Pim Zoologia Promorfologia y Ontogenia

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ZOOLOGÍA

Definición y objetivos de la Zoología


Tradicionalmente se ha considerado que la Zoología es la parte de la ciencia que se
encarga del estudio de los animales en todos sus aspectos. Desde esta perspectiva, los
objetivos de la Zoología son muy amplios; incluyen tanto el reconocimiento y la
clasificación de las distintas especies animales, como el estudio de su constitución
arquitectónica, de su estructura, de su ontogenia, de la herencia de sus caracteres, de sus
relaciones con el medio en el que viven, de su distribución geográfica, de su nutrición,
salud y conducta, de sus relaciones de afinidad y parentesco y de su historia evolutiva.
Por ello, la Zoología se interrelaciona estrechamente con otras disciplinas, como la
Histología, la Embriología, la Fisiología Animal, la Ecología, la Biogeografía, la
Genética, la Etología y la Paleontología. Para desarrollar su labor, los zoólogos se
sirven de todas estas materias y de otras, tales como la Citología, la Bioquímica, la
Bioestadística y la Microbiología, de manera que las investigaciones sobre animales
suelen tener un carácter interdisciplinario.
La realidad es que varias de estas materias han emergido históricamente de la
Zoología y de la Botánica. El progreso experimentado por la Biología desde hace varias
décadas ha supuesto que muchas parcelas del saber que, en mayor o menor grado, se
consideraban partes integrantes de la Zoología o de la Botánica hayan adquirido un
cuerpo doctrinal propio y que, hoy en día, se contemplen como materias autónomas,
figurando como asignaturas específicas en los planes de estudio. Como resultado de esta
escisión temática, los objetivos de la Zoología, en cuanto a asignatura universitaria, se
han restringido a aspectos concretos que pueden compendiarse mediante los siguientes
enunciados.

1. Descripción y explicación de la diversidad animal en todas sus manifestaciones y


ello de forma comparada entre estructura y función.

2. Clasificación de los animales.

3. Determinación de la adaptación de cada especie animal a su ecosistema.

4. Estudio de las relaciones de afinidad y de parentesco entre las distintas especies


animales y de la evolución del reino animal.

Para llevar a cabo estos objetivos, la Zoología tiene como pilares fundamentales
las siguientes disciplinas: Anatomía, Morfología, Sistemática, Filogenia y Taxonomía.

Anatomía. La Anatomía es la disciplina científica que se encarga de la observación y


de la descripción de la forma y de la estructura de los animales a todos los niveles:
macroscópico, microscópico y ultramicroscópico. La Anatomía es una ciencia
descriptiva.

Morfología. La Morfología es la disciplina científica que estudia la organización animal


en todos sus aspectos y niveles estructurales y ello bajo la consideración de la
información que suministra un amplio conjunto de otras materias, en particular, la
Filogenia y la Embriología. La Morfología es una ciencia interpretativa.
Sistemática. La Sistemática es la disciplina científica que se ocupa de la investigación
de las especies, la diversificación de los organismos y las relaciones (en el sentido más
amplio) existentes entre ellos.

Filogenia: La Filogenia es la disciplina científica que se encarga de establecer las


relaciones de afinidad y de parentesco entre los diversos grupos de organismos, así
como de dilucidar, en lo posible, sus respectivos orígenes.

Taxonomía. La Taxonomía es la teoría y la práctica de la clasificación de los seres


vivientes.

Características de los animales


La definición de animal no es sencilla. Ello se debe a que, desde el punto de vista
evolutivo, los animales y los vegetales se originaron a partir de seres unicelulares en los
que concurrían atributos que suelen considerarse propios de los animales y, otros, que lo
son de los vegetales. Debido a esta circunstancia, la definición de animal no puede
enunciarse con precisión; solamente puede formularse considerando una variada gama
de características. Algunas de ellas no son exclusivas de los animales. Otras, no las
presentan todos los animales. No obstante, tomadas en conjunto, tales características
conforman un cuadro que permite el reconocimiento de un determinado ser viviente
como animal.
Entre las diversas características que se han aducido como válidas para formar
parte del conjunto que define los animales hay que destacar las siguientes.

