Simulacion de Politicas Economicas Los Modelos de
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Resumen
Los modelos de equilibrio general aplicado o computacional se utilizan para la simulación de políticas eco-
nómicas de diversa índole, como políticas fiscales, comerciales, medioambientales, y otras. Estos modelos han
comenzado a plantearse recientemente como problemas de complementariedad mixta, lo que ha permitido solucio-
nar algunos de los problemas planteados en su formulación tradicional como problema de optimización del com-
portamiento de los agentes. En este trabajo realizamos una presentación y puesta al día de la metodología, junto
con una descripción de las bases de datos utilizadas (matrices de contabilidad social), así como una revisión de los
modelos de equilibrio general aplicado realizados para la economía española.
Palabras clave: modelos de equilibrio general aplicado o computacional, simulación, problemas de comple-
mentariedad mixta, matrices de contabilidad social, España.
Clasificación JEL: C68, D58.
Abstract
Applied general equilibrium (AGE) models are used to simulate public policies –public finance, trade policy,
energy and environmental policy, and others– and enlighten the policy debate. There are some methods to solve wal-
rasian AGE models, with the mixed complementarity format as the most recent one. This paper introduces the met-
hodology to solve these models, with special focus on mixed complementarity problems. The article also includes a
description of their databases (Social Accounting Matrices) and a survey of the models and simulation built for Spa-
nish economy.
Keywords: computable general equilibrium models, social accounting matrices, mixes complementary pro-
blems, Spain.
JEL Classification: C68, D58.
Introducción
Trabajos como los de Shoven y Whalley (1992), Gunning y Keyzer (1995), Dixon y Par-
menter (1996) o Ginsburgh y Keyzer (1997) ofrecen revisiones recientes muy completas de
la literatura existente, así como en algún caso de la base teórica en que se sustentan estos
modelos. Centrándonos en el marco dinámico, destacamos las distintas aplicaciones de polí-
tica económica incluidas en Baldwin y Francois (1999), Harrison et al. (2000) y Dixon y
Rimmer (2002), además de la presentación del marco teórico que Ginsburgh y Keyzer (1997)
y Dixon y Rimmer (2002) realizan. Nuestro objetivo es presentar de forma sencilla estos
modelos y las posibilidades que ofrecen. Hasta la actualidad han sido poco utilizados para
estudiar la economía española, quizá por la complejidad matemática y algorítmica que pre-
sentan. Pero la aplicación al equilibrio general de los problemas de complementariedad
mixta, a raíz de los trabajos de Mathiesen (1985) y Rutherford (1999a), ha hecho que se pue-
dan utilizar algoritmos más eficientes y se solucionen algunas de las complejidades del dise-
ño de estos modelos. En este trabajo vamos a centrarnos en esta vía de resolución, hasta el
momento poco conocida, que aquí presentamos de forma sencilla.
Para ello, este trabajo se estructura en siete secciones, además de la presente introduc-
ción. En la sección segunda se explica en qué consiste un modelo de equilibrio general apli-
cado. La sección tercera examina el método de análisis de problemas económicos que se
sigue con estos modelos. La sección cuarta describe el tipo de base de datos que utilizan
estos modelos. La sección quinta presenta la estructura básica de un modelo en su versión
estática y de otro en su versión dinámica. En la sección sexta se presentan los modelos rea-
lizados con esta metodología para la economía española. Por último, en la sección séptima
se recogen unas consideraciones finales.
1. Modelos de primera generación. Son modelos que emplean como supuesto la exis-
tencia de competencia perfecta en un escenario estático. Estos modelos son los que
aplican de forma más ortodoxa los supuestos de la teoría del equilibrio general den-
tro del marco del modelo Arrow-Debreu.
2. Modelos de segunda generación. Estos modelos, cuyo precursor es Harris (1984),
incorporan la existencia de rendimientos crecientes y competencia imperfecta entre
los supuestos que determinan el comportamiento de los productores, y también en un
escenario estático. Nos estamos refiriendo a modelos que suponen extensiones del
modelo tradicional Arrow-Debreu, básicamente por reflejar no convexidades en la
modelización del comportamiento supuesto de los productores.
