Abuso de Poder y Criminologia de Derechos Humanos

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 10

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

ABUSO DE PODER Y CRIMINOLOGÍA DE DERECHOS HUMANOS1

El día 4 de mayo de 2020 en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, Giovanni López, un
trabajador de albañilería de 30 años, fue presuntamente víctima fatal por parte de policías municipales de
dicha comunidad en el centro del estado jalisciense, quienes le detuvieron, en el marco de un supuesto
operativo AntiCovid-19, por “infringir las medidas de restricción sanitaria” frente a su domicilio,
posteriormente, ejecutándolo extrajudicialmente en la comandancia causándole la muerte por trauma
craneoencefálico y lesiones.

Para el presente texto, elaborado desde una perspectiva criminológica de derechos humanos, en este caso
existe la convergencia de múltiples violaciones a derechos humanos de carácter histórico, estructural y
situacional, entre otras:

I. La veta arbitraria de muchas corporaciones policiales mexicanas que, ante la falta de capacitación
y de las condiciones precarias en que laboran, día con día generan prácticas discrecionales al margen
de los derechos humanos y sobre un pánico moral que reproduce el racismo, clasismo y sexismo
socio institucional;

II. El acuerdo del gobernador de Jalisco mediante el cual se emitieron diversas medidas de seguridad
sanitaria para el aislamiento social con motivo de la pandemia de COVID-19 el día 19 de abril del
presente año, mismo que supone la implementación de un populismo punitivo con estrategias
regresivas y desproporcionales en materia de derechos humanos;

III. El supuesto soborno y consiguientes amenazas por parte de las autoridades municipales de
Ixtlahuacán hacia los familiares de Giovanni como víctimas indirectas, para no difundir el caso. Un


1 Alan García Huitrón. Docente e investigador en el Instituto Nacional de Ciencias Penales.

*Lo expresado en este documento refleja la opinión del autor y no la posición del Instituto.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

IV. ejemplo del impacto de la corrupción política en los derechos humanos (restricción de los derechos
a la verdad, justicia y reparación de las víctimas), y

V. La reacción policial ante las protestas acaecidas en el estado por el caso Giovanni, la cual vislumbra
deficiencias en el uso racional, subsidiario y proporcional de la fuerza y en el manejo de multitudes.

Este caso no es excepcional, expresa las prácticas cotidianas arbitrarias del uso de poder por parte de
múltiples niveles y sectores del Estado mexicano, en particular, los que se refieren a la seguridad, la
procuración, administración de justicia y la ejecución penal. Tampoco es un hecho aislado producto de una
“pasada de mano” por parte de uno o dos policías, se trata de un proceso -racional o no- policial, legislativo
y ejecutivo de violaciones a derechos humanos. Mucho menos es debido a la pandemia como muchos
quieren hacer creer, por el contrario, esta crisis sanitaria es solo el crisol a través del cual se han visualizado
pública y masivamente problemas histórica y estructuralmente negados por la sociedad y el Estado.

Como parte de las medidas de no repetición, este texto finaliza con una propuesta para construir los
programas de fortalecimiento policial estatal y municipal con enfoque de derechos humanos.

I. Policías municipales mexicanas. Entre la precarización y la discrecionalidad

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI),2 en nuestro país existen alrededor
de 385 mil policías, de los cuales el 76% son policías preventivos estatales o municipales, 13.5% pertenecen
a las policías estatales ministeriales o de investigación, 9.5% son de la guardia nacional -antes policías
federales- y 0.9% están adscritos a la hoy Fiscalía General de la República (FGR) como policías federales
ministeriales.


2 INEGI, Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (ENECAP), México, 2017.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

Cada una de estas corporaciones no solo tienen diferentes funciones y atribuciones entre sí, establecidas
por sus respectivas legislaciones y generadas por su complejo desarrollo histórico altamente diferenciador
o especializado, también difieren ampliamente en sus condiciones institucionales y sociales. La experiencia
de ser policía en México transita obligadamente por tener en cuenta estas diferencias (desigualdades), por
lo que más que la Policía en México, debe hablarse de las policías mexicanas o en los diversos méxicos.

