2º Parcial Estructura Economica Argentina
2º Parcial Estructura Economica Argentina
2º Parcial Estructura Economica Argentina
1) ¿Cuáles fueron las causas que se produjeron a nivel internacional para que estimulo la movilidad especulativa
del capital internacional e incrementando la inestabilidad de los tipos de cambios?
La crisis económica y monetaria de fines de los años ´60 y principios de los ´70 y luego, la suba de los precios del
petróleo tuvieron amplias y trascendentes consecuencias para la economía mundial y el funcionamiento del sistema
financiero internacional. La duplicación de las reservas monetarias mundiales, resultado del aumento de la cantidad
de dólares en circulación a principios de la década del ´70, paso a cubrir en los años siguientes la mayor demanda
internacional de liquidez producida por la inflación mundial y la crisis petrolera. Esta situación derivo en un notable
crecimiento del mercado del eurodinero, estimulando la movilidad especulativa del capital internacional e
incrementando la inestabilidad de los tipos de cambio entre las monedas más importantes del mundo. Dado que
este tipo de transacciones no podía ser controlado por los gobiernos nacionales, termino afectando negativamente
la política monetaria de los diferentes estados y aumentando el riesgo de una crisis del sistema bancario
internacional, al no existir normas de cobertura para los fondos interbancarios.
2) ¿Por qué aumento la liquidez de los mercados mundiales? ¿Que hizo la banca internacional debido a esto?
Los desequilibrios del comercio exterior norteamericanos generaban una gran liquidez en los mercados mundiales,
que no eran absorbidos productivamente, dada la reducción de las tasas de inversión y el bajo crecimiento del
producto y la demanda. Esto impulso a la banca internacional a ofrecer a los países en desarrollo, en especial de
América Latina, amplios préstamos con bajas tasas de interés. La deuda latinoamericana contraída en esos años
obedecía en parte a la competencia entre bancos internacionales por participaren el atractivo mercado que parecían
ofrecer los países del Tercer Mundo, aprovechando, además, que la expansión de la liquidez internacional había
debilitado la disciplina financiera ejercida tradicionalmente por el FMI. En general, las tendencias recesivas que se
observaban en los países centrales desde los inicios de los años ´70 generaron una caída en las demandas
domesticas de créditos elevando la liquidez de los bancos, de manera tal que los impulsaron a buscar nuevos clientes
entre los países periféricos.
3) ¿Cuáles fueron las causas de la baja en la cotización del dólar? ¿Qué medidas tomo EEUU?
El sistema de cambios flexibles transformaba el mercado de divisas en un ámbito incierto e inseguro al producir una
oscilación considerable en los precios de los bienes transables, lo que hacía subir los costos de los intercambios y
alimentaba las tendencias inflacionarias en los países más desarrollados. En ese sentido, resulto importante el
impacto que produjo el déficit de cuenta corriente en la balanza de pagos norteamericana, que aumento
considerablemente entre 1977 y 1978, generando una caída importante en la cotización del dólar. Pero hacia fines
de 1978, el gobierno estadounidense estableció un programa antiinflacionario, seguido en 1979 por restricciones
monetarias que produjeron aumentos en las tasas de interés. De este modo, la moneda norteamericana se
fortaleció, lo que limito el crecimiento del resto de las economías occidentales, aunque esta política de deflación
monetaria se llevo adelante junto a una considerable expansión del déficit fiscal, ampliando, en consecuencia, el
saldo negativo del balance comercial. En este contexto, y dado que no existía una autoridad que controlara la
liquidez internacional, el dólar se consolido como moneda de reserva, permitiéndole a los Estados Unidos una mayor
libertad para posponer su propio ajuste y transferir los efectos de este hacia otros países. Una nueva estampida de
los precios del petróleo, que comenzó a fines de 1978 y se extendió hasta 1980, produjo serios efectos recesivos
sobre la economía mundial. Esta suba en los precios de los combustibles genero un impacto negativo en el mundo
industrializado y, sobre todo, en las balanzas de pagos de los países en vías de desarrollo no petroleros, lo que
redujo los ingresos disponibles para saldar importaciones y pagar los intereses de la deuda externa.
La política exterior de los Estados Unidos dio un giro temporario a sus orientaciones globales a partir de 1977, con la
sunción a la presidencia del demócrata James Carter, luego de la derrota militar en Vietnam.
La nueva administración desplego un programa destinado a fortalecer el respeto de los derechos humanos,
buscaban la distensión con la Unión Soviética a través de la firma de los acuerdos sobre la limitación de armas
estratégicas, pero dando a conocer al mundo las contradicciones que minaban el sistema socialista y apuntando a
fortalecer internamente a los disidentes en aquel país, así como a provocar posibles fracturas en el bloque soviético.
Sin embargo, esta posición debió enfrentar muy pronto críticas de los sectores más conservadores de los EEUU, pues
las intenciones de Carter se consideraban demasiado complacientes respecto de los enemigos del Este, pese a la
política de derechos humanos. Se presionaba para reanudar un activo programa de rearme y de estimulo al
complejo industrial-militar, en contradicción con las directrices externas de la diplomacia estadounidense, lo que
deterioraba la política de distensión y abría las compuertas a una nueva carrera armamentista.
5) ¿Cuáles eran los problemas de EEUU y URSS entre fines de los ´70 y comienzo de los ´80? ¿Y cuáles fueron las
políticas de Reagan?
El deterioro de la distensión entre las dos superpotencias tenia motivaciones políticas y estratégicas dada la creencia
en una supuesta superioridad militar del bloque de países integrantes del Pacto de Varsovia, que era
cuantitativamente significativa aunque tecnológicamente inferior, en muchos casos, al armamento de la OTAN
(Organización del Tratado del Atlántico Norte, estructura militar bajo la dirección de Estados Unidos).
Hacia fines de ese mismo año se produjo un acontecimiento que coadyuvo aun mas a incrementar la tensión entre
los dos bloques de poder militar y acentuó la reacción conservadora en los Estados Unidos. Los partidarios
musulmanes fundamentalistas que apoyaban el liderazgo de Knomeini secuestraron a funcionarios de la embajada
norteamericana en Teheran como represalia por el asilo que la Administración Carter había otorgado al derrocado
sha de Irán, Pahlevi. Como respuesta, el gobierno norteamericano envió naves de guerra al Golfo Pérsico y estableció
un dispositivo estratégico para presionar a Irán. Pero el intento de rescate de los rehenes termino en un fracaso,
hecho que pareció confirmar en el mundo la decadencia de la hegemonía norteamericana y debilitaría aun más la
posición del presidente norteamericano, que en 1980 perdería las elecciones frente al republicano Reagan.
Los Estados Unidos se negaron a ratificar los acuerdos sobre reducción de armamentos con la Unión Soviética,
debido a que este último había enviado en 1979 tropas a Afganistán.
La economía soviética atravesaba ya serias dificultades, demostrando alarmantes signos de estancamiento y
retroceso con respecto a los países capitalistas, además de caídas en la productividad tanto del sector industrial
como del agrícola y aumentaba la disidencia política en el interior del país, la intervención en Afganistán pareció una
válvula de escape con la finalidad de descomprimir su convulsionado frente interno y los problemas que
experimentaba su política exterior. Ante esta situación, los Estados Unidos respondieron de inmediato, a principios
de 1980, mediante la adopción de fuertes sanciones económicas contra la URSS, especialmente un embargo
cerealero y un boicot contra los juegos olímpicos que iban a celebrarse en Moscú, y que incluyeron presiones a sus
aliados de la OTAN y del hemisferio occidental para adoptar la misma actitud.
Así, la nueva década se abrió en el contexto de un ambiente internacional sumamente tenso y de recalentamiento
de la Guerra Fría, agravando al año siguiente con la llegada de Reagan a la presidencia de los EEUU. Este mandatario
republicano abandono la política exterior de sus predecesor en defensa de los derechos humanos; reanudó la
carrera armamentista, con un programa denominado “Iniciativa de defensa estratégica”, más conocido como
“Guerra de las Galaxias”; respaldo a diversos gobiernos dictatoriales y desarrollo una posición mucho más dura con
respecto a la Unión Soviética, sobre todo en las cuestiones estratégicas y militares.
La administración norteamericana, bajo la conducción de Reagan, pretendió llevar adelante una política económica
basada teóricamente en la economía de la oferta, donde uno de los ejes esenciales lo constituía la baja de
impuestos. Las otras grandes líneas de acción eran la moderación del gasto público y la desregulación de los
mercados, lo que debía acompañarse con una política monetaria restrictiva. Todas estas medidas sumergieron a los
EEUU en 1982 en su recesión más fuerte desde 1945, el desempleo además alcanzo niveles record. Esta recesión fue
acompañada de un proceso deflacionario, afectando los mercados de cambios como consecuencia de las elevadas
tasas de interés, por lo que el dólar registro una fuerte suba que duraría hasta principios de 1985. El resultado fue un
notable aumento de la brecha entre ricos y pobres. Como consecuencia de estos resultados, hacia fines de 1982 la
política económica de Reagan comenzó a cambiar basada en esquemas más bien keynesianos. No sería la oferta,
sino la demanda la que iría a incrementarse debido a alzas del consumo y de la inversión y, sobre todo, a un
aumento del gasto público, en particular en la carrera armamentista. El flujo de capitales provenientes de Euro y del
Japón, como resultado del alza de las tasas de interés, permitió financiar los déficit presupuestarios y externos que
acompañaron este crecimiento.
Otro proceso significativo del periodo fue el endeudamiento en los países en desarrollo, facilitado por la
disponibilidad de liquidez internacional y la transnacionalización de las instituciones bancarias. Desde mediados de la
década del 1970, el mercado de préstamos internacionales se hizo cada vez más competitivo y la demanda de
créditos de aquellos países creció vertiginosamente. En este contexto, América Latina resulto la región hacia donde
se dirigió la mayor parte del crédito, destacándose la Argentina, el Brasil y México que, en conjunto, recibieron el
80% de los préstamos otorgados.
La deuda externa de América Latina aumento así rápidamente en el decenio de los años ´70 y principios de los ´80.
Entre 1973 y 1982, el incremento de la deuda en la Argentina, el Brasil y México fue del orden del 600% al 850%.
Hacia principios de los años ´80, la extrema apertura de la cuenta de capital, en América Latina implicaba, sin
embargo, un agudo incremento del grado de vulnerabilidad externa, con un endeudamiento en dólares a tasas de
interés variables. Por eso, en 1982, cuando el presidente Reagan fracaso en su intento de reducir el déficit de los
EEUU y las tasas de interés de la deuda de los países menos desarrollados se elevo, lo que afecto de inmediato las
posibilidades de cumplir con los servicios financieros.
El FMI asumió luego el papel de intermediario entre los países deudores y los bancos acreedores. El fuerte
endeudamiento de la región a tasas del mercado libre durante los años ´70 y principios de los ´80 torno a América
Latina especialmente vulnerable a los cambios en la coyuntura económica y financiera internacional. Luego de la
crisis, las modalidades de los ajustes en cada país quedaron sujetas a los dictados de los acreedores, los cuales
percibieron una oportunidad para forzar a los gobiernos latinoamericanos a reprogramar sus deudas en función de
reformas estructurales que abrieran aun mas las economías y redujeran el papel del Estado.
7) ¿Qué cambios se produjeron a partir del Golpe de Estado del 24/3/1976? ¿A qué factores internos se debieron
este proceso de cambio? ¿Y qué factores externos?
A partir del golpe de Estado del 24/03/1976 comenzó a implementarse un conjunto de medidas que tuvieron un
importante impacto en la esfera económica argentina, produciendo una ruptura de las características estructurales
del funcionamiento de la economía del país. Analizando distintos indicadores, como la distribución del ingreso, las
tasas de crecimiento, la morfología del PBI, el empleo, etc., puede descubrírsela magnitud de las trasformaciones y
encontrar, además, el origen de muchas problemáticas actuales, que se remontan a ese periodo. Sin embargo,
probablemente el mayor impacto haya sido de tipo cualitativo, al modificar sustancialmente el balance de poder
entre los diferentes grupos económicos y la inserción productiva y comercial de los sectores empresarios, lo cual dio
paso a una morfología, a estrategias y características que se diferenciaran radicalmente de las prevalecientes en la
etapa sustitutiva de importaciones. Se iniciaba así un nuevo modelo económico basado en la acumulación rentística
y financiera.
El proceso de cambio se encontraba estrechamente vinculado a factores de orden interno, aunque también a las
transformaciones de la coyuntura económica internacional, y a la particular articulación entre ambos conjuntos de
factores. En relación con el contexto internacional, existen las consecuencias del proceso de internacionalización
que se desarrolló en un marco general de crisis, con la exacerbación de prácticas especulativas en los mercados
financieros. Esos factores, en un escenario signado por las asimetrías de poder, sumados a las políticas liberales y
aperturistas, formaron parte de una puja desde los grandes centros de la economía mundial y los organismos
internacionales para lograr la inserción de los países en desarrollo a los nuevos circuitos financieros.
Los factores internos vinculados al proceso de liberalización eran algo más sutiles. Nuestro país vivió desde fines de
los años ’60 un proceso de agudos conflictos sociales y políticos, las movilizaciones populares (tales como el
Cordobazo y el viborazo) así como la existencia de fuertes grupos radicalizados en la escena política nacional
entrañaban una seria dificultad, tanto para la persistencia de los modos de regulación vigentes como para la
implementación de otros diferentes, que implicaban el abandono del proceso de sustitución de importaciones, la
liberalización de la economía y un nuevo tipo de inserción en la economía mundial.
En ese punto, los factores externos volvían a cobrar importancia. La existencia de numerosos grupos políticos
radicalizados (armados o no) puso en guardia a las grandes potencias, especialmente a los Estados Unidos que ya
habían intervenido en forma indirecta en el Brasil y Chile, apoyando golpes de Estado en una lucha que adquirió
tanto la forma Norte-Sur (guerra de liberación nacional) como Este-Oeste (luchas en relación con el posicionamiento
geopolítico y el acercamiento/alejamiento del bloque soviético).
Una vez superada la conflictividad social por medio de la represión, la implementación de un mercado libre que
arbitrara en los diferentes reclamos sociales se convertía en un objetivo en si mismo para acabar con el orden
vigente y pasar a nuevas formas de regulación y de control de conflicto social. En adelante, el mercado disciplinaria a
la fuerza de trabajo al tiempo que las luchas corporativas se trasladarían también a ese mismo ámbito.
8) ¿Cuál era, según su discurso, el objetivo del plan económico de Martínez de Hoz. Según él cuál era el problema
de Argentina.
1. Lograr el saneamiento monetario y financiero indispensable, como base para la modernización y expansión
del aparato productivo del país, en todos sus sectores, lo que garantizará un crecimiento no inflacionario de
la economía.
3. Alcanzar una razonable distribución del ingreso, preservando el nivel de los salarios, en la medida adecuada
a la productividad de la economía.
Su diagnóstico señalaba que la economía argentina era básicamente sana y que su problema central consistía en una
excesiva tasa de inflación, originada en la puja distributiva y en el déficit fiscal. Por lo tanto, era necesario el control
de los reclamos sociales, la reducción de salarios y el saneamiento de las cuentas públicas.
9) ¿Qué medidas se implementaron inmediatamente? ¿Qué medidas se tomaron con las inversiones extranjeras?
¿Y cuáles en el sector externo? ¿Cómo se superaron las dificultades del mercado de capitales?
Se implementó inmediatamente un congelamiento de salarios por tres meses, se eliminaron los controles de precios,
y se practicó una devaluación del tipo de cambio. Las medidas de contención del salario nominal se complementaron
con otras tendientes al disciplinamiento de la fuerza laboral, como la disolución de la CGT, se suprimieron las
actividades gremiales, el derecho a huelga y las convenciones colectivas salariales. A mediados de 1976 comenzó el
avance sobre aspectos más estructurales.
Se desreguló la inversión extranjera, otorgando igualdad de derechos al capital trasnacional respecto del nacional
incluyendo a las matrices de las empresas instaladas en Argentina. Respecto el sector externo, se unificó el tipo de
cambio, se eliminaron regulaciones y subsidios a las exportaciones y se redujeron los aranceles de importación.
Las dificultades que arrastraba el mercado de divisas desde 1975 fueron superadas rápidamente. Dados los
excelentes vínculos del ministro con los organismos financieros internacionales, no le fue difícil lograr que el FMI
aprobara diversos créditos, que fueron acompañados por préstamos de la banca privada. El ingreso de divisas
provocó un cambio de expectativas entre los operadores financieros locales, que detuvieron su corrida contra el
peso, disminuyendo la demanda especulativa de moneda extranjera. Así, a pesar de la devaluación, el precio de las
divisas en el mercado negro se redujo notablemente, mientras se recobraba la monetización de la economía y el
volumen de depósitos en pesos.
10) ¿Qué medidas se tomaron con respecto a las cuentas públicas? ¿Y como influye esto en el déficit fiscal?
En materia de cuentas públicas, se incrementaron las tarifas y la presión tributaria. Simultáneamente se procedió a
indexar los créditos a favor del Estado emergentes de impuestos, tasas, contribuciones y multas. Con el
congelamiento salarial, el gasto en personal se redujo un 40%. El déficit fiscal paso del 12,3% del PBI, en 1975, al
7,6%, y su financiamiento por medio de emisión monetaria se contrajo del 55 al 29%.
11) ¿Qué efecto tuvo el congelamiento de los salarios? ¿Cómo fue la Reforma Financiera de 1977? ¿A que
apuntaba? ¿Qué es la Cuenta de Regulación Monetaria?-RESUMEN DE MORONGIU-
-El congelamiento de los salarios produjo una drástica reducción del consumo con características recesivas, lo cual
ponía límites a la política de contención salarial; cuando se intento liberar esta variable, se produjo un rebrote
inflacionario. Esta circunstancia provoco la aplicación de un congelamiento de precios por 120 días.
-A principios de 1977, se implemento una reforma financiera que ubicaría al sector financiero en una posición
hegemónica en términos de absorción y asignación de recursos. El nuevo Régimen de Entidades Financieras
apuntaba a la liberalización de los principales mercados internos y a una mayor vinculación con los mercados
internacionales. La reforma financiera consistía, en lo fundamental, en:
Incrementar el rol del sector financiero privado y disminuir la participación del Estado por ser el primero
asignador más eficiente de recursos. Además por su intermedio se conformaría un sistema financiero más apto,
solvente y competitivo, que redujera el costo de los servicios bancarios.
Aumentar las tasas de interés pasivas. De esta forma, los ahorristas incrementarían sus colocaciones en activos
financieros cuasi líquidos y no presionarían tanto sobre el mercado de bienes. Ese aumento del ahorro podría
canalizarse a inversiones productivas.
La reforma financiera tuvo un papel determinante sobre el conjunto de la economía, ya que la liberalización de los
movimientos de fondos y de las tasas de interés modifico drásticamente las condiciones de rentabilidad de los
distintos sectores económicos, afectando en forma negativa a las actividades productivas, incentivando la
valorización especulativa y produciendo la hipertrofia del sector, el PBI per cápita se encontraba virtualmente
estancado.
Uno de los aspectos de mayor incidencia fue la apertura plena al movimiento de capitales con el exterior, en el
marco de libertad de fijación de las tasas de interés. Dado que la inflación interna supero las pautas de devaluación
establecidas por el gobierno, la expectativa de una devaluación sorpresiva crecieron, y con ella, se elevaron las tasas
de interés hasta niveles muy superiores a los vigentes en los mercados internacionales.
-Al reemplazarse el sistema de nacionalización de depósitos por uno de encajes fraccionarios, la base monetaria
quedo en niveles demasiado altos, por lo que, para neutralizar los efectos expansivos. Se fijo un encaje del 45%, que
luego descendió al 15%. Mantener inmovilizada una parte de los depósitos implicaba para los bancos un costo que
incidiría ampliando la brecha entre las tasas de interés activas y pasivas, encareciendo los créditos y provocando un
desplazamiento por parte de los tomadores de hacia fuentes financieras externas. Para evitar estos efectos, se creó
la Cuenta de Regulación Monetaria (CRM), por la cual el gobierno remuneraba los encajes obligatorios, asumiendo el
costo mencionado. A su vez, cobraba un pequeño impuesto sobre la porción prestable de los depósitos. El saldo
negativo de la CRM se transformo pronto en una fuente de creación de dinero, operando implícitamente como un
subsidio al sector financiero e impactando sobre las cuentas públicas.
12) ¿Cuáles fueron las criticas a este modelo? ¿Qué provoco las medidas contractivas? ¿Pudieron controlar el
precio las políticas de ajuste tradicionales? ¿Qué provoco? ¿Qué es la medida llamada “La Tablita”? ¿Qué se
esperaba con esa medida?
-Las críticas al modelo fueron tanto desde diferentes sectores afectados, como de diversos economistas que
planteaban sus reservas sobre los beneficios de la reforma. Sostenían que desde el ministerio de economía, se había
dado los tres pasos fundamentales para producir la anarquía financiera que soporto el país: 1) se concedió al
mercado financiero la facultad de un verdadero libertinaje, eliminando o limitando a su minima expresión el control
del Estado; 2) mientras tanto, y sin contrapartida, se mantenía la garantía de devolución a cargo de la Nación; y 3) se
asegura a los depositantes tasas de interés positivas.
Se indicaba también que la aversión al riesgo por parte de los empresarios y los altos niveles de las tasas de interés
impedían la canalización de los recursos financieros hacia las actividades productivas, agudizando los
estrangulamientos del lado de la oferta que influían sobre las altas tasas de inflación. Mientras tanto, el alto precio
nominal del dinero modificaba la estructura de costos, convirtiéndose en un factor autónomo de aumento de los
precios. La reforma se mostraba impotente frente a la inflación y no promovía el aumento esperado de la inversión.
El costo financiero pasaba a ser un componente importante en los costos de las actividades productivas.
Otra critica apunto a las transformaciones estructurales que la reforma produjo sobre el financiamiento del sector
industrial y el funcionamiento de la economía argentina a partir de entonces. En el nuevo esquema aplicado a partir
de 1976, el objetivo era la eficiente asignación temporal de los recursos, de acuerdo con las preferencias del
consumidor, que entrañaba la necesidad de una liberalización absoluta, para que dichas preferencias pudiesen
revelarse. En ese marco, los problemas del crecimiento y de la inversión carecían de entidad y quedaban
subordinados al disciplinamiento del acontecer social; tanto uno como otro se convertían en cuestiones aleatorias,
de modo que el estancamiento no podía ser interpretado, bajo los parámetros del nuevo modelo, como un fracaso.
El sistema financiero previo a la reforma se orientaba a subsidiar al sector industrial por medio de tasas de interés
reales negativas. A partir de 1977, ese mecanismo se revirtió y en los años posteriores las tasas de interés para el
sector se tornaron positivas, provocando una transferencia de recursos desde la industria hacia las actividades
financieras.
Se impugnaron las debilidades en la conformación del nuevo mercado financiero, tomando en cuenta que este se
organizo sobre la base del corto plazo, incrementando el riesgo y las dificultades de los empresarios para obtener
fondos de largo plazo. Desviaba el grueso de los recursos a la actividad especulativa e incrementaba la volatilidad,
que se agravaba con las bruscas fluctuaciones de las tasas de interés.
Las criticas señalaban que la reforma financiera provoco un gran impacto negativo sobre las actividades productivas,
mientras sus resultados en materia de control de la inflación resultaron altamente cuestionables. Por eso no pareció
sorprendente que al finalizar la tregua de preciosa propuesta por el gobierno a los empresarios, la inflación volviera
a acelerarse, lo que convenció a las autoridades económicas de la necesidad de nuevos caminos para disciplinar al
sector industrial, mientras se trataba de revertir el lento incremento que habían manifestado los salarios reales en
los últimos meses. Para eso, se procedió a aplicar medidas contractivas.
- Medidas contractivas: entre estas se destacó una política monetaria mucho más restrictiva, que derivó en el alza
sostenido de las tasas de interés. Las consecuencias fueron que se desencadeno una recesión que interrumpió la
recuperación que se venía insinuando los meses anteriores y se manifestó en las estadísticas agregadas en 1978,
cuando el PBI se contrajo casi un 4% respecto al año anterior.
Sin embargo, el ritmo inflacionario se mantuvo inconmovible, haciendo fracasar nuevamente el objetivo de
controlar la evolución de los precios.
Se esperaba que la compra de activos financieros movilizara recursos para inversiones productivas que expandieran
la oferta, y todos estos cambios desaceleran la tasa de inflación. Sin embargo, las altas tasas de interés pasivas se
conjugaban también con tasas activas muy elevadas, lo cual disuadía la inversión productiva y desviaba recursos de
la producción al sistema financiero, contrayendo la inversión e inhibiendo el incremento esperado en la oferta. El
alto precio del dinero modificaba la estructura de costos y conducía, en contra de lo esperado, a generar una
inflación mayor, al trasladarse los mayores costos financieros a los precios finales.
-Las políticas de ajuste tradicionales se revelaban cada vez más impotente para controlar el aumento de los precios.
Se fue gestando un cambio en la orientación en la política económica, iniciado con la desindexación del tipo de
cambio, que produjo un progresivo retraso en la cotización de las divisas y una gran diferencia en las tasas de interés
locales frente a las internacionales. A fines de 1978, se impone una política que tenía por objetivo la confluencia de
la inflación y las tasas de interés locales con los valores internacionales, combinando la apertura de la economía con
la implementación del enfoque monetario del balance de pagos, mientras se tomaba al tipo de cambio como ancla
para los precios internos.
“La Tablita” era la fijación pautada del tipo de cambio y de las devaluaciones futuras de acuerdo con un cronograma
decreciente. Preveía reajustes posteriores del precio del dólar en forma periódica y decreciente, hasta arribar a un
tipo de cambio fijo a principios de 1981. Se esperaba que la inflación local descendiera paulatinamente hasta llegar a
niveles similares a los internacionales. Si esto no ocurría, se produciría un retraso cambiario y las importaciones se
harían menos costosas, forzando a los industriales a reducir sus precios, bajo pena de ser desplazados por la
competencia de los productos importados.
Para que la competencia externa fuese efectiva como freno para el incremento de los precios, se estimo necesario
reducir además los aranceles aduaneros, fijándose un cronograma descendente en enero de 1979, que se fue
anticipando en el tiempo para lograr un efecto más veloz en el combate contra la inflación. En junio de 1980, se
eliminaron los aranceles de aquellos bienes que no se producían en el país y se estableció una estructura arancelaria
para los que si se fabricaban localmente.
13) ¿Qué es el Enfoque Monetario de la Balanza de Pagos? ¿Qué produjeron el comportamiento del nivel general
de precios sobre la estructura productiva? ¿Qué provocaba el aumento del riesgo?
Enfoque Monetario del balance de pagos: según este enfoque, la inflación puede ser atribuida exclusivamente a la
oferta de dinero, cuando la economía se encuentra cerrada a las importaciones. En el caso de una economía abierta,
en cambio, el exceso de gastos provocado por una oferta excedente de dinero puede derivarse hacia las
importaciones, sin provocar inflación. Se considera, entonces, al resultado de la balanza comercial como una
situación derivada de la relación entre los ingresos y los gastos agregados de la población de un país. Cuando el
ingreso supera los gastos, hay un superávit comercial, y cuando se produce el caso inverso hay déficit. En ese marco,
la cantidad de dinero se ajustara automáticamente al nivel de la demanda; en una economía con tipo de cambio fijo
y perfecta flexibilidad de los precios en todos los mercados, un exceso de oferta de dinero estimulara las
importaciones.
El comportamiento del nivel general de precios, y especialmente de los precios relativos descriptos, produjo graves
consecuencias sobre la estructura productiva por diferentes motivos. En primer lugar, se distorsionaba la
rentabilidad de los diferentes sectores, lo que, a mediano y largo plazo, suponía un desplazamiento de recursos
hacia el sector de no transables que podría calificarse de artificial. En segundo lugar, el sector de transables se veía
aprisionado entre la imposibilidad de incrementar sus precios por la presión ejercida por las importaciones y el
incremento de sus costos debido a que parte de sus insumos se componía de bienes o servicios no transables. Por
último, dado que la tasa de inflación era mayor a la de devaluación, se producía una revaluación del peso, que
abarataba aun más a las importaciones en comparación a la producción local.
El progresivo retraso cambiario estimulaba la suposición de una modificación del cronograma de devaluaciones,
introduciendo un factor de riesgo que crecía con la persistente revaluación del peso. Ese riesgo elevaba la tasa de
interés, impidiendo la convergencia con la tasa internacional, lo cual tenía importantes efectos sobre la economía en
su conjunto:
- Limitaba la inversión productiva a proyectos con una tasa de ganancia esperada extraordinariamente alta
- Desviaba importantes recursos del sector productivo a la especulación financiera, debilitando el crecimiento
económico.
- Imponía una diferenciación en la financiación de proyectos de inversión según el tipo de empresa: las
grandes firmas podían conseguir recursos en el exterior a tasas de interés mucho más bajas que las
pequeñas y medianas, que no tenían acceso al crédito internacional. Esto provocaba diferencias en la
competitividad que no se debían a cuestiones de eficiencia microeconómica, sino al clima macroeconómico
artificialmente creado por la política económica
- Dado el contexto internacional caracterizado por bajas tasas de interés y sobreoferta de capitales líquidos,
estimulaba el ingreso de recursos desde el exterior. Estos flujos externos eran, en su mayoría, capitales
especulativos, por lo que, en lugar de fortalecer las estructuras productivas internas, alimentaban la
valorización financiera de carácter cortoplacista.
- Contribuían a incrementar la inestabilidad del sistema y las debilidades del mercado cambiario.
14) ¿Cuál fue la evolución del plan? ¿Cómo impacto en los sectores?
El nuevo enfoque de la política económica no hizo más que fortalecer las tendencias que se prefiguraban en las
primeras etapa del gobierno militar. Luego de un breve periodo de crecimiento, la recesión provocada por la
apertura comercial y el retrato cambiario se manifestó con crudeza, dejando como saldo una economía estancada,
ya que el PBI solo creció un 2,3% entre 1975 y 1983.