3. Modelos de tercera generación. Son modelos que incorporan aspectos dinámicos de
crecimiento a través de cambios en los stocks de capital, y empiezan a ser más nume-
rosos a partir de los años noventa. La mayoría de los modelos son de tipo Ramsey con
consumidor de vida infinita, aunque también hay modelos de generaciones solapadas.
1 Sobre los orígenes de estos modelos puede consultarse SCARF y SHOVEN (1984, pág. IX-XIII) y
DEARDORFF y STERN (1986, pág. 4-6).
2 Una comparación entre las metodologías de las dos escuelas, con un ejemplo empírico, se recoge en
HERTEL, HORRIDGE y PEARSON (1992).
200 CUADERNOS ECONÓMICOS DE ICE N.º 69
El marco teórico del equilibrio general se utiliza también con otro tipo de aproximaciones
aplicadas diferentes a la determinista de los MEGAs. Este marco teórico se considera en la actua-
lidad una pieza clave y ampliamente aceptada para los modelos empíricos y de simulación, tanto
deterministas como estocásticos. Así, en la década de los noventa surge lo que se ha denomina-
do la Nueva Síntesis Neoclásica (véase Goodfriend y King, 1997), que une elementos de la teo-
ría de los Ciclos Económicos Reales con elementos de la Nueva Macroeconomía Keynesiana. En
términos de Woodford (2004), la nueva literatura trata de unir la división metodológica entre la
Microeconomía y la Macroeconomía utilizando las herramientas de la teoría del equilibrio gene-
ral para modelizar cuestiones tradicionalmente keynesianas. En la aproximación estocástica esto
ha implicado el uso de modelos dinámicos de equilibrio general que sintetizan la teoría de los
Ciclos Económicos Reales unida a rigideces de precios y otras imperfecciones en los mercados.
Los modelos de Ciclos Económicos Reales, en ocasiones denominados modelos de equilibrio
general dinámico estocástico3 (en la línea de Kydland y Prescott, 1982), descomponen el com-
ponente cíclico y el componente de crecimiento de los datos utilizados, eliminando este último.
Con ello tratan de explicar los ciclos económicos distinguiéndolos de situaciones a muy corto
plazo (por ejemplo, estacionales) o a largo plazo (por ejemplo, el crecimiento demográfico). Los
comportamientos optimizadores de los agentes, las expectativas racionales, y la flexibilidad de
precios y salarios son algunas de las características relevantes de estos modelos.
3 Entre las diferencias relevantes entre los MEGAs que aquí estudiamos y los modelos basados en los Ciclos
Económicos Reales, está que los primeros se basan en un marco walrasiano y determinista con posibilidad de imper-
fecciones en los mercados, mientras que los segundos utilizan un marco estocástico competitivo con expectativas
racionales de los agentes. Véase GINSBURGH y KEYZER (1997, pág. 285-291) para una comparación de ambas
aproximaciones.
SIMULACIÓN DE POLÍTICAS ECONÓMICAS: LOS MODELOS DE EQUILIBRIO... 201
FIGURA 1
MÉTODO DE ANÁLISIS CON UN MODELO DE EQUILIBRIO GENERAL
COMPUTACIONAL
MODELO TEÓRICO
1-AGENTES
=Consumidores
=Sectores productivos
=Sector público
=Sector exterior
2-SUPUESTOS BASES DE DATOS
=Comportamientos optimizadores
=Equilibrio de los mercados 1-MATRIZ DE CONTABILIDAD SOCIAL
=Formas funcionales 2-ELASTICIDADES
=Variables endógenas, exógenas y calibradas 3-OTROS DATOS
EQUILIBRIO DE REFERENCIA
(Benchmark equilibrium)
SIMULACIONES DE POLÍTICA
ECONÓMICA EFECTUADAS A TRAVÉS
DE CAMBIOS EN CIERTAS VARIABLES
NUEVOS EQUILIBRIOS
(Counterfactual equilibria)
ción de la robustez de los supuestos y de los resultados. Para este tipo de modelos se requie-
ren los datos que proporcionan las Matrices de Contabilidad Social (véase sección 4) que son
unos sistemas contables de equilibrio general basados en la Contabilidad Nacional. También
es habitual el uso de otras fuentes complementarias que suministran información sobre flu-
jos comerciales, estimaciones de las elasticidades que precisa el modelo, índices de concen-
tración, variables de mercado de trabajo, y otros datos que pueda necesitar el modelo.