Así pues, no es lo mismo ser policía municipal que ser policía estatal o federal, aún más, no es igual ser
policía del municipio de San Nicolás de los Garza, Nuevo León donde perciben entre 17 y 35 mil pesos de
sueldo mensual que la policía municipal de Oaxaca que, hace algunos meses, laboraba sin uniformes.

Los policías que presuntamente ejecutaron a Giovanni eran policías municipales de Ixtlahuacán, Jalisco, la
policía municipal peor pagada de los nueve municipios metropolitanos de Guadalajara y una de las policías
con menos remuneración del Estado. Apenas 8 mil pesos al mes; una cantidad por debajo del promedio del
salario a policías municipales en el país, y equivalente a lo que ganan muchas de las corporaciones del
sureste. Con base en un diagnóstico nacional de policías preventivas llevado a cabo por el Secretariado
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en 2017, si bien en lo estatal las
prestaciones laborales son deficientes (pocas entidades otorgan las prestaciones básicas al 100% de sus
elementos), a nivel municipal estas lógicas son acentuadas pues la mayoría de estas corporaciones tienen
menor porcentaje en la cobertura de seguridad social, fondo para el retiro, acceso a fondo para vivienda,
seguro de vida, apoyo a gastos funerarios, vales de despensa, préstamos personales, becas escolares, seguros
de gastos médicos y otras prestaciones, respecto a los policías estatales.

Bajo este panorama, ser policía municipal no pareciera ser una opción racional para alcanzar una calidad y
bienestar de vida (más del 80% de los policías en México tuvo como motivo principal para ingresar la
necesidad económica) 3 , máxime los riesgos que la profesión implica que van desde ser víctima de
discriminación social, de corrupción institucional hasta de delitos por parte de la delincuencia.


3 Idem.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".


Ser policía, sin embargo, no es un trabajo cualquiera. Se trata, ni más ni menos, del principal espacio político
y administrativo del Estado a través del cual se mantiene el orden y se cumple la ley. De los sectores
gubernamentales existentes, es sin duda de los que mayormente ha ampliado sus funciones y atribuciones
legales y, con ello, las no legales, pues recordemos que, por su naturaleza, conocer qué hace un policía hace
necesario observar más su práctica en las calles que la teoría legal. Esta discrecionalidad, derivada de su
naturaleza y no de situaciones extraordinarias, es precisamente la que en muchas ocasiones se torna
atractiva no solo para obtener ingresos extras al suelo mensual, sino para producir prácticas institucionales
y dominantes de poder como la discriminación e incluso violaciones graves a derechos humanos (tortura,
desaparición forzada, ejecución arbitraria y feminicidio).

La ejecución de Giovanni a manos de policías municipales de Ixtlahuacán expresa esta discrecionalidad del
uso de poder disciplinado combinado con el pánico moral representado por el COVID-19 como
perturbación emocional desproporcionada, que justifica medidas represivas contra colectivos marginados
(en este caso, un supuesto clasismo).

II. COVID-19 y populismo punitivo

A partir de diciembre del año pasado surgió en Wuhan, China primero y, luego, en todo el mundo, la
epidemia por SARS-COV-2, una enfermedad infecciosa altamente contagiosa con serios impactos en la
salud -incluso mortales- de las personas víctimas. De acuerdo con las últimas informaciones, ha cobrado la
vida de casi 400 mil personas y afectado a cerca de 6.6 millones de personas alrededor del mundo. México,
desafortunadamente, se encuentra entre los países con mayor afectación con más de 12 mil personas
fallecidas y más de 100 mil casos confirmados. Ante este contexto, desde marzo de este año el Gobierno
federal y los gobiernos estatales, en el marco de sus responsabilidades compartidas en materia de salud, han
generado diversas y profundas estrategias para disminuir el riesgo de contagios y, por tanto, de muertes por
esta enfermedad. Pese a existir un gran abanico de recomendaciones, las cuatro medidas sanitarias de mayor
importancia han sido: quédate en casa; uso adecuado de cubrebocas, lavado constante de manos y sana
distancia.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

