SENTENCIA
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SENTENCIA
Finalizada la audiencia constitucional después de oír a las partes y luego del análisis de autos, esta Sala pasa a
pronunciarse respecto de la procedencia de la pretensión de amparo constitucional interpuesta por los abogados
Jesús Orángel García, María Alejandra Escalona Carrera y Gustavo Manuel Álvarez Ramírez, actuando como
defensores del ciudadano Ismael Pérez Torrealba, previas las siguientes consideraciones:
Observa la Sala que, en este caso, se desprende de autos que la pretensión de la parte accionante es impugnar
por vía del amparo constitucional la decisión dictada el 11 de junio de 2013 por la Sala 4 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró inadmisible por
intempestiva la apelación interpuesta por los defensores del ciudadano Ismael Pérez Torrealba, contra el auto de
apertura a juicio con fecha 1 de marzo de 2013, respecto de las decisiones pronunciadas en la audiencia por el
Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en Función de Control del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas el 1 de marzo de 2013, en la causa penal seguida contra el mencionado ciudadano,
acusado por la presunta comisión del delito de falsificación de moneda, previsto y sancionado en el artículo 298
del Código Penal.
Asimismo, observa la Sala que la denuncia fundamental en la referida pretensión es la presunta violación de los
derechos del accionante a la defensa, al debido proceso, a la tutela judicial efectiva y a la doble instancia,
previstos en los artículos 26, 49 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por parte
de la sentencia accionada, al declarar inadmisible por extemporánea la apelación interpuesta contra el auto de
apertura a juicio con fecha del 1 de marzo de 2013, respecto de las decisiones pronunciadas en la audiencia
preliminar el 1 de marzo de 2013 por el Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, que declaró sin lugar la solicitud de
nulidad absoluta de la acusación fiscal y de la “experticia documentológica (sic)” admitida en esa oportunidad,
en la causa penal seguida en su contra por la presunta comisión del delito de falsificación de moneda, previsto y
sancionado en el cardinal 3 del artículo 298 del Código Penal, el cual, según el accionante se encuentra
derogado, a partir de lo cual denunció la violación del orden público constitucional, en tanto se le estaría
juzgando por un delito inexistente.
De igual forma, el accionante denunció que el 13 de marzo de 2013 mediante diligencia, sus defensores se
dieron por notificados del auto de apertura a juicio -dejando constancia de que, justamente ese día, fue
publicado dicho auto contentivo del texto íntegro de las decisiones cuyo dispositivo fue proferido en la
audiencia preliminar y que constan en el acta levantada al término de la misma- entre las cuales está la admisión
de la acusación fiscal formulada en su contra y en el cual constaría la motivación de las decisiones apeladas,
por lo tanto aquel auto fue publicado con posterioridad al 1 de marzo de 2013, fecha indicada en el mismo, y
como prueba de ello consignó en autos copia del asiento del Libro Diario llevado por el Juzgado Trigésimo
Quinto de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, correspondiente al 1 de marzo de 2013, en el cual no consta la publicación del auto de apertura a
juicio.
En este sentido, agregó el accionante que el 21 de marzo de 2013, es decir, al cuarto día hábil siguiente la fecha
en la cual se dio por notificado del auto de apertura a juicio, interpuso el recurso de apelación, por lo que, en su
criterio, dicho recurso fue interpuesto de forma tempestiva.
Ahora bien, estima la Sala que el punto central de la controversia se centra en determinar la fecha de la
publicación efectiva del auto de apertura a juicio para precisar la tempestividad del recurso de apelación
interpuesto por el ahora accionante.
Para ello, la Sala revisó la totalidad de las actuaciones procesales de la causa penal que dio origen al fallo objeto
del amparo, incluyendo los asientos del Libro Diario llevado por el Juzgado Trigésimo Quinto de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, con el
propósito de verificar si el auto de apertura a juicio fue publicado efectivamente en la fecha impresa en el
mismo o bien con posterioridad.