Una vez que ya disponemos del sistema de ecuaciones y de la base de datos que con-
forman el modelo, se lleva a cabo la calibración del mismo, que va a permitir determinar los
parámetros desconocidos. Siguiendo a Mansur y Whalley (1984, pág. 86-87) y a Dawkins
et al. (2001, pág. 3656-3657), por calibración entendemos el método que, para las formas
funcionales supuestas, fija el valor de los parámetros desconocidos de forma que el sistema
de ecuaciones reproduce la base de datos como una solución de equilibrio del modelo. Obte-
nemos en ese momento el equilibrio base o de referencia, también denominado benchmark
equilibrium. Esto implica el uso de un supuesto muy relevante, como es considerar el año
base como una situación de equilibrio.
Una vez realizada la calibración ya disponemos del equilibrio de referencia, y el mode-
lo puede ser utilizado para simular medidas de política económica. Las simulaciones que se
pueden realizar con estos modelos se llevan a cabo a través de cambios en alguna o algunas
de las variables que se representan en el equilibrio inicial. Los cambios suelen reflejarse en
las variables que determinan las características fiscales, comerciales, tecnológicas, laborales,
u otras, del modelo. Tras ese cambio, el sistema de ecuaciones busca una nueva solución de
equilibrio a través del uso de un algoritmo. Al nuevo equilibrio se le denomina counterfac-
tual equilibrium.
El nuevo resultado se somete a un análisis de sensibilidad, es decir, tratamos de confir-
mar la robustez del equilibrio. Para ello se pueden realizar dos tipos de análisis. Por un lado
es importante comprobar la estabilidad y unicidad del equilibrio obtenido a partir de un
modelo generalmente no lineal. Dado el hecho de que la resolución de un sistema no lineal
suele llevar a soluciones óptimas locales es importante comprobar que si se busca la solución
de equilibrio por otra vía (es decir, con otro algoritmo) no se llega a otro óptimo local dife-
rente. Por tanto es relevante la resolución del sistema de ecuaciones con al menos dos algo-
ritmos que utilicen diferentes secuencias para estimar el equilibrio. Por otro lado, también es
relevante contrastar que los resultados no están afectados significativamente por los valores
numéricos asignados a determinadas variables exógenas. Esto es especialmente importante
respecto a las elasticidades utilizadas, que generalmente provienen de diversas fuentes y su
adecuación al modelo puede ser sometida a crítica.
Una vez comprobada la robustez de los resultados ya consideramos que se puede efec-
tuar una comparación entre los resultados del equilibrio de referencia y los de los nuevos
equilibrios hallados en las simulaciones para, de esa forma, llegar a las conclusiones sobre
los efectos de la reforma de política económica derivados de la simulación.
Aunque las Matrices de Contabilidad Social (en adelante, MCS) se construyen desde
hace varias décadas, en España no fue hasta mediados de los años 80 cuando apareció la pri-
SIMULACIÓN DE POLÍTICAS ECONÓMICAS: LOS MODELOS DE EQUILIBRIO... 203
mera matriz, elaborada por Kehoe et al. (1986). Desde esa primera matriz ha habido que
esperar hasta finales de la década de los 90 para que apareciera una nueva matriz que repre-
sentara a la economía española. Esta matriz fue elaborada por Uriel et al. (1997) para el Ins-
tituto Nacional de Estadística. Desarrollos posteriores de ésta y otras matrices son los traba-
jos de Gómez (2001), Fernández y Polo (2001), Uriel et al. (2005a, 2005b) o Morilla et al.
(2005).
La forma habitual de presentación de las cuentas nacionales es a través de estados con-
tables por el tradicional método de partida doble. Pero el sistema de contabilización permi-
te otras formas de representación y, entre éstas, se encuentra la representación en formato
matricial, con la que únicamente se registran una vez las operaciones realizadas. Esta es la
forma de representación de las matrices de contabilidad social. Véase en el SEC-95,
EUROSTAT (1996, pág. 214) o, en forma extensa, en SAM LEG (2003, cap. 3).