A fecha de 4 de junio, Jalisco cuenta con 2,289 casos confirmados (posición nueve a nivel nacional) y 186
defunciones (posición 16 a nivel nacional); de estos, 4 casos han sido detectados y 1 defunción en el
municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, donde ocurrió la ejecución de Giovanni. Desde el 19 de abril
el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, publicó en el Periódico Oficial el acuerdo DIELAG ACU
026/2020, mediante el cual decretó diversas medidas obligatorias para prevenir y contener la transmisión
del virus, entre otras: uso obligatorio de cubrebocas en la vía pública; resguardo domiciliario obligatorio;
suspensión de actividades no esenciales; prohibición de eventos o congregaciones de más de 50 personas,
y prohibición del uso de espacios públicos como parques, jardines y unidades deportivas. De no cumplirlas,
la personas serían acreedoras a sanciones de carácter administrativo tales como amonestación con
apercibimiento, multas, clausuras parciales y totales a empresas y establecimientos, y arresto hasta por 36
horas.

¿Es este un acuerdo conforme a derecho? ¿Es constitucional? ¿Toma en cuenta los tratados internacionales
en materia de derechos humanos? Desde el 10 de abril de 2020, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), observando la extralimitación de poder de algunos gobiernos en el contexto americano,
publicó Pandemia y Derechos Humanos en las Américas, donde exhorta a los Estados a que sus “medidas
adoptadas, en particular aquéllas que resulten en restricciones de derechos o garantías, deben ajustarse a los
principios pro persona, de proporcionalidad, temporalidad, y deben tener como finalidad legítima el estricto
cumplimiento de objetivo de salud pública y protección integral, como el debido y oportuno cuidado a la
población, por sobre cualquier otra consideración o interés de naturaleza política o privada.”4

Sin duda este acuerdo supone una violación al espíritu de la Constitución y de los Tratados Internacionales
en materia de derechos humanos de los que México es parte. Primero porque, no obstante, su alcance e
impacto sobre derechos, es solo un acuerdo ejecutivo que ignora los debidos procesos legislativos
correspondientes; segundo, aun cuando restringe derechos o garantías, no se ajusta -ni tan siquiera los


4 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pandemia y Derechos Humanos en las Américas, CIDH,

2010, p. 9.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

menciona- a requisitos internacionales como legalidad, necesidad, proporcionalidad y temporalidad;


tercero, porque omite aquellas necesidades e impactos diferenciados de la pandemia en grupos que,
desafortunadamente, sufren de pobreza externa, inseguridad alimentaria y falta de vivienda, así como de
altas tasas de trabajo informal e ingresos precarios, las cuales les dificultan e impiden que no puedan
cumplir con las medidas impuestas; cuarto, y último, no hace referencia a diversos artículos de la Ley
General de Salud federal y estatal que establecen de manera puntual los criterios y procedimientos en los
cuales se basará la decisión sobre la implementación de cada una de las sanciones mencionadas.5

La ejecución de Giovanni no solo tiene que leerse como un particular y aislado abuso de autoridad por parte
de algunos policías municipales, también debe subrayarse el papel que condicionantemente en ello tuvo el
Acuerdo DIELAG ACU 026/2020 emitido por el Gobernador de Jalisco, propio de un Estado de excepción
policial sin catálogo de derechos no susceptibles de ser suspendidos, sin motivación, proporcionalidad ni
observancia internacional, y sí con amplias facultades discrecionales a las fuerzas de seguridad con miras
a un mayor rendimiento político.

