Tema 7. Hogares
Tema 7. Hogares
Tema 7. Hogares
Hogares: conceptos y
tipología. Estructura de hogares. Dinámica de hogares.
Proyecciones de hogares.
Las personas somos seres sociales, lo cual hace que vivir en grupos sea lo más habitual,
generalmente regidos por las relaciones de parentesco.
A pesar de que los lazos de parentesco son la primera causa de la convivencia, también
existe un número cada vez mayor de unidades de convivencia en las que no existen o
no son evidentes estas relaciones. De hecho, más de un 10% de personas viven solas
en la actualidad.
El interés en el estudio demográfico de los hogares radica en que, a pesar de que cada
uno de sus miembros tiene características y necesidades individuales, hay
circunstancias comunes a todos ellos y, por lo tanto, deben tratarse como una única
unidad. Por ejemplo, cada uno de los miembros del hogar tiene que cubrir su necesidad
de alojamiento, pero la demanda de vivienda se realiza por parte del hogar completo.
Para el análisis demográfico de los hogares se deben estudiar sus tipos, composiciones
y tamaños. Los tipos se pueden establecer a partir de las relaciones de parentesco
existentes dentro del hogar, mientas que la composición o estructura implica hacer
referencia a las características demográficas de sus miembros. El tamaño, es decir, el
número de individuos que componen el hogar, es la clasificación más simple y, por tanto,
la más utilizada.
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fecundidad sigue ocurriendo principalmente dentro del marco de un hogar y, por otro
lado, el tamaño del hogar previamente adquirido (en concreto el número de hijos ya
tenidos) actúa como un límite a la fecundidad. Otro ejemplo es la emancipación o salida
del hogar paterno, que en muchos casos es la causa de movimientos migratorios
intermunicipales.
Para estudiar las formas de convivencia hemos de dejar atrás al individuo como unidad
de medida, para pasar a considerar el hogar, la familia o el núcleo familiar como
unidades básicas de medida y de análisis.
En primer lugar, es preciso definir los conceptos básicos, pero se superponen dos tipos
de dificultades. Por un lado, hay eventos y características no reconocidos por los
organismos oficiales responsables de los registros civiles y de la producción de
estadísticas, como la emancipación, que es un suceso que a veces se produce de forma
gradual a lo largo de un periodo más o menos largo, impidiendo establecer con
seguridad cuándo se produce. También es cada vez más frecuente la formación de
hogares como consecuencia de la unión de parejas sin haber contraído matrimonio y,
por lo tanto, sin un reflejo en el registro de matrimonios.
Se define como vivienda familiar aquella en la que residen una o varias personas, no
necesariamente unidas por parentesco, y que no constituyen un colectivo.
Las viviendas colectivas son aquellas viviendas destinadas a ser habitadas por un
colectivo, es decir, por un grupo de personas sometidas a una autoridad o régimen
común no basado en lazos familiares ni de convivencia (conventos, cuarteles, asilos,
residencias de estudiantes o de trabajadores, hospitales, prisiones…). La vivienda
colectiva puede ocupar solo parcialmente un edificio o, más frecuentemente, la totalidad
del mismo.
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Se denomina familia al grupo de dos o más personas que, residiendo en la misma
vivienda, están vinculadas por lazos de parentesco, ya sean de sangre o políticos,
e independientemente de su grado.
El parentesco es la figura legal que establece los vínculos que pueden darse entre las
personas, por tres modos diferentes:
Así, el núcleo familiar constituye una unidad jerárquica intermedia entre el habitante y la
familia. A pesar de parecer un concepto claro, la dinámica social incorpora situaciones
nuevas que no siempre hacen fácil distinguir los distintos núcleos familiares. Por
ejemplo, una pareja con hijos de anteriores matrimonios e hijos comunes no encaja
plenamente con la idea de un solo núcleo familiar.
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Según la primera de ellas, basada en la vivienda, el hogar se define como el grupo de
personas residentes en la misma vivienda familiar. Por ejemplo, un piso ocupado por
estudiantes o por varios adultos que trabajan y que no tienen entre sí lazos de
parentesco, sino que solo comparten ciertos gastos comunes, como los recibos de la
vivienda, formarían un hogar según esta definición. En cambio, formarían tantos hogares
como personas si tomamos la definición de hogar-presupuesto.
Hogar privado unipersonal: hogar privado en el que una persona reside habitualmente
sola en una unidad de vivienda separada u ocupa, como huésped, una sala o salas
separadas de una unidad de vivienda sin juntarse con ningún otro ocupante de la misma
unidad de vivienda para formar parte de un hogar multipersonal.