Los animales son seres eucariotas heterótrofos.


Son pluricelulares.
Sus células carecen de pared celular de naturaleza celulósica.
Tienen crecimiento limitado.
Poseen la facultad de desplazamiento (movilidad).
Presentan glucógeno (en lugar de almidón) como sustancia de reserva.
Eliminan productos nitrogenados del catabolismo celular en forma de urea, ácido
úrico o amoníaco.
En su mayoría, poseen estructuras nerviosas.

Promorfología
La Promorfología es la parte de la Morfología cuyo objetivo consiste en determinar y
explicar los distintos modelos o patrones, según los cuales están construidos los cuerpos
de los animales. Para ello, la Promorfología se sirve de una serie de conceptos (forma,
polimorfismo, simetría, polaridad, cefalización, talla, metamería), que constituyen las
herramientas básicas para delimitar tales modelos corporales.
En este contexto, conviene subrayar que la diversidad animal ha experimentado
globalmente un aumento progresivo en complejidad a lo largo de la escala filogenética.
Los organismos animales, en conjunto, se han hecho más complejos y, en relación con
ello, se han desarrollado y mejorado progresivamente los mecanismos de coordinación
morfo-funcional, que recaen en los sistemas nervioso, endocrino e inmunitario.
El concepto de plan arquitectónico

A principios del siglo XIX, el naturalista francés Geoffroy Saint-Hilaire (1772-1844)


enunció un fundamento que se refería a las relaciones existentes entre las distintas
partes corporales y que se conoce como principio de las conexiones y de la correlación
orgánicas: “ninguna parte del cuerpo puede modificarse sin causar transformaciones en
las otras partes“. Esta aseveración representó el primer paso hacia el reconocimiento de
que un animal no constituye una mera yuxtaposición de orgánulos, células, tejidos,
órganos y/o sistemas, sino que precisa de una conexión entre sus partes, que deben
funcionar de manera correlacionada para alcanzar la individualidad.
Partiendo de este principio, los zoólogos han intentado delimitar las líneas
maestras sobre las que se sustenta el diseño corporal de cada grupo animal. Como
resultado de esta búsqueda se ha llegado al concepto de plan arquitectónico (del alemán
Bauplan), que, en su acepción más sencilla, se refiere a la configuración anatómica
básica de cada uno de los grupos zoológicos, siendo así que los distintos representantes
del grupo presentan variaciones de esta configuración básica. Sin embargo, el concepto
de plan arquitectónico va más allá, ya que contempla tanto el rango de organización y
los límites del diseño corporal, como los aspectos funcionales de dicho diseño. En el
fondo, la noción de plan arquitectónico (Bauplan) encierra la idea de compatibilidad y
correlación orgánico-funcionales de cada modelo animal. Desde esta perspectiva, los
planes arquitectónicos constituyen modelos de organización corporal de orden superior
a los que se ajustan las especies animales para llevar a cabo las funciones básicas de
supervivencia y perpetuación. Al mismo tiempo, cada plan arquitectónico supone, para
los animales que lo presentan, una limitación en cuanto al número de opciones posibles
para realizar dichas funciones básicas.

Forma

La forma se refiere, en principio, al aspecto externo del animal y es indicativa de sus


hábitos de vida. Por extensión, se utiliza el término “forma” para describir el aspecto de
las diversas partes que integran el organismo. La descripción de la forma se puede
realizar de manera cualitativa, mediante términos descriptivos que, a menudo, resultan
poco precisos, o de manera cuantitativa, a base de técnicas biométricas, frecuentemente
complejas.

Polimorfismo

El polimorfismo es un concepto que hace referencia a la forma de los animales y que


trata expresar que hay casos en que miembros de una determinada especie llegan a
diferir en gran medida. Según Wolcott (1946): “cuando la variación dentro de una
misma especie es muy grande, cuando las formas que presentan individuos diferentes no
están conectadas por gradaciones intermedias y cuando dichas formas se pueden
correlacionar con cualquier otro factor o condición, entonces la especie se denomina
polimorfa y se dice que muestra polimorfismo.”