Así, pese al populismo punitivo implementado, Jalisco ha pasado de 216 casos confirmados y 14 muertos
el 20 de abril a 2,289 casos y 186 fallecidos al 3 de junio. A ello se le suma, ahora, centenas de arrestos y
el deceso de Giovanni por violación grave a derechos humanos.

III. Corrupción y derechos humanos

A un mes de la ejecución arbitraria de Giovanni López a manos de policías municipales de Ixtlahuacán de


los Membrillos, en el marco de la implementación de medidas punitivas frente al COVID 19 por parte del
Gobierno estatal de Jalisco, los familiares de la víctima mandaron un video a medios de comunicación
norteamericanos para difundir el caso.


5 Cfr. Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo A.C, Pronunciamiento sobre el acuerdo para combatir el COVID-

19 por el Gobierno de jalisco, CEPAD, 2020.


"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

Se supo, entonces, no solo del caso y su impunidad -hasta antes de la difusión del caso y de las protestas
no había ningún policía detenido ni investigado- sino también de los supuestos sobornos y consiguientes
amenazas que los familiares han sufrido por parte de autoridades municipales de Ixtlahuacán para no
difundir el caso (en particular, se presume la participación en estos actos del presidente municipal de
Ixtlahuacán, Eduardo Cervantes); un perfecto ejemplo de la relación entre corrupción y violación de
derechos humanos.

En efecto, una de las relaciones entre estas categorías obedece a las violaciones generales a derechos
humanos producidas por los distintos tipos de corrupción que, en el presente caso, se puede expresar con la
solicitud de sobornos como condición al acceso a los derechos de las víctimas y deberes de la autoridad:
justicia, verdad y reparación, o bien, al uso ilícito del poder público a través de las amenazas.

Lo anterior no debe de analizarse fuera del caso ni de su origen, por el contrario, es parte y cierra un círculo
sistemático de violaciones a derechos humanos, en el cual la corrupción y la impunidad suponen franjas
oscuras a través de las cuales se incentivan estas violaciones.

IV. Uso de la fuerza y manejo de multitudes

A partir de la difusión masiva del caso, y de los ánimos encendidos por casos similares en otros países y
entidades federativas que expresan los problemas históricos y estructurales ya mencionados en este texto,
se han dado diversas protestas en Jalisco por parte no solo de familiares y conocidos de Giovanni sino de
amplios sectores sociales que abogan por la eliminación de estas prácticas institucionales contrarias a
derechos humanos.

Desafortunadamente, asistimos nuevamente a violaciones de derechos humanos, al criminalizar la protesta


social no solo por parte de medios de comunicación -centrados más en los destrozos, que en las consignas-
sino de las fuerzas de seguridad intervinientes en dichas manifestaciones.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

Recuérdese tan solo que la actuación policial en manifestaciones, reuniones públicas o protestas sociales
está normada por diversos tratados internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, el Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley y los Principios
Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de las Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer
Cumplir la Ley, así como por la norma nacional del Uso de la Fuerza en su capítulo VII.

Entre ellos, se suscitan prácticas que deben observarse para no violar derechos humanos, entre otras, el
diálogo, la negociación, la facilitación, la comunicación externa e interna, la protección de los agentes, la
apariencia, la prevención de daños y aumento de la tensión innecesarios, la gestión de actos ilícitos y la
violencia a través de los niveles del uso de la fuerza y del armamento, la formación y la especialización, la
existencia de protocolos, la protección de los manifestantes, y el bienestar de los agentes de policía.

Por otra parte, el uso de la fuerza como actividad rutinaria de los policías debe observar los estándares
internacionales de legalidad, necesidad, proporcionalidad y rendición de cuentas. De acuerdo con el INEGI,
75.3% de los elementos de policía con funciones operativas hizo uso de la fuerza en el desempeño de sus
funciones, siendo el porcentaje mayor para las policías preventivas municipales.

