Reclamo A Una Empresa de Seguro

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui
Barcelona, siete de diciembre de dos mil nueve
199º y 150º
ASUNTO: BP02-V-2007-000273

JURISDICCIÓN CIVIL

De las Partes y sus Apoderados

A los fines de dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 243 del Código de


Procedimiento Civil, se establecen en el presente procedimiento como partes y
abogados intervinientes las siguientes personas:

Parte Actora: ciudadano Ramón Segundo Torres González, venezolano, mayor de edad,
titular de la Cédula de Identidad N° V-3.773.857, y de este domicilio.

Apoderado Judicial de la Parte Actora: Abogado en Ejercicio Carlos Eduardo Rojas


Coa, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-8.253.319, e
inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 84.562.

Parte Demandada: Sociedad Mercantil Proseguros, S.A., domiciliada en la ciudad de


Caracas e inscrita por ante el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial
del Distrito Federal y estado Miranda, en fecha 25 de septiembre de 1.992, bajo el Nº
02, Tomo 145, y por última vez reformada mediante documento inserto por ante el
mismo registro mercantil en fecha 03 de octubre de 2.003, bajo el Nº 56, Tomo 139-A-
Pro., e inscrita por ante la Superintendencia de Seguros, bajo el Nº 106, y autorizados
por la Superintendencia de Seguros mediante oficio No. 009089, de fecha 18 de octubre
de 2.004., representada por su Presidente, ciudadano Orlando Castro Llanes,
venezolano, mayor de edad y titular de la cédula de identidad Nº V-12.391.789.

Apoderados Judiciales de la parte demandada: Abogados en ejercicio Andrés J.


Figueroa, Armando Duarte, Milagros Bruce, Hilaria de Abreu, Milagros Torres y
Álvaro J. Gil García, inscritos en el I.P.S.A, bajo los Nos. 50.442, 68.712, 62.546,
67.105, 86.180 y 36.457 respectivamente.

Motivo: Cumplimiento de Contrato.


II
Síntesis de la Controversia

Por auto de fecha 27 de febrero de 2007, este Tribunal a cargo del Juez Suplente
Especial abogado José Campos Carvajal, admitió la presente demanda que por
Cumplimiento de Contrato, intentara el ciudadano Ramón Segundo Torres González,
venezolano, mayor de edad, titular de la Cédula de Identidad N° V-3.773.857, y de este
domicilio, a través de su apoderado judicial abogado en ejercicio Carlos Eduardo Rojas
Coa, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-8.253.319, e
inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 84.562, en contra de la Sociedad Mercantil
Proseguros, S.A., domiciliada en la ciudad de Caracas e inscrita por ante el Registro
Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda,
en fecha 25 de septiembre de 1.992, bajo el Nº 02, Tomo 145, y por última vez
reformada mediante documento inserto por ante el mismo registro mercantil en fecha 03
de octubre de 2.003, bajo el Nº 56, Tomo 139-A-Pro., e inscrita por ante la
Superintendencia de Seguros, bajo el Nº 106, y autorizados por la Superintendencia de
Seguros mediante oficio No. 009089, de fecha 18 de octubre de 2.004., representada por
su Presidente, ciudadano Orlando Castro Llanes, venezolano, mayor de edad y titular de
la cédula de identidad Nº V-12.391.789, ordenándose la citación de la parte demandada.

Arguye la parte actora en su escrito libelar lo siguiente:

“...Siendo el caso, que en fecha 27 de octubre de 2.006, se consignó escrito de Recurso


de Reconsideración, por ante las oficinas de la sucursal de Puerto la Cruz, tal como se
evidencia de documento que se reproduce y acompaña en fotostática signado con la
letra “C”, en objeción al dictamen de fecha 20 de octubre de 2.006, en que deja exenta
de responsabilidad a la empresa Aseguradora (Proseguros, C.A) en reconocer Reclamo
de Siniestro, como se evidencia de instrumento emanado de aquella Gerencia que se
reproduce y se acompaña marcado con la letra “D”. En ese sentido estamos sin duda
alguna ante un contrato que cubre un siniestro ocasionado sobre un vehículo propiedad
de mi representado de las siguientes características: Marca: Fiat; Modelo: Marea; Clase:
Automóvil; Serial de Carrocería: 9BD18511157067286: Nº Placa: BBI-28Y; Uso:
Particular; Tipo: Sedán; Color: Plata; Nº de Puestos: 05; Año: 2.005, que la empresa
Proseguros, C.A, esta en la obligación de indemnizar por los daños que
consecuentemente por siniestro de incendio sufrió el vehículo asegurado. De tal manera
y visto que la empresa Aseguradora no indicó y siendo exigible para las aseguradoras,
en tales casos un medio de prueba del hecho generador del siniestro y no lo suministró,
sustentándose al igual que nosotros en un informe del Cuerpo de Bomberos, como
órgano técnico especializado en el análisis de tales siniestros en donde se concluye
Accidental, fue por lo que se procedió, como en efecto procedimos en interponer
Recurso de Reconsideración, ante el dictamen producido por la Gerencia de la sucursal
de Puerto la Cruz en fecha 27de octubre de 2.006 Up supra. En virtud de lo
precedentemente expuesto y conforme con las disposiciones de la Póliza de Seguros de
Casco de Vehículos Terrestres según la legislación de Seguros Venezolana, los riesgos
son asumidos por las compañías de seguros, que van referido al vehículo y sus
accesorios propiedad del Asegurado, por tanto las Aseguradoras responden a los
asegurados, tomadores o beneficiarios de acuerdo a lo pautado en la póliza ya señalada
y la ley, en donde se establecen las condiciones que rige las relaciones obligaciones
entre ambas partes. Tal como lo señalan las condiciones generales y particulares del
condicionado de Cláusulas que se acompaña marcado con la letra “E”. Cabe destacar
por otra parte, pero en este mismo orden de exposición que el referido Recurso de
Reconsideración, motivo un comité de siniestros, que de su acto resolutivo cambia el
primer criterio contenido en el dictamen de fecha 20 de octubre de 2.006, es decir de lo
exento, se acoge en asumir el 50% del reclamo, tal como se evidencia en comunicación
suscrita por el ciudadano Alfredo Brito (Jefe Técnico) de la sucursal de Puerto la Cruz,
de fecha 20 de noviembre de 2.006, y acta de comité las cuales se reproducen y se
acompañan marcado con la letra “F” y “G”, siendo que tal acuerdo asumido únicamente
por el comité de siniestros, contraviene la letra y el espíritu del contrato de Seguros en
su fondo estructural de coberturas que se enmarcan en un contrato de Póliza de Seguro
Casco para vehículo Terrestre de cobertura amplia, por la suma asegurada de Cuarenta
Millones de Bolívares (Bs. 40.000.000,00), por una parte, y por la otra, induce la
posición asumida por el Comité de Siniestros de manera directa en la renuncia del
derecho que le asiste al ciudadano Ramón Segundo Torres; cuando la empresa
asegurada realiza ajustes de daños de Vehículos por causa del siniestro ya narrado y
sustentado suficientemente, por un monto de Treinta y Nueve Millones Ochocientos Mil
Doscientos Veinticuatro Bolívares Exactos (Bs. 39.800.224,00), los cuales se
reproducen en Dossier que se acompañan al presente escrito signado con la letra “H”,
pretendiendo tal transacción, en que mi asistido renuncie en arreglo a la cobertura de
póliza de seguro para casco de vehículo terrestre, siendo que y por consecuencia de ello
no cabe la menor duda que el siniestro estaría completamente cubierto, como de hecho y
derecho está cubierto por pérdida Total con base a los referidos ajustes, convalidados
por el experto, ciudadano Efraín R. Segura P., autorizado por la Superintendencia de
Seguros como Inspector de Riesgo Nº 02-R1189, y /o Ajustador de Pérdidas Nº 1982,
por lo que la empresa de Seguros demandada, está en la obligación, por vía de contrato
en pagar el monto de la suma asegurada por el comité de siniestro y en su defecto,
demandamos y como en efecto se demanda el pago por cumplimiento del contrato
suscrito con esa empresa asegurada por la pérdida total del vehículo, amparada y
cubierta bajo la Póliza de Vehículo Terrestre A Nº 22140749 Nº de Recibo: 749,.
Vendida por el intermediario Código Directo de la empresa, tal como se evidencia de
cuadro de póliza que acompañamos e identifica Up supra con la letra “B”. Oportuno es
destacar y en ello enfatizar que ante la posición asumida por la empresa de Seguros
demandada en no honrar la Indemnización del Vehículo propiedad de mi representado
por Cumplimiento de Contrato, en fecha 13 de diciembre de 2.006, acto este como todos
y cada uno de los producidos por el referido comité de siniestros, fuera de los lapsos
previstos y sin la cualidad para pronunciarse sobre la materia por haber producido
opinión de efectos legales y con consecuencias jurídicas conforme al contrato suscrito,
mantiene el rechazo del reclamo a través de Acta de Comité de la referida fecha Up
supra, que se acompaña signado con la letra “I”; que en su extracto dice (omisis). En tal
sentido de una manera meridiana observación al condicionado General de la Póliza en
cuestión, se revela unas exclusiones que no aplican para el caso que nos ocupa, como
fue argumentado y sustentado anteriormente y siendo además, que su calificación no se
corresponde ni en letras ni en números, lo que sin duda alguna estamos ante un
instrumento viciado en su forma y fondo, que pretende crear una colisión de cláusulas
que desvirtúan el objeto y sentido del contrato más aún simular unos supuestos de
hechos para quedar libres de toda responsabilidad para proceder a la debida
indemnización del siniestro ocurrido sobre el vehículo propiedad de mi representado.
Por cuanto esta empresa Aseguradora fue enterada del siniestro en fecha 29/07/2006, Nº
de Reclamo 22060199, y siendo que hasta la presente fecha no se han pronunciado con
el respectivo pago por pérdida total, es muy oportuno e virtud y atención por el no uso
del vehículo asegurado con ustedes, el cual tiene y como en efecto le he dado un uso
netamente ejecutivo en los asuntos de la relación comercial y mercantil con la cartera de
clientes de la referida empresa; en consecuencia y por derivación de ello, tal situación
de forma directa me ha generado daños económicos causados por esta omisión en el
pago. Esta situación dañosa me ha colocado en la imperiosa e irrenunciable necesidad
de solicitar los servicios privados en alquiler de un vehículo a disposición de diez (10)
horas de alquiler diarios, debo notificarle que soy Vicepresidente de la firma mercantil
Festi-Food, inscrita por ante el Registro Mercantil Tercero de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, en tal sentido; si computamos los lapsos en los cuales no me
he servido del vehículo asegurado con ustedes (hoy siniestrado y ajustado como pérdida
total) para atender compromisos comerciales de la empresa, como resultado de una
meridiana suma de Ciento Veinte Mil Bolívares (Bs. 120.000,00), por lo que dan como
resultado en Bolívares de Trece Millones Ochenta Mil Bolívares Exactos (Bs.
13.080.000,00), que he tenido que cancelar por concepto de alquiler y uso de un carro
privado hasta la presente fecha, como se evidencia en Dossier de cancelación de recibos
marcado con la letra “J”. Por todo lo antes expuesto por vía de hecho, como por vía de
derecho, es por lo que ocurro ante su competente autoridad para que la presente
demanda sea admitida, sustanciada en cuanto a derecho se requiera y sea declarada con
lugar por lo que solicitamos a este Tribunal, ordene de inmediato el pago de las
siguientes obligaciones: Por cuanto la negativa del pago por indemnización por parte de
la empresa Aseguradora Proseguros, C.A., contradice la regulación legal de la letra y/o
espíritu de la norma especialísima en materia Aseguradora y más aún el sentido del
contrato que se ha suscrito que en su cobertura se ampara y cubre la figura de pérdida
total, pedimos y así sea condenada la referida empresa al pago y como en efecto
solicitamos el pago por la cantidad de Cuarenta Millones de Bolívares (Bs.
40.000.000,00), suma esta del monto asegurado en la póliza Nº 22140749, sobre el
siniestro Nº 22060199; por cuanto las Actas de Comité de Siniestros presentan vicios de
fondo y de forma y por derivación de ello, pedimos la nulidad de las mismas por
inoficiosas por producirse a su vez fuera de los lapsos correspondientes para contestar;
que a su ves y así se solicita el pago por la cantidad de Trece Millones Ochenta Mil
Bolívares (Bs. 13.080.000,00), por indemnización por el concepto de los daños
económicos colaterales derivados por la omisión en los plazos de siniestro dentro de los
30 días contemplados en la Póliza suscrita y ya antes plenamente identificada up supra,
es decir los treinta (30) días, conforme a los términos de la Póliza que sujetan a la
empresa Aseguradoras ante estos casos en tener una respuesta oportuna al reclamo
propuesto con el fin de no causar Acciones Dañosas sobre el patrimonio de los
Asegurados. En tal sentido, el referido monto, como producto de la adquisición en
alquiler por un vehículo privado al no disponer del suyo para llevar a cabo actividades
mercantiles, de comercio y de relación social de la firma mercantil Festi-Food, C.A; se
concatena sin duda alguna en daños y perjuicios directos a mi representado; dado que ha
debido y debe seguir cancelando las cuotas pendiente con las empresa GMAC, que bajo
ningún término y modo; son coherentes y niegan su aceptación con el ofrecimiento del
50% y 50% contenida en el Acta de Comité, que es apreciada, valorada, calificada y
sancionada en la legislación venezolana, tanto en materia civil como en materia de
seguros en las Pólizas de Cobertura Amplia para Vehículos Terrestres. Sustentándose el
presente recurso jerárquico conforme a lo previsto en la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos Informe de Inspección e Investigación de Incendio
realizado por el Jefe de la División Técnica TTE (B) Richard Aguache del Instituto
Autónomo Cuerpo de Bomberos del Estado Anzoátegui, ajustes a daños de vehículos
proveídos por la compañía de Seguros Proseguros, C.A; en perfecta concordancia con la
Cláusula 2 de los Riesgos cubiertos por las condiciones particulares de la Póliza de
Casco de Vehículo Terrestre; por consiguiente estimamos la presente demanda por la
cantidad de Sesenta y Seis Millones Trescientos Cincuenta Mil Bolívares Exactos (Bs.
66.350.000,00), y así solicitamos que sea condenada la empresa Aseguradora, más los
costos y costas que estime este Tribunal...”