Principales tipos de polimorfismo:


1. Polimorfismo en ciclos biológicos con alternancia de generaciones; ej.: pólipos y
medusas.
2. Polimorfismo colonial; ej.: colonias de cnidarios.
3. Polimorfismo sexual; ej.: Bonellia viridis (equiúrido).
4. Polimorfismo larvario: ej.: larvas de crustáceos.
5. Polimorfismo social; ej.: himenópteros sociales.
6. Polimorfismo estacional (ciclomorfosis); ej.: cladóceros.

Simetría

La simetría es un concepto propio de la Geometría que, aplicado a los animales,


pretende describir la disposición de sus elementos corporales con respecto a ejes y
planos imaginarios, obteniéndose así imágenes especulares.

Simetrías más frecuentes en los animales

Simetría esférica: el animal posee un cuerpo simétrico respecto a un centro. El animal


puede dividirse en mitades simétricas por varios planos equivalentes que pasan por el
centro. Los animales de simetría esférica tienen forma homoáxica, es decir, poseen ejes
de simetría iguales que se cortan en el centro.

Simetría radial (monoáxica): el animal posee el cuerpo simétrico respecto a un eje


principal, de polos anatómicamente desiguales (eje heteropolar). Los animales de
simetría radial responden a la forma geométrica del cilindro, que puede dividirse
simétricamente por un número infinito de planos que pasan por el eje de simetría.

Simetría bilateral: el animal posee el cuerpo simétrico respecto a un solo plano. Este
plano divide al animal en dos mitades simétricas, derecha e izquierda.

Simetría birradial: el animal posee el cuerpo simétrico respecto a dos planos, que son
perpendiculares entre sí.

Secciones anatómica. Ejes y planos de referencia.

La aplicación del concepto de simetría a la descripción de los animales es útil ya que


permite delimitar una serie de ejes y planos, que sirven de referencia para entender la
orientación de las secciones (cortes) que se realizan para estudiar la anatomía, tanto
externa como interna, del animal.

Animales de simetría radial


Se toma como referencia el eje principal de simetría. Se distinguen un polo
superior (= polo apical) y un polo inferior (= polo basal o polo antiapical). Cuando la
boca se localiza en uno de los polos, éste se denomina polo oral; el opuesto se llama
polo aboral. Para precisar la posición de las distintas partes del animal se utilizan, como
referencia, las denominaciones: apical, basal, oral y aboral.

Animales de simetría bilateral


Se toman tres ejes de referencia: 1) el eje frontal, longitudinal, cefalocaudal o
rostrocaudal, que une la extremidad cefálica con la caudal, 2) el eje dorsoventral, que
atraviesa las caras dorsal y ventral y 3) el eje transversal o perlateral, que es normal al
plano de simetría y que atraviesa los lados del cuerpo.
Los planos de simetría son los siguientes: 1) el plano medio, que divide al
animal en dos mitades, derecha e izquierda (el plano medio y todos los planos paralelos
a él se denominan planos sagitales), 2) los planos frontales o longitudinales, que dividen
al animal en una parte dorsal y otra ventral y 3) los planos transversales, que dividen al
animal en una parte cefálica y otra caudal.

Las secciones anatómicas son, según su orientación, sagitales, frontales (=


longitudinales) o transversales.
Para referirse a la posición de los distintos elementos constitutivos del animal se
utilizan los términos anterior (= cefálico), posterior (= caudal), dorsal, ventral y lateral.
Asimismo, se utilizan, de forma comparativa, los términos proximal y distal, siempre
con referencia a un determinado componente anatómico del animal. En tal caso, distal
denota alejamiento con respecto a dicho componente de referencia, mientras que distal
indica proximidad.

