Covid en Estudiantes

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COVID Y RELACIÓN CON EL ESTRÉS EN ESTUDIANTES.

El nivel de estrés del estudiante universitario durante la pandemia, es un


factor a considerar como causa de deserción escolar, este estrés se ha definido como
la situación de tensión física y emocional vinculada a las exigencias del mundo
académico. La percepción del estudiante sobre su capacidad para enfrentar
exitosamente las exigencias académicas, pueden generar pensamientos y emociones
negativas, afectación física como sueño, dolor de cabeza, ansiedad,
desconcentración, desorganización y problemas de adaptación. A las conocidas
fuentes de estrés académico, los nuevos acontecimientos han agregado otras,
propias de las situaciones de guerra o peligro grave, como el miedo irracional al
contagio, el distanciamiento social que lleva al aislamiento y la desconfianza, la
incertidumbre y disminución del esfuerzo, constancia, alegría y seguridad. Tal vez
por eso también el regreso al seno de la familia tiene varias lecturas en los jóvenes,
por un lado, la percepción de recibir alto apoyo social pero, por otra, pérdida de
independencia y de los espacios propios de la interacción universitaria con los
amigos, compañeros de clase y docentes.
El confinamiento ha provocado que se incrementen casos que involucran el
cuidado de la salud mental en los jóvenes. Los trastornos que se generan ante este
contexto privan a los alumnos de una estabilidad emocional requerida para atender
su formación profesional con plenitud. Pasar repentinamente de clases presenciales
a en línea, iniciada en este periodo de distanciamiento social por el COVID-19, ha
puesto a algunas y algunos estudiantes en dificultades, como el dejar de hacer sus
actividades académicas o no conseguir tener avances en las mismas. Por lo que en
esta situación que se está viviendo, lo más importante es que los y las alumnas
reflexionen que deben volverse los protagonistas de su propio aprendizaje.
Un estudio realizado por la Escuela de Ciencias de la Salud de la
Universidad del Valle de México y miembros del Sistema Nacional de
Investigadores, analizó los efectos que causa el estrés en estudiantes universitarios
durante la cuarentena por COVID-19. Se evaluó a un total de 1,118 alumnos de
universidad que recibían clases mediante enseñanza virtual en nueve diferentes
estados del país. Los resultados de la investigación, llamada «Estresores COVID-19
en universitarios», revelaron que los niveles de estrés en los jóvenes es alarmante, y
que corren el riesgo de sufrir consecuencias en la salud como insomnio, presión
arterial elevada y disminución del sistema inmunitario. Los autores dijeron que los
factores causantes de estrés en los alumnos se clasificaron en dos categorías:
escolares y no escolares.
Dentro de los estresores escolares encontraron los siguientes: Sobrecarga
académica, Retraso o pérdida del semestre, Fallas técnicas para tomar clases. En
cuanto a los estresores no escolares, observaron los siguientes: Saturación de los
servicios médicos, Personas que no respetan la cuarentena, Problemas económicos,
Distanciamiento de los seres queridos.
Con base en lo anterior, los especialistas enfatizaron que es necesario
trabajar para mejorar las condiciones de salud psicológica y disminuir los estresores
de la población universitaria, a fin de que puedan salir adelante durante esta crisis y
tengan herramientas que les permitan sobrellevar la pandemia y sus consecuencias.
Los profesores pueden ayudar mucho a los estudiantes, al darles a conocer
con anticipación aquellas actividades que tendrán que ir desarrollando. Una
estrategia útil para esto es el aula invertida, modalidad en la que previamente el
profesor envía información (textos, vídeos, películas), para que los alumnos la
conozcan antes de la clase, y para que en ésta se dé inicio a una discusión y a la
solución de dudas.
Por otro lado, muchos estudiantes tienen dificultad para acceder a computadoras o
no tienen conexión a su disposición, lo cual resulta en un incremento de la tasa de
abandono de las aulas. El efecto psicológico del confinamiento impacta la capacidad
de aprendizaje de los estudiantes, muchos estudiantes también viven en ambientes
poco favorables para poder adaptarse a la nueva normalidad virtual, considerando
las condiciones de su casa, la disponibilidad de su red y el adecuado acceso a las
tecnologías que se requieren. Como consecuencia de los protocolos de
distanciamiento social, se ha visto comprometida la capacidad de investigación de
las universidades. Los laboratorios requieren de participación presencial, por lo que
existe un desafío en cómo hacerlos sostenibles.
La mayoría de las causas que ocasionan estrés en los estudiantes, están
relacionadas con actividades del área académica. Estudios realizados revelaron que
los cinco acontecimientos más estresantes eran: no lograr entender a los profesores,
soportar clases aburridas, tener muchas cosas por hacer, sufrir el afán de entregar
trabajos y proyectos y tratar de salir bien en la universidad, donde la acumulación
de todas estas causas además de muchas otras, crean en el estudiante un ambiente de
trabajo tenso y agobiante, en donde el agotamiento empieza a ser evidente,
provocando  enfermedades como depresión, dolores de cabeza, dispepsia,
palpitaciones, pérdida de apetito y dolores musculares. El origen de estos
padecimientos se debe a que cuando nos enfrentamos a una situación estresante, el
cerebro y el cuerpo responde aumentando la producción de ciertas hormonas, como
el cortisol y la adrenalina, estas provocan cambios en el ritmo cardíaco, la presión,
el metabolismo y la actividad física, lo más grave de estas situaciones es que a
medida que avanza el tiempo y si no se toman medidas adecuadas, dichas
enfermedades se pueden tornar crónicas. Todas estas enfermedades afectan directa o
indirectamente el desempeño académico de los estudiantes, debido a que estas se
tornan en un obstáculo más para lograr todo lo que se proponen.

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