Sin embargo, no todos los sectores se fueron afectando de la misma manera. Los vinculados especialmente al
mercado interno o sometido a la competencia de la importación sufrieron un derrumbe muy pronunciado, como se
refleja en las estadísticas del sector de la construcción, que se contrajo casi un 30% en el periodo 1975-1983.
La industria mostró un comportamiento fluctuante, que ocultaba una profunda transformación estructural, aunque
el resultado cualitativo fue una contracción del 12,4% en el periodo. Por el contrario, el sector agropecuario y la
explotación de recursos mineros lograron una expansión por medio de una mejor inserción exportadora. El sector
financiero, comenzó con un lento crecimiento en el trienio 1976-1978, para convertirse en el epicentro de una febril
actividad especulativa entre el 1979 y 1981. En 1980 su contribución al PBI arrojaba un incremento de más del 40%,
comparado con 1975.
15) ¿Qué transformación tuvo Argentina en su perfil comercial? ¿Qué sucedieron con las exportaciones? ¿Y qué
sucedió con las importaciones?
A partir de 1976 se transformaba el perfil comercial de la Argentina, lo cual se explica por qué, en el marco de una
crisis, en la que desaparecieron ramas de la producción, algunos sectores tuvieron tasas de crecimiento elevadas.
Las exportaciones se habían diversificado progresivamente en la última etapa del proceso de sustitución de
importaciones, con un avance lento pero firme de la venta de productos industriales. Bajo las nuevas condiciones,
esa diversificación comenzaría a desdibujarse y las ventas externas se concentrarían cada vez más en un reducido
conjunto de productos agropecuarios y mineros y sus derivados a partir de la transformación de procesos
industriales. Empezaron entonces a crecer las colocaciones de carne, aceites vegetales, derivados del gas y del
petróleo, metales ferrosos y no ferrosos, y pescado, actividades que se consolidaron en la década siguiente. Un
porcentaje importante de las exportaciones continúo vinculado a las colocaciones de cereales, que se triplicaron y
generaron aproximadamente el 30% de las ventas al exterior.
La expansión de las exportaciones abarco muchos destinos pero los más significativos eran la URSS y los EE.UU., con
los primeros se firmaron acuerdos, siendo el país que más nos compraba, llegó a ser receptor del 80% de los
cereales y del 20% de las carnes.
El comportamiento de las importaciones fue distinto, las mismas se diversificaron, creciendo aun más que las ventas,
especialmente a partir de 1979. La reducción de aranceles y el retraso cambiario favorecía al boom importador,
ubicado en una posición más competitiva que los productos nacionales. Las desventajas de las empresas nacionales
no dependían tanto de su supuesta ineficiencia relativa como de un contexto adverso emergente de una
infraestructura deficiente, condiciones crediticias más duras y, sobre todo, de una política económica
deliberadamente destructiva. Si bien fue generalizado, la incidencia del boom importador se destaco en la compra
de bienes de consumo durables, como los electrodomésticos, en bines suntuarios y bienes de capital.
16) ¿Cuáles fueron las causas del endeudamiento en este periodo? ¿Quienes, según la literatura, fueron los
beneficiados por este endeudamiento?
La segunda mitad de la década del ´70 se caracterizo por una gran liquidez en los mercados financieros mundiales,
derivada del abultado déficit en la cuenta corriente norteamericana y los saldos comerciales positivos de los países
de la OPEP, que ampliaban aun más la magnitud de los fondos prestables. Mientas tanto, las bajas tasas de
crecimiento de los países desarrollados disminuían la demanda de créditos.
En este contexto, los países subdesarrollados, y especialmente América Latina, comenzaron a jugar un rol
importante como tomadores de créditos para financiar sus déficit comerciales, cubrir sus necesidades de recursos
para proseguir con las estrategias de industrialización, solventar los gastos del Estado o desarrollar estrategias en
materia financiera.
Los grandes bancos se encontraban particularmente interesados en estos nuevos tomadores de crédito, porque así
podían compensar la reducción de las colocaciones en los países desarrollados y expandir geográficamente sus
negocios, favorecidos además por la posibilidad de cobrar intereses variables y, dado el mayor riesgo, que
entrañaban los nuevos tomadores, imponer tasas más altas, con las cuales se creía posible evitar el riesgo crediticio
global de la cartera. La reforma financiera de 1977 estimulaba las colocaciones internacionales, ya que liberalizaba
por completo los movimientos de capitales de todo tipo con el exterior, a lo que se le sumaba la profunda apertura
comercial. Además, los desequilibrios fiscales y comerciales podían financiarse con recursos externos. Y por ultimo,
la tasa de interés se situaba en niveles superiores a los internacionales, estimulando el ingreso de fondos y un
avance de movimientos especulativos.
La 1ra etapa (Entre 1976 y 1979). Principal protagonista: Sector Público. Dadas las dificultades para acceder al
crédito interno, la necesidad de financiamiento se orientó hacia los bancos internaciones. Los préstamos se
dirigieron para formar reservas de divisas y que tenía por objeto fortalecer las condiciones para una posterior
implementación de política de estabilización basada en la utilización del tipo de cambio como ancla del sistema de
precios.
La 2da etapa (Entre 1980 y 1981). Se relaciono con el enfoque del programa económico y los desequilibrios que
provocó la balanza de pagos. La apertura comercial y el retraso cambiario incrementaron la demanda de
importaciones, los viajes turísticos al exterior y la remisión de utilidades por el capital y la tecnología, provocando un
déficit comercial y de la cuenta corriente. También se inicio un crecimiento acelerado del endeudamiento del
empresariado, pero como contrapartida fue la especulación o fuga de capitales. Además se produjo un incremento
de erogaciones no identificadas en la balanza de pagos que incluía movimientos como la fuga de capitales y las
compras de material bélico por parte del Estado.
En resumen, en la 1ra etapa el endeudamiento se reflejaba en el crecimiento de las reservas, y en la 2da etapa
rompió con este comportamiento. Las salidas de divisas represento más del 60% del incremento del nuevo
endeudamiento contraído.
En la Argentina el endeudamiento fue utilizado para solventar la especulación, la fuga de capitales, la compra de
armamento y la demanda de consumo (con un alto costo en materia productiva).
El país de endeudó para destruir su aparato productivo, hipotecando su economía y arrasando la base productiva
que podía contribuir a levantar luego esa hipoteca.
Si bien el circulo de endeudamiento-especulación conducía indefectiblemente a una crisis, se sostuvo un periodo tan
prolongado porque diversos sectores de peso político y económico se veían beneficiados según la literatura, los
principales beneficiados fueron 4: los altos funcionarios del gobierno; los grupos de empresarios y financistas
(maniobras especulativas); las Fuerzas Armadas (compra de armas); y los sectores empresario-especuladores
(transferían sus activos monetarios al exterior).
17) ¿Cual fue el comportamiento de las cuentas públicas durante este periodo? ¿Qué sucedió con la inversión
pública? ¿Qué cambios se produjeron en la estructura impositiva?
Unos de los objetivos explícitos de Martínez de Hoz era la disminución del peso del Estado en la actividad
económica, que debía abandonar actividades en las que el mercado podía desempeñarse de manera más eficiente.
Pero además, tomando en cuenta la prioridad enunciada en materia inflacionaria, podía suponerse que se operaria
sobre el déficit fiscal. El mismo se lograría reduciendo los gastos por medio de una reforma administrativa y se
incrementarían los ingresos recomponiendo las tarifas públicas e incrementando la presión tributaria.
Sin embargo, muchas de las pautas trazadas inicialmente estuvieron muy lejos de cumplirse. En especial, el peso
cuantitativo de los gastos gubernamentales se incremento casi trece puntos del PBI entre 1975 y 1981. Solo en 1982,
cuando el ministro Lemann aplico un programa de austeridad en los gastos del Estado, se produjo una efectiva
reducción de los mismos, pero su efecto fue limitado y temporario, ya que al año siguiente, luego de un recambio de
autoridades, volvieron a incrementarse. El crecimiento de las erogaciones del Estado, y su incidencia en relación con
el PBI reflejaba diversas aristas. En primer lugar, debe señalarse que hasta 1982 su comportamiento fue inverso al de
la evolución de la actividad económica, ya que en los años de recesión la relación del gasto con respecto al PBI fue
creciente, mientras que en los años de crecimiento del producto dicha relación se redujo. Este comportamiento
indica que la evolución dl gasto público se veía fuertemente influenciada por la actividad económica general. Dado
que esta se encontró deprimida durante la mayor parte del periodo, el sector público expandió su importancia en
relación con el producto, con lo cual ponía de manifiesto que, en gran medida, el gasto no juagaba un rol expansivo,
sino que recibía los efectos de un cuadro depresivo.
A pesar de las oscilaciones se produjo una importante modificación en la composición del Gasto, ya que el peso de
partidas como el Gasto en salud o en educación se redujo sustancialmente, mientras crecían partidas como los
armamentos. Especialmente significativo fue el recorte en personal, cuya participación en la estructura se contrajo,
tal motivo, se relacionaba con una caída en los salarios de los empleados públicos, que con una racionalización.
Otra partida también afectada fue la inversión pública, la calidad del gasto se resintió notablemente con la ejecución
de obras “faraónicas” de poca o nula incidencia sobre el desarrollo económico del país, como la infraestructura para
el campeonato mundial de futbol o la construcción de autopistas y de la terminal de ómnibus de Buenos Aires:
Incluso estas, que podía ser necesarias, se realizaron sin estudios del impacto ambiental, sin un compromiso de
relocalización de los pobladores afectados y fuera del marco de planificación urbana integral.
En ese contexto debe inscribirse también la nacionalización de algunas empresas, como la Compañía Ítalo-Argentina
de electricidad (de la cual Martínez de Hoz había sido director) o de la Línea Aérea Austral. Se trataba de firmas con
un alto grado de obsolescencia, cuyos accionistas no estaban en condiciones o no tenían interés de iniciar la costosa
reestructuración que demandaban.
Mientras eso ocurría en la parte reproductiva y social del gasto público, nuevas erogaciones derivadas con el modelo
rentístico-financiero comenzaron a surgir, como los costos derivados del fuerte proceso de endeudamiento, que
incidieron de manera creciente sobre los egresos fiscales y tuvieron una gran importancia en los años finales de la
dictadura, siendo equivalentes a una gran parte del déficit fiscal. Tanto la magnitud de los intereses de la deuda
pública en relación con el PBI como su participación en la generación del déficit fiscal son significativamente altas a
principios de la década de 1980. Otro gasto de importancia fue la remuneración de los encajes impuestos al sistema
bancario, por medio del mecanismo que dio origen a la cuenta de Regulación Monetaria.
El notable crecimiento del Gasto Publico condujo a la necesidad de reforzar en una proporción mayor los ingresos.
Por eso se reformo, la estructura tributaria, de tal forma que la relación entre los impuestos y el PBI se duplico entre
1975 y 1978. Al mismo tiempo, se introdujeron importantes modificaciones en los principios tributarios y en la
estructura impositiva. Disminuyo la participación de los impuestos al comercio exterior, debido a bajas en los
aranceles tanto en 1976 como en 1979, provocando en el primer caso una caída de la recaudación, situación que en
el segundo se vio compensada por la mayor base imponible.
Se avanzo hacia una estructura tributaria mucho mas regresiva, en la que cobraron peso los impuestos indirectos, (es
decir, aquellos que se trasladan a los precios y son pagados, en definitiva por el consumidor final). Así, el impuesto al
valor agregado se extendió a actividades exentas. De igual forma se comportaron el impuesto a las actividades
lucrativas y los impuestos internos.
Los impuestos al capital, apuntaban a gravar mas a los sectores productivos que a los financieros estimulando desde
el lado fiscal a las actividades especulativas. La recaudación del impuesto al trabajo se contrajo bruscamente, lo que
ocurrió fue un desmoronamiento de los salarios y que la presión de estos impuestos se incremento. Es decir, que la
reducción se debía al achicamiento de la base imponible, que excedía al aumento de la tasa con la que se gravaba.
Como dato anecdótico, puede consignarse la eliminación del impuesto a la herencia, que beneficiaba directamente
al ministro de Economía, ya que días antes había fallecido su padre y, en consecuencia se convirtió en el heredero de
una importante fortuna por cuyo traspaso debía tributar. La eliminación del impuesto que el mismo impulso, lo
eximio de tal compromiso.
18) ¿Qué efecto tuvo durante este periodo sobre la distribución del ingreso? ¿Y hacia donde se concentro el
Capital?
Mediante el planteo de “sincerar” los precios, la implementación del plan de Martínez de Hoz condujo de inmediato
a una redistribución del ingreso desde los salarios hacia los beneficios empresarios y, fundamentalmente,
financieros. EL congelamiento y control de salarios nominales contrajo los sueldos reales y redujo por consecuencia,
la participación de los salarios en el ingreso nacional desde el 45% en 1974 al 26% 1983.Las personas de ingresos
más altos vieron crecer sus ganancias a costa de una reducción en los de los estratos medios y bajos.
Pero la puja distributiva se extendió dentro de los empresarios, en donde prevalecieron los incipientes grupos
económicos (en general, integrados a la creciente esfera financiera). Hacia el interior del Sector Industrial se
produjeron modificaciones cualitativas: los grupos económicos y las empresas transnacionales integradas se
beneficiaron a expensas de las pequeñas y medianas empresas nacionales y grupos independientes y de las
empresas transnacionales especializadas.
Esta situación se relacionaba, con el marco internacional, pero también de las propias características de la política
económica local, que no distribuía de manera uniforme y homogénea costos y beneficios.
19) ¿Cuál fue la causa del desmoronamiento de la economía en 1980? ¿Cómo estaba el mercado de divisas
argentino? ¿Qué sucedió después de la caída de varios bancos privados?
Comenzó a desmoronarse en 1980, en primer lugar, la sucesión presidencial abría las primeras grietas en la
conducción militar y permitia el seguimiento de timidos cuestionamientos hacia la política seguida hasta entonces,
en el marco de una creciente lucha interna por el poder. Pero lo que más afecto al programa fue el súbito viraje del
contexto internacional por los nuevos lineamientos económicos impulsados por EE. UU., que provocaron una fuerte
alza de la tasa de interés, alterando los mercados financieros mundiales haciendo que el crédito internacional se
torne más caro y escaso. La importancia de los flujos financieros para la Argentina era capital, debido al incipiente
déficit comercial y el saldo negativo de la cuenta corriente, sobre la que comenzaron a pesar cada vez más los pagos
de intereses de la deuda contraída en los últimos años, ahora por el alza de las tasas de interés internacionales.
Mientras tanto, se tornaba cada vez, más dificultoso conseguir fondos frescos, lo que acentuó aun más el
incremento interno de las tasas de interés y el diferencial entre estas y las tasas vigentes en el exterior.
Simultáneamente, las fuentes genuinas de divisas del país comenzaron a deteriorarse, ya que, luego de varios años
consecutivos favorables, los términos del intercambio volvieron a deteriorarse de manera notoria.
El nuevo contexto colocaba al mercado de divisas argentino en una situación delicada, aproximándolo
progresivamente a la cesación de pagos. La hipotética situación de estrangulamiento financiero provocó una crisis de
confianza que se agudizo con las dificultades de algunos grupos económicos y la disminución de la garantía oficial de
los depósitos en 1979. Esto detono cuando en 1980, el BIR (Banco de Intercambio Regional) cerró en forma
repentina sus puertas, seguido inmediatamente por otros tres grandes bancos y algunos más pequeños, dando lugar
a afectar a ahorristas y a la fuga de depósitos convertidos en dólares ante los riegos de devaluación. Las reservas de
divisas del gobierno descendieron en 1980, a pesar de que el endeudamiento publico creció.
Frente esta situación el gobierno no practico una modificación sustancial de su política económica. Por lo contrario,
las medidas adoptadas trataban de actuar sobre la coyuntura, pero dejaban intacta las cuestiones de fondo. Para
frenar la fuga de capitales, se incremento la tasa de interés, con un alto costo en materia productiva ya que así se
profundizaba la recesión. También se abandono la tablita por una devaluación mensual del 1% que empeoraba el
retraso cambiario.
Por lo tanto, el mercado reacciona acentuando la fuga hacia el dólar, disminuyendo drásticamente el nivel de los
depósitos y las reservas oficiales, mientras la tasa de interés llega a niveles exorbitantes. Dado el régimen de
garantía de depósitos, el gobierno tuvo que asistir a los bancos con emisión monetaria. Con esta actitud, se avivaba
más la inflación.
20) ¿Cuál fue la política implementada por el Ministro Sigaut? ¿Y cuáles las medidas del Ministro Alemann?
El traspaso del mando presidencial de Videla a Viola, quien nombró como ministro de economía a Sigaut en marzo
de 1981, el mismo tomo como medidas: devaluar la moneda eliminando la tablita e implantando un tipo de cambio
fijo establecido día a día por el Banco Central, bajo los aranceles y estableció retenciones temporarias a las
exportaciones. En septiembre se realizo la apertura de un mercado de cambios financiero libre y otro comercial con
una paridad establecida diariamente por el BCRA. A su vez, trataba de atender al sector bancario por medio de
múltiples mecanismos (tales como adelantos, redescuentos, préstamos destinados a la adquisición y fusión de
entidades financieras de capital nacional), dio crédito al sector productivo y apoyo financiero a las economías
regionales.
Las medidas se complementaban con una presión sobre el sector monetario por medio de altas tasas de interés.
También se estableció un sistema de seguros de cambio que cubría repago de créditos obtenidos en el exterior por
el sector privado. Las empresas presionaron con éxito para que el Estado les otorgara un subsidio que compensara la
variación pasada del tipo de cambio, equivalente a veintitrés centavos por cada dólar de deuda, con lo cual la deuda
privada comenzó a licuarse, mientras continuaba creciendo la pública.
En diciembre de 1981 asume Galtieri y nombra a Alemann como ministro de economía, en abril tuvo que enfrentarse
a los efectos económicos de la guerra de Malvinas. Alemann quería bajar la inflación, para ello unifico el mercado
cambiario y libero la cotización de divisas, eliminando la participación del Estado y las empresas publicas en ese
mercado. Esta acción, significo una devaluación del peso.
Complementariamente, se intento reducir el déficit de las cuentas públicas, consideradas el principal factor de la
expansión monetaria que provocaba la inflación. Para ello, se reforzo la presión tributaria, extendió el impuesto del
IVA a los alimentos y los medicamentos. Además, se reajustaron las tarifas públicas, que luego fueron congeladas.
Del lado del gasto, se limitaron los montos de los reembolsos a las exportaciones y se congelaron los salarios del
sector público.
Al comenzar las actividades bélicas por el conflicto de las Islas Malvinas, el Reino Unido adopto represalias como
congelar los fondos argentinos depositados en bancos británicos y embargo las exportaciones procedentes de
Argentina, mientras que la Comunidad Económica Europea suspendió las compras al país. La Argentina respondió
con tibias medidas, como la suspensión de la venta de divisas para abonar compromisos con el Reino Unido, pero no
avanzo en terrenos que afectaran los intereses británicos locales a largo plazo. En materia comercial se restringió la
importación de bienes prescindibles, se practico una devaluación del 16,5%, compensada con aumentos de las
retenciones a las exportaciones tradicionales y reducción de aranceles y se incremento el monto de los reembolsos a
las exportaciones industriales en un 4%. Se reforzó la recaudación con un impuesto del 30% a las naftas y un
incremento de las tasas impositivas a los cigarrillos y las bebidas. Las condiciones del ajuste significaron un paso más
en el agravamiento de la recesión.
21) ¿Qué características presentaba el sector industrial? ¿Cómo fue el proceso de desindustrialización?
Las últimas dos décadas mostraban una cara positiva: el crecimiento había sido persistente, fue la industria la que
lidero la expansión global; la diversificación había continuado en su avance, incorporando actividades nuevas, con
una mayor integración vertical de las cadenas productivas; las exportaciones del sector habían comenzado a cobrar
importancia en la balanza comercial del país; permitía un uso más eficiente de los recursos y una mejor posición
competitiva. A pesar de la diversificación, su estructura morfológica se encontraba próxima a la de un país
subdesarrollado que a la de uno desarrollado.
Las principales debilidades de la industria se encontraban en los sectores productores de insumos industriales y de
bienes de capital. La necesidad de importar esos insumos afectaba la balanza comercial, produciendo desequilibrios
en las etapas de expansión, que muchas veces debían ser interrumpidas por falta de divisas. Además, existía falta de
desarrollo de un proceso propio de creación de tecnología, que alejaba a las industrias locales cada vez más de la
frontera productiva de los países desarrollados.
Las dificultades para conformar una fuerte industria de bienes de capital propia generaban una profunda
dependencia de la disponibilidad de divisas para importar maquinarias y del interés de empresas extrajeras para
instalarse en el país o para vender sus desarrollos tecnológicos. Estas últimas aceptaban en la mayoría de los casos
transferir tecnología y maquinarias que estaban dejando de usar en sus emplazamientos principales al sustituirlas
por innovaciones recientes, con lo cual el retraso del sector industrial argentino se hacía más notorio.
En principio la reducción de los salarios y la represión a los sectores sindicales permitieron un generalizado
incremento de la productividad y de la rentabilidad, que se condujo con la liberación de los precios y contribuyo a
fortalecer temporalmente la industria. En este marco, en 1976 se sancionó un nuevo régimen de inversiones
extranjeras, que le otorgaba a las empresas foráneas una igualdad de derechos frente a las nacionales.
Con el rebrote inflacionario del último trimestre del 76, se redujeron los subsidios y las regulaciones, apuntando a la
liberación del comercio exterior, lo más significativo fue la gran baja a los aranceles a la importación.
Con la reforma financiera del 77 se produjo un profundo cambio en el comportamiento de las empresas industriales,
arrastradas a una lógica de corto plazo, en la que los aspectos financieros predominan sobre los productivos,
afectando las decisiones en materia de inversión en bienes de capital y de creación e incorporación de innovaciones
tecnológicas. La valorización financiera tenia mas peso que la producción y los activos fijos pasaron a tener
importancia como garantía para tomar nuevos créditos que luego se destinaban a la especulación y no a la
expansión de la capacidad productiva. Estas empresas se convirtieron en agentes financieros que tenían una fábrica.
Los costos financieros superaron al de los salarios en la estructura de costos, el endeudamiento llego en algunos caos
a superar al patrimonio de algunas empresas que terminaron cerrando sus puertas o reclamando un salvataje al
estado.
El cuadro desalentador termino de concretarse a lo largo de 1978, cuando se procedió a implementar el enfoque
monetario del balance de pagos, se diagramo la tablita cambiaria y se diseño un nuevo programa de rebajas
arancelarias. Por medio de estos mecanismos se trataba de limitar el incremento de los precios exponiendo a la
producción interna a la competencia de las importaciones.
Las consecuencias no se hicieron esperar e inmediatamente los mercados se abarrotaron de productos importados,
mientras la inflación reducía momentáneamente su ritmo, pero no lograba descender del 100%. El PBI industrial
cayó a una tasa anual acumulativa entre 1974 y 1983, o sea la producción era 10% menos en 1983.
En un contexto de fuerte disminución del mercado interno y apertura comercial, uno de los rasgos principales del
cambio fue la salida exportadora, la diversificación de las exportaciones industriales característica del último periodo
de sustitución de importaciones se revirtió, y las colocaciones en el exterior comenzaron a girar entorno a los
comodities con un menor grado de complejidad técnica y ligados a la transformación de insumos de origen
agropecuario y minero (carnes, aceites, derivados del petróleo y del gas).
Muchas empresas comenzaron a reducir la cantidad de insumos de fabricación local, reemplazándolos por
componentes importados, este comportamiento se fortalecía con algunas de las leyes de promoción industrial como
el régimen especial de tierra del fuego.
El ministro impulsó una progresiva reducción de retenciones a las exportaciones, que hacia 1978 habían sido
eliminadas por completo y no volverían a reintroducirse durante el resto del gobierno militar. Simultáneamente, se
apartó el estado de la comercialización de granos, retornando al sistema de comercialización privada. La actividad de
la Junta Nacional de Granos quedaba reducida a la fijación de precios sostén para el caso de que los valores de los
precios internacionales sufrieran una marcada contracción.
La respuesta de los productores fue inmediata, y la producción comenzó a crecer casi sin pautas hacia 1983, con la
sola excepción de 1980. Se ha apuntado que el dinamismo que cobro la producción en los primeros tiempos del
Proceso de Reorganización Nacional se debía a la percepción de los productores de que se iniciaba un periodo de
altas ganancias, lo cual es completamente cierto. Sin embargo, ese crecimiento se había reflejado en los años
anteriores. De hecho, tomando en cuenta que las principales cosechas se producen a principios de año, el
incremento de la producción de 1976 se relacionaba con decisiones de siembra tomadas a fines del año anterior,
aun bajo el régimen peronista.
Desde el punto de vista sectorial, los dos rubros casi excluyentes en la generación de un mayor volumen de
producción fueron los cereales y las oleaginosas. Este súbito impulso se debió a la particular coyuntura política
internacional creada por el bloqueo norteamericano a la URSS, que comenzó a demandar cereales a abastecedores
sustitutos, encontrando en la Argentina a su nuevo proveedor principal. En el caso de la producción de oleaginosas,
entre las que se destaca la soja, ese crecimiento se acelero todavía más y dio paso a la consolidación de un complejo
agroindustrial dedicado a la producción y exportación de aceites vegetales, que se transformo en uno de los sectores
productivos mas dinámicos en los años siguientes.
Mientras tanto, el sector ganadero registro una declinación, sobre todo a partir de 1978. Se inicio un proceso de
liquidación de vientres, entre 1977 y 1982. A esto se le sumo la venta de carnes subsidiadas de la Comunidad
Económica Europea, que redujo el mercado y la rentabilidad para las carnes argentinas. Por otra parte, el retraso
cambiario afectaba los ingresos por exportaciones, mientras que la disminución del salario contraía la demanda
interna de carnes. Finalmente, el gobierno siguió una política ganadera errática, con una ley de carnes mucho menos
ambiciosa que lo inicialmente anunciado. Hubo también una diversificación de mercados, como el mencionado de la
URSS, y países de Medio Oriente, África y Asia.
Por lo tanto, aunque el sector agropecuario fue el de los mejores resultados, no se vio exento de los problemas
generales de las políticas de Martínez de Hoz, se vio muy influenciado por la valorización financiera y arrastrando a
una lógica especulativa de corto plazo que deterioraba profundamente la capacidad de producción de cara al futuro.
RAPAPORT UNIDAD 7 (1976-1983) clase
Internacional:
En 1971 se decreta la inconvertibilidad del dólar. En EEUU empieza a haber inflación, se lo culpa al modelo que
estaba hace 40 años el modelo Keynesiano, el Estado interviniendo en el mercado. Los monetaristas empiezan a
criticar al modelo Keynesiano.
De esta escuela monetarista sale una que se llama modelo de MCKINNON, este modelo decía que si había una tasa
de interés real positiva, (si hay una tasa mayor a la tasa inflacionaria, ahí dentro de eso hay una tasa real positiva),
va a subir la propensión al ahorro, cuando es negativa no se ahorra, no conviene ahorrar si cada vez tengo menos. Si
aumenta la propensión al ahorro, baja la propensión al consumo. Si baja el consumo baja la demanda, y si baja la
demanda hay exceso de moneda.
La oferta clásica es vertical porque es una oferta con pleno empleo. Si sube el precio la oferta sigue igual.
L a oferta keynesiana en el corto plazo no es horizontal, una parte deficitaria y luego sube. Hay desocupación, no es
con pleno empleo.
Tasa interés real positiva, estimula el ahorro, baja el consumo, baja la demanda y no genera inflación en este
modelo. Para eso necesitamos diferentes instrumentos:
- Saneamiento del sistema monetario y financiero. Los mercados podrían ser completos o incompletos, un
mercado es completo cuando todas las necesidades están satisfechas, un mercado es incompleto cuando
hay bienes para un determinado grupo, hay necesidades insatisfechas, los inventos van para el mercado
completo, las innovaciones van para los incompletos. Si yo quiero hacer algo nuevo y más en el sistema
financiero, necesito que haya una ley, un decreto, una norma si no hay algo que lo regule no funciona. Para
que haya un saneamiento debe haber una ley. (Reforma financiera del 1977, no va a ser otra cosa que
cambiar las leyes).
- Eliminación del déficit fiscal, por problema de subsidiariedad que tiene el Estado y perjudica al Estado.
- Liberación de precios y de la tasa de interés (precio del dinero) porque en ese momento todas las tasas
estaban subsidiadas, estaban por debajo de la inflación.
- Apertura del mercado
Enfoque monetario a la balanza de pagos: la oferta y demanda de dinero es afectada por los saldos reales positivos
(excedente de divisas). En una economía con mercado cerrado no se puede, pero si está abierto podemos generar
que esto no genere inflación, sacamos ese excedente que haya en el mercado, ya sea por importación. Aumentan las
reservas, si aumentan van al Banco Central.
Los saldos reales positivos me afectan a la oferta y demanda de dinero, y esa oferta si aumenta lo que tengo que ver
es que el excedente lo tengo que sacar afuera, ya sea porque compre bienes importados, o bienes de capital o lo
deje afuera de alguna manera para que no me afecte el mercado, si el mercado es cerrado no lo puedo hacer, ahora
si es abierto si lo puedo hacer.
- Conversión de precios internos con precios externos vía tipo de cambio, porque tengo que poner precios
que sean competitivos. (si se devalúa los precios de los bienes transables, bienes comercializados
internacionalmente siguen siendo los mismos pero para nosotros nos va a salir más caro, con los bienes no
transables que son los servicios y dentro de eso están los sueldos, cuando se devalúa no aumentan los
sueldos). Ilia devaluaba periódicamente para mantener la balanza comercial superavitaria, si devaluaba los
transables no cambiaban los precios, el que cambiaba a precios internacionales eran los no transables. Y se
pierde más en la mano de obra, en los sueldos.
