LINZ. Regímenes Autoritarios
LINZ. Regímenes Autoritarios
LINZ. Regímenes Autoritarios
Juan J. Linz
(Yale University)
11
Papers: Revista de Sociologia 8 (19781
En un ensayo anterior nos propusimos definir como sistemas autori-
tarios a una variedad de sistemas políticos no democráticos y no totalitarios
que reunían las siguientes caracteristicas:
ticas, pero presenta limites más borrosos con el totalitarismo, ya que las
situaciones y regímenes pre y postotalitarios podrían ajustarse también a
la definición. Una mayor delimitación es la exclusión de 10s regímenes le-
gítimos tradicionales a causa de 10s distintos tipos de legitimidad del lide-
razgo, o de oligarquías que ejercen el poder de forma autoritaria. El tip0
de regímenes que hemos denominado regímenes autoritario-sultanísticos
tienen muchos puntos en común con 10s que tratamos de incluir en la defi-
nición de autoritarios, pero difieren de ellos por la importancia que en 10s
regímenes autoritario-sultanísticos tienen el uso del poder arbitrari0 e im-
predecible y la debilidad del limitado pluralismo polític~.Por otras razones
creemos conveniente excluir de nuestra ddnición las monarquías decimo-
nónicas semiconstitucionales, que se hallaban a mitad de camino entre
formas de poder legítimas y autoritarias (con elementos monárquicos, es-
tatales e incluso feudales mezclados con nacientes instituciones democráti-
cas), y a las democracias censitarias, en las que el sufragio restringido re-
presentaba un paso en el proceso de desarrollo hacia las modernas demo-
cracias competitivas basadas como mínimo en el sufragio universal mascu-
lino. Las oligarquías democráticas que, especialmente en América Latina,
han resistido presiones tendentes a una mayor democratización, conser-
vando limitaciones de sufragio basadas en el analfabetismo, control o ma-
nipulación de las elecciones por caciques, frecuente recurso al poder mode-
rador del ejército, partidos no diferenciados, etc., se haílan en la línea
fronteriza entre 10s regímenes autoritarios modernos y la democracia. Están
más próximos de la democracia en cuanto a su concepción constitucional
e ideológica, pero sociológicamente se parecen mis a algunos regímenes
autoritarios. Nuestra delimitación a través de la exclusión aún nos deja
con bastantes sistemas políticos contemporáneos que se ajustan a nuestra
definición y que, sin embargo, como veremos, requieren una variada ca-
racterización en forma de subtipos.
Nuestro concepto concentra su atención en la forma en que el poder
se ejerce, se organiza y se relaciona con las sociedades, en la naturaleza de
10s sistemas de consenso que 10 mantienen, y en el papel de 10s ciudadanos
en el proceso político sin, empero, prestar atención al contenido especifico
de 10s programas politicos, 10s fines perseguidos, la raison d'&tre de dichos
regímenes. No nos dice gran cosa acerca d e las instituciones, grupos y
estratos sociales que forman parte del limitado pluralismo o acerca de 10s
excluidos. El énfasis sobre 10s más estrictos aspectos politicos expone nues-
tro concepto a ser criticado de formalismo en una línea parecida a la rea-
lizada respecto de un concepto general de totalitarismo, o incluso de demo-
cracia. No obstante, creemos que al caracterizar a 10s regímenes indepen-
dientemente de las políticas que aplican tendemos a enfocar d e forma
RegíBmenesautoritarios
3. Guy Hermet, <(Les fonctions politiques des organisations dans les régimes h
pluralisme limité*, Reuue Francaise de Science politique, vol. 23 (1973), pp. 439-472.
4. William J. Folz, From French West Africa to the Mali Federation (New Ha-
ven, Conn.: Yale University Press, 1965).
5. Theodor Geiger, Die Soziale Schichtung des Deutschen Volkes (Stuttgatt:
F. Enke, 1932), pp. 77-79.
Regímenes autoritarios
La pregunta importante es: (por qué las ideas toman diferente forma,
colherencia, articulación, extensión, nivel de claridad, elaboración intelectual
y normativa? En estas variadas dimensiones las ideologías difieren de las
mentalidades. Estas diferencias tienen consecuencias en el proceso politico.