Acompaño la parte actora a su escrito libelar los siguientes recaudos:


“Marcado con la letra “A”, Instrumento poder otorgado por el ciudadano Ramón
Segundo Torres González, al Abogado en ejercicio Carlos Eduardo Rojas; marcado con
la letra “B”, Cuadro Póliza-recibo Póliza de Seguro de Vehículo Terrestres Datos de la
Póliza, Nº 22140749, expedida por la empresa Proseguros S.A.; marcado con la letra
“C”, Recuro de Reconsideración suscrito por el ciudadano Ramón Segundo Torres
González, dirigido a la empresa Proseguros, S.A., sucursal Puerto la Cruz; marcado con
la letra “D”, misiva de la empresa Proseguros, S.A., de fecha 20 de octubre de 2.006,
dando respuesta al ciudadano Ramón Segundo Torres González; marcado con la letra
“E”, Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres Condiciones Generales,
expedida por la empresa Proseguros, S.A.; marcado con las letras “F” y “G”, misiva de
la empresa Proseguros, S.A., de fecha 20 de noviembre de 2.006, remitida al ciudadano
Ramón Segundo Torres González, en donde dicha empresa acuerda asumir el 50% de
los daños del reclamo; marcado con la letra “H”, ajustes de daños de vehículos expedida
por la empresa Proseguros, S.A., de fecha 17/11/2006; marcado con la letra “J”, catorce
(14) facturas de transporte, que rielan desde el folio 28 al 41 del presente expediente, las
cuales fueron expedidas por la empresa Silva Peche, Nicanor A.

En fecha 22 de marzo de 2.007, el alguacil de este Juzgado, consigna a los autos resultas
de la citación del demandado, manifestando que la misma le fue firmada por el
ciudadano Edilson Urdaneta, Gerente de la sucursal de Proseguros ubicada en el Centro
Empresarial Nueva Prensa Oriente, Local A-2, Avenida Jorge Rodríguez, Sector las
Garzas, Barcelona del Muni9cipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui.

En fecha 04 de mayo de 2.007, el Juez de este Tribunal, se avocó al conocimiento de la


causa.

