Un estudio encontró que los niveles de estrés en estudiantes universitarios durante la pandemia son alarmantes y pueden causar problemas de salud, con dos categorías principales de estresores: académicos como sobrecarga de trabajo y fallas técnicas, y no académicos como problemas económicos y distanciamiento social.
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Un estudio encontró que los niveles de estrés en estudiantes universitarios durante la pandemia son alarmantes y pueden causar problemas de salud, con dos categorías principales de estresores: académicos como sobrecarga de trabajo y fallas técnicas, y no académicos como problemas económicos y distanciamiento social.
Un estudio encontró que los niveles de estrés en estudiantes universitarios durante la pandemia son alarmantes y pueden causar problemas de salud, con dos categorías principales de estresores: académicos como sobrecarga de trabajo y fallas técnicas, y no académicos como problemas económicos y distanciamiento social.
Un estudio encontró que los niveles de estrés en estudiantes universitarios durante la pandemia son alarmantes y pueden causar problemas de salud, con dos categorías principales de estresores: académicos como sobrecarga de trabajo y fallas técnicas, y no académicos como problemas económicos y distanciamiento social.
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COVID Y RELACIÓN CON EL ESTRÉS EN ESTUDIANTES.
El nivel de estrés del estudiante universitario durante la pandemia, es un
factor a considerar como causa de deserción escolar, este estrés se ha definido como la situación de tensión física y emocional vinculada a las exigencias del mundo académico. La percepción del estudiante sobre su capacidad para enfrentar exitosamente las exigencias académicas, pueden generar pensamientos y emociones negativas, afectación física como sueño, dolor de cabeza, ansiedad, desconcentración, desorganización y problemas de adaptación. A las conocidas fuentes de estrés académico, los nuevos acontecimientos han agregado otras, propias de las situaciones de guerra o peligro grave, como el miedo irracional al contagio, el distanciamiento social que lleva al aislamiento y la desconfianza, la incertidumbre y disminución del esfuerzo, constancia, alegría y seguridad. Tal vez por eso también el regreso al seno de la familia tiene varias lecturas en los jóvenes, por un lado, la percepción de recibir alto apoyo social pero, por otra, pérdida de independencia y de los espacios propios de la interacción universitaria con los amigos, compañeros de clase y docentes. El confinamiento ha provocado que se incrementen casos que involucran el cuidado de la salud mental en los jóvenes. Los trastornos que se generan ante este contexto privan a los alumnos de una estabilidad emocional requerida para atender su formación profesional con plenitud. Pasar repentinamente de clases presenciales a en línea, iniciada en este periodo de distanciamiento social por el COVID-19, ha puesto a algunas y algunos estudiantes en dificultades, como el dejar de hacer sus actividades académicas o no conseguir tener avances en las mismas. Por lo que en esta situación que se está viviendo, lo más importante es que los y las alumnas reflexionen que deben volverse los protagonistas de su propio aprendizaje. Un estudio realizado por la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Valle de México y miembros del Sistema Nacional de Investigadores, analizó los efectos que causa el estrés en estudiantes universitarios durante la cuarentena por COVID-19. Se evaluó a un total de 1,118 alumnos de universidad que recibían clases mediante enseñanza virtual en nueve diferentes estados del país. Los resultados de la investigación, llamada «Estresores COVID-19 en universitarios», revelaron que los niveles de estrés en los jóvenes es alarmante, y que corren el riesgo de sufrir consecuencias en la salud como insomnio, presión arterial elevada y disminución del sistema inmunitario. Los autores dijeron que los factores causantes de estrés en los alumnos se clasificaron en dos categorías: escolares y no escolares. Dentro de los estresores escolares encontraron los siguientes: Sobrecarga académica, Retraso o pérdida del semestre, Fallas técnicas para tomar clases. En cuanto a los estresores no escolares, observaron los siguientes: Saturación de los servicios médicos, Personas que no respetan la cuarentena, Problemas económicos, Distanciamiento de los seres queridos. Con base en lo anterior, los especialistas enfatizaron que es necesario trabajar para mejorar las condiciones de salud psicológica y disminuir los estresores de la población universitaria, a fin de que puedan salir adelante durante esta crisis y tengan herramientas que les permitan sobrellevar la pandemia y sus consecuencias. Los profesores pueden ayudar mucho a los estudiantes, al darles a conocer con anticipación aquellas actividades que tendrán que ir desarrollando. Una estrategia útil para esto es el aula invertida, modalidad en la que previamente el profesor envía información (textos, vídeos, películas), para que los alumnos la conozcan antes de la clase, y para que en ésta se dé inicio a una discusión y a la solución de dudas. Por otro lado, muchos estudiantes tienen dificultad para acceder a computadoras o no tienen conexión a su disposición, lo cual resulta en un incremento de la tasa de abandono de las aulas. El efecto psicológico del confinamiento impacta la capacidad de aprendizaje de los estudiantes, muchos estudiantes también viven en ambientes poco favorables para poder adaptarse a la nueva normalidad virtual, considerando las condiciones de su casa, la disponibilidad de su red y el adecuado acceso a las tecnologías que se requieren. Como consecuencia de los protocolos de distanciamiento social, se ha visto comprometida la capacidad de investigación de las universidades. Los laboratorios requieren de participación presencial, por lo que existe un desafío en cómo hacerlos sostenibles. La mayoría de las causas que ocasionan estrés en los estudiantes, están relacionadas con actividades del área académica. Estudios realizados revelaron que los cinco acontecimientos más estresantes eran: no lograr entender a los profesores, soportar clases aburridas, tener muchas cosas por hacer, sufrir el afán de entregar trabajos y proyectos y tratar de salir bien en la universidad, donde la acumulación de todas estas causas además de muchas otras, crean en el estudiante un ambiente de trabajo tenso y agobiante, en donde el agotamiento empieza a ser evidente, provocando enfermedades como depresión, dolores de cabeza, dispepsia, palpitaciones, pérdida de apetito y dolores musculares. El origen de estos padecimientos se debe a que cuando nos enfrentamos a una situación estresante, el cerebro y el cuerpo responde aumentando la producción de ciertas hormonas, como el cortisol y la adrenalina, estas provocan cambios en el ritmo cardíaco, la presión, el metabolismo y la actividad física, lo más grave de estas situaciones es que a medida que avanza el tiempo y si no se toman medidas adecuadas, dichas enfermedades se pueden tornar crónicas. Todas estas enfermedades afectan directa o indirectamente el desempeño académico de los estudiantes, debido a que estas se tornan en un obstáculo más para lograr todo lo que se proponen.