Actos de Comercio 1

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LOS ACTOS DE COMERCIO, CLASE 1.

Sin duda que el derecho comercial chileno adopta un criterio objetivo para
determinar la materia comercial o mercantilidad. Este criterio objetivo tiene su
fuente en el artículo 3º de nuestro Código de Comercio, que enumera los actos
que la ley chilena considera mercantiles. En efecto, al igual que la mayor parte de
las codificaciones objetivas, la chilena, como se expresa en el Mensaje del
Ejecutivo, “ha huido del peligro de las definiciones puramente teóricas, y en vez de
definir los actos de comercio, los ha descrito prácticamente enumerándolos con el
debido orden, precisión y claridad”.

Corresponde, en primer término, abocarnos al estudio de los actos que


nuestra legislación positiva considera comerciales. Sin embargo, vale la pena
detenerse en algunas consideraciones de orden teórico destinadas a fijar la noción
y elementos del acto de comercio, su importancia, sus clasificaciones, antes de
tratar la enumeración que de ellos hace el artículo 3º del Código de Comercio.

Diversos criterios han existido durante la evolución seguida por el derecho


comercial en el tiempo para explicar cuál es la materia comercial a la cual se
aplican sus normas o qué constituye, en otros términos, su objeto.

Concepto y elementos del acto de comercio. Recordemos simplemente que en


su origen el derecho comercial fue el derecho de los comerciantes, de quienes
ejercían esta profesión y se agrupaban en gremios y corporaciones. Más tarde,
como consecuencia de los principios libertarios de la Revolución Francesa, se
suprimen los gremios y corporaciones, decretándose la libertad de comercio; el
derecho comercial busca su fundamento en el acto de comercio, sin consideración
de la profesión de la persona que lo ejecuta. Pero la noción del acto de comercio
no logra ser definida ni precisada en cuanto a los elementos que la integran y las
legislaciones positivas incorporan en los textos el criterio objetivo mediante una
enumeración de los actos que la ley considera como mercantiles. Posteriormente
se trata de encontrar el fundamento de esta asignación en la noción de empresa:
el carácter formal de la empresa mercantiliza los actos que de ella se derivan.

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El derecho positivo chileno contenido en el Código de Comercio de 1867
recoge el criterio objetivo de la mercantilidad, enumerando en su artículo 3º los
actos que la ley considera como mercantiles. El criterio del legislador chileno
descansa en gran medida en la idea de lucro que caracteriza al acto de comercio,
pero los otros elementos, como la intermediación entre productores y
consumidores, la aceleración del proceso productivo, la noción de empresa, no
están totalmente ausentes.

Ahora bien, cabe preguntarse: ¿qué importancia tiene determinar el carácter civil o
comercial de un acto? Diversas razones sirven de fundamento a esta distinción,
cuyo estudio haremos por separado.

Importancia de la calificación de un acto como mercantil. Es interesante


determinar el carácter civil o comercial de un acto por los siguientes motivos:

a) La legislación de fondo aplicable. Según la naturaleza del acto jurídico,


puede quedar regido en cuanto a su forma, contenido, efectos y prueba por el
derecho común o por el derecho comercial. Si el acto no tiene el carácter de
mercantil será regulado por el Código Civil, en tanto que si es comercial quedará
regido por el Código de Comercio. Ahora bien, tanto en el Código Civil como en el
Código de Comercio existen instituciones jurídicas diferentes, principios generales
también diversos, o bien reglas distintas para un mismo acto o contrato. Así, por
ejemplo, las reglas sobre sociedades son distintas en el Código Civil que en el
Código de Comercio; lo mismo ocurre con el mandato, con la compraventa, etc.
Otras veces las reglas contenidas en ambos cuerpos legales son contradictorias,
como en el caso de las formalidades de constitución de las sociedades colectivas;
entonces es de fundamental importancia saber cuál es la naturaleza del acto o
contrato para aplicar una u otra legislación.

Existen, además, algunos contratos que, siendo mercantiles, no están


reglamentados en el Código de Comercio, como el arrendamiento comercial, y que
se rigen por el Código Civil.

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b) Para los efectos probatorios. Según la naturaleza del acto (civil o comercial),
las reglas jurídicas para probar su existencia y efectos son diferentes. Si bien es
cierto que los aspectos sustantivos del derecho probatorio están contenidos en el
Código Civil, no es menos cierto que el Código de Comercio contiene reglas
especiales para acreditar la existencia de los actos de comercio. Así, la regla
contenida en el artículo 128 del Código de Comercio deroga las limitaciones a la
admisibilidad de la prueba de testigos contenidas en los artículos 1708 y 1709 del
Código. Señala el artículo 128 del Código de Comercio: “La prueba de testigos es
admisible en negocios mercantiles, cualquiera que sea la cantidad que importe la
obligación que se trate de probar, salvo los casos en que la ley exija escritura
pública”.

Por su parte, el artículo 129 del mismo cuerpo legal contiene una regla
excepcional al admitir prueba testimonial aun cuando altere o adicione el
contenido de las escrituras públicas.

En fin, el artículo 127 del Código de Comercio complementa la disposición


del artículo 1703 del Código Civil, cuando señala que las escrituras privadas que
guardan uniformidad con los libros de los comerciantes hacen fe de su fecha
respecto de terceros, aun fuera de los casos enumerados en ese artículo. Los
libros de contabilidad de los comerciantes no están reconocidos como medios
probatorios en materia civil; en cambio, en materia comercial no sólo se les
reconoce valor, sino que además hacen fe a favor del que los lleva, lo que es
doblemente excepcional.

c) Para los fines profesionales. La noción del acto de comercio permite definir la
idea de comerciante. En efecto, según el artículo 7º del Código de Comercio, “son
comerciantes los que, teniendo capacidad para contratar, hacen del comercio su
profesión habitual”. Hacer del comercio implica la ejecución de actos de comercio
en sentido profesional.

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d) Respecto de la capacidad. El Código de Comercio establece algunas reglas
especiales de capacidad para la ejecución de la actividad comercial, que son
distintas de las normas del Código Civil.

e) Para los efectos de la Ley de Quiebras. Cuando se trata de aplicar las


disposiciones que rigen la quiebra, es importante distinguir si la obligación
incumplida emana de un acto de comercio o de un acto civil. En efecto, según la
regla del artículo 43 Nº 1 de la Ley Nº 18.175, el deudor que ejerce actividad
comercial, industrial, agrícola o minera, puede ser declarado en quiebra si ha
cesado en el pago de una obligación mercantil con el solicitante, cuyo título sea
ejecutivo. Las obligaciones comerciales sólo nacen de los actos de comercio. Si el
deudor ha dejado de pagar obligaciones originadas de actos civiles, no se
configura la misma causal y es necesario cumplir otras exigencias para lograr
declararlo en quiebra.

f) Para fines tributarios. Interesa también determinar si un acto es de comercio o


meramente civil para la aplicación del Impuesto al Valor Agregado vigente en Chile
desde marzo de 1975. Así, un servicio que no pudiera ser calificado de industria
podría quedar afecto a este I.V.A. en la medida que constituya un acto de
comercio.

g) Para los efectos de la protección del consumidor. Según el artículo 2º de la


Ley Nº 19.496, de fecha 7 de marzo de 1997, sobre protección del consumidor,
quedan sujetos a sus disposiciones “los actos jurídicos, que de conformidad con lo
preceptuado en el Código de Comercio u otras disposiciones legales, tengan el
carácter de mercantiles para el proveedor y de civiles para el consumidor”.

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