Mediante escrito de fecha 04 de mayo de 2.007, la parte demandada a través de su


apoderado judicial abogado Álvaro Gil García, venezolano, mayor de edad, de este
domicilio, titular de la cédula de identidad Nº V-8207.624, e inscrito en el I.P.S.A, bajo
el Nº 36.457, se hace presente en autos contesta la demanda en los siguientes términos:
“...Admito como hecho cierto, que el demandante contrató con mi patrocinada una
Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres distinguida con el Nº 22140749, con
un periodo de cobertura desde el 17/04/2006, hasta el 17/04/2007, con el objeto de
amparar los riesgos sobre un vehículo marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil,
serial del motor 182ª4000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286, Placa
BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005.
Admito como cierto, que con ocasión al contrato de seguros celebrado entre las partes,
se pactó una suma asegurada de Cuarenta Millones de Bolívares (Bs. 40.000.000,00).
Sin embargo, niego y rechazo los demás hechos alegados en el libelo de la demanda,
por ser absolutamente incoherentes, confusos y contradictorios. Niego y rechazo que mi
representada deba pagar cantidad alguna al actor derivada del contrato de seguros.
Finalmente, rechazo el derecho invocado, por no ser el aplicable al caso sub litis. De
conformidad con lo establecido en el único aparte del Artìculo 361 del Código de
Procedimiento Civil, opongo como defensa perentoria de previo pronunciamiento, la
falta de cualidad e interés del ciudadano Ramón Segundo torres González, para intentar
el presente juicio. Dicha defensa obedece a que el beneficiario de la indemnización es el
Asegurado, sociedad mercantil “General Motors Acceptance Corporation de Venezuela,
C.A” (GMAC DE VENEZUELA) y no el tomador, conforme a lo establecido en la
Cláusula 1º de la Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres (Condiciones
Generales), y el segundo aparte del Artìculo 13 del Decreto con Fuerza de Ley del
Contrato de Seguro. Si bien es cierto que tomador de la Póliza es parte del contrato de
seguro, tal circunstancia no lo legitima para reclamar el pago de la indemnización, púes
este sujeto contractual sólo traslada los riesgos al asegurador y tiene a su cargo el pago
de la prima, siendo el beneficiario o asegurado las únicas personas que pueden reclamar
la indemnización, de acuerdo a lo señalado en la Cláusula 2, de la Póliza de Seguro de
Casco de Vehículos Terrestres (Condiciones Generales) y en los artículos 7 y 8 del
Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro. La designación del tomador,
asegurado y beneficiario consta en el cuadro Póliza Recibo Nº 22140749, anexo al
libelo marcado con la letra “B”, que cursa al folio 8 del expediente, y el cual hago valer
conforme al principio de adquisición procesal. Aunado a ello, la Cláusula de
Beneficiario Preferencial, anexo del contrato póliza, estableció en forma diáfana que en
caso de siniestro la indemnización sería pagada al Beneficiario Preferencial que conste
en el cuadro de la Póliza o en sus anexos, lo que significa que de proceder la
indemnización, lo cual niega enfáticamente, solo podrá reclamarla el beneficiario o
asegurado, no el tomador de la póliza. No podría aducir el demandante que tiene
derecho a la indemnización en virtud de ser el propietario del vehículo, pues lo adquirió
bajo la modalidad de reserva de dominio. En la venta con reserva de dominio, el
vendedor conserva la propiedad de la cosa vendida bajo la condición resolutoria de que
se le pague la totalidad del precio, mientras que el comprador la tiene bajo la condición
suspensiva del pago integral del mismo. Al no constar en autos que el demandante pagó
la ultima de las cuotas del saldo del precio, tampoco puede reclamar indemnización
sobre el vehículo. Demás está decir, que no podrá aportar a los autos las constancias de
pago total del precio, por cuanto le precluyó la oportunidad para ello, conforme a lo
dispuesto en el Artículo 434 del Código de Procedimiento Civil. Por las razones
expuestas, solicito se declare con lugar la defensa alegada en este capitulo. Conforme al
literal a) de la Cláusula 3.- de las Condiciones Generales de la Póliza de Seguro Casco
de Vehículos Terrestres, se excluyó de la cobertura del contrato de seguro, la pérdida o
daño que sufran los bienes asegurados si provienen del vicio propio o intrínseco de la
cosa asegurada. Esta clase de exclusiones no sólo se establecen por aplicación del
principio de autonomía de la voluntad de las partes contratantes, sino también por
mandato legal expreso del Artìculo 70 del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de
Seguro. De materializarse este supuesto de hecho, no hay la obligación de indemnizar
para la empresa aseguradora, quedando en consecuencia exenta de responsabilidad. Y
ello resulta lógico, púes como lo sostienen los especialistas en la materia, el seguro tiene
por objeto indemnizar pérdidas originadas por causas externas, jamás consecuencias de
defectos o imperfecciones inherentes a la naturaleza de la cosa asegurada. La
Superintendencia de Seguros, órgano de vigilancia y control de las compañías de
seguros, ha dictaminado que si la causa principal que da lugar al suceso se encuentra en
una de las exclusiones establecidas tanto en la Ley del Contrato de Seguro como en la
Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres, no está cubierto el siniestro. Ahora
bien, consta del reporte de siniestro efectuado por el demandante, en fecha 29 de julio
de 2006, aproximadamente a las 11:30am, el vigilante del centro comercial se percató
que se estaba incendiando, por lo cual rápidamente se ubicaron 4 extintores y apagaron
el fuego, llegando los Bomberos para encargarse de la situación. De acuerdo con el
informe rendido por la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del estado
Anzoátegui, efectuado en el mes de julio de 2006, el incendio se originó en el
compartimiento del motor, concretamente en los conductores de hilo de cobre del
sistema eléctrico del vehículo, donde se generó un corto circuito, por lo tanto no cabe la
menor duda que el mismo originó por defectos de la cosa asegurada. Al estar excluidos
de cobertura los vicios propios o intrínsecos de la cosa asegurada, no puede pretenderse
indemnización alguna. Así solicito sea decidido en la sentencia definitiva. A todo
evento alego que no fue suscrita la cobertura adicional por incendio, por lo cual,
tampoco existe la obligación de indemnizar el siniestro. Para el supuesto negado, nunca
aceptado, que el tribunal considere que no es necesario suscribir una cobertura adicional
para ello, invoco la exclusión de responsabilidad estatuida en el numeral 2 del artìculo
75 del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro, según la cual, la empresa de
seguro no responde por los daños provenientes de la combustión espontánea del bien
asegurado, presupuesto de hecho éste que describe con exactitud la situación de hecho
ocurrida en el presente caso, tal y como lo establece el indicado informe de Bomberos.
La parte actora fundamentó su demanda en normas de distintos textos legales, algunas
relacionadas con la materia contractual, otras referidas al orden público, cuyas
reclamaciones judiciales deben tramitarse a través del procedimiento ordinario
establecido en los artículos 339 y siguientes del Código de Procedimiento Civil. La ley
de Protección al Consumidor y el Usuario, contiene la normativa para hacer efectiva la
defensa, protección y salvaguarda de los derechos de los consumidores y usuarios, tanto
en el ámbito administrativo como judicial, circunscribiendo la tramitación de las
reclamaciones judiciales derivadas del incumplimiento de la Ley al procedimiento oral
estatuido en los artículos 859 al 880 del Código de Procedimiento Civil. En el Capítulo
III del libelo, denominado “Del Derecho”, el demandante invocó el artículo 1.185 del
Código Civil, relativo al hecho ilícito genérico y abuso de derecho, norma de naturaleza
extracontractual incompatible con la estatuida en el artículo 1.167 del Código Civil para
impetrar el cumplimiento contractual, pretendiendo de esta forma fusionar la
responsabilidad civil alquiliana con la contractual, obviando que, cuando se recurre
explícita o implícitamente a las reglas contractuales, las extracontractuales quedan
excluidas. Este inadecuado cúmulo de responsabilidades efectuado por el actor ha sido
rechazado tanto por la doctrina más reputada como por la jurisprudencia venezolana. En
este sentido, ha sido criterio de los Tribunales de última instancia que: “...(Omisis)
puede surgir para cualquiera de las partes la obligación de reparación de los daños y
perjuicios provenientes del incumplimiento de las obligaciones que el contrato les
impone, pero no puede surgir la reparación de daños y perjuicios del hecho ilícito, ya
que esta es una fuente de obligaciones autónoma y tiene como condición indispensable
para que nazcan obligaciones, el de la existencia de un contrato que liga al que
presuntamente causa un daño y el que lo recibe...”. Esta yuxtaposición de
responsabilidades da lugar a la declaratoria sin lugar de la demanda intentada, ya que el
Juez no podrá corregir de oficio la misma sin suplir alegatos al actor, ni infringir el
principio dispositivo establecido en el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil.
Así solicito sea decidido. Así mismo le está vedado a la parte accionante solicitar
medida preventiva de embargo sobre la base del artículo 646 Código de Procedimiento
Civil, norma que solo es aplicable a las demandas tramitadas por el procedimiento
inyuntivo, vale decir, intimatorio. Reclama el apoderado judicial de la parte actora en su
libelo de demanda la cantidad de Trece Millones Ochenta Mil Bolívares (Bs.
13.080.000,00), por el supuesto alquiler y uso de un vehículo privado. Dicha
reclamación es improcedente, pues en el contrato de seguros celebrado entre las partes
no fue pactada indemnización alguna por daños y perjuicios; en consecuencia la
empresa Aseguradora no está obligada a indemnizar el presunto daño emergente
alegado. Adicionalmente aduzco que la parte accionante no identificó en el libelo de la
demanda a la persona a quien supuestamente le efectuó el pago por el alquiler del
vehículo, lo cual comporta que no podrá demostrar en el contradictorio un hecho no
alegado, omisión que el Juez no podrá suplir para dar cumplimiento al principio
dispositivo establecido en el Artículo 12 del Código de Procedimiento Civil. Por las
razones expuestas solicito se desestime la reclamación por este concepto. De
conformidad con lo establecido en el Artículo 38 del Código de Procedimiento Civil,
rechazo y contradigo la estimación de la demanda realizada por la parte demandante en
la cantidad de Sesenta y Seis Millones Trescientos Cincuenta Mil Bolívares (Bs.
66.350,00), por resultar exagerada. Como podrá observar el Juzgador, el actor no siguió
los parámetros establecidos en la Ley para determinar el valor de la demanda (artículo
31 del Código adjetivo), sino procedió a fijarla de forma arbitraria, sin ni siquiera
establecer la simple operación aritmética (suma) de la indemnización y daños
demandados, razones por las cuales las impugno...”

En fecha 18 de mayo de 2.007, la parte actora a través de su apoderado judicial,


presenta escrito de promoción de pruebas en los siguientes términos:

“...Invocamos el principio favorable de las actas procesales que ratifico y mantengo en


todas y cada una de sus partes los documentos y hechos demostrados en autos que
acreditan la cualidad activa y suficiente, la indemnización perdida y daños del vehículo
automotor ya identificado propiedad de mi representado, la procedencia de la demanda.
La procedencia de la indemnización por daños emergentes, la estimación de la
demanda, la extemporaneidad en dar respuesta conforme al condicionado de la póliza y
de la competencia del tribunal para conocer la presente causa. Todo en atención a la
regla “onus Probando incumbit actori”, en consecuencia; las cuales el demandado solo
niega rechaza, pero que no las desconoce. Promuevo documento de cuadro de Póliza-
recibo de Casco de Vehículo Terrestre distinguida con el Nº 22140749, para demostrar
la relación del acto de comercio o mercantil y la cualidad activa y suficiente de mi
representado tiene para celebrar contrato con la firma mercantil Proseguros, S.A., que
identifico con la letra “B”; promuevo escrito de Recurso de Reconsideración, para
demostrar la objeción al dictamen de fecha 20 de octubre de 2.006, dado que el mismo
comporta extemporaneidad en términos de notificación, inmotivación y lo genérico de
las causas de quedar exento del pago del siniestro, que de acuerdo con el informe
técnico del Cuerpo de Bomberos concluye en Accidental, que se identifica con la letra
“C”; promuevo reclamo de siniestro interpuesto por mi representado para demostrar los
cómputos que determinan de lapsos de extemporaneidad en dar respuesta por parte de la
firma mercantil Proseguros, S.A, que se identifica con la letra “D”; promuevo
condicionado de Cláusulas de la firma mercantil Proseguros, S.A., para demostrar las
condiciones que rigen y obligan a la empresa Aseguradora, marcada con la letra “E”;
promuevo Actas de Comité de Siniestro, para demostrar la aceptación del siniestro
renunciado al criterio de exento por vicio propio o intrínseco de la cosa asegurada, que
signo con las letras “F, G”, de las cuales se solicita a este Tribunal sean exhibidas en
certificadas en el presente proceso y así se exige; promuevo ajuste de daños de vehículo
para demostrar la pérdida total por siniestro del vehículo ya plenamente identificado
propiedad de mi representado, el cual signo dossier con la letra “H”; promuevo dossier
de recibos cancelados por concepto de pago de alquiler de vehículo privado para
demostrar los daños emergentes por la omisión, negligencia y desidia de la empresa
Aseguradora en dar respuesta oportuna al pago de indemnización del siniestro sobre el
vehículo propiedad de mi representado que identifico con la letra “I”...”

