Transtornos
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TESIS DE GRADO
TRASTORNO DE PERSONALIDAD PSICOPÁTICA Y
ESTRUCTURA AFECTIVO EMOCIONAL EN RECLUSOS POR
DELITO DE ASESINATO DEL CENTRO PENITENCIARIO SAN
PEDRO DE LA CIUDAD DE LA PAZ
LA PAZ – BOLIVIA
2017
RESUMEN
Por lo tanto este trabajo a partir de sus resultados aporta en la implementación de programas de
intervención y prevención de readaptación social e reinserción social específicos para personas
privados de libertad por el delito de asesinato respecto a las variables de este estudio. Con el
objetivo fundamental de prevenir la reincidencia de los mismos por el mismo y de otros delitos.
Del análisis de resultados en una muestra de 58 reclusos por delito de asesinato, del Centro
Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz, se ha determinado que la correlación entre el
trastorno de la personalidad psicopática o sus tendencias con la estructura afectiva
(Autovaloración) es “inversamente proporcional” es decir que “a menor nivel de autovaloración
mayor es el grado de psicopatía” y la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = -
0.29, p < 0.05). Así mismo se ha determinado que la correlación entre el trastorno de la
personalidad psicopática o sus tendencias con la estructura emocional (Inteligencia emocional) es
“inversamente proporcional” es decir que “a menor nivel de inteligencia emocional mayor es el
grado de psicopatía” y la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = - 0.22, p < 0.05).
2
Dedicatoria
para ir mucho más lejos de lo que pensaba, cuando creía que no podía más.
a mis problemas y aquel cuando uno este vivó tendría que afrontarlo y
perseverar.
3
AGRADECIMIENTOS
Así mismo agradecer al Lic. Rubén Herrera Medrano, Psicólogo del Recinto Penitenciario
San Pedro de la Ciudad de La Paz, a la Dra. Delia Illanes Choquetijlla, Directora Departamental
de Régimen Penitenciario – La Paz, al Tcn. Deap. Nelson Mora Valencia, Director del Recinto
Penitenciario de San Pedro, a los reclusos del Penal de San Pedro que aceptaron ser parte de
esta investigación, Sector Grulla.
A los docentes que aceptaron ser mis tribunales revisores y lectores de mi investigación Lic.
Rene Calderón Gemio la Dr. Margarett Hurtado, Lic. Juan Lequepi Mamani por su apoyo
constante. Y conocimiento profesional que me motivo y brindo, la seguridad y fortaleza para
alcanzar este objetivo.
4
RESUMEN
Por lo tanto este trabajo a partir de sus resultados aporta en la implementación de programas de
intervención y prevención de readaptación social e reinserción social específicos para personas
privados de libertad por el delito de asesinato respecto a las variables de este estudio. Con el
objetivo fundamental de prevenir la reincidencia de los mismos por el mismo y de otros delitos.
Del análisis de resultados en una muestra de 58 reclusos por delito de asesinato, del Centro
Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz, se ha determinado que la correlación entre el
trastorno de la personalidad psicopática o sus tendencias con la estructura afectiva
(Autovaloración) es “inversamente proporcional” es decir que “a menor nivel de autovaloración
mayor es el grado de psicopatía” y la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = -
0.29, p < 0.05). Así mismo se ha determinado que la correlación entre el trastorno de la
personalidad psicopática o sus tendencias con la estructura emocional (Inteligencia emocional) es
“inversamente proporcional” es decir que “a menor nivel de inteligencia emocional mayor es el
grado de psicopatía” y la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = - 0.22, p < 0.05).
5
Dedicatoria
para ir mucho más lejos de lo que pensaba, cuando creía que no podía más.
a mis problemas y aquel cuando uno este vivó tendría que afrontarlo y
perseverar.
6
AGRADECIMIENTOS
Así mismo agradecer al Lic. Rubén Herrera Medrano, Psicólogo del Recinto Penitenciario
San Pedro de la Ciudad de La Paz, a la Dra. Delia Illanes Choquetijlla, Directora Departamental
de Régimen Penitenciario – La Paz, al Tcn. Deap. Nelson Mora Valencia, Director del Recinto
Penitenciario de San Pedro, a los reclusos del Penal de San Pedro que aceptaron ser parte de
esta investigación, Sector Grulla.
A los docentes que aceptaron ser mis tribunales revisores y lectores de mi investigación Lic.
Rene Calderón Gemio la Dr. Margarett Hurtado, Lic. Juan Lequepi Mamani por su apoyo
constante. Y conocimiento profesional que me motivo y brindo, la seguridad y fortaleza para
alcanzar este objetivo.
7
INDICE
Pág.
Dedicatoria…………………………………………………………………………………... 3
Agradecimientos…………………………………………………………………………….. 4
CAPITULO I
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………. 8
1.1 Planteamiento del problema…………………………………………………………... 11
1.2 Objetivos……………………………………………………………………………… 13
1.2.1 Objetivo general………………………………………………………………………. 13
1.2.2 Objetivos específicos………………………………………………………………….. 13
1.3 Hipótesis………………………………………………………………………………. 14
1.3.1 Hipótesis de investigación (Hi)……………………………………………………….. 14
1.4. Justificación…………………………………………………………………………… 14
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO.............................................................................................................. 19
2.1 La personalidad…………………………………………………………………………. 19
2.2 Antecedentes históricos………………………………………………………………… 19
2.3 Actualmente la psicopatía………………………………………………………………. 21
2.4 Concepto y características fundamentales……………………………………………… 21
2.5 Prevalencia del trastorno……………………………………………………………….. 25
2.6 Factores antecedentes y predisponentes………………………………………………... 26
2.7 Diagnóstico (DSM – IV y CIE - 10)…………………………………………………… 27
2.8 Diagnóstico de la psicopatía según la Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada
(PCL - R) de: Robert D. Hare (1985 - 1991)………………………………………………... 28
2.8.1 Factor 1: Interpersonal/Afectivo……………………………………………………… 28
2.8.2 Factor 2: Desviación social…………………………………………………………… 29
2.9 Teoría de sustento de: Robert D. Hare………………………………………………... 29
2.9.1 La psicopatía y su relación con la violencia y la criminalidad……………………….. 29
2.9.2 Aproximaciones explicativas…………………………………………………………. 31
2.10 Antecedentes del estudio de la afectividad y emoción……………………………….. 32
2.11 Teoría evolutiva (Charles Darwin)…………………………………………………… 32
2.12 Teoría psicofisiológica (William James)……………………………………………... 34
2.13 Teoría neurológica (Walter B. Cannon)……………………………………………… 35
2.14 Teoría cognitiva (Schachter)…………………………………………………………. 38
2.15 Teoría de Plutchik…………………………………………………………………….. 39
2.16 Teoría dinámica (Sigmund Freud)……………………………………………………. 40
2.17 Componentes emocionales…………………………………………………………… 41
2.17.1 El sentimiento……………………………………………………………………….. 42
2.17.2 La afectividad……………………………………………………………………….. 42
2.17.3 Emotividad y emoción………………………………………………………………. 43
2.18 La afectividad desde un enfoque cognitivo…………………………………………. 44
2.19 Concepto actual de la afectividad…………………………………………………… 47
2.20 La inteligencia emocional…………………………………………………………… 47
8
2.21 Definición del delito…………………………………………………………………... 49
2.22 Definición de asesinato………………………………………………………………... 50
2.23 El delito de asesinato………………………………………………………………….. 50
2.24 Dos tipos de asesinatos - sujetos del delito de asesinato……………………………… 51
2.24.1 Sujeto activo………………………………………………………………………… 51
2.24.2 Sujeto pasivo………………………………………………………………………… 51
2.25 Clasificación general del asesinato………………………………………………... 51
2.25.1 Asesinato en primer grado…………………………………………………………... 51
2.25.2 Asesinato en segundo grado………………………………………………………… 51
2.25.3 Asesinato con alevosía………………………………………………………………. 52
2.25.4 Asesinato por precio, recompensa o promesa………………………………………. 52
2.25.5 Asesinato con ensañamiento………………………………………………………… 52
2.26 Estudios relacionados con el tema de investigación………………………………… 52
2.27 Recinto penitenciario San Pedro de la Ciudad de La Paz…………………………… 54
CAPITULO III
MÉTODOLOGIA………………………………………………………………………….. 55
3.1 Tipos y diseño de investigación………………………………………………………… 55
3.2 Variables de investigación……………………………………………………………… 55
3.2.1 Definición conceptual de las variables…………………………………………........ 55
3.2.1.1 Trastorno de personalidad psicopática…………………………………………........ 55
3.2.1.2 La afectividad………………………………………………………………………. 56
3.2.1.3 La emoción…………………………………………………………………………. 56
3.2.2 Operacionalización de las variables………………………………………………… 57
3.3 Población………………………………………………………………………………. 60
3.4 Muestra………………………………………………………………………………… 60
3.5 Instrumentos de medición psicológica………………………………………………… 60
3.5.1 Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada (PCL - R)…………………………. 60
3.5.2 Escala de Autovaloración – EAV – 2 – RC (Adultos)……………………………….. 61
3.5.3 Test de Inteligencia Emocional (I. E.)………………………………………………... 61
3.5.4 Cuestionario de Información Adicional……………………………………………… 61
3.6 Análisis de resultados………………………………………………………………… 62
3.7 Ambiente……………………………………………………………………………... 62
3.8 Procedimiento………………………………………………………………………… 64
CAPITULO IV
RESULTADOS…………………………………………………………………………….. 65
4.1 De los datos demográficos…………………………………………………………….. 66
4.2 De los antecedentes familiares………………………………………………………… 70
4.3 De los antecedentes educativos………………………………………………………... 74
4.4 De la historia médica…………………………………………………………………... 77
4.5 De la historia criminal…………………………………………………………………. 79
4.6 Análisis descriptivo del trastorno de personalidad psicopática o sus tendencias……… 85
4.7 Análisis descriptivo de la estructura afectiva emocional………………………………. 91
4.8 Análisis correlacional del trastorno de la personalidad psicopática o sus tendencias
Con La estructura afectivo emocional………………………………………………… 94
4.9 Análisis psicométrico de confiablidad y validez factorial de la Escala de Calificación 96
9
de la Psicopatía Revisada (PCL - R)………………………………………………………... 96
4.9.1 Informe de confiabilidad……………………………………………………………………… 99
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES................................................................................................................. 100
CAPÍTULO VI
RECOMENDACIONES…………………………………………………………………... 107
10
CAPITULO I
INTRODUCCIÓN
Se coincide con Ander-Egg (1997: 145 – 146, citado en Agreda, M. R., 2009, pág. 247), el
psicópata es aquel sujeto cuya personalidad está caracterizada por la incapacidad de establecer
vínculos afectivos claros: no puede mantener una actitud de lealtad hacia personas, grupos,
instituciones, código o norma de comportamiento. El psicópata suele tener una conducta
antisocial e impulsiva: perversidad, conflictividad en las relaciones interpersonales, desacato a la
autoridad, a los valores y normas convencionales, etc.
11
conducta, siempre y cuando el ambiente las impulse (cf. Mensías, 1995/2006: 41 – 140, citado en
Agreda, M. R., 2009, pág. 247).
Es incomprensible que ante estos índices altos de asesinato y que conmocionaron a toda la
ciudadanía, aún no se cuenten con políticas de estado de intervención y prevención específica de
este delito.
Por otro lado, la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, el Código Penal y la
Ley Nº 2298 de Ejecución Penal y Supervisión, regulan el Sistema de Régimen Penitenciario
Nacional de manera formal. Estas normativas sólo quedan en textos legales porque la realidad del
sistema penitenciario a nivel nacional, lamentablemente presenta muchas problemáticas y
necesidades. Las más sentidas y para su inmediata atención, son el hacinamiento por la
sobrepoblación, los niño/as que viven en las cárceles por la situación jurídica de uno o de ambos
padres, la separación y clasificación legal - psicopatológica de reclusos/as, la retardación de
justicia y la inseguridad penitenciaria.
A nivel psicosocial las personas privadas de libertad y sus familias presentan alteraciones
afectivas - emocionales. Además, se encuentran expuestos a diferentes factores de riesgo como
ser; al contagio de enfermedades, consumo de bebidas alcohólicas y drogas, violencia, a
comportamientos ilegales y otros
Se puede indicar hipotéticamente, que las funciones y responsabilidades de los psicólogos/as que
trabajan en las diferentes cárceles de Bolivia es la más importante en el sistema penitenciario,
porque su trabajo consiste en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y seguimiento psicológico,
con el objetivo de lograr la readaptación psicosocial de los internos/as post cárcel, y durante su
permanencia en el recinto penitenciario. Además, elabora informes periciales de acuerdo a la
12
situación jurídica y psicopatológica al ingreso, durante la permanencia y para la libertad
condicional o definitiva de las personas privadas de libertad.
El trabajo del área de la psicología penitenciaria en cárceles es muy limitado porque no existe la
cantidad adecuada de psicólogos/as, en relación a la cantidad de reclusos/as que tiene cada
recinto carcelario, lo cual no permite la ejecución afectiva de los diferentes programas (De
educación, salud, laboral y otros) de rehabilitación que deben llevarse a cabo. Esta sobre carga de
trabajo, también dificulta el trabajo psicoterapéutico individual y grupal que deben desempeñar
los psicólogos/as en, centros penitenciarios.
Para contribuir a las diferentes dificultades y necesidades del sistema penitenciario, y del área de
la psicología penitenciaria en Bolivia, se ha realizado la presente investigación científica que
aporta con datos para prevenir sobre todo la reincidencia de las personas privadas de libertad por
el delito de “asesinato” del Centro Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz. Por otro lado,
los resultados de este estudio deben concientizar y sensibilizar a la población en su conjunto
respecto a la estigmatización negativa que se tiene de las personas recluidas en general, a partir
de la difusión e interacción de los datos científicos generados.
13
1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Del año 2000 al 2012, a nivel nacional el índice denunciado de “delitos comunes” de mayor
incidencia contra la integridad corporal, la salud, estafa, otras defraudaciones, homicidio, hurto,
robo, robo agravado (Atracos), violación, estupro y abuso deshonesto es de 33.813 (2000);
32.595 (2001); 27.079 (2002); 26.620 (2003); 28.437 (2004); 24.822 (2005); 26.779 (2006);
29.305 (2007); 33.966 (2008); 36.940 (2009); 39.157 (2010); 39.650 (2011) y 45.590 (2012), los
cuales indican altos índices de crecimiento de la delincuencia e inseguridad ciudadana en el país
entre los años 2000 y 2012 (Fuente: Policía Nacional e Instituto Nacional de Estadística).
Los delitos contra la integridad corporal, salud, y robo, son, de mayor prevalencia e incidencia
desde el año 2000 al 2012, en comparación con los demás “delitos comunes” (Fuente: Policía
Nacional e Instituto Nacional de Estadística).
El departamento de Santa Cruz presenta el índice denunciado de “delitos comunes” más alto
desde el año 2000 al 2012, seguido por el departamento de La Paz y Cochabamba,
respectivamente. Además, los delitos contra la integridad corporal, la salud, y robo, son de mayor
prevalencia e incidencia en los departamentos citados, y en el orden que sigue (2000 - 2012), en
comparación con los demás “delitos comunes” (Fuente: Policía Nacional e Instituto Nacional de
Estadística).
