Iee 1208 e 3
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En la anterior edición de este informe semestral, a comienzos del pasado verano, la situación
financiera internacional parecía bastante controlada, a pesar de que la incertidumbre y la aversión al
riesgo eran, claramente, superiores a las existentes en marzo y abril, cuando la intervención de
salvamento de Bearn&Stearns había hecho creer que lo peor de la crisis estaba superado. Sin
embargo, y como es conocido, el lunes 15 de septiembre, el banco de inversión de EE.UU. Lehman
Brothers se acogía a la declaración de quiebra, dejando paso a la crisis más profunda del sistema
financiero internacional desde la Gran Depresión.
La rapidez con que la situación ha empeorado, el deterioro de las perspectivas y los temores a
que nos encontremos a las puertas de una recesión dilatada, obligan a analizar algunas de las
causas profundas de lo que está sucediendo, más allá del papel inicial desempeñado por las
hipotecas subprime en el mercado financiero de EE.UU. Por ello, en este apartado se sitúan algunas
de las causas de fondo, el proceso de desarrollo de la crisis y las modificaciones en la actitud de los
gobiernos y los bancos centrales y algunas de las principales consecuencias en los mercados de
divisas, commodities, capitales y dinero, aspectos que resultan relevantes para entender el entorno
internacional de la economía española.
bancos centrales, han puesto un tope a la crisis financiera en Occidente, no puede descartarse una
nueva fase, provocada por la recesión en la que están entrando EE.UU., Reino Unido, Japón y el
área del euro. Finalmente, el apartado siguiente resume algunas de las principales consecuencias
de este intenso proceso de desapalancamiento y de huida del riesgo que la crisis financiera está
provocando, tanto en los mercados de capitales como en los de commodities, monetarios y de
divisas.
A pesar de que con la perspectiva de lo que ha sucedido es, ciertamente, sencillo identificar las
causas más importantes que están tras los actuales problemas financieros, constituye un ejercicio
relevante su identificación. Y no tanto como un ejercicio puramente académico, de reflexión sobre lo
que habría podido ser, sino, y muy particularmente, como una herramienta para comprender mejor
donde se encuentra la economía mundial, hacia donde se dirige y hasta qué punto los ajustes que
se están operando son suficientes para permitir un rápido retorno a la normalidad. El elemento más
determinante de lo que ha sucedido en el último año y medio puede sintetizarse de forma
relativamente simple: un aumento de la liquidez internacional, y del crédito mundial, que ha
permitido un nivel de apalancamiento insólito en algunos de los sectores y países más importantes
del mundo. De hecho, conviene ahora recordar como el mismo FMI había venido anunciando, en
sus sucesivos World Economic Outlook los problemas que un ajuste rápido e intenso de los
desequilibrios entre oferta y demanda mundial de ahorro e inversión podían provocar.
Un primer mecanismo ha sido el llamado carry trade, que no es más que el endeudamiento en
aquellas divisas de bajos tipos de interés, y la colocación de estos fondos en otras monedas (y
activos) de mayor rentabilidad. Desde este punto de vista, existe una línea de continuidad entre el
boom de los activos, financieros e inmobiliarios, de Japón de finales de los ochenta y la situación
actual. A pesar del tiempo transcurrido, la política de tipos de interés cero y las masivas inyecciones
de liquidez y el salvamento del sistema financiero japonés por parte de su gobierno, provocaron una
situación anómala de un precio del dinero prácticamente nulo. En Japón, éste no era tan bajo como
su valor nominal podía sugerir, puesto que la deflación elevaba el tipo de interés real. Pero, para los
prestatarios del resto del mundo, con crecimientos de precios en el entorno o por encima del 2%, los
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 25
tipos de interés en torno a cero de la economía nipona en los últimos diez años significaron una
atractiva apuesta.
A efectos de lo que aquí interesa, lo relevante son las lecciones que los países obtuvieron.
Tanto en términos relativos a la libre circulación de capitales, que había sido la base de sus
problemas, como, en especial, en relación a los desequilibrios macroeconómicos ahorro-inversión y
a la necesidad de que no se repitiesen. De esta manera, el conjunto de Asia comenzó a presentar
excedentes por cuenta corriente, prestando al resto del mundo en vez de demandar recursos, y
añadiendo una presión a la baja sobre los tipos de interés mundiales y, particularmente,
occidentales.
Un tercer elemento que ayuda a entender la evolución de los acontecimientos que han tenido
lugar es el relativo al default de Rusia de verano de 1998 y la subsiguiente quiebra del hedge fund,
Long Term Credit Management, que había efectuado apuestas muy arriesgadas sobre lo que
acabaría pasando con los precios de la deuda del estado ruso. Lo relevante en este episodio fue la
intervención de la Fed, salvando la quiebra de LTCM y, por lo tanto, indicando de forma precisa que
no se dejaría caer a ninguna institución financiera importante. Además, este salvamento, que fue el
preludio al último boom especulativo de las bolsas occidentales (las empresas de Internet),
consolidó la visión de un Greenspan, entonces presidente de la Fed, que era capaz de controlar de
forma precisa los mercados.
26 CAIXA CATALUNYA - Informe semestral II/2008. Economía española y contexto internacional
Junto con esta visión del nuevo funcionamiento de la economía estadounidense, el equipo de
Greenspan fue desarrollando sus tesis sobre la imposibilidad de detectar si un mercado alcista
estaba generando un proceso de burbuja especulativa que, finalmente, tendría que estallar. En su
opinión, aquellas modificaciones macroeconómicas habían alterado los valores básicos de la
mayoría de los activos, lo que impedía saber con precisión si lo que los mercados estaban
mostrando era un puro proceso especulativo o escaseces reales. Ante esta imposibilidad, la Fed se
inclinaba por una política prudente, de no intervención hasta que el estallido de la burbuja mostrase
claramente que, en efecto, el mercado había evaluado incorrectamente el proceso en curso.
Justamente fue el estallido de la burbuja especulativa de Internet el elemento final que explica
el proceso sobre el que se asienta la actual crisis. Ahora, en EE.UU., hay un amplio consenso
acerca de que Greenspan y su equipo en la Fed, mantuvo demasiado bajos y por demasiado tiempo
los tipos de interés. Es preciso recordar que, en efecto, entre el momento más álgido del boom (en
al año 2000) y el más bajo de 2003, los tipos de interés cayeron desde el 6,5 al 1,0%. Y se
mantuvieron en el 1,0% desde entonces hasta junio de 2004, para aumentar de forma muy modesta
en años posteriores (en enero de 2005 aún estaban en el 2,25%). Parcialmente, esta agresiva
respuesta reflejaba los temores, existentes entonces, sobre una extensión de la deflación japonesa
a EE.UU. y otros países occidentales, impulsada por la bajada de los precios de los mercados de
valores y la subsiguiente recesión. Así, en 2002 el IPC en EE.UU. crecía tan sólo un 1,6%, mientras
que en Alemania también avanzaba muy modestamente (un 1,4%).
