en Huapachacún, a dos kilómetros
de dicha población-. Don Felipe Chuquiyauri, hijo del anterior matri-
monio, nupció, a su vez, en el mismo pueblo, con doña María Falcón,
hija del Capitán español don Pedro Falcón. (Los descendientes de
los Chuquiyauri residen en Jesús) 14 •
El cacique de los Panatahuas don Antonio Thalancha, casó des-
pués de 1626 con la española doña María de Salinas, de cuya unión
nació el Alférez don Antonio de Thalancha que matrimonió con
doña Tomasa de la lnojosa, naciendo don Andrés de Thalancha, que,
en 1759, ocupaba posesión espectable en la ciudad de Huánuco.
Los descendientes mestizos de don Carlos Inquilltupac, que ve-
nía del Inca Huayna Capac, residentes en la ciudad de Huánuco,
en la Colonia, fueron doña María Lobo Alvarado Dávila Falcón,
el Capitán don José Meneses Parragues de Anaya, los Herrera y otros.
El fraile carmelita Vásquez de Espinoza, en 1616, da fe de esta
fusión al decir: « • • • españoles que viven muchos entre indios en todos
los pueblos del valle" de Huaylas 15 • Este mismo viajero nos noticia
del sinnúmero de obrajes y estancias, en los que residían españoles
sin mujeres, como vimos más addante.
Descubiertas y laboradas que fueron las minas de Conchucos,
Cajatambo y Huaylas; y, más tarde, 1630, las de Yauricocha, y en
1780, las de Huallanca; gran número de españoles se radican en sus
pueblos como Carhuás, Siguas, Piscobamba, Co~chucos, ~ecuay_ y
Huallanca. Esta concentración cL~ aventureros y mmeros, traJO consigo

13 Relación del Excmo. señor don Juan de Mendoza y Luna, Marqués de MO'rttesclaros,
etcétera "Colección de Memorias", etc., cit., p. 168.
14' Li bro Parroquial de la Doctrina del Pueblo del Dulce Nombre de Jesús, Dos de
Mayo, Huánuco. Documento de la Familia Chuquiy~uri.
15 C<>mPe-ndio y Descripción de las Indiar Occidentales, Capt. XLVI, p. 493.
306 HISTORIA DE HUÁNUCO

la inflación del mestizaje; o, mejor, fueron tales centros mmeros


crisol de mestizaje.
A fines del siglo XVIII, los "mixtos", en los corregimientos de
Huamalíes, Huaylas, Conchucos y Tarma, eran numr::!rosos, formaban
una compacta masa de población.
Este mestizaje no se limitó, en la ciudad de Huánuco y distrito,
a la fusión de la india con. el español. Fué también del español con
la negra y de ésta con el indio, aunque en ambos casos en reducido
porcentaje. Porque, a espaldas de la sociedad y de los prejuicios raciales,
los españoles procrearon con las negras, desde los mismos días de la
Conquista. De este cruce nacieron los mulatos, cuyas partidas en los
Libros Parroquiales de la ciudad de Huánuco se asientan con la frase:
"mulato· de madre negra y padre desconocido".
Por otra parte, contra la prohibición d,z las ordenanzas que se
dictaron desde Vaca de Castro, el negro se mezcla con la india, a la que
rapta o la viola en los caminos, o convive con ella en los propios pue-
blos de indios. De este maridaje nacen los zambos o pardos que, en
su mayoría, muestran malas inclinaciones. Aunque, con el tiempo,
estos mestizos de sangre negra fueron desapareciendo en la ciudad y
quebradas cálidas, absorbidos por el indio, o diezmados por las enfer-
medades.
El volumen de españoles y demás mezclas, consta en los Padrones
y listas coloniales, así como en las relaciones de los cronistas y viajeros.
Tadeo Haenke, en "Descripción del Perú", escrito a fines dd siglo
XVIII, consigna como población de la ciudad de Huánuco y jurisdic-
ción: 16.826 habitant.zs, descompuestos así: 9 clérigos, 3 O religiosos,
15 beat.as, 600 españoles, 7.598 indios y los restantes de las castas de
mestizos y esclavos. Corregimiento de Huamalíes: 14.234 habitantes,
distribuídos en: 18 clérigos, 593 españoles, 8.975 indios y los demás
mestizos y esclavos. Conchucos: 2 5.308 habitantes, de ellos: 1.3 84
españoles, 9.899 indios, los restantes mestizos y demás castas. Huaylas:
40.822 habitantes: 3.604 españoles, 20.93 5 indios y · 15 .971 mestizos,
los restantes de otras castas. Tarma: 34.391 almas, de ellas: 32 clérigos ,
1.681 españoles, 18.'821 i'ndios y los restantes mestizos y pardos 16 •

lG Desrriprió11 del Perú. Descripción de la Intendencia de Tarma, ps. 1 SS, 196, 198.
203, 205.
CONQUISTA Y COLON IA 307

Conforme al Censo del Virrey Gil de Taboada, d,z la jurisdicción


de Huánuco se da la s1gmente relación:

Partidos Espa1ioles Indios Mestizos Pardos Esclavos


T arma . .... .. 1.68 1 21. 009 14.300 77 o
Caja t ambo ... 904 l 1.720 4 .808 629 o
Hua ylas .... . 3.60 4 2 3.3 69 1 5.9 7 1 13 8 96
Conchuco s ... 1.3 84 11. 04 9 13.983 o o
Huamalíes ... 593 9.999 4.623 o 43
Huánuco . .... 6.06 0 8.48 2 3.075 o 39

La conquista del Tahu antinsuyo por los españoles, produjo una


v erdadera revolución en las clases sociales de estas tierras. Por ella la
" raza blanca" o conquistadora, como privilegiada, red u jo a la servi-
dumbre a la india o conquistada, y le impuso su régimen político, reli-
gión, costumbres y demás.
En los primeros tiempos de la Conquista, no había sino españoles
e indios. Pero en la mitad del siglo XVI, como resultado de la distri-
bución de la riqueza, el asentamiento del régimen español y el mesti-
zaje, se distinguió y a las cl ases: alta, media y baja. Clases sociales estas
que, con el correr del tiempo, se acentúan y adquieren perfiles propios.
La alta clase colonial estaba constituída por espaiioles europeos
y por espaiioles am.qricanos o criollos, es decir, hijos de españoles naci-
dos en el Perú. Los p rim eros ej ercían los más altos cargos de la admi-
n istración civil, eclesiást ica y militar, y aunque de oscuro origen y
escasa ilustración, eran preferidos por la Corona, lo que originó una
perm anente rivalidad entre ambos grupos 17 • Entre los criollos estaban
los descendientes de los Conqu ist adores conver t idos en ricos encomen·
deros, los empleados de la Corona provenient es de las casas solariegas
de Españ a, los grandes p ropiet arios, mineros y comerciantes, y los doc-

17 Este hecho o preferencia contribuyó, desde el siglo XVIII, a mantener la rivalida d


entre ambos grupos; pues, los criollos o españoles americanos, no podían r esig narse a se r
postergados en el mando político y cultural. Porque, en t anto que los españoles peninsulares
apenas conocían los temas de su profesión, los criollos sobresalían en las ciencias, letras y
artes. Este resentimiento, de ser postergados, hizo que los criollos, muchos con títulos nobi-
liarios, abrazacen la causa de la libertad.
308 HISTORIA DE HUÁNUCO

tores, con ilustración y riqueza. Estos criollos constituyeron la nobleza


o aristocracia virreinal, desde el siglo XVII, igualados en poderío y
riqueza a la aristocracia peninsular. Porque muchos se entroncaron
con miembros de la vi.eja nobleza española en decadencia, obteniendo
títulos de Castilla y privilegios propios de su rango 18 •
El clero, en buena cuenta, era un grupo aparte de la alta clase
del Virreinato, en cuya constitución habían intervenido desde los pri-
meros años. Pues, los frailes o clero regular llegaron con Pizarra, con
privilegios de la Corona; secundaron en la Conquista y fundaron
sus Conventos. Aunque, más tarde, el clero secular tomó las riendas
de la autoridad eclesiástica, ambos grupos gozaron de privilegios 19 •
Dispusieron de cuantiosas fortunas, ejerci.eron decisiva influencia en el
gobierno, la cultura, la familia y la asistencia hospitalaria.
Las altas autoridades eclesiásticas o de las órdenes religiosas, vivían
en la capital del Virreinato, en las ciudades y villas; residiendo sus
miembros en los pueblos de indios, cuyas parroquias y las de los negros
servían.
En estas parroquias o doctrinas, muchos frailes no observaban la
disciplina de sus órdenes religiosas; preocupándose más en acumular
riquezas y dedicándose a los placeres mundanos. Porque, en verdadero
escándalo, convivían con las indias procreando mestizos a los que
llamaban "sobrinos"; y provocando, con sus actos, conflictos con las
autoridades civiles; hasta que en 1763 dejaron las parroquias, con-
servando sólo 2 por cada provincia, y entregando las restantes al clero
secular, que lleno de las mismas ambiciones y licencias no fueron me-
jores que aquéllos. Particularmente los doctrineros españoles, en su
sed de riqueza terrenal, cayeron sobre los indios extorsionándolos hasta
el extremo que, no sólo cobraban por los s~cramentos que surrun1s-
traban, sino que las penitencias les imponían en pesos, alegando que

la Estos nobles, para mantener su lustre y prosperidad, fundaron los mayorazgos. Por
el mayorazgo el primogénito tenía la posesi·Ón de los bienes libres de la familia, llamándose
patrono, cargo que se trasmitía a la descendencia. Por categoría social y privilegios, los nobles
no podían dedicarse a trabajos manuales ni intelectuales; su testimonio tenía mayor fe en
juicio·; sus compromisos se daban por hechos; no podíaseles embargar sus bienes, armas y demás;
ni encarcelársd es por deuda s, salvo por las de la Corona y entonces en cárcel especial; no
podía aplicárseles tormento o penas infamatorias; y estaban exceptuados de pago de contri~
buciones, etc. Y para no opacar el título debí an llevar una vida de "visible decencia y
bienestar", rodeado de boato y una corte de empleados.
19 . ·¡ eg1os
· Entre 1os pnv1 . que teman,
' estab a que no abonaban impuestos por los bienes
de sus órdenes, ni personales; no podían ser juzgados sino por sus propios tribunales y jueces ·
y pod Í~n disponer de bienes terrena le, etc. '
CONQUISTA Y COLONIA 309

eran para la Iglesia; o con muchas artes, les quitaban sus pequeños
bienes; por lo que la Corona obligó que los indios testasen 20 •
De otra parte, estos frailes sostuvieron querellas con los obispos,
cuya autoridad discutían, amparados en las bulas y breves del Papa
en favor de sus órdenes. Y en el interior de los Conventos se producían
luchas enconadas entre españoles y criollos, en la elección de sus prio-
res; llegando tales competencias a trascender a las poblaciones y bande-
rizar a sus habitantes. Estas discordias suscitábanse, asimismo, entre
frailes de distintos conventos u órdenes en pos de conseguir mayor
riqueza e influencia para los suyos.

La clase media la formaban los españoles y criollos sin fortuna y


posición social, los mestizos y los p·ardos libres. Aunque estos dos últi-
mos se clasificaban en castas, agrupados en gremios.
Sobre todo en provincias, muchos de estos españoles y criollos ocu-
paban subalternos cargos en la administración pública, o se dedicaban
a las pequeñas industrias, a la agricultura y al comercio. Algunos
de ellos residían en pueblos de indios, con algún comercio u otras dedi-
caciones, como tenemos dicho. Los mestizos ejercían oficios mecánicos
y liberales -capataces. o directores de trabajos en las minas, obrajes,
etcétera- o eran pintores, plateros, etc. En la sierra gran número de
los mismos vivían entre los indios, ayudándolos en sus comunidades,
o como aliados del español explotando a los de su estirpe.
Los indios, como clase plebe, estaban dedicados al cultivo de la
tierra y al trabajo de las minas. Tributaban y mitaban. Los españoles,
sin miramiento de las leyes divinas o humanas, los explotaban vilmente;
lo que obligó al gobierno español a legislar en su amparo, como tene-
mos ya expresado.
Los caciques constituían la aristocracia del pueblo indio o, mejor,
la "nobleza indígena"; sobre todo, en los pueblos de la sierra. Como
intermediarios entre el gobierno español y la masa india, tuvieron
influencia en los repartimientos a su cargo. Muchos de ellos llegaron
a poseer cuantiosas fortunas, formando tronco de distinguidas fami-
lias que emparentaron con españoles de la clase de los corregidores y

:?O Vestían hábitos quienes no tenían vocación alguna; y sólo para llevar una vida
fácil, labrar fortuna, asegurar el bienestar de su persona y familiares, o mejorar su condición
social, tal como lo hicieron los hijos de los artesanos.
310 HISTORIA DE HUÁNUCO

demás; ocupando sus descendientes cargos en la milicia y el sacerdocio.


Los caciqu~s legalmente tenían el rango de caballeros, pudiendo usar
armas y montar a caballo. Y ' aunque las. cédulas reak~s establecieron
que los caciques debían ser "indios de pura sangre", muchos fueron
mestizos o descendientes de españoles.
Los negros esclavos eran tratados. como obj.~tos y bestias de carga,
en peor condición que los indios.
Luego· de ser adquiridos en las ferias de Lima, se les marcaba en la
espalda y se les imponía castigos bárbaros como la castración, la mu-
tilación y la muerte. Estos castigos se suavizaron un tanto por Cédula
&:~ 31 de mayo de 1789. Los negros, principalmente en la costa, culti-
vaban los fundos a los que estaban adscritos como cosas muebles. En
las ciudades los sometían a trabajos domésticos, o los alquilaban perci-
biendo su monto el amo. Cuando fallecían no podían enterrarse en
caja funeraria, y como consta aparte, poseían parroquias y barrios
• 21 ,
propios, etc. .
En el fonda, esta diferenciación de clases sociales y castas basada
en la economía, el saber y la raza, era un tanto ficticia. La desigualdad
sólo existía frente a la ley y a los derechos políticos. Porque había
españoles peninsulares mendicantes qu~ andaban por los tambos y pue-
blos de indios en busca del sustento, o dedicados al arrieraje, trabajo
de las minas, etc.; criollos aristócratas que figuraban en la más alta
sociedad virreinal; indios adinerados, como los caciques, que entron-
caron con españoles de la clase media y aún de abolengo; y mestizos
que llegaron a ocupar cargos en la milicia y el sacerdocio, etc.; negros,
mulatos y zambos que engreídos vivían al lado de sus amos, como
propios familiares.

En la Ciudad de Huánuco y jurisdicción, la alta clase social


estaba formada por los encomenderos, sus descendientes y por espa-
ñoles y criollos adinerados. La clase media la constituían los españoles
pobres, los mestizos y caciques. Perteneciendo a la baja, la masa india
tributaria, y los n·~gros.
Sólo después de la repoblación de Puelles, aparece la alta clase social.
Por estos años Huánuco fué solar de ilustres soldados españoles. Pues,

21 Según documento que poseemos, en la ciudad de Huánuco, en 20 de abril de 1815,


el capitán don Ignacio Prado, vendió al capitán Alfonso Mejorada un negro esclavo por 300
pesos, ante el Juez Subdelegado don Pablo Travitazo.
C Oi-: QUIST A Y COLON IA 3 11

radicaron en ella como sus vecinos Juan Tello de Sotomayor -uno de


los tres nobles de alcurnia que llegaron al Perú-, Gómez Arias Dávila,
Miguel de la Serna, Diego de Rojas, Antonio de Garay, Valerrtín Par-
davé, Juan Sánchez Falcón, Juan drc Mori, MartÍn de Guzmán, Ro-
drigo Nieto, Juan de Espinoza Campóo, Juan Manuel de Saavedra, Gon-
zalo Hernández Heredia, Juan de Solier, Jerónimo de Silva, Bartolomé
Tarazana, Juan de la Reynaga, Rodrigo Cantos de Andrada, Pedro
Gonzáles de Mendoza, Rodrigo Tinaco, Gaspar Ortiz de Espinoza,
Juan d·c Olarte, Juan de Agama, Diego Álvarez de Cueto, etc. 22 •
Ellos le dieron su personal prestancia. Aunque más tarde la abando-
naron para establecerse en la capital del Virreinato, para arraigar su
alcurnia y perennizar su estirpe con títulos nobiliarios. Así, los des-
cendientes del capitán Juan Tello de Sotomayor fueron los Condes
de las Lagunas; los del capitán Miguel de la Serna -vinculados con
los Reynaga- fueron los Condes de los Palentinos; los herederos del
famoso capitán Gómez Arias Dávila formaron el Marquesado de
Maenza, cuyo último pos·cedor del tÍ tulo es don Ricardo Arias D ávila
Mathrcu y Bernardo de Quirós de Puñonrostro; la linajuda hermana
de don Antonio de Garay 23 doña Alicia de Garay casada con don
Diego de Agüero, formaron el Marquesado de Aulestia, siendo el
último poseedor de tal título nobiliario el doctor don José de la 'Riva
Agüero y Osma.
Estos primeros fundadores y pobladores de Huánuco eran hijos.-
dalgos o caballeros de la clase segundona e intermedia entre los peche-
ros y los villanos. De aquí, la nominación de la ciudad: "León de
Huánuco de los Caballeros". Procedían, pues, de las clases medias de
España del siglo XVI y algunos venían de rancias familias; eran los

22 Algunos comentaristas contemporáneos, entre otros, el mal informado Pérez Acha-


puri menciona que, en 15 44, el "Emperador Carlos V decretó que vinieran a poblar Huánuco
200 familias de la nobleza española". Como ya dijimos, esta afirmación carece de ve,rdad,
y es anti.histórica. Pues, no consta en documento alguno, ya oficial o privado. Y por otra
parte, apenas si en Lima hubieron tantas familias venidas de España, ya que todavía en 15 60
pudo contarse con "limeñas hijas de padres y madres españoles": y, en ningún momento de
la época colonial, la ciudad de Le-On de Huánuco pudo competir o rivalizar con la sede del
Virreinato. Mas, si hemos de agregar, entre otras, la enorme distancia -480 kilómetros- que
se interponía entre Lima y la entonces naciente aldea huanuqueña.
23 " ••• el Regidor y fundador de Lima, Diego de Agüero y Sandoval, Alférez que fué
de la Conquista, se casaba por poder con dc ña Luisa de Garay, hija legítima del opulento
Gobernador de la Jamayca y Adelantado de Panuco, Francisco de Garay, que falleció en
Méjico, cuya mujer, por Monís de Perestrello, era de la familia de Colón, y cuyo hijo estuvo
prometido para casarse con la hija de Hernán Cortés." Lima Esp.añola, por JasÉ DE LA
!lrvA AGÜERO y ÜSMA: "Revista de las Españas", Nos. 87 ~88, noviembre-diciembre, 1934.
Madrid, p. 487.
312 HISTOR IA DE HUÁNUCO

hijos en decadencia. Y no faltó uno que otro caballero de hábito u


orden militar 24 •
Fuera de los citados, entre los principales pobladores y los nacidos
en el siglo XVI en la ciudad, cabe anotar a Juan Núñez Prado de
Saavedra, Sebastián Núñez, Margarita Torre, Pedro de Espinoza Cam-
póo, Pedro López de Toledo, Juan de Rivero, Pedro de Saavedra Agui-
lera, Francisco Gómez, Luis de Bastidas, Rodrigo Niño, R. P. Feliciano
de Silva, Pedro Moya de Contreras, Andrés Deza, Cristóbal de Mi-
randa, Fernando Tello, Ana Pinelo, Pedro de Agama, Miguel de
Ortega, Fray Juan de la Peña, Fray Gabriel de Zárate, Juan BHs-
quez de Valverde (sobrino del Obispo Vicente Valverde y casado
con doña Feliciana Núñez de Prado Saavedra), Bias Blásquez de
Valverde marido de doña Luisa de Rojas y Garay, Diego Frías, Ro-
drigo Núñez del Prado, Francisco de Alvarado, Juan dre Céspedes,
Francisco de Escobar, etc.
La nobleza y lustre de sus primeros pobladores, está confirmada
por documentos y la versión de los cronistas más antiguos.
Calancha, Vásquez de Espinoza, entre otros, escriben que "pobla-
ron la Ciudad nobles caballeros y beneméritos conquistadores, vecinos
de gruesas rentas, y por lo que se le llamó Huánuco de los Caballeros".
En los siglos XVII y XVIII pocas fueron, en verdad, las gentes
de noble alcurnia que vivían en su área, por haberse trasladado muchas
distinguidas familias a Lima, "donde comían y gastaban sus rentas"~
en menoscabo de la noble ciudad, a la que abandonaron a su propia
suerte.

* * *
Después de la captura de Illatopa (Illa-Topac), cuyo levanta-
miento frustró la erección de la ciudad en la planicie de Huánuco el
Viejo, algunos componentes de la sangre imperial que habitaban en
aquella urbe incaica, se radicaron en la actual ciudad; y sus ayllos o
común de gentes se redujeron en el pueblo de San Pedro de Choras
(distrito de Chavinillo, Dos de Mayo). Entre los nobles de dicha

24 Anotemos gue Alvarado, Barroso y Puelles, apenas mostraron su presencia en Huá-


nuco, porque no se radicaron en la ciudad, enraizando su estirpe. Estuvieron de paso; per-
ma neciendo en su' área el tiempo que duró el de~empeño de sus cargos o la necesidad de la em-
p resa. Por eso es error sostener, verbigracia, que fué de·scendiente de Alvarado la poetisa Ama-
rilis (María de Alvarado), y que Puelles fué poseedor de unas tierras áridas en las inmedia-
ciones de la ciudad, conocidas J10y con tal non,bre.
CONQUISTA Y COLONIA 313

metrópoli, figuraban hijos del Inca Tupac Yupanqui y de Huayna


Capac.
De los descendientes de Tupac Yupanqui, se establecieron en Huá-
nuco: don Andrés Guanucuyu Topa Inca, don Felipe Tupac Inca
Yupanqui y don Gonzalo Pichohua1pa.
A solicitud del primer nombrado, en 9 de mayo de 1545, el Empe-
rador Carlos V concedió a los nobles indios huanuqueños un Escudo
de Armas, privilegios honoríficos y la propiedad de "Canchaparán",
tierras situadas en las cercanías del pueblo de Ñausa 25 •
He aquí el texto de tan importante título nobiliario, no ostentado,
en verdad, por otra familia, ni española ni india, en toda la jurisdicción
de la ciudad de León. "Don Carlos. por la divina clemencia empera-
dor de los Romanos, Augusto Rey de Alemania, Doña Juana su Ma-
dre, el mismo Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de
León, de Aragón, de las dos Cicilias, de Jerusalem, de Navarra, de
Granada, de Toledo, Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de
Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves,
de Algería, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Islas e Tierra
Firme del Mar Océano, Conde de Barcelona, Señor de Viscaya e de
Molina, Duque de Athenas y de Neopatria, Conde de Flandes e de
Tirol, etc. Por cuanto nos hemos informado que vos don Felipe Tópac
Inca Yupanqui e don Gonzalo Picho Hualpa, descendientes del gran
Tópac Inca Yupanqui, señor natural que fué de estas tierras, Reinos
dd Perú, nos aveis servido en lo que se os ha ofrecido, y Nos acatando
lo susodicho, ya que sois fiel vasallo nuestro y buen cristiano, porque
vos y vuestros descendientes seais más honrados, nuestra Merced y
voluntad es de os dar por armas un Escudo, fecho dos partes, que la
una de ellas esté una águila Real en campo de rosado y en los lados
dos tigres que cogen arcos y de él una borla colorada que solía tener
el Inca (Llauto), y a los lados de la dicha borla dos culebras coro-
nadas, en campo de rosado, y por lema letras que digan A VE-MARIA
en el otro lado un castillo en campo amarillo, y por Cimera un yelmo
cerrado y por divisa una águila real con sus trascotes y dependencias
de follaje de azul o como la nuestra Merced tuviera por conveniente,

25 Juan lila-Topa In ga, de oficio sillero, vendió sus propiedades en Canchaparáo al


indio yanacona Pedro Huamán, en 16 de setiembre de 1629. En años de la República, los
co mpra ron en diversas parcelas, de los descendientes de los Tupac Inca-Yupanqui, el Coronel
D. Eduardo Lúcar y esposa. Después han pasado por varios dueños, hasta que finalmente la
Comun idad de Ñausa, las ha recuperado comprando a los herederos de don Augusto Durand.
Monseño r BERROA: Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huá1111co y J1111ín , cit ., p. 24.
314 HISTORIA DE HUÁNUCO

queremos y mandamos que podais traer y tener por v uestras armas ,


de que suso se hace m ención en un Escudo, y tal como este que aquí
va figurado y pintado, los cuales vos damos para vuestras armas cono-
cidas y qUt~remos y es nuestra Merced y voluntad, que vos y vuestros
hijos y d·cscendientes que de ellos hayais, los lleveis y podais traer, y
poner en vuestros reposteros, y casas y en las de cada uno de los dichos ,
vuestros hijos y descendientes de ellos, y en las otras partes y lugares
que por vos y de ellos quisierédes, y por bien tuviéredes, por esta
nuestra C arta, e por su traslado, signado de Escribano Público. Encar-
gamos al ilustrisimo Principe D. Felipe, nuestro muy amado Hijo y
nieto, y mandamos a los infantes nuestros muy caros hijos y hermanos.
y a los Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Virreyes, Maestres de
Ordenes, Príncipes y Comendadores y Subalcaides de los Castillos,
Casas fuertes, e demás a los de nuestro Consejo, Presidentres i Oido1:'es,
Alcaldes y Alguaciles de la nuestra Casa y Corte y Chancillería, y a
todos los Corregidores y Consejeros, Asistentes y Gobernadores, Jura-
dos, CabalJ.cros, Escuderos, Officiales y Hombres buenos, de estos reinos
y señoríos de la dicha India, Isla y Tierra Firme del Mar Océano, así a lo~
que ahora son y los que serán de aquí adelante, y a cada uno y cuantos
quiera de ellos en nuestros lugares y jurisdicción que sobre ello fuesen
requeridos, que vos guarden y cumplan a vos y a los dichos vuestros
hijos y descendientes de ellos, la dicha Merced, que han sido y los
hayan y tengan por vuestras armas conocidas y vos las dejen corno
tales poner y traer a vos y a los otros vuestros hijos e descendientes
de ellos, y que en ,dio, ni en parte de ello embargo, contribución vos
no pongan, ni consientan poner en tiempo alguno, ni por alguna
manera so pena de la nuestra Merced, y d,~ 10.000 maravedíes para
nuestra Cámara a cada uno que lo contrario .hiciere. Dado en la Villa
de Valladolid a 9 de mayo de 15 4 5. Y o EL PRÍÑCIPE" 2 6 •
Otro de los descendientes huanuqueños de Tupac Yupanqui fué
doña Juana Coriocllo, hija «legítima" de aquel monarca. Doña Juana
tendría corno marido a don Martín Guarnan Mallqui, padre de don
Felipe Guarnan Poma de Ayala, el celebrado autor de «Nueva Crónica
y Buen Gobierno". Parece que, producida la conquista, don Martín
Guarnan Malqui, con residencia en Huánuco el Viejo, fué trasladado ,
con su ayllo, hasta la jurisdicción de la ciudad de San Juan de la Fron~
t era de Huamanga, estableciéndose en Santa Catalina de Chupas, luego

26 Nobiliario HisPano-Ame ricano del Siglo XVI. Colee. de Documentos Inéditos para
H istoria de Hispano-América'', T. 11, p. 300.
CONQUISTA Y COLON IA 315
en Concepción de Huayllabamba y finalm~nte en San Cristóbal de
Suntunto.
Uno de los hijos de Huayna Capac, residente en Huánuco, fué
Inquil Tupac: padre de don Andrés Carlos García Inquiltúpac Inga y
de don Aurelio García Inquiltúpac Inga. Don Carlos dejó como here-
dero a don Juan Illa Tupac Inga; y don Aurelio a don Felipe Tupac
Inga Yupanqui y a doña María Josefa Illatopa Mallqui. (Don Juan fué
sillero y vendió sus acciones de Canchaparán en 16 de setiembre de
1629) ; doña María casó con don Marcos Eustaquio Pérez Achapuri y
Avito, Cacique dd pueblo de San Pablo de Pillao y Santiago de Chin-
chao. De este matrimonio nació don García Illatopa Moya. Don
Martín fué padre de don Juan Illatopa, y éste de Sebastián Illatopa.
Descendientes de esta familia de sangre real, fueron: doña María Josefa
de Herrera, doña Nicolasa Quispirica, doña María Lobo Alvarado
Dávila Falcón, madre del Capitán José Meneses Parragués de Anaya,
hijo natural de Pedro Meneses Lobo; doña Ana Graciana Illatopa ca-
sada con Lorenzo Quispicuro, cuyos hijos fueron: Pascual, Encarnación,
María Agueda, Marí::t Gregaria, María de la Cruz y María Bernardina
Quispicuro Illatopa. (Los últimos descendientes de esta familia de
sangre india imperial, constituyen la familia Illatopa, de la ciudad de
Huánuco) 27

En Huánuco y distrito, como sucedió en todo el Perú, los caciques


formaban la "alta clase india". Aunque pocos ostentaban tal título
desde la era incaica, prosiguieron conservándolo bajo el régimen es-
pañol en la jurisdicción huanuqueña. Pues, si los incas les respetaron
en su política asimiladora, los conquistadores españoles, por sus con-
veniencias personales, burlando las Ordenanzas y la costumbre, de-
signaron caciques a indios comunes de su mayor confianza. De aquí
pocos fueron los que gozaron del tradicional poder social y econó-
mico en sus ayllos, pueblos o comunidades.
Como tenemos expuesto, los caciques que eran Principales o Pri,-
mera persona y sus sustitutos o Segunda Persona, gozaban de pequeños
privilegios, disfrutaban de bienes rústicos propios situados dentro de
la jurisdicción de los pueblos de indios de su mando, etc. (Estos bienes,
con los años, constituy~ron las "haciendas" o "fundos" particulares en
el radio de las tierras comunales.)

27 M onseñor B ERROA: Mo11o graf ía de la Diócesis" , et c. , cit., p. 23.


316 HISTORIA D E HUÁNUCO

Hagamos relación de algunos caciques de la jurisdicción de la Ciudad


de Huánuco y Corregimientos.
A mediados del siglo XVI, en el valle del Huallaga, el cacicazgo
principal del repartimiento de los Chupachos, cuyo Cabildo de Indios
funcionaba en Pachabamba, lo desempeñaba Gómez Páucar Huamán,
a quien sucedió su hijo Gómez Nina Xabo. Los otros caciques de ayllos
o pueblos de dicho repartimiento, eran: Pedro Masgo, de Cochahuanca;
Apocacha, de Llacón de Píleo; y Paria-Caico, de Cayán Píleo 28 • (Sobre
las tierras de este último cacique, se fundó la ciudad de Huánuco,
como ya se expresó en capítulo anterior.) Juan de Mari y Hernando
Alonso Malpartida, en 1549, hallaron como caciques principales de los
Chupachos, a: Paucar-Guaman, Chincha-Poma, Quirín y Marca-Parí.
Ortiz de Zúñiga, en su visita de 15 62, encontró en el repartimiento
mencionado y en el de los Yachas, los siguientes pueblos y caciques:

Pueblos Caciques

Ch aula .... . . .. ... . .. ............ Diego de Xa.hua


Lacea .............. . ............ Baltazar Guacacho
Auquimarca ... .... ...... ....... ,Francisco Nina Paucar
Sangara .. .............. . .. ...... Cristóbal Chapa
Puna ... .. . ........ ... . . ........ Francisco Guaclla
Chupa ... ................... .. .. Diego Marco
Yurtuna .... ...... . ....... .. .... Sebastián Mallu
Icho de Matao ...... . ...... . ..... Martín Capari
Ananachuchos . ................... Juan Hu amán Chinchy
Huarpo y Paco .............••..• • Domingo Sangao
Chisca y Ghinchao .. . ... . ... ..... Juan Rodrigo
Pillao .. ...... ... . ..... ...... . .... Alonso Huanca
Cochacalla ... . .. . .... .. . ......... Simón Alcato
Callaoga .... ................. .... Juan Bautista Llupa Chuchi
28 Pedro Masgo, cacique del ayllo Cayán Pilco con sede en Pachabamba, que recibió
a Huayna Capac y a los españoles, tuvo por hijo a Felipe Masgo. Éste matrimonió con Inés
Vílchez, naciendo Pedro Masgo VílcJie2l que nupció con Luisa Muchuy, que fueron padres
d·e Juan Masg'O Muchuy que casó con Inés Mullo, procreando a Julián Masgo que se unió con
Juana Susana, naciendo Mauricio Masgo que casó con Petronila Talancha, que tuvieron por
hijo a José Leandro Masgo Talancha, que nupció con Josefa Gabriel Lino de la Cruz, teniendo
como vástago a Esteban Leandro Masgo; casado éste con María Encarnación nació María
Asencia Masgo que tuvo una hija: María Josefa Masgo, que murió en su minoría de edad.
1
Pariacaico tuvo como Hijo a 'Diego Carhuacachin, que fué padre de Luisa Muchuy , la que casó
con Pedro Masgo Vílchez, uniendo los cacicazgos de sus anteceso1es en uno solo. Por Real
Cédula de J 2 de setiembre de 15 91 , el Virrey García Hurtado de Mendoza, y en mérito a
que el Cacique Masgo había contribuido a la pacificación del Virreinato con el apresamiento
de Hernández Girón, 1545, le reconoció la propiedad de las tierras de Tambo, Lliguarachi,
Chuq'Uicancha, etc., situadas en la jurisdicción de Quera. Así consta de los autos que
sig uieron doña Luisa Mue.huy con Justa Rimay sobre sucesión del Cacicazgo de Cayán Píleo.
( Cit. de BERROA en Mo11ografía EclesiásUca de la Diócesis de H11á1111co y J1mí11, p. 12.)
CONQUISTA Y COLONIA 317

Pueblos Caciqu es
Himiga-Hualpo .... ...... ........ Cristóbal Marcayalli
Picco ...... .................. ... Gerónimo Pacharaqui
Coruma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mneo Maleo
Patta ................ ... ........ Antón Mayo Poma
Malconga y Llaquibamba ...... . ... Hcrnando Quiambra
Santar ................. ......... Martín Pachya
Surín-Pillao ............. ......... Domingo Guamari
Anan-Pilco ................. . ... . Juan Poamachauy
.................... Hcrnando Chimbay
Tambo ...... ............ ........ Domingo Camari
Cascapahuas y Cartay ............ Alonso Llupa
Cochahuanca . .................... Fernando Marca Pari
Xigual ....... .... .. ......... . . .. Andrés Huaylla Huamán
Marca-Huaca .................. .. Felipe Masco
Uchec ......... .................. Martín Arcay
Marca~ y Colpacocha ............ . Andrés Huamán Yupa
Mantacocha y Quilcay ........... . Martín Rimaco
Uspas y Naneo .................. Andrés Yacallo
Quingoas y Acos ................ Francisco Yupari
Atoe . . ...... . .. ... ............. . Juan Bautista Yupari
Allauca-Rumac ................... Lázaro Marca Pari
Chusquis ..... ........... .... ... García Inga
Corúmac y Ambo ....... ..... .... Sebastián Mancas
Chauca y Huancayo ............. . Cristóbal Pulca Cóndor
R ondos .... . .. . ................ . Gonzalo Cochache
Pecta . .. ........................ Miguel Aira Huam:ín
Aching2 ......... ............... . Francisco Chuquiyauri
Ateas . . ............ .. ........... Martín Rumec
Queras .......................... Diego Chuchupáucar
Guarre, Auchi y Huacas ........ .. Juan Bautista Cacsa Chaua
Páucar ... .. ....... ... ........... Antonio Tomayohaua
Yachas ... ... .................... Juan Chuchuyabre
Yac2 ........... ................. Juan Condorguculla
Pachacoto .............. ....• .. ... Cristóbal Alcacóndor
Pigual .. ............... ..... .... Juan Cóndor Yauya
Cochamarca ..................... Tapia Huaraca
Quillcay ... ............. ... ...... Gaspar Gayogar
Curamarca . ..... ............ ..... Cristóbal Condochi
N auca ......... .... .. ........... Andrés Auquiyiri
Anan Pillao .......... .......... . Alonso Corihuanca
Caure ........ ................... Antonio Huaynapacch a

Tomando como base los apuntes del Cura Gutierre de Castro,


realizamos la nómina de algunos de los caciques, desde 1602 y siguientes,
en los pueblos de los corregimientos de la Ciudad 2 1.1.
29 La relación de la Visita de Ortiz de Zúñiga y la de Gutierrc de Castro hemo'
citado en capítulos anteriores. A ellas agregamos nombres de caciques tomados de los títulos
de Comunidades de Indígenas.
318 HISTORIA DE HUÁNUCO

CORREGIMIENTO DE T ARMA
Pu eblos Caciques
Pomac ucho Tomás Mallco
Pallan cha .. .. ... .......•••••••••Andrés Macori
Pueblo de la Sal ................. Luis Condormallqui
Acobamba ....................... Francisco Caspataruca
Arancas ......... ...... ......... Sebastián Llanque
Los Reyes ....................... Juan Cacaricra
Huariaca ........................ Francisco Pomaatoc
Angasmarca ... ........ ........... Felipe Mancoouacra
Huácar ........... .... ........... Francisco Panca
Ayancocha ....................... Gómez Pariarpachin
San Miguel de Huácar ............ Francisco Yacollca
Rancas .. . . .. .. .. .. . ..... ....... . Pedro Pallpayanac
Cayna .......................... Felipe Pomahuaranga
Cascanga ........................ Pedro Lliuyac Huamán
Matihuaca ....................•• ,Luis Julcamallqui
Margos .. .. ........ .... ......... .Juan Huacho
Tapuc ........................... Crimíbal Siuno
Pillao ........................... Felipe Villcaarcos
Mosca ........................... Pablo Anca
Gorgor ........... ..... ......... .Juan Llacxachahua
Yanacocha ... .. . .. ... ..••••••••• Jerónimo Llallico
Chacayán ........................ Cristóbal Almerco
Santa Ana de Pampas .... ....... . Lorenzo Choquetaoac
Pallanchacra .. ......... .......... Sebastián Llanque
Cochapampa ..... ....... ...... .. . Antonio Huaynacapcha
S. Jerónimo de Cochacalla ...... .. Juan Pahuamanan
Mosca .......................... Salvador Anda
S. Juan de Ribas .. .. ... . ... . .... Felipe Pomahuaranga
Antapirca ·... . . .......... ...... ... Sebastián Yauri
Vilcapampa ...................... Pablo Huamán
Yanahuanca ..................... Jer·Ónimo de Collachahua
Panao ........ ·.: .. .. ~ ... ........ . . Andrés Thalancha. · .~

OORREGIMIENTO DE HU AMALÍES
Pueblos Caciques
Yanas ......... . . .... ............ Alfonso Huarac
Rond os . " ....................... Juan Pomaatoc
S. Pedro de Huacay bamba ......... Alonso Huarac
Nucon del Nombre de Jesús ....... Agustín Chuquiyauri
San Lorenzo de Pach as ............ Francisco Atagulluco
Liara ......... ........ .. Juan Yacha, José Manuel de Roi••
Yacha, Eusebio Cervantes Puma-
chahua, Francisco Yallin.
Y anamatc ..... , ........ '. ... : .... Diego Pallpa
ChHinillo ._ .... : ......... ..... ... Lucas Poma
Lliclla ............. ...... .. Pedro Capcha, Feo. Jalli, Diego Ay-
Ilas, L~renzo Catlaj.
Clucabamba . .. . . .' ....... ......... Leandro Pomachah ua
Chupán ..... .......... .......... Jerónimo Casamarca
CONQUISTA Y COLONIA 319·

CORREGIMIENTO DE CONCHUCOS

Pueblos Caciques

Pillao . , .......... ..... .......... Teodoro Canchas


Allauca-Huari •.... ...... ...••..•• Canxaguanca
CAPÍTULO XIII

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

Los organismos recaudadores y fas rentas de la Corona. Los quintos, alcabalas, ofici~s vendibles
y otras rentas o impuestos. La adminitración y cobro de estos ingresos en Huánuco. Los Ofi-
ciales Reales, el Corregidor, Alcalde de Minas, etc. Los tributos de los indios coniunes, yaita-
conas y hatunritnas; su número y monto que abonaban en los corregimientos de la ciudad.
El prizrilegio de los yanaronas de la Ciudad de Huánz1co. Abuso de las autoridades y casos de
queja.

Desde los primeros años de la Conquista, se hicieron presentes los


personeros de la Corona para efecto de recaudar la parte que corres-
pondía al Rey o a su Hacienda Real. Así, verbigracia, Pizarra tuvo a
su lado a los Oficiales Reales, que percibieron el 59 del tesoro que
abonó Atahualpa por su rescate.
Tiempo después, se establecieron en el Perú las Cajas Reales u oficinas
fiscales en todas las ciudades importantes o centros mineros; la Audiencia
o Trribunal Mayor de Cuentas; el Tribunal de Consulado; la Superin-
tendencia General de la Santa Cruzada. Y luego se crearon el Juzgado
de Bienes de Difuntos; el Tribunal de Minería; la Dirección de Tempo-
ralidades; el Tribunal de Visita y la Contaduría General de Tributos;
el Juzgado de Lanzas y Media Annata; el Juzgado de Sisa; la Real Ad-
ministración de Alcabalas; y los Ramos de Correos, Estancos y otros,
que eran tesorerías especiales 1 .
1 Demos una ligera reseña de dichas oficinas, extractando de "Gazophilacium Regium
Perubicus" de Gaspar de Escalona y Agüero, "Colección de Ballesteros" y "Recopilación de
las leyes de Indias". Las Cajas Reales recaudaban y distribuían las rentas, teniendo jurisdicción
privada en las causas de Hacienda. Los Oficiales Reales eran cuatro: un Tesorero, un Contador,
un Factor y un V cedor, aunque ya desde los mismos años de la Conquista, se redujeron al Con-
tador y Tesorero. El Contador llevaba las cuentas, calculando las rentas que entraban y salían,
ordenando libranzas de pago. El Tesorero custodiaba los tesoros del Rey, abonando los libra-
mientos o recibiendo los recaudos. El Factor llevaba el inventario de los bienes reales, debía
realizar la venta de los tributos en especies, objetos d~ comisados, guarda de armas y muni-
ciones. Y el Veedor o proveedor cuidaba de las provisiones, pertrechos para el ejército y otros.
Para obtener el cargo debían probar su fidelidad a la Corona y poseer condiciones especiales,
instrucción suficiente y otorgar fianza de bienes. Los libros que llevaban -Borrador, Cargo
322 HISTORIA DE HUÁNUCO

Todos estos organismos administraban los bienes y recaudaban los


impuestos de la Corona, y les daban diversos destinos y aplicaciones.
Dichos derechos e impuestos, que constituían los renglones de la
Hacienda Colonial hasta los años de la Independencia, eran: los Quintos,
Diezmos y Cobos; las Minas de la Corona; Teso¡ros y Huacas; Alcabala
y Unión de Armas; los Oficios V1endibles; Encomiendas de la Corona;

y Data, Común y General- firmadas y rubricadas sus .hojas .por el Virrey, debían estar
guardados en su casa. Otro de los libros q'ue se llevaba era el de Acuerdos, los que se tomaban
por mayoría de votos, dándose cuenta de ellos al Virrey o Presidente de la Audi~ncia; los
de Cédulas, de Minas, Deudas, Tasas, etc. Los oficiales Reales estaban facultados para poner
en prisión a los remisos, hasta el abono de lo cobrado por el Fisco. Estaban obligados a elevar
sus cuentas, para su aprobación, a la Audiencia --que encomendaba a un Contador- hasta
1606, y desde aquel año al Tribunal de Cuentas. Para la custodia del dinero real exil<>tían
Cajas Fuertes, barreteadas de hierro, de dos llaves, siendo el Teso~ero el directo responsable
de ella. Como dijimos en otra parte de este libro, •existía también la Caja de la Comunidad
de Indios, cuyas llaves tenían el Corregidor, el Alcalde y el Cacique, en la que se guar-
daban los tributos de los indios, los sa.ldos, el monto de la venta de lanas, ganados y del
producto del obraje de la comunidad. La Caja de Censos que, en 1609, se entregó a los
Oficiales Reales para el servicio de las utilidades fiscales. La Caja Real debía hacer los pagos
por orden del Rey. El Contador expedía libramientos de pago a todos aquellos que debían
recibir sueldos, pensiones o mercedes establecidos por cédula real. Po<lían los Oficiales Reales
obj.etar los pagos que no eran urgentes o no estaban ajustados a la ley, dichos pagos se hacían
en moneda metálica especificada en la Real orden. Concluídos los pagos de gobierno, hacienda,
justicia, pensiones, etc., el sobrante se mandaba a la Caja Real de Lima, de donde se remida a
España, con espec'ificación del ramo y procedencia, al cuidado de Oficiales Reales, hasta Porto-
belo. La Audiencia o Tribunal Mayor de Cuentas, llamada también Contaduría General de
Valores, se fundó, en el Perú, en 1607, con prerrogativas y honores de las Audiencias (Leyes
de Indias, Tít. 1, Libr. SQ). Al juzgamiento de este Tribunal estaban sometidas las cuentas
de las Cajas Reales del Virreinato. El Tribunal del Consulado. Se creó por real cédula de 29
de diciembre de 1593, pero se estableció solamente en 23 de enero de 1612. Lo constituían
un Prior y dos Cónsules. (Terminado el Virreinato, la República cont-0 con esta institución
por más de 50 años.) La Superintendencia General de la Santa Crnzada. Se encargalxi de la
recepción y expendio de la Bula y la de Lacticinios, por 'intermedio de su oficina de Lima y
sus dependencias llamadas Comisarías, que, servidas por un Comisario, Tesorero y Notario,
existian en Cusco, Huamanga, Arequipa, Trujillo y La Paz. Juzgado de Bienes de Difuntos.
Administraba los bienes intestados, juicios de este objeto y testamentos hasta la declaración
de herederos, distribución de legados y posesión de la herencia. Creada en 1O de abril de
1550, estaba compuesto de un Oidor de la Audiencia, oficiales reales, un escribano, defen-
sores de pobres, un alguacil, 'Y un contador. En las ciudades donde no había Audiencia, el
Alcalde Ordinario, un regidor y un escribano. En los pueblos, los curas se encargaban de
recoger los dichos bienes, dando cuenta a la justicia. Tribunal de Minería. Se estableció en
diciembre de 1715, para proteger la Minería. Con este mismo fin se crearon también un
Banco para Mineros y una Escuela de Metalurgia, que no llegaron a funcionar. El Tribunal
ejercía jurisdicción en segunda instancia, corriendo la de primera instancia o de posesiones
mineras por los Diputados territoriales. Direccitón de Temporalidades. Se creó a raíz de la
expulsión de los jesuítas por Carlos III, para la administración de los cuantiosos bienes
que dichos frailes poseían, e incorporados a los bienes de la Corona. Juzgado de lanzas y
media annata. Era atendido por un Juez, por el carácter contencioso-administrativo que pre-
sentaban los casos sujetGs al pago de impuestos. Tenía un Contador y un Escribano. El
CONQlJIST A Y COLONIA 323
Tributos; V en tas y Composiciones de Tierras; Se1íoreaje o Derecho de
Amonedación; Almojarifazgo; Bienes Vacantes y Mostrencos; Penas
de Cámara; Estanco de Naipes y Tabaco; Enttada de Negros; Lana de
Viclllia; Papel Sellado; Novenos; Oruzadas; Media Annata; Mesadas
Eclesiásticas; Media Annata Eclesiástica; Vacante Mayores y Menores;
Expolias; Lanzas; Correos; Bienes de Tem,,poralidades; Cuawteles; Mon-
tepío; Alcabala de Cabezón; Sisa; Mojonazgo de Aguardientes; Censos
y otros 2 •
TrNlunal de Vista y la Contaduría General de Tributo. Se dictaron diversas disposie¡i¡ones
para el buen gobierno de este ramo en 17 de abril de 1779, 27 de julio de 1780, 19 y 21
de enero 'Y 1 de julio de 1784. Las últimas disposiciones fueron de 14 de julio de 1815.
Administración de Alcabalas. Se fundó en 1773. Hasta entonces las rentas de alcabalas y de
almojarifazgo, la cobraban la Real Adminisrraci-ón de Alcabalas. Las Aáwanas. Recaiudación
del almojarifazgo o impuesto de importación de mercaderías, estuvo encargada a los Oficiales
Reales, al Consulado y finalmente a la Real Administración de Alcabalas. Por decreto
del Virrey Amar de 2 de octubre de 1773, se creó la Oficina de Aduana, que percibía
y administraba el almojarifazgo. Juzgado de Sisa. Tenía un Juez y un contador, un admi-
nistrador, un asesor, un portero, un Mayor de Guardias y cinco guat1dias. Estanco de Tabaco.
Se estableció en 12 de mayo de 1652. Se regía por un reglamento de 175,9., modificado en
1763. La Real Junta General se componía del Virrey, 3 ministros y un Fi'sc:al, y el personal
lo constituían un Director general, un Contador, un Tesorero, 24 empleados. Había oficinas
administradoras en Lima, Arequipa, Huancavelica, Cusco, Potosí y Trujillo. Casas de Monedas
de Lima y P,otosí. L~ de Lima fué establecida en 1729 con arreglo a las ordenanzas reales
de 9 de junio de 1728. En 1758 don Andrés Morales como Superintendente, de acut:\l'do
con el Virrey de Superunda, la r;eformó. Diversas disposiciones reales prescribían la ley y
peso de las monedas de oro y plata y las distintas operaciones de la Casa. Ramo de Coirrros.
Esta oficina administraba independientemente sus rentas. Consistiendo su personal de un
administrador, un Oficial y un abogado.
2 Quintos, diezmos y Cobas. Este impuesto afectaba el 20 % de las monedas, artículos
y minas de oro, plata, cobre, azogue. Se creó por real cédula de 28 de enero de 15 33 y
rigió hasta 173 5 en que se rebajó a la mitad, que constituyó el diezm-0. También se cdbra,ba
el 2 % derecho de ensayador llamado cobos, por¡:¡ue Carlos V le concedió al Comendador
Francisco de Cobos, de quien tomó el nombre. Después se le incorpor·Ó a la corona. Los
Oficiales Reales debían hacer constar en sus respectivos libros, también el triburaje del
oro y la plata que pagaban los indios a los encomenderos, por razón de tributos. Minas de
la Corona. En cada mina descubierta y amparada, pertenecía al Rey 60 varas en las de plata
y 5O en las de oro. Los productos de estas minas o estacas, constituían este derecho. Tesoros
y Huacas. Los que descubrían tesoros ocultos o 'huacas, estaban obligad06 a entregar al
Fisco el 5 O o/o. (No podía cavarse huacas o buscar tesoros sino con licencia del Virrey o Corre-
gidores e intervención de los oficiales reales). Alcabala Unión de Armas. Gravaba este impuesto
a toda venta de efecto, importaciones y exportaciones de mercaderías y sobne las profesiones
y gremios y hasta sobre la venta de e.sclavos. Establecido en América por R. C. de 7 de
junio de 1576 con el 2 %, aumentó otro 2 %, de la Unión de Armas, en 1627 y 1633, y
[uego del 6 % en 1776. Oficios vendibles y renunciables. Provenía este impuesto de la venta de
cargos y empleos oficiales, la mayor parte de las veces en remate y al mejor postor. Se
compraba una Contadur.ía, la vara de Alcalde del Cabildo de una ciudad, el de alférez real.
etcétera. Al principio la venta era t emporal, después se hizo vitalicia, pudiendo renunciar
a persona hábil y disponer la propiedad a favor de sus herederos. Por cédulas de 9 de mayo
de 1583 y 14 de diciembre de 1606, se dictaron normas a las que debían sujetarse los
324 HISTORIA DE HUÁNUCO

* * *
En la Ciudad de Huánuco y jurisdicción, estaban encargados de
administrar y recaudar las rentas fiscales: los Corregidores, los Oficiales
Reales, el Alcalde de Minas y otros.
Los Oficiales Reales, nombrados por el Rey, y a quien representaban,
tenían a su cargo la administración -de los tributos, alcabalas, quintos
de las minas, sisa, producto de las composiciones o venta de las tierras,
oficios vendibles (cargos concejiles, escribanías), etc. Con su monto
abonaban a los Corregidores de Huánuco, Huamalíes, Tarma, Con-
chucos, Huaylas y Cajatambo, a los beneficiarios de las encomiendas
de su jurisdicción y demás.
remates. Por ellas el adquirente debía re·unir ciertas condiciones, se disponía la parte
que tocaba a la Corona y la forma de la presentación. Conforme a dichas disposiciones, el
comprador de un cargo, podía renunciarlo a favor de la Corona o de tercera persona, o
trasmitir a sus descendientes. Cuando por renuncia u otro motivo, se sacaba a remate el empleo,
el precio correspondía parte al propietario renunciante y parte al fisco real. La de este
último era en algunos casos el quinto, en otros la tercera parte, y en unos la mitad. Desde
I 540 comenzó en el Perú la venta de !os oficios concejiles. Para cubrir los gastos de las
guerras de Felipe II, por C. de I de noviembre de 1591, se ordenó vender, por vida, los
alferazgos y alguacilazgos mayores, con todos sus privilegios: la avaluación y la confirmación
real. Encpmienda Je la Corona y Tercio de encomienda. Terminado el disfrute de las encc-
miendas conforme a leyes especiales, su ricnta volvía al Rey --derecho de reversión- como
a su natural Señor. Dispúsose así por cédula de I 5 52. También por cédula de I 615, se gravaron
en la tercera parte, a ciertas encomiendas dudosamente concedidas por el Marqués de
Montesclarcs, confirmadas con esta condición. V en ta y ComPosiqAÓn de tierras. Esta renta
provenía de la venta de las tierras vacantes a los particulares o a las comunidades de indios.
De ello nos ocupamos, detalladamente, en otro capítulo de este libro referente a Propiedad
de Tierras. Señoreaje o derecho de amonedación. Establecida por cédula de 27 de diciembre
de I 607, se abonaba a la Casa de Lima. Almojarifazgo o derechos de Aduana era el impuesto
que se abonaba por las mercaderías que se internaban a las Indias por los puertos marítimos
o terrestres donde funcionaba una aduana. Se cobró el 2 Yz % y luego el 5 o/o de todo lo
que se embarcaba de España, y 2 Yz % de las Indias para la Península. Asimismo se abonaba
el 2 Yz % por el comercio entre las Colonias de Indias. El abono debía hacerse en dinero
efectivo. Estaban libres de derecho los libros, los objetos de culto, etc. Penas de Cámara.
Eran condenaciones o multas que imponían los tribunales de justicia como pena de un delito.
Para la Cámara 'Y el Fisco era la mitad, y la otra mitad estaba facultado al Juez aplicarla
a gastos de justicia u obra pública. Novenos. (Diezmos). Los diezmos era la cuota de
la décima parte de los productos de la tierra o de cualquier otra industria que se pagaba
para el sostenimiento del culto y sus ministros, construcción de iglesias, etc. Del 50 %
de estos diezmos se dividía en 9 partes, de las cuales dos se adjudicab~n al Fisco Real,
3 5 % los curas y 1 y medio o/o a los hospitales, que se llamaba tomín; y el otro 50 por
ciento se distribuía así: 2 5 o/o para el Obispo o Arzobispo y el otro 2 5 o/o para el Cabildo
eclesiástico. Cruzada. Era el producto de la limosna concedida por el Papa a los Reyes de
Castilla, en I 509. Consistía en la venta de ejemplares impresos de la Bula de la Santa Cruzada
y la de Lacticinios, po.r el que se confería el perdón de los delitos y faltas mediante el abono
de dinero. Esta Bula de Lacticinios variaba según la calidad y posesión de las personas ero-
CONQUISTA Y COLONIA 325

Los Oficiales Reales o funcionarios de la Caja Real, que eran cuatro:


Tesorero, Contador, Factor y Veedor, en Huánuco se redujeron al Con-
tador y T.~sorero 3 •
La Caja Real funcionó en Huánuco desde 15 68, en que se erigió,
hasta el año de 1644 en que fué trasladada a Conchucos, de cuyo lugar
volvió a Huánuco en 1560, para ser instalada, finalmente, en 1699, en
la Villa de Paseo, a raíz del auge del Mineral de Y auricocha; a la que
se le agregó la de Jauja o Hatun Jauja, en 178 5, donde funcionó hasta
la Independencia.
En la Relación de los Oficios que, en 1583, elevó el Virrey Enríquez
a la Corona, se consigna d salario que percibían los Oficiales Reales
de Huánuco, y quienes los servían por entonces. "Provéense en esta
ciudad dos Oficiales Reales con trescientos pesos de. plata ensayada y
marcada de salario en cada un año; tienen boz y boto en Cabildo. Sir-
ven al presente estos oficios: Juan de Saavedra, el d,~ Contador, y Her-
nando Ortiz, el de Tesorero, por título del Visorrey Don Francisco de
Toledo, confirmado por el Visorrey Don Martín de Enrríquez" 4 •
A comienzos del siglo XVII (1616), según Vásquez de Espinoza,
ingresaba a las Cajas Reales d.~ Huánuco "más de 40.000 pesos de renta,
de diezmos" 5 •

gantes. (Pues, las usuras, el dinero mal habido, las irregularidades canomcas, los impedimentos
para matrimonio y otros cargos graves, quedaban dispensados y absueltos con esta Bula).
Media annata eclesiástica. Constituía el derecho que S. M. percibía de seis mesadas eclesiás-
ticas, de todo y cada uno de los cargos provistos, siempre q'ue llegasen sus frutos al valo.r1 de
300 ducados. Mesadas eclesiásticas. Era la renta de un mes que pagaban los eclesiásticos. Otorgó
esta gracia el Papa Urbano III, por Bula de 22 de diciembre de 1626, renovada por lno-
cencio X en 24 de octubre de 1644. Vacante Mayores y Menores. Esta renta estaba integrada
por. el producto vacante por ascenso o muerte de las dignidades de las Catedrales e Iglesias
y en tanto se proveyesen. El producto se aplicaba para viático del sucesor o para limosnas.
Expolias. Eran los bienes que quedaban vacantes a la muerte del Arzobispo u Obispo. Lanzas.
Era el servicio pecuniario que debían a S. M. los títulos de Castilla. Llamábase así por ha-
berse reducido a dinero el número de lanzas ü soldados con que tenían obligaáón de servir
a los reyes en ocasiones de las guerras. Bienes Vaca11tes y Mostrencos, que no era otro que
el derecho de la Corona a los inmuebles sin dueño. Los otros impuestos eran: Avería de
Armada, Presas de Tierra y Mar, Comisas, Sali11as, Salitre, Pulpería o mesones o tiendas
de artículos comestibles, cuya cuenta, apertura y funcionamiento debían pagar al Fisco,
expidiendo el permiso los Oficiales Reales y el Corregidor donde no había Cabildo; los Bie11es
de Temporalidades o de jesuitas expulsados, Cuarteles, Montepíos, Alcabala de Cabezón, Sisa,
Mojonazgo de Aguardiente, Coliseo de Gallos, DepósiAos, Censor, Hospitalidades, Estanco de
Naipes, establecido por cédula de 2 de setiembre de 1573. También fueron rentas de la Corona
las extraordinarias, provenientes de los empréstitos, donativos y contingentes.
3 Ver en este libro: Cabildo y Ayuntamiento de la ciudad de Huánuco.
4 Juicio de Límites entre el Perú y Bolivia. Prueba Peruana, T. 1, p. 245.
5 Compendio y Descripción de las Indias OC'cidentales, Capt. XLIV, p. 489.
326 HISTORIA DE HUÁNUCO

El Virrey García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra,


noticia de los traslados que sufrió la Caja Real de Huánuco.
"La de León de Guánuco era de poco fruto .en aquella ciudad, y
la pasó el señor Marqués de Mancera a la provincia de Conchucos, con
ocasión de unas minas que allí se beneficiaban de cuenta de S. M. y
de otras particulares, y por hab.erse acabado las unas y las otras, se
suprimió de todo punto y agregó la mitad de sus provincias a la de
Trujillo y la otra mitad a esta de Lima, si bien después pareció al
acuerdo de Hacienda que se volviese a die.ha ciudad donde hoy queda;
porqu.e aunque el fruto es corto después de pagadas las obligaciones de
su cargo, esto venía a menos por falta de quien los administrase, y así
se tomó el medio referido porque no se perdiese" 6 •
En el siglo XVIII, el personal de la Caja Real de Paseo se componía

de: 2 Oficiales Reales y 3 dependientes. Siendo el monto anual de los
sueldos que percibían todos ellos, de 3 .24 5 pesos.
Conforme a las Ordenanzas de Almojarifazgo promulgadas por el
Virrey Amat y Junient, ingresaba a la nombrada Caja las rentas pro-
venientes de las provincias de Huánuco, Huaylas, Conchucos, Caja-
tambo, Tarma y Huamalíes.
En el Presupuesto de Sueldos y Gastos del Virreinato, correspon-
diente al año 1771 7 , la Caja de Paseo tenía el siguiente egreso anual:

Pesos

Oficiales Reales y sus dependientes .. .... .. ....... ................ . 3 ,41 o 5


Tropa de Caballería ............................................ . 17,904
Piquete de Infantería .................................... ... .... . 4,596
Compañía de Infantería ........................ '............... . 14,438 1
Corregidores ..... •. . ..... ..... ... . .............. '. ... ........... . 10,781 2
Caciques ... .............. .. ...................... . ... ..... ... . 2,255 2
75 Curas .... . ........................ . ........ .. ............. . 37,564 6
Encomiendas a cargo del Real Fisco ............................. . 6,3 51 4
Dos preceptores 90

Total ...... 97,391 4

El Alcalde de Minas debía remitir, semestralmente, a los Oficiales


Reales, ~a relación de los quintos de las minas y encomiendas, y demás

13 "Relación del estado en que dejó el gobierno de estos Reinos el Conde de Salvati<'-
rra", etc. Colee. de las Memorias y R ela ciones que escribieron los Virreyes, etc., T . II, p. 279.
7 Anales de la Hacic11da Pública del Perú. Leyes, D ecretos, etc. Coleccionados y
comentados por Emilio Dancuart. T. 1, ps. 163 , 187.
CONQUISTA Y COLONIA 327

impuestos recaudados. Llevaba el registro o catas:tro de las estacas o


minas y posesiones otorgadas; velaba por el buen trato de los indios y
la conservación de las minas, particularmente las de la Corona; los juicios
de Minas, para cuyo fin le secundaba un Escribano; y de cuyos fallos se
apelaba ante el Corregidor o la Audiencia, y, desde 1715, al Tribunal
de Minería.
En los corregimientos donde no había esta autoridad, el Corregidor
era el Alcalde de Minas, como en Huamalíes, Huaylas, Conchucos y
Cajatambo.
Descubierto el Mineral de Y auricocha, se creó un Alcalde de Minas,
con residencia en Paseo.
A fines del siglo XVIII, a raíz de haberse amparado y de laborarse
minas en contornos de Huánuco, el Virrey y el Real Tribunal de Mi-
nería crearon dos Diputaciones de Minería con sede en la ciudad y
con jurisdicción en las Subdelegaciones de Huánuco y Panatahuas. En
1793 desempeñaban las Diputaciones don Sebastián de Coz y don Fran-
cisco Antonio Cevallos y Meza. Figurando como Perito Facultativo don
Manuel Santalla, como Alguacil don Nicolás Rojas y como Escribano
don Enrique López 8 •
El monto de los oficios vendibles, se entregaba a los Oficiales Reales,
como queda dicho.
A m.2diados del siglo XVIII, en la ciudad de Huánuco se hallaban
vendidos casi todos los oficios de Cabildo y otros. La vara de Alguacil
Mayor se había vendido en 8.375 pesos; el Alferazgo Real en 2.000
pesos; los 6 regimientos (regidores) a 600 pesos cada uno; la Escribanía
Pública en 6.000 pesos; la Escribanía de Cabildo en 2.000 pesos. (La
escribanía la compró el Cabildo "de los frailes jerónimos de Madrid. a
quien S. M. hizo merced dél", se lee en la Relación de los Oficios del
Virrey Enrí q uez, de 15 8 3 9 •
De todos los impuestos verreinales, el del tributo .2ra uno de los más
importantes y casi en su monto total oblado por los indios y parte por
los mestizos, a los que ~e nombraban tributarios comunes, yannconas y
hatunrunas 10 • Pues, los había de estas tres clases; aunque en los últimos
Padrones se les divide en dos grupos: indios y castas (mestizos).

8 Dercripción Topográfica de la M. N. y M. L. Ciudad de León de Huánuco de los


Caballeros del Perú. "Diario de Lima". 13-27 de julio, 1793.
9 Relación de los oficios que se proveen en el Reino del Perú. Juicio de Límites entre
el Perú y Bolivia. Prueba Peruana. T. 1, p. 245. Monseñor BERROA: Monografía Eclesiástica
de fa Diócesis de Huánuco y Junín, p. 62.
10 Los yanacunas o yanaconas, eran los indios que, desmembrados antiguamente de sus
reducciones o pueblos, servían a los españoles en sus haciendas, estancias o chacras, donde
328 HISTORIA DE HUÁNUCO

El tributo se estableció "como una justa señal y manifestación de


vasallaje de los naturales" a la Corona española. Su base económica
descansaba sobre los repartimientos y encomiendas, y estaba Íntima-
mente ligado· a esta última institución hasta el siglo XVIII, en que se
suprimieron ellas 11 •
Con los repartimientos que realizó Pizarro, comenzó la tributación.
Pues, los indios de las encomiendas tributaban en trabajo o en especies
en favor de los encomenderos, quienes, como veremos, daban el 59 al
Rey; y los indios puestos en nombre de la Corona tributaban a la Caja
Real. Realizando la cobranza los encomenderos, los oficiales reales y
los caciques.
El elevado monto que impusieron los primeros encomenderos a los
indios, obligó a la Corona dictar varias cédulas, desde 1534; ordenando
que se practicase la tasa y que los indios abonasen moderadamente y
con los productos de sus tierras e industrias. Pero, pese a cédulas y or-
denanzas, prosiguió la inmoderada ·tributación hasta el gobierno de La
Gasea. Éste rebajó a la tercera parte, señalando la mitad en dinero y
la mitad en especies y que debían abonar los indios a sus encomenderos,
anualmente y en forma global, es decir, por repartimiento.
Copiemos del título otorgado por el Lic. La Gasea al capitán Juan
de Mori, vecino de Huánuco, el monto del tributo que, por int.~rmedio
de su Cacique, abonaban a dicho encomendero los indios del reparti-
miento de Conchucos.
t'Primeramente: Daréis vos los dichos Caciques prencipales e indios
de dicho Reoartimiento en cada un año al dicho vuestro Encomendero.,
~

dos mil e quinientos pesos de oro de valor cada un peso de a cuatro-


cientos maravedises o en plata, como los indios qumeren e mejor po-
diesen, en cada quatro meses ochocientos treinta y tres pesos e tres to-
mines puestos en casa del Encomendero.
"ltem: Daréis cada año mil e quinientas hanegas de comida en esta
manera: las cuatrocientas hanegas dellas> de trigo, y las doscientas de
maíz, y las ochocientas de cebada, y las ciento de papas; y las demás
que se coxen entre vosotros de las quales pondréis las quinientas hanegas
dellas en las minas, si el Encomendero allá las quisiere como no estén

se conservaron muchos años por concierto de paga a cierto tiempo. H!ltunrunas eran indios
que fueron a vivir a las ciudades, hu yendo del servicio de las mitas, y se acomodaron en
las casas de los españoles, sirviéndoles por jornales, pero con la obligación de acudir por
sus turnos al servicio de las minas y tambo. Con el correr del tiempo, los yanaconas y hatun-
runas se colocaron en condición de servidumbre en relación a fos españoles que servían;
resultando como adscritos a las heredades o haciendas, como "parciarios de ella".
11 Ver en este libro: La encomienda en Huánuco.
CONQUISTA Y COLONIA 329

más de quince leguas de camino de vuestras tierras; y las demás daréis


en vuestras tierras.
«Item: Daréis cada seis meses quince ovejas juntas en casa del En-
comendero.
«Item: Daréis cada quatro meses una arroba de cebo para candelas,
puesta en casa del Encomendero.
«Item: Daréis cada año pasado este primero que corre y se cuenta
del día en que esta tasa se modificase a vos el dicho Cacique, treinta
puercos de año y medio e dende arriba, de los quales los doce dellos a
años, si el Encomendero quisiere.
«Item: Daréis en cada un año, treinta aves, la mitad hembras,
puestas en casa del Encomendero, en cada quatro meses cien aves.
«Item: Daréis en cada quatro meses quince pares de perdices pues-
tas en casa del Encomendero.
«Item: Daréis cada año todos los viernes día de pescado) cada día
dellos dichos veinte huevos puestos en casa del Encomendero.
«Item: Daréis un año veinte e cinco cargas de sal, las quince en
Guanuco en casa del Encomendero, y las demás en vuestras tierras.
«Item: Daréis en cada un año en vuestras tierras veinte maderos de
sauze o aliso de veinte a veinte e cinco pies en largo, e cien maguelles;
e ansi mesmo le daréis en Guanuco en casa del Encomendero, veinte
e cinco bateas pequeñas, e veinte e cinco platos, e vente e cinco escu-
dillas de palo, e seis sillas, e vente taxadores; puestos como dicho es,
en casa del Encomendero.
"Item: Daréis cada quatro meses quarenta pares de alpargatas xa-
quimas con sus cabestros cinchas, con sus látigos sueltas de cada cosa de
estas quince, e veinte cexas para lazos e sobre cargas de a cinco baras
cada una, e diez costales, e quatro mandiles para lo mismo, e treinta
sogas para atar petacas o carneros de a cinco brazas cada una; todo de
cabulla puesto en casa del Encomendero .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
"Y porque al clérigo o relixioso que entendiere o se ocupare de lo
susodicho, es justo que se provea de cómoda sustentación en tanto que
no hay diezmos de que el dicho clérigo se pueda sustentar; daréis vos
los dichos caciques principales e indios del dicho Repartimiento, para
ayudar a su sustentación, una hanega de maíz cada semana, una carga
de papas e diez aves, la mitad hembras, y cada mes una oveja y una
hanega de trigo, y cada dos meses un puerco, y cada día de pescado
doce huevos y cada día un cántaro de chicha y leña para quemar en
su casa, y yerva y el salario de dineros y otras cosas más si fuere me-
330 HISTORIA DE HUÁNUCO

nester, para sustentación del dicho clérigo o religioso, lo pagaréis vos


el dicho Encomendero o la parte que os copiere" 12 •
Esta tasa oficial de La Gasea, la del Marqués de Cañete ( 15 49) y
la de la Audiencia ( 15 53) fueron excesivas y sin control alguno sobre
el encomendero; motivando a que los indios pidiesen revisita, para efecto
de una nueva tasación.
Por eso, por real cédula de 2 8 de diciembre de 15 6 9, se le comisionó
a Toledo para que «fijase la tasa de los tributos, para que los indios no
dejasen de pagar ni sean cargados demasiado".
El famoso Virrey envió visitadores por el Virreinato, los que esta-
blecieron : la tasa fija y por repartimiento, cuyo monto variaba según
la cantidad y calidad de la tierra que habitaban los indios; que se tribu-
tase una parte en dinero y lo restante en especies; , que solamente se
rebajase la tasa en caso de sequías, pestes e incendios comprobados; y
que las indias viudas y solteras ayudasen en la fábrica de ropas para la
tributación de la comunidad. Se formó un libro llamado de Tasas, en
el que se llevaba la relación de todos los tributarios del Virreinato.
Por las ordenanzas el tributo era obligatorio para los indios há-
biles hasta los 50 años, fueran casados, solteros y trabajasen o no en las
minas y estuviesen o no ausentes de sus parcialidades; pero en este caso
no podíase cobrar a tercera persona por el ausente. Estaban excep-
tuados del abono: los miembros del Cabildo indio, los caciques, las mu-
jeres, los niños, los enfermos y aquellos que tenían dispensa de la Co-
rona, como en el caso de los yanaconas de la Ciudad de Huánuco. (Pues,
a raíz de los servicios que prestaron los indios chupachos a los capitanes
Gómez Arias Dávila, Miguel de la Serna y Juan Tello de Sotomayor, en
la campaña contra Hernández Girón, la Corona les otorgó el privi-
legio de no abonar tributos ni realizar trabajos. personales en las mitas) 13 •
Toledo mandó, también, empadronar a los yanaconas y hatunrunas,
imponiéndoles la tributación. Hasta el gobierno de dicho Virrey habían
vivido libres del abono dd tributo. Dicho gobernante los redujo a pa-

12 Colección de Documentos inéd~tos relativos al descubrimiento, conquista y organi-


zación de las antiguas posesiones españolas en América y Oceanía. T. XXV, p. 5. Ver en este
libro: La encomienda en Huánuco. (Visita de Juan de Mori a los indios Chupachos, 1549.)
13 Este servicio -captura de Hernández Girón por Tello de Sotomayor y otros-
"de tanta monta y consideración captó de tal maner.a la benevolencia y gratitud del Soberano,
q•ue no sólo concedió a la Ciudad el título de muy noble y muy leal ... ; sino también
colmó de ricas encomiendas a los más de sus vecinos, e indultó para siempre a sus Indios
de la paga del tributo, inmunidad que hasta el día conservan ... Desc<ripción de la Inten-
dencia de Tarma. La Provincia de Huánuco, por el DR. MARIANO MILLÁN DE AGUIRRE.
"Mercurio Peruano", 27-30 de junio, 1793, ps. 137-145.
CONQUISTA Y COLONIA 331
rroquia, dándoles doctrina y caciques para su gobierno; mandando que
los Oficiales Reales les cobrasen tributos para la Caja Real.
La tasa del impuesto variaba conforme a la calidad de la tierra y
del indio. En el siglo XVI, el monto por indio no pasaba de tres pesos;
cuota que fué elevándose paulatinamente según la penuria de la Co-
rona, hasta llegar, en el siglo XVIII, a 7, 8, 9 y 1 O pesos por año, y
uno y medio real para los hospitales, al que se llamaba tomín.
Este abono se realizaba en dinero, especies o trabajo de indios, ta-
sado oficialmente. Toledo escribía al Rey de España sobre el particular:
"en esta ciudad del cuzco y la de La paz y plata guanuco . . . ay
muchos rrepartimientos de yndios questan tasados a pagar sus tributos
en coca o en yndios para beneficiarla ... " ª. Esta tributación en coca
por los indios chupachos dd valle de Huánuco lo estableció Fray Do-
mingo de Santo Tomás, Visitador por La Gasea, según lo declaró a
Ortiz de Zúñiga, en 15 62, el cacique de Cochahuanca don Felipe
Masgo 15•
En caso de calamidades -hambruna, sequías y demás- y pobreza
de la tierra, los indios podían pedir la Visita de un comisionado para
que se les rebaje el mont o del tributo o se les excluya de los padrones.
Pero entonces, el Visitador debía cumplir su cometido con citación
del Fiscal y los Oficiales Reales, y no podía eximirlos o excluirlos de
la tributación sin justificación evidente y probanza razonable. Em-
pero, estas Visitas o Revisitas no podían hacerse por el Juez de Vi-
sita, sino después que hayan pasado tres años de la última; salvo casos
graves como "hambruna, pestes o sismos'', etc.
La cobranza de los tributos los efectuaban los Corregidores en sus
respectivas provincias, quienes delegaban a los Caciques principales de
los repartimientos , a los que, por tal concepto, se les tenía señalado un
sueldo de la tasa. Establecidas las Intendencias, 178 5, el cobro lo hacían
los Subdelegados, secundados por los Caciques. A los yant1Conas y ha-
tunrunas, que siempre estaban entre españoles y en las ciudades, les co-
braban los Oficiales Reales.
Por diversas cédulas y orden anzas, se dispuso que los corregidores
cobrasen los tributos con padrones auténticos, y conforme a la última
tasa; padrones que se formulaban ante el Escribano, Cura y el Gober-

14 C art a a S. M. del Virrey don Francisco de Toledo, sobr e n egocios, etc. Cusco,
1 de m ar7o de 15 72 . Gobe rn antes del Perú. Cart as y P apeles. Siglo XVI. T. 111, p. 609.
15 Visita hecha ror m andato de S. M ., etc., por lñ igo Ortiz de Zúñiga a los indios
encomendados a Gómez A ri as D ávila. 15 62 . " R evista del Ar ch ivo Nacional del Perú".
T . 1, Entrg. 2' , 1920, p. 202 .
332 HISTORIA DE HUÁNUCO

nador del repartimiento, cada tres años que después se extendió a 5.


Realizado d cobro el Corregidor, bajo su responsabilidad, debía entregar
a la Caja Real, o a la Contaduría General del Tributó dentro de tres
meses posteriores a la cobranza, cuyo cumplimiento podía exigir el
Contador General de la Caja, quien también acogía y resolvía los re-
clamos de los tributarios por cobros indebidos, exclusión de abono de
tributos, etc., y lo absolvía con vista del Fiscal e intervención del Pro-
tector de Naturales, que en Huánuco desempeñaba uno de los Oficiales
Reales. El Tribunal de Cuentas aprobaba o desaprobaba las partidas
cobradas. ~~: ~¡ -;1
Desde 15 34 hasta el siglo XVIII, en que se suprimieron las enco-
miendas, los encomenderos huanuqueños percibieron el monto del tri-
buto de los indios cuyos repartimientos se les había encomendado, como
beneficiarios de ellas; de tal suma los Oficiales Reales descontaban el
5Q para la Corona. También dd importe total de los tributos se sacaban
las cuotas correspondientes a la Iglesia, a la Caja Comunal, para los
empleados y caciques, como ya tenemos dicho. En las encomiendas pues-
tas en nombre de la Corona y del monto de la tributación, se deducía
el 5Q real, y el sobrante disponía el Virrey para gastos públicos, como
mantenimiento de las «lanzas" o tropas del Rey, con las que también
se gravaban algunas. Y los tributos vacos o el fruto de las encomiendas
que habían vacado y en tanto los proveía el Rey, se incluía en la renta
de la Corona y no para otros renglones o cargos .

... * *
Según el resumen realizado por don Luis Morales de Figueroa, en
1 591, a base de la Relación del Virrey Enrí q uez de 1 5 8 3, en el
Distrito de Huánuco rn, el monto del tributo de los indios y el 5Q que
correspondía a la Corona, era:

l6 "Revista Peruana". T. III, Entrg. 4~, octubre 1879, p. 255. Colee. Torres de Men
doza. T. VI, p. 46.
CONQUISTA y COLONIA 333

Encomiend1rs Indios Tributo Anual Qt4nto-R.


Tribut11rios Pesos Tom . Grs. Pes. -T.-G.

Chinchaycocha ...... ...... 1.912 6.639 4 1.327-7- 3


Lampas ... ......... ...... 1.569 5.449 4 1.089-6-
Y aros ... .... .. .. .... ..... 1.041 4.873 6 974-6- 3
Chupacos ............. .... 605 2.265 6 8 473-1- 4
Tarama .............. .... 999 3.716 2 743-2-
Conchucos ................ 882 3.281 2 65 6-2-
Ichoca-Huari ............. 879 3.273 6 654-6-
Marca .................... 91 {) 2.931 4 286-2-
Huarás . .................. 709 2.284 6 4 5 6-7- 7
Allauca-Huari ............. 826 3.075 615- -
Conchucos .... ............ 76Q 2.831 2 5 66- - 2
Piscobamba .... ........... 645 2.240 448- -
Ciguas .... . .............. 242 840 168- -
Ichoca-Huánuco ........... 416 1.652 380-3-
Allauca-Huánuco .......... 42 143 4 28-5- 7
Mancha ............ .... .. 3 84 1.293 258-4-10
Caina ...... .. ............ 110 368 73-4-10
Huamalíes ............... 372 1.230 246- -
Huamalí e-s ................ 197 682 4 136- -
Y acha.s .................. 178 6'16 123- -
Tambo ................... 512 1.778 355-4-10
Huamalíes ................ 128 441 81-1- 7
Angas- Yacas .............. 3 81 1.104 4 3 200-0-10
Yanamates ................ 13 6 469 93-6- 5
Allauca-Pincos ............ 520 1.806 361-1- 7
Ichoca-Huánuco ........... 320 1.106 221-1- 7
Anan-Yungas ............. 75 269 59-1- 7
Pariarca ...... ............ 229 743 6 143-0- 6
Anan-Yungas ............. 168 581 116-1- 7
Iuho-Pincos ...............
Huarigancha .......... ....
368 1.277
698
4 255- -
207 2 3 139-5- 3
Arancay .. .... ............ 77 266 453-1- 7
Mitimaes ................. 254 878 4 175-5- 7
Yachas .................... 209 724 4 144-7- 3
Huacrachucos ............. 320 1.109 4 .221-7- 3
Anan-Yungas ............. 70 276 5 5-1- 7
Ichoca-Huánuco ........... 431 1.708 Hl-4-

18 .o 89 65.180 o o
13 .046.00

Atento a la precedente relación, en los corregimientos de Huánuco


el número de los indios tributarios era de 18.089, que abonaban a 37
encomenderos un tributo anual de 65 .180 pesos de oro; corres pon-
H4 HISTORIA DE :HU.A.NUCO

diendo por el 50 a la Corona Real 13.046 pesos y a los encomenderos


52 .144 pesos anual es
El diligente Fray Antonio Vásquez de Espinoza, da una minuciosa
nómina de los repartimientos de la Ciudad de Huánuco en cada uno
de sus corregimientos, monto del tributo por cada repartimiento, y ·los
pesos que pagaban por tributario y demás 17 •

CORREGIMIENTO Y PROVINCIA DE HUAYL:AS

Tiene 5 repartimientos. Cada indio paga 2 pesos rensayados y 7 to-


mines; un tomín para el hospital.

Tributos
Con costa Sin costa
R epmrtimientos Tributarios Viejos Mozos Mujeres grs.

Huaylas • .. ... 1.8 59 716 2.092 5.98 5 5.577 2.738-7-6


Recuay .. .... . 1.766 668 2.200 6.315 5 .666-4-1 1.714-5
Huarás . .. ... 6'06 233 640 1.796 1.591-4 747-1-2
Marca ..... 582 188 669 1.713 1.710 469-6-1
Mit. Recuay .. 105 99 112 352 315 66-5-6

4.918 1.899 5.773 16.161 14.8 60 5.737-9-3

CORREGIMIENTO Y PROVINCIA DE LOS HU AMALiES

Tiene 15 repartimientos. Cada indio paga el tributo de 3 pesos y 4


tomines de plata ensayada, y 1 tomín para el hospital; de esto se paga
a los curas, justicias, expensas, caciques, etc.

Tributarios
Rep'<lrtimk nto; Tribtttarios Viejos Mozos Muje-res Con costas Si11 costas

Huamalíes de
Nocón ..... 228 117 240 401 779 3 27-16
Hco. Ovas .. . 36 19 19 69 62
Mancha . .. ... 18 8 105 502 380 117 329
Gacas ... .... . 3 51 104 324 836 705 527-3
Huacrachuco .. 424 109 160 194 1.100-4-3 51 O-t3-7
Icho Huanuco . 370 136 461 1.08 5 853-7-9 893-6-3
El Huanca .. . 317 106 200 549 1.453-2 699-5-7
Yanas .. ... .. 57 ·11 61 138 1.245-6 71-7

17 ANTONIO VÁSQU EZ DE ESPINOZA: Compendio y Descripción de las Indias Deciden-


tales. Capt. XL VII, ps. 696, 698.
CONQUISTA y COLONIA 335

Tributarios
Repartimientos Tributarios Viejos Mozos Muj eres Con costas Sin costas

Pachas Lascanga 194 98 239 427 143-4 272-1-6


Aneyungas 074 4 17 115 679 174-5
Pariarca •.... . 204 69 227 547 296 381-6
Aneyungas • . 166 25 162 356 743 301
Huarigancha .. 148 113 192 460 581 181-1-4
Arancay ..... 48 21 27 78 505-5-4 38-5-6
Otros Aneyun- 129-5
gas ... ..... 59 22 20 168
97 236-2
2.694 l.049 2.857 5 .832 9.607-2 4.900-5

PROVINCIA Y CORREGIMIENTO DE CONCHUCOS

Tiene 8 repartimientos. Cada indio paga de tributo 3 pesos ensa-


yados y 4 tomines y 1 tomín para el hospital en productos de la tierra.

Tributarios
Repartimientos Tributarios Viejos Mozos Mitj cres Con costas Sin costas

Conchucos
Que eran de
Pardave •.. . 867 283 1.737 3.177 3.251-2 1.960-2
Conchucos de
Mori •. . . . . . 75 5 200 1.109 2.790 2.831-2 1.642-2
Allauca Huari . 720 232 1.099 2.073 3.075 1.813-6
Icho-Huari . . . 659 306 664 1.888 2.3 69-4 1.372-.l
Piscobamba • . . 476 195 480 I.607 1.591-4 826-4
Ali auca Pincos . 39 3 150 286 750 1.375-4 703-5
Tcho-Pincos . . . 365 90 500 I.019 1.277-4 666-4
Siguas . . . . . . . 161 50 447 342 538-1-4 166-3

4.396 1.512 5.958 13 .646 16.309-5t4g. 9.151-1-3

PROVINCIA Y CORREGIMIENTO DE TARMA Y CHINCHAYCOCHA

Tiene 13 repartimientos. El tributo que pagan es de 3 pesos ensa-


yados, un tomín y 5 gramos; 1 tomín para el hospital.
336 HISTORIA DE HUÁNUCO

Reparltimientos Tributarios
. VieioJ Mozos Mujeres
1' ributarios
Con costas Sin costas

Chinchayc::>cha 2.176 866 2.3 51 5 .680 6.982 4.217-6


Tarma ....... 991 256 1.426 3.076 3.716-2 1.976-2
Y aros .. . ..... 462 241 517 1.264 1.596 - 917-5
Cha upiguaranga 427 240 598 1.268 1.455-7 849-7
Chupacos ..... 508 232 456 1.699 1.767-3-4 709-4-5
Tambo .. .... 310 132 325 442 1.017-1-11 372-5-8
Otros Huama- 51 43 66 168 165-6 11-5
líes .......
Yanamates .... 134 26 147 412 469-3 241
Otr. Huamalíes 153 82 159 477 492-3 286-7
Yachas •. . .... 112 77 133 33 5 360-1-6 155-6-6
Mi timas ..... 142 52 119 301 471-6-9 230-3-6
Otros Y achas 136 71 ] 31 345 413-3-9 132-6
Caina ........ 73 45 205 231-7-5 72-3-5
106
5.675 2.385 6.534 15 .672 19.135-3-9 10.174-6

CORREGIMIENTO DE LA PROVINCIA DE CAJATAMBO

Tiene 5 repartimientos. Cada tributario paga una cuota de 2 pesos


y 7 tomines de plata ensayada, más 1 peso por año para hospitales.

Tributarios
Repartimientos Tributarios Viejos Mozos Mujeres Con costa Sin co1t.1•.

Andax .. . . . . . 1.756 44'1 2.628 5.952 5.513-1 3.548-1 gr .


O eros . . . .... 5 60 194 551 559 1.661-7-2 522-4
Ámbar .. . .. .. 469 97 3 67 1.161 1.771-5-6 1.022-4-9
Cajatambo . . .. 829 319 1.221 2.775 3.114 1.742-4
Lampas ...... 200 339 1.459 2.700 3.934-5 l. 596;7

4 .814 1.3 90 6.226 13.147 15.995-1-9 8.431-5-5

Como acabamos de ver por la estadística trascrita, en el siglo XVII,


en los corregimientos de Huánuco cada indio tributario abonaba 3 pesos
anuales y 1 tomín para los hospitales, con excepción de los Huaylas y
Conchucos que pagaban 2 pesos y 1 tomín. Pero estas cantidades fueron
duplicadas y cuadruplicadas a su antojo por los que realizaban su cobro:
el corregidor, el encomendero, el cacique y aliados, quien.~s empleaban
CONQUISTA Y COLONIA 337

los métodos más duros, despojándoles a los indios de sus últimas especies
y sumiéndolos en la miseria. Ello se agravaba con el abono de los diez-
mos y primicias, las bulas de la Santa Cruzada, las cuotas extraordinarias
para la Corona y hasta las "penitencias mon·etarias" que imponían los
curas a sus pobres feligreses.
Los comisionados de la Corona en el siglo XVIII, Jorge Juan y An-
tonio de Ulloa, nos dicen del inhumano cobro de los tributos. "Muchos
son los arbitrios de que se sirven los corregidores para hacer riquezas
a costa de los indios, y entre ellos podremos empezar con el de la co-
branza de los tributos, porque en ésta empieza a ejercitarse el rigor,
apartándose de la justicia, olvidando la caridad y perdiendo totalmente
el temor a Dios. Aún no queda satisfecha la injusticia y maldad de los
corregidores con hacer pagar a· los que están exentos de tributo, mas
se extiende a cobrar a unos y otros, en algunas ocasiones, una doble
contribución ... y después de maltratarle se lleva lo que encuentra
en casa del desdichado, y si no hay cosa de valor lo pone en un obraje
(que es lo más común) para cobrar el importe dd tributo con el
producto de sus jornales. El infeliz indio, viéndose tan tristemente opri-
mido, lleno de miseria y sm esperanza de justicia, muere en poco
. ,,
tiempo . . . 17 .
Y como dice Juan y Ulloa, «todas estas extorsiones hechas en
lo anterior, con el disimulado pretexto de ser celo por el servicio del
Rey y de la Real Hacienda, no son, en efecto, otra cosa, sino acrecen-
tamiento de la utilidad propia, valiéndose indignamente de 2quel dis-
fraz para justificar la iniquidad" 18 •

* ~ *
Por otra parte, si legalmente estaban obligados a tributar solamente
los indios hábiles, la carga del tributo lo soportaban todos los de la
comunidad o repartimiento. Porque hombres, mujeres, ancianos y ni-
ños trabajaban en la elaboración de artículos o especies con que debían
cubrir la tasa que les habían acotado. Resultando para el indio y el
mestizo el abono del tributo y demás cuotas un verdadero castigo, por
el recargo de trabajo a que eran sometidos para cubrirlos; y hasta el
extremo, en muchos casos, de no disponer de tiempo para desempeñarse
en sus menesteres personales, originando quejas, solicitud de re-visitas y
17 ANToNro VASQUEZ DE ESPINO.ZA: Comfrendío y Descripción de las lllditl'S OccMen-
ta/es". Capt. XL VII, ps. 696, 698.
18 Noticias Secretadas de América. Part. 11~, Capt. I, ps. 182, 186, 187.
338 HISTORIA DE HUÁNUCO

demás ante la autoridad virreinal y ante la propia Corona, para aliviar,


legalmente, su condición. Así, en 1561, los indios del repartimiento
de los Chupachos, del valle donde descansa la ciudad de Huánuco, se
quejaron del recargado trabajo que les imponían sus encomenderos y
autoridades, razón por lo que estaban fatigados y pobres. Habiéndolos
escuchado el Virrey López de Zúñiga, en 15 62, envió, como vimos en
el capítulo referente a encomiendas, al Visitador Iñigo Ortiz de Zúñiga.
Ante dicho comisionado, el cacique de los Chupachos don Diego Xagua,
tutor del menor Gómez Nina Xabo, declaró que en tiempo de Jo.s Incas
abonaban el tributo «descansadamente y no los fatigaban e que agora
dan mas; trigo, e costales, e toldo, e manteles, e colchones, e pañi-
suelos de mesa, e ovillos de hilo de algodón, e mantas de caballo, e jáqui-
mas, e conchas, e que esto dan por la tasa, e que en esta ropa reciben
agravio por que le ocupan mucho en hilarlas e tejerlas, e que muchas
veces no tienen lugar para ir a hacer sus sementeras, e que ... trabajan
en los dichos tributos viejos e viejas e muchachos e muchachas, e que
cabe a cada indio marido e mujer pieza e media de ropa de algodón, e
cinco ovillos de hilo de algodón ... ; que dan trescientas arrobas de
cera, e que para esto viven ... los indios en los bosques; que dan ocho
indios porqueros e le dan un indio baquero e otro herrero e otro yana-
cona . . . un hortelano . . . diez e seis indios para hacer sus chacras"
al encomendero Arias Dávila 19 •
Antes y después de esta visita, se realizaron otras a la ciudad de
Huánuco y corregimientos, por las mismas causas. Mas, en toda la
época colonial, prosiguió la explotación y el abuso, sin respetar las pro-
visiones reales que esgrimían los indios por sus servicios a la Corona.
En la ciudad de Huánuco, las autoridades y los españoles, cobraban
tributo y les obligaban a trabajar gratuitamente a los yanaconas excep-
tuados, y no empadronados.
«Pedro Chauca, Indio Y anacona de la Ciudad de Guánuco, por
sí y en nombre de los demás oficiales Indios Yanaconas" que vivían en
la dicha ciudad, se quejó ante el Virrey don Luis de Velasco, mani-
festando ''que el Correxidor y Alcaldes ordinarios que han sido y son
de ella, los compele y apremia con prisiones a que acudan a la obra
de la puente de Siclla . .. sin tener obligación a ello ... y aunque por
redimir las vejaciones que les hacen, han trabajado en ella y la han
acabado de hacer la dicha puente, ahora los apremian a que hagan otra
puente llamada Visacaca, sin paga ni jornal alguno; y asimismo los

19 Visita hecha por m andato de S. M. por Iñigo Ortiz de Zúñiga, etc., cit., "Revista
del Archivo Nacional del Perú ", cit., T. I, Entrg. 1\ p. 27.
CONQ UISTA Y COLON IA 339

ocupan en hacer barreras para lidiar toros todas las veces que es me-
nester en las fiestas que se celebran y en los casamientos y bautismos
que se hacen de algunas personas, en las calles; y por andar ocupados
tan de ordinario en todo lo sobredicho, dejan de trabajar sus oficios
para se sustentar, y a esta causa pagan las tiendas que alquilan de vacío,
y están adeudados y h an venido a mucha pobreza, porque xamás les
han pagado cosa ninguna de todo lo que han trabajado de mucho tiempo
a esta parte ... "
Por provisión de 20 de noviembre de 1598, el Virrey Velasco ordenó
a los corregidores de Huánuco: "de aquí adelante tengáis particular
cuidado de que a los dichos yanaconas ... se les pague su jornal y tra-
bajo acostumbrado ... Y no se les pagando, los dichos Indios yanaconas
no han de tener ni tengan obligación de acudir a los dichos servicios,
ni vos les compeleréis ni apremiaréis, ni consentiréis que otra ninguna
persona les compela ni apremie a ello ... so pena de quinientos pesos
de oro para la Cámara de Su Magestad" 20 •
Esta queja de los y anaconas de Huánuco, parece que fué elevada
al Consejo de Indias de España. Porque en la Cédula-Instrucción que
dió el Rey Felipe III en 20 de marzo de 1629, en Aranjuez, al Virrey
M arqués d e Montesclaros, se expresa "que los Naturales de Guánuco
sean r estituídos a la posesión de no pagar tributo ni asistir a los servicios
person ales desde tiempo inmemorial" 21 •
Como, en 1642, los Oficiales Reales publicaron bando imponiendo
t ri butos a los indios yan aconas de Huánuco, en 20 de abril de 1643 el
Dr. Francisco Ambrosio Falcón, Cura Rector de los Naturales y el
Defensor de I n d ios de la Ciudad de Huánuco, se presentaron ante el
Virrey Marqués de Mancera, por conducto del Cabildo y Ayuntamiento
de la ciudad, pidiendo suspensión de tal impuesto.
Basaban su pedimento que dichos indios "son y an sido exentos de
todo tributo y lo deven ser en todo tiempo, assí por la lealtad con que
siempre han acudido al servicio de su Magestad, ... como por particu-
lares privilegios que para no contribuir ni pagar el dicho tributo, tienen,
en particular la generación y ayllo de los ingas que es la mayor parte
de dichos yanaconas, que por ser como son de noble sangre, son libres
por todo derecho y dichos privilegios, de Tributos y servicios perso-
na les"; que están exentos de abono desde cien años atrás; que ellos no
poseen tierras asignadas para sembrar, razón del abono del tributo;
q ue realizan todos los trabajos de reparación de iglesias, hospitales y

2<l BERROA: Monovaf ía Eclesiástica áe la Diócesis de Huánuco y ]un ín , p . .2 3 6.


:n Monografía Eclesiástica, ecc., cit., p. 23 7 .
340 HISTORIA DE HUÁNUCO

los proveen de ornamentos "como cálices, imágenes, aoeite, cera y vmo


necesarios a su costa"; que los yanaconas de Huánuco y jurisdicción son
los que sirven en la reparación de los puentes y caminos; que se de-
dican al arreriaje entre Lima y Huánuco, trayendo bastimentos ne-
cesarios para "el sustento de la República"; que otros son oficiales
de todo género de oficios, que "tienen sus tiendas públicas con
que se ennoblece y autoriza esta ciudad"; que han contribuí do y
contribuyen en la conversión de los panataguas por los misioneros fran-
ciscanos, fundando con ellos 5 pueblos; que su número es reducido
de 80, teniendo ellos que suplir a los 600 indios que se repartían en la
ciudad por la mita de plaza y que sólo alcanza a 300, y que gravados
con el nuevo impuesto se ausentarían de la ciudad, que quedaría "des-
poblada y asolada, pues por la falta que en ella hacen sus vecinos feu-
datarios por haberse ausentado, los dichos indios yanaconas hacen en
ella cuerpo de gente" 22 •
En vista de estas solicitudes el Cabildo de Huánuco realizó infor-
mación testificada y lo elevó al Virrey. En 27 dre febrero de 1692 el
Conde de Moncloa, expidió provisión declarando a los yanaconas de
"Guánuco como poseedores de· privilegio real de no abonar tributo".
Don Francisco Dávila y Torres, en 17 de junio de 1734, devó tam-
bién Memorial ante el Virrey Castelfuerte. Sumándose a dicha solicitud,
elevó ante él mismo don Domingo Ramos, del pueblo de Pachabamba,
de los Chupachos, ayllo de Unamarán; otro memorial el Cura-Vicario
don Gabriel de Velazco y Mendoza; y el Cura don Juan de Morales
Tendellado; quienes presentaron una provisión ejecutorial del Conde de
Moncloa en que prueban que los yanaconas son sólo 88, los nobles 10 y
los forasteros poquísimos; y t•que si a~í se les exige tributación Huánuco
quedaría arruinada, por ser ellos los dueños de . los oficios" 22 •

22 M rmograf ía Eclesiástictr, etc., cit ., ps. 2 34, 23 5.


CAPITULO XIV

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICOS

El régimen Y las autoridades eclesiásticas. El Ar=obispado de Lima. La ciudad de Huánuro,


y sus corregimientos componentes del Distrito de la Arquidiócesis de Lima. Las órdenes reli-
giosas e iglesias en la ciudad de Huánuco; franciscanos, d<>minicos, mercedarios, jesuítas, etc.
Su labor social y erangelizaJora en los pueblos de los corregimientos de Huánuco. La Iglesia
Matriz y los Patrvnos de la ciudad. El Hospital de San J11mt de Dt"os.

Descubierta América, la propagación del catolicismo fué uno de los


principales alicientes de la colonización; ya que, en mérito de las Bulas
de Alejandro VI y Julio II, la Corona de España se erigió como Patrono
Universal de la Iglesia en las Indias 1 •
De aquí que, desde los primeros días de la conquista del Perú, se
levantasen iglesias y se procediese a la "predicación del evangelio" en
estas tierras. Pero, en realidad, el régimen eclesiástico y su "gobierno
espiritual" sólo se instauró con la erección de los obispados del Cusco
en 1536 y de Lima en 14 de mayo de 1541 -ejecutadas el 17 de se-
tiembre de 1543-, cuya demarcación, por mandato real, la realizó el
Lic. Vaca de Castro en 18 de febrero de 1543, en el Cusco.
Poco tiempo después, por Bula del Papa Paulo III de 31 de enero de

1 Por este privilegio del Patronazgo, reglamentado todavía en 1 Q de julio de 1574, por
Bula de Gregorio VII a favor de Felipe IJ, los Reyes de España cobraban los diezmos y reco-
mendaban al Papa el n ombramiento de las autoridades eclesiásticas; con la obligación de
atender los gastos de erección y sostenimiento de las iglesias, 'y la propagación e instrucción
de los natural es en la fe. Por este mismo derecho de patronazgo, el clero no podía levanur
iglesias, ni establecer ni fundar monasterios sin licencia real. Además, el Consejo Real podía
retener y no dar pase a las Bulas y (Breves, cuando dañ ase.u ] 05 de rechos de la Corona; supli-
cando al Papa su modificación. (Recp. de 1680, L. J., Tít. VI. V. FRASSO: De R egio Potro-nato
Indiarnm). En realidad, siendo el gobierno español de un Estado teocrático o nacionalismo
eclesiástico, España hizo de h Iglesia Católica un instrumento de la administración real. Tal
cosa se robustecía por no hallarse delineado, en forma precisa, los campos del gobierno civil
y espiritual; y de aquí el ccnflicto de poderes y autoridades, incluso entre los mismos miem-
bros del poder eclesiástico.
342 HISTORIA DE HUÁNUCO

15 4 5, se creó el Arzobispado de Lima, ejecutado en 9 de diciembre de


1548. Al crearse este Arzobispado se le designó como sufragáneos los
obispos de Cusca, Quito, Panamá, Nicaragua, Tierra Firme, Popayán,
que cesaron de acudir en apelación a Sevilla, que hasta entonces era
la metropolitana.
En 1571, conforme a la ley IV de las Ordenanzas del Consejo, se
estableció que, para la administración eclesiástica, el territorio colonial
se dividiese en Arzobispados, Obispados y sufragáneos, Abadías, Arci-
prestazgos, Parroquias, Desmerías y Provincias de órdenes religiosas 2 •
El Arzobispado de Lima o Iglesia Metropolitana, ejercía jurisdicción
espiritual en todos los territorios del Virreinato, desde el Cabo de Hornos
a México; incluyendo las capitanías de Chile, Nicaragua, Quito, Santa
Fe, y las gobernaciones de Paraguay y Río de La Plata. A fines del
siglo XVI eran, pues, sufragáneos de la Arquidiócesis de Lima los
obispados de: Cusca, Quito, Panamá, Nicaragua, Popayán, Charcas,
Santiago de Chile, La Imperial, La Plata, Río de la Plata o Paraguay y
Tucumán. Pero debido a la extensión del territorio y el crecimiento de la
población, fueron creándose nuevos obispados y arzobispados; merman-
do, a través de los años, la jurisdicción del de Lima. Así los Obispados
de Santa Cruz (1605), Arequipa (1609), Huamanga (1609), La
Paz ( 1609), Tru jillo ( 1616), Buenos Aires ( 1616) ; el Arzobispado
de La Plata o Charcas (1611), con los obispados de: La Paz, Santa
Cruz de la Sierra, Buenos Aires, Tucumán y Paraguay; más tarde,
el Arzobispado de Santa Fe de Bogotá, con los obispados de: Popayán,
Cartagena, Nicaragua; y finalmente, el de Buenos Aires.
La demarcación de los obispados se hizo conforme al libro 1Q de
la «Gobernación Espiritual de Indias". Más tarde, en 1681, por la
«Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias", Libro 19 , Tí t. VII.
Y para sus actos administrativos debían sujetarse a la Colee. de Cé-
dulas, provisiones, etc.
A mediados del siglo XVIII, el Arzobispado de Lima tenía los
siguientes obispados sufragáneos: Cusca, Quito, Panamá, Santiago, La
Imperial o Concepción, Huamanga, Arequipa y Trujillo.
Se comprendía dentro del Distrito de la Arquidiócesis de Lima
los siguientes corregimientos: El Cercado, Chancay, Santa, Conchu-
cos, Ca-jatambo, Huaylas, Huamalíies, Huániico, Tarma, Canta, Hua-

2 Según tal disposición, los Arzobispados y provincias de las órdenes religiosas, debían
equipararse, en categoría, con las audiencias, los obispados con las gobernaciones y alcaldías
mayores, los arcipr·estazgos con los corregimientos; y los curatos con las alcaldías ordinarias.
CONQUISTA Y COLONIA 343

rochirí, Jauja, Y auyos, lea y Cañete. En las ciudades y villas de estos


corregimientos existía un Vicario y en los pueblos curas; o mejor, los
corregimientos se subdividían en curatos o doctrinas, con sus pueblos
~nexos.

* * :-
Con el fin de unificar ideas para la convers10n de los naturales,
sobre el cumplimiento de los dogmas por los fieles y dictar medidas
disciplinarias para el clero, los Arzobispos convocaban a Concilio Pro-
vincial o Congreso Eclesiástico; y en igual forma lo realizaban las
órdenes religiosas entre los miembros de sus congregaciones, llamán-
dose en ton ces Capítulos Generales. De los concilios con vacados por los
Arzobispos de Lima, los más notables fueron los del siglo XVI, en
que se sentaron las bases de la administración y los fundamentos de
los dogmas revisados en el famoso Concilio de Trento. Y el más tras-
cendente fué el de 15 82-83, reunido en Lima, convocado por el Arzo-
bispo Toribio Alfonso de Mogrovejo. Porque, según sus glosadores, "no
hubo materia, ni eclesiástica ni mixta que en él no se tratara y resol-
viera"; y, particularmente, por haberse adoptado los métodos para
el adoctrinamiento de los indios en su propio idioma: el quechua 3 •

El Arzobispo ejercía su autoridad sujetándose a bs Bulas, a las


resoluciones de los Concilios y a las cédulas despachadas por la Corona,
como Patrono, para el mejor gobierno eclesiástico. Conforme a tales
preceptos, el Arzobispo cuidaba de la inmunidad de la Iglesia y velaba
por su buena marcha. Como protector de los indios, vigilaba por su
buen trato, denunciando los atropellos cometidos contra ellos. Cas-
tigaba, disciplinariamente, a los clérigos codiciosos y alborotadores, sepa-
rándolos de sus doctrinas o parroquias y remitiéndolos a España. Per-
sonalmente o por intermedio de sus comisionados o visitadores, debía

3 Durante el siglo XVI, hasta 1601, se realizaron cinco concilios llamados limenses
por haberse reunido en Lima, sede del Arziobispado. El 1? y 2 9 tuvieron lugar en 15 51 Y
1557, convocados por el Arzobispo Loayza; y los otros, en 1582, 1591 Y 1601, convocados
por el Arzobispo Toribio de Megrovejo. Los acuerdos del Concilio de 1582, el que duró
un año, están divididos en dos partes: la primera, que toca a españoles, consta de 13 2
decretos; y la segunda, referente a indios, tiene 122.
344 HISTORIA DE HUÁNUCO

recorrer el territorio de su Arzobispado, para informarse de lo concer-


niente a la fe, a la disciplina, a los bienes de la Iglesia y a la cobranza
de las limosnas de la San ta Cruzada 4 •
Los obispos resolvían todo lo referente al arciprestazgo, abadías,
parroquias y demás. Revisaban la construcción de las iglesias, la disci-
plina de los clérigos; visitaban en persona o por intermedio de sus
comisionados las parroquias de indios; vigilaban si los párrocos tenían
granjerías, si bautizaban, confesaban, si sabían quechua y si habían
hecho desaparecer los adoratorios o huacas, etc.
Para juzgar los. dditos cometidos por los miembros del clero
regular o secular, tenían tribunales especiales, cuya jurisdicción no
podían invadir los jueces ordinarios. Estos juzgados eclesiásticos se
componían de jueces, fiscales y visitadores. Este tribunal eclesiástico,
se fortificó con la institución del Santo Oficio de la Inquisición, creada
por cédula de 7 de febrero de 15 69, "Para procurar el aumento de
la Santa Ley Evangélica, y para que se conserve libre de errores y
doctrinas falsas y sospechosas". La autoridad del Tribunal de la Inqui-
sición era tanta que desconociendo el poder real, su independencia y
decoro, lo retaba; apoyándose en el criterio jurídico de que el poder
real venía del Papa; e incluyendo en su jurisdicción hasta los delitos
del fuero común; y no pudiendo conocer de sus resoluciones ni el
Consejo, ni la Audiencia ni el Virrey, aunque, legalmente, les corres-
pondía su conocimiento. Fuera de los miembros que constituían este
"tribunal de la fe", existían los llamados "familiares", en las ciuda-
des y villas, encargados de pesquisar a todos los "extraviados de la
Iglesia o judaizantes y herejes"; poniéndolos a disposición de tal tri-
bunal, el que si los hallaba culpables, luego de encarcelarlos y tor-
turarlos, o si el delito era grave, terminaba- quemándolos vivos en
ceremonia pública o "autos de fe", en la plaza conocida en Lima como
la de La Inquisición 5 •

4 Autorizado por el Papa Gregorio VII, por Cédula de El Pardo, de 15 de setiembre


de 1573, Felipe 111 ordenó al Virrey Toledo se publicase y c'obrase la Santa Cruzada
en el Virreinato del Perú. Por Bula de la Santa Cruzada otorgada por Pío V en favor de
los reyes de España, éstos po<lían cobrar limosnas, para los "gast'Os de defensa pública de
la cristiandad contra el turco enemigo de la Santa Fe Católica"; otorgándoseles indulgen-
cias a los erogantes. Los obisp'os en sus diócesis y los curas en sus parroquias, se encargaban
de la cobranza al respecto. Y en 165 3 se creó el Tribunal de la Santa Cruzada.
5 Los primeros inquisidores nombrados para el Perú, fueron: Andrés de Bustamante
-que murió de fiebres en Panamá-, el Licenciado Serván de Cerezuela, el Fisqal Alcedo
y el Escribano Eugenio de Arriera. En América, ba/o el virreinato, desde el siglo XVI,
funcionaron 3 tribunales ine¡'uisidores: Lima, México y Cartagena. Fué abolido por decreto
CONQUISTA Y COLONIA 345

Como acabamos de ver, la Ciudad de Huánuco y términos, y mh


tarde sus corregimientos, en el gobierno espiritual, dependieron del
Arzobispado de Lima.
En ei texto de la demarcación de los obispados de Lima, Cusco y
Quito, efectuada por Vaca de Castro, en 18 de febrero de 1543, en
la ciudad del Cusco, se lee: "e ansemismo se le señala en su Obispado
é diócesis la villa de Guánuco con todos sus términos é jurisdicción,
que confinan con los términos de la ciudad de Los Reyes, é también
se le señala (la) entrada de Ruparupa con todos los pueblos que se
poblaren o descubrieren ... " 6 •
Fundada la ciudad de Huánuco en la altiplanicie de Huánuco el
Viejo, apenas se señaló sitio donde debía levantarse la Iglesia dedicada
a la Virgen de la Asunción o Tránsito, bajo cuya advocación nació
la nueva población. Pero, en aquella pampa, se celebró la primera
Misa en territorio huanuqueño: el 15 de Agosto de 15 39. Descubierto
el valle de Pilco o de los Chupachos, según Pérez Achapuri, al tomar
posesión de esas tierras los españoles al mando de Barroso, Fray Pablo
de Coim bra celebró Misa sobre una piedra que le sirvió de altar, en
el mismo lugar que hoy ocupa la Parroquia de San Cristóbal, que fué
el primer templo que se edificó en Huánuco 7 • Años más tarde, esta
Iglesia se convirtió en exclusiva "parroquia de negros e indios o yana-
conas"; con cuyo carácter persistió en toda la época colonial.
La segunda Iglesia que se levantó en Huánuco, conforme a las
not1c1as del nombrado Pérez Achapuri, fué la actual San Francisco,
anexa a un Convento y con el nombre de San Bernardino, santo al

de las Cortes de Cádiz de 9 de marzo de 1820. "Recop. de 1680", Lbr. I, Tít. XIX.
En 1673 se remató por la Coi;ona el cargo de Provincial de la Hermandad de la Ciudad
de León de Huánuco a favor de don Pablo de Sierra, por dejación de don Antonio Durán
Marre!, abonando el dicho Sierra 4.8 00 pesos, monto del remare, más 400 pesos.
6 División y límites de los obispados del Cuzco, Los Reyes y Quito. "Arbitraje
de Límites entre el Perú y el Ecuador". Documentos anexos a la memoria del Perú.
Torno III, p. 24.
7 PÉREZ AcHAPURI: Topografía y Noticias antiguas de la ciudad de León de H11án11co.
No aceptarnos, por entero, los daros de este escritor, por no merecernos fe . Para d'arnrns sus
"noticias", se ha valido de la "tradición", y más no de documentos. De aqui que, muchas
de sus afirmaciones pequen de infantiles; verbigracia, que el Rey Carlos 1 9 remitió ornamentos
y efigies de santos a las iglesias de Huánuco, y que los Papas extendieran bulas para sm
canvenros.
346 HISTORIA DE HUÁNUCO

que designaron como Patrono. Tal iglesia y convento se eng1eron por


los frailes franciscanos y el aporte pecuniario de algunos encomen-
deros, entre otros, Gómez Arias Dávila e hijo. No se sabe quién Jué
el fundador de este Convento, ni quién su primer Guardián; aunque
Achapuri afirma que lo fué el citado padre Coimbra. Mas existen
documentos verídicos en que consta que Fray Andrés Corzo lo reedi-
ficó, después de 15 66 8 • (Los indios que declararon ante Ortiz de
Zúñiga, en 15 62, manifestaron que "acuden al trabajo de construc-
ción de S. Feo. de Huánuco").
Dividida en Provincias la comunidad franciscana del Perú, con el
nombre de Los DocE APÓSTOLES, comprendieron dentro de la Pro-
vincia de Lima al Distrito de Huánuco. En 1548, la parroquia fran-
ciscana de San Cristóbal de Coni (después Santa María del Valle),
de Huánuco, ejercía jurisdicción en el repartimiento de los Chupa-
chos, o comprensión de los actuales pueblos de Pachabamba, Poma-
cucho, Quera, Llacón, Cascay, Tambogán, Chulqui, Churubamba,
Malconga, Sirabamba, Chinchao, Pillao y otros 9 •
En 1587, Fray Francisco Gonzaga, General de los franciscanos,
manifestaba que existían en Huánuco los Conventos de San Bernar-
dino y San Cristóbal de Coni. En el Capítulo Provincial reunido en
Lima, en 1672, se declaró que los franciscanos tenían sujetos a su
Guardianía y doctrina, en el Corregimiento de Tarm:1 y Chinchay-
cocha: los pueblos de Tarma, Ninacaca, Carhuamayo, San Miguel de
Ulcumayo, Obraje de Paucartambo, Paseo, Vitoc, Y araucas; los pue-
blos del Repartimiento de los Yaros y Chaupiguarangas, Michivilca
y San Juan de Yanacache; en el Corregimiento de la Ciudad de Huá-
nuco: los pueblos del Repartimiento de los Chupachos con las Parro-
quias de Coni o Santa María del Valle; en los Corregimientos de
Huamalíes, Huaylas y Conchucos varios pueblos y obrajes.
A fines del siglo XVI, existían el Convento de la Ciudad de León
de Huánuco, con 6 sacerdotes y un padre Guardián y Predicador y
los Conventillos de Huácar con un Guardián y Vicario y compa-

8 Fray Andrés Corzo fué natural de Córcega, que entonces pertenecía a la Corona
ele Ar agon. Vino al Perú de paje del Virrey Marqués üe Cañete, don Andrés Hurtado
de Men.loza, en 15 56; t cmó d habito de religioso el 12 de abril de 15 60. Fundó la reco-
lección de los Descalzos en 1592. Murió en el Convento de Jesús de Lima, en olor de
santidad el 1O de junio d e 1620. (BE RROA: M,onograf í11 Eclesiástica de la Diócv:sis ele Huánuco
y J1111ín , p . 91.)
9 Constitución de la provincia de los Santos 12 Apóstoles, aprobada en el Capt.
Prov. de 1672, Lima. C it. de B E RROA: Monografía Eclesiástiro de la Diócesis de Huánuco y
Junín , p. 93.
CONQUISTA Y COLONIA 347

ñero lenguaraz o quechuísta; y el Conventillo de San Cristóbal de


Coni o Santa María del Valle con 5 religiosos, 2 en las doctrinas y
3 legos, de los que, por lo menos 2 debían saber el quechua 10 •
En 1616, Fray Vásquez de Espinoza, escribía que el Convento
de los franciscanos tenía un magnífico edificio y que en el Corre-
gimiento de Tarma y Chinchaycocha había 4 franciscanos: en Chu-
pachos, San Cristóbal, Mitimaes y Queros 11 •
Estos conventos, a principios del siglo XVIII, se convirtieron en
Colegios de Propaganda para la conversión de los infieles; y creado
el Convento de Santa Rosa de Ocopa, fueron sujetos a él y se tituló
Real Hospicio de las Misiones Apostólicas.
Los franciscanos que acompañaron a Gómez de Alvarado y a Ba-
rr0so, fueron los primeros catequizadores del territorio de Huánuco;
encargándose de los primeros repartimientos de indios, fundando pue-
blos y erigiendo iglesias en ellos. De aquí que gozasen algunas pre-
rrogativas; entre otras, lo refiere Achapuri, "en la procesión de Cor-
pus Christi salía la comunidad con Cruz Alta, en señal que fueron
los primeros que publicaron los evangelios; y que el Viernes Santo de
cada año podían sacar de la cárcel de la ciudad a cualquier preso que
lo estuviera por causas civiles" 12 • Desde 15 59 se dedicaron a la con-
versión de los salvajes de Rupa-Rupa: particularmente de los pana-
taguas, como veremos más adelante; y permanecieron hasta 1834 en
que abandonaron la ciudad, dejando antes sus bienes, archivos y demás
para el funcionamiento del entonces Colegio de Educación Científica
(hoy Leoncio Prado).
Achapuri, que se jacta haber "arreglado su archivo" en 1800,
refiriéndose al templo dice que su benefactor Francisco Gómez (?)
gastó sólo en el dorado del altar mayor 15 .000 pesos; que es "hermo-
sísimo", que el convento puede mantener hasta 12 religiosos 13 •
Indudable es que fué uno de los mejores templos y su comunidad

10 Monografía Eclesiástica de la Diócesis, etc., cit., p. 93.


11 Co-mpendio y Descripción de las Indias Occidn1tales. Capt. XXXIV, p. 470.
12 PÉREZ ACHAPURI: Topografía, cit., p. 12.
13 Actualmente el templo está siendo refaccionado por los padres franciscanos, que
se reinstalaren en su Convento en 193 6, en que comenzó la refacción, siendo su Guardián
el Padre Leonardo Díaz y su sucesor el P. José María Mazzini. La Iglesia en parte es ci,
bóveda; tiene bellos altares. Son notables el Altar Mayor, de estilo churr,igueresco, etc. En
el Presbiterio, al lado del Evangelio, existe el se pulcro del Capitán Gómez Arias Dávila. El
Arquitecto Emilio Harth Terré, afirma que las bóvedas de San Francisco fueron hechas por
Alonso Acmas, en 1620.
348 HISTORIA DE HUÁNUCO

disponía de cuantiosos bienes donados para obras pías, por sus devotos.
Así como provenientes de las capellanías que se fundaron para el
culto, entre otras 14 •

La Iglesia y Convento de Santo Tomás de Aquino -hoy Santo


Domingo-- fué el segundo en antigüedad e importancia que se fundó
en Huánuco, sede de la comunidad de frailes dominicos. Achapuri
sostiene que en sus claustros mantenía 24 sacerdotes, 6 legos y 6 dona-
dos; que el Rey de España y Emperador de Alemania Carlos V, remitió
para su templo una imagen de N. S. del Rosario, un busto de Santo
Tomás y otras dádivas; habiendo sido Patrono de su Iglesia el Regidor
Juan Medrano y su benefactor don Diego de Pardavé Lezcano.
Aunque no se sabe con precisión, la fecha en que llegaron los frailes
dóminicos, ellos fueron de los primeros que se instalaron en la ciudad
y términos; siendo su fundador, como lo afirman el cronista Melén-
dez y Pedro Cieza de León, el Pa<lre Pedro de Ulloa, acaso por los
años de 15 4 3, después de la repoblación de la ciudad por Pedro de
Puelles 15 •
En el Capítulo celebrado en el Cusco, 28 de julio de 1548, se
creó un Vicario para "La casa de la ciudad de Huánuco", nombrando
al Padre Fray Francisco de Arcos. Y en el Capítulo de Lima, 28
de Julio de 1553, se enumera el "convento de dominicos de Nuestra
Señora de la Asunción de Huánuco"; habiendo asistido su prior: Fray
Gregorio de Suazo.
Meléndez, escribe: "El Convento de Santo Tomás de Aquino de
Huánuco, tuvo principio en el celo del Padre Pedro de Ulloa, muy
al principio de la conquista del Perú, y se comenzó a llamar priorato

14 En "26 de abril de 1628, doña Isabel de Robles fundó una Buena Memoria en
la Obra Pía dC' la Inmaculada de San Francisco, para casar niñas doncellas, pobres,
con un capital de 2.400 pesos a censo en la Hacienda Cayhuayna-Chico. En 5 de julio
de 1642, el hermano franciscano Diego de las Casas, residente en Lima, vendió Cay-
huayna, reconociendo el censo, a García Fernández, en 5.500 pesos. En 29 de mayo de 1723,
doña Francisca Fernández de Andrade y su esposo el Capitán Bernardo de la Riva y
Siancas, redimió el censo ante el R. P. Guardián Fray Fernández, el Maestre de Campo
Juan Tello de Guzmán, Síndico, y el Capitán Pedro de Isla, Mayordomo de la Obra
Pía". BERROA: Monografía Eclesiástica, etc., cit., p. 93.
15 C1EZA dice: "En la ciudad de Arequipa está otra casa desta Orden, fundola el reve-
rendo padre Fray Pedro de Ulloa. Y en la Ciudad de León de Guánuco está otra: fundola el
mismo padre Fray Pedro de Ulloa. Crónica Genl'Tal del Perif. Capítulo CXXI, p. 3 3 8.
CONQUISTA Y COLONIA 349

por el año de 1561. Está edificado pobremente, aunque la Capilla


Mayor de la Iglesia es buena arquitectura; la ciudad va siempre a
menos, aunque de todo el Perú es el sitio más benigno" 16 •
Los dominicos regentaron varias parroquias o doctrinas, en los tér-
minos de la ciudad y corregimientos. En la relación que escribiera Fray
Vásquez de Espinoza, en 1616, habla de su excelente Convento; y
que mantenían «dos curatos en el corregimiento de Conchucos: en
Santo Domingo de Huari y Chavín de Huantar; en Tarma y Chin-
chaycocha: uno en Acobamba; en Huaylas ocho: en Yungay, San
Pedro de Caruás, San Ildefonso de Carás, Santo Domingo de Huailas,
Macate, Mitimaes, Huarasticras, Santa Ana" 17 • Por su celo cristiano,
su influencia y demás, hicieron del Convento de Santo Tomás de
Huánuco de importancia y volumen. Muchos frailes distinguidos fue-
ron miembros de su comunidad; entre otros, Fray Bartolomé Mar-
tínez, Prior del Convento, quien construyó el claustro principal, Sala
De Profundis y Refectorio; Fray Gregorio de Santiago, Fray Agustín
de Morales, Fray Francisco de Mandujano, Fray Tomás de Heredia,
Fray Antonio González de Acuña 18 • En sus claustros residió el Padre
Fray Diego de Ojeda, el famoso autor de La Cristiada, donde murió
el 2 4 de octubre de 1615, a los 44 años de edad 19 •

16 Cit. de Monseñor BERROA: Monograf ia Eclesiástica, etc., cit., p. 94.


17 Fray VÁSQUEZ DE EsPINOZA: Compendio y Descripción de las Indias Occidnz-
tales. Descripción del Distrito de la Arquidióci:sis de Lima. Capt. XXXIV, p. 470.
18 Estos reli.g:iosos dominiccp vivieron en fama de santidad en Huánuco. Fray
Grcgorio de Santiago fué enterrado en la Capilla de Santo Cristo. Estuvo expuesto su
cadáver a la veneraci-On de los fieles, que comenzaron a llevarse a pedazos sus h:ibitos.
Cuando se trasladó su cuerpo a la Capilla Mayor, después de muchos años, permanecía aún
incorrupto. Fray Agustín de Morales también al ser trasladado a la Capilla Mayor, luego de
años su cuerpo se hallaba entero. Fray Francisco de Mandujano, religioso modelo, era natural
de Huánuco, así como Fray Tomás de Hercdia, huanuqueño, hijo de don Gonzalo Hernández
de Hercdia y de doña María Ocampo, españoles. Estudió en Salamanca; de regreso al Perú
con título de Presentado leyó filosofía por muchos años en Lima, graduándose de Maestro.
Fué Calificador del Santo Oficio, Prior del Convento de Huánuco, Arequipa y Chuquisaca.
Era caritativo y humilde. Al morir dejó su caudal para la Enfermería del Convento de Lima,
lo que confirmó el Papa Pío V, en un Breve, prohibiendo que se gastara en otro renglón. Murió
en 1604. MELÉNDEZ: Tes<JTos verdaderos de las Indias, y BERROA: Monografía Eclesiástica de
la Diócesfr de Huánuco y funín, p. 95.
19 Fray Diego de Ojeda era natural de Sevilla e hijo de Diego Pérez Núñez y
Leonor de Carbajal. De niño pasó al Perú, por 1571, ante el Prior P. D cmingo de Vald e-
rrama. Alumno sanmarquino; fué Doctor de Artes. Desempeñ-0 los cargos de Prior de los
Conventos de Cusco y Lima. En este libro: Capt. XVIII, La Vida Intelectual, etc .
350 HISTORIA DE HUÁNUCO

El Convento e Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, en impor-


tancia y cronológicamente fué el 39 que se erigió. Como en los ante-
riores, no se sabe en qué fecha se fundó; aunque debe haber sido
antes de 15 5O. El fundador del Monasterio fué el Padre Fray Diego
de Parres 20 , quien así lo manifiesta al Rey de España en 15 86.
« ••• mi horden, dice, me ha ocupado siempre en cargos honoríficos,
y he fundado muchos monasterios de mi orden, como son en la ciudad
de León de Huánuco, la Villa de Camaná, Villa de Oropesa", etc. 21 •
Achapuri afirma que fueron fundadores el Alférez Real don Pedro
Rodríguez y su mujer doña María González. Acaso éstos fueron
algunos de sus benefactores 22 •
Instalados en Huánuco, los frailes mercedarios fueron los prime-
ros evangelizadores de una gran parte de su territorio; particular-
mente en Chinchaycocha, Tarma, Huaylas, Cajatambo y Conchucos.
El citado Fray Diego de Parres fué quien inició esta labor, fun-
dando pueblos e iglesias por orden del Arzobispo Loaiza. El propio
fraile lo declara en su citado Memorial: " ... Fuí promovido. por
orden del dicho arzobispo a la prouincia de los caxatambos donde
residi otros dos años en el cual tiempo hize diez yglesias y con la
ayuda de nuestro señor y mi doctrina baptize mas de dos mil animas
y case mas de quinientas ... -de aqui fui a la prouincia de chinchay-
cocha que estaua rebelde y los apazigué. . . en cuatro años que allí
estuve hize diez yglesias y case mas de mill. , . - en la prouincia de jara-
ma y bombon siendo visitador por el dicho arzobispo hice cinco
y glesias" 23 •

En 1596, frailes mercedarios tenían a su cargo la evangelización

20 Fray Diego de Porres, consta de documentos, estuvo en Santa Cruz de la Sierra,


en 1563, donde fuera a fundar el convento de su orden, de3pués de haber estado en Huá-
nuco. Lo que quiere decir que fundóse el de Huánuco antes de 15 5O, bajo el Arzobispado
de Fray Jerónimo de Loayza. Orga111zación de la Iglesia y Ordenes Religiosas en el Virrei-
nato del Perú en el siglo XVI. T. I, p. 394.
21 Memorial de Fray Diego de Porres, de la Orden de Nuestra Señora de la
Merced, a S. M., en el que expone sus mér\.tos y servicios en los reinos del Perú, 1516.
Organización de la Iglesia )' Ordenes Religiosas en el Virreinato del Perú rn el siglo XVI.
Documentos del Archivo de Indias. Pub. Dirig. por Roberto Levillier. T. 1, p. 397.
22 ]uAN P ÉREZ Ac.HAl'URT: Topografía y notici.3s a11tigi1as de la ciudad de León
de H11ánuco, p. 17.
23 FRAY DIEGO DE PoRR ES : Documento cit.
CONQUISTA Y COLONIA 351

de los indios de los repartimientos de Yachas, encomendado a don


Juan Sánchez Falcón; Huacrachuco, encomendado a Juan de la Rey-
naga 24 •
El cronista Fray Vásquez de Espinoza, en 1616, nos da el número
de mercedarios y las parroquias que servían en los corregimientos de
Huánuco: Huamalíes, 4 mercedarios: en Huacrachuco~ Arancay, Los
Baños, Jesús; Conchucos: 2, en Collapincos e Ichopincos (San Mar-
cos de Chupán, San Jerónimo de Huacachi y Huachil; San Francisco de
Pancas); Tarma: 2~ en Cayna y Cani; Cajatambo: 1, en Nabán y Ba-
rrio 25 • El propio Vásquez de Espinoz; nos da noticia de que poseían un
convento construído excelentemente. Otros, como Achapuri, nos dan
otras notables noticias sobre nuestro templo 26 •

* * *
Don Alonso de Herrera fué el iniciador de la fundación del Con-
vento de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, al solicitar
licencia al Rey de España, "para el recogimiento de muchachas don-
cellas, pobres y nobles de la ciudad". Atendiendo tal solicitud Felipe
II, en 15 68, pidió informes a la Audiencia de Lima, y sólo en 15 90,
con intervención del Procurador de la ciudad don José de la Serna,
se obtuvo la licencia. Don Pablo de Agama y don Cristóbal de Villar,
ofreciendo cada uno de ellos 3. 500 pesos, solicitaron del Arzobispo To-
ribio de Mogrovejo, para que se fundase el Convento bajo la advo-

24 Carta de Francisco de Avendaño. Lima, 6 de abril de 1596.


25 VÁSQUEZ DE EsPINOZA: Compendio y Descripción de las Indias Occidentales. Des-
cripción del distrito de la Arquidiócesis de Lima. Capt. XXXIV, p. 470.
26 Achapuri, sobre la Iglesia de la Merced, escribe: " ... está arruinado como los
demás, sin embargo de que la Santísima Vir~ de la Merced, que antes fué advocación
de Belén, es hermosísima y un vivo retrato de su original; no se puede pasar en silencio
dos cosas, que el año de 1660, día de 20 de enero a la hora de OraciÓÍ!l se oyeron repi-
ques de campanas y acudieron las gentes de la ciudad a la Iglesia, vieron todos que en la
frente tenía la Santísima Virgen, una estrella muy brillante, que hasta hoy se distingue
aún desde la puerta de la Iglesia, aunque sea de noche, el niño que tenía en lo~ brazos,
tenía otra; 'Y una imagen de San Pedro Nolasco que estaba a un lado, tenía otra; en
estos dos bultos se ven tales estrellas. El otro prodigio asombrciso es cuando la ciudad
carece de lluvias, hacen Novenario a esta divina Señora y en el último día por la tarde
la sacan en procesión, aunque esté el cielo sereno y suspensas las aguas por muchísimos
días, sabido y experimentado es que acabada la procesión las lluvias son indefectibles,
tanto que es necesario las más veces que los convidados se apuren en regresar a sus casas".
P. 17. Los escribanos, de Cabildo y Público, don Diego Cabello de Mirt¡val y don Nicolás
de Goñi, en 24 de enero de 1742, dan fe del primer milagro; cuya copila existe en la
Iglesia de N . Sra. de las M erc edes.
352 HISTORIA DE HUÁNUCO

cac10n de Santa Clara y sujeto al Superior Franciscano. Rechazando


el último punto, el Arzobispo, en 2 de febrero de 1595, desde San
Andrés de Llamellín y Huarigancha, insinuó que fuese a la advoca-
ción de la Inmaculada Concepción de María y no de Santa Clara 27 •
El lugar designado para levantar el Convento y la Iglesia anexa,
fué el ocupado por la Ermita que doña Juana de Garay y su hermano
.el Presbítero don Diego de Garay habían construído para rendir culto
a la Virgen de Guadalupe; comenzándose los trabajos, después de
solemne ceremonia, el 11 de marzo de 1596. El Virrey Luis de Ve-
lasco ordenó se diera indios de mita para realizar el trabajo, que
quedó paralizado a consecuencia de un juicio que por desfalco a la
Caja Real se le siguió a don Lorenzo Ponce de León Maldonado, quien
había vendido al administrador de la Capellanía de la Ermita de
Guadalupe don Diego Garay, unas casas, incluyendo en un embargo
como de propiedad de Ponce de León.
Los bienes del Convento, que, aunque no tenía local, se llamaba
Inmaculada, se sanearon con la venta del censo de la hacienda Huan-
cahuasi, que pertenecía a doña Jerónima Garay, por 2.000 pesos y 100
de renta 28 • Pero, pese a ello, la obra permaneció paralizada otro largo
lapso, hasta que, en 1715, doña María Sancha de Rivadeneira
V da. de don Francisco Mateos de Cháves, promovió la fundación de
un Beaterio o Monasterio para mujeres, aprovechándose tanto del local
como de las · rentas de la ermita que, a la sazón, los administraba el
Capellán don Juan de Rojas Agama, a las que agregó de su peculio,
y los donados por don Julián Núñez Lobo, doña Josefa de Rojas y
don Juan de Rojas y Agama. Presentada esta solicitud y las licen-
cias concedidas por Santo Toribio, a don Diego Ladrón de Gue-

27 Los textos de estas cartas se hallan inscritos en Monografía Eclesiática de la Dió'-


.cesis de Huánuco y Junín, por el Dr. Berroa, ps. 98-99.
2 8 Do.ña Jerónima de Garay Vda. de Diego de Acuña, fué hija natural del fun-
dador de Huánuco don Antonio de Garay, habida en la india doña Luisa Muchuy, Cacica
de la progenie de los Masgo. Doña Jerónima y su hermano, el presbítero don Diego
de Garay, constituyeron una Ermita donde se rindió culto a la Virgen de Guadalupe de
España, y cuya imagen se conserva en el Convento de la Inmaculada Concepción. La Ermita
fué habilitada para celebrarse misa en ella por el Arzobispo Bartolomé Lobo Guerrero, en
4 de setiembre de 1615, y desde 1 de marzo de 1616 se dijo Misa; y asimismo, se dió licencia
para que se pudiera enterrar en el Cementerio que está a la entrada de la Ermita. Antes de
morir, doña Jerónima de Garay, en 19 de junio de 1623, testó en pliego cerrado, fun-
dando una capellanía en la Ermita de Guadalupe, para cuyo fin dejaba todos sus bienes,
nombrando como capellán perpetuo a su hermano el clérigo Diego de Garay, y al falleci-
·miento de éste a su sobrino Amador de Garay; nombró como albaceas a don Diego de Garay,
a don García de Medrano y a don Juan Tello de Sotom:iyor.
Primer Escudo Nobiliario de la Ciudad Je León de Hufouco. 1542.
(Dibujo de \'\'. Hinostroza.) ( Comedido por Vaca de Castro.)
Esc udo Nobiliario Hist órico y Definitivo de la Muy Noble y Muy
Leal Ciudad de Lcó11 de Huánuco de los Caballeros. 15 56. Según los
cronistas del Siglo XVI. (Dibujo de W. Hinostroza.)
CONQUISTA Y COLONIA 353

vara Arzobispo de · Quito y Virrey del Perú, éste luego de tomar


parecer del Abogado y Fiscal de la Audiencia, resolvió que "no fuera
Monasterio sino Beaterio, donde pudieran recogerse personas pobres
que deseaban librarse de ocasiones y peligros del mundo"; consintiendo
que los bienes de doña Jerónima de Garay pasasen al Beaterio 29 •
Por auto del Provisor del Arzobispado, la Curia de Lima con-
cedió Licencia, en 15 de diciembre de 1715, "para que, con interven-
ción del Vicario de la ciudad, se fundase el Beaterio o Recogimiento
de Mujeres"; nombrando Superiora a dicha doña María Sancha de
Rivadeneira. Con la licencia, la fundadora se presentó al Cabildo de
Huánuco, en 5 de noviembre de 1716, solicitando su ejecución; el que,
presidido por el Corregidor don Fernando Monfort y V era, declaró
su conformidad, y mandó acatamiento. La madre fundadora se llamó
Sor Joaquina de la Santísima Trinidad 30 •

El Convento de San Agustín de Nuestra Señora de la Gracia,


se fundó en agosto de 15 84; aunque sólo en 15 87 fué admitido como
tal. En el Primer Capítulo Provincial que celebró la Orden de San
Agustín en Lima, en dicho año, se nombró corno Primer Prior del
Convento de Huánuco a Fray Diego de Martínez. Fray Martín de
León fué el Segundo Prior, durante 8 años; sucediéndole Fray Fran-
cisco de Jiménez, y a éste Fray Juan de León, 1606. Bajo el priorato
de los nombrados se llevó a cabo la construcción del Convento y de
la Iglesia con sus capillas, sacristía y antesacristía.
La fundación de la Iglesia fué patrocinada por el Licenciado Diego
de Alvarez y su esposa doña Isabel de Figueroa, quienes fueron sus
principales benefactores por las cuantiosas rentas que dieron para su
construcción. Pues, el Lic. Alvarez, al morir a los 80 años, legó al Con-
vento de San Agustín doce esclavos negros, y la renta necesaria para
que les pagasen por su trabajo; además, dinero para la compra d e
29 Doña Melchora de las Nieves, autorizada por su marido D. Juan Medrano, voodió la
hacienda de su propiedad al cura de Cotaparaco don Diego de Garay, ante la escribanía de Juan
Orueta, en 159 5, quien le donó a doña Jerónima de Garay, en 17 de febrero 160 5, por ante
el Notario Diego Bustillos. Muerta dcña Jerónima, el capellán Br. Esteban de Aguirre vendió
a censo Huancahuasi, por la suma indicada y gravamen, a don Antonio de Grados, en 1669,
Grados pasó el censo al Alférez Pedro Frete!, en 1730. M(mograffo Eclesiástirn de la Diócrsts
dr Huánuco y Jun ín, etc., cit., p. 100.
30 El texto de la licencia, firmada pcr el Dr. Pedro de Cisneros y Mendoza, está en
Mon ografía Eclesiástica, etc., de Mons. BER. ROA , p. l 01.
354 HISTORIA DE HUÁNUCO

otros esclavos con el fin de que no paralizara la construcción, como


lo expresa el Padre Calancha 31 •
Achapuri escribe que comenzó la construcc10n el año 15 96 y
se terminó en 1604; gastándose en su fábrica 404.000 pesos; habiendo
planeado y dirigido la obra los arquitectos Bartolomé de Tarazona y
Andrés Sambrano. Dice, también, que "toda la iglesia es de cal y
ladrillo; y su Convento lo fué en igual modo obra digna de sus ma-
yores encarecimientos aunque al notable descuido de sus Prelados la
tiene de tal modo, que casi por todas partes amenaza irreparable
ruina; tiene el título y advocación de Nuestra Señora de la Gracia,
fiesta se hace el 2 5 de Marzo; admirables son las imágenes de su Pa-
triarca San Agustín, Santa Mónica, San Nicolás y cual ninguna la
del Santo Cristo de Burgos, medida en todo con la original de este
título y verdaderamente reverenciable de los que la miran. La capilla
y altar de San Nicolás es perpetuo de Animas por concesión ponti-
ficia. Tienen los padres privilegio de levantar Cruz y llevar proce-
sionalmente a su Iglesia a los difuntos pobres de solemnidad para
que se entierren en ella" 32 •
La piedad de los crey,entes hizo que se crearan rentas para la con-
servación del edificio, como para el culto. Así el Cura y Vicario Juan
de la Vega, fundó una capellanía con 8.000 pesos de capital y 800
de renta 33 •

31 El Lic. Diego de Alvarez y Sierra --cuyo homónimo era el Capitán Diego Álvare7.
Cuero, cuñado del Virrey Blasco Núñez de Vela~ fué natural de Salamanca, de origen noble.
<'.::as-ó en Huánuco con doña Isabel de Figueroa Vda. de Tarazona, hija legítima de don
Gaspar Vega 'Y de doña Olaya Vásquez, ambos nobles. Al morit su primer esposo el capitán
don Bartolomé de Tarazona, le dejó el Repartimiento de Conchucos. Diego Álvarez conoció
en Huánuco a doña Isabel, casada con Tarazona, cuyas preii.das físicas y morales admiraba.
Al ·saber que había enviudado renunció el cargo de Corregidor de Potosí y se trasladó a
Huánuco, donde casó con doña Isabel. El Lic. Alvarez había sido antes Corregidor del Cusco
y Chachapoyas. Fuera de las rentas que dejó para el O:mvento de San Agustín, edific-0 una
capilla en la cárcel --que estaba anexa al local del Municipio-- para que un padre agustino
dijera Misa los Domingos y feriados para los presos, dejando un capital de 5.000 peses con
2Yü de renta. Dejó, asimismo, 8.000 pesos para que un religioso agustino predioase en la
ciudad los domingos y enseñase latín a los jóvenes y "aprendiesen virtud ·y letras"; creó una
capellanía para los indios del repartimiento de Conchucos, para que se celebrase misas para
el alma de los indios; y 20.000 pesos con renta de 1.000 para pagarse de ello el tributo de
los indios pobres. CALANCHA: Crónica Moralizada, etc. Libr. IV, Capt. XVIII, p. 893.
32 AcHAPURI: Topografía y noticias antiguas, etc., cit., p. 16. (Achapuri parece que
confunde a uno de sus benefactores, el Capitán Bartolomé de Tarazona con un "alarife".)
33 Hoy sólo existe de este templo, sus muros exteriores y en completa ruina. En 1930 se
clausur·Ó al servicio religioso, derrumbándose su nave izquierda, por los forados que realizaron
en busca de tesoros escondidos. Acaso se debió ello a que, bajo sus bóvedas, se construyeron
saraófagos para sepultar a los miembros de su orden; y que, según la tradición popular, se
CONQUISTA Y COLONIA 355

El año de 1701, apunta Achapuri, se erigió en Huánuco un


Convento de la Comp:lñía de Jesús. Fué su fundador y primer Su-
perior el Padre N. Cabia S. J. y sus benefactores los descendientes del
famoso soldado de la conquista y encomendero de la ciudad: Juan
Sánchez Falcón. Después de 19 años de funcionamiento, por ciertas
discordias entre familias de la ciudad, el Provincial de Lima retiró
a sus miembros, dejando desamparado el local. Luego los fieles reedi-
ficaron la capilla, colocando en ella una imagen de h Virgen de la
Asunción; pero con los años sufrió deterioro el edificio. En 1798 don
Jorge Echevarría pidió licencia al vicario para reedificar la capilla;
pero no lo consiguió 34 •

Entre las demás Iglesias que la piedad y el fervor religioso eng1e-


ron en la Colonia, en la ciudad de Huánuco, están: la Iglesia de San
Sebastián, la Capilla de Santiago llamada también de Nuestra Señora
del Patrocinio, la de San Pedro, Santa Rufina, San Juan; amén de
otras capillas o ' Ermitas ' particulares.
La capilla de San Sebastián parece que fué erigida en p~incipios
del siglo XVII. Pues, el herynano Diego de las Casas, en escritura otor-
gada en Lima, en 5 de julio de 1646, vendió a Francisco Fernández
de García una chacra nombrada Cayhuayna y una casa, sitas en Huá-
nuco; y dice que la casa linda "por delante con la calle Real que va
a la Ermita de San Sebastián ... " En otra escritura, la celebrada entre
don Luis de Rojas y el Maestre de Campo don Luis Blásquez de Val-
verde, ante el Escribano de Cabildo don Luis Cabello de Miraval, se
hace mención de unas casas y huertas a la salida de Huánuco, «junto
a la Ermita de San Sebastián", que da a "la calle grande que va
al Tingo" 35 •
Achapuri, sobre dicha capilla, escribió: "La capilla es pequeña, su
altar mayor dorado, en medio un Santo Cristo que llaman de Quircán,
de que hay historia de que es milagrosa esta sagrada imagen. En el nicho
de la mano derecha, nuestro San Sebastián que no hay duda es her-

comunicaba con la Catedral y el barrio "La Cordobita", aledaño que da al río Huallaga. Lo
que ayer fué convento, hoy es local de la cárcel pública.
34 Ahora sólo existe el solar con el nombre de La Compañía, donde está edificado el
local de un Centro Escolar de Mujeres.
35 Nota de MoHseñor B ERROA: Mo11o grafía Eclesiástiea, p. 117.
356 HISTORIA DE HUÁNUCO

mosísimo, y mayormente por la viruela chata que demuestra en la


mayor parte de su cuerpo; y en d otro costado un San Roque" 36 ,
De la Iglesia de San Pedro, hoy Parroquia, y de la del Patrocinio no
sabemos particularidad. Y cuanto a las de San Juan y Santa Rufina,
sólo existen huellas lejanas que existieron, convertidas como están en
casas particulares.