La Razón Digital (Cuiza, P., 07 de mayo, de 2013) efectuó un recuento sobre, crímenes que
conmocionaron a la sociedad, por su crueldad y sangre fría de los asesinos. En un año al menos
diecisiete crímenes tienen esos rasgos.
La directora del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer, Mary Marca, (CIDEM) indica
que, “entre enero y junio de este año, el Observatorio Manuela dependiente del CIDEM, reporto
14
98 asesinatos de mujeres, de los que 59 fueron feminicidios” (Agencia de Noticias ABI, 20 de
agosto, de 2014).
Además, detalló que “de los 59 casos de feminicidios, 21 (35,59%) ocurrieron en el departamento
de Cochabamba, 16 (27,12%) en La Paz, 8 (13,56%) en Santa Cruz, 6 (10,27%) en Oruro, 4
(6,78%) en Potosí y 3 (5,08%) en Chuquisaca” (Agencia de Noticias ABI, 20 de agosto, de
2014).
Según el registro del Observatorio, 36 de los feminicidios son íntimos o conyugales, 14 sexuales
y 6 infantiles. En cuanto a la relación del perpetrador con la víctima, el porcentaje más alto
(61,02%) corresponde a los feminicidios cometidos por el esposo, ex esposo, concubino, novio o
ex novio (Agencia de Noticias ABI, 20 de agosto, de 2014).
Para destacar, la relevancia actual en la opinión pública sobre el creciente tema de inseguridad
ciudadana, son dos ejemplos ilustrativos: El asesinato de una joven (Modelo) de 26 años por un
empleado de aparcadero en Santa Cruz y la violación de dos hermanas de 13 y 14 años por cinco
adolescentes en La Paz, son los últimos crímenes más violentos registrados en Bolivia (Agencia
de Noticias ABI, 20 de agosto, de 2014).
Según el Programa ONU – MUJERES, Bolivia es el país Latinoamericano con el nivel más alto
de violencia física contra mujeres y el segundo después de Haití en violencia sexual.
Los datos también indican, que la edad promedio de la mayoría de los delitos cometidos oscila
entre los 18 y 30 años, luego están, de 31 a 45 años, y en una mínima cantidad están adultos
mayores con 60 años y más (La Razón Impresa, Villa, M., 08 de agosto, de 2014).
Los datos registrados y descritos por los diferentes medios de comunicación no identifican las
causas de los diferentes delitos (Crímenes violentos) cometidos contra la vida, la libertad,
integridad física, salud psicológica y sexual de las personas en general.
15
El crecimiento de crímenes violentos a nivel nacional en contra de la sociedad nos lleva a realizar
el presente estudio, con la siguiente pregunta de investigación:
1.2 OBJETIVOS
Evaluar la estructura afectiva en reclusos por delito de asesinato, del Centro Penitenciario San
Pedro de la ciudad de La Paz.
Evaluar la estructura emocional en reclusos por delito de asesinato, del Centro Penitenciario San
Pedro de la ciudad de La Paz.
16
1.3 HIPÓTESIS
1.4 JUSTIFICACIÓN
Para poder entender la magnitud del problema de la psicopatía, primeramente debemos indicar
que, estos sujetos representan el 1% del total de la población general mundial, pero constituye en
el 15-25% de la población de reclusos de sexo masculino (Hare, 2004). Los estudios realizados
en Inglaterra por la fundación MacArthur (citado en León, 2005) en una muestra comunitaria
mostraron que el, 1% de la población tenía un puntaje de 20 o cercano en la Escala de
Calificación de la Psicopatía Revisada (PCL - R) de Robert Hare, también conocida como
“Escala Hare” lo que sería indicativo de una psicopatía. Otro estudio efectuado en Argentina,
refiere según Marietan (citado en Salguero, 2009) que hay un 3% de la población en general con
características psicopáticas.es decir, 1200.000 personas en Argentina; la relación es de tres
varones por cada mujer. Son 300 mil damas y 900 mil caballeros. Asimismo, en Argentina, por
ejemplo, la reincidencia de los declarados psicópatas, al año siguiente de haber salido de la
penitenciaria, es del 85% al 90%. El resultado de estas investigaciones nos hace pensar que algo
similar podría estar pasando con la población carcelaria de Bolivia.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los psicópatas son el 1% –
2% de la población mundial.
Por otro lado debemos indicar que investigaciones basadas en relación entre afecto y psicopatía,
optan en aclarar los principios rectores de esta interacción, de igual forma aluden en enfatizar
sobre el afecto, ya que es parte fundamental para explicar la manera del, qué, del cómo, y por qué
actúan los psicópatas de la forma que lo hacen. Por tanto, la vivencia de los psicópatas está
mediatizada por la poca o nula emocionalidad. Los aportes realizados por Birnbaum (1914);
Schneider (1934); Eysenck (1957); Karpman (1961); Johns&Quay (1962); Compleja (s. f.);
Mccord&Mccord (1964); Craft&Foulds (1965); Arieti (1967); Kernberg (1970, 1989a, b); Beck
&Freeman (1990) plantearon el paradigma de la afectación de la emocionalidad en la psicopatía
17
(Citado en la Revista de la Facultad de Psicología, Universidad Cooperativa de Colombia, enero
– junio, 2009, Colombia, Volumen 5, Nº 8).
Es tan importante el aspecto afectivo para Hare, que él considera la emoción como principio
rector que nos impulsa a la convivencia. Por tanto, en los psicópatas “lo que destaca en él, es que
tan ausentes están de las cualidades esenciales, que le permiten a los seres humanos vivir en
sociedad” (Hare, 1974, 2-3). Sin un estado afectivo estable, sano y profundo, conllevaría a que el
sujeto se convierta en una especie de depredador social, ya que se sienten libres para satisfacer
18
sus necesidades y deseos, así como también para hacer cualquier cosa que se les ocurra, con tal
de tener lo que quieren (Hare, 2004).
En opinión de Cleckley (1941, citado por Hare, 1974) “al psicópata le falta la posibilidad de
experimentar los componentes emocionales de la conducta personal e interpersonal” (p. 15). Por
lo tanto, el psicópata carece del barniz afectivo que acompaña usualmente a la experiencia, sus
sensaciones emocionales están atenuadas de un modo equivalente a la ceguera de colores que
padecen los daltónicos (Cleckley, 1964, citado por Marietan, 1998, 1999, 2000); estima que los
sentimientos morales deben ser aprendidos, y que este proceso de aprendizaje está reforzado por
las emociones. Sin embargo, no está claro que el psicópata sea incapaz de mostrar emociones.
Claramente siente ira, satisfacción, placer y tiene autoestima. De otro modo no se entendería por
qué hace lo que hace. Además Cleckley (1976, citado en Garrido, 2001) afirma que “los procesos
lógicos del pensamiento funcionan perfectamente en el psicópata, sin embargo, usa el lenguaje
sin llegar realmente a comprender el significado de lo que dice, al fallar la integración de la
emoción con el sentido de las palabras” (p. 351). Según Hare (1974, citado por Goleman, 1995),
“los psicópatas tienen una comprensión superficial de las palabras emocionales, una reflexión de
su superficialidad más general en el reino afectivo” (p. 138).
Por lo tanto, cuando nos referimos a las cárceles no sólo debemos pensar en personas que han
cometido un “delito” en desmedro de la sociedad civil, sino también debemos procurar
reflexionar sobre la vivencia en las cárceles. Estos aspectos y otros son planteados de manera
profunda por la Pastoral Penitenciaria Católica de Bolivia y el Centro de Estudios Sobre Justicia
y Participación (CEJIP), respecto de la realidad carcelaria boliviana indicando que “cuando
hablamos de la cárcel, hablamos de jaulas en las que nosotros, seres humanos, hemos
19
determinado encerrar a otros seres humanos, que muchas -las más de las veces- no han tenido las
oportunidades que a quienes estamos aquí se nos presentan: no han tenido la oportunidad de tener
una profesión, un trabajo digno, un espacio de discusión de sus ideas; tampoco han tenido la
oportunidad de crecer en un hogar integrado, no han tenido la posibilidad de recibir el amor de
una familia que los respalde y respete” (Pág. 176).
Ahora bien, debemos indicar que actualmente el Estado Plurinacional de Bolivia a través del
Ministerio de Salud, como también el Servicio Departamental de Salud (SEDES) dependiente de
Gobiernos Autónomos Departamentales, no cuenta con un sistema de vigilancia epidemiológica
del trastorno de personalidad psicopática en personas privadas de libertad como en otros países.
Además, las principales universidades de la ciudad de La Paz no tienen estudios realizados
respecto a las variables que se plantea investigar.
Además, los crímenes que actualmente se cometen son con mayor crueldad y a sangre fría, lo
cual nos lleva a pensar que estas personas presentan tendencias o trastorno de personalidad
psicopática relacionado a deficiencias en su estructura afectivo emocional. Por lo tanto, el
presente estudio plantea realizar la evaluación psicológica que nos permitirá conocer el
diagnostico de cada una de estas personas. Posteriormente, se recomendara realizar tratamientos
individuales y grupales específicos de acuerdo a cada cuadro clínico.
Todos los aspectos indicados hasta ahora, nos motivan a llevar a cabo este trabajo de
investigación que principalmente busca evaluar y relacionar el trastorno de personalidad
psicopática y la estructura afectivo emocional en reclusos por delito de asesinato, del Centro
Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz. También, los datos del estudio son para
sensibilizar de alguna manera a las autoridades del Sistema de Régimen Penitenciario para que se
20
dé cumplimiento de las normas establecidas a nivel nacional e internacional, citadas
anteriormente. Sobre todo y especialmente, que se dé estricto cumplimiento a los artículos que
refieren cuando un recluso presenta patologías psicológicas y biológicas graves que ponen en
riesgo la vida de estas personas y de la población penitenciaria en general.
21
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
2.1 LA PERSONALIDAD
Otros médicos consideraban a los antisociales como individuos que presentaban defectos de
carácter y que, por tanto, merecían la condena moral. El término insania moral, utilizado por
primera vez por Prichard (1835) cristalizaba esta idea. El autor Prichard sostenía que estas
personas, pese a entender las opciones con las que contaban, estaban dominadas por unas
compulsiones irresistibles que regían su conducta. A su vez, amplió el síndrome para incluir
diversos estados emocionales y mentales, que compartían la incapacidad de guiarse según un
22
sentido interno de rectitud, bondad y responsabilidad. Pese a no ser científica, la idea de la
infamia moral sigue teniendo cierto atractivo, aunque solo sea porque la persona normal a
menudo no consigue identificarse con los actos más patológicos de los antisociales y los
psicópatas (Millon, T., et. al, 2006, pág. 169).
Autores posteriores, sugieren que existe un paralelismo entre los defectos anatómicos y los
defectos caracteriológicos, aunque la naturaleza de estos paralelismos hoy en día suscitaría más
de una sonrisa. Por ejemplo, algunos pensaban que un centro cerebral especifico controlaba la
moralidad (Maudsley, 1874). De la misma forma que algunos individuos son ciegos para los
colores, se consideraba que otros tenían ceguera moral. Otros autores, defendían que los
antisociales eran delincuentes de nacimiento y que presentaban rasgos físicos comunes, como una
mandíbula prominente y proyectada hacia delante, orejas alargadas y frente despejada, eran
zurdos y corpulentos, su desarrollo sexual era precoz, presentaban también insensibilidad táctil y
agilidad muscular (Lombroso, 1887). Por otro lado, Stone (1993) sugiere que la sociedad
necesita la tranquilidad de creer que los delincuentes se pueden identificar mediante rasgos
físicos para sentirse protegida de los verdaderos psicópatas, que se ocultan tras lo cotidiano
(Millon, T., et. al, 2006, pág. 169).
A finales del siglo XIX, la psiquiatría comenzó a apartarse de la clasificación moral para
acercarse a la investigación observacional. Koch (1891) propuso que el término “insania moral”
se sustituyera por el de “inferioridad psicopática”, que consideraba el síndrome, de forma
explícita, como una “inferioridad de la constitución cerebral” (Pág. 54). Aunque sus intenciones
eran las mismas que las de Pinel, –es decir, efectuar clasificaciones científicas en lugar de
morales-, la elección de los términos no fue muy acertada. La palabra “inferioridad” acabo por
desaparecer con el uso cuando este término llegó a Estados Unidos. El termino psicopático, que
significaba literalmente “patología psicológica” se mantuvo durante las tres primeras décadas del
siglo XX para hacer referencia a un amplio abanico de enfermedades que iban mucho más allá de
la idea contemporánea de personalidad antisocial. Por su parte El trabajo de Cleckley de 1941,
cristalizo el constructo de psicopatía en su versión más moderna, abriendo una línea de
investigación que ha prosperado desde entonces (Millon, T., et. al, 2006, pág. 170).
23
2.3 ACTUALMENTE LA PSICOPATÍA
En la clínica, cabe plantearse también los términos “psicópata” y “sociópata” para describir a
individuos que violan de manera flagrante y repetida los derechos de los demás. Y en la
actualidad, el trastorno antisocial de la personalidad es el término oficial empleado en el DSM –
IV (APA, 1994). Sin embargo, los términos “psicópata” y “sociópata” a menudo se emplean de
modo informal para hacer referencia a aquellos individuos que cometen crímenes atroces. La
elección por parte, de un determinado autor de un término u otro suele ser arbitraria o una mera
cuestión de preferencia lingüística, y no está basada en diferenciaciones científicas concretas. Sin
embargo, una distinción que suele hacerse entre el uso del término “psicopatía” o “sociopatia”
radica en las creencias que tenga cada autor respecto a los orígenes del trastorno. Asimismo, se
cree que los psicópatas tienen una predisposición constitucional hacia el síndrome, es decir, la
patología; en cambio, los sociópatas son normales desde el punto de vista biológico, pero
desarrollan características antisociales debido a una socialización incompetente u hostil, sobre
todo, a causa de modelos parentales deficitarios (Millon, T., et. al, 2006, págs. 160 - 161).
24
criminalidad que están asociados a ellas (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág.
57).
Estas personalidades, han sido llamadas por Millón (1981) “personalidades agresivas” por
considerar que el término “antisocial”, incluye una connotación valorativa y que algunas
características de personalidad similares se encuentran también en individuos que no atentan
abiertamente contra los usos y las convenciones sociales (Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág.
57).
Este tipo de trastorno es, a menudo extraordinariamente incapacitante porque los primeros
síntomas que aparecen en la niñez interfieren con el rendimiento educativo y dificultan la
profesionalización ulterior. Después de los 30 años, la conducta antisocial más flagrante puede
disminuir, sobre todo la promiscuidad sexual, las peleas y la delincuencia. Si bien pueden
madurar con el paso de los años, son objeto de tantas complicaciones biográficas (manicomios,
encarcelamiento, aislamiento familiar y social, etc.) que es difícil hablar de la normalización de
su personalidad en la vida adulta (Valdés, 1991, citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 58).
Los rasgos nucleares del trastorno antisocial de la personalidad, ++ son los comportamientos
impulsivos, sin reparar en las consecuencias negativas de las conductas, la ausencia de
responsabilidades personales y sociales, con déficits en la solución de problemas, y la pobreza
sentimental, sin sentimientos de amor y culpabilidad. Como consecuencia de todo ello, estas
personas carecen del mínimo equipamiento cognitivo y afectivo necesario para asumir los valores
y normas morales aceptados socialmente (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág.
