Unidad 2. Enlace Quimico PDF

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TECNOLÓGICO NACIONAL DE MÉXICO

CAMPUS DE TUXTLA GUTIÉRREZ

INGENIERIA QUÍMICA

QUIMICA INORGANICA
UNIDAD 2. ENLACES QUÍMICOS

NOMBRE:
CISLI DIDI AGUILAR MARTINEZ
N. CONTROL:
21270060

DOCENTE:
RENE RIOS COUTIÑO

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.


24 DE MARZO, 2021
1
INDICE
Introducción………………………………………………… Pag.3
Concepto Enlace Químico……………………………….........Pag.4
Enlace Químicos, Clasificación……………………………….Pag.5
Enlace iónico…………………………………………………..Pag.7
Requisitos para la Formación del enlace químico.................Pag.8
Aplicaciones y límites de la regla del octeto…………….......Pag.10
Compuesto iónico, propiedades…………………………..….Pag.12
Formación de iones…………………………………………....Pag.15
Redes Cristalinas……………………………………………....Pag.16
Estructura……………………………………………………...Pag.17
Energía………………………………………………………....Pag.22
Radios Iónicos…………………………………………….........Pag.28
Enlace Covalente………………………………………….........Pag.29
Teorías para explicar el enlace covalente……………………..Pag.32
Enlace Valencia…………………………………………………Pag.35
Hibridación de los orbitales………………………………........Pag.37
Teoría de la hibridación………………………………………..Pag.39
Enlace Metálico…………………………………………………Pag.42
Clasificación de los sólidos en base a su Conductividad...........Pag.44
Teoría para explicar el enlace y propiedades
Conductividad…………………………………………………..Pag.48
Fuerzas intermoleculares………………………………………Pag.51
Puente de hidrogeno………………………………….………...Pag.56
Electrostáticas…………………………………………………..Pag.57
Influencia de las fuerzas intermoleculares…………………....Pag.59
Fuente de consulta………………………………………………Pag.60

2
2.1 INTRODUCCION

Los seres vivos se componen de átomos, pero en la mayoría de los casos,


esos átomos no están flotando por ahí individualmente. Por el contrario,
generalmente están interactuando con otros átomos (o grupos de átomos).
Como ejemplo, los átomos podrían estar conectados por enlaces fuertes y
organizados en moléculas o cristales; o podrían formar enlaces temporales y
débiles con otros átomos con los que chocan o rozan. Tanto los enlaces
fuertes, que mantienen unidas a las moléculas, como los enlaces más débiles
que crean conexiones temporales, son esenciales para la química de nuestros
cuerpos y la existencia de la vida misma.
Hasta el día de hoy se conocen 118 elementos y están clasificados en la tabla
periódica. Obviamente hay más sustancias en la naturaleza que los 118
elementos puros y se debe a que los átomos de diferentes elementos pueden
reaccionar unos con otros para formar nuevas sustancias denominadas
compuestos.
Un compuesto se forma cuando dos o más átomos se enlazan químicamente.
El compuesto que resulta de este enlace es química y físicamente único y
diferente de sus átomos originarios.
Por ejemplo, el elemento sodio es un metal sólido que reacciona
violentamente en presencia de agua y el cloro es un no metal en estado
gaseoso de color amarillo verdoso y es venenoso. Al combinarse estas dos
sustancias en las proporciones adecuadas forman un compuesto que
diariamente tenemos en nuestra mesa: sal (cloruro de sodio).
En la Tierra la mayor parte de los elementos existen como átomos enlazados.
Rara vez se presentan como átomos aislados. Por ejemplo, el oxígeno, el
nitrógeno, el hidrógeno y los halógenos se encuentran como moléculas
diatómicas.
El azufre amarillo y el fósforo blanco existen como moléculas cuyas
fórmulas son S8 y P4, respectivamente.

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2.1.1 CONCEPTO DE ENLACE QUÍMICO

Un enlace químico es la unión entre los átomos de un compuesto. Esta unión


se origina en la estructura electrónica de los mismos.
La actividad química de los elementos radica en su tendencia a adquirir,
mediante su unión con otros átomos, la configuración electrónica de gas
noble que es muy estable (ocho electrones en el nivel más alejado del núcleo,
salvo el helio, que solo tiene dos).
Esta unión le confiere estabilidad al compuesto resultante. La energía
necesaria para romper un enlace químico se denomina energía de enlace.
En este proceso los átomos ceden o comparten electrones de la capa de
valencia (la capa externa de un átomo donde se determina su reactividad o
su tendencia a formar enlaces), y se unen constituyendo nuevas sustancias
homogéneas (no mezclas), inseparables a través de mecanismos físicos como
el filtrado o el tamizado.
Los átomos que forman la materia tienden a unirse a través de diversos
métodos que equilibran o comparten sus cargas eléctricas naturales para
alcanzar condiciones más estables que cuando están separados.
Los enlaces químicos constituyen la formación de moléculas orgánicas e
inorgánicas y, por tanto, son parte de la base de la existencia de los
organismos vivos. De manera semejante, los enlaces químicos pueden
romperse bajo ciertas y determinadas condiciones.
Esto puede ocurrir sometiendo los compuestos químicos a
altas temperaturas, aplicando electricidad o propiciando reacciones
químicas con otros compuestos.
Por ejemplo, si aplicamos electricidad al agua es posible separar las uniones
químicas entre el hidrógeno y el oxígeno que la conforman, este proceso se
denomina electrólisis. Otro ejemplo consiste en añadir grandes cantidades
de energía calórica a una proteína, lo cual llevaría a desnaturalizarla (perder
la estructura secundaria de una proteína) o romper sus enlaces.

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2.1.2 ENLACES QUÍMICOS, CLASIFICACIÓN

La clasificación del enlace químico depende del hecho de que se unan


átomos, o bien, moléculas. A la unión de átomos se le llama: enlace entre
átomos y a la de moléculas se le conoce como: enlace intermolecular.
Ahora bien, la clasificación del enlace químico entre átomos va a depender
del tipo de elemento que participe en el enlace, ya sean metales o no metales.
Existen tres tipos de enlace químico conocidos, dependiendo de la naturaleza
de los átomos involucrados:
 Enlace covalente. Ocurre entre átomos no metálicos y de cargas
electromagnéticas semejantes (por lo general altas), que se unen y
comparten algunos pares de electrones de su capa de valencia. Es el
tipo de enlace predominante en las moléculas orgánicas y puede ser
de tres tipos: simple (A-A), doble (A=A) y triple (A≡A),
dependiendo de la cantidad de electrones compartidos.

Ejemplos de compuestos con enlace covalente:

Benceno (C6H6)
Metano (CH4)
Glucosa (C6H12O6)
Amoníaco (NH3)
Freón (CFC)

 Enlace iónico. Consiste en la atracción electrostática


entre partículas con cargas eléctricas de signos contrarios llamadas
iones (partícula cargada eléctricamente, que puede ser un átomo o
molécula que ha perdido o ganado electrones, es decir, que no es
neutro).

Ejemplos de compuestos con enlace iónico:

Óxido de magnesio (MgO)


Sulfato de cobre (CuSO4)
Ioduro de potasio (KI)
Cloruro de manganeso (MnCl2)
Carbonato de calcio (CaCO3)
Sulfuro de hierro (Fe2S3)

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 Enlace metálico. Se da únicamente entre átomos metálicos de un
mismo elemento, que por lo general constituyen estructuras sólidas,
sumamente compactas. Es un enlace fuerte, que une los núcleos
atómicos entre sí, rodeados de sus electrones como en una nube.

Ejemplos de compuestos con enlace metálico:

Barras de hierro (Fe)


Yacimientos de cobre (Cu)
Barras de oro puro (Au)
Barras de plata pura (Ag)

La comprensión del enlace químico, la forma en que se efectúa, su


clasificación y características te permite entender el cambio químico que se
lleva a cabo cuando se unen los átomos de los elementos al transferir,
compartir o aportar electrones entre ellos.
A partir de la representación del enlace mediante la estructura o fórmula de
Lewis puedes visualizar, lo mismo que estructurar, fórmulas desarrolladas y
condensadas.

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2.1 ENLACE IÓNICO

El enlace iónico o electrovalente consiste en la atracción electrostática


entre partículas con cargas eléctricas de signos contrarios llamados iones.
Específicamente:
Un enlace iónico consiste en el enlace que se produce cuando átomos de
elementos metálicos se encuentran con átomos no metálicos, donde los
átomos de metal ceden electrones a los átomos de no metal, lo cual da
como resultado la transformación de iones positivos y negativos.

Este tipo de enlace se manifiesta generalmente entre átomos metálicos y


no metálicos en los que la transferencia de electrones ocurre desde los
átomos metálicos (menos electronegativos) hacia los no metálicos (más
electronegativos).
Un ion es una partícula cargada eléctricamente.
Puede ser un átomo o molécula que perdió o ganó electrones, es decir, que
no es neutro.

Los enlaces iónicos típicos son los de los haluros alcalinos, tales como
el cloruro de sodio, NaCl.