Es más difícil formarse el concepto de que las mentalidades son obligato-
rias, que requieren el compromiso de 10s gobernantes y de 10s súbditos
independientemente de 10s costes y de la necesidad de coerción para poner-
las en práctica. Las mentalidades son más difíciles de difundir entre las
masas, menos susceptibles de ser empleadas en la educación, con menores
probabilidades de entrar en codlicto con la religión o la ciencia y más di-
fíciles de usar a modo de prueba de lealtad. La gama de consecuencias que
puede resultar de una respuesta derivada de ellas, el grado de precisi611
de dichas respuestas, la lógica del proceso de derivación, y la visibilidad de
las contradicciones entre ellas y las politicas aplicadas son muy distintos.
Los poderes coercitivos que poseen para legitimar o deslegitimar acciones
son muy distintas. El que estudie un régimen autoritari0 se apresurará a
identificar las referencias explícitas a las ideas que guian al régimen en
materia de teorización legal y decisiones jurídicas en casos no políticos,
en criticas artísticas y discusiones científicas, y únicamente hallará escasas
evidencias de su empleo en la educación. Ni él ni ella encontrarán proba-
blemente el lenguaje rico y característico, la nueva terminologia y el uso
esotérico de una ideologia, muy difíciles de entender por el profano pero
importantes para 10s participantes. Ni 61 ni ella encontrarán en las biblio-
tecas montones de libros y de publicaciones de carácter ideológico que se
ocupen exhaustivamente y desde varios puntos de vista de estas ideas.
Permítasenos admitir que la distinción es y no puede ser bien defi-
nida, sino que refleja dos polos extremos separados por una amplia zona
oscura. Probablemente 10s regimenes autoritarios burocrático-militares son
más susceptibles de reflejar la mentalidad de sus gobernantes. En otros
tenemos posibilidades de encontrar 10 que Susan Koufman ' ha denominado
consenso programático, y en otros un grupo de ideas derivadas de variadas
fuentes combinadas de cualquier modo al objeto de dar la impresión de
ser una ideologia en el sentido que hemos descrit0 en 10s sistemas totali-
tarios. Los regímenes autoritarios que se hallan en la periferia de 10s cen-
tros ideológicos experimentan seguramente el deseo de imitar, incorporar
y manipular 10s estilos ideológicos dominantes. Este hecho puede pro-
vocar a menudo serios errores de interpretación de dichos regimenes en-
22
Regimenes autoritarios
en si misma más bien que como un medio para intereses más pragmáticos
e inmediatos. Sin ideologia es improbable que 10s jóvenes, 10s estudiantes y
10s intelectuales se interesen por la política y lleguen a convertirse en 10s
cuadros necesarios para la politización de la población. Sin el elemento
utópico, sin el llamamiento a las circunscripciones rnás numerosas que
requeriria un pluralismo participativo en vez del limitado, controlado y
designado pluralismo de las élites, 10s llamamientos basados en una socie-
dad de consenso, no conflictiva, salvo en momentos de resurgimiento de
nacionalismo o de peligro para el régimen, tienden a reducir la política a
la administración de 10s intereses públicos y a la expresión de facto de
intereses particulares.