Indudable es que la Iglesia Matriz, hoy Catedral, fué una. de las


primeras en levantarse en la ciudad. Más, se ignora quién fué su fun-
dador y en qué año.
Vásquez de Espinoza, ,q ue visitó la urbe en 1616, dice que "tiene
una excelente Iglesia parroquial", y en la ciudad, como escribe Bal-
tazar Ramírez, por 1597, "hay un cura y un Vicario y un Benefi-
ciado" 37 •
Achapuri sostiene que fué la tercera Iglesia que se edificó; "habiendo
ejecutado los trabajos Andrés Sambrano y Bartolomé de Tarazona,
alarifes que, en 1596, construyeron la de San Agustín", con la infeli-
cidad -dice- de que la puerta reglar que mira al poniente y la co-
lateral al Sur y a la Plaza Mayor, con la torre o campanario que tuvo
a este lado, las dejaron falsas; que las cúpuh.s y torres se derribaron

36 Además, AcHAPURI en 911 Toj>ograf Ía, etc., cit., narn el siguiente milagro ocurrido
en la Iglesia de San Sebastián: "En el propio lug,a r en que hoy se halla vivía Antonio Pan-
toja, oficial de zapatero, que en un nicho de la pared de su habitación, tenía un bult• de
una vara de alto de San Sebastián y en cierto día de la semana le encendía luz; ofreci-óse que
·a todo el país asaltó horrible peste de Viruelas, tanto a los adultos, como a los párvulOJ . ..
Nuestro zapatero tenía un hijo, que también fué asaltado de" la epidemia y una noche cuando
lo vió más apurado y aún creía q,u e no amanecía, sea por devoción, por costumbre o por
deseo de que el hijo recobrase salud, le encendió una vela a su Santo, se recogió cansado y
rendido de sueño, y antes de que el día :1maneciese, el muchacho gritaba al padre para que le
diese de beber; todo despavorido recordó 'Y como no hubiese más luz, que la de su Santo
Sebastián, alz.ó los ojos y reparó el Santo como tiznado y humeado de la vela; hizo p«>co caso
por atender al enfermo, lo socorrió, y llegando a reponer la luz que se acababa reparó que
su santo estaba con iguales viruelas que las había observado en el muchacho antes de aco.~­
tarse; quedó verdaderamente absorto del prodigio, dió cuenta a los vecinos más inmediatos;
de unos en otros se propagó la noticia .hasta llegar al cura D. Juan de la Sota, que al prin-
cipio la dudó, mas ingresando a la casa y cerciorándose de ella, de orden suya se repicaron
las campanas de la Iglesia Matriz, condujo andas para llevar el Santo en procesión hasta
ella; se le cantó solemne Misa, y a vista del milagro, toda la ciudad le juró por Patrón, que
antes lo fué San Pedro Nolasco, después la Virgen del Tránsito, y hasta el día dura San
Sebastián ... " Folleto, cit., p. 19-20,
37 BALTAZAR RAMÍREZ: Descripción del Reino del Perú. Jiticio de Límites entre el Perú
y Bolivia. T. I, p. 307.
CONQUISTA Y COLONIA 357

con el temblor de 1748, y que la torre se mandó fabricar a un costado


de la Iglesia por el Lic. Don Juan Morales, cura de esta ciudad, en 1760.
El propio autor manifiesta que la patrona de la Iglesia es la Virgen
de la Purísima, cuyo busto se halla en la cima del sagrario; que en la
mano izquierda del altar se venera a la Virgen del Tl-ánsito, la primi-
tiva patrona de la Ciudad, bajo cuya advocación se fundó en Huá-
nuco el Viejo; que a la capilla de las ánimas concedió indulgencias el
Papa Gregorio XIII "como le consta -al autor Achapuri- de la Bula
que con infinito trabajo tradujo y copió el autor de esta topografía
y que se halla en el mismo altar en una tablilla, cuyos oficios se man-
tenía por los miembros de la Cofradía de las Animas 38 ; y se explaya
en la descripción del "templo hermosísimo y de todo de Bóveda y mam-
postería", así como de sus riquezas" 39 •
La Iglesia Matriz, como se dijo más arriba, sufrió por causa de
los temblores, así como por el impacto del tiempo. Razón por la que
se la refaccionó en diversas épocas. Así la efectuada en 1840, primero
bajo la dirección del Vicario Dr. Manuel Herrera y después bajo
la del Párroco don Juan G. Garay, quien dispuso, obteniendo la res-
pectiva licencia eclesiástica y con tal fin, las rentas de las misas de
autor y de una de la Viceparroquia de San Pedro y venta de la cha-
falonía. Esta refacción fué larga y costosa; llevándose a cabo el arreglo
de las dos bóvedas de la nave central, paredes de la entrada y Capilla de
almas, y de los dos cuerpos de la torre, con un costo de 21 . 57 6 . 6
reales, de los que 12. 578 pesos había puesto de su peculio el Cura
Garay, como donación y quien dejó manifestación expresa que, ha-

38 L~~ cofradías eran asoc1ac1ones religiosas, sobre la base de una renta. Existían
varias en la ciudad. En la Iglesia Matriz, había las Cofradías de Nuestro Amo y de
las Ánimas. Por ley de 1889, creada la Beneficencia de Huánuco, se entregó a ella, sólo para
su administración, los bienes de dichas cofradías.
39 He aquí la descripción de Achapuri: "Las armas que tienen ambos lados del Altar
Mayor es todo dorado hermoso pinachuelo 'Y la nave del arco toral al presbiterio está dJ.o rada
a la Mosaica, la Patrona es una imagen de la Purísima que está en la cima del Sagrario, su
hermoso Crucifijo de cuerpo entero, los cuatro Evangelistas a los extremos y al remate h
Fe, la Esperanza y la Caridad. Su custodia hermosamente dorada pesa 62 marcos onza Y
media de plata maciza, guarnecida de esmeralda y esmaltes con un topacio blanco que figura
el mundo, tan grande como un huevo de paloma; su Sagrario es de plata ... tiene entre sen-
telleros, blandones, candeleros, arañas y atriles de plata, como trescientos marcos; todas las
varas del Palio, siriales, tablillas del Evangelio, lavatorio y palabras del canon de la Misa toda
de plata; en su presbiterio se ven en cojines de terciopelo carmesí, con follajes de oro, la!
masas de plata." Nuestro autor, un poco ingenuamente, dice que el Santo Cristo, la imagen
de la Virgen Purísima y un bulto de San Pedro, los rescató de Inglaterra un Juan Fragan, pre-
ientándolos al Emperador Carlos V, y que este monarca los obsequió a esta Iglesia. Por supuesto
no puede tomarse como cierta tal afirmación. Topografía, cit., p . 13.
358 HIST ORIA DE HUÁN UCO

hiendo pedido un auxilio pecuniario al entonces Presidente de la


República General Mariano Ignacio Prado, había denegado su soli-
citud, como constaba del Decreto Supremo que acompañaba.
Esta Iglesia fué refaccionada, nuevamente, en 1927; habiéndose con-
sagado al Corazón de Jesús, por acuerdo del Sínodo Diocesano de 10
de junio de 1927 40 •

El botánico español don Hipólito Ruiz nos da una relación de las


Iglesias y Conventos de Huánuco por 1780 y 1784, años en que visitó
la ciudad, y nos detalla el estado en que se hallaban ellas.
ttSon dos las Parroquias que hay en Huánuco: la una para Espa-
ñoles, Mestizos y demás Castas, y la otra para Indios solamente. La
primera, llamada Iglesia mayor, es la más bien asistida, y adornada con
12 Altares, un Órgano y 4 Campanas. La otra tiene ocho Altares, un
Organo y tres Campanas.
ttHay cinco Conventos de Agustinos, Mercedarios~ Franciscanos,
Dominicos y de S. Juan de Dios. Un Beaterio, Dos Hermitas, Santia-
go y Santa Rufina, y tres Ayudas de Parroquia, San Juan, San Pedro
y San Sebastián.
ttEl Convento de San Agustín es la mejor de las fabricas de la
Ciudad, pero está en el día muy deteriorado: tiene once Altares, un
Organo y tres Campanas. A . veces llega el número de Religiosos a
dieciseis,1 entre Novicios, Coristas y Sacerdotes: regularmente los mas
de estos sirviendo de Interes a los Curas de varias Doctrinas.
''El de la Merced tiene otros tantos Religiosos como San Agustín,
que también se hallan repartidos por los Curatos de Coadjutores de
los Curas. No tiene Novicios. La Iglesia tiene siete Altares, un Organo
y , tres Campan.as.
«En el de San Francisco ·hay quatro Religiosos, que comen en
refectorio y por causualidad sale alguno de ellos a servir de Inter. La
Iglesia tiene 12 Altares, un Organo y quatro Campanas. En la por-
tería hay una Capillita. Y dentro del Convento una Hospedería de
PP. Misioneros apostólicos de Ocopa, en la que reside el Presidente,
para enviar desde allí los bastimentas ·y. socorros precisos a los Misio-
neros que se hallan en los últimos Pueblos fronterizos a los Indios
Barbatos.
•tEn el de Santo Domingo, que se está arruinando, suele haber dos
o tres religiosos, no quedando a veces mas que el Prior y un ·lego.
En la Iglesia hay nueve Altares, un Organo y tres Campanas.
40 B ERRoA: M011ograf Ía Eclesiástica, etc., cit. , p. 111.
CONQU:IST A Y COLONIA 359

"En el de San Juan de Dios hay cinco Religiosos legos y un


Capellán clérigo, para el pasto Espiritual de los Enfermos que curan
aquellos. En la Capilla hay cinco Altares y dos Campanitas.
"En las Hermitas y Ayudas de Parroquia hay tres altares y una
o dos Campanitas.
"En el Beaterio hay doce Beatas, que pueden salirse cuando quie-
ran, pero no pueden volver a entrar: aunque guardan clausura, puede
la Madre o Superiora salir acompañada de otra a las diligencias pertene-
cientes al Beaterio. Con permiso de la Madre entran mugeres y hom-
bres en la clausura, acompañados de esta y de las sirvientas hasta que
vuelvan a salir todos de la Portería. Educan en la costura y primeras
letras a varias Niñas. Para la asistencia espiritual de estas Beatas hay
un Capellán, rentado con mil y doscientos pesos, que dexó el Fund~dor
para el Clérigo mas pobre de la Ciudad. La Iglesia tiene cinco Altares,
un Organo y tres Campanas" 41 •

Pérez Achapuri afirma que el Patrono de la ciudad fué San Pedro,


luego la Virgen del Tránsito y después San Sebastián. Dice que se le
eligió Patrón a San Sebastián, por 1702, a raíz de un milagro que
hiciera con el Mjo de un zapatero atacado de viruelas 4 :i.
Calancha escribe: "Este año de mil seiscientos treinta i dos por
el mes de Noviembre, se vido la ciudad de Guanuco muy afligida,
porque hasta entonces no avía llovido, y la gran seca era causa de
que pereciese mucha gente de viruelas. Obligada la ciudad a elegir
Santo que los favoreciese en su necesidad; echaron ciento y tantas
cédulas con los nombres de los Santos que mas auxiliadores se mos-
·traban en las ciudades, y salióles por suerte San Nicolás de Tolentino;
ordenaron para tal noche una procesión de sangre; i antes de acabarla
fué tanto el agua que llovió, que obligó a recogerse a prisa, y desde
aquel punto mejoró la ciudad con tanta prisa, que en aquella semana
quedó sana, i los ciudadanos publicando el favor milagroso" 43 •

41 Relación Históri0a del Viaje que hizo a los Reinos del Perú )' Chile, etc., cit. T. 1,
Capt. XXI, p. 143. (Descripción de la Provincia y Ciudad de Huánuco de los Caballeros.)
42 No es verdad lo que afirma Aahapuri, que el culto a la Virgen de la Asunción o
Transito, viene desde que en Huánuco, en 1692, un negro descubrió en un escondite a la
sagrada imagen, de cuyo lugar "salía música y luces''. Nuestro autor, sin otra fuente que h.
tradición popular, ha escrito sobre casos y cosas inverosímiles
43 Crónica Moralizada del Orden de San Agustín en el Pertí. Libr. IV, Capt. XIV, p. 400.
360 HISTORIA DE HUÁNUCO

Indudable es que la ciudad haya tenido varios patronos. Pero


la primera Patrona de Huánuco fué la Virgen de la Asunción.
Como ya tenemos dicho, la ciudad se fundó por el capitán Gómez
de Alvarado el Viejo en 15 de agosto de 1539, en la planicie de Huá-
nuco el Viejo, bajo su advocación. Por eso, el 15 de agosto de cada
año, se la celebraba solemne y pomposamente a la dicha Virgen lla-
mada también del Tránsito o la Asunta. A esta fiesta oficial de la
ciudad, que duraba varios días, asistía la más lucida gente, el Cabildo
en pleno, las autoridades y corporaciones religiosas, los cuerpos de
ejército y demás. La fiesta comenzaba con las vísperas y terminaba
con la guarda del pendón de Castilla, después del "Paseo del Estan-
darte", en que los caballeros la acompañaban sobre caballos y con
sus mejores arreos guerreros. Más todavía, la ciudad nació bajo el
título de La Asunción de Huánuco. Y aunque olvidado hoy tal cele-
bración, existe .veneración a la imagen de la Virgen del Tránsito, cuya
fiesta se realiza en la ciudad el 15 de agosto de cada año, reducida
ya a una costumbre popular y tradicional.

Como instituciones de caridad, los religiosos fundaron y regen-


taron hospicios para enfermos, así como para gente· desvalida. Gene-
ralmente, estos establecimientos, funcionaban con el producto de las
rentas que se instituían por particulares en concepto de capellanías
y demás, así como las rentas que le asignaba el Cabildo o Caja Real,
o el Rey, provenientes de los tributos vacos o de una parte de los
que abonaban los indios.
Desde los primeros años de su fundación, en la ciudad existía un
hospital para Españoles e Indios, y se presume que fuera fundado
antes de 15 60. Pues, en la sentencia pronunciada por la Audiencia
de Lima contra Gómez Arias, conquistador de Rupa-Rupa, en 16
de enero de 1560, se consigna la suma de 3.000 pesos para los "ospi-
tales de los españoles e naturales de la ciudad de Los Reyes e la de
Guánuco" «.
El nombrado Vásquez de Espinoza, dice que "tiene un Hospital
para indios, con una renta de 4.000 pesos". El propio viajero al refe-
44
Gobernación de Rupa-Rupa. Piezas de un pleito criminal seguido en la Audiencia de
Los Reyes contra el Capitán Gómez Arias Dávila . . . (1559-1560). J11ic-io de Límites entre
el Perú y Bolivia. Prueba Peruana. T. V, p. 1O3.
CONQUISTA Y COLONIA 361

rirse al monto del tributo que por repartimientos pagaban los indios,
afirma que en los Corregimientos de Huaylas, Huamalíes, Conchucos,
Tarma, los indios abonaban un tomín para el Hospital, y los de
Cajatambo un peso por año con tal fin.
El tantas veces citado Achapuri, escribe que el Hospital se nom-
bró Real de Misericordia, teniendo "120 pesos cada año~ por las misas
que celebraban y sacramentos que administraban". "Así duró -con-
tinúa- hasta el año de 1700, en que no pudiendo los Patronos del
Hospital ni sus Mayordomos sobrellevar el peso de tan Santa Obra,
propusieron hacer solemne entrega de él, a los padres Hospitalarios
de Nuestro Padre San Juan de Dios; reservando sólo la calidad de
quedarse con el patronato perpétuo; así lo admitió el reverendísimo
Padre Comisario General Revolledo; y desde aquel año hasta el día
lo sirven dichos padres. Está en el mayor auge, porque su digp.í-
simo Prior, Fray Pedro Moreno ha adornado su Iglesia de la mayor
decencia; tiene tres salas muy limpias, una de Indios, una de Españoles
y otra de Mujeres, donde brilla el cuidado y asistencia de los pobres
enfermos, además de sus correspondientes oficinas" ~ 5 •

45 Topografía y Noticias Antiguas de la Ci1tdi1d de León de Huánttco, cit., p. 10.


GOBIER N O Y A DMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICOS

CA PÍT ULO XV

Las doctrinas, curatos e iglesias en los corregimien tos de Hu amalíes, Ta rma, Huaylas , Con -
chucos y Cajatambo, en los siglos X V I, XVII y XVIII. Las visitas de Santo Toribio de Mogro-
njo y otros prelados a sus términos. ( H echos de Santo Toribio en Huámtco y distrito. )
La obra catequizadora de las órdenes religiosas en la sel lla . La con l'ersión de los panatahuas,
fingaleses, carapachos y demás tribu s, hasta fines del siglo XVIII. La sublei'ación d'e f1ta11
Santos Atahualpa. Vicisitudes de la co-nversión '.l' trabajos de los misioneros del Convento de
Ocopa. El desrnbrimiento del Padre Abad.
,
En lo religioso, conforme a las Ordenanzas de· 1771, la Ciudad de
León de Huánuco, dada su categoría de población de españoles, cons"-
tituía un Arciprestazgo, donde había un Cura y Vicario y un ..Bene-
ficiado" , como noticia Baltazar Ramírez, en 15961.
En los pueblos de indios y sus Corregimientos,. existían doctrinas,
que se instalaron desde 15 4 5; y las mismas que, más tarde, se llamaron
p·arroquiias o curatos. .
Una doctrina o parroquia se atendía por un C;Ura o doctrinero,
q ue era un clérigo o un miembro de orden religiosa. Cada parroquia
comprendía la "cabeza de parroquia" y varios pueblos anexos; . gene-
r almente en un radio de gran ~xtensión territorial ,y con _muchos miles
de feligreses. La misión del cura o doctrinero, conforme a las instruc-
ciones de los obispos y muy especialmente del Concilio Limense de
15 82, consistía en velar por la conservación de la Iglesia, el adoctri-
namiento de los indios en su propio idioma, a quienes debía también
enseñarles los .hábitos de la vida civilizada, desterrando sus costum-
bres paganas y particularmente destruyendo sus antiguos lugares de
culto. ,
El suelo o dotación sinodal del párroco o doctrinero, se abonaba,
anualmente, por los encomenderos de indios y del tributo de ellos, o
se cubría de la Caja Real, cuando la encomienda había sido puesta

1 BA LTAZA R R AM Í REZ : Descrip ción del R eino del Perií. Jzticio de Límites entre el Pení
y Bolivia. T. I , p. 3 07.
364 HISTORIA DE HUÁNUCO

bajo la Corona. Esta dotación sinodal variaba según la categoría


de la parroquia, la renta de los bienes que disponía, casi siempre por
donación de los feligreses con fines religiosos, y los beneficios de las
capellanías o el aporte de las cofradías. En cuanto a las limosnas por
los Sacramentos -bautismo, casamientos, etc.- debían sujetarse al
arancel aprobado por el Arzobispado. (Pero muchos de los doctri-
neros, lejos del ojo de sus superiores, no pensaron sino en amasar for-
tuna y en los placeres del sexo, inflando el mestizaje cºon "sus sobri-
nos"; en desmedro de la fe y de su misión, como lo denuncia Guarnan
Poma de Ayala y lo confirma el propio Virrey Toledo en su corres-
pondencia a la Corona.

En 1586 y 1593, el Arzobispo Toribio de Mogrovejo 2 , en ocas1on


de la visita que hiciera del distrito de su Arquidiócesis, halló en pleno
funcionamiento, en la jurisdicción de la Ciudad de León de Huánuco,
las doctrinas y parroquias siguientes:
Corregimiento de Huamalíes: Mancha y Guarigancha, Santo Do-
mingo de Huacrachuco, Espíritu Santo de Llacta, Nuestra Sra. de la
Concepción de Baños y Nombre de Jesús.
Corregimiento de Hua,ylas: San Agustín de Cajacay, San Juan de
Pararín, San Ildefenso de Recuay, Succha, San Sebastián de Huarás,
Santo Domingo de Tauca y Huandoval.
Corregimiento de Conchwcos: Pallasca, Santiago de Cabana, Santo
Domingo de Tauca y Huandoval.
Según el carmelita Fray Antonio Vásquez de Espinoza, por 1616,
existían en Huánuco y corregimientos 79 curatos o parroquias, a
cargo de 5 5 clérigos y 24 religiosos. He aquí su relación a texto:
rrcorregimiento de la Ciudad de H1tánu.co: 4 curatos, 3 para espa-
ñoles v 1 para yanaconas".
rrcorregimiento de Huamalíes: 8 curatos, 4 clérigos: en Pachas-
Llacta, Periarca, Mancha-Huarigancha; y 4 religiosos. de Nuestra Sra.
de la Merced en: Huacrachuco, Los Baños, Jesús María, Arancay".
rrcorregimiento de Tarma y Chinchaycocha: 21 curatos, 15 clé-
rigos: 2 en Los Reyes, y los demás en Ninacaca, Huancabamba, Ullcu-

2 Diario de la Segunda Visita Pastoral, que hizo de su Arquidiócesis el ilustrísimo señor


don Toribio Alfonso de Mogrovejo, Arzobispo de Los Reyes. "Revista del Archivo Nacional
del Perú '', 1920. T. I, Entreg. 1\ ps. 51 y sigts.; y T. JI, Entreg. 1~ ps. 37 y sigts.
CONQUISTA Y COLONIA 3 65

mayo, San Juan de los Cóndores, Michivilca, Chaupiguarangas, Yaros,


Vico y Paseo, Paucartambo Carhuamayo, San Juan de Huariaca, San
Rafael y Mosca, y Tapomichivilca; los 6 restantes doctrineros o reli-
giosos: 1 dominico en Acobamba; 1 mercedario en Caina; 4 francis-
canos en Chupacos, San Cristóbal, Mitimaes, Queros".
rrcorregimiento de Cajata111bo: 13 curatos, 12 clérigos, en Caja-
tambo, Huaylillas, Ucros, Machaca, Ticllos y Cajamarca, Callana de
Lampas, Mangas, Gorgor, Ambar, Cochamarca, Cajacay; y en Navan
y Barrio reside un mercedario".
rrcarregimicnto de Concbucos: 14 curatos, 10 clérigos: en Co-
rongo, Tauca, Huandoval, La Pallasca, Siguas, Piscobamba, Llapo,
Llamellín, San Luis de Huari, Chacas y el Obraje; 2 dominicos en
Santo Domingo de HuariJ y en Huantar y Chavín; y dos mercedarios,
en Collanapincos y Ichopincos".
rrcorregimiento de la provincia de Huaylas: 19 curatos, 11 cléri-
gos: 2 en Huarás, y los otros en Recuay, Pararin, Marca, Cotaparaco,
Suoha, Pampas, Pira y Cajamarca, Chaucayán y Minas de Caras; y
8 dominicanos: en Yungas, San Pedro de Caruas, San Ildefonso de
Caraz, Santo Domingo de Huaylas, Macate, Mitimaes, Guasaticras y
Santa Ana" 3 •

Cosme Bueno en "Descripción de las provincias pertenecientes al


Arzobispado de Lima", 1763-1778, consigna los curatos o parroquias
de las provincias o corregimientos de la Ciudad de León de Huánuco 4 •
Provincia de H uánuco . .. Sólo hay en el distrito 5 curatos. El 1? es
el de la ciudad, donde hay dos iglesias parroquiales, una de españoles y
otra de indios, que sirven alternativamente dos curas. Tiene 5 con-
ventos, de Santo Domingo, de San Francisco, de la Merced, de San
Agustín, de San Juan de Dios con Hospital, un beaterio~ 3 vice-
parroquias, y una capilla. El 2? curato es el de San Miguel de Huácar.
Tiene 4 anexos, que son: Ñausa, Chaulán, Cayrán y Conchamarca.
El 3? es el de Santa Marí a del Valle. Tiene 10 anexos, que son:
Churubamba, Llacón, P acha bamba, Pachacoto, alias Quera, Puma-

3 Compendio y Descripción de las Indias O ccidentales. De los quince corregimientos y


de las doctrinas que hay en el distrito del Arzobispado de Lima. Capt. XXXIV, p. 469.
4 Descripción de las proi•incias pertenecientes al Arzo&ispado de Lima. Colee. Odriowla.
Do<Cumentos literario> del Perú. T. III, ps. 30 y 32.
366 HISTOR IA DE HUÁNUCO

cucho, Cani, Pillao, Chinchao, Acomayo y Panao. Estos cuatro pueblos


últimos están· contiguos a los panataguas, indios infieles en donde hubo
unas buenas conversiones, que se perdieron por haberse retirado los in-
dios, matando a los religiosos de San Francisco, que los instruían".
Provincia de Huamalíes. «Comprende esta provincia 8 curatos dis-
tribuídos a un lado y otro del Marañón. El 1'? es del pueblo de Baños.
Tiene 7 anexos, que son: Rondos, Cosma, Chupán, Quipas, Chuquis,
Marías y Margos, que pertenece a la provincia de Tarma. El 2"' es el
del pueblo de Jesús. Tiene 4 anexos, que son: Jivia, Huangrin, Choras,
y Jacos, que pertenece a Tarma. El 3"' es del pueblo de Pachas, tiene
6 anexos, que son: Sillapata, Yanas, Aguamiro, Obas; Cahuac, y Cha-
vinillo. El 4"' es el del pueblo de Llacta. Tiene \2 anexos, que son: Puños
y Miraflores. El 59 es el del pueblo de Singa. Tiene 2 anexos, que son:
Punchao, y Huacachi, que pertenece a · la provincia de Conchucos.
El 6 9 es el del pueblo de Chavín de Pariarca. Tiene 5 anexos, que son:
Tantamayo, Jacas, Jircán, Chipaco, y Monzón. El 7'? es el del pueblo
de Huacaybamba. Tiene 2 anexos, que son: Rundubamba y Guari-
gancha. El 89 es el de Huacarachuco. Tiene dos anexos, que son: Liamos
y Quirín. El valle de Arancay, sito a la parte oriental de Marañón,
que tiene 5 estancias, pertenece en lo espiritual al curato de Uco de
la provincia de Conchucos. En un grande obraje, nombrado Quivilla,
que está en medio de la provincia, junto al Marañón, ;:isiste el Corre-
gidor; y pertenece al curato de Pachas".
Según el propio Cosme Bueno, el Corregimiento de Tarma com-
prendía 13 curatos, con más de 60 pueblos; el Corregimiento de
Conchu~os, -15 curatos, con 34 pueblos; el Corregimiento de Huaylas,
Ú curatos, con 32 pueblos; :Y el Corregimiento de Cajatambo, 13
curatos con cerca de 70 pueblos.

Conforme a las leyes canónicas, los obispos debían v1s1tar, siquiera


una vez durante su adminisitración, el territorio de su diócesis. He
aquí la razón de los viajes de los prelados metropolitanos, o de sus
comisionados, a la ciudad y pueblos de Huánuco.
En el siglo XVI, en los años 15 8 6 y 15 9 3, don Toribio Alfonso
de Mogrovejo, 2'? Arzobispo de Lima, recorrió, en persona, la juris-
dicción de su diócesis. (Particularmente muchos motivos le obligaron
a ello al ilustre prelado.) Su aversión al boato y burocratismo de la
capital del Virreinato, su deseo de poner cot<'> a la soberbia de algunos
CONQUISTA Y COLON IA 367

clérigos y frailes, visitar las iglesias para impulsarlas en su erección,


constatar el estado de los bienes de ellas y especialmente, llevar a los
indios el bautismo y la confirmación, ya que, como su primer pro-
tector, conforme a las cédulas, debía velar por la salud espiritual de
los naturales.
Como manifiestan sus biógrafos, cumpliendo su apostolado, reco-
rrió inhóspitos parajes, altas y agrestes serranías y malsanas tierras de
la selva; caminando, casi siempre a pie, expuesto a las inclemencias
del tiempo, o a la fiereza de las bestias. Pero a su paso, según sus mis-
mos biógrafos, los salvajes dejaban sus ritos paganos para "besar la
cruz redentora", y a su conjuro los animales más feroces acariciaban
sus pies.
Numerosos testimonios existen de su labor apostólica, y se narran
sus milagros en estos prolongados como duros viajes 5 • Algunos de
ellos podrán estar teñidos con el color de la leyenda popular. Pero
la verdad es que este varón fué quien organizó, personalmente, las
iglesias de las provincias, socorrió al indio esclavizado por la avaricia
del encomendero o del corregidor; y para la defensa de ellos y la
propagación de la fe, no fueron obstáculos sus cargados años, ni las
duras faenas que tuvo que soportar.
La Relación de su Segunda Visita -que es la única que se co-
noce-·- tiene gran valo~ para la historia. Pues, en ella se consignan
los nombres de lps pueblos y doctrinas existentes entonces, el ~úmero

5 Se cuentan de Santo Toribio lo·s siguientes milagros. El pueblo de Punchao, an.exo de


Singa, Huamalíes, es muy escaso de agua. Estando de visita . el Santo, compadecido de la
miseria de sus habitantes por falta de este líquido, dió con su cayado varios golpes. al i suelo
e hizo saltar agua. Se conoce el manantial como "Pozo de Santo Toribio". En Conchamarca,
poblado a cuatro leguas de la ciudad de Huánuco, tomó descanso Santo Toribio viniendo de
las serranías de Huamalíes y sorprendi-Ose de la cantidad de alacranes venenosos que habla
en dicho lugar y las muertes que causaban en los indios. Se dice que el Santo conjuró a los
alacranes no hicieran daño a los moradores del pueblo; y que desde entonces, tales bichos son
inofensivos. En ·Conchamarca dejó el Santo Arzobispo una casulla verde, que la recogi-0 el
Canónigo Meza y la trajo para la Catedral de Huánuco, donde se halla deteriorada. "En el
pueblo de Carguamayo, Corregimiento de Chinchaycoaha, curó a un indio baldado que con
unas tablillas en las manos apenas se movía; era conducido a la puerta de la Iglesia, cuando
llegó Santo Toribio, levantó los ojos al cielo y le hizo la señal de la cruz, y quedó curado.
En Carguamayo yendo a Ninacaca le dieron aviso que una india hacía tres días sufría, es-
tando para morir de parto; llamábase ella Isabel Tanta; le puso el Santo la mano sobre la
cabeza y la bendijo, y antes de que llegara el Arzobispo a la puerta, dió a luz un hijo varón,
al cual lo bautizó poniéndole por nombre Toribio." Cerca del pueblo de Macate, Huaylas,
dice Tadco Haenke, está la fuente milagrosa, que brotó agua por intervedción del glorioso
Santo Toribio, estando de visita, viendo a sus vecinos de desocupar el pueblo por falta de
agua. Monograf Ía Eclesiástica de la Diócesis de H11ánuco y Junín , Monseñor BERROA,
p. 201, 217, 220. Descripció11 del Perú, por TADEO HAENKE, p. 205.
368 HISTORIA DE HUÁNUCO

de sus habitantes y otros datos útiles para el estudio de la vida social


de fines del siglo XVI.
Algunos de sus biógrafos sostienen que el Arzobispo de Mogrovejo
estuvo en la ciudad de Huánuco, y montañas de Chinchao. Pero
conforme a su itinerario de viaje, no llegó a ella ni recorrió las selvas
de aquellas partes. Estuvo en el pueblo de Cani, a 5 leguas al S.0.
de Huánuco. (La tradición popular sostiene que el Santo Arzobispo
pasó por frente a la ciudad, camino de la montaña; y que luego de
dejar su panorama, sacudió sus sandalias en actitud de recogimiento.
Acaso decidió no visitar la noble ciudad, por existir en su área frailes
de diversas órdenes religiosas, que fueron los que emprendieron con-
tiendas en agravio de su autoridad; haciendo valer sus prerrogativas
contenidas en las bulas papales, en verdadera pugna e insubordinación.
Pero tal estado de ánimo de los frailes de las religiones, no sólo era
contra el Arzobispo, sino contra la propia autoridad y justicia del Rey.
Tal era el estado de la vida de los servidores de la Iglesia, por esos
años 6 .)

En su segunda vlSlta de 159 3, el Arzobispo Mogrovejo estuvo


asistido por los Escribanos Públicos: Bernardino Ramírez y Francisco
Hernández Vallejo; según cuyo Diario de Viaje, halló las doctrinas,
pueblos, anexos, habitantes y demás siguientes:
Doctrina de Mancha y Guarigancha: Anexos: pueblos de Aco-
chabamba, donde halló 29 indios tributarios, 16 re,ervados, 118 de con-

fl Según la tradición, dícee que Santo Toribio pasó por la falda del cerro de San
Cristóbal, frente a la ciudad y que luego sa,cudió sus sandalias diciendo: "n i el polvo de
esta tierra ... ".~ Dícese, también, que en la Capilla de Chinchao, donde dijo su segunda misa
cuando vino por el Huallaga, se guardaba una ·casulla del Santo, y que al pretender recogerla
el Obispo del Valle-, el tenedor de ella la ocultó. - Referente a la insubordinación de los
frailes de Huánuco a la autoridad real, copiemos de Toledo, lo siguiente: "En todas cuantas
ca rtas tengo escritas a vuestra magestad e dado quenta de la oposición que los frayles de todas
las rreligiones que en este rreyno ay hazen al gobierno y exccución de justicia ... es intolerable
su atreuimiento agora an dado casi t o-Oas las ordenes en salir de sus yglesias y monasterioo
con mano armada a quitar delincuentes a la justicia fuera de sagrado en chucuito ... en pro-
uincia de gua nuco de la orden de san agustín defendieron a otro delincuente a quien yo abia
mandado prender a la justicia de aquella ciudad y llego la cosa a tanto que me escriuen que
del monasterio, tiraron un arcabuzazo a los alguaciles y por no quedar yertos los de san fran-
cisco ya que no quitaron presos vn fraile dellos ... " Gobern1mtes de-/ Perú. G.artas y Papeles.
Siglo XVI. El Virrey Toledo. Carta a S.. M. sobre materias de Gobierno Eclesiástico. Cusco,
l de marzo, 1572. P. 413.
CONQUIST A Y COLONIA 369
fesión; y confirmó a 72 personas. San Pedro de Huacaybamb a con 98
tributarios, 70 reservados y 434 de confesión; confirmó 72. San Fran-
cisco de Rondobamba con 78 tributarios, 52 reservados y 3 04 de con-
fesión; confirmó 72. San Cristóbal de Colea, 7 tributarios, 2 reserva-
dos, 24 de confesión; confirmó 3. Yumba, 8 tributarios, 2 reservados,
22 de confesión; confirmó 9. Huacarucho o Lurigancha, 143 tri-
butarios, 93 reservados, 6 de confesión; confirmó 66. Encontró la
Doctrina regentada por el clérigo Fernando Ibargen de Muñatones,
con 400 pesos de sínodo y más 100 pesos de Diego Hernández.
Doctri11a de Santo Domingo de Huacarachwco: Pueblo de Hua-
- carachuco: 190 tributarios, 66 reservados; confirmó 420. Anexos:
San Sebastián de Y amos, 3 8 tributarios, 13 reservados; confirmó 42.
Un obraje de don Luis, 30 tributarios, 40 muchachos, tiene 7
telares y 60 tornos, de ellos hay 16 bordadores y · primadores. Sínodo
de la doctrina 234 pesos oro, y más 480 pesos de plata ensayada, del
ganado dejado por Gonzalo de Guzmán, conforme a la declaración
del beneficiado Ambrosio Martel. Iglesia de Huacrachuco 1.441 cabe-
zas de ganado, la mitad de un molino que está en Huaripampa; el
hospital con 42 cabezas de ovejas. Su párroco Fray Fernando de Men-
doza.
Doctrina de Espíritu Santo de Lfacta: Pueblo de Llacta: 150 indios
tributarios, 82 viejos, 605 viudas y solteras; confirmó 155. Anexos:
Puños: 443 tributarios, 20 reservados, viejas y solteras 31; confirmó
65. Miraflores, 43 tributarios, 30 viejos, 34 viudas y solteras, 3 viejas;
confirmó 4 2. Singa, 1 5O tributarios, 9 3 reservados, 71 viudas y sol-
teras, 94 viejas; confirmó 9 5. Cura de la Doctrina de Llacta: Br.
Feo. Núñez Tenorio, clérigo presbítero.
Doctrina de los Ba1ios: Pueblo de Nuestra Señora la Concepción
de los Baños, con 109 indios tributarios, 93 mujeres de los dichos
tributarios, 43 reservados con otras 43 mujeres, 56 viudas, 132 solte-
ras, 132 muchachos, 108 muchachas; confirmó 64. Anexos: Santo
Ildiphonso de Yanas, donde halló 3 5 indios tributarios casados con
33 mujeres, 10 reservados, y 9 mujeres de ellos, 17 viudas, 5 solteras,
26 muchachas y 33 muchachos; confirmó 23. Junto a este pueblo,
a media legua, un tambo con 15 tributarios, San Juan de Racha,
con 40 tributarios con 3 6 mujeres, 15 reservados y 12 mujeres, 23
viudas, 5 solteras, 30 muchachos y 31 muchach as; confirmó 27.
Santiago de Chupán, 53 tributarios con 5 5 mujeres, 19 reservados con
14 mujeres, 14 viudas, 6 solteras, 67 muchachos, .4 2 muchachas; con-
firmó 18 personas. San Lucas de Choque, con 52 tributarios con 48
370 HIST ORIA DE HUÁNUCO

mu3eres, 23 reservados con 14 mujeres, 20 viudas, 2 solteras, 49 mu-


chachos, 69 muchachas; confirmó 48 personas. Santiago de Rontos,
33 tributarios con 29 mujeres, 15 reservados con 14 mujeres, 17
viudas, 34 muchachos, 36 muchachas; confirmó 20 personas. San
Francisco de Maras, 21 tributarios con 16 mujeres, 11 reservados con
7 mujeres, 20 viudas, 4 solteras, 23 muchachos, 21 muchachas; con-
firmó 54 personas. San Pedro de Quipas, 14 tributarios con 12 mu-
jeres, 9 reservados, 1 O viudas, 4 solteras, 2 6 muchachos, 3 5 muchachas;
confirmó a 25 personas. San Juan de Cuzma, 25 tributarios con 20
mujeres, 13 reservados, con 11 mujeres, 10 viudas, 29 muchachos,
28 muchachas; confirmó 19 personas. Cura de la Doctrina: Fray Mi-
guel de Rivera de la Orden de la Merced.
Doctrina del Nombre de Jesús: El pueblo de Nombre de Jesús,
200 indios tributarios, 70 reservados, 420 de confesión, ánimas chicas
y grandes 800 ; confirmó 140 personas. Anexos: Espíritu Santo de
Margos, 190 tributarios, 60 viejos reservados, 3 80 de confesión, ánimas
chicas y grandes 700; confirmó 160. San Francisco de Guangrani,
con 70 indios tributarios, 3 O reservados, 2 5O de confesión, ánimas
400; confirmó 60. San José de Choras, 1O indios tributarios, 5 reser-
vados, 60 de confesión, ánimas 100; confirmó 40 personas. Cani, 5
indios tributarios, 2 reservados, 20 de confesión, ánimas 3 O, confirmó
3 O personas. Cura de la Doctrina: Fray Andrés Vela, mercedario 7 •
(Por ser extensos los datos sobre los Corregimientos de Huaylas, Con-
chucos y Cajatambo, no los transcribimos; concretándonos a dar
el número de las doctrinas en aquellas provincias que ya tenemos
nombradas).
En el curso del siglo XVII, don Miguel Budi de Azorín , por el
Arzobispo Lobo Guerrero, visitó la ciudad de Huánuco en el año
1717. En agosto de 1625 , lo hizo, personalmente, el Arzobispo Gon-
zalo del Campo. Este prelado, en labor evangelizadora, salió de Lima
el 22 de mayo de 1626; viajando por Canta, donde visitó algunos
pueblos, confesando y confirmando, arribó a Huánuco en 15 de agosto
de dicho añ o. · Formaron en su comitiv a el Dr. Fernando de A ven-
d año, Cura R ector de la C atedral d e Lima ; el Lic. don Juan D í az
de Quint ana y 8 sacerdotes de ,l a Com pañía de J esús con su Superior,
el padre Miguel Salazar . En la ciud ad de Huánuco el Arzobispo
celebró en la Iglesia M;ltriz misa pon tifical en 6 d e agosto, d ía de la

7 Diario de la Segunda visita que hizo de .rn A rquMiócesis, etc., cit. "Revista del Archivo.
N acional del Perú". T. JI, En t rcg. I ', cit., ps. 40, 7 4, 75 y l!'i gs.
CONQUISTA Y COLONIA 371

Transfiguración del Señor, en cuya ceremonia bautizó al Cacique pana-


tahua Talancha y esposa, al que se le puso el nombre de Antonio.

Haciendo de Huánuco la sede de sus incursiones misionales, en 15 de


agosto -día en que se celebraba la fundación de la ciudad- mandó al
Licenciado Juan Díaz de Quintana y al padre Miguel Salazar, acompa-
ñados de soldados, para catequizar a los Panatahuas y Tingaleses; ben-
dijo la efigie de Cristo Crucificado, dió ornamentos de culto para la
primera Iglesia que se fundara. Los panatahuas se sometieron a la fe,
y se erigió una Iglesia en el pueblo de Muña, que se puso bajo la advo-
cación de la Santa Cruz. Luego envió, a su costa, misioneros a los
Carapachos y Quidquicanas, pagó a los carpinteros, etc. Poco después,
el Arzobispo se dirigió, personalmente, en visita pastoral, a Chavín, pa-
sando por Llata y Singa. En todo su trayecto, hasta Recuay, confirmó
22.000 personas. En Recuay fué envenenado por el Cacique de aquel
pueblo, según se dice, por haberlo separado de su concubina; falleciendo
en 1626, en el lugar llamado hoy "Arzobispo".
Estando vacante el Arzobispado, por el Cabildo Eclesiástico visitó
la parroquia del Cercado de Huánuco, en 1643, el Canónigo Juan de
Cabrera y Benavides.
En 15 de setiembre de 1682, visitó la ciudad el Arzobispo don
Melchor de Liñán y Cisneros. Luego pasó a Llata, en la que estuvo en
23 de octubre.
En el siglo XVIII llegó a Huánuco -20 de febrero de 1720- el
prelado don Pedro Morcillo; y en 5 de octubre de 1729, por segunda
vez, el propio don Diego Morcillo, quien también visitó Singa y Pa-
narca.
En marzo de 173 5 por el Arzobispo Francisco Antonio de Escandón,
el Cura D. Santiago de Bengoa, Visitador General del Arzobispado, se
constituyó en las parroquias de El Valle, Singa y Pariarca, como consta
de los libros parroquiales. En 1760 el propio Cura lo hizo en sede Va-
cante por el Cabildo; y en 1760 él mismo por el Arzobispo don Diego
de Corzo.
El cura de Huácar don José Antonio de León, en 1769, visitó la ciu-
dad por el Arzobispo don Diego Antonio de Parada; el propio que llegó,
asimismo, a Singa y a Jesús, parroquias del Corregimiento de Huamalíes.
Por el nombrado Arzobispo, visitó la Iglesia Matriz de Huánuco el Cura
don José Tomás Orrantia y Anay, que pasó en su misión a El Valle,
Caina, Jesús; en tanto, otro visitador, don Nicolás Antonio de Aspur,
llegó a Llata y Singa.
372 HISTORIA DE HUÁNUCO

El Arzobispo Monseñor Juan Domingo Gonzales de b ReguerJ,


en setiembre de 1786, estuvo de visita en la ciudad y en la parroquia de
El Valle. Y por su persona, lo hizo en 1782, el Cura don Nicolás An-
tonio de Aspur, recorriendo las parroquias de Llata, Singa y Jesús, cu-
ratos de Huamalíes.
Otros visitadores que recorrieron las parroquias de los Corregi-
mientos de Tarma y Huamalíes, fueron: don Pedro Llanos de Escalona,
(1760); don Tomás Gerardino Arce, que lo hizo en representación del
Arzobispo José Zeballos, ( 17 44) ; don Francisco de Echevarrí a, por el
Arzobispo Diego de Parada, ( 1771) ; el Arzobispo Pedro de Villagómez,
( 1670), que visitó Llata y Singa. Estas mismas parroquias fueron
también visitadas por don Alejo de Guilléstegui y Varistain, ( 1722);
Juan Martínez de Lejarza, por el Arzobispo del Corzo, (1758); Alfonso
Alarcón Manrique, Alejo Guilléstegui y Varistain, ( 1722) 8 •

Al mismo tiempo que los españoles penetraban en la selva en busca


de "El Dorado'', las órdenes religiosas empezaron a catequizar a las
tribus bárbaras que habitaban en ella. O, si se quiere, los intentos de
colonización de la selva fueron acompañados por la obra evangelizadora
cristiana. Aún más, si desde mediados del siglo XVI cesaron las incursio-
nes armadas de los conquistadores, los miembros de las órdenes religiosas
prosiguieron, sin desmayo, la "catequización de almas" en esas inhós-
pitas regiones.
La conquista de las grandes zonas de la selva del centro peruano,
así como la fundación de los pueblos en sus límites, es, pues, obra de
los religiosos; particularmente de los que salieron de los conventos
franciscanos de Lima, León de Huánuco, Huácar, San Cristóbal de
Coni o Santa María del Valle y Santa Rosa de Ocopa. Tal empresa la
realizaron, paulatinamente; siguiendo los cursos del río Huallaga y
afluentes donde vivían los indómitos panataguas, patalones, notuas,
fin.galeses, tulwmayos, sisinpares, etc.; del Marañón y tributarios, en
cuyas orillas estaban los garapachos, quidquicanas; y de los ríos Pa-
chitea, Ene y Perené y Ucayali, por donde moraban los campas, cunibos,
cocam~, etc.

Pero, hay que advertir que el gobierno virreinal intervino, por or-

8 Datos t&mados de la Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Hu ánuco y Ju11Í11,


por Monseñor F11.ANCISC0 RulllÉN BERROA.
CONQUISTA Y COLONIA 373

den de la C-Orona, para ayudar dichas conversiones; ya con el dinero


del Erario Real, o ya con tropas para defender la vida de los religiosos,
como para repeler las incursiones armadas de los salvajes.
Esta protección no cesó y fué más poderosa a partir del segundo
tercio del siglo XVIII.
En la conquista de la selva huanuqueña, como lo tenemos dicho,
intervinieron casi exclusivamente los frailes franciscanos y jesuí tas.
Tocando a los primeros la más vasta como ininterrumpida labor; y de
aquí podemos llamarlos los históricos couvertores.
Los primeros misioneros franciscanos que llegaron a la nación de los
panatahuas, fueron los frailes Antonio Jurado y Francisco de Olivares,
acompañando a Gómez Arias Dávila que emprendió la conquista de
Rupa-Rupa, en 1557; y poco tiempo después estos mismos ingresaron
con miembros de su orden. En ambas ocasiones se pretendió convertir
a los panatahuas; pero se mostraron hostiles y reacios al sometimiento 9 •
En 1619 el Padre Fray Gregorio de Bolívar, con Cédula de su Ma-
jestad, realizó una "nueva entrada" a las montañas de Chinchao, en
compañía de 4 frailes y dos legos. Fray Juan de San Antonio y Fray
Matías de San Francisco llegaron a las selvas del Tulumayo; pero per-
didos en ellas, luego de sufrir mil penalidades, regresaron a Lima, de
donde habían salido. El Marqués de. Guadalcázar, en su Memoria, re-
fiere tal hecho. "La obligación que S. M. tiene de procurar la con-
versión de los indios bárbaros es grande; y así, se pone en ello mucho
cuidado, enviando algunas misiones por las partes por donde más dispo-
sición se halla para ello; las cuales se encomiendan de ordinario a religio-
sos de la Compañía de Jesús y San Francisco; y últimamente encargué
yo al P. Fray Gregorio de Bolívar, descalzo de la Orden, de los indios pa-
nataguas y carapachos, que caen cerca de la ciudad de Huánuco, por
traer Cédula de Su Majestad para que se le socorriese con lo necesario
para su persona y los demás religiosos que lleváren a esto, que fueron
seis, cuatro sacerdotes y dos legos . . . y así ha surtido poco efecto su
entrada" 10• Teniendo como centro de operaciones la ciudad de Huá-
nuco, como tenemos expresado, el Arzobispo de Lima, Monseñor Gon-
zalo del Campo, en 15 de agosto de 1626, envió al Licenciado Juan de
Dios Quintana y al padre Superior de los Jesuítas Miguel Salazar, a

fl Gobernación de R11pa-R11pa. Piezas de un pleito criminal seguido en la Audiencia


de Los Reyes contra el capitán Gómez Arias Dávila ... (1559-1560). Juicio de Límífes
entre Perú y Bolivia. T. V, ps. 83-226.
10 Colección de las Mrmorias o Relaciones que escribieron los Virreyes del Pnú
acerca del estado en que dejaban las cosas generales del Reino. Memoria del Marqués de
Guadalcázar. T. Il, p. 46.
374 HISTORIA DE HUÁNUCO

la catequización de los panatahuas y tingaleses; llegando aquellos a


fundar un pueblo: Santa Cruz. La catequización se realizó ayudados
por el jallco o cacique converso de los panatahuas Juan Antonio Ta-
lanchumena, en su infidelidad Mollepux, a quien casó el propio Arzo-
obispo en 6 de agosto del citado año, en la Iglesia Matriz de Huánuco 11 •
Los franciscanos Fray Jerónimo de Jiménez, limeño, y Fray Cris-
tóbal de Larios, natural de lea, persiguieron internarse a la nación Pa-
natahua por la vía de Tarma, pasando por Caniguas y Antis. Pero
fueron muertos, a flechazos, en orillas de un río, en diciembre de 1637.
En 1642, Fray Lucas de los Ríos, convertor de los panatahuas, mu-
rió entre ellos, atacado de tuberculosis. También de enfermedad falleció
en 164 5, en el anexo de Santa Clara de Chusco, Fray Juan de Cabezas,
natural de Chile, después de haber ejercido doce años su apostolado en
esa tribu.
Los misioneros jesuítas partieron también para convertir a los ca-
rapachos que moraban en las montañas de Chavín de Pariarca, en el
Corregimiento de Huamalíes. Allí sometieron a la fe cristiana a muchos
caciques carapachos; dejando a cuatro jesuítas para continuar la labor
evangelizadora, nombrándoles curas, y donde sirvieron muchos años,
hasta que entregaron la parroquia a los clérigos.
Calancha escribía en 1638 en su Crónica Moralizada: "Han en-
trado los Religiosos de la Compañía de Jesús por el río Insuro, tienen
el pueblo de Chavín, de donde comenzaron su conquista . .. , y van
convirtiendo muchas ánimas de los Panataguas y Carapachos, fueron
de los primeros el Padre Silva, y el Padre Antonio de Aguirre, criollo
de Chuquisaca; tienen Iglesia en el valle de Pampanteco, donde han
fundado un pueblo que se llama la Ascensión, y en otro país fundaron
otro llamado la Asunción" ... 12 •
El Virrey Conde de Chinchón, en la Relación que dejó a su sucesor
el Marqués de Mancern, se refiere a esta misma conversión . . . "Hizo
sentir efecto considerable la misión del P. Gregorio de Bolívar de la
orden de San Francisco de los indios Panataguas, por su medio; pero

11 Andrés Thalancha, hijo del Alférez Antonio Thalancha y nieto del Cacique
aludido, en un memorial al Virrey, solicitando se le declare libre del tributo y otros;
dice que su dicho abuelo ayudó en la conversión de más de 60.000 almas, fundó varios
pueblos y sirvió a la Corona 12 años como militar, tanto en Valdivia, Chile, como tn
el Perú. BERROA: Monografía de la Diócesis de Huánuco y Junín, p. 244. - Fe bautismal
del cacique Juan Antonio Talanchumena, p. 77.
12 Crónica Moralizada del Orden de San Agustín en el Perú. Capt. XVII. La Ciudad
de Huánuco. Trascrito en "Los Cronistas de Conventos". Colee. Biblioteca Cultura Peruana
T. IV, p. 105. '
CONQUISTA Y COLONIA 375
queda ahora pendiente con buenos principios, encargada a su propia
religión, tan adecuada a su intento, que se le ha dado la doctrina de
Chavin ... " 13 •
Otros de los convertores de los panatahuas, por 1633, fueron los
misioneros Fray Felipe de Luyando, iqueño, que pasó 9 años entre ellos,
Fray Juan Rondón y Fray Juan Velazco, a quienes les sirvió como in-
troductor el referido Cacique Talancha.
Saliendo del Convento de Huánuco, penetraron, por orillas de Hua-
llaga, hasta Chinchao y Tonua. Luyando regresó a Huánuco, de donde
volvió con auxilio de la Caja Real y con los padres Fray Ignacio Y ra-
rraga, Fray Jerónimo Jiménez y Fray Francisco Suárez; que llegaron,
a pie, hasta el río Tulumayo, y luego hasta el territorio de los payanzos,
catequizándolos, en 1644, a esas tribus que vivían en un ancho valle,
al pie de la Cordillera Azul, en la divisoria de las aguas del Huallaga y
el Aguaytía y Las Pampas del Sacramento; en cuyos linderos y en lai>
montañas de Pillao, Chinchao, Chiguangala y Tulumayo fundaron y
establecieron las reducciones de Santa Ana de Jaupar, San Antonio de
Cucheros, La Concepción de Tonua o Toma, San Francisco de Chusco,
San Buenaventura de Tulumayo y San Felipe de los Tingaleses, como
lo atestiguan los padres Luis Moreno y Diego Córdoba Salinas 14 •
El Virrey Conde de Salvatierra, (1650), refiere que Fray Bartolomé
Báez, franciscano, estuvo encargado de los panatahuas y fundó 5 Igle-
sias y otros tantos pueblos en que quedaron reducidos; y que, estando
los panatahuas pacíficos vinieron los payanzos diciendo que se conver-
tirían si se les ayudase contra los guaraguaguas y otras tribus que les
tenían ocupados sus pesquerías y salinas, causándoles muchos daños y
muertes. Dice también que por pedimiento de Juan López Rael, per-
sona de caudal, se le dió el título de Capitán de Guerra y Justicia Mayor
y 24 arcabuces y pólvora, balas y cuerdas, para la conquista de dichos
indios; y se le mandó 18 bocas de fuego, pólvora y otros pedidos, para
que sirvieran de resguardo en las entradas 15 •
Desde 1641 Fray Gaspar Vera Álvarez y Fray Juan Cabezas, per-
manecieron entre los panatahuas; fundando, en 1643, los pueblos de
la Trinidad de Tepquis y Magdalena de los Quidquicanas.

13 Relación del estado en que el Conde de Chinchón deja el gobierno del Perú
al señor Virrey Marqués de Mancera. Colee. de las Memorias o Relaciones que escribieron
los Virreyes del Perú, etc. T. U, p. 70.
14 Datos tomados de Historia de las Misfones Fr:anciscanas, por Fray BERNARDINq
IzAGUIRRE.
15 Relación del estado en que dejó el gobierno de estos reinos el Conde de Salva-
t ierra. Colee. de las Memorias o Relaciones que escribieron los Virreyes, efe. T. II, p. 220.
376 HISTORIA DE H UÁNUCO

Más t arde -1649- el Virrey Conde de Salvatierra extendió


t í tu lo de tierras a Cucheros, Pillao y Chinchao, "del distrito de los
Panataguas y Payanzos" 16 • Este mismo año, el ya citado Fray Gaspar
de Vera, en una comunicación, afirmaba que los indios fronterizos
eran pocos por haber muerto con la peste, que los payanzos no
podí an acudir a las fronteras sin ayuda de los panataguas y que
de propia voluntad se dieron de paz 17•
En 1657, Fray Alonso Caballero ingresó a la nación de los pa-
yanzos. Mas tuvo que regresar al Tulumayo por las disputas entre
indios. Y en 1670, de las misiones panatahuas sólo quedaba Cucheros;
pues, los otros pueblos se habían despoblado por la "virguela".
Empero, esta obra llena de sacrificios de los frailes franciscanos,
no fué duradera. Se perdieron las misiones desde comienzos del siglo
XVIII. Los indios en tiempo de verano volvían a sus selvas, llevándose
a sus familiares que se habían reducido en pueblos, apostatando la
religión. En 1704, el cacique de Tulumayo Felipe Curamaje sublevó
a los conversos y después de dar muerte a Fray Jerónimo de los Ríos,
lo q uem aron todo; y los que pudieron escapar se ·pasaron a la aldea
de Cucheros; en tanto los indios Mages se instalaron en el Pozuzo,
con su conversor Fray Gregorio Matos. Fué a r aí z de estos hechos
y p ara que sirviera de refugio y descanso a los misioneros, en 1706,
se erigió un hospicio en el alto de Chaglla, donde se estableció una
v aquería de 100 cabezas de ganado, para hacer charqui para los que
se internaban a las Pampas del Sacramento, en cuyos linderos pa-
decían hambre y otras penalidades.
Con el objeto de establecer las misiones panatahuas, en 1711,
llegó a Huánuco Fray Francisco de San José. Al 1ño siguiente se
internó en las selvas, llegando hasta el Pozuzo, donde halló indios
mages. Fundó dos iglesias: una en Pozuzo y otra en Cucheros, y
dejó un religioso para que continuara la catequización.

No menos empeño y sacrificios pusieron los franciscanos, para


la conversión de los selvícolas de la zona de los ríos Pachitea, Ene
y Perené, que se hallaban dentro de la jurisdicción de la Ciudad de

lü O ficio al Oidor Andrés de Vi var, mayo de 1649 , cit. de BERROA, en Mo nografía


Eclesiástica de la Dióciesis de H11 á11uco y JunÍll , p. 766.
1 7 Oficio al Oidor Andrés de Vi va r, cit. p. cit .
CONQUISTA Y COLONIA 377

Huánuco y como territorios pertenecientes al Corregimiento de Tarma


y Chinchaycocha.
A mediados del siglo XVI, los franciscanos, saliendo de su con-
vento de Concepción de Jauja, establecieron las parroquias de Comas
y Andamarca, que sirviera de punto de. partida para ir al Perené y
Pongoa, Chanchamayo y Vitos, donde comenzaron a reducirlos en
pueblos y evangelizar a los chunchos.
Fray Diego de Parres fué el primer convertidor de los infieles de
esa zona. En 15 86, afirmaba: "Por Chinchaycocha entré a dos pro-
vincias de guerra que dicen Oxamarca y pilcozones, donde con mi
predicación saqué seis caciques señores de doctrina con mucha gente,
los cuales poblé en el valle de Guancabamba, 20 leguas de chinchay-
cocha y bautizé los caciques y los casé y les hize Iglesia y puse
doctrina" 18 •
En 1641, el padre Illescas, en compañía de dos legos, se embarcó
en Quimiri (Chanchamayo) y recorrió el Perené, llegando hasta el
Ucayali, en la desembocadura del Aguaitía, donde fué muerto por los
salvajes, juntamente con sus acompañantes.
Fray Alonso Robles -1671- continuando la obra del padre
Illescas, penetró a las montañas del río Perené, por la vía del Huan-
cabamba, y refundó el pueblo de Quimiri que había sido quemado
por los salvajes.
Fray Jerónimo Jiménez, en 163 5, ingresando por Paucartambo,
llegó al Cerro de la Sal.
Una nueva vía de entrada a las selvas abrió 1 el año 1673, el Padre
Fray Manuel Biedma. Pues, secundado por los frailes Ojeda y Fran-
cisco Izquierdo, atravesó la cordillera de Comas, que está entre e1
valle de Ja u ja y la selva, y llegó a las montañas del río. Pangoa,
poblada por los Campas, donde fundó el pueblo de Santa Crwz de
Socomoro. Este mismo padre Biedma, descubrió la vía que unió Soco-
moro con Quimiri, navegando por el Perené; y fundando, m3s tarde,
el pueblo de Pichana, en el camino medio entre Socomoro y Quimiri,
lugar en que quedó como convertor el Padre Francisco Izquierdo,
quien, un año más tarde, -1674- fué victimado a flechazos por
el converso Mangaré que destruyó Pichana.
Después de grandes trabajos, los franciscanos llegaron al río Pano
o Ucayali, convirtiendo a los cunibos, desde 163 5. Siendo los prime-

18 Memorial de Fray Diego de Porrcs, del Orden de Nuestra Señora de la Merced.


Documento del Archivo de Indias. OrKanización de la Iglesia y órdenes Religiosas en el
Virreinato del Perú en el siglo XVI. T. I, p. 397.
378 HISTORIA DE HUÁNUCO

ros catequizadores de tal tribu: Fray Francisco de la Fuente, Fray


Francisco de Rojas Guzmán, ~ray Joseph Herrera y los seglares
Pedro Castilla, Pedro Salazar, Juan José de los Ríos y Jerónimo de
Linares.
Los trabajos de conversión de estos frailes, se paralizaron en 16871
por la intromisión de los Jesuítas del Convento de Quito, que nave-
gando río arriba el Ucayali, habían invadido sus posesiones, fun-
dando el pueblo de San Javier. Esta situación fué sometida a la
autoridad del Virrey Melchor de Navarra y Rocafull, para que en
su calidad de representante del Patronato Real, la resolviera. El Virrey
declaró que a la misión de los padres franciscanos, correspondía, nave-
gando el Ucayali, hasta el pueblo de Canibos; y a los jesuítas, el Gran
Pajonal, río arriba, hasta Cunibos, inclusive.
C_omo este fallo no satisfizo, en 1734, Fray José de San Antonio,
Comisario de las misiones de infieles del Cerro de la Sal, Xauxas, Huá-
nuco y Cajamarquilla, elevó memorial al Rey. En dicho documento
se decía que Fray Francisco de San José, venido de Méjico, al llegar
a las, misiones nombradas se había encontrado con que a varios reli-
giosos habían muerto en Cerro de la Sal y Quimiri; que con grandes
esfuerzos se había refundado el pueblo de Quimiri; que como eran muy
pocos los religiosos que vivían en Huánuco, San Miguel de Pisco y
Santa Rosa de Ocopa, se permitiera que se embarcasen 12 religiosos
de España, a los que se les acordase una subvención. Aprobado dicho
Memorial por el Consejo de Indias, se remitieron 12 frailes, de los
que sólo 1O llegaron a Pisco, internándose algunos de ellos a Ocopa.
Poco después, se pidieron otros 20 religiosos más. Pero, por la dificultad
de traerlos, se acordó mediante Real Cédula de 22 de setiembre de
1734, que los hospicios de Huánuco, Pisco y Ocopa se convirtiesen
en Colegios de Propaganda; es decir, que se formasen religiosos de
hijos naturales del Perú. Mas, como esta cédula no se ejecutase, se
insistió en su cumplimiento por el Procurador General de las misiones,
en 1738, mediante memorial. En él se noticiaba que los indios al
mando del cacique del pueblo de Catalipango, Ignacio T orrato, habían
invadido el pueblo de Socomoro, capital de los mismos, victimando
a Fray Manuel Rejo, Fray Alonso del Espíritu Santo y Fray Cris-
tóbal Pacheco y dos tonsurados y 15 cristianos. Atendiendo a este
pedi~ento, el Virrey ordenó que la Caja de Jauja abonase puntual-
mente 6.000 pesos anuales, y 2.000 a cada Colegio de conversión 19 •

19 Historia de las Mision es Franciscanas, por Fray B ERNARDINO IzAGUIRRE.


CONQUISTA Y COLONIA 379

En 1742, los pueblos y misiones de las selvas de Huánuco, Tarma


y Jauja, sufrieron una gran conmoción. El mestizo Juan Santos,
natural del Cusco, educado por los jesuítas, a quienes acompañó a
España y África, penetró por Huanta a la selva y sublevó las regio-
nes del Gran Pajonal, Huancabamba, Cerro de la Sal y demás, con-
tando con la adhesión de los curacas Bisabequi, Santabongori y otros.
Diciéndose descendiente del último Inca ajusticiado por Pizarro, tomó
el nombre de Atahualpa Apo Inca Huaynacapac; y predicó la guerra
a los blancos y a sus costumbres; la destrucción de los pueblos f un-
dados por los misioneros; y ofreció la restauración del Imperio Incaico.
Destruídos los pueblos de Quimiri, Socomoro, Pichana, Eneno,
Matrazo, Nijandaris y Quispango; se enfrentó a la primera expedición
remitida de Lima por el Virrey Marqués de Villagarcía, a fines de
1742, y luego de derrotarlo, tomó el pueblo de Monobamba. Cuatro
años después, en 15 50, derrotó también a las fuerzas realistas envia-
das por el Virrey Conde de Superunda, y ocupó pueblos serranos, como
Andamarca, Jauja; amenazando con tomar Tarma. Las expediciones
militares que se armaron hasta 1752, fueron inútiles. Porque la rebe-
lión prosiguió invicta, en tales linderos de selva; y la q~e terminó
sólo con la muerte del caudillo, se supone en 175 6, cuyo hecho está
envuelto en leyendas.
la rebelión de Juan Santos Atahualpa, hizo que se fortificaran los
pueblos de la frontera de la selva de Tarma y Jauja, manteniéndose
tropas en forma permanente en dichos reductos; y aparte de los fuertes
desembolsos del presupuesto colonial y la constante preocupación de
los virreyes; costó la destrucción de más de 3O pueblos, cuya erec-
ción había costado incruentos esfuerzos.

Pese a todo lo sucedido, los franciscanos no deses paaron y prosi-


guieron en su afán de catequización de los sublevados.
El Comisario Fray Joseph de San Antonio, solicitó del Rey de
España: 60 sacerdotes y algunos legos. Accediendo a esa solicitud, se
despachó Cédula en 13 de marzo de 17 51, para que se a tendiera los
3 80 HISTORIA DE HUÁNUCO

gastos de via1e de los religiosos solicitados, de España a Ocopa; que


se les pagara los 6.000 pesos que se les adeudaba de varios años atrás;
que se confirmara al título de Colegio de Misiones al Hospicio de
Ocopa, extendiendo esta provincia a las 7 que había en el Perú; que
se fabricara un fuerte en el Cerro de la Sal, con 50 hombres de
guarnición y se poblase aquel sitio; que igual guarnición se pusiese
en los ríos Oxapampa y Chanchamayo; que se fortificase el Presidio
de Santiago; y se indultase a los indios fugitivos. Completando tal
previsión y a fin de que se librase de la acción de los salvajes, se
fortificaron entonces los siguientes pueblos: Santo Domingo de Mera
Hermosa, Huasa-Huasi, Ulcumayo, Paucartambo y Quiparaca.
(Desde el 7 de abril de 1752, Ocopa quedó, pues, como Colegio
de Propaganda, conformándose a lo dispuesto en las Bulas de Inocencio
XI, expedidas en Roma el 28 de junio y 16 de octubre de 1686).
En 1752, llegaron de España los 60 sacerdotes y 6 legos, que se
distribuyeron en las misiones de Jauja, Cerro de la Sal, Huánuco y
y Cajamarquilla; con prohibición de ser empleados en pueblos de
católicos, ya que habían sido traídos ex profesamente para la conver-
sión de los infieles, a que se dedicaron.
Fué por estos años, el 25 de mayo de 1757, el Padre Fray Alfonso
Abad descubrió el boquerón o paso llamado hoy el "boquerón del
Padre Abad", y por el que se comunica la Cordillera Oriental y mar-
gen del río Huallaga con el Ucayali, al franquear el Aguaitía 20 •
En 1766 y 1767, martirizaron a 16 religiosos franciscanos los sal-
vajes que habían incursionado de la selva. Fray Joseph Gil Muñoz,
Comisario de las Misiones, solicitó a la Audiencia de Lima, que, cum-

'.?O El padre Fray Alfonso Abad, con 9 indios, salió del pueblo de Cucheros hacia
los tulumayos. Pero abandonado por los indios, regresó a Cucheros, después de 15 días de
renoso viaje. El 4 de mayo de 1757 salió, nuevamente, de Cucheros con 17 indios, llegando
a Tulumayo el 15 del mismo· mes. Por la pequeña cadena de cerros de la margen derecha
del río Hu allaga, en 1O días, llegó a un boquer·Ón, donde nacía un riachuelo Cl\le tomaba
la dirección de las Pampas del Sacramento,. las mismas que distinguió desde la cumbre
contigua a dicha abra o boquerón. Esta abra se halla a 1.390 pies sobre el nivel del mar,
tiene dos millas de largo y los muros de ambos lados 4.600 pies de altura.~ El abra
permanecía "perdida" hasta el 17 de julio de 1937, que fué redescubierta por una expe-
di ción de 18 hombres al mando del lng. Augusto Coz Sarria y Alfonso ')Bernós, por orden
del Ministro de Fomento de entonces, empeñado en abrir dicho paso. - Muy pocos datos
¡:oseemos sobre Fray Abad. Llegó al Perú de España en 155 4, al Convento de Oc opa, vía
Buenos Aires. Era natural de San Román de la Cuba, España. Luego de sus conversiones en
las Pampas del Sacramento y Tulumayo, pas·Ó a las conversiones de Cajamarquilla, hasta 1770,
en que se retiró al Colegio de Ocopa, donde murió en 16 de abril de 1788, de avanzada edad.
Historia de las Mhiones Fra11cisca11as, por Fray BERNARDINO lZAGUIRRE. Diario de las Explo-
raciones a las Pampas del Sacramento.
CONQUISTA Y COLONIA 381

pliéndose la Cédula de 17 51, se fortificasen las entradas del Mar::;.ñón


por Huánuco, Pozuzo y Mayro, para salvar a las conversiones; como se
hizo por despacho expedido en 3 de Mayo de 1768. Y se resolvió
levantar una población en la boca del río Mayro, donde tendrían un
lugar para refugiarse los religiosos en caso de ser atacados por los
salvajes. En efecto, se fundó un 1pueblecito: San Bernardino del
Mayro, con más de 9 casas. Para la fundación, se acordó convencer
a las familias voluntarias de los muchos mestizos y mulatos y de algu-
nos españoles que se hallaban en la provincia de Tarma, sin oficio
ni destino; que careciendo de tierras allí podrían legárselas para sub-
venir a sus necesidades; repartiéndoles armas para su defensa, bajo
la dirección de un Cabo que los gobernase.
En mérito a la creación del Colegio de Misiones de Ocopa, la Pro-
vincia de los XII Apóstoles entregó a dicho Colegio el Hospicio de
San Bernardino de Huánuco y los cuatro pueblos: la Asunción de
Pozuzo, Santa Cruz de Muña, San Miguel de Chaglla, San Antonio
de Cucheros; y cuatro pueblos en Cajamarquilla.
Los guardianes de Ocopa, Joseph Hernández, Valentín de Arrieta
y Fray Vicente de Arguelles, prosiguieron, sin desmayo, las conver-
siones. Y el guardián de Huánuco, Fray José Sánchez y Fray Valen-
tín Arrieta, continuaron en su labor a mérito del informe del R. P.
Fray Francisco Alvarez de Villanueva, aprobada por el Virrey La
Croix, y por el mismo que se solicitaba la construcción de un camino
al Mayro, a fin de poner en contacto dicho lugar con Huánuco.
El guardián de Ocopa Fray Manuel de Sobreviela, con interven-
ción del Subdelegado del Partido de los Panatahuas Coronel don Juan
Durán, el concurso del Guardián de Huánuco Fray Luis Colomar
y con la ayuda de los pueblos de Panao, Chaglla y Pozuzo; se dió
comienzo, en el verano de 1790, a los trabajos de apertura de un
camino que fuera de Muña al Mayro y un puente sobre el río Pozuzo;
camino trazado nor dicho ilustrado fraile, cu yo costo se calculó en
cuatro mil pesos 21 •
21 Sobre.,,iela, como vimos mis adelante, trazó varios mapas de las selv:i.s huanuqueñas,
así como de los Corregimientos de Huamalíes, Tarma y Jauja, los que se hallan inéditos
en el Museo Británico de Londres. Es, asimismo, autor de algunos apuntes sobre la .historia
y geografía de dich:i.s regiones. - "Diario del vi:ije a las con <rersioncs de las fronteras de
Huinuco, Partido de la Intendencia de Tarma, Arzobispado de Lim~. y de Pataz a Caja-
marquilla, etc., del padre Guardián del Colegio de Propaganda Pide de Santa Rosa de
Ocopa, Fr. Manuel Sobreviela, el padre ex com isario Fr. Feo, Alvare7. de Villanueva y el
padre Secreurio de la Visita Fr. Vicente Gómez, en el año de 1787". Ps. 77 y siguientes,
de Histori11 de las Mision{?s Francircanas y Narración de los Progresos de la Geografía en el
oriimtr: del Perú, por Fra'Y BERNARDINo IZAGUIRRE. T. VI.
3 82 HISTORIA DE HUÁNUCO

Entre las obras emprendidas por los misioneros franciscanos, para


comunicar su Convento con los pueblos de sus misiones, estaban tam-
bién la "nueva ruta" para Cajamarquilla. En efecto, en julio de 1737,
el visitador de Huánuco Fray Feo. Álvarez de Villanueva, dispuso
que varios misioneros hicieran una exploración para comunicar más
fácilmente Ocopa con Cajamarquilla. De Huánuco salieron Fray Luis
y Vicente Gómez, Secretario de la visita, con dirección a San Antonio
de Playa Grande, en orillas del río Patay Rondos, para internarse de
allí, abriendo trocha, hasta Ramosnío; lugar donde se encontrarían
con el Padre Sobreviela y Fray Francisco Álvarez de Villanueva, que
iban con los Panataguas por el Huallaga, remontando luego el río
Cayumba. Ambas comisiones se encontraron en Tambo de Ramosnío;
y se dispuso que, en adelante, los misioneros que se internasen en las
selvas de Cajamarquilla, debían seguir la ruta de Huánuco-Plaiya
Grande. (Siete días de navegación sobre el Huallaga, luego de Payaten
a Cajamarquilla; con un total de 18 días, desde Ocopa. Dejándose
la ruta Huamalíes-Huaylillas, que duraba de 3 a 4 meses).
El camino de Patay-Rondos a Ramosnío, se construyó en 1787
a 1789. Por estos años, el Padre Villanueva trasladó el pueblo de Ohico-
playa a inmediaciones del río Monzón, llamándolo San Francisco de
Monzón; siendo, por entonces, convertores Fray Marcial Ochoa, Fray
Juan Sugrañas, Fray José López y Fray Antonio Laleona.
CAPÍTULO XVI

RUPA-RUPA O EL NUEVO IMPERIO Y LA CONQUISTA


DE LA SELVA

La autorización a Gómez Arias Dávila para la conquista de la selva del Huallaga o Rupa-
R upa. Los preparativos de la expedición y "entrada" a los Panatahuas, Sisimp"'r y Tulttmayo.
La fundación de la ciudad de Espírillt Santo de Sisimpar. El fracaso y la suspensión de la
campaña. La rebeldía de los Panatahuas y hechos que motivaron el enjuiciamiento de Arias
Dávila, y la condena por la Audiencia. Su rehabilitación para proseguir la conquista, y
mW?rfe del famoso capitán. Otros intentos de colonización de la selva. La obra de Bezares
en el Corregimiento de Huamalíes. La expedición científica de Ruiz y otros a las
montañas de Huánuco.

Para dar ocupación a los soldados que, aun con los nervios altera-
dos por las pasadas . guerras, merodeaban por los ámbitos del Perú,
produciendo no pocos desasosiegos, y en su política de descubrir y
colonizar nuevas tierras en "beneficio de la Corona Real como de la
salud espiritual de sus moradores"; el Virrey Hurtado de Mendoza
otorgó licencia, para que algunos capitanes organizaran, a su costa
y riesgo, dichas conquistas y descubrimientos.
La ciudad de León de Huánuco, considerada como "frontera de
bárbaros", estaba entonces en la cabecera del soñado país de El Do-
rado y valle del Pacay; y entre sus encomenderos contaba con solda-
dos de renombre y experiencia en estas empresas, así como de hol-
gadas rentas.
El capitán Gómez Arias Dávila 1 , vecmo de la ciudad, encomen-

1 Gómez Arias Dávila er2 descendiente de D1ego Arias Dávila, judío converso que
administraba las rentas de don Juan JI de Aragón. Este Dávila que fundó la noble familia
de los Puñoenrostro, casó a su hijo ma'Yor con doña María de Mendoza, hija del primer
Marqués de Santillana y sobrina del primer Duque del Infantado. - Gómez Arias desd'!
su infancia se había dedicado a hs armas, en servicios del Rey. Como tal y con el grado
de Capitán había peleado en África, en la conquista de la Florida con Hernando de Soto,
y de Nicaragua con don Pedro de Alvarado. Fué hermano de Pedro Arias Dávih, gober-
nador de Panamá. Producida la rebelión de Gonzalo Piz.arro y derrotado el virrey Núñez
de Vela, Gómez Arias, llamado por La Gasea, vino al Pená de Nicaragua, trayendo soldados,
esclavos, armas y caballos, a su costa. Con La Gasea organizó la campaña y peleó ~n Jaqui-
.384 HISTORIA DE HUÁNUCO

dero del Repartimiento de los Chupachos y a quien la fama tenía


señalado como aprehensor del rebelde Francisco Hernández Girón,
y de sobradas influencias ante el Virrey; solicitó se le concediera
licencia para la "conquista de la región selvática" llamada Rupa-
Ru.pa, en la que se fundaría un Nuevo Imperio o Gobernación para
la Corona española. En efecto, si en las tierras amazónicas descubiertas
por Francisco de Orellana, Jerónimo de Aguayo, Diego Hernández
de Serpa y Pedro Maraver de Silva, estaban -las gobernaciones de Juan
de Salinas y Juan Cortez; las que quedaban en las márgenes del río
Huallaga, pasando la ciudad de Huánuco, estaban libres de mando
alguno.
Escuchada la solicitud de Gómez Arias Dávila, el Virrey Marqués

j ahuana al mando de una compan1a de infantes. Derrctado Gonzalo Pizarro, La Gasea en


recompensa de sus servicios y fidelidad al Rey, por provisión de 1 de Setiembre de 15 48,
le otorgó la encomienda de los Chupachos, de la jurisdicc~ón de Huánuco, que había tenido
Martín de Alcántara; llegando a la ciudad en compañía de Puelles y tomando parte en
la reedificación de dicha población. Producida la rebelión de Francisco Hernández Girón,
Gómez Arias, juntamente con los capitanes Miguel de la Serna y Juan Tello de Sotomayor
acopió soldados y al mando de una columna fué a ponerse al servicio del Estandarte Real.
Estuvo como capitán en la campaña contra el rebelde, en Villacuri, dende fué derrotado,
luego pasó a la sierra llegando a Pucará, realizando varias comisiones importantes, entre
ellas, llevar pólvora para el ejército Real, y tomó parte en dicha batalla. Derrotado Her-
nández Girón fué comisionada. para cerrar el paso al fugitivo que venía en dirección al
Norte, por el camino de la sierra. En Tambo, de Jauja, dió alcance al rebelde y despué;
de un pequeño encuentro lo prendió personalmente y lo condujo a Lima, donde fué ajm-
ticiado. - Gómcz Arias había gastado en la campaña de La Gasea y de su propio peculio,
20.000 castellanos; y en la de Hernández Gir·Ón 10.000; razón por la que, fuera del
tributo de los indios Chupachos, que se le tenía encomendado, por provisión de 21 de Agosto
de 15 56 recibió 2.000 pesos de renta en la enccmienda que fué de Hernández Girón, en
el Cusco, que estaba vaca. Casado con do·ña Ana Castellón y de Lara, que le sucedi-0 en
la encomienda. - Los descendientes del famoso capit:ín formaron ilustre familia en la
·Colonia; constituyendo el Marquesado de Maenza, cuyo último poseedor es don Ricardo
Dávila Matheu y Bernardo de Quiroz, Conde de Puñoenrostro y Marqués de Casasola. En
h lápida de Gómcz Arias, sita en el lado de la epístola de la Igelsia de San Francisco
de Huánuco, dende está sepultado, se lee el epitafio siguiente: Hic jacet Gomezius Arias
Dávila ex illustris. Comitum de Punonrostro familia, strenuus ah adolecentia miles Aphrica,
Florida, Nicaragua Dux alibi et in Perua Regi fidelis; verus in hoc progenitorum aemulator
a Gasea Praeside honoris ergo dictum sit. Infidelitatis maximae tempestate, nimirum Gundi-
zalvi Pizarro, honorifice nuncupatus vexilli Regii a Pro Rege bellum ingerente deperditi
tuno recuperator. Francisci Hernández Girón post hace verus prachensor, et ob hoc etiam
Regio munere donatus. Gubernatori¡¡ titulo insignis, prcpriis et amplis expensis expeditio-
nem. Novi Imperii aggraessus est: qua de causa bellicum apparatum disposuit, invexit.
Tandem obiit die XXX Julii, anno MDLXII. Sed memoria justi cum laudihus". - Tra-
ducción: "Aquí yace Gómez Arias Dávila, de la muy ilustre familia de los Condes de
Puñocnrostro, soldado valiente desde su adolescencia, Capitán fiel al Rey en África, Florida,
Nicaragua y en otras partes y finalmente en el Perú, donde fué llamado como un timbre
..de honor por el Presidente Gasea, verdadero imitador de sus progenitores, principalmente
en .tiempo de la rebelión de Gonzalo Pizarro: entonces fué llamado honoríficamente, recu-
CONQUISTA Y COLONIA 385

de Cañete le extendió Provisión Real en 20 de Febrero de 15 57, en


nombre del Emperador Carlos I9 y de su madre la Reina Doña Juana
la Loca.
Los principales párrafos de este documento, dicen: "Don Carlos,
etc .... Doña Juana, etc ... " "Por quanto ssomos ynforrnados que
b tierra adentro, passados los términos de la ciudad de León de
Guánuco de los nuestros Reynos del Perú, hazia la tierra y prouincia
que dizen de Rupa-Rupa, ay muchas tierras y cantidad de yndios
ynfieles, donde se podría hazer muchos seruicios a Dios Nuestro
Señor, predicándoles el Evangelio, y enseñándoles las .cosas de nuestra
Santa Fee Católica, y atrayendoles al yugo suave de nuestra Religión
Christiana, para que se cornbiertan a ella y saluen sus ánimas, que es
lo principal que pretendemos y a que tenernos obligación; e por parte
de vos, el Capitán Górnez Arias de Á vila, vezino de la dicha ciudad
de León de Guánuco, nos a ssido pedido y suplicado que, por seruir
a Dios Nuestro Señor y aumentar nuestra Santa Fee Católica, y por
mas nos seruir bien, y acrecentamiento de nuestra Real Corona de
Castilla, quieriades hazer la dicha jornada, a vuestra costa e rninsion,
vos hiziésernos merced de cometer y encargar la predicación y ense-
ñamiento del Santo Evangelio y cosas de nuestra Santa Pee Católica
a los dichos naturales e ynfieles, y el descubrimiento y población de
la dicha tierra, e para mexor lo pudiésedes hazer, vos nombrásemos
y elegiésemos por nuestro Gouernador, Justicia Mayor y Capitán Ge-
neral y Alguazil Mayor, por todos los dias de vuestra vida, de ella
o de los límites y demarcación que fuésemos seruidos de os señalar .. .
Lo qual visto por Don Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete .. .
atento a que sois hijodalgo y buen cristiano y persona de confianza,
fidelidad y experiencia, fué acordado que devíamos de vos lo encar-
gar y cometer ... E por la presente vos lo encargamos y cometemos,
e para ello vos nomb!'."amos y eligimos por nuestro Governador e
Justicia Mayor e Capitán General y Alguazil Mayor, por todos los
días de vuestra vida, de la dicha tierra, límites y demarcaciOF1es yuso
declarado, para que como tal nuestro Governador y Capitán General,
haziendo y llevando con bos la gente y caualgaduras, bastimentos, mu-

perador del eHandarte Real, perdido por el Virrey que dirigía la campaña. Después de esto
verdadero aprehensor de Francisco Hernández Gir-On, por lo que fué agraciado con una
regia recompensa; con el título de Gobernador Insigne, emprendió la expedición del nuevo
imperio con ~ngentes expensa~ de su peculio; a cuyo efecto dispuso y organizó los aprestos
bélicos.' Finalmente murió el día 3 O de julio del año 15 62; pero dejando el laudable recuerdo
de justo renombre". (Monografía de li: Diócesis d.~ H_uá,nuco Y Junín, cit. p. 70).
386 HISTORIA DE HUÁNUCO

niciones y pertrechos y otras cosas para que ello fuere necesario, desde
treynta leguas adelante de la dicha ciudad de León de Guánuco, hazia
la Mar del Norte, por la prouincia de Rupa-Rupa, a una mano y a
otra, sin perjuicio de las poblaciones que están encargadas a Juan de
Salinas y a Juan Cortes, podays, en nuestro nombre y de nuestra
Corona Real de Castilla, por espacio de trezientas leguas de tier r:1,
contadas por la altura, Norte Sur, Meridiano, y de ciento cincuenta
leguas de latitud, descubrir, predicar el Sagrado Evangelio de Nuestro
Señor Jesucristo y enseñar las cosas de nuestra Santa Fee Católica a
los naturales ynfieles della, y poblar los pueblos de españoles que vos
pareciere, en las partes y lugares mas conbinientes, guardando en todo
ello la Instrucción o instrucciones que vos serán dadas por el dicho
nuestro Visorrey acerca de la orden que en ello se a de tener, y no
excediendo ddlas; e guardándola como tal nuestro Gouernador, Jus-
ticia Mayor y Capitán General, de las dichas treszientas leguas aigáis
y tengais la dicha Go.uernación y la nuestra Real Justicia, ciuil y
criminal en todas las ciudades, villas y lugares que en las dichas tres-
zientas leguas de tierra pobláderes, con los oficios de justicia que en
ella pusiéredes" 2 •
El texto de esta provisión, en lo pertinente a la extensión, se
modificó por disposición del mismo Virrey de fecha 2 8 de abril de
15 57, que dice:
·"Mandamos que dicho Capitán Gómez Arias de Auila, nuestro
Gouernador de la dicha prouincia, use de la dicha nuestra Prouisión
Real que dentro va incorporada, en tal manera que tenga por Gouer-
nación las dichas trezientas leguas de longitud que en ellas se declara,
y ansimismo otras trezientas leguas de latitud, sin perjuicio de los
términos de las poblaciones que tenemos encargadas en su comarca,
y sin embargo de que la dicha nuestra Real Prouisión le estan seña-
ladas ciento cincuenta leguas y no más" 3 •

Obten.i da la Real Cédula, conforme la mandaban las Ordenanzas


sobre Descubrimiento y Conquista, Gómez Arias Dávila la hizo pre-

2 Gobernación de R11Pa-R11pa. Piezas de un pleito criminal seg uido en la Audiencia

de Los Reyes contra el capitán Gómez Arias Dávila y su maestre de campo Rodrigo
Tinoco, por malos tratamientos a los indios en la entrada de Rupa-Rup a. (1559-1560).
Juicio de Lírr1ites entre el Perú y ;solivia. Prueba Peruana. T. V, p. 208.
3 GobernacM11 Je R11.pa-Rupa. Pieza~, etc., cit., p. 213.
CONQUISTA Y COLONIA 3 87

gon ar en las ciudades de Lima, Hu ánuco, San Juan de la Frontera de


Hu amanga y Cusco; en est as dos últimas poblaciones en 28 de marzo
y 4 de abril de 15 57, respectivamente 4 • Además, realizó acopio de sol-
dados en ellas; llegando a enganchar 160 hombres de las dos armas:
infantes y de a caballo.
En los meses de marzo y abril comenzaron los preparativos y se
completaron los planes de la ex pedición.
Gómez Arias, desde Lima, con las recuas de Lázaro de la Serna y
N. Navarro -de 40 acémilas cad:i una- mandó transportar a Huá-
nuco: pólvora, armas, municiones, machetes, hachas, tijeras, cuchillos,
clavos, brea, herrajes y otros aderezos para la fábrica de bergantines,
y botica para los enfermos y heridos. En la ciudad de Huánuco y tér-
minos adquirió los otros bastimentos: caballos, yeguas, vacas, puercos,
cabras, carneros, sogas, vestidos de lana y algodón, etc.
Nombró corno a su Teniente General al Capitán Alonso de Mendoza,
como Maese de Campo a Rodrigo Tinaco 5 , que quedaría en Huánuco
en recojo de socorros y soldados de reserva, y nombró como jefe de
armas de las Compañías de soldados a Alonso Gonzales y Antonio de
Chávez, como Alcalde Mayor y Tesorero a Francisco de Ruano, Alcalde
Ordinario a Juan de Quiñónez, designó como Contador a Juan de To-
rres y Escribano de la expedición a Hernando de Cazalla y Escribano
de Cabildo a Pedro Olea. Para la conversión de los infieles acompaña-
rían la expedición los Franciscanos Fray Antonio Jurado y Fray Fran-
cisco de Olivares. Y conforme a la autorización que obtuvo del Virrey,
juntó indios yanaconas de su repartimiento, que utilizaría como auxi-
liares, al mando de su Cacique don Gómez Paucarguaman y de don
Alonso principal de una pachaca. Nombró, también, como lengua ofi-
ci:tl a Antón Ruiz y a Tunya, indio que sabía la lengua de los Pacaes, y
como jefe de los auxiliares Tulumayos al cacique Mat:.unira que había
venido con algunos indios Sisimbar a Huánuco, ofreciendo obediencia
a la Corona española y como aliado de Gómez Arias, ya que era ene-
migo de los panatahuas. .
Luego de ultimarse los preparativos, la expedición salió de la ciudad
de León de Huánuco, a mediados de 15 57, hacia la "conquista de las
provincias de los panataguas, tulumayo, sisimpar y pacay". "Tomando
el camino de Acomayo, Gómez Arias y sus huestes se dirigieron a Pillao,
rumbo al Puente de la Posesión": a 30 leguas de la ciudad, donde co-

4 Gobernación de Rupa-Rupa. Piezas, etc. , cit., p . 151.


5 Goberna<ió n ie Rupa-Rupa. Piezas citds., librti cit., p. 15 6.
388 HISTORIA DE HUÁNUCO

menzaba el lindero de la gobernación de Rupa-Rupa o el Nuevo Im-


perio. Acompañó a la expedición hasta dicho puente el Corregidor de
Huánuco don Diego de Porres para tomar presos a ciertos soldados,
entre ellos a Francisco Hernández que andaba como revoltoso, y libertar
a los indios, que según las ordenanzas, estaba prohibido fuesen contra
su voluntad, a dichas entradas.
Instalado el real en el pueblo de Pillao, antes de penetrar en "tierra
de indios de guerra panataguas" y al saber que tales indómitos indios
andaban de guerra, pues días antes habían muerto al hijo de Hernando
Alonso Malpartida encomendero de Huamancota y a varios indios
yanaconas; Gómez Arias mandó emisarios de indios, luego a Fray
Antonio de Jurado, un intérprete -Ipiane, Cacique del pueblo de
los Mocos- y 40 hombres de a caballo al mando de Antonio de
Chávez, para requerirlos se sometiesen a la autoridad del Rey y abra-
zasen la religión cristiana, y que se les "haría todo buen tratamiento
en sus personas e haziendas, y no se les haría ningún dagno, e se les
perdonaría todo lo que avian hecho antes de agora" 6 •
Pero, como dice un testigo ocular, "salieron los dichos indios Pa-
nataguas de guerra a la dicha gente, e dieron sobrellos, una mañana por
la mañana, al pié de 500 indios, poco más o menos, y se hallegaron
hazia los españoles, armados de guerra con lanzas, e hondas, e piedras
tirando; y estando en esto, mando el dicho Antonio de Cháuez y el
dicho Fray Antonio que nadie tirase arcabuz, ni hechasen mano a otra
armas alguna, hasta tanto que les hablasen e rrequiriesen a los dichos
yndios ... , e les habló dicho fray Antonio por yntérpretes, e les
rrequirió e apercibió ... Los cuales dichos yndios a esto alzaron las aldas
de trás y les mostrauan sus vergüenzas, diziendo que no les tenían
miedo, que los auían de matar a todos; y azian burla de los dichos
requerimientos. E luego comenzaron a tirar con las hondas, piedras; y
pasaron una quebradilla, hazia donde estauan los dichos españoles, y los
cercaron por tres partes, en tal manera, que acaeció que tres yndios de
los dichos panataguas acometieron a tres españoles e vinieron todos a
manos, e tuqieron arto que hazer en defenderse dellos y el Frayle en
escapar su vida"7 •
Al paso de los españoles, los indios panatahuas quemaron sus casas
y destruyeron sus comidas que no pudieron cargar consigo; refugián-
dose en mo.ntes y escondites; y desde ellos atacaban a los expedicio-

fl Gobernación, efe., Piezas, etc., libro cit., p. 120.


7 Gobernación, efe. Piezas ci~k, libro cit., ps. 120, 121. (Declaración del testi.go
Francisco Deza).
CONQUISTA Y COLONIA 389

narios día y noche; matando a los indios yanaconas que cuidaban las
acémilas e indias que preparaban el yantar de las tropas, y robando y
matando los caballos, como lo habían hecho 18 años antes con Mer-
cadillo.
Continuando su ingreso por las márgenes del río Huallaga y sus
afluentes, la gente de Gómez Arias llegó al territorio de los Tulumayos
y Sisimpar. Estas jornadas las realizó el Capitán español con la ayuda
de los indios tulumayos y sisimpar, estos últimos, al mando de su ca-
cique Panconare, quienes cargaron los bastimentas en cambio de tijeras,
machetes, agujas, vestidos y cabras que les dieron los expedicionarios.
Mas, en esta ayuda cesaron repentinamente los indios y comenzaron a
robar los ganados del campamento; llegando a hurtar hasta 200 caballos
y dejando sin cabalgaduras a los conquistadores; aunque poco uso pu-
dieron hacer de dichos animales por lo fragoso del territorio y lo tu-
pido de las selvas, en las que había de abrirse paso a golpe de machete.

Establecido el real en Sisimpar --en la actual jurisdicción de Chin-


chao-- se hizo de su área el centro de operaciones, o base para incur-
siones más al interior de las selvas. A este campamento sito "junto
el río grande que se llama Tulumayo" llegó, en agosto de 15 57, el
Padre Gregario Ruiz Cabezas, como Vicario General de Rupa-Rupa y
sus términos, por nombramiento emanado del Arzobispo Jerónimo de
Loayza, con fecha 18 de mayo de dicho año. Y en el mes de octubre
Gómez Arias fundó en Sisimpar la ciudad del Espíritu Santo, para ser
poblada por españoles y como centro de colonización y capital de la
Gobernación del Nuevo Imperio. Fué en esta Ciudad y Asiento del
Espíritu Santo de Sisimpar que se realizaron, en diciembre y enero, las
probanzas y los requerimientos que se hicieron a los indios, para que
volviesen en paz, como en efecto volvió Matimira que andaba sublevado
con los suyos en los montes. Prosiguiendo la campaña, de Espíritu
Santo de Sisimpar se internaron once jornadas por entre selvas inhós-
pitas, ríos caudalosos; y agotados los víveres los expedicionarios y el
propio Gómez Arias pasaron grandes hambres y enfermaron. Los guías
indios en su plan de extenuados, decían que los llevarían a Cusipata,
en el Pacay, país con mucha gente y riquezas. O como dice un expe-
dicionario « . . . los dichos Caciques de la prouincia del Pacay, y las di-
chas guías dixeron al dicho Gómez Arias que le llevarían a la prouincia
390 HISTORIA DE HUÁNUCO

de Cuxipata, que era tierra muy rrica e de mucha gente. Los quales,
con engaño, e para matar al dicho Gómez Arias e a los que con el
yvan, se concertaron de llebarlos por montañas e rrios e despoblado sin
camino, porque todos peresciesen de anbre o ahogados en los rrios, lle-
bando como los llebaron honze días por los dichos despoblados". Por
donde «vino toda la gente a adolecer e hinchárseles las barrigas e pier-
nas de las yeruas que comían" 8 •
La enfermedad de Gómez Arias y los suyos, las últimas duras e inú-
tiles jornadas y la falta de bastimen t os, hizo que las tropas se desalen-
taran y comenzara la deserción. Para proseguir la campaña, el Gober-
nador pidió auxilio de tropas y dinero al Virrey de Lima, así como a
Rodrigo Tinaco su Maese de Campo en Huánuco. Este soldado acudió
con algunos hombres, indios y negros, llevando «socorros de ganados e
tocinos e bizcochos e medicinas para los soldados e jente que estaua en
el dicho asiento de Sisimpar e de que los dichos soldados e jente rresci-
bieron gran beneficio y prouecho; e que ... si el dicho Rodrigo Tinaco
no llegara tan presto como llegó, dende a dos o tres días se salieron toda
la gente que allí estaua, porque al tiempo que llegaron se andauan todos
aderezando para salirse" 9 •
El Virrey Marqués de Cañete que, tiempo antes, había remitido gra-
nos por intermedio de Juan Montañez, le negó el socorro solicitado,
diciéndole que «el año siguiente bolvería a seguir el dicno descubri-
miento y que entonces le ayudaría para ello", y que suspendiese la en-
trada.
Al saber la decisión del Virrey, Gómez Arias abandonó la empresa
y tomó camino de regreso a la ciudad de Huánuco. Al pasar por la
provincia de los panatahuas, tuvo que enfrentarse a tales indios que los
atacaban; y victimaron, en una escaramuza, · al Cacique Matimira que
volvía con los españoles. Pues, "en un arroyo, questava en vna que-
brada honda, donde nos los pudieron ver bien, al dicho Matimira y el
Cacique Panatagua se asieron: ... e veniendo ciertos indios ... e otros
dos o tres soldados de los que allí yvan fueron corriendo por la ladera
abaxo, e llegando al dicho arroyo hallaron al dicho Matimir:i cortada
la cabeza ... que el dicho Matimira havía dicho a los caciques Pana-
taguas que avia de ser c;u Cacique e los avia de traer por fuerza, e que
así se avia asido e lo avian muerto ... " 10 •

8 Gobernación, efe., cit. Piezas citds., libro cit., p. 129.


9 Gobernación, etc., cit. P iezas citds., p. 169, II. (Declaraci.ón de Juan 1\1artin~>
Tinaco).
10 Gobernación, etc., cit. Piezas citds., libro cit., p. 171.
CONQUISTA Y COLONIA 391

En el tiempo de la campaña -Ruiz Cabezas, asegura que duró dos


años- Gómez Arias había descubierto más de 100 leguas de tierra;
gastado más de 40.000 castellanos; de ellos 8.000 pesos prestados de la
Caja Real, pagaderos del tributo de su Encomienda 11 • No se conoce la
geografía de la expedición; pero, parece que se había explorado las selvas
de los ríos Huallaga, Tulumayo, Monzón y las regiones de Ohinchao,
Chiguangala, Panatahuas, Valle de Pacay o P ampas del Sacramento.

A raíz de la muerte de Matimira y otros sucesos que motivaron la


desaparición de algunos indios, ya por la furia de los soldados o por
mandato de la Justicia; en 15 59, por denuncia del Fiscal Diego de Pi-
neda se le abrió causa criminal en la Audiencia de Lima a Gómez
Arias, así como a Rodrigo Tinaco. Se les acusó de malos tratamientos
a los indios en la entrada de Rupa-Rupa y de haber llevado indios del
pueblo de Huamancota, de la encomienda de Alonso de Malpartida.
Gómez Arias, mediante su procurador Juan de Arrandolaza, se de-
fendió de los cargos, presentando numerosos testigos. En igual forma
lo hizo Rodrigo Tinoco. Pero, pese a todas las deposiciones testificales,
por sentencia de 16 de enero de 15 60, fué condenado a suspensión del
repartimiento de indios Chupachos, del que era encomendero, por el
tiempo de 6 años; debiendo· pagar de los tributos que abonaban dichos
indios para los de la encomienda de Hernando Alonso Malpartida, y la
otra cuarta parte para los hospitales de españoles y naturales de las
ciudades de Los Reyes y Huánuco; y más 3.000 pesos: la mitad para
la Cámara Real y la otra mitad para dichos hospitales: y, asnnismo,
se le condenó a destierro de Lima, a cinco leguas, y de la ciudad de
Huánuco y sus términos, por tiempo de seis años 12 •
Apelado este fallo, Gómez Arias ofreció nuevos testigos que actua-
ron conforme a un extenso interrogatorio; presentó provisión del Virrey
para llevar indios de carga, probanzas realizadas en Espíritu Santo de
Sisimpar, por ante Notario Público Hernando de Cazalla. Mas, en
23 de mayo de 15 60, se confirmó la sentencia de primera Instancia en
el sentido de que, perpetuamente, no podía hacer entradas, su destierro
de la Corte de Lima a cinco leguas por tiempo de dos años, así como
de la ciudad de Huánuco, pago de 3.000 pesos; mil para los indios

H Gobernación, etc., cit. Piezas citds., libro cit., p. 114.


12 Gobernación, etc., cit. Piezas citds., libro cit., p. 103.
392 HISTOR IA DE HUÁNUCO

Chupachos, otros m il para los indios de Hernando Alonso de Malpar-


tida, y los otros mil restantes para la Cámara de S. M. 13 •
Cuanto a Rodrigo Tinaco, en 19 de noviembre de 15 60, fué con-
denado a que, perpetuamente, no pudiera hacer entradas y a abonar
2.300 pesos para la Cámara de S. M.

•••
Gómez Arias, pidiendo revisión del fallo de 2" instancia, presentó
ante el nuevo Virrey don Diego López de Zúñiga, Conde de Nieva, do-
cumentos referentes a los servicios que había prestado a la Corona; en
la rebelión de Gonzalo Pizarra, captura de Hernández Girón, y otros
servicios en Nicaragua, La Florida, etc. En vista de las provisiones reales
con que aparejó su solicitud, el Virrey, en 15 de octubre de 15 61, le
dió licencia y facultad para que prosiguiese la conquista y colonización
de Rupa-Rupa; así le extendió ( 11 de enero de 15 62), testimonio de
haber sido reconocido Conquistador del Nuevo Imperio. En los prin-
cipales párrafos del texto de la provisión del Conde de Nieva, se expre-
sa: ... "E por mi visto lo susodicho, y las dichas Prouisiones que suso
van yncorporadas, y ciertos documentos de posesión, que, por virtud
dellas, tomó el dicno Capitán Gómez Arias del dicho descubrimiento
y conquista, y ciertas cartas que el dicho Marqués le esriuió para que
se saliese; y entendiendo ser ansi cumplidero al seruicio de S. M. y
bien destos Reynos, por la mucha gente española que al presente hay
en estas partes, la qual, rrepartiéndose en la dicha entrada, no pasará
tanta nescezidad en ellas, y por otros justos fines y rrespetos que a ello
me movieron, después de avello platicado con los Comisarios del Con-
sejo de S. M., acordé de dar esta mi carta, por la qual, en nombre de S.
M., e por virtud de los Reales poderes que tengo, le doi licencia y facultad
para que, usando de las dichas prouisiones que suso van yncorporadas,
prosiga la dicha jornada, con las condiziones y según y de la manera
que lo pedía hazer por virtud de las dichas Prouiciones en tiempo del
dicho Marqués de Cañete, y conforme a la Y nstrucción que se le da
para la prosecución de la dicha jornada y bien de los conquistadores y
pobladores de aquella tierra; y si nescesario es, le doi de nuevo poder y
facultad para hazer la dicha entrada y conquista en la manera s:1so

13 Gobernación, et c., cit. Piezas citds., libro cit., p. 155.


CONQUISTA Y COLONIA 393

declarada, con todas sus yncidencias y dependencias, anexidades y co-


nexidades" etc. - El Conde de Nieva 14 •
Su título de Gobernador del Nuevo Imperio fué pregonado, en "la
muy noble y muy leal ciudad de León de Huánuco", a once de enero
de 15 62, "estando en la plaza pública desta dicha ciudad y junto a la
iglesia della, y estando presente el muy magnífico Señor don Jerónimo
de Silua, Corregidor y Justicia Mayor en esta ciudad por S. M., y
otra mucha gente, por ante mi, Hernando de Cazalla ... a son de trom-
petas y atabales, que para ello se fazieron, Francisco de Arancay, pre-
gonero del Consejo de la dicha ciudad, de pedimiento de Gómez Arias
de Dávila ... gouernador y Capitán General y Justicia Mayor y Al-
guazil Mayor de la Gouernación y descubrimiento de Rupa-Rupa por
S. M., pregonó en boz alta la prouisión destotra parte contenida, toda
de berbo ad berbuim; y acabada de pregonar se tornaron a tocar las
dichas trompetas y atabales, y en la torre de la dicha iglesia se enarboló
un estandarte con una Cruz y Armas Reales de Castilla ... " 15 •
Lastimosamente, a unos cuantos meses de la publicación de su título
y cuando se pensaba organizar una segunda expedición hacia las selvas
de Rupa-Rupa, acaso con mayores resultados, el día 3 O de julio de 15 62
falleció en la ciudad de Huánuco el famoso como acaudalado Capitán
Gómez Arias Dávila, de la familia de los Condes de Puñoenrostro;
siendo enterrado sus restos en la Iglesia de San Francisco, cuyo bene-
factor fu era en vida.
Su menor hijo Juan Arias Dávila, que había quedado bajo tutela y
curatela de su madre doña María Castellón y de Lara; sólo gestionó su
reconocimiento como su sucesor en la encomienda de los Chupachos;
la que le fué conferida por el Conde de Nieva en 5 de enero de 15 63,
y de la que tomó posesión en la ciudad de León de Huánuco en 19 de
marzo de dicho año.

* 11< *

Como tenemos dicho en capítulo anterior, la conquista de la selva


por las órdenes religiosas no cesó en todo el transcurso de los siglos
XVI, XVII y XVIII. Pero, que sepamos, después de la de Gómez Arias,
no se llevó a cabo entrada militar alguna IG.

~4 Gobernación, etc. cit. Piezas citds., libro cit., p. 214.


15 Gobernación, etc., cit. Piezas citds., libro cit., p. 215.
lC Ver en este libro, Tercera Parte, Capt. 19. La Conquista Española, La entrada de
Mercadillo al país de los Huancachupachos.
394 HISTORIA DE HUÁNUCO

En la segund a mitad del siglo XVIII, con fines de con versión y co-
merciales, se abrieron nuevas rutas de penetración a la selva. Entre ellas,
la de Huánuco a Pozuzo, y de Huánuco a Cajamarquilla y el que tra-
zara Bezares desde Tantamayo a Monzón y Pampas del Sacramento.
En efecto, en 178 5, el español don Juan de Bezares, acaudalado
comerciante en cascarilla con residencia en Arancay, se constituyó en
Chicoplaya y navegando por el río Monzón exploró toda la región de
las montañas de Arancay, y el fértil valle del Monzón. En 1788 pre-
sentó memoria y un mapa al Virrey, ofreciendo abrir un camino, a su
costa, el que partiendo de Tantamayo -en las cercanías del río Ma-
rañón, en Huamalíes-, llegaría a Chinchina y luego al río Monzón,
en su parte navegable. Solicitaba por toda recompensa que se le nom-
brara Gobernador de la jurisdicción del Curato de Chavin de Pariarca,
para disponer del trabajo a los habitantes del lugar, pagando por ellos
sus tributos a la Corona.
Accedida su solicitud por el Virrey, Bezares dió comienzo a sus tra-
bajos en 25 de abril de 1783, con 100 hombres. Después de 10 meses
de labor construyó 11 leguas de camino, uniendo el pueblo de U rpis
con Chinchina; terminó tres puentes y desaguó la laguna de Negro-
cocha. Continuando su empresa, pese a la oposición del Padre Fray
Sobreviela, que alegaba que existía una ruta más corta para esas mon-
tañas de la que eran convertores los Franciscanos de Ocopa, hasta el
mes de enero de 1790 el camino de Bezares había llegado a dos leguas
de Y anamayo, con un costo de 2.942 pesos. Meses después comunicó
que se había construído un puente sobre el río Yanamayo; y acompañó
certificados de haber concurrido voluntariamente los indios, quienes
declararon los beneficios de la ruta que se ab1'Ía para Huamalíes y Con-
chucos, dada la fertilidad de sus tierras y la adquisición de sus productos
por tales habitantes.
Visto el éxito de los trabajos de Bezares, el Virrey le facultó para
la civilización y educación de aquellos pueblos, fomento del comercio
y fundación de pueblos. Y se pidió informe al Guardián de Ocopa
Padre Sobreviela, el que, esta vez, opinó favorablemente a Bezares; y
aún más; acordó poner un Padre Cura en Chicoplaya, nombrándose al
R. P. Fray Juan Sugrañas, que reemplazó a Fray Antonio de Herrera,
mercedario del Convento de Huánuco, a quien había llevado Bezares a
Chicoplaya, donde construyó una capilla, asignándole un haber de 600
pesos al año, de su propio peculio.
La oposición a la obra de Bezares no fué sólo en el Perú. En España,
el geógrafo Fray Pedro González Agüero, informó en contra de tal obra,
CvNQUIST A Y COLONIA 395

calificándola de inútil y nocivo para la ruta que utilizaban los fran-


ciscanos. El Rey mandó el expediente con Cédula, para que se some-
tiera a la Junta de Tribunal de Lima, y la que, examinando detenida-
mente, resolviera, dando cuenta. La investigación fué favorable, a todas
luces, a Bezares, a quien se le hizo mayores concesiones y honras; ya
que había unido por camino de herradura, en beneficio de esa zona,
Tantamayo con el valle del río Monzón; aunque no terminó el plan
trazado 1 ¡.

La preocupac10n del Rey Carlos III de España por la ciencia, la


investigación, etc., se tradujo en las diversas expediciones que, finan-
ciadas por el erario real, vinieron a América. Ellas, formadas por hom-
bres de ciencia -geógrafos, naturalistas, matemáticos, etc.- y con el
nombre de comisiones científicas, recorrieron las colonias de América
y particularmente el Virreinato del Perú.
En 1777 el reformador monarca español, decidió enviar una expe-
dición científica al Perú y Chile para estudiar la flora de estos países.
A tal efecto encargó al botánico Ortega escogiera a dos científicos que
debían formar en dicha expedición. Ortega recomendó a Hipólito Ruiz
-nacido en 8 de agosto de 1754 en Baldorado, de Castilla la Vieja, y
fallecido en 1815 en Madrid- y a José Pavón, quienes, en compañía
del médico y botánico francés José Dombey -al que su gobierno había
enviado a buscar plantas peruanas para aclimatarlas en Francia- par-
tieron de España en 4 de noviembre de 1777, rumbo al Callao, donde
desembarcaron en 8 de abril de 1778.
Después de recorrer Chancay y las montañas de Jauja y Tarma,
los expedicionarios pasaron a la ciudad de Huánuco, punto de partida
para las incursiones que realizaron a Panao, Chinchao y San Antonio
de Cucheros (1780).
El Dr. Dombey estudió en dichas montañas la quina y la coca, en-
viando algunas plantas a Europa. En la ciudad de Huánuco pasó una
temporada, realizando curaciones gratuitas que motivó la gratitud del
Cabildo.
En su segundo viaje a Huánuco, mayo de 1784, Ruiz y Pavón per-

17 Monogra fía Eclesiástica de la Diócesis de H11á1111 co y J1111Íll , por Mons. B ERROA,


p. 8 5. - Historia de las Misiones Franciscanas del PerlÍ, etc., por Fray BERNARDJNO IzAGUIRRE.
T. VI, p. 377. ~Descripció n del Perú, por TAD Eo H AENKE. (La prcvincia de Huama -
líes). P. 197.
396 HISTORIA DE HUÁNUCO

manecieron tres meses entre el Pozuzo y el río Huancabamba, utili-
zando como campamento la hacienda de Macara, acompañados por los
dibujantes Bruneti, Tafalla y Feo. Pulgar. Pero lastimosamente el in-
cendio de la casa-hacienda Macara, destruyó sus cole(:ciones, manus-
critos y dibujos. Para subsanar esta desgracia, Ruiz y Pavón realizarán
2 viajes más desde Huánuco a Muña, y a Pillao y Chacahuasi, 1787.
De su estada en Huánuco, Ruiz escribió varios capítulos que forman
su notable libro Relación histórica, del viaje qu.e hizo a los Reinos del
Perú y Chile, etc., y que constituye un valioso documento de la vida
social, productos, etc., de dicha ciudad a fines del siglo XVIII 18 •
Cabe mencionar la visita a Huánuco y jurisdicción de otro científico
europeo, pocos años después de la del nombrado sabio español. En
efecto, formando parte de la expedición científica a órdenes del Ca-
pitán de Navío don Alejandro Malaspina y patrocinada por el Rey de
España Carlos IV, llegó al Perú, a principios de 1790, el naturalista
alemán don Tadeo Haenke. En junio de dicho año Haenke visitó Huá-
nuco, la provincia de Huamalíes y las montañas de Chinchao, Tulumayo
y Cuchero; ubicando los orígenes y afluentes de los ríos Marañón y
Huallaga, y estudiando la flora de dicha zona o "montaña real". De
estos sus viajes a Huánuco y distrito, consta en su libro Descripción del
Perú, publicado después de más de un siglo de su muerte acaecida en
Cochabamba (Bolivia) en 17 de diciembre de 1817; y muy particu-
larmente son apreciables sus datos sobre la colonización de la selva hua-
maliana por Bezares 19 •

'18 Los capítulos escritos por Rurz referentes a Huánuco, son: XX: Viaje a Huánuco,
p. 121 y siguientes; XXI: Descrip¿ión de la ciudad de Huánuco de los Caballeros, p. 128
y siguientes; XXII: Viaje a la montaña de Cuchero, p. 152; XXIII: Descripción de Cu-
chero, p. 15 5; XXIV: Descripcj.ón del pueblo de Chinchao, p. 169; XXV: Viaje de Chin-
chao a Huánuco, p. 176; XXVI: Viaje a la provincia de los Huamalíes, p. 180; XLVI:
Viaje a las montañas de Pozuzo, p. 288; XLVII: Descripción del pueblo de Pozuzo, p. 292,
XLVIII: Viaje de Pozuzo a Huánuco; XLIX: Viaje a las montañas de Chinchao; L: Viaje
a las montañas de Muña; LI: Descripción del pueblo de Muña; LII: Viaje de Muña a
Huánuco; LIII: Viaje a Pillao y sus montañas; LIV: bescripción del pueblo de Pillao;
LV: Viaje a Chacahuasi o sea casa del puente; LVI: Viaje de Chacahuasi a Huánuco; y
LVII: Viaje de Huánuco a Lima.
10 Su estada en Huánuco lo declara en las siguientes líneas: "el río Huallaga ...
entra después a las montañas de los Andes de Chinchao y Cuchero donde yo mismo, el
año, de 1790, por el mes de Junio, cuando hice la primera entrada a estas montañas,
reconocí su embarcadero en el sitio donde se junta con el río Chinchao". Apéndice. Memoria
con que, sobre los ríos navega bles que fluyen al Marañón, informa el naturalista de Su Ma-
gestad, don Tadeo Haenke, socio de las Academias de Viena y de Praga, al señor don Fran-
cisco de: Viedma. Descripción del Perú, p. 308.
CAPÍTULO XVII

DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD Y PUEBLOS


DE SUS CORREGIMIENTOS

Carácter y aspecto urbano y social de H11á1111co y de los pueblos de rns Corregi111ic11tos.


Apogeo y decadencia de la ciudad. Las descripciones de Vásqzwz de Espinoza, Hipólito Ruiz
y otros. Las costumbres en la ciudad .JI en los pueblos de fodios. (La arquitectura: civil
y religiosa. Ex ponentes de este último arfe en la ciudad y términos).

Asentada Huánuco y después los pueblos de sus Corregimientos,


fueron núcleos de vida social, aunque con características distintas.
Los "conquistadores, colonizadores y pobladores" que se estable-
cieron en el valle del Huallaga, erigieron la ciudad a imagen y seme-
janza de las ciudades españolas, y le dieron su personal prestancia.
La categoría de «nobles y caballeros" que ostentaban aquellos ve-
cinos y encomenderos, el blasón y privilegios concedidos a su Cabildo,
el trazo de la urbe, la arquitectura de sus mansiones solariegas, la
aclimatación de la flora y fauna de la Península en sus predios, etc.,
hicieron de ella una población de fisonomía hispana.
Por otra parte, el suelo pilco habitado por los ya sumisos y serviles
chupachos, fué favorable para el arraigo de las costumbres, alma y tra-
dición españolas; y el consiguiente rechazo de una fusión o mestizaje
étnico y cultural hispano-indio 1 .
La ciudad de Huánuco nació, pues, ostentando la característica de
ciudad señorial, en la que el conquistador impuso su personal prestan-
cia. Por eso fué reducto de hispanismo; y así permaneció en la Colonia,

1 Confirma acaso nuestra tesis, el .hecho de que, hasta hoy, pese al tiempo transcurriqo,
persiste, en su' clases p opulares, el despec tivo. Pues, verbigracia, vileza es para el poblador de
la ciudad de Huánuco hablar el quechua, e insulto nombrarle indio o shu cuy, con que ta111bién
se le llama. El antiindianismo del español del siglo XVI, cuyos resid uos de prejuicio quedan,
puede explicarse por la actitud bélica del indio en aquel siglo. Porque él capitán Illatopa fué
.quien, al mando de sus huestes de indios de Huánuco el Viejo y lugares vecinos, derrotara
a Gómez de Alvarado, Barroso y al propio Gonzalo. Pizarro, obligándoles a trasladar la ciudad
.que fundaran an aquella plmicie al actual valle idílico de los chupachos.
398 HISTORIA DE HUÁNUCO

sobre todo en el siglo XVI, que fueron los años de su apogeo. Aunque,
con el correr de los tiempos, por la intromisión del m estizo en su vida
social y del indio que cada vez más se hizo número, dsÍ como por la
merma de su rango debido a la ausencia de sus principales y acaudalados
vecinos, que se trasladaron a Lima; vino su decadencia y la pérdida de
su raigambre hispana; deviniendo históricamente en criolla, mestiza y
peruana. Empero, esta etapa de su decadencia fué superada a fines del
siglo XVIII, recobrando la ciudad parte de su antiguo esplendor.

Los pueblos de sus Corregimientos, como vimos, levantados según


las instrucciones dictadas por Toledo, y conforme al padrón de las po-
blaciones españolas, adquirieron el corte, la característica, el ánima de
lo indio.
Es que fuera del doctrinero y de algunos españoles radicados en sus
áreas, pese a las prohibiciones, una compacta masa india que desenvolvía
sus costumbres ayllales ancestrales, la flora y la fauna aborígenes, etc.,
continuaron primando en su ambiente telúrico y social. Aunque con
el transcurso del tiempo, estos pueblos e indios fueron también ames-
tizándose: con la introducción de algunas especies de la flora y fauna
-el trigo, la cebada, la rosa, la cebolla, el carnero, el asno, el caballo,
la vaca, etc.-; con la difusión del idioma castellano y las costumbres
españolas. Y particularmente, el indio se amestiza con la observancia del
culto y el rito católicos, que se exteriorizan en las fiestas que celebran
en honor de la Cruz y de los Santos Patronos de sus pueblos; en la
práctica de los entierros, bautizos; diversiones sociales, como los carna-
vales, el juego de los toros, de los naipes, et~.
Estas características de la ciudad y de sus pueblos, conformaron
también la psicología social o el genio de sus habitantes.