Además, esta política monetaria estadounidense tan laxa se estaba desplegando en unos
momentos en los que los hogares habían reconstituido sus balances, y el nivel de endeudamiento
familiar tenía capacidad para mostrar aumentos relevantes. De hecho, en 1998, la deuda de los
hogares estadounidenses en relación a la renta familiar disponible, se situaba en un relativamente
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 27
contenido 95,3%, hecho que permitía un incremento importante del endeudamiento, en especial en
el entorno de innovaciones financieras en curso y la agresiva política de venta de créditos
hipotecarios. De esta manera, entre 2001 y 2007, las familias estadounidenses vieron aumentar su
deuda desde el mencionado 95,3%, de 1998 a cerca del 140% en 2007, una cifra situada entre las
más elevadas de los países avanzados y que, como la crisis puso de relieve posteriormente,
incorporaba un volumen relevante de deudores con dificultades. Además, y a diferencia de los años
noventa, cuando tuvo lugar un proceso de consolidación de las cuentas del sector público hasta
alcanzar el superávit, los años dos mil han contemplado una nueva expansión del déficit público
estadounidense. El 11-S, la guerra en Afganistán y en Irak, los recortes de impuestos y las
crecientes cargas de los programas de Medicaid y Medicare, han ido erosionando las cuentas
públicas, de forma que el déficit público ha aumentado desde el -0,4% del PIB de 2001 al -2,7% en
2007, con perspectivas alcistas para los ejercicios fiscales de 2008, 2009 y 2010, en los que
alcanzaría el -6,3% de media según las previsiones de la OCDE. Finalmente, el sector corporativo
de EE.UU. también ha contribuido al deterioro de las cuentas agregados del país, con una bajada de
su tasa de ahorro y un incremento de la de inversión, en especial a partir de 2003, cuando el ciclo
retomó su trayectoria alcista. Por todo ello, el déficit exterior alcanzó el 5,4% del PIB en 2004 y,
desde entonces, se ha mantenido siempre por encima del 5%.
1.Ahorro nacional bruto 18,0 16,4 14,2 13,3 13,8 14,8 15,5 14,2
2. Inversión nacional bruta 20,8 19,1 18,4 18,4 19,4 20,0 20,1 18,8
3=1-2. Cap./Nec. financiación -4,0 -3,7 -4,4 -4,7 -5,4 -5,8 -5,9 -5,2
Discrepancia estadística -1,3 -0,9 -0,2 0,4 0,2 -0,6 -1,2 -0,6
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Flow of Funds Accounts of the United States (Reserva Federal).
Este continuado déficit exterior, y la acumulación de deuda que implica, tiene en la evolución de
los balances de los hogares estadounidenses su reflejo más importante. Y no sólo por lo que implica
de desequilibrio financiero sino, y muy particularmente, por la importancia del comportamiento del
consumidor estadounidense en la evolución de la economía mundial de los últimos años. A menudo
se ha destacado que, en ausencia de unos hogares estadounidenses con bajas tasas de ahorro y
dispuestos a incrementar sustancialmente su deuda, hubiese sido difícil de imaginar la fuerte
expansión mundial que ha tenido lugar en los años 2003-2007. Y, en efecto, es preciso atribuir a la
prodigalidad de aquéllos una parte relevante del crecimiento global de los últimos ejercicios. Los dos
paneles del gráfico adjunto reflejan este comportamiento, y la acumulación de desequilibrios que ha
implicado y que ahora aparecen como un problema de peso sobre la economía estadounidense y el
resto del mundo. En primer lugar, la tasa de ahorro de los hogares estadounidenses, que estaba
situada en valores medios de los principales países de occidente a principios de los años ochenta
(en torno al 12% de la renta familiar disponible), empezó a partir de entonces un proceso continuado
de caída hasta valores próximos a cero en 2007. El otro efecto de la caída del ahorro y el aumento
del consumo fue la necesidad creciente de recursos y su acumulación en forma de deuda. Este
aumento explica tanto la fortaleza de la expansión anterior como la inevitable necesidad de ajuste
que afronta la economía de EE.UU. en los próximos años.
28 CAIXA CATALUNYA - Informe semestral II/2008. Economía española y contexto internacional
15 150
136
12 135
130
11 130 122
11
10 116
10 9 112
9 107
110
8 8
7 8 7 99101
7 7 95
6 92 93 94
5 88 89
90 84 85 87 85
82
5 4 4 4 4 79 80
75
68 67
2 2 2 2 2 70 66 66 67
1 0 1 1
0 50
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
1980
1981
1982
1983
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1988
1989
1990
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1992
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1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Flow of Funds Accounts of the United States (Reserva Federal).
Cuadro 2. Saldo por cuenta corriente de algunos países y regiones del mundo. 2000-2009
Miles de millones de dólares corrientes
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Economías avanzadas -264,8 -200,9 -213,2 -209,3 -206,1 -392,2 -454,0 -368,8 -430,2 -268,6
EE.UU. -417,4 -382,4 -461,3 -523,4 -625,0 -729,0 -788,1 -731,2 -664,1 -485,9
Área del euro -35,2 8,3 49,8 48,4 120,3 46,7 32,9 29,3 -65,5 -54,3
Japón 119,6 87,8 112,6 136,2 172,1 165,7 170,4 211,0 194,3 179,2
1
Otras economías avanzadas 68,2 85,4 85,7 129,6 126,5 124,5 130,8 122,1 105,2 92,4
NIC de Asia 38,9 47,5 55,3 80,5 81,9 75,0 84,4 106,1 84,1 81,8
Ec. en desarrollo 86,5 41,2 76,9 144,5 215,1 445,9 617,0 634,2 784,9 612,9
África 8,1 1,0 -8,8 -4,1 2,1 15,6 27,8 4,0 40,1 3,6
Europa central/este2 -31,4 -15,5 -23,1 -36,8 -57,6 -59,4 -87,7 -120,7 -164,4 -174,2
CEI. 48,3 33,0 30,3 36,0 63,8 88,3 97,7 74,3 127,9 80,9
Asia3 38,6 36,6 64,6 82,5 89,3 161,5 277,6 403,4 380,0 410,2
Oriente Medio 71,5 39,9 30,3 59,1 97,0 204,7 253,9 257,0 438,6 365,0
Hemisferio occidental -48,5 -53,9 -16,3 7,8 20,6 35,2 47,7 16,2 -37,3 -72,6
Mundo -178,4 -159,7 -136,3 -64,8 9,0 53,7 163,0 265,3 354,7 344,3
1. Otras economías avanzadas (EE.UU., área del euro y Japón excluidos). 2. No incluye Rusia y los otros países de la
CEI. 3. Incluye India y China.