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2.2.1 REQUISITOS PARA LA FORMACIÓN DEL ENLACE
IONICO

La formación de los enlaces iónicos están relacionadas con las propiedades


periódicas de los átomos, los requisitos para formación de enlaces iónicos
son:

Valencia principal.
Energía de ionización.
Afinidad electrónica
Electronegatividad

Fue desarrollada por Walther Kossel para explicar el comportamiento


de las moléculas ionizables. Con base en la teoría de Lewis, establece:

a) se forma entre un átomo que posee 7 electrones de valencia y


átomos metálicos con uno o dos electrones en el último nivel, esto es entre
los grupos VIIA y IA-IIA.

b) una vez que se unen, adquieren una configuración isoelectrónica


de gas noble

c) en ciertas condiciones el enlace interatómico se rompe. El


resultado es la formación de iones, es decir de un átomo con carga
positiva o catión y un átomo de carga negativa o anión.

d) cuando dos elementos se localizan en grupos distantes en la tabla


periódica, se combinan con facilidad debido a que sus requerimientos
electrónicos son opuestos.
Esto recibe el nombre de regla de los contrarios.Kossel llama a este tipo de
unión, enlace electro Valente, después se modificó a heteropolar y
finalmente a iónico.

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El enlace iónico es el responsable de la formación de iones. Naturaleza
del enlace: Este tipo de enlace se efectúa entre metales y no metales
por transferencia de electrones del átomo metálico al más
electronegativo

Ejemplo:
El sodio, elemento del grupo IA, tiene un electrón en el nivel de
valencia. El cloro del VIIA que tiene 7 electrones de valencia. Debido a
sus requerimientos opuestos se combinan con facilidad para formar el
NaCl.

9
2.2.2 APLICACIONES Y LIMITACIONES DE LA REGLA DEL
OCTETO

La regla del octeto establece que los átomos de los elementos se enlazan
unos a otros en el intento de completar su capa de valencia (última capa de
la electrosfera).
La denominación “regla del octeto” surgió en razón de la cantidad
establecida de electrones para la estabilidad de un elemento, o sea, el átomo
queda estable cuando presenta en su capa de valencia 8 electrones.
Para alcanzar tal estabilidad sugerida por la regla del octeto, cada elemento
precisa ganar o perder (compartir) electrones en los enlaces químicos, de
esa forma ellos adquieren ocho electrones en la capa de valencia

La regla del octeto funciona principalmente para los elementos del segundo
periodo de la tabla periódica. Estos elementos solo tienen subniveles 2s 2p,
los cuales pueden contener un total de ocho electrones. Cuando un átomo
de uno de estos elementos forma un compuesto covalente, pueden obtener
la configuración electrónica de gas noble [Ne] al compartir electrones con
otros átomos del mismo compuesto.

Limitaciones de las reglas de octeto para las fórmulas de Lewis.

Las fórmulas de Lewis normalmente no se escriben para compuestos que


contienen metales de transición d y f. los metales de transición d y f utilizan
en el enlace orbítales s y p.

1.- La mayoría de los compuestos covalentes del berilio, Be. Debido a que
Be contiene solo dos electrones en la capa de valencia, habitualmente
forma solo dos enlaces covalentes cuando se enlaza con otros dos átomos.
Por lo tanto se usa cuatro electrones como el número necesario para Be en
la etapa 2, en la etapa 5 y 6 se usa solo dos pares de electrones para Be.

2.- La mayoría de los compuestos covalentes de los elementos del Grupo


IIIA, especialmente boro, B. Estos elementos contienen solo tres electrones
en la capa de valencia, así que a menudo forman tres enlaces covalentes
cuando se enlazan a otros tres átomos. Por lo tanto, se usa seis electrones

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como el número necesario para los elementos IIIA contiene solo tres
electrones en la etapa 2; y en las etapas 5 y 6 se usa solo tres pares de
electrones para los elementos IIIA.

3.- Los compuestos o iones que contienen un número impar de electrones


ejemplos son NO, con 11 electrones en la capa de valencia, y NO2, con 17
electrones en la capa de valencia.

4.- Compuestos o iones en los que el elemento central necesita más de ocho
electrones en la capa de valencia para mantener todos los electrones
disponibles, D. cuando uno se encuentra con esto, se añaden las reglas extra
a las etapas 4 y 6.

Etapa 4a: si C, el número de electrones compartidos, es menor que el


número necesario para enlazar todos los átomos al átomo central, entonces
C se aumenta el número de electrones necesario.

Etapa 6a: si C debe aumentarse en la etapa 4a, entonces los octetos de todos
los átomos podrían satisfacerse antes de que todos los electrones D hayan
sido añadidos. Colocar los electrones extra sobre el elemento central.

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2.2.3 COMPUESTOS IÓNICOS, PROPIEDADES

Los iones están compuesto cuando se combinan átomos de elementos


metálicos (de bajo potencial de ionización, por lo que es fácil arrancarles
electrones) con átomos de elementos no metálicos (de alta afinidad
electrónica, por lo que ganan electrones con facilidad) el camino que suelen
seguir estos átomos para completar su última capa es que el átomo del
metal pierde electrones y el del no metal los gane.

Esto es lo que ocurre cuando se combinan el sodio y el cloro. El sodio tiene


un único electrón en su capa más externa, y lo pierde con facilidad. De este
modo su capa más externa pasa a ser una capa completa. Por su parte, el
cloro tiene siete electrones en su capa más externa y facilidad para ganar
otro electrón.
De esta forma completa su última capa de electrones. El electrón de la capa
más externa del sodio es transferido a la capa más externa del sodio,
quedando ambos con su capa más externa completa. En este momento el
sodio tiene 11 protones en su núcleo y 10 electrones en su corteza, por lo
que tiene una carga de +1, y lo representamos como Na+. El cloro tiene
ahora 17 protones en su núcleo y 18 electrones en su corteza, por lo que
tiene una carga de -1, y lo representamos como Cl-.

Otros compuestos se forman por el mismo proceso de transferencia. Por


ejemplo, cuando se combinan el sodio y el oxígeno para formar el óxido de
sodio. En este caso, como el oxígeno sólo tiene seis electrones en su capa
más externa, se necesitan dos átomos de sodio, cada uno de los cuales
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aporta un electrón, para completar la capa más externa del oxígeno. Ambos
átomos de sodio tienen 11 protones en el núcleo y sólo 10 electrones en la
corteza, por lo que tienen una carga de +1, y los representamos como Na+.
Por su parte, el átomo de oxígeno tiene 8 protones en el núcleo y 10
electrones en la corteza, por lo que tiene una carga de -2, y lo
representamos como O-2.

Propiedades de los compuestos iónicos

Algunas características generales de un compuesto iónico:

 Son enlaces fuertes. La fuerza de esta unión atómica puede ser muy
intensa, por lo que la estructura de estos compuestos tiende a formar
redes cristalinas muy resistentes.
 Suelen ser sólidos. A temperaturas y rangos de presión normales
(T=25ºC y P=1atm), estos compuestos tienen estructura molecular
cúbica y rígida, que forma redes cristalinas que originan sales. También
existen líquidos iónicos denominados “sales derretidas”, que son poco
frecuentes, pero sumamente útiles.
 Poseen un alto punto de fusión y ebullición. Tanto el punto de
fusión(entre 300 ºC y 1000 ºC) como el de ebullición de estos
compuestos suele ser muy alto, pues se requieren grandes cantidades
de energía para romper la atracción electrostática entre los iones.
 Solubilidad en agua. La mayoría de las sales son solubles en agua y
otras soluciones acuosas que presenten un dipolo eléctrico (polos
positivo y negativo).
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 Conducción eléctrica. En su estado sólido no son buenos conductores
de electricidad, dado que los iones ocupan posiciones muy fijas en una red
cristalina. En cambio, una vez disueltos en agua o en solución acuosa, se
tornan eficaces conductores de la electricidad.
 Selectividad. Los enlaces iónicos pueden darse únicamente
entre metales de los grupos IA y IIA de la Tabla Periódica, y los no metales
de los grupos VIA y VIIA.

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2.2.4 FORMACIÓN DE IONES

Para que se forme un enlace iónico es necesario que la diferencia de


electronegatividad (capacidad de un átomo de atraer electrones de otro
átomo cuando se combinan en un enlace químico) entre ambos tipos de
átomos sea mayor o igual que 1,7 en la escala de Pauling, utilizada para
clasificar los átomos según sus valores de electronegatividad.

Si bien el enlace iónico se suele distinguir del covalente (consistente en


compartir pares electrónicos de la capa externa o de valencia de ambos
átomos), en realidad no existe un enlace iónico puro sino que este modelo
consiste en una exageración del enlace covalente, útil para el estudio del
comportamiento atómico en estos casos.
Siempre existe algún margen de covalencia en estas uniones.

Sin embargo, a diferencia de los átomos que forman los enlaces covalentes
que constituyen a menudo a las moléculas polares, los iones no poseen un
polo positivo y otro negativo, sino que en ellos predomina por entero una
sola carga. Así, tendremos cationes cuando un átomo pierde electrones
(queda con carga positiva) y aniones cuando un átomo gana electrones
(queda con carga negativa).

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2.2.5 REDES CRISTALINAS

La cristalografía es la ciencia que estudia las formas y propiedades


fisicoquímicas de la materia en estado cristalino.

La mayor parte de los sólidos de la naturaleza son cristalinos, lo que significa


que los átomos, moléculas o iones que los forman se disponen ordenados
geométricamente en el espacio. Esta estructura ordenada no se aprecia en
muchos casos a simple vista.