58). Un perfil descriptivo global del trastorno antisocial de la personalidad se muestra en la tabla
2.1.
25
TABLA 2.1
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD
FACETA CONDUCTAS
Global Impulsivo e imprudente, con gusto por el riesgo e insensible al
castigo. Incapaz de aprovechar las enseñanzas de la experiencia
pasada.
Relación interpersonal Provocador, con menosprecio por los demás y con un rechazo de la
compasión social y de los valores humanitarios.
Estilo cognitivo Personalista, con una tendencia a traducir las conductas de los demás
en términos de las propias necesidades.
Desde la perspectiva del DSM – IV (APA, 1994), las conductas más alteradas del trastorno
antisocial de la personalidad están relacionadas con la incapacidad de mantener una conducta
laboral consistente, la irresponsabilidad de los deberes familiares, la irritabilidad constante, la
ausencia de conductas de temor y de culpa, las dificultades de adaptación a las normas, la
promiscuidad sexual, el abuso de sustancias y la necesidad de “acción” con dificultades para
soportar el aburrimiento o la vida rutinaria (Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 58). Los
problemas más comunes derivados de este tipo de conductas, se muestran en la tabla 2.2. En
concreto, el abuso de alcohol o de otras sustancias adictivas, que facilita la expresión de la
conducta antisocial, está presente en más del 60 por 100 de los pacientes aquejados de un
trastorno antisocial de la personalidad (Lewis y Bucholz, 1991, citado en Echeburúa, O. E., 1998,
págs. 58 - 59).
26
TABLA 2.2
PROBLEMAS MÁS COMUNES ENTRE PERSONALIDADES ANTISOCIALES (Robins,
1966)
ÁREA DE CONFLICTO PORCENTAJE (%)
Problemas laborales 85 %
Problemas de pareja 81 %
Dependencia económica 79 %
Arrestos 75 %
Abuso de alcohol 72 %
Una limitación de este enfoque es que, hay una cierta superposición entre las conductas
“antisociales” con las conductas “delictivas”, y que se puede equiparar este trastorno con la
delincuencia. Si bien hay una clara relación entre ambos conceptos, no son sinónimos y ninguno
de los dos términos es inclusivo del otro (Aluja, 1991, citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 59).
Por otro lado, en base al trabajo previo de Cleckley (1976), Hare, Hart y Harpur (1991) han
propuesto diez criterios i de diagnósticos para el “trastorno de la personalidad psicopática”, Y que
resultan más amplios e integradores que los del DSM – IV y que abarcan dos factores
diferenciados: el deterioro de afectividad y de relaciones interpersonales, por un lado, y el estilo
de vida impulsivo, antisocial e inestable, por otro (Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 59).
Estos criterios i de diagnósticos se muestran en la tabla 2.3.
TABLA 2.3
CRITERIOS PARA EL TRASTORNO PSICOPATICO DE LA PERSONALIDAD (Hare,
Hart y Harpur, 1991) descripción
27
10. Irresponsabilidad.
El trastorno antisocial o psicopático de la personalidad puede afectar a dos (2) por habitantes100
de la población. En cambio en Estados Unidos la tasa de prevalencia es del 3 por 100 en varones
y del 1 por 100 en mujeres. Está mayor preponderancia en el sexo masculino se explica por
diferencias hormonales, por la disonancia cognitiva entre ser “femenina” y adoptar
comportamientos violentos, así como también, por ciertos trastornos en la infancia, que son más
frecuentes en chicos, como la disfunción cerebral mínima, el trastorno de hiperactividad con
déficit de atención y los problemas de conducta en la niñez. Cuando aparece en chicas, este
trastorno va asociado frecuentemente a la politoxicomania, promiscuidad sexual sin placer y a
los múltiples embarazos no deseados (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E., 1998, págs. 59
- 60).
Esté trastorno está sobrerrepresentado en la población de clase baja, en parte, por las carencias
sociales y económicas, que dificultan un desarrollo de personalidad equilibrado, y en parte, por
el ambiente empobrecido de educación que se da al crecer los hijos con padres, que
frecuentemente, están aquejados de este mismo trastorno. El nivel intelectual, tiende a ser bajo y
es un resultado, al menos en parte, de los déficits de estimulación (sensorial, motriz, de espacio
físico, etc.) que son característicos de la pertenencia a una clase social baja (Paz De Corral, citado
en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 60).
De hecho, el trastorno es 5 veces más frecuente entre los parientes biológicos de primer grado de
hombres con este problema, qué entre la población general. Los estudios de adopción muestran
que tanto, los factores genéticos como los ambientales contribuyen al riesgo en este grupo de
alteraciones psicopatológicas. Por ello, los hijos adoptivos y biológicos de padres con este cuadro
clínico, tienen mayor riesgo de presentar un trastorno antisocial de la personalidad. Y, según
Merikangas y Weissman (1986) hay un componente genético importante en este tipo de trastorno
(Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 60).
28
2.6 FACTORES ANTECEDENTES Y PREDISPONENTES
El diagnóstico de “trastorno antisocial de la personalidad” requiere contar con un mínimo de 18
años y presentar una historia de alteraciones de conducta desde antes de los 15 años. Esté
trastorno hunde, por tanto, sus raíces en la infancia (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E.,
1998, pág. 60).
Entre los factores antecedentes más comunes, se encuentran las dificultades de adaptación a la
escuela (fracaso escolar, absentismo, falsificación de notas, expulsión de la escuela, etc.), fugas
de casa, comportamientos violentos y actos de vandalismo, crueldad con las personas y los
animales, mentiras reiteradas, robos, la promiscuidad sexual precoz y el contacto temprano con
el alcohol y las drogas. El denominador común de todos estos factores, es la transgresión de las
normas de conducta en el hogar y frente a la sociedad (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E.,
1998, págs. 60 - 61).
Otras alteraciones presentes en la infancia son las deficiencias académicas, las relaciones
interpersonales pobres (es decir, la ausencia de aceptación social dentro del grupo) y los procesos
cognitivos y atribucionales alterados, como déficits de solución de problemas, predisposición a
atribuir intenciones hostiles a los demás, etc. (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E., 1998,
pág. 61).
29
2.7 DIAGNÓSTICO (DSM – IV y CIE - 10)
La psicopatología anglosajona, considera el trastorno antisocial de la personalidad como una
patología que se caracteriza por manifestaciones conductuales y de desviación social; mientras
que se define en función únicamente de rasgos de la personalidad. Esta postura ha sido recogida
por la Organización Mundial de la Salud, de tal manera que en el CIE – 10 se utiliza el término:
“trastorno disocial de la personalidad”.
Los criterios i de diagnósticos del trastorno antisocial de la personalidad para el DSM – IV son
los siguientes:
A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener
30
O un episodio maníaco (APA, 1996).
1. Cruel despreocupación por los sentimientos de los demás y falta de capacidad de empatía.
Obligaciones sociales.
4. Muy baja tolerancia a la frustración Y/o bajo umbral para descargas de agresividad, dando incluso
5. Incapacidad para sentir culpa y para aprender de la experiencia, en particular del castigo.
6. Marcada predisposición de culpar a los demás Y/o ofrecer racionalizaciones verosímiles del
Comportamiento conflictivo.
31
egocentrismo, a la superficialidad, manipulación, egoísmo, crueldad, a falta de remordimiento y
de empatía.
En la práctica, no es facial separar uno del otro factor, y distinguir las múltiples variantes
fenomenológicas que pueden exhibir los psicópatas.
Lykken (1998) plantea que los ítems del Factor 1 son indicadores de rasgos de personalidad,
mientras que los ítems del Factor 2 se refieren a conductas (Ver la operacionalización de las
variables: Tabla 3.1). El Factor 1, es considerado como el “núcleo” de la psicopatía y puede o no
estar asociado al Factor 2 (Dada la mayor capacidad predictiva demostrada de los rasgos de
personalidad), pero este último debe estar siempre vinculado al Factor 1 para qué se califique
psicopatía.
Existe una alta asociación entre psicopatía y violencia, muestra que muchas de las características
que son importantes para la inhibición de las conductas violentas y antisociales –empatía,
32
capacidad de establecer vínculos profundos, miedo al castigo y culpa– se encuentran seriamente
disminuidas en los psicópatas.
En este sentido, él postula que el psicópata tiene capacidad para optar, ya que posee plena
conciencia de daño, desde lo racional. Así es como, se da cuenta de lo que está provocando en el
otro, y puede usarlo en su propio beneficio, todo debido a que no hay un componente afectivo
que acompañe esta apreciación. Dada esta condición, los psicópatas pueden iniciarse en
actividades antisociales a temprana edad, continuando con estas acciones durante una gran parte
de su vida. Alrededor de los 35 a 40 años, este nivel de criminalidad tendería a decrecer (Hare,
McPherson y Forth, 1988, citados en Hare, 2004).
Sin embargo, esto no significa que disminuya el grado de violencia, ya que éste casi no
disminuiría con el transcurrir de los años. Asimismo relevante mencionar que Hare hace una clara
distinción, al decir, qué psicopatía no es sinónimo de criminalidad y qué aun cuando la expresión
más violenta de la psicopatía es la conducta criminal, la mayoría de los psicópatas no son
delincuentes, sino más bien sujetos, que gracias a su encanto y habilidad para manipular, engañan
y arruinan la vida de todos aquellos que se asocian, personal o profesionalmente con ellos. no
obstante, el psicópata tiene la capacidad de usar la violencia en situaciones como: el encanto, la
manipulación, las amenazas y la intimidación, que no son efectivos para lograr sus propósitos.
De esta manera, pese a que el psicópata es el candidato perfecto para delinquir por su
desconsideración con los demás y su sangre fría, "algunos son trabajadores informales y poco
fiables, empresarios depredadores y sin escrúpulos, políticos corruptos o profesionales sin ética
33
que usan su prestigio y su poder para victimizar a sus clientes" (op. cit.). Estos “psicópatas de
cuello blanco” serían igual de egocéntricos, insensibles y manipuladores como el psicópata
criminal medio, "sin embargo, su inteligencia, historia familiar, habilidades y circunstancias
sociales, les permiten construir una fachada de normalidad y conseguir lo que quieren con
relativa impunidad" (Hare, citado en Freeman, 2001, p. 2).
Al mencionar que los psicópatas representan sólo un 1% del total de la población, pero
constituyen el 15-25% de la población de reclusos de sexo masculino (Hare, 2004, julio), se debe
tomar en cuenta que la mayor parte de investigaciones en torno a la psicopatía, se han efectuado
en hombres adultos caucásicos recluidos en las cárceles, encontrándose, por lo tanto, una elevada
prevalencia en delincuentes. Sin embargo, rápidamente se ha ido incrementando la investigación
que indica que el constructo es aplicable a adolescentes, mujeres y a otros grupos étnicos y
culturales. Por lo tanto, la psicopatía es un constructo universal (Hare, 2004, julio).
Para Hare, la influencia del ambiente no da cuenta, por sí sola, de la psicopatía. Es probable que
existan factores genéticos que contribuyan a la aparición de los rasgos de personalidad y
temperamento que definen este trastorno, aunque su expresión en el individuo sea producto de
complejas interacciones entre predisposiciones biológicas y factores sociales (Hare, 1993;
Livesley, 1998, citados en Hare, 2000).
A pesar de que se ha establecido que los rasgos y conductas que caracterizan a la psicopatía,
empiezan a manifestarse tempranamente en la niñez, a un no se comprenden muy bien los
mecanismos biológicos y ambientales que intervienen en el desarrollo, y mantenimiento de la
psicopatía. No obstante, recientes investigaciones de las neurociencias afectivas y cognitivas, y
de la psicopatología del desarrollo, han comenzado a entregarnos claves importantes (Hare, 1993;
Lykken, 1995; Mealey, 1995, citados en Hare, 2000).
34
integraciones entre emoción y pensamiento, junto con una menor capacidad para sentir y
experimentar las emociones.
La evidencia de sus datos que presento, tenía por objeto ilustrar la continuidad básica en las
expresiones emocionales desde los animales inferiores hasta los humanos. También sugirió que
el hecho de que el perro o el lobo muestren los colmillos está relacionado con las expresiones
35
faciales despectivas del humano adulto. Observo que el sonrojo del rostro colérico, se ha
observado en razas humanas muy diferentes, así como en ciertas especies de simios. La
defecación y la urinación, están asociadas al temor i que se han registrado en ratas, gatos,
perros, los monos y los humanos. Además, de otras observaciones de las expresiones
emocionales (Plutchik, R., 1987, pág. 29).
En su libro, Darwin consideró otro problema importante a saber, el carácter de lo innato en las
expresiones emocionales. El opinaba que muchas de ellas sino todas, no se aprenden (Es decir,
son innatas) (Plutchik, R., 1987, pág. 31).
36
De acuerdo a la revisión de la presente bibliografía, respecto a algunas de las implicaciones de los
puntos de vista, Darwin, en su segunda sugerencia indica que el estudio de las expresiones
emocionales, en las palabras del mismo, autor “confirma en un grado i ha limitado la conclusión
de que el hombre se deriva de alguna forma animal inferior, y apoya la creencia en la unidad
específica o sub específica de las distintas razas” (Darwin, C., 1872). En su tercera inferencia es
que el estudio de la emoción se extendió del estudio de los “sentimientos subjetivos” al estudio
del “comportamiento” dentro de un contexto biológico evolutivo. Se hizo legitimo desde el punto
de vista científico preguntar: “¿De qué manera funciona un comportamiento o patrón de
comportamiento en particular para ayudar a la supervivencia?” (Plutchik, R., 1987, pág. 32 - 33).
La teoría de James, ha perdurado e influido tanto en los autores de libros de texto como en los
investigadores. (Entre paréntesis, debe agregarse que un par de años después de James propuso su
opinión respecto a la emoción, un fisiólogo danés, llamado Lange, sugirió en forma
independiente una idea similar; ese concepto se ha conocido desde entonces como la teoría James
- Lange) (Plutchik, R., 1987, pág. 36).
La teoría James – Lange, es algo que difícilmente llamaríamos una teoría en la actualidad.
Fundamentalmente, plantea una pregunta similar a la de la gallina - y – el – huevo: ¿Cuál fue
primero, el sentimiento subjetivo de una emoción o los cambios corporales que se le asocian?
(Plutchik, R., 1987, pág. 36).
La segunda razón de la importancia de sus conceptos, es que dieron gran impulso a los
investigadores para que comenzaran a examinar los cambios autónomos y neurales
37
relacionados con la emoción. En forma gradual, se desarrolla una literatura sustancial en estas
áreas, la cual continua siendo en forma creciente, activa e importante hasta el presente. Incluye
estudios de fisiología autónoma, detectores de mentiras y mediciones fisiológicas de
estimulación. Debido a James y muchos de sus seguidores se han interesado en la relación que
existe entre los estados i que introspectivos y los cambios fisiológicos, este enfoque puede
describirse como la “tradición psicofisiológica” (Plutchik, R., 1987, págs. 36 - 37).
Si Cannon sólo hubiera presentado estas críticas convincentes acerca de la teoría de James –
Lange, habría hecho una contribución útil, sin embargo, hizo mucho más, presento una teoría
alternativa sobre qué cambios corporales se relacionaban con las emociones, y además,
proporciono una interpretación alternativa sobre el papel de los cambios viscerales (Plutchik, R.,
1987, pág. 40).