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos del FMI (Economic Outlook, octubre 2008).
De todas maneras, el déficit exterior de EE.UU. se ha movido en torno a los 400.000 millones
de dólares entre 2000 y 2002 y, desde entonces, se elevó sustancialmente, hasta los
650.000/750.000 millones entre 2004 y 2008. Como se ha indicado, las previsiones para 2009 del
FMI, de 458.900 millones de dólares de déficit externo, no incluyen los importantes cambios
operados en la economía y las finanzas de EE.UU. en los últimos dos meses, que ampliarán esta
necesidad de forma más que sustantiva.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 29
Este importante déficit en términos absolutos, se ha podido financiar parcialmente por el cambio
indicado en el comportamiento de los países asiáticos y, en especial, de China, que ha generado
unos superávit por cuenta corriente absolutamente excepcionales para un país emergente. Además,
el hecho de que el renminbi chino estuviese vinculado al dólar en buena parte de estos años, y que
el resto de monedas asiáticas siguiesen a la divisa china, ha impulsado el proceso, evitando la
revaluación del renmimbi y otras monedas asiáticas. Esta imposibilidad de corregir unos
desequilibrios excesivos, ha sido, también, uno de los elementos que ha alimentado los excesos de
liquidez mundial, permitiendo a China y otros países de Asia de acumular enormes volúmenes de
recursos como resultado parcial de unas exportaciones impulsadas por un tipo de cambio
excesivamente bajo. Así, los nuevos países industriales de Asia han ido generando capacidad de
financiación que, a partir de 2003, se ha situado en torno a los 80.000 millones de dólares. China,
por su parte (véase cuadro 3) ha acumulado un saldo por cuenta corriente insólito. Así, si entre 2001
y 2004 este saldo equivalía un importante 2,5% de su PIB, entre 2005 y 2008, ha saltado a uno
totalmente excepcional del 9,4% del PIB y con previsiones para 2009 de un orden similar. Si a este
extraordinario volumen de recursos procedente de las operaciones corrientes del país se le suman
las entradas de capital, tanto las especulativas como las productivas, en forma de Inversión
Extranjera Directa, el resultado es una explosión del total de recursos acumulados por China: desde
un valor en torno a los 200.000 millones de dólares de reservas internacionales en 2001 a los 2,2
billones previstos para 2008 y los 2,7 billones de 2009 (que probablemente serán revisados a la
baja, una vez se incorporen las nuevas expectativas de crecimiento de las exportaciones y de la
IED).
petrodólar europeo) una forma sencilla de hacer frente a las dificultades en las balanzas de pagos
que el mismo choque del petróleo había provocado. En aquel entonces, a diferencia de ahora,
fueron la agresiva políticas de Paul Volcker, presidente de la Fed, al elevar los tipos de interés y el
coste del endeudamiento, lo que acabó arrastrando a algunos de estos países a la suspensión de
pagos. El caso de México, con su importante default de 1982, fue el más paradigmático.
Gráfico 2. Saldo por cuenta corriente de los países exportadores de petróleo y de EE.UU.
1998-20091
Miles de millones de dólares y porcentaje del déficit por cuenta corriente de EE.UU.
A. En miles de millones de dólares B. En porcentaje del déficit de EE.UU.
711,3 80
72,7
700,0
70
600,0 558,8 60
48,0
500,0 50
439,6
405,5
40
400,0 353,9
30 24,4 26,1 27,1
300,0
20
185,8 12,9
200,0 151,7
10
106,4
83,5
100,0 61,6 0
36,4 38,1
Exp. Petróleo Emergentes de Japón
0,0 Asia
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2000-2004 2005-2009
1
C. Saldo exterior de EE.UU. 2000-2009 (en porcentaje del PIB)
0
-1
-2
-3
-3,3
-4
-3,8
-4,3 -4,4
-5 -4,6
-4,8
-5,3 -5,3
-6
-5,9 -6,0
-7
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
A pesar de que ahora la situación es bien distinta, tiene en común con la de aquellos años este
mecanismo de reciclaje de los excedentes financieros provocados por el boom de los precios de la
energía. En efecto, mientras que en aquel entonces el grueso de aquellos nuevos recursos se
canalizó a los países emergentes, en esta nueva fase de precios alcistas, las reservas acumuladas
se han dirigido tanto al interior de los países productores (en forma de nuevas inversiones) como,
muy particularmente, en forma de préstamo a los países avanzados y, en especial a EE.UU. Este
préstamo ha adoptado, lógicamente, diversas formas. Pero el más común ha sido la compra de
activos financieros (sean acciones o bonos del Tesoro) o la pura acumulación de reservas
internacionales (en especial, en dólares). El panel A del gráfico adjunto permite evaluar la
importancia de los recursos puestos a disposición del resto del mundo por los países productores de
petróleo. Así, desde un saldo exterior por cuenta corriente en el entorno de los 30.000 millones de
dólares a finales de la pasada década, cuando los precios del petróleo cayeron por debajo de los
10$/barril a los más de 700.000 millones previstos para 2008 y los casi 600.000 millones para 2009.
A pesar de que, probablemente, estas cifras serán revisadas a la baja por la caída de los precios del
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 31
petróleo desde septiembre de 2008, lo cierto es que el salto desde los valores de principios de la
actual década ha sido, también, insólito.
Junto con las modificaciones anteriores, otras acontecidas en el sistema financiero han
impulsado también la acumulación de algunos de los desequilibrios que han estallado en el último
año y medio. En efecto, ya desde los años ochenta, el sistema financiero había comenzado a
generar innovaciones en su operativa, dirigidas a permitir una expansión del crédito por encima de lo
que los tradicionales mecanismos de control de los bancos centrales hubiesen permitido. En
particular, el proceso de externalización de parte de la cartera de activos, la llamada titulización,
permitía a las entidades financieras estadounidenses y del resto de occidente, recuperar liquidez a
través de la reventa de sus activos en los mercados de capital. Esta innovación fue contemplada
como muy positiva por la Fed dirigida por Greenspan. Se postulaba que ésta dispersión del riesgo
desde las entidades tradicionalmente financieras hacia otros mercados de capitales tenía que
generar menores problemas al sistema financiero, cuando el ciclo cambiase de sentido, justamente
por la dispersión que implicaba.