- Conversión de las tasas internas con las tasas externas, tenemos que ver como viajan los capitales, porque
los capitales buscan la tasa más alta. Si sube en otro lado va a repercutir y los capitales se van, al no estar
regulado se produce una fuga de capitales.
En 1973 se produce la crisis del petróleo, hubo una pelea entre Egipto y Siria (apoyado por URSS) contra Israel
(países Europeos, EEUU), termina perdiendo Egipto y Siria y los países de Alianza embargan el petróleo que iba a ir a
EEUU, y racionan el petróleo otros países amigos de Israel. El petróleo era el 48% de la energía utilizada para la
producción de bienes, todos los países industrializados son afectados por este achicamiento de la oferta, y esto hace
subir el precio del petróleo, porque la demanda era mayor a la oferta, debido a que la oferta la racionaron. De acá
comienza el petrodólar, porque se cuadriplica el precio del petróleo. Este excedente de divisas lo ponen los bancos
norteamericano y europeo, cuando hay abundancia de dinero la tasa de interés baja, apuntan a poner ese excedente
de dinero en los países subdesarrollados, específicamente en Latinoamérica.
En 1978 había un desequilibrio con la moneda norteamericana por el déficit de la cuenta. A fines del 78 principio del
79 se forman políticas monetarias contractivas, que hacen subir la tasa de interés por lo tanto en el 79 sube la tasa
de interés, si sube esa tasa de interés en EEUU genera reversión de capitales. (Paso también en el 91 Bush Padre).
En 1979 se desata otra crisis del petróleo. EEUU levanta su crisis financiera y la crisis del petróleo la beneficia porque
el petróleo se compra con dólares.
Argentina:
Hay un cambio económico, se termina el ISI, y pasa a un modelo más financierista, es decir se pasa de un modelo
proteccionista a un modelo más liberal, y tiene que ver por los intereses de afuera.
En los 70 caen muchos golpes de gobierno en toda Latinoamérica. Apertura económica en gobiernos liberales.
Ministro de Economía: Martínez de Hoz, por un lado vamos a tener una gran cantidad de dinero en el mercado que
reflejaba el cambio, por otro lado va a haber una relación de poder este oeste, de norte y sur, donde quería
imponerse los estados y preocuban estos movimientos sociales, montoneros de ultra derecha que no permitían
ciertas negociaciones. Había sectores económicos fuertes que apoyen este cambio, querían eliminar estos
movimientos de sindicato
1. Saneamiento monetario y financiero del sistema para que se dé el crecimiento y para que el salario aumente
en relación a la productividad. Un crecimiento no inflacionario.
2. La suba de la tasa de crecimiento
3. Puja distributiva, se buscaba una distribución del ingreso pensando a través de los salarios.
La argentina era sana, el problema era la inflación y la culpa la tenía la pelea distributiva que había en el mercado
(sindicato que quería que suba los salarios y los empresarios que querían subir sus ingresos) y el déficit fiscal. Lo
primero que se hace es congelar los salarios por tres meses después va a devaluar la moneda y elimina los controles
de precios, todas estas medidas laborales la contenían tratando de sacar los sindicatos, otra cosa que hace es regular
las inversiones extranjeras, los mismos derechos que los capitales nacionales. Con respecto al sector externo sin
modificar el tipo de cambio, se eliminan las regulaciones y se reducen los aranceles a las importaciones y se eliminan
los subsidios a las exportaciones. El problema que tenia Argentina era la falta de divisas, pero gracias a las amistades
que tenia Martínez de Hoz nos prestan plata. Con respecto al sector público, aumentan las tarifas públicas y se
indexan las multas, los impuestos, las tasas y las contribuciones, y el congelamiento de salario en el sector público
hace reducir el gasto público. El déficit fiscal pasa de 12.3 del PBI a 7.6 y también se va a reducir la emisión de dinero
para financiar el déficit. El congelamiento de sueldos va a llevar a la recesión. Entonces intentan liberar esta variable
y genera un tipo inflacionario y congelan los precios por 120 días.
La reforma apuntaba a incrementar el rol del sistema financiero privado y disminuir la participación del estado
porque iba a ser más apto, solvente y competitivo. Por otro lado aumentar las tasas de intereses pasivas para que
este ahorro apuntara a la inversión productiva.
El problema era la inflación y estaba con el encaje, en el sector privado si hay inflación el encaje le iba a generar
perdida. Para evitar esto y que los bancos mantengan el encaje y no generen expansión monetaria se va a crear la
cuenta de regulación monetaria. Esta tenia la función de pagar un interés por la tasa del encaje y cobraba por la
parte prestable y la multa por no presentar el encaje a tiempo. Buscaban que no haya expansión monetaria.
Si el banco perdía con el encaje lo que iba a hacer es subir más la diferencia de lo que había entre las tasas activas y
las tasas pasivas y ahí nadie va a acceder a crédito, el banco no quiere perder. Que no se expanda el dinero.
Esto no resulta, porque termina con déficit constantemente la cuenta de regulación monetaria se genera un déficit
cuasi fiscal (no era directo del estado), y para financiar este déficit lo que hace es emitir dinero. Y termina habiendo
una expansión monetaria. Problema que iba a ver
La crítica va a ser el libertinaje del sistema financiero por no tener control por parte del Estado, por otro lado el
estado iba a ser el garante de esto, y también vamos a tener tasas pasivas con interés real. Repercute al sistema
económico porque los intereses van a ser que aumenten los costos de las empresas, en vez de generar el ahorro
para el sistema productivo genera ahorro para que las empresas se financien. Convenía mas ir al sector financiero.
Durante este modelo los sectores que mejoran va a ser el sector agrícola, al principio va a ser el sector financiero
pero la segunda etapa el sector financiero es el que más gana y mas rentabilidad tiene. Cae el de construcciones un
30%, cae el de la industria un 17% y al final del periodo 12.4% que va a tener volatilidad, mejora porque ya
estábamos en situación de crisis y no teníamos divisas para empezar a exportar entonces la necesidad hace que
volvamos al mercado interno a comprar. Si las tasas son altas no ayudan a las inversiones del sector industrial, era un
modelo de apertura económica.
El sector agropecuario y el sector minero tuvieron una gran expansión porque las exportaciones en esa época
tuvieron un boom.
A los empresarios de esa época le convenía pedir plata afuera a tasas bajas, y prestar la plata en argentina a tasas
altas, ganaban mucho mas. El problema es cuando se devalúa después.
Con respecto al sector fiscal, el gasto del estado lo que se busco fue bajarlo, es decir entonces que en el sector
público, caen las inversiones públicas, si bien se dan momentos de inversiones faraónicas como el mundial 78, la
terminal de ómnibus de buenos aires, las autopistas son de estas épocas, generaron muchos gastos, también como
inversiones se compro la empresa austral que era de aviones y la ítalo argentina que era de luz, ambas empresas
estaban obsoletas que ni si quiera los dueños de las empresas querían reestructurarlas. La crítica está en que no se
hizo estudios de localización de la gente ni tampoco de impactos de estas inversiones.
Aumenta el impuesto al consumo, se elimina el impuesto a la herencia, y se lo hace cuando muere el padre de
Martínez de Hoz. Aumentaron los impuestos al valor agregado, a algunas actividades no exentas, a los impuestos
internos y a las ganancias, no repercutía tanto en el sector financiero sino en el sector productivo.
Lo que bajo es la recaudación por la contribución social (en lo laboral), porque el salario real había caído y también la
masa laboral. La base imponible había bajado pero si había aumentado la tasa impositiva. En general la recaudación
había bajado.
El sector financiero es el que más factura, un crecimiento lento del 76 al 78, y del 79 al 81 vamos a tener un
crecimiento más alto.
Con respecto al sector externo, si bien antes teníamos las exportaciones que estaban diversificadas ahora las
exportaciones estaban concentradas, en cereales aceites vegetales, carne, gas, petróleo, metales ferrosos y no
ferrosos y pescado, y acá es el comienzo del pescado que va a tener un rol importante en este gobierno y se hace
fuerte en la época de Menem, hasta poner regulaciones sobre la cantidad que se pesca por cuestiones de que
pueden desaparecer peces. Se triplica las exportaciones, muchas van para Rusia y EEUU, bajan las exportaciones con
Europa, tenemos déficit comercial con EEUU, y superávit con la URSS, y las importaciones se diversifican,
empezamos a comprar de todo. Épocas de propaganda no compre argentino compre importado que es mejor. Hay
grandes importaciones y tenemos déficit.
En 1978 se realiza una caída de la encomia del 4% con las políticas monetarias que toma y con las subas altas de las
tasas de interés.
Uno de los grandes problemas era la inflación, y con los tipos de cambio, y actúa el enfoque monetario de la balanza
de pago y las tasas de interés. La relación con la inflación y las tasas de interés y las tasas intereses externas.
En 1978 se crea la famosa tablita de Martínez de Hoz, es la devaluación de la moneda que va a ser en forma
periódica, establecer cuánto vale la moneda. Lo que él pensaba era que iba a devaluar periódicamente, estas
devaluaciones iban a ser mayor a la inflación e iba a llegar a un tipo de cambio fijo. Pero la inflación subió mucho
más, y se genera el retraso cambiario, y empiezan a aumentar las importaciones.
El endeudamiento es otra cuestión de la época. Esto se da porque había mucho dinero afuera, nos prestan plata y
aprovechan los gobiernos, total son tasas bajas.
La crisis del 80 se da por dos razones, por la suba de la tasa de interés de EEUU, que genera una reversión de
capitales (fuga de capitales) y la segunda es por la caída del Banco BIR (banco privado más importante) acompañado
por otros tres bancos, el Odone, Los Andes y el Bco. Mayo. Genera desconfianza en el mercado y que vayan todos a
querer sacar sus ahorros, es decir una corrida bancaria. Se trata de tranquilizar a la gente y garantizar los depósitos.
Aquellos que son beneficiados son las FFAA, funcionarios públicos, los empresarios y financistas especuladores, y los
que fugaban el dinero.
YPF se endeuda en el proceso militar porque pedía plata y usaban las empresas del estado para pedir préstamos.
Martínez de Hoz en el 81 se va y nombra para marzo de 1981 a Sigaut Ministro de Economía, y va a decir el que
apuesta al dólar pierde y devalúa un 28%, (miente totalmente) elimino la tablita de Martínez de Hoz, y fija el tipo de
cambio día a día por el Banco Central, reduce los aranceles a las importaciones y luego los sube, porque ve que
empieza a fugarse mucho y perjudica al sistema financiero y empieza a cobrar retenciones a las exportaciones.
En junio devalúa un 30%, y fija una devaluación al 6% mensual, y en septiembre abre el mercado cambiario por uno
oficial y uno libre controlado por el Banco Central.
Como el sistema financiero estaba débil empieza a ofrecer, prestamos adelantos redescuentos y créditos a las
entidades financieras para ayudarlos, y también créditos para el caso de fusiones para entidades financieras. Con
respecto a que las regiones económicas tenían problemas hubo créditos y subsidios a esas regiones, para estimular
el sector productivo.
En el gobierno de Sigaut se fijan los coseguros de las tasas de cambio, donde se fija para aquellos que compraran a
crédito para un año, un año y medio así garantizarles un tipo de cambio, si pasaba ese tipo de cambio el estado
debía hacerse cargo. De esta manera se licua la deuda privada, ya que las erogaciones fueron superiores. Esto fue
parte de la acusación de los empresarios que se endeudaban, ellos tenían un seguro de cambio y la devaluación fue
mayor, la culpa la tiene el estado, por eso después le pedían al estado que se haga cargo. Empieza a endeudarse el
Estado Nacional.
El sistema no funciono, Galtieri viene con el Ministro de Economía Aleman, el cambia va a liberar el tipo de cambio,
lo va a unificar y va a sacar a las empresas del Estado y al Banco Central de la operatoria. Va a subir las tarifas
públicas y los impuestos. Lo que subió fueron las tarifas públicas y se puso impuesto al valor agregado de los
alimentos y medicamentos de un 10 y un 12% respectivamente. Se suspendieron los coseguros y los pases, y se
mantuvieron todos aquellos que estaban funcionando. Se congelan los salarios del sector público.
Luego viene la guerra y los gastos del sector público ya eran inmanejables para el gobierno. Nos castiga Gran Bretaña
y los embargan los bancos de Gran Bretaña y rompen relación con nosotros embargan las exportaciones argentinas.
Termina la guerra y vamos a tener problemas económicos, asume Pastore como Ministro de economía luego Jorge
Weber que es el que va a estar hasta finales de gobierno y cambia al peso argentino (junio del 83) y en el 85 se iba a
cambiar por el Austral.
BALANZA DE PAGO
Marongiu
Si bien la reforma Financiera se aplicó a partir de mediados de 1977, los objetivos que la fundamentaban ya estaban
presentes en el discurso del ministro de economía José Alfredo Martínez de Hoz del 2 de abril de 1976 y en la política
de fuerte sesgo monetarista y de acuerdo a los preceptos neoliberales implementada a partir de la asunción del
gobierno militar que buscaba desarmar paso a paso el rol del estado interventor en la economía del país.
La reforma financiera de 1977 jugó en contra del desarrollo de las actividades productivas industriales en la
Argentina, favoreció un endeudamiento extremo y la absorción de deudas privadas por parte del sector público y
además favoreció fuertemente la fuga de capitales. Estos puntos serían fundamentales a la hora de condicionar el
accionar del gobierno democrático que asumiría en diciembre de 1983 y de su política económica.
La reforma de 1977 según Marongiu: (cambiar las leyes con respectos al sistema financiero). Si hay reforma cambian
las leyes, la ley de la carta orgánica del Banco Central, la ley de entidades financieras, la declaración de la caja de
regulación monetaria. Lo que va a decir la reforma es que hay cuatro pilares:
1. Liberación de la tasa de interés, hasta entonces fuertemente reguladas por el Banco Central (lo cual permitía
el financiamiento de actividades productivas a tasas de interés negativas en una especie de subsidio por
parte del Estado)
2. Eliminación de las barreras para el ingreso de las entidades financieras y bancarias, (lo cual permitió que
entidades sin los requisitos necesarios pasaran a operar como entidades bancarias)
3. Creación de la cuenta de regulación monetaria
4. Régimen de garantías de depósito, se flexibiliza ese régimen. Si bien esta Garantía de depósitos existía con
anterioridad a la reforma financiera, lo que se busca (al menos en lo expresado originalmente) con las
modificaciones es terminar con el denominado “sistema de aceptaciones” en el cual las empresas emitían
pagarés (no sujetos a controles en sus tasas de interés) que los bancos luego ofrecían a inversores, aunque
en la mayor parte de las veces no daban un aval o garantía.
Fundamentalmente la reforma financiera pone un cepo a los mecanismos financieros utilizados por la
industrialización por sustitución de importaciones en su última etapa: se termina con la nacionalización de depósitos
en el cual el que determinaba el destino del crédito era el Banco Central; se termina con el control de las autoridades
monetarias sobre la tasa de interés (por lo menos hasta las modificaciones introducidas en 1982); y se termina con la
imposibilidad del sector privado de contraer deudas financieras con organismos financieros del exterior. Hasta la
reforma financiera, el sistema financiero se encontraba subordinado a la economía real y funcionaba en pos de la
expansión de la misma. Con posterioridad a la reforma, el sector financiero termina gobernando a la economía real y
pese al preconizado alejamiento del Estado de la economía predicado por los economistas del neoliberalismo, éste
continuó incidiendo en el mercado pero en lugar de para favorecer el proceso de industrialización, lo hizo
simplemente para incrementar la valorización financiera. El Estado va a ser central en determinar cuál es el costo
financiero que va a enfrentar el sector privado, ya que el rol del endeudamiento público va a ser esencial para
determinar la tasa de interés. Es decir, que el hecho de que el libre juego de la oferta y la demanda era el que
determinaba las tasas de interés, era simplemente una falacia de las autoridades y su visión monetarista de la
economía.
La reforma financiera planteó la eliminación del encaje del 100% de los depósitos dispuestos por la nacionalización
del sistema bancario del gobierno justicialista y lo remplazó por un encaje del 45% y luego uno del 15%. A esto se
sumó la fuerte suba de las tasas de interés con posterioridad a la liberación de éstas, impulsada por el fuerte
incremento del endeudamiento de las empresas industriales y del sector público que pasó a financiar gran parte de
sus resultados fiscales deficitarios con deuda, fundamentalmente externa, en lugar de con emisión monetaria como
se había hecho en los años inmediatamente anteriores (fundamentalmente a través de las empresas estatales y
otros organismos públicos). El endeudamiento externo entonces pasó a tener un rol fundamental en la creación de
dinero en la Argentina.
Sin embargo, la política estrictamente monetarista sería abandonada a fines de 1978 cuando se implemente la
segunda fase de políticas de la gestión de Martínez de Hoz con la predeterminación del tipo de cambio en la
denominada “tablita”. Las características esenciales de la reforma financiera quedarían, en cambio, vigentes y
exacerbarían el proceso de crisis que se evidenciaría en los años siguientes.
Cuenta de regulación monetaria: La Ley 21.572 del 6 de mayo de 1977 creó la Cuenta Regulación Monetaria. A
través de esta cuenta administrada por el Banco Central se implementó una compensación a los efectivos mínimos
que por ley debían mantener las entidades financieras como respaldo de sus obligaciones a plazo. Lo que intentaban
las autoridades monetarias, en un contexto de elevada inflación, era compensar la pérdida de valor que dichas
reservas encajadas tenían al estar inmovilizadas y a la vez, cobrando un cargo sobre los depósitos a la vista de los
bancos, otorgar ventajas a las entidades financieras no bancarias. Es decir, expresado de otra manera, se estableció
un mecanismo por el cual se estableció un cargo sobre los depósitos y obligaciones a la vista para equiparar su
rendimiento con el de los depósitos a interés. El objetivo de esta cuenta era el de neutralizar la expansión monetaria
que provocaba la liberalización de los depósitos sumada al crédito selectivo proveniente del sistema vigente entre
1973 y marzo de 1976. En clara coincidencia con la visión monetarista del equipo de Martínez de Hoz y Adolfo Diz,
presidente del Banco Central, toda expansión de la base monetaria era considerada inflacionaria, con lo cual la
neutralización de esta expansión permitiría evitar presiones sobre los precios. La Cuenta Regulación Monetaria se
financiaba con los fondos que provenían de la aplicación de sanciones que el BCRA aplicaba a las entidades
financieras que no ingresaban en tiempo y forma los cargos determinados por éste; con los cargos que tributaran las
entidades financieras por el uso de la capacidad de préstamo de los depósitos y obligaciones a la vista. Si existían
saldos deudores el BCRA era el encargado de cubrirlos mediante recursos propios (adelantos). Esto implicaba que en
momentos en los cuales existía un saldo deudor se producía una expansión de la base monetaria. Es decir que
amplios saldos negativos de la Cuenta Regulación Monetaria implicaban grandes incrementos en la base monetaria
con su consecuente impacto inflacionario.
La Cuenta Regulación Monetaria tuvo un doble efecto pernicioso: un efecto inflacionario al incrementar la base
monetaria y un efecto de incremento sobre el déficit cuasi fiscal del Banco Central
Se cierra el cepo: la política cambiaria implementada a partir de diciembre de 1978 y la apertura indiscriminada de la
economía. A fines de 1978 la política antiinflacionaria adquiere una mayor importancia en base al esquema del
denominado “Enfoque Monetario del Balance de Pagos”. En este nuevo enfoque se combinaron pautas de tipo de
cambio, en el cual éste se depreciaba de acuerdo a una “tablita” en la cual los valores se preanunciaban (con el
supuesto objeto de moderar las expectativas inflacionarias), con una reducción de los aranceles a las importaciones
(lo cual en la práctica resultó en una fuerte apertura de la economía a las importaciones ya que a fines de 1976 se
había realizado una primera reducción de aranceles) y el libre flujo de los capitales al exterior. Posteriormente, a
mediados de 1980, se eliminaron las cargas para-arancelarias que eran tasas con fines específicos que gravaban a las
importaciones. Con esto la economía quedó aún más abierta a los flujos de mercancías del exterior. Estas medidas,
junto con las implementadas a través de la reforma financiera constituyeron un cepo insalvable para la actividad de
amplios sectores de la industria y condicionaría la actividad económica de los siguientes años (así como la actividad
de las entidades financieras que comenzarían a presentar dificultades fruto de la disminución de la actividad
económica y de la salida de capitales).
La crisis financiera de 1980 - 1982 En los primeros dos años de la implementación de la reforma financiera las
entidades crecieron fuertemente, ante el incentivo dado por las elevadas tasas de interés y la disminución del encaje
del 100% a un encaje fraccionario. Es así como entre mediados de 1977 y fines de 1980 la cantidad de depósitos en
entidades bancarias (fundamentalmente los a plazo fijo) se incrementaron un 86% (Fernández, 1982). Sin embargo,
dos factores van a contribuir a que a partir de fines de 1980 el sistema bancario se encuentre en una situación
progresivamente negativa. En primer lugar, se produce la reversión de capitales externos, muchos de ellos
integrantes del sistema financiero argentino debido a las elevadas tasas de interés ofrecidas por las entidades
bancarias y financieras. Esta reversión de flujos tiene su explicación en el incremento de la tasa de interés de los
Estados Unidos y en el elevado grado de apertura del sistema financiero argentino que permitió una fuerte salida de
capitales a partir de ese momento. En segundo lugar, existe un factor interno que produce una reversión en la
entrada de depósitos, con lo cual a partir de principios de 1981 comienza a observarse una fuerte caída en los
depósitos. Pero ya en marzo de 1980 se había hecho evidente la crisis del sistema financiero argentino con el cierre
del principal banco privado, el Banco de Intercambio Regional (BIR). Este cierre provocó una fuerte “corrida
bancaria” que afectó a todo el sistema financiero argentino y obligó al Banco Central a modificar el régimen de
garantías de depósitos y a instrumentar a través de la Circular 1051 un régimen de adelantos para realizar salvatajes
de entidades financieras. A través de este último sistema el Banco central otorgó adelantos a los bancos por un total
equivalente a cerca del 30% de la base monetaria existente en ese momento. Pese a ello varias entidades
financieras, como por ejemplo el Banco Oddone y el Banco de los Andes, debieron dejar de operar. Esto genera una
crisis en el sistema financiero.
La estatización de la deuda privada A partir de la agudización de la crisis derivada de las políticas cambiarias y
arancelarias implementadas en 1978 y 1979 se buscó solucionar el fuerte estancamiento de la actividad económica a
través de una serie de devaluaciones, la primera de ellas realizada por el ministro Martínez de Hoz antes de
renunciar en febrero de 1981. A partir de estas devaluaciones, y con la excusa de la escasez de reservas del Banco
Central, se procedió a otorgar a empresas del sector privado regímenes de seguros de cambio. El primer seguro se
otorgó en junio de 1981 mediante la Comunicación A 31 del Banco Central. Mediante este seguro el Banco Central
garantizaba al deudor el tipo de cambio al momento de realizar el contrato de deuda más una prima del 40%. Este
seguro fue en la práctica un fuerte subsidio estatal a los deudores privados. En este punto debe remarcarse que la
deuda privada estaba muy fuertemente concentrada, ya que, como demuestra Basualdo (2006), alrededor del 35%
de la deuda externa privada total estaba concentrada en diez empresas, y cerca del 46% en veinte empresas. Dentro
de estas empresas se encuentran numerosas entidades bancarias (Banco de Italia, Banco de Galicia, Banco Ganadero
Argentino) y múltiples empresas pertenecientes a poderosos grupos locales (Acindar, Celulosa Argentina, etc.).
También en julio de 1981 se otorgó un subsidio directo a empresas con deudas con el exterior, a través de la
Comunicación del Banco Central A 33. Este subsidio pasó a engrosar el endeudamiento público con el consiguiente
traspaso de la deuda a todo el pueblo argentino.
En el período desde mediados de 1981 hasta agosto de 1982 se realizaron múltiples medidas de seguros de cambio y
subsidios. Finalmente en agosto de 1982, mediante la Comunicación A 251 del Banco Central se procedió a estatizar
la deuda privada, con lo cual se traspasó la fuerte carga de vencimientos al sector público.
La deuda externa total se incrementó en el período 1976 – 1983 un 460%, mostrando la dinámica que el modelo
implementado por el gobierno militar tuvo sobre el endeudamiento tanto público como privado.
Mientras que la deuda pública se incrementa continuamente en todo el período, la deuda privada tiene una
aceleración en su crecimiento en el período de aplicación de la reforma financiera y de fuerte apertura y retraso
cambiario (1978 – 1981). A partir de la implementación de los seguros de cambio y, posteriormente, de la
estatización de la deuda privada, puede observarse una dinámica completamente distinta a la del sector público, con
un considerable descenso.
Conclusiones
La Reforma Financiera, parte fundamental del esquema de reformas implementadas por el gobierno del
autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, resultó ser una pieza determinante del futuro de la economía
argentina en los siguientes veinticinco años (de hecho nunca se volvió atrás con muchas de las reformas introducidas
en 1977). La combinación de endeudamiento externo con fuerte recesión y de destrucción de amplias porciones del
tejido industrial de la Argentina serían fuertes condicionantes para el gobierno democrático asumido en diciembre
de 1983. A partir de los primeros meses de gobierno democrático se realizaron estudios ante la posibilidad de
maniobras de endeudamiento fraudulento. Pero, pese a haber descubierto múltiples maniobras de ese estilo, debió
finalmente hacerse frente a todas las obligaciones de deuda pública, ante la urgencia de llegar a acuerdos con
organismos internacionales (FMI). Es así como el gobierno radical de 1983 – 1989 selló su propio destino que
terminaría en una década signada por el estancamiento económico y la hiperinflación.
La implementación de una nueva oleada de reformas neoliberales (1989 – 2001) más profundas con privatizaciones y
atraso cambiario permitieron un breve período de crecimiento, pero al mismo tiempo una fuerte volatilidad en la
actividad económica y una fuerte concentración del ingreso en los sectores más favorecidos de la sociedad
argentina. Asimismo, las políticas implementadas continuaron incrementando el endeudamiento hasta llegar al
estallido de fines de 2001 que implicó la renuncia del presidente Fernando de la Rúa y el cambio de algunas de las
variables fundamentales implementadas en el período.
Damill-Frenkel-Rapetti
1. ¿Porque algunos economistas incluyen a la Argentina con los países que tienen incumplimiento
reiterativos?
La explicación de la crisis y el default se da por dos motivos: por un lado una característica inherente a la economía
adquirida a lo largo del tiempo, y por otro la conducta irresponsable de gobiernos que insisten en contraer deuda
externa por encima del límite de intolerancia del país. Las altas primas de riesgo que el mercado carga y la
propensión a interrupciones súbitas de financiamiento hacen su contribución para determinar una alta probabilidad
de default.
SE ENDEUDAN MAS DE LO QUE PUEDEN, DEBIDO QUE AL PRINCIPIO LAS TASAS SON BAJAS, PERO DESPUES SUBEN Y
SE HACE MAS DIFICIL HACERSE CARGO DE LAS MISMAS.
5. ¿Qué evaluación del riesgo tuvieron estos cuatro países latinoamericanos en los 90?
Estos países siguieron diferentes trayectorias de integración comercial y financiera, que derivaron en configuraciones
con distintos grados de vulnerabilidad a la volatilidad del mercado y al contagio que se manifestaron en los 90, es
decir todos eran riesgosos. Ocupan un papel importante la política fiscal y la política de endeudamiento público,
pero también son relevantes la política cambiaria y el manejo de la apertura financiera tendiente a facilitar o
dificultar la preservación de tipos de cambio competitivos.
3° Etapa (1998-2001): El panorama cambia totalmente, el impacto de la crisis rusa y brasileña en 1998 y 1999 se
reflejo en un nuevo aumento de las primas de riesgo país, que ya habían ascendido en 1997 con las crisis del sudeste
de Asia. Esto afecto negativamente a la demanda interna y desencadeno una nueva recesión, así como incremento la
vulnerabilidad financiera de los deudores, incluyendo al sector público y a los agentes privados.
El déficit anual promedio en esta etapa resulto superior al de 1994 debido al aumento de los pagos de intereses.
Impulsada por la suba de la prima de riesgo país, la trayectoria ascendente de las tasa de interés se refleja en el
déficit consolidado y en el camino peligroso que asume la deuda pública.
Si bien hubo muchos gastos también hubo muchos ingresos y que solo el déficit era el 1% del PBI.
A partir del 95 tuvimos tres episodios efecto tequila, el problema de las privaciones por las AFJP seguros sociales,
donde las AFJP recibían dinero que antes recibía el Estado y el Estado ahora estaba pagando las jubilaciones que
había por lo tanto había un descontrol y reducción de algunos aranceles del sector externo, por desequilibrio en el
sector financiero. El déficit fue un 2% del PBI. No fue tanto el gasto lo que pasa es q en la última etapa había
superávit primario, pero las tasas de interés se habían escapado por la crisis de los tigres asiáticos, el tequila donde
empezaron a disparar las tasas de interés, entonces todo endeudamiento se encarecía, y eso genero un gran déficit y
también la causa de gran desequilibrio.
7. ¿Cuáles fueron las soluciones tomadas por Argentina para prolongar la caída de la convertibilidad?
La contracción de la actividad y el empleo se presentaron antes del default, fueron consecuencia de la crisis
financiera, la corrida generalizada hacia activos externos y la liquidez. El default resulto una de las condiciones de
posibilidad de la recuperación que tuvo lugar con la cesación de pagos y la liberación de la política económica.
Después del default se desarrollo una política macroeconómica pragmática, enfocada en la estabilización del
mercado de cambios y en la rápida recomposición de los ingresos fiscales. El FMI y analistas de los intermediarios
financieros internacionales consideraban a la experiencia argentina como un caso exitoso de política
macroeconómica y reformas estructurales en un contexto de globalización financiera. En plena crisis, el compromiso
del FMI con la convertibilidad argentina, principalmente por el paquete de ayuda otorgada en el 2000 y 2001, genero
cuestionamientos y conflictos en el organismo. La mayor singularidad del caso reside en que la reestructuración se
realizo in injerencia del FMI, la relevancia radica en la magnitud de la deuda reestructurada y de la quita.