La construcción de una matriz de este tipo, como indica King (1985), tiene fundamen-
talmente dos objetivos:
1. Organizar la información.
2. Proporcionar la base estadística para la elaboración de un modelo para el análisis eco-
nómico.
Respecto al primero, una MCS presenta la imagen para un año determinado de la estruc-
tura económica de un país. Como se señala en EUROSTAT (1996, pág. 213), la matriz mues-
tra el flujo circular de la renta, de forma que refleja de manera detallada las relaciones entre
el valor añadido generado por los sectores de una economía y la renta primaria obtenida por
los diferentes tipos de agentes. Nos indica que, a partir de esta base de datos, podemos ana-
lizar la interdependencia entre la estructura de producción y la de la distribución de la renta,
algo que el análisis input-output no permite. El análisis input-output se centra en las varia-
bles más relacionadas con la producción, y una MCS recoge toda esa información como una
parte de su estructura fundamental.
Respecto al segundo objetivo de una MCS, entendemos que éste es el verdadero sentido
que puede tener su construcción. En este sentido es interesante resaltar, como señala Thor-
becke (1985), que una MCS es una herramienta esencial para diagnosticar la situación ini-
cial y para organizar los datos de forma sistemática con respecto a un Sistema de Contabili-
dad Nacional. Una MCS no es más que una fotografía puntual en el tiempo que proporciona
la información de un año base de una forma consistente. Si esa MCS se va a utilizar para
analizar alternativas de política económica, más que para elaborar únicamente diagnósticos
de la situación, debe estar unida a un marco conceptual que contenga las relaciones de com-
portamiento y técnicas entre las variables que recoge. Por ejemplo, si recoge variables de
consumo, debe aparecer en el modelo la representación del comportamiento del consumidor
final, o la demanda intermedia de las empresas, o la demanda del sector exterior. Si recoge
variables de renta, el modelo mostrará el funcionamiento de los mercados de factores que
determinan esas rentas, las posibles rigideces del mercado de trabajo, etc. Por todo ello, una
MCS es útil si se aplica a un modelo teórico para efectuar ejercicios de simulación.
A continuación vamos a detallar cómo es una sencilla matriz de contabilidad social de
una economía abierta con sector público, que refleja el equilibrio en la economía de un terri-
torio (véase Figura 2).
204 CUADERNOS ECONÓMICOS DE ICE N.º 69
FIGURA 2
MATRIZ DE CONTABILIDAD SOCIAL DE UNA ECONOMÍA ABIERTA
CON SECTOR PÚBLICO
Empleos
Productores – C G I X Demanda
Consumidores Y – – – – Renta
Capital – A SP – CN Ahorro
Una cuenta de la MCS la componen una fila y una columna. En la Figura 2 mostramos
que la actividad de esta economía estaría representada por cinco cuentas. Las denominamos
Productores, Consumidores, Sector público, Capital y Sector exterior. En cada fila se reco-
gen los recursos de cada cuenta particular, mientras que en cada columna se recogen sus
empleos. El equilibrio contable entre recursos y empleos para cada cuenta refleja una de las
características fundamentales de las MCS, esto es, la igualdad entre el total de cada fila con
el total de la columna correspondiente a cada cuenta.
En esta matriz podemos comprobar que los Productores obtienen sus recursos de la
venta de bienes finales a los consumidores (C), al sector público (G), al sector exterior (X)
y la de bienes de inversión (I). Los empleos se dirigen a la retribución de los factores a tra-
vés de la renta pagada a los consumidores (Y) y de las adquisiciones realizadas al sector
exterior o importaciones (M).
Los Consumidores emplean la renta (Y) procedente de su dotación de factores en con-
sumo final (C), en el pago de impuestos al sector público (T) y destinan otra parte al ahorro
privado (A). A su vez el Sector público obtiene sus recursos de la recaudación de impuestos
(T), que emplea en el gasto público (G). La diferencia entre ambas partidas es el superávit
público (SP), que cuando es negativa denominamos déficit público.