Al respecto, se advierte que en el asiento número dieciocho (18) del Libro Diario del Tribunal de Control del 1
de marzo de 2013, correspondiente a la causa penal número 7313-06, consta expresamente que se realizó la
audiencia preliminar, el dispositivo de las decisiones proferidas en esa oportunidad, que las partes quedaron
notificados de lo decidido e, incluso, la orden de dictar el auto de apertura a juicio, pero no consta que en esa
fecha se haya publicado este último.
Llama la atención de esta Sala que en el asiento número quince (15) del Libro Diario del 13 de marzo de 2013,
consta que los defensores privados del accionante presentaron una diligencia, pero solo se indica que solicitaron
“copias de la audiencia preliminar”, sin hacer mención del contenido principal de la misma que alude a dejar
constancia de la fecha de publicación del auto de apertura a juicio y que se daban por notificados del mismo,
razón por la cual se exhorta al Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas que en futuros casos evite incurrir en este tipo de
errores y ser exhaustivos en los asientos que se hacen en el Libro Diario.
De igual forma, que dicha diligencia, inserta en autos en copia certificada, fue recibida el 13 de marzo de 2013,
debidamente firmada y sellada por la Secretaria del Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, pero no fue agregada a las
actuaciones de la causa penal; sin embargo, fue consignada ante la alzada el 2 de mayo de 2013, oportunidad en
la que el accionante se percató de la omisión del Tribunal de Control, tal como consta en la sentencia accionada.
Advierte la Sala que el Tribunal de Control así como omitió agregar a las actas procesales de la causa penal la
referida diligencia del 13 de marzo de 2013, no hizo referencia alguna a lo expuesto por los defensores sobre la
fecha de publicación del auto de apertura a juicio, ni hizo la remisión posterior de la misma para que fuera
incorporada al expediente, aun después de haber sido remitidas dichas actuaciones al Tribunal de Juicio como
era debido.
En criterio de esta Sala, resulta evidente que estas irregularidades generan una duda razonable sobre la fecha
cierta de la publicación del auto de apertura a juicio, pues a pesar de haber sido fechado el 1 de marzo de 2013,
lo que hace presumir que fue dictado al finalizar la audiencia, no consta en el acta de la audiencia preliminar ni
en el asiento del Libro Diario sobre la misma, que se haya publicado en esa fecha, ni existe ningún elemento
que dé certeza de ello.
De allí que la diligencia que presentó el accionante el 13 de marzo de 2013 constituye en principio una
presunción juris tantum, que luego adquirió fuerza en tanto que no se puede verificar que la publicación se hizo
el mismo día de la audiencia, es decir, el 1 de marzo de 2013, situación ésta que estaría lacerando derechos
constitucionales del justiciable y de las partes en general, al no existir certeza sobre la fecha en la que se dio a
conocer dicho auto y comenzaba a computarse el lapso de apelación.
Cabe destacar que el artículo 314 del Código Orgánico Procesal Penal impone al juez la obligación de dictar en
presencia de las partes la decisión de admisión de la acusación fiscal, y además prevé los requisitos del auto de
apertura a juicio, pero no hace referencia a la oportunidad de la publicación del mismo.
Por su parte, el artículo 159 eiusdem hace referencia a los pronunciamientos y sus notificaciones, al señalar lo
siguiente:
“Toda sentencia [para absolver, condenar o sobreseer. Artículo 157 eiusdem] debe ser pronunciada en audiencia
pública, y con su lectura las partes quedan legalmente notificadas.
Los autos [para resolver sobre cualquier incidente. Artículo 157 eiusdem] que no sean dictados en audiencia
pública, salvo disposición en contrario, se notificarán a las partes conforme a lo establecido en este Código”.