Estudios adicionales, mostraron que la estructura neural asociada con la exhibición de rabia se
localiza en una sección del cerebro llamado “tálamo óptico” (llamada ahora hipotálamo), que
forma parte del “diencéfalo”. Si se extirpa esta área, la reacción de “seudo - rabia” no acontece
(Cannon, W. B., 1915).
Por tanto, Cannon concluyó que la experiencia emotiva depende que ocurran descargas neurales
del tálamo óptico. En sus propias palabras: “La cualidad peculiar de la emoción se agrega a la
simple sensación cuando se incitan los procesos talámicos” (Cannon, W. B., 1915). En vez de
suponer que hay una secuencia directa de eventos, y que relacionan la percepción al sentimiento
como opinaba William James, Cannon propuso que la descarga talámica produce tanto una
38
experiencia emocional como una serie de cambios corporales. A esta hipótesis a veces se llama
la teoría de Cannon – Bard, a causa de los estudios empíricos de Bard en relación con esta
cuestión (Plutchik, R., 1987, pág. 41). La tabla 2.4 describe en forma esquemática las dos teorías,
donde se ponen en contraste con el sentido común.
Sentimiento emocional
Percepción Excitación
hipotalámica
Cambios corporales
Punto de vista de Cannon
Tres modos diferentes de conceptuar el problema, y que secuencia de eventos ocurre en conexión
con el suceso de una emoción.
Es simplemente hacer notar varios puntos respecto a la tabla 2.4. Primero, todas las opiniones
empiezan con la idea de que se requiere una percepción para iniciar un proceso emotivo.
Segundo, ninguna de las teorías hace el intento de explicar cómo una percepción puede producir
en forma directa un sentimiento emocional, una reacción motora o una excitación hipotalámica.
Tercero, todas las teorías se ocupan sobre todo de la experiencia consciente, registrable, subjetiva
y emocional. Aun cuando se emplean gatos y perros como sujetos de experimentación, se supone
que su comportamiento emocional refleja directamente sentimientos emocionales. Cannon, por
ejemplo, nunca pareció cuestionar esta relación. Sin embargo, en tanto que William James ubico
39
en las vísceras las fuentes de los sentimientos emocionales, Cannon coloco en el tálamo. Ambos
aceptaron de hecho los informes subjetivos de los pacientes o sujetos como expresiones validas
de sentimientos emocionales (Plutchik, R., 1987, págs. 41 - 42).
Antes de abandonar el trabajo de Cannon, se debe hacer notar un último punto. Él autor tuvo un
amplio entrenamiento biológico y poseía un buen conocimiento del trabajo de Charles Darwin,
solía plantear interrogantes funcionales respecto a los hechos biológicos, por lo tanto, formulo la
siguiente pregunta: ¿Qué función desempeñan los extensos cambios internos que ocurren durante
la excitación emocional? (Plutchik, R., 1987, pág. 42).
Cannon contesto esta pregunta al concluir, qué los cambios viscerales no nos decían nada
respecto a las emociones; más bien, eran ajustes homeostáticos que ayudaban al cuerpo a
preparase para la acción. Cuando los acontecimientos crean emergencias, se requiere la acción, sí
el individuo ha de sobrevivir. La acción más apropiada en la mayoría de los casos es correr (huir)
o bien permanecer y atacar (luchar). Los sentimientos de temor y cólera (o las emociones en
general), sólo acompañan estas preparaciones orgánicas para la acción (Plutchik, R., 1987, págs.
42 - 43).
Algunos autores, han denominado este concepto como una teoría de “emergencia de la emoción”.
Así es importante enfatizar, no obstante, que representa una opinión sobre las emociones que por
lógica es muy independiente de la teoría del tálamo. Es decir, sin importar las estructuras
neurales que pueden estar involucradas en la expresión emocional o sentimiento. La función de
las emociones quizá sea manejar las emergencias asociadas con problemas de supervivencia
(Plutchik, R., 1987, pág. 43).
40
pensamiento y perceptivos), podrían crear una emoción, “luego” de que suceda una conducta
durante un estado general de activación o excitación.
Para demostrar su teoría, Schachter (1962) realizo un experimento interesante. Junto a Singer,
invito a un grupo de sujetos a participar en un experimento sobre los efectos de “supronin” en la
visión…
Los resultados confirmaron la propuesta de ambos autores, quienes sostienen que “en los estados
emocionales los factores cognitivos son una determinante conclusiva importante, junto a los
cambios fisiológicos concomitantes, del modo como una experiencia emocional se clasifica y en
la conducta resultante” (Schachter, J., 1962).
Davies, A., (1988) menciona, “la evaluación de un estado emocional y de una conducta
concomitante puede ocurrir también en ausencia de una reacción fisiológica, aunque si la
fisiología del individuo juega un rol importante en la estructura emocional”. Por otra parte, “las
emociones no son exclusivamente una cuestión cognitiva, es el caso de la expresión facial, por
ejemplo, qué podría comprometer tantos elementos que van desde el aprendizaje al
moldeamiento, a la estructuración mental e inclusive hasta la misma herencia, (como cuando la
madre dice que el hijo tiene un gesto o expresión natural igual al padre)”.
El argumento gestual no ha sido un determinante para definir las emociones, pero ha servido para
identificar cinco expresiones fundamentales: felicidad (alegría), rabia, disgusto, tristeza, miedo –
sorpresa (Ekman, P., 1973).
Plutchik, R., (1980) define la emoción como una “secuencia compleja de eventos, con un
contenido de elementos cognitivos, sentimientos, impulsos hacia la acción y conducta
manifiesta, contexto diseñado para responder a un evento que estimula la reacción” (pag.68). Este
41
modelo ha identificado ocho categorías primarias de emociones: 1) tristeza, 2) miedo, 3)
sorpresa, 4) rabia, 5) disgusto, 6) anticipación, 7) alegría y 8) aceptación (receptiva). Estos ocho
modelos expresivos corresponden a humanos y animales. Dichos modelos son categorías
funcionales en cuanto sirven a un propósito y obviamente cada ser vivo las experimenta en
función de sus características propias e innatas.
En base a estas ocho categorías primarias de emociones, se manifiestan otras gamas emocionales
y que aun al emplearse en los diferentes idiomas de vocablos, estos tienen el contenido primario
mencionado (Plutchik, R., 1980).
Este modelo sugiere para el estudio de las emociones, cinco de sus principales componentes: 1)
estímulo – evento; 2) cognición del evento; 3) evaluación del sentimiento (de la emoción); 4)
conducta guiada por mecanismos innatos; 5) la función a la cual sirve la conducta.
Ejemplo de sucesión:
De miedo FUNCIÓN
1 2 3 4 5
La distinción de este modelo con el de James – Lange, es elocuente, para Plutchik, “uno corre o
huye porque tiene miedo” y no viceversa. Además, la misma conducta de fuga tiene un sentido
más, el individuo corre en pos de protección subrayando que la “función” de la emoción, está
dada por esta búsqueda que en última instancia sirve a la sobrevivencia (Castañon, G. R., 1991,
pág. 72).
Plutchik, R., ve en la capacidad cognitiva un óptimo apoyo para mejorar la calidad de nuestras
emociones. Un intelecto preclaro, podría favorecer actitudes emocionales muy importantes y
42
sobre todo muy regular, permitiendo respuestas cada vez más adaptativas, sin que dejen de ser
racionales; por ello sostenemos que el equilibrio emocional e intelectual, puede favorecer el
desarrollo y maduración de la experiencia emocional (Castañon, G. R., 1991, pág. 72).
Hoy se conoce que, una de cada dos enfermedades físicas tratadas en hospitales del mundo
tienen un antecedente psicológico indiscutible (Meher, 1991) (Castañon, G. R., 1991, pág. 79).
Este autor, consideraba las emociones como “pasiones internas” que estaban relacionadas con las
“necesidades básicas”. Puso mucha atención especial a las experiencias tempranas en la
conformación del repertorio emocional. Para él, el individuo nace con la capacidad de sentir
placer y desagrado (dolor). En periodos evolutivos, hasta la edad adulta, se van asociándolas
sensaciones de placer y desagrado, por ejemplo se ama a la madre por el placer que brindó al
amantar al hijo y cuidarlo, se conformarían así un sinnúmero de rasgos conductuales
inconscientes (Castañon, G. R., 1991, pág. 79).
La emoción es para Freud i es“energía”, puesto que, pensaba que el cuerpo creaba energía
psíquica en forma parecida a la de un dinamo, a este precursor denomino “libido “qué es la fuerza
motivadora que impulsa, motiva a nuestros pensamientos, sentimientos e inspira nuestras
conductas. Al emplear u otorgar una dirección a la libido, se incursiona en el placer sensorial
(Castañon, G. R., 1991, pág. 79).
La “represión” de esta energía daría origen a la tensión, angustia, estados emocionales negativos
o conductas desadaptativas. Pero esta energía busca también su liberación. Freud elaboro un
43
sistema que permitiría interpretar estos mecanismos mediante la interpretación de los sueños,
fantasías, lapsus, asociación libre, sentimientos de angustia, etc. Pero la “catarsis” seria el modo
de conocer mejor este importante material, al permitir la expresión abierta de los propios
sentimientos. Las neurosis tendrían un importante antecedente en la represión de los sentimientos
(Castañon, G. R., 1991, págs. 79 - 80).
Ante la doctrina freudiana es muy rica y difícil de reducir a pocos conceptos, señalamos sólo los
principales y remitimos a las fuentes. Para concluir citemos qué Freud en 1915, mencionaba que
los afectos y las emociones correspondían a procesos de descarga, siendo el sentimiento la
expresión final (Castañon, G. R., 1991, pág. 80).
2.17.1 EL SENTIMIENTO
La palabra sentimiento, en la psicología neurológica, es definida en relación a una “vivencia neo -
corticalizada” muy individual y subjetiva, que expresa un juicio o actitud volicional hacia un
objeto o fuente categórica, suscitando un sentimiento (feeling) positivo o negativo, agradable o
44
desagradable, satisfactorio o no, de amor u odio o expresión de diferente índole (Castañon, G. R.,
1991, pág. 32).
El sentimiento, como otras condiciones humanas, está sujeto a la influencia del ambiente y a la
interacción que establezca con los estímulos. En relación a algún estimulo, podrá reforzarse,
extinguirse, condicionarse o no; en todo caso, está sujeto, igualmente, a las leyes de aprendizaje
(Castañón, G. R., 1991, pág. 33).
2.17.2 LA AFECTIVIDAD
Deriva de la composición latina de las palabras “animi – affectus”, entendidas como “tendencia o
inclinación sentimental”, va referida a la capacidad psicológica de los hombres para “sentir
afecto”, y por lo tanto “afeccionarse” (Imbraino, 1983).
En las ciencias del comportamiento, se habla de mundo afectivo, vida afectiva, acto afectivo,
términos que deberían comprenderse como sinónimos de “afectividad”, aunque si los sustantivos
manifiestan un connotado particular: vida, mundo, acto, etc. (Castañón, G. R., 1991, pág. 33).
45
Al referirnos a la palabra “emoción”, recordamos el origen latino de “emovere” sugiriendo la idea
de “agitar, remover o excitar”, orientado hacia el concepto general de “conmover”. No es inusual
escuchar, por ejemplo: “esta actitud me ha conmovido, en vez de… me ha emocionado”. Por ello,
al hablar de emoción, nos referimos a una reacción afectiva (psicológica) que conlleva cambios
psicosomáticos neurovegetativos y neuroendocrino metabólicos, relacionados con el estímulo
desencadenante de la reacción (Imbraino, 1983).también se pone énfasis en el complejo
mecanismo que subyace a la emoción observada. No es un hecho aislado, participan factores
cognitivos, sentimentales, emotivos, neurofisiológicos, neuroquímicos. Sperry (1967),
mencionaba que el enamoramiento, por ejemplo, implica un baño de norepinefrina y dopamina;
Gazzaniga (1990) enfatiza la alta producción de feniletilamina en aquella importante dimensión
que es la afectividad. En última instancia, la emoción es la resultante de todo aquello que el
hombre es, piensa y siente.
La emoción, por tanto, constituye una “predisposición en parte involuntaria, innata del individuo
que le induce ante un estímulo a reaccionar en función de las características del evento: tipo de
estímulo, intensidad, impacto, duración, etc.”. Es así que el “hombre puede tener miedo,
deprimirse, asustarse, agredir, complacerse, etc.” (Castañón, G. R., 1991, pág. 34).
Según Skinner (1938), “las condiciones externas son las causas para que una persona se
emocione y en función de su sentimiento elicitar una conducta adecuada a la circunstancia”.
Investigaciones de Thome (1988) han probado que “las personas, cuanto más emotivas son,
mayor ansia experimentan. Su marco de respuestas asume una exagerada fisonomía con
reacciones desproporcionadas, que obviamente inducen a mayores riesgos al ya debilitado
equilibrio psicológico del individuo”.
46
decir, que está presente en todas las experiencias de nuestra vida, es proteiforme, pues adquiere
formas y estilos distintos para expresarse y porque necesita de un lenguaje especial –ya sea
digital y/o analógico- para poder ser expresado (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002,
pág. 27).
En este sentido afectividad se constituye en una estructura mental –esquema subyacente producto
del aprendizaje, y que se mantiene más o menos estable, determina la relación con el mundo-.
Está formada por redes asociativas o emocionales, que a su vez contienen o conectan unidades de
información, compuestas por una escala de valores y el sistema atribucional, formándose de esta
manera toda una estructura de datos asociados, que poseen información acerca de la afectividad
(Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 27).
47
- Inestabilidad y Fluctuación: Posibilidad de variación constante que tenemos las personas
frente a aquello con lo que nos enfrentamos; varia de significación en el mundo interno del
sujeto.
- Intensidad: Fuerza con que impactan las experiencias afectivas; varían según los sujetos, los
tiempos, los factores externos influyentes y también la capacidad de autocontrol de los
individuos.
Estas características, toman diferentes matices a partir de las vivencias y aprendizajes de cada
persona, así dependen del umbral afectivo que pueda tener (limite critico a partir del cual un
estímulo es capaz de producir una afecto), de las diversas formas en que pueda reaccionar, de la
profundidad de la vivencia, etc. (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 27).
Los afectos se expresan a partir de las emociones (reacciones psicosomáticas, breves e intensas),
los sentimientos (estados subjetivos relativamente persistentes), las pasiones (estados afectivos
exagerados, absorbentes, intensos y permanentes, con expresión somática), la motivación y el
estado de ánimo; todas estas experiencias se integran e influyen dinámicamente en la
personalidad; así la emoción recibe su denominación a partir del “sentimiento”, y el afecto le
otorga significado según la situación, dándole direccionalidad a la conducta (Revista: Explorando
Psicología, agosto 2002, pág. 27).
Las principales funciones de la estructura afectiva son: Darse valor a sí mismo y dar valor al
entorno. Las directrices que orientan estas funciones (especialmente a la primera), son los “autos”
o auto esquemas (que forman una estructura compleja de esquemas que contienen las creencias y
opiniones que se desarrollan sobre “si mismo”), mismos que interrelacionados entre si dan paso a
diferentes procesos que generan atributos y valores acerca de “nosotros mismos” y de los
“demás” (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 28).