Adicionalmente, cabe destacar la modificación del sistema de evaluación de los activos, como
respuesta a parte de los problemas creados por la crisis de las cajas de ahorro de EE.UU. en la
segunda parte de los ochenta. En aquel entonces, el boom inmobiliario permitió una expansión
notable del crédito. Sin embargo, cuando el ciclo cambió y los precios comenzaron a caer, los
sistemas tradicionales de valoración a precios históricos no recogieron adecuadamente el progresivo
empeoramiento de los balances de aquellas instituciones financieras. De esta manera, cuando el
problema apareció finalmente, la intervención para su salvamento fue inevitable, y se prolongó
durante toda la década de los noventa. De esta experiencia emerge el sistema de valoración mark-
to-market, que pretendía evitar la acumulación de aquellos deterioros.
Sin embargo, este nuevo procedimiento de evaluación tiene un componente procíclico muy
poderoso, y que no se ha puesto de relieve, en sus aspectos más negativos, hasta la actual crisis.
En efecto, al evaluar los activos a precio de mercado, en las fases de expansión del crédito, cuando
los precios tienden a aumentar siguiendo el boom alcista general, la base de capital de las
instituciones financieras se ve reforzada por efecto de las nuevas valoraciones al alza. De esta
manera, el crédito puede crecer por encima de lo que lo haría con otros sistemas de valoración más
tradicionales. En cambio, cuando la crisis estalló, el procedimiento del mark-to-market ha operado
en sentido opuesto, colapsando la base de capital de bancos y otras instituciones, reduciendo la
expansión del crédito, y reforzando de esta manera la bajada de los precios de los activos. Este
círculo pernicioso profundiza la pérdida de valor, genera nuevas contracciones en el capital del
sistema financiero y, por lo tanto, reduce la posibilidad de expansión del crédito bancario.
ayuda a entender parte de los actuales problemas, donde relevantes instituciones financieras habían
efectuado operaciones de compra de activos con riesgos potenciales que no estaban correctamente
evaluados. Este problema se ha agudizado por la quiebra de parte del sistema de evaluación de
riesgos y de las mismas agencias de calificación de la deuda, que no fueron capaces de identificar
las potenciales fuentes de problemas sistémicos que, por ejemplo, implicaba el mercado de las
hipotecas subprime en EE.UU.
Además, y a medida que la crisis del crédito se iba extendiendo, parte del capital que salía de
estos mercados se recolocaba inicialmente en la bolsa y en los mercados emergentes, reforzando
las cotizaciones de las principales commodities. Sin embargo, la profundización del credit crunch ha
comenzado a comportar crecientes necesidades de liquidez en hedge funds y otros fondos de
inversión, que se han visto obligados a vender posiciones en aquellos mercados para hacer frente a
posibles demandas de reintegro. Este proceso de desapalancamiento no es exclusivo de los fondos
de inversión. De hecho, una parte relevante de la contracción del crédito en los mercados mundiales
refleja lo mismo, esta vez por parte de las instituciones financieras. Éstas habían ido financiando el
proceso, muy expansivo, de compras y fusiones de empresas, que se extendió desde 2003 a
mediados de 2007. Y, si en los años previos a la crisis, las instituciones financieras internacionales
recuperaban liquidez revendiendo en el mercado los créditos concedidos para la financiación de los
procesos de fusión y compra empresarial, a partir del verano de 2007 contemplaron como estos
créditos permanecían en sus balances, drenando su capacidad de liquidez. Al mismo tiempo, los
operadores en estos procesos, las empresas adquirientes, también se han visto afectadas, cada vez
más, por la falta de crédito, ya que ha sido un fenómeno usual financiar adquisiciones con crédito
bancario a plazos relativamente bajos (un año, por ejemplo). Esta situación ha comenzado a
presionar la estructura de los balances de algunas grandes corporaciones, que también se ven
obligadas a desprenderse de activos para poder hacer frente a sus propias obligaciones. Por todo
ello, y, en especial, desde septiembre de 2008, el proceso de desapalancamiento en curso está
generando importantes pérdidas en los mercados de acciones y de commodities que, a su vez,
reducen la riqueza financiera de todo tipo de entidades, reforzando la corriente vendedora.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 33
El impacto de la situación descrita a los apartados anteriores sobre los mercados de dinero, de
capital y de crédito ha sido muy intensa. En los mercados de capital, la huida hacia la calidad que ofrecía
la deuda pública, en especial en el caso de EE.UU., ha sido particularmente importante. Puesto que el
precio de la deuda y su rendimiento se mueven en direcciones opuestas, la huida hacia la seguridad y la
liquidez que suministran las letras del Tesoro a 3 meses ha llevado los tipos de interés implícitos a
valores próximos a cero. Así, mientras que hace ahora aproximadamente un año y medio, el 25 de julio
justo antes del estallido de la crisis financiera, este tipos de interés se situaba en el 4,98%, a partir de
entonces empieza un camino decreciente, resultado de los temores de los inversores a las pérdidas por
posesión de otros activos y el desplazamiento de sus posiciones hacia la compra de letras del Tesoro.
Estos rendimientos alcanzaron un mínimo del 0,53% el 21 de marzo de 2008, en plena crisis provocada
por el colapso de Bearn&Stearns y aún se redujo más, hasta un mínimo del 0,13% el 29 de septiembre,
cuando el pánico por la quiebra de Lehman Brothers parecía señalar una implosión sistémica del sector
financiero de EE.UU. A partir de aquí, con todo el conjunto de medidas adoptadas por las autoridades
estadounidenses, la situación se ha estabilizado un tanto, a pesar de que no ha vuelto de ninguna
manera a la normalidad. Así, a principios de diciembre de 2008 en concreto, el día 8, el rendimiento
implícito en estos activos había marcado un nuevo mínimo (0,005%). Ello pone de manifiesto que los
inversores aceptan perder rentabilidad a cambio de ganar liquidez y, en especial, seguridad, en un
entorno financiero en el que el grueso de los activos han experimentado pérdidas.
5,0
4,5
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
01/07
01/07
01/07
02/07
03/07
03/07
04/07
04/07
05/07
05/07
05/07
06/07
06/07
07/07
07/07
08/07
08/07
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09/07
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4,5
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2,5
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12/08
Área del euro EEUU
En el caso del área del euro, el proceso ha sido similar en esta última fase de la crisis, y así, el
desplome del rendimiento ha sido, también, muy intenso. El 25 de julio de 2007 el rendimiento de las
letras del Tesoro a 3 meses en el área del euro estaba situado en el 4,04%, y a pesar de que
experimentó una cierta caída, en el momento de la crisis de Bearn&Stearns solamente había caído a
3,90% (el 21 de marzo). En cambio, en esta última fase de la crisis, la situación se ha agudizado, de
forma que la rentabilidad había caído hasta el 1,99% el 6 de octubre, momento que coincide con los
acuerdos sobre el salvamento del sistema financiero europeo, puestos en marcha a finales de
aquella semana. Esta nueva situación comportó una suave recuperación del rendimiento de estos
activos, de forma que el 8 de diciembre se situaban en el 2,12%.
