Biografia de SAMUEL
Biografia de SAMUEL
Biografia de SAMUEL
A. ANTEPASADOS Y PARIENTES
Elcana y su familia vivían en el territorio de Efraín, lo cual nos puede hacer
pensar que eran de la tribu de Efraín. No obstante, también se nos indica quienes
eran los ancestros de Samuel.
(1 Sam. 1:1) Había un hombre de Ramataim de Zofim, de la región
montañosa de Efraín, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de
Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
Elcana vivía en “Ramataim de Zofim, de la región montañosa de Efraín”.
Ellos eran levitas que habitaban en el territorio de Efraín, en una de las ciudades
levitas dispersas en todo el territorio de Israel.
En el texto de Samuel no queda claro de qué tribu venía Samuel, pero en
Crónicas se señala explícitamente que ellos provenían de la Tribu de LEVI (1
Crónicas 6:18-28). Samuel venía exactamente de la Tribu de Leví, de la línea de
COAT, parientes de Coré. Ellos eran levitas, pero no sacerdotes.
Samuel era descendiente de CORÉ, pero no era nada como su
antepasados. Coré luchó por obtener una posición de liderazgo a expensas de la
autoridad de sus primos Aarón y Moisés concedida por Dios mismo.
(Num. 16:1-3)
Y se rebeló Coré, hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, con Datán y
Abiram, hijos de Eliab, y On, hijo de Pelet, hijos de Rubén, (2) y se alzaron contra
Moisés, junto con algunos de los hijos de Israel, doscientos cincuenta jefes de la
congregación, escogidos en la asamblea, hombres de renombre. (3) Y se juntaron
contra Moisés y Aarón, y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la
congregación, todos ellos son santos, y el SEÑOR está en medio de ellos. ¿Por
qué, entonces, os levantáis por encima de la asamblea del SEÑOR?
Samuel tuvo una actitud opuesta a Coré. En lugar de luchar por mantener
su posición de liderazgo, él cedió la autoridad política a los elegidos de Dios, al
ungir a los primeros reyes de Israel.
Samuel representa la “Reversión” (heb. Tikun) del pecado de rebelión de
Coré. Lo que su descendiente hizo mal, él lo revirtió haciendo el bien, y borrando
así la mancha en su linaje.
Los descendientes de Samuel son los salmistas que se conocen como “los
Hijos de Coré”. Ellos escribieron varios salmos, entre los cuales vale la pena
mencionar los siguientes:
(Sal. 84:1-2) Para el director del coro; sobre Gitit. Salmo de los hijos de
Coré. ¡Cuán preciosas son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos! (2) Anhela mi
alma, y aun desea con ansias los atrios del SEÑOR; mi corazón y mi carne cantan
con gozo al Dios vivo.
(Sal. 84:10) Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que morar en las tiendas de
impiedad.
Esta actitud es opuesta a la de Coré, quien quería entrar a lo más profundo
del Tabernáculo, aunque no le era permitido sino sólo a los sacerdotes,
descendientes de Aarón. Coré quería entrar al Lugar Santo, pero no para buscar
la Presencia de Dios, sino para gozar de los derechos que esto representaba.
David puso a uno de los hijos de Samuel como cantor en el Tabernáculo (1
Cro. 6:31-38). Al cantor HEMÁN levita de la línea de Coat, también lo acompañaba
ASAF, levita de la línea de Gerson, y ETÁN levita de la línea de Merari. Los tres
linajes de levitas estaban representados en la adoración en el Tabernáculo de
David.
C. PREPARACIÓN Y EXPERIENCIAS
Junto con el niño, Ana y Elcana presentaron la ofrenda que se hace cuando
se cumple un voto (Num. 15:8-12).
Ana cumplió su voto. Dios cumplió su parte, y Ana la suya. (1 Sam. 2:11)
Entonces Elcana se fue a Ramá, a su casa. Y el niño servía al SEÑOR delante del
sacerdote Elí.
A pesar de lo difícil que podría ser entregar a un hijo, ella estaba satisfecha
y dio gracias (oración de Ana 1 Sam. 2:1-10). Ana vio más allá de la circunstancia
del momento. Ella vio la realidad espiritual de lo que estaba pasando con esa
entrega. A Ana le fue quitada la deshonra, y el Señor se quedó con un hombre que
le serviría para cambiar la historia de Israel. Aun así, Dios sabe premiar a sus
hijos. Él le regaló más hijos a Ana. (1 Sam. 2:20-21)
Samuel aquí, no era un niño pequeño. Se dice que tenia aproximadamente
doce años, Creemos que era un adolescente. Samuel era un joven que servía al
Señor en presencia de Elí. No creemos posible que un niño de cuatro años fuese
capaz de ir de un lugar a otro por el tabernáculo sirviendo al Señor.
Ahora, este versículo nos dice que era muy raro que Dios comunicase a
alguien un mensaje de Su Palabra. Dios no se estaba revelando en aquel tiempo
en particular. Simplemente comenzó a obrar cuando llamó a Samuel para servir
como profeta. Dios estaba cambiando de la utilización del juez y del sacerdote, al
sistema de usar un profeta. El profeta se convertiría en el portavoz ante el rey y
del rey. Leemos en los versículos 2 y 3 de este primer libro de Samuel:
"Un día estaba Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban
a oscurecerse de modo que no podía ver. Samuel estaba durmiendo en el templo
del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios
fuera apagada"
Ahora, el deber de los sacerdotes era cuidar la lámpara en el tabernáculo.