Polaridad y cefalización

En relación con la topografía corporal hay que referirse a los conceptos de polaridad y
cefalización.
La polaridad se refiere a los dos extremos de un eje de simetría. Dichos extremos
se denominan polos. Cuando los dos polos son anatómicamente iguales se habla de
isopolaridad u homopolaridad. Si son distintos, se habla de heteropolaridad.
La situación heteropolar que reviste especial interés es aquélla en la que se
concentran una serie de elementos anatómicos, especialmente de tipo nervioso, en uno
de los polos o extremos del animal, formando así una región diferenciada denominada
cabeza. Esta condición se conoce como cefalización y, si bien se manifiesta en un
elevado número de grupos zoológicos, no en todos se expresa con igual claridad.

Talla o tamaño

La talla o tamaño de un animal se refiere a su dimensión total o a la dimensión de


alguna de sus partes. La talla se expresa mediante parámetros como la masa (peso), la
longitud, la superficie, el volumen o el número de células.
Con respecto a la talla de los animales, conviene hacer referencia a una serie de
aspectos de especial interés.
1. En el mundo animal existe una gran diversidad de tallas.
2. La talla de un individuo puede experimentar grandes modificaciones a lo largo de su
vida.
3. Un aumento de la cantidad de células no supone siempre un incremento de la masa o
del volumen del animal y, viceversa, la masa o el volumen del animal pueden aumentar
sin que varíe el número de células.
4. El aumento de la talla tiene consecuencias tanto físicas como ecológicas. Con el
crecimiento, la superficie corporal aumenta menos que el volumen. Ello da lugar a
limitaciones en cuanto se refiere a las actividades que, desde la superficie, deben estar al
servicio de la masa celular interna del animal. En cambio, las tallas grandes suponen, en
general, una mayor protección frente a los depredadores.
5. Las distintas partes del cuerpo pueden crecer a igual ritmo (crecimiento isométrico) o
a ritmos distintos (crecimiento alométrico). El crecimiento alométrico es más frecuente
que el isométrico.
6. Desde el punto de vista evolutivo, el aumento de la talla favorece que los individuos
devengan más complejos y, en consecuencia, más eficientes con respecto a su entorno.
Metamería o segmentación

La metamería o segmentación consiste en la repetición seriada de unidades corporales,


con entidad morfológica, a lo largo del eje corporal cefalocaudal del animal y ello como
consecuencia de un desarrollo embrionario específico. Dichas unidades corporales se
denominan metámeros o segmentos. La metamería se presenta en los siguientes grupos
zoológicos: Anélidos, Artrópodos y Vertebrados.
Se habla de metámeros homómeros cuando todos los metámeros del animal son
iguales (ej.: la metamería de los Anélidos).
Se habla de metámeros heterómeros cuando hay grupos de metámeros
homómeros que difieren de otros grupos de metámeros también homómeros entre sí
(ej.: la metamería de los Artrópodos). La heteromería da lugar a una regionalización del
cuerpo.
En general, en los Anélidos y los Artrópodos, la metamería se expresa tanto en
las partes internas como externas del animal. En los Vertebrados, la metamería sólo se
expresa en la parte interna del animal.
Hay animales que presentan un cuerpo formado por unidades dispuestas en
cadena, pero que no son unidades equivalentes desde el punto de vista morfológico. En
otros animales se da una repetición seriada de determinados órganos, sin una verdadera
compartimentación seriada del cuerpo. En tales casos de habla de pseudometamería o
falsa metamería.

La tagmatización de los Artrópodos

Los Artrópodos son, en su mayor parte, animales heterómeros. Además, en ellos, la


metamería se acentúa en relación con la funcionalidad de cada una de las regiones
corporales. Ello se manifiesta a través de la existencia de grupos de metámeros
adyacentes semejantes entre sí y, a su vez, distintos de otros conjuntos de metámeros de
características similares. De esta forma se establecen regiones metaméricas homómeras,
que son heterómeras con respecto a otras regiones de tipo homómero y, todo ello, en
íntima relación con la función que desempeñan dichas regiones corporales.
Cada una de estas regiones de metámeros homómeros es un tagma. El tagma se
puede definir como una porción del cuerpo de un animal que constituye una unidad
funcional a base de unidades metaméricas homómeras entre sí.
El proceso embrionario-evolutivo por el cual el cuerpo del animal se constituye
en tagmas se denomina tagmosis.
El resultado de la tagmosis se conoce como tagmatización.
Desarrollo animal (ontogenia)
El desarrollo animal u ontogenia cumple dos funciones principales:
1.- genera diversidad celular (diferenciación) a partir del huevo fecundado (cigoto) y
organiza los diversos tipos celulares en tejidos y órganos (morfogénesis y crecimiento);
2.- asegura la continuidad de la vida, de una generación a la siguiente (reproducción).

