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El Sueño Del Pongo José María Arguedas

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ACTIVIDAD: ARGUEDAS, UNA AUTÉNTICA CULTURA DE VIDA Y

PEDAGOGÍA.
ÁREA: COMUNICACIÓN GRADO Y SECCIÓN 3° …………

Elaborar una historieta original teniendo en cuenta


los criterios establecidos en la rúbrica: adecuación,
coherencia y cohesión, creatividad, juicio crítico,
PROPÓSITO mensaje y recursos expresivos.

RETO Participar en el concurso de Narrativa y Ensayo


“José María Arguedas” 2021.

Escribe diversos tipos de textos en su lengua


COMPETENCIA materna

José María Arguedas (Novela) José María


Arguedas (Andahuaylas, Apurímac; 18 de enero de 1911-Lima, 2 de
diciembre de 1969) fue
un escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo peruano. Fue autor
de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los grandes
representantes de la literatura indigenista en el Perú.1
Introdujo en la literatura una visión interior más rica e incisiva del mundo indígena. La
cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos
culturas (la andina de origen quechua y la occidental, traída por los españoles), que
deben convivir. Los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto
plantea son el núcleo de su visión.
Su labor como antropólogo e investigador social se da en paralelo a su importancia y
a la influencia que tuvo en su trabajo literario. Se debe destacar su estudio sobre el
folklore peruano, en particular de la música andina; al respecto tuvo un contacto
estrechísimo con cantantes, músicos, danzantes de tijeras y diversos bailarines de
todas las regiones del Perú. Su contribución a la revalorización del arte indígena,
reflejada especialmente en el huayno y la danza, ha sido muy importante.
Fue además traductor y difusor de la literatura quechua, antigua y moderna,
ocupaciones todas que compartió con sus cargos de funcionario público y maestro.
Entre sus novelas están Los ríos profundos, Todas las sangres y El zorro de arriba y
el zorro de abajo.
OBRAS LITERARIAS
“EL SUEÑO DEL PONGO” JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
“YAWAR FIESTA”
J.M.ARGUEDAS
Yawar Fiesta es una obra que trata de la descripción adecuada de los
pueblos de la Sierra Sur, particularmente de la Provincia de Puquio,
del Departamento de Ayacucho. Detalla con gran un lenguaje
sencillo y propio los paisajes de los pueblos indios de Pichk’achuri,
K’ayau y Chaupi, lugares cercanos de la Capital de Provincia
Lucanas; caracteriza con precisión a los habitantes de esos lugares,
por ejemplo su vestimenta, su lenguaje, sus hábitos, sus alimentos,
sus creencias, sus tradiciones, etc. En el Primer Capítulo, “Pueblo
Indio”, describe los singulares paisajes de los pueblos Pichk’achuri,
K’ayau y Chaupi, y pueblos que rodean a la Capital Lucanas el clima,
su geografía sus accesos y la impresión que causan a los visitantes.
Relata también el orgullo de sus habitantes de vivir y/o pertenecer a
cada uno de esos pueblos, así mismo relata las llegadas de los mistis
de la Costa hacia estas tierras con fines de establecer autoridad
principalmente. En el Segundo Capítulo, “El Despojo”, describe
acerca de la injusticia, abuso y robo que ocasionaban los principales
(gente de ciudad) y llegados de la costa a los indios de las zonas de
producción agrícola y ganadera de Puquio. Despojaban a los indios
de sus terrenos, de sus sembríos, de sus ganados y luego proveían
de alimento a la costa, especialmente a Lima. De manera que, a
través de gestiones con las corruptas autoridades (subprefecto,
juez, teniente gobernador, el cura, los militares, etc.), los principales
lograron legalizar su posición sobre las pertenencias de los indios.
Los indios ante la impotencia de defenderse masticaban su
amargura en las cárceles y lamentaban su desgracia. En el Tercer
Capítulo, “Wakawak’ras, trompetas de la tierra” refiere los alborotos
y preparativos que inician los indios para las fiestas patrias como
venían haciéndolo cada año, pero con la diferencia que este año, los
indios han sido despojados de sus pertenencias. Sin embargo, la
costumbre no ha sido erradicada. En el Cuarto Capítulo, “K’ayau”,
describe los preparativos de los indios de esa localidad para las
fiestas Patrias del 28 de julio, se comenta en todos los alrededores
acerca de la competencia entre los toreros indios de K’ayau y
Pichk’achuri, ya que cada año ganaba los indios de Chaupi. Se
comenta también acerca de la exposición del Misitu, un toro muy
feroz. Ante la expectativa, el Alcalde promete mucha diversión al
subprefecto, pero que éste ante los relatos de la costumbre de los