En fecha 30 de mayo de 2.007, la parte demandada a través de su apoderado judicial,


presenta escrito de promoción de pruebas en el cual promueve lo siguiente:
“...Con fundamento en el principio de adquisición procesal, invoco el valor probatorio
que emerge de la póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres distinguida con el
Nº 22140749, en la cual se señala como beneficiario de la indemnización al asegurado,
sociedad mercantil General Motors Acceptance Corporation de Venezuela, C.A
(GMAC DE VENEZUELA), y no al tomador, conforme a lo establecido en la cláusula
1 de la Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres (Condiciones Generales), y
el segundo aparte del artículo 13 del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro.
El objeto de este medio de prueba es demostrar que la parte actora no posee cualidad
activa para intentar el presente juicio. De conformidad con lo establecido en el Artículo
433 del Código de Procedimiento Civil, promuevo la prueba de informes. En
consecuencia solicito se oficie a la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del
Estado Anzoátegui, a fin de que informe a este órgano jurisdiccional sobre los
siguientes hechos: a) Si dicho cuerpo realizó una Inspección Ocular en fecha 29 de Julio
de 2.006, aproximadamente a las 15:10 horas, sobre un vehículo marca Fiat, modelo
Marea, Clase Automóvil, serial del motor 1824000502338, serial de carrocería
9BD18511157067286, Placa BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata, número
de puestos 5, año 2.005, a través del Sargento Mayor (B) Hermes Gómez, Coordinador
de Investigaciones; b) Si con ocasión a dicha Inspección Ocular fue elaborado un
informe del incendio, mediante el cual se concluyó que el fuego se originó en el
compartimiento del motor, concretamente en los conductores de hilo de cobre del
sistema eléctrico del vehículo, donde se generó un corto circuito. El objeto de este
medio de prueba, es demostrar que la causa principal que dio lugar al suceso se
encuentra contemplada por las exclusiones establecidas tanto en la Ley del Contrato de
Seguro como en la Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres, como lo son el
vicio extrínseco de la cosa asegurada y los daños provenientes de la combustión
espontánea del bien asegurado...”

Por auto de fecha 31 de mayo de 2.007, fueron agregados a los autos los escritos de
pruebas presentados por las partes.

Por auto de fecha 08 de junio de 2.007, se admitieron escritos de pruebas presentados


por las partes, ordenándose oficiar a la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del
Estado Anzoátegui, el cual fue librado en esa misma fecha.
En fecha 09 de octubre del 2.007, a solicitud de la parte actora, se libra nuevamente
oficio a la División Técnica del Cuerpo de Bombero.

En fecha 03 de diciembre de 2.007, se recibió oficio proveniente del Cuerpo de


Bomberos División de Sala Técnica del Estado Anzoátegui, de fecha 22 de noviembre
de 2.007, el cual fue agregado a los autos en fecha 05 de diciembre de 2.007., en el cual
clasifica como posible causa del siniestro, bajo la categoría de Accidental.

En fecha 28 de Enero de 2.008, la representación Judicial de la parte actora solicita a


este Tribunal proceda a dictar sentencia.

Estando dentro de la oportunidad para dictar Sentencia en la presente causa el tribunal


lo hace previo a las consideraciones siguientes:

II
Motivos de Hecho y de Derecho para Decidir

Toda la compleja serie de actos que se realizan en un procedimiento está sujeta, para
que puedan producir el efecto al cual están destinados, a una serie de exigencias, pues
las formas procesales responden a una necesidad de orden, de certeza, de eficiencia, y
su escrupulosa observancia representa una garantía del derecho de defensa de las partes.
En otras palabras, los requisitos procesales son modelos legales que se proponen a la
actividad del proceso para que produzca su propósito: garantía de un desarrollo legal del
proceso que respete los derechos de los litigantes.

En este orden de ideas, es obligación del Juez, en el momento establecido para dictar la
Sentencia que ponga fin al juicio, examinar en primer lugar, si durante la pendencia del
proceso las partes en contradictorio y el Juez Director del proceso, aplicaron
adecuadamente las normas procesales, que regulan su comportamiento durante el
desarrollo de dicho proceso para que, una vez determinada la regular observancia de
tales normas procesales, pase a pronunciarse sobre el mérito de la causa para resolver
sobre lo conducente.

De acuerdo con lo expresado, el demandante fundamenta su pretensión de cumplimiento


en la existencia de un contrato de seguros por el suscrito, y la empresa Mercantil
Proseguros, S.A, que garantiza según el contrato acompañado al escrito libelar marcado
“E”, folio 16, Cláusula 1, lo siguiente:

“...Mediante este Seguro, EL ASEGURADOR se compromete a cubrir los riesgos


mencionados en las condiciones particulares y anexos, y a indemnizar a EL
ASEGURADO o EL BENEFICIARIO la pérdida o daño sufrido al BIEN
ASEGURADO y hasta por la suma asegurada indicada como límite en el Cuadro
Póliza-Recibo de la Póliza...”

A su vez manifiesta que el bien asegurado, esto es, un vehículo de su propiedad, el cual
posee las siguientes características: Marca: Fiat; Modelo: Marea; Clase: Automóvil;
Serial de Carrocería: 9BD18511157067286: Nº Placa: BBI-28Y; Uso: Particular; Tipo:
Sedán; Color: Plata; Nº de Puestos: 05; Año: 2.005, fue objeto de siniestro de incendio,
pues, a pesar de haber cumplido con los requisitos exigidos por la empresa aseguradora
esta le negó la reparación e indemnización de los daños causados, por lo que la demanda
para que cumpla con su obligación de resarcir su eventualidad dañosa; no obstante la
demandada se excepciona manifestando que el siniestro sufrido por el bien asegurado al
cual se refiere el actor, se subsume en la cláusula 3º, literal a) Exclusiones Generales, la
cual estipula lo siguiente:

“...Esta Póliza no cubre: a) La pérdida o daños que sufran los Bienes Asegurados si
provienen del vicio propio o intrínseco del Bien Asegurado...”

En este sentido establece el artículo 549 del Código de Comercio que, el seguro se
perfecciona y prueba por un documento público o privado que se llama póliza. En
efecto se observa que la parte demandante al momento de incoar su demanda acompañó
al escrito libelar, una póliza de seguros signada bajo el Nº 22140749, debidamente
firmada por el Asegurador y su persona, pues, su condición para interponer esta
demanda, solo podría devenir del contrato de seguro de lo contrario no podría reclamar
para si esa cualidad más cuando la norma es tan clara al señalar que la póliza es la que
prueba la existencia del contrato de seguro, vale decir que al haber suscrito el contrato
de seguros puede ser considerado validamente contratante del mismo y por ende puede
atribuirse la cualidad de asegurado que es la condición necesaria para hacer un reclamo
por incumplimiento como en este caso y así se declara.

Arguye el actor para sustentar su acción que: “Siendo el caso, que en fecha 27 de
octubre de 2.006, se consignó escrito de Recurso de Reconsideración, por ante las
oficinas de la sucursal de Puerto la Cruz, tal como se evidencia de documento que se
reproduce y acompaña en fotostática signado con la letra “C”, en objeción al dictamen
de fecha 20 de octubre de 2.006, en que deja exenta de responsabilidad a la empresa
Aseguradora (Proseguros, C.A) en reconocer Reclamo de Siniestro, como se evidencia
de instrumento emanado de aquella Gerencia que se reproduce y se acompaña marcado
con la letra “D”. En ese sentido estamos sin duda alguna ante un contrato que cubre un
siniestro ocasionado sobre un vehículo propiedad de mi representado de las siguientes
características: Marca: Fiat; Modelo: Marea; Clase: Automóvil; Serial de Carrocería:
9BD18511157067286: Nº Placa: BBI-28Y; Uso: Particular; Tipo: Sedán; Color: Plata;
Nº de Puestos: 05; Año: 2.005, que la empresa Proseguros, C.A, esta en la obligación de
indemnizar por los daños que consecuentemente por siniestro de incendio sufrió el
vehículo asegurado. De tal manera y visto que la empresa Aseguradora no indicó y
siendo exigible para las aseguradoras, en tales casos un medio de prueba del hecho
generador del siniestro y no lo suministró, sustentándose al igual que nosotros en un
informe del Cuerpo de Bomberos, como órgano técnico especializado en el análisis de
tales siniestros en donde se concluye Accidental, fue por lo que se procedió, como en
efecto procedimos en interponer Recurso de Reconsideración, ante el dictamen
producido por la Gerencia de la sucursal de Puerto la Cruz en fecha 27de octubre de
2.006 Up supra. En virtud de lo precedentemente expuesto y conforme con las
disposiciones de la Póliza de Seguros de Casco de Vehículos Terrestres según la
legislación de Seguros Venezolana, los riesgos son asumidos por las compañías de
seguros, que van referido al vehículo y sus accesorios propiedad del Asegurado, por
tanto las Aseguradoras responden a los asegurados, tomadores o beneficiarios de
acuerdo a lo pautado en la póliza ya señalada y la ley, en donde se establecen las
condiciones que rige las relaciones obligaciones entre ambas partes. Tal como lo
señalan las condiciones generales y particulares del condicionado de Cláusulas que se
acompaña marcado con la letra “E”…

Fundamento la presente demanda por Cumplimiento de Contrato en contra de la


Empresa Proseguros, S.A, de conformidad con el Artículo 5 del Decreto con Fuerza de
Ley del Contrato de Seguros; Artículos 7 y 8 de los Derechos de los Consumidores y
Usuarios, Capitulo II de la Ley de Protección al Consumidor y Usuario; Artículos 1185,
1205, 1264, 1270 y 1.271 del Código Civil.-.

Señala el artículo 5 del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguros que:
“El contrato de seguros es aquel en virtud del cual una empresa de seguros, a cambio de
una prima, asume las consecuencias de riesgos ajenos, que no se produzcan por
acontecimientos que dependan enteramente de la voluntad del beneficiario,
comprometiéndose a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al
tomador, al asegurado o al beneficiario, o a pagar un capital, una renta u otras
prestaciones convenidas, todo subordinado a la concurrencia de un evento denominado
siniestro, cubierto por una póliza”.
Por su parte el Artículo 1185 del Código Civil dispone:
“El que con intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro,
está obligado a repararlo.
Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo, en el
ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del
cual le ha sido conferido ese derecho...”
Establece así mismo el artículo 1205 ejusdem que:

“Toda condición debe cumplirse de la manera como las partes han querido o entendido
verosímilmente que lo fuese”.

