Curso Trabajos Verticales
Curso Trabajos Verticales
Curso Trabajos Verticales
INDICE
INTRODUCCIÓN AL USO DEL MANUAL
I. DEFINICIÓN Y CARACTERISTICAS
1. Anclajes Pág.113
2. Comportamiento de los materiales Pág.124
3. Progresiones Avanzadas y Especiales. Pág.148
4. Manipulación de cargas pesadas en altura. Pág.167
5. Rescate avanzado. Pág.170
6. Organización de Recursos. Pág.182
VI. ANEXOS
del alumno. Las imágenes que aparecen como apoyo al texto pretenden recoger momentos
concretos de las maniobras, de especial interés o importancia para el desarrollo de la misma,
pero en la mayoría de los casos no intentan reproducir toda la secuencia completa de cada
técnica.
A través de las técnicas de Trabajos Verticales pueden realizarse una gran variedad y
tipología de trabajos. Esto hace que para llevar a cabo un trabajo concreto pueda ser más
recomendable una técnica determinada, en detrimento de otra. Por ello la descripción sobre
técnicas y utilización avanzada de equipos, se exponen de una forma aséptica, es decir,
describiendo los pasos para su realización, sus limitaciones o particularidades, pero sin
asignarla a una situación de trabajo en particular. Debe ser misión del Técnico en Trabajos
Verticales, en el ejercicio de sus competencias, determinar cual es el método más adecuado
para su situación de trabajo, dentro de los parámetros de seguridad planteados en este
Manual.
Los métodos de trabajo y las técnicas expuestas en el presente Manual ofrecen soluciones
para la inmensa mayoría de las situaciones de trabajo que pueden presentarse. De entre la
gran variedad de técnicas, método y maniobras con cuerdas, se han seleccionado las que a
juicio de los autores, mejor combinan sencillez, seguridad y operatividad. Pero esto no
significa que sean las únicas soluciones posibles para realizar de forma segura un
determinado desplazamiento por una cuerda o solventar una situación de rescate, por
ejemplo. Será responsabilidad de cada empresa elegir y establecer los métodos más
adecuados respetando los criterios de seguridad establecidos en el presente Manual y la
legislación vigente de referencia, pero pudiendo compaginar ésto con el “uso tradicional” que
en la demarcación geográfica se aplique, con determinadas preferencias de trabajadores o
con criterios de operatividad.
Por todo lo expuesto, es importante señalar que la lectura y comprensión del texto por parte
del lector, sin lugar a dudas aportarán a éste una amplia información a cerca de las
particularidades, características y posibilidades que ofrecen los Trabajos Verticales. Pero por
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el contrario, la mera lectura por sí misma, en ningún caso aportará los conocimientos
necesarios para llevar a la práctica en situación de trabajo real, las técnicas aquí descritas,
salvo que se disponga de experiencia suficiente y formación adecuada. Los trabajos
verticales son un método de trabajo eficaz y seguro si se aplican todas las medidas
necesarias, pero una persona puede exponerse a grandes riesgos si utiliza este método de
trabajo careciendo de la formación y conocimientos necesarios. Por todo ello, los autores
declinan toda responsabilidad por un uso incorrecto o una mala interpretación de lo contenido
en el presente Manual.
CAPITULO I
Podríamos considerar que los trabajos verticales, con una concepción moderna, comienzan a
aflorar a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, con la construcción de nuevo, de
grandes obras e infraestructuras. Por un lado, las ciudades empiezan a crecer y desarrollarse
en altura, además la explotación de recursos naturales exige de construcciones cada vez más
complejas.
CAPITULO I
CAPITULO I
depende la seguridad de las personas. Hay que decir que en algunos casos, las pruebas de
la UIAA para la obtención de este sello de calidad, que aun se mantiene vigente, son incluso
más exigentes que las actuales normas europeas EN, de las que hablaremos más adelante.
Poco a poco, el empleo de este tipo de técnicas se va generalizando. Son realizados por
personas serias y competentes, no en vano muchas de ellas son grandes profesionales con
amplia experiencia y formación gremial en diferentes oficios. Tienen muy pocos accidentes y
constituyen una alternativa mucho más rápida, limpia y económica, que la colocación de
andamios, para la realización de numerosos trabajos de rehabilitación y mantenimiento de
edificios y estructuras. Como es de suponer, aparecen las primeras empresas especializadas,
que ofertan este tipo de servicios, utilizando técnicas de progresión por cuerdas y materiales
importados del ámbito deportivo.
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En España, el desarrollo de los TV tendría que esperar al comienzo de los años 80, pero en
pocos años, estas técnicas, se convierten en la única solución viable, para una gran cantidad
de comunidades de vecinos, que llevan años soportando los problemas generados por el
deterioro de los edificios, sin poder hacer frente al desembolso y complicación que significaba
poner un andamio, hasta un décimo piso para hacer un sellamiento o un cambio de bajante
en un patio interior. Incluso las grandes empresas empiezan a confiar en estos especialistas
tareas de responsabilidad que, realizadas de otro modo, tendrían un altísimo coste. El tiempo
va pasando y estos nuevos profesionales en España, también están a la altura de las
circunstancias en todos los aspectos: profesionales, de calidad y de seguridad. Las obras son
resultas con eficacia y el índice de siniestralidad laboral es muy bajo. Han pasado apenas 10
años y a comienzos de los ’90 los Trabajos Verticales se han implantado como un método de
trabajo real y contrastado. Eficaz y Seguro.
CAPITULO I
De forma paralela a este proceso, el Mercado Común Europeo empieza a dar paso a la Unión
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Europea, con un concepto más amplio de relación entre los estados miembros. Hay que
armonizar realidades diferentes, normalizar legislaciones procesos de control de la calidad
etc.. A finales de los 80, una vez constituido el Parlamento Europeo, éste tiene como una de
sus misiones, elaborar Directivas de obligado cumplimiento, que faciliten la adecuación
legislativa a un marco común, de cada uno de los estados miembros.
La seguridad y salud en el trabajo será una de las cuestiones importantes que deberán ser
reguladas, pues el índice de siniestralidad laboral en algunos países, entre ellos España, es
realmente alto. Tal y como ocurriera en el Reino Unido en los 70, de la mano de la seguridad
de los trabajadores aparecerá normativa que poco a poco irá regulando los criterios y
materiales a utilizar durante la realización de trabajos verticales.
En España, en el año 2000 los trabajos verticales continúan en una especie de “limbo”
normativo, pese a ser una actividad que da de comer a miles de familias. No se encuentran
definidos en ninguna norma laboral como método de trabajo, pero lógicamente están sujetos
a las exigencias de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en cuanto a la gestión de los
riesgos, utilización de equipos de protección normalizados etc. Pese a esto, las únicas
directrices concretas sobre métodos de seguridad, progresión, equipos adecuados,
organización de trabajo o formación necesaria, solamente se encuentran en publicaciones
editadas por el algún gobierno autonómico o iniciativas privadas como el Manual de Trabajos
Verticales editado por ANETVA.
En el año 2004 encontramos en España la primera referencia legislativa específica sobre los
trabajos verticales, el R.D. 2177/2004. En esta norma se define como un método de trabajo
CAPITULO I
1987, entre otras cuestiones, se establece una Política Social común en la que están
integradas todas las directrices referentes a la Seguridad y Salud de los trabajadores a escala
comunitaria. Para que esto sea posible entre todos los estados miembros, se elaboran, se
proponen, se aprueban y publican las Directivas.
Una directiva comunitaria permite armonizar los criterios para garantizar entre todos los
estados miembros un nivel mínimo de protección y seguridad de los trabajadores. Al mismo
tiempo, todos los estados miembros disponen de la posibilidad de adoptar medidas
complementarias de mejora. De esta manera, los trabajadores tendrán la garantía de gozar
de un nivel mínimo de protección de su salud y de su seguridad durante el trabajo en la Unión
Europea. Los estados miembros están obligados a conseguir los objetivos planteados,
aunque cada uno tiene cierta flexibilidad de poner los medios que considere oportunos, en un
plazo de tiempo estimado, permitiendo ampliar los mínimos establecidos en la aplicación de
medidas de mayor protección.
CAPITULO I
la consulta, la participación equilibrada de conformidad con las legislaciones y/o los usos
nacionales, la formación de los trabajadores y de sus representantes, así como las líneas
generales para la aplicación de dichos principios. Esta Directiva fue transpuesta al Derecho
Español mediante la Ley 31/ 1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales (LPR).
Al igual que ocurrió con la Directiva 391, la LPR se trata de una Ley de referencia: establece
una serie de principios generales sobre la prevención de riesgos durante cualquier práctica
profesional. En ella se delimitan derechos y obligaciones de trabajadores y empresarios con
el objetivo fundamental de reducir el número de accidentes laborales, previendo y atajando la
exposición a riesgos durante la práctica profesional. A partir de este momento, cualquier
actividad laboral debe entenderse bajo un nuevo prisma: el de la seguridad.
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Para hacer efectivos los preceptos de esta ley, deben desarrollarse normas específicas que
vayan concretando cada uno de los diferentes ámbitos de intervención. De esta manera se
publican: El R.D. 39/1997 o Reglamento de los Servicios de Prevención, El RD 773/1997
sobre Equipos de Protección Individual, el RD 1407/1992 sobre las condiciones para la libre
comercialización de Equipos de Protección y un largo etcétera. Incluso estos decretos son
modificados años después de su publicación con el objetivo de concretarlos y adaptarlos a la
realidad. Podemos destacar la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco
normativo de la Prevención de Riesgos Laborales y el RD 171/2004, de 30 de enero, por el
que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de
Riesgos Laborales, en materia de coordinación de actividades empresariales.
Una de las normas que desarrolla la LPRL es el R.D. 2177/2004, por el que se establecen las
disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores en el
trabajo de los equipos de trabajo, en materia de trabajos temporales en altura (Escaleras de
mano, Andamios y Técnicas de posicionamiento mediante cuerdas). Como hemos
comentado es la primera referencia normativa a este método de trabajo, en ella se recogen
como disposiciones mínimas:
• El sistema constará como mínimo de dos cuerdas con sujeción independiente, una
como medio de acceso, de descenso y de apoyo (cuerda de trabajo) y la otra como
medio de emergencia (cuerda de seguridad).
• Se facilitará a los trabajadores unos arneses adecuados, que deberán utilizar y
conectar a la cuerda de seguridad.
CAPITULO I
3. CAMPOS DE APLICACIÓN
En general, podemos decir que las técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas
están especialmente recomendadas para la realización de trabajos en lugares de difícil
acceso, donde el coste de los medios de acceso supone una parte importante del coste final
de la obra, o la utilización de estos medios tradicionales como andamios, plataformas
elevadoras etc., resulta dificultoso e incluso imposible.
CAPITULO I
CAPITULO I
CAPITULO I
Casco
Cuerda de trabajo
Dispositivo anticaídas
Elemento de amarre
Descensor
Arnés anticaídas
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Cuerda de seguridad
Arnés de sujeción
Elemento de amarre
doble de
posicionamiento
5. FORMACIÓN
La formación en la utilización de los equipos de trabajo y seguridad es algo imprescindible
para la realización de trabajos verticales. Se realizan maniobras complejas manejando
numerosos dispositivos, mientras estamos expuestos a un riesgo claro de caída o de golpes
contra objetos. El trabajador debe comprender los conceptos teóricos sobre el
comportamiento de los materiales y la previsión de situaciones peligrosas, pero también y
más importante debe poder realizar de forma práctica los desplazamientos por la cuerda de
forma completamente segura, en cualquier condición. La seguridad junto con la eficacia, han
sido los argumentos principales para la implantación de estas técnicas en tan diversos
sectores económicos. Y más que nunca, en nuestro caso la seguridad va íntimamente
relacionada con la formación y el conocimiento.
CAPITULO I
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5.1. CONOCIMIENTOS
Por todo ello la formación deberá ser planificada e integrada en la práctica cotidiana de la
empresa. La formación de Trabajos Verticales debe abarcar el conocimiento y competencia
CAPITULO I
en el manejo de los distintos equipos de trabajo, de los equipos de protección individual, así
como de los equipos auxiliares de protección colectiva y protección a terceros.
Como hemos visto, las aplicaciones de las técnicas de Trabajos Verticales son muy variadas
y están presentes en numerosos sectores y actividades productivas, por ello, los
conocimientos gremiales o de oficio que pueden ser necesarios para un técnico en trabajos
verticales pueden ser muy variados (albañilería, pintura, soldadura etc.) y exceden el ámbito
del presente documento. En este Manual se desarrollarán los conocimientos o técnicas
específicas para el acceso y posicionamiento a través de cuerdas en el lugar de trabajo,
independientemente de la tarea concreta que pudiera llevarse a cabo en el paramento
vertical.
Supervisor con plena responsabilidad sobre todas las materias que componen
NIVEL
el proyecto de trabajo. Conocedor de técnicas de rescate avanzado,
OF-III coordinación de recursos y conocimiento sobre normativa y legislación
CAPITULO I
Completando estos niveles existe una categoría de carácter docente, que tiene como
cometido la organización, desarrollo y evaluación de las sesiones de formación y
entrenamiento de los tres niveles anteriores.
Así mismo el trabajador vertical deberá demostrar una madurez intelectual que le permita
comprender los riesgos de la actividad y asimilar las técnicas necesarias para su prevención.
Por el contrario, no se necesita ningún conocimiento previo, ni experiencia en la práctica de
actividades deportivas de las consideradas de riesgo: escalda, alpinismo, espeleología etc.
Capacidades Profesionales
El técnico Of-Basic debe ser capaz de:
Realizar el cuidado, mantenimiento y verificación del equipo de protección individual y
colectivo.
Realizar trabajos en suspensión que requieran técnicas básicas de progresión y seguridad
por cuerdas.
Aplicar técnicas básicas de autorrescate, basadas en el descenso del rescatador junto a la
víctima.
Realizar maniobras de ascenso y descenso de cargas ligeras.
CAPITULO I
Contenidos Mínimos
Los equipos de protección individual (E.P.I.) en los trabajos de altura: Normativa CE,
características, tipología, conservación y manejo. Verificación del Equipo
Nudos fundamentales sobre cuerdas.
Progresión sobre cuerdas:
Descensos normalizados por cuerdas en línea vertical.
Ascensos normalizados por cuerdas en línea vertical.
Maniobras avanzadas.
Utilización de sistema anticaídas para cuerda en ascenso y descenso.
Sistema de trabajo.
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Definición
Técnico con experiencia capacitado para realizar todo tipo de trabajo verticales e
instalaciones de los tendidos de trabajo y seguridad. Conocedor de sistemas de rescate y
técnicas de acceso especiales. Además de lo establecido en el nivel Of-Basic, será
responsable de la correcta instalación de los tendidos de trabajo, así como de la supervisión
de los técnicos de nivel inferior a su cargo.
Capacidades Profesionales
El técnico Of-II debe ser capaz de:
Ser responsable del equipo asignado, así como del cuidado, mantenimiento y verificación
del equipo de protección individual y colectiva.
Realizar operaciones de acceso especiales.
Aplicar técnicas rescate avanzadas, con implicación de varios rescatadores.
Realizar instalaciones de seguridad y de tendidos de trabajo.
Coordinar y supervisar el trabajo de técnicos de nivel inferior.
Contenidos Mínimos
CAPITULO I
Definición
Supervisor con plena responsabilidad sobre todas las materias que componen el proyecto de
trabajo. Conocedor de técnicas de rescate avanzado, coordinación de recursos y
conocimiento sobre normativa y legislación.
Capacidades Profesionales
El técnico Of-III debe ser capaz de:
Coordinar la verificación del equipo de protección individual y colectiva, así como velar por
su cuidado y mantenimiento.
Supervisar todos los elementos que componen un proyecto de trabajo.
Diseñar el plan de evacuación específico de personas accidentadas sobre las cuerdas
para cada proyecto de trabajo.
Aplicar técnicas de rescate avanzadas, con implicación de varios rescatadores.
Realizar instalaciones de seguridad y de tendidos de trabajo de carácter especial.
Interpretar la legislación y normativa vigente, para su aplicación.
Coordinar y supervisar el trabajo de técnicos de niveles inferiores.
Contenidos Mínimos
Legislación y normativa.
Proceso normativo. Directivas CE.
Ley 31/1995 y normativa subsidiaria.
CAPITULO I
CAPITULO II
CAPITULO II
CAPITULO II
Tanto el marcado CE, como las normas EN no son exclusivas de los equipos de protección
individual. La práctica totalidad de los bienes de consumo en Europa deben cumplir requisitos
específicos y exhibir su correspondiente marcado. Por ello conviene familiarizarse con las
normas EN específicas, que deben cumplir los equipos de protección individual y equipos de
trabajo que utilizamos en el ámbito laboral, para poder reconocer la adecuación de su uso,
desechando cualquier equipo que no cumpla con estos requisitos. Las normas EN se
encuentran agrupadas por familias de equipos. De esta manera, podemos encontrar normas
sobre equipos de protección individual, equipos de alpinismo y escalada, dispositivos de
anclaje, etc… Hay que señalar que debemos cerciorarnos, siempre, que nuestros equipos de
protección individual estén acorde con su norma correspondiente.
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CAPITULO II
Cuadro 1
Norma Título
UNE EN 341:97 Dispositivos de descenso.
UNE EN 353-1:02 Parte 1: dispositivos anticaídas deslizantes con línea de anclaje rígida.
UNE EN 353-2:02 Parte 2: dispositivos anticaídas deslizantes con línea de anclaje flexible.
UNE EN 365:05 Equipos de protección individual contra las caídas de altura. Requisitos
generales para instrucciones de uso, mantenimiento, revisión periódica,
reparación marcado y embalaje.
UNE EN 1868:97 Equipos de protección individual contra caídas de altura. Lista de términos
equivalentes.
