Guia de Apreciacion de Obras. Arquitectura
Guia de Apreciacion de Obras. Arquitectura
Guia de Apreciacion de Obras. Arquitectura
Esta manifestación es sin duda la más difícil para el estudiante, a partir de que posee un
vocabulario muy especifico y que para su correcta valoración requiere de un conocimiento
mínimo de elementos de lectura de plantas arquitectónicas, así como del uso de una perspectiva
valorativa mas amplia a partir de la connotación de la manifestación en si misma, dado por el
alcance social que tiene, y la simbología de poder icónico que le es inherente en las diferentes
épocas. Por tanto debe tratar de recoger los elementos fundamentales que permitan su
identificación a partir de sus características esenciales.
Arquitectura: Básicamente es espacio, un espacio delimitado por muros y cubiertas, por tanto el
elemento fundamental en la apreciación y valoración de una obra arquitectónica es el análisis del
tratamiento espacial dado a la construcción, los elementos empleados para esto, y las
características formales de estos elementos, además de que a diferencia de las otras
manifestaciones, aquí es determinante el valor funcional de la obra pues a partir de este se
establecerán las diferentes topologías constructivas y temáticas. El estilo arquitectónico refleja
también determinados valores o necesidades sociales, independientemente de la obra que se
construya, no estando condicionado sólo por el gusto o los cánones estéticos del momento, sino
que debe tener en cuenta una serie de cuestiones prácticas, estrechamente relacionadas entre
sí: la elección de los materiales y su puesta en obra, la disposición estructural de las cargas y el
precepto fundamental del uso al que esté destinado el edificio. El tratadista romano Vitrubio fijó
en el siglo I a.C. las tres condiciones básicas de la arquitectura: Firmitas, Utilitas, Venustas
(resistencia, funcionalidad y belleza) las cuales esencialmente se mantienen vigentes hasta hoy.
En la apreciación arquitectónica se introduce un nuevo factor: el sujeto. La posición que el sujeto
ocupe frente a la arquitectura o en su interior es definitiva para la percepción final que tendrá del
hecho arquitectónico. Si se limita a situarse en un punto concreto y no se aparta de él, el sujeto
tendrá una visión bidimensional, máxime tridimensional, como si se hallase frente a una pintura o
un relieve. Pero si se mueve en torno a la construcción, si se recorre su interior, se obtendrá una
nueva experiencia: es la cuarta dimensión. Múltiples puntos de vista ofrecen diversas visiones de
un mismo edificio. He aquí otra complejidad acrecentada con el hecho de la falta de originales
por razones obvias, y la falta de bibliografía e imágenes y medios de enseñanza por razones no
tan obvias.
Elementos a tener en cuenta al analizar una obra arquitectónica,
1-Nombre de la obra.
En el caso de la arquitectura el nombre generalmente posee un carácter netamente
identificatorio de la obra, no siendo comun su empleo con un significado simbolico o conceptual,
aunque en ocasiones pudiera recurrirse a este recurso por parte del artista, por ejemplo el
estadio olimpico de Beijin recibio el nombre de Nido de Pajaro, para acentuar su forma, pero esto
no es lo mas comun.
2- Autor.
El conocimiento del autor de una obra resulta importante a partir de que en la mayoría de los
casos el autor, o los autores estudiados, son los máximos representantes del movimiento o
período estilístico al que pertenecen, de ahí que al conocer las características de su obra, de
hecho se tienen las del período estilístico, lo cual resulta una ayuda al realizar algún tipo de
análisis o identificación de obras. Este punto, por supuesto, no puede ser aplicado siempre,
debido al anonimato histórico correspondiente a los artistas de las primeras etapas de la historia
del arte, en cuyo caso la manifestación ha de analizarse de manera global (el caso del arte
egipcio puede ser un buen referente).
3- Fecha de construcción.
El conocimiento de la fecha exacta o aproximada de construcción de una edificación brindará
varios elementos de juicio acerca de la misma, el período estilístico en que se enmarca, la
rapidez en su ejecución como indicador del poder económico de sus promotores, si puede estar
sujeta a “contaminaciones” con otros estilos al abarcar temporalmente más de uno, etc.
4- Material constructivo empleado en la edificación.
Conocer el tipo de material empleado en una construcción es importante a la hora de tratar de
enmarcar esta en una cultura o un estilo, el mármol por ejemplo tipifica la arquitectura griega del
período clásico, los ladrillos de barro cocido, las construcciones mesopotámicas, el hierro, la
arquitectura ferro vítrea del siglo XIX francés, y así sucesivamente.
5- Carácter de la edificación (doméstico, religioso, militar, administrativo, etc).
Resulta obvio definir este componente, pues a partir de él, la funcionalidad y las características
formales del edificio serán establecidas, incluso para comprender el valor simbólico de la
construcción (analizado en el punto 13 de esta guía) además el conocimiento del carácter del
edificio permite seguir la evolución del tema a través de las diferentes épocas y las variaciones
sufridas en las tipologías constructivas.
6– Escala dimensional.
Este es un elemento definitorio para comprender una obra arquitectónica y en muchos casos
para clasificarla o enmarcarla dentro de un período, estilo o cultura, o para establecer juicios
comparativos; los ejemplos son innumerables, se cita el carácter desmedidamente monumental
de las construcciones egipcias a partir del carácter funerario y sobre todo religioso de su cultura
en contraposición de la escala humana desarrollada por los griegos a partir de la concepción
humanística de su civilización.
7- Decoración exterior.
