Aproximaciones A La Ética y Responsabilidad Profesional de Enfermería
Aproximaciones A La Ética y Responsabilidad Profesional de Enfermería
Aproximaciones A La Ética y Responsabilidad Profesional de Enfermería
Autores
PALABRAS CLAVE:
En Chile, las enfermeras cuentan con un marco regulatorio legal, que asigna
responsabilidad jurídica respecto de la gestión del cuidado, delimitando la
responsabilidad profesional de dichas enfermeras.
MÉTODOLOGÍA
Se trata de un estudio de corte transversal, en el que se analizaron artículos originales
de investigación publicados por enfermeras en las bases de datos Science Direct, Lilac,
Bireme, Medline. Los criterios de selección fueron artículos publicados cuyo contenido
estuviera ligado a los términos ética, moral, enfermería y responsabilidad,
considerando artículos en español, inglés y portugués como idioma principal de
edición y acceso virtual a artículos originales completos. El escenario del estudio se
compuso por 30 estudios nacionales e internacionales del año 2000.
Para asegurar la confiabilidad y validez del trabajo se realizó una revisión de los
artículos en forma cruzada por dos equipos de dos investigadoras cada uno, quiénes
ordenaban los contenidos de acuerdo a las categorías temáticas. El estudio consideró
las normas de Exequiel Emmanuel.
DESARROLLO
La ética y la moral
El origen del término “ética” proviene del vocablo “éthos”, palabra griega que significa
“carácter”, “modo de ser”, manera de ser que la persona adquiere para sí misma, a lo
largo de su vida, asociada a determinadas acciones con características de hábitos (3).
También designada como el conjunto de valores que gobiernan la conducta individual
y colectiva, los cuales orientan a personas y grupos a comportarse de acuerdo con lo
que se considera como “el bien o la moral” (4). Como ciencia, posee un objeto material
de estudio, que corresponde a los actos humanos, preocupándose de ellos
principalmente para orientarlos, por lo que es considerada una ciencia esencialmente
práctica (3). Para Drane, corresponde a una disciplina compuesta de principios
morales, normas y procedimientos para el análisis de hechos y teorías sobre el
significado y el propósito de la vida, orientando el énfasis en los hechos y el
comportamiento de lo correcto y lo incorrecto (5).
Respecto de la moral, ésta hace referencia a cómo las personas ponen en práctica sus
principios (4), que se aprenden de la familia, nación, religión y organización social,
siendo transferidas de generación en generación. Es necesario señalar que el
desarrollo moral comprende un proceso, que comienza en la infancia y avanza a lo
largo de toda la vida del individuo, cuyas etapas finales forman una fase
postconvencional donde hay un reconocimiento de valores y derechos a través de la
racionalidad, una fase marcada por el utilitarismo que busca el mayor bienestar para el
mayor número de individuos (7-9) y en una última etapa, el individuo se ocupa de los
valores éticos universales y reconoce que los seres humanos son un fin en sí mismo y
deben ser tratados como tales (7-9).
En este mismo contexto se expresa que las normas morales de las profesiones se
aprenden durante los años de formación y durante el ejercicio profesional (4), por
ende la educación ética, permite que las enfermeras asuman su rol como profesionales
comprometidas y responsables, capaces de tomar decisiones éticas autónomas, para
ofrecer atención de alta calidad (10). Asimismo, el comportamiento moral se refiere a
la acción sobre la base de las decisiones (11).
De acuerdo a las palabras emitidas por Nightingale se puede deducir que el cuidado
enfermero debe ser respetuoso de los derechos del ser humano, del valor de la vida, la
dignidad y sus valores. Comprendiendo el respeto a la autonomía, privacidad,
confiabilidad, fidelidad y comprometiendo la atención de las necesidades básicas de la
persona en forma segura y oportuna, atendiendo la dimensión social, biológica,
espiritual, mental en que están basados los principios éticos de beneficencia, no
maleficencia equidad y justicia (15) y expresado a través de la responsabilidad
profesional.
Responsabilidad profesional
Para Diego Gracia (16) el principio de la moralidad está en el hecho de que los seres
humanos se sienten “responsables” de sus actos y por tanto, internamente
“obligados” a actuar de una manera determinada. La responsabilidad y la obligación
son fenómenos directamente derivados del hecho de la racionalidad (16). En este
sentido, se asocia a la “conciencia”, es decir, a la obligación de rendir cuenta de los
propios actos (17). Siendo la responsabilidad ética, la obligación de responder por los
propios actos desde la perspectiva moral (18). La conciencia ética es consustantiva al
hombre, de tal manera que es imposible pensar en un ser humano carente de ella, sin
capacidad de raciocinio, de reflexionar, de retener en la memoria de un modo vivo el
pasado, de proyectar el futuro, de indagar el sentido de la vida (19).