Fases del desarrollo animal (caso de la reproducción sexual)

Fecundación. La fecundación consiste en la unión de dos células, llamadas gametos,


con la consiguiente formación de un cigoto (huevo fecundado). Los gametos pueden ser
iguales (isogametos) o distintos (anisogametos: espermatozoide y óvulo o huevo). El
proceso central de la fecundación es la cariogamia, que es la fusión de los núcleos de los
gametos (pronúcleos).

Activación. La activación consiste en el conjunto de fenómenos que tienen lugar en el


cigoto y que determinan que éste empiece a segmentarse, es decir, a dividirse por
mitosis.

Embriogénesis. La embriogénesis consiste en el conjunto de procesos ontogenéticos


que abarca desde la segmentación del cigoto hasta que se consuma la organogénesis. La
embriogénesis incluye las siguientes fases: segmentación, blastulación, gastrulación y
organogénesis.

La segmentación consiste en un conjunto de mitosis celulares, muy rápidas,


gracias a las cuales el cigoto queda dividido en múltiples células, de menor tamaño,
denominadas blastómeros.
Las dos primeras divisiones que experimenta el cigoto se realizan según planos
perpendiculares entre sí y determinan la polaridad del animal. Se forman así los polos
animal y vegetativo. El polo animal está constituido por los blastómeros implicados
principalmente en la formación del embrión. El polo vegetativo está integrado por
blastómeros, cuya misión principal consiste en alimentar al embrión en desarrollo.
La segmentación da lugar a un cuerpo esférico macizo denominado mórula.
Generalmente, la mórula está constituida por un número reducido de blastómeros. La
mórula tiene igual tamaño que el cigoto.

La blastulación consiste en la formación de la blástula a partir de la mórula, lo


cual comporta un aumento en tamaño del individuo en desarrollo. A menudo, la blástula
se presenta como una esfera hueca, formada por una sola capa de blastómeros, que se
sitúan en la periferia. El conjunto de blastómeros recibe el nombre de blastodermo. La
blastulación conlleva la formación de una cavidad interna, que no se comunica con el
exterior. Dicha cavidad, que se denomina blastocele, contiene el líquido blastocélico,
formado por los propios blastómeros.
El blastocele es la cavidad general primaria del organismo. Se dice que es
general porque no está abierta al exterior y se dice que es primaria porque es la primera
cavidad corporal que aparece en el embrión.

La gastrulación consiste en el conjunto de procesos morfogenéticos que se


producen a partir del estadio de blástula y que conducen a la formación de las hojas
blastodérmicas o germinativas. En principio, cada hoja blastodérmica está constituida
por una sola capa de células.
Por un proceso que varía notablemente de una especie a otra, la blástula se
convierte en un cuerpo, a menudo globoso, formado por dos hojas blastodérmicas, una
externa, denominada ectodermo, y otra, interna, llamada endodermo. Entre ambas hojas
persiste el blastocele, con líquido blastocélico. Este cuerpo formado por ectodermo y
endodermo es la gástrula.
Como resultado de la aparición del endodermo se forma una nueva cavidad,
denominada arquénteron. El arquénteron está tapizado por el endodermo y se abre al
medio externo a través de una abertura llamada blastoporo. El arquénteron es la segunda
cavidad del embrión, pero no es una cavidad general porque comunica con el exterior.
El arquénteron es el precursor del tubo digestivo del animal adulto.