Con el objetivo de facilitar el control de cada equipo, el fabricante debe incluirlo en alguna de
las tres diferentes categorías, que se establecen en función del tipo o grado de protección
para el cual han sido diseñados:
CAPITULO II
Categoría II: Equipos destinados a proteger de riesgos graves. Deben superar un examen
CE de tipo por un organismo de control. Deberán llevar un folleto informativo. Ej; guantes
de trabajo, calzado de seguridad, casco etc.
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Categoría III: Equipos de diseño complejo destinado a proteger al usuario de todo peligro
mortal o que pueda dañar
gravemente y de forma
irreversible la salud. Están
obligados a superar un
examen CE de tipo y llevar
folleto informativo. Ej: arneses,
cuerdas, etc...
CAPITULO II
Como hemos visto, los EPI deben proporcionar una eficaz protección frente a los riesgos que
motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos añadidos ni molestias
innecesarias. Para la correcta elección del EPI más adecuado, deberá actuarse en el
siguiente orden:
1. Análisis y valoración de los riesgos existentes. Estudiando si los riesgos pueden
evitarse o limitarse utilizando otros métodos o procedimientos de organización del
trabajo o medios de protección colectiva.
2. Conocimiento de las características que deben reunir los EPI para garantizar su
funcionamiento, teniendo en cuenta la naturaleza y magnitud de los riesgos a
proteger, así como los factores adicionales de riesgo que puedan constituir los propios
equipos.
CAPITULO II
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El empresario al elegir un EPI deberá verificar la conformidad de éste y conocer si cumple los
requisitos esenciales de seguridad para tener la garantía de que ofrezcan un nivel adecuado
de protección, según los riesgos para los que esté destinado, en función de la evaluación del
puesto de trabajo.
Es un dispositivo de prensión del cuerpo destinado a evitar y parar las caídas, debiendo
sujetar al trabajador durante una caída y después de la parada de esta. Está compuesto por
CAPITULO II
una serie de bandas flexibles de cinta plana de poliamida, cosidas entre sí, que reparten por
el cuerpo los diferentes esfuerzos originados durante una eventual caída. Estas cintas deben
poder ajustarse perfectamente al cuerpo del usuario mediante un sistema rápido. La conexión
entre el arnés y el sistema anticaídas se realiza a través de unas anillas metálicas, que se
encuentran situadas ligeramente por encima del centro de gravedad corporal,
aproximadamente delante del esternón, y/o en la espalda del usuario según, establece la EN-
UNE- 361. Los arneses utilizados en trabajos verticales deben cumplir obligatoriamente esta
norma.
Los arneses de trabajos verticales además de cumplir su función anticaídas, deben permitir la
sujeción sobre la cuerda de suspensión en el lugar de trabajo, es por ello que todos los
fabricantes incorporan de forma solidaria un cinturón de sujeción al arnés, según EN-UNE
358 sobre sistema de sujeción y la EN-UNE 813 de arneses de asiento. Es muy importante
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conocer perfectamente la función de las diferentes anillas metálicas del arnés de cara a su
correcta utilización,
Foto 3
Instrucciones de uso:
− Ajustar perfectamente al cuerpo antes de su uso. Verificar que es de una talla adecuada.
− Verificar antes de cada uso el perfecto estado de costuras y anillas.
CAPITULO II
Según establece la EN-UNE 353-2, se trata de un dispositivo con una función de bloqueo
automático y de un mecanismo de guía. El dispositivo anticaídas deslizante se desplaza a lo
largo de la línea de anclaje, acompañando al usuario sin requerir su intervención manual
durante los cambios de posición en ascenso o descenso. Se bloquea automáticamente sobre
la línea de anclaje (cuerda) cuando se produce una caída.
No debemos utilizar ningún otro dispositivo para realizar esta función que no cumpla con esta
norma. Tradicionalmente se han utilizado dispositivos autoblocantes de ámbito deportivo, que
no constituyen equipos de protección individual y que pueden generar accidentes graves.
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Existen diferentes modelos en el mercado, cada uno con características particulares, pero
básicamente todos comparten un mismo principio de utilización y funcionamiento. Será
necesario abrir un mecanismo que permita alojar la cuerda en el interior del dispositivo, una
vez situada en el lugar adecuado, cerraremos la tapa y aplicaremos el cierre o mecanismo de
seguridad, que el fabricante haya propuesto.
Instrucciones de uso:
− Verificar que es compatible con el diámetro y tipo de cuerda, sobre la que se vaya a
utilizar.
− Una vez colocado sobre la cuerda y antes de su utilización, comprobaremos su correcto
funcionamiento.
− Será el primer dispositivo que coloquemos en la cuerda y el último que retiremos.
− Respetar las instrucciones del fabricante, especialmente en lo referente a la distancia de
parada y a la altura libre de seguridad por debajo del trabajador.
− Para que el dispositivo se desplace correctamente por la cuerda, ésta deberá estar
lastrada.
CAPITULO II
fabricante, especialmente en lo
referente a la distancia de parada
y a la altura libre de seguridad por
debajo del trabajador.
funcionamiento. lastrada.
CAPITULO II
Tal y como estable la EN-UNE 362, la resistencia estática sin desgarramiento o rotura, en su
eje longitudinal, será superior a 15 KN (por regla general todos los fabricantes ofrecen
resistencia por encima de los 20 KN). Para reducir la probabilidad de apertura involuntaria, los
mosquetones deben disponer de un mecanismo de bloqueo automático o manual, de forma
que sólo puedan abrirse mediante dos acciones manuales voluntarias y consecutivas, como
mínimo. Es decir, deben tener un dispositivo específico que impida la apertura accidental del
gatillo.
CAPITULO II
Por lo tanto, nunca se emplearán mosquetones que no cuenten con cierre de seguridad ya
que pueden generar accidentes graves El cierre de seguridad puede ser de rosca tradicional,
de cierre automático, mediante un sistema de muelle, cuarto de vuelta, etc.
Los mosquetones están diseñados para soportar la carga en sentido longitudinal al eje
principal y con el gatillo de cierre en reposo, es decir, perfectamente cerrado. Si el mosquetón
recibe cargas transversales o con el gatillo abierto, su resistencia disminuirá hasta un 60 %.
Esto es de vital importancia durante el desarrollo del trabajo diario, de cara a prestar la
suficiente atención y evitar que pueda desencadenarse un accidente.
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CAPITULO II
-
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2
1 3 4
6 7 9 10
5 8
Simétrico: 1,2, 10
Normal: 3,6
Pera: 4, 5,7,8,9
Instrucciones de uso:
- Comprobar en todo momento durante su utilización el correcto cierre de seguridad.
- Comprobar que las partes móviles actúan correctamente (gatillo, cierre)
CAPITULO II
UNE 353, en ella se establece que para este uso, la longitud del elemento de amarre no debe
ser superior a 1 metro.
2.6. CUERDA
Las cuerdas utilizadas en trabajos verticales son cuerdas textiles, de nylon o resina sintética
de poliamida principalmente, aunque podemos encontrar en el mercado propuestas en
CAPITULO II
polipropileno, polietileno, aramida, etc. Las antiguas cuerdas de fibras naturales como el
cáñamo no son aptas para garantizar la seguridad de personas. La cuerda es uno de los
componentes más importantes de nuestro sistema anticaídas, pues además de tener la caída,
debe absorber la mayor parte de la fuerza de choque generada por ésta. En función de su
capacidad de absorción, o lo que es lo mismo, su capacidad de alargamiento, podemos
distinguir 3 tipos de cuerdas: Estáticas, Semiestáticas y Dinámicas.
trabajador que cae descienda físicamente varios metros antes de detenerse por
completo, lo que puede producir lesiones por golpes contra el edificio. Son
interesantes en progresiones sobre estructuras con
aseguramiento dinámico.
- Cuerdas Semiestáticas (EN 1891): Cuerdas de bajo
coeficiente de alargamiento, al 5%. Son las más
utilizadas en el trabajo pues combinan una adecuada
capacidad de absorción de fuerza de choque, con un
estiramiento moderado.
La EN 1891 establece dos tipos de cuerdas semiestáticas: Clase A y Clase B. Las cuerdas de
clase B deben garantizar una resistencia de 18 KN, tienen una duración más limitada y exigen
una mayor atención en su uso.
Las más utilizadas en el trabajo vertical son las cuerdas de clase A, que garantizan una
resistencia de 22 KN. Todas las cuerdas destinadas a uso industrial se fabrican en máquinas,
mediante un trenzado de miles de fibras que forman a su vez un cordón de cuerdas menores.
Las partes fundamentales de una cuerda son:
- Alma es la parte interior de la cuerda. Es capaz de soportar entre los 2/3 de la resistencia
total de la cuerda. Suele ser de color blanco. La calidad depende en gran medida de la
perfecta continuidad de los filamentos en toda la longitud de la cuerda, éstos se unen para
formar hilos. Un conjunto de hilos constituyen cordones y un conjunto de éstos forman el
alma de la cuerda.
CAPITULO II
- Funda o camisa esta diseñada para proteger el alma de los agentes externos: abrasión,
meteorológicos, químicos,… Es capaz de soportar entre 1/3 y 1/4 de la resistencia total de
la cuerda.
- Fibra plana recorre toda la longitud de la cuerda por el centro del alma. Su función es el
marcaje de la misma y sirve también en algunos modelos como limitador de elasticidad.
En ella encontraremos datos como fecha de fabricación, norma EN, fabricante etc.
Funda o camisa
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Alma
Fibra plana
CAPITULO II
Instrucciones de uso
Durante su utilización se debe evitar:
• Que la cuerda trabaje sobre bordes afilados, sin una adecuada protección.
• Pisarla.
• Que entre en contacto con sustancias químicas.
• Que la cuerda se ensucie innecesariamente.
• Trabajar con la cuerda cerca de fuentes de calor.
Después de su utilización:
• En el caso que la cuerda esté sucia, se procederá a su limpieza en agua dulce o
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2.7. CASCO
Los cascos para la industria están previstos fundamentalmente para proteger al usuario
contra la caída de objetos y de las consecuentes lesiones cerebrales y fracturas de cráneo.
Está compuesto por un casquete de fibra sintética y un arnés. Este último, está compuesto
por un conjunto de elementos que constituyen un medio para mantener el casco en posición
correcta y absorber la fuerza de choque generada en el impacto sobre la cabeza. Sobre el
casquete o bien en el arnés, debe incorporarse un barboquejo o banda que se acopla bajo la
barbilla para ayudar a sujetar el casco especialmente en posiciones forzadas.
Barbuquejo
CAPITULO II
La EN-UNE 397 establece que el fabricante debe cumplir determinadas exigencias. Éstas
pueden ser de dos tipos:
opcionales.
Instrucciones de uso:
- El casco resulta completamente imprescindible durante la realización de los trabajos en
suspensión tanto para evitar las consecuencias de la posible caída de objetos, como para
minimizar las consecuencias de golpes laterales contra objetos inmóviles durante el
desplazamiento por la cuerda (bordes de terrazas, tendederos, antenas, etc.), o en
movimientos pendulares voluntarios o accidentales.
- La utilización del barboquejo también resulta imprescindible cuando nos encontremos en
altura, aunque tengamos el casco perfectamente regulado y ajustado. Debemos pensar
que un pequeño golpe o apoyo contra el edificio puede hacer que el casco se salga de
nuestra cabeza y caíga al vacío, en este momento quedamos desprotegidos y además
habremos generado el peligro de una caída de objeto.
- Así mismo, se deberá utilizar el casco durante la realización de cualquier tarea en la que,
aunque no exija la suspensión sobre las cuerdas, estemos expuestos a la caída de
objetos (acopio de materiales desde planos inferiores etc…).
3. EQUIPOS DE TRABAJO
CAPITULO II
las características del trabajo vertical. Hay que destacar que estos equipos no constituyen
necesariamente EPI’s aunque la seguridad del trabajador también reside en su correcta
elección y uso. Por ello, siempre debemos elegir dispositivos que cumplan norma industrial y
en el caso de que sea imprescindible utilizar equipos bajo norma de ámbito deportivo, por no
existir una norma específica, elegiremos los que mayor seguridad ofrezcan. Es importante
señalar que estos usos específicos de algunos dispositivos de ámbito deportivo están
restringidos a los equipos de acceso por cuerdas y nunca podrán sustituir a los equipos de
protección individual del obligatorio sistema anticaídas.
3.1. ARNES
En la práctica, este arnés se encuentra integrado junto al arnés anticaídas. Debemos recordar
que NUNCA debemos anclar el sistema anticaídas a estas anillas. Para esto debemos utilizar
la anilla esternal o dorsal de la parte superior (arnés anticaídas). La utilización de un arnés de
cintura únicamente para la realización de trabajos verticales, es una de las herencias
negativas del paso que aún en la actualidad algunas empresas arrastran, exponiendo a los
trabajadores a riesgos innecesarios.
CAPITULO II
Instrucciones de uso:
ref: anetva150
− Ajustar perfectamente al cuerpo antes de su uso. Verificar que es de una talla adecuada.
− Verificar antes de cada uso el perfecto estado de costuras y anillas.
3.2. DESCENDEDOR
Dispositivo que permite un descenso sobre una cuerda a velocidad controlada. El descenso
se produce al accionar una palanca que libera parcialmente la presión sobre la cuerda,
consiguiendo un descenso totalmente controlado. Aunque realmente se trata de un dispositivo
de descenso para personas, resulta muy útil en maniobras de manejo de cargas pesadas y
totalmente imprescindible en las operaciones de rescate urgente.
Según establece la EN 341, debe tener una función de bloqueo automático, de manera que
deslice por la cuerda a través de una acción voluntaria del usuario y que se detenga por si
mismo en el caso de que el trabajador libere la presión al soltar la palanca involuntariamente.
No utilizaremos ningún otro dispositivo para realizar esta función que no cumpla con esta
norma. Tradicionalmente se vienen utilizando dispositivos de descenso que proceden del
ámbito deportivo y que pueden generar accidentes graves
Además del bloqueo automático, algunos fabricantes incorporan un “sistema antipánico”. Este
consiste en un mecanismo que bloquea y detiene el descenso en el caso de que se ejerza
demasiada fuerza sobre la palanca. Este sistema resulta eficaz y muy seguro especialmente
para el manejo del dispositivo por personas poco experiementadas.
CAPITULO II
El dispositivo se conecta a través de un mosquetón a la anilla ventral del arnés. Esta conexión
puede realizarse directamente o a través de un elemento de amarre normalizado, que no
exceda de 1 metro de longitud.
Instrucciones de uso:
- Verificar que es compatible con el diámetro y tipo de cuerda sobre la que se vaya a
utilizar.
- Una vez colocado sobre la cuerda y antes de su utilización, comprobaremos su correcto
funcionamiento.
- Respetar las instrucciones del fabricante.
3.3. MOSQUETONES
Se utilizarán mosquetones de las mismas características que los empleados en el sistema
anticaídas o equipos de protección individual.
Existe otro tipo de conectores, conocidos como “maillones” muy utilizados para conexiones de
equipos durante largos periodos de tiempo. Hay que decir que los maillones, pese a estar
dimensionados en algunos casos para soportar cargas similares a las de los mosquetones de
seguridad, no cumplen con la norma de equipo de protección individual EN 362. Esto es
debido a que carece de gatillo móvil, su cierre está basado en una rosca que hay que cerrar
completamente dando varias vueltas a la tuerca que hace de cierre. Podría quedarse abierto
accidentalmente. Puede ser utilizado en el equipo de trabajo, cerciorándonos siempre de su
correcto cierre, pero no debe estar presente en la cadena de dispositivos que componen el
equipo de protección individual.
CAPITULO II
3.5. BLOQUEADORES
Son dispositivos para el ascenso por cuerdas, que se caracterizan por su desplazamiento
sobre la cuerda en un solo sentido, bloqueándose por la presión de una leva móvil sobre la
cuerda si se ejerce una carga en el sentido contrario; en este caso sujetan la cuerda. Por lo
tanto, permiten deslizamiento controlado en un solo sentido siempre y cuando no se ejerza
carga sobre ellos. En el caso de que la persona suelte el dispositivo, éste bloquea por sí
mismo, evitando así una caída. Se utilizan para ascender por la cuerda de trabajo, siendo
muy útiles e incluso imprescindibles en las maniobras de evacuación urgente de personas
accidentadas sobre la cuerda.
Hay que destacar que estos dispositivos no están diseñados para admitir fuerza de
choque. La gran mayoría de los dispositivos que podemos encontrar en el mercado,
bloquean la cuerda a través de una leva bastante agresiva, de forma que cuanto más peso
CAPITULO II
Podemos encontrar varios tipos de bloqueadores. Los más habituales son de Puño y
Ventral, aunque también existen en el mercado modelos superligeros, para uso simultáneo
de dos cuerdas, para el pie etc. El mecanismo de acción de la leva suele ser básicamente
el mismo, tan solo varía el soporte donde se monta ésta.
CAPITULO II
3.7. CUERDA
Se utilizarán cuerdas de las mismas características que las empleadas en el sistema
anticaídas descritos en el capítulo sobre equipos de protección individual
Se trata de un asiento que permite al trabajador estar suspendido de la cuerda, pero liberando
presión de las cintas del arnés. Por muy cómodo que sea un arnés de sujeción, cuando nos
encontramos suspendidos sobre una cuerda, la presión que se ejerce sobre nuestras venas y
arterias a nivel inguinal, hace que el riego sanguíneo no llegue a las piernas adecuadamente,
pudiendo generarnos problemas importantes. La utilización de este elemento es
absolutamente imprescindible en la realización de trabajos verticales si se va a estar
suspendido más de 30 minutos.
CAPITULO II
Aunque su utilización es una exigencia legal, este elemento no tiene una norma EN
específica. Pocos son los fabricantes que tienen entre sus productos sillas de trabajo
adecuadas y prácticas. La respuesta más popular es la confección artesanal de un asiento a
través de una tabla de madera sujeta con cintas o cordinos.
ref: anetva150
Instrucciones de uso:
- La silla debe ir anclada a través de un mosquetón a nuestro descensor, una vez que
éste se encuentra conectado a nuestro arnés.