Para mayor entendimiento, es pertinente aclarar que el término “dictados” al que alude el artículo anterior,
refiere a la acción de emitir un fallo, esto es, una sentencia o un auto, según sea definitiva o de fondo o
incidental, lo que usualmente coincide con la publicación del mismo, pero no siempre es así, pues esta última
hace público o da a conocer lo decidido y cómo tal es un acto posterior. De allí que el dispositivo de un auto
puede ser pronunciado en audiencia y dictado su texto íntegro en la misma, pero puede ser publicado en otra
fecha.
Sin embargo, el artículo 161 del Código Orgánico Procesal Penal hace referencia general a los plazos para
decidir y expresamente señala que el Juez dictará las decisiones de mero trámite en el acto, que los autos y las
sentencias definitivas que sucedan a una audiencia serán pronunciados inmediatamente después de concluida
esta y que en las actuaciones escritas las decisiones se dictarán dentro de los tres (3) días siguientes.
A partir de dicha norma, resulta claro para esta Sala que dado el carácter expedito que la oralidad impone al
proceso penal, como regla general las decisiones que comprenden los autos y sentencias definitivas serán
pronunciados en la audiencia en su parte dispositiva y deben ser dictados en extenso después de concluida la
audiencia, es decir, el Juez debe pronunciar en audiencia sus decisiones y enseguida, una vez concluida la
misma, debe dictar el auto o sentencia, según se trate.
Con ocasión de lo anterior cabe destacar que, en el caso de la sentencia definitiva de juicio, el artículo 347
eiusdem dispone expresamente el momento en el cual se dicta la sentencia, la excepción y cuándo se hace la
publicación, al señalar lo siguiente:
“Concluido el debate, la sentencia se dictará el mismo día. Cuando la complejidad del asunto o lo avanzado de
la hora tornen necesario diferir la redacción de la sentencia, en la Sala se leerá tan solo su parte dispositiva y el
Juez o Jueza expondrá sintéticamente, los fundamentos de hecho y derecho que motivaron su decisión. La
publicación de la sentencia se llevará a cabo, a más tardar, dentro de los diez días posteriores al
pronunciamiento de la parte dispositiva”.
Ahora bien, respecto de los autos dictados en la fase preliminar, específicamente el auto fundado cuyo
dispositivo es pronunciado en audiencia y cuyo texto íntegro debe ser dictado inmediatamente finalizada la
audiencia, el Código Orgánico Procesal Penal no prevé excepción alguna y no hace referencia a la oportunidad
de la publicación, lo que hace suponer, en principio, que debe ocurrir en la misma fecha.
Sin embargo, aun cuando dicha norma indica que el auto debe ser dictado “inmediatamente finalizada la
audiencia”, no determina con exactitud la duración de ese momento y no queda claro de cuánto tiempo dispone
el Juez para dictar dicho auto, siempre dentro de la noción de que debe ser de inmediato.
De allí que esta Sala Constitucional, en cumplimiento de su obligación de resguardar los derechos a la defensa,
al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, considera pertinente señalar que lo ajustado a derecho en los
procedimientos penales, específicamente en la fase preliminar, es que, si en el acta de la audiencia preliminar el
Juez de Control deja constancia de que todas las partes presentes quedan notificadas de las decisiones proferidas
en la misma, el Tribunal debe indefectiblemente dictar y publicar el auto fundado en la misma fecha en la cual
termina la audiencia y se firma el acta correspondiente, dejando constancia de dicha publicación en la misma,
así como en el asiento que se haga en el Libro Diario sobre la audiencia, so pena de incurrir en la vulneración de
tales derechos constitucionales.