Esto es debido a que existe un conjunto de microcristales orientados de


diferentes maneras formando una estructura policristalina que parece
amorfa. Las redes cristalinas se caracterizan fundamentalmente por un orden
o periodicidad.
El conjunto de elementos de simetría de un objeto que pasan por un punto,
definen la simetría total del objeto (grupo puntual de simetría).
Hay muchos grupos puntuales, pero en los cristales éstos han de ser
compatibles con la periodicidad (repetitividad por traslación) por lo que
hay sólo 32 posibles grupos puntuales que se denominan clases cristalinas.
Combinando las dos traslaciones y el ángulo que forman entre sí, sólo hay
cinco posibles formaciones de redes planas: paralelogramo, rectángulo,
cuadrado, hexágono y rombo.

Si formamos una red espacial apilando estas redes planas, sólo existen
catorce posibles formaciones que representan las formas más sencillas en
que puede descomponerse la materia cristalina sin que por ello pierdan sus
propiedades originales, son las llamadas redes de Bravais.
Los cristales presentan formas más o menos regulares con definición de
aristas, caras y vértices. Internamente,
Están constituidos por partículas que guardan entre sí relaciones y
distancias fijas; estos parámetros internos se estudian mediante rayos X,
mientras que los externos se realizan midiendo los ángulos que forman su
cara
16
3.2.5.1 ESTRUCTURA

La estructura interna de los cristales viene representada por la llamada


celdilla unidad que se repite una y otra vez en las tres direcciones del
espacio.
El tamaño de esta celdilla viene determinado por la longitud de sus tres
aristas (a, b, c), y la forma por el valor de los ángulos entre dichas aristas
(α,β,γ).

REDES CRISTALINAS SIMPLES:


Representan todas las posibles redes
puntuales de átomos situados en vértices.
Sus celdas unidad son CELDAS
PRIMITIVAS.
REDES CRISTALINAS DE BRAVAIS:
Redes puntuales más complejas
Cumplen la propiedad de misma vecindad.
Sus celdas unidad: ‘CELDAS NO
PRIMITIVAS’
La posición atómica en ‘no vértice’ da
lugar:
Redes SENCILLAS
Redes CENTRADAS EN EL CUERPO
Redes CENTRADAS EN LAS CARAS.
Redes CENTRADAS EN LA BASE.

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3.2.5.2 ENERGIA

La electrostática enseña que al acercarse dos iones de distinta carga, a una


cierta distancia entre ellos, se libera una cierta cantidad de energía; la
misma que hay que aportar para acercar dos iones de la misma carga a la
misma distancia. La energía puesta en juego al disponer dos cargas zAe y
zBeB , a una distancia rAB, es de la forma:

Si zA y zB son de distinto signo, U resulta negativa, es decir, se libera


energía; si son del mismo signo, U es positiva, y ello significa que se debe
aportar energía exterior.
Cuando la nube de iones colapsa para formar un sólido iónico se libera
energía. Esta energía liberada es la que estabiliza el sólido cristalino
formado. El sólido tiene un contenido energético inferior (es más estable)
que el conjunto independiente de sus iones.
La energía reticular, ΔHºR, de un sólido iónico se define como la variación
de energía necesaria para disociar un mol del compuesto sólido en sus iones.
En el caso del NaCl se define como la variación de energía puesta en juego
en la reacción:

La energía reticular es siempre positiva (es necesario un aporte energético


exterior para estos procesos); y es la misma, pero de signo contrario, que la
energía que se libera al colapsar la nube de iones para formar el sólido.
• Como siempre en termodinámica, la energía reticular debe definirse en
condiciones estándar de todos los reactivos y productos de la reacción (fase
estable a 1 atm de presión y a 25 ºC).
• La energía reticular de un sólido iónico es una magnitud que no puede
determinarse a partir de medidas experimentales directas. Se utiliza un
método indirecto basado en la termodinámica, que se conoce con el nombre
de ciclo de Born-Haber.
22
• Consideremos un mol de NaCl sólido en condiciones estándar, cuyo nivel
o contenido energético se toma, arbitraria y convencionalmente, igual a
cero. A continuación se realizan los siguientes pasos:
a) Primer paso. Se disocia la sal en sus elementos constituyentes (no iones).

Puesto que la energía de formación molar de la sal, ΔHºF, se define según


la reacción:

Entonces la variación de energía implicada, ΔH, es igual a - ΔHºF.


b) Segundo paso. Se sublima el mol de átomos de sodio formados

c) Tercer paso. Se disocia el medio mol de moléculas de cloro formadas,


dando un mol de átomos de cloro.

d) Cuarto paso. Se ioniza el mol de átomos de sodio formados.

e) Quinto paso. Se ioniza el mol de átomos de cloro formados con el mol


de electrones generados en el paso anterior.

La variación de energía es igual a la energía de afinidad molar del cloro,


ΔHºA , tipo de energía que suele ser negativa (en este proceso se libera
calor)
Hasta ahora la energía puesta en juego es:

Esto quiere decir que nos encontramos a un nivel de 787 kJ/mol por encima
del nivel entálpico de un mol de NaCl sólido.
f) Sexto paso. La nube de iones colapsa para formar el sólido, liberándose
toda la energía anterior.

Ahora el sistema final es idéntico al inicial, por tanto, la suma de todas las
variaciones de energía puestas en juego debe de ser igual a cero.
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Cálculo teórico de la energía reticular
• Las principales interacciones entre los iones de un sólido iónico ideal son
de naturaleza electrostática.
• Las atracciones-repulsiones coulombianas entre los diferentes iones
(considerados como esferas cargadas) son el componente más importante
de la energía reticular.
• Las repulsiones entre las capas electrónicas de los iones son mucho
menos significativas aunque en absoluto despreciable.
• Las repulsiones núcleo-núcleo, las fuerzas de atracción de Van der Waals
interiónicas, y la propia energía vibracional de los iones en la red (incluso
en el cero absoluto), son otros componentes que contribuyen en mucha
menor extensión a la energía reticular, y que pueden obviarse en un primer
tratamiento elemental.
a) “Componente coulombiana de la energía reticular”.
• Para simplificar el cálculo se considerará un hipotético cristal
unidimensional formado por un alineamiento de cationes de carga +ze y
aniones de carga -ze alternados y uniformemente espaciados (d). La celda
unidad de este cristal unidimensional contiene solamente un catión y un
anión.

La energía de interacción electrostática de un catión de referencia con todos


los demás se expresa de la forma:

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Si se considera entonces un mol de cristal (que contiene un mol de cationes
y un mol de aniones), la energía de interacción electrostática total será:

La expresión 2ln2 es un valor característico de la estructura cristalina


considerada en este caso, y que vale 1,386. Depende del número de iones
de la celda unidad y de su disposición en la misma (simetría). Este valor
característico es denominado constante de Madelung de la estructura y
designado con el símbolo A.
• Cada estructura cristalina de un tipo determinado tiene su propia
constante de Madelung característica, que depende de la propia simetría de
la red (ACsCl = 1.763; ANaCl = 1.748; AZnS = 1.638).
Se puede demostrar que en el caso general de un sólido iónico con cationes
de carga zCe y aniones de carga zAe, con una distancia interiónica dCA, la
componente coulombiana de la energía reticular se escribe de la forma:

b) “Componente de repulsiones interelectrónicas de la energía reticular”.


• Las repulsiones entre las capas electrónicas de los iones son complejas y
difíciles de sistematizar (tal como ocurría con los átomos y moléculas). Se
acepta que la energía de interacción de las repulsiones interelectrónicas en
un cristal iónico se puede expresar de la forma:

En donde N es el número de avogadro, C' y d* constantes propias de cada


sólido iónico en particular.
Al tener en cuenta las repulsiones coulombianas y las interacciones
electrostáticas, se obtiene la ecuación de Born-Mayer para la energía
reticular de un sólido iónico:

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La energía reticular UR es función de la distancia interiónica dCA,por
tanto, el valor mínimo de UR se obtiene resolviendo la ecuación:

En esta última expresión puede despejarse C' y sustituirla en la ecuación de


BornMayer mostrada, con lo que se obtiene la ecuación de Born-Mayer en
su forma más habitual:

Ecuacíón de Kapustínskii
Esta ecuación es muy útil ya que permite conocer la UR de un compuesto
sin necesidad de conocer su estructura cristalina.
• Kapustinskii propone que hay una hipotética estructura de sal gema que
es energéticamente equivalente a la verdadera estructura de cualquier
sólido iónico.

En esta ecuación, d = rC + rA, K = 1,21 MJ Å mol-1 y n es el número de


iones por unidad de fórmula.
Aplicaciones de la energía reticular
• Los valores de la energía reticular pueden utilizarse para explicar
cualitativamente ciertos comportamientos de los compuestos sólidos
iónicos.
• En la ecuación de Born-Mayer aparece un primer factor:

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Según el cual la energía reticular es directamente proporcional al producto
de las cargas de los iones, e inversamente proporcional a la distancia
catión-anión. Por tanto se puede aproximar que la energía reticular es
proporcional al factor electrostático, ζ:

Este razonamiento se puede utilizar para evaluar distintas propiedades de


los sólidos iónicos:
a) Puntos de fusión.
Consideremos compuestos, de igual estructura cristalina, formados por un
mismo catión y diferentes aniones. Al aumentar el tamaño del anión
aumentaría la distancia interiónica dCA, lo que implica una disminución de
la energía reticular.