A pesar del fuerte aumento que comporta el endeudamiento derivado de los planes de rescate
y de estímulo del crecimiento económico en los diferentes países occidentales, los tipos de interés
de la deuda a largo plazo a los dos lados del atlántico se han hundido las últimas semanas. En el
aumento del precio de la deuda, y la correlativa caída de su rendimiento, confluyen diversos
factores. En primer lugar, el temor a la recesión, que está desviando recursos desde las bolsas y la
deuda corporativa hacia la deuda pública. De hecho, los spreads de la deuda de empresas de
primer nivel en Europa se encuentran en máximos de los últimos meses, recogiendo, justamente,
estas pesimistas perspectivas sobre los beneficios futuros. En segundo término, a pesar de que la
bajada de precios que se avista en la actualidad no parece apuntar aún a una deflación general sí
que es cierto que los agentes que operan en el mercado están comenzando a descontar una tasa de
inflación muy baja para los próximos 5 años, como mínimo. Y, en un contexto de crecimiento de los
precios muy modesto, el rendimiento real de los bonos aumenta. En tercer lugar, las expectativas de
bajada del precio del dinero añaden nuevos incentivos a la compra de deuda, por el incremento en
el valor del capital invertido. Finalmente, la decisión de la Fed de comprar 600.000 millones de
dólares en deuda de las agencies inmobiliarias Fannie Mae y Freddie Mac también ha contribuido a
la caída de los tipos de interés de la deuda americana, así como las declaraciones de Bernanke, el
presidente de la Fed, acerca de la posibilidad de que el banco central estadounidense comprase
cantidades sustanciales de deuda a largo plazo del Tesoro. En síntesis, un conjunto de elementos
que apuntan a una situación a la japonesa, donde los tipos de interés de la deuda a 10 años se han
mantenido apenas por encima del 1% en los últimos 15 años e, incluso, por debajo.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 35
De hecho, el desplome ha sido tan intenso que la existencia de una burbuja especulativa en el
mercado de los bonos no puede ser, en absoluto, descartada. Así, la rentabilidad del bund alemán a
10 años cayó, a principios de diciembre, al nivel más bajo de los últimos 50 años, de forma que en el
último mes el tipo de interés implícito ha retrocedido desde el 3,90% del 1 de noviembre al 3,02%
del 2 de diciembre. Igualmente, el gilt británico de igual periodo de vencimiento rendía un 3,41%, el
nivel más bajo también desde los años 60. Finalmente, la deuda estadounidense a 10 años cayó a
un mínimo de los últimos 53 años, hasta el 2,55% el 4 de diciembre pasado.
Las importantes emisiones de deuda previstas en los presupuestos o implícitas en las medidas
adoptadas por los diferentes gobiernos empiezan a dejarse sentir en el coste de asegurar estos
activos. Así, los credit default swaps sobre la deuda de EE.UU. se han situado cerca de los 50
puntos básicos a principios de diciembre, cuando hace sólo 1 año cotizaban escasamente por
debajo de los 10 puntos. Igualmente, en el caso de Reino Unido, el coste de asegurar 10 millones de
euros de deuda a 5 años ha alcanzado un récord de 97.000 euros, un aumento de 70.000 euros
desde el pasado octubre. El deterioro de la posición financiera del Tesoro británico, así como la
debilidad de la libra, están bajo este fuerte aumento de los spreads hasta los 97 puntos básicos.
El creciente deterioro de la situación económica internacional está forzando una revisión bajista
de los tipos de interés, en un intento por forzar la recuperación del crédito. Así, los bancos centrales
de los principales países o el BCE han llevado a cabo importantes reducciones del precio del dinero
en los últimos tres meses. En el caso de EE.UU., la bajada ha dejado los tipos en el 1,00% desde el
2,00% en que se encontraban a principios del pasado septiembre, mientras que en Reino Unido,
ahora situados en el 2%, el descenso ha sido de 300 puntos básicos. En el área del euro, en donde
los tipos se situaban a comienzos de septiembre en el 4,25%, la reducción ha sido de 175 puntos
básicos hasta el 2,50%. El mismo proceso de caídas ha tenido lugar en China, India y otros países
avanzados de Europa y Asia. Incluso Japón los ha vuelto a reducir, hasta el 0,3%.
La acentuación de la crisis ha sido tan severa e intensa por la congelación de los mercados del
dinero interbancario que los diferenciales entre el rendimiento de los activos seguros (letras del
Tesoro a 3 meses, por ejemplo) y los de los préstamos de igual vencimiento en el mercado
interbancario de Londres (Libor) han alcanzado máximos de esta etapa de crisis. El gráfico adjunto
resume la situación desde antes justo del estallido de la crisis financiera en agosto de 2007 hasta la
actualidad. Por aquel entonces, el 7 de julio de 2007, estos diferenciales (spreads) se situaban en 42
puntos porcentuales para los préstamos a 3 meses en dólares en el interbancario de Londres y en
sólo 17 puntos porcentuales para los mismos préstamos en euros (respecto del rendimiento de las
letras del Tesoro alemán). Con el estallido de la crisis, estos diferenciales se elevaron
extraordinariamente en septiembre de 2007, reflejando las tensiones y las restricciones en los
mercados interbancarios, hasta los 132 puntos básicos para el caso de EE.UU. y los 68 puntos en el
alemán, reflejando la percepción en aquellos momentos de la crisis como un fenómeno
fundamentalmente estadounidense. De hecho, en EE.UU., a finales noviembre de 2008, el
rendimiento implícito en la deuda del Tesoro a 10 años se había situado por debajo del 3%, por
primera vez en los últimos 50 años.
36 CAIXA CATALUNYA - Informe semestral II/2008. Economía española y contexto internacional
216
225 202 208
198
200
175
146
150 132 133
125
100 81 79 82
68
75 52
42
50
17
25
0
07_jul_07 19_set_07 31_des_07 15_feb_08 19_mar_08 10_nov_08 10_dic_08
EEUU Alemania
1. Spreads entre las letras del tesoro de EE.UU. y el LIBOR a 3 meses. 2. Spreads entre las
letras del Tesoro alemán y los depósitos a 3 meses en euros.
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos Bloomberg.
