Una Iglesia Que Vive Una Vida Digna - TEMA 5 - Ps. Agustin V.D.
Una Iglesia Que Vive Una Vida Digna - TEMA 5 - Ps. Agustin V.D.
Una Iglesia Que Vive Una Vida Digna - TEMA 5 - Ps. Agustin V.D.
INTRODUCCION
“Un niño y una niña, que eran vecinos, jugaban juntos casi todo el día, y como iban
a la misma iglesia, juntos también aceptaron a Jesús como su Salvador.
Un buen día el niño dijo a su mamá: "No me cabe la menor duda de que Ema
verdaderamente se convirtió en una excelente cristiana." La madre le preguntó por
qué tenía tanta seguridad de eso, a lo que el niño replicó: "Porque juega como una
niña cristiana. Si le quito todos los juguetes, no se impacienta y antes de aceptar a
Jesús, se disgustaba por todo y era egoísta. Nunca jugaba como yo deseaba, sino
que siempre había yo de darle la preferencia, para evitar que me dijera: "Ya no
juego contigo, eres un mal muchacho".”
Colosenses 1:9
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“ Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de
pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
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para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena
obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”
I. ¿QUÉ NOS PROPORCIONA PARA QUE VIVAMOS UNA VIDA DIGNA DEL
SEÑOR?
Pablo cuando oraba por los colosenses en ser “llenos del conocimiento de la
voluntad de Dios”, tenía en mente la conducta correcta. Lo que quería Pablo
con la voluntad de Dios era que los va a llevar a vivir una vida correcta, una
vida cristiana, a vivir una vida cambiada y demostrada en su diario vivir.
El verdadero conocimiento de la voluntad de Dios, no es un fin en sí, sino
un medio que conduce a una meta: la vivencia correcta. Vivir
correctamente en todas las aéreas de mi vida.
Dios no nos concede el conocimiento de su voluntad para que podamos lucir
nuestra inteligencia, sino para que nuestra conducta sea recta y
hermosa.
No es cuestión de amontonar información en la cabeza, sino de adquirir la
mentalidad de Dios y, así, vivir la vida cotidiana de acuerdo con sus
criterios. Vivir conforme a su voluntad.
La voluntad de Dios ha de conocerse, pero más aún ha de vivirse.
Es imposible practicar una conducta sana y santa sin conocer la voluntad
de Dios; pero, igualmente, nuestro conocimiento de esa voluntad es
defectuoso (imperfecto, insuficiente, incompleto) si no conduce a una
conducta correcta.
El conocimiento que uno aplique a su vida y que no es de Dios, desde luego,
no alcanza esta meta (una conducta que sea recta). La vida recta no es
producida en mi vida fuera de la voluntad de Dios, es el único medio que
me proporciona ahora para el objetivo de ser formado a ese nuevo hombre,
creado en Cristo Jesús.
Por eso, el propósito de la Biblia es que nuestras vidas sean
cambiadas.
¿Cuál es el propósito de la Biblia? Específicamente es el cambio de
nuestro carácter (perfeccionar, madurar, completar) y el cambio de
nuestra conducta (reemplazar nuestras malas obras con buenas
obras).
Rom 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable
y perfecta.
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“ No vivan y a según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de
pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es
decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.”
La palabra “comprobar” significa: “aprobar por medio de probar, aprobar
después de probar”. Así que la voluntad de Dios es discernida, puesta en
práctica y así probada, y al fin aprobada.
“Para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.
El propósito de la Biblia es el cambio de vida. No es para llenar la cabeza de
información. D. L. Moody (Evangelista) lo dijo así: ʺLa Biblia no se nos
dio para aumentar nuestro conocimiento sino para cambiar nuestras
vidas.”
Una de las cosas que podemos ver es que “la voluntad de Dios” nos lleva a vivir
una “vida digna del Señor”
La expresión, ‘andar como es digno’ se halla también en los siguientes textos:
1. Efesios 4:1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación (elección) con que fuisteis llamados,
1 Yo, pues, encarcelado por servir al Señor, os ruego que viváis y actuéis como es digno de
quienes han sido llamados a pertenecer a Cristo. (La Castellana)
La palabra “andéis” como vimos antes, tiene que ver con el estilo de vida del
cristiano, cómo vive éste y qué hace. Este estilo de vida debe alcanzar la
medida elevada del llamamiento a que responde. No sólo tiene que ver con
¿quiénes son los llamados?, tiene que ver también con ¿quién ha llamado?
Aquí está en juego no sólo el creyente, sino aquel de quien los cristianos
toman su nombre, Cristo. La conducta cristiana debe alcanzar la altura de la
persona que nos ha amado, escogido, redimido unido, Dios mismo.
1Jn 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
6 El que dice que pertenece a Cristo, debe vivir como él mismo vivió. (B La Castellana)
2. 1Ts. 2:12 y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su
reino y gloria.
12 Los exhortamos, consolamos y animamos a vivir de una manera que honre a Dios,
quien los invita a entrar en su reino y en su gloriosa presencia.
3. Filipenses 1:27 Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo,
27 Solamente esto: procuren que su manera de vivir esté de acuerdo con el evangelio de
Cristo. (DHH)
27 Sólo les pido que vivan dignamente, como lo enseña la buena noticia de Cristo. (BLS)
La palabra “comportéis” se traduce como “conducirse como ciudadano”
Esta es la imagen que Pablo usa ahora para referirse a las altas exigencias
éticas del evangelio, la calidad de vida a la cual llama la fe en Cristo. Los
valores del evangelio no se viven en la soledad de un convento en el
desierto sino en medio mismo de la ciudad.
Pablo les está diciendo: "Si no hacéis ninguna otra cosa, haced esto por lo
menos: Que vuestra conversación —vuestro modo de vivir— sea digna del
evangelio."
Tercera implicancia es mostrar la diferencia que hay en la forma de vida
de los que son discípulos del Señor Jesucristo y los que no son sus
seguidores. Hay una tremenda diferencia entre ser creyente y ser
incrédulo; incluso en la misma persona, su vida antes de Cristo es una y
otra totalmente diferente después de conocerle y recibirle como Salvador y
Señor de la vida a Cristo.
Dios no solamente nos adoptó en su familia sino que también ha venido a
vivir en nosotros, dentro de nosotros, rompiendo el patrón de egoísmo que
nos dominó a través de toda la vida antes de llegar a ser cristianos. Cristo
ha dado a sus hijos un nuevo poder para amar a la gente, para vivir en
forma diferente, y para obedecer su ley. Si decimos que Cristo ha
efectuado este cambio en nosotros, entonces el cambio debe ser notorio ante los
ojos de los demás.
Reflexión:
¿Cómo muestro evidencia de estar viviendo como es digno del Señor?
4. Efesios 5:1
“1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a
Dios en olor fragante.
1 Ustedes son hijos de Dios, y él los ama. Por eso deben tratar de ser como él es. 2
Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por nosotros.
CONCLUSIÓN
Pablo esta orando por los creyentes en cuanto a una nueva comprensión de la vida,
y de cómo vivirla por medio de la voluntad de Dios. Esta voluntad de Dios me lleva
a vivir una vida digna del Señor como dice el Col. 1:10a
Así podrán vivir de acuerdo con lo que el Señor quiere,
para que con vuestra vida y conducta honréis al Señor,
Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor,
Así, vivirán para dar honor al Señor