La disminución progresiva de la energía reticular se refleja en una


disminución de los puntos de fusión (temperatura a la que se destruye la red
a una presión exterior determinada) de los correspondientes compuestos.
Similar secuencia se obtiene si se comparan compuestos, de igual
estructura cristalina, formados por diferentes cationes y un mismo anión:
LiF < NaF > KF > RbF
El LiF presenta un comportamiento anómalo, y en general todos los haluros
de litio, que se atribuye al pequeño tamaño del catión Li+.
b) Dureza de un sólido.
La variación de energía reticular en los óxidos de alcalinotérreos
(estructura sal gema) es:

La dureza de los mismos varía en el mismo sentido. La dureza es la


resistencia que tienen los sólidos a rayarse superficialmente.

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3.2.5.3 RADIOS IÓNICOS
Las variaciones generales de los radios iónicos son las mismas que las de
los radios atómicos:
Los radios iónicos aumentan al bajar en un grupo: Li+ < Na+ < K+ < Rb+
< Cs+
Los radios de iones de la misma carga disminuyen a lo largo de un período:
Ca2+ > Mn2+ > Zn2+
Cuando un ion puede encontrarse en entornos con números de coordinación
diferentes, su radio aumenta conforme lo hace el número de coordinación:
4 < 6 < 8 < 10 < 12
Si un elemento puede existir en varios estados de oxidación diferentes,
entonces para un número de coordinación determinado su radio iónico
disminuye al aumentar el número de coordinación: Fe2+ > Fe3+
Como una carga positiva indica una reducción del número de electrones y,
por tanto, una atracción nuclear mayor, los cationes son, ordinariamente,
más pequeños que los aniones.
Un parámetro muy utilizado es la relación de radios, ρ, de los iones, que
indica el cociente entre el radio del ion más pequeño (r ˂) y el más grande
(r>)

Se puede razonar que si la relación de radios cae por debajo del mínimo
dado, entonces los iones de cargas opuestas no se encontrarán en contacto y
los iones de cargas iguales se tocaran.
• Según la electrostática simple, el número de coordinación menor, en el
que se restablece el contacto entre los iones de cargas opuestas, se hace
entonces más favorable.
• Conforme aumenta el radio iónico de M+, se pueden empaquetar más
aniones a su alrededor.

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2.3 ENLACE COVALENTE

Los átomos se vuelven más estables es al compartir electrones (en lugar de


ganarlos o perderlos por completo), formando así enlaces covalentes. Estos
enlaces son más comunes que los enlaces iónicos en las moléculas de los
organismos vivos.

Por ejemplo, los enlaces iónicos son clave para la estructura de las
moléculas orgánicas basadas en el carbono, como nuestro ADN y
proteínas. También hay enlaces covalentes en moléculas inorgánicas más
pequeñas, tales como H2O, CO2, O2. Se pueden compartir uno, dos o tres
pares de electrones, lo que resulta en enlaces simples, dobles o triples,
respectivamente. Entre más electrones compartan dos átomos, más fuerte
será el enlace.

Ejemplo de enlace covalente, examinemos el agua. Una sola molécula de


agua, H2O, está compuesta de dos átomos de hidrógeno unidos a un átomo
de oxígeno.

Cada hidrógeno comparte un


electrón con el oxígeno y el
oxígeno comparte uno de sus
electrones con cada hidrógeno:

Los electrones compartidos dividen su tiempo entre las capas de valencia


de los átomos de hidrógeno y oxígeno, y le dan a cada átomo algo que se
parece a una capa de valencia completa (dos electrones para el H, y ocho
para el O). Esto hace que una molécula de agua sea mucho más estable de
lo que serían los átomos que la componen por sí solos.

29
Enlaces covalentes polares

Hay dos tipos principales de enlaces covalentes: polar y no polar. En


un enlace covalente polar, los electrones se comparten de forma no
equitativa entre los átomos y pasan más tiempo cerca de un átomo que del
otro. Debido a la distribución desigual de electrones entre los átomos de
diferentes elementos, aparecen cargas ligeramente positivas (δ+) y
ligeramente negativas (δ–) en distintas partes de la molécula.

En una molécula de agua (arriba), el enlace que une al oxígeno con cada
hidrógeno es un enlace polar. El oxígeno es un átomo mucho
más electronegativo que el hidrógeno, por lo que el oxígeno del agua tiene
una carga parcialmente negativa (tiene una densidad de electrones alta),
mientras que los hidrógenos llevan cargas parcialmente positivas (tienen
una densidad electrónica baja).

En general, la electronegatividad relativa de los dos átomos en un


enlace, es decir su tendencia a acaparar los electrones compartidos,
determinará si el enlace es polar o no polar. Siempre que un elemento
sea significativamente más electronegativo que otro, el enlace entre
ellos será polar; esto significa que uno de sus extremos tendrá una
carga ligeramente positiva y el otro una carga ligeramente negativa.

Enlaces covalentes no polares

Los enlaces covalentes no polares se forman entre dos átomos del mismo
elemento o entre átomos de diferentes elementos que comparten electrones
de manera más o menos equitativa. Por ejemplo, el oxígeno molecular (O2)
no es polar porque los electrones se comparten equitativamente entre los
dos átomos de oxígeno.

Otro ejemplo de enlace covalente no polar puede encontrarse en el metano


(CH4). El carbono tiene cuatro electrones en su capa exterior y requiere
cuatro más para volverse un octeto estable. Los consigue al compartir

30
electrones con cuatro átomos de hidrógeno, cada uno de los cuales le
provee de un electrón. Del mismo modo, los átomos de hidrógeno necesitan
un electrón adicional cada uno para llenar su capa más externa, los cuales
reciben en forma de electrones compartidos del carbono. Aunque el
carbono y el hidrógeno no tienen exactamente la misma electronegatividad,
son bastante similares, así que los enlaces carbono-hidrógeno se consideran
no polares.

31
2.3.1 TEORIAS PARA EXPLICAR EL ENLACE COVALENTE

En la actualidad existen dos teorías para explicar el enlace covalente: la


Teoría del Enlace de Valencia y la Teoría de Orbitales Moleculares. Es
preciso hacer notar que ninguna de las dos teorías es "mejor" que la otra, y
que cada una de ellas puede ser más adecuada en función del parámetro,
del cálculo o de la propiedad que se esté estudiando. Así, por ejemplo, si se
trata de determinar la geometría molecular o la energía de disociación,
propiedades del estado fundamental de la molécula, es más conveniente
emplear la Teoría del Enlace de Valencia. En cambio, si se trata de explicar
las propiedades espectroscópicas, es preferible emplear la Teoría de
Orbitales Moleculares. En realidad ambas teorías son incluso
complementarias, hasta tal punto que no utilizar ambas supondría limitar
las herramientas disponibles para el estudio del enlace.

La Teoría del Enlace de Valencia (T.E.V.)


La Teoría del Enlace de Valencia fue la primera teoría, basada en la mecánica
cuántica, que se desarrolló para explicar el enlace en las moléculas
covalentes. Se puede considerar que expresa el concepto de Lewis del enlace
en términos de las funciones de ondas. En 1927, Heitler y London
propusieron un tratamiento mecano-cuántico para la molécula de hidrógeno,
que fue posteriormente desarrollado por investigadores como Pauling y
Slater, entre otros. Lo que aparece a continuación es un resumen del trabajo
de Pauling y Coulson.

Como primera aproximación, considérense dos átomos de hidrógeno que se


encuentran muy separados entre sí, a distancia infinita, de forma que no hay
interacción posible entre ellos. La función de onda que describe al sistema
será igual al producto de las funciones de onda que describen a cada átomo
por separado:

Donde φA y φB representan a los orbitales 1s de cada átomo de hidrógeno.


Cuando se resuelve la ecuación de ondas en función de la distancia de

32
separación entre los átomos, se obtiene un valor de la energía de -24 kJ/mol
y una distancia de equilibrio de 90 pm.
Los valores experimentales para esta molécula son –458 kJ/mol y 74 pm,
respectivamente, lo que indica que esta aproximación dista mucho de
representar la situación real.