Si por razones de complejidad del caso ello no es posible y el auto fundado es dictado y publicado con
posterioridad a la fecha de finalización de la audiencia, no debe exceder el lapso de tres (3) días siguientes a la
misma, en aplicación de lo previsto en el artículo 161 del Código Orgánico Procesal Penal para los autos que
deciden las actuaciones escritas, con el propósito de garantizar el carácter expedito del proceso penal. En este
caso, el Tribunal de Control siempre debe notificar a las partes de dicha publicación y, en este sentido, puede
hacerlo en la audiencia informando a las partes que el auto será publicado en ese lapso; sin embargo, en el
supuesto de que el auto sea publicado fuera del lapso de los tres (3) días aludido deberá indefectiblemente
practicar la notificación de las partes para, de esta forma, dar certeza del inicio del lapso de apelación y
asegurar los derechos a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva del justiciable.
Al respecto, advierte la Sala que, en la causa penal primigenia, el Juzgado Trigésimo Quinto de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas no dictó un
auto en extenso contentivo de los fundamentos de hecho y de derecho que sustentaron todas las decisiones
tomadas en la audiencia preliminar mediante las cuales se declaró, como punto previo, sin lugar la excepción
opuesta por la defensa, prevista en el artículo 28, cardinal 4, letra “i” del Código Orgánico Procesal Penal, que
refiere al ejercicio de la acción penal promovida ilegalmente por falta de requisitos esenciales de la acusación
fiscal y la solicitud de sobreseimiento; acogió el delito de falsificación de monedas previsto en el artículo 298.3
del Código Penal; declaró sin lugar la nulidad de la experticia documentológica; y declaró sin lugar la nulidad
absoluta de la acusación fiscal opuesta como excepción; y, en el punto primero y siguientes, admitió la
acusación fiscal formulada contra el ciudadano Ismael Pérez Torrealba; admitió todas las pruebas del
Ministerio Público; decretó el sobreseimiento en cuanto al delito de lesiones personales leves; y ordenó el pase
a juicio en la causa penal seguida contra el accionante, por la comisión del delito de falsificación de monedas,
previsto y sancionado en el artículo 298, cardinal 3 del Código Penal.
Sin embargo, consta de las actas procesales que el Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en Funciones
de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, luego de la audiencia preliminar,
dictó el auto de apertura a juicio conforme a lo previsto en el artículo 314 del Código Orgánico Procesal Penal.
No obstante lo anterior, en este caso, la Sala observa que no pudo constatar con certeza la fecha exacta en la
cual se publicó el auto de apertura a juicio y visto que la parte accionante se dio por notificada el 13 de marzo
de 2013, tal como se pudo verificar del Libro Diario del Tribunal de Control aludido y que los días hábiles
fueron el 14, 18, 19, 20 y 21 de marzo de 2013 - última fecha ésta en la que el accionante ejerció la apelación-,
este recurso fue interpuesto de forma tempestiva y así debió declararlo la sentencia accionada.
Es por las razones expuestas que esta Sala considera pertinente reiterar que los jueces están en la obligación de
preservar los derechos constitucionales al debido proceso y a la defensa del justiciable en la tramitación de la
causa sometida a su conocimiento, bajo la irrestricta garantía de tutela judicial efectiva, prevista en el artículo
26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En atención a lo expuesto, es por lo que la Sala estima que la sentencia dictada el 11 de junio de 2013 por la
Sala Cuarta de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas lesionó
los derechos a la defensa, al debido proceso, a la doble instancia y a la tutela judicial efectiva del ahora
accionante, al declarar inadmisible por extemporáneo el recurso de apelación interpuesto tempestivamente; y así
se decide.
Ahora bien, con respecto a la denuncia de que al accionante se le estaría juzgando por un delito inexistente,
pues el tipo penal denominado falsificación de monedas, previsto en el cardinal 3 del artículo 298 del Código
Penal se encuentra despenalizado y dicha norma derogada, la Sala estima que ello constituye la razón que
motivó la solicitud de nulidad de la acusación fiscal formulada en la audiencia preliminar y, además, es uno de
los aspectos impugnados en la apelación interpuesta contra la declaratoria sin lugar de esa petición, por lo que
siendo así resulta un pronunciamiento de fondo que corresponde hacer a la Corte de Apelaciones que conozca
de dicho recurso; y así se declara.