Hogar privado multipersonal: hogar privado en el que un grupo de dos o más personas
residen habitualmente juntas en una unidad de vivienda o una parte de una unidad de
vivienda y comparten los ingresos o los gastos del hogar con los demás miembros del
hogar.
Se entiende por compartir los ingresos del hogar el contribuir a los ingresos del hogar
privado o beneficiarse de los ingresos del hogar privado, o ambas cosas.
Se entiende por gastos del hogar aquellos en que incurren los miembros del hogar
privado al procurarse los productos básicos para vivir; incluyen los gastos relacionados
con la vivienda (alquiler, cargas de la vivienda y seguros de vivienda), así como otros
gastos relacionados con la vida cotidiana, que comprenden necesidades como
alimentación, ropa, productos sanitarios, mobiliario, equipos y utensilios,
desplazamientos domicilio-trabajo y otros transportes, asistencia y seguros médicos,
educación y formación, ocio y actividades deportivas y vacaciones.
Por tanto, esta definición delimita como hogar a un conjunto de personas más parecido
al concepto de familia.
El uso de una u otra definición no es irrelevante. Así, si nos ceñimos a las actuales
encuestas de hogares del INE, tenemos encuestas como la Encuesta de Condiciones
de Vida o la Encuesta de Presupuestos Familiares que siguen la definición de hogar -
presupuesto. En cambio, la Encuesta de Población Activa ha seguido tradicionalmente
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la definición hogar - vivienda, y desde 2021 ha pasado a usar la nueva definición, por
requisitos del reglamento europeo. Los censos de población suelen usar el concepto de
hogar - vivienda.
La diferencia entre usar una y otra definición no es muy grande cuantitativamente, pero
las nuevas formas de convivencia, sobre todo en las ciudades, sí pueden producir
grandes diferencias en ciertos tipos de hogar.
a) Hogares unipersonales
Para hacer un estudio más completo de los hogares de una población, interesa conocer
cómo se organizan y se distribuyen los habitantes en las distintas unidades de
convivencia. Para ello, es necesario saber el número de hogares que hay, su tamaño y
las distintas modalidades en función de las relaciones de parentesco y las
características de sus miembros.
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El tamaño del hogar
𝑡
𝑡
𝑃𝑜𝑏𝑣𝑓
𝑇𝑀𝐻 =
𝐻𝑡
𝑡
donde, 𝑃𝑜𝑏𝑣𝑓 designa la población que reside en viviendas familiares en el momento t
de observación y 𝐻 𝑡 el número de hogares en t.
El tamaño medio del hogar muestra una evolución decreciente en los países más
avanzados, debido a los cambios que se vienen produciendo en las formas de
convivencia. Uno de los principales motivos es el aumento del número de hogares
unipersonales, aunque también influye la reducción de la fecundidad.
Dado que en cada hogar se puede considerar una única persona de referencia, el
número de hogares coincide con el número de personas de referencia, y podemos
definir la Tasa Bruta de la Persona de Referencia como:
𝑃𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑡
𝑇𝐵𝑃𝑅𝑡 = 𝑡
𝑃𝑜𝑏𝑣𝑓
𝑡
𝑡
𝑃𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠,𝑥
𝑇𝐸𝑃𝑅𝑠,𝑥 = 𝑡
𝑃𝑜𝑏. 𝑒𝑛 ℎ𝑜𝑔𝑎𝑟𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎𝑠,𝑥
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Clasificación de los hogares según su composición
Al igual que las poblaciones, los hogares también evolucionan con el tiempo. Es lo que
se denomina dinámica de hogares. Este análisis se puede realizar desde dos
perspectivas diferentes:
- Análisis transversal, que consiste en la comparación del stock de hogares en dos
momentos diferentes.
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La segunda opción suele estar muy limitada por la insuficiencia de información
estadística, por lo que en la práctica se suele aplicar el análisis transversal.
Las migraciones, por su parte, pueden producir una variación en el número de hogares
cuando estas son realizadas por hogares completos. Sin embargo, si se trata de
personas solas que emigran de hogares multipersonales, no se notará su efecto en el
número de hogares.
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El envejecimiento de la población provocado por el aumento de la esperanza de vida
supone un aumento del número de hogares de dos personas (cónyuges) o de hogares
individuales (cónyuge viudo) de personas mayores que, además, son capaces de vivir
solas hasta edades cada vez más avanzadas. Si estas personas pasan a residir en un
establecimiento colectivo, su hogar desaparecería, por sacar al individuo de la población
que reside en viviendas familiares. Ocurriría lo mismo si la persona fallece o se incorpora
a vivir al hogar de algún hijo.