- La silla es un elemento importante en nuestro equipo ya que posibilita la comodidad y
una posición ergonómica. Pero desde el punto de vista de la seguridad contra caídas
constituye un equipo auxiliar.
- Verificar el correcto estado de costuras y nudos de las cintas textiles.
CAPITULO II
Por regla general se trata de una funda de plástico resistente, que abraza la cuerda, evitando
su contacto directo con la zona peligrosa. Para facilitar su instalación en el punto preciso,
disponen de un cierre longitudinal, tipo velcro, que permite abrir el protector en toda su
longitud e instalarlo en cualquier punto de la cuerda.
Los protectores también resultan necesarios para proteger las cuerdas o eslingas utilizadas
en la confección de instalaciones de cabecera, utilizando elementos constructivos tipo
casetones, vigas etc.
3.10.1. POLEAS
ref: anetva150
El uso de poleas está indicado para facilitar el trabajo de elevación de cargas. Ofrecen una
considerable ventaja mecánica (VM), gracias a la dimensión de la roldana y a que ésta trabaja
sobre rodamientos de bolas estancos. Dispone de un orificio de fijación que permite la
colocación de uno o varios mosquetones. Para el uso de poleas es imprescindible el empleo
de mosquetones simétricos.
Las poleas serán de gran ayuda a la hora de realizar la evacuación urgente de un compañero
accidentado, además nos facilitarán el ascenso sobre la silla y el descensor.
- Tipo Fixe. Polea ligera, de pequeñas dimensiones y muy práctica. Para introducir la
cuerda es necesario quitar completamente el mosquetón y la polea, lo que puede
producir la caída de éstos.
- Tipo Rescue. Dispone de placas laterales oscilantes para introducir la cuerda, con
orificio de fijación que permite hasta tres mosquetones simultáneamente. La roldana
montada sobre rodamientos estancos permite una buena VM.
CAPITULO II
Las eslingas, o más comúnmente conocidas como cintas, son bandas de fibras textiles, de
construcción similar a las bandas de los arneses. Sus aplicaciones son variadas: utilización
de anclajes constructivos para montar instalaciones de cabecera, puntos de desvío intermedio
de cuerdas y líneas, elementos de amarre del equipo de trabajo o de la herramienta, etc… En
función del cometido al que se dediquen, deberán cumplir una norma u otra.
CAPITULO II
Las exigencias de estas cuerdas será de adecuada carga estática, pero no será
imprescindible la capacidad de absorción de fuerza de choque, pues en un manejo de carga
realizado correctamente no hay posibilidad de que la carga genere una caída que deba parar
la cuerda. De hecho en las ocasiones en las que es necesario elevar la carga con muchos
metros de cuerda desplegada, el dinamismo o elasticidad de la cuerda puede ser un
inconveniente importante.
Habitualmente podemos comprobar que para este cometido se utilizan cuerdas que han sido
desechadas para su uso con personas. En este caso se debe comprobar que la cuerda se
encuentra dentro de su vida útil, en un estado aceptable para el trabajo con los dispositivos,
sin cortes, roturas parciales, quemaduras u otro deterioro importante. En este sentido siempre
es más recomendable utilizar una cuerda específica para el manejo de materiales, de
características y aspecto diferente a las utilizadas como cuerda de seguridad o trabajo. De
esta manera, colaboraremos a evitar que alguien pueda utilizar esa cuerda equivocadamente
para un uso no adecuado, como sería la suspensión o aseguramiento de una persona.
El trabajador vertical además de los equipos contra caídas, utilizará diferente herramienta y
trabajará con materiales agresivos diariamente. Por ello haremos una exposición de los
CAPITULO II
equipos de protección más comunes con los que deberemos contar como equipo personal de
uso diario, establecido por la evaluación de riesgos del puesto de trabajo.
Durante la realización de Trabajos Verticales utilizaremos los siguientes equipos de
protección:
4.1. GUANTES
El calzado tiene que ser antideslizante; habrá que tener bien cuenta aquellas tareas que se
realicen a bajas temperaturas, también nos protegen de salpicaduras de metal, ácidos, etc.
Deberá ser hidrófugo, con puntera de seguridad (200 Kjoule), preferiblemente sintéticas,
antes que metálica, acolchadas, de suela antiestática y antideslizante y/ o cuero, plantilla de
protección sintética o de acero y exterior de poliuretano.
CAPITULO II
4.3. GAFAS
Protegen algo tan sensible como los ojos. Se convierten en
imprescindibles cuando nos encontramos utilizando
martillos, taladros, maquinaria de corte, desescombrando o
simplemente pintando por encima de nosotros.
4.4. MASCARILLA
Las vías respiratorias deben estar protegidas cuando
se trabaja con productos o máquinas que desprendan
polvos o partículas pequeñas (taladros, radiales etc…).
Esta protección es especialmente importante cuando
ref: anetva150
CAPITULO II
5. EQUIPOS NO PERMITIDOS
Como ya hemos comentado, podemos encontrar equipos provenientes del ámbito deportivo,
bajo normas EN específicas, que sin embargo no son adecuados para su uso en el ámbito
laboral, pero que eran de uso común en los comienzos de los Trabajos Verticales. Por regla
general, las razones por las que no está permitido su uso tienen que ver con la seguridad de
las personas. Estos equipos no garantizan los parámetros de seguridad mínimos establecidos
en las normas EN correspondientes. Por ello debemos evitar su utilización en el trabajo. A
continuación relacionamos algunos de los equipos, que no todos, que con más frecuencia
pueden verse aún hoy en algunas obras.
ref: anetva150
CAPITULO II
CAPITULO II
Los equipos de protección contra caídas normalizados ofrecen un gran margen de resistencia
y seguridad, pero para exigirles todas sus prestaciones deberemos mantenerlos en un
perfecto estado durante toda su vida útil. Para ello debemos distinguir dos ámbitos de
intervención directamente relacionados:
detectar cualquier deterioro o desgaste del equipo que pueda desembocar en situaciones
peligrosas. La normativa establece que esta revisión de los equipos se realizará como
mínimo de una vez al año, pudiendo reducirse esta frecuencia, en función de lo que
establezca el fabricante. Será realizada por una persona competente, conocedora de los
requisitos relativos a la revisión periódica y de las recomendaciones e instrucciones del
fabricante.
Como vemos, resulta imprescindible seguir las instrucciones que el fabricante nos ofrece en
el folleto informativo de nuestro equipo, referidas al método de limpieza o lubricación,
temperaturas de trabajo, vida útil, frecuencia de verificación etc. Por ello, a continuación nos
limitaremos a exponer una serie de normas o recomendaciones de carácter general en cuanto
al cuidado y mantenimiento de los equipos, con el objetivo de ofrecer una visión global, pero
remitiendo al lector la consulta del mencionado folleto informativo editado por el fabricante del
producto.
Agresiones
• Evitar el rozamiento con materiales abrasivos y con partes cortantes. Constituye uno de
los mayores peligros durante el trabajo habitual. Especial cuidado deberemos prestar a las
cuerdas de trabajo y seguridad, a las eslingas de las instalaciones que rodean elementos
constructivos etc. Se utilizará protectores específicos en los lugares donde se produzcan
roces con materiales agresivos.
CAPITULO II
de los componentes con nuestras cuerdas y evitar en todo momento que los productos
textiles entren en contacto con productos químicos.
Limpieza y Mantenimiento
• Cualquier producto textil sucio debe ser lavado con agua fría. Podemos utilizar un
detergente neutro o en todo caso similar al que se emplea para la ropa delicada. Con esto
eliminamos restos sólidos o químicos que pueden ir dañando poco a poco nuestro equipo.
Por otro lado, en un equipo limpio siempre resulta más fácil detectar posibles daños.
• Después del lavado se secará en un lugar sombreado, aireado y fresco. Nunca guardar un
producto textil húmedo, pues en poco tiempo se pudrirá y será necesario desecharlo.
• Después de su utilización debe ser guardado y almacenado en un lugar seco, limpio,
protegido de los rayos ultravioletas y del polvo.
CAPITULO II
Vida útil
Es importante señalar que la vida útil de un producto la establece el fabricante, teniendo en
cuenta desde la fecha de fábrica el tiempo máximo de utilización. En ocasiones nos
encontraremos con que la fecha máxima de utilización se establece desde la fecha de su
puesta en uso y no desde la fecha de fabricación. En estos casos, el fabricante debería
aportar información sobre el tiempo máximo de almacenamiento.
• Las cuerdas y cintas pueden tener una duración máxima de 3 años para un uso ocasional.
Teniendo en cuenta el desgaste y deterioro habitual, la vida real de cuerdas y cintas es
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muy limitada. Para una utilización intensiva, como es el caso de las empresas de trabajos
verticales, se recomienda que la vida útil de las cuerdas sea máximo de un año.
• Los arneses suelen tener una vida útil más prolongada, en torno a los 5 años.
Revisiones Periódicas
Estas revisiones se complementan con las inspecciones sistemáticas antes y después de
cada utilización del equipo. Prestaremos especial atención a :
• Verificar regularmente las costuras, prestando atención a la continuidad de todos los hilos.
• Verificar los medios de regulación del arnes antes de su uso, comprobando que funcionan
correctamente y que los elementos metálicos se encuentran en buen estado.
• Verificar la continuidad de todas las fibras de cuerdas y cintas, comprobar la ausencia de
cortes, aplastamientos o quemaduras.
CAPITULO II
• Evitar por todos los medios, los golpes sobre los aparatos metálicos. Un impacto fuerte
puede producir micro fracturas internas, no visibles a simple vista, que podrían
desembocar en la fractura total con una carga ligera.
• Puede resultar difícil determinar cuándo un impacto ha podido resultar excesivo, por ello,
a la menor duda, desechar cualquier material que haya sufrido un golpe importante.
ref: anetva150
Limpieza y Mantenimiento
• Después de su utilización debe ser guardado y almacenado en un lugar seco y limpio,
protegido de los rayos ultravioletas y del polvo.
• Alejar los dispositivos y materiales metálicos de ambientes húmedos.
• Si durante su utilización los materiales se mojan, secarlos en ambiente seco.
• Lubricar cierres y mecanismos, cuando éstos no funcionen correctamente. Limpiar
cuidadosamente el exceso de lubricante.
Vida útil
La vida útil de los productos metálicos es notablemente más larga
que la de productos textiles. En algunos casos, el fabricante
afirma en el folleto informativo que en buenas condiciones de uso,
su producto es imperecedero. La vida útil real de los productos
CAPITULO II
Revisiones Periódicas
Estas revisiones se complementan con las inspecciones sistemáticas antes y después de
cada utilización del equipo. En las revisiones prestaremos especial atención a:
• Comprobar la ausencia de cortes o deformaciones.
• Verificar el correcto funcionamiento de las partes móviles.
• Después de soportar una caída de factor 1 o superior, es necesario revisar
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Cada empresa podrá incluir tantos campos como se estime oportuno para mejorar el proceso
de seguimiento: Nombre de usuario, código de identificación interno etc.
Ver Ficha de Control del Equipo:
CAPITULO II
ref: anetva150
CAPITULO III
Los sistemas anticaídas sobre líneas de vida constituyen una excelente herramienta para
asegurar de forma permanente, desplazamientos por paramentos verticales. El sistema
ref: anetva150
CAPITULO III
Punto de Anclaje
Línea de anclaje
Dispositivo Anticaídas
Mosquetones
ref: anetva150
Contrapeso
CAPITULO III
2. La línea de anclaje estará instalada de forma que sólo permita el movimiento del
dispositivo anticaídas deslizante en las direcciones especificadas, es decir, guardando la
vertical.
3. Sólo se utilizarán dispositivos anticaídas compatibles con la línea de anclaje. En este
sentido, se respetarán las instrucciones facilitadas por el fabricante del dispositivo
deslizante.
4. Se protegerán con protectores específicos los rozamientos de la cuerda en bordes
agresivos.
5. Será lo primero que pongamos en la cuerda de seguridad antes de iniciar un
desplazamiento sobre la cuerda de trabajo, y lo último que retiraremos.
6. El sistema anticaídas estará conectado en la anilla esternal o dorsal de nuestro arnés en
todo momento en el que nos encontremos expuestos a un riesgo de caída y no solamente
cuando estamos colgados de la cuerda de sujeción o trabajo. Hay numerosas situaciones
ref: anetva150
CAPITULO III
ref: anetva150
CAPITULO III
La unidad de fuerza recibe el nombre de Newton (N) que corresponde a la fuerza que se le
comunica a una masa de 1 Kg. con una aceleración de 1 m/s2. Las unidades más
habitualmente utilizadas son el Decanewton (daN) y Kilonewton (KN)
CAPITULO III
1N 1daN 1 KN 1 Kp
0,1 daN 10 N 1000 N 10 N
0,001 KN 0,01 KN 100 daN 1 daN
0,1 Kp 1 Kp 102 Kp 0,001 KN
“La Energía total de un sistema aislado permanece constante”, o lo que es lo mismo, “la
energía ni se crea ni se destruye, solamente se transforma”.
Se dice que un cuerpo posee energía cuando tiene la capacidad de realizar un trabajo
(W), mediante la transformación de una forma de energía (E) en otra distinta. En función
de su situación en el espacio, los cuerpos pueden tener dos tipos de energía:
- Energía potencial. Podemos decir que es la energía que tiene un cuerpo en reposo
debido a su masa y a su distancia con respecto a la tierra. Cuando una persona de 80 Kg.
de masa progresa verticalmente por una estructura metálica, desde el suelo (punto O)
hasta una altura de 20 m. (punto 1), se está realizando un trabajo (W). Una vez llegada a
dicha altura, el trabajo que ha realizado no se ha perdido, al contrario, el cuerpo ha
adquirido una energía potencial, numéricamente igual al trabajo que ha sido necesario
para realizarlo. La energía potencial (Ep) gravitacional que tiene el cuerpo de la persona
de masa m que se encuentra en reposo y está situado a una altura h sobre el nivel del
suelo viene dada por la siguiente expresión:
Trabajo (W) = Energía Potencial (Ep) = masa (m) x gravedad (g)x altura (h)
Es decir, que a medida que nos separamos del suelo, la energía potencial que almacena
nuestro cuerpo, aumenta.
CAPITULO III
Energía Cinética. Todos los cuerpos que no están en reposo poseen una cantidad de
energía debido a su movimiento, conocida como energía cinética. Supongamos que sobre un
cuerpo de masa m, inicialmente en reposo, actúa una fuerza F, de tal forma que el cuerpo
comienza a moverse. Cuando el cuerpo haya recorrido una distancia S, habrá adquirido una
velocidad V. Sobre este cuerpo se ha realizado un trabajo y como consecuencia de ello el
cuerpo ha adquirido una energía cinética. Viene dada por la siguiente expresión:
Por lo tanto, la energía cinética aumentará a medida que la velocidad también lo haga.
Cuando una persona con una masa de 80 Kg. se encuentra en reposo a una altura de 20 m,
ref: anetva150
tiene una energía potencial, pero no tiene energía cinética. Sin embargo, imaginemos que
sufre un desvanecimiento y como consecuencia de éste, experimenta una caída a distinto
nivel, por no llevar un sistema anticaídas puesto. El cuerpo a medida que desciende va
adquiriendo mayor velocidad, con lo que su energía cinética va en aumento. Por el contrario,
la energía potencial disminuye paulatinamente, ya que la altura a la que se encuentra el
cuerpo respecto al suelo, es cada vez menor. De este modo, su energía cinética es máxima al
llegar al suelo, mientras que su energía potencial es igual a cero.
La pregunta que nos quedaría por hacer es: Una vez que la persona ha llegado al suelo, ¿la
energía cinética en qué se ha transformado? .Parte de ella continuará como energía potencial
en el cuerpo, pero un gran parte se transformará en Fuerza de Choque que debe realizar un
trabajo mecánico determinado. Este trabajo consistirá en romper los huesos del cuerpo,
reventar órganos internos y causar destrozos en general. Por lo que podemos decir que las
consecuencias de la fuerza de choque son el peor enemigo de un trabajador expuesto a una
caída en altura.
CAPITULO III
El sistema anticaídas utilizado en trabajo verticales, como sabemos, está basado en una línea
de anclaje de cuerda. La absorción de energía por parte de la cuerda provoca una
deformación en forma de estiramiento constante en toda su longitud. Ésta es mayor cuanta
más longitud de cuerda se esté empleando en el sistema (cuerda activa) y menor si utilizamos
un trozo de cuerda muy pequeño ( Ej: 1m.). Para relacionar estos parámetros, de cara a la
práctica y al trabajo diario, podemos apoyarnos en el concepto de “Factor de Caída”.
CAPITULO III
Factor 0. Caída que no genera fuerza de choque sobre la cuerda. Peligrosa situación por
posibles golpes laterales.
Factor 2. Caída muy peligrosa. Deberemos evitar en lo posible esta situación y limitar el
tiempo de exposición en momentos donde sea inevitable.
CAPITULO III
CAPITULO III
La silla de trabajo no constituye un EPI y carece de norma específica. Por lo tanto está
considerada material auxiliar. La anclaremos al mosquetón del descensor para que acompañe
todos nuestros movimientos.
CAPITULO III
Con el descensor prolongado con un elemento de amarre. Las cintas de la silla serán
más cortas que el cabo de anclaje del descensor, quedando sentados completamente en
la silla, sin que el elemento de amarre se encuentre en tensión. Con este método
liberamos completamente nuestro peso del arnés. Resulta mucho más cómodo para
permanecer mucho tiempo suspendido, pero en un primer momento, puede darnos una
cierta sensación de inseguridad, al no notar la tensión en el arnés. Si elegimos esta
opción debemos prestar especial cuidado a la forma de anclar la silla. Podemos realizarlo
de varias maneras:
¡¡ NO!!