En consecuencia, se declara con lugar el amparo, se anula el fallo accionado y se ordena a otra Sala de la Corte
de Apelaciones del mismo Circuito Judicial Penal que dicte nueva sentencia y se pronuncie sobre la pretensión
apelativa formulada por el accionante, conforme a lo dispuesto en el presente fallo. Igualmente, la Sala revoca
la medida cautelar de suspensión de la causa penal seguida contra el accionante acordada en la sentencia de
admisión número 1094 del 12 de agosto de 2014; y así se decide.
Sin embargo, en observancia del orden público constitucional no puede esta Sala pasar por alto que, de la
revisión exhaustiva de las actuaciones penales, pudo advertir de oficio que las motivaciones de las decisiones
que fueron pronunciadas en la audiencia preliminar, cuyo dispositivo consta en el punto previo del acta y que,
además, no forman parte del auto de apertura a juicio, no constan en ningún auto, es decir, no fue dictado el
fallo en extenso, quedando aquellas decisiones sin el debido fundamento de hecho y de derecho.
En otras palabras, el Juzgado Trigésimo Quinto de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas profirió en la audiencia preliminar como punto previo el
dispositivo de las decisiones que, en este caso, aluden a la declaratoria sin lugar de la nulidad de la acusación
fiscal y de la experticia practicada al papel moneda, así como a la declaratoria sin lugar de las excepciones
opuestas; sin embargo, el extenso de tales decisiones en la que se explanan las razones de hecho y de derecho
no constan en ningún auto, incluso no fueron agregadas al auto de apertura a juicio.
Al respecto, es preciso señalar que de conformidad con lo previsto en el artículo 314 del Código Orgánico
Procesal Penal, dichas motivaciones no forman parte del auto de apertura a juicio, por lo que no haberlas
incluido no constituye un error del referido Tribunal de Control.
Advierte la Sala que, en este caso, así como en otros que han sido sometidos al conocimiento de esta, se ha
podido apreciar que, a pesar de que el Código Orgánico Procesal Penal prevé con claridad cuáles son los
requisitos del auto de apertura a juicio, en ocasiones la motivación de las decisiones dictadas por el Tribunal de
Control al finalizar la audiencia preliminar son incluidas en dicho auto y, en otras, se omite absolutamente
motivar dichas decisiones, como en este caso, lesionando los derechos a la defensa, al debido proceso y a la
tutela judicial efectiva de los justiciables, bien porque se declaran inadmisibles las apelaciones interpuestas
contra el auto de apertura a juicio cuando las contiene, por considerarlas erróneamente inapelables, o bien
porque les impiden conocer los fundamentos de hecho y de derecho de tales decisiones esenciales para
fundamentar el recurso de apelación.
Cabe destacar que en materia penal la apelación no se interpone de manera pura y simple sino, por el contrario,
la pretensión apelativa debe ser fundada conforme lo exige el artículo 440 eiusdem, el cual expresamente prevé
que el recurso de apelación de autos se interpondrá por escrito debidamente fundado ante el tribunal que dictó la
decisión.
De allí que resulta evidente que si las decisiones a las que se refiere el artículo 313 de la norma penal adjetiva
sobre las excepciones, las medidas cautelares, entre otras, no son motivadas en un auto fundado, las partes no
podrían fundamentar el recurso de apelación y ello sin lugar a dudas constituye un desmedro en sus derechos
constitucionales que el juez debe preservar durante la tramitación del proceso penal.
Es preciso señalar que la omisión de motivar las decisiones constituye un vicio que afecta la validez del fallo y
lesiona los derechos a la defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva del justiciable.
El artículo 157 del Código Orgánico Procesal Penal expresamente exige al juez penal dictar las decisiones
“mediante sentencia o auto fundados, bajo pena de nulidad”.
