PRESCIENCIA
PRESCIENCIA
PRESCIENCIA
PRESCIENCIA Y MOLINISMO
ARTICULO Unaexplicación
del conocimiento medio:
Molinismo
BY SEMPERREFORMANDAPERU ON 25 NOVIEMBRE, 2019 • ( DEJA UN
COMENTARIO )
En esta serie de dos partes, la fidelidad bíblica del Molinismo será examinada
desde una perspectiva autoconsciente y confesionalmente reformada. Sin
embargo, antes de que se pueda evaluar su fidelidad bíblica, que será el foco
del próximo post, debemos tratar de entender el molinismo en sus propios
términos. Por lo tanto, debe ser preguntado: ¿Qué es el molinismo y a qué se
refiere el “conocimiento medio”? En nuestro siguiente articulo haremos una
evaluación del Molinismo.
Sin embargo, no podemos aceptar el problema tal y como lo ven ellos, ni las
presuposiciones que se esconden detrás de él. Pero dejando eso de lado por
el momento, para entender la solución molinista necesitamos tener en cuenta
dos cosas con respecto al conocimiento de Dios.
Tanto los medievales como los reformados siempre han confesado que Dios
sabe por Su propia esencia, es decir, que necesariamente sabe todas las
cosas conociéndose perfectamente a Sí mismo y de todas las maneras en que
Su propia perfección y bondad pueden ser imitadas y reflejadas en la criatura
de maneras finitas y limitadas. De esta manera, el conocimiento de Dios se
fundamenta en su propia esencia tan imitable como el prototipo y ejemplo de
toda realidad, ya sea real o meramente posible[1], una presuposición bíblica
importante, a la que volveremos en un momento, que socava la posición
molinista.
La segunda cosa que debemos tener en mente son las varias distinciones
lógicas y bíblicas que se han hecho habitualmente con respecto al
conocimiento de Dios. El consenso medieval y reformado ha sido el de
distinguir dos momentos lógicos (no temporales) en el conocimiento divino
relativo al decreto divino: el conocimiento natural o simple de Dios y el
conocimiento libre o visionario de Dios. Otra manera de decir esto es que Dios
sabe todo lo que puede hacer y todo lo que Él, en virtud de Su decreto, hará.
Conclusión
esencia, la conoce según todos los modos en que puede ser conocida. Ahora
puede ser conocida no sólo como es en sí misma, sino como puede ser
participada por criaturas de acuerdo a algún grado de semejanza”. Charnock,
Existencia y Atributos, “Dios conoce por su propia esencia; es decir, ve la
naturaleza de las cosas en las ideas de su propia mente, y los acontecimientos
de las cosas en los grados de su propia voluntad; los conoce no viendo las
cosas, sino mirándose a sí mismo; su propia esencia es el espejo y el libro, en
el que contempla todas las cosas….”. (1:452). Ver Henri Renard, La Filosofía
del Ser, “Desde toda la eternidad Dios contemplando Su esencia, que es la
actualidad de toda perfección, ve la posibilidad de imitaciones limitadas de esa
perfección suprema. Así, desde una eternidad concibe las esencias posibles;
por consiguiente, se dice que estas esencias son eternas, inmutables y
necesarias. La realización formal de los posibles, entonces, está en el intelecto
divino. El fundamento, sin embargo, para esta cognición es la esencia de Dios
como imitable, porque la esencia de Dios es la fuente de toda realidad, de
todos los posibles, de todos los seres” (112). Ver John McCormick, Metafísica
Escolástica, “Si algo más allá de Dios es posible, es porque puede imitar de
manera finita alguna perfección infinita de Dios. La esencia de Dios tan imitable
de una manera finita en las cosas creadas es, por lo tanto, el fundamento
último de los posibles y la razón final por la cual las cosas son posibles en
absoluto….. La esencia de Dios es, por lo tanto, el modelo y prototipo de toda
realidad” (1:55).
El molinista podría protestar contra esta conclusión, señalando que el propio
[3]
En la primera parte de esta serie, la doctrina del conocimiento medio fue expuesta y
explicada en sus propios términos. Su principal preocupación es reconciliar la soberanía del
albedrío divino y la libertad del albedrío humano insertando un tercer momento lógico entre
el conocimiento natural de Dios y el conocimiento visionario, en el cual Dios
supuestamente sabe lo que cada criatura haría libremente en cualquier circunstancia
posible. Se argumenta que, al ordenar libremente un mundo particular con un conjunto
particular de circunstancias en las que Dios prevé lo que la criatura haría libremente, se
preserva la integridad tanto del albedrío divino como del albedrío humano.