Esta situación se endureció un tanto a finales de 2007 y a principios de 2008, pero a mediados
de febrero parecía que la situación comenzaba a asentarse, de forma que el spread había caído casi
a la mitad en el caso de EE.UU. (hasta los 79 puntos básicos) y también se había reducido de forma
notable en Alemania (52 puntos básicos). No se trataba, ciertamente, de los valores previos a la
crisis, pero todo parecía entonces apuntar a que la normalización de los mercados se iría
consiguiendo suavemente en los meses siguientes. Ciertamente, este no ha sido el caso. Primero
fue la crisis de Bearn&Stearns, de forma que el 19 de marzo los diferenciales habían superado los
máximos anteriores: 198 puntos básicos para EE.UU. y 82 puntos para Alemania. Y a pesar de que
los mercados interbancarios mejoraron desde la intervención de la Fed a finales de mayo, desde el
verano comenzaron otra vez las preocupaciones sobre la salud de algunas importantes instituciones
financieras (como las grandes compañías hipotecarias en EE.UU.), y esta creciente tensión se fue
trasladando a los mercados interbancarios. Finalmente, con el estallido de la nueva fase de la crisis,
a principios de noviembre los spreads se situaron en unos muy elevados 202 puntos básicos para
las letras del Tesoro estadounidense e, indicando la dureza del choque en el mercado financiero
europeo, éstos habían aumentado hasta los 216 para la deuda a 3 meses de Alemania, por encima
de los spreads de EE.UU.
A pesar de el amplio abanico de medidas diseñado por los bancos centrales y los gobiernos de
EE.UU. y el área del euro, el mercado interbancario no acaba de recuperar ni los niveles del coste
del dinero que cabría esperar dados los importantes recortes de los tipos de interés oficiales, ni los
volúmenes normales. A pesar de eso, las últimas intervenciones han permitido una cierta caída en
los tipos de interés de los diferentes plazos, tanto en dólares como en euros.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 37
Gráfico 5. La crisis bancaria en EE.UU. y el área del euro y el mercado interbancario de Londres.
1
2007-2008.
A. Depósitos en dólares a 3 meses B. Depósitos en dólares a 12 meses
6,0
6,0
5,5
5,5
5,0
5,0
4,5
4,5
4,0
4,0
3,5
3,5
3,0
3,0
2,5
2,5
2,0
2,0
1,5
1,5
1,0
1,0
0,5
0,5
0,0
0,0
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09/08
10/08
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03/07
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07/08
08/08
09/08
10/08
11/08
12/08
C. Depósitos a 3 meses en euros D. Depósitos en euros a 12 meses
6,0 6,0
5,5 5,5
5,0 5,0
4,5 4,5
4,0 4,0
3,5 3,5
3,0 3,0
2,5 2,5
2,0 2,0
1,5 1,5
1,0 1,0
0,5 0,5
0,0 0,0
01/07
02/07
03/07
04/07
05/07
06/07
07/07
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10/07
11/07
12/07
01/08
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10/08
11/08
12/08
En el caso del área del euro, los movimientos en el muy corto plazo no han sido de la magnitud
de los observados en EE.UU. A pesar de eso, el tipo a 12 meses, el relevante en muchas
operaciones hipotecarias y otros activos, ha comenzado un lento descenso, desde los máximos
conseguidos el 6 de octubre pasado, cuando llegó a pagarse un 5,50% a un año. En la evolución de
esta magnitud se observa con claridad el impacto de las medidas adoptadas en dicha semana tanto
por los bancos centrales (bajada de los tipos de interés oficiales) como los gobiernos del área del
euro (planes de rescate). Las posteriores reducciones de los tipos de interés por parte del BCE a
principios noviembre y diciembre, de 50 y 75 puntos básicos respectivamente, también se deja
notar, a pesar de que de forma aún muy contenida, en el perfil bajista de los tipos de interés en el
38 CAIXA CATALUNYA - Informe semestral II/2008. Economía española y contexto internacional
La incertidumbre reflejada en esta huida hacia la seguridad, así como el inevitable proceso de
desapalancamiento en curso, han provocado una salida muy notable de posiciones en bolsa, que ha
generado pérdidas de riqueza financiera sólo comparables, en estos últimos años, a la crisis de los
primeros dos mil, después del estallido de la burbuja especulativa de las empresas de Internet. Parte
de estas pérdidas reflejan la acumulación de posiciones compradoras una vez iniciada la crisis
financiera y que probablemente obedecían a una percepción incorrectoa del desarrollo de la crisis y
a la necesidad de recolocar fondos que salían del mercado inmobiliario. Así, entre el mínimo del 5
de marzo de 2007 y el máximo del 15 de octubre (varías semanas después del inicio de la crisis
financiera, a principios de agosto de 2007), el índice Dow Jones de la bolsa de Nueva York ganó un
16,1% y el DAX de Frankfurt un 22,0%, alcanzando, respectivamente, los 13.900 y los 7.900 puntos.
Este momento fue el máximo de esta etapa y a partir de la acentuación de las tensiones en los
mercados del crédito en noviembre de 2007, la bolsa empezó un camino de caídas que, con algunos
momentos de recuperación, la ha llevado a pérdidas muy sustanciales un año después. Así, en el
caso del Dow Jones, después del máximo del 15 de octubre de 2007, la crisis de Bearn&Stearns lo
llevaron a situarse un 16,1% por debajo (en 11.740 puntos el 10 de marzo), a pesar de que con
posterioridad a la intervención, y con la subsiguiente normalización de los mercados, tuvo lugar una
cierta recuperación (el 1 de mayo alcanzó 13.010 puntos, sólo un 7% por debajo del máximo de
octubre). A partir de entonces, sin embargo, el perfil ha sido muy bajista, con caídas diarias en
algunos momentos de la crisis de finales de septiembre y octubre sólo comparables a las del crack
de 1987, de forma que el 27 de octubre alcanzaba un mínimo de 8.176 puntos, comparable a los
peores momentos de 2002, cuando tuvo lugar la anterior crisis bursátil, y con una pérdida
acumulada desde el máximo de octubre de 2007 del 41,5%. En el caso del DAX de Frankfurt, el
perfil ha sido similar, con caídas ligeramente más importantes en términos relativos, acumulando
unas pérdidas del 45,6% a 27 de octubre de 2008 sobre el valor del 15 de octubre del año anterior.
Estas importantes destrucciones de riqueza han sido generales en todos los mercados del mundo.