Sobre este punto, la Sala en jurisprudencia reiterada ha insistido en que los jueces deben ineludiblemente
cumplir con su obligación de motivar sus decisiones para garantizar de esta forma que los justiciables conozcan
las razones de hecho y de derecho en los cuales se sustentó la decisión y que, en atención a ello, puedan
fundamentar el recurso de apelación que a bien tengan interponer en defensa de sus derechos e intereses, como
es requerido en materia penal y, en consecuencia, para resguardar los derechos constitucionales a la defensa, al
debido proceso y a la tutela judicial efectiva de las partes, a quienes en caso contrario se les estaría vulnerando
tales garantías.
Puntualmente, la Sala ha sido constante en señalar que el debido proceso y el derecho a la defensa constituyen
un verdadero “conjunto de garantías que se traducen en una diversidad de derechos para las partes en un
proceso, entre otros se encuentran el derecho que tienen a ser oídos, tener acceso al expediente, a la articulación
de un proceso debido, a presentar pruebas, a una decisión de fondo expresa, motivada y fundada en derecho, de
acceder a los recursos legalmente establecidos, a un proceso sin dilaciones indebidas, el derecho de acceso[a la]
justicia, entre otros” (Vid. Sentencia 1.628/2007).
Por tal motivo, esta Sala considera que los Tribunales de Control deben siempre dictar y publicar un auto
fundado en extenso en el cual consten la narrativa, la motivación y el dispositivo de las decisiones pronunciadas
en cada audiencia, el cual será diferente al auto de apertura a juicio que se dicta con posterioridad a aquel en la
fase preliminar del proceso, en aras de permitir el orden procesal necesario para garantizar el ejercicio de los
aludidos derechos constitucionales de las partes.
Por otra parte, según el artículo 314 eiusdem, cuando la acusación sea admitida y se haya ordenado pasar al
juicio oral y público, el Tribunal de Control deberá dictar el auto de apertura a juicio, el cual debe contener
exclusivamente los requisitos que se especifican en dicha norma y sólo es apelable respecto de las pruebas
inadmitidas o ilegales admitidas, en cuanto contradiga lo decidido en el auto fundado sobre este aspecto.
De conformidad con las previsiones del Código Orgánico Procesal Penal, el Tribunal de Control en la audiencia
preliminar pronunciará ante las partes las decisiones y al finalizar la misma en ese acto o de forma inmediata
(artículo 161 eiusdem) debe dictar y publicar el auto fundado que prevé el Código Orgánico Procesal Penal en
el artículo 157, con todas sus partes: narrativa, motiva y dispositiva, contentiva de todas las decisiones tomadas
en la audiencia conforme a lo previsto en el artículo 313 del Código Orgánico Procesal Penal, la cual constituye
un cuerpo diferente, en primer lugar, del acta que se levanta y firman los presentes al final de la referida
audiencia según lo previsto en el artículo 153 eiusdem, que constituye un documento en el cual sólo se deja
constancia de lo ocurrido en audiencia, que no es una sentencia o un auto y, como tal, no es apelable, aunque en
ella se relacionen o pronuncie el dispositivo de las decisiones tomadas en esa oportunidad y que luego deben ser
plasmadas y motivadas en el texto íntegro del auto fundado mencionado al inicio, el cual sí es susceptible de ser
apelado; y, en segundo lugar, del auto de apertura a juicio que se dicta posteriormente en un documento aparte
cuando en aquel auto fundado se ordena que la causa pase a juicio y, como se indicó, debe reunir los requisitos
previstos en el artículo 314 de la norma procesal penal.
De allí que el Tribunal de Control al final de la audiencia preliminar deberá ineludiblemente, además de
levantar el acta de la audiencia preliminar donde deben constar las decisiones pronunciadas en esa oportunidad,
la cual es inapelable, deberá dictar en la audiencia o de forma inmediata, el auto fundado en su texto íntegro con
la narrativa, la motivación y la dispositiva que se pronunció en la audiencia en presencia de las partes. Este auto
fundado es apelable conforme a lo dispuesto en el artículo 439 del Código Orgánico Procesal Penal.