En lo que sigue, la fidelidad bíblica del molinismo será evaluada desde una perspectiva
autoconsciente y confesionalmente reformada. Por lo tanto, hay que preguntarse: ¿Qué tan
bíblico es el conocimiento medio? Esta cuestión probablemente no se resolverá por motivos
puramente exegéticos. Se buscará una respuesta más definitiva evaluando algunos de los
presupuestos teológicos divergentes sobre Dios que se encuentran detrás de estas
importantes discusiones exegéticas. Y como veremos, las presuposiciones que uno se ve
obligado a hacer sobre Dios para afirmar la necesidad, y coherencia, de un así llamado
conocimiento medio de Dios en el Molinismo, son inconsistentes con el Dios de la Biblia
que sólo “es lo que es”; y es todo lo que Él es en si mismo (Éxodo 3:14).
¿Qué tan bíblico es el conocimiento medio? Hay diferentes maneras de abordar esta
cuestión. Podríamos refutar el molinismo desde una perspectiva exegética y hermenéutica,
y otros lo han hecho competentemente,[1] pero también podemos abordar la cuestión
evaluando la fidelidad bíblica y confesional histórica de algunas de las presuposiciones
metafísicas implicadas en la posición molinista. En lo que sigue, evaluaremos tres de estas
presuposiciones metafisicas. Con respecto a las dos primeras, se argumentará que la
solución propuesta por los defensores del conocimiento medio presupone una visión anti
bíblica y, por lo tanto, incoherente de Dios. En cuanto al tercero, el aspecto confesional, se
argumentará que el problema en sí mismo, y mucho menos la solución propuesta, asume
igualmente una visión no bíblica de Dios y, por lo tanto, debe ser rechazado desde el
principio.
El conocimiento de Dios no puede ser determinado por nada que sea extrínseco (es
decir que este fuera) a Él, y que no sea causado por Él. Pero así son los medios de
comunicación de la ciencia, que dependen de la determinación del futuro libre y
condicionado; pues esta determinación no viene de Dios, sino de la libertad humana,
puesto que se encuentra en circunstancias tan particulares…. Así Dios sería
dependiente de otro, sería pasivo en Su conocimiento, y ya no sería más un Acto
Puro. El dilema no tiene solución: O Dios es el primer Ser determinante, o bien es
determinado por otro. No hay otra alternativa. En otras palabras, la ciencia media
implica una imperfección que no puede existir en Dios.
Charnock, en Existencia y Atributos, escribe:
Si él entendiera por imágenes tomadas de las criaturas, como nosotros, habría algo
en Dios que no es Dios, es decir, las imágenes de cosas tomadas de objetos externos.
Si estos es asi: Dios entonces dependería de las criaturas… (1:452).
De nuevo Charnock:
El segundo punto, se relaciona con el primero, de nuevo con respecto a la solución del
conocimiento medio. El Conocimiento Medio (Molinismo) fracasa como una explicación
de cómo Dios puede saber con certeza qué criaturas se opondrían a su propio libre albedrío
independiente -libertario-. Una causa necesaria produce efectos necesarios, que pueden ser
conocidos de antemano con certeza. Una causa contingente produce efectos contingentes
conocidos de antemano sólo con probabilidad.
Lo que es concebido para ser determinado por Dios también puede ser pronunciado
para ser determinado; pero lo que es concebido sólo para ser posible, puede ser
pronunciado sólo para ser posible. Ahora bien, se niega que la coexistencia de un
acto libre sobre hipótesis pueda concebirse para que sea determinantemente
antecedente al decreto; se concede que pueda ser posible. Así que es verdad que
Pedro posiblemente pecaría si se colocara en un orden dado de cosas
precedentemente al decreto; pero no determinadamente para hacerlo cierto, Pedro
pecaría en realidad y de hecho si se colocara en tal orden de cosas. Esto no podía ser
cierto a menos que fuera por un decreto permisivo de Dios. (Turretín, 1:217-218).
La relación entre una causa necesaria y una causa contingente.
La tercera objeción se refiere al “problema” tal como el Molinismo lo ve. Acabamos de
decir que las causas necesarias producen efectos necesarios y las causas contingentes
producen efectos contingentes. Es decir, efectos que proceden de su causa (causa
contingente) son de tal manera que podrían no haber ocurrido o podrían ser de otro modo.