Hay animales en los que únicamente se forma ectodermo y endodermo. Se les


conoce como animales diblásticos porque los adultos están formados a partir de células
derivadas de tan sólo dos hojas blastodérmicas. En los animales diblásticos persiste el
blastocele. En su interior, el líquido blastocélico se gelatiniza, formando la denominada
mesoglea. En algunos animales diblásticos, la mesoglea se presenta en forma de gelatina
acelular, pero, en la mayoría de los casos, la mesoglea contiene células de distintos
tipos, además de elementos fibrosos diversos. Las células de la mesoglea proceden, en
su mayoría, del ectodermo.
En resumen, la gástrula de un animal diblástico consta, de fuera a adentro, de un
ectodermo, de una mesoglea más o menos celularizada que ocupa el blastocele, y de un
endodermo que recubre el arquénteron que, a su vez, se abre al exterior a través del
blastoporo.

En la mayor parte de animales, la gastrulación prosigue a base de formarse una


tercera hoja blastodérmica que se sitúa entre el ectodermo y el endodermo. Por ello, esta
tercera hoja blastodérmica recibe el nombre de mesodermo. Los animales que poseen
tres hojas blastodérmicas se denominan triblásticos. El mesodermo de los animales
triblásticos puede formarse a partir del ectodermo (ectomesodermo) o del endodermo
(endomesodermo). La mayor parte del mesodermo se origina a partir del endodermo
(endomesodermo), pero existen numerosos tejidos y órganos adultos que derivan del
ectomesodermo.
En determinados grupos zoológicos, el mesodermo rellena totalmente el espacio
que hay entre el ectodermo y el endodermo, es decir, el blastocele. Éste desaparece
totalmente y el cuerpo del animal adulto es macizo, sin cavidades internas; está pues
constituido, primariamente, por un ectodermo, un mesodermo macizo y un endodermo
que tapiza el arquénteron.
En otros grupos zoológicos, el mesodermo consiste en masas celulares que
rellenan en parte el blastocele, de manera que éste persiste de forma parcial. Las
cavidades blastocélicas persistentes están llenas de líquido turgente, constituyendo, en
conjunto, un esqueleto hídrico o hidroesqueleto. En tal caso, el cuerpo del animal está
formado por un ectodermo, por un mesodermo, que rellena parcialmente el antiguo
blastocele, y por un endodermo que recubre el arquénteron que se abre al exterior a
través del blastoporo.
Finalmente, hay animales en los que el mesodermo ocupa todo el blastocele,
pero no es macizo. En su interior se abre una cavidad denominada celoma que no deriva
del blastocele. El celoma es una cavidad general embrionaria porque no se abre al
exterior. Es la cavidad general secundaria del animal. Los animales con celoma reciben
el nombre de celomados. La mayoría de animales triblásticos son celomados.

En contraposición a los animales triblásticos celomados, los triblásticos con un


mesodermo macizo se consideran animales acelomados (sin celoma). Por su parte, los
triblásticos que poseen un mesodermo que ocupa parte del blastocele reciben el nombre
de pseudocelomados. Al conjunto de cavidades blastocélicas que persisten en ellos se le
denomina pseudoceloma o falso celoma. En realidad, la denominación de pseudoceloma
nace de la idea de que los espacios blastocélicos desempeñan, en principio, una función
similar a la del celoma.

El desarrollo del mesodermo y del celoma difiere entre los distintos grupos de
animales celomados, si bien el resultado final es similar en todos ellos. El embrión
queda constituido por un ectodermo, un mesodermo dentro del cual se ubica el celoma,
lleno de líquido celomático, y un ectodermo que tapiza el arquénteron que, a su vez, se
abre al exterior por el blastoporo. Al existir el celoma, el mesodermo queda conformado
por dos capas de blastómeros, denominadas hojas mesodérmicas o pleuras. Una de estas
dos hojas se sitúa por debajo del ectodermo y recibe el nombre de somatopleura. La otra
hoja rodea al endodermo y se llama esplancnopleura. El celoma queda delimitado, por
tanto, por la somatopleura y la esplancnopleura. Debido a la manera en que se forma el
mesodermo en los animales triblasticos celomados, el celoma no se presenta en forma
de una cavidad única, sino en forma de dos cavidades, a menudo llamadas izquierda y
derecha. Dichas cavidades están separadas por una capa de blastómeros mesodérmicos
denominada mediastino. Una vez formadas, las dos cavidades del celoma pueden
experimentar un proceso de fragmentación.
En los animales celomados adultos, el celoma puede desaparecer por completo,
rellenándose por parte de los diferentes sistemas de órganos. Cuando el celoma persiste,
lo hace de manera muy variable. En algunos animales, el celoma se conserva en las
cavidades de los segmentos corporales, actuando entonces de esqueleto hidrostático
(hidrocele). También puede persistir en la luz de las gónadas y de los gonoductos
(gonocele), en la luz de los órganos excretores (nefrocele), en la cavidad que rodea el
corazón (cavidad pericárdica), así como en la luz de determinados sistema circulatorios.