Como ya se indicó, si por razones de complejidad del caso ello no es posible y el auto fundado es dictado y
publicado con posterioridad a la fecha de finalización de la audiencia, debe hacerlo en el lapso de tres (3) días
siguientes a la misma, en aplicación de lo previsto en el artículo 161 del Código Orgánico Procesal Penal, caso
en el cual el Tribunal de Control debe notificar a las partes de dicha publicación y ello puede hacerlo en la
misma audiencia, informando que el auto será publicado en ese lapso; sin embargo, en el supuesto de que el
auto sea publicado fuera del lapso de los tres (3) días aludido deberá indefectiblemente practicar la notificación
de las partes para, de esta forma, dar certeza del inicio del lapso de apelación y asegurar los derechos a la
defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva del justiciable.
Si así es ordenado en el auto fundado y, si fuere el caso, una vez decididas las apelaciones excepto la relativa a
las medidas cautelares, el Tribunal de Control debe también dictar por separado el auto de apertura a juicio,
dentro del lapso de tres (3) días ya aludido si así lo estima necesario, y previa notificación de las partes.
Ahora bien, en atención al principio ratione temporis, debe aclarar la Sala que la apelación que haya sido
interpuesta, antes de la publicación del presente fallo, contra las decisiones dictadas en la audiencia preliminar
en los casos en que el Tribunal de Control haya omitido dictar el auto fundado en su texto íntegro, acumulando
éste al acta o al auto de apertura a juicio, se consideran admisibles en virtud del principio pro actione y
conforme a lo previsto en el artículo 439 del Código Orgánico Procesal Penal, ello con el objeto de garantizar el
derecho a la defensa de las partes y la segunda instancia consagrada en esta materia por el legislador.
Ello así, es preciso tener claro entonces que en el proceso penal el auto fundado que debe dictarse al finalizar la
audiencia preliminar constituye un documento individual aparte y diferente del auto de apertura a juicio en una
causa penal, pues como ya se indicó constituyen dos autos distintos.
En efecto, toda audiencia, excepto la de juicio, terminará con un auto fundado dictado y publicado en extenso
que deberá contener la motivación de las decisiones tomadas sobre los aspectos resueltos en la audiencia, que en
el caso de la preliminar precederá al auto de apertura a juicio, el cual deberá dictarse con posterioridad si así
corresponde.
Asimismo, en aras de evitar retardos procesales y asegurar la efectividad de las garantías procesales a la tutela
judicial efectiva y al debido proceso en la tramitación de las causas penales, debe esta Sala acotar que las partes
deben esperar la publicación del texto íntegro del auto fundado dictado al finalizar la audiencia preliminar para
proceder a interponer el recurso de apelación contra cualesquiera de las decisiones pronunciadas en la misma,
dentro del lapso establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, puesto que en el momento en que se dicte el
texto íntegro del auto fundado, es cuando el acto decisorio se configura con todos los requisitos de validez
intrínsecos que debe contener toda sentencia, en este caso, de naturaleza interlocutoria.
De allí que las apelaciones anticipadas, que se ejerzan antes de ser publicado el auto fundado en extenso, contra
las decisiones tomadas en la audiencia preliminar que constan en el acta, deben considerarse tempestivas pero
no deben ser tramitadas hasta que se haya realizado dicha publicación y, en su caso, se haya practicado las
notificaciones si así corresponde, aun estando las partes a derecho, si en el referido auto fundado el juez hubiere
ordenado la notificación, debe cumplir con la misma, para otorgar certeza a todas las partes sobre el inicio de
los lapsos establecidos para los actos siguientes.
De esta forma se asegura el orden y la economía procesal y se proporciona certeza y seguridad jurídica sobre el
auto fundado y el auto de apertura a juicio aludidos en aras de garantizar a las partes el ejercicio pleno del
recurso de apelación y de sus derechos a la defensa y a la tutela judicial efectiva. Así se decide.