El limitado pluralismo de 10s regímenes autoritarios y la desigual
parte que 10s componentes pluralísticos tolerados tienen en el ejercicio del
poder en distintos momentos, conduce a complejos modelos de semi-
oposición y pseudooposición en el seno del régimen? Hay semioposición
por parte de grupos que no son dominantes o no están representados en
el grupo gobernante y que efectúan críticas parciales pero desean participar
en el poder sin desafiar fundamentalmente al régimen. Sin estar institu-
cionalizados estos grupos no son sin embargo ilegítimos, aun careciendo
del marco legal donde poder operar. Pueden criticar aceradamente al Go-
bierno en algunos aspectos del orden institucional, pero saben distinguir
entre éstos y el líder del régimen, y aceptan la legitimidad histórica o al
menos la necesidad de una fórmula autoritaria. Hay grupos que abogan
por distintas politicas y organización, grupos que participan apoyando la
administración del régimen pero con la esperanza d e llegar a objetivos no
cornpartidos por sus compaiieros de coalición. Hay disidencias entre 10s
que se identiiicaron inicialmente con el sistema pero no participaron en su
administración, de 10 cual constituye un caso típico el de 10s Jóvenes
Turcos del régimen, y entre 10s que hallándose dentro del régimen se pro-
ponen objetivos que no son ilegitimos, como por ejemplo la restauración
de un régimen anterior, proclamada inicialmente pero jamás realizada. Hay
aquellos que tenian fuertes convicciones ideológicas pero aceptaron su
aplazamiento al objeto de afianzarse contra un enemigo, aquellos con un
modelo y/o incluso obediencia extranjera de 10s que intentan distanciarse
10s gobernantes, y en las etapas finales de dichos regímenes hay aquellos
que se oponen a su transformación, en particular a su liberalización y al
abandono de su carácter exclusivista. Es más probable que la semioposición
se maniiieste entre hombres de la vieja generación que tomaron parte en
crito por Guy Herrnet,l0 de tribunal contra el régimen al velar por 10s
valores morales contra 10s abusos de poder. La Iglesia, en tanto que orga-
nización que sobrevivirá a cualquier régimen, incluso a aquellos con 10s
que se identifica en determinado mornento histórico, tiende a desident%-
carse con él y a recuperar su autonomia cuando aparecen signos de crisis.
Lo mismo ocurre a otras instituciones permanentes que pueden haber
conservado considerable autonomia bajo el gobierno autoritario, como el
poúer judicial y 10s funcionarios profesionales.
Permitasenos subrayar aquí que las semioposiciones -la oposición
no legal pero tolerada, el papel relativamente autónomo de varias insti-
tuciones bajo condiciones de semilibertad- crean un complejo proceso
politico de trascendentales consecuencias para la sociedad y su desarrollo
politico. La liberalización de 10s regimenes autoritarios puede llegar lejos,
pero sin un cambio en la naturaleza del régimen, sin la institucionalización
de 10s partidos politicos, corre el riesgo de quedar en nada. La semi-
libertad en dichos regimenes impone a sus adversarios ciertos costes que
se diferencian mucho de 10s de persecución de oposiciones ilegales y que
explican su frustración, desintegración y a veces predisposición a la desig-
nación, que contribuye a la persistencia de dichos regimenes mientras dura
su capacidad represiva. La ambigiiedad de la oposición bajo 10s regímenes
autoritarios contrasta con las claras fronteras existentes entre el régimen y
sus adversarios en 10s sistemas totalitarios. No obstante, señalemos que el
pluralismo limitado, 10s procesos de liberalización y la existencia de la opo-
sición tolerada, en ausencia de canales institucionales para la participación
política y para que la oposición pueda llegar a la masa de población, per-
mite efectuar una neta distinción entre 10s regímenes autoritarios y demo-
crsiticos.
Antes de terminar nuestro examen general de 10s regimenes autori-
tarios queremos llamar la atención sobre una diiicultad en su estudio. En
un mundo en que las potencias más grandes y fuertes son y han sido las
democracias estables o 10s sistemas politicos comunista o fascista, por la
atracción que ejercen a causa de sus ideologias, su capacidad organizativa,
su evidente estabilidad, su éxito como naciones industrialmente avanzadas
o sobreponiéndose a su atraso económico y su capacidad para superar su
rango internacional de segunda fila, 10s regimenes autoritarios ocupan una
posición ambigua. Ninguno de ellos ha servido como modelo utópico para
otras sociedades, con la excepción, tal vez por razones históricas especiales,
del Egipto de Nasser en el Mundo Arabe. Es posible que México, con su
Departament of Sociology
Yale University
New Haven, Ct. 06520
USA
26