8. ¿Cuáles son las 3 etapas que se pueden identificar del comportamiento de la deuda, desde mediados de
los 70 hasta el presente?
1 Etapa: (1977-1982) (Proceso) Argentina atravesó una fase de apertura financiera y endeudamiento acelerado, que
concluyo con fugas masivas de capitales, crisis cambiaria y financiera, devaluación y default.
2 Etapa: (1982-1990) (Alfonsín) fue un periodo de racionamiento en los mercados externos de fondos, "crisis de la
deuda latinoamericana".
3 Etapa: (1991-2001) (Menem) se trato un lapso de apertura financiera y endeudamiento acelerado, es la etapa de la
convertibilidad que desembocaría en fugas de capitales, crisis cambiaria y financiera, default y devaluación, llevando
finalmente al proceso de reestructuración de la deuda.
Un hecho a destacar en las etapas de endeudamiento, fue el papel del sector privado en la generación de
obligaciones financieras externas, como contrapartida las obligaciones totales del gobierno declina entre 78-80.
Situación que se repite en los años 90.
Otro elemento es que no tiene sustento la posición de considerar al desequilibrio fiscal como causa primaria de las
crisis cambiarias y financieras y de los episodios de default.
Un tercer elemento para comprender el endeudamiento es que la Argentina ingreso a la 2da globalización financiera
como un país con inflación alta. Como consecuencia de esto en ambas fases de liberalización financiera (70 y 90), la
apertura de la cuenta de capitales se adopto en forma simultánea con el lanzamiento de un programa
antiinflacionario, fijando un tipo de cambio nominal utilizándolo como ancla del sistema de precios.
Un cuarto elemento fue la dinámica macroeconómica, un contexto financiero externo de abundante liquidez y una
política de estabilización basada en la fijación del tipo de cambio y la apertura comercial y financiera, estas políticas
tienen a generar una dinámica de ciclo:
Inicialmente la fijación del tipo de cambio y la menor incertidumbre alientan al arbitraje financiero y se producen
ingresos de capitales privados atraídos por la diferencia entre las tasas internas y las internacionales. La demanda se
expande y la inflación baja lo que hace crecer el flujo de importaciones que deteriora el resultado de la cuenta
corriente. Las necesidades de financiamiento se incrementan y se acumula deuda externa, aumentando la
vulnerabilidad de la economía ante cambios negativos en el contexto financiero internacional.
1. Introducción
Las prácticas de los llamados "fondos buitre" los han constituido en uno de los ejes centrales en la discusión
internacional de los últimos años. Las características de sus estrategias y el planteo de diversas iniciativas de reforma
de la arquitectura financiera internacional muestran de manera clara la necesidad de establecer controles, limitar
sus actividades especulativas y morigerar las consecuencias derivadas de éstas, que son especialmente perjudiciales
para los países en desarrollo.
El accionar de estos actores, que les permite obtener ganancias extraordinarias por fuera de los mecanismos
habituales de mercado, se vio fortalecido progresivamente por el debilitamiento de la protección a los Estados a
partir de los resultados de numerosos litigios judiciales llevados adelante contra países deudores durante más de 30
años. Se ha señalado el peligro que representan para los procesos de reestructuración de deuda soberana venideros,
tanto la conducta desestabilizadora de los fondos buitre como el favorable tratamiento que obtuvieron por parte del
sistema judicial norteamericano.
Podemos decir entonces que las consecuencias que se desprenden del más largo y complejo juicio entre una nación
soberana y sus acreedores, lo han convertido en un antecedente ineludible para analizar los procesos de
reestructuración de pasivos públicos.
En este sentido, en este trabajo caracterizaremos a estos inversores y sus estrategias, presentaremos algunos de los
procesos más importantes relacionados con deudas soberanas en los que estuvieron involucrados en las últimas
décadas, para finalmente ocuparnos del caso argentino reciente, en donde las demandas de estos fondos se
encontraron con una fuerte resistencia del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, lo que prolongó y aumentó
paulatinamente la conflictividad de la disputa, cerrada a principios del año 2016 por la administración de Mauricio
Macri.
Los llamados “fondos buitre” son fondos de inversión especializados en hacer negocios en economías altamente
endeudadas. En general, tienen la forma institucional de fondos de cobertura dedicados a la realización de
inversiones sofisticadas y altamente riesgosas, lo que es posible debido a que están sometidos a una escasa
regulación gubernamental.
Aunque también adquieren deuda corporativa, su accionar más controversial se relaciona con los títulos de deuda
pública.
La estrategia de negocios “buitre” es altamente agresiva, pues prevalece la negociación confrontativa y tiene escaso
lugar la cooperación. La operatoria comienza en el mercado secundario de deuda con la compra de bonos soberanos
(de países que han declarado o se encuentran próximos a declarar un default) a muy bajo precio, esto es, con un
gran descuento sobre su valor nominal. Una vez comenzadas las negociaciones entre los gobiernos y sus acreedores
para la restructuración de los pasivos, los buitres rehúsan participar (constituyéndose en holdouts) e inician acciones
judiciales en los tribunales de la jurisdicción bajo cuya ley se emitieron los títulos (principalmente, Nueva York y
Londres) en las que reclaman el principal, los intereses acumulados y los punitorios, para así obtener considerables
dividendos, imposibles de conseguir mediante mecanismos de mercado.
Para alcanzar estos resultados altamente redituables en términos económico-financieros, impulsan una serie de
presiones sobre los gobiernos, en paralelo a las demandas judiciales, tales como la búsqueda de activos para
embargar y la promoción de campañas de lobby y desprestigio a través de diversos medios, dirigidas a influir sobre el
sistema político y la opinión pública.
Los vacíos institucionales y las grietas legales en lo referente a la deuda soberana son elementos esenciales para
comprender el negocio de estos litigantes profesionales, pues constituyen las condiciones de posibilidad de sus
estrategias. A diferencia del régimen de quiebra o bancarrota existente para las empresas del sector privado, los
deudores soberanos no cuentan con un marco legal que los proteja a nivel internacional, modere las demandas de
los acreedores y establezca los procedimientos a seguir frente a crisis de deuda. El mecanismo actualmente existente
es el de los canjes de deuda con participación o adhesión voluntaria (no obligatoria ni compulsiva) de los acreedores.
El gobierno deudor puede iniciar negociaciones para establecer las nuevas condiciones de repago, pero los
acreedores pueden elegir no participar e incluso no aceptar la propuesta, mantenerse al margen (holdout) y litigar en
los tribunales correspondientes.
La operatoria con pasivos soberanos por parte de estos fondos es relativamente reciente, pues se consolida en la
década de los 90 con el crecimiento del mercado de deuda luego de la implementación del plan Brady, surgido como
respuesta a la crisis latinoamericana iniciada en 1982. Dicha crisis tiene su origen en el formidable incremento del
endeudamiento externo de los países en desarrollo durante los 70, en el contexto de alta liquidez y libre movilidad
de capitales.
En la década de los 80, comenzó a desarrollarse un incipiente mercado secundario, que tendría un impulso
extraordinario luego del plan Brady. Dicho plan, impulsado por el gobierno de EE.UU., consistió en la titularización de
la deuda bancaria de los países en desarrollo, es decir, en la conversión de los préstamos en bonos negociables.
Luego del Brady, se crearon las condiciones para la proliferación de litigios, en dos sentidos.
Primero, por las características de los instrumentos de deuda que desde entonces prevalecieron. El grueso
de la financiación soberana no se obtenía ya con préstamos bancarios, sino a través de la colocación de
bonos en plazas internacionales. De esta forma, los títulos públicos se constituyeron en una clase más de
activos financieros, sujetos a las fluctuaciones de precios y adquiribles en el mercado en cualquier momento.
Segundo, porque los prestadores ya no eran un número reducido de entidades bancarias relativamente
homogéneas, limitadas en sus capacidades de entablar acciones judiciales individuales, interesadas en
mantener relaciones en el tiempo y (relativamente) fáciles de organizar en una acción colectiva; sino una
multiplicidad de bonistas, caracterizados por su heterogeneidad (institucionales de diverso tipo, minoristas,
buitres) y por la diversidad, lo que dificulta su coordinación.
Fue así que la posibilidad de adquirir instrumentos de deuda soberana en el mercado secundario con descuento ante
episodios de crisis, en un contexto de atomización de los prestadores, permitió a una fracción minoritaria desarrollar
y optimizar su estrategia orientada a la obtención de ganancias extraordinarias por la vía judicial.
Estos cambios en el sistema financiero y en las características de la deuda soberana, fueron acompañadas por
transformaciones en las legislaciones nacionales y en las interpretaciones jurídicas sobre las doctrinas o principios
que impedían que los estados fueron demandados en tribunales extranjeros. Esencialmente, la paulatina erosión de
la inmunidad soberana se constituyó en la otra condición de posibilidad del accionar litigioso de los buitres.
3. La progresiva erosión del principio de inmunidad soberana: las principales demandas que antecedieron al caso
argentino
La doctrina de la inmunidad soberana establece que los estados gozan de ésta bajo dos formas: la inmunidad de
jurisdicción y de ejecución. Mientras la primera está ligada a la imposibilidad de que un Estado extranjero sea
sometido a juicio ante los tribunales de otro, la segunda se define como la imposibilidad de que los activos de un país
sean objeto de medidas de ejecución por los órganos de otro Estado.
Hasta mediados del siglo XX prevaleció una interpretación absoluta de esta doctrina. A medida que los países
incrementaron su participación en el comercio y las finanzas internacionales, dicha concepción se limitó
progresivamente, imponiéndose una doctrina restringida.
La doctrina restringida termina con la posibilidad de los Estados de ser inmunes a demandas en el extranjero por
cualquier actividad que realicen, pues dicho derecho se niega cuando los gobiernos proceden como lo haría un
privado y se reconoce solamente cuando actúan en ejercicio de su autoridad pública, por lo que cobra plena vigencia
la teoría de la doble personalidad del Estado.
El primer caso que involucró a nuestro país sentó un precedente fundamental sobre el carácter de las actividades de
emisión de deuda. En 1986, al vencer de una serie de títulos públicos en dólares estadounidenses (Bonods) emitidos
durante la dictadura, el gobierno democrático de Alfonsín manifestó no contar con las reservas para hacer frente a
los pagos y unilateralmente forzó una restructuración al sustituirlos por otras obligaciones. Dos corporaciones
panameñas y un banco suizo que poseían Bonods por USD 1.300.000 iniciaron una demanda en los tribunales de
Nueva York. Como Estado extranjero, la Argentina alegó en su defensa la inmunidad soberana. Sin embargo, tanto la
Primera Instancia, como la Cámara de Apelaciones y la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. dictaminaron en
contra del país. El fallo, que sentó jurisprudencia, sostuvo que la emisión de bonos, independientemente del
propósito de la misma, es una actividad comercial y que la postergación unilateral de los pagos es una “actividad
comercial conexa”, que tiene un efecto directo sobre los Estados Unidos, debido a que allí se realizaban los pagos.
Para los jueces, ya que el Estado argentino al emitir los bonos había actuado al igual que un privado en un mercado,
no podía invocar la inmunidad.
Desde entonces, tanto la colocación de bonos como la cesación de pagos dejaron de ser considerados como actos
soberanos y se equipararon con las actividades comerciales de agentes del sector privado.
Este caso, sin duda, es central para comprender los desarrollos recientes de la litigiosidad en torno a la deuda
soberana pues no sólo supuso una nueva erosión de la defensa estatal, sino que sumó el bloqueo potencial de los
pagos resultantes de procesos de reestructuración aceptados por una mayoría de acreedores, colocando a los países
frente a la posibilidad de nuevos defaults. Desde entonces, otros fondos especulativos invocaron esta cláusula en
litigios con países en desarrollo, pero ninguno tendría el grado de conflictividad y la extensión temporal de la disputa
que siguió a la cesación de pagos argentina de 2001.
4. El desarrollo del caso argentino: la negociación conflictiva durante los gobiernos kirchneristas
Luego de una década de crecimiento vertiginoso de los pasivos públicos, a fines de 2001 el Estado argentino declaró
la suspensión de los pagos de la deuda externa. La moratoria alcanzó a una parte de los USD 144.453 millones que
alcanzaba entonces la deuda pública.
No sería hasta la llegada a la Casa Rosada de Néstor Kirchner que comenzarían a renegociarse los pasivos en default
en manos de tenedores privados.
En el caso de la renegociación iniciada en 2003, el flamante gobierno argentino, decidido a resolver el default de
manera favorable al país, implementó una estrategia mixta con los acreedores privados, mayormente confrontativa,
desde una posición negociadora inicialmente débil pero que se fortalecería con el tiempo, a medida que la economía
se recuperaba, el gobierno construía legitimidad en el ejercicio del poder y sumaba apoyos a nivel local e
internacional. Entre algunos de los elementos que conformaban esta estrategia, podemos identificar un discurso
confrontativo y una agresiva propuesta de reestructuración, con una importante quita sobre el capital.
En este marco, el gobierno nacional se encargó de iniciar el diálogo con los diferentes acreedores. La primera
propuesta de reestructuración se realizó en septiembre de 2003. La presentación solo describía los aspectos
generales de la operatoria: no reconocía los intereses adeudados, planteaba una quita del 75% sobre el valor
nominal, y anticipaba la emisión de tres tipos de bonos y de valores atados al crecimiento de la economía.
La llamada “propuesta de Dubái” fue fuertemente criticada y rechazada por los diferentes grupos de acreedores, que
también habían adoptado una estrategia de confrontación, acusaban a la Argentina de falta de “buena fe”, buscaban
persuadir a los restantes acreedores de rechazar la oferta (al tiempo que presentaban sus propias contrapropuestas)
y presionaban públicamente en sus declaraciones a los funcionarios argentinos.
En 2004, Argentina presentó la “propuesta de Buenos Aires”, que contenía algunas mejoras para los tenedores de
títulos. A pesar de las presiones y especulaciones de diferentes actores de la comunidad financiera internacional, de
los acreedores y del sector oficial sobre una nueva oferta que mejorara todavía más los términos del futuro acuerdo
de reestructuración, no hubo modificaciones posteriores.
El canje comenzó a mediados de enero de 2005 y se extendió hasta finales de febrero de ese año. En medio de
rumores sobre el fracaso de la operatoria, como forma de estimular la adhesión, el Congreso aprobó en febrero la
ley 26.017, conocida como “cerrojo” que impedía reabrir el canje a los no adherentes.
Esta normativa se sumaba a una serie de disposiciones legales establecidas en los prospectos para desincentivar la
operatoria holdout, como la cláusula RUFO que establecía que, si Argentina realizaba a los acreedores reticentes una
oferta voluntaria superior a la presentada en el canje antes del fin de 2014, los bonistas adherentes podrían pedir
igual tratamiento.
En marzo se anunciaba la salida del default, se daban a conocer los resultados “exitosos” de la reestructuración (el
76,15% de la deuda elegible había sido canjeada) y se presentaba la operatoria como el inicio de una política de
desendeudamiento. En junio se realizaría el intercambio efectivo de los instrumentos viejos por los nuevos, dándose
por finalizado oficialmente el proceso de reestructuración.
En el marco de una negociación marcada por la mutua cooperación, la administración de Cristina Fernández de
Kirchner abriría en abril de 2010 la segunda etapa de la reestructuración, que llevaría la adhesión (acumulada) al
92,7% de la deuda elegible.
El escenario cambió cuando, en octubre de 2010 y luego de varios intentos infructuosos de bloquear el canje y
embargar bienes del Estado Argentino, NML Capital modificó su estrategia judicial, sumando un elemento clave.
En el escrito presentado entonces se sostenía que Argentina, con las leyes 26.017 (“cerrojo”) y 26.547 (suspensión
de la ley cerrojo) y los pagos que el país había realizado desde 2005 a los reestructurados sin atender las
obligaciones con los demandantes, había subordinado a NML frente a los acreedores que suscribieron los canjes y
que, por lo tanto, se encontraba violando el principio de trato igualitario y equitativo derivado de la cláusula pari
passu presente en los contratos.
Con este giro, el litigio se aceleró y profundizó su conflictividad, pues ambas partes sostendrían los lineamientos
generales de su estrategia confrontativa hasta las últimas consecuencias, esperando un resultado favorable. Los
litigantes, que progresivamente verían fortalecida su posición en sede judicial, continuaron emprendiendo acciones
de presión sobre la Argentina como hicieron en otros casos, buscando embargar bienes estatales, impulsando
campañas de desprestigio y realizando lobby en el poder legislativo norteamericano. Por su parte, la Argentina
mantendría una posición firme de no negociar ni hacer concesiones a los litigantes. El gobierno de Cristina Kirchner
no acataría los diferentes fallos, apelaría cada decisión y continuaría abonando los servicios de deuda
correspondientes a los canjes. Sin embargo, una seguidilla de decisiones judiciales en Nueva York, irían arrinconando
a la Argentina y obligándola a modificar algunos elementos de su estrategia. El 7 de diciembre de 2011, Griesa
resolvió que Argentina se encontraba efectivamente violando la cláusula pari passu.
El 23 de febrero de 2012 el juez emitió una orden estableciendo que la Argentina debía pagar a los demandantes de
manera proporcional, simultánea o anticipadamente, toda vez que abonase a los tenedores de títulos emitidos en
2005 y 2010. La orden no sólo obligaba al Estado argentino, sino que establecía que debía informarse a todas las
partes involucradas de manera directa o indirecta en el proceso de pago. La decisión fue apelada ante la Corte del
Segundo Circuito, lo que suspendió sus efectos. Esta Corte se expidió el 26 de octubre, confirmando la sentencia de
primera instancia sobre la existencia de una violación de la cláusula pari passu y solicitando a Griesa que aclarase la
fórmula de pago a pro rata.
El 21 de noviembre el Juez dio a conocer dicha fórmula, estableciendo que Argentina debía abonar el 100%
adeudado a los litigantes con el pago de los servicios de los bonos de los canjes, antes del 15 de diciembre de ese
año (fecha en que debía abonarse a los reestructurados) o de otra forma el país se vería impedido de realizar
cualquier otro pago relativo a su deuda reestructurada.
Este fue un momento de quiebre, dado el resultado claramente perjudicial para la Argentina en dos instancias
judiciales. En respuesta a este panorama que debilitó su posición, el gobierno modificaría levemente su estrategia
inicial de no negociar ni pagar, incorporando algunos elementos cooperativos. Específicamente, abrió la posibilidad
de abrir una tercera ronda de canje para los holdouts.
Aunque de esta forma mostraba buena voluntad y ánimo de negociación, los márgenes para la misma eran limitadas,
pues un virtual acuerdo no podía implicar términos y condiciones financieros mejores a los ofrecidos en 2010.
Además, los buitres no flexibilizaron su estrategia: ya habían rechazado dos rondas de canje y tenían en su poder
sentencias que les aseguran el cobro del 100% de sus acreencias, las que fortalecían su posición. Si bien por primera
vez, el gobierno realizaba una concesión y presentaba una oferta de pago, esto no impidió que la orientación
confrontativa general de la estrategia se mantuviera.
Finalmente, en febrero de 2014 se llegó a la última instancia de apelación. El gobierno nacional solicitó a la Corte
Suprema de Estados Unidos que tomara el caso alegando la violación a la inmunidad soberana y advirtiendo
nuevamente de las consecuencias de la decisión del juez para la economía nacional y para las futuras
reestructuraciones de deuda. La Corte decidió en junio abstenerse de intervenir, quedando el fallo firme.
En este contexto, y al no concretarse el pago de los bonos emitidos durante la reestructuración, Argentina fue
declarada en default a fines de julio de 2014.
Aunque en junio de 2014, el Juez Griesa había designado al abogado especializado en finanzas Daniel Pollack para
asistir a las partes en las negociaciones, las mismas no avanzaron. La oferta argentina para los litigantes continuaba
siendo pagarles en las mismas condiciones dadas a los bonistas en 2010. Los representantes argentinos alegaban
que no podían negociar ni acordar voluntariamente un mejor acuerdo hasta tanto no expirara la cláusula RUFO.
Como aquellos las habían rechazado desde el primer momento, las tratativas se empantanaron.
Por otra parte, una vez agotada la instancia judicial, Argentina profundizó sus esfuerzos diplomáticos en busca de
apoyo como forma de presionar sobre los acreedores, lograr un acuerdo y evitar abonar la sentencia judicial. Se
destacó el impulso en la ONU que derivó en un marco regulatorio internacional para ordenar las reestructuraciones
de deuda y limitara el accionar de los acreedores especulativos. La estrategia apuntó a lograr apoyos mayoritarios en
un órgano que fuera neutral y permeable a las inquietudes e iniciativas de los países en desarrollo. Así, la Asamblea
General de las Naciones Unidas aparecía como un ámbito más democrático, representativo y equitativo que otros,
como por ejemplo el FMI, en donde el poder de voto está desigualmente distribuido en favor de los países centrales,
lo que hace que en estos prevalezcan la agenda y los intereses de los mismos.
A pesar de haber expirado la cláusula RUFO en diciembre de 2014, durante 2015 no hubo mayores progresos en las
negociaciones, pues el gobierno decidió avanzar prioritariamente en el frente político-diplomático a través del
trabajo en la ONU. Además, la dinámica política interna estuvo marcada por la campaña para las elecciones
presidenciales de octubre. Durante la misma, varios candidatos aseguraban que era imperativo cerrar el litigio en
Nueva York, pues se había extendido en demasía e impedía el acceso al crédito barato y la llegada de inversiones.
La victoria de Mauricio Macri en segunda vuelta por poco más del 51% de los votos, implicó el cierre de un ciclo de
más de doce años de gobiernos kirchneristas y la llegada al poder de una administración de otro signo político y con
preferencias de política económica marcadamente diferentes.
Con el inicio del gobierno de Cambiemos el tratamiento del litigio con los buitres sufrió un cambio radical. La
estrategia era ahora cooperativa y favorable a la posición de los fondos litigantes a los que se les reconocía el
derecho legítimo de cobrar sus acreencias a partir de la orden obtenida en Nueva York. Las bases de este cambio
eran, según los funcionarios, por un lado, la posición débil de la Argentina derivada de la sentencia firme que
limitaba todo margen de maniobra en las negociaciones y, por otro, la necesidad de ponerle fin a más de una década
de conflicto para recuperar la confianza y tomar las medidas para salir del aislamiento en que se encontraba la
economía argentina.
El cambio de rumbo y la celeridad del nuevo gobierno para dar solución al conflicto fueron elogiados,
internacionalmente, por el gobierno de los Estados Unidos, el FMI, los propios acreedores e incluso por el juez
Griesa.
A nivel local, la aprobación de la ley 27.249 autorizó la emisión de nuevos títulos para financiar el pago a los
acreedores demostró el consenso en casi todo el arco político en torno al cierre del conflicto. Desde el oficialismo
aseguraban que con la salida del default llegarían inversiones que generarían crecimiento y trabajo.
Finalmente, el gobierno argentino llegó a un acuerdo con la mayoría de los holdouts, incluidos los fondos buitres
más combativo, pudo emitir en abril los títulos que permitieron abonar al contado y logró que el Juez levantara el
bloqueo que impedía el pago a los bonistas reestructurados.
La profundización de la estrategia buitre resulta sumamente peligrosa para países sobreendeudados que necesitan
aliviar y reprogramar sus pasivos para poder recuperarse económicamente. En segundo lugar, en caso de que se
concreten tales procesos, interpretaciones novedosas de cláusulas estándar o decisiones judiciales (como la
disposición que frenó el pago a los bonistas que adhirieron a los canjes) pueden derivar en un virtual bloqueo, por
parte de una minoría, de reestructuraciones consensuadas con amplias mayorías y volverlas insostenibles en el
tiempo, generando mayores dificultades para el país en cuestión y para el conjunto de los acreedores.
Si algo muestra la historia financiera reciente es que estos actores pueden promover interpretaciones jurídicas
novedosas y encontrar huecos en el sistema legal que explotan en su provecho. Por esto, se considera que impulsar
la discusión nacional, internacional y multilateral, de la comunidad financiera y política sobre nuevos marcos que
ordenen las negociaciones de reprogramación de pasivos y limiten la estrategia de estos litigantes profesionales, se
vuelve imperativa.
6. Conclusiones
Los fondos buitre son fondos altamente especulativos que hacen negocios con deuda de países en problemas, a
través de una estrategia consistente en comprar títulos públicos con un notorio descuento para luego iniciar
demandas judiciales en tribunales extranjeros con la finalidad de cobrar la totalidad de sus acreencias. El desarrollo
de dicha estrategia pudo desarrollarse a partir de los cambios ocurridos en el sistema financiero internacional y en la
legislación que protegía a los países de ser enjuiciados en tribunales extranjeros. Por un lado, la titularización de las
deudas y el crecimiento del mercado secundario de bonos convirtieron a la deuda soberana en una clase más de
activos negociables, pudiendo ser adquiridos por actores con diferentes intereses y estrategias de negocios, entre
ellos los buitres. Por otro lado, la paulatina restricción de la doctrina de inmunidad soberana a partir del desarrollo
de litigios, erosionó los mecanismos de defensa que poseían los países frente a sus acreedores.
Numerosos casos que tuvieron lugar en las últimas décadas muestran este derrotero. Sin embargo, ninguno fue tan
prolongado ni despertó tanto interés como el litigio entre los fondos buitre liderados por NML y el Estado argentino.
Luego de años de conflicto y confrontación durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, en 2016 con una
nueva administración de signo político opuesto, se resolvió la disputa de manera favorable para los demandantes.
Los buitres mantuvieron durante todo el conflicto una estrategia abiertamente confrontativa, y su posición
negociadora se fortaleció a medida que obtenían sentencias favorables. Las mismas, complementariamente,
debilitaron la posición de la Argentina en sede judicial a pesar de contar con apoyos políticos y diplomáticos
internacionales. Además, estas decisiones de la justicia neoyorkina en torno a la demanda pari passu obligaron a
flexibilizar la dura estrategia de Cristina Kirchner, incorporando algunos elementos cooperativos, pero sin que esto
implicara cambiar la orientación general de confrontación que se mantendría hasta que abandonó el poder. Con la
llegada de Mauricio Macri al Poder Ejecutivo a fines de 2015, la estrategia de manejo del conflicto tendría un giro
radical. La nueva administración, contando con apoyos externos e internos, asumió una postura cooperativa, se
mostró redispuesta a cerrar el litigio y atender las disposiciones del juez y los reclamos de los acreedores. Esto
permitió la rápida resolución del conflicto de manera favorable para el grupo de holdouts. A pesar de darse por
finalizado el proceso, los resultados que arrojó generan incertidumbre sobre el futuro de los procesos de
reestructuración. Por esto, y ya que las mejoras en los contratos no parecen suficientes, resulta pertinente promover
la discusión sobre mecanismos que ordenen las relaciones entre deudores y acreedores en el marco de episodios de
crisis de deuda.
RAPOPORT - UNIDAD Nº 8 - RETORNO A LA DEMOCRACIA Y NEOLIBERALISMO (1983-1999)
Los años 80 se caracterizaron por una gran inestabilidad en la economía internacional, los desequilibrios en las
balanzas de pagos de los países desarrollados o en desarrollo generaron una elevación de las tasas de interés. La
crisis fiscal se instaló tanto en los países desarrollados como en los del Tercer Mundo, generando un fuerte impacto
en los movimientos internacionales de capital.
Como respuesta, los países centrales comenzaron a delinear diferentes estrategias de ajuste macroeconómico. EEUU
logró recuperar sus niveles de actividad productiva y comercial, así como Japón y Alemania, que aumentaron su
participación en el mercado mundial de productos industriales, con una mayor competitividad.
Los desequilibrios en la balanza de pagos, desencadenaron una elevación de las tasas de interés, generando un
fuerte impacto en los movimientos internacionales de capitales. Los países subdesarrollados, más vulnerables y
tomadores de crédito hasta ese momento, se vieron afectados y comienza la cesación de pagos con la crisis
mexicana en 1982.
Se revirtió la dirección de los flujos capitales, por lo cual, los países más pobres se convirtieron en expulsores de
fondos líquidos hacia los más ricos. Esto puso en dificultades a los países más vulnerables, especialmente a los de
América Latina. Las instituciones financieras multilaterales y la banca acreedora presionaron para recuperar los
créditos otorgados, tratando de evitar la quiebra de los grandes bancos. Para los países afectados, la obtención de
las divisas necesarias se complicaba por las nuevas modalidades proteccionistas y la introducción de una serie de
negociaciones comerciales en el marco institucional del GATT (Aduana); cuyos principios son la igualdad del trato y el
multilateralismo, teniendo como trasfondo la defensa del libre cambio en determinados mercados, cerrando así
parcialmente en el ingreso de los productos afectados a estos mercados.
A mitad de los 80, el grado de exposición de los bancos había mejorado y los países industrializados tomaron una
posición más flexible. Esto llevado a un cambio conceptual en el tratamiento del problema de la deuda,
implementando el Plan Baker, para promover la recuperación de las economías deudoras (ayuda a 15 países con
47M de dólares y estos debían lograr altas tasas de ahorro e inversión, junto con políticas de apertura económica y
monitoreado por el FMI), y luego el Plan Brady, en el cual se imponían condiciones más blancas y mayores plazos
para el pago.
2) Entre 1986 y 1987 el endeudamiento latinoamericano se volvió crítico, ¿por qué? ¿Qué sucedió después?
