Dedicación de Un Altar
Dedicación de Un Altar
Dedicación de Un Altar
DEDICACIÓN DE UN ALTAR
Estando reunido el pueblo, el obispo y los presbíteros concelebrantes, los diáconos y
ministros, revestidos con sus respectivas vestiduras litúrgicas, salen de la sacristía,
precedidos por el crucífero, y se dirigen hacia el presbiterio por la nave de la iglesia.
Las reliquias de los santos, si hay que ponerlas debajo del altar, se llevan en esa mis -
ma procesión de entrada. Sin embargo, por una causa justa, se pueden colocar, antes
del comienzo del rito, en un sitio adecuado del presbiterio, en medio de antorchas.
RITOS INICIALES
Terminado el rito de entrada, el obispo bendice el agua para rociar al pueblo en señal
de penitencia y en recuerdo del bautismo, y para purificar el nuevo altar.
Los ministros llevan el agua al obispo, que está de pie en la cátedra. El obispo invita a
todos a orar con estas u otras palabras parecidas:
El obispo, acompañado por los diáconos, rocía con agua bendita al pueblo, pasando
por la nave de la iglesia; de regreso al presbiterio, rocía el altar. Mientras tanto, se
canta Después de la aspersión, el obispo regresa a la cátedra y, terminado el canto,
dice, de pie, con las manos juntas:
R/. Amén.
Luego, se dice el himno Gloria a Dios en el cielo, salvo en tiempos de Adviento y
Cuaresma.
ORACIÓN COLECTA
Todos oran, por unos instantes, en silencio. Luego, el obispo, con las manos
extendidas, dice:
adre celestial,
que quisiste atraer todas las cosas hacia tu Hijo,
levantado en el altar de la cruz,
infunde tu gracia celestial
sobre quienes te dedicamos este altar:
en el que nos alimentarás paternalmente,
cuando nos congreguemos en la unidad,
para que, con la gracia del Espíritu Santo,
formemos un pueblo a ti consagrado.
Por nuestro Señor Jesucristo.
R/. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Después, el obispo invita al pueblo a orar, con estas u otras palabras parecidas:
Pongámonos de rodillas.
E, inmediatamente, el obispo se arrodilla ante su sede; también los demás se
arrodillan.
Acabadas las letanías, el obispo (si está arrodillado, se pone de pie), con las manos
extendidas, dice:
e pedimos, Señor,
que, por la intercesión de la santa Virgen María
y de todos los santos,
aceptes nuestras súplicas,
para que en este altar se realicen
los grandes misterios de la salvación:
que aquí tu pueblo te ofrezca el sacrificio de tu Hijo,
te manifieste sus deseos y súplicas
y aumente su amor y su fe.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Pueden levantarse.
Si se van a colocar debajo del altar algunas reliquias de mártires o de otros santos el
obispo va al altar. Un diácono o un presbítero lleva las reliquias al obispo, quien la
coloca en el sepulcro preparado para recibirlas.
ORACIÓN DE DEDICACIÓN
Hecho lo anterior, el obispo, de pie y sin mitra, junto al altar, dice en voz alta:
____________________________________________________________
Si el altar es de piedra:
Esta piedra, pulimentada por el trabajo humano,
sea para nosotros signo de Cristo,
Si el altar no es de piedra:
Este altar sea para nosotros signo de Cristo,
R/. Amén.
Luego, vierte el crisma en el medio y en los cuatro ángulos del altar, y es aconsejable
que unja también toda la mesa.
Terminada la unción del altar, el obispo regresa a la cátedra, se sienta, se lava las
manos, se quita el gremial y se pone la casulla.
INCENSACIÓN DEL ALTAR
Después del rito de la unción, se coloca sobre el altar un brasero para quemar incienso
o aromas, o, si se prefiere, se hace sobre el altar un montón de incienso mezclado con
cerillas. El obispo echa incienso en el brasero o con un pequeño cirio que le entrega el
ministro enciende el montón de incienso, diciendo:
Terminada la incensación, algunos ministros secan con toallas la mesa del altar y la
tapan, si es necesario, con un lienzo impermeable; luego, cubren el altar con el mantel
y lo adornan, según sea oportuno, con flores; colocan adecuadamente los candelabros
con los cirios requeridos para la celebración de la misa y también, si es del caso, la
cruz.
Entonces, se hace una iluminación festiva: se encienden todas las lámparas alrededor
del altar, en señal de alegría.
Mientras tanto, se canta.
BENDICIÓN
El obispo con mitra dice:
R/. Amén.
R/. Amén.
R/. Amén.
R/. Amén.