En los países con una dinámica demográfica más evolucionada se está observando un
descenso y retraso de la fecundidad, así como un aumento de hogares individuales por
la decisión de vivir solos y retrasar la edad de vivir en pareja. A su vez, se ha observado
un aumento de las rupturas de parejas, que produce la aparición de hogares
unipersonales y monoparentales. La reconstitución de parejas produciría el efecto
inverso.
Como resumen, se puede decir que los países más desarrollados han sufrido una serie
de cambios en la dinámica sociodemográfica que han conllevado una estructura de
hogares con mayor proporción de hogares pequeños. Esto ha derivado en una
progresiva reducción del tamaño medio del hogar y un crecimiento del número de
hogares más rápido que el de la población. En el último periodo intercensal, entre 2001
y 2011, el crecimiento de la población fue de 14,6%, mientras que el del número de
hogares fue del 27,5%. Este incremento en los hogares superior al incremento en la
población viene sucediendo ya desde las décadas anteriores.
Así, cada persona que reside en un hogar ocupa una determinada posición,
dependiendo de la tipología de su hogar, y esta puede cambiar según los distintos
eventos que le pueden afectar. Estos eventos pueden suponer creación y extinción de
hogares, así como cambios en la composición o el tamaño. Por este motivo, resulta
necesario definir tales eventos y sus efectos para poder medir sus flujos y tratar de
formular indicadores de intensidad.
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a) Emancipación
Se denomina emancipación a la salida de los jóvenes del hogar de sus padres para
formar o pasar a integrarse en hogares diferentes. Este fenómeno tiene fuertes
vinculaciones con el mercado laboral y la demanda de vivienda, por lo que tiene una
gran trascendencia social. Sin embargo, ha sido poco analizado por la falta de
información estadística, al no quedar reflejado en ningún registro administrativo.
Para realizar el análisis demográfico, es obligado establecer unos límites de edad a este
proceso, si bien la emancipación es un acto de carácter natural que, dependiendo del
ciclo de vida personal de cada individuo, se produce en un periodo determinado que no
tiene unos límites concretos.
Según estos criterios, las salidas del hogar de los padres en edades anteriores a los 18
y superiores a los 39 no se interpretarían como emancipación.
Dada la falta de información estadística longitudinal, la curva de las 𝑇𝐸𝐴𝑥 puede servir
como una primera aproximación al calendario de la emancipación, en el supuesto de
que hubiera sido similar al comportamiento de las sucesivas generaciones.
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Un hecho que se ha observado a partir de estos indicadores es un retraso generalizado
en el calendario de la emancipación de los hombres respecto de las mujeres, más
intenso en las edades en torno a los 30 años de edad. Este fenómeno coincide con la
costumbre social de que la edad del hombre sea mayor que la de la mujer en la
formación de las parejas que, a su vez, suele coincidir con el evento de la emancipación.
b) Nupcialidad
Frente a los sucesos con reflejo jurídico y estadístico como el matrimonio, separación o
divorcio, están ganando preponderancia otros eventos no registrados, como la
formación y disolución de parejas de hecho.
c) Extinción de hogares
En estos casos, la desaparición del hogar ocurre por alguna de las siguientes causas:
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Solo el último suceso produce un registro administrativo, pero la estadística del
Movimiento Natural de la Población no proporciona información sobre la situación de
convivencia que tenía el fallecido, por lo que no podemos conocer los flujos de
defunciones de personas que vivían solas.
𝐻𝑈𝑥𝑡 + 𝐻𝑈𝑥𝑡+1
𝐻𝑈𝐸𝑥𝑡,𝑡+1 = · 𝑚𝑥
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Uno de los sucesos que con mayor frecuencia trunca el modelo de ciclo de vida de un
hogar es la ruptura de la pareja. La posibilidad de rupturas y reconstituciones de parejas
hace que exista un número casi ilimitado de modelos diferentes.
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A continuación se muestra un ejemplo del ciclo de vida de un hogar desde la perspectiva
de una mujer que a los 25 años se emancipa de sus padres para vivir con su pareja, lo
que da lugar a la creación de un hogar formado por un núcleo familiar. A los 31,5 tiene
un hijo, y a los 34 tiene un segundo. El primer hijo que se emancipa lo hace cuando ella
tiene 58,5 años, y el segundo cuando ella tiene 63 años, pasando a vivir un periodo de
8 años como pareja sin hijos, hasta que su pareja fallece cuando ella tiene 71 años,
transformarse de nuevo en un hogar unipersonal de una mujer sola, hasta los 86 años,
en que fallece. En este caso, la duración total del ciclo del hogar es de 61 años, desde
los 25 en que se forma el hogar, hasta los 86, en que desaparece.