Posibilidad de Olvido
Mal trabajo de
mosquetones
CAPITULO III
Pasos 2 Y 3
CAPITULO III
Paso 4
Pasos 5 Y 6
IMPORTANTE
• Si dejamos la cuerda lastrada antes de comenzar el ascenso, no será necesario sujetar
con la mano la cuerda por debajo del Ventral, para facilitar que éste corra hacia arriba. De
esta forma, el movimiento se simplifica mucho, pues podemos sujetar el Puño con las dos
manos.
• En el estribo podemos introducir un pie, los dos, o ir cambiando de pierna cada cierto
tiempo.
CAPITULO III
Descensor + Bloqueador
Si estando en la posición de descenso necesitamos remontar unos metros por la cuerda, para
después volver a bajar, deberíamos instalar los bloqueadores de ascenso y desmontar el
descensor. Posteriormente, deberíamos volver a instalar el descensor y quitar los
bloqueadores. Estas maniobras implican inversión de tiempo y, sobretodo, la posibilidad de
cometer algún error.
Habrá situaciones de trabajo que nos exijan dominar estas técnicas, pero si estamos
trabajando en una zona reducida de la estructura, y el ascenso es de pocos metros, podemos
actuar de la siguiente forma:
ref: anetva150
Paso 1
Pasos 2 Y 3
CAPITULO III
Para facilitar esta maniobra, especialmente cuando no se tiene apoyo para los pies, o
utilizando la silla de trabajo, podemos hacer lo siguiente:
Paso 1
Paso 2, 3 y 4
Se necesita práctica para sacarle partido a esta técnica.
CAPITULO III
las que es necesario quitar y poner dispositivos de la cuerda, deberán realizarse con extremo
cuidado, prestando atención a mantener en todo momento la conexión a las dos cuerdas
(trabajo y seguridad) simultáneamente.
Pasos 1, 2,
Pasos 3, 4 y 5
7. Comenzamos el descenso.
CAPITULO III
Comentarios
Es importante bajar el Puño antes de desgatillar el Ventral, de lo contrario, al bajar el cuerpo
es posible que nos quedemos colgados de él, en vez de sobre el descensor. Si la maniobra la
realizamos con la silla y el descensor extendido con el cabo de anclaje corto, esto es
especialmente importante. En este caso, debemos bajar todo lo que podamos el puño y tal
vez acortar un poco el estribo para apoyarnos mejor.
anclaje largo).
Pasos 1 y 2
Paso 3
CAPITULO III
Pasos 4, 5 y 6
7. Podemos comenzar el ascenso.
Aunque la mayoría de las situaciones de trabajo se van a desarrollar empleando las técnicas
básicas, hay muchas ocasiones en las que los lugares de trabajo no se encuentran en la
misma vertical, es necesario evitar esquinas o atravesar instalaciones o nudos. Para ello
debemos conocer y tener frescas en la memoria y en las manos algunas técnicas más
específicas:
CAPITULO III
Pasos 1 y 2
Pasos 3 y 4
CAPITULO III
Pasos 5 y 6
CAPITULO III
Paso 1
Paso 2 y 3
Paso 4 y 5
CAPITULO III
En Ascenso
1. Aproximarse al fraccionamiento con Puño y
Ventral.
2. Cuando el Puño se acerque a la instalación y
colgados del Ventral, cambiar el puño a la cuerda
por encima del fraccionamiento, tan alto como
podamos.
3. Superarse hasta que el Ventral se aproxime al
fraccionamiento y anclarnos a éste con el cabo de
anclaje.
ref: anetva150
Pasos 1, 2 y 3
Pasos 4 y 5
CAPITULO III
Paso 6
7. El anticaídas deberá estar situado en todo momento tan alto como podamos.
CAPITULO III
En Descenso
Paso 1
ref: anetva150
Paso 2
Pasos 3 y 4
CAPITULO III
Pasos 5 y 6
7. Liberamos el puño y continuamos el descenso.
Comentarios: Se trata de la maniobra más delicada debido a los “mordiscos” que le podemos
dar a la cuerda con el Bloqueador Ventral al desgatillarlo y descender el cuerpo. El anticaídas
debe mantenerse siempre alto.
En Ascenso
Paso 1
CAPITULO III
Pasos 2 y 3
Pasos 4 y 5
6. Continuar el ascenso.
Comentarios: El paso 5 es el más delicado. El anticaídas debe estar tan alto como sea
posible.
CAPITULO III
Cuando se utilizan máquinas de corte o calor, deberemos evitar que estas entren en contacto
con nuestras cuerdas, para ello utilizaremos un elemento de amarre metálico en la cuerda de
trabajo. Podemos utilizar diferentes sistemas: protección de la cuerda con una funda especial,
utilización de un cable metálico, utilización de una cadena de eslabones etc. Esta situación
debe estar prevista antes de entrar en la suspensión. Describiremos la técnica de utilización
de cadenas, por ser una de las más prácticas.
ref: anetva150
CAPITULO III
Poner Cadenas
Pasos 1 y 2
3. Colocar la silla en el eslabón donde calculemos
que irá.
4. Desbloquear descensor y accionar. Descender
controladamente hasta meternos en la silla que ya
está instalada en la cadena. Hasta quedar
completamente sentados en ella y el descensor sin
tensión.
Pasos 3 y 4
CAPITULO III
Pasos 5, 6 y 7
Quitar Cadenas
Algunos comentarios:
• Salir de la cubierta con la cadena anclada al anclaje ventral del arnés y al bloqueador
(éste irá sujeto al portamaterial). De esta manera nunca se nos caerá.
• La silla estará en bandolera. Esto hace la maniobra más cómoda.
CAPITULO III
Que el sistema exija el menor esfuerzo posible por parte del trabajador. Esto en el caso de
ref: anetva150
izado de cargas esto supone el empleo de sistemas de poleas que ofrezcan ventaja
mecánica.
Que la carga esté asegurada en todo momento, es decir, que el sistema empleado
permita un bloqueo automático de ésta para impedir su caída en caso de que el trabajador
que maneja la carga, suelte la cuerda accidentalmente. (Sistema autobloqueante)
CAPITULO III
1. Polea Móvil. Es muy sencillo y rápido de realizar. La ventaja mecánica que obtenemos
es de 2:1. Necesita una distancia de cuerda igual al doble o incluso al triple de la altura a
remontar.
CAPITULO III
ref: anetva150
2. Polipasto Simple o en “N”. Se trata del mismo principio de la polea móvil, pero
colocando ésta a través de un bloqueador en la cuerda tractora. Con esto se consigue
reducir la longitud de la cuerda necesaria.
CAPITULO III
3. Polipasto Doble. Es el mismo polipasto, pero incorporando una polea fija más, con el
fin de poder ejercer la fuerza en otra dirección. No obtenemos una mayor ventaja
mecánica, pero permite ejercer la fuerza desde una postura más cómoda en algunos
casos o incluso aprovechar el peso de nuestro cuerpo.
ref: anetva150
Sea cual sea el sistema elegido, debemos recordar que alguna de las poleas utilizadas tendrá
mecanismo autobloqueante, que evite que la carga pueda caer accidentalmente.
Al igual que ocurre en el ascenso, para descender una carga debemos evitar el hecho de
tener que realizar con las manos la misma fuerza que el peso de misma. Tenemos que aplicar
soluciones que desmultipliquen la fuerza necesaria para soportar este peso. En este caso la
reducción de fuerza la conseguiremos a través del rozamiento por fricción de la cuerda.
En estas maniobras será de gran utilidad la utilización de descensores para cuerda, de las
mismas características que los que utilizamos como equipo de trabajo. Este uso tiene la
ventaja añadida que estos dispositivos cuentan con un sistema de bloqueo automático
CAPITULO III
4. EVACUACIÓN URGENTE
El accidente es un hecho inesperado en lo referido al momento, lugar en que va a producirse
o consecuencias, por ello para poder actuar correctamente, es importante saber todo aquello
que debemos hacer, y lo que es más importante, todo lo que no debemos hacer en caso de
accidente. Socorrer a un accidentado es una obligación de cualquier persona que se
encuentre en las inmediaciones en el momento del percance, pero por otro lado, cometer un
error puede tener unas consecuencias muy graves. Por ello, es necesario que todos
conozcamos los principios básicos de los primeros auxilios y las técnicas básicas de rescate
en altura, con el objetivo de garantizar que la acción sea segura para todas las personas y
que resulte eficaz.
1º 2º 3º
PROTEGER ALERTAR SOCORRER
CAPITULO III
CAPITULO III
Existen numerosas técnicas que pueden ser aplicables con eficacia para resolver las
diferentes situaciones que pueden producirse. Expondremos algunas de las que invierten
menos recursos y ofrecen un buen nivel de eficacia. No obstante, animamos al lector a
contrastarlas en simulacros y sesiones de entrenamiento con otros métodos, de cara a
establecer qué maniobra es más eficaz para cada situación y persona. Sea cual sea el
ref: anetva150
resultado, durante este trabajo se habrán adquirido una gran cantidad de habilidades,
conocimientos y experiencias. Esta práctica y este conocimiento serán los que nos ayudarán
si debemos ponerlo en práctica en una situación real.
Con el fin de hacer más claras las explicaciones, en las maniobras que describiremos a
continuación omitiremos de forma voluntaria algunos aspectos que serán siempre los mismos
o muy parecidos en todos los casos. Estos son:
CAPITULO III
CAPITULO III
Comentarios: Con este sistema evitamos que el rescatador deba suspenderse de las
cuerdas para la evacuación, reduciendo riesgos.
Pasos 1 y 2
CAPITULO III
Pasos 3 y 4
.Pasos 5 y 6
CAPITULO III
Método 1º.
Describimos un método que ofrece ventajas en cuanto a la optimización del esfuerzo y a la
imposibilidad de cometer ningún error grave: Se trata de realizar una polea móvil, utilizando
para ello, el descensor del rescatador.
Paso 1, 2, y 3
CAPITULO III
Paso 4 y 5
Paso 6
CAPITULO III
Paso 7
Comentarios. Para que este sistema funcione es imprescindible que el descensor bloquee
totalmente (y no como sucede con algunos descensores con las levas gastadas), ya que al
herido lo dejamos colgando de él mientras movemos el bloqueador y la polea.
CAPITULO III
• Método 2º.
En caso de que nuestro descensor no bloquee totalmente o bien el herido pese mucho menos
que nosotros, procederemos del siguiente modo:
Paso 1
Paso 2
CAPITULO III
Paso 3
4. Colocar un estribo en la cuerda para
incorporarnos completamente en él y hacer
polea con el herido, traspasando todo
nuestro peso al estribo.
5. Cuando estemos de pié en el estribo, tirar
de la cuerda auxiliar del herido hacia arriba,
entonces se elevará lo suficiente para
liberar el anticaídas, mientras nosotros
bajamos un poco. En este momento
mantenemos el contrapeso con nuestra
pierna.
Paso 4 y 5
CAPITULO III
Paso 6 y 7
Comentarios.
- Hay que calcular bien dónde se pone el pedal. No conviene colocarlo muy cerca de la
polea para evitar que cuando pasemos el herido a nuestro cabo de anclaje, el nudo o el
autobloqueante se empotre en la polea, impidiendo el final de la maniobra. Tampoco
conviene colocarlo demasiado lejos pues con los estiramientos de la cuerda y los nudos
bajaremos demasiado y no podremos polear. Una solución interesante es la de doblar el
pedal, anclando el bucle para el pie al mosquetón del puño, de esta manera reducimos
mucho su longitud y para poder subirnos encima, el puño estará siempre bajo.
- La maniobra de desbloqueo de los aparatos de ascenso es prácticamente igual que en el
caso anterior. Pero tendremos que tener en cuenta que la liberación del bloqueador
ventral encierra mayor dificultad que la liberación del anticaídas. Por un lado, es
indispensable que sobre la cuerda del bloqueador no haya absolutamente nada de
tensión y por otro que la tarea de desgatillar el bloqueador en posición difícil, requiere
cierta práctica.
Método 3º.
CAPITULO III
Hay que señalar que para este tipo de situaciones otro método posible y efectivo es el
conocido como “corte de cuerda”. Consiste básicamente en acceder al herido, anclarse a él
y cortar la cuerda de donde está suspendido. Este método resulta el sistema más rápido para
la evacuación urgente de un herido en suspensión de una cuerda, pero tiene una serie de
inconvenientes que si no se prevén adecuadamente, pueden causar graves consecuencias.
Paso 1
2. Elevarse todo lo posible hasta que el cabo que nos une con el herido se encuentre
tenso. Con esto evitaremos una sacudida sobre nuestra cuerda cuando cortemos la
cuerda del herido.
3. Cortar la cuerda del herido. Éste pasará a estar colgado de nuestro arnés como en los
métodos anteriores.
Comentarios. En esos momentos de estrés es relativamente fácil cometer errores de graves
consecuencias, como por ejemplo: cortar la cuerda del herido antes de anclarnos a él, cortar
nuestra propia cuerda, cortar la cuerda antes de haber tensado el cabo de anclaje, perder la
navaja, quedar suspendidos con el herido de nuestro propio anticaídas por haberse quedado
demasiado alto etc., por ello recomendamos conocer, comprender y practicar todos los
métodos aquí expuestos, de manera que si se plantea la situación en la realidad, tendremos
muchas más herramientas para solventar la situación con la técnica más adecuada.
En el caso de que la empresa decida elegir este método como la solución a aplicar en estos
casos. Es muy importante realizar simulacros y entrenamientos específicos, con el objetivo de
mecanizar los movimientos y prever las situaciones delicadas que a buen seguro se
producirán.
CAPITULO III
5. MÉTODOS DE TRABAJO
CAPITULO III
asiento y a ser posible con un sistema de cierre superior, que impida que se caiga su
contenido en caso de vuelco.
Por trabajador de apoyo. En este caso, la cuerda auxiliar es manejada por otro trabajador,
cuya misión es facilitar la labor del trabajador vertical. Es el método más práctico tanto
para el acopio de materiales como para la retirada de residuos o sobrantes, elemento de
gran volumen o maquinaria pesada. Si el trabajador que asiste lo hace desde la cubierta
superior, será necesario que se encuentre adecuadamente protegido del riesgo de caída,
con un sistema de sujeción o una línea de vida específica. En el caso de que el trabajador
se encuentre por debajo, se preverá la posible caída de objetos, de manera que su trabajo
sea realizado desde un lugar desplazado de la vertical del tendido de trabajo.
CAPITULO III
ref: anetva150
En diferente normativa se establece que los trabajos en altura sólo podrán efectuarse
cuando las condiciones meteorológicas no pongan en peligro la salud y la seguridad de
los trabajadores.
Por ello, en estos casos de condiciones meteorológicas no tan “claras” no quedará más
remedio que apelar a la responsabilidad y el sentido común, eligiendo la suspensión del
trabajo si existen dudas razonables sobre la incidencia de las condiciones sobre la
seguridad.
CAPITULO III
Lluvia
Los efectos de la lluvia son dos principalmente: aumenta la posibilidad de resbalones al
estar las superficies mojadas deslizantes e intensifica la sensación térmica.
Ya se ha comentado que en ocasiones será difícil trabajar sin que las superficies estén
mojadas o húmedas. Cuando esto sea necesario debemos extremar las medidas de
seguridad y prestar especial atención a los desplazamientos, reduciendo la velocidad de
éstos.
Hielo
En el caso de heladas, se comprobará la ausencia de hielo en la estructura, cubierta del
edificio o en las líneas de vida. Como todo el mundo sabe, la existencia de hielo facilitará
enormemente los resbalones en zonas inesperadas o en lugares donde seguramente no
utilicemos sistema anticaídas. Estas caídas al mismo nivel, en un edificio o en un lugar en
altura pueden desembocar en caídas a distinto nivel de consecuencias muy graves.
Hay que señalar que la existencia de una fina capa de hielo en la línea de vida, puede
impedir el correcto bloqueo de los dispositivos anticaídas deslizantes, sea la línea de
anclaje rígida o flexible, de cable o de cuerda.
En caso de existir capa de hielo sobre los materiales, no se acometerán tareas en altura.
El hielo sobre plataformas puede combatirse con la aplicación de sal. La mayoría de las
veces, la mejor solución será esperar a que suba la temperatura y el hielo se derrita.
CAPITULO III
Viento
El viento produce diferentes inconvenientes: incide de manera importante en la sensación
térmica que el cuerpo experimenta, puede producir pérdidas de equilibrio, contribuir a la
caída de objetos, producir golpes de los equipos sobre el edificio o incluso si la exposición
es prolongada, producirnos una sensación de aturdimiento y aumento de la fatiga. Por ello
en días de viento fuerte o moderado (más o menos a partir de 25 Km/h) se evitará en lo
posible la realización de trabajos en altura. En caso que sea absolutamente necesario
realizar tareas en altura en condiciones con viento, se extremarán las precauciones,
utilizando en todo momento sistemas anticaídas, sujetando cualquier equipo susceptible
de ser movido y limitando el tiempo continuo de exposición.
El viento aumenta su velocidad a medida que nos alejamos del suelo. Una brisa al pie de
ref: anetva150
CAPITULO III
Temperatura.
El frío intenso provoca disminución de nuestras capacidades motrices (habilidades y
destrezas), especialmente en las manos y pies. Esto puede ser la causa de resbalones
que provocan caídas a distinto nivel, caída de objetos, herramientas o materiales. Será
necesario disponer de ropa de abrigo suficiente y adecuada a la época y localización
geográfica del lugar donde se ubique el lugar de trabajo. Será de gran ayuda alternar
turnos cortos de exposición con descansos en zonas menos expuestas.