El Sector exterior obtiene sus recursos de las importaciones (M) que realiza esta econo-
mía, mientras que sus empleos son las exportaciones (X). En esta cuenta recogemos también
el saldo comercial, que en este caso sencillo es equivalente a la capacidad o necesidad de
SIMULACIÓN DE POLÍTICAS ECONÓMICAS: LOS MODELOS DE EQUILIBRIO... 205
C + G + I + E =Y + M
Y=C+T+A
T = G + SP
X + CN = M
A + SP + CN = I
Con esto se complementa la explicación descriptiva del significado de una MCS. Esta es
la base de datos de equilibrio general de una economía necesaria para realizar un análisis
sobre los efectos de determinadas políticas económicas con los modelos teóricos que pre-
sentamos en la siguiente sección.
Es decir, dada una función f definida en el espacio Rn, se trata de encontrar un vector z
de dimensión n tal que se verifica simultáneamente que f(z) es mayor o igual que cero, z es
mayor o igual que cero, y que se satisface la condición de holgura complementaria asociada
SIMULACIÓN DE POLÍTICAS ECONÓMICAS: LOS MODELOS DE EQUILIBRIO... 207
a esa función f(z) y a ese vector z, representada por su producto escalar. Esa condición exige
que, o bien z sea igual a cero, o bien la función f(z) sea igual a cero.
La denominación como problema de complementariedad mixta se debe a la condición
de complementariedad entre funciones y variables, y a la estructura mixta de igualdades
(f(z) = 0, z = 0) y desigualdades (f(z) > 0, z > 0). A continuación vamos a plantear los dos
MEGAs estático y dinámico como problemas de complementariedad mixta, a partir de la
adaptación que Mathiesen (1985) hizo a un modelo de equilibrio general. En ambos casos,
y para que la representación analítica sea más clara, no incluimos al sector público ni al sec-
tor exterior. Además en el modelo estático no hay inversión.
caso de factores libres. Por último, la condición de complementariedad [5] recoge que el con-
sumidor, por el supuesto de no saciabilidad, gasta toda su renta. Esta última es una defini-
ción más que una condición de complementariedad.
Como se puede observar, con este planteamiento no existe ninguna variable objetivo que
se deba optimizar evitando los posibles problemas que comentábamos previamente. Como
resultado del problema se obtienen los precios y los niveles de actividad, que son las varia-
bles endógenas del modelo.
El marco dinámico puede parecer más adecuado para la simulación de ciertas políticas
económicas, aunque esto no se considera un principio general. Los modelos dinámicos
requieren la calibración de un mayor número de parámetros y es necesario formular supues-
tos sobre variables futuras como son la tasa de crecimiento de la economía, la tasa de creci-
miento de la población, la tasa de depreciación, la tasa de descuento, y otras. Entre los inves-
tigadores que utilizan MEGAs existe un consenso amplio en la aplicación del principio de la
«navaja de Occam», que indica que no se deberían incluir en un modelo más supuestos que
el mínimo requerido (véase Devarajan y Robinson, 2005). Por esto, para algunas simulacio-
nes podría ser preferible un modelo estático antes que uno dinámico.
La aproximación a los modelos dinámicos de crecimiento es más compleja y abre un
abanico de posibilidades dada la variedad de especificaciones dinámicas existentes. La espe-
cificación más frecuente en la literatura de MEGAs son los modelos de crecimiento de Ram-
sey, basados en el modelo de Ramsey (1928) que fue perfeccionado por Cass (1965) y Koop-
mans (1965)4. Tenemos dos formas de plantear el ejercicio en función del supuesto que
realicemos sobre el equilibrio de referencia o benchmark equilibrium, cuyos datos numéri-
cos serían los de una MCS. En nuestro caso consideramos situación inicial como una situa-
ción de estado estacionario5.
Una representación sencilla del modelo de Ramsey consiste en un agente representativo
–
racional de vida infinita, que posee una dotación fija de trabajo en el tiempo (L t) y un stock
–
inicial de capital (K0). En esta economía se produce de forma competitiva un bien
Qt = Qt(Lt, Kt) en cada periodo t, a partir de factor trabajo (Lt) y factor capital (Kt). En cada
periodo t el bien puede ser consumido (Ct) o invertido (It). La definición del equilibrio gene-
ral del modelo se presenta de forma analítica con tres tipos de condiciones de holgura com-
plementaria (los mismos tres tipos que para el modelo estático), pero en este caso son para
cada periodo t6.