Una mejora de dicha función, sugerida por Heitler y London, consiste en


suponer que los electrones no pueden ser asignados de manera taxativa a
los núcleos A y B. Cuando los átomos se aproximan hasta la distancia de
equilibrio, no es posible distinguir si el electrón 1 está ligado al átomo A o
al átomo B, y lo mismo sucede con el electrón 2. Así pues, una descripción
del sistema igualmente válida es la que representa la función de onda Ψ =
φA(2)φB(1), en la cual el electrón 2 está en el átomo A y el electrón 1 en el
átomo B. Como ambas funciones son igualmente probables, la mejor
función que describe al sistema resulta de una combinación lineal de
ambas:

Los valores de energía y distancia que se obtienen en este caso son -303
kJ/mol y 86.9 pm. Aunque estos valores aún están lejos de los
correspondientes a la molécula real, sí se acercan más que los anteriores. Esta
aproximación suele llamarse de intercambio, pues se basa en la posibilidad
de que los electrones cambien de núcleo en lo que a asignaciones se refiere.
Una mejora posterior hace uso de la carga nuclear efectiva. Aunque tenemos
dos electrones y dos núcleos, cada electrón apantalla al otro en cierto grado,

33
por lo que el empleo de Zef en φA y φB podría mejorar el cálculo. Y así
sucede, como se observa en la tabla.
Pero aún es posible incluir una corrección adicional que supone que en algún
momento los dos electrones puedan “pertenecer” a un único átomo (A o B)
simultáneamente, en lo que comúnmente se denomina la contribución iónica.
Aunque es una situación extrema, no lo es menos el suponer que los dos
electrones van a estar siempre uno con cada núcleo. Así pues, lo que esto
presupone es la existencia de una parte iónica en un enlace covalente:

Entonces puede escribirse la siguiente función de onda molecular:

En la que los dos primeros términos representan la estructura covalente y


los dos siguientes las estructuras iónicas. Como los dos electrones tienden a
repelerse entre sí, la probabilidad de encontrar a los dos sobre el mismo
núcleo es inferior y por eso la contribución iónica pesa menos que la
covalente (λ < 1). Esta ecuación puede escribirse también de la forma
siguiente:

Resulta obvio que esta función de onda puede modificarse por adición
de términos que acerquen los cálculos hasta los valores
experimentales. De hecho, se ha publicado una función Ψ con 100
términos que acerca el valor de la energía hasta el límite de 0.01
kJ/mol.
La función de onda Ψ representa un enlace σ (sigma). Este orbital
presenta simetría cilíndrica alrededor del eje internuclear. La siguiente
figura muestra la variación de la energía potencial para la molécula de
H2 en función de la distancia internuclear. Esta curva presenta un mínimo
que corresponde a la distancia de equilibrio (o de enlace) en esta molécula.

34
2.3.2 ENLACE VALENCIA

La mecánica cuántica proporciona una explicación más completa del enlace


covalente de lo que lo hace la teoría de Lewis de la compartición de
electrones, justificando el papel del par de electrones en la constitución de
los enlaces y, al mismo tiempo, describiendo la geometría de las moléculas
formadas.
Consideremos la formación de una molécula de hidrógeno (H2). Cuando
los dos átomos de Hidrógeno se aproximan, sus núcleos atraen cada vez
más a las nubes electrónicas del otro átomo. Llega un momento en que las
nubes se solapan parcialmente, con lo que la densidad electrónica entre los
núcleos se ve incrementada. Es esta densidad electrónica elevada la que
mantiene unidos, por atracción electrostática los dos núcleos, quedando así
constituida la molécula.
La formación del enlace H – H, puede expresarse, por tanto, diciendo que
se solapan los orbitales 1s de los dos átomos. El solapamiento supone que
ambos orbitales comparten una región común del espacio entre los dos
núcleos, donde podríamos decir que la probabilidad de encontrar al electrón
es máxima.
Desde el punto de vista energético, cuando los átomos están muy
separados, no hay interacción (E=0). Al aproximarse, comienza el
solapamiento de los orbitales 1s y la fuerza de atracción entre los átomos se
incrementa, con lo que la energía potencial del sistema disminuye y llega a
alcanzar un mínimo.
En este momento, el solapamiento es el óptimo y la distancia entre los
núcleos es precisamente la longitud del enlace H – H de la molécula H2.
Si a partir de este momento, seguimos acercando los átomos, la energía
potencial aumenta debido a la repulsión ejercida por los dos núcleos de los
dos átomos.
Una idea que conviene subrayar es que, para que el proceso sea favorable,
los orbitales atómicos que se solapan espacialmente deben poseer
electrones desapareados con espines opuestos (para no incumplir el
principio de exclusión de Pauli). Esto también explicaría la razón por la que

35
los gases nobles no se unen ni siquiera consigo mismos, ya que no tienen
electrones desapareados.
Así pues, la covalencia de un elemento o, el número de enlaces covalentes
que podrá formar es igual al número de electrones que posee desapareados.
Por ejemplo el flúor tiene una covalencia de 1, el oxígeno de 2.
Algunos elementos tienen más de una covalencia ya que al tener orbitales
vacíos pueden desaparear electrones, por ejemplo, el cloro tiene una
covalencia de 1, 3, 5 ó 7 porque posee los orbitales “3d” vacíos.

36
2.3.3 HIBRIDACIÓN DE LOS ORBITALES

La Hibridación de orbitales atómicos fue postulada por Pauling en el 1931


para poder explicar la geometría experimental determinada para algunas
moléculas. Considera que los orbitales atómicos se pueden combinar entre
ellos para dar lugar a unos orbitales resultado de dicha combinación
(“mezclas”) que llamamos orbitales híbridos. Se obtienen tantos orbitales
híbridos como orbitales atómicos se combinen (si se combinan 3 orbitales
atómicos, se obtienen 3 orbitales híbridos).
Cabe destacar que el átomo que se hibrida es el átomo central. Los otros
átomos enlazados a éste se enlazarán, generalmente, con su orbital atómico
correspondiente sin hibridar, salvo en el caso de los enlaces carbono-
carbono.

*Orbitales moleculares sigma (σ): Los orbitales atómicos se solapan


frontalmente y se produce un único solapamiento de las respectivas nubes
electrónicas. Tiene un eje de simetría con respecto a la línea que une los
dos núcleos. Una rotación con respecto a dicho eje no produce ningún
cambio.
La máxima probabilidad de encontrar a los electrones en este tipo de
orbitales, se concentra entre los dos núcleos fundamentalmente. A
continuación te presentamos algunos ejemplos:

37
*Orbitales moleculares pi (π): Los orbitales atómicos se solapan
lateralmente y se produce dos o más solapamiento de las respectivas nubes
electrónicas. Existe un plano nodal de simetría que incluye a los núcleos y
la máxima probabilidad de encontrar a los electrones en el orbital
molecular formado no se concentra entre los núcleos:

Un orbital molecular es tanto más estable cuanto mayor es el grado de


solapamiento entre los orbitales atómicos que lo forman. Los orbitales
moleculares s son más estables que los P porque el grado de solapamiento
de los orbitales "s" es mayor que el de los "p".

38
2.3.3.1 TEORIA DE LA HIBRIDACION FORMACIÓN,
PRESENTACIÓN Y CARACTERISTICAS DE LOS ORBITALES
HIBRIDOS: sp3, sp2, sp, d2sp3, dsp3, sd3, dsp3.

Hibridación sp
Combinación de un orbital s y de un orbital p para dar dos orbitales
híbridos que reciben el nombre de “híbridos sp” y se disponen de forma
lineal. Dentro de la misma vamos a estudiar dos casos:
 Hibridación sp con enlaces simples. Veremos la geometría de la molécula
de cloruro de berilio, BeCl2.
 Hibridación sp con enlaces triples carbono-carbono: el caso de los
alquinos, hidrocarburos con triples enlaces; en concreto vamos a ver la
geometría de la molécula de etino.
Hibridación sp2
Combinación de un orbital s y de 2 orbitales p para dar tres orbitales
híbridos que reciben el nombre de “híbridos sp2” y se disponen de forma
trigonal plana.
 Hibridación sp2 con enlaces simples. BF3.
 Hibridación sp2 con enlaces dobles carbono-carbono: el caso de los
alquenos, hidrocarburos con dobles enlaces; en concreto, vamos a ver la
geometría de la molécula de eteno.
Hibridación sp3

Combinación de un orbital s y de 3 orbitales p para dar cuatro orbitales


híbridos que reciben el nombre de “híbridos sp3” y se disponen de forma
tetraédrica. Los compuestos cuyo átomo central presenta hibridación sp3
central sólo pueden formar enlaces simples dado que no tiene orbitales p
libres que puedan formar un enlace pi de solapamiento lateral. Así, sólo
vamos a ver un tipo de esta hibridación:
Hibridación sp3 (siempre enlaces simples):
El caso de los alcanos, hidrocarburos con enlaces simples carbono-carbono,
como el metano, CH4 (un único carbono) o el etano, CH3-CH3, y otras
moléculas corrientes como el agua o el amoniaco.

39
Estos orbitales atómicos híbridos deben reunir las siguientes
características:
Su número es igual al de orbitales atómicos puros que se combinan
linealmente.
Todos los orbitales híbridos del mismo tipo poseen la misma energía y tienen
igual forma, solo difieren en su orientación espacial.
Los ángulos entre los orbitales híbridos del mismo tipo son iguales.

En la tabla siguiente se resumen las características de diferentes tipos de


orbitales híbridos y se indica los orbitales atómicos que se hibridan así como los
ángulos entre los orbitales híbridos

En todos los casos cada orbital híbrido está formado por dos lóbulos, uno de
gran tamaño y otro muy reducido, dirigidos según sentidos opuestos.

Veamos cómo se puede explicar la formación de enlaces mediante la


hibridación de orbitales.

40
Difluoruro de berilio, BeF2:
La configuración del berilio es Be: 1s2 2s22p0 y podría desaparear los dos
electrones para formar dos enlaces de diferente energía y con un ángulo
de 90º.
Pero si previamente a la formación del enlace, se combina linealmente
un orbital 2s con un orbital 2p, dispondría de dos orbitales atómicos
híbridos sp de igual energía que forma un ángulo de 180 º.