El Artículo 1264 del Código Adjetivo expresa:


“Las obligaciones deben cumplirse exactamente como han sido contraídas. El deudor es
responsable de daños y perjuicios, en caso de contravención”
Artículo 1270 del Código Civil:
“La diligencia que debe ponerse en el cumplimiento de la obligación, sea que ésta tenga
por objeto la utilidad de una de las partes o la de ambas, será siempre la de un buen
padre de familia, salvo el caso de depósito.
Por lo demás, esta regla debe aplicarse con mayor o menor rigor, según las
disposiciones contenidas, para ciertos casos, en el presente Código.”
Artículo 1271 ejusdem:
“El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de la
obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la inejecución o el retardo
provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque de su parte no haya
habido mala fe.”
De las Actas procésales se evidencia, que la parte demandada dio contestación a la
demanda, oponiendo como defensa perentoria la Falta de cualidad activa de
conformidad con lo dispuesto en el Artículo 361 del Código de Procedimiento Civil.

En virtud de lo anterior y como punto previo, a los fines de no incurrir en la


incongruencia negativa, procede este Juzgador a pronunciarse con respecto a la cuestión
perentoria opuesta por la parte demandada sobre la Falta de cualidad e interés del
ciudadano Ramón Segundo Torres González.

Dispone el Artículo 361 del Código de Procedimiento Civil lo siguiente:


“...En la contestación de la demanda el demandado deberá expresar con claridad si la
contradice en todo o en parte, o si conviene en ella absolutamente o con alguna
limitación y las razones, defensas y excepciones perentorias que creyere conveniente
alegar....”
De la norma transcrita se evidencia que si bien el demandado puede formular su defensa
de manera general, debe hacerlo con claridad y expresando las razones y defensas en
que la fundamenta, para que el juzgador pueda conocer el thema decidendum; no
obstante lo dicho anteriormente, ha sido criterio reiterado de la Sala de Casación Civil,
del Tribunal Supremo de Justicia, que el demandado puede dar contraprueba de los
hechos alegados en el libelo de la demanda, y demostrar que los mismos son contrarios
a derecho y traer pruebas que enerven o paralicen la acción intentada. Es decir, probar el
fundamento fáctico con el que pretende excepcionarse, ya que la norma que lo regula,
esto es, el Artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, tiene al hecho como
presupuesto del efecto jurídico que dicha norma produce.
Sobre la falta de cualidad ha señalado el Dr. Arístides Rengel Romberg, lo siguiente:

“La legitimación es la cualidad necesaria de las partes. El proceso no debe instaurarse


indiferentemente entre cualesquiera sujetos, sino precisamente entre aquéllos que se
encuentran frente a la relación material o interés jurídico controvertido en la posición
subjetiva de “legítimos contradictores”, por afirmarse titulares activos y pasivos de
dicha relación. La regla general en esta materia puede formularse así: “La persona que
se afirma titular de un interés jurídico propio, tiene legitimación para hacerlo valer en
juicio (legitimación activa) y la persona contra quien se afirma la existencia de este
interés, en nombre propio, tiene a su vez legitimación para sostener el juicio
(legitimación pasiva)”.

De igual manera el Dr. Jesús Eduardo Cabrera Romero, en su trabajo “Los efectos de la
Inasistencia a la Contestación de la Demanda en el CPC” XIV Jornadas J.M.
Domínguez Escobar, Derecho Procesal Civil, Febrero 1989, Págs. 41 a la 59, expuso lo
siguiente:

“...Conforme a una autorizada opinión, también estimo, por tratarse de presupuestos de


validez del proceso, que el demandado puede demostrar y hasta el juez dictar de oficio,
la prohibición de la ley de admitir la acción, la caducidad legal, la cosa juzgada y la
falta de cualidad o interés.” El anterior criterio fue recogido en decisión de la Sala de
Casación Civil de fecha 7 de Abril de 1994, con ponencia del Magistrado Dr. Rafael
Alfonzo Guzmán, en los siguientes términos: “La caducidad de la acción, la cosa
juzgada, la prohibición de admitir la acción propuesta, y la falta de cualidad e interés,
son todos conceptos ligados a la acción y no a la cuestión de fondo que se debate. Las
cuatro categorías extinguen la acción, y si ésta se ha perdido no podrá sentenciarse el
fondo, sin importar en que estado procesal, en cual momento del juicio se extinguió la
acción… cada vez que el juez constata que la acción se extinguió, de oficio debe
declarar tal situación, ya que el derecho a movilizar la administración de justicia, en una
causa particular, se ha perdido, al no poder existir fallo de fondo, y la extinción de la
acción es independiente de los alegatos que se susciten con motivo de la contestación de
la demanda”. (Cabrera, Jesús Eduardo; XIV Jornadas J.M. Escovar, Homenaje a la
memoria del Dr. Luís Loreto, Derecho Procesal Civil –El C.P.C. a dos (2) años de su
vigencia-, pág. 52).

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fallo de fecha 14 de Julio


de 2.003, dejó sentado lo siguiente:

“La legitimidad se encuentra establecida en el ordenamiento jurídico venezolano en


virtud de los principios de economía procesal y seguridad jurídica, debido a que ella, le
permite al Estado controlar que el aparato jurisdiccional sea activado sólo cuando sea
necesario y que no se produzca la contención entre cualesquiera parte, sino entre
aquellas en las cuales ciertamente existe un interés jurídico susceptible de tutela
judicial.” Finalmente, establece dicho fallo: “…la referida excepción de falta de
cualidad, ciertamente es una excepción que ataca a la acción, pero debido a que se
encuentra ligada indisolublemente a la pretensión y responde a principios consagrados
constitucionalmente como lo son la tutela judicial efectiva y el derecho a la defensa,
representa una formalidad esencial para la consecución de la justicia.”
Por su parte, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia Sentencia
N° 01691, emitida en fecha 29 de Junio de 2006, señala que:
“En apoyo a la declaratoria de oficio de la falta de cualidad de la parte actora resulta
pertinente la cita de la sentencia Nro. 00365 de fecha 21 de abril de 2004, dictada por
esta Sala en el juicio seguido por Ramón Leopoldo Pellicer en contra de la Universidad
Central de Venezuela, en la que como en el presente caso, con independencia al hecho
de no ser un alegato de las partes, se revisó el presupuesto procesal referido a la
cualidad. En dicho fallo se lee: “(…) Visto lo anterior es, importante calificar que a
pesar que los concerniente a la falta de cualidad es una defensa de fondo a ser esgrimida
por el demandado, no es menos cierto, que ha sido criterio de esta Sala (entre otras la
Sentencia N° 336 de fecha 3 de marzo de 2003, caso: Eduardo Leañez), que la materia
de la cualidad reviste un carácter de eminente orden público, lo que evidentemente hace
indispensable un examen por parte de los Jueces en aras de garantizar una sana y
correcta administración de justicia… resulta ineludible para la Sala observar la omisión
en que incurrió el accionante, al no demandar conjuntamente con la Universidad Central
de Venezuela a la empresa Grupo Img Lider, 3801 C.A. Administradora de Sistemas de
Salud, lo que es causa suficiente, para que dadas las apreciaciones realizadas
precedentemente, sin conocer el mérito de la causa, se declare improcedente la demanda
interpuesta. Así se decide…”.

Ahora bien, examinados los criterios Jurisprudenciales y doctrinales supra señalados,


este Sentenciador considera prudente entrar a verificar, con el estudio de los elementos
concurrentes traídos por las partes a los autos, si la parte actora, posee interés en
sostener el Juicio, es decir, si posee cualidad, independientemente de si se encuentra o
no investida de la razón; pues, es menester señalar que en este punto previo se
analizarán los autos solo para determinar si existe legitimación, limitando el estudio del
caso a este aspecto, sin entrar en consideraciones de fondo, ya que se hace necesario
constatar que en la presente demanda bajo estudio, se haya trabado la litis entre los
verdaderos contradictores y no otros.-

Riela al folio 8 del presente expediente Cuadro Póliza – Recibo, Póliza de Seguro de
Vehículos Terrestres Datos de la Póliza, signada bajo el Nº 22140749; empresa
Aseguradora: Proseguros Gente Útil, S.A; Tomador: Ramón Segundo Torres González;
Asegurado; GMAC DE VENEZUELA; Beneficiario: GMAC DE VENEZUELA.
Dispone el Artículo 7° del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguro:
Son partes del contrato de seguro:
1. La empresa de seguros o asegurador, es decir, la persona que asume los riesgos.
Sólo las empresas de seguros autorizadas de acuerdo con la ley que rige la materia
pueden actuar como asegurador.
2. El tomador, o sea, la persona que obrando por cuenta propia o ajena, traslada los
riesgos.
Por su parte el Artículo 8° ejusdem texta:
“En los contratos de seguros podrán existir además de las partes señaladas en el artículo
anterior, el asegurado, persona que en sí misma, en sus bienes o en sus intereses
económicos está expuesta al riesgo; y el beneficiario, aquél en cuyo favor se ha
establecido la indemnización que pagará la empresa de seguros. El tomador, el
asegurado o el beneficiario pueden ser o no la misma persona.
De los autos se desprende que la parte demandada, a través de su representación
judicial, mediante escrito de fecha 04 de mayo de 2.007, contesta la demanda
admitiendo los siguientes hechos que se transcriben parcialmente:

“...Admito como hecho cierto, que el demandante contrató con mi patrocinada una
Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres distinguida con el Nº 22140749, con
un periodo de cobertura desde el 17/04/2006, hasta el 17/04/2007, con el objeto de
amparar los riesgos sobre un vehículo marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil,
serial del motor 182A4000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286, Placa
BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005.
Admito como cierto, que con ocasión al contrato de seguros celebrado entre las partes,
se pactó una suma asegurada de Cuarenta Millones de Bolívares (Bs. 40.000.000,00).