años anteriores, se siente intranquilo. En el Quinto Capítulo, “El
Circular”, se habla de la llegada de un circular, que era un oficio
advirtiendo sobre la prohibición de corridas de todo de la manera
tradicional de Puquio, a fin de evitar hecho de muerte y heridos. El
Subprefecto, reúne a las autoridades y da a conocer sobre la
prohibición y como alternativa aducía la contratación de torero
profesional de la ciudad de Lima. Ante la noticia los indios se
consternaron y vieron frustrados sus expectativas para el festejo de
las Fiestas Patrias de aquel entonces. Las autoridades netos de la
localidad que ya vivieron las tradicionales costumbres, también se
sintieron inconformes por el mandato. En fin las autoridades sólo
pudieron apaciguar a los indios, que tanto sintieron la humillación.
El Capítulo VI, “La Autoridad”, describe la actitud déspota y tirana
del Subprefecto, quien al ver que de todas formas, la gente creaba
expectativa por los festejos de las Fiestas Patrias, tenía en mente
incluso en hacer desaparecer al pueblo, trataba a la gente como a
salvajes y no humanos. Conversaba con don Pancho, a quien le
manifestaba todo su rechazo y odio. En el Capítulo VII, denominado
“Los Serranos”, describe acerca de los habitantes de Lucanas, y en
general de la Provincia de Puquio, describe la migración de muchos
lucaninos hacia la capital y el regreso del mismo por Fiestas Patrias,
en las calles de aquella localidad, los comuneros daban vivas de su
pueblo, de las fiestas, de sus costumbres, etc. El obispo celebraba
las ceremonias en quechua. En el Capítulo VIII, El Misitu, relata
acerca de Misitu que en aquel entonces se había convertido en una
leyenda viviente, porque decían que ese toro no tenía padre ni madre
sino que había surgido de un remolino de las aguas de Torkok’ocha,
el cual era difundido a nivel de esa región (Puquio, Coracora,
Querobamba, Pampa Cangallo, Andahuaylas hasta Chalhuanca).
Después de varios intentos y decisiones, uno de los Mayordomos,
don Julían hizo el pago al Auki (Espíritu de los cerros, semidios),
persiguió al toro, sin poder lograrlo en el primer intento. Don Julián
terminó por regalarles el Misitu a los K’ayau y K’oñañi. En el IX
Capítulo, “La Víspera” describe la acción del Subprefecto junto con
sus allegados, algunas autoridades de la localidad para hacer
cumplir el circular. Pero don Julián desafió la decisión del
Subprefecto, de modo que los preparativos para la corrida
continuaron. Ya los habitantes de K’ayau y Pichk’achuri alistaban las
últimas cosas e incrementaban su rivalidad para el día de la corrida.
Los muros se hicieron solo bajo a fin de que todos tengan la
oportunidad de observar. En el X Capítulo, “Auki”, relata acerca de
la relación y la veneración que tienen los hombres de la localidad de
Puquio hacia los espíritus de los cerros, en este caso habla de Auki
K’arhuarasu. Las ofrendas que realizan los K’ayau por medio del
brujo del pueblo. Después de varios procesos y por mandato del
brujo, a quien dice que el Auki, le había dicho en el corazón que
llevaran al Misitu a la Plaza de la Corrida para la fiesta, lograron
agarrar al Misitu y llevaron hacia el lugar de la fiesta en Puquio. En
el Capítulo XI, “Yawar Fiesta”, el autor relata acerca del evento que
se lleva a cabo en la Plaza K’ayau, donde las autoridades trataron de
cambiar la tradición, contratando a un torero de Lima para la fiesta.
El día de la corrida, aparecieron una multitud inmensa, de todos los
alrededores del Capital de la Provincia de Puquio, para ver el nuevo
auque rechazado evento organizado por los principales y el
Subprefecto con rasgos de toreo costeño. Al ingresar el Misitu en la
Plaza, ingresó el torero Ibarito, quien ante la música de los indios
con el Wakawak’ra y la canción de las mujeres, sintió inseguridad.
Los primeros momentos, capeó bien, luego el toro buscó el cuerpo
del torero y trató de arrollarlo, pero pudo escapar y esconderse en
los escondederos. En vista que el torero no se atrevía retornar a la
Plaza, ingresaron los toreros indios, emborrachados Wallpa, Tobías,
“Honrao” y K’encho y capearon una y otra vez. El torero principal fue
Wallpa, quien luego de una y otra capeada, es arrollado por el toro,
que incrustó uno de sus cuerno en el ingle de Wallpa. El Varayo’k,
Alcalde de K’ayau, alcanza un cartucho de dinamitas al Raura. Al
final el toro fue mortalmente herido por la dinamita y Wallpa
sangraba en borbotones por la pierna que se veía regado por todo el
suelo. El alcalde dijo al Subprefecto: Esta es nuestra fiesta y así es.

CRITERIOS DE EVALUACIÓN
MUCHOS ÁNIMOS!!!

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