En este sentido, las Cortes de Apelaciones competentes en materia penal ordinaria así como en las materias
especiales, incluyendo la Militar, como tribunales de alzada, deben estar atentas respecto de la admisibilidad de
las apelaciones interpuestas contra el auto fundado dictado en extenso al finalizar la audiencia preliminar donde
se motivan las diferentes decisiones pronunciadas en esa audiencia que son recurribles en apelación, de
conformidad con lo previsto en el Código Orgánico Procesal Penal, como es el caso, entre otras, de la decisión
que declara sin lugar la solicitud de nulidad, de conformidad con elin fine del artículo 180 eiusdem.
Como es evidente, cuando se presentan estas situaciones en esta fase del proceso penal se genera un desorden
procesal que atenta contra el principio de la seguridad jurídica y contra los derechos al debido proceso, a la
doble instancia, a la defensa de las partes y, en definitiva, contra la tutela judicial efectiva, derechos que esta
Sala Constitucional está obligada a preservar.
Es por ello que esta Sala, cumpliendo con el deber previsto en el artículo 335 de la Constitución de garantizar la
supremacía y efectividad de las normas constitucionales, específicamente de aquellas que prevén los derechos al
debido proceso, a la defensa y a la tutela judicial efectiva que resultan lesionados en la situación descrita y
como máximo y último intérprete de la Constitución, con el propósito superior de evitar que en el futuro se
presenten este tipo de anomalías procesales y se lesionen los derechos del justiciable y de asegurar el orden
público procesal en cuanto a las decisiones que se dictan en las audiencias, específicamente en la preliminar
como último estadio de la fase intermedia del proceso penal, establece con carácter vinculante lo señalado en
este fallo.
En virtud de lo anterior, se ordena la publicación del presente fallo en el portal web de este Máximo Tribunal,
en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela y en la Gaceta Judicial del Poder Judicial, bajo el
título “En el proceso penal todas las decisiones dictadas en audiencia deben ser debidamente motivadas en un
auto fundado que se dicte en extenso”. Asimismo, se ordena la remisión de copia certificada a todos los
Circuitos Judiciales Penales ordinarios y especiales de la República para el estricto cumplimiento del presente
fallo. Así se declara.
DECISIÓN
Por los razonamientos antes expuestos, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional,
administrando justicia en nombre de la República, por autoridad de la ley:
1. Declara CON LUGAR la acción de amparo interpuesta por los abogados Jesús Orángel García, María
Alejandra Escalona Carrera y Gustavo Manuel Álvarez Ramírez, actuando como defensores privados del
ciudadano ISMAEL PÉREZ TORREALBA, contra la sentencia dictada el 11 de junio de 2013 por la Sala
Cuarta de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
2. ANULA la sentencia dictada el 11 de junio de 2013 por la Sala Cuarta de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas.
3. ORDENA a otra Sala de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, a quien corresponda por distribución, dicte nueva sentencia conforme a lo dispuesto en este fallo.
4. ORDENA la publicación del presente fallo en el portal web de este Máximo Tribunal, en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela y en la Gaceta Judicial del Poder Judicial, bajo el título “En el
Proceso Penal las Motivaciones de las Decisiones Dictadas en Audiencia deben estar Contenidas en un Auto
Fundado que se dicte en Extenso”.
5. ORDENA la remisión de copia certificada del presente fallo a todos los Circuitos Judiciales Penales
ordinarios y especiales de la República para que den estricto cumplimiento al mismo.
6. REVOCA la medida cautelar de suspensión de la causa penal seguida contra el accionante acordada por
esta Sala en la sentencia número 1094 del 12 de agosto de 2014.
Publíquese y regístrese. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas a los 21 días del mes de julio de dos mil quince. Años: 205º de la Independencia y 156º de la
Federación