En 1985, se presenta el plan llamado “programa para el crecimiento sostenido”, que promovía la recuperación de las
economías deudoras para restablecer la capacidad de pago. Los países deudores debían recuperar un crecimiento
sostenido, monitoreado por el FMI., junto con políticas de apertura y libre mercado. Los organismos financieros
internacionales, y los bancos comerciales debían proveer apoyo financiero. Los fondos otorgados resultaron ser
insuficientes, mientras que los bajos precios de las exportaciones y las altas tasas de interés impedían el
cumplimiento de los compromisos y no generaban condiciones favorables para el crecimiento. Hacia fines de los 80,
el Banco Mundial negocio nuevos créditos, exigiendo más ajustes a las economías deudoras.
Entre 1986-1987, la situación del endeudamiento latinoamericano volvió a tornarse crítica. Como consecuencia de
esto y del deterioro de las condiciones económicas internas, los mercados financieros de los EEUU comenzaron a
tentarse y la banca norteamericana aumento sus reservas. A pesar de esto en octubre del 87 se desencadeno una
grave crisis bursátil, en Wall Street, obligando a la intervención del gobierno norteamericano.
También se agravaron las crisis fiscales en el mercado de divisas de los países latinoamericanos que condujeron a
alimentar altas tasas de inflación.
En 1989, el secretario del Tesoro de EEUU, Brady, propuso un nuevo plan para que los países deudores recibieran
ayuda por parte de los acreedores oficiales e instituciones financieras para reducir sus deudas, con tasas de interés
más bajas y con el apoyo de EEUU y Japón; mientras que los programas de privatizaciones de empresas públicas
comenzaban a atraer capitales privados hacia América Latina como garantía.
Además, los precios del petróleo iniciaron una tendencia declinante y posibilitaron mejorar las condiciones de la
competitividad internacional de los países desarrollados, como Japón que reemplazo a la OPEP.
3) Explique el rol de las IED en el Comercio Internacional.
El Comercio mundial en los años `80 y `90 no fue libre sino “administrado” debido al predominio de grandes
corporaciones en las cuales se desarrolló una parte importante del flujo internacional de mercancías. Alrededor de
un 40% del comercio mundial de bienes lo constituyo el intercambio entre filiales de empresas multinacionales.
El complejo proceso económico que comenzó a desplegarse en la economía mundial desde mediados de los ’80, fue
alcanzando notoriedad, bajo el término de “globalización”, para señalar un escenario económico distinto, dominado
por las empresas internacionales. Se produjeron cambios en el sistema financiero internacional, como consecuencia
de la utilización de la informática y del notable avance de las telecomunicaciones, que los transformaron en
“instantáneos”. Con la transnacionalización de empresas, los flujos de inversión extranjera directa, se incrementaron
significativamente, expresando una creciente asociación y concentración de capitales de diferentes naciones.
4) ¿En que se basa el discurso globalizador (neoliberal) conocido como el consenso de Washington?
Desde mediados de 1980, comenzó a gestarse el nuevo proceso económico mundial llamado “globalización”. Se fue
gestando una economía mundial sustentada en los movimientos especulativos de capital, produciéndose una
profunda disociación entre el conjunto de valores negociados en los mercados de “derivados”, basados en
operaciones a futuro, y el proceso productivo, lo que a su vez constituía la llamada economía virtual. La constitución
de este mercado financiero internacional acelero el proceso de acumulación y concentración de capital beneficiando
a aquellos países, aún más visible en los países receptores de ese capital, para quienes la inestabilidad y la volatilidad
estaban lejos de constituir un factor de crecimiento económico y desarrollo social. También, a través de los llamados
“Paraísos Fiscales”, el lavado de dinero vinculado al narcotráfico y diversos tipos de operaciones ilegales, con la
participación de gobiernos, empresas y mafias, la especulación y la denominada “criminalidad financiera” fueron
ganando terreno.
La inestabilidad financiera produce un riesgo sistémico creciente, se entiende por esto como riesgo de inestabilidad
global que resulta de una disfunción de los sistemas bancarios y financieros, cuando la interacción de los
comportamientos individuales agrava los desequilibrios. La aparición de los llamados mercados emergentes reforzó
este proceso, lo que se expresó en las crisis económicas sistémicas.
La gran cantidad de transacciones diarias sobre el mercado creaba una situación de inestabilidad estructural que
ponía al mundo en una situación de riesgos. De allí que ciertos economistas propusieron establecer a una tasa a las
transacciones financiera, que debería servir al mismo tiempo para controlar esos movimientos, acumular recurso a
fin de ayudar al desarrollo de los países más pobres. La economía de los EEUU se extendió a gran parte de la década
de los 90 constituyendo el motor del sistema económico mundial, no se basó en especial en los mercados
internacionales sino en su propio mercado interno, gracias a la expansión de la demanda generada por el
consumidor norteamericano, esto fue gracias al apoyo que dio la emisión de moneda, que a su vez le aseguro su
financiamiento externo. En la Unión Europea sucedió lo mismo, el 90% de los ingresos europeos provinieron en sus
propios gastos.
Las transnacionalizaciones de las empresas nacieron vinculadas al crecimiento de los flujos financieros mundiales.
Este proceso se acentuó con la expansión de la inversión extranjera directa y las fusiones empresarias, expresando
una creciente asociación y concentración de capitales y empresas de diferentes naciones. La mayor parte de las
firmas multinacionales tenían en sus sedes y activos principales en EEUU y Japón, y algunos países de Europa como
Alemania, Francia y Gran Bretaña.
El discurso globalizador alcanzo mayor eficacia luego de los años 70, y luego de la caída del socialismo real a fines de
los 80, que desacreditaron la intervención del Estado y los ensayos dirigistas. Estaba apoyado por instituciones y
líderes de opinión vinculados al capital mundial, como por ejemplo el FMI, el Banco Mundial y los bancos de
inversión y empresas multinacionales. A este proceso se lo conoció como el “Consenso de Washington” que tenía
como eje: el control del gasto público y la disciplina fiscal; la liberalización del comercio y del sistema financiero; el
fomento de la inversión extranjera; la privatización de las empresas públicas y la desregulación del Estado.
Los gobiernos deben permitir el libre juego de las fuerzas de mercado, ya que éstas pueden repartir de mejor
manera los recursos productivos, las inversiones y el trabajo. La economía de bienestar desaparece y el individuo se
vuelve responsable de su propia suerte.
6) Desarrolle el plan económico del gobierno radical llevado a cabo por la gestión de Sourrouille y el plan
austral.
PLAN AUSTRAL
En enero de 1985 Sourrouille dio a conocer un documento que pretendía cubrir la ausencia de un plan de mediano
plazo para la evolución de la economía argentina, en el marco de las restricciones que imponía la difícil coyuntura.
El proyecto fijaba como objetivo de crecimiento una tasa del 4% anual, por medio del crecimiento basado en las
exportaciones y en la inversión. Las proyecciones se basaban en el mantenimiento de altas demandas de nuestros
productos exportables en los mercados internacionales y en un comportamiento favorable de la tasa de interés
internacional. Se delineaba la necesidad de reducir las tasas de inflación para lograr niveles de inversión aceptables,
mientras se manifestaba la necesidad de coherencia entre las medidas económicas de corto y mediano plazo.
Las primeras medidas apuntaron a recomponer los ingresos públicos y profundizar la inserción exportadora por
medio de reajustes del tipo de cambio y de las tarifas públicas. Se redujeron los plazos legales para el ingreso
efectivo de los pagos impositivos y aduaneros, en el mercado de la carne se impulsó un aumento importante,
dejando actuar a la oferta y la demanda en condiciones particulares y se dieron señales que incentivaron alzas de
determinados precios industriales.
Por medio de un decreto de necesidad y urgencia se inició el “Plan Austral”, este implico un ajuste fuerte, con el
objetivo de evitar una hiperinflación. Las medidas fueron las siguientes:
Cambio del signo monetario introduciendo el austral (su unidad equivalía a 1000 pesos), congelamiento de precios al
12 de junio, de las tarifas públicas y los salarios, reducción de las tasas de interés reguladas, devaluación del 15% y
congelamiento del tipo de cambio, fijándolo en 0.80 por dólar, compensada por un incremento de los impuestos a
las exportaciones e implementación de una política monetaria y fiscal estricta, que comprendía una reducción del
déficit y del PBI. Esta pauta debía ser alcanzada por un recorte en los gastos, mayor recaudación y financiamiento
por medio de créditos externos.
El plan tuvo un efecto favorable inmediato, con un incremento de las exportaciones, aumento de las liquidaciones de
divisas y recaudación impositiva, el crecimiento del BCRA, la disminución del déficit fiscal, la emisión monetaria y la
tasa de inflación en un 2% mensual.
Luego del éxito inicial, comenzaron a visualizarse algunos efectos no deseados. Si bien la inflación se había
contraído, persistía un aumento de precios que comenzaría a distorsionar la estructura de precios relativos. El efecto
del Plan Austral sobre los ingresos de los asalariados no fue homogéneo en todos los sectores. El más afectado fue
el sector público, por la rebaja de los salarios en el ajuste de las cuentas públicas. El Plan Austral implico una caída de
las remuneraciones reales en casi todos los sectores de la economía debido a los períodos de alta inflación.
Las empresas se vieron favorecidas por la caída inicial de los costos financieros y la reducción de las expectativas de
devaluación. Pero cuando estas ventajas quedaron absorbidas, reaparecieron los deslizamientos de precios junto a
los pedidos de flexibilización de los controles.
Las tasas de interés positivas afectaban a las empresas pequeñas y medianas ya que tenían menor acceso al crédito
externo. Esto implicaba una presión recesiva. A su vez las tasas pasivas positivas también incentivaban el ingreso de
capitales a corto plazo. En abril de 1986 se anunciaron correcciones al programa de ajuste, en procura de lograr
ciertas flexibilizaciones. Las medidas consistían en nuevos aumentos de las tarifas públicas y los precios de los
combustibles, incluyendo la primera devaluación del Austral con respecto al dólar. A partir de este momento la
política de flexibilización se mantuvo con reajustes periódicos de estas tarifas y precios de combustibles. Con esto se
pasaba de una política de congelamiento a otra de administración o flexibilización de precios. La nueva fase del Plan
Austral no sólo significaba la administración de los precios sino también la de tipo de cambio, tasas de interés, la de
salarios y la de egresos e ingresos fiscales.
Durante 1986, el Plan Austral pareció mantener una relativa estabilidad de los precios y favorecer el crecimiento
económico, luego de la recesión de 1985.
En agosto de 1986, se mostraba una lenta aceleración del ritmo del incremento de los precios. El gobierno intento,
un segundo ajuste debido a las presiones inflacionarias. En este momento el presidente del Banco Central, Alfredo
Concepción, fue reemplazado por Jose Luis Machinea, quien propuso una política más restrictiva en el manejo de la
oferta de dinero, con el fin de reducir la inflación. Las tasas de interés reales activas descendieron durante dos
meses y luego comenzaron a elevarse otra vez. Por consiguiente, el nivel de billetes y monedas en poder del público
descendió con respecto al PBI, mientras que las mayores tasas estimularon un crecimiento de los depósitos a plazos.
Esta política monetaria dio un salto hacia arriba en el déficit fiscal desde octubre 1986 hasta enero de 1987. Esto
paso por la caída de la recaudación aduanera debido a la reducción de los precios de los productos agropecuarios en
los mercados internacionales y a la declinación de las cantidades exportadas. Por otra parte, la compra de divisas del
gobierno para cancelar sus compromisos con el exterior generaba una expansión monetaria que se trataba de evitar
por medio de altas tasas de interés.
Sin embargo, la política monetaria constrictiva también afectaba a las cuentas públicas. Por un lado, su presión
recesiva reducía la recaudación, y por otro, incrementaba la remuneración a los encajes del sistema bancario, lo que
aumentaba el gasto.
En consecuencia, cobraron más vigor las tensiones inflacionarias. En febrero de 1987 el equipo económico lanzó, un
congelamiento de precios y salarios, ante el crecimiento de los desequilibrios en los sectores público y externo, y la
incapacidad de tomar medidas para frenar la inflación. Así hubo intentos de intervenir en algunos mercados cuyos
precios influían en el costo de vida. A su vez el congelamiento de precios y salarios se combinó con una
minidevaluación, pero este intento fracasó rápidamente.
Para el proyecto de ley de presupuesto de 1987 el equipo económico planteo medidas, las cuales proponían una
mayor integración de la economía al comercio mundial, a través de una apertura exportadora, el aliento a la
inversión privada, brindando un marco de expectativas estables con apoyo tecnológico; la reestructuración de
mercados de capitales, del sistema financiero y la reforma del Estado. Esta reforma del Estado suponía una
transformación del régimen de salarios y empleo público, la privatización de empresas públicas, reforma tributaria y
reducción del gasto provincial excesivo.
La situación económica comenzó a dar signos de mayor deterioro, influyendo en ello la presión sindical por mayores
salarios y contra la racionalización del sector público; la presión de la banca privada internacional por el pago de la
deuda; la lentitud en la ejecución de las privatizaciones de las empresas del Estado.
También existían problemas de financiamiento en el sector público. El compromiso de mantener bajo control la
cantidad de dinero se vía contraído por el déficit fiscal y por la necesidad de comprar divisas para cancelar los
compromisos externos. Esto obligaba a recurrir a herramientas de política económica que podían ser explosivas en
mediano plazo, en definitiva, deuda externa por deuda interna.
A medida que el mercado de esos títulos se fue saturando, que la deuda crecía y que la inflación ardía, el gobierno se
vio forzado a incrementar las tasas de interés para que sus bonos no perdieran atractivo, lo cual volvía a repercutir
sobre la deuda. Un perverso círculo vicioso comenzaba a horadar las bases del Plan Austral.
A pesar de estas dificultades, el gobierno intento profundizar las reformas estructurales ya programadas: 1.- Ley de
coparticipación federal (apoyo de las provincias hacia el gobierno nacional.-2.- Desregulación de servicios públicos y
de la actividad petrolera.-3.- La venta del 40% de Aerolíneas Argentinas.4.- Las reformas del régimen de producción
industrial.-5.- La reducción de la protección arancelaria y paraarancelaria en determinados sectores económicos. El
margen de acción del gobierno se fue acotando: las medidas se desmoronaban, y simultáneamente, las
herramientas de política económica en manos del equipo se iban limitando.
A pesar de los signos negativos, se logró concluir las negociaciones con la banca acreedora, permitiendo la llegada de
recursos financieros, aliviando el panorama. Pero la caída del saldo del balance comercial condujo al agotamiento de
las reservas de divisas del Banco Central a principios de 1988. Así el FMI. Retiró su apoyo y en abril de 1988 el
gobierno suspendió el servicio de la deuda a los bancos comerciales por lo que el país ingreso en una moratoria.
8) PLAN PRIMAVERA:
A mediados de 1988, la economía argentina se encontraba en una situación crítica, en la que se combinaban: la
recesión, la inflación, la caída salarial, la desocupación y la deuda interna. El retroceso salarial genero un conjunto de
huelgas en distintos sectores, y un paro general de los trabajadores de servicios públicos termino con un importante
desorden en la plaza de mayo y actos de vandalismo.
En tanto la situación económica y política interna se deterioraba, el sector externo mostraba signos de mejoría: una
sequía en el hemisferio norte elevaba los precios internacionales de algunos productos agrícolas. Ante esta compleja
situación, se presentó una nueva versión de plan de shock, el llamado “plan primavera” de agosto de 1988, que
contaba con el apoyo de diversas entidades empresariales.
- Promesa a los productores rurales de no aplicar nuevos impuestos a las exportaciones agropecuarias
- Se desdoblo el mercado cambiario
El segundo mercado, llamado “financiero”, fue liberado formalmente, pero se anunció que el BCRA intervendría en
el mismo.
Se esperaba un exceso de demanda en el mercado libre, ya que la mitad del valor de las exportaciones no cubriría el
valor de las importaciones más intereses, y ese exceso sería financiado por ventas diarias de divisas por las
autoridades monetarias. Por medio del desdoblamiento cambiario, el gobierno trataba, entonces, de redistribuir a su
favor una parte del incremento del precio de los productos agrícolas sin recurrir a las retenciones.
La estabilidad de precios se basaba esta vez en un acuerdo desindexatorio con las empresas líderes y refrendado por
las cámaras patronales más importantes. El gobierno debió resignar a cambio tres puntos en la tasa del IVA (del 18%
al 15%), lo cual era contradictorio en un plan cuyo objetivo era la elevación de los ingresos fiscales. Por eso, se
incrementaron, como compensación, las tarifas en un 30%.
El efecto antiinflacionario del programa se prolongó esta vez por un periodo mucho más corto (de agosto 1988 a
febrero 1989), aunque la inflación mensual bajo del 25% a comienzo del plan al 6% en diciembre. A su vez, tanto las
tarifas públicas como el tipo de cambio tendieron a retrasarse, acentuando los efectos negativos sobre el
desequilibrio fiscal y el del sector externo.
El control sobre la oferta monetaria por el BCRA se fue debilitando dado el creciente déficit fiscal, el renovado
superávit comercial y la caída en la demanda de títulos gubernamentales. Ante ello, se optó por la colocación forzosa
de deuda en el sistema financiero, a través de encajes remunerados.
Las tendencias recesivas también presionaban a la baja la recaudación impositiva, al reducir la base imponible.
En el marco de la campaña electoral, creció la incertidumbre política y la debilidad del gobierno. La escasa capacidad
del mismo para administrar los desequilibrios económicos y la presión de los grupos de poder económicos que
buscaban consolidar posiciones futuras, trababan cualquier proyecto de reforma y quitaban al equipo económico la
posibilidad de fijar incluso políticas de corto plazo.
9) ¿Cuáles fueron las características principales a finales de la gestión de Alfonsín con respecto a:
a. La hiperinflación.
b. Crisis social.
c. La especulación financiera.
A comienzo de 1989, las expectativas inflacionarias crecieron, colaborando para ello causas tanto económicas como
políticas.
Durante enero, se produjo una corrida especulativa contra el Austral, en el cual el Banco Central vendió 900 millones
de dólares en quince días. Así el intento del gobierno por preservar el valor del Austral concluyo en un fracaso. Estas
dificultades en el sector externo se sumaron los vencimientos de la deuda del tesoro, lo que complicaba el manejo
monetario.
El 06 de febrero de 1989, las autoridades monetarias ya no contaban con suficientes reservas para intervenir en el
mercado cambiario, por lo que procedieron a reorganizarlo nuevamente, abriendo dos segmentos con precios
regulados para exportaciones e importaciones respectivamente y un tercero libre para operaciones financieras. Se
inició una fuerte fuga de capitales, lo que ocasiono un golpe económico catastrófico. La especulación fue imparable,
lo que disparo la cotización del dólar libre. A su vez, los precios comenzaron a acompañar la evolución del dólar, por
lo que se ingresó en un proceso hiperinflacionario.
Las causas de la hiperinflación eran múltiples y generaron gran controversia en la economía. Estas causas fueron:
1.- La crítica situación de la balanza de pagos.-
2.- El comportamiento especulativo de importantes sectores económicos. -
3.- El encadenamiento de aceleraciones crecientes de la inflación. -
4.- La presión por la distribución del ingreso. -
A ello contribuyó también una errática política de contención por parte del gobierno. -
A fines de marzo, renuncio el equipo económico de Sourruille, y los sucedió Pugliese, quien puso en práctica una
nueva reforma cambiaría. Así en las siguientes semanas se desacelero el aumento del precio del dólar, pero la
inflación continúo ascendiendo. Pugliese reconoció su impotencia, criticando ácidamente a los operadores
económicos que continuaban especulando contra el Austral. Renunció a su cargo.
El 27 de mayo asumió Jesús Rodríguez, quien reintrodujo un régimen de control de cambios y una regla de Crawling
Peg (ajuste del tipo de cambio por la inflación pasada). El 08/07/1989 Alfonsín entrego la banda presidencial “Carlos
Menem”.-
El traspaso del poder se concretaba en el marco de un recrudecimiento hiperinflacionario. Los precios, salarios y
tarifas de gas, electricidad y teléfonos subieron en gran medida, pero los salarios en un índice menor. Aunque en
agosto la inflación descendió, pero la participación de los asalariados cayo. Las consecuencias de la hiperinflación
fueron graves:
1.- La monetización de la economía cayó a valores ínfimos.
2.- La deuda interna creció en forma exponencial
3.- Los ingresos de la tesorería General de la Nación se redujeron violentamente en términos reales.
La década de 1980 resultó particularmente fatídica para la Argentina. Nunca se habían conjugado al mismo tiempo
un contexto internacional tan desfavorable con una situación interna tan crítica como la que había dejado la
dictadura militar.
La política de Martinez de Hoz había iniciado una profunda transformación de las estructuras económicas de la
Argentina que implicaba el fin del modelo se sustitución de importaciones. El país parecía encaminarse hacia a la
especialización en un conjunto determinado de bines más reducido que en la posguerra y en una creciente salida
exportadora de los sectores correspondientes. Al mismo tiempo, se observó un proceso de concentración
económica de empresas, que gano peso en el mercado, desarrollo en muchos casos una estrategia de diversificación
de la producción y trabo fuertes vínculos con el estado como proveedor, como fuente de financiamiento, como
receptor de cuantiosos subsidios abiertos o encubiertos y como factor de presión política. -
En ese sentido, el gobierno radical no produjo modificaciones sustanciales ni en el nuevo balance de poder entre los
diferentes sectores económicos, ni en la orientación general del proceso económico. -
Las actividades exportadoras se beneficiaron claramente con las políticas radicales por diversos factores:
1.- La consolidación de las pautas de distribución funcional del ingreso que se habían perfilado durante la dictadura,
con lo que sí la depresión del consumo interno perjudicaba a los sectores que se encontraban en el mercado interno,
los que desarrollaban estrategias exportadoras lograban mejorar su competitividad. Por ese motivo, la inflación
también tendía a favorecerlo. -
2.- Luego de la sanción de la ley 23101 en 1984, se impuso una legislación que creaba o perfeccionaba diversos
mecanismos de promoción de las exportaciones. Los exportadores contaban así con incentivos fiscales impositivos
(exentos de pagos de impuestos internos), incentivos financieros (financiación de exportaciones), beneficios en el
marco de la producción industrial y estímulos varios. Estos mecanismos tuvieron un importante impacto sobre las
cuentas públicas, en un momento en que el déficit fiscal resultaba difícil controlar. -
3.- A nivel oficial se trató de fortalecer los vínculos con los socios comerciales de la Argentina, destacándose el
programa de integración y cooperación económica con el Brasil en 1986. Se adoptaba para ello un enfoque
sectorial, basado en acuerdos en diversas ramas de la producción. Aunque los acuerdos se fueron debilitando, se
logró un aumento efectivo del comercio y una transformación de su composición. Además, quedaran sentadas las
bases para el MERCOSUR.
En ese marco, se produjo un rápido crecimiento de las exportaciones del sector primario. Sin embargo, el mayor
dinamismo exportador se registró en el sector manufacturero, aunque asociado en gran medida a la producción
agropecuaria. También crecieron significativamente las colocaciones del sector pesquero y de pasta del papel.
De esa forma, se produjo una fuerte concentración de las actividades exportadoras en un reducido grupo asociado a
la explotación de recursos naturales. Por eso, se redujo el grado de transformación de los productos exportados,
disminuyendo su valor agregado. La concentración también afecto a la cantidad de empresas que participaban
activamente del comercio exterior. -
En el caso de las manufacturas de origen industrial, se observa el ascenso de productos estandarizados, como la
transformación de metales y petróleo, o las sustancias químicas básicas. Mientras tanto declinaba la exportación de
productos más complejos y con mayor valor agregado, como automotores, maquinarias y equipos.
La inserción exportadora permitió a un conjunto de rubros, independizarse en parte de la evolución del mercado
interno y evitar los efectos de la inestabilidad y de la reducida demanda interna.
El Estado todavía jugaba un rol significativo en el nuevo modelo, pero su progresivo debilitamiento y su ahogo
financiero impedían el despegue de todo el potencial de los nuevos grupos dominantes. Por eso, comenzó una
fuerte predica a favor de una profunda reforma del Estado, que sé tono imprescindible con el estallido
hiperinflacionario. Los nuevos lineamientos y cursos de acción corresponderían, en este terreno, al nuevo gobierno
justicialista que asumiría en junio de 1989.
11) Explique las políticas económicas de los gobiernos menemista teniendo en cuenta:
Las políticas económicas tenían una orientación neoliberal que se basaba en los mecanismos del mercado. La
primera política económica se llamó plan Burge & Born, debido a que dicha empresa, aporto a dos de sus directivos
para ocupar el ministerio de economía.
El plan económico se basaba en un modelo exportador y la prioridad de este nuevo equipo económico era estabilizar
el sistema de precios, reduciendo los desequilibrios del sector externo y del sector fiscal, luchando contra la
hiperinflación y la recesión. Este plan estaba fundado en la economía de mercado y en la apertura externa, en la
práctica se mantuvo control de precios, con la ayuda de los empresarios, y el cierre de las importaciones. Sus
resultados en materia de incremento de reservas, ordenamiento de las cuentas fiscales y estabilización de los
precios (objetivos prioritarios) pronto mostraron alta volatilidad. Por eso lanzaron nuevas medidas, como una
elevada devaluación de la moneda nacional, fuertes subas en los precios de los combustibles, las tarifas eléctricas, el
gas, los transportes y otros servicios públicos mientras que se otorgaba un aumento limitado a las remuneraciones.
Sus efectos se tradujeron en un incremento inflacionario inicial. Como contrapartida, se profundizo la recesión,
especialmente en el sector industrial, y se produjo una pérdida significativa de divisas. También fracaso la
conciliación precios en el sector empresario, al no poder pactar los precios como se esperaba. La devaluación masiva
de 12/1989 fue culminación del desgaste del equipo económico, reemplazado a los seis meses de haber asumido. Así
el país quedo sumergido en una segunda o la hiperinflacionaria.
Primera etapa: Represento un intento de establecer una política económica basada en la compresión de los ingresos
de los sectores populares, privilegiando a grandes grupos económicos internos, dicho plan estuvo enmarcado a nivel
internacional por el Plan Brady
Durante esta gestión se aprobaron dos leyes: la reforma del estado y la de Emergencia Económica, que fijaban los
ejes estratégicos de la gestión del gobierno, abarcando temas como la reforma administrativa del estado, la
autorización para privatizar la casi totalidad de las empresas públicas y vender bienes inmuebles, la suspensión de
subsidios y subvenciones especiales, la eliminación del sistema “compre nacional”, y la compensación de deudas
entre particulares y el sector público. También autorizaba la reforma de la carta orgánica del BCRA y la liberalización
de las inversiones extranjeras.
Segunda etapa: se inició el 18/12/1989 y se prolongó hasta febrero de 1991, bajo la conducción de Herman Gonzales
quien aplico una serie de planes:
a) Plan Erman I. Ante las dificultades para controlar las principales variables, aplico al principio una política de
tipo de cambio libre con flotación sucia, con intervención del bcra, y una liberación de precios y dispuso un aumento
salarial de suma fija. Se mantuvieron las tarifas públicas y se derogo (anulo) un incremento de las retenciones
agropecuarias. Este conjunto de medidas genero nuevas tendencias inflacionarias, sin solucionar los desequilibrios
fiscales agravadas por las abultadas deudas internas y externas.
b) Plan Erman II.
PLAN BONEX.
En enero de 1990, se lanzó el plan Bonex o Erman II, consistente en un canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo
y en caja de ahorro existentes al 28 de diciembre de 1989 y los títulos de deuda interna del estado por títulos
públicos en dólares a diez años. Solo se reintegró en efectivo un pequeño porcentaje de los depósitos a las personas
físicas, y a las empresas, el monto necesario para el pago de los sueldos y jornales, el aguinaldo y las cargas sociales
de diciembre. Además, se prohibió temporalmente a las entidades financieras la recepción de depósitos a plazo fijo,
autorizándoles luego, una vez estabilizada la situación, la aceptación con plazos mayores a 90 días. En el periodo de
transición, las entidades solo podían recibir depósitos y otorgar créditos en bonex y en divisas a tasa libre.
Esta dura “punción monetaria” implico una importante pérdida para los depositantes reduciendo la oferta de dinero
y provocando una fuerte recesión. El estado logro reestructurar su pasivo, canjeando deuda de corto plazo en
moneda nacional por otra a largo plazo en divisas, con lo cual alivio la situación presupuestaria y anulo una de las
principales fuentes de distorsión al eliminar el déficit cuasi fiscal provocado por la remuneración a los encajes
bancarios. También se esperaba una caída de la demanda y de la cotización del dólar, ya que las empresas se
encontraban obligadas a vender divisas para hacer frente a sus compromisos de corto plazo. Sin embargo, el
presidente del BCRA, Rodolfo Rossi, que poco antes había prometido contener la emisión monetaria, se lanzó a
comprar divisas, expandiendo la masa monetaria, generando una desconfianza que mantuvo elevada la demanda de
dólares. Se produjo entonces otro pico hiperinflacionario en febrero.
c) Plan Erman III: En 01/03/1990 se lanzó este plan, que reafirmo el rumbo neoliberal, encarando reformas de
la estructura del sector público y de la economía en su conjunto a través de un conjunto de medidas, las cuales son:
severo control de las compras y contrataciones del Estado, Reducción del personal del sector público nacional,
congelamiento de vacantes, jubilaciones de oficio y eliminación de secretarias, incremento de presión tributaria,
acortamiento de plazos de pagos de impuestos, inicio de proceso de privatizaciones. Se implementaron así algunos
lineamientos de largo plazo, como la promoción de inversiones extranjeras, la reforma del estado y las
privatizaciones. A diferencia del plan de Bunge y barn, los planes de Herman se fundaban en liberar el mercado
cambiario y los precios, congelando salarios. Así se produjo una reorientación de la política económica, pasando a
favorecer prioritariamente a los acreedores externos, y de manera secundaria al de los exportadores. Los grandes
contratistas del estado también se beneficiarían participando en las privatizaciones. Como resultado de estos planes
y la recesión, se incrementaron las exportaciones y se redujeron las importaciones, lográndose un superávit en la
balanza comercial, un incremento de las reservas y una estabilización del precio dólar. Los salarios reales, en cambio
se contrajeron (redujeron) debido al congelamiento de las remuneraciones nominales en un marco persistente de
inflación. En este contexto, las cuentas públicas comenzaron a arrojar superávit. El aumento de la presión fiscal
permitió incrementar los ingresos, fortalecidos por la disminución de la inflación De esta manera el superávit fiscal
estabilizaba el patrón monetario y además permitía la transferencia de fondos a la banca proveedora, lo que
destrabo un crédito pendiente por parte del FMI.
d) Plan Erman IV: intentaba incrementar aún más los ingresos fiscales debido a la persistencia de la recesión,
con el motivo de mantener el superávit fiscal necesario para el pago de los intereses de la deuda externa. Para ello
debía recurrir a una modificación del esquema tributario, lo que implicaba la quita del privilegio de “Exención d
impuestos” a los sectores más pudientes, alternativa que no entraba en las consideraciones de Herman.
e) Plan Erman V en 10/90 hubo una severa reducción del gasto público, efectivizada a través de medidas tales
como reducción de la inversión gubernamental, el incremento de las tarifas públicas, la demora con el pago de los
proveedores del estado y de las deudas también, refinanciándolas a largo plazo. El congelamiento de salarios
estatales, la eliminación de contribuciones y subsidios sociales, la suspensión de nuevos proyectos de promoción
industrial y la reducción de montos destinados a programas ya establecidos.