El núcleo central de esta estructura, que engloba a todos los demás, en tanto origen y síntesis, es
el autoconcepto, o autorepresentación que hace referencia al conocimiento de las propias
capacidades y limites, así como del comportamiento, valores y objetivos que se manifiestan
48
directamente en “cómo me defino”, “cómo me determino”, e indirectamente en “cómo me
comporto” (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 28).
Sin embargo, para llegar a esta “autodefinición” se desarrolla todo un proceso de autoevaluación,
que refleja la capacidad interna de evaluar de manera positiva o negativa todos los pensamientos,
sentimientos, emociones, y acciones propias; esta evaluación se desarrolla en función, por un
lado, al entorno en tanto se genera una comparación con un patrón determinado –como el grupo
de pares y los estándares esperados socialmente-; y por otro, a las exigencias y objetivos propios
(Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 28).
A partir de este proceso, se desarrolla la autoimagen que es la manera peculiar con que cada
persona se identifica a partir de parámetros de actuación, en tanto se establecen semejanzas y
diferencias que permiten el concebirse como ser humano y como individualidad; este esquema,
forma una imagen más global y objetiva de “si mismo”, pues integra los rasgos físicos a los
puramente objetivos; se pueden tener muchas imágenes de sí mismo, y estas pueden cambiar en
distintos momentos (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 28).
La autoimagen determina las sensaciones respecto sobre “uno mismo”, es decir constituye la
autoestima que es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de rasgos corporales, mentales y
espirituales que configuran nuestra personalidad (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002,
pág. 28).
De esta forma, cada uno de estos esquema, gesta atributos y valores a partir de que la persona
desarrolla la capacidad de percibirse, valorarse y evaluarse desde lo que se denomina el “SI
MISMO” (desde afuera), y por otro lado, de darle un significado afectivo desde el “YO” (desde
adentro), proceso que va a permitir la formación del autoconcepto, y la percepción del mundo,
ejes centrales que determinan la influencia de la estructura afectiva en todo proceso y función del
sistema psíquico (Revista: Explorando Psicología, agosto 2002, pág. 28).
49
2.19 CONCEPTO ACTUAL DE LA AFECTIVIDAD
La forma en que nos evaluamos y los sentimientos que se desprenden de esa evaluación,
generalmente, tienen su origen en la infancia en las apreciaciones que los padres y las personas
cercanas que hicieron de nosotros (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 40).
Todos los seres humanos, tenemos una mente que piensa (racional) y otra que siente (emocional).
Estudios realizados sobre el cerebro humano plantean la existencia de dos hemisferios cerebrales:
el hemisferio izquierdo dirigido a la racionalidad y el hemisferio derecho dirigido a lo emocional
(Zabalaga, R. M., 2004, pág. 21).
Investigaciones sociobiológicas han demostrado, qué “la mente emocional” predomina sobre la
mente racional cuando se trata de enfrentar situaciones difíciles de la vida, como los peligros,
perdidas dolorosas, deseo de alcanzar algo importante a pesar de los fracasos, vínculos afectivos,
la formación de una familia, etc. Cuanto más intensos son nuestros sentimientos, domina más lo
emocional y lo racional se vuelve ineficiente (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 21).
Todo lo anterior se remonta a la prehistoria. La mente emocional de los hombres prehistóricos era
sumamente importante para su sobrevivencia, ya que vivían en un ambiente donde el detenerse a
reflexionar podría costarles la vida. En este ambiente peligroso, la mente emocional funcionaba
como un radar para percibir e interpretar el peligro, y ante cada peligro, las emociones (Miedo,
culpa, ira, tristeza, placer, sorpresa, etc.) señalaban un camino que conducía a la sobrevivencia o
a la muerte, esté camino al repetirse una y otra vez a lo largo de la historia de la evolución, quedó
grabado en el sistema nervioso del ser humano, como una tendencia innata y automática que se
50
transmitió de generación en generación, dando lugar a una descendencia con las mismas
predisposiciones genéticas. Es así, que durante un largo periodo de evolución, las emociones
permitieron la sobrevivencia del ser humano frente a grandes peligros físicos de en esa era
(Zabalaga, R. M., 2004, págs. 21 - 22).
A partir de esa herencia que recibimos de los hombres prehistóricos, parten nuestras habilidades
para percibir, valorar y expresar emociones con precisión. Todo esto es, el origen de la capacidad
que tenemos para generar sentimientos que nos permiten entender a otras personas, a nosotros
mismos o para crecer emocionalmente a partir del uso apropiado de las emociones. A está
capacidad de utilizar las emociones para resolver problemas afectivos, que denomina
“inteligencia emocional” (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
La mente emocional, es capaz de evaluar en un instante si alguien está mintiendo o no, si está
triste, alegre, enojado/a, etc. También conoce cómo comportarnos con cada una de las personas
que nos rodea, porque es capaz de sentir las emociones del otro (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
“Todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida
que la evolución nos ha inculcado. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de
respuesta” (Goleman, 1998, pág. 24, citado en Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
Por ejemplo la ira, produce en el organismo energía suficiente como, para realizar una acción de
mucha fuerza, la sangre fluye a las manos, resultando más fácil tomar un arma o golpear al
enemigo. Y con el miedo, todo el organismo se pone en alerta general preparándose para la
acción, la sangre va a los músculos de las piernas resultando más facial huir si fuera necesario.
Por otro lado el amor genera un estado general de calma y relajación que facilita la cooperación,
la tristeza provoca disminución de la energía, apatía y aislamiento de las actividades cotidianas,
preparando al organismo para llevar y comprender, en soledad, las consecuencias de lo sucedido,
mientras recupera energía para seguir adelante (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
51
De esta forma, en cada emoción está implícita una tendencia a actuar, se trata de tendencias
biológicas a actuar que han determinado un papel muy importante en la vida cotidiana del ser
humano (Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
El delito, es una conducta castigada por la ley con una pena y debe tratarse de una acción u
omisión, debe ser doloso culposo.
Los artículos 251 y 252 del Código Penal boliviano del Título VIII, en la Sección Delitos
Contra la Vida y la Integridad Física Corporal, señalan distintas categorías por el delito de
asesinato.
La función de estos artículos es de extender la pena que merece el autor material por el delito de
asesinato. Para comprender la culpabilidad de este delito se debe considerar aspectos desde el
punto de vista jurídico. El asesinato es un delito contra el bien jurídico de la vida de una “Persona
Física”, de carácter muy específico, que consiste en matar a una persona incurriendo en ciertas
circunstancias agravantes, tales como la alevosía, premeditación, precio de la recompensa o
promesa remuneratoria y ensañamiento, aumentando así deliberada e inhumanamente el dolor
del ofendido, es un tipo de asesinato calificado.
Al respecto existen diferentes apelativos para el asesinato, según la relación que guarde el asesino
y su víctima, por ejemplo, el que matare, dar muerte al conyugue se convierte en asesinato
52
imprudente, puesto que lleva siempre aparejada la intencionalidad. En parricidio o en magnicidio,
donde así la víctima era la máxima representación, cabe notar que todas estas tipificaciones de
asesinato pueden acarrear consecuencias jurídicas diferentes (Código Penal Boliviano, Arts. 251-
252, págs. 45 - 46).
Cómo delito autónomo, se estructura con elementos objetivos y subjetivos, a más de los
normativos. Los elementos objetivos del asesinato son: el acto de matar, el resultado muerte y las
situaciones materiales que, como forma o modo, acompañan como elementos del acto de matar.
El elemento subjetivo está dado por el dolo, esto es, la voluntad intencionalmente dirigida a matar
a una persona, pero además, en ciertos casos de asesinato, también pueden existir otros
elementos subjetivos como el motivo y el fin del agente para matar (Velasco Mora, 2014, pág.
15).
2.24 DOS TIPOS DE ASESINATOS - SUJETOS DEL DELITO DE ASESINATO
2.24.1 SUJETO ACTIVO: Es sujeto activo de asesinato, igual que en el homicidio, cualquier
persona que priva la vida de otra persona.
2.24.2 SUJETO PASIVO: Es cualquier ser humano, sin distinción de ninguna clase, como se
manifestó en el homicidio simple (García, 1994, pág. 37).
Si falta uno de estos sujetos no podría configurarse el delito de asesinato, pues no habría
individuo que cause la muerte, o no habría persona destinataria de sus efectos; en tal virtud,
siempre ha de existir una persona causante del daño, y otra que necesariamente sufre las
consecuencias. Pero la parte débil de la relación sujeto activo-sujeto pasivo, es este último, el
sujeto pasivo del delito, la persona humana, titular del derecho a la vida que es el violado, sin que
sea necesario recordar que puede morir, a cambio de que el otro sujeto sea privado de
libertad por largo tiempo, siempre y cuando sea declarado culpable judicialmente; de esta manera
53
se hace justicia al crimen perpetrado, pero el derecho a la vida perdida nunca más se podrá
recuperar (Tesis: Velasco Mora, 2014, pág. 16).
2.25.1 Asesinato en primer grado: Éste se caracteriza por tener malicia, ser intencional,
deliberado y premeditado. Ejemplos de esto serían los crímenes planificados y con tortura (de
Bob Berdella o de John Wayne Gacy).
2.25.2 Asesinato en segundo grado: Al igual que el tipo anterior, tiene malicia, implica un acto
intencional (no necesariamente el de dar muerte, al menos o bien ni es premeditada), no obstante,
en medio se presenta como una de las distinciones teóricamente más útiles, aquella según la cual,
para que se impute asesinato en segundo grado a alguien, basta con demostrar que la víctima está
muerta y que murió por un acto criminal y malicioso del acusado, más allá de que este haya o no
tenido la intención de matar.
2.25.3 Asesinato con alevosía: Formas tendentes a asegurar la muerte sin riesgo para la persona
que comete el delito por la defensa que pudiere hacerse el ofendido. La alevosía es actuar sobre
seguro, a traición un ataque súbito y rápido para evitar que la víctima pueda defenderse.
2.25.4 Asesinato por precio, recompensa o promesa: Es necesario un pacto entre quien ofrece
y quien ejecuta el hecho. El pacto de contenido económico o la promesa debe ser el
desencadenante de la acción criminal.
54
Caballero (1982) en su estudio indica que los privados de libertad se acomodan a las
características de su entorno, a actividades programadas, sistema de normas, código interno de
valores, etc. Los efectos principal es son: biológicos (aumento del instinto de ataque al no ser
posible la huida, dificultad para conciliar el sueño, problema de privación sexual), trastornos
psicológicos (pérdida de autoestima, deterioro progresivo de la imagen del mundo exterior
debido a la vida monótona, acentuación de la ansiedad y depresión, conformismo, la indefensión
aprendida, la dependencia), problemas sociales (contaminación criminal, alejamiento familiar y
laboral) y los modos de adaptación que se presenta en este tipo de situación (despersonalización,
oposicionismo, cooperador, tendencia aprovechar el tiempo).
Por otro lado, Carlos Saborbio y Yessica Gamboa (2006) indican que los trastornos de
personalidad son predominantes en poblaciones recluidas por asesinato y homicidio, además
refieren elementos de trastorno o desajustes psicológicos. Los sujetos evaluados que incurrieron
en acciones delictivas de asesinato muestran un patrón clínico de personalidad, cuyas bases se
pueden ubicar en el eje II del grupo “B” del DSM IV. Así mismo, explica, la relación de las
características psicológicas halladas con la expresión de la violencia durante los delitos, que
encontró, que si bien el trastorno de personalidad psicopático no se asoció significativamente con
los hechos de violencia general, ni con las de violencia reactiva hostil e instrumental, no se debe
perder su valor como factor de riesgo para el comportamiento criminal y despliegue de violencia
por los sujetos categorizados como psicópatas.
55
CAPITULO III
MÉTODOLOGÍA
La presente investigación es de tipo descriptivo correlacional (Hernández, R., et. al, 1991, págs.
60 - 63). Es descriptivo porque evalúa como es y se manifiesta el trastorno de personalidad
psicopática o sus tendencias y la estructura afectivo emocional. Es correlacional porque mide si
están o no relacionadas el trastorno de personalidad psicopática y la estructura afectivo
emocional.
X _________________________ Y
Desde la perspectiva del DSM – IV (APA, 1994), las conductas más alteradas del trastorno
antisocial de la personalidad están relacionadas con la incapacidad de mantener una conducta
laboral consistente, la irresponsabilidad de los deberes familiares, la irritabilidad constante, la
ausencia de conductas de temor y de culpa, las dificultades de adaptación a las normas, la
56
promiscuidad sexual, el abuso de sustancias y la necesidad de “acción”, con dificultades para
soportar el aburrimiento o la vida rutinaria (Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 58).
3.2.1.2 LA AFECTIVIDAD
Los afectos se expresan a partir de las emociones. Las principales funciones de la estructura
afectiva son: 1) Darse valor a sí mismo y 2) Dar valor al entorno. Las directrices que orientan
estas funciones (especialmente a la primera) son los “autos” o autoesquemas. El núcleo central de
esta estructura, que engloba a todos los demás en tanto origen y síntesis, es el autoconcepto o
autorepresentación. Sin embargo, para llegar a esta “autodefinición”, se desarrolla todo un
proceso de autoevaluación. Esta autoevaluación, que se interrelaciona con todo un bagaje de
información cognitiva, va definiendo el “cómo me percibo”, es decir, establece la
autopercepción. A partir de este proceso, se desarrolla la autoimagen. La autoimagen determina
las sensaciones sobre “uno mismo”, es decir, constituye la autoestima – autovaloración que es el
sentimiento valorativo de nuestro ser, de rasgos corporales, mentales y espirituales que
configuran nuestra personalidad (Velasco, C., citado en la Revista: Explorando Psicología, agosto
2002).
3.2.1.3 LA EMOCIÓN
“Todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida, y
que la evolución nos ha inculcado. Cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de
respuesta” (Goleman, 1998, pág. 24, citado en Zabalaga, R. M., 2004, pág. 22).
57
3.2.2 OPERACIONALIZACIÓN DE LAS VARIABLE
Tabla 3.1
58
< 9:Muy baja
Continua
17 a 24:
Moderada
9 a 16: Baja
59
Tabla. 3.2
VARIABLE DIMENSIONES INDICADORES ÍNDICES ESCALAS INSTRUMENTO
*EAV-RC (Adultos)
Tabla. 3.3
VARIABLE DIMENSIONES INDICADORES ÍNDICES ESCALAS INSTRUMENTO
- Cognitivo
Muy bajo C.E.* 60
- Afectividad
(Sentimientos)
Bajo C.E. 80 SIEMPRE
-
Comportamiento
La emoción – Respuesta Medio inferior C.E. 100 Test de
60
inmediata A VECES Inteligencia
Emocional (I.
- Reacciones Medio superior C.E. 120 E.) (Calderón
biofisiológicas Jemio, R., 2008 -
instantáneas NUNCA 2009)
Alto C.E. 140
- Afrontamiento
del ambiente (A
la vida) Muy alto C.E. 160
La población de estudio está constituida por 2.400 reclusos del Centro Penitenciario San Pedro de
la ciudad de La Paz. La mayoría del estrato socio económico bajo y medio y una minoría
perteneciente a la clase alta. Asimismo la, mayoría está privado de libertad preventivamente (sin
sentencia) y sólo una minoría están recluidos con sentencia o sentencia ejecutoriada (Hernández,
R., et. al, 1991, pág. 209).