La organogénesis consiste en el conjunto de interacciones y desplazamientos


celulares que conducen a la formación de los órganos. Muchos órganos están formados
por células que se originan de hojas blastodérmicas distintas. Durante la organogénesis,
determinadas células realizan largas migraciones, desde sus lugares de origen hasta sus
destinos finales. De entre las células migratorias cabe destacar las que son precursoras
de las células nerviosas, sanguíneas, linfáticas y pigmentarias, así como de los gametos.
En líneas generales se puede decir que el ectodermo produce las células de la
epidermis y del sistema nervioso, el endodermo origina tanto las células que tapizan el
tubo digestivo como los órganos asociados a dicho sistema (páncreas, hígado, etc.). El
mesodermo da lugar a diversos órganos (corazón, riñones, gónadas), a los tejidos
conjuntivos y de sostén (huesos, cartílagos, músculos) y a las células sanguíneas.

En el cigoto existe una región del citoplasma (plasma germinal) que se transmite
a las células precursoras de los gametos que se denominan células germinales. Todas las
demás células se conocen como células somáticas. Las células germinales migran hacia
las gónadas, donde acaban diferenciándose en gametos. Esta diferenciación que se
conoce como gametogénesis se produce, en general, cuando el animal está físicamente
maduro.

La embriogénesis culmina con la formación de un embrión que, seguidamente,


puede pasar por fases ontogenéticas diversas (feto, larva, pupa, juvenil) hasta llegar a
adulto. El ciclo vital de las especies animales se completa con la reproducción, el
envejecimiento (senectud) y la muerte.

El destino del blastoporo

Hay algunos grupos de metazoos en los que la gastrulación no comporta la formación


de un blastoporo. En cambio, en la mayoría de los taxones sí se forma un blastoporo.
El destino del blastoporo difiere de unos grupos zoológicos a otros.
Hay animales diblásticos, como los pólipos y las medusas, que poseen una
cavidad digestiva denominada celénteron que se abre al exterior por una sola abertura
llamada estoma o boca. Dicha abertura puede derivar del blastoporo o puede originarse
por otro proceso. Ello depende del tipo de gastrulación que experimenta el animal en
cuestión.
En los animales triblásticos en los que se forma un tubo digestivo completo, con
boca y ano, pueden ocurrir los siguientes fenómenos:
1.- El blastoporo puede dar lugar a la boca, pasando a ocupar una posición frontal con
respecto al arquénteron.
2.- El blastoporo puede dar lugar al ano, pasando a ocupar una posición caudal con
respecto al arquénteron.
3.- El blastoporo puede experimentar una elongación, dando lugar a la boca y al ano.
4.- El blastoporo puede cerrarse, de manera que la boca y el ano son de neoformación
con respecto al blastoporo.

En relación con estos posibles destinos del blastoporo hay que hacer referencia a
dos conceptos de mucha trascendencia para elucidar las relaciones filogenéticas entre
los animales triblásticos: la protostomia y la deuterostomia. Ambos conceptos se
refieren únicamente a la procedencia de la boca.
La protostomia consiste en el hecho de que la boca procede del blastoporo. Los
animales que presentan protostomia se dice que son animales protóstomos.
La deuterostomia consiste en el hecho de que la boca no se forma a partir del
blastoporo. La boca es de neoformación con respecto al blastoporo. Los animales que
presentan deuterostomia se dice que son animales deuteróstomos.

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