Riela al folio sesenta (60) del presente expediente, Certificado de Registro de Vehículo
Nº 23629070, expedido por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre,
sobre un vehículo Modelo: Marea Sedan Aut; Clase: Automóvil; Marca: Fiat; Tipo:
Sedan; Uso: Particular; Color: Plata; Placa: BBI-28Y; Serial de Carrocería:
9BD18511157067286; Serial del Motor: 185A40000502338; Nº de Puestos: 05; Año:
2.005; donde se indica que su propietario es el ciudadano Ramón Segundo Torres
González.
De lo anterior se desprende que la parte demandada reconoce en su escrito de
contestación de fecha 04 de mayo de 2007, al ciudadano Ramón Segundo Torres
González, como contratante de la Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres
distinguida con el Nº 22140749, con un periodo de cobertura desde el 17/04/2006, hasta
el 17/04/2007, con el objeto de amparar los riesgos sobre un vehículo marca Fiat,
modelo Marea, Clase Automóvil, serial del motor 182A4000502338, serial de
carrocería 9BD18511157067286, Placa BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata,
número de puestos 5, año 2.005, razón por la cual considera este Juzgador que la
cuestión perentoria de falta de cualidad no puede prosperar en virtud del hecho
confesado, por lo cual procede como en efecto así lo hace, a declarar Sin Lugar la
Cuestión perentoria opuesta por la representación judicial de la parte demandada, de
conformidad con lo dispuesto en el Artículo 361 del Código de Procedimiento Civil.
Así se decide.

Habiéndose pronunciado este Sentenciador con respecto al punto previo anterior, pasa a
valorar las pruebas promovidas y evacuadas por ambas partes, aplicando el criterio
valorativo que se expondrá a continuación en el cuerpo de esta decisión.

Dispone el Decreto Ley del contrato de Seguros, en su artículo Nº 6 lo siguiente:


“el seguro es un contrato consensual, bilateral, oneroso, aleatorio, de buena fe y de
ejecución sucesiva.”

Por su parte el Decreto con fuerza de Ley del Contrato de Seguro (2001), en su
exposición de motivos texta:

“...La Ley recoge las modernas tendencias en esta materia, definiendo el contrato,
incluyendo el carácter imperativo de sus disposiciones a no ser que ellas mismas
establezcan lo contrario.
Ratifica el carácter mercantil y como innovación se modifica la forma de
perfeccionamiento del contrato, pasando de la solemnidad a la consensualidad que
resulta más cónsono con la rapidez de este tipo de operación.”

Según expone Veitía (2001), la convención genera derechos, obligaciones y cargas de


los contratantes, que se exterioriza en la póliza. Al respecto el primer aparte del artículo
12 establece “que por acuerdo expreso de las partes, los efectos del seguro podrán
retrotraerse al momento en que se presentó o formulo la proposición”. Esta disposición
ratifica que la consensualidad viene a ser determinante en la formación del Contrato de
Seguro, y las consecuencias que se deriven del mismo, tales como las obligaciones de
las partes que se encuentran claramente definidas en el capítulo V del Decreto Ley,
referidas a:

Artículo.- El tomador, el asegurado o el beneficiario, según el caso deberá:

1.- Llenar la solicitud del seguro y declarar con sinceridad todas las circunstancias
necesarias para identificar el bien o personas aseguradas y apreciar la extensión de los
riesgos, en los términos indicados.
2.- Pagar la prima en la forma y tiempo convenidos.
3.- Emplear el cuidado de un diligente padre de familia para prevenir el siniestro.
4.- Tomar las medidas necesarias pata salvar o recobrar las cosas aseguradas o para
conservar sus restos.
5.- Hacer saber a la empresa de seguro en el plazo establecido en este Decreto Ley
después de la recepción de la noticia, el advenimiento de cualquier incidente que afecte
su responsabilidad, expresando claramente las causas y circunstancias del incidente
ocurrido.
6. Declarar al tiempo de exigir el pago del siniestro los contratos de seguro que cubre el
mismo siniestro.
7.- Probar la ocurrencia del siniestro.
8.- Realizar todas las acciones necesarias para garantizar a la empresa de seguros
ejercicio de su derecho de subrogación.

Por su parte el artículo 21 contempla las obligaciones de la empresa de seguro:

1.- Informar al tomador, mediante la entrega de la póliza y demás documentos, la


extensión de los riesgos asumidos y aclarar, en cualquier tiempo, cualquier duda que
este le formule.
2.- Pagar la suma asegurada o la indemnización que corresponda en caso de siniestro, en
los casos establecidos en el Decreto de Ley o rechazar mediante escrito debidamente
motivado, la cobertura del siniestro.

Ahora bien, analizadas las obligaciones de las partes que contratan una póliza de
seguros, se hace necesario determinar en que radicó la actividad probatoria de las partes
en el presente proceso, para lo cual, este Juzgador comparte el criterio reiterado de la
antigua Corte Suprema de Justicia, reiterado hoy día, la cual señaló como reglas que
informan la carga de la prueba las siguientes:

“En la obra “De la Prueba en Derecho” de Antonio Roche Alvira se dejó establecido las
tres (3) reglas que informan la carga de la prueba, a saber:
a) Onus probandi incumbit actori, o sea que al demandante le incumbe el deber de
probar los hechos en que funda su acción; b) Reus, in excipiendo, fit actor, o sea, que el
demandado, cuando se excepciona o se defiende, se convierte en demandante para el
efecto de tener que probar a su turno los hechos en que funda su defensa; y c) Actore
non probante, reus absolvitur, es decir, que el demandado ha de ser absuelto de los
cargos o acción del demandante, si éste no logró en el proceso probar los hechos
constitutivos de su demanda…”

El Código de Procedimiento Civil distribuye la carga de la prueba entre las partes, como
una carga procesal cuya intensidad depende del respectivo interés con que se actúe en el
proceso, vale decir, si al actor le interesa el éxito de su pretensión, deberá probar los
hechos que le sirven de fundamento; y si al demandado le interesa destruir, enervar o
reducir con su actividad directa en el proceso el alcance de la pretensión, deberá, por su
parte, probar el hecho que la extingue, que la modifique o que impide su existencia
jurídica. (Sentencia Nº 400 de fecha 27 de septiembre de 1995 de la Sala de Casación
Civil de la Corte Suprema de Justicia, con ponencia del Magistrado Dr. Aníbal Rueda,
tomada de Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, Dr. Oscar R. Pierre Tapia,
Agosto – Septiembre 1995, Tomo 8-9, págs. 304 y sig.) .

En este sentido es menester enfatizar que los procesos jurisdiccionales se encuentran


regidos por los llamados Principios Generales del Derecho, por los cuales, mediante un
proceso de comparación, generalización y abstracción progresivamente creciente, se
pueden inducir de todo sistema jurídico vigente positivo, representando sus
presupuestos y directrices conforme a la recta razón e idea de Justicia, siendo incita su
aceptación universal así como la incorporación a la legislación positiva, tal como lo es
el Principio de Veracidad y Legalidad contemplado en el artículo 12 de nuestro Código
de Procedimiento Civil que ordena a los jueces a pronunciarse conforme a lo alegado y
probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir
excepciones de hecho no alegados ni probados, correspondiendo la carga de tales
probanzas en relación a la existencia de la obligación a quien pida su ejecución, vale
decir, a la parte actora por un lado, y quien pretenda haber sido liberado de tal
obligación, debe a su vez probar el hecho liberador respectivo, para todo lo cual deberán
hacer uso de los lapsos probatorios a que se refieren los artículos 388 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, sin que por lógica jurídica sea necesario probar los
hechos confesados o admitidos expresa o tácitamente por las partes.

En el presente caso, nos encontramos frente a un “Contrato de Seguros” aun cuando sea
denominado como Contrato de Prestación de Servicios y Garantías Administradas
Automóvil, ya que los hechos narrados se subsumen perfectamente en el artículo 548
del Código de Comercio, el cual establece que: “El seguro es un contrato por el cual una
parte se obliga mediante una prima a indemnizar las perdidas o los perjuicios que
pueden sobrevenir a la otra parte en casos determinados, fortuitos o de fuerza mayor; o
bien a pagar una suma determinada de dinero, según la duración o las eventualidades de
la vida o de la libertad de una persona.” Esa parte que se obliga, mediante una prima a
indemnizar las perdidas o los perjuicios es el asegurador quien asume la obligación de
resarcir los daños en los términos y condiciones señalados en la Póliza. El mismo
Código de Comercio en el artículo 549, señala que el seguro se perfecciona y prueba por
un documento público o privado que se llama Póliza. La póliza de seguro es el
Documento o Contrato fundamental a través del cual se reglan los derechos y las
obligaciones de las partes, así como la acción y derechos del beneficiario. Es no
solamente el titulo que contiene los elementos fundamentales del seguro, sino que es el
medio de prueba de antonomasia; pues a estos efectos del contrato de seguro es un
contrato solemne; asimismo, el profesor de Derecho Mercantil Hugo Mármol Marquís
en su obra “Fundamentos del Seguro Terrestre” define muy bien a las personas
intervinientes en el contrato de seguro, y especialmente nos conceptualiza que debemos
entender por tomador, beneficiario y asegurador, expresando lo siguiente:

Tomador: A la persona que mediante su manifestación de voluntad contrata con el


asegurador convenio de seguros. Cuando éste va a versar sobre daños patrimoniales, es
corriente que el tomador sea el propio beneficiario; sin embargo, no puede enunciarse
tal principio como regla general.-
Beneficiario: Al acreedor de la garantía prometida por el segurador. En el seguro de
Daños patrimoniales, el beneficiario solo podrá ser aquella persona cuyo patrimonio
haya sido menoscabado por el siniestro.