3.4 MUESTRA
De esta población se extrajo una muestra de 58 reclusos del Centro Penitenciario San Pedro de la
ciudad de La Paz. La selección de la muestra es no probabilística e intencional, de sujetos tipos
porque la muestra de estudio debía presentar las siguientes características específicas
preestablecidas: 1) sujetos recluidos por el delito de asesinato y 2) sujetos recluidos
preventivamente y con sentencia, a las cuales se ha dado un estricto cumplimiento en la
aplicación del presente trabajo de investigación (Hernández, R., et. al, 1991, págs. 231 - 232).
De esta muestra de 58 reclusos; 21 son jóvenes, 24 son jóvenes adultos, 9 son adultos y 4 son
adultos mayores. Respecto a su estado civil, 18 son solteros y en la misma frecuencia 18 son
convivientes, 12 son divorciados, 9 son casados y 1 es viudo. En relación a la religión que
practican, 44 son católicos, 11 son protestantes y 3 son ateos. La situación jurídica de los mismos
refiere que 49 de ellos está recluido con sentencia (84%) y 9 está recluido preventivamente o sin
sentencia (16%).
61
3.5.1 ESCALA DE CALIFICACIÓN DE LA PSICOPATÍA REVISADA (PCL - R)
Está Escala de Autovaloración – EAV – 2 – RC (Adultos) (Calderón Jemio, R.), fue aplicada en
una población del Baremo de 1458 personas, tiene un análisis de validez: cuantitativa y
cualitativa. También cuenta con una validez de contenido de evaluación externa – jueces expertos
– “ítem/objetivo”. Y su coeficiente de confiabilidad es de 0.81 de Spearman. Tiene, 30 ítems, con
cuatro escalas de respuesta: 0 = Me ocurre siempre; 2 = Me ocurre muchas veces; 4 = Me ocurre
alguna vez; 6 = No me ocurre nunca. Sus índices de referencia para su evaluación son:
El Test de Inteligencia Emocional (I. E.) (Calderón Jemio, R., 2008 - 2009), fue aplicada en una
población del baremo de 1.856 personas – 2008/2009. tiene un análisis de validez: cuantitativa y
cualitativa. Además, cuenta con una validez de contenido de evaluación externa – jueces expertos
– “ítem/ objetivo”. Su coeficiente de confiabilidad es de 0.88 de Spearman. Consta de 70 ítems y
tiene tres opciones de respuesta. Sus índices de referencia para su evaluación son:
De 70 a 100 De 101 a 140 De 141 a 210 Desde 210 a 260 De 261 a 310 De 311 a 420
Muy bajo Bajo Medio inferior Medio superior Alto Muy alto
C.E. 60 80 100 120 140 160
62
Está constituida por 20 preguntas de información adicional. el cual recaba datos de las siguientes
dimensiones: 1) Datos demográficos, 2) Antecedentes familiares, 3) Antecedentes educativos, 4)
Historia médica e 5) Historia criminal (Elaboración propia).
El procedimiento estadístico que se aplica para el análisis de los datos son: 1) Estadística
Descriptiva para el análisis de la información adicional y variables de estudio; 2) Prueba
Estadística Paramétrica “t” para el análisis de los Factores: a) Factor Interpersonal/Afectivo, y b)
Factor Desviación Social, del trastorno de la personalidad psicopática; 3) Prueba Estadística
Paramétrica Análisis de Varianza Factorial (ANOVA) para el análisis de las Facetas: a) Faceta
Interpersonal, b) Faceta Afectiva, c) Faceta Estilo de Vida y d) Faceta Antisocial, del trastorno de
la personalidad psicopática; 4) Coeficiente de Correlación de Pearson (r), para valorar si están o
no relacionadas el trastorno de la personalidad psicopática y la estructura afectiva emocional
(Hernández, R., et. al, 1991).
3.7 AMBIENTE
La aplicación de está investigación se realizó en las instalaciones del área de psicología del
Centro Penitenciario San Pedro, El cual cuenta con un espacio adecuado, buena iluminación y
temperatura, materiales y muebles de consultorio suficientes, sobre todo, reúne con todas las
condiciones de privacidad para la atención psicológica de los internos. Asímismo. la evaluación
de los 58 reclusos – muestra por delito de asesinato (Aplicación de los instrumentos de medición
psicológica), se ha efectuado tomando en cuenta el consentimiento informado de libre y
voluntaria decisión en la participación del presente estudio. También, el manejo y la presentación
de la información de acuerdo a la ética y confidencialidad del secreto profesional, la cual está
normada a nivel nacional e internacional por medio del colegio de psicólogos y de otras
disposiciones legales.
63
3.8 PROCEDIMIENTO
FASE 3: Elaboración del marco teórico, en base a la bibliografía consultada y revisada respecto
de las variables de investigación.
64
RECOLECIÓN DE DATOS PROCEDIMIENTO
Tabla.3.4
FASE ETAPA
1. Solicitud de autorización y extensión a la Dirección Departamental
Régimen penitenciario La Paz, San Pedro de ingreso al Centro
penitenciario San Pedro para realizar la aplicación del presente
estudio.
1.Administrativa
2. Presentación coordinación con Lic. Rubén Herrera Psicólogo del
Centro Penitenciario San Pedro de la investigación para efectuar la
aplicación.
muestra
8. Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada (PCL – R).
4. Evaluación y 9.Escala de Autovaloración –EAV-2-RC(ADULTOS)
aplicación
10. Test de Inteligencia Emocional (I.E.).
11.Cuestionario información Adicional
65
investigación
CAPITULO IV
RESULTADOS
1. Fecha de nacimiento
2. Lugar de Nacimiento
3. Edad
4. Estado civil
ANTECEDENTES FAMILIARES
66
1. Tipo de padres (Biológico, adoptivo y otros)
ANTECEDENTES EDUCATIVOS
1. Nivel de educación
HISTORIA MÉDICA
1. Salud física
HISTORIA CRIMINAL
5. Tiempo de reclusión
6. Reincidencia
7. Motivo de reincidencia
8. Situación jurídica
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
de edad es de 35 años y con una desviación estándar de 9,02”, el cual refiere que la mayoría son
“jóvenes adultos”.
68
Figura. 1. Frecuencia y porcentaje del rango de edad
El rango de edad refiere que el 36% son jóvenes (21), el 41% son jóvenes adultos (24), el 16%
son adultos (9) y el 7% son adultos mayores (4).
69
Figura. 2. Frecuencia y porcentaje del estado civil
35%
30%
[CELLRANGE] [CELLRANGE]
25% [VALOR] [VALOR]
20%
[CELLRANGE]
15% [VALOR]
[CELLRANGE]
10% [VALOR]
5% [CELLRANGE]
[VALOR]
0%
Tabla.3.3. Según El estado civil actual de los reclusos se pudo evidenciar la mayoría firma ser
soltero 31% (de 18 reclusos), Divorciados de su esposa el 21% de (12 reclusos) el 16% es
casado (9 reclusos) y el 2% es viudo (1 sujeto)
70
Figura. 3. Frecuencia y porcentaje de la religión que práctica
Protestante
Ateo
19%
5%
Catolico Catolico
76%
Ateo
Protestante
Respecto a la religión que practican el 76% es católico (44), el 19% es protestante (11) y el 5% es
ateo (3).
71
Figura. 4. Frecuencia y porcentaje de procedencia del tipo de padres (Biológico, adoptivo y
otros)
La procedencia del tipo de padres nos indica actual de los reclusos que el 84% son hijos
biológicos (49 sujetos), se criaron con su familia y en relación al 16% son hijos adoptivos (9 de
los reclusos) que indican que tuvieron familias adoptivas.
72
Figura. 5. Frecuencia y porcentaje del grado de educación de los padres
Superior
7%
Secundaria Primaria Primaria
40% 53%
Secundaria
Superior
El grado de educación de los padres refiere que el 53% curso hasta primaria (31), el 40% curso
hasta secundaria (23) y el 7% curso hasta el grado superior (4).
73
Figura. 6. Frecuencia y porcentaje de la persona/s responsable/s de la crianza
Hermanos
Abuelo Madre
9%
15% 31%
Madre
Padre
Padre Abuelo
45%
Hermanos
74
Figura. 7. Frecuencia y porcentaje de las relaciones con la familia, actualmente
No tiene Bueno
19% 33%
Malo
12% Bueno
Regular
Regular Malo
36%
No tiene
En cuanto a las relaciones con la familia, actualmente, el 36% refiere que es regular (21), el 33%
refiere que es buena (19), el 19% refiere que no tiene (11) y el 12% refiere que es mala (7).
75
Figura. 8. Frecuencia y porcentaje del nivel de educación de los reclusos
Tecnico
Superior Primaria
4%
10% 24%
Primaria
Secundaria
Secundaria Superior
62%
Tecnico
El nivel de educación de los reclusos indica que el 62% curso hasta secundaria (36), el 24% curso
hasta primaria (14), el 10% curso hasta el nivel superior (6) y el 3% curso hasta el nivel técnico
(2).
Tabla. 10. Frecuencia y porcentaje en relación a las actitudes frente a la escuela, profesores
y estudiantes.
76
Figura. 9. Frecuencia y porcentaje en relación a las actitudes frente a la escuela, profesores
y estudiantes
Malo Bueno
28% 31%
Bueno
Regular
41% Regular
Malo
En relación a las actitudes frente a la escuela, profesores y estudiantes el 41% indica que fue
regular (24), el 31% indica que fue buena (18) y el 28% indica que fue mala (16).
77
Figura. 10. Frecuencia y porcentaje de conductas en la escuela, de castigo y de expulsiones
No recibió
castigos
Si recibió
expulsiones
[PORCENTAJE]
castigos
expulsiones
[PORCENTAJE] Si
No
Respecto a las conductas en la escuela, de castigo y de expulsiones el 62% señala que si recibió
este tipo de sanciones en la escuela (36) y el 38% señala que no recibió este tipo de sanciones en
la escuela (22).
78
Figura. 11. Frecuencia y porcentaje de la salud física
Buena
33%
Regular
52%
Buena
Mala
15% Mala
Regular
Respecto a la salud física el 52% indica que es regular (30), el 33% indica que es buena (19) y el
16% indica que es mala (9).
79
Tabla. 13. Frecuencia y porcentaje si recibió tratamientos a problemas psicológicos o
emocionales de conducta.
Frecuencia Porcentaje
Tratamientos a problemas psicológicos o
emocionales de conducta
Si recibió
tratamientos
psicológicos
[PORCENTAJE]
No recibió
tratamientos
psicológicos
Si
[PORCENTAJE] No
80
4.5 DE LA HISTORIA CRIMINAL
Tabla. 14. Frecuencia y porcentaje respecto a la edad en la que cometió su primer delito
Figura. 13. Frecuencia y porcentaje respecto a la edad en la que cometió su primer delito
Adulto Niñez
28% 10%
Niñez
Adolescencia
Adolescencia
62%
Adulto
Respecto a la edad en la que cometieron su primer delito el 62% refiere que fue en la
adolescencia (36), el 28% refiere que fue en la adultez (16) y el 10% refiere que fue en la niñez
(6).
81
Tabla 15 Frecuencia y porcentaje respecto a las razones e influencia para cometer el
delito
Figura. 14. Frecuencia y porcentaje respecto a las razones e influencia para cometer el
delito
Otras Droga
21% 29%
Droga
Alcohol Alcohol
50%
Otras
En relación a las razones e influencia para cometer el delito el 50% indica que fue por la
incidencia del alcohol (29), el 29% indica que fue por la incidencia de la droga (17) y el 21%
indica que la causa del delito cometido fueron otros (12).
82
Figura. 15. Frecuencia y porcentaje de la reincidencia
Si es reincidente
[PORCENTAJE]
No es
reincidente Si
[PORCENTAJE]
No
Preventivo
16%
Setenciado Preventivo
84%
Setenciado
La situación jurídica refiere que el 84% tiene sentencia (49) y el 16% esta preventivamente o sin
sentencia recluido (9).
83
Tabla .18 Frecuencia y porcentaje del tiempo de reclusión
35
30 [CELLRANGE]
[VALOR]
25
Nro de Reclusos
20
[CELLRANGE]
15 [VALOR]
10
5 [CELLRANGE]
[VALOR]
0
1 – 6 Años 7 – 12 Años 13 – 18 Años
Rango de Edades
Según al tiempo de reclusión el 55% está recluido de 1 – 6 años (32), el 33% está recluido de 7 –
12 años (19) y el 12% está recluido de 13 – 18 años (7).
84
4.6 ANÁLISIS DESCRIPTIVO DEL TRASTORNO DE PERSONALIDAD
PSICOPÁTICA O SUS TENDENCIAS
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
del trastorno de la personalidad psicopática es de 34 puntos y con una desviación estándar de
4,03”, el cual refiere que la mayoría presenta “psicopatía o sin excepción una tendencia” de este
trastorno. Según los estándares de puntuación y calificación de la Escala de Calificación de la
Psicopatía Revisada (PCL - R).
85
Figura.8 Comparación de la Frecuencia y Porcentaje del grado de trastorno de la
personalidad psicopática
40
35
[CELLRANGE]
30 [VALOR]
Nro de Reclusos
25
20 [CELLRANGE]
15 [VALOR]
10
0
Alta Muy alta
Grado de Psicopatia
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro el 38%
presenta “grado alto” (22) y el 62% presenta “grado muy alto” (36), de trastorno de la
personalidad psicopática. Así mismo señalar que “sin grado o sin alteración” psicopática no se ha
identificado en ninguno de los 58 (n) reclusos, como se describe y comprende en las líneas de
adelante.
86
Figura. 19 Media y Desviación Estándar por factores del trastorno de la personalidad
psicopática
17,0
16,5
Promedio de puntaje
16,0 16,4
15,5
15,0
14,5
14,6
14,0
13,5
Interpersonal/Afectivo Desviación Social
Factores
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
del Factor Desviación Social es de 16,4 (Desviación estándar 2,40) que es mayor en relación a la
media de 14,6 del Factor Interpersonal/Afectivo (Desviación estándar 1,53)” del trastorno de la
personalidad psicopática. Esta diferencia es significativa según la prueba estadística paramétrica
“t”, utilizada para muestras relacionadas (t = - 5.89, gl = 57, p < 0.05). Así mismo refiere que el
“Factor Desviación Social” tiene una tendencia de estar más acentuada que al “Factor
Interpersonal/Afectivo” en la muestra de estudio.
87
Figura. 20. Comparación de la Frecuencia y Porcentaje del grado de trastorno de la
personalidad psicopática por factores
45
40
[CELLRANGE]
35 [VALOR]
30
Nro de Reclusos
[CELLRANGE]
25 [VALOR]
[CELLRANGE]
20 [VALOR] Alta
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro en el
“Factor Interpersonal/Afectivo” el 45% presenta “grado alto” (26) y el 55% presenta “grado muy
alto” (32) de psicopatía. En el “Factor Desviación Social” el 31% presenta “grado alto” (18) y el
69% presenta “grado muy alto” (40) de psicopatía. Por lo tanto en la mayoría de la muestra de
estudio se presenta y de manera más acentuada el “Factor Desviación Social” y en “grado muy
alto”, el trastorno de la personalidad psicopática.