El calor excesivo puede llegar a ser incluso más peligroso que el frío. Así como el frío
podemos combatirlo con actividad o ropa adecuada, combatir el calor es mucho más
difícil. Evitaremos la exposición directa al sol, tanto de la cabeza como de otras partes del
cuerpo carentes de ropa. Como peligros más importantes de la acción del sol y el calor,
ref: anetva150
podemos destacar los desvanecimientos por lipotimias, golpes de calor, insolación etc.,
todo esto implica pérdida de conciencia que puede desembocar en una situación muy
grave si nos encontramos suspendidos de las cuerdas.
Por todo ello tendremos especial cuidado en protegernos con prendas adecuadas de la
exposición directa al sol, beberemos abundante agua antes, durante y después de la
realización del trabajo en condiciones de fuerte calor. Alternaremos turnos cortos de
exposición con descansos en zonas menos expuestas.
Rayo
Si se produce una tormenta, la posibilidad de ser alcanzado por un rayo subido en una
estructura, es notablemente más alta que si nos encontramos en el suelo. El riesgo de
aparato eléctrico es más elevado en las tormentas de evolución típicas del verano y de la
primavera, que en los frentes asociados a borrascas. Ante el inicio de una tormenta con
aparato eléctrico se suspenderán los trabajos en altura.
Resumiendo, podemos establecer como Pauta General que cuándo las condiciones
climatológicas sean desfavorables: lluvia, nieve o viento fuerte, se evitará la realización de
trabajos en altura. Cuando sea absolutamente necesario realizar tareas en altura en
condiciones desfavorables, se extremarán las precauciones, limitando el tiempo a lo
realmente imprescindible.
CAPITULO III
CAPITULO III
En este sentido, conviene señalar que en la actualidad hay varios dispositivos que ofrecen
bloqueo automático y sistema antipánico. Entre ellos, destacamos el I´D de Petzl.
Aunque es norma común en la mayoría de las empresas desde hace muchos años,
recordemos que, por fin, la Directiva Europea 45/2001 y posteriormente el R.D. 2177/2004
obligan a la utilización de dos cuerdas para realizar los trabajos, una de posicionamiento y
otra de seguridad o anticaídas, salvo en aquellas circunstancias en las que la utilización de
una segunda cuerda haga más peligroso el trabajo. En la inmensa mayoría de los trabajos
que se realizan con técnicas de trabajos verticales la segunda cuerda no hace más peligroso
el trabajo sino todo lo contrario. Por ello, salvo en circunstancias excepcionales y previa
evaluación de riesgos, el uso de dos cuerdas es absolutamente imprescindible.
CAPITULO III
Cualquier persona que dude de la necesidad de utilizar arneses completos según la EN 361,
que haga la prueba de suspenderse del arnés de cintura y relajar completamente los
músculos del cuerpo, simulando una condición de inconsciencia. Después de unos pocos
ref: anetva150
CAPITULO IV
1. 1 ANCLAJES
Debemos saber que la norma de referencia donde se encuentran definidos los diferentes
tipos de “dispositivos de anclaje” es la UNE-EN 795 el estudio de esta norma resultará de
especial interés a la hora de comprender las necesidades y requerimientos que deben
cumplir los equipos y materiales que se utilizarán en la instalación de sistemas anticaídas
para la seguridad de las personas.
• Dispositivo de anclaje: Todo elemento o serie de elementos que incorporan uno o varios
puntos de anclaje.
• Anclaje estructural: Elemento o elementos fijados permanentemente a una estructura
que reúne todos los requisitos de seguridad, al cual o a los cuales es posible sujetar un
dispositivo de anclaje o un equipo de protección individual.
En función del tipo y lugar sobre el que vayan instalados, así como por sus características
estructurales, los dispositivos de anclaje quedan divididos en varias clases:
• A1.- Anclajes proyectados para ser fijados sobre superficies verticales, horizontales o
inclinadas. (Anclajes expansivos o químicos)
• A2.- Anclajes para ser fijados sobre tejados inclinados.
CAPITULO IV
CAPITULO IV
Además este ensayo de carga estática, todos los dispositivos de anclaje deberán resistir un
ensayo de resistencia dinámica, consistente en simular una caída de factor 2 con una masa
de 100 kg, un elemento de amarre de 2,5 mts.
1.2. ANCLAJES
Estructurales.- Son aquellos elementos fijos de una estructura, que trabajan para la
estabilidad de la misma o para otros propósitos específicos. Por ejemplo: vigas,
columnas, casetones, etc.
Instalados.- Son elementos ajenos a la estructura, que se instalan realizando
perforaciones sobre el sustrato y colocando piezas metálicas.
CAPITULO IV
ref: anetva150
CAPITULO IV
Suelen ser tornillos o varillas roscadas que alcanzan su máxima resistencia gracias a
diversos procesos combinados de compresión, expansión o adherencia. Una vez que se
encuentran correctamente instalados, sobre ellos se montará el dispositivo de anclaje
adecuado (argollas o chapas con orificio), de los que hablaremos más adelante.
Para su utilización debemos de tener en cuenta que estos anclajes pueden estar sometidos
a diversos tipos de esfuerzo, y que para cada uno de ellos su resistencia será distinta:
- Esfuerzo a la tracción, se produce cuando la fuerza actúa sobre el eje longitudinal del
anclaje intentando estirarlo (extracción). La resistencia depende principalmente de la
calidad del sustrato pero, por regla general, suele ser inferior a la que el anclaje ofrece
en cizalladura.
- La fuerza a la torsión, es la que realizamos sobre el tornillo al apretarlo y ésta debe ser
tenida muy en cuenta para evitar romperlo.
FOTO 5
CAPITULO IV
En el mercado existe una gran variedad de modelos y marcas diferentes, pero podemos
agruparlos en dos grandes tipos: expansivos y químicos.
ANCLAJES DE EXPANSIÓN
Básicamente consisten en un espárrago roscado para la aplicación de una tuerca en uno de
los extremos, mientras que en el otro está dotado de una o dos cuñas que se expanden a
medida que apretamos la tuerca. Realmente, lo que hacemos al apretar la tuerca exterior es
tirar del espárrago hacia fuera, con lo que la cuña del interior se empotra sobre unas placas
laterales.
ref: anetva150
Otra ventaja reside en el hecho de que al trabajar por expansión sobre el sustrato (pared) si
éste no es lo suficientemente duro o resistente, no anclará correctamente y el tensor saldrá
excesivamente hacia el exterior a medida que apretamos la tuerca con la llave, indicándonos
claramente el problema. En estos casos deberemos recurrir a otro tipo de anclaje. Algunos
fabricantes pintan una marca de color en el tensor con el fin de señalar claramente la
profundidad a partir de la cual el anclaje no funcionará correctamente.
CAPITULO IV
Aunque en todo momento debemos seguir las instrucciones del fabricante para su
utilización, podemos dar las siguientes pautas básicas para su instalación:
Paso 1 Paso 2
Paso 3 Paso 4
CAPITULO IV
Importante:
Para que podamos confiar en su correcta instalación, debemos seguir escrupulosamente las
instrucciones del fabricante en cuanto al par de apriete que necesita el tensor. Para ello
debemos utilizar una llave específica que mida los Newton de fuerza que aplicamos. Si
utilizamos una llave normal y apretamos demasiado, corremos el riesgo de romper el tensor,
al someterlo a una fuerza excesiva de torsión. Y por el contrario, si no llegamos al par de
apriete exigido la resistencia del anclaje puede ser inferior a lo especificado por el fabricante.
También existen en el mercado anclajes expansivos con taco de nylon, de similares
características de los empleados en el hogar para colgar cuadros o sujetar estanterías.
Aunque este tipo de tacos para la industria ofrecen una mayor resistencia que los
domésticos, por regla general su resistencia no será suficiente para ser utilizados como
puntos de anclaje de un sistema anticaídas. Así mismo, tampoco resultan recomendables
ref: anetva150
CAPITULO IV
El adhesivo, son resinas “epoxy” de dos componentes que poseen gran resistencia. El
endurecedor o catalizador debe mezclarse con la resina-base en proporciones exactas, bien
manualmente o de forma automática utilizando un aplicado-pistola con cartuchos especiales.
Una vez que la resina se endurece, actúa como una cuña sobre toda la superficie de
contacto. Esto les hace especialmente adecuados para sustratos porosos y de bajo
coeficiente de densidad: Piedra caliza, ladrillo macizo etc. Hay que tener muy en cuenta que
necesitan un tiempo mínimo de fraguado antes de ser utilizados, que puede ser incluso de
24 horas. No confundir el tiempo de endurecimiento con el tiempo de fraguado, la resina
puede aparecer dura al tacto, pero no estar lista para su uso. Para ello resulta
absolutamente imprescindible consultar las instrucciones del fabricante.
Aunque en todo momento debemos seguir las instrucciones del fabricante para su
ref: anetva150
CAPITULO IV
Importante:
Tal y como ocurre con los anclajes expansivos, resulta fundamental aplicar sobre la tuerca el
par de apriete adecuado para comprobar que el fraguado y la adherencia de la resina ha
sido la correcta.
También resulta muy importante la correcta limpieza del orificio antes de aplicar la resina, de
lo contrario ésta se pegará al polvo en vez de a las paredes y cuando vayamos a apretar la
tuerca, el tensor girará sobre sí mismo y el anclaje no podrá ser utilizado. Para conseguir
esto, resulta muy útil la utilización de una pequeña bomba de aire, o un soplador después de
haber pasado el cepillo, para expulsar las partículas de polvo que habrá en el interior del
orificio.
ref: anetva150
Clase A1.- Existen diferentes soluciones en el mercado, desde placas con punto central
para su fijación con dos puntos de anclaje, sistemas de chapas monoanclaje o chapas
conectadas con cadenas, para permitir reparto de cargas y separación de anclajes.
CAPITULO IV
Clase B.- La norma en esta clase agrupa a una variedad de equipos, que van desde las
eslingas tradicionales a los trípodes para espacios confinados, pasando por líneas de vida
horizontales de carácter temporal. En nuestro ámbito, utilizaremos principalmente las cintas
o eslingas cosidas por el fabricante para abrazar anclajes constructivos, o bien ecualizar
mediante triángulos de fuerza dos anclajes instalados. En el mercado podemos encontrar
dos tipos de cintas normalizadas: anillos cerrados o cintas con terminales manufacturados.
ref: anetva150
También pueden ser de gran utilidad las líneas de vida horizontal temporales, especialmente
para proporcionar una seguridad en los desplazamientos por la cubierta del trabajador
auxiliar, o por el técnico antes de entrar en la vertical. Básicamente consisten en una línea
de anclaje de cuerda, eslinga o incluso de cable, dotada en uno de los extremos de un
sistema específico aportado por el fabricante para darle una tensión determinada a la línea
de anclaje, que permita su correcta utilización.
CAPITULO IV
0º 6 KN 50 % 3 KN
30º 6 KN 52 % 3,1 KN
60º 6 KN 58 % 3,4 KN
90º 6 KN 71 % 4,2N
120º 6 KN 100 % 6 KN
150º 6 KN 174 % 10,4KN
160º 6 KN 287 % 17,2 KN
170º 6 KN 575 % 34,5 KN
175º 6 KN 2.865 % 172 KN
CAPITULO IV
45
º
6
ref: anetva150
6 KN
Como fácilmente podemos deducir, a la hora de utilizar varios puntos de anclaje deberemos
evitar los ángulos abiertos entre las eslingas o cuerdas que los unan, para no sobrecargar
los anclajes. Por el contrario, procuraremos conseguir ángulos que no superen los 45º, de
esta manera repartiremos el esfuerzo de una forma bastante equitativa.
Hay que señalar que estos son los cálculos teóricos en el "laboratorio". En ellos no se
tienen en cuenta los procesos dinámicos de los materiales que componen los sistemas
anticaídas: rozamiento de mosquetón con cinta, apriete de nudos, estiramiento de cuerdas,
absorbedores, etc. Todos estos elementos de la cadena de seguridad van absorbiendo
fuerza de choque y, por regla general, las cargas en situación real no son tan elevadas
como nos muestran los modelos. Pero de todos modos, desde el punto de vista de la
prevención de riesgos, siempre es mejor ponerse en el peor de los casos y tener como
CAPITULO IV
referencia los valores sin rozamiento, de cara a dimensionar las instalaciones de cabecera
con un mayor margen de seguridad.
sustrato. El radio de este cono depende de la longitud del espárrago, pero podemos decir
que es de aproximadamente, 1,5 veces la longitud del espárrago o tensor. Esta distancia
determina, lógicamente la distancia mínima a la que podemos colocar otro anclaje sin que
los conos de presión se solapen y de esta manera generar cargas excesivas sobre una
parte determinada y pequeña del sustrato. Es por esto, que como distancia mínima de
seguridad entre anclajes instalados, podemos pensar en unos 30 centímetros mínimo entre
anclajes (para tensores de 10 cm de longitud. Podemos reducir esta distancia reduciendo la
longitud del tensor, respetando cargas). Esta distancia de seguridad también es necesario
mantenerla cuando el anclaje vaya instalado cerca de un borde o una esquina de la pared.
CAPITULO IV
Anclaje Químico
Anclaje expansivo Sólo Anclaje Químico
CAPITULO IV
Debemos saber que cualquier nudo que hagamos sobre una cuerda, disminuye
significativamente la resistencia nominal de ésta. A este fenómeno le denominaremos
ref: anetva150
Pérdida de Resistencia (PR) y lo representaremos con las siglas PR. Este valor puede variar
ligeramente en función de parámetros como el tipo de cuerda utilizada o el método de
ensayo. De esta manera, al consultar distintas fuentes podemos encontrar variaciones entre
los valores ofrecidos. Por ello las referencias ofrecidas en el presente Manual deben ser
considerados, como valores aproximados y no como valores absolutos.
A la hora de elegir un nudo u otro, debemos tener en cuenta que todos deben cumplir una
serie de reglas de carácter general:
CAPITULO IV
Otro aspecto que debemos tener en cuenta cuando construyamos un nudo, es la longitud
del chicote final, esto es, el cabo sobrante una vez confeccionado el nudo. Esta longitud
variará dependiendo del nudo elegido; como norma de aplicación general, diremos que el
chicote sobrante deberá ser, al menos, el doble de la longitud del propio nudo, una vez
terminado. (unos 20 cm aprox).
Las posibilidades que una cuerda nos ofrece para confeccionar un nudo son múltiples. De
esta forma, una misma tarea puede ser realizada por diferentes nudos y, a la vez, un mismo
nudo puede tener diversas aplicaciones. Es más recomendable saber confeccionar
perfectamente unos pocos y conocer de forma clara sus aplicaciones, que saber de forma
vaga una gran cantidad de nudos y tener dudas a la hora de confeccionar o aplicar uno u
otro a una determinada situación.
ref: anetva150
Gaza Simple
Comentario: Se trata del nudo más fácil de construir. Útil para anclajes auxiliares. No es
recomendable para soportar grandes cargas ni para realizar instalaciones de cabecera.
Puede construirse por chicote. PR del 50%.
Ventajas: Fácil de memorizar. Rápido de construir.
Inconvenientes: Notable pérdida de resistencia. Muy difícil de deshacer, después de haber
soportado tensión.
CAPITULO IV
Ocho Simple
Comentario: Es el nudo más versátil y el más utilizado. PR del 35 %.
Puede construirse por seno, para anclar la cuerda a un mosquetón, o también puede
confeccionarse partiendo del chicote. De esta manera, podemos abrazar el elemento en
cuestión, eliminando la eslinga y el mosquetón. Deberemos instalar protectores para la
cuerda en los ángulos
Ventajas: Fácil de confeccionar y revisar.
ref: anetva150
CAPITULO IV
Nudo de Nueve
Comentario: Ideal para fijar cuerdas que estén destinadas a soportar grandes cargas. Se
realiza como el ocho, pero dando media vuelta más. Puede construirse por chicote. PR del
25%.
Ventajas: Poca pérdida de resistencia. Se deshace con facilidad una vez sometido a carga.
ref: anetva150
Pescador doble
Comentario: Se construye con dos nudos dobles enfrentados, de forma que estrangulan
entre sí los dos cabos a unir. PR del 40%
Ventajas: Con él se pueden unir cuerdas de diferentes diámetros, siempre y cuando éstos
no superen los 3 mm de diferencia.
Inconvenientes: Una vez sometido a carga, se deshace con dificultad. Para deshacerlo
mejor, podemos introducir un chicote en uno de los nudos.
CAPITULO IV
Ocho
Comentario: Otra variante de este polivalente nudo. Lo construiremos por chicote,
enfrentando los cabos que debamos unir. Para deshacerlo más fácilmente, al igual que el
anterior, podemos introducir un chicote dentro del nudo.
Ventajas: Ver anterior.
Inconvenientes: Ver anterior.
ref: anetva150
Nudo de cinta
Comentario: Este nudo es específico para unir cinta plana y no debemos utilizar otro nudo
para unir este tipo de cintas. PR del 60%.
Ventajas: El único nudo fiable para unir cinta plana.
Inconvenientes: Gran pérdida de resistencia. Se deshace con dificultad después de una
tracción. Es necesario vigilar los chicotes sobrantes si el nudo se queda confeccionado de
forma permanente en la cinta, pues éstos tienden a deslizar e ir acortándose.
CAPITULO IV
Nudo de Siete
Comentario: También conocido como “ocho en línea”. Su uso es el de facilitar un punto de
anclaje en mitad de una cuerda, posibilitando que el seno quede orientado en la dirección de
la carga. Para ello es necesario comenzar el nudo en la dirección contraria a la deseada. Útil
tensado de cuerdas o reparto de cargas. Se confecciona como el ocho, pero montando la
coca sobre un solo firme.
Ventajas: Trabaja en una dirección determinada.
ref: anetva150
CAPITULO IV
Romano
Comentario: De igual aplicación que el nudo de Siete. Sin embargo, a diferencia de éste, a
la hora de realizarlo orientaremos la primera coca en la misma dirección de donde
realizaremos la tracción.
Ventajas: Mayor resistencia que el siete. También se deshace con mayor facilidad, una vez
sometido a carga.