:t • •

Sobre estos aspectos urbanos de la ciudad y pueblos, y los carac-


teres psicológicos de sus hijos, así como de las etapas de su «apogeo
y decadencia", transcribamos las líneas de los cronistas y viajeros
que vivieron en su jurisdicción o lo visitaron.
D iego de Aguilar y de Córdoba en El Maraiión, 1578, da fe de
la calidad de sus primeros pobladores.
CONQUISTA Y COLONIA 399

"Entre estas cordilleras y las fr agosas y espesas montañ as de los


Andes está la ciudad de León de Huánuco, situada en un muy her-
moso y apacible valle a quien sus naturales llaman Pilco, y en cielo
benévolo, aires salutíferos y nobleza de moradores hace ven taja a
m uchas ciud ades de aquel Reino" !:! .
"El sitio de esta ciudad -dice Vásquez de Espino.za que estuvo
en ella en 1616- es muy grande para una populosa ciudad, hicié-
ronse a los principios muy suntuosas casas con grandes quadras y
sitios donde tienen muy buenas huertas con muchas diferencias de
árboles frutales de la tierra y de España y naranjos y limones, y los
pobladores de la ciud::td fueron todos gente noble, por lo cual s~
llamó León de los Caballeros, tuvieron en los principios grandes rentas,
y hoy las tienen en la jurisdicción que es grande ... a ido la ciudad a
menos y está casi despoblada, por esta causa viven los encomen-
deros de ordinario en Lima, donde comen y gastan sus rentas y la
ciudad va perdiendo" 3 .
Calan cha subraya las líneas del anterior autor: "Poblaron esta
ciudad nobles cavalleros i beneméritos conquistadores, vezinos de
gruesas rentas, y por esto se llamaua Guánuco de los Cavalleros ...
y pensose siempre, que la fecundidad de la tierra, la abundancia de
sus comarcas, y la multitud de sus indios le iría aumentando de
vecinos y poblaciones; fueron muriendo los que tenían rentas; sus
descendientes que quedaron pobres, muchos se han pasado a vivir
a Lim a, y a venido a menos la ciudad, tanto por la falta de los feuda-
tarios, como por el gran menoscabo de los indios, que muertos mu-
cho y retirados entre infieles otros, falta la mayor parte" 4 •
R eforz ando los conceptos de los nombrados autores, un cronista que·
la vió en comienzos del siglo XVII, hace el elogio de nuestra ciudad.
Dice : "Tiene corregidor que la gobierna, monasterios de frailes y monjas
y teatinos, y buenas casas de caballeros. Es tierra regalada, del mejor
temple que se halla en todo el Perú. Siempre aquí en esta tierra se halla
fruta en sus jardines y árboles ... en todos los tiempos y meses del año
se halla fruta madura y sazonada ... p articularmente, higos y manzanas
y membrillos. Aquí hacen calabazete, transparente como cristal y te-
jadas tan grandes como tej as, y se coge mucho azúcar, trigo y m aíz y

2 El Marañón. Libr . 1, Capt. VII. Descripción de la P rovi ncia de Huánuco y na c_ i -.


mien t o del Marañón , c it.. Colee. C u lt ura Peruana, T . V: E l Apogeo de la Lit~ ra tu ra Coloni al.
p . 326.
3 C om pendio y Descripción de las I ndias O cciden tales, etc., Ca pt. XLIV, p. 4 gs.
4 Fray ANTONIO EJE LA CALANCHA : Crónica Moralizada de l O rden de Sa11 A gust ín·
en el PerlÍ. Parte 1 ~. Libr. IV, Cape. XVIII, p. i 92 .
400 HISTORIA DE HUÁNUCO

otras cosas en esta linda y apacible tierra ... ciudad de Guanuco de los
Caballeros, que es un paraíso terrenal, conforme es de alegre y vistosa
y regalada" 5 •
«La ciudad era bella, su fábrica magnífica --escribe un escri-
tor, de mediados del siglo XVII, que la visitó--, y se contaban
antiguamente más de treinta pueblos de indios en los contornos
de la ciudad, a cuyo solo distrito se extendía entonces su jurisdic-
ción, perteneciendo lo demás del terreno que hoy posee a las pro-
vincias de Tarma y Huamalíes; pero habiéndose disminuído sensi-
blemente el número de habitantes, se le agregaron en 1692 otros
varios pueblos que, hasta el presente, le han quedado anexos. Há-
llase en el día esta ciudad reducida, poco más o menos, a los pueblos
de los indios, conservando sólo como memoria de su opulencia las
casas principales que dan a conocer bastantemente el esplendor de
sus antiguos moradores. A pesar de esto se va recobrando al presente,
porque habiéndose descubierto la cascarilla en la montaña y exten-
dido el plantío de los cocales, las utilidades que les ofrece este comer-
cio, así como el de sus mieles y azúcares (aunque de mala calidad)
y el café y resina de bastante precio, tienen ya sus vecinos mayores
recursos" 6 •
Pero ninguna pluma como la del Dr. don Hipólito Ruiz, que resi-
diera en la ciudad algunos meses, por 1780 y 1784. El célebre botánico
no sólo ratifica a los anteriores autores, respecto de la decadencia de
la urbe, sino describe sus templos, relata de su planta, da una visión
de su paisaje y refiere importantes datos sobre las costumbres, psico-
logía y demás de los indios de su jurisdicción.
«El valle de Pilleo, donde se halla fundada la Ciudad de Huánuco
es seco y caliente en los meses desde Mayo hasta noviembre; y aunque
por las noches se siente bastante fresco, es fuerte el calor por el día.
Se templa éste con los vientos Norte y los nordestes, que pasando
por las montañas y punas, entran en el valle cerca de las once del
dí a y reynan hasta ponerse el sol, y algunos dí as hasta las 8 de la
noche. Desde Noviembre hasta fines de Abril caen copiosos aguaceros,
sin que por esto dexe de manifestarse el sol todos los días, ni impidan
el tránsito de las calles y campos: porque si llueve por la maña-
na, está oreando el piso por la tarde; y al contrario, lloviendo por
la tarde el día está sereno por la mañana, y el piso queda · cas·i del

5 Descripción del Virreinato del PenL Crónica inédita de comienzos del siglo XVII,
ps. 31 y 32.
6 TADEO HAEN&:E: Descripción del Perú. Descripción de la Intendencia de Tarma, p. 191.
La ciudad de León de Huánuco, en 1616, según Guarnan Po m a de Aya la. ("Nueva Crónic::i
y buen go bierno", p. 10 29.)
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Plano topogdfico de L1 Mu y No ble y Mu y Leal C iudad de León de Hu:ínucc de los Caballeros. 1778. Dibujado por Isidro GHvez, por
orden del Sr. Tn tendcnrc de Tar111;1 Coro nel D. Juan Muía de Gá lvez. (Arch iYO del D ep ósito de la Guerra . Madrid.) (Copia reducida.)
CONQUISTA Y COLONiA 401

todo seco. En las noches serenas es tanta la claridad, que aunque no


haya luna no se necesita de luz artificial para caminar. Es de admirar,
que estando rodeado este valle de Punas y Cordilleras, donde nieva
y hiela desde Mayo hasta Noviembre, sean tan fuertes y picantes
los soles. El temperamento del valle de Pilleo es casi igual todo el
año: el mayor calor es de 23 a 24 gr., en el Termómetro de Reaumur:
en los meses de Mayo hasta Noviembre baxa por las noches el espí-
ritu de 4 a 5 gr., quando mas, y en lo restante del año quando mas
baxa gr. y medio, con respecto del calor que sobre el cero señala
por la mañana y tarde. Así es que la vegetación del valle es conti-
nuada todo el año; aunque no dexan de notarse y distinguirse las
cuatro estaciones; especialmente el invierno, por las muchas aguas,
y el verano, por la escasez de ellas; la primavera por la mayor loza-
nía de los vegetales y el otoño por la decadencia de varias legumbres
y granos que entonces se cosechan.
"En sus principios fué una de las Ciudades más populosas del
Perú, por las riquezas que poseyeron sus primeros moradores, llegando
en aquella época a tener treinta Encomiendas, distribuídas entre otros
tantos Caballeros nobles y distinguidos. De estos unos fueron mu-
riendo, y transmigrándose los otros a Lima, por cuya causa en pocos
años empezó a decaer en tal grado que hoy día es una Ciudad pobre
y apenas pasa de seis mil almas, entre Blancos, Mestizos, Indios y
Cholos, pues los Esclavos negros y mulatos no pasan de 30.
"El hermoso valle de Pilleo, en el qual se halla la Ciudad de Huá-
nuco, está a 65 leguas de camino de Lima, en los 10 gr. Sur. En medio
de aquel vistoso campo está fundada la Ciudad, en la mas ventajosa
situación que pueda idearse, pues no hay cosa que la impida a seño·
rearse de todo él; porque los Cerros que tiene por la parte del Este
y los que la cercan por la del Oeste, en vez de servirla de impedimento
la tributan un amenísimo recreo todo el año con sus verdores y varie-
dad de flores y frutos, que en tiempo de aguas es por todas partes
un vergel.
"Tiene de extensión la ciudad de Huánuco, 11 O quadras cúbicas,
que, con 50 mas que ocupan las Casa-huertas o Arrabales de la entrada
y salida por el Sur y Norte, consta el plano de Huánuco de 160
quadras. Es muy rara la Casa que no tenga su espaciosa huerta de
frutales, verduras, maíz y alfalfa y su jardincito de flores de recreo.
Las calles son rectas de Sur a Norte y de Este a Oeste. El piso está
por partes empedrado; pero se halla generalmente poco cuidado y
lleno de maleza, yerbas y lodo, por la desidia de las Jueces de aguas,
402 HISTORIA DE HUÁNUCO

que no mandan componer las Acequias, que atraviesan la Ciudad por


todas las quadras de Oste a Este; y como su situación está mas elevada
que el resto del piso de ambos lados, rebosan las aguas por la rotura
que se hacen y se forman lagunas y lodazales perpétuos, como igual-
mente tunales y matorrales impenetrables.
"Sin embargo de ascender los propios de la Ciudad a 800 pesos
anuales, se hallan las Obras públicas, como son: el Cabildo, Cárcel y
otras, casi arruinadas, sin que se manifieste la inversión de dicha suma
anual. Está dividida la ciudad en cuatro Barrios que son: el de Iscu-
chaca, Huallayco, San Juan y el de la Trinidad. El número de Calles,
excluido los arrabales y Casa-huertas, son diez de Sur a Norte y otras
tantas de Este a Oste, todas rectas de extremo a extremo, y conocidas
con los nombres de las Iglesias, Conventos y Hermitas que hay en
ellas y las restantes sin nombres, exceptuada la de Mercaderes. Lts
mas de las Casas son de un piso, algunas de ellas tienen un alto. Sus
cimientos son de Cal y canto y lo restante de adobes crudos; algunas
portadas son de sillería o de ladrillos; interiormente están blanquimen-
tadas con cal o yeso o con una arcilla blanca, amasada con lana de una
especie de gigantones o cactus, llamada Chiinapzapran; los techos
están formados de V astagos de Magueyes y Cabullais y de esteras de
carrizos o cañas en forma de caballete, cubiertos con tejas, que fabri-
can en la misma Ciudad con los ladrillos y valdosas que necesitan
para los pisos.
"La Plaza mayor es quadrada: en una de sus fachadas está la
Iglesia mayor, enfrente del Cabildo y la Cárcel; las otras dos facha-
das las ocupan casas particulares. Hay quatro Plazuelas, que son la
de Santo Domingo, San Francisco, San Juan de Dios y la de la Merced.
"En el Barrio de Huallayco, en la Carrera del Campo, se formó
en nuestro tiempo, como se dirá más adelante, una Alameda de árboles
que se dilata seis quadras a lo largo, desde la Capilla de Santiago hasta
el río. Por la falda del Cerro de Puelles corre una Acequia que reparte
sus aguas a todas las demás que riegan las huertas de la Ciudad".
Respecto a la "Carrera del Campo", escribe nuestro escritor: "Con-
cluida la Junta -se refiere a la convocada por don Juan María
de Gálvez que visitó la ciudad en agosto de 178 5- manifestó el
Intendente deseos de ver la Ciudad y sus contornos, por lo que sali-
mos en su compañía varios de la Junta, y haviendo llegado al sitio
llamado la Carrera del Campo, se propuso lo útil que sería para el
ornato de la Ciudad hacer allí una Alameda de diferentes ,hboles, que
sirviesen de recreo y de prestar a conveniente sombra, con un buen
CONQUISTA Y COLONIA 403

ambiente. Admitida la propuesta comisionó al Subdelegado y dos


Regidores para que acompañados de los Botánicos la hiciesen formar,
con la posible brevedad, lo cual se verificó a los quince días, plan-
tando quatro calles de árboles con dos plazuelas a los extremos" 7 •
Transcribamos, ahora, las líneas del escritor español sobre el carác-
ter y las costumbres de los indios de Huamalíes.
nLa mayor parte de los habitantes de esta Provincia son Indios,
algunos Mestizos y poquísimos Blancos. Los Indios visten con telas
de sus Obrages, de color negro o azul, andan descalzos aun en el
tiempo más frío, y si algunos se calzan es con un pedazo de cuero
de baca, quanto ocupa la planta del pie, asegurado con dos tiras
del mismo cuero; a este calzado llaman Sucuyes. Las Mujeres visten
faldellín; pero muchas usan de Anacos, así en los Pueblos como en
las Estancias; donde pasan no pocas su vida guard~ndo ganados e
hilando por el campo lana para las fábricas de Xerga, Pañetes, Alfom-
bras, Ponchos, Pañuelos y otras telas de su uso; también hilan algo-
dón para Tocuyo y diferentes telas de mezcla con vicuña, algodón ,
seda y lanas de carneros de Castilla, de la tierra, o Llamas y Hua-
nacos; representando en ellas figuras de animales, aves, etc.
"Los indios son propensos a la embriaguez, especialmente en las
festividades: prevalidos de la borrachera suscitan alborotos entre sí
mismos, a veces con los Mestizos y no pocas con las Justicias y hasta
con los Curas. En los pueblos, que hay Caciques, duran las clisen-

7 Relación Histórica del Viaje que hizo a los R einos del Perú y Chile, etc., cit., T. I.
Capts. XXI y XLIX. Descripción de la provincia '/· ciudad de Huánuco de los Caballeros,
ps. 128, 141, 516. -El propio Intendente D. Juan María de Gálvez, ordenó la construcción
de una fuente en la Plaza de Armas, a la que llegaba el agua por una cañería que se cons-
truyó desde el río Huallaga, según noticia del Dr. Mariano Millán de Aguirre, en "Mercurio
Peruano", 179 3, 27 y 30 de junio: Descripción de la Intendencia de Tarma. - Ruiz
cuenta de Huánuco el hecho sig uiente: " ... Datura stramonium Lnn. v. Tonco-Tonco y
Chamico: con este nombre es conocido en todo el Perú, por el mal uso qu e suelen hacer de
sus semillas los Indios para infatuarse unos a otros, quando se sient en muy agraviados, o
zelosos en sus amores, de aquí viene aquel Adagio muy común en el Perú: Está chamicado o
chamicada fulano o fulana, quando una persona está pensativa, taciturna, distrahida o dema-
siado al egre, por bebida o por otras causas. Ha!lándonos en Huánuco sucedió haber dado un
muchacho de I O años a otro condiscípulo de la misma edad entre el pan, polvos de las se-
millas del chamico, y a pocas horas comenzaron a obrar emborrachándole, como si huviese
bebido vino; fué llamado el Compañero Dombey, de parte de los Padres del muchacho, pa ra
que le ad ministrase algún remedio; pero, sin embargo de los vomitivos y dem ás medicina·
que le dieron, quedó alelado o asimplado; siendo antes vivo, ag udo, travieso y alegre en los
juegos pueriles, j amás adquirió de nuevo aquellas propiedades. Se cría esta planta en las
Calles de Huánuco con tanta abundancia, que con lo sucedido mandó el Corregidor que
toda se arrancase y quem ase, lo que se verificó por aquel tiempo; pero vueltos nosotros por
segunda vez a Huánuco, hallamos igual cantidad por todas las calles y circuit os de la Ciu-
dad." Libr. cit., Capt. cit., p. 148.
404 HISTORIA DE HU.ÁNUCó

s10nes lo mas del año; por que aquellos suelen animar a los indios
de su pueblo y de los circunvecinos a ellos. Casi siempre tienen
que valerse los Curas y las Justicias de la fuerza para reprimir a
los Caciques e Indios de semejantes alborotos. Al contrario, las Mu-
geres son pacíficas, nada propensas a la embriaguez y procuran apar-
tar a sus maridos de muchas pendencias; son laboriosas, en qual-
quier género de trabajo; y lo comprueban con la continua asistencia
a sus ranchos o casas, a su familia, ganados y sembrados, sin mez-
clarse con los indios en las borracheras; y si alguna vez se hallan en
ellas, es solo cuando siembran y recogen sus frutos y semillas, a cuyos
trabajos concurren con sus maridos y parientes, incitados estos en
aquellos días por la abundancia de Chicha, que a propósito hacen
las mugeres para exitarlos al trabajo.
"Para las cabas y urias, o limpieza de yerbas extrañas en los
sembrados, concurren por lo general las mugeres solas.
"Los indios son muy afectos a funciones de danzas, y quando
tienen estas, que es por Reyes, Corpus Christi, días de los Patronos
de sus Pueblos, etc., les dura la diversión y embriaguez por ocho
o mas días; a no ser por que los Corregidores y demás Jueces les
hacen trabajar para que paguen los tributos al Rey, los repartimien-
tos a los Corregidores y las deudas a los Comerciantes y Acrehe-
dores, todo el año sería una función para los Indios; así dicen gene-
ralmente estos que vale m as un día de borrachera que cien azotes.
Son poco devotos y muy supersticiosos; al contrario las mugeres con-
curren a los templos y adornan todos los días, y con especialidad
los festivos, los altares e imagenes con diversas flores, que con este
objeto cultivan en sus huertos; son afables y caritativas en medio
de su miseria, provenida ésta de la araganería y abandono que tienen
sus maridos al trabajo; estos gastan en bebidas lo que sus mugeres
adquieren en el hilado, texido y sembrados. Este mal de la olgaza-
nería de los Indios, y la aplicación de las indias a los trabajos, es
general en todo el Perú: de aquí proviene la corta multiplicación
de aquellas gentes y la universal miseria de ellas ... " 8 •
En la Descripción Topográfica de la Mu~ Noble y Mity Leal
Ciudad de León de Huánuco, que apareciera en "El Diario de Lima",
de 27 de Junio de 1793, se consignan datos sobre la vida social y el ca-
rácter de sus hijos; y particularmente su resurgimiei1to como ciudad
señoria1 y cortesana. «La ciudad está cercada de un muro de tunas

S Relación del V iaje, etc., cit. Capit. XXVII, p. 182.


CONQUISTA Y COLONIA 405

inexpugnable. Tiene diecisiete cuadras de longitud y ocho de latitud.


Su planta es la más bella, por el desahogo, y rectitud de sus calles,
de donde nació llamar los jugadores León de Huánuco al nueve de
bastos. Tiene extramuros, a la parte del Norte, una frondosa alameda
de Naranjos de cuatro cuadras de longitud que termina a la margen
del río Pilco, con muchos Canapés y Poyos alrededor, donde las
noches de verano se juntan la principal nobleza y amanecen tocando,
cantando y bailando, haciéndose mas delicioso este festín, con el dúo,
gorjeos y trinados que hacen, al mismo tiempo, los muchos ruise-
~ ñores, canarios y jilgueros que se recogen en los naranjos.
"Raro es el instrumento que no se tañe con propiedad. Las voces
(especialmente en el bello sexo) son mas finas, y concordadas. Can-
tan toda clase de Sainetes, Boleros y Tiranas con la mayor sal. Sus
Yaravíes son tan patéticos que enternecen el mármol y quiebran
al corazón mas empedernido. Bailan con magestad el Minué, el Pas-
pié, Alemanda y Amable, y con mucha gracia los Seguidillos, Con-
tradanzas, Fandangos, Inglesa y Cachuas.
"El lujo de esta ciudad compite con el de Lima. Ya se acabó el
tiempo de los tocuyos, bayetas y Pañetes de la Tierra y los colores
enteros. En el día sus camisas son de ricas estopillas, y de los indios
de Bretaña. Sus Petos o Cotillas de las mejores Lanas y Razas-mati-
zados, y lo mismo los faldellines, excepto algunos de bayeta de Cas-
tilla, Aroma, Rosa seca o caña. Las medias de la Banda y Dedito son
poco usadas, pues de ordinario gastan los de tripa, y sarga de pri-
mera. De los "zapatos de ocico", no hay memoria. Las puntas se
arrinconaron, y los talles a media cadera son abominables.
"Los días festivos se presentan de militar muchos españoles, tan
cortesanos y políticos como los mas refinados palaciegos. En fin,
Huánuco en el día compite con la mejor capital del Reino, por su
singular temperamento, por la hermosura de la ciudad, por la ame-
nidad de sus campos, por la muchedumbre, y comodidad de sus
bastimentas, por lo afable y cariñoso de sus moradores, por las hones-
tas y variadas diversiones, y mas que por todo, por la belleza y gracejo
de las Ninfas de Pilco, pues cual hermosas sirenas, ciegan con su vista
y encantan con su canto".
"No pocas familias hay en éste y en el otro hemisferio que deri-
van de los ilustres moradores de León de Huánuco, y si se conser-
varan los Archivos bien podría decirse que era esta ciudad el Si-
mancas del Perú. ' ....
406 HISTORIA DE HUÁNUCO

"El Patrón de Huánuco es el glorioso San Sebastián y en sus


vísperas y día se presentan en la Plaza Mayor los dos Regimientos
completos donde hacen el manejo de armas, descargas y escaramuzas
con la mayor destreza, pero como los menos están uniformados,
excepto los caballeros oficiales, salen unos con aquellos casaquiles
cortos del tiempo de la Conquista y que ahora conservan los guarda-
bosques del Rey, otros con vestido negro y medias de la banda, otros
con sombrero de paja en cuatro picos, otros con uniformes de Te-
nientes Generales, Brigadieres y Mariscales de Campo, otros con Cha-
quetes de Pañete azul, otros con un azador al hombro, otros con
solo la caja de una escopeta sin cañón ni llave, otros con machetes
y macanas, i finalmente tan diversos entre si, que cada uno es de
su color y representan a la vista una preciosa alfombra, o un valle
matizado de diversas flores.
"Advierto en muchos de mis lectores que conocieron a Huánuco,
una notable admiración, sobre el lujo, y demás circunstancias refe-
ridas, que ha sido reputada por una de las capitales más pobres del
Virreinato, pero tomen la pluma estos escrupulosos, y sobre 70 mil
pesos anuales del Ramo de coca, calculen el producto del café, cacao,
cascarilla, resinas, chancacas, frutas, pan, maíz en jora, con que
surten y proveen varias provincias y especialmente al Cerro de Y auri- '
cocha, siendo su retorno sólo plata, y verán claramente que Huánuco
tiene una entrada capaz de mantener sus vecinos con lustre y esplendor.
"Los vecinos de Huánuco han sido siempre y son naturalmente
belicosos y arrogantes. En prueba de esto y de la veneración en que
sus primeros fundadores eran tenidos por los indios, referiré un gra-
cioso pasaje. Por uno de los Caballeros de Huán:uco que a la sazón
era C.apitular, se mandó llamar a un indio búbero para que lo afeitara;
tardose este en ir y luego que llegó asiendo furiosamente al infelice
él lo arrojó por la ventana con vacía navajas y quedó estrellado.
Súpolo su mujer y familia y rodeándose el cadáver al son de un yaraví
que tienen por costumbre para incitar y explicar su dolor en estos
lances, cantaban el siguiente verso: Dichoso barbero/ que has muerto
a manos/ de tal Caballero" 9 •

•••
Al describir las construcciones de la ciudad, el Dr. Ruiz nos da
el carácter de sus solares y de su arquitectura.
!l Descripción Topo gráfica de lt1 Mny Noble y Leal Ciudad de H11dn11co de los Caba-
lleros del Perú , etc., cit. "Diario de Lima", entregas del sábado 13 al ·27 de junio de 1793.
CONQUISTA Y COLONIA 40 7

Huánuco, desde su apanc10n como centro poblado, se caracterizó


por sus mansiones con patios y jardin'.es, por sus amplias casa-huertas;
las mismas que muestran los materiales de que se sirvieron sus mora-
dores españoles para edificarlas. Esta arquitecura civil de medidas
amplias y la adición de huertas a las habitaciones con rejas, arquería,
ventanas y balcones, le dieron el carácter inconfundible de ciudad sola-
riega y señorial, de estilo español y andaluz.
Por el medio geográfico, por las exigencias del clima cálido, allí
se utilizó la sillería y el ladrillo en limitadas proporciones; en tanto,
el adobe crudo fué el principal elemento que se empleó, sobre todo,
para los muros. Constn1cciones sólidas, casi monumentales, para sos-
tener techos de pesadas maderas y gruesas tejas.
«Bella planta y sólidas casas que dan a conocer la opulencia de
sus antiguos Moradores", expresan los cronistas del siglo XVIII.
Por desgracia, han desaparecido estas construcciones que erigieron
los nobles y acaudalados españoles, después de 15 50, pasados los pri-
meros tiempos en que sólo se emplearía el adobe, el barro y la caña;
construcciones que seguramente tuvieron el estilo mudéjar o plateresco
español del siglo XVI. De aquí, que los pocos edificios que quedan,
nos muestran sólo la arquitectura colonial del barroco de tipo andaluz
del siglo XVIII, que fueron los que reemplazaron a las construcciones
del primer período o de apogeo de la urbe. Arquitectura barroca mo-
dificada o, mejor, simplificada por el artífice o arquitecto mestizo. La
arquitectura religiosa está en las iglesias. Verbigracia, en la de San
Francisco y de la Matriz o Catedral; particularmente en sus retablos
interiores y altares. Sin que tales muestras p:uedan considerarse, claro
está, como de verdadero y acabado arte.
Los templos de Huánuco, erigidos como monumentos de la fe cris-
tiana, ostentan una arquitectura de tipo barroco-americano o, mejor,
barroco-mestizo. No es, pues, arquitectura de puro estilo barroco an-
dalnz; es copia de lo barroco hispano, en el que los alarifes o t'maestros
coloniales" han intercalado motivos locales o especies de la flora y faun a
de la ciudad y valle. Así, entre las columnas salomónicas de los retablos
de cedro bañados con oro n at ivo, etc. -como en la iglesia de San
Francisco-, mezcladas se hallan el ave pilco, guirn aldas y diversas fru -
t as: chirimoyas, granadas, plátan os y demás. El alarife intercaló su fan-
tasía o introdujo en el arte importado de España, los atributos del am-
biente telúrico, los productos del terreno sobre el que descansa la
ciudad; surgiendo, como en todo el Perú, la expresión artística del
baYroco mestizo o americano.
408 HISTORIA DE HUÁNUCO

La explicación de este arte es lógica. Los artistas que realizaron


tales altares, los que labraron o construyeron los pórticos, los arteso-
nados, las hornacinas, etc., fueron indo-españoles o cholos. (Los mesti-
zos menos presuntuosos -dicen Jorge Juan y Antonio de Ulloa- se
dedicaron a las artes y oficios. Ellos, en la Colonia, como discípulos de sus
maestros españoles o romanos, fueron pintores, escultores, plateros; los
que forjaron los hierros de las rejas de las puertas y ventanas, los que
trabajaron los mueblajes y demás. De aquí, la presencia de su ánima,
de su mentalidad, en las obras de arquitectura, pintura y escultura y
otras. Pero estas pocas muestras de la arquitectura religiosa son, como
en el caso de la profana, apenas de principios del siglo XVIII. La in-
curia del tiempo y de los hombres, han destruído, por completo, los edi-
ficios religiosos que se erigieron en los siglos XVI y XVII. Pues, el mejor
o acaso el único monumento arquitectónico de la Ciudad de Huánuco,
la Iglesia de San Agustín, levantada, como vimos, por los legos agus-
tinos y la piedad del Lic. Diego Álvarez y cuyos artífices fueron don
Bartolomé de Tarazana y don Andrés de Sambrano, según Achapuri,
y toda ella de «cal y ladrillo", se convirtió en hacinamiento de ruinas,
como puede verse hoy día.
Las Iglesias de sus pueblos son imitaciones de la arquitectura ba-
rroca. Pero en la que el «artista" ha sido ganado, en mayor grado, por
el alma india. Por eso, entre las efigies de los Santos de la Cristiandad,
en las decoraciones rústicas y humildes de esos templos, los que son
testimonios de un pasado esplendoroso o de la ardiente devoción de los
fieles, hállanse las imágenes del Sol y de la Luna, sus antiguos totemes
simbolizados, o las especies de la flora y fauna autóctonas; cuya pre-
sencia los doctrineros o párrocos, acaso, no pudieron e no quisieron
~~fu. .
Cabe señalar entre los templos más famosos que ayer estuvieron en
la jurisdicción de Huánuco, el de Nuestra Señora de las Nieves de
Paseo, el de San Sebastián de Huarás, el de Tapacocha, Puños y otros.
CA PÍT ULO XVIII

LA VIDA INTELECTUAL. SUS EXPONENTES. OTROS HIJOS


ILUSTRES DE LA CIUDAD

La cultura y la vida intelectual en la Colonia. Huánuco residencia de Diego de Ag~1ilar y de


Córdoba, Francisco Vás quex y Diego de Ojeda. La huanuqneña Amarilis exponente de<! inge1'1io
femenino del siglo XVII. Diversas hipótesis en torno a la identidad de stt pe<Ts011a. Amarilis es
¿María de Rojas Garay, o es hija de D iego de Aguilar y de Córdoba? Huanuqueííos que
desco llaron fil las letras, arfes, clerecía, etc. Otros hijos ilustres de la ciudad. (La leyenda
de la "'Perricholi huanuqueña'').

El proceso intelectual no puede desvincularse de la historia de un


pueblo. Y a que las manifestaciones de las letras y de las artes son con-
secuencia directa de los módulos sociales imperantes en una época,
dentro de la que desarroilan su existencia y afianzan su pensamiento los
hombres. De aquí que, para referirnos a la aparición y presencia de
los exponentes de la intelectualidad "huanuqueña" colonial, menester
es explicar las etapas de la dominación española.
La conquista y colonización del Perú, como tenemos dicho en uno
de nuestros libros 1 , se realizó en etapas o ciclos históricos peculiares y
sucesivos.
La primera o etapa de la invasión, que abarca desde 1532 a 1542,
se caracterizó por acciones bélicas provenientes de la lucha con los in-
dios y las guerras civiles entre los Almagro y los Pizarro. La segunda,
que comprende desde 1543 -con la erección de la Audiencia y Virrei-
nato de Lima- hasta 15 60, es del afianzamiento del régimen español,
después de las acciones bélicas provocadas por la sublevación de Gon-
zalo Pizarro a Hernández Girón y otros. La tercera, que se extiende
hasta 1598, poco o menos, es la etapa de la construcción. Y la cuarta,
del auge colonial, desde el siglo XVII a mediados del XVIII.
A partir de la tercera etapa, cimentado el poder español, se realizó

1 El Derecho Indiano a través de Nu eva Crónica y su in fluencia en la vida social Pe-


rua1111, por Jora VARALLANos. Capt. 11, p. 24.
410 HISTORIA DE HUÁNUCO

plenamente la política colonizadora de la Corona, la obra transforma-


dora del Estado español en el Perú; al fundarse pueblos) fomentar la
agricultura, la ganadería, la minería y la inmigración. En esta tercera
etapa, asentadas las ciudades, los encomenderos con el dinero de sus
arcas henchidas por el tributo de los indios, levantan sus mansiones,
erigen las Iglesias y llevan ya vida faustosa, cortesana.
Pero estos conquistadores y fundadores no manifiestan propiamente
su afición por las letras o por las artes; no fueron "hombres de pluma".
En esos años en que recién se había trocado la espada por la azada, en
Huánuco apenas hubo uno que otro Bachiller o persona de ilustración
literaria o "cargada de letras", entre sus vecinos y funcionarios reales.
Son los hijos o, mejor, los nietos de tales fundadores de la ciudad,
los que, a partir de 15 80. revelan su inclinación por las letras, artes y
la profesión eclesiástica. Es que, pasados los heroicos tiempos, ingresan
libros al Virreinato y, por ende, a la ciudad de León, o se avecindan
en el área de ella hombres de esclarecida ilustración, ya en calidad de
funcionarios laicos o eclesiásticos, o simplemente por que la eligieron
para su residencia, vinculando su nombre al de la urbe en sus obras.
Entre estas personas están el Capitán don Diego de Aguilar y de
Córdoba, el Bachiller Francisco Vásquez y el padre Diego de Ojeda.
No es de dudar que estas mentes radicadas en Huánuco, fueran las
que divulgaron o enseñaron las bellas letras a los descendientes de los
encomenderos y fundadores de la noble ciudad. (¿Podría desecharse,
acaso, la idea de que, verbigracia, Diego de Aguilar y de Córdoba en-
señara el arte poética a una nieta de aquellos conquistadores, que había
de ocultarse bajo la máscara de Amarilis?).

•••
Diego de Aguilar y de Córdoba, elogiado por Cervantes 2 , es uno
de los más calificados escritores· del primer siglo de la Colonia. Autor
del libro El Mara1íón 3 , en que se relata la expedición de don Pedro de

2 He el texto del elogio que de Aguilar hace Cervantes. Octava 73. Canto de Calíope.
"En todo cuanto pedirá el deseo/ Un Diego ilustre de Aguilar admira,/ Un águila real que
en vuelo veo/ Alzarse a do llegar ninguno aspira:/ Su pluma entre cien mil gana trofeo. Que
ante ella la más alta se retira;/ Su estilo y su valor tan celebrado/ Guánuco le dirá pues lo
ha gozado."
3 Los originales de El Marañón se hallan inéditos en el Museo Británico, Colee. Bauza,
y en la Biblioteca Pidalina de la Universidad de Oviedo. Se ha dado a la prensa sólo algunos
capítulos: Capt. V, en Relaciones Geográficas de Indias, de J1MÉNEZ DE LA ESPADA, T. IV.
Apéndice, Madrid, 1897, p. 33-135; los Capts. I, 11, Ill, VII, X del Libr. I; XXV del
CONQUISTA Y COLONIA 411

U rzúa en busca de El Dorado y el alzamiento de Lo pe de Aguirre y


sus "marañones"; y de La Soledad Entretenida, también en prosa 4 •
Estos celebrados libros y el propio Aguilar, están ligados a Huánuco;
pues no sólo fueron escritos en dicha ciudad, de la que contienen va-
liosos párrafos de su historia, sino que el famoso capitán español casó
en Huánuco, allí tuvo bienes y allí vivieron sus hijos que, más tarde,
habían de dar lustre a su tierra natal; y allí también, no dudamos, dejó
sus hu esos 15 •
En la advertencia al manuscrito aún inédito de El Marañón, se lee:
"Este libro escribí el año de 1578. Fué vista y examinada la verdad por
los testigos más fidedignos de ella, que lo firmaron, por ser los que en

Lbr. II; y I. II. XIV, XV del Libr. III, en Biblioteca de Cultura Peruana. El Ajjogeo rfe la'
Literatura Colo11ial, T. V, ps. 3 21-34 5. RuBÉN VARGAS UGARTE: Ma11uscritos Peruanos
cu las Bibliotecas rfel Extranjero, T. ! '-', ps. 4, 5, 6.
4 De La Soledad Entretenida solamente se conoce el fragmento del diálogo V que trans-
cribe Fray ANTONIO DE LA CALANCHA: en su Crónica Moralizada del Orden de San Agustín
en el Perú. P arte J'l-, Libr. V, Capt. XVIII, p. 892.
5 Aguilar y de Córdoba, nací-O en la ciudad de Córdob'.I, a mediados de la décima
sexta centuria . Descendía de la Casa de Guadalcázar, enlazándose su linaje con las estirpes
de Feria Priego y Cabra. Fueron sus padres Pedro Fernández de C-Ordolba y Benavidez, de h
casa de los señores de la Villa de Guadalcázar, y de doña María Contreras. Este don Pedro
debió ser hijo del sexto señor de Guadalcázar don Luis Fernández de Córdoba y de ·doña
Luisa de Aguilar). Diego de Aguilar sirvió al Rey en la armada del Mediterráneo; estuvo en
la tema del Peñón de Vélez de la Gomora ( 1569); en la persecución que se efectuó en el
Castil de Perra; milit-0 en los destacamentos de Alpujarras hasta 15 59. Llegó al Perú con
Toledo; pasando de Lima a Huánuco donde servía de Corregidor su primo don Luis Fer-
nández de Córdoba y Carbajal, que casó con doña Catalina Marroquí de Monte Hermoso.
Producida la incursión del pirata Drake, 1579, Aguilar y de Córdoba se trasladó de Huánuco
al Callao, sirviendo en su guarnición has ta 1583. El Virrey Conde de Villardonpardo le nombró
su Secretario de Cámara; luego de dos años lo hizo Corregidor de Loja y Zamora, no ha-
biéndose hecho cargo del empleo . Obtuvo una plaza de Lanza en la Compañía de Guardia
del Virrey (1585), en la que sirvió hasta el gobierno del Marqués de Montesclaros. El Virrey
Velasco lo designó Administrador General de la Compañía de los Gentiles Hombres con 2.000
pesos anuales, 1 597. El Marqués de Cañete lo nombró Corregidor de Parinacochas. Velasco
lo hizo visitador de corregidores 'Y recaudador del tesoro real; luego fué Corregidor de Vil-
cabamba, donde debeló el levantamiento de los indios y negros del valle de Quillabamba. En
I 603 fué nombrado Corregidor de Huamanga, donde estuvo sólo tres años. En 1607 fué
designado, por segunda vez, Corregidor de Huamanga. E l Virrey Mend oza y Luna le nombr.ó
Corregidor de Yahuarsongo, en la Audiencia de Quito. Aguilar y de Córdoba fué, además,
propietario de minas. Dice- Ca lancha: "Entre la ciudad de Los Reyes y la de Guánuco ay
unas minas de plata, que llaman de Caxatambo, de una de las quales, que era de Diego de
Aguilar de Cerdoua", Capt. IV, Crónica Moralizada, p. 339. - Noticias del Dr. D. Gur-
LLERMO Lo HMANN VrLLENA: "El Marañón y Diego de Aguilar y de Córdoba", en "Revista
Histórica" de Lima, T. XII, año 1948. Este mismo escritor con les datos que .ha obtenido
de las propias probanzas de servicio de Aguilar y de Córdoba (Lima, 1590), Vilcabamba
(1602), Lima (1606), y e.harcas (1613), despeja las conjeturas de los historiógrafos literarios
respecto de su vida en el Perú y estada en Huánuco. (Archivo General de Indias. Audiencia
de Lima. Legajo I 3 6, la primera probanza y I 56, las restantes).
412 HISTORIA DE HUÁNUCO

esta jornada se hallaron odiosos en estos reinos y en los de España. Fue-


ron los siguientes, y de quienes tuve memoriales certísimos: Don Juan
Corella, murió en Potosí el año 1578; Francisco Vásquez, aora vive en
Guanuco ... " 6 • Dicha obra enviada a don Andrés Fernández de Cór-
doba, primo suyo y Consejero Regio en Roma y a quien dedicó, está
fechada en "Guanuco el 25 de febrero de 1599".
De los capítulos de El Mara1íón, publicados hasta hoy, trata de Huá-
nuco: el VII, Libr. 19 : Descripción de la provincia de Huánuco y naci-
111ie11to del Marañón; donde se hallan importantes datos sobre la ciu-
dad: su fundación, pobladores, clima y demás.
En La Soledad Entretenida, según Calancha, que cita a Aguilar y
dice haber leído sus originales, se narran hechos sucedidos en Huánuco.
"Tres maravillas o sucesos extraordinarios se an visto en esta ciudad
de Guánuco y en su distrito. Las dos refiere el Governador Die,go de
Aguilar y Córdoua en su libro manuescrito intitulado la Soledad en-
tretenida, en el diálogo quinto, hablando de Guánuco, a la letra dice
así: «En la ciudad de Guánuco estuve el año de mil i quinientos i se-
tenta i uno, i vide dos cosas maravillosas dignas de admirar: estando yo
en Ja venta de Lliouilla siete leguas desta Ciudad me trugeron una
Tndia, que todas las vezes que le acordavan la muerte de una iia suva,
aue se le murió muy niña, i ella era de veintiquatro años, llnrava
sangre, vo ize la experiencia. i al punto comenzó un lastimoso llanto
todo de lágrimas de sangre. La segunda es de más admir:ición , i es que
en la Ciudad iu.g ando toros vi de a un mozo de veinte años~ aue traía
una corona, como si se la uviesen echo de propósito; preguntado vo 1a
causa, me digeron, que estando preñada su Il_1adre, lo avia negado su
oadre, que era de corona, y ella con ansias y súplicas había pedido a
Dios Mirase su justicia, i nació con la corona echa, i jamás le creció
pelo en ella; anbas cosas doy fe que las vi. La tercera, certifican graves
personas juezes i Religiosos; el año de mil i seyciento5 i treinta uno
nació en el pueblo de Arancav pueblo de Guamalíes, distrito de Gua-
nuco un monstruo hijo de Diego de Tapia, tenía dos cabezas, una
llorava, i otra callava, quatro brazos, quatro piernas, una barriga i dos
sexos. Vivió dos días, bautizólos a cada uno de por si el Padre Maestro
Salas Religioso de la Merced. De otro monstruo parecido a este, aunque
de solo dos pies refiere mi Padre San Agustín que en el libro diez y seis

6 MEDINA: EscrUores Americanos Celebrados Por Cervantes en el Canto ele Calfope,


Santiago de Chile, 1924. N. en T. ps. 21, 26, 49.
CONQUISTA Y COLONIA 413
de la ciudad de Dios, capítulo octavo, pero dice, que vivió muchos años,
i fue conocido de varias gen tes»" 7 •
Aguilar y de Córdoba que llegara al Perú con el Virrey Toledo
( 1570), se avecindó en la Ciudad de León de Huánuco, donde se ha-
llaba a la sazón de Corregidor de Españoles su primo don Luis Fernán-
dez de Córdoba, 1571. Toledo le hizo Alguacil Mayor de la Ciudad;
y, más tarde, el Cabildo le comisionó la visita y cobranza de los tri-
butos en la jurisdicción de su distrito, particularmente en la zona de
los Corregimientos de Huamalíes y Cajatambo, en cuyas cordilleras
nace el río Marañón, o como dice ''su verdadero origen es en la pro-
vincia de Huánuco". A raíz de aquel servicio, el Cabildo le cedió un
lote de terreno en las entonces afueras de la urbe.
Tal hecho consta en el libro de Cabildo fechado en 24 de mayo de
15 86. "En la ciudad de Huánuco, a veintiocho días del mes de junio
de 1577, los señores Justicia y Regimiento se juntaron a Cabildo como
lo han de uso y costumbre, conviene saber: el Ilustre don Pedro Gon-
zález de Mendoza, Corregidor y Justicia Mayor, y el Capitán Juan
Tello de Sotomayor, Alcalde, y el Licenciado Diego Álvarez, y el
Capitán Miguel de la Serna, y el Capitán Valentín Pardavé, y Juan
de Medrano, y Francisco de Ribera, Regidores, y se trató de lo si-
guiente: De una petición de Diego Aguilar de Córdova, que le hi-
cieron merced de un pedazo de tierras en el Asiento de Acraysuncho,
de poco menos de dos cuadras, en pago de más de 260 pesos que la
ciudad le debe por el servicio que le hizo en ir a la ejecución de traer
los tributos de los vecinos ausentes de ella; que está a la salida de la
Ciudad y linda con una cuadra que es de Francisco Ordóñez, y con
una cuadra de Albarado Tobar, y por delante el río grande, que estaba
salido a Acraysuncho" 8 •
En 1579 Aguilar, que residía en Huánuco, casó con doña Cata-
lina Falcón, oriunda de dicha ciudad e hija del famoso conquistador,
héroe de Huarochirí, Juan Sánchez Falcón, encomendero del Reparti-
miento de los Y achas y Mitimaes de Quilcay y Vinchos, y de doña
María Suárez Tinoco, hija ésta del capitán Rodrigo Tinoco. De tal
matrimonio tuvo varios hijos, entre otros, don Francisco Fernández de
Córdoba, que nació en Huánuco en 1580.
Desde aquel año a 1607, nuestro autor desempeñó en Lima di-
versos cargos cerca de los Virreyes, y fué Corregidor de Huamanga,

7 Fray ANTONIO DE LA CALANCHA: Crónica Moralizada del Orden de San Martfn ro


el Perú, Parte I \ Libr. IV, Capt. XVIII, p. 892.
8 BERROA: Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huánuco y Junfn, p. 15.
414 HISTORIA DE HUÁNUCO

Parinacochas y Vilcabamba. Y falleció, según lo suponemos, en la ciu-


dad de Huánuco, después de 1621. Y a que vivió allí en dicho año 1
como consta de una declaración prestada con motivo de un testamento,
en 4 de enero de 1521, en que Aguilar y de Córdoba, dice: "que a don
Pedro de Saavedra y Aguilar lo conoce de 56 años a esta parte, y que
vino a Huánuco de más de 25 años" 9 •
Contemporáneamente a Aguilar y de Córdoba, vivía en Huánuco
el Br. Francisco Vásquez, como se dice en El Marañón.
Vásquez, según Jos, es el autor del manuscrito inédito Relación de
todo lo sucedido en la jornada de Omagua y Dorado ... que el Gober-
nador Ursua fué a descubrir ... y del alzamiento de don Fernando de
Guzmán y Lope de Aguirre" 10•
Fray Diego de Ojeda, el poeta autor de La Cristiada, residió, asi-
mismo, en la ciudad en condición de simple lego del Convento de Santo
Tomás -hoy Santo Domingo-, donde falleció en 24 de octubre de
1615. Por discordias entre frailes de su Orden en Lima, el Vicario Ge-
neral Fray Alonso de Almería lo privó del voto electivo y lo mandó
de Prior a la ciudad del Cusco y luego a Huánuco, a la que llegó por
1613. Sus restos fueron sepultados en la Capilla del Santo Cristo, de
cuyo lugar, a los dos años, Fray Nicolás de Agüero los trasladó a una
bóveda de la Capilla Mayor. De donde, al saberse por los frailes de
Huánuco que iban a ser traídos a Lima, robaron una noche los huesos
del poeta; los que, recuperados, el padre Agustín de la Vega lo hizo
traer a Lima, inhumándolos en el Salón del Capítulo del Convento de
Santo Domingo. 11 • Ignórase si en la ciudad de Huánuco escribiera otro
libro. Pues, cuando llegó allá, había ya aparecido La Cristiada, editada
en 1611, en Sevilla.
Casi por estos años -1610- permaneció· en la Ciudad como Cura
de la Iglesia Matriz, el famoso Dr. D. Francisco de Ávila o Dávila,
9 BERRoA: Libr. cit., p. 16.
lO Manuscrito del Museo Británico, Colee. Bauza. - EMILIANO Jos: La Expedición de
Urz1ía al Dorado y la R~belió1i de LoPe de Aguirre, Hucsca, 1927. ~En una Relación,
fechada en Huánuco, en 1548, de vecinos y "soldados servidores de S. M. que alli i hasta
agora han servido al Rei fielmente", aparece Francisco Vásquez. Los Repartos, por RAFAEL
LoREDO, p. 248.
11 Ver en este libro: Capt. XIV, Gobierno, y Administración Eclesiásticos, N. 20.
JuAN DE MELÉNDEZ: Tesoros Verdaderos de las Indtas. 1681. T. 11, Capt. XVI, ps. 137 y sigts.
Se considera "La Cristiada", como el mejor de los poemas coloniales de carácter místico. Así
opinan Menéndez y Pelayo y otros. En tanto terceros dicen que, aunque brillante en algunos
pasajes, es mediocre en los restantes. Consta de 1.974 estrofas o 15.792 versos que componen
12 libros, en que se canta la pasión y muerte de Jesús. El cielo, la tierra, los ángeles, el
demonio, Dios y los hombres entran como ingredientes subjetivos del célebre poema, enlazados
por la Teología, el Evangelio y la fantasía.
CONQUISTA Y COLONIA 415

celebrado escritor, lingüista; allí fué nombrado como extirpador de


idolatrías de «Guamalíes y Conchucos y Huánuco con toda su co-
marca". Pero por sus indisposiciones y falta de salud no pudo comen-
zar su visita, y le «fué forzoso dejarlos presto en los chaupihuaranga a
tres jornadas de Huánuco", dice el extirpador Joseph de Arriaga 12 •

•••
Amarilis es la figuras más señera de todas las letras coloniales, en el
prim~r tercio del siglo XVII.
(Nuestras líneas cabe en torno a ubicar el suelo natal de la
poetisa y hacia la identificación de su persona. Empero, como lo afirma
ella, vivió en Lima donde escribiera sus famosos versos, aunque era
natural de Huánuco, en la que radicaron sus antepasados.)
Amarilis es la poetisa autora de la epístola intitulada Amarilis a
Belardo. Tal composición poética la constituyen silvas con un total de
334 versos, y está dirigida al Fénix de los Ingenios, Lope de Vega y
Carpio, publicada por éste, por primera vez, en La Filo111.ena, con Otras
Diversas, Rimas, Prosas y Versos, (Madrid, 1621).
Los versos están ordenados en dieciocho estrofas de dieciocho versos
cada una, y la final de once versos. Las dos primeras estrofas contienen
un discurso sobre el amor contemplativo; la tercera es en elogio de
Lope de Vega, a quien llama Belardo; en la quinta alude a América,
Potosí y Lima; en la octava comienza a dar razón de su persona, patria
y estado; en la novena se refiere a Huánuco y alude a sus dos abuelos;
en la décimoprimera expresa de la nobleza de sus padres~ y a su única
hermana a quien nombra Belisa; en la décimosegunda, habla de su in-
clinación a las musas y del matrimonio de su hermana y de su propio
celibato; en la décimotercera trata de su conocimiento de Lope y su
admiración por el poeta; en la décimocuarta alude a la Angélica; en la
décimoquinta ofrece el alma a Lope y pide para él dones del cielo y del
mundo, deseos que renueva en la décimosexta; en la décimoséptima

12 Parecer y arbitrio del Dr. Francisco Dávila beneficiado de Huánuco y visitador


de la idolatría para el remedio della en los Indyos deste Arzobispado. "Revista Hist6dca",
T. XI, Entrg. III, 1937, p. 324. Nacido en el Cusco en 1573 y muerto en Lima en 17 de
setiembre de 1647, el Dr. de Ávila fué también Visitador y extirpador de idolatrías en
Jauja, Chaupihuaranga y Huarochirí. Escribió varios libros, entre ellos: Tratado de Misas,
y diversos informes, la mayor parte inéditos, sobre las idolatrías y las creencias de los indios
huarochiries. - Padre PABLO JosEPH DE ARRIAGA: La extirpación de la idolatría en el Pet'Ú,
p. 12.
416 HISTORIA DE HUÁNUCO

trata de la devoción de ella y Belisa por Santa Dorotea, y le propone


a Lope por personaje y asunto de Poema; y en la décimooctava y dé-
cimonona final disculpa su audacia.
Copiemos las silvas en las que Amarilis alude a la ciudad de Huá-
nuco, a su persona y estirpe 13 •
En este imperio oculto, que el Sur baña,
más de Baco piadoso que de Alcides,
entrt> un trópico frío y otro ardiente,
adonde fuerzas ínclitas de España
con varios casos y continuas lides
fama inmortal ganaron a su gente,
donde Neptuno engasta su tridente
en nácar y oro fino;
cuando Pizarro con su flota vino,
fundó ciudades y dej-0 memorias,
que eternas quedarán en las historias:
a quien un valle ameno,
de tantos bienes y delicias lleno,
que siempre es primavera,
merced del dueño de la cuarta esfera,
la ciudad de León fué edificada,
y con hado dichoso,
quedó de héroes fortísimos poblada.

Es frontera de bárbaros y ha sido


terror de los tiranos, que intentaron
contra su Rey enarbolar bandera:
al que en Jauja por ellos fué rendido,
su atrevido estandarte le arrastraron,
'Y volvieron el Reino cuyo era.
Bien pudiera, Belardo, si quisiera
en gracia de los cielos,
decir hazañas de mis dos abuelos
que aqueste nuevo mundo conquistaron
y esta ciudad también edificaron,
do vasallos tuvieron,
y por su Rey su vida y sangre dieron:
mas es discurso largo,
que la fam;i ha tomado ya a su cargo,
si acaso la desgracia de esta tierra,
que corre en este tiempo,
tantos ilustres méritos no entierra.

De padres nobles dos hermanas fuimos,


que nos dejaron en temprana muerte,
aún no desnudas de pueriles paños.
iEl cielo y una tía, que tuvimos,
suplió la soledad de nuestra suerte:
con el amparo suyo algunos años

13 Apogeo de la Literatura Colonial, T. V, Biblioteca de Cultura Peruana, p. 40.


éONQUISTA Y COLONIA 411
huirnos siempre de sabrosos daños:
y así nos inclinarnos
a virtudes heroicas, que heredarnos:
de la beldad, que el cielo acá reparte,
nos cupo, según dicen, mucha parte
con otras muchas prendas:
no son poco bastantes las haciendas
al continuo sustento;
y estamos juntas, con tan gran contento,
que una alma a entrambas rige y nos gobierna,
sin que haya tuyo y mío,
sino paz amorosa, dulce ry tierna.

Ha sido mi Belisa celebrada,


que ése es su nombre, y Amarilis, mío,
entrambas de aflición favorecidas:
yo he sido a dulces Musas inclinada;
mi hermana, a unq,ue menor, tiene más brío,
y partes, por quien es, muy conocida;
al fin todas han sido merecidas
con alegre himeneo
de un joven venturoso, que en trofeo
a su fortuna vencedora palma
alegre la rindió prendas del alma.
Yo, siguiendo otro trato,
contenta vivo en limpio celibato,
con virginal estado
a Dios con grande afecto consagrado,
y espero en su bondad y en su grandeza
me tendrá de su mano,
guardando inmaculada mi pureza".

Lo pe le dió respuesta en 9 3 tercetos: Belardo a Amarilis.


En sus versos, Lope la elogia tres veces, le da noticias de su persona
y vida, y sugiere que ella, Amarilis Indiana, sea quien escriba el poema
a Santa Dorotea. Y bien dice Menéndez y Pelayo, la respuesta de Lope
dista mucho de ser la mejor de sus epístolas, y que, por eso, Amarilis
llevó la palma.
Del texto de los versos transcritos, se desprende que Amarilis fué
natural de Huánuco; nieta de dos acaudalados conquistadores que fun-
daron aquella ciudad y Lima, y que en Jauja apresaron a un rebelde al
Rey; que tenía una hermana menor, casada; que residía en la capital
del Virreinato; célibe y monja.

* ~- *
Veamos si los versos de la Epístola a Belardo, se relacionan con la
historia de Huánuco y los hechos de sus fundadores.
418 HISTORIA DE HUÁNUCO

Francisco Pizarro como Adelantado, Gobernador y Capitán General


del Perú, tuvo facultad de la Corona para fundar ciudades y villas,
dotándolas de gobierno. Como no pudo realizarlo personalmente, en
muchos casos, designó a sus Tenientes, los que las erigieron por su
mandato y en nombre del Rey. Tocóle al capitán extremeño Gómez
de Alvarado y Contreras fundar la ciudad de Huánuco en las pampas
de la hoy Huánuco el Viejo, en 15 de agosto de 15 39. Pero días des-
pués, por la rebelión del capitán indio Illa Tupac, se trasladó la fun-
dación con Pedro Barroso al ameno valle llamado por los naturales
Pilco, donde quedó definitivamente asentada la población, a la que,
desde el 2 de febrero de 1543, en que el Capitán Pedro de Fuelles la
reedificara por mandato de Vaca de Castro, se la nombró León de
Huánuco. Radicados en su área distinguidos conquistadores, adquirió
el título de León de Huánuco de los Cab~lleros y un escudo de Armas:
un León rampante y coronado. Pues, cuando Fuelles, a la sazón su
Corregidor, alzó bandera por Gonzalo Pizarro, sus vecinos encabezados
por el Capitán Martín de Guzmán, Antonio de Garay, Valentín de Par-
davé y otros, defendieron el Estandarte real hasta derrotar al rebelde.
En 15 53 los «huanuqueños" al mando de los capitanes Juan Tello de
Sotomayor, Miguel de la Serna, Gómez Arias Dávila, Valentín de Par-
davé, Juan Sánchez Falcón, Juan de Mori y otros, después de la derrota
que sufriera, en Pucará, Francisco Hernández Girón, apresaron al «ti-
rano", cerca del pueblo de Tambo, en el valle de Jauja. Con esta ac-
ción, que dió fama a los huanuqueños, quedó pacificado el Virreinato.
Por tal servicio a la Corona, en 15 .5 6, se le concedió el dictado de Muy
Noble y Muy Leal Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros; de-
cretándose que en el Escudo de Armas de la Ciudad, se pusiese un León
rampante y coronado y la efigie de Hernández Girón, al que el león
tiene asido, con una garra, del pecho y con la otra su jeta de una cadena
que pende del cuello del rebelde.
Muchos de estos nobles y fieles soldados, favorecidos con ricas en-
comiendas en la jurisdicción del Cabildo huanuqueño, eran conquista-
dores de Nicaragua, México, Panamá, Santo Domingo y Nueva Gra-
nada. Verbigracia, don Antonio de Garay, los hijos del Lic. Gaspar de
Espinoza, Gómez Arias Dávila; y otros antiguos conquistadores del
Perú como Juan Sánchez Falcón, Tello de Sotomayor, Mendoza, Par-
davé, etc. Habiendo entre ellos fundadores de Lima y H-qánuco, así
Tello de Sotomayor y Cortázar -hijo de un Jurado o Veinticuatro de
Sevilla-, Valentín de Pardavé, Juan de Espinoza, Juan Esteban Sil-
vestre, Juan de Aliaga, Hernando de Torres y otros.
CONQUISTA Y COLONIA 419

Recurramos ahora a escritores antiguos e imparciales, para saber si


la "ciudad de León fué edificada" en un "valle ameno/ de tantos bienes
y delicias lleno,/ que siempre es primavera", al decir de Amarilis.
Diego de Aguilar y de Córdoba, escribe: " ... la ciudad de León de
Huánuco, situada en un muy hermoso y apacible valle". El fraile car-
melita Vásquez de Espinoza, que, como el anterior, vivió en su área, dice:
"fundando y poblando la ciudad en un valle muy ameno y fértil, y
alegre ... y los árboles la tiene todo el año sin que les falte" 14 • Y la
descripción del botánico español Hipólito Ruiz: "El temperamento del
valle de Pilleo es casi igual todo el año ... el hermoso valle de Pilleo,
en el qual se halla la Ciudad de Huánuco ... en medio de aquel vistoso
campo está fundada la Ciudad, en la más ventajosa situación que pueda
1"d earse . . . " 15 .

Cuan to a la razón de hallarse residiendo en Lima nuestra poetisa,


escuchemos a V ásquez de Espinoza, cuyas afirmaciones las repite o re-
calca el Padre Calancha: "los pobladores de la ciudad fueron todos
gente noble, por lo cual se llamó León de los Caballeros, tuvieron en
los principios grandes rentas, y hoy las tienen en la jurisdición que es
grande . . . a ido a la ciudad a menos y está casi despoblada, por esta
causa viven los encomenderos de ordinario en Lima, donde comen y
gastan sus rentas" 16 •
Corresponde, pues, como vemos, a la verdad histórica las asevera-
ciones de Amarilis. Y queda establecido que, solamente una persona na-
cida en el área de la ciudad, una huanuqueña, puede saber pasajes
históricos particulares de Huánuco.

'* * *
Desde años atrás ha surgido con respecto a Amarilis, esta interro-
gación: ¿quién es la anónima poetisa autora de las famosas silvas?
Expongamos, someramente, las tesis que esgrimen los historiógrafos
literarios más destacados, particularmente sobre la genealogía de nues-
tra autora. Desechando, claro está, las huérfanas de verdad histórica y

14 El Marañón, Capt. VII, en Apogeo de la Literatura Colonial, T. V, Colección Cul-


tura Peruana, p. 326. - ANTONIO VÁSQVEZ DE ESPINOZA: Compendio y Descripción de las
Indias Occidentales, Capt. XLIV, p. 488.
15 HIPÓLITo RuIZ: Relación del Viaje, etc., cit. Capt. XXI, ps. 128 , 142 .
16 Compenáio y Descripción de las Indias Occidentales, Capt. XLIV, cit., p. 488.
420 HISTORIA DE HUÁNUCÓ

de documentación alguna, o meramente literarias. (Pues, Amarilis es


tema de eruditos investigadores, diletantes, bibliófilos y novelistas).
Don Manuel Antonio Valdizán 17 que, en su calidad de huanuqueño,
reimprimió la Epístola, en 1834, opina que Amarilis pudo ser una her-
mana de doña Isabel de Figueroa -Belisa- esposa, en primeras nup-
cias de don Bartolomé de T arazona y en segundas del Licenciado don
Diego de Álvarez Sierra.
La Barrera, al que sigue don Marcelino Menéndez y Pelayo, dedu-
ciendo del texto y contexto de la Epístola, afirman que Amarilis fué
doña María de Alvarado, de la descendencia del Capitán Gómez de
Alvarado, el fundador de Huánuco.
Asenjo Barbieri sostiene la tesis de que Amarilis es mera ficción de
Lope de Vega, quien encubría bajo ese nombre el de Marta Nevares
Santoyo, última amante del poeta.
Ricardo Palma cree que, como en el caso semejante de la poetisa
anónima del Discurso en loor de la poesía, hubo mistificación. Para él
quien escribió las silvas fué acaso un fraile o persona ilustrada de sexo
masculino. Tal idea la apoya en que, por tales años, las mujeres no
tenían cultura suficiente a sus inclinaciones; y que, como puede verse
en los versos, en la composición de Amarilis, hay maestría en el manejo
de la métrica, revélase conocimiento de la mitología.
Don José de la Riva Agüero, refutando a los que niegan la exis-
tencia de la poetisa, afirma que Amarilis realmente existió, que nació
y vivió en Huánuco, que puede ser María de la Serna o Tello de Soto-
mayor o Arias Dávila; pues son apellidos que corresponden a funda-
dores y primitivos encomenderos de Huánuco y vencedores de Her-
nández Girón, en Jauja. Y rectificándose de estas afirmaciones, dice
que Amarilis pudo ser hija de don Juan Tello ·de Lara y de doña María
Arévalo de Espinoza, en quienes se juntaron las sangres de don Juan
Tello de Sotomayor y Gómez Arias Dávila y, finalmente, que Amarilis
debió pertenecer a una generación intermedia entre la de Tello de Lara
y la de la prole de Tello de Sotomayor, por hija de alguno de los herma-
nos o hermanas de doña Isabel Tello de Bobadilla.
Luis Alberto Sánchez reproduce la tesis de Riva Agüero, aunque
afirmando categóricamente que "Amarilis se llamó María Tello de
Lara y de Arévalo".
Irving Leonard plantea la identificación de Amarilis, sosteniendo

l 7 El Dr. Manuel Valdizán, natural de Huánuco, fué maestro en el Convictorio de San


Carlos de Lima y, en diversas épocas. Diputado y Senador por aquel departamento, después
de la proclamación de nuestra Independencia.
CONQUISTA Y COLONIA 421

que sea Ana Morrillo, autora y empresaria de comedias, fallecida en


Lima en 1632. El escritor sajón hace, pues, descender a nuestra poetisa
del soldado español Morrillo que conspiró contra el Capitán Pedro de
Puelles, repoblador de Huánuco, en 1543, y uno de los que lo asesinaron
en Quito y favorecido, por este hecho, con una encomienda por La
Gasea.
Federico Carlos Sainz de Robles, reforzando la tesis de Barbieri y
Millé y Giménez, afirma que Amarilis no ha existido; que fué el pro-
pio Lope de Vega quien escribió la epístola y la respuesta, para encender
de celos a una de sus amantes 18 •
Según Monseñor Francisco Rubén Berroa (Edipo), que viviera du-
rante años en Huánuco, hurgando documentos el seudónimo de Ama-
rilis corresponde a doña María de Rojas y Garay, cuya hermana menor
y única fué doña Luisa Rojas y Garay, a la que se designaría con el
nombre de Belisa (muy parecido a Luisa). El abuelo paterno de am-
bas señoras fué el Capitán don Diego de Rojas -pariente de Gabriel
y de Diego, conquistador de Tucumán- encomendero de Huarautambo,
Huánuco, que casó con doña Ana de Pinedo, hij a del fundador de Lima:
Sebastián de Torres. De esta unión nació Diego de Rojas Pinedo que
casado con doña Beatriz de Garay, tuvo por hijas únicas a doña María
y a doña Luisa, como lo declara ésta en su testamento otorgado en
1598 19• Pué su abuelo materno, continúa Berroa, don Antonio de

18 Damos una pequeña bibliografía de los autores que tratan de Amarilis. - MANUEI
ANTONIO VALDIZÁN: R eedición de la epístola de Amarilis a Belardo, comentad a, Lima, 1834. ~
MANUEL DE MENDIBURU: Diccionario Histórico-Biográfico, T . III, p. 343. - J . l . RrnAs
CANFRANc (AsENJo BÁRBIER) F.: Últimos mnores de LoPII de V1Iga, Madrid, 1876, ps. 125
y siguientes. - LA BARRERA : Nueva Biografía de Lope de Vega. Ol#as Completas, T. 1 9 ,
Madrid, 1890, ps. 19-20. - MARCELINO MENÉNDEZ P ELAYO: Historia de la Poesía Hispa110-
America11a, T. II, ps. 153 y sigts., Madrid, 1913. - RICARDO PALMA, en Prólogo a Flor di!
Academias, y Diente del Parnaso, Lima, 1899, p. VII. - JqsÉ DE LA RrVA AGÜERO Y OsMA:
El Perú Histórico y Artístico, Santander, 1921 , p. 87 ; T ricentenario de Lo·fre de V ega, Dis-
cursos Académicos, Lima, 1935, ps. 103, 109 y 115. - Lurs ALBERTO SÁNCHEZ: Los Poeta>
de la Colonia, Lima, 1921, ps. 136 'Y sigts.; La Literatura Pm'uana, T. II, Lima, 1921,
p. 133. - J . MrLLÉ y GIMÉNEZ: Lo/Je de V ega y la supuesta poetisa A111arilis, "Revista
de la Biblioteca, Archivos y Museos", Madrid, Año VII, N 9 25, ene ro, 1930. -AURELIO
MIRÓ Q UESADA SosA: Améric.a en el T eatro de Lope de Vega, Lima, 1935, ps. 6 y sigts. -
FRANCISCO RunÉN BERROA: Edipo: Buscando los vest igios de Amarilis, "El Comercio",
Lima, 19 de octubre de 193 9.
10 Dando nombres para proseguir la identificación de Amarilis, BERRO/\, en su trabajo 1
escri be: "Doña Luisa Garay otorgó t estamento en 2 de mayo de 1680, dejando la hacienda
de San Pedro de Ayaraca, en las pampas de Junín, cuatro casas en Lima 'Y otros bienes,
que con su hermana mayor habían heredado de sus padres; varias casas en Huánuco, la<
haciendas de Marabamba, Caihuayna y un lote al pie de Visacaca (afueras de la ciudad).
Doña Lui sa había casado, en temprana edad, antes de 1618, con el Maestre de Campo don
Luis Blásquez de Valverde, hermano de don Juan Blásquez de Valverde, Catedrático de
422 HISTORIA DE HUÁNUCO

Garay, de cuyo matrimonio con doña Alonsa de Salcedo, hija del Veedor
García de Salcedo en la morisca Beatriz, nació, entre otros, doña Beatriz
de Garay que casó con Diego de Rojas. (Don Antonio de Garay, enco-
mendero radicado en Huánuco, era hijo mayor y mayorazgo del Ade-
lantado de la Isla Española y Gobernador de Jamaica don Francisco de
Garay y de doña Moñiz de Perestello, emparentada con la mujer de
Colón). Este don Antonio de Garay, rico encomendero de los Y aros-
Chaupeguarangas (y no de Huarautambo, como dice Berroa), fué adicto
a la Corona y quien en Huánuco organizó, como vimos, las milicias
reales contra Gonzalo Pízarro.
Amarilis parece ser hija de Diego de Aguilar y de Córdoba, como
alguien lo supone y nosotros lo sostenemos. El autor de El Marañón y
elogiado por Cervantes como notable poeta, estuvo radicado en la ciu-
dad de Huánuco, donde casó con doña Catalina de Falcón, en la que
tuvo hijos; siendo acaso uno de estos María Fernández de Córdoba y
Falcón o María Suárez Fernández de Córdoba. Nieta de dos capitanes
fundadores de las ciudades de Huánuco y Lima: Juan Sánchez Falcón
y Rodrigo Tinoco; y cuyo nombre María, o en anagrama Amarilis,
llevaría por su abuela paterna doña María Suárez Tinoco.

* * ~4

Analicemos, ahora, sintéticamente, las teorías expuestas en pro de


la identificación personal de nuestra poetisa. No en cuanto al lugar
de su nacimiento u origen, ni a su sexo; porque está demostrado ya
que fué huanuqueña, y su femineidad se desprende de sus propios
versos. Ello cabe una interpretación o, mejor, una identificación de
la verdad histórica; no la que responda al mero capricho, a la pura
ficción o "habitual desenfado" o menosprecio por una ciudad o reg10n
geográfica, y menos en el desconocimiento de la historia de la tierra
natal de Amarilis.
La opinión de Valdizán -de la que se valió Mendiburu- y que

San Marcos, Oidor de Nueva Granada y Charcas y Gobernador del Paraguay; hijos de don
Juan Blásquez y Valverde y de doña Feliciana Núñez del Prado y Saavedra, quien a su
vez lo fué del Dr. Juan Blásquez, Teniente de Gobernador en Lima cuando el asesinato de
Pi21arro, y de doña María Valverde, hermana del Obispo del Cusco, Vicente Valverde,
el de la captura de Atahualpa. ~Doña Luisa de Rojas estableció una capellanía sobre sus
bienes -Hda. Ayaraca-, ordenando que ingresasen como capellanes los hijos de su sobrina
nieta la Marquesa doña Constanza de Rojas y Jaraba, hija de su sobrino el Capitán Lic.
Antonio de Rojas y Mendoza. ( Edipo: Buscando los vestigios de Aniarilis. "El Comercio",
Lima, 19 de Octubre, 1939).
CONQUISTA Y COLONIA 423

copió a Calancha, relacionando, equivocadamente, al tema a doña Isabel


de Figueroa que fué hija de Gaspar Vega y Olaya Vásquez, es ilusoria.
La hermana de doña Isabel de Figueroa se llamó Jerónima de Vega y
no fué monja, pues estuvo casada con don Juan de Agama, encomen-
dero de Lliclla -Huamalíes- y en cuya encomienda le sucedió su
hijo don Pablo de Agama; y no fueron hijas únicas, ni radicaron en
Lima, sino en Huánuco.
La tesis tradicional del célebre polígrafo español don Marcelino
Menéndez y Pelayo, o sea la identificación de Amarilis con doña María
de Al varado, la muy divulgada, es también la más huérfana de verdad,
la más flaca de las aseveraciones.
Gómez de Alvarado y Contreras, hermano del Adelantado de Gua-
temala don Pedro de Alvarado, con quien vino al Perú, fundador de
Huánuco y el propio que, según Diego de Aguilar, trasladó su fun-
dación en compañía de Barroso al lugar que hoy ocupa; no se radicó
en dicha urbe, ni dejó descendencia en ella. Realizada la fundación,
como vimos en capítulo pasado, Gómez de Alvarado se retiró a Lima,
formando en el bando de Almagro el Mozo. Producida 1a muerte de
Pizarro, por discrepancias con los almagristas, se trasladó a Trujillo, y
se puso bajo la bandera de Vaca de Castro; combatiendo en Chupas y
falleciendo en Vilcashuamán, a consecuencia de las heridas que recibiera
en aquella acción de armas. A estar por los documentos que conocemos
-probanzas de servicios y otros- Gómez de Alvarado murió soltero,
sin dejar descendencia conocida. Menos se sabe, documentalmente, que
doña María de Alvarado fuera nieta del famoso capitán-conquistador
de Nicaragua, Maestre de Campo de Almagro en la Conquista de Chile
y fundador de Huánuco- y que ésta fuera monja. Si existió la tal
doña María de Alvarado, pudiera ser descendiente del otro Gómez de
Al varado (el Mozo), encomendero y fundador de Chacha poyas con
don Alonso de Alvarado, con quien sus biógrafos lo confunden.
Tampoco pueden considerarse sólidas las afirmaciones de Riva Agüe-
ro, repetidas, en parte, por Sánchez. Los hijos de don Juan Tello de Lara
y de doña María de Arévalo y Espinoza, fueron, según Saldamando, don
Agustín y doña Teresa Tello de Lara y Arévalo Espinoza. Las hipoté-
ticas María e Isabel -Amarilis y Belisa- serían nietas de don Juan
Tello de Contreras y de don Juan de Arévalo, que no fueron conquis-
tadores ni fundadores de Huánuco, ni de Lima. Menos puede traerse
al tema a don Juan Tello y calificársele de abuelo, siendo en efectividad
tatarabuelo de las citadas (Amaralis, dice: mis abuelos). Menos pudo
ser María Arias Dávila. Porque Gómez Arias Dávila, al que el distin-
424 HISTORIA DE HUÁNUCO

guido escritor peruano pretende también hacer abuelo de Amarilis, no


fué fundador de Huánuco; 'i bien se le cuenta entre uno de los capitanes
que capturó a Hernández Girón, en Jauja. Gómez Arias Dávila, ilustre
soldado descendiente de los condes de Puñoenrostro, llegó a Huánuco
todavía en 1548, favorecido con la encomienda de los Chupachos en el
Reparto de Huaynarima por sus servicios en la campaña contra Gon-
zalo Pizarra, como uno de los capitanes de La Gasea, a cuyo llamado
había venido al Perú desde Nicaragua. (No nos explicamos, asimismo,
la razón por la que forzosamente quieren hacer descender a Amarilis
de los tres capitanes aprehensores de Hernández Girón -Miguel de la
Serna, Juan Tello de Sotomayor y Gómez Arias Dávila-; cuando
fueron más de ocho los capitanes "huanuqueños" que derrotaron y cap-
turaron a Girón; si bien los nombrados tuvieron el mando de los sol-
dados que formaron la "columna huanuqueña").
La tesis de Berroa es la más aceptable, por documentada. Aunque
no llega a rastrear muy de cerca a nuestra autora. Pues, no debe olvi-
darse que, conforme al texto de la epístola, los abuelos de Amarilis
fueron, a la vez, fundadores de Lima y Huánuco: "la ciudad de León
fué edificada ... y esta ciudad -Lima- también edificaron".
Que Amarilis pudiera ser hija de Diego de Aguilar y de Córdoba,
no está huérfana de apoyo. Aguilar casó en Huánuco con doña Catalina
Falcón y Tinoco, hija del célebre soldado Juan Sánchez Falcón, héroe de
Huarochirí, cuando la sublevación de Manco I, 15 3 5, encomendero de
los Y achas y de los Mitimaes de Vinchos y Quilcay; y de doña María
Suárez Tinoco, ésta hija del capitán Rodrigo Tinoco, fundador de Huá-
nuco como Falcón, y encomendero en aquella ciudad; pues La Gasea le
asignó 400 pesos, y que en la conquista del Imperio de Rupa-Rupa
fuera Teniente de Gómez Arias Dávila. ·
Ambos antiguos conquistadores y fieles soldados al Rey, estuvieron
en el apresamiento de Hernández Girón, en Jauja; ambos tuvieron en-
comiendas, fueron vecinos acaudalados, de indios tributarios -vasallos-
y también ambos fueron fundadores de Huánuco y Lima. Por otra
parte, siendo hija de un poeta y escritor, lógico es suponer que here-
dara la "aptitud lírica" de su progenitor, el que le enseñaría el "arte
de la poética" y mitología, disciplinas que domina Amarilis; y con
cuya afirmación se trae por tierra la duda de Ricardo Palma. Se dirá
que del matrimonio de Aguilar y Córdoba-Falcón nacieron varios
hijos; siendo uno de ellos el Dr. Francisco Fernández de Córdoba de
celebradas luces. Pero bien pudiera nuestra poetisa haber ocultado,' en
celo religioso de monja, a su progenitor y hermanos, nombrando sólo
CONQUISTA Y COLONIA 425

a Belisa. Porque no hay que olvidar que, por esos tiempos de "Hege-
monía de la Iglesia'', el Santo Oficio de la Inquisición urgaba a los
('enemigos de Cristo"; y había que ocultar las "huellas de la concien-
cia'', para no ser identificado.
Finalmente, quien pretenda sostener que fué un capricho de Lope
el origen de las famosas silvas, niega la verdad histórica contenida en
ellas; y no ha estudiado los resortes psicológicos, el ánima femenina
que corre por toda la aludida Epístola. Distante, por cierto, de las res-
puestas del Fénix de los Ingenios; el que, por otra parte, si la escribió
para "encender de celos" a una de sus amantes, no tenía por qué dar
razón de su vida, ni embarcarse en un amor platónico. Menos pudo,
el poeta español, saber pasajes de historia local de una ciudad acaso al
margen de su ilustración.
A todo, queda establecido, en definitiva, que Amarilis fué mujer y
huanuqueña. Hija de la "Muy noble y Muy Leal Ciudad de León de
Huánuco de los Caballeros"; y, como tal, orgullosa de su estirpe y de
su suelo.

* * *
Nombremos, en seguida, a otros hijos ilustres de Huánuco, dando sus
d atos biográficos. Aunque la mayoría de ellos no se dedicó exclusi-
vamente a las bellas letras o cultivaron las disciplinas intelectivas; por
sus dotes personales, sobresalieron en los campos de la milicia o el sacer-
docio.
El primer escritor oriundo de la ciudad, en el siglo XVI, fué don
Alonso de Huerta, Maestro en Artes y Doctor en Teología en la Uni-
versidad de San Marcos de Lima, y notable quechuólogo o maestro de
quechua en dicha Universid ad. (El curso de quechua fué instituído en
la Catedral de Lima por el Arcediano don Rodrigo Pérez, según su tes-
tamento otorgado en 15 de setiembre de 15 50, con una renta de 300
pesos, y el mismo que se estableció por el Arzobispo Loayza, en 15 51 ,
pasando a dictarse en la Universidad de San M arcos por orden de To-
ledo, en 15 79) . Huerta se hizo cargo de la Cátedra en 15 92 y la dictó
hasta 1602. En 1616, con la aprobación del Dr. Francisco de Ávila,
publicó su notable gramática o Arte de la Lenguia Quechua General de
los Indios de este Reino del Perú, dedicada al Vir rey Marqués de Mon-
tesclaros. El célebre quechuista fué Capellán de la Iglesia de la Copa-
426 HISTORIA DE HUÁNUCO

cabana, de Lima, y más tarde, Cura de la Parroquia de Indios del Cer-


cado de la misma ciudad, donde falleció el 19 de abril de 1640 20 •

Hijo del Capitán don José de la Serna y V alverde y de doña Emi-


liana de la Reynaga, nació en Huánuco, en 15 68, el Dr. Fray Francisco
de la Serna. Profesó en la Orden de San Agustín, en Lima, en 1590, a
los 22 años. Leyó Artes y Teología. Predicador, Maestro Provincial,
Definidor y Provincial en el Capítulo XX de los Agustinos, en 1629.
Catedrático de Nona y Teología de la Universidad de San Marcos,
hasta 1629, en que obtuvo la Cátedra de Vísperas. El Rey Felipe IV
le presentó a la Santa Sede para Obispo del Paraguay, en 17 de agosto
de 163 5, y antes de su partida lo trasladó a Popayán; habiendo sido
consagrado en la Iglesia de San Agustín de Lima por el Arzobispo Fer-
nando Arias de Ugarte. Administró la Diócesis de Popayán hasta 1646,
año en que fué trasladado a La Paz. Pero falleció en Quito, estando de
viaje a su nueva sede. Predicador de tino y firmeza, mejoró las rentas
de su orden y obispados. Debióse a él el magnífico refectorio y la si-
llería de la Iglesia de San Agustín de Lima.

.. * *
En el sigló XVII, Huánuco tuvo un exponente intelectual en don
Francisco Fernández de Córdoba, Caballero de la Orden de Santiago.
Doctor en Artes y Catedrático en la Universidad de San Marcos, escribió
el libro Perú e-on Armas, que es la relación de la expedición del pirata
Jacobo Hermite Clerk al Callao, en 1624. Nació en aquella ciudad por
15 80, del matrimonio de Don Luis Fernández de Córdoba, que fuera
Corregidor español de Huánuco en 1571-1577 y de Lima en 1620, y

20 RAÚL PoRRAS BARRENECHEA: Los quechuistas Coloniales, "El Comercio", Lima,


28 de julio de 1950. - Por el propio autor sabemos que era oriundo de Huánuco.
pues lo declara en el título de su libro: Arte / de la lengua / quechua general de
los Indios de este Reyno del Perú. / Dirigido al Ilustrísimo Señor Don Bartolomé Lobo /
Guerrero Arzobispo Tercero dél./ Compuesto por el doctor ALONSO DE HUERTA, Clérigo
Presbítero Predicador de la dicha Lengua/en esta Santa Yglesia Catedral, y Catedrático
propietario de ella, en la insigne y Real Universidad de esta Ciudad de Los Reyes, natural
de la muy noble y/muy leal Ciudad de León de Huánuco./Con licenci.i./Impreso por Fran-
cisco del C:rnto. En Los Reyes. Año 1616. (La redacción en castellano actual es nuestra).
Paul Rivet et Georges de Crequi-Montfort: Bibliographie des lengues aymará et kichua.
Vol. I (1540-1875), p. 66.
CONQUISTA Y COLONIA 427

de doña Catalina de Montehermoso. Casó en Lima con doña María


Santillán 21 •
El Dr. don Juan Blásquez de Valverde, célebre jurista nacido en
H uán uco. Rector de San Marcos de 1644-164 5.
Don José Dávila Falcón, oriundo de Huánuco, fue alumno de la
Universidad de San Marcos, en la que optó el grado de Dr. en ambos
Derechos y por oposición ocupó varias cátedras, entre ellas la de Prima
de Sagrados Cánones, 1667. Chantre, Provisor y Vicario General del
Arzobispado, desde 1671. En la guerra de España con Inglaterra, nom-
brado por la Audiencia, desempeñó, en 1673, el cargo de Maestro
de Campo General de todo el clero de Lima. Y en el año de 167 5 f ué
elegido Rector de la Universidad de San Marcos 22 •

* * *
El Dr. Fernando de la Sota, hizo sus estudios en Lima, en la Uni-
versidad de San Marcos. Cura y Vicario de Huánuco, su ciudad
natal. En 3 de Mayo de 173 8 fué Canónigo Racionero de la Catedral
de Lima, a cuyo cargo ascendió del curato de Maray, en los Chacas.
En 1745 obtuvo, por oposición, la Canonjía Doctoral; llegando en
1750 a ser Maestrescuela; en 1571 ocupó la silla de Chantre y luego
la de Arcediano; y finalmente fué Juez Ordinario del Tribunal de
la Inquisición. Elegido Obispo de Tucumán, Córdoba, ~n 1755, renun-
ció dicho cargo; falleciendo 2 años después en Lima ( 17 57) .

* * *
Juan Diego Saricolea y Olea había nacido en 163 9, en la ciu-
dad de Huánuco. Inteligencia prodigiosa; pues, a los 11 años de edad
defendía conclusiones públicas de Gramática y Retórica en el Cole-
gio San Martín de Lima. Gradu ado de doctor en Teología en la
Universidad de San Marcos, ganó por oposición las cátedras de Nona

21 Los datos sobre Fra:y Francisco de la Serna y el Dr. Francisco Fernández de Cór-
doba, los tomamos del Diccionario Histórico-Biográfico, de Mendiburu. Lohmann Villena,
en su trabajo citado sobre Diego de Ag uil ar, dice que don Francisco fué hijo del autor
de El Mtm1añón, y no de don Luis Fernández de Córdoba.
22 E~ la Galería de Retratos de Catedráticos y Rectores de la Universidad de San
Marcos de Lima, en el Salón N 9 3, existe el de nuestro personaje, con la siguiente leyenda :
"El Dr. Dn. José Dávila Falcón C ath. de Prima Sagos. Canos. Chantre de efta. Sta
y gles. Provisor y Vicario Gral. de efte Arzobispado. Cath. a. de 1607".
428 HISTORIA DE HUÁNUCO

y Prima, en la Facultad de Derecho, y obtuvo brillantes triunfos


literarios sobre temas de Teología y Moral. Obtuvo, también por
concurso, tres curatos. Pué examinador Sinodal del Arzobispado, Cali-
ficador del Santo Oficio y Canónigo Penitenciario de la Iglesia Me-
tropolitana. Obispo de Tucumán, en 1724, obispo de Santiago de
Ohile, en 1730, y, finalmente, de Cusco, 1735, donde murió, estando
de visita en su diócesis, el 2 de octubre de 1736 23 •

Puede contarse entre los huanuqueños de estirpe, al célebre e


ilustre indio don Felipe Guarnan Poma de Ayala, autor del libro
Prilner Nueva Crónica y Buen Gobierno, curiosa y única enciclo-
pedia ilustrada para el conocimiento integral del Perú en el lapso
de 15 8 0-1615. Documento veraz de la organización y estado polí-
tico, jurídico, económico y social que imperaba, en aquellos años,
bajo el régimen español. Sobre todo, es la descripción de la vida
y costumbres de los indios, y la más valiente defensa y denuncia
que se haya escrito jamás en favor de los oprimidos y explotados
por los corregidores, encomenderos, doctrineros y demás funcionarios
subalternos de la Colonia.
Según se desprende de las páginas de Nu.eva Crónica, Guarnan
Poma descendía de los Apos Yarowilkas, antiguos reyes de Allauca-
Huánuco, siglos antes de la conquista o anexión de aquella zona por
los Incas. Como ya tenemos dicho en otro capítulo, sería hijo de
don Martín Guarnan Poma y de doña Juana Coriocllo. Siendo su
abuelo materno Tupac Inca Yupanqui, padre de la princesa Corioc-
Ho; y paterno, Capac Apo Guarnan Chaua, Virrey del Inca o lncap-
Ranti, quemado vivo por Pizarro en el Cusco, en años de la Con-
quista, según el propio Guarnan Poma; pero muerto en Cajamarca,
en la toma del Inca Atahualpa, por habérselc c01ifundido con aquél,
según un cronista. Su padre, en la batalla de Guarina; habría sal-
vado la vida de Luis de A valos de Ayala, y de este hecho, tal español
habríale facultado a usar su apellido; y de aquí el de Guarnan Poma
de Ayala.

23 R ese1ía Biográfica de los Obispos del Cu zco. "Revista Peruana" (MARIANO FELIPE
PAZ SoLDÁN) . Vol. 11, Año 1 879, Entrg. VI, p. 447. Documentos Literarios del Perú, por
Coronel MANUEL DE ÜDRIOZOLA, T. 111, Lima, 1872, p. 3 61.
CONQUISTA y cotONiA 429
Desde 1580 a 1615, en que fallece en el anonimato, en Lima,
a estar por los últimos renglones de su libro, Guarnan Poma había
recorrido el Perú, particularmente Ayacucho, Cusco, Huancavelica,
Lima, Huánuco. Dice haber dejado su tierra y comodidades "para
redimir a los pobres indios", para los que "no había justicia en el
Reino". Pero en verdad, nuestro personaje, sirviendo de alguacil o
intérprete de doctrineros, visitadores, corregidores, etc., cuyas vidas
critica por conocerlas, habría adquirido sorprend":nte ilustracción para
los de su clase y en aquella época, y se habría dolido de la triste con-
dición de los de su raza. Este afán de defender y mejorar la condición
de los indios, lo llevó a escribir su famoso libro que, según su deseo,
habría de leerlo y utilizarlo el Rey Felipe III de España, para un
mejor gobierno de sus súbditos. Guarnan Poma indica como "su
pueblo" el de San Cristóbal de Suntunto, repartimiento de los Soras,
Corregimiento de los Lucanas y Andamarcas, ciudad de Huamanga;
donde tenía pequeños bienes. Pero se jacta, insistentemente, y lo re-
pite más de cien veces en las páginas de su libro, que es de la estirpe
de ttAllauca-Guanuco Yarobilca Capac Apo Guarnan Chauca-Gua-
man Poma, que son leones y aguilas reales".
No es de dudar que los suyos fueron llevados por los españoles
hasta tierras del cabildo de Huamanga, después de la rebelión de
Illatopa, en Huánuco el Viejo ( 15 39-15 4 3) . Pues, el •tsistema de
mitimaes", lo practicaron los conquistadores del siglo XVI, en diver-
sas regiones del Virreinato. O se habrían quedado allá los indios
huanucos, terminadas las guerras civiles de los conquistadores, en uno
de cuyos bandos habría servido en calidad de auxiliares o yanaconas,
como ocurrió entonces con demasiada frecuencia. Verbigracia, el Vi-
rrey Toledo halló, en 15 71, numerosos indios yanaconas de Quito
y del valle de Jauja (Chongos) radicados en Cusco. Así se expli-
caría que fueran a morar allá descendientes directos de los Yaro-
wilkas, lejos de Huánuco el Viejo; y durante toda la Colonia, segui-
ría figurando el ttayllo guanuco" en los padrones de tributarios del
Corregimiento de Lucanas.
Sea como fuera, el cronista Guarnan Poma, es el exponente colo-
nial del genio de la raza india. Por su valentía sin igual, por su verbo
sin dobleces para decir la verdad, es un héroe; por su pobreza, humil-
dad y afán de mejorar la vida de los oprimidos, es un santo laico.
Por sus conocimientos es un sabio. Visionario de la justicia, es un
caballero andante por pueblos, punas y yermos andinos; verdadero
430 HISTORIA DE HUÁNUCO

«Quijote de los Andes". "León y aguila real de Huánuco" -como


él lo repite-; de la misma estirpe y rebeldía de Illatopa 24 •

* * *
Bajo ~l gobierno del Virrey don García Hurtado de Mendoza>
don Lorenzo de Heredia, "hijodalgo nacido en la ciudad de Huá-
nuco", desempeñó papel notable en la campaña contra el pirata inglés
Hawkins, 1594. Nombrado almirante de la Escuadra española, batió
a la flota inglesa que se rindió en las afueras de Panamá; y dando, con
esta acción, un marcado triunfo a las armas virreinales. (Fué este almi-
rante hermano de Fray Lorenzo de Heredia, también huanuqueño) 25

* * *
El religioso agustino fray José Figueroa, que nació en la ciudad
en 1637, fundó en Lima, en 1669, el Hospital de Incurables de Santo
Toribio. Realizó sus estudios en el Colegio de San Ildefonso, ordenán-
dose de sacerdote y siendo nombrado Rector de Filosofía y Teología,
Maestro de Novicios y Prior. Fomentó en Huánuco el culto al Cristo
de Burgos. Murió el 21 de noviembre de 1717, aclamado calurosa-
mente como San to.

* * *
La venerable Rafaela de San José, nacida en las serr:inías, a 8 leguas
de Huánuco. Siendo sus padres don Juan García Fernández de Agui-
lar y doña Sebastiana Espinoza, de tierna edad ingresó al convento
de la Encarnación de Lima. Por sus virtudes, humildad y caridad,

24 En el mes de agosto de 19 O8, el Director de la Biblioteca de Cottingen, Alemania,


Dr. Richard Pietschmann, descubrió en la Biblioteca Real de Copenhague, el manuscrito
N 9 2232, Colee. real, de 1.179 páginas y con dtulo: El Primer Nueva Crónica y B1m1
Gobierno Comfruesto por don Phelipe Guaman Poma de Ayala Señor y Príncipe. El inves-
tigador alemán, para hacer conocer su hallazgo, escribí-O un ensayo que presentó al XVII
Congreso de Americanistas reunido en Londres y el mismo que está reproducido en la edi-
ción facsimilar aparecida en 1936, editada por el Instituto de Etnología de París, bajo la
dirección del Profesor Francés Paul Rivet, ex-presidente de la Sociedad de Americanistas
de aquella ciudad. - El autor de este libro ha estudiado Nueva Crónica y Buen Gobierno
en el aspecto del derecho incaico y colonial; habiendo publicado los siguientes libros:
El Derecho Inca según Guaman Poma de Ayala, Tip. Sant1 Rosa, Huanca,yo, 1945;
El Derecho Indiano a través de Nueva Crónica y su inf l1tencia en la Vida Social Pemana,
Imprenta El Trabajo, Lima, 1946.
25 Fray REGINALDO DE LIZÁRRAGA: Descripción Breve de toda la tierra del Perú,
T1tcumán, Río áe la Plata y Chile. Colee. Cultura Peruana, T. IV; Los Cronistas de Con-
vento, p. 190.
CONQUISTA Y COLONIA 431

fué llevada al Priorato a los 22 años. Murió el 17 de Setiembre de


1677, en estado de santidad, según sus biógrafos 26 •
Expresemos, también, de la sangre "huanuqueña" de la mística
Santa Rosa de Lima, en el mundo Isabel Flores de Oliva. Fueron sus
padres Gaspar Flores, natural de Puerto Rico, y doña María de Oliva:
hija de don Francisco de Oliva y de doña Isabel de Herrera, nacida
en Huánuco e hija del Maestro Herrera que enseñaba la doctrina
a los indios Chupachos, en 15 62, cuyos descendientes emparentaron,
más tarde, con la estirpe del indio Illatopa.
Según Pérez Achapuri, fueron ilustres hijos de Huánuco, Fray
José Miraba!, jesuíta teólogo y literato famoso que estuvo en Roma,
en 1613. Y el padre Nicolás de Olea, autor de un libro de "Artes",
en tres tomos 27 •

* * *
Si bien los nombrados hijos de la ciudad destacábanse por sus apti-
tudes fuera de la urbe nativa, en ella la cultura, el saber intelectivo
en general, se refugia en los conventos. Son los frailes, particularmente,
los que enseñan las "buenas letras", o las atesoran. Ellos difunden la
literatura eclesiástica como los autosacramentales que, en copias ma-
nuscritas, se pasan de mano en mano, o recomiendan la que ha sido
previamente pasada por el index, etc.
Pero estas lecturas son cada día más celosamente vigiladas por los
delegados del Santo Oficio de la Inquisición, que vela por la "pureza
de las ideas" que, desde el tercer tercio del siglo XVIII, inquietan ya
a los hijos de la antigua ciudad de León de Huánuco de los Caballeros.

* * *
Para terminar, refirámonos a la actriz y cantante doña Micaela
Villegas o más conocida por La Perricholi, que, como amante del cata-
lán Virrey don Manuel de Amat y Junient, provocó escándalo en la corte
virreinal y sociedad de Lima. Cuyos hechos han pasado a la tradición
galante de la mujer colonial e inspirado a músicos y escritores, antiguos
y modernos.

26 Monseñor BERROA: Monografía Eclesiástíc,s de la Diócesis de Huánuco Y Tnnín,


ps. 255-258.
27 PÉREZ ACHAPURI: Topografía y Noticias Antiguas de la Ciudad de León J,
Huánuco, p. 26.
432 HiSTORIA DE HUÁNUCÓ

La Perricholi ha sido considerada como natural de Huánuco o de


Tomayquichua, pueblo de sus cercanías.
Don Ricardo Palma en una de sus tradiciones peruanas --Genia-
lidades de la Perricholi-, afirma que «hija de padres pobres y hon-
rados, su humilde cuna se meció en la noble ciudad del León de Huá-
nuco, allá por los años de 1739. A la edad de cinco años trájola su
madre a Lima, donde recibió la escasa educación que en aquel siglo
se daba a la mujer" 28 •
Esta afirmación de Palma no está apoyada en la verdad; y fatal-
mente ha sido la «tradición o leyenda" más difundida, acaso para así
descargar a Lima de esta su pizpireta y mundana hija.
En su memoria testamentaria extendida en Lima en 20 de marzo
de 1819, por ante el Notario don José Antonio Cobián, doña Micaela
Villegas y Hurtado de Mendoza, La Perricholi, declara ser natural de
Lima e hija legítima del arequipeño don José Villegas y de la limeña
doña Teresa Hurtado de Mendoza; casada con don Vicente Echarri (des-
pués de la partida de Amat a España, 1776). También consta que es
limeña en su Partida de Defunción extendida a fs. 228, libro 1';', Pa-
rroquia de San Lázaro; documento del que aparece haber fallecido
el 16 de mayo de 1819; y en su partida bautismal de la Parroquia
del Sagrario, en que se da como fecha de su nacimiento el 2 8 de setiem-
bre de 1748 29 •

28 RICARDO PALMA: Genialidades de La Perricholi. Tradiciones Escogidas. Colee. Cul-


t ura Peruana, T. XI, p. 14 5.
29 Sobre La Perricholi, ver: ANDRÉS ECHEVARRÍA MAÚRTUA: En torno a la leyenda
de La Perricholi. "El Comercio", Lima 19 de Enero, 1940. - MuLTATULI: La Perricholi ...
"La Prensa", Lima, 10 de Setiembre, 1944. Los trabajos de Raúl Porras Barrenechea, Anlenor
del Pozo y otros. Con su cáso de criolla-sensual y mística, inspiró a Merimée, Ofembach,
Copeau, Moissi, Saint Victor, Thorton, Wilder, etc. y etc.
CUARTA PARTE

EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA
Ct..PÍTULO I

EL RÉGIMEN ESPAÑOL A FINES DEL COLONIAJE.


LOS DISTURBIOS EN EL CORREGIMIENTO DE HUAMALíES
Y LA REBELIÓN INüíGENA DE LLATA DE 1777

La lucha entre españoles, criollos y mestizos. La exigencia trilmtaria y los abusos de los
funcionarios. La desesperada situación de los indios. La rebelión de Huamalíes por las
exacciones de Santiago y Ulloa. La huida de éste y la muerte del capitán Cajiga. La expe-
dición realista que sofocó la rebelión. El proceso de sus autores. La relació1t del Virrey Guirior
sobre el movimiento. Los posteriores distiirbios en Huallanca. Las ideas libertarias en Huá-
nuco y jurisdicción. El huanuqueño José Gabriel Aguilar, precursor de la libertad americana.

El reg1men español implantado a raíz de la conquista, mostró su


más grave crisis en el curso del siglo XVIII. Ella repercutió en todos
los aspectos y sectores de la vida del Virreinato, y cuyas consecuencias
fueron los movimientos libertarios, y, años después, la independencia
de estas tierras de la C:Orona Española.
La decadencia del régimen se observaba en la marcada desigualdad
política que existía entre las clases sociales, en la discriminación racial
y económica, patentizadas en disposiciones arbitrarias; en la inhumana
exigencia de la tributación, y en el triste estado de la masa indígena.
Como vimos en capítulo anterior, los españoles procedentes de la
Península eran preferidos en el gobierno y administración a los nacidos
en el Perú o criollos. Muchos de éstos no sólo eran descendientes de los
antiguos conquistadores, sino que tenían mayor ilustración y contri-
buían con apreciables sumas al erario de la Corona. En tanto que la
mayor parte de los peninsulares eran gentes burdas, sin conocimiento
alguno, sin moralidad administrativa y que se preocupaban sólo de
los negocios que realizaban validos de su situación. Tales peninsulares,
que desempeñaban los más altos cargos y figuraban en la mejor socie-
dad, despreciaban a los criollos que sólo podían ocupar puestos subal-
ternos.
La política equívoca de la Corona, a la que se agregó el despotismo
de los europeos y el pundonor de los criollos, originó la rivalidad y
436 HISTORIA DE HUÁNUCO

el odio entre ambos grupos; formándose dos bandos irreconciliables.


Estos bandos contrarios existían en el seno de los Cabildos, en los
conventos o comunidades religiosas, en el clero, en la milicia y hasta
en las casas particulares donde había españoles y criollos. Y la pasión
se enardecía y manifestaba públicamente con motivo de la designa-
ción o compra de un cargo concejil o militar, en las elecciones de las
autoridades eclesiásticas y también en las fiestas familiares. De esta
situación de lucha, lo expresan Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que
visitaron el Perú a mediados del siglo XVIII 1 •
La Caja virreinal tenía que cubrir los gastos que ocasionaban las
guerras o los placeres de la Corte decadente de Madrid, y el presu-
puesto de la Colonia. Y como las minas estaban en decadencia y la
producción de los obrajes se reducía año tras año; y, además, como no
existían otras fuentes de ingresos, había que acudir a las cargas tributa-
rias, las que, cada vez más pesadas, caían sobre los hombros de criollos,
mestizos e indios. En el cobro de estos tributos al mestizo e indio llegaban
a sus extremos la malicia del cobrador, el abuso de la fuerza y el favo-
ritismo como efecto de la ambición, del cohecho y la dádiva.
De otro lado, como la mayoría de las autoridades había obtenido
sus cargos mediante el favor o por compra, sobre todo los llamados
oficios vendibles; no tuvieron escrúpulo alguno de dedicarse abierta-
mente a los negocios y hasta a la venta de la justicia; y la imposición
del abuso no tuvo límites. Sobre todo, en provincias, el Subdelegado,
el Asesor Letrado y otros, quedaban impunes de sus fechorías por
el abono que hacían a los comisionados del Virrey o del Intendente,
cuyo papel se reducía a la expedición de informes, en cumplido lega-
lista.
Todos estos hechos y la postergación de los americanos, debido a
una política errónea de la Corona española, originaron en aquéllos
un espíritu de resentimiento primero, y de rebelión después. (De
aquí que, la mayoría de los criollos, abrazase las ideas y la causa de
la libertad. Sobre todo, producida la independencia de los Estados
Unidos de Norteamérica y la Rev.olución Francesa, las que desbara-
taron el orden económico y social de la Colonia; orden basado en la
clerecía, la milicia, y en una absorción económica centralista de parte
de la Metrópoli) .
En lo concerniente a Huánuco, en las últimas décadas del siglo
XVIII, la lucha entre europeos y americanos era definida. Los espa-

1 Noticias Secretas de América. Capt. VI, p. 319.


EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 437

ñoles peninsulares, ineptos los más, gracias a sus dineros, habían adqui-
rido los cargos públicos, y validos de ellos se dedicaban a amasar for-
tuna; convertidos en terratenientes, comerciantes y en explotadores
sociales, particularmente de los indios.
Los frailes y curas españoles eran calificados rivales de los ameri-
canos, ya en el seno de los conventos o en las parroquias. Estos hechos
prepararon y provocaron las rebeliones que estallaron en Huamalíes
y luego el gran movimiento armado conocido como la Revolución
de Huánuco de 1812, de la que nos ocuparemos más adelante.
Pero fué la masa india, subrayamos, la que soportó los más crudos
rigores de la explotación y del injusto régimen español.
Los corregidores no sólo los defraudaban en el cobro del tributo,
sino que extorsionaban a los indígenas en las llamad as "derramas o
repartimientos", que consistían en la distribución o venta forzosa,
a los indios, de objetos inútiles o de lujo, como medias de seda, len-
tes, etc., a precios exorbitantes. Los propietarios de las haciendas y
minas, se aprovechaban de su trabajo, sin pagarles salario, o abonán-
doles sumas misérrimas que no cubrían el pago de su tributo y los
gastos del viaje. Los curas de las doctrinas, los esquilmaban con el
pretexto de hacerlos mayordomos de los santos patrones de sus pueblos;
adeudándose y empeñando sus últimas fuerzas; a tal extre~o, que
hasta el morirse era un mal para tales infelices, ya que no podían ente-
rrar a sus cadáveres si previamente no se abonaba a los curas por res-
ponsos y otras prácticas religiosas. (Si bien las "Leyes de Indias", como
tenemos dicho en el curso de este libro, los protegían, reglamentaban
su trabajo y gara ntizaban sus propiedades; d{chas normas sólo forma-
ban una "bella colección literaria", cuyos dictados no se cumplían).
Estos abusos, jamás sancionados, hicieron que surgiera en los indios
la idea de exterminar a los opresores españoles. Se produjo en ellos
explosiones violentas, en un esfuerzo desesperado y primitivo de justi-
cia; rebeliones que se sucedieron en todo el curso del siglo XVIII y
que culminó con la de Tupac Amaru, en 1780. Este grande y grave
levantamiento, reprimido sangrientamente en el Cusco, inquietó a
las m'asas indias del Virreinato, y cuyas consecuencias, directas e in-
mediatas, fueron la sustitución de los corregidores por los subdelega-
dos, la supresión de los repartimientos y la modificación del ~~rvicio
1
de la mita. • '
438 HISTORIA DE HUÁNUCO

En Huamalíes, Tarma, Conchucos, Huaylas y Cajatambo, corregi-


mientos que constituían el Cabildo de la ciudad de Huánuco, los
mestizos e indios mostraron, desde el siglo XVI, una actitud levan-
tisca contra la opresión y el abuso de las autoridades españolas.
Los informes de los remensuradores, visitadores y las crónicas de
los viajeros, no esconden este germen de rebelión al calificar a esac;
gentes como de "natural alzadas y hoscas y muy dadas a la revuelta" 2 •
En 1732, año en que fuera Corregidor de Huamalíes el "letrado"
don Francisco de Salas y Villela, se produjo una desobediencia a la auto-
ridad española, especialmente en las doctrinas de Jesús y Baños, al resis-
tirse al pago de los tributos los indios matriculados en el correspondiente
padrón. Más tarde, en los años de 1764 y 1774, se hizo pública la pro-
testa contra el Corregidor don Andrés Fonegra y el cura de Baños don
Andrés Garro, quienes extorsionaban a los indios y mestizos del Co-
rregimiento.
Todos estos abusos culminaron con las exacciones del Corregidor
de Huamalíes don Ignacio de Santiago y Ulloa, provocando una suble-
vación de trágicas consecuencias en la antigua capital del Corregi-
miento: el pueblo de Espíritu Santo de Llata.
(Santiago y Ulloa, hombre ambicioso y sin escrúpulos, no tenía
otra mira que hacer dineros, dando los cargos a sus parientes y con-
virtiendo el Corregimiento en su granjería. Era él quien proveía y
distribuía mercaderías, premunido de la prerrogativa vigente desde
1751; quien negociaba con las pepitas de oro que se recogían de
Jesús de Ñucón a Chuquibamba, en las orillas del río Marañón; quien
tenía estancias o hatos de ganado lanar y vacuno; quien poseía cul-
tivos de cascarilla en las selvas de Monzón y Patay-Rondos; quien
administraba obrajes de tejidos de paños en- varios pueblos -Baños,
Chupán, Rondas, Quivilla-; y, por último, quien intervenía, por
su condición, hasta en denunciar los minerales de plata que acababa
de descubrirse en Huallanca. Fuera de ello, Santiago y Ulloa era un
hombre déspota, orgulloso, de duro trato para con los indios y mes-
tizos. Mas, nada habría sublevado a las gentes del Corregimiento, que
la forma cómo cobraba los tributos y el valor de sus mercaderías,

2 Hipólito Ruiz, que visitara la provincia de Huamalíes, en Octubre de 1780, informa


de la belicosidad de tales indios: .....prevalidos de la borrachera suscitan alborotos entre
sí mismos, a veces con los Mestizos y no pocas con las Justicias y hasta con los Curas.
En los pueblos, que hay Caciques, duran las disensiones lo más del año; por que aquellos
suelen animar a los indios de su pueblo y de los circunvecinos a ellos. Casi siempre tienen
que valerse los Curas y las Justicias de la fuerza para reprimir a los Caciques e Indios de
semejantes alborotos". Relación Histórica del Viaje, etc., cit. Capt. XXVII, p. 183.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 439

duplicándolos, y triplicándolos, a su antojo, si no eran cancelados al


paso del recaudador.)
En uno· de los días de fines de julio de 1777, estalló la revuelta;
en ocasión de la visita a Llata del Teniente de Corregidor Coronel
don Domingo de la Cajiga y el Jefe de las Milicias Capitán don Josef
de la Cajiga, cuñado y sobrino del Corregidor, para el cobro a los
naturales de los tributos, y otros renglones de sus negocios.
En efecto, el pueblo, formado por indios y mestizos, se amotinó
en su deseo de terminar, en las personas de los Cajiga, con la opresión
española y sus malos funcionarios.
De los autos que se conocen, se desprende que, al enterarse los
vecinos de Llata de la llegada de los Cajiga y su comitiva, rodearon
la casa de don Matías Ramírez, donde se habían alojado, y los atacaron
con armas contundentes y blancas. Los Cajiga opusieron tenaz resis-
tencia armada; pero pese a ello, fué muerto don Josef en el dicho in-
mueble, a pocos pasos de la Capilla del Carmen, y don Domingo fué
victimado por la muchedumbre en una ladera vecina a la población,
al tratar de darse a la fuga. En su furia, la plebe arrastró sus cadáveres
por las calles de la población y los descuartizó; repartiéndose sus armas
y prendas de vestir; destruyendo los padrones o papeles de cobran-
zas, · e incendiando su residencia y enseres.
Por el mismo expediente, se sabe que, producido el alzamiento
de Llata, la insurrección se extendió a los pueblos de Miraflores, Puños,
Punchao y Singa; organizándose grupos armados, acopiándose armas
y pólvora para la resistencia y para atacar a las tropas del Corregidor
Santiago y Ulloa, que estaba en Quivilla ~ntonces sede del Corre-
gimientcr-; y quien, al enterarse de la gravedad de la situación, huyó
disfrazado hacia Lima, por la ruta Chiquián-Huacho. Así como huye-
ron los curas españoles que tenían que saldar cuentas con los indios
y mestizos.
Al saberse en Lima de los trágicos sucesos y que la rebelión se
extendía por otros pueblos del Corregimiento, alarmado el Virrey,
para sofocarla, preparó una expedición armada a la que debía aunarse
refuerzos de Tarma.
Según los referidos actuados judiciales, los autores, inspiradores y
ejecutores principrles del "levantamiento", entre otros, fueron: el
Cura de Llata don Josef Parrilla, don Juan Salcedo, Manuel Cayetano,
Jorge Sánchez, José Arquíñigo (alias el Conchucano), Agustín Agui-
lar, Tadeo Guillén, Juana Moreno, Ramón el Mestizo o Barbero, Félix
Jaimes, Antonio Valdivia, Raymundo Estacio, Felipe Picón, Juan de
440 HISTORIA DE HUÁNUCO

Dios Montalvo, Matías Ramírez, Raymundo Rojas, Antonio Espi-


noza, Antonio de Salas, Dionisio Rubina, Juan Céspedes y otros 3 •
La sublevación duró hasta el mes de setiembre de aquel año,
en que, después de ahuyentar a los "tumultuados", ingresaron al
pueblo de Llata los 100 hombres que componían la expedición de las
tropas realistas, al mando del Corregidor ·interino don Juan de Eche-
varría (hermano de Ignacio de Santiago y Ulloa.) En Llata se inició
proceso a los t'sediciosos" que fueron capturados; proceso que estuvo
a cargo del Capitán Juan Savage, comisionado por el Virrey para
proceder a t'la pacificación del tumulto y demás excesos cometidos
por los pueblos de Llata, Puños, Miraflores, Punchao y Singa"; ase-
sorado por el Licenciado don Gabriel Gallo, como Fiscal, y en el mismo
que actuaron como Defensor de los Naturales don Juan Manuel de
Herrera, y como Escribanos don Nicolás Moreno y N. Arguelles, me-
dio hermano del Lic. Gallo.
Savage y Gallo condenaron a más de 70; de ellos 13 a la pena de
muerte, y 52 a prisión, que variaba desde un año a destierro perpetuo
a la isla de Juan Fernández, en Chile; probados de haber cometido
los delitos de utumulto, cedición, homicidio" y rebelión; actos penados
en igual forma para mestizos e indios. Los comprendidos en la sumaria,
conducidos a Lima, fueron destinados a la Cárcel Real y al Presidio
del Callao, y en tanto se resolvía la sentencia en estado de súplica o
apelación ante la Sala del Crimen de la Audiencia.
Empero, los indios y mestizos huamalianos, no depusieron sus actos
hostiles y de resistencia a las autoridades españolas; incluso cuando las
tropas pacificadoras ocupaban Llata y demás pueblos, y se actuaba h

3 (Tapa): Huamalíes. Cuaderno N 9 2. Autos de un levantamiento oc~rrido en esta


provincia en el siglo XVIII, en que murieron don Domingo de la Cajiga y su primo don
Josef. ~ (Originales): Autos criminales, que sigue doña Juana de Santiago y Ulloa viuda
de don Domingo de la Cajiga por la muerte de don Domingo de la Cajiga, su marido, y
la de su primo don Josef de la Cajiga y demás. Real Sala del Crimen. Año 1778. Escnbano
de Cámara don Clemente Castellanos. Fs. Ut. 77. Archivo de la Corte Superior de Justicia
de Lima. - Autos seguidos por doña Juana de Santiago y Ulloa sobre el incendio acaecido en
fü obraje de Quivilla, provincia de Huamalíes. Incidencia de los que sigue contra los
indios de dicho pueblo por las muertes de don Domingo de la Cajiga, su marido, y su primo
don Josef. Real Sala del Crimen. Año · 1778. Escribano de Cámara don Clemente Caste-
llanos. Fs. Ut., 19. Archivo de la Corte de Justicia de Lima. - Refiriéndose a uno de los
citados, dice don Hipólito Ruiz: "En Quivilla, que pertenece a la Doctrina de Pachas,
.hay un excelente puente de Oroya, que hizo fabricar a su costa el Corregidor don Domingo
la Cajiga, para la más fácil comunicación de los Pueblos de una banda con los de la otra
y en recompensa de este beneficio le dieron aquellos Indios muerte alevosa y pegaro;
fuego a la casa a deshoras de la noche". Relación Histórica del Via}e, etc., cit. Capt.
XXVII, p. 182.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 441

causa en Lima. Así, el 28 de diciembre de 1777, incendiaron, en el


Obraje de Quivilla, las casas del Corregidor Santiago y Ulloa y del
difunto don Domingo de la Cajiga, en que residía el interino don
Juan de Echevarría y su familia; destruyendo el fuego, alimentado
a media noche, 17 habitaciones que contenían armas, muebles, ropa,
tejidos, tintes, coca, etc. 4 •
El Virrey don Manuel de Guirior se ocupa del movimiento, de
indudable sello libertario, como sigue: "En una de ellas hallará V. E.
alguna mención de otro motín, no menos trágico, acaecido en el
pueblo de Llata, de la provincia de Huamalíes, a principios del segundo
año de mi gobierno, que costó la vida al capitán don José de la Cájiga,
cuñado del actual Corregidor y yerno del que le antecedió, con cuyas
relaciones le eran muy propios los intereses del repartimiento que
pendían en dicha provincia. Ambos fueron muertos, después de muy
animosa resistencia, por una muchedumbre de indios encarnizados hasta
el extremo de ejercitar en ellos horrorosas atrocidades, y sabiendo por

~ Pese a nuesrro afán, apenas hemos podido hallar los autos nombrados, y no los
principales, referentes a la rebelión de Llata. Pero se sabe que tal proceso constaba de
cuatro cuadernos de más de mil fojas; en cuyo cuerpo, no dudamos, se halle la sentencia
y modificatoria por la Audiencia limeña. Pero a estar de los actuados que hemos 'consultado,
a José de la Cajiga lo victimaron con su propia arma, luego de haberse batido con Tadeo
Guillén; que Agustín Aguilar quitó las armas y prendas de vestir a don Domingo,' que
la mujer Juana Moreno había terminado de victimar al mismo, con un cuchillo; que
el mestizo Ramón destruyó los papeles y recibos de cobranzas de los occisos; que Manuel
Cayetano había "chupado la sangre" de don Domingo; que la casa donde se alojaban
había sido apedreada, saqueada e incendiada por la muchedumbre alzada, etc. También por
los mismos autos, se llega a saber que Juan Salcedo fué condenado a destierro perpetuo
a la isla de Juan Fernández (Chile), acusado de fabricar pólvora para la resistencia
armada a las tropas reales; que sufrían pena en el Presidio del Callao: Matías Ramírez,
Ma~uel Cayetano, Agustín Aguilar, Tadeo Guillén, Felipe Picón, Andrés Livia, Raymundo
Roja~, y en la Caree! de Lima: José Sánchez, José Arquíñlgo, Ramón el Mestizo, Félix
Jaimes, Antonio Valdivia, Raymundo Estasio, Juan de Dios Montalvo. - Por otra parte,
por un documento, cuya copia poseemos, se descubre que don Juan Savage, Capitán de
Infantería del Real Felipe del Callao, y Jefe de la Expedición Pacificadora y Juez Comi-
siona do, cobró la suma de I.140 pe·sos, por los nueve meses y 10 días que permaneciera
en campaña, o sea del 9 de agosto de 1777 al 20 de mayo de 1778. Se sabe, asimismo,
que Savage, por estos servicios a la Corona, fué nombrado Corregidor de Huamanga y
después de Camaná. ~Los párrafos de dicho documento, dice: "1779. Contaduría. Manual
de Data General de la Real Hacienda. P. 286. Juan Savage. En 3 de Diciembre de 1779
años, se pone en data. I.140 pesos q,ue se pagaron a don Juan Savage, Capitán de Infantería
del Batall-On del Real Felipe del Callao . . . que al respecto de cuatro pesos que en dicho
decreto se le mandaron abonar diarios importaron los 285 días corridos desde el nueve
de Agosto inclusive del setentisiete que sali.ó de esta ciudad destinado por este Supremo
Gobierno a la provincia de Guamalíes a fin de proce·sar a los cómplices de las muertes
de don Domingo y de don José de la Cajiga y sofocar el tumulto seguido a este exceso
hasta el 20 de Mayo igualmente inclusive del siguiente setentiocho que regresó de ella ..• ".
(Archivo del Ministerio de Hacienda.)
442 HISTORIA DE HUÁNUCO

boca del mismo Corregidor, quien pasó a esta ciudad, que se mante-
nía la sublevación y desobediencias, no sin riesgo de su persona, comi-
sioné para la pesquisa de tan graves delitos y averiguación de sus cóm-
plices y fautores, el capitán de infantería de los Reales Ejércitos don
Juan Sabage, que lo era de las compañías del Callao, para que en la
compañía de don Gabriel Gallo, abogado de esta Real Audiencia, de
distinguido honor, juicio y literatura, y en calidad de asesor, pasase
a la referida provincia con el comando de 5O hombres, así de la citada
plaza como de las fronteras de Tarma, a los que debía agregarse el auxilio
de las milicias circunvecinas, recibiese la sumaria conveniente, y sus-
tanciada debidamente, pronunciase sentencia, sin que pasase a ejecu-
tarla antes de darme cuenta. Vencidos no pequeños obstác~los que se
opusieron· por parte de los amotinados, se ejecutó todo con la mayor
integridad y exactitud, declarándose diecisiete de aquellos delincuen-
tes por merecedores del último suplicio, y destinándose a otros 53
a destierro de presidios y diversas penas correspondientes a la ca-
lidad de su operación; algo de lo cual ha tenido efecto en esta
última parte, aunque nada se ha verificado hasta ahora de las conde-
naciones capitales, en cuanto a las primeras. Siéndome ahora preciso ad-
vertir que en ambos minoré el número de reos respectivamente senten-
ciados en la carta indicada, aun con menoscabo de su objeto, por ha-
berme gobernado por la memoria, y no tener a la vista los autos; pues
luego que me los dirigió el oficial comisionado, hice remisión de ellos
a la Real Sala del Crimen, donde aún pende en grado de súplica" 11 •
Pero, pese a la justicia que se realizó con los amotinados de
Llata, los indios huamalianos prosiguieron en rebelarse contra las auto-
ridades españolas. Hipólito Ruiz, describiend_o su viaje a Huamalíes
en 1780, nos da la siguiente noticia al respecto. "El 26 partimos a los
Pueblos de Cahuac y Ovas, en donde se hallaba el Corregidor Santiago
y Ulloa- con 200 Mestizos armados, que llevaba en su auxilio para
castigar a los sublevados del último Pueblo, como cómplices en el albo-
roto y muerte que intentaron dar al Cobrador, después de los ultrajes
y golpes que le dieron en el camino, que anduvieron llevándole atado
para despeñarle por un eminente cerro. Aquella misma tarde pasamos a
Chupán, unidos a toda la comitiva del Corregidor. Éste, luego que
llegó al Pueblo, mandó azotar a otros varios cómplices, que se juntaron

5 Relación que hace el Excmo. Sr. Virrey D. Manuel de Guirior a su sucesor don
Ag ustín de Jáu regui, desde el 17 de Julio de 1776 hasta 1780. Colección de Relaciones
de los Virreyes y audimdas q'lf.e han gobernado el Peri". T. 111, p. 36.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 443

con los de los otros dos Pueblos anteriores para dar la muerte al Co-
brador Real y sublevar la Provincia" 6 •

* * *
Refirámonos también, en estas líneas, a otra rebelión ocurrida tres
años después, en 1780, en el Asiento Real de Huallanca, del mismo
Corregimiento de Huamalíes.
En este alzamiento, como se le calificaba entonces, originado como
el anterior por la insaciable voracidad del dicho Corregidor Santiago
y Ulloa, no intervinieron, en absoluto, los indios. Los complotados,
desconociendo la autoridad del Corregidor, llegaron hasta a hacer cir-
cular pasquines en su contra; siendo sus gestores vecinos y españoles,
cuyos descendientes, en sus apellidos, viven en los lindes de Dos de Mayo.
Esta revuelta mereció la atención del Virrey don Agustín de Jáu-
regui. "Entre los muchos casos -dice- que en apoyo de este propó-
sito pudiera referir a V. E., prefiero por circunstanciado el que ocurrió
en las provincias de Guamalíes, que hasta hoy se halla pendiente. En
aquel distrito poseen una hacienda de patrimonio los señores Marqués
de Corpa y don Gaspar de la Puente Ibáñez, y habiéndose descubierto
en ella un rico mineral para verificar la contribución fué en los
mineros muy terca la resistencia, llegando a advertirse un formal
tumulto contra el apoderado de los dueños, con sospechas de que el
Teniente General de la Provincia, cuñado del Corregidor, siendo tam-
bién minero (según consta de su misma confesión jurada), contribuyese
a la turbación . . de acuerdo con el señor Areche y dictamen del señor
Fiscal, nombré al Gobernador de Tarma don Francisco Cuellar, para
que pasase al Asiento nombrado Guallanca o Guánuco el Viejo, y reco-
giendo las providencias dirigidas al Corregidor don Ignacio de Santiago
y Ulloa, que no había cumplido, recibiese información sumaria, retirase
a dicho Corregidor y a su cuñado . .. Igualmente nombré por Alcalde
Mayor de Minas y Justicia Mayor interino de aquel asiento a don Esteban
Osario . . " Como hubiese parcialidad del Gobernador de Tarma y en-
carcelase a Osario, el Virrey tuvo que remitir a otro comisionado, el
ingeniero don Antonio Cañavate, para que se hiciese cargo de la pro-
vincia, pusiese en libertad a Osario y realizase pesquisas.
En otro párrafo de su memoria, el Virrey Jáuregui manifiesta:
"Salió con aceleración, y desde Guallanca me hizo presente lo que

6 Relación Histórica del Viaje, etc., cit. Capt. XXVI, p. 178 .


444 HISTORIA DE HUÁNUCO

había ocurrido, en cuya virtud y con parecer del señor Fiscal, fué pre-
ciso mandar comparecer al Corregidor, a aprehender a la persona
de D. Antonio Sañurto, que resultaba cómplice de aquellas turbulencias,
los que aún por estos medios no se pudieron serenar ... En la pesquisa
resultaron culpados, a quienes se han seguido sus causas conforme he
dicho; y por motivo de haberle dado comisión a D. Pedro José Vara,
para la cobranza de unos créditos, que aseguró don Juan Garcés pro-
venientes del ramo de azogues que tuvo a su cargo en aquel mineral,
se suscitó nuevo tumulto, por haberse unido este comi:;ion1do con los
rebeldes de Osorio" 7 •

* * *
Por otra parte, estos movimientos de rebelión que despertaron e]
celo de. los. virreyes, por el germen libertario que entrañaban, fueron
el anticipo de la Revolución de Huánuco de 1812, que, como veremos,
fué también obra de los indios y mestizos de Huamalíes, cansados de
soportar la tiranía española y en grito de libertad.

* * *
A raíz de la Independencia de los Estados U nidos de América y <le la
Revolución Francesa, la vigilancia de las autoridades virreinales se mul-
tiplicó, para impedir que las ideas que provocaron tales acontecimientos
se propagaran en América española. Pero, pese a todo ello, dichas
luces que proclamaban los derechos del hombre y la libertad de lo~
pueblos, penetraron, por diversos medios, a estas tierras, y germinaron
en los cerebros más atentos a la renovación y al deseo de liberarn03 de
España y de su caduco régimen.
Estas ideas libertarias, alimentadas, sobre todo, por los criollos y
mest.izos, "paisanos y legos", pobres y ricos, rebasaron también los
lindes de Huánuco y provincias, como veremos más adelante. Más aún,
Huánuco debía tener el privilegio de que uno de sus hijos habría de ser
el autor y actor del primer plan en pro de la libertad del Perú; llamado
por la historia la Conjuración del Cusco de 1805. A011el hiio de Hu:l-
nuco precursor de la Independencia del Perú, este ''romántico de la

7 Relaci-ón qeu hace el Excmo. Sr. D. Agustín de Jáuregui, a su sucesor D. Teodoro


de Croix, desde el 20 de Julio de 1780 hasta el 3 de Abril de 1784. Colec'ción áe Rela-
ciones de los Virreyes y Attdiencias, etc., cit. T. III, ps. 174, 17~.
EMANCIPACIÓN Y REPl}BLICA 445

libertad" fué don José Gabriel Aguilar y Narvarte, nacido en aquella


ciudad, en 1772 8 •
Por creerla de interés particular, transcribimos, íntegram~nte, una
relación escrita a pocos años de la conjuración y cuyos datos fueron to-
mados de documentos auténticos.
"Don José Gabriel Aguilar, natural de Huánuco, mineralógico de
profesión, después de haber recorrido los reinos de España y la mayor
parte del Perú, regresó a la ciudad del Cuzco donde se encontró con el
doctor don Manuel Ubalde, que servía actualmente el empleo de te-
niente asesor interino de aquel gobierno, con quien comunicó la idea
que tenía de sustraer esta parte de la América del dominio del rey
de España y halló en el asesor igual disposición para la empresa.
"Desde aquel día comenzaron a trabajar ambos para poner en planta
su proyecto. Ubalde lo comunicó con el padre lector fray Diego Ba-
rranco que le sirvió de apoyo y estímulo para seguir sus maquinaciones
y para reducir a su voluntad a los indios, trató de hablar a don Manuel
Valverde que se decía descendiente de los emperadores Incas, y le pro-
puso con la apariencia de revelaciones o visiones que era llegada la época
de que recuperase los dominios de sus antepasados, a lo que él convino
de buena fe, si era así la voluntad de Dios; también trató de casarlo
con la hija de don Agustín Becerra, escribano de gobierno, muy rela-
cionado en la ciudad. Habló al abogado protector de naturales don
Marcos Dongo, a don Mariano Lechuga, a don Mariano Campero, a
don Francisco Álvarez, a Pablo Incaroca, a los electores de las ocho
parroquias de la ciudad y así a otros muchos que se atrajo a su partido,
tanto por el puesto que obtenía, cuanto por la afluencia persuasiva que

8 Su partida bautismal que está a fs. 18 O del Libro de .Bautismos y que corre del
año 1770 a 1777, Parroquia del Sagrario, dice: "En esta Santa Iglesia Maior de Huánuco,
en áoce días del mes de Agosto de mil setecientos setenta y cinco años baptisé puse olio
y crisma yo el infrascrito teniente de Cura a Gabriel niño de idos años y cinco meses agua
natural en caso de necesidad .hecho el agua del Bautismo de R.P. Thomás Errada del Orden
de N. S. de La Merced, hijo legítimo de don Salvador Aguilar y de Da. Clara Narbarte;
fué su padrino Dn. Joaquín Beraún, testigo el Notario don Antonio Talancha y Dn.
Esteban Espinoza, y para que conste lo firmo. - Pedro Gallegos. - Una rúbrica". - Don
Salvador Aguilar, padre de Gabriel Aguilar, era natural de la ciudad de Jerez de la Fron-
tera, hijo de Salvador Aguilar y Francisca Rodríguez. Doña Clara Narvarte, natural do
Huánuco, era hija del Capitán D. Juan Ignacio Narvarte, Corregidor de esa Ciudad.
De este matrimonio nacieron 8 hijos, entre ellos doña Gertrudis, casada con don José Val-
dizán, de quien descendía el Dr. Hermilio Valdi21án, y doña Mercedes Aguilar que matri-
monió con don Manuel de Barreda, prior del Consulado de Oomercio de Lima, y tronco
de la familia Barreda de esta ciudad. - Véage: Don Gabriel Aguilar, benemérico de la
Patria. "El Comercio", Lima, 1 de Julio de 1950. F. A. B.; y RUBÉN VARGAS UGA.RTE:
Manuscritos Peruanos. T. 1, p. 181.
446 HISTORIA DE HUÁNUCO

poseía. Mientras tanto, Aguilar había pasado a La Paz y al mineral


de Chimboya donde entre otros inclinó a su partido a Mariano Mejía
Esquibel y al médico Justo Justiniani, hombre de ingenio y propor-
cionado para inquietar los ánimos de los habitantes de todas esas pro-
vincias. Vuelto Aguilar al Cuzco, trató de formalizar el proyecto, pero
con la mira de que recayera en él la corona del Imperio, la cual causó
algún retroceso en los ánimos de los conjurados, aunque Valverde miró
esto con indiferencia, pues se le hizo creer era conveniente por varias
revelaciones que se habían tenido.
"Estaban ya dispuestos los indios de las ocho parroquias, cuatro mil
de la de San Gerónimo que proporcionaba Dongo, cien hombres del
regimiento de Paucartambo que mandaba el teniente coronel don Pablo
Astete y contábase además con que don José Miranda y el presbítero
Ochoa reuniesen sus parciales en Arequipa. Preparadas así todas las
cosas, se extendió el plan en sorprender la tropa que se hallaba en el
cuartel y apoderarse de las armas y municiones. Deponer al presidente
y Real Audiencia, proclamar a don Gabriel Aguilar, el que saldría con
su ejército por la carretera de Lima, y Lechuga con el suyo por el Collao
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"No oostante que a Lechuga se le había ofrecido el mando general


de las armas, parece que no estuvo convenido con la transformación,
pues el 2 5 de junio pasó a casa del oidor don Manuel Plácido Berrio-
zábal y puso su denuncia en forma, haciendo que el oidor y su secre-
tario se apostasen en su casa donde hizo llamar a Ubalde la noche del
28 del mismo. No propúsose en la conversación otra cosa, que confir-
marle estaba a favor de Aguilar, contando como seguro con la voluntad
de Dios, sin necesidad de precipitar la empresa; todo lo que fué oído
por los ocultados; con estos datos se procedió. a la captura de los reos
y cómplices, que fueron aprehendidos sin mayor dificultad.
"Procedióse a formalizar la causa por comisión, no admitiéndose
distinción ni excepción de persona, teniendo a los complicados en rigu-
rosa prisión y privados de comunicación: hacíase reconocer el pan y el
alimento que se les introducían; acuarteláronse tropas mientras se re-
mitían de Lima, y, en fin, se tomaron todas las precauciones necesarias.
"Las competencias suscitadas con el Obispo, el recelo que se tenía
de La Paz, donde diariamente se ponían pasquines y los trámites judi-
ciales, demoraban la causa hasta el } de diciembre, en que se sentenció
a pena capital de horca a don Gabriel Aguilar y a don Manuel Ubalde,
declarándolos antes traidores; a don Marcos Dongo a diez años de pre-
sidio en África y a disposición del rey, confiscándose los bienes de los
EMANCIPACIÓN Y llEPúBLICA 447

tres, declarando además como inhábil para obtener empleo, borrándolo


de la lista de abogados; Fray Diego Barranco, el presbítero Gutiérrez y
don Manuel Valverde, que fuesen remitidos a España, bajo partida de
registro, y a los demás a penas correccionales, cuya sentencia se ejecutó
el 5 del indicado mes de diciembre de 1805, habiendo sufrido la última
pena Aguilar y Ubalde" ¡¡.
Aguilar y Ubalde fueron ahorcados en la Plaza Mayor del Cusco
por orden del Intendente don Pío Tristán. La ejecución se realizó a las
nueve de la mañana y en el mismo sitio en que, 25 años antes había
sido descuartizado Don José Gabriel. (Cincuenta pasos al frente del
cuartel, actual local central de la Universidad del Cusco.)
Estos visionarios mostraron serenidad y entereza ante la muerte. Y
ambos eran los patriotas que organizaron la primera conspiración re-
gistrada en el siglo XIX, para independizarnos de España 10•

9 "Torrente de la Revoluci6n del Perú". N 9 l. Lima, 23 de Setiembre de 1840. -


Los autos que se siguieron a Aguilar y Ubalde, figuran en el Archivo Histórico Nacional
de España, Madrid, con el N 9 21.266. Y en el Archivo General de Indias de Sevilla, Sec. Es-
tado, N9 73, bl. 5. - Sobre este intento, puede verse: La Rcv.olución de la Independencia
del Perú, por BENJAMÍN VrcuÑA MACKENNA.
10 Don José Manuel Ubalde y Zevallos, Licenciado en Derecho, Asesor Interino del
Gobierno e Intendencia del Cusco, era natural de la Villa de Moquegua e hijo del Coronel don
Simón Ubalde y de doña Rosa Zevallos. ("Revista del Archivo Histórico del Cuzco'', N 9 6.
Afio 195 5, Documentos publicados por don Jorge Cornejo Buroncle). -Aguilar, como
dijimos en otro capítulo de este libro, fué cultor de las letras. En la prisi6n y estando en
capilla, escribió los siguientes versos:

"Qué largas las horas son De nuevo empieza el gemido


En mi reloj desdichado, En mi reloj desdichado.
Parece que se ha parado
Al ver mi tribulación. A las siete dá el martillo
Si ves ya que la fortuna Tan feroces campanadas,
En mis males se eterniza, Que mis lágrimas cansadas,
¿Por qué no te dás más prisa, Riegan a compás mi grillo.
Para librarme a la una? A los ooho estoy tranquilo
A las dos más importuna Pues muribundo y postrado
La suerte de mi corazón, Conozco no haber medrado
Me anuncia que habrá perdón. Con dar la cuerda las nueve
A las tres en mi desdicha, Y viendo que no se mueve
Qué largas las horas son. Parece que se ha parado.
Llega mi desvelo a tanto
Al grito del centineh, Esperando ya las diez,
Que a las cuatro estoy en vela, Doy mil suspiros al cielo,
Anegado en triste llanto. Por ver si hallo algún consuelo
A las cinco en mi quebranto, En aquel eterno Juez.
Recuerdo el mal que ha pasado A las once llego, pues,
Y a las seis atormentado En continua expiraci6n;
De los bienes que he perdido, Y a las doce en orad6n
448 HISTORIA DE HUÁNUCO

Al registrar mi tristeza, Y a las siete en suspirar


Entrego a Dios cuerda y pesas, Me llega mi fatal suerte,
Al ver mi tribulación. Di~iendo: venga la muerte,
Y acábeme de matar.
Alce el reloj su gatillo
Y acábeme de matar. A las siete ya fallece
¿Para qué quiero la vida Mi vida en un calabozo,
En un continuo penar? Y a las ocho tenebroso
Mi mal más horrible crece,
Empieza triste reloj Por que a las nueve parece
A dar aumento a mis penas, Que ha de llegar mi partida,
Pues pas( la una en cadenas, Llorando la despedida
Y entre prisiones las dos. Como el cisne a cada hora,
La cuerda hiere veloz Pues si no gozo la aurora,
En el muelle del martirio. ¿Para qué quiero la vida?
Y que al susurro del grillo
Dá las tres en la campana Al fin reloj desgraciado
Y que a mi suerte tirana Que dás las diez sin cautela,_
Alce el reloj su gatillo. Ya a las once estando en vela
Tus pesas habrás doblado,
Funesto repetidor! Y en mi cárcel encerrado
No me admira tu tardanza, Tus cuartos me han de pesar.
Pues a las cuatro se cansa A las doce has de tocar
Tu principiado furor; A exequias porque murió
A las cinco con rigor Aquel Gabriel que vivió
Me atormenta mi pesar En un continuo penar.

El Congreso peruano declaró a estos patriotas, en 6 de junio de


1823 11 , beneméritos de la Patria, y dispuso que sus nombres fuesen
borrados de cualquier padrón que infamase su memoria.

11 El diputado Zevallos fué el proponente ante el Primer Congreso Constituyente,


para que se declarase beneméritos a Ubalde, Aguilar, Pumacagua y Angulo. Anales Pt1Íia-
mentarios del Perú, por MANUEL JESÚS ÜRBIN y RICARDO AllANDA. P. XXXV. (Sumario de
las Actas de las Sesiones Públicas y Secretas del Primer Congreso Constituyente. 1822, 1823,
1825, Junio 6, p. 189.)
CAPÍTULO II

LA REVOLUCIÓN LIBERTARIA DE HUÁNUCO DE 1812,


Y SUCESOS POSTERIORES

El estado político de Espaiía y de sus colonias americanas en los primeros lustros del siglo XIX.
Las oausas y los grstores de la revolución huanuqueña de 1812. (Las Juntas secretas, "lo~
pasquines"). La toma de la ciudfNi por los sublevados e indios. La Junta de Gobierno desig-
nada por los insurgentes. El primer combate y toma de Ambo. La revolución en Huamalíes
y otras pnwincias. La expedición del Intendente Gonzáles de Prada a H uánuco. El segundo
combate de Ambo y la derrota de los patriotas. La expedición de Maiz y Arcas a Hwamalíes.
La captura de los directores y jefes de Hnánuco y Huamalíes, y su juzgamienAo. Jur(I de
la Co11st#ució~1 de 1812, la elección de diputados y la agitación de 1813. Carácter de la
revolución l:ntanuque1ía a la luz de los autos que se siguieron a los rebeldes, de otros documentos
y de la apreciación histórica.