88
Figura. 21 Media y Desviación Estándar por facetas del trastorno de la personalidad
psicopática
10,0
9,0 9,5
Promedio de puntaje 8,0
7,0 7,5
6,0 7,1 6,9
5,0
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
Interpersonal Afectiva Estilo de VIda Antisocial
Facetas
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
de la Faceta Estilo de Vida es de 9,5 (Desviación estándar 0,79) que es mayor en relación a la
media de 7,5 de la Faceta Interpersonal (Desviación estándar 0,82), a la media 7,1 de la Faceta
Afectiva (Desviación estándar 1,19) y a la media 6,9 de la Faceta Antisocial (Desviación estándar
2,02) del trastorno de la personalidad psicopática. Esta diferencia es significativa de acuerdo a la
prueba estadística paramétrica de ANOVA de medidas repetidas (F = 58.352, gl = 3, p < 0.05), la
misma refiere que la diferencia por pares revela que la “Faceta Estilo de Vida” es la única que
difiere de forma significativa de las demás facetas, por lo tanto dicha faceta tiene una tendencia
de estar más acentuada que las otras facetas en la muestra de estudio.
89
Figura. 22 Comparación de la Frecuencia y Porcentaje del grado de trastorno de la
personalidad psicopática por facetas
60
50 [CELLRANGE]
[VALOR]
Nro de Reclusos
40
30 [CELLRANGE] [CELLRANGE]
[VALOR] [VALOR] Alta
[CELLRANGE]
[CELLRANGE]
20 [CELLRANGE] [VALOR]
[VALOR] [CELLRANGE] Muy Alta
[VALOR] [VALOR]
10 [CELLRANGE]
[VALOR]
0
Interpersonal Afectiva EstiloVIda Antisocial
Facetas
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro en la
“Faceta Interpersonal” el 40% presenta “grado alto” (23) y en mayor proporción el 60% presenta
“grado muy alto” (35) de psicopatía. En la “Faceta Afectiva” el 50% presenta “grado alto” (29) y
en la misma proporción el 50% presenta “grado muy alto” (29) de psicopatía. En la “Faceta Estilo
de Vida” el 3% presenta “grado alto” (2) y en la mayor proporción el 97% presenta “grado muy
alto” (56) de psicopatía. En la “Faceta Antisocial” en mayor proporción el 59% presenta “grado
alto” (34) y el 41% presenta “grado muy alto” (24) de psicopatía. Por lo tanto la “Faceta Estilo de
Vida” y en “grado muy alto” de psicopatía, se presenta en mayor proporción a diferencia de las
facetas “Interpersonal, Antisocial y Afectiva”, que se presentan en el orden que se describe.
90
4.7 ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LA ESTRUCTURA AFECTIVA EMOCIONAL
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
de la autovaloración (Estructura afectiva) es de 79 puntos y con una desviación estándar de
18,51”, el cual refiere que la mayoría presenta una “autovaloración disminuida” respecto a su
estructura afectiva. Según los estándares de puntuación y calificación de la Escala de
Autovaloración – EAV – 2 – RC (Adultos).
91
Figura. 23 Comparación de la Frecuencia y Porcentaje del nivel de autovaloracion
(Estructura afectiva)
45
40
[CELLRANGE]
35
[VALOR]
Nro de Reclusos
30
25
20
15
10 [CELLRANGE]
[VALOR]
5 [CELLRANGE]
[VALOR]
0
Baja Con Dèficit Buena
Nivel de Autovaloración
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro el 24%
tiene un “nivel de autovaloración baja” (14), el 69% tiene un “nivel de autovaloración con
déficit” (40) y el 7% tiene un “nivel de autovaloración buena” (4). Por lo tanto casi la totalidad de
la muestra de estudio tiene “niveles de autovaloración bajos y con déficits”. Además, indicar que
en ninguno de los 58 (n) reclusos se presenta el “nivel de autovaloración muy buena u óptima”.
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro la “media
de la inteligencia emocional (Estructura emocional) es de 77 puntos y con una desviación
estándar de 16,05”, el cual refiere que la mayoría presenta “inteligencia emocional muy baja”
respecto a su estructura emocional. Según los estándares de puntuación y calificación del Test de
Inteligencia Emocional (I. E.).
92
Tabla.28 Frecuencia y Porcentaje del nivel de inteligencia emocional (Estructura
emocional)
60
50 [CELLRANGE]
[VALOR]
Nro de Reclusos
40
30
20
10 [CELLRANGE]
[VALOR]
0
Muy Baja Baja
Nivel de Inteligencia Emocional
De la muestra de 58 reclusos por delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro el 97%
tiene un “nivel de inteligencia emocional muy baja” (56) y el 3% tiene un “nivel de inteligencia
emociona baja” (2). Por lo tanto la totalidad de la muestra de estudio tiene “niveles de
inteligencia emocional muy bajos y bajos”. También, señalar que en ninguno de los 58 (n)
reclusos se presenta el “nivel de inteligencia emocional medio inferior, medio superior, alto y
muy alto”.
93
4.8 ANÁLISIS CORRELACIONAL DEL TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD
PSICOPÁTICA O SUS TENDENCIAS CON LA ESTRUCTURA AFECTIVA
EMOCIONAL
Psicopatía Autovaloración
Autovaloración , 034
Nº Psicopatía 58 58
Autovaloración 58 58
94
Figura. 25 Dispersión de puntajes del trastorno de la personalidad psicopática con los
puntajes de la autovaloración (Estructura afectiva)
150
130
110
Autovaloración
90
70
50
30
10
20 25 30 35 40 45
Psicopatia
Para comprobar la hipótesis de estudio que “el trastorno de la personalidad psicopática está
correlacionada con la estructura afectiva (Autovaloración) en reclusos por delito de asesinato, del
Centro Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz”, se ha realizado la evaluación entre los
puntajes obtenidos en la Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada (PCL - R) con los
puntajes obtenidos en la Escala de Autovaloración – EAV – 2 – RC (Adultos). Para el cual se ha
efectuado el análisis con el estadístico paramétrico de Pearson (r) que prueba hipótesis de tipo
correlacional, con un nivel de medición de las variables en escala (Puntajes de las pruebas) y con
una distribución de la muestra normal. El mismo ha determinado que la correlación de las
variables de estudio es inversamente proporcional, es decir “a menor autovaloración, mayor el
grado de psicopatía” y la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = - 0.29, p < 0.05).
Estos resultados obtenidos con el estadístico Pearson (r) se pueden consultar en la Tabla 29 y
para una mejor visualización de esta correlación identificada se puede observar en la Figura 25.
95
Tabla. 30 Correlación de Pearson (r) entre el trastorno de la personalidad psicopática y la
inteligencia emocional (Estructura emocional)
Inteligencia ,038
Emocional
Nº Psicopatía 58 58
Inteligencia 58 58
Emocional
150
130
Inteligencia Emocional
110
90
70
50
30
10
20 25 30 35 40 45
Psicopatia
Así mismo para comprobar la hipótesis de estudio que “el trastorno de la personalidad
psicopática está correlacionada con la estructura emocional (Inteligencia emocional) en reclusos
por delito de asesinato, del Centro Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz”, se ha
96
efectuado la evaluación entre los puntajes obtenidos en la Escala de Calificación de la Psicopatía
Revisada (PCL - R) con los puntajes obtenidos en el Test de Inteligencia Emocional (I. E.). Para
el cual también se ha realizado el análisis con el estadístico paramétrico de Pearson (r). El mismo
ha determinado que la correlación de las variables de estudio es inversamente proporcional, es
decir “a menor inteligencia emocional, mayor el grado de psicopatía” y la magnitud de esta
“correlación es negativa media” (r = - 0.22, p < 0.05). Estos resultados obtenidos se pueden
consultar en la Tabla 30 y para una mejor visualización de la misma se puede observar en la
Figura 26.
Estadísticas de Fiabilidad
Alfa de Alfa de Nº de
Cronbach Cronbach elementos
basada en
elementos
estandarizados
,746 ,731 20
97
Estadísticas de elemento
Media Desviación Nº
Estándar
psico1 1,7586 ,43166 58
psico2 1,8966 ,30720 58
psico4 1,9138 ,28312 58
psico5 1,8966 ,30720 58
psico6 1,6724 ,54251 58
psico7 1,8276 ,38104 58
psico8 1,8103 ,39545 58
psico16 1,7586 ,43166 58
psico3 1,9138 ,28312 58
psico9 1,8103 ,39545 58
psico10 1,8793 ,37825 58
psico11 1,5172 ,62804 58
psico12 1,4655 ,70625 58
psico13 1,9828 ,13131 58
psico14 1,9483 ,22340 58
psico15 1,8103 ,39545 58
psico17 1,5517 ,62611 58
psico18 1,5345 ,65469 58
psico19 ,8103 ,88767 58
psico20 1,2241 ,77331 58
98
Correlación entre elementos
p1 p2 p3 p4 p5 p6 p7 p8 p9 p10 p11 p12 p13 p14 p15 p16 p17 p18 p19 p20
p1 1,0 -0,1 0,1 0,1 0,2 0,3 0,2 0,2 0,0 0,1 -0,1 0,0 0,1 -0,1 0,1 0,2 0,0 0,1 0,0 0,1
p2 -0,1 1,0 -0,1 -0,1 -0,2 0,1 0,1 -0,2 -0,1 0,0 -0,1 0,2 -0,2 0,4 -0,1 -0,2 0,2 -0,1 0,1 0,1
p3 0,1 -0,1 1,0 0,7 0,3 0,2 0,0 0,1 0,3 0,2 -0,1 0,3 0,3 0,0 0,2 -0,1 0,3 0,3 -0,2 0,4
p4 0,1 -0,1 0,7 1,0 0,1 0,1 0,0 0,2 0,3 0,1 -0,1 0,1 0,2 0,0 0,2 0,1 0,2 0,2 -0,2 0,2
p5 0,2 -0,2 0,3 0,1 1,0 0,5 0,4 0,1 0,0 0,1 0,1 0,4 0,5 -0,1 -0,1 0,0 0,1 0,1 0,1 0,3
p6 0,3 0,1 0,2 0,1 0,5 1,0 0,6 0,0 0,0 0,1 -0,1 0,2 0,4 -0,1 -0,1 0,0 0,3 0,0 0,0 0,2
p7 0,2 0,1 0,0 0,0 0,4 0,6 1,0 0,2 0,0 0,2 0,1 0,4 0,3 -0,1 0,1 0,1 0,1 0,0 -0,2 0,1
p8 0,2 -0,2 0,1 0,2 0,1 0,0 0,2 1,0 0,4 0,4 0,0 0,1 0,0 -0,1 0,2 0,3 0,2 0,3 0,0 0,3
p9 0,0 -0,1 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,4 1,0 0,5 -0,1 0,1 0,1 0,0 0,2 0,2 0,2 0,3 0,0 0,3
p10 0,1 0,0 0,2 0,1 0,1 0,1 0,2 0,4 0,5 1,0 -0,2 0,3 0,1 -0,1 -0,1 0,2 0,4 0,3 0,1 0,4
p11 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,1 -0,1 0,1 0,0 -0,1 -0,2 1,0 0,3 0,0 0,0 0,1 0,1 -0,2 -0,2 0,0 -0,1
p12 0,0 0,2 0,3 0,1 0,4 0,2 0,4 0,1 0,1 0,3 0,3 1,0 0,5 0,1 0,1 0,0 0,4 0,2 0,2 0,6
p13 0,1 -0,2 0,3 0,2 0,5 0,4 0,3 0,0 0,1 0,1 0,0 0,5 1,0 -0,1 0,0 0,1 0,2 0,2 0,1 0,5
p14 -0,1 0,4 0,0 0,0 -0,1 -0,1 -0,1 -0,1 0,0 -0,1 0,0 0,1 -0,1 1,0 0,0 -0,1 0,3 -0,1 0,1 0,2
p15 0,1 -0,1 0,2 0,2 -0,1 -0,1 0,1 0,2 0,2 -0,1 0,1 0,1 0,0 0,0 1,0 -0,1 0,1 0,2 0,1 0,2
p16 0,2 -0,2 -0,1 0,1 0,0 0,0 0,1 0,3 0,2 0,2 0,1 0,0 0,1 -0,1 -0,1 1,0 -0,1 -0,1 0,0 0,0
p17 0,0 0,2 0,3 0,2 0,1 0,3 0,1 0,2 0,2 0,4 -0,2 0,4 0,2 0,3 0,1 -0,1 1,0 0,2 0,3 0,5
p18 0,1 -0,1 0,3 0,2 0,1 0,0 0,0 0,3 0,3 0,3 -0,2 0,2 0,2 -0,1 0,2 -0,1 0,2 1,0 0,0 0,4
99
Estadísticas del total de elementos
Media de Varianza de Correlación Correlación Alfa de Cronbach
escala si el escala si el total de múltiple al si el elemento se ha
elemento se elemento se ha elementos cuadrado suprimido
ha suprimido suprimido corregida
psico1 32,2241 16,142 ,183 . ,745
psico2 32,0862 16,922 -,021 . ,753
psico4 32,0690 16,030 ,377 . ,736
psico5 32,0862 16,221 ,263 . ,740
psico6 32,3103 14,955 ,409 . ,728
psico7 32,1552 15,677 ,379 . ,733
psico8 32,1724 15,759 ,334 . ,735
psico16 32,2241 15,545 ,362 . ,733
psico3 32,0690 16,206 ,298 . ,739
psico9 32,1724 15,373 ,463 . ,727
psico10 32,1034 17,007 -,059 . ,758
psico11 32,4655 13,727 ,611 . ,706
psico12 32,5172 13,693 ,531 . ,713
psico13 32,0000 16,877 ,065 . ,748
psico14 32,0345 16,630 ,156 . ,745
psico15 32,1724 16,566 ,075 . ,751
psico17 32,4310 14,425 ,452 . ,723
psico18 32,4483 14,848 ,335 . ,735
psico19 33,1724 15,198 ,141 . ,767
psico20 32,7586 12,502 ,707 . ,689
Estadísticas de escala
Media Varianza Desviación N de elementos
estándar
33,9828 16,965 4,11881 20
100
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES
En relación a los antecedentes familiares, la mayoría son “hijos de padres biológicos” y en una
menor proporción son “hijos de padres adoptivos”. El grado de instrucción o educación en la
mayoría de los padres cursado o alcanzado hasta “primaria” o “secundaria”. Respecto a su
crianza, así la mayoría se desarrolló sólo bajo la “responsabilidad y cuidado del padre o de la
madre”, estudios sobre este aspecto indican que el desarrollo sin una“figura paterna”, es un factor
predisponente para presentar el patrón psicopático (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E.,
1998, pág. 61). Asímismo, en la actualidad las relaciones interactivas con su familia son
“regular” o “buena” de la mayoría frente a un tercio que “no tiene” o es “mala”.
Respecto a los “hijos de padres biológicos”, las investigaciones refieren que el trastorno
antisocial o psicopático de la personalidad se presenta 5 veces más en los parientes biológicos de
primer grado de los hombres en comparación con la población en general. En cambio, los
estudios de “hijos de padres adoptivos” indican que tanto los factores genéticos como los factores
ambientales aportan el riesgo de presentar trastorno psicopático (Merikangas y Weissman, 1986,
Citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 60). Por lo tanto, al margen de la mayor o menor
proporción de “hijos de padres biológicos” e “hijos de padres adoptivos” identificados en este
estudio ambos tienen la probabilidad de riesgo de presentar este cuadro clínico.