Cada uno de esos dos orbitales híbridos 2sp se solapan con un orbital 2p de
cada uno de los dos átomos de flúor de la molécula. La molécula resultante
presenta dos enlaces Be-F de igual energía y longitud de enlace entre los
que existe un ángulo de 180º.

41
2.4 ENLACE METALICO

Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos


los átomos (unión entre núcleos atómicos y los electrones de valencia, que
se agrupan alrededor de éstos como una nube) de los metales entre sí. Estos
átomos se agrupan de forma muy cercana unos a otros, lo que produce
estructuras muy compactas. Se trata de redes tridimensionales que
adquieren la estructura típica de empaquetamiento compacto de esferas. En
este tipo de estructura cada átomo metálico está rodeado por otros doce
átomos (seis en el mismo plano, tres por encima y tres por debajo).
Además, debido a la baja electronegatividad que poseen los metales, los
electrones de valencia son extraídos de sus orbitales y tienen la capacidad
de moverse libremente a través de compuesto metálico, lo que otorga a éste
las propiedades eléctricas y térmicas. Este enlace sólo puede presentarse
en sustancias en estado sólido.

CARACTERÍSTICAS DEL ENLACE METÁLICO

Las características más importantes de los enlaces metálicos se deben en


gran manera a la naturaleza del enlace metálico. Entre ellas se destacan:
1. Suelen ser sólidos a temperatura ambiente, excepto el mercurio, y sus
puntos de fusión y ebullición varían notablemente.
2. Las conductividades térmicas y eléctricas de los metales son muy
elevadas (esto se explica por la enorme movilidad de sus electrones de
valencia menor).
3. Presentan brillo metálico.
4. Son dúctiles y maleables (la enorme movilidad de los electrones de
valencia hace que los cationes metálicos puedan moverse entre sí sin
producir una rotura).
5. Pueden emitir electrones cuando reciben energía en forma de calor.
6. Pueden perder electrones de sus últimas capas cuando reciben cuantos
de luz (fotones),

42
El enlace metálico es característico de los elementos metálicos. Es un
enlace fuerte, primario, que se forma entre elementos de la misma especie.
Al estar los átomos tan cercanos unos de otros, interaccionan sus núcleos
junto con sus nubes electrónicas, empaquetándose en las tres dimensiones,
por lo que quedan los núcleos rodeados de tales nubes. Estos electrones
libres son los responsables que los metales presenten una
elevada conductividad eléctrica y térmica, ya que estos se pueden mover
con facilidad si se ponen en contacto con una fuente eléctrica. Los metales
generalmente presentan brillo y son maleables.
Los elementos con un enlace metálico están compartiendo un gran número
de electrones de valencia, formando un mar de electrones rodeando un
enrejado gigante de cationes. Muchos de los metales tienen puntos de
fusión más altos que otros elementos no metálicos, por lo que se puede
inferir que hay enlaces más fuertes entre los distintos átomos que los
componen.
El enlace metálico explica muchas características físicas de metales, tales
como fuerza, maleabilidad, ductilidad, conducción del calor y de la
electricidad, y brillo o lustre (devuelven la mayor parte de la energía
lumínica que reciben).
La vinculación metálica es la atracción electrostática entre los átomos del
metal o cationes y los electrones deslocalizados. Esta es la razón por la cual
se puede explicar un deslizamiento de capas, dando por resultado su
característica maleabilidad y ductilidad.

43
2.4.1 CLASIFICACIÓN DE LOS SOLIDOS EN BASE A SU
CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA: AISLANTE,
SEMICONDUCTOR, CONDUCTOR

Conductor

Los conductores son materiales (generalmente metales), cuya estructura


electrónica les permite conducir la corriente eléctrica a bajas temperaturas
o temperatura ambiente; su resistividad al paso de la corriente eléctrica es
muy baja. De acuerdo con la teoría de bandas, son aquellos materiales
cuyas bandas de valencia y de conducción, se encuentran muy próximas
entre sí, al grado de que, en algunos casos, estas bandas se encuentran
sobrepuestas. Los electrones de valencia en un átomo, son los que se
encuentran en el nivel energético más externo y ellos permiten los enlaces
entre los átomos en los compuestos o entre átomos del mismo tipo en una
molécula o un cristal. Por su parte, los electrones de conducción son los
que se han promovido a niveles energéticos vacíos, lo que da lugar a su
mayor movilidad y, eventualmente, da origen a las corrientes eléctricas.
Veamos lo que sucede, tanto con los electrones en estados energéticos de
átomos aislados, como los que se encuentran en estados energéticos en un
cristal (átomos inter-actuantes).

En la Fig. 2, se observa el caso del metal litio (Li), un buen conductor


metálico. Primero se ven los estados disponibles en un átomo aislado;
luego, cuando tenemos N átomos aislados, los estados disponibles (o

44
capacidad de los orbitales), por tanto, se ven multiplicadas por N (parte
central del esquema), pero los niveles energéticos permanecen básicamente
idénticos. Cuando los N átomos se encuentran muy cercanos entre sí, como
en el caso de una red cristalina en un sólido, la capacidad electrónica no
solo se ve multiplicada por N, sino que los estados disponibles no son más
coincidentes con los estados energéticos de los N átomos aislados, pues se
expanden para formar bandas de energía (parte final del esquema). Las
regiones entre las bandas energéticas disponibles son zonas que no pueden
ser ocupadas por los electrones (bandas prohibidas o barreras energéticas).
Desde luego, en el átomo de litio, el orbital 1s se encuentra ocupado por 2
electrones, el 2s está parcialmente ocupado (1 electrón) y los 2p se hallan
vacíos. Por tanto, en el Li, la banda 2s constituye la banda de valencia; la
banda 2p es la banda de conducción. En general, en los metales
conductores, la banda de valencia y la banda de conducción se encuentra
prácticamente juntas. La conductividad en algunos metales, como el sodio,
constituye un caso muy especial, pues la banda de valencia (parcialmente
llena), se encuentra sobrepuesta con la banda adyacente vacía, lo que hace
al sodio un metal altamente conductor (Fig. 3).

Aislantes.
Los aislantes son materiales con una resistencia tan alta, que no es posible
la conducción eléctrica a través de ellos. Un caso extremo, de este tipo de
materiales, es el diamante (Fig. 4).

En el diamante, debido a su particular estructura


cristalina, existe una barrera de energía de 6 eV
entre la banda de energía más baja 2p (llena con 2N
electrones) y los restantes estados disponibles 2p
(4N estados posibles), por lo cual no se puede
promover electrones de la banda de valencia hacia
la banda de conducción. Para este aislante no es
posible ganar energía por absorción de fotones (con
energías menores a 6 eV). Por el contrario, en los
45
materiales conductores, los electrones de valencia pueden ser promovidos
fácilmente hacia la banda de conducción por incidencia fotónica (también
por temperatura), ya que hay un continuo de estados disponibles
inmediatamente arriba de la banda de valencia. Por esta razón, los
materiales conductores son opacos a la luz visible; el diamante es, en
especial, totalmente transparente a la luz visible.

Semiconductores.
Los semiconductores se encuentran situados, por lo que hace a su
resistencia, entre los conductores y los aislantes, ya que a
temperaturas muy bajas difícilmente conducen la corriente
eléctrica y más bien se comportan como aislantes pero, al
elevar su temperatura o al ser sometidos a un campo
eléctrico externo, su comportamiento cambia al de los
conductores. Estos semiconductores son conocidos como
intrínsecos y, en ellos, las bandas de conducción y
valencia se encuentran separadas por una barrera de
energía (banda prohibida) más pequeña (comparada con la
del diamante), de aproximadamente 1 eV (1.1 eV para el
Sí y 0.7 eV para el Ge).

En este tipo de materiales, cuando se transfiere un electrón de la banda de


valencia a la banda de conducción, se crea un “hueco” que actúa como un
"transportador" de carga positiva, fenómeno que eventualmente puede crear
una “corriente positiva”.

46
Para entender el movimiento relativo de los huecos, podemos imaginar a
los electrones como esferas que se mueven por un tubo [Fig. 6, (a)].
Cuando una esfera (electrón) se disloca, deja un espacio vacío (hueco
positivo), el cual es ocupado inmediatamente por la esfera (electrón)
adyacente, (b) y (c).
El desplazamiento se repite hasta que la última esfera (electrón) se mueve,
dejando un último espacio vacío (hueco), (d). El movimiento de las esferas
hacia la izquierda, genera un movimiento aparente de los espacios vacios
hacia la derecha.
De la misma manera, puede entenderse el movimiento, en sentidos
opuestos, de los electrones (negativos) y “huecos” positivos, en un
semiconductor.
En los semiconductores intrínsecos, el número de electrones disponibles
para la conducción y los correspondientes huecos formados, se encuentran
en igual número y los materiales de este tipo son de poca utilidad para la
electrónica. Sin embargo, cuando se agregan ciertos átomos (impurezas) a
estos materiales, sus propiedades eléctricas cambian notablemente. Así,
cuando se agrega una impureza “donadora de electrones”, la proporción de
electrones será mayor que la de huecos, y el material se comportará como
un “portador de carga negativa” 1 (electrónica), aunque los huecos estarán
presentes en menor proporción.
De la misma forma, cuando se agrega una impureza “aceptora de
electrones”, el material semiconductor se convertirá en un semiconductor
“portador de carga positiva” (huecos), con electrones presentes en menor
proporción. Al proceso de controlar la calidad y la cantidad de las
impurezas, de una clase o de otra, se denomina “dopaje”. A los materiales
semiconductores con impurezas de un tipo u otro, se conocen como
semiconductores extrínsecos.