Las condiciones de beneficios nulos son las ecuaciones [6] a [8]. La condición [6] hace
referencia a los beneficios nulos en la producción del bien. La condición [7] establece los
donde la notación es idéntica a la del modelo estático, pero además incluye el subíndice t
indicador del periodo de tiempo. El precio del capital en el periodo t es ptK, el parámetro
es la tasa anual de depreciación, y KtS es la oferta de capital en el periodo t.
El segundo bloque de condiciones de complementariedad ([9] a [12]), hacen referencia
al equilibrio de los mercados. La condición [9] indica el equilibrio en el mercado de bienes,
las condiciones [10] y [11] se refieren a los mercados de trabajo y capital, respectivamente.
La condición [12] no sería una condición de complementariedad propiamente dicha, sino que
se trata de la definición del stock de capital. La representación analítica sería:
La resolución numérica del modelo depende, entre otros aspectos, del tratamiento que
se dé al capital en el último período, aspecto habitualmente recogido en los modelos diná-
micos en la condición de transversalidad. Este punto se puede abordar conjuntamente con un
problema de carácter técnico: la eficiencia en el funcionamiento del algoritmo de resolución
del modelo. Esta eficiencia aumenta cuando los modelos tienen un horizonte finito, por lo
que este marco temporal sería deseable desde este punto de vista. Sin embargo, hay que tener
en cuenta las implicaciones que este cambio impone. Véase, por ejemplo, Sala-i-Martin
(2000, págs. 104-107). Lau, Pahlke y Rutherford (2002), analizan este problema y presentan
una regla que aprovecha las ventajas del marco de complementariedad mixta para aproximar
equilibrios de modelos de crecimiento neoclásico de horizonte infinito. La regla consiste en
una formulación de este tipo:
IT QT(LT, KT)
= [14]
IT–1 QT–1(LT–1, KT–1
donde T representa el último periodo. La intuición económica detrás de esta regla es que, en
el último periodo, la inversión crece al mismo nivel que la producción (u otra variable cuyas
cantidades físicas crezcan a ritmo constante en el modelo, como podría ser el consumo).
Otro tipo de modelos de crecimiento que podemos plantear como MEGAs son los mode-
los de generaciones solapadas. Para estos modelos nuevamente el formato de complementa-
riedad mixta se presenta como útil. Rasmussen y Rutherford (2004), presentan una intro-
ducción a este tipo de modelos, a los que se puede aplicar también la regla de cierre [14] para
determinar un horizonte temporal finito.
Desde el trabajo de Kehoe et al. (1988), se han realizado una veintena de MEGAs refe-
ridos específicamente a la economía española. La Tabla 1 muestra las referencias de estos
modelos, junto con sus principales características: la existencia de competencia imperfecta,
las características de la MCS utilizada, el nivel de desagregación de los hogares y de los sec-
tores productivos, la base teórica del mercado de trabajo y, por último, una descripción del
tipo de simulación efectuada.
Se puede comprobar que una parte importante de los trabajos se ocupa de simular medi-
das de política fiscal, fundamentalmente dirigidas a dos impuestos: IVA y cotizaciones socia-
les. Kehoe et al. (1988), Kehoe et al. (1989), Polo y Sancho (1990), Polo y Sancho (1991),
Bajo y Gómez (1999), Gómez (1999b) y Bajo y Gómez (2004) son los trabajos que se englo-
barían en este bloque7. Los modelos que simulan medidas de política comercial forman un
Gómez et al. (2005) Sí 5 1 16 4 Imposición sobre emisiones de CO2 compensadas con cotizaciones sociales
* Matriz de Contabilidad Social utilizada: 1) Año 1980. Kehoe et al. (1986). 2) Año 1987. Actualización no publicada de Kehoe et al. (1986). 3) Año 1990. Uriel et al. (1997). 4) Año
1990. Uriel et al. (1997) y Gómez (1998). 5) Año 1990. Uriel et al. (1997) y Gómez (2001). 6) Año 1990. Manresa y Sancho (2001). 7) Año 1995. Uriel et al. (2005).
211
** Modelización del mercado de trabajo: 1) Competencia perfecta. 2) Elasticidad del salario real con respecto al desempleo. 3) Layard-Nickell. 4) Matching unemployment.
FUENTE: Elaboración propia.
