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Cf. Iserloh, E. (1966). Lutero visto hoy por los católicos. Concilium, 14, 477-
488; Jedin, H. (1968). La imagen católica de Lutero: su evolución histórica y límites.
Arbor 69, 254-270; Brosseder, J. (1976). Aceptación de Lutero por parte católica. Con-
cilium 118, 242-256; Pesch, O. (1976). Estado actual del consenso sobre Lutero. Con-
cilium 118, 278-293; Lienhard, M. (1985). Lutero en perspectiva católica. Selecciones
de Teología, 93, 47-53; Kasper, W. (2016). Martín Lutero. Una perspectiva ecuménica.
Santander: Sal Terrae; Thönissen, D., Dieter, Th., Blaumeiser, H., Tobler, S., De Mar-
co, V. (2017). Lutero y la teología católica, Tender puentes entre formas de pensamiento
diferentes. Madrid: Ciudad Nueva; Madrigal, S. (2018), Variaciones históricas en la
imagen católica y evangélica de Martín Lutero. Estudios Eclesiásticos 93, 335-373.
religiosos y eclesiásticos. Por ello no buscó en primer plano refutar sus erro-
res sino encontrar todo lo que había en él de verdad católica. De ahí que el
historiador H. Jedin afirmara: «su imagen de Lutero resulta ecuménica»
(1968: 259). Su reconocimiento de la legitimidad de la Reforma en el plano
histórico, superando aquellas lecturas que atribuían la Reforma a causas
políticas, económicas o psicológicas, quedó condensada en el axioma «a re-
forma religiosa, causa religiosa». Lortz sostenía el carácter eminentemen-
te religioso de la génesis de la Reforma, al tiempo que reconocía a Lutero
como una personalidad religiosa cuya reforma estuvo inspirada por motivos
religiosos (Lienhard, 1985, p. 47), a la que, sin embargo, achacaba de sub-
jetivismo, de no ser un buen oyente de la Palabra y de haber interpretado la
Escritura en función de sus necesidades personales.
El trabajo de Lortz contribuyó decisivamente a la transformación del
clima de las relaciones confesionales. Sin convertirse en la posición oficial
católica, su visión —prolongada en la obra de sus discípulos Erwin Iserloh
y Otto H. Pesch— allanó el camino a la investigación posterior. La obra de
Pesch cifraba en el paso del análisis de la persona de Lutero y su contexto
histórico al estudio de las cuestiones teológicas planteadas por el reforma-
dor alemán. A la altura de 1976 formulaba el siguiente diagnóstico:
La aceptación católica de Lutero —en el sentido que esta palabra puede tener
razonablemente— ha hecho tales progresos en las últimas décadas y ha sepultado
tantas disputas antiguas mediante una actitud autocrítica, tanto ante la propia
causa católica como ante la de Lutero, que podría incuso plantearse la pregunta
por la razón de ser de una Iglesia luterana en cuanto tal (Pesch, 1976, p. 280).
¿Quién podrá negar hoy que Martín Lutero es una personalidad profunda-
mente religiosa, que ha buscado honestamente y con abnegación el mensaje del
Evangelio? ¿Quién podrá negar que, a pesar de los tormentos ocasionados por él
a la Iglesia Católica y a la Santa Sede -se debe, en verdad, no silenciarlo-, conservó
una suma considerable de riquezas de la fe católica antigua? ¿No ha aceptado el
mismo Concilio Vaticano II exigencias que, entre otros, habían sido expresadas por
Martín Lutero, y mediante las cuales muchos aspectos de la fe cristiana y de la vida
cristiana se expresan mejor actualmente que antes? (Willebrands, 1970, p. 766).
Thönissen ofrece, por su parte, una clave para una aproximación ecuménica
fecunda al pensamiento de Martín Lutero:
¿Qué significa Dios para nosotros hoy? ¿Qué significa Cristo para noso-
tros hoy? En definitiva, ¿qué significa, desde la perspectiva de la fe cristia-
na, creer en un Dios misericordioso y qué consecuencias tiene para nuestra
vida? Y, ¿cómo hacer presente en el mundo secularizado de hoy, profunda-
mente marcado por el sufrimiento, la realidad de la misericordia? Estas son
algunas de las cuestiones con las que nos confronta y a las que nos desafía
hoy la teología de Martín Lutero.
REFERENCIAS
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tiembre de 2011). Ius Publicum 28 (2012), 232-234.
Brosseder, J. (1976). Aceptación de Lutero por parte católica. Concilium 118, 245-
256.
Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad (2013). Del conflicto a la co-
munión. Conmemoración Conjunta Luterano-Católico Romana de la Reforma en el
2017. Santander: Sal Terrae.
Comisión Mixta Católico-Luterana (1993). Martín Lutero, testigo de Jesucristo. eN
González Montes, A. (ed.), Enchiridion Oecumenicum, vol. 2, Salamanca 1993,
383-390.
Jedin, H. (1968). La imagen católica de Lutero: su evolución histórica y límites. Arbor
69, 254-270.
Juan Pablo II (1986). Carta al cardenal Willebrands. Ecclesia 2150, 12.
Kasper, W. (2016). Martín Lutero, Una perspectiva ecuménica. Santander: Sal Terrae.
Kaufmann, T. (2017). Martín Lutero. Vida, mundo palabra. Madrid: Trotta.
Küng, H. (1995). Grandes pensadores cristianos. Madrid: Trotta.
Lazcano, R. (2017). Lutero. Una vida delante de Dios. Madrid: San Pablo.
Lienhard, M. (1985). Lutero en perspectiva católica. Selecciones de Teología 93, 47.
Maffeis, A. (1999), La reconciliación posible: el acuerdo católico luterano sobre la
doctrina de la justificación. Diálogo Ecuménico 109, 651-674.
Pesch, O. H. (1976). Estado actual del consenso sobre Lutero. Concilium 118, 278-
293.
Willebrands, J. (1970). Conference du Cardinal Willebrands. Dossier V Assemblée de
la Federation luthérienne mondiale. La Documentation Catholique 1569, 761-767.