Inconvenientes: Complicado de memorizar y realizar.
ref: anetva150
Ballestrinque
Comentario: Nudo de anclaje y posicionamiento rápido sobre un conector o sobre una
estructura tubular. Se puede realizar con una sola mano. Puede construirse por chicote.
Ventajas: Muy fácil de confeccionar y regular en longitud. No desliza sobre superficies
rugosas.
Inconvenientes: No es apto para grandes cargas. Desliza a partir de 400 daN.
CAPITULO IV
Mariposa
Comentario: Consiste en un nudo de anclaje que realizamos en mitad de una cuerda. A
diferencia del siete y del romano, el Mariposa posiciona los dos extremos de la cuerda a 90º
de la gaza del nudo.
Usos: Realización de desvíos, pasamanos, protección de cuerda dañada.
CAPITULO IV
Dinámico
Comentario: También conocido como Medio Ballestrinque. Se trata de un nudo de frenado
y funcionamiento dinámico, es decir, no bloquea por sí mismo la cuerda, sino que requiere
ser asistido por una persona. Funciona en las dos direcciones de tracción, volteándose de
forma autónoma sobre el conector, según el sentido de la carga. Para su utilización es
necesario emplear un conector de seguridad HMS. Los dos cabos de la cuerda deben
trabajar en paralelo, de lo contrario la cuerda se riza y, además, podría producirse una
apertura peligrosa del cierre del conector. Al igual que el Ballestrinque, puede funcionar sin
conector sobre una superficie tubular únicamente.
Usos: Facilitar el aseguramiento eficaz de un trabajador progresando por estructuras sin
instalación previa. Descenso controlado de cargas. Descenso por cuerdas sin material
específico.
ref: anetva150
CAPITULO IV
CAPITULO IV
Nudo Alondra
Comentario: Se utiliza para la utilización de anclajes
constructivos. Consiste en abrazar la estructura e
introducir la cinta o la cuerda por el bucle del lado
contrario.
Usos: Realización de instalaciones de cabecera,
desvios etc.
Precauciones: Según como lo realicemos, puede
disminuir hasta en un 40% la resistencia de la eslinga
o la cuerda con la que lo realicemos.
ref: anetva150
Nudo Veronés
Comentario: Interesante porque podemos confeccionarlo con el extremo libre de nuestra
propia cuerda. Si la cuerda se encuentra demasiado sucia o rígida puede no bloquear.
Damos cinco vueltas con el cabo sobre la cuerda y reenviamos el cabo por la parte inferior e
introduciéndolo por dentro de las vueltas. Lo sacamos por la tercera, lo ajustamos bien y
hacemos un nudo de retención en el extremo. Al tirar de la zona de la cuerda con la que
hemos hecho el nudo, obtenemos el bloqueo.
Usos: sustitución de bloqueadores en polipastos, ascenso etc.
Precauciones: Se necesita práctica para poder confeccionarlo correctamente.
CAPITULO IV
En el caso de que la
utilización de eslingas
no sea viable,
utilizaremos una cuerda
para abrazar la
instalación,
empalmando después
los dos cabos de esta.
De esta manera
construiremos un anillo
cerrado alrededor del
elemento constructivo
utilizado. Para realizar
el empalme
utilizaremos uno de los nudos descritos, prestando atención a su correcta construcción y a la
correcta longitud de los chicotes sobrantes.
CAPITULO IV
Si este método es utilizado habitualmente, es preciso destinar a este cometido una cuerda
específica, que no se utilice para otro uso. Por supuesto, NUNCA utilizaremos cuerdas
desechadas para el trabajo en suspensión o cuerdas de las consideradas polivalentes
(manejo de cargas, cuerdas auxiliares etc.).
de la instalación al elemento (el ángulo es muy abierto y el esfuerzo mayor), por el contrario,
si dejamos un poco de holgura entre la cuerda de la instalación y la estructura, en ángulo
será más cerrado y por consiguiente el esfuerzo sobre las esquinas mucho menor.
Siempre resulta recomendable dar al menos, dos vueltas al elemento con la cuerda y
posteriormente realizar el empalme. De esta manera la instalación queda mucho más
dimensionada y preparada para los esfuerzos.
CAPITULO IV
ref: anetva150
Siempre debemos
proteger nuestra
eslinga o cuerda de la
instalación de los
cantos y ángulos vivos
con protectores
adecuados y
cerciorarnos de que no
puede resbalar ni
moverse de su
ubicación por
consecuencia de la forma del elemento. Como medida de seguridad complementaria,
también podemos rodear la estructura con un cable de acero, además de con la cuerda o
eslinga. De esta manera conseguimos una mayor resistencia y protegemos la instalación de
posibles cortes accidentales en lugares no previstos.
CAPITULO IV
CAPITULO IV
Paso 3
Paso 2
Paso 1
CAPITULO IV
2.4. DESVÍOS
Muy habitualmente, nos encontramos que los anclajes constructivos que podemos utilizar,
se encuentran desplazados de la línea que deberá seguir la cuerda anticaídas o la cuerda
de trabajo. En estas ocasiones, para conseguir que la cuerda se sitúe en la vertical del
trabajador, nos veremos obligados a “apoyar” dicha cuerda en un anclaje auxiliar, mediante
un reenvío.
Es necesario dimensionar correctamente el anclaje sobre el que se realizará el desvío, ya
que, dependiendo del ángulo formado por la cuerda, una vez más, el anclaje deberá
soportar más o menos carga:
ref: anetva150
Como podemos observar en las imágenes, el ángulo que deberá formar la cuerda con
respecto al punto de reenvío, debe ser lo más abierto posible (a diferencia de lo tratado
anteriormente sobre puntos fijos).
La consecuencia directa de que un desvío falle y salte el anclaje, será la de una caída
considerable, junto con un gran péndulo. En este momento, la cuerda rozará sobre el borde
de la cubierta, lejos de las protecciones, con el consiguiente peligro de rotura de la misma.
Por ello, en cualquier caso, para realizar desvíos, utilizaremos siempre puntos fiables,
aunque en un principio no deban soportar grandes cargas.
CAPITULO IV
1. Flecha
2. Elemento
de amarre 1+2+3:
Altura libre mínima
3. Distancia
mínima
seguridad
La instalación de estos equipos resulta muy sencilla. Basta seguir las instrucciones del
fabricante, que generalmente indican:
1. Instalar dos dispositivos de anclaje en los extremos del espacio que se prevee
proteger con la línea.
2. Conectar el extremo libre de la línea a un anclaje.
3. El otro extremo, que cuenta con el dispositivo de tensado, se ancla al 2º anclaje.
CAPITULO IV
Anclaje
ref: anetva150
Tensar
CAPITULO IV
intentaremos colocar la
instalación más bien alta,
incluso por encima de nuestra
cabeza. Con ello conseguimos
que el ángulo formado por la cuerda y el “peto” o protección perimetral sea más abierto y
esto nos facilita mucho la entrada en la vertical, además de realizar un esfuerzo más
moderado sobre ese punto concreto de apoyo de la cuerda. Lógicamente, si la resistencia
de nuestros anclajes constructivos puede verse afectada por el efecto palanca producido por
la situación alta de los anclajes, lo primero será evitar los efectos de la palanca, colocando al
eslingas lo más abajo posible.
2.6.3. REASEGUROS
Los reaseguros constituyen una práctica habitual
en muchas empresas. Consiste en montar una
instalación por detrás de la instalación principal,
uniendo las dos con una cuerda, pero haciendo
que el “reaseguro” no trabaje. El objetivo del
CAPITULO IV
Pese a que las medidas de seguridad redundantes siempre deben ser bien recibidas, en
este caso lo más seguro resultará dimensionar la instalación principal de una manera
adecuada, despejando cualquier duda sobre su fiabilidad y resistencia. En caso de que
queramos que la instalación principal sea capaz de soportar una mayor carga, siempre
podemos utilizar la instalación de reaseguro como un anclaje más y realizar un reparto de
cargas con la instalación principal mediante una triangulación.
Por todo esto, en el caso de realizar reaseguros de las instalaciones de cabecera, los
criterios de seguridad y resistencia deberán ser los mismos que en el caso de no instalar
ref: anetva150
dicho reaseguro.
2.6.4. PROTECCIONES
Resulta completamente imprescindible proteger los
elementos sintéticos de las instalaciones de
cabecera, como cuerdas y eslingas, de las
agresiones producidas por ángulos y materiales
agresivos. Las consecuencias de que una cuerda
que soporta una carga, trabaje sobre un borde
afilado sin ninguna protección serán desastrosas: la
cuerda o la eslinga se romperán con una carga no
demasiado importante. Por ello es preciso prestar
especial atención a los puntos de apoyo o
rozamiento de las cuerdas sobre los materiales de la
cubierta y utilizar protectores específicos de longitud
adecuada.
Es muy importante revisar periódicamente a lo largo de la jornada la correcta colocación de
los protectores, de forma que su trabajo sea eficaz, especialmente cuando un trabajador va
a entrar en la vertical a través de las cuerdas. Los pequeños movimientos que se generan
mientras el trabajador se encuentra suspendido, puede hacer que los protectores se muevan
de su ubicación original, dejando la cuerda al descubierto. Para evitar esto, en muchos
casos podemos fijar los protectores a la propia estructura a través de cueras auxiliares de
CAPITULO IV
En el capítulo III se indicaba que siempre que sea posible, lo más práctico para un paso
cómodo por el fraccionamiento es dejar una comba amplia entre la cuerda que viene de la
instalación superior y los anclajes del fraccionamiento. Si esto es posible, para pasar el
fraccionamiento tanto en ascenso como en descenso, podremos utilizar la técnica de cambio
de cuerda, explicada en el Nivel Of-Basic, ya que podremos alcanzar la cuerda a la que
debemos pasar, mucho antes incluso de llegar a los anclajes del fraccionamiento. De este
modo, pasamos de una situación complicada a algo mucho más sencillo.
CAPITULO IV
Paso 1
Paso 2
CAPITULO IV
Paso 3, 4, 5 y 6
Comentarios
La utilización de un elemento de amarre de posicionamiento regulable es de una gran ayuda
en la realización de esta maniobra. Nos deja libre los dos cabos de la Y (corto y largo) y nos
permite un posicionamiento más cómodo y preciso
La cuerda de seguridad queda libre en todo momento, sin pasar por los anclajes de
progresión. Ésta irá adoptando un desarrollo diagonal a medida que progresemos por el
techo, por lo que será necesario vigilar el desplazamiento del anticaídas para evitar que se
bloquee de forma involuntaria.
CAPITULO IV
En descenso
1. Descender por el borde del techo, solamente
hasta que el fraccionamiento se encuentre a
nuestra altura.
2. Instalar los protectores sobre las cuerdas para
ref: anetva150
Paso 1, 2 y 3
4. Accionar levemente el descensor, lo suficiente
para volver a mover el puño.
5. Repitiendo esta maniobra, nos acercaremos al
fraccionamiento, evitando a toda costa quedar
colgados del descensor en la parte más baja de
la comba.
Pasos 4 y 5
CAPITULO IV
Pasos 6 y 7
En ascenso
Para salvar este obstáculo, utilizaremos la maniobra
basada en un cambio de línea:
Pasos 1 y 2
CAPITULO IV
.
3. Pasamos el anticaídas a la cuerda de
seguridad pasado el fraccionamiento
ref: anetva150
Paso 3
Paso 4
CAPITULO IV
Pasos 5, 6 y 7
CAPITULO IV
Pasos 1y 2
Paso 3
CAPITULO IV
Paso 4 y 5
Comentarios
La distancia entre los puntos de seguro vendrá determinada por las propias posibilidades de
la estructura, la dificultad de progresión, etc. Pero en cualquier caso, conviene colocar
puntos de seguro próximos unos de otros, especialmente en los primeros metros, cerca del
suelo o de la plataforma desde la cual se comience el ascenso. Pensemos que si nos
caemos a 2 metros del seguro, “volaremos” 4 metros. A esto hay que sumarle el
estiramiento o “chicleo” de la cuerda, más la pequeña comba que hay entre el asegurador y
el primer seguro. Esto puede representar fácilmente una caída de 7 ó 8 metros reales, es
decir, caernos 2 metros por encima del primer, puede significar estrellarse contra el suelo.
Para instalar los puntos de seguro intermedios, no debemos dudar en posicionarnos a través
del cabo de anclaje y de esta manera estar sujetos, evitando la caída, mientras colocamos el
anclaje y pasamos la cuerda. Hay que señalar que si colocamos el anclaje sin estar sujetos,
porque se trata de un lugar fácil, y se produce una caída por causas imprevistas cuando
estamos recuperando cuerda con una mano, para hacerla pasar por el mosquetón del
anclaje; en ese fatídico momento, toda la comba de cuerda que tenemos en las manos,
aumentará de manera notable los metros de caída.
CAPITULO IV
Esta técnica también puede ser utilizada durante el acceso horizontal a determinadas
cubiertas y azoteas con ausencia de protección perimetral, con suelo ligeramente inclinado
o deslizante, durante la realización de labores de instalación o mantenimiento de equipos,
instalación de protecciones colectivas o instalación de dispositivos de anclaje, así como
para el desplazamiento horizontal sobre estructuras en altura. En los casos de su
utilización en cubiertas, la participación del asegurador es doblemente valiosa, ya que
puede contar con una perspectiva más amplia de la cubierta en cuestión, previendo los
lugares peligrosos a los cuales el trabajador asegurado no debe llegar.
CAPITULO IV
Pasos 1, 2, y 3
Pasos 4, 5 y 6
CAPITULO IV
Paso 7
8. Repetir la maniobra.
Paso 8
CAPITULO IV
contacto con la pared. Si apoyamos la puntera del pie, ésta pivotará lateralmente, pudiendo
dar lugar a una situación de desequilibrio, que puede provocar una caída.
a) Si nos encontramos en una pared vertical se conseguirá estabilidad cruzando un pie por
dentro del estribo, de tal forma que los dos pies se sitúen sobre la pared, creando una
superficie de apoyo más amplia que nos permite mantener el equilibrio, adoptando una
posición cómoda que nos permite soltarnos de manos.
b) Si nos encontramos con una pared desplomada, techo o similar, la opción más cómoda
es adoptar la posición de la cigüeña, que consiste en flexionar la pierna que tenemos
apoyada en el peldaño al estribo, de manera que lleguemos a colocar el talón lo más cerca
posible de los glúteos, sentándonos sobre nuestro pie y el estribo. En esta posición creamos
CAPITULO IV
una oposición entre la pierna que se encuentra apoyada en el estribo y la que se encuentra
apoyada en la pared y conseguimos una postura estable.
ref: anetva150
CAPITULO IV
CAPITULO IV
Los métodos aquí descritos no son ni mucho menos los únicos posibles, estas técnicas
están muy desarrolladas en el ámbito deportivo de la escalada, por lo que animamos al
lector a ponerlos en práctica en simulacros de cara a disponer de la soltura necesaria en el
momento de ser necesarios.
Como pauta general, diremos que cuando sea necesario progresar con nudos auto
bloqueantes, el nudo del que nos vamos a colgar nosotros, que sustituiría al bloqueador
ventral, debe colocarse por encima del bloqueador del estribo, a diferencia de la manera de
obrar habitual.
CAPITULO IV
Pasos 1, 2 y
3
Paso 4
Nudo Dinámico.
También conocido como “medio ballestrinque”. Este nudo nos ofrece una aceptable
capacidad de frenado. Debido al rozamiento de la cuerda, recordamos que es imprescindible
utilizar guantes para evitar posibles quemaduras. Es necesario que las cuerdas trabajen de
forma paralela para conseguir un correcto rozamiento y evitar que la cuerda se torsione o
retuerza sobre sí misma. Ya que las dos manos se encuentran por encima del nudo, el
autobloqueante de seguridad estará colocado en este mismo lugar, sobre la cuerda que se
CAPITULO IV
encuentra en tensión y unido a nosotros a través del cabo de anclaje. La gran ventaja de la
aplicación de este nudo, como vemos, es la simplicidad en material
ref: anetva150
Freno de mosquetones
Colocando estratégicamente unos cuantos conectores, podemos obtener un rozamiento de
la cuerda, que nos ofrecerá un frenado interesante. Existen diferentes frenos de
mosquetones, uno de los más prácticos utiliza 3 mosquetones, En cuanto al bloqueo
automático, vale lo mismo que lo explicado para el nudo dinámico, con la salvedad de que
en este caso el autobloqueante puede ir colocado por debajo del freno, en la zona de cuerda
que no tiene tensión. En caso de que soltemos la mano que controla el descenso, el
autobloqueante actuará sujetando la cuerda como si fuera nuestra propia mano.
CAPITULO IV
4. MANEJO DE CARGAS
La realización de ciertos trabajos exige el manejo en ascenso y descenso de herramientas o
materiales cuyo peso puede ser considerable: Instalación de lonas publicitarias, utilización
de perforadoras para la toma de muestras en grandes puentes, etc. La utilización de un
sistema adecuado, que nos ofrezca una seguridad y una buena ventaja mecánica nos
ahorrará mucho tiempo y sobretodo innecesarios esfuerzos.
Para ello podemos utilizar diferentes sistemas y equipos. Sea cual sea la opción elegida,
debemos recordar la norma básica de garantizar que la carga se encuentre auto asegurada
en todo momento, es decir, que el sistema dispondrá de bloqueo automático para el caso
de que el trabajador o trabajadores que manipulan las cuerdas, suelten las mismas por
causas imprevistas.
ref: anetva150
Para confeccionar un polipasto con buena ventaja mecánica nos serán de gran utilidad las
CAPITULO IV
poleas de doble roldana y doble punto de anclaje. Colocadas sobre la carga, en la mayoría
de los casos podremos confeccionar sistemas con una buena ventaja mecánica y una
inversión de cuerda razonable. Algunos ejemplos:
ref: anetva150
Para ascensos de cargas pesadas y grandes dimensiones, debemos pensar en que lo más
operativo será instalar más de un sistema de polipasto, anclado a puntos diferentes de la
carga y accionados de forma coordinada por varios trabajadores.