212 CUADERNOS ECONÓMICOS DE ICE N.º 69
segundo bloque. Los modelos que estudian estos cambios de política son los de Polo y San-
cho (1993a), Roland-Holst et al. (1995), Gómez (1998) y Bajo y Gómez (2000). Un tercer
grupo de modelos son los que estudian aspectos de política de mercado de trabajo relacio-
nados con la inmigración. En este grupo lo forman Ferri et al. (2001 y 2004). Sobre políti-
ca medioambiental, ligada con aspectos fiscales, se han realizado tres trabajos: Manresa y
Sancho (2001), Rodríguez (2003) y Gómez et al. (2005). Un quinto bloque corresponde al
trabajo de Ferri (1998) sobre la incidencia del gasto público en la educación. Por último, los
trabajos de Polo y Sancho (1993b) y Kehoe et al. (1995) muestran el potencial que los
MEGAs tienen como herramientas de predicción cuando las simulaciones incorporan shocks
que ha podido sufrir la economía (como la variación de los precios del petróleo o los cam-
bios en la productividad sectorial, por ejemplo). En conclusión, queda constatada de una
cierta variedad en los temas de política económica estudiados.
Se destacan también otras características relevantes en estos trabajos. En primer lugar,
en todos los casos estamos hablando de modelos estáticos. En segundo lugar, todos modeli-
zan a las empresas como competidoras perfectas, pero algunos de ellos, además, modelizan
diferentes marcos de competencia imperfecta. Todos estos, salvo Roland-Holst et al. (1995),
utilizan índices de concentración para todos los sectores económicos. Estos índices han sido
estimados por Bajo y Salas (1998) a partir de la información sobre ventas de más de dos
millones de empresas españolas, obtenida de las declaraciones fiscales de IVA. Estas empre-
sas incluyen todos los sectores y no únicamente los sectores manufactureros, como se
encuentran habitualmente en la literatura.
Otra característica relevante se refiere a las diferentes vías de modelización del merca-
do de trabajo. Los modelos presentan cuatro tipos de situaciones del mercado de trabajo. Las
más sencilla corresponde a un mercado de trabajo competitivo, aplicada por Roland-Holst
et al. (1995). La más utilizada es la que considera la existencia de diferentes relaciones entre
salario real y desempleo a través de una elasticidad que reflejaría la rigidez o flexibilidad de
los salarios reales con respecto a la tasa de desempleo. A esta elasticidad se le suele otorgar
un valor central en función de estimaciones empíricas, y se añaden otros escenarios de mer-
cado de trabajo con salarios reales más rígidos y más flexibles. En tercer lugar, Ferri (1998)
presenta una especificación del mercado de trabajo de tipo Layard-Nickell, con salarios que
reaccionan ante la existencia de desempleo. Una última vía de modelización es la de Bajo y
Gómez (2004) y Gómez et al. (2004), que aplican una regla de desempleo de equilibrio fun-
damentada en la existencia de costes de búsqueda y salarios de reserva.
7. Consideraciones finales
como problemas de complementariedad mixta. Esto implica dos tipos de ventajas: Por un
lado, se amplía el campo de los algoritmos de resolución que pueden ser utilizados. Por otro
lado, se evitan cierto tipo de problemas que suelen aparecer en los modelos de optimización.
En este trabajo se ha presentado el marco teórico de dos modelos (uno estático y otro diná-
mico) formulados como problemas de complementariedad mixta, dando un paso adelante
respecto a la presentación tradicional. El equilibrio general en este formato se basa en tres
tipos de condiciones: beneficios nulos de las empresas, equilibrio en los mercados de bienes
y factores, y equilibrio presupuestario. Estas condiciones se presentan como condiciones de
holgura complementaria entre variables y ecuaciones, con pleno sentido económico.
Por último, hemos mostrado la literatura de los modelos específicamente realizados para
la economía española, que abarca una gama variada de problemas. Estudian aspectos de polí-
ticas fiscal, comercial, de inmigración, de medio ambiente, de educación, y también sobre el
potencial de estos modelos como instrumento de predicción. Por todo ello se señala la impor-
tancia que su uso puede tener como herramienta de simulación y de apoyo al diseño de polí-
ticas económicas.
Referencias bibliográficas