Caso Quala
Caso Quala
Caso Quala
La protagonista de esta proeza fue Quala, una empresa que nació en 1980
en una bodega sobre la Avenida Boyacá en Bogotá, y que prácticamente
desde su nacimiento mostró su inclinación a competir en el terreno de las
multinacionales. En 1981 se enfrentó por primera vez con Nabisco, al lanzar
Baticrema y Batilado, para competir con Chantilly y Royal, las marcas de la
multinacional. Cinco años después entró por primera vez en el terreno de
Maggi y Knorr al ingresar a la categoría de sopas con la compra de
Hogareña y el lanzamiento de La Sopera. En 1989 volvió a competir con
Nabisco, al lanzar Fresco Frutiño y enfrentarse al Fresco Royal. A pesar de
los éxitos que cosechó en estas categorías, solo hasta 1996, cuando lanzó
caldo Doña Gallina y logró posicionarlo como la segunda marca en el país,
se consolidó como un contendor de grandes ligas.
El éxito que obtuvo con Doña Gallina, al posicionarse como caldo de gallina
criolla, fue tal (ver gráfico), que en febrero de 2001 obligó a Nestlé a
acompañar a su tradicional gallina azul con su marca Rico, bajo la cual
lanzó un caldo de gallina campesina que duró algún tiempo en el mercado,
pero ya no se consigue.
La fórmula
Aunque podría parecer una respuesta por salir del paso, al hablar a
profundidad con él y con Andrés González, gerente del grupo culinarios, así
como con competidores suyos de la industria, se empieza a entender lo que
hay detrás de esta afirmación.
Creatividad y cultura
Esta es una gran diferencia con las multinacionales, en las cuales una idea
debe presentarse ante tantas instancias, que el proceso que toma mucho
tiempo y puede ser agotador. Sobre todo si la idea fracasa.
La otra mirada
Con esta idea en mano, vino la validación con los consumidores, mediante
investigaciones de mercado cualitativas y cuantitativas. Después de oír al
consumidor, el departamento de investigación y desarrollo creó la fórmula.
Se buscó un nombre ganador, Doña Gallina, y se diseñó el concepto gráfico
de la marca: una gallina colorada con sombrero campesino metida en un
canasto que salió al mercado por primera vez en 1996. Esta imagen, mucho
más real y cercana, contrastaba con el concepto de la gallina azul de Maggi
y la imagen gráfica de la gallina de Knorr.
Trasciende fronteras