En los últimos años del siglo XVIII y primeros del ,1,iglo XIX, pro-
du jéronse en Europa grandes acontecimientos históricos. La Indepen-
dencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa --con la decapi-
tación de Luis XVI, el Reinado del Terror y demás sucesos- trajeron
el más grande desconcierto político y social.
Triunfante la Revolución Francesa, Napoleón Bonaparte al pro-
clamarse Cónsul Vitalicio, Emperador de Francia y Rey de Italia y ,
extender su Imperio en toda Europa, provocó la guerra contra Francia
de las potencias absolutistas: Inglaterra, Austria y Rusia. N.apoleón,
para hacer frente a esta coalición, consiguió la alianza del Rey Carlos IV
de España, que no fué sino una sumisión y vasallaje gravoso de aquel
país y gobierno al general francés, hasta que éste puso en práctict! su
plan de destronar al monarca español. Introduciendo, pues, tropas a la.
Península, ocupó algunas fortalezas y obligó al Rey e hijo Fernando
abdicar el trono en favor del propio Napoleón Bonaparte (Bayona,
6 de marzo de 1808); y quien lo cedió después a su hermano José, que
se proclamó Réy de España y de las Indias.
·En lo· que atañe a América, la alianza de Carlos IV con Bonaparte
originó la pérdida de la escuadra española en T rafalgar. R2ZÓn por la
que España no pudo ya vigilar a sus colonias desde el mar y fué causa
450 HISTORIA DE HUÁNUCO

ella para que los ingleses prestasen ayuda a los caudillos americanos que
levantaban bandera contra la metrópoli. Inglaterra preparó expedi-
ciones armadas para apoderarse de las posesiones españolas de ultramar,
como las de Béresford y Murray a Buenos Aires.
Dueño del trono José Bonaparte -1808- las provincias españolas
se levantaron en armas contra él. Proclamando al Rey, que se hallaba
preso en Francia, erigieron Juntas de Gobierno subordinadas a la de
Sevilla y pidieron auxilio a Inglaterra. La guerra fué de las más terribles
que conoce la historia. Después de varias batallas, los franceses aban-
donaron España, donde habían permanecido durante 5 años. La Junta
de Sevilla fué reemplazada por una Regencia y esta convocó a Cortes
Extraordinarias o representación de provincias por diputados. Reunidas
aquéllas en Cádiz, proclamó a Fernando VII y dictó la Constitución li-
beral promulgada en 19 de mayo de 1812. Esta carta política otorgó
representación a las colonias americanas, las que eligieron a sus dipu-
tados ante dichas Cortes. Fernando una vez en el poder, en 1814, a
raíz de tratado del Valencey, desconoció los actos de las Cortes, a jus-
tició a sus principales gestores, llenó las cárceles de las mejores mentali-
dades de la época, e implantó, por muchos años, un absolutismo despó-
tico, provocando la guerra civil de 1820, que restableció la Constitución
de 1812; aunque anulada tiempo después por el ambiguo monarca es-
pañol, con ayuda de un ejército francés.

Los acontecimientos de España y la cautividad del Rey, resonaron


profundamente en sus colonias.
En América, en torno a la abdicación de Fernando VII y demás
sucesos, se plantearon estos interrogantes: ¿si el Rey ha abdicado, han
caducado sus poderes y, por consiguiente, en sus subalternos de Amé-
rica? ¿Fernando ha tenido facultad para vender o ceder a la vez que
su corona, el dominio sobre América y los americanos, como si se tra-
tase de .u n hato de ganados o l~te de esclavos? ¿Si las provincias de
España tienen derecho a oponerse a los franceses en defensa de su li 7 .
berrad, por qué no la tienen las provincias de América, qu.e también
constituyen parte del trono? ¿De dónde procede la facultad de la Junta
de Sevilla para gobernar América, si no le ha dado su voto ni opinión?
¿Qué obligación tienen los americanos de prestar obediencia o pleito
homenaje al Emperador &naparte o a la Junta?
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 451

La respuesta a estos Planteamientos era la emancipación del poder


de España. Idea fortificada por la circulación de libros e impresos que
divulgaban el lema de la Revolución Francesa: "libertad, igualdad y
fraternidad", e incitaban a la rebelión contra el injusto régimen español
representado en América por una corrompida burocracia y en la Penín-
sula por la Junta de Sevilla, la que sólo reclamaba de América el envío
de gruesas sumas, sin retribución alguna para los americanos.
Y, a ejemplo de la metrópoli, las principales ciudades americanas
quisieron nombrar Juntas de Gobierno, que jurando fidelidad a Fer-
nando VII y dando por nula la abdicación a favor de Bonaparte, de-
fendieran el país de las agresiones extranjeras, y colocaran a los súb-
ditos americanos en el mismo nivel de los españoles. Mas, como la
proclamación de tales Juntas implicaba, vedadamente, la de una inde-
pendencia, las autoridades españolas se opusieron; provocando con dicha
actitud, la lucha abierta de la revolución. Y, desde 1809, bajo diversas
formas, las ciudades de Buenos Aires, Santiago, La Paz, Quito, Bogotá,
Caracas, y otras lanzaron el grito de emancipación.
En 1809 sublevóse La Paz, con su caudillo Pedro Domingo Murillo
y otros. El Virrey Abascal, de Lima envió tropas pese a que no perte-
necí a a su jurisdicción, y sometió a los revolucionarios, tomando po-
sesión del mando el Presidente de la Audiencia en nombre del Virrey
de Buenos Aires. En Quito se constituyó una Junta presidida por el
mismo gobernante español y después proclamó su independencia. Abas-
cal, como en el caso de La Paz, envió tropas desde Lima, pese a que no
comprendí a al territorio de su gobierno, y sometió a los rebeldes ( 1812) .
El 2 5 de mayo de 181 O se erigió la Junta Gubernativa de Buenos
Aires; y el Virrey Abascal dispuso que el Alto Perú se incorporase a
su gobierno, lo que provocó una sublevación de sus pueblos, y teniendo
que retroceder hasta el Desaguadero las fuerzas españolas. En tanto, los
argentinos avanzaron con su cuerpo de ejército al mando del Dr. Juan
José Castelli y Balcarce, que fué derrotado por las tropas de Goyeneche
en Guaq ui ( 1812) .
A esta campaña, siguieron otras, venciendo los argentinos, bajo el
mando de Belgrano en Tucumán y Salta. Pero más tarde las tropas de
Pezuela derrotaron a los independientes argentinos en Vilcapugio Y
Ayohuma y, finalmente, a Rondeau en Viluma (1816) .

* * *
452 HISTORIA DE HUÁNUCO

Las ideas revolucionarias, y ya de abierta acción separatista de Es-


paña, se enfervorizaron y manifestaron también en el Perú, que era el
"territorio metropolitano virreinal".
Pese al celo del Virrey Abascal, cuya vigilancia y tacto político se
multiplicaba a través de sus subalternos; los "papeles públicos" circu-
laban, las ideas revolucionarias se difundían, incluso por las regiones
más apartadas del Perú, animando a lo~ patriotas a rebelarse contra el
poder español.
Pese también a la vigilancia de las autoridades y al cuidado de ocul-
tarlos, llegaban de España y se divulgaban los periódicos de las Cortes,
como "El Duende", en los que se insertaban escritos y versos liberales,
y los que se publicaban en Lima, como "El Peruano". Periódicos e ideas
que preparaban un clima propicio para la gestación del movimiento
revolucionario que iba a estallar, ocultándose bajo cualquier pretexto.
Hasta comienzos del año 1812, en varias ciudades peruanas se die-
ron gritos de libertad, como el de Tacna; apoyados moralmente por los
de Buenos Aires o Quito, o secundándolos, con cuyos revolucionarios
mantuvieron comunicaciones secretas para el vasto como peligroso plan
de independizar América del gobierno español. León de Huánuco de
los Caballeros, hasta ayer "la muy leal" a la Corona, por los designios
de la historia y el imperativo de los nuevos tiempos, en sus hijos, iba
a sumarse a las ciudades americanas precursoras de la libertad.
Los patriotas huanuqueños, pretextando constituir una Junta que
velase por el cautivo monarca Fernando VII 1, se sublevaron contra las
autoridades españolas y se enfrentaron a las armas del Rey, pretendiendo
secundar así el avance del argentino Castelli por el Alto Perú y afianzar
la proclamación de Quito, con cuyos revolucionarios estuvieron en co-
nexiones secretas 2 • Este movimiento, conocido en la historia de la época

1 Fray Marcos Durán Martel, uno de 103 gestores y ejecutores de la revolución, en el


texto de la petición que formulara al Rey Fernando VII, desde rn prisión de Ceuta, 8 de
julio de 1816, expresa que se erigió Junta, al igual de las de los Reinos de España, "para /
que mejor se conservasen los derechos del Rey" durante su "ausencia y cautiverio". (Sclicitud
de Fray Marcos Martcl a S. M. Gti,err11 Separatista del Perú, por Luis ANroN10 . EGVI-
GUREN, p. 121.)
2 La conexión de los insurgentes huanuqueños con el revolucionario y general argentino
Castelli, así como. con los de Quito, se desprend e, sin duda · alguna, de la propiá dedarkicióri
de lo~ autores 'Y C:Ómplices del movimiento, a raíz del proceso que se les siguiera después de
la derrota de Ambo; fluye también de la afirmación de un realista, como lo fuera el cura
PEDRO ÁNGEL YAOÓ, autor de la Breve y auténtira ielació11 de todo fo sucedido en la revolu-
ción qiie estalló en la ciudad de León de Htufnuco. ~ En el informe publicado por José Fermín
Herrera, "Cayetano Morales declara que en Huánuco había emisarios d.: Castelli". ~in el
curso de la investigación criminal realizada por González de Prada, Antonio Espinoza el Limeño,
dijo: '"Que tuvo conversacione5 sobre la venida de Castelli; . . . que en toda la ciudad se hablaba
EMANCIPACIÓN Y REPÚ BLICA 45 3

emancipadora como Revolución de Huánuco de 1812, se debió al ideal


de independencia y libertad, y lo gestaron, como todo movimiento de
ideología revolucionaria, los más distinguidos e ilustrJdos hijos de la
ciudad: clérigos y laicos, criollos y mestizos; y lo ejecutaron acaudalados
y pobres; es decir, fué obra de todos los huanuqueños 3 • No cabe duda
que precipitaron su ejecución el abuso y la terrible extorsión de las
autoridades españolas contra los indios y el pueblo en general, en deseo
de enriquecimiento, amparados en el poder y la fuerza, poniendo de
lado todo derecho, cual fué la característica del ya decadente régimen
político colonial. Y fueron los indios -panatahuas, chupachos y hua-

de la venida de Castelli ... a consecuencia de una carta que aquél había dirigido al Cabildo; que
Crespo y Castillo dij o en público que tenía carta de Castelli, quien venía con 20.000 hombres,
para libertarnos de España" (Expediente del proceso seguido a los insurgentes de Huánuco enca-
bezados por el Regidor Juan José Crespo y Castillo, fs. 285, 338.) - Los testigos que depu-
sieron en el proceso seguido a los insurgentes de Huamalíes, ponen en boca del Cura de
Chupán don José Ayala, ser partidario de Castelli. El nombrado cura YADÓ esaribe en Breve
y auténtica relación, etc.: "En Huánuco ha ,habido emisarios de los países sublevados y cartas
de Castelli: esto es evidente, y hace más de un año se hospedaron en mi casa de tránsito
para Huánuco dos hombres que me hicieron sospechar mucho, ellos estuvieron en Huánuco
como un mes y no sé a d·ónde se fueron; también se apareció hace algunos meses un hombre
en traje de lego francisco, que dijo venía prófugio de Santa Fe, que esparció muchas semillas
de sedición, y que está preso en el Cerro por sospechoso ... él traía dinero en oro y hablaba
mucho de revoluciones. También están presos en el Cerro dos quiteños a quienes se sorprendió
y se les hallaron papeles de correspondencia con Quito; estálo también un tal Queipo, pata-
cino, por autor de un pasquín sedicioso, y en el mismo día de su prisión se desapareció del
Cerro doña Ramona López, viuda del minero don José Vigil, que aparece cómplice con Queipo
en el pasquín. También con la noticia de la derrota de los indios en Ambo fugó de Huánuco
el religioso mercedario quiteño Fray Mariano Aspiazu . . . se le oyó en Huánuco expresarse
sediciosamente. Conforme a las deposiciones de José Rodríguez, Fray Francisco Ledesma y
Manuel Rodríguez, fué pública la intervención de dioho Fray Aspiazu en los aconteci~
mientos de Huánuco. Ante los Rodríguez había expresado que en el Cerro tenía armas -es-
meriles y otras- para el caso dado de la revolución; se jactaba ser natural de Quito, donde
había fraguado una revolución, razón por la que había venido a estos parajes. A Fray Ledesma
le mostró y leyó Pasquines y proclamas, que los guardaba debajo de su colchón; al mismo le
afirmó que, con "los pasquines que era autor, había botado a los chapetones de Quito, en
cuya ciudad la contraseña usada era A. E. O. que agregándole letras quería decir "ya es
hora". (Expdt. cit., fs. 321, 3 5 6, 3 59). Según la deposición de don José Antonio Mier ante
González de Prada, en Tarma, a 28 de febrero de 1812, en el Cerro habían detenido a "Vicente
Moyano de la ciudad de Córdoba, del Tucumán ... a un lego de San Francisco comisionado
de los insurgentes que estaba seduciendo y animando a la insurrección .. de Santa Fe, de
Paraná, que este mismo estuvo en Huánuco; ... a don Mariano Cárdenas natural de Quito
y J osé Manuel Rivera de Guayaquil". (Expediente relativo a la invasión de los indios pana-
taguas a la ciudad de Huánuco y pueblos circunvecinos. Cerro, febrero 24 de 1812, fs. 51).
3 De su carácter popular lo dice el escribano Nicolás Antonio de Ariza: "fué obra de
individuos de baja estopa". - El Teniente de la Milicia Real don José Espinoza, a su vez:
"todo Huánuco a excepción de algunos ... estuvieron a favor de los indios". Por su parte,
Antonio Espinoza el Limeño, afirmó que para combatir a los españoles, en las dos accionei
que• tuvieron lugar en Ambo, "salieron de la ciudad hasta los muchachos". (Expdt. del pro-
ceso, etc., cit., fs. 2 8, 2 81.)
454 HISTORIA DE HUÁNUCO

malíes- los que sirvieron de masa de choque. La Revolución de Huá-


nuco, repetimos, fué gestada y dirigida por los mestizos indo-hispanos
-cholos- en todo el ámbito de su geografía -Huánuco, Panao, Hua-
malíes, Conchucos, Huaylas y Cajatambo- y ejecutada por el pueblo
constituído, en su mayoría, por los indios.
Veamos el estado político y social de la ciudad y subdelegaciones
vecinas, así como los antecedentes o causas reales del movimiento, a la
par que su preparación, desarrollo y fin, a la luz de los documentos
más fehacientes 4 •

4 Nos valemos, para nuestras conclusic.nes, de los documentos auténticos referentes a


dicho acontecimiento histórico, publicados o inéditos hasta .hoy. A saber: Expediente del pro-
ceso seguido a los insurgentes de Huánuco encabezados por el Regidor Juan José Crespo Y
Castillo. Huánuco, mayo 21 de 1812. 448 ff. útiles y 31 en blanco. (Sustraídas varias ho-
jas.) El primitivo rótulo dlel expediente era: Autos de los delitos de sublevación, saqueo y
otras incidencias iniciadas y pro.seguidas por don José González de Prada, en Huánuco, el
año de 1812.) (Con respecto a este expediente, cábenos formular lo siguiente: Don José
Fermín Herrera publicó en "El Comercio", de Lima, N9 33.090, de 23 de febrero de 1912, el
trabajo intitulado "Centenario de la Primera Revolución de Huánuco por la Independencia",
en cuyo cuerpo trascribe el informe de los autos seguidos a los autores del movimiento y
por el Juez Superior que los conoció, en segunda instancia, al subir aquellos, en recurso de
apelación o súplica de la sentencia dictada en Huánuco por el Juez Instructor don José Gon-
zález de Prada. Asimismo, don Aníbal Gálvez traslada un párrafo del Dictamen Fiscal del
Dr. D. Miguel Eyzaguirre a su artículo "El Centenario de la Insurrección de Huánuco", apa-
recido en "La Prensa", de Lima, de 23 de febrero de 1912. Como puede apreciarse a simple
juicio, tales documentos han formado o, mejor, son parte integrante del expediente referido;
extraídos, acaso delictivamente, por dichos escritores. Ya que ellos no dicen la fuente de donde
los tomaron. Por el contrario, se afirma que "bibliófilos ingleses, argentinos y chilenos ofre-
cieron a su "dueño" ~el señor Herrera- cien libras oro y no quiso venderlo. - Cuaderno
N9 2: Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores y cómplices y demás reos que
cooperaron en la insurrección del partido de Huamalíes. Huánuco, abril de 1812. (En este
expediente aparecen los recursos de defensa de los reos de Huánuco, como Fray Villavicencio,
Rodríguez, Crespo y Castillo y otros.) - Expediente sobre la causa seg¡uida para la restitución
o indemnización de bienes perdidos durante el saqueo de la ciudad por los insurrectos enca-
bezados por Juan José Crespo y Castillo. - Huánuco, setiembre de 1812. - Continuación
del expediente de razones de los perjuicios denunciados por los vecinos de Huánuco,
que fueron saqueados por los insurgentes que invadieron esta ciudad el día 23 de fe-
brero de 1812. - Huánuco. Notas dirigidas por el Gobernador de Huánuco, José Gon-
:zález de Prada al de Puno Dn. Manuel Quimper, dándole instrucciones para la captura de los
rebeldes comprometidos en la insurrección de Crespo y Castillo, cuya lista adjunta. Huánuco,
abril de 1812. - Cuaderno N9 3. Autos de la insurrección de Huánuco de 1812 y otros
documentos anexos. - Cuaderno N 9 4. Autos de la insurrección del partido de Huamalíes
(Contiene la defensa de los reos.) - Autos criminales que se siguen por el saqueo general
perpetrado en esta ciudad de León de Huánuco en los días 23 y 24 de febrero de 1812. En
virtud de la comisión del Gobernador e Intendente del Departamento, Juez Comisionado el
Teniente Coronel de Infantería don Domingo Fernández y Camessella. Es la sumaria N9 8,
Fs. Ut. 230. - Causa Criminal contra don José Cordero, don Antonio Zavala, y demás
moradores en la Montaña de Chinchao sobre complicidad en la sublevación sucedida en los
Partidos de Huánuco y Panatahuas. Sumaria N 9 7. En Fs. Ut. 52 (1812). - Autos Cri-
minales seguidos de oficio contra D. Mariano Cárdenas, y don Manuel Riv~ra, por revolucio-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 45 5

Gobernaba la ciudad de Huánuco y Subdelegación del mismo nom-


bre, desde años atrás, el Mayor don Diego García; la Subdelegación de
los Panatahuas el Capitán don Alfonso de Mejorada; la de Huamalíes
don Manuel del Real; y la de Chavín de Pariarca don Juan Bezares.
García, Mejorada y otras autoridades militares y del Cabildo, estaban
emparentados a la poderosa e influyente familia de los curas Llanos; y
no tenían otro afán que amasar fortuna, sin miramiento alguno. Em-
pleando, para el cobro de los dineros provenientes de los negocios que
tenían en todos los pueblos de las subdelegaciones nombradas, de crue-
les métodos vejatorios.
Más todavía, con vergonzosa conducta y el soborno, adquirían los
cargos de mando de la ciudad, postergando a los que tenían méritos y
acallando toda protesta o reclamo con la prisión y la cárcel. No era
diferente lo que ocurría en la extensa provincia de Huamalíes, en cuyos
pueblos o doctrinas y particularmente en el Asiento Real de Huallanca
y en Quivilla, si no el Subdelegado, sus subalternos disponían de los
mejores negocios y fundos, y cuyo abono o trabajo caían sobre el mes-
tizo e indios cual una maldición.
Un testigo presencial, el Dr. don Pedro Ángel de Yadó, cura español
de la doctrina de Huariaca 5 , se refiere de este estado de cosas y del des-
potismo de la citada familia. "Los tres curas Llanos, que a un mismo
tiempo lo fueron de los dos curatos de la ciudad de Huánuco y Santa
María del Valle, no tu vieron más talen to que para posesionarse de las
mejores fincas de la ciudad y sus inmediaciones, adjudicándolas a sus
hermanas y sobrinas; el pueblo clamaba por tan injustas usurpaciones,
y en los seis años que conozco Huánuco he oído una queja continua

narios en el Cerro de Yauricocha y también contra el religioso ausente Fray Mariano Aspiazu
de la orden de la Merced. Año de 1812. Real Sala del Crimen. Ese¡ iban o de la Audiencia
don José Vicente Gordillo y Garcés. Relator Doctor don José Fernández de Paredes. Fs.
Ut. 7 5. Villa de Paseo, 2 6 de febrero, 1812. - Causa seguida sobre la insurrección del Partido
de Huamalíes. Huánuco, mayo, 1812. Juez Instructor Coronel Francisco de Maíz y Arcas.
Escribano Toribio Figueroa. Fs. Ut. 444. - " Breve y auténtica relación de todo lo sucedido en
la revolución que estalló en la ciudad de León de Huánuco el sábado veintidós de febrero de
1812 escrita por don Pedro Ángel Yadó, cura español de la doctrina de Huariaca, y dirigida
al Iltmo. señor don Fray Bartolomé María de Las Heras, Ar2lobispo de Lima". Agreguemos
a ellos los documentos oficiales contenidos en Guerra Separatista del Perú (La Rebelión de
León de Huánuco), por Lurs ANTONIO EGUIGUREN, ps. 51, 124.
5 Las transcripciones que realizamos, pertenecen al cuerpo de la ya referida Breve y
auténtica relación, etc., inserta en la "Revista del Archivo Nacional del Perú'', mayo-agosto,
T. 11, Entrg. 2\ Lima, 1921, ps. 297-346.
4 56 HISTORIA DE HUÁNUCO

en este asunto ... Para sostener estas usurpaciones procuró esta familia
no soltar el mando de la ciudad y provincia, y desde los últimos Corre-
gidores el bastón no ha salido sino muy corto tiempo de la casa: Sub-
delegados, Alcaldes, Regidores, Coroneles, y hasta el Teniente Asesor
de la Intendencia, todos han sido de la casa y ninguno de los agraviados
podían reclamar sus derechos, sin tener que pelear contra los jueces y
pudientes de Huánuco ... en el día tenían en la casa, Subdelegado,
Coronel de Caballería, Teniente Coronel, y también Teniente Coronel
de Infantería ... El Subdelegado don Diego García, casado con la hija
del Teniente Asesor don Bartolomé de Bedoya, sobrina nieta de los
Llanos, es un hombre de muy poco talento, mucha presunción, hinchado
del favor que disfruta en Lima por su padre político ... tiene un cre-
cido repartimiento de mulas en la provincia, y una tienda pública en
la ciudad; para el logro de sus negocios a nadie presta auxilio en las
cobranzas más que a sus cobradores, y la cárcel estaba llena de sus
deudores. Don Pedro Antonio de Echegoyen Coronel de Caballería y
Alcalde provincial, casado con una sobrina de los Llanos ... poseedor
de muchas fincas y otros bienes ... etc., a más de los negocios en la
capital y provincia de Huánuco, los tiene en la de Panataguas; ... Don
Domingo Fernández, casado con otra hija del Asesor Bedoya, es un
gallego de buena alma, ha gastado más de 20 mil pesos en conseguir
los empleos de Alcalde de la ciudad, Subdelegado del partido, y Teniente
Coronel del Regimiento de Infantería; tiene tienda pública, y a pesar
de su conducta religiosa y hombría de bien, tiene la debilidad de dar
cuanto tiene por un bastón o galones. Éstos son en el día los mandones
de Huánuco y su provincia, sin incluir otros hacendados, capitanes, etc.,
casados todos con las parientas de los Llanos . .· . y se atropellaba impu-
nemente al vecindario; y los negocios en la inmediata provincia de los
Panataguas también tenían descontento aquella provincia con esta casa,
y las prisiones que se hacían en Huánuco de indios panataguas cuando
venían a la ciudad exasperó a éstos contra el Subdelegado de Huánuco
y su familia, que cobraba en su provincia lo que le debían en la in-
mediata.
"El descontento de los pueblos de Huánuco y Panataguas contra la
familia de los Llanos por sus injusticias, conocido por los de la ciudad
sirvió de mucho para que éstos se sirvieran de los indios de ambas pro-
vincias ... Acabóle de formar el grado de Teniente Coronel de Infan-
tería dado a don Domingo Fernández, anteponiéndolo a todos los ofi-
ciales de su cuerpo, pues siendo él menos antiguo aue todos de menor
graduación, se vé, no sé cómo, sobre ellos; el Subdelegado de los Pana-
Autógrafas de Fray Marco.s Durán Marte!, Juan J osé Crespo y Castillo, J os~ Rodrí g uez, Anto-
nio Espinoza (El Limeñ o) y Fray Ig na c io Vil lavicencio. (Expediente cr iminal que se g uarda
en la Biblioteca Nacional de Lima.)
'') :}'/ .

,.
¡ ·.1
·' -·-
Texto facsimilar de b deposici·Ón de fray Ignacio Villavicencio, afirm ando ser d autor de las
Décimas que circularon en Huánuco, antes de la Revolución de 22 de frbrero de 1812. (Es
la p. 391 del Expedic11tc del proceso seguido 11 los i11rnrge11fcs de H11 1í1111co , encabezados por
el R l'gido r J11a11 José Cn·s f>o y Castillo.) (Bib. Nacional de Lima .)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 4 57

taguas don Alfonso Mejorada es un hombre de bien, mas dominado de


su mujer, huanuqueña codiciosa hasta el extremo, y de don José Castillo
que tiene negocios en su provincia, creo que en compañía, éste y la
mujer del Subdelegado han hecho las mayores extorsiones en la pro-
vincia para las cobranzas, y sé que en el año anterior aniquilaron el
pueblo de Panao y otros del partido; ayudólos también en este modo de
cobrar una hermana de la mujer del Subdelegado, casada con don Santos
del Barrio, también comerciante en Huánuco y los Panataguas."
Agregóse a estos excesos, el haberse propuesto los Subdelegados Gar-
cía y Mejorada explotar el comercio de Huánuco y Panatahuas en su
beneficio exclusivo. Para tal fin persiguieron a los comerciantes, em-
bargaron sus mercaderías y avíos, y finalmente, impidieron que co-
brasen a sus deudores. Pues, muchos "españoles" de la clase media y
criollos y mestizos huanuqueños, que eran los pequeños comerciantes en
Panao y pueblos circunvecinos, tuvieron que cerrar sus negocios, rema-
tándolos o dándolas al fiado sus mercaderías, y emigrar a Huánuco.
En esta ciudad procuraban cobrar sus mercancías cada vez que los in-
dios concurrían a ella. Pero Mejorada, valiéndose de su Teniente José
del Castillo, los acusó al Intendente de Tarma de explotación de los
indios con recibos supuestos y firmas falsificadas. Cargo que resultó
falso de las investigaciones realizadas por la persona de don Melchor
de Bazaldúa, por comisión de la autoridad aludida.
Esta situación de abusos contra los mestizos y criollos y explotación
de los indios, se agravó cuando los Subdelegados García y Mejorada,
prohibieron, mediante bando, la exportación o salida de los productos
de la agricultura y ganadería hacia Huánuco y Cerro, que eran los
centros de consumo. (Desde tiempos remotos, el principal renglón de
los habitantes del valle del río Huallaga, afluentes y montañas, con-
sistía en la venta de sus cereales, frutas, coca, chancacas o azúcares y
tabacos, así como de ganado menor vario y otras especies, en el Cerro
mineral de Yauricocha, de donde traíase dinero). Tal medida obligaba
a los indios y comerciantes a vender sus especies a los únicos compra-
dores que resultaban los propios comisionados de dichos subdelegados,
quienes fijaban los precios que su codicia les dictaba. Los productos
adquiridos por tan sangrienta forma, particularmente los comestibles,
se almacenaban; y en los meses en que escaseaban ellos los repartían
entre los mismos indios a precios exhorbitantes; y por cuyo cobro, como
de sus mercancías, los echaban a la cárcel, cargando incluso la obligación
a sus mujeres e hijos.
Copiemos las propias frases del Fiscal Protector de Naturales o In-
458 HISTORIA DE HUÁNUCO

dios y de la Sala del Crimen de la Audiencia de Lima, Dr. D. Miguel


de Eyzaguirre, al interponer recurso de súplica o revisión contra la sen-
tencia de vista, en los autos que se siguieron a los insurgentes huanu-
queños.
" ... el origen de estos tumultos es el despotismo y comercios repro-
bados de los Subdelegados, contra quienes nada han podido las quejas
anteriores de los pacientes. Poner en un solo pueblo, como en el de
Panao, cuatro o seis jueces; autorizar con providencias a los mismos
repartidores de especies, para que se cobrasen de sus injustos precios;
permitir que se les quitasen cuanto cosechaban, sin otra medida y otro
precio, que el que querían los propios tiranos; tolerar prisiones largas
por estas clases de deudas y sabiendo que eran insolventes los que la
sufrían; decretar que en ellas entraban los hijos e hijas por lo que de-
biesen padr·es, hermanas o maridos; últimamente, hacer reparto los
mismos jueces, y ejecutar en su favor esas propias extorsiones, injusti-
cias y crueldades, era poner en continuo pábulo al fuego de la deses-
peración, y querer un milagro en que ésta no descubriese su llama
a1guna vez... " 6 .
Fray Ignacio Villavicencio, lo expresó, valientemente, ante González
de Prada, para justificar la rebelión, de la extorsión inhumana de los
indios panatahuas de parte de los españoles "que hostilizaban mucho
con sus repartos y comercios, llevándoles por una vara de cinta hasta
tres pesos y que así los tenían sin tener qué comer ni cama en qué
dormir; que la mujer del Subdelegado de Panataguas les robaba mu-
cho ".
No menos aflictiva era la condición de los indios y mestizos del
Corregimiento de Huamalíes.
El Subdelegado don Manuel del Real y el Coronel don Martín Ben-
gochea, tenían el negocio de venta de mulas y de mercaderías, y cuyos
repartos eran colocados y cobrados a viva fuerza. Estas extorsiones se
agudizaron y multiplicaron con la conducta de los cobradores don
Benito C.Ortavarría y Domingo Albornoz, quienes, cual aves de ra-
piña, les arrancaban a los indios hasta sus prendas de vestir en uso; y
sus excesos fueron más atroces aún en los pueblos cercanos a la
cabeza del Corregimiento -Quivilla- como Marías, Chuquis, Chupán.
Las quejas de las víctimas del Corregidor y aliados, motivaron que
el Intendente de Tarma comisionase a don Domingo Berrospi, Síndico-
Procurador del Cabildo de Huánuco, para que recibieran información
6 El Gen /e n.ario de la Insurrección de Hnánuco, por ANÍBAL G ÁLVEZ . "La Prensa'',
l ima, 23 de febrero de 19 12, NC? 4429, ps. 1-2 .
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 459

al respecto. Berrospi, después de visitar Chupán, Obas, Pachas, Yanas y


Chavinillo, a mediados del mes de enero de 1812, dijo que eran "ciertas
las hostilidades y extorsiones que sufrían dichos indios y que les inferían
el Subdelegado don Manuel del Real, don Martín Bengochea y sus
dependientes". El Presbítero don José Ayala, natural de Huánuco,
Cura de Chupán, lo manifestó también, con altivez, ante el Juez Co-
misionado don Francisco Maíz y Arcas, de los sufrimientos de los indios,
su inquietud y la ''razón por la que siguieron la causa de los insurgentes
de Huánuco" 7 •
En la ciudad y pueblos de Panao, no podíase ya tolerar el "gobierno
de la casa de los Llanos", de Mejorada y su despótica mujer; yendo el
descontento contra las autoridades civiles, militares y eclesiásticas es-
pañolas. Ello se hizo sentir, casi públicamente, en los días del mes de
enero de 1812 8 • Pues, el estado de ánimo social se tornó insoportable
desde di~ho mes, en que llegaron órdenes de Lima, para que las personas
que sembrasen, beneficiasen o tuviesen tabacos fueran presas, secuestrados
sus bienes, etc., y tenidas como contrabandistas; y que dichas órdenes se
ejecutasen sin miramientos, en la jurisdicción de la ciudad y cabildo.
Esta provisión virreinal, que afectaba a los pequeños industriales de
aquella planta, y de cuyo cumplimiento solamente habría de ser libe-
rada la "familia reinante de los Llanos", para hacerse más ricos, mo-
tivó la aparición, casi diaria, de pasquines infamantes contra los europeos,
quienes en su prepotencia, no hallaban miramiento para, a su vez, in-
sultar públicamente a los americanos, a los que amenazaban con apri-
sionarlos y "beber la sangre de esos cholos", expresando que para dicho
fin de exterminarlos venía a su auxilio el Comandante de Yauricocha
don Manuel de Santalla 9 • A estas amenazas, los pasquines y las pro-
7 Expediente del proceso seguido a los insurgentes de Huánuco, etc., etc. Confesión
de Fray Ignacio Villavicencio, fs. 377. - Causa seguida sobre la insurrección del Partido
de Huamalíes, etc. Confesión de don Domingo Berrospi, fs. 330; Confesión del Pl."esbítero
don José Ayala, fs. 339.
8 El Teniente Francisco lngunza, como comisionado del Subdelegado García, expresó
ante el lntencknte González de Prada, que, "desde el día 20 de enero en que se celebra la
fiesta de S-an Sebastián Patrono de la ciudad de Huánuco, comenzaron a ponerse pasquines
contra los vecinos europeos, diciendo estas palabras: quatro provincias tenemos: están a la
primera voz para adabar con ellos, esto es c011 los europeos, y otros en lengua india; con mul-
tiplicación de ellos, los que se recogieron por sujetos particulares para trasladarlos". (Expe-
diente relativo a la invasión de los indios panataguas, etc., cit., Tarma, 27 de febrero, 1812.
fs. 21.)
9 Cuaderno N'> 3: Autos de la insurrección de Huánuco y otros documentos. A fs. 12
de dicho expediente, se dice que el Subdelegado Mejorada y su Teniente José del Castillo,
ofendían públicamente a los americanos con frases como ésta: "cuándo será el día que nos
hartemos con la sangre de estos cholos americanos". - Nicolás Rojas y José Sánchez (Ulluco),
ratifican la insulcante frase proferida por los europeos de Huánuco. El primero dijo que
460 HISTORIA DE HUÁNUCO

clamas se multiplicaban, llegando algunos a componerse de 30 y 40


décimas, muchas de ellas bilingües, en quechua y castellano 10 ; y en la
ciudad se difundía la voz que vendrían los indios a tomarla y expulsar

sabía que "José del Castillo y Alfonso Mejorada en la tienda de doña Josefa Rodríguez ex-
presaron: "cuándo llegará el día en que se hartasen y revolcasen en la sangre de los criollos;
habiendo corrido esta noticia por toda la ciudad". El se~undo nombrado: "que sabía que en el
Convento de San Francisco se juntaban los europeos de noche, y que hablaban de degollar y
acabar a los huanuqueños, y que para ello tenían 60 fusiles, esmeriles, bala y pólvora ... que
en Colpa, hacienda de Echegoyen, el día del cumpleaños del Subdelegado también trataron
de acabar ccn los huanuqueños". (Expdt. del proceso seguido a los insurgentes, etc., cit.,
fs. 220.) - En los Autos de la insurrección de Huánuco, etc. (Cuaderno N 9 3), se establece,
entre otras, como causas que motivaron la revolución de Huánuco, el haber recorrido la pro-
vincia, después de haberse hospedado en la casa del Subdelegado Diego García, un marino in-
glés, que se decía .capellán de un navío fondeado en el Callao, quien tomó datos y trazó
planos topográficos; al mismo que los indios sindicaron como agente del Monarca inglés, cuya
nación pretendí a sojuzgar a Ic.s americanos, fs. 7.
10 De la investigación judicial realizada por González de Prada (Expediente del
proceso, etc., cit.), se viene a saber que los autores de los "pasquines'', "décimas", "procla-
mas" y "órdenes'', eran los frailes Ledesma, Villavicencio, Durán-Martel y Aspiaz'\l. - Fray
Francisco Ledesma, mercedario, limeño, de 3 O años, al rendir su instructiva en el Hospital
San Juan de Dios,. donde se curaba de una dolencia, declaró: "que treinta o cuarenta de las
décimas subversivas habían hecho gran alboroto en Paseo"; que por su afici-ón a las rimas
-pues, dijo ser autor de varios poemas, entre otros, el conocido "Elogio al Ejército"- las
pidió prestado al Padre Aspia7u; pero no lo logf.ó, salvo tres o cuatro versos, como los
siguientes:
Después que la maraña
de la Europa está ya sabida,
¿deberá seguir unida
nuestra América a la España?
El chapetón y el criollo
se unieron en amistad,
con la misma intimidad
que un gavilán con un pollo.

Por su parte, Fray Ignacio Villavicencio, agustino, natural del Cusco, de 43 años, maestro
de novicios, confesó que en Huánuco, desde días antes de la revolución, cirl:ulaban, de mano
en mano, en quechua y castellano, décimas alusivas al Rey, al saberse de las medidas tomadas
para la extirpación de los tabacales:

Nunca desaire se VIO


que el Rey a un bravo faltase
porque nadie criticóle ...

Villavicencio afirmó también que, a una solicitud de Durán-Martel, compuso dos copias con
13 décimas, en lengua (quechua) y castellano, que se fijaban en la ciudad, de cuyo principio
se acuerda y es el siguiente:

Pillcumasicuna
por la Patria en unión
quispichinacuson
al chapetón.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 461

a los europeos, para lo que remitían comunicaciones 11 Es que, el fer-


mento revolucionario, rebasando los moldes de la cautela, poníase ya
de manifiesto en diversas formas.
La traducción, sería:
Compatriotas huanuqueños
por la Patria en unión,
libertémonos
de los españoles.
(Este Fray Villavicencio fué el autor de una conmoción contra el Subdelegado de Chavín
de pariarca (Huamalíes) don Juan Bezares, cuando en 1807 servía allí de lnter de Cura.
En Huánuco era tenido como "depositario de la confianza de lo principal de la ciudad'',
dice Yadó.)
Fray Marcos Durán-Martel, era quien redactaba y remitía los "memajes" a los pueblos,
para que invadiesen la ciudad. - Los "pasquines, proclamas, cartas y décimas subversivas",
las caligrafiaban Narciso Pcnce, maestro de escuela, y el :ijambahigo M~nuel Rosales, escri-
biente de notarías; y José Rodríguez, el propio Narciso Porree y Lorenzo Vigo los fijaban
en San Lorenzo, Izcuchaca, Hualhyco y Plaza de Armas de Huánuco. (Expdt. cit., fs.
6,269.)
Finalmente, Fr11y Mariano Aspiazu, mercedario, natural de Quito, expulsado de aquella
ciudad por su participación en la Revolución de 181 O, redactó las proclamas que leyó a
Fray Ledesma y otros, y que circulaban por los pueblos de Huánuco y Pa.sco, en cuya última
jurisdicción servía como Cura de Carhuamayo. En uno de estos "pasquines", redactado por
Aspiazu, se "daba tres días a los europeos para que marcharan de la ciudad". El propio
fraile era autor de las DÉCIMAS A LA JUNTA y otras que habían causado alboroto
en el Cerro Mineral de Yauricocha, y las mismas que se Célpia·r on en Huánucb y distrito.
Pues, como autor de dichos versos lo sindican don Manuel Rivera, !lltural de Quito, y
don Mariano Cárdenas, natural de Cuenca, en el proceso que les siguió el Subdelegado don
José l\hría de Ulloa y su comisionado don José Antonio Mier, por "revolucionarios" en
dicha loc:alidad. (Autos criminales seguidos de oficio contra don Mariano Cárdenas, y don
Manuel Rivera, por revolucionarios en el Cerro de Yauricocha, y tambiéi. contra el religioso
ausente Fray Mariano Aspiazu de la orden de la Merced, fs. 36.) En este expediente están
imertos, de fs. 16 a 24, las décimas que transcr ibimos en su totalidad y literalmente:

DECIMAS A LA JUNTA
Quando nuestro Rey Fernando Si con unpod er cumplido
ala Fransia sepasó nuestro Señor don Fernand o
aninguno le mandó huviere cedido el mando
hazer Junta intimando ala Junta, huviera sido
que le dejava sum1ndo puntualmente ovedecido
quando esta seformasc el congreso de Regencia
ni aoro que muerto yase mas como esta dependencia
cnsu vista sepultado no consta que aya aprovado
cntestamento hamandado nuestro don Fernando amado
que tal Junta governase. di,putarn os la ovcdiencia.

1l "Desde diciembre de i 811 se enviaban papeles desde Huánuco a lo.s pueblos, inci-
tándolos a la sublevación"; y q.ue dichas "cartas que se dirigían :i los pueblos". Tal es l a de-
posición de don J osé de Vinia, fs. 4 del E~pediente del proceso, etc., cit.
462 HISTORIA DE HUÁNUCO

En efect<0, los patriotas huanuqueños realizaban juntas o reuniones


conspirativas, las que tenían lugar, por las noches, en las casas-huertas
de "Armendariz, Huallayco y Esquina de San Marcelo" 12 • En ellas
Quatro pícaros Juntaron Aora si algun chapeton
otros muchos como ellos fuere contigo osado
losque asiendo planes vellos sea depron to castigado
la primera Junta formaron con un gentil bofeton
luego despues ya trataron no les consedas perdon
de entregar supatrio suelo hasta noverlo umillado
y anoser por el desvelo y conforme el te hatratado
de algunos patriotas finos con desprecio y condesden
ya estos viles asesinos le asde tratar tu tamvien
havrian· cumplido suanelo. sino llora supecado.

Quando en la Junta advirtieron Aquel genio dominante,


esta infame traisión altivo, tosco, y grosero,
contra los de su n asi·Ón se mudara yo lo infiero
alpunto se rreuieron desde oi enadelante;
y por si solos ysieron aunque con razon bastante
otra Junta de novedad enpiezo ya adudar
la arvitraria autoridad si estos podran mudar
que la anterior soborno aquel genio y mañana v1e¡a
a la Regencia pasó pues la zorra nunca deja
contra la misma Nulidad. la propensión de zorra.

De la Regia Potestad El que no quiera dejar


humildes ovedescamos su altivez, y mala maña
es solo, porque sabemos ya puede volver a España
que aquella autoridad avuscar ha quien mandar
dimana de la deidad alla no hasde rovar
sino deprincipio y fuente pedasillos de Perol
lamas pura y exselente porque aquí como farol
pero a otra potestad mt:y vreve lo hande colgar
advitrada con maldad y en el Aire lo arán dar
ovedeser no es decente. un agraciado arrcvol.

Nuestro Septimo Fern:lndo D · E C I M AS


qu.e entresus senisas yase El esp:lñol piens;t env:lno
nos ha concedido el pase :11 Público :llusinar
aotro Govierno y Mmdo C:lda instante con havlar
yapodemos ir quem:lndo des:ls victorias uf:a.no:
la antigua legislasión Y :lSe descubrió el Arcano
que apoy:lva la opresión que unto nos ocultuon
sin dar premio halavinud lo savemos que ganaron
se acavo la Esclavitud toda Esp:lña los franseses
y :lltiv:l dominacion. 'Y que a Cadis varias veses
sus exercitos entraron.

_1 Jos~ Mir:ib:ll, fs. 74 del Expediente del proceso, etc., cit., afirm:l que un;t de lai
2

reuru_ones o ¡un_us tuvo lugar_ en su casa-huert:l de Armend.ariz, que la tenÍ:l arrend:lda. En


el mismo expechente, José Sáncha. (U1luco), confiesa que se "juntaban en la casa de .Aco&'ta
en Huallayco, 'Y en la esquina de San Marcelo ... en la cuadra o h\lcrta de esa esquina y e~
Puelles", fs. 415. '
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 463

no sólo se difundía las ideas libertarias, se peroraba contra el europeo y


su opresión, se criticaba a la Junta Central que se llevaba los dineros
de los americanos; sino que se planteaba también la revolución, tra-
Despues que yalamaraña ytodos enconfusion
de la Europa esta savida para realizar suintento
devera seguir unida aguardan solo el momento
nuestra América a la España? de una feliz ocasion.
No podrá con fuerza omaña
Con un teson ynaudito
sacudir todos los pechos
se sostiene Santa Fe
y restaurar sus daños.
y Caracas ya se ve
No havran hcmvres devalor
que tanvien toca su Pito
que de Patriótico amor
lomesmo susede en Quito
esten ardiendo sus pechos?
al que Cuenca se unira
No hay duda que si havran y Guayaquil le clara
y en firme prueva de esto su auxilio; pero entre tanto
asañas veran bien presto arrebujada en su !llanto
que a España le asonvraran la Zamba vieja que hará?
entonces sique diran Dira con mucho grasejo
los de Calson enbreado vayan todos a la Po~ra
Carajo! que me he engañado yo quiero mi Masamorra
aunque lo conosco tarde yno exponer mi pellejo
que el Indio no' es tan cobarde que lo arriesguen aotros dejo
como yo lo havia pensado. por su loco frenesí;
Mas quatro chapetones pero dime zamva, di
hande llorar muy envreve en caso de un enbolismo
pues por el deslis mas leve que sufrira tu egoísmo
les vajaran calsones; sino jeringas de ají.
And aran a trompicones Ea Zanva buelve en ti
por las calles amarrados recuerda lo que tean dicho
y despues de castigados y enlo interior de tu pecho
aproporcion del delito, has ref!ecciones, y di
no se nos clara un pito no has sido lamas fiel? Si
de mandarlos desterrados. y que premio has recibido
de~ amo a quien hasservido?
A una gloriosa acsion
seprepara el Tucuman Estafas persecusiones
y En Buenos Aires estan continuas contrivusiones
en mayor fermentacion queya tean enpobrecido.
con una admirable union Si con esta convicsion
estanya todO! resueltos tu voluntad no se mueve
aquedar primero muert~ acredita ser de nieve
quedar m vraso a toner tu pequeño corazón;
clisen: Morir, o benser Escucha pues la razon
o vivir enlos desiertos. note siegue el egoismo
mira que es heroismo
En Chile yasean movido defender el Patrio Suelo
ye! Pcru Al to tambien y procurar con anclo
en el Cusco ay unvai-ven contener el despotismo.
quehade dar un estallido
en Arequipa ay ruido Nuestro Septimo Fernando
que anuncia la conmosion quentrc ms 2enisas vase •
HISTORIA DE HUÁNUCO
464
zando su programa de acción inmediata o forma cómo debían actuar
y quiénes las secundaban, etc. 1s. Estas «·JUntas secre t as " , a 1as que con-
currían hasta 2 5 hombres, las dirigían Fray Marcos Durán-Martel,
Fray Mariano Aspiazu, Fray Ignacio Villavicencio, Fra,r ~edesma; Y
entre los concurrentes o complotados se contaban a: Jose Miraba!, An-
tonio Espinoza el Limeño, Manuel Reyes, Manuel Abarca, Felipe el
Sastre, José Tapia, Francisco Bustamante, Manuel Estrada, Fernand~
Palomino, Narciso Porree, Juan Francisco Barreto, Presbítero Bartolome

nos ha consedido el pase mil mentiras cada d;a


a otro Govierno y mando: por sus prodijios enves
publiquemos este vando de acobardar al Franses
para que sepan unavez maslo esfuersan cada día.
que ya gano el franzes Despues de tantas Asañas
a España; y al que pregunte y prodigios de valor
en que paro la Junta estoy lleno de temor
que digan Claro non est. que descubran sus patrañas
y digan que las Españas
Y ~es tiempo que sacudays estan por una traision
este yugo yntoleravle bajo la dominacion
con el ejemplo laudable del franses tragico cuento
que al Sur y Norte mir;¡ Í' queal fin tendra cumplimient o
no es regular que sufray s por divina permision .
las injusticias y rovos
de aquellos fcrases !ovos Ya del tiempo las mudanzas
que con capa de jueses le yzo variar las mentiras
solo quitan todas veses aora condiversas miras
a los que ven que son vovos. ya nos llenan de esperansas
creo q uen vano tecansas
El español piensa en vano en prometer livertad
al public o alusi na r quando ya tu falsedad
cada ynstante con avlar de tod os es conosida
desus victorias ufano. y nunca sera creida
Cualquiera de Juicio sano al que no havla con verdad.

Neta. - Algunas de estas décimas, figurm en el libro del Padre Rubén Vargas Ugarte
S. J. -Nuestro R01na11cer~, bajo el título VERSOS QUE CIRCULARON EN HUÁ-
NUCO Y HUAMALÍES EN 1814 ( ?), págs. 164-166.

13 Las ideas libert arias de lo5 patriot;¡s que as1stian a dichas juntas, se traducen en los
verses que hemos trascrito; y, muy particularmente, están resumidas en la confesión· de Fray
Ignacio Villavicencio, uno de los gestores del movimiento, quien subraya: la inhumana explo-
tación que sufrían los indios, el despotismo· de los españoles europeos para con los criollo-s
y mestizos, de la burla que era objeto, de parte de las autoridades, las órdenes reales. Villa-
vicencio dice más: que escribió 'papeles y décimas incitando a la rebeli ón, porque «vió en
los discursos de los señores Mexías Moi:'ales, y Feliú, ds que al mismo soberano, que repre-
sentaban las Cortes extraordina rias de la Nación, le decían que las Américas siempre habían
tic estar olvidadas, y viendo por otra parte . la libertad con que se producen en 'El Peruano.'
-de Lima, se puso a trabajar esas décimas»". Expdt. del proceso, etc., ci\t., fs. 39 l.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 465
Lastra, José Espinoza y sus hermanos Evangelista y José, Antonio Za-
bala, José Marín, Armando Garay, José Encarnación Quiñones y otros 14 .
Estos conjurados mantenían comunicación con los patriotas de los
pueblos dependientes de la ciudad y de las subdelegaciones de Panata-
huas y Huamalíes. Eran ellos los curas o las personas más visibles,
como lo alcaldes. Así, entre otros, en Pampas don Norberto Haro, en
Chupán el Cura José Ayala, el Inter de Obas don Lorenzo Coz, don
Francisco Herrera Cura de Jesús, en Chuquis don José Atanacio, en
Chavinillo don Antonio Ambrocio; el Cura don Tomás Narvarte en
Yanahuanca y pueblos de Huamalíes; en Cayna el Cura Lic. Fernando
Gaytán, en Huácar el Presbítero Antonio Ruiz, en Panao don Juan
de la Mata y Melo, en Chinchao Antonio Espinoza el Limeño. Más,
enviaron comisionados secretos para que recorriesen los pueblos de aque-
llas subdelegaciones y los de T arma, Conchucos y Huaylas. Así como
contaban con cómplices en Cerro, Lima y otras localidades 15 • Para
recorrer Huamalíes salieron don José Figueroa, su hermano Ignacio y
don Mariano Sánchez y Chamorro, y don Domingo Berrospi que cum-
plía comisión del Virrey; quienes, en arreglo con los curas, agitaron
secretamente los pueblos de Obas, Baños, Chupán, Jesús y otros 16 •
Tampoco descuidaron el acopio de armas y pólvora, para las fuerzas re-
volucionarias 17 .

14 Manuel Espinoza, Manuel Rodríguez y José Sánchez (Ulluco), nombran a las ci-
t adas personas, como concurrentes a dich:i.s juntas. !Expdt. del proceso, cit., fs. 338, 356).
Sánchez ( Ulluco), dice que en una de las reuniones, Fray Durán-Martel propuso el plan para
tomar la ciudad y expulsar a los europeos, lo que se llevaría a cabo poniendo en libertad a lo~
presos de las cárceles para que "matasen a los europeos"; ordenando el ingreso de los indios
a la ciudad; y afirmó que se tenían comisionados en todos los pueblos; que se contaba con la
adhesión de los alcaldes de los barrios de la ciudad: San Juan, lzcuchaca, Mayo y Huallayco.
Agrega, que a las juntas asistían más de 2 5 co~plotados; y que Durán-Martel amenazaba
con peligro de muerte y excomunión a los delatores.
15 L:i. correspondencia que mantenían los nombrados con los de Huánuco, se desprende
de las declaraciones que aparecen en los autos que se siguieron a los insurgentes de Huamalíes,
refiriéndose particularmente al Cura Ayala, de Chupán, que recibió instrucciones del nom-
brado Crespo y Castillo. - El Cura Yadó $Obre el particular escribe: "Todos los pueblos de
las provincias de Tarma, Huamalíes y algunos de Conahucos, todos han recibido cartas o
emisarios". Breve y Auténtica Relación, etc., cit. El propio cura Y adó dice que en el
Cerro de Paseo "era un tal Queipo, patacino ... autor de un pasquín sedicioso, y en el mismo
día de su prisión se desapareció del Cerro doña Ramona López viuda del minero don José
Vigil, que aparece cómplice con Queipo en el pasquín". Breve y Auténtic:s Relación, etc., cit.
16 El Prócer huanuqueiío don José Figueroa, por EZEQUIEL S. AYLLÓN. "La Defensa",
Huánuco, 28 de julio de 1937, p. 6.
17 Antonio Espinoza el Limeño, confesó que Fray Marcos Durán-Martel guardó "dos
cañones de maguey en su misma celda y que los entregó a José Ulluco en presencia de su
sobrino llamado Bartolo"; y que se "cargó con metralla, o piconecitas, y tachuelas". Estos
" cañones" fueron "conducidos a la Plaza y luego guardados en la cárcel" en los días de la
4 66 HISTORIA D E HUÁNUCO

Conforme al plan de acción trazado, con los indios de la cercana


Subdelegación de los Panatahuas y de los pueblos circunvecinos a Huá-
nuco, debía tomarse la ciudad y apresar a sus autoridades, estableciendo
los criollos y mestizos el gobierno revolucionario. En idéntica forma
debía procederse en Cerro, Huamalíes, Huaylas, Jauja y Cajatambo.
Los pueblos debían esperar sólo la orden de llamada para operar. Pero
los panatahuas lo esperaban tan impacientemente, que hasta lo solici-
taban o comunicaban a personas extrañas al movimiento. Tal lo escrito
a un «mozo de Huánuco, hijo natural de don Manuel Marín, Alcalde de
la ciudad", que entregó unas cartas al "Subdelegado, diciendo que aun-
que escrito a él por los indios no había llamado a aquellos". Súpolo
también el Subdelegado de la conspiración, por el Alcalde de barrio
don José Sierra 18 •
Germinando la rebelión, se exasperaron los ánimos con una orden
de Lima «para que se quitasen de raíz los tabacales"; pese a que se había
declarado sobre la libertad de manufacturas y comercio de cuanto pro-
ducía el país. Noticia que hizo explosión, provocando el temprano
ingreso de los indios a la ciudad 19 •

El sábado 22 de febrero de 1812, los indios de Panao, Pillao, Aco-


mayo, Santa María del Valle, Malconga, Pachabamba, Pomacucho
y Churubamba, capitaneados por Pedro José Zevallos (de Chulqui-
llo), José Sánchez (Ulluco), Asencio Castillo, Manuel Beraún, An-

ocupación de Huánuco por los insurgentes. (Expdt. del proceso, etc., cit., fs. 281.) -
Juan José Crespo y Castillo revel·Ó que para la batalla de A1J1bo llevaron cien escopetas (Conf.
fs. 89 y sgts.) Esto revela de las armas acopiadas por los insurgentes. - Por otra parte, las
armas que usaron los indios, como veremos, fueron: palos, hondas, lanzas. - Aun en los mis-
mos dí as de la invasión de la ciudad, los sublevados no cesaron en su afán de obtener armas
para la lucha. José Domingo Fernándcz, fundidor, ante González de Prada, manifestó: "que
dos indios de Panao lo buscaron pidiéndole fabricase dos cañones: «dos volcanes de fue¡;o»:
que al preguntarles qué era eso, respondieron: «Huay piezas de artillería para matar euro-
peos»". (Expdt. cit., fs. 23.)
18 YADÓ: Breve y Autént;ca Relación, etc., cit. ~ El Subdelegado don Diego García,
al prestar su deposición, manifiesta que, efectivamente, en vísperas de h revolución, le dijo
haber recibido una carta en la que le decían que los indios del valle estaban prontos a ingresar
a Ja ciudad. (Expdt. del proceso, etc., cit., fs. 42.)
19 Probado está que se precipitó el levantamiento. Ya que, según el plan de los revo-
lucionarios, con postergarlo unos meses, el movimiento habría sido más general y de mayor
posibilidades de éxito. Pues, no estaban definitivamente organizadas las juntas revolucionarias
en Paseo, Jauja, Huaylas, que debían contar con 7 miembros. El propio Fray Dud.n-Martel,
se lamentaba del repentino ingreso de los indios a Huánuco, dcsarriculando sus planes en plena
maduraci.ón.
E.MANCIPACIÓN Y R EPÚBLICA 467

tonio Flores, Gregario Espinoza, Santiago Figueredo (de Panao), José


Coronel (del Valle), José Trujillo (de Llicua), en son de guerra mar-
chaban hacia Huánuco. Y en el puente de Huayaupampa sobre el río
Huallaga, un cuarto de legua al E. de la ciudad, en la orilla derecha,
comenzaron a tomar posesiones.
El Subdelegado García envió 2 5 hombres al mando del Sargento
Mayor don Manuel Talancha para "impedir el paso del puente"; dete-
niendo el avance de los indios durante una noche y las primeras horas
de la mañana siguiente de dicho día, a costa de cinco muertos de los
españoles y un herido mortal; infligiendo a los indios muchas bajas,
los que en la noche, que era de luna, arrojaron a sus muertos al río.
Murió en la refriega el Alférez de Caballería D. Agustín Pérez, que
"pretendió pasar el puente solo, en estado de ebriedad, y al qt:e los
indios lo eliminaron a palos" 20 , y Nicolás Quintana, oficial de la1;
tropas realistas, muy conocido por sus excesos 21 •
Al ver el peligro de ser rodeados por otros indios de los pueblos
de Cascay, Huarapa, Tambogán, Quera, Llacón, Rondas, que bajaban
del lado O. o banda izquierda, hacia la ciudad; los españoles se reti-
raron a la Plaza Mayor y de ella se dirigieron, con los suyos, por el
camino de Ambo, hacia el Cerro de P aseo, y los que no pudieron huir
se refugiaron en las iglesias, en los conventos de frailes y en la cas'.l
de don Domingo Berrospi. El pánico había cundido en b ciudad , aban-
donada por casi todos los españoles: hombres, mujeres y niños. Fueron
de los primeros en huir el Subdelegado García y sus subalternos, con
el pretexto de solicitar auxilio del Intendente de T arma 22 •

!..'"() Informe del Subdelegado García al Intendente de Tarma. Huariaca, 24 de febrero


de 18 J 2. (Expdt. relativo a la invasión de los indios panataguas a la ciudad de Huánuco,
«·-., cit.). - El Cura Yar1ó dice que los españoles defendieron el citado puente con 20 fu-
siles. - En un inforrr.c de don Domingo Bcrrospi, inserto en el Cuaderno N 9 3. Autos de
la 1murreccíón de Huánuco, etc., cit., se afirma que fueron 200 el total de hombres leales
al Rey "que combatieron en el puente de Huayaupampa".
21 José Sánchez (Ulluco) al deponer ante González de Prada, dijo: "q ut los áni mos
de los huanuqueños se caldearon más, cuando en la ciudad se supo que en los días de carnes-
tolendas, en un baile, Quintana maltrató a Lorenzo Garay, a quien, lejos de llevársele al
Hospital, lo condujeron a la cárcel. (Expdt. cit., fs. 415 .) ~ Otro europeo que injuriaba
públicamente a los criollos y mestizos era un tal "Ingunza, que por su genio díscolo tenía
revuelto al vecindario . . . no cscapándosele el honor de las doncellas y casadas". Decl. de
Pedro Rodríguez. - Informe del Subdelegado García, cit. (Expdt. del proceso, cte., cit.)
22 El Subdelegado García, desde Huariaca y en 24 de febrero remitió al Intendente de
Tarma, la relación de los europeos que fugaron de Huánuco, en su compañía. Ellos fueron:
Coronel Pedro Antonio Echegoycn, Sargento Mayor Domingo Fernández, Regidor Ca'Yetano
Arteta, Capitán Ignacio Prado, Capitán Subdelegado Alfonso Mejorada, Teniente José Espi-
noza, Santos del Barrio, Teniente Francisco Ingunza, Teniente Juan de EchJevcrría, Sub-
teniente Jorge Durán, Subteniente Manuel Mata, Teniente Josr Antonio Balar, Gabriel
468 HISTORIA DE HUÁNUCO

En el puente de Huayaupampa se les unieron y tomaron el mando


de los invasores los mestizos José Rodríguez, José N arvarte, Fran-
cisco Pérez, Domingo Palomino, José Miraba!, Encarnación Quiño-
nes y otros.
"Los indios pasaron el puente, dice Yadó, y unidos a los que baja-
ron por los cerros hicieron alto en la Alameda" del Patrocinio. "Aquí
se dejó ver don Domingo Berrospi saliendo de su casa y encaminándose
al lugar do estaban los indios con una bandera blanca, los introdujo
en la ciudad diciéndoles que ya los chapetones habían salido y que
no hiciesen daño al vecindario, lo mismo hicieron sus hermanos el
Licenciado don Fernando y Fray Mariano, religioso agustino".
El domingo 23, a mediodía, los sublevados, a cuya cabeza venía
José Contreras, como su jefe general, penetraron a la ciudad a la
carrera y lo primero que hicieron fué apoderarse del Cuartel y de las
armas que allí se guardaban; luego inspeccionaron los calabozos a la voz
de: "dónde está ese borracho de José Marín, que nos ha engañado
prometiéndonos entregar a los europeos" 23 • Al ingresar a la Plaza de
Armas, la recorrieron repetidas veces, gritando: "posesión, posesión,
. , '' .
poses10n
Dueños de la ciudad, los indios "como leones", al decir del cura
Moreno, durante dos días, domingo 23 y lunes 24, saquearon las casas,
establecimientos y fincas de los europeos, al grito de: "Muera Cha-
pitón". Saquearon también el templo y convento de San Francisco,
cuyos frailes huyeron a Huácar, con el pretexto de buscar armas que
se decía tenían guardadas los españoles en sus celdas; la oficina de
las Rentas Unidas; la Casa de Artes o Beaterio; e incendiaron o destrcr

Abraldés, Antonio Huidobro, José Luis Pinto, Juan Manuel Barreto, Juan García, José
Miravalles, José Barreto, Francisco Arana, José Buddón, Juan Billegar, Juan Antonio Oliver,
Juan Antonio Sarria, el Administrador de Rentas Unidas (Manuel de Alcarraz), Capitán
Diego Adalid, Manuel Fernández, José Templo, Manuel Rebolo, Miguel Ferrari y Pedro Bo-
lero. (Expdt. relativo a la invasión de los indios panataguas a la ciudad de Huánuco, etc.,
cit., fs. 12.) Entre las familias que se refugiaron en la casa de Berrospi, en la noche del
día 22, se contaban: la de don José Baldizán, Juan de Echevarría, M.anuel Alcalrraz, Fran-
cisco Aranh, Alfonso Mejorada y Santos del Barrio. (Causa criminal contra don José Con-
deso, don Antonio Zavala y demás moradores en la Montaña de Chinchao sobre complicidad
en la sublevadón sucedida en los Partidos de Huánuco y Panatahuas. 1812.)
23 José Marín que concurría a las juntas secretas y era uno de los conjurados, terminó
entregando al Subdelegado García la correspondencia que le dirigían los del Valle, avisando
que el 23 entrarían a la ciudad. Esta actitud tr:iidora de Marín está probada.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 469

zaron sus archivos, particularmente el Archivo franciscano y el del


Cabildo 24 •
Escribe Yadó de dicha escena: "El saqueo atroz que empezaron por
la casa del Coronel Echegoyen, casa y tienda del Subdelegado, de Fer-
nández y Mejorada, como primeros objetos de sus iras. En vano el
cura Moreno quiso contenerlos con procesión y sermón, todas las casas
de los europeos fueron saqueadas aprovechando los indios solo los
caldos y algunos retazos de las tiendas, y los huanuqueños de todo
lo de valor. Al saqueo de las casas de los europeos siguieron muchas
de los europeos fueron saqueadas aprovechando los indios sólo los
y mozas de Huánuco que vengaban por manos de los indios sus par-
ticulares agravios; de casas visibles sólo las de Berrospi y sus hijos
y algunos muy pocos se escaparon; el saqueo se hacía de un modo feroz,
no solo se sacaban las cosas de valor sino que rompían puertas, ven-
tanas y cuantos muebles de casas hallaban hasta la última ruina. Los
indios borrachos con los aguardientes que hallaron eran fieras y no
respetaron a su general a quien dieron de palos porque quiso impedir
algunos de sus desórdenes; duró el saqueo la tarde y noche del vein-
titrés y hasta el mediodía del veinticuatro ... En las haciendas no
dejaron una cabeza de ganado, talaron muchas sementeras, inutiliza-
ron lo que no pudieron llevar ... " 25 •

2 4 De los actuados en expedientes ya referidos se sabe que Fray Ignacio Villavicencio,


guardó las alhajas de los fugitivos y del templo de San Francisco, ante la amenaza del saqueo.
Y producida la pacificaci.ón de la ciudad, las entregó al Intendente González de Prada. -
Sábese, asimismo, que Manuel Rodríguez al mando de un pelotón de hombres, estuvo encar-
gado de la custodia del templo y convento de San Francisco, para evitar mayores estragos de
la multitud. Se afirma que al saquear el Beaterio, violaron a las jóvenes y ancianas de esa
casa de recogimiento. Y que, en pleno templo de San Francisco, los indios "mataron a F.
García abrazado al pie de la custodia y a N. Aranzuela ... quemando los papeles de los
padres en la plazuela del mismo nombre". Deposición de José Antonio Mier. Tarma, 28 de
febrero, 1812. - (Expdt. relativo a la invasión de los indios a la ciudad de H uánuco, etc.,
cit., fs. 31.)
25 YADÓ: Breve y Auténtica Relación, etc., cit. - Las pérdidas por efecto del saqueo,
en la ciudad y haciendas, se calculó en un millón y medio de pesos; y más de 3 O muertos. -
Entre las personas cuyas propiedades sufrieron el saqueo, estaban: don José Gregorio y don
Manuel de la Mata, José Templo, José Binnia, Domingo Fernández, Alfonso Mejorada, José
de Mira valles, Nicolás Quintana (muerto en el día de la innsión), Antonio de Echegoyen,
Esteban Jiménez, Sebastián Ramírez, José María de Bedoya, José Iturréz.aga, Jorge José Durán,
Manuel de Barreda, Santos del Barrio, Manuel Suárez, Juan de Echevarría. Sólo la Oficina
de las Rentas Únicas, sufrió la pérdida de 13 6.43 6 pesos oro. (Expdt. sobre la causa seguida
para la restitución o indemnización de bienes perdidos durante el saqueo de la ciudad por
los insurgentes encabezados por Juan José Crespo y Castillo. Huánuco, setiembre 13 de 1812.)
- Producida la derrota de los insurgentes, las personas comprendidas en el proceso instaurado
por González de Prada y calificadas de cabecillas de saqueadores, fueron las siguientes: Patrona
470 HISTORIA DE HUÁNUCO

Calmado el trag1co festejo de la masa, en 26 de febrero convocóse


a Cabildo para constituir una Junta que gobernase la ciudad; reunión
que tuvo lugar en la casa de Berrospi. Alegándose que Huánuco estaba
sin autoridad por la huída del Subdelegado y otros miembros del Ca-
bildo, debido a la sublevación de los indios; nombraron, por aclamación,
como Subdelegado a Don Domingo Berrospi; por Alcalde de Segundo
Voto a don Juan José Ruiz, Síndico Procurador General a don Juan José
Crespo y Castillo, Comandante de Caballería al Sargento Mayor don
Manuel Talancha, Comandante de Infantería al Capitán don Antonio
Tafur. Asistieron a dicha Junta, especialmente convocados, el Cura-Vi-
cario don José Ramos Moreno, el Cura de Santa María del Valle don José
Antonio Vergara, el Cura de Chavín de Pariarca doctor Manuel Bravo
de Rueda, el Reverendo Padre Ignacio Villavicencio, el Reverendo
Padre Fray Gregorio Figueroa, el Licenciado don Bernardo Sánchez,
el Comendador Fray Juan José Ordóñez, el Reverendo Padre Prior
de San Agustín Fray Francisco Aranivar, el Reverendo Padre Prior
Antonio de la Cadena, don Mariano Gómez, "con otros varios vecinos
de honor". No puede dudarse que entre estos " varios vecinos de honor"
estaban Frav Marcos Durán-Martel, José, Andrés y Manuel Rodríguez,
José Mirabal, José Sánchez (Ulluco), José Tapia, Antonio Espinoza,
Narciso Ponce y otros.
Los sublevados, indios y mestizos, designaron como General en Jefe
a don Domingo Berrospi y como a su Teniente-Gene::-al a don Juan
José Crespo y Castillo, y como a jefes o comandantes a los hermanos
José y Manuel Rodríguez, José Sánchez (Ulluco), Antonio Espinoza
el Limeño, Domingo Palomino, Manuel Gaytán, Lope Panadillo, José
Ampudia, Pedro José Zevallos, Francisco Pérez, Ignacio Rodríguez,
José Arce y Asencio Castillo.
Berrospi, cuya conducta a favor de los patriotas era sospechosa para
los propios que habían aceptado elegirlo como Jefe del movimiento,

Barbarán, Manuela Rosales, Juana de Alejo, Antonia Palacios, Candelaria Correa, José Manuel.
Hilario Ponce (de Quicacán), José Bravo, Juan de la Cruz Alanya Eusebio Manual, Manuel
Pisac, Pablo Mandujar, Manuel Astuquipán, Tomás Alejo, José Coches, Santiago Maya, Pedro
José Alarcón, Toribio Galiano, Norberto Zevallos, Juan Manuel Rivera, ValentÍn Hurtado ,
Toribio Flores, Ascensio Carrillo, José Manuel Ávila, Juan de Dios Hidalgo, Tomás Pardavé,
José Fernando Pardavé, Manuel Rodríguez, Manuel Cajas , Asencio Ricardo, Alejo Salas,
Benancio Rojas, Manuel Agüero, Antonio Pérez, José Pío Garay, Catalina López, Pascuala
Aguirre, Rosa Tello, Patrona Díaz, Rosa Ginés, Bartola Villarreal. (Autos criminales que se
siguen por el saqueo general perpetrado en esta ciudad de León de Huánuco los días 23 y 24
de febrero del año 1812. En virtud de la comisión del Gobernador Intendente del Depar-
tamento. Juez Comisionado el Teniente Coronel de Infantería don Domingo Fernández y
Camesella. (Es la sumaria N<? 8.)
DIANCIPACIÓN Y REPÚB LICA 471

fué sorprendido de enviar a Ambo, para los chapetones refugiados allá,


"varias escopetas que había mandado recoger de la ciudad, .y muchos
cartuchos embalados". Aun más, Berrospi pretendió terminar con los
sublevados, mandando detener a los cabecillas. Y en efecto, por manos
del Alcalde Pedro Espinoza, mandó a apresar a José Contreras, el prin-
cipal cabecilla de los indios Chupachos, acusándolo de incitarlos al
saqueo, y lo puso en la cárcel. ("Este cholo el más encarnizado
contra todos los blancos", como dice el Teniente de Milicias Antonio
Zavala.) Pero considerando que en la cárcel de la ciudad no estaba
seguro, lo envió a la hacienda Andabamba, donde, al saber que los
insurgentes se encaminaban a ponerlo en libertad, sus guardianes Pedro
Rodríguez, Miguel Darío y Tomás Díaz, por orden de Berrospi, "le
quitaron la vida en secreto" y su cadáver lo arropron al río Hua-
llaga 2 G.
Sabidos estos actos de Berrospi, divulgados por boca de Fernando
Palomino y otros, los revolucionarios lo declararon traidor a la causa,
y los indios solicitaron a voces, en la Plaza de Armas, la "cabeza del
traidor Berrospi", asesino del caudillo de la masa india y principal
gestor del movimiento: José Contreras 27 • Y, previo acuerdo de los
principales dirigentes, el 2 de marzo, en la Plaza Pública, proclama-
ron y aclamaron a Juan José Crespo y Castillo como General Jefe
Político y Militar de la Revolución. Al asumir el mando, Crespo y
Castillo juró "derramar su sangre por la ciudad y por los indios" 28 •
En los días que siguieron a la toma y saqueo de la ciudad, Crespo
y Castillo, el dinámico Fray Durán-Martel, José Rodríguez y demás
líderes, convocaron, ·a toque de campanas, e invitaron a los vecinos
para formar el ejército, al que debían presentarse t'desde los de doce
años para arriba"; enviaron a Huamalíes como delegados de la Junta
a don Francisco Pérez y a don Ignacio Rodríguez (suegro del pri-
mero), a Norberto Haro, Carlos Huaynate, Lázaro Ascanio, Bernardo
Abad, Manuel Coz, Polonio Espinoza, Pedro Nolasco, Carlos León

2G En relación con el asesinato de Contreras, "cabeza de motín", como lo califican los


partes realistas, Pedro Rodríguez declaró: "que ap resó a Contreras que era el capitán de los
insurgentes, que fué remitido a Andabamba, hacienda de don Manuel Berrospi, Y le quitaron
la vida en secreto, arrojando su cadáver al río", al saber que los insurgentes se preparaban
para libertarlo. Expdt. del proceso, etc., cit. fs. 3 2.
27 José Contreras, mestizo indo-español, natural de Quera, había sido quien movi·Ó
los pueblos de esa zona y Santa María del Valle. Él condujo a los indios a la ciudad, "capi-
taneándolos con espada en mano". ( Expdt. del P roceso, etc. c!t. Decl. de Domingo Berrospi,
fs. 34. )
28 Confesión de José Sán chez (Ull uco), fs. 415. Expdt. cit. en nota anterior.
472 HISTORIA DE HUÁNUCO

y otros, a reducir a los pueblos de Y arumayo, Pachas, Chupán, Obas,


Yanas, Margos, Chaulán, Jilvia, Jesús, Caina y demás 29 ; despacharon
expresos a las provincias de Conchucos, Huaylas y Cajatambo; exhor-
taron a los indios para que concluyeran su obra de expulsar a los
españoles; e hicieron acopio de armas y pertrechos; guardaron los luga-
res estratégicos, ubicando los cañones de "maguey" en el morro de
Visacaca que mira desde el lado N. O. de la ciudad 30 •
Particularmente Crespo y Castillo organizó el mando de las tropas
para proseguir la campaña y propagación de la revolución; y fué él
quien dictó disposiciones precisas para que se fuera a Ambo, nom-
brando como Comandante de las huestes a José Rodríguez, y como
capitanes a Manuel Rodríguez, Francisco Pérez, Domingo Palomino,
Antonio Espinoza el Limeño, José Ulluco, Manuel Gaytán, Asencio
Castillo, Lope Penadilla, José Ampudia, Pedro José Zevallos, José
Miraba!; y dirigió comunicaciones a los indios de los pueblos de la
Subdelegación de Huánuco, convocándoles, nuevamente, a la ciudad,
para atacar Ambo, calificando de "traidor a la Patria a los que no
atendían con diligencia sus órdenes" 31 •
La acción inmediata que debía emprenderse era, pues, la toma y
ocupación de Ambo, donde se habían atrincherado los realistas fugados
de Huánuco, con el auxilio recibido de Cerro de Paseo. Componíase
dicho auxilio de 70 hombres del (<gremio de europeos", que agregados
a los 2 5 de los emigrados de Huánuco, formaban una compañía de
cien hombres armados, que defendían los puentes sobre los ríos Huertas
y Huariaca o Huallaga.
En efecto, convocados por Crespo y Castillo, los indios de los pue-

29 Ignacio Rodríguez, al deponer ante el Intendente ·González de Prada, afirmó que,


en compañía de su yerno Francisco Pérez, fué a Yarumayo, Yacus, Margos, Jivia, Jesús
y Caina; ... "que los de Jesús dijeron que ellos no podían venir porque esperaban a los
europeos de H uallanca y Queropalca . . . que Yacus y Margos se quedaron con sus banderas
coloradas". (Expediente del proceso, etc., fs. 80.) - Carlos León, alias Huainato, expresó a
Pascual Baltazar, de Sillapata, que el Cura de Jesús, Francisco Herrera, natural de Huánuco,
le había dado un papel escrito en "lengua" (quechua) que decía: "que hacían trescientos
años que los chapetones tenían usurpado este Perú, que estaban robando su plata". Julián
Dueñas, Sargento Segundo del Batallón de Huamalíes, dice que, al tocar en dicho pueblo el
Subdelegado tuvo que huir perseguido por el pueblo, rumbo a Jivia. (Causa seguida sobre la
insurrección del Partido de Huamalíes, etc., cit., fs. 127.)
30 José Rodríguez dijo que "en la noche del lunes (3 de marzo) llevaron los dos
cañones de Maguey a montarlos en Visacaca, luego de traerlos de la cárcel" donde estaban
depositados. (Conf. fs. 269.)
31 Informe publicado por J. F. Herrera. cit. El Cura Moreno declaró que Crespo y
Castillo calificaba de "traidor a la Patria" a los que se negaban a firmar las comunicaciones
que les presentaba. (Cuaderno N 9 3: Autos de la insurrección de Huánuco, etc.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 473

blos vecinos a Huánuco ingresaron nuevamente a la ciudad el do-


mingo 1 de Marzo, para realizar la uprimera campaña contra los cerre-
ños" de Ambo, donde se dirigieron al mando de sus capitanes ya
nombrados más arriba, llevando 100 escopetas y dos "cañones de
maguey", cuyo manejo fué encomendado a Antonio Espinoza el Lime-
ño 22 ; haciendo de abanderado de la tropa don José Mirabal, quien
portaba una "bandera colorada" 33 • Y el entusiasmo por la libertad
fué tanto, que a toque de campanas, «salieron en campaña de la ciudad
hasta los muchachos y las mujeres" 34 •
Los expedicionarios que salieron de Huánuco el martes 3 y arri-
baron a Ayancocha el día 4, atacaron Ambo por los dos puentes, en
número de 2.000 entre ••indios, mestizos y gente disfrazada de Huá-
nuco". Al notar que la resistencia era dura, el jueves 5 por la madru-
gada, los atacantes se dirigieron a Huácar, de donde pasaron a Ambo.
Al ver cortada su retirada, por haber cruzado los indios por maromas
el río Huácar, los españoles huyeron despavoridos, por Chaucha y
Ron dos.
Dejó el combate varios muertos y heridos de bala y piedras de
honda; por 60 indios muertos, fuera de los heridos. Dueños del pueblo,
al que ingresaron a la cabeza del Comandante José Rodríguez, saquea-
ron las casas y victimaron a algunos «chapetones"; pretendiendo hasta
incendiar la capilla, donde afirmaban los indios, se hallaban escon-
didos armas y europeos 35 • Sirvámonos también del ya citado Cun
Yadó: «La gente de Huácar ayudó a los indios a tender la maroma
y unida a ellos entraron todos en Ambo, saqueando el pueblo, matando
un criollo herido que quedó allí y a un barbero catalán que se erros-
tró a entrar a sacar su silla de montar en medio de todos los indios con
un esmeril con que tumbó cinco o seis" 36 •
Ambo en poder de los patriotas huanuqueños, la insurrección se

32 Confesión de Crespo y Castillo y José Encarnación Quiñones (el Inca). José


Mirábal: "que llevaron dos cañones de Maguey y mexicano, los que repararQln en el sitio
de Ayancocha, que estaban quemados". (Expediente del proceso cit. fs. 89, 19 5, 74.)
33 José Miraba!, huanuqueño, ollero, acusado de haber portado la bandera "colo-
rada" a la cabeza de los insurgentes en la "expedici-On contra los cerreños"; afirmó
que, efectivamente, portó la bandera, la "cual fue formada de un guión del Señor de
Guayapampa". (Expediente del proceso, etc., cit. Conf., fs 744)
U Antonio Espinoza el Limeño. (Expediente del proceso, etc., cit. Conf. fs. 281.)
35 José Rodríguez, al prestar confesión, Expediente del proceso, etc., cit. fs. 269,
manifestó haber impedido él, que los indios rompiesen las puertas del templo, a lo que
obedecieron; y q,ue, luego los indios regresaron a Huánuco, unos por el camino de
Huácar y otros por el Andahuaylla.
36 Y ADÓ: Breve y A11té11tica R elación, etc., cit.
474 HISTORIA DE HUÁNUCO

extendió a Hu ácar, Caina, Pallanchacra, Chacayán, Tapuc y Yana-


huanca, cuyos agitadores fueron los mestizos y los alcaldes de dichos
pueblos.
En Caina saquearon las haciendas de "don Santiago, el gallego", de
.Domingo Miranda, y en Pallanchacra la de Domingo Belliza; así como
la de Huandobamba, Huaylla y Quipas, la casa del Cura de Huácar
don Francisco Gonzales.
La ca ída de Ambo celebróse en Huánuco con fiestas y júbilo. Al
repiq ue de las campanas de sus templos, toda la ciudad salió al Tingo
a dar alcance a los insurgentes victoriosos. "Se cantó una Misa con
altar portátil en la plaza con diáconos y lujo'', en acción de gracias por
el triunfo de los revolucionarios. Los adictos a la causa, que eran todos
los de Huánuco, encabezados por el Comandante José Rodríguez,
«dieron vueltas por la plaza con bandera y portando la efigie de San
Sebastián, patrono de la ciudad, y a los gritos de muera el mal go-
bierno" 3 7•

Apenas súpose del pronunciamiento de Huánuco, los patriotas de


Huamalíes se declararon por dicha causa, solicitando órdenes a sus di-
rigentes.
Encabezados por Norberto Haro, Vicente Estacio, José Atanacio,
José Lucas, quienes estaban en comunicación directa con don Domingo
Berrospi y Crespo y Castillo y con los alcaldes de los demás pueblos del
Corregimiento; sublevaron Pampas, Marías, Chuquis y Chupán 38 ;

3 7 Rodríguez pcrtaba la bandera, en tanto que el · bulto sagrado lo cargaba Nar-


ciso Rojas. El Presbítero Sánch ez y José Narvarte, fueron quienes ordenaron se repi-
casen las campanas de San Sebastián y San Agustín (Expdt. cit. Decl. de D omingo
Palomino, fs. 42 5.) Informe publicado por Herrera, cit. - José Palomino declaró , por
su parte, que en la Plaza de Armas de la ciudad, se armó un altar portátil donde se
colocó a San Sebasti:ín y se celebró Misa cantada en honor a la victoria de Ambo. Que
celebr-0 el santo oficio el Dr. Meneses y actuaron como Diáconos el Cura N arvarte y el
Padre González. Que al "Regidor Crespo y Castillo lo llev aron los indios en medio y lo
pusieron en una si lla grande forrada con terciopelo colorado, con su cojín del mismo
género; que él estaba con bolante, y calzón verde . . . que la misa se celebr-0 a las
once o doce del día". (Cuaderno N 9 3: Autos de la insurrecc.ión de Huánuco, fs. 86.)
38 Las comunicaciones qu e cambiaron Crespo y Castillo, los insurgentes de Hu ~ ­
malíes, particularmente Norberto Baro, el Dr. Ayala y Vicente Estacio, está plenamentt·
pre.hado con las deposiciones de los que portaron dichas comunicaaones, corno José
Tolentino, Roque Trujillo, Carlos León y otros. Estos mismos expresan que las noticias
de Huánuco se recibían ccn "grandles alegrías y con repique de campanas". Más aún,
otr cs procesados confesaren que días antes de la explosión de Huánuco, en los pueble.~
E:MANCIP ACIÓN Y REPÚBLICA 475

siguiéndoles Yanas, Obas, Cahuac, C havinillo, Choras, Huangrin, Jivia,


Sillapata, Rondas y Jesús.
"La insurrección empezó en Pampas -dice Yadó- con ferocidad
inaudita", saqueándose las haciendas de los españoles. Luego se extendió
hacia el norte. Pues, al solicitar el Mayor Miguel Irasoqui avíos para
los soldados que, por orden del Subdelegado, debían reunirse en Huá-
nuco el Viejo para emprender campaña a Huánuco en auxilio de los
españoles, el alcalde de Marías don V icen te Estacio se negó a obedecerle,
declarándose por Crespo y Castillo. Para someter a estos "alzados", el
1 de marzo, el capitán Jacinto Herrera al mando de cinco compa1í.ías
fué a Marías y saqueó el pueblo, sus estancias y hasta su Iglesia; victi-
mando a sus vecinos, entre ellos a Francisco Norberto, l:sc0lástico Con-
chucano y a un muchacho; retirándose a Quivilla. Entonces, el 4 de
marzo, los de Marías, en unión de los de Chuquis y Chupán, persi-
guiendo a Herrera que fugó, saquearon e incendiaron el obraje y pueblo
de Quivilla, cuyos vecinos en compañía de los soldados de Bengochea
habían robado Marías. Luego los sublevados, en Chupán, donde hi-
cieron su cuartel general, enterraron viva a María Bartolo 1 suegra del
Alcalde de aquel pueblo don Juan Hipolo, por haberse manifestado
contraria a la rebelión y por la causa del R ey 39 •
Siendo éste el estado de los acontecimientos, llegó a Chupán don
Norberto Haro, asesorado por su segundo Bernardo Abad y 15 capi-
tanes; tomando la dirección del movimiento desde el 1 5 de marzo. De
Chupán, Haro se dirigió a Obas, cuyos hijos lo esperaban en los altos
de Pariancas, camino a Huánuco el Viejo y punto de reunión delos
de Chuquis, Marías, Chavinillo, Cahuac, Yanas, Sillapata, Rondas, para

de Huamalíes se .hicieron aprestos guerreros, como preparación de hondas, búsqueda de fusiles


y otros pertreches. - Por otra parte, varios deponentes en dicho proceso, afirman que los
insurgentes, durante toda la campaña, portaban como símbolo una "bandera colorada". (Cua-
derno N9 4. Autos de la insurrección del Partido de Huamalíes, fs. 470 y 486.)
3D YADÓ: Breve y Auté11tica Relación, etc., cit. - En la jurisdicción del citado
pueblo de Pampas, saquearon la Hacienda de Huayllacán, de propiedad del Lic. don
Pedro Fuentes y Berrío; el ingenio de Huancamina, de don Manuel del Real. - José Atanacio,
en relación con la muerte de la mujer Bartclo, declaró: "que los de Chupán habían mandado
abrir una sepultura en la misma plaza, donde enterraron viva a María Bartola, por haber
dicho a su yerno el Alcalde Juan Hispólito que no se metiera con los caballeros y que habían
de salir mal". Que "sacándola de la cárcel, donde la tenían recluída, le dispararon dos esco-
petazos, y cerno no saliera la carga dijieron que era inocente; pero que d nuevo Alcalde José
Lucas dijo que era bruja; y la mandó botar viva al hoyo", amar da cfas las manos atrás. Esta
manifestación fué repetida por varios testigos, incluso por el propio Norberto Haro que llegó
a Chu pán en momentos en que se cumplía la "sentencia de los tres Alcalc1es" (Chupán,
Marías y Chuquis), juzgadcres de la infortunada mujer. (Causa seguida sobre la insurrección
del Partido de Huamalíes, etc., cit. Declaración de José Atanacio, Alcalde de Chuquis, fs. 118.)
476 HISTORIA DE HUÁNUCO

atacar Aguamiro, donde creían se encontraba el Subdelegado y sus


tropas, quien al saber que se acercaban 5.000 indios y mestizos de guerra
al son de «tambores y con banderas coloradas", huyó a Jivia y a Jesús,
donde fué apedreado, para finalmente refugiarse en Huallanca, disol-
viendo sus fuerzas. Los rebeldes tomaron Aguamiro y Ripán (La
Unión) y los saquearon. Días después pasaron por Pachas hacia Llata,
donde se había organizado la resistencia en favor de los "chapetones";
allá llegaron el 19 de marzo y lo tomaron y saquearon, "desde la pri-
mera a la última casa".
En Llata se constituyó una Junta de Guerra, cuyos miembros eran
particularmente los alcaldes de los pueblos sublevados. Ella lo confirmó
como Capitán General a don Norberto Haro y como a sus inmediatos
Tenientes a don Vicente Estacio, José Atanacio, José Briceño, José
Lucas, José León, Andrés Jara, Juan Ignacio, Santos Valerio, Bernardo
Inga, Agustín Tucto, Mariano Herrera, Pedro Nolasco, Toribio Peña,
Victoriano Soto, Antonio Ambrosio, Santiago Espinoza, Lucas Serrano.
De Llata el General Baro remitió comunicaciones a Miraflores, Pun-
chao, Singa, Puños, Jesús, Huallanca, instando a la sublevación y
solicitando hombres y pertrechos; y la Junta acordó nombrar y nom-
bró como Subdelegado del Corregimiento de Huamalíes al Sargento
don Pío Miraval, mestizo oriundo de Pachas.
Empero, olvidando los fines de la rebelión, la masa de indios se
había dedicado al saqueo y a atacarse recíprocamente, movidos por
rivalidades lugareñas; y no respetando ni las iglesias; lo que después
se agravó con el encarcelamiento de los mestizos y criollos que prendían
los indios. Estos hechos obligaron al General Haro -cuyo nombre de
guerra era Tuma-Amaru o la serpiente que da vueltas- a ordenar eje-
cuciones y castigos sangrientos, como la del me~tizo Sargento de Milicias
don Rafael Mariño, natural de Llata, e Isidro Reyes, de Aguamiro, que
pretendían eliminar a los alcaldes de Chuquis y Chupán dirigentes de
los patriotas, fomentando el desbande; a quienes Haro condenó a ser
puestos en el rollo, apaleados y degollados en la plaza pública de Llata;
y en los que personalmente el jefe de la rebelión practicó actos de salvajis-
mo criminal 40 • (Estos sangrientos sucesos y las amenazas constantes a los

40 Numerosos testigos declararon, uniformemente, de aquellas dos crueles muertes orde-


nadas por Haro. La testifical de Bernardo Abad: muerto el Sargento Rafael Mariño, Nor-
berto Haro le cortó las orejas y se las guardó con la camisa del mismo difunto; que dos
indios le cortaron la cabeza y la pusieron en un palo y con ello estuvieron danzando todos en
la plaza; que luego le sacaron los sesos y se los comieron. Que apalearon también a un indio
llamado Reyes, de Ripán, que portaba la bandera; que lo ·amarrraron en el rollo y le pegaron
una puñalada; que Haro lo mandó degollar; y que sobre su sangre se revolcaban los indios en
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 477

criollos y mestizos, hizo que éstos se separasen de los indios y les hi-
ciesen resistencia, y no progresara mayormente la rebelión; hasta que se
tuvo noticia de la derrota de Ambo, por las tropas del Rey, sembrándose
el desconcierto; y finalmente la captura, en Pachas, de Norberto Haro
por los hombres del Cura realista de aquel pueblo don Juan Rey-
mundes.)
Mientras se producía la acción libertaria huanuqueña en los terri-
torios de los Panatahuas, Chupachos y Huamalíes, en la forma que
acabamos de reseñar, en las subdelegaciones de Conchucos, Huaylas y
Cajatambo, había prendido ya la rebelión. En Aquia y Cajatambo, se
produjo un levantamiento popular 4 1, y el Subdelegado de aquella ju-
risdicción llegó a reunir hasta 1.400 hombres para debelar otro intento.
En Conchucos el fermento revolucionario no llegó a exteriorizarse,
gracias a la actividad del Alférez de la Milicia de Tarma don Manuel
Cárdenas.

Los sucesos de Huánuco se comunicaron al Intendente de Tarma


don José González de Prada quien lo hizo saber al Virrey de Lima.
Abascal mandó que González de Prada, saliese en campaña y reali-
zase cuanto fuera necesario "al pronto restablecimiento del orden",
autorizándole para los gastos a realizarse. Recomendóle que la expe-
dición constase de 600 hombres en la que debían formar ••1a mitad del
Regimiento de Milicias Disciplinadas de Tarma, 150 del de Fronteras, y
el resto de gente escogida de Paseo", las que reunidas en el Cerro forma-
rían dos divisiones "que debían dirigirse" una por Huarautambo tocando
el Partido de Huamalíes a salir al pueblo de Margas; y la otra por Hua-

estado de ebriedad. El propio Haro confiesa que a un hombre muerto "le cortó las orejas
para llevárselas a Castillo, a Huánuco, y hacerle ver que había ganado la guerra en Huamalíes";
y que ordenó que dego.Jlaran a un indio de Ripán, a quien apaleaba la multitud, para que no
sufriera; que quien lo degolló fué un Concha, yerno de Reinoso, del pueblo de Chavinillo; que
todos los indios alzados danzaban sobre el cadáver en la plaza de Llata. (Causa seguida sobre
la insurrección del Partido de Huamalíes, etc., cit., fs. 72 y 74.) - Por su parte, el reo
Manuel Concha, de Obas, dijo: "cuando llegué a la plaza de dicho pueblo ... me dijieron
cholo lame plato lleva esa cabeza de tu patrón y me arrimaron de palos ... y por este miedo
fué preciso de alzar la cabeza ... y anduve con ellos; que en dicha plaza habían degollado a
Isidro Reyes, del pueblo de Aguamiro, ... y colgado en el rollo ... que Pablo Domingo había
cortado la cabeza de Isidro Reyes". (Cuaderno 4. Autos de la insurrección del Partido de
Huamalíes, fs. 488.)
· 41 Parte del Intendente de Tarma al E](celentí simo Señor Virrey Abascal. Guerra
Separatista del Perú. La rebelión de León de Huánuco, por Lurs ANTONIO EcuIGUREN, p. 73.
478 HISTORIA DE HUÁNUCO

riaca y Pallanchacra hacia Huánuco, para cuyo per'.:rechamiento le


remitió "cien fusiles con sus respectivas furtituras y bayonetas, cien
espadas y dos cañones". Le encomendó que desplegase toda actividad
"para apagar el fuego de la insurgencia reduciendo al orden a la ciu-
dad de Huánuco y demás pueblos"; que aprehendiese y castigase a los
que resultasen reos y los examinase personalmente, a fin de descubrir
los fines de la insurrección y sus autores, "especialmente a José Con-
treras, que se dice ser cabeza de motín y titulándose General de ellos
sobre que tendrá Usía entendido que ocho días antes de haber aconte-
cido el asalto de Huánuco por los tumultuarios, se habló aquí de él:
lo que persuade haber en esta capital algunos malévolos cómplices en
tan enorme crimen .. . " -! 2
El Gobernador e Intendente de Tarma, con tales instrucciones,
ármas y tropa, salió para enfrentarse a los patriotas. De la capital de
la Intendencia, la Villa de Tarma, se dirigió al Cerro de Paseo, y de
esta localidad, por la quebrada de Huariaca, marchó al pueblo de Ambo
donde estaban ya aguardando los patriotas.
Pues, el saberse de la expedición realista, los revolucionarios de
Huánuco reorganizaron sus fuerzas para enfrentarse a aquélla; se trazó
el plan de campaña e hizo acopio de armas, pólvora y balas 1 cuyo par-
que lo tomó Crespo y Castillo bajo su personal cuidado. Particularmente
se llamó a los pueblos para que secundaran, con sus hijos, la "segunda
campaña" a Ambo; congregando, a dicho efecto, a "más de 2 5 entre
alcaldes, mayores y principales". Al llamado, los indios ingresaron
nuevamente a la ciudad, en son de guerra. Según la idea de Crespo y
Castillo, los combatientes debían dividirse en grupos de mil hombres
al mando de un comandante, y que se designase sólo cuatro coman-
dantes. Pero, entre otros más, resultaron jefes de tropa: José Rodrí-
guez, Andrés Rodrígu~z, José Sánchez Ulluco, Antonio Espinoza el
Limeño, Manuel Gaytán, Francisco Pérez, Manuel Garay, Ignacio Ro-
dríguez, José Arce, Fernando Palomino y Manuel Reyes.
Crespo y Castillo y segundos, decretaron movilización general para
enfrentarse a los españoles, y salieron en "campaña hasta mujeres y mu-
chachos", con dirección a Ambo, antes de que las tropas del Rey lle-
gasen a dicho lugar, previa arenga en quechua a los indios por Crespo
y Castillo. Conforme se acordó marcharon en dos grupos: el primero
por Tamay-quichua y Huácar hacia las colinas de Ambo, 'y el segundo

42 Superio r Orden del Virrey Abascal al Señor Gobernador e Intendente de Tarma.


Guara Se1'Jaratista del Prrú, cit., ps. 56 , 57.
E.MANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 479

por Huancahuasi y Quicacán a las alturas de Ayancocha, desde donde


se avistarían con los de Chaupihuaranga. La primera jorn ad a la hi-
cieron a Huancahuasi y la segunda a Ayancocha 43 • El grueso de las
tropas patriotas se estacionó en tres colinas que vienen a caer casi al
lado izquierdo y cerca a un puente sobre el río Huácar, que comunica
con Ambo, a cuyo lado comienza la pequeña llanura de Ayancocha,
camino a Huánuco. Otra parte, menos numerosa, se había ubicado en
los cerros de la banda derecha del río Huariaca o Huallaga, el que, al
unirse con el Huácar, forma un ángulo de terreno sobre el que está la
población de Ambo.
El ejército insurgente, de 3 a 4 mil hombres, poco más o menos,
fomado, en su mayoría, por indios chupachos y panatahuas, en cuyas
filas se contaban hasta ancianos, mujeres y niños, estaba armado de
hondas, palos, lanzas, unos 100 fusiles y dos "cañones de Maguey".
Los mestizos huanuqueños, que comandaban a los indios, eran los que
manejaban los fusiles y "cañones"; siendo el General en Jefe don Juan
José Crespo y Castillo, y sus segundos o capitanes los más arriba nom-
brados; particularmente José Rodríguez, Antonio Espinoza el Limeño,
José Sánchez Ulluco, Domingo Palomino, quien portó y sostuvo "la
bandera colorada" símbolo de la rebelión 44 •
El sábado 16 de marzo, González de Prada arribó a Ambo con 5 00
hombres y 4 cañones, a cuyo paso se pusieron en calma los pueblos de
Pallanchacra y Caina. En Ambo recibió varias comunicaciones de la
J unta de Huánuco, entre ellas una que expresaba que si pasab a a aquella
ciudad, 5.000 hombres resistirían su marcha 4 " .

43 Con fesiones de José Encarnación Quiñones y José Rod rí guez. Expedt. del pro e.
cit., fs. 195 , 2 69. "El miércoles llegaron al cer ro de Ayancocha los de l grueso de los pat rio-
tas, de don de avistaron a las tropas del R ey". (Expd t. del proceso, ci t., f s. 278. ~ Ase nci o
T alan cha, a f s. 29, del m ismo Expdt., afi rma "que algun os h uan uqueños iban al combate
de Ambo llorando".
44 "Los insurgentes en número de cinco mil poco más o m enos, fu eron a Ambo" .
(Ex pdt. proces. cit., fs . 34: Conf. Domingo Berrospi) . - Anton io Espinoza, J osé P alomino
y otros, deja ron esclarec ido que en ambas expe di ciones "salieron de la ci u dad h as t a los much a-
chos y las mu je res" en el deseo de liberarse del yugo españ ol, al grito de: "iya hab ía n
salido de los europeos y que era preciso salir de su cautiverio". (Expdt. proces. cit. , fs .
112) .-Entre los dirigen tes m uertos en Ambo, pudo contar.~e a Juan Man uel Rodríg uez,
que cay-0 en el campo de lucha. Tal hecho se desprende de los actuados en el ref erid o
expediente.
45 En el Oficio de 2 de marzo que la Junta de Huánuco dirigió a Gonz:í lez de
P r ada, rubricado por Domingo Berrospi, Juan José Ruiz, Manuel Berrospi, Juan Jesé
Crespo y Castillo y Juan Antonio Marro, se afirma que al saber que las tropas del R ey-
habían llegado a Ambo, "se han juntado con esta noticia en el día sobre cinco mil indios
a rmados todos para salirle al encuentro a quinientos hombres según dice que son los
480 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los soldados realistas se instalaron en la fa ja derecha de terreno


inmediato al río Huácar, entre éste y el referido pueblo de Ambo,
donde colocaron sus cuatro piezas de cañón, que no sólo defendían el
paso del puente sobre el Huácar, sino que tenían a tiro a los contrarios.
González de Prada tenía bajo sus órdenes "600 infantes armados de
fusil, 15 O lanzas, 100 de caballería con pistola y espada~; 4 cañones de
montaña y las correspondientes municiones" 46 ; a los que se agregaron
muchos voluntarios españoles de Cerro de Paseo, quebrada de Chau-
pihuaranga y Huariaca, al mando del Comandante D. Manuel de San-
talla y numerosos indios de Bombón y Yanahuanca, obedientes a los
realistas.
En la tarde del 17, ambos bandos permanecieron jnmóviles en sus
respectivas posesiones, observando sus movimientos y disparándose tiros
perdidos. Ocupados los hombres del Intendente de Tarma a colocar
palos para formar el puente destruído. Los patriotas que en el día
anterior hostilizaron a los contrarios desde el cerro que domina Ambo
por el lado del puente sobre el río Huallaga, camino de Huaylla, se
habían dedicado a "formar trincheras" en ambas posesiones, principal-
mente en el reducto del cerro de Chaucha, sobre Ayancocha, y a "tirar
con ondas" comunicaciones a las tropas realistas invitándoles a que
depusiesen las armas y las volviesen contra los europeos, "porque no
era guerra entre paisanos" 47 •
Llegada la noche del citado día, bajo el amparo de las sombras -dice
el parte de González de Prada refiriéndose a los patriotas-: "descendió
la mayor y principal fuerza ajustada en dichas tres colinas al Paraje de
Ayancocha donde se mantubo hasta la madrugada" del día 18 con el
fin de impedir "el paso de las tropas realistas por el puente de Ambo
que se había echado el día anterior" 48 •
En las primeras horas del miércoles 18, los patriotas se acercaron a
las inmediaciones del puente, guareciéndose en unas rocas que sirven de
atalaya, a 30 metros de dicho paso, y rompiendo el fuego, cerca a
mediodía, "dos o tres horas antes" que los realistas levantasen su cam-
pamento. (Fueron los de Panao los encargados de esta empresa al

auxiliares para derrotarlos y arruinarlos". Está incluí do en el Cuaderno N<? 3 9. Autos de


la insurrección de Huánuco, cit.
-46 Informe del Virrey Abascal al Secretario del Supremo Consejo de Regenda.
Guerra Separatista, cit., p. 71.
47 Parte de la Batalla dada en Ambo del Intendente de Tarma al Virrey don Jos«
de Abascal. Guerra Separatista, cit., p. 62.
48 Parte de la Batalla dada en Ambo, cit. Libro cit., p. 62.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 481

mando de Juan Manuel Rodríguez, que murió defendiendo el paso del


puente.)
«Llegada la hora de ejecutar la empresa -dice el referido parte de
González de Prada- se colocó una pieza de artillería a la Ribera del Río
y como 80 pasos del Puente con una Compañía de fusileros de Tarma,
para que atendiendo al fuego que hacía por el costado derecho el ene-
migo de la otra banda del río de Guácar, protegiese el paso de los nues-
tros hasta apoderarse de las posesiones enemigas. Con efecto, habiendo
amenazado un vivo fuego de la artillería, y expresados fusileros, se avan-
zó con el mayor denuedo y bizarría la Compañía de Patriotas voluntarios
del Cerro de Paseo con los esforzados dragones de Lim2 e inmediata-
mente las valientes, primera de fusileros de Tarma, y segunda de Fron-
teras, los que habiendo pasado el puente en los momentos de sorpresa
que causaba a los enemigos el incesante fuego por el flanco de la orilla del
río, los atacaron casi a tiro de pistola en cuyo acto la Compañía esfor-
zada de Granaderos al mando del Teniente Don José María de Santa Ma-
ría y su Subteniente Don Ignacio Odría que sostenían el paso del Puente
sobre la izquierda, pasó por mi orden a reforzar las que avanzaban sobre
el enemigo a quien persiguió cerro arriba con un valor extraordinario
matando a muchos".
Otro grupo de tropas reales al mando del Ayudante Mayor de
Fronteras don Francisco de Rasines, con «la compañía de su mando,
compuesta de lanceros y algunos hombres de fusil hizo retirar a unos
trescientos insurgentes que trataban de descender por los altos dominan-
tes a Huácar por las partes de Ambo que descendía a nuestro campa-
mento'' 49 •
Atacados, pues, los patriotas en la forma descrita, después de una
resistencia de tres cuartos de hora impidiendo el paso del puente, los
realistas los enfrentaron finalmente en terreno llano o pampas de Ayan-
cocha. En el ardor de la lucha los hombres de González de Prada ma-
sacraron, por la espalda, a la masa india que huía despavorida, sin per-
donar siquiera a los que se rendían o caían heridos. "La carnicería fué
espantosa, mataban horrorosamente", dice el cura Yadó. "Entró el
terror en los enemigos abandonando las armas de fuego y huyendo en
. desorden perseguidos a fuego y lanza de los voluntarios que hicieron
la mayor matanza", agrega Yadó. ·
Resultando así el número de muertos patriotas de quinientos a mil,
y los heridos a diecinueve. No habiendo perdido el comando español

4ll Parte de la entrada en Huá nuco, cit. Libro cit., p. 65.


482 HISTORIA DE HUÁNUCO

sino «un hombre y 5 heridos de levedad, a excepción de un herido por


una bala que le rozó ambas piernas". González de Prada, dando cuenta
al Virrey de esta «victoria" de sus «aguerridas como valientes tropas",
refiere de los muertos: "más de quinientos cadáveres que en los cerros
y pampa pequeña de Ayancocha reconocieron como fruto de su infi-
delidad y obstinación. . . pues así resulta de los que se han enterado, y
echado al río de Huacar, quemado y trasplantado en mulas por los
pueblos circunvecinos al de Ambo" 5<>,
Derrotados y en retirada, los patriotas tomaron rumbo a Huánuco.
Los indios, en grupos de veinte y quince, por el camino del valle o por
los de las alturas, se dirigieron a sus pueblos. En Huánuco los patriotas
pretendieron agruparlos, alentándolos para una nueva resistencia. Con
dicho fin Crespo y Castillo ordenó a José Rodríguez que retuviese a
la gente, y se cavase trincheras en Visacaca; en tanto llegasen los chau-
lanes y de Huamalíes a reforzarlos 51 ; otros abandonaron la ciudad,
cortando el puente de Huayaupampa, para no ser perseguidos. Los jefes
del movimiento huyeron también de Huánuco, en diversas direcciones
-hacia las montañas de Chinchao y Monzón-, a los pueblos de Hua-
malíes, o se ocultaron en cercanías de la ciudad.
González de Prada avanzó con sus tropas «hasta la Hacienda de
Quicacán", donde estableció su Cuartel General.
El 21 de marzo ingresó a la ciudad de Huánuco; saliendo a recibirlo
el Cabildo, el Clero y los Prelados. Yadó narra que «don Manuel Be-
rrospi salió al encuentro al Señor Intendente cerca de Huánuco con
una bandera blanca y que su señoría lo mandó prender y llevar con-
sigo" 52• «Cuando entró en Huánuco el ejército, agrega el cura español,
.no se veía un alma en la ciudad, y las que se vieron sucesivamente todos
daban a conocer el sentimiento que tenían c:lel triunfo de las armas del
Rey'~.

* * ..
Ocupada la ciudad con sus tropas, el «General en Jefe del Ejército
Pacificador e Intendente" don José González de Prada, despachó comi-
M YADÓ: Breve Relación, etc., cit. - Parte de la Batalla dada en Ambo, cit., p. 62.
Parte del Intendente de Tarma al Ex=o. Virrey Aba.sea!. Guerra Separatista del Perú, cit.,
p. n.
51 Felipe el Sastre y José Sánchez (Ulluco) dirigieron la apertura de las trincheras
en Visacaca', por orden de Crespo y Castillo. (Expdt. del proceso, etc., cit., Conf. Jocé
Rodríguez, fs. 289 y sgts.) El Regidor Crespo y Castillo después de la derrota de Ambo,
manifestó en Huánuco "que la cosa estaba en principios, y que tenía ¡:ente en Huamalíes".
t>2 Y .wq: Brew 'Y .Auténtica Rl'l11ción, etc., cit.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 483

siones para la captura de los caudillos fugitivos. Envió una expedición


a Huamalíes, para pacificar a los pueblos alzados de aquella extensa
provincia. E inició la formación del proceso a los insurgentes, cons-
tituyendo un Tribunal de Guerra.
En la 'ciudad de Huánuco se detuvieron a muchas personas visibles,
en cuya cárcel se contaron más de 20, y bajo el cuidado de José Adalid
y del Teniente José Espinoza. Entre ellas, los Presbíteros don Bernar-
dino Sánchez, José Zavala; los civiles: José Miraba!, Francisco Pérez,
Manuel Evangelista y José Espinoza, Facundo Suárez, Manuel Rosales,
Ascencio Carrillo, José Beraún o el Sargento Castañeda, Ignacio Ro-
dríguez, José N arvarte, Manuel Véliz, Félix Pardavé, Calixto Espinoza,
Félix Perla, Narciso Tafur, José Palomino, Gregorio Espinoza, Narciso
Rojas, Antonio Flores, Pedro José Zevallos, Pablo Evangelista, Pedro
José del Castillo. Los frailes Ignacio Villavicencio, Francisco Ledesma
y otros, recluídos en sus propios conventos, bajo vigilancia. Fueron
declarados prófugos de la justicia don Juan José Crespo y Castillo,
Antonio Espinoza el Limeño, Encarnación Quiñones, José Sánchez
(Ulluco), Manuel Garay, Andrés Rodríguez, José Rodríguez, Juan
de Dios Rodríguez, Felipe el Sastre, Manuel Gaytán, José Marín, Lope
Panadillo, José Ampudia, Sebastián Pérez, José Frías, Santiago Figue-
redo, José Pardavé, Lorenzo Domingo Vigo, Alejandro Rodríguez,
Juno Mego y Manuel Beraún 53 •
Después de días y semanas de búsqueda, fueron apresados por Juan
Martín Yábar, asesorado por Pedro José Zevallos :;\en los primeros días
de abril, don Juan José Crespo y Castillo, en el lugar llamado Secina,
de las montañas de Zapán, Chinchao; José Rodríguez y Antonio Es-
pinoza el Limeño, en el .. monte. grande" o montaña de Chihuangala.
Fray Marcos Durán-Martel, refugiado en Huayllacán y en Pichiu, en
cuya cueva de Chaglla-Pampa había permanecido cerca de dos meses,
fué capturado también por Juan Martín Yábar, en la madrugada del
21 de mayo de 1812, y Fray Ignacio Villavicencio por el Dr. José Larrea,
de su orden 56 • Los demás fueron cogidos con ayuda del Subdelegado
Bezares de Huamalíes y otros leales a la Corona.

::i3 Lista de los presos en la cárcel, en virtud de la comisión conferida a nosotros


por el señor Intendente y lo que por autoridad se sabe &e hallan. Huánuco, marzo 23 de
1812. (Diego Adalid, José Espinoza). Expdt. del proceso, etc., cit. fs. 52).
M A fs. 19 S del Expdt. mencionado, está d auto por el que se pone en libertad
a Pedro José mallos "para que acompañe al comisionado Juan Martín Yábar como diestro
en los caminos de la montaña y abreTie la llegada a aquellos montea" para la captura de
los fugitivos.
l'il'i Inserto en !!,J Crottnario de !11 Inu1rru·ci6n de HuJnN<o por ANÍBAL GÁUVEZ. "La
48 4 HISTORIA DE HUÁNUCO

La expedición que de Huánuco se envió a Huamalíes, al mando


del Comisionado para la pesquisa y sujeción de tal provincia Coman-
dante D. Miguel Feo. Maiz y Arcas y del capitán don Tomás Mendi-
zábal, constaba de 250 hombres y 2 cañones; otros tantos salieron del
Cerro de Paseo, para que, "atacándolos en diferentes puntos entrasen
en su deber" los "revoltosos". La expedición penetró a los centros más
activos de la insurrección, como Chupán, Marías, Chavinillo, Quivilla
y pacificó los restantes pueblos, en los que se habían dividido los insu-
rrectos, como dijimos, en dos bandos: indios y mestizos. Pues, si a]
comienzo de la revuelta, se dedicaron a eliminar a los europeos, días
luego pretendieron eliminar a los mestizos; razón por la que éstos se
separaron de ellos, les hicieron resistencia y de este modo se evitó el
progreso de la revolución.
El grueso de los indios sublevados a órdenes de Vicente Estacio y
José Atanacio, en el pueblo de Marías pretendieron enfrentarse a las
tropas del jefe realista; pero fueron derrotados sangrientamente.
El Comandante Maiz y Arcas estableció Cuartel General en el
pueblo de Pachas; encarcelando y sometiendo a juicio a los principales
autores y cómplices de la insurrección. Allí tomó las primeras decla-
raciones a los numerosos detenidos, asesorado por el Subdelegado don
Juan Bezares, el Capitán don Manuel de Zevallos, designado como
Pro~ector de los Ind~os, y el Escribano don T oribio Figueroa.
Ter~inado dicho proceso, después de más de un mes de intensa
labor, los principales reos fueron conducidos a Huánuco; dejándose
parte de las tropas pacificadoras en Llata, capital de la Subdelegación.
Entre los presos de Huamalíes, como reos principales, estaban: don
Domingo Berrospi, los presbíteros José Ayala. y Tomás Narvarte, Nor-
berto Haro, oriundos de Huánuco; don Pío Miraval, Bernardo Abad,
Lucas Serrano Alcalde de Rondos, Marcos Sánchez Alcalde de Pun-
chao, Juan de la Cruz Vilca Alcalde de Pachas, José Lucas Alcalde de
Chupán, José Atanacio Alcalde de Chuquis, Vicente Estacio Alcalde
de Marías, Toribio Peña Alcalde de Sillapata, Victoriano Soto Alcalde de
Cosma, Antonio Ambrocio Alcalde de Chavinillo, Santiago Espinoza
Alcalde de Cahuac, y otros "indios y cholos" que hacían más de 5O;
a quienes, como expresa Yadó, y consta de los autos que se les siguieron,
los alentaron en la rebelión el Regidor Crespo y Castillo y don Domingo

Prensa", Lima, 23 de febrero de 1912. Dicho documento, flrmado por González de Prada,
está fechado el 22 de mayo de 1812 e incluído en los autos que se siguieron a los ins urrecto5,
juntamente con otros papeles. ·
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 485

Berrospi, mediante misivas, y la dirigieron los curas y alcaldes citados


más arriba 56 •
Pacificóse también Conchucos, Huaylas y Cajatambo, cuyos pue-
blos cesaron en su ansia de liberación, apenas súpose de la acción san-
grienta de las tropas de González de Prada en Ambo, la que se divulgó
por todos los ámbitos de las Intendencias de Lima y Tarma para apagar
la agitación con tal escarmiento.
Prada, en atención de sus funciones, formó proceso a los reos,
teniendo como Auditor de Guerra el Licenciado don Pablo Travitazo
y Secretarios al Lic. don Juan de Dios Gallardo y Juan Pérez Patiño,
quienes habían venido formando en la "expedición pacificadora".
Designó como defensor de oficio de don Juan Jósé Crespo y Castillo
al Dr. D. José Eugenio Mata; de los otros procesados. al .Capitán Santos
de la Vega, José de Vinia, Capitán Ignacio Prado, Pedro Tello; de
los indios o naturales a Manuel Tupac Yupanqui y Pedro Alvarado;
y como depositarios de los bienes incautados a los insurgentes a Juan
Martín Yábar y Diego Adalid; actuando como Escribanos Nicolás
Antonio de Ariza y Juan López.
El diligente Intendente, tomó personalmente las declaraciones de
más de 50 acusados y cientos de testigos de cargo y descargo, para
determinar la culpabilidad de los primeros; labor en la que estuvo em-
peñado más de dos meses. Terminadas estas deposiciones, puso a mu-
chos en libertad, bajo de fianza. Incluyóse también en el proceso y
se tomó atestado a don José Martín enviado por el Virrey de Lima,
bajo custodia, como "cómplices de los insurgentes de Huánuco y Pa-

5G Los demás presos y- encausados, eran: José Santos (de Cani); José Suárez, Juan de
Dios Esteban, Ignacio Nazario, José Huanca (de Pachas); Santos Valerio, Juan Ignacio, Bru-
naldo Inca, Julián Gaspar (de Yanas); José Briceño, Manuel Caytano, Hilario Maylle, Manuel
Rosas, Nicolás Ferrer (de Chupán); Hipólito Gamero, Pascual Espíritu, Juan Policarpo., Ma-
riano Herrera (de Obas)-, Juan Dimas, Andrés Jara, Manuel Nazario, Asencio Briceño, Miguel
Matos, Julián Ortega (de Chuquis); Agustín Tucto, Manuel Tucto, Martín Trujillo, José
Tolentino, Roque Trujillo, Pedro Nolasco (de Marías); Pascual Baltazar, Francisco Montañez,
Andrés Huerto (de Sillapata); José Bustillos, Pablo Usuriaga, Agustín Flores, Apolonio Flores
(de Puquio). - En la nómina clasificada de presos, aparecen como españoles: Domingo Be-
rrospi, José Ayala, Pío Mir;,bal y Tomás Narvarte; como mestizos: José Santos, José Suárez,
José Huanca, Lucas Serrano, Pablo Uzuriaga, Marcos Sánchez y Andrés Jara:; y como indios:
Norberto Haro y restantes ya citados; haciéndose el siguiente total: españoles, 4; mestizos, 6;
indios, 41. - Figuran como prófugos: Andrés Bravo, Hermenegildo Ambrosio (de Pachas);
Bartolo Domingo y Antonio Gómez (de Yanas); Santos Tello, José Paredes, José Ramos, Lucas
Rafael, Benedicto Jaimes, Juan Domingo, Gaspar Valentín (de Chupán) Pablo Cevallos, Juan
Cevallos, Bartolo Gómez, José Basilio (de Obas); Lorenzo Reyes, Nicolás Charri (de Chu-
quis); Francisco Norberto, Félix Espinoza, Cruz Trujillo, Alejandro Palma (de Marías);
Domingo Lorenzo (de Puquic) y Mateo Alonso y Solís Yurpa (de Rondos). (Causa seguida
sobre la insurrecdón del Partido de Huamalíes, fs. 329, 431.)
486 HISTORIA DE HUÁNUCO

nataguas". Terminadas las intructivas de los acusados, que formaron


varios gruesos cuadernos, unos correspondientes a los sublevados de
«Huánuco y Panataguas" y otros a los de «Huamalíes", fueron remi-
tidos a Lima, donde el Virrey, para que la Sala del Crimen de la Au-
diencia, conforme a ley, expidiera resolución.
Resultaron autores y cómplices más connotados: Juan José Crespo
y Castillo, Fray Marcos Durán-Martel, Cayetano Morales, o por otro
nombre Sebastián González --el lego fingido--, Andrés Rodríguez,
José Sánchez Ulluco, Antonio Espinoza -alias el Limeño--, Ignacio
Rodríguez, Francisco Pérez, Domingo Palomino, Fernando Palomino,
José Miraba!, Manuel Encarnación Quiñones -alias Inca- o por otro
nombre José Ortiz, Manuel Reyes Coco, Pedro José Zevallos, Narciso
·Ponce, Manuel Andrés Doria, Lorenzo Domínguez, Narciso Rojas
-alias Payanso-, Lázaro Pérez Ascanio, Sebastián Pérez Asencio,
Felipe Jiménez -alias El Sastre-, José Tapia, Fr. Ignacio Villavicen-
cio, José Beraún, José Narvarte, Presbítero Dr. Bernardo Sánchez, José
Zavala, Presbítero Bartolomé Lastra, José Espinoza, Manuel Espinoza,
Evangelista Espinoza -alias Susuputo-, Manuel Gaytán, Rafael Go-
mero -alias El Cholo de Echegoyen-, Manuel Retis, Félix Espinoza
-alias Perla-, Calixto Espinoza, Gregorio Espinoza, Asencio Castillo
y Berrospi -alias Cabra-, Antonio Flores, José Angel Beraún, Ma-
nuel Estrada, Teniente de Cura don José de Ayala, Norberto Haro,
Presbítero Tomás Narvarte, Presbítero José Zavala, Vicente Estacio,
Pedro Nolasco, Feo. Norberto, Mariano Herrera, Antonio Ambrosio
José Atanacio Céspedes y otros 57 •

57 Por considerarlo de suma importancia, copiemos el texto íntegro del Informe for-
mulado sobre los encausados, y el mismo que, como dijimos, fué dado a publicidad por
el señor José Fermín Herrera, en "El Comercio", de Lima, de 23 de febrero de 1912.
"El jefe de la obra de la sublevación de Huánuco parece haber sido el padre Fr. Marcos
Marte!, religioso del orden de San Agustín, pues sobre las 20 deposiciones de testigos que
resultan contra él, y lo que casi todos los reos han declarado, en su confesión y careos,
contesta: que en virtud de la noticia que le comunicó el lego Fr. Cayetano González de
que en San Francisco, después de la queda se juntaban 50 europeos para tratar del modo
con que acabarían con los huanuqueños y de las armas y pertrechos que tenían, como de
la orden que se había librado para arrasar las sementeras de tabacos, y otras varias conver-
saciones sobre el maltrato de los europeos, venida de Casteli, etc., copió los pasquines for-
mados por el padre Fr. Ignacio Villavicencio del mismo orden; los mando fijar en varios
lugares;. concurrió y peroró en las juntas que se hicieron en la huerta de Almendáriz y
en Pueller, !Para auyentar a los europeos, botando al efecto a loo reoo de la Cárcel, a quienes
les escribió una carta de avisos; expidió convocatorias a los pueblos; hizo cañones de Maguey
y bolos de hoja de lata retobados para que sirviesen en lugar de bala; exhortó a los indios
para que concluyesen la obra que habían comenzado; escribió varios papeles para que éstos
viniesen prontamente, y concurrió en lo demás que le fué posible incitando a sus sobrinos,
los Rodríguez, y otros con la prisión que se decía haberse librado contra ellos". - "El
E.MANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 487

La Audiencia de Lima pronunció resolución en los primeros días


de junio. Del grupo antes nominado, se condenó a don Juan José
Crespo y Castillo y José Rodríguez a ser fusilados, a don Norberto
Haro a la pena de garrote, a Fray Marcos Durán a deportación perpe-

lego Fray Cayetano Gonzále:z;, soldado que fué de la compañía del regimiento del Tajo
Y después sargento desertor, y que anda vario en su apellido ry patria, confiesa que habló
contra los europeos que se llevaban el dinero de los criollos, y contra la Junta Central;
que sólo vió en la despensa del Convento de San Francisco 20 fusiles viejos y un poco d1:
Pólvora en una celda; qµe la mitad de la conversación de los padres era en vascuense;
dijo que en Huánuco habían emisarios de Castel/, con referencia iJ un RaimunJo, platero
de Huáraz, sobre cuyos particulares habló con algunas personas". - "Andrés Rodríguez,
con sus dos hijos José y Manuel, acusados por 31 testigos, 56 y 37; fueron los comandantes o
mandones de los indios; pero el más gravado de todos es el José, según las confesiones
de todos los reos. Andrés contesta en su confesi-On que él y su hijo José venían por delante
de un trozo de gentes, aunque coartado;• que dió orden a nombre del general Castillo par·a
que derribaran el camino de la otra banda; que por orden de éste mandó a Francisco
Pércz de emisario a Huamalíes; que cuando por el triunfo de Ambo dieron vuelta en
la plaza con bandera, él fué el del pensamiento de que se dijese «MUERA EL MAL GO-
B~ERNO>; que todos eran alzados; y que los indios decían que por que venía su Rey
Inga les habían quitado el tributo. José confiesa que don Domingo Berrospi lo eligió de
comandante; pero que los indios no le hacían caso; que él trajo un guión de bandera; y
según los reos principales asistió a las juntas, aunque él lo niega, como todo lo demás sobru
que fué requerido, confesando también el que fué a fijar pasquines". - M@uel Rodríguez
confiesa que asistió a las juntas ry fué el que llamó para ellas a José Miraba!;. que sólo su
hermano José era comandante y los demás indios se dirigían por sí; pero que el 2 de marzo
volvió con mucha indiada y que trajo la bandera que le llevó Mira.bal. - El General Cas-
tillo, regidor de Huánuco, acusado por 26 individuos, por los papeles que se le encontraron
y por todos los principales reos. Reconoció por suyas las cartas convocatorias y otros papeles;
confiesa en descargo de su conciencia que a nadie le hizo fuerza para ir contra las armas
del Rey; que todos los vecinos de Huánuco estaban contra los europeos, y sólo Dios podría
descubrir el enredo que allí había; que todas las providencias que dió fué obligado por los
indios; que él formó la trinchera, pero la idea fué de Antonio Espinoza, y el sastre Ulluco;
que sólo tenía comunicación con los principales y alcaldes que le escribían, que los man-
dones eran los Rodríguez., Espinoza, Ulluco, Domingo Palomino; porque los vi-O jacaran-
dones y agregados a los indios. No asistió a las juntas y es de edad. - José Sánchez Ulluco
acusado por 3 5 testigos y todos los reos. Contesta en su confesión y careos que concwrrro
a las juntas, aceptando gustoso las propuestas que le hicieron; que entre él y José Rodríguez
hicieron a los indios las prevenciones del modo con que se .habían de conducir en calidad
de segundos mandones, entrando también los otros Rodríguez, Domingo Palomino, Francisco
Pérez, Antonio Espincn:a, el limeño; Ignacio Rodríguez, y Felipe, el sastre que se halla
prófugo; que él y el <limeño'> idearon hacer la trinchera y se ofrecieron para artilleros._'.:-
Antonio Espinoza «alias el limeño,'> acusado por 50 testigds y casi todos los reos principales
sobre haber asistido a las juntas y ser uno de los caudillos. En su confesión sólo declara
que tuvo cümJersaciones sobre l" venida de Casteli y que él no hacía más que obedecer a
los comandantes o mandones, como los Rodríguez, que eran los que todo lo disponían; y
los que se manifestaron más adictos a los indios, fueron los dos Acosta, Fr@cisco Pérez,
Ignacio Rodríguez y José Arce, escribiente de Castillo. - Ignacio Rodríguez, acusado como
emisario para conmover los pueblos de Huamalíes, por 13 testigos y casi todos los reos.
Contesta en su confesión ser cierto;. pero que fué de orden del general Castillo. Tiene de
edad ... - Francisco Pérez, acusado del mismo delito que el anterior por 15 testigos y
casi todos los reos. En su confesión decl~ra lo mismo que el antecedente. Es sargento de
488 HISTORIA DE HUÁNUCO

tua del Perú y a prestar servicios por 1 O años en un hospital de España,


a don Cayetano Morales o Sebastián González a igual pena de destierro
y a 1 O años de servicios en los ejércitos del Rey, a Fray Ignacio Villa-

milicias y de edad de 70 años. - Domingo Pal<»nino, acusado como uno de los principales
insurgentes por 18 deposiciones. Niega en su confesión todos los cargos que se le hicieron,
y sólo declara que escribió la primera carta convocatoria y otra que dictó resistiendo la
entrada del señor Intendente. Se defiende con esa rudeza y temor de que le quitasen la
vida. Fernando Palomino, hermano del anterior, acusado de insurgente por seis testigos.
Contesta en su confesi-ón que compuso una escopeta y fué forzado a la batalla de Ambo;
que obedeció las órdenes que le daban y que trató de que se rindiesen al señor Intendente. -
José Mirabal, acusado por insurgente y conductor de la bandera en la primera invasión de
Ambo. La junta se hizo en -SU casa o huerta de Almendáriz, que tenía arrendada. Confiesa
que asistió a la primera; per.o que repugnó el pensamiento, y que por fuerza le dieron
la bandera. - Manuel Encarnación Quiñones,. alias "Inca" o por otro nombre José Ortiz
.Quiñones, español, acusado como principal insurgente por siete testigos. En su confesión
dice que fué forzado a la primera expedición de Ambo, y que para la segunda, Ulluco,
Alejo Mayrón y el s~ stre Felipe le entregaron una orden, en cuyo cumplimiento notificó
a los de la parroquia se aprontasen todos de doce años para arriba, al p1~mer toq'u.e de
campana. - Manuel Reyes Coco, "alias el arren\fador", español, acusado . como principal
insurgente por diez testigos y casi todos los reos. Confiesa que sólo asistió a una junta;
.,q ue entró en la 2~ expedición de Ambo en calidad de jefe, porque José Rodríguez le
obligó, 'Y que a Estr.ada le dió un auto, por orden de Castillo, para que concurriesen aun
los de doce años. - Narciso Po11ce, español, o por otros nombres Narciso Trujillo o
Narciso Espinoza, escribiente de los pasquines, y comprendido en el número de los insur-
gen tes por 8 testigos. Confiesa el hecho de haber escrito los pasquines, como el que estaba
impuesto de todo; que acordó con Fr. Marcos y otros el lugar donde se habían de poner;
y que estando alegre, profirió en un baile las expresiones: "Viva Americanos"; sin haber
asistido a ning.una de las expediciones, por estar enfermo. Es sargento de milicias y menor
de edad. - Manuel Andrés Doria, español, acusado por comprendido en la junta prepa-
I atoria para botar a los presos · de la cárcel y echar a los europeos. Confiesa que asistió

a la primera; pero que repugnó el pensamiento. Los demás reos lo numeran entre los de
la junta. - LorenzQ Domínguez Vigo, español, acusado por las conversaciones seductivas
que consentía en su casa y ser ella donde se sac·Ó un pasquín. Algunos de los reos lo
traen a consideración, añadiendo que decía, que viniendo Casteli se comjJondría la ciudad.
, Declararon contra él 4 testigos. - Narciso Rojas, "alias Payanso'', español, acusado como
comprendido en la insurrección, ahijado y dependiente del general Castillo, por 3 testigos.
Lo citan varios de los reos, y confiesa que cuando éste paseó por la plaza, llevó un bulto
de San Sebastián, y que escribió una carta dictada por Fr. Marcos. Se defiende con la
fuerza de los indios, refiriéndose a la prueba que produjo en el particular. - Lázaro Pérez
.Ascanio y su hermano Sebastián, acusados por dos testigos cada uno, y que sirvieron de
emisarios para Huamalíes, según la declaración de algunos reos. - Felipe Jiménez, "el
nstre", acusado de principal insurgente 'Y caudillo por 11 testigos se halla prófugo. Los
reos confiesan que asistió .a las juntas y daba dispos2ciones como comandante. - José Tapia,
prófugo, acusado por un testigo; pero algunos de los reos lo comprenden entre los 20
ó 2 5 que concurrían a las juntas. -El Padre Fray Ignacio Villavicencio, acusado de autor
de los pasquines, según 3 testigos, lo que contestan también algunos reos y él lo confiesa,
diciendo que con motivo de la orden para arrasar los tabacales, sacó unas décimas, apoyado
en la libertad de los papeles públicos. - José Berún, conocido por el sargento Castañeda,
"alias Callapa'', acusado como insurgente por 3 testigos, aunque en su defensa dice que s.ólo
es uno, y éste bufón y tunante, según la prueba que produjo y que en parte califica su
buena conducta. ~ José Narvarte, español, Narciso Tafur, ítem, acusados por 3 testigos cada
E.MANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 4 89

vicencio a disposición de su Provincial, a los clérigos José Ayala, Bar-


tolomé Lastra, Tomás N arvarte y José Zavala a disposición del Arzo-
bispado de Lima; a los restantes se les impuso presidio en el Real Felipe
del Callao, a trabajos forzados en las minas del Cerro de Yauricocha
(Paseo), por 1 O, 8, 6, 4, y 2 años. Y los otros fueron comprendidos
en el indulto que confirió el Virrey, 1 de abril de 1812 58 •
El Fiscal de la Sala del Crimen y Protector de los Naturales de la
Audiencia limeña, doctor don Miguel de Eyzaguirre, suplicó de la sen-
tencia, y en cuyo cuerpo del recurso sostiene, como vimos más ade-
lante, que el levantamiento no tuvo otra finalidad que desprenderse de
los malos jueces y que todos los daños debían pagar los subdelegados
de Huánuco y Panatahuas por su mal gobierno.
Pese a la súplica, la sentencia fué confirmada el 6 de setiembre de
1812 y se comunicó al Intendente González de Prada, para que proce-
diera, en Huánuco, a la ejecución de la pena capital por "no disponer
de recursos suficientes para conducirlos a los reos a Lima", como
expresaba Abascal.
En cumplimiento de dicha sentencia, en la Plaza de Armas o Plaza
Mayor de la ciudad Huánuco y al pie de la torre de la Iglesia Ma-
triz o Catedral, en la mañana del día 14 de setiembre de 1812, fueron

uno, por haber manáado tocar las campanas en celebridad del triunfo de los insurgentes, en
la I • invasj.ón de Ambo; 'Y el presbítero Dr. Bernardo Sánchez por un testigo. Es de ad-
vertir que uno de aquellos testigos, en el careo que hubo, declaró haber perjur~do. - José
Soria o Marín, acusado por 9 testigos de sabedor de la insurrección; pero consta haber de-
nunciado. - Don José Zavala, español, acusado por sospechoso en sus dichos y manejos, por
9 testigos. - El Presbítero áon Bartolomé Lastra, español, por sospechoso, en razón de jac-
tarse de corresponsal de Casteli y otras presunciones por su concurrencia a la casa donde se
hablaba de las operaciones de éste por 4 testigos. - José ~inoza, sus dos hermanos Manu el
v EvanJ[elista, menor, alias "los susuputos", acusados de saqueadores; y Manuel Gaytán, de
lo mismo, por 3 testigos cada uno, y por uno, Rafael Gomero, con el sobrenombre de "el
cholo de Echegoyen"; Manuel Retis, mestizo, Félix Espinoza, español, alias "Perla"; Calixfo
Espinoza; ídem Gregario Espinoza, Asencio Castillo y Berrospi, alias "Cabra" y Anton ro
Flores. - José Ángel Beraún, español, acusado de comisionado por Castillo para citar y em-
plazar a los vecinos de la ciudad, de doce años para arrib~, y oponerse a las armas del
Rey, según 3 testigos 'Y algunos de los reos. - Manuel Estrada, por el mismo delito que el
anterior por 3 testigos y algunos de los reos". (Lo subi:ayado es nuestro.)
58 Publicado en la "Gaceta del Gobierno", de Lima, copiado en Mo11 ograf ía Eclesiástica
de la Diócesis de Huánuco y Junín, por Monseñor Feo. RuBÉN BERROA, p. I 60. - El tenor
de este indulto, en sus renglones más importantes, dice: . . . "deseoso mi paternal afecto de
libertarlos de horribles males que sufren y les amargan, y de remover todo embarazo para
que puedan restituirse al sosiego de sus casas e industria usando de conmiseración, concedo
desde luego en nombre de S. M. absoluto perdón a todos los que d'eponiendo las armas y
dando muestras de sumisión y arrepentimiento vuelvan a sus domicilios protestando vivir en
lo sucesivo obedientes y fieles a las legítimas autoridades; exceptuando únicamente de esta
gracia a los principales caudillos y promovedores de la insurrección".
490 HISTORIA DE HUÁNUCO

fusilados don Juan José Crespo y Castillo y don José Rodríguez, y


ahorcado don Norberto Haro. Los bienes inmuebles de los tres ejecu-
tados fueron confiscados; sus nombres proscritos y sus domicilios arra-
sados y sembrados de sal, conforme al procedimiento penal de entonces.
(Los inmuebles de Crespo y Castillo se adjudicaron al huanuqueño
Juan Martín de Yábar, en recompensa de haberlo apresado).
Según la relación oficial, hasta el útimo momento protestó Cas-
tillo que sólo a él se ajusticiara y no a otros, con iguales cargos, que
habían promovido la insurrección a la que le obligaron concurrir y
que los verdaderos autores del movimiento lo habían abandonado.
Pero la tradición, en Huánuco, dice que se enfrentó a la pena con
arrogancia, .' pronunciando estas palabras: «Muero yo, pero mil se
levantarán para ahorcar a los tiranos. ¡Viva la libertad!" Rodríguez,
sostiene la misma tradición, fué sereno a la muerte; y Haro sufrió con
estoicismo la pena de garrote, y luego sus restos fueron arrojados al
despoblado de Moras ~'i9.
59 Damos algunos datos para las biografías de Crespo y Castillo, Rodríguez, Raro Y
Durán-Martel. ._ JUAN JOSÉ CRESPO Y CASTILLO. Natural de la ciudad de Huánuco,
donde habría nacido en 1747; pues, al prestar su confesión ante González de Prada, en 21
de mayo de 1812, dijo ser: "natural de Huánuco, casado, español 1, labrador, Regidor del
Cabildo y de 65 años". Al ser fusilado dejó dos hijas: una que murió, y la otra: Nicolasa
Crespo y Castillo que casó con don Jorge Durand, que fué padre de don Gregorio Durand y
Crespo y Castillo, y éste a su vez, de don Augusto Durand y Fernández M'.laldonado. Tuvo un
hermano: don Pedro José del Castillo que, en 1812, contaba con 63' años y era propietario
de las minas de Huancapallac. Declarada la Independencia, doña Nicolasa fué puesta en po-
sesión de los bienes del C\audillo, que fueron confiscados al condenársele a muerte, y la
colmó de honores la Nación. Era pariente de don Lorenzo Crespo, propietario de la hacienda
Quicacán, y de Domingo Palomino (El Abanderado de la Libertad). Después de la derrota
de Ambo, se refugió en las "montañas de Zapán, Chinchao, en cuyp lugar llamado Secina y
en 29 de marzo lo prendió Juan Martín Yábar, a quien, por tal hecho, González de Prada
le adjudicó parte de sus bienes. Habiéndose negado, en la cár~el, nombrar abogado, el referido
Intendente le designó para su defensor al Dr. don José Eugenio Mata. - De los actuados en
el proceso que se le siguió por los delitos de 1Sedició.n, motín y otros contra el Rey, se des-
prende, con claridad, que Crespo y Castillo era hombre enérgico, de inquebrantable fe en l.i
libertad y principal caudillo de movimiento. Desde el ingreso de los indios a Huánuco, no
cesó en su empeño de organizarlos, enviar comisionados a los pueblos para ganarlos a su
causa; trazando el plan de las dos campañas para Ambo y encargándose de la búsqueda de
armas, pólvora y demás bastimentos para la revolución. Fuera de ello fué quien alentó a
resistir hasta el último; quien invitó al pueblo para que, en masa, saliera a combatir a los
"godos"; y quien, a diario, areng.6 en quechua, a los indios, instándolos a la lucha. Consta,
también, en dichos autos que, al interrogársele don Pedro Tello sobre los sucesos y sus
consecuencias, expresó: "qué Intendente, ni qué Intendente, él por quién está puesto si no
hay Rey ni autoridades? ..• Y lo único que pueden hacer es cortarme el pescuezo". Al ser
aclamado por los insurgentes como General en Jefe, en la Plaza de Armas de Huánuco, juró:

1 (Como bien sabemos, la sociedad colonial descansaba en la diferenciación de clases. En


cuya "tabla", existía el español europeo u oriundo de España, y el español americvmo, éste hijo
de e\Spañoles nacido en América o criollos, y de español e indio o mestizos: cholos.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 491

Fray Marcos Durán-Martel y Cayetano Morales o Sebastián Gon-


zález, fueron embarcados en el puerto del Callao, el 13 de octubre
de 1812, en la fragata mercante San Miguel, con destino a España.
Durán-Martel cumplió su condena en el Hospital Nacional de Ceuta,
sometido a ración de presidiario y privado de sus mini<>terios de sacer~

"derramar hasta la última gota de su sangre por la ciudad y por los indios". Derrotado en
la batalla de Ambo de 18 de marzo, ordenó reor~nizar sus huestes y la construcción de
trincheras en Visacaca, :Úuer:u de Huánuco, para resistir a las tropas del Rey. Y a pesar de
dicha derrota "manifestaba que las cosas estaban en principios, y que tenía gente en Hua-
malíes". - JOSÉ RODRÍGUEZ. Nacido en Chalhuacocha ~chacra a 5 kilómetros de la
ciudad de Huánuco-. Hijo de Andrés Rodríguez y hermano de Manuel y Juan de Dios.
Al dar su! generales para su confesión, dijo ser: casado, labrador, español, de 38 años. De-
claró haber sido mayordomo del ex-subdelegado don José Vidurrézaga, en la hacienda Paccha.
Mestizo indo-español o cholo; de aquí y de hablar el quechua su ascendencia entre los indios.
Panicipó en el movimiento desde sus comienzos; primero asistiendo a las juntas secretas, pe-
gando y distribuyendo los pasquines en la ciudad y pueblos aledaños; y luego como Coman-
dante Militar de los sublevados. Fué el hombre que dirigió la "primera guerra" o campaña
y la toma de Ambo. En los días de la lucha andaba a c~b:allo, con pistolas y cartucheras,
dirigiendo y vigilándolo todo. Al interrogarle Gonz:ílez de Prada, manifestó que Domingo
Berrospi le nombró Comandante de los Indios; y que se encargó de la guardia del puente
del Tingo. De firme carácter e innegable valor. El cura Yadó escribía de él: "Mestizo ...
mozo altanero". Fugitivo después de la derrota de Ayancocha, lo prendió Juan Martín Yábar
en el "monte grande", Chinchao, en compañía de Antonio Espinoz,a el Limeño y del "Cholo
Huayabo". - Del Expediente ya citado, se sabe que toda la familia Rodríguez, hermanos,
tíos, primos, yerno, cuñados, actuaron en la gestación y desenvolvimiento de la revolución
huanuqueña. - NORBERTO HARO o ARO -corno aparece en los actuados judiciales-,
indio , natural de Huánuco, corno lo declaró ante Gonzales de Prada, arredantario de las
tierras de Andrés Meléndez, frente al pueblo de Cani, donde residía, e hijo de Valentín Haro,
operario que fu é de don Cristóbal Zavala. Tenía bienes en el pueblo de Pampas, entre otros,
una casa, que fué destruída y "sembrada de sal" en cumplimiento de la sentencia que lo
condenó a muerte. Estaba casado con doña Ubalda Espino'Zl<!, en la que tuvo varios hijos,
entre ellos: Juana Josefa, a la que apadrinó en su bautizo don Juan José Crespo y Castillo, en
la iglesia Matriz de Huánuco, el 16 de setiembre de 1779; Valentín Haro, que lo acompañó
en Huamalíes y que cayó preso junto a su padre, en Pachas. Después de ejecutado, su cadáver
fué arrojado a la Pampa de Moras, para pasto de los perros, de donde fué recogido par piadosas
gentes y lo sepultaron en el barrio de Huallayco. (Datos obtenidos en los autos que siguió
don Pedro Fuentes y Berríos con la Comunidad de Pampas, sobre propiedad de las tierras de
Huayllacayán. Causa seguida sobre la insurrección del Partido de Huamalíes. Confesión de
Haro, fs. 72; declaración de Lorenzo Coz, fs . 75.3 - FRAY MARCOS DURÁN-MAR-
TEL. Lego, natural de Huánuco. A valernos de documentos auténticos, parece que descendía
de una antigua familia, radicada en Huánuco desde fines del siglo XVI. Pues, en 1797,
doñ a María Trinidad de Isla viuda de don Antonio González, al referirse a unos títulos
de p ropiedad de tierras en Caina, dijo: que el "Dr. don Rodrigo Durán Marte!, Vicario
de Huánuco, fundó una capellanía en dichas tierras". Su hermano don Pedro Durán
Marte!, poseía una tienda de abarrotes en la ciudad. Dueño de tabacales, Fray Marcos exas-
peróse al tener noticia de haberse dado orden para que se quit ase de raí z las plantaciones
de los criollos 'Y mestizos. (Acaso fué de esta familia Fray José Higinio Durán Marte! y
Alcocer, mercedario que, en el siglo XVIII, era Obispo de Panamá ). Como se desprende de
los autos que se siguieron a los revolucionarios, Fray Marcos estuvo en contacto directo con
los indios para la invasión de la ciudad; fué él qu ien, en ardor idealista, mandó fabricar
492 HISTORIA DE HUÁNUCO

dote. En 8 de julio de 1816 Fray Durán Martel elevó un escrito


al Rey Fernando VII, solicitando que se le relevare en la pena que
sufría, que se le habilitase en el ejercicio de su misión de sacerdote, y
explicaba, con tal fin, las causas de la revolución de Huánuco, que
decía, se realizó para que «mejor conservase los dere~hos de Vuestra
Majestad durante su ausencia y Cauti,verio ... , ninguna les pareció
más oportuna que· la de erigir a Vuestro Real Nombre, Juntas como
las erigidas en estos Reynos" 60 •
Cumplida su misión, González de Prada abandonó la ciudad en
el mes de octubre, dejando en ella una guarnición de 50 hombres.