101
A.- Respecto a los antecedentes educativos, la mayoría ha cursado o alcanzado la “secundaria” o
la “primaria” (¿Fracaso escolar?), en relación a este último se puede considerar como un factor
de riesgo del cuadro psicopático. En, actitud frente a la escuela, profesores y estudiantes de la
mayoría ha sido “regular” o “buena”, y casi de un tercio de ellos fue “mala”, este último grupo se
puede decir que de alguna manera cumple uno de los criterios de evaluación de la psicopatía. En
relación a los antecedentes de sus “conductas en la escuela, de castigo y de expulsiones”, la
mayoría recibió algún tipo de sanciones debido a estas infracciones cometidas. Los cuales están
relacionados a dificultades de adaptación escolar (Fracaso escolár, absentismo, bajas
calificaciones, fuga escolar, falsificación de notas, expulsión de la escuela, copiar exámenes,
peleas con sus pares, mentir reiteradamente, los robos, el consumo de alcohol y drogas a
temprana edad, entre otros), estos aspectos llevan a la transgresión de las normas de conducta en
la familia y sociedad (Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E., 1998, págs. 60 - 61).
C.- Los antecedentes de la historia criminal respecto a la edad en la que cometieron su primer
delito de la mayoría fue en la “adolescencia”, frente a una baja proporción pero muy significativa
debido a su corta edad que fue en la “niñez”, ambos grupos cumplen uno de los criterios de
diagnóstico del trastorno psicopático o antisocial de la personalidad que indica un mínimo de 18
años y que debe presentar un historial de alteraciones en su conducta antes de los 15 años, por lo
tanto, este patrón tiene su origen en la infancia como se señala en el DSM – IV (Paz De Corral,
citado en Echeburúa, O. E., 1998, pág. 60). Asímismo, este dato en particular debe llamarnos la
atención para proteger ahora y en adelante a la niñez, adolescencia y jóvenes de. Factores
negativos y de riesgo que llevan a realizar conductas delictivas.
En relación a las razones e influencias que les llevó a cometer el delito, fue por la “incidencia del
alcohol y la droga” en la mayoría de los casos, en datos, son indicativos del cuadro psicopático
porque dichas sustancias facilitan el comportamiento antisocial (Lewis y Bucholz, 1991, citado
en Echeburúa, O. E., 1998, págs. 58 - 59). Por otro lado, la gran mayoría “no es reincidente”, en
102
contraposición de una menor proporción que “si es reincidente”, más adelante, se ha explicado
sobre la reincidencia como factor negativo y en relación a la prevención de la misma. Asímismo,
la mayoría está recluido “con sentencia” (Situación jurídica) y de 1 – 6 años y de 7 – 12 años
respectivamente.
A. Con relación al primer objetivo específico planteado en este estudio, se ha identificado los
siguientes datos descriptivos – clínicos que en mayor frecuencia y porcentaje se presenta en los
mismos.
103
Por otro lado, indicar que los ítems del “Factor Interpersonal/Afectivo” son indicadores de
“rasgos de la personalidad”, en cambio los ítems del “Factor Desviación Social” son indicadores
de “conductas”. Ahora bien, para el diagnóstico de la psicopatía el primer “Factor”, es
considerado como el “núcleo” de la psicopatía y puede o no estar asociado al segundo “Factor”
(Por la mayor capacidad predictiva demostrada de los “rasgos de personalidad”), pero este último
siempre debe estar vinculado al primer “Factor” para que se califique psicopatía (Lykken, 1998).
B.-Respecto al segundo objetivo específico de este trabajo, que hace referencia a evaluar la
estructura afectiva en reclusos por el delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro de la
ciudad de La Paz, se puede indicar los siguientes datos que en mayor frecuencia y porcentaje se
han reportado.
Por lo tanto, se ha identificado que su “sistema atribucional” de los sujetos, y que se encuentran
alterados. Con una “infra autovaloración” (Estructura afectiva) casi generalizada en todos. Hare,
R., es el autor que con más estudios ha contribuido hasta ahora para la comprensión de la
104
psicopatía (Freeman, 2001), quien, en su Escala de Calificación de la Psicopatía Revisada (PCL -
R),y que realiza una referencia especial de la “variable afectiva” porque interviene en la conducta
psicopática, los cuales son: falta de remordimiento o sentimientos de culpa, afecto superficial,
callosidad emocional/falta de empatía, falta de aceptación de responsabilidad por sus propias
conductas (Hare, 1985). Así mismo, Paz De Corral, citado en Echeburúa, O. E. (1998), señala
que estos sujetos con estos “rasgos de la personalidad” carecen del mínimo equipamiento
cognitivo y afectivo necesario para asumir los valores y las normas morales socialmente
aceptados, son el “núcleo” de la psicopatía como más adelante se explicado (Pág. 58). Para
concluir respecto a este punto Hare, R., (2004), indica que sin un estado afectivo estable, sano y
profundo, conllevaría a qué este tipo de sujetos se conviertan en una especie de depredadores
sociales, puesto que se sienten libres para satisfacer sus necesidades y deseos, así como también
para hacer cualquier actividad que se les ocurra, con tal de obtener lo que quieren para sí.
C. Este tercer objetivo específico, hace referencia a evaluar la estructura emocional en reclusos
por el delito de asesinato del Centro Penitenciario San Pedro de la ciudad de La Paz, y que en
base a los resultados alcanzados al respecto se concluye como sigue.
105
ausentes están de las cualidades esenciales que le permiten a los seres humanos vivir en
sociedad” (Hare, R., 1974, págs. 2 - 3).
Del análisis realizado con el estadístico paramétrico de Pearson (r) que prueba hipótesis de tipo
correlacional, se ha determinado que la correlación entre el trastorno de la personalidad
psicopática o sus tendencias con la estructura afectiva (Autovaloración), y “inversamente
proporcional”, es decir, que “a menor nivel de autovaloración mayor es el grado de psicopatía” y
la magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = - 0.29, p < 0.05), lo cual se ha analizado
en una muestra de 58 reclusos por delito de asesinato, del Centro Penitenciario San Pedro de la
ciudad de La Paz.
Po lo tanto del análisis que se ha efectuado, también con el estadístico paramétrico de Pearson (r)
se ha determinado que la correlación entre el trastorno de la personalidad psicopática o sus
tendencias y la estructura emocional (Inteligencia emocional) es “inversamente proporcional”, es
decir, que “a menor nivel de inteligencia emocional mayor es el grado de psicopatía” y la
magnitud de esta “correlación es negativa media” (r = - 0.22, p < 0.05). Realizado en la misma
cantidad de muestra.
Trastorno de personalidad psicopática es definido por DSM- IV, como lo más significativo de
los datos obtenidos al realizar la investigación, es el hecho de que los sujetos recluidos por el
delito de asesinato en el “Penal de San Pedro” si presentan en la estructura afectivo emocional,
conductas de usencia sin remordimiento, inestabilidad emocional. al cometer el delito de
asesinato, que es un rasgo de la personalidad, que se caracteriza por la variación de los
sentimientos y de los estados emotivos, y con altibajos y de conductas agresivas que se
desarrollan en el recluso en una relación con la psicopatía alta, Muy alta, del grado psicopático
dentro de los factores interpersonal afectivo,
Por lo tanto, queda verificada y sustentada que la hipótesis de investigación (Hi): “Existe una
relación significativa entre el trastorno de personalidad psicopática y la estructura afectivo
106
emocional en reclusos por delito de asesinato, del Centro Penitenciario San Pedro de la ciudad de
La Paz.
Finalmente, en base a estos datos estadísticos – clínicos identificados en esta muestra carcelaria,
se debe implementar programas psicosociales educativos durante el desarrollo biopsicosocial de
los niños/as, adolescentes y jóvenes en los centros formales y no formales de instrucción escolar
para la prevención e intervención oportuna de los factores de riesgo que conlleva el desarrollo del
trastorno de la personalidad antisocial o psicopático, se debe trabajar más aun en los factores
protectores que positivamente inciden en el crecimiento sano, libre y pleno a nivel personal,
familiar y social de los niños/as, adolescentes y jóvenes de nuestra población.
107
CAPÍTULO VI
RECOMENDACIONES
B. Debido al incremento de los casos de “violación y asesinato” del año 2006 al 2014, 2015,en
322 % y 185 % (Instituto Nacional de Estadística) respectivamente en la población boliviana que
cada vez son con mayor crueldad y a sangre fría (Feminicidios, infanticidios y otros), se debe
realizar aún más investigaciones psicosociobiológicas que nos lleven a conocer y comprender los
indicadores o variables de origen de las conductas violentas y delictivas.
C.- Tomar en cuenta estos datos de información y prevención individualizada de los reclusos de
esta población, y con el propósito que no reincidan en su delito dentro y fuera del reclusorio.
D.-Las instituciones que trabajan con sujetos en situación de investigación por delito de
asesinato FELCC pueden tomar estos datos de información, se hace con todo nuevos
instrumentos de investigación y prevención con respecto a este delito.
108
Nivel investigativo es necesario desarrollar una campaña sobre la importancia de la salud mental,
tanto en niños, jóvenes y adultos con el propósito precautelar que estas características de
personalidad se propaguen en el contexto social.
E. -Promover por medio de talleres, cursos seminarios la importancia de las estrategias estructura
afectivo emocional orientándolos, de buena forma, en cuanto se refiere a solucionar cualquier
conflicto
G.- De acuerdo a las investigaciones anteriores que hacen referencia que los psicópatas
representan el 1% del total de la población, pero que constituyen el 15% - 25% de la población de
reclusos de sexo masculino (Hare, R., julio de 2004). Por lo tanto, está determinado que la
psicopatía es un constructo universal (Hare, R., julio de 2004). A partir de estos datos científicos
se ha evidenciado que el trastorno de la personalidad antisocial o psicopático no se manifiesta
únicamente en poblaciones carcelarias, sino también en poblaciones normales o naturales de la
sociedad en general, al mismo que se recomienda investigar en posteriores proyectos de
investigación científica ya puesto el incremento de la taza de “violaciones y asesinatos” no
siempre se ha perpetrado por ex convictos sino por personas conocidas o cercanas a la víctima.
H.- Otros factores que deben estudiarse en todos los niveles de formación educativa formales y
no formales en la población boliviana son los niveles altos de consumo de bebidas alcohólicas y
drogas, los cuales inciden en la expresión de las conductas antisociales. y que cuales están
presentes en más del 60 por 100 de los pacientes aquejados de un trastorno antisocial de la
personalidad (Lewis y Bucholz, 1991, citado en Echeburúa, O. E., 1998, págs. 58 - 59).
109
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w.w.w.oas.org> gapega_sp_docs_bol1
w.w.w. Eljuristaoposiciones.com
115
ANEXOS
116
DATOS DEMOGRÁFICOS FECHA: / / /
ANTECEDENTES FAMILIAR
Tipo de padres:
Biológico Adoptivos Otros……
Educación de los padres:
Primaria Secundaria Superior técnico
117
HISTORIA MÉDICA
Salud física
Buena Mala Regular Ninguna
Tráfico de drogas
RENCIDENCIA:
Si es reincidente No es reincidente
118
SITUACIÓN JURIDICA:
Preventivo Sentenciado
119
Hoja de Evaluación PC L-R HARE PSICOPATIA
Fecha:………/…………./………./ Evaluador:
Ítem 1. Locuacidad / Encanto superficial. (Faceta 1)…………………0 1 2 Omitir
120
Ítem 6: Falta de Remordimiento y culpa (Faceta 2)……………………0 1 2 Omitir
121
Ítem 10: Falta de control conductual (faceta 4)……………………………0 1 2 Omitir
122
Ítem 16. Incapacidad de Aceptar la responsabilidad Propia (Faceta. 2)…….0 1 2 Omitir
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128
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130
131
“El Jimmy”, el asesino
serial que acabó con más de 30
vidas
Tengo nueve hermanos, yo soy la oveja negra.”: con estas palabras se describe a sí mismo Jaime Benjamín
Cárdenas Pardo alias “El Jimmy” o “El asesino de Sucre”, uno de los dos mayores asesinos seriales en la
historia de Bolivia, que violó y mató a pedradas a dos jóvenes universitarias y, según sus propias
confesiones, acabó con más de treinta personas
Clasificado como un asesino desorganizado, hedonista, sádico y psicópata, este individuo ha cometido una
Gama tan amplia de crímenes que puede ser calificado de ladrón, violador y sicario, aunque no siempre
mató bajo la modalidad del sicarito.
En general, Jaime solía asaltar a transeúntes, a conductores de coches, motos y otros vehículos, y a
132
La historia
El 9 de abril de 1987, Jaime nació en Santa Cruz, dentro de una familia grande y desestructurada. Tenía
nueve hermanos y sus padres eran divorciados, siendo así que creció en un entorno donde recibía poca
atención y se sentía propenso a hacer cosas indebidas para llamar la atención y satisfacer sus necesidades
Jaime cuenta: “Empecé a beber a mis 11 años, a escondidas de mi familia, bebía vino y champán. A mis
Posteriormente, el robo ya no sería una mera forma de conseguir dinero para los vicios: se convertiría en
Un modo de vida, y Jaime asaltaría a transeúntes y a conductores, además de que sacaría, sobre todo
de coches parqueados sin conductor, determinadas partes (radio, faros, ruegas, espejos, etcétera)
que después
Vendería a precios demasiado buenos. Ya con 17 años, Jaime cometería su primer asesinato en
La Paz. Mató porque la víctima, al ser asaltada, Presenta Jaime no tenía documentos de
identidad y pudo mentir sobre su edad, gracias a lo cual, junto a la falta de pruebas, fue liberado
por dictamen de los jueces. O cierta resistencia., La Policía consiguió detenerlo, identificarlo y
acusarlo de homicidio, pero Junto a un ex policía corrupto, Jaime violó a dos universitarias,
les desfiguró el rostro a cuchilladas, y después les aplastó a pedradas la cabeza. Como
venganza a este crimen, el novio de una de las víctimas contrataría sicarios y haría matar al hijo
de Jaime, haciendo con esto que el asesino empeore. El jueves 17 de febrero del 2011, Jaime
asaltó con cuchillo a un ciudadano peruano, apuñalándolo más de una vez sin quitarle la vida.
Esto ocurrió en la ciudad de La Paz, y algunas personas lo vieron y lo denunciaron, gracias
a lo cual Jaime fue capturado poco después por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.
Algo que llamaba la atención era cómo, hasta el momento de su captura, Jaime había podido
delinquir tana sus anchas. Lo que muchos habrían sospechado, se confirmó cuando el asesino
confesó que muchas veces usó las ganancias de sus robos para sobornar a policías y salir bien
rápido de la cárcel, además de que dijo tener una “buena amistad” con algunos policías que eran
cómplices suyos y recibían una parte del dinero de sus fechorías. Indignantemente, un ejemplo
de lo dicho fue que, al menos en cuatro casos, fueron policías quienes proporcionaron a
Jaime los encargos de sicario. Aunque esto era impactante para la opinión pública, ni la Fiscalía
de la Nación ni el Comando General de la Policía Nacional investigaron quiénes eran esos
policías ligados al sicarito…Según dio a entender, en general mataba para robar, otras veces
133
violaba y mataba para no ser delatado, algunas veces para las dos cosas anteriores, y otras
porque estaba cumpliendo una misión de sicario. Los asesinatos tuvieron lugar en varias
ciudades de Bolivia, como Santa Cruz, La Paz, Miraflores, Cochabamba y Sucre.
©LARAZÓN-2016
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