LEY DE CONVERTIBILIDAD
La razón principal de este plan estribaba en lograr la estabilidad de precios en una coyuntura inicialmente recesiva e
hiperinflacionaria. La expansión posterior produciría, por el contrario, una revalorización del peso, afectando de
manera negativa a los exportadores, pero favoreciendo a otros sectores. El conjunto principal de intereses que
apoyó la convertibilidad estaba constituido ahora por los capitales extranjeros vinculados a las privatizaciones, los
acreedores externos y grandes grupos económicos y financieros internos. Su base de sustentación se hallaba, a nivel
popular, en los temores a una continuación del proceso hiperinflacionario, que había devastado las economías
familiares.
La convertibilidad funcionó de manera aceptable en los periodos de auge, pero condujo a situaciones de ahogo
cuando la coyuntura mundial ingresaba en una etapa descendente del ciclo económico. El esquema de
convertibilidad dependía de un persistente ingreso de oro o divisas del exterior, ya sea a través del superávit de la
balanza comercial o de flujos positivos de capitales. En las depresiones, la caída de las importaciones y la
inflexibilidad de las importaciones argentinas provocaban déficits comerciales, mientras que los capitales tendían a
fugarse. Bajo esas condiciones, la convertibilidad se tornaba insostenible y debía ser abandonada, agravando aún
más las dificultades de la economía argentina.
Desde el punto de vista teórico, la convertibilidad se enmarca en la “supply side economics”, dicha teoría postula
como idea central la inutilidad de las devaluaciones de la moneda, ya que toda devaluación es seguida de un
inmediato brote inflacionario que anula sus efectos, lo cual significa plantear que la causa directa de la inflación es la
devaluación. A esa tesis se le agregan cinco hipótesis auxiliares, a saber:
Los déficits fiscales financiados con endeudamiento no son perjudiciales, ya que la colocación de títulos
públicos indica un mayor ahorro de quienes lo compran, compensando el exceso del gasto público.
Los déficits del comercio exterior no implican problema alguno porque, si existen, significa que alguien está
dispuesto a financiarlos: el déficit no es causado, entonces, por una sobrevaluación de la moneda, sino que
representa la contracara del ingreso de capitales, lo que, en definitiva, sería algo positivo.
Dado que la economía funciona con costos decrecientes, la disminución en los precios incrementa la
cantidad ofrecida, incluso en el costo plazo.
Se rechaza todo intento de control de la cantidad de moneda, ya que se postula que los bancos centrales no
pueden controlar ni siquiera la oferta monetaria.
Por último, se reafirma la vigencia de la Ley de Say, según la cual la oferta crea su propia demanda, por lo
que no se podría producir una crisis de sobreproducción, aun con reducciones de los salarios.
Una de las primeras medidas adoptadas por Cavallo fue la fijación de una banda de fluctuación del tipo de cambio
con un tope de 10000 australes por dólar y un piso de 8000. En caso de alcanzar el límite superior, el BCRA debía
vender dólares y en el caso de alcanzar el inferior, debía comprarlos. De esta forma, se avanzaba en el
establecimiento de un régimen de tipo de cambio fijo. En ese contexto, el BCRA aumento los encajes bancarios,
provocando una relativa iliquidez, que obligo a los actores económicos a desprenderse de divisas para obtener
dinero local y poder concretar sus transacciones. Esto tuvo como consecuencia una caída en la cotización, que
permitió al BCRA proseguir incrementando sus reservas por medio de compras en el mercado, solidificando la
cobertura del circulante.
El 1º de abril se estableció la convertibilidad, sancionada por el Congreso Nacional, que fijo como paridad cambiaria
sin límite temporal la de 10000 australes por dólar. La ley dispuso:
La estabilidad de precios se vio acompañada inicialmente por altas tasas de crecimiento económico, interrumpidas
por los efectos de la crisis mexicana de 1995.
La expansión de la oferta monetaria producida por el ingreso de capitales externos, la reaparición del crédito para el
consumo y el incremento de los salarios reales, luego de haber alcanzado su mínimo histórico en la hiperinflación, se
complementaron con el envejecimiento que había sufrido el parque de bienes de consumo no durable en la década
anterior por la depresión del consumo, para generar un boom económico inmediato.
Se logró un precario equilibrio fiscal, debido especialmente a un incremento de los ingresos tributarios, al mayor
nivel de actividad económica y a la menor evasión fiscal derivada de controles más rigurosos y efectivos.
Aumentaron en gran medida las exportaciones. Sin embargo, también se incrementaron las importaciones, con lo
cual el balance comercial se tornó estructuralmente deficitario, agravado por los saldos negativos de los servicios
reales y financieros. Por otro lado, a pesar de esta situación las reservas se incrementaron con el flujo de capitales
del exterior.
Posteriormente, los ingresos corrientes provenientes de las privatizaciones comenzaron a declinar. Los gastos totales
continuaron en ascenso debido, por lo menos a tres factores:
Con el advenimiento de los sistemas de jubilación privada, comenzó a desfinanciarse el sistema de seguridad
social. El desempleo incremento las transferencias por subsidios a los desocupados.
Mala asignación de recursos por parte del estado
El peso de los intereses del endeudamiento se multiplico.
La recuperación económica inmediata al lanzamiento del plan permitió diluir temporalmente el problema del pago
de intereses sobre las cuentas públicas; pero, poco a poco, este comenzó a recuperar terreno. Sin embargo, tal
evolución esconde un cambio cualitativo de la situación. A principios de la década, la argentina disponía de un
importante stock de empresas públicas, que podían generar eventualmente recursos adicionales para el pago de sus
deudas por medio de su venta. De hecho, el pago de intereses de 1991 y 1992 fue realizado, al menos en forma
indirecta, con ingresos provenientes de las privatizaciones. Hacia el fin de la década de 1990, en cambio, la deuda
resultó cuantiosamente más elevada que en aquel entonces, pero el estado ya casi no tuvo activos para vender, lo
cual agravo sobremanera el problema.
Por medio de la segunda ley se fijaron las condiciones para la privatización de numerosas empresas públicas,
autorizando al poder ejecutivo a intervenirlas, eliminar sus directorios y sus órganos de administración, modificar sus
formas societarias, dividirlas y enajenarlas. La única restricción a la acción del poder ejecutivo en este tema fue la
constitución de una comisión bicameral para el seguimiento de las privatizaciones y el requisito que cualquier
privatización adicional debía ser aceptada especialmente por el parlamento.
Los objetivos del programa de privatizaciones fueron múltiples. En primer lugar, se planteaban como un camino para
equilibrar el presupuesto. Debe considerarse que las empresas públicas eran generalmente deficitarias. Por lo tanto,
su privatización suponía una reducción del gasto. La venta de activos permitía generar también ingresos transitorios
de fondos. Además, la posibilidad para los compradores de pagar una parte con títulos de la deuda externa reducía
la deuda externa, y con ella la carga futura de intereses sobre las cuentas públicas. En segundo lugar, en un contexto
de apertura, se esperaba que, en el mediano plazo, las privatizaciones eliminaran las distorsiones e ineficiencias
inherentes a las viejas empresas públicas que actuaban en mercados protegidos. En tercer lugar, las privatizaciones
ayudaban a recomponer la previsibilidad. Gran parte de las políticas sectoriales eran realizadas hasta entonces por
medio de empresas públicas. Su cambio de propiedad implicaba un nuevo retroceso en la injerencia del estado en el
mercado.
Las urgencias fiscales también conspiraron contra las condiciones de venta, que no pudieron evitar la formación de
mercados monopólicos. Hacia fines de 1990, se habían logrado vender: Aerolíneas Argentinas, ENTEL, Polisur,
Petropol, Induclor, canal 11 y canal 13 y concesionar los peajes de las rutas nacionales.
Un aspecto particularmente gravoso para los usuarios fue la elevación de las tarifas antes de la entrega a los
compradores o concesionarios, tanto en el caso de los teléfonos y del transporte aéreo como en el de los peajes y
ferrocarriles.
Las privatizaciones realizadas a partir del Plan de Convertibilidad, con una menor presión de los desequilibrios
fiscales y de la búsqueda de credibilidad, tuvieron un diseño algo más prolijo y un marco más abierto en el proceso
de licitación, intentando garantizar metas mínimas de productividad y competitividad.
A lo largo de los años siguientes, se fueron privatizando progresivamente casi todas las empresas publicas restantes,
entre ellas, las principales líneas y ramales ferroviarios urbanos y de carga, los subterráneos, la provisión de agua
corriente y la red cloacal, las instalaciones portuarias, entidades bancarias como la caja nacional de ahorro y seguro,
empresas siderúrgicas como SOMISA, establecimientos del área militar como Fabricaciones Militares, la empresa
oficial de correos, y una playa de de compañías productivas y de servicios más pequeñas. La petrolera YPF se
convirtió inicialmente en una empresa privada con participación estatal minoritaria.
Las ultimas privatizaciones incluyeron también la red de aeropuertos de todo el país y el Banco Hipotecario Nacional,
quedando pendientes las ventas de la central hidroeléctrica yacireta, atucha I, embalse del rio tercero y atucha II.
Una característica de este proceso fue la concentración de la propiedad de las empresas en un grupo reducido de
conglomerados locales, fortalecidos durante la dictadura y consolidados con el gobierno radical (Perez Companc,
Bunge y Born, Rocca-Techint).
Otro campo de gran importancia fue el sistema de seguridad social, siendo el objetivo, pasar de un sistema público
de reparto a uno de capitalización a cargo de entidades privadas denominadas AFJP, para reducir el déficit
ocasionado por las cajas de jubilaciones y pensiones, aliviando las cuentas públicas en el largo plazo.
Por último, se destaca la reforma del Estado que apuntó a la reducción y definición del aparato administrativo,
reestructurando ministerios, secretarias, otorgando retiros voluntarios y eliminando organismos inoperantes, para lo
cual se creó el Programa de Reforma Administrativa.
Mientras tanto, se avanzaba en una profunda reforma de las regulaciones del comercio exterior, siguiendo con el
proceso de apertura y reduciendo aranceles a las importaciones como elemento disciplinador de los precios internos
y eliminando las retenciones a las exportaciones.
Otro aspecto importante, en el proceso de liberalización, fue la apertura financiera y la desregulación del mercado
de capitales, estableciendo una total libertad de ingreso y egreso de capitales y autorizando la salida de royalties,
intereses y dividendos. El mercado de capitales se vio favorecido por el ingreso masivo de inversiones financieras del
exterior.
Desde el punto de vista cuantitativo, el comercio exterior registró un notable avance. Entre 1990-1998, las
exportaciones aumentaron un 115%, mientras que las importaciones se incrementaron un 320%, incurriendo en
persistente déficit.
Las exportaciones se beneficiaron hasta 1996 con un crecimiento de los precios internacionales, lo que permitió
compensar parcialmente un TC poco favorable. Sin embargo, en 1997, las exportaciones argentinas continuaron
creciendo en volumen, pero no en valor, revirtiéndose esta tendencia.
Desde el punto de vista sectorial, se observaron pocos cambios en la estructura de las exportaciones, creciendo las
tradicionales (cereales, aceites vegetales, carnes). Sin embargo, hubo una notable expansión de las exportaciones de
pescados y mariscos (270%); expo de combustibles (700%), impulsado por la privatización; expo de material de
transporte.
A pesar de este crecimiento, la mayoría de ramas industriales tuvo dificultades con sus ventas al exterior, a causa del
retraso cambiario, que reducía la competitividad de los productos argentinos.
Por otro lado, hubo un notable avance de las importaciones, por el levantamiento de las restricciones arancelarias
utilizadas en el pasado para proteger la industria nacional y sostener el superávit comercial.
La evolución del TC provocó que la industria local sufriera una competencia cada vez más dura por el ingreso
creciente de productos extranjeros. Se buscaba el control de los pecios internos para disciplinar a los empresarios
locales.
Desde el punto de vista sectorial, se produjeron cambios en el perfil de las importaciones, con una notoria
contracción de las impo de insumos (por la desaparición de muchas actividades industriales) y con un avance de la
impo de bienes de consumo que antes se producían localmente. Por otro lado, se redujo considerablemente la impo
de combustibles.
Mientras tanto, se incrementó notablemente la impo de bienes de capital, por la recuperación del nivel de inversión,
la desgravación arancelaria, ausencia de “compre nacional” e incentivos de programas de promoción.
El mayor dinamismo de las importaciones frente a las exportaciones, generaban saldos crecientemente negativos. El
incremento del endeudamiento externo, de las tasas de interés y de la remisión de utilidades de las empresas
extranjeras, provocaron un creciente drenaje de recursos. El país se exponía a las oscilaciones del contexto
internacional que fueron favorables hasta 1994, cuando el aumento de la tasa de interés de EEUU cambió las
condiciones de la liquidez mundial. México se vio afectado y debió realizar una devaluación, lo que generó una
corrida de capitales denominada “efecto tequila”, afectando a la Argentina, pero que por su parte, con algunas
medidas para lograr el equilibrio externo y mejores precios para las exportaciones, pudo sobrellevar la situación.
La recuperación parcial de los niveles de demanda y la reaparición del crédito al consumo, permitieron incrementar
la producción y utilizar mejor la capacidad instalada, lo que se reflejó en altas tasas de crecimiento en 1991-1992.
Si bien disminuyó en los años siguientes, la producción continuó manteniéndose en niveles elevados, pero con gran
sensibilidad al contexto internacional (como el efecto tequila), que afectaba la producción de bienes, pero no así a
los servicios, que no se vieron tan afectados y no presentando mayores oscilaciones.
A excepción de un conjunto de ramas, la apertura y el retraso cambiario afectaron seriamente al sector industrial,
provocando la desaparición de la producción de bienes de capital y mutilando otras actividades. La reorientación de
la actividad productiva se concentraba en sectores en los que el país contaba con ventajas comparativas.
Los aspectos negativos superaron a los positivos. Las importaciones superaron holgadamente a las exportaciones,
provocando un importante déficit comercial, el cuál duplico el endeudamiento externo y el drenaje de recursos.
Desde el punto de vista microeconómico, neoliberal, los indicadores de productividad crecieron notablemente, sin
embargo, desde el punto de vista macro, los resultados son controvertidos.
14) La actividad agropecuaria en estos periodos.
En los últimos años la producción agrícola global creció debido a una serie de transformaciones ocurridas en varios
cultivos, que se tradujeron en un aumento de los rendimientos y de la superficie dedicada a la agricultura. Las
oleaginosas y los cereales fueron los cultivos más importantes por el valor de su producción y por su participación en
las exportaciones. El complejo agroindustrial oleaginoso argentino tiene hacia fines del siglo XX una posición de
preeminencia en los mercados mundiales como primer exportador mundial de aceites vegetales de grano y harinas
proteicas.
En los años 90’ la producción agropecuaria experimentó un proceso de incorporación de innovaciones tecnológicas
necesarias para el proceso productivo, con el fin de aumentar el valor agregado del producto y para poder competir
en el mercado internacional. En contraposición con la agricultura, la producción ganadera refleja un estancamiento
generalizado con bajo crecimiento y disminución del número de cabeza de ganado de las principales especies. Un
informe oficial apuntaba como causales de la baja performance de la ganadería la limitación de la participación
argentina en los mercados mundiales desde comienzos de la década del 80’: la inestabilidad económica interna que
influyó sobre el consumo y las decisiones de inversión; la tasa de interés real positiva, que limitó el acceso al crédito
e incrementó el costo de oportunidad de las inversiones; el desplazamiento de la actividad ganadera por cultivos
agrícolas anuales, como los cereales y las oleaginosas; la poca productividad de la ganadería, fruto de la baja tasa de
inversión y el desplazamiento hacia tierras de menor calidad; la disminución de la demanda de carnes rojas debida a
la sustitución por carne de aves; y la falta de una política pecuaria articulada con un enfoque de largo plazo.
En el sector ganadero las transformaciones tecnológicas han sido menos importantes y se han aplicado al
mejoramiento de las razas y de la alimentación de los rodeos. Un aspecto favorable para la ganadería vacuna fue la
eliminación de la fiebre aftosa en 1997.Dicha enfermedad un motivo esgrimido por parte de los mercados
potenciales para impedir el ingreso de carnes argentinas.
15) ¿Qué impacto regional generó la evolución de la economía de la Argentina en este período?
La evolución económica Argentina tendió a concentrar sus frutos en torno a la zona de influencia del puerto de
Bs.As. y de algunos centros urbanos del interior como Córdoba y Rosario. La producción, el acceso a la educación y
las mejores condiciones de vida continuaron concentrados en una porción relativamente reducida del territorio,
mientras que el resto conservaba su posición de retraso. El nuevo modelo plasmado a partir del Plan de
Convertibilidad, no implicó desde este punto de vista, una transformación profunda de los patrones históricos.
El panorama regional ofrecía una gran heterogeneidad y el profundo desbalance puede verse por medio de
indicadores como: Bs.As., Santa Fe y Capital Federal, que componen menos del 16% del territorio del país,
concentraban casi el 66% del PBI y el 56% de la población.
CLASE
Capitulo 8 Rapaport (1983-1999) ALFONSIN MENEM
Asume Raúl Alfonsín el 10 de diciembre de 1983 con una pesada herencia en lo económico, una economía
desindustrializada, recesiva, un alto proceso inflacionario, alto desempleo y alto endeudamiento externo.
Con la deuda defaulteada, el primer ministro de economía Grinspun, se establece como objetivo atraer inversiones,
privatizar para traer inversiones, controlar la inflación y reactivar la economía a través de estas inversiones.
El contexto internacional es muy diferente al contexto internacional del proceso, cuando se inicia el proceso la tasa
de interés internacional es baja, lo que permite que la economía Argentina termine con el endeudamiento que
termina, es fácilmente accesible a los créditos con esa tasa internacional baja, en la década del 70. En la década del
80 cuando asume Alfonsín la tasa de interés internacional es alta, por lo tanto los créditos están restringidos, no es
fácil tener acceso. Con obligaciones contraídas que la economía argentina no puede afrontar. Otra de las variables
que hereda Alfonsín del proceso es que hay escases de reservas internacionales, casi no hay. Hay un exceso de
circulación monetaria que profundiza aun más el proceso inflacionario. Entonces uno de los objetivos que plantea
Grinspun es equilibrar las cuentas públicas y reactivar la economía a través de inversiones y bajo esta nueva doctrina
neoliberal que se gesta en la década de los 70 comenzar a privatizar.
Se habían tomado medidas durante el proceso, muy aperturistas de apertura económica, Alfonsín trata de proteger
ciertas industrias, de implementar medidas para protegerlas y reactivar la economía. Incluso el sector que tiene
fuentes de divisas que siempre tuvo la argentina, que es el sector agro en la década del 80 los precios se deprimen, y
se deterioran en los términos del intercambio y no entran las divisas necesarias durante esta década. Cae el precio
de los cereales, de los granos, se empieza a delinear como que va a ser un boom la soja en el futuro, es el inicio por
eso no es una fuente de divisas, por lo tanto se está con muy bajas reservas y no hay fuentes de divisas de las
exportaciones, es parte de la década perdida de los 80, porque por mas planes que haya ninguno tiene impacto para
reactivar la economía y va a ser recurrente durante toda la década el no poder reactivar.
Para frenar la inflación se congelan salarios, se congelan precios, tarifas. Estas medidas dan resultados hasta que los
tres sectores más poderosos de la economía Argentina que son las multinacionales, el sector financiero y el sector
exportador deciden jugar a favor de sus propios intereses y las medidas que se implementaron empiezan a fracasar.
En 1970 en el gobierno de Ongania, se modifica el signo monetario y se reemplaza el peso moneda nacional por el $
ley 18.188
1983 próximo cambio de la moneda, bajo el gobierno de Bignone se modifica el $ ley 18188 y se lo cambia por el $
argentino
1985 bajo el gobierno de Alfonsín, cuando se implementa el plan austral se modifica el peso argentino, se le saca
tres ceros y se lo reemplaza por el Austral. Una de las medidas del plan austral es cambiar el signo monetario, y se
establece el tipo de cambio en 1 austral = 0.80 centavos de dólar.
En 1985 cuando se implementa el Plan Austral, no solo es fijar un tipo de cambio y un cambio en el signo monetario,
sino frente al fuerte déficit fiscal que está sufriendo la economía es donde se implementa medidas de aumento de
tarifas donde se acotan los plazos de impuestos, para que el estado pueda recaudar antes y no pierda poder
adquisitivo con el proceso inflacionario que se estaba teniendo. Disminuye la oferta monetaria, es decir la cantidad
de circulante.
Cuando se implementa el Plan austral la inflación esta alrededor de un 30% mensual, una vez que se implementa el
plan cae un 3% mensual. El plan es más ortodoxo, aplica medidas mucho más contractivas, y da indicios de que da
buenos resultados. Las críticas que se le hace este plan es que es a corto y mediano plazo que hay que ir ajustándolo,
porque cuando se permite el aumento de salarios y de tarifas el tipo de cambio vuelve a quedar bajo, aumenta
determinados precios menos el precio del tipo de cambio, lo que provoca que quede bajo. Y se desequilibre
nuevamente la economía, y la inflación se vuelve a disparar. Se termina produciendo una inflación de demanda,
aumento de salarios, hay una presión de la demanda, las empresas no equipara la oferta de bienes a la demanda
existente lo que termina provocando que los precios aumenten.
Uno de los puntos fuertes favorables del plan de convertibilidad que fue haber reducido la inflación de un 30
mensual a un 3, se vuelve a revertir y la inflación comienza en un espiral ascendente, fines del 86 87. Comienza otra
vez un proceso ascendente inflacionario, otra vez esta inflación se trata de financiar con emisión monetaria y se
vuelve a descuadrar las cuentas públicas.
Plan primavera, en 1988 el último intento para frenar la inflación. Por un lado se desdobla el tipo de cambio, hay un
tipo de cambio oficial y uno paralelo, paralelo para el sistema financiero es decir para operaciones financieras y para
operaciones productivas es decir para actividades productivas se tiene acceso al tipo de cambio oficial.
En 1988, estas medidas siguen sin dar resultado, la inflación no se frena, se profundiza aun más el proceso
inflacionario, vamos a experimentar la primera hiperinflación en 1989 el último año de Alfonsín con un 3200% anual.
A fines de Alfonsín se declara la cesación de pagos, el default de la deuda porque no se puede hacer frente a los
pagos de la deuda. Alfonsín termina renunciando y asume Menem antes de tiempo y la política económica
menemistas del 89 al 99 la podemos dividir en tres tramos:
1. 1er periodo Plan Bunge y Born (89) pocos meses del 89. BB se denomina porque va a haber dos ministros de
economía, uno de los grupos económicos más importantes de la Argentina. El primer ministro es Roig, a la semana
muere y no asume. Raparelli se asume como ministro de economía, que viene de una multinacional por eso lo que
intenta es un plan económico neoliberal, baja participación del estado, disminución del gasto público, un equilibrio
presupuestario, que profundizo aun más la recesión económica y la inflación, por eso terminamos con una
hiperinflación de un 3200%.
2. 2do periodo Poth Erman desde diciembre del 89 a diciembre del 90. Asume en el 9 Erman González por eso el
plan, de diciembre a octubre del 90 implementa 5 planes, Erman 1, 2, 3, 4,5. Para ajustar el erman anterior. Objetivo
controlar la inflación, reactivar la economía y renegociar la deuda.
Cuando renuncia Ermen González como ministro de economía, asume Cavallo y se implementa el plan de
convertibilidad.
3. 3er periodo Plan de convertibilidad en 1991. Se basa en el consenso de Washington, y se implementa el conjunto
de medidas del consenso. Cuando se implementa el plan la ley de convertibilidad es mucho más que el tipo de
cambio. Volvemos a cambiar el signo monetario y se pasa del austral al peso de hoy, se sacan 5 ceros. La paridad se
establece por ley un tipo de cambio fijo un peso por un dólar. Estaba establecido por ley que por cada peso que se
emitiera tendría que haber un dólar que lo respaldara. Así se controlo la inflación. La emisión monetaria estaba
respaldada totalmente con dólares.
Esta ley también establecía la prohibición de indexar los contratos, se prohíbe el ajuste de inflación.
Alguna de las medidas del consenso: crear un marco jurídico que proteja la propiedad privada y atraer inversiones
extranjeras directas. Volver a crear condiciones para que las inversiones vengan. Esto se relaciona con las
privatizaciones porque se establecía que un porcentaje de la empresa la podía pagar con bonos de la deuda tomados
al 100% de su valor nominal, para las multinacionales fueron un negocio favorable, la empresa compraba bonos con
precios muy bajos y el estado se los aceptaba el 100% de su valor, y se hacía de una empresa de servicios públicos
con demanda cautiva. El argumento era el rescate de la deuda.
En el 90 fue la segunda hiperinflación durante todos los planes de Erman, 1200% anual y una fuerte fuga de divisas,
entonces en diciembre del 90 se incautan los depósitos “corralito” y en enero del 91 se implementa el plan de
convertibilidad, la paridad es uno a uno, todos los precios aumentan hasta el 93 94 donde se estabiliza la inflación,
del 91 al 93 los precios aumentan un 60%, menos el precio del dólar, un dólar bajo con una apertura económica
indiscriminada, las medidas que había implementado Alfonsín para proteger las industrias se eliminan, es más barato
importar que producir. Por eso durante esta década se la denomina la segunda fase de desindustrialización de la
economía argentina. (Los excepto son muy similares a la del proceso). La balanza comercial es deficitaria en todos los
años, entonces no entran dólares por balanza comercial y para emitir es necesario porque la ley establecía que tenía
que haber un respaldo de dólar en reservas, si esos dólares no entran por superávit comercial, terminan entrando
por endeudamiento.
El primer error de la convertibilidad es el tipo de cambio bajo, el segundo error de la convertibilidad es el alto
endeudamiento, porque respaldaban la emisión monetaria, se demandaban muchos pesos para convertirlo en
dólares, hay un bimonetarismo tácito que aumenta aun más el endeudamiento. Se comienza a operar en dólares y a
ahorrar, los inmuebles se comienzan a valuar en dólares. Las personas demandan pesos para transformar en dólares,
y constantemente hay q emitir para ser frente a esa demanda de dólares. Si esos dólares no entran por superávit de
balanza comercial, terminan entrando por endeudamiento. Otro de los errores de la convertibilidad fue el alto
desempleo, desde el 93 al 95 la economía argentina crece, se reactiva la economía y crece, veníamos con procesos
inflacionarios altos, y comenzamos a tener estabilidad de precios y certidumbre, entonces la economía comienza a
reactivar y del 94 al 97 crece a un 7 8% anual, lo que se da por exitoso el plan de convertibilidad, que las variables
están respondiendo favorablemente, junto con el nivel de actividad aumenta el consumo.
Durante este periodo surge un proceso globalizador mucho mas intensivo que los anteriores, la globalización
impacta mucho mas fuerte q antes, con los avances tecnológicos, internet, nuevos medios de comunicación. Un
hecho sucedido en cualquier parte del planeta impacta en tiempo real en el resto de las economías. Va a ser algo
que va a marcar toda esta década del 90 con las crisis de esta nueva globalización. La primera crisis que se tiene es
en el 94 en México, si bien impacta en la economía argentina también impacta en el sector financiero porque se
produce la fuga de capitales, pero al estar atado el tipo de cambio por ley no se dispara el tipo de cambio ni la
inflación, si hay una corrida financiera, fuga de capitales, pero las variables macroeconómicas siguen desenvolviendo
en el mismo ritmo. La economía argentina crece hasta el 97.
Ley de okun, cada dos puntos aumenta el PBI (aumenta el nivel de actividad, aumenta la producción, aumenta el
nivel de empleo y el desempleo baja), cae un punto el desempleo.
Ley más conocida, aumentaba el producto y aumentaba el desempleo, las dos variables, por los siguientes factores:
- Ingresaban más personas al mercado laboral buscando trabajo, lo que provocaba que el desempleo fuera
aumentando.
- Las mujeres se incorporan al mercado laboral
- Uno de los mercados que se desregulariza es el mercado laboral, comienzan los nuevos contratos de trabajo
por primer trabajo, por nuevos aprendizajes, donde se disminuye los costos laborales, y no crea relación de
dependencia en los puestos de trabajo, esta desregularización provoca que el desempleo también vaya
aumentando, hasta que haya un pico de desempleo de 18.04% en el 97, con igual crecimiento de la
economía.
Hay algo que está funcionando mal, hay crecimiento pero hay alto desempleo, aumenta el nivel de pobreza y eso es
una constante desde el proceso, Alfonsín y convertibilidad. La distribución del ingreso es inequitativa, los asalariados
están perdiendo más participación en el ingreso, que también pasa en Alfonsín y proceso, hasta que hace una crisis
en el 2001.