Apenas libre Huánuco de las tropas realistas, comenzó a mani-


festarse, de nuevo, el deseo de sus hijos, cual era sacudirse del gobierno
español. Esta actitud del pueblo huanuqueño, obligó a ponerse en
activa vigilancia al Subdelegado García y a los miembros españo-
les del clero. Pues reaparecieron los "pasquines", se comentaba la
ruin conducta de las autoridades y se hablaba de vengar la muerte de
Crespo y Castillo 61 • Este estado de agitación se agr1vó con motivo
de la jura de la Constitución Española y la elección de Diputados
a Cortes.

"cañones de maguey" para enfrentarse a lzs tropas del Rey, guardándolos en su propia celda;
aunque inteligentemente ocultando su persona. Yadó da el siguiente dato: ".hace pocos años
era carpintero". Ocupada la ciudad por los sublevados, fué nombrado por éstes como su
Capellán; y, en tal carácter, el lunes 24 de febrero celebró Misa en la Iglesia de San Agus-
tín. - Emplazado por González de Prada, declaró, valientemente, que concurrió a las Juntas
revolucionarias, que las convocaba en Puelles, Armendariz y en la casa de Acosta, sita en
Huayllayco. No cabe duda que por sus ideas libertarias que amparaba y propagaba su in-
quietud, por su preparación intelectual 'Y demás, fué el directoresjririfu.al de la revolución.
De aquí que modernos historiógrafos le llamen "el ideólogo de la revolución huanuqueña".
"Es evidente que con su escrito ~se refiere al Informe que desde su prisión en Ceuta en-
viara al Rey, en 8 de junio de 1816-, fué uno de los ideólogo<S que defendió el derecho de
los americanos a disfrutar de la libertad polí rica y civil que les otorgó las Cortes de 181 O,
y por tanto, a figurar entre los precursores de la Emancipación". (Los Ideólogos de la
Emancipación Americana. El Agustino Fray Marcos Durán-Martel, por César García Rosell.
"Revista del" Instituto Sanmartiniano dd Perú", Lima, junio de 1957, p. 10.)
60 Sc,l icitud de Fray MARCOS MARTEL a S. M., inserta en Guerra Separatista del Perú,
cit., p. 121,
61 Segunda tentatin de rebe!i.ón en León de Huánuco ( 1813), Lurs ANTONIO EGUIGU-
REN. "Revista Universitaria", Año VIII, Vol. II, setiembre, 1913. - Comenzarori "hablillas es-
candalosas", por las noches se escuchaban "cantares alusivos" y "corrillos", que expresaban el
júbilo r or la retirada de la tropa "vencedora". El Subdelegado Diego García, en guarda de
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 493

La Constitución Liberal de la Monarquía Española, promulgad:i.


en Cádiz el 19 de marzo de 1812, fué jurada en Huánuco a fine:i
de dicho año, en la Plaza Mayor o de Armas, llamada desde enton-
ces, Plaza de la Constitución.
Se realizó con grandes fiestas y regocijo popular; y de ellas se
aprovecharon los patriotas huanuqueños, para manifestar sus ideas
libertarias y su aversión por el régimen español. Este mismo senti·
miento se hizo público en los días preparatorios y en el propio acto
de la elección de Diputados, que debían representar Huánuco en las
Cortes Ordinarias de Cádiz, a reunirse allá, en setiembre de 1813.
Según la aludida Constitución, tocóle a la Intendencia de Tarma
3 Diputaciones y 1 suplente, y 9 electores. Para efecto de la elección,
los "Panataguas y Chavín de Pariarca se consideraron como parro-
quias" o doctrinas, y no como Partidos, Provincias o Subdelega-
ciones 62 •
El 16 de enero de 1813 tuvo lugar en Huánuco las "elecciones
parroquiales", en los salones del Cabildo. En este acto público el pa-
triota don Francisco Calero, incitó a la rebelión, que no estalló por
el sometimiento de la autoridad española. "Pueblo oprimido, dijo,
ya es tiempo que levantéis la voz con libertad"; y obligó al Subdele-
gado García a quitarse el arma. Esta fi;anca declaración revoluciona-
ria, estuvo respaldada por todo el pueblo huanuqtfeño, amante de las
libertades y de sus derechos humanos 63 •

nuevos acontecimientos, organizó patrullas nocturnas; ya que la " alegría y regocijo del bajo
pueblo" era, según la autoridad española, anuncio de pr-Oximas alteraciones populares. Docu-
mento N9 13 5. Información sobre servicio' del Subdelegado ·García, cit.
62 En efecto, en la primera quincena del mes de C"nero de 1813, apareció en la pared
del Cabildo un "pasquín" en que se recordaba los días del 22 y 23 de febrero del año
anterior y se decÍ:l. en él "que se hiciese confesión general". La víspera de la elección repitióse
el mismo "pasquín", colocado frente a la casa del Subdelegado García, a quien se amenazaba
de muerte. El 15 de enero de 181 J, después del toque de queda, las campanas tañeron ame-
nazantes. La ciudad se sobresaltó acudiendo sus vecinos a la Plaza Mayor; el Subdelegado
García, el Teniente de Caballería de Milicias Urbanas don Pedro de Alvarado y el Sargento
Mayor Talancha, penetraron a la Iglesia y no hubo nadie. Los sacristanes que sólo dijeron
que tañeron las campanas porque suponían que entraron ladrones, fueron apresados y remi-
tidos a Lima. Documento 1 J 5, cit.
63 A esta sesión concurrieron los m irnibros del Cabilco: den Pedro Antonio de Echc-
goyen, Cayetano Artera, Juan Antonio Garro, el Subdelegado García, el Jefe de Milicias José
Binia, el Subteniente Alvarado, el Mayor Manuel Calancha; los vecinos notables, entre otros,
don Francisco Aranda, Francisco Calero, Bernardino Cáceres, Secretario del Cabildo. En este
acto solemne, don FranciKo Calero, ante dichas autoridades y público, expresó: "pueblo opri-
mido, ya es tiempo que levantéis la voz con libertad", que repitió a grandes VOCC3 ante el
terror de las autoridades y la algazara de "una gavilla de gente díscola sin miramiento a la
autoridad". Calero terminó su discurso diciendo al Subdelegado García: "quítese Ud. la espada,
pues a este acto no debe venirse con arml5". T@do hubo de tolerar dicho señor para evitar
494 H ISTORIA DE HUÁN UCO

En la elección resultó Diputado por Huánuco el Dr. D. Pablo


González, que viajó a España; luciendo en Cádiz ..su saber como uno
de los americanos de talento".
Como la efervescencia revolucionaria no cesase en la ciudad, al
practicarse una investigación por el Subdelegado García, resultó ser
autor de los «pasquines" que llamaban a un segundo levantamiento,
don Bernardino Cáceres, Secretario del Cabildo, en confabulación
con otros huanuqueños. Cáceres fué enjuiciado y remitido preso a
Lima. Pero vuelto a su ciudad natal, prosiguió en su actividad agita-
dora; siendo por ello finalmente desterrado de ella, y calmándose así
un tanto la agitación política.

Crespo y Cast~llo, Durán-Martel, Villavicencio, los Rodríguez,


Haro, Contreras, Cáceres y demás personificaron al hombre huanu-
queño de aquellos tiempos, cuyo constante afán era sacudir el opresor
yugo español.
Los hijos de la ciudad de Huánuco y pueblos, estuvieron, pues,
movidos por un ideal: la independencia, la libertad de la Patria.
Ello · nos dicen hasta los propios documentos de procedencia rea-
lista, pese a que, como es lógico suponer, se empeñaron en ocultar
sus fines libertarios; dándole el visto de mera rebelión de criollos, mes-
tizos e indios, una protesta popular contra algunas autoridades, pero
de carácter fidelista. «No encuentro otro principio a la Revolución
de Huánuco --dice el Virrey Abascal- que el veneno que esparcen
los papeles sediciosos que se imprimen y publican antes que se pueda
recoger con impunidad de sus autores" 114 • Por su parte, el recalcitrante
realista, cura español y confidente de González de Prada, Dr. Yadó,
escribe; .. aunque la revolución en sus principios fué obra de pocos,
fueron muchos los que la auxiliaron en su progreso, más los que
creyeron que todo el Reino seguiría el ejemplo de Huánuco, y por
consiguiente que ya podían llamarse independientes" 65 •
La revolución huanuqueña --chola e india por antonomasia, porque
con excepción de tres, todos, gestores y ejecutores, fueron hijos de

muchos escándalos y atrevimientos, a que la elección 5C' hiciese conforme a sus deseos", dice
un decla:ante. - Documento N 9 13 5, cit.
M El Virrey .ABASCAL al .Secretario del Supremo Consejo de Regencia. G#err11 &p6'11-
l isl11, cit., P. 71.
6 5 Y1.DÓ: Brtw y &tbltic11 R.tl11ción, etc., cit.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 495

la ciudad y términos, mestizos e indios que a la vez modularon el


quechua y el castellano--; tuvo, en verdad, un éxito efímero, y sola-
mente conmovió el área que hoy corresponde al departamento de
Huánuco. Pero los patriotas comandados por .C respo y Castillo, tuvie-
ron agentes en Lima, Cerro y otras ciudades, estuvieron en comuni-
cación con los pueblos de Huaylas, Conchucos y Cajatambo. Y si
estos últimos sectores no se sumaron abiertamente al movimiento revo-
lucionario, fué porque, como subraya Y adó y lo dijimos ya más
adelante, "declararon la rebelión antes de tiempo, pues no esperaron la
conmoción de las demás provincias que estaban en el plan" 66 • Como lo
afirmó Crespo y Castillo, "desde el principal hasta el último plebeyo
estaba contra los europeos" y que "era preciso salir de su cautiverio".
Por eso, hasta los menores de 12 años tomaron las armas, para com-
batir por la libertad.
Su fracaso debióse, por otra parte, a la falta de organización y
preparación militar, a la carencia de armamentos y a la indisciplina
de la masa india que, en la expansión de su instinto primario, entre-
góse al saqueo e insubordinación. Empero, tanto por la presencia del
indio -panatahuas, chupachos y huamalíes-, como por la de los
mestizos y criollos de toda condición social y económica, que fueron
los directores y militantes, tuvo ella el sello de una rebelión multi-
tudinaria, que yendo contra las autoridades españolas se enfrentaban
en lucha con el Rey.
De otro ángulo, no puede calificársele de "movimiento vago, de
origen confuso", ni de "movimiento indígena iniciado fuera de Huá-
nuco contra el vecindario de esta ciudad", como pretende sostener
la ligera información, el comentarismo parcial y el errado criterio
de los tardíos partidarios de España, para justificar acaso, la benig-
nidad del colonia je 67 • Menos puede hacerse valer, en todo su rigor,
el tenor de las deposiciones judiciales prestadas por los acusados en
el proceso criminal que se les siguió, o la solicitud de Fray Marcos
Durán-Martel; para afirmar que no se trató de una acción separatista~
sino de fidelidad a la Corona española. En particular, aquel documento
escrito en la prisión por el patriota huanuqueño y con el fin de obte-
ner clemencia del déspota monarca Fernando VII, no puede tomarse
como declaración de principios o de fe. Porque la política de afirmar

6~ YADÓ: Brtvr 1 A.uténtic11 Rtl11eión, etc., cit .


67 El libro de Eguiguren y la Revolución de IS 12, por Ju~m Estudiante. (Luia Ulloa) .
.. El Comercio", Lim~, 23 de febrero de 1912.
496 HISTORIA DE HUÁNUCO

que no se levantaban contra el Rey, sino para servir al Rey, ha sido


general en todos los movimientos revolucionarios de América. Esta
afirmación fué, en la mayoría de los casos, el velo, «la cortina de
humo" que cubría el busto de la libertad.
El volumen de la revolución huanuqueña fué tal, que conmovió
todo el centro peruano y trajo la inmediata atención del Virrey. En
repercusión y consecuencias, es el segundo movimiento libertario des-
pués del que encabezó José Gabriel Condorcanqui o Tupac Amaru 2 9 ,
y el primero del siglo XIX. De aquí también, las providencias inme-
diatas que se tomaron y las medidas drásticas que usaron los realistas,
ahogándola en un río de sangre.
La Revolución de Huánuco de 1812 fué más: un auténtico Movi-
miento Precursor de la Independencia Nacional. Movimiento que iba a
culminar, ocho años después, con la Proclamación de la Independencia
por el Cabildo de Huánuco.
CAPÍTULO III

HUÁNUCO EN LA INDEPENDENCIA Y FO;RMACIÓN


DE LA REPÚBLICA

El desembarco de San Martín y la expedición de Álvarez de Arenales al centro del Perú. El


pronunciamiento de Huá11uco por la libertad, 9 de diciembre de I 820, y envío de delegados
al campo patriota. La Jurd de la Libertar! en 15 de diciembre de 18 20. Su incorpor11ción a
la Intendencia de Tarma Independiente. Las primerar autoridades huanuqueñas de l11 Chufad
y territorio por la libertad. Las guerrillas y el "Batallón Huánuco". Documentos oficiales. La
campaña de Junín y el paso del ejército patriota por territorio hu11nuqueño. Bolívar en Huá-
nuco. Huanuqueños en la campaña de Ayacucho y en la orgtmización de la República.

Es un hecho conocido por la historia, que al ser nombrado el enton-


ces Coronel don José de San Martín como Jefe del Ejército Argentino
que operaba en el Alto Perú en reemplazo de Rondcau, concibió el
plan de traer la guerra a Chile y luego al Perú. Para este fin, en Men-
doza, San Martín organizó el Ejército de los Andes y con él pasó a
Chile, atacando a los españoles y derrotándolos en Chacabuco y en
Maipú, con cuyas acciones consolidóse la Independencia de Chile
(abril, 1818).
Libre Chile del poder español, San Martín envió una escuadra al
mando de Lord Tomás Cochrane que recorrió la costa y alentó a la
rebelión de los peruanos. En seguida, preparó el Ejército Unido Ar-
gentino-Chileno para invadir el Perú. El 7 de setiembre de 1820,
desembarcó la expedición de 4.100 hombres en la bahía de Paracas,
e inició campaña contra el Virrey de Lima.
Para que los pueblos se declarasen por la libertad y se cortase la
comunicación de las tropas realistas de Lima con las del sur, el general
argentino, desde Pisco, envió en 5 de octubre de 1820, al Coronel
don Juan Antonio Álvarez de Arenales, con dirección a las sierras
del centro peruano. El jefe de la división patriota, después de tomar
lea, se dirigió por la quebrada de Pisco a Castrovirreyna y luego a
Huamanga, que declaró su independencia. De esta ciudad sigmo por
Huanta, Acobamba e Izcuchaca hacia el valle de Jauja. Ocupando
498 HISTORIA DE HUÁN UCO

dicho valle y pueblos, pasó a Tarma, capital de la Intendencia, a la


que llegó el 23 de noviembre de 1820, ciudad que se declaró por la
Independencia en 28 del mismo mes.
En Tarma organizó el gobierno político y militar de aquel terri-
torio, nombrando como Gobernador Intendente Político y Militar
al patriota argentino don Francisco de Paula Otero, quien formó las
guerrillas y cuidó la retaguardia mientras avanzaba Arenales al Cerro
de Yauricocha o Paseo. Por esta última localidad aparecieron las
tropas del Virrey al mando _del Brigadier O'Reilly, destinadas a cor-
tar el avance victorioso de los patriotas con dirección a Huaura, donde
estaba estacionado San Martín con el grueso de sus rropas.
El 6 de diciembre de 1820, se encontraron los dos ejércitos en
las cercanías del Cerro de Yauricocha o Paseo. Contaba el realista
con más de 1.280 hombres y el patriota con 860. En la batalla las
tropas del Virrey fueron derrotadas; sufriendo la pérdida de 5 8 muer-
tes, 343 prisioneros, un buen parque de guerra, y huyendo su jefe
O'Reilly.
El Coronel Mayor Álvarez de Arenales, después de su triunfo, se
detuvo en Cerro de Paseo sólo el tiempo necesario para organizar
la · administración política. Partiendo luego con rumbo a Huaura:
cuartel de San Martín.

Los hijos de la ciudad de Huánuco que h abían estado atentos


a la marcha de Álvarez de Arenales, a la presencia de este jefe en
el Cerro de Y auricocha , se declararon abiertamente por la libertad,
por cuya causa h abían dado, desde años atrás, pruebas inequívocas 1 •
Y cuando el 8 de diciembre de 1820 se tuvo noticia del triunfo
obtenido por las arm as de la Patria en Ili achin - al S. del Cerro
de P aseo-, obligado por los vecinos m ás representativos y pueblo
en general; el Subdelegado español don E duardo Lúcar y Torre con-
vocó, por bando, a Cabildo Abier t o para la m añ ana d~l dí a 9 de dicho
mes. Presidido por el nombrado Subdelegado y los miembros ·del Ayun-

1 Los docu men tos referentes a que. Huánuco fué la primera ciu da d del Pe~ú que, es-
pontáneamente, re conoció el régimen republicano y p roclam<'> y ju ró la indepen denci a n a-
ciona l ; los dió a conocer d fa llecido escritor do n Aní bal Gálvez, quien los focl uyó en su
t_rabajo Huánuco y la Independt·ncia, apa recido en "La Prensa", de Llma, de 1 O y 1 5 de
febrero de 1921. (Gálvez los tomó de la Biblioteca N aciona l de Lima; aun que nad a di ce al
' respect o.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 499

tamiento y con la concurrencia de los vecinos más notables, se llevó


a cabo la Junta. En ella Lúcar expuso la situación e invitó a ,los co~­
currentes decidir sobre el partido que se iba ª· tomar. Con excepción
de algunos, que manifestaron esperar los acontecimientos, la gran
mayoría llegó a declarar que la ciudad adoptaba por el régimen de
la libertad, y que se enviase dos diputados o comisionados para hacer
saber al Coronel Álvarez de Arenales del ttallanamiento de este vecin-
dario a someterse al sistema de la libertad ,y embarazar viniera alguna
partida de soldados que siempre serían perjudiciales". Fueron .nom-
brados délegados el Capitá~ don Ignacio Prado y don José de Abarca.
Concurrieron a este Cabildo Abierto en el que Huánuco . se
declaró por la libertad, los siguientes ciudadanos: José Abarca, Cay~­
tano Arteta, Joaquín de Ayesta y Ochoa, José Valdizán, Santos Bal-
tazar, Manuel Bardiales, Melchor Basaldúa, José Beraún, Antonio
Berrospi, Matías Briceño, Tomás Briceño, Agustín Caballero, José
Caballero, Pedro Cañoli, Manuel Carrillo, José Coz, Joaquín Chacón,
Jorge Durán, Pedro Antonio Echegoyen, Andrés Egoávil, Pedro Es-
pinoza, Manuel Estrada, Ignacio Figueroa, José Figueroa, Manuel
García, Eduardo González Salazar, Pedro Guerrero, Esteban Herrera,
Manuel Herrera, Valentín Hurtado, José Antonio Lanza, Man~el
León, Rudecindo López, Basilio Medrano, Juan de Dios Mejorada,
Juan de Mena, Manuel Millán, Juan de la Rosa Molero, Pedro No-
lasco, María del Monte, Blas Morales, José Navarro, Viterbo Noreña,
Manuel Noreña, José Ovidia, Joaquín Ochoa, Juan Manuel Ortega,
Lorenzo Palomino, Manuel Pardo, Sebastián de la Peña, José Ponce,
Manuel Ponce, Ignacio Prado, Mariano Prado, Sebastián Pérez, Nicolás
Ramírez, Pedro Rivera, Manuel Santa Cruz, José Antonio Rodela,
Fernando Rojas, Manuel Rojas, José Tiburcio Roldán, Tadeo Rosas,
Máximo Ruiz, Juan Sánchez Chamorro, Pedro Sánchez, Manuel Santa
Cruz, Antonio Silva, Pedro de Silva, Luis Suárez, Matías Tafalla, An-
tonio T af ur, Pedro Celestino T ello, Pedro T ranguez, Andrés Oyarrié-
zaga, Pedro Zavala, Guillermo Zevallos 2 •
2 El hec.ho histórico de que Huánuco reconoció el reg1men de la libertad en la forma
oue tenemos narrado consta en el tenor del: "Informe del Subdelegado real don Eduardo
Lúcar y Torre, re!~cto a la manera cómo se proclamó y juró la independencia en la
ciudad de Huánuco, y sucesos que precedieron a ese acto." - "Antes de ah,ora no he veri-
ficado por mi notoria grave indisposici.ón la contestación a su oficio de 3 O del próximo
pasado, que hoy lo hago, diciendo: Que luego que en esta ciudad se supo que en el cerro
de Yauricocha, habían derrotado las armas de la patria a las del rey, determiné que el
cabildo, y todos los vecinos honrados asistiesen a la junta, para resolver sobre el partido
que se había de tomar: en efecto, se realizó, y a excepción de algunos, todos consintieron
en que se nombrasen dos diputados, y que éstos se encaminasen al Cerro a hacer ver al setí.or
500 HISTORIA DE HUÁNUCO

Prado y Abarca partieron el día 1 O, al campamento de Y aurico-


cha, con credenciales del Cabildo, llevando la noticia del pronuncia-
miento de los hijos de Huánuco por la causa de la libertad.
Pero, mientras dichos Diputados de Cabildo viaj~ban al lugar
de su cometido, el Coronel Álvarez de Arenales, sabedor del senti-
miento favorable de la ciudadanía huanuqueña, envió a Huánuco a
sus comisionados don Nicolás Herrera y don Pablo Cherres; quienes,
al mismo tiempo que perseguir a los dispersos de O'Reilly -fugados
con dirección al valle del Huallaga- la incorporasen al gobierno
patriota y se jurase la libertad en dicha ciudad y jurisdicción.
El comisionado Herrera, sin su compañero, llegó a Huánuco la
noche del 11 de diciembre, y al día siguiente presentó ante los miem-
bros del Cabildo sus credenciales e instrucciones.

don Juan Antonio Álvarez de Arenales general de aquella división, el allanamiento de este
vecindario a someterse al sistema de la libertad y embarazar viniera alguna partida de sol-
dados que siempre sería pe1rjudiciales. Fueron nombrados el capitán don Ignacio Prado
y don José Abarca quienes inmediatamente marcharon con credenciales del cabildo. Al se-
g.undo día llegó el finado don Nicolás Herrera autorizado en forma por el antedicho señor
Arenales, para perseguir a Ozzeli, y, demás emigrados y hacer jurar la sagrada independencia.
Puso en planta su comisión sin el menor embarazo, y aunque se carecía de modelo o ins-
trucción del modo cómo se había de hacer, tan deseado acto, y por no posponerlo se dis-
puso que sin pérdida de tiempo se pasase en estos términos. Publicóse por bando, que todos
los vecinos asistiesen al segundo día a las diez y a los asientos inmediatos se pasaron órdenes
con asistencia de los señores cabildantes y concurso. En la plaza mayor se pusieron una•
mesas sobre otras donde subió dicho comisionado, y en asistencia de los señores c;ibildantes
y concurso y dijo por tres veces: Juráis por Dios y una señal de la cruz de ser inde-
pendientes de la corona y gobierno del Rey de España y ser fieles a la Patria? a lo que
contestaron que sí. Hubieron muohas viYas y contestas, y se celebró con repiques, cohetes
y tres noches de iluminaciones. Igual diligencia se practicó por el expresado comisionado
en las dos doctrinas del partido. En este estado llegaron los diputados que ya no encon-
traron en el cerro al señor general, solamente con un oficio que incluyó del alcalde mayor
don Ramón de Arias al cabildo par2. que se jurase la sagrada independencia mas como ya
se había hecho no tuvo lugar. Los documentos y actas originales las llevó el predicho co-
misionado, con el objeto de dar cuenta a la superioridad que le ordenó, quedándome a mí
copia certificada de la comisión, donde a continuación aparece haberse practicado la jura,
y la diligencia de continuarme de subdelegado la que también se incluyó con la acta
de mi elección de gobernador del partido y don José Figueroa de comandante de arma~
para que luego se entere !SU señoría, o se copien se me dievuelvan. Si no se sentó la corres~
pondiente acta entonces, fué porque las circunstancias me tenía y a todos los patriotas
en los mayores conflictos y quasi trastorno, así es que ni yo ni los señores del ayunta-
,m iento advertimos la necesidad de una cosa tan precisa y útil. Esta es la instrucción que me
pide Ud . de orden de su señoría esto y siento, de que he cumplido con el mayor placer y
espero el correspondiente recibo de todo. - Dios guarde a usted muchos años. - Huánuco,
junio 28 de 1821. - Eduardo Lúcar y Torre. '-- Señor don Mclchor Espinoza secreitarie
del ilustre ayuntamiento. Manuscrito existente en la Biblioteca Nacional de Lima. (Departa-
mento de Investigaciones Bibliográficas, Manuscritas y Obras Raras). También en "Hui-
nuco y la Independencia", por Aníbal Gálvez. "La Prensa", Lima, 27 de Enero, 1921,
N' 10.287; 13 de Febrero, 1921, N~ HU12. DaCNmento N' 4.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 501

El texto de tal mandato, dice:


.. Don Juan Antonio Álvarez de Arenales, coronel mayor de los
exércitos de la Patria, y Jefe General de la División de Vanguardia del
ejército libertador del Perú: comisiono en bastante forma a Don Ni-
colás Herrera, y a Don Pedro Cherres, para que pasando rápidamente
a Huánuco, y cualesquiera otros lugares persigan y aprecen al tirano
caudillo Orrelli que ha derrotado por las Armas de la Patria, como
igualmente a quantos le acompañen, o encuentren de las mismas tro-
pas, o paisanos de los que han fugitivos, y al efecto ordeno y mando
a los comandantes Militares, Jueces y demás personas que las auxilien,
y les provean con prontitud de cabalgaduras y cuanto necesiten para
el cumplimiento de este interesante encargo en obsequio de la Patria.
Asi mismo se les comisiona, para que por el debido orden, y sin estré-
pitos perjudiciales a la tranquilidad se reconozca, jurt y declare la
Sagrada Causa de la Independencia el expresado pueblo de Huánuco
y su comprensión; y si por los sentimientos patróticos del actual
subdelegado interino conviniera dejarlo en su empleo se harán estos
encargos bajo de juramento y de cualquier modo se me dará cuenta
de los resultados. - Cerro de Yauricocha, diciembre diez de mil ocho-
cientos veinte. - Juan Antonio Álvarez de Arenales".
Actuando dicho mandato, los cabildantes huanuqueños firmaron
la siguiente constancia: .. En doce días del mes de diciembre de mil
ochocientos veinte: Juntos, congregados los señores de ilustre Ayunta-
miento, dijeron que obedecían, y obedecieron la anterior superior orden
protestando el cumplimiento de ella con la posible brevedad, y la rubri-
caron, de que certifico yo el escribano de cavildo y público". (Ocho
rúbricas de los señores presidente, alcaldes y capitulares con el pro-
curador). Ante mí: Ascensio Talancha, escribano de Cabildo y pú-
blico 3 •
El 14 de diciembre se publicó un bando del Cabildo, convocando
al vecindario a comicio, para el día siguiente, a las once de la mañana,
y el que se verificaría en la Plaza de Armas de la ciudad; así como se
libró despacho, para que los alcaldes de los pueblos vecinos concurriesen
al acto cívico.
El día 15 de diciembre de 1820, en la Plaza Mayor, acompañado

3 Manus. Bib. Nac. de Lima D.I .B .M . y O.R. D. 8598. - Reproducido en "Huánucoy


la Independencia", por Aníbal Gálvez. "La Prensa'', Lima, jueves, 10 de febr:ro, 1921.
No. 10306. - Documento No. 1. Orden del coronel mayor don Juan Antonio Alvarez de
Arenales, en que se nombra comisionado para la persecución del brigadier O'Reilly y para la
proclamación de la independencia en Huánuco.
502 HISTORIA DE HUÁNUCO

por los cabildantes en pleno y vestidos de gala, y ante los ojos del
pueblo todo, mujeres, hombres y niños, desde un tabladillo que se
armó con "unas mesas", el Comisionado Herrera, luego de los discur-
sos de los tribunos y en momento solemne, por tres veces, dijo:
«Huanuqueños: ¿Juráis por Dios y una señal de Cruz el ser inde-
pendientes de la Corona y gobierno del Rey de España y ser fieles
a la Patria?"
"¡Sí, juro!" fué la respuesta unánime y emocionada de la multi-
tud. Y seguidamente prorrumpieron los vivas a la Patria, a la libertad;
el repique de las campanas de los 16 templos de la ciudad y el tronar
de los cohetes. Las demás manifestaciones de júbilo popular, la fiesta
y la iluminación nocturna duraron tres días.
Herrera terminó su cometido, aprobando la reelección hecha por el
Cabildo Abierto de la ciudad a don Eduardo Lúcar como Subdelegado
o Juez de la Patria: y practicando la misma diligencia de la jura en los
pueblos de Santa María del Valle y Huácar.
Copiemos, por su importancia, el documento que podemos llamar el
Acta de la Jura de la Independencia de Huánuco.
"En quince días de dicho mes y año en cumplimiento de lo man-
dado y obedecido se practicó por mí el comisionado el Juramento de
la Sagrada Independencia de la libertad en la Plaza Mayor de esta ciudad,
con los señores de este ilustre Ayuntamiento, y demás vecinos que se
hallaron presentes, para cuyo efecto se publicó por bando la con-
vocatoria el día de ayer. Igualmente en virtud de la facultad que me
es concedida por el señor General que rubricó la anterior orden, y por
lo que aparece en ella he tenido a bien dejarlo reelecto de Juez al Sub-
delegado absuelto don Eduardo Lúcar, por conocerse en él las aptitudes
propias; de todo lo que con esta fecha doy cuenta al origen de donde
emana mi comisión, y para su constancia lo firmó conmigo el escri-
bano el dicho comisionado de que certifico. - Nicolis Herrera. Por
mandato del señor comisionado. - Ascencio T <J.lancha, escribano pú-
blico" 4 •

4 Manus. Bib. Nac. de Lima D. l. B. M. y O. R. - Transe.rito en "Huánuco y


la Independencia", por Aníbal GálveZJ. "La Prensa", 10 de f ebrero, 1921, p. 7. Documento
NQ 2. Dicho instrumento, termina así: "Certifico: Yo el infrascrito escribano que la pre-
sente copia es la letra de su original, al que en lo necesario me refiero, entregándose al
comisionado el principal y reservado éste por orden del señor presidente. Y para su cons-
tancia lo firmo en Huánuco y diciembre quince de mil ochocientos veinte. - Ascencio
Talancha. - Como entrego el original de la copia certificada que antecede de mano dd
escribano suscribiente por arden del señor subdelegado y para su constancia la firmo y o el
comisionado del señor general del ejército libertador del Perú. - Huánuco, diciembre quince
de mil ochcdentos veinte. - Nicolás Herrera, comisionado".
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 503
Al llegar los Diputados del Cabildo huanuqueño a Yauricocha,
hallaron que el Coronel Álvarez de Arenales lo había abandonado con
sus tropas, dejando como Alcalde Mayor o Juez de la Patria de aquel
Partido a don Ramón de Arias. Éste los recibió con demostraciones de
alegría y los colmó de agasajos. Pues, la actitud del pueblo huanuqueño
evitaba que se distrajera tropa armada necesaria para el resguardo de
tan importante centro como era el Cerro Mineral de San Esteban de
Yauricocha.
Prado y Abarca regresaron a Huánuco, portando, para el Cabildo,
un oficio en que se esboza la forma del gobierno político y militar de la
provincia, ya incorporada al territorio independiente. En tal docu-
mento se encargaba que el Ayuntamiento y los vecinos eligiesen, por
votación, a un Subdelegado con el nombre de Alcalde Mayor de la
Patria, y a un Comandante de Armas o jefe de las milicias de la ciudad;
que quedarían bajo las órdenes del Gobernador Intendente Político y
Militar Independiente del departamento de Tarma: don Francisco de
Paula Otero.
El oficio del Alcalde de Y auricocha al Cabildo, dice:
"Señor don Melchor Espinoza, secretario del ilustre Ayuntamiento.
He recibido el mayor júbilo al ver las admirables y patrióticas disposi-
ciones con que se ha conducido en las presentes gloriosas circunstancias
ese ayuntamiento, como toda su honorable población por medio de los
señores diputados que se han dignado remitir U. S. S., al señor general
en jefe de la división de Vanguardia del ejército libertador don José
Antonio Álvarez de Arenales. Estos sentimientos me han obligado a
suspender la tropa que iba a dirigirse a esa ciudad. Por esto es que con
acuerdo de los mismos señores diputados he resuelto se sirvan U. S. S.
proceder inmediatamente con los vecinos honrados de la ciudad, a la
elección por votos de un juez, con el título de alcalde mayor de la
patria, para todos los casos y de administración de justicia, por ahora
e igualmente para seguridad interior; eligiéndose del mismo modo un
comandante militar de armas de la misma patria, que vele y cuide de
todo lo que sea de su particular atribución, actuándose las causas con
testigos, y recayendo dichos nombramientos en americanos y americanos
patriotas; vetando, por bnto, toda /autoridad y dominación real,
cualquiera que fuese, dándose oportunamente parte de lo obrado al
señor gobernador intendente del departamento don Francisco Paula
Otero, residente en la capital de Tarma, para su aprobación a lo que
tuviere por conveniente. Bajo estos principios, qued:l suspendida la
remisión de la tropa patriota, esperando del celo y enardecido entusiasmo
504 HISTORIA DE HUÁNUCO

de U. S. S. se esfuercen por todos los medios posibles a fin de dar a la


patria un testimonio el más ardiente de su adhesión a la Santa causa
que defendemos sin permitir el menor desorden, y procurando evadir
toda atentada agresión. Dios guarde a U. S. S. muchos años. Cerro,
diciembre 12 de 1820. Ramón de Arias." - El Juez de la patria. Se-
ñores del Ayuntamiento de la ciudad de Huánuco 5 •
Atento a la orden del Alcalde Mayor Arias, procedióse en Huánuco
a la elección de las autoridades que en ellas se especifican; confirmándose
a don Eduardo Lúcar como Alcalde Mayor de la Patria y eligiéndose a
don José Figueroa como Comandante de Armas de la ciudad.
Texto del documento de dicha elección.
«En la ciudad de León de Huánuco en diez y siete días del mes de
diciembre de mil ochocientos veinte: yo don Eduardo Lúcar y Torre
alcalde interino por la patria de esta dicha ciudad y su comprensión: en
virtud de la comisión conferida a don Nicolás Herrera, con fecha Cerro,
diciembre 10 de 1820 por el señor don Juan Antonio Álvarez de Are··
nales, coronel mayor de los ejércitos de la patria y jefe general de la
división Vanguardia del ejército libertador del Perú para que hiciese
jurar la sagrada independencia, perseguir a los derrotados, y elegir juez.
En cuya virtud y autorizado por esto procedí en dicho día a dar cum-
plimiento al nuevo oficio que recibimos del alcalde mayor del Cerro de
Yauricocha don Ramón de Arias; con los diputados que remitimos los
cabildantes de esta; que convocando los vecinos honrados se procediese
a la elección de alcalde mayor y comandante militar, lo que se verificó
en junta y sala llamada capitular, en la que fuí nuevamente reelecto
por todos los circunstantes, para continuar de alcalde mayor gobernador
de la patria en propiedad, ya por estar electo por dicho comisionado,
cuanto por ser del agrado de todos. Seguid~mente procedieron todos a
la elección de comandante militar y lo hicieron en la persona de don
José Figueroa, casi por pluralidad de votos, y se concluyó dicha elección
con sumo júbilo de todos los habitantes de esta ciudad, y la firmaron
conmigo los dichos que componían el Ayuntamiento. Eduardo Lúcar
y Torre, José Figueroa, José Valdizán, Pedro Antonio Echegoyen,
Melchor Bazaldúa, Joaquín Chacón, Cayetano Arteta, Pedro Nolasco,
María del Monte, Antonio Silva, Eduardo Gonzales de Salazar, Gui-

5 Manus. Bib. N ac. de Lima. D. I. B. M. y O. R. cit. - Copia en "Huánuco y la


Independencia'', por Aníbal Gálvez. "La Prensa", 13 de febrero 1921, p. 7. Documento
No 5. Oficio del alcalde mayor del partido de Yauricocha al ayuntamiento de la ciudad de
Huánuco, relacionado con la llegada de los comisionados y con el nombramiento de auto-
ndades.
Plano parcial aéreo de la ciudad de Huánuco. 1950.

Altar Mayor de la Iglesia de San Francisco, de Huánuco. Muestra de la arquitectura colonial


de tipo barroco-americano. (En el lado izquierdo -epístilo- está la tumba del Capitán
Gómez Arias Dávila, Conqui stador de R upa-R upa.) (Sel vas de la Amazonia, 1559-60.)
r

Un á ngu lo de la Plaza de Armas de Hu ánuco, a comien zos del presente siglo. ( Foto: Hita.)

Una de las viej.as calles de la ciudad de Huánuco, también a comi en zQs del sig lo XX. (Foto:
Hita.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 505

llermo Zevallos, José Beraún, Manuel Pardo, Manuel García, Josef


Coz, Nicolás Herrera, Comisionado, Manuel Millán, Ignacio Figueroa,
Blas Morales, Joaquín Ochoa, Vicente Hurtado, Ignacio Prado, Pedro
de Silva, Pedro Cañoli, Tadeo Rosas, José Ponce, Pedro Sánchez,
Sebastián de la Peña, Pedro Guerrero, Manuel Rojas, José de Abarca,
Juan Manuel Ortega, Rudecindo López, Antonio Bidante, José An-
tonio Rodelas, Manuel Carrillo, Mariano Sánchez, Manuel de la Rosa
Molero, Tomás Briceño, Fernando Rojas, Juan de Mena, Nicolás Ramí-
rez, Juan Sánchez firmó por la elección del Comandante José Tiburcio
Roldán, Manuel Bardiales, Pedro Zavala, Pedro Rivera, Sebastián Pérez,
José Navarro, Manuel León, Manuel Rojas, José Ovidia, Esteban He-
rrera, Andrés Oyarriézaga, Lorenzo Palomino, Manuel Loreña, Manuel
Sanca Cruz, José Caballero, Pedro Tranguez, Luis Suárez, Manuel
Herrera, Matías Tafalla, Antonio Berrospi, Agustín Caballero, Manuel
Estrada, Matías Briceño, José Antonio Santa, Basilio Medrano, Viterio
Noreña, Manuel Ponce, Mariano Véliz, Pedro Celestino Tello, Antonio
Tafur, Santos Bibaraz, Mariano Prado, Juan de Dios Mejorada, Andrés
Egoávil, Narciso Tafur, Joaquín Ailey, Máximo Ruiz, Pedro Espi-
noza" 6 •
Este acto cívico del pueblo huanuqueño, fué reafirmado en 5 de
junio de 1821 por el Cabildo de la Ciudad, y en cuyo documento his-
tórico se recapitula también los anteriores acontecimientos, ya dichos.
"En la ciudad de Huánuco, a 5 de junio de 1821 de la Encarnación
de Nuestro Señor Jesucristo, y segundo de la Libertad del Perú: Es-
tando en las casas consistoriales los señores don José Miguel de Velazco,
teniente coronel graduado de ejército y gobernador político y militar
del partido, presidente; y los señores don José de Binia, don Guillermo
Zeballos, don José Manuel Echegoyen, don Juan Sánchez, don Mariano
Sánchez Chamorro, don Tomás Mori, don José Soria, don Joaquín
Ayesta y Ochoa, don Pedro Cañoli, don Antonio Silva, don Pedro
Rodríguez y don Joaquín Becerra, alcaldes ordinarios, alguacil mayor,
alcalde provincial decano, regidor y síndicos procuradores, expusieron
unánimes: Que desde el dichoso momento, en que por orden del Excmo.
Sr. don José de San Martín, capitán general del ejército y Jefe del ejér-
cito Libertador del Perú y grande oficial de la Legión de Mérito del
estado de Chile, partió del puerto Pisco la división libertadora coman-

6 Copia Manus. Bib. Nac. Lima. B.I.B .M . , O.R . D. 8591. - Reproducido en "Huá-
nuco y la Independencia", cit., "La Prensa'', Lima, domingo 13 de febrero, 1921. Documento
No. 6. Acta del cabildo abierto celebrado por el ayuntamiento de la ciudad de Huánuco
para elegir alcalde mayor y comandante militar.
506 HISTORIA DE HUÁNUCO

dada por el Sr. mayor coronel don Juan Antonio Álvarez de Arenales,
con dirección hacia las provincias interiores de la Sierra, fué remo-
viéndose rápida y sucesivamente en todas las ciudades, villas y lugares
de su glorioso tránsito, el obstáculo de la fuerza armada en que única-
mente ha apoyado el gobierno español su dominio tiránico en la Amé-
rica del Sud por el dilatado tiempo de cerca de tres siglos; hasta que
enarbolándose el estandarte de la libertad en el Cerro mineral de Y au-
ricocha, quedó esta benemérita ciudad bajo la inmediata protección de
las armas libertadoras de Su Excelencia, y por consiguiente en plena
libertad para deliberar sobre su futuro destino; Que a consecuencia
de estos acontecimientos el Sr. don Eduardo Lúcar y Torre que a la
sazón se hallaba desempeñando la funciones de juez real y subdelegado
de este partido tuvo a bien convocar repetidas veces en Cabildo abierto,
considerable número de ciudadanos, con el laudable fin de que pres-
tasen sus votos acerca del Partido que debía abrazar, en tan críticas
circunstancias, sin ofensa a la jtisticia y ,sin el menor ultraje del decoro
de esta ciudad; Que reunidos en estos términos el Pueblo y los indivi-
duos del ilustre ayuntamiento real, era de presumir que habiéndose
sujetado al examen y discusión de todos el punto gravísimo de que si
en aquellas circunstancias correspondía o no a dicha ciudad en parti-
cular el derecho de insurrección que hasta aquí nadie ha podido disputar
racionalmente a la América en general, se hubiese resuelto, como en
efecto se resolvió por medio de los sufragios de la mayo; parte de los
concurrentes, y por consentimiento tácito de toda la población que ya
era tiempo de que la benemérita ciudad de Huánuco se emancipase
para siempre jamás del dominio español sujetándose provisionalmente a
las órdenes y subordinación del Excmo. Sr. capitán general hasta que
poniéndose el último sello a la libertad de la patria con la sangre de sus
hijos, se constituya libremente el estado americano, y se establezca un
gobierno firme y duradero que por medio de una legislación justa y
equitativa, pueda labrar la felicidad de la generación presente y de la
posteridad americana; a fin de que de ese modo cesen los ultrajes y
vejaciones que por tan largo tiempo ha sufrido esta dicha ciudad de
parte de los mandatarios del gobierno español, que hollando vilmente
sus más sagrados derechos, la han tenido empeñada en la actual guerra
injusta y destructora, igualmente que al resto de la América contra la
voluntad de los pueblos, y sin otro interés que el de perpetuar en estos
vastos dominios la usurpación de los señores reyes de España, y de sos-
tenerse ellos mismos en el rango de sus elevados empleos, a costa de la
inocente sangre de los americanos y por medio de los crímenes y ho-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 507

rror que, como es notorio se han cometido por todas partes desde el
momento en que la América proclamó sus legítimos derechos, que no
han podido ser sofocados por ningún poder humano hasta esta fecha;
Expusieron igualmente que antes de haberse dado este paso tan impor-
tante se enviaron dos diputados que lo fueron don Ignacio Prado y
don José Abarca, cerca del expresado Sr. coronel mayor don Juan An-
tonio Álvarez de Arenales para que se dignase admitir bajo la protección
del ejército libertador del Perú a esta mencionada ciudad que estaba ya
resuelta a firmar, si fuera necesario con su sangre, el acta de su inde-
pendencia, a cuya solicitud accedió gustoso el jefe libertador; Que en
seguida se procedió al nombramiento de un jefe político y comandante
de armas interinos que lo fueron el expresado señor don Eduardo Lúcar
y el señor don José de Figueroa; Que habiéndose extinguido el cabildo
real por el imperio de las circunstancias o en virtud de algunas órdenes
que se ignoran, fué restablecido bajo la nueva forma que hoy tiene
por el Sr. Mariscal de Campo D. T oribio de Luzuriaga, presidente de
este departamento. Y que, por último, absuelto· de su empleo el men-
cionado señor don Eduardo Lúcar, se le mandó expedir el título de Go-
bernador por el Capitán General al señor don José Miguel de V elazco,
que finalmente gobierna en el día. Hecha la relación circunstanciada
que antecede pasó al ilustre ayuntamiento a la escrupulosa averiguación
de la existencia de los documentos justificativos de todo lo obrado en
obsequio de la patria, y no habiéndolos encontrado ni en los libros de
sus actas ni en otra parte alguna tuvo a bien ordenar a pedimento del
señor regidor decano don Mariano Sánchez Chamorro, se pasasen los
correspondientes oficios al señor gobernador actual, teniente coronel
D. José Miguel de Velazco y al absuelto don Eduardo Lúcar, a fin de que
se sirviese remitir a la mayor brevedad todas las diligencias obradas, para
que, teniéndolas a la vista su señoría, pueda resolYer lo más conveniente
a la felicidad de esta ciudad y del Estado. Con lo cual se concluyó esta
Acta que firmaron dichos señores, conmigo el Secretario, que certifico.
José Miguel de Velazco, Guillermo Zevallos, José de Binia, José Manuel
Echegoyen, Mariano S. Chamorro, José Soria y Marín, Juan Sánchez,
Tomás Mori, Pedro de Cañoli, Antonio Silva, Joaquín Ochoa, Pedro
Rodríguez, Primer Síndico Personero, Joaquín Chacón Becerra, Se-
gundo Síndico, Melchor Espinoza, Secretario" 7 •

7 Manus. Bib. Nac. de Lima. D. l. B. M. y O. R. cit. Reproducido en "Huánuco y la


Independencia", cit. "La Prensa", Lima, 13 de febrero, 1921. Doc111111mto No. 3. Acta de 5
de junio de 1821, en que se hizo constar el gran suceso de la rebelión y proclamación de la
In¿ependencia de Huánuco.
508 HISTORIA DE HUÁNUCO

Así Huánuco y su jurisdicción -Huamalíes y Panatahuas- quedó


incorporado, por voluntad de sus hijos, al territorio y gobierno del
Perú independiente. Y para sostener, con las armas, la causa de la Li-
bertad, se organizaron los .. cívicos" o milicianos y las guerrillas o ••mon-
toneras", armados y sostenidos, casi en su integridad, con el aporte del
pueblo todo de la ciudad y provincias. Estos cuerpos, en especial las
.. guerrillas de paisanos", desde 1821 a 1824, desplegaron acción activa
e ininterrumpidamente; ya atacando a las avanzadas de las tropas realis-
tas, cortando sus comunicaciones, asaltando sus bastimentos, capturando
a sus colaboradores, o ya sirviendo de espías para obtener datos de sus
efectivos y el movimiento del enemigo; y, sobre todo, cubriendo el
frente y flanco de las tropas patriotas. Estas tropas auxiliares o de
choque estuvieron a órdenes del Coronel Francisco de Paula Otero 8 ,
General Toribio de Luzuriaga y General Guillermo Miller, quienes tenían
el mando y facultad de organizarlas en la región del centro del Perú.
8 Francisco de Paula Otero nació en Jujuy, Argentina, el 2 de abril de 1786. Optó
la carrera militar -1807~ que la abandonó para dedicarse al comercio en el Alto Perú
y luego en el Perú, donde se le encuentra, en la ciudad de Tarma, el año de 1817. Matri-
monió con doña Patronila Abeleyra en 1820, año en que ejercía la Presidencia del Depar-
tamento de Tarma por nombramiento del jefe patriota Alvarez de Arenales, cuya causa
abrazó con fervor. Fué organizador del 'IBatallón Huánuco'', Jefe de las Guerrillas de la
Sierra Central, Jefe del "Batallón de Infantería del Perú N 9 l '', con el que asistió a las
campañas de Junín y Ayacucho, con el grado de Coronel concedido por Decreto de 31
de enero de 1822. Ascendió a General de Brigada en 26 de diciembre de 1824. Concluída
la Guerra de la Independencia fué Prefecto de Arequipa: de 15 de enero de 182 5 a 15
de mayo de 1826. Opuesto a la política de Bolívar, fué desterrado por éste; regresando
s-Olo cuando el Libertador abandonó el Perú. Nombrado Prefecto de Junín por el General
La Mar, fué brillante su labor en aquel Departameno. Aquó a favor del General Orbegoso
cuando el levantamiento de Bermúdez contra el gobierno del primero. Producida la Confe-
deración Perú.:Boliviana, fué partidario de Santa Cruz, quien lo nombró Comandante General
de los Departamentos del Norte. Disuelta la Confederación, después de la batalla de Yungay,
por orden de Gamarra fué borrado del Escalafón Militar, juntamente con los Generales
Miller, Necochea, Riva Agüero, Bias Cerdeña, Orbegoso, Nieto y otros; y desterrado al
Ecuador, de donde pas-0 a Chile. El General Vida! 'Y el Mariscal Castilla lo rehabilitaron;
ordenando se le abonase sus sueldos devengados. Vuelto del destierro se estableció en
Tarma, dedicándose a la agricultura y a la minería. Falleció en aquella ciudad el 13
de abril de 1854, a los 68 años; ante el afecto y la admiración del pueblo, por ctt;ya
causa libertaria luchara con fervor cívico. - (Copiemos la Proclama lanzada por Francisco
de Paula Otero, cuando fué destinado a la formación del "BatalJ.ón Huánuco"): "Huánu-
queños: La Patria mirando con goso vuestro entusiasmo y empeño en sus triunfos y vic-
torias dispone que en sus filas aparesca un Batallón con vuestro propio nombre; acci-On
á la verdad que manifiesta el alto aprecio con que os m~ra, y que coloc'andoos en el
rango de los héroes hase inmortal vuestra memoria, y os ofrese un renombre distinguido.
Oíd a vuestros tiernos hijos que con sus balbusientes labios os clisen que ausilieis á su dicha
madre Patria. Escuchad las encantadoras voses de vuestras caras Esposas, os piden las libreis
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 509

Como veremos en líneas subsiguientes, fué notabie la contribución


de Huánuco, tanto en hombres como en múltiples recursos económicos,
para la campaña que culminó en Ayacucho, y particularmente para la
batalla de Junín.
Producida la primera expedición de Álvarez de Arenales, que hemos
anotado, este jefe patriota dejó al fraile mendocino Sargento Mayor
José Félix Aldao y otros oficiales para que, a la vez que levantasen y
adiestrasen guerrillas, esparciesen las ideas libertarias en el actual terri-
torio de Junín y limítrofes de Huancavelica, Huánuco y Ancash. Gra-
cias a esta obra de Aldao y demás que despertó el fervor cívico, se or-
ganizaron las primeras guerrillas que se enfrentaron a las tropas realistas
mandadas por Ricafort y Carratalá; y se instalaron las primeras auto-
ridades político-militares nombradas por el General San Martín. (Así
el 23 de diciembre de 1820, don Eduardo Lúcar y Torre fué designado
Gobernador Político y Militar de Huánuco, y el Teniente Coronel ar-
gentino don Manuel Rojas, de Paseo.)
Lúcar y Torre, en febrero de 1821, reclutó 100 hombres y luego de
instruirlos, con la ayuda de algunos oficiales, los envió a don Anacleto
Benavides, jefe patriota que operaba en Cerro de Paseo. Algunos de éstos
fugaron en el trayecto, inducidos por el Cura realista de Tomayquichua
don Francisco Gonzales Vía, secundado por Jorge Durán, que realizaba
campaña adversa a la causa patriota en la quebrada de Chaupihuaranga.
Semanas más tarde, Lúcar y Torre despachó otro contingente a T arma,
para reforzar a los hombres de Otero que se hallaban apremiados en
aquella provincia.
Sustituído Lúcar y Torre por don Mariano Sánchez y Chamorro, a
quien el Presidente de Huaylas General Luzuriaga nombró, en 24 de
octubre de 1821, Comandante Militar de Huánuco, como se expresa en
el acta trascrita. Esta autoridad secundada por don Joaquín de Ochoa y

de aquel adusto seño con que una nación insensible al atractivo del hermoso y vello sexo
le han privado por tres siglos del imperio y poderío que le dió la naturaleza consediéndole
un dominio irresistible con el corasón del hombre. Ya és tiempo que mostreis al mundo
todo cuanto es el valor de un hombre libre; ya podeis vanagloriaros de que los efectos
de vuestros .sudores y fatigas no son para fomentar la criminal ambic.ión de orgullosos domi-
nadores; y que sólo sirven para vosotros mismos. La ronca vos del parche 'Y la corneta
os convocan á los campos de Marte. Allí las coronas de Mirto y laureles os aguardan para
señir vuestra~ sienes. Sería vergonzoso, que al distribuir los premios debido al valor y cons-
tancia del Batallón Huánuco, no aparesiesen en él l~ hijos del país . Oponed vuestros recelos,
que el que pelea en defensa de los Pueblos nunca pierde de vista el bien de cada uno de
sus habitantes. El interés universal exige sacrificio, y mi cora~ón se llena de placer con-
templando que son dósiles á las voses de vuestro amigo y paysano .__ Francisco Otero."
(Manus. Bibl. Nac. de Lima, F. 533.) (Raúl Ri..-era Serna: "Los Guerrilleros del Centro en la
Emancipación Peruana", p. 142.)
510 HISTOR IA DE HUÁNUCO

don Melchor Espinoza, reclutó · 130 indígenas, los que bajo órdenes del
Comandante Militar don José María Marín, marcharon a Lima para
incorporarse al Ejército Patriota. ·
Abandonado el Cerro de Paseo por las tropas de Álvarez de Are-
nales, después de la segunda expedición militar de este patriota argen-
tino a aquella zona ( 1822); Otero incursionó. a aquel centro minero.
Pero los realistas marcharon a dicha loc~lidad y la ocuparon con 400
hombres; ~eniendo que retirarse Otero. y sus guerrillas por la ruta de
Chaupihuaranga con dirección a Huánuco. Amenazada esta ciudad, el
Cabildo en "4 de diciembre de 1821 dictó medidas para conjurar dicha
amenaza y auxiliar al jefe patriota que lo solicitaba. En efecto, entre
otras medidas se dispuso el ~copio de víyeres, la requisa de g;n~dos y
la formación de. u~ batallón de dyicos. Este cuerpo, al ~ando de Ig-
nacio Prado y José Espin~za, )/ las tr~pas de Otero; acometieron cerca
a Ambo al enemig~; siendo derrotados al . n~ ser oportunamente aux°i-
liados por don Jacinto del.Risco· que, desde niediad~s. de octubre, ac-
tuaba en Hua~alíes como Com~ndante de Guerrillas.
Pese al revés de .Ambo, .al conocerse, en enero de 1822, el avance
hacia ~l ~rro' de P~sco dd realista Lóriga, se formó en Huánuco nueva
fuer.za, previo gasto de 300 pesos oro; la que, a órdenes de Guillermo
Zevallos, Manuel Albágui, Ignacio Prado y José Espinoza, operó en la
ruta del Cerro. En tanto que, Buenaventura Gómez, por el mes de fe-
brero.~ organizaba partidas en los pueblos de Huánuco para enviar un
contingente de 200 hombres a Otero, que, por junio de dicho año
( 1822), había sido nombrado Comandante General de las Partidas de
la Sierra, y operaba por la ruta de Canta.
Aparte de las guerrillas, tanto de las que estaban bajo las órdenes
de Jacinto del Risco, como las que obedecían a Custodio Álvarez,
Cirilo Correa, Manuel Cevallos -que amagaban desde Huarautambo,
Huallanca, Jesús, Baños y Yanahuanca, Huariaca y Ambo--, se formó
el «Batallón Huánuco", con cuartel general en dicha ciudad, y que
desempeñó un importante papel. El Coronel Francisco de Paula Otero,
secundado por el capitán Joaquín Debausa y Jacinto del Risco, fué
quien lo organizó, obedeciendo órdenes del Ministro de Guerra don
Tomás Guido. Esta tropa armada por el Ministerio de Guerra y el
Presidente de Huaylas, alojada y sostenida por los vecinos de Huánuco
y con una plana de oficiales de la Legión Peruana para su adiestra-
miento, constaba de 700 hombres en los primeros mcs~s de 1823, in-
cluyendo 100 hombres de caballería que se denominó Compañía' de
Dragones de la República.
E.MANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 511

A comienzos de mayo de 1823, el "Batallón Huánuco", al mando


de Otero, emprendió campaña por la ruta de Huariaca, l~grando de-
tener a las avanzadas enemigas. Al regreso de esta campaña fué descu-
bierta por Otero y Debausa, gracias al aviso de los sargentos Manuel '
Morales y José Cárdenas, la conspiración preparada por clases del
cuerpo, los que fueron apresados y juzgados por una Corte de Guerra,
la que declaró culpables a ~os sargentos José Martínez Luco, Juan Conde,
Feliciano Vicente de la Peña, Juan Manuel Torres, y cabos Narciso Rojo,
Ignacio Aguírre, Lucas Otero, José Lino y Carlos Márquez, los que
fueron ' fusilados el 16 de abril, a las diez, de la ·mañana. Los confabu-
lados, pretextando que estaban impagos de sus haberes y que sufrían
ele alimentos, tenían el plan de asesinar al Coronel Otero, Jefe del
Batallón, y' colaboradores. Atentado qué mereci<? el repudio del pueblo,
ya que si bien no se les había abonado un mes de h~ber, "comían bien",
porque todos los vecinos de la ciudad proporcionaban socorros semanal-
mente.
Después de este acontecimiento, Otero a la sazón nombrado Presi-
dent~ del Departamento de Tarma, dejó el m~ndo . del Batallón al Sar-
0

gento ' Mayor Pedro .Barrón, al .que asesoraban 11 oficiales, entre ellos
Debausa como segundo jéfe.
El "Batallón Huánuco" salió en los primeros días del mes de julio
con dirección a T arma, llegando a Quirupuquio, donde engrosando a
las tropas mandadas por Francisco Vidal, }:.1.arcelino Carreño y las par-
tidas de Ulcumayo, Y anic y Acancocha, debían atacar a los realistas
en sus posiciones de Tarma. Producida la ac'ción cerca a dicha pobla-
ción, luego de ligeros encuentros fav~rables a los patriotas, éstos fueron
derrotados por la falta de un plan debidamente trazado, la discordia
surgida entre algunos jefes y los falsos informes proporcionados por el es-
pionaje; pues las tropas realistas eran de línea y no "montoneras'', como
se afirmó. El "Batallón Huánuco", sorprendido en el Callejón de Macón,
sufrió la defección de gran parte de sus efectivos y la de su jefe Barrón,
abandonando un pequeño cañón en el campo. Salvaron el honor de
dicho cuerpo el capitán Debausa y los oficiales Hurtado, Argumedo,
Tomás de la Fuente, Peña, Muñoz, Morales. (Barrón, a su regreso de
la derrota de Macón, mostró en Huánuco una afrentosa conducta,
dedicándose a la embriaguez y al juego, hasta que fué apresado y
juzgado.)
Transcurrido un tiempo del desastre de Macón, reor.s;:mizóse el
"Batallón Huánuco'', gracias al empeño personal del Coronel Otero y los
esfuerzos del ·capitán Debausa; completando sus efectivos y d ándoles
512 HISTORIA DE HUÁNUCO

mejor disciplina y atención; y teniendo siempre como sede la ciudad de


dicho nombre, desde donde salía para sus incursiones al Cerro y Bombón.
(La rivalidad surgida entre Sucre y Riva Agüero o, mejor, la de
los jefes y tropa peruanos y grancolombianos; tuvo también repercusión
en Huánuco). Pues, el bravo soldado Vidal, organizador de las guerrillas
en Canta y Y auyos, dicho año de 1823 se trasladó a Huánuco por orden
de Riva Agüero y se proclamó por éste. Apresado Riva Agüero, Vidal
dejó sus tropas a un subalterno y se internó en las montañas, donde lo
apresaron los indios panatahuas y lo condujeron a Huánuco, entregán-
dolo al Comandante General del Departamento don Francisco de Paula
Otero, quien lo mantuvo en prisión hasta la llegada de Sucre a aquella
ciudad, que le dió libertad, en justo mérito de su lealtad a la Patria;
dirigiéndose luego a Lima, donde se puso a órdenes del Gobierno pa-
triota (febrero de 1824) 9 •

Como bien sabemos, invitado por el Congreso del Perú, Bolívar


arribó a Lima el lQ de setiembre de 1823. Por razones de táctica militar y
de salud, el Libertador se estableció en Pativilca y luego se trasladó a Tru-
jillo, ciudad que hizo la capital provisional de su gobierno dictatorial.
Organizados los primeros cuadros del Ejército Patriota y trazado el
plan de la campaña militar que se iba a emprender, cual era atacar a los
realistas en sus desplazamientos del valle de Jauja; estableció, final-
mente, su Cuartel General en la ciudad de Huarás, en la rica región
del Callejón de Huaylas y lugar equidistante de los departamentos
que le obedecían. Pues, las fuerzas patriotas se escalonaban desde Caja-
bamba hasta Cajatambo, con cuerpos de obseryación hasta Huánuco.
Cuerpos éstos que estaban auxiliados por las guerrillas, las que cuí-

9 Los documentos de los que nos hemos valido para bosquejar la acción de las guerrillas
-y el aporte de Huánuco para la causa de la libertad, aparte de los trascritos, son: Cartas
de Anacleto Benavides a don Francisco de Paula Otero, Cerro, 2 y 14 de febrero, 1821; C. de
Tomás Guido a Francisco de Paula Otero, Lima, 11 y 19 de febrero, 1823; C. de Francisco
de Paula Otero a Ramón Herrera, Huánuco, 16 de abril, 1823; C. de Joaquín Debausa al
Jefe del Ejército, Huánuco, 28 de julio, 1823; C. de Feo. de Otero al Encargado del
·Mando, Huánuco, 1 de agosto, 1823; Oficio de Sucre al Secretario del Libertador, Pativilca,
8 de marzo, 1824·; Oficio de Sucre a Feo. de P. Otero, Huarás, 2 de mayo, 1824. (En Ma-
-nuscritos de la Biblioteca Nacional de Lima. Departamento de Investigaciones Bibliográficas,
Manuscritos 'Y Obras Raras.) - Oficies del Presidente de Huaylas don Remigio Silva al
Ministro de Hacienda, Huaraz, 26 de mayo y 7 de julio, 1824. Ministerio de Hacienda, Ar-
chivo Histórico. O. L. 73-142 Y O. L. 72-146. En el primero de dichos oficios se expres 11
·que del monto de los pesos recaudados de los habitantes de Huaylas, se dispuso "para auxiliar
.al «Batallón Huánuco> con 3.000 pesos en efectivo y 1.117 varas de pañete".
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 513

daban los pasos estratégicos que conducen de la sierra del centro a Lima
y evitaban las incursiones del enemigo para ocupar zonas ert que los
cuadros patriotas preparaban a las tropas, cubriendo el frénte y el flanco
del Ejército Libertador.
De aquí que, en los años 1823 y 1824, fueran más intensas las acti-
vidades de las guerrillas huanuqueñas, y más urgente la cooperación
de sus pueblos.
Bolívar acordó en Huamachuco, en Junta de Guerra, abrir la
campaña por la ruta de Huánuco, previo paso de la cordillera que se-
para este departamento del de Ancash, que era la parte más difícil de
vencer. Por eso ordenó se tomase las medidas más adecuadas, tales co-
mo: activar el servicio de espionaje --efectuado por las partidas-·-,
proceder a la ocupación del territorio de Huánuco, realiz-ar el acopio
de bastimentos y dinero, etc.
Sucre, en cumplimiento de tal mandato, se constituyó en Huánuco
y jurisdicción, donde permaneció del 11 de enero al 6 de febrero, 1824.
A la vez que estudiaba la ruta que debía seguir el Ejército Libertador,
dictó diversas providencias. Entre ellas, que el batallón "Bogotá" se
acantonase en Huamalíes; que las autoridadas remitiesen a Trujillo
las alhajas de oro, plata y piedras preciosas de las Iglesias de Huánuco y
Huamalíes, para depositarlas en aquella ciudad; en 8 de marzo, que el
Prefecto de Huánuco excitase el celo de los ciudadanos y su sacrificio
en aras de la Patria; en 15 de marzo, que el Coronel Otero permaneciera
en Huamalíes al mando del Batallón de Infantería NQ 1 y se acantonase
en Huánuco a Los Húsares, con instrucciones de sólo ob1>ervar los mo-
vimientos del enemigo, sin comprometerse en acción alguna; que se
alistara 6 mil raciones en la vía de Baños-Lauricocha-Pasco y Pachas-
Huánuco, y las raciones en grano para los caballos; que se arreglase los
caminos, particularmente de la ruta Huallanca, Jesús, Yanahuanca y
Huánuco, que era la que debía seguir la caballería, y que las autoridades
de los pueblos de Huamalíes realizaran el acopio de papas, maíz, quinua
y cuidasen los alfalfares.
_ También, solicitado por Sucre, el "Batallón Huánuco" marchó a
Huarás, en junio 'de 1824, para sumarse al grueso de las tropas patriotas.
Previo a iniciarse la campaña, el General Miller, Comandante Ge-
neral de la Caballería del Ejército Libertador, fué nombrado por Bo-
lívar para hacerse cargo de las guerrillas distribuídas de Huánuco a
Y auli; y quien, para cumplir su misión, salió de Huarás en 13 de junio,
rumbo a Huánuco, a donde llegó, en compañía del Coronel O'Connor
y otros jefes; y de aquí pasó al Cerro de Paseo, por Huariaca, seguido
514 HISTORIA DE HUÁNUCO

por las tropas del Ejército que acamparon en los pueblos, distantes de
la ciudad 10•
Según el plan de ofensiva trazado por Bolívar, el Ejército Patriota
fuerte de 9.000 hombres de las tres armas, debía recorrer 60 leguas (300
kilómetros) de puna y cordillera en las provincias de Huamachuco,
Huaylas, Conchucos, Huamalíes, Cajatambo, Huánuco y Paseo, hasta
Bombón, para atraer al ejército realista que estaba en Jauja.
En. efecto, el 19 de junio las divisiones del Ejército Patriota se pu-
sieron en campaña con dirección al Cerro de Paseo. La marcha se realizó
por uno y otro lado de la Cordillera Blanca, de las de Huayhuash, Lau-
ricocha y otras, siguiendo las direcciones en que se hallaban orientados los
principales núcleos de las tropas. (El,paso de las cordilleras fué muy pe-
noso, pese a las precauciones tomadas para amenguar las dificultades) 11•

10 Respecto al ingreso de Sucre a Huánuco, dice O'Connor: "Llegó el General en Jefe


a Huánuco, pueblo de muy buen t·emperamento, aunque cálido; sus fronteras son extremada-
mente fértiles y producen además de buen café, todo lo necesario para la subsistencia. El
General Sucre se alojó con sus ed·ccanes en casa de un rico hacendado español; y yo en una
casa en la plaza. Los cuerpos de ejército no entraron a Huánuco,. hicieron alto en los pueblos
antes de llegar, pero distantes •.. descansando algunos días. (Recuerdos de Francisco Buráett
O'Connor, p. 110.) - Informémonos, por el propio General Miller de las armas y vestimentas
de las guerrillas o montoneros que, reunidos en las pampas dd pueblo de Los Reyes, lo esperaban,
en formación de batalla, deseosos de felicitar a su nuevo jefe. "Unos estaban montados en mulas,
otros en caballos, algunos llevaban gorras de piel de oso, otros cascos, otros morriones, y
muchos tenían sombreros gachos de lana de vicuña; algunos tenían plumas, pero la mayor
parte no llevaban plumaje. Sus trajes no eran menos variados; chaquetas de húsar, casactas
de infantería y pellizas encarnadas, quitadas a los realistas muertos, estaban entremezcladas
con los uniformes patriotas. A éstos d!eben añaditjse pantalones de mameluco, otros ajustados,
con campana y cuchillos corridos de piel, calzones cortos, sandalias, y sin zapatos, pero todos
estaban uniformados con una prenda. Cada individuo tenía poncho, que llevaba en la forma
usual, o liado alrededor de la cintura, en forma de faja, o colgado fantásticamente del hom-
bro; tampoco había ninguno que dejase de llevar lazo. Sus armas tenían la misma diversidad;
fusiles, carabinas, pistolas, espadas, bayonetas, sables, grandes cuchillos y lanzas o picas eran
las armas con que el azar había armado ya a uno, ya a otro de ellos, pero las cuales mane-
jaban en el combate con terrible efecto. El comandante de ellos, el capitán •. ., que había
sido nombrado en consideración a sus particulares hazañas, iba armado con una pistola, una
qarabina y una larga espada recta que había quitado a un coronel español, a quien mató
en combate singular, y llevaba una chaqueta de un trompeta, llena de arrumacos, y un poncho
semejante al de los oficiales. Cuando Miller se les acercó, se adelantó el capitán a recibirle,
y le saludó marcialmente con su toledana. Miller entonces le contestó cortésmente y pasó a
caballo, por frente a la línea, y después de haber sobrepasado la última hilera, le sorprendió el
¡¡;umbido de las balas de la salva que hicieron todos los que tenían armas de fuego; lc:>s cuales,
no teniendo cartucho sin bala, no escrupulizaron en disparar con ella para hacer su saludo."
Memorias del General Guillermo Miller al servicio de la República del Perú. Traducidas al
castellano por el General ToRRIJOS, T. 11, Capt. XXIII, p. 122.
11 A fines de mayo, antes de comenzar la marcha al Cerro de Paseo, las tropas liber-
tadoras estaban distribuídas en la siguiente forma: "«El Batallón de la Legión», los bata-
llones 1, 2 y 3 y las seis piezas peruanas de artillería, que formaban toda la arltillería del
ejército, constituyendo la «División de La Mar», se encontraban acantonadas en 'cajabamba
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 515

"La División Peruana" o "División de La Mar", que había estado


acantonada en Cajabamba y Huamachuco, llegó a Huaylas y Huarás y
cruzó la Cordillera, siguiendo luego la ruta de Olleros y Chavin, para
proseguir marchando al Sur, rumbo a Lauricocha, para terminar en la
jurisdicción de Y anahuanca.

'Y Huamachuco. En este lugar se hallaban también el «Regimiento Húsares del Perú». ~
Los batallones colombianos se hallaban escalonados desde Huaylas hasta la regi-On de Caja-
tambo, a lo largo del Callejón de Huaylas, ocupando los lugares siguientes: -en Huaylas y
Carás, los batallones «Vencedor» y «Rifles», respectivamente; -en Aquia el Batallón «Var-
gas», con orden de efectuar correrías hasta Canta para llamar la atención de los realistas
por ese lado; --en Chiquián, «Voltígeros» y «Pichincha» para continuar hacia Cajatambo;
--en Huari, el batallón «Bogotá»; --en Carás y Yungay, respectivamente, los «Húsa·res»
Y los «Granaderos de Colombia»; en Carás acantonaron los «Granaderos de los Andes»,
junto con la caballería colombiana, ya mencionada. -Finalmente, el batallón «Caracas»,
desembarcado en Santa: por Huaylas, Huaras y Chavín •.. Historia Militar del Perú, por
CARLOS DELLEPIANE, T. I, p. 201. ~ VICENTE LECUNA: Papeles de Bolívar y Obras C01n.-
pletas de Bolívar, ps. 48, 892, 911, 920, 947, 957. - Los ,.sufrimientos que soportaron las tropas
libertadoras al atravesar las cordilleras de Ancash y Huánuco, nos relata el propio General
Miller. "La inmensidad de trabajos y dificultades para hacer transitables los caminos o más
bien sendas por barrancos tan profundos y a lo largo de tales precipicios, pueden juzgar
únicamente por los que han atravesado la más majestuosa cordillera de los Andes ... Las
divisiones del ejército libertador atravesaron la cordillera generalmente, a la distancia de un
día de marcha una de otra ... Las sendas pendientes y resbaladizas que bajan rápidamente
de los peñascos, únicos puntos donde puede ponerse el pie en los parajes escabrosos de
los Andes, son tan estrechas, que hacen el paso sumamente trabajoso, y no permiten ir
sino a la desfilada. La única fila en que las tropas marchaban se extendía algunas veces infi-
nito, por los malos pasos formados por quebradas profundas o hundimientos en las sendas,
por rocas salientes ... Estos obstáculos eran para la caballería aún mucho mayores, tanto
más, cuando oada soldado, además de la mula que montaba, llevaba un caballo de mano
para montarlo únicamente a la vista del enemigo ... Muchas veces tuvo que desmontar en
los malos pasos, y en tales casos los sables y las lanzas servían para aumentar sus dificultades.
- Sucedió, frecuentemente, que yendo la caballería a retaguardia no pudo llegar al punto de
su destino hasta caída la noche ... entonces todo~ tenían que desmóntar y llevar del diestro
a los dos animales confiados a su cuidado para evitar que se extraviasen o cayesen en alguno
de aquellos horrorosos precipicios. Algunas veces los hombres que iban a la cabeza de un
batallón continuaban siguiendo las orillas y ondulaciones de un torrente, en lugar de volver
repentinamente a derecha o izquierda sobre alguna roca inclinada por donde pasaba el ca-
mino, mientras que otros, cambiando oportunamente, seguían la senda verdadera. La línea
se extendía tanto que era imposible muchos claros, 'Y por tanto era muy fácil que ocurriesen
tales equivocaciones, aunque de trecho en treoho, estaban colocadas cornetas para marcar la
dirección. Muchas veces se oían llamar desde un barranco profundísimo a los que pasaban
por el borde de la cúspide de la montaña ... si el camino que llevaban era el verdadero ...
les contestaban las cornetas. El sonido repetido de las cornetas a lo largo de la línea rota
en mil parajes; las voces de los oficiales a sus soldados distantes, los relinchos de los caballos
y rebuzno de las mulas, hombres y animales ansiando llegar al sitio de descanso, producía un
extraño y espantoso concierto que retumbaba en la oscuridad de la noche en los imponentes
desiertos de los Andes ... hombres y animales sufrían en tales casos infinito, pues el termó-
metro estaba generalmente bajo cero, y algunas les sorprendieron fuertes nevadas." Memorias
del General Guillermo Miller, T. II, Capt. XXIII, p. 132. - O'Connor,, refiriéndose a esta
marcha, dice secamente: "El paso de la Cordillera de Jesús nos fué muy penoso". (Recuerdos,
etc., cit., p. 109.)
516 HISTORIA DE HUÁNUCO

Los batallones colombianos «Vencedor" y «Rifles", que habían es-


tado acampados en Huaylas y Carás, se dirigieron sobre Caina, en la
quebrada de Chaupihuaranga, pasando por Chavín de Huantar a las
tierras de Húamalíes: Huallanca, Baños, Cauri, continuando por Tapuc,
Jatun Yacan, Changos, Chacayán, Vilcabamba, Y anahuanca, donde lle-
garon el 14 de julio.
Los componentes del «Voltígeros" y «Vargas", de Aquia y Chiquián,
se dirigieron a Caja tambo, para arribar a Y anahuanca el 16 de julio. De
este lugar, reunidos ya con los otros batallones, continuaron para el
Cerro de Paseo. El mismo itinerario de los primeros, siguió el batallón
"Caracas", que todavía a fines de junio había desembarcado en Santa;
es decir, por Huaylas, Huarás y Chavín.
El batallón "Bogotá", que ocupaba Llata, desde diciembre de 1823,
y el escuadrón "Lanceros de la Victoria", se encaminaron, el primero
de Llata y el segundo de Huari, hacia Lauricocha. Mientras que los
cuerpos de Infantería del Perú, que venían "por el camino recto a Ca-
jamarca", acamparon en las punas de Colla y Taparaco, donde perma-
necieron unos días; en tanto el General en Jefe del Ejército se orientaba
de la posesión del enemigo comandado por Canterac y Carratalá que
ocupaba, como dijimos, el valle de Jauja. De Taparaco siguieron por

12 Este itinerario lo dió el General Gamarra, Jefe del Estado Mayor, en documento
cuyo tenor es como sigue: "Pachas, julio 9 de 1824. - Al Sor. Coronl. del Bat. n. 3. D.
Juan Pardo de Zela. - Sor. Coronl. - Habiendo dispuesto S. E. el Libertador qe. los Cuerpos
de Ynfantería del Perú se pongan. inmediatamente en marcha sobre la ciudad de Huánuco,
prevengo a V. S. verifique este movimiento. sin falta alguna el día (sic) doce corrte. por la
ruta que indica d Itinerario adjunto. - Acepte V. E. los sentimetos. de mi aprecio. - Agn.
Gamarra. - Itinerario de la Ruta que debe seguir el Batallón n. 3 hta. Huánuco. - De Obas
a Cha vinillo (Leguas) 5. - De Chavinillo a Chinchopalca 6 . .- de Chinchopalca a Huánuco
4. - Total: 15. - Pachas, julio 9 de 1824". - Gamarra. - Otra comunicación fechada en
Pachas, dice: "Al señor General en Jefe del Ejército Unido, Antonio José de Sucre. - Señor
General: - Acabo de recibir la apreciable comunicaci-ón de US., fecha 6 del corriente, y en
su contestación debo decirle, que en atención a hallarse todavía los cuerpos de este ejército
en sus respectivos cantones, el movimiento do ellos será para la ciudad de Huánuco, y se
empezará a verificar dentro de dos días. En su virtud, marcha hoy mismo un· oficial de con-
fianza, llevando oficio para el Gobernador de aquel punto, a fin de que prevenga las raciones
y cuarteles correspondientes para la tropa. - El parque que S. E. el Libertador mandó se
me entregase, aún no lo he recibido por no haber acabado de llegar alguna parte de él; y si
US. le parece, puede seguir su dirección al cargo del mismo Coronel Carreño, sacando yo
antes 80.000 cartuchos para que los cuerpos vayan completamente municionados y tenga ésa
menos carga que llevar. - Dígnese US. disponer que la comunicación adjunta pase al Liber-
tador, en la que doy parte del día en que me muevo y el J.1umbo que tomo, según US. me
lo previene, sin perjuicio de que por la vía de Huánuco remito otra comunicación igual. -
Sírvase US. admitir los respetos con que soy su atento servidor. Señor General. AgustÍn
Gamarra. - Cuartel General de Pachas, a 9 de julio de 1824". - (Gran Mariscal Agustín
Gamarra, Epistolario, ps. 13, 14.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 517

Obas, Chavinillo, Chicopalca y Huánuco 12 • De esta ciudad prosiguieron


al pueblo de Ambo, quebrada de Huácar y la de Chaupihuaranga hasta
Y anahuanca, para reunirse con las demás tropas.
"Los Húsares" o cuerpos de caballería de Huaylas pasaron a Hua-
llanca, para seguir por Baños, Jesús, Cauri y Y anahuanca, para terminar
en las pampas de Bombón.
Estos cuerpos de ejército, particularmente el batallón de "Infantería
NQ 3" o "Lanceros de la Victoria", mientras su permanencia en Hua-
rnalíes y Dos de Mayo, consumieron los ganados de la región; así los de
las Buenas Memorias, C apellanías y Obras Pías de la iglesia de Llata,
hasta 10.000 cabezas de lanar y 400 reses. Y fueron recibidos con al-
borozo por los pueblos por donde pasaron; los que contribuyeron con
sus avíos, comestibles y toda clase de recursos 13 •
Bolívar, con su Estado Mayor, por Olleros y Aguarniro, se dirigió a
Huánuco, días antes que las mencionadas tropas emprendieran marcha
a dicha ciudad. En efecto, el Libertador y su comitiva -en la que for-
maban el General Andrés Santa Cruz, Jefe del Estado Mayor, Faustino
Sánchez Carrión y otros, ingresó a dicha capital el 9 de julio de 1824.
El pueblo huanuqueño lo recibió lleno de júbilo, dando muestras de
su lealtad a la causa patriota. Se declaró varios días de fiesta en honor
del Libertador, corno de la oficialidad y tropa. Y se les ofreció corridas
de toros, saraos, etc. El Cabildo lo proclamó Hijo Preclaro de América,
y, tanto sus miembros corno sus vecinos, pusieron bajo sus órdenes sus
bienes y recursos para la prosecución de la campaña; engrosando, a su
vez, sus hijos los batallones del Ejército Libertador. El entusiasmo que
despertó Bolívar fué tan grande, que, muchos indígenas dieron sus tie-
rras para que, con sus alquileres, se ayudase a la bolsa de la campaña. Así
la comunidad del pueblo de Huácar, cedió sus tierras al Estado con
tal fin 14 •
En Huánuco, Bolívar expidió un decreto dictatorial borrando del
Escalafón Militar a 3 00 jefes y oficiales peruanos, que no habían aban-
donado Lima después de su ocupación por las tropas realistas, a raíz

13 Huamalíes Católico, por PABLO DE TARSO. Liara, agosto, 1910. "El Eco Huama-
liano". Documentos existentes en el Archivo de la Parroquia de Liara.
14 Por Decreto del Congreso de 1 de julio de 1828, se ordenó se "restituyese a la co-
munidad del pueblo de Huácar, las tierras que por el apuro de la guerra tenían cedidas al
estado, y que sus arrendamientos se aplicasen al sostenimiento de una escuela y a la reedifi-
cación de su Iglesia". La dación de tal decreto la gestionó don Gregorio Cartagena, en cuyo
expediente figura como personero de los comuneros. Colección de Leyes, Decretos, etc., por
MARIANO SANTOS DE QuIRoz, T. III, p. 99.
518 HISTORIA DE HUÁNUCO

de la expedición del 5 de febrero de dicho año de 1824 15 • En esta


ciudad apadrinó el bautizo de doña Buenaventura Echegoyen, hija del
ex-realista que había abrazado la causa patriota don Pedro Antonio de
Echegoyen, cuyo solar, donde se alojara el Libertador, estaba ubicado
en la esquina que ocupa hoy el local de la Prefectura. (Cuenta la tra-
dición de hechos anécdóticos de Bolívar en la ciudad de Huánuco y en
el pueblo de Huácar; aunque no están confirmadas por documento
fehaciente alguno) 16 .
Bolívar partió de nuestra u rbe, por la quebrada de Huariaca, rumbo
a Cerro de Paseo, en cuyas cercanías estaba ya el grueso de su ejército.

* >;. *

Entre los huanuqueños que se destacaron en las campañas de Junín


y Ayacucho, y a cuyas batallas asistieron, se cuentan a los coroneles

15 Decreto del Cuartel General de Huánuco, de 9 de julio de 1824. Colección de Leyes,


etc., cit., T. II, p. 33. - En relación con el aludido Decreto, noticia el ya nombrado O'Connor .
"Cerro de Paseo es un pueblo de temperamento muy frío, célebre por sus famosas minas de
plata ... El General Bolívar se alojó en una de las mejores casas del pueblo; el General Sucre
en Casablanca, y yo también con él. El Libertador quiso ver en formación todo su ejército
por primera vez y pasar una revista de todos los cuerpos ... escogí el campo del Sacrament o
para la revista. Formado allí, se presentó el General Bolívar con todo su Estado Mayor Ge-
neral ... Por la tarde todos los jefes fuimos invitados a un gran banquete en casa del General
Bolívar. Después de la comida empezaron los brindis ... llené mi copa y levantándola pro-
nuncié el siguiente brindis: 'Hallándose reunido en estos campos el Ejército de Colombia,
destinado a libertar al Perú del yugo español, y según apariencias, contra la voluntad de los
mismos peruanos' ... eJ Libertador, lleno de ·entusiasmo, gritó: 'Éste es mi brindis'. Saltó
sobre la mesa, vació su copa y la estrel!.ó contra la pared de la sala. Me creía justificado cuando
dije, en mi brindis: 'Y &egún apariencias, contra la voluntad de los mismos peruanos', apo-
yado en el supremo decreto dado por el Libertador en Huánuco el 9 de julio, por el cual se
borraban de la lista militar del Perú trescientos Jefes y oficiales, que no se habían presentado
a deJen der su patria". (Recuei·dos, etc., cit., ps. 113-114 .)
16 Sostiene la tradición que, en un suntuoso baile que se le ofreció a Bolívar por la
sociedad huanuqueña, en la casa de don Pedro Antonio de Echegoyen, enamoróse de la bella
Manuelita Ruiz, sobrina del oficial Ballesteros que le servía de ordenanza. Como !Bolívar
prodigara elogios y atenciones a la damisela, en muestra de su elecdón, el Teniente Ballesteros,
sigilosamente, encerró a la moza en una habitación interior y de ella la hizo fugar valiéndose
de una escalera; burlándose así las intenciones eróticas del Libertador. Cuyo hecho se co-
mentaba, al día siguiente, en versos que aparecieron en la ciudad y que decían: "En cues-
tiones de amor/ se le vá tanto la mano/ que, sin pizca de rubor,/ como un Zutano o Men-
gano,/ olvida al Libertador/ para complacer al tirano. ¡Viva la escalera!". - Otra es la
que afirma que, habien do tomado des canso en Huácar, a su paso al Cerro de Paseo, tuvo
relación carnal con una mujer apellidada Olaechea; la qu e después matrimonió con un vecino
de dicho pueblo, naciéndcle un hijo antes los meses de rigor de la fecha matrimonial. Este
vástago varón, decíase, tenía todos los rasgos fison·Ómicos del Libertador, cuyos descendientes
viven hoy y son pequeños propietarios de tierras en aquella localidad. - Ezequiel S. Ayllón
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 519
don Domingo y don Juan Antonio Valdizán 17 • Y entre los que con su
talento y saber contribuyeron a la formación de la República, en duros
y definitivos años, están el Cura don Gregorio Cartagena y don Manuel
Antonio Valdizán, varias veces diputado por Huánuco 18 •

ha escrito sobre estas dos anécdotas. - "Desde el día de la llegada del General Bolívar a
Huánuco, todos los jefes teníamos que almorzar y comer a su mesa, muy bien servida po1·
efecto'', escribe el Coronel O' Connor. (Recuerdos, etc., cit., p. llO.)
17 En el Cementerio de Huánuco, Cuartel de Nu es tra Señora del Carmen, Fila 7,
Letra G., existe una lápida, cuya inscripción, a letra, dice: "Aquí yacen los restos de un
benemérito a la Patria y vencedor en Junín, Ayac ucho 'Y Zepita, honrado padre de familia
el que fué don Juan Antonio Valdizán, dej ó esta vida y pasó a la mansión de los justos a la
edad de 75 años el 12 de diciembre de 1867".
18 Gregario Cartagena, Cura de Huácar, fué Secretario del Congreso de 1828, y Dipu-
tado por Huánuco en 1839. Los familiares de Cartagena han fi g urado en las letras, en el
foro y la diplomacia, en Lima, donde se radicaron. - Don Manuel Antonio Valdizán, her-
mano de don Domingo y Juan Antonio, fué Diput<ldo a Congreso por Huánuco en 1823,
1828 y 1834.
CAPÍTULO IV

GOBIERNO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL BAJO LA REPÚBLICA

La R epública y su régimen político, económico, jurídico y demás. La demarcación política


del territorio huan11que1ío en los siglos XIX y XX. El Departamento, sus Provincias y dis-
tritos; leyes de su creación. La política nacional y su trascendencia en Huánuco; del siglo
XIX a nuestros días. Métodos eleccionarios, caciq11ismo y demás. (Algunos representantes
huanuq11eños.) La instrucción; la cveac;ón del Colegio Cen·tral de Minería en la d1ulad, y
otros centros de ensl'1Ía11za. La organización judicial de Huánuco y jurisdicción. Ley de su
creación; person-al, etc.

Producida la independencia del Perú de España, fué empeño de los


hombres que implantaban la República, el cambio de la administración
pública en sus renglones: político, hacendario, de instrucción, justicia
y otros, como base primordial para la marcha del nuevo régimen de
la libertad.
Pero, contra lo que pudiera creerse, la vida social, en su organización
y desenvolvimiento, no varió mayormente del viejo sistema colonial; y
los graves problemas que provocaron la guerra separatista de España
continuaron sin solución. Y más todavía, en la nueva nación, las re-
laciones particulares de sus ciudadanos y de éstos con el propio Estado,
siguieron desenvolviéndose por el cauce de las normas dictadas o las
instituciones creadas por la Corona española.
(Las tierras permanecieron, pues, en manos de los latifundistas: el
indio, pese a la proclamación teórica de San Martín, siguió abonando
tributo, hasta 1854; la masa del pueblo continuó en el mismo oscu-
rantismo de los años coloniales; aunque declarada legalmente su abo-
lición, persistieron las mitas de los indios en las haciendas y centros
mineros; las nuevas autoridades de provincias resultaron omnipotentes
caciques que extorsionaban al pueblo; los curas prosiguieron percibiendo
beneficios económicos del indio e interviniendo en el gobierno temporal
o civil del mismo; y hasta el prejuicio de las castas y el color no fué
modificado mayormente en su arraigo.)
Es que la llamada revolución de la independencia, fué un hecho de
522 HISTORIA DE HUÁNUCO

armas y no significó sino un cambio político: la expulsión de las auto-


ridades españolas para ser reemplazadas por los criollos o descendientes
de españoles, que prosiguieron disfrutando tanto de las riquezas corno
ostentando los vicios de sus progenitores. Porque sociológica y cultural-
mente, la masa social -mestiza e india- estaba inmatura para una
transformación que le beneficiara cultural y económicamente, y se la
puso de lado. Y los que prepararon y consumaron la revolución eman-
cipadora, no eran estadistas, ni políticos, ni sociólogos con profundos
conocimientos de la realidad social peruana; y, si los hubieron, fueron
neutralizados por los intereses creados, o eclipsados por la prepotencia
de rudos e ignorantes militares ambiciosos del poder, a toda costa.
Por eso, en ningún momento hubo un verdadero programa revolu-
cionario de gobierno; concretándose todos los que aspiraban al mando
a declaraciones vacuas, o la "defensa" de la Constitución y la libertad.
De aquí que, fuera del derecho a voto o electoral, que sí se esta-
bleció de inmediato, la acción de los estadistas y políticos republicanos
consistió en ligeras reformas, en el cambio de nombre de instituciones
y de autoridades, o simple modificación de las atribuciones de éstos.
San Martín en el Reglamento Provisional que dictó en Huaura -12
de febrero de 1821- declaró en vigor las disposiciones que no se opu-
sieran al principio de la libertad, modificando solamente las atribuciones
de ciertas autoridades, a las que les dió otros nombres. Los decretos y
leyes que meses y años después se dictaron por los Presidentes y los
Congresos Constituyentes, hasta 18 56, en que recién se dió un cuerpo
de leyes para la convivencia civil, no hicieron sino ratificar tal decla-
ración de San Martín, en lo sustancial.
Persistieron, subrayarnos, las instituciones españolas en sus linea-
mientos generales y en su más sólida estructura," y por muchos años. Y
sólo después de tal tiempo fueron surgiendo las leyes republicanas. O,
mejor, sobre la armazón colonial se levantó la República.

* ·~ *
Establecida la República del Perú como un Estado soberano, gober-
nado por un Presidente y Cámaras Legislativas elegidas por voto del
pueblo, subdividióse el territorio en Departamentos, Partidos y Pueblos,
mandados por los Presidentes, Gobernadores y Tenientes de Goberna-
dores, conforme al Reglamento Provisional de San Martín dictado en
Huaura. (Este decreto suprimió las Intendencias, Partidos y Doctrinas
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 523

del reg1men español, mandados por los Intendentes, Subdelegados y


Caciques, respectivamente). En 1823, el término de Presidente fué
reemplazado por el de Prefecto, el de Gobernador por el de Intendente
y el de Teniente Gobernador por el de Gobernador. Luego el de Inten-
dente se mudó por el de Suprefecto por la Constitución de 1826 y el
de Partido por el de Provincia, nombres que persisten hasta hoy.
El Cabildo colonial prosiguió en su arquitectura principal con la
nominación de Municipalidad, como se declaró por e~ Estatuto Provi-
sional de San Martín de 8 de octubre de 1821, reglamentado y modi-
ficado luego, en relación a sus miembros, rentas y atribuciones, por la
Constitución de 1823, 182 8 y siguientes hasta nuestros días. Constando
su cuerpo de alcaldes, regidores, síndicos; elegibles por el voto popular.
En los pueblos, los cabildos de indios fueron también reemplazados por
las municipalidades locales; pues, por ley de 2 de enero de 18 57, se
crearon los Municipios Distritales, y por ley de 2 de abril de 1861, se
nombraron Agentes Municipales en los anexos.
Para suplir la antigua función de los Cabildos, concernientes a obras
públicas, vigilancia de fondos, así como la administración y cobro de
ciertas rentas; se crearon las Juntas Departamentales en la capital de
cada departamento, Constitución de 1823, ratificadas por otras; y su-
primidas a fines del siglo XIX.
Para la administración de la Hacienda pública, o los ingresos de ella,
provenientes de los impuestos, contribuciones, etc., se creó una Conta-
duría General, las Tesorerías Departamentales -ley de 1Q de marzo de
1828- y los Apoderados Fiscales o de Hacienda, en las provincias (24
de diciembre de 1827).
Como rentas del presupuesto o en beneficio del Estado, persistió la
contribución llamada general, dividida en: indígenas, castas y personal.
La República propendió, sobre todo, al mejoramiento del régimen
judicial que "era de corrupción general de los jueces" y de lenta marcha
en el tráfico forense. Pero no se dictó leyes judiciales para dicha mejor
marcha. Para reemplazar a la antigua Audiencia de Lima, se creó en
12 de noviembre de 18 2 3, por la Constitución de dicho año, la Alta
Corte Suprem~ y las Superiores de Lima, Arequipa, Cusco; los Jueces
de Derecho y las tres instancias.
San Martín, en el Reglamento de Huaura, estableció como atribución
de los Prefectos conocer de las causas civiles y criminales, de bs que,
hasta entonces, conocían los Intendentes españoles.
Sólo en 18 56, Castilla pudo promulgar los códigos Civil y de Pro-
cedimientos. Rigiendo, hasta entonces, los códigos españoles de tales
524 HIS!ORIA DE HUÁN'UCO

materias; y hasta fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, otros, como
el de Comercio y el de Aguas. (Bajo el gobierno de Santa Cruz [ 1834-
1839] se promulgó cuerpos de leyes llamados "Códigos de la Confede-
ración", los que, a poco tiempo de estar en vigencia, fueron derogados,
luego de la derrota de dicho caudillo.)
En lo educacional, creóse colegios de enseñanza superior o secundaria
en algunas ciudades importantes; y, escuelas de primeras letras en las
capitales de provincias y en los pueblos. Aunque la instrucción fué de-
clarada libre y el Estado le debía su protección, sólo después de 18 50
pudieron funcionar las últimas, por la situación aflictiva del erario
nacional y las luchas intestinas en que estaban empeñados los militares
que ambicionaban el cargo presidencial.
Referente al régimen eclesiástico, reconocido por el Papado la nueva
nación, firmó ésta un qmcordato con el Papa, y se declaró la protección
a la religión católica como oficial. Persistió, pues, la Arquidiócesis de
Lima con sus obispados, los que, luego, fueron dividiéndose para mejor
marcha del gobierno espiritual de los fieles.
En Huánuco y jurisdicción, se deslizó este régimen republicano
sin hecho alguno que trascendiera profundamente en su vida social.
Como veremos en el curso de estas p ~ginas, y como sucedió en todo
el Perú, figuran como sus primeras autoridades las mismas que las
ejercían bajo el régimen español; los indios prosiguieron abonando
contribuciones y sometidos a una oprobiosa mita, etc. Sólo a mediados
del 800 pudo apreciarse, al menos, los beneficios de la República,
tanto en la clase media como en el pueblo conformado por los indí-
genas.
Empero, Huánuco como núcleo geográfico-social de la Nación,
contribuyó en las acciones que ella afrontara, como las guerras con
Colombia, Bolivia, Chile, etc., en las que se distinguieron algunos de
sus hijos, dando honor a la tierra que les viera nacer.
En los años republicanos, acaso lo que más repercutió en la ciudad
y sus provincias, fué la división política de sus territorios que, en
ocasiones, tomó el carácter de un vehemente localismo, provocando
hasta luchas armadas. o las contiendas de política partidista, como
la llamada Coalición del año 94, que ensangrentó su suelo.

* * *
Resumamos los cambios de demarcación política que sufrió Huá-
nuco, así como los aspectos: educativos, hacendario, eclesiástico, etc.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 525

Para el gobierno político-judicial de los territorios que se halla-


ban bajo la protección de las armas del Ejército Libertador, el Gene-
ral San Martín dió, en Huaura, el Reglamento Provisional de 12 de
febrero de 1821, creando cuatro departamentos: Trujillo, Huaylas, la
Costa y T arma. Cada uno de los territorios se subdividían en partidos
y éstos en pueblos. El Departamento de Huaylas, con su capital Huarás,
comprendía los partidos o provincias de: Huaylas, Cajatambo, Con-
chucos, Huamalíes y Huánuco 1 •
La Ley de 4 de noviembre de 1823, dictada por el Congreso
Constituyente, reunió a los departamentos de Huaylas y Tarma en
uno solo, bajo la denominación de Departamento de Huánuco, con
capital la ciudad del mismo nombre 2 y con las provincias siguientes:
Huánuco, Huamalíes, Paseo, Jauja, Tarma, Cajatambo, Huaylas y
Conchucos. A este departamento, por Decreto del Consejo de Gobierno
de 13 de setiembre de 182 5, se le dió el nombre de Junín, en homenaje
a la batalla de 6 de agosto de 1824.
Por Decreto de 1O de octubre de 18 3 6, volvió a dividirse en dos
departamentos: Junín y Huaylas 3 • Junín, con su capital la ciudad de
Huánuco y las provincias de: Huánuco, Paseo, Jauja, Cajatambo y
Huamalíes. Huaylas, con su capital Huarás y las provincias de: Huay-
las, Conchucos Alto y Bajo, y la de Santa del Departamento de Lima.
Por Decreto de 28 de febrero de 1839, el Departamento de Huaylas se
denominó Ancash 4 •

1 Reglamento Provisional que establece la demarcación del territorio que actualmente


ocupa el Ejército Libertador, etc. Colección de Leyes, Decretos y órdenes publicadas en el
Peri¿ desde su Independencia, etc., por MARIANO SANTOS DE QuIRoz, T. I, p. l.
2 "Don José Bernardo de Tagle, Presidente de la República del Perú. - Por cuanto el
Soberano Congreso se ha servido decretar lo siguiente: - El Congreso Constituyente del Perú.
- Teniendo en consideraci-ón que han cesado las razones que motivaron la creación de los
departamentos de Huaylas y la Costa, desprendidos de las antiguas . intendencias de Tarma
y Lima; y consultando el mejor servicio y utilidad del Estado, .ha venido en decretar Y de-
creta: ~ 19 los departamentos conocidos desde el año de 1821 por de Hua'Ylas y Tarma,
se reúnen en uno, bajo la denominación de Huánuco, siendo su capital la ciudad del mismo
nombre. - 29 El departamento dicho de la Cesta, queda incorporado en el de Lima. - Ten-
dréis entendido, y dispondréis lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar
y circular. Dado en la sala del Congreso en Lima, a 4 de noviembre de 1823. - 4 9 - 2 9 -
Manuel Salaz ar y Baquíjano, presidente. - Manuel Muelle, Diputado Secretario. - Miguel
Otero, Diputado Secretario. ~ Por tanto, ejecútese, guárdese y cúmplase en todas sus partes
por quienes convenga. Dará cuenta de su cumplimiento el Ministro de estado en el departa-
mento de gobierno. Dado en Lima a 4 de noviembre de 1823. 4 9 - 2 9 Firmado - José
Bernardo Tagle. - Por orden de S. E. Juan de Berindoaga. Colección de Leyes y Decretos,
cit., T. J, p. 401.
3 Colección de Leyes, Decretos y órdenes, etc., por JosÉ MASÍAS, T. II, p. 157.
4 Colección de Leyes, Decretos, etc., cit., T. V, ps. 218, 401.
526 HISTORIA DE HUÁNUCO

El año de 184 5, el departamento de Junín comprendía 5 provin-


cias: Huánuco, Paseo, Jauja, Huamalíes y Cajatambo, con su capital
la ciudad de Huánuco, como dijimos. La provincia de Huánuco se
dividía en 5 distritos y 22 pueblos. Eran los distritos: Cercado de
Huánuco, Santa María del Valle, San Miguel de Huácar, Panao y
Pozuzo. La provincia de Huamalíes, la más extensa, contaba con 9
distritos, 34 pueblos, 5 aldeas, 15 caseríos y 3 minerales. Los distritos:
Llata, Pachas, Baños, Jesús, Singa, Chavín, Huacrachuco, Huacay-
bamba y Arancay. Minerales: Chonta, Huallanca y Queropalca 5 •
Después de 18 50, en la provincia de Huánuco, se crearon los
distritos de: Chinchao, Higueras, Tingo María. En Huamalíes, los dis-
tritos de: Aguamiro, Chupán, Huallanca, Arancay y Monzón. Y por
Resolución del Congreso, de 1O de junio de 18 51, la capital del depar-
tamento de Junín se trasladó a la Villa del Cerro de Paseo.
Por Decreto Supremo de 29 de enero de 1867, expedido por el
Presidente Provisional, el entonces Coronel don Mariano Ignacio Prado,
separándola del departamento de Junín, se erigió la Provincia Lito-
ral de Huánuco, con su capital la ciudad de su nombre y los distritos
de: Santa María del Valle, Huácar, Higueras, Chinchao, Panao, Tingo
María, Monzón (que pertenecía a Huamalíes), Huancabamba y Po-
zuzo (estos dos de Paseo) y Sarayacu (de Amazonas) . Pero este
Decreto no fué ratificado y, por tanto, no se cumplió.

* * *
La traslación de la capital de Junín a Cerrq de Paseo, reduciendo
la antigua categoría de la histórica ciudad de Huánuco, así como el
no haberse tomado en cuenta la estratégica situación de dicha urbe
en la red fluvial, cuyos ríos comenzaron a navegarse, ganando el
Oriente en pro de la Nación; empujó a los huanuqueños a gestionar,
ante el Gobierno, la creación del Departamento de Huánuco.
En efecto, se presentaron al Congreso dos proyectos de ley creando
el Departamento Fluvial de Huánuco. Uno firmado por el Senador
por Junín General don Manuel B. Cisneros; y otro, por el mismo
Cisneros y Federico Ríos, José M. Arias, Santiago Figueredo, José
Miguel Medina, Manuel Basurto y Manuel R. Santamaría. La Comisión

ó Colección de Memorias Científicas, Agrícolas e Industriales publicadas en distintas


épocas, por MARIANO EDUARDO DE RxvERo Y UsTÁRrz, T. II, ps. 187, 1R8.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 527

de Demarcación Territorial del Senado, compuesta por don Pío B.


Meza, Bernardino Calonge y Lucas Rodríguez, la desechó, aduciendo
fu tiles razones 6 •
Puesto en discusión el Proyecto de Ley, se aprobó en sesión de 2
de octubre de 1868, por 15 votos contra 13; pasándose inmediata-
mente a la Cámara de Diputados, para su revisión. El dictamen de
la Comisión de Demarcación Territorial de la Cámara de Diputados 1
de 10 de octubre de 1868, firmado por José Miguel Véliz, Eleute-
rio Macedo y Federico Huidobro, fué favorable a su creación. Y en
sesión de 21 de noviembre de 1868, fué aprobado el proyecto, que se
convirtió en Ley.
El 24 de enero de 1869, se promulgó por el Presidente José Balta,
la Ley que creó el Departamento Fluvial de Huánuco, con su capital
la ciudad de Huánuco y las provincias de su nombre y Huamalíes,
que se desprendían de Junín 7 •
Al instalarse Huánuco como Departamento, a mérito de la ante-
dicha ley, la provincia de su nombre contaba con los distritos de:
Huánuco, Santa María del Valle, Huácar, Chinchao, Cayna, Higue-
ras, Panao, Tingo María y Pozuzo. Huamalíes, con los distritos de:
Llata, Jesús, Pachas, Arancay, Chavín de Pariarca, Monzón, Singa,
Huacrachuco, Huacaybamba, Pinra, Aguamiro, Baños, Chupán, Hua-
llanca y Obas.