47
2.4.2 TEORIA PARA EXPLICAR EL ENLACE Y PROPIEDADES
(CONDUCTIVIDAD) DE UN ARREGLO INFINITO DE ATOMOS A
UN CRISTAL: TEORIA DE LAS BANDAS

Existen dos enfoques, basados en la teoría de bandas, que nos permiten


entender los fenómenos de conductividad eléctrica y térmica en los
materiales sólidos. Estos enfoques son capaces de explicar, por ejemplo, las
diferencias tan enormes en las resistividades eléctricas de tales materiales.
Uno de ellos es la teoría de F. Bloch (1928), la cual establece que los
electrones de valencia en un metal se encuentran sujetos a un potencial no
constante (periódico) y cuya periodicidad es impuesta por la estructura
cristalina. El otro, la teoría de W. Heitler y F. London, considera los efectos
sobre los niveles energéticos de átomos aislados, cuando dichos átomos se
encuentran agrupados en un cristal (átomos inter-actuantes). Un tratamiento
riguroso de la teoría de bandas, requiere de la aplicación de la mecánica
cuántica, en cualquiera de los dos enfoques. El de Heitler y London, sin
embargo, permite una explicación cualitativa más clara de los fenómenos
involucrados en la teoría de bandas, por lo cual nos centraremos en esta
teoría. Los materiales pueden clasificarse, de acuerdo con su resistividad,
en conductores, semiconductores y aislantes.

La idea básica tras las bandas de Bloch en un sólido es que se crean


al unirse los estados cuánticos de los átomos individuales. Bloch y otros
ampliaron y refinaron la teoría de bandas de los sólidos durante la década

48
de 1930, hasta el punto de que explica muy bien el comportamiento de
conducción eléctrica de los distintos materiales.
Cuando los átomos se unen en un cristal, cada uno de los estados cuánticos
individuales de los átomos se une con los estados correspondientes en otros
átomos (idénticos) en el cristal para formar las diversas bandas de energía
dentro del material. De hecho, si hay un total de N átomos idénticos en el
material, entonces hay N estados cuánticos dentro de cada banda. Los
electrones en los átomos llenan los estados disponibles dentro de cada
banda. Así, si hay N estados en una sola banda, puede haber
hasta 2N electrones en cada banda.

La física interesante ocurre en la parte superior de las bandas llenas.


Cuando se aplica un campo eléctrico externo (voltaje) al material, un
electrón puede responder al campo solo si puede moverse a un estado
cuántico ligeramente más alto, ya que tendría un poco más de energía al ser
afectado por el campo. Esto será posible solo si hay algunos estados libres
cercanos a los que el electrón pueda saltar. Este es el caso de
los materiales conductores, como el cobre y la plata, ya que sus electrones
se llenan en los estados disponibles de modo que la banda más alta está
llena solo parcialmente. Los electrones en esta banda, que se llama banda
de conducción, son libres de ser conducidos (en realidad, propagados
como ondas) por el material, ya que hay estados cuánticos vacíos cercanos
en su banda de energía. Pero los electrones en las bandas inferiores llenas
no pueden moverse, ya que no hay estados libres cerca.
Por otro lado, si las bandas se llenan de manera que se ocupa exactamente
el límite superior de una banda, entonces los electrones no pueden
responder a un campo eléctrico, ya que hay una brecha de energía que les
impide llegar a un estado cuántico en el que pueden moverse libremente.
Un material con estas características es lo que conocemos como aislante.

49
Finalmente, si estamos ante un caso como el
de los aislantes pero la brecha de energía con
la banda de conducción no es demasiado
grande, puede resultar que la energía térmica
sea suficiente como para que algunos
electrones salten a ella. Este es el caso de
los semiconductores.

De acuerdo con una regla en la mecánica cuántica solo dos electrones


pueden ocupar un estado de energía cuántica de un solo átomo.
El principio de exclusión de Pauli establece que no pueden existir dos
partículas en un sistema, electrones en un átomo o quarks en un hadrón,
que tengan un conjunto de números cuánticos idéntico. Aplica solo a las
partículas llamadas fermiones, no a los hadrones. Los electrones son en
todo iguales e indiscernibles salvo porque unos tiene una “cosa” llamada
espín con un valor y otros con otro valor. Por eso solo puede haber dos
electrones en un estado cuántico de energía: en ese estado todos los
números cuánticos son iguales salvo el espín, si hubiese un tercer electrón
se violaría el principio de exclusión. Aunque parece un principio inventado
para que cuadren los datos, se justifica por el teorema de la estadística del
espín de la teoría cuántica de campos relativista.

Una banda prohibida por la naturaleza cuántica de las bandas.


Normalmente. Si el voltaje es enorme algunos electrones podrán
desplazarse, porque adquirirán energía suficiente como para saltar de la
banda de valencia a la banda de conducción.

50
2.5 FUERZAS INTERMOLECULARES Y PROPIEDADES FISICAS

Dentro de una molécula, los átomos están unidos mediante fuerzas


intramoleculares (enlaces iónicos, metálicos o covalentes, principalmente).
Estas son las fuerzas que se deben vencer para que se produzca un cambio
químico.
Son estas fuerzas, por tanto, las que determinan las propiedades
químicas de las sustancias.

Sin embargo existen otras fuerzas intermoleculares que actúan sobre


distintas moléculas o iones y que hacen que éstos se atraigan o se repelan.
Estas fuerzas son las que determinan las propiedades físicas de las
sustancias como, por ejemplo, el estado de agregación, el punto de fusión y
de ebullición, la solubilidad, la tensión superficial, la densidad, etc.
Por lo general son fuerzas débiles pero, al ser muy numerosas, su
contribución es importante.

51
2.5.1 TIPO DE FUERZAS

FUERZA DE POLARIDAD
Una molécula es un dipolo cuando existe una distribución asimétrica de los
electrones debido a que la molécula está formada por átomos de distinta
electronegatividad. Como consecuencia de ello, los electrones se
encuentran preferentemente en las proximidades del átomo más
electronegativo. Se crean así dos regiones (o polos) en la molécula, una con
carga parcial negativa y otra con carga parcial positiva (Figura inferior
izquierda).
Cuando dos moléculas polares (dipolos) se aproximan, se produce una
atracción entre el polo positivo de una de ellas y el negativo de la otra. Esta
fuerza de atracción entre dos dipolos es tanto más intensa cuanto mayor es
la polarización de dichas moléculas polares o, dicho de otra forma, cuanto
mayor sea la diferencia de electronegatividad entre los átomos enlazados

52
Los enlaces serán tanto más polares cuanto mayor sea la diferencia de
electronegatividad entre los átomos enlazados.
El momento dipolar (m) es un vector
(orientado hacia la carga negativa y cuya
magnitud depende de la intensidad de la
carga y de la distancia entre los átomos) que
permite cuantificar la asimetría de cargas en
la molécula. La forma de la molécula
también afecta al momento dipolar.

FUERZAS ELECTROSTÁTICAS (IÓN-IÓN)


Son las que se establecen entre iones de igual o distinta carga:
Los iones con cargas de signo opuesto se atraen
Los iones con cargas del mismo signo se repelen
La magnitud de la fuerza electrostática viene definida por la ley de
Coulomb y es directamente proporcional a la magnitud de las cargas e
inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa.
Con frecuencia, este tipo de interacción recibe el nombre de puente
salino. Son frecuentes entre una enzima y su sustrato, entre los aminoácidos
de una proteína o entre los ácidos nucleicos y las proteínas.
Los aminoácidos cargados de una
proteína pueden establecer enlaces
iónicos (puentes salinos) dentro de una
proteína o entre proteínas distintas

53
FUERZAS IÓN-DIPOLO
Son las que se establecen entre un ión y una molécula polar.
Por ejemplo, el NaCl se disuelve en agua por la atracción que existe entre
los iones Na+ y Cl- y los correspondientes polos con carga opuesta de la
molécula de agua. Esta solvatación de los iones es capaz de vencer las
fuerzas que los mantienen juntos en el estado sólido.
La capa de agua de hidratación que se forma en torno a ciertas proteínas y
que resulta tan importante para su función también se forma gracias a estas
interacciones.
FUERZAS IÓN-DIPOLO INDUCIDO

Tienen lugar entre un ión y una molécula apolar. La proximidad del ión
provoca una distorsión en la nube electrónica de la molécula apolar que
convierte (de modo transitorio) en una molécula polarizada. En este
momento se produce una atracción entre el ión y la molécula polarizada.
Un ejemplo de esta interacción es la interacción entre el ión Fe++ de la
hemoglobina y la molécula de O2, que es apolar. Esta interacción es la que
permite la unión reversible del O2 a la hemoglobina y el transporte de
O2 desde los pulmones hacia los tejidos.