El concepto de ética profesional, que tiene relación con la calidad moral del trabajo
(20), implica el modo de llevar a cabo el quehacer, entrega vocacional,
responsabilidad, honestidad intelectual y práctica (20). Así, la responsabilidad
profesional aparece en el interior de la responsabilidad moral y de la conciencia (15),
evitando toda falta voluntaria y disminuyendo en lo posible el número de faltas
involuntarias por debilidad humana, flaqueza propia o negligencia ajena (17).
Responsabilidad ética
La deontología profesional determina los deberes que mínimamente han de ser
exigibles a los profesionales en el desempeño de su actividad, obligaciones plasmadas
en códigos (25), elaborados por los colegios profesionales, cuyo objetivo fundamental
es la ordenación del ejercicio de las profesiones a través de sus funciones: a) fijar
criterios de carácter científico-funcional, para el ejercicio de la profesión, otorgando
operatividad y eficacia a las actividades, b) refundir orientaciones éticas para el
ejercicio de la profesión y plasmarlas en códigos de deontología profesional y c)
imponer sanciones disciplinarias a los colegiados que incumplan los dictados de los
códigos deontológicos (25). A lo largo de la historia de la enfermería profesional, los
códigos han servido como guía ética y base de valores comunes para las enfermera/os,
siendo valorados como una parte esencial del conocimiento ético de las
enfermeras/os. En concordancia, la educación ética se propone educar a las
enfermeras, para proporcionar una atención de alta calidad ética (26).
Responsabilidad social
Para el cumplimiento de la misión social se tienen que implementar estrategias que
refuercen la identidad profesional, que contribuyan al desarrollo de la disciplina y
aumenten la organización y credibilidad en los servicios de enfermería en las
instituciones de salud. Son directrices que rigen la responsabilidad social (30):
Pilar Antón (17) explica que: “diferentes estudios sobre la responsabilidad constatan
que ésta se puede considerar a nivel individual e institucional, personal y profesional,
conjuntamente está ligada a valores, al poder político, a la ética profesional y a los
procesos educativos que modelan los valores”. Prosigue exponiendo que, en filosofía,
el término está a menudo unido a la responsabilidad profesional, personal y a la virtud
moral.
La literatura enfermera estudia el valor de la responsabilidad ligada a los derechos del
paciente y a la formación de valores morales en la enseñanza, relacionándola con
conceptos como autonomía y autoridad. La necesidad de reconocimiento de la
responsabilidad enfermera se hace cada vez más acuciante, por el aumento de nuevas
técnicas y terapias, por ello, se ha de explorar la responsabilidad enfermera en las
dimensiones económicas, políticas, legales y morales (17).
Su profesión, que le proporciona una capacidad específica para contribuir al bien del
individuo, la familia o comunidad que atiende.
Su profesión, que implica un deber para con la sociedad.
Siendo la autonomía, la expresión más diáfana en su ejercicio, por parte de los
pacientes, a través del consentimiento informado (31). Y en justicia en salud su
significancia es dar a cada cual lo necesario, en el momento preciso, con
independencia de status social y sin reparar en los costos (31).
En Chile, en el año 1997 a través de la Ley número 19.536 se introdujo un cuarto inciso
al artículo 113 del Código Sanitario, definiendo el rol social de la enfermera, como
denominación propia para designar función y estructura exclusiva de las enfermeras
(32). Esta función está definida como “la aplicación de un juicio profesional en la
planificación, organización, motivación y control de la provisión de cuidados
oportunos, seguros, integrales, que aseguren la continuidad de la atención y se
sustenten en las políticas y lineamientos estratégicos de la institución” (33). De esta
forma, las responsabilidades administrativa penal y civil, tienen relación directa con el
quehacer de las enfermeras.
Responsabilidad administrativa
La enfermera puede verse inmersa en un proceso de responsabilidad administrativa
por el ejercicio de sus funciones (18). La infracción a las responsabilidades y deberes de
parte del funcionario público genera una sanción disciplinaria, previa investigación (34)
sumaria: que se realiza para evaluar la responsabilidad del funcionario ante hechos
menos graves o sumario administrativo, que se lleva cabo ante hechos de mayor
gravedad considerados por el jefe superior de la institución.