6 Archivo del Congreso: Expediente sobre la creac1.on del Departamento Fluvial de


Huánuco. Véase también La Creación de la Provincia del "Dos de Mayo", breves apuntes y
documentos relativos a la creación de esta provincia, etc., por N. SATURNINO V ARA CADILLO,
p. 57.
7 Texto de la Ley que crea el departamento: "El Ciudadano José Balta, Presidente Cons-
titucional de la República. - Por cuanto: el Congreso ha dado la ley siguiente. - El Con-
greso de la República Peruana -Considerando- Que es conveniente a los intereses y pros-
peridad de las Provincias de Huánuco y Huamalíes elevarlas a la categoría de Departamento:
- Ha dado la ley siguiente: - Art. 1 9 - Sepárase del Departamento de Junín, las Pro-
vincias de Huánuco y Huamalíes y se erige con ellas el Departamento Fluvial de Huánuco,
cuya capital será la ciudad de este nombre. - Are. 2 9 - Formará parte de este Departa-
mento, el territorio situado al E. de su capital, comprendido entre los ríos Huallaga, Pozuzo,
Palcasu, Mayro, Pachitea y sus afluentes de ambas riberas hasta la confluencia del Pachitea
con el Ucayali. - Comuníquese al Poder Ejecutivo, para que disponga lo necesario a su
cumplimiento. - Dado en la sala de sesiones del Congreso, en Lima, a 23 de enero de 1869. -
José Rufino Echenique, Presidente del Senado. - José Jacinto !barra, Vicepresidente de la
Cámara de Diputados. - Francisco Chávez, Secretario del Senado. ~ Pedro Bernales, Dipu-
tado Secretario. - Al Excmo. Sr. Presidente de la República. - Por tanto: mando se imprima,
publique, circule y se le dé el debido cumplimiento. - Dado en la casa de Gobierno, en Lima
a los 24 días del mes de enero de 1869. - José Balta. - Pedro Gálvez".
528 HISTORIA DE HUÁNUCO

El Primer Prefecto del Departamento Fluvial de Huánuco, fué don


Miguel Zegarra 8 •
Tanto por la extensión de Huamalíes, que originaba una defi-
ciente administración de sus distritos, como por la aspiración de los
vecinos de Aguamiro, pueblo que llegó a ser capital ocasional de aque-
lla provincia, se hizo necesaria la creación de una nueva.
En efecto, recogiendo el eco del memorial que el gremio de mi-
neros y personas notables de los distritos que pugnaban por la división;
el entonces diputado por Huamalíes Coronel don Federico Ríos, pre-
sentó, en 3 de noviembre de 1868, un proyecto de ley de creación de
la Provincia de Dos de Mayo, como adición al que elevaba a Huá-
nuco al rango de departamento.
El proyecto de Ríos, firmado también por José M. Aza y Manuel
Medina -diputados por Tarma y Paseo-, establecía que la provincia
por crearse dependiese del Departamento de Junín, continuando Hua-
malíes en el seno del de Huánuco. El proyecto fué aprobado por la
Comisión Territorial de Diputados; pero el Senado lo sustituyó por
otro, en que la dicha nueva provincia juntamente con la matriz,
debían pertenecer al departamento de Huánuco; aprobándolo en sesión
de 13 de Setiembre de 1870. Este proyecto sustitutivo, luego del voto
favorable de la Comisión Territorial de Diputados, fué sancionado por
tal Cámara en 2 8 de Octubre de dicho año.
En 5 de noviembre de 1870 se promulgó la ley por el Presidente

8 Cabría, en este espacio, la nómina de los prefectGs que han gobernado en Huánuco,
hasta nuestros días. Pero nos resistimos a tal labor. Porque, si se juzga con imparcialidad y
la historia debe ser justa e insobornable, vale más no hacerlo. La mayoría de ellos -meros
funcionarios-, nada hizo por el bienestar material o espiritu.al de Huánuco. Escud.ados en
el poder pasajero que ostentaron, sus afanes se limitaron a servir a los políticos que los nom-
braron y a quienes debían serles fieles, y no a las leyes y al Estado; o procuraron llenar
sus ávidas arcas con los dineros del pueblo, para cuya obtención no faltaron pretextos. Si
el historiador o como quiera llamársele, ha de consignar nombres por el mero deseo de que se
le llame erudito, sin sopesar la calidad de los personajes de que trata, si se ha de nivelar a
justos y malvados, de nada servirían los valores morales y rumanos sobre cuyos p,ilares des-
cansan nuestra civilización y cultura. Ni el tiempo, pues, ni la historia pueden poner un
denominador común a todos los hombres, que si es verdad desempeñaron una misma función,
en cumplimiento de ella no realizaron las mismas obras, ni mostraron la misma conducta
cívica. Entre los pocos prefectos que merecen gratitud de Huánuco, están el Dr. D. Mariano
Eduardo de Rivero y Ustáriz (1846) y D. Antonio San Miguel ( 1849), que lo fueron de
Junín; El Coronel don Ruperto Delfín (1874); D. Ramón Benavides (1878); Dr. Alfredo
Laffose (1884); D. Leonidas lngunza (1884); Abelardo Elías (1899); E. Toledo Ocampo
(1892) y otro. Por otra parte, de 1823 , en que se creó el departamento de Huánuco -luego
Junín- hasta 1869, en que se creó el hoy de Huánuco, los prefectos pasaron de 20; siendo el
primero D. Francisco de Paula Otero ( 1823). Y desde 1869, hasta estos días, suman más de
80 funcionarios.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 529

Balta, dividiéndose la provincia de Huamalíes y creándose la de Dos


de Mayo, nombre dado en homenaje al combate librado el 2 de mayo
de 1866 entre la escuadra española y la peruana, en la rada del Callao.
Fueron sus distritos, conforme a tal ley: Jesús, Baños, Pachas, Chupán,
Huallanca, Obas, Chavín, con su capital el pueblo de Aguamiro 9 •
La nueva provincia huanuqueña se inaguró el 3O de noviembre de
1870, con fiestas en su capital y en la pampa de Huánuco el Viejo,
presididas por el Prefecto de Huánuco Coronel Pedro C. Vizcarra;
siendo su primer Subprefecto el. minero argentino don José Manuel
Helguero, que tenía sus minas en Queropalca 10 •
La demarcación distrital de estas provincias de Huánuco fué modifi-
cándose, a través de los años, con la creación de nuevos distritos; origi-
nando, más tarde, las necesidades de éstos y la aspiración de sus hijos, la
erección de nuevas provincias. En efecto, por Leyes de 21 de octubre
de 1912, números 1 59 8 y 15 9 5, se crearon las provincias de Ambo 11
!) "José Balta, Presidente Constitucional de la República. - Por cuanto: el Congreso ha
dado la ley siguiente: - El Congreso de la República Peruana - Considerando: - Que es
necesario dividir la extensa Provincia de Huamalíes del Departamento Fluvial de Huánuco;
- Ha dado la ley siguiente: ~ Art. 19 - Se erige en el Departamento Fluvial de Huánuco
una nueva provincia con el nombre de Dos de Mayo. - Art. 2 9 - Dicha Provincia se com-
pondrá de los Distritos de Jesús, Bañes, Chupán, Pachas, Huallanca, Obas y Chavín, cuya
capital será el pueblo de Aguamiro. - Art. 3 9 - Los límites de la eirpresada provincia serán
los mismos que actualmente separan los distritos que la componen, de las provincias vecinas. -
Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento. - Dada
en la sala de sesiones del Congreso, en Lima, a 3 de Nov. de 1870. ~ José R ufino Echenique,
Presidente del Senado. - Manuel B. Cimeros, Presidente de la Cámara de Diputados. - Fran-
cisco Chávez, Senador Secretario. - José M. González, Diputado Secretario. ~ Al Excmo.
Sr. Presidente de la República. - Por tanto: mando se imprima, publique y circule, y se
le dé el debido cumplimiento. - Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a 5 de noviembre
de 1870. - José Balta. - Manuel Santa María".
10 La creació11 de la provincia del "Dos de Mayo". Breves apuntes y documentos
relativos a la creación de esta provincia, etc., que los publica N. Saturnino Vara Cadillo, p. 69.
11 "El Presidente de la República. Por cuanto: el Congreso ha dado la ley siguiente. -
El Congreso de la República Peruana. - Ha dado la ley siguiente: - Art. l 9 - Créase en el
Departamento de Huánuco, la Provincia de Ambo, compuesta de los Distritos de Ambo,
Huácar, San Rafael y Cayna; y cuya capital será la villa de Ambo, que se eleva al rango de
ciudad. - Art. 29 ~El Distrito de Ambo se formará con los pueblos de Ambo, Chaucha,
Salapampa, Tomayquichua, Conchamarca y Ñausa y los caseríos de Sasahuanca, Huaylla,
Ayancocha y Yuracmarca ; el de I-Inácar, con los pueblos de Huácar, Angasmarca, Cocha-
chinche, Anay, Quircán y Mosca, los caseríos denominados Cochatama y Raccha y las ha-
ciendas de Mosca tuna, Acobamba, Viro y e Ingenio; el de San Rafael, con los pueblos de San
Rafael, Cochacalla, Chacos, Matihuaca, San Joaquín y Rondos y los caseríos de Chacatampa,
Alcas, Maray y Acobamba; y el de Cayna, con los pueblos de Cayna, Parcoy, Colpas, Coquín,
Yamor, Quio y Yapac, y los caseríos de Lauricocha y Masquín, separados por el río Chaca-
chincha, del Distrito de Yana.huanca, Provincia de Paseo, al que quedan anexados los pueblos
de Tangor y Paucar. Las capitales de estos distritos serán los pueblos de sus respectivos nom-
bres. - An. 39 - Los límites de la nueva Provincia serán: por el N. las quebradas de Ñausa
y Sancarragra, que la separan de la Provincia de Huánuco; por el S. los ríos Chacachincha y
530 i-ItSTORÍA DE HUÁNUCO

13
y Marañón 12, y por Ley de 29 de Noviembre de 1918 la de Pachitea •
Conforme a las leyes de su creación, la provincia de Ambo, con

Salcachupán que la separarán de la Provincia de Paseo; por el O. los actuales linderos que
separan los distritos de Cayna y Huácar, de las provincias de Dos de Mayo y Huánuco; por
el E. los actuales linderos que separan el pueblo de Chacos del de Huariaca, así com-0 los ac-
tuales límites que deslindan las montañas del Pozuzo con San Joaquín, Maray y la cadena de
Sasahuanca. - Art. 4g Créase en la referida Provincia de Ambo un Juzgado de Primera Ins-
tancia y una Escribanía del Crimen adscrita a él, con igual dotación y gastos que el de la
Provincia de Dos de Mayo. - Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario
a su cumplimiento. - Dada en la sala de sesiones del Congreso, en Lima, a los 18 días del
mes de octubre de 1912. ~ Rafael Villanueva, Presidente del Senado. - J. de D. Salazar O.,
Presidente de la Cámara de Diputados. - Pedro Rojas Loayza, Senador Secretario. - Julio
Abe! Raygada, Diputado Secretario. - Al Excm-0. Sr. Presidente de la República. - Por
tanto: mando se imprima, publique y circule y se le dé el debido cumplimiento. - Dado en
la casa de Gc¡bierno, en Lima, a los 21 días del mes de octubre de 1912. - Guillermo E.
Billinghurst. - Elías Malpartida."
12 "El Presidente de la República. - Por cuanto: El Congreso ha dado la ley siguiente:
- El Congreso de la República Peruana. - Ha dado la ley siguiente: ~ Art. 1 9 - Créase
en el Departamento de Huánuco, la Provincia de Marañ-On, compuesta de los Distritos de
Huacrachuco, Pinra, Huacaybamba y Cholón, cuya capital será la villa de Huacrachuco o
Marañón. - Art. 2 9 - Las capitales de los distritos de Huacrachuco y Huacaybamba, serán
las poblaciones del mism-0 nombre; la de Pinra será el pueblo de Caján y la de Cholón, el
pueblo de San Pedro de Chonta. - Art. 3 9 - Los linderos de esta Provincia serán: por el
O., el río Marañón, por el N., el río Anchi, la cadena de cerros de Malliz, que separa los
valles de Tocache y Chontayacu hasta la naciente del río Crisnejas y siguiendo este río hasta
su boca en el Chontayacu y de aquí una línea recta a la boca del río Frejol en el Huallaga;
por el oriente el citado río Huallaga y por el S., el río Magdalena, la cadena de cerros de
Huánuco y las quebradas de Garash y Quinuaragra. - Art. 4 9 - Los linderos de los Dis-
tritos de Huacrachuco, Pinra y Huacaybamba, serán los mismos que actualmente tienen,
quedando separados del de Cholón, por la cadena central de los Andes. - Art. 59 - Créase
en la provincia de Huallaga, del Departamento de San Martín, el Distrito de Uchiza, cuya
capital ser:í el puebl01 de su nombre y formado de todas las poblaciones situadas al N. de los
ríos Aspusana, Frejol y Crisnejas. - Art. 6 9 - La región de Tingo María, situada al S. de
los ríos Aspusana y Magdalena, queda anexada al Distrito de Chinohao, de la Provincia de
Huánuco; la regi·Ón situada al S. de la cadena de Tazo-Nuevo, que separa las montañas de
Arancay y Monzón, comprendidas en la orilla izquierda de este río hasta su afluente d
Huagamayo o Tazo-Nuevo, quedará anexada al Distrito de Monz.ón, de la Provincia de Hua-
malíes; y la región de las montañas de Tazo-Nuevo, situadas al S. de la cadena de Huánuco,
hasta doce kilómetros antes de la boca del mencionado río Tazo-Nuevo, corresponderá al
Distrito de Arancay, de esta última Provincia. - Art. 7v - Créase para esta nueva Provincia
un Juzgado de Primera Instancia y una Escribanía del Crimen, con el haber, respectiva-
mente, de Lp. 25.0.00 y Lp. 5.0.00 mensuales. ~Comuníquese al Poder Ejecutivo, para que
disponga lo necesario a su cumplimiento. - Dada en la sala de sesiones del Congreso, en
Lima, a los 12 días de octubre de 1912.- Rafael Villanueva, Presidente del Senado. - J. de
D. Salazar O., Presidente de la Cámara de Diputados. - Edmundo Montesinos, Secretario del
Senado. - Julio Abe! Raygada, Diputado Secretario. - Al Excmo. Sr. Presidente de la Re-
pública. - Por tanto: mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento.
- Dado en la casa de Gobierno, en Lima, a los 21 días del mes de octubre de 1912. ~ Gui-
llermo E. Billingh urst. - E lías Mal partida".
13 "El Presidente de la República. - Por cuanto: El Congreso ha dado la ley siguiente.
- El Congreso de la República Peruana - Ha dado la ley siguiente: - Art. 1 Q -........
Créase en el Departamento de Huánuco, la Provincia de Pachitea, la cual estará formada
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 531
su capital Ambo, comprendía los distritos de: Ambo, Huácar, San
Rafael y Caina; la de Marañón, con su capital la villa de Huacra-
chuco, los distritos de: Huacrachuco, Pinra, Huacaybamba y Cholón;
y la de Pachitea, con su capital la villa de Panao, se componía de los
distritos de: Panao, Umari, Molino, Chaglla y Pozuzo.
En estos años, por Ley N 9 11.843, de 27 de mayo de 1952, se creó
la provincia de Tingo María, con capital la ciudad de Tingo María,
y compuesta de los distritos de: Rupa-Rupa, Mariano Dámaso Beraún,
Luyando (Fray Ignacio de), Daniel Alomía Robles y Hermilio Val-
dizán 14 •

por los Distritos de Panao, Umari, Moli110, Chaglla y Pozuzo. - Art. 29 - El Distrito
de P anao estará constituído por la Villa de su nombre, que será la capital de la Pro-
vincia; los pueblos de Yanuna, Huarapatay, Tomairica y Alpamarca; y de las aldeas, ca-
seríos y haciendas comprendidos dentro de la jurisdicción de estos pueblos. - El Distrito de
Umari estará formado: por el pueblo de su nombre, cuya capital será; por fo.s de Pinquiray
y Cochas, los caseríos de su jurisdicción y de los fundos San Marcos y Yanamayo. - El Distrito
de Molino lo compondrán: el pueblo del mismo nombre, que será la capital, los pueblos de
Callagán, Caján y Naupamarca; y las aldeas y caseríos comprendidos bajo su jurisdicci.ón. -
El Distrito de Ch aglla estará constituido por el pueblo de su nombre, que será la capital; los
pueblos de Huanday, Mufia y Huachi, los fundos Corma, Cormilla, Pampamarca, Pagratay y
Santo Domingo, y de las aldeas que quedan bajo su jurisdicción - El Distrito de Pozuzo
estará formado: por el pueblo de su nombre; los caseríos de Cueva Blanca, Yanahuanca,
Huancabamba, Tilingo y Prusia; el puerto fluvial del Mayro y los fundos y aldeas que están
bajo su jurisdicción en el actual Departamento de Huánuco. - Art. 3 9 '-Los límites de la
nueva Provincia serán: la línea actual de separación entre los Departamentos de Huánuco,
San MartÍn, Loreto y Junín; las altas cumbres que separan los territorios de Panao con
Ambo y Huánuco hasta encontrar el río San Marcos, y el curso del Huallaga hasta la inter-
sección de los linderos con S11n Martín. - Art. 4 9 ---... El número, los sueldos y dotaciones de
los funcionarios de la Provincia de Pachitea en lo poli tico y judicial, serán los mismos que
actualmente cuenta la Provincia de Ambo, a cuyo; efecto se consignarán las partidas respec-
tivas en el Presupuesto General de la República. - Comuníquese al Poder Ejecutivo, para que
disponga lo necesario a su cumplimiento. - Dada en la sala de sesiones del Congreso, en Lima,
a los 27 días del mes de noviembre de 1918 . ._ Aurclio Arnao, Segundo Vicepresidente del
Senado. - Juan Pardo, Diputado Presidente. - F. R. Lanatta, Senador Secretario. - Santiago
D. Parodi, Diputado Secretario. - Al Sr. Presidente de la República. - Por tanto: mando
se imprima, publique y circule y se le dé el debido cumplimiento . ._ Dado en la casa de
Gobierno, en Lima, a 29 días del mes de noviembre de 1918. - José Pardo. - Clemente J.
Revilla".
14 "El presidente de la República. - Por cuanto: El Congreso ha dado la ley si-
guiente: - El Congreso de la República Peruana - Ha dado la ley siguiente: Ar;t. 1 9 -
Créase en el Departamento de Huánuco, la Provincia de Ting.o María, que tendrá como
capital el pueblo del mismo nombre, el cual se eleva, por la presente ley, a la categoría de
ciudad. - Art. 2 9 - La Provincia de Tingo María estará constituida por el distrito de Rupa-
Rupa, su capital la ciudad de Tingo María, y por los siguientes poblados o caseríos, los que
asimismo, se elevan a la categoría de distritos: Mariano Dámaso Beraún, que tendrá como
capital el pueblo de Las Palma,s; Lu yando, en el kilómetro 141 de la carretera a Pucallpa,
cuya capital será el pueblo del mismo nombre; Daniel Alomía Robles, en los kilómetros
159 y 160 de la misma carretera, con capital el pueblo del mismo nombre; y Hermilio
Valdizán en el kilómetro 180 de la misma vía, que tendrá como capital el pueblo del mismo
532 HISTORIA DE HUÁNUCO

La actual división política del Departamento de Huánuco con


indicación de las leyes que crearon sus distritos, es como sigue:
Provincia de Huánuco: Distritos: Huánuco (Regt. 12 de Febrero
de 1821); Chinchao, (L. 2 de Enero de 1867); Churubamba (L. 4 de
Octubre, 1921); Margos (L. 1O de Setiembre, 1906); San Pedro de
Chaulán (L. 16 Mayo, 1936); Santa María del Valle (Regt. 12 de
Febrero, 1821); Yarumayo (L. 17 Enero, 1945); San Francisco de
Cayrán (L. 12.311, 10 Mayo, 1955); y Kichke (L. 12.264, 24 de
Enero, 19 5 5) 15 •
ncmbre. ~ Art. 3 9 - Los límites de la nueva Provincia de Tingo María, serán los siguien-
tes: por el Norte, los límites del Departamento de Huánuco con el Departamento de San
Martín, según la Ley N 9 159 5 y el río Magdalena; por el Oeste, el río Magdalena, aguas
arriba hasta encontrar el afluente de su margen derecha llamado el río Pucayacu, por el
cual subirá hasta sus orígenes y de allí, subiendo una línea que cruzando las vertientes
del río Cuchara, llegue hasta la quebrada de Camotes, afluente del río Monzón, por la
margen izquierda, baja por el río Monz¡ón hasta la desembocadura del río Rondos, por
rn margen derecha; sigue por el Rondos, aguas arriba, hasta encontrar las nacientes del
río Balza-Playa, afluente del río Cayumba; seguirá por este río hasta su desembocadura
en el Huallaga, po·r el cual subirá hasta encontrar el río Chunatagua, su afluente, de la
margen derecha; por el Sur, el río Chunatagua hasta sus orígenes, de donde descenderá
por la quebrada Puente al río Tulumayo, por el cual seguirá hasta encontrar el río Topa
y por éste hasta sus orígenes en la cordillera divisoria; y por el Este, con los límites del
Departamento de Loreto. - Los límites de los distritos que se crea por el artículo 2 11 de
esta Ley, serán los mismos que tienen los pueblos que los constituyan. - Are. 4 9 ~El
Poder Ejecutivo consignará, en el Presupuesto General de la República, las partidas nece-
sarias para dotar a la Provincia de Tingo María de los servicios públicos correspondientes
a su nueva catego-ría política. - Comuníquese al Poder Ejecutivo, para su promulgación. -
Casa del Congreso, en Lima, a los dicisiete días del mes de mayo de mil novecientos cin-
cuenta y dos. - Héctor Boza, Presidente del Senado."- Claudio Fernández Concha, Presi-
dente de la Cámara de Diputados. - Manuel B. Llosa, Senador Secretario. - Moisés Álva-
rez Amarillo, Diputado Secretario. - Al Señor Presidente Constitucional de la República.-
Por tanto: Mando se publique y cumpla. -\Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los
veintisiete días del mes de mayo de mil novecientos cincuenta y dos. - Manuel A. Odría. ~
Augusto Romero Lovo.-Nota-Por Ley promulgada el 28 de Julio de 1956, se le cam-
bió el nombre de Tingo María con el de " Leoncio Prado". (Ley N 9 12.671, 5 Diciem-
bre, 1956.)
15 Los pueblos, caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVINCIA
DE HUÁNUCO, son : Distrito del Cercado de Huánuco. Pueblos : Rondos, Paucar. Caserío:
Matamarca. Centros poblados: La Esperanza, Llicua e Higueras. Distrito de Santa María
del Valle. Pueblos: El Valle, Malconga, Pachabamba, Pomacucho, Quera y Llacón. Caseríos:
Taruca, Taullagán, Yuncán, Pacro, Pichiu, Mito-Quera, Carán. Centros poblados: Casha,
Huayrajirca, Huaychau, Mirache, Cachuna, Sariapampa, Shayricancha, Llanque, Cancalla,
Huacracancha, Nausa, Sexegora, Ratacocha, Quemen, Yeguarí, Illonga, Salvia, Huanca-
bamba, Patahuasi, Atog-Huachanan, Huacacorral, Agorragra, Huallijirca, Altun-Quera, Liaza,
Yanapacha, Garbanzo, Y,anagaga, Quishuar, Piquitambo, •Badopampa, Cr~tZpata, Ruajaj,
Pacho, San Juan, Chicopampa, Aceitiog, Agopampa, Oshnapata, Potrero, Sacsa, U ramarca,
Lucmapata, Berbenapampa, Rosapampa, Naranjopampa y Champagrapata. Distrito áe Chin-
chao. Pueblos: Acomayo (capital del distrito), Chinchao, Mesa pata, Jaupar, Pillao, Chi-
guangala y Guanipampa. Caseríos: Puente Durand, Huanchag, Micho, Tungra. Centros
poblados: Lajeria, Cayumba Chico, San José, Piedra Blanca, Aguanueva, Chinchinga, Chau-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 533
Provi11cia de Dos de Mayo: Distritos: La Unión y Aguamiro (L.
2 Enero, 1857-5 Febrero, 1875); Baños (Regt. 12 Febrero, 1821);
Cáhuac (L. 11.694, 3 Enero, 19 52); Chacabamba (L. 6 Setiembre,
1920); Cha vinillo (L. 14 Setiembre, 1906); Chupán (2 Enero, 18 57-
15 Noviembre, 1915-12 Setiembre, 1920); Chuquis (18 Setiembre,
1951); Huallanca (Regt. 12 Febrero, 1821); Jesús (Regt. 12 Fe-
brero, 1821); Jivia (6 Setiembre, 1920); Obas (L. 2 Enero, 1857);
Pachas (Regt. 12 Febrero, 1821); Quivilla (L. 12 Setiembre, 1921);
Rondas (L. 27 Diciembre, 1932); San Miguel de Cauri (L. 26 No-
viembre, 1940); Sillapa (L. 18 Setiembre, 19 51); Shunqui (L. 27
Marzo, 1935); Yanas (L. 12 Setiembre, 1921); Ripán (L. 31 Di-
ciembre, 1958.) 16•
piyunga, Huallintusga, Sogobamba, Pachachupán, Moyobamba, Micho, Tingopampa, Hua-
nucalla, Chinchaopampa, Chacamarca, Shahuintuplaya, Taprac, Rucr!un y Mallgo-Tingo.
Distrito áe Churubamba. Pueblos: Churubamba, Chulqui, Cascay, Tambogán, Utao y Derre-
pente. Caseríos: Vinchos, Matará y Quechualoma. Centros poblados: Cochabamba, Papa-
huasi, Ñaupamarq. Distrito áe Chaulán. Pueblos: Chaulán, Yaurán, Querosh, Chegyahuar-
cán y Julcán. Caseríos: Piruro y Runtog. Centros poblados: Anti!, Ranrash, Libertad, Col-
panga, Cancha, Gaugau, Ucrocancha, Cebadaucro, Coso, Ciraucro, Chagllatingo, Huancán;
Atogshaipe, Casacancha, Gonapirhua, Guairas-Grande, Queromarca, Shayhua y Shurturcan ·
cha. Distrito áe Yammayo. Pueblos Yarumayo, Chullay y Pampamarca. Caseríos: Cozo.
Centros poblados: Andas, Huegya, Coñipa, Cuta, Pucyo, Chilian, Shulcan, Cochapata, Urru-
pampa y Chinchán. Distrito áe Margos. Pueblos: Margas, Huencán, Yacus, Cochas y Pa-
cayhua. Caseríos: Paura, Huanchán, Gasgo, Marcacasha, Colpashpampa, Huille, Huancaucha,
Algohuaín y Ragchapampa. Centro poblados: Rayancancha, Puca.huancay, Chacras, lnga-
rumi, Chaquis, Pariacancha, Hidca'huari, PomayOI, Pariarag~, Garanaco, Utcubamba y
Regriscancha. Distrito áe Kichki. Pueblos: Huancapallac, Cani, Pampas, Mito. Casedo: Pun-
chao. Centros poblados: Huerguesh, Urpay y Huaytapallana. Distrito de Cairán. Pueblos:
Cairán, Parara y Quircán-Chico. Caseríos: San Ramón de Macha, Cochamarca. Centros
poblados: Yuncachaca, Coima, Cuyac, Gariapampa y Huallpahuasi. - Como sabemos, los
Distritos están bajo la autoridad política del Gobernador, y los Caseríos, del Teniente Go-
bernador. En el Departamento de Huánuco existen 60 Gobernadores.
16 Los pueblos, caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVIN-
CIA DE DOS, DE MAYO, son: Distrito del Cercado de La Unión o Agnamiro. Pueblos:
Cc·c habamba y "El Progreso". Caseríos: Racuay, Vista-Alegre, Pampa-Esperanza, Lirio-
Pampa, Conoc y Guelaycancha. Centros poblados: Huánuco el Viejo, Conobamba, Colpa,
Shayán, Chacamayo. Distrito de Huallanca. Pueblo: Huallanca. Centros poblados: Andachupa,
Ututupampa, Azulmina, Huaricashash, Ciururo. Distrito de Baños. Pueblos: Baños, Que-
ropalca. Caseríos: Santa Rosa y Pilcocancha. Centros poblados: San Antonio de Acapa,
Condorcancha, Chanta , Ucrupampa, Yuragyaco, Huairirragra, Machaycancha, Colpa, Hua-
manmarca, Santa María, Agojirca y Yanacruz. Distrito de Jesús. Pueblos: Jesús, Concep-
ción, San José de Ticra, Corián y Paracsha. Caseríos: Shiricancha, Carán, Urnas, Rumi-
coto y Quishuarpata. Centros poblados: Carnicero, Nupe, Liclapampa, Tapiapam¡:ia, Tambo,
Pariacancha, Curupuquio, Wariawaín, Upavado,, Tumarnaga, Halparrumi, Caballorumi, Llupác ,
Ocsharagra, lnc.ihuasi, Sogsha, Caurus. Distrito áe San Miguel de C1111ri. Pueblos: Cauri,
Yulcán y Huancán. Caseríos: Yachashmarca, Pueyoc y Oropuquio. Centros poblados: Cham-
papampa, Seccha, Uchumachay, Huanca-Ucro, Quinuash, Shisa, Cauricancha. Distrito de
f ii:ia. Pueblos: Jivia, Huarín y Caramarca. Caseríos: Quillapampa, Churín, Parashapampa,
Pariash, Macas, San Luis de Gonzag.a. Centros poblados: Jutog, Aparán, Rayapata, Huan-
534 HISTORIA DE HUÁNUCO

Provincia de Huamalíes: Llata (Regt. 12 Febrero, 1821); Aran-


cay (L. 2 Enero, 1857); Chavín de Pariarca (Regt. 12 Febrero, 1821);
Jacas Grande (L. 29 Octubre, 1923); Jircán (L. 7 Octubre, 1942);
Miraflores (L. 15 Julio, 1936); Monzón (L. 2 Enero, 1857); Punchao
(L. 7 Octubre, 1942); Puños (L. 9622, 7 Octubre, 1942); Singa
(Regt. 12 Febrero, 1821); Tantamayo (L. 29 Octubre, 1923) 17 •

ca bamba, Pucapiteg, Pagchatuna, Huarish, Huanchay, Paco, Yanacushma, Llamapashillún,


Golgash, Shuquil, Juprog, Quinchas, Yacumali, Sulapampa, Huampnó, Pumahuán, Calash,
Linda, Cuntash, Yupash, Humas, Lagopampa. Distrito de Rondas. Pueblos: Rondos, Wari-
wain y Cosma . Caseríos: Seccha, Cashapampa , La Esperanza, Iscopampa y Pilcocancha.
Centros poblados: Cochapampa, Mishash, Atawilca, Vista-Alegre, Buena-Vista, Huacarcocha,
Huar.acayog, San Pedro y San Juan de Puquio. Distrito de Chaca.bamba. Pueblos: Chaca-
bamba y Shulluyacu. Caserío: Puyac. Centros poblados: Huinas, Chainas, Marpo, Agopampa,
Agocancha, San Juan, Curco, Licopampa, Cruzpata y Guerocucho. Distrito de Ch11Vi11illo .
. Pueblos: Chavinillo, Jacas Chico, Llicllatambo, Choras, Raín. Caseríos: Rosapampa, Chasqui.
Centros poblados: Ayapiteg, Jarpo, Tashgá, Huayculana y Pariapampa. Distrito de Cahieac.
Pueblo: Cahuac. Caseríos: El Carmen y San Martín. Centros poblados: Buenos Aires, Pu-
pulyag, Palpán, Pucamachay, Cuchigoto, Chuchus. Distrito de Obas. Pueblos: Obas, Pam-
pamarca, Colquillas, Cochamarca. Caseríos: Cruzpampa, Hualpayunca, Manta, Vilcabamba,
y Pariancas. Centros poblados: Cochas, Pariacancha, Andahuaylas, Punpuncocha, S.hancay,
Shunquipampa, Tauri-Ucro, Gegcho, Pucuhuaín, Canchas, Huagramarca, Guegue, Garu,
Tucush, Conqui, La Florida, Umpash, Tingo, Rucohuanonga, Pallasha, Puncuyog, Jircan-
huaye, Yanapampa, Angopiteg, Atago, Huina, Canchis, Huarajirca, Alpash, Machgopampa,
Ichichuitco, Riondobamba, Algatogash, Huailamargay, Hualpacpin. Distrito de Chiepán.
Pueblos: Chupán, Chipaquillo, Patayrondos, Tantacoto y Rahua. Caseríos: Sahuay, Paras-
hapampa, Rondobamba, Villa-Castilla, Ututo. Centros poblados: Shurapampa, Agorragra,
Rupahuasi, Ulluy, Yachas, Co·c hapampa, Agobamba, Tunahuayín, Cutash, Purá, Tuna-
cancha, Huacahuasi, Ticte, Milagro y Vista Alegre. Distrito de Chuquis. Pueblos: Chuquis,
Huancán. Caseríos: Casha, Munanya, Ogopampa, Ninash, Ma•y'huay, Ucrumarca, Huan-
cachaca, Pucajircán, Uchpapampa, Gajapa, Jauohín, Pegayog y Collota. Distrito de Quivilla.
Pueblos: Quivilla, Marías. Centros poblados: Yanuna, Urpay, Quinuajirca, Maynas, Huan-
cairo. Distrito de Yanas. Yanas, Pucutín, Casacancha, Quipas. Caseríos: Cochayán, Tambo,
Jachahuaín. Centros poblados: Tanín, Huanshá, Jircayaco, Gloguecancha. Distrito de Si-
llapatn. Pueblos: Silla pta. Caseríos: Puncurín, Goillarmarca, . Vista Alegre. Centros pobla-
dos: Ocros, Santa Rufina, Wariwaín, Chogopampa, Colpa, Sincopampa, Patarín, Casha-
rraga, Gueshgash, Hualorgaga y Pampahuayín. Distrito de Pachas. Pueblos: Pachas, Quiu-
Ilapampa, Pachgas, Bellavista. Caseríos: Gollumya, Buenos Aires, Pilluyaco, Isco, Tambo,
lrma-Chico. Centros poblados: Cruzpampa, Nunash, Aclahuayín, Tashgash, PampaC<tncha,
Gitga, Carhuancho, TaparacQ, Pincullo, Laoacocha, Regreg, Quisimachay y Wariwaín.
Distrito de Shunqui. Pueblos: Shunqui, Tunya, Cochapata. Caserío: San Juan. Centros po-
blados: Puquio y Wilcapuquio.
17 Los pueblos, caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVIN-
CIA DE HUAMALÍES, son: Distrito del Cercado de Llata. Pueblos: Libertad, Palanca. Ca-
seríos: Pampas del Carmen, Porvenir, San Cristóbal, Pampas del Progreso, Cochapata,
Huancabamba, Cancha bamba, Shauri, San Miguel de Queros, Ishanca. Centros poblados:
Chuyas, Irma Grande, Yanamachay, Huayu, Hualgoy, Colla Grande, Florida, Yanamachay,
Juturp, Shongo-marca, Jirca-Cancha, Surria. Distrito de Arancay. Puebles: Arancay, Huam-
poy, San Antonio de Tazo Chico. Caseríos: Huayllacancha, Querobamba, Santa Rosa de
Tazo Chico. Centros pO'blados: Catas, Coyas, San Pedro Alto, San Pedro Bajo, Huarmaoa,
Chihuangala. Distrito de Chavfo de Pariarca. Pueblos: Chavín de Pariarca, Quiprán, Pam-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 5 35

Proui11cia de Ambo: Ambo (L. 21 Octubre, 1912); Conchamarca


(L. 5 Setiembre, 1940); Caina (L. 21 Enero, 1871); Huácar (Regt. 12
Febrero, 1821) ; San Francisco de Mosca (L. 21 Setiembre, 194 3); San
Rafael (L. 21 Octubre, 1912); Tomayquichua (18 Diciembre, 1935);
San Juan de Colpas (L. 12.449, 24 Noviembre, 19 5 5) 18 •
Provincia de Marañón: Huacrachuco (Regt. 12 Febrero, 1821);
Cholón (L. 21 Octubre, 1912); Huacaybamba (Regt. 12 Febrero,
1821); Pinra (L. 2 Enero, 18 57); San Buenaventura (L. 31 Octubre,
1955) rn.
Provincia de Pacbitea: Panao (Regt. 12 Febrero, 1821); Chaglla
( L. 29 Noviembre, 1918); Molino (L. 29 Noviembre, 1918); Po-

pas. Caseríos: Micarí n, San MartÍn, Que ropa ta, San Antonio. Distrito de Tucas Grrrmh.
Pueblas : Jacas Grande, Cascanga, Andas. Caseríos: Carhuapata, Huacash, Vista Alegre,
Nuevas Flores, Mesapa t a. Distrito de Tircá11. Pueblo: Jircán. Caseríos: Urpish, Huancash, Che-
c¡uias, Ch apácara. Distrito di' Mira/lores. Pueblos: Mirafl ons, Pampa de Flores, Matacancha,
San J erónimo de Chonta. C aseríos: Saucey, Munayhu anca, Lincay. Centros poblados: Ja-
manga, Pu croj, P agri n , Cochayoc, Quice, Huamanchacra. Distrito de Monzón. Pueblos:
;\fonzón, Chipaco, Mont egrande. Ca se ríos: Mon zón Alto, Caunarapa, Sancán, Paccl1ac, Chau-
piyacu, San C ristóbal, C achicoto. Centros poblados: Tingo Chico, Huancarumi, Capi, Mon-
zón Bajo, Paucaco, Cuyaco, Muchcapata, Cashapampa, Tazo Grande, Rondos. Distrito de
Pr11íos . Pueblos: Puños, San Juan de Qu erosh, Buenos Aires, Villabamba, Illahuasi. Caseríos:
Poque, Pum acahuac, Buena Esperanza . Centros poblados: Huam achacra, Coyllarbamba. Distrito
de P1111chao. Pueblo: Pun chao. C aseríos: Chuquibamba , Pallalli, Jocoto, Rangracancha. Dis-
trito de Sin ga. Pu eblos: Singa, Viseas, Bellas F'lores . Caseríos: San José de Paucar. Centros
prhlados: Pampan, San Ped ro del Marañón, Santa Catalina , Santa Rosa . Distrito de Ta11f'a-
111ayo. Pueblos: T antamayo, P ampa-Florida. Case ríos: Goyllarbamba, Esperanza y Carpa.
18 Los pueblos. caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVINCIA
DE AJ\IBO , son: Distrito del Cl'rcado de Ambo. Pu eblos: Chaucha, AyanCC'cih•a, Huaylla,
Salapampa. Caseríos: Cochaqui llo, Huaracalla, Aclacancha. Distrito de Huárar. Pueblos: Huá-
ca~. Cochachinche. Angasmarca, Cochatama . Caseríos: Añay, Raccha , Huamish , Acobam-
hilla. Centros poblados: Chicopata, Huishca, Mantacocha, Buenavista , Quepatupe. Distrito
de Sa11 Rafael. Pueblos: San Rafael, Chacos, Matihuca, Ron dos, Cochacall a, San J oaquín.
Caseríos: Santa Ana, Maray, Ch acatama, Conch as, Churacá n. Centros Poblados: Ocucall a,
Huancall. Distrito de Caína. Puebl os: Caina, Quío, Parcoy, Utcus.h . C ase ríos: Masquín, Ya-
nac<cha. Centro poblado: Rondoni. Distrito de Toma y q11ich11a. Pueblo : Tomavquichua. Ca-
<eríos: Las Pampas, Lu cmas. Centros poblados: Armatanga, Hucchacanclrn. Distrito de San
Francisco de M osca. Pueblo: Mosca. C a~erí os : Rodeo, Quircá n. Centros poblados: Pulpo!,
Uchucyacu. Distrito de Conchamarca. Pueblos: Conch amarca, Ñausa . Centros poblados:
Yaurín, Ja tuncequia. Distrito de Colftas . Pueblos: Colp as, Yapac, Yamor, Coquín. Caserío:
Chucchuc. Centros poblados: Jircancancha, Huishilgo.
rn Los pueblos, caseríos y centros poblados de los act uales di stritos de la PROVINCIA
DEL MARAÑÓN, son: Distrito dl'/ Cercado de H11acrach11do: Vill a de Huacrachuco, capi-
ta l de la provincia. Pueblos: Huacaybamba, Pinra, San Buenaventura , Caján, San Pc,d ro
de Ghonta, Huaracillo, R ondobamba, Yamos. C anchabamba , Acobamba. C ase rí os : Tingo,
Sipay, Villao, Piso, Piru shto, Hu<lripampa, Huayatuma, Huichao, Quichiragra, Quillab amba,
Jaujín , Chi chipón. Centros poblados: Huamuchay, Chinchil, Paracay, Asay, Pauca, Fraile
Rumi, Huanchay, Tranca, Potrero, San Vicen te, Santa R osa, Cr:isnejas, S.anta Rosa de
Chingas, La Merced, Goch aca ra y La Nueva Unión.
5 36 HISTORIA DE HUÁNUCO

zuzo (L. 29 Noviembre, 1918); Umari (L. 29 Noviembre, 1918);


Honoria (L. 12.640, 2 Febrero, 19 56); y Puerto Inca (L. 12.640, 2
Febrero, 1956) 20 •
Tingo María: Rupa-Rupa (L. N 9 10.538, 9 Abril, 1946); Ma-
riano Dámaso Beraún (L. 27 Mayo, 1952); Luyando (L. 27 Mayo,
1952); Daniel Alomia Robles (L. 27 Mayo, 1952) y Hermilio Val-
dizán (L. 27 Mayo, 1952) 21 •
En la provincia de Huánuco, Margas obtuvo el título de Villa
por Ley de l9 de Setiembre de 1906, Ciudad por Ley de 10 de No-
viembre de 1943.
En la de Dos de Mayo, La Unión título de «pueblo fidelísimo"
por L. de 21 de Noviembre de 1829, Ciudad por L. de 5 de Febrero
de 1875. Huallanca, Pueblo por L. de 21 de Noviembre de 1839,
Villa por L. de 30 de Octubre de 1897, Ciudad por L. de 16 de Agosto
de 1920. Jesús, Villa por L. de 29 de Setiembre de 1914, Ciudad por
L. de 26 de Diciembre de 1944. Pachas, Villa por L. de 12 de Octubre
de 1891, Ciudad por Ley 26 de Diciembre de 1944. Quivilla, Pueblo
por L. de 31 de Noviembre de 1839.
En la provincia de Huamalíes, Llata, Villa por L. de 29 de Diciem-
bre de 1862, Ciudad, L. de 31 de Octubre de 1891. Puños, Villa por
20 Los pueblos, caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVINCIA
DE PACHITEA, son: Distrito del Cercado de Panao. Pueblos: Huanchag, Yanuna, Tomai-
rica, Alpamarca. Caseríos: Huaman, Huatuna, Quero, Tayagasha, Taulli. Centros poblado~:
Tirishuanca, Ticapampa, Coñaica. Distrito de Umari. Pueblos: Tambillo, Pinquiray, Cochas.
Caseríos: Panaococha, Auragsh:ry, Cucho, Ushmayo. Centros pobladcs: La Punta, Pavina,
Mantacocha, Raco, Huiyán, Tungra, Aurimachay. Distrito de Molinos. Pueblos: Molinos,
Callegán, Caján, Naupamarca. Caseríos: Huarichaca , La Linda. Centros poblados: Chin-
chaycocha. Distrito de Chaglla. Pueblos: Chaglla, Huacachi, Muña. Caseríos: Rinconada,
Santo Domingo, Yanano, San José, Santa Elena. Centros poblados: Chinchopampa, Agua
Blanca. Distrito de Pozuzo. Pueblos: Pozuzo, Puerto Mayro, San Antonio de Chinizo. Case-
ríos: San Salvador, La Prusia, Santa Rosa, Seso. Centros poblados: Cushi, Quitasol, R uayrur.
Distrito de Honoria. Pueblos: Puerto Honoria, Sargr-nto Lores. Caseríos: Miel de Ab<:>jas,
Bellavista, Progreso. Centros poblados: Aguas Calientes, Cético, Chonta Isla, Carvajal, Baños.
Distrito de P11erto Inca. Pueblos: Puerto Inca, Llullapichis. Caseríos: San Antonio, Santa
Teresa, Esperanza. Centros poblados: Puerto Ferry, Platanal, San Martín, Yanayaco.
21 Los pueblos, caseríos y centros poblados de los actuales distritos de la PROVINCIA
LEONCIO PRADO, son: Distrito del Cercado de Tingo Maria. Ciudad: Tingo María,
capital de la Provincia. Centros poblad os : Subte Chico, Picuro Yacu, Venenillo, Colp;:ir de
Bella, Subte Grande, Castillo Grande, Castillo Chico. Distrito Dámaso Beraún. Pueblos: Las
Palmas, capital. Centros poblados: Cayumba, Bella, Rondos, Chunatagua, Afilador, Inti.
Distrito Padre Luya11do. Pueblos: Naranjillo, capital. Centros poblados: Cajatambo, Shapa-
jilla, Tulumayo, Veneno, Locro, Aucayacu, Topa, Tres Esquinas, Sant a Rosa, Puerto Nieve,
La Roca, Huanganapampa, Anda, Bolainas. Distrito Alo111Ía Robles. Caseríos: Pumahuasi,
capital. Centros poblados: Río Azul, Plantación El Dorado, Pendencia , Delicias, Marena.
Distrito Herl//ilio Valdi::::án. Pueblos: Kilómetro 180, capital. Centros poblados: Plantaciones
Río Azul, Sinchono, Boquerón, Plantación Tea Gardens, La Divisoria, Previsto.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 537

L. de 7 de Diciembre de 1897, Ciudad, L. de 7 de Octubre de 1942.


Singa, Vilb, L. de 3 de Diciembre de 1913.
En la de Marañón, Huacrachuco, Villa, L. de 21 de Octubre de
1912. Huacaybamba, Villa, L. de 12 de Setiembre de 1921.
En la de Pachitea, P:mao, Villa por L. de Octubre de 1891, Ciudad
por L. R. de Agosto de 1920. Chaglla, Villa por L. de 2 5 de Julio de
1922. Pozuzo, Villa por R. de Julio de 1928.
En la provincia de Leoncio Prado, Tingo María, Pueblo por L. de
9 de Abril de 1926; Ciudad por L. de 27 de Mayo de 19 52.

::. * *
La implantación y el fomento de la enseñanza que beneficiase a
todos los sectores ciudadanos, fué el programa de los hombres que
organizaron la República. Por eso, apenas proclamad'.'.! la libertad
del Perú, el Gobierno por decreto de 23 de febrero de 1822, ratificado
luego por decreto de 21 de enero de 18 2 5, ordenó el establecimiento
de escuelas gratuitas de primeras letras en los conventos regulares;
las que debían ser regentadas por religiosos, bajo la supervigilancia de
los Prefectos. En ellas debían enseñarse conforme al «sistema lan-
casteriano o de enseñanza recíproca", que era el método en auge
del profesor Lancaster. Determinóse también, que funcionasen estas
escuelas mientras se instalasen las "escuelas centrales y los institutos".
En cumplimiento de esta orden, en la ciudad de Huánuco se abrió
una escuela "lancasteriana" de primeras letras en el local del Convento
de San Francisco, y regentada por los frailes de dicha congregac10n.
Pero, clausurados los conventos de religiosos por orden del Gobierno,
cerróse tal escuela de aprendizaje.
Censiderando que el extenso departamento de Junín, carecía de
un centro de enseñanza o escuela central, y existiendo bienes y rentas
suficientes de los conventos de frailes que se suprimieron en la ciudad
de Huánuco, en virtud de los Decretos Supremos de 28 de Setiembre
y 12 de Octubre de 1827; el Diputado por la provincia de Huánuco
Dr. D. Gregorio Cartagena, a la sazón Secretario de la Cámara de
Diputados, y el ex-Diputado don Manuel Antonio Valdizán, ambos
huanuqueños, se empeñaron en la creación de un Colegio, el que, al
modelo del de San Carlos de Lima, funcionaría en Huánuco, por enton-
ces capital del departamento de Junín.
Presentado el proyecto, el Congreso Constituyente lo sancionó
538 HISTORIA DE HUÁNUCO

el 2 O de febrero de 18 2 8; promulgándose como ley, el 4 de marzo


de dicho año, por el Presidente de la República Mariscal don José
de La Mar 22 •
Conforme al tenor de dicha ley, que le dió el carácter de "Colegio
de Educación Científica", en sus aulas debían "enseñarse las ciencias
naturales y el derecho, en sus ramas principales"; y se designó para su
funcionamiento el edificio del Convento de San Francisco, con fondos
y rentas de los conventos supresos de la ciudad de Huánuco.
El 22 de marzo de 1828, se encomendó al propio Dr. Cartagena
la factura de un proyecto de reglamento para el funcionamiento del
Colegio; el que, presentado, se aprobó por resolución de 28 del mismo
mes y año. Procediéndose luego, en Agosto, al nombramiento del Rec-
tor y Catedráticos; y recayendo el de Rector en el mismo Dr. Car-
tagena y el de Vicerector y Catedrático de Filosofía en Don José
Balado, y de Lengua Latina en don José Manuel Abarca.
Los bienes inmuebles de los conventos supresos -que eran el de
San Francisco, de La Merced, Santo Domingo y San Agustín- fueron
entregados al nuevo colegio por el Ecónomo y Administrador de los
mismos don Miguel de Aljovín; bienes que, entre rústicos y urbanos,
ascendían a 187 y con una renta anual de 81.11 O pesos 23 •

22 "El ciudadano Presidente de la República encarg.ado del Poder Ejecutivo. Por


cuanto el Congreso ha sancionado lo siguiente. - El Congreso General Constituyente del
Perú. - Considerando: Que el departamento de Junín carece de un Colegio en el que deben
enseñarse las ciencias naturales, 'Y el derecho en sus ramas principales. - Decreta: Art. 1Q -
Se establecerá en la ciudad de Huánuco, capital del departamento de Junín, un Colegio
de educación cientifica. - 2 9 - Se asigna para su establecimiento el edificio de San Fran-
cisco, los fondos y rentas de los conventos supresos de aquella ciudad. - Comuníquese al
Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir,
publicar y circular. - Dado en la sala del Congreso en Lima,. a 20 de Febrero de 1828. -
Manuel Tellería, Presidente.~ Marcos Farfán, Diputado Secretario. - Gregorio Cartagena,
Diputado Secretario. -tror tanto: ejecútese, guárdese y cúmplase. -Dado en la casa
del Gobierno, en Lima, .a 4 de Marzo de 182 8. - 9<;1 _José de La Mar. - Por orden de
S. E. - F. J. Mariátegui". Colee. de Leyes, Decretos, etc , por MARIANO SANTOS DE Qumós,
T . III, p. 14.
23 Respecto a los bienes y rentas de este centro de enseñanza, el Prefecto de Huánuco
don Ruperto Delfín, en 1874, escribía: "El Colegio de Minería fué establecido el año de
1828, adjudicándole fundos valiosos que tienen en el día más valor a consecuencia de que
habiend o cambi ~ do los arrendatarios las sementeras con el cultivo de caña de azúcar, se
hacen los t r aspasos ror el valor de 150.000 pesos sin que los Rectores hayan adelantado
en la merced conductiva un poco más sobre el que pagaban en años anteriores, como por
ejemplo la hacienda de Quicacán, que fué traspasada a don Eduardo· D yer por su señora
madre, conformándose el Rector con que le di era 4.000 pesos de laude.mio. - Del año 28
a esta fecha h an desaparecido la mitad de las fincas del Colegio, disponiendo los Rectores
sin t asa ni medida, sin dar cuenta a nadie y a su antojo, no sólo de sus entradas sino
también de los fundos. - Las haciendas más valiosas son Quicacán, Andabamba y Vichay-
coto, t odas pertenecientes al Colegio de Minería, y la primera fué traspasada en 1870 en
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 539

El 24 de Mayo de 1829 se inauguró con el nombre de "Colegio


de Ciencias de Huánuco", bajo el patronazgo de la Santísima Trini-
dad y la dirección del Dr. Gregorio Cartagena 24 • La ceremonia fué
solemne, con misa y asistencia de las autoridades política, judicial,
eclesiástica, militar y del vecindario «más visible", como se dice en el
acta respectiva 25 •

120.000 psos. - El haber entregado a los Rectores sin intervención del F1sco, ha causado
un desfalco grande a los capitales de esos fundos. - El monto de las propiedades del Colegio
de Minería, cuyo valor apr oximadamente se conoce, es de un millón de soles que redubita
por el mal manejo de que se ha hecho uso, la suma de 4. 5 99 soles anuales". Memc1ria que
presenta el Prefecto que suscribe al señor Ministro de Gobierno, acerca de la estadística
del Departamento Fluvial de Huánuco, correspondiente al año de 1873. "El Peruano", Lima,
29 de Mayo de l 874.
24 Desde su instalación, con su primer Rector el Presbítero Dr. Cartagena, que antes
de ser diputado y rec t or fuera cura párroco de Huácar, el colegio ha tenido los siguientes
directores titulares, cuya mayoría fué designada sin concurso de méritos, lo que siempre
trajo el desprestigio de los maestros y la ineficacia de la enseñanza: Agustín Ratto,
(1831-1832, 1835-1836. 1837-1844); Manuel Villarán (1832-33); Juan Bautista Guzmán
(1833-1834, 1845-1847), Mariano Dámaso Beraún (1848-1850, 1861, 1877-1879); Mariano
Taboada (1851-1852, 1854); N. Lozano (1855); Eugenio Morán (1856-1861, 1863-
1867); Fernando Trujillo (1870-1876); Carlos A. Ramírez (1879); David J. Pinto (1892-
1893); Manuel L. Hohagen (1895-1899, 1888-1891); Víctor M. Maúrtua (1892-1893);
Juan C. Huapalla ( l 888, 87, 91); Carlos Vega Zanabria ( 1908); Juan E. Buttgenbach
(1909-19II, 1918); Telésforo Ortecho (1912-1914); Emilio Silva Santisteban (1914-1915),
Francisco Pérez Rosas (1919); Antonio Alvarado (1920-1922); Luis Gálvez (1922-1924);
Gerardo Calder·Ón (1924-1927); A. Rivera y de Piérola (1927-1929); Guillermo Wissenecker
(1930); Vitaliano A. Santos (1931); Emilio Lizárraga (1932); César V. Lira (1933). En
forma accidental sirvieron de directores, Cirilo Roja·s Lajara, Juan M. Figueroa, Ezequiel S.
Ayllón, César O. Cubillus, Juan M. Robles, Aurclio C. Cárdenas, Alfonso Tello Cubillus y
otros.
25 Acta de su instalación: "En nombre de la Santísima Trinidad, Tutelar del pre-
sen te establecimiento. En la ciudad de Huánuco, Capital del departamento de Junín, en
veinticinco días del corriente mes de mayo de 1829, a virtud del soberano decreto del Con-
greso Constituyente pronunciado en veinticinco de febrero de l 828, ordenando el estableci-
miento de un Colegio de Ciencias en esta ciudad, en el Convento supreso de San Fran-
cisco, asignándole la renta de los demás supresos en ella y a virtud de las disposiciones ema-
nad.as del Supremo Gobierno, de las que a su tenor han procedido del General Prefecto del
Departamento don Francisco de Paula Otero, para su propia plantificación, congregados
en su capilla interior, el Subprefecto de la Provincia don Pedro Antonio Echegoyen; el
Juez de Derecho, don José Gregorio de la Mata; el Administrador de Correos, don Manuel
Alcarraz; el General de Cívicos, don Eduardo Lucar; el Vicario de la Provincia, don Ma-
nuel Herrera; el Cura propio, don Pedro Echegaray; la Honorable Municipalidad y Alcaldes
de ella, don José Espinoza y don Toribio Villar, con las demás clases del clero, milicias y
vecindario de esta ciudad, con asistencia del Rector nombrado don Gregorio Cartagena; el
Vi:errector y Catedrático de Filosofía. den José Balado; el de la Len gua L at ina, don José
Manuel Abarca; el cuerpo del Colegio, con los doce jóvenes agraciados con las becas de su
instituto, declaró el dicho Subprefecto en fuer za de los documentos que se leyeron, quedar
establecido el citado Colegio, bajo la inspección y cargo de sus inmediatos Rectores, como
lo había dispu esto el Supremo Gobierno, y allanada la enseñanza pública de las ciencias a
Jos que desean estudiarla y q;ue en su consecuencia debía comenzar el curso de Filosofía, el
540 HISTORIA DE HUÁNUCO

Las clases comenzaron a dictarse, días después, con la asistencia


de 12 alumnos que resultaron "agraciados con las becas del instituto".
Con algunas clausuras temporales, ocasionadas por la muerte del
Vicerrector Balado, la renuncia del Dr. Carta gen a ( 18 3 O) y las repa-
raciones de su local ( 18 3 1) , ( 18 3 5- 18 3 7) , el Colegio prosiguió en su
función educativa.
Por 1832, aparece con la denominación de "Colegio de la Virtud
Peruan:i.", nombre que se cambió por otro. Pues, por ley de 8 de julio
de 1846, el "Colegio de la Virtud Peruana" se transformó en "Escuela
Central de Minería", aumentando sus rentas con 200 pesos del tesoro
p{1blico por cada alumno que viniera de otros departamentos a adqui-
rir instrucción profesional. Para esta su nueva reapertura que tuvo
lugar el 2 8 de Julio de 1848, se refeccionó ampliamente el local, se
le dotó de implementos y se saneó sus rentas, gracias a la intervención
del Prefecto de Junín el científico doctor don Mariano Eduardo
de Rivero y Ustáriz, y al empeño y a la filantropía del Subprefecto
de Huánuco don Antonio San Miguel. En efecto, Rivero y Ustáriz
entre otras comisiones, nombró una junta encargada de la reorgani-
zación de sus rentas, compuestas de don Basilio Govea y M. Cáneoa,
que formularon un margesí de sus bienes con arreglo a sus titula-
ciones y una nómina de las cuentas de sus deudores, a los que cobra-
ron las cantidades atrasadas. Se constituyeron nuevos salones para
exámenes, conferencias, gabinetes de Física y laboratorios de Química;
f:.ichada del local, arquerías, etc.; obras que duraron de 1846 a fines
de 1847, con el costo de 9.3 50 pesos que fueron cubiertos por el Sub-
prefecto San Miguel de su propio peculio. Los aparatos para los gabi-
netes de Física, Mineralogía y Ouímica fueron encargados por el
Dr. Rivero y Ustáriz a París, a la casa Lerebuer y Secretan, por la
suma de 13.823 pesos y 5 reales 26 . Estos útiles de enseñanza acondi-
día lunes a este acto, actuando el Escribano Público de esta ciudad, don José Manuel Tello,
('V lo firmaron). - Pedro Antonio Echegoyen. ~José Gregario de la Mata. - E. Lucar. -
Juan M. Alcarraz. - Manuel de Herrera. - P. Echeiarav. - José Espinoza. - Toribio
Villar. - Gregario Cartagena. ~ José Balado. - Manuel de Abarca. - Ante mí José
M ~ nuel Tello". (De "El Colegio Nacional de Minería en su primer centenario". Conferencia
sustentada r or d Secretario del Colegio Nacional de Minería, señor Rafael Irigoyen Garay,
en la celebración del centenario de su instalación, el 24 de mayo de t 929. "Serranía", Huá-
nuco. iunio-agosto, 1929, p. 31).
20 El sabio Rivera y Ustáriz refiere de su actuación: "Cerróse en la Ciudad de Hu:í-
nuco el colegio de La Virtud Peruana para reemplazarlo con el establecimiento de la Escuela
Ce11tral de Mi11el"Ía, y con e~te moriv-o nombré una comisión que arreglase su archivo, y po-
niendo en claro la5 acciones q ue dicho colegio tenía dvidadas, hiciese efectivas las sumas
q ue Ir cl ebían p 0r réditos -resultando que se obtuvo, en parte, por lo que hace al pago de
cantidades atrasadas-. Pero, formado el presupuesto de lo que había que invertir en la
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 541

cionados en 72 cajones, los recibió el Colegio en Mayo de 18 5O; habién-


dose extraviado 4 cajones del total de 76 27 •
En julio de 1848, volvió a funcionar con un nuevo reglamento y
como ((Colegio Central de Minería" y con la categoría de Colegio
Mayor o Universidad Menor, calidad con la que persistió hasta 1892,
que estuvo bajo la dirección del Dr. D. Víctor Manuel Maúrtua;
año aquel en que vino a llamarse «Colegio Nacional de Minería"
con que se le conoció hasta el 15 de Julio de 1932 en que se le puso
el nombre de ((Colegio Nacional Leoncio Prado", en homenaje al
héroe de Huamachuco, y ex-alumno: Coronel Leoncio Prado. Y ele-
vado de categoría, en 1957, llámase hoy "Gran Unidad Escolar Leoncio
Prado" 28 •
Pedagógicamente juzgado, el Colegio nació como centro de ins-
trucción específica: la enseñanza de la ciencia y el derecho en sus
ramas principales. Pero el plan de estudios era el que correspondía al

reconstrucción de salones para las colecciones de instrumentos y minerales y el laboratorio


químico, se vió que sobre necesitarse diez a once mil pesos, se tardaría mucho en estos tra-
bajos por faltar maderas prontas y adobes, y por hallarse muy adelantada la estación. -
Previo pues el parecer favorable de una Junta de los primeros vecinos, y mediante la una-
nimidad de votos, me dirigí al Gobierno expresando por qué sería menos costoso y más
cómodo comprar y apropiar la casa de D. Manuel Echegoyen para el proyectado estableci-
miento. No logrando resolución alguna suprema que me autorizase para dicha compra, mandé
se reconstruyese el antiguo Colegio, que es en el que reciben .hoy educación una porci.ón de
jóvenes. - (Las colecciones de instrumentos de física, minerales y laboratorio las hice traer
de Europa y se hallan hoy día en el establecimiento. Costaron más de 5.000 pesos.) Colecdó11
de Memorias Científicas, Agrícolas e Industriales, etc., T. 11, p. 188.
27 "El Colegio Nacional de Minería en su primer centenario. - Conferencia sustentada
por su Secretario Rafael lrigoyen Garay. "Serranía", julio-agosto, 1929, p. 31. ~ Del triste
estado en que se hallaban los instrumentales adquiridos para dicho centro de enseñanza, es-
cribí a, en 1874, el ya nombrado Coronel Delfín. "Se compró en Europa un laboratorio com-
pleto de Química q,ue importó un caudal, poco es lo que existe, tanto por el descuido para
manejar los instrumentos, por cuyo motivo se han ro·t o, cuanto porque el Gobierno no ha
inspeccionado debidamente este Establecimiento. Si después de haberse formado el Departa-
mento se ha desobedecido a los Prefectos, ¿qué no habrían hecho cuando era Provincia con un
Subprefecto, sin la fuerza necesaria para hacernos respetar? De la colección de metales y re-
tortas, existe muy poco y ni se sabe cuánto falta. - La sala de Química estaba en poder de
un es jovenes que jugaban todo el día con los instrumentos electro-magnéticos en la época del
doctor Taboada". Memoria que presenta el Prefecto, etc., cit., "El Peruano", 29 de mayo,
1874.
28 Para su elevación a "Gran Unidad Escolar", lo solicitó en su Cámara, Sesión del
día 9 de octubre de 19 5 6, el autor de este libro, ex alumno del nombrado Colegio y actual
Senador por el departamento de Huánuco. Con la adhesión del Senador Dr. Víctor E. Vivar,
también ex alumno de dicho centro de enseñanza. ("Legislatura Ordinaria de 19 56. Diario
de los Debates del Senado. 29 Volumen. p. 587). La Resolución pertinente firmada por el
!\-finistro de Educación Pública Dr. Jorge Ba.sadre Groman, N9 3458, es de 25 de marzo de
1957. - La "Gran Unidad Escolar Leoncio Prado", cuenta hoy con 14 secciones en los
5 años secundarios, con un total de 5 59 alumnos, y 23 profesores.
542 HISTORIA DE HUÁNUCO

bachillerato de los llamados Colegios Mayores o Universidades Me -


nores. Se dictaron, pues, en sus aulas: Filosofía, Latín, Derecho Na-
tura!, Matemáticas y Música, en sus cursos más avanzados 29 • De aquí
la ilustración más humanística y literaria de los que pasaron por
su seno, y, pese a la cultura científica que se pretendió dar y para
cuyo fin se creara. Su prestigio de centro educacional cundió, a fines
del siglo pasado, por la región central del Perú. Y por ello que viniesen
a sus aulas en busca de conocimientos, alumnos procedentes de Ancash,
Tarma, Cerro de Paseo, Moyobamba y Mainas. Salieron de sus aulas
hombres de saber y de conducta. Crisol en que se fundió el alma mater
de la "huanuqueñidad". Fueron sus directores algunos distinguidos
maestros, ejemplo de dignidad y patriotismo, como Bartolomé He-
rrera, y sus alumnos lo más selecto de los huanuqueños de la ciudad
y departamento. Muchos de los que, con el tiempo, fueron sabios,
héroes, eminentes hombres públicos, escritores artistas e industriales.
Todos los que han transportado el nombre de la ilustre ciudad más
allá de los linderos departamentales 30 •
Aparte de la instrucción superior, establecióse escuelas de pri-
meras letras y de artesanía.
Pues, el propio doctor Rivero y U stáriz decretó el funcionamiento
de escuelas "de primeras letras en los pueblos de Panao, Santa María
del Valle, Quera, Acomayo ( Caina, Huácar), rentados con los fondos
"de propios", el valor de las licencias de toros y bailes, y el de las
"tierras sobrantes" 31 • Por esos años se estableció una Escuela de Arte-
sanía en el local de la ex-Compañía de Jesús, dirigida y mantenida
por el gremio de artesanos de Huánuco; y de cuyo seno salieron los
mejores obreros y artesanos de la ciudad, en el siglo pasado.
Pero los establecimientos de instrucción, no ·se limitaron a la pro-
vincia de Huánuco y jurisdicción. El Apoderado Fiscal de Huamalíes
José María Benjamín, refería en su informe de 18 52, que se habían
abierto escuelas para hombres en: Llata, Pachas, Aguamiro, Huallanca,
Singa, Chavín y Huacaybamba, abonadas por el Estado; y la de

29 Sepamos qué materias se dictaban en dicho Colegio, en 1873: Gramática, Geografía,


Relig~ón, Filosofía, Matemáticas, Derecho Natural, Fran cés, Música. La renta que se abo-
naba a los docentes era: Rector S. 100; Vice-Rector, S. 80; cada profesor, S. 20. Memoria
que presenta, etc., cit., "El Peruano", 29 de mayo 1874.
30 Fueron alumnos del histórico centro de enseñanza, los huanuqueños: Mariano Ignacio
Prado, Mariano Dámaso Beraún, Juan Esteban Ingunza Bazualdo, Luciano y Luis Benjamín
Cisneros, Leoncio Prado, Augusto Durand, Hermilio Valdizán, Saturnino Vara Cadillo, los
hermanos Figueroa San Miguel, César O. Cubillus, Adalberto Varallanos y otros.
3:1 Colección de Memorias Científicas, etc., T. cit., p. 186.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 543

mujeres de Huacrachuco, pagada por las rentas comunales de aquella


población 32 •
El afán de la administración republicana, fué también dotar a
Huánuco de un centro de enseñanza para mujeres. El año de 1846,
el Prefecto doctor Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz estableció
en la ciudad una "escuela de niñas en el convento supreso de San
Agustín", para cuyo objeto se hizo ciertas reparaciones necesarias,
sin gravar "los fondos públicos", llamado "Colegio de Educandas" 33 • En
1873 este Colegio estaba regentado por la doctora doña Juana Gu-
tiérrez de Ordóñez, y su personal compuesto de la expresada Direc-
tora, don Manuel D. Ayllón y don José J. Ordóñez 34 •
El propio año 73, en la ciudad de Huánuco, funcionaban dos
escuelas fiscales: una de varones y otra de mujeres, a las que «concu-
rrían de 160 a 200 alumnos". Y en todo el departamento llegaban
a un total de 49 escuelas de varones y 4 de niñas; todas sostenidas

32 Informe que presenta al Supremo Gobierno al Apoderado Fiscal de la Provincia de


Huamalíes, José María Benjamín, 20 de diciembre de 1852.
33 "Esta casa de enseñanza -dice Rivero y Ustáriz- contaba con las rentas siguientes:
1 9 , las que producían las pocas fincas que cedió al Beaterio; 29 , 300 pesos asignados sobre
la coca por el Supremo Gobierno, en 8 de julio de 1846, a invitación de la Prefectura;
39, dos pesos que satisfacía cada niña externa, y media onza de cada interna. - Vista
la insuficiencia de estas rentas para dotar otras clases de enseñanza que debían crearse,
opinó la Prefectura se impusiese el gravamen de un peso en carg;a de cascarilla que ya tenía
cierta extracción en aquellas montañas, y se adjudicase a tan noble objeto, en que convenía
el especulador de entonces. - Contaba el establecimiento con 32 niñas y cada día le llegaban
ot ras de las provincias". - "Colecc. de Memorias Científicas, etc.", cit., p. 189. - El ilus-
tre Prefecto Rivero y Ustáriz, en los renglones que titula Apuntes histórico-estaáísticos
sobre, el departamento pernano de Junín, nos da también la relación de las obras que reali-
zara. A saber: la adjudicación para el Hospital de Huánuco del "tomin 'Y novena. y medio
de las Provincias de Huánuco y Huamalíes"; el establecimiento de una Botica; la refacción
de la Iglesia Matriz; la construcción de los puentes del Tingo, Tomayquichua, Huaylla y
de Ambo; la reparación del camino de Cerro a Huánuco, particularmente en el "paso
de Canpanaisquisca"·; la construcción de cementerios en todos los pueblos del Departamento,
hasta cuya fecha daban a sus muertos sepultura en las iglesias, la difusión del cultivo de
la morera; y se reparó la acequia principal que proveía de agua potable a la ciudad, con un
costo de 1.500 pesos. Bajo su administradión se construyó, asimismo, la pila de granito de
la Plaza de Armas de Huánuco, costeado por el señor Eduardo Lúcar. Colee. cit., p. 191.
34 Las materias cursadas en dicho Colegio Nacional de Niñas, en el año 1874: Reli-
gión, Historia Sagrada, Aritmética práctica, Analogía, Sintaxis castellana, Ortografía y
Prosodia castellana, Geografía universal, Geografía del Perú, Historia política del Perú,
Economía doméstica, Urbanidad, Dibujo lineal, Música teórica y práctica, Costura, Bor·
dados, marcados ·y flores de mano.- Memoria de la visita que ha practicado el Prefecto
del Departamento de Huánuco. Provincia del Cercado. Huánuco, 10 de Julio de 1874.
Ruperto Delfín. "El Peruano", Lima, 5 de Agosto de 1874.
544 HISTORIA DE HUÁNUCO

con los fondos fiscales, a excepción de la de niñas, de Huácar, cos-


teada por las rentas especiales de esa comunidad 35 • •
También, por tales años, doña Mercedes Aguero de Potomeski
fundó una escuela para niñas, que tuvo corta duración.
En 1866, el Presidente Provisorio Coronel don Mariano l. Prado,
decretó el establecimiento del "Colegio N acional de N iñas", que no
funcionó por falta de fondos públicos. E igual suerte corrió, por
entonces, el "Colegio de Educandas", que cerró sus puertas por ca-
rencia de rentas. Para subsanar esta falta en la ciudad, en 1888, la
señorita Melania Estela, con la cooperación económica de don Leo-
nidas Ingunza, estableció el "Colegio de Niñas del Sagrado Corazón de
Jesús", que funcionó pocos años, clausurándose por la muerte de su
fundadora, y cuyo alumnado se fusionó con el del "Colegio de la Inma-
culada Concepción", que se fundara en 1880, regentada por religiosas,
y el que hasta hoy prosigue en sus labores. A fines de 1800, funcio-
naba una Escuela Municipal para Mujeres, que se instaló en el local
llamado de la Compañía, antigua residencia de los Jesuí tas.
En lo que corre de este siglo, en 1926, se abrió la "Escuela Voca-
cional para Niñas", bajo la dirección de religiosas salesianas. En 1943
se estableció el Colegio Nacional para Mujeres "Nuestra Señora de
las Mercedes", creado por Resolución Suprema N 9 1512, de 2 5 de
mayo de dicho año; establecimiento que comenzó a funcionar con tres
secciones, bajo la dirección de doña Hortencia Alva Saldaña. (Varios
años existió una Sección Femenina en el Colegio Nacional de Varones,
de Minería).
Funcionan también, en la ciudad de Huánuco, el Instituto Indus-
trial N 9 19 "Hermilio Valdizán", que se creó por Resolución Suprema
de 15 de mayo de 1946, año que abrió sus aulas; .y el Instituto Nacio-
nal Comercial Vespertino N 9 15. Y en la ciudad de La Unión el
colegio Nacional Mixto "La Unión", creado por Ley 10.419 de lQ de
marzo de 1946, que comenzó sus labores en junio de tal año; y el Ins-

35 Las escuelas para niñas funcionaban en: Aguamiro, Llata y Huácar. Las de varo-
nes, en la provincia de Huánuco en: El Valle, Cascay, Ohurumbamba, Malconga, Pachabamba ,
Quera, Llacón, Pomacucho, Chaulán. En la de Huamalíes: Llata, de varones y mujeres,
Arancay, Chavín, Singa, Miraf!ores, Puños. En Dos de Mayo: Aguamiro, de varones
y mujeres, Huallanca, Pachas, Jesús, Chupán, Chavinillo, Obas, Monzón, Huacrachuco
Dice el Prefecto Delfín: "La asistencia media de los alumnos en los pueblos es de 3 5 por
escuela, cuyo número disminuye en tiempo de cosechas, que por lo regular se efectúan en
los meses de Julio y Agosto. La renta asignada por el Presupuesto General de la República
a cada Preceptor es de 50 soles y de 2 5 a los interinos". Memoria que presenta el Prefecto,
etc. Memoria de la visita que ha practicado el Prefecto del Departamento de Huánuc()
etc., cit. "El Peruano", 5 de Agosto, 1874.
India tejed ora. D escendiente de los Chupachos, en un lugar próximo a las selvas del Huallaga. (Foto-estudio: Von Breymann. )
Paisaje de la s selvas huanuqueñas, atravesa do por la carretera. (Foto-est udio : Von Breymann .)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 545
tituto Agropecuario. En la ciudad de Llata, el Colegio Nacional «Hua-
malíes", reabierto por Resolución Ministerial NQ 1958 de 23 de febrero
de 1957, a solicitud del Senador Dr. Víctor E. Vivar; y el Instituto
Industrial NQ 27 36 •
Actualmente, existen en el Departamento de Huánuco, 581 escuelas
fiscales de instrucción primaria, entre las que se cuentan 8 Jardines
de Infancia, 5 Pre-vocacionales y 6 nocturnas, con 987 maestros, 11
especiales, 12 técnicos, 12 empleados y 7 inspectores de Educación y
34.973 alumnos 37 •

Desde que se estableció la República en el Congreso Constituyente


de 1822, el gobierno emana del pueblo y se ejerce por los poderes Eje-
cutivo, Legislativo y Judicial. El Ejecutivo está representado por el
Presidente de la República, que personifica a la Nación, y el Legislativo
está formado por los senadores y diputados, que constituyen el Congreso
Nacional, y representan a los pueblos. Los componentes de ambos
poderes, son elegidos en comicios por la ciudadanía hábil, en los depar-

36 Al Colegio Nacional "La Unión'', concurren 163 alumnos (Var. 93, Muj. 70).
Al Colegio "Huamalíes", asisten 44 (V ar. 15, Muj. 29).
37 Los maestros, según su sexo: hombres 404, mujeres 5 83. Alumnado, según su sexo:
hombres 23 .O 53. mujeres 11.920. - La distribución de las escuelas fiscales por provincias
'f grados, es como sigue: Huánuco: 93 escuelas (10 de 29 grado de varones, 4 de 29 Grd.
de mujeres, 8 escuelas de ler. Grd. Var., 11 de ler. Grd . . Muj., 5 5 Mixtas, 2 Jardines de
Infancia, 3 Nocturnas), con 179 maestros, 1 profesor especial, l empleado y 1 Inspector
de Educación.~ Dos de Mayo: 154 escuelas (24 de 2 9 Grd. de varones, 18 de 2 1' Grd.
de mujeres, 12 de ler. Grd. Var., 23 lcr. Grd. Muj., 70 Mixtas, 4 Jardines de Infancia,
3 Pre-vocacionales), con 261 maestros, 3 profesores especiales, 8 técnicos, 5 empleados y
un Inspector de Educación.-Huamalies: 102 escuelas (10 de 2 9 Grd. de Var., 10 de
2 9 Grd. de Muj., 56 Mixtas, 1 Pre-vocacional, 1 Jardín de Infancia), con 146 maestros,
2 profesores, 3 técnicos, '4 empleados y un Impector de Enseñanza.~ Ani-bo: 77 escuelas
(6 de 2 9 Grado Varones, 3 de 2 9 Grado Mujeres, 9 de ler. Grado Varones, 14
de Primer Grado Mujeres, 43 Mixtas, una Nccturna), con 13 2 maestros, 2 profesores
especiales, l empleado y un Inspector de Educación. - Pachitea: 69 escuelas (9 de
2 9 Grd. de Var., 6 de 29 Grd. Muj., 4 lcr. Grd. Var., 7 ler. Grd . Muj., 42 Mixtas,
l nocturna), con 100 maestros, 2 profesores especiales y un Inspector de Educación. -
Mara1íón: 58 escuelas (6 de 2 9 Grd. Var., 2 de 2 9 Grd. Muj., 7 ler. Grd. Var., 11
lcr. Grd. Muj., 30 Mixtas, 1 Jardín de Infancia, 1 Pre-vocacional), con 93 maestros,
l técnico, 1 profesor especial, 1 empicado y un Inspector de Educadón. - Leoncio Prado :
28 escuelas de 2Q Grd. Var., 2 de 2 9 grd. Muj., 2 de ler. Grd. Var., 2 de ler. Grd.
Muj., 17 Mixtas, l Nocturna, 1 Jardín de Infancia, con 56 maestros, 1 profesor especial
'f un Inspector de Educación. (Anuario Estadístico del Perú, 1954. Presupuesto General
de la República. Año 1957).
546 HISTORIA DE HUÁNUCO

tamentos y provincias, por un período de tiempo que duran sus man-


datos.
Todas las Cartas Políticas, han proclamado esta estructura del ré-
gimen republicano y democrático; con la independencia de los tres
poderes, la garantía y el respeto de los derechos del hombre, la libre
emisión y juego de las ideas, el derecho de elegir y ser elegido, etc. Par-
ticularmente en lo que atañe a esta última institución, se ha establecido
el sufragio popular y la validez y libertad del voto, emitido directa o
indirectamente, en forma secreta o pública.
En nuestra vida republicana, hasta 189 5, se ejerció el sufragio in-
directo. Interviniendo las autoridades políticas en la confección de los
Registros Electorales, a base de los mayores contribuyentes; las Muni-
cipalidades, para la entrega de las credenciales; y el Congreso, para
determinar la validez de dichas credenciales. Y, sobre todo, primaba
en este sistema las mesas de sufragio, las que formaban el organismo
electoral antes de emitirse el voto, el mismo día de las elecciones y en
presencia del electorado; y de aquí las violentas y hasta sangrientas es-
cenas de la "toma de mesas" por los bandos contendientes.
Por ley electoral promulgada el 20 de noviembre de 1896, se esta-
bleció el voto secreto y público, con el sólo requisito de saber leer y
escribir. Y se crearon las Juntas Provinciales y Departamentales, cuya
proclamación de diputados triunfantes era definitiva, y la Junta Elec-
toral Nacional, que formaba los padrones electorales y proclamaba a
los senadores; encargándose de la recepción y escrutinio del voto los
mayores contribuyentes, designados previamente por la Junta Electoral
Nacional.
Después de esta ley, se han dictado otras, con variantes no sustan-
ciales en cuanto a sus organismos y funcionamiento; y con las que
han venido realizándose, hasta hoy, los procesos electorales.
Pero, pese a los preceptos constitucionales y a las leyes, la mayoría
de los militares victoriosos y algunos criollos caudillos civiles que, antes
o después de 1870, gobernaron el Perú, implantaron un verdadero t•ca-
ciquismo político", o el gobierno del más fuerte o audaz, sin escrúpulos,
para el solo efecto de conservar el poder y mandar, como dice Bunge;
e impusieron su omnipotente voluntad, designando a sus sucesores o
llevando al Parlamento a sus amigos y a miembros de grupos adictos,
para contar con un Congreso sumiso, incondicional y servil. Y con este
objeto montaron una maquinaria ad-hoc, designaron funcionarios con
instrucciones previas para realizar el fraude electoral, dándole aparente
legalidad, gracias a los reglamentos elaborados por los "juristas criollos".
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 547
Por este ilegal, antidemocrático y dañino sistema, la renovac1on del
Presidente y representantes a Congreso, en la práctica, se efectuaba en
Lima; ya que, las designaciones, la "lista oficial" se elaboraba en ella;
sin importar la calidad moral, la ilustración o siquiera el lugar del naci-
miento, sino la incondicionalidad del candidato; realizándose en pro-
vincias sólo un simulacro de elecciones, una fórmula que había que
llenar por el dictado de la ley y la fuerza del poder. Y si pese a todo
ello, se imponía la voluntad popular, había que desconocerla, decla-
rando la nulidad de los comicios.
Este enraizamiento de la "política criolla", debióse y aún se debe a
la falta de partidos organizados, que actuaran abiertamente en la vida
de la nación. Es verdad que desde los primeros días republicanos, cam-
pearon las ideas políticas: el conservadorismo y el liberalismo, que, a
mediados del siglo pasado, tuvieron a sus más altos exponentes en
Herrera y los Gálvez, verbigracia. Pero ello fué un debate de ideas,
que repercutió, no cabe duda, en la estructuración de nuestras leyes
fundamentales; ideas esgrimidas por una élite intelectual, de notables
juristas y legisladores, que, a la larga, resultaron colaboradores de esos
"gobiernos criollos".
Sólo en 1870 se formó el Partido Civil, con un programa y un plan
de acción. Y a fines del 800 irrumpieron, vigorosamente, los partidos
Demócrata, Constitucional, Liberal, Radical y otros; llevando como
plataforma eleccionaria y de gobierno: el voto público directo y obli-
gatorio, la supresión del tributo personal, la educación pública, la me-
jora de la administración estatal, el federalismo o descentralismo, etc.
De las pugnas políticas, fué la más tenaz cuando don Nicolás de
Piérola se enfrentó a Cáceres y su Partido Constitucional, en la aspi-
ración del poder, provocando la Coalición Nacional de 1894, en la que
formaron los partidos Civil, Demócrata, La Unión Nacional y el Li-
beral, éste fundado por el belicoso político huanuqueño don Augusto
Durand, en cuya declaración de principios se consagró el respeto a los
derechos humanos, las libertades públicas, el federalismo y demás.
Huánuco y sus hijos no fueron ajenos al debate de las ideas, a la ac-
ción de los partidos políticos, ni a la práctica de sus clásicos métodos elec-
cionarios. La ciudadanía se dividió, pues, allá en favor de los hombres de
sus simpatías o de los programas, surgiendo militantes de los partidos
Demócrata, Constitucional y Liberal. Particularmente este último tuvo
el mayor número de adeptos, dada la prestancia de su fundador Durand
y sus múltiples vínculos en la ciudad y provincias. De aquí también,
que el caudillo liberal haya hecho de Huánuco el centro de sus opera-
548 HISTORIA DE HUÁNUCO

ciones y que sus famosas "montoneras" procedieran, en mayor número,


de sus pueblos; cuyos hombres, como veremos más adelante, con la agra-
vante del medio y de su psicología primitiva, agudizaron sus pasiones
hasta provocar sangrientos sucesos en 1895 y 1899, en las provincias de
Huánuco, Huamalíes y Dos de Mayo 38 •
Por el empleo de los métodos de nuestra "política criolla", ya ex-
puestos, desde los primeros Congresos del Perú a estos años que vivimos,
muchos senadores y diputados por Huánuco y sus provincias, fueron
gentes extrañas a su suelo, sin responsabilidad ante el electorado, que
no fuera las pequeñas prebendas para sus "capituleros", sin ilustración
o conducta cívica, y los más que ni siquiera conocieron el territorio
que representaron. Pese a ello, repetimos, obtuvieron el "triunfo", mer-
ce-d a las componendas de las camarillas de Lima, donde se les había
designado, en el "reparto de las provincias" por el fraude impuesto
oficialmente 39 • Si no fué así, lograron la representación quienes habían
hecho mejor uso del aguardiente, la pachamanca y la coca 40 •
Por eso mismo, en nuestra vida republicana, pocos senadores y dipu-
tados por Huánuco y provincias ostentaron prestigio, ilustración y ho-
nestidad. Y pocas fueron también las elecciones libres y honestas. Entre

38 Ver en este libro: Capt. VI: Gobierno y organización social bajo la República;
Los acontecimientos políticos de 1894, etc.
39 Uno de los comicios más repudiado por sus métodos de brutal coacción y
estudiado fraude, fué el que se realizó en 1950. Los candidatos de mayor popularidad que
constituyeron una Lista Independiente, fueron descalificados por documentos fraguados por
las autoridades políticas. Los miembros de la Junt:I. Electoral Departamental y los de las
mesas receptoras de votos, fueron designados, con instrucciones previas, para dar el triunfo
a las que componían la "Lista Oficial", confeccionada en Lima. Jamás se humilló e infamó
a la ciudadanía huanuqueña y a las leyes, corno entonces. La historia la ha calificado ya
corno el más bárbaro atentado contra los principios democráticos. Entonces fueron "elegidos":
Senador: Ernesto Ruiz Rolando; Diputados: Lincoln Pinzás Gallardo, Hurnberto Ponce
Ratto, Víctor Funegra Trujillo, Luis Repetto Rarnírez, Et.he! Rabaza Rarnírez y Ruperto
Cuculiza Vélez de Villa.
40 Método tradicional entre los indígenas de las provincias de Huánuco, Dos de
Mayo, Huarnalíes, Ambo y Marañón, es el empleo del aguardiente, la coca y la pachamanca,
para la obtención de los votos en favor de un candidato. El procedimiento, que constituye
un verdadero cuadro folklórico, es el siguiente: en la víspera de la fecha señalada para
las elecciones o en el propio día, los · capituleros o agentes de los candidatos, concentran a
los electores en un local, con el señuelo de un banquete (pachamanca), y les entregan votos
con la consigna de depositarlos en el ánfora y trner ante ellos los de los contrarios. Al
entregar estos votos, reciben una botella de licor ("shacta"), 5 ó l O soles, más un almuerzo
o Pachamanca. Por eso, en los días pre-electorales, cruzan por los caminos de los pueblos
grandes cantidades de alcohol, coca y tabaco: elementos que servirán para la adhesión
Y la obtención de votos en pro de un candidato. Este procedimiento folklórico, es común
en todas las serranías o pueblos de indígenas del Perú. ,,
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 549

estas pocas, en el presente siglo, merecen llamarse así: las de 1931, 1945
y 1956 H.
Por otra parte, la efervescencia política convulsiona a la masa po-
pular, llega a los más apartados pueblos, particularmente en las épocas
eleccionarias. Entonces, los candidatos o sus agentes, recurren a avivar
las rencillas lugareñas y el sentimiento localista; o se valen del aguar-
diente, la coca y las dádivas, para obtener el voto de la masa indígena
que apenas sabe firmar. Entonces también, para descalificar al conten-
dor, se esgrimen viles armas: la intriga, la calumnia, la difamación.
Es que una senaduría o diputación, constituyó y aún constituye para
muchos, una ansiada situación. A cuya sombra los audaces e incondi-
cionales, pueden hacer fortuna, realizando negociados o cometiendo pe·-
culados en las obras públicas, cuya necesidad es un pretexto para ello,
y cuyo sencillo procedimiento es duplicar o triplicar su costo por los
encargados de ejecutarlas, los mismos que abonarán el tanto por ciento
de "comisión". Quedando, al fin, en la impunidad todos estos delitos,
por la complicidad de los funcionarios subalternos, y porque no existe
sanción. (Moral propia de la "política criolla", de tejes y manejes, de
los regímenes caciquistas: de complacencias, encubrimientos y amis-
tades, como, acertadamente, subraya Bunge.)
Por eso, en el departamento de Huánuco, se han dado casos de in-
dividuos de escasa ilustración, sin figuración social y de pobre econo-
rní a; que, en unos años de ejercer una diputación, a ojos del pueblo,
hayan resultado con latifundios, dineros y hasta con stud de caballos de
carrera. (Y de aquí el elevado costo de las obras públicas -caminos

41 En 1931 fueron elegidos: Carlos Showing, Saturnino Vara Cadillo, Alfredo Ba-
luarte, Miguel Cu cu liza Vélez de Villa. En 194 5: Senador: Carlos Showing; Diputados:
Javier Pulgar Vidal, Augusto Durand, Miguel de la Mata, Lincoln Pinz;ás Gallardo, Hum-
berto Ponce Ratto, Gerardo Balbuena. - Una de las elecciones libres fué la realizada el 17
de Junio de 1956. Ello se produjo, pese a la maquinaria del fraude que se había montado,
por la enérgica voluntad de las mayorías nacionales contra el entroncamiento de la minoría
caudillesca que obtuvo el "triunfo" en 19 5 O. Fué, pues, conquista del pueblo, cuyos derechos
respaldó el Ejército Nacional. De las dos listas de Candidatos, que se presentaron a la con-
tienda, el resultado de la votación fué el siguiente: Lista que patrocinaba la Candidatura
Presidencial del Dr. Manuel Prado; Senadores: José Varallanos: 15.573 votos, Víctor E.
Vivar: 15.191; Diputados: J orge Chocano Salas: 15.524; Augusto Durand Dyer: 15.442;
Pedro Repetto Caballero: 15 .442, Manuel E. Marte] Díaz: 15 .341; Pedro Cuculiza Vélez
de Villa: 15.184; H. Reinoso Laguna: 15 .076, Eduardo Dyer Pérez Rodulfo: 14.812.-
Lista que patrocinaba la Candidatura Presidencial del Dr. Hernando de Lavalle: Senadores:
Fortunato Carranz.a Sánchez: 6.596; Ernesto Ruiz Rolando: 5.108; Diputados: Lincoln
Pinzás Gallardo: 6.178; Humberto Ponce Ratto: 6.158; Esteban Pavletich Trujillo: 6.149"
Félix Vásquez Atencia: 3.957; Andrés Echevarría Maúrtua: 5.802; Victor Funegra Trujillo:
5.65 6; Rupeno Cuculiza Vélez de Villa: 5 .604. (Jurado Nacional de Elecciones, Cómputo
del Proceso de H uá nuco) .
550 HISTORIA DE HUÁNUCO

carreteros, edificios, etc.-·-; obras que, en su mayoría, se deterioran o


destruyen por la ínfima calidad de los materiales. Y p~r este mismo
método, empleados subalternos del Estado, o paupérrimas gentes que
obtuvieron la «licitación" de dichos trabajos, resulten con holgada y
saneada economía.)
Estos hombres en el poder, no se preocuparon de mejorar la vida
de sus pueblos, de moralizar la corrompida administración, de dignificar
al ciudadano; sino que los sometieron al despotismo, erigiéndose en «ca-
ciques republicanos"; disponiendo de los empleos públicos para sus pa-
rientes o amigos; y ejerciendo el más fiero terror a los que se oponían
a sus ambiciones o denunciaban sus desmanes.
Los propios que se proclamaron ardorosos prosélitos del radicalismo
y del liberalismo y los que clamaron, desde las hojas impresas, por las
garantías individuales o el descentralismo; en la práctica, en la vida
real, fueron los más tenaces opositores de la voluntad popular y de los
derechos individuales, los más sanguinarios explotadores del indio y del
mestizo: en sus negocios, haciendas o latifundios. .
Felizmente, la política ya no es sólo preocupación de las gentes más
ilustradas o adineradas. Desde años atrás, existe una favorable reacción
a los hombres y sus viejos métodos; y la política en su más sano con-
cepto, cual es amor al Estado y la resolución de los grandes problemas
nacionales y humanos, toma ya al grueso del electorado huanuqueño.
Esta inquietud e interés, ha dado margen al nacimiento de nuevos par-
tidos en el Perú, al flujo y reflujo de ideas e ideologías. Entre estos
partidos políticos, cuéntase el APRA (Alianza Popular Revolucionaria
Americana), cuya sección PAP (Partido Aprista Peruano) tiene nú-
mero de afiliados (provincias de Huánuco, Ambo, Leoncio Prado) ;
el Partido Socialista del Perú y los recientes Movimiento Democrático
Peruano y Acción Popular, con militantes en todo el Departamento.
Mas el grueso del electorado huanuqueño es independiente; espera acaso
al auténtico partido peruano, de esencia comunitaria, en que pueda
militar.
Empero, a gran porcentaje de miembros de tales partidos los une y
mueve más que las ideas políticas, la simpatía a ciertos hombres de
prestigio local. Síntoma inequívoco que no se ha superado aún la etapa
histórica del localismo, ni sacudido del personalismo caudillista, caci-
q uista, identificando un programa político, una ideología, con un hom-
bre. De aquí también, se crea al diputado o senador (<el hombre im-
prescindible"; y a quien hay que pedirle todo y de quien hay que espe-
rarlo todo, por nuestra pereza colectiva o individual, por la falta de ini-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 551
c1at1va y el temor al trabajo; y porque se confunde los int ereses pú-
blicos con los privados, por carencia de cultura cívica.
Conforme a los Padrones Electorales vigentes, el Departamento de
Huánuco cuenta con 3 5.075 electores, entre hombres y mujeres. La
distribución por provincias es: Huánuco: 8.948 electores; Ambo: 3.978;
Dos de Mayo: 9.758; Huamalíes: 5.293; Pachitea: 2.242; Marañón:
1.844 y Leoncio Prado: 3.052. De este número, en las Elecciones Ge-
nerales de 19 56, sufragaron: 17.449; es decir, el 67,21 % 42 •
Nombremos a los representantes por Huánuco y provincias, ya
ausentes de la vida social, y que, por su ilustración, honestidad o labor
realizada, merecen el recuerdo cívico de la ciudadanía.
Senadores: Dr. Pedro Acuña (1870-74), Dr. Tomás Moreno y
Maiz ( 1874-76), Lorenzo García ( 1879), Eduardo Dyer ( 1895-1900),
Leónidas Ingunza (1896-1909), Dr. Ricardo Flores (1907-1912),
Juan E. Durand (1907-1913 ).
José Manuel Echegoyen (Constituyente por Huánuco, 1822-25);
Diputados: Dr. Gregorio Cartagena (Constituyente por Huánuco,
1827-28-33-1839); Manuel Antonio Valdizán (Huánuco, 1827-28-
39); Dr. José Gregorio de la Mata (1829); Juan Genaro Echeverría
(1832); Agustín Ratto (1849); José Fuentes e Ijurra (Huamalíes,
1839); Coronel Mariano Ignacio Prado (Constituyente por Huánuco,
18 5 5-57), Presidente Cámara Diputados: ( 1873-76); Antonio San Mi-
guel (Huánuco, 1858); Dr. Bartolomé Herrera (Constituyente por
Huánuco, 1860, Presidente del Congreso); Mariano D. Beraún, (Cons-
tituyente por Huánuco, 1860); Luciano Benjamín Cisneros (Huánuco,
1858-73-76); Coronel Federico Ríos (Huamalíes, 1868-70); José Ma-
nuel Helguero (Huamalíes, 1867); Pedro Caballero (Huánuco, 1879);
Buenaventura Vilar (1879); Dr. Augusto Durand (Huánuco, 1895-99,
Presidente de la Cámara de Diputados) ; H. Fuentes (Huamalíes,
1910); Dr. Aníbal Maúrtua (Constituyente por Pachitea, 1919);

42 El enriquecimiento ilícito, la corrupción administrativa y demás, se acentuó bajo


el gobierno del señor Leguía (1919-30). Caído dicho régimen, en actitud moralizadora, el
Secretario General del "Centro Juventud Huánuco", don Arturo Meza Cavalié, denunció ante
el Tribunal de Sanción Nacional al ex-diputado por Huánuco don Miguel Merino Schroder.
La Sentencia de dicho Tribunal de 28 de mayo de 1931, dice: "Que don Miguel V. Merino
Schroder se ha enriquecido indebidamente en daño del Estado; y fijamos en CIEN MIL
SOLES ORO el monto de su enriquecimiento. Ordenamos que se restituya esta cantidad al
Erario Nacional, haciéndose en sus bienes ... y que se cumpla lo dispuesto en el Decreto Ley
de 28 de febrero del presente año". (El saneamiento moral como imperativo áe los nuevos
tiempos, ps. 4-13.) El Proceso Electoral áe 1956. Cómjmtos finales y documentación oficial,
por FRANCISCO MACERA, p. 13 7.
552 HISTORIA DE HUÁNUCO

N. Saturnino Vara Cadillo (Constituyente por el Departamento de


Huánuco (1930-35).

En el Reglamento Provisorio de Huaura, en lo judiciario, San Mar-


tín facultó a los Presidentes o Prefectos conocieran de las causas civiles
y criminales. Creada por la Constitución de 12 de noviembre de 1823,
la Suprema Corte de Justicia de Lima, revocóse la disposición de San
Martín. Esta misma Constitución, estableció las tres instancias del
proceso, creó juzgados de Derecho en las provincias, que conociesen de
las causas y Agentes Fiscales que interviniesen en defensa de los intereses
del Estado.
Por ley de 12 de julio de 1834 se dividieron los departamentos en
distritos judiciales, para la mejor tramitación de los juicios en las ins-
tancias. Conforme a dicha ley y reglamento de tribunales, el Agente
Fiscal debía ser el defensor de los indios. Los párrocos en los pueblos
eran los protectores de los indios, debiendo intervenir en la confección
de las Matrículas de Contribuyentes.
El departamento de Junín y sus provincias -Huánuco y Huama-
líes, entre ellas- fueron incorporadas al Distrito Judicial de la Corte
Superior de Lima.
El 22 de diciembre de 1822, se dió la ley creándose la Corte Superior
de Junín, que funcionaría en la ciudad de Huánuco, capital del depar-
tamento de su nombre. Pero, no existiendo partida presupuesta!, sólo
se instaló en 1861.
Por esta estrechez del presupuesto no funcionó, asimismo, la judi-
catura de Huamalíes, cuyas causas, y las pr~pias de Huánuco, debía
atender el Juzgado de Huánuco (1840-1854); provocando la mala ad-
ministración de justicia y el entroncamiento de los tinterillos, sobre
todo en las provincias y sus pueblos 43 •

43 En 1874, en el departamento de Huánuco, ex1st1an tres juzgados de primera ins-


tancia, una agencia fiscal, tres alcaides, cuatro escribanos, uno de los que hacía de Hacienda,
dos públicos en la capital del departamento, y uno en cada provincia.-- Sobre la poca
garantía de los jueces de pueblos y el ejercicio del tinterillaje, quedan documentos. En 1873
el ya citado Prefecto Delfín, comunicaba al Ministro de Gobierno: "El Juez de 1~ Ins-
tancia de la provincia de Huánuco Dr. D. Francisco de Asis Cubillos, es de esos jueces
rectos, justos, inteligentes, sobre quien no puede la duda manchar ... ~Los jueces de
Paz pocas veces cumplen con su deber; por lo precario de su poder, los compadrazgos y
amistades; y a más de todo el temor de indisponerse con sus paisanos, hacen q,ue sean
omisos en sus disposiciones, cuando están encomendados de causas criminales. Es verdad
que ese puesto crea enemigos; por cuanto no hay la ilutración necesaria para ver en el juez
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 553
El tribunal de Junín fué suprimido por decreto dictado de 1866 y,
definitivamente, por ley de 2 de octubre de 1876, año en que las pro-
vincias del departamento de Huánuco volvieron a la jurisdicción de la
Corte Superior de Lima.
Por ley de 4 de enero de 18 7 5, las provincias de Dos de Mayo y
Huamalíes se anexaron al Distrito Judicial de Ancash, quedando la de
Huánuco incorporada al de Lima. Años más tarde, por ley de 7 de
noviembre de 1891 se unieron los juzgados de Dos de Mayo y Huama-
líes, con sede en Llata. Pero por ley de 18 de agosto de 1896, se le
restituyó la judicatura a Dos de Mayo.
Las provincias de Dos de Mayo, Huamalíes y Marañón, en lo ju-
dicial, fueron anexadas al distrito de Lima por ley de 3 de octubre de
1916.
Con la promulgación del Código de Procedimientos en Materia Cri-
minal, en 1920, en que se establecía el juicio oral, nació la necesidad
de la creación de nuevas Cortes, principalmente en los extensos distritos
judiciales como en el de Lima.
Creada la Corte Superior de Junín, 1925, con sede en Cerro de
Paseo, capital del departamento de aquel nombre se anexaron las en-
tonces provincias del departamento de Huánuco al Distrito Judicial de
Junín, cuya capital se trasladó, en 1931, a Huancayo.

h independencia y rectitud del magistrado; sino la posesión del hombre que lo desem-
peña, y que cuando éstos obran con su conciencia, no ha sido en justicia sino por odio,
por favor, o por preparación. Causas ha habido en que han sido recusados por uno de los
litigantes trece jueces; porque no obraban seg,ún los intereses del pretendiente. - Hubo
ocasión que el poder judicial comisionó un juez para que entendiera en una causa criminal
por estar impedidos los que podían entender en ella, el juez ha empezado a actuar, y en
una noche se ha querido forzar su habitación, se han hecho algunos tiros de revólver sobre
sus puertas, y el juez Dr. Reyna, ha tenido que dejar la población al siguiente día por
no exponer su existencia. Es verdad que entonces Huánuco no era sino una provincia, cu ya
autoridad no disponía de fuerza alguna". (Memoria de la visita que ha practicado el Pre-
fecto del Departamento de Huánuco. Provincia del Cercado. "El Peruano", Lima, 5 de
Agosto, 1874). -Por su parte, otro Prefecto, 30 años después escribía: "El Juez de Paz
que apenas sabe poner su nombre, no tiene conciencia clara del cargo que desempeña. La
justicia la distribuye en deliberaciones inspiradas por la chacta (aguardiente de caña) y
la mascada de coca de sus consejeros. - En todas partes del Perú, existe esa plaga de
langostas, llamada papelistas o tinterillos, a cuyo modo de proceder no le van en zaga tam-
poco algunos abogados que se nivelan con ellos, deshonrando la nueva profesión a que per-
tenecen, pero puedo decir sin equívoco que en ninguna parte se ha propalado más que en
este lugar. Individuos sin instrucción ninguna, brazos arrebatados a la agricultura, a las
artes y oficios se han dedicado a este género de industria, haciendo un consumo de papel
sellado, que la justicia de mayor y menor cuantí~ gira en un círculo de hombrj!s de leyes
y testigos actuarios que amenazan un cataclismo judicial". - Memoria elevada por el
Prefecto del Departamento de Huánuco. Abelardo Elías, al señor Ministro de Gobierno.
Mayo 25 de 1899. - (?\1anu s. Bib. Nacional.)
554 HISTORIA DE HUÁNUCO

La distancia que separaba Huancayo de Huánuco y provincias,


motivando el retardo de la justicia y el costo para trasladarse a ella,
así como el volumen de las causas y la aspiración de los huanuqueños,
obligaron a la creación de una Corte Superior, dividiendo la de Junín.
(Pesaron también en favor del proyecto, las opiniones de los vocales de
la Corte de Junín, Dr. Ismael Valencia Pinto y David Izaguirre, quie-
nes, como presidentes de dicha entidad judiciaria y apoyándose en el
Informe del Dr. Eguiguren de 1924, demostraron la necesidad de tal
creación.)
Presentado el proyecto de ley al Congreso Constituyente de 1931,
y aprobado por dicho cuerpo legislativo, se promulgó como Ley N 9 816 6
de 20 de diciembre de 193 5 44 • Por ella se constituía el Distrito Judi-
cial de Huánuco, con las provincias de este Departamento y la de Paseo,
del Departamento de Junín (hoy Paseo).
La inauguración, solemne, de la Corte Superior tuvo lugar el 30
de abril de 1936, con la asistencia del Ministro de Justicia Dr. Diómedes
Arias Schreiber; siendo sus vocales fundadores: Drs. Eduardo Gómez
Carrera (Presidente) , David Sobrevilla Pacheco; Octavio Cebreros,
Humberto Mares, César García Arrese y Carlos Ayarza (Fiscal).
Comenzó a funcionar con una Sala que, por turno, despachaba los
expedientes civiles y penales. (Cuenta hoy con dos salas: una en lo Civil
y otra en lo Penal, con dos fiscales) 45 •

44 El texto de la ley, cuyo proyecto fué presentado por J. L. Calmell del Solar y
Otto Wieland, con L1 adhesión de Baluarte, Peña Prado, Cuculiza y Showing, dice: ..El
Congreso Constituyente de 19 31. - Ha dado la Ley siguiente: Arlt. 19 - Las provincias
del Departamento de Huánuco 'Y la de Paseo del Departamento de Junín, formarán el
Distrito Judicial de Huánuco. En la capital del departamento mencionado, funcionará
una nueva Corte Superior de Justicia con el personal que esta.blece la Ley Olrgánica. -
Art. 2h-Las provincias restantes del Departamento de Junín: Tarma, Jauja, Yauli y
Huancayo, y las de Tayacaja y Huancavelica del departamento de este nombre, formarán
el Distrito Judicial de Junín; residiendo la Corte respectiva en la ciudad de Huancayo. -
Dada, etc. - Lima, 9 de Diciembre de 1935".
45 El personal de hoy del Distrito Judicial de Huánuco, es el siguiente: Corte Supe-
rior: Vocales 7, Fiscales 2, Relatores 2, Secretarios 2, Defensor de Oficio 1, Auxiliares de
Corte 8, de b Fiscalía 2, Ayudantes 59 10, Escribano l. Provincia de Huánuco: Juez
de Primera Instancia (Civil) 2, de Instrucción 2, Agente Fiscal 2, Juez de Paz Letrado 1,
Médico Legista 1 . - Jueces de Primera Instancia: Ambo 1, Dos de Mayo 2, Huamalíes 1,
Pachitea 1, Marañón 1, Leoncio Prado 1, Cerro de Paseo 1, Oxapampa 1, Daniel Carrión t.
Agentes Fiscales: Dos de Mayo 1, Huamalíes 1, Pachitea 1, Leoncio Prado 1, Ambo 1,
Cerro de Paseo 1, Daniel Carrión l. Escribanos adscritos a Juzg\ldos de Instrucción: Ambo
y Huánuco 2, Cerro de Paseo, Pachitea, Huamalíes, Marañón, Dos de Mayo, Daniel Ca-
rrión, Oxapampa, Leoncio Prado: 1. -En cada capital de Distrito existe un Juez de
Paz con dos suplentes. Los Juzgados de Pa:zi en el Departamento de Huánuco llegan a 60.
CAPÍTULO V

HUÁNUCO Y LA GUERRA CON ESPAÑA Y CON CHILE

Los acontecimientos políticos en Huánuco antes de 18 5O. La Confederación Perú-Boliviana


Y sus conseC"Uenc'Ías en la ciudad y territorio. El gobierno de Castilla. Pezet y la "cuestión
española" y la "revolución restauradora" encabezada por el Coronel don Mariano Ignacio
Prado. El aporte de Huánuco " la ""campaño restauradortl' y el combate de 2 de Mayo
de 1866. La Guerra con Chile, y su reper({USión en Huánuco. El aporte de w ciwdad y
Pravincios en defensa del honor nacional. Huimuqueños que :S.C inm-0laron en los camPos
de batalla. Francisco Loarte y Leonero Pr-ado orgonizadores de la .resistencia en Huánuco,
secundando al General Cácet'es. La ocupación por las tropas chilenas. La resistencia de los
guerrilleros indígrnas. Lar 'ltcciones de San Rafael, Tarujo, Huánuco el Viejo y Jactay.
¿A paricio P<nn ares, un héroe o un mito? La batalla de Huamachuco y Leoncio Prado o 1m
"león de Huánuco".

Los años que sucedieron a la batalla de Ayacucho fueron, en el Perú,


de turbulencia política, así como de anarquía militar. Los que habían
tomado parte en las guerras de la Emancipación, se disputaron el go-
bierno para satisfacer ambiciones personales, o por el interés de grupos
a los que servían.
Hasta 18 50, poco más o menos, duró este período anárquico: el de
los caudillos militares que, incluso, provocaron o animaron conflictos
armados internacionales que tuvieron por teatro el Perú, al ser invadido
su territorio por tropas extranjeras. Tal el caso de la Confederación
Perú-Boliviana.
Pues, como sabemos, la lucha armada entre el Presidente Orbegoso
y el General Santiago Salaverry, que, en la ausencia de aquél se proclamó
dictador en Lima; '<lió ocasión para que Orbegoso y Gamarra invitaran
a Santa Cruz, Presidente de Bolivia, a cruzar nuestra frontera de Puno
con tropas auxiliares; hecho que produjo, tiempo después, la Confede-
ración Perú-Boliviana. En efecto, Santa Cruz, apoyado por la simpatía
de los pueblos del Sur, penetró al Perú con un ejército y avanzó por el
Cusco, Ayac)lcho y Arequipa, derrotando a Gamarra -su ex-aliado-
que se le enfrentó en Yanacocha, y a Salaverry en Socabaya, a quien hizo
fusilar en Arequipa. Ya sin oposición alguna, Santa Cruz declaró, en
556 HISTORIA DE HUÁNUCO

Lima, el 21 de octubre de 18 3 6, la Confederación Perú-Boliviana, cons-


tituí da por tres estados: Nor-Peruano, Sur-Peruano y Bolivia, habién-
dose designado a Santa Cruz como Protector; y dándosele al nuevo
estado tripartito una Constitución elaborada por un Congreso de ple-
nipotenciarios convocados en Tacna, los que habían sido elegidos por
las Asambleas de Diputados reunidos en Sicuani, Huaura y La Paz, y
los propios que habían votado por la Confederación.
Santa Cruz que regularizó la administración, saneó la Hacienda
pública y promulgó los códigos conocidos por su nombre, llamó para los
cargos públicos a los partidarios de la Confederación, formando así,
con ellos, el núcleo principal de su gobierno. Mas, como el hecho de la
Confederación significaba la aparición en Sudamérica de una potencia
de primer orden, despertó los temores de Argentina y Chile, país éste
que no vaciló en buscar pretexto para declarar la guerra a dicha Con-
federación, secundado por los refugiados peruanos en Santiago, bajo
el mando de Gamarra, Castilla y otros jefes.
Chile mandó una expedición a órdenes de Blanco Encalada, que
capituló en Paucarpata; y luego una segunda con el General Bulnes,
fuerte de 5.500 hombres, que ocupó Lima el 18 de junio de 1838, pro-
clamando a Gamarra Presidente del Perú. Luego tal ejército, al que
se sumaron tropas peruanas, avanzó al N. hacia el Callejón de Huaylas,
donde se hallaba el Confederado que había venido del Cusco, y con el
que trabó batalla en Yungay, siendo derrotado Santa Cruz. Derrum-
bada la Confederación, sometióse el país a Gamarra, quien convocó a
un Congreso Constituyen te en H uancayo, 18 39, que lo proclamó Pre-
sidente Constitucional de la República.
A Gamarra siguieron años de anarquía, hasta el primer gobierno de
Castilla, 1844-1849, que fué de verdadera paz y progreso, así como en
el segundo período de este gobernante -18 5 5-1860-, en que se pro-
clamara la libertad de los negros, la abolición del tributo de los indios,
y se realizaron diversas obras públicas.

La implantación de la Confederación Perú-Boliviana, fué el aconte-


cimiento más notable de nuestra historia en los comienzos de la Repú-
blica; y, por tanto, de profunda repercusión en la vida económica y
jurídica de la Nación, así como en la convivencia de sus hijos. .
Ella tuvo en Huánuco adherentes e impugnadores. Fué partidaria
de nuestra unión con Bolivia la masa de la clase media e indígenas, en-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 5 57

cabezada por el Coronel don Eduardo Lúcar, después vencedor de Yana-


cocha (Agosto 2 5 de 18 3 5) . Y sus tenaces oposito res se halhiban en la
alta clase social, dirigida por don José Figueroa, que asistió a la ba-
talla de Yungay, don Mariano Prado, el Cura doctor Gregorio Carta-
gena y don José Fuentes e Ijurra, que representaron a Huánuco y Hua-
malíes como Diputados ante el Congreso de Huancayo de 1839, que
diera la Constitución Política de tal nombre.
Liquidados el sistema confederativo y su gobierno político, dejaron
el saldo de la discordia y el resentimiento entre los hijos de Huánuco.
De aquí que el Jefe Superior del entonces Departamento de Junín y
Huaylas, Coronel Francisco Pardo de Zela, impartiera órdenes al Supre-
fecto de Huánuco para que procurase la unificación de las clases sociales
en aquella ciudad y jurisdicción. Con este fin se formó, en esos años,
la «Sociedad Unión Confederada", bajo la dirección del Presbítero
Dr. Manuel de Piélago; institución que, por otra parte, cumplió su
cometido al liquidar discrepancias políticas y procurar por la cultura
local.
La paz social que comenzó en estos tiempos, consolidóse en bienestar
bajo los gobiernos del General don Ramón Castilla. Durante dichos
años, y gracias a la entusiasta labor de algunas autoridades, como el
Prefecto don Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz, don Antonio San
Miguel y don Eduardo Lúcar, se realizaron en la ciudad y jurisdicción
notables obras, se intensificó la enseñanza, se sanearon las rentas, co-
menzése la exploración de nuestras selvas y se instaló la primera colonia
de inmigrantes alemanes en las montañas del Pozuzo 1 •

::- * *

Al terminar su segundo gobierno, le sucedió a Castilla el General


José de San Román, que falleció a los 5 meses de Presidente, por lo que
tomó el mando el Primer Vicepresidente General José Antonio Pczet,
llamado por la ley para terminar el período presidencial.
Prodújose bajo el régimen de Pezet la llamada "cuestión española",
que motivó la guerra contra España.
Con el deseo de secundar la política de intervención armada de
Francia en México, donde se había impuesto al Emperador Maximiliano,

1 En los años del segundo gobierno de C2stilla, fué Diputado por Huánuco el Co-
ronel Mariano Ignacio Prado, quien 2poyó, entre otras, 12 obra emprendida por el sabio
Rivero y Ustáriz, y la explor:ición de la selva huanuqueña.
558 HIST ORIA DE HUÁNUCO

y de cobrar los perjuicios que a los realistas les había causado la guerra
de la independencia, la Corte española decidió enviar una escuadra de
guerra al Pacífico, bajo el pretexto de "expedición científica", y a
órdenes del Contralmirante Pinzón. Esta escuadra, que llegó al Callao
a fines de julio de 1863, fue recibida con halagos por los pueblos de
Lima y Callao, abandonando las costas peruanas rumbo a México.
Una riña entre los operarios de la hacienda Talambo y algunos in-
migrantes españoles que trabajaban allí, y que dejó el saldo de un
muerto y cuatro heridos, de aquellos últimos, promovió una reclamación
diplomática de España, enviando Isabel II al diplomático don Eusebio
de Salazar Mazarredo con el título de "Comisario regio", autoridad
esta no conocida en la diplomacia, humillante para un país indepen-
diente, ya que tal trato sólo se usaba para las colonias. Al negarse el
gobierno del Perú a recibir a dicho comisionado, la escuadra española
al mando de Pinzón se apoderó de las islas guaneras de Chincha, el 14
de abril de 1864, proclamando a la vez, que no había terminado la
guerra de Emancipación, que entre el Perú y su antigua metrópoli
sólo existía tregua de hecho, y que la escuadra española podía reivin-
dicar el dominio de las mencionadas islas. Esta declaración, que causó
una profunda inquietud en Sudamérica, obligó a Chile, Perú, Bolivia y
Ecuador a concertar medidas de defensa común, convocando para dicho
objeto un Congreso de Plenipotenciarios, que se reunió en Lima.
Pezet, que se preparaba para repeler la agresión por la fuerza, pues
encargó armas a Europa, terminó negociando un humillante tratado de
paz -el de Vivanco-Pareja- (27 de enero de 1864), por el que el
Perú se obligaba a recibir a un Comisionado Regio, a reconocer a la
Corona española la deuda proveniente de la guerra de la Independencia
y a pagar tres millones de pesos por los gastos de.la escuadra en la ocu-
pación de las islas de Chincha.
Al saberse en el Perú del texto de este tratado, la indignación llenó
sus lindes y la ciudadanía realizó, en las principales ciudades, manifes-
taciones patrióticas.
En Arequipa se encontraba de Prefecto el Coronel Mariano Ignacio
Prado, natural de la ciudad de Huánuco, y tenido por valiente y pres-
tigioso militar 2 • Prado encabezó la revolución que estalló en aquella
2 Mari:mo Ignacio Prado nació en Huánuco, el 18 de diciembre de 1826, dentro
del matrimonio de don Ignacio Prado Sorogastúa y doña Francisca Ochoa Tafur. Estudió
en el Colegio de la Virtud Peruana (hoy Leoncio Prado) y fué Profesor de dicho plantel.
Dedicóse, luego, · a la agricultura y a la milicia, siendo, ~ Huánuco, Capitán de Cívicos.
En 18 H fué apresado en Lima, por razones políticas y desterrado a Chile; fugando en el
viaje y poniéndose al lado de Castilla, a la sazón subiendo contra Echenique, a cuyo
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 559

ciudad, el 28 de febrero de 1865 para restaurar el honor nacional man-


cillado por el tratado Vivanco-Pareja. Y, desconociendo el gobierno de
Pezet, organizó un ejército llamándolo "restaurador", que llegó a contar
con 12 mil hombres.
Con ese ejército realizó una larga campaña, llegando a Ayacucho,
donde se le unió el 2 9 Vicepresidente General Diez Canseco; prosiguió
por la quebrada de Izcuchaca y el valle de Jauja, desbaratando a las
tropas del gobierno que se le oponían; yi penetrando a la costa por
Chincha y Lunahuaná, tomó Lima el 6 de noviembre de 1865. Por no
haber querido asumir el mando Diez Canseco, Prado fué proclamado
Dictador.
Y a en el gobiern~, puso en marcha su plan armamentista para ex-
pulsar a la escuadra española que, por entonces, se hallaba en las aguas
de Chile. Después denunció el tratado Vivanco-Pareja y declaró la
guerra a España, en 14 de enero de 1866, teniendo como aliados a Ecua-
dor, Bolivia y Chile.
La guerra comenzó, prácticamente, con el bloqueo de Valparaíso y el
apresamiento del vapor español Covadonga por la corbeta chilena Es-
meralda. Meses más tarde, el 7 de febrero de 1866, las pequeñas naves
chileno-peruanas, apostadas en los canales de Chiloé, repelieron, victo-
riosamente, en Abtao, el ataque de los buques españoles. El 3 de marzo
de dicho año, la escuadra española bombardeaba Valparaíso, causando
enormes daños materiales, dirigiéndose luego al Callao.

ejército se enfrentaba. En dicha campaña tuvo a su mando la "Columna Sagrada" a la


vanguardia del ejército revolucionario que avanzaba de Arequipa a Lima, por Ayacucho;
tomando parte en las acciones de .Acobamba, .Acostambo, Nahuinpuquio, Izcuchaca, Chon-
gos, Chupaca, Llocllopampa, San Mateo, Cocachacra, Surco y la batalla de La Palma;
obteniendo los grados de Capitán, Sargento Mayor y Teniente Coronel. En 18 5 5 fué elegido
Diputado por Huánuco. En 1857, como Coronel, realizó la campaña de la toma de Tru-
jillo y el asalto de .Arequipa. En 18 5 8 fué Prefecto de .Arequipa, obteniendo del Congreso
el grado de Coronel efectivo. En 18 59 fué jefe del regimiento "Lanceros de la Unión",
hasta que en 1863 fué nombrado Prefecto de Tacna: y de aquí pasó a .Arequipa con igual
cargo. En 1865 encabezó la Revolución Restauradora contra Pezet, que terminó con el
triunfo del Callao. En 1866 los gobiernos de Bolivia y Chile, le hicieron General de sus
ejércitos. En 18 67 fué elegido presidente Constitucional del Perú. Producido un movimiento
revolucionario en .Arequipa, al ser rechazado al frente del ejército que comandaba, dimitió
el mando; viajando para Chile, 7 de enero de 1868. En 1372 el Congreso lo elevó a
General de Brigada. En 187~ fué Diputado por Cañete y el Callao, optando por la segunda
provincia. En 187~ y 1875 ejerci-0 la presidencia de la Cámara de Diputados. En 1876
fué elegido Presidente Constitucional de la República. Declarada la Guerra con Chile,
Prado rechaz-0 el grado de General chileno que ostentaba y después de haber dirigido la
campaña del sur, se dirigió al extranjero en busca de armas para la defensa nacional, en
cuya ausencia Nicolás de Piérola tomó el poder. Casó con doña Magdalena Ugarteche y Gu-
tiérrez. Murió en París, en 1901. Sus restos desc~nsan en el Panteón de los Próceres de
la Independencia, en Lima.
5 60 HISTORIA DE HUÁNUCO

Al saberse de estos hechos, se apresuraron los trabajos de fortifi-


cac1on del Callao; montándose 50 cañones, 9 de gran calibre que se
ensayaban por primera- vez. El día 2 de mayo la escuadra española,
compuesta de 7 acorazados de combate y 1 de mando, con 250 cañones
de calibre 68 y 32, se presentó frente al Callao y sus baterías, y empezó
el combate.
Desde la una menos cuarto hasta las cuatro y tres cuartos de la
tarde, se sostuvo la lucha con valor y entusiasmo. El fuego peruano no
cesó un momento. Los buques españoles fueron retirándose de uno en
uno, con visibles muestras de averías. Un tiro de cañón español hizo
blanco en el polvorín de la Torre de la Merced, muriendo el Secretario
de Guerra don José Gálvez.
La escuadra española permaneció, con sus unidades, en la isla de
San Lorenzo, fuera de tiro, enterrando sus muertos y reparando los
daños sufridos. Unos barcos se dirigieron por el Cabo de Hornos, otros
por las Filipinas, a España. Pinzón el Jefe de la escuadra se suicidó.
Prado fué el gestor principal de la campaña militar y cruzada pa-
triótica que culminó en el combate del Callao, con el triunfo de las
armas peruanas. Con dicha acción, se puso término a las pretensiones
de dominio colonial de España; consolidándose, definitivamente, la in-
dependencia política de los países hispanoamericanos del Pacífico. Prado
demostró en la "campaña de la restauración nacional", sus condiciones
de organizador, valor y capacidad militar; méritos reconocidos por la
ciudadanía peruana y los gobiernos extranjeros que le confirieron
honores de héroe.
Después de 14 meses de gobierno dictatorial, en que implantó im-
portantes reformas en la administración pública -reajuste de las fi-
nanzas, impulso a la agricultura con la creación del Banco Hipotecario,
reforma de la Universidad, etc.- convocó a una Convención (Febrero
de 18 67) , que le eligió Presiden te Constitucional.
A los pocos meses de su gobierno, setiembre de 1867, prodújose una
revolución en Arequipa, encabezada por el General Diez Canseco, que
proclamaba el restablecimiento de la Constitución de 1860; movimiento
al que se plegó, en Chiclayo, el Coronel José Balta. Prado, al frente del
ejército, fué derrotado en Arequipa; e igual suerte sufrió la división
gobiernista que atacó a los rebeldes del norte; lo que le obligó a dimitir
el poder.

* :{- *
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 5 61

Los hijos de la ciudad de Huánuco, cuna de Prado, lo secundaron


entusiastamente; y contribuyeron a la campaña militar, y a la victoria
del combate del 2 de mayo.
Entre otros, don Gregorio Durand, Francisco Rolando, Antonio
Prado, José Manuel Helguero, fueron quienes organizaron el «Batallón
Huánuco", de 300 plazas, a órdenes de los dos primeros nombrados, y
el que, luego de sumarse al grueso de las fuerzas revolucionarias, con-
currió a la acción de armas del Callao.
Empero, esta .. revolución restauradora", trajo también un desquicia-
miento en la vida social de la ciudad y su territorio. No faltaron parti-
darios de Pezet que inquietaban a la masa indígena. Para traer a la
armonía a los hijos de la vieja urbe, se fundó la Sociedad «Aurora de
Progreso del Huallaga", acogiendo en su seno a las personas más notables
e ilustradas. Así formaron en ella el Dr. Pedro Acuña, don Bartolomé
Fernández, Pedro Villamil, José Álvarez, Manuel Daniel Ayllón, José
Manuel Pinzas, Eugenio Arteta, Juan A. Valdizán, Andrés G. Matos,
Almanzor Marquezado y otros.

'{· * *
Bajo el gobierno de don Manuel Pardo, Huánuco fué teatro de un
sangriento hecho, que concitó el repudio de la ciudadanía nacional, y
cuya directa responsabilidad cayó sobre su Ministro de Gobierno don
Francisco Rosas.
En diciembre de 1872 habían sido apresados en Arequipa, el Coronel
don Mariano Herencia Zevallos, Primer Vice-Presidente del Perú, y don
Domingo Gamio, acusados de conspiración. Conducidos a las casamatas
del Callao, se les llevó a Chimbote, pese a las protestas y el temor de
sus familiares, de donde se les internó a la selva amazónica para «una
misión de carácter militar"; confiando su custodia al enemigo personal
del primero: el Mayor Cornejo.
El 2 de febrero de 1873, los presos, que eran conducidos en forma
cruel e inhumana, fueron victimados por la tropa que los custodiaba en
la Hacienda ..Mercedes", de las montañas de Chinchao; según se afirmó,
por haber tratado de fugar. Gamio había recibido trece balazos y He-
rencia nueve, por la espalda. Sus cadáveres fueron sepultados en el
cementerio de Huánuco ª·
3 En el Cementerio de Huánuco se leen los siguientes epitafios: "Domingo Gamio -
Nació 4 de Agosto de 1827-Fué victimado en Chinchao 2 de Febrero de 1873".-
"Coronel Mariano Herencia Zevallos~ Murió el 2 de Febrero de 1873". (Gamio era natural
5 62 HISTORIA DE HUÁNUCO

Al saberse la noticia en Lima, el 12 de febrero, se reunió la Cámara


de Diputados y pidió la concurrencia del Gabinete, para que respon-
diera de tal masacre. El Dr. Luciano Benjamín Cisneros, Diputado por
Huánuco, tomó el comando para atacar a Rosas; produciéndose un
duelo de oratoria de varios días; y se obtuvo la censura al Gobierno y
la renuncia del Ministro Rosas. Destacándose Cisneros como el defensor
de la ley y de los derechos ciudadanos.

El 2 de agosto de 1879, el General Prado asumió el poder como


Presidente Constitucional de la República, sucediendo a don Manuel
Pardo. Halló Prado el erario nacional en pleno proceso de crisis; razón
por la que se había suspendido el pago de los intereses de la deuda ex-
terna y paralizado el trabajo de fos ferrocarriles. Situación que se agravó
con abusos en la expropiación de las salitreras de Tarapacá y la baja
en la venta del guano.
En este estado de cosas, Chile, que tenía un estudiado plan militar,
declaró la guerra al Perú y Bolivia en 2 de abril de 1879, alegando se-
creta alianza ofensiva entre ambos países. La lucha comenzó con ac-
ciones marítimas y el dominio del mar por Chile, después del combate
de Angamos (8 de octubre de 1879). Luego desarrolláronse campañas
militares por tierra, como la de T arapacá que terminó con las batallas
de San Francisco ( 16 de noviembre) y Tarapacá (27 de no.viembre de
18 79) ; la de T acna, con las batallas de Alto de la Alianza y la toma
de Arica (7 de junio de 1880); y la de Lima, que terminó con las ba-
tallas de San Juan y Miraflores y la ocupación de la capital de la Re-
pública; y meses después, de casi todo el territ?rio nacional. Pero, pese
a esta ocupación armada y a la disputa del poder entre Piérola e Iglesias,
continuó la lucha contra el invasor en las sierras del Centro, sostenida
por el General Andrés A velino Cáceres, la que llegó a su fin con la
derrota de Huamaohuco; lo que obligó a la firma del Tratado de Paz
de Ancón de 2 2 de octubre de 18 8 3.
Apenas se conoció en Huánuco la noticia de la declaratoria de guerra
de Chile al Perú, que la trasmitió el Prefecto don Ramón Benavides,
todas las clases sociales, en comicio patriótico que tuvo lugar e¿ la
Plaza de Armas, manifestaron su concurso. Encabezadas por la ••So-
ciedad Juventud Católica" y la .. Sociedad de San José", ésta de obreros

de Arequipa, y Herencia Zevallos oriundo de Abancay). (Raúl Porras Barrenechea: "Lu-


ciano Ben:jamin Cimeros, abogado representativo del siglo XIX". 183 2-1906).
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 5 63

ofrecieron contribuir con sus rentas, haberes y trabajo todos los meses
que durase la guerra; suscribiéndose los adinerados con cien y doscientos
pesos mensuales, los empleados públicos con la mitad de sus haberes y
los artesanos con su trabajo en la confección de vestuario, etc. Nom-
brándose para el fin de recaudar y administrar los fondos, dos Juntas:
de Hombres y Mujeres.
El Prefecto Ben avides, el O hispo de la Diócesis Monseñor del
Valle, el Diputado Caballero, Ampudia, Cabello, Bustamante, Morla,
fueron los animadores del ardor patriótico en pro de la defensa
nacional.
El 2 de mayo de 1879, se establecieron dichas Juntas. La de Hom-
bres la constituían: el Canónigo Dr. Fernando F. Trujillo, Dr. Ma-
riano D. Beraún, el cura Dr. José G. Chávez, Eduardo Dyer, Pedro
Villamil, Ruperto Arrieta, Dámaso Figueroa (Tesorero). La de Mu-
jeres quedó formada así: Dña. Buenaventura Echegoyen, Emilia Figue-
roa de Dyer, Juana Patiño, Juana Gutiérrez de Ordóñez y Francisca
Vives. Estas Juntas recogieron las donaciones, en el tiempo que duró
la contienda, y las enviaron, mediante la autoridad política, a la «Junta
Central Administrativa de Donativos para la Guerra con Chile", con
sede en Lima.
Siguiendo el ejemplo de Huánuco, en las capitales de las provincias
se constituyeron también Juntas encargadas de recaudar fondos. E
instituciones y ciudadanos dieron dineros, alhajas y, particularmente,
ganados: en Dos de Mayo y Huamalíes, tanto para el sostenimiento
de las tropas y guerrillas nacionales que pasaban por sus territorios,
como para el mantenimiento de los batallones que se organizaban en
la capital del Departamento 4 •
Los hombres aptos para las armas, se incorporaron a las filas del
Ejército Nacional. También, a fines de 1879, se organizó, con hij~s
de la ciudad y Departamento, el batallón <<Cazadores del Huallaga",
fuerte de 3 5O plazas, teniendo por jefes al Sargento Mayor don Felipe
Ferná~dez, don Tomás Ingunza y Fausto Figueroa Lúcar. Este bata-
llón salió en campaña, hacia Lima, el 3 de enero de 18 80, de donde
pasó a lo~ campos del Sur; y, con el nombre de «Batallón Huánuco

4 Así la Iglesia de Llata, de sus "Buenas Memorias" contribuyó con 1.340 cabezas
de ganado lanar y 63 de ganado vacuno, para el sostenimiento del Ejército del Centro Y
del "Batallón América", que se formó en· Huánuco, en i'SSO y 81. ·ESte valioso apo-rte de la
capital de Huatnalíes y de Puños, consta de documentos fehacientes que, en copia certi·
ficada; poseemos.
564 HISTORIA DE HUÁNUCO

N' 17", tomó parte en San Juan y Miraflores, al mando del Coronel
don Pedro Mas.
En 1880 se formó el batallón "América", en que se alistaron varios
alumnos del Colegio de Minería. Los componentes del ..América"
1ucharon en Miraflores.
La Historia ha recogido los nombres de algunos huanuqueños que,
perteneciendo a los batallones citados, ofrendaron sus vidas en defensa
de la Patria: Juan Francisco Tafur (Alto de la Alianza), Juan B.
Tafur (San Francisco); Federico Figueroa (Arica); Didimo Giles,
Eleuterio Morales, Gamaniel Cisneros, V alerio Tineo, Luis Baldeón,
Francisco Cárdenas, Adriano Sara, Filomeno Coz, Esteban Coz, José
León, E. Veites, N. Acosta, N. López, Visitación Dámaso, Valerio Sán-
chez, Ángel Castañeda, Marcelo Beteta, I. Meneses (San Juan);
Manuel Azáldegui, Rosendo Lecler, N. Silva, Manuel Llanos, Fede-
rico Figueroa, Wenceslao Zavala, Francisco Amens, Manuel Maldo-
nado, Isidro Carbajal, Marcelino Tolentino, Isabel Alejandro (Mira-
flores) 5 •
En el curso de la guerra, varios cuerpos de tropas chilenas atrave-
saron Huánuco y sus provincias, que sufrieron la ocupación militar y
fueron escenarios de la resistencia, particularmente por parte de los
indígenas.
El 1 5 de abril de 18 81, partió de Lima al Cerro de Paseo una expe-
dición de 700 hombres de las tres armas, al mando del Teniente Coronel
Ambrosio Letelier. Este jefe destacó al Comandante Basilio Romero
Roa al mando de una división, la que llegó a Huánuco en persecución
del Coronel peruano, pierolista, Anduvire, quien con 200 hombres pasó
por aquella ciudad y se dirigió a Huarás, por la ruta de Huallanca.
La tropa de Romero Roa ocupó Huánuco el 19 de mayo, permaneciendo
acantonado largo tiempo, y cometiendo todo género de excesos. Pues,
impuso a sus habitantes un cupo de guerra de 73.174 pesos, que se
hizo efectivo en dinero y alhajas. (De esta suma Romero Roa guardó
para sí 24.100 pesos.) A los propietarios que se resistieron al abono,
les incendiaron sus fincas y talaron sus campos; así lo ocurrido con
doña Edelmira Maldonado V da. de San Miguel, cuya casa la saquearon,
y con don Francisco Rolando, de Ambo, que perdió más de 3 0.000
pesos. Romero Roa fué reemplazado por su segundo, el Comandante
Hilarión Bouquet, al que asesoraba el cirujano doctor José Donoso;

l'í Mooografía &lesiástica áe la Diócesis áe Huámu:o y Junín, por FRANcrsco RUBÉN


BERROA, p. 172. -En la Guerra con Chile. - Huanuqueños muertos en los combates de
S. Francisco, San Juan y Miraflores. "El Diario", Cerro de Paseo, Julio, 1934, p. 13.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 5 65

los que extremaron el ingenio para recaudar el cupo impuesto por el


antecesor; no respetando los templos, ya que se llevaron la Custodia
de la Catedral, rica joya litúrgica de plata y piedras preciosas, y otras
especies 6 •
Persiguiendo al General Andrés Avelino Cáceres que, con su Ejército
del Centro, ocupó Huánuco a fines de mayo de 1883; pasó también por
dicha ciudad (8 de junio), una división chilena fuerte de 3.300 hom-
bres; formada al unirse las tropas del Coronel Juan León García, de
1.300 hombres que cuidaban la ruta de Chosica-Matucana y Chilca,
y las del Coronel Estanislao del Canto, de 2.000 hombres, cuyo centro
de operaciones era el valle de Jauja. El ejército chileno prosiguió a
Huarás, a donde se había dirigido el jefe peruano; realizando el siguien-
te recorrido: Huánuco, Higueras, Huancapallac, Mito, Punchao, Pam-
pas, Chasqui, Jacas Chico, Chavinillo, Chacabamba, Shulluyacu,
Aguamiro, Huallanca, Torres, Parmapampa, Y anayaco, U tcos, Tica-
pampa, Racuey, Huarás.
Estas tropas expedicionarias llegaron a Aguamiro (La Unión) el
12 de junio, permaneciendo allí unos días. El 13 en tal jurisdicción
pasó revista y se hizo cargo de ellas el Jefe del Estado Mayor Coronel
Marco Aurelio Arriagada, que habiendo sido nombrado Comandante
General de las tres divisiones chilenas destacadas en persecución del
((Brujo de los Andes"; vino de Lima con 600 hombres por la ruta de
Chanca y. (Acompañaba a las tropas invasoras el Coronel peruano
Luis M. U garte, como Delegado del General Iglesias, y quien nombr6
autoridades en Huánuco por su delegante, y el propio que, en Hua-
llanca, lanzó dos decretos formando la ((Segunda División del Ejército
Regenerador", para ((librar a los pueblos del bandalaje de los monto-

6 Los actos vandálicos rle Letelier y subalternos, fueron denunciados y juzgados por
un Tribunal Militar nombrado en Lima por el General Lynch. La sen~encia dictada por
dicho Tribunal declaró a Letelier culpable de exacciones y otros delitos y de haberse apro-
piado de 3 3 6.049 pesos procedentes de cupos, y a Romero Roa de haber recibido para sí
24.100 ps. de igual origen; los condenó al primero a 6 años de presidio y degradación militar,
y al segundo las mismas penas que a su co-reo. ·
(Gw:rra del Pacifico. Recopilacción completa de todos los documentos oficiales, corres-
pondencia y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a la luz la prensa
de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo documentos inéditos de importancia, por PASCUAL AHU-
MADA MoRENO. T. VI, ps. 392 y sigs.) - Los chilenos se habían llevado también los cande-
leros de la Catedral de Huánuco, creyéndolos de plata; los que los devolvieron años después
con la Custodia, pero ya sin piedras . .___Doce soldados chilenos que se desertaron de la
división del Cerro de Paseo a -Ordenes de Letelier, pasaron a las montañas de Chiguangala,
donde asesinaron a don José León Espinoza. Allí siguieron cometiendo fechorías, hasta que
desaparecieron victimados. (Monografía Eclesiástica de la Diócesis áe Huánuco y Junín, por
Monseñor BERROA, cit., ps. 173, 174, 175.)
566 HISTORIA DE HUÁNUCO

neros; nombrando como Jefe de dicha División, con sede en Agua-


miro, al Coronel provisional Víctor La Puente.)
Noticiado Arriagada en Huarás, que Cáceres se dirigía al sur; regresó
a La Unión, atravesando nuevamente la cordillera de Huallanca, para
cortarle la retirada por la ruta de la izquierda; en tanto que León Gar-
cía, con 1.070 hombres, maniobraba por la derecha, llegando a Chavín.
El jefe chileno que esta vez llegó a La Unión el 9 de julio, fué atacado
por los guerrilleros peruanos al mando del Coronel Francisco Loarte,
a quienes se dispersó sangrientamente, como veremos luego 7 •
Como dijimos más adelante, los indios opusieron resistencia al
paso de los invasores; aprovechando, sobre todo, de la topografía del
terreno, y usando de galgas.
En San Rafael ( 18 81), la resistencia de sus hijos e indios de los
pueblos circunvecinos, fué tenaz; al extremo que las tropas chilenas
incendiaron el pueblo, después de una gran carnicería. El 1O de junio
de dicho año, los indios panatahuas batieron al jefe chileno Bouquet,
en el puente de Taruja, causándole varias bajas 8 •
Las comunidades de Chupán, Obas, Cha vinillo, Cahuac, Yanas,
Shunqui, Sillapata y de otros pueblos situados en ambas márgenes del
río Marañón; perturbaron la marcha de la división chilena; ya escon-
diendo los víveres, destruyendo los forrajes o arrojándoles galgas en
los malos pasos y desfiladeros, como en Kichke. Pero las más impor-
tantes acciones de estos improvisados guerrilleros, fueron: la captura

7 Las tres divisiones mencionadas, eran: la de León García, la de Del Canto y la de


Gorostiaga. Esta última, que maniobraba en el departamento de La Libertad, era la que mar-
chaba hacia Huamachuco, para cortar el camino por el N. a Cáceres (Guerra del Pacifico.
Recopilaci·Ón completa de todos los documentos oficiales, etc., por PASCUAL AHUMADA Mo-
RENO. T. VIII. Parte oficial detallado del coronel Arriagada de todas las operaciones prac-
ticadas por las fuerzas expedicionarias de su mando, estado de estas fuerzas e itinerario d.e
las distancias recorridas en persecución del General Cáceres. N 9 364, ps. 190 y sigts.) -
R¡ecuerdos del doctor Tomás Sanhueza Sanders. "Atenea", año IX, noviembre-diciembre,
193 2, N 9 93-94. (Órgano de la "Universidad de Concepción"). Santiago de Chile.
8 Un telegrama noticia :il respecto. "Lima, junio 21 de 1881 ( a las 6.50 p.m.) -Al
señor Ministro de Guerra: -Letelier me dice, de Cerro de Paseo, lo que sigue: 'División
Huánuco' batió durante tres días con 80 infantes a 5.000 armados de rifles, escopetas, hondas
y parapetados en alturas. Más de l. 5 00 han quedado sobre el campo. Nosotros hemos tenido
dos heridos levemente". Ya anteriormente me había dirigido otro telegrama que me comuni-
caba que hacía 1 O días que se batía en sus dos alas, habiendo muerto 400 enemigos y
"solo un herido de nuestra part·e. Lynch". Y el Coronel Arriagada escribe en el itinerario 0

de la expedición que comandó: "Jueves 6. Salimos a las 4 .3 O a.m. pasando por Salapamp a
y llegamos a Ambo a las 6 p.m. En este mismo camino, aho·ra dos años más o menos, estu-
vieron muy apurados 27 hombres de caballería que mandó el Comandante Letelier por
haberlos atacado una gran cantidad ele montoneras que de las alturas les hacían fuego y
lanzaban las famosas galgas". Guerra del Pací fico. Recopilación, etc., cit., T. VI, p. 80;
y T. VIII, p. 196.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚB LICA 5 67

del «Subprefecto iglesista" de Dos de Mayo, apellidado Mendoza, que


se esmeró por servir a los chilenos, a quien fusilaron en La Unión;
y el ataque y combate con las fuerzas del Coronel Arriagada, el 9
y 10 de julio de 1883.
En efecto, cuando dicho jefe y sus tropas (más de 2.000 hombres
de las tres armas), recorrían el camino que conduce de Huallanca a La
Unión, les lanzaron galgas y dinamitazos; ocasionándoles algunas bajas.
Los chilenos respondieron el ataque con el fuego de sus cañones; y el
batallón Buin se encargó de hacerles frente, dominando una altura
contigua en la que estaban situados y desde donde observaban el cam-
pamento enemigo.
El día 10, muy de madrugada, las tropas chilenas se lanzaron en
su busca y gracias a haber seguido el camino que les habían mostrado
los guías peruanos Julián Lavado y Manuel Aguilar, una compañía
de caballería del Buin al mando del capitán Isidoro Herrera, los sor-
prendió en las cercaníar:; de la pampa de Huánuco el Viejo, donde
pernoctaban; y los atacó por la espalda. El combate duró hasta las 3
y 30 de la tarde; causándoles a los peruanos más de 100 muertos y
numerosos heridos y prisioneros, que fueron fusilados en La Unión.
Estas acciones y otras similares, organizadas y dirigidas por el Co-
ronel Francisco Loarte, designado por Cáceres para la resistencia en
el departamento de Huánuco, y otros patriotas, sintetizan el esfuerzo
de los indios y cholos huanuqueños en defensa del honor nacional; y
en los que se cuentan episodios de verdadero heroísmo, que honran a
la raza peruana. Y no fueron simples eclosiones de ''masas indias em-
briagadas sin norte o ideal alguno", como se ha pretendido sostener
por los que piensan, malévolamente, que sólo algunos grupos son
merecedores del juicio elogioso de la historia 9 •

• 9 Copiemc·s, para mejor ilustración, la versi.ón chilena de tales acciones, y que es


el Parte Oficial emitido por el propio Coronel Arriagada. ·~Ataque de los indios". "El 9 die
Julio dejé Huallanca por no ofrecerme ese lugar recurso alguno para permanecer en él por
más tiempo. El mismo día llegué a Aguamiro después de una marcha de ocho leguas con
un aguacero que duró hasta las 10.3 O a.m. A medio camino se advirtió glt'andes masas de
indios situados en las alturas laterales de la honda quebr3da que conduce a ese pueblo, en
actitud hostil, lanzando galgas a nuestra descubierta. Estos indios, en número die tres mil a cua-
tro mil, pertenecían a los villorrios vecinos de Aguamiro situados hacia el valle del Marañón Y
según informes obtenidos, eran instigados a esas manifestaciones por un tal Loarte, ayudante
de Cáceres, que con este medio impedía el paso de nuestros espías hacia el campo de opera-
ciones del ejército enemigo. El Sub-prefecto de Aguamiro, señor Mendoza, fué víctima de ese
levantamiento de indios habiéndosele asesinado por creérsele espía nuestro. Ahuyentados
los indios con algunos disparos de artillería y por una compañía del Buin que hice dominar
las alturas, no causaron daño alguno pero siguieron molestando en la noche nuestro campa-
mento, arrojando galgas y haciendo una bulla infernal. A las 5 a.m. del día 1 O, el capitán
5 68 HISTORIA DE HUÁNUCO

Otra de las acciones de armas, en que la masa de combatientes


estaba formada de indios, fué la del cerro de Jactay, frente a la ciudad
de Huánuco.
Al abandonar dicha urbe las tropas de Del Canto, en busca de
Cáceres, dejaron instaladas a las autoridades "pacifistas o iglesistas", las
que, como dijimos, estaban amparadas por los chilenos. Así quedó
como Prefecto de Huánuco don Manuel Brañes, quien, a mediados de
agosto de 1883, fué reemplazado por Manuel Miranda, nombrado por
el Delegado de Iglesias don Mariano Castro Saldívar.
Los patriotas huanuqueños proclamaron a Cáceres y desconociendo
a las autoridades políticas impuestas por las armas enemigas, levan-
taron a los pueblos para expulsarlas, juntamente que a sus aliados.
Movilizáronse, pues, los indígenas de Panao, Margas, Caina, Chaulán,
Pachas, Rondas, Chavinillo, Chupán y otros pueblos de Dos de Mayo.
Cuando el Coronel Arriagada llegó a Ambo, procedente de Agua-
miro, al mando de su División, camino a Lima; el Prefecto Brañes se
le presentó, 23 de julio, denunciando la existencia de montoneros en las
cercanías de Huánuco, y solicitando auxilio de tropa armada. Arria-
gada dispuso, entonces, la marcha a Huánuco de 15 O hombres del
Batallón Buin al mando del Mayor Vallejos; destacamento que, dos días
después, regresó a Ambo. Pero, por la "poca garantía de estabilidad
que ofrecía dicha población para el mantenimiento del orden"; dejó
en Ambo al Batallón Buin, con piezas de artillería, a órdenes del Co-
mandante León García. Empero, como el 27 del mismo mes, en San
Rafael, el nombrado Prefecto avisaba a Arriagada que había sido obli-
gado a abandonar su cargo por una partida de montoneros, aquél dis-
puso la permanencia del Buin, fuerte de 520 hombres, entre Ambo y
Huánuco. León García estableció su cuartel general en Ambo, desde

ayudante de esta comandancia don Isidoro Herrera, con cincuenta hombres del batallón
Buin, sorprendió a los indios en su alojamiento hac'iéndoles sesenta bajas y algunos prisio-
neros que fueron fusilados, con lo que se logró disipar a nuestros agresores en todas direc-
ciones" . .. "A las tres y media del día diez, el capitán ayudante don Isidoro Herirera, tomó
las alturas con 50 hombres ... Permanecí en Aguamiro hasta el dia 11 en la mañana, que
me dirigí a Baños", (Parte oficial detallado del coronel Arriagada de todas las operaciones
practicadas por las fuerzas, etc., cit. Guerra del Pací fü:o, etc., cit. T. VIII, pgs. 184, 191
y 196.) ~Justicia India, por NIVARDo .ALBORNOZ RAMOS. "Meridiano", Huancayo, Perú,
año 1943, N 9 2, p. 29. "El paso secreto ihabía sido revelado. Don Julián guía a los hijos
de Arauco. El subalterno die Shunqui, en obediencia, lo secunda. Y es don Manuel, Gober-
nador en gracia a su servil sometimiento. Andando los tiempos aquel don Julián y aquel otro
gobernador, debían ser siempre alcaldes, gobernadores, escribanos, fariseos. Mas no el shun-
quino, que debía vivir o morir lapidado. Justicia india. Allá los mishtis que olvidan la
traición y perdonan al traidor, decía el varayoc".
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 569

donde Brañes regresó a Huánuco con tropas de las dos armas y al


mando del Teniente Salvo.
Al saber de la llegada de estos soldados chilenos, los indios de
Panao se retiraron a El Valle y Rancho. Al revés, los de Dos de Mayo,
comandados por los "caceristas" --entre otros, por Loarte, Llanos, Ro-
jas, Baldeón y demás- y en cuyas filas estaban reagrupados los que se
habían batido en el combate de Huánuco el Viejo el 1O de julio del
mismo año; previa concentración en las llanuras de Julka, avanzaron
a Huánuco, en son de guerra, por los caminos de altura que unen
Chupán con N auyán-Rondos. Acampando en dichas cumbres y faldas,
desde el día 7.
En la mañana del 8 de agosto de 1883, los guerrilleros indios irrum-
pieron por la bajada del cerro de Jactay, que cierra la ciudad por su
lado oeste. Las tropas chilenas al mando del Teniente Salvo, salieron a
combatirlos en tres columnas que siguieron la dirección de los jirones
Tarapacá, Leoncio Prado y Cashapata. Los "montoneros" armados de
escopetas, hondas, rejones, lanzas, piedras y garrotes, pelearon con arrojo
e intrepidez, enfrentándose a los soldados de línea del ejército arau-
cano. Loarte y demás jefes de grupos, dirigieron y animaron la lucha;
y un mestizo -un cholo-, a quien la tradición ha dado el nombre de
Aparicio Pomares, fué el valiente y principal abanderado que paseaba,
ufano, con el Estandarte Nacional en sus brazos, desafiando a las balas
enemigas, hasta caer herido.
El combate duró, según versión oral recogida, desde las 9 de la
mañana hasta media tarde; con el saldo de algunos soldados chilenos
muertos o heridos, y más de 50 bajas en las filas peruanas, las que se
retiraron a las al turas de Higueras 10 •

10 No conocemos documento o parte alguno peruano, referente a la acc10n de Jactay.


Pero sí da cuenta de ella, en su Seg,unda Memoria, el Contraalmirante Lynch, como Jefe
del Ejército de Chile en el Perú. Su texto: "Entretanto, el coro\nel León García, estacionado
con el Buin y parte de artillería en Ambo para cuidar de la provincia de Huánuco, cuyo
Prefecto había solicitado auxilio, escarmentaba también de un modo serio a los indios y
montoneros. - El 18, un destacamento al mando del tenicnne Salvo, logró envolver a algunos
grupos en los alrededores de la poblaci-On y les hizo 3 5 bajas. Los indios eran más de '400,
armados unos pocos de rifles y los demás de hondas y lanzas. Tr:mquiliz:ido Huánuco, el
comandante León Gar:cía pasó a Tarma, donde le ordené que permaneciese a disposición del
Jefe de la División del Centro, encargado d.e nuestras operaciones". (Guerra del Pacífico.
Recopilación completa, etc., cit., T. VIII, p. -421. Segunda Memoria que el Contraalmirante
don Patricio Lynch, General en Jefe del ejército de operaciones en el Norte del Perú, presenta
al Supremo Gobierno de Chile. Barranco, Diciembre 31 de 18 83.) - Escritores locales, como
Noé M. Castillo y Ezequiel S. Ayllón - El Combate de Jactay, "La Defensa" N 9 176,
Huánuco, .3 de Agosto, 1937; Pr-Ologo a Cuentos Andinos de ENRIQUE LÓPEZ AI.J3.ÚJAR-
sosticnen que lo-s chilenos fueron derrotados y expulsados de la ciudad; que los indios, al día
siguiente del combate, entraron triunfantes, portando prendas de vestimenta militar chilena
570 HISTORIA DE HUÁNUCO

Después de la acción de Jactay, al partir las tropas chilenas para


Ambo y luego para el Cerro de Paseo, Tarma y Lima, los montoneros
dosdemainos prosiguieron su asedio a Huánuco. Secundados, esta vez,
por los de1 Panao y El Valle, tomaron la ciudad el 2 5 de agosto; huyendo,
en derrota, el Prefecto Miranda, camino de Ambo y Cerro. Dueños de
la ciudad, los indios fusilaron, en la Plaza de Armas, al Suprefecto
Adeodato Carbajal; saqueando las propiedades de los "chilenistas", par-
ticularmente los negocios de los chinos. Luego avanzaron hacia Ambo,
en cuya ruta fueron reforzados por los procedentes de los distritos del
sur del Dos de Mayo -Cauri, Jesús, Baños-- y algunos pueblos de las
quebradas de Huariaca y Chaupihuaranga; y, a fines de setiembre,
ocuparon la ciudad de Cerro de 1Pasco.
En esta campaña fueron dirigidos por el ex-prefecto de Huánuco
Coronel Guillermo Cerna y el ex-suprefecto Comandante Quimper; los
que proclamaron Prefecto de Junín a don Manuel Dianderas González
y Suprefecto el ex-oficial de Cáceres don Rafael Serrano 11 •
y restos humanos, como trofeos de ~u victoria; y recorrieron las calles, tomando poses1on de
la antigua y "muy noble y leal ciudad'', que acababan de liberarla de las huestes arau-
canas. Castillo afirma más: que los organizadores y animadores de tal combate fueron
los huanuqueños Asencio Alvarado, Fausto Meza y otros, que habían recorrido la provincia
de Dos de Mayo, enganchando indios. Nosotros no podemos aceptar dichas afirmaciones,
en tanto no se respalden en documentos fehacientes o versiones fidedignas. Por otra parte,
parece, a las claras, que dichos autores confunden o, mejor, agrupan en uno soio, aconteci-
mientos sucesivos o posteriores realizados en Huánuco, a raíz de la ocupación de las tropas
chilenas. - Enrique López Albújar es autor del hermoso relato EL HOMBRE DE LA BAN-
DERA (Cuientos A¡idiflJos, p. 115). En tal relato figura con el nombre de "Aparicio Po-
mares" el abanderado de Jactay, y quien, según López Albújar, organizó las huestes indias
en los pueblos de Dos de Mayo. El hombre del combate de Jactay es indudable que existió,
es un hecho hist-Orico, pero no se llamó Aparicio Pomares, ni fué natural de Chupán. Hemos
indagado, entre centenarias gentes, so.bre el nombrado personaje; y nos han respondido que
tal nombre y apellido no corresponden a persona o familia alg,una de dicho pueblo. El Deán
Noé M. Castillo, afirma que fué de Conchucos. Pero tampoco existe allá el apelativo Po-
mares. A quien así llaman fué, a no dudar, un mestizo, un cholo de Dos de Mayo, cuyo
nombre verdadero se ha olvidado; o acaso fué un notable de Chupán, un ex-soldado que se
había batido en los campos del S·ur, como tantos de la provincia de Dos de Mayo. Sostiene
una tradición que, los habitantes de Huánuco, al observar en la mañana del 7 de agosto
de 1883, que grupos de guerrilleros se atrincheraban para una decidida acción de ataque
a las tropas invasoras, lanzaron al aire, como respiro, la frase: "Ya aparecieron los pumas;
¡hoy veremos a los chileno·s !" (Pu71ias, por decir hombres de bravura y coraje.) De aquí
se originaría el mote: Aparederon los pumas, apareció el puma, Aparicio Pumares y Apa-
ricio Pomares. De otro lado, en el relato o cuento de López Albújar, se hiere la dignidad
de los hijos de Dos de Mayo·, al calificárseles, entre otras cosas, de c:ibscuras y primitivas
gentes que ignoraban hasta la existencia de Estandarte Nacional y la idea de Patria. (Frases
y conceptos que los chilenos, en sus comunicaciones oficiales, esgrimen para empequeñecieT a
las tropas irregulares peruanas que defendían el honor nacional, en aquella guerra.)
11 ( Gnerra del Pacifico. Parte oficial detallado del coronel Arriagada, etc., cit., T. VIII,
p. 192. - Oficio del Prefecto y Comandante General de Huánuco Manuel Miranda, al
Delegado Supremo don Mariano Castro Saldívar, Huánuco, 17 Agosto, 1883; Of. del Pre-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 571

Ocupada Lima por el ejercito chileno (enero de 18 81), Piérola,


a la sazón Presidente Provisional después del viaje de Prado al exte-
rior, se dirigió a Jauja, donde dimitió el 18 de noviembre de dicho
año. Las pocas tropas de su mando, las entregó al General Andrés
A velino Cáceres, uno de los jefes que actuara en la campaña del sur y
en las batallas de San)uan y Miraflores. ·
Cáceres, con su lema .. morir con honra antes de rendirse al ene-
migo", continuó la resistencia con elementos reducidos y valiéndose
de la cooperación de los patriotas indios de las comunidades. El valiente
militar peruano, hizo su centro de operaciones el departamento de
Ayacucho, su tierra natal. El Estado Mayor chileno, con sede en Lima,
despachó varias expediciones para someterlo, ya que sus acciones per-
turbaban las condiciones de paz de que era partidario Iglesias, cuyo
gobierno reconocían las tropas vencedoras.
Una división chilena, fuerte de 2.000 soldados de las tres armas,
al mando del Coronel Estanislao del Canto, ocupó el valle de Jauja.
A fines de 18 82, asediada por guerrilleros que obedecían las órdenes
de Cáceres y tenientes, tuvo aquélla que retirarse, después de sostener
combates en Marcavalle, Pucará, Concepción, en que triunfaron las
armas peruanas.
A principios de 18 8 3, Cáceres, burlando la estrategia del invasor
y gracias a su conocimiento del terreno, avanzó al valle del Rímac;

fecto Miranda al de Junín Coronel Andrés Trujillo, Ambo, 2 5, agosto, 18 83; Of. del Pre-
fecto de Junín Andrés Trujillo al Delegado del Supremo Gobierno de Lima, Tarma, 17,
setiembre, 1883; Of. del Prefecto Miranda al D. del S. E. el Presidente Regenerador, Jauja, 7,
Agosto, 18 8 3. (Guerra del Pacífico, cit. T. cit., ps. 291.) - Las ambiciones de mando
y el desacuerdo que surgió en el Perú, después de las primeras derrotas que sufrimos; reper-
cutió también, hondamente, en Huánuco. Piérola desde Jauja, trataba de sostener su gobierno
dictatorial; García Calderón, en Magdalena; el Coronel Iglesias, en el Norte; Montero, en el
Sur, y finalmente, Cáceres, en el Centro; se proclamaron PDesidentes Provisorios o Jefes Supre-
mos de la República. Y procedieron al nombramiento de autoridades adictas a su bando, en
las zonas que ocupaban o pretendían tener bajo su control político y militar. De aquí,
también, que los huanuqueños tomasen dichos partidos; aunque la mayoría apoyó a Cáceres,
particularmente los indígenas y mestizos, ya que dicho militar personificaba la resistencia
armada a las tropas invasoras. Así, en 1882, fué Prefecto de Huánuco por Piérola don
Augusto Polo; por Cáceres don Pedro Pablo Arias, el Coronel José M. Pereyra -al que persi-
guieron los chilenos, fusilando a su Ayudante Martín Ortiz, en Higueras-, el Coronel
Guillermo Cerna, el Coronel Francisco Loarte; y por Iglesias lo fueron don Manuel Brañes,
Manuel Miranda, 1883, don Alfredo Laffose y don Gregorio A. Durand, 1884. Bajo la auto-
ridad de Brañes, desempeñaba la Subprefectura don J esé Brancacho, siendo Alcalde don
José Carmona.
572 HISTORIA DE HUÁNUCO

pero tuvo que retroceder en el temor de ser copado por otro ejército
enemigo de 1.800 hombres al mando del Coronel León García. Co-
menzó, entonces, su famosa retirada al norte, con el plan de continuar
sus operaciones en Ruarás y Cajamarca; ya que la región del centro
estaba agotada en recursos y hombres. Así fué que, dejando atrás
las divisiones de Del Canto y León García, que lo perseguían por
Huánuco, se dirigió a la zona del Callejón de Huaylas, pasando por
rutas de la cordillera; región de la que también se evadió por Yan-
ganuco, burlando a sus perseguidores. Otra división fué enviada a
Trujillo, al mando de Gorostiaga, para cortar el camino de Cáceres
en su avance a Cajamarca. Este ejército de 2.000 hombres, fué el
que dió batalla a Cáceres el 1 O de julio de 18 8 3.
Esta acción de armas, que se realizó casi a las puertas de la ciudad
de Huamachuco, es considerada como el último esfuerzo del valor
nacional en la Guerra del 79. En dicha batalla se inmoló heroicamente,
entre otros jefes peruanos, un hijo de la ciudad de Huánuco: el Coronel
Leoncio Prado Gutiérrez 12 •
12 Leoncio Prado Gutiérrez nació en la ciudad de Huánuco, el 26 de agosto de 1853.
Fueron sus padres don Mariano I. Prado y doña María Avelina Gutiérrez *. En 1860 es
traído a Lima por su padre, quien lo matricula en el Colegio de Guadalupe y luego en la
Escuela Militar-Naval. Acompaña a su padre Prefecto o Jefe de tropas, en Lambayeque,
Piur.;i y Tacna. En 186-4 es Guardia Marina y en 7 de febrero de 1866 lucha en Abtao,
obteniendo el grado de Alférez, grado con el que asiste al combate del Callao: 2 de ~yo
de dicho año. A los 14 años acompaña a la expedición del Comodoro Juan Tuker que explora
la amazonía, y un año después decide ingresar al Colegio Militar. Su padre lo envía a Estados
Unidos, donde se perfecciona en la Academia Militar 'Y Naval de Richmond, Virginia, 1869.
Ganado por la proclama de los cubanos que luchan por su libertad, después de consultar a
su padre, se enrola en las filas de los patr~otas antillanos. En 1873°, bajo las órdenes de los
cubanos Agramonte, Aguilera, Rosado y Queralta, participa en arriesgadas acciones en la ma-
nigua cubana y en los mares de las Antillas, en compañía de sus hermanos Justo y Grocio y
otros peruanos, regresando a Nueva York,. y obteniendo el grado de Capitán de Marina de
la Armada Revolucionaria de Cuba. El 7 de noviernbr,e de 1876 con diez patriotas --entre
ellos los peruanos Vélez y Morey- se embarca desde Puerto Plata, tomando nombre figurado,
en el vapor de bandera española "Moctezuma". A las seis de la tarde de ese día, de acuerdo
al plan que elaborara,dan el golpe y capturan el barco, derrochando valor. Leoncio Prado,
reponiéndose de la herida que había recibido en la frente, iza la bandera de Cuba y bautiza
la nave con el nombre del pr-Ocer "Céspedes". La autoridad española pone precio a la cabeza

* Su partida bautismal, dice: "En esta Iglesia Parroquial de San Sebastián de Huánuco a
los treinta y un días de agosto de mil ochocientos cincuenta y tres, yo el infrascrito Teniente
de Cura exhorcisé, bauticé, puse óleo y crisma a Leoncio, de cinco días, hijo natural de don
Mariano Prado y de doña María Avelina Gutiérrez; fué su padrino don Gregorio Durán, y
t·estigos don Sim-On Caldas y don Pedro Ferrer. De que certifico. - Josef López Tineo. -
Rúbrica." - Bib. Leoncio Prado. El Héroe. El Mártir, por el Coronel ABEL BEDOYA DE SEr-
JAS, 1933. Lima. - La Odisea de Leoncio Prado en Honduras, por ERNESTO ALVARADO
GARCÍA. Tegucigalpa, 1944. - Leoncio Prado (Biografía novelada), por ESTEBAN PAVLE-
TICH TRUJILLO. Lima, 1933. - "El Comercio'', Lima, 26 de agosto, 1953. - "La Crónica",
Lima, 26 de agosto, 19 53.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 573

Leoncio Prado, que, después de sus famosas hazañas en pro de la


libertad de Cuba y las Filipinas, se encontraba en Amapala (Hon-
duras), declarada la guerra con Chile, regresa al Perú; alistándose en
el ejército nacional. Luego de batirse en Arica, la Bahía del Alacrán
y en el Campo de la Alianza, es tomado prisionero por los chilenos,
cuando comandaba una columna de guerrilleros en Torata; siendo con-
ducido a San Fernando, Chile, donde, después de un año de cautiverio,
obtiene la libertad con la promesa de no volver a pelear. Una vez
en el Perú, ocultamente se dirige a su tierra nativa, y en ella secunda
los planes de resistencia del General Cáceres, con quien mantiene
comunicación secreta.
En efecto, en los últimos meses de 1882, organiza el batallón que
se denominará "Huallaga .N 9 12". En este contingente está la juven-
tud de su ciudad natal -que ha logrado huir de la vigilancia de la
guarnición enemiga-, y la de los pueblos circunvecinos, y de sus
provincias. (Huanuqueños, ambinos, dosdemainos, huamalianos, forman
las primeras columnas; a las que se sumarán: canteños, cajatambinos

de Prado y fuerte recompensa para someter el barco; siendo perseguido por los buques de
guerra "Jorge Juan", "Bazán" y "Fernando d Católico", a los que burla durante dos meses
y llega a Gracias a Dios. El 3 de enero de 1877, en la bahía de Bragman, es acosado po·r el
"Jorge Juan". Prado ordena la quema de la nave antes de entregarla al enemigo; 'Y con sus
camaradas de aventuras se interna en las selvas de Honduras y El Salvador; donde se restablece
de las fiebres, y hambres que pasa, can ayuda de los presidentes de dichos países. El 5 de
abril de 1877 se embuca en Panamá para el Perú, donde un mes después, se le tributa
homenaje por sus hazañas. Par¡¡ cooperar a la independencia de Filipinas, prepara, una expe-
dición en una nave que naufraga, salvándose y continuando de incógnito, a China, India,
Suez, Bélgica, Francia, Inglaterra; realizando los más duros trabajos. En diciembre de dicho
año de 1877, arriba a Nueva York y ve estrenar en el Teatro Francés, la epopeya escrita por
el panameño Joaquín María Pérez: "El Moctezuma'', que lo consagr,a como valiente. En
1878 regresa a Lima y en junio del mismo año vuelve a Estados Unidos, para proseguir su
lucha por la Independencia de Cuba. Cuando en abril de 1879 se encontraba en Amapala
(Honduras), realizando contactos con los revolucionarios cubanos, recibe de su padre la
noticia de la declaratoria de Guerra con Chile. Viaja a Nueva York, para encargarse de la
compra de diversos armamentos y preparar diseños de torpedos y minas que el Ing. Arancibia
había presentado al Gobierno peruano. A mediados de 1879 está en el Perú, después de haber
sido despedido entusiastamente por sus amigos cubanos de Nueva York. Incorpor1ado en el
Ejército Nacional se bate en Arica, 1880; organiza el "Escuadrón de Guerrilleros de Van-
guardia", con el que, el 2 6 de mayo de tal año, lucha en el Campo de la Alianza. En una
emboscada cae prisionero en Torata, de donde es conducido a Chile. Luego viene su cam-
paña en Huánuco y su sacrificio en Huamachuco, en 10 de julio de 1883. - En doña Laura
Pacheco, natural de Paccho, Chancay, dejó un hijo póstumo: Leoncio Prado, que hoy vive
y reside en Huamachuco. - Su¡¡ restos reposan en la Cr~pta de los Hé-roes del 79, de Lima. -
En la ciudad de Huánuco tiene un monumento que se levanta en la Plazuela de Santo Do-
mingo, que ¡e inau¡uró el 15 de julio de 1923.
574 HISTORIA DE H UÁNUCO

y cerreños.) Ex alta el p atriotismo con su verbo cálido, de iluminado.