Este elemento resulta suficiente en muchos casos para lograr identificar la cultura o el estilo a
que pertenece la obra analizada, a veces incluso, esta identificación se logra a partir, aunque
parezca paradójico, de la no existencia de decoración exterior. El arte románico por su marcado
carácter defensivo carece casi de elementos decorativos, lo cual lo hace muy característico y
particular; el empleo del rosetón en las fachadas remite automáticamente al estilo gótico,
mientras la pirámide como forma estructural a la egipcia.
8- Decoración interior.
Este punto es un complemento importantísimo del anterior, pues en la mayoría de los casos la
decoración interior de una construcción está en concordancia y realza lo que se muestra en el
exterior, pero en otros se establece una dicotomía decorativa dentro – fuera, que constituye uno
de los rasgos distintivos del período, o de la obra en si misma, la exuberancia barroca se aprecia
tanto en los interiores como en los exteriores de las edificaciones, no así en el arte románico
donde se limita al interior, o en el barroco americano, donde a una fachada de elementos
barrocos le corresponde un interior espacialmente neoclásico.
9- Características y tipología de las aberturas al exterior (tipos de vanos, puertas y ventanas del
edificio).
Muy vinculado al punto 7 (decoración exterior), pero referido fundamentalmente a los elementos
constructivos del exterior y no al empleo de esculturas o elementos añadidos para dar realce
visual a la construcción, puede ejemplificar la arquitectura de una cultura, las ventanas ojivales
representan indiscutiblemente al gótico, mientras que la distribución de las ventanas
superpuestas con vanos diferentes en cada piso caracteriza la arquitectura civil renacentista.
10- Tipo de cubierta empleado (abovedada, de cúpula, a dos aguas, a cuatro aguas, etc).
El análisis de la cubierta de un edificio permite acceder a una serie de elementos que posibilitan
una mejor comprensión e identificación de la obra, el período o el estilo analizado, así por
ejemplo los techos a dos aguas tipifican la arquitectura griega, los egipcios utilizan amplia
cubiertas lisas sobre amplias salas hipostilas y el empleo del hormigón posibilitó los
revolucionarios diseños del racionalismo.
11- Tipología de los arcos y columnas utilizados en la edificación.
En este punto se hace referencia específicamente a arcos y columnas a partir de la visualidad de
estos elementos y su representatividad icónica para definir e identificar períodos específicos en
la historia del arte, así se ve por ejemplo como los órdenes dórico y jónico definen la arquitectura
clásica griega, los arcos ojivales definen la gótica, mientras las columnas palmiformes, lotiformes
y campaniformes signan la producción egipcia, solo por citar algunos ejemplos.
12- Análisis espacial a partir del tipo de planta del edificio (rectangular, ortogonal, elíptica,
estrellada, de cruz latina, circular, etc).
Este es quizás uno de los aspectos más difíciles de aplicar para el estudiante, pues implica un
entrenamiento en la lectura de plantas arquitectónicas, con toda la simbología que estas llevan
implícitas, aquí es fundamental el análisis del espacio a partir del tipo de planta empleado, pues
este puede ser definitorio en determinados períodos a partir de un carácter simbólico, por
ejemplo las plantas medievales en forma de cruz son una alusión explícita a la Pasión de Cristo,
mientras que las plantas circulares, propias del Renacimiento, son una referencia a la perfección
e infinitud el Universo, la discontinuidad espacial define al barroco, mientras la linealidad al
neoclásico.
13- Representatividad o simbolismo de la edificación.
En algunos casos la función simbólica de la construcción tiene tal trascendencia que el edificio
carece de cualquier otro sentido fuera de ella; se diría que más que arquitectura es monumento.
Tradicionalmente, la arquitectura ha estado al servicio del poder político y eclesiástico, mientras
que hoy son cada vez más numerosas las referencias al poder económico. Esto no se manifiesta
por igual en todos los períodos históricos, sino que en algunos de ellos alcanza un mayor
desarrollo, pero puede constituir un elemento de identificación estilístico.
Bibliografía especializada para esta manifestación.
ARGAN, GIULIO CARLO. El concepto del espacio arquitectónico. La Habana : Edit. Arte y
Literatura Ciudad de la Habana, 1987
ARNHEIM, R. La Forma visual de la arquitectura, Col. 'AP', Gustavo Gili.
BENÉVOLO, L. Introducción a la arquitectura. Madrid : Herman Blume ediciones. 1979
Historia del arte. Barcelona : Salvat Editores, 1984.
MARTÍN GONZÁLEZ, JJ. Historia de la Arquitectura. Barcelona : Edición Gredos, 1987.
MORANTE LÓPEZ, F. y RUIZ ZAPATA, A.M., Análisis y comentario de la obra de arte. Estudio
de obras de pintura, arquitectura y escultura. Madrid, Edinumen, 1997.
MULLER Y VOGEL. Atlas de arquitectura.- 2 tomos. Madrid : Alianza Atlas. 1984
PERELLÓ, ANT. M. Las claves de la arquitectura. Barcelona : Ed. Arín, 1987
Pijoan, José y otros autores: Historia del Arte. Barcelona Edit. Salvat, 1979. 12 vols. (Disponible
en el Dpto. de Arte de la Biblioteca Provincial Gener y del Monte)
WEISS, J. E. La arquitectura de las grandes civilizaciones – La Habana : Edit. Minerva- - 2
Tomos - 1957
ZEVI, BRUNO. Saber ver la arquitectura.- Barcelona : Ed. Poseidón. 1981