Asegurador: Empresa que toma a su cargo la compensación de los pagos que realiza la
mutualidad. Siempre es un comerciante. Lo seria aunque no ejecutara, como en nuestro
país lo hace, un acto objetivo de comercio con carácter profesional, ya que su
organización siempre es mercantil.
Habla a su vez de los caracteres contractuales del seguro, los cuales resumiremos
diciendo:
Características contractuales del seguro: Nominado, Mercantil, Solemne, Sinalagmático;
es decir, el tomador se obliga desde la suscripción al pago de la prima y el asegurador a
la asunción de las consecuencias del riesgo, la cual abarca el pago de la garantía cuando
llegue el siniestro, oneroso, aleatorio, de indemnización (Seguro de Daños
Patrimoniales), por adhesión y principal.
Por tanto, dicho lo anterior nos inclinamos por enmarcar estos hechos dentro del
contrato de seguros y analizaremos sus consecuencias a la luz de dicha tipología

Pruebas de la parte demandante:


La parte actora promovió pruebas así:

”Invocamos el principio favorable de las actas procesales que ratifico y mantengo en


todas y cada una de sus partes los documentos y hechos demostrados en autos que
acreditan la cualidad activa y suficiente, la indemnización, pérdida y daños del vehículo
automotor ya identificado propiedad de mi representado, la procedencia de la demanda.
La procedencia de la indemnización por daños emergentes, la estimación de la
demanda, la extemporaneidad en dar respuesta conforme al condicionado de la póliza y
de la competencia del Tribunal para conocer la presente causa. Todo en atención a la
regla “onus Probando incumbit actori”, en consecuencia; las cuales el demandado solo
niega rechaza, pero que no las desconoce. Promuevo documento de cuadro de Póliza-
recibo de Casco de Vehículo Terrestre distinguida con el Nº 22140749, para demostrar
la relación del acto de comercio o mercantil y la cualidad activa y suficiente de mi
representado tiene para celebrar contrato con la firma mercantil Proseguros, S.A., que
identifico con la letra “B”; promuevo escrito de Recurso de Reconsideración, para
demostrar la objeción al dictamen de fecha 20 de octubre de 2.006, dado que el mismo
comporta extemporaneidad en términos de notificación, inmotivación y lo genérico de
las causas de quedar exento del pago del siniestro, que de acuerdo con el informe
técnico del Cuerpo de Bomberos concluye en Accidental, que se identifica con la letra
“C”; promuevo reclamo de siniestro interpuesto por mi representado para demostrar los
cómputos que determinan de lapsos de extemporaneidad en dar respuesta por parte de la
firma mercantil Proseguros, S.A, que se identifica con la letra “D”; promuevo
condicionado de Cláusulas de la firma mercantil Proseguros, S.A., para demostrar las
condiciones que rigen y obligan a la empresa Aseguradora, marcada con la letra “E”;
promuevo Actas de Comité de Siniestro, para demostrar la aceptación del siniestro
renunciado al criterio de exento por vicio propio o intrínseco de la cosa asegurada, que
signo con las letras “F, G”, de las cuales se solicita a este Tribunal sean exhibidas en
copias certificadas en el presente proceso y así se exige; promuevo ajuste de daños de
vehículo para demostrar la pérdida total por siniestro del vehículo ya plenamente
identificado propiedad de mi representado, el cual signo dossier con la letra “H”;
promuevo dossier de recibos cancelados por concepto de pago de alquiler de vehículo
privado para demostrar los daños emergentes por la omisión, negligencia y desidia de la
empresa Aseguradora en dar respuesta oportuna al pago de indemnización del siniestro
sobre el vehículo propiedad de mi representado que identifico con la letra “I”.

Promovió la parte actora en su escrito de promoción de pruebas el principio favorable


de las actas procesales.

Al respecto advierte este Juzgador que el manifestar que se promueve el principio


favorable de las actas procesales, lo que eq uivale a reproducir el mérito favorable de
los autos, no es un medio de prueba admisible en nuestro ordenamiento jurídico, razón
por la cual con relación a ello nada tiene este Juzgador que valorar y así se declara.

En este sentido abundando mas en razones, ha sostenido la doctrina jurisprudencial


moderna que la reproducción del mérito favorable de autos constituye por si mismo una
manifestación del principio de la comunidad de la prueba, conforme a la cual las
pruebas no pertenecen al promovente, pertenecen al proceso y será el Juez quien las
valorará o apreciará a favor de la parte a quien le beneficie, la cual puede ser o no, la
parte que las trajo al proceso. En este sentido, el mérito favorable de los autos se traduce
en que la parte solicita al Juez, que tome y valore a su favor todos los medios que no
hayan sido promovidos por él y que le favorezcan. Por último, cuando la parte
reproduce el mérito probatorio no invocando un medio de prueba en específico que lo
favorezca y la forma como lo beneficia, el Juez no se encuentra obligado a tomar o
valorar las pruebas a favor de alguna de las partes procesales.

De lo antes expuesto se concluye que reproducir como medio de prueba “el mérito
favorable de los autos” sin indicar cual es el o los autos que le beneficia y sin señalar el
objeto de la prueba como lo ha promovido el demandado, no debe ser considerado como
instrumento probatorio. Así se declara.

Promovió la parte actora documento de cuadro de Póliza-recibo de Casco de Vehículo


Terrestre distinguida con el Nº 22140749, con un periodo de cobertura desde el
17/04/2006, hasta el 17/04/2007, con el objeto de amparar los riesgos sobre un vehículo
marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil, serial del motor 182A4000502338, serial
de carrocería 9BD18511157067286, Placa BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color
plata, número de puestos 5, año 2.005, el cual es propiedad de la parte actora, ciudadano
Ramón Segundo Torres González.

Del presente documental observa este Juzgador que al no haber sido dentro de la
oportunidad procesal correspondiente tachada, desconocida e impugnada por la
contraparte de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, este Juzgador le otorga su pleno valor probatorio. Así se declara.

Promovió la parte actora reclamo de siniestro interpuesto por su representado para


demostrar los cómputos que determinan de lapsos de extemporaneidad en dar respuesta
por parte de la firma mercantil Proseguros, S.A, que se identifica con la letra “D”;
promovió condicionado de Cláusulas de la firma mercantil Proseguros, S.A., para
demostrar las condiciones que rigen y obligan a la empresa Aseguradora, marcada con
la letra “E”; promovió Actas de Comité de Siniestro, para demostrar la aceptación del
siniestro renunciado al criterio de exento por vicio propio o intrínseco de la cosa
asegurada, que signo con las letras “F, G”; promovió ajuste de daños de vehículo para
demostrar la pérdida total por siniestro del vehículo ya plenamente identificado
propiedad de su representado, el cual signo dossier con la letra “H”

Advierte este Juzgador, que ninguno de los instrumentos supra citados, los cuales
acompañó el accionante al escrito libelar y que posteriormente oferto como medios de
prueba dentro del lapso probatorio, no fueron tachados, desconocidos o al menos
impugnados por la parte demandada en la secuela del juicio, limitándose a negar,
rechazar o contradecir, todo lo cual hace que este Sentenciador los aprecie para
evidenciar con ellos, la existencia de las obligaciones cuyo ejercicio se demanda. Así se
declara.

Promovió la parte actora dossier de recibos cancelados por concepto de pago de alquiler
de vehículo privado a los fines de demostrar los daños emergentes por la omisión,
negligencia y desidia de la empresa Aseguradora en dar respuesta oportuna al pago de
indemnización del siniestro sobre el vehículo propiedad de su representado que
identificó marcado con la letra “I”

Rielan a los folio que van desde el 28 al 41 del presente expediente Facturas de
Servicios de Transporte de la empresa Silva Peche Nicanor, quien prestó servicio de taxi
al ciudadano Ramón Segundo Torres.

Ahora bien el daño emergente surge o consiste en la pérdida experimentada por el


acreedor en su patrimonio, derivada inmediatamente del incumplimiento culposo del
deudor (Eloy Maduro Luyando, Derecho Civil III (345) a), pag 149; Editorial Texto,
Universidad Católica Andrés Bello, Manuales de Derecho 1995, Novena Edición).

En tal sentido sostiene este Juzgador que al haber suscrito entre las partes en
controversia el contrato objeto de discusión en la presente demanda y en virtud de que
la empresa Aseguradora no negó la relación existente, amén de que el vehículo
asegurado pertenece al ciudadano Ramón Segundo Torres, este sentenciador de
conformidad con lo dispuesto en el Artículo 1196 del Código Civil, le otorga su pleno
valor probatorio. Así se declara.

Pruebas de la parte demandada:


La parte demandad promovió pruebas así:

Invocó el valor probatorio que emerge de la póliza de Seguro de Casco de Vehículos


Terrestres distinguida con el Nº 22140749, aduciendo que se señala como beneficiario
de la indemnización al asegurado, sociedad mercantil General Motors Acceptance
Corporation de Venezuela, C.A (GMAC DE VENEZUELA), y no al tomador,
ciudadano Ramón Segundo Torres; promovió la prueba de informes, solicitando se
oficie a la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del Estado Anzoátegui, a fin de
que informe a este Tribunal sobre los siguientes hechos: a) Si dicho cuerpo realizó una
Inspección Ocular en fecha 29 de Julio de 2.006, aproximadamente a las 15:10 horas,
sobre un vehículo marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil, serial del motor
1824000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286, Placa BBI-28Y, uso
particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005, a través del Sargento
Mayor (B) Hermes Gómez, Coordinador de Investigaciones; b) Si con ocasión a dicha
Inspección Ocular fue elaborado un informe del incendio, mediante el cual se concluyó
que el fuego se originó en el compartimiento del motor, concretamente en los
conductores de hilo de cobre del sistema eléctrico del vehículo, donde se generó un
corto circuito.

Con respecto al valor probatorio que emerge de la póliza de Seguro de Casco de


Vehículos Terrestres distinguida con el Nº 22140749, en la cual se señala como
beneficiario de la indemnización al asegurado, sociedad mercantil General Motors
Acceptance Corporation de Venezuela, C.A (GMAC DE VENEZUELA), y no al
tomador, ciudadano Ramón Segundo Torres, es importante traer a colación un extracto
de la decisión dictada por nuestro mas alto Tribunal, Sala de Casación Civil, de fecha 25
de Febrero de 2.004, caso E.J. Chaparro contra Seguros La Seguridad C.A., la cual dejó
sentado el criterio siguiente:

“...En relación con ello, la Sala estima que la empresa aseguradora pretende beneficiarse
de su propia desidia, pues le correspondía verificar si el solicitante de la póliza tenia
interés asegurable en el momento de la contratación, y en caso negativo, rechazarlo. Al
no proceder de esta manera, tiene el deber de indemnizar a este por el riesgo asumido,
hasta tanto sea solicitada y declarada la nulidad de dicho contrato.
Sostener el criterio opuesto, implicaría legitimar un fraude, pues la compañía podría
celebrar contratos, a pesar de estar consciente de que no existe interés asegurable, y en
cumplimiento de este recibiría el pago de la o las primas respectivas, con la certeza de
que en caso de siniestro, tendría bajo su manga la carta que le exime de
responsabilidad...”