("Huanuqueños, peruanos: Sabed que la bala enemiga no mata, y
que morir por la Patria es vivir en la inmortalidad de la gloria!").
Los arma, los uniforma con la ayuda que obtiene de los patriotas de
verdad; los adiestra en la práctica militar, los encauza en la disci-
plina; les da jefes como Francisco Loarte, Nicanor Sánchez, los Tafur
y otros valientes; y, con ellos, marcha por la quebrada de Chaupi-
huaranga, para ponerse en contacto con el Coronel Recavarren que
pulula, con sus guerrillas, en las tierras del Callejón de Huaylas.
Después de atravesar las provincias de Paseo, Canta, Chancay, Caja-
tambo ( Oyón, Caujul, Gorgor, Paccha), en cuyos pueblos refuerza
su tropa y hostiga tenazmente a las avanzadas del enemigo, se une
al grueso del ejército de Cáceres, quien lo nombra Jefe de su Estado
Mayor.
Este ejéreito del Centro, burlando al enemigo a través · de decenas
de leguas por altas serranías, llega a Huamachuco, en la que se halla
la división chilena al mando del Coronel Gorostiaga.
·El 8 de julio de 18 8 3 ingresa a la ciudad de Huamachuco, luego
de algunas acciones victoriosas contra las tropas chilenas sorprendi-
das, las que se refugian y parapetan en las faldas del cerro Sazón,
favorecidas por ruinas pétreas incaicas con las que encubren sus caño-
nes. El ejército peruano, entusiasta de entrar en acción, después de
temeraria marcha, instala su artillería y toma posición de batalla en
una pequeña falda nombrada Cuyulga: frente al Sazón, del que le
separa una planicie pantanosa sita al N. de la población, y denominada
Purun pampa.
A las 7 de la mañana del día 1O de julio, comenzó la batalla, con
la toma por los peruanos de la falda S. del cerro Sazón y la dispersión
de la caballería enemiga. Pero, por la falta de un plan de ataque com-
binado, la limitación de municiones y la mejor artillería de los chi-
lenos que .. usan los Krupps, se convierte el inicial triunfo peruano en
derrota definitiva".
El Coronel Leoncio Prado, herido al comienzo de la acción y que
tiene a su mando la artillería peruana, se bate heroicamente, haciendo
gala de valor y actividad. Mas, una bala de cañón le voló una pierna
y, así herido en· el campo de batalla, y a lomo de bestia, es conducido
por los suyos en retirada; pero, al sufrir un síncope es abandonado
en una rústica cabaña de Siluacochas, a tres leguas de Huamachuco·,
al solo. cuidado de sus dos fieles ordenanzas. Allí permanece tres días,
hasta que, descubierto por un soldado chileno, es tomado pns1oner()
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 575

Y llevado, en una camilla, a la ciudad de Huamachuco. Allí es fusi-


lado, en la mañana del día 15 del citado mes, en la habitadón donde
ocupa una modesta tarima, y la que es testigo de sus horrorosos sufri-
mientos y de su temple de valiente militar.
Según las versiones más fidedignas -de los propios jefes chilenos-,
al ser comunicado, en su lecho de dolor, de su sentencia de muerte,
y la forma cómo debía cumplirse aquélla, rechazó que se le vendase
los ojos y pidió, como gracia, que lo ejecutasen no dos sino cuatro
soldados, a los que él mismo daría la voz de fuego. Obtenida la gra-
cia, ordenó a los fusileros que, al dar él un tercer golpe de cuchara en
la vasija o «cachuito" en que había desayunado, disparasen a la frente.
Los testigos presenciales del hecho, afirman también, que Pradito,
como se le llamaba cariñosamente, antes de sufrir tal pena, se despidió
de sus amigos, escribió a su padre; luego se irguió en su lecho, lo
más que pudo, para recibir el impacto de los fusileros. Y los propios
militares chilenos, admiran su don de gentes, su ilustración, su serenidad,
su estoicismo y su valor, y lo califican de héroe 13 •

13 Copiemos, por creerla ·más completa, la vers10n del historiador chileno Molinare.
"Una de las figuras militares enemigas más atrayentes de la Guerra del Pacífico, quizá la
que descolló más por su amor al Perú, por el denuedo con que defendi.ó siempre sus colores
y por su valor indomable, fué sin duda la del Coronel don Leoncio Prado.
"La muerte de este hombre extraordinario, tiene tonalidades tan grandio~as, fué tan ad-
mirablemente estoico para morir, que como un homenaje a la memoria de tan valiente jefe
peruano, publicamos este emocionante episodio de su vida, que sin duda es la página más
hermo5a de la historia del Perú en la última campaña, tomándola de nuestra Historia de la
Batalla de Hu amachuco, qu e verá a luz pública entre breves días.
" Si hubiera imaginado, compañero, que lo iban a fusilar, tenga la seguridad que no lo
tomo prisionero", me decía el año próximo pasado, mi querido amigo, el mayor retirado don
Aníbal Fuenzalida, refiriéndose al Coronel don Leoncio Prado. "Figúrese usted que Pradito
estaba herido gravemente; tenía un balazo horrible en la pierna izquierda; miré, la tenía hecha
astillas, compañero; si lo sabré yo, si lo recogí de una quebrada el dia 13 de julio; des
días después, el 15 tempranito, poco después de las ocho de la mañana, er:i domingo; lo fusi-
laron, y en su misma camilla."
"Y Aníbal Fuenzalida que conocia a fondo como nadie, aquel episodio, emocionado agre-
gaba: «Le voy a contar punto por punto, todo cuanto sé respecto al coronel Leoncio Prado,
a quien tomé prisionero, de quien fuí a.migo cerca de dos días, y a quien no vi morir porque
«De orden ~uperior de mi jefe, el inteligente mayor Fontesilla, salí temprano el día 15
en comisión a recoger armas y muy especialmente a buscar dos cañones que faltaban de los
12 que habían tomado la artillería enemiga.
«Cerro arriba nos lanzamos por el Morro de "Las Flores'', altura que queda encima, como
quien dice para el Sur de Huamachuco, lle&amos a la cumbre Y una v~ en. ella .baj.é. con mi
tropa por el otro lado como para Entre Ríos o Silacochas y con paciencia pnnc1p1amo~ a
registrar todas las quebradas, va1lecitos y hondonadas que forman aquellas agrestes serramas.
«Estos cerroi; que se presentan pelados, sin un arbustito p ara el cost ado N orte, para d que
576 HISTORIA DE HUÁNUCO

Leoncio Prado y Gutiérrez, sintetiza el aporte del hombre huanu-


queño en la Guerra del Pacífico. Es, por antonomasia, el hijo de la
mira el pueblo, una vez que descienden hacia Sillacochas, principian a cubrirse de vegetación;
en sus quebradas se encuentra agua y también árboles y bosquecillos.
«Mi tropa andaba dispersa, con orden de no separarse mucho y de registrar con sumo
cuidado cuanto rinconcito .hubiera;· yo disponía de 3 O hombres y de mi corneta Vilchez.
«Quince de los niños andaban a caballo; los demás a pie. Como le decía a usted en par-
tiditas los soldados recorrían los cerros.
«De repente un artilli:ro, cuyo nombre he olvidado, sinti.ó que alguien se quejaba, más
bien dicho, le pareció oir el murmullo de una conversación; el hombre preparó su carabina
por lo que pudiera acontecer, y con cautela agazapándose se fué acercando hacia el lugar
de donde creía venían las voces.
«Pocos instantes después le hablaban así, con voz entera:
«-Avance usted sin cuidado, que estoy herido. Yo soy el coronel Leoncio Prado.
«Y efectivamente, mi artillero tenía a su frente bajo una ramita, lo que los soldados lla-
maban un torito, recostado en el suelo, sobre un cuero de oveja y una manta, a un hombre
moreno, cara redonda, de nariz perfilada; de pelo negro muy- crespo y que usaba bigote, 'Y
una magnificante pera militar.

<Cuando mi artillero vió herido a Prado o Pradito, como todos lo nombraban en el Perú,
:ie quedó mirándole al oír la tranquilidad con que le dirigía la palabra.
<Praldito, con toda calma a su vez, le dijo: «Hazme un favor, d'ame un tiro, aquí, en la
frente~.
<-Pídale ese servicio a mi teniente Fuenzalida -le contestó el soldado y corrió a darme
parte.
<No pasó mucho tiempo y yo y ot;ros soldados estábamos al lado del que fué mi
pobre amigo, el coronel Prado. ¡Qué hombre tan simpático, tan ilustrado y atrayente!,
compañero: mire encantaba conversar con él; de todo sabía: poseía el inglés y el francés lo
mismo que el español; y con él podía usted hablar de artillería y tratar cuestiones de guerra
a fondo porque era hombre bien instruído, de estudio y muy sabido.
<En cuanto estuve a su lado y después de darnos un afeétuoso apretón de manos, me
rogó que le despachase al otro mundo, po.rque sufría dolores atroces a causa de su herida, y
porque suponía lo harían fusilar.
<Naturalmente le hice desechar tan negra idea, porque imaginé que estando tan grave-
mente herido, mi coronel Gorostiaga no lo ejecutaría.
«Compañero, recuerdo que me dijo a propósito de su heriila: «Este pobre chino, es tan
bueno, que por más que he hecho no ha querido cortarme con su hacha la pierna herida:.,
y mostraba el muslo izquierdo horrorosamente fracturado encima de la rodilla.
«Y nuestra conversaci.ón duró el tiempo necesario para arm:lr una camilla y pronto re-
gresamos todos a Huamachuco.
«Usted se imaginará con cuánto cuidado bajamos aquellos empinados cerros.
<Qué hombre tan alentador: Usted supondrá que el camino era harto malo, y que los
dolores que sufría mi pobre amigo eran atroces; pues bien, sepa usted que aquel hombre no
se quejó una vez; .hizo el viaje como en una cama de rosas.
<Y en cuanto entramos a la plaza, me presenté a mi mayor F'ontesilla, le di cuenta y éste
·e n el acto hizo colocar a mi prisionero en una de las habitaciones de la casa que nos servía
<le cuartel; le tocó una pieza de regular tamaño, como ésta, de 6 x 5 m., más o menos.
«Se le arregló una camilla con buen colchón y se colocó ésta :Srente a frente de la puerta,
-es decir al medio; de velador se buscó un cajón vacío un tanto alto.
«Me olvidaba narrarle, que junto con Pradito, tomamos también a su asistente un com-
pale; chino más fiel no he conocido en mi vida; era un perro inteligente y su:Uiso como
n adie.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 57 7

ciudad de Huánuco; encarna su alma telúrica; es el huanuqueño de


su más profundo y legítimo limo. Su sacrificio en Huamachuco es,

«Al día siguiente de estar en Huamachuco, en presencia de varios compañeros me entregó


su chino en esta forma: «Mira José, cuando yo no exista seguirás sirviendo al señor en la
misma forma que lo has hecho conmigo; ten presente que es el mejor amigo que hoy tengo~.
«El chino me fué fiel hasta la muerte.
«Pradito, fué visitado por todos los jefes y oficiales de la división, captándose la con-
fianza y simpatía de grandes y pequeños; nadie le habló de fusilamiento, sin embargo a él
no se le escapó se pensase en ello por cuanto los cirujanos chilenos se excusaron discretamente
de amputarle la pierna .
• •¡ • ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

«Discutiendo con los compañeros, a propósito de la palabra de ,honor, sostuvo siempre


que en una guerra de invasión y conquista como la que hacía Chile y tratándose de defender
a la patria, podía y debía empeñarse la palabra y faltar a ella.
« "Y o la dí cuando caí prisionero en Tara ta, y me he batido después muchas veces de-
fendiendo al Perú y soporto sencillamente las consecuencias. Ustedes en mi lugar con el
enemigo en la casa, harían otro tanto. Si sano y me ponen en libertad hay que pelear nueva-
mente, lo haré porque ése es mi deber de soldado 'Y peruano".
«Le repito, Prado conve.rsaba de est¡as cosas sm fanfarronería y con la flema y tranqui-
lidad propias del hombre valiente y sereno.
«Corno le he dicho no presencié su suplicio; me consta sí que estuvieron presentes cuando
se le fusiló, mi compañero Fontesilla, el capitán den Rafael Benavente y el subteniente Ra-
mírez, de zapadores.
<A ellos les oí narrar los últimos instantes de este buen amigo y valero~o coronel peruano;
murió corno soldado, corno héroe. Más vale así que no presenciase m muerte.
<Dura, muy dura fué la cosa, nos decía nuestro amigo el ca-pitán don Rafael Bennente,
a propósito del suplicio de Pradito; cierto que el hombre estaba herido y que la gravedad
de m mal era irreparable, por la fractura del muslo y porque ya .había gangrena en el
miembro',· yo no lo habría fusilado; pero, mi coronel Gorostiaga, tenía órdenes severísimas
especiales, respecto a Pradito, del general Lynch; y luego éste tenía cuentas terribles en su
contra; había faltado dos veces a la palabra de honor y lo acusaban de crímenes cometidos
en Sayán, Ocros y en otras localidades.
<Ahora la cosa en aqudlos días era tremenda; yo no lo habría fusilado le repito, pero
los ánimos estaban, sumamente excitados en centra de todos los peruanos en los momentos
que usted historia.
. . . . .. . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . .... . ....................................... . .
<Corno usted ve Ja,, cosas cambian de aspecto cuando se pesw con frialdad y calma las
ru.ones que existieron en aquellos días para hacer lo que se hizo.
<He aquí, ahora el terrible rol que me cupo desmnpeñar el domingo l í de junio de 18 8 3,
día en que murió fusilado, pero con heroico valor, el coronel peruano Leoncio Prado.
«No rengo para qué repetirle:, agrega el distinguido capitán Benavente, que Pradito era
hombre muy instruído, de conversación arnenísirna y que por su resignación, valor y absoluta
falta de fanfarronería, se había captado la confianza y estimación de todos nosotros.
<Añada usted todavía que sus compañeros en Cuba, pelciando por la libertad de ese país,
lo presentaban con una aureola de simpatía inestimable para nosotros, soldados que comb1-
tíarnos por Chile, por una causa justa, santa.
<Así, Pradito era el tipo del militar bravo, que defendía su patria cen valor y decisió n
admirable, de ahí que todos desearan su salvación y que no se le fusilase.
°' «A la diana del domingo 15 nadie pensa~a en partir de Huarnachuco; poco después de
la hora citada el cirujano en jefe doctor G. González Vera, avisaba al coronel Gorostiaga la
aparición de la gangrega hospitalaria entre nuestros h eridos, y la necesidad absoluta que hab í a
de abandonar el pueblo porque estaba infestado.
57 8 HISTORIA DE HUÁNUCO

sobre todo, ejemplo de lo que significa el amor a la tierra materna,


y la defensa del honor. Huánuco, la ciudad de "León de los Caba-

«El coronel, tan pronto como oyó lo que ocurría, mandó alistarse a la división y partir
a Cajabamba. A las 7 de la mañana, los vencedores de Huamachuco desfilaban por la calzada
d e Cajamarca, conduciendo a todos sus heridos, parque, etc.
«Gorostiaga a caballo, en su famoso macho viajero, y envuelto en un poncho verde de
C astilla, en la plaza, miraba desfilar a sus cropas. Entre los ayudantes que lo acompañaban
se en contra ha su servidor.
«-"Capitán Benavent,e, -díjome mi jefe--, pase al cuartel de artillería y diga a Fontesilla
si ha cumplido la orden que le di".
«En este instante nos encontramos al costado Norte de la plaza como quien dice, en la
p uerta del Telégrafo del Estado, tomando por ejemplo a la Plaza de Armas de Santiago; saludé
y partí en demanda de mi objetivo: los artilleros se alojaban en la casa esquina de Aumada
con Plaza; no tenía que andar sino cuadra y media.
«Fontesilla estaba listo para marchar; lo noté pensativo.
«-"¿Mi mayor, dice mi coronel si ya cumplió usted su orden?"
»Fontesilla, sorprendido, casi fastidiado, me respondió:
«-"¿Sabe usted compañero cuál orden es ésa? ¿No sospecha? La de fusilar a Pradito,
amigo mío".
«Y el bravo y bondadoso mayor Fontesilla, clavó la vista en e1 suelo, movió nerviosamente
los hombros, se retorció con rabia los bigotes y agregó: «¡Qué diablos!, ¿por qué se me obliga
a mí para cumplir tan tremenda orden?»
«Y durante breves instantes nos miramos con indecible angustia. El subteniente Ramírez
de zapadores, que vigilaba los cañones tomados al enemigo, estaba también con nosotros.
«A ninguno de ks tres se nos ocurrí a e-Orno salir de aquel durísimo trance; al fin, Fonte·-
si lla exclamó:
«-"¿Qué hacer?, ,hay que cumplir la orden cueste lo que cueste. ¿Compañeros, hablemos
con Pradito?"
«Y en este preciso momento el subteniente Ramírez, de zapadores agregó: "Mi mayor, yo
lo sacaré del apuro; déjeme a mí, yo hablaré con mi coronel Prado y le ccmunicaré la orde1I1".
«Quien así hablaba era el subteniente don Alejandro Ramírez, de zapadores; niño de 18
años, que tenía fama y reputación de valiente y que en la batalla se había conducido como
u n león.
«-"Bueno, subteniente, -contestó Fontesina~, hable usted con Pradito y dígale que
de orden del coronel Gorostiaga, se le va fusilar. Y luego agregó Fontesilla; entremos los tres
a la pieza".
« Leoncio Pradito -como todos lo nombrábamo5'-, cuando penetramos a su cuarto, tomaba
u n fr ugal desayuno; su asistente, el com pale José, le había servido un ulpo 2 la chilena, con
h arir.a tostada, en una lanchita de su caramayola.
«- "Mi coronel, buenos días", -le dije.
«-"A la orden compañero", -me respondió con llaneza y urbanidad.
«Fontesilla parado a mi lado le miraba entretanto con angustia indefinible.
«Hubo un instante de silencio.
«R amírez con voz pausada, se dirige a Pradito, y le dioe:
«-"Una mala noticia le traigo".
«-"¿Qué sed? ¿Que me van a fusilar?" -Observa Pradito, 'Y continúa saboreando su
ulpo.
«---'"Sí, pero en cinco minutos más" , ......,-replica Ramírez, se·c amente.
«-"¿Vaya?" -dijo Pr1adito, y sin p arar de comer su ulpo, y s~cmpre masticando. Nos
quedamos en silencio por algunos ~undos. Fontesilla, esforzándose entonces, agregó: "Sí,
comp,a ñero, mala, muy mala es la notici~".
·«-"Así es", -respondió Pradito--. "Paciencia. ¿Qué hac.er? ¿Conque me van a fusiltar?"
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 579

lleros", mec10 su cuna de libertario y héroe. Prado es un "león de


Huánuco" y un " caballero de la libertad" 14

«-"S í, compañero, tengo el sent1m1enrn de confirmar lo que ha di cho el subt eniente Ra-
mírez, que va usted a ser fusilado ... tiene usted diez minutos. El tiempo necesario para que
se prepare ... "
« - "Mi mayor, desearía hablar con el co.ronel Gorostiaga".
« - "No hay inconveniente. Capitán Benavente, comunique usted a mi jefe, los deseos del
señor Coronel Prado".
«Tomé mi caballo y partí a escape. Gorostiaga permanecía en el mismo lugar de la pl'aza
en que lo .había dejado.
«- "Mi coronel: el coronel Prado desea hablar con su señoría an tes de morir".
«Gorostiag a, haciendo un gesto indefinido qu izá de pena o desagrado, contestó:
«-"Capitán ... diga ... que me he ido ... que hace una hora que partí ..
«Aq uello era horroroso; yo no había ido a la campaña a tomar parte en semejantes escenas.
«¡Ah ! ¡No así no más se sirve a la patria! ¡No así no más se aspira a la gloria, no se
tiene el derecho de lucir en el pecho hanrosas condecoraciones!
«Pradito a todo esto continuaba tranquilo, impasible.
«Durante mi bre'e ausencia había conversado con Fontesilla '}' Ramírcz; cuando entré a
la pieza avisé que Gorostiaga había part ido. Prado ex clam-ó :
«~".E11 verdad, se1íores, creí tener derecho a que se me fusilara en la plaza y con los
honores debidos a mi ra11go ; po1·q11e yo soy coronel y pertenezco al ejércit o regular del Perú".
«-"Usted, señor coronel, será fusilado aquí, en su propia camilla en est a pieza", -res-
pondió Fontesilla, con calmada y emocionante voz.
«-"Está bien y dígame mayor, ¿tiene usted lápiz? Proporcione una hoja de su cartera,
quiero escribirle a mi padre".
«Y con soberana calma, sin afectac ión, sm que su rost r o sufriera alteración ninguna,
exclamó:
«-"Capitán, ¿tiene usted lápiz?".
«Y yo, profundamente emocionado, le pasé un pequen1s1mo lapicito que con religioso res-
peto conservo todavía en memoria de aquel hombre extraordin ario y bra vo.
«Pradito, lo miró casi sonriente y sentado en su pobrísimo lecho, esc ribió, co n la tranqui-
lidad más asombrosa la siguiente carta:
«"Huamacucho, julio 14 de 1883.
"Señor Mariano Ignacio Prado.
"Colombia. - Mi queridísimo padre: -Est¡oy herido y pns1onero; hoy a las '¿qué hora es?'
-preguntó-. Las o-cho y veinticinco, contestó Fontesilla, a las ocho y media debo ser fusilado,
por el delito de haber defendido a mi patria.
"Lo saluda su .hijo que no lo olvida. - Leoncio Prado".
«Los soldados que iban a cumplir la orden con el sentenciado, estaban ahí, eran dos.
«Pradito, sin perder la calma, dijo: "¿No ooría mejor que me fusilarán cuatro hombres?"
«-"No hay inconveniente, compañero", -contestó Fontesilla.
«Un momento después, Pradito, tomando en sus manos el cachuito de lata Y la cuchara,
luego de pegarle a ésta unos golpecitos para limpiarla, para qflle se le desprendiera la harina
~cea, restos del ulpo que tenía pegado, habló así a la tropa:
«-"Ustedes me van a hacer el favor de apuntar aquí", '}' señaló la fre-,nte, sobre los ojos.
«-'' Cuando- con esta cuchara haga una señal, así -y saludó-, y pegue tres golpes en
este c~chuito, ustedes hacen fuego".

14 JosÉ v,\RALLANOS: León de J-Juánuco y Caballero de la Libertad. "La Crónica"


Liml, 26 de agc·s to de 1953. Gene1ilogía racial y telúriC111 J,,, Leomcio Prado. "Cultura
Peruana", Lima, :igosto, 19 53.
5 80 HIST ORIA D E HUÁNUCO

«Y aq uel br avo soldado si n la menor emoció n, sin recriminación algu na, se alis tab a d e
ese modo para morir .
«Se sentó lo mejor que pudo en su cama; con un fuerte abrazo se despidió de Fontesilla,
de Ramírez y de mí.
«La pieza era chica; al frente, al pie de su cama, a tres metros de distancia, se colocaron
los cuatro tiradores, tres soldados y un cabo de artillería, armados de carabina Winchester; la
boca de los cañones a la altura de los pies de la camilla.
«En ese momento cuando ya los tiradores estaban en su puesto fué cuando nos abrazó, di-
ciéndonos: "¡Adiós, compañeros!".
«Nos retiramos, salimos de la pieza, pero volvimos inmediatamente, a pesar de lo espantoso
de aquel suplicio, aquel hombre nos atraía; creíamos un deber presenciar su muerte; acom-
pañarlo en aquel durísimo trance; agradar sus últimos momentos, conservarlos para la historia;
¡qué hombre tan sereno, tan valiente!
«Nos colocamos tras de los cuatro soldados; las lágrimas nublaron mi vista: todos llorá-
bamos, todos, menos Pradito.
«Tomó la cuchara, le pegó un golpecito para limpiarla, enderezó un poco más el cuerpo,
se irguió; saludó masónicamente con la cuchara, pegó pausadamente los tres golpes prometidos,
sonó una descarga, y dulcemente expiró en aras de su patriotismo, por su nación, por el
Perú, el hombre más alentado que he conocido, el heroico coronel don Leoncio Prado.
«El cabo avanzó y dándole un balazo en el peoho, para cumplir con la ley, acabó de
apagar así los latidos de aquel gran corazón, que no palpitó sino para servir a su patria.
<Así murió este hombre extraordinario; expiró con estoica frialdad y en medio de la
admiración y de las lágrimas de sus enemigos, que se hacen un deber en confesar su altivez,
su heroico valor.
<Ya, aunque treinta años nos separan de aquellos sucesos, nuestro querido informante', el
capitán don Rafael Benavente y B., nos decía: "Créame compañero, que hoy, en este instante,
tengo vivas las escenas que le he referido; todavía siento la descarga que mató a Pradito; lo
veo impasible, valiente, heroico, sereno".
<Sucumbir en la forma que murió el coronel Prado, no es morir : ese soldado esculpi ó
sencillamente su nombre con letras diamantinas en la historia del Perú>". NrcANO!l MoLINAllE:
L1 Bat11lla df HufPmqchuco. Guerr11 del Par:ífko, cit . T. VIII, p . 22 5. GoNZALO BULNES:
Giterr11 de:l PllC'ífico, T. III, p. -484.)
CAP ÍTULO VI

GOBIERNO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL BAJO LA REPÚBLICA

1
La diócesis de Huánuco. Su erección. Centros de enseñanza, funcionarios, parroqtiias, etc.,
Y su actual jurisdicción. Los acontecimientos políticos de 1894, y la rebelión armada de
Augusto Durand en dicho año y m 1899, en el Departinnento. Los s.mgrientos sur:esot
en las provincias de Dos de Mayo y Huamalies. Sus consecuencias. El obrerismc, ros
institucicmes. La vida intelectual bajo la República; sus ex[JOnentes en las letras, artes,
ciencias y periodismo. La vida social y las costumbres. (El folklore.)

Proclamada la Independencia, continuó el mismo regrmen eclesiás-


tico, así como sus autoridades. Es decir, persistió la Arquidiócesis de
Lima, dividida en obispados, los que se subdividían en parroquias y
demás. Sólo que, en adelante, el Patronato de la Iglesia lo ejercería la
República del Perú, que había sustituído a la Corona española.
En 1821 eran sufragáneos del Arzobispado de Lima, los obispados
de Cusco, Trujillo, Arequipa, Huamanga (después Ayacucho). Años
más tarde creóse los obispados de Puno y Maynas o Chachapoyas. De-
pendía del Arzobispado de Lima el Departamento de Junín y sus pro-
vincias: Huánuco, Huamalíes, Paseo, Jauja y Tarma.
En la provincia de Huánuco existían, en 1830, las parroquias de:
ciudad de Huánuco, sede del Vicario, Huácar y Santa María del Valle.
En la de Huamalíes, en el mismo año, las de: Llata, Jesús, Baños, Pachas,
Chavín, Singa, Huacrachuco y Huacaybamba.
La extensa Diócesis de Lima, que comprendía los territorios de los
actuales departamentos de Lima, Junín, Ancash e lea, era óbice para
la diligente administración de las parroquias, cuyos servidores tenían
que acudir a la sede episcopal desde lejanas comarcas. Estas circuns-
tancias animaron a insinuar, desde el siglo XVII, la creación de una silla
episcopal en la ciudad de Huánuco. Lo que se hizo clamor desde el
siglo XVIII, primero en la Intendencia de Tarma y luego en el Depar-
tamento de Junín: Parroquia de la Arquidiócesis de Lima.
582 HISTORIA DE HUÁNUCO

En efecto, el carmelita Fray Antonio Vásquez de Espinoza, en 16 16.


decía que a Huánuco «se le dé Obispado, que por falta dél ha ido la
ciudad a menos" 1 • Fray Bernardino León y V aldés, en una relación
para la Corona de España, 26 de mayo de 1773, y el Corregidor de
Tarma Coronel Juan José Avella Fuertes, marzo de 1777, hacían ver
la necesidad de un Obispado, cuya sede se fijaría en Huánuco, y su
jurisdicción se ·extendería a las misiones de las montañas de Tarma al
río Marañón y Cajamarquilla, por ser "aquella ciudad más inmediata
al Pozuzo" 2 • Años después el Intendente de Tarma don Juan Marí a
Gálvez, 17 de octubre de 1786, expuso al Rey de España de la conve-
niencia de establecer un Obispado en el territorio de dicha Intendencia,
con sede episcopal en la ciudad de Huánuco. Atendiendo tal sugerencia,
el Rey comisionó al Virrey Croix, 27 de octubre de 1787, para que in-
formara sobre el proyecto. El Cabildo de H uán uco dió opinión favo-
rable; pero el del nombrado Virrey fué en contra, así como del Ca-
bildo Eclesiástico de Lima. En 1787, el doctor don Hipólito Ruiz, ob-
servando la decadencia que entonces sufría la ciud ad de Huánuco, y
opinando por las medidas administrativas en pro de su resurgimiento,
escribía que necesario era «poner en ella un Obispo que zelase y vigilase
sobre el debido pasto espiritual, que no tienen en el día aquellas gen tes,
y evitase desde luego los perjuicios que por esta caus~1 padecen en el
día"~.

Sólo bajo la República pudo crearse el ansiado Obispado. En efecto,


el 9 de agosto de 18 31 se presentó al Congreso un proyecto de erección
de la Diócesis de Junín, firmado por los diputados Manuel Antonio
Valdizán por Huánuco, Manuel Carrión por Huaylas, Antonio Velás-
quez por Paseo, José Ugarte por Jauja y José María Sotomayor por
Conchucos. Pasado a su informe, el C abildo Eclesiástico se opuso, ne-
gando autoridad al Congreso. Pero este cuerpo, en sesión de 6 de agosto
de 18 3 2, aprobó la creación de la Diócesis de Junín, que fué promul-
gada en 26 de noviembre del mismo año de 1832 por el Presiden te
Agustín Gamarra. (Fueron los gestores directos de tal ley~ los diputados
huanuqueños don Manuel Antonio V aldizán y don Gregorio Cartagena,
particularmente el segundo que era miembro de la Comisión Eclesiás-
tica).
Pero la ley quedó sin ejecución hasta 1864, en q ue, el Presidente

1 Com pendio )' descripción de las Indias Occiáentaf.e s. C apt. XLI V, p. 488.
2 Juicio de L ím ites entre el Perú y Bolii,ia. T. I V, p . 282.
3 R elació n Hist órica del V ia je q1u hizo a los Reinos del Perú y Chile el botánico
D . Hipólito R11i:::, etc., cit., Capt. XXI, p. 145.
EM ANCI PACI ÓN Y R E PÚB LICA 583

Juan Antonio Pezet, mediante el Ministro en Roma Luis Mesones, elevó


sus preces al Papa Pío IX, quien dió su aprobación; expidiendo la Bul:l
de erección de la Diócesis de Huánuco, fechada en Roma el 17 de marzo
de 1865.
Conforme a esta Bula Singulari Animi Nos tri 4, se desmembraba de
la Arquidiócesis de Lima las provincias de Huánuco, Huamalíes, Paseo,
Jauja y Tarma, que constituían el departamento de Junín, elevando a
la ciudad de Huánuco al rango de ciudad episcopal, residencia del
Obispo, y recibiendo su Iglesia matriz el título de Catedral, sujeta al
Metropolitano del Arzobispado de Lima. P ara la ejecución de todas las
disposiciones expresadas se comisionó y nombró al Arzobispo de Lima
Monseñor José Sebastián de Goyoneche y Barreda, el que sentó acta de
la erección en 24 de abril de 1867. Designóse como primer Obispo al
Dr. D. Manuel Teodoro del Valle, por Bula Apostolatus Officiu11i de
27 de marzo de 1865 y consagr ado en la Catedral de Lima en 6 de
agosto de 1865. Este prelado tomó posesión de su Diócesis por inter-
m edio de su Vicario Dr. Juan Bautista Guzmán, el 2 de .febrero de 1869.
En la silla episcopal, al Obispo del Valle le han sucedido Fray Al-
fon so Ma r ía Sardinas, Pedro Pablo Drinot y Piérola, Francisco Rubén
Berroa, Teodosio Moreno Quintana y el actual Arce Masías 5 • '
C abe, en este espacio, trasladar algunos datos informativos sobre la
conducta, el estado del personal eclesiástico, y la verdad del sentimiento
r eligioso en Huánuco, a los pocos años de haberse creado la silla epis-
cop al en aquella ciudad. Corresponden ellos al Memorial que elevara el
Prefecto don Ruperto Delfín, en 1873, y cuya realidad, en algunos
aspectos, no h a variado m ayormente; persistiendo , por tanto, en nues-
t ros dí as .
"El clero de esta capital como de todo el D epartamento, por lo ge -
neral tiene marcadas ten dencias a sobreponerse a las leyes, contrarian do

4 Bnla de Erecciátn de la Diócesis de H11á1111co. Sanma rti & Cía. Lima, 1919.
fí Monseñor Manuel Teodoro del Va lle, Arzobispo de Berito (6 de agosto, 1865-
16 de octubre, 18 8 8) . Había nacido en Jauja el 9 de diciembre de 1818, <le! matrimonio
de don Juan Manuel del Valle con doña Francisca Soane, españoles residentes en a q uell ~
ciudad. Falleció en L im a el 16 de octubre de 1888. F u ndó la "Socied ad Ju ven tu d Cató-
lica" y reorganizó el Convento de las Concebidas. - Frav Alfonso María Sa r di nas (l 1
enero, 1891-26 junio, 1902). Nació en Huánuco el 30 de mayo de 1839. Muri·Ó el 26
de junio de 19 02 , en dich a ci ud ad. - Ped ro P ablo Drinot y Piérola (8 j un io, 1904-
14 ju lio, 1920) . Na tural del C allao, do n de nació el 29 de noviem bre de 1859.-:Ft<ancisco
Rubén Berroa ( 4 de marzo, 1923-diciembre, 1946.) Nacido en Arequipa el 2 de abril d e
187 6, hijo de don Gregorio Bcrroa y de doña Brígida Bcrncdo. Actua l O bispo de lea.
T eodosio Moreno Quin ta n a; tomó posesÍ·Ón de la Silla Episcopal el 14 de setiembre de
19 47. Nació en J auja. el 14 d e mayo de 1898. - C arlos Alberto A r ce M asías (19 d<!
marzo, 1957- .... ). Natural de Simbal (Trujillo), nació el 24 de noviembre, 1903.
584 HISTORIA DE HUÁNUCO

no pocas veces todo aquello que tiende al progreso en un sentido liberal ;


sin dejar por esto de tomar parte activa cuando convienen a sus inte-
reses personales en cuestiones eleccionarias y en otros asuntos entera-
mente contrarios a su ministerio.
"Existe en esta ciudad una casa de religiosas, titulada Convento de
Concebidas. Este establecimiento destinado para morada de la virtud,
por desgracia tal vez no ha llenado su objeto, pues antes del ingreso
del señor Obispo era el asilo del vicio y piedra del escándalo.
"Desde que ha sido reformado por el ilustre prelado de la Diócesis,
quien con el tino que le distingue, ha dictado órdenes severas y repre-
sivas a la relación que existía, se cumple literalmente con el instituto
de la orden y la vida que observan hoy las beatas es ejemplar, exenta de
los vicios que se iban apoderando de esas vírgenes destinadas a la oración.
rrPrimicias. - La primicia establecida por arancel vigente, es la sép-
tima parte del producto de las tierras de los indígenas en los pueblos
excepto en la capital.
"Cada año cobran los curas el mejor ternero, el mejor carnero, la
más hermosa gallina y hasta los cuyes, exigen el más gordo.
"Cada doctrina le da al cura, de sólo primicias, de seis a ocho mil
soles.
"El modo de hacer fectiva la primicia es vendiendo a un postor el
ramo, quien para sacar más ventaja, persigue a los indios aun en los
bosques. -
rrlnstrucción Religiosa. - La instrucción religiosa está muy atrasada,
entre los indios apenas saben persignarse, y los conocimientos respecto
a Dios son tan imperfectos, entre esta raza, que muchas veces han sido
burlados por la superchería de algunos pícaros; creen en la venida de
un segundo Dios.
"En la clase media el fanatismo se ha apoderado de ella, con las
exhortaciones de los jesuítas que han buscado su primer asiento en esta
población. La clase rica no es muy devota.
"La moralidad del pueblo en general, no es muy provechosa, y la
del clero, hay entre ellos sacerdotes muy virtuosos.
"Los ejercicios piadosos son muchos, todos los días se oye música,
cohetes, etc., indicando que se saca del templo alguna urna de algún
santo a quien se le ha cantado una solemne misa.
"Las asistencias nocturnas a las iglesias son frecuentes, a los rezos y
t risagios, la mayor parte son mujeres que se dedican con más fervor y
sin embargo de esto una cuarta parte de la población se queda sin oír
misa los d ías fest ivos.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 585

"El número de templos y capillas en Huánuco es de 11 con dos


parroquias; el Sagrario, que es San Francisco, y la Parroquia antigua.
"Sólo la catedral tiene buenos paramentos traídos de Roma por el
señor Arzobispo Administrador Apostólico.
"La renta llamada de fábrica que paga el Tesoro Público, es de
2,000 soles que se gastan en cera, vino, etc.
"Tiene una cofradía de fábrica, otra de ánimas y otra que. llaman
del Santísimo.
"Los divorcios en el Departamento no son comunes, son casos muy
raros y excepcionales que no pueden señalarse.
"La parte indígena de la población es muy afecta a la embriaguez,
por la baratura del aguardiente de caña, que llaman chacta, y las fun-
ciones religiosas que empiezan en la iglesia concluyen en la noche por
la embriaguez, que prolongan por algunos días. También son muy afi-
cionados al juego de envite, mal hereditario que nos legaron los espa-
ñoles y que no se ha podido desterrar del todo, por más empeño que
han tomado algunas autoridades.
rrEclesiástico. - Un Arzobispo Administrador Apostólico de la Dió-
cesis, un Secretario del Arzobispado, un Prosecretario, un Oficial Ma-
yor, un Promotor Fiscal y un Notario Mayor.
rrcoro. - Un Deán, tres Canónigos, dos Capellanes de Coro, un
Maestro de Ceremonias, un Sacristán Mayor, un Chantre, un Maestro
de Capilla, tres Examinadores Sinodales, tres Curas propios, once Curas
interinos.
"Seminario. - Un Rector, un Regente jesuíta, un Vice-Rector, un
Tesorero, seis Profesores, dos de ellos jesuí tas, dos Sirvientes, un Ecó-
nomo, un Portero.
"Cuatro Capellanes de los Conventos supresos.
"Un Beaterio.
"Los conventos supresos son cuatro: San Agustín, San Francisco,
Santo Domingo y la Merced 6 ."

6 Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al señor Ministro de Gobierno,


acerca de la estadística del Departamento Fluvial de Huánuco, correspondiente al año
1873 . ("El Peruano", 29 de Mayo, 1874). - Completando este cu:idro, copiemos de la
misma Memoria, renglones sobre la realidad religiosa-social en las provincias y pueblos de
Huánuco. "El cobro de las primicias se efectúa por el primiciero, quien si tres meses
e·stá en un pueblo, tiene que mantener a él, su criado y su caballo. - A los curas de
Huánuco y la Doctrina del Valle, los hacendados compran la primicia; pero es con el objeto
de buscarle brazos para sus labores agrícolas, devengando los que pagan esta gabela con
su trabajo personal el importe de sus derechos. - Las fiestas religiosas que celebran, por
ejemplo en el pueblo de Panao, principalmente cuando es de la patrona del lugar, hacen
los gastos veinte mayordomos: cada uno tiene que dar al Cura ocho pesos, seis gallinas,
586 HISTOR IA D E HUÁNUCO

En lo concerniente a la administración eclesiástica, hoy la primera


autoridad es el Obispo, -al que, en su ausencia, lo reemplaza el Vicario
General- asistido por un Secretario o Canciller; y le siguen en categoría
los Vicarios Foráneos, que administran las Vicarías Foráneas. En la
Diócesis de Huánuco existen las vicarías de: El Sagrario o Parroquia de
la sede Episcopal; y las vicarías de: Llata y La Unión. Existe, también,
el Cabildo Eclesiástico, constituído por un Deán y tres canónigos.
En 19 3 5 dependían del Obispado de Huánuco, las parroquias a
nombrarse en las siguientes provincias: Huánuco: El Sagrario, Santa
María del Valle, Acomayo. Pachitea: Panao, Pozuzo. Ambo: Ambo,
Huácar, Caina. Dos de Mayo: La Unión, Pachas, Baños, Jesús, Chupán,
Margos, Obas. Huamalíes: Llata, Singa, Chavín de Pariarca, Arancay.
Mara!ÍÓ11: Huacrachuco, Huacaybamba. Tarma: Acobamba, Palea-

una olla de manteca de cinco a seis libras, dos pesos de pan, una lengua de vaca, cuatro
cuyes, una arroba de aguardiente, un porongo de ohicha, d os reales de especies, una carga
de leña y un saco de papas; quedarían deshonrados los mayordomos si no contribuyeran
con todos estos artículos; es verdad que dura la fiesta hasta la octava".~ El pueblo de
Panao, capital del distrito de su nombre ... es notable por sus costumbres bárbaras y su
extravagante superstición. Refiérense algunos heohos. - El año 5 5 que el vómito negro
invadió estos pueblos, haciendo en ellos una horrorosa mortandad , apareció un individuo
titulado el segundo dios, quien se estableci·Ó en la Iglesia, a donde los indios iban todos los
días a hacerle sus ofrendas, que regularmente eran en dinero, para que el dios los librase
de la fiebre: para mantenerlos en su grosero error no salía sino a ocultas de noche a tomar
el alimento, hasta que una de esas ocasiones lo encontró en la plaza un individuo que
lo acechaba: le echó lazo y lo condujo a esta capital, en cuya cárcel murió algún tiemp o
después. - Provincia de Hu.a111alíes. Ya se ha visco por lo que dejamos apuntado al habla r
de Panao ... los dem:ís pueblos de esca provincia y en general del departamento, no queda•
muy atr:ís en este punto ... Tenaces observantes de sus antiguas costumbres, no ha sido
suficiente el decurso de tres centurias para que abandonasen sus supersticicnes. En sus
fiestas, en sus vestidos y en sus duelos, en todo conservan los r ecuerdos de sus antepa-
sados; siendo harto sensible que no hayan heredado de los usos de sus mayores, sino lo que
tienen de más degradante, y que les encarg ados de sac arl oºs de las tinieblas los ha pn
dejado en ellas, permitiéndoles sus supersticiones tal vez para poder más fácilm ente ex plo -
tarlos. - Entre otros muchos usos ridículos, cu ya enumeración sería largc1, no podem ns
dejar de .hablar por lo grav e, como abusiva, de una costumbre l Cp ugnante, que se c bserv a
en esta provincia. Consiste en que el Cura todos los añ;os hace el nomb ramiento de un
alcalde de campo, pongos, mitayos y escribanos, empleados todos al servicio del mism o,
cuyas obligaciones res pectivamente son: asistirlo, servirle, proporcionarle el alimento, cuidar
de sus bestias, escritorio &. - Para ejercer estos empleos los nombrados se constituyen, en
la Iglesia con sus varas largas llena de flores, y con ceremonias harto impropias a la Sant i-
dad del lugar y a la sublimidad de la religión , reciben la b endición del cura. En seguida
se dirigen a la Sub-prefectura, ante cu yo f unci onario se prosternan y presentan sus ofren -
das, consistiendo éstas en ohanchos, carnero s, gallinas. perdices, & ., par a q ue les dé la con-
firmación, lo que ejecuta dándoles una bofe t ada en h mejilla: con es te acto harto ridicui o
se regresan llenos de gozo a su lugar a ponerse a las órdenes de su cura. (Memoria que
presenta el Prefecto que suscribe al señor Ministro de Gobierne , acerca de la estadística
del D epa rtamento Fluvial de Huá n uco, co r respondien te al año de 1873, cit. "El Per\lano",
Lima, 29 d e Mayo de 1874).
EM ANCIPACIÓN Y R EPÚ BLICA 58 7

mayo. Paseo: Cerro, Pallanchacra, Junín, Huayllay , Y anahuanca.


Yauli: Oroya. Jauja: Marco, Concepción, Apata, Huaripampa, Sincos,
Mito, Orcotuna, Comas, Andamarca. Humzcayo: Chupaca, Sicaya, San
Jerónimo, Sapallanga, Huayucahi, Chongos Bajo, Chongos Aho, Colea
y Pariahuanca. .
Creado el Obispado de Huancayo, se anexaron a dicha sede er:iiscopal
las parroquias de las provincias del Departamento de Junín: Huancayo,
Jauja, Tarma, Yauli; quedando constituída la Diócesis de Huánuco de
las parroquias de las provincias del Departamento de Huánuco y P aseo,
con esta distribución numérica: Vicarías Foráneas 3, Rectorías 2, Pa-
rroquias 3 3 y Vice-Parroquias 5.
Para la instrucción eclesiástica de los miembros del clero. instituído
el Obispado de Hu ánuco, Monseñor del V alle fundó el Seminario de
San Teodoro, que se instaló el 17 de octubre de 1869, cuyo primer
Rector fué el Cura Párroco de Huaripampa Dr. Guzmán. Pasando
después la dirección a jesuitas españoles que, en número de 4, llegaron
a Huánuco a fines de 1869 para tal fin; traídos por Monseñor del Valle.
Pero fueron sustituídos por el clero diocesano, por haber sido expulsados
aquellos por el Prefecto Federico Herrera, por orden del Ministro de
Culto, a r aíz de la Resolución Suprema de 2 3 de julio de 1874, dictada
en fa vor del llamado "caso de los jesuí tas" 7 • El Obispo Sardinas, en
1897, dividió el Seminario en Mayor y Menor; llamando San Alfonso al
que conservó la categorí a de Mayor y funcionó al lado de la Catedral,
y nombrando San Buenaventura al Menor, que se hallaba en el locd del

7 El P residente Manuel Pardo, en 23 de J ulio expidió un decret o ordenand o al P re-


fecto de H uánuco intimase a los jesuitas la desccupación del local de La M erc ed ; los que
se tr asladaron primero a casas pa rt iculares, y f inalm en te al Palacio A rzobis pal. Procedi óse
así, apoyado en la ley dada por la Convención de I 8 5 5, q ue p rohib ía el res t ablecimient o
de la Compañía de Jesús en territorio naciona l. Ver: Sit uació n Ju rídica de la Co·m Pa ñ ía
de Jeszís en el Perú, por P. RuBÉN VARGAS UcARTE. - Sobre el pa rt icul ar, dic·e el P re -
fecto D elfín, en su ya tantas veces citado Informe: "En el Semin ario los m aestros son
pad res jesuitas que tienen a gala ser contrarios al Régimen Repu blicano. Los padres jesu i-
t as q ue fue ron importadcs como profesores del Seminario, sin licencia del Gob ierno, h an
construido sobre la an t igua sacristía de la Iglesia de la Merced y a lo largo de ella un
Conventillo en donde se h an recogid o a formar vida común. La construcción la prin cipiaron
en mayo d e I 873 y la concluyeron en setiembre del mismo. - Al hacerse cargo el que
suscribe de la P refect u ra, impidió que dichos padres formaran vida com ún, que según la
Ley de 15 de nov iemb re de 1 8 5 5, es prohibido en la República el ~sta bl eci mi e nto de la
C ompa ñ ía d e Jesús; mas al dejar encargado al Subprefecto del mando, por hacer uso de
la licencia que me concedi ó el Sup remo Gobierno; al volverme a hacer cargo de la Pre-
fectura en contré a los expresados padres viviendo en dioho Convento. - En 1 O de enero
últ imo, pasé n ota al Mi nisterio de C ult o y en 3 1 del mismo hice otro tanto acerca de ene
asunto para qu e se me acusara recibo".
588 HIST ORIA DE HUÁNUCO

antiguo convento de Santo Domingo, dirigido por clero de SS. CC. y


maristas, donde se enseñaba instrucción primaria y secundaria.
Clausurado el Seminario Mayor en 1911, para refundirse todos los
de la República en Lima, en Huánuco quedó funcionando sólo el Me-
nor, hasta el presente año; con reformas introducidas por el Obispo
Berroa, quien le dió carácter de instituto especial para la formación
de sacerdotes de la diócesis 8 •

En la última década del siglo XIX, produjéronse graves aconteci-


mientos políticos en el Perú. Los que tuvieron intensa y trágica reper-
cusión en la jurisdicción de Huánuco.
A la repentina muerte del Presidente Remigio Morales Bermúdez,
en abril de 1894, se hizo cargo del poder el Segundo-Vice-presidente
Coronel Borgoño, quien convocó a elecciones, resultando elegido el Ge-
neral don Andrés A velino Cáceres, que había gobernado el país de 18 8 6
al 90y y el mismo que asumió al poder el 1 O de agosto de 1894.
Los partidos Civil, Demócrata y la Unión Nacional, que habían
protestado por el gobierno de Borgoño, porque no le correspondía la
Presidencia sino al Primer Vice-presidente Solar, se coaligaron contra
Cáceres y tomaron las armas para derrocarlo.
Apoyando la acción armada de don Nicolás de Piérola, Delegado
Nacional de la Coalición, que se hallaba en el sur del país, Augusto
Durand 9 se sublevó y levantó «montoneras" contra el régimen de

8 Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huánuco y Junín, por Monseñor FRAN-


CISCO RtraEN BERROA, p. 145.
9 Augusto Durand nació en la Hacienda Huancachtipa ~Huánuco-, el 19 de
setiembre de 1862. Sus padres fueron don Gregorio Durand y Crespo del Castillo y doña
Amalia Fernández de Maldonado. Estudiante del Liceo Carolino y de la Universidad de
San Marcos de Lima, donde se recibió de abogado. Triunfante Piérola fué elegido Diputado
por Lima a los 23 años de edad. Emigrado al etXtranjero en 1908, regres-0 al Perú en 1910,
par:i intervenir contra Leguía que lo tuvo 9 meses recluído en el Panóptico. Sostuvo la
candidatura de Billinghurst, luego secundó su derrocamiento. Apoyó la candidatura de don José
Pardo, como Jefe del Partido Liberal que fundara, a cuyo triunfo fué nombrado Emba-
jador en la Argentina y Uruguay. En 1919 cayó herido en la Punta de la Esperanza (Chin-
chao); más tarde fué deportado a EE. UU., después que las turbas saquearon "La Prensa",
que fué de su propiedad. Cuando intentaba desembarcar en Paita, a la que venía de Gua-
y aquil para organizar un golpe armado contra Leguía, fué tomado preso y conducido a
Lima a bordo del "Grau", donde murió el 31 de marzo de 1923, a consecuencia de una
hernia. Durand fué Diputado por 20 años, Presidente de la Cámara de Diputados, etc. (El
Concejo Provincial de Huánuco le erigió un busto de bronce -1931- en la Plazuela
de San Sebastián, con la siguiente inscripci.ón: "El Concejo de Huánuco al doctor Augusto
Durand, Jefe del Partido Liberal, ilustre defensor de las libertades públicas, caudillo de
E:MANCIP ACIÓN Y REPÚBLICA 58 9

Cáceres en Huánuco, apoderándose de la ciudad, y afirmando tener


"misión del Primer Vice-presidente de la República", proclamóse Jefe
Superior Político y Militar de los Departamentos del Centro.
(En efecto, de su estada en Chile, Durand había regresado a Lima
y por el valle de Chancay, en compañía del Coronel Gaspar Tafur y
de los capitanes Víctor Manuel Arenas y Benjamín Puente, se había
dirigido a Huánuco; llegando a su hacienda Huancachupa, en cercanías
de esa ciudad, con solo Arenas; pues, Tafur y Puente se quedaron per-
seguidos en Cerro de Paseo.)
En Huancachupa el caudillo organizó fuerzas para tomar Huánuco
y deponer a las autoridades del Gobierno. El Prefecto Coronel Ruperto
Delfín (combatiente del Dos de Mayo en el Callao), tomó la iniciativa
y se resolvió atacar dicha hacienda, cuartel general de las "montoneras".
Durand les salió al encuentro el 19 de agosto de 1894, y a la altura del
puente de Huancachupa fueron derrotadas las fuerzas del Suprefecto y
Capitán Zamudio, quedando herido y prisionero el Suprefecto Teniente
Coronel Leonidas Cornejo; huyendo los demás soldados y jefes, por la
ruta de Ambo. Los "revolucionarios" intimaron luego la rendición de
la plaza de Huánuco y Durand ocupó la ciudad tranquilamente, vito-
reado por el pueblo: el 20 de agosto de dicho año de 1894. Las tropas
del insurgente, antes de entrar a la urbe, sin contar con los guerrilleros,
ascendían a 120 hombres pertenecientes a las columnas "Constitución"
y "Cazadores del Huallaga"; mandada la primera por el Teniente Co-
ronel Felipe Carbajal y la segunda por el Capitán Ernesto Figueroa.
Durand, como Jefe Superior Político y Militar, el 21 de agosto
expidió dos proclamas, una a los habitantes del Departamento y otra a

las francas y ncbles rebeldías".) - Contra los que afirman la sola ascendencia española
del caudillo, Durand tuvo también sangre gala. El 31 de diciembre de 18 52, ante el
Notario Atanasio Ramírez, de Huánuco, testó don Jorge Durand, quien manifestó ser hijo
de Inés González Isla y Juan Efraín Durand, natural de Marsella, Francia; tronco
del caudillo y familia. Durand, es uno de los políticos aún discutidos. Copiemos lo que un
escritor extraño a Huánuco y a las pasiones, ha escrito: "Los Durand. '--¿De quién es esta
hacienda? -De los Durand . .__¿y la siguiente? -De los Durand también. El recuerdo de
los Durand llena Huánuco. Este puñado de bravos paladines, cultores del montonerismo ro-
mántico de la República, que carabina al hombro, se echa a los caminos cada vez que se
viola un precepto de la Constitución o se abdica una prerrogativa de la soberanía nacional,
ha dejado los valles, quebradas, pueblos y estancias, llenos de sus actos épicos y de su patrio-
tismo quisquilloso. El doctor Durand es el eterno pretendiente que aspira a tomar las riendas
de la Nación para realizar no sé qué concepciones de su patriotismo militante y entusiasta ...
Sus hermanos, especialmente Juan, el hombre de Ninarupa, son sus más decididos tenientes, Y
siembran los campos de la República de hechos legendarios, que nadie ha recogido. . . "El
paso de los Libertadores", por Luis Alayza Paz Soldán. "La Prensa", Lima, 1t de enero de
1937, p. 19.
590 HISTORIA DE HUÁNUCO

sus compañ eros de arm as; así como dos decretos declaran do q ue asu mía
el mando en n ombre de la Coalición Nacional, y aboliendo todas las
contribuciones directas que gravaban a los pueblos bajo su autoridad y,
p articul armente, la personal y de diezmos y primicias. Dictó, también,
en la misma fech a, orden general ascendiendo a los jefes y oficiales que
lo acomp añaban, entre ellos: Coronel Felipe C arbajal, Sargento Mayor
Víctor Manuel Aren as, C apitán Manuel Alfaro, Sargentos Mayores Er-
nesto Figueroa y Ernesto Montesinos, Capitán Salomé Sánchez, Tenientes
G umercindo Arrieta, Braulio Huaranga, Froilán Rubio, César Vélez de
Vill a y Enrique Huaranga. Nombró Prefecto de Huánuco al Coronel
J osé S. Seretti, Suprefecto a don Apolinario Figueroa; Secretario de la
Jefatura Política a don Juan de Dios Lora y Cordero, y Secretario y
Ayudante de la Prefectura a don Pío Fausto Vidal y C apitán Ric ardo
Besada , respectivamente; Tesorero de la Junta D epart am en tal a don
Modesto Rivera y Auxiliar a R oberto Rodríguez 10 •
Luego Durand reforzó sus tropas, que llegaron a 200 hombres, y
atacó el Cerro de Paseo, p asando de est a localidad a H uacho, de donde

10 "El Huallaga", Huánuco, 22 de agosto de 1894. "El Comercio", Lima, 29 de agosto,


N 9 19.3 3 O y 3 O de agosto, NQ 19.3 31, de 1894. - El texto de los dos decretos de Duran d.
es el siguiente: A ugusto D urand. - Jefe Superior, Político y Militar de los Departamentos del
Centro. - He· acorda do y decret o: - Asumo desde esta fecha y a nombre del ler. V ice-
Presid~nte de la República y de la coalición nacional, el cargo de que me hallo legalment<!
investido. - Transcríbase, publíquese por bando r fíjese en los lugares de costu m1're. - Darlo
en el despacho de la Jefatura. - Huánuco, a 21 de Agosto' de 1894. - Augusto Durand, Jefe
Superior, Político y Militar de los Departamentos del Centro. - He acordado y decreto:
Art. 1 9 , Q uedan suprimidas todas las contribuciones directas que gravan a los pueblos de mi
mando., señalándose especialmente la contribución personal, la de diezmos y primicias. -
Art. 2 9 , Los que de la fecha en ade lante se propusieran recaudar tales contribuc~ones, son
considerados estafadores públicos, y como tales serán tratados por los mismos ciudadanoo a
quienes se tratara de cobrarles dichas contribuciones abolidas. ~ Dado en Huánuco a 21 de
agosto de ·1894. - Augusto Durand. Juan de D. Loqa y Cordero. Secretario. - Los pá-
rrafos más salrantes de su manifiesto "A los habitantes del Departamento", cLcen así; "La
lucha que sostienen hoy los pueblos de nuestra de sg raciada patria, tiene aquel carácter, porque
en el Perú se ha abolido la Consrituci-On del Estado: ••todas las instituciones han sido bas-
tardeadas: el robo escandaloso ostentando sus nefandos provechc·s, pretende entronizarse: el
pueblo ha sido escupido en su faz augusta en la ocasión misma en que deb¡.ó patentizar su
voluntad soberana: el Poder Supremo Constitucional arrebJtado por la fuerza bruta para po-
nerla en manos de un pobre instrumento para la usurpación: el Congreso de la República vo-
tado por un simple ukase, como no se hace ni en las monarquías :1bmlutas; en suma, imoera
una verdadera tiranía, q ue no soportan ni los siervos, y todo, por la voluntad de un imbécil,
que cree disponer de la nación a la que envileció, arruinó y tiraniz-0, como si fuera su feudo. -
He aquí el cuadro oprobioso que el país todo se propone destrozar, una vez po r siempre, se-
cundando los inmaculados derechos de su Gobietno y Con greso Constitucionales, cuyo imperio
proclamo solemnemente ante vosotros, porque tal misión me ha sido confiada por S. E. el
tér. Vice-presidente Constitucional de la República. - Y aquí me tenéis al servicio de la
obra magna de la Restauración que todos ansían ... ".
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 591

llegó a .Matucana, tomó La Oroya, continuó a Huancayo y Ayacucho,


levantando a los partidarios de Piérola y provocando el encuentro de
lzcuchaca. A los siete meses de correrías, ya con un ejército de 2.000
hombres, Durand se unió en Matucana a las tropas de Piérola; y, juntas,
atacaron Lima, a la que ingresaron, victoriosas, el 17 de marzo de 189 5,
después de sangrientos combates en sus calles.
Mientras Durand y los suyos se hallaban en campaña, la ciudad de
Huánuco en manos de los partidarios de la Coalición, se mantuvo, varias
semanas, en estado de sitio. Los caceristas que tenían gran ascendencia
en las masas indias de Panao, Huamalíes y Dos de Mayo, intentaron
invadir la urbe para saquearla; y algunos grupos penetraron a ella,
victimando a los chinos y robando sus pequeños negocios. Y cientos
de indios rodearon la ciudad por sus cerros cercanos y se atrincheraron
en lugares estratégicos. Se produjeron, casi a diario, combates parciales,
principalmente con los indios panatahuas que se habían fortificado en
el pueblo de Santa María del Valle, de donde fueron desalojados, a
sangre y fuego, por la Guardia Urbana huanuqueña; muriendo dego-
llados por los indios los oficiales hermanos Contreras, en Mitopampa;
echados al río los prisioneros panatahuas o fusilados sus cabecillas en la
Plaza de Armas.
Si bien la toma de Lima por los coaligados que derrotaron a Cáceres,
trajo como consecuencia el término del sitio de Huánuco por las "mon-
toneras caceristas"; éstas no depusieron las armas en Dos de Mayo y
Huamalíes, provincias en la que fué sangrienta y encarnizada la lucha.
Nicolás Dávila Eguizábal, jefe cacerista de La Unión, ejerció una-
verdadera dictadura, fusilando a los que traicionaban su causa y fomen-
tando venganzas que se extendieron por los pueblos de tales serranías.
Tomando éstos las armas para aniquilarse mutuamente; cuyas antiguas
rivalidades, surgidas a raíz de la creación de la provincia de Dos de·
Mayo, revivieron con saña atroz. En esta guerra civil, se invadió y sa-
queó Llata a fines de 1894 y comienzos de 189 5, se destruyó La Unión,
se incendió Pachas; los chupanes contnvieron- en v;:ilerosa r:arnp;lñ-1, el
avance de los llatinos; los pachasinos robaron las imágenes de la Iglesia
de Llata, entre ellas la de la Virgen del Carmen, que fué rescatada en
Millpo; los gobernadores de Jesús, Baños, La Unión , Pachas, Chavín y·
Obas fueron victimados bárbaramente; destruídos los mejores rebaños
y hasta dinamitadas las ruinas prehistóricas 11 •

11 Para cortar la comunic:ici.ón entre La Unión y Llata, los montoneros destruyeron, con
dinamita, el puente de piedra, incaico, sobre el río Vizcarra. Este puente, que era _parte dd
gran camino imperial que unía Huánuco el Viejo con Cajamarca, se levantaba en el punto
592 HIST ORIA DE HUÁNUCO

Como la lucha tomara tintes de permanencia, los suprefectos piero-


listas de Huamalíes, Dos de Mayo y Huánuco, combinados, se apres-
taron a pacificar los ensangrentados pueblo~, dirigiendo su acción sobre
Chacabamba, donde habían establecido su reducto los caceristas.
Formóse en Huánuco, con tal fin, el batallón "Ciudadanos de la
Constitución", en el que se alistaron distinguidos jóvenes. Esta tropa
salió de la ciudad camino de Chacabamba. Después de descansar en
Chasqui, ocuparon Chacabamba: pueblo a orillas del río Marañón, que
lo encontraron al parecer abandonado. Formaron su cuartel en el local
del Cabildo y guardando sus armas se entregaron al sueño, fatigados del
largo viaje. Durante la noche, mientras dormían, los caceristas bajaron
de las alturas donde se habían refugiado y penetrando de súbito al Ca-
bildo, se apoderaron de las armas y prendieron a todos los miembros de
la expedición militar. Los indios los degollaron vivos, sin dejar uno, a
más de cuarenta personas y sus restos los arrojaron al río Marañón, bajo
el obscuro manto de la noche. En esta hecatombe de Chacabamba mu-
rieron, entre otros, Jacinto Flor, Nicéforo y Leonardo Llanos, hijos de
Dos de Mayo.
El caudillo liberal hizo de Huánuco centro y reducto de otra re-
belión armada.
Denunciando como ilegal la elección de López de Romaña, que
acababa de asumir la Presidencia de la República, y alegando que se
había violado la Constitución con un fraude electoral dirigido por el
oficialismo; el 14 de agosto de 1899, Durand se levantó en armas contra
dicho gobierno.
En la toma de la ciudad y de la Prefectura, se desarrollaron escenas
de sangre.
A las cuatro de la mañana de dicho día, 200 hombres armados de

llamado Huachanga. - Entre los que murieron en el "Asalto a Llata", se contaron el gober-
nador de Jesús don Bernabé Falcón, el de Baños don Manuel Suárez. - Los llatinos llamaban
" chisha" -g;.llinas- a la plebe dosdemaína. - Dávih Eguizábal fué asesinado, más tarde, en
Occha-Cruz, por sus enemigos; siendo Subprefecto de Dos de Mayo den Pío Fausto Vida!. -
Agreguemos unas líneas más wbre estos trágicos sucesos. Conforme a datos recogidos por
don Luis Jaimes, Notario que fuera de la ciudad de Llata, la lucha partidarista comenzó, en
Llata, entre las familias González Sugasti, y Dávila, caceristas y pierolistas, respectivamente. -
Llata fu é invadida dos veces, la primera en 18 de n oviembre de 1894, en que murió don
Mariano D:í vila; y la segunda de 25 de noviembre del mismo año; donde perecieron cente-
nares de atacantes y defensores. Los pachasinos, en una de estas invasiones robaron también
la imagen de la Virgen de Las Mercedes. En marzo de 1895 fué recuperada ella por los !latinos
en el pueblo de Pachas, después de la toma e incendio de dicho pueblo. El 2 5 de abril de
189 5 llegó a Llata la tropa pacificadora del Gobierno, fuerte de 400 hombres al mando del
Coronel Novoa , quien cometió abusos, hasta el extremo de flagelar a los ciudadanos e impo-
nerles u~ " cupo" y apropiarse de los dineros del Municipio.
Hu:ínuco. Monument o a M . I.
Prado en la Plaza de Armas,
y el Hotel de Turistas. (Foto:
Udo Schack.)

. .,.,..,,~'>:"""'

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¡

Ed ificio de la Estación E xpe-


rimenta l Agrícola en Tingo
María. (Foto: Udo Schack.)
El baile de los negritos en Tomayquichua. (Ó leo de Ricardo flores.)

~. , ,-:+-~

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l
l

El Boquerón del Padre Abad,


Cordi llera Azul, entre Tingo
María y Pucallpa. Visto desde
el lado de las Pampas del Sa-
cramento. (Foto: Udo Schack.)
E.MANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 593

carabinas Manlincher, asaltaron Huánuco guarnecido por 100 soldados


de la Guardia Civil y Caballería; y luego de tomar las mejores posesiones,
Durand, personalmente, solicitó la rendición de la Prefectura, negándose
a ello el Prefecto, y a las 9 de la mañana, después de cuatro horas de
combate en las calles con el saldo de más de 40 muertos y 30 heridos
por ambos bandos, se daban como prisioneros: el Prefecto Coronel Nic-
kles, Suprefecto Pablo García, Ayudante, Secretarios, Jefes y 60 indi-
viduos de tropa con sus armas y municiones. En esta acción, el pueblo
huanuqueño, al lado de Durand, se quitaba las armas para poder batirse,
y tomó las torres de las iglesias, para a tacar a las tropas gobiernistas
desde ellas, vivando a Durand y a la Constitución 12 •
Dueño de la ciudad, mediante Decreto que expidió el 15 de dicho
mes, Durand se proclamó Presidente de la Junta de Gobierno; y en el
Manifiesto dirigido a la ciudadanía, fechado también en la citada fecha,
después de comenzar con esta frase: "Debéis cumplir con la obligación
más sagrada que la Patria impone a sus hijos: restablecer el imperio de
las leyes", dice que el "programa de la revolución es muy sencillo":
reformas constitucionales, legales y reglamentarias que garanticen la
libertad individual, la definitiva organización de la autonomía de las

1 2 Resumamos del periódico "La Paz'', de la ciudad de Huánuco, de 27 de agosto de


1899, y para sdaz de la curiosidad local, el desarrollo de esta acción bélica. Las trona< ele
Durand, en 1 O minutos, lograron ocupar el cuartel prefectura! y cárcel, ocupando las siguiente.s
posesiones: 20 hombres al mando del Comandante Manuel E. Robles, en la esquina del señor
Simeón Lambruschini; 40 al mando del Mayor C. Rodríguez, ocupaba los altos de la casa del
seño·r Lambrusahini, Molino de Benedetti, y techos de las casas que miran al costado y res-
paldo del cuartel; 30 hombres al mando del Teniente Francisco Belgrano, tomaron la PlazJ
del Mercado, dirigiendo sus fuegos a la Torre de la Merced y Prefectu~a. El Comandante Jos~
Gregorio Castro fué encargado de tomar la Prefectura, secundado por el Comandante Apoli-
nario Figueroa y Capitán Juan E. Durand. Tocóle al Comandante Manuel J. Alfaro, Capitán
Millán y Mayor Salomé Sánchez, tomar la cárcel. El resto de las tropas hicieron su Cuarte l
General en la calle 28 de Julio. El Dr. Durand, durante el combate, recoorda los distintos
puntos ocupados por sus tropas, .:mimándolas y dando órdenes eficaces, y fué el que obligó
a rendirse a la Prefectura. ~ Durand ofreció garantía a los prisioneros, los dej-0 libres, y en
su propia casa atendíase, con todo esmero, a los heridos. - El Teniente Belg,rano murió ba-
tiéndose; y se le tributó honores en su entierro. He aquí el tenor del decreto por el que ~e
proclama Presidente de la Junta de GDbierno: "Augusto Durand Presidente de la Junta de
Gobierno. - Considerando: - 1 ~ - Que la coalición de los partidos políticos organizada con
el fin de restablecer el imperio de la ley y la libertad del sufragio, ha constituído por medio
de sus representantes, o jefes legítimos, una junta de gobierno, designando al suscrito en pri-
mer término; todo cc11 acuerdo de S. E . el ler. Vice-Presidente de la República don Guillermo
Billinghurt, llamado expresamente por la Constitución para los casos como el presente, en
qu.e el Presidente se alza contra ella. - 2Q - Que los demás miembros aún no se encuentran
incorporados. ~ Decreto: - Asumo desde esta fecha , la plenitud de las facultades de la
junta de gobierno, mientras no se incorporen dos siquiera de sus miembros. - Dése cuenta ~
S. E. el Vice-Presidente y comuníquese. - Augusto Durand".
594 HISTORIA DE HUÁNUCO

provincias, la reivindicación del sufragio libre y la supresión de los


impuestos odiosos.
En los subsiguientes días -16, 17, 18- el Jefe rebelde expidió va-
rios decretos y órdenes. Por ellos Durand nombraba Prefecto de Huá-
nuco a don Apolinario Figueroa y Suprefecto a don Eustaquio Robles.
Jefe del Estado Mayor al Coronel Enrique Vigil, ler. Jefe del "Batallón
J unín N9 1" al Coronel Mariano Iglesias, del "Húsares del Huallaga"
al Coronel Luis del Castillo, del "Batallón Huánuco N 9 2" al Teniente
Coronel Manuel J. Alfaro; y creaba la Provincia de Ambo, con los dis-
tritos de Huariaca, Huácar y Caina, con capital Ambo; y abolió el
impuesto a la sal 13•
Al saberse en Lima los sucesos de Huánuco, se ordenó que saliera a
enfrentar a los "revolucionarios" el Prefecto de Junín Coronel Flores.
con los batallones "Torata", "Ayacucho", y "17 de Marzo", que dejó
La Oroya. Durand envió una avanzada al Cerro de Paseo, la que se
batió en las cercanías de Huariaca.
El 3 de setiembre ingresaron las tropas del Gobierno a Huánuco, no
hallando sino la resistencia de don Juan E. Durand, al mando de 2 5
hombres, con los que abandonó después la ciudad; pues, el Jefe de !a
insurrección había partido el 2 5 de agosto con el grueso de sus tropas
hacia el departamento de Ancash, por la ruta de La Unión (Aguamiro),
cuya capital ocupó, sin resistencia, con 416 hombres, al retirarse, sin
combatir, el Prefecto Bernales.
En Huarás lanzó un manifiesto a los hijos de Ancash, 19 de setiem-
bre, en el que ofrecía: "Libertad en su más grande acepción y la re-
novación real y no ilusoria; independencia y sanción así administrativa
como social". E impuso un cupo de S. 2.000 al comerciante Rizo Pa-
trón, que tenía el contrato de la venta de la sal, ordenando que este
artículo se vendiese a 5O centavos la libra, y tomó otras medidas. Al no
tener mayor acogida, que en Recuay, y después de ser perseguido por
el norte del Callejón de Huaylas por tropas de Lima enviadas a presen-
tarle batalla, con las que tuvo encuentros parciales adversos, dirigió sus

13 Los otros funcionarios nombr:i.dos, fueron: Ayuda.ntes de Campo de l:i. Junt:i.: Ca-
pitanes Sebastián Martins, Enrique Sar:i. y Víctor Trujillo; Tesorero del Departamento: Pedro
A. Fernández; Suprefecto de Ambo: Rafael Sober6n; Contador General del Ejército: Coronel
Gregorio Durand; Gerente de la Cía. Recaudadora: Bartolomé Núñez; Ayudantes del Estado
Mayor del Ejército: Avelino de la R. G~rcés, Ignacio Herrera·,. Jefe de Personal: Sargent<>
Mayor Juan E. Durand; Jefe de Parque: Sargento Mayor Carlos Cavero; Jefe de Reconoci-
miento: Capitán César Vélez de Villa; Jefe de Maenranza : Max. Egoávil. - "El Comercio".
Lima, 28 y 31 de a&osto, y 4 de setiembre de 1899.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 595

huestes por Aquia, Cajatambo, Oyón, Cerro, Chacayán ) Pallanch :.cra


para llegar a Ambo y, finalmente, a Huánuco.
Durand venía seguido, muy de cerca, por los batallones ··1~:nbay e­
que", «17 de Marzo" y «Lima NQ 2", bajo órdenes de los Comandantes
Scamarone, Jessup y Coronel Bernardino Zavala, Prefecto <le Huánuco.
Con estas tropas los rebeldes sostuvieron combates parciales: en Paucar,
el 31 de octubre, con el Capitán Vélez de Villa; en Ambo. el 1Q de no-
viembre, con Juan E. Durand; y el combate de Huánuco el 2 de no-
viembre de 1899. En esta acción de armas que se realizó en las puertas
de la ciudad, los 400 soldados del Gobierno eran com1ndados por el
Coronel Zavala y las 100 «montoneras de Durand" por el propio Dr.
Durand, el Coronel Galdós y Apolinario Figueroa, Ías que se habían
atrincherado en el Morro de Visacaca. Después de tres horas de encar-
nizada lucha, fueron derrotados los insurgentes, quedando en el campo
más de 30 muertos, e igual número de heridos; huyendo Durand, her-
manos y tenientes, a la montaña de Chinchao, a su hacienda «San Car-
los'', donde se dedicó a la agricultura y de la que habría de evadirse
al extranjero 14 • Y años más tarde regresar al Perú, para intentar el
«golpe de Chosica", 1908, contra la in1posición de Leguía; sufriend0
derrota en el Cerro de Paseo y huyendo, nuevamente, al exterior.
En la aventura armada del 99, si las demás provincias, el país, no
acompañaron a Durand, los huanuqueños, sus «paisanos" 1 en su integri-
dad, estuvieron con él. Y esta vez la ciudad de Huánuco fué cuna y
tumba del más sangriento golpe armado y de la más audaz campaña que
planeara y efectuara el caudillo liberal. Y no olvidemos, también, que,
en estas y otras empresas bélicas de Durand, los indios y cholos de Dos de
Mayo y Huamalíes, con la cantinela «Vamos a la guerra Durand",
fueron sus más leales partidarios, singularmente los fieros margosinos y
pachasinos, a_nte quienes tenía gran ascendencia.

* :~ *

Si bien en el campo se desenvolvía el trabajo en sus formas, ya


comunitaria o esclavista; en las ciudades y villas, existían los artesanos
agrupados en gremios, como herencia de tipo colonial. Pues, una de las
características coloniales, como sabemos, fué la existencia de los gremios

H "El Comercio", Lima, 6, 11 y 19 de setiembre; 12 de octubre; 5 y 16 de noviembre


de 1899. (La montonera de Durand; Fin de la montonera de Durand; El combate de Huá-
nuco; La versi-On del Dr. Durand.)
596 HISTORIA DE HUÁNUCO

o asociaciones de artesanos u obreros de industria u oficios, los que cum-


plían sus fines de asistencia social y de defensa de sm derechos, a la
sombra de la religión; ya que el Santo Patrono del grem~0 era el vínculo
indestructible de sus miembros.
Producida la República, continuaron su existencia, sobre todo en
las ciudades; aunque sin reglamentación legal alguna que considerara
ms actividades y fines; y originando el encarecimiento de la obra de
mano por falta de competencia. Esta última fué la razón que motivó
se dictase la Ley de 1849, reglamentando a los gremios de artesanos;
ley a la que, desde entonces, ha seguido una frondosa y variada legis-
lación laboral.
Los artesanos huanuqueños comenzaron a organizarse sólo a partir
de 1860; fundando sociedades de tipo religioso-patronal, que reuní a a
sus socios bajo la advocación de un Santo de la Iglesia, cuya fecha tenían
como institucional, y a cuya constitución concurrían los Párrocos; te-
niendo como socios protectores a las personas más influyentes, visibles
o adineradas de la ciudad. En tales años, no todos los socios eran arte-
sanos o trabajadores; formaban también en ellas los empleados públicos;
no teniendo, por tanto, carácter clasista, gremial. Empero, estas socie-
dades, cuyo denominador común fué el de «auxilios mutuos", fueron
liberándose de sus socios ajenos a sus actividades; surgiendo entonces,
por separado, entidades de obreros y empleados, hasta llegar a la sindi -
calización.
Extractamos de un Informe oficial, algunos datos sobre el estado del
obrerismo en la ciudad de Huánuco, el año de 187 4.
«El gremio de carpinteros es muy pequeño -dice d informante-
no pasa de diez talleres, y los ebanistas en la capital del departamento o
en los demás pueblos son carpinteros burdos, trabajan con sólo el hacha.
El salario que gana cada maestro es de 2 soles; y el del oficial 80 cen-
tavos.
"Hay 4 plateros, 2 hojalateros, 5 herreros y 3 herradores, el resto
de la población son agricultores y comerciantes. Todos los que ejercen
las artes mecánicas forman gremios y componen la sociedad con el
nombre de «Artesanos". Entre los artesanos hay un calderero que saca
mucho provecho de su trabajo, calculándose en 1,600 soles al año su
utilidad: un ebanista y un maquinista, alemanes" 10 •
Enumeremos, ahora, por orden cronológico, las entidades del obre-

15 Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al MiniHro de Gobierno acerca


de la estadística del Departamento Fluvial de Huánuco, correspondiente al año 1873. ("El
Peruano'', Semestre 1•, Nos. 83-87, 29 de mayo de 1874 y sigts.)
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA
597
rismo que, como dijimos, se fundaron a partir de 1860, y funcionaron
en la ciudad de Huánuco.
"Sociedad Fraternal de Artesanos del Señor de Euro-os" (1860)
"Sociedad de Auxilios Mutuos San José" ( 1877); "Socied°ad de Auxi-
lios . Mu tu os de La Merced" ( 18 7 8) ; "Sociedad Católica de Ánimas"
(2 Nov. 1897); "Sociedad Obrera de Auxilios Mutuos" (1915);
"Unión Tipográfica" ( 1920); "Sociedad Unida de Choferes" ( 192 5);
"Sociedad Unión de Artesanos" ( 1943); "Unión Olimpo de Cargado-
res" (1943); "Sociedad de Peluqueros" (1924); "Gremio de Cama-
leros" (1945); "Sindicato de Trabajadores Únicos del Mercado"; "Gre-
mio de Vendedores de Papas" (1952); "Sociedad de Empleados"
(1933); "Sociedad Departamental de Empleados" (1939). De las ins-
tituciones fundadas en el siglo pasado, sólo persisten la "Sociedad Fra-
ternal de Artesanos del Señor de Burgos", reorganizada como "Sociedad
del Señor de Burgos"; la "Sociedad Católica de Ánimas", fundada
como agrupación de artesanos y para celebrar un día en homenaje a
la Madre, remozada en 19 51 como "Sociedad Católica de Ánimas y
Auxilios Mutuos". Merecen citarse tanto como animadores de estas
instituciones de obreros y de empleados como por filiación clasista, en
el siglo pasado, a: José Victoriano Cárdenas, Pedro Daga, Ricardo Ma-
chuca, Francisco Jara, Juan de Dios Ramírez Martins; y en el presente,
a: Cornelio Lee, Lázaro y Andrés Chocano, Emilio Malpartida, Marcos
Rojas, Manuel Pardavé, Feo. Eulert, Isaac Adrián, Andrés Illatopa,
Julio T. Saretti, Manuel Jáuregui, Simón Ampudia, Jorge Cabrera Ibé-
rico, Heraclio Tapia, Miguel de la Mata, Lorenzo Juypa 16 •
Por otra parte, la aparición y existencia de entidades obreras, dice
ya de una clara conciencia de clase; la que se ejercita en defensa de los
derechos vulnerados o en justos reclamos en pro de la mejora de la vida
del trabajador. El primer reclamo de obreros, que sepamos, se produjo
en Huallanca por el "Sindicato Minero de Huallanca", en cuya ciudad
400 trabajadores agremiados, se declararon en huelga exigiendo la jor-
nada de 8 horas, vi gen te desde el 15 de enero de 1919; y que, pese a
ello, la entidad minera "Piaggio y Cía", imponía 12 horas de labor.
Dirigidos por el entonces universitario don Simeón Llanos Rubina, los
trabajadores obtuvieron el cumplimiento de la ley.
T ambién el "Sindicato Departamental de Choferes", decretó su pri-
mera huelga el 31 de m ayo de 19 31 , reclam ando el t r áfico libre entre
H u ánuco y Ambo.

16 Las instituciones obreras de Huánuco, por ]. Cabrera l. "Revista del Instituto In-
dustrial NQ 19 He rmilio Valdizán ". Huánuco. Año 1, NQ 1, seciffi1 bre, 19 54, p. 69.
598 HISTORIA DE HUÁNUCO

La inestabilidad de la vida social que trajo en sí la Emancipación,


importó, por muchos años, el estancamiento de las letras y artes. Éstas,
pues, apenas a mediados del siglo XIX comenzaron a dar sus frutos en
los mejores exponentes del costumbrismo; y, más tarde, o simultánea-
mente, en los del romanticismo y demás escuelas con sede en París y
Madrid.
Pero todos esos escritores y poetas, fueron de las clases privilegiadas;
y traducían no sólo la psicología de sus personas, sino el sistema eco-
nómico de los tiempos en que vivían. De aquí que esas letras y artes
sean exóticas, propias de un vasallaje espiritual; carentes de la esencia
y de la expresión de la múltiple vida peruana. Y solamente a comienzos
del 900, aparecen tomando los caminos en busca de nuestra realidad y
espíritu.
Por otra parte, no existió ni existe el "hombre de letras" o el dedi-
cado exclusivamente a los afanes del intelecto, por la pobreza de nuestro
medio cultural e incipiente economía. El escritor, el poeta, el artista
o el científico, realiza su labor en forma ocasional, aprovechando el
tiempo vacío que le deja el empleo público, la proJesión liberal, la
"política". O sucede que el hombre de letras, desplazándose de su campo
específico, se dedica al periodismo: tomando, entonces, sitial partidista.
De aquí que el periodista se convierta en político, se partidarice en
defensa de un grupo, Q es un político que se transforma en periodista.
(Por cierto, no nos referimos a esa legión de plumíferos, a esas irres-
ponsables gentes que llamándose "periodistas", se dedican a prodigar
elogios o a mancillar el honor de personas respetables. Gentes estas de
la servidumbre intelectual que, a órdenes de una empresa, como sus
empleados a sueldo, o de los que les obsequian unos cuantos dineros
realizan toda esa innoble labor. Escribidores que a nadie dignifican,
que nada orientan, o a ninguno culturizan; porque carecen de honor
y de ilustración; al contrario desorientan, atentan y destruyen las bases
esenciales de nuestra sociedad y cultura; cultura que es caballeresca,
hija del honor, como expresa Keyserleing.)
En el panorama de "nuestras letras y artes republicanas", Huánuco,
como toda ciudad provinciana, estuvo exenta de los trajines espirituales,
hasta mediados del pasado siglo. Entonces, como consecuencia del fun-
cionamiento del Colegio de enseñanza secundaria, y con la presencia
de algunas gentes ilustradas que residen en ella, ya circunstancial o
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 599

permanen temente, se constituyen entidades como las llam adas " La Con,
cordia", 1864, "Aurora de Progreso del Huallaga", 1866, "Juventud
Católica", 187 5, etc. Y comienza lo que podemos llamar una pequeña
inquietud local. Se editan periódicos que son la expresión y la medida
de la ilustración de esos hombres; los que declaran siempre, que bregan
en defensa de la constitucionalidad y de los intereses del departamento;
aunque algunas fueron hojas mercenarias u órgano de un hombre o
un grupo en el poder, al que debían defender ante la opinión pública.
Así aparecen "El Eco del Huallaga", 1865; ''El Huallaga", 1879;
" El Correo de Huánuco", 1880; "El Mayro", 1884; "La Justicia", 1893;
"La Idea", 1899. Fueron directores de estas publicaciones don Manuel
Adalid, Manuel Ayllón, Buenaventura Villar, Manco Ayllón, Alberto
Baroni, Juan de Dios Lora y Cordero, Andrés Quintana y otros 17•
En el transcurso del tiempo, estas hojas periodísticas tuvieron re-
percusión en las generaciones venideras. Y cuando quienes tienen in-
clinación o vocación a las letras, ciencias o artes, no abandonan la urbe
nativa, se convierten en valores locales por los factores del ambiente
circundante. Pero cuando se evaden de ella y actúan en un medio
superior, tórnanse en escritores o investigadores de amplios horizontes,
que tramontan, muchas veces, los linderos de la Patria, llevando el
nombre y la estirpe del suelo que nutrió sus ánimas.

* * *
Apoyados en la bibliografía, citaremos a los que, en una u otra
forma, constituyen la intelectualidad huanuqueña republicana. (Re-

17 Los citados periódicos se imprimieron, no cabe duda, en la imprenta del Colegio de


Minería, que era una de las especies que del poder de los f,railes franciscanos pasó a dicho
centro de enseñanza, al suprimirse aquel Convento y abrirse el colegio. Según Ezequiel S.
Ayllón, dicha imprenta había sido remitida a Huánuco como donativo del Obispo del Cusco
José Pérez Armendaris . . . "Era de madera, así como la prensa, q,ue se movía entre dos so-
portes acanalados". Ayllón asegura, también, que la imprenta funcionaba desde 1820 en el
local de dicho colegio, del que desapareció después de 1879. Sostiene el mismo cronista local,
que en 1811 se había impreso un Catón Cristiano, en 1824 una Despedida Militar en verso Y
otros volantes, folletos y diplomas, así comoo una Carta Pastoral del Obispo del Valle, de 5
de agosto de 1869. Don Manuel Adalid era el Regente de tal imprenta, por 1888. (La Pri11tera
imprenta que tuvo Huánuco, por EZEQUIEL S. AYLLÓN. "La Defensa", 19 de enero de 193 8 ,
p. 2.) - Por 1890, en el pueblo de Puños, se instaló una imprenta, en la que se editó " El
Eco Huamaliano", códigos, textos de enseñanza, catecismos, etc. El propietario de ella fué
don Mariano Quispe, indio ilustrado, natural de Puños, cuyos descendientes la vendieron, y
fué trasladada a Liara. En esta ciudad ha impreso diversas hojas y periódicos, siendo el úl -
t imo "Voz Andina", 1954, que fué clausurado por la autoridad política. Hoy la imprenta se
encuentra en poder del Centro Escolar de Varones N 9 381, frac asada la gestión para ser adqui-
600 HISTORIA DE HUÁNUCO

petimos, casi todos los que nombraremos no representan una absoluta


consagración a las letr .is, artes o ciencias. Se dedicaron o dedican a
ellas, aprovechando el tiempo vacío que dejan el ejercicio del profe-
sorado, la profesión liberal o la "política". Subrayamos también, si en
la ciudad o fuera de ella, han existido o existen personas ilustradas y
muchas de las que, en ocasiones o en su juventud, se revelaron "escri-
tores o poetas", no los incluímos en esta nómina. Porque aquellos for-
zados afanes y las inclinaciones juveniles, no justifican una vocación,
ni muestran una calidad valorable. "Todos somos escritores y poetas a
los dieciocho años") .
Cronológicamente, pertenecen al 800: José Gabriel Aguilar, autor
de las estrofas escritas en su prisión del Cusco, en 18 O5, antes de ser
ejecutado; don Manuel Antonio Valdizán, reimpresor, en 1834, de la
Epístola de Amarilis a Belardo; Pérez Achapuri que recogió algunos
datos para la historia de la ciudad; el doctor don Francisco de Ingunza
y Basualdo, escritor descriptivo, de estilo sencillo y ameno; el doctor
don Luciano Benjamín Cisneros, político, escritor y periodista notable;
el doctor don Mariano Dámaso Beraún, a quien se le tilda de científico
y cuya producción no existe; don Raymundo Tafur, autor de un fo-
lletito sobre Huánuco 18 •
Exponente máximo de la "generación que amaneciera el 900" y
cuya labor se realiza en Lima es, sin duda, el doctor don Hermilio Val-
dizán. Folklorista e historiador de la Medicina Peruana y "enamorado
del terruño -Huánuco- y de las tradiciones y costumbres arcaicas",
al decir de Honorio Delgado. Desde que se iniciara en Lima, en 1900,
bajo el seudónimo de Juan Serrano, escribió y publicó numerosos ar-
tículos, ensayos y libros referentes a temas históricos, medicina general

rida por el Colegio Nacional Huamalíes. - Entre los pequeños libros impresos en Puño~. co-
nocemos: Manual y Fo1·11111larios de Jueces de Paz, por el DR. LA MADRID; Sistema Métrico,
por SANTOS E. ]AIMES.
18 MANUEL ANTONIO VALDIZÁN: Reedición de la epístola de Amarilis a Belardo, co-
mentada. Lima. 1834. lmpt. MoRENO. - DR. FRANCISCO EsTEBAN DE INGUNZA y BASUALOO:
Viajes por el Oriente. Edición ilustrada, T. l. París, Imprenta de Ad. Blondeau. 1852. p. 342;
En el Mausoleo, Cementerio Antiguo, "Presbítero Maestro", de Lima, se lee una inscripción:
"Señor Dr. D. Feo. Esteban de lngunza y Basualdo, nació en la ciudad de Huánuco, d 24
de diciembre de 1808 y falleció en esta Capital el 19 de marzo de 1886. R. J. P.", - El
doctor don Luciano Benjamín Cisneros había nacido, en Huánuco, el 13 de diciembre de 1832.
Notable abogado republicano, Catedrático de Derecho de la Universidad San Marcos. Diputado
por Huánuco, varias veces. Candidato a la Seg,unda Vice-Presidencia de la República, en 1872.
Ministro de Beneficencia bajo el Gobierno de Balta. Abogado del caso Dreyfus. Falleció en
Lima en 1906. - Luciano Be11ja111ín CiS11eros: Abogado representatiro áel siglo XIX, por
RAÚL PORRAS BARRENECHEA,
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLI CA 601

y legal, psiquiatría, neurología, psicología, cronológicos, pedagógicos; y


es considerado como el fundador de la psiquiatría peruana rn.
Daniel Alomí a Robles, músico y compositor. En base a la rica y
variada cantera musical popular peruana, Alomía Robles ha compuesto
y estilizado melodías que dicen del auténtico espíritu de América india
y mestiza. Sus obras más conocidas son: ''Himno al Sol", "Amanecer
Andino", "El Resurgimiento de los Andes" 20 •
Siguen otros huanuqueños, que se revelan en el trato de diversos
menesteres del intelecto. Formados, como los primeros, fuera de la
urbe materna, pero no por eso desvinculados de los temas ni del senti-
miento terrígeno, ni del arte de escribir. Así Juan E. Durand, Aníbal
Maúrtua, Saturnino Vara Cadillo 21 • Son exponentes de la última ge-
neración de escritores con actuación en círculos literarios de Lima y del
extranjero, entre otros, Adalberto Varallanos, Esteban P:ivletich Trujillo
y Javier Pulgar Vidal.

19 Herrnilio Valdizán nació en la ciudad de Huánuco el 20 de noviembre de 187 5, de~


ma trimonio de don Herrnilio Valdizán con doña Juana Medranc•. S.Us estudios primarios los
hizo en el Seminario de Huánuco y los secundarios en el Colegio Labarthe de Lima. Alumno
de la Universidad Mayor de San Marcos, en 1909 se graduó de Bachiller en Medicina con la
tesis "La Delincuencia en el Perú", y en 191 O de Médico y Cintjano. Enviado a Europa,
permaneció hasta 1914 en la Universidad de (Bologna, Italia, dedicándose a la especialidad de
psiq uiatría. A su regreso de Europa, en 1915, se graduó de Doctor en Medicina con la tesis:
"La Alienación Mental en los primitivos peruanos". Médico Jefe de enfermedades mentales
y nerviosas del "Hospital Dos de Mayo" (1916-1917). Médico r esidente del Asila. Colonia de
Magdalena, cuya dirección ejerció desde 1921 hasta su muerte (Diciembre 26 de 1929). En
la Facultad de Medicina dictó el curso de "Enfermedades Nerviosas y .\1entales". En la Fa-
cultJad de Derecho inauguró el curso de "Psiquiatría Forense". MiernJ. ro de numerosas socie-
dades científicas del Extranjero y Perú. Fundó "Unanue", revista de Historia de la Medicin ~
Peruana ( 1921-192 6), "La Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas" (1918). Fundador del
Smiinario Psico-pedagógico, 1919. Miembro del Comité de Reforma del C. de P. C. El go-
bierno le ot orgó la Orden del Sol. - E ntre sus artículos, ensa yos, folletos y libros publ icados
pasan de 148. Los principales son: La Medicina Pap11lar Peru.ana en colaboración con ÁNGEL
MALOONADO; La Alfrnación mm tal en los primitivos peruanos (tesis doctoral); Lacas de
la Colonia; Anecdótica Médica; Historia de Enfermos; Rea,pilación de las obras del Dr. Jos r'
Casimiro Ulloa; Apuntes para la Bibliografía Médica Peruana, etc. Entre sus libros inéditos,
figuran 14, entre otros, el m onumental Diccionario de la Medicina Peruana, en 1 O tomos:
Bibliografía Médico-Peru.ana, 2 vol.; La Asistencia de Alienados en el Perií, 2 vols.
20 Daniel Alornía Robles, nació en Huánuco el 3 de enero de 1871. Falleció en Linn
el 17 de julio de 1942. A la edad de 12 años abandonó su ciudad natal. En su juventud cle-
dicóse al dibujo. Más tarde se consagró a la recolección del folklore musical, viviendo en T arma
y Jauja, donde fuera Alcalde. E n 1927 obtuvo triunfo en Alemania. En 1929 ofreció un
concierto en la Uni versidad de Nueva York con la Orquesta C olornan y luego con otras;
entre ellas la Sinfónica de Filadelfia.
21 JuAN E. DuRAND: Etimologías Peruanas. La Lengua Pano. (Boletín de la Sociedad
Geográfica de Lima. T. XXXI, ps. 3 06-31 3. 1915). Leyendas Incaicas: Kora. Antofagasta .
Jrnprenta Skanic. 1923. - Las producciones de Maúrtua, Vara Cadillo, Pulgar Vida! y otros
que citarnos, están incluídas en la Bibliografía del presente libro.
602 HISTORIA DE HUANUCO

Varallanos, muerto prematuramente, es el caso del escritor con ab-


soluta vocación a las letras. Cuentista y crítico literario. De prosa ágil
preñada de fina o dura ironía. Un crítico ha escrito de él: «juicios
insobornables; con lecturas cosmopolitas de gran señor de la cultura;
rebelde por su independencia para discriminar, para elegir o para ne-
gar; y al mismo tiempo exento de toda demagogia, merced a su madurez,
á su base cultural y a su sentido del ridículo. Esperábase de él un gran
escritor de dimensión continental y había una sola, única posibilidad
de que no madurara en Adalberto Varallanos un formidable escritor
con muchas más irradiaciones que la simple gloria local, en el cuento
y la crítica y acaso en el poema. Sólo la muerte podía detenerlo y la
muerte se lo llevó". Defensor y difusor de la nueva literatura de post-
guerra, cultor de una literatura de antecedente y finalidad puramente
artísticas y en la que se expresa lo terrígeno y lo universal del espíritu.
No dejó, es verdad, libro alguno. Los pocos trabajos escritos por él apa-
recieron en revistas del Perú y extranjero, particularmente su cuento
«La muerte de los veintiún años'', traducido al inglés y publicado en la
revista "Transition", de París, y considerado como uno de los mejores
cuentos contemporáneos de América. En 1924 inició el movimiento de
renovación espiritual en la ciudad y departamento de Huánuco, que le
señalan como un símbolo de su juventud 22 •

22 Adalberto Varallanos nació en Huánuco, en 23 de abril de 1905. En 1922 ingresó


a la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, en cuya Facultad de Letras terminó el 4 9 año
de estudios. Falleció el 30 de julio de 1929, en Jauja. Trabajos publicados: "Los satítjcos pe-
ruanos", Revista "La Sierra", Lima, agosto, 1927, N 9 8, p. 45. "La Muerte de los 21 años'',
"Jarana", N9 1, Lima, octubre, 1927, ps. 4-5. - "Transition", N 9 18, Nov. 1929, París,
ps. 279-283, traducción de August Hurdlebring. - En el dominio de Güiraldes, "Amauta"
NQ 12, Lima, 1928; p. 77; "El Mentor", San Antonio de Areco, Argentina, Año VI, N 9 274.
p. 22-23; "Orientación", abril 1928, Buenos Aires, ps. 15-16. '-'--Tres momentos en Huánuco,
"La Revista", Lima, 26 de abril de 1928, ps. 38-39. Prosa con dolor y a un lado, "La Re-
vista'', agosto 2 de 1928, ps. 9-111. Algunos de los citados trabajos y otros inéditos, se han
recogido en "La Muerte de los 21 años y otros cuentos" y "Receptáculo de términos", Lima,
Imprenta La Moderna, enero de 1939. - Ya dijimos, excluímos de nuestras páginas los nom-
bres de autores de escritos, ya en prosa o en verso que, a nuestro juicio, no merecen consa-
gración de parte. Por los años 1914 al 20. Enrique López Albújar se radicó en Huánuco,
desempeñando el cargo de Juez de Primera Instancia, López Albújar, sugestionado por los
motivos y escenas de vida de los indios huanuqueños de las punas, los "shucuyes"; escribió su
ya famoso libro Cuentos Andinos. Aunque su autor los intituló "cuentos", la mayoría de
ellos, juzgados literariamente, son relatos, 'Y en los que el dato histórico, la ubicación geográ-
fica o del paisaje, no corresponden a la verdad. Si bien reconocemos este hecho de las letras
peruanas contemporáneas, no podemos encender por tal obra una barata apología, como hasta
hoy se le ha tributado por críticos peruanos y extranjeros. Por nuestra parte, en el libro El
Derecho Indiano, Capt. VIII, p. 177, .hemos expresado nuestra punto de vista sobre Ushanam-
Jampi, absurda e inexistente práctica de la ley penal consuetudinaria del indio de Chupán, dis-
trito de la provincia de Dos de Mayo, cuyo suelo ni siquiera pisó nuestro autor. En cuanto
EMANCIPACIÓN Y R.E PÚBLICA 603

En otras disciplinas del intelecto -el foro, la milicia, el profeso-


rado, la diplomacia, la filantropía- se han destacado: Andrés Eche-
verría Barreto, General Fausto Figueroa San Miguel, Fortunato Ca-
rranza, Rafael Briceño Villodas, Víctor E. Vivar, Rafael Robles B.,
Dionisio Gayoso, Enrique Laffose Benedetti, Nicéforo Espinoza Llanos,
Ricardo Tello Devoto y Mauro Llanos Astete.
Mención especial merecen los que, con emoción humana, legaron
bienes o dineros para obras de alivio y bienestar sociaL Están, entre
pocos, doña Basilia Rodríguez ( 187 3), que dejó su casa para el Asilo
San Basilio (Calle Antigua) y otros bienes para los pobres; doña Sofí a
Figueroa Lúcar (Sor Margarita María, 1845-1904), que mandó cons-
truir el Asilo de Santa Sofía para mujeres pobres; don Fausto Figueroa
( 1929), que donó dineros para la construcción del hospital que lleva
su nombre, en la ciudad de Huánuco.
Dedicados a los afanes del periodismo, la investigación o el arte,
actúan en Lima: Luis Ayllón Araníbar, Augusto Cardich, Marcial
Gayoso, cultor del arpa, Mauro Aquino Albornoz, pintor, Francisco
Pulgar Vidal, compositor, Félix Villarreal Vara, musicólogo. Expo-
nente de la sensibilidad lírica de la mujer huanuqueña de la última
generación, es Graciela Briceño Ingunza, autora de finos versos y que
ha triunfado ya en dos concursos universitarios. Y bajo el amparo de
su cielo, la confianza y hasta la admiración local, allá en Huánuco y
provincia, están Ezequiel S. Ayllón, Enrique L. Vega, Noé M. Castillo,
Teodoro y Luis Alomía, Pedro Figueroa Villamil, Justiniano López C.,
Nicolás R. Vizcaya, Julio Laguna Céspedes, Nivardo Albornoz, Pedro
Besada Garay, Uldarico Vidal San Martín, Augusto Gayoso Picón y
Luis Rivera Tamayo. Recopiladores de anécdotas unos, divulgadores de
temas históricos otros, y cultivadores del verso y del folklore los más.
A partir de 1900, aparecieron en Huánuco publicaciones periódicas
circunscriptas a la ciudad y departamento. Pero todas ellas compendian
la inquietud, el saber y el desempeño periodístico, de viejas y nuevas
generac10nes.

a su enjuiciamiento literario escuchemos a Adalberto Varallanos: "Enrique López Albújar, en


sus Cuentos Andinos .. . presentó una tipología indígena que merece todavía admiración al
comprobar la pobreza de la producción peruana. Observador distante, López Albújar, con una
prosa ruda y carente de tacto artístico, y más bien amplio en documentación ~uma,na Y en-
marcado dentro del realismo del 900, ha dado esos relatos sobrecargados de soc10logia y ten-
dientes a revelarnos, un poco jurídicamente, la aparente psicología. del indio huanuqueño. Ca-
rente de visión, de luminosidad; denso, dramático, rudo; sus tipos cogidos de la realidad }'a
no nos dicen de la belleza sino de la verdad. Esta literatura anti-artÍstica retrasada, pue:de
sin embargo compararse con lo que hoy, en Francia, produce Francis Garcó, criminalista,
bajofondista". "Mundial", 13 de setiembre de 192 8: "'Un pedazo del Perú: Huánuco"
604 HISTORIA DE HUÁNUCO

Cuéntase, entre otras " El Heraldo", 1904, dirigido por el Licen-


ciado don César O. Cubillus; "El imparcial", 191 O, cuyo Director fué
don Daniel T abo ad a; " El H uallaga", 1911, bajo la dirección de T. ].
Pinzás; " La Sanción" 1912, Director Ezequiel S. Ayllón y Teodoro ].
Alomía; " La Voz de Huánuco", fundado el 19 de enero de 1916, cuyo
impresor f ué don Ricardo Valdizán; "El Espectador", 1915, editor P.
Meléndez; "El Pueblo", 1917, con su Director don Leonidas Madueño;
" El Deber", 1924, fundado por Carlos Aguilar; "La Aurora", 1927,
dirigido por Miguel de la Mata y J. M. Arnau; "El Progreso", 1928;
"La Voz del Obrero", 1930; "La Prensa", 1933; "Renovación", 1934:
Órgano del Partido Aprista Peruano, Director Víctor Funegra Trujillo;
"Cumbre", 1938; "Semillita", 1931. Actualmente se editan en Huá-
nuco, "La Defensa", diario, cuyo primer número apareció el 2 8 de di-
ciembre de 1935, bajo b dirección de Manuel Jáuregui Cornejo; "La
Sociedad", semanario eclesiástico fundado por Monseñor Berroa, que
salió el 11 de enero de 1926; "Actualidad", 1952; y otros papeles
eventual es.
En 1876 se editó en el pueblo de Puños, y después en Llata, "El
Eco Huamaliano", dirigido desde 1891 por Santos E. Jaimes. En La
Unión, capital .de Dos de Mayo, "El Deber", 1916, fund ado por don
Teodomiro Alvarado; "El Legionario", 1941, por P. Gerardo Facundo
Solórzano.
En 1927 los adolescentes Andrés Varallanos, Nicolás R. Vizcaya y
Manuel Salís Da.za, editaron, en Huánuco, "Brújula", que apareció
hasta el N 9 17. En el siguiente año de 1928 , Gerardo Facundo Solór-
zano, fundó "Serranía" , que llegó h asta el N 9 14. Tuvieron vida efí-
mera: "Iris", "Yachayuhuasi" y otras pequeñas revistas. Aparecen hoy
" Tierra", fundada en Ambo, por don H. Cisneros Z.; y "Valoración",
1946, que la anima el señor Jorge Cabrera y otros. En Lima se impri-
men "Huamalíes", bajo la dirección de Abner Montalvo y Vidal; y la
"Revista del Instituto Industrial de Huánuco", órgano anual del Ins-
tituto N acional de Educación Técnica "Hermilio V aldizán", que es,
hast a el presente, la mejor publicación de su índole, dirigida por los
hermanos Carlos y Ricardo Parra Morzán .
Nombremos, finalmente, a los que, sin ser hijos del departamento,
se preocuparon y preocupan por el t rato de sus tem as y p roblem as. En-
tre otros están: Monseñor Francisco R u bén Berroa, autor de una mo-
nografía eclesiástica, cuya u tilidad la hemos declarado y a; Enrique
López A lbújar, que escri bió el celebrado libro "Cuentos Andinos" y
otros trabajos referentes a Huánuco; Alfredo P. Laffose y César V.
D-fANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 605

Cútulo, que han publicado monografí as de Huamalícs y Ambo; Ri-


cardo A. Flores, destacado pintor limeño, enamorado de los tipos y
costumbres de un rincón adorable: Tomayquichua; y Fidel A. Zárate,
escritor y poeta peruano, que luego de visitar los apacibles valles y las
hoscas serranías huanuqueñas, de conocer a sus hombres y a sus pue-
blos, ante la vida y la historia, ha escrito líricos versos que conforman
su "Ayllu de Cantares".
Desde otro ángulo, con fines de investigación científica, han reco-
rrido el departamento y lo han tratado como tema de estudio, profe-
sores peruanos y extranjeros, cuyos aportes y conclusiones son notables
para la geología, etnología, geografía, arqueología, etc.
Así Jorge A. Broggi y Bernardo Boit, han escrito, el primero de la
formación geológica de ciertas zonas de Huánuco y el segundo, sub-
rayando a Steinmann, sobre la estratigrafía y el tránsito en la cuenca
del Marañón; R. H. Lemon y J. S. Canswieek, han estudiado los crep-
tolites de Huácar; una comisión de paleontólogos norteamericanos pre-
sididos por el Profesor Dr. Norman D. Newel, ha dado conclusiones
sobre las edades y demás de los Andes de Ambo; la Misión Francesa a
órdenes del General P. Clemen t ( 19 O2) , practicó estudios de estra regia
militar; el explorador y escritor francés Bertrand Flornoy, ha investigado
los orígenes del río Marañón y ha explorado las ruinas arqueológicas de
Tantamayo (1947-1956-57); y el sabio peruano Julio C. Tello ha
estudiado, en dos ocasiones (1934-1937), los restos de las culturas pre-
incaica e incaica en las riberas de los ríos Huallaga y Marañón.
Es que Hu ánuco, como todo el Perú, es propicio campo de estudio
y fuente de inspiración en sus múltiples aspectos, de temas y problemas.

El carácter y las costumbres de los actuales habitantes del Depar-


tamento de Huánuco, no obedecen, en verdad, a un denominador co-
mún. Y a que en todo conglomerado social, existe una escala ambiental
y se manifiestan las condiciones propias de los individuos o grupos
humanos. Y de aquí los métodos de vida y los grados de cultura que
diferencian no sólo a los hombres, sino a los pueblos. Precisamente,
por ello es viejo afán de los gobiernos y del Estado, el proporcionar a
todos sus ciudadanos bienestar económico y espiritual, el de imponer
los hábitos más adelantados que ha concebido o conquistado el hom-
bre en el avance de la historia; o, en otras palabras: incorporarlos a
lo que llamamos civilización y cultura modernas.
60 6 HISTOR IA DE HUÁNUCO

En las ciudades huanuqueñas, la vida de sus pobladores discurre, en


más o menos grado de intensidad, dentro de 'os moldes de la cultura
y civilización occidentales; sus hábitos son los tomados de los euro-
peos. Aunque dichas costumbres, en sus manifestaciones más pecu-
liares, teñidas están del espíritu hispano, vienen de la civilización
cristiana a través de España. En tanto, en sus pueblos y campos, la
vida social, en muchos aspectos, se desenvuelve aún fuera de los bene-
ficios que trae el progreso; persistiendo sus gentes en ~us hábitos pri-
mitivos y ancestrales; ya que los campesinos han sido y son los más
apegados a la tradición, son gentes conservadoras por excelencia. Y
es en estos núcleos donde está más latente nuestro seño de pueblo
indo-español; aunque, aparentemente, prime la presencia del hombre
indio y su ánima.
Por eso podemos afirmar, sin riesgo alguno, que nuestra perso-
nalidad es la de un pueblo mestizo y nuestro tipo de hombre es el
cholo. Juzgado, pues, cultural y sociológicamente, el Perú todo es un
país de mezclas, o más propiamente: es un pueblo cholo. Surge así
después de la llegada de los españoles en el siglo XVI, en que, por
acción de conquista, se derrumbó el Imperio de Tahuantinsuyo, cuya
organización política, social, económica o, mejor, cuya cultura origi-
nal, fué obra del genio del pueblo indio e inca, oriundos de estos suelos
de América.
El Perú auténtico, actual e histórico, repetimos, emergió del mes-
tizaje étnico y del mestizaje cultural; es el resultado de la mezcla de
los ingredientes sociales y biológicos de lo español y de lo indio; viene
de España y del Imperio Incaico, en su estructuración más Íntima,
compleja y profunda. Y este mestizaje, repetimos también, como
fenómeno histórico, se gestó desde los mismos. años de la conquista,.
en que nacieron los primeros mestizos indo-españoles, en que nació
el cholo, que, desde entonces, representa "la nueva psicología del hom-
bre del Perú y de América y da su ritmo al nuevo ambiente social".
Para la realización y proliferación de esta mezcla, los españoles
transportaron a estas tierras indias: su religión, su derecho, su arte,
sus métodos de vida y costumbres; siendo el Estado español, como
sabemos, el tutor, el regulador oficial de este transplante múltiple e
incesante.
La organización social que encontró Pizarro al conquistar el Perú
incaico, f ué destruyéndose en algunas de sus originales y variadas
instituciones; o mezcláronse éstas, a través del tiempo, con las porta-
das por los españoles. Particularmente el organismo político-militar,.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 60 7

fué destruído de inmediato; mas fué tarea lenta y difí cil sustituír las
viejas costumbres e instituciones del indio, como: el ayllo o familia,
el trabajo colectivista, su idioma, sus manifestaciones artísticas (dan-
zas, canciones, etc.). Las instituciones o elementos culturales indios
se mezclaron con los de los españoles, como dijimos, impuestos esta-
talmente, o por ley sociológica de la convivencia entre conquistadores
y conquistados. Este fenómeno se produjo sobre todo en los pueblos
de indios, incrustados en las serranías del Ande y fundados, como tene-
mos dicho, bajo los moldes castellanos y la política colonizadora de
España 23 •
Son estos pueblos los que viven aún la etapa histórica del reco-
gimiento social, los que no han ingresado u optado, plenamente, por
la civilización moderna. Y, pese a la prédica del cura y del misionero,
sus hijos persisten en sus viejas prácticas y sentimientos religiosos,
mezclándolos con el rito católico; pese a los caminos carreteros, las
escuelas de alfabeto y las autoridades políticas, observan aún sus mé-
todos de vida consuetudinarios, encerrados en su mundo telúrico,
ambiental; continúan esos pueblos indo-hispanos en sus expresiones
artísticas que conforman lo que viene llamándose el folklore.
Este folklore constituye el patrimonio cultural, tradicional y autén-
ticamente mestizo y peruano, y sus ingredientes español e indio, lo
hallaremos en un pequeño estudio. Incluso, el estilo de su arquitectura
y el trazo de sus pueblos, la flora y la fauna, el paisaje y la vesti-
menta; todo es mestizo. Ni español ni incaico; simplemente, peruano>
huanuqueño, valga el término. Dijimos también, en capítulo anterior,
que desde siglos atrás, es el cholo el primer personaje y principal actor
en la vida e historia de Huánuco.
Pocas regiones como nuestro departamento tan ricas en costum-
bres típicas y de inagotable cantera de folklore y demás. A través de
ellos se puede estudiar el proceso sociológico y cultural de sus pueblos.
y la mentalidad y genio de su hombre colectivo. Felizmente ya varios
hijos de Huánuco se han dedicado a ello. Entre otros: Juan E. Durand,
N. Saturnino V ara Cadillo, Javier Pulgar Vidal, Félix Villarreal V ara,.
Wilelmo Robles M. y Nicolás R. Vizcaya 24 •

23 Sobre el tema ver el libro dd autor: El Derecho Indiano, Capt. VIII: La conquista
española juzgada como revolución social. El mestizaje étnico y el cu! tura l. p. 169. ._ (Y
podrá también leerse el próximo libro: El Cholo y el Perú. Destino cultural de un hombre y
un pueblo mestizos.)
24 JUAN E . DuRAN D: Lrymdas Incaicas. Kora. Etimologías Peruanas. La lengua Pano.
Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, T . XXXI, p. 30 6- 315 , 1915. - Satu rnine Vara
Cadillo : El folklore en las fuentes del M arañ ón. "R eYÍsta FOLKLOR E". 1939, ps. 5-7; T opo-
608 HlSTORIA DE HUANUCO

mm1a de las fuentes del Marañón, " Revista Histórica", T. XI. Entrgs. 1 ~ y 2~, Lima. 19 37
p. 24-34; Folklore de las fuentes del Marañón. El Camaggue. La ila. El Ichic-Olgo. La Turu·
rnanya; "Fo.lklore'', Lima, año II, N Q 14, p. 64. - Javier Pulgar Vida!: La Cachua, "Revisu
de la Universidad Cat·Óln.J del Perú". T. III, año IV, noviembre 1935, Lima, p. 663-713; Tre1
danzas simbólicas de síntesis hi~tóricas: La danza garahuanca. El toro-danza o cahuallo-danz,•
Los negritos, "El Comercio'', Lima, 4 de mayo, 1939; Tata Burro, "Revista de la Universidad
Católica del Perú'', Año IV, T . III, 1937; Panatahuas y Chupachos, hombres de la amazonía.
"Mercurio Peruano", año XVII, N 9 180, Lima, 1942, p. 129.-Félix Villarreal Vara : "El
Wayno de Jesús", Investigación etnomusicológ:~a, Lima, 19 57; Wilelmo Robles M.: Leyendas,
Tradiciones y Anécdotas Llatinas, "El Comercio", Lima 12 de junio 19):;1. - Nicolás R. Viz-
caya: Aporte para una antología de cachuas del departamento de Hu ínuco, "Valoración"
Huánuco NQ 5, agosto 1949 .
CAPÍTULO VII

GOBIERNO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL BAJO LA REPÚBLICA


II

La hacienda jniblica; sus i11stitucio11es, sus rentas. (La contribución personal )' otras rentas,
según datos oficiales). La propiedad y el trabajo. La explotación del mestizo e ináio en las
haciendas, particularmente en las de la sel11a o montaiia. Informes oficiales. El origen de la
propiedad rur4l huanuqueña. La esclavitud del mejorero y del operario. Las comunidades de
indios, régimen actual y número de las reconocidas >Oficialmente. La '!lgricultura. La industria.
La minería. La inmigración. La colonización de la selva. La población. Los caminos. Hechos
notables en la 1'ida del Departamento.

Para la recaudación de las rentas del Estado provenientes de los


impuestos, dijimos, se establecieron las Tesorerías Fiscales en las capi-
tales de departamento y los Apoderados Fiscales en las de provincias
( 1827-182 8), dependientes del Ministerio de Hacienda. (Antes de
estos años, los Prefectos y Suprefectos tenían atribución hacenda-
ria). También con el fin de fomentar la minería, se creó la Dirección
de Minas (1828), luego el Tribunal de Minería (1829), y los Dele-
gados de Minería en los asientos mineros.
Para descentralizar la administración pública, creóse, asimismo, las
Juntas Departamentales, en 1831. Ellas, formadas por delegados de los
Concejos Provinciales, tenían a su cargo las obras públicas, los ramos
de beneficencia y revisaban los actos de los Concejos de las provincias.
El principal renglón de ingreso de la Caja Fiscal, fué el prove-
niente de la contribución o tributación del indígena y de las castas.
Los impuestos a los predios urbanos y rústicos, a la industria y pro-
ductos agrícolas, formaban renglones menos voluminosos. En el tribu-
taje, que, en los primeros años de la República se percibía por el
Estado hasta en especies, era el indio quien soportaba la mayor carga;
ya que el mestizo, casi siempre, burlaba su abono. Ello fué efectivo
hasta 18 54, en que C astilla lo suprimiera. Y aun después persistió
con otros gobiernos, bajo el nombre de "contribución personal". Como
en la época de la Colonia, los Subprefectos y Apoderados Fiscales
usaban de los métodos más drásticos para su cobro.
610 HISTORIA DE HUÁNUCO

Refiriéndose al caso, el Prefecto de Junín Dr. Rivero y Ustáriz,


decía: ... "se están formando en las provincias de Paseo, Huánuco,
Huamalíes y Cajatambo ... nuevas matrículas".
"Con ánimo de evitar abusos, cortar reclamaciones del infeliz indí-
gena y economizar los sueldos de apoderados fiscales, opinaba la Pre-
fectura se adoptase el proyecto que tenía presentado al Supremo Go-
bierno con fecha 28 de febrero, y que sobre ofrecer un plan sencillo
y económico, preservaba a los contribuyentes de mil males y extor-
siones" 1 •
Transcribimos, de documentos inéditos del siglo XIX, el número
de los contribuyentes y el monto de la tributación en las provincias de
Huánuco y Huamalíes; así como algunos datos estadísticos oficiales
del presente siglo, correspondientes a todas las rentas y que por todos
los conceptos rinde y consume el Departamento.
En el presupuesto formado en 1827 por el Ministro de Hacienda
don José Morales y U galde, el ingreso de la Tesorería de Junín era de
300.00 pesos 2 •

Año 1826

, (Padrón formado por el Prefecto de Huánuco, Coronel D. Ramón de Echenique y el


Subprefecto D. Pedro Antonio Echegoyen.)