Nacimiento
31,5 3
primer hijo
Fase
2,5
expansiva
Nacimiento
34 4
segundo hijo
Salida primer
58,5 3
hijo
Fase de
4,5
contracción
Salida
63 2
segundo hijo
Pareja sin
2 Nido vacío 8
hijos
Fallecimiento
71 1 Viudez 15 Unipersonal
de su pareja
Fallecimiento 86 Extinción
La demanda de datos sobre la evolución del número, tipo y composición de los hogares
ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años. Tradicionalmente son los censos
de población y viviendas, cada diez años, la principal fuente que proporciona ese tipo
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de información. Así, el último censo, de 2011, puso de manifiesto no solo el
extraordinario aumento producido en la población como consecuencia de la llegada
masiva de extranjeros durante la década anterior, sino fundamentalmente el
experimentado en el número de hogares y en la tipología de estos.
Estos métodos estáticos tienen como ventaja principal que requieren una cantidad
limitada de datos y que los cálculos necesarios son sencillos. Además, al basarse en
proyecciones de población previamente obtenidas, recogen los cambios debidos a
modificaciones en la composición de la población. Por último, proporcionan información
detallada muy útil para el planeamiento social y económico.
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Por el contrario, los modelos dinámicos de proyección de hogares incorporan en sus
planteamientos los procesos de formación, transformación y disolución de hogares que,
si bien es una importante ventaja, tiene su contrapunto en una mayor exigencia en la
cantidad de datos requeridos y, por tanto, en un incremento de la complejidad.
El modelo elegido por el INE para efectuar las proyecciones de hogares se basa en el
denominado método de las propensiones. Este método está basado en el artículo: “Bell,
M., Cooper, J., et al (1995) Household and Family Forecasting Models. A review.
Canberra. Departament of Housing and Regional Development”.
𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘)
𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) =
𝑃ℎ,𝑠,𝑥
siendo:
𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) la propensión de pertenencia a un hogar de tamaño k, de las personas de
sexo s y edad x que residen en la provincia h.
𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) la población residente en hogares de tamaño k, de personas de sexo s y edad
x en la provincia h.
𝑃ℎ,𝑠,𝑥 la población residente en viviendas familiares de personas de sexo s y edad x en
la provincia h.
k el tamaño del hogar, que va desde 1 hasta 5. Los hogares con k=5 incluyen todos los
de tamaño mayor o igual que 5.
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Estas propensiones se aplican a las cifras de población residente en viviendas familiares
en cada momento, es decir, se excluye la población residente en viviendas colectivas.
Con ello se obtiene una estimación del número de hogares de cada tamaño, consistente
con dicha población.
Para las mismas fechas, se calcula el tamaño medio de los hogares de 5 o más personas
para cada provincia, a través del cociente entre la población residente en hogares de
tamaño mayor o igual que 5 y el número de hogares de dicho tamaño.
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De este modo se obtiene la población proyectada residente en viviendas
familiares de cada provincia clasificada por el tamaño del hogar en que reside.
3- Obtención del número de hogares de cada tamaño en cada provincia, para cada
año de la proyección, dividiendo la población residente en cada tipo de hogar
entre el tamaño del hogar. Para el cálculo del número de hogares de 5 o más
personas hay que dividir entre los tamaños medios proyectados para ese tipo de
hogar.
Con el empleo de estas fórmulas se evita que el tamaño medio de los hogares de 5 y
más personas pueda resultar inferior a 5 o dispare su crecimiento. Asimismo, evitan que
las propensiones decrecientes se conviertan en negativas y que las propensiones
crecientes alcancen valores que provoquen que la suma de las propensiones de cada
grupo poblacional sea muy superior a 1, siendo 1 el valor teórico de dicha suma.
Las fórmulas utilizadas para el cálculo de las propensiones para cada año son las
siguientes:
a) Para las propensiones que, según el marco de referencia padronal de los años
𝑡−3 𝑡
t-3 y t a 1 de enero, resultan decrecientes (es decir, si 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 > 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 ), se
calcula:
𝑛
𝑡
𝑡+𝑛 (𝑘) 𝑡
𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) 3
𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 = 0,0001 + [(𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) − 0,0001) · ( 𝑡−3 ) ]
𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘)
donde:
- t es el año de inicio de la proyección, que se referirá a 1 de enero, como todos
los años que intervienen en las proyecciones.