Su responsabilidad era echarle aceite y ver que continuara encendida. El sumo
sacerdote tenía la libertad de ejercer todas las funciones de los sacerdotes, pero
Elí ya era viejo y había comenzado a perder la vista. De modo que dejó que la
lámpara se apagara.
3. MINISTERIO
a. Su naturaleza juez y profeta
Cuando alcanzo la madurez, El Señor le dio revelaciones especiales y se
convirtió en profeta 1 Samuel 3: 9-21
Después de la muerte de Eli, se convierte en juez de Israel.
1. El retorno del Arca por los filisteos, convoca al pueblo en Mizpa, y los llama
arrepentirse de su idolatría y a volver a Dios 1 Samuel 7:3-6
2. Al oír de la convocación del pueblo, los filisteos se reúnen en guerra contra
Israel 1 Samuel 7:7
3. Samuel ora y ofrece sacrificio, un gran estruendo atemoriza a los enemigos
de Israel, llevándolos a La derrota 1 Samuel 7: 10-11
4. Durante el desempeño de su cargo como juez, juzgaba en diferentes
lugares 1 Samuel 7:15-16
E. CONTRIBUCIONES DE SU MINISTERIO
SAMUEL tiene ante sí un pueblo desgarrado por la tristeza. En una sola
batalla, la guerra contra los filisteos se había cobrado la vida de 30.000 israelitas.
Y eso sin contar las 4.000 bajas del combate anterior. La gente de Silo estaba
hecha un mar de lágrimas. Innumerables niños y mujeres lloran la pérdida de sus
seres queridos: padres, esposos, hermanos e hijos que jamás volverán a casa
(1 Sam. 4:1, 2, 10).
EL trágicos sucesos de Silo al perder su gloria. Todo comenzó cuando
Hofní y Finehás —los malvados hijos del sumo sacerdote Elí llevaron el arca del
pacto desde el tabernáculo de Silo hasta el campo de batalla. Los israelitas
pensaban que, como el Arca indicaba que Jehová estaba con su pueblo, tenerla
con ellos les aseguraría la victoria. Pero aquel cofre, que solía guardarse en el
lugar más sagrado del tabernáculo, no era un simple amuleto. Y sucedió que los
filisteos derrotaron a los israelitas, se apoderaron del Arca y mataron a los hijos de
Elí (1 Sam. 4:3-11).
Hacía siglos que el Arca había honrado con su presencia a la ciudad de
Silo. Por eso, al enterarse de que estaba en manos de los filisteos, Elí quien ya
tenía 98 años de edad se cayó de su asiento y murió. Y su nuera, que acababa de
enviudar ese mismo día, falleció dando a luz. Sus últimas palabras fueron: “La
gloria se ha ido de Israel al destierro”. Así es: sin el arca del pacto, los días de
gloria de Siló habían llegado a su fin (1 Sam. 4:12-22).
Todo aquello debió ser un duro golpe para Samuel. ¿Tendría la fe
necesaria para afrontarlo y ayudar al pueblo a recuperar el favor y la protección de
Jehová? Puesto que nosotros también estamos expuestos a sufrir desilusiones y
golpes en la vida que ponen a prueba nuestra fe.
Defendió la justicia
En este punto de la historia de Samuel, el relato bíblico pasa a centrarse en
el castigo que sufrieron los filisteos por tomar el Arca y cómo se vieron obligados a
devolverla. Cuando el profeta reaparece en escena, ya han pasado veinte años
(1 Sam. 7:2).
La Biblia dice que, en el período anterior a la guerra, “la palabra de
Samuel continuó llegando a todo Israel”, lo cual indica que el profeta instruía al
pueblo con constancia (1 Sam. 4:1). Y el relato revela que dos décadas después
seguía haciendo lo mismo, pues leemos que acostumbraba visitar las mismas tres
ciudades cada año para resolver las disputas de sus habitantes y darles
instrucciones. Luego volvía a Ramá, donde tenía su hogar (1 Sam. 7:15-17).
No hay duda, entonces, de que durante esos veinte años se mantuvo, como
siempre, muy ocupado.
4. EVALUACIÓN DE SU CARÁCTER
Puntos positivos:
Fue un hombre Puro, integro y de justicia intachable.
Fue usado por Dios para ayudar a Israel en su transición de un pueblo tribal
gobernado libremente a una monarquía.
Ungió a los dos primeros reyes de Israel.
Fue el último y el más efectivo de los jueces de Israel.
Se lo menciona en el Salón de la Fe en Hebreos 11.
Hacia el fin de su larga vida pudo apelar al veredicto del pueblo con
memorables palabras que dan testimonio de su conciencia de virtud moral
intachable.
No había vacíos ni hendiduras, ni caídas en la sensualidad o el egoísmo
Pero fue con su santidad y la grandeza moral de su carácter que impidió la
ruina de su pueblo.
Puntos negativos:
Fue incapaz de guiar a sus hijos a una relación estrecha con Dios.
7. SU MUERTE