Y el molinista asume que la voluntad de Dios, por ser infalible e inmutable, debe ser una
causa necesaria que sólo produce los efectos necesarios y, por lo tanto, amenaza la
contingencia y la libertad del albedrío humano, que es contingente.
Pero no podemos aceptar el problema tal como ellos lo ven, que asume que Dios es del
mismo orden unívoco de ser cuyo albedrío causal debe competir por espacio e influencia
con el albedrío de la criatura. El albedrío divino no puede reducirse a una causa necesaria o
contingente. La causalidad de Dios trasciende todo el orden de la existencia y de la agencia
de la criatura. La causalidad de Dios es de primer orden de causalidad y toda la existencia
de la criatura se vive en el orden de las segundas causas. Aunque el albedrío Divino en el
mundo es cierto e infalible a la manera de las primeras causas, no es, como tal, una causa
necesaria que produzca los efectos necesarios. Más bien, como causa trascendente,
infaliblemente ordena las causas necesarias para que los efectos que Él quiera sean
necesarios; y no menos eficazmente ordena las causas que actúan de manera contingente
para que los efectos que Él quiera sean contingentes.
Conclusión
Hay mucho misterio aquí, pero no hay problemas que superar. El albedrío divino y el
albedrío humano no necesitan ser reconciliados como dos formas de causalidad que
compiten por los mismos efectos. El albedrío divino del primer orden no viola sino que
establece el albedrío humano del segundo orden, ya sea necesario o contingente. Sugerir lo
contrario es un fracaso colosal para tomar en serio la distinción bíblica fundamental entre el
Creador y la criatura.
1 y 3 supra.
Con respecto al Conocimiento Probable, cf. Isa. 46:10. Ver Richard Baxter
[3]
(citado en Muller, PRRD, 3:4222), “[S]eeing they use it to showw how God
knoweth that Determinatively, which he foreseeth but in Conditionibus sine
quibus non, or in unnecessary and not determining causes. Y su propia
respuesta no significa nada más para el propósito, sino que Dios puede
conocer a los contingentes futuros por la perfección infinita de su
entendimiento, que es la más verdadera. Pero que los conozca más por la
suposición de las circunstancias, nunca prueban.”
En cuanto a la primera y segunda causalidad, cf. 2LCF 3.1. Ver Michael J.
[4]
INTRODUCCIÓN.
¿QUÉ ES EL MOLINISMO?
EL CONOCIMIENTO MEDIO.
El molinismo pues, afirma que, a partir del conjunto infinito de mundos posibles
que pudiesen existir (conocimiento natural de Dios), existe un subconjunto
infinito de mundos factibles que podrían llevar a cabo Su voluntad (conocimiento
medio de Dios). Es así como en el modelo Molinista se afirma que Dios controla
absolutamente todo soberanamente, y esto a pesar de que los humanos poseen
verdadero libre albedrío por el que deben de dar cuentas (Kenneth Keathley,
Salvation and Sovereignty: A Molinist Account, Nashville, TN: B&H
Publishing, 2010, pp. 385-388).
EL MOLINISMO SE EXPANDE AL MUNDO EVANGÉLICO.
Bajo esta perspectiva, los predestinados son aquellos que han recibido de Dios
las gracias con las que han colaborado libremente según la previsión infalible de
Dios; los réprobos, por el contrario, no son aquellos a los que Dios no ha
concedido las gracias para salvarse, sino los que reciben el castigo debido a su
negativa prevista a salvarse. Para Molina el enemigo a vencer era el calvinismo.
Lo que Molina pretendía hacer era combatir la doctrina de la doble
predestinación (la elección divina de los justos para salvación y los réprobos para
condenación), así como el determinismo (que Dios ha determinado y
predestinado todo en el universo de antemano).
¿Qué debemos pensar los cristianos arminianos acerca del molinismo? Los
críticos del molinismo argumentan que el molinismo es más filosófico que
bíblico. Según ellos, el molinismo debe recurrir a malabares filosóficos para
reconciliar la soberanía de Dios y el libre albedrío humano en la elección de los
que han de ser salvos, pero carece de fundamentos bíblicos solidos que lo
respalden. La naturaleza filosófica del molinismo es obvia. Esto no
necesariamente tiene que ser malo, pues toda verdad nos concierne, no sólo la
verdad religiosa.