- n es el número de años transcurridos desde el momento de referencia en el que
se inicia la proyección (con valores n = 1, 2, 3,….15).
- k es el tipo de hogar según tamaño, con valores k = 1, 2, 3, 4, 5, refiriéndose k=5
a los hogares con 5 o más personas.
𝑡 𝑡+𝑛 (𝑘)
(𝑘), 𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥
- 𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 son las propensiones de que una persona de sexo s y grupo
de edad x en la provincia h resida en un hogar de tamaño k a 1 de enero de los
años t y t+n respectivamente.
𝑡−3 𝑡
- 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘), 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) son las propensiones de que una persona de sexo s y
grupo de edad x en la provincia h resida en un hogar de tamaño k a 1 de enero
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de los años t-3 y t respectivamente, según el marco de referencia del Padrón
continuo en dichas fechas.
- 0,0001 es el límite inferior fijado para las propensiones decrecientes, a la vista
de las propensiones obtenidas a partir de los datos del censo de 2011.
b) Para las propensiones que, según el marco de referencia padronal de los años
𝑡−3 𝑡
t-3 y t, resultan crecientes (es decir, si 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 < 𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 ), se calcula:
𝑛
𝑡−3
𝑡+𝑛 (𝑘) 𝑡
𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘) 3
𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 = 𝐿Í𝑀𝐼𝑇𝐸 − [(𝐿Í𝑀𝐼𝑇𝐸 − 𝑃𝐻ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘)) · ( 𝑡 ) ]
𝑃𝐻𝑃ℎ,𝑠,𝑥 (𝑘)
Las fórmulas utilizadas para el cálculo de los tamaños medios de los hogares de
5 y más personas para cada año son las siguientes:
a) Para los tamaños medios de los hogares de 5 y más personas que, según el
marco de referencia padronal de los años t-3 y t a 1 de enero, resultan
decrecientes (es decir, si 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡−3 > 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡 ), las fórmulas empleadas son:
12𝑛
𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡 (5) 3
𝑇𝑀ℎ𝑡+𝑛 (5) = 5,1 + [(𝑇𝑀ℎ𝑡 (5) − 5,1) · ( ) ]
𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡−3 (5)
donde:
- 𝑇𝑀ℎ𝑡 (5) y 𝑇𝑀ℎ𝑡+𝑛 (5) son los tamaños medios de los hogares de 5 o más
miembros en la provincia h a 1 de enero de los años t y t+n respectivamente.
- 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡−3 (5), 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡 (5) son los tamaños medios de los hogares de 5 o más
miembros en la provincia h a 1 de enero de los años t-3 y t respectivamente,
según el marco de referencia del Padrón continuo en dichas fechas.
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- 5,1 es el valor mínimo establecido para el tamaño medio de los hogares de 5 y
más personas, a la vista de los tamaños medios obtenidos a partir de los datos
del censo de 2011.
Con esta fórmula, el tamaño medio no puede ser inferior a 5,1; este valor es una
cifra arbitraria que se puede modificar, pero parece razonable que se exija que sea
algo mayor que 5, ya que ese sería el caso extremo en que no hubiera ningún hogar
de más de 5 miembros, lo que parece poco probable.
En esta fórmula, el exponente de la potencia está multiplicado por 12 en
comparación con la fórmula que se utiliza para las propensiones. La explicación es
que en ambos casos se intenta conseguir una evolución razonable de estas
variables, de manera que las series teóricas de tamaños y propensiones tengan
unos valores próximos a los obtenidos en el punto de origen de la serie y que
evolucionen de manera similar a lo observado entre los padrones de los años
considerados. Como la magnitud de ambos conceptos es diferente (las
propensiones menores que 1, y los tamaños medios mayores que 5), la velocidad
para acercarse a la asíntota marcada por el límite es diferente: si no multiplicamos
por una constante en el caso de los tamaños medios, la velocidad es muy lenta, y la
imposición del límite hace que la curva baje en exceso (en el caso del límite superior;
análogo con el inferior). La elección del valor 12 se ha realizado de forma empírica.
b) Para los tamaños medios de los hogares de 5 y más personas que, según el
marco de referencia padronal de los años t-3 y t a 1 de enero, resultan
crecientes (es decir, si 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡−3 < 𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡 ), las fórmulas empleadas son:
12𝑛
𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡−3 (5) 3
𝑇𝑀ℎ𝑡+𝑛 (5) = 𝐿Í𝑀𝐼𝑇𝐸 + [(𝐿Í𝑀𝐼𝑇𝐸 − 𝑇𝑀ℎ𝑡 (5)) · ( ) ]
𝑇𝑀𝑃ℎ𝑡 (5)
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