Responsabilidad civil
Está estrechamente vinculada a la protección de la relación jurídica existente entre las
personas, la cual exige una acción civil e implica causar daño a una persona y cuya
consecuencia es la obligación de indemnizar. Se puede responder conjunta o
solidariamente y se transmite a los herederos. La sanción de indemnización de
perjuicios reparatoria se distingue como responsabilidad contractual y
extracontractual (33).
Responsabilidad penal
Es la que suscita mayor temor, ya que incluye prisión, inhabilitación y multa (18). De lo
establecido en la ley se desprende el rol jurídico de la enfermera en Chile,
expresándose como:
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN
Ante un escenario de grandes cambios, los profesionales de la salud han de destacar
por la calidad de sus intervenciones. De esta forma, la responsabilidad profesional se
debe enfocar en brindar atención de calidad como un acto de entrega conciente,
donde resultan fundamentales el compromiso ético y la orientación de la praxis,
entregando herramienta desde la formación de pregrado, considerando los principios
éticos de justicia, libertad, honestidad y verdad.
Para la enfermeras los códigos éticos ponen de manifiesto los principios que les rigen,
sin embargo, el ejercicio de la práctica va más allá del cumplimiento de tareas,
requiere de recursos intelectuales y de intuición para tomar decisiones y realizar
acciones pensadas y reflexionadas, que respondan a las necesidades particulares de la
persona, expresándose en su intervención, la integración de habilidades específicas
(35).
Un aspecto crítico son las obligaciones y deberes del rol profesional (33). Milos (37),
define al rol en la gestión del cuidado, como una función inherente de las enfermeras,
de alto contenido valórico, que tiene relación con la vida, la integridad psicofísica, la
salud e intimidad, planteando que la responsabilidad profesional es intransferible, que
requiere de criterio profesional desde su planificación hasta su ejecución, que
responde a estándares éticos, científico-técnicos y jurídicos y que solo se alcanza con
una formación superior impregnada de la tradición y evolución histórica de la
enfermería.
Así, el criterio profesional es concebido como una aptitud que permite apreciar una
situación o problema, ubicarla dentro de la disciplina y encontrar su solución conforme
a los principios éticos, las normas jurídicas, los conocimientos científicos-humanistas,
los recursos de que dispone y las necesidades concretas del paciente que demanda
cuidado de las personas.
Por otra parte, al encomendar a las enfermeras el deber de velar por la mejor
administración de los recursos, son designados garantes y agentes éticos de los
derechos e intereses de los usuarios y deberán actuar dando un servicio en beneficio
de otro con un sentido finalista, cual es la consideración de la persona como un ser
único e integral (36). Por tanto, tienen la responsabilidad de realizar eficientemente la
asignación de los recursos, contención de costos, cuantificación de los beneficios
económicos y sociales, relación costo-efectividad y distribución de los servicios
enfermeros a nivel del usuario y a nivel social, aplicando un criterio valórico-
profesional. La posición de garante, desde el punto de vista jurídico, es una obligación,
su incumplimiento podría ser sancionado por acción u omisión. En cumplimiento de
esta función, a la enfermera cabe la responsabilidad de distribuir el trabajo
(delegación/encargo), establecer criterios de asignación y límites de los servicios
enfermeros y educar en el uso racional de los recursos, de modo de incrementar su
eficacia y efectividad. De igual manera, es responsable de asesorar el diseño y
ejecución de los procesos de reclutamiento, selección, orientación, supervisión,
evaluación, asignación, suspensión y despido del personal de enfermería. Asimismo, a
fin de garantizar la calidad, continuidad y oportunidad en el cuidado le corresponderá
participar en los procesos de adquisición y suministro de equipos e insumos (37).
En lo penal, para que exista responsabilidad es necesario en todos los casos probar que
hubo culpabilidad, existiendo dos formas de culpabilidad: el dolo y la imprudencia.
Actúa dolosamente quien sabe lo que hace y quiere hacerlo, es decir, hay conciencia y
voluntad clara y manifiesta, también se equipara cuando media engaño y malicia. Por
el contrario, actúa con imprudencia quien no lo hace con la diligencia debida, es decir,
en el delito imprudente y la actividad del sujeto no va encaminada a la producción del
resultado (18).
Los supuestos de muerte o lesiones causadas por personal sanitario con dolo son
excepcionales, por lo tanto, es la imprudencia la forma de culpabilidad que suscita más
interés en el ámbito sanitario (18).
Del proceso penal, comentar que normalmente comienza con la denuncia o querella
imprescindible del paciente, cabe también a la apertura de oficio por el Ministerio
Fiscal de las diligencias correspondientes y este proceso tiene por objeto primordial el
ejercicio por el Estado para castigar con una pena la comisión de un delito o falta
legalmente tipificado.
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