En el 97 está la crisis del sudeste asiático, 98 la rusa, la turca. Pero lo que más nos impacta a nosotros es la crisis de
Brasil en el 99 el efecto caipiriña, ya que es el principal socio comercial, Brasil devalúa un 70% su moneda, la nuestra
queda totalmente depreciada, fuera de toda competitividad posible, es donde el modelo ya está agotado.
En el 99 se da que cambia el gobierno, gana la alianza De la Rúa y asume como presidente, y quiere seguir atado al
uno a uno, si bien los indicadores dicen que el modelo está agotado, pero esta sensación de estabilidad económica
no quiere quebrar la ley de convertibilidad, y se termina con que se desemboca la crisis del 2001.
Evolución de la deuda
Cuando se va, no solo no bajo un dólar sino que se duplico al nivel original, este problema de deuda externa que
termina también con la declaración de la cesación de pagos en el 2001.
En 1993 se accede al Plan Brady, es se renegocia los plazos de la deuda, van a ver muchas negociaciones
intermedias, si se incluyen los intereses o no, si nos van a realizar una quita y dentro de esa quita si están o no los
intereses de la deuda. El plan consiste en que se renegocia por 10 años todos los plazos de la deuda. Se habla de una
quita de un 20 30%, pero en realidad la unica quita que se realiza es de 8 mil millones de dólares. El tesoro de EEUU
se hace garante de la deuda Argentina, se renegocian todos los plazos con 10 años de plazo de gracia. Muchos
autores sostienen que esta quita se obtuvo por haber desmantelado un proyecto el proyecto cóndor, Argentina
estaba desarrollando tecnología de punta financiada por siria, y EEUU nos ofrece acceder a este plan Brady y nos
ofrece hacer la quita a cambio de abandonar este proyecto, Argentina acepta y la quita es menor q la que proponen
y se desmantela el proyecto.
Otra de las críticas al modelo en cuanto a inversiones, el error es que tomaran bonos de la deuda al 100% y también
la regulación, no obligarlas a reinvertir un porcentaje. Por ejemplo chile y Brasil tomaron las mismas medidas y les
dio un resultado diferente.
Década del 90, la balanza comercial siempre fue negativa con la apertura económica, las exportaciones aumentaron,
porque las importaciones indiscriminadas anulo el efecto de exportaciones tradicionales en Argentina. Esta década
del 90 es similar a los 70 tasa de interés internacional es baja. Tasa de interés internacional alta en Alfonsín.
Ferrrer y Basualdo (clase)
2da parte de FERRER: Década del 70 donde comienza a surgir la doctrina neoliberal, se venía de la década el 30 del
Estado benefactor, bajo la doctrina Keynesiana y con los 70 la crisis del petróleo de 1973. Esta se debe a un conflicto
bélico, estamos bajo la guerra fría, donde una de las partes era apoyada por el lado oriental, superpotencia de la
Unión Soviética, Egipto, y del otro lado apoyado por el lado occidental, Israel. Los países exportadores de petróleo
deciden apoyar a Egipto, y toman la decisión de disminuir la oferta de petróleo y aumentar el precio. En un periodo
de 45 días que es lo que dura el conflicto bélico (de Octubre a Diciembre del 73) se cuadriplica el precio del petróleo,
y se dismuye la oferta. Este suceso va a impactar en los países exportadores de petróleo y en los países
importadores. El mundo desarrollado principalmente es importador de petróleo, no se puede autoabastecer, el
petróleo es el insumo del sistema productivo por excelencia. El mundo desarrollado tiene un sistema productivo de
tan alto volumen que no puede autoabastecerse es principalmente importador de petróleo. Entonces las economías
más desarrolladas del mundo entran en un proceso de recesión con inflación: inflación de costos, porque el precio
del petróleo aumento y recesión porque no pueden seguir importando la misma cantidad de petróleo que antes al
disminuirse la oferta. El proceso de recesión con inflación la llamamos estanflación que es donde entra el mundo
desarrollado, recesión con inflación. Mientras que el impacto de los paises exportadores de petróleo comienza a
tener excedentes, esos excedentes se los denomino petrodólares. Estos petrodólares se colocan en el sistema
financiero internacional, lo que provoca un exceso de liquidez en el mercado. Al tener un exceso de liquidez, la tasa
de interés internacional disminuye, y cae. El mundo desarrollado que está en crisis no capta estos excesos de
liquidez, porque no está en condiciones, y el sistema financiero se orienta a la periferia con una tasa de interés
reducida. Es el principio de un de los grandes problemas de la Argentina.
Se empieza a cuestionar ante esta situación, la teoría Keynesiana, que hizo el Estado que no pudo evitar la crisis del
petróleo, y tampoco que el mundo desarrollado entrara en una fase de estanflación y se empieza a delinear la nueva
doctrina económica que es el neoliberalismo.
Una doctrina que propone la no intervención del Estado en la economía, y que el mercado es el mejor asignador de
recursos. Esto va a marcar la política económica del 76 hasta el 2001. Es lo que se llama el modelo de crecimiento
denominado rentístico financiero.
El nombre del modelo nos está diciendo en que variable se está sustentando el crecimiento de esa economía. En
este modelo se va a sustentar en la variable de privilegiar la actividad financiera por sobre la productiva.
En el texto de Ferrer podemos analizar la política económica del proceso del 76 al 83, de Alfonsín del 83 al 89, de los
dos gobiernos de Menem del 89 al 99, la alianza del 99 al 2001, de Duhalde del 2002 al 2003, Néstor Kirchner 2003 al
2007, Cristina del 2007 hasta donde lleguemos.
La variable en la que se sostiene el sistema financiero es la tasa de interés, fijar una tasa de interés más alta que la
internacional. Martínez de Hoz establece en la política económica del proceso, un modelo en el cual la tasa de
interés es más alta que la tasa de interés internacional, con el objetivo de atraer capitales, que ingrese capitales,
para que esos capitales o ese ahorro externo se vuelque a inversiones productivas para que provoque el aumento de
producción, aumente el empleo, el ingreso disponible, el consumo, entonces este circuito iba a provocar un
crecimiento económico. De este plan económico solo se cumple hasta el aumento de capitales, entran los capitales
pero se mantienen como capitales financieros, como capitales especulativos, nunca se vuelcan en inversiones.
La política económica del proceso comienza a implementar medidas neoliberales, de apertura económica (liberar el
comercio, eliminar las trabas del comercio, que era lo que se sustentaba el ISI modelo proteccionista, pasamos a un
modelo de librecambio), se eliminan barreras arancelarias, se hace apertura económica. Bajo el ISI el Banco Central
era el orientador de los recursos, de los créditos y la tasa de encaje estaba fijada un 100%, garantizado la totalidad
de los créditos. En el proceso pasamos a un sistema de encaje fraccionado, al disminuirse la tasa de encaje, se
implementa una política monetaria expansiva. Por otro lado Argentina desde el ISI venia teniendo un proceso
inflacionario, se diagnostica que sufre una inflación de demanda, por lo tanto se implementan medidas para
controlar esa inflación de demanda (congelan salarios, se prohíben participación de asociaciones gremiales, se
aumentan tarifas) lo cual es contradictorio cuando se pasa a un sistema de encaje fraccionado que termina siendo
una política monetaria expansiva. Por un lado se implementa política monetaria contractiva y expansiva. La tasa de
encaje pasa de un 100 a un 45% hasta llegar al 11. Hace cortocircuito la política porque se toman medidas
contradictorias.
Hay un modelo de un economista que se llama McKinnon, que muchas de las medidas que implementa la política
económica diseñada por Martínez de Hoz se basa en este modelo. Establecer un tipo de cambio fijo, apertura
económica para que la competencia de los productos externos hagan caer los precios y así controlar la inflación, que
la importación compita con los productos internos y caiga así la inflación. Ahora si es mucho mas económica la
producción importada que las nacionales, las empresas nacionales comienzan a tener problemas cuando comienza
ese afluente de importaciones. Entonces lo que propone McKinnon es que las empresas tienen dos caminos, invertir
para volverse competitivo o que liquiden sus empresas y se vuelven al mercado financiero que es altamente
rentable.
Las empresas para invertir piden financiamiento en el mercado externo donde la tasa de interés es más baja. Cuando
tienen acceso a ese crédito las empresas se plantean, lo invierto y veo si me vuelvo competitivo y puedo competir
con la producción importada, y tener rentabilidad o me vuelco al mercado financiero donde la rentabilidad es
inmediata por la diferencia de tasa de interés, la razón es que la tasa de interés nacional estaba casi 15 puntos arriba
de la tasa externa. Las empresas deciden volcarse al mercado financiero que rápidamente tiene el diferencial de la
tasa de interés. Esto funciona hasta 80 81.
En el 79 se produce la segunda crisis del petróleo, si bien el precio del petróleo aumenta en una proporción mayor,
no causa los estragos que causo la primera. Para el 80 y 81 el mundo desarrollado ya se reactivo y supero la crisis.
Una vez que el mundo desarrollado se reactiva la tasa de interés internacional aumenta, y con todos estos capitales
que vinieron porque la tasa de interés era más alta, se van, se fugan los capitales. Por otro lado las empresas que
habían solicitado sus créditos al exterior por la tasa de interés internacional eran muy bajas, ahora que esa tasa
aumento les es imposible hacer frente a la obligación.
Siendo Domingo Cavallo presidente del Banco Central, decide estatizar la deuda privada y las empresas quedan con
sus pasivos en cero. El argumento que utiliza el Banco para estatizar la deuda privada es que no quiebren las
empresas, el sistema productivo esta en recesión, se contrajo la actividad económica con la apertura indiscriminada
de la economía.
Marangiu: Cuando asume el proceso en el 76 la deuda está en 8 mil millones de dólares, no representaba un alto
porcentaje de nuestro PBI. Cuando se va el proceso en el 83, la deuda externa esta en 45 mil millones de dólares, acá
es donde se genera el problema de la deuda externa. No todo este aumento es por la estatización de la deuda
privada. El estado toma mucha deuda para gastos de infraestructura, porque se celebra el mundial 78 en Argentina,
en armamentos por el casi conflicto bélico en el 78 con chile y la guerra de Malvinas en el 82.
El gobierno de Alfonsín (83-89) hereda una economía totalmente condicionada con un alto endeudamiento externo,
con una tasa de interés internacional alta, con un proceso inflacionario galopante, hereda una inflación de un 350%
anual, con la tasa de desempleo más alta experimentada hasta ese momento en la economía argentina, y con un
sistema productivo con nivel de actividad muy bajo.
En toda Latinoamérica la década del 80 se denomina la década perdida. Porque no solo Argentina sino todos los
países de Latinoamérica se declaran en default, en cesación de pagos. Nosotros la declaramos en el 82 el default de
la deuda, que estatizamos la deuda y no pudimos hacerle frente. El primer país que declara el default es México.
En toda la década del 80 se ve marcada por crisis económicas recurrentes, con una tasa de interés internacional alta,
por lo tanto no se tiene acceso al crédito, alto endeudamiento, alta inflación y alto desempleo, condiciones en las
cuales Alfonsín hereda la economía, y volvemos al sistema democrático.
Ferrer: puntos fuertes del Gobierno de Alfonsín en materia institucional, juzga a la junta militar, juzga a los militares
del proceso del 76 al 83, da por finalizado el conflicto con chile por el canal de Beagle, firma acuerdo bilateral con
Brasil, que va a dar inicio al Mercosur. En materia interna en contra de los principios neoliberales vigentes, trata de
redistribuir el ingreso.
Durante el proceso no solo cae el producto sino la participación del asalariado en el producto, los trabajadores
pierde casi un 20% en el salario real. Se congelan los salarios, se prohíbe la participación sindical, con congelamiento
de salarios y una inflación creciente, los salarios reales disminuyen, los asalariados pierden participacion en la
distribución del ingreso y volvemos a una etapa de desigualdad en la distribución. Durante el ISI se había vuelto
bastante equitativa la distribución del ingreso, y con el modelo rentístico financiero durante todo el modelo se va a
mantener una concentración de ingreso y la desigualdad.
Alfonsín trata de revertir esta desigualdad y tiene muchos conflictos sociales a los cuales hacer frente tanto de la
parte sindical como de la rural. Al no poder arbitrar entre estos conflictos, tanto salariales como de los grandes
terratenientes, el último año de su mandato (89) se termina con una inflación de un 3000% anual y experimentamos
la primera hiperinflación de la economía argentina. Si bien Menem ya es presidente Electo, Alfonsín termina
entregando el mandato antes de tiempo no puede hacer frente a la crisis económica que se está viviendo. Asume
Menem, durante el 90 Carlos Menem sufre la segunda hiperinflación de un 2300% anual.
1º de enero de 1991 se implementa el plan de convertibilidad, bajo esta época se está en el apogeo del
neoliberalismo, las medidas que se implementan del 89 al 99 van a ser muy similares a la del proceso, la diferencia es
que está bien encuadrado en lo que es el emblema del neoliberalismo que es el Consenso de Washington (congreso
de economía en Washington) John Williams presenta un trabajo sosteniendo que mediante la aplicación de las
simples medidas de política económica, cualquier país puede desarrollarse. Algunas de estas medidas son:
Este trabajo lo toman los organismos multilaterales, lo toma el fondo y lo denomina el consenso de Washington,
cualquier país que quiera solicitar nuevos créditos y renegociar su deuda el fondo les recomendaba la aplicación de
este conjunto de medidas. Nosotros este conjunto de medidas lo conocemos como plan de convertibilidad. (Con
Cavallo el padre del modelo)
Cuando el º de enero se implementa el plan de convertibilidad, para muchos se centraba en la paridad 1 a 1, en
establecer un tipo de cambio fijo, 1$ 1U$S, pero en realidad represento mucho mas, porque se aplicaron todas las
medidas. Argentina aplico a raja tabla todas las medidas del consenso.
Si según John Williams, mediante la aplicación de esas medidas el país se puede desarrollar, porque nosotros al
aplicar todas las medidas no nos desarrollamos, es porque no se aplicaron correctamente.
Tanto Ferrer y Rapaport, dice que errores tuvo en la implementación de las medidas. Ferrer dice que si se
privatizaron las empresas, pero Argentina fue el único país que privatizo sus yacimientos petroleros, los recursos
estratégicos los países restantes no los privatizo. También se termina privatizando aerolíneas donde era una de las
empresas más eficientes que tenía el estado. Las privatizaciones que dieron mejor resultados fueron las
telecomunicaciones que se tecnifico todo, las inversiones que captaron estas empresas estatales trajeron su
tecnología de punta, estaba muy atrasado, uno de los errores y comparado con Brasil es haber privatizado YPF. En lo
que es la industria aérea Brasil fortalece la industria aeronáutica, naval y ferroviaria, mientras que nosotros
terminamos desmantelando todas las industrias.
Con la apertura económica indiscriminada, con la privatización de casi todo el sector económico (lo que no se
privatizo energía nuclear por ejemplo fue porque nadie lo quiso comprar, porque sino también se privatizaba) se
privatizo por casi 30 mil millones de dólares, la mitad de la deuda externa al principio del periodo. Con un tipo de
cambio fijo y la ley de convertibilidad donde se fija la paridad, se establecía que la única manera de emitir un peso
era que este respaldado con dólares. Se eliminaba las barreras al comercio y comienza una afluente de
importaciones, y se comienza con la segunda etapa de desindustrialización de la economía. Nos es más barato
importar que producir. El auge de la convertibilidad es hasta el 94. Teníamos déficit comercial, por más que el campo
exportara, eran más dólares que salían que los que entraba, se emitía contra endeudamiento.
Cuando se va Menem en 1999 con deuda externa de 120 mil millones de dólares, porque se creció bajo
endeudamiento. El punto fuerte de la convertibilidad fue controlar la inflación, al estar toda la emisión respaldada
con dólares. Desde el 1º de enero de 1991 hasta el 93 donde la inflación se controla, el índice de precio fue de un
62%, donde todos los precios aumentaron menos el dólar, el tipo de cambio quedo bajo. Ese tipo de cambio hacia
atractivo a las importaciones.
Hasta el 94 el modelo funcionaba, el plan de convertibilidad, entonces hay factores externos que hace que comience
un proceso globalizador en donde si impacta en un país impacta espontáneamente en el resto, con las nuevas
comunicaciones, tecnologías que hacen efecto en tiempo real en otras economías y cuando México, que es el primer
país que sufre una crisis en esta etapa de globalización que es el efecto tequila en el año 94. Rápidamente se
contagia el resto de los países, Argentina sufre una corrida bancaria, una fuga de capitales. Luego en el 97 está la
crisis del sudeste asiático que se denomina el efecto arroz. En el 98 la crisis Rusa, que se denomina el efecto vodka y
la que mas no va a impactar a nosotros es la crisis de Brasil del 99 efecto caipiriña. Terminamos nosotros con la
década de crisis, con la crisis del 2001 efecto tango.
Antes de la crisis del sudeste asiático, en el 96 se comienza a cuestionar el consenso de Washington, el rol del fondo
monetario, con estas recomendaciones. Cada país responde de una manera diferente, cada país tiene un
comportamiento distinto, una institucionalidad única, (densidad nacional). Se cuestiona que el fondo ya no es
eficiente, que no cumple con su rol, tendría que reestructura como se toman las medidas.
En el 99 asume la alianza, con De la Rúa como presidente y Machinea como Ministro de Economía. Ya la
convertibilidad estaba dando indicio en el 98 que se estaba agotando, el golpe de gracia lo da Brasil con la crisis
económica, Brasil es nuestro principal socio comercial. La primer medida de Brasil que toma es devaluar un 70% su
moneda, nosotros ya veníamos con un tipo de cambio bajo y nuestro principal socio comercial devalúa, abarata la
producción brasilera y encarece la nuestra. La poca competitividad que teníamos lo perdemos.
Diciembre del 2001 se incautan los depósitos, durante todo el 2001 hay una fuga de capitales, se contrae la actividad
económica. 20 de diciembre termina con la presidencia de De la Rúa.
Pasaron 5 presidentes en 7 días. Asume Puerta, a los pocos días Rodríguez Saa por consenso, que declara la cesación
de pago, el default de la deuda y al otro día renuncia. Asume Caamaño presidente de la cámara de diputados, y
luego por consenso asume Duhalde. Seguimos con el corralito, con crisis económica y social.
En enero del 2002 Duhalde rompe la paridad de 1 peso 1 dólar, y devalúa a 1.40 peso 1 dólar. Hasta febrero que
pasamos un tipo de cambio flotante y el plan de convertibilidad se da por terminado.
RAPOPORT - UNIDAD Nº 9 – LA ARGENTINA ,BRASIL Y LA INTEGRACION REGIONAL
FERRER 1999
Contexto internacional
Se hace un informe con los problemas del consenso de Washington. El cual dice que los países menos desarrollados tienen como
actividad principal la actividad primaria, y los países más desarrollados tienen protección interna contra su propia actividad
primaria. Esto se contradice con la disminución de la pobreza que propone el consenso ya que, si los grandes países protegen su
propia producción, los países menos desarrollados no van a poder salir al mercado internacional a vender su producto principal.
Un claro ejemplo se dio en la unión europea en donde existe un arancel del 0% para la parte textil entre países de la unión
europea, en cambio para los productos textiles provenientes de Asia se le impone un arancel del 20%
Asume el gobierno de la Alianza en esta época, aparece De La Rua como presidente, se sigue con la paridad entre el peso y el
dólar. Cuando asume la Alianza hay un endeudamiento de 120 mil millones de dólares, no tenemos acceso al crédito externo y la
tasa de interés externa aumenta.
Ante el déficit fiscal, la importante deuda externa y la necesidad de obtener dólares en los mercados de capitales, el
gobierno implemento sus primeras medidas que consistieron en aumentar los impuestos, aprobar una moratoria y
acelerar la agenda para el cobro de los anticipos de impuestos.
Las medidas adoptadas no lograron los resultados deseados, la recaudación disminuyo y la economía comenzó a
deteriorarse, debido a ello el gobierno intento disminuir los gastos fiscales, pero sin buenos resultados. Se asume
con mucha deuda, no se la podía pagar debido que no teníamos los dólares suficientes, ya que estábamos con una
balanza comercial negativa.
Los primeros años del gobierno quiso controlar la inflación se contrae el consumo, entonces se genera una deflación.
Durante este gobierno se produjo una importante fuga de capitales
2. La crisis política
Tras la renuncia del vicepresidente en octubre de 2000, se le hizo muy difícil para el presidente obtener apoyo
político para sus decisiones. Aparentemente la renuncia se debió a las denuncias de corrupción en el senado, pero
muchos analistas sostienen que fue por la imposibilidad de cumplir con las promesas de campaña debido a la
situación económica.
3. El Blindaje
En diciembre de 2000 Argentina refinancio la deuda con el FM, lo llamo un “blindaje” financiero (40.000 millones) y
como contrapartida prometió la realización de reformas y la reducción de los gastos en el sector público. Los fondos
no eran suficientes, la recaudación fiscal no aumento y la economía continúo deteriorándose.
Se creó un impuesto a los cheques, se eliminaron los recargos de importación de bs. de capital, se redujo en un 50%
el IVA en la compra de bs. se capital y se lo extendió a bs. antes no alcanzados. También comenzó la negociación de
planes de competitividad, con el fin de reducir los costos de ciertos sectores productivos mediante la reducción de
impuestos, a cambio del compromiso empresarial de reducir los precios y mantener los niveles de empleo.
El aumento de la recaudación fiscal generada por el impuesto al cheque y la recuperación económica permitió
compensar las reducciones de impuestos como el control del déficit fiscal.
Unas de sus medidas más importantes también fueron:
Recorto el salario publico
Recorto las jubilaciones
Recorto las pensiones
6. El megacanje de deuda
Postergación hasta 2005 de vencimientos de la deuda pública por 12.799 millones de dólares lo que significó un
incremento de 55.405 millones de dólares en pagos por cancelaciones entre 2006 y 2031.
Todas estas medidas no lograron reactivar la economía en diciembre del 2001 se incautan los depósitos (Corralito)
Duhalde en enero del 2002 da por finalizada la convertibilidad y devalúa el peso, ahora esta 1 peso = 1.4 dólares.
Al principio se tuvo un tipo de cambio fijo, después se pasamos a un tipo de cambio flotante con intervención del Estado, con
flotación sucia, en donde intervenía el BCRA
Cuando se sale de la convertibilidad había dos propuestas:
1) Dolarización de la economía que era apoyada por los acreedores extranjeros y grupos económicos extranjeros.
2) La pesificación de la economía que era apoyada por los grandes grupos económicos locales, lo que esto permite es amortizar el
efecto de la fuga de capitales.
Aldo Ferrer
A mediados de la década de 1970 convergieron acontecimiento en el mundo y en el país, que provocaron un gran
deterioro y derrumbe de la densidad nacional. En el orden mundial, la especulación financiera se convirtió en el eje
dominante de la globalización. La liquidez internacional aumentó mucho más que la requerida por la economía real
del comercio, la producción y las inversiones productivas. El hecho obedeció al déficit de los pagos internacionales
de EEUU y a otros factores, como la acumulación de petrodólares por parte de los miembros de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Sobre estas bases, el sistema financiero de las mayores economías montó
un gigantesco casino para especular con las variaciones en las paridades, las cotizaciones en los mercados de valores,
las tasas de interés, y multiplicar el crédito sobre la base de activos de alto riesgo.
El proceso fue facilitado por la revolución informática y por la desregulación de las transacciones propiciadas por los
gobiernos de las mayores economías bajo el liderazgo de EEUU, cuya moneda es la referencia del comercio
internacional y otro tanto de las reservas internacionales de los bancos centrales del resto del mundo.
El dinero se convirtió en el principal protagonista de la globalización e impuso su ideología al conjunto del sistema. El
credo neoliberal, plasmado en el Consenso de Washington, propició la desregulación y la apertura indiscriminada de
los mercados, las privatizaciones, el retiro del Estado y los tipos de cambio sobrevaluados, mediante los cuales el
déficit de los países en desarrollo aumentó la demanda de crédito internacional.
Frente a esta situación se comienza a cuestionar la doctrina keynesiana: por que el Estado no pudo evitar la crisis.
Avanza la doctrina neoliberal que propone la no intervención del Estado: el mercado proporciona los instrumentos
necesarios.
Mientras tanto, en Argentina se desplegaba el drama del alzamiento de las organizaciones armadas que amenazaban
la seguridad del Estado y de los asesinatos por razones políticas. En un escenario de desorden económico y caos
político se produjo el último golpe de Estado a principios de 1976. Ese año, el ministro de Economía del llamado
“Proceso de Reorganización Nacional” anunció los objetivos y el programa económico del gobierno de facto. Las
Fuerzas Armadas asumieron la responsabilidad de restablecer la seguridad pública, pero su respuesta demolió la
densidad nacional en 3 planos:
En el plano institucional y político: se destruyeron las instituciones republicanas y los mecanismos de control de una
sociedad civilizada, lo que provocó una agresión contra los derechos humanos.
Período 1975-1983: el PBI per cápita y los salarios industriales cayeron. La deuda externa se cuadriplicó.
La evolución del tipo de cambio, vía el régimen de la “tablita”, provocó una apreciación extraordinaria del peso, el
cual arrasó con la competitividad de gran parte de la industria argentina, incluyendo las firmas electrónicas. En aquel
entonces, esa industria estaba en Argentina igual de avanzada que la de Corea y Taiwán, que constituirían su
potencial industrial y tecnológico sobre esas y otras manufacturas de frontera.
El campo, apenas sobrevivió, debido a la excepcional productividad basada en la dotación de recursos naturales. El
objetivo de volver a un país pastoril, preindustrial, sin trabajadores ni sindicatos, concluyó con una economía
postrada, insolvente y con un gran deterioro de las condiciones sociales.
El “pensamiento céntrico” fue aplicado hasta sus últimas consecuencias. El resultado fue el creciente déficit del
comercio internacional, la cuenta corriente del balance de pagos y las finanzas públicas. Los préstamos y la deuda se
multiplicaron hasta que se interrumpió el acceso al crédito internacional y el sistema se desplomó.
La estructura productiva registró las consecuencias de la política económica. La industria perdió peso relativo en el
PBI y el agro mantuvo el suyo. Los servicios aumentaron favorecidos por la mejora de sus precios relativos en contra
de la de los bienes transables, sujetos a la competencia internacional.
El aumento del desempleo deprimió lo salarios reales y se agravaron la pobreza, la indigencia y la desigualdad en la
distribución del ingreso.
El proceso de acumulación sufrió nuevas interrupciones. En el plano institucional y político se agravaron los
problemas inaugurados con el golpe de 1930. en la economía se fracturaron las cadenas de valor.
El sistema nacional de ciencia y tecnología fue agraviado con la persecución de científico e investigadores
sospechados.
El Estado de Argentina era capaz de violar los derechos de sus ciudadanos. Soportó las consecuencias de la derrota
militar por la aventura de Malvinas. En el abismo de la deuda y del desorden económico, el país pasó a ser un
suplicante de la ayuda internacional, lo cual multiplicó su descrédito. El programa económico del 2 de abril de 1976,
seis años después dejó una inflación del 350 %, una fuga masiva de capitales, un déficit fiscal de más del 10 % del
PBI, otro semejante de la cuenta corriente del balance de pagos y una deuda externa seis veces mayor cuyos
intereses devengados representaban el 60 % del valor de las exportaciones.
La volición de la densidad nacional culminó con un descalabro en todos los planos, desde el institucional hasta el
económico.
Durante el periodo se aplicaron políticas neoliberales: apertura económica, librecambio, eliminación de las barreras
arancelarias. Surge inflación por demanda, se aplican medidas para controlarla (contradiciéndose con la política de
encaje fraccionada que habían planteado como política monetaria expansiva). Se congelan los salarios, se prohíben
la participación de asociaciones gremiales, aumento de tarifas. A pesar de estas medidas, nunca se pudo controlar la
inflación.
Modelo McKinnon: establecer un tipo de cambio fijo, apertura económica para que caigan los precios y caiga la
inflación. Las empresas tienen tres caminos: el primer camino invertir para competir con las importaciones, el
segundo camino es que liquiden sus empresas y se vuelquen al mercado financiero. Se piden créditos al exterior
donde las tasas son mas bajas. Las empresas se vuelcan al mercado financiero que es más rentable.
En 1979 se produce la segunda crisis del petróleo. Hacia 1981 el mundo desarrollado se reactiva y se restablece la
tasa internacional. Esto produce una fuga de capitales en Argentina y las empresas que habían solicitado créditos al
exterior les es imposible hacer frente a esas inversiones con la nueva tasa. Para que las empresas no quiebren, evitar
la recesión y la contracción de la actividad económica, Domingo Cavallo (presidente del Bco Central) decide estatizar
la deuda privada.
En 1983 Raúl Alfonsín condujo al país a su reencuentro con la democracia. La vuelta a la democracia permitió
normalizar la educación y la actividad universitaria, junto con el desarrollo del sistema nacional de ciencia y
tecnología, en un escenario de escasez de recursos. Pero la herencia recibida incluía un enorme deterioro del
sistema económico, demandas sociales imperiosas acumuladas y una deuda externa excesiva, y la permanente
hostilidad del sindicalismo y del ruralismo contra el gobierno. Agarra un país con una economía de alta inflación,
deuda externa, tasa de desempleo, nivel de actividad del sistema productivo bajo. La década del 80 fue conocida
como la “década perdida”: crisis económicas, tasas de interés internacional alta, alta inflación, deuda, bajo empleo.
En el escenario internacional, la situación argentina coincidió con la crisis de la deuda latinoamericana y la renuncia
de los países de la región de constituir un frente de deudores para negociar con la alianza constituida por los
acreedores.
Se desplegó el consenso de Washington, promovido por los países centrales, el FMI y la comunidad fciera
internacional. El país siguió atrapado en el pensamiento céntrico.