Contribuyentes de la Provincia de Huánuco


CIUDAD DE HuÁNuco:

Cuarteles o barrios: Co11frib11 yentes


Huallayco .. 500
San Pedro . . . . . . 394
Izcuchaca . . . . . . 252
Mayo . . . . . . . . ....................... .: .. 352

DisTRITo DEL CERCADO DE HuÁNuco:

Pueblo de Cairán .. 103


A.siento de Rondos . . . . . . . . . 38
Asiento de Chalhuacocha . . . . . . . . . . 112
Hacienda Huayopampa . . . . . . . . . . . . 51
Chacra Sicra y Mataroarca . . . . . . . . . . 36
Chacr.a Yana y otras . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Huaripampa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Chacra :Ñausa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

1 Colección de Memorias Científicas, Agrícola-s e ltulustriales. (Apuntes histó ricos-esta-


dísticos sobre el departamento peruano de Junín.) T. 2 9 , p. 192.
2 Cit. de EMILIO ROMERO en Hirtm-ia Eronómica del Perú, p. 318.
EM ANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 611
DISTRITO DE HU.ÁCAR Con tribuyen-tes

Pueblo de Huácar . . . . 112


Asiento de Ambo . . . . 173
Asiento de Chaucha . . . . . . . . . . . . . . 240
Asiento de Huandobamba 43
Asiento de Ayancocha .. 82
Huancahuasi . . . . . . 22
Asiento de Tomayquichua .. 323
Hacienda Huayllay . . . . . . . . . . . . . . 246
Pueblo de Ñausa . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Chacra Utos y Yanamachay . . . . . . . . 96
Chacra Caracaya . . . . 20
Hacienda Moscatuna .. 18
Hacienda Huancachupa 63
Hacienda Yanaj . . . . . . . . 53
Hacienda Marabamba 74
Hacienda Vichaycoto .. 69
Hacienda Hamilla . . . . 31
Hacienda Angelpampa .. 64
Chacra Pomacán . . . . . . 22
Chacra Rcpallog . . . . . . 15
Chacra Quilcán y Llincán 101
Pueblo de Concham.arca .. 108
Chacra de Matibamba, Queca y Huamancaca 9
Chacra de Sancaragra .. 13
Hacienda de Colpa Alta . . . . . . . . . . . . 21
Hacienda Angaymarán 600
Quebrada de Higueras 406
Asiento de Punchao .. 105

DISTRITO DE HIGUERAS:

Pueblo de Higueras
. 34
Pueblo de Tambo .. 29
Chacra Yanamayo 23

DISTRJTO DE SANTA MARÍA DEL VALLE

Pueblo del Valle .. ............... ................ 30

DISTRITO DE PANATAHUAS:

Panatahuas . . . . . . . . 211
Pueblo de Panao . . . . . . . . 35

Contribuyentes de la Provincia de Huánuco


Año 1928

Distribuidos por clases o castas. Distritos: Huánuco, Huácar, Angaymarán, H.igueras y


Panatahuas.
612 HISTORIA DE HUÁNUCO

REPARTIMIENTO DE CHUPACHOS :

San Francisco de Cayrán . . . . . . . . . . . . . . . . .. 273


San Miguel de Huácar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 137
Pueblo de Conchamarca . . . . 121
San Pedro de Chaulán . . . . . . . . 499
Obraje de Yaromayo .. 76
Obraje de Chulay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Pueblo de Santa María del Valle . . . . . . . . 560
Pueblo de San Nicolás de Tambogán . . . . . . . . . . .. 3 60
Pueblo de la Santísima Trinidad de Pachabamba . . .. 379
Pueblo de San Sebastián de Quera . . . . 264
Pueblo de San Antonio de Malconga 177
Pueblo de San Pedro de Acomayo 344
Pueblo de San Pablo de Pillao .. 179
Pueblo de Panao . . . . . . . . . . 994
Chaglla . . . . . . . . . . . . . . 134

REPARTIMIENTO DE MITIMAES DE CHINCHAO:

Santa Cruz de Muña . . . . . . . . . . . . . . . . 50


Mitimaes de Chinchao . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Pueblo de Cani 32j
Punchao . . . . . . . . 18
Churubamba . . . . . . 536
Pueblo de San Juan de Cascay .. 271
Pueblo de Espíritu Santo de Pumacucho 194
Santiago de Llacón . . . . . . 211

Año 1828
Extracto de personas, por sexo, reservados, cantidad y clase:

AMERICANOS

Partidos Madres Hijos Hijas Entrantes Conirib. Cantid.


Huánuco 426 284 398 27 53 3 1.132 5
Huácar . .
Angaymarán
. 366
203
4 35
179
212
120
8
12
270
164
782 - 7 Y4
438 - 2 Yz
Higueras 127 122 443 24' 432 1.138-2
Valle 17 21 14 6 24 81 - 3
Panatahuas . 81 22 27 8 117 283-l)IÍ

1.220 1.063 1.214 85 1.540 3.976 - 5 ~~

e H U P A Y C H o s
Partidos Exentos Niños Viudas Sol t. Casad. Ni1ías Prox. Anc, Con t. Cantid.
Huánuco .. 2 46 3 17 63 57 9 76 243-6
Huácar 14 4 8 29 42 3 2 29 91-
Angaymar!in 5 23 8 25 24 4 32 100-6
Higueras 11 87 11 29 191 113 22 220 711-6
Valle 4-4 242 42 119 283 393 69 2 435 1.397-4
Panatahuas . 63 262 19 103 375 375 43 428 1.374-6

132 674 79 284 1.0 66 1.007 150 4 1.220 3.919-4


EMANCIPACIÓN y REPÚBLICA 613
MITMAS

Partidos Exentos Niños Viudas Sol t. Casad. Nhias Prox. Contr. Can/. pes.

Huácar 2 10 5 23 15 1 23 52-2
Higueras 2 42 6 24 79 64 9 97 228-2
Valle 33 161 15 83 284 266 47 324 760-2

37 213 21 112 386 344 57 444 1.040-2

M o STRENC o s

Partidos Exentos Niiios Viudas Sol t. Casad. Niñas Prox. Contr. Can/. pes.

Huánuco . 26 150 6 41 180 163 17 233 466-7 Vi


Huácar 12 46 3 14 56 56 9 57 119-2 %
Angaymarán 14 73 5 24 104 93 6 127 265-7 y,;
Higueras 17 65 6 32 56 56 6 57 119-2 %
Valle 27 131 49 184 172 29 218 450-3 %
96 465 25 160 662 570 72 771 1.614-1 ~

Importan 1O.5 5O pesos 5 reales, por el primer semestre, o sea 21.1O1


pesos, dos reales al año 3 •
Según Rivera y Ustáriz, en la provincia de Huánuco, en 1846, "la
contribución anual por Indígenas, Predios Rústicos y Eclesiástica",
ascendía a 11, 187 pesos, 2 reales. El monto de la contribución por los
mismos renglones, en la prpvincia de Huamalíes, hacía un total de
1 5, 8 04 pesos, 4 reales.
Copiemos los cuadros formulados por dicho autor:

PRovrNCJA DE HuÁNuco

P rc pios y Arbitrios: Ramo de Propios .. 8 09 ps.


de Sisa . . . . 507 "
de Nieve . . 450 ,,
de Coca . . . . . . . . . . 4,844 ,.
Total 6,650 ps.

Contrilmy 1mfes Al semestre Al año

Por contribución de indígenas 2. 369 7 .452,2


Predios Rústicos y urbanos .. 1 .478 3 . 507,6!/.i
Total 10 . 960 Y4 2I.920Yi

3 "Extracto de las ~rscnas de ambos sexos y cantidad que resulta por la revisita de
esta provinci.a de Huánuco, actuada por los señores Subprefecto actual don Pedro Antonio
de Echegoyen, y Apoderado Fiscal don Bernardo de Goitía, en las cuatro clases, de Americanos,
Chupaycho·s, Mitimas y Mostrencos, de los reservados por edad, Y alcaldes exceptuados." Ar-
chivo del Ministerio de Hacienda.
614 HISTORIA DE HUÁNUCO

"Los Propios y Arbitrios del departamento -agrega Rivero y Us-


táriz-, producen al año 23.087 pesos, 2 reales" 4 •
El Apoderado Fiscal de Huamalíes, don José María Benjamín, en
su informe de Diciembre de 18 52, expresaba que la matrícula de
contribuyentes de dicha provincia arrojaba 32.180 contribuyentes de
la clase indígena y de castas, que abonaban la cantidad anual de
18.998 pesos y 5 reales. Tocándole a cada contribuyente de 5 y me-
dio a 8 pesos, según la calidad y condición productiva de los pueblos.
(Así los distritos de la hoy provincia de Dos de Mayo, pagaban 5
pesos; en tanto los de Marañón, Huacrachuco, Singa y otros selvá-
ticos 8 pesos) 5 •
Las rentas municipales de la ciudad de Huánuco el año de 187 4,
ascendían a S/. 9.980.45; distribuídas en la forma siguiente 6 :
Al aiio
Ramo de Coca . . . . . . . . . . . . . . S/. 4.200,00
Huarapo . . . . . . . . . . . . . . . . 428,67
Licores extranjeros y tabacos . . . . . . 150,00
Sisa y licores en Chinchao . . . . . . . . . . . . 150,00
Sisa de Huánuco' . . .. .. .. .. 213,60
Interés de 124 soles al 1 % . . . . ,. 14,88
Idem de 2.080 soles 45 ctvs. el 1 y ~ 436,80
Propios . . . . . . . . . . . . . . 977,70
Sello de pesas y medidas . . . . . . 100,00
Multas y diversiones públicas . . . . " 200,00
Alumbrado público .. " 2.008,00
Empedrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. 000,00
"
Total S/. 9.880.45

-! Colección de Memorias Científicils, Agrícolas e Industriales, etc., cit., ps. 187, 188.
5 Informe que presenta al Supremo Gobierno el Apoderado Fisc al de la provincia de
Huamalíes José María Benjamín, 20 de diciembre de 1852.
6 Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al señor Ministro de Gobierne., acerca
de la estadística del Departamento de Huánuco, correspondiente al año de 1873. "El Peruano"
Nos. 83-87, de 29 de mayo de 1874 y siguientes. - Según Paz Soldán, en 1877, el Estado gas-
taba anualmente en el Departamento de Huánuco, S. 116,092; y las contribuciones, por todos los
conceptos, producían S. 11,042. Los egresos se distribuían así: Sueldos: de Prefecto, Subpre-
fecto, empleados y gastos anexos, S. 10,820; Jueces <ie Primera Instancia, Agente Fiscal y
gastos, S. 8,829; Obispos, Canónigos y otros g.astos de culto, S. 13,140; Oajero Fisc!al, em-
pleados y otros gastos, S. 4,240; Correos, S. 1,219; Establecimientos de Beneficencia, S. 1,632;
Fuerza de policía, S. 25,212; Colegio Seminario, S. 1,000; Colegio de hombres, S. 6,400; Co-
legio de mujeres S. 1,600; Setenta escuelas de primeras letras, S. 42,000. - Los ingresos por
concepto de contribuciones eran los siguientes: Contribución urbana, S. 15 6; rústica, S. 10,337;
industrial, S. 87; eclesiástica, S. 462. - Bn la provincia de Huánuco las contribuciones pro-
ducían S. 6,932, en los siguientes renglones: Contribución urbana, S. 156; rústica, S. 6,4731
industrial, S. 87; eclesiástica, S. 216. (Dicri<mario Geográfico Estaáístiro del Perú, por
MARIANO FELIPE PAZ SOLDÁN, p. 412.)
EMANCIPACIÓN Y REPúBÜCA 61 5

Tanto por el desarrollo económico, como por la necesidad de las


obras y servicios públicos, las rentas de ingresos y egresos han cre-
cido notablemente. Pruébase con la simple confrontación de los datos
oficiales, en el lapso de unos quinquenios.
Los renglones de ingresos del Departamento de Huánuco, durante
el año presupuesta! de 1932, por diversos ramos, dieron la suma de
S/. l '.074,779.82 7 • Los ingresos por los mismos conceptos, en el año
de 1955, ascendieron a 18'071,019.76 8 ; y los egresos pasaban de S/.
3 2'000.000 anuales 9 •

La revolución de la Independencia, dijimos ya, no fué sino un


cambio político. No significó beneficio económico para la masa des-
heredada: el indio y el mestizo, que constituían la mayoría nacional,
y cuyo problema era el agrario. Al revés, derogadas tácitamente las
leyes españolas que garantizaban las tierras comunales, se extendió
la gran propiedad o latifundo, o surgieron nuevas.
Es verdad que Bolívar, por decretos de 8 de abril de 18 24 y
4 de Julio de 182 5, y el Congreso por ley de 27 de marzo de 1828,
declararon propietarios de sus tierras a los indios y mestizos y orde-
naron el reparto de las comunitarias. Pero estas leyes no tuvieron
sino fines políticos y de obtener rentas a favor del Estado exhausto
por las campañas libertarias. Y en la práctica, fueron burladas por
medios tinterillescos y se le arrebataron sus tierras a los indios y mes-
tizos, y se constituyeron los latifundios. Llegando a tal extremo el
abuso, que tuvo que suspenderse la ejecución de dichas normas.
Estos latifundios, en 18 39, en la costa como en la sierra, estaban
en plena etapa de absorción de la pequeña propiedad, de las tierras
comunales y otras, provocando graves situaciones. Debido a ello el
Congreso tuvo que dictar la ley de 19 de noviembre de dicho año

7 Estos ingresos fueron recaudados por la Oficina de la Caja de Depósitos y Consigna -


ciones de la ciudad de Huánuco. Sus reng)ones pe rtenec en a diversos ramos, cuya especificación,
casi sin mayores alteraciones, se consigna en la nota siguiente. (Inserto en Mo11ograf ía Ecfe-
siástica de la Diócesis de Huánuco y Junín, por Monseñor iBERRoA, ps. 246-249.)
8 Copiemos, para mejor ilustración, el Cuadro- Estadístico de todas las rentas y que, por
todos los conceptos, rindió el Dc•partamento de Huánuco el año de 19 H. (Este Cuadro y el
de la nota 9, por razón de espacio, los incluímos en las últimas páginas de este Capítulo.)
!J Los Egresos en el año de 19 5 5, por Ministerios, conforme Presupuesto General de la
República, figuran en las últimas páginas de e5te Capítulo.
616 HISTORIA DE HUÁ N UCO

para evitar que los propios pueblos fueran incluídos en los límites
de las grandes propiedades.
Promulgados después de 18 5O los códigos Civil y de Enjuicia-
mien tos, prosiguió el despojo a los indios, con ardides legalistas. Se
plantearon los interdictos, se obtuvieron de los juzgados títulos suple-
tórios, se fraguaron los de dominio, se simularon contratos de compra-
venta y demás formas de transferir la propiedad, con la complicidad
de los escribanos o notarios públicos. Todo ello bajo la influencia del
terrateniente o el mandato de un diputado o político que detentaba
el poder. Porque el latifundio se forma y desarrolla en relación al
poder del político. Y de aquí el vínculo directo entre política y
latifundismo; o, mejor, los latifundistas fueron políticos y todo polí-
tico termina en latifundista. Son éstos los que, verbigracia, llamán-
dose "liberales", "constitucionales", etc., aprovechan de las conmo-
ciones sociales para agrandar sus bienes por el sistema de la coac-
ción y el asalto a mano armada. También son ellos los más terribles
explotadores del indio, a los que someten a trabajos gratuitos, bajo
el pretexto de "servicios públicos"; o ya en las minas con el nombre
de "enganchados", o en sus fundos y casas con los de "pongos",
"mitayos", etc.
Estos hechos, particularmente el arrebato de sus tierras a los
indios, provocó sublevaciones en masa. Se produjeron las contiendas
judiciales entre los indios comuneros y los terratenientes; contiendas
en las que siempre salían victoriosos los "señores de tierras o terra-
tenientes", por su influjo ante los jueces venales del Poder Judicial,
ante quienes debían defenderlos los Agentes Fiscales y los curas en
los pueblos o parroquias, como sus protectores legales. También se
produjeron interminables líos judiciales entre las propias comuni-
dades, por la propiedad de tierras y linderos que no se fijaron en
forma clara en las titulaciones virreinales.
Todos estos vejámenes y extorsiones llegaron a conocimiento de
los gobiernos que, como Nicolás de Piérola se declaró, en 1890, "Pro-
tector de la Raza Indígena". Y del clamor de las últimas subleva-
ciones del sur que fueron debeladas sangrientamente, originó que
gentes humanitarias formasen ligas llamadas "Pro-indígena", que de-
nunciaron los abusos y obligaron la atención del Estado, que creó
el "Patronato de la Raza Indígena" y dió varias leyes suprimiendo
dichas costumbres esclavistas.
Por su volumen y trascendencia, convirtióse el indio y la tierra
en un problema social de dimensiones nacionales. Problema que se
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 617

agravó, si se tenía en cuenta que las comunidades indias no tenían


personería jurídica, lo que hacía imposible la defensa del patrimonio
de sus asociados; y, en consecuencia, la desmembración de sus tierras
en favor de los latifundios. Todo lo que obligó se incorporase arti-
culados en la Constitución Política de 1919 y en la de 19 3 1, dando
personería jurídica a las comunidades, garantizando sus tierras y
derechos a sus miembros, y creándose para tal fin una repartición
administrativo-judiciaria, donde se abrió un registro para la inscrip-
ción de dichas entidades indígenas, pero cuyos humanitarios y justos
fines están siendo desvirtuados en la práctica. Como en la época
colonial, las leyes quedan sólo escritas y se las desprecia y burla.
Por otra parte, como habían entrado en desuso las leyes dictadas
desde Bolívar, los indios y mestizos -indígenas- que vivían y
viven en las comunidades, siguieron y siguen practicando ciertas
costumbres llegadas a través de la Colonia: el reparto de tierras entre
los suyos para la posesión y el usufructo, a cambio de algunas obli-
gaciones; y exhibieron y exhiben como títulos de dominio, los ema-
nados del gobierno español 10.

Al amparo indirecto de los decretos de Bolívar y demás, que,


como vimos, ordenaban el reparto de las tierras de las comunidades
y su libre disposición por los indios; se formó la hacienda huanu-
queña, el "latifundio" de origen republicano, particularmente en el
v alle del Huallaga y zonas adyacen_tes. (Empleamos la palabra lati-
fundio entre comillas, porque, en verdad, los latifundios huanuque-
ños no son tales; salvo algunos de la montaña, que cuentan hasta
100 kilómetros cuadrados de área. Los más son fundos, más o menos
extensos.)
El sistema empleado fué: la compra, la usurpación, el despojo
primero del pequeño propietario y después de los miembros de la
comunidad indígena. Hechos que, más tarde, se legalizaban. Diremos
mejor, así comenzó la absorción de la pequeña propiedad y el nuevo
desmembramiento de las tierras comunitarias, que habían sobrevivido
de la Colonia.
En Huánuco, como en todo el Perú, los jueces venales expidieron
títulos supletorios luego de un proceso a espaldas del indio o mestizo

10 Ver el libro: Legislación Indiana Republicana, por JosÉ VARALLANOS.


618 HISTORIA DE HUÁNUCO

analfabeto; o el Notario da fe de "conocer al vendedor" suplantado


por tercera persona; o hace concurrir a su oficio a difuntos, como
vendedores. O también, para apropiarse o cercenar los bienes públicos
provenientes de los conventos religiosos supresos, o de las entidades
comunales; se desaparecen sus títulos de dominio. Sin tales instru-
mentos con los que podían alegar su derecho y defender en masa
sus heredades, los indios se reducen a individuos aislados e impotentes
de enfrentarse al poderoso e influyente terrateniente.
En 1842 la expansión de la gran propiedad, provocó que los habi-
tantes de Ambo, se amparasen a la ley de 19 de noviembre de 1839,
para no ser despojados en masa de dicho pueblo.
Por tal época, a raíz de la ley de 24 de mayo de 184 5, surgieron
también propietarios en la región selvática de Huánuco. Pues, decla-
rados por dicha ley como propietarios los indígenas, los peruanos
y los extranjeros que cultivasen y morasen en la zona de los ríos
Pozuzo y Mayro, muchos se establecieron en dichas tierras, y así
como en Monzón; resultando, con los años, dueños de tierras. Algu-
nos con el carácter de "exploradores", denunciaban grandes exten-
siones, cuya propiedad hoy alegan.
Pero la gran propiedad huanuqueña de las montañas del valle
del Huallaga y demás zonas -Chinchao, Chihuangala, Derrepen-
te, etc.- se consolida sólo después del 900, en que pasados los gran-
des sucesos políticos de que f ué teatro, se procura el rendimiento
de la tierra en escala acelerada. Se cultiva, sobre todo, la coca, que·
es el producto que rinde más beneficios por el consumo que el indio
hace de ella, como para la elaboración de la cocaína. Entonces, por
falta de brazos, se secuestran a los hombres, entre gallos y media-
noche, e implantando la esclavitud se les hace .trabajar en estos "pe-
queños infiernos verdes" en las condiciones más inhumanas; se les
hace rendir sus fuerzas para dejarlos morir agobiados por la anemia
que tuvo por causa la mala alimentación y la terrorífica acción
del clima 11 •
11 El Prefecto Coronel Ruperto Delfín, en una comunicación oficial al Gobierno de
Lima, en 1873, refiérese al trato que daban los hacendados a los indígenas, sus mé todos
de secuestro, explotación y dem ás. "El ataque a la libertad de los indígenas es un hábito
arr aigado en los hacendados; tratan a sus peones peor que a besti as, no creen que les com-
pr,an los servicios, sino también su libertad individual, por cuyo motivo se traspa san los
operarios sin el consentimiento de ellos, no para que les sirvan en el fundo, no para que
mejoren de condición, sino para internarlos a la montaña, a donde los llevan amarrados en
altas J10tras de la noche a la siembra de cocales; es una muerte segura por la insalubridad
del clima y la falta de un alimento sustancioso que los conduce a la hidrcpesía, de cuya
enfermedad mueren irremisiblemente, sin auxilio de ningum. clase. Ésta es la raz.ón por
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 619

Tanto estos latifundios de selva, como los de sierra o puna, en el


proceso de su expansión, afectan a las . tierras comunales. Surgiendo
entonces la lucha real y judicial entre el hacendado y los comuneros,
la contienda entre el latifundio y la comunidad. Pero felizmente, de
ello sólo se dan algunos casos en Huánuco y circunscripción depar-
tamental. Y si bien las comunidades del valle del Huallaga y adya-
centes, traían vida anémica desde la Colonia, como consecuencia pre-
cisamente de la sumisión directa al español, las de Huamalíes, Dos
de Mayo, Marañón y demás zonas de altas serranías, se fortalecieron
en la República y se mostraron vigorosas y hasta prepotentes. De
aquí que, no se dejara progresar al latifundio de tierras de puna o
de pastos; y, por ello mismo, actualmente existen pocas pequeñas
o grandes haciendas en dichas provincias. Que sepamos, en Dos de
Mayo, apenas pueden contarse dos o tres. En Huamalíes, igual número.
En ellas las tierras pertenecen, casi en su integridad, a las comuni-
dades; son comunitarias.
En las provincias, se produjo, desde 1900, un curioso caso de luchas
judiciales y luego armadas, entre las propias comunidades. Ellas tuvieron

la que los indígenas son raqu 1t1cos, envilecidos, degradados y no aumenta esa raza sin
embargo del buen clima de la quebrada del Huallaga en que generalmente habitan. - En
la montaña de Chinchao ha muerto más gente, según dicho vulgar, que la que hemc.s perdido
en nuestras guerras intestinas. - Sufren cuanto quiere hacerles el patrón, que los encadena,
los encierra en calabozos insalubres, los azota y maltrata por la menor cosa. - Los hacen-
dados hacen lo posible porque el operario no pague la deuda que contrae, para que lo sirv~
toda su vida, él, su esposa, sus hijos y aun los nietos, quüenes contestan por la deuda de
sus mayores. - El hacendado no tiene conciencia cuando trata de atrapar un indio para
que le sirva de peón en su hacienda y para que los contratadc¡s estén contentos, les con-
sienten que sean polígamos, crimen tan especial en ellos y que condena la religión y las
leyes patrias. - No hace poco la policía sacó de la hacienda de Anda bamba, una menor
de trece años a quien el patrón la robó de sus padres, llevándola con engaños para ence-
rrarla con un qperario, y que éste la estuprara, como aparece del reconocimiento; la causa
se sigue ante el Juez del Crimen por oficio, el dueño de la hacienda ha fugado a otro depar-
tamento, h•aciéndose víctima de las persecuciones de la autoridad. -Toda la pretensión de
los hacendados es ganarse a la autoridad con regalcis y convites opíparos para deslum-
brarla, y si eso no les hace oerrar los ojos a todos los cnímenes que cometen, pag an escri-
tores en la capital p ara que les arruinen su reputación. - Hay entre los hacendados hon-
rosas excepciones, pera n o pasan de un diez por 6ento. - M emoria que presenta el Prefecto
Ruperto D elfín al señor Ministro de Gobierno, acerca de la estadística del Departamento Fluvial
de Huánuco, correspondiente al año de 1873. Publicado en "El Peruano", ler. Semestre,
números 83-87, de 29 de Mayo de 1874 y siguientes. -En el presente siglo tales delitos
y métodos fuerc.n también denunciados por la Asociación Pro-lndígen.i de Lima, ~ncabe­
zada por el Dr. Pedro Zulen. "El Comercio", Lima, octubre 4 de 1911; "La Prensa", Lima,
diciembre 5 de 1911; "El Comercio", Lima, marzo 22 de 1912. (Esclavitud en Huánuco.
Los indios son secuestrados y vendidos. Cárceles e instrumentos de torturas en las haciendas:
"La Acción Popular", Lima, abril 28 de 1912; julio 25 de 1912. "El Comercio", diciembre
27 de 1912.)
620 HI STORIA DE HUÁNUCO

origen en la posesión de tierras de sembradío o pastos, cuyos linderos


no se especificaron detenidamente en sus títulos y que fueron usur-
padas por otra comunidad en proceso de crecimiento de sus miem-
bros. En esta lucha se empeñaron, verbigracia, Margos, Y acus, Cochas,
Pampamarca, hasta que degeneró en infernal bandolerismo, alentado
por los negociantes de armas y encubridores de abigeatos 12 .
Dijimos, en ca pí tulo anterior, que el origen de algunas haciendas
huanuqueñas, estaba en los bienes de los conventos, asociaciones reli-
giosas y pías. Después de 1828, en que se fundó el Colegio Central
de Minería, a cuyo dominio pasaron los bienes de los conventos
supresos de San Francisco, La Merced, San Agustín y Santo Domingo,
surgieron no pocos latifundios huanuqueños. Valiosos fundos que
fueron tomados en arriendos a dicho centro educacional, con el correr
de los años resultaron de particulares, por la indolencia y la compli-
cidad de sus directores; por haber redimido los censos y otros graváme-
nes, burlando las disposiciones legales. (Basta revisar el inventario que
en 1829 realizó el Administrador don Miguel de Aljovín, para seña-
lar cuáles son ellos 13 .)
Un nuevo espíritu anima a los indios. Se liberan ya de la servi-
dumbre algunos que estaban sometidos en el latifundio. Verbigracia,
los de Pampan, distrito de Singa, provincia de Huamalíes, por escritura
de 27 de noviembre de 1944, adquirieron el fundo de tal nombre
del Obispado de Huánuco y del que habían sido "operarios" desde
178 8; constituyéndose en comunidad indígena. Se han parcelado tam-
bién los fundos de Huallacán, Yucacocha y Papahuasi, con una
extensión de 30.000 hectáreas, a 40 kilómetros de la ciudad de Huá-
nuco.

El reg1men de trabajo y demás, tanto en el latifundio como en


la comunidad, tenía y tiene modalidades peculiares, según la calidad
de las tierras: de cultivo o pastales.
En las de cultivo, el indio o el mestizo es el arrendatario vitalicio
que abona la merced conductiva en trabajo personal en favor del loca-
dor, llamándose entonces "operario"; o le abona en productos, como
yanacón; cuya modalidad, la del yanaconaje, persiste en sus formas
de deprimente servidumbre. En los fundos de pastos o ganaderos, los
12 Ver el libro: Bandoleros en el Perú, por JosÉ VARALLANos.
13 Ver en el C apítulo anterior, la Nota N 9 22.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 621

arrendatarios viven al cuidado de hatos de ganado, distribuyéndose a


medias los nuevos nacimientos, que es lo más común; o se le paga un
salario mensual, como a «pastores", y gozan del usufructo en los
terrenos. En las haciendas de montaña está generalizado el trabajo
por abono de una suma de dinero por cosecha, si el fundo no tiene
operarios de por vida; y también existen los rrmejoreros" (fundos de
café y coca), cuya labor consiste en cultivar la tierra, desde el talado
de la zona boscosa hasta que la planta esté en estado de cosecha;
abonando el propietario por cada planta, dándole herramientas o
dinero; o recibe el «mejorero" tierra para cultivar en cambio de
dinero. (Actualmente, en la región de Tingo . María se ,gana de
S/ . 1 a 3 por planta de café y S/. 2 por la de coca.)
Cualesquiera sean las formas de contratación, en el hecho los
arrendatarios terminan por estar adscritos a la tierra, a ser los «ope-
rarios" de la hacienda o fundo; sometidos a duros o largos trabajos
de métodos colonialistas. Las leyes dictadas protegiendo al traba-
jador, a las mujeres y niños, así como la vigencia de las horas de labor,
no se cumplen; particularmente en algunos fundos del valle del Hua-
llaga y montañas de Huánuco. (Los niños trabajan hasta en la con-
servación de las carreteras, sirviendo de pretexto para que el contra-
tista haga figurar en las planillas de abono con salarios de adultos.)
Mas, cabe también advertir que, si por una parte el indio y el mestizo
son objeto de explotación, en sus condiciones de vida y abono de
salarios, por otro, son dados a la pereza, que es vicio secular en ellos;
y de aquí que su rendimiento sea deficiente, llegando a la conclusión,
en la mayoría de los casos, que un adulto se equipara a un niño de
12 años en condiciones de labor normal. Sobre todo en las serranías,
es imposible desterrar de ellos ciertas viejas costumbres que consti-
tuyen su modalidad de trabajo: los descansos cada hora, las "catipas"
o mascada de coca, etc.
Traslademos unos renglones imparciales referentes a la condición
a que estaban sometidos, en el siglo pasado, los trabajadores de las
haciendas huanuqueñas; y cuya forma y método, repetimos, no han
variado, en muchas, pese al tiempo que vivimos.
En 18 5 5, el doctor Eduardo de Ri vero y U stáriz, decía que los
indios de las haciendas de Huánuco tenían trabajo tan recargado «que
parecían esclavos para toda su vida", originando disputas frecuentes
"entre amos y operarios" 14 •

14 Coli:cción de Memorias Cicntíficas, Agrícolas e Ind1tStriales, etc., cit., p. 19 l.


622 HIST ORIA DE HUÁNUCO

Pero ninguna relación es más patética que la que, treinta años


después del Prefecto Rivero y U stáriz, emitiera su sucesor Coronel
Ruperto Delfín. "El jornal de los peones de agricultura en las haciendas
de caña, es de tres reales nominales; porque el alimento que le vende
al peón el hacendado, es mayor su precio que el jornal, por cuyo
motivo un jornalero en toda su vida no sale de la hacienda, a conse-
cuencia de la deuda que con trae.
"En las haciendas de montaña suelen pagar también treinta cen-
tavos ; y como algunos días del año por la estación no puede trabajar,
la comida que le da el patrón para él y para su familia, lo esclaviza más
cada día.
"El sistema adoptado para el trabajo de la tierra en las haciendas
de caña, consiste en tener en el fundo el número completo de indígenas
contratados, que son tratados con la severidad de esclavos y a quienes
se les hace cargo por el mal producto del terreno, por ejemplo:
"El regador: cuando aparece en medio del plantío alguna mancha
rala, que por ser el terreno caliche no ha crecido la caña, o por cualquier
accidente no ha progresado, se llaman trasegadores, se tasa el pedazo y
se le carga a la cuenta del regador el importe de la caña perdida.
"El pastor: se le muere alguna res por enfermedad natural; se tasa
la res muerta y el valor de ella se carga a la cuenta del pastor.
"En muy pocas haciendas como Quicacán, se le concede a un ope-
rario bueno un pedazo de terreno para que siembre por su cuenta.
"En las haciendas de montaña, cuyo principal producto es la coca,
se conceden pedazos de terrenos a los Mejoreros: nombre que da al
que desmonta el terreno; pone la primera semilla y recoge la primera
cosecha: está obligado a traspasar al dueño de la hacienda la chacra de
coca sembrada, antes de la segunda cosecha, y a recibir diez pesos por
cada arroba de coca que produce la chacra. Muchas veces el dueño de
la hacienda abusa, pagándole la mitad, cuando el Mejorero es algún
indio humilde.

"La mantención que dan los hacendados a sus peones es vendida al


cuádruplo de su valor; por cuyo motivo, teniendo el operario familia
y que mantener a ésta, llega muchas veces a morir debiendo una canti-
dad fabulosa, que tiene que pagar la familia con su trabajo personal.
"Sobre esto la Prefectura dará un decreto, obligando a los hacen-
dados a que hagan sus contratos en presencia de los Subprefectos, rubri-
cándolos éstos y cuya locación de servicios pasará de ocho años, en las
haciendas de caña; y cuatro en las de montaña, señalando que los acle-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 623

lantos que se hagan a los operarios, no pueden pasar de la suma a que


asciende el jornal que se les pague en seis meses.
"En las haciendas de caña el jornal es de treinta centavos diarios,
nominal, y en las de montaña, ochenta centavos, también nominal. ,
"El trabajo en las de caña, comienza a las seis de la mañana y con-
cluye a las seis de la tarde, teniendo sus descansos que son cuatro, de
media hora cada uno para que "Chacchen" su coca; (nombre que se
da a la masticación de esta hoja). En las de montaña se hace almorzar
al peón a las cuatro de la mañana, desde cuya hora empieza el trabajo
hasta que anochece.
"No se da instrucción de ninguna clase a los operarios, ni a los
niños descendientes de éstos; tratan de conservarlos en la mayor igno-
rancia a fin de tenerlos subyugados.
"Ni el patrón, ni sus operarios oyen misa nunca, sin embargo de ser
católicos, ni tienen domingo, ni día de fiesta, el trabajo es todo el año,
por cuyo motivo los indios en general son raquíticos, de poca vida,
siendo raro el que pasa de los sesenta años.
"Tienen capillas suntuosas en las haciendas tan sólo para obligar al
operario, que ha sanado de alguna enfermedad (porque la robustez ha
vencido el mal, no por remedios que haya tomado) a que haga una
fiesta, con comida y licor para todos sus compañeros; cuyo gasto que
no baja de 200 a 3 00 pesos, hecho por el patrón, que se carga a la
cuenta del convaleciente.
"La comida que les vende el propietario, son lentejas ( frejoles de
poca fécula) y maíz cocido, quedando los veinte centavos rest antes
para pagar su deuda y las telas que pida en el año. Cuenta, que apunta
el patrón en el libro del operario, que no entiende una letra, y que
muchas veces tienen estos pobres indios que fugar para pedir el apoyo
de la autoridad y exigir que ante un juez de paz se le haga la debida
liquidación.
"Como el juez las más veces es hacendado, trata de que el operario
q uede debiendo para obligarlo a volver a la hacienda; y ha habido veces
de retener el hacendado cuatro hijos de ese infeliz en rehenes, para
que el padre regrese al fundo.
"Tan luego que el operario ha fugado, se manda cuatro caporales,
también indios del fundo, en su busca, quienes con mil planes tratan de
apoderarse del individuo, y conducirlo a la hacienda, donde es sumido
en una mazmorra, o lo remiten con los mismos a la montaña de San
Carlos del señor don Gregorio Durán, que es la penitenciaría de los
indígenas, no sólo operarios, sino de los libres. Si la autoridad toma
624 HISTORIA DE HUÁNUCO

parte y persigue estos hechos criminales, tan luego como ven tropa re-
tiran a lo más espeso de los bosques al preso, y pobre del dependiente
de San Carlos que diera noticia, no sólo le costaría el destino, sino que
podía peligrar la vida.
"Actualmente ante el Juez del Crimen ha remitido la Prefectura
una querella de un Buenaventura Barrera, propietario en la montaña
Derrepente, a quien le han tomado preso, y le están haciendo trabajar,
tan sólo por haber ayudado a abrir un camino que perjudica los inte-
reses de Durán. La queja la firma su esposa e hijo.
"Otras veces se presenta esta clase de querellas, y al principiar el
juicio ha desaparecido el q~erellante por cincuenta o sesenta soles que
ha recibido del hacendado.
"Los castigos corporales que aplican a los operarios, son: grilletes,
mazas, encierros en . sótanos, y algunas veces son maltratados a palos.
Los indígenas que no se quejan a la autoridad, porque dicen: que aun
cuando ésta los ampare, no siendo ella estable, en cuanto se separa del
puesto los patrones se vengan de ellos con más crueldad" 15 •
En los bienes comunitarios, el indio o el mestizo cultiva la tierra,
disfruta de los pastos que está en posesión, y la que pasa de padres
a hijos. Estas porciones de tierras comunales en las provincias de Huá-
n uco y Pachitea se llaman chacra, lote, yugada, etc.; en las de Ambo,
Dos de Mayo, Huamalíes y otras, estancia, fu.ndito y demás. No existe
en las comunidades huanuqueñas repartos. anuales de tierras entre sus
miembros, como sucede en otras regiones del Perú; sino cuando vacan
por la muerte de sus poseedores que no dejan herederos, o las entregan
a la comunidad. Ésta es la propietaria nominal, que sólo impide la venta
a terceros; aunque no se opone el traslado de la posesión, siempre que se
verifique entre comuneros. Las otras costumb.res comunitarias, como
la obligación de celebrar las fiestas religiosas, efectuar en trabajo co-
lectivo -"fagina"- las obras públicas, limpieza de caminos, acequias
de regadío, así como el régimen de las aguas, etc., se practican como
en los tiempos antiguos, como heredadas de las gentes incaicas, modifi-
cadas por la legislación y las costumbres españolas.

15 Este trato esclavista que recibieron los indígenas del valle del Huallaga (Chupa-
chos), a través de los años, los pO<Stró racial y psicológ;camente. De este estado deprimente,
escribía el propio Prefecto Delfín: "En la raza indígena, la talla es mediana, muy abyecta,
muy humillada y reconocen una superioridad en los blancos al extremo de dejarse maltratar
~ in quejarse". - Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al señor Ministro de
Gobierno, acerca de la estadística del Departamento Fluvial de Huánuco, co.rrespondiente
al año de 1873. " El Peruano", Semestre 19 , números 8 3 al 87, de 29 de mayo de 1874
y siguientles.
EN!AN CIP ACIÓN Y R EPÚBLICA 6 25

Para cuidar de los bienes y derechos de la Comunidad, existe hoy


una Junta Comunal en las reconocidas oficialmente, y sujeta a leyes
vigentes; aunque se burlan éstas por la astucia o el tradicional espíritu
caciquista o gamonalista de algunos de sus miembros.
Con arreglo a la estadística que se lleva en la Dirección General
de Asuntos Indígenas, en las provincias del Departamento de Huánuco
se hallan inscritas comunidades indígenas, en la siguiente proporción:
Huánuco: 18; Dos de Mayo: 28; Huamalíes: 9; Ambo: 24; Marañón:
3; Pachitea: 2; Sumando 84 las comunidades reconocidas oficialmente 16 •

Detengámonos en los renglones de la industria, la minería, el co-


mercio y demás, consignando algunos datos correspondientes al pasado
y presente siglo.
En 18 5 5, según Rivero y Ustáriz, el número de Haciendas del valle
de Huánuco y montañas adyacentes, pasaba de 50. En ellas se culti-
vaban artículos de panllevar, frutas, caña de azúcar y coca. "Su co-
mercio principal, dice el ilustre sabio peruano, es el de la coca, hoja muy
apreciada por los indígenas, y por la cual reciben los que la cultivan

16 Incluyendo a las reconocidas, se calcula en 100 las Comunidades de Indígenas en


el Departamento. La población de las cens:idas se estima en 98.400 habitantes.~ Los nom-
bres de ellas y su distribución por provincias y distritos: Provincia de Ambo: Distrito de
Ambo: Ayancocha, Ch:iucha, Huaylla, Salapampa. Distrito de Cayna: Cayna, Mosquín, Quío,
Utcush; Distrito de Conchamarca: Ñ:iusa. Distrito de Colpas: Coquín y anexos, Yamor, Ya.-
paz. Distrito de Huácar: Angasmarca, Añay, Cochaclünche. Distrito de San Francisro de
Mosca: San Francisco de Mosca. Distrito de San Rafael: Cochacalla, Matihuaca, San Rafael,
Santo Domingo de Rondos. - Provincia de Dos de Mayo: Distrito de Baños: Queropalca. Distrito
de Cahuac: Cahu:ic. Distrito de Chavinillo: Choras, Jacas Chico. Distrito de Chupán:
Chupán. Distrito de Jesús: Jesús. Distrito de Jivia: Jivia, Caramarca, Huarín. Distrito
de La Unión: Aguamiro, Cocbabamba, Ripan -Liri<>- Pampa. Distrito de Obas: Coclu-
marca, Cochas, Colquillas, Obas, Pampamarca. Distrito de Pachas: Pachas. Distrito de
Quivilla: Quivilla, San Funcisco de Marías. Distrito de Rondos: Cosma. Distrito de San
Miguel de Cauri: Cauri. Distrito de Shunqui: Shunqui. - Provincia de Huamalíes: Distrito
de Chavín de Pariarca: Chavín de Pariarca, Quiprán. Distrito de Jacas Grande: Cascanga,
Jacas Grande. Distrito de Jircán: Jircán. Distrito de Punchao: Chuquibamba. Distrito de
Puños: Puños. Provincia de Huánuco: Distrito de Chinchao : Acomayo, Pillao. Distrito de
Churubamba : Cascay, Tambogán. Distrito de Huánuco: Huancapall ac. D istrito de Margos:
Margos, Yacus. Distrit o de Quichki: San Ped ro de Caru, Pampas. Distrito de San Francisco
de Cairán: Cairán . Distrito de Santa Mar í a del Valle: Santa María del Valle, Malconga,
Quera, Santiago de Llac-On, Paohabamba. Distrito de Ch:iulán: Chaulán. Distrito de Yarumayo:
Chullay, Yarumayo. Provincia de Mara1íón : Dist rito de Huacaybamba: Pirushto. Distrito de
San Buenaventura: San Buenaventura o Ninabamba. D istrito de Pinra: Canch abamba. Pro-
v in'Cia de Pachitea: Distrito de Chaglla: Ch ag lla. Distr it o de Umari: San Marcos.
626 HISTORIA DE HUÁNUCO

grandes cantidades al año. Se consumen en la provincia del Cerro el


huarapo, ron, chancacas y frutas procedentes de ella que dejan por lo
menos, según cálculo, de 20 a 2 5 mil pesos al año. Se han exportado
muchos quintales de la cascarilla que se creía ser la calisaya" 17 •
"En la provincia de Huamalíes, continúa el propio escritor, se pro-
duce la coca, el café, la vainilla, la cascarilla calisaya y el trigo, que es
de mucho aprecio."
Trasladamos las importantes noticias que, sobre el particular, escribió
en 1874, el ya nombrado Prefecto Ruperto Delfín.
"Industria. - La indutria está reducida a la extracción de aguar-
diente, chancaca y azúcar que se hace de la caña; el de la coca, café,
cereales, etc.
"La cría de ganado lanar y vacuno que constituye la principal ri-
queza de las provincias "Dos de Mayo" y Huamalíes; la elaboración
de algunas minas y las manufacturas de lana, cuyos bastos paños se
designan con los nombres de jerga, cordellate, bayeta; los ponchos,
paños, servilletas, etc., tejidos de merino, vicuña, lana del país y algodón;
industria que se halla en la infancia.
"A distancia de una legua de Huánuco, en el sitio de 'Jatun Rumi',
vive la señora doña Valentina Silva, que se ha dedicado en muy pe-
queña escala a la cría de gusanos de seda, de la que ha hecho varias
piezas, como ponchos, bufandas, sobrecamas, etc. Los tintes los da con
mucha perfección, y puede rivalizar con los de Europa. Decae en su
industria por falta de protección.
"Los tintes más usados de los indígenas del país son el azul de añil,
que lo dan con alguna perfección en sus tejidos de bayeta que trabajan
a mano.

"En todo el departamento, principalmente en las orillas del Hua-


llaga, hay algunos molinos de trigo movidos por el agua; entre todos ellos
el mejor y de maquinaria centrífuga, es el del señor Sara, que tiene tres
piedras montadas al sistema moderno, con una rueda horizontal y con
las poleas convenientes: hay que notar que en ningún molino se cierne,
operación que hacen a mano los dueños del trigo, porque creen que les
es más ventajoso.
"Cuando más, dos hombres son los únicos que dirigen la molienda.
Cada costal de trigo, que tendrá aproximadamente 6 arrobas, vale
de molienda 60 centavos.

1i Cokcción de Ml'lnori"s Científicas, Agrícolas e Industrial fs, etc., cit., p. 188.


EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 627

"Comercio. - El comercio de este Departamento está reducido a


los géneros extranjeros, comestibles y licores que se introducen para el
consumo interior, y de él se extraen la coca en gran catidad para el
que se consume en las Provincias, abastece el Cerro de Paseo; el café
riquísimo que se lleva hasta la capital y la chancaca y frutas en peque-
ñas cantidades: la extracción de ganado vacuno y lanar que es el objeto
bastante activo de las dos Provincias frígidas con la Costa y el interior y
de los frutos que respectivamente producen ambas que se consumen
recíprocamente.
"Las emigraciones de los habitantes a la Costa después de adquirir
alguna riqueza son constantemente y lo dice la cifra de la población.
"La cochinilla se recoge sin ningún cultivo, pues no cuidan el nopal
que va desapareciendo y que no es de buena calidad. Se puede calcular
en 20 quintales anuales que se exporta.
"La manteca de chancho es la más usada en la comida, se vende
a seis reales la libra y el sebo para velas y otros objetos a S/. 6.50 cen-
tavos la arroba.
"Se hace poco uso en el alumbrado por haberse generalizado la es-
tearina, que vale 5O centavos paquete, y el "Kerosene" que se vende a
dos soles galón.
Los establecimientos de trapos son quince; de ellos cinco son ex-
t r anjeros relacionados en el país cuyo capital no bajará de 30,000 soles
cada uno, y las utilidades que puede rendirles en el año, será de 2 5 O
a 3 00 soles.
"Los de bodega son 17; de ellos girarán con 1 O a 12 mil soles; los
demás son muy pequeños en capital.
" La importación anual en mercaderías extranjeras asciende a 300
mil soles, y la exportación de los frutos del país, como coca, aguar-
diente , café, etc., pasa de 600 mil soles.
rrv alor de los productos que se expenden a otros departamentos.
Coca . . . . . . .. .. · · · · ·· ·· la libra . . .. si. 8,00
Café .. . . . . . . . . . . . . ... . arro ba .. ,, 0,40
Aguard ien t e de caña . . . . .. .. arrob a . . . . .. . . ,, 5,80
Huarapo . . . . . . . . . . . . . ... · · ar roba . . . . . . .. ,, 2,40
Palillo de la montaña . . . . .. .. .. .. .. botija de 4 arr ob as 1,60
Incienso . . . . . . arroba . . . . .. . . ,, 7 ,20

" La exportación de Lima a esta ciudad se hace en recuas de mulas


qu e se cargan 1 O arrobas, siendo cuatro las que hacen los viajes perió-
dicos en el tiempo de seca, cada una de ellas con 50 a 60 mulas; el flete
es de 29 soles por carga y de 16 con retorno.
628 HISTORIA DE HUÁNUCO

"Los hacendados y los hijos del país, despachan en bestias la coca


que cosechan, calculándose en 5 00 las bestias que hacen ese tráfico.
«Se exporta el aguardiente al Cerro de Paseo, 100,000 arrobas al
año a dos soles cuarenta centavos.
«Jdem la coca al mismo, y que se extrae de las montañas de la pro-
vincia de Huánuco, no baja de 50,000 arrobas que a 8 soles, importan
400,000 soles, sin contar como 10,000 arrobas que se exportan de las
montañas de las provincias de Huamalíes y Dos de Mayo.
"El café que se exporta al año para Lima y otros puntos, son 250
cargas a 5 soles ochenta centavos arroba.
"El número de haciendas de caña son 65.
"Idem de pan llevar 28.
"En pedacitos de terrenos de particulares, sembrados de caña, se
calcula en 2,000 fanegadas.
"El valor del terreno es imaginario: sembrado de caña, y si tiene
2,000 varas cuadradas, vale (20,000 soles). Sin cultivo, es conven-
cional.
«El valor de las fincas, que no pertenecen al Colegio no llegará a
300,000 soles en la provincia del Cercado; en las del Dos de Mayo y
Huamalíes, son estancias con muy poco ganado, por ser los pastos malos;
en ambas provincias el ganado vacuno no llegará a 10,000 cabezas y el
lanar no pasará de 15 ,000.
«Las chacras y huertas de la Provincia del Cercado, son más de 4,000
y el Apoderado Fiscal que actuó la última matrícula del año de 1869,
hizo un mal al Fisco suprimiendo en la matrícula por lo menos una
tercera parte" 18•
En el renglón minero, a mediados del siglo XIX, se trabajó, en pe-
queña escala, las minas de plata de la provincia ·de Huánuco, como las
de Rondoní, en el distrito de Huácar y otras.

l8 Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al Ministro de Gobierno, etc., cit.
En este mismo documento, Delfín da unos datos sobre la coca. "La coca es la producción
más valiosa de la montaña; da cuatro cosec.has al año, 'Y el rendimiento produce dos veces loi;
g¡astos de cultivo. Se vende a 7 y 1 O pesos arroba, y su cultivo importa a lo más 2 pesos. -
El modo como los hacendados forman sus cocal'es, es por medio de mejoreros (en la costa
yanaconas), quienes disfrutan la primera cosecha y luego los venden al dueño, cuyo traspaso
suele importar 600 a 700 pesos. - Cada cocal empieza a producir desde los cuatro a cinco
años. - La coca se cosecha cada tries meses, y su producción es valiosísima. Es arbusto que
no se siembra más que una vez, y cada año el rendimiento es mayor. - La coca tiene un ene-
migo mortal que es una hormiga que llaman "Utaca", que aparece de repente en medio del
sembrío por millones, y concluye con hojas y retoños; no hay remedio posible para ahuyen-
tarlos. ~ Cuando se recoje la hoja de la coca, se deposita 'en un sótano debajo de la r ~•a. v
se conserva allí hasta que haya un rato de sol y entonces se sac.i a secar; si por casualidad le
cae el aguacero (le toca humedad), se pierde completamente la cosecha."
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 629
Por ley de 23 de octubre de 1827, el Congreso otorgó la explotación
del "Pozo del río Chuquibamba", Huamalíes, a don Samuel Funhk y
Guillermo Role Barrow, quienes se comprometieron a instalar máquinas
para la extracción de las pepitas de oro de dicho río t19 , En 1874 y 1875,
los ingenieros Malnowky y Durand establecieron, en la jurisdicción de
la provincia de Huánuco, altos hornos para el beneficio de metales.
El ya nombrado Apoderado Fiscal de Huamalíes don José Benjamín,
en su Informe de 18 52, noticia del traba jo de las minas de H uallanca
y Queropalca, de plata. y azogue, que se exportaban al Cerro de Paseo.
Se beneficiaba también los lavaderos de oro de Chuquibamba por el
Coronel don Julio Montes 20 •
En los primeros lustros del presente siglo ( 1912-1914 establecióse »
en Quivilla, la "Marañón River Placers Inc.", para la extracción del oro
del río Marañón; la que quebró, provocando un trágico affaire. Hoy
se trabajan, aunque en pequeña escala, las minas de antimonio, de Ya-
nas; las de plomo y plata, de Raura; plomo y plata, de Huallanca;
cobre, entre Pallanchacra, y San Rafael, donde existe una planta con-
centradora; y se extrae petróleo en las selvas de Aguas Calientes. En
Yanas se instaló, el año de 19 53, una concentradora de antimonio de
la empresa minera "El Tingo", de los señores Cardich e hijos; hecho
que marca una nueva etapa en la minería de la región de Dos de Mayo 21 •
El estado actual de la agricultura, ganadería e industria en el De-
partamento de Huánuco, puede verse de las estadísticas de producción
y consumo, que revelan un crecimiento moderado en todos sus ren-
rn Colección de Leyes, Deciretos y órdenes publicados en el Perú, etc. por M. S. DB
QuIRoz, T. JI, p. 491. - Sobre la extracción de oro de los lavaderos de la provincia de Huá-
nuco, el Prefecto Delfín, da el siguiente dato,: "En el Cerro San Matías situado a un costado del
Mairo, el alemán Smitt en cuatro meses que se estacionó allí, sacó de ese lavadero 27 libras de
oro que son cuatrocientas treinta y dos onzas a 16 soles, impo1rta la suma de 6,912 soles, suma
fabulosa en tan poco tiempo; aunque demasiado caro por lo expuesto que vivía con las fieras
abundantes de ese lugar. C. Smitt, regresó a su país en agosto del 72. Memo.ria, etc., cit.
20 Informe que presenta al Supremo Gobierno el Apoderado Fiscal de la provincia de
Huamalíes José María Benjamín, 20 de diciembre de 18 52. - Por su parte, el Subprefecto de
Dos de Mayo, Coronel José ~Ballesteros, en el Informe que elevó al Ministro de Gobierno, en
1873', respecto a la minería de dicha provincia, decía: "La Minería puede considerarse como
Ja industria más importante de la provincia; ... que sólo los minerales de Queropalca y
Huallanca se hallan en continua explotación, remitiéndoise a Europa de 400 a 500 sacos de
metal de ley de 120,400 hasta 800 marcos por cajón de 60 qqs . . . . pero toca con los m-
convenientes ... que hace muy caro el flete de mula, y por lo tanto escasas también las
mulas, debido al mal estado de los caminos." ("'El Peruano", Lima, 2 9 Semestre, N 9 12, 14,
de julio de 1874.)
21 Damo\5 el valor y el kilaje de la producción minera en Huánuco. Producción Mi-
11era: S. 6'627,576. - Antimonio: Kls. 218,142; S. 2'159,603. Cobre: T. M. 101;
S. 1'290,780. Oro: grs. 466; S. 10,163. Plata: Kls. 766; S. 407,098. Plomo: T. M. l·,,
S. 2,404. Cinc: T. M. l; S. 1'907,307. (Estadística del año 1954.)
630 HISTORIA DE HUÁNUCO

glones 22 • Pero las plantas más cultivadas, por las industrias que derivan
y el rendimiento económico que producen, son: la caña de azúcar, la
coca y el café 23 •

Los gobiernos de mediados del siglo XIX, iniciaron la colonización


de nuestras selvas y la apertura de las vías fluviales del Amazonas.
A mérito de que, en 1841, el Prefecto de las Misiones del Ucayali
Fray M~nuel Plaza que, en compañía de Juan Cimini, había explorado

22 He aquí en cifras correspondientes al año de 1954, el área cultivada, producción


agrícola, ganadera, industrial y consumo. Área cultivada: 5 0,3 81 Has. Producción alimenticia
e industrial: 142,572 T. M. - Producción agrícola: Algodón (rama) 257 T. M.; Arroz (cás-
cara) 305 T. M.; Camote 480 T. M.; Cebada 2,368. Maíz 878 T. M.; Frijol 9,216 T . M.;
Oca-olluco-machua 3,320 T. M.; Papa 48,340 T. M.; Quinua-cañihua 36 T. M.; Tab1co
126 T. M.; Té 303 T. M:; Trigo 4,595 T. M.; Yuca 91,130 T . M.; Cultivos varios
61,000. - Provincias por monto de producción y zonas de cultivo. PapH, cebada, trigo: Dos
de Mayo, Ambo, Huamalíes, Huánuco1, Pachitea, Marañón. Maíz: Pachitéa, Huánuco, Ambo,
Huamalíes, Dos de Mayo, Marañón, Leoncio Prado. Algodón: Huánu'.:o, Pachitea, Pozuzo,
Ambo. Arroz: Pozuzo (cuatro cosechas al año). Tabaco: Tingo María. Té: Huánuco, Tingo
María, Chiguangala, Derrepente (Hdas. Pampayacu, Pati, Exito, 12 cosechas al año). - Ga-
nados: (existencia): Vacunos 100,000 cabezas. - Ovinos 205,000. - Porcinos 187,000. -
.Caprinos 13,100. - Equinos 15,000. - Auquénidos (incluyendo Híbridos) 3'000,100; Aves
_15,000. - Distribución de ganados, por provincias: Huánuco: Vacunos 7,000; Ambo: 12,000;
Dos de Mayo: 26,000; Huamalíes: 18,000; Pachitea: 8,000; Marañón: 9,000. Lanares: Huá-
nuco: 20,000; Ambo: 30,000; Dos de Mayo: 60,000; Huamalíes: 40,000; Pachitea: 6,000;
Marañón: 15,000. Caprino: Huánuco: 4,000; Ambo: 2,600; Dos de Mayo.: 3,000; Huamalíes:
2,000; Pachitea: 500; Marañón: 1,000. Porcinos: Huánuco: 18,000; Ambo: 25,000; Dos de
Mayo: 40,000; Huamalíes: 25,000; Pachitca: 40,000; Marañón: 15,000. Equinos: Hu:ínuco:
1,500; Ambo: 3,500; Dos de Mayo: 4,000; Huamalíes: 3,000; Pachitea: 1,500; Marañón:
2,500. Auquénidos: Ambo: 3,000. Aves: Huánuco: 70,000; Ambo: 20,000; Dc.s de Ma yo :
30,000; Huamalíes: 30,000; Pachitea: 80,000; Marañón: 40,000 (Distribución Estadística de
1953, calculada). - Consumos: Carnes beneficiadas: Vacunos: 4,867; ovinos : 5,855; porcinos:
2,296; caprinos: 1 ,05 1 cabezas. - Fósforos: 2'966,900.- cajitas; ron de quemar, litros 26,853.
- Naipes: casino 2,961; 1español 220; sal doméstica l '702,681 kilos, indusuial 34,481 kilos. -
La riqueza del Departamento en soles oro, se estima así: Agricultura, 112 '8 30,000; ganadería,
S. 139'095,000; y minería, S. 10'641,000.
23 En el valle de Huánuco y en las montañas de Chinchao, D~rrepente, Chiaguangala
y Jaupar, existen 97 ,haciendas, de todo tipo, productoras de caña de azúcar, coca, café, ma-
deras y frutas. Los fundos productores de caña y alcohol de caña, llegan a 60; distribuí dos
así: Sector Huánuco 40; Sector Monzón 13; Sector Tingo Maria 7. Fundos chancaqueros:
Sector Huánuco: Vichaycoto (Elaborac. Azúcar); Sector Monzón: 5 haciendas; Sector Tingo
María: 2 haciendas. Hectáreas cultivadas por provincias (aproximado): 1,500. Hu:ínuco 912;
Ambo 270; Leoncio Prado 136; Huamalíes 465; Marañón 22; Pachitea 5. Producción de
aguardiente (shacta) año 1953: 1'905,761.684 Lts. Precio (1953): arroba (12.5 ltrs. ) S. 43.
Imput. S. 19.25. - Coca: fundos inscriptos hasta el 31 de diciembre de 1956: 3,743. Hec-
táreas cultivadas: 4,271,674. Producci·Ón anual en kilos: 1'818,728,433. (Memoria del Es-
tanco de la Coca). - Café: 521 T. M. Áreas de cultivo: Pczuzo, Chinchao, Acomayo, Tingo
María, Pachitea, Tulumayo.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 631

el río Pachitea y afluentes, y restablecido el pueblo de Pozuzo y des-


cubierto un camino corto entre el Pozuzo y Paseo; el Presidente Castilla
dió el Decreto de 2 5 de enero de 184 5, protegiendo las misiones del
Ucayali. El propio Castilla promulgó la ley del Congreso de 24 de
mayo de 1845, auspiciando las Misiones del Ucayali, botando 3,000
pesos mensuales para la apertura del camino de Paseo a Pozuzo y de
éste al puerto del Mairo, y declarando a los indígenas peruanos y a los
extranjeros, propietarios de las tierras después de 20 años de posesión
efectiva. También Castilla dió la ley de inmigración de 1847, abonando
una prima de 3 O pesos por inmigrante introducido para trabajos agrí-
colas, en cualquier zona del país !! 4 •
Alentados por las antedichas.leyes, como por la propaganda que los
representantes del Perú realizaron en Europa, se alistaron allá la venida
de grupos de inmigrantes de diversas nacionalidades.
El Barón alemán Damián Schultz Cosme contrató con el Gobierno
peruano la traída de 13.000 alemanes, en 1853, y otros 10.000, en 1855.
El 27 de mayo de 18 5 5 se embarcó, en Amberes, la primera partida for-
mada por 100 alemanes y 202 tiroleses, con destino a las montañas
de Panao y Pozuzo. Desembarcando en Huacho, continuaron viaje
a Muña -Panao- donde llegaron en setiembre del mismo año, y
permanecieron hasta 18 59. El 2 de julio de este año, partieron rumbo
al Pozuzo, donde arribaron en número de 210 entre hombres, mujeres
y niños; repartiéndose luego las tierras a lo largo del valle que forrr:ia
el río de aquel nombre.
En octubre de 18 5 8 llegó una segunda expedición de 2 50 personas
de toda edad, conducidos por Martín y Scotlan. Pero compuesta ella
con gentes procedentes de los presidios, perturbaron la tranquilidad
de esas regiones y de los otros inmigrantes trabajadores y honrados;
por lo que tuvo que expulsárseles. Algunos de éstos, se trasladaron
a las ciudades de Huánuco y Cerro, donde quedan hoy sus descendientes.
Si bien el primer lote fué de gentes modestas, laboriosas y de reli-
gién católica, sufrieron las inclemencias del clima tropical -el palu-
dismo, en especial- hasta degenerar su vitalidad racial. La insalu-
bridad del clima y la falta de comunicaciones, hizo que, en 1890, una
parte de ellas marcharan a instalarse en Oxapampa, donde les fué
más propicio. De otro lado, su orgullo racial hizo que se mezclaran

24 En 18 34 los ingleses Guillermo Smith y Federico Lower, a quienes acompañó el lng.


peruano Pedro Beltrán, habían explorado ya el Ucayali y el Pachitea; así como el Huallaga
había sido estudiado pcr el Botánico Andrés Matheu. El Obisp o José Arriaga exploró, en 1842,
el río Sarayacu.
63 2 H IST ORIA DE HUÁNUCO

entre familiares, agregándose este hecho a su estacionamiento. Apenas


en los presentes años, sus descendientes se unen con mestizos e indios
de Pachitea. Empero, en 1886 ya existían 106 casitas con 543 pobla-
dores, de éstos 287 hombres y 256 mujeres. Hoy viven en Pozuzo
cerca de 3 00 habitantes que continúan hablando dialecto tirolés 25 •
El relativo fracaso de este grupo inmigratorio, debióse al haberlos
establecido en zona selvática y malsana --el valle del río Pozuzo es
palúdico- a gentes habituadas a climas fríos de Europa; y dejados
a su propia suerte, faltos de medios de comunicación y de ayuda del
Estado. Ello nos dice, claramente, de la ignorancia de los hombres
que gobernaron el país; y cuya conduct_a significó un definitivo des-
prestigio de nuestra política inmigratoria.
Antes y después de 1850, arribaron también europeos a Huánuco:
ingleses, italianos, yugoeslavos, húngaros, franceses e irlandeses. Des-
plazados de la costa, se radicaron en la ciudad con trabajos mecánicos
o pequeños negocios y se mezclaron con los hijos de ella. Otros se
internaron a los centros mineros -Chaulán, Huallanca, Queropalca,
Chuquibamba- y procrearon con mestizas e indias. Hoy sus descen-
dientes, cuyos apelativos los distingue de los españoles, y que ignoran
por qué caminos llegaron sus antecesores, forman respetables y hasta
"aristocráticas como encumbradas" familias huanuqueñas.
Con la manumisión de los esclavos, decretada por Castilla en 18 54,
llegaron al Perú «cargamentos de colíes", que vinieron a reemplazar
a los negros libertos de las haciendas y de las faenas del campo. (Mu-
chos de estos negros libertos se establecieron en la ciudad, procreando
con las indias a los «zambos" republicanos.) El primer lote de estos
«colonos chinos" procedente de Cantón, ingresó en 1849, importa-
do por don Domingo Elías; y desde entonces no ha cesado el arribo
de asiáticos al Perú, y, por ende, a Huánucd. En 1873 existían ya
en la ciudad y haciendas vecinas, 46 chinos libres. De éstos, algunos
instalaron reducidos negocios: «chinganitas", tambos y fondas. En
189 5 tenían ya negocios florecientes, que fueron saqueados por los
indios sublevados que eran sus mejores clientes, como vimos anterior-
mente. Hoy son propietarios de establecimientos comerciales y de ha-
ciendas en la selva. Uno que otro de estos chinos, desde que arribaron
a la ciudad en la que se aclimataron por su suelo semi-tropical, toma-
ron, p ara convivir, a indias y mestizas de humilde condición, dando

25 Monseñor BERROA: Monografía Eclesiástica de la Diócesis de Huá1111co y Junín,


p. 198.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 633

origen a los injertos o chino-cholos: de ojos rasgados y con apelativos


españoles, tomados de sus antiguos patrones o "padrinos": Sánchez,
Castillo, Fernández, Caballero, etc. (Muchos de estos injertos, al igual
que los zambos, odian instintivamente al indio y al mestizo indo-espa-
ñol; parodiando la frase del Virrey Marqués de Montesclaros, podemos
decir: son rayo y su cuchillo. Y estos mismos descendientes de chi-
nos, que no pudieron retornar a su país -pues éste fué el método que
optó la generalidad-; estos injertos, repetimos, son los que, a veces,
vociferan su "auténtica huanuqueñidad", en agravio de Huánuco y de
su historia.)
Aunque la inmigración japonesa comenzó en el Perú en 1897,
llegaron a Huánuco todavía en 1914, poco más o menos. Desde tales
años su número va creciendo; sin producirse el cruce con peruanos 26 •
En 1846, la población de la provincia de Huánuco ascendía a
20.000 habitantes de ambos sexos; y la de Huamalíes a 26.229, entre
mujeres y hombres 27 •
En la Memoria del Prefecto Delfín (1874), se consigna:
"Población.-Blancos: 25.500; Indios: 55.245; Negros: 65. To-
tal: 80.810. Entre los blancos se cuentan 240 alemanes del Pozuzo,
6 franceses, 2 ingleses y 14 italianos y de otras naciones, y 46 chinos
libres. - La provincia del Cercado tiene 3 6. 518; la de Dos de Mayo,
22.000 y la de Huamalíes, 22.125 28 •

26 El Mestizaje en Huánuco, por José Varallanos. "La Crónica", Lima, 28 de julio de


19 39. (Presencia del negro, injerto de razas cosmopolitas, el flujo chino-japonés.)
27 RIVERo Y UsTÁRIZ: Colección de Memorias Científicas, Agrícolas, Industdales, etc.
cit., p. 187.
28 Memoria que presenta el Prefecto Ruperto Delfín al señor Ministro de Gobierno,
acerca de la estadística del Departamento Fluvial de Huánuco, correspondiente al año de
1873. ("El Peruano", ler. Semestre, Nros. 83-87, Lima, 29 de mayo de 1874).-Este mismo
Prefecto Delfín, en su citada Memoria, consigna datos relativos a la ciudad de Huánuco por
el año 1873, y los que podrán, acaso, ser utilizados por un minucioso urgador de su pasado.
"El número de boticas son dos, mal administradas por no tener el título de farmacéuticos los
que las administran. '-- La plaza del mercado está situada en la plazuela de Santo Domingo,
el techo es de paja sobre troncos de sauce, en muy mal estado y próxima a desplomarse. -
La Municipalidad está por fabricar otra plaza de abastos en la Plazuela de la Merced. No se
pagan los asientos. - Los víveres no son del todo caros, la carne se vende a dos libras por
diez centavos, las papas dos libras por cinco centavos, la manteca sesenta centavos la libra, las
legumbres y hortalizas son baratas. - Existe una casa de correos que recibe de la capital de
Lima y de Cerro de Paseo dos correos semanales. En la provincia del Dos de Mayo hay una
receptoría y en la de Huamalíes otra, que reciben comunicaciones cada semana. En el Pozuzo
hay otra receptoría que recibe cada 15 días un correo. - En la remesa del correo al Cerro 'Y
Lima, los postillones hacen el servicio montados; la que se remite a las provincias, se hace a
pie por los postillones. - El número de cartas que ha ingresado y las que han exportado se
manifiestan en el estado de correos. - Hay un hotel u hospedaje mal servido con una mesa
de billar que frecuentan rara vez los vecinos. Los huéspedes que residen en este hotel cada
634 BISTORJA DE HUÁNUCO

El Censo del año 1875, dió:

Departamento de Huánuco 78.85 6


Provincia de Huánuco . . . . 34.452

Provincia de Huamalíes .. 27.589


Provincia de Dos de Mayo 22.8 l 5
Ciudad de Huánuco .. 1 o.717
Capital de Huamalíes, Llata . . . . 2.300
Capital de Dos de Ma'Yo, La Unión 1.297

En el Censo de 1940, aparecen las siguientes cifras de población


clasificada:
Departamentos Total Blan. y mestiza India Negra Amarilla No declarada
Provincias; 234.024 21.188 148.534 43 204 94
Hu:ínuco 57.704 27.615 39.888 28 160 13
Ambo 50.015 15.866 14.12 8 19
Dos de Mayo 60.888 18 .3 63 42.483 7 35
Huamalíes 33.849 13.945 19.877 19 3
Marañón 2 0.23 5 5.944 17.753 6 15
Pachitea 21.2 3 3 3 .45 5 14.375 16 9 '.?!)

:.:. ::· :.:.

Consignamos, finalmente, algunos hechos que, en una u otra forma,


señalaron hitos en el progreso del departamento y constituyen ren-
glones de su historia.
En 18 5 5, visitó las actuales provincias de Dos de Mayo y Hua-
malíes, el científico don Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz, como
Prefecto de Junín, cuya capital era Huánuco. De este viaje ha dejado
valiosos apuntes para el conocimiento de la minería, geología, agri-
cultura y demás, recogidos en su libro Colección de Memorias Cien-
tíficas, Agrícolas e Industriales.

año llegarán a cienro, pagando por estipendio cuarenta centavos diarics. Hay también dos
fonditas de chinos muy favorables para los pasajeros; los platos son caros en relación con lo
que cuestan los víveres en la plaza del mercado. - Hay una Sociedad de Beneficencia, que
marcha regular con sus juntas ordinarias. Las rentas se determinan en el cuadro respectivo. -
La medida de capacidad que se usa en todo el departamento para granos, etc., es de "ollas":
se llena una olla de barro que puede contener una arroba de cualquier grano y por ella se pide
el valor. La medida de peso es la romana y balanza española, por quintales, arrcbas y libras,
y la de líquidos por botellas. El sistema decimal es desconocido."
29 J3oletín de Estadística Pernana. ler. Semestre 1955. - Ver en este lib ro: Primera
Parte: Aspecto Geográfico Toponímico, Capt. I, neta 15. - Conforme a los cálculos del
Boletín de Estadística Peruana, del año 19 5 5, la ciudad de Huánuco cuenta con una población
de 20.000 habitantes; La Unión, 2.300; Ambo, 2.000; Llacta, 2.500; Tingo María, 2.500;
Huacrachuco, 3 .000 y Panao, 1.3 00 habitantes.
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 635

En 18 57, el sabio naturalista don Antonio Ra ymondi recorrió el


departamento, estudiando sus ríos, constitución geológica, flora, fauna
y demás. De estos viajes quedan varios trabajos, algunos de los que
han aparecido en El Perú, uno de los libros escritos por tan renombrado
autor.
Desde antes de mediados del siglo XIX, se realizaron expediciones
para el estudio de la «mejor vía de comunicación" entre el Pacífico
y el Atlántico por el río Amazonas, y zonas más apropiadas para la
colonización de nuestras selvas. Huánuco fué el punto de partida de
casi todas estas expediciones, y cuyos hijos contribuyeron, directa-
mente, en dichas empresas.
Con el fin de encontrar una ruta más propicia para internarse a
la selva, se trabajó el camino de herradura que partiendó de Huánuco
y luego de 40 leguas de recorrido, llegaba al pueblo de Mayro, a orillas
del río de su nombre; obra que se realizó con fondos públicos, bajo
el gobierno del General Castilla ( 1848-49), y con la· patriótica dili-
gencia del Prefecto don Antonio San Miguel. Gracias a esta vía se
convirtió el Mayro en puerto de ingreso al Ucayali y Amazonas. En
efecto, en 1866 se estableció la navegación a vapor en los ríos Ucayali
y Pachitea. Pues, el 2 de enero de 1867 ancló en la bahía del río Mayro,
afluente del Pachitea, la expedición naval constituída por los vapores
«Morona", «N apo" y «Putumayo" al mando del Prefecto de Loreto
don Benito Arana, quien había salido de !quitos el 17 de Noviembre
del año anterior, cruzando el Amazonas, Ucayali, Pachitea, Palcazu
y Mayro, fundando Puerto Prado. (Arana pasó por Huápuco y fué
acompañado por el Prefecto Ruperto Delfín, hasta Tingo María.)
En 18 51 -julio-agosto- el marino W. S. Lewis Herndon, compo-
nente con Lardner Gibbon de la Misión que envió el Departamento de
Marina de EE.UU. para estudiar la ruta del Amazonas; visitó Huánuco
y las montañas de Tingo María, cuyas impresiones de viaje y el elogio
de la ciudad y valle están en el libro Explorafion of the Valley of the
Amazon. (Gibbon, en compañía del peruano Manuel Fuentes e Ijurra,
siguió por otra ruta, para salir ambos por Pará.)
Por 1868, se organizó, en Lima, la "Comisión Hidrográfica de]
Amazonas", bajo la dirección del almirante norteamericano Juan R.
Tuckers; y la misma que exploró los ríos Huallaga, Pachitea y otros.
(En esta expedición, se enganchó el entonces adolescente Leoncio
Prado.)
En 18 67 fueron muertos por los indios cashivos, que habitaban las
márgenes del río Pachitea, los exploradores W est y Santiago Támara.
636 HISTORIA DE HUÁNUCO

Para colonizarlas, el Gobierno ha concedido 15 .000 hectáreas de


tierras de selva, en las márgenes izquierda del río Anda y derecha del
río Huallaga -provincia Leoncio Prado- a la Sociedad Por Accio-
nes !talo-Peruana Agrícola Industrial, SAIPAI; (R.S. N 9 1019, de
12 de Diciembre de 1947 y N" 139, de 12 de Abril de 1951). Para
idéntico fin de icolonización y apertura de una V'Ía carretera, el
Estado peruano ha otorgado concesión de 400.000 hectáreas de selva
a la Corporación Norteamericana «Le Torneau del Perú Inc."; (R.S.
de 3 de Diciembre de 1953). Estas 400.000 hectáreas se ubican entre
los kilómetros 25 y 35 de la Carretera Tingo María-Pucallpa, región
de Aguas Calientes, Pachitea -zona petrolífera-; y cuyas condi-
ciones estipuladas no las ha cumplido, hasta hoy, dicha compañía.
Los ingenieros Pakes, Manning y Marzo estudiaron, en 18 89, la
ruta que parte de Coyllarisquisga, continúa por la quebrada del río
Huertas, Huánuco, Pozuzo, Mayro y Puerto Victoria, en el río Pachitea.
El peruano Enrico Sthal exploró también la región del Mayro y Puerto
Victoria, en 1897. La comisión enviada por el Ministro Balta, 1905,
no pasó del río Tulumayo. En 1906, el Gobierno armó una expedición
con los ingenieros suecos Gustavo Forselius y Cur Schenestrom y el
peruano Juan M. Torres Balcázar; la que, dejando Huánuco el 17 de
marzo, con 20 cargueros, recorrió el Tulumayo y el Pachitea, saliendo
por el Mayro a Huánuco y Lima. En agosto de 1909, partió de
Huánuco la comisión del ingeniero R. M. Brown y C. B. Fleming,
C. P. Hoffman y S. C. Mac Cune, acompañados por los pioneros
huanuqueños Augurio Meza y Domingo Fernández. Esta expedición
llegó hasta Pucallpa y el'Mayro, con éxito 30 •
De los estudios realizados en pro de la construcción de un camino
férreo o carretero de Lima al Ucayali, la mayoría opinó por la con-

30 Entre los hijos de Huánuco, o residentes en su territorio, que se esforzaron para ganar
la selva a nuestra economía e incorporar la Amazonía al ¿ominio peruano, merecen ser nom-
brados, entre otros, don Cipriano Meza, Sebastián Martins (portugués), Antonio San Miguel,
J. M. Ruiz. Cabe también nombrar a los que, desde la tribuna parlamentaria o del perió-
dico, defendieron la factibilidad y necesidad de la ruta Huánuco-Tingo María-Pucallpa.
Cuando durante el Gobierno de Pardo, 1912, se trató en el Senado de la Construcción de un
Ferrocarril al Ucayali, el entonces Senador don Juan E. Durand, sostuvo que tal vía debía
pasar por el valle y ciudad de Huánuco. Se debió también a los esfuerzos de este político, la
dación de la ley que mandaba practicar estudios para dicho ferrocarril; habiéndose realizado
en virtud de ella, trabajos preliminares por los ya nombrados Ings. Forcelius, Mac Cune y
otros. Idéntica actitud de defender la ruta Huánuco-Pucallpa, tomó el Representante Cons-
tituyente por Huánuco Dr. Saturnino Vara Cadillo, en el Congreso Constituyem:e de 1931, al
debatirse la Ley que manda construir dicha carretera; fundándose en !os estudios de Sobre-
viela y demás. - Contribuyeron igualmente a tal fin, el lng. Pedro T. Figueroa Villamil
y el Presbítero don Noé M. Castillo. (J. E. Durand: "El Ferrocarril al Oriente por la an-
EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA 637

veniencia de la ruta del río Huallaga; lo que culminó con la dación


de la Ley NQ 7673, de 17 de Enero de 1933, que dispone la renta
de los "Fondos Pro-Defensa Nacional se emplee en la construcción del
camino carretero de Huánuco a Pucallpa", vía que tendría 6 metros
de ancho, siendo un tramo de la Vía Interoceánica del Pacífico al
Atlántico por el río Ucayali al Amazonas.
Esta carretera es la que, actualmente, partiendo del Callao, atraviesa
los Andes en la cumbre de Ticlio, pasa por las ciudades de La Oroya,
Cerro de Paseo, Ambo, Huánuco, Tingo María y llega al puerto de
Pucallpa, sobre el río Ucayali; después de cruzar la Cordillera Orien-
tal por el Boquerón del Padre Abad, de 2 millas de largo, descubierto
en 1757 y redescubierto en 1937, y que comunica la margen del río
Huallaga con la del Ucayali 31 •
Unos renglones sobre los tramos de Cerro-Huánuco, Huánuco-
Tingo María y los ramales que parten de la ciudad de Huánuco a
sus provincias y pueblos.
Dictada la Ley Vial de 11 de Mayo de 1920, comenzaron a abrirse
las carreteras por acción colectiva. La del Cerro a Huánuco, fué cons-
truída por las juntas viales de ambas provincias y el empeño del
Gobierno. Pero fueron sus principales impulsores, entre otros, el señor
Víctor Priano, que, en 1917, por iniciativa particular comenzó el
trabajo de una carretera de Cerro de Paseo a La Quinua, que encendió
el entusiasmo para que continuara dicha vía a Huánuco. El tramo
Cerro-Huánuco, fué entregado al tráfico el año 1926. La Junta Vial
de Huánuco construyó los tramos de Santa María del Valle y Puente
Rancho, con un total de 13 kilómetros, que fué abierto al tráfico en
1927. De Puente Rancho prosiguió a Puente Carpish, 27 km.; y, de
este punto, bajo el Gobierno de Benavides, la carretera llegó hasta
Tingo María, 220 km., siendo el Jefe de los trabajos el ingeniero don
Alberto Ticona. De Tingo María continuaron los trabajos hasta Pu-
callpa, gracias al empeño del Director de Caminos ingeniero Federico
Basadre, que alentó particularmente el descubrimiento del Boquerón

tigua vía Sobreviela". Conferencia dada en la Cámara de Agricultura de Huánuco. "El


Comercio", Lima, Edc. de la m:1ñn., 23 de febrero de 1912, p. 2. Boletín de la Sociedad
Geográfica de Lima, T. XIX, ps. 202-209, 1916. - Ing. Pedro T. Figueroa: "Lima-Cerr8-
Pucallpa". La mejor ví;i troncal del Pacífico al Amamnas. - Noé M. Castillo: Conferencia
sustentad;i en el TEATRO HUÁNUCO, do dicli;i ciudad, sobre "L;i Ruta Tingo María-Pu -
callpa". (Incluí da en "Lirna-Cerro-Huánuco-Pucallpa", etc. , de Figueroa Villamil, cit.).
31 Ver en este libro: Tercera Parte: Capítulo XV: Gobierno ·y Administración Ecle-
siásticos. El descubrimiento del Padre Abad. "Boletín de la Dirección de Camino' y Ferroca-
rriles". N' l. 3•r. Trm. de 1943.
638 HISTORIA DE HUÁNlJCO

del Padre A bad, perdido entre los años y el boscaje. La carretera


Huánuco-Pucallpa, se inauguró el 8 de Setiembre de 1943 , por el
Ministro de Fomento y Obras Públicas, el Ing. don Carlos Moreyra
y Paz Soldán, y siendo Presidente de la República el Dr. D. Manuel
Prado.
(El tramo de Huánuco a Tingo María, se inauguró el año 1936;
Hu ánuco a Panao, en 1935; Huánuco a La Unión, en 1956.)
El siguiente es el recorrido y la distancia en kilómetros de la ca-
rretera Lima-Pucallpa: Lima-La Oroya: 188 km.; La Oroya Cerro:
130 km.; Cerro-Huánuco: 162; Huánuco-Tingo María: 135; Tingo
María-Aguaytía: 114; Aguaytía-Pucallpa: 173. Total de kilómetros:
Lima-Pucallpa: 897.
El kilometraje, aproximado, de la red de caminos carreteros en
actual servicio, dentro del territorio del departamento de Huánuco,
es: Salcachupán-Ambo-Huánuco: 60 km. ; Huánuco-Puente Rancho:
2 8 km.; Puente Rancho-Acomayo: 10 km .; Acomayo-Chinchao-Chin-
chavito-Tingo María: 85 km.; Tingo Mar ía a las m árgenes del rí o
Aguaytí a: 160 km.; Puente R ancho-Panao : 34 k m.; Pan ao-Chaglla:
20 k m.; Hu ánuco-H igueras-Chavinillo-Quivilla: 125 k m .; Quivilla-
Pachas-La Unión: 30 k m.; La U nión-Huallanca: 20 km.; Ambo-
H uert as (hacia Yan ahuanca) : 27 km.; Hu ánuco-La Unión: 142 km.;
H u ánuco-Panao: 67 km.; Huánuco-Churubamba: 19 km. 32 •

32 Historia de las carreteras del Pcrií. 5'1 Congreso Panam<!ricano de Carreteras. 2~ Edi-
ción. - La Red Nacional de Carreteras. Departamento de Huánuco, por el In~. Ernesto Diez
Canseco. - De un boletín del Ministerio de Fomento (1943), copiemos un Cuadro de Dis-
tancias, con datos sobre alturas y horas de viaje, en el recorrido-: Lima-\Pucallpa. Lima-Cho-
sica: 15 6-8 50 metros de altura; 40-7 kil-Ometros; 3 O minutos. Lima-Matucana: 2,3 82 rnts.;
:n-8 km.; 1 hora 40. Lim a~Anticona: 4,843 mts.; 141 km.; 3 horas 20. Lima-Oroya: 3,720
mts.; 188 km.; 4 horas. Lima-La C ima: 4,250 mts.; 229 km.; 4 h oras 50. Llma-Junín:
4,100; 247 km. 5; 5 horas 10. Lima-Carhuamayo: 4,125 mts.; 277-8 km.; 5 horas. 50.
Lirna-Colqu iji rca : 4,335 mts:;. 309 km.; 6 horas. 12. Lima-Cerro• de P aseo: 4.400 mts.:
321 km.; 6 horas. 30. Lima-H uánuco: 1,817 mts.; 426 km.: S horas; 30. Huánuco-Ti ngo-
María: 672 mts.; 135 km.; 4 hora<. Huánuco-Aguaytía: 295 mts.; 253 km.; 6 horas; 30.
Huánuco-Pucallpa: 200 mts.; 419 km.; 8 horH.
RENTAS PROVINCIA S TO TA l

Huánuco Ambo H1111111alícs Ma1·a1íó11 DoS' de Jl,foyo Pachitca Lconcio Prado

S/. S/ . S/. S/. S/. S/. S/. S/.


Impt. Renta Contrib . . . 22,34 1.25 930.58 2 3 ,2 71.8 3
Impt. Predios Rústicos . 3 ,826.90 31,667.44 10 ,25 6. 29 5,300.73 5,738.55 2,417.01 326.51 59,533.43
Impt. Predios Urbanos . 449.76 4,459.75 2,3 64.4 ¡ 6.3 o 488.80 339.16 8,108.18
Impt. Renta Utilidades . 348,045.02 10,649.64 2,192.77 585.26 1,359.85 742 .92 36,477.19 400,034.65
ímpt. Renta Sobre Utilid. . . . . 148,340.91 2,912.8 9 325.98 1,500.00 9,053.74 162,133.52
Impt. Renta a los Sueldos . . . . 10,528.78 660.00 417.13 11,605.91
Impt. Renta Comp. Tasa Fija . 9 5,63 8.70 95,638.70
lmpt. Renta Comp. Tasa Prog. 19,177.80 127.00 121.0 o 19,425.80
lmpt. Gananc. Transf. lnm . . . 103, 116,61 454.26 2,975.95 2,779 .0 .1 2,572.02 30,825 .2'.) 2,791.00 145,;514.18
Impt . Sucesiones . . . . . . . . 15,801.11 15,801.11
Impt. Ley 12.34 5 Aguas Gas. 11,610 .95 29, 102 .90 1,453.20 42,167.0 5
Impt. Frío Artificial . . . . 2, 10 8.40 2,108.40
Impt. Alcabala :Enagenac. . . . 147,021.53 4 31.2 8 2,657.16 3 ,2 97.80 3,217.60 22,379.12 10,5 52.61 189,5 57.1 o
Impt. al Registro .. 12,341.84 73.64 3 2 5 .9 8 4.88 332.32 378.13 914.49 14,3 71 .2 8
Impt. Papel Sellado . . . . . 82,423.50 8,310.00 15 ,28 7.50 5,779.50 10,929.50 11,543.00 11,645.00 145,918.00
Impt. Regist. Fiscal V. a P. 49,533.45 49,5 3 3 .45
Estanco Alcohol Desnat. 21,493.10 64 0.90 1,832.50 23,966.50
Estanco de la Sal . . . . 553,548.96 85,678.10 86,191.68 63,918.80 789,3 37.5 4
Estanco del Tabaco .. 1'248,912.97 243 ,3 22.8 5 177 ,87 4.00 5 6,129.00 240,5 50.00 91,444.50 1'025,383.25 3'083,616.57
Impt. Tier ns de i\font. y i\!ediciones 9,837.06 8,216.04 18,053.10
Cuotas Patron. y Obreras Ley 7191 14,377.00 5, 555 .00 792.00 693.00 1,958.00 23,375.00
Derechos para Litigar . . 1,989.00 1,989.00
Derechos de Insp. Farm~c. . . 8 3 o.o o 60 .00 21 O.DO 1,1 oo .oo
I'ensiones de Agua en la Rep . 113,027.21 1,228. 96 114,2 56.17
Impt. Derecho Rodaje .. 3 6,661.81 1,22 7.60 2,410.89 40 ,3 00.3 o
Papel de Multas . _ . . . 2,375.05 127.50 105 .00 5 o.oo 75 ,00 1,097.75 3,830.30
Dese. por Pensiones . . . . . . 2,236.89 189.37 316.43 52.67 678.9 5 3,474.31
Licencia de Policía . . . . 11,170.50 1o3 ,o o 6,146.25 17,419 .75
Venta Exist. de Fósforos 157,930.00 35,410.00 3 8 ,640.00 9,050.00 30,320.00 18,640.00 76,000.00 365,990.00
Im previstos . . . . . . . . 89,829.23 1,028 .52 4.77 6.90 34.50 14,202.50 105,106.42
Impuesto a los N om bram. 6, 527.57 l,79L51 2 ,741.05 1,202 .8 3 4,928.12 1,140.94 2,400.12 20.736.14
Impts. Extran j. (Timbres) 4 ,87 0.00 1,780.00 6,650.00
Noticiarios Nacionales . _ 29 ,428.22 18 ,40 11 ,75 9 .1 5 41,20 5.77
Servicio Sanitario . . . . 600.00 1,085.31 600.00
Fomento Colonización 60,979.02 84.00 3 2 ,661.04 62,064.33
Const. Escolares . . . 0.36 6,144.52 292.20 6,437.08
IT - ' )

'Total S/. .. 3 '429,09 3 .40 470,047.07 3 54,200.99 84,23 8 .DO 3 66,040.46 180,5 59.57 1'262,796.40 6'146,975.89
HISTORI A DE HUÁNUCO
640
DIVERSOS E N CARGOS :

Adquisición de vehículos de Policí a . . . . . . . . . . . · s. 7 8,3 78 .70


Asociación Mutualista Magisterial . . . . . . 346,630.l l
Ampliación Hospital Policía . . . . . . . . . . · · . . · · 1,554.40
Ampliación y Mejoramiento A venidas . . . . . . . . . . 866.96
Banco Agropecuario Ley 11.041, 11.053 . . . . . . . . . . · . . · 100,392.80
Caja Nac. Seg. Social Timbres Canc. . . . . . . . . . . . . . . . . 75,093.90
Caja Nac. Seg. Social Cuotas Patrón . . . . . . 23 I.66
Comité de Deportes . . . . . . . . . . . . . . 1,848.22
Defensa Nacional Naipes . . . . . . . . . . . . 16,062.00
Def. Nac. Serv. Militar Obligatorio . . . . . . 11,375.00
Desayunos Escolares Ley 9001 . . . . . . . . . . . . . . 3 3 ,226.81
Derechos Inscripción Licencia Policía . . 3 2 5.00
Derechos Exámenes y Certificados 4,893.00
Def. Nac. Ley 12.345 Rec. Aguas Gaseo. 42,167.0 5
Fomento Espectáculos Arte . . . . 5,090.92
Fomento Espectáculos Arte Naipes 2,859.00
Fen. lmpto. entradas espectáculos . . 97,119.43
Fondo Educ. Nacional Alcabala . . . . . . 46,414.84
Fondo Educ. Nac. Impuesto Registro . . 3,355.35
Fondo Pro Desocupados Rec. Rodaje . . . . . . . . 643.50
"
Fondo Pro Desocupado~ y Ad. Sob. la Renta 1,785.05
Fondo Pro Desocupados Bonos lnc. D. . . . . 7,699.24
Fondo Pro Desocupados P. 21 Rec. Útil lnc. C. 33,122.61
Fondo Texto Escolar . . . . . . . . . . 64,607. 5 5
Folletos Leyes Esp. Valoradas Mag . . . 60.00
Fondo Navidad L. 8159 Dependencias 6,698.50
Fondos Electorales . . . . . . . . . . 14,710.00
Fondo Salud Bienestar Soc. Jornales .. 394,307.98
Fondo Salud Bienestar Soc. Timbres .. 90.80
Folletos G. M.adueño Tab. y Met. Cub. 250.00
Fomento Industria Eléctrica . . . . . . . .
"
Hospital de Policía
Hogar de la Madre . . . .
1 º·ºº
10,456.57
Hoteles de Turistas . . . . " 31,969.81
Impuesto Café Huánuco . . . . . . " 2,924 .10
Multas Direc. Industria Electricid. 100.00
Multas Superint. Contribuciones 36,203.12
Obras Públicas Irrigación Tacna . . . . 905.75
Patentes Provinciales . . . . . . . . . . 331.643,1 3
Rec. Médico Psicotécnico Chóferes 4,275 .00
Reconocimiento Tropa Gdia. Civil . . . . . . . . 262 . 5o
Renta¡ Municipales . . . . . . . . . . . . . . . . . . 636,651.51
Saneamiento Huánuco L. 7661 .. "
244,195 .23
Servicio Censo y Estadíst. Escolar . . . . 1,599.74
Servicio Materno Infantil . . . . . . . . 1,848.22
Seguro Social Empleados . . . . . . 437,75 3.70
Univ. Mayor S:rn Marcos L. 7873 . . . . . . . . . . . . "
2,316.94

s. 3'130,051.10
E'.MANCIP ACIÜN Y REPÓBLICA 641

IMPUESTO ÚNICO:
Impuesto Único Alcoholes L. 11.000 . . . . . . s. 6'309,699.28
Impuesto Único Coca L. 11.040 .. 1'412,470.34
Timbre Único Ley 11.833 .. " 1'216,874.84
Café . . . . . . . . . . . . . . . . . . " 2,924.l o

Total s. 8'940,968.66

Total General .. s. 18'187,955.89

En los Impuestos Únicos, no están incluídos los ingresos de los distritos de Huacrachuco,
Huacaybamba y La Esperanza; cuyas rentas son relativamente bajas. (Informaciones de la
Caja de Depósitos y Consig naciones, Departamento de Recaudación. Lima. Refrendados por la
Sala de Presupuesto del Senado. Ju an Manuel Amésquita Ocho•a, Jefe.)
Poder Judicial . . . . . . . . . . S·. 1'666,776.00
Ministerio de Gobierno 2'120,440.00
Ministerio de Justicia .. 775,574.00
Ministerio de Trabajo .. 44,760.00
Ministerio de Educación 12'112,505.22
Ministerio de Hacienda 61,440.00
Ministerio de Fomento 12'386,295.00
Ministerio de Salud Pública 2'123,017.60
Ministerio de Agricultura .. 974,760.00
"
Total s. 32'265,567.82
Otros ingresos y egresos. ~ Presupuestos Municipales. Ingresos, durante el año 1954
Huánuco: S. 944,531; Ambo: S. 76,484; Dos de Mayo: S. 58,238; Huamalíes: S. 58,981;
Marañ-On: S. 53,206; Pachitea: S. 85,607 y Leoncio Prado: S. 195,399. - El Concejo P ro-
vincial de Huánuco, ha calculado sus Ingresos ·y Egresos para el Año de 19 5 8, en: S.
1' 185,298. 00. - Los Ingresos de las Beneficencias Públicas: Huánuco: S. 490,264; Huama-
líes: S. 50,090. (Año de 1954).
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Autos originales que siguió dan Hernando Maqulrique, por sí y en nombre de don Antonio
Guaynacapcha, cacique principal del repartimiento de Cochapampa, tn términos y juris-
dicc;ión de la ciudad de León de Huánuco, contra su encomendero Juan Sánchez Falcón.
Archivo N acion:il del Perú. Derecho Indígena y Encomienda. Cuaderno N 9 3. Año 15 61.
Fs. 364.
Autos que se siguieron a los inmrrectos del Partido de Huamalíes, 1812. (Revolución de Huá-
nuco). Cuaderno 4Q. De fojas 440 a fojas 505.
Cuaderno N9 2. Autos orhninales que siguió doña Juana de Santiago y Ulloa viuda de don
Domingo de la Cajiga, por la muerte de don Domingo de la Cajiga, su marido, y la de
su primo don Josef de la Cajiga y demás. Real Sala del Crimen. Año 1778. Escribano de
Cámara del Crimen don Clemente Castellanos. Fs. ut. 77. Archivo de la Corte Superior de
Justicia de Lima. (Huamalíes. Autos de un levantamiento ocurrido en esta provincia en
el siglo XVIII, en que murieron don Domingo de la Cajiga y su primo don Josef.)
Autos seguidos Por doña Juana de Santiago y Ulloa sobre el incendio acaecido en su obraje de
Quivilla, Provincia de Huamalíes. lncidenQia de los que sigue contra los Indios de dicho
pueblo por las muertes de don Domingo de la Cajiga, su marido, y su primo don Josef.
Real Sala del Crimen. Año 1778. Escribano de Cámara del Crimen don Clemente Caste-
llanos. Fs. ut. 19. Archivo de la Corte Superior de Justicia de Lima.
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Expediente relativo a la invasión de los illdios pa11ataguas a la ri"Jrr.,¡ d ff Ruán11co y pueblos
circunveci11os. Cerro, Febrero 24 de 1812. 38 ff. (D-8533. 1812). Bib. Nacional.
Expediente relati vo a la insurrección de indios de Huánuco. Tarma, Mayo 1 de 1812. 427ff.
(D. 6027). Bib. Nacional.
Cuaderno 2 9 de los autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores y cómp1lkes y
demás reos que cooperaron en la insurrección del partido de Huamalíes, que empieui
en fs. 443 y concluye en fs. 755. Huánuco. Abril de 1812 - 323 ff. útiles, 37 en
blanco y 1 de carátula. D. 60 l. (Letra B). Bib. Nacional.
Notas dirígidas por el gobernador de Huánuco, José González de Prada al de Puno Don
Manuel Quimper, dándole instrucciones para la captura de los rebeldes comprometidos
en la insurrección de Crespo y Castillo cuya lista adjunta. - Huánuco, Abril de 1812,
D. 600. Bib. Nacional.
Expediente sobre la causa seguida para la restitución o indemnización de bienes perdidos
durante el saqueo de la ciudad por los insurrectos encabezados por Juan José Crespo
y Castillo. Huánuco. Setiembre, 1812. D. 605. Bib. Nacional.
Continuación del expediente de razones de los perjuicios denunciados par los vecinos de
Huánuco, que fueron saqueados por los insurgentes que invadieron esta ciudad el día
23 de Febrero de 1812. Huánuco. Lleva .hojas rotas. D. 602. Bib. Nacional.
Autos de la insurrección de Huánuco de 1812, y otros documentos anexos. Cuaderno N 9 3.
Fs. ut. 90.
Causa seguida sobre la insuyrección del Partido de H1wmalíes, por don Miguel Francisco
Maíz y Arcas, Comandante de la Expedición de Guerra Auxiliar de Huamalíes y Comi·
sionado para la pesquisa de los rebeldes. Escribano Toribio Figueroa. (Se incluyen notas
de Crespo Castillo y Haro). Dos cuadernos. Fs. ut. 444. Archivo de la Corte Superior
de Justicia de Lima.
Autos criminales seguidos de oficio contra don Mariano Cárdenas, y don Manuel Rivera,
por revolucionarios en el Cerro de Yauricocha, y también contra el religioso ausente
Fray Mariano Aspiazu de la Orden de la Merced. Año 1812. Real Sala del Crimen.
Escribano don José Vicente Gordillo y Garcés. Relator doctor don José Fernández de
Paredes. Fs. ut. 75. Archivo de la Corte Superior de Justicia de lima.
Causa criminal contra don José Condeso, don Antonio Zavala, y demás moradores de la
Montaña de Chinchao sobre complicidad en la sublevación sucedida en los Partidos
de Huánuco y Panatahuas. Sumario N 9 7. Fs. ut. 52. Archivo de la Corte Superior
de Justicia de Lima.
Autos criminales que se siguen por el saqueo general perpetrado en esta ciudad de León
de Huánuco en los días 2 3 y 24 de Febrero del año de 1812. En virtud de la Comi-
sión del Gobernador e Intendente del Departamento. Juez Comisionado Teniente Coro-
nel de Infantería don Domingo Fernández y Camessella. Es la sumaria N 9 8. Fs. ut.
230. Archivo de la Corte Superior de Justicia de Lima.
Informe que presenta al Supre,mo 'Gobierno el Apoderado Fiscal de la Provincia de Huama-
líes don José Benjamín. Año de 1855.
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vincia en el Virreinato de Buenos Aires. Año 1782. De orden de S. M. Madrid.
En la Imprenta Real.
Piezas de un pleito crim;nal seguido en la Audiencia de los Reyes contra el Capitán Gómez
Arias Dávila y su Maestre de Campo Rodrigo Tinoc<o, por malos tratamientos " los indios
en la entrada de Rupa-Rupa. 15 59.J/, 560. - Provisión del Virrey Hurtado de Mendoza
dando renta a Góm¡ez Arias. - Encomienda de los indios Chwpacbos. - Pr<WisM1n paora
proseguir la entrada a Rupa-Rupa. (En "Juicio de Límites entre el Perú y Bolivia").
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ciario especial del Perú. T. l. Virreinato Peruano. Barcelona. Imprenta de Hernán-
dez y Cía. 1906.)
Recopilació11 de Leyes de lw Rtynos d:e lcts Indkts, 11ia1irl'..a.da imprrmir y pwblicar fr()r la
Magestad Católica del Rey don Carlos II Nuestro Señor, va dividida en cuatro tomos,. e~
el índice generial, y al principio de cada tomo el especial de los Títulos que contieoo.
5~ edición. Con a.Proba.ción de la Regencia Provisional del Reino. Madrid. Boix, edito.r. 1.1141.

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cocha, San Pedro de Caina, San Miguel de Cauri, Cayrán, San Juan de Colpas, San
Juan de Chavinillo, Chuley, Choras, Jesús, San Lorenzo de Pachas, Santa Isabel
de Tangor, San Pedro de Cajas, Santo Domingo de Rondos, San Juan de Ondores,
Salapampa, San Rafael, Queropalca, Quivilla, Yanas, Yarumayo, Sillapata.
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Dávila, 15 61. - Autos que siguió don Juan Fuentes contra los oficiales reales Francisco
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Pinedo de S.M., 1593. - Títulos de Piquillochaca, 1595 • ._Títulos de Huancachupa y
otras tierras, 159 5. - Autos que siguió don Francisco de Yallín ante el capitán Juan de
Cadalzo y Salazar, 1594. - Autos seguidos por Eisa Garate ante Gabriel Martínez de
Esquive!, 1595. - Títulos de la hacienda y Pastos de Cacapara, 1713. - Venta de las
tierras de Antioc y otras, San Miguel de Huácar, 1723. - A.utas sobre revisita de indios de
Margos, 173 6. - Autos que siguió don Teodoro Canchas Pillao sobre los bienes de don Mi-
guel Callejas y Francisco Cabello de Miraval, 1744. - Au~os que siguió Esteban Cívico de
Singa contra Antonio Palacios y Pedro Rubina sobre cobro de efectos, 1764 . ._ Autos que
siguieron los indios de la Santísima Trinidad de Pachabam;ba para trasladar su pueblo a
Tambogán, 1764. - Autos que siguieron los indios de Santa María del Valle con doña Ma-
ría Núñez Lobo sobre deslinde de Sayricancha, 1773. - Queja formulada por los indios de
Baños contra el cura Fr. Manuel Garro, por extorsiones, 1774. - Autos que siguió el caci-
que de Pachas Eusebio Cervantes Pumachuahua contra el Corregidor Ignacio de Santiago y
Ulloa, sobre extorsión y explotación, 1778. - Autos que siguió Lucas Caqui, Alcalde del
pueblo de San Pedro de Chaulán, sobre las tierras Chupas, Colpanga y otras, 1789. -
Autos que se siguió contra Lorenzo Justo, de Yanas, por don Melchor Molina, 1790. -
Autos que se siguió a don J,osé Manuel de Rojas Yaaha, principal de Llata, sobre
sucesión del cacicazgo de don Juan de Yacha, 1791. - Certificación expedida por el
Juez de Tributos Juan José de Leuro a favor del Coronel José de Vidumizaga, 1792.
Protocolos existentes en la ciudad de Huánuco, con indicadión de los Escribanos Reales,
de Cabildo, Eclesiásticos y Notarios Públicos, que han sido revisados y consultados.
0

Fernando de Cazalla, 13 de Diciembre de 1561 a 23 de Noviembre de 1599.-Gabriel


Martínez de Esquive!, 5 de Junio de 1571 al 17 de Octubre de 1579. - Diego Sán-
chez, 20 de Abril de 1581 a 19 de Mayo de 1581. - Juan Martínez de Orueta, 26
de Julio de 1596 al 12 de Noviembre de 1610.-Francisco de Cabello Miraval, 7
de Agosto de: 15 90 a 14 de Setiembre de 1634. - Lope de Bustillo, 13 de Enero de
1615 a 5 de Abril de 165 5. - M1anuel Gonzáles de Casasola, 19 de Abril de 1631 a
20 de Diciembre de 1634 . ._Diego Cabello de Miraval, 12 de Setiembre de 163 5
a 22 de Noviembre de 1540. -Juan de Moscoso, 13 de Agosto de 163 8 a 25 de Abril
de 1655.-Juan de Hierro, 6 de Febrero de 1659 a 25 de Noviembre de 1663.-
Gerónimo de Castro (Corregidor), 19 de Junio de 1677 a 17 de Diciembre de 1678. -
Juan Salazar, 30 de Marzo de 1678 a 14 de Julio de 1678. - José de Rojas, 18 de
Agosto de 1665 a 11 de Marzo de 1716. -Pablo García de la Puerta, 26 de Enero
de 1681 a 20 de Octubre de 1703. -Pedro Ochoa, 22 de Octubre de 1714 a 8 de
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de Junio de 1731. - Antonio de Rojas Fig,ueroa, 19 de Agosto de 1731 a 8 de No-
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aniversario de su fundaci.ón española). 16 ps.
ÍNDICES
ÍNDICE DE LÁMINAS
Frente
a pág.
Retrato de José Varallanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Vista panorámica del pico de Y arupá y laguna de Gaico 32
Paisaje en la Cordillera de R:rnra . . . . . . . . . . . . 33
Atardecer en el Lago Lauricocha . . . . . . . . . . 33
Laguna de Santa Ana. N1cientes del río Marañón 64
El valle del Huallaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Paisaje cerca a la ciudad de Huánuco . . . . . . . . . . 65
El Valle del Monzón al desembocar en el de Tingo María 65
Grupo arqueológico de Garo . . . . . . . . . . . . . . .. 80
Un edificio caract.erístico de Garo . . . . . . . . . . 80
Muestra de instrumentos de sílice y piedra .. 81
Monumental fortaleza preincaica . . . . . . . . 96
Ruinas de Urpish . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
"Maquette" de una de las casas de varios pisos 97
U n sector del camino incaico que unía Cusco con Quito 128
Camino incaico . . . . . . . . . . . . . . . . 128
Una de las portadas del Palacio del Inca . . . . 129
Dos flancos de la fortaleza . . . . . . 129
Flanco exterior de la fortaleza . . . . . . 160
Vista interior de la misma fortaleza .. 160
Fac hada de uno de los edificios . . . . . . . . . . . . 161
Aspecto interior de uno de los edificios de pasadizos 161
Ruinas de edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
Otra de las tantas portadas incaicas . . . . . . . . . . . . . . . . 192
Ruinas de Huánuco el Viejo. Croquis de la ciudad . . 193
Croquis del plano de la fortaleza . . _ . . . . . . . . . 232
Croquis del Palacio del Inca . . . . . . . . . . . . . . . . 233
Croquis de parte de la ciudad de Huánuco el Viejo . . 264
Aspecto topográfico de las ruinas de Huánuco el Viejo . 265
E l Capitán Gómez de Alvarado y Contreras, fundador de Huánuco .. 304
Autógrafa de Gómez de Alvarado . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Primer escudo nobiliario de la ciudad de León de Huánuco . . . . . . 352
662 ÍNDICES

Frente
a pig.
Escudo nobiliario histórico y definitivo de la Muy Noble y Muy Leal
Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros . . . . . . . . . . . . . . 3 53
La ciudad de León de Huánuco, en 1616 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
Plano topográfico de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de León de Huá-
nuco de los Caballeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
Autógrafas de Fray Marcos Durán Martel y otros . . . . . . . . 456
Texto facsimilar de la deposición de Fray Ignacio Villavicencio 457
Plano parcial aéreo de la ciudad de Huánuco . . . . . . . . . . 504
Altar mayor de la Iglesia de San Francisco, de Huánuco 504
Un ángulo de la Plaza de Armas de Huánuco .. 505
Una de las viejas calles de ia ciudad de Huánuco 505
India tejedora. Descendieate de los Chupachos .. 544
Paisaje de las selvas huanuqueñas . . . . . . . . . . 545
Huánuco. Monumento a M. I. Prado en la Plaza de Armas 592
Edificio de la Estación Experimental Agrícola en Tingo María 592
Baile de los negritos en Tomayquichua . . . . . . . . . . . . . . . . 593
Boquerón del Padre Abad, Cordillera Azul, entre Tingo María y Pucallpa 593
ÍNDICE DE MAPAS

N~

Mapa político del Perú . . . . . . . . . . . . . . I


Mapa de ubicación contin~ntal de Huánuco .. II
Mapa geológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . .... . . III
Mapa físico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IV
Mapa de la distribución geográfica de las naciones preincas . V
Mapa del Imperio Y arowilca . . VI
Mapa de Huánuco incaico ... VII
Mapa de los caminos incaicos .. VIII
Mapa arqueológico . . . . . . . . IX
Mapa de la ciudad y Cabildo de León de Huánuco y sus corregimientos X
Mapa de la Intendencia de Tarma con las Subdelegaciones de Huánuco,
Huamalíes y Panatahuas . . . . . . . . . . . . . . XI
Mapa de las montañas del Perú por Fray S'obreviela . . . . . . . . . . . . . . XII
Mapa de la Provincia de los Huamalíes .. XIII
Mapa político . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIV
Mapa demográfico . . XV
Mapa vial . . . . . . . XVI
ÍNDICE GENERAL

Primera Parte

ASPECTO GEOGRAFICO TOPONÍMICO

Capítulo I

EL AMBIENTE FÍSICO

Rasgos geo,sráficos del actual Departamento de Huánuco, 21. Límites, 21. Extensi-On, 22.
Cordilleras que lo atr2viesan, 22. Montes, 22. Ríos, 23. Lagos, 23. Valles, 25. Quebradas, 26.
Clima, 17. Constitución b)Wlógica, 28. Flora, 29. Fauna, 30. Las regiones económicas y geo-
humanas de Huánuco, 31. El hombre huanuqueño, 31. Sus rasgos psicológicos, 32. (La antigua
jurisdicción territorial de la Ciudad de León de Huánuco de los Caballeros), 34.

Capítulo II

ETIMOLOGÍA Y TOPONIMIA HVANUQVEÑA

Toponimia derivada de la naturaleza, 3 5. Toponimia aut·Óctona (Leyendas en torno a los nom-


bres de Huánuco), 3 5. Toponimia histórica, 26. Relación etimológica-toponímica de las ciu-
dades, villas, provincias y pueblos importantes actuales, 3 6. Su nominación en documentos y
en la cartog r afía, 38.

Segunda Parte

ÉPOCAS PREINCA E INCA

Capítulo

LOS PRIMITIVOS POBLADORES DEL TERRITORIO DE HVÁNVCO

Los wuanukos o huanucos, 59. Su procedencia, 59. Es tado cultural, 61. El antiguo Imperio
Andino de Yarowilca o del Chinchzysuyo, 66. Las épocas por las que pasó, 66. La dinastía
de los Yarowilcas, 67. Wuánuko-Marca, capital y sede de los Yarowilcas, 67. Las noticias de
Guarnan Poma, y las investigaciones de la arqueología actual, 67. Los chupachos, 68. Los hua-
crac..l.iucos, 72. Su distribuci-On geográfica y grado de civilización, 72. La matriz o tronco-
Chavín de las culturas de estas naciones, 72. Los panatahuas y otras tri 0us sdvá~:cas, 74.
666 ÍNDICES

Capítulo 11

LA EXPANSIÓN INCA AL CHINCHAYSUYO

La invasión Inca al Chinchaysuyo, 77. La resistencia de los Wuanukos, 77 . La confederación


inca-yarowilca y el aporte de los ejércitos chinchaysuyanos para la expansión del Imperio
Inca, 79. La incorporación del Reino Yarowilca o Chinchaysuyo al Tahuantinsuyo, 79. Los
privilegios conferidos al Rey de los wuanukos, 80. Capac Apo Guarnan Chaua, Virrey del Inca,
80. Su muerte en Cajamarca, al lado de Atahualpa, 80.

Capítulo 111

EL RÉGIMEN POLÍTICO, ECONÓMICO Y SOCIAL DE LOS INCAS

La provincia o guamanin de Wuanuco, 83. Los huarangas, pachacas y chuncas, 83. Los pueblos
o !lactas, 83. Los barrios: hanan y hurin saya, 83. Los funcionarios del Imperio: el tucuyricoc,
huaranga-camayoc y demás, 84. Las tierras del sol, huacas y de· los :11yllos, 84. El trabajo, 8 5.
Las clases sociales, 8 5. Les yanaconas y los mitimaes, 8 8.

Capítulo IV

EL RÉGIMEN POLÍTICO, ECONÓMICO Y SOCIAL DE LOS INCAS

Los caminos, 93. Los puentes, 93. Las fortalezas, 94. Los chasquis, 94. La agricultura, 96. La
ganadería, 97. La minería, 99. El tributo, 100. Las leyes del Inca, 101. Los delitos, 101. El
proceso judicial, 101. La religi-ón: el culto, 103. Los sacerdotes y las acllas, 104. Los templos,
las pacarinas y las tumbas o chulpas, 104. La lucha entre Huáscar y Atahualpa, 106. Capac-
Apo Guarnan Chaua de parte del inca quiteño, 106. La destrucción del Imperio, l 06.

Capítulo V

WVANUCO, GRAN CIUDAD INCAICA

Wuanuko, capital regicnal de Chinchaysuyo, 107. Sede de la nobleza yarowilca e inca, 108.
Su grandez.a vista por los españoles, en 1533. Las menciones de los cronistas y viajeros, 109.
Descripción de las actuales ruinas de Huánuco el Viejo, l l O.

Tercera Parte

CONQUISTA Y COLONIA

Capítulo 1

LA CONQUISTA ESPAÑOLA

Los primeros exploradores españoles del territorio huanuqueño, l 17. (La vmta de Hernando
Pizarro a Huánuco el Viejo, en 15 3 3), l l 8. La entrada de Mercadillo al país de los Huanca-
chupachos e Iscaycingas, 119. El alzamiento de Illatopa, en 1535-)1542, 122. Las campañas
militares para someterlo y la captura del Inca rebelde, 12 3.
ÍNDICES
667

Capítulo U

FUNDACIÓN ESPAÑOLA DE LA CIUDAD DE LEÓN DE HUÁNUCO

La fundación realizada por Gómez de Alvarado el Viejo, en 15 de agosto de 1539 en Wuanuko-


Marca, 12 5. La actitud de Illatopa o Illatopac y su abandono, 126. La traslación de la fun-
d:ición al de valle Pilco, Paucar-tampo de los Chupachos, 126. Las guerras de los conquistadores
Y su despoblamiento, 132. La mejora 'Y repoblación de la ciudad por Pedro de Puelles en 2 de
febrero de 1543, 137.

Capítulo III

LAS REBELIONES DE GONZALO PIZARRO Y HERNÁNDEZ GIRÓN Y


"LOS DE HU ÁNUCO".

La situación política y social del Perú por 15 42, 142. Las "Nuevas Leyes", el Virrey Blasco
Núñez de Vela y la rebelión de Gonzalo Pizarro, 142. La campaña de La Gasea y la acción de
Jaquijahuana, 151. La actitud y el concurso de "los de Huánuco" en esta guerra, 153. El
alzamiento de Herná ndez Girón, en 15 53, 154. La captura del rebelde por los capitanes "hua-
nuqueños" Miguel de la Serna, Juan Tello de Sotomayor y Gómez Arias Dávila, 154. Los ser-
vici0> prestados por los indios de Huánuco en la pacificación del Virreinato, 1 5 5.

Capítulo IV

"LA MUY NOBLE Y MUY LEAL CIUDAD DE LEóN DE HU ÁNUCO


DE LOS CABALLEROS"

Su ongmario título de Ciudad, 159. Su descenso a Villa, 159. La fidelid·ad de sus vecinos a la
Corona Española y sus méritos ante ella, 160. La restitución de su primitiva categoría por
Vaca de Castro, 160. Los blasones heráldicos otorgados en su favor, 160. Su primer escudo de
armas, y el definitivo y tradicional, 161. "La Muy Noble y Muy Leal Ciudad de León de
Huánuco de los Caballeros", 162.

Capítulo V

EL CABILDO Y AYUNTAMIENTO DE HUÁNUCO. EL CORREGIDOR DE LA CIUDAD

El Cabildo, Ayuntamiento, Justicia y Regimiento, 169. Su constitución y miembros, 169. Sus


funciones administrativas y judiciales, 169. Su autonomía y privilegios, 170. Sus ordenanzas,
rentas y bienes, 170. El Cabildo de la Ciudad de León de Huánuco, 170. Su jurisdicoión,
rentas y bienes, 171. Ventas de oficios, 172. Apogeo y decadencia del Cabildo huanuqueño, 173.
El Corregidor de españoles ó Alcalde Mayor de la ciudad, 174. Sus atribuciones, 174. Su
carácter militar, 17 5. Otros funcionarios reales de la ciudad, 178. La implantación de las in-
tendencias en el Perú, 179. La Intendencia de Tarma, 180. Su jurisdicción, papel administra-
tivo y divisi·Ón política, 181. El Partido o Subdelegación de Huánuco o de los Chupachos, 181.
Nómina de los Corregidores, Intendentes y Subdelegados de Huánuco, 182.
668 ÍNDICES

Capítulo VI

LOS CORREGIMIENTOS O PROVINCIAS DE LA CIUDAD DE HUÁNUCO

El Corregidor de naturales o indios, 18 5. Sus funciones de gobierno administrativo y judicial,


185. Las autoridades de los repartimientos y pueblos, 186. El Cabildo de Indivs, 187. El ca-
cique y gobernador, 188. Los corregimientos de Huamalíes, Tarma o Chinchaycocha, Huaylas,
Conchucos y Cajatambo, 189. Sede 'Y pueblos que comprendían sus jurisdicciones, 189. Nómina
de algunos corregidores de estos corregimientos, de 1556 a 1785, 193. La Intendencia de Tarma
y los partidos o subdelegaciones de Huánuco, Huamalíes y Panatahuas, 195. Las doc,trinas y
pueblos en que se subdividían, 196. Algunos subdelegados de estos partidos, 197.

Capítulo VII

FUNDACIÓN DE PUEBLOS E INSTALACIÓN DE COMUNIDADES DE INDIOS


EN LA JURISDICCIÓN DE HUÁNUCO

La implantación del régimen español entre los naturales, 199. Las reducciones de indios o fun-
dación de sus pueblos cristianos, 199. Sus características urbanas, 201. (El trazo de ellos; su
erección a la advocación de los santos de la Iglesia), 202. Los ayllos, los barrios y las comuni-
dades, 202. La obra de Toledo y de sus continuadores, 203. Los visitadores, reductores o fun-
dadores de pueblos de la ciudad de Huánuco y sus términos: Juan de Fuentes, Lorenzo Estu-
pi ñán de Figueroa y Alomo de Santoyo Valverde, 207. La estabilidad y crecimiento de dios en
la Colonia, 208. Nómina de los pueblos en el siglo XVI, 209. (Los antiguos pueblos incaicos en
la actual provincia de Huánuco), 21 O.

Capítulo VIII

LA ENCOMIENDA EN HUÁNUCO

La institución de la encomienda, 213. Su proceso en la vida colonial, 213. Los repartos de


Pizarro, Vaca de Castro, La Gasea, C-0nde de Nieva, Marqués de Cañete y otros, 214. Los
enwmenderos de la Ciudad de Huánuco conforme a estos repartos, en los sig.los XVI, ·xvn y
XVIII, 216. Rdación de ellos y repartimientos, según doc·umentos oficiales. Las visitas de Fray
Th:Jmingo de Santo Tomás, Juan de Mori, y Hernando Malpartida, Diego de Álvarez, Jerónimo
de Silva. Dr. Cuenua e lñigo Ortiz de Zúñiga al repartimiento de los Chupachos, para efecto
de la tasa, 224. La extinción de la encomienda, 23 6. Las Leyes de Indias y la realidad de la
vida social en la Cofonia, 2 3 6.

Capítulo IX

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

El trabajo, 239. El personal del indio, 240. Las mitas, 240. La mita minera, 243. Los obrajes,
244. Los tambos y demás, 249. La legislación al respecto, 2 50. El trabajo forzado y la explo-
ta ción de los indios, 2 5 l. Algunos documentos y cifras scbre el trabajo y las mitas en los
te rritorios de Huánuco, 254.
ÍNDICES 669

Capítulo X

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

La minería, la ga nadería, la ag ricultura, la industria y el c,omercio, 2 5 5. El laboreo de los


metales en Hu:ínuco, Caja tambo, Yauricocha, Conchucos, Huallanca y otros, 2 5 5. Las fábrica~
de tejidos u obrajes, 265. La crianza de ganado lanar, vacuno, caballar y de animales aut óc-
tonos, 269. Hu:ínuco primer suelo dd Perú donde se cultiv ó la caña de azúcar; el tri go, los
á rbole~ frutales, la coca y demás, 270. El comercio de los alcoho1es, tejidos, azúcares, coca,
cascarilla y otros, 276. Algunos datos estadísticos, 278.

Capítulo XI

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

La propiedad de las minas , tierras, aguas, etc . El régimen legal de dominio de tierras, 279. Los
primeros repartimientos, ventas y titulaciones, 279. Las ventas por composición y remensu-
ración, 15 92-1786, 2 80. Las tierras comunales, del Cabildo y de los indios, 2 80. Las tierras
de los españoles: la "estancia" y la hacienda, 290. Las de las "manos muertas", 292. Origen
de la p ropiedad de tierras y proceso de ellas en la ciudad de Huánuco y Términos, 292 .
Característica y proceso de las tierras comunales, 293. Sus títulos de deminio, 294. Composi-
tores y remensuradores en la Ciudad de Huánuco y jurisdicción, 294. Ligámenes jurídicos sobre
los bienes inmuebles: cen sos, capellanías, cte., 296.

Capítulo XII

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

Las razas, 299. El mestizaje, 3 Ol. El español o blanco, el indio y el negro en la Ciudad 'Y
Corregimientos, 3 O!. El cholo huanuqueño; su genealogía, 3 Ol. La población de la Ciudad y
Corregimientos, del siglo XVI al XVIII, 305. Las clases sociales, 309. El ran go de los funda-
dores y primeros pobladores de Huánuco, 3 l O. Nobleza inca en Huánuco•: descendientes de
Tupac Inca Yupanqui y Huayna Capac, y su título nobiliario, 312. Algunos caciques huanu-
queños, 316.

Capítulo XIII

ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCI AL

Los organismos rec audadores y las rentas de la Corona, 3 21. Los quintos, alcabalas, oficios
vendib les y cuas rentas o impuestos, 3 24. La administración y cobro de estos ingresos en
Huánuco, 3 24. Los Oficiales Reales, el Corregidor, Alcalde de Minas, etc., 3 24. Los tr ibutos
de los indios qomunes yanaconas y hatunrunas; su número y monto que abonaban en los
corregimientos de la ciudad, 3 27. El privilegio de los y anaconas de la ciudad de Huánuco, 3 3 O.
Abuso de las autoridades y casos de quejas, 3 3 6.

Capítulo XIV

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN ECLESI ÁSTICOS

El régimen y las autoridad es cclesi:ísticas, 341. E l Arzobispado de Lima, 342. La ci udad de


Huánuco y sus corregimientos componentes del Distrito de la Arquidiócesis de Lima, 345.
Las Órd enes Rdigiosas e Iglesias- en la ciudad de Huánuco: franciscanos, dominicos, merce-
670 ÍNDICES

daráos, jesuítas y demás, 345. Su labor social y evangelizadora en los pueblos C' Jos corregi-
mientos de Huánuco, 345. La Iglesia Matriz y la Patrona de la ciudad, 3 5 6. El H-ital de
San Juan de Dios, 3 61.

Capítulo XV

GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICA

Las doctrinas, curatos e· iglesias en los corregimientos de Huamalíes, Tarma, Huaylas, Con-
chucos, Cajatambo, en los siglc•s XVI, XVII y XVIII, 363. La visita de Santo Toribio de Mo-
grovejo y otros prelados a sus pueblos, 364. (Hechos de Santo Toribio en Huánuco y distritos),
366. La obra catequiz~dora de las órdenes religiosas en la selva, 372. La convenión de los
panatahuas, tingaleses, carapachos y demás tribus, hasta fines del siglo• XVIII, 374. La suble-
vaci·Ón de Juan Santos Atahualpa, 379. Vicisitudes de la conversión y trabajo de los misioneros 1
del Convento de Ocopa, 380. El descubrimiento del Padre Abad, 380.

Capítulo XVI

RUPA-RUPA O EL NUEVO IMPERIO Y LA CONQUISTA DE LA SELVA

La autorización a Gómez Arias Dávila para la conquista de la selva del Huallaga o Rupa-
Rupa, 383. Los preparativos de la expedición y "entrada" a los panatahuas, Sisimpar y Tulu-
mayo, 387. La fundación de la ciudad de Espíritu Santo de Sisimpar, 389. El fracaso y la
suspensión de la campaña; la rebeldía de los panatahuas y hechos que motivaron el enjuicia-
miento de Arias Dávila, y su condena por la Audiencia de Lima, 391. Su rehabilitación para
proseguir la conquista, y muerte del famoso capitán, 392. Otros intentos de colonizaóón de
la selva, 394. La obra de Bezar·es en el Corregürnie·nto de Huamalíes, 394. la expedición cien-
tífica de Ruiz y otros a las montañas de Huánuco, 395.

Capítulo XVII

.r
DESCRIPCIÓN DE LA CIUDAD Y PUEBLOS DE SUS CORREGIMIENTOS

Carácter y aspecto urbano y social de la ciudad de Huánuco y de los pueblos de sus corregi-
mientos, 397. Apogeo y decadencia de la ciudad, 398. Las descripciones de Vásquez y de
Espinoza, Hipólito Ruiz y otros, 399. Las costumbres en la ciudad y en los pueblos de indios,
400. La arq·uitectura: la civil y religiosa (Exponentes de este último arte en la ciudad y sus
terminos), 406.

Capítulo XVIII

LA VIDA INTI!.LECTUAL. SUS EXPONENTES. OTROS HIJOS ILUSTRES


DE LA CIUDAD

La cultura y ·la vida intelectual en la Colonia, 409. Huánurn, residencia de Diego de Aguilar y
de Córdoba, Francisco Vásquez y Diego de Ojeda, 410. La huanuqueña Amarilis, exponente
del ingenio femenino del siglo XVII, 415. Diversas hipótesis en to-rno a la identificación de
su persona, 415. Amarilis es ¿María de Rojas Garny, o María de Aguilar y Fakón?, 421.
Huanuqueños que descollaron en las letras, artes, clerecía, etc., 42 5. Otros hijos ilustre-s de •
la ciudad, 42 5. (La leyenda de la "Perricholi huanuqueña"), 431.
ÍNDICES 671

Cuarta Parte

EMANCIPACIÓN Y REPÚBLICA

Capítulo I

EL RÉGIMEN ESPAÑOL A FINES DEL COLONIAJE. LOS DISTURBIOS EN EL


CORREGIMIENTO DE HUAMALÍES Y LA REBELIÓN INDÍGENA DE LLATA
DE 1777

L a lucha entre españdes, criollos y mestizos, 43 5. La exig¡encia tributaria y los abusos de los
funcionarios, 43 6. La desesperada situaci.ón de los indios, 43 7. La rebelión de Huamalíes
por exacciones del corregidor Sa ntiago y Ulloa, 43 8. La huí da de éste y la muerte de Cajiga,
439. La expedición realista que sofocó la reb-elión, 439. El proceso a sus autores, 440. La
relación del Virrey Guirior sobre el movimiento, 441. Los posteriores disturbios en Huallanca,
443. L as ideas libertarias en Huánuco y jurisdicción, 444 . El huanuqueño don José G abriel
Aguilar, precursor de la emanci paci ón americana, 445.

Capítulo JI

IA REVOLUCIÓN LIBERTARIA DE HUÁNUCO DE 1812, Y SUCESOS POSTERIORES

El estacio p olítico de España y colonias american as en los primeros lu st rns del siglo XIX, 449.
Las causas y los gestores de la revoluci·Ón huanuqueña de 1812, 450. (Las Juntas secretas,
1' "los pasquines"), 45 l. La toma de la c.iudad por los sublevados e indios, 482. La Junta de
Gobierno designada por los insurgen tes, 470 . El primer combate y toma de Ambo, 472. La
revoluc ión en Huamalíes y otras provincias, 474 . La expedición de González de Prada a
Huánuco, 477. El segundo combate de Ambo y l a derrota de los patriotas, 478. La expedición
d e Maiz y Arcas a Huamalíes, 4 84. La captura de los directores y jefes de Huánuco y Huama-
líes, y su juzgamiento, 484. La jura de la Constitu'ci<Ín de 1812, la elección de diputados y la
agit2c10n de 1813, 492. Carácte r de la revolución huanuqueña a la luz de los aut os que se
siguieron a los rebeldes, y de otros documentos y de la apreciación hi st órica, 494.

Capítulo III

HUÁNUCO EN LA INDEPENDENCIA Y FORMACIÓN DE LA R EPÚBLICA

El desembarco de San Martín y la expedicj.ón de A lvarez d e Arena les al centro del Perú , 497.
El pronunciamiento de Huánuco por la libertad, 9 de Diciembre de 1820, y envío de del egados
al e-ampo patriota, 498. La Jura de la Libertad en 15 de Diciembre de 1820, 501. Su incorpo-
ración a Ja Intendencia de THma Independiente, 5 02 . Las p rime ras autoridad es buanuqueñas
de la ciu dad y territorio por la libertad, 504. Documentos oficiales, 505. Las gucrriHa s y el
" Batall ón Huánuco", 508. La campaña de Junín y el paso del ejército patriota por territorio
lrnanuqueño, 509. Bolívar en Huánuco, 517. Huanuq ueños en la campaña de Ayacucho y
en la ·organización de la Repú blica, 518 .

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~
672 ÍNDICES

Capítulo IV

GOBIERNO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL BAJO LA REPÚBLICA

La República y su régimen político, económico, jurídico y demás, 521. La demarcación


política del territorio huanuqueño en los siglos XIX y XX, 524. El departamento, sus provin-
cias y distritos; leyes de su creación, 525. La política nacional y su trascendencia en Huánuco;
¿el siglo XIX a nue.;tros días, 526. Métodos eleccionarios, caciquismo y demás, 528. (Algunos
representantes huanuqueña.s), 529. La instrucci·Ón; la creación del Colegio Central de Minería
en la ciudad y otros centros de enseí.anza, 5 37. La org1anización judicial de Huánuco y juris-
dicción, 54 5. La Corte Superior de Justicia, 5 5 2. La ley de su creación; personal, etc., 5 53.

Capítulo V

HUÁNUCO Y LA GUERRA CON ESPAJ.VA Y CON CHILE

Le~ acontecimientos políticos en Huánuco antes de 18 50, 5 5 5. La Confederación Perú-Boliviana


y sus consecuencias en la ciudad y territor io, 5 55. El gobierno de Castilla, 5 57. Pezet y la
"cuestión española", y la "revoluci·Ón restauradora'', encabezada por el coronel don Mariano
Ignac io Prado, 5 57. El aporte de Huánuco a la "campaña restauradora" y el combate· de Dos
de Mayo de IS66, 562. La Guerra con Chile, y su repercusi-On en Huánuco, 563. El aporte
de la ciudad ·y provincias en defensa del honor nacional, 563. Huanuqueños que se inmolaron
en los campos de batalla, 5 64. La Campaila de la Breña. Leoncio Prado organizador de la
resistencia en Huánuco, secundando al General C:íceres, 573. La ocupación de la ciudad por
tropas chilenas, 571. La resistencia de los guerrillerns indígenas, 569. La acción de Jactay, 569.
(¿Aparicio Pomares: un héroe o un mito?), 5 69. La batalla de Huamach uco y Leoncio Prado
o un "León de Huánuco", 574.

Capítulo VI

GOBIERNO Y ORGANIZACIÓN SOCIAL BAJO LA REPÚBLICA

La diócesis de Huánuco, 5S l. Su creación, 5 S !. Centros de ensei1anza, funcionarios, p:irr<>-


quias, etc., y su actual jurisdicción, 584. Los accintecimientos políticos de 1894, y la rebelión
armada de Augusto Durand en dicho afio y en 1899 en el departamento, 58 S. Los sang rientos
sucesos en las provincias de Dos de Mayo y HuamaÜes, 591. Sus consecuencias, 591. El
obrerismo y sus instituciones, 595. La vida intelectual bajo la República, sus exponentes en
las letras, artes, ciencias y periodismo, 598. Las costumbres y la vida social. (El folklcre.), 605.

Capítulo VII

GOBIERNO Y OR. GANIZACIÓN SOCIAL BAJO L.11. REPÚBLICA

La hacienda pública; sus instituciones; sus rentas, 609. (La contribución personal y otras
rentas, según datos oficiales), 610. La propiedad y el trabajo, 615. La explotación del mestizo
e indio en las haciendas, particularmente en las de la selva o montaña, 616. Informes oficiales,
618. E l origen d~ la pre.piedad rural huanuque1ía, 620. La esclavitud del mejorero 'Y del opera-
rio, 620. Las comunidades de indios, régimen actual y número de las reconocidas legalmente,
621. La agricultura, 62 5. La industria, 626. La Minería, 628. La inmigración, 631. La coloni-
zación de la selva, 632. La población, 633. Los caminos, 634. Hechos notables en la vida del
Departamento, 634.
ESTE LIBRO FUÉ ESCRITO POR EL DOCTOR
DON JOSÉ V ARALLANOS,
NATURAL DE LA CIUDAD DE HUÁNUCO, PERÚ,
Y ACTUAL SENADOR DE LA REPÚBLICA
POR AQUEL DEP AR T ANIENTO. SE EDITA CON
EL PROPIO PECULIO DEL AUTOR,
Y SIN AYUDA O SUBVENCIÓN ALGUNA,
PARTICULAR O PÚBLICA.
EN 1946, SIENDO ALCALDE DON LUIS REPETTO
RAMÍREZ, EL CONCEJO DE HUÁNUCO,
VOTÓ S. 1.000, CON LOS QUE SE ABONÓ LA
COPIA DE ALGUNOS DOCUMENTOS
QUE SE CITAN EN LA BIBLIOGRAFÍA.
EL SENADO DEL PERÚ,
EN SESIÓN DE 21 DE ENERO DE 19S8,
A PEDIDO DEL SENADOR DR. VÍCTOR E. VIVAR,
RECOMENDÓ SU ADQUISICIÓN.
LOS UN MIL SETECIENTOS EJEMPLARES
DE LA PRESENTE EDICIÓN
FU~RON TIRADOS EN LA IMPRENTA LÓPEZ,
CALLE PERÚ 666, BUENOS AIRES,
EL 28 DE JULIO DE 1959.
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