Si por cualquier razón en un momento del ascenso debemos bajar nuevamente la carga, por
ejemplo para solucionar un enganchón en algún elemento estructural, hay que recordar que
el sistema de bloqueo automático de las poleas no está diseñado para permitir un
deslizamiento controlado de la carga. Por ello, si prevemos esta contingencia recurriremos a
la instalación de un descensor normalizado según EN 341 por debajo de la instalación de la
polea autobloqueante, para poder traspasar el peso en caso necesario.
CAPITULO IV
Para evitar estos inconvenientes, será de gran utilidad la utilización de una cuerda guía
auxiliar anclada a la carga, con la que podamos controlar en cierta medida los movimientos
de ésta desde abajo. Para ello necesitaremos disponer de un punto de anclaje seguro en un
nivel inferior y separado de la vertical. En este punto instalaremos un sistema que nos
permita tirar de la carga, separándola de la vertical.
CAPITULO IV
En el caso de que nos encontremos subiendo la carga a través de polipastos, la cuerda guía
la manejaremos a través de un descensor, dejándola deslizar a medida que sube la carga,
pero manteniendo una cierta tensión en la cuerda que aleje la carga de la vertical.
ref: anetva150
5. RESCATE AVANZADO
En el presente capítulo se abordarán algunas técnicas de rescate para dar solución a
situaciones más complejas que las planteadas en el capítulo anterior.
CAPITULO IV
Hay que decir que la tipología de situaciones y técnicas de rescate son muy amplias. Una
misma situación puede resolverse con dos técnicas distintas y a su vez, una misma técnica
puede aplicarse a diferentes situaciones. Por otra parte, durante una misma intervención es
posible que tengamos que utilizar varias técnicas de ascenso y descenso. Por todo ello,
describiremos algunas técnicas de ascenso y descenso avanzado de heridos de forma
aislada, de manera que puedan servir de referencia o como “caja de herramientas” donde
poder recurrir a la hora de dar respuesta a situaciones particulares.
Debemos elaborar un plan de evacuación específico para cada obra, teniendo en cuenta sus
características particulares, entre las que podemos destacar:
Tras el análisis de todos estos datos elegiremos los procedimientos y técnicas que se
adapten mejor a cada situación, buscando siempre la mayor eficacia
(seguridad+rapidez+sencillez). Estos procedimientos pueden recogerse en un documento y
ser anexados al Plan de Evacuación y Emergencia y en cualquier caso, deben ser
conocidos por todos los trabajadores que intervengan en la obra.
CAPITULO IV
La gran mayoría de las situaciones de trabajo habitual pueden ser solucionadas con
técnicas sencillas descritas en el capítulo III y la determinación del procedimiento de
evacuación podrá ser fácilmente exportada de un trabajo a otro. Esto no debe hacer que
bajemos la guardia. Analizaremos cada obra en particular.
En las situaciones de trabajo menos habituales, con un acceso más complejo hasta el lugar
de trabajo (fraccionamientos etc.), o bien en las que el accidentado no puede ser evacuado
por la parte inferior de la estructura o el edificio, será donde mayor tiempo deberemos
invertir en elegir el método adecuado. Para ello, resulta de gran utilidad validar los
procedimientos elegidos a través de prácticas in situ y simulacros programados.
Una buena planificación y organización del trabajo, previendo con anticipación los
problemas, evita que se produzcan situaciones no deseadas y ayuda enormemente a
ref: anetva150
resolver mejor una situación de accidente. Como pautas generales de planificación podemos
apuntar las siguientes:
• Los trabajadores que se encuentran en suspensión sobre las cuerdas, contarán en todo
momento con su equipo personal completo (bloqueadores, polea, mosquetones…)
• Cuando haya más de un trabajador en suspensión, éstos trabajarán en tendidos de
trabajo contiguos para poderse ofrecer asistencia mutua en caso necesario.
• Se contará en la zona de la instalación de cabecera con un equipo de rescate básico que
no será utilizado para ninguna otra función. (Cuerda, 2 bloqueadores, 2 poleas, 1
descensor, mosquetones). Esto es especialmente importante en trabajos de equipos
pequeños de dos personas, donde solamente hay un trabajador en suspensión y el
rescatador deberá acceder desde arriba con sus propias cuerdas.
• Todos los trabajadores conocerán el protocolo específico de actuación en caso de
accidente y sabrán realizar las técnicas de evacuación necesarias.
• A la hora de realizar el diseño de los tendidos de cuerdas y elegir el método de
realización del trabajo, de forma paralela se pueden ir identificando las posibles
situaciones y posibilidades de evacuación.
• Realizar la selección de los procedimientos o técnicas adecuadas para la evacuación. En
esta selección se deberá tener muy en cuenta las características del paramento vertical
(¿tiene obstáculos?), el equipo necesario y la formación de los trabajadores.
CAPITULO IV
El tiempo que una persona inconsciente puede permanecer suspendida antes de producirse
daños irreparables, dependerá de diferentes factores: respuesta corporal de cada persona,
ref: anetva150
estado físico, temperatura ambiente, tipo de lesiones, tipo de arnés etc., pero debemos
pensar que si el accidentado se encuentra suspendido directamente del arnés, en pocos
minutos las consecuencias pueden ser muy graves.
Todo esto nos lleva a sacar una serie de conclusiones: Por un lado, el tiempo que tenemos
para actuar si el herido está inconsciente es corto, por lo que debemos encontrarnos
siempre preparados. Y por otro lado, recordemos que si la situación es de semiinconsciencia
(no colabora pero responde), animaremos al herido a que se mueva por sí mismo para
facilitar la circulación.
Una vez que el rescate esté a punto de finalizar, es decir el herido se encuentra en una
superficie horizontal, no será bueno liberar inmediatamente al herido del arnés, ni aflojar del
todo hebillas, ni dejarlo completamente tumbado. Se han constatado casos de personas que
murieron minutos después del salvamento. Aunque haya una baja presión sanguínea, el
estado de shock puede ser el origen de una insuficiencia cardiaca, además, al restablecerse
de forma brusca el flujo sanguíneo, pueden existir pequeños trombos que pueden poner en
peligro la vida. Por todo esto, dejaremos al herido en una posición que le permita ir
manteniendo poco a poco una posición erguida la parte superior del cuerpo, pero
permaneciendo sentado. Esta posición deberemos mantenerla al menos durante 30 ó 40
minutos. En cualquier caso, una vez recuperada la consciencia y orientación, aunque
aparentemente no se observen daños, después de una larga situación de suspensión,
siempre es recomendable el traslado a un hospital para una valoración por personal médico.
CAPITULO IV
A continuación exponemos un par de polipastos que ofrecen una ventaja mecánica mayor,
con lo que serán más apropiados para remontar grandes cargas por un solo rescatador:
ref: anetva150
CAPITULO IV
mosquetones colocados en la cuerda tractora de la que cuelga el herido hacen tope con el
ángulo a 90º del borde, el rescatador auxiliar debe facilitar el paso de los aparatos tirando
hacia fuera de la cuerda tractora a la vez que el rescatador principal acciona el polipasto.
Con esto conseguimos liberar algo de presión sobre el borde y las piezas metálicas,
mientras se produce la elevación. Mientras realiza este cometido, el rescatador auxiliar
estará constantemente asegurado por un sistema anticaídas. Para ilustrar la maniobra
completa, proponemos el siguiente ejemplo:
CAPITULO IV
Pasos 2,3 y 4
Paso 5
CAPITULO IV
6. Sujetando al
accidentado por las
piernas, el auxiliar
acompaña la entrada
del herido en la
horizontal y protege
la recepción en el
suelo.
ref: anetva150
Paso 6
Como sistema de seguridad redundante durante el paso del murete, podemos reasegurar la
cuerda tractora, anclándola directamente al herido a través de un chicote largo del nudo de
anclaje del bloqueador. De esta manera, si durante el paso del bloqueador por el borde
sufriera algún daño, el herido se quedaría asegurado directamente por la cuerda. Esto
debemos preverlo con anterioridad y cuando hagamos el nudo, dejaremos el chicote
suficientemente largo.
CAPITULO IV
ref: anetva150
CAPITULO IV
Esta situación también puede resolverse utilizando al rescatador que accede al accidentado,
solamente para anclar la cuerda de rescate al herido y dirigir el descenso salvando los
obstáculos, mientras éste es descendido desde la instalación principal en lo alto de la
estructura. En este caso, el rescatador tendrá plena libertad de movimientos al contar con su
propio tendido de cuerdas, pudiendo colocarse en la situación más favorable en cada caso.
Como inconveniente, señalaremos que es necesario garantizar el contacto visual entre el
rescatador de la zona alta de la estructura y el herido.
CAPITULO IV
Pasos 1 y 2
Paso 3
CAPITULO IV
Paso 4
Paso 5
CAPITULO IV
6. ORGANIZACIÓN DE RECURSOS
El objetivo del presente apartado es el ofrecer algunas pautas generales a la hora de
organizar los diferentes recursos, tanto humanos como materiales durante la realización de
los trabajos.
CAPITULO IV
Además de prestar atención a las caídas al mismo nivel, resulta importante proteger la zona
de trabajo. Esta protección debe incluir tanto a las personas o materiales, a los que puede
afectar la realización del trabajo, como a los propios trabajadores, de las negativas
influencias que pueden causar personas ajenas a la obra. Se hace necesaria la
implementación de una serie de medidas organizativas que impidan la materialización de
alguno de estos peligros.
Resulta de una gran importancia mantener en todo momento una buena organización de
cada uno de estos materiales. De esta manera, por ejemplo, podemos asignar un lugar
específico de la cubierta para el acopio de materiales de trabajo y otro lugar distinto para el
almacenamiento de los equipos de protección, además estas zonas podrían estar
señalizadas convenientemente y toda la zona limpia de objetos.
CAPITULO IV
ref: anetva150
Para realizar la delimitación de la zona de trabajo podemos utilizar distintos métodos: Vallas,
Cintas perimetrales, Conos, Carteles etc. Mientras que unos pueden aportar una protección
CAPITULO IV
efectiva como las vallas de protección ensamblada, otros cumplen una misión más
informativa, es el caso de los carteles o de la utilización de cintas o cadenas de plástico de
colores vivos. En este último caso, será necesario establecer varias líneas de cinta a
diferentes alturas, desde una altura mínima de 1 metro, con el objetivo de definir claramente
la delimitación e impedir tropiezos. Debemos recordar, que el objetivo principal de la
señalización es aportar información relativa a la seguridad de personas y bienes, mientras
que los equipos de protección, tienen que proteger eficazmente al trabajador ante
determinados riesgos. Por lo tanto, recordemos que:
CAPITULO IV
que eviten este riesgo. Ej: Instalación de pasarelas en zonas donde la resistencia del
pavimento no esté garantizada o instalación de vallas o barandillas en zonas sin protección
perimetral, etc.
En cualquier caso, tal vez el principal riesgo generado a terceros por los trabajos realizados
a través de técnicas de acceso y posicionamiento mediante cuerdas, es el de caída de
objetos. Podemos diferenciar dos tipos de objetos susceptibles de caer incontroladamente:
Herramienta o Materiales.
Para evitar que la herramienta pueda caer, como ya hemos comentado en capítulos
anteriores, deberá estar, siempre que sea posible, sujeta a un punto seguro, bien de nuestro
arnés, de la silla de trabajo o de una cuerda auxiliar.
Cuando se trata de materiales que debemos instalar o retirar de la fachada, si éstos tienen
una cierta dimensión, podemos sujetarlos con una cuerda auxiliar realizando un manejo de
cargas. Pero el asunto se complica cuando se pueden caer sobre los transeúntes pequeñas
piezas del equipo imposibles de mantener atadas en todo momento, como tuercas, tornillos
etc. o bien se trata de trozos pequeños de materiales constructivos. En estos casos es
necesario instalar una protección o aislamiento completo de la zona de trabajo, que evite
caídas sobre las personas que transitan por debajo.
CAPITULO IV
• Balizamiento y protección
• Utilización de bastidores
CAPITULO IV
CAPITULO IV
ref: anetva150
CAPITULO IV
ref: anetva150
CAPITULO IV
Para la instalación de esta plataforma elegiremos siempre que sea posible, estructuras de
andamio tubular normalizado, siguiendo las instrucciones del fabricante durante el montaje,
desmontaje y utilización. La plataforma propiamente dicha será de un material, que
garantice una resistencia adecuada y que permita una sólida fijación a la estructura de
andamio.
ref: anetva150
6.3.3. Bastidores
De forma complementaria a los sistemas anteriores, podemos utilizar pequeñas plataformas
o bastidores colocados por debajo del trabajador, donde se recogerán los materiales
imposibles de sujetar. Esto es especialmente útil durante la realización de la tarea donde es
previsible el desprendimiento o caída de objetos, como por ejemplo durante el saneamiento
de zonas de un edificio, la caída de escombros.
CAPITULO IV
Estos bastidores pueden estar compuestos de una estructura rectangular rígida, donde se
sujeta una lona de tejido resistente, a modo de hamaca. En ésta queda recogido justo por
debajo del trabajador cualquier objeto que se desprenda de la fachada.
El bastidor estará colgado de una o dos cuerdas independientes al tendido de trabajo del
operario.
ref: anetva150
6.3.4. Balizamiento
Si durante la fase de planificación del trabajo y evaluación de riesgos no se considera
imprescindible la instalación de una plataforma rígida, como medida redundante de
prevención, podemos delimitar claramente la zona horizontal afectada por el trabajo vertical,
utilizando para ello los elementos descritos anteriormente en la delimitación de la zona de la
cubierta, es decir, vallas portátiles de protección y/o cintas de colores normalizados,
complementadas con carteles informativos.
CAPITULO V
Cualquier lugar de trabajo que cumpla con alguna de estos aspectos exigirá de una especial
planificación, además de la realización una evaluación específica de los riesgos a los que
podemos estar expuestos en su interior.
Por sus características, los EECC generan habitualmente una acumulación de riesgos
múltiples. Por un lado aparecerán unos riesgos específicos que son originados por una
atmósfera peligrosa que puede dar lugar a los riesgos de asfixia, incendio o explosión e
intoxicación. Además, debemos contar con unos riesgos comunes que, al margen de la
peligrosidad de la atmósfera interior, son debidos a las condiciones materiales del espacio
como lugar de trabajo: limitada iluminación, incomodidad de posturas, amplificación de ruido,
vibraciones, calor, etc.
CAPITULO V
La materialización de cualquiera de estos riesgos puede poner en peligro la vida del trabajador
en cuestión de minutos. Por ello, es de vital importancia el control de los riesgos específicos
ref: anetva150
Esta evaluación y control de riesgos implica, entre otras cosas, verificar las condiciones
ambientales, a través de mediciones del aire del interior con el empleo del instrumental
adecuado. Las mediciones deben realizarse previamente a la realización de los trabajos y de
forma continuada mientras se realicen éstos.
Los trabajadores involucrados en la realización del trabajo deben disponer de los equipos
necesarios y de la formación específica. Con el objetivo de verificar el cumplimiento de todos
los pasos previos a la entrada en el EECC, es necesario un Control de Entrada, que se verá
reflejado en un Permiso de Entrada. Con este documento verificamos que las intervenciones
en estos lugares, sea precedida por una evaluación de los riesgos que pueden presentarse
CAPITULO V
CAPITULO V
CAPITULO V
Tornos de evacuación. Permiten una evacuación rápida del trabajador. Para ello, éste debe
estar conectado en todo momento al cable de emergencia y el torno deberá estar instalado en
un trípode adecuado u otro soporte que permita un manejo eficaz del dispositivo.
ref: anetva150
Línea de anclaje rígido. Consta de una línea de anclaje que puede estar constituida por un raíl
o bien un cable metálico, éste deberá estar fijado en una estructura que hace de guía. El
dispositivo anticaídas se desplaza libremente por la vertical sobre el raíl o el cable y se detiene
por rozamiento o bloqueo al experimentar un empuje brusco hacia abajo.
CAPITULO V
ANCLAJE DE EXTREMIDAD
PUNTO INTERMEDIO
ref: anetva150
DISPOSITIVO ANTICAÍDAS
TENSOR
SOPORTE Y TOPE
En el caso de línea por raíl, éste se encuentra incorporado en la propia escalera a la que
sirve de seguridad. Interesante para la instalación de escaleras nuevas. La opción de cable
permite asegurar una escalera ya instalada, que carezca de sistema de seguridad
específico. En las líneas de cable, éste debe mantener una cierta tensión para que el
anticaídas circule correctamente, esto se consigue con la incorporación de un tensor
específico, generalmente colocado en la parte inferior de la línea.
Línea de anclaje flexible. Consta de una línea de anclaje que puede ser de cuerda de fibras
sintéticas o bien un cable metálico de acero galvanizado que, al igual que el anterior, hace de
guía para el dispositivo anticaídas, el cual se desplaza libremente por la vertical. El dispositivo
anticaídas debe ser compatible con la línea de anclaje, se detiene por rozamiento al
experimentar un empuje brusco hacia abajo.
CAPITULO V
ANCLAJE DE CABECERA
ABSORBEDOR DE ENERGÍA
LÍNEA DE ANCLAJE
PUNTO INTERMEDIO
CONTRAPESO
Para ilustrar el modo de uso de este tipo de líneas de anclaje, exponemos la utilización de una
línea de anclaje rígido de cable, con el dispositivo adoptado por varios fabricantes: el SKC:
• Para permitir el acceso del cable al interior del dispositivo, debemos quitar el mosquetón de
seguridad asociado al mismo.
• Liberamos el gatillo superior y levantamos la leva de bloqueo.
• Introducir el cable en la ranura tal y como establece las instrucciones del fabricante.
• Soltar el gatillo superior y la leva de bloqueo.