De la sentencia antes transcrita se evidencia la actitud omisiva, cómoda y algunas veces


abusiva, que en diversas oportunidades asumen las empresas aseguradoras, causándoles
graves daños en el patrimonio de los ciudadanos que cumpliendo con sus obligaciones
de asegurado y ante la ocurrencia de un siniestro se encuentran desprotegidos por dichas
aseguradoras, y es por ello que actualmente es necesario recalcar, mas allá del aspecto
mercantilista propio de dichas empresas, el motivo social de su existencia, el cual no es
otro más que resguardar el patrimonio del asegurado ante la posible ocurrencia de un
siniestro; el maestro COUTURE decía al respecto: “Hay que luchar por el derecho, pero
el día en que se encuentre en conflicto el Derecho con la Justicia, hay que luchar por la
Justicia”.

En el caso de autos, tenemos como hecho cierto, que para la oportunidad de celebrar el
contrato y emitir la póliza que bajo estudio nos ocupa, la demandada estaba en
conocimiento de que el ciudadano Ramón Segundo Torres, había adquirido el vehículo
cuyas características son las siguientes: marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil,
serial del motor 182A4000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286, Placa
BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005, a la
empresa sociedad mercantil General Motors Acceptance Corporation de Venezuela,
C.A (GMAC DE VENEZUELA), según Certificado de Registro de Vehículo Nº
23629070, emitido por el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre, de lo
cual necesariamente se deduce la obligación contractual habida entre ambas.
Abundando más en razones, rielan a los folios 19 al 21 del presente expediente,
comunicación de fecha 20 de noviembre de 2006, emitida por el ciudadano Alfredo
Brito, Jefe Técnico de la empresa aseguradora Proseguros, S.A., dirigida al ciudadano
Ramón Torres, Póliza de Automóvil: 22140749; Reclamo: 22060199, el cual expresa
textualmente:

“...Por medio de la presente con previo acuerdo del Comité y a solicitud suya, estamos
reconsiderando asumir un 50% de los daños del reclamo en referencia...” (Negrillas del
Tribunal).

En tal sentido es menester destacar que la empresa Proseguros da como hecho cierto que
el beneficiario de la póliza Nº 22140749, es el ciudadano Ramón Segundo Torres, supra
identificado. Así se declara.

Con relación a la prueba de informes promovida por la parte demandada en la cual le


requiere a la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del Estado Anzoátegui,
informe: a) Si dicho cuerpo realizó una Inspección Ocular en fecha 29 de Julio de 2.006,
aproximadamente a las 15:10 horas, sobre un vehículo marca Fiat, modelo Marea, Clase
Automóvil, serial del motor 1824000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286,
Placa BBI-28Y, uso particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005,
a través del Sargento Mayor (B) Hermes Gómez, Coordinador de Investigaciones; b) Si
con ocasión a dicha Inspección Ocular fue elaborado un informe del incendio, mediante
el cual se concluyó que el fuego se originó en el compartimiento del motor,
concretamente en los conductores de hilo de cobre del sistema eléctrico del vehículo,
donde se generó un corto circuito;

Al respecto este Juzgador observa que en fecha 05 de diciembre de 2007 de 2007, se


agregó a los autos comunicación de fecha 22 de noviembre de 2007, emitido por el Jefe
de la División Técnica del Cuerpo de Bomberos del Estado Anzoátegui, Teniente
Richard Aguache, en el cual remite informe de Inspección e Investigación de un
Incendio sobre el Vehículo Marca Fiat, modelo Marea, Clase Automóvil, serial del
motor 182A4000502338, serial de carrocería 9BD18511157067286, Placa BBI-28Y,
uso particular, tipo sedán, color plata, número de puestos 5, año 2.005, propiedad del
ciudadano Ramón José Torres, determinando la causa de dicho siniestro el siguiente:

“...Determinación de las causas: Punto de Origen: se determinó el punto de origen en los


conductores de hilos de cobre del sistema Eléctrico del Vehículo, ubicado en el
compartimiento del motor; Punto de Calor: Se determina que la fuente de calor provino
de un Corto Circuito; Fuente de Ignición: Se determina que la fuente de calor alcanzó
los materiales sólido plástico que compone el compartimiento del motor; Conclusión:
Causas del Incendio: El Departamento de Investigación de Siniestro de la División
Técnica del Instituto Autónomo del Cuerpo de Bomberos del estado Anzoátegui,
después de realizar las pesquisas pertinentes y de acuerdo a las características
desarrolladas en el presente informe, clasifica como posible causa de este siniestro, bajo
la categoría de “ACCIDENTAL”...”

Observa este sentenciador que la causa que originó el siniestro tal como lo informa El
Departamento de Investigación de Siniestro de la División Técnica del Instituto
Autónomo del Cuerpo de Bomberos del estado Anzoátegui, en su informe de Inspección
e Investigación de Incendio sobre el vehículo objeto de aseguramiento, fue “accidental”,
es decir, el incendio no fue producto de la cosa misma, de lo cual necesariamente se
deduce que el vehículo en referencia no poseía vicios propios o intrínsecos y Así se
declara.

En el presente caso se plantea la ocurrencia de un (01) siniestro ocurrido con ocasión de


un incendio sufrido en el motor de un vehículo propiedad del demandante, que consta
de las siguientes características: Marca: Fiat; Modelo: Marea; Clase: Automóvil; Serial
de Carrocería: 9BD18511157067286: Nº Placa: BBI-28Y; Uso: Particular; Tipo: Sedán;
Color: Plata; Nº de Puestos: 05; Año: 2.005, el cual fue asegurado con una póliza de
seguros por el suscrita con la empresa Proseguros, S.A; que la póliza de seguro
contraída entre las partes esta reconocida por ambas, por consiguiente hay un
reconocimiento de las responsabilidades y obligaciones que se adquieren al momento de
formalizar la contratación, la cual consta en actas, así mismo, en cuanto al siniestro
reclamado por la parte actora, este Juzgador considera que el mismo es cierto y cumple
con los requisitos estando totalmente exigibles a la empresa aseguradora. Así se declara

Teniendo como valida y exigible la obligación contraída por las partes, y siendo que la
parte actora probó la existencia de la obligación trayendo a juicio los elementos
necesarios para determinar la veracidad de sus alegatos y en relación a la carga de la
prueba por la parte demandada, este Juzgador considera que el mismo no desvirtuó los
elementos aportados por la parte actora y no probó nada que le pudiere favorecer en la
presente causa, en este mismo orden de ideas, es necesario destacar que la parte
demandada basó su defensa en la defensa perentoria de Falta de Cualidad y una vez
verificado en actas que no opera dicha figura, se tiene que la obligación contractual es
exigible por la parte actora. Así se Decide.

IV
DISPOSITIVA
DECISIÓN

Con base a los razonamientos de hecho y de Derecho anteriormente expuestos, este


Tribunal, Administrando Justicia, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela
y por Autoridad de la Ley, declara CON LUGAR la demanda que por Cumplimiento de
Contrato, intentara el ciudadano Ramón Segundo Torres González, venezolano, mayor
de edad, titular de la Cédula de Identidad N° V-3.773.857, y de este domicilio, a través
de su apoderado judicial abogado en ejercicio Carlos Eduardo Rojas Coa, venezolano,
mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº V-8.253.319, e inscrito en el
Inpreabogado bajo el N° 84.562, en contra de la Sociedad Mercantil Proseguros, S.A.,
domiciliada en la ciudad de Caracas e inscrita por ante el Registro Mercantil Primero de
la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y estado Miranda, en fecha 25 de
septiembre de 1.992, bajo el Nº 02, Tomo 145, y por última vez reformada mediante
documento inserto por ante el mismo registro mercantil en fecha 03 de octubre de 2.003,
bajo el Nº 56, Tomo 139-A-Pro., e inscrita por ante la Superintendencia de Seguros,
bajo el Nº 106, y autorizados por la Superintendencia de Seguros mediante oficio No.
009089, de fecha 18 de octubre de 2.004., representada por su Presidente, ciudadano
Orlando Castro Llanes, venezolano, mayor de edad y titular de la cédula de identidad Nº
V-12.391.789. Así se decide.
En virtud del pronunciamiento anterior, se condena a la parte demandada Sociedad
Mercantil Proseguros, S.A, ya identificada Primero: a pagar a la parte actora la cantidad
de Cuarenta Millones de Bolívares (Bs. 40.000.000,00), suma esta del monto asegurado
en la póliza Nº 22140749, sobre el siniestro Nº 22060199. Segundo: a pagar la cantidad
de Trece Millones Ochenta Mil Bolívares (Bs. 13.080.000,00), por indemnización por el
concepto de los daños emergentes derivados por la omisión en los plazos de siniestro
dentro de los 30 días contemplados en la Póliza suscrita. Así se decide.
Se condena en costas a la parte demandada. Así también se decide.
Notifíquese a las partes de la presente decisión.
Publíquese. Regístrese. Déjese copia.
Dado, firmado y sellado en el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Agrario y de Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui.
En Barcelona, a los siete días del mes de diciembre del año dos mil nueve (2009).-
Años: 199° de la Independencia y 150° de la Federación.-
El Juez Temporal,

Abg. Alfredo José Peña,

La Secretaria,

Abg. Judith Milena Moreno S.


En esta fecha siendo las 10:17am, se dictó y publicó la anterior Sentencia, previa las
formalidades de Ley. Conste.-
La Secretaria,

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