El gobierno puso en marcha planes de asistencia a sectores de muy bajos ingresos. Los liderazgos quedaron
encerrados en los reclamos sectoriales. Las Fuerzas Armadas fueron reubicadas en el funcionamiento de la
democracia. No se generaron uniones, entre lo público y lo privado, que permitieran elevar la calidad de las políticas
públicas. La densidad nacional recuperó a la democracia como su fundamento de organización de la nación.
El avance del posicionamiento internacional del país fue notable, con la resolución definitiva de los conflictos
limítrofes con Chile y la alianza estratégica con Brasil, mediante los acuerdos bilaterales que desembocaron en la
creación del Mercosur.
Posición en contra del modelo neoliberal: se busca una redistribución del ingreso.
La política económica quedó atrapada en una situación en la cual los servicios de la deuda paralizaban al sector
público. Estos hechos desembocaron en la hiperinflación al final del gobierno de Alfonsín. El gobierno de Alfonsín
concluyó en una parálisis por no poder arbitrar entre los intereses sectoriales y políticos enfrentados, y, por tanto,
por la incapacidad de poner orden en la coyuntura económica y responder a los desafíos planteados por el sistema
internacional. Prevalecían en el orden mundial las fuertes tendencias de la globalización y, en particular, la
especulación financiera. Existía una sociedad desordenada y confundida. En este escenario, el peronismo
reapareció como la fuerza capaz de encarrilar las cosas, con el triunfo de un dirigente que levantó las viejas banderas
nacionales y populares del movimiento.
El inicio del gobierno de Menem en 1989 prolongó la situación de desorden heredada. Sufre una segunda
hiperinflación.
Con el plan de convertibilidad, iniciado a principios de 1991, el presidente adhirió masivamente al planteo neoliberal.
Con este régimen de convertibilidad con tipo de cambio fijo, convirtió al Banco Central en una Caja de Conversión,
de pesos a dólares, perdiendo el control de la política monetaria. Toda la política económica quedó subordinada a
los movimientos de capitales extranjeros.
La resolución, reinició la corriente de créditos hacia la región, incluyendo a Argentina. Se abría la posibilidad de
remover, en el corto plazo, la restricción de pagos internacionales y viabilizar las “reformas estructurales” del
Consenso de Washington. Sobre estas bases y el tipo de cambio fijo se logró frenar la inflación y estabilizar los
precios.
El “populismo neoliberal”, fundado en la ilusión del dólar barato y el acceso a los viajes al exterior y a los bienes
importados, sedujo a sectores amplios de la clase media. Las fracturas sociales y la desigualdad distributiva
subsistían, pero el conflicto quedó aplacado en esa fase del gobierno de Menem. Los liderazgos estaban
comprometidos en el reparto de las rentas derivadas de las privatizaciones, la especulación financiera y la reforma
del sistema provisional.
Las políticas neoliberales se llevaron a cabo en Argentina hasta las últimas consecuencias. Por ejemplo, Argentina fue
el único de los países latinoamericanos que extranjerizó la empresa petrolera estatal. En un desenfreno de canje de
deuda impagable por activos valiosos, se vendieron los principales sectores de la infraestructura de transportes,
comunicaciones y energía.
La privatización del sistema jubilatorio colocó la principal fuente de formación del ahorro interno al servio de las
rentas de los intermediarios, la especulación fciera y la salida de capitales. Los desarrollos tecnológicos en energía
nuclear, industria aeronáutica y misílistica fueron paralizados, vendidos o desmantelados. La apreciación del peso
destruyó la competitividad de buena parte de la producción de bienes transables.
Esta estrategia provocó el desmantelamiento de pequeñas y mediana empresas, sobre todo en los grandes centros
urbanos y en las actividades productoras de bienes transables.
En consecuencia:
El sector agropecuario: soportó mejor porque comenzaba una fuerte expansión de la demanda mundial y tenía lugar
una revolución tecnológica en el sector.
En los sectores de tecnología estabilizada, como los transportes aéreo y ferroviario, aguas potables y otros, las
privatizaciones fracasaron casi sin excepciones. En resumen, el Estado y sus empresas fueron puestos al servicio de la
especulación y el saqueo del patrimonio público.
El período del Plan de Convertibilidad, sostenido por el crédito internacional y los ingresos derivados de las
privatizaciones, permitió una recuperación de la actividad económica respecto del deprimido nivel de la crisis de
1989-1990.
El sistema acumuló recientes desequilibrios fiscales y de balance de pagos, en un escenario de aumento constante
de la deuda externa. Los ingresos derivados las privatizaciones del petróleo, de las telecomunicaciones y de casi la
totalidad de la infraestructura de servicios públicos no alcanzaron para compensar los desequilibrios provocados por
la apreciación cambiaria y el conjunto de la estrategia neoliberal. La estabilidad de precios se sostuvo sobre una
corta base de una nueva deuda y la destrucción de capacidad competitiva. El sistema se sostenía sobre la base del
respaldo del FMI y el acceso al crédito internacional.
Con la apertura económica indiscriminada, con la privatización casi total, tipo de cambio fijo (paridad 1 peso 1 dólar),
comienzan los afluentes de importaciones (balanza comercial deficitaria casi todo el periodo). Para emitir dinero,
como la balanza era negativa, se debía emitir contraendeudamiento: lo que generaría un gran aumento de la deuda
externa.
En 1994 comienza la 2da fase de desindustrialización: tipo de cambio bajo y apertura económica genero mayores
importaciones (era más barato importar que producir).
Problemas con el plan de convertibilidad: era eficiente pero solo a corto plazo. Lo que sí se pudo controlar fue la
inflación.
Con las crisis que empiezan a estallar en todo el mundo (efecto domino debido al proceso globalizador) se comienza
a cuestionar el Consenso de Washington y el Fondo.
Una economía en crisis, sin acceso al crédito internacional, las reglas de juego de la convertibilidad agotadas y una
política exterior golpeada por la imprudencia fueron la herencia que recibió el gobierno de la Alianza (De La Rua) en
1999. La sociedad buscó una alternativa a la estrategia del gobierno de Menem, pero el nuevo gobierno se limitó a
intentar administrar mejor la misma política sin cambiar las reglas del juego, incluyendo la convertibilidad y el “1 a
1”. La crisis de confianza impulsó la salida masiva de capitales, generó brotes de violencia, provocó la renuncia del
presidente a fines del 2001 y culminó en un desorden: corralito, fin de presidencia de De La Rua, default deuda
externa.
En el 2002, Duhalde rompe la paridad, se pasa a un tipo de cambio flotante, se devalúa el peso y se termina con el
plan de convertibilidad. Cuando se sale de la convertibilidad, se proponen dos salidas: la dolarización de la economía
o la pasificación (amortiguar con la devaluación y depreciación del tipo de cambio el efecto de la fuga de capitales).
Con la devaluación, la inflación se dispara.
La estrategia neoliberal se instaló con el golpe de Estado de 1976 y predominó hasta la crisis de 2001-2002. Ese
curato de siglo fue el peor de la historia económica argentina. El PBI per cápita disminuyo, y el deterioro social se vio
reflejado en el desempleo, la pobreza y la indigencia.
La década se inició con la peor crisis de la historia económica argentina, presenta 6 años de rápido crecimiento PBI.
Incluye en su segunda mitad las consecuencias de la crisis del orden económico mundial (2007-2008). Cumplido en
un escenario de interrogantes: ¿volver al pasado? (mismas políticas del pasado) o iniciar un proceso de desarrollo
sustentable y equitativo de largo plazo (2003 en adelante “reindustrialización” de fábricas lo que antes se importaba,
disminuye las importaciones).
Junto con el TC alto, lo que favorece la economía son los precios internacionales de los commodities (boom de la
soja).
1.EL COLAPSO: la década comenzó con la debacle de 2001-2002. Era previsible que la estrategia de apertura
incondicional, subordinación de las políticas públicas a los intereses particulares, desregulación financiera y
privatización indiscriminada, en un contexto de fuerte apreciación del peso, culminara en un desastre. Tuvo así lugar
la extranjerización de la propiedad de sectores fundamentales de la infraestructura y de las mayores empresas del
país, y un endeudamiento externo insostenible que desembocó en el default.
Régimen fundado en el endeudamiento y renuncia a la gobernabilidad macroeconómica.
2. LA EXPANSIÓN: comenzó el segundo tramo de la década, cuya evolución estuvo en las propuestas
neoliberales. En esta etapa se reduce a la mitad el desempleo (aunque se debe a que cambia la forma de medirlo).
También cambia la redistribución del ingreso con las políticas sociales activas del Estado (planes). A partir del 2002 se
acuerdan paritarias anuales por cada sector (aumentos salariales). La economía crece a un 7% anual que permitió el
descenso del desempleo, al aumento del consumo, equilibrar las cuentas internas y externas. En 2003, con Kirchner,
hay superávit (primario, fiscal y comercial) porque también cesación de pagos de la deuda. A partir de 2005 se
renegocia la deuda para pagarla.
Ese período (2002 – 2008), registró:
3.LA INCERTIDUMBRE: hacia finales de la década (2008 – 2010), comenzaron a acumularse problemas que
interrumpieron la expansión del segundo tramo del decenio. Los incentivos del ajuste de la paridad y del sustantivo
superávit primario en el presupuesto comenzaron a debilitarse. El Bco Central mantuvo y mantiene una sólida
posición de reservas internacionales, la capacidad de regular la situación monetaria y administrar el tipo de cambio.
La expansión se corta tanto por factores externos (crisis mundial hipotecas, crisis financiera que hizo caer los precios
de los commodities) como internos (crisis del campo donde impusieron retenciones para financiar y mantener
superávit, sumado a sequias que deprimió aun mas la actividad).
El tipo de cambio desarrollista fue debilitándose (TCED). El aumento del gasto público excedió el del crecimiento de
los ingresos tributarios con la consecuente reducción del superávit primario. En sentido contrario, la nacionalización
del régimen de previsión social permitió recuperar el control público de la sustantiva porción del ahorro interno que
circula por el sistema jubilatorio. Esto fortaleció las finanzas públicas. La política económica debe asegurar la
inversión rentable de esos recursos en la ampliación de la capacidad productiva, para afirmar la aptitud del sistema
de satisfacer sus futuros compromisos.
El contagio externo de la crisis mundial sobre nuestro país se produjo por la baja de los precios internacionales de los
commodities exportados y por las expectativas negativas de la sociedad y los operadores económicos. Desde el
estallido de la crisis, Argentina se financia con recursos propios y no descansa en el crédito internacional.
Al mismo tiempo, el sistema bancario (en una economía de bajo nivel de crédito y por lo tanto de deuda) se
mantiene sólido, líquido y solvente.
El cambio de tendencia no se explica principalmente por los factores externos. La causa está, en primer lugar, en los
acontecimientos internos, de la frontera para adentro: por un lado, el debilitamiento de la macroeconomía; por el
otro, problemas políticos como el conflicto del campo con el gobierno. Otro factor, de carácter accidental, como la
sequía, agravó el cuadro de situación.
a)por graves que sean los problemas y los conflictos, sólo podemos tramitarlos en el marco de la Constitución. La
democracia argentina resistió la renuncia de un presidente, una compleja transición política, la mayor crisis
económica de nuestra historia, el contagio del descalabro del sistema fciero internacional, el enfrenamiento del
ruralismo con el gobierno, el cuestionamiento de las estadísticas oficiales, la reforma de los regimenes provisional y
de los medios audiovisuales.
b) Se refiere a la posibilidad actual de la democracia de procesar los conflictos sin caos económico. Desde la
presidencia de Alfonsín a la de Menem, culminaron en un gran desorden e hiperinflación. Lo mismo sucedió al final
del gobierno de la Alianza, con el estallido de la crisis de los años 2001- 2002.
En la actualidad, el gobierno permanece en el comando de los ejes fundamentales de la macroeconomía, o sea, el
presupuesto, la moneda y el balance de pagos.
Lo que viene no lo explico la profe, son conclusiones del modelo Neoliberal y lo importante del campo para
Argentina y la gestión del conocimiento:
EL PORVENIR
Argentina no logró establecer, todavía, el consenso necesario para formar una estructura productiva integrada y
abierta. Esta indefinición sobre la estructura productiva viable contribuyó a la prolongada inestabilidad política del
país, a los cambios de estrategia económica y a la repetición de graves desórdenes macroeconómicos, dos de cuyas
principales manifestaciones fueron la inflación y el endeudamiento externo excesivo.
Entre la Organización Nacional y la caída de Irigoyen en 1930, existió un modelo agroexportador, fundado en los
intereses de los dueños de la tierra y la relación privilegiada con la potencia central de la época, Gran Bretaña. La
viabilidad histórica del sistema agroexportador concluyó con la debacle económica mundial de los años 30. Desde
entonces y hasta la actualidad, no se consolidó un modelo alternativo fundado en la estructura productiva integrada
y abierta.
Bajo los gobiernos del fraude en la década de 1930 y principios de 1940, la dictadura de 1976-1983 y el
constitucional de la década de 1990, se configuraron las condiciones políticas que sustentaron diversas variantes del
modelo agroexportador.
La extranjerización indiscriminada de los sectores fundamentales y el endeudamiento sin límite demolió el poder de
decisión nacional y redujo al país a la posición de suplicante de la ayuda externa.
Nunca se logró formar una coalición predominante de intereses y grupos sociales asociados a la transición desde el
modelo agroexportador a la economía integrada y abierta. El peronismo histórico, el radicalismo desarrollista y los
gobiernos de Illia y Alfonsín, fueron portadores de intenciones nacionales de desarrollo.
En la actualidad, en torno a las retenciones entre el gobierno y el ruralismo, ha vuelto a platearse que la cadena
agroindustrial alcanza para generar empleo y bienestar para toda la población. Es decir, el proyecto de Argentina
“granero del mundo”. Al mismo tiempo, un sistema productivo especializado en la explotación de los recursos
naturales es incapaz de incorporar plenamente las transformaciones impulsadas por la ciencia y la tecnología. En
consecuencia, con el campo no alcanza para conformar una economía próspera de pleno empleo y bienestar. Sin
embargo, vuelve a replantearse la viabilidad del sistema agroexportador.
Para el proyecto neoliberal, el ahorro interno es insuficiente para sostener una elevada tasa de crecimiento y, más
allá de la explotación de los recursos naturales, la sociedad argentina es incapaz de gestionar conocimientos de
fronteras relacionados a la formación de estructuras productivas industriales, diversificadas y complejas. Como el
libre juego de las fuerzas del mercado impulsa el desarrollo y el bienestar, el Estado no debe intervenir en la
asignación de recursos y la distribución del ingreso. De estos supuestos se desprenden conclusiones a saber:
a) El crédito internacional y las inversiones privadas directas extranjeras son la fuente fundamental de
la acumulación de capital.
b) El país y sus emprendedores sólo tienen capacidad de desarrollar, con eficiencia, la producción
primaria vinculada a la explotación de los recursos naturales .
c) La inserción de la economía argentina en la división internacional del trabajo descansa en su
especialización como exportador de productos primarios e importador de manufacturas y servicios complejos .
d) Como consecuencia de lo anterior, el país siempre necesita adherirse al centro hegemónico de cada
época.
e) El Estado debe limitarse a transmitir señales amistosas a los mercados y a los operadores privados,
con vistas a permitir la inversión y el crecimiento .
Este proyecto concibe a la economía argentina como un segmento del mercado mundial. Implica una inserción del
país en la división internacional del trabajo en cuanto abastecedor de alimentos y productos primarios. La evidencia
histórica y la actual revelan que ese modelo es compatible con la gestión del conocimiento y el desarrollo
económico. Conduce al desequilibrio de los pagos internacionales y a la necesidad del financiamiento externo. De
este modo, los criterios de los mercados se instalan como ejes organizadores de la política económica. En el debate
actual esta presente la propuesta de país “granero del mundo” y la urgencia de “volver” al FMI y a los mercados
financieros. El Estado debe limitarse a mantener el orden público, no interferir en los mercados y paliar la pobreza
extrema a través de la asistencia social.
Para el enfoque nacional desarrollista, los supuestos neoliberales no se corresponden con la realidad económica
argentina y del orden mundial y, por lo tanto, su estrategia es incompatible con el desarrollo económico. La tasa de
ahorro interno es elevada, fuente fundamental de la acumulación de capital y sustento potencial de una elevada tasa
de desarrollo. Los profesionales, la fuerza de trabajo y los emprendedores argentinos han revelado su capacidad de
gestionar el conocimiento y aplicarlo en la cadena de valor de la producción agropecuaria. Lo que falta en Argentina
son condiciones propicias de largo plazo para su aplicación en todo el campo, toda la industria y todas las regiones.
El Estado es el instrumento necesario para:
Desde esta perspectiva, la única estrategia consistente con la gestión del conocimiento es la formación de una
estructura productiva integrada y abierta, fundada en el agregado valor a los recursos naturales y en un sistema
industrial, diversificado y complejo, que incorpora las actividades de frontera tecnológica, incluyendo la
producción de bienes de capital. Sólo sobre esas bases es posible la puesta en marcha de procesos de largo plazo de
acumulación de tecnología, capital y despliegue del potencial disponible a niveles crecientes de empleo y
productividad.
Tal estructura se vincula a la división internacional del trabajo en un régimen de especialización intraindustrial. El
principal indicador del nivel de una estructura productiva es el contenido tecnológico de sus exportaciones e
importaciones. Cuando se verifican tales condiciones, los países tienen sólidos equilibrios macroeconómicos,
solvencia, posiciones superavitarias o niveles manejables de deuda. Este modelo es intrínsicamente sustentable en el
largo plazo porque genera desarrollo económico y empleo, moviliza la participación de los actores sociales y
distribuye sus frutos con suficiente amplitud.
Sólo han alcanzado altos niveles de desarrollo los países con estructuras integradas y abiertas. En la actualidad, la
estrategia de los países emergentes de mayor tasa de crecimiento consiste, en gestionar el conocimiento y poner
en marcha el proceso de acumulación por 3 vías a saber:
Es necesaria la inclusión del “campo” en el proceso de transformación. Es preciso insertar los intereses rurales en la
nueva estructura. Gran parte del sector apoyó y apoya la estrategia neoliberal.
¿Cuál es el futuro de nuestro pasado? Para desplegar el potencial del país y establecer una relación simétrica no
subordinada en el orden mundial, es preciso, conformar una estructura productiva integrada y abierta. Esa
estructura genera empleo y bienestar, incorpora al conjunto de la sociedad la creación del desarrollo y la
distribución de sus frutos y, por lo tanto, consolida la democracia y la estabilidad de las instituciones. El desarrollo
eleva el nivel de vida y genera respaldo a las instituciones; la democracia por su parte, sustenta la viabilidad
política de la economía integrada y abierta y la equidad.
UNIDAD Nº 9 RAPAPORT FINAL DE FERRER (1999) - Clase
En 1999 asume el gobierno de la Alianza con De La Rúa como presidente, y vimos que en el capítulo 8 desde que se
implementa el plan de convertibilidad en el 91, donde desde el 97 en adelante ya se asume que el modelo se está
agotando, y con la crisis de Brasil del 99 cuando cambia el signo monetario y devalúa un 60% su moneda, nuestro
principal socio comercial, perdemos competitividad. El modelo ya se está agotando.
La alianza asume y quiere seguir manteniendo el plan de convertibilidad, se sigue manteniendo el tipo de cambio
fijo, una paridad de 1$ 1U$S. cuando asume la alianza asume con un endeudamiento externo de 120 mil millones de
dólares, durante toda la década del 90 estuvo marcada por una tasa de interés internacional baja, o sea que permitía
el acceso al crédito externo. Cuando asume la alianza ese contexto se invierte, ahora no se tiene acceso al crédito
externo, la tasa de interés internacional aumenta.
En la parte del contexto internacional Rapaport habla que hay un informe que se llama el comercio internacional y la
pobreza de un economista argentino en el cual menciona que uno de los principales problemas de las medidas que
denomino el consenso de Washington es dejar al mercado como mejor asignador de recursos, que los países de
menores ingresos son competitivos o gran parte de su actividad se orienta a la producción primaria. Si todas las
convenciones de los grupos del g20 g10, convenciones multilaterales acerca de reducir la pobreza, Banco Mundial,
todas las investigaciones que hacen para reducir la pobreza a nivel mundial, como es contradictoria con las políticas
que cada país aplica. En ese trabajo dice que por ejemplo los países de menores ingresos donde mayor porcentaje de
pobreza tiene son países en los cuales predomina la actividad primaria, y como los países desarrollados son los que
protegen su actividad primaria. Esa protección es totalmente contradictoria con el discurso de la disminución de la
pobreza. Si para disminuir la pobreza es que estos países puedan aprovechar las ventajas comparativas que son la
producción de bienes primarios, y si los países desarrollados protegen esa actividad los sectores más pobres no van a
salir nunca de la pobreza. Por ejemplo la importación de la Unión Europea de cacao está gravado un 0%, cualquier
producto industrializado derivado del cacao la tasa de protección de arancel aumenta en un 20 y 30%, esto es lo que
provoca que los productores de cacao solo queden primarizados en la exportación de cacao puro, y no aprovechen
su producción de cacao para industrializarlo, porque exportar el cacao puro el arancel es 0. Otro ejemplo es el textil,
el comercio textil dentro de la unión europea es de un 0%, y cualquier textil proveniente del sudeste asiático, la
unión europea lograba un 20 30 %, discriminan los textiles asiáticos. Otro ejemplo es el de Holanda, es uno de los
países que más donaciones otorgan a los países más pobres de áfrica, alrededor de 2 dólares por persona de los
pobres de África. Como el comercio internacional puede reducir la pobreza pero en medida que los países centrales
disminuyan su protección de producción primaria.
La alianza asume con un nivel de actividad recesivo, la actividad económica durante la década del 90 había
aumentado en tasas importantes hasta el 94, del 94 al 98 siguió creciendo a una tasa menor, y a partir del 98 y 99 la
actividad se fue estancando.
La tasa de desempleo en el 98 es de un 18.4%, y con vencimientos de deuda que al no generar divisas genuinas o
superávit de balanza comercial no se podía hacer frente a los pagos de la deuda a no ser que fuera renegociándose
nuevos plazos.
Machinea es Ministro de Economía en el primer año del gobierno de De La Rúa, en el 2000 se renegocia la deuda
que se denomino “el blindaje”, a partir del 2000 las expectativas descienden rápidamente en la economía argentina
y también en cuanto a lo político, renuncia el vicepresidente por un escándalo en el senado, se estaba por votar la
flexibilización laboral, lo que se denomino la tarjeta banelco, para reducir los costos laborales de las empresas. El
vicepresidente sostuvo que se acordó bajo coimas y termino renunciando. Crea más expectativas negativas y la fuga
de capitales que ya se venía observando se profundiza aun más. En el 99 sigue controlada la inflación pero al
deprimirse la actividad económica, al aumentar el desempleo y contraerse el consumo, la inflación cae aun mas y
llegamos a tener deflación en el gobierno de De La Rúa.
Frente a este contexto económico se considera la gestión del Ministro de Economía como un fracaso, y asume López
Murphy como ministro de economía y solo dura un fin de semana, dijo que la solución es lograr el déficit 0, reducir el
gasto público, reducir el salario, enfriar la economía. Esto crea un descontento que ni si quiera se implementan las
medidas.
Asume como ministro Domingo Cavallo, y una de las primeras medidas que toma es la reducción del salario público
un 13%, recorta las jubilaciones y pensiones un13%, para lograr el equilibrio fiscal, la fuga de capitales se mantiene
en el tiempo, durante el 2001.
A mediados del 2001 se renegocia la deuda nuevamente con el “megacanje”, acuerdo de 40 mil millones de dólares.
Y tanto la renegociación con el FMI y con el fin económico de déficit 0, no logran reactivar la economía y para frenar
la fuga de capitales en diciembre del 2001 se incautan los depósitos que es lo que conocemos como “el corralito” y
el 20 de diciembre termina renunciando De La Rúa, y en un periodo de 7 días pasamos por 5 presidentes. Asume
Puerta, el presidente de la cámara del senado. Luego asume Rodríguez Saa declara el default de la deuda, la cesación
de pagos. A los pocos días renuncia, asume el presidente de la cámara de diputados que es Camaño hasta que por
consenso de las cámaras asume Eduardo Duhalde, que en Enero del 2002 da por finalizada la ley de convertibilidad,
quiebra el 1 a 1 y devalúa de 1.40$ a 1US$ hasta ese momento era un tipo de cambio fijo. En febrero de 2002
pasamos a un tipo de cambio flotante hasta el día de hoy. Tipo de cambio determinado por el estado, con flotación
sucia.
El primer ministro de economía de Eduardo Duhalde es Remes Lenicov luego Lavagna siguió hasta el 2007.
Cuando se sale de la convertibilidad la economía argentina se proponen dos salidas: una es la dolarización de la
economía, que cada tanto cuando la economía anda mal vuelve a surgir como opción, apoyada por grupos
economistas extranjeros (acreedores) y la otra vía era la pesificación que es la que termino optándose, apoyada por
la parte política de los radicales como oposición en su momento y económicamente por los grandes grupos
económicos locales. La pesificación permitía con la devaluación y la depreciación posterior del tipo de cambio, logro
amortiguar el efecto de la fuga de capitales a pesar de que Duhalde en su primer discurso “el que deposito dólares
recibirá dólares”, y termino recibiendo bonos ajustado por un índice que media el costo de vida, solo los que
iniciaron causas judiciales rescataron sus dólares. No podían sacar sus depósitos pero si permitían comprar
inmuebles, aceptarlos en parte de pagos.
Con la devaluación y posterior depreciación de la moneda, la inflación se dispara y es lo que toda la primera década
del siglo XXI Ferrer la denomina en tres tramos:
1. El COLAPSO (2001-2002): Se sale de la convertibilidad, si bien cuando el tipo de cambio se comienza a depreciar el
efecto no es inmediato, es lo que se denomina la curva jota. En un primer momento la actividad (beneficios del
comercio exterior) frena y luego recién comienza a incrementarse. Un tipo de cambio alto lo que provoca es que al
resto del mundo les es más barato comprar a nosotros. Cuando el tipo de cambio comienza a subir el efecto no es
inmediato. Este aumento se traslada a todos los precios de la economía y la inflación se dispara. Aumento
inflacionario. Durante el 2002, en plena crisis, y se sale de la convertibilidad el desempleo está alrededor de un 24%,
y un 20% de pobreza.
2. La EXPANSION (Segundo semestre del 2002 hasta 2008): junto con el tipo de cambio de alto lo que favorece
también y marca la parte de expansión son los precios internacionales de los comodities, que favorecen a la
economía argentina. Es donde se produce el boom de la soja, el aumento de la soja es lo que provoca la expansión
del 2002 al 2008. El desempleo se reduce a la mitad, pero se cambia la metodología de medir el desempleo, se corta
la serie de medición, en la nueva medición se incorpora como empleo todas aquellas personas que perciben planes
sociales, se considera como empleo a toda persona q trabaja como mínimo una hora a la semana. Los parámetros
son a nivel mundial, provoca que el desempleo caiga tan rápido. En parte es como se cambio la metodología y en
parte porque se reactiva la economía. Cambio la redistribución del ingreso.
“el deterioro de los indicadores sociales en los últimos 25 años del S XX en Argentina fue muy importante, cae un
10% del PBI per cápita”, la brecha de los que más tienen y menos tienen es más amplia, hay mas concentración de
ingresos, los asalariados cada vez pierden mas participación del ingreso, esto se revierte en el 2002 con las políticas
sociales activas del estado (planes sociales). Aumenta la pobreza, pero con las políticas sociales activas la distribución
del ingreso mejora. A partir del 2002 se acuerdan paritarias anuales, aumentos salariales a través de negociación de
paritarias se mantienen.
La economía crece casi un 7% anual, que permitió el descenso del desempleo, el aumento del consumo, permitió
equilibrar tanto las cuentas internas como externas. Esto ya bajo el gobierno de Néstor Kirchner en 2003 se logro el
superávit gemelo, el fiscal y el comercial, se logo ese superávit gemelo porque estábamos bajo cesación de pago y no
se estaba pagando deuda.
En el 2005 se termina la negociación de la deuda. En 2003 estaba la deuda en 190 mil millones de dólares y luego
cuando se renegocia la cesación de pago con intereses con los acreedores y todo está en 150 mil millones de dólares.
En la época que se llevaba bien Kirchner y clarín, se pago con reservas la deuda con el FMI que era de 10 mil millones
de dólares, el titular del diario era PAGAMOS LA DEUDA EXTERNA. (Era a un acreedor solo y 10 mil millones de
dólares nada mas) el resto se negocio, y se le pago al club de parís, en el último año de Cristina con Kiciloff de
ministro de economía. Con el gobierno de Macri los que no había aceptado el acuerdo en el 2005.
3. La INCERTIDUMBRE (segundo semestre del 2008-2010): la expansión se corta en el segundo semestre del 2008
por factores internos y externos, externos: la crisis mundial de las hipotecas surpryn, la crisis financieras hizo caer los
precios de los comoditis y nos termino afectando y en cuanto a los internos: a la crisis que se produjo con el campo
cuando se pusieron retenciones durante el gobierno de Cristina siendo Lousteau el Ministro de economía. Se
gravaron con retenciones todas las exportaciones del campo, se paralizo la actividad primaria, termino mandándose
el proyecto al congreso y no se aprobó por el voto negativo de Cobos. Deprimió la actividad por el conflicto con el
campo, principal fuente de divisas, y se sumo la sequia.
En todos los modelos no se puede gestionar nunca una política eficiente, o se privilegiaba o se perjudicaba el campo.
Ferrer dice que se tiene que incorporar al campo una planificación bajo una estructura económica eficiente. El
campo es generador de puestos de empleo y generador de divisas. Lo que muestra la historia argentina es que nunca
se lo pudo capitalizarse e incorporo eficientemente.
Otra de las conclusiones que da Ferrer del 83 en adelante es que toda crisis económica sufrida no se necesito un
golpe de estado para reactivarla, sino bajo un gobierno democrático se pudo solucionar los problemas. A diferencia
del 76 para atrás.