Así, entre los países más avanzados, y desde los máximos de octubre de 2007, el FTSE-100 de la
bolsa de Londres había perdido, hasta el 27 de octubre de 2008, un 47%, caída idéntica a la
registrada por el CAC-40 de la bolsa de París, mientras el MIB de la bolsa de Milán había registrado
un descenso del 52,3%.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 39
14.000
8.000
13.000
7.000
12.000
11.000 6.000
10.000
5.000
9.000
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8.000
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7.000
6.000 2.000
01/00
06/00
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04/01
09/01
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11/05
04/06
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01/00
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01/05
06/05
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04/06
09/06
02/07
07/07
12/07
05/08
10/08
1. Último dato correspondiente al martes 10 de diciembre de 2008.
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Ecowin.
En las principales bolsas asiáticas, las pérdidas también han sido extraordinariamente
cuantiosas. Así, el índice Nikkei de Tokio acumulaba una reducción del 58% hasta los 7.192 puntos,
que aún es más excepcional si se recuerda que en 1989 superó los 39.000 puntos. Igualmente, el
Kospi de Corea retrocedía un 51%, mientras que los índices de otros mercados como Taiwán,
Singapur e Indonesia perdían también posiciones intensamente (-45%, -44% y -42%
respectivamente entre los máximos de octubre de 2007 y el 27 de octubre de 2008). Finalmente, en
los principales mercados emergentes, las pérdidas aún han sido más importantes. Éste es el caso
del índice de la bolsa de Shanghai, con un retroceso del 53%, o el de la India (-43%), el Micex Index
de Rusia (-72%), el Bovespa brasileño (–53%).
El clima de recesión y la crisis financiera internacional han continuado afectando las previsiones
de crecimiento de la demanda de petróleo y otras materias primas. Así, el petróleo tipo brent ha
caído desde los 143 dólares/barril de julio a los 39 dólares el 10 de diciembre. Y lo mismo ha
sucedido con el West Texas Intermediate, el crudo de referencia en EE.UU. Parte de esta caída
recoge las continúas revisiones a la baja de la demanda. Así, la Agencia Internacional de la Energía
estimó a principios de noviembre que la demanda mundial de petróleo se contraerá en 2008 por
primera vez desde 1983 (en 0,2 millones de barriles/día), con una revisión de la demanda mundial
de 350 mil barriles por día hasta los 85,8 millones de barriles por día. Y las expectativas para 2009
contemplan una demanda de 86,3 millones de barriles día, que suponen un práctico estancamiento
del consumo mundial. Así, no debe sorprender que la OPEP decidiese, en su reunión del 24 de
octubre, un recorte de la producción de 1,5 millones barriles/día. Parte de este proceso de intensa
bajada del precio del petróleo y otras materias primas es un reflejo más del desapalancamiento que
está teniendo lugar en un amplio conjunto de instituciones que operan en estos mercados. Éstas
habían estado invirtiendo en materias primas, empujadas tanto por la pérdida de valor de otros
activos (acciones u obligaciones, mercado inmobiliario), como por las expectativas que las tesis del
decoupling generaron sobre el inmediato valor de estos productos. Es interesante recordar ahora
como uno de los más importantes bancos de inversión estadounidenses aún apostaba, el pasado
mes de julio, por un precio a finales de 2008 próximo a los 200$/barril.
El frenazo de la actividad mundial se extiende a todos los sectores. Y está siendo visible, en
especial, en aquéllos que tienen que ver con el transporte de mercancías y de commodities. Así, a
finales de noviembre, el coste de transporte de materias primas como el mineral de hierro o el
carbón había caído a mínimos de los últimos 22 años, reflejando la caída en la demanda mundial de
estos productos. Así, el Baltic Dry Index, un indicador global de este transporte, cayó el 26 de
noviembre hasta los 762 puntos, el nivel más bajo desde 1987. Esta caída se suma a la de los
meses anteriores, de forma que, desde los máximos históricos de 11.793 puntos el pasado mayo, ha
retrocedido más del 93%.
Cuadro 4. Precio del petróleo brent y de otras materias primas industriales. 1999-2008
Valores absolutos en dólares y crecimiento en porcentaje
Acero Aluminio Cobre Estaño Cinc Níquel Carbón Petróleo
B. Crecimiento 2004-2008
100,7 53,4 150,5 123,0 83,0 57,0 127,7 162,8
1. Para el acero media del mes de mayo, para el resto de materias primas, media diaria hasta el 10 de diciembre.
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de la Agencia Internacional de la Energía y Ecowin.
CAIXA CATALUNYA –La crisis financiera internacional 41
Además, y en el ámbito de las materias primas alimenticias, la reconstitución de stocks que han
efectuado el grueso de los países en vías de desarrollo, para evitar nuevas crisis alimentarias, así
como las mejores cosechas de 2008, han presionado a la baja los precios de estos productos. Al
mismo tiempo, los temores a una súbita reducción de la demanda de los países emergentes, como
ha comenzado a suceder con las materias primas industriales, también han presionado a la baja el
precio de las principales commodities. Sean cuales sean las razones, lo cierto es que, a pesar de
que, en media y en términos interanuales, los valores del grueso de las materias primas, incluida la
energía, se mantienen por encima de los valores de 2007 (como se observa en el cuadro adjunto), lo
cierto es que todas ellas han alcanzado, en algún momento de 2008, los máximos de esta larga
etapa expansiva. Y que a partir de ese momento, las bajadas han sido muy importantes. Ya se ha
comentado el desplome de las cotizaciones del precio del petróleo. En términos relativos, esta
reducción ha sido de un 72% entre el máximo de 143 dólares/barril tipo brent en julio de 2008 y la
cotización de 39 dólares del 10 de diciembre de este año. Y para el resto de materias primas la
senda ha sido también descendente, aunque con distintos niveles de intensidad. Así, desde los
máximos de julio, y hasta el 10 de diciembre, el aluminio ha caído un 55,6%, el níquel un 57,4%, el
estaño un 50,4%, el cobre un 64,6% y el carbón un 57,7%.