• Conectamos el mosquetón al punto de anclaje del dispositivo y nos cercioramos de su
correcto emplazamiento, comprobando que la flecha impresa en el anticaídas indica hacia
arriba. También podemos comprobar su correcto funcionamiento ejerciendo fuerza con la
mano y comprobando el bloqueo.
CAPITULO V
Deben ser fijadas en una superficie que presente una resistencia capaz de absorber sin rotura
o extracción, la energía desarrollada en el momento de la caída. En el punto de anclaje móvil
esta conectado el dispositivo anticaídas del operario a la línea de vida.
CAPITULO V
Componentes del sistema. Para ejemplificar los componentes del sistema completo,
exponemos como ejemplo los de una línea de cable de un fabricante determinado. Dada la
variada oferta de los distintos fabricantes, siempre que utilicemos una línea horizontal debemos
informarnos de qué tipo de línea es y seguir las instrucciones del fabricante.
Están destinados a sufrir los esfuerzos más importantes. Ellos deben absorber la energía
desarrollada por la caída del operario y transmitida por la línea
En las instalaciones de cable de acero deberán llevar incorporadas un absorbedor de energía
que permita una disipación de una parte de la energía transmitida, a los cables, al anclaje
ref: anetva150
Línea de anclaje
9 Cable de acero galvanizado utilizado para instalaciones en exterior.
9 Cable inoxidable utilizado para instalaciones en interior
9 Raíl de acero galvanizado
Absorbedor de energía
No será necesario en las líneas de anclaje rígido. Debe absorber de manera eficaz los
esfuerzos generados en una posible caída.
CAPITULO V
Tensor
Al igual que en las líneas verticales, el tensor ofrece una tensión determinada a la línea de
anclaje, que permite el correcto funcionamiento del sistema.
ref: anetva150
ABSOBEDOR DE
ELEMENTO DE AMARRE ENERGÍA O TENSOR
PUNTO INTERMEDIO
CAPITULO V
Al igual que señalamos en el punto anterior y cuando presentábamos las líneas de vida
horizontales temporales, NUNCA debemos utilizar dispositivos “artesanales” de cable que
nosotros mismo tensamos. Deben estar compuestos por una serie de elementos y
componentes diseñados por el fabricante para su utilización conjunta y para el uso que se les
asigna. Deben estar instalados por personal autorizado por el fabricante y debidamente
formado. Así mismo, deben ser revisados periódicamente por personal competente.
El montaje de una línea de vida horizontal tiene especial relevancia, ya que para establecer los
dispositivos y componente necesarios, el instalador deberá utilizar una Hoja de Cálculo
diseñada por el fabricante, que tendrá en cuenta distintos parámetros. Entre otros podemos
destacar:
Longitud de la línea de anclaje. Cuanto mayor sea la longitud, lógicamente mayor será la
elongación natural del cable, tanto en reposo como en situación de detención de caída.
ref: anetva150
1. Flecha
2. Elemento
de amarre 1+2+3:
Altura libre mínima
3. Distancia
mínima
seguridad
CAPITULO V
Este sistema permite una progresión segura por una estructura metálica del tipo “celosía”:
chimeneas industriales, torres de telecomunicaciones etc., o bien por escaleras verticales sin
línea de vida instalada o como sistema complementario al uso de cuerdas durante los trabajos
de instalación de mallas para la estabilización de taludes.
Para ejemplificar el correcto modo de utilización, exponemos los pasos durante el tránsito por
una escala vertical sin sistema de protección instalado. Normas de utilización:
Paso 1 y 2
CAPITULO V
Paso 3
ref: anetva150
Pasos 4 y 5
CAPITULO V
Pautas generales:
Se emplearán dos cuerdas siempre que la carga sea muy pesada o delicada : una será la
cuerda portora que sustenta la carga y la otra será la cuerda de seguridad, que sólo actuará
en el caso de fallo de la primera.
La carga estará anclada a través de cuerdas-guía, conectadas a dispositivos específicos en
ambos extremos. Con esto conseguimos un buen control de los movimientos de la carga y
podemos izar o descender el peso en cualquier momento.
Los anclajes de los puntos de extremidad serán dimensionados convenientemente para
soportar grandes esfuerzos.
Los puntos de extremidad estarán situados de forma que la recepción de la carga pueda
ser realizada por los trabajadores de manera segura.
Al igual que en los manejos de carga mencionados en otros capítulos, el tránsito por debajo
de la zona de movimiento de carga será convenientemente controlado.
Para que la carga pueda deslizarse adecuadamente, la cuerda portora debe estar tensa (de
forma similar a lo que sucede en las líneas horizontales). La tensión que apliquemos a la
cuerda no debe ser excesiva. Hay que recordar que las cuerdas al trabajar estiradas
disminuirán su capacidad de carga y que en el punto donde cuelga la carga se ejercerá una
fuerza transversal sobre la cuerda, generando un ángulo muy abierto. Esto, como sabemos, se
traducirá un importante esfuerzo tanto para los anclajes, como para el resto de los dispositivos.
Aportar un valor de tensado es francamente difícil, valga decir que es mejor quedarse corto y
que haya que tensar un poco más, que pasarse dando tensión a la tirolina como si de un cable
se tratase.
CAPITULO V
También podemos utilizar un curioso sistema conocido como “Pasabloc”. Como veremos a
continuación, invierte muy poco material (tres mosquetones de seguridad) y el tensado y
destensado se realiza de forma sencilla.
CAPITULO V
Paso 4
automáticamente.
6. Para destensar tiramos de esa misma
cuerda en sentido contrario.
P
aso 5 y 6
Una vez que la cuerda está tensa, procedemos a realizar las mismas operaciones con la
cuerda de seguridad, pero instalada al menos 50 cm. por encima de la cuerda portora.
Para suspender la carga sobre la cuerda podemos utilizar un mosquetón, pero se deslizará
mucho mejor si utilizamos una polea.
Se conectará la carga a la cuerda de seguridad a través de un elemento de amarre, con el
objetivo de permitir que trabaje principalmente la cuerda portora.
Instalamos las cuerdas-guía con el dispositivo de ascenso o descenso en cada una según
convenga.
CAPITULO V
Cuerda Seguridad
Cuerda Portora
ref: anetva150
Cuerda guía
España como estado miembro de la Unión Europea, armoniza la legislación sobre seguridad y
salud en el trabajo junto al resto de países de la Unión Europea. Como sabemos, ésto se logra
mediante las Directivas Comunitarias. Una de las más significativas en esta materia es, sin
duda, la denominada Directiva Marco 89/391/CEE, que fue incorporada al Derecho Español,
en 1995 mediante la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (PRL).
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nivel mínimo. Además, la propia Ley establece que las disposiciones puedan ser mejoradas y
desarrolladas en los convenios colectivos o a través de otras normas.
La ley tiene por objeto promover la seguridad y la salud de los trabajadores, mediante la
aplicación de medidas y el desarrollo de las actividades necesarias para la prevención de los
riesgos derivados del trabajo.
Seleccionamos algunos de los textos de especial importancia de la mencionada Ley de
Prevención de Riesgos Laborales:
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• Ser informados de los riesgos a los que están expuestos los trabajadores, de las medidas
de prevención y protección para éstos y conocer las medidas aplicables del plan de
emergencia de la empresa.
• Recibir formación en materia preventiva.
• Poder interrumpir la actividad en caso de riesgo grave e inminente.
• Recibir una adecuada vigilancia de su salud.
• Ser consultados y permitir su participación, en todo lo relacionado con las cuestiones
relacionadas con la Prevención de Riesgos:
− Planificación y organización del trabajo.
− Introducción de nuevas tecnologías.
− Organización y desarrollo de las actividades de prevención y protección.
− Designación de los trabajadores encargados de las medidas de emergencia.
ref: anetva150
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El trabajador deberá ser informado de las medidas de seguridad adoptadas por la empresa,
para obtener las condiciones más seguras de trabajo. Por tal motivo se adoptará en la empresa
las medidas adecuadas para que los trabajadores reciban toda la información necesaria
relativa a:
− Los riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores que afecten a la empresa en su
conjunto como a cada tipo de puesto de trabajo o función
− Medidas de protección y prevención aplicables a los riesgos señalados en el punto anterior.
− Medidas de emergencia, en materia de primeros auxilios, y evacuación urgente de los
trabajadores.
El empresario deberá garantizar que cada trabajador de la plantilla reciba una formación
teórica, práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva. Esta formación se llevará a
ref: anetva150
cabo:
En el momento de la contratación, cualquiera que sea la modalidad o duración de esta.
− Cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe el trabajador.
− Cuando se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.
− Velar, según sus posibilidades, por su seguridad y salud, y por las de aquellas otras
personas a las que pueda afectar su actividad profesional
− Utilizar correctamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos previsibles, las
máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos de transportes y, en
general cualquier otro medio con los que desarrolle su actividad.
− Todas las máquinas e instalaciones, deberán garantizar una utilización y un trabajo seguro
“por sí mismas y con sus instrucciones”. No se pondrá fuera de funcionamiento y se
utilizará correctamente los dispositivos de seguridad de las máquinas, aparatos,
herramientas, etc.
− Informar de inmediato a su superior jerárquico directo, y a los trabajadores designados para
realizar actividades de protección y de prevención, o en su caso, a los servicios de
prevención, acerca de cualquier situación que, a su juicio, entrañe riesgo para la seguridad
y la salud de los trabajadores.
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− Conocer y no olvidar las situaciones que a su juicio, entrañen, por motivos razonables, un
riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores.
− Cooperar con sus compañeros y compañeras para garantizar unas condiciones de trabajo
seguras.
− Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la autoridad competente.
− Utilizar correctamente los medios y equipos de protección individual facilitados por el
empresario, de acuerdo con las instrucciones recibidas por éste.
− Cooperar con el empresario para que éste pueda garantizar unas condiciones de trabajo
seguras.
cuestiones que faciliten la implantación efectiva. Una de las normas más importantes, aunque
no la única, en cuanto modificaciones de gran calado es la Ley 54/2003. Comentamos algunos
de los artículos modificados, incorporando dichas modificaciones:
Artículo 16: Plan de Prevención de Riesgos Laborales (Modificado por la Ley 54/2003):
La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema de gestión de la empresa
en sus actividades y en todos los niveles jerárquicos de ésta, a través de la implantación y
aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales, deberá incluir la estructura
organizativa, las responsabilidades, las funciones, las prácticas, los procesos los
procedimientos y recursos necesarios para realizar la acción de prevención de riesgos en la
empresa.
Los instrumentos para la gestión y aplicación del plan de prevención de riesgos, que podrán ser
llevados a cabo por fases de forma programada son:
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siguiente documentación:
− Plan de prevención de riesgos laborales,
− Evaluación de los riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo, incluido el
resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la actividad
de los trabajadores
− Planificación de la actividad preventiva, incluidas las medidas de protección y de
prevención a adoptar y, en su caso, material de protección que deba utilizarse.
− Práctica de los controles del estado de salud de los trabajadores previstos.
− Relación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan
causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día de trabajo. En el
momento de cesación de su actividad, las empresas deberán remitir a la autoridad
laboral la documentación señalada en el apartado anterior.
2. El empresario estará obligado a notificar por escrito a la autoridad laboral los daños
para la salud de los trabajadores a su servicio que se hubieran producido con motivo del
desarrollo de su trabajo, conforme al procedimiento que se determine
reglamentariamente.
Artículo 32 bis: Presencia de los recursos preventivos (Modificado por la Ley 54/2003 y el
por Real Decreto 604/2006)
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3. Los recursos preventivos deberán tener la capacidad suficiente, disponer de los medios
necesarios y ser suficientes en número para vigilar el cumplimiento de las actividades
preventivas, debiendo permanecer en el centro de trabajo durante el tiempo en que se
mantenga la situación que determine su presencia.
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Como vemos, muy pocas actividades de las realizadas con técnicas de acceso y
posicionamiento mediante cuerdas, se escapan a esta definición. Este Real Decreto, sin
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del proyecto de obra y durante su ejecución podrá recaer en la misma persona. La designación
de los coordinadores no eximirá al promotor de sus responsabilidades.
Recursos Preventivos
La disposición adicional única establece que la presencia en el centro de trabajo de los
recursos preventivos de cada contratista, cualquiera que sea la modalidad de organización de
dichos recursos, se aplicará en las obras de construcción, con las siguientes especialidades:
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En relación con los puestos de trabajo en la obra, el plan de seguridad y salud en el trabajo
constituye el instrumento básico de ordenación de las actividades de identificación y, en su
caso, evaluación de los riesgos y planificación de la actividad preventiva.
El Plan de seguridad y salud deberá ser aprobado, antes del inicio de la obra, por el
coordinador en materia de seguridad y de salud durante la ejecución de la obra.
El Plan de Seguridad y Salud deberá ser aprobado antes del inicio de la obra, por el
coordinador de seguridad y salud que será el responsable durante su ejecución (Cuando no
sea necesaria la designación del coordinador, las funciones que se le atribuyen en este sentido
serán asumidas por la dirección facultativa). Este documento deberá estar en la obra a
disposición de la dirección facultativa.
Para realizar el control y seguimiento de este plan existirá un libro de incidencias, que
deberá mantenerse siempre en la obra. Estará en poder del coordinador de seguridad o de la
dirección facultativa
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• Que la suma del total de los días de los trabajadores en la obra sea superior a 500.
• Obras de túneles, galerías, conducciones subterráneas y presas.
Cuando los proyectos de obras no incluyan ninguno de estos supuestos, el promotor esta
obligado a elaborar un Estudio Básico de Seguridad (E.B.S.S)
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En este estudio se hace referencia a determinados trabajos que implican riesgos especiales
para la seguridad y salud de los trabajadores (Anexo II, del RD 1627/ 1997), entre los que se
destacan especialmente las tareas que puedan provocar sepultamiento, hundimiento o caída
en altura, por las características de la actividad desarrollada, los procedimientos aplicados, o el
entorno del puesto de trabajo. Las zonas donde existan estos riesgos deberán estar localizadas
e identificadas y se aplicarán unas medidas específicas.
− Al tomar las decisiones constructivas, técnicas y de organización con el fin de planificar los
distintos trabajos o fases de trabajo que se desarrollarán simultánea o sucesivamente.
− Al estimar la duración requerida para la ejecución de estos distintos trabajos o fases del
trabajo.
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Resulta de especial interés la lectura y comprensión de los diferentes Anexos de este Real
Decreto, en especial el Anexo IV sobre las disposiciones mínimas de seguridad y salud que
deberán aplicarse en las obras. En este anexo se relacionan las medidas de seguridad
relativas a los lugares de trabajo y a los puestos de trabajo, tanto en el interior, como en el
exterior de los locales.
Esta norma resulta fundamental para la organización de los trabajos verticales, pues en ella se
integra el R.D. 2177/2004, que como sabemos, establece las disposiciones mínimas de
seguridad para la utilización de equipos de trabajo durante los trabajos temporales en altura,
donde se encuentran enmarcados los trabajos verticales. Concretamente es en el anexo II
donde se incorpora como un nuevo punto 4. la práctica totalidad del texto del R.D. 2177/2004,
de manera que queda como sigue:
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no esté justificada.
2. Teniendo en cuenta la evaluación del riesgo y, especialmente, en función de la duración del
trabajo y de las exigencias de carácter ergonómico, deberá facilitarse un asiento provisto de
los accesorios apropiados.
3. El sistema constará como mínimo de dos cuerdas con sujeción independiente, una como
medio de acceso, de descenso y de apoyo (cuerda de trabajo) y la otra como medio de
emergencia (cuerda de seguridad).
4. Se facilitará a los trabajadores unos arneses adecuados, que deberán utilizar y conectar a
la cuerda de seguridad.
5. La cuerda de trabajo estará equipada con un mecanismo seguro de ascenso y descenso y
dispondrá de un sistema de bloqueo automático con el fin de impedir la caída en caso de
que el usuario pierda el control de su movimiento. La cuerda de seguridad estará equipada
con un dispositivo móvil contra caídas que siga los desplazamientos del trabajador.
6. Las herramientas y demás accesorios que deba utilizar el trabajador deberán estar sujetos
al arnés o al asiento del trabajador o sujetos por otros medios adecuados.
7. El trabajo deberá planificarse y supervisarse correctamente, de manera que, en caso de
emergencia, se pueda socorrer inmediatamente al trabajador.
8. De acuerdo con las disposiciones del artículo 5, se impartirá a los trabajadores afectados
una formación adecuada y específica para las operaciones previstas, destinada, en
particular, a:
• Las técnicas para la progresión mediante cuerdas y sobre estructuras.
• Los sistemas de sujeción.
• Los sistemas anticaídas.
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equipos de trabajo:
• El empresario adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo que se
pongan a disposición de los trabajadores sean adecuados al trabajo que deba realizarse y
convenientemente adaptados al mismo, de forma que garanticen la seguridad y la salud de
los trabajadores al utilizar dichos equipos de trabajo. Cuando no sea posible garantizar de
este modo totalmente la seguridad y la salud de los trabajadores durante la utilización de
los equipos de trabajo, el empresario tomará las medidas adecuadas para reducir tales
riesgos al mínimo. En cualquier caso, el empresario deberá utilizar únicamente equipos que
satisfagan:
• Para la elección de los equipos de trabajo el empresario deberá tener en cuenta los
siguientes factores:
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2.3. Conclusiones
Como podemos observar, el desarrollo normativo en el estado español sobre la seguridad y
salud de los trabajadores se encuentra en proceso de concreción y adaptación a las diferentes
realidades. Por ello, desde estas páginas debemos animar al lector a mantenerse informado
sobre las modificaciones de la norma, que a buen seguro se producirán, así como a la
publicación de Guías Técnicas o cualquier otro documento que desarrolle nuevos aspectos
acerca de la organización de la prevención de riesgos en el trabajo.
ANEXOS
ANEXOS
Índice normativo.
ANEXOS
1627/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en las
obras de construcción.