FUERZAS DE VAN DER WAALS


Cuando se encuentran a una distancia moderada, las moléculas se atraen
entre sí pero, cuando sus nubes electrónicas empiezan a solaparse, las
moléculas se repelen con fuerza.
El término "fuerzas de van der Waals" engloba colectivamente a las fuerzas
de atracción entre las moléculas. Son fuerzas de atracción débiles que se
establecen entre moléculas eléctricamente neutras (tanto polares como no
polares), pero son muy numerosas y desempeñan un papel fundamental en
multitud de procesos biológicos.
Las fuerzas de van der Waals incluyen:
Fuerzas dipolo-dipolo (también llamadas fuerzas de Keesom), entre las que
se incluyen los puentes de hidrógeno
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Fuerzas dipolo-dipolo inducido (también llamadas fuerzas de Debye)
Fuerzas dipolo instantáneo-dipolo inducido (también llamadas fuerzas de
dispersión o fuerzas de London)

FUERZAS DIPOLO-DIPOLO INDUCIDO

Tienen lugar entre una molécula polar y una molécula


apolar. En este caso, la carga de una molécula polar provoca
una distorsión en la nube electrónica de la molécula apolar y la
convierte, de modo transitorio, en un dipolo. En este momento
se establece una fuerza de atracción entre las moléculas.

FUERZAS DIPOLO INSTANTÁNEO-DIPOLO INDUCIDO

También se llaman fuerzas de dispersión o fuerzas de


London. En muchos textos, se identifican con las fuerzas de
van der Waals, lo que puede generar cierta confusión.
Las fuerzas de dispersión son fuerzas atractivas débiles que
se establecen fundamentalmente entre sustancias no polares,
aunque también están presentes en las sustancias polares. Se
deben a las irregularidades que se producen en la nube
electrónica de los átomos de las moléculas por efecto de la
proximidad mutua. La formación de un dipolo
instantáneo en una molécula origina la formación de
un dipolo inducido en una molécula vecina de manera que
se origina una débil fuerza de atracción entre las dos.

Estas fuerzas son mayores al aumentar el tamaño y la asimetría de las


moléculas. Son mínimas en los gases nobles (He, Ne), algo mayores en los
gases diatómicos (H2, N2, O2) y mayores aún en los gases poliatómicos
(O3, CO2).

55
2.5.1.3 PUENTE DE HIDROGENO

Los puentes de hidrógeno constituyen un caso


especial de interacción dipolo-dipolo. Se
producen cuando un átomo de hidrógeno está unido
covalentemente a un elemento que sea:
Muy electronegativo y con dobletes electrónicos sin
compartir
De muy pequeño tamaño y capaz, por tanto, de aproximarse al núcleo del
hidrógeno.

Estas condiciones se cumplen en el caso de los átomos de F, O y N.


El enlace que forman con el hidrógeno es muy polar y el átomo de
hidrógeno es un centro de cargas positivas que será atraído hacia los pares
de electrones sin compartir de los átomos electronegativos de otras
moléculas (Figura de la izquierda). Se trata de un enlace débil (entre 2 y 10
Kcal/mol). Sin embargo, como son muy abundantes, su contribución a la
cohesión entre biomoléculas es grande.

La distancia entre los átomos electronegativos


unidos mediante un puente de hidrógeno suele ser
de unos 3 Å. El hidrógeno se sitúa a 1Å del átomo
al que está covalentemente unido y a 2 Å del que
cede sus e- no apareados.

56
2.5.1.4 ELECTROSTATICAS

La fuerza electromagnética es la interacción que se da entre cuerpos que


poseen carga eléctrica. Es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la
Naturaleza. Cuando las cargas están en reposo, la interacción entre ellas se
denomina fuerza electrostática. Dependiendo del signo de las cargas que
interaccionan, la fuerza electrostática puede ser atractiva o repulsiva. La
interacción entre cargas en movimiento da lugar a los fenómenos
magnéticos.
Históricamente los fenómenos eléctricos y magnéticos se descubrieron y
estudiaron de forma independiente, hasta que en 1861 James Clerk
Maxwell unificó todos ellos en las cuatro ecuaciones que llevan su nombre.
Por simplicidad, en estas páginas trataremos por separado los fenómenos
eléctricos y magnéticos.
En el Sistema Internacional, la unidad de carga eléctrica es el
Culombio (C). Un Culombio es la cantidad de carga que pasa por la
sección transversal de un conductor eléctrico en un segundo, cuando la
corriente eléctrica es de un amperio.
La carga eléctrica es una propiedad fundamental de la materia que poseen
algunas partículas subatómicas. Esta carga puede ser positiva o negativa.
Todos los átomos están formados por protones (de carga positiva) y
electrones (de carga negativa). En general, los átomos son neutros, es decir,
tienen el mismo número de electrones que de protones. Cuando un cuerpo
está cargado, los átomos que lo constituyen tienen un defecto o un exceso
de electrones.
La carga eléctrica es discreta, y la unidad elemental de carga es la que porta
un electrón. En el Sistema Internacional, la carga del electrón es:

La carga del electrón es una constante física fundamental. El protón tiene la


misma cantidad de carga que un electrón pero con signo opuesto.
La carga eléctrica está cuantizada, por lo que, cuando un objeto (o
partícula, a excepción de los quarks) está cargado, su carga es un múltiplo
entero de la carga del electrón.
57
El concepto de electrón (carga elemental indivisible) fue introducido en el
siglo XIX para explicar las propiedades químicas de los átomos. Desde
entonces hasta principios del siglo XX se propusieron distintos modelos
atómicos. Tanto en el modelo de Rutherford como en el de Bohr, los
electrones son partículas que giran en torno al núcleo, por lo que el átomo
es un sistema solar en miniatura.
Con el descubrimiento de la mecánica cuántica se desarrolló una ecuación
(la ecuación de Schrödinger, equivalente a la segunda ley de Newton en
Mecánica Clásica) que permite calcular la función de onda asociada a un
electrón. Éste ya no es una partícula con una posición bien definida, sino
que lo que podemos determinar es la probabilidad de encontrar un electrón
cerca de una cierta posición r del espacio. Esta probabilidad es el cuadrado
de la función de onda.
Las soluciones de la ecuación de Schrödinger están cuantizadas,
dependiendo sus soluciones de una serie de números cuánticos relacionados
con su energía, con su momento angular y con su spin.
En la siguiente figura está representado el orbital 1s de un electrón en el
átomo de hidrógeno, que es su estado de más baja energía,
denominado estado fundamental:

A lo largo de estas páginas trataremos los


fenómenos asociados a dos tipos de objetos
cargados: cargas puntuales y distribuciones
continuas de carga.
Una carga puntual es una carga eléctrica
localizada en un punto sin dimensiones. Este
concepto es una idealización, y resultará
muy útil a la hora de estudiar los fenómenos
eléctricos.
Una distribución continua de carga es un
objeto cargado cuyas dimensiones no son
despreciables. Los fenómenos eléctricos producidos por distribuciones de
carga son más complicados de analizar, aunque trataremos algunos
sistemas sencillos.

58
2.6 INFLUENCIA DE LAS FUERZAS INTERMOLECULARES EN
LAS PROPIEDADES FISICAS

Las fuerzas intermoleculares se deben a interacciones entre


dipolos, permanentes o instantáneos: por una u otra razón, los dipolos se
orientan unos con respecto a los otros, de forma que los extremos positivos
de unas moléculas se acercan a los negativos de otras, produciéndose una
cierta ordenación en la sustancia.

a) Interacciones dipolares debidas a dipolos permanentes: se dan


cuando las moléculas son polares, como sucede en el caso del HCl,
agua, amoniaco, etc. Cuanto más polar sea la molécula, más
intensas son las fuerzas intermoleculares.
b) Interacciones dipolares debidas a dipolos instantáneos: se dan
cuando las moléculas son apolares y son necesarias para explicar
por qué una sustancia como el I2 es sólida a temperatura ambiente.
Se llaman fuerzas dispersivas o de London y se dan entre
cualquier tipo de molécula: entre moléculas de I2 solamente hay
fuerzas dispersivas, pero entre moléculas de HCl hay fuerzas
dipolares además de fuerzas dispersivas.

Fuerzas dispersivas
¿Cuál es su origen? Las nubes electrónicas de las moléculas no están
fijas, sino que se van distribuyendo entre los átomos unidos. Debido a
esas redistribuciones, en un momento dado se produce en las
moléculas una cierta separación de cargas, un dipolo instantáneo, que
además induce dipolos instantáneos en las moléculas cercanas. Estos
dipolos se orientan entre sí, dando lugar a una cierta interacción entre
las moléculas: las fuerzas dispersivas.
Son poco intensas, y aumentan con la polarizabilidad, que mide la
facilidad para la formación de dipolos instantáneos y que depende del
número de electrones de la molécula. Como a mayor masa hay más
electrones, se suele relacionar la magnitud de las fuerzas dispersivas con la
masa molecular.

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FUENTES DE CONSULTA

14 de diciembre 2020, enlace químico, autor: María estella


raffino de argentina

Química. La Ciencia Central Brown, T. et al., 9na Edición,


México, Editorial Pearson Prentice Hall, 2004.

Ronald Gautreau y William Savin. FÍSICA MODERNA. Teoría


y Problemas. Editorial McGrawHill Latinoamericana S. A.,
México, 1980.

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