525
500
475
450
425
400
375
350
325
300
275
01/07
01/07
01/07
02/07
02/07
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03/07
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04/07
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06/07
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10/08
11/08
11/08
12/08
Como puede comprobarse por el detalle anterior, el final, al menos en esta etapa, de la burbuja
de las materias primas ha sido excepcionalmente rápido e intenso, y sugiere, nuevamente, la
liquidación de posiciones especulativas, atrapadas por apalancamientos anteriores. Adicionalmente,
y en la medida en que parte de estas posiciones estaban reflejando protecciones respecto a la
pérdida del dólar, su recuperación posterior, al menos en relación al euro, ha reforzado la bajada de
las cotizaciones de las principales materias primas.
una continuada salida de capitales por endeudamiento de empresas extranjeras o por compras de
activos foráneos por parte de inversores japoneses, afectados en los dos casos por los
prácticamente nulos tipos de interés que ha ofrecido la economía nipona en los últimos años. Esta
salida de capitales provocó una fuerte bajada del yen que ahora, en un contexto en el que se
deshacen posiciones para huir del riesgo, está impulsando a la divisa japonesa a máximos no
contemplados desde 2006. De hecho, el carry trade ha sido uno de los importantes mecanismos de
suministro de liquidez y de crédito barato y abundante a los mercados internacionales en los últimos
años. En cierta manera, se podría postular que parte de la crisis financiera actual es un resultado de
la que experimentó Japón en los noventa y primeros dos mil, que la obligaron a mantener los tipos
de interés en niveles extraordinariamente bajos. Al deshacerse las posiciones en monedas de alto
rendimiento y retornar a yenes, esta divisa se ha apreciado extraordinariamente, hasta alcanzar
valores máximos de los últimos 13 años.
Gráfico 8. La crisis bancaria en Europa, la evolución del euro y el papel de refugio del yen. 2007-
2008.1
Dólar/euro y yen/dólar
1,60 130
1,55
125
1,50
120
1,45
115
1,40
Dòlar/euro
Ien/dòlar
1,35 110
1,30
105
1,25
100
1,20
95
1,15
1,10 90
01/07
01/07
02/07
02/07
03/07
04/07
04/07
05/07
06/07
06/07
07/07
08/07
08/07
09/07
10/07
10/07
11/07
11/07
12/07
01/08
01/08
02/08
03/08
03/08
04/08
05/08
05/08
06/08
07/08
07/08
08/08
08/08
09/08
10/08
10/08
11/08
12/08
Dólar/euro Yen/dólar
A pesar de que esta evolución ayuda a recuperar parte de los equilibrios internacionales, la
rapidez en su evolución y, en especial, su impacto sobre una economía con problemas de
crecimiento y de deflación puede ser muy importante. De hecho, la bajada de las exportaciones
japonesas, tanto por efecto de la apreciación del yen como por el impacto de la crisis mundial, estar
conduciendo la economía nipona a la recesión y, posiblemente, a un retorno a la deflación, con
todos sus efectos negativos sobre la actividad económica. En síntesis, el yen ha experimentado una
mejora sustancial, desde los mínimos de los últimos dos años en relación al dólar, en junio de 2007,
cuando cotizó en niveles cercanos de 124 yenes/dólar. Desde entonces, el proceso ha sido de
continuada mejora, habiéndose situado en la segunda semana de diciembre en los 93 yenes por
dólar, que supone una apreciación del yen del 25% desde los mínimos.
denominados en dólares y su entrada tanto en materias primas, en especial petróleo, como en otros
activos denominados en euros. La extensión de la crisis financiera al área del euro, la ampliación de
la misma a los países emergentes y sus efectos sobre los precios de las materias primas, ha
iniciado un proceso de salida de flujos de capital en materias primas y en el euro, que ha reforzado
sensiblemente la divisa estadounidense respecto a la europea. Así, el 22 de abril de 2008 el dólar
alcanzó un mínimo histórico respecto el euro, cotizando a 1,60 dólares/euro. A partir de este mínimo,
la divisa estadounidense ha ido recuperando posiciones, hasta marcar 1,25 dólares el 20 de
noviembre, una mejora del 28%. A partir de este momento, sin embargo, el endurecimiento de las
perspectivas de crecimiento de EE.UU. y la creciente necesidad de endeudamiento de aquel país
han reducido nuevamente el valor del dólar, de forma que a 10 de diciembre cotizaba a 1,30
dólares/euro. Además, la necesidad del Tesoro estadounidense de emitir grandes cantidades de
deuda comienza a ensombrecer el futuro del dólar de EE.UU., por lo que no se puede descartar un
cambio de tendencia en próximos meses.
Lo mismo ha sucedido con los dólares de Australia y Nueva Zelanda, con un retroceso del 37 y
del 40%, respectivamente, en ese mismo período. Otras monedas que han experimentado pérdidas
importantes son la rupia de Indonesia (un 20% entre el 10 de noviembre de 2007 y el 10 de
diciembre de 2008), el bath de Tailandia (-13%), el peso mexicano (-24%), la lira turca (–31%) y el
rand de Sudáfrica (con un notable retroceso del 48%). Sin embargo, la recuperación del dólar no
solamente ha tenido lugar respecto a las divisas de países con problemas en su sector exterior o/y
con caídas en sus exportaciones o mercados de capitales, sino también respecto a las divisas de
países occidentales. Éste es el caso de la libra esterlina, que ha experimentado un más que notable
desmoronamiento en relación a las cotizaciones máximas (no contempladas desde antes de la crisis
del mecanismo de cambios del sistema monetario europeo en otoño de 1992), perdiendo entre el 10
de noviembre de 2007 y el 10 de diciembre de 2008 un 38% de su valor frente al dólar, desde las
0,49 a las 0,68 libras por dólar. El deterioro de la situación económica en Reino Unido y las
expectativas de nuevas reducciones de tipos de interés, que algunos observadores sitúan en el
0,5% el próximo año, han comportado nuevas caídas en el precio de la libra esterlina que ha
alcanzado su mínimo histórico en relación con el euro (el 10 de diciembre se situaba en 0,88 libras
por euro). En esta evolución también han influido los rumores sobre una posible reconsideración por
parte del gobierno de Brown respecto a la entrada de la libra en el euro.
retrocedido por primera vez el último mes, parece encontrarse bajo esta nueva etapa de las difíciles
relaciones comerciales entre China y EEUU.
1
Valores absolutos Cambio relativo
10/11/2007 10/12/2008 10/12/2008
A. Monedas países industriales de Asia
Won de Corea 911 1.379 51,3
Dólar Singapur 1,45 1,50 3,4
Dólar Taiwán 32,28 33,44 3,6
Dólar Australiano 1,14 1,51 32,6
Dólar Nueva
Zelanda 1,34 0,55 -59,2
Rupia Indonesia 9.165 10.913 19,1
Bath Tailandia 31,6 35,4 12,2
Peso mejicano 10,94 13,5 23,1
Lira turca 1,22 1,55 27,3
Rand de Sudáfrica 6,83 10,2 48,9
Renminbi chino 7,41 6,86 -7,4
B. Monedas países avanzados
Franco suizo 1,13 1,20 5,8
Dólar canadiense 0,97 1,26 29,6
Libra esterlina 0,49 0,68 38,0
Yen 109,45 92,61 -15,4
Euro 0,69 0,77 11,3
1. El cambio relativo es respecto al 10 de noviembre de 2007.
Fuente: Caixa Catalunya a partir de datos de Ecowin.