Sin duda, no existe pretexto alguno para ejecutar extrajudicialmente a una persona, cualquiera que esta sea
y cualquiera que haya sido su comportamiento. Por eso, las policías deben estar capacitadas para evitar una
mayor violencia de la que pretenden neutralizar; es y debe ser parte de los principios de limitación internos
de cualquier política criminal como uso de la violencia; necesidad, utilidad y posibilidad.

V. Propuesta de capacitación

El artículo séptimo transitorio de la Reforma Constitucional en materia de Guardia Nacional exhorta a los
gobiernos de los estados a generar diagnósticos y programas de fortalecimiento policial de sus
corporaciones estatales y municipales. De esta forma, antes del 26 de marzo de 2024 como plazo límite
para el retorno de las Fuerzas Armadas Permanentes a sus cuarteles y del desarrollo óptimo de la Guardia
Nacional, cada una de las policías estatales y municipales del país deben estar preparadas para hacer frente
a las violencias y la delincuencia.

"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".


Este fortalecimiento debe obedecer no solo a cuestiones técnicas, operativas y de eficiencia policial, sino a
un enfoque de derechos humanos, particularmente, a la seguridad ciudadana; concepto contemporáneo más
acorde con los Estados democráticos de derecho, en particular con su vertiente apuntalada a derechos
humanos.6 Así, partiendo de lo establecido en el corpus iuris (sistema universal, interamericano y nacional,
principios generales, jurisprudencia y pronunciamientos de organismos especializados) se establecen los
siguientes ocho componentes de este estándar internacional:

I. Dimensión externa: 1) la disponibilidad de la obligación de respetar la libertad y seguridad


personales frente a los agentes del Estado; 2) la disponibilidad de garantizar la prevención de la
violencia y el delito; 3) la aceptabilidad de garantizar la libertad y seguridad personales frente a
terceros o particulares, y 4) la disponibilidad de garantizar la atención a víctimas de la violencia y
el delito.

II. Dimensión interna: 5) la disponibilidad de garantizar una selección adecuada del personal; 6) la
disponibilidad de garantizar una capacitación y actualización al personal; 7) la disponibilidad de
garantizar condiciones dignas de trabajo y remuneración, y 8) la disponibilidad de equipamiento.

Aunado a lo anterior, se establecen los siguientes elementos transversales y sus dimensiones: los principios
de participación (mecanismos de participación en diagnóstico, diseño, implementación y evaluación); la
rendición de cuentas (transparencia de recursos, información disponible y derecho a la información,
explicación y justificación de las decisiones públicas, mecanismos de coacción y castigo, y mecanismos de
evaluación); el principio de igualdad y no discriminación (identificación de grupos en vulnerabilidad,
normas desiguales y estereotipos, acciones afirmativas y transformativas), así como coordinación
interinstitucional (acciones intersectoriales e intergubernamentales), perspectiva de género (presupuesto
con perspectiva de género, acciones para eliminar desigualdad de género, contenidos sexistas, y acciones
contra la violencia de género), y capacitación en derechos humanos (capacitación a servidores públicos y a
población objetivo).


6 Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) (2009). Informe sobre seguridad ciudadana y derechos

humanos, Washington, CIDH.


"2020, Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria".

Lo anterior permitiría crear el Índice de Fortalecimiento para el Diseño de Políticas de Seguridad con
Enfoque de Derechos Humanos (INFORSEGDH) para identificar qué porcentaje de los elementos elegidos
del estándar internacional y de los elementos transversales son cumplidos por los programas estatales y
municipales y, así, evitar más casos como el de Giovanni.

Bibliografía

- INEGI, Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (ENECAP), México,


2017.
- Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Pandemia y Derechos Humanos en las
Américas, CIDH, 2010.
- Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo A.C, Pronunciamiento sobre el acuerdo para combatir
el COVID-19 por el Gobierno de jalisco, CEPAD, 2020.
- Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Informe sobre seguridad ciudadana y
derechos humanos